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1- Me ha llamado la atención la clasificación tan exhaustiva para empezar, lo encuadrados

que están los menores en las categorías señaladas. Fruto esto de una gran labor de
investigación, y de por desgracia ver muchos casos a diario. Pero también nos lleva a
pensar que si tenemos tan claras las categorías (transgresor, delincuente etc) y sus
características, la labor preventiva debería ser más fácil, porque cualquier pediatra, médico,
orientador, profesor o agente externo en contacto con los menores podría dar la voz de
alarma, antes de la denuncia de los padres o del estado hacia el menor.

2- La salud mental en España es un tema escabroso, y sinceramente bastante abandonado.


Los presupuestos y medios dedicados a ella son absurdamente bajos, y ni siquiera existen
centros o tratamientos públicos continuados y exhaustivos que consigan resultados. En
menores me consta que se está intentando paliar la situación con la atención temprana,
pero sigue sin ser suficiente ya que la cobertura llega hasta los 6 años, y cuando el niño
cumple 6 años para muchas familias va a ser imposible asumir el coste de los servicios
psicológicos de terapia privados, pues la atención y terapia psicológicas de forma
continuada no forman parte del sistema de seguridad social, y un problema de conducta o
un trastorno subyacente en la infancia no se “cura” con medicación, solo se enmascara. Por
todo esto, me llama la atención que se identifique tan claramente que muchos menores
delinquen por problemas mentales subyacentes, pero que no se plantee nada para tratar o
ayudar a estos menores. El estigma existente en la salud mental sigue siendo patente, lo
seguimos viendo cuando el abuso de sustancias y las adicciones se ve socialmente como
una falta de carácter o un indicativo de irresponsabilidad, más que un síntoma o signo de
algo subyacente, osea una llamada de atención de que algo no va bien y que esa persona
necesita ayuda psicológica. Y esa ayuda psicológica va más allá de lo ofertado actualmente
por el sistema de salud pública.

3- Recalcar también que no todo se hará mal desde lo jurídico si hay un grupo numeroso
que no vuelve a delinquir, que se lleva ese “primer escarmiento” con la justicia, el grupo de
los transgresores. Evidentemente que tengan redes de apoyos y una familia medianamente
estable es un gran punto a favor de que estos menores no vuelvan a delinquir, pero al ser
un grupo tan numeroso no podemos ser derrotistas pensando que el sistema está
completamente roto, hay una parte que funciona.

4- Muy de acuerdo con el artículo, y como comentaba en el vídeo el señor Calatayud, de


que si va a caer todo el peso de la ley sobre los menores, y vamos a sacar a menores de
sus familias para meterlos en “centros de menores” que son penitenciarías enmascaradas,
obviamente debe pasar lo mismo con quien pone en peligro a un menor o no cumple sus
funciones hacia el. Padres negligentes, centros escolares negligentes etc deben sentarse
en un juzgado cuando pongan en peligro a un menor o miren hacia otro lado cuando es
evidente que un menor está en una situación vulnerable. Debe quedar patente a nivel social
que es tan malo un menor delinquiendo como la gente que ha permitido que eso ocurra y
que no ha educado a ese menor con valores adaptativos. Como comentábamos arriba, esta
bastante bien definido que es un menor en situación de vulnerabilidad o un menor con
potencial para infligir daño en otros o en el medio, es necesaria una mayor labor de
prevención y de llamada de atención a esta problemática, para frenar la vulnerabilidad
cuando comience, no cuando el menor empiece a delinquir.
5- Por último, me parece una idea novedosa y sinceramente desconocida la de transformar
las bandas juveniles en grupos que aporten al barrio o a la sociedad. Los grupos de
pertenencia son algo importante en los adolescentes, y también en la vida adulta, el ser
humano necesita rodearse de iguales y sentir que no está solo, ya que somos una especie
social, y de hecho se derivan muchos problemas conductuales e incluso de trastornos
cuando una persona no tiene un grupo de pertenencia/está sola, o este grupo es
desadaptativo. Imagino que debe ser una labor tremenda de reeducación la de cambiar
valores delictivos enraizados en el egoísmo y la violencia hacia algo positivo, empático y
benévolo, pero otra vez, somos una especie social y lo bueno nos sienta bien a todos.
Debemos huir de el prejuicio de los “incorregibles”, que otra vez como comentaba el juez
Calatayud, de este tipo, como Miguel Carcaño hay 2 o 3, no son la mayoría, la mayoría de
estos jóvenes está perdido, sin educación, no se les ha enseñado un camino mejor, y son
niños, por supuesto que es responsabilidad social y de todo el país recuperarlos.

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