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COMPARACIÓN DE LOS TRATADOS DE VITRUVIO Y ALBERTI

De Arquitectura y De Re Aedificatoria

A lo largo de la historia, se han escrito diversos tratados sobre arquitectura, que han intentado
definir y clasificar este tema tan complejo. Dos de los más importantes tratados son De
Arquitectura de Vitruvio, y De Re Aedificatoria de Alberti.

Marco Vitruvio Polión fue un ingeniero militar del siglo I a.C. Estuvo al servicio de Julio César en
la Roma Imperial y realizará el primer tratado de arquitectura, que será fundamental siglos
después, haciendo de puente entre la arquitectura de la Antigüedad Clásica y la del
Renacimiento.

León Battista Alberti, por su parte, fue un arquitecto italiano del siglo XV, muy polifacético, y
secretario personal de varios papas. En su tratado, aunque homenajeará a Vitruvio, estará en
desacuerdo con alguno de sus puntos de vista a cerca de la arquitectura. Se centrará en
encontrar normas, teóricas y prácticas, para aplicar directamente a la arquitectura.

Empezaremos por comparar las definiciones que ambos dan a la arquitectura. Cuál es para
ellos la esencia de ésta, su papel en la sociedad, y el papel del propio arquitecto.

Vitruvio, comprendía la arquitectura como una disciplina muy amplia, que abarcaba muy
diversas ramas del saber, como la mecánica la gnomónica y la construcción. El arquitecto,
pues, debía ser versado en las artes, las ciencias y las letras. Como él mismo afirma: “Debe,
pues, éste estudiar Gramática; tener aptitudes para el dibujo; conocer la Geometría; no estar
ayuno de Óptica; ser instruido en Aritmética y versado en Historia; haber oído con
aprovechamiento a los filósofos; tener conocimiento de Música; no ignorar la Medicina; unir los
conocimientos de la Jurisprudencia a los de la Astrología y movimientos de los astros.”

Sin embargo, Alberti, aunque también considera que el arquitecto debe tener amplios
conocimientos, tiene un concepto que va más allá, que está mucho más evolucionado. Califica
al arquitecto como un intelectual, más capacitado que cualquier artesano o artista. El
arquitecto es capaz de proyectar directamente desde su mente, uniendo lo intelectual y lo
material. El arquitecto ordena y dirige, utiliza su razón e ingenio, mientras que el artesano
ejecuta.

En cuanto al origen de la arquitectura, Vitruvio lo asocia al manejo del agua y del fuego, que en
seguida puso de acuerdo a los seres humanos y les hizo trabajar conjuntamente para
conservarlos mediante la construcción de refugios. Y Alberti, lo asocia a la mera necesidad del
ser humano de refugiarse y utilizar la naturaleza en su favor, para propio beneficio y
comodidad.

Continuamos analizando las estructuras de los tratados. Ambos autores, dividen sus tratados
en diez libros, cada uno dedicado a un aspecto distinto de la arquitectura. Vitruvio en su
tratado define la arquitectura, los mejores lugares para construir, los materiales a utilizar,
habla acerca de los templos, presenta los órdenes clásicos, trata los edificios públicos y
particulares, y otros temas como pigmentos o hidráulica. El esquema de Alberti será similar:
presenta esta disciplina, escribe sobre los materiales y técnicas constructivas, aborda la
relación entre arquitectura y poder, analiza obras singulares y edificios públicos y privados, y
prestará gran importancia al tema de la belleza.

Tanto Vitruvio como Alberti, se apoyarán en tres conceptos que resumen de manera sencilla y
concreta los elementos básicos que debe cubrir la arquitectura. Para Vitruvio, serán utilitas
(función), firmitas (construcción), y venustas (belleza). La utilitas, tiene que ver con la correcta
distribución de los elementos del edificio, “que cada cosa esté colocada en el sitio apropiado y
tenga todo lo que le sea propio y necesario”; la firmitas es la solidez del edificio, estructura y
cimientos; y la venustas, consiste en el aspecto proporcionado y armonioso del conjunto, en su
belleza formal. Alberti evocará estos conceptos, con unos términos semejantes: necessitas
(necesidad), commoditas (comodidad, conveniencia), y voluptas (belleza, estética,
ornamentación). La necessitas, que abarca seis conceptos más, es la resolución de las
necesidades básicas, inevitables; la commoditas, implica la satisfacción y el placer; y la
voluptas, como define Eduardo Prieto: “la delectación puramente estética que se deriva de la
percepción de las cualidades formales de los edificios, especialmente de sus ornamentos”.

De aquí, pasamos a un tema clave en ambos tratados: la belleza. Para Vitruvio, la belleza está
directamente relacionada con las proporciones naturales, como las del cuerpo humano. Y
explica como para él, la proporción exacta del cuerpo humano se ve reflejada en un homo
quadratus, cuya figura encaja a la vez en un cuadrado y un círculo. También, basa su idea de la
belleza en pensamientos de la filosofía griega, de Aristóteles y de Pitágoras. Su idea aristotélica
de la belleza consiste en la “consonancia de las partes de un objeto entre sí y con el todo”. Y
por Pitágoras, veía la arquitectura como un trasunto del cosmos mediante el ser humano.
También era muy importante para él la idea de las armonías visuales y sonoras en la
naturaleza, en los organismos vivos; llegando incluso a definir la arquitectura como “música
cristalizada”.

Alberti, en cambio, no tendrá una idea del canon de belleza basada en módulos y normas, sino
que será más pragmático. Alberti asocia la belleza a las costumbres de la sociedad, aunque
también, como Vitruvio, a la armonía. Como él mismo escribe en su tratado: “la belleza es la
armonía entre todas las partes del conjunto, conforme a una norma determinada, de forma
que no sea posible reducir o cambiar nada sin que todo se vuelva más imperfecto.” Además,
Alberti utilizará un nuevo concepto, la concinnitas, que quiere decir simetría, consenso o
concordancia, lo que sugiere que da gran importancia a la forma y al orden.

Los dos tratados reflejarán también otros temas de interés, como los órdenes arquitectónicos.
Aquí, Vitruvio comienza a exponer una serie de medidas exactas con las que se deben
proporcionar las columnas, y explica los tres órdenes clásicos y sus usos. Sin embargo, Alberti,
después de estudiar a fondo las ruinas romanas, dice: “nosotros, por nuestra parte, hemos
constatado, a partir de mediciones realizadas sobre el terreno, que no siempre fueron
respetados entre nuestros antepasados latinos”, modificando así las ideas de Vitruvio respecto
a este punto.

Y por último, pasan a tratar temas como el clima o el mantenimiento de los edificios, la
relación de la arquitectura con la ciudad, o el tema del agua. Sin embargo, con los temas
tratados anteriormente, hemos podido comprobar a la perfección las similitudes y diferencias
entre estos dos autores. Alberti rinde homenaje a Vitruvio en muchos aspectos, pero aporta
nuevos puntos de vista en muchos otros.

De todo esto podemos concluir que ambos tratados supusieron, y suponen todavía, unos
documentos de suma importancia para la historia de la arquitectura, ya que sintetizan a la
perfección conceptos muy complejos de esta disciplina, y ponen de manifiesto la forma de
pensar y de edificar de cada época.

Cecilia María Moreno Cabrera

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