La depresión, también conocida como trastorno depresivo mayor o enfermedad

depresiva, es un trastorno mental común que afecta el estado de ánimo, los

pensamientos y el comportamiento de una persona. Se caracteriza por una
sensación persistente de tristeza, desinterés en las actividades cotidianas y una
disminución en la capacidad de experimentar placer. La depresión no es
simplemente sentirse triste de vez en cuando; es una afección médica seria que
puede afectar la calidad de vida de una persona y su capacidad para funcionar de
manera efectiva en la vida diaria.

Algunos de los síntomas más comunes de la depresión incluyen:

​ Tristeza persistente y sensación de vacío.

​ Pérdida de interés o placer en actividades que antes resultaban gratificantes.
​ Fatiga y falta de energía.
​ Cambios en el apetito y peso (pérdida o aumento).
​ Dificultades para conciliar o mantener el sueño (insomnio) o dormir en exceso
(hipersomnia).
​ Dificultades para concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas.
​ Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva.
​ Pensamientos de autocrítica, desesperanza o ideas suicidas.
​ Agitación o irritabilidad, o, en algunos casos, apatía extrema.
​ Síntomas físicos como dolores de cabeza, problemas digestivos o dolores
crónicos sin causa física aparente.

La depresión puede variar en gravedad y duración. Algunas personas pueden

experimentar episodios de depresión que duran unas semanas, mientras que otros
pueden sufrir de depresión crónica que puede persistir durante meses o años.

Es importante destacar que la depresión no es una debilidad personal ni algo que

una persona pueda superar simplemente con fuerza de voluntad. Es una afección
médica que requiere tratamiento, que puede incluir terapia psicológica,
medicamentos antidepresivos y cambios en el estilo de vida. Si tú o alguien que
conoces está luchando con la depresión, es fundamental buscar ayuda de un
profesional de la salud mental, ya que el tratamiento adecuado puede marcar una
gran diferencia en la calidad de vida y el bienestar.