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Introducción

El análisis de la conducencia de una norma requiere establecer una relación equilibrada y

simbiótica entre dos ciencias sociales: el Derecho y la Psicología Social.

El significado más común de conducencia se refiere a una de las condiciones necesarias de

una prueba (desempeño, relevancia y utilidad). La idoneidad legal de una prueba para probar
algo. El segundo significado es la posibilidad de un estándar legal para provocar una
respuesta de cumplimiento. La ley conduce a la obediencia, las instituciones
correspondientes tienen los medios y la voluntad política para aplicar la ley, y la aplicación
de la norma es supervisada y se aplican las sanciones asociadas si no es el caso. El análisis
de la conducción de un estándar requiere una relación equilibrada entre la psicología social y
el derecho. Necesitamos ambas disciplinas para entender la relación entre la norma, los
valores, el sistema legal y el comportamiento de las personas. Una norma legal es una
propuesta de acción social: cumple ciertos objetivos y se refiere a una serie de
comportamientos. Su objetivo es promover la corrección jurídica y proteger la vida de
quienes están sujetos a ella. Algunas propuestas de normas jurídicas tienen más o menos
éxito y la reflexión sobre ellas es el punto de contacto entre los derechos y la psicología
social.

Así como el camino del cumplimiento hay procesos psicológicos importantes que pueden o
no llevar a una norma a su cumplimiento. Estos pueden vincularse a 3 conceptos básicos del
derecho jurídico: eficiencia, legitimidad y validez. Una norma tiene más posibilidades de
cumplirse si los destinatarios prestan atención a esta norma. El estándar tendrá un mayor
grado de cumplimiento si lo evaluamos como positivo. También hay una poderosa influencia
de los costos y beneficios de realizar ciertos comportamientos asociados con el estándar.
Esto puede llevar, por ejemplo, a la no implementación de un estándar que hayamos
evaluado previamente como positivo, o a la implementación de un estándar que hayamos
evaluado como negativo.

Es así que las fuentes psicológicas de eficacia de una norma jurídica, en el proceso de la
atención nos recuerda que el desconocimiento de una ley no exime de su cumplimiento.
Desde un punto de vista legal esta máxima es indiscutible pero desde un punto de vista
psicológico se pueden establecer ciertos matices. Es más, incluso conociendo su existencia,
con frecuencia incumplimos una norma jurídica porque, sencillamente, en el momento de
comportamos no éramos conscientes de ella.

Mientras que el proceso de evaluación, una norma jurídica puede incumplirse sencillamente
porque no era saliente en el momento de realizar el comportamiento relacionado con dicha
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norma. Sin embargo, la transgresión no parece explicarse solo por la falta de atención. Por
una parte, hay ocasiones en las que normas claramente presentes no se cumplen; por un
factor relacionado con un concepto analizado por varias disciplinas de las ciencias sociales:
la legitimidad.

Así las fuentes de eficiencia de la norma jurídica, según Hierro (2003) una norma eficaz es
eficiente cuando, además de generar obediencia y ser aplicada, logra los objetivos de las
autoridades que la diseñaron «eficiencia».