Está en la página 1de 2

Crítica

Estoy parcialmente de acuerdo con el autor. De acuerdo en tanto se refiere a que


el realismo jurídico europeo-continental se distingue del iusnaturalismo. En
desacuerdo en lo que se refiere a que dicho realismo es una radicalización del
positivismo jurídico, al punto de creer que forma parte de éste. Lo correcto sería
afirmar que el realismo jurídico puede ser definido como la variante del positivismo
jurídico que privilegia la teoría de la interpretación, ello porque todos los realistas
coinciden en considerarla como verdadera si y solo si se trata de la tesis del
escepticismo interpretativo.

Sin lugar a dudas, el realismo jurídico ha venido a interrumpir al debate


internacional entre el iusnaturalismo y el iuspositivismo, así como a distinguirse y
asimilarse a dichas corrientes, respectivamente.

Ello se debe a que, por un lado, el realismo jurídico europeo-continental reduce al


derecho a un conjunto de hechos naturales, a diferencia de lo que ocurre con el
naturalismo jurídico, pues esta última corriente concibe al derecho a través de los
valores o juicios de valor, que a consideración de los realistas, estos entes
valorativos se prestan a ser sujetos de una multiplicidad de subjetividades, lo cual,
para ellos supone un aspecto negativo, no como sucede con los hechos naturales
que están objetivamente determinados.

Por otro lado, el realismo jurídico europeo-continental niega ser una forma radical
o una extensión del positivismo jurídico, ello de manera general. Sin embargo, de
manera particular, tanto el máximo exponente de la corriente iuspositivista, Hans
Kelsen, considerado para este tema como un realista, así como el resto de los
realistas, están de acuerdo en que la única tesis verdaderamente propia de la
familia del realismo jurídico en cuestión, es la del escepticismo interpretativo. A
diferencia de lo que ocurre con la tesis de separación del derecho y la moral, y con
la tesis del emotivismo ético, que, aunque no son tema en la presente crítica, si
son de utilidad para dar cuenta de que en ellas no hay aceptación o coincidencia
entre unos y otros autores de esta corriente del iusrealismo, y mucho menos en lo
que concierne a algún exponente iuspositivista.
El escepticismo interpretativo, se compone por dos vertientes: una interpretación
que pone especial énfasis en la aplicación de las normas para resolver casos
concretos; y otra, que se enfoca en una interpretación como producción de normas
abstractas.

En cuanto a la primera vertiente, toda norma es abstracta y ambigua, esto quiere


decir que puede tener más de un significado y que la interpretación es
considerada como una actividad mediante la cual se le atribuye un significado a
una norma, siendo necesario, además, que toda interpretación sea argumentada
para justificar la interpretación que se llegase a adoptar. Dicho en otras palabras,
el legislador será el encargado de crear la norma general y abstracta, mientras
que el significado que le sea atribuido será dado por los jueces o por los
doctrinarios. La segunda vertiente tiene que ver con la aplicación de la norma
abstracta obtenida luego de la actividad interpretativa para resolver el caso en
particular, según la cual todo caso puede convertirse en un caso difícil.

No pasa inadvertido que, ello podría ser refutado con lo que exponen las tesis
formalistas, o lo que es lo mismo, el formalismo interpretativo, cuyos exponentes
aseveran que a cada norma solo le es atribuible un único significado y que todos
los casos particulares son claros. No obstante, no podemos hablar de que las
normas pueden ser entendidas solo de una manera, pues en ese caso estaríamos
negando la existencia de la argumentación jurídica, cuya principal función es la de
respaldar la interpretación de una norma al atribuirle un sentido o significado
dependiendo del caso concreto, es decir, se ignoraría la utilidad que tienen para el
derecho, por mencionar algunos ejemplos: el argumento a contrario, el argumento
analógico, el argumento teleológico, entre otros.

En conclusión, el realismo jurídico europeo-continental no es iusnaturalismo ni


mucho menos iuspositivismo, simplemente tiene, por lo menos y derivado de lo
expuesto por el autor del texto, una similitud o punto de conexión con esta última
corriente del pensamiento jurídico en cuanto a la tarea interpretativa de las
normas.

También podría gustarte