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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

UNIDAD UPN 271

LICENCIATURA EN PEDAGOGIA

ANALISIS ESPACIO SOCIAL Y PODER SIMBOLICO

PRESENTA:
FRIDA EDELMIRA SÁNCHEZ SÁNCHEZ

CINDY GABRIELA HERNÁNDEZ CARRILLO

GÉNESIS ALEJANDRA JIMÉNEZ CHABLÉ

LUCERITO MAGAÑA LEÓN

MONSERRAT DE LOS SANTOS SÁNCHEZ

ROSA ELVIA ZENTENO GUTIÉRREZ

MATERIA:
TEORIA PEDAGOGICA CONTEMPORANEA

ASESOR
ROSALIA SANTIAGO PRIMO

VILLAHERMOSA, TABASCO, SEPTIEMBRE, 2023.


ESPACIO SOCIAL Y PODER SIMBÓLICO

La lectura espacio social y poder simbólico empieza dando los conceptos de lo siguiente:

“Por estructuralismo o estructuralista, quiero decir que existen en el mundo social mismo,

y no solamente en los sistemas simbólicos, lenguaje, mito, etc., estructuras objetivas

independientes de la conciencia y de la voluntad de los agentes, que son capaces de

orientar o de coaccionar sus prácticas o sus representaciones.”

El nos dice que estructuralismo existe o se da en toda la sociedad y no solamente en los

mitos, lenguaje, se fundamentan en la búsqueda de la comprensión de los elementos que

componen la mente humana, con la finalidad de ubicar cada pensamiento, conociendo y

asociando una experiencia o sensación percibida de manera inmediata y experimenta.

En realidad, el espacio social es un espacio multidimensional, un conjunto abierto de

campos que son relativamente autónomos, es decir, mas, o menos directa y fuertemente

subordinados, en su funcionamiento y en sus transformaciones, al campo de producción

económica.

El modelo elaborado en la distinción trata de ponerse contra una lectura sustancialista. La

lectura sustancialista considera cada una de las prácticas o de los consumos en sí y para

sí, independientemente del universo de las practicas sustituibles y que concibe la

correspondencia entre las posiciones sociales y las aficiones o las prácticas como una

relación mecánica y directa Este modo de pensamiento, que es el del sentido común y

que condice a tratar las actividades de determinados individuos o grupos de una sociedad

determinada en un momento determinado como propiedades sustanciales, inscritas de una


vez y para siempre en una esencia biológica o cultural, conduce a errores en la

comparación entre sociedades diferentes y entre periodos sucesivos de la misma sociedad.

Hay que evitar transformar en propiedades necesarias e intrínsecas de un grupo las

propiedades que les incumben en un momento concreto del tiempo debido a su posición e

n un espacio social y en un estado determinado de la oferta de los bienes y de las prácticas.

Interviene en cada momento de cada sociedad, un conjunto de posiciones sociales que va

unido por una relación de homología a un conjunto de actividades o de bienes

caracterizados relacionalmente.

El habitus es ese principio generador y unificador que retraduce las características

intrínsecas y relacionales de una posición en un estilo de vida unitario. Los habitus se

diferencian, pero son diferenciantes y también llevan a cabo distinciones: ponen en

marcha principios de diferenciación diferentes o utilizan de forma diferente los principios

de diferenciación comunes.

Los habitus son principios generadores de prácticas distintas y distintivas, pero también

son esquemas clasificatorios. Establecen diferencias entre lo que es bueno, malo, lo que

está bien o mal. Lo esencial consiste en que cuando son percibidas se convierten en

diferencias simbólicas y constituyen un auténtico lenguaje. Las diferencias asociadas a

diferentes posiciones funcionan a la manera de diferencias constitutivas de sistemas

simbólicos, como el conjunto de los rasgos distintivos y de las desviaciones diferenciales

que son constitutivos de signos distintivos. Existir en un espacio, ser un punto en un

espacio, significa diferir, ser diferente. La diferencia solo se convierte en signo y en signo

de distinción si se le aplica un principio de visión y de división.

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