Está en la página 1de 23

AGROALIMENTOS II

LA GANADERIA

1) HISTORIA DE LA GANADERÍA ARGENTINA

El ganado fue introducido en nuestro país por los conquistadores españoles.


Según los registros históricos, en 1556 – Alfonso de Vera y Aragón trajo a la zona del Chaco (Concepción del
Bermejo) unas 300 cabezas de ganado vacuno.
En 1557 – Pérez de Zurita introduce desde Chile una tropa de bovinos hacia Santiago del Estero.
En 1573 – Juan de Garay cuando fundó Santa Fe de la Vera Cruz, hizo su aporte trayendo ganado vacuno,
equino y lanar.
En 1580 – Garay en la 2ª fundación de Buenos Aires aportó 500 vacunos y otros animales.
Desde esos tiempos el ganado “cimarrón” comenzó a vagar en la pampa por millares, adaptándose y
multiplicándose extraordinariamente.
Los miles de animales abandonados eran considerados "res nullius". Se autorizaba la apropiación libre hasta un
límite de doce mil cabezas de ganado.

Las Vaquerías

Las vaquerías fue la caza y faena de esos animales sin dueño, actividad que luego queda reglamentada cuando
en 1596 por las autoridades de Asunción, por entonces Capital de la Gobernación, declararon que los ganados
"silvestres" de los alrededores de Buenos Aires debían ser considerados de propiedad de los conquistadores que
los "pillasen", puesto que éstos eran herederos de los expedicionarios que los habían introducido a sus expensas.

Los Inicios de la industria del cuero

Los inicios de esta industria se remontan a fines del siglo XVII, en el cual se registraron las primeras
exportaciones de cuero salado, llegando a un promedio de 20.000 piezas por año.
El Norte de la actual República Argentina fue el verdadero centro de iniciación, primero con carácter local, para
luego tomar mayor magnitud e ingresar en el terreno comercial. Fue precisamente la comercialización de cueros
(legal o clandestino) la que valorizó el ganado vacuno y marcó el pasaje de las vaquerías (expediciones para
cazar animales silvestres o cimarrones que pastoreaban libremente) a la estancia colonial (con vacunos propios
sometidos a rodeo bajo un sistema de pastoreo). En ese entonces, el cuero era más costoso que el animal en pie
y la carne era un subproducto del cuero.
Finalizando el siglo XVIII surgieron los primeros saladeros, que permitieron no sólo mejorar el método de
preservación del cuero (hasta ese momento secado al sol) sino también valorizar la carne y mejorar el
aprovechamiento de la grasa, el cebo y las pezuñas. En ese siglo –en que se creó el Virreinato del Río de la
Plata-, las exportaciones promediaron las 150.000 unidades anuales y superaron el millón a fines del mismo.

Las Marcas

Para asegurar la propiedad de su hacienda y evitar que fuera diezmada por las vaquerías, Francisco Salas Vidella
se convirtió en el precursor del Registro de Marcas, introduciendo en 1589 la técnica de la marcación a fuego.
Con el tiempo el resto de los ganaderos adoptó esa práctica que, por supuesto, sigue vigente hasta hoy.

El Primer Matadero

Su historia data del año 1590 y fue fundado por Juan de Garay. Era llamado entonces corral de faenas y ocupó
un predio en lo que hoy sería la Av. 9 de Julio delimitado por las calles Rivadavia, Cerrito, Bartolomé Mitre y
Carlos Pellegrini. Luego se crearon otros lo que generó que se fueran dictando reglamentaciones debido a los
numerosos inconvenientes que ocasionaban y a cuestiones de salubridad e higiene.
La importancia que adquirió el ganado.

El ganado (Raza argentina criolla) constituyó así un importante recurso alimentario por una parte, y por otra,
los cueros, lanas, grasa, sebo, pezuñas y huesos, eran materia prima para una primitiva industria artesanal que
elaboraba ropas, calzados y utensillos diversos entre muchas aplicaciones. Algunas de ellas como los cueros, el
sebo y las pezuñas eran muy apreciados por los contrabandistas. Además los vacunos fueron empleados como
animales de tiro (para arrastrar los arados).

Comercio exterior

A partir del año 1600 y durante dos siglos (Hasta el Virreinato de Cisneros) esa industria artesanal se expandió
y se estableció un incipiente comercio exterior. Los productos más representativos eran los cueros y las carnes
conservadas con la primitiva tecnología de entonces, salada o secada al aire, al sol o al humo (charque, cecina
y tasajo). Estos productos, además de grasa y sebo eran vendidos o intercambiados principalmente con Brasil y
Cuba (por la población de esclavos que se alimentaban de carne salada) o enviados directamente a España y
EEUU.
Posteriormente desde España vino mano de obra calificada quienes enseñaron a los criollos a fabricar barriles,
necesarios para la correcta salazón de las carnes.

Las primeras curtiembres

La aparición de las primeras curtiembres data del año 1778, aunque el proceso de curtido se remonta a la época
de los jesuitas situados en la llamada región del Tucumán, que comprendía las provincias del noroeste argentino.

Saladeros y curtiembres industriales

A partir de 1852, junto con la organización nacional (política y económica) surgieron métodos más avanzados
de curtido, que suplantaron a los aplicados hasta el momento, haciendo crecer esta industria en forma
considerable. Los datos del 1er. Y 2do. Censo Nacional así lo confirmarían. En 1869, había en el país 1348
curtidores y en 1895 existían 250 curtiembres, las cuales tenían mayor presencia en Buenos Aires y Tucumán
Hacia 1855 la industria de la salazón estaba funcionando a pleno y la gran mayoría se instalaba a orillas del
riachuelo ya que este les brindaba una vía navegable y la posibilidad de arrojar allí sus desperdicios, iniciando
así un proceso de contaminación que perdura hasta nuestros días.

El alambrado

El primer alambrado fue traído a la Argentina por Richard B. Newton, en 1845, desde Inglaterra, haciendo un
cerco de su quinta en la estancia Santa María, cuyo casco todavía se conserva en Chascomús (Buenos Aires),
cerca del río Samborombón.
Antes del alambrado, en la Provincia de Buenos Aires se utilizaba la zanja como un remedio a la demarcación
de las propiedades rurales, el ingreso o salida de animales, el cuidado de los sembrados y hasta como medio de
defensa de los indios.

Frigoríficos

En 1876 una invención del ingeniero francés Charles Tellier provocaría una revolucionaria transformación en
el comercio y exportación de carnes que perdura hasta nuestros días (terminando con el negocio de la salazón),
“el sistema frigorífico para la conservación y transporte de carnes” (este sistema mantenía la carne congelada a
0º C).
Al año siguiente (1877) el sistema se mejoraría, según el procedimiento Carre -Julien de congelado a -30º C.
Las grandes distancias dejaron de ser un obstáculo para la exportación de nuestras carnes y la producción
argentina se habría paso hacia los mercados de todo el mundo.Las cámaras frigoríficas constituyeron la partida
de nacimiento de la industria frigorífica. Hoy, como hace más de 130 años, el frío sigue siendo un elemento
fundamental del comercio y consumo de carnes en sus distintas etapas: el transporte terrestre; la conservación
en carnicerías, supermercados y hogares y el transporte marítimo internacional.
Argentina y el crecimiento ganadero.

A principios de la década del ’80 (siglo XIX), nuestro país se inserta en el mercado mundial, ya que nuestras
carnes comenzaron a ser ampliamente demandadas por Europa. La cantidad de ganado existente, las
innovaciones técnicas aplicadas a los transportes y las ventajas y posibilidades que brindaba nuestro país, con
la incorporación de grandes extensiones de tierra concluida la campaña del Desierto, hicieron atractiva la
radicación de capitales extranjeros, principalmente británicos y norteamericanos.
Inicialmente las compañías inglesas y argentinas se repartieron los beneficios, aunque las británicas se
aseguraron el control del negocio.
En 1882 el primer frigorífico nacional “San Luís”. En 1883 se instaló en Campana “The River Plate Fresh
Meat Company” de capital británico.En 1885 se instala en Avellaneda “La Negra” etc.
El siglo XX trajo algunos cambios, ya que comenzaron a instalarse grandes empresas norteamericanas que
alteraron el reparto de cuotas de exportación. Esto genero una disminución de la participación de capital
nacional.

Centro Argentino de Consignatarios (CAC)

Surgió la idea de conformar el gremio, para destrabar muchas operaciones y lograr soluciones que beneficiaran
a todos por igual. Con estos objetivos se reunió el 8 de agosto de 1912, en la antigua sede de la Sociedad Rural
Argentina (SRA), un nutrido número de consignatarios que aprobaron por unanimidad la creación del Centro
Argentino de Consignatarios (CAC).

La 1ra. Guerra Mundial

Durante la contienda las exportaciones de carnes argentinas fueron afectadas aunque positivamente. Gran
Bretaña continuó como el principal importador de las carnes enfriadas y congeladas, mientras Estados Unidos,
rival de la Argentina como abastecedor del Reino Unido antes de la guerra, desapareció del mercado del bovino
congelado. Consecuentemente, entre 1914 y 1918, la matanza para la exportación aumentó en más del doble.
Debido a la guerra, sin embargo, se produjeron importantes cambios en la composición del comercio de carnes:
crecieron las exportaciones de carne congelada y en conserva, y cesaron las exportaciones de carne enfriada.
El crecimiento de las exportaciones de carne vacuna congelada y de carnes en conserva se debió a que eran
productos mucho menos perecederos que la carne enfriada.
Por otra parte aumentó la demanda de cuero crudo y curtido proveniente de los países europeos, dando nuevo
envión a la industria del curtido. La “gran guerra” signó también el surgimiento de la marroquinería en nuestro
país, teniendo en cuenta que dejaron de importarse de Europa productos como carteras y billeteras.
Al principio, la falta de mano de obra especializada debió ser suplida con los cortadores de cuero de la industria
del calzado y con los oficiales de mesa de los talleres de encuadernación. En esos años, el sector se desarrolló
y se llegaron a exportar manufacturas a Uruguay, Chile, Bolivia y Brasil.

Desde el fin de la Primera Guerra Mundial hasta la crisis del 30

Cuando concluye la 1ra. Guerra, Gran Bretaña queda con una gran deuda y con un grave problema de
competitividad industrial. Abandona el libre cambio y se vuelve proteccionista, se vuelca a las políticas de
preferencia imperial, esto es, a fortalecer vínculos económicos con los países que habían sido parte de su
dominio, por ejemplo, Canadá, Australia e India.
Busca un área preferencial donde las mercaderías inglesas pudieran entrar en mejores condiciones y para ello
les concede algunos beneficios. Esto empieza a ser una amenaza para la Argentina porque podía ser
discriminada y sus productos o no se comprarían o sufrirían importantes aranceles en el mercado británico.
Desde el siglo anterior, Argentina le vendía a Gran Bretaña, casi el 50 por ciento del consumo británico de
carnes y una importante cantidad de toneladas de granos y ellos nos vendían material ferroviario, textiles y
maquinarias. Después de la Primera Guerra empezamos a comprar más y más a los Estados Unidos, pasando a
ser este, el país que más exportaba hacia la Argentina. Éramos un país próspero, con una gran capacidad de
consumo y ellos nos proveían elementos de confort que los ingleses casi no hacían porque su industria era más
antigua.
Las primeras normas sobre carnes

En 1923 las firmas norteamericanas controlaban más de la mitad de las exportaciones totales de carne (51,95%);
entre las británicas, solamente Vestey Bros controlaba el 25,61% de las exportaciones; mientras que firmas
independientes, entre ellas Sansinena, controlaban el 22,4% restante. Estos porcentajes muestran claramente
que sólo una insignificante fracción de las exportaciones de carne estuvo en manos de compañías argentinas.
Los productores de carnes tuvieron una débil posición frente a las compañías exportadoras. Las quejas de los
primeros estaban dirigidas contra las grandes compañías extranjeras, por sus métodos de comercialización y
clasificación de las carnes.
Durante ese año, haciéndose eco de las quejas y siguiendo el ejemplo de Nueva Zelanda, el gobierno introdujo
una serie de reformas en la comercialización de carnes, consistentes en la represión de los trusts, la creación de
un frigorífico nacional y la supervisión estatal del comercio de carne, incluyendo la fijación de precios mínimos.

La Crisis del 30

La crisis mundial desatada en esta etapa golpeó duramente a las economías latinoamericanas. Gran Bretaña y
los EEUU transfirieron los efectos de la crisis a los países que se encontraban bajo su influencia, bajando los
precios de las materias primas, repatriando inversiones y colocando trabas a las exportaciones latinoamericanas.
Cuando en 1932 Gran Bretaña firma efectivamente el Tratado de Ottawa con sus colonias y ex colonias para
reorganizar su comercio exterior y decide adquirir en Canadá, Australia y Nueva Zelanda los productos que
antes compraba a la Argentina, la presión de nuestros influyentes ganaderos sobre el gobierno de Roca hace
cobrar la fórmula atribuida al embajador inglés: “Comprar a quien nos compra”. De ahí al pacto Roca –
Runciman no quedaba mucho.

Pacto Roca – Runciman (1933)

Ante las medidas restrictivas tomadas por Gran Bretaña, en los sectores ganaderos exportadores argentinos
hubo un gran desconcierto y muchas presiones. El presidente Agustín P. Justo, un fiel representante de los
sectores ganaderos exportadores, envió a Londres a su vicepresidente Julio A. Roca (hijo) para llegar a un
acuerdo.
El resultado fue la firma de un acuerdo con el ministro de Comercio británico, Sir Walter Runciman, conocido
como “el Pacto Roca – Runciman” (1° de mayo de 1933). Por éste, Inglaterra se comprometía a seguir
comprando carnes argentinas siempre y cuando su precio fuera menor al de los demás proveedores. En cambio,
la Argentina aceptó concesiones lindantes con la deshonra: liberó los impuestos que pesaban sobre los productos
ingleses y se comprometió a no permitir la instalación de frigoríficos argentinos. Se creó el Banco Central de
la República Argentina con funciones tan importantes como la emisión monetaria y la regulación de la tasa de
interés, en cuyo directorio había una importante presencia de funcionarios ingleses. Finalmente se le otorgó el
monopolio de los transportes de la Capital a una corporación inglesa.

Junta Nacional de Carnes

Ya antes de la firma del tratado Roca-Runciman, el gobierno de Justo había adoptado medidas destinadas a un
control más estricto de la industria de las carnes. En 1932 fueron enviadas al Congreso dos leyes: una, para el
establecimiento de la Junta Nacional de Carnes destinada a regular el mercado, y la otra, para la creación de un
frigorífico nacional. Ambos proyectos fueron aprobados por el Parlamento en septiembre de 1933 en una ley
conjunta denominada “La Ley de las Carnes”.
De acuerdo con la ley de carnes, esta Junta Nacional de Carnes tenía poderes para establecer normas de
clasificación de carnes, crear el frigorífico nacional e intervenir en el mercado.
Bajo la dirección de la Junta Nacional de Carnes fue creada en 1934 la Corporación Argentina de Productores
de Carne (CAP), un organismo formado por la contribución obligatoria de los propios ganaderos. La CAP fue
autorizada por el gobierno a intervenir en el mercado de carnes otorgando licencias del 15% de la cuota de carne
autorizada a los frigoríficos argentinos por el tratado Roca-Runciman. El estatuto de la CAP también capacitaba
a este organismo a exportar fletes, y comprar, vender, fabricar, transportar y establecer mercados para carne y
sus subproductos. En síntesis, la CAP fue creada para que interviniera en el mercado para asegurar la demanda
de productos y precios más justos para los ganaderos, reconociendo la necesidad de ayudar más a los
productores pequeños y medianos.
De los 70 al nuevo siglo

En 1972 se prohibió la exportación de cueros no industrializados, a fin de darle mayor valor agregado a la
materia prima. Desde ese entonces las curtiembres locales absorbieron el total de pieles producto de la faena
del país.
Dicha prohibición estuvo vigente hasta 1992, cuando se impuso un derecho de exportación a las ventas externas
de cueros sin curtir –o sólo parcialmente curtido-, que continua hasta nuestros días.
Durante los ’90 los envíos al exterior de cueros curtidos crecieron fuertemente, pese a que la faena venía
declinando desde finales de la década de los ’70.
Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGPYA), entre los años 1978
y 1998 las existencias de ganado vacuno se redujeron el 17% y la faena el 30%. En el mismo período las
exportaciones de cueros curtidos pasaron de 250 a casi 780 millones de dólares. Es decir, que en sólo 20 años
los envíos al exterior se triplicaron fundamentalmente porque las curtiembres avanzaron en la producción de
artículos con mayor valor agregado. La fabricación de manufacturas para tapicería, fundas cosidas, cortes y
partes para fundas destinadas a la industria automotriz y del mueble constituyen un claro ejemplo de cómo las
curtiembres fueron avanzando en los últimos años en la elaboración de productos manufacturados.
La reducción de la faena de ganado continuó hasta el 2002 y recién se empezó a revertir en el 2004. Entre las
causas que explican esta caída se pueden mencionar: cambios en los hábitos alimentarios (menos consumo de
carne), mayor rentabilidad de la agricultura y cierre de importantes mercados externos por cuestiones sanitarias.

La última ley de carnes: Ley 21.740. Principales normas

La derogada Ley N° 21.740 reactualiza la Junta Nacional de Carnes, que tenía por objeto promover la
producción, y promover y controlar el comercio y la industria de ganados y carnes a fin de lograr la satisfacción
de la demanda interna, y el desarrollo de las exportaciones.

Eran competencia de la Junta Nacional de Carnes los ganados y carnes, de las especies bovina, ovina, porcina,
equina, caprina, sus productos y subproductos. Por decreto del Poder Ejecutivo nacional se podrán excluir estas
especies o incluir otras productoras de carnes.

La Junta Nacional de Carnes tenía jurisdicción en todo el territorio de la República y funcionaba como entidad
autárquica y órgano de ejecución de la política establecida por el Poder Ejecutivo nacional en materia de
ganados y carnes.

La dirección y administración estaba a cargo de un Directorio constituido por un presidente un vicepresidente


y ocho vocales designados por el Poder Ejecutivo nacional.

Eran sus principales funciones:

a) Establecer las normas de clasificación y tipificación del ganado y de las carnes destinadas al consumo
y a la exportación y de todos los productos y subproductos de la ganadería, fijando el tiempo y las zonas
en que regirán.

b) Conocer e investigar los resultados de explotación de los diferentes sectores comprendidos dentro de
su competencia.

c) Mantener actualizada la información que permita evaluar las necesidades de radicación de plantas
industrializadoras y mercados de hacienda en todo el país,

d) Autorizar el registro de plantas industriales, mercados mayoristas, exportadores, matarifes, plantas


faenadoras y demás comerciantes en ganados y carnes y sus establecimientos,

e) Establecer las normas de comercialización de ganado, de las carnes y subproductos ganaderos que en
un régimen de libre concurrencia
f) Establecer las normas de calidad y especificaciones técnicas a que deberá ajustarse la exportación de
carnes y subproductos ganaderos y reglamentar la aplicación de las sanciones previstas en esta ley al
respecto,

g) Adoptar las medidas necesarias para propender a un moderno y ágil abastecimiento del mercado
interno, orientando la producción, comercialización de ganados y carnes y su industrialización, y para
promover las exportaciones de carnes y subproductos,

h) Fiscalizar los embarques y el empleo de las bodegas utilizadas para el comercio de carnes.

i) Asesorar al Poder Ejecutivo nacional, a su requerimiento o por propia decisión, sobre todo lo
relacionado con la producción, el comercio o la industrialización de ganados y carnes,

j) Coordinar con el Servicio Nacional de Sanidad Animal, el control de las normas sanitarias en vigencia,

Contaba con una Comisión de Audiencia, cuyas funciones eran las de hacer conocer al Directorio por sí
o por petición de éste los aspectos de la actividad que representan y que consideran deben ser
específicamente contemplados en la opción de la Junta Nacional de Carnes, los cargos de esta Comisión
serán desempeñados "ad honorem".

Recursos de la Junta Nacional de Carnes: La JNC se sostenía con:

a) Una contribución de hasta 1% del valor de las especies mencionadas en el artículo 2º, destinadas al
consumo interno y/o a la exportación, que se percibirá:

1° Sobre el precio que resulte de las enajenaciones que se efectúen. Se presume de pleno derecho que, a
los efectos de la contribución, el precio no será inferior al 80% del promedio obtenido en plaza el día de
la operación de venta, o el inmediato anterior a él, si aquél no lo fuere.

2° Sobre el que, con relación al momento de su faena, asigne la Junta Nacional de Carnes en los casos
de animales de propia producción de quienes tengan por objeto la industrialización y/o comercialización
de ganados y carnes, sus productos y subproductos.

b) Una contribución del 0,5% sobre las comisiones que en tales operaciones perciban los rematadores,
martilleros o intermediarios en los negocios de ganados, carnes y subproductos.

c) Las multas por infracciones, cuando se trate de producción, comercio e industrialización de ganados,
carnes y subproductos.

El total de la recaudación se destinará de acuerdo a la siguiente distribución:

a) Hasta el 60% para erogaciones generales de carácter administrativo.

b) No menos del 40%, para el cumplimiento de los fines dispuestos en el artículo 13, inciso 1°.

Las personas y entidades que intervenían habitualmente en el comercio y/o industrialización de ganados
y carnes con destino al consumo interno o a la exportación y los establecimientos o locales en que
aquellas se realizaban, debían estar inscriptos en el registro de la Junta Nacional de Carnes.

Toda transacción sobre ganado con destino al consumo interno o a la exportación debía efectuarse al
precio unitario de tanto el kilogramo de peso vivo.
2.) TITULARIDAD DE LOS MODOS DE IDENTIFICACIÓN DEL GANADO. REGISTRO.
COMPRAVENTA DE GANADO Y TRANSPORTE.

La Ley N ° 22.939 regula en el ámbito nacional como se identifica el ganado, el registro de las marcas y
señales, la compraventa de hacienda y su transporte.

Modos para la identificación del ganado

El artículo 1º, conforme el nuevo texto que surge de la reforma de la Ley N° 26.478, define los modos
alternativos de la identificación del ganado:

La marca es la impresión que se efectúa sobre el animal de un dibujo o diseño, por medio de hierro
candente, de marcación en frío, o de cualquier otro procedimiento que asegure la permanencia en forma
clara e indeleble que autorice la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos del Ministerio
de Economía y Producción.

La señal es un corte, o incisión, o perforación, o grabación hecha a fuego, en la oreja del animal.

La caravana es un dispositivo que se coloca en la oreja del animal mediante la perforación de la


membrana auricular.

El tatuaje es la impresión en la piel del animal de números y/o letras mediante el uso de puntas aguzadas,
con o sin tinta.

El implante es un dispositivo electrónico de radiofrecuencia que se coloca en el interior del animal.

La autoridad de aplicación puede incorporar otros medios de identificación que por su tecnología y
funcionalidad sean considerados apropiados para la identificación del ganado.

Titularidad de los medios de identificación de ganado

Para obtener la titular de un medio de identificación de ganado es preciso su registro en la


correspondiente jurisdicción. Los registros son provinciales.

Para obtener el registro del diseño de una marca, señal o medio alternativo de identificación propuesto
exclusivamente para la especie porcina, deberá cumplirse con las formalidades establecidas en cada
provincia. La autoridad de aplicación establecerá las características técnicas a las que deberá ajustarse
cada medio de identificación establecido en el artículo anterior (Artículo 2°).

Diseños de marcas iguales.

No se admitirá el registro de diseños de marcas iguales, o que pudieran confundirse entre sí dentro del
ámbito territorial de una misma provincia. Se comprenden en esta disposición las que presenten un diseño
idéntico o semejante, y aquellas en las que uno de los diseños, al superponerse a otro, lo cubriera en todas
sus partes.

Si estuviesen ya registradas en una misma provincia marcas iguales o susceptibles de ser confundidas
entre sí, el titular de la más reciente deberá modificarla en la forma que le indique el organismo de
aplicación local, dentro del plazo de noventa (90) días de recibir la comunicación formal al efecto, la que
se hará bajo apercibimiento de caducidad del registro respectivo. (Artículo 3°)
Efectos del registro

El registro del diseño de las marcas y señales del ganado en general y de los medios alternativos de
identificación propuestos exclusivamente para la especie porcina confiere a su titular el derecho de uso
exclusivo por el plazo que las respectivas legislaciones provinciales establezcan, pudiendo ser
prorrogado de acuerdo con lo que dichas normas dispongan. Este derecho es transmisible y se prueba
con el título expedido por la autoridad competente, y en su defecto por las constancias registrales. En los
casos de transmisión, deberán efectuarse en el registro las anotaciones respectivas. (Artículo 4°)

Obligaciones de los propietarios de hacienda

En los Artículos 5° a 8° fija las obligaciones de los propietarios de hacienda y las consecuencias de su
incumplimiento.

a) Todo propietario de ganado mayor o menor debe tener registrado a su nombre el diseño que empleare
para marcar o señalar, conforme a lo dispuesto en la ley. Es obligatorio para todo propietario de ganado
porcino tener registrado a su nombre el diseño que empleare para señalar, o el medio alternativo de
identificación elegido según lo propuesto por la presente ley y de uso exclusivo para la especie porcina.
b) Queda prohibido señalar o identificar el ganado porcino con alguno de los medios alternativos de
identificación propuestos exclusivamente para la especie porcina, sin tener registrado el diseño de la
señal que se emplee, o el medio alternativo de identificación elegido entre los propuestos por la ley.
Queda prohibido marcar o señalar sin tener registrado el diseño que se emplee, con excepción de la
señal que fuera usada como complemento de la marca en el ganado mayor.
c) Es obligatorio para todo propietario de hacienda marcar su ganado mayor y señalar su ganado menor.
En el ganado porcino se autoriza también el uso de alguno de los otros medios alternativos de
identificación animal indicados en el artículo 1º de la presente ley, a elección del propietario del
ganado. En los ejemplares de pura raza, la marca o señal podrá ser sustituida por tatuajes o reseñas,
según especies. Esta obligación deberá cumplirse en el ganado mayor durante el primer año de vida
del animal, y en el ganado menor, a excepción del porcino, antes de llegar a los seis (6) meses de edad.
Para el ganado porcino dicha obligación deberá cumplimentarse antes de los cuarenta y cinco (45) días
de edad.
d) Todo animal de la especie porcina que transite fuera del establecimiento donde ha nacido deberá estar
identificado mediante señal o medio alternativo de identificación propuesto exclusivamente para el
ganado porcino, aunque no haya alcanzado la edad establecida precedentemente.
e) La marca o señal para el ganado en general, y los medios alternativos de identificación propuestos
exclusivamente para el ganado porcino, deberán ser aplicados tal como figura en el título previsto en
el artículo 4º de esta ley. Las marcas deberán ser aplicadas en idéntica posición, coincidente con la
línea vertical.

El incumplimiento de las obligaciones referidas priva al propietario de los derechos que la ley le acuerde
referentes al régimen de propiedad del ganado, sin perjuicio de las multas que establecieren las legislaciones
locales.

De la propiedad del ganado: presunciones “iuris tantum”:

Se presume, salvo prueba en contrario, y sin perjuicio de lo dispuesto en el Título IV de la ley, que el ganado
mayor marcado y el ganado menor señalado, o en el caso exclusivamente del ganado porcino, señalado o
identificado con alguno de los medios alternativos descritos en el artículo 1º de la presente ley, pertenece a
quien tiene registrado a su nombre el diseño de la marca o señal, o medio de identificación alternativo aplicado
al animal. Se presume igualmente, salvo prueba en contrario, que las crías no marcadas o señaladas pertenecen
al propietario de la madre. Para que esta presunción sea aplicable las crías deberán encontrarse al pie de la
madre (Artículo 9°).

Hacienda orejana o de identificación no suficientemente clara


El poseedor de hacienda orejana y de aquella cuya marca o señal o medio alternativo de identificación propuesto
exclusivamente para el ganado porcino no fuere suficientemente clara, quedará sometido en su derecho de
propiedad al régimen común de las cosas muebles, sin perjuicio de las sanciones que estableciere la autoridad
local. (Artículo 10°).

Animales de pura raza

La propiedad de los ejemplares de pura raza se probará por el respectivo certificado de inscripción en los
registros genealógicos y selectivos reconocidos, que concuerde con los signos individuales que llevaren los
animales.

La transferencia de la propiedad del ganado

Todo acto jurídico mediante el cual se transfiera la propiedad de ganado mayor o menor, deberá instrumentarse
con un certificado de adquisición que, otorgado por las partes, será autenticado por la autoridad local, que
deberá contener:

a) Lugar y fecha de emisión.

b) Nombre y apellido de las partes y en su caso de sus representantes, sus domicilios y la mención de los
documentos de identidad.

c) Especificación del tipo de operación de que se trata, matrícula del título de la marca, señal o medio alternativo
de identificación propuesto exclusivamente para el ganado porcino, y diseño de éstos o el tatuaje de la reseña
correspondientes en los animales de raza.

ch) Especificación de la cantidad de animales comprendidos en la operación, con indicación de su sexo y


especie.

d) Firma del transmitente o de su representante, y si no pudiere o no supiere firmar, la firma a ruego de otra
persona, junto con la impresión digital del que no pudiere o no supiere firmar. La firma del transmitente podrá
ser suplida por la del consignatario.

e) Firma y sello del oficial público competente que autenticare el certificado. (Artículo 12° y 13°)

La transmisión de dominio de los animales de pura raza, podrá perfeccionarse mediante acuerdo de partes por
la inscripción del acto en los registros genealógicos y selectivos.

La intervención del oficial público no subsana las nulidades o vicios que pudieren afectar el acto de transmisión.

El tránsito de ganado. Las guías.

Los Artículos 17° y 18° se refieren al tránsito lícito de ganado y a las guías.

Para la licitud del tránsito de ganado, es obligatorio el uso de guía, expedida en la forma que establezcan las
disposiciones locales. La validez de la guía y su régimen, serán juzgados de acuerdo a las leyes de la provincia
en que fuera emitida.

Cuando se trate de animales de pedigrí o puros registrados que no tuviesen marca o señal o medio alternativo
de identificación propuesto exclusivamente para el ganado porcino, las guías que por ellos se extiendan deberán
mencionar esa circunstancia y los datos que puedan contribuir a individualizar cada animal. En todos los casos
deberá acreditarse la propiedad de dichos animales.
Régimen uniforme en materia de marcas y señales del ganado en general, de los medios alternativos de
identificación animal para la especie porcina y de la documentación a que se refiere la presente ley.

La Ley establece que el Poder Ejecutivo nacional habría de promover la formalización de convenios con los
gobiernos provinciales para la obtención de un régimen uniforme en materia de marcas y señales del ganado en
general, de los medios alternativos de identificación animal para la especie porcina y de la documentación a
que se refiere la Ley.

Legislación provincial

Conforme lo establecido en la Ley las distintas jurisdicciones regulan esta materia con normas específicas, en
virtud de sus propias competencias, en consonancia con la Ley N ° 22.939.

Transcribimos aquí, en lo aplicable, las normas del CODIGO RURAL de la Provincia de Buenos Aires.

“Marca y señal de Ganado

ARTICULO 112°: Declárase obligatorio para todo propietario marcar su ganado mayor y señalar su ganado
menor. Autorízase a utilizar como complemento la señal en el ganado mayor. En los supuestos de falta de marca
o señal en el ganado, cuando el propietario omitiera cumplimentar las prescripciones del artículo 148, regirá lo
dispuesto en el artículo 2.412 del Código Civil.

ARTICULO 113°: Si se tratara de animales de pura raza, se los podrá identificar por medio de tatuajes y/o
normas usuales según especie.

ARTICULO 114°: Es obligatorio para todo propietario de hacienda el registro a su nombre de las marcas o
señales que usare. Las marcas y señales sólo pueden ser usadas por su titular.

ARTICULO 115°: El Estado Provincial, a través de su organismo competente, será el único responsable de
los sistemas de diseño y de la reglamentación del uso de las marcas y señales de ganado.

ARTICULO 116°: La marca consistirá en un dibujo, diseño o signo impreso a hierro candente o por
procedimientos que produzcan análogos efectos y sean autorizados por el organismo competente.

La señal consistirá en un corte o incisión en la oreja del animal

ARTICULO 117°: La marca deberá tener una dimensión máxima de diez centímetros y mínima de siete en
todos sus diámetros y no se admitirá en su diseño signo o adorno que contribuya a confundir su identificación
y diferenciación frente a otra.

ARTICULO 118°: En todo el territorio de la Provincia no podrá haber dos marcas iguales. Si las hubiere,
deberá anularse la más reciente.

Se reputan iguales aquellas marcas que puedan representar un mismo o muy semejante diseño, o cuando uno
de los diseños, al superponerse sobre el otro, lo cubra en todas sus partes.

ARTICULO 119°: No podrán existir señales iguales dentro de cada Circunscripción Catastral y sus
colindantes, ya pertenezcan éstas a un mismo o distintos Partidos de la Provincia. Si las hubiere, se anulará la
más reciente. Las señales deben usarse en la Circunscripción Catastral para la que han sido otorgadas.

ARTICULO 120°: El derecho sobre la marca o señal se prueba con el boleto expedido por el organismo
competente, o en su defecto, por las constancias de sus registros.
ARTICULO 121°: Las Resoluciones Judiciales pasadas en autoridad de cosa juzgada sobre materia de este
título será notificada al organismo competente para su conocimiento y, en su caso, para que se efectúen las
anotaciones a que hubiere lugar.

Adquisición o pérdida de la marca o señal.

ARTICULO 122°: La marca o señal se concede por el término de diez años a partir de su registro, pero podrá
conservarse por otros términos iguales por renovaciones sucesivas.

ARTICULO 123°: El derecho sobre la marca o señal se adquiere por la inscripción en el registro. También se
adquiere el derecho a la marca o señal por sucesión a título universal o singular, en los derechos del titular
inscripto. En tales casos deberán efectuarse en el registro las anotaciones de la respectiva transferencia.

ARTICULO 124°: El derecho sobre la marca o señal se pierde:

a) Por expiración de los plazos fijados por el artículo 131, si no fueran renovadas y sin necesidad de
formalidad previa.

b) Por anulación en el caso de los artículos 118 y 119.

c) Por transmisión de los derechos.

d) Por la renuncia expresa del titular.

e) Por disolución o extinción de la sociedad o asociación titular.

f) Por sentencia judicial.

g) Por cancelación declarada por autoridad competente.

h) Por no haberse utilizado en el término de 3 años, a partir de su inscripción en el organismo competente.

ARTICULO 125°: La extensión de la marca o señal se considerará producida a partir de la anotación en el


organismo competente de la comunicación efectuada por medio fehaciente, en todas las causales previstas en
el artículo precedente, en todas las causales previstas en el artículo precedente, con excepción de las enunciadas
en los incisos a) y h).

Registro

ARTICULO 126°: Para poder registrar una marca o señal ante el organismo competente, se requiere como
requisito esencial y previo a todo trámite, acreditar el carácter de propietario u ocupante legal de un inmueble
rural en la Provincia.

ARTICULO 127°: A la marca o a la señal registrada se le asignará separadamente una numeración inmutable,
siguiendo el orden correlativo.

Dicha numeración tendrá carácter permanente dentro de la Provincia y, por lo tanto, no será susceptible de
variaciones.

ARTICULO 128°: Los solicitantes de marcas o señales nuevas pueden proponer el diseño o características de
su predilección. El organismo competente procederá a cotejarlos con los ya registrados y se expedirá por la
aceptación o rechazo, según se encuentren o no en las condiciones previstas por los artículos 118 y 119. En
caso de rechazarlo, indicará el diseño más aproximado que se encuentre en condiciones de ser conferido.

No se podrá proponer más de un diseño en una misma solicitud.

ARTICULO 129°: Otorgado el diseño por el organismo competente y hecha efectiva la tasa que corresponda,
se procederá a inscribir la marca o señal en el registro y a entregar el correspondiente boleto.

ARTICULO 130°: Cuando fueren dos o más personas las que soliciten conjuntamente una marca o señal,
deberá registrarse a nombre de cada una de ellas y serán considerados co-titulares.

Renovación.

ARTICULO 131°: Todo titular de una marca o señal, a fin de conservar su derecho sobre la misma, deberá
renovarla a su vencimiento ante el organismo competente, acompañando el boleto correspondiente, siempre
que mantuviere los requisitos exigidos por el presente código. La renovación deberá ser solicitada dentro del
término de un año a partir de la fecha de su vencimiento.

ARTICULO 132°: Las marcas o señales que se hallaren al tiempo de su vencimiento pendientes de trámites
judiciales o administrativos podrán ser renovadas aún cuando hubiesen transcurridos los términos del artículo
anterior, siempre que la renovación se solicite dentro de los tres meses de notificada la resolución judicial o
administrativa final. Pasado ese término no podrá renovarse.

A fin de que la marca o señal no se elimine del registro por aplicación del artículo 124 inciso a) los interesados
solicitarán antes de su vencimiento la reserva de la misma, justificando la circunstancia a que se refiere este
artículo mediante el certificado del actuario o autoridad administrativa competente.

Transferencia.

ARTICULO 133°: Considérase transferencia todo cambio de titular o razón o nombre social. El titular de una
marca o señal podrá transferir su derecho sobre la misma, debiendo realizar el acto ante el organismo
competente o ante el Intendente Municipal del Partido al que la marca o señal correspondiere o estuviere
inscripta para su uso. El adquiriente deberá reunir el requisito establecido por el artículo 126.

ARTICULO 134°: Las marcas o señales podrán ser transferidas por escritura pública o por sentencia judicial,
siempre que se reunieren los requisitos exigidos por el artículo 138.

ARTICULO 135°: Las transferencias a que se refiere el artículo 133 deberán otorgarse en dos actas de un
mismo tenor que contendrán los siguientes requisitos:

a. Lugar y fecha de otorgamiento.

b) Nombre y apellido del funcionario interviniente.


c) Nombre y apellido, número de documento de identidad, nacionalidad, domicilio, edad, profesión y
estado civil del transmitente y del adquirente.
d) Grado de parentesco entre las partes, si las hubiere.
e) Acreditación por parte del adquirente de que es propietario u ocupante legal de un inmueble rural en
la Provincia.
f) Indicación de marca o señal a transferir con su dibujo, características respectivamente y constancias
de su número inmutable, folio y libro de inscripción.
g) Manifestación jurada sobre si se transfieren o no animales y, en caso afirmativo, su número y valor.
h) Aceptación expresa del adquirente y constancia de haberse dado íntegra lectura del acta.
i) Firma de las partes, funcionario que intervino y sello oficial.
ARTICULO 136°: El adquirente de la marca o señal deberá solicitar la inscripción de la transferencia ante el
organismo competente, acompañado copia del acta correspondiente, el boleto transferido o su duplicado y una
solicitud que reúna los requisitos que se exijan.
El registro perfecciona las transferencias que hasta ese momento carecerán de efectos legales.

ARTICULO 137°: A los fines de la inscripción de las transferencias efectuadas por escritura pública, el
testimonio de ésta reemplazará el acta.

ARTICULO 138°: Las transferencias judiciales deberán igualmente inscribirse en el registro, a cuyo efecto el
juez interviniente librará oficio al organismo competente, en el que hará constar los datos exigidos por los
incisos c), e) y f) del artículo 135 de este código.

ARTICULO 139°: En caso de que uno o más titulares o socios fallecieren otransmitiere, renunciare,
abandonare o se le cancelare sus derechos sobre una marca o señal, los interesados deberán gestionar la
correspondiente transferencia, de tal manera que quede claramente establecido quiénes continuarán como
titulares.

El requisito deberá llenarse igualmente, en caso de fallecimiento de uno de los cónyuges, cuando la marca sea
bien ganancial.

ARTICULO 140°: En caso de fallecimiento del titular de la marca o señal o de su cónyuge, no se dará trámite
a ninguna petición sobre la renovación, transferencia, duplicado o cualquiera anotación en el registro, sin orden
del juez de la sucesión.

Exceptúase de este requisito cuando haya urgencia en la marcación, señalamiento o traslación de la hacienda
de la sucesión, en cuyo caso el organismo competente expedirá, a solicitud de los herederos del causante un
certificado provisional en el que se hará constar que se autoriza al sólo y único efecto de marcar, señalar o
trasladar hacienda y que no será válido para vender animales.

Duplicados y rectificaciones.

ARTICULO 141°: En caso de pérdida o extravío de un boleto de marca o señal, el organismo competente
otorgará duplicado que llevará expresa constancia de su calidad de tal y de que queda caduco y sin ningún efecto
el original.

ARTICULO 142°: El solicitante de un duplicado de boleto de marca o señal hará constar en su presentación
todos los datos que posea sobre el boleto extraviado, tales como el número inmutable, el libro y folio de
inscripción, diseño o características.

ARTICULO 143°: El organismo competente dejará constancia en el registro de los duplicados de boletos que
extienda, en el lugar correspondiente a la marca o señal de que se trate.

ARTICULO 144°: Efectuado un asiento en el registro no podrá ser rectificado, modificado o adicionado, sino
en la forma establecida por los artículos siguientes.

ARTICULO 145°: Toda rectificación, modificación o adición, será registrada por orden dispuesta en las
actuaciones que al efecto se sustancien, para lo cual el interesado presentará una solicitud en la que especificará
claramente en qué consiste la corrección.

ARTICULO 146°: Para la rectificación, cambio o adición de nombres y apellidos u otras circunstancias
personales, el interesado acompañará la información judicial pertinente y en los demás casos, los elementos
probatorios necesarios, pudiendo el organismo competente solicitar los que estime conveniente.

ARTICULO 147°: Si de las actuaciones originales resultare que el error es imputable a la repartición de origen,
la corrección será exceptuada del pago de la tasa correspondiente.
Marcación o señalada.

ARTICULO 148°: Es obligatorio marcar el ganado mayor antes de cumplir el año y señalar el ganado menor
antes de cumplir los seis meses de edad. Está prohibido contramarcar.
Podrá hacerse uso de una "marca de venta" sin perjuicio de la marca que acredita la propiedad del ganado.
Autorízase a reducir a marca propia el ganado adquirido, previa intervención municipal.

ARTICULO 149°: El ganado vacuno deberá ser marcado en el cuarto posterior o en la quijada, siempre del
lado izquierdo.

Toda marca nueva será aplicada hacia la izquierda de la marca original, salvo que ésta hubiera sido aplicada en
la quijada.

ARTICULO 150°: La marca se impondrá en la posición que figure en el boleto y coincidente con la línea
vertical.

ARTICULO 151°: Los sitios únicos e invariables en que se señalará al ganado menor serán ambas orejas.
Queda prohibido señalar trozando ambas orejas, como así también la horqueta, punta de lanza o bayoneta hecha
a la raíz.

ARTICULO 152°: Prohíbese marcar o señalar sin tener el respectivo boleto otorgado por el organismo
competente, debidamente registrado en la Municipalidad del lugar y sin que ésta haya otorgado el permiso
respectivo.

El Poder Ejecutivo reglamentará la forma y procedimiento que se aplicará, para efectuar las operaciones de
marcación y señalada.

Controlador municipal.

ARTICULO 153°: Quedan facultadas todas las municipalidades de la Provincia dentro de sus respectivos
Partidos, para ejercer el contralor determinado en este código y su reglamentación, en todo lo relativo a marcas
y señales.

ARTICULO 154°: Toda marca o señal que se otorgue deberá ser registrada en la Municipalidad del partido en
que se usare.

A ese efecto cada Municipalidad llevará los registros encuadernados y foliados, uno para las marcas y otro para
las señales.

En ellos se irán asentando las marcas y señales a medida que se presenten para su inscripción, con su diseño,
número inmutable y demás constancias del boleto respectivo.

ARTICULO 155°: En los libros a que se refiere el artículo anterior, a continuación de la anotación original, se
dejarán espacios suficientes para registrar las sucesivas renovaciones, transferencias, rectificaciones y cualquier
otra anotación que se efectúe en el organismo competente.

En todos los casos la Municipalidad asentará la debida constancia en el boleto respectivo y en los lugares a ella
destinados.

ARTICULO 156°: Las municipalidades no expedirán guías de campaña, certificados o autorización de venta,
ni autorizarán la marcación o señalamiento del ganado sin la previa comprobación de haberse registrado la
marca o señal y de estar en vigencia de acuerdo con lo dispuesto por este código.

ARTICULO 157°: El organismo competente y las municipalidades se relacionarán directamente entre sí, a los
efectos del cumplimiento del presente código.
Cuando deba hacerse referencia a marcas o señales inscriptas se mencionará en todos los casos el número
inmutable, el nombre y apellido del titular y el libro y folio de inscripción.

Animales Invasores.

ARTICULO 158°: El propietario u ocupante a cualquier título de un predio, que encontrare dentro del
mismo animales ajenos, deberá encerrarlos dando aviso inmediato al propietario de la marca o señal que
llevare si fuere conocido y a la autoridad policial.

ARTICULO 159°: La autoridad policial notificará también al dueño de los animales para que proceda
a retirarlos dentro del plazo que le señalare.

ARTICULO 160°: Si el propietario de los animales no fuese conocido, la autoridad policial procurará
individualizarlo en el término de quince días, valiéndose
de todos los medios de difusión a su alcance.

ARTICULO 161°: Si el propietario conocido no los retirase en el plazo a que se refiere el artículo 159
o si nadie se presentare a reclamarlos en el caso del artículo anterior, la autoridad policial pondrá los
animales a disposición del juzgado que corresponda para que dentro del término de quince días ordene
su venta o remate público y haga entrega del pertinente certificado al comprador.

Del monto obtenido dispondrá el pago de lo que se adeude en concepto de alimentación, cuidado de los
animales y gasto de remate. El resto quedará en depósito judicial por el término de un año para su entrega
a quien lo reclamase acreditando su derecho; en caso negativo, ingresará a rentas generales de la
municipalidad local.

ARTICULO 162°: El propietario del establecimiento invadido debe dejar pastorear y abrevar a los
animales invasores a cuyo efecto tendrá derecho a una remuneración sin perjuicio de la acción ordinaria
que le corresponda por los daños que puede haber sufrido.

ARTICULO 163°: La remuneración por concepto de pastaje y abrevaje a que se refiere el artículo
anterior, será la que las partes convengan. Si éstas no se pusieran de acuerdo, decidirá en juicio sumario
el órgano judicial, correspondiente.

ARTICULO 164°: No rige lo dispuesto en los artículos precedentes en caso de inundaciones, incendios
de campos o cualquier otro hecho que constituya caso fortuito o fuerza mayor, salvo que se probare que
el dueño de los animales los introdujo intencionalmente en la propiedad ajena.

ARTICULO 165°: En caso de reiteración de la invasión, el dueño de los animales invasores deberá
pagar además una multa que se fijará reglamentariamente en favor del propietario u ocupante del predio
afectado. Se considera reiteración la invasión de animales de la misma marca o señal dentro de los sesenta
días contados desde la anterior.

ARTICULO 166°: Queda prohibida la permanencia de animales sueltos en la vía pública, que no se
encuentren en tránsito con persona responsable que los guíe.

En el primer supuesto, la autoridad policial deberá proceder de inmediato a retirarlos y, si su propietario


no resultare conocido, procurará individualizarlos en el término de quince días, valiéndose de todos los
medios de difusión a su alcance.

En caso de no ser posible determinar fehacientemente quién resulta propietario del o de los animales en
cuestión, deberá procederse conforme a lo prescripto en el artículo 161.

La transgresión a esta prohibición hará posible a su responsable, de las sanciones que prevea la
legislación vigente en la materia.
Apartes y apartadores.

ARTICULO 167°: Todo hacendado o quien lo represente, mediando pérdida o extravío de animales,
tiene la obligación - cuando fuere requerido por la autoridad - de permitir la inspección de su rodeo.

Certificados de adquisición y guías.

ARTICULO 168°: Todo acto sobre ganados marcados o señalados o primera adquisición de los cueros
que significa transmisión de su propiedad, deberá documentarse a los fines administrativos, mediante el
certificado de adquisición que, otorgado entre las partes, será visado por el organismo competente.

ARTICULO 169°: El certificado a que se refiere el artículo anterior deberá contener:

a) Lugar y fecha de emisión.


b) Número de identificación.
c) Nombre y apellido de las partes intervinientes, sus domicilios.
d) Especificaciones del tipo de operación que se realiza, del número de boleto de marca o señal y del
diseño de éstas en su caso, constancia de la autorización del titular de la marca o señal.
e) Especificaciones del objeto de la operación, de la cantidad de animales vendidos, sexo y especie o
cantidad de cueros de primera adquisición vendidos con indicación de especie.
f) Firma del transmitente o de su representante, y si no pudiera o no supiere firmar, la firma a ruego de
otra persona, junto con la impresión digital de la que no pudiere firmar. La firma del transmitente podrá
ser suplida por la del consignatario.
g) Firma y sello del funcionario competente que expide el certificado.

ARTICULO 170°: Sólo la guía de tránsito autorizará para transitar con ganado o con cueros de primera
adquisición, de un partido a otro de la Provincia o de ésta a otra provincia.

ARTICULO 171°: Las guías de tránsito serán expedidas por el organismo competente del lugar, contra
la presentación del certificado de adquisición, archivo de guía o registro del boleto de marca o señal.

ARTICULO 172°: La guía de tránsito deberá contener:

1. Número de orden de emisión.


2. Fecha y lugar de expedición.
3. Nombre y apellido del remitente y su domicilio, con indicación de los documentos de identidad, como
también el nombre, apellido y domicilio del destinatario.
4. Especificación de lo que se llevará en tránsito, del certificado de adquisición o el certificado de
animales de raza, salvo que sean crías que sigan a la madre.
5. Diseño de la marca o señal.
6. Destino y causa del tránsito.
7. Nombre y apellido, domicilio del porteador y conductor y documento de identidad. Si el tránsito se
realiza a nombre de un tercero se consignarán los mismos datos personales de éste.
8. Firma y sello del funcionario que expide la guía.

ARTICULO 173°: Las guías y los certificados o las constancias equivalentes otorgadas fuera de la
Provincia, de conformidad con las leyes del lugar de emisión, tendrán el mismo valor que las otorgadas
en la Provincia.

ARTICULO 174°: (Texto según Ley 12.608) La guía sólo tendrá validez por el término de setenta y
dos (72) horas, contadas a partir de la fecha de su emisión. Dicho plazo, podrá prorrogarse por única vez,
y por decisión fundada, en razón del mal estado de caminos rurales o fuerza mayor, por la autoridad
competente que otorgó la guía originaria por cuarenta y autoridad competente que otorgó la guía
originaria por cuarenta y ocho (48) horas más a contar a partir del vencimiento de la primera.
ARTICULO 175°: En los casos de animales de raza especiales que no tuvieran marca ni señal o que,
teniéndolas, no estuvieren inscriptas en la Provincia, los certificados y guías que por ellos se extienden
deberán mencionar esa circunstancia y darán las referencias que puedan contribuir a distinguir cada
animal. En todo los casos deberá justificarse la propiedad de los animales.

ARTICULO 176°: Los empresarios de transporte no podrán recibir carga de ganado o cueros de primera
adquisición sin exigir la exhibición de la guía, de cuyo número de orden dejarán constancia en sus
registros.

ARTICULO 177°: Llegados a destino, los animales o cueros de primera adquisición, el conductor o
transportador entregará la guía de tránsito al destinatario o a quien corresponda.

En caso de tratarse de hacienda para faena o feria la entregará a la autoridad policial que la remitirá a la
autoridad correspondiente.

ARTICULO 178°: Queda absolutamente prohibido facilitar formularios de guías en blanco, para ser
llenados fuera de la oficina.

ARTICULO 179°: En caso de extravío o sustracción de formularios se comunicará el hecho a la policía


y demás autoridades encargadas de estos documentos.

ARTICULO 180°: Queda absolutamente prohibido otorgar certificados o guías por ganado orejano
separado de las madres.

ARTICULO 181°: Exceptúase del cumplimiento de las prescripciones del artículo 180:

a) Las crías de terneros apartados de las madres en explotaciones de tambo y con destino a faena y a
crianza, menores de treinta días de vida, los que deberán transitar con una declaración jurada del
productor, certificada por la Municipalidad del Partido en que opere.
b) Los terneros que, formando parte de la hacienda con cría, sigan a la madre.

ARTICULO 182°: Cuando en el tránsito de un punto a otro se efectuaran ventas parciales la autoridad
de la localidad donde ellas se realicen recogerá la guía originaria y expedirá una nueva guía por el
remanente. Al margen de la guía originaria, la que deberá ser remitida al organismo competente con los
certificados recogidos, se harán constar las ventas efectuadas, cantidad y marcas, así como el número de
orden y demás características de la nueva guía expedida.”

3) ANIMALES DE RAZA O PEDIGREE.

Como ya se señaló el registro y transferencia de los animales de raza se efectúa a través de los registros
genealógicos que llevan instituciones especializadas.

Un ejemplo de la regulación privada de los registros genealógicos es la de los equinos de pura sangre de
carrera, que contiene, sin embargo, una regulación específica en la Ley N° 20.378

Art. 1.- La inscripción de animales equinos de sangre pura de carrera en los registros genealógicos
reconocidos por el Ministerio de Agricultura y Ganadería acredita su origen, calidad, como ejemplares
de pedigree y la propiedad a favor del titular. Se considerarán como tales registros genealógicos los
actualmente existentes, los cuales deberán ajustar su organización y funcionamiento a las condiciones
que establezca el Poder Ejecutivo Nacional, que los controlará a través del Ministerio de Agricultura y
Ganadería así como a los que, de acuerdo con dichas condiciones se reconozcan en el futuro.
Art. 2.- La transmisión del dominio de los animales a que se refiere el artículo anterior solo se
perfeccionará entre las partes y respecto de terceros mediante la inscripción de los respectivos actos en
los registros genealógicos.
Los registros genealógicos estarán habilitados para cumplimentar la anotación de actos de disposición,
medidas precautorias, gravámenes u otras restricciones al dominio convenidas entre las partes u
ordenadas por disposición judicial.
Art. 3.- No serán aplicables a los animales inscriptos en los registros genealógicos la prohibición del
pacto comisorio en la venta de cosas muebles establecida por el artículo 1374 del Código Civil ni
tampoco la disposición del artículo 1429 del mismo Código.

Se reglamenta la Ley 20.378 sobre Registros Genealógicos por el Decreto N° 4.827 que establece, entre
otros normas, los requisitos que deberán cumplir los mismos a saber:

a) Someter sus reglamentos internos a la aprobación del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

b) Tomar las medidas de seguridad indispensables para proteger los registros genealógicos contra
incendios u otras eventualidades.

c) Publicar anualmente los volúmenes de las inscripciones registradas, como asimismo toda información
estadística relacionada con la actividad hípica.

d) Velar por el fiel cumplimiento de las obligaciones impuestas por sus reglamentos internos.

Su Artículo 3° establece que los Registros Genealógicos citados serán controlados, mediante inspección
permanente que ejercerá el Ministerio de Agricultura y Ganadería

4.) REGÍMENES DE PROMOCIÓN DE LA GANADERÍA

a) EL INSTITUTO DE PROMOCION DE LA CARNE VACUNA ARGENTINA

Importancia

Por la Ley N° 25.507 se creó el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, como ente de
derecho público no estatal para promover el aumento del consumo local de carne vacuna y el fomento
de las exportaciones cárnicas, contribuyendo a aumentar la competitividad de las empresas del sector
ganadero e industrial. El Instituto no podrá, en el cumplimiento de su objetivo, comercializar directa o
indirectamente carne vacuna.

El Artículo 3° dispone que el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, por intermedio de
su Consejo de Representantes, administrará el Fondo de Promoción de Carne Vacuna Argentina que se
crea en la ley, mediante el cual financiará las acciones necesarias para cumplir su misión. A tal efecto
podrá:

a) Promover y celebrar convenios o asociaciones para el desarrollo e impulso de las exportaciones y del
consumo local de productos o subproductos cárnicos;

b) Llevar a cabo estudios e investigaciones que tiendan a difundir las ventajas del consumo de carne
vacuna en una dieta equilibrada;

c) Organizar o participar en campañas publicitarias y en actividades feriales locales y del exterior para
representar a los intereses de los productores, frigoríficos y exportadores de carne vacuna y sus
subproductos;

d) Dictar y organizar cursos de formación y perfeccionamiento, y realizar conferencias, congresos,


reuniones, seminarios o eventos similares, relativos a los productos cárnicos;
e) Realizar actividades de asistencia técnica, por sí o por terceros, a empresas, organismos públicos,
agencias extranjeras o instituciones internacionales, relacionadas con la producción, industria, comercio
y consumo de carnes, ganados, y facilitar el intercambio interinstitucional de técnicos y expertos;

f) Identificar y gestionar recursos de fuente local o externa para apoyar la ejecución de las actividades
del Instituto;

Fondo de Promoción de Carne Vacuna Argentina

Se creó el Fondo de Promoción de Carne Vacuna Argentina, con el objeto de financiar el Instituto el
cual se integra con los siguientes recursos:

a) Una contribución obligatoria equivalente a la suma en pesos de hasta veinte céntimos por ciento
(0,20%) del valor índice de res vacuna en plaza de faena, publicado en el Boletín Oficial por la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Ministerio de Economía, por animal
de la especie bovina con destino a faena. La obligación precedente estará a cargo del propietario del
animal que se destine a faena;

b) Una contribución obligatoria equivalente a la suma en pesos de hasta nueve céntimos por ciento
(0,09%) del valor índice de res vacuna en plaza de faena, publicado en el Boletín Oficial por la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación del Ministerio de Economía, por animal
faenado. La obligación precedente estará a cargo del establecimiento frigorífico que realice la
operación de faena del animal.

Reglamentación

El Instituto está reglamentado por el Decreto N° 2647/02.

b) RÉGIMEN DE RECUPERACIÓN, FOMENTO, Y DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD


CAPRINA. LEY N° 26.141

Objeto del Régimen Promocional

La Ley N° 26.141 instituye un régimen promocional, para la recuperación, fomento y desarrollo de la


actividad caprina, reza, destinado a lograr la adecuación y modernización de los sistemas productivos
basados en el aprovechamiento del ganado caprino, en un marco sostenible en el tiempo y que permita
mantener, ERA e incrementar las fuentes de trabajo y la radicación de la población rural tendiendo a una
mejor calidad de vida.

Continúa en el Artículo 1° diciendo que comprende el aprovechamiento de la hacienda caprina que tenga
el objetivo final de lograr una producción con vistas a su autoconsumo y/o comercialización, tanto a
nivel nacional como de exportación, ya sea de animales en pie, carne, cuero, fibra, leche, semen y
embriones y otros productos y/o subproductos derivados, en forma primaria o industrializada, y que se
realice en cualquier parte del territorio nacional, en condiciones agroecológicas adecuadas.

Actividades comprendidas

Las acciones relacionadas con la actividad caprina comprendidas en el régimen instituido por la ley son:
la formación y recomposición de la hacienda caprina, la mejora de la productividad, la mejora de la
calidad de la producción, la utilización de prácticas y tecnologías adecuadas, revalorización de los
recursos genéticos locales, el fomento a los emprendimientos asociativos, el control sanitario, el
mejoramiento genético, el control racional de la fauna silvestre, el apoyo a sistemas productivos y las
acciones comerciales e industriales realizadas preferentemente por el productor, cooperativas y/u otras
empresas de integración horizontal y vertical que conforman la cadena industrial y agroalimentaria
caprina. (Artículo 2°)

La actividad caprina deberá llevarse a cabo mediante el uso de prácticas enmarcadas en criterios de
sustentabilidad económica, social y de los recursos naturales.

Beneficiarios

Son beneficiarios las personas físicas o jurídicas y las sucesiones indivisas, programas, organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales que realicen o inicien actividades objeto de la presente ley y que
cumplan con los requisitos que establezca su reglamentación.

A los efectos de acogerse al régimen de la Ley, los beneficiarios deberán presentar un plan de trabajo o
proyecto de inversión, dependiendo del tipo de beneficio solicitado, a la autoridad encargada de aplicar
este régimen en la provincia en que está ubicado el establecimiento donde se llevará a cabo la producción

De los beneficios

Los titulares de planes de trabajo y proyectos de inversión podrán recibir los siguientes beneficios:

a) Apoyo económico reintegrable y/o no reintegrable para la ejecución del plan o proyecto, variable por
zona, tamaño de la explotación, tipo de plan o programa y actividad propuesta, según lo determine la
autoridad de aplicación de acuerdo a lo establecido en la reglamentación;

b) Financiación total o parcial para la formulación del plan de trabajo o proyecto de inversión y de los
estudios de base necesarios para su fundamentación y de otros estudios necesarios para la correcta
elaboración del plan o proyecto;

c) Subsidio total o parcial para el pago de un profesional, en sus áreas de competencia, para que lo asesore
en las etapas de formulación y ejecución del plan o proyecto propuesto;

d) Subsidio total o parcial para cubrir los gastos necesarios para la capacitación de productores, técnicos,
supervisores, evaluadores de proyectos, empleados de establecimiento productivo y otros, para ejecutar
las propuestas; etc.

Adhesión provincial

El régimen de la Ley será de aplicación en las provincias que adhieran expresamente al mismo. Para
acogerse a los beneficios de la ley, las provincias deben designar un organismo provincial encargado de
la aplicación del presente régimen y respetar la intangibilidad de los planes de trabajo y proyectos de
inversión aprobados por la autoridad de aplicación.

Reglamentación

Por el Decreto 1502/2007 se aprueba la reglamentación de la Ley N º 26.141.

c) REGIMEN PARA LA RECUPERACIÓN DE LA GANADERÍA OVINA. LEY N ° 25.422

Alcances del régimen

Se Instituye un régimen para la recuperación de la ganadería ovina, con los alcances y limitaciones
establecidas en la Ley y las normas complementarias que en su consecuencia dicte el Poder Ejecutivo
nacional, destinado a lograr la adecuación y modernización de los sistemas productivos ovinos que
permita su sostenibilidad a través del tiempo y consecuentemente, permita mantener e incrementar las
fuentes de trabajo y la radicación de la población rural.

Esta ley comprende la explotación de la hacienda ovina que tenga el objetivo final de lograr una
producción comercializable ya sea de animales en pie, lana, carne, cuero, leche, grasa, semen, embriones
u otro producto derivado, y que se realice en cualquier parte del territorio nacional, en tierras y en
condiciones agroecológicas adecuadas.

Actividades relacionadas

Las actividades relacionadas con la ganadería ovina comprendidas en el régimen instituido por la Ley
son:

a) la recomposición de las majadas, la mejora de la productividad,

b) la intensificación racional de las explotaciones, la mejora de la calidad de la producción,

c) la utilización de tecnología adecuada de manejo extensivo, la reestructuración parcelaria,

d) el fomento a los emprendimientos asociativos,

e) el mejoramiento de los procesos de esquila, clasificación y acondicionamiento de la lana,

f) el control sanitario, el aprovechamiento y control de la fauna silvestre,

g) el apoyo a las pequeñas explotaciones y las acciones de comercialización e industrialización de la


producción, realizadas en forma directa por el productor o a través de cooperativas u otras empresas de
integración vertical

Prácticas con criterios de sustentabilidad

La ganadería ovina deberá llevarse a cabo mediante el uso de prácticas enmarcadas en criterios de
sustentabilidad de los recursos naturales. La autoridad de aplicación exigirá, entre otros requisitos, la
determinación inicial de la receptividad ganadera de los establecimientos en los cuales se llevará a cabo
el plan de trabajo o el proyecto de inversión y exigirá periódicas verificaciones de acuerdo a lo que
considere conveniente. Asimismo definirá las condiciones que deberán cumplir estos estudios y creará
un registro de profesionales que estarán autorizados a realizarlos. (Artículo 3°)

Beneficiarios

Son beneficiarios las personas físicas o jurídicas y las sucesiones indivisas que realicen actividades
objeto de la presente ley y que cumplan con los requisitos que establezca su reglamentación.

A los efectos de acogerse al presente régimen, los productores deberán presentar un plan de trabajo o
un proyecto de inversión, dependiendo del tipo de beneficio solicitado, a la autoridad encargada de
aplicar este régimen en la provincia en que está ubicado el establecimiento donde se llevará a cabo la
explotación. (Artículo 5°)

La autoridad de aplicación dará un tratamiento diferencial en los beneficios económicos y en los


requisitos a cumplimentar a los productores de hacienda ovina que explotan reducidas superficies o
cuentan con pequeñas majadas y que se encuentran con necesidades básicas insatisfechas.
Autoridades

Las mismas son la Autoridad de aplicación, el Coordinador nacional y la Comisión Asesora Técnica.

El Fondo para la Recuperación de la Actividad Ovina (FRAO)

La Ley crea el fondo fiduciario denominado Fondo para la Recuperación de la Actividad Ovina (FRAO),
que se integrará con los recursos provenientes de las partidas anuales presupuestarias del Tesoro nacional
previstas en el artículo 17 de la presente ley, de donaciones, de aportes de organismos internacionales,
provinciales y de los productores, del recupero de los créditos otorgados con el FRAO y de los fondos
provenientes de las sanciones aplicadas conforme a los incisos b) y c) del artículo 23 de la Ley. Este
fondo se constituye en forma permanente para solventar los desembolsos derivados de la aplicación de
este régimen para la recuperación de la ganadería ovina.

De los beneficios

Los titulares de planes de trabajo y proyectos de inversión podrán recibir los siguientes beneficios:

a) Apoyo económico reintegrable y/o no reintegrable para la ejecución del plan o programa, variable por
zona, tamaño de la explotación, tipo de plan o programa y actividad propuesta, según lo determine la
autoridad de aplicación, de acuerdo a lo establecido en la reglamentación;

b) Financiación total o parcial para la formulación del plan de trabajo o proyecto de inversión de los
estudios de base necesarios para su fundamentación.

Podrá requerirse asistencia financiera para la realización de estudios de evaluación forrajera, de aguas y
de suelos, así como de otros estudios necesarios para la correcta elaboración del plan o proyecto;

c) Subsidio total o parcial para el pago de un profesional de las ciencias agronómicas y/o veterinarias
para que lo asesore en las etapas de formulación y ejecución del plan o proyecto propuesto;

d) Subsidio total o parcial para cubrir los gastos necesarios para la capacitación del productor y de los
empleados permanentes del establecimiento productivo para ejecutar la propuesta;

e) Subsidio a la tasa de interés de préstamos bancarios.

Reglamentación

La Ley para la Recuperación de la Ganadería Ovina N º 25.422 fue reglamentada por el Decreto
1031/2002

Reproducción animal, Inseminación artificial. LEY N ° 20.425

La Ley N° 20.425 normativiza las actividades relacionadas con la inseminación artificial de los
animales y que se refieren a obtención, utilización, conservación, transporte, almacenamiento,
comercialización, importación y exportación de material seminal quedan sujetas en todo el país a las
disposiciones de la ley (Artículo 1°).

El Ministerio de Agricultura, Ganadería es hoy quien reglamenta y fiscalizará el cumplimiento de la y


su reglamentación, a los fines zootécnicos, higiénico-sanitarios, y estadísticos. (Artículo 2°)

Profesionales habilitados
La inseminación artificial de los animales será ejecutada únicamente bajo responsabilidad de
profesionales universitarios, con título de médico veterinario, habilitados legalmente para el ejercicio
profesional y que se ajusten a la reglamentación que se dicte.

Todas las personas físicas o jurídicas que desarrollen actividades en el campo de la inseminación
artificial, deberán someterse a lo dispuesto por la presente ley y sus normas reglamentarias, dentro de los
ciento ochenta (180) días de su publicación en el Boletín Oficial. Toda infracción a las disposiciones
contenidas en la presente ley y en los reglamentos que en consecuencia se dicten por el Poder Ejecutivo,
será sancionada con multa.

Reglamentación

La ley N ° 20.425 fue reglamentada por el Decreto 4678/73.

También podría gustarte