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Director: Ignacio E.

Alterini
Coedición: La Ley y Departamento de Derecho Civil
de la Universidad Austral

ESTUDIOS DE INVESTIGACIÓN
EN DERECHO CIVIL

-
Alterini, Ignacio Ezequiel
Estudios de investigación en derecho civil / Ignacio Ezequiel Alterini. - 1a ed. -
Ciudad Autónoma de Buenos Aires : La Ley ; Universidad Austral, 2022.
Libro digital, PDF

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ISBN 978-987-03-4439-1

1. Derecho. I. Título.
CDD 346.007

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Buenos Aires - Argentina

Hecho el depósito que establece la ley 11.723.

Nota de la Dirección: Las opiniones vertidas en los comentarios firmados son privativas de quienes las emiten.
ÍNDICE

Presentación
Ignacio E. Alterini............................................................................................................................... 1

PRIMERA PARTE
Principios, persona humana y acto jurídico
La Verwirkung o teoría del retraso desleal
Lucas P. Leiva Fernández.................................................................................................................. 5

Hacia la dignidad del nasciturus


María Alejandra Muchart.................................................................................................................. 35

El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia
Gonzalo Andrés Fuertes Lerena........................................................................................................ 65

SEGUNDA PARTE
Derecho de las obligaciones
Obligaciones de valor y depreciación monetaria
José María Cao................................................................................................................................... 107

Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa en el Código Civil y


Comercial
Joaquín Durand................................................................................................................................. 150

Abstracción en las garantías unilaterales


Carlos María Gallardo........................................................................................................................ 187

¿El derecho de retención es un privilegio?


Vivian Cintia Díaz.............................................................................................................................. 229
TERCERA PARTE
Derecho de daños
La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial
Mariano Gastón Sohaner.................................................................................................................. 271

La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying


María Cocucci..................................................................................................................................... 317

La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos en la Repú-


blica Argentina y sus consecuencias. Situación especial de los menores de edad
Vanesa Elisabeth Giocoli................................................................................................................... 358

Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales de la víctima
del daño injusto
María Teresa Chrestia........................................................................................................................ 405

CUARTA PARTE
Contratos
La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica
Matías Manuel Portos....................................................................................................................... 435

QUINTA PARTE
Derechos reales
Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción. Condominio
revocable sujeto a condición resolutoria, con indivisión forzosa temporaria, financiado a través
de obligaciones de valor
Juan Ignacio Gudelj Bacchiega......................................................................................................... 475

SEXTA PARTE
Derecho civil y nuevas tecnologías
Incumplimiento obligacional en el comercio digital. Tutela de la debilidad negocial
Pablo Nicolás Guerreiro..................................................................................................................... 543

Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino


Macarena Baricco Prats.................................................................................................................... 608
Presentación
-I- núa con aportes que analizan cuestiones muy
relevantes del derecho de las obligaciones, el
El vocablo “presentar”, según una de las acep- derecho de daños y los contratos, para arribar
ciones provista por el Diccionario de la Real a determinados perfiles que exhibe el derecho
Academia Española, implica dar a conocer algo real. Culmina con dos estudios que desarrollan
al público. aspectos del Derecho Civil vinculados con las
nuevas tecnologías.
¿Qué es lo que se está dando a conocer?
Más allá de la diversidad temática, la obra tie-
El Departamento de Derecho Civil de la Uni-
ne un denominador común: los autores no se
versidad Austral con el impulso de la prestigiosa
contentaron con efectuar análisis meramente
editorial La Ley está difundiendo el esfuerzo y
descriptivos, sino que avanzaron en la pondera-
la inteligencia de quienes hoy son graduados de
ción problemática de los diferentes asuntos con
su Maestría en Derecho Civil, la que constituye
la primera de su género sobre la especialidad en el claro designio de concretar una contribución
la República Argentina. que suponga el crecimiento de la ciencia jurídi-
ca.
De acuerdo con el reglamento de la carre-
ra, para obtener el título de Magíster, además -III-
de aprobar las distintas asignaturas que com-
Las quince investigaciones que componen
ponen el plan de estudios, es menester que el
esta obra fueron destacadas por los respecti-
alumno realice un trabajo final que acredite la
vos tribunales examinadores, y es el momento
integración del aprendizaje, la profundidad del
conocimiento y las destrezas adquiridas para el oportuno para darlas a conocer a toda la comu-
ejercicio profesional. nidad jurídica con el objeto de que realice una
nueva evaluación y pondere la valía de ellas.
Ese es el origen de este libro, en el que se re-
únen algunos de los trabajos finales que fueron Estoy seguro de que el juicio de los lectores
satisfactoriamente defendidos durante los años será nuevamente satisfactorio.
2020 y 2021 para optar al título de Magíster en
Ignacio E. Alterini
Derecho Civil.

-II- Abogado y Magíster (UCA). Doctor en Dere-


cho (Universidad Austral). Profesor de Derecho
El contenido de estos “Estudios de investiga- Privado I, Derecho de las Obligaciones, Derecho
ción en Derecho Civil” no es uniforme, sino que de Daños y Derechos Reales. Miembro del Insti-
aborda múltiples tópicos. tuto de Derecho Civil de la Academia Nacional
de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires.
El libro se inicia con ensayos referidos a los Director del Departamento de Derecho Civil y de
principios, la dignidad de la persona humana la Maestría en Derecho Civil de la Universidad
y ciertos escenarios del acto voluntario. Conti- Austral.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 1


PRIMERA PARTE

Principios, persona humana y acto jurídico


La Verwirkung o teoría del retraso
desleal (*)
Lucas P. Leiva Fernández
I. Introducción A fin de ilustrar la teoría conviene partir de la
ejemplificación. Véase, por ejemplo, el caso de
A priori se delimitará el estudio del presente un administrador de consorcio que ejerció la
trabajo sobre la base de dos preguntas fundantes: administración durante 5 años, sin liquidar sus
¿es aplicable la teoría de la Verwirkung o retraso honorarios y renunciando a la administración
desleal al derecho argentino? Si la respuesta es en 1995 para recién en 1997 cobrar sus honora-
afirmativa, teniendo en cuenta la sanción del Có-
rios por su actuación. Es decir, habiendo trans-
digo Civil y Comercial de la Nación, ¿se pueden
currido 2 años desde su renuncia, sin formular
utilizar figuras como el abuso del derecho y la
función preventiva del daño para su aplicación? reclamo alguno, inicia demanda por cobro de
honorarios extrajudiciales (1). Así, en el fallo en
Cabe recordar que el tráfico jurídico se ve am- análisis el ad quem destacó que “no se compa-
parado por normas de orden público como el decería con las exigencias de un tráfico jurídi-
abuso del derecho a fin de preservar la buena fe co seguro que preserve armonía con la buena
de las partes. fe-creencia en la concertación y ejecución de
los contratos”. Vale decir, para los jueces, se vio
Por ello se pretende plantear la hipótesis de la afectada la buena fe al no ejercer la acción en
figura de la Verwirkung en el derecho argentino un tiempo prudencial. No soslayo que en las no-
para aquellos acreedores que, pudiendo reclamar tas al fallo se criticó que no había transcurrido
su prestación al deudor, deliberadamente omiten
el plazo legal para la prescripción y que con cita
hacerlo, conllevando un aumento de la deuda o
de López Mesa en la nota a dicho fallo manifestó
una agravación exacerbada en el patrimonio del
deudor. También corresponde analizar si es via- que “es llegar demasiado lejos el declarar cadu-
ble la aplicación de la función preventiva del art. co el ejercicio de una acción dentro de los plazos
1710 del Código Civil y Comercial (en lo sucesivo legales para tal objeto” (2).
Cód. Civ. y Com.) por parte del deudor, para evi-
tar el agravamiento de su deuda. Sin perjuicio de la crítica señalada, se puede
extraer el concepto básico de la teoría del retraso
Asimismo, se ahondará en la cuestión de los al- desleal: siguiendo los principios de la buena fe,
cances del retraso desleal y su comparación con todo derecho debe ser ejercido como se sabe, en
otras figuras similares. Ello basado en el daño ge- forma no abusiva. Ello significa que su ejercicio
nerado por la “sorpresa” al deudor, originado en debe ser en tiempo y forma; sin implicar las dis-
la acción entablada por el acreedor mediando re- tinciones que se hagan si el derecho es acciona-
traso desleal/verwirkung. do antes de su prescripción o con posterioridad a
ella, lo cierto es que es sorpresivo para un deudor
II. Concepto que un crédito se intente cobrar cerca del plazo
La doctrina conocida como Verwirkung o final antes de su prescripción o cumplida esta.
doctrina del retraso desleal no es planteada asi-
duamente en nuestros tribunales; sin embargo, (1) Conf. CNCiv., sala A, “S., J. E. v. Consorcio García
concurre en numerosos casos. 5821 -edificio 104, Barrio Villa Lugano-”, 01/09/2000, Cita
Online: 20011602, con notas al fallo de Costantino, Juan
A. y Rodríguez Arauco Gerardo, con cita de López Mesa.
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 1 de
julio de 2020. (2) Ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 5


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

No hay que olvidar que la prescripción es una ejercicio del derecho es la que tangencialmen-
defensa de fondo que, de no ser planteada, im- te remonta a la doctrina de los actos propios. Ya
plicaría poder cobrar un crédito mantenido en le- que, si bien en estos últimos se produce un actuar
targo durante años, al cual hay que agregarle los positivo y no una omisión, como en la doctrina
intereses durante el transcurso de dicho plazo. del retraso desleal, lo cierto es que el venire con-
tra factum proprium non valet genera sorpresa y
Vale decir que para que se configure el llama- confusión por la expectativa generada que luego
do “retraso desleal” o Verwirkung se necesitan al es cercenada por un nuevo accionar que la con-
menos dos elementos. tradice.

El primer elemento es el factor objetivo del Por ello, en las IX Jornadas Nacionales de De-
transcurso del tiempo. recho Civil, Mar del Plata, 1983, comisión n° 8,
bajo el tema convocante “La doctrina de los ac-
El segundo es la generación de confianza por la tos propios”, se concluyó: “El retraso desleal en el
inactividad, a tal punto que, si se pretende hacer ejercicio de un derecho está comprendido den-
valer el derecho, constituiría una sorpresa para tro de la admisibilidad propia de la figura” (5)
su destinatario. Podría resumirse este último en (refiriéndose a la figura de los actos propios). Por
la llamada “pasividad de mala fe” (3). ello, es posible encuadrarlo dentro del supuesto
de quien crea con su comportamiento una apa-
También existe un tercer elemento, ponderado riencia que es confiada por un sujeto, pudiendo
por cierta parte de la doctrina, que sostiene que oponer dicha confianza en contra de quien la ha
debe haber un daño al sujeto pasivo producto del generado (6).
ejercicio retrasado del derecho.
Como he mencionado, lo que rodea a la doctrina
Los tres elementos resumidos, siendo el tercero del retraso desleal es la buena fe, constituyendo un
ponderable o no según el criterio que se aplique, límite a los derechos subjetivos patrimoniales, im-
son perfectamente válidos para conceptualizar la pidiendo su ejercicio abusivo (7).
doctrina del retraso desleal.
El otro elemento mencionado en torno al “per-
De esta forma, el ejercicio tardío del derecho juicio” para el sujeto pasivo posee fuerte vincula-
lo que crea la legítima confianza que habilita la ción con la teoría alemana del sacrificio excesivo
aplicación del instituto. El accionar tardío del del deudor, para la cual el deudor no puede ser
derecho (causa generadora), sumado al tiem- compelido a cumplir la obligación si aquello le
po, provoca la generación de confianza (conse- demanda un sacrificio excesivo que se medirá
cuencia) del sujeto pasivo en que se mantendrá con la vara de la buena fe (8).
dicha situación sine qua non. He optado por la
identificación individual de los elementos divi- III. Origen
diéndolos en cuatro: 1) transcurso de tiempo sig-
nificativo; 2) omisión del ejercicio del derecho; Aun cuando su creación proviene de la doc-
3) confianza legítima en el no ejercicio del dere- trina y jurisprudencia alemana, su antecedente
cho, y 4) perjuicio derivado de la omisión al su-
jeto pasivo (4). (5) http://www.derechocivil.jursoc.unlp.edu.ar/in-
dex.php/17-jornadas-nacionales-de-derecho-civil/81-
1983-ix-jornadas-nacionales-de-derecho-civil-universi-
La sorpresa producida por la actividad lue-
dad-nacional-de-mar-del-plata.
go de un periodo prolongado de inactividad del
(6) BORDA, Alejandro, “La teoría de los actos propios”,
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2000, p. 42.
(3) GOZAÍNI, Osvaldo A., “Caducidad de la pretensión
por retraso desleal en su ejercicio”, LA LEY 1987-C, 989, (7) WAYAR, Ernesto C., “Mora y buena fe su implican-
AR/DOC/18418/2001. cia en la responsabilidad por incumplimiento” en CÓR-
DOBA, Marcos M., Tratado de la Buena Fe en el Derecho,
(4) RESNICK BRENNER, Rafael, “Provincia de Bue- La Ley, Buenos Aires, 2004, p. 267.
nos Aires: ¿Paraíso donde las causas nunca prescriben?”,
LLBA 2006, 6, AR/DOC/3493/2005. (8) Ibidem, p. 280.

6 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

histórico ha sido remontado al principio romano la persona a quien las leyes autorizaban, y las se-
conocido como exceptio doli generalis (9). gundas (in rem conceptae) se refieren al hecho o
a la cosa que forma el objeto del juicio, pudiendo
Por una cuestión de orden metodológico, refe- ser opuestas por cualquier interesado (11).
riré primero a la acción de dolo y luego su con-
traparte, la exceptio doli generalis, que guarda En el derecho romano podía suceder que la
relación con el retraso desleal. acción fuese justa ipso jure, pero injusta contra
aquel con quien se encaraba (12). Los dos mo-
El pretor romano concedió, contra el dolo, una dos en que ello ocurría eran porque ya era injusta
acción y una excepción. La acción, creada por la acción desde un principio, con lo cual aque-
Aquilio Galo en el año 688, se caracterizó por ser lla era ineficaz, o porque se extinguía el vínculo
una acción personal, in factum. La condición de de la equidad, de modo que existía una acción
ejercicio para la acción era contra el autor del por derecho, pero, a falta de equidad, la condena
dolo por un año útil; expirado ese plazo, el pretor era ineficaz. En particular, dentro de las excep-
no concedía la acción de dolo, sino una acción in ciones de dolo, la que más se adecua al presen-
factum que únicamente condenaba hasta la me- te con relación al retraso desleal podría ser la de
dida de su enriquecimiento. La acción de dolo
dolo inductus, en la cual quien es inducido por
se negaba a aquellos que tenían una acción ci-
dolo prometió algo que de otra manera no ha-
vil para hacerse indemnizar (v. g. acreedor y deu-
bría prometido, quedando obligado por dere-
dor de buena fe, si uno es lesionado por el dolo
cho, ya que es verdad que prometió (en nuestro
del otro). En cuanto a los efectos de la acción, si
caso, prometió honrar su deuda con el acreedor),
era fundada la pretensión, el juez ordenaba que
se reparara el perjuicio reestableciendo las cosas sin embargo, dicha obligación de pago por par-
al estado originario. Si se obedecía, se absolvía, te del deudor se ve desnaturalizada por afectarse
de lo contrario pesaba sobre el demandado una la equidad a causa del dolo donde el estipulan-
condena en valor económico. Si era imposible re- te (léase acreedor) hace una cosa (establece una
poner las cosas a su estado original, el juez no or- deuda por capital e intereses razonables) y finge
denaba el restablecimiento, sino que condenaba otra (ejercicio tardío de su derecho abusando del
de forma pecuniaria (10). deudor) (13).

Su contraparte es la excepción. En el derecho Una de las características de la excepción de


romano, la acción podía desestimarse ipso jure, dolo romana es que no se aplica únicamente al
cuyo efecto era hacer nula toda acción (v. g. si la dolo cometido por el actor en el momento del
deuda había sido pagada, el juez ordenaba de ofi- contrato, sino que abarca toda especie de dolo,
cio el reembolso), o podía el demandado utilizar pasado y futuro, cometido o por cometerse, por
medios de protección fundados en la equidad, lo que, si el acto de recurrir a la Justicia y pedir
contra una acción para que el juez atendiese a el objeto en litigio involucraba la mala fe, con-
ellos, eran llamados exceptiones seu praescriptio- trario a la equidad, era aplicable la excepción de
nes, su efecto era que podía anular la acción por dolo (14).
la excepción . De esta forma hay una clasificación
de excepciones; la más importante y que atañe al (11) Conf. MACKELDEY, Ferdinand, “Elementos del
presente trabajo es la de excepciones personales derecho romano”, Imprenta de la Sociedad Literaria y
o inherentes a la persona, y reales o inherentes Tipográfica, Madrid, 1844, ps. 125/6.
a la cosa. Las primeras (in personam conceptae) (12) Conf. GARCÍA del CORRAL, Ildefonso L.,” Cuerpo
consistían en que solo podían ser opuestas por del Derecho Civil Romano”, Jaime Molinas, Barcelona,
1889, primera parte Instituta-Digesto, libro IV, título XIII,
p. 151.
(9) Xu Tieying, “El verwirkung y el derecho a la re-
scisión en el derecho civil chino con especial atención (13) Conf. VINNIO, Arnoldo, “Comentario académico
al re-descubierto papel del viejo exceptio doli generalis”, y forense sobre el Primer Libro de las Instituciones Impe-
ADLA 2015-33, 197, AR/DOC/4226/2015. riales”, Impresor de S. M. Librería de D.J. Oliveres, Barce-
lona, 1867, t. II, p. 509.
(10) Conf. PETIT, Eugéne, “Tratado elemental de
derecho romano”, Saturnino Calleja S.A., Madrid, 1940, (14) ORTOLAN, M., “Explicación histórica de las in-
ps. 708/9. stituciones del Emperador Justiniano”, Librería de D.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 7


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

Se destaca que el retraso desleal, sin duda, tuvo nero al actor y que aquel debía devolver la tierra
su origen y sus antecedentes que se remontan a al demandado, por haber vendido de forma frau-
la época del derecho romano , por cuanto la figu- dulenta una tierra que sabía que no iba a rendir
ra por medio de la mala fe del accionante quien el petróleo esperado, no enervando dicha deci-
ejerce su derecho de forma tardía para sacar pro- sión la demora en el pago de la tierra. Resta cono-
vecho de su deudor . cer la célebre cita en el fallo que expresa: “Ahora
la doctrina de Laches en Tribunales de Equidad
IV. El laches anglosajón y el retraso desleal no es una doctrina arbitraria o técnica. Sería
en derecho comparado prácticamente injusto dar un remedio (entiénda-
se por hacer lugar a una acción), ya sea porque el
En el derecho anglosajón, existe otra figura si- reclamante, por su conducta, hizo lo que podría
milar al retraso desleal denominada laches. Allí ser considerado como equivalente a una renun-
se entiende que quien acude al órgano jurisdic- cia de su derecho, o donde por su conducta y ne-
cional debe actuar de forma rápida y diligente. gligencia —aunque quizás no renunciando a ese
Es decir, si el actor entra en un periodo de inac- derecho—, pero poniendo a la otra parte en una
tividad de “no ejercicio de sus derechos” cuando situación en la que no sería razonable colocarlo
pudo haberlos protegido, el demandado puede si el remedio fuera a ser utilizado. En cualquie-
invocar la teoría de laches para repelerlo. Incluso ra de estos casos, el lapso de tiempo y la demora
cuando el demandante ha dejado transcurrir una son materiales. Pero en todos los casos, si un ar-
cantidad de tiempo significante antes de perse- gumento contra el remedio (acción), que de otro
guir su reclamo, la Corte puede no proteger sus modo sería justo, es basado en la mera demora,
derechos. Su caso emblemático fue “The Lindsay esa demora, por supuesto, no es equivalente a
Petroleum Company v Hurd and others (Cana- una barrera por cualquier estatuto de limitacio-
dá)”, del 20 de enero de 1874 (15), emitido UKPC nes. La validez de esa defensa debe ser probada
(Decisiones del Consejo Privado del Reino Uni- sobre principios sustancialmente equitativos (...)
do). El caso en cuestión trataba, en los hechos, Siempre importante en tales casos, son, la dura-
de que la compañía de petróleo Lindsay adquirió ción de la demora y la naturaleza de los actos rea-
una tierra para la extracción de petróleo por par- lizados durante el intervalo, lo que podría afectar
te del Sr. Hurd. La transmisión a la compañía fue a cualquiera de las partes ...” (16). Sentenciaron
fechada unos quince meses antes de la presenta- que la defensa opuesta del retraso desleal por los
ción de la factura. Todo el dinero de la compra de demandados (Sr. Hurd) no es viable por el “mero
USD 13.750 se abonó recién frente a dicha pre- retraso” del actor en el pago y resolvieron la res-
sentación. Los demandados, por su parte, ale- cisión del contrato, devolviéndose la tierra al
gaban en primer lugar que la compañía se había demandado y la devolución del dinero a la com-
demorado en el pago de la tierra. La compañía pañía petrolera.
de petróleo, ínterin, estaba gestionando el pago,
tomó posesión de la tierra, sin embargo, los jue- Guarda gran semejanza con la teoría del re-
ces adelantaron que sería una proposición muy traso desleal, por poseer una limitación común
novedosa que la mera posesión constituyera un a ambos institutos: el mero retraso, aun extenso,
obstáculo en contra de la equidad. ¿Cuál fue su no justifica la aplicación de la teoría (17). Es ló-
fundamento? Resultó que la compañía de petró- gico que, para su aplicación, el actor debía cono-
leo Lindsay únicamente realizó la perforación de cer, o haber podido conocer, que tenía derecho
un solo pozo, a modo de prueba, en el suelo, sin a su reclamo. Por otro lado, laches no contempla
que diese frutos. La perforación de ese pozo, si se un periodo fijo, como sí lo contempla la prescrip-
restaurase la tierra, no podría operar de manera
sustancial en perjuicio de los demandados. Por (16) Ibidem.
ello, establecieron que debía devolvérsele el di- (17) Conf. traducción propia del artículo escrito por
VAQUER, Antoni, “Verwirkung versus Laches: A Tale of
Leocadio López, Madrid, 1877, t. II (Libros III y IV de la Two Legal Transplants”, en The Tulane European and
Instituta), p. 732. Civil Law Forum, EE.UUM, 2006, Ed. Tulane University
School of Law, Vol .21., ISSN 2577-9265 (online) e ISSN
(15) https://www.casemine.com/judgement/ 2577-9230 (impreso), p. 55. Se puede descargar desde
uk/5b4dc23a2c94e07cccd23057. https://journals.tulane.edu/teclf/issue/view/245.

8 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

ción, pues, para su evaluación, el juzgador an- equidad, podrían ser vistos como pertenecien-
glosajón tiene en cuenta todas las circunstancias tes a un beneficiario (como dice la ley) o presen-
que rodean el caso. En tal caso, entiendo que el tados por un fiduciario , contra otro fiduciario o
juzgador ponderó que la demora en el pago no contra un tercero. Esto sucedería, por ejemplo,
fue injustificada, debido a que era necesario que cuando los beneficiarios son menores de edad
el demandado presentara la factura por la com- o no natos. Sería absurdo si, por ejemplo, un re-
pra del terreno. De esta forma, queda sentado clamo por incumplimiento de confianza contra
que el mero retraso per se no justifica la aplica- un exfiduciario estuviese sujeto a un periodo de
ción de la teoría. limitación de 6 años si es presentado por un be-
neficiario, pero sin límite de tiempo si fuese traí-
Por último, es dable mencionar que no solo do por un fiduciario actual. La doctrina cree, en
las obligaciones dinerarias son susceptibles de la ese caso, que la jurisprudencia inglesa aplicaría
aplicación de la teoría del retraso desleal, pues, el periodo de 6 años de la acción por analogía ,
en el caso referenciado, pese a que no prospe- aunque no la inicie el beneficiario. En tal senti-
ró, lo que se intentó como defensa fue vedar el do, la limitación de los 6 años, entendida como
ejercicio de la facultad resolutoria del contrato prescripción, se ocupa únicamente del flujo del
aduciendo que hubo retraso desleal en el pago, tiempo, sin importar si aquel tuvo incidencia en
lo cual, recalco, al parecer del tribunal, no habría las partes o si hubo una moralidad en su actuar.
sucedido. Pasado el tiempo, se presenta la barrera insupe-
rable, ofreciendo bien un alto grado de certeza y
Al respecto, cabe mencionar la faceta intere- seguridad jurídica.
sante que se plantea en Inglaterra entre laches y
los “límites estatutarios” (léase “prescripción”) a Por el otro lado, en contraposición con los lími-
ciertas acciones en los fideicomisos. En Inglate- tes estatutarios, se encuentra la institución de la-
rra existe la Limitation Act de 1980, que prevé que ches, que abarca la negligencia o no hacer, lo que
ciertos reclamos en el fideicomiso deben reali- es una idea mucho más amplia que la simple fluc-
zarse en una ventana temporal llamada límite es- tuación del tiempo. Como he mencionado, los
tatutario, y que otros reclamos no poseen límite tribunales ingleses rechazarían un remedio en el
temporal alguno (18). El principal límite del pe- que fuese injusto admitir una solución judicial,
riodo para reclamos en fideicomisos se encuen- ya sea porque por la conducta del reclamante se
tra en la sección 21 [3] del acta referenciada; son entiende que aquel ha renunciado al derecho a
6 años desde que se conoció que se puede iniciar ese remedio, o porque, si no ha renunciado a su
la acción. Estos años solo se aplican a cualquier derecho, su retraso, sin embargo, ha perjudicado
acción por un beneficiario para recobrar la pro- a la otra parte. En tal sentido, la doctrina de la-
piedad fiduciaria o ante abuso de confianza. Sin ches invariablemente involucra tanto la demora
embargo, específicamente el límite de 6 años no como las circunstancias en que perseguir un re-
se aplica a dos tipos de casos, siendo el primero clamo sería poco práctico o injusto. Ahora bien,
expreso y el segundo por omisión: 1) cuando la volviendo al límite estatutario de los fideicomisos
acción es traída por un beneficiario frente a un y a su relación con laches, mientras que al utilizar
fraude en el que el fiduciario era parte; 2) aunque el límite estatutario del acta el futuro demandado
juega de forma pasiva con la esperanza de que el
la norma no lo dice expresamente, por omisión,
reclamante cometa un error y no inicie el proce-
el límite de 6 años no se aplicará a un tercero que
dimiento antes de violar el límite temporal esta-
asista en el fraude. Pero aún hay más.
tutario, en laches, el mero retraso no basta, sino
Bien dice la ley inglesa en el acta que los 6 años que deberá probar la acción o inacción del actor
son únicamente para la acción que debe ejercer que convierte en improcedente su accionar. En-
el beneficiario; sin embargo, por aplicación de la tonces, en Inglaterra, la interacción entre el fidei-
comiso y las acciones mencionadas al principio y
laches es la siguiente: el primero que, en aquellas
(18) Conf. traducción propia del artículo escrito por
acciones en las que no es aplicable el límite esta-
STANLEY, Clare, Ashdown Michael J., “Laches and limi-
tation”, Trusts & Trustees, Volume 20, Issue 9, November tutario de la ley, vale decir, cuando hay fraude, el
2014, pp. 958—965. Se puede descargar de https://doi. laches se aplica de forma total si concurren sus
org/10.1093/tandt/ttu163. supuestos. El caso que presenta mayor dificul-

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La Verwirkung o teoría del retraso desleal

tad es cuando existe un límite estatutario (de los ción del límite estatuario, ya que es vedado por
6 años) dentro del cual se debe accionar contra ley, pero salvaguarda la aplicación de la doctrina
el fideicomiso. Una posición es que, si el Parla- de laches. Es que vale destacar que la sección 21
mento inglés intervino específicamente en la fija- prohíbe la aplicación de los periodos de limita-
ción del periodo de 6 años, entonces la cuestión ción y, en todo caso, laches no es un periodo de
de la demora es gobernada exclusivamente por limitación prescripto por el acta. Aun cuando la
esa acta (esta es la postura del acta de 1939 ante- cuestión traída puede haber sido larga y tediosa,
rior a la comentada de 1980). Sin embargo, luego lo cierto es que la jurisprudencia inglesa plan-
la corte de apelaciones se pronunció en referen- teó varios interrogantes interesantes entre laches
cia a laches en cuanto a que debe existir retraso, y prescripción que deben ser tenidos en cuenta,
haciendo dicha aproximación a la sección 36 de pues estableció tajantemente la diferencia entre
la Limitation Act de 1980 en cuanto a que “[n]ada la prescripción y la institución laches, preservan-
en esta Ley afectará a ninguna jurisdicción equi- do esta última .
tativa para rechazar la reparación por motivos de
aquiescencia” (19). Interpretado de esta forma, Por su parte, la llamada doctrina del Verwirkung
la segunda visión es que sería teóricamente po- hizo su aparición en el derecho comercial ale-
sible invocar laches como defensa incluso antes mán. Como he señalado, muchos atribuyen sus
de que expire el plazo de 6 años del límite esta- antecedentes a la exceptio doli generalis del de-
tutario, aunque se admite que es un caso raro recho romano. Se encuentra subsumido el con-
en el que el tribunal sería persuadido de que los cepto en el principio general de la buena fe (22).
perjuicios surgen del paso del tiempo, de mane- La Verwirkung sucede cuando el actor no ha ejer-
ra tal que sería inadmisible que el actor interpu- citado su derecho durante un periodo de tiempo
siera demanda aun cuando el Parlamento le ha significativo; consecuentemente, el demandado
otorgado un plazo completo de seis años para confía en que el actor no planea ejercitar dicho
hacerlo. Por último, el tercer y más difícil caso derecho en el futuro. En Alemania, no es una ins-
es cuando no hay un límite estatutario, no por titución legal, sino más bien un efecto procesal
omisión como el primer caso en el que mencio- consistente en la inadmisibilidad del ejercicio de
né que debe aplicarse laches sin ofrecer dificul- un derecho, bajo la circunstancia de que violaría
tad, sino porque, en realidad, la Limitation Act de el principio de buena fe. Una diferencia funda-
1980 específicamente señala que no habrá límite mental con la prescripción es que la Verwirkung,
estatutario en las acciones del beneficiario con- si bien requiere de un periodo de tiempo, no con-
tra el fiduciario por fraude o abuso de confianza. templa un periodo determinado, como sí lo hace
Una aproximación sería considerar que, en vir- la prescripción. A su vez, el reconocimiento de la
tud de que se excluye el plazo de 6 años, sin que Verwirkung depende de todas las circunstancias
pueda existir límite temporal alguno, también se que rodean el caso (como laches). Sigue una regla
debería excluir la aplicación de la doctrina de la- inversamente proporcional (23): a mayor ofen-
ches. Dicha postura surgió de la corte de apela- sa a la buena fe por parte del actor, menor es el
ción en “Gwembe Valley Development Company tiempo necesario para invocar la defensa para el
Ltd v Koshy” (20). Otra postura más moderna fue demandado. Ahora bien, para la doctrina alema-
sostenida en la corte de apelaciones en “Patel v na, el mero transcurso del tiempo no configura
Shah” (21) y expuesta por el juez Mummery, en el instituto, aunque puede prohibir el reclamo si
cuanto, aun cuando se expresa que no hay límite el periodo establecido para la prescripción expi-
estatutario según la sección 21 del acta , lo cierto ró. Vale decir, los periodos en los que se puede
es que la sección 36 preserva el remedio de equi- invocar la Verwirkung son menores que los de la
dad de laches. De esta forma, excluye la aplica- prescripción. De esta forma, si alcanza la pres-

(19) Limitation Act 1980: http://www.legislation.gov. (22) Art. 242 BGB: “Der Schuldner ist verpflichtet,
uk/ukpga/1980/58. die Leistung so zu bewirken, wie Treu und Glauben mit
Rücksicht auf die Verkehrssitte es erfordern” (El deudor
(20) https://www.ucc.ie/academic/law/restitution/ está obligado a realizar el servicio de la manera requerida
archive/englcases/gwembe.htm. de buena fe con respecto a la costumbre del tráfico).
(21) https://www.casemine.com/judgement/ (23) Conf. traducción propia del artículo escrito por
uk/5a8ff71860d03e7f57ea7710. VAQUER, Antoni, ob. cit., p. 62.

10 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

cripción el demandado, la ofensa a la buena fe el caso del Tribunal Supremo, Sala Primera en
por parte de la Verwirkung se tornaría abstracta, lo Civil, del 2 de marzo de 2017 (26).
pues podría defenderse invocando la prescrip-
ción (claro está, así es como fue instaurada en Allí relata que el actor, tercero que hipotecó su
Alemania). inmueble en garantía de una deuda ajena, inició
una demanda por prescripción de una deuda hi-
En España, la teoría es conocida como “retra- potecaria contraída con el Ministerio de Empleo
so desleal”. Sus mejores ejemplos aparecen en y la Seguridad Social, triunfando en la anterior
casos que involucran demoras en reclamar prés- instancia declarando improcedente la ejecución
tamos atrasados. Durante la crisis económica es- y debiéndose cancelar la hipoteca. Frente a di-
pañola en 1990, muchos deudores de préstamos cha tesitura, el demandado presentó recurso ex-
bancarios se atrasaron en el pago y los bancos traordinario y de casación. Por ende, el tribunal
decidieron no demandar porque sus deudores se vio obligado a analizar la valoración del retra-
eran morosos insolventes. En el año 2000, Espa- so desleal en el marco de la ejecución hipoteca-
ria. Los hechos brevemente fueron que el Fondo
ña volvió a su prosperidad, por lo que los bancos
Nacional de Protección al Trabajo, prestó a la en-
decidieron entonces demandar a sus deudores
tidad Piscifactoría Pozo Alcón SAL la cantidad
morosos (24). Aunque no hay jurisprudencia
de EUR 60.101,21 por 10 años, amortizables en
unificada en los tribunales de primera instancia; ocho anualidades, con dos años de carencia de
una postura gana adeptos en cuanto a que es ne- principal y a un interés simple del 10% anual. La
cesario distinguir un reclamo por restitución de escritura pública del préstamo con garantía hi-
capital e intereses convencionales, e interés mo- potecaria fue otorgada el 19 de abril de 1985. El
ratorio , por el otro. Mientras que el capital y los préstamo no se pagó desde el inicio, a excepción
intereses convencionales serían recuperables de los intereses devengados en el primer año,
porque el deudor poseía conocimiento de cuán- que se pagaron el 28 de octubre de 1986. En el
to capital se adeudaba asumiendo intereses ra- año 2007 recibió un requerimiento de pago el ac-
zonables, no sucedería lo mismo con los daños tor y luego el demandado, en el año 2010, inter-
moratorios que son rechazados con base en la puso ejecución hipotecaria.
teoría del “retraso desleal”, pues generalmente
exceden el doble de lo que sería el capital más los El actor en su acción de prescripción manifestó
intereses convencionales. La lógica detrás de ello que la deuda se encontraba prescripta y, subsi-
es que el deudor se vería seriamente perjudicado diariamente, que se ejerció de forma tardía y des-
si el banco retrasó más de diez años [20 años es leal, transcurridos 23 años desde que se produjo
la prescripción de la ejecución hipotecaria (25)], el vencimiento del pago no atendido.
convirtiéndose en el pago de más del doble por
La sentencia de primera instancia decidió que
su atraso. Excepcionalmente, el retraso desleal se
no se encontraba prescripta, pero consideró la
aplicó al capital y a los intereses cuando las cir-
existencia de abuso del derecho de acuerdo a
cunstancias del caso eran condiciones muy fa- la doctrina del retraso desleal y al principio de
vorables por la baja tasa de interés y préstamo a buena fe. La audiencia provincial (segunda ins-
largo plazo , y el periodo en el que no se deman- tancia) confirmó con el fundamento de que la
dó hizo confiar al deudor en que la restitución de “Administración ejecutante durante casi veinte
su préstamo había sido perdonada. años desde el primer impago ha mantenido una
absoluta pasividad e inactividad en el ámbito del
Es menester resaltar que la Verwirkung en- préstamo, respecto al cual los demandantes eran
tendida como retraso desleal, en España, es de hipotecantes no deudores” (27).
aplicación restrictiva. Numerosos casos tratan la
cuestión. En particular, es interesante destacar
(26) TS español, STS 148/2017, 02/03/2017, N° Recur-
so: 389/2015, Id. vLex: VLEX-671414065, link: http://vlex.
(24) Ibidem, p. 65. com/vid/671414065.
(25) Art. 1964 Código Civil Español. https://www.boe. (27) Ver fallo referenciado, Antecedentes de Hecho,
es/buscar/act.php?id=BOE-A-1889-4763. pto. 6, p. 7.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 11


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

El Tribunal Supremo español, en su tercer fun- do, quedaron absolutamente impresionados por
damento de derecho, esgrimió que la Audiencia la suppressio, entendida como una pérdida de
Provincial (segunda instancia) fundó su decisión un derecho debido a su no ejercicio en el tiem-
únicamente en la falta de ejercicio del derecho po, lo que permite observar la síntesis como fe-
y en el transcurso del tiempo, omitiendo que la nómeno de la supresión de ciertas facultades
conducta debe ser además desleal, de forma tal legales en el tiempo. De esta forma, manifiesta
que genere una confianza en el deudor de que que la supresión remonta a la consecuencia de
no va a pagar a futuro. Esta apariencia del dere- la cláusula “buena fe” del art. 242 del BGB. Así,
cho debe surgir de actos propios del acreedor, su- puso de resalto que se pierde un derecho si él no
puesto que entendió el tribunal no se daba en la lo ha hecho válido por un largo periodo y el deu-
especie, por lo que ordenó devolver los autos a la dor, después de la gestación, ha continuado en
Audiencia Provincial para que trate el tema nue- un comportamiento conjunto con el actor y no
vamente de la prescripción sin tener en cuenta el accionará contra aquel en el futuro. Así, resaltó
retraso desleal. que no es una cuestión de prescripción, sino de
agotamiento, por el largo tiempo en que el actor
Como se ve, su aplicación es restrictiva en el abandonó la práctica de los supuestos derechos
derecho español. que posee sobre los instrumentos de crédito al
En cuanto al retraso desleal en Iberoamérica, portador, en una conducta que no se considera
el ejemplo de Brasil ejemplifica la cuestión. como un id quod plerumque accidit en el asunto.
La información no controvertida de que los de-
Brasil encaró la cuestión alentando la aplica- pósitos, o al menos una gran parte de ellos, fue-
ción del instituto, inspirados en Alemania, pero ron objeto de cesiones hechas por el demandado
utilizan el término suppressio. Un interesante a terceros, un hecho corroborado por el propio
caso (28) en el que el actor solicitó por daños o actor de no negociar en contratos con terceros
declaratorias relacionadas con 67 depósitos en durante mucho tiempo, indica indudablemente
el Cementerio Morumbi, en São Paulo. Los he- el agotamiento de cualquier derecho sobre ellos,
chos son que el actor poseía “contratos de con- que teóricamente podría considerarse.
cesión onerosos”, firmados por el representante
de la comunidad religiosa Joío XXIIII, responsa- De esta forma, el tribunal brasileño hizo apli-
ble del Cementerio Morumbi, con indicación de cación de la teoría de la suppressio, por lo que el
tumbas. El demandado no reconoció la validez actor no obtuvo el reconocimiento que pretendía
de los contratos firmados y la emisión de nuevos sobre los depósitos para sepultura.
títulos relacionados con los mismos depósitos.
El actor fue derrotado en las instancias anterio- En lo concerniente al derecho argentino, al
res respecto del reconocimiento de las parcelas. margen de que es aplicable la teoría conforme al
Al llegar la apelación especial al Tribunal Supe- siguiente capítulo, resta remarcar que Argentina
rior de Justicia de Brasil, más allá de notar que tiene los institutos de prescripción y de caduci-
no se encontraba la identificación nominal de los dad de derechos, por lo que se resiste a la aplica-
cesionarios, afirmó que la mera posesión de los ción de la teoría, sumado a que se argumenta que
documentos relacionados con ellos no permiti- Verwirkung colisiona con el principio de certeza,
ría inferir que el autor era el titular del derecho pues el periodo de inacción en el que se consi-
de uso. deraría luego el ejercicio como “retraso desleal”
variaría de forma subjetiva según el criterio esta-
Pero lo más importante se encuentra en el blecido por los tribunales.
considerando 16 in fine, por cuanto el tribunal
dijo que los documentos, con respecto a la rela- V. Antecedentes en el derecho argentino:
ción legal prevista entre el actor y el demanda- analogía con el vicio de la sorpresa

La aplicación del retraso desleal en nuestros


(28) TSJ de Brasil, recurso especial Nº 1.190.899 - SP
(2010/0072585-1), ministro Sidnei Beneti, fallo: https:// tribunales civiles fue de aplicación nula, general-
ww2.stj.jus.br/processo/revista/inteiroteor/?num_ mente haciéndose referencia a la Verwirkung, li-
registro=201000725851&dt_publicacao=07/02/2012. gándola con los actos propios.

12 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

Sin embargo, en los tribunales comerciales en segunda instancia disminuyeron la indemni-


de nuestro país sí ha sido motivo de decisión. zación a $818.
El antecedente que traigo a colación es el caso
“Jurídica Pueyrredón S.R.L. c/ Jara Mariano s/ Por otro lado, un reciente fallo interlocutorio
ordinario” (exp. n° 85.535, registro de cámara n° en los autos “Compañía Financiera Argentina c/
65.127) (29). Jurídica Pueyrredón SRL promo- Pereira Liliana M. s/ Ejecutivo” (30) enmarcó el
vió demanda contra Mariano Jara a fin de obte- instituto dentro de la jurisprudencia argentina.
ner la devolución de los libros dados en locación Allí, el ejecutado planteó caducidad y prescrip-
con más una suma de dinero (aproximadamen- ción respecto de la sentencia que manda llevar
te $8000) en concepto de daños y perjuicios. El a cabo la ejecución. El juez de primera instancia
quid en cuestión era que el 28 de septiembre de destacó la inacción procesal durante más de 16
1994 celebraron las partes un contrato de alqui- años, destacando que entre el dictado de sen-
ler sobre los libros de la obra Derecho civil de tencia y la presentación de la ejecutada habían
Guillermo Borda, que constaba de dos tomos, transcurrido 22 años. Vale decir, la sentencia fue
estableciendo que, en un plazo de 7 días, debía dictada el 29 de junio de 1995, la ejecutada no
fue notificada por cédula, sino que únicamente
restituir el libro, expirando en consecuencia el 5
cuando se presentó en el año 2017 quedó noti-
de octubre de 1994. Al contestar demanda, el Sr.
ficada. El argumento para no declarar la caduci-
Mariano Jara reconoció el alquiler de los libros,
dad es que, al haber sentencia de trance y remate,
sin embargo, manifestó que lo había hecho por
mal puede caducar la instancia que finalizó con
encomienda de un compañero de estudios que aquella. En cuanto a la prescripción de la ejecu-
se encontraba inmovilizado y que, aunque había ción de sentencia ejecutiva, lo cierto es que, al
sido un contrato en nombre propio, su compañe- existir sentencia, recién la prescripción comen-
ro de estudios era quien debía devolver el libro. zaría a correr a partir de que queda firme la sen-
En primera instancia, la jueza hizo lugar a la de- tencia (es decir, cuando se notificó el ejecutado
manda por $90 en concepto del valor de los libros en el año 2017 por su propia presentación), por
locados, y por $960 en concepto de daños y per- ello dedujo que debería rechazarse la prescrip-
juicios por intereses moratorios. ción. Sin embargo, inmediatamente después
destacó: “... parecería que el ejecutante, contó
Dicho pronunciamiento fue apelado, agra- con todo este tiempo con un derecho inmune a
viándose el demandado dado que el a quo había la prescripción, es decir, cuasi imprescriptible,
omitido tratar todas las defensas, en especial, el lo que resultaría contrario al principio de que to-
hecho de que la conducta del acreedor agravó dos los derechos son prescriptibles...”. En tal sen-
el daño. Una vez sorteado el tema de que existió tido, procedió a analizar la inacción con relación
una cláusula penal en el contrato, lo relevante en al pretendido embargo del sueldo del ejecutado,
el fallo fue lo siguiente: “Sin embargo, no puede enmarcándolo como “el ejercicio de un derecho
soslayarse que lo que indudablemente resulta de modo tardío...”. Continuó poniendo de resalto
irrazonable y desproporcionado, en el contex- que nuestro derecho privado no recepta la teoría
to examinado, es el ejercicio por demás abusivo del retraso desleal, sin embargo, hizo alusión a la
de los derechos que aquella le otorga en función buena fe y al abuso de derecho receptado de for-
del resultado económico que pretende lograr Ju- ma positiva en nuestro ordenamiento. Concluyó
rídica Pueyrredón, teniendo en consideración su que se daban las notas del instituto del retraso
propia conducta ya que demoró casi diez años en desleal, de aplicación conforme a doctrina y ju-
accionar por el resarcimiento del daño tarifado”. risprudencia, sorteando el problema de que en
Concluye que “...resultaría contrario a toda idea realidad el plazo de prescripción no se encontra-
de justicia responsabilizar al deudor por las con- ba vencido por falta de notificación, y declarando
secuencias derivadas de la inacción del acreedor la prescripción del crédito. Naturalmente, en-
cuando, en definitiva, fue este último quien con- tiendo que el fallo es sumamente acertado, más
tribuyo con su inejecución a agravar la magnitud allá de que la prescripción y la teoría del retraso
del daño reclamado...”. Por tales consideraciones, desleal son situaciones análogas, pero diferentes.

(29) Fallo publicado en El Derecho 232-159, CNCom., (30) Juzgado Nacional en lo Comercial n° 3, Exp n°
sala A, Recurso n° 55-867, 02/12/2008. 7482/1995, 11/09/2018.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 13


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

Es que, habiendo creado la apariencia en el eje- se analiza únicamente a partir de los actos jurí-
cutado de que por 16 años no tuvo intención de dicos voluntarios que dieron inicio a la relación
notificarle la sentencia, esa inacción de ejercicio (v. g. oferta y aceptación en un contrato), sino
bien pudo crear la confianza legítima de que no que brega por la indemnidad de la relación ju-
se ejecutaría. rídica repugnando la sorpresa entendida como
abuso del derecho durante todo el tiempo que
Los fallos mencionados tienen todas las carac- dure la relación jurídica. Mientras en la caracte-
terísticas de la doctrina conocida como retraso rización que se brindó al principio como “vicio
desleal. Amén de ello, en ambos, tanto el deman- de sorpresa como vicio de la voluntad” el análisis
dado como el ejecutado se vieron ampliamen- es ab initio, en la caracterización que se propone
te sorprendidos por la demanda y la ejecución es un vicio de sorpresa caracterizado por el abu-
impetradas respectivamente. Lo cual lleva al te- so del derecho que debe ser analizado durante
rreno del vicio de la sorpresa . Dicho vicio se en- todo el transcurso de la relación jurídica. De esta
contraba legislado positivamente en el Código forma se la entiende como la conducta de apro-
velezano en el art. 775, referido a la elección de vechamiento abusiva del acreedor respecto de la
imputación de pago. Consistía en que, una vez simplicidad o ignorancia del deudor, de su dis-
elegida la imputación de pago de una cuenta, no tracción u omisión (33).
podía pedir luego el deudor que se modificara,
salvo dolo, violencia o sorpresa del acreedor. VI. ¿Es compatible Verwirkung con el Código
Civil y Comercial? El abuso del derecho como
Ahora bien, cuadraría pensar que dicho vicio medio para su aplicación
de sorpresa únicamente abarca la imputación de
pago. Sin embargo, cierta doctrina entendió que El abuso del derecho se encuentra receptado
aquel era un vicio general pudiendo concurrir en de forma positiva en el derecho argentino en su
cualquier hecho o acto jurídico voluntario (31), art. 10. Los fundamentos de la comisión refor-
afectando propiamente la voluntad . Así, se pue- madora acertaron en cuanto a establecerlo como
de caracterizar a la sorpresa como “pillar despre- principio general y a remitir a las normas del or-
venido, conmover, suspender o maravillar con denamiento jurídico (34).
algo imprevisto, raro o incomprensible, descu-
brir lo que alguien ocultaba o disimulaba”. Agrega Debe destacarse que se liga la buena fe con el
la RAE la acepción en Perú de “engañar a alguien abuso del derecho y, en especial, con “la inadmi-
aprovechando su buena fe” (32). sibilidad del ejercicio de pretensiones especial-
mente retrasadas” (35). De esta forma, quien no
En la actualidad, si bien el Cód. Civ. y Com. no se preocupa durante mucho tiempo de hacer va-
se refiere a la palabra “sorpresa” en ninguna par- ler su derecho genera en su contrario la creencia
te de su texto legal, sí se mantiene tácita en los de que su pretensión pudiera ya no ser formula-
arts. 32 y 33 de la LDC (ley 24.240) para las ventas da. Como se ha visto, en varios casos se ha consi-
realizadas en el domicilio del consumidor o por derado que, aunque la acción no prescriba, esta
correspondencia. sería inadmisible (36).

Pese a la caracterización referenciada de que En primer lugar, se debe hablar del origen del
la sorpresa podría encuadrar dentro de los vicios abuso del derecho. Se ha sostenido que ni Gayo,
de la voluntad, propongo abarcarlos ampliamen-
te, puesto que, al haberse eliminado la palabra (33) Conf. LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “El vicio de
“sorpresa” en el Cód. Civ. y Com., entiendo que sorpresa en el derecho privado”, ob. cit.
esta se encuentra como vicio caracterizado por
(34) Ver fundamentos del Proyecto del Código Civil y
la aproximación al abuso del derecho. Ello es Comercial de la Nación: http://www.nuevocodigocivil.
un concepto más amplio, pues la sorpresa ya no com/wp-content/uploads/2015/02/5-Fundamentos-
del-Proyecto.pdf.
(31) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “El vicio de sor- (35) DÍEZ PICAZO, Luis, “Fundamentos del derecho
presa en el derecho privado”, RCyS2002, 197, AR/ civil patrimonial”, Aranzandi S.A., Navarra, 2007, 6ª ed.,
DOC/5830/2001 p. 63.
(32) https://dle.rae.es/sorprender#ElyNIh6. (36) Ibidem.

14 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

ni Paulo ni Ulpiano reconocían el abuso, pues el sitivas. Su significado deriva en que, según el
primero manifestaba que “no hace daño nadie, caso, no siempre lo justo es lo previsto por el or-
sino el que hizo lo que no tenía derecho de ha- denamiento jurídico (v.gr.: devolver lo deposita-
cer” (37), y Ulpiano decía: “a nadie lesiona, nin- do es lo justo, pero si por las circunstancias del
gún daño hace, quien usa su derecho” (38). Vale caso se le devuelve el arma a un loco, dejaría de
decir, esta postura afirma que los romanos no ser bueno y justo). Es la noción aristotélica de la
concebían de forma alguna el ejercicio abusivo equidad (45). En síntesis, se cree que, en el dere-
de los derechos. cho romano, el abuso del derecho se encontraba
presente en la equidad.
Sin embargo, por otro lado, luego se contradi-
cen Gayo y Paulo al afirmar: “no debemos usar Por su parte, en el antiguo derecho español, se
mal de nuestro derecho” (39), “no todo lo que es estaba gestando en la ley 19, partida 3°, título 32,
lícito es honesto” (40), “máximo derecho, máxi- pues allí se estableció que el hombre podía ha-
ma injuria” (41), “la malicia no merece indul-
cer en lo suyo lo que quisiese, pero que debía ha-
gencia”. También es citado un ejemplo clásico
cerlo de una manera que no hiciera daño a otro.
de Ulpiano (42), por cuanto el propietario que
excava pozos en su campo no es responsable si De esta forma, se condenaba el ejercicio abusivo
quiere mejorarlo, salvo si su deseo es perjudicar de los derechos, existiendo una limitación para el
al vecino. caso de obrar de forma maliciosa (46).

La equidad en el derecho romano era funda- En cuanto al antiguo derecho francés, aunque
mental, una máxima que evitaba un derecho se conocía la teoría del abuso del derecho, no se
puro y duro. La equidad como principio no se en- edificó una teoría general (47). No fue receptada
cuentra expresamente en nuestro ordenamiento en el Código napoleónico. Se asegura que fue co-
jurídico, aun cuando varios artículos la recepten. nocida por jurisprudencia francesa en 1855, pre-
Son varias las definiciones atribuibles a la pala- cisamente en la Corte de Apelaciones de Colmar,
bra “equidad”; me serviré de dos puntualmente. que se expidió sobre un conflicto entre dos veci-
El primer concepto se centra en la equidad como nos, en el cual el primero había construido una
disminución del derecho (43). Por definición, es chimenea que no usaba, bloqueándole la vista
aquella atenuación del rigor legal cuya aplica- (ventana) a su vecino.
ción templada se funda en la humanitas pietas o
benignitas (44). Su origen es canónico. Por último, en el Código de Prusia, el 5 de fe-
brero de 1794 se consagró expresamente la nor-
El segundo radica en la equidad como rectifi- ma. En sus arts. 26 y 28 se estableció que no se
cación de justicia a tenor de ciertas normas po- podía abusar de la propiedad para lesionar a
otro, definiendo el abuso como el uso de la pro-
(37) FLEITAS, Abel M., “El abuso del derecho en la re- piedad que por naturaleza tiene el único fin de
forma del Código Civil Argentino”, Sección Publicaciones perjudicar a otro (48).
del Seminario de Cs. Jurídicas y Sociales, Buenos Aires,
1944, p. 78.
En la Argentina, antes de la ley 17.711, existie-
(38) Ibidem. ron proyectos que quisieron incorporar la figura
(39) Ibidem, p. 80. de abuso del derecho, o erradicar su existencia.
Dentro de los que rechazaron la figura se en-
(40) Ibidem.
contraba Bibiloni, que en el art. 411 de su ante-
(41) Ibidem. proyecto estableció: “Los derechos pueden ser
(42) Conf. ibidem, p. 81. ejercidos en la extensión de sus límites legales,
(43) Conf. VIGO, Rodolfo L., “Distintas concep-
ciones de la equidad”, LA LEY del 11/05/2015, 1, AR/ (45) Conf. VIGO, Rodolfo L., ob. cit.
DOC/1431/2015. (46) Conf. FLEITAS Abel M., ob. cit., p. 85.
(44) Conf. RIVERA, Julio César, “Instituciones de (47) Conf. ibidem, p. 90.
derecho civil. Parte general”, Abeledo Perrot, Buenos Ai-
res, 2010, 5ª ed., t. I, p. 184. (48) Conf. ibidem, p. 94.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 15


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

aunque de ello resulte perjuicio a tercero” (49). derecho y desembocar en su relación con el re-
Allí, el doctrinario puso en tela de juicio que traso desleal.
existiese abuso del derecho, sino más bien una
colisión derivada del ejercicio de dos o más dere- El concepto de abuso del derecho, más allá
chos opuestos, siendo la solución no bregar por de lo establecido en la norma positiva, se puede
una teoría del abuso del derecho, sino identificar resumir como el ejercicio válido de un derecho
qué derecho predomina sobre el otro (50). Más otorgado por ley y que de dicho actuar cause un
allá de lo interesante de su planteo, entiende la daño a un tercero. Existen criterios para identi-
doctrina en general que han sido superadas sus ficar el abuso del derecho según la intención de
críticas. Razón por la cual incluso se ha legislado quien ejercita su derecho, o su fin.
desde la ley 17.711 y se ha incluido nuevamente
en el Cód. Civ. y Com. En cuanto a la intención, se puede resaltar el
criterio subjetivo de que exista dolo por parte
Por otro lado, la comisión del proyecto de Có- de quien ejerce su derecho, vale decir, tenga in-
digo Civil de 1936, integrada, entre otros, por La- tención de perjudicar, aunque ejerza su derecho
faille y por Salvat, analizó las críticas que hizo dentro de sus límites. El problema que surgió con
Bibiloni y propuso su regulación. Así, intentaron este criterio fue que, además de tener la inten-
substituir el art. 411 por “[l]os derechos pueden ción de dañar a otro, quien ejerce su derecho de-
ser ejercidos en la extensión de sus límites legales sea obtener un beneficio (54). Entiendo que, más
aunque de ello resulte perjuicio a terceros, si no allá de que nadie confesaría su intención dañina
mediare abuso de parte del agente” (51). en cuanto a la prueba, lo cierto es que el hecho
de perjudicar con intención de por sí responsa-
Por su parte, Llambías receptó el abuso del de- biliza, aun cundo sea en el marco de un ejercicio
recho en la segunda parte del art. 1072 plasmado lícito de derechos, ya que mal podría el legislador
en el anteproyecto de Código Civil de 1954, que avalar el daño intencional de los unos a los otros.
reza: “...Quedan sujetos a la misma obligación...”
(reparar daños) “quienes omitan lo exigido por la El otro criterio también subjetivo es el de la
ley, en las condiciones expresadas, y los que a sa- culpa, torna su aparición cuando quien ejerce el
biendas causen un daño mediante un acto con- derecho perjudica a un tercero por negligencia,
trario a las buenas costumbres” (52). Explica en omisión o impericia.
su nota que cubre una falla de la legislación im-
Continuando la exposición de criterios, el he-
perante, en cuanto a que si existe un acto jurídi-
cho de la falta de interés legítimo o de utilidad
co contrario a las buenas costumbres, aquel debe
en el ejercicio del derecho puede constituir abu-
dar lugar a la indemnización de daños y perjui-
so del derecho, pues quien ejerce el derecho sin
cios, acentuando que aquello es un principio de
buscar una utilidad o interés y produce con su
inmediata derivación del “más general del abu-
actuar un perjuicio su ejercicio se torna anor-
so del derecho que este Proyecto ha acogido con mal (55). Vale decir, no se hace foco en el dolo
amplitud” (53). o culpa del agente, sino directamente en si dicho
Analizada la cuestión en torno a su origen, res- ejercicio redunda o no en su beneficio o le trae
ta conceptualizar qué se entiende por abuso del alguna utilidad, pues, de no ser así, el daño in-
causado estaría vedado por el abuso del derecho
(hablo de daño incausado, pues, si hubiese una
(49) BIBILONI, Juan Antonio, “Anteproyecto Reforma utilidad o beneficio, el daño tendría una causa
del Código Civil”, Guillermo Kraft Soc. Anónima de Im-
presiones Generales, Buenos Aires, 1939, t. 1, p. 125. justificada según esta teoría).
(50) Conf. ibidem. A su vez, existen los criterios finalistas, que sos-
(51) FLEITAS Abel M., ob. cit., p. 241. tienen que el ejercicio abusivo del derecho no si-
gue el objeto o finalidad para la cual fue creado.
(52) LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, “Anteproyecto de Có- El primer criterio que merece mención dentro
digo Civil de 1954 para la República Argentina”, Imprenta
de la Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, 1968,
p. 455. (54) FLEITAS Abel M., ob. cit., ps. 30/33.
(53) Ibidem, nota al art. 1072. (55) Conf. ibidem, p. 38.

16 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

de los finalistas es el conocido como la ruptura de cada caso (59). Por ello existen justamente
del equilibrio de los intereses en conflicto. Para los criterios mencionados, pues por medio de su
esta postura, existen dos intereses contrapues- utilización, se determina que, v. g., cobrar una
tos: el del individuo que ejerce su derecho y el de deuda no es abusivo y hace al derecho de propie-
quien soporta su ejercicio (víctima). Ambos de- dad; sin embargo, no sigue el objeto o finalidad
ben ser protegidos; sin embargo, no pueden los cuando el acreedor actúa tardíamente en su co-
dos mantenerse indemnes, por ende, se busca bro, perjudicando al deudor. Sin duda alguna, el
un punto de equilibro. Si es más grave la lesión abuso del derecho es una fuente generadora de
del interés del individuo (víctima), entonces se responsabilidad.
rompe el equilibrio y se busca proteger el interés Ahora bien, entiendo que el retraso desleal
amenazado (56). puede aplicarse mediante la figura del abu-
so del derecho instaurado en nuestro art. 10 del
Asimismo, está el ejercicio de un derecho con-
Cód. Civ. y Com. Se ha sostenido que el ejer-
trariando un fin económico-social, lo cual es dis- cicio del derecho y el derecho en sí no son es-
cutido, ya que es el juez quien tiene que indagar cindibles (60). Por el contrario, el ejercicio del
el fin económico-social del derecho, debiéndose derecho es una “expresión operativa” (61). Vale
adaptar a la evolución social (57). decir, el derecho subjetivo puede encontrarse en
dos fases: una estática y otra dinámica. De esta
Por último, en cuanto a los criterios finalistas, forma, el abuso del derecho se presenta ante el
se encuentra aquel ejercicio de derecho que con- potencial derecho y ante su ejercicio, que mani-
traría el espíritu de la ley. Es el juez, en este caso, fiesta su contenido. En síntesis, “[e]l ejercicio no
quien debe remitirse a los fundamentos del le- es distinto del derecho mismo, simplemente ma-
gislador e interpretar si el ejercicio del derecho terializa su contenido, es el mismo derecho en
se contiene dentro de dichos límites impues- acción, por lo cual la antijuridicidad involucrada
tos (58). es siempre del supuesto derecho, ya en potencia
o actuando en su contenido” (62).
Para finalizar, cabe destacar que existen cri-
terios mixtos en los que se mezclan los criterios Sentado ello, el hecho de ejercer el derecho de
subjetivos ya mencionados con los finalistas. forma tardía dejando transcurrir un lapso que
provoca una expectativa de confianza en la otra
Habiendo delimitado los criterios por los cua- parte en que no se ejercerá, y sorprendiéndola
les se determina que un acto sea abusivo, cabe luego mediante su ejercicio —pudiendo causar
preguntarse si el acto abusivo es un hecho ilícito, un daño—, implica, sin duda alguna, un abuso
pues, si lo fuese, se le aplicarían todas las reglas del derecho.
que se les aplican a los hechos ilícitos (factor de
atribución, antijuridicidad, plazos de prescrip- De esta forma, el retraso desleal o Verwirkung
ción, etc.). Al respecto, me enrolo en la postura es una modalidad del abuso del derecho por el
de que los hechos ilícitos son antijurídicos por ejercicio tardío de este. Es que el transcurso del
tiempo en el no ejercicio del derecho excede los
su propia naturaleza, es decir, al inicio se pue-
límites de la buena fe. Sumado al resultado dis-
de determinar que son hechos ilícitos, mientras
valioso, el cual es el perjuicio generado al sujeto
que los actos abusivos no son antijurídicos per pasivo. No se debe olvidar que, vencido el plazo
se, sino según las circunstancias del caso. En una
posición el hecho ilícito aparece de forma clara
(59) Conf. LOUTAYF RANEA, Roberto G., “Abuso del
y manifiesta desde su inicio, mientras que, en el derecho”, SJA 17/06/2015, 24, AR/DOC/5027/2015.
abuso del derecho, el juez debe ponderar, valo-
rar e interpretar las circunstancias particulares (60) Conf. ALTERINI, Jorge Horacio, “Relatividad de
los derechos en concreto. Antijuridicidad circunstancia-
da. Quid del llamado abuso del derecho”, LA LEY2014-C,
(56) Conf. ibidem, p.44. 1012, AR/DOC/1361/2014.
(57) Conf. op. cit. p.46. (61) Ibidem.
(58) Conf. ibidem, p. 47. (62) Ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 17


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

de la obligación, el deudor sabe que debe pagar, en miras al reconocerlos o la buena fe, moral y
y que el acreedor sabe que debe reclamar; por buenas costumbres. Este instituto, procede in-
ende, reclamar tardíamente implicaría un retra- cluso frente a la mora, puede disponerse de ofi-
so desleal mediante el uso de la figura del abuso cio y autoriza la revisión” (64).
del derecho.
Pese a que para algunos autores el tema aún no
VII. ¿Puede ejercerse de oficio el retraso des- está claro, en cuanto a si se puede aplicar de ofi-
leal por medio del abuso del derecho? Simili- cio o no (65), sostengo que el Cód. Civ. y Com.,
tudes y diferencias del “retraso desleal” con la en su art. 10, impone un deber al juez, el cual es
prescripción liberatoria y la caducidad ordenar lo necesario para evitar los efectos del
ejercicio abusivo. Es decir que, si es un deber del
Entendida la cuestión de que el retraso desleal juez, ya no es más facultativo en cuanto a si “pue-
es una modalidad de abuso del derecho, cabe de” aplicarlo de oficio, sino que ahora es impera-
ponderar si aquel puede ser aplicable de oficio, tivo que aplique la teoría de abuso del derecho
pues, si es admisible para el género (abuso del cuando las circunstancias del caso lo ameriten.
derecho), bien lo es para la especie (Verwirkung Ello se extiende a la teoría del Verwirkung, por
o retraso desleal). ser una especie del abuso del derecho.
Reiteradamente la jurisprudencia, durante la A los fines de analizar el retraso desleal, moda-
vigencia de la ley 17.711, ha sostenido que el abu- lidad del abuso del derecho, tomaré en cuenta la
so del derecho podía ser aplicado de oficio por prescripción liberatoria con sus normas genera-
el juez. Numerosos casos demuestran la cues- les, y la caducidad.
tión. Por ejemplo (63), el caso en que no se ha-
bía incluido una fracción de un lago en el boleto A primera vista, se puede decir que el tiem-
de compraventa, y en que el vendedor solici- po es un factor común en los tres institutos: re-
taba una suma exorbitante por dicha fracción traso desleal, prescripción y caducidad. En ese
excedente. En segunda instancia se rechazó la contexto, es dable recordar que se ha caracteri-
demanda, ya que en reuniones informales las zado el elemento crónico como un transcurso y
partes habían realizado tratativas de que el ex- ubicación dentro del mismo y más importante
cedente podría haberse pagado al precio de la , el tiempo es un hecho jurídico, pues constitu-
base contractual original, y la actora no ofreció ye un dato que, en el caso, sirve para calificar la
pagarlo. El quid radicó en que el a quo hizo lugar relación jurídica (66). Concuerdo con la afirma-
a la reconvención del demandado (vendedor) ción de que el tiempo por sí solo no es un hecho
en cuanto a la resolución del boleto de compra- jurídico, sino que es una norma, un orden jurí-
venta. El ad quem aplicó de oficio el art. 1071, dico, lo que lo convierte como tal en hecho jurí-
aduciendo que es una norma imperativa y que dico (67), entendiéndose como norma respecto
“debe ser aplicada aun de oficio por los jueces, a la prescripción y a la caducidad aquellas que
porque si bien el juez tiene con relación a los he- fijan plazos y sus efectos, y para el retraso des-
chos las limitaciones que impone el principio de leal, entendiéndose como el hecho jurídico que,
congruencia, no sucede lo mismo con la potes- frente a la inacción del sujeto activo o su ejercicio
tad de interpretar y aplicar la ley”. tardío, genera un exceso de los límites impues-

La misma Corte Suprema de Justicia de la Na- (64) CS, “Rinaldi, Francisco A. y otro v. Guzmán To-
ción, en el marco del análisis respecto de una ledo, Ronal C. y otra”, 15/03/2007, Cita Online: 35010314.
queja por recurso extraordinario federal dene-
gado, estableció expresamente: “Tampoco cabe (65) Conf. TOBÍAS, Jose W., en ALTERINI, Jorge H.
(dir.), “Código Civil y Comercial Comentado Tratado Ex-
eludir la aplicación del abuso de derecho como egético”, La Ley, Buenos Aires, 2019, 3ª ed., t. I, p. 96.
un límite al ejercicio regular de los derechos
cuando éstos contrarían los fines que la ley tuvo (66) Conf. LÓPEZ de ZAVALÍA, Fernando J., “Reflexio-
nes Sobre el Tiempo en el Derecho”, se puede descargar
de http://www.acaderc.org.ar/doctrina/articulos/reflex-
iones-sobre-el-tiempo-en-el-derecho, p. 16.
(63) CCiv. y Com. 5a Nom., Córdoba, “Madran, Héctor
G. c. Becker, Gregorio”, 12/04/1991, LLC 1992, 142, AR/ (67) Conf. PADILLA, René A., “La mora en las obliga-
JUR/885/1991. ciones”, Astrea, Buenos Aires, 1983, p. 7.

18 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

tos por la buena fe (art. 10, norma que imbuye al gal, que no responsabiliza y que prescinde de la
tiempo como hecho jurídico), impactando en el conducta de las partes, no contiene carácter re-
sujeto pasivo, al provocar la confianza en que su sarcitorio, sino que hace a la seguridad jurídica
obligación no iba a ser exigible . al configurarse como un medio de extinción de
la acción.
En cuanto a la prescripción y a su relación con
el retraso desleal, cabe primero definir qué se en- Por otro lado, se ha apuntado que el retraso
tiende por el instituto de la prescripción en nues- desleal puede ser ejercido de oficio, ya que es una
tro derecho. especie de abuso del derecho. En contraposición
a la prescripción, que, es dable recordar, proce-
La prescripción se la puede caracterizar como salmente, el juez no puede declararla de oficio.
aquel medio legal de extinción de los derechos
por la inacción del titular de un derecho, a raíz Ello posee como consecuencia dos aristas.
del tiempo fijado por el ordenamiento jurídi-
co, que impacta en la obligación del sujeto pasi- La primera relativa a que la prescripción pue-
vo operando su liberación (68). La prescripción de oponerse como excepción y, en tal caso, es
extingue la acción. El fundamento de la pres- una carga que debe realizarse al contestar la de-
cripción por excelencia es el interés social en la manda o en la primera presentación en el juicio
certeza de las relaciones jurídicas transcurrido el de quien intenta oponerla (71). Ello implica que,
plazo, evitando acudir a la jurisdicción. Se impo- de no realizar dicha carga, el demandado perde-
ne la seguridad jurídica, en cuanto a que la ley no ría su derecho de oponer la defensa. Ahora bien,
puede tener interés en mantener una relación ju- como es imperativo para el juez evitar la situa-
rídica sin que se ejerza efectivamente (69). Bien ción abusiva, infiero que dicha carga, entendién-
es cierto que, en un primer momento, la pres- dosela como oponer la figura del retraso desleal
cripción se fundó en bases similares a la teoría al contestar demanda o en su primera presenta-
del retraso desleal; ello era cuando el acreedor no ción, no se configura para el supuesto de la apli-
instaba el cobro de su crédito, concurriendo ne- cación del retraso desleal por medio del abuso
gligencia y desamparándolo. Se justificaba que la del derecho. Esto es por la sencilla razón de que
prescripción que no posee buena fe es inmoral, y la valoración de la situación jurídica como abu-
que la única forma de descartar la “mala fe” del siva o no abusiva la realiza el juez, con lo cual
deudor en su no pago es si el acreedor se desen- no es una defensa estrictamente hablando, sino
tiende de su propio crédito (70). Este fundamen- más bien una valoración de los hechos, según el
to fue superado por el de la seguridad jurídica. principio iura novit curia. Es por ello que el juez
puede aplicar el instituto de abuso del derecho
En cuanto a las diferencias sustanciales del re- de oficio. El abuso del derecho (retraso desleal)
traso desleal y la prescripción, conviene partir no posee dicha carga, ya que es algo que debe ser
del análisis de sus naturalezas jurídicas. remediado, repugnado por el ordenamiento ju-
En primer lugar, el retraso desleal, al ser una rídico.
especie de abuso del derecho, implica que, por
La segunda es técnica, e implica que, en cier-
medio del art. 10, se responsabiliza al sujeto ac-
tos países, como España, se ha impuesto que el
tivo. Vale decir, el retraso desleal responsabiliza
retraso desleal únicamente puede operar antes
al acreedor por su mala fe en el ejercicio tardío
del término del plazo prescriptivo de la acción
de su derecho, que perjudica al deudor. Mientras
de que se trate (72). Aducen ello, pues la pres-
que la prescripción es un instituto de origen le-
cripción se encontraría como defensa viable
(68) Conf. SPOTA, Alberto G., LEIVA FERNANDEZ,
Luis F.P., “Prescripción y caducidad. Instituciones de (71) Cfr. MORELLO, Augusto Mario, SOSA, Gualberto
derecho civil”, La Ley, Buenos Aires, 2009, 2ª ed., t. I, p. 1. Lucas, BERIZONCE, Omar Roberto, “Códigos Procesales
en lo Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires
(69) Conf. ibidem, p. 58 y de la Nación”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2015, t. V,
p. 583.
(70) Conf. LÓPEZ HERRERA, Edgardo, “Tratado de la
prescripción liberatoria”, LexisNexis, Buenos Aires, 2007, (72) STS Tribunal Supremo Sala Civil, STS 794/2017,
t. I., p. 41. ver: http://www.poderjudicial.es/search/AN/openC-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 19


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

con relación al deudor. No me convence dicho na fe. Ello no implica que el deudor —según el
matiz, pues nuestro ordenamiento jurídico re- caso— no pague a su acreedor, sino que pague
chaza enfáticamente el abuso del derecho. Sos- en su justa medida, siendo el juez quien deter-
tengo que el retraso desleal puede ser aplicado mine los daños causados al deudor por inacción
tanto antes como después de haberse vencido del acreedor.
el plazo de prescripción. Entiendo sí que es cri-
ticable extinguir una deuda antes del plazo pres- Otra diferencia palpable radica en que la pres-
criptivo. Por lo que deduzco que pueden existir cripción como instituto es irrenunciable de an-
dos soluciones de aplicación del retraso desleal temano. Vélez Sarsfield, en su nota del art. 3965,
antes y después de vencido el plazo para aplicar puso de resalto que “... renunciar con anticipa-
la prescripción. La primera, de ser demandado ción a la prescripción, es derogar por pactos una
el deudor, por ejemplo, un mes antes de que le ley que interesa al orden público y autorizar con-
prescriba la acción al acreedor, en ese caso, el venciones que favorecen el olvido de los deberes
juez de oficio debería evitar que el acreedor co- de un buen padre de familia, fomentando la in-
bre una gran cuantía de intereses por su retraso curia en perjuicio de la utilidad general. Si se per-
desleal. La segunda, habiendo vencido el plazo mitiese tales renuncias, vendrían a ser de estilo
de prescripción, podría realizar la misma solu- en los contratos, y la sociedad quedaría desarma-
ción en el apartado anterior o extinguir la deuda da desde que se le quitaba su más firme apoyo”.
de oficio, no con fundamento en la prescripción Cierto es que, una vez que se gana la prescrip-
que no fue invocada por el deudor demandado, ción es renunciable, lo cual fue receptado en el
sino con fundamento en el ejercicio abusivo del Cód. Civ. y Com. El quid con el retraso desleal es
derecho del acreedor. que, ciertamente, no es renunciable, pues no es
una facultad ni siquiera de las partes el invocar el
Otro matiz de diferencia entre la prescripción y abuso del derecho, sino que es el deber del juez
el retraso desleal es que la primera puede ser in- evitarlo a toda costa. Por ende, aunque gane el
terrumpida, suspendida, mientras que el retraso deudor el retraso desleal podría llegar a renun-
desleal no permite “detención o retroceso” tem- ciar a él por el solo hecho de que nunca le per-
poral, no hay alteración del tiempo. Vale decir, teneció como facultad, siendo únicamente una
verificados el retraso desleal, la confianza gene- protección que el ordenamiento jurídico le brin-
rada y el daño, no es posible eliminar la conducta da en torno al abuso del derecho.
omisiva y volver al comienzo, como sí es posible
hacerlo en la prescripción, pues allí no importa En adición, respecto a la facultad del juez para
la conducta, siendo determinante el factor tiem- dispensar la prescripción cumplida si se de-
po. Es que en la prescripción su interrupción muestra que por hechos o maniobras malicio-
provoca la muerte y renacimiento, destrucción sas se obstaculizó la acción, siempre y cuando se
inicie dentro de los 6 meses, entiendo que guar-
del pasado, poner en cero el plazo, destruye la
da tangencialmente una similitud con el retra-
esencia misma de la prescripción (73). Cuando
so desleal. Sin duda, la prescripción no premia
se interrumpe el plazo de prescripción hay que
al deudor que con maniobras maliciosas deja
volver a computar nuevamente. En el supues-
transcurrir el tiempo. Lo mismo ocurre respecto
to del retraso desleal, verificada la acción tardía
del retraso desleal, pues mal pudo ser desleal el
del acreedor y el daño que le genera al deudor,
acreedor, si tal retraso no es propio de su acción
su conducta no es saneada por su repentino des-
tardía, por ser imputable al deudor evasor.
pertar de interés. Todo lo contrario, es aquel des-
pertar de interés retardado el que representa un Por último, cabe poner de resalto que la pres-
abuso para con el deudor, lo que configura el ins- cripción tiene plazos generales y específicos
tituto . No se puede “interrumpir” una conducta normados por ley. El retraso desleal no, siendo
de mala fe y convertirla repentinamente de bue- el juez quien debe ponderar la circunstancia de
conducta abusiva, teniendo en cuenta la medi-
Document/f9caf3b37c843044c13003b2ec45c8c42cc16d- da del tiempo transcurrido, el tardío ejercicio del
c3f15175df. derecho del acreedor en conjunción con la con-
(73) Conf. LÓPEZ HERRERA, Edgardo, ob. cit., p. 265. fianza generada y el daño causado al deudor.

20 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

La caducidad, por su parte, comparte la simi- En el retraso desleal, cuenta la intención y su in-
litud en cuanto al paso del tiempo, pero, en este acción, pues aquello es lo que dota al deudor de
supuesto, se extingue un derecho y no una ac- apariencia de confianza en que su obligación no
ción. La caducidad no se interrumpe, sino que, será reclamada.
de ejercer el derecho, se consolida el derecho
en cuestión (74). Sostengo que este supuesto VIII. El retraso desleal: conducta, deber de
sí guarda relación con el retraso desleal, pues, coherencia, teoría de los actos propios y el
de haber ejercido su derecho en tiempo y for- principio de confianza
ma, no hubiese provocado el acreedor un abuso
en su derecho de cobro. Naturalmente, el retra- Es interesante definir lo que se entiende por
so desleal no puede interrumpirse, al igual que conducta. La Real Academia Española define
la caducidad legal, que es ininterrumpible, el re- la palabra “conducta” como “comportamiento”,
traso desleal también lo es, pues o se configura “acción” (78), y “conducta omisiva” como “omi-
un abuso del derecho de forma fatal o se está a sión” (79).
tiempo y se demuestra la conducta de buena fe
del acreedor. Es menester recordar la similitud Abundantemente se ha escrito en torno al de-
de que la caducidad como violación del derecho ber de coherencia. Tiene dicho la Corte Supre-
en tanto al no ejercicio de la prerrogativa, como ma de Justicia de la Nación: “Es dable exigir a los
a su uso incorrecto, es frecuente en el ámbito del contratantes un comportamiento coherente aje-
derecho administrativo e implica una pérdida no a los cambios perjudiciales, debiendo deses-
del derecho (75). timarse toda actuación que implique un obrar
incompatible con la confianza que merced a sus
Otra semejanza que guarda con la caducidad actos anteriores se ha suscitado en la otra par-
es que en la caducidad convencional (76) los te” (80).
plazos no son del todo perentorios, pudiéndose
prever prórrogas. Ahora bien, entiendo que, más Desmenuzando los elementos del art. 1067 en
allá de que el retraso desleal no implique una pe- torno al deber de coherencia, verificamos el pri-
rentoriedad per se, sino más bien una responsa- mero, la conducta jurídica. Naturalmente, tiene
bilidad por parte del acreedor, lo cierto es que que ser una conducta que pretenda crear efectos
las partes pueden prever prórrogas para el pago, en el mundo jurídico, no valiendo para ello aque-
en cuyo caso, naturalmente, no habría un retra- llas manifestaciones animus jocandi. Debe con-
so desleal, pues el deudor no posee la confian- tener tal seriedad la conducta que busque una
za de que su deuda ha sido extinguida en virtud modificación en la relación jurídica. Vale aclarar
del nuevo plazo que ha pactado con el acreedor. que no necesariamente “conducta jurídica” im-
Cabría, como interrogante, preguntarse si la pró- plica que tiene que ser un acto jurídico, puesto
rroga de la deuda acaso no sería una suerte de que cualquier hecho lícito puede tener virtuali-
“interrupción” del instituto. dad para aplicar el principio de coherencia.
Por último, un punto que diferencia sustancial- En cuanto al segundo elemento, “relevancia”,
mente el retraso desleal de la caducidad es que una primera aproximación podría interpretarse
esta no es una sanción a una conducta, tampoco
como que la conducta debe ser importante. Sin
cuenta la intención del titular del derecho (77).
embargo, otra aproximación, que entiendo acer-
tada, sería entenderla como aquella conducta
(74) Conf. SPOTA, Alberto G., LEIVA FERNÁNDEZ, relevante que provoque un alto grado de expec-
Luis F.P., ob. cit., p. 384.
tativa en el otro sujeto. Así, entiendo e interpreto
(75) Ibidem, p. 385. que la relevancia es proporcionalmente directa a
(76) V. SPOTA, Alberto G., LEIVA FERNÁNDEZ, Luis la expectativa que genera a la otra parte.
F.P., “Prescripción y caducidad”, Buenos Aires, 2009, 2ª
ed. actualizada, t. II N° 238 p. 393 y ss.; LÓPEZ HERRERA, (78) https://dej.rae.es/lema/conducta.
Edgardo, “Tratado de la prescripción liberatoria”, Lexis
Nexis, Buenos Aires, 2007, t. I, ps. 488 y 492. (79) https://dej.rae.es/lema/conducta-omisiva.
(77) Ibidem. (80) CS, Fallos 325:2935.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 21


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

En lo que respecta al elemento de ser la con- En España, el Tribunal Supremo ha entendido


ducta “previa”, lo cierto es que aquel hace a la la teoría de los actos propios como un límite al
esencia de la coherencia. Sin una conducta pre- ejercicio de un derecho subjetivo a raíz del prin-
via, no se podría aplicar el instituto, puesto que cipio de buena fe, la seguridad en el tráfico jurí-
no existiría contradicción. dico que observa un comportamiento coherente,
siempre que los actos propios sean inequívocos.
Por último, en cuanto a que la conducta sea Vale decir, crean, fijan, modifican o extinguen
“propia”, supone que aquella emane del suje- una situación jurídica proveniente del autor, que
to con toda la fuerza de su voluntad. Vale decir, luego provoque una incompatibilidad contradic-
alguien que es forzado a realizar una conducta toria entre su conducta anterior y la actual, pues,
jurídica relevante y previa, por un vicio en su vo- siguiendo el principio lógico de la buena fe, se
luntad, no podrá interpretarse como acto contra- creyó que iba a mantenerse en su conducta an-
dictorio. terior (82).

Habiendo analizado los elementos, cabe con- Ahora bien, ¿cuáles son las consecuencias jurí-
cluir que una conducta omisiva debería poder dicas o efectos provenientes de la teoría de los ac-
encuadrarse a los efectos del deber de coheren- tos propios? Sin duda, el derecho no se extingue
cia. Ello por cuanto, si bien, conforme al art. 263 por aplicación de la doctrina. Únicamente frena
del Cód. Civ. y Com., el silencio no implica mani- el ejercicio del derecho. Es decir, el único efecto
festación de la voluntad, lo cierto es que las ex- que produce es no admitir la pretensión contra-
cepciones a dicho principio resultan de la ley, dictoria, conjugando el deber de resarcir en aten-
puesto que el silencio por una parte que no ac- ción a haber actuado en falta de la buena fe.
cionó judicialmente ante el incumplimiento del
contrato dejando transcurrir un extenso tiempo La doctrina de los actos propios hace a la se-
sin accionar (conducta omisiva) luego no puede guridad jurídica, al igual que el llamado retraso
pretender, de forma abusiva, invocando un silen- desleal. Es que, mientras que en los actos propios
cio de larga data, resolver el contrato más todos el velo de confianza se rompe mediante un nue-
los intereses punitivos devengados, ya que su vo hacer positivo contradictorio a la conducta
conducta omisiva abusiva provocó un aumento inicial, en el retraso desleal ese velo de confian-
del daño que el deudor debería resarcir. za es quebrado por un accionar tardío del sujeto
activo.
Vale recapitular que la doctrina de los actos
propios incorporó el deber de coherencia consi- El fundamento de los actos propios radica, a
derando ciertos elementos como esenciales para su vez, en la protección jurídica de lo que se de-
la configuración de la figura, los cuales son la nomina principio de confianza. He de destacar
existencia de una situación o relación (v. g. con- que, cuando me refiero a apariencia, no me es-
trato) jurídica anterior, una conducta caracteri- toy refiriendo a la “teoría de la apariencia”, sino a
zada por ser jurídicamente relevante, vale decir, la “apariencia generada por la confianza”. Breve-
que impacte en el mundo jurídico, generando mente, corresponde distinguir entre la primera y
en el otro una expectativa de comportamiento la segunda. La primera es una teoría autónoma,
futuro y un nuevo hacer, contradictorio a dicha aplicada varias veces a diferentes ramas del dere-
conducta (81). Tanto la teoría de los actos pro- cho, como el derecho del consumidor. En líneas
pios como el retraso desleal derivan del principio generales, se define la apariencia como una deri-
de buena fe, es decir, consistente en proceder de vación del principio de buena fe, exigida a quien
forma leal en las relaciones jurídicas entabladas. con su actuar crea una determinada situación de
Sin embargo, el retraso desleal tiene una raigam-
bre más profunda al ser una especie de abuso del (82) Conf. jurisprudencia del Tribunal Supremo es-
derecho. pañol, Recopilación de Sentencias a cargo de Cabanillas
Sánchez Antonio, STS de 14/10/2005, Pto. 1 “Doctrina
de los actos propios”, Link:https://www.boe.es/publi-
(81) Conf. LÓPEZ MESA, Marcelo, “Doctrina de los ac- caciones/anuarios_derecho/abrir_pdf.php?id=ANU-
tos propios”, Hammurabi, Buenos Aires, 2018, 4ª ed., p. C-2007-20097101065_ANUARIO_DE_DERECHO_CIVIL_
270. Sentencias.

22 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

hecho, siendo su apariencia verosímil (83). La lealtad. La relación entre lealtad y confianza es
teoría de la apariencia entendida como tal tie- de causa y efecto (88).
ne como presupuesto necesario que existan tres
personas vinculadas en una situación jurídica, Ahora bien, no solo la buena fe y la confian-
za encuentran asidero durante la ejecución de
es decir, el titular real del derecho, el titular apa-
las prestaciones, sino también ante los incum-
rente y el tercero contratante (84). El origen de plimientos o, en lo particular, agrego, las inejecu-
la doctrina radica fundamentalmente en la Corte ciones.
de Casación francesa como respuesta jurispru-
dencial desde 1830 (85). Así, se ha expuesto que un riguroso uso del
derecho que contraríe los fines colocaría las si-
Por otro lado, cuando me refiero a la “apa- tuaciones en abuso del derecho. Más aún, en lo
riencia generada por la confianza”, me estoy re- concerniente a la etapa de incumplimiento, con-
firiendo a la relación entre acreedor y deudor y tinúa existiendo un contacto entre las dos esferas
a la confianza que generó el acreedor por su in- de intereses; el acreedor, aun quedando insatis-
acción, que luego es frustrada al accionar tar- fechas sus expectativas, no debe comportarse
díamente para verse beneficiado con mayores de manera abusiva con el deudor provocando
intereses. Esto ha sido receptado en la teoría co- un incremento en el daño producto del incum-
plimiento, sin importarle las consecuencias per-
nocida como doctrina de la confianza legítima
judiciales por su indiferencia (89).
o principio de confianza. El derecho protege la
confianza generada. La confianza legítima es, Es dable recordar que la lealtad (causa de la
en resumidas cuentas, la expectativa justificada confianza) implica para las partes un mínimo de
de lograr una prestación u abstención favorable moral, actuando en forma transparente, sin so-
a los intereses de una parte frente a la conducta bresaltos ante actitudes, rigiendo los actos es-
generada de la otra parte que provoca la expec- perables y no las sorpresas. Por otro lado, si se
tativa (86). Con relación al retraso desleal, sería quisiese describir la confianza, puede sostener-
que el deudor logre obtener la abstención favo- se que es la actitud por la cual se mantienen los
rable de no reclamar una inmensa cantidad de compromisos asumidos, satisfaciendo las expec-
tativas generadas (90).
intereses por la conducta pasiva del acreedor de
no haberlo ejecutado para lograr la acumulación. Entiendo que la lealtad es de aplicación al re-
A semejanza con la Verwirkung, el origen de la traso desleal, pues, como he manifestado, la in-
teoría de la protección de la confianza legítima acción durante un lapso significativo de tiempo
fue en Alemania; puntualmente, se consigna el creó una apariencia de confianza que luego es
máximo ejemplo pretoriano en el fallo del Tribu- quebrada por parte del sujeto activo debido al
nal Superior Administrativo de Berlín del 14 de accionar tardío de su derecho. Lógicamente, de
noviembre de 1956, la palabra para referirse a la mediar sucesivos reclamos que no provoquen
teoría es conocida como Vertrauensschutz (87). dudas, la confianza provocada caería vedando la
aplicación del retraso desleal.
Es fundamental destacar que la confianza se
Especialmente en lo que a contratos se refie-
encuentra íntimamente ligada a la buena fe. Se
re, el Cód. Civ. y Com., en su art. 1067, establece
puede decir que la expectativa generada por la que la interpretación del contrato debe proteger
confianza es la consecuencia del principio de
(88) Conf. LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., “Tratado de
(83) LÓPEZ MESA, Marcelo, “Doctrina de los actos los contratos”, La Ley, Buenos Aires, 2017, t. II, p. 175.
propios”, ob. cit., p. 386.
(89) Conf. GARRIDO CORDOBERA, Lidia M.R., “La
(84) Ibidem, p. 401. buena fe como pauta de interpretación en los contratos”,
(85) Ibidem, p. 388. en CÓRDOBA, Marcos M. (dir.), Tratado de la buena fe en
el derecho, La Ley, Buenos Aires, 2004, t. I, p. 349.
(86) Ibidem, p. 423.
(90) Conf. LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., ob. cit., p.
(87) Ibidem, p. 423/424. 175.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 23


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

la confianza, siendo inadmisible la contradic- de la teoría del abuso del derecho. La separación
ción con una conducta jurídicamente relevante, se basa en que, de tratarse de relaciones perso-
previa y propia del mismo sujeto (91). Así, Luis nales, se aplicaría el principio de confianza y no
Diez Picazo afirmó: “La buena fue impone tam- el abuso del derecho. Aun cuando cierta doctrina
bién la aplicación de las ideas de confianza y de japonesa argumenta que no debería prohibirse
autorresponsabilidad... Si una de las partes con la utilización del abuso del derecho en el ámbi-
su expresión o su declaración suscitó en la otra to contractual, la mayoría manifiesta que este
una confianza (...) esta parte no puede impugnar último se aplica únicamente a ciertas materias,
este sentido y pretender que el contrato tenga como propiedad, propiedad intelectual y com-
otro diverso...” (92). La confianza normalmente petencia desleal. En resumidas cuentas, no con-
deriva de la no contradicción, vale decir, las obli- ciben que puedan complementarse el abuso del
gaciones posteriores, luego de celebrado el con- derecho y la teoría de la confianza.
trato, deben ser coherentes (deber de coherencia
ya analizado) a las conductas previas durante el Por su parte, en los países anglosajones, donde
precontrato y su ejecución (93). rige el common law, se suele asemejar la doctrina
de los actos propios a la conocida como estoppel,
El principio de confianza en derecho compa- cuyo significado se entiende como “una barre-
rado fue receptado incluso en países orientales, ra de impedimento” o una asunción de posición
como Japón (94). El mentado país introdujo el que, de no ser mantenida, resultaría en una in-
concepto en el Código Civil japonés de 1898 en justicia para la otra parte (95). El factor que ca-
la revisión 1947, como un principio de derecho racteriza al estoppel anglosajón es que crea una
en su art. 1, parágrafo 2. Allí se esboza, a gran- presunción, sin prueba en contrario, acerca de
des rasgos, que la relación de las partes debe po- que una persona se ve impedida de afirmar o ne-
seer cierta confianza recíproca, máxime cuando gar la existencia de un derecho por haberlo ad-
se inserta en el marco de un contrato. Algunos quirido con relación a cierto actuar o por haberlo
autores japoneses, en minoría, sostienen que el adquirido por una manifestación positiva o nega-
principio de confianza se aplicaría a todos los tiva en el sentido opuesto a su actuar. Salvaguar-
actos jurídicos. Pese a ello, la doctrina japone- da la buena fe y la confianza generadas por una
sa usa generalmente el principio de confianza a conducta inequívoca. La diferencia con la teoría
fin de interpretar las relaciones precontractuales de los actos propios es primeramente que el es-
y las tratativas durante la ejecución del contrato toppel surgió en la Edad Media, se la caracteriza
hasta su concreción, como así también lo utili- como una presunción y no puede ser aplicada de
za para cuando sucede alguna circunstancia so- oficio por un juez (96). Se ha dicho que existen
breviniente. Como ejemplo, la Suprema Corte de varias clasificaciones de estoppel. El estoppel by
dicho país manifestó que el locador debe cargar fact in país , que coincide con la teoría de los ac-
enteramente con las consecuencias de la depre- tos propios, definido como no poder negar a pos-
ciación monetaria. Ahora bien, en Japón cortan teriori o litigar sobre el derecho del adversario
de forma perpendicular el principio de confianza reconocido con anterioridad (97). El estoppel by
representation, que, en resumidas cuentas, no va-
(91) Art. 1067 Cód. Civ. y Com.: “Protección de la con- ría del mencionado anteriormente, pudiéndose
fianza. La interpretación debe proteger la confianza y la agregar que la representación se origina en pala-
lealtad que las partes se deben recíprocamente, siendo bras o conductas como forma de exteriorización
inadmisible la contradicción con una conducta jurídica-
mente relevante, previa y propia del mismo sujeto”.
(95) https://www.trans-lex.org/100700/_/black-hen-
(92) DIEZ PICAZO, Luis, “Fundamentos del derecho ry-campell-black-s-law-dictionary-6th-ed-st-paul-1990/.
civil patrimonial”, Civitas, Madrid, 1993, t. I, p. 372.
(96) Conf. traducción propia del artículo por SOMBRA,
(93) Conf. LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., “Tratado de Thiago Luis S., “The Duty Of Good Faith Taken To a New
los Contratos”, La Ley, Buenos Aires, 2017, t. II, p.177. Level: An Analysis Of Disloyal Behavior”, 9 J. Civ. L. Stud.
27, year 2016, Bluebook 20th ed., extraído de Hein On-
(94) Traducción propia del artículo extraído de Hein line.
Online: KOSHIKAWA Junkichi, “Principles of Equity in
the Japanese Civil Law”, Chicago 7th ed., International (97) Conf. BORDA, Alejandro, “La teoría de los actos
Lawyer (ABA) 11, no. 2 (Spring 1977): 307-31. propios”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2017, p. 18.

24 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

de los actos propios (98). El estoppel by record se y Com., conocido como mitigate damages en la
asimila al efecto de la cosa juzgada, pero no por doctrina anglosajona.
la sentencia en sí, sino por la colaboración de la
conducta desplegada de las partes a fin de llegar A fin de limitar el estudio, como previo, se debe
al resultado en la sentencia (99). El estoppel by distinguir la diferencia entre precautorio y pre-
deed es una declaración vertida en un documen- ventivo, puesto que no son sinónimos. Así, se tie-
to sellado que no puede ser negada por el emisor ne dicho que el primero se ocupa de impedir la
de la declaración, no pudiendo discutirse la vera- generación de riesgos de efectos desconocidos,
cidad del contenido (100). imprevisibles, mientras que el segundo se ocupa
de evitar un daño futuro, cierto, objetivo, mensu-
Ahora bien, la doctrina de los actos propios rable (102).
necesita de una conducta jurídicamente vincu-
lante, llevada a cabo dentro de una situación o La diferencia es fundamental, puesto que el
relación jurídica. Es decir, hay un actuar positivo principio precautorio se aplicará con el fin de
que luego se contradice, quebrando la confianza. proteger de forma anticipada el medioambien-
Mientras que, en la figura del retraso desleal, es te, y el principio preventivo, en lo que aquí nos
la inacción prolongada que crea una confianza, compete, servirá al efecto de evitar un daño ma-
siendo la acción tardía la que rompe dicho mar- yor durante la inejecución por parte del acreedor
co. Cierto es que el mero retraso en el ejercicio de un derecho, que puede derivar de un contrato
del derecho no es una accionar positivo, pero sí o deuda.
es una conducta: es la conducta de su propia in-
actividad. Conducta que se contradice con el he- Corresponde —antes del análisis de los requi-
cho de ejercer de forma tardía la pretensión, que sitos sustanciales— establecer los requisitos pro-
sí es un accionar positivo que contraría la buena cesales, que sintéticamente serán resumidos: en
fe. Por ello, la diferencia fundamental radica en torno a la legitimación para interponer acción, la
entender la conducta en el retraso desleal como acción propiamente dicha, tipo de proceso y sen-
la inactividad del titular del derecho, constitu- tencia.
yendo un “no ejercicio de su derecho” para lue-
go reclamar la pretensión, momento en el cual se La legitimación se establece en el art. 1712
suscita la contradicción entre su inactividad y su del Cód. Civ. y Com., facultando para reclamar
actividad tardía. a aquellos que tengan un interés razonable en
la prevención del daño. Ahora bien, es una le-
Asimismo, la teoría de los actos propios puede gitimación amplia, debiendo el juez ponderar
ser aplicada de oficio por el juez (101), mientras la razonabilidad o no del interés. Para ello, exis-
que la del retraso desleal, por configurarse a tra- ten ciertos criterios que echan luz a este aspecto,
vés del abuso del derecho, debe ser aplicada de
como ser el demandante la posible víctima del
oficio. La diferencia es ínfima, pero no por ello
daño, puesto que es la parte con mayor interés en
soslayable.
mitigar el daño. Se tiene dicho que el daño puede
IX. La función preventiva del daño con rela- ser directo o indirecto, si involucra, por ejemplo,
ción al Verwirkung o retraso desleal a un miembro de la familia, pudiendo el dam-
nificado directo o indirecto accionar. Asimismo,
La función preventiva del daño se encuentra podrían accionar las asociaciones que posean
receptada en los arts. 1710 a 1713 del Cód. Civ. intereses de incidencia colectiva, v. g. Asociación
de Defensa de Consumidores. Por último, quien
(98) Ibidem, p. 20. puede iniciar la acción es aquel que se encuentra
obligado a prevenir o disminuir el daño; en este
(99) Ibidem, p. 21.
último caso, la acción procederá contra un terce-
(100) Ibidem, p. 22.
(101) Conf. LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., “La doctrina (102) Conf. ALFERILLO Pascual E., en ALTERINI, Jorge
sobre los actos propios y la pesificación”, LA LEY 2004-D, H. (dir.), “Código Civil y Comercial comentado. Tratado
1007, AR/DOC/1638/2004. exegético”, La Ley, Buenos Aires, 2015, 1ª ed., t. VIII, p. 6.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 25


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

ro que no permite que el obligado pueda realizar el orden público, a efectos de prevenir daños—,
su prestación preventiva (103). en forma definitiva o provisoria, obligaciones de
dar, hacer o no hacer. Ahora bien, sentado ello,
En cuanto a la forma de encauzar la acción, opino que el juez no debe limitarse a vincular
si existe peligro inminente se puede aplicar una obligacionalmente para cesar el daño, sino, a su
medida de tutela anticipada o medida cautelar vez, en la sentencia establecer las posibles con-
autosatisfactiva, ambas provisionalmente, has- secuencias o sanciones por el incumplimiento de
ta tanto se dicte una sentencia preventiva defi- las obligaciones establecidas. Es que, reitero, es-
nitiva que puede ventilarse bajo un proceso de tablecer obligaciones de dar, hacer o no hacer en
conocimiento. En lo concerniente a la tutela an- una sentencia pierde virtualidad si no se estable-
ticipada, se ha dicho que es aquella herramienta cen las sanciones para su incumplimiento.
procesal que, anticipadamente, frente al peligro
inmediato, procura el objeto de la litis, el cual Por otro lado, se establece que el juez debe
subsistirá o no con el posterior dictado de una ponderar los criterios de menor restricción y de
sentencia que confirme o revoque dicha medida medio más idóneo para asegurar la prevención
con base en la prueba producida. Es decir, la tu- del daño. Ello implica analizar la viabilidad de la
tela anticipada es accesoria a la sentencia que se acción preventiva, tolerando o no la producción
dictará con posterioridad. Por otro lado, la me- del daño, y, por otro lado, evaluar la mejor alter-
dida autosatisfactiva se acciona inaudita parte, nativa menos costosa para prevenir o disminuir
autónoma y no accesoria, por lo cual satisface el la agravación del daño, lo cual implica seleccio-
objeto de la litis de forma definitiva (104). Opi- nar cuidadosamente el contenido de la obliga-
no que la herramienta procesal que más coincide ción impuesta en la sentencia (106). Hasta aquí
con la naturaleza de la función preventiva es la los vericuetos procesales.
tutela anticipada de la prestación que será con-
firmada o no mediante una sentencia fundada En lo concerniente a los aspectos sustancia-
posterior. les, se encuentran en el art. 1711 del Cód. Civ. y
Com.: daño amenazante, conducta antijurídica,
En cuanto al aspecto procesal en torno al tipo relación de causalidad y posibilidad material de
de proceso para llevar a cabo la acción preventi- detener el daño.
va definitiva, la ley de fondo no se expide acer-
ca de ello; sin embargo, la mayoría de la doctrina Respecto al daño amenazante y a la conducta
sostiene que debe hacerse por vía ordinaria, sal- antijurídica, se tiene dicho que el hecho genera-
vo en supuestos especiales en los que se den los dor debe ser ilícito y que debe existir, por lo me-
requisitos de admisibilidad del amparo, como en nos, una amenaza de causar o agravar un daño,
el derecho del consumidor, en cuyo caso podría ya que la amenaza lo hace previsible (107).
aplicarse el proceso sumarísimo (105).
La causalidad se encontrará patente en el sen-
Por último, se regula el aspecto de la sentencia. tido de que la acción u omisión debe ser idónea
Se establece, en el art. 1713 del Cód. Civ. y Com., para producir o agravar el daño. Se prescinde de
que la sentencia debe disponer, a pedido de parte la subjetividad del agente, salvo, a mayor cono-
o de oficio —dado que se encuentra involucrado cimiento mayor responsabilidad (conf. art. 1725
del Cód. Civ. y Com.).
(103) Conf. LÓPEZ HERRERA, Edgardo en RIVERA Ju-
lio César (dir.) y MEDINA, Graciela (dir.), “Código Civil y Por último, en lo atinente a la cesación del
Comercial de la Nación comentado”, La Ley, Buenos Ai- daño, el mandato positivo o de abstención debe-
res, 2014, t. IV, p. 1002.
(104) MÁRQUEZ, Jimena, “Tutela preventiva en el (106) Conf. ALFERILLO Pascual E., en ALTERINI, Jorge
derecho de daños. Colisión de derechos de igual jerar- H. (dir.), “Código Civil y Comercial comentado. Tratado
quía: la acción preventiva frente a la libertad de expre- exegético”, La Ley, Buenos Aires, 2015, t. VIII, p. 22.
sión”, RCCyC 2018 (octubre), 109, AR/DOC/433/2018.
(107) Conf. GALDÓS, Jorge Mario en LORENZETTI, Ri-
(105) MEROI, Andrea A., “Aspectos procesales de la cardo Luis (dir.), “Código Civil y Comercial de la Nación
pretensión preventiva de daños”, RCCyC 2016 (abril), 70, comentado”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2015, t. VIII, p.
AR/DOC/956/2016. 310.

26 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

rá ser posible para evitar una causación continua para luego, en un juicio posterior, discutir acer-
del daño o para evitar un daño anterior que aún ca del abuso del derecho del acreedor por no ha-
no se produjo. Una vez que se produce el daño, ber ejecutado su deuda en tiempo, y acerca de los
no es posible prevenirlo, teniendo que recurrir a problemas que ello ocasionó (v. g. piénsese en el
la función resarcitoria (108). deudor cuya deuda es ejecutada el día uno, no es
tan gravoso como si fuese ejecutada al año, pues
Ahora bien, con relación al retraso desleal, ello implicaría que se sobreendeudara para pa-
cabe preguntarse: ¿es posible prevenirlo? gar el mayor incremento de la deuda, etc.). Nó-
tese que lo que aquí se plantea no es un juicio de
El quid representa un problema a la hora de
consignación. El lector perspicaz habrá notado
abordar la acción preventiva conjuntamente con
que en ningún momento mencioné dicha acción
el retraso desleal. Pues existen dos omisiones, si
en el presente capítulo. Es que no se debe olvi-
se quiere, antijurídicas. La primera del deudor
que no paga su obligación (aunque, siguiendo la dar que, a los fines de poder realizar una acción
doctrina del retraso desleal, no la paga por una de consignación, su requisito fundamental es la
inacción de su acreedor que crea dicha aparien- mora del acreedor. Vale decir, el acreedor debe
cia), y la segunda es la omisión del acreedor de negarse al pago, pues su falta de cooperación en
ejecutar la acción de cobro, por lo que los intere- la recepción del pago implicaría su mora (109).
ses siguen devengándose, tornando más gravosa Ello no es lo que sucede en el retraso desleal,
la situación del deudor. Cuando existe la concu- pues jamás el acreedor se niega a recibir el pago,
rrencia de dos omisiones que son antijurídicas sino que simplemente obra con retraso desleal
(deudor que no paga en su creencia por el retra- en cobrar su crédito, perjudicando al deudor.
so desleal y acreedor que no ejecuta), entonces
debe someterse al test de interpretación de la X. Conclusiones de la Verwirkung o retraso
norma: para prevenir, debe existir una omisión desleal
antijurídica (en el caso existen dos), y debe pre-
Resumiendo el concepto del capítulo II, según
verse la producción de un daño, su continuación
la postura que se adopte, los autores reconocen
o agravamiento. Entonces, cabe preguntarse: ¿al-
tres elementos o le agregan un cuarto elemento a
guno de los sujetos (deudor o acreedor) sufre
la teoría del retraso desleal, siendo el primero el
un daño que puede prevenirse? Entiendo que el
elemento objetivo determinable llamado “tiem-
acreedor no sufre daños por su omisión, pero sí
po”, pues, en el reclamo del acreedor existe una
los sufre el deudor.
demora palpable. El segundo es un elemento sub-
Ya se ha dicho que el retraso desleal puede jetivo, puesto que hace a la omisión del acreedor,
ser aplicado como defensa. Ahora bien, tengo la siendo subjetivo, pues no tuvo la diligencia debi-
convicción de que es posible el planteo, en sede da para reclamar su derecho, es culpable de su
judicial, de la acción preventiva, a los fines de propia inactividad. El tercer elemento es la con-
evitar la omisión abusiva por parte del acreedor, secuencia de los elementos objetivo-subjetivo es
depositando el capital e intereses, pero no de for- la confianza generada o expectativa en el deudor
ma íntegra, pues la omisión del acreedor en su que no será ejecutada la deuda o, de ser ejecuta-
retraso desleal provocó un perjuicio al deudor. da, no se le imputará todo el periodo de intereses
De esta forma, quedarían patentados la buena fe provocados por la inactividad del acreedor . Por
del deudor y el abuso del acreedor. Bien puede último, el cuarto elemento, el perjuicio, implica
tratarse de una tutela anticipada, depósito de di- que satisfacer la obligación con los intereses de-
nero mediante, donde el juez, a los fines de pre- vengados producto de la pasividad del acreedor
venir la continua acumulación y de evitar que se se ha convertido en gravoso para el deudor.
devenguen intereses, dicta un stop preventivo,

(108) Conf. Gómez Claudio D., “Acción preventiva de


daños en el Código Civil y Comercial: aspectos sustancia- (109) Conf. CALVO COSTA Carlos A., “Derecho de las
les y procesales”, publicado en RCyS2017-IX, 42, La Ley obligaciones- Teoría general de la obligación”, Hammu-
Online, Cita Online: AR/DOC/2439/2017. rabi, Buenos Aires, 2016, 2ª ed., t. I, p. 432.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 27


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

En cuanto a los orígenes referidos en el capítulo III, la exceptio doli generalis, entendida como aque-
lla excepción por la cual el demandado puede traerle al juez el hecho de que el actor no actuó con
buena fe, constituye la génesis de la teoría del retraso desleal. Es que no caben vacilaciones en cuanto
a que el tiempo, sumado a la inactividad, provoca una confianza que luego es quebrada por el acree-
dor incurriendo en mala fe. Frente a ello, el deudor contaría con la excepción señalada que abarca-
ría el pasado, presente y futuro de la abstención del acreedor, conjuntamente con su tardío accionar.
A no confundirse, la acción en el derecho romano por parte del acreedor sería justa, pues está en su
derecho de reclamarle al deudor; sin embargo, al extinguirse el vínculo de la equidad, la condena le
sería ineficaz al deudor, o al menos parte de ella, pues los intereses acumulados serían lo más gravoso.

Resumiendo el capítulo IV, el laches anglosajón puede surgir en virtud de que el actor permitió que
fluctuase una cantidad de tiempo significante, antes de perseguir su reclamo, pudiendo no protegerse
sus derechos en sede judicial con base en su conducta, pues podría ser considerada como equivalen-
te a una renuncia de su derecho, o sin entenderse como renuncia, pero posicionando a la otra parte
en un situación en la que no es razonable colocarlo si se hiciese lugar a la acción. El magistrado an-
glosajón ponderará las circunstancias del caso (léase demora, conductas por el actor), a fin de sope-
sar la aplicación de la teoría. El fallo rector en la materia es “The Lindsay Petroleum Company v Hurd
and others (Canadá)”, del 20 de enero de 1874, sentenciado por las Decisiones del Consejo Privado del
Reino Unido. Vale aclarar que no solo las obligaciones dinerarias son susceptibles de la aplicación de
la teoría del retraso desleal. Por último, cabe resaltar el notorio avance de la doctrina anglosajona en
cuanto a la consideración de las laches y la prescripción (entendida como “límite estatutario”). Aun
cuando la situación fue analizada para los fideicomisos, lo cierto es que es aplicable a un régimen ge-
neral, presentando los siguientes interrogantes y panoramas:

28 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

1) Si se omite hablar de prescripción en la ma- tasas de interés eran muy bajas, por largo periodo
teria: es posible aplicar laches. y el banco no demandó.

2) Si existe prescripción en la materia: a) una Por último, la suppressio brasileña se destaca


posición es que, si el órgano legislativo intervi- por encontrarse basada en la Verwirkung ale-
no específicamente en la fijación del periodo de mana. Entienden que un derecho se agota en el
prescripción, entonces la cuestión de la demora tiempo si no se lo ha hecho valer habiendo trans-
es gobernada exclusivamente por dicha ley, ve- currido un largo estadio, y si el deudor, después
dando la aplicación de laches; b) otra posición es de la creación del derecho, ha continuado en un
que la prescripción no privaría a una excepción comportamiento conjunto con el actor.
basada en la equidad —en la ley inglesa se en-
contraría de forma específica en la Sección 36 de En lo concerniente a la síntesis del capítu-
la Limitation Act de 1980—. lo V, se vislumbra en la Argentina una incipien-
te recepción de la teoría en el fuero comercial,
3) Si específicamente se prohíbe la pres- pudiendo ser aplicada al fuero civil por extrapo-
cripción para cierta materia/acción: a) unos lación, debido a que el retraso puede producirse
entienden que, si se vedó la prescripción, tam- en deudas civiles o comerciales. En cuanto a la
bién debería encontrarse vedada la aplicación sorpresa, lo cierto es que se divide en doctrina-
de laches por no existir límite temporal alguno; rios que pensaban que era un vicio de la voluntad
b) otros, en contrario, sostienen que se permite que afectaba a la imputación de pago y otros la
la aplicación de laches, ya que no es un periodo consideraron un vicio general para todos los ac-
temporal, sino una valoración de la conducta in- tos jurídicos voluntarios. Lo cierto es que hoy en
oficiosa del acreedor que con su demora perjudi- día el Cód. Civ. y Com. no la recepta expresamen-
ca al deudor. te, por ello, considero que podría conceptuali-
Resumiendo la Verwirkung alemana, es posi- zarse la sorpresa como una exteriorización de
ble afirmar su naturaleza jurídica como la de un abuso del derecho; de esta forma, se protege toda
efecto procesal consistente en la inadmisibilidad la relación jurídica de principio a fin y no única-
del ejercicio de un derecho bajo la circunstancia mente su génesis, como sucedía al considerarla
violatoria del principio de buena fe. No contem- un vicio general de la voluntad.
pla un periodo fijo, como lo contempla la pres-
En cuanto al capítulo VI, es posible destacar
cripción. La relación entre la prescripción y la
brevemente que el abuso del derecho es un he-
Verwirkung alemana deriva en que, si se cumplió
cho antijurídico —en cuanto a su ejercicio, faz
el periodo de prescripción, no es posible la apli-
dinámica—, debiéndose ponderarlo según las
cación de la teoría, pues la misma prescripción
circunstancias del caso. Ello implica que no es
ya protegería al demandado. Como consecuen-
ilícito cobrar una deuda; el problema se plantea
cia, los tiempos de la Verwirkung son más bre-
ves que los de la prescripción siguiendo la regla cuando la acción de cobro trasciende un tiempo
máxima de a mayor ofensa a la buena fe por par- prudencial, generando confianza en el deudor de
te del actor, menor es el tiempo necesario para la que no sería ejecutado, y, si lo fuese, no sería eje-
invocación de la defensa. cutado por una masa de intereses gravosos, sien-
do que el acreedor no demostró su intención de
Desglosando el retraso desleal español, se vis- cobro por un largo periodo. En síntesis, postulo
lumbra que su germen en ese país fue pretoriano que el ejercicio tardío del derecho, el retraso des-
a raíz de una crisis económica. La aplicación de leal, configura una modalidad de abuso del de-
la teoría fue restrictiva, limitándose generalmen- recho. No se debe olvidar que, vencido el plazo
te a aplicarla como freno a los daños moratorios de la obligación, el deudor sabe que debe pagar
que, en la mayoría de los casos, representaban y el acreedor sabe que debe reclamar, por ende,
igual o mayor volumen que el capital más intere- reclamar tardíamente implicaría un retraso des-
ses. Solo por excepción hicieron lugar al retraso leal mediante el uso de la figura del abuso del de-
desleal por intereses compensatorios cuando las recho.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 29


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

Resumiendo el capítulo VII, es posible extraer que, en su aplicación de oficio, la Verwirkung o retra-
so desleal debe ser aplicado por los jueces al ser una modalidad del abuso del derecho según el art.
10 del Cód. Civ. y Com. En cuanto a la relación entre el retraso desleal y la prescripción, cabe partir
por sus diferencias finalizando con las soluciones entre ambos: 1) los institutos poseen dos naturale-
zas jurídicas diferentes: el primero responsabiliza, el segundo es un modo de extinción de acciones;
2) el retraso desleal debe ser ejercido de oficio, la prescripción no puede ser declarada de oficio; 3) la
prescripción es una defensa, el retraso desleal no lo es, ya que se aplica se haya esgrimido o no, ca-
rece de carga procesal; 4) la prescripción puede interrumpirse/suspenderse, el retraso desleal, al ser
una conducta inactiva, no es posible luego mediante un hecho querer sanear dicha negligencia ; 5) la
prescripción es renunciable luego de adquirida, el retraso desleal no, porque se encuentra vedado por
el ordenamiento jurídico; 6) la prescripción tiene plazos genéricos y específicos, el retraso desleal no,
debiendo ser ponderada la conducta por el juez; 7) contemplo dos soluciones de aplicación del retra-
so desleal antes y después de vencido el plazo para aplicar la prescripción. Antes de vencido el plazo
de prescripción el juez de oficio debería evitar que el acreedor cobre una gran cuantía de intereses por
su retraso desleal. Después de vencido el plazo de prescripción, el juez podría o disminuir intereses o
extinguir la deuda de oficio con fundamento en el retraso desleal entendido como abuso del derecho.

En cuanto a la diferencia entre el retraso desleal y la caducidad, la síntesis radica en que en la cadu-
cidad no cuenta la intención ni la conducta y en el retraso desleal sí. Las similitudes entre la caduci-
dad y el retraso desleal son las siguientes: 1) ambos institutos no pueden ser interrumpidos (aplicable
a caducidad legal); 2) en la caducidad convencional pueden existir prórrogas, en el caso del retraso
desleal, de existir prórrogas, podría neutralizar la aplicación del instituto.

Diferencias Retraso Desleal Prescripción


Naturaleza jurídica Genera responsabilidad Modo de extinción acciones
Ejercicio de oficio SÍ NO
Defensa/Carga Procesal NO SÍ
Interrupción/Suspensión NO SÍ
Renunciable NO SÍ (luego de adquirida)
Plazos fijados por ley NO SÍ
Efectos Disminuye intereses o extingue deuda Extingue acción
total según el caso

Similitudes Retraso Desleal Caducidad de derecho

Interrupción NO NO (caducidad legal)


Prórrogas SÍ (podría neutralizar SÍ (únicamente
el instituto) en caducidad
convencional)
¿Importa subjetividad SÍ NO
del deudor?

Concluyendo el capítulo VIII, el deber de coherencia abarca una conducta o comportamiento ju-
rídico, pudiendo ser acción u omisión, debiendo ser serio —no animus jocandi, relevante entendido
como la provocación de un alto grado de expectativa en el otro, previo pues hace a la esencia de la
coherencia y propio—, emanado del sujeto o representante. De mediar sucesivos reclamos que no
provoquen dudas, la confianza provocada caería vedando la aplicación de la Verwirkung o retraso
desleal.

30 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Lucas P. Leiva Fernández

El efecto de la teoría de los actos propios con- mediante una acción preventiva de tutela antici-
siste en que no extingue derechos, únicamente pada, debiendo depositar el capital íntegro y los
rechaza la pretensión contradictoria, sumado a intereses que considera devengados el deudor,
la opción el resarcimiento por violar la buena fe: omitiendo los que considera abusivos por el re-
funciona como una barrera. Mientras en el retra- traso desleal, debiendo dictar un stop preventivo
so desleal el efecto es disminuir el perjuicio cau- el juez, para luego, en un juicio posterior, discutir
sado por el accionar tardío del acreedor. acerca de la Verwirkung. No es posible aplicar la
acción de consignación porque no hay mora del
En cuanto al análisis del derecho comparado acreedor, sino comportamiento desleal por omi-
y el principio de confianza legítima: tomando sión.
como supuesto el ejemplo japonés, allí escin-
den el principio de confianza del abuso del de- XI. Bibliografía
recho, siendo la confianza solo aplicable para
relaciones personales vedando el uso del abuso Doctrina
del derecho. Por su parte, en los países anglosajo-
nes, utilizan la teoría del estoppel, consistente en Alferillo Pascual E., en Alterini Jorge H. (Dir),
ser una presunción de impedimento de afirmar “Código Civil y Comercial comentado. Tratado
exegético”, Buenos Aires, Ed. La Ley, 2015,1° ed.,
o negar la existencia de un derecho, por haber-
T. VIII.
lo adquirido con relación a cierto actuar positivo
o negativo. El estoppel anglosajón no puede ser Alterini, Jorge Horacio, “Relatividad de los
aplicado de oficio. derechos en concreto. Antijuridicidad circuns-
tanciada. Quid del llamado abuso del derecho”,
En cuanto a las similitudes entre los actos pro-
publicado en LA LEY2014-C, 1012 - Sup. Aca-
pios y el retraso desleal, se puede destacar que
demia Nacional de Derecho y Ciencias Socia-
tanto la teoría de los actos propios como el retra-
les de Bs. As. 03/06/2014, 03/06/2014, - LA LEY
so desleal derivan del principio de buena fe, es
07/06/2018, 07/06/2018, 9 - LA LEY2018-C, 892,
decir, proceder de forma leal en las relaciones ju-
Cita Online: AR/DOC/1361/2014.
rídicas entabladas.
Ashdown Michael J. y Stanley Clare, “Laches
Ambas teorías juegan con la confianza legítima
and limitation”, Trusts & Trustees, Volume 20, Is-
entendida como la expectativa de provocar una
sue 9, November 2014. Se puede descargar de
acción o inacción favorable a mis intereses, a raíz https://doi.org/10.1093/tandt/ttu163.
de la conducta desplegada por el otro. Tiene ori-
gen alemán, al igual que la Verwirkung. Berizonce Omar Roberto, Sosa, Gualberto Lu-
cas, Morello Augusto Mario, “Códigos Procesales
Asimismo, hacen a la seguridad jurídica: seña- en lo Civil y Comercial de la Provincia de Buenos
lan conductas contradictorias, preservan la con- Aires y de la Nación”, Bs. As., Ed. Abeledo Perrot,
fianza provocada por las conductas precedentes. 2015, T.V.
En cuanto a las diferencias, amén de la ya se- Bibiloni Juan Antonio, “Anteproyecto Refor-
ñalada en cuanto a sus efectos, vale decir que el ma del Código Civil”, Bs. As., Ed. Gmo. Kraft Soc.
concepto de conducta varía entre uno y el otro. Anónima de Impresiones Generales, 1939, T. 1.
En los actos propios generalmente es un actuar
positivo o negativo que luego se contradice. En la Borda, Alejandro, “La teoría de los actos pro-
teoría del retraso desleal, lo relevante es la con- pios”, Bs. As., Ed. Abeledo-Perrot, 2000.
ducta de su propia inactividad que se contradi-
ce con un nuevo accionar. Asimismo, la teoría de Borda, Alejandro, “La teoría de los actos pro-
los actos propios puede ser aplicada de oficio, el pios”, Bs. As., Ed. Abeledo-Perrot, 2017.
retraso desleal debe ser aplicado de oficio por ser
modalidad de abuso del derecho. Cabanillas Sánchez Antonio, “Jurispruden-
cia del Tribunal Supremo español”, STS de 14
Por último, lo relevante del capítulo IX resi- de octubre de 2005, Pto. 1 “Doctrina de los ac-
de en que es posible prevenir el retraso desleal tos propios”, Link: https://www.boe.es/pu-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 31


La Verwirkung o teoría del retraso desleal

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La Verwirkung o teoría del retraso desleal

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1874: https://www.casemine.com/judgement/ 45c8c42cc16dc3f15175df.
uk/5b4dc23a2c94e07cccd23057.
T.S. Español, STS 148/2017, 2 de marzo de 2017,
Supreme Court of Judicature Court of Appeal n° Recurso: 389/2015, Id. vLex: VLEX-671414065,
(Civil Division) on Appeal from the High Court of
link: http://vlex.com/vid/671414065.
Justice Chancery Division “Gwembe Valley De-
velopment Company Ltd v Koshy”, 28 de julio de TSJ de Brasil, RECURSO ESPECIAL Nº 1.190.899 -
2003, https://www.ucc.ie/academic/law/restitu-
SP (2010/0072585-1), MINISTRO SIDNEI BENETI,
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Fallo: https://ww2.stj.jus.br/processo/revista/
England and Wales Court of Appeal (Civ- inteiroteor/?num_registro=201000725851&dt_
il Division), 15/2/2005, “Patel v Shah”: publicacao=07/02/2012.

34 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Hacia la dignidad del nasciturus (*)
María Alejandra Muchart (**)
Introducción El no nacido es completamente humano y,
por lo tanto, debe tener todas las protecciones
Desde hace varios años se ha tratado de intro- como tal. No es un potencialmente humano, es
ducir en la legislación el tema del aborto en la humano desde el comienzo, diferente de sus pa-
Argentina, hasta que en el año 2018 su intento dres, con un ADN propio y único, lo que hace
casi termina siendo ley. que cada ser humano sea irrepetible, con un
mapa genético exclusivo que le da una indivi-
Ese fue un año crucial, en el que se produjo dualidad eterna y permanente.
una grieta en la sociedad y en los valores huma-
nos, cuando un sector defendía los derechos de Los derechos del nasciturus surgen al consi-
la mujer a decidir sobre su cuerpo y nada sobre derar como persona al que está por nacer.
el gestado ni sobre el respeto de los derechos del
padre, del bebe, pretendiendo dejarlo a este en Si no, ¿qué diferencia habría —como sostiene
una situación de cosa. el profesor Luis F. P. Leiva Fernández— entre es-
tar muerto y no haber vivido? (1).
Durante todo el debate se escucharon postu-
ras muy críticas y diversas, que se podrían divi- Ante el nacimiento de un hijo muerto, cuan-
dir en dos áreas muy claras, una que reconocía do hay desprendimiento del seno materno y con
la personalidad jurídica del nasciturus desde la signos humanos, se mantiene la personalidad
concepción, adquiriendo estado jurídico y otor- jurídica y, por ende, por la dignidad del ser hu-
gándosele atributos desde ese momento, mien- mano, es derecho del niño no nato, como de sus
tras que la otra postura le negaba el carácter de los progenitores, que se considere al niño muer-
persona, relegándolo a un conjunto de células, to como persona jurídica y no como cosa.
sin derechos, dándole en cambio el derecho a la
mujer sobre su cuerpo, para justificar el aborto. Los no natos, como personas reconocidas por
nuestro sistema legal, tiene derechos subjetivos
A raíz de la existencia del aborto, surgió el en- privados, innatos y vitalicios y por ende son in-
foque de conocer el destino de esos fetos o be- herentes, extrapatrimoniales y necesarios.
bes muertos, tanto de los bebes deseados como
de los que no lo habían sido. Y su destino era Estos derechos personalísimos están regidos
común, eran considerados desperdicios para por el derecho a la intimidad familiar, la priva-
nuestro sistema legal y, por ende, eran desecha- cidad, con un derecho al nombre que su familia
dos, tirados a la basura, porque al no nacer con había planeado con esperanza, y con su estado
vida no eran personas humanas. de hijo, en el caso de los deseados o esperados,
y en el de los no deseados, por el solo hecho de
Me propongo en este trabajo demostrar que el ser personas, debiendo ser tutelada por el Esta-
nasciturus, el niño que muere en su seno mater- do, a una inscripción en un registro de nacidos
no, porque es una persona desde la concepción, difuntos con caracteres similares a una partida
y como tal es “digna” y por ende tiene derechos. de defunción, pero que dejen de ser NN y solo
con fines de censo y puedan tener derecho a un
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 5 de entierro digno y no con destino a un tacho, cha-
agosto de 2020. ta o bolsa de desperdicios.
(**) Dedico este trabajo en memoria de mi hijo Nico-
lás, que, a pesar de haber nacido, jamás vio la luz, y a mis (1) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “La personalidad
hijos Alexis, Natasha y Agustín, que me acompañan y me pretérita. No es lo mismo estar muerto que no haber vivi-
enseñan cada día a ser madre. do”, LA LEY 2018-E, 1114, ADLA 2018-12, 3.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 35


Hacia la dignidad del nasciturus

Conforme el art. 19 del Código Civil y Comercial En el desarrollo de este trabajo se tratará el es-
y los tratados internacionales, la existencia de la tatus del nasciturus, su reconocimiento como
persona humana comienza desde la concepción, persona desde la concepción, la dignidad de la
por ende, es susceptible de adquirir derechos (do- persona, su regulación en nuestro sistema y en
naciones, herencias), no pudiendo ejercerlos por tratados internacionales, los derechos persona-
sí, sino a través de sus progenitores. También pue- lísimos ya reconocidos en leyes de otros países
den ser reconocidos durante la gestación, impug- que ya lo reconocen, proyectos de leyes en Ar-
nada la paternidad, ser beneficiario y acreedor de gentina y jurisprudencia, para llegar a demos-
un seguro, entre otros derechos, aunque queden trar que se va en el camino correcto hacia la
sujeto a que nazca con vida.
dignidad del nasciturus, reconociéndole el de-
El art. 21 del mismo cuerpo normativo hace recho a un nombre y a una sepultura.
referencia a que nazca con vida como condi-
ción, pero esta es una redacción poco feliz, CAPÍTULO I
porque no aclara a qué derechos se refiere, pa- EL NASCITURUS
reciendo poner en la misma bolsa todos los de-
rechos, incluso los personalísimos. “La vida del hombre es su concepción
en la Vida”
Pretendo demostrar que el derecho se enca- Ludwig FEUERBACH
mina hacia el reconocimiento de la dignidad del
nasciturus como derecho personalísimo, es de- I. Concepto
cir, a tener un nombre y el derecho a un entierro
digno y respetando los valores de todas las reli- El término nasciturus proviene de la pala-
giones o creencias de sus padres, aunque pierda bra latina derivada de nascor (que ha de nacer),
los derechos patrimoniales. y representa un concepto diferente al de ya na-
cido, refiriéndose al ser humano como suje-
Este estatus de hijo solo surgió y quedó en el
to de derecho que ha sido concebido, pero que
dolor de la familia, no figurando en ningún otro
lugar dicho alumbramiento, ni en el historial clí- todavía no ha nacido.
nico, ni el Registro Civil, ya que allí como en el
La Real Academia Española (2) define el nas-
cementerio es solo es un NN.
citurus como el concebido, pero no nacido como
Precisamente la finalidad de este estudio con- fase de la vida humana interna o en formación.
siste en demostrar como punto destacado de la
tesina que el nasciturus tiene derechos, a pesar II. Estatus jurídico
de haber nacido muerto, que es el de materia-
Con referencia al nasciturus, o no nacido, es
lizar su nombre y registro de nacimiento como
fallecido para tener un entierro digno, como un importante saber el estatus jurídico, para acla-
derecho personalísimo, que no se puede perder, rar si estamos en presencia de una persona hu-
ceder o enajenar. mana, de la parte del cuerpo de la madre, o si es
la nada misma.
El no nato fallecido aparece figurando como
un NN (no nacido) violando así el derecho a la El Código Civil de Vélez, siguiendo a Freitas y
identidad y el derecho a la intimidad, perdiendo al Código prusiano, ya reconoció al nasciturus
el derecho a una sepultura digna de su cuerpo, y su calidad de persona en el art. 63, y asimismo
con referencia a su familia, el derecho a realizar se refiere a aquel como persona por nacer (3).
una adecuada inhumación de sus restos para
brindarle culto, venerar su memoria. (2) Concepto de la Real Academia Española que pu-
ede consultarse en el sitio web https://dej.rae.es/lema/
Para tratar de llegar a una conclusión, abor- nasciturus.
daré y desarrollaré en los siguientes capítulos (3) Código de Vélez, art. 63: «Son personas por nacer
los diversos temas que constituyen los objetivos las que no habiendo nacido están concebidas en el seno
que se trata de demostrar. materno».

36 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

Se complementa el artículo referido prece- Art. 19: “Comienzo de la existencia. La exis-


dentemente con el art. 70, el cual estableció que tencia de la persona humana comienza con la
la existencia de la persona comienza desde la concepción”.
concepción, lo que implica que desde ese mo-
mento puede adquirir derechos como si hubie- Art. 21: “Nacimiento con vida. Los derechos y
ra nacido (4). obligaciones del concebido o implantado en la
mujer quedan irrevocablemente adquiridos si
Es decir, se encuentra en pie de igualdad el nace con vida. Si no nace con vida, se considera
nasciturus o niño por nacer con el niño que ya que la persona nunca existió. El nacimiento con
ha nacido, al considerarlo persona y por ende su vida se presume.
posibilidad de adquirir derechos, que se ejerce-
rán a través del representante legal, que en pri- También es interesante la incorporación del
mer lugar serán los progenitores. art. 51, que abre un capítulo dedicado a los de-
rechos y actos personalísimos, en que se le reco-
El proyecto del Código Civil argentino de 1998 noce a la persona humana la inviolabilidad y en
en su art. 15 (5) menciona a la persona, pero cualquier circunstancia tiene el derecho al reco-
aludiéndola en relación con el comienzo de su nocimiento y respeto de su dignidad.
existencia. Una nota importante es que la men-
ciona como persona humana (6). Por lo que se concluye que el nasciturus o
persona por nacer es persona humana desde la
Por su parte, en el capítulo 1 del título I del li- concepción (8).
bro I, el art. 19 del Cód. Civ. y Com. también re-
conoce al no nacido como persona, refriéndose Es un sujeto de derecho. No es una parte ni es
a aquel como persona por humana (7) y esta- un órgano de la madre.
blece, al igual que la normativa del Código de
Vélez, la existencia como tal desde el momento Al ser un sujeto de derecho, está protegido por
de la concepción. la legislación civil, pudiendo, desde la concep-
ción, adquirir algunos derechos y obligaciones,
O sea que el Cód. Civ. y Com. define el mo- como si hubiera nacido, pero condicionado a
mento en el cual se considera persona por na- que nazca con vida.
cer.
III. Derechos
En cuanto a la normativa comprendida del
código relativo a persona, se encuentran en re- El derecho más importante que tiene un nas-
lación los arts. 19 y 21. citurus es el derecho a la vida.

(4) Código de Vélez, art. 70: "Desde la concepción en Sin este bien jurídico protegido no hay nada.
el seno materno comienza la existencia de las perso-
nas; y antes de su nacimiento pueden adquirir algunos “Se reconoce al nasciturus como protegido
derechos, como si ya hubiesen nacido. Estos derechos por la legislación siendo pasible de adquirir de-
quedan irrevocablemente adquiridos si los concebidos rechos y obligaciones colocándose el eje en la
en el seno materno nacieran con vida, aunque fuere por
instantes después de estar separados de su madre". noción de la concepción (9).
(5) Art. 15 del proyecto del Código Civil de 1988: “Co-
mienzo de la existencia de la persona. La existencia de las (8) Concepción: sinónimo de anidación. En biología se
personas humanas comienza con la concepción. trata de la fusión de dos cedulas sexuales para dar lugar a
la cedula cigoto, donde se encuentra la unión de los cro-
(6) El término persona humana fue incorporado a la mosomas del hombre y la mujer. Es este sentido la idea
redacción del art. 19 del Cód. Civ. y Com. de Concepción es sinónimo de fecundación.
(7) El Código Civil y Comercial de la Nación no define (9) HERRERA, Marisa, CARAMELO, Gustavo, PICAS-
la persona humana, pero si persona jurídica en el art. 141. SO, Sebastián, “Código Civil y Comercial de la Nación co-
Se usa el término humano referido a la persona individu- mentado”, Infojus, Buenos Aires, 2015, título preliminar,
al para diferenciar de la colectiva. libro primero, p. 50.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 37


Hacia la dignidad del nasciturus

Como persona goza de derechos, tanto de los Hoy muchos de esos derechos han sido plas-
derechos personales como de los personalísimos. mados en el Cód. Civ. y Com., en diversos ar-
tículos a lo largo de su cuerpo normativo, como
Estos últimos serán desarrollados en un capí- también receptados algunos por leyes especia-
tulo aparte. les, como los de la seguridad social.
El código de Dalmacio Vélez Sarsfield se re- En el código vigente se le reconoce al nasci-
firió en el art. 64 (10) a la herencia y donación turus el derecho a ser reconocido durante la
como derechos para los niños por nacer y eso se gestación en el seno materno, conforme lo pre-
debe que ha tomado al pie de la letra para dicho visto en el art. 574 (12); también la posibilidad
artículo la normativa del Esbozo de Freitas, que de iniciar la acción de impugnación preventi-
solo menciona estos dos derechos, con impron- va de la filiación presumida por la ley por par-
ta romanista. te del padre, conforme el art. 592 (13); también
puede ser titular de alimentos, conforme el art.
Pero, a pesar de solo prever esos dos derechos,
665 (14), donde la madre inicia las acciones le-
el Código Civil de Vélez, como bien señala y ex-
gales para su pedido.
plica Cifuentes (11), se pregunta si el nasciturus
o no nacido no podría adquirir otros derechos. Con referencia al derecho sucesorio, la perso-
Ante esta inquietud explica que tanto la doc- na por nacer puede suceder conforme el orden
trina y algún caso la jurisprudencia empezaron sucesorio, pero con la condición de que nazca
a reconocer al nasciturus, además de los dere- con vida: así lo fija el art. 2279, previendo “...a)
chos ya reconocidos y normados por el código, las personas humanas existentes al momento
tales como la herencia y donación, otros dere- de su muerte; b) las concebidas en ese momen-
chos como: to que nazcan con vida”.

a) el derecho al estado filiatorio; Entonces es claro que la persona por nacer,


nasciturus, goza de la capacidad de derecho, es
b) el derecho a ser acreedor de créditos emer- decir, es titular de derechos, conforme lo prevé
gentes de actos ilícitos que lo hubieran perjudi- el art. 22 del Cód. Civ. y Com., pero tienen in-
cado; capacidad para su ejercicio (art. 23), y por ello
actúan en su representación los padres, confor-
c) el derecho a alimentos; me el art. 24 inc. a) y el art. 101 de del código
vigente.
d) el derecho ser beneficiario de un seguro de
vida; (12) Cód. Civ. y Com.: Art 574: Reconocimiento del
hijo por nacer. Es posible el reconocimiento del hijo por
e) el derecho a los beneficios de leyes sociales, nacer, quedando sujeto al nacimiento con vida.
como ser pensiones;
(13) Cód. Civ. y Com.: Art 592: Impugnación preven-
tiva de la filiación presumida por la ley. Aun antes del
f ) demandar judicialmente como actor en de- nacimiento del hijo, el o la cónyuge pueden impugnar
fensa de sus derechos y de su persona, y tam- preventivamente la filiación de la persona por nacer.
bién podría ser demandado. Esta acción puede ser ejercida, además, por la madre y
por cualquier tercero que invoque un interés legítimo. La
Esta enunciación es meramente enunciativa y inscripción del nacimiento posterior no hace presumir
no taxativa. la filiación del cónyuge de quien da a luz si la acción es
acogida. Esta disposición no se aplica en los supuestos de
técnicas de reproducción humana asistida cuando haya
(10) Código de Vélez, art. 64. -Tiene lugar la represent- mediado consentimiento previo, informado y libre, con
ación de las personas por nacer, siempre que éstas hubie- independencia de quienes hayan aportado los gametos.
ren de adquirir bienes por donación o herencia.
(14) Cód. Civ. y Com.: Art 665: Mujer embarazada. La
(11) CIFUENTES, Santos, “El nasciturus (Las personas mujer embarazada tiene derecho a reclamar alimentos al
por nacer)”, El Derecho, Buenos Aires, 16/8/1966, Nro. progenitor presunto con la prueba sumaria de la filiación
1422, p. 4 alegada.

38 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

Pero hay un tema muy importante que es la opera la retroactividad, porque se considera que
parte final del art. 21 del Cód. Civ. y Com., y es nació con vida.
la circunstancia de que estos derechos serán
irrevocablemente adquiridos si nace con vida y, Pero el art. 346 del Cód. Civ. y Com. (16) esta-
si no nace con vida, es como si nunca hubiera blece como efecto la no retroactividad, al con-
existido. trario de lo previsto en el Código de Vélez, en el
art. 543 donde la condición operaba retroactiva-
Esta norma somete la situación de los derechos mente (17).
del no nacido a una condición que es, nada más
ni nada menos, que el nasciturus nazca con vida. Ante esta situación, cabe preguntarse qué es
lo que nunca existió, la persona, los derechos
Y esto genera varios interrogantes: ¿qué tipo patrimoniales, los no patrimoniales.
de condición es?, ¿se aplica a todos los derechos
Ante el juego de los arts. 21 y 346 del Cód. Civ.
del niño por nacer o nasciturus?, ¿deja de ser
y Com., pareciera que estamos en presencia de
persona?, ¿qué pasa con sus derechos?
una disyuntiva de que se es persona desde la
IV. Condición jurídica: Irrevocabilidad de concepción y si muere en el seno materno ya
no es persona, es decir, se considera como que
la persona. Acto jurídico. Derechos persona-
nunca existió, y por ende pierde todos los dere-
lísimos
chos.
El Código Civil de Vélez en la normativa pre-
Ya Cifuentes (18), en 1966, no compartía el
vista en el art. 74, consideraba que, “si muriesen
criterio de considerar “como que nunca hubiera
antes de estar completamente separados del existido” al niño que muere en el seno materno,
seno materno, serán considerados como si no porque tal afirmación avasallaría no solo los de-
hubieran existido”. rechos, sino también la personalidad.
Nuestro sistema legal, en el art. 21 del Cód. Observa y comparte con Orgaz (19) que la
Civ. y Com., otorga derechos al no nato, pero caracterización jurídica es antiética, porque al
condicionándolos a que nazca con vida. Si no hablar de condición resolutoria, es decir, al re-
nace con vida se considera como si la persona trotraer todos los derechos que tenía como per-
nunca existió. sona mientras estaba en el seno materno, como
si no hubiera existido, afecta a un elemento
Está claro que este hecho de nacer con vida es esencial presupuesto del vínculo (el sujeto), bo-
una condición. rrando lo que existió físicamente.
Tanto la doctrina como la jurisprudencia ha- La persona no se aniquila, incluso al no nacer
blan de que la condición a que hace referencia con vida, lo que sí cae es el acto jurídico, el cual,
el art. 21 (15) es una condición resolutoria, por sí estaba subordinado a un acontecimiento fu-
ende, aplicado al tema en desarrollo, en el caso turo e incierto, que es el que debía nacer con vida.
de fallecer en el seno materno, pareciera que
todo debería retrotraerse, como si nunca hubie- La persona está más allá de la condición, de-
ra existido el nasciturus, es decir, la persona por bido a que es persona porque tiene una vida.
nacer.
(16) Cód. Civ. y Com., art. 346: “Efectos: La condición
Cabe aclarar que la doctrina y la jurispruden- no opera retroactivamente, excepto pacto en contrario”.
cia son contestes en que, aunque viva un segun- (17) Cód. Civ. y Com., art. 543: “Cumplida la condición,
do fuera del seno materno y luego muera, no los efectos de la obligación se retrotraen al día en que se
contrajo”.
(15) Cód. Civ. y Com.: “Nacimiento con vida. Los (18) CIFUENTES, Santos, ob. cit., p. 2.
derechos y obligaciones del concebido o implantado en
la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si nace (19) ORGAZ, Alfredo en CIFUENTES, Santos, “El
con vida. Si no nace con vida, se considera que la persona nasciturus” (Las personas por nacer)”, Buenos Aires, El
nunca existió. El nacimiento con vida se presume”. Derecho, 16 de agosto de 1966, Nro. 1422, p. 2.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 39


Hacia la dignidad del nasciturus

Porque tiene vida tiene derechos, los que son condición resolutoria; en el fallo nro. 18.058 del
ejercidos por representación por parte de sus año 2019 se sostiene: “La aludida condición re-
progenitores, o lo que la ley indique, pero, si solutoria (especialmente relativa a derechos de
nace muerto, es como si nunca hubiera adqui- contenido patrimonial) no sería aplicable a los
rido tales bienes y derechos patrimoniales, sin derechos personalísimos” del no nato (cts. art.
dejar, por ello, de haber sido persona, usando la 51 ss. del Cód. Civ. y Com. entre ellos: el dere-
frase “siendo hasta que deje de ser.” cho al nombre, así como el reconocimiento de
su cuerpo como cadáver. Lo que se halla estre-
En ese mismo lineamiento se inclina Saux (20) chamente ligado al derecho a recibir adecuada
al considerar lamentable que la redacción de sepultura) tal como surge de varios artículos del
la norma del art. 21 no haya esclarecido debi- Cód. Civ. y Com. (vgs arts. 22 y 24 inc. 1 que se
damente, al menos como necesaria aclaración refieren a la incapacidad de ejercicio de la per-
legal, ese considerarse como que la “persona sona por nacer; 101 inc. a) el cual reconoce a los
nunca existió”, que se circunscribe solamente a padres como los representes de sus hijos por na-
los derechos estrictamente patrimoniales y no a cer” (sic) (21).
los extrapatrimoniales. Es decir, si el nasciturus
muere en etapa gestacional, no recibe ni trans- Por lo cual podríamos hacer una primera con-
mite derechos. Pero solo a eso se debe limitar la clusión de que el no nato o nasciturus es perso-
terminología “existencia”. na y es persona humana desde la concepción.

Pero en lo concerniente a lo patrimonial tam- Al ser persona tiene personalidad, por ende,
poco es absoluto, por cuanto, si el feto muere tiene derechos, los cuales quedan sujetos a una
en el seno materno, por ende no adquiere de- condición, que es que nazca con vida.
rechos patrimoniales, como tampoco los trans-
En caso de no nacer con vida, lo que cae es
mite, pero tal regla no es absoluta, porque, por
el acto jurídico, pero no la personalidad, y, por
ejemplo, si el nasciturus fallece a raíz de un ac-
ende, no caerían los derechos personalísimos.
cidente de tránsito, sus padres pueden ejercer
una acción resarcitoria por daño, y si la madre V. Teorías
reclamó y percibió los alimentos durante la ges-
tación, estos no pueden ser repetidos por el ali- Es importante analizar brevemente las distin-
mentante, lo cual esto ayuda a sostener que los tas posturas que hacen referencia al nasciturus
derechos personalísimos no se extinguen re- que ha fallecido en el seno materno, pudiendo
troactivamente, sino que nacen y mueren con la agruparlas en tres teorías:
persona, aunque falleciera en el seno materno.
1) La primera teoría sostiene que “no es per-
Es de mucha importancia hacer esta salvedad sona”: considera al no nacido jurídicamente
y que se modifique la normativa, cubriendo este como una célula o parte del cuerpo de la madre
vacío legal, a fin de evitar interpretaciones que del cual ella puede disponer como quiera (22).
desconozcan los derechos extrapatrimoniales
(afectivos) que de por sí el hecho de que fallezca 2) La segunda teoría entiende estar frente a
un hijo es tanto para sus padres o sus familia- una “persona sin personalidad jurídica”: el nas-
res un terrible dolor como las del fallecido, cuya citurus es un ser humano, pero no tiene per-
memoria debe ser respetada. sonalidad jurídica, es decir, no es considerada
persona por el derecho.
Se suma a lo sostenido por la doctrina un re-
ciente fallo que ha realizado una interpretación (21) Juzgado de Primera Instancia en lo Contenciosos
armónica del plexo normativo con relación a la Administrativo Nro. 1 del Departamento Judicial Zarate,
“T, B. M s/ Materia a Categorizar”, 07/10/2019.
(20) SAUX, Edgardo Luis, en LORENZETTI, Ricardo (22) CORRAL, María Elena, “Pastilla del Día Después”,
Luis “Código Civil y Comercial explicado. Doctrina y Ju- en Iuris Dictio: Revista del Colegio de Jurisprudencia de
risprudencia”, Rubinzal- Culzoni, Buenos Aries, 2019, tí- la Universidad San Francisco de Quito, Quito, Ediciones
tulo preliminar, parte general, p. 52. Abya-Yala, 2007, p. 108.

40 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

El no nato es una persona potencial, por esta Es humano y diferente de sus padres, simple-
razón se protege su forma de vida y los derechos mente por poseer su propio ADN, sumado a que
que eventualmente pueda tener (23). Adquie- puede ser de distinto sexo que su madre, con ór-
re personalidad jurídica en el momento del na- ganos propios e incluso puede tener grupo san-
cimiento. guíneo diferente a su madre o a su padre.

La existencia biológica comienza con la con- Los derechos humanos son aplicables al que
cepción, mientras que la existencia legal de la esté por nacer desde la concepción sin condi-
persona inicia solo con el nacimiento, es decir, al ción, porque derivan de la naturaleza humana
separarse completamente del seno materno, se- y son parte del derecho natural y el nasciturus
gún el art. 90 (24) del Código Civil colombiano y está protegido por el derecho natural, que es in-
el art. 74 (25) del Código Civil chileno. nato, inviolable, irrenunciable, inalienable, im-
prescriptible y absoluto, no importando el nivel
3) La tercera teoría sostiene que “es perso- del desarrollo de su estado gestacional.
na humana”: considera al no nacido como ser
Comparto la opinión de Ghersi al sostener
humano/ persona, por lo tanto, titular de dere-
que la persona por nacer es una categoría de la
chos, desde la concepción.
persona humana que posee derechos personalí-
La doctrina que sostiene esta última teoría simos inalienables, como el derecho a la identi-
considera que la personalidad jurídica comien- dad, nombre, sepultura (27).
za al momento de la unión de las células sexua- El niño muerto en el seno materno es un ca-
les, por lo tanto, el nasciturus es titular de este dáver humano, aunque no tenga derecho a ac-
derecho y merece absoluta protección. ceder a derechos patrimoniales, y los pierda
para el futuro, pero es claro que no es una cosa o
El no nato tiene personalidad jurídica y no
parte de los órganos de su madre.
hay diferencia entre el niño no nacido y el niño
por nacer, ya que tiene características biológicas El cadáver humano merece respeto como tal,
y genéticas que lo convierten en persona. conforme art. 61 del Código Civil y C Comercial,
porque forma parte de nuestra cultura, de todas
No se trata de un potencial ser humano, es las religiones y del sentido natural de nuestros
persona humana desde el comienzo. pueblos.
Es un hecho biológico desde el inicio, no es un Por ello, recalcamos que el cadáver no es una
hecho moral, religioso o legal (26). nada jurídica, sino que están vinculados a él
sentimientos respetables.
(23) PARRAGUEZ RUIZ, Luis, “Manual de derecho civil
ecuatoriano: persona y familia”, Volumen I, Loja, Univer- Y, como sostiene esta teoría, el nasciturus tie-
sidad, Técnica Particular de Loja, 2005, p. 40 ne personalidad jurídica, refuerza el criterio de
(24) Código Civil colombiano, art. 90: “Existencia legal que conlleva tener derecho a un nombre, como
de las personas. La existencia legal de toda persona prin- factor de identidad y lo que ello jurídicamente
cipia al nacer, esto es, al separarse completamente de su implica, a un certificado de nacido muerto, que
madre”.
equivale a un certificado de defunción fetal con
(25) Código Civil chileno, art 74: “La existencia legal un nombre y con ello podría dársele cristiana
de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse sepultura.
completamente de su madre”.
(26) Calvo Meijide, Alberto, “El nasciturus como sujeto El nombre “sirve para designar a las personas
del derecho: concepto constitucional de persona frente o a las cosas, distinguiéndose de las demás de
al concepto pandectista. Civilista”; en Cuaderno de Bioé- su especie. En cuanto a las personas constituye
tica, Volumen 15 “Células madre”, Nro. 54, Madrid, De-
partamento de Empresa: Facultad de Ciencias Económi-
cas y Empresariales de la Universidad San Pablo, 2004, p. (27) Ghersi, Carlos Alberto, “La persona humana y su
283. dignidad”, La Ley 2012-1365.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 41


Hacia la dignidad del nasciturus

la base de su diferenciación con el objeto de im- De allí que los concebidos no nacidos se asi-
putarles consecuencias jurídicas determinadas. milarían, para estos efectos, a los ya nacidos con
vida.
Es un derecho absoluto e inmutable; esto es,
los nombres van pegados al esqueleto (nomina VI. El comienzo de la existencia de la persona
ossibus inharent).
VI.1. Antecedentes en el derecho romano
No es valorable en dinero y no es enajenable.
La doctrina y legislación romana otorgaba a la
El nombre de los ciudadanos romanos esta- criatura en gestación una fisonomía jurídica es-
ba constituido por un conjunto de tres palabras pecial; se la consideraba como una anticipación
(tria nomina) de cuya combinación resulta la de la persona o, mejor dicho, como una persona
particularización de la persona (D.28.2.1). Du- futura, una esperanza que va desarrollándose
rante la República el nombre se estructuraba de instante en instante hasta que llega a ser una
de forma compleja: el nombre propio (praeno- realidad maravillosa y perfecta al transformase
men), que indica la filiación; el nombre, que alu- en un ser humano.
día a la gens a la que pertenecía (nomen), y el
nombre, cuya elección hacían los padres inspi- El nasciturus carece de voluntad y por ende
rándose en ciertos presagios (cognomen)” (28). del ejercicio de sus derechos. Ante esta incapa-
cidad, estos actos son realizados por quienes lo
El art 62 del Cód. Civ. y Com. establece que representan, que serían sus progenitores.
la persona humana tiene derecho y el deber de
usar un prenombre y el apellido que le corres- Existía, por ende, una dualidad de pensa-
ponde (29). miento en esa época. Por un lado, al no naci-
do no se lo consideraba persona como tal, sino
Es, por ende, un atributo de la personalidad, como una esperanza de persona futuro en caso
que es un factor de la identidad, que conlleva de tener algún interés que proteger, como, por
el reconocimiento de su personalidad jurídica, ejemplo, un legado. En este caso, sí se lo toma-
dignidad, derechos y deberes, y, sin él, al colo- ba en cuenta para la protección de sus intereses,
carle en la partida de defunción fetal la sigla de los cuales adquiriría al nacer con vida.
no nacido como no nominado (NN), se le quita
el total sentido de posible humanidad. Esta normativa contiene los conocidos dere-
chos y garantías implícitos, entre los que se en-
Con referencia a la cristiana sepultura, ha sido cuentra, entre otros, el derecho a la vida. Estos
destacada en el superior tribunal provincial de mismos tienen fundamentos en los que propor-
Buenos Aires (30), el cual señala que la sepul- ciona el deber de ideal de valor de justicia y de-
tura de los restos de los seres queridos se vin- recho natural.
cula con los sentimientos de los allegados, para
honrar su memoria, rendirle culto y elaborar su VI.2. Convenciones internacionales
duelo.
En este punto mencionaré dos convenciones
que hoy tienen jerarquía constitucional y que
(28) MORANCHEL POCATERRA, Mariana, “Compen-
dio de derecho romano” Universidad Autónoma Metro-
son de suma importancia al determinar desde
politana, Unidad Cuajimalpa Ciudad de México: UAM, cuándo se considera que se es persona y desde
Unidad Cuajimalpa, 2017, ps. 41-42. cuándo se es niño, y su respectiva protección.
(29) Cód. Civ. y Com., Art. 62: “Derecho y deber: La En la Convención Americana sobre Derechos
persona humana tiene el derecho y el deber de usar el
prenombre y el apellido que le corresponden”. Esta nor- Humanos —Pacto de San José de Costa Rica, ley
mativa guarda relación con la Convención Americana so- 23.054—, se reconoció en el art. 4.1 este derecho
bre Derechos Humanos (art. 18 y 27) y con la Convención al disponer: “toda persona tiene derecho a que
sobre los Derechos del Niño (art. 8.1). se respete su vida. Este derecho estará protegi-
(30) Causa C101958 “L.B.E c/ Provincia de Buenos Ai- do por la ley, y en general, a partir del momento
res s/ daños y perjuicios sentencia del 22/12/15 voto del de la concepción. Nadie puede ser privado de la
Dr. D Lazzari”. vida arbitrariamente”.

42 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

Por ende, se es persona desde el momento de la persona humana, coincidiendo en que esta
la concepción. comienza con la concepción.

La Convención sobre los Derechos del Niño, Por ende, la noción de persona proviene de
aprobada por la ley 23.849, dispone en igual la naturaleza, siendo persona todo ser humano
sentido en el art. 6.1:” Los Estados Parte recono- por el solo hecho de serlo.
cen que todo niño tiene el derecho intrínseco a
la vida”. Y agrega que se considera “Niño” a todo En nuestro Código Civil y Comercial, la Cons-
ser humano desde el momento de la concep- titución Nacional y los tratados de derechos
ción hasta los 18 años. humanos y convenciones, son tomados como
fuente de derecho, y a su vez reconocen la vida
Por su parte, la jurisprudencia de la Cor- humana desde la concepción. Así, conforme
te Suprema de Justicia de la Nación en el caso han sostenido Lorenzetti y Highton de Nolasco y
“Ekmekdjian, Miguel A. c. Sofovich Gerardo y Kemelmajer de Carlucci al entregar el proyecto
otros” (31) resolvió: “La Convención de Viena a la presidenta en marzo de 2012: “La existencia
sobre el derecho de los tratados (...) confiere
de la persona humana comienza con la concep-
primacía al derecho internacional convencional
ción y en el caso de técnicas de reproducción
sobre el derecho interno”. Ambas convenciones
asistida, comienzo con la implantación del em-
tienen, a partir de la reforma de la Constitución
brión en el seno” (33). Tema discutido por los
Nacional de 1994, conforme el art. 75 inc. 22, je-
rarquía constitucional. profesionales en técnicas de reproducción hu-
mana.
VI.3. Código Civil y Comercial
Como fácilmente se puede observar, se elimi-
Es claro que todo derecho supone un sujeto. nó la frase “del seno materno”, mejorando la fór-
mula, quedando en claro que, conforme el art.
El Código Civil de Vélez Sarsfield, en sus arts. 19 del Cód. Civ. y Com.: “La existencia de la per-
63 y 70, se ajusta a lo que ya reconoce la tradi- sona humana comienza con la concepción”.
ción jurídica argentina, en el sentido de que la
vida comienza desde la concepción dentro del Nuestro Código Civil y Comercial sostiene
seno materno (32). que la vida comienza con la concepción (art.
19) (34) y agrega, como sostenía el proyecto de
En el proyecto de unificación del Código Civil
y Comercial (1988) se usó el nombre de persona (33) La primera etapa de redacción por parte de la
humana a lo largo de aquel, con distintos sinó- comisión creada por decreto 191/2011 e integrada por
nimos. el Dr. Lorenzetti, y las doctoras Highton de Nolasco y
Kemelmajer de Carlucci, el art. 19 contemplaba la con-
Es así como en los fundamentos de dicho pro- cepción en el seno materno y fuera de él, estas últimas
yecto se mantiene la idea de que la persona es a realizarse con las técnicas de fertilización asistida de-
terminando que la concepción comenzaría con su im-
un concepto anterior a la ley, considerando que plantación en el seno materno. Así fue redactado el art.
la persona es el centro y un fin de derecho. 19: «La existencia de la persona humana comienza con
la concepción en el seno materno. En el caso de técnicas
En el libro segundo de la parte general, título de reproducción humana asistida, comienza con la im-
I, “De la persona humana”, capítulo I, art. 15, se plantación del embrión en la mujer, sin perjuicio de lo
hizo referencia al comienzo de la existencia de que prevea la ley especial para la protección del embrión
no implantado». La primera frase respondía a la tradición
jurídica argentina. La segunda frase se presentaba como
(31) CS, Fallos: 315:1492. una de las tantas novedades de la reforma para respond-
er a la necesidad de regular el uso de las técnicas de re-
(32) Código de Vélez, art. 63. “Son personas por nacer producción humana asistida, que no fue incorporada en
las que no habiendo nacido están concebidas en el seno el nuevo Código Civil y Comercial.
materno” y Art. 70. “Desde la concepción en el seno ma-
terno comienza la existencia de las personas y antes de (34) Art. 19: “Comienzo de la existencia de la persona:
su nacimiento pueden adquirir algunos derechos, como la existencia de la persona humana comienza con la con-
si ya hubiesen nacido” cepción”.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 43


Hacia la dignidad del nasciturus

Código Civil de 1998, en el art. 15 (35), la pala- rente al que habría dado el difunto si hubiera
bra “humana”. podido.

El art. 19 se completa con el art. 21, donde es- El tema para develar es qué sucede con la
tablece que, para adquirir los derechos y obliga- condición a que somete la normativa de que
ciones, se debe nacer con vida. Tomándose esta nazca con vida, para adquirir irrevocablemen-
última parte de la normativa como una condi- te los derechos, pues pareciera que deja de ser
ción a un hecho futuro. Si no nace con vida con- considerarse que hubo una persona, notándose
sidera que la persona nunca existió. un vacío legal y una pérdida del reconocimien-
to de la dignidad. Esto se menciona porque, en
Esta condición no es suspensiva porque no se muchos casos, es terrible el trato que pueden re-
reanuda en el tiempo luego de ocurrido un he- cibir los nasciturus muertos en el seno materno
cho o acto jurídico. Sino que es resolutoria, por por distintas circunstancias, de acuerdo al esta-
la cual, si no se cumple la condición prevista en do gestacional, puesto que hubo hospitales que
el art. 21, nacer con vida se deja sin efecto, como se negaban a entregar los restos del niño muerto
si nunca hubieran existido (36). por considerarlos desechos biológicos.
Sí es importante destacar la incorporación de La Ley de Registro Civil admite otorgar una
normas que reglen de manera integral y siste- partida de defunción fetal, pero anotándolo
matizada los derechos de la personalidad o per- como un NN (no nominado) con el asiento re-
sonalísimos. gistral respectivo y un certificado para ser in-
Así es la importancia del capítulo 3, “Dere- humados cuando son solicitados los restos del
chos y actos personalísimos”, que inicia con el bebe.
art. 51 (37), donde habla de la inviolabilidad de Pero este documento resulta no ser suficien-
la persona humana y reconoce el respeto a su
te para que los cementerios puedan enterrar-
dignidad.
los con el nombre o los nombres que los padres
Y, por último, el art. 61, que, por su parte, hace querían ponerle a su hijo, cercenando así el de-
referencia a las “exequias” (38) donde la per- recho a individualizar la sepultura con el nom-
sona plenamente capaz puede disponer, por bre y no la horrible sigla NN (no nacido o no
cualquier forma, modo y circunstancias, de sus nominado), generando una laguna, como ya
exequias e inhumación. Y en el caso de que no dije, en el derecho y una violación de los de-
haya podido expresar su voluntad en reempla- rechos personalísimos. Ante el vacío legal de
zo de la voluntad del fallecido, pueden disponer posibilidad de reconocimiento como persona
los parientes según el orden sucesorio, y la nor- humana del derecho a un nombre y a una se-
ma agrega que no puede darse un destino dife- pultura, la jurisprudencia argentina ha empeza-
do a sensibilizarse y a considerar que tiene esos
(35) Proyecto de Código Civil de 1998: Art 15. “Co-
derechos.
mienzo de la existencia: La existencia de las personas
humanas comienza con la concepción”. Es así como, en el fallo “T. B. M s/ Materia a
Categorizar, expediente Nro 18.058”, (39) ya
(36) Art. 21: “Nacimiento con vida. Los derechos y ob- mencionado, se dictó sentencia con fecha 7 de
ligaciones del concebido o implantado en las mujeres
quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida. octubre de 2019, en la que se le reconocen al
Si no nace con vida, se considera que la persona nunca nasciturus, como derechos inalienables, el de la
existió”. identidad y el de tener una sepultura digna de su
(37) Art. 51: “Inviolabilidad de la persona humana:
cuerpo. En este fallo, una mujer cuyo hijo muere
la persona humana es inviolable y en cualquier circun- antes de haber nacido reclama la inscripción re-
stancia tiene el derecho al conocimiento y respeto de su gistral de defunción fetal de su hijo y la licencia
dignidad”. de inhumación de sus restos para ser sepulta-
(38) La palabra “exequias”, siempre usada en plural,
viene del latín exsequiae (cortejo fúnebre, después tam- (39) Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso
bién, funeral, honras fúnebres). Entre los romanos, una Administrativo Nro. 1 del Departamento Judicial Zarate,
parte importantísima del funeral era el cortejo fúnebre. “T, B. M s/ Materia a Categorizar”, 07/10/2019.

44 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

dos, en atención a la negativa del registro pro- zón puede seguir latiendo (precisamente a los
vincial que se lo negaba por inscripción tardía, efectos de un trasplante, fin último del estable-
ocurrida por la demora en realizarse la necrop- cimiento médico del criterio de muerte encefá-
sia. Como prevención, se dictó una medida pre- lica), no obstante, jurídicamente la persona está
cautoria que ordenaba a la Municipalidad de muerta.
Campana abstenerse de modificar la situación
del feto fallecido hasta resolver la causa. Tema La historia nos muestra que las cualidades o
que desarrollaré en el capítulo IV. propiedades que definen a una persona o a un
ser humano no son inherentes o absolutas, sino
VII. Diferencia entre el comienzo de la exis- que son un producto de la motivación humana,
tencia de la persona y el comienzo de la vida y se relacionan con el logro de propósitos huma-
nos o sociales.
En términos médicos, se habla de vida huma-
na desde el comienzo hasta que finaliza. Por ejemplo, antes de 1869, la Iglesia católica
definía que la vida de una persona comenzaba
Podemos decir que, cuando nos referimos a con lo que en inglés se denomina quickening (en
la vida desde el punto de vista biológico, pensa- español: animación, cuando se sienten los mo-
mos en la capacidad de nacer, respirar, desarro- vimientos del feto), pero a la luz de un mejor co-
llarse, procrear, evolucionar y morir. nocimiento de la biología reproductiva, ese año
se modificó el criterio y se consideró que la vida
Si pensamos desde un punto de vista de la fí- comienza con la concepción.
sica, puede ser entendida como el tiempo que
duran las cosas, o bien como la fase evolutiva. VIII. Relación jurídica prenatal
En cambio, desde el punto de vista filosófico, es
El embarazo no es algo privado de los cónyu-
muy difícil su definición o consideración porque
ges o progenitores, o de la intimidad de la fami-
dependerá de del filósofo y de la corriente que
lia, sino que involucra a un tercero, y ese tercero
se analice. Encontramos filósofos en contra de
es el concebido.
la distinción hecha anteriormente entre “cuerpo
y alma” o “razón y cuerpo”. Para otros filósofos, Se genera un vínculo especial entre la madre y
la vida es un conjunto de experiencias (40). el hijo, una relación prenatal con ella y por ende
con el entorno tanto familiar como social.
Pero ¿podemos decir con exactitud cuál es
momento exacto del comienzo de la vida? Pero debe quedar en claro que, sin perjuicio
de los derechos que se pudieren reconocer, la
Esta no es el área adecuada para buscar o es- relación prenatal debe estar respaldada en el
grimir en sí qué es la vida, ni si su comienzo es el principio de igualdad de los hijos (nacidos y no
ingresa del alma al feto, o si es la unión de célu- nacidos); lo contrario sería desandar el camino
las, o si es la vida en potencia, u otros imponde- ya transitado, como la suspensión entre los hijos
rables relacionados con el concepto vida, para legítimos e ilegítimos.
saber cuándo comienza a ser persona humana.
La mayoría de los países de América Latina
Pero lo tanto, la ciencia y la ley establecen cri- y del Caribe han reconocido una relación legal
terios estrictos para definir la muerte o la fina- de filiación entre un padre biológico y su hijo no
lización de la existencia de una persona, aun nacido, incluyendo la patria potestad, reforzan-
cuando gran parte de sus células sigan vivas por do la noción del no nacido como niño para fines
un tiempo no despreciable. de protección de derechos humanos.
Concretamente, imaginemos un caso de Se generan así las obligaciones de los padres
muerte encefálica. Obviamente en ese cuer- al establecer la paternidad sobre los niños por
po hay muchas células vivas, incluso el cora- nacer, así como el deber del padre de pagar pen-
sión alimentaria prenatal o manutención prena-
(40) RAFFINO, Maria Estela, “Concepto de vida”, dis- tal, que se ha codificado en varias jurisdicciones
ponible en: https://concepto.de/vida/#ixzz6PASGuUew. de América Latina y del Caribe.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 45


Hacia la dignidad del nasciturus

Las legislaciones, así como la Argentina, per- Por eso, cuando hablamos de que la dignidad
miten que, aunque los no nacidos tengan in- humana está relacionada con la excelencia, la
capacidad civil, por su sola existencia, tiene gravedad y el decoro de las personas en su for-
capacidad para recibir herencia, legados, dona- ma de comportarse en la sociedad, merecedo-
ciones, aunque se condiciona a que nazca con ras de respeto, sin importar sus cualidades, por
vida, pero en el mientras tanto, los progenito- el solo hecho de ser un ser humano. De ahí la
res pueden usufructuar los bienes, sin que, por afirmación de Santo Tomás de Aquino: “la dig-
ello, compensación, en caso de fallecimiento nidad es algo absoluto y pertenece a la esencia”,
del bebe. en la Suma Teológica I, q 42, a 4, ad-2.
Sin embargo, tenemos un precedente impor- En un sentido más profundo, la dignidad es
tante en nuestra Corte Suprema de Argentina, una cualidad humana que depende de la racio-
que reconoció al no nacido como un ser huma- nalidad y que se refiere a la teoría que asegura
no y permitió la compensación de su abuela en que el ser humano está capacitado para cambiar
el fallo “Sánchez Elvira Berta c/ El Ministerio su vida, a partir del libre albedrío y por ende el
de Justicia y Derechos Humanos” (Fallos 330: ejercicio de la libertad individual, mejorando su
2304), donde una abuela buscó compensación situación.
civil por la desaparición forzada de su hija, em-
barazada de 9 meses en el momento de su eje- Se parte de que la persona merece que se la
cución y su nieto nonato. Entonces, si no había reconozca, que se la respete y, por ende, que
nacido, ¿cómo podría recibir por un niño que se tutele su propia dignidad, atento a que esta
no nació con vida? deriva del hecho de ser ontológicamente una
persona.
También la mayoría de los Estados latinoa-
mericanos y caribeños, entre los que podemos Entonces, coincidiendo con el criterio de la
mencionar a Paraguay, Perú, Honduras, Argen- gran mayoría de la doctrina y la tendencia ac-
tina, Colombia, autorizan el nombramiento de tual, se considera la dignidad como la “fuente”,
un representante legal, tutor o curador para la el fundamento, el sustrato en el que se asientan
persona por nacer en los procedimientos admi- y del que derivan todos los derechos humanos.
nistrativos o judiciales relacionados con la pro- Es precisamente la conexión de un derecho con
piedad o derechos de herencia. la dignidad humana la que lo convierte en dere-
cho fundamental. La dignidad es algo sustancial
CAPÍTULO II e inalienable. En definitiva, la dignidad consti-
LA DIGNIDAD tuye la fuente de todos los derechos y esto im-
plica un cambio en la concepción de la persona,
“La dignidad no consiste en tener honores, atento a que ya no se puede hablar de persona
sino en merecerlos”
o derechos a secas, sino de persona digna y de
ARISTÓTELES derechos que contemplan esta dignidad de la
persona humana, siendo un derecho inviolable.
I. Etimología
II. El término “dignidad” en el Código Civil
La etimología latina dignitas quiere decir y Comercial
la cualidad de dignus. Esta palabra deriva de
la misma raíz dec, que encontramos en el ver- El proyecto del Código Civil de 1998 incorpo-
bo defectivo decet (es conveniente, merece), ró dentro del libro segundo de la parte general
que implica posición de prestigio “de cosa” en el capítulo VI “Derechos de la personalidad”, y en
el sentido de excelencia; y corresponde en su su art. 105, la referencia a la dignidad personal,
sentido griego a axios (valioso, apreciado, pre- estableciendo que la persona humana afectada
cioso, merecedor). De allí deriva dignitas, digni- en su intimidad personal o familiar, honra o re-
dad, mérito, prestigio, “alto rango”. En definitiva, putación, imagen o identidad, o que de cualquier
consiste en reconocer que cada persona es me- modo resulte menoscabada con su dignidad per-
recedora de respeto por el simple hecho de ser sonal, puede reclamar la reparación de los daños
persona, sin importar sus cualidades. sufridos, siendo un importante precedente.

46 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

El Cód. Civ. y Com., en el capítulo 3 del libro I, Dicho esto, dignidad humana significa que un
relativo a “Derechos y actos personalísimos”, en individuo siente respeto por sí mismo, y se valo-
el art. 51 (41), consagra el reconocimiento y res- ra y es valorado al mismo tiempo.
peto de la dignidad, al sostener que la persona
humana es inviolable y en cualquier circunstan- Poseemos dignidad en tanto somos moral-
cia tiene derecho al reconocimiento y respeto mente libres, por ser autónomos, igualados a
de su dignidad. Esta misma comienza por reco- otros por la propia ley.
nocer su existencia, su autonomía y su indivi-
dualidad, de allí que dicho artículo la considere En definitiva, la dignidad constituye la fuente de
inviolable. todos los derechos y esto implica un cambio en la
concepción de la persona, atento a que ya no se
Como ha dicho la Corte Suprema de Justicia puede hablar de persona o de derechos a secas,
de la Nación (42): “el hombre es eje y centro de sino de persona digna y de derechos que contem-
todo el sistema jurídico y en tanto fin en sí mis- plan esta dignidad de la persona humana.
mo —más allá de (43) su naturaleza trascen-
La libertad y la dignidad pertenecen a la esfe-
dente— su persona es inviolable y constituye
ra de lo no negociable, de lo que está fuera del
valor fundamental con respecto al cual los res-
mercado.
tantes valores tienen siempre carácter instru-
mental”. De esta manera, el reconocimiento y respeto
de la dignidad de la persona humana implica,
Como bien señala Saux (44), la noción de in-
además, consagrar a la persona como un fin en
violabilidad de la persona humana tiene corre-
sí mismo, proscribiendo todo trato utilitario.
lato con el proceso de despatrimonializacion,
reforzando el concepto humanista que le es in- En este sentido, la inviolabilidad de la perso-
herente. A su vez, relacionar esa inviolabilidad na consagrada en el mencionado art. 51 se re-
personal con el concepto de dignidad implica laciona con el art. 17, Cód. Civ. y Com., el cual
reconocer la existencia de un derecho a la per- establece el principio de no comercialidad del
sonalidad (45). cuerpo humano y sus partes, negándoles así
todo valor económico, pudiendo tener solo un
Comparto el criterio de Rivera al señalar que valor “afectivo, terapéutico, científico, humani-
todos los derechos personalísimos se fundan en tario o social”.
el reconocimiento de una dignidad que corres-
ponde a cada ser humano por el solo hecho de Es en todo coherente establecer que es la pro-
serlo, y que, por ello, para englobar todos esos pia persona la que puede disponer del cuerpo y
derechos en una expresión única, se utiliza la sus partes integrantes para los fines menciona-
expresión “derecho a la dignidad” (46). dos, sobre la base del reconocimiento de la dig-
nidad ínsita en el art. 51.
(41) Art. 51: “La Inviolabilidad de la persona humana.
La persona humana es inviolable y en cualquier circun- A su vez el art. 61, relativo a exequias, hace
stancia tiene derecho al reconocimiento y respeto de su referencia a la capacidad de la persona de dis-
dignidad”. poner de su cuerpo para sus exequias e inhuma-
(42) CS, Fallos: 316:479. ción, así como a la dación de todo o parte de su
cuerpo con fines terapéuticos, científicos o pe-
(43) Art. 51, Cód. Civ. y Com.
dagógicos o de índole similar. Y si no pudo ex-
(44) SAUX, Edgardo Ignacio, en LORENZETTI, Ricardo presarla o se presume, el cónyuge o herederos
Luis, “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, en orden sucesorio deben respetar su voluntad,
Rubinzal - Culzoni, Santa Fe, 2014, 1ª ed., t. I, p. 276. no pudiendo dar al cadáver un destino distinto
(45) CIFUENTES, Julio Cesar, “Derechos personalísi- al que hubiera querido el difunto.
mos”, Astrea, Buenos Aires, 1995, 2ª ed. actualizada, p.
200. Hoy, la legislación argentina reconoce varios
(46) Rivera, Julio César, “El derecho privado constitu- derechos al nasciturus aparte de los históricos
cional”, en Revista de Derecho Privado y Comunitario, reconocidos en el Código de Vélez, como heren-
Nro. 7, Santa Fe, Rubinzal- Culzoni, 1994 p. 46. cia y donación, pudiendo mencionar alimentos,

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 47


Hacia la dignidad del nasciturus

subsidios, reconocimiento de filiación previa, la dignidad constituye la fuente de todos los de-
impugnación de paternidad, entre otros, pero rechos y esto implica un cambio en la concep-
todo queda sujeto a que nazca con vida. ción de la persona, atento a que ya no se puede
hablar de persona o derechos a secas, sino de
Pero si nos guiamos por la letra fría del art. 21 persona digna y de derechos que contemplan
del Código Civil y Comercial, si muere el niño en esta dignidad de la persona humana.
gestación dentro del seno materno, no es consi-
derado persona, por ende, pierde todos los de- III. Fuentes y reconocimiento legal interna-
rechos, incluso los personalísimos. cional

Cabe destacar que, para obtener una mues- Es importante tener un contexto de los distin-
tra del cadáver del bebe, en caso de violación, o tos instrumentos internacionales que mencio-
aborto, se debe hacer una denuncia penal para nan y consideran la dignidad, aclarando que,
poder secuestrar parte de este, por ejemplo, el desde un punto de vista jurídico, la dignidad
cordón umbilical para hacer muestra de ADN. es un concepto nuevo que surge luego de la Se-
Y esto se da porque, al morir en el seno mater- gunda Guerra Mundial, en tanto los textos que
no, se considera como que nunca existió, según la mencionan son de historia reciente.
nuestra legislación.
Así, la dignidad de la persona humana apare-
En el caso de fallecer en el seno materno, la ce como núcleo central en importantes docu-
ley solo le autoriza a ser registrado como NN mentos internacionales:
(no nacido), lo que conlleva perder el derecho
a) La Carta de las Naciones Unidas (1945),
a la identidad y a una digna sepultura, conforme que la menciona en su preámbulo: ...los pue-
cualquiera sea la religión de los progenitores. blos de las Naciones Unidas resueltos “a afirmar
la fe en los derechos fundamentales del hombre,
Pero la dignidad de la persona humana del
en la dignidad y el valor de la persona humana,
gestado y su familia ¿dónde queda?
en la igualdad de derechos de hombre y muje-
El ser humano se ha caracterizado por que res” (47).
su vida gira en torno a un ámbito social, por lo
b) En la Declaración Universal de los Dere-
que debe establecerse un orden normativo y
chos Humanos, en el Preámbulo (1948) (48) (“la
económico que esté al servicio de este y que le libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen
permita a cada hombre cultivar su propia digni- por base el reconocimiento de la dignidad in-
dad. Por eso, la dignidad humana requiere que trínseca [...] de todos los miembros de la familia
el hombre actúe según su conciencia y su libre humana”. (...) “La fe de las Naciones Unidas en
elección; por lo que los hombres, siendo más la dignidad y el valor de la persona humana”);
conscientes de su propia dignidad, podrán res-
petarse más unos a otros. c) Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (49) (1966) cuyo preámbulo expresa
Así, la dignidad humana, en la modernidad, que la libertad, la justicia y la paz en el mundo
aparece en un contexto intelectual que ha supe- tienen por base el reconocimiento de la digni-
rado los avatares históricos, ubicándose en un dad humana inherente a todos los miembros de
proceso de humanización y de racionalización
que acompaña a la persona y a la sociedad. Para (47) Esta inclusión constituyó una innovación muy
lo cual, cuando se hace la reflexión de la digni- bien recibida en el derecho internacional positivo.
dad dentro de un ámbito que corresponde a una
(48) Cabe destacar que esta declaración fue adoptada
sociedad bien ordenada, no se describe la reali- y proclamada por la Asambleas General en su resolución
dad, sino el deber ser de esta. De ahí que la dig- 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948, y que posee jer-
nidad humana sirva como un referente inicial, arquía constitucional (art. 75, inc. 22 CN) en el derecho
un punto de partida y también un horizonte fi- argentino.
nal, un punto de llegada, por lo que podría lla- (49) Pacto que posee jerarquía constitucional (art. 75,
marse un derecho positivo justo. En definitiva, si inc. 22, CN).

48 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

la familia humana y de sus derechos iguales e particular, en su espíritu de paz, dignidad, tole-
inalienables. rancia, liberta, igualdad y solidaridad.

d) Pacto Internacional de Derechos Económi- j) Las dos Conferencias de las Naciones Uni-
cos, Sociales y Culturales (50) (1966), al referir- das sobre Derechos Humanos (Teherán, 1968, y
se a la educación, estableciendo que esta debe Viena, 1994) que incluyen en sus respectivas de-
orientarse hacia el pleno desarrollo de la perso- claraciones referencias a la dignidad.
nalidad humana y del sentido de su dignidad;
Así, en la Conferencia de Teherán de 1968,
e) Convención Americana sobre Derechos solo hace en su exhortación final una remisión a
Humanos (51) (1969), mencionando que toda la Declaración Universal de Derechos Humanos
persona tiene derecho al respeto de su honra y para que los Estados parte redoblen esfuerzos
al reconocimiento de su dignidad. en defensa de una vida libre y digna.

f ) La Convención Internacional sobre la eli- Mientras que en la Declaración de la Confe-


minación de todas las formas de discriminación rencia de Viena de 1994, en su preámbulo, en
racial, del 21 de diciembre de 1965, se refiere a su párrafo segundo, reconoció y afirmó que to-
la dignidad en lo párrafos primero y segundo de dos los derechos humanos derivan de la digni-
su preámbulo. El primero, en cuanto considera: dad inherente a la persona humana, y tiene un
“la Carta de las Naciones Unidas está basada en capítulo titulado “Igualdad, dignidad y toleran-
los principios de dignidad y de igualdad...”, y el cia”, donde sitúa como elemento determinante
segundo al expresar: “la Declaración Universal de la dignidad todas las medidas contra racis-
de Derechos Humanos proclama que todos los mo, discriminación , xenofobia, la protección de
seres humanos nacen libres e iguales en digni- las minorías, el igual estatus, y los derechos de la
dad y derechos. mujer, los derechos del niño, entre otros.

g) La Convención sobre Tortura del 27 de di- k) Declaración Universal sobre Bioética y


ciembre de 1985 en el párrafo segundo de su Derechos Humanos (2005), declara que el res-
preámbulo reconoce que “los derechos iguales peto a la dignidad humana emerge del recono-
e inalienables de todos los miembros de la fa- cimiento de que todas las personas poseen un
milia humana, emanan de la dignidad inherente valor intrínseco, dado que todos tenemos la ca-
de las personas... pacidad de determinar nuestro propio destino
moral. El desprecio de la dignidad humana po-
h) La Convención sobre el Apartheid en los drá conducir a la instrumentalización de la per-
Deportes, del 28 de mayo de 1986, en cuanto sona humana.
proclama que “todos los seres nacen libres e
l) La Declaración Universal sobre el Genoma
iguales en dignidad y derechos.
Humano y los Derechos Humanos (1997), la
i) La Convención sobre los Derechos del Niño, Declaración Internacional sobre los Datos Ge-
del 6 de diciembre de 1989, se refiere a la digni- néticos Humanos (2003), la Convención de De-
dad intrínseca de todos los miembros de la fa- rechos Humanos y Biomedicina (o Convención
milia humana y menciona en el párrafo séptimo de Oviedo) del Consejo de Europa (1997), entre
del preámbulo una relación al niño, conside- otras declaraciones, también mencionan la dig-
rando que este debe estar plenamente prepara- nidad.
do para una vida independiente en sociedad y En la actualidad también existe un gran nú-
ser educado en el espíritu de los ideales procla- mero de normas fundamentales que han incor-
mados en la Carta de las Naciones Unidas y en porado el concepto de dignidad humana a sus
Constituciones.
(50) Pacto que posee jerarquía constitucional (art. 75,
inc. 22, CN). - Constitución griega: en su título denomina-
(51) Convención que posee jerarquía constitucional do “Dignidad humana”, señala en su art. 2: “El
(art. 75, inc. 22, CN). respeto y la protección de la dignidad humana

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 49


Hacia la dignidad del nasciturus

constituye la obligación primaria del Estado”.- humanos, la concepción del hombre, como ser
Constitución de la República del Portugal: art creado a imagen y semejanza de Dios, y el dere-
1: contiene un apartado que hace alusión a la cho natural, como fundamento de toda organi-
dignidad, el cual señala: “Portugal es una Repú- zación social, política y jurídica (53).
blica soberana, basada en la dignidad de la per-
sona...”. IV. La dignidad desde el punto de vista filo-
sófico
- Constitución Federal de la Confederación
Suiza: en el título “Dignidad humana”, donde se En filosofía, la dignidad se divide en 3 tipos,
enuncia: “La dignité humaine doit être respetée siendo ellos:
et protegée” (La dignidad humana debe ser res-
petada y protegida). 1. Dignidad ontológica o dignidad humana:
es aquella con la cual todos los humanos nacen.
- Constitución española; en su preámbulo,
puesto que se “...proclama la voluntad de: ga- 2. Dignidad moral: se relaciona con la moral
rantizar la convivencia democrática de la Cons- de las personas y con su comportamiento en so-
titución y de las leyes conforme a un orden ciedad.
económico y social justo y dentro del Estado de
Derecho, proteger a los españoles en el ejercicio 3. Dignidad real: es aquella que se recibe por
de los derechos humanos, sus culturas y tradi- parte de los otros.
ciones, lenguas e instituciones de los hombres
IV.1. Dignidad ontológica o humana
[...] promover el progreso de la cultura y de la
economía para asegurar a todos una digna cali- La dignidad humana es un valor y un derecho
dad de vida” (52). innato, inviolable e intangible de la persona, es
- Constitución de México: recién en el año un derecho fundamental y es el valor inherente
2001 fue incorporada la dignidad y la relaciona al ser humano porque es un ser racional que po-
con el concepto de discriminación. see libertad y es capaz de crear cosas.

- Estado del Vaticano: La Doctrina Social de La afirmación de que todas las personas na-
la Iglesia está cimentada en el Evangelio, la tra- cen con dignidad es un tipo de dignidad onto-
dición cristiana, la reflexión, la elaboración fi- lógica.
losófico-teológica, y el magisterio de la misma
Esto quiere decir que todos los seres huma-
Iglesia reconoce entre estos principios “la digni-
dad de la persona”, dignidad intrínseca al hom- nos pueden modelar, cambiar y mejorar su vida
bre por ser imagen de Dios y por ello es sagrada. ejerciendo su libertad y por medio de la toma de
Agrega que la igualdad fundamental de los seres decisiones para vivir con dignidad.
humanos ante Dios tiene como consecuencia la
IV.2 Dignidad moral
imposibilidad de justificar ninguna discrimina-
ción ante las leyes humanas. La dignidad moral se refiere a la dignidad de
las personas como un hecho moral.
Por lo tanto, la persona debe ser defendida
contra cualquier intento social que pretenda ne- Esto quiere decir que es un valor propio del
garle, abolirle o impedirle ejercer sus derechos. ser humano dentro de la sociedad y es lo correc-
to.
La encíclica Gaudium et spes, del Concilio Va-
ticano II (1965), resalta la dignidad de la persona
humana centrándose en el tema de los derechos (53) ESCOBAR DELGADO, Ricardo Azael, “La doctrina
social de la Iglesia: Fuentes y principios de los derechos
humanos. Prolegómenos. Derechos y valores” [en línea].
(52) LABASTIDA, Horacio, “Las Constituciones espa- 2012, XV , 99-117]. ISSN: 0121-182X. Disponible para su
ñolas”, Fondo de Cultura Económica, México, 1994, p. consulta en el sitio https://www.redalyc.org/articulo.
122. oa?id=87625443006.

50 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

La dignidad moral, por lo tanto, se refleja en Todo ser humano tiene dignidad y valor inhe-
las conductas que la persona ejerce según su rentes, solo por su condición básica de ser hu-
moralidad, que la sociedad acepta o rechaza. mano.

En este sentido, la dignidad moral debe refle- Las cosas tienen un valor de intercambio. Son
jarse en todos los ámbitos de la sociedad como reemplazables. Los seres humanos, en cambio,
un modelo de conducta, costumbre o tradición tienen valor ilimitado, puesto que, como sujetos
a seguir. De esta manera, la dignidad moral se dotados de identidad y capaces de elegir, son
transforma en dignidad social. únicos e irreemplazables.

IV.3. Dignidad personal V.2. Principios de no-malevolencia y de bene-


volencia
La dignidad personal se basa en el respeto y
la estima que una persona tiene de sí misma y “En todas y en cada una de tus acciones, evita
es merecedora de ese respeto por otros porque dañar a los otros y procura siempre el bienestar
todos merecen respeto sin importar cómo son. de los demás”.
La dignidad personal adquirida por el trato V.3. Principio de doble efecto
que se recibe de los otros, llamada también dig-
nidad real. “Busca primero el efecto beneficioso. Tratar al
otro con el respeto que se merece, evita que el
Cuando reconocemos las diferencias de cada otro actúe en forma incorrecta y hay beneficio
persona y toleramos esas diferencias, la persona para ambos”.
puede sentirse digna, con honor, libre y orgullo-
sa de ser como es. V.4. Principio de integridad

Y, concluyendo, independientemente de la “Compórtate en todo momento con honesti-


postura filosófica adoptada, debe quedar claro dad, con absoluta lealtad a las normas deonto-
que todos los miembros de la especie humana, lógicas y buscando el servicio a las personas y
y no algunos, son titulares de derechos. Otros, a la sociedad por encima de los intereses egoís-
no es igualdad, no es moral, no es equidad. Es tas”.
arrancarles los derechos personalísimos que un
ser humano tiene por ser persona desde la con- V.5. Principio de justicia
cepción y, si el derecho no permite cederlos, ni
donarlos, ni tocarlos, por qué arrancarlos del “La idea principal del principio de justicia es
seno materno por haber nacido muerto, sin de- la de tratar a la gente de forma apropiada, es de-
recho a un nombre y a un entierro digno. cir tratar a la gente de forma igual”.

V. Principios derivados de la dignidad hu- V.6. Principio de utilidad


mana
El principio de utilidad pone énfasis en las
La primera actitud que sugiere la considera- consecuencias de la acción. Sin embargo, supo-
ción de la dignidad de todo ser humano es la de ne que has actuado con respeto a las personas.
respeto y rechazo de toda manipulación, y se ri- Si tiene que elegirse entre dos acciones moral-
gen por los siguientes principios: mente permisibles, se elige aquella que tiene
mejor resultado para más gente.
V.1. Principio de respeto
Reiteramos que la dignidad es algo sustan-
En toda acción e intención, en todo fin y en cial. Tan sustancial e inalienable es esta digni-
todo medio, trata siempre a cada uno —a ti mis- dad que nadie puede ser esclavo, ni tan siquiera
mo y a los demás— con el respeto que le corres- por voluntad propia o por contrato. Y de ningu-
ponde por su dignidad y valor como persona. na manera podemos perder tal dignidad.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 51


Hacia la dignidad del nasciturus

Dicho esto, dignidad humana significa que no pueden transmitirse ni disponerse en forma
un individuo siente respeto por sí mismo y se absoluta y radical (55).
valora, al mismo tiempo que es respetado y va-
lorado. Implica la necesidad de que todos los Son derechos subjetivos que le pertenecen
seres humanos sean tratados en un pie de igual- por su condición humana y que se “encuentran
dad y puedan gozar de los derechos fundamen- respecto de ella en una relación de intima cone-
tales que de ellos derivan. Poseemos dignidad xión, casi orgánica e integral (56). Es decir, se
en tanto somos moralmente libres, por ser autó- alude a ellos como “bienes de la personalidad”, o
nomos, igualados a otros de la propia ley. mejor dicho bienes no materiales, constituyen-
do la categoría de derechos subjetivos esencia-
En definitiva, la dignidad constituye la fuente de les de la persona por su sola condición humana.
todos los derechos y esto implica un cambio en la
concepción de la persona, atento a que ya no se Conforme señala Lafferriere, puede reconocer-
puede hablar de persona o derechos a secas, sino se como fuente el proyecto de 1998 con algunas
de persona digna y de derechos que contemplan modificaciones (57) y agrega que podemos adver-
esta dignidad de la persona humana. tir subyacente la distinción entre los derechos per-
sonalísimos vinculados con: a) la integridad física
En nuestro sistema legal, así como en el de- (arts. 54, 56, 57, 58, 59, 60 y 61), y b) la integridad
recho comparado, si la persona es digna y se espiritual (arts. 52, 53, 1770).
considera persona desde el momento de la con-
cepción, podemos concluir que el gestado tiene En los fundamentos que acompañaron el en-
dignidad. tonces anteproyecto de Cód. Civ. y Com., se in-
corpora un régimen sistemático de los derechos
CAPÍTULO III de la personalidad, largamente reclamado por
DERECHOS PERSONALÍSIMOS la doctrina argentina; a ese fin se ha tomado
en consideración la incorporación a la Consti-
“Los derechos humanos no se mendigan, se tución del derecho supranacional de derechos
exigen” humanos, cuya reglamentación infraconstitu-
cional debe tener lugar en el Código Civil.
Eduardo GALEANO.
El capítulo se abre con una declaración acer-
I. Introducción ca de la inviolabilidad de la persona humana, su
reconocimiento y el respeto de su dignidad
El derecho moderno reconoce la existencia
de atributos esenciales a toda persona, consi- Así, se incorporan hoy explícitamente al nue-
derándose como tales el nombre, el estado, la vo código sustancial el derecho a la dignidad, la
capacidad, el domicilio y también los denomi- vida, la autonomía y la imagen, con un implíci-
nados derechos de la personalidad (también to reconocimiento de la protección especial que
llamados derechos personalísimos), compren-
diendo la intimidad, honor, imagen, identidad, (55) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., “La personalidad
y cualquier otro que resulte de su dignidad per- pretérita. No es lo mismo estar muerto que no haber
sonal (54). vivido”, LA LEY 2018-E, 1114, ADLA 2018-12, 3; CIFUEN-
TES, Santos, “Derechos personalísimos», Astrea, Buenos
Aires, 2008, p. 184.
II. Concepto doctrinario
(56) RIVERA, Julio Cesar, “Instituciones de derecho
Sostiene Cifuentes, en definición comparti- civil”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2013, 6ª ed., t. I, Parte
da con Leiva Fernández, que los derechos per- General, p. 711.
sonalísimos son “derechos subjetivos privados, (57) LAFFERRIERE, Jorge Nicolás, «Los derechos per-
innatos y vitalicios que tienen por objeto mani- sonalísimos en el nuevo Código Civil y Comercial”. Este
festaciones interiores de la persona y que, por material se puede consultar en la página web: https://ca-
ser inherentes, extrapatrimoniales y necesarios, pacitacion.jusmisiones.gov.ar/files/material_curso/03-
15-JORNADA%20ACT%20COD%20CIV%20UNIFICA-
DO/Los_derechos_personalsimos_en_el_nuevo_Cdigo_
(54) Art. 52 del Código Civil y Comercial Civil_2.pdf.

52 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

merece la vulnerabilidad humana y no sino una constitucionalización del derecho civil en mate-
mirada social, observada en los límites aplica- ria de derechos personalísimos, a través de los
bles a ciertas prácticas hoy trascendentes, como tratados y convenciones internacionales, que
la experimentación médica y en particular la ge- luego de la reforma de la Constitución Nacional
nética. de 1994 adquieren jerarquía constitucional en
virtud del art. 75 inc. 22 (59), e incorporando así
Al hablar de dignidad de la persona humana, el reconocimiento de la persona, el comienzo de
se están reconociendo explícitamente los de- su existencia y el derecho a la dignidad.
rechos a la intimidad, el honor, la imagen y la
identidad. El Código de Vélez Sarsfield no contenía un
sistema metódico y orgánico de los derechos
Hoy la doctrina y la jurisprudencia naciona- personalísimos y existían leyes que trataban
les están de acuerdo en que su naturaleza se en- materias específicas y que suplían esa falencia,
cuentra abarcada por el concepto de derecho como la Ley de Protección Integral de los Dere-
subjetivo, que está dado como el poder o ac- chos del Niño (Nro. 26.061) (60).
ción reconocida o concedida a una persona por
el ordenamiento jurídico, es decir, por el dere- También podemos mencionar como fuente el
cho objetivo, para exigir el comportamiento o IV Congreso Nacional de Derecho Civil de Cór-
conducta determinada a otra persona, que sirve doba, año 1969, por su recomendación 2 (61),
para la satisfacción de intereses humanos.
(59) Articulo 75, inc. 22 de la Constitución Nacional:
Los derechos personalísimos tienen como “Declaraciones, Convenciones, y Pactos complemen-
pilar fundacional permitir al hombre su auto- tarios de derechos y garantías 22. Aprobar o desechar
determinación. Esto es, poder decidir sobre de- tratados concluidos con las demás naciones y con las
terminados ámbitos personales, teniendo como organizaciones internacionales y los concordatos con
único límite la afectación de intereses legítimos la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen jer-
arquía superior a las leyes. La Declaración Americana
de terceros. de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración
Universal de Derechos Humanos; la Convención Ameri-
III. Naturaleza jurídica cana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Pacto
Los derechos personalísimos, afirma Rive- Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Proto-
ra, constituyen una inconfundible categoría de colo Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la
derechos subjetivos esenciales (58), que perte- Sanción del Delito de Genocidio; la Convención Interna-
cional sobre la Eliminación de todas las Formas de Dis-
necen a la persona por su simple condición hu-
criminación Racial; la Convención sobre la Eliminación
mana y que se encuentran respecto de ella en de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer;
relación de íntima conexión. la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convención sobre
IV. Fuentes los Derechos del Niño; en las condiciones de su vigen-
cia, tienen jerarquía constitucional, no derogan artículo
Los derechos personalísimos son una cons- alguno de la primera parte de esta Constitución y deben
trucción doctrinaria moderna que surge luego entenderse complementarios de los derechos y garantías
por ella reconocidos. Sólo podrán ser denunciados, en su
de la Segunda Guerra Mundial, que es cuan- caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa aprobación
do comienza a aparecer la enumeración de de- de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros
rechos humanos, y se empieza a hablar de los de cada Cámara. Los demás tratados y convenciones so-
derechos a la vida, la intimidad, la integridad fí- bre derechos humanos, luego de ser aprobados por el
sica, la dignidad personal. Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes
de la totalidad de los miembros de cada Cámara para go-
No había ni ley ni código que sistematizaran zar de la jerarquía constitucional”.
estos requerimientos, pero sí repercusión en el (60) Publicada en el Boletín Oficial del 26 de octubre
derecho internacional. Es decir que existía una de 2005, Nro. 30767, p. 1
(61) Recomendación Nro. 2 — tema II: Los derechos
(58) CROVI, Luis Daniel, “Derechos personalísimos”, de la personalidad y su protección legal. Se incluyan en el
en RIVERA, Julio Cesar: Derecho civil, parte general, Código Civil o en leyes especiales, preceptos que regulen
Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2018, p. 365. las consecuencias civiles del principio constitucional del

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 53


Hacia la dignidad del nasciturus

seguido por las recomendaciones de las “II Jor- VI. Los derechos personalísimos en el Cód.
nadas Provinciales de Derecho Civil de Merce- Civ. y Com.
des, provincia de Buenos Aires, del año 1983, y
por las IX Jornadas Nacionales de Derecho Civil Esto es una novedad, como señala To-
del Mar del Plata, del mismo año (62), y pode- bías (66), la incorporación en el Código Civil y
mos agregar el anteproyecto Cifuentes-Rivera, Comercial la regulación ordenada y sistemática
en el que se trató el tema de un régimen integral de los derechos personalísimos que lo hace en
de tutela de los derechos personalísimos. el libro primero, parte general, título I, capítulo
3: “Derechos y actos personalísimos”.
En cuanto a los códigos como fuente inme-
diata del precepto proyectado, es el art. 19 del Esto derechos” reconocen y garantizan a la
Código Civil del Bajo Canadá que sentaba la re- persona humana el goce de su propia entidad e
gla fundamental de la “inviolabilidad” de la per- interioridad en todas sus manifestaciones físi-
sona, la que se reitera en el art. 10 del Código cas y espirituales.
Civil de Quebec, agregando la noción de “inte- El precepto con el que comienza el capítulo 3
gridad” (63) y del Código frances toma el art. 16 no se encuentra en el proyecto de 1998. Sí esta-
relativo a la “dignidad” (64). ba previsto en el Anteproyecto Cifuentes-Rivera,
pero como una norma introductoria con conte-
V. Contenido
nido distinto (67).
Los derechos personalísimos comprenden los
Son derechos subjetivos que le pertenecen
siguientes derechos:
por su propia condición humana que se en-
a) el derecho a la vida (antes y después de su cuentran respecto de ellas en una relación de
nacimiento); íntima conexión casi organiza e integral” (68).

Se los ha definido como “derechos subjetivos


b) el derecho a la integridad física y el derecho
privados, innatos y vitalicios que tienen por ob-
a disponer del cadáver (personalidad física);
jeto manifestaciones interiores de la persona y
c) el derecho al honor; que, por ser inherentes, extrapatrimoniales y
necesarios, no pueden transmitirse ni disponer-
d) a la identidad personal; se en forma absoluta y radical”.

e) a la intimidad y el derecho a la imagen (per- Hoy la doctrina y la jurisprudencia naciona-


sonalidad espiritual), y les están de acuerdo en que su naturaleza se
encuentra abarcada por el concepto de dere-
f ) el derecho de libertad (65). cho subjetivo, que está dado como el poder o
acción reconocido o concedido a una persona
respeto a la personalidad humana, como puede ser, entre por el ordenamiento jurídico. Es decir, por el de-
otros, los relativos a los derechos a la intimidad, a la ima-
gen y a la disposición del propio cuerpo. (66) TOBÍAS, José Washington, en ALTERINI, Jorge H.,
(62) De lege ferenda I:( para una futura reforma de “Código Civil y Comercial comentado. Tratado exegé-
la ley) Insertar la regulación del derecho a la intimidad tico”, La Ley, Buenos Aires, 2015, t. I, p. 422; RIVERA, Julio
dentro del régimen integral y sistemático de los derechos C., “Instituciones de derecho civil”, Abeledo Perrot, Bue-
personalísimos. nos Aries, 2013, 6ª ed., t. I, Parte general, p. 105.

(63) Toda persona es inviolable y tiene derecho a su (67) El texto decía: “La ley protege a la persona de cu-
integridad. alquier atentado a los derechos que son manifestaciones
de su personalidad física y espiritual y ampara sus lib-
(64) La ley asegura la primacía de la persona, prohíbe ertades”.
cualquier ataque a su dignidad y garantiza el respeto al
ser humano desde el comienzo de la vida. (68) TOBÍAS, José Washington, en ALTERINI, Jorge H.,
“Código Civil y Comercial comentado. Tratado exegé-
(65) CROVI, Luis Daniel, en Rivera Julio Cesar- Medina tico”, La Ley, Buenos Aires, 2015, t. I, p. 422; RIVERA, Julio
Graciela (dirs.) “Derecho civil. Parte general”, Abeledo C., “Instituciones de derecho civil”, Abeledo Perrot, Bue-
Perrot, Buenos Aires, 2018, p. 354. nos Aries, 2013, 6ª ed., t. I, Parte general, p. 711.

54 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

recho objetivo para exigir el comportamiento o c) Son indisponibles, intransferibles e irre-


conducta determinada a otra persona, que sirve nunciables. Estas características se refieren a la
para la satisfacción de intereses humanos. ausencia de facultades del titular para despren-
derse de su titularidad sobre un derecho que el
Los derechos personalísimos tienen como ordenamiento entiende es esencial a su perso-
pilar fundacional permitir al hombre su auto- nalidad.
determinación. Esto es, poder decidir sobre de-
terminados ámbitos personales, teniendo como d) Inherentes a la persona: es la unión ines-
único límite la afectación de intereses legítimos cindible de lo que califica la injerencia jurídica.
de terceros.
e) Son irrenunciables: es decir no pueden de-
Estos derechos reconocen y garantizan a la jarse de lado.
persona humana el goce de su propia entidad e
interioridad en todas sus manifestaciones físi- Por ejemplo, el derecho al nombre. Algunos
cas y espirituales. autores —como Llambías— consideran que es
un atributo de la persona y no un derecho per-
Y, como concluye Saux (69), reconocido como
sonalísimo.
novedad de este capítulo, una metodología de
análisis de los derechos personalísimos como f ) Acompañan al hombre a través de toda su
un modo extrapatrimonial de los derechos sub-
vida. En tanto son atributos de la persona hu-
jetivos y como una familia de los derechos hu-
mana, estos derechos son imprescriptibles.
manos.
g) Son derechos subjetivos privados, en el
Si el nasciturus es considerado persona y
muere en el seno materno, ¿qué problema ha- sentido de que garantizan al titular la protec-
bría en considerar que tiene derecho a un nom- ción y disfrute de sus manifestaciones físicas y
bre y a un entierro digno? ¿Qué diferencia hay espirituales, en el ámbito del derecho privado y
entre un derecho personal y un derecho perso- en relación con sus iguales. En esta dirección re-
nalísimo? presentan un poder que el ordenamiento con-
fiere a todos los individuos de la especie para
VII. Características defender rasgos que se estiman fundamentales
dentro de su propia personalidad.
Los derechos personalísimos tienen ciertas
características que hacen a la importancia de su h) Tienen como fundamento último el reco-
tratamiento. nocimiento del valor central de la persona como
correlato de su dignidad.
a) Que son originarios (o innatos), surgen so-
bre el simple supuesto de la personalidad, se i) Carecen de naturaleza patrimonial.
adquieren por la sola calidad de ser persona
humana, nacen con ella y le están indisoluble- Estos derechos son esenciales a toda persona,
mente unidos y son preexistentes a su reconoci- y corresponden a poderes que le ha otorgado el
miento por el Estado. ordenamiento para la salvaguarda de algunos
atributos que le corresponden.
b) Son absolutos o de exclusión: por ser opo-
nibles frente a todos los terceros (erga omnes) En consideración no tanto a aquellos atribu-
y una correspondiente defensa contra actos de tos cuanto a los derechos a ellos atribuidos, se
violación de quienquiera que provengan. ha operado algo así como una separación entre
el estatus de persona y esos atributos, naciendo
(69) SAUX, Edgardo Ignacio, en LORENZETTI, Ricardo de ellos los correspondientes derechos subjeti-
Luis, “Código Civil y Comercial de la Nación, explicado,
doctrina-jurisprudencia, parte general”, Rubinzal -Cul- vos que pertenecen al hombre como tal, inde-
zoni, Buenos Aires, 2019, p. 103 pendiente del sistema político o social.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 55


Hacia la dignidad del nasciturus

El art. 52 (70) del Cód. Civ. y Com., por su par- nombre y la posibilidad de un entierro confor-
te, hace referencia a la posibilidad de lesión a la me a sus creencias religiosas.
dignidad en su faz íntima o familiar, honra o re-
putación, imagen o identidad, que de cualquier II. Precedentes del derecho extranjero
modo resulte menoscabada en su dignidad per-
sonal, pudiendo reclamar la prevención y repa- II.1. España
ración de los daños sufridos.
En España la nueva Ley de Registro Civil (ley
La reparación de estos por la madre ante la 20/2011, de 21 de julio de 2011) estableció en
muerte de su hijo, sumado a no poder inscribir- su disposición adicional cuarta, que lleva por
lo con su nombre y solo llevar un NN o no poder título “Constancia en el Registro Civil de los fa-
tener un entierro, no tiene una reparación pecu- llecimientos con posterioridad a los seis meses
niaria, como prevé el supuesto del art. 1740 (71) de gestación” lo siguiente: “Figurarán en un ar-
del Cód. Civ. y Com. chivo de Registro Civil, sin efectos jurídicos, los
fallecimientos que se produzcan con posterio-
Por ello es necesaria una legislación que, ante ridad a los seis meses de gestación y no cum-
tal pérdida y dolor, pueda darle un trato digno. plieran las condiciones previstas en el artículo
30 del Código Civil, pudiendo los progenitores
CAPÍTULO IV otorgar un nombre”.

PRECEDENTES LEGISLATIVOS INTERNA- Un inciso segundo prevé que este archivo


CIONALES Y NACIONALES “quedará sometido al régimen de publicidad
restringida”.
“Cuando una mujer está embarazada, ella no
está esperando un bebé; ella ya tiene uno. Ella Se ve que se trata también de un registro de
no va a ser madre; ella es una madre. El bebé mortinatos, cuyos progenitores pueden atri-
no está en camino; el bebé ya llegó. Si queremos buirles un nombre, aunque se exige una edad
cambiar la forma en que la sociedad trata a los gestacional de seis meses.
no-nacidos, debemos cambiar la forma en la
que hablan de ellos” No obstante, por otras dificultades, la entra-
da en vigencia de esta ley se ha ido postergando.
Frank PAVONE Por reforma de la ley 5 del 1 de julio de 2018, la
ley entraría en vigor el 30 de junio de 2020. (72)
I. Introducción
II.2. Alemania
Perder un hijo en gestación es una terrible ex-
periencia y es tan dolorosa que ni la propia ley le La Ley de Estado Civil de este país prevé la
ha puesto nombre. posibilidad de certificar ante el Registro Civil la
existencia de un niño que haya nacido muerto.
Este dolor llevó a familias a tratar de cambiar
la ley para lograr este reconocimiento, generan- El reglamento de la ley regula esta disposi-
do proyectos que hasta hoy en Argentina no son ción previendo, desde 2013, la posibilidad de
ley, solo alguna reglamentación administrativa, que se emitan certificados de niños con un peso
pero que no reconoce a los padres el derecho de más de 500 gramos, o incluso inferiores a ese
a obtener una partida de defunción fetal con peso, si superaron la semana 24ª de gestación.

(70) Art. 52: La persona humana lesionada en su intim-


II.3. Paraguay
idad personal o familiar, honra o reputación, imagen o
identidad, o que de cualquier modo resulte menoscaba- Este país aprobó la ley 5.833, publicada en la
da en su dignidad personal, puede reclamar la preven- Gaceta Oficial de 18 de diciembre de 2017, el Li-
ción y reparación de los daños sufridos, conforme a lo bro de Defunciones de Concebidos no Nacidos
dispuesto en el Libro Tercero, Título V, Capítulo 1. en el Registro Civil.
(71) Art. 1740. Reparación plena. La reparación del
daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la situ- (72) El texto de esta ley se puede consultar en el sitio
ación del damnificado al estado anterior al hecho daño- web: https://www.iberley.es/legislacion/ley-registro-
so, sea por el pago en dinero o en especie. civil-ley-20-2011-21-jul-9021236.

56 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

El art. 2 de la ley dispone que “en el Libro de Hay constancia de que estas cuatro regulacio-
Defunciones de Concebidos no Nacidos podrán nes se tuvieron a la vista durante la discusión del
ser inscriptos quienes hayan fallecido dentro proyecto de ley y ayudaron a observar que este
del vientre materno cualquiera sea la causa de tipo de registros no era incompatible con legis-
la muerte, la edad gestacional o el peso que tu- laciones que incluso contemplan el aborto libre
vieran al momento del fallecimiento”. o por plazos.
La inscripción puede ser solicitada al Registro II.5. Chile
Civil del lugar de la defunción por ambos o por
cualquiera de los progenitores correspondien- En un comienzo se logró modificar el Regla-
tes, certificado médico, en el plazo de un año de mento de Hospitales y Clínicas para establecer
ocurrido el fallecimiento (arts. 3°, 4° y 5°). Los el derecho de los padres a reclamar los restos
datos que deben hacerse constar del concebido de sus hijos mortinatos. Se estableció que “res-
no nacidos son nombres y apellidos, edad gesta- pecto de los nacidos y fallecidos, así como de
cional, sexo, si se lo determina, y el peso al mo- aquellos productos de la concepción que no al-
mento de la muerte. canzaron a nacer, corresponderá al médico tra-
tante o al profesional que asistió al parto según
Se establece que el certificado no contendrá el caso, extender el certificado médico de de-
las iniciales NN, colocándose el o los nombres función y estadística de mortalidad fetal según
elegidos por los padres, aun en caso de no poder corresponda. En este último caso dicha certifi-
determinarse el sexo” (art 6°, b). Además de esta cación se extenderá cuando el producto de la
inscripción, la ley ordena practicar una partida concepción sea identificable o diferenciable de
de defunción del concebido (art 7°). las membranas ovulares o del tejido placenta-
La ley es clara, al sostener que este sistema no rio, cualquiera sea su peso o edad gestacional y
modifica el régimen de personas físicas institui- será entregada a sus progenitores, quienes dis-
do en el Código Civil, ni otorga derechos patri- pondrán del plazo de 72 horas para solicitar la
moniales, sucesorios, de estado, ni de ningún entrega de los restos con fines de inhumación”.
otro tipo que sean exclusivamente los referidos
También se modificó el Reglamento de Ce-
en la presente ley” (art 9°) (73).
menterios para disponer que estos no podrán
II.4. Austria rechazar la “inhumación o incineración del pro-
ducto de la concepción que no alcanza a nacer,
En el año 2016 se aprobó con modificación a respecto del cual se ha extendido un certificado
la Ley de Estado Civil, por la cual se permitió in- médico de defunción y estadística de mortali-
gresar al registro para emitir un certificado de dad fetal en los casos que se cuente con el co-
aborto espontáneo, que reconoce la existencia rrespondiente pase de sepultación”.
a niños que murieron antes de nacer, sentando
un precedente. En este caso, el Gobierno diri- El 16 de agosto de 2018, por el mensaje del
gido por los socialdemócratas obtuvo el apoyo presidente Sebastián Piñera, se propuso a la Cá-
para sacar esta reforma que permite a los padres mara de Diputados un proyecto de ley para es-
inscribir en el Registro Civil a los niños falleci- tablecer un catastro nacional de mortinatos y
dos antes de nacer con un peso inferior a 500 facilitar su individualización y sepultación. El
gramos, obteniendo un certificado de su hijo fa- proyecto, con algunas modificaciones, fue apro-
llecido, así como el certificado de fallecimiento bado por amplia mayoría en la cámara y por
donde consta el nombre del bebe. unanimidad en el Senado. Finalmente, fue pu-
blicado en el Diario Oficial del 11 de agosto de
El contenido puede comprender los nombres 2019, como la ley N° 21.171., llamada Ley Mor-
que le den sus progenitores, como así el sexo, el tinato (74).
lugar y la fecha de su muerte, agregándose los
nombres de la madre y, en su caso, del padre. Esta Ley Mortinato, es conocida por el #Tu-
NombreEsMiRecuerdo, porque permite indi-
(73) Ley 5883 que establece el libro de defunciones de
concebidos no nacidos en el Registro del Estado Civil. El (74) El texto de la ley puede ser consultado en el en el
texto de la ley puede consultar en este enlace web: http:// sitio web: https://www.bcn.cl/historiadelaley/historia-
digesto.senado.gov.py/ups/leyes/9948.pdf. de-la-ley/vista-expandida/7682/Ley.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 57


Hacia la dignidad del nasciturus

vidualización del no nacido con un nombre y En lo que respecta al art. 2°, 67 y lo previsto en
apellido a un hijo que muere antes de nacer y la cláusula transitoria de dicha ley, se regula la
otorga la posibilidad de dar sepultura a su hijo emisión de la licencia de inhumación o crema-
con un proceso simplificado de sepultación. ción, que será expedida por el oficial público del
Registro Civil, teniendo a la vista el acta de de-
Un reconocimiento especial merecen las función o el acta de defunción fetal NN.
agrupaciones de madres y padres que, contan-
do su testimonio, impulsaron constantemente Es decir, no hay registro con nombre y por
el avance de la normativa. Debe mencionarse el ende no puede ser enterrado en cementerio.
Movimiento de Mujeres Reivindica, Fundación
Amparos, colectivo Ley de Identidad NN y Fun- III.2. Provincia de Buenos Aires —la ley 14.078—
dación Ángel de Luz. y sus modificaciones, especialmente ley 14.853

II.6. Francia Esta ley prevé algunos artículos interesantes,


al hablar de la defunción fetal y la connotación
A partir del año 2018 se permitió a las familias de la limitación de la posibilidad de registra-
que, en caso de que sus niños nacieran sin vida, ción, sometido a ciertas consideraciones; edad
pudieran inscribirlos en el registro civil, con el gestacional y/o peso.
fin de poder ofrecer un tratamiento funerario
decente a sus hijos, aunque no adquieran per- Es así que en el art. 1° se hace mención de
sonalidad jurídica alguna. la defunción y en particular la defunción fetal
en el art. 49, donde explica qué se entiende por
Dio así una respuesta pragmática y huma- muerte fetal (75); en el art. 50 habla de la facul-
na a las situaciones administrativas complejas tad para inscribir en el registro, de acuerdo al
y traumáticas para las familias de un niño na- plazo de estado gestacional o condicionando al
cido muerto, que no puede expedir acta de na- peso del nacido para su anotación en el Regis-
cimiento ni de deceso. tro Civil, que no debe ser inferior a un mínimo
legal de 500 gramos (76), y, por último, el art.
Por ello con esta nueva iniciativa permitirán 51 (77) nuevamente castiga al no nacido con
que las familias le pongan un nombre de pila, vida a tener un acta de defunción fetal que, en
que quede en el registro civil y en el libro de fa-
milia y de un tratamiento funerario decente. (75) Art. 49: “En el caso que el fallecimiento del feto
ocurra con anterioridad a la expulsión completa o ex-
III. Argentina: registración del fallecimien- tracción del cuerpo de la madre, cualquiera que haya
to del no nacido sido la duración del embarazo; constatado por el hecho
de que, después de tal separación, el feto no respira ni
En nuestro país, tenemos una laguna en cuan- muestra cualquier otro signo de vida, tal como el latido
del corazón, la pulsación del cordón umbilical o el mov-
to a la registración del nombre del no nato falle-
imiento previsto en el presente capitulo...”.
cido en el seno materno, como así el derecho a
su sepultura, por lo cual analizaré brevemente (76) Art. 50: “Cuando la muerte fetal sea intermedia
(desde veinte días a menos de veintiocho semanas), tar-
cómo funciona en la legislación nacional, de la día (desde veintiocho semanas completas o más) o de
provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autó- peso superior a quinientos gramos, deberá labrarse el
noma de Buenos Aires. acta de defunción fetal”.
(77) Art. 51: “En la inscripción de una defunción fetal,
III.1. Ley nacional 26.413 se consignará como nombre ‘N’. Cuando se demuestre al
tiempo de la inscripción el matrimonio de los padres, se
Esta ley es de orden nacional y establece que consignará el asiento sus nombres y apellidos. Cuando
todos los actos o hechos que den origen, alteren no se demuestre el matrimonio de los padres, se seguirán
o modifiquen el estado civil y la capacidad de las las siguientes reglas:1) Deberá consignarse en la inscrip-
ción únicamente el nombre y apellido de la madre y/o
personas deberán inscribirse en los correspon- padre que hubiere suscripto el formulario de denuncia
dientes registros de las provincias, de la nación y de la defunción. 2) De no suscribirlo ninguno de ellos, se
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. le consignará un apellido común”.

58 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

vez de llevar el nombre y apellido, consignará vez expulsado o extraído completamente del
la letra N. cuerpo de la madre, no tenga señal de vida (78).

III.3. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires En 1998, el Gobierno de Carlos Menem dic-
tó un decreto en el que declaró el 25 de marzo
El funcionamiento ante la muerte de un no como el Día del Niño por Nacer (79), en coin-
nacido opera del siguiente modo:
cidencia con lo dispuesto en algunos países del
Se labra el acta de defunción fetal cuando la mundo en ocasión de celebrar la cristiandad en
expulsión del seno materno se produzca sin esa fecha la Solemnidad de la Anunciación, y es
vida y hayan transcurrido más de 180 días desde de destacar, por cuanto considero que el dere-
la concepción, y luego se expide la licencia de cho a la vida no es una cuestión de ideología, ni
inhumación. de religión, sino una emanación de la naturale-
za humana”.
Pero la expulsión o retiro por parte del profe-
sional de los restos del no nato que ha fallecido, En el año 2016, la Fundación Era en Abril, con
si procede antes de ese plazo, no es necesario la- el apoyo de la Diputada Nacional de Rio Negro,
brar el asiento respectivo y solo se expedirá la li- Dra. María Emilia Soria, presentó un proyecto
cencia de inhumación. sobre Registro y/o Inscripción de Defunciones
Fetales, para modificar la ley 26.413 sobre Regis-
El certificado de defunción fetal será labrado
tro de Defunciones Fetales.
por el médico u obstetra que constate el deceso
que intervenga en la extracción de un feto cuyo El proyecto presentado tenía tres ejes prin-
fallecimiento se hubiese producido con anterio- cipales: 1) el reconocimiento con nombre y
ridad a la separación del cuerpo de la madre. apellido de los bebes que fallecen en el vientre
Este contenderá, como datos obligatorios, los materno, siendo esto facultativo para los pro-
siguientes: edad gestacional, sexo del feto, nom- genitores; 2) el registro de todas las muertes
bre, documento de identidad de la parturienta, intrauterinas con fines estadísticos para imple-
día, mes, año, hora de ocurrida la defunción fe- mentar políticas de salud; 3) la entrega del cuer-
tal, causa de la defunción, nombre y matrícula po a los padres para su sepultura, sin distinción
del médico que firmó el certificado médico de del peso y de la edad gestacional, siempre que lo
defunción, sin nombre. requieran, pero perdió estado legislativo.

IV. Proyectos presentados en el Congreso En el año 2017 con el número S-2526/17 (80),
Nacional y jurisprudencia presentaron un proyecto las diputadas Silvina
M. García Larraburu, Liliana T. Negre de Alonso,
IV.1. Proyectos Maria Pilatti Vergara y Olga Inés Brizuela y Do-
Haré una pequeña mención de distintos pro- ria, por el cual se solicitaba:
yectos que han tenido en cuenta la identidad del
niño nacido muerto. (78) Proyecto de ley presentado por Graciela Caama-
ño, año 2004.
En el año 1994 la diputada nacional Gracie- (79) Instituido por el decreto presidencial 1406/98 de
la Camaño presentó el proyecto “derecho de fecha 7/12/98 y publicado el 10/12/1998, que lleva las
identidad”, con el objeto de establecer el pro- firmas del presidente Carlos Saúl Menem y del cancil-
ler Guido Di Tella. Se puede consultar su texto en el sitio
cedimiento de identificación del niño, tanto web http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/an-
nacido vivo cuanto mortinato, y sus efectos re- exos/50000-54999/54777/norma.htm.
gistrales y de filiación, a fin de asegurar la iden-
(80) (S-2526/17) Proyecto de ley, presentado por las
tidad biológica de ambos. legisladoras Silvina M. García Larraburu, Liliana T. Negre
de Alonso, María I. Pilatti Vergara. Puede ser consultado
Este define al niño nacido muerto o mortinato en el siguiente enlace: file:///C:/Users/Usuario/Down-
como aquel producto de la concepción que, una loads/S2526_17PL.pdf.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 59


Hacia la dignidad del nasciturus

1) La creación de Libro de Defunciones de El último proyecto a la fecha de la presente


Personas Concebidas No Nacidas en el ámbito tesina, con fecha 02/03/2020, es el nro. 0033-D.
nacional. 2020 (83), que reitera el principio de dignidad
ya plasmado en el proyecto 0324-d.2018 de fe-
2) Modificación del art. 59 capítulo XII de la cha 6/3/2018, que repite dicho concepto su art.
ley 26.412, agregando la inscripción en el libro 6°. Dicho proyecto fue firmado los diputados
de defunciones para los fallecimientos que ocu- Francisco Sánchez de Neuquén, Graciela Maria
rran en el vientre materno cualquiera sea la cau- Caselles, Alberto Asseff, Beatriz Luisa Ávila, Jor-
sa de la muerte, edad gestacional o peso que ge Ricardo Enríquez, entre otros.
tengan al momento del fallecimiento (inc. g),
creándose a tal efecto el Libro de Defunciones Es de destacar que lo que intentan es, nada
de Personas Concebidas no Nacidas. más ni nada menos, la protección integral de los
derechos humanos de la mujer embarazada y de
3) Agrega el art 6, inc. b), referente al “certi- los niños por nacer.
ficado de fallecimiento de persona no nacida”
como requerimiento el nombre y apellido con Hecho de suma importancia.
que será inscripto, y prohíbe el uso del NN.
IV.2. Jurisprudencia
4) Aclara también que la inscripción solicita-
da no otorga ni derechos patrimoniales, suce- Como ya se hizo referencia en el capítulo 2, es
sorios, de estado, ni de ningún otro tipo que no de destacar el fallo “T. B. M s/ Materia a Catego-
sean exclusivamente el derecho a la identidad rizar, expediente Nro. 18.058” (84), en el que se
y al destino de los restos mortuorios (81), pun- ha dictado sentencia con fecha 7 de octubre de
tualizando que este derecho al nombre y a la se- 2019, donde se le reconoce al nasciturus, como
pultura es un claro derecho personalísimo que derechos inalienables, el de la identidad y el de
no se pierde con el fallecimiento en el seno ma- tener una sepultura digna de su cuerpo.
terno. Lamentablemente no tuvo aprobación. En este fallo, una mujer cuyo hijo muere antes
En el año 2018 se presentó otro proyecto que de haber nacido reclama la inscripción registral
ingresó con el número de expediente 0324- de defunción fetal de su hijo y la licencia de in-
d.2018, de fecha 06/03/2018. Lo destaco porque humación de sus restos para ser sepultados, en
en su art.6 (82) por mencionar la dignidad del atención a la negativa del Registro Provincial
que se lo negaba por inscripción tardía, ocu-
niño por nacer, refiriéndose a que este tiene de-
rrida por la demora en realizarse la necropsia.
recho a no ser sometido a procedimientos que
Como prevención se dictó una medida precau-
puedan afectar su dignidad, identidad e integri-
toria que ordenaba a la Municipalidad de Cam-
dad personales.
pana abstenerse de modificar la situación del
feto fallecido hasta resolver la causa.
(81) Hace referencia a las que ocurran en el vien-
tre materno cualquiera sea la causa de la muerte, edad
gestacional o peso que tengan al momento del falleci- (83) Art. 6: Dignidad. El niño por nacer tiene derecho
miento. Créase a tal efecto el “Libro de Defunciones de a no ser sometido a procedimientos que puedan afectar
Personas Concebidas no Nacidas”. su dignidad, identidad e integridad personales. Con-
secuentemente, no podrá ser objeto de manipulación
(82) Articulo. 6°. Dignidad. El niño por nacer tiene genética, ni de clonación, ni cualesquier otro proced-
derecho a no ser sometido a procedimientos que puedan imiento o técnica que afecten o detengan su normal de-
afectar su dignidad, identidad e integridad personales. sarrollo y crecimiento. Proyecto de ley ingresado al Con-
Consecuentemente, no podrá ser objeto de manipu- greso el 2/3/2020, cuyo texto se puede consultar en el
lación genética, ni de clonación, ni cualesquier otro pro- sitio web: https://www.hcdn.gob.ar/proyectos/proyecto.
cedimiento o técnica que afecten o detengan su normal jsp?exp=0033-D-2020.
desarrollo y crecimiento. Proyecto de ley ingresado al
Congreso el 06/03/2018 y puede ser consultado en el si- (84) Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso
tio web: https://www.hcdn.gob.ar/proyectos/proyecto. Administrativo Nro. 1 del Departamento Judicial Zarate,
jsp?exp=0324-D-2018 “T, B. M s/ Materia a Categorizar”, 07/10/2019.

60 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

Resalta la incorporación de la figura de las mado al triste episodio de haberse encontrado


exequias. restos de un feto en la vía pública.

También, reconoce que, si bien la persona- Para ser enterrado solo se necesita presentar
lidad jurídica se encuentra supeditada al na- documentación que acredite el parentesco con
cimiento con vida, conforme el art. 21 del Cód. el cuerpo a inhumar.
Civ. y Com., considera que no sería aplicable a
los derechos personalísimos del nonato, en- Así, el no nato puede tener una lápida en su
tre ellos el nombre y el reconocimiento de su tumba, porque merece el mismo trato de digni-
cuerpo como cadáver, que justifica su derecho dad humana que cualquier otra persona.
a recibir adecuada sepultura, basándose en sen-
timientos de respeto y consideración hacia las CONCLUSIÓN
personas implicadas y sus derechos.
A modo de conclusión, podemos enfatizar
Por otra parte, este fallo trae la importancia que estamos ante un vacío legal y una redacción
de, nada más y nada menos, la incorporación poco feliz del Código Civil y Comercial, en refe-
del nombre al niño fallecido en el seno materno. rencia a los derechos personalísimos del no na-
cido con vida y es al derecho del nonato a tener
El nombre tiene como función la identidad de un nombre y una sepultura.
la persona, lo que conlleva su protección y re-
laciones, reconociéndose así su personalidad Ante esta situación, traté de enfocar el traba-
jurídica, dignidad y derechos-deberes conse- jo para demostrar que el niño que fallece en el
cuentes. seno materno no pierde su derecho a la identi-
dad que tenía durante la gestación.
Reconoce que la persona humana por nacer es
titular de numerosos derechos civiles, sociales o Este tuvo una posición y un estatus en la fami-
emergentes de contingencias que lo afecten. lia, tuvo nombre, generó expectativas, ya conta-
ba con su ajuar propio.
Podemos concluir que la persona por nacer
posee, por ende, derechos personalísimos. No queda duda de que es una persona huma-
na desde la concepción.
IV.3. Realidad social. Cementerio
Que como tal es digna y la dignidad está re-
En este punto, cabe preguntarse si existe en conocida en diversas legislaciones, tratados y
Argentina algún cementerio que funcione para convenciones internacionales, doctrina y juris-
el entierro de los niños nacidos muertos en el prudencia Argentina.
seno materno.
El nasciturus es digno de tener derechos que
Y para este interrogante hay una respues- le reconoce el sistema legal durante la gesta-
ta afirmativa: está localizado en la provincia ción, y aclaramos que lo que se pierde solo es la
de San Juan, donde se habilitaron 900 metros cuestión patrimonial, pero no su condición de
cuadrados para sepultar a bebés muertos pre- persona humana.
maturamente por una interrupción natural del
embarazo o por abortos provocados, siendo el Al ser persona humana, es digna y tiene dere-
primer lugar del país que tiene estas caracte- chos que no solo se refieren a los derechos pa-
rísticas y que permitirá inhumar a más de 2000 trimoniales, sino también a los personalísimos,
fetos en forma gratuita, corriendo los gastos de dentro de los cuales está de derecho a la identi-
mantenimiento por cuenta del municipio. dad, es decir, tiene derecho a tener un nombre y,
como persona humana, la cual no deja de serlo
A este espacio le han puesto el nombre de Jar- porque fallezca en el seno materno, merece un
dín de Ángeles. trato digno, como ser la sepultura nominada.

La idea surgió de conocer la “pena que atrave- La normativa del Cód. Civ. y Com., con refe-
saban muchas familias al perder un bebé”, y su- rencia al juego normativo de los arts. 346 y 21,

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 61


Hacia la dignidad del nasciturus

fija una especie de condición resolutiva, y que- recordándolo por su nombre, como dijo Piñera,
do claro que solamente se refiere a los derechos #Tu nombre es mi recuerdo, y un lugar para dar-
patrimoniales y no a los extrapatrimoniales, que le sepultura según todas las creencias religiosas
son los personalísimos. y dejar de ser un NN. Sin que ello implique mo-
dificar los lineamientos de los arts. 19 y 21 del
No puede tener efecto retroactivo conforme Código Civil y Comercial.
nuestro sistema legal, compartiendo las postu-
ras de Ghersi, Lorenzetti, Cifuentes menciona- BIBLIOGRAFÍA
das, las cuales comparto, sostener que el art. 21
del Cód. Civ. y Com. tiene una redacción que AMILLANO, Santiago, “Registro de defuncio-
lleva a concluir que el nasciturus al morir en nes fetales: No tiene nada que ver con el abor-
el seno materno nunca existió como persona y to”, se puede consultar el artículo en el sitio web:
pierde, por ende, todos sus derechos, cuando en http://www.agenciapacourondo.com.ar/gene-
verdad lo que cae es el acto jurídico, y no los de- ros/registro-de-defunciones-fetales-no-tiene-
rechos personalísimos. Agregando que incluso nada-que-ver-con-el-aborto.
los alimentos que hubiera recibido mientras es-
ACNUDH
taban con vida en el seno materno no son mate-
ria de repetición. Convención Internacional sobre la elimina-
ción de todas las formas de discriminación ra-
Los derechos personalísimos son inaliena-
cial, 21 de diciembre de 1965.
bles, no se pueden perder por el solo hecho de
haber fallecido en el seno materno, no son ac- Pacto Internacional de Derechos Civiles y Po-
tos jurídicos, nacen con la persona y terminan líticos (1966).
con ella.
Pacto Internacional de Derechos Económi-
No habría distinción alguna entre el muerto cos, Sociales y Culturales, 1966.
dentro del seno materno y el muerto fuera del
seno materno, en este aspecto, por lo cual me- Convención sobre Tortura, 27 de diciembre
recen el mismo trato para respetar la inviolabili- de 1985.
dad de la persona y su dignidad, que, en el caso,
tener derecho a un nombre, con el cual se reco- BAEZA, Angélica, “Tu nombre es mi recuer-
noce su identidad con su familia, colocándose do: Piñera promulga ley que permite individua-
el mismo en su partida de defunción fetal, como lización y sepultura de bebes muertos ante de
así el respeto al cuerpo del no nato como cadá- nacer”; se puede consultar el artículo en el si-
ver, que justifica su derecho a recibir, con un en- tio web: https://www.latercera.com/nacional/
tierro digno. noticia/nombre-recuerdo-pinera-promulga-
ley-permite-individualizacion-sepultura-be-
No estarán con nosotros, pero siguen siendo bes-muertos-nacer/780575/.
nuestros hijos.
CALVO MEIJIDE, Alberto, “El nasciturus
Es hora de que la ley argentina, como lo han como sujeto del derecho: concepto constitucio-
hecho otros países, se humanice y reconozca nal de persona frente al concepto pandectista.
este derecho personalísimo a dar un nombre y Civilista”; En Cuaderno de Bioética, Volumen
un entierro digno, en virtud de la humanidad 15, “Células madre”, Nro. 54, Madrid, Departa-
del derecho y en pos de la familia, como la juris- mento de Empresa: Facultad de Ciencias Eco-
prudencia lo ha comenzado a hacer en el fallo nómicas y Empresariales de la Universidad San
nro. 18058 “T, B.M s/ Materia a Categorizar”. Pablo, 2004.

Y así vamos en el camino hacia el reconoci- CARAMELO, Gustavo, HERRERA, Marisa, PI-
miento de la dignidad del nasciturus que falle- CASSO, Sebastián, “Código Civil y Comercial de
ce en el seno materno sin ver la luz y su madre la Nación, Comentado”, título preliminar, libro
de tenerlo con vida en sus brazos, pero sí seguir primero, Buenos Aries, Infojus, 2015.

62 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


María Alejandra Muchart

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la página web: https://capacitacion.jusmisio-
Convención Americana sobre Derechos Hu- nes.gov.ar/files/material_curso/03-15-JORNA-
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64 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


El alcance de la nulidad del acto
por el dolo de un tercero a la luz
de la teoría de la apariencia (*)
Gonzalo Andrés Fuertes Lerena
CAPÍTULO PRIMERO autor del dolo puede ser tanto una de las par-
tes involucradas en el acto en cuestión como
INTRODUCCIÓN así también un tercero respecto de este último.
En consecuencia, en lo atinente a la nulidad del
I. Planteamiento acto, el ordenamiento jurídico argentino dis-
pensa un tratamiento idéntico, tanto si el dolo
Este apartado tiene por objeto presentar la si- ha sido provocado por una de las partes como si
tuación que se analizará a través de esta obra, la ha sido provocado por un tercero.
cual consiste, básicamente, en dilucidar los al-
cances del art. 274 del Cód. Civ. y Com. y, a su Esta solución se aparta del criterio que anima
vez, determinar cuál es la interpretación que al art. 275 del Cód.Civ. y Com., puesto que este,
cabe propiciar a su respecto. al abordar la responsabilidad por los daños cau-
sados como consecuencia del dolo provocado
Con ese fin, se describirá el escenario que, por un tercero, establece que solo responderá
preliminarmente, se genera al observar el cita- la parte no afectada si ha tenido efectivo cono-
do artículo a la luz de otras disposiciones del or- cimiento de aquel.
denamiento jurídico afines a aquel, lo cual, en
principio, pondría en evidencia una, al menos De esta manera, es posible observar que el
aparente, contradicción. dolo como vicio de la voluntad desencadena,
principalmente, dos efectos jurídicos, a saber:
Por lo demás, se señalará la metodología adop- la nulidad del acto involucrado y la responsa-
tada para concretar el objetivo propuesto y, fi- bilidad por los daños provocados por aquel. En
nalmente, se realizarán precisiones sobre los ambos aspectos de la cuestión, el Código Civil
presupuestos teóricos elementales que implica la y Comercial contempla la posible incidencia de
consideración de los efectos del dolo de un terce- un tercero, sin embargo, el criterio subyacente
ro, tales como la noción de aquel como vicio de la que rige la respuesta ante dichas cuestiones pa-
nulidad y su clasificación según la autoría. reciera ser diferente.
II. Situación en análisis. Metodología Fíjese que, como se indicó, en lo que respecta
El art. 271 del Cód. Civ y Com. define el dolo a la nulidad del acto, el ordenamiento jurídico
como vicio de la voluntad y el art. 272 de aquel no efectúa matización alguna, es decir, proven-
establece las características del dolo calificado ga de una de las partes o de un tercero, el dolo,
como esencial, el cual causa la nulidad del acto, en tanto cumpla con los requisitos establecidos
siempre que no sea recíproco. por el art. 272 del Cód. Civ. y Com., causará la
nulidad del acto.
Por su parte, el art. 274 del Cód. Civ. y Com.
señala, sin efectuar distinción alguna, que el Por el contrario, en lo que respecta a la res-
ponsabilidad por los daños que provoque la
conducta u omisión dolosa, el Código Civil y
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 12 de Comercial abandona la señalada indiferencia
julio de 2021. y contempla soluciones diversas según la posi-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 65


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

ción de la parte cuya voluntad no ha sido viciada nocibilidad de aquel como condicionante de la
en relación con el tercero autor del dolo. Básica- declaración de nulidad, habría sido que el dolo
mente, aquella responderá por los daños causa- de un tercero solo tendría esta consecuencia si
dos si tenía efectivo conocimiento del dolo, de la otra parte lo conoció o lo pudo haber conoci-
lo contrario, no lo hará. do actuando diligentemente.
Asimismo, resulta pertinente poner de resal- De esta manera, además de conciliar el tra-
to la distinción que el Código Civil y Comercial tamiento dispensado a ambos vicios de la vo-
efectúa entre el tratamiento dispensado al error luntad, el legislador podría haber acercado las
y al dolo en lo que respecta a la consideración de soluciones previstas para los efectos principales
la parte del acto cuya voluntad no ha sido vicia- del dolo, es decir, para la nulidad del acto y la
da, puesto que también es posible observar una, responsabilidad por daños, además de insertar
al menos aparente, contradicción. de mejor manera el abordaje en cuestión en la
secuencia de previsiones inspiradas en el crite-
En ese sentido, cabe señalar que el art. 265 del rio rector de la buena fe.
Cód. Civ. y Com. establece que el error de he-
cho y esencial solo causará la nulidad del acto A pesar de cuanto antecede, la literalidad
bilateral o unilateral recepticio si ha sido reco- del art. 274 del Cód. Civ. y Com., en la que no
nocible por el destinatario de la declaración de se efectúan matizaciones, junto con la expresa
voluntad. Al respecto, el art. 266 de aquel preci- realización de aquellas al regular la responsabi-
sa que el error es reconocible si la parte ha po- lidad por daños en esta materia, impone como
dido conocerlo, considerando la naturaleza del conclusión preliminar que, en lo que respecta
acto y las circunstancias que lo rodean. a la nulidad del acto por dolo de un tercero, no
En consecuencia, mientras que al abordar el cabe hacer distinción alguna.
error como vicio de la voluntad el Código Civil
Sin embargo, los aspectos señalados prece-
y Comercial introduce una importante matiza-
dentemente, y, en especial, cierta, al menos
ción, considerando como un dato dirimente la
aparente, discordancia con el criterio que sus-
posición del destinatario de la declaración de
tenta el temperamento adoptado por el propio
voluntad en los actos bilaterales y en los unila-
Código Civil y Comercial al abordar otros su-
terales recepticios, al regular el dolo, en lo ati-
nente a la nulidad del acto, no realiza distinción puestos (1), son suficientemente persuasivos
alguna, sea el autor de aquel una de las partes o como para motivar un análisis más amplio so-
un tercero. bre el particular.

Desde un análisis preliminar, pareciera que De hecho, calificada doctrina, luego de ad-
existe una discordancia en los criterios que ani- vertir que el legislador del Código Civil y Co-
man las soluciones reseñadas, en cuanto, al re- mercial, en este punto, reprodujo, aunque con
emplazarse el criterio de la excusabilidad del cambios de redacción, la solución propiciada
error por el de la recognocibilidad, el legislador por Vélez Sarsfield en el art. 935 del Código Ci-
se habría inclinado por una opción que priori-
za la seguridad dinámica del tráfico jurídico, (1) José Tobías señala que, al analizar el art. 274 del
sustentado en un criterio objetivo, propio de la Código Civil y Comercial a la luz de las reflexiones que
mereciera el art. 935 del Código Civil, “ha de observarse,
buena fe negocial; mientras que, en el abordaje sin embargo, una cierta contradicción —ya presente en
del dolo cometido por un tercero, el legislador el Código Civil derogado— entre las opuestas soluciones
parece haber optado por hacer primar la segu- que se atribuyen a hipótesis en las que se manifiesta la
ridad estática y soslayar la consideración de la misma tensión de intereses” (TOBÍAS, José W. en AL-
buena o la mala fe de la contraparte. TERINI, Jorge Horacio (dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel
(coord.), “Código Civil y Comercial. Tratado exegético”,
Siempre desde un examen introductorio, la La Ley, Buenos Aires, 2019, 3ª ed. ampliada, t. II, comen-
tarios al art. 247 del Código Civil y Comercial, punto 1).
consecuencia lógica del cambio introducido en En el mismo sentido: ALTERINI, Atilio Aníbal, LÓPEZ
el tratamiento del error como vicio de la volun- CABANA, Roberto M., «Reformas al Código Civil», Abel-
tad, al haberse instaurado el criterio de la recog- edo Perrot, Buenos Aires, 1995, p. 186.

66 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

vil, ha indicado que esta temática merece un es- que plasmen aquellas en el ordenamiento jurí-
tudio más detenido (2). dico nacional.

Con ese fin, y luego de aclarar nociones bá- III. Nociones preliminares
sicas, se analizarán los principales anteceden-
tes que registra el tratamiento de la nulidad del III.1. La noción de dolo como vicio de la volun-
acto jurídico por el dolo cometido por un ter- tad
cero, además de considerar las soluciones que
han propiciado los diversos proyectos de refor- Dolo, en cuanto término, es equívoco, en tanto
ma del Código Civil y las que se imponen en el admite diversos significados. Dentro del ámbito
derecho comparado. del derecho civil, aquel puede ser considerado,
al menos, de tres maneras diferentes, a saber: en
Asimismo, se expondrán las opiniones doc- la órbita de los hechos y actos jurídicos, como un
trinarias existentes y se efectuará un análisis vicio de la voluntad; en el ámbito obligacional,
del derecho positivo argentino a la luz de las como el incumplimiento voluntario y malicioso;
conclusiones preliminares que se extraigan de y, finalmente, en la esfera de la responsabilidad
los aspectos reseñados, con especial énfasis en civil, como un factor de atribución caracteriza-
las consecuencias de una evaluación sistemá- do por la producción de daños con intenciona-
tica del Código Civil y Comercial, en la que se lidad o manifiesta indiferencia por los intereses
armonice la protección de la autonomía de la ajenos.
voluntad con las exigencias del tráfico jurídico
Inserto en la esfera de los hechos y actos jurí-
moderno (3).
dicos, y considerado como vicio de la voluntad,
Finalmente, se extraerán las principales con- el dolo se sitúa junto al error y a la violencia, tal
clusiones de las diversas cuestiones expuestas y como lo surge de los capítulos 2, 3 y 4 del título
se realizarán propuestas de reforma legislativa IV, del libro primero, del Código Civil y Comercial.

El dolo, en el ordenamiento jurídico argenti-


(2) La doctrina ha indicado, al analizar lo dispuesto no y como vicio de la voluntad, es definido por el
por el art. 274 del Código Civil y Comercial, que “la nor-
ma reitera el principio regulado por el art. 935 del Cód.
art. 271 del Cód. Civ. y Com. como toda aserción
Civil de que tanto el dolo de una de las partes como el de de lo falso, disimulación de lo verdadero, artifi-
un tercero pueden invocarse para solicitar la nulidad del cio, astucia o maquinación empleada con el fin
acto. Es lo que decía Vélez Sársfield en la nota al art. 935: de celebrar un acto. En ese sentido, dicho códi-
´En nuestras leyes cuando el dolo da causa al acto, no se go se inserta en la línea tradicional en la materia
hace diferencia si es causado por una de las partes o de
un tercero´. La solución legal es controvertida, y no acep-
seguida por el art. 931 del Código Civil de Vélez
tada en muchos códigos extranjeros. El tema merece un Sarsfield.
estudio más amplio” (COMPAGNUCCI de CASO, Rubén,
en BUERES, Alberto J. [dir.], “Código Civil y Comercial de Considérese que la definición asumida por
la Nación analizado, comparado y concordado”, Hammu- Vélez en la citada disposición se inspiró, como
rabi, Buenos Aires, 2014, t. I, p. 251). en tantas otras ocasiones, en la obra de Freitas,
(3) Al respecto, resultan particularmente esclarece- la cual, en este aspecto, reconoce antecedentes
doras las reflexiones de Marcelo López Meza en cuanto que se remontan al derecho romano y, en par-
a que “sobre los conceptos contrapuestos de apariencia ticular, a Labeón, tal como surge de la propia
y realidad cabe decir, en primer término, que ellos guar- nota del citado art. 931 (4).
dan un delicado equilibro en el campo del derecho. Son
dos polos de una dicotomía que solo ha sido tratada
con parches por el derecho argentino, que no le ha dis- (4) La doctrina destaca en el sentido expuesto que “el
pensado un régimen jurídico coherente y armonioso” concepto de dolo como vicio de la voluntad es similar a
(LÓPEZ MEZA, Marcelo J., “La apariencia como fuente lo que el Código Civil disponía en el art. 931. Vélez tomó
de derechos y obligaciones. La doctrina del acto aparente el criterio de la obra de Freitas, quien a su vez recurrió al
en el nuevo Código Civil y Comercial y en el derecho ac- concepto de Labeón en el Derecho romano (al respecto
tual”, La Ley, Academia Nacional de Derecho y Ciencias la nota del codificador al art. 931 es suficientemente ilus-
Sociales de Buenos Aires, Anticipo de “Anales” — Año trativa). Se trata de conductas, palabras, gestos, maqui-
LXI Segunda Época — Número 54, noviembre de 2016, naciones e intrigas que, como actos positivos o de omis-
p. 10 y 11). ión, llevan a errar” (COMPAGNUCCI de CASO, Rubén,

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 67


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

Asimismo, el art. 271 del Cód. Civ. y Com. re- particular) y el fin perseguido [direccionado a la
fiere que las omisiones, reticencias u ocultacio- celebración de un acto que no hubiera sido con-
nes también configuran el dolo, siempre que sin sentido o que, de haberse celebrado, solo se hu-
estas el acto no hubiese sido realizado. En con- biera perfeccionado en otros términos (7)].
secuencia, en este aspecto, el Código Civil y Co-
mercial sigue lo establecido por el art. 933 del En este sentido, Llambías indica que Domat
Código Civil de Vélez Sarsfield, aunque unifican- denomina dolo a “toda sorpresa, fraude, disimu-
do el tratamiento de la acción y la omisión do- lo, mentira y cualquier otra maniobra para enga-
losa en una única disposición, lo que, desde la ñar a alguien”, y que Pothier identifica aquel con
técnica legislativa, resulta correcto. “toda especie de artificio del cual alguien se vale
para engañar a otro”, y luego precisa que “lo ca-
La definición legal de dolo como vicio de la racterístico del dolo, como vicio de la voluntad,
voluntad se encuentra estrechamente ligada con reside en el engaño que se emplea para decidir a
su significado gramatical, en tanto el Dicciona- alguien a la realización de un acto jurídico” (8).
rio de la Real Academia Española señala que la
palabra “dolo” proviene del latín dolus, y la rela- Por lo demás, resta señalar que parte de la
ciona, en su primera acepción, con el engaño, el doctrina expresa que el dolo afecta particular-
fraude y la simulación, y, en su tercera acepción, mente la intención como elemento interno de la
con la voluntad maliciosa de engañar a alguien. voluntad (9) y con ello suele acerca el concepto
de aquel a la noción extendida que lo equipara a
La doctrina, en general, es coincidente al iden- un error provocado (10). De esta manera, sinté-
tificar el dolo con la idea de engaño (5), el cual se
efectúa con el fin de que se celebre determinado cero) tendientes a inducir a la otra a la celebración de un
acto que sin aquel no hubiera sido perfecciona- negocio jurídico” (TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge
do o lo hubiese sido en términos diferentes. En Horacio [dir.], ALTERINI, Ignacio Ezequiel [coord.], II, co-
consecuencia, básicamente, se destacan dos as- mentario al art. 271, punto 1; de igual manera, CARRAN-
ZA, Jorge A., “El dolo-vicio de la voluntad en el derecho
pectos del dolo: el medio empleado (consistente
civil argentino”, Anuario de Derecho Civil, Vol. 26, Nº 2,
en maniobras (6), en general, y en el engaño, en 1973, p. 587).
(7) En esa dirección, se destaca que el dolo “consiste
en BUERES, Alberto J. [dir.], I, 250; con cita del BREBBIA, en el engaño que induce a una persona a celebrar un acto
Roberto, “Hechos y actos jurídicos”, Astrea, Buenos Ai- determinado que no tenía intención de llevar a cabo, o a
res, 1981, t. I, p. 418; en el mismo sentido PRIETO MO- celebrarlo en condiciones más desventajosas” (BUDANO
LINERO, Ramiro en RIVERA, Julio César, MEDINA, Gra- ROIG, Antonio R., “Lecciones de derecho civil. Parte gen-
ciela [dirs.], “Código Civil y Comercial comentado”, La eral”, Hammurabi, Buenos Aires, 2017, p. 580; también
Ley, Buenos Aires, 2014, t. I, p. 363; RIVERA, Julio César, NIEL PUIG, Luis en CALVO COSTA, Carlos A., “Doctrina
CROVI, Luis Daniel, “Derecho civil y comercial: parte y estrategia del Código Civil y Comercial”, La Ley, 2016,
general”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2016, 2ª ed. actu- t. I, p. 977).
alizada, capítulo XXXV — Los vicios del acto voluntario,
aparatado V. Dolo, punto 16.b). (8) LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, “Tratado de derecho
civil. Parte general”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2009,
(5) Borda afirma que “el dolo supone siempre un en- 22ª ed., t. II, p. 446; asimismo CONTE-GRAND, Julio en
gaño: es inducir deliberadamente a error a una persona SÁNCHEZ HERRERO, Andrés (dir.), SÁNCHEZ HER-
con el propósito de hacerle celebrar un acto jurídico” RERO, Pedro (coord.), “Tratado de derecho civil y com-
(BORDA, Guillermo A., “Tratado de derecho civil - Parte ercial”, La Ley, Buenos Aires, 2018, 2ª ed., t. I, 13. La es-
general”, La Ley, Buenos Aires, 2013, 14ª ed., Tercera parte tructura del acto jurídico, 13.2. Los vicios de la voluntad,
— El objeto, capítulo XIV - Vicios de los actos jurídicos, 13.2.3. Dolo.
apartado II. Dolo, punto 1146; igualmente BENAVEN-
TE, María Isabel en CARAMELO, Gustavo, HERRERA, (9) CONTE-GRAND, Julio en SÁNCHEZ HERRERO,
Marisa, PICASSO, Sebastián [dirs.], “Código Civil y Co- Andrés (dir.), SÁNCHEZ HERRERO, Pedro (coord.), 13.
mercial de la Nación comentado”, Infojus, Buenos Aires, La estructura del acto jurídico, 13.2. Los vicios de la vol-
2015, t. I, p. 453; BENAVENTE, María Isabel en LOREN- untad, 13.2.3. Dolo.
ZETTI, Ricardo Luis [dir.], “Código civil y Comercial de la
Nación comentado”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2014, t. (10) En este sentido, se ha advertido que “para el en-
II, ps. 65 y 66). foque tradicional, la esencia del dolo se encuentra en el
engaño dirigido a producir un conocimiento equivocado
(6) En ese sentido, se indica que el dolo “designa las o una representación mental errónea. Se sigue de ello,
maniobras empleadas por una de las partes (o un ter- para esta corriente, que el resultado del dolo es siem-

68 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

ticamente, se aprecia el dolo como la generación vicios de la voluntad y del acto jurídico. Con este
de la falsa representación de los hechos y cir- temperamento, aludiendo al criterio de De Cas-
cunstancias que caracteriza al error como vicio tro y Bravo y al de Tobías, se señala que el dolo es
de la voluntad (11). idóneo para abarcar situaciones en las que, por
ejemplo, no se configura, con la suficiente inten-
Frente a ello, se aclara, tal como lo hacen los sidad, la violencia física, por lo que esta sería re-
propios fundamentos del anteproyecto de Códi- sistible, o en las que no se termina de concretar
go Civil y Comercial, que el dolo como vicio de una lesión como vicio del acto jurídico (16).
la voluntad se independiza de los supuestos re-
lacionados con el error (12) y, por lo tanto, tiene Así las cosas, resulta interesante exponer
su propio ámbito de aplicación, el cual se extien- cómo la doctrina moderna ha reeditado los in-
de a supuestos en que no se compromete la in- tercambios que ya se habían planteado sobre el
tención como elemento del acto voluntario, sino particular en el derecho romano, puesto que,
también, en ocasiones, la libertad (13). en este, algunos, como Ulpiano, resaltaron la
condición del dolo como vicio de la voluntad,
En consecuencia, el dolo no se limita a consti- emparentándolo con el engaño que provoca el
tuir una causa del error, supuesto en el que cier- error en la víctima; mientras que otros, como
tamente perdería su autonomía conceptual (14), Labeón, se inclinaron por una postura que pri-
sino que se independiza de aquel (15), sin perjui- vilegiaba la sanción de la mala fe, sin limitarse a
cio de que es acertado advertir que el dolo exterio- la consideración del error (17).
riza la íntima relación que existe entre los diversos
III.2. Clasificación del dolo según la autoría
pre un error (el ´error provocado´)” (TOBÍAS, José W., El dolo, como vicio de la voluntad, admite di-
LORENZO, Miguel Federico, “El dolo en el derecho civil
(Propuestas para una noción en eclipse)”, LA LEY2001-C, versas clasificaciones, dependiendo del criterio
1102 - Responsabilidad Civil Doctrinas Esenciales Tomo que se aplique a tal efecto. Entre aquellas, y sin
II, 01/01/2007, 563 - LJU Tomo 147, 01/01/2013, DEx-7, ánimo de exhaustividad, es posible mencionar
cita online: AR/DOC/13965/2001). las categorías más extendidas del dolo, a saber:
(11) BUDANO ROIG, Antonio R., p. 581. esencial (o principal) e incidental (18); positivo
(12) NIEL PUIG, Luis en CALVO COSTA, Carlos A., I,
978; en el mismo sentido TOBÍAS, José W. en ALTERINI, (16) RIVERA, Julio César, CROVI, Luis Daniel, ob. cit.,
Jorge Horacio (dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), p. 364. En el mismo sentido TOBÍAS, José W., LORENZO,
II, comentario al art. 271, punto 5. Miguel Federico, ob. cit., ps. 8 a 10.

(13) TOBÍAS, José W., “Tratado de derecho civil: parte (17) CARRANZA, Jorge A., ob. cit., ps. 585 y 586. Al re-
general”, La Ley, Buenos Aires, 2018, t. III, parte tercera specto, la doctrina especializada ha precisado: “habría
— Hechos y actos jurídicos, capítulo XXVI — Vicios de la que agregar que la concepción del dolo como engaño que
voluntad, sección tercera: Dolo I. Consideraciones gene- causa el error de quien declara, se ha elaborado tradicio-
rales — punto 1.5; en el mismo sentido José W. Tobías en nalmente conforme al modo en que se ha entendido el
ALTERINI, Jorge Horacio (dir.), ALTERINI, Ignacio Eze- conocido texto de Ulpiano. Observa, sin embargo, De
quiel (coord.), II, comentario al art. 271, punto 4.a, con Castro que cuando se lo ha leído despacio surge la duda
cita de COLIN, Ambroise y CAPITANT, Henri, “Curso El- sobre su significado: ´la utilización del engaño limitado
emental de derecho civil”, Reus, Madrid, t. III, p. 634. al error como carácter esencial del dolo se encuentra en
la definición de Servio, que es cuestionada por Labeon
(14) En ese sentido, se ha señalado que “corolario de y esta es una crítica que hace suya Ulpiano. En la defin-
este enfoque es la muy estrecha relación que se reconoce ición de Labeon, la calificada de verdadera por Ulpiano,
entre ambos vicios de la voluntad. En algún caso, inclu- se moteja de dolosa toda astucia, engaño o maquinación
so se afirma que el dolo produce siempre un error que dirigida a jugársela, hacer caer o engañar a otro; es decir,
basta por sí solo para viciar la voluntad, lo que supondría se emplea una serie de vocablos más o menos sinónimos,
-de ser exacta la premisa- la manifiesta inoperancia y el pero con los que se amplía el ámbito del dolo, hasta com-
carácter superfluo de este vicio. Así concebido, más que prender cualquier clase de maquinación maliciosa, de
un vicio sería la ´causa´ de un vicio” (TOBÍAS, José W., modo que no parece que pueda limitarse a la productora
LORENZO, Miguel Federico, ob. cit., p. 8). de un error´” (TOBÍAS, José W., LORENZO, Miguel Fed-
erico, ob. cit., p. 11).
(15) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio
(dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comen- (18) Leandro J. Caputo en Curá, José María, “Código
tario al art. 271, punto 4.a. Civil y Comercial de la Nación comentado”, 2a ed. actual-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 69


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

(o por acción) y negativo (o por omisión) (19); y nominado dolo: directo, es decir, el realizado
bueno y malo (20). por una de las partes; e, indirecto, es decir, el
efectuado por un tercero.
Cabe entender que las remisiones efectuadas
son lo suficientemente esclarecedoras respecto de La doctrina, ampliamente mayoritaria y en for-
las aludidas clasificaciones, sin perjuicio de que ma coincidente con cuanto se indicó preceden-
estas no ofrecen mayores dificultades y de que un temente, manifiesta al respecto que “el directo es
detenimiento particular en cada una de ellas exce- el causado por una de las partes del negocio por
sí o por intermedio de su dependiente o repre-
dería los alcances del tema en tratamiento.
sentante; el indirecto es el dolo causado por un
Por su parte, el dolo de un tercero, motivo de tercero ajeno a la relación jurídica” (21).
esta obra, responde a la clasificación de aquel Por lo demás, para delinear el concepto de
según la autoría, de la cual se desprende el de- tercero, resulta pertinente considerar las preci-
siones efectuadas por el art. 1023 del Cód. Civ. y
izada y ampliada, t. I, La Ley, Buenos Aires, 2016, pp. 676 y Com., las cuales, interpretadas a contrario sen-
677; Cifuentes, Santos, “Elementos de derecho civil. Parte su y con los ajustes necesarios de conformidad
general”, 4a ed. actualizada y ampliada, Astrea, Buenos
Aires, 1997, pp. 352, 354 y 355; Salas, Acdeel Ernesto, Có- con la situación concreta involucrada, permiten
digo Civil anotado, t. I, Depalma, Buenos Aires, 1956, pp. afirmar que es tercero quien no otorga el acto,
519 a 521; María Isabel Benavente en Caramelo, Gustavo, ya sea por sí mismo o por medio de un repre-
Herrera, Marisa, Picasso, Sebastián (directores), I, 453 y sentante.
454; María Isabel Benavente en Lorenzetti, Ricardo Luis
(director), II, 67; Rubén Compagnucci de Caso en Bueres,
CAPÍTULO SEGUNDO
Alberto J. (director), I, 250 y 251; Rivera, Julio César, Crovi,
Luis Daniel, I, 364 a 366; José W. Tobías en Alterini, Jorge
Horacio (director), Alterini, Ignacio Ezequiel (coordina- I. Antecedentes
dor), II, comentarios a los arts. 272 y 273; Tobías, José W.,
parte tercera — Hechos y actos jurídicos, capítulo XXVI I.1. Planteamiento
— Vicios de la voluntad, sección tercera: II. Dolo esencial
y IV. Dolo incidental; Rivera, Julio César, Crovi, Luis Dan- Este apartado tiene por objeto presentar los
iel, capítulo XXV — Los vicios del acto voluntario, V. Dolo, principales antecedentes que, tanto directa
puntos 20.b, 23 y 24; Budano Roig, Antonio R., pp. 581,
como indirectamente, abrevan en la redacción
582 y 584; Llambías, Jorge Joaquín, II, 447; Julio Conte-
Grand en Sánchez Herrero, Andrés (director), Sánchez del art. 274 del Cód. Civ. y Com., y que permi-
Herrero, Pedro (coordinador), 13. La estructura del acto ten explicar el criterio adoptado por dicha dis-
jurídico, 13.2. Los vicios de la voluntad, 13.2.3. Dolo; Car- posición.
ranza, Jorge A., 601 y 602.
(19) CAPUTO, Leandro J. en CURÁ, José María, ob. Con ese fin, se describirá, a grandes rasgos, la
cit., I, p. 676; CIFUENTES, Santos, ob. cit., ps. 352 y 353; trayectoria histórica de la incidencia del dolo de
SALAS, Acdeel Ernesto, ob. cit., I, p. 520; BENAVEN- autoría de un tercero sobre la validez del acto
TE, María Isabel en CARAMELO, Gustavo, HERRERA,
Marisa, PICASSO, Sebastián (dirs.), ob. cit., I, p. 454; BE-
NAVENTE, María Isabel en LORENZETTI, Ricardo Luis (21) Rivera, Julio César, Crovi, Luis Daniel, capítulo
(dir.), ob. cit., II, p. 68; RIVERA, Julio César, CROVI, Luis XXV — Los vicios del acto voluntario, V. Dolo, puntos
Daniel, capítulo XXV — Los vicios del acto voluntario, V. 20.a y 22; en el mismo sentido: María Isabel Benavente en
Dolo, puntos 16.a y 18; BUDANO ROIG, Antonio R., ob. Caramelo, Gustavo, Herrera, Marisa, Picasso, Sebastián
cit., p. 581; LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, ob. cit., II, p. 447; (directores), I, 454; María Isabel Benavente en Loren-
CONTE-GRAND, Julio en SÁNCHEZ HERRERO, Andrés zetti, Ricardo Luis (director), II, 68; Rubén Compagnucci
(dir.), SÁNCHEZ HERRERO, Pedro (coord.), 13. La es- de Caso en Bueres, Alberto J. (director), I, 251; Budano
tructura del acto jurídico, 13.2. Los vicios de la voluntad, Roig, Antonio R., 581; Llambías, Jorge Joaquín, II, 447; Ju-
13.2.3. Dolo; Carranza, Jorge A., 599 a 601. lio Conte-Grand en Sánchez Herrero, Andrés (director),
Sánchez Herrero, Pedro (coordinador), 13. La estructura
(20) CIFUENTES, Santos, ob. cit., ps. 353 y 354; BENA- del acto jurídico, 13.2. Los vicios de la voluntad, 13.2.3.
VENTE, María Isabel en CARAMELO, Gustavo, HERRE- Dolo; Carranza, Jorge A., 602 a 605; José W. Tobías en Al-
RA, Marisa, PICASSO, Sebastián (dirs.), ob. cit., I, p. 454; terini, Jorge Horacio (director), Alterini, Ignacio Ezequiel
BENAVENTE, María Isabel en LORENZETTI, Ricardo (coordinador), II, comentario al art. 274; Ramiro Prieto
Luis (dir.), ob. cit., II, 68; BUDANO ROIG, Antonio R., ob. Molinero en Rivera, Julio César, Medina, Graciela (direc-
cit., p. 581; LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, ob. cit., II, p. 447. tores), I, 367.

70 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

jurídico, se expondrá el temperamento asumi- en un principio, consecuencias de índole extra-


do en la materia por los principales proyectos contractual. Como consecuencia de ello, la res-
de reforma de la legislación civil y comercial y, puesta natural era la reparación de daños por
finalmente, se sistematizarán las diversas legis- el tercero autor del dolo, pero no la nulidad del
laciones en torno al tema de estudio. acto por vicio del consentimiento. Básicamente,
los efectos del delito no debían extenderse más
I.2. Fuentes históricas allá del auto de él.

I.2.a. Derecho romano Sin perjuicio de ello, en rigor de verdad, en el


derecho romano también se desarrolló una ten-
El derecho romano previó la actio doli mali y dencia que centró el análisis del dolo como vi-
la exceptio doli mali, las cuales solo podían ser cio de la voluntad (Ulpiano Dig. 4, 3, 1 S 2), en
dirigidas o interpuestas, respectivamente, con- contraposición a la tendencia ya destacada que
tra aquel que había cometido el dolo (22). priorizaba la sanción de la mala fe (L. 1, Digesto,
S 2, De dolo malo - Paulo, D. 17, 2, 3, S 3) (26).
En consecuencia, en el derecho romano las Esa dicotomía, como se expondrá, de alguna
implicancias del dolo cometido por un tercero manera, persiste hasta la actualidad.
dependían de si la parte cuya voluntad no había
sido afectada directamente por aquel había sido I.2.b. Derecho francés. El Código de Napoleón
cómplice o no del autor de la maniobra. Conse-
cuentemente, la nulidad del acto ante el dolo de El Código Civil francés de 1804, en su art.
un tercero solo tenía lugar cuando la contraparte 1116, estableció que el dolo causa la nulidad del
de quien fue víctima del engaño actuó en com- contrato cuando sin las maniobras efectuadas
plicidad de aquel. De lo contrario, la situación por una de las partes la otra no hubiera celebra-
únicamente admitía la reparación de los daños do aquel.
provocados a cargo del autor del dolo (23). En consecuencia, según el denominado Códi-
go de Napoleón, el dolo como vicio de la volun-
La razón del temperamento adoptado por el
tad que causa la nulidad del contrato solo podía
derecho romano residía en que la actio doli te-
provenir de una de las partes intervinientes en
nía carácter infamante y, en consecuencia, emi-
aquel, y no, por el contrario, de un tercero.
nentemente personal, por lo que solo podía
afectar al autor del dolo y no a la parte inocen- De esta manera, si bien el citado código im-
te (24). En este sentido, recuérdese que la actio plicó un avance en la sistematización del tra-
doli revestía un perfil penal, más allá de su fun- tamiento del dolo, al ubicarlo claramente como
ción indemnizatoria, la cual, con la labor de los un vicio de la voluntad, lo cierto que es que el
glosadores, se transformó en un aspecto princi- carácter penal de aquel, propio del derecho ro-
pal (25). mano, si bien desapareció desde su abordaje
formal, continuó influenciando la considera-
En síntesis, el derecho romano, al concebir el ción de la temática.
dolo dentro del ámbito delictual, solo admitía,
Fíjese que, de lo contrario, carecería de expli-
(22) DI PIETRO, Alfredo Gustavo, “Derecho privado cación, desde la concepción antropológica y so-
romano”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2014, 3ª ed., parte cial imperante en pleno siglo XIX, que el dolo de
cuarta — Las obligaciones y los negocios, capítulo 1 - El un tercero no acarreara como consecuencia la
negocio jurídico, punto IV. Vicios de la voluntad. nulidad del acto. Es que, si de lo que se trataba
(23) LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, II, 452; en el mismo era de proteger la voluntad individual, la conse-
sentido: BENAVENTE, María Isabel en LORENZETTI, Ri- cuencia del dolo, proviniera de una de las partes
cardo Luis (dir.), II, p. 75. o de un tercero, debía ser la nulidad. Evidente-
(24) CARRANZA, Jorge A., ob. cit., p. 603. mente, más allá de su tratamiento formal y de
su correcta ubicación como vicio de la voluntad,
(25) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio
(dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comen-
tario al art. 271 del Código Civil y Comercial, punto 4.b. (26) CARRANZA, Jorge A., ob. cit., p. 585 y 586.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 71


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

existe una clara continuidad entre el derecho ro- concierto fraudulento, y no el accionar aislado
mano y el Código Civil francés de 1804. de un tercero.

Por lo tanto, la concepción subjetiva e inclu- En consecuencia, al menos indirectamente,


so psicologista que tiñe gran cantidad de posi- cabe señalar que la gravitación del accionar de
cionamientos doctrinarios y legislaciones del un tercero se supeditaba o, al menos en princi-
derecho comparado halla un hilo conductor pio, se consideraba a través de su relación con
que cuenta con un antecedente inmediato en el la parte involucrada en el acto, máxime apre-
Código de Napoleón, el cual, a su vez, se remo- ciando la cuestión a la luz de los antecedentes
ta mayormente al derecho romano temprano e romanos y de la impronta que acarrea el acerca-
intermedio (27). miento del dolo con su faz delictual.

I.2.c. Derecho español I.2.c.ii. Proyecto de Código Civil de 1851. Pro-


yecto García Goyena
I.2.c.i. Las Partidas
Por su parte, el proyecto de Código Civil para
En lo que respecta a las Partidas, es preciso España de 1851, más conocido como el proyecto
considerar, especialmente, la partida séptima, García Goyena, en su art. 992, establecía que el
en su título 16, la cual abordaba la temática “De dolo se configura cuando una de las partes in-
los engaños malos y buenos, y de los baratado- duce al otro contrayente a través de palabras o
res”. maquinaciones insidiosas a celebrar un contra-
to que, de otra manera, no hubiera otorgado.
La ley 1 de aquella se pronunciaba sobre el
dolo de manera similar al criterio imperante en Como es posible observar, el proyecto de re-
la actualidad, aunque con las formas propias de ferencia, con un lenguaje moderno y con una
la época, ligando aquel principalmente con la técnica legislativa más depurada, mantiene en
idea de engaño e incluyendo tanto las manio- algún punto el criterio de las Partidas y, funda-
bras activas como las omisivas. mentalmente, se inserta en la línea iniciada en
el derecho romano y continuada por el Código
Más allá de ello, en lo que específicamente se Civil francés de 1804, al igual que la mayoría de
refiere al dolo de un tercero, cabe señalar que las principales legislaciones del derecho com-
la ley 10, en su parte pertinente, establecía: “y parado.
otros hay aun que a sabiendas hacen semejanza
que pelean y sacan cuchillos unos contra otros, I.2.d. Derecho brasileño. El Esbozo de Freitas
o peléanse los hombres y las mujeres de mane-
ra que los compañeros que andan con ellos, que El art. 475 del Esbozo de Freitas establecía: “el
son de su habla y sabedores de aquel engaño, dolo afectará la validez de los actos entre vivos,
hurtan y arrebatan muchas cosas a los hombres ya sea obra de una de las partes, ó provenga de
que se aciertan en aquel lugar”. tercera persona”.

De esta manera, es posible observar que la En consecuencia, Freitas quebró la continui-


ley en comentario se aproximaba al análisis del dad que en la materia es posible observar en-
dolo de un tercero desde una perspectiva prin- tre el derecho romano y el Código de Napoleón,
cipalmente delictual y no ceñida a su carácter para luego, a partir de este, exportarse a la gran
de vicio de la voluntad de una de las partes del mayoría de legislaciones del derecho compara-
acto. Sin perjuicio de ello, resulta de interés ad- do.
vertir que, en los diversos supuestos que allí se
proponían, la comisión del dolo siempre involu- Ciertamente, el temperamento adoptado por
craba la participación entre sujetos, es decir, el Freitas implicó un avance en la materia, puesto
que los motivos que en Roma sustentaban la res-
(27) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio tricción de los efectos del dolo cometido por un
(dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comen- tercero respecto de la validez del acto ya no resul-
tario al art. 271 del Código Civil y Comercial, punto 4.b. taban predicables en sociedades modernas.

72 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

El carácter delictual e infamante del dolo y, I.2.e. Derecho argentino. El Código Civil de
por lo tanto, su condición eminentemente per- Vélez Sarsfield
sonal habían perdido vigencia, por lo que el ju-
rista brasileño, al ceñir el análisis de la cuestión El Código Civil argentino de 1869 estableció
a la existencia de un vicio en la configuración de en su art. 935 que el dolo afecta la validez del
la voluntad, adoptó una posición superadora y acto, tanto si es cometido por una de las partes
acertada. como si es obra de un tercero.

Fíjese que, por la idiosincrasia de la época y En ese mismo sentido, la citada disposición
la concepción del derecho imperante, prepon- remitía al art. 941, el cual reiteraba que, aunque
derantemente individualista y con centro en la se tratara del accionar de un tercero, igualmen-
autonomía de la voluntad, se imponía un razo- te, el acto resultaba anulable ante la existencia
namiento lineal que supo captar Freitas: si el de un vicio en la voluntad.
dolo afecta la voluntad y esta es un requisito de
Al respecto, en la nota del art. 935 del Código
validez del acto, sea cometido aquel por una de
Civil, Vélez Sarsfield expuso que “los autores en
las partes o por un tercero, el resultado siempre
general no dan este efecto al dolo de un tercero
debe ser la nulidad, puesto que en ambos su-
y con ellos está conforme GOYENA, art. 992. La
puestos existe un vicio.
razón es de muy poco peso. Dicen que la violen-
En síntesis, el gran maestro brasileño supo cia quita la libertad al consentimiento, mientras
desembarazarse de una concepción acerca del que el dolo no impide que las partes hayan con-
dolo cometido por un tercero que fue arrastrada sentido libremente; pero debía decirse que han
a través de los siglos, aunque sin el sustento que consentido engañadas sobre la causa principal
la animaba en el derecho romano, tal como lo del acto. Tampoco la violencia quita la libertad,
continuó haciendo, prácticamente, la unanimi- rigurosamente hablando, porque ha podido ele-
girse el mal mayor. En nuestras leyes, cuando el
dad de las legislaciones del mundo.
dolo da causa al acto, no se hace diferencia si es
Estas reflexiones revisten especial interés, ya causado por una de las partes o por un tercero”.
que la solución propiciada por Vélez Sarsfield
En consecuencia, como se adelantó, Vélez,
en el art. 935 del Código Civil se inspiró en la
con buen criterio, siguiendo a Freitas, se apartó
obra de Freitas y, por lo tanto, también se apar-
de la línea sostenida en la materia desde el de-
tó del régimen tradicional en la materia (28), es
recho romano y continuada en el Código Civil
decir, de la corriente romano-francesa, al sentar,
francés, desde donde se exportó a la mayoría de
por el contrario, el principio de indiferencia del
las legislaciones de la época (31).
origen de las maniobras dolosas (29).
El posicionamiento del excelso jurista brasile-
Sin perjuicio de ello, es preciso destacar que, ño y del gran maestro argentino, en su momen-
en este aspecto, el Código Civil de Brasil de 1916 to, fue acertado y ello surge de la citada nota del
se apartó del criterio sustentado por Freitas y art. 935 del Código Civil. Sintéticamente, me-
se acopló a la tendencia general en el derecho diando un vicio en el consentimiento de una de
comparado, puesto que en su art. 95 condicio- las partes, desde la concepción imperante en
nó la posibilidad de anular el acto jurídico por ese tiempo, no había razones para evadir la nu-
el dolo cometido por un tercero a que una de las lidad del acto. Por lo tanto, proviniera de una de
partes lo haya conocido (30).
(31) TOBÍAS, José W., parte tercera — Hechos y actos
(28) LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, ob. cit., II, ps. 452 y 453. jurídicos, capítulo XXVI — Vicios de la voluntad, sección
(29) BREBBIA, Roberto H., “Hechos y actos jurídicos”, tercera: Dolo V. Dolo de un tercero, punto 5.1; en el mis-
Astrea, Buenos Aires, 1979, t. II, p. 432. En el mismo sen- mo sentido: PRIETO MOLINERO, Ramiro en RIVERA, Ju-
tido: CARRANZA, Jorge A., ob. cit., p. 603. lio César, MEDINA, Graciela (dirs.), ob. cit., I, p. 367; BE-
NAVENTE, María Isabel en LORENZETTI, Ricardo Luis
(30) El art. 95 del Código Civil de Brasil de 1916 esta- (dir.), II, 75; BENAVENTE, María Isabel en CARAMELO,
blecía: “pode também ser anulado o ato por dolo de ter- Gustavo, HERRERA, Marisa, PICASSO, Sebastián (dirs.),
ceiro, se uma das partes o soube”. ob. cit., I, p. 457; BREBBIA, Roberto H., ob. cit., II, p. 432.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 73


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

las partes involucradas o de un tercero, la nuli- mación como vicio de la voluntad. Sin perjuicio
dad era la respuesta que se imponía y ello supo de ello, a diferencia de dichos antecedentes, el
ser advertido por los juristas latinoamericanos. proyecto de 1936, en lugar de remitir a un con-
junto de tres disposiciones, lo hacía solo a una,
Sin perjuicio de ello, el cambio de época y, a su art. 151, lo cual simplificaba el tratamiento
con ella, de paradigmas jurídicos conduce a un de la cuestión.
replanteo de la cuestión, tal como en su mo-
mento efectuó Freitas y secundó Vélez Sarsfield. III.3. Anteproyecto de 1954

III. Proyectos de reforma del Código Civil El anteproyecto de 1954, redactado bajo la di-
rección de Jorge Joaquín Llambías, se abocó al
III.1. Anteproyecto de 1926 tratamiento de dolo cometido por un tercero en
el art. 148, el cual precisaba: “el dolo afectará la
El anteproyecto de Código Civil de 1926, co- validez del acto, ya provenga de alguna de las
nocido como el Anteproyecto Bibiloni, en alu- partes o de un tercero”.
sión a su autor, Juan Antonio Bibiloni, abordó la
temática atinente al dolo cometido por un terce- En consecuencia, aunque con una leve varian-
ro en su art. 287. te en su redacción, ya que no efectúa remisión
alguna, la disposición de referencia receptaba el
Al respecto, cabe destacar que el texto de denominado principio de indiferencia de la au-
la citada disposición es idéntico al del art. 935 toría del dolo, por lo que se ubicó en línea con
del Código Civil de Vélez Sarsfield, con la úni- el actual art. 274 del Código Civil y Comercial.
ca excepción de que, en lugar de remitirse a los
arts. 941, 942 y 943, lo hace a los arts. 293, 294 III.4. Proyecto de 1993 del Poder Ejecutivo Na-
y 295. Asimismo, es pertinente resaltar que am- cional
bos conjuntos de disposiciones tienen el mismo
contenido. El proyecto de reforma del Código Civil pre-
parado a instancias del Poder Ejecutivo Nacio-
En síntesis, el denominado Anteproyecto Bi- nal por una comisión honoraria creada por el
biloni replicó el tratamiento que Vélez dispensó dec. 468/92, en su art. 635 establecía: “el dolo
al dolo autoría de un tercero y, con esto, se in- que causa la anulabilidad del acto puede prove-
sertó en la tendencia iniciada por Freitas en el nir de alguna de las partes o de un tercero”.
art. 475 del Esbozo.
Nuevamente, al igual que en las restantes al-
Por lo demás, solo resta señalar el acierto, ternativas en análisis, el conocimiento de la
desde la técnica legislativa y su metodología, del contraparte respecto de la existencia del dolo
anteproyecto de 1926 al insertar el tratamiento solo repercute en la responsabilidad por daños,
de la cuestión al inicio del código y no, por el mas no en la validez del acto, la cual, de cual-
contrario, como lo hizo Vélez, luego de regular quier manera, se encontrará afectada.
las relaciones de familia y parte del derecho de
las obligaciones. III.5. Proyecto de 1998

III.2. Proyecto de 1936 El denominado proyecto de Código Civil de


1998 para la República Argentina, proveniente
El proyecto de 1936 reguló los efectos del dolo de la comisión honoraria creada por el Poder
cometido por un tercero en su art. 148, el cual Ejecutivo Nacional mediante el decreto 685/95,
continuó con el principio de la indiferencia de siguió la línea de los anteriores proyectos y ante-
la autoría del dolo en lo que respecta a la nuli- proyectos, en consonancia con el criterio de Vé-
dad del acto. lez, inspirado en Freitas.

La citada disposición, al igual que el art. 935 Sin perjuicio de ello, el art. 323 del proyecto de
del Código Civil de Vélez y que el art. 287 del an- 1998, con una mejor técnica legislativa que sus
teproyecto de 1926 de Bibiloni, efectuaba una antecesores, unificaba el tratamiento de la te-
remisión a las normas sobre la fuerza y la inti- mática provista por el dolo de autoría de un ter-

74 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

cero en una sola disposición. La respuesta, más jurídico moderno, concretándose en el resguar-
allá de ello, continuaba siendo la misma, es de- do de la seguridad dinámica.
cir: proviniera de una de las partes o de un terce-
ro, el dolo provocaba la invalidez del acto. Sin embargo, es posible sostener que dicha
variante legislativa en el tratamiento dispensa-
III.6. Anteproyecto de 2012 do al error debería haberse replicado en el abor-
daje del dolo de tercero y no, por el contrario,
Finalmente, el anteproyecto de 2012, elabora- mantenerse inalterada la regulación tradicional
do por la comisión de reformas designada por en la materia.
el decreto 191/2011, dispuso en su art. 274: “Su-
jetos. El autor del dolo esencial y del dolo inci- El tránsito de la excusabilidad del error a la re-
dental puede ser una de las partes del acto o un conocibilidad de este, lógica y coherentemen-
tercero”. te, debería haber provocado la introducción de
alguna matización en los efectos del dolo de un
El Poder Ejecutivo Nacional, en el Proyecto de tercero sobre la nulidad del acto, para receptar la
Reforma, Actualización y Unificación de los Có- tutela de la confianza y la seguridad del tráfico.
digos Civil y Comercial de la Nación, no introdu- De hecho, considérese que el propio Código
jo variantes respecto del tema de referencia, ni Civil italiano, citado por los fundamentos del
tampoco lo hizo la comisión bicameral creada anteproyecto de Código Civil y Comercial, esta-
para el tratamiento de aquel. blece en su art. 1439 que, cuando el dolo provie-
ne de un tercero, el contrato es anulable si las
Básicamente, el texto definitivo del Código maniobras eran conocidas por el contratante no
Civil y Comercial que fue sancionado por la ley afectado por aquellas.
26.994 se mantuvo inalterado, en lo que respec-
ta al tratamiento del dolo autoría de un terce- Así las cosas, el acercamiento en el tratamien-
ro, desde su concepción en el anteproyecto de to dispensado al error en el derecho italiano
2012. contrasta con la adopción de un temperamen-
to ciertamente disímil en lo que respecta a una
Este último, a grandes rasgos, mantiene la materia afín, como lo es el dolo en cuanto vicio
postura que tradicionalmente se ha adoptado de la voluntad.
en Argentina en relación con el dolo de tercero,
tal como es posible advertir al observar la con- IV. Sistemas normativos
tinuidad del trabajo legislativo en la materia, y
como lo corroboran las posiciones de la doctri- IV.1. Sistematización
na nacional.
Los diversos criterios que se han adoptado en
Sin perjuicio de ello, es preciso señalar que, el derecho comparado, en general, respecto del
dolo cometido por un tercero y, particularmente,
en los fundamentos del anteproyecto de refe-
en relación con su incidencia sobre de la validez
rencia, al explicar las reformas introducidas en
del acto pueden ser clasificados en tres grandes
el tratamiento del error como vicio de la volun- sistemas, a saber: amplios, moderados y restric-
tad, se indica que, “tratándose de actos bilate- tivos.
rales o unilaterales recepticios, el esquema de
la excusabilidad se traslada —para tutela de la Los sistemas amplios son aquellos en que se
confianza— del que yerra hacia el destinatario admite que tanto el dolo de una de las partes
de la declaración: se requiere, por ello, la reco- como el proveniente de un tercero son idóneos
nocibilidad (artículo 1428 del Código Civil ita- para provocar la nulidad del acto, y para ello no
liano)”. se prevé ningún condicionante o requerimien-
to. En consecuencia, de conformidad con el po-
El cambio legislativo y el razonamiento y la sicionamiento de dichos sistemas, la autoría del
valoración subyacentes a aquél resultan com- dolo, en lo que respecta a la nulidad del acto, re-
partibles, en cuanto tutelan la confianza y, por sulta indiferente, más allá de la solución adop-
lo tanto, atienden a las necesidades del tráfico tada sobre el particular en materia de daños.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 75


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

Por otro lado, los sistemas moderados son Al respecto, es preciso considerar que en Pa-
aquellos que, si bien admiten la nulidad del raguay rigió hasta 1986 el Código Civil argenti-
acto a causa del dolo cometido por un tercero, no, por lo que resulta evidente la trayectoria que
establecen condicionantes al respecto. En ese ha recorrido el criterio en cuestión. La continui-
sentido, aquellos suelen requerir el concierto dad en la materia, en atención a la influencia del
fraudulento, el conocimiento efectivo o, al me- derecho argentino en Paraguay, resultaba espe-
nos, la posibilidad de este para habilitar la solu- rable, más allá de que, como se indicó, en el pro-
ción señalada. pio país en que inició dicho criterio, es decir, en
Brasil, nunca tuvo consagración legislativa (32).
Finalmente, los sistemas restrictivos son los
que no admiten, desde la literalidad de las pre- IV.3. Sistemas moderados
visiones normativas dedicadas a tal efecto, la
IV.3.a. Que exigen posibilidad de conocimiento
nulidad del acto por el dolo cometido por un
tercero. IV.3.a.i. Alemania
Sobre la base de la distinción que antecede, a El BGB, en su art. 123, inciso 2, supedita la de-
continuación, se exponen las principales legis- claración de nulidad del acto a que la parte ino-
laciones y sistemas normativos que se insertan cente y no afectada por el dolo conozca o deba
en cada uno de los aludidos sistemas, y se desta- haber conocido la maniobra en cuestión.
can, brevemente, sus particularidades.
Como es posible observar, el Código Civil ale-
IV.2. Sistemas amplios mán, al igual que el resto de las legislaciones in-
cluidas en este apartado, admite la incidencia
IV.2.a. Argentina del dolo de tercero sobre la validez del acto, pero
condiciona la nulidad, en este caso, a que quien
El Código Civil y Comercial argentino estable-
no ha sido víctima de aquel haya conocido o, al
ce en su art. 274 que tanto el dolo esencial como
menos, haya debido conocer el engaño.
el incidental pueden ser obra de una de las par-
tes o de un tercero, por lo que, si se reúnen los El posicionamiento, cabe adelantar, luce ra-
requisitos que prevé el art. 272, cualquiera sea la zonable, en cuanto supera las restricciones pro-
autoría, se impone la nulidad del acto. cedentes del derecho romano (desprovistas de
sustento en la actualidad), pero, a su vez, entien-
En consecuencia, y de conformidad con de las necesidades del tráfico jurídico moderno
cuanto antecede, el ordenamiento jurídico ar- y protege al contratante de buena fe (considera-
gentino, en lo que respecta al tratamiento de los da desde una visión objetiva y, en consecuencia,
efectos del dolo de un tercero sobre la validez ligada a la noción de diligencia).
del acto, se sitúa dentro de los denominados sis-
temas amplios. En este sentido, pareciera que el tempera-
mento asumido por las legislaciones com-
IV.2.b. Paraguay prendidas dentro del denominado sistema
moderado son las que mejor concilian los di-
El Código Civil de Paraguay, en su art. 292, in- versos aspectos comprometidos, a saber: por
dica que el dolo afecta la validez del acto, sin im- un lado, la autonomía de la voluntad (compro-
portar si su autor ha sido una de las partes o un metida por el vicio de la voluntad que afecta a
tercero. una de las partes) y, por el otro, la seguridad di-
námica y la conservación del acto (comprome-
Por lo tanto, el derecho paraguayo adopta en tidas por la nulidad).
la materia los lineamientos que inició Freitas,
que continuó Vélez Sarsfield en el Código Civil
(32) Fíjese que, a pesar de la gravitación de Freitas (no
argentino de 1869 y que actualmente también solo en su país de origen, sino en toda la región), el Códi-
sostiene el Código Civil y Comercial argentino go Civil de Brasil de 1916 no adoptó el criterio sustentado
sancionado por la ley 26.994. por aquel en la materia.

76 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

IV.3.a.ii. Brasil aquel era conocido o debió haber sido conocido


por la contraparte.
El Código Civil de Brasil, de conformidad
con la reforma efectuada en 2002, establece en En consecuencia, al igual que las restantes
su art. 148 que el acto puede ser anulado por el legislaciones incluidas en esta sección, en el
dolo de autoría de un tercero, siempre que la derecho portugués, la nulidad del acto como
parte no afectada por aquel lo conociera o de- consecuencia del vicio de la voluntad provoca-
biera haberlo conocido. do por el dolo de un tercero se encuentra condi-
cionada a que aquel, al menos, haya podido ser
De esta manera, el derecho brasileño vigente conocido por la parte restante.
se aparta del posicionamiento que sobre la ma-
teria sentó Freitas en el art. 475 del Esbozo y re- IV.3.a.iv. Suiza
formula el criterio plasmado por el Código Civil
de 1916, el cual condicionaba la declaración de El Código de las Obligaciones de Suiza, en su
nulidad por el dolo de tercero al conocimiento art. 28, inciso 2, establece que, aunque una de
efectivo de este por alguna de las partes (33). las partes del acto haya sido víctima del dolo de
un tercero, sigue siendo responsable, excepto si
En línea con lo expuesto anteriormente, si la otra conocía o debería haber conocido la exis-
bien la variante introducida por Freitas en su tencia de aquel.
momento debe ser considerada correcta, el
cambio de circunstancias sociales y de conside- Por lo tanto, con buena técnica legislativa, el
raciones jurídicas aparejadas por este impone la derecho suizo limita los efectos del dolo de un
reconsideración del señalado criterio. tercero sobre la validez del acto, exigiendo para
admitir la declaración de nulidad que la parte
Si bien en el siglo XIX carecía de sentido sos- cuya voluntad no ha sido viciada haya tenido
tener el temperamento romano que, con el paso posibilidad de conocer la afectación de la vo-
del tiempo, había perdido su razón de ser his- luntad de la otra.
tórica (el carácter infamante y eminentemente
personal del dolo, así como el estricto deslinde De esta manera, se brinda protección a la au-
entre las esferas contractual y extracontractual), tonomía de la voluntad de quien ha actuado
por lo que la visión del Freitas fue acertada, de bajo el influjo del dolo, pero sin postergar las
igual manera, la continuidad de los cambios so- exigencias de la seguridad jurídica dinámica,
ciales y jurídicos, hacen necesaria su revisión. necesaria para el tráfico jurídico moderno. Bá-
sicamente, pareciera que este sistema es el que
Al respecto, cabe destacar que el derecho bra- más se acerca a un justo punto medio, razonable
sileño ha sabido mantenerse al corriente de las y conveniente.
exigencias sociales y jurídicas de las distintas
épocas, primero con la aplicación de la legis- IV.3.b. Que exigen conocimiento efectivo
lación portuguesa, que reproducía el criterio
romano, luego con el Código Civil de 1916 y, fi- IV.3.b.i. Francia
nalmente, con el código de 2002, el cual adopta
el sistema moderado (luego de haber transita- El Código Civil francés, en su art. 1138, admite
do por los lineamientos de los sistemas restrin- la incidencia del dolo de un tercero sobre la va-
gidos y moderados tendientes a la restricción). lidez del acto comprometido siempre que aquel
actúe en connivencia con una de las partes.
IV.3.a.iii. Portugal
De esta manera, es posible observar una evo-
El art. 254, inciso 2, del Código Civil de Portu- lución respecto del art. 1116 del Código de Na-
gal establece que la nulidad del acto por el dolo poleón de 1804, en el cual la nulidad del acto por
cometido por un tercero solo es procedente si la existencia de dolo se ceñía al proveniente de
la autoría de una de las partes, no de un tercero.
(33) Recuérdese que el art. 95 del Código Civil de Brasil
establecía: “pode também ser anulado o ato por dolo de En consecuencia, desde un sistema de corte
terceiro, se uma das partes o soube”. restrictivo en la materia, el derecho francés ha

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 77


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

migrado hacia uno de tinte moderado, aunque una de las partes (aunque sea omisivo y sin per-
con particularidades que lo diferencian de otras juicio de la incidencia del tercero).
legislaciones como la alemana y la brasileña.
IV.3.b.iii. Italia
Respecto de esto último, fíjese que, mientras
el BGB y el Código Civil brasileño de 2002 solo El Código Civil italiano de 1942 establece, en
exigen que la parte no afectada haya conocido el art. 1439, que, cuando el dolo proviene de un
o debido conocer la existencia del dolo, el art. tercero, el contrato es anulable si las maniobras
1138 del Código Civil de Francia exige la conni- eran conocidas por el contratante no afectado
vencia. por aquellas.

Por lo tanto, si bien la tendencia a la mode- Más allá de la objetable metodología seguida
ración en este aspecto resulta elogiable en el por el legislador italiano al ubicar el tema de re-
sistema francés, lo cierto es que el temperamen- ferencia dentro de la esfera de los contratos y no,
to que en definitiva se ha adoptado implica un por el contrario, en el ámbito más amplio de los
cambio más aparente que real. Al respecto, la hechos y actos jurídicos, defecto en el que in-
exigencia de connivencia, técnicamente, nos curren otras tantas legislaciones y que el Códi-
posiciona ante el requerimiento de un dolo di- go Civil y Comercial ha sabido evitar, lo cierto es
recto, ya sea por acción o por omisión. que el artículo en comentario no conlleva parti-
cularidades dignas de mención.
A raíz de ello, cabe compartir la intención del
legislador francés, pero objetar su ejecución, Nuevamente, el posibilitar que el dolo de
puesto que, en los hechos, el intento de mode- tercero cause la nulidad del acto dentro de un
rar el sistema ha sido fallido o de escasa utilidad. esquema moderado, resulta el signo de una ten-
En ese sentido, resultan preferibles la opción dencia positiva y acorde al funcionamiento de
adoptada por el Código Civil alemán y la refor- los ordenamientos jurídicos modernos, aunque
ma efectuada en el derecho brasileño. con la deficiencia advertida previamente.

IV.3.b.ii. Guatemala IV.3.b.iv. México

El Código Civil de Guatemala, en el art. 1262, El art. 1816 del Código Civil Federal de Méxi-
establece que el dolo proveniente de un terce- co indica que el dolo proveniente de un tercero
ro, sabiéndolo la parte no afectada, produce la anula el acto jurídico siempre que haya sido co-
nulidad del acto, siempre que haya sido deter- nocido por la parte no afectada.
minante.
Consecuentemente, sin mayores innovacio-
Por lo tanto, si bien el derecho guatemalteco nes sobre el particular, el derecho mexicano si-
no exige la connivencia de una de las partes del gue la tendencia de las restantes legislaciones
acto para la declaración de nulidad por el dolo incluidas en el presente acápite y resulta pasible
de un tercero, sí desdibuja la figura, en tanto el de las críticas antes expuestas.
silencio ante la situación descripta pareciera
configurar un dolo omisivo. IV.3.b.v. Perú

En consecuencia, tanto al derecho de Guate- El Código Civil de Perú, en su art. 210, con-
mala como al resto de las legislaciones abarca- diciona la nulidad del acto a la existencia de
das en esta sección les resultan aplicables las conocimiento por la parte que ha resultado be-
críticas vertidas al aludir al temperamento asu- neficiada por él. Por lo tanto, de igual manera
mido por el Código Civil francés. Considére- que los ordenamientos jurídicos aquí tratados,
se que, si se exige el efectivo conocimiento de el legislador peruano peca por exceso al exigir
las maniobras dolosas de un tercero, y no solo el efectivo conocimiento de la existencia de las
la posibilidad de dicho conocimiento obrando maniobras dolosas y no solo su posibilidad, ac-
diligentemente, en rigor, el dolo sigue siendo de tuando con cuidado y previsión.

78 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

En este sentido, pareciera que la tendencia IV.4.b. Chile


en comentario aún exhibe resabios del criterio
romano y del Código de Napoleón, en cuan- El Código Civil chileno, en el art. 1458, esta-
to no terminan de apartarse de la concepción blece que “el dolo no vicia el consentimiento
psicologista del dolo. Repárese en que, aun- sino cuando es obra de una de las partes”, por
que la distinción es sutil, es diferente exigir el lo que descarta la posibilidad de anular el acto
conocimiento (cercano a la mala fe, desde una cuando aquel es atribuible a un tercero.
concepción subjetiva) que conformarse con la Consecuentemente, la protección de la au-
posibilidad de aquel (cercado a la mala fe, des- tonomía de la voluntad de la parte que ha sido
de una concepción objetiva ligada con la dili- víctima del dolo conduce a que se soslaye la de-
gencia). bida atención a otros intereses dignos de tutela,
como son la seguridad jurídica en su faz diná-
IV.3.b.vi. Venezuela mica y la necesaria estabilidad de las relaciones
jurídicas.
El art. 1154 del Código Civil venezolano pre-
cisa que las maquinaciones (es decir, el dolo) IV.4.c. Colombia
practicadas por un tercero son causa de nulidad
del contrato en la medida en que hayan sido co- El art. 1515 del Código Civil de Colombia uti-
nocidas por la parte no afectada. liza la misma fórmula que el derecho chileno
para abordar la temática atinente a la nulidad
El derecho de Venezuela, aunque con referen- del acto por dolo, por lo que excluye la inciden-
cias ligadas a la existencia de maquinaciones cia de las conductas de terceros.
(propias del dolo activo, no omisivo) y al ámbito
contractual (cuando la incidencia de dolo no se La identidad del temperamento adoptado so-
ciñe a este), reproduce el criterio desarrollado bre el particular conduce a que resulte pertinen-
en este apartado, el cual, a pesar de las críticas te tener por reproducido en este punto cuanto
expuestas, podría ser reencauzado mediante se ha indicado precedentemente.
una interpretación correctora por parte de la
doctrina y la jurisprudencia. IV.4.d. Common law

IV.4. Sistemas restrictivos José W. Tobías, al analizar el criterio segui-


do por el legislador argentino en la materia,
IV.4.a. Bolivia ha puntualizado que “en el derecho inglés, en
cambio, la 'misrepresentation' solo se admite
El Código Civil de Bolivia, en su art. 482, solo cuando las maniobras provienen del cocontra-
se refiere al vicio en el consentimiento a causa tante” (34).
del dolo de una de las partes del acto, por lo que
El prestigioso doctrinario, de esa manera,
excluye su incidencia cuando es cometido por
contrasta la solución propiciada por nuestro
un tercero.
ordenamiento jurídico, absolutamente amplia
De esta manera, al igual que el resto de las respecto de los efectos del dolo de un tercero so-
legislaciones que se analizan en este apartado, bre la validez del acto, con la que se ha impues-
to en el sistema del common law, en el que, por
el derecho boliviano no prevé la posibilidad de
el contrario, la figura de la misrepresentation
que un tercero sea el autor del dolo que causa la
condiciona su operatividad a la existencia de
nulidad del acto.
maniobras de autoría de una de las partes, ex-
Este temperamento, si bien ampara la situa- cluyendo la incidencia de terceros.
ción de la parte cuya voluntad ha sido viciada
por la incidencia del dolo, posterga la situación (34) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio
(dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comen-
de la otra parte, la cual podría ser de buena fe y tario al art. 274; con cita de CABRILLAC, Remy, “Derecho
también, por lo tanto, merecedora de una justa europeo de los contratos”, Facultad de Derecho, UBA-La
tutela. Ley, Buenos Aires, 2017, p. 77.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 79


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

Al respecto, cabe puntualizar que, más allá de IV.4.g. Ecuador


las diferencias entre los sistemas jurídicos de
corte europeo-continental y el common law, re- El Código Civil de Ecuador reproduce, en su
sulta de sumo interés el posicionamiento de los art. 1501, las disposiciones que en los ordena-
países anglosajones en la materia, puesto que su mientos jurídicos chileno, colombiano y costa-
carácter eminentemente pragmático constituye rricense tratan la incidencia del dolo cometido
una referencia indudablemente útil para atem- por un tercero sobre la validez del acto afectado.
perar las tendencias dogmáticas propias de los
ordenamientos codificados. El paralelismo entre las citadas legislaciones
exime de la necesidad de efectuar mayores co-
En este sentido, si bien se podría replicar que mentarios sobre el particular.
carecería de interés práctico el mantenimiento
de un acto en el que, al menos, una de las partes IV.4.h. El Salvador
no tiene interés, lo cierto es que, a la par, se alza Una vez más, el Código Civil salvadoreño
la ventaja de asegurar las exigencias de un tráfi- adopta la fórmula que, como se indicó, han se-
co cada vez más dinámico como el contemporá- guido diversas legislaciones en Latinoamérica,
neo, máxime ante la posibilidad de reparar los comenzado por la chilena y extendida a Colom-
daños provocados atribuyendo responsabilidad bia, Ecuador y Costa Rica.
al tercero que ha cometido el dolo (35).
En consecuencia, el art. 1329 del código de El
IV.4.e. Costa Rica Salvador es refractario a la posibilidad de decla-
rar la nulidad del acto por el dolo cometido por
El art. 1020 del Código Civil costarricense in-
un tercero.
dica que el dolo no vicia el consentimiento, sino
cuando es obra de una de las partes. IV.4.i. España
Por lo tanto, es posible advertir que el citado El art. 1269 del Código Civil de España, única
ordenamiento jurídico adopta la idéntica expre- legislación europea inscripta dentro del deno-
sión que exhiben los Códigos Civiles de Chile y minado sistema restrictivo, solo aborda el dolo
de Colombia, y que, en consecuencia, es pasible cuando es cometido por una de las partes.
de las mismas precisiones efectuadas respecto
de aquellos. De esta manera, el ordenamiento jurídico
español es heredero directo tratamiento de la
IV.4.f. Cuba cuestión efectuado por el derecho romano, con-
tinuado en las Partidas y en el Código de Napo-
El Código Civil de Cuba establece, en el art. 71,
león, además de adoptado por el proyecto de
que el fraude (en lo que aquí interesa, asimilable
Código Civil para España de 1851, más conoci-
al dolo) de “una parte” consiste en infundir una
do como proyecto García Goyena.
falsa creencia en “la otra”, o en confirmarla.
Evidentemente, el peso de la tradición ha gra-
Por lo tanto, el ordenamiento jurídico cuba-
vitado en España y, por su intermedio, se ha
no solo aborda la temática del “fraude” (o del
extendido a la gran mayoría de los países de La-
dolo, en la terminología clásica en la materia)
tinoamérica, en los cuales rigió el antiguo dere-
con referencia a las partes involucradas en el
cho español y en los que, sin lugar a dudas, ha
acto, sin contemplar la eventual incidencia de continuado ejerciendo su influencia.
un tercero.
Al respecto, resulta elocuente señalar que Ar-
(35) Recuérdese que el art. 275 del Código Civil y Com- gentina, si bien comparte con las legislaciones
ercial establece que “el autor del dolo esencial o inciden- comprendidas en este apartado fuertes lazos de
tal debe reparar el daño causado”, a lo que debe sumarse
la aplicación de las reglas generales en materia de re- origen con España, ha seguido en este punto al
sponsabilidad civil receptadas por el art. 1708 y siguien- derecho brasileño, sendero que, por su interme-
tes de aquel. dio, replicó Paraguay.

80 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

IV.4.j. Honduras CAPÍTULO TERCERO

El Código Civil de Honduras establece, en el I. Análisis normativo


art. 1560, que el dolo solo puede provenir “de
parte de uno de los contratantes”, por lo que en I.1. Planteamiento
esta legislación tampoco tiene cabida la decla-
ración de nulidad del acto a causa del dolo pro- Este apartado tiene por objeto exhibir la opi-
vocado por un tercero. nión de la más autorizada doctrina nacional que
se ha expedido sobre la temática en cuestión,
La referenciada disposición, por lo tanto, es tanto aludiendo al art. 274 del Código Civil y Co-
susceptible de las críticas ensayadas respecto mercial como refiriéndose al art. 935 del Código
de las legislaciones afines, además de los repa- Civil de 1869.
ros metodológicos que genera el tratamiento del
dolo como vicio de la voluntad en el ámbito de A su vez, se demostrará que, más allá del di-
los contratos y no, por el contrario, en la esfera ferente tenor literal de las disposiciones que ca-
de los hechos y actos jurídicos. racterizan a los sistemas normativos expuestos,
existe una tendencia en ellos a la moderación de
IV.4.k. Nicaragua sus posicionamientos.

El Código Civil de Nicaragua constituye otra Por lo demás, se realizará una interpretación
legislación que recurre a la fórmula seguida por sistemática del artículo en comentario, consi-
Ecuador, Colombia, Chile, Costa Rica y El Salva- derando, además, las voces de la doctrina, los
dor, en cuanto expresa, en su art. 2460, que “el precedentes históricos, los proyectos de refor-
dolo no vicia el consentimiento, sino cuando es ma en la materia y las diversas alternativas que
obra de una de las partes”. muestran los sistemas normativos sobre el pun-
to, para, finalmente, extraer una conclusión so-
Por lo tanto, en lo que a la validez del acto res- bre sus alcances.
pecta, el dolo cometido por un tercero resulta
indiferente, sin perjuicio de las consecuencias II. Doctrina
indemnizatorias que de ello se derivan.
La doctrina elaborada sobre el Código Civil y
IV.4.l. República Dominicana Comercial advierte la continuidad del art. 935
del Código Civil de Vélez Sarsfield en el art. 274
El art. 1116 del Código Civil de República Do- de aquel. Al respecto, solo a título ejemplificati-
minicana indica que el dolo es causa de la nuli- vo, cabe destacar que se indica que, “al igual que
dad del acto como consecuencia de “los medios en el anterior Código, el nuevo reconoce y admi-
puestos en práctica por uno de los contratantes”, te la posibilidad de que un tercero sea el causan-
de lo que se deriva que, además de un desacier- te del dolo que afecta el acto” (36).
to en la ubicación metodológica del tratamiento
de esta materia, la citada legislación no admite, Como consecuencia de ello, la doctrina afir-
en ningún supuesto, la incidencia del dolo de un ma que el autor del dolo como vicio de la volun-
tercero, lo cual no es compartible por los moti- tad puede ser tanto una de las partes como un
vos previamente expuestos. tercero. Siempre a modo meramente ilustrativo,
es preciso poner de resalto que se expresa que
IV.4.m. Uruguay “el dolo afectará la validez de los actos entre vi-
vos, bien sea obra de una de las partes, o bien
Finalmente, el art. 1275 del Código Civil uru- provenga de tercera persona” (37).
guayo incurre en el error metodológico ya
apuntado en relación con otras legislaciones, y, (36) CAPUTO, Leandro J. en CURÁ, José María, ob. cit.,
asimismo, al aludir únicamente a las “palabras I, p. 677.
o maquinaciones insidiosas de parte de uno de
(37) SALAS, Acdeel Ernesto, I, 521. En el mismo sen-
los contrayentes”, excluye la operatividad del tido, se indica que “el autor del dolo puede ser una de las
dolo cometido por un tercero sobre la validez partes o un tercero” (NIEL PUIG, Luis en CALVO COSTA,
del acto. Carlos A., ob. cit., I, p. 977). Ver también RABINOBICH-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 81


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

Asimismo, la doctrina se ha encargado de se- Con el mismo criterio, la doctrina ha seña-


ñalar expresamente que no es necesaria la co- lado que, a los efectos de juzgar la nulidad del
lusión o complicidad del tercero con una de las acto, resulta intrascendente la ignorancia de la
partes para que se imponga la nulidad del acto. contraparte respecto de las maniobras realiza-
Recuérdese que se ha precisado que “no impor- das por el tercero con el fin de viciar la volun-
ta que se compruebe o no la complicidad del tad (42). Fíjese que se indica que “es anulable el
tercero con el interesado” (38). En esa línea, se acto si emplea el ardid o engaño un tercero que
afirma que “el dolo que reúne los requisitos del en él no interviniente, lo cual ocurre tanto si una
art. 272 siempre lleva a la anulación del acto; de las partes (la beneficiada) lo sabía como si lo
haya habido o no un tercero involucrado y haya ignoraban las dos” (43).
habido o no connivencia entre el beneficiario y
el tercero” (39). El sustento de estas posturas ha sido halla-
do por la doctrina en la necesidad de proteger
La adopción de dicho temperamento ha sido al contratante de buena fe. Se explica que “en lo
respaldada por la doctrina debido a que, su- que refiere a la invalidez del acto, la ley no dis-
puestamente, exigir la prueba de la existencia tingue en torno a la autoría de la acción enga-
de colusión o complicidad entre una de las par- ñosa, que podrá provenir tanto de las partes del
tes y el tercero autor del dolo constituiría una acto o de un tercero. Ello, por cuanto ´si la razón
solución carente de practicidad. Así, se ha afir- de la nulidad es la necesidad de proteger a los
contratantes de buena fe, esa sanción se impone
mado que “algunos Cd. exigen la colusión; pero
tanto en un caso como en el otro´” (44).
esto parece menos práctico” (40).
A su vez, en el supuesto en examen, se ha res-
Complementariamente, como la contracara
paldado la sanción de nulidad, pese a la ino-
de la falta de exigencia de complicidad, la doc-
cencia de la contraparte, en la existencia de un
trina ha destacado que la nulidad del acto por el
hecho ilícito como antecedente del acto (45) y
dolo cometido por un tercero se impone, aun-
que la parte no afectada sea inocente. Sobre
del engaño sea inocente” (LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, ob.
el particular se apunta que “la inocencia de la cit., ps. 452 y 453).
parte no perjudicada por la acción dolosa, no
obsta a la nulidad del acto en la medida en que (42) ALTERINI, Atilio Anibal, LÓPEZ CABANA, Rober-
to M., ob. cit., p. 186, con citas de Salvat, López Olacire-
se reúnan las condiciones exigidas por el art. gui, Cifuentes, Borda y Llambías.
272” (41).
(43) CIFUENTES, Santos, ob. cit., p. 356.
BERKMAN, Ricardo D., “Derecho civil. Parte general”, As- (44) CONTE-GRAND, Julio en SÁNCHEZ HERRERO,
trea, Buenos Aires, 2003, 2ª reimpresión, p. 688. Andrés (dir.), SÁNCHEZ HERRERO, Pedro (coord.), 13.
La estructura del acto jurídico, 13.2. Los vicios de la vol-
(38) BORDA, Guillermo A., Tercera parte — El objeto, untad, 13.2.3. Dolo. En el mismo sentido, se explica que
capítulo XIV - Vicios de los actos jurídicos, apartado II. “no importa que se compruebe o no la complicidad del
Dolo, punto 1145. En el mismo sentido, Rabinobich- tercero con el interesado; en la mayoría de los casos, esa
Berkman, Ricardo D., 709. complicidad sería muy difícil de probar; por lo demás, si
(39) PRIETO MOLINERO, Ramiro en RIVERA, Julio la razón de la nulidad es la necesidad de proteger a los
César, MEDINA, Graciela (dirs.), ob. cit., I, p. 367. contratantes de buena fe, esa sanción se impone tanto en
un caso como en otro” (BORDA, Guillermo A., Tercera
(40) SEGOVIA, Lisandro, “El Código Civil argentino parte — El objeto, capítulo XIV - Vicios de los actos jurídi-
anotado”, ob. cit., p. 148, consultado el 20 de septiembre cos, apartado II. Dolo, punto 1155). En el mismo sentido,
de 2020 en http://www.bibliotecadigital.gob.ar/items/ Brebbia, Roberto H., II, 432.
show/1089. También: BORDA, Guillermo A., Tercera par-
te — El objeto, capítulo XIV - Vicios de los actos jurídicos, (45) Respecto de las soluciones que imperan en el
apartado II. Dolo, punto 1155. derecho comparado en materia de efectos del dolo de un
tercero sobre la validez del acto, se ha sostenido que “la
(41) BUDANO ROIG, Antonio R., ob. cit., p. 584. De doctrina moderna critica con acierto estas soluciones;
igual manera, se ha enseñado que “nuestro Código no en verdad, lo natural y lo jurídico es anular el acto, tanto
admite diferencia alguna según que provenga el dolo de cuando proviene de la parte como de un tercero, pues
la contraparte o de un tercero (...) el acto viciado por dolo en ambos casos existe el hecho ilícito fundamento de la
de un tercero es anulable, aunque la parte beneficiaria invalidez” (BORDA, Guillermo A., Tercera parte — El ob-

82 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

en que la circunstancia dirimente en la materia Sobre esto último, solo a título informativo, es
es la afectación de la voluntad, independiente- posible advertir que, en línea con lo expuesto,
mente de quien la haya provocado (46). se ha expresado que “esta situación da lugar a la
clasificación del dolo como directo o indirecto:
Dichos argumentos conducen a que parte de la el primero es el ardid cometido por la parte que
doctrina, en posición opuesta a la tesis sustenta- se beneficia con el acto, en tanto que el segundo
da en este ensayo, afirme que para el tratamiento es el que lleva a cabo un tercero sobre una de las
de los efectos del dolo autoría de un tercero no partes para favorecer a la otra; en ambos casos
resulte aplicable el criterio de la reconocibilidad se aplican las mismas reglas” (50).
previsto al legislar el error como vicio de la volun-
tad, ni resulte de interés si aquel pudo haber sido Más allá de las precisiones reseñadas, la doc-
conocido por la contraparte (47). trina, valorativamente, se ha pronunciado en fa-
vor del sistema acogido por el Código Civil de
Como consecuencia de ello, la doctrina se ha Vélez Sarsfield y seguido por el Código Civil y
encargado de destacar que los requisitos para la Comercial, en cuanto lo ha caracterizado como
configuración del dolo como vicio de la volun- aquel “que mejor responde a los principios que
tad son idénticos, tanto si aquel fue cometido deben regir en la materia” (51).
por una de las partes como si fue autoría de un
tercero (48). Dígase lo mismo con otros térmi- Ante ello, resultan de indudable lucidez y
nos: la calificación del dolo en directo e indirec- ciertamente esclarecedoras las palabras de
to no incide en los requisitos condicionantes de José Tobías al precisar que “en la diversidad de
la declaración de nulidad del acto (49). tratamiento de las legislaciones, subyace la di-
ferente manera de resolver la tensión entre la
jeto, capítulo XIV - Vicios de los actos jurídicos, apartado necesidad de tutela de aquél cuya voluntad está
II. Dolo, punto 1157). viciada y la tutela de quienes actuaron con bue-
(46) Al respecto, se ha precisado que, “si como se ha na fe. En definitiva, la tensión entre la protec-
visto, la nulidad de los actos viciados por dolo, se basa en ción de la libre determinación de la voluntad y
la adulteración de la intención del sujeto, lo cual afecta
la voluntariedad del acto celebrado, la sanción procede
la tutela de la confianza (y por ende de la seguri-
quienquiera sea el autor de la maniobra” (LLAMBÍAS, dad jurídica)” (52).
Jorge Joaquín, ob. cit., t. II, p. 453).
El señalamiento es, evidentemente, acerta-
(47) Se postula que, “como se busca proteger al enga-
ñado, el acto queda invalidado aun cuando la parte bene- do y tiene la virtud de permitir apartarse de la
ficiada hubiera obrado de buena fe (Cifuentes); de forma opinión de la doctrina clásica en la materia sin
tal, que en casos de error provocado es razonable su- necesidad, en rigor, de contradecirla. Al res-
poner que no procede la exigencia de ´reconocibilidad´ pecto, considérese que el Código Civil de Vé-
(arts. 265 y 266) y no importará si la otra parte podría o no
haber conocido el error” (RAMIRO PRIETO MOLINERO lez Sarsfield responde a un paradigma de corte
en RIVERA, Julio César, MEDINA, Graciela (dirs.), ob. cit., netamente individualista y que, por lo tanto,
t. I, p. 367). privilegia la seguridad estática por sobre la di-
(48) Considérese que se alude a que “el CCyC equipara námica. El temperamento es completamente
el dolo del tercero al dolo de las partes, al disponer el art.
274 que ´El autor del dolo esencial y del dolo incidental (50) BENAVENTE, María Isabel en CARAMELO, Gus-
puede ser una de las partes del acto o un tercero´” (RIVE- tavo, HERRERA, Marisa, PICASSO, Sebastián (dirs.), ob.
RA, Julio César, CROVI, Luis Daniel, capítulo XXXV — Los cit., t. I, p. 457.
vicios del acto voluntario, aparatado V. Dolo, punto 22).
(51) CARRANZA, Jorge A., ob. cit., p. 604, con citas de
(49) La doctrina comenta que “tanto el dolo incidental BORDA, SPOTA, DE GASPERI y MORELLO; en el mismo
como el principal pueden ser cometidos por una de las sentido LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, II, 453, con citas de
partes o por un tercero ajeno al acto. En ambos casos se PLANIOL, RIPERT, ESMEIN, COLIN, CAPITANT, JUL-
aplican las mismas reglas. Es decir, para que el dolo de LIOT de la MARANDIÈRE.
un tercero pueda dar lugar a la nulidad, es preciso que se
verifiquen los requisitos del dolo esencial” (BENAVEN- (52) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio
TE, María Isabel en LORENZETTI, Ricardo Luis [dir.], ob. (dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comen-
cit., t. II, p. 74). tario al art. 274 punto 1.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 83


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

coherente y comprensible en atención a la épo- la citada norma a través de una interpretación


ca de su sanción (53). correctora (54).

La continuidad de dicho posicionamiento en En ese sentido, la doctrina española reflexio-


la voz de los autores clásicos también es enten- na que “hoy es pacífico admitir que uno de los
dible, en cuanto, en buena medida, se hallaron contratantes se aproveche del engaño en que el
inmersos dentro de un contexto social y jurídico tercero ha hecho incurrir a la contraparte. Por lo
de similares características al que rodeaba al co- tanto, ha de propugnarse la anulación del nego-
dificador. Es decir, existía entre este y aquellos cio jurídico cuando aquél conoce la actuación
una continuidad en las condiciones vigentes insidiosa del tercero (y, por lo tanto, el engaño
que avalan dicho criterio. en que ha incurrido la otra parte), aunque no
haya conspirado con él” (55).
Actualmente, no es posible sostener ello. Sin
embargo, la moderna doctrina continúa la lí- En esa misma línea, se indica, siempre con
nea tradicional que ha regido en nuestro país referencia al ordenamiento jurídico español,
respecto del tratamiento del dolo autoría de un que “la cuestión, en cambio, es más delicada en
tercero. Dicho posicionamiento, a la luz de las aquellos casos en que el engaño haya sido pro-
nuevas circunstancias sociales y de los cambios ducido por un tercero sin previa confabulación
operados en los criterios jurídicos, merece una ni complicidad con el contratante, pero éste lo
ha conocido y se ha aprovechado de él. A mi jui-
nueva visión.
cio, en este caso debe llegarse también a la con-
III. Interpretación clusión de que existe vicio del contrato” (56).

III.1. Tendencia a la moderación de los siste- Esta razonable flexibilización también es ob-
mas servable en sistemas moderados cuyos legisla-
ciones exigen el conocimiento efectivo del dolo
Dentro de la clasificación propuesta para ana- de un tercero para admitir la nulidad del acto
lizar el derecho comparado en materia de tra- jurídico, por lo que, en principio, desde la lite-
tamiento de los efectos del dolo de autoría de ralidad de sus normas, no consentirían dicha
un tercero sobre la validez del acto jurídico, los solución ante la posibilidad de conocimien-
denominados sistemas restringidos se caracte- to actuando con cuidado y previsión, es decir,
rizaron como aquellos que no admitían, desde siendo un contratante diligente y, por lo tanto,
el plano legislativo, que aquel fuera causa de nu- de buena fe.
lidad.
(54) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio
Entre ellos se ubicó el ordenamiento jurídi- (dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comentar-
io al art. 274, punto 1; en el mismo sentido: TOBÍAS, José
co español, ya que el art. 1269 de Código Civil W., parte tercera — “Hechos y actos jurídicos”, capítulo
de España requiere que el dolo, para provocar XXVI — “Vicios de la voluntad”, “sección tercera: Dolo I.
la nulidad del acto, haya sido realizado por una Consideraciones generales” — punto 5.1, con cita de AL-
de las partes. A pesar de ello, resulta ciertamen- BALADEJO, Manuel, “Derecho civil I, introducción y par-
te general”, Bosch, 1996, 14ª ed., t. II, ps. 194 y ss.; POZO
te esclarecedor advertir que la doctrina especia-
ARRANZ, Asunción, RODRÍGUEZ de CASTRO, Eduardo,
lizada tiende a morigerar la aplicación literal de CARRASCOSA LÓPEZ, Valentín, “El consentimiento y
sus vicios en los contratos perfeccionados a través de me-
(53) No se soslaya que el resto de los códigos deci- dios electrónicos”, Revista Iberoamericana de Derecho
monónicos adoptaron una solución diversa; sin embar- Informático, Nº 12-15, ejemplar dedicado al II Congreso
go, esta no se sustenta en las consideraciones sociales y Internacional de Informática y Derecho, Actas volumen
culturales del momento, sino en razones históricas. Bási- II, Mérida, España, 1996, con cita de Lasarte Álvarez, Car-
camente, en la continuidad del criterio sustentado por el los, Principios de Derecho Civil, t. III, ed. Trivium.
derecho romano, cuanto el dolo tenía carácter infamante, (55) LASARTE, Carlos, “Principio de derecho civil”,
delictual, y, por lo tanto, netamente personal. Al respecto Marcial Pons, Madrid, 2004, 10ª ed., t. I, p. 465.
ver: TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio (dir.),
ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comentario al (56) DIEZ-PICAZO, Luis, “Fundamentos del derecho
art. 271punto 4.b). civil patrimonial”, Civitas, Madrid, 1993, 4ª ed., t. I, p. 175.

84 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

En esta tendencia se inscriben derechos como sistema como el que actualmente rige en los or-
el francés y el italiano, atenuando, respectiva- denamientos francés e italiano.
mente, los arts. 1138 y 1439 del Código Civil que
rige en cada uno de ellos y, en consecuencia, ad- Sin embargo, a partir de la reforma operada
mitiendo la nulidad del acto jurídico ante la po- en 2002 por la ley 10.406, el Código Civil brasile-
sibilidad razonable de conocer la existencia del ño establece, en su art. 148, que el acto jurídico
dolo cometido por un tercero (57). puede ser anulado por el dolo de un tercero si la
parte no afectada lo conocía o debía haberlo co-
Por lo demás, resulta pertinente señalar que el nocido, por lo que se acerca a la postura soste-
derecho brasileño también ha tendido a la mo- nida por los Códigos Civiles de Alemania, Suiza
deración de su posicionamiento en relación con y Portugal.
los efectos del dolo de un tercero respecto de la
validez del acto jurídico. Consecuentemente, ya sea por vía de refor-
ma legislativa, como en el caso de Brasil, o por
Recuérdese que, si bien Freitas, a través del la labor doctrinaria, como en el caso de Espa-
art. 475 de su Esbozo, propició la admisión del ña, Francia e Italia, cabe advertir una tendencia
denominado principio de la indiferencia de la en el derecho comparado a acercarse al tempe-
autoría del dolo, el cual fue seguido por Vélez ramento asumido en la materia por el derecho
Sarsfield en el art. 935 del Código Civil para la alemán, suizo y portugués, es decir, aquel que
República Argentina (58), el Código Civil bra- condiciona la declaración de nulidad del acto
sileño de 1916 se apartó de este antecede y, en jurídico por dolo de un tercero a que la parte no
efecto, en su art. 95 condicionó la declaración afectada directamente por aquel lo conociera o
de nulidad del acto jurídico por el dolo cometi- pudiera haberlo conocido.
do por un tercero a la existencia de conocimien-
to por la contraparte. III.2. Interpretación sistémica del Código Civil
y Comercial
De esta manera, desde la propuesta de Fre-
itas de un sistema amplio en la materia, Brasil El art. 274 del Cód. Civ. y Com., dentro de la te-
adoptó, originariamente, un sistema moderado, mática provista por el dolo como vicio de la vo-
tendiente a la restricción, en tanto, el aludido luntad, se limita a indicar que el autor de aquel
conocimiento desdibuja la gravitación del ter- puede ser tanto una de las partes como un ter-
cero y acerca la figura al dolo directo por omi- cero.
sión (59). Es decir, en 1916, Brasil acogió un Como se ha expuesto, la doctrina se ha encar-
gado de destacar que para la procedencia de la
(57) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio nulidad del acto jurídico a causa de la existen-
(dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comentar-
io al art. 274, punto 1; en el mismo sentido: TOBÍAS, José cia de dolo de autoría de un tercero no es nece-
W., parte tercera — “Hechos y actos jurídicos”, capítulo saria la existencia de colusión o complicidad de
XXVI — “Vicios de la voluntad”, “sección tercera: Dolo una de las partes con aquel (60), por lo que re-
I. Consideraciones generales” — punto 5.1, con cita de
MALINVAUD, Philippe, “Droit des obligations”, cinqui-
eme édition, Collection droit et gestión, sous la direction dolo en una conducta omisiva, sería posible que lo con-
de Terré, François, Litec, p. 89 y ss., y de CARIOTA FER- stituyese la ocultación por una parte a la otra del engaño
RARA, Luis, “El negocio jurídico”, traducción, prólogo de que el tercero hizo víctima a ésta. Por ese camino, el
y notas de Manuel Albaladejo García, Aguilar, Madrid, dolo inicialmente del tercero, no en sí, sino en cuanto
1956, p. 461. provoca un dolo reflejo de una parte, daría lugar a la im-
pugnabilidad de la declaración” (ALBALADEJO, Manuel,
(58) CIFUENTES, Santos, ob. cit., p. 356. “Derecho Civil”, Edisofer SL, Madrid, 2004, 16ª ed., t. I, p.
621).
(59) La más calificada doctrina enseña que, “si el com-
portamiento doloso del tercero es conocido y aprovecha- (60) PRIETO MOLINERO, Ramiro en RIVERA, Ju-
do por la parte en el negocio (por ejemplo, el probable lio César, Medina, Graciela (dirs.), I, p. 367. Asimismo
vendedor sabe que un tercero engaña al probable com- BORDA, Guillermo A., “Tercera parte — El objeto, capí-
prador, sobre la cosa que él pretende venderle), puede tulo XIV - Vicios de los actos jurídicos”, apartado II. Dolo,
haber dolo de esta parte, ya que pudiendo consistir el punto 1145.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 85


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

sulta indiferente la inconciencia (61) e ignoran- De igual forma, el art. 361 del Cód. Civ. y Com.
cia (62) de la parte no afectada. establece que las limitaciones o la extinción del
poder sobre la base del cual actúa el presunto
En esa línea, la doctrina sostiene que los re- representante solo son oponibles a los terce-
quisitos que condicionan la declaración de nu- ros si estos las conocían o pudieron conocerlas
lidad del acto jurídico por la existencia de dolo actuando con la debida diligencia. La misma
como vicio de la voluntad son los mismos, tanto fórmula es adoptada por el art. 362 Cód. Civ. y
si aquel es directo (es decir, de autoría de una de Com. en materia de representación voluntaria.
las partes) como si es indirecto (es decir, de au-
toría de un tercero) (63). Cuando el art. 381 del citado cuerpo normati-
vo sienta que las causas de extinción del poder
A pesar de ello, es posible advertir que el Códi- no son oponibles a los terceros que las hayan ig-
go Civil y Comercial no solo asume, en general, norado sin su culpa, cabe entender, sin mayor
un temperamento diferente, sino que también esfuerzo interpretativo, que reitera la regla sub-
lo hace, particularmente, cuando aborda la in- yacente que en este apartado trata de exponer-
cidencia de la actuación de un tercero en otros se, es decir que no será oponible a los terceros la
supuestos semejantes. mentada extinción si no la conocían ni podían
conocerla (66).
Repárese en que, dentro de la parte general
del Código Civil y Comercial, en el art. 337, la En esta línea cabe situar la solución prevista
acción de fraude solo alcanza al subadquirente en el art. 392 delCód. Civ. y Com. al proteger a
si adquirió bienes a título gratuito o si es cóm- los subadquirentes de buena fe y a título one-
plice en la simulación. La doctrina clarifica que roso de cosas registrables que han contratado
la complicidad se vincula con el conocimiento con adquirentes en virtud de un acto nulo. Fíje-
que tuvo o pudo tener el tercero acerca de la se que la doctrina mayoritaria exige más que el
existencia del acto simulado (64). desconocimiento y requiere que la causa de la
nulidad no haya podido ser conocida mediante
Al comentar dicha disposición se indica que un estudio de títulos (67) e incluso de la reali-
“el principio general es, entonces, la protección dad extrarregistral (68). Por lo tanto, se protege
de los sucesores a título singular del adquiren- a quien no conocía ni podía conocer la situación
te —sucesores singulares— siempre que sean en cuestión.
de buena fe y a título oneroso como una nor-
En la órbita del derecho de familia, el art. 426
mal exigencia del tráfico y de la seguridad jurí-
del Cód. Civ. y Com. establece que la nulidad del
dica” (65).
matrimonio no perjudica los derechos adquiri-
dos por terceros de buena fe. La doctrina, al pre-
(61) BUDANO ROIG, Antonio R., ob. cit., p. 584. De cisar los alcances de dicha disposición, indica
igual manera, LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, ob. cit., t. II, ps.
452 y 453. que la mala fe implica haber conocido o haber
(62) CIFUENTES, Santos, ob. cit., p. 356.
(66) Al analizar la disposición de referencia, se cita
(63) BENAVENTE, María Isabel en LORENZETTI, Ri- doctrina elaborada respecto del art. 1964 del Código Civ-
cardo Luis (dir.), ob. cit., t. II, p. 74; RIVERA, Julio César, il, la cual destaca que “con relación a los terceros los efec-
CROVI, Luis Daniel, “Capítulo XXXV — Los vicios del tos comienzan desde que hayan sabido o podido conocer
acto voluntario”, aparatado V. Dolo, punto 22; BENAVEN- la cesación del mandato” (MÜLLER, Enrique Carlos en
TE, María Isabel en CARAMELO, Gustavo, HERRERA, LORENZETTI, Ricardo Luis [dir.], ob. cit., t. II, p. 502); en
Marisa, PICASSO, Sebastián (dirs.), I, 457; SALAS, Acdeel el mismo sentido, KITAINIK, Nicolás en BUERES, Alberto
Ernesto, I, p. 521. J. (dir.), ob. cit., t. I, p. 321; ÁLVAREZ JULIÁ, Luis y SO-
BRINO REIG, Ezequiel en RIVERA, Julio César, MEDINA,
(64) Cfr. María Isabel Benavente en Caramelo, Gus- Graciela (dirs.), ob. cit., ps. 484 y 485.
tavo, Herrera, Marisa, Picasso, Sebastián (directores), I,
548; María Isabel Benavente en Lorenzetti, Ricardo Luis (67) MALICKI, Anahí en RIVERA, Julio César, MEDI-
(director), II, 366. NA, Graciela (dirs.), ob. cit., t. I, ps. 513 y 514.
(65) BENAVENTE, María Isabel en CARAMELO, Gus- (68) BENAVENTE, María Isabel en LORENZETTI, Ri-
tavo, HERRERA, Marisa, PICASSO, Sebastián (dir.), I, 549. cardo Luis (dir.), ob. cit., t. II, p. 536.

86 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

podido conocer, actuando diligentemente, que cerla obrando con diligencia, por lo que será de
el matrimonio se encontraba afectado por un vi- mala fe si no lo hace.
cio (69).
Por otro lado, cabe considerar lo dispuesto
En la esfera contractual, a criterio de quien por el art. 1824 del Cód. Civ. y Com. En esta dis-
suscribe, existen múltiples evidencias acerca de posición se establece que el incumplimiento del
la existencia de un principio ordenador subya- asentimiento conyugal en la transmisión de tí-
cente consistente en la protección de terceros tulos nominativos no endosables o no cartulares
de buena fe y que condiciona este carácter a la no es oponible a terceros portadores de buena
inexistencia de conocimiento y de posibilidad fe, y se aclara que se considera como tal al ad-
de conocer ciertas circunstancias involucradas quirente de un título valor incorporado al régi-
obrando con cuidado y previsión. men de oferta pública.

Al respecto, es posible advertir manifestacio- Evidentemente, si el título valor fue incor-


nes de dicho principio cuando se establece que porado al régimen de oferta pública, el tercero
los efectos de la rescisión, de conformidad con adquirente, en principio, no conoció ni pudo
el art. 1076, se producen hacia futuro; cuando se conocer que se podría requerir el asentimien-
indica que, si bien los efectos de la resolución to conyugal en el caso concreto, por lo que debe
son retroactivos, según el art. 1079, inciso b, no considerárselo como de buena fe. Adviértan-
afecta derechos de terceros de buena fe; y, entre se las dos caras del mismo enfoque: en los car-
otros, las exigencias de inscripción para la opo- gos incluidos en la donación de inmuebles que
nibilidad a terceros, tal como lo prevén el art. constan en el contrato se establece una presun-
1166 en materia de pactos que pueden adicio- ción de mala fe, mientras que respecto de la fal-
narse al contrato de compraventa y el art. 1234 ta de requerimiento de asentimiento conyugal
dentro del ámbito del contrato de leasing. al transmitirse títulos valores insertos en el ré-
gimen de oferta pública, se presume la buena fe
Sin perjuicio de ello, cabe tomar dos ejemplos del tercero. En ambos casos, el criterio finca en
concretos para graficar el punto. En primer lu- el conocimiento o el desconocimiento y en las
gar, recuérdese que el art. 1570 del Cód. Civ. y posibilidades existentes al respeto.
Com. establece que, si el donatario transmite
los bienes obtenidos por el contrato de dona- En el ámbito de los derechos reales, sin áni-
ción y estos fueron gravados con cargos, ante su mo de exhaustividad, es acertado manifestar
incumplimiento, los terceros que los hayan reci- que el art. 1893 del Cód. Civ. y Com. establece
que aquellos no son oponibles a terceros inte-
bido deben devolverlos si son de mala fe.
resados y de buena fe mientras no tengan publi-
La doctrina señala que, cuando se encuentren cidad suficiente, y luego precisa que no pueden
involucrados inmuebles, rige una presunción prevalecerse de la falta de esta quienes cono-
de mala fe en los terceros si el cargo surge del cían o debían conocer la existencia del título del
título (70). En estos supuestos, la previsión del derecho real.
cargo en el título antecedente determina que el
Dígase lo mismo con otros términos: quien
tercero probablemente haya conocido su exis-
intenta prevalecerse de la falta de publicidad
tencia o, en su defecto, que haya podido cono- suficiente, a pesar de haber conocido o haber
podido conocer, obrando con diligencia, la exis-
(69) Cfr. DUPRAT, Carolina en CARAMELO, Gustavo, tencia del título del derecho real no es califica-
HERRERA, Marisa, PICASSO, Sebastián (dirs.), ob. cit.,
t. II, p. 40; HERRERA, Marisa en LORENZETTI, Ricardo
ble como tercero de buena fe y, por lo tanto, no
Luis (dir.), ob. cit., t. II, p. 660; AZPIRI, Jorge O. en BUE- es digno de protección.
RES, Alberto J. (dir.), ob. cit., t. I, p. 343.
Asimismo, con ese temperamento, el art. 1918
(70) Cfr. OTERO, Esteban en CARAMELO, Gustavo, del Cód. Civ. y Com. indica que el sujeto de la re-
HERRERA, Marisa, PICASSO, Sebastián (dirs.), ob. cit.,
IV, p. 291; MOGGIA, Catalina en LORENZETTI, Ricardo lación real es de buena fe si no conoce ni pudo
Luis (dir.), VII, p. 73; OTERO, Esteban Daniel en RIVERA, conocer que carece de derecho que sustente
Julio César, Medina, Graciela (dirs.), IV, p. 716. aquella. Nuevamente, en consecuencia, el orde-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 87


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

namiento jurídico no es indiferente a la buena la simulación ejercida por tercero (inciso c), el
fe de los sujetos involucrados, adoptando como fraude (inciso f ) y, en general, la revisión de ac-
criterio decisor la existencia de conocimiento o tos jurídicos (inciso g).
la posibilidad de este.
De igual manera, entre las regulaciones de de-
En materia sucesoria, el art. 2315 del Cód. Civ. recho internacional privado, es ilustrativo poner
y Com. regula los efectos de los actos de admi- de resalto que el art. 2617 del Cód. Civ. y Com.
nistración y disposición del heredero aparen- establece que la parte de un acto solo puede in-
te, y establece, en lo que aquí interesa destacar, vocar su incapacidad de acuerdo con el derecho
que serán válidos estos últimos siempre que, de su domicilio, a pesar de ser capaz según el
además de ser a título oneroso, el tercero ignore derecho del Estado donde el acto ha sido cele-
la existencia de herederos de mejor o igual de- brado, si la otra parte conoció o debió haber co-
recho que el heredero aparente, o que los dere- nocido dicha incapacidad.
chos de este están judicialmente controvertidos.
La familiaridad con el criterio que se postu-
Básicamente, la citada disposición condicio- la en esta obra, una vez más, es nítida, y resul-
na la eficacia del acto realizado por el herede- ta elocuente indicar que la doctrina ha expuesto
ro aparente a la existencia de título oneroso y, que la norma en comentario persigue resguar-
fundamentalmente, a la buena fe del tercero. dar la seguridad en las transacciones y se sus-
Al respecto, es pertinente mencionar que, si tenta en la confianza generada por la apariencia
bien referido al heredero aparente, el art. 2313 que, en estos casos, constituye una causa su-
del Cód. Civ. y Com.precisa que el poseedor de ficiente para otorgar estabilidad a la relación
mala fe es el que conoce o debió conocer la exis- constituida a su abrigo (72).
tencia de herederos preferentes o concurrentes
que ignoraban su llamamiento. A todas luces, la Como consecuencia de lo expuesto, es posi-
buena o mala fe del tercero a la que se refiere ble advertir que, mientras en materia de dolo
el art. 2315 puede ser interpretada según los li- de autoría de un tercero, el legislador, a la luz
neamientos tendidos por el art. 2313. de la doctrina que se ha ocupado del punto, se
inclinó por la protección de la seguridad estáti-
La cercanía del criterio adoptado por las alu- ca y consideró intrascendente la buena fe de la
didas disposiciones con la propuesta efectua- contraparte en lo que a la validez del acto res-
da en este ensayo es evidente y, en ese sentido, pecta (73), en otros tantos supuestos optó por
cabe destacar que la doctrina ha expresado que resguardar la seguridad dinámica del tráfico ju-
el fundamento de la validez de los actos del he- rídico, asumiendo como parámetro, expresa o
redero aparente se halla en la preponderancia tácitamente, el conocimiento efectivo o la posi-
de intereses generales, como la seguridad jurí- bilidad de él por parte de terceros.
dica y la protección de la buena fe de terceros,
Dígase lo mismo con otras palabras: ante
por sobre el interés particular (71).
idéntico conflicto de intereses, pareciera existir
En relación con el libro VI del Código Civil y una contradicción entre el criterio adoptado por
Comercial, relativo a las “disposiciones comu- el legislador en los múltiples supuestos destaca-
nes a los derechos personales y reales”, es per-
tinente señalar que el art. 2563, al regular el (72) Cfr. IÑIGUEZ, Marcelo D. en CARAMELO, Gus-
tavo, HERRERA, Marisa, PICASSO, Sebastián (dirs.), ob.
comienzo del cómputo de los plazos de pres-
cit., VI, p. 349; SCOTTI, Luciana B., “Derecho internacio-
cripción establecidos en dos años, se refiere al nal privado”, La Ley, Buenos Aires, 2017, c. VII; SCOTTI,
conocimiento o a la posibilidad de conocimien- Luciana en BUERES, Alberto J. (dir.), ob. cit., II, p. 682;
to en relación con el dolo y el error (inciso a), MENICOCCI, Alejandro A. en RIVERA, Julio César, ME-
DINA, Graciela (dirs.), ob. cit., VI, p. 848.
(71) Cfr. LLOVERAS, Nora B., ORLANDI, Olga E. y FAR- (73) A título meramente ejemplificativo, téngase pre-
AONI, Fabián E. en CARAMELO, Gustavo, HERRERA, sente que se ha indicado: “para la víctima del engaño,
Marisa, PICASSO, Sebastián (dirs.), VI, p. 51; SANTISO, resulta indiferente que la maniobra ilícita provenga de la
Javier en RIVERA, Julio César, MEDINA, Graciela (dirs.), otra parte o de un tercero” (BREBBIA, Roberto H., II, p.
VI, p. 128. 432).

88 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

dos y aquel que asumió para tratar los efectos sistemas jurídicos no han excluido dichos facto-
del dolo cometido por un tercero sobre la vali- res, sino que los han priorizado o jerarquizado,
dez del acto jurídico (74). sin eliminar la composición entre la tutela de la
voluntad y la sanción de la ilicitud. Ambos han
Ante este escenario, resulta pertinente inda- constituido los elementos esenciales de la con-
gar acerca de los fundamentos que sustentan el figuración de la fattispecie del dolo en este ám-
tratamiento propiciado al dolo en general, con bito (79).
el afán de dilucidar si existen motivos suficientes
que justifiquen el apartamiento apuntado cuan- De hecho, la enorme mayoría de las legisla-
do interviene un tercero en su configuración. ciones del derecho comparado exhiben dicha
dualidad: la concepción psicologista adoptada
La doctrina nacional (75) identifica dos lí- por el Código Civil francés y continuada por los
neas principales de fundamentación: una de ordenamientos que lo siguieron se encuentra
ellas considera que el elemento dirimente para constantemente influida por el matiz sanciona-
imponer la nulidad de acto jurídico en estos su- dor proveniente del derecho romano, nunca del
puestos lo constituye la existencia de una ma- todo abandonado (80).
niobra ilícita como antecedente de aquel (76),
mientras que para la otra el aspecto esencial es Ante este escenario, el reproche particular,
el falseamiento de la voluntad de la víctima (77). personal, que exige una sanción ha conducido
a que el dolo autoría de tercero no acarree la nu-
Frente a ello, resulta de interés destacar que lidad del acto si la contraparte no fue cómplice
los criterios actuales reproducen las tendencias o no lo conocía ni podía conocerlo obrando con
que se desarrollaron sobre el dolo en el derecho cuidado y previsión. Por lo tanto, la depuración
romano: recuérdese que una de ellas, con apoyo técnica realizada por Freitas y seguida por Vélez
en Ulpiano (Dig. 4, 3, 1 S 2), centró su considera- Sarsfield resultó atinada: los resabios históricos
ción como vicio de la voluntad, concretamente, y tradicionales respecto del cariz punitivo del
como un engaño causante del error en el autor
dolo no tienen sentido ante su sistematización
de un determinado acto, mientras que la restan-
precisa y puntual como vicio de la voluntad.
te, con sustento en Lebeón (L. 1, Digesto, S 2,
De dolo malo), priorizó la sanción de la mala fe Estas reflexiones permiten destacar que el
(Paulo, D. 17, 2, 3, S 3) (78). art. 274 del Cód. Civ. y Com. no se sustenta ni se
encuentra influenciado por una consideración
Cuanto antecede, en algún punto, demuestra
sancionatoria o punitiva que ha ejercido y ejer-
que, en mayor o menor medida, y más allá de
ce su influjo en otras legislaciones. De lo contra-
las épocas históricas, son dos los factores que
rio, aquel nunca podría admitir, con la amplitud
han caracterizado al dolo tradicionalmente: la
captación de la voluntad ajena y su perpetra- con que lo hace, la incidencia del dolo de auto-
ción por un medio ilícito especialmente repro- ría de un tercero sobre la validez del acto, ya que
chable, sin implicar, en principio, violencia. Las ello haría recaer las consecuencias de una pre-
concepciones individuales y las opciones de los tendida sanción incluso sobre quien no solo no
ha sido el autor, sino que tampoco ha conocido
ni ha podido conocer las maniobras dolosas.
(74) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio
(dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comen-
tario al art. 274. En el mismo sentido: ALTERINI, Atilio (79) Cfr. TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio
Aníbal, LÓPEZ CABANA, Roberto M., ob. cit., p. 186. (dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comentar-
io al art. 271 punto 4.b), con cita de TRABUCCHI, Alberto,
(75) BENAVENTE, María Isabel LORENZETTI, Ricardo “Il dolo nella teoria dei vizi del volere”, 1937, p. 190, tran-
Luis (dir.), II, 66. En el mismo sentido, BORDA, Guillermo scripción de ROJO AJURIA, Luis, “El dolo en los contra-
A., Tercera parte — El objeto, Capítulo XIV — Vicios de tos”, Civitas, Madrid, p. 77. Con idéntico tenor, TOBÍAS,
los actos jurídicos, II. Dolo, punto 1148. José W., LORENZO, Miguel Federico, ob. cit., ps. 9 y 10.
(76) BORDA, Guillermo A., ob. cit., p. 319. (80) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio
(77) LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, ob. cit., II, p. 452. (dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comen-
tario al art. 271 punto 4.b). En el mismo sentido, TOBÍAS,
(78) CARRANZA, Jorge A., ob. cit., ps. 585 y 586. José W., LORENZO, Miguel Federico, ob. cit., p. 9.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 89


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

Esto colocaría, como fundamento exclusi- torizada doctrina, respecto del art. 935 del Có-
vo del criterio adoptado por el art. 274 del Cód. digo Civil (antecedente del art. 274 del Cód. Civ.
Civ. y Com., la estricta defensa de la voluntad de y Com.): “los fundamentos de la solución legal
las partes involucradas en el acto; sin embargo, expuestos en la nota del art. 935, se fundan prin-
dentro de la propia consideración de los vicios cipalmente en la idea de que, sea o no de buena
de la voluntad, el legislador contradice ese po- fe la parte beneficiada con el dolo, es un acto en
sicionamiento, puesto que condiciona la de- el cual está viciada la voluntad” (82). El objeti-
claración de nulidad por error a que este sea vo que, en general, se persigue en esta contribu-
reconocible. ción consiste en problematizar dicho criterio y
determinar si ese temperamento continúa sien-
La visión correcta sobre el particular, a criterio do sostenible en la actualidad.
de quien suscribe, es más compleja: evidente-
mente no consiste en sancionar la conducta de Para ello, se propone abordar la cuestión a
la contraparte, ni tampoco en efectuar una de- través de los lineamientos y reflexiones que trae
fensa acérrima de la voluntad, sino que exige la aparejada la doctrina de la apariencia. Al res-
armonización de esta última con las necesida- pecto, introductoriamente, se ha indicado que
des tráfico jurídico, bajo el influjo de la buena fe. “se ha consolidado a lo largo del tiempo la doc-
trina de la apariencia; ella es hija del derecho
Esta es, en su versión objetiva, desde una vi- contemporáneo, como que ha sido engendrada
sión personal, la idea rectora que inspira el cri- por la aceleración del tráfico jurídico, el apuro
terio de la recognocibilidad estatuido por los de la vida actual y la necesidad de agilización de
arts. 265 y 266 del Cód. Civ. y Com. Quien aun los negocios” (83).
obrando con cuidado y previsión no conoció
ni pudo conocer la existencia de un vicio en la La referencia resulta dirimente, puesto que
voluntad de la contraparte es protegido por el mediante ella es posible sostener la necesidad
ordenamiento jurídico. Ningún argumento pa- de una reconsideración del criterio tradicional-
reciera justificar la admisión de ello en el tra- mente imperante en la materia, sin enfrentar ni
tamiento del error, pero excluirlo al abordar el contradecir la posición y las reflexiones de la más
dolo de autoría de un tercero. calificada doctrina. En ese sentido, resulta facti-
ble, como en este ensayo se ha hecho, elogiar el
Incluso, fíjese que el art. 275 del Cód. Civ. y temperamento adoptado por Freitas y por Vélez
Com., al tratar la responsabilidad por daños a Sarsfield, a la par que proponer su revisión.
causa de la comisión del dolo, condiciona la legi-
timación pasiva de la parte del acto ante el dolo El enfoque de aquellos, técnicamente, no ad-
de un tercero a que aquella lo haya conocido. Si mite mayores reparos. En la época de su elabo-
bien se podría responder que, justamente, ante ración resulta, prácticamente, incuestionable.
ello no se debería presumir la inconsecuencia o Sin perjuicio de ello, contemporáneamente,
imprevisión del legislador, no se debería distin- insertos en ciudades multitudinarias y con un
guir donde la ley no distingue y, por el contrario, ritmo en el tráfico jurídico cada vez más vertigi-
se debería adoptar como primera fuente de in- noso, las nuevas circunstancias objetivas subya-
terpretación la literalidad de la norma (81), lo centes al texto legal sugieren la reconsideración
cierto es que dichas fórmulas, al menos en este de la interpretación habitual.
caso, invitan a anular el pensamiento, antes que
a fomentarlo. La doctrina clásica heredó las enseñanzas
gestadas con el cambio legislativo que significa-
Se impone, por lo tanto, siempre desde una ron el art. 475 del Esbozo de Freitas y el art. 935
perspectiva personal, reflexionar. Considérese del Código Civil de Vélez Sarsfield. Aquellas, si
la siguiente afirmación, proferida por la más au- bien en su origen resultaban compartibles, co-
menzaron paulatinamente a alejarse de la reali-
(81) Cfr. CS, in re “Asociación Civil Jockey Club c/ DGI”,
23/12/2004, así como Fallos 312:2078 y 311:1042; en el (82) CIFUENTES, Santos, ob. cit., p. 356.
mismo sentido, SC Buenos Aires, in re “Scarimbolo, Mar-
tín s/ Amparo”, 22/03/2016. (83) LÓPEZ MEZA, Marcelo J., ob. cit., p. 10.

90 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

dad. Progresivamente, al calor de las exigencias Además de la víctima directa del dolo, la par-
del tráfico negocial moderno, los intereses de te restante incurrirá en un error, en cuanto se
los terceros de buena fe y la seguridad dinámi- habrá formado una falsa representación de los
ca fueron ganando protagonismo y desplazando hechos que rodean el acto jurídico, ya que ha
criterios individualistas que propician la seguri- entendido que celebraba un acto válido con una
dad estática. contraparte que actuaba con su voluntad libre
de vicios, es decir, con alguien que tenía inten-
La forma de actualizar la visión de dichos ju- ción de realizar el acto en cuestión.
ristas y la de aquellos que los siguieron, a criterio
de quien suscribe, como se indicó, debe transi- Así las cosas, si se comparte el razonamiento
tar los andariveles tendidos por la doctrina de la propuesto, las dos partes del acto encuentran
apariencia y así aggiornar la consideración exis- viciada su voluntad, pero la protección de cada
tente sobre el art. 274 del Código Civil y Comer- una de ellas impone la solución inversa: quien
cial, que, además de lograr su armonización con fue víctima directa del dolo requiere la declara-
el temperamento general del sistema en materia ción de nulidad del acto, mientras que quien fue
de protección de terceros, tutele la seguridad di- víctima indirecta de aquel requiere el manteni-
námica y la celeridad en las transacciones (84). miento de su validez. Dígase lo mismo con otros
términos: la acción viciante del dolo, común
Con ese fin, se propone considerar la siguiente en general a los demás vicios de la voluntad, se
reflexión de insoslayable lucidez: “en el conflic- contrapone, en este caso especial, a la acción
to que se establece entre el interés del legitima- subsanante del error.
do efectivo —interés que puede ser preservado
solo a través de la ineficacia— y el interés del Por los motivos precedentemente expues-
tercero que, a causa de la apariencia, ha incu- tos, es decir, por la protección de los terceros de
rrido en un error objetivamente excusable -in- buena fe, la defensa de la seguridad dinámica,
terés que, a diferencia del primero, no puede el amparo de las exigencias del tráfico jurídico
ser satisfecho sino por medio de la eficacia- la moderno, y para sustentar la coherencia sisté-
ley otorga preminencia a este último. El error mica, se propone interpretar el art. 274 del Códi-
objetivamente excusable en la fattispecie de la go Civil y Comercial en el sentido de que solo es
apariencia despliega, entonces, una acción sub- posible declarar la nulidad del acto por la comi-
sanante, y se contrapone a la figura ordinaria del sión de dolo por un tercero si la parte que no fue
error, que despliega, por el contrario, una acción directamente afectada por él lo conocía o po-
viciante” (85). día conocerlo obrando con cuidado y previsión.
Para ello, la contraparte de quien ha resultado
En esa línea, se propone apreciar el escena- víctima directa del dolo deberá haber actuado
rio creado por la incidencia del dolo cometido de buena fe, considerada objetivamente. Aque-
por un tercero de manera distinta a la manera lla, por lo tanto, deberá haber actuado diligente-
en que habitualmente se lo hace: si la parte del mente, con cuidado y previsión (86) y bajo una
acto no conocía ni podía conocer obrando dili- apariencia razonable (87).
gentemente la existencia del dolo cometido por
un tercero respecto de la contraparte, supuesto De esta forma, a su vez, es posible efectivizar
que interesa en esta oportunidad, cabe enten- el principio de conservación del acto jurídico.
der que las voluntades viciadas son dos, no una. Sobre el particular, en atención a que el Código
Civil y Comercial no prevé reglas de interpreta-
(84) LÓPEZ MEZA, Marcelo J., ob. cit., p. 30, con cita ción del acto jurídico, cabe recurrir a las normas
de PANON, Christine, “L´apparence face à la réalité previstas en materia contractual, con las mati-
économique et sociale”, ob. cit., p. 287. zaciones que resulten menester. En este sen-
(85) FALZEA, Angelo, “El principio jurídico de la apa- tido, debe resaltarse que el art. 1066 de aquel
riencia”, ob. cit., p. 207, Título original: “Apparenza”, en establece que, ante la duda sobre la eficacia del
Ricerche di teoria generale del diritto e di dogmatica gi-
uridica, II, Dogmatica giuridica, Milan: Giuffrè, 1997, ps. (86) LÓPEZ MEZA, Marcelo J., ob. cit., p. 26.
809 a 856. Traducción, autorizada por el autor, de León
L. Leysser. (87) Ibidem, p. 12.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 91


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

contrato (aquí trasladada al acto jurídico), debe en materia de dolo (90). De cuanto antecede se
interpretarse en el sentido de darle efecto. deriva es siguiente esquema (91):

1. En los actos jurídicos unilaterales, técnica-


Como consecuencia de cuanto antecede, el
mente, no hay parte, por lo que el dolo siempre
meollo del tratamiento de los efectos del dolo proviene de un tercero. En estos supuestos, el
autoría de un tercero sobre la validez del acto comportamiento del eventual destinatario de
jurídico se sitúa en resolver la tensión existen- dicho acto resultará, en principio, indiferente y
te entre, por un lado, resguardar la voluntad cabe mantener la línea tradicional sostenida por
el derecho argentino sobre la materia.
del sujeto directamente afectado y, por el otro,
tutelar la confianza y seguridad del tráfico ju- 2. En los actos jurídicos bilaterales, el dolo
rídico (88), representada en cada caso por la si- puede ser autoría de una de las partes o de un
tercero. En este último caso, para armonizar los
tuación de la contraparte.
intereses comprometidos y ser coherentes con
el criterio adoptado por el Código Civil y Co-
De la literalidad del art. 274 del Cód. Civ. y
mercial ante situaciones afines, pareciera que
Com., así como de las voces de la doctrina am- la declaración de nulidad se debe hallar condi-
pliamente mayoritaria, pareciera que el or- cionada al conocimiento (mala fe) o a la posi-
denamiento jurídico argentino se inclinara bilidad de tal, obrando con cuidado y previsión
(culpa - mala fe considerada objetivamente) de
decididamente por la protección de la voluntad
la parte no afectada. Dígase lo mismo con otros
de uno de los sujetos y postergara los intereses términos: si la parte no afectada por el dolo no
de la contraparte y del tráfico en general. Desde conocía su existencia ni podía conocerla obran-
una postura personal, a raíz del análisis de los do con cuidado y previsión, el acto jurídico debe
antecedentes en la materia, de las legislaciones reputarse válido, es decir, no cabe la declaración
de nulidad (sin perjuicio de la responsabilidad
extranjeras y del examen sistemático del Código civil de su autor por los eventuales daños y per-
Civil y Comercial, la solución correcta pareciera juicios que haya provocado). Para juzgar si el
ser diferente. dolo fue conocido o pudo conocerse, es preciso
adoptar un criterio objetivo asumiendo un es-
En lugar de plantear un juego de suma cero, tándar de diligencia medio (propio de una con-
en que la opción por la protección de uno de cepción moderna de la buena fe) (92).
los intereses comprometidos deba ser absolu-
(90) En este sentido, la doctrina especializada ha in-
ta y conduzca a la postergación de los restantes, dicado que “en la misma dirección que se viene expo-
resulta razonable y preferible armonizar las di- niendo se alinea un sector de la doctrina francesa que
a partir de un ´leading case´ de un tribunal francés, ha
versas alternativas disponibles. Para concretar puesto de relieve que lo que caracteriza al dolo son las
ello, se propone juzgar los diferentes escenarios maniobras sin las cuales la otra parte no hubiera contrat-
ado, es decir, aquellas que desde un punto de vista caus-
fácticos posibles a partir de la distinción entre al, puedan considerarse como determinantes para influir
las distintas categorías de actos, y considerar la en la voluntad que condujo a la víctima a la celebración
del negocio” (TOBÍAS, José W., LORENZO, Miguel Fed-
situación de la parte cuya voluntad no resultó erico, ob. cit., p. 11).
directamente afectada mediante una prognosis
(91) Cfr. VIAL DEL RÍO, Víctor, “Teoría general del acto
póstuma, a la manera de un examen de relación jurídico”, Editorial Jurídica de Chile, Santiago de Chile,
causal (89), método que, de hecho, es utilizado 2003, 5ª ed. actualizada y aumentada, p. 119.
(92) Con directa aplicación a la temática en consider-
(88) TOBÍAS, José W. en ALTERINI, Jorge Horacio ación, se ha indicado que, “desde hace años, tanto en el
(dir.), ALTERINI, Ignacio Ezequiel (coord.), II, comen- ámbito de la teoría del negocio jurídico como en el de la
tario al art. 274 punto 1. responsabilidad aquiliana, se verifica un constante pro-
ceso de objetivación. Los síntomas más evidentes de este
(89) Cfr. LÓPEZ MEZA, Marcelo J., ob. cit., ps. 29 y 30. itinerario, sin dudas, están constituidos por los profun-

92 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

3. En los actos jurídicos plurilaterales, se de- configuraciones particulares en materia de ac-


ben adoptar los mismos lineamientos que para tos jurídicos en general, en el ámbito obligacio-
los actos jurídicos bilaterales, pero considerán- nal y en el de la responsabilidad civil.
dose que la declaración de nulidad del vínculo
de la víctima del dolo, excepto que su participa- En el campo de los actos jurídicos en general,
ción sea esencial (de conformidad con la pauta el dolo es uno de los tres denominados vicios
de interpretación que es posible extraer del art. de la voluntad, junto con el error y la violen-
16 de la ley 19.550, según lo dispuesto por el art. cia. Lo que define el dolo y lo diferencia de es-
2 del Código Civil y Comercial), no afectará la tos últimos, sin perjuicio de su íntima relación,
validez del acto jurídico en general (93). es que en aquel se presentan dos elementos ca-
racterísticos, a saber: el medio, consistente en
CAPÍTULO CUARTO el despliegue de maniobras, principalmente el
engaño, pero no reducidas a este; y la finalidad,
CONCLUSIONES tendiente a lograr la celebración de un acto ju-
rídico que, de otra manera, no se concretaría o,
I. Planteamiento en su defecto, solo se perfeccionaría en térmi-
nos diferentes.
Este apartado tiene por objeto efectuar una
recapitulación de los principales aspectos abor- Se advirtió que, regularmente, se reduce el
dados en torno a los efectos del dolo de autoría dolo a una causa del error, en cuanto se consi-
de un tercero sobre la validez del acto jurídico y dera que aquel se limitaría a ser un motivo de
exponer, brevemente, la conclusión que fue po- la falsa representación de los hechos y circuns-
sible extraer de cada uno de ellos. tancias que puede rodear la celebración del acto
jurídico. De esta manera, a su vez, se ciñe el es-
Asimismo, a la luz de dichas conclusiones, se
pectro de incidencia del dolo únicamente a la
realizará una síntesis que condense las cuestio-
afectación de la intención como elemento de
nes consideradas en esta obra y que permiten,
la voluntad. Si bien excede los alcances de este
al menos a criterio de quien suscribe, sostener
ensayo, se señaló que el dolo tiene autonomía
la interpretación del art. 274 del Código Civil y
conceptual y práctica respecto del error, y que
Comercial planteada a través del presente.
extiende su ámbito de incidencia más allá de la
Finalmente, sin perjuicio de la propuesta intensión, comprometiendo en ciertos supues-
efectuada de lege lata, se presentan, a título me- tos la libertad.
ramente ilustrativo, sin ánimo de exhaustividad,
Asimismo, se indicó que el dolo, siempre con-
diversas alternativas legislativas que podrían
siderándolo como vicio de la voluntad, es pasi-
plasmar en el texto de la norma en análisis la
ble de múltiples clasificaciones. En ese sentido,
conclusión alcanzada en esta obra.
se señaló que la sistematización más extendi-
II. Recapitulación da en la materia distingue entre dolo esencial o
principal e incidental; dolo positivo o por acción
II.1. La noción de dolo como vicio de la volun- y negativo o por omisión; dolo bueno y malo; y,
tad y clasificación de aquel según la autoría finalmente, dolo directo e indirecto.

En derecho, “dolo” es un término equívoco, En líneas generales, al menos superficialmen-


en cuanto admite diversos significados. Dentro te, dichas clasificaciones no entrañan mayor di-
del derecho civil tiene características propias y ficultad, por lo que, en cuanto exceden el centro
de interés de esta obra, se remitió al lector a la
dos cambios operados en torno al crepúsculo de dos no-
labor realizada al respecto por la doctrina. Por lo
ciones centrales: la teoría voluntarista como eje del ne- demás, sobre la base del aporte doctrinario y de
gocio jurídico y la teoría de la culpa en el territorio de la una interpretación a contrario sensu de lo dis-
responsabilidad civil. Ambos procesos, han corrido una puesto por el art. 1023 del Código Civil y Comer-
suerte semejante en cuanto a su declinación” (TOBÍAS, cial, se precisó que el dolo directo es aquel de
José W., LORENZO, Miguel Federico, ob. cit., p. 1).
autoría de una de las partes del acto, mientras
(93) ALBALADEJO, ob. cit., I, p. 621. que el dolo indirecto, por el contrario, es aquel

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 93


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

efectuado por un tercero, es decir, el que no es en materia contractual que caracterizó al siglo
realizado por ninguna de aquellas. XIX, deberían haber conducido a que, fuera de
autoría de una de las partes o de un tercero, el
II.2. Los antecedentes en la materia develan dolo siempre tuviera como consecuencia la nu-
una línea tradicional de corte restrictivo y una lidad. Paradójicamente, ello no ocurrió y, como
variante de amplificación propuesta por Freitas se indicó, en buena medida, pudo haberse de-
bido a la sedimentación de un criterio que, sur-
Se indicó que, en materia de dolo, el derecho gido en la época del derecho romano, había
romano previó, principalmente, la actio doli perdido su sentido.
mali y la exceptio doli mali. Ambas solo podían
ser dirigidas u opuestas, respectivamente, con- A pesar de ello, el temperamento adoptado en
tra quien había sido el autor de la maniobra do- la materia por el Código Civil francés de 1804 se
losa o, en el supuesto del dolo de autoría de un exportó a la enorme mayoría de proyectos que
tercero, contra quien fue cómplice de ella. formaron parte de la tendencia codificadora de
ese tiempo. En ese sentido, se indicó que el pro-
La razón de ser de este criterio residía en el ca-
yecto de Código Civil para España de 1851, más
rácter penal e infamante del dolo y en las conse-
conocido como el proyecto García Goyena, se
cuencias únicamente personales que este podía
insertó en dicha línea a través de su art. 992.
acarrear, lo que implicaba que, si fue autoría de
un tercero y no existió complicidad de la parte Se continuó precisando que el cambio sus-
del acto, aquel no tendría incidencia contrac- tancial en la materia fue propiciado por Freitas
tual, debiendo circunscribir sus efectos a una a través de lo dispuesto por el art. 475 de su Es-
indemnización por los daños que hubiese oca- bozo, en cuanto allí se consagró lo que se deno-
sionado. mina como principio de indiferencia del origen
Sin perjuicio de ello, se señaló que, en el de- de las maniobras dolosas. Este criterio parecie-
recho romano, en torno al dolo, además de la ra haber sido el correcto, según las circunstan-
sanción de la mala fe, se esbozó su condición cias de la época, en cuanto era la consecuencia
de vicio de la voluntad, centrando sus efectos en lógica de la consideración del dolo como un vi-
los aspectos contractuales que la maniobra po- cio de la voluntad, disipados ya los aditamentos
día acarrear. Dicha dicotomía, de alguna mane- jurídicos y sociales que en el derecho romano
ra, persiste en la actualidad y explica, en buena rodeaban el análisis de los efectos del dolo de
medida, las diferentes posiciones en la materia, autoría de un tercero. Pese a ello, se indicó que
dependiendo de que se otorgue mayor prepon- el Código Civil de Brasil de 1916 se apartó del ra-
derancia a uno u otro cariz. zonamiento propiciado por Freitas y, en conse-
cuencia, condicionó en su art. 95 la declaración
Por su parte, se destacó que el Código Civil de nulidad por el dolo cometido por un tercero
francés de 1804 implicó un avance en materia al conocimiento de la contraparte.
de sistematización del dolo al ubicarlo, defini-
tivamente, como un vicio de la voluntad. A pe- Finalmente, se destacó que el Código Civil ar-
sar de ello, del art. 1116 de aquel se desprende gentino de 1869, en su art. 935, adoptó la posi-
que la nulidad del contrato solo puede ser con- ción de Freitas sobre la temática de referencia,
secuencia de las maniobras realizadas por una por lo que, a criterio de quien suscribe, Vélez
de las partes y no de autoría de un tercero, por lo Sarsfield acertó al apartarse de la línea soste-
que la regulación de la materia en cuestión con- nida en la materia desde el derecho romano,
tinuó inspirada, al menos tácitamente, por las continuada en el Código Civil francés de 1804 y
consideraciones de índole subjetiva presentes replicada en la mayoría de las legislaciones de
en el derecho romano. la época. Sin perjuicio de ello, nuevos cambios
en las condiciones sociales y en las considera-
Ahora bien, pareciera que la desaparición ciones jurídicas imponen una revisión de la in-
del carácter penal del dolo, así como sus conse- cidencia del dolo de autoría de un tercero sobre
cuencias infamantes, junto con la preponderan- la validez del acto jurídico, a lo cual se consagró
cia de la autonomía de la voluntad y la libertad esta obra.

94 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

II.3. Los proyectos de reforma exhiben la conti- nal ni por la comisión bicameral creada para el
nuidad del criterio de Vélez Sarsfield consagrado análisis del Proyecto de Reforma, Actualización
en el Código Civil de 1869 y Unificación de los Códigos Civil y Comercial
de la Nación, por lo que el texto de la aludi-
Se examinó el anteproyecto de Código Civil da disposición se mantuvo inalterado en la ley
de 1926, también conocido como Anteproyec- 26.994 que aprobó aquel.
to Bibiloni, el cual reproduce, en su art. 287, el
art. 935 del Código Civil de Vélez Sarsfield, por A raíz de ello, solo preliminarmente, se advir-
lo que la continuidad entre ambos es evidente, tió la posible existencia de una discordancia, en
más allá de que aquél mejoró la ubicación me- cuanto la reforma introducida al tratamiento del
todológica de la temática, colocándola con an- error como vicio de la voluntad sustentada en el
terioridad al tratamiento de las relaciones de Código Civil italiano, en principio, también de-
familia y a la regulación de las obligaciones. bería haberse plasmado en una modificación
del criterio tradicional en torno a los efectos del
A su vez, se indicó que el proyecto de 1936 dolo de autoría de un tercero sobre la validez del
mantuvo el criterio metodológico del Antepro- acto jurídico. Esto último, máxime cuando dicho
yecto Bililoni y adoptó la misma fórmula que código adopta el criterio opuesto en la materia
este y Vélez siguieron en la materia, optando por y cuando esa solución hubiera sido la que me-
una remisión al tratamiento de los efectos de la jor conciliaba la tutela de la confianza y del trá-
violencia como vicio de la voluntad. fico jurídico, a los que se aludió para proponer la
mentada reforma en la regulación del error.
Asimismo, si bien el art. 148 del anteproyecto
de 1954, dirigido por Jorge Joaquín Llambías, no II.4. El derecho comparado demuestra que el
optó por realizar dicha remisión y, por el contra- sistema adoptado por Argentina es prácticamen-
rio, reguló directamente las consecuencias del te único en el mundo
dolo de autoría de un tercero, lo cierto es que,
en lo sustancial, no implicó modificación algu- Se analizaron los diversos criterios presen-
na, en cuanto mantuvo el denominado princi- tes en la legislación comparada respecto de los
pio de la indiferencia de la autoría del dolo. efectos del dolo de autoría de un tercero sobre la
validez del acto jurídico y fue posible sistemati-
Por su parte, el proyecto de reforma del Có- zarlos en tres sistemas, calificados, a los efectos
digo Civil preparado a instancias del Poder Eje- de esta obra, en amplios, moderados y restric-
cutivo Nacional, en su art. 635, no introdujo tivos.
variante alguna en el tratamiento de la cuestión,
en cuanto el conocimiento o falta de este por la Al respecto, se señaló que estos últimos, es de-
contraparte del acto solo tenía incidencia en la cir, los sistemas restrictivos, solo receptan, por
responsabilidad por daños. lo menos desde la literalidad de sus normas, la
declaración de nulidad del acto jurídico por el
Por lo demás, el art. 323 del proyecto de 1998 dolo cometido por una de las partes y no, por
continuó con la tendencia general en la mate- el contrario, como consecuencia de aquel que
ria, aunque exhibió una mejor técnica legisla- haya sido de autoría de un tercero. En esta lí-
tiva que los anteriores proyectos y propuso el nea se hallan los ordenamientos jurídicos de
tratamiento unificado de las consecuencias ju- Bolivia, Chile, Colombia, el common law, Costa
rídicas que desencadena el dolo de autoría de Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Hon-
un tercero, lo cual es compartible. duras, Nicaragua, República Dominicana y Uru-
guay.
Finalmente, se señaló que el art. 274 propues-
to por la comisión de reformas designada por el Los sistemas moderados fueron caracteriza-
decreto 191/2011, autora del anteproyecto de dos como aquellos en que la nulidad del acto
2012, siguió la línea que en la materia adoptó el jurídico como consecuencia del dolo realizado
Código Civil de 1869 y que continuaron los an- por un tercero solo se admite si la contrapar-
teriores proyectos y anteproyectos, no fue objeto te fue cómplice, tuvo conocimiento de la ma-
de modificaciones por el Poder Ejecutivo Nacio- niobra o, por las circunstancias del caso, podía

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 95


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

tenerlo. Se identificaron como legislaciones existencia de un hecho ilícito como anteceden-


pertenecientes a esta tendencia las de Alema- te. A su vez, aquella indica que exigir la demos-
nia, Brasil, Portugal, Suiza, Francia, Guatemala, tración de la complicidad o del conocimiento de
Italia, México, Perú y Venezuela. la contraparte, pretendidamente, resultaría ser
un criterio poco práctico.
Por lo demás, se indicó que los sistemas am-
plios son aquellos que establecen la nulidad del A raíz de cuanto antecede, la doctrina puntua-
acto jurídico cuando la voluntad de una de las liza que el criterio de la reconocibilidad recep-
partes ha sido viciada por dolo, sea autoría de tado en el tratamiento del error como vicio de la
una de dichas partes o de un tercero, sin prever voluntad no sería aplicable en el ámbito corres-
condicionante o limitación alguna ante este úl- pondiente al dolo de autoría de un tercero, re-
timo escenario. Dentro de esta alternativa solo sultando intrascendente que la contraparte no
se ubicó, además del derecho nacional, la legis- haya conocido ni podido conocer la existencia
lación de Paraguay. de aquel en lo que respecta a la validez del acto.

En consecuencia, se puso en evidencia que el A la par de las precisiones efectuadas, la doc-


temperamento adoptado por la legislación ar- trina juzga que el criterio vigente en la materia
gentina en la materia es, prácticamente, único en el derecho argentino es el más acertado, y
en el derecho comparado, en cuanto, además de elogia la línea tradicionalmente observada des-
solo compartirlo Paraguay, en este último país de que fue introducida por Vélez Sarsfield.
la influencia del derecho nacional es notoria, a
tal punto que allí rigió el Código Civil argentino II.6. Los sistemas legislativos tienden a la mo-
hasta 1986. deración en torno al tratamiento del dolo de au-
toría de un tercero
II.5. La doctrina no cuestiona y usualmente
adhiere al temperamento inaugurado por Frei- Se señaló que es posible identificar una ten-
tas y seguido por Vélez en esta temática dencia en el derecho comparado, tanto legislati-
va como doctrinaria, hacia la moderación de los
La doctrina advierte la continuidad existente ordenamientos jurídicos en lo que respecta a la
entre el art. 935 del Código Civil de Vélez y el art. incidencia del dolo de autoría de un tercero so-
274 del Cód. Civ. y Com., los cuales tienen como bre la validez del acto jurídico.
antecedente el art. 475 del Esbozo de Freitas.
Se recordó que las legislaciones restringidas
Aquella destaca que el autor del dolo puede en la materia en análisis son aquellas que solo
ser tanto una de las partes del acto como un ter- admiten la declaración de la nulidad del acto
cero, y aclara que, en este último caso, no son jurídico cuando el dolo proviene de una de las
necesarios la colusión o el concierto fraudu- partes y no de un tercero, y que el Código Civil
lento. Por esto último, la doctrina precisa que de España se inscribe dentro esa línea en aten-
la declaración de nulidad a la que conduce la ción al tenor literal de su art. 1269.
existencia de dolo no es impedida por la even-
tual inocencia e ignorancia de la contraparte del A pesar de ello, se indicó que la labor de la
acto. Como corolario de ello, la doctrina afirma doctrina de ese país propicia una interpretación
que la clasificación del dolo en directo o indirec- correctora de la citada disposición, mediante la
to no tiene incidencia alguna en los requisitos cual es posible lograr la declaración de nulidad
de configuración de aquel, es decir, dicha clasi- del acto jurídico si, a pesar de que el autor del
ficación es indiferente a tal efecto. dolo haya sido un tercero, la contraparte cono-
cía esa situación, sin necesidad de que haya ac-
Asimismo, la doctrina explica que la decla- tuado en connivencia. De esta manera, se acerca
ración de nulidad del acto jurídico ante la exis- el derecho español a los sistemas caracterizados
tencia de dolo, ya sea de autoría de una de las como moderados.
partes o de un tercero, se justificaría en la nece-
sidad de proteger al contratante de buena fe, de En el mismo sentido, se destacó que las legis-
resguardar la autonomía de la voluntad, y en la laciones de Francia y de Italia pueden ser consi-

96 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

deradas como moderadas pero tendientes a la rencia de la causa del dolo, que desde el art. 475
restricción, en cuanto, si bien admiten la decla- del Esbozo de Freitas se trasladó al Código Civil
ración de nulidad del acto jurídico por el dolo de de 1869 y se replicó en todos los proyectos de re-
autoría de un tercero, para ello exigen la existen- forma de este último.
cia de conocimiento efectivo de la contraparte,
con lo cual el dolo indirecto pierde autonomía Frente a ello, se advirtió que el Código Civil y
y la figura se acerca a un dolo directo omisivo. Comercial pareciera asumir el temperamento
opuesto a través de una multiplicidad de nor-
Ahora bien, se puso de resalto que los arts. mas que atraviesan íntegramente las distintas
1138 del Código Civil francés y 1439 del Códi- materias por él tratadas. En particular, se des-
go Civil italiano son moderados por la labor de tacaron diversas disposiciones que abordan
la doctrina de sus respectivos países, en cuanto de manera disímil la incidencia de terceros en
esta propicia la declaración de nulidad del acto supuestos semejantes. En este sentido, a título
jurídico ante la existencia de una posibilidad ra- meramente ejemplificativo, se señalaron: de la
zonable de que la contraparte haya conocido el parte general, los arts. 331, 361, 362, 381 y 392;
dolo cometido por un tercero. en materia de derecho de familia, el art. 426;
dentro del ámbito de contratos, los arts. 1076,
Por lo demás, se expuso que, desde el siste- 1079, 1166, 1234, 1570 y 1824; dentro del área de
ma amplio propuesto por el art. 475 del Esbozo los derechos reales, los arts. 1893 y 1918; en re-
de Freitas, Brasil adoptó, mediante el art. 95 del lación con el derecho sucesorio, el art. 2315; y,
Código Civil de 1916, un sistema moderado ten- finalmente, con respecto al derecho internacio-
diente a la restricción (en cuanto exigía el cono- nal privado, el art. 2617 (94).
cimiento efectivo del dolo por la contraparte del
acto), para finalmente permitir la declaración Especialmente, se tomó en consideración
de nulidad por el dolo de autoría de un terce- el tratamiento que el Código Civil y Comercial
ro si la contraparte conocía o debía conocer su dispensa al error como vicio de la voluntad, al
existencia, a través del art. 148 del Código Civil exigir en su art. 265 que este sea reconocible, y
de 2002. a la responsabilidad por daños causados por la
comisión de dolo, en cuanto su art. 275 supe-
En consecuencia, se concluyó que es posible dita, en este escenario, el deber de la parte de
afirmar que, en el derecho comparado, tanto responder por un tercero al conocimiento de la
por la adopción legislativa directa como por vía existencia de aquel. Ninguna de las dos normas,
de reforma o por la labor de la doctrina, existe en temas afines al examinado, pareciera poder
una tendencia a la moderación de conformidad conciliarse con el temperamento adoptado res-
con los modelos adoptados por Alemania, Sui- pecto de las consecuencias del dolo de un terce-
za y Portugal, es decir, admitiendo la nulidad del ro sobre la validez del acto jurídico.
acto jurídico por el dolo de un tercero si la parte
no afectada directamente lo conocía o podía ha- En esencia, todas las disposiciones reseña-
berlo conocido. das abordan un mismo conflicto de intereses,
a saber: la tensión existente entre la seguridad
II.7. Una interpretación sistemática del orde- jurídica estática junto con la autonomía de la
namiento argentino impone la adopción de un voluntad, por un lado, y la seguridad jurídica
temperamento moderado en la materia dinámica, junto con la confianza y la buena fe,
por el otro. Sin embargo, en principio, como se
Se indicó que del art. 274 del Código Civil y indicó, el legislador optó, al abordar el dolo de
Comercial y de la doctrina elaborada a su res- autoría de un tercero, por un criterio diferente
pecto se desprende que los requisitos para la del que anima el resto de las disposiciones exa-
declaración de nulidad de un acto jurídico por minadas.
la existencia de dolo como vicio de la voluntad
son los mismos, ya sea su autor una de las par-
(94) Sin perjuicio de la referencia efectuada al art. 2563,
tes o un tercero. En consecuencia, se puso en relativo a la prescripción liberatoria, inserto en el libro VI,
evidencia que en el derecho argentino continúa relativo a las “disposiciones comunes a los derechos per-
vigente el denominado principio de la indife- sonales y reales”.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 97


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

Para intentar comprender ello, se indagó el ello, es posible rescatar la visión de los autores
fundamento que ha justificado los diversos tra- clásicos y, a su vez, proponer una mirada diferen-
tamientos recibidos por el dolo como vicio de la te que, antes que una oposición, implica una re-
voluntad. Así, se identificaron las principales lí- visión de sus reflexiones considerando el cambio
neas en la materia: una de ellas, centrada en la de las situaciones objetivas subyacentes.
protección de la voluntad; y la restante, inclina-
da hacia la sanción de la mala fe. Sobre la base de esa plataforma teórica, cabe
afirmar, en primer término, que la ubicación
Ello permite advertir que el art. 274 del Có- metodológica del dolo en la parte general del
digo Civil y Comercial, como consecuencia de Código Civil y Comercial, correspondiente a
la labor de depuración efectuada por Freitas, los hechos y actos jurídicos y, concretamente,
adoptada por Vélez y seguida por los diversos inserto dentro de los vicios de la voluntad, es
proyectos de reforma y por la doctrina nacional, correcta. Asimismo, es preciso indicar que, en
se desembarazó del carácter sancionatorio de la puridad técnica, es lógico que la existencia del
figura del dolo y se inclinó decididamente por el dolo conduzca a la nulidad, enfocándose en la
resguardo de la autonomía de la voluntad. configuración de la voluntad como un elemen-
to del acto jurídico, sin interferencia, tácita o ex-
Sin embargo, como se puso de manifiesto, presa, de criterios sancionatorios. Sin embargo,
el propio Código Civil y Comercial, al tratar el
las circunstancias socioeconómicas que permi-
error como vicio de la voluntad, se aparta de ese
tían finalizar en esa instancia el análisis de la
temperamento e incorpora una importante ma-
cuestión han dado paso a condiciones sociales
tización al exigir, para la declaración de nulidad
más dinámicas y a la variación de la idiosincra-
del acto jurídico, que la falsa representación de
sia imperante, que exigen otra respuesta.
las circunstancias de hecho en que consiste el
error haya sido reconocible por la contraparte. El esquema individualista, subjetivista y vo-
Evidentemente, no es la voluntad de la parte di- luntarista propio de las legislaciones del siglo
rectamente afectada el único elemento consi- XIX ha perdido terreno frente a soluciones que
derado, sino también, en general, las exigencias
propician una mirada más compleja y que, por
del tráfico y, particularmente, la buena fe de la
ejemplo, han permitido la proliferación de fac-
otra parte.
tores objetivos en materia de responsabilidad
No se vislumbra ningún argumento que per- civil y que, en general, han conducido al auge de
mita juzgar con un criterio diferente el error y el la buena fe como criterio rector de las relaciones
dolo de un tercero, en cuanto no se justifica san- jurídicas. Dentro del nuevo escenario jurídico,
cionar a una de las partes por una maniobra si social y económico, el tratamiento que desde la
no la conoció ni pudo conocerla, y tampoco es literalidad del art. 274 del Código Civil y Comer-
posible sostener la preponderancia de las exi- cial se provee al dolo de autoría de un tercero
gencias del tráfico jurídico y de la protección de luce desfasado, anacrónico.
la buena fe de la contraparte en un ámbito con
exclusión del otro. La coherencia del sistema, La doctrina de la apariencia, aplicada a la te-
tanto con relación al tratamiento del error como mática en examen, permite renovar la visión
respecto del resto de las disposiciones reseña- clásica sobre la cuestión, y, potencialmente, re-
das, impone la inclusión de una matización en conocer dos voluntades viciadas allí en donde
el abordaje de la incidencia del dolo de autoría otrora solo una era advertida. En este sentido,
de un tercero sobre la validez del acto jurídico. se propone considerar que, además de la vícti-
ma directa del dolo de autoría de un tercero, la
Con el fin de cumplir dicho cometido, es per- contraparte, si no conocía la maniobra ni podía
tinente utilizar el andamiaje conceptual provisto conocerla obrando diligentemente, incurrirá en
por el trabajo de la doctrina sobre la denomina- una falsa representación de los hechos que ro-
da teoría de la apariencia, la cual constituye un dean el acto, en cuanto habrá entendido, razo-
signo de los cambios sociales y económicos ope- nablemente, sin culpa, que celebraba un acto
rados en la actualidad, y de la variación de los cri- válido con un sujeto cuya voluntad se encontra-
terios jurídicos que los acompañan. A partir de ba libre de vicios.

98 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

Ante este panorama, el intérprete no debiera la declaración de nulidad del acto jurídico por
inclinarse automáticamente por la tutela de la el dolo de autoría de un tercero. Fíjese que, en
víctima directa del dolo, soslayando la situación principio, ello resulta difícil de conciliar, por un
de la contraparte y las exigencias del tráfico ju- lado, con el tratamiento del error como vicio de
rídico moderno que aquella concreta en el caso la voluntad y la adopción del criterio de la reco-
en particular. Pareciera que ambas voluntades nocibilidad efectuada por el art. 265 de aquel y,
han sido afectadas y que ambas son merecedo- por el otro, con una serie de disposiciones que
ras de resguardo, con una leve variante: en un tratan la incidencia de la actuación de terceros.
caso, el de la víctima directa del dolo, se impo-
ne la solución clásica y lineal en materia de vi- Con el fin de analizar jurídicamente lo pres-
cios de la voluntad, es decir, la nulidad; mientras cripto por la citada norma, se establecieron cier-
que, en el restante supuesto, el de la víctima in- tas nociones preliminares en materia de dolo
directa del dolo, es necesario el mantenimiento como vicio de la voluntad y se expusieron las
de los efectos del acto (el efecto nulificante del diversas clasificaciones que admite este último,
dolo muta en el efecto convalidante del error). puntualizando aquella que destaca la existencia
del dolo denominado directo y del dolo indirecto.
Así las cosas, la clave de lectura del art. 274
del Cód. Civ. y Com. debería presentar como Luego de ello, se indagaron los antecedentes
eje interpretativo, a fin de armonizar las exi- que registra la figura, comenzando por el de-
gencias del tráfico y los intereses de las partes, recho romano, para posteriormente abordar
la consideración de si la contraparte conocía o el derecho francés, el derecho español, inclui-
podía conocer la existencia del dolo, es decir, si das las Partidas y el denominado Proyecto Gar-
aquella era de buena fe (considerándola desde cía Goyena, el derecho de Brasil y, finalmente,
una perspectiva objetiva). Dígase lo mismo con el Código Civil argentino de 1869, de autoría de
otros términos: si la contraparte conocía o po- Vélez Sarsfield. Cuanto antecede permitió dilu-
día conocer la existencia de dolo, su actuación cidar los distintos fundamentos que han sus-
será calificable como de mala fe y, por lo tanto, tentado y perfilado el dolo durante las diversas
se impondrá la potencia nulificante del dolo; épocas históricas, a la vez que posibilitó un co-
mientras que, por el contrario, si aquella no co- nocimiento de mayor profundidad de las opcio-
nocía ni podía conocer la existencia del dolo, su nes legislativas actuales.
actuación será de buena fe y, en consecuencia,
se antepondrá el efecto subsanante del error. Paralelamente, se consultaron repertorios de
jurisprudencia y la labor de las Jornadas Nacio-
El eje propuesto, siempre desde una perspec- nales de Derecho Civil celebradas en nuestro
tiva personal, se debe articular mediante un país; sin embargo, no fue posible hallar en di-
análisis causal y, por lo tanto, objetivo que reali- chas fuentes elementos directamente vincula-
ce una prognosis póstuma, juzgando la diligen- dos con la materia en examen y que fueran de
cia del comportamiento de la contraparte de la interés para la elaboración de esta obra, por lo
víctima directa del dolo. Solo en el supuesto en que, consecuentemente, no forman parte de su
que, a través de ese examen, sea posible afirmar estructura ni figuran referencias a ellas.
que dicha contraparte ha obrado de buena fe, se
actualizará en el caso concreto el principio de Asimismo, se consideró el temperamento
conservación del acto jurídico; de lo contrario, asumido por diversas legislaciones del derecho
se impone la declaración de nulidad, en cuanto comparado, con el fin de sistematizar sus res-
no habrá motivos que conduzcan a su manteni- puestas ante la temática de referencia y ubicar
miento. el derecho nacional en ese contexto. Como re-
sultado de ello, se sostuvo que es posible perci-
III. Corolario bir tres grandes sistemas en torno al tratamiento
de los efectos del dolo de autoría de un tercero
La realización de esta obra estuvo motivada sobre la validez del acto jurídico, que la alter-
por la aparente contradicción que entrañaría el nativa adoptada por el ordenamiento jurídico
temperamento adoptado por el art. 274 de Códi- argentino es prácticamente única en el mundo
go Civil y Comercial, al permitir irrestrictamente y que existe una tendencia de las demás legis-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 99


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

laciones hacia la moderación, de conformidad Dígase lo mismo con otros términos: es posi-
con cómo fue definida esta última a los efectos ble sostener, con el régimen jurídico actualmen-
del presente. te vigente, que la interpretación correcta del art.
274 del Código Civil y Comercial conduce a
A su vez, se expuso la opinión de la doctrina afirmar que la nulidad del acto por el dolo co-
nacional en torno a los principales aspectos que metido por un tercero requiere que la parte no
rodean la consideración del dolo de autoría de afectada directamente por aquel lo haya cono-
un tercero y, de esa manera, fue posible poner cido o haya podido conocerlo obrando con cui-
de resalto una convergencia ampliamente ma- dado y previsión.
yoritaria en favor de la opción adoptada por Fre-
itas mediante el art. 475 de su Esbozo y seguida Sin perjuicio de ello, se exponen, a modo me-
por Vélez Sarsfield a través del art. 935 del Códi- ramente ilustrativo, diversas opciones que po-
go Civil argentino de 1869. drían plasmar expresamente en el texto de la ley
las ideas apuntadas en los capítulos precedentes:
En línea con ello, se repasó la posición propi-
ciada por los diversos proyectos y anteproyectos Primera alternativa: reforma del art. 274 del
de reforma del Código Civil argentino sucedidos Código Civil y Comercial.
desde su entrada en vigencia hasta la sanción de
la ley 26.994. Ello puso en evidencia que todas Libro primero
esas iniciativas, en esencia, mantuvieron una
misma línea en la materia, más allá de las depu- “Parte general”
raciones metodológicas.
Título IV
Finalmente, a la luz de los antecedentes re-
señados, se realizó un análisis sistemático del “Hechos y actos jurídicos”
Código Civil y Comercial con sustento en la doc-
trina de la apariencia, y se concluyó que la in- Capítulo 3
terpretación que, en derecho, a criterio de quien
suscribe, cabe realizar del art. 274 de aquel con- “Dolo como vicio de la voluntad”
siste en condicionar la declaración de nulidad
por el dolo de autoría de un tercero a que la par- ARTÍCULO 274.- Sujetos. El autor del dolo
te que no ha sido afectada directamente lo haya esencial y del dolo incidental puede ser una de las
conocido o haya podido hacerlo obrando con partes del acto o un tercero, pero en este último
cuidado y previsión, situación que deberá juz- supuesto solo causa la nulidad del acto si la parte
garse mediante un análisis de tipo causal. no afectada por aquel lo conocía o pudo conocer-
lo actuando con cuidado y previsión.
De esta manera, se armonizan las disposi-
ciones del ordenamiento jurídico y es posible De igual manera, esta opción podría plasmar-
proteger la autonomía de la voluntad de las se del siguiente modo:
partes sin soslayar las exigencias del tráfico ju-
rídico moderno, la salvaguarda de los intereses ARTÍCULO 274.- Sujetos. El autor del dolo
de terceros de buena fe y la seguridad jurídica esencial y del dolo incidental puede ser una de
dinámica. las partes del acto o un tercero.

IV. Propuestas de reforma legislativa En el supuesto en que el dolo provenga de un


tercero solo causa la nulidad del acto si la parte
Un análisis sistemático del Código Civil y Co- no afectada por aquel lo conocía o podía cono-
mercial, junto con la consideración de las razo- cerlo actuando con cuidado y previsión.
nes que han animado la evolución histórica del
tratamiento jurídico del dolo cometido por un Segunda alternativa: reunir en una norma las
tercero, permite introducir matizaciones a la in- definiciones de dolo esencial e incidental y re-
terpretación del art. 274 de aquel, sin necesidad gular las consecuencias de estos, así como la
de efectuar una reforma legislativa. incidencia del dolo cometido por un tercero, al

100 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

tratar, respectivamente, la nulidad y la respon- Libro primero


sabilidad por daños.
“Parte general”
Libro primero
Título IV
“Parte general”
“Hechos y actos jurídicos”
Título IV
Capítulo 3
“Hechos y actos jurídicos”
“Dolo como vicio de la voluntad”
Capítulo 3
ARTÍCULO 272.- Dolo esencial e incidental. El
“Dolo como vicio de la voluntad” dolo es esencial si es determinante de la volun-
tad, de lo contrario, es incidental.
ARTÍCULO 272.- Dolo esencial e incidental. El
dolo es esencial si es determinante de la volun- ARTÍCULO 273.- Nulidad. Únicamente el dolo
tad, de lo contrario, es incidental. esencial causa la nulidad del acto y solo si es gra-
ve, provoca un daño importante y no es recípro-
ARTÍCULO 273.- Sujetos. El autor del dolo co (96).
esencial y del dolo incidental puede ser una de
las partes del acto o un tercero. ARTÍCULO 274.- Responsabilidad por los da-
ños causados. El autor del dolo esencial o inci-
ARTÍCULO 274.- Nulidad. Únicamente el dolo dental debe reparar el daño causado.
esencial causa la nulidad del acto y solo si es gra-
ve, causa un daño importante y no es recíproco. ARTÍCULO 275.- Dolo de tercero. En el supues-
to en que el dolo provenga de un tercero, solo cau-
En el supuesto en que el dolo provenga de un sa la nulidad del acto si la parte no afectada por
tercero solo causa la nulidad del acto si la parte aquel lo conocía o podía conocerlo actuando con
no afectada por aquel lo conocía o podía cono- cuidado y previsión.
cerlo actuando con cuidado y previsión (95).
Responde solidariamente por los daños causa-
ARTÍCULO 275.- Responsabilidad por los da- dos la parte no afectada por el dolo que al tiem-
ños causados. El autor del dolo esencial o inci- po de la celebración del acto tuvo conocimiento
dental debe reparar el daño causado. Responde de él.
solidariamente la parte que al tiempo de la cele-
bración del acto tuvo conocimiento del dolo del Cuarta alternativa: mantener las definiciones
tercero. de dolo esencial e incidental en disposiciones
diferentes, pero sin aludir a sus efectos, y uni-
Tercera alternativa: unificar en una norma las ficar en una única norma los efectos tanto de
definiciones de dolo esencial e incidental; tratar, aquellos como del dolo directo e indirecto.
en sendas disposiciones y solo en relación con
el dolo directo, la nulidad y la responsabilidad Libro primero
por daños; y reunir en un único artículo los efec-
tos del dolo cometido por un tercero. “Parte general”

Título IV
(95) Una variante para este artículo podría ser: ARTÍ-
CULO 274.- Nulidad. El dolo esencial causa la nulidad “Hechos y actos jurídicos”
del acto si es grave, provoca un daño importante y no es
recíproco. El dolo incidental no causa la nulidad del acto.
En el supuesto en que el dolo provenga de un tercero, (96) Una variante para este artículo podría ser: ARTÍ-
solo causa la nulidad del acto si la parte no afectada por CULO 274.- Nulidad. El dolo esencial causa la nulidad
aquel lo conocía o podía conocerlo actuando con cui- del acto si es grave, provoca un daño importante y no es
dado y previsión. recíproco. El dolo incidental no causa la nulidad del acto.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 101


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

Capítulo 3 que se sustentan en la buena fe, concretada en


la inexistencia de conocimiento o susceptibili-
“Dolo como vicio de la voluntad” dad de este aun obrando con cuidado y previ-
sión (98).
ARTÍCULO 272.- Dolo esencial. El dolo es esen-
cial si es determinante de la voluntad. De lo contrario, el ordenamiento jurídico na-
cional permanecería en una línea legislativa
ARTÍCULO 273.- Dolo incidental. El dolo es in- ciertamente excepcional en el derecho compa-
cidental si no es determinante de la voluntad.
rado, registrando un temperamento similar solo
ARTÍCULO 274.- Sujetos. El autor del dolo en Paraguay, país en el cual, cabe aclarar, rigió
esencial y del dolo incidental puede ser una de hasta 1986 el Código Civil argentino.
las partes del acto o un tercero.
Sin perjuicio de cuanto antecede, es preciso
ARTÍCULO 275.- Efectos. Únicamente el dolo señalar que la modificación en el tratamiento
esencial causa la nulidad del acto y solo si es gra- de la cuestión que Freitas introdujo en su mo-
ve, provoca un daño importante y no es recípro- mento implicó una superación de la visión do-
co. En el supuesto en que el dolo provenga de un minante por aquel entonces en las principales
tercero, solo causa la nulidad del acto si la parte legislaciones. Consecuentemente, el encolum-
no afectada por el dolo lo conocía o podía cono- namiento de Vélez también debe ser calificado
cerlo actuando con cuidado y previsión. como un acierto.

El autor del dolo esencial o incidental debe re- Repárese en que el mantenimiento del crite-
parar el daño causado. Responde solidariamen- rio restrictivo de los efectos del dolo de terce-
te la parte que al tiempo de la celebración del ro, por considerarlo infamante y, por tanto, de
acto tuvo conocimiento del dolo del tercero. carácter eminentemente personal (99), carecía
de sentido en la época de la sanción del Código
Cada una de las opciones esbozadas, se reite- de Napoleón, de las Partidas y del denominado
ra a modo meramente ejemplificativo, con sus proyecto García Goyena, entre otros hitos.
diferentes matices, acercarían el derecho argen-
tino al tratamiento del dolo indirecto que efec- En ese sentido, la extensión de los efectos del
túan legislaciones como las de Alemania, Suiza, dolo cometido por un tercero para habilitar la
Portugal y Brasil. nulidad del acto, propiciada por Freitas y se-
guida por Vélez, ciertamente, concilia de me-
Es posible afirmar que el posicionamiento jor manera la perspectiva predominantemente
precedentemente propuesto en esta materia es subjetivista y asentada en la autonomía de la vo-
la que mejor satisface las exigencias del tráfico luntad, propia de la cosmovisión imperante en
jurídico contemporáneo, apuntalando la seguri- el siglo XIX.
dad dinámica del sistema, sobre la base de con-
sideraciones modernas asentadas en la buena fe En consecuencia, esta última línea implicó
como principio rector. un adelanto en relación con las restantes legis-
Asimismo, las alternativas formuladas armo-
la nulidad del acto. Si el acto es bilateral o unilateral re-
nizan con diferentes soluciones que propicia cepticio, el error debe, además, ser reconocible por el
el Código Civil y Comercial para una gran va- destinatario para causar la nulidad”.
riedad de supuestos, por lo que aquellas cons-
tituyen una respuesta de mayor coherencia (98) Sin perjuicio de cuanto se analiza con mayor
profundidad en el capítulo séptimo, resulta pertinente
sistémica. Al respecto, cabe considerar tanto mencionar, a título meramente ilustrativo, el tempera-
el requerimiento de recognocibilidad del error mento asumido a través del art. 362 del Código Civil y
como requisito para provocar la nulidad del Comercial al establecer que solo son oponibles a terceros
acto jurídico (97) como las diversas soluciones los límites de la representación voluntaria, su extinción
y las instrucciones efectuadas si aquellos los conocieron
o pudieron conocerlos obrando con cuidado y previsión.
(97) El art. 265 del Código Civil y Comercial establece
que “el error de hecho esencial vicia la voluntad y causa (99) CARRANZA, Jorge A., ob. cit., p. 603.

102 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


Gonzalo Andrés Fuertes Lerena

laciones existentes en el derecho comparado de la luz de las exigencias sociales modernas y de


la época, las cuales se limitaron a continuar la los lineamientos jurídicos acordes a ellas. A la
tendencia iniciada en el derecho romano, que, inversa, la acertada modificación introducida
con el paso del tiempo, había perdido su susten- por Freitas y secundada por Vélez, seguida por
to histórico, social y cultural, permaneciendo el art. 274 del Código Civil y Comercial, con el
como un resabio de antiguas épocas. paso del tiempo ha perdido su sustento y su ra-
zón de ser.
A pesar de ello, paradójicamente, la continua
evolución del medio sociedad y, en especial, las VIII. Bibliografía general
características de las sociedades modernas han
provocado que el posicionamiento de Freitas y ALBALADEJO, Manuel, “Derecho civil”, Edi-
de Vélez resulte vetusto y que, por el contrario, se sofer SL, Madrid, 2004, 16ª ed.
revitalice el criterio adoptado por las legislacio-
nes que han seguido los antecedentes romanos. ALTERINI, Atilio Anibal, LÓPEZ CABANA,
Roberto M., “Reformas al Código Civil”, Abeledo
Fíjese que, progresivamente, tanto el dere- Perrot, Buenos Aires, 1995.
cho nacional como el comparado han avanzado
desde posiciones eminentemente individualis- ALTERINI, Jorge Horacio (dir.), ALTERINI, Ig-
tas y de corte subjetivo, en las que predominara nacio Ezequiel (coord.), “Código Civil y Comer-
la defensa de la denominada seguridad estática, cial. Tratado exegético”, La Ley, Buenos Aires,
hacia posturas que priorizan la protección de la 2019, 3ª ed. ampliada.
buena fe, los derechos e intereses de terceros,
así como las exigencias del tráfico jurídico mo- ALTERINI, Jorge Horacio, ALTERINI, Ignacio
derno, en las que priman las exigencias propias Ezequiel, ALTERINI, María Eugenia, ALTERINI,
de la llamada seguridad dinámica. Francisco José, “Tratado de los derechos reales”,
La Ley, Buenos Aires, 2019.
Sin perjuicio de ello, con sus limitaciones, in-
cluso el derecho romano experimentó un trán- BORDA, Guillermo A., “Tratado de derecho
sito desde concepciones de corte mayormente civil. Parte general”, La Ley, Buenos Aires, 2013,
subjetivo hasta posicionamientos de tinte más 14ª ed.
objetivo y, por lo tanto, inclinados a la protec-
BREBBIA, Roberto H., “Hechos y actos jurídi-
ción de la buena fe, lo cual es posible apreciar
cos”, Astrea, Buenos Aires, 1979.
en la paulatina ampliación del ámbito de inci-
dencia del dolo y de los resortes jurídicos frente BUDANO ROIG, Antonio R., “Lecciones de
a él (100). derecho civil. Parte general”, Hammurabi, Bue-
En este orden de ideas, también resulta elo- nos Aires, 2017.
cuente el desarrollo experimentado en Brasil, Bueres, Alberto J. (director), “Código Civil y
en el cual inicialmente se aplicaba el derecho Comercial de la Nación analizado, comparado
portugués en línea con el derecho romano, lue- y concordado”, Hammurabi, Buenos Aires, 2014.
go bajo la influencia de Freitas pasó a adoptar la
posición contraria con el Código Civil de 1916, CALVO COSTA, Carlos A., “Doctrina y estrate-
para finalmente virar hacia la apertura con la re- gia del Código Civil y Comercial”, La Ley, Buenos
forma efectuada en 2002. Aires, 2016.
En síntesis, una suerte de efecto pendular ha CARAMELO, Gustavo, HERRERA, Mari-
provocado que el criterio del derecho roma- sa, PICASSO, Sebastián (dirs.), “Código Civil y
no, seguido por buena parte de las principales Comercial de la Nación comentado”, Infojus,
legislaciones del mundo, como la francesa, la Buenos Aires, 2015.
italiana y la española, primero haya perdido vi-
gencia para luego recobrarla, considerándolo a CARRANZA, Jorge A., “El dolo-vicio de la vo-
luntad en el derecho civil argentino”, Anuario de
(100) Ibidem, ps. 585 y 586. Derecho Civil, Vol. 26, Nº 2, 1973, ps. 585 a 614.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 103


El alcance de la nulidad del acto por el dolo de un tercero a la luz de la teoría de la apariencia

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104 • PRIMERA PARTE - Principios, persona humana y acto jurídico


SEGUNDA PARTE

Derecho de las obligaciones


Obligaciones de valor y
depreciación monetaria (*)
José María Cao
INTRODUCCIÓN función de “hacer sellar moneda, fijar su valor
y el de la extranjera; y adoptar un sistema uni-
Nuestro país se encuentra atravesando desde forme de pesos y medidas para toda la Nación”.
hace varios años una seria crisis económica que Es decir que una de las atribuciones del Poder
ha ocasionado una evidente pérdida del valor Legislativo de la Nación es la de establecer la
adquisitivo de la moneda y de la capacidad de circulación obligatoria del dinero e imponer la
compra de todos los habitantes. unidad monetaria y sus múltiplos. Sin embargo,
el Congreso de ninguna manera fija el valor de
El proceso inflacionario en el cual nos encon- cambio.
tramos inmersos afecta a toda la sociedad, de
manera tal que podemos afirmar que la mayoría El valor del dinero, así como la pérdida del
de los problemas que padece nuestro país se re- poder adquisitivo de aquel como consecuen-
lacionan de una u otra manera con este flagelo. cia de la inflación, provienen en la mayoría de
El aumento de la pobreza, la disminución de la los casos de decisiones tomadas por la Admi-
calidad de vida de todos los habitantes, las suce- nistración pública o estatal. Ocurre que el Es-
sivas e interminables renegociaciones salariales, tado, apremiado por el contexto imperante de
los aumentos impositivos, la determinación de desórdenes sociales o económicos, o gastos ex-
la tarifa de los servicios públicos y la devaluación traordinarios ocasionados por eventos o flage-
de la moneda son algunos de los efectos que pro- los como el que nos encontramos padeciendo
duce este mal tan arraigado en nuestro país. como consecuencia de la pandemia mundial
que nos azota, recurre al procedimiento de au-
Siempre se ha dicho que la inflación es el “im- mentar el volumen de la circulación monetaria,
puesto” más regresivo de todos, porque afecta emitiendo más moneda que la que óptimamen-
al sector social más necesitado, ya sea porque te puede generar. Esta fuente de ingresos, que es
carece de recursos laborales o porque aquellos producto de un privilegio legal, si bien le otorga
que poseen un empleo o trabajo estable o perci- al Estado un flujo incesante de fondos, a la lar-
ben sumas fijas, como jubilaciones o pensiones, ga produce invariablemente el envilecimiento o
jamás pueden lograr subas o acrecentamientos pérdida del valor real o de la capacidad de com-
remunerativos que alcancen los índices de in- pra, a la vez que acusa una elevación general del
flación que nos encontramos experimentando. nivel de precios. Como bien lo afirma Ferrero:
“Cuando la inflación se agudiza, el dinero pier-
Durante décadas nuestra economía sufrió la
de sus funciones económicas más importantes;
erosión de la moneda, como consecuencia del
deja de ser el signo universal del valor para con-
proceso aludido. En la Argentina, el dinero es la
vertirse en su ridícula caricatura” (1).
moneda autorizada por el Estado a la que se le
ha asignado la función de unidad de medida del Este fenómeno, que halla su génesis en la faz
valor de todos los bienes. económica, proyecta sus efectos —como ya lo
dijimos— en el resto de la sociedad, pero muy
Mediante el art. 75, inciso 11 de la Constitu-
especialmente en el ámbito del derecho, don-
ción Nacional, se ha atribuido al Congreso la
(1) FERRERO, Raúl, “Aspecto jurídico de la inflación”,
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 13 de Revista de Derecho Español y Americano, año VI, N°27,
julio de 2021. Madrid, 1961, p. 753.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 107


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

de los juristas desde antaño han pretendido Para comprender las dimensiones del institu-
encontrar distintas respuestas con el objeto de to que ahora nos ofrece nuestro Cód. Civ. y Com.,
restablecer los postulados de justicia y equidad. abordaremos el presente trabajo realizando un
Ambos principios se encuentran absolutamente análisis integral de las obligaciones de valor. Re-
conculcados, si se pretende seguir manteniendo pararemos entonces en cuáles fueron sus oríge-
la ficción de que nuestra moneda posee una es- nes, la evolución de la figura en nuestro país, en
tabilidad monetaria que en los hechos evidente- su distinción clásica con las obligaciones de dar
mente no es tal. sumas de dinero, para analizar posteriormente
cuál fue el encuadre que nuestra legislación de
En esta búsqueda incesante de herramientas fondo ha efectuado y su consecuente aplicación
o figuras jurídicas que propendan a superar los práctica en la realidad que nos rodea.
inconvenientes y desequilibrios que derivan de
la inestabilidad de los valores —en modo espe- CAPÍTULO I
cial de esta distorsión propia del signo moneta-
LAS OBLIGACIONES DE VALOR COMO
rio—, nos encontramos con el instituto de las UNA CATEGORÍA CORRECTORA DE LOS
“obligaciones de valor”. EFECTOS NOCIVOS DEL NOMINALISMO
La figura objeto de nuestro análisis, si bien ha I. Las funciones del dinero. El principio no-
sido desarrollada por gran parte de la doctrina y minalista en nuestro país
ha dado lugar a una gran variedad de fallos que
sentaron principios de una utilidad incuestio- El dinero posee tres clases de valor que pue-
nable, por primera vez fueron receptadas por den detallarse de la siguiente manera: valor in-
nuestra legislación de fondo, tal como puede trínseco, que es el que corresponde al mental
advertirse de los lineamientos establecidos en fino con el cual está constituida o acuñada la
el art. 772 del Cód. Civ. y Com. moneda; valor en curso, que es aquel que refle-
ja el “poder adquisitivo” del dinero, y, por últi-
Aun así, y aunque su consagración positiva pu- mo, el valor nominal, que es el atribuido por el
diera hacer suponer que definitivamente conta- Estado emisor, con total prescindencia del valor
mos con un instrumento o herramienta apta, útil intrínseco de aquel y del valor en curso; “es, sim-
y eficaz que nos permita ampararnos de los vai- plemente, el valor escrito, que el Estado grabó
venes o coletazos provocados por las consecuen- en las monedas, o imprimió en sus billetes” (2).
cias económicas de la permanente depreciación,
el arraigo que posee en nuestra tradición jurídi- La teoría nominalista ha sido seguida por
ca el principio nominalista —desde la sanción la mayor cantidad de legislaciones en el mun-
del Código Civil—, y aun luego de la reforma del do (3) y se refiere, en definitiva, al valor del di-
Cód. Civ. y Com., ha operado como un eviden- nero, a la cifra numeral inscripta en la moneda o
te obstáculo que ha ocasionado una especie de billete de que se trate, es decir, “al valor nominal
desconfianza en el instituto de las obligaciones
de valor, tal como se ha reflejado en trabajos de (2) Conf. MOISSET DE ESPANÉS, Luis, “Curso de Ob-
doctrina, en repertorios de la jurisprudencia y ligaciones”, Advocatus, Córdoba, 1994, 2ª ed., t. I, p. 254.
hasta en los encuentros de prestigiosos autores y (3) “El Código Civil francés lo recepta expresamente
juristas, como el concretado en las XXV Jornadas en el art. 1895 sobre mutuo, habiendo sido luego adop-
Nacionales de Derecho Civil de 2015, reunidas en tado sucesivamente por Italia, España, Holanda, Bélgica,
Uruguay, Bolivia, Chile Colombia y otros países; y si bien
la Ciudad de Bahía Blanca. tales legislaciones asimismo aceptan la validez de las
cláusulas de pago en moneda específica, la excepción no
La sombra de las cláusulas de repotenciación hace sino poner en evidencia que lo que prevalece es el
de precios o las distintas formas de indexar una principio nominalista y su inmutabilidad. El Código Civil
deuda (expresamente prohibidas por la legisla- italiano de 1942 fue el que por primera vez enunció di-
ción vigente) han operado en contra de este tipo cho principio con carácter general, en su art. 1277”. Conf.
TRIGO REPRESAS, Félix A., glosa a los arts. 724 a 864,
de obligaciones por considerar que son un mero en ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.), ALTERINI, Ignacio E.
instrumento para resguardarse de los efectos in- (coord.), “Código Civil y Comercial comentado. Tratado
flacionarios. Exegético".

108 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

que le atribuye el estado, sea cual fuere el valor totalmente distinto del que podemos experi-
real, poder adquisitivo de dicho signo” (4). mentar en estos días. Resultaba lógico en este
sentido que el legislador no receptara ni elabo-
Este principio posee una evidente transcen- rara alternativas diferentes para el cumplimien-
dencia práctica que, al proyectarse sobre las to de las obligaciones cuando estas podían ser
obligaciones dinerarias, implica que siempre afectadas por las consecuencias de las pronun-
habrá de satisfacerse la misma cantidad que ciadas depreciaciones monetarias, por la senci-
aparezca como debida; “abstracción hecha de lla y elemental razón de que esos cataclismos y
cualquier variación del contenido metálico o crisis monetarias eran inexistentes e impensa-
del poder adquisitivo de la moneda que se hu- das por aquellas épocas.
biere producido entre la época de la constitu-
ción y la del cumplimiento de la obligación” (5). Autores como Banchio expresan que —a pesar
de la consagración positiva del principio nomi-
El fundamento que pregona esta postura es el nalista— Vélez no permaneció ajeno o despreo-
poder inexorable del Estado en la fijación del va- cupado por encontrar soluciones adecuadas
lor de la moneda, es decir, en imponer a su libre ante los supuestos de producirse alteraciones en
arbitrio la posibilidad de asignarle a su billete lo el valor intrínseco de la moneda. Una prueba de
que este vale. Al determinar la igualdad nomi- ello es la nota elaborada en torno al art. 619, con
nal, mantiene incólume la obligación dineraria referencia a la cual este jurista expresa: “el autor
con respecto a las fluctuaciones de los valores del código se abstiene de proyectar leyes para re-
extranominales de la moneda. Como lo afirma solver la cuestión tan debatida sobre la obliga-
Hernández Gil, “su fin es impedir la proyección ción del deudor, cuando ha habido alteración en
de la inestabilidad económica que pudiere so-
la moneda, porque estima que de producirse ese
brevenir entre el momento del nacimiento de
fenómeno —que califica de casi imposible— se-
la obligación dineraria y el de su cumplimiento,
ría la ley respectiva en tal caso la que determi-
quedando ella aislada y sujeta al estricto crite-
na el modo y forma de satisfacer las obligaciones
rio nominal en su más pura expresión numéri-
pendientes de ejecución” (7). En esa misma
ca” (6).
nota, continúa Vélez diciendo que, de producir-
Como la gran mayoría de las legislaciones del se una alteración del valor de la moneda, podría
mundo, pero siguiendo especialmente la ten- optarse o aceptarse el artículo del código de Aus-
dencia del derecho francés, el Código Civil ela- tria, que en contraposición a la consagración de
borado por Vélez Sarsfield instauró el principio la tesis nominalista establecía que, “si se ha alte-
nominalista en el antiguo art. 619 del Código Ci- rado el valor intrínseco de las monedas, el que
vil, que expresaba: “Si la obligación del deudor las recibió debe reembolsarlas sobre el pie del
fuese de entregar una suma de determinada es- valor que tenían al tiempo del préstamo”.
pecie o calidad de moneda corriente nacional,
cumple la obligación dando la especie designa- Pese al valor que posee la nota al art. 619, la
da u otra especie de moneda nacional al cambio doctrina clásica interpretó la presente norma
que corra en el lugar el día del vencimiento de como una expresión cierta del principio nomi-
la obligación”. nalista, donde la regla era que el deudor debía
entregar la cantidad de dinero de la especie de-
En el momento en que se sancionó el Códi- signada. Por su parte, la posibilidad o facultad
go de Vélez, imperaba un contexto económico que se otorga al obligado de entregar otra espe-
cie de moneda nacional tenía su razón de ser
(4) ALTERINI, Atilio A. — AMEAL, Oscar J. y LÓPEZ en la existencia de varias monedas de curso le-
CABANA, Roberto M., “Derecho de las obligaciones civi- gal en el momento de la sanción del Código Ci-
les y comerciales”, Abeledo Perrot, p. 453. vil (8).
(5) BANCHIO, Enrique C., “Obligaciones de valor”, Le-
rner Ediciones, 1965, p. 65. (7) BANCHIO, Enrique Carlos, ob. cit., p. 72, 73.
(6) HERNANDEZ GIL, Antonio, “Derecho de obliga- (8) BUSSO, Eduardo B., “Código Civil anotado”, Ediar,
ciones”, Madrid, t. I, p. 341 y ss. Buenos Aires, 1958, t. IV, p. 265.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 109


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

Con relación a la redacción originaria del art. na muy pronunciada la distorsión entre el valor
619 del Código Civil, Cazeau y Trigo Represas, escrito y el real poder adquisitivo de la moneda,
en su obra Derecho de las obligaciones, expresa- el derecho siempre ha procurado reaccionar de
ron: “se acordaba pues al deudor, un derecho de alguna manera ante la injusticia resultante de
opción que consistía en: a) entregar la especie la circunstancia de que el acreedor solo pueda
y calidad de moneda designada, de acuerdo al exigir dinero en idéntica cuantía nominal, pero
principio del valor nominal: peso por peso, peso sensiblemente menguado en su poder adquisi-
oro por peso oro; o b) Pagar con otra especie de tivo a valor de cambio” (11).
moneda nacional, pero en este caso debía ha-
cerlo entregando una cantidad de moneda equi- II. Implementación de herramientas co-
valente al valor de la sustituida, computando al rrectoras. Las cláusulas de estabilización
cambio del día del vencimiento de la obligación.
Con la aparición de los períodos inflacionarios
Si se debía cien pesos oro, podía pagarse con pe-
e hiperinflacionarios que vivió nuestro país (12),
sos moneda nacional papel, entregando tantos
se fueron demostrando las falencias del nomina-
billetes como fueran necesarios para igualar el
lismo y poniendo en evidencia las serias injusti-
valor de los cien pesos oro, al cambio del día del
cias que su aplicación acarreaba. Se fue dando
vencimiento de la obligación” (9).
paso así a la aparición herramientas de actualiza-
Todos estos postulados tuvieron plena vi- ción que tuvieron distintas génesis.
gencia, mientras la estabilidad de la economía Por un lado, nos encontrábamos con las mis-
permitía aplicar esta normativa sin arribar a re- mas partes que —en pleno ejercicio de la au-
sultados injustos. Como diría Hernández Gil: tonomía de la voluntad—, previeron cláusulas
“en estas condiciones los distintos valores de la contractuales de actualización del valor de la
moneda guardaban entre sí una estrecha y con- moneda. Era una forma consensuada por acree-
cordante interdependencia. El valor intrínseco dores y deudores de mantener la estabilidad en
de las piezas metálicas, el encaje de la moneda el valor de sus prestaciones, sustrayendo el de-
papel y el valor nominal de ambas mantenían venir del contrato del férreo régimen del princi-
un constante equilibrio. Dentro de esta estabi- pio nominalista que afectaba el sinalagma como
lidad económica, el principio nominalista im- consecuencia de las fluctuaciones monetarias.
puesto por el Estado resultaba una regla lógica y
de consecuencias justas, aun en el supuesto de En virtud de estas cláusulas, “los contratantes
alteraciones tolerables” (10). aseguran la justa equivalencia en el intercam-
bio de sus prestaciones, lo que trae consigo una
Con arreglo al nominalismo, las deudas se de- alteración en la cantidad de numerario a satis-
ben satisfacer “peso por peso”, cualquiera sea la facer; cantidad que en definitiva quedará su-
variación que haya experimentado el valor de la
moneda entre el momento en que la deuda es (11) PADILLA, Rodrigo y AGÜERO, Mariana, “A
contraída y el de su efectivo pago. Como apunta propósito de los planes de ahorro y la distinción entre las
Puig Brutau, “el nominalismo se funda en parte obligaciones de dar sumas de dinero y las obligaciones de
en una ficción: que el valor jurídico y económi- valor”, AR/DOC/1672/2017.
co coinciden, o sea que la igualdad nominal es (12) FERRERES, Orlando, “La inflación en la Argen-
al mismo tiempo una igualdad real; pero se fun- tina: período 1810-2014” (Fuente: diario La Nación del
da en ella a pesar de todo, por entenderse que lo 24-06-2015) Promedio anual: guerras de la indepen-
normal será que tal ficción no pase un cierto lí- dencia-1810/1820: 2,8%; caudillos y Rosas-1821/1852:
mite, excedido el cual ya no podrá servir de base 3,2%; organización nacional-1853/1979: 2,3%; la
república conservadora-1880/1915: 1,6%; reforma
para ninguna solución jurídica. Y de ahí que electoral y etapa radical-1916/1930: 1,4%; golpes de
cuando por virtud del curso económico se tor- Estado y fraude-1931/1944: 0,3%; primera etapa per-
onista-1945/1955: 19,1 %; golpes de Estado y gobier-
(9) CAZEAUX, Pedro N. y TRIGO REPRESAS, Félix A., nos civiles-1956/1972: 28,8%; segunda etapa peronis-
“Derecho de las obligaciones”, La Ley, 4ª ed. aumentada y ta-1973/1975: 77,9 %; proceso militar-1976/1983: 191,3%;
actualizada por José M. Cazeaux, t. II, p. 215. Alfonsín-1984/1989: 471,3%; menemismo-1990/1999:
58,2%; De La Rua-Duhalde-2000/2003: 9%; kirchneris-
(10) HERNANDEZ GIL, Antonio, ob. cit., p. 346. mo-2004/2014: 19,2%.

110 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

bordinada al poder adquisitivo que la moneda dos productos, como, por ejemplo, algún tipo de
de pago tenga al tiempo del cumplimiento de la cereal —generalmente el trigo—, o a algún tipo
obligación” (13). de servicios (los sueldos del peón industrial o de
la construcción) en que el pago seguía siendo la
Este tipo de medidas convencionales fueron moneda de curso legal, pero no se estimaba en
llamadas por gran parte de la doctrina “cláusu- función de su valor nominal, sino computada
las de estabilización” o “cláusulas de garantía con relación al punto de referencia que se adop-
contra la depreciación y desvalorización del di- tara.
nero”.
Todos estos tipos de previsiones —al ser vio-
Las más utilizadas en nuestro país fueron latorias del principio nominalista— fueron en
las “cláusulas oro”, definidas por Nussbaum un primer momento impugnadas. Sin embargo,
como “el pacto en virtud del cual el deudor ha con el tiempo, fueron aceptadas y su utilización
de pagar en oro, o en valor oro, el importe de se generalizó.
la deuda” (14). Se denominan específicamen-
te “cláusula moneda de oro” o “cláusula valor Más aún, cuando las partes nada hubieran
oro”. La primera se configura cuando el deudor pactado en torno a este tópico, los jueces, a tra-
se obliga a pagar determinadas monedas de oro vés de sus decisorios, también empezaron a va-
o una cantidad de oro fino. La segunda, en cam- riar los montos reclamados en los juicios. En
bio, consiste en entregar billetes o moneda de un primer momento lo hicieron en los casos en
curso legal por el valor que posee la moneda de los que se verificaba la mora del deudor, ya que
oro o cierta cantidad de oro fino. consideraban la pérdida del valor de la moneda
como un rubro resarcible en concepto de daños.
Desde antaño, la otra forma de evadir los Posteriormente, esta actualización fue extendi-
principios del nominalismo fue la cláusula me- da a todas las deudas, se encontraran estas en
diante la cual las partes convenían que la deu- mora o no (16).
da fuera abonada en una moneda extranjera
determinada. Según Banchio —aun cuando su Sin embargo, y a falta de soluciones legisla-
obra fue publicada hace ya más de 40 años, re- tivas concretas que proveyeran el fundamento
sulta totalmente aplicable al contexto actual—, positivo para que los jueces pudieran apartarse
“la cláusula de pago en moneda extranjera es de de las reglas del nominalismo, se dio paso a la
eficacia relativa, toda vez que el acreedor queda difusión de una de las herramientas o institutos
siempre expuesto a la depreciación de la mone- más preponderantes en la lucha contra las in-
da estipulada, sin perjuicio de que si se hubie- justicias que provocaba las marcadas oscilacio-
re convenido el pago en moneda nacional, su nes en el poder adquisitivo de la moneda.
suerte se torna más problemática todavía si se
efectúa la conversión al tipo de cambio oficial, III. Las obligaciones de valor. Orígenes de
generalmente más favorable para el deudor que las figuras y sus diferencias con las obligacio-
la cotización en el mercado libre” (15). nes dinerarias

Sumado a ellas, se recurrió habitualmente Nos referimos de esta manera a las obliga-
a la cláusula índice escala móvil, en la cual, a ciones de valor, construcción o creación doc-
diferencia de lo que acontecía con las disposi- trinaria que se erigió en el instrumento más
ciones anteriormente especificadas, las partes difundido, aun con anterioridad a la admisión
estabilizaban sus prestaciones atándolas a un de la actualización mediante índices.
standard determinado. Se recurrió así a los ín-
dices que reflejaban la variación de determina- La noción antes referida posee su génesis en
la doctrina alemana, y su mayor exponente fue
(13) BANCHIO, Enrique C., ob. cit., p. 84. Arthur Nussbaum, quien llamó a las obligacio-
(14) NUSSBAUM, Arthur, “Teoría jurídica del dinero”,
traducción de Luis Sancho Seral, Madrid 1929, p. 263. (16) Conf. MARQUEZ, José F., “Las obligaciones de
dar sumas de dinero en el Código Civil y Comercial”, AR/
(15) BANCHIO, Enrique C., ob. cit., p. 86. DOC/684/2015.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 111


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

nes de valor “wertschuld” en su obra Teoría ju- cipio nominalista no podría concebirse la deu-
rídica del dinero, refiriéndose, por su parte, a da de cantidad en sentido estricto”.
aquellas con el nombre de adaptable debt en la
obra desarrollada en Estados Unidos (17). En estas obligaciones dinerarias, la prestación
—desde el nacimiento y durante todo el curso
Por su parte, en Italia, el máximo exponente de su existencia— es una cantidad o quantum
de esta teoría fue Ascarelli, donde este y el res- y el dinero constituye el objeto inmediato de la
to de los autores de su nacionalidad se refieren obligación, actuando tanto in obligatione como
a estas obligaciones con la expresión debito di in solutione (19).
valore (18).
En cambio, en las obligaciones de valor, la
En estos países se habían gestado estudios de prestación no está integrada como en aquellas
experiencias económicas, producidas por las por dinero. El objeto de la prestación es total-
depreciaciones monetarias, especialmente en mente diferente en las obligaciones de valor, ya
el período posterior a la Primera Guerra Mun- que, como bien lo explica Trigo Represas: “la
dial, lo cual fue de mucha utilidad para esta re- moneda no constituye en rigor el objeto de la
gión, en virtud de que esos países europeos no deuda, sino que solo sirve de medio para res-
poseían legislaciones muy diversas a la nuestra. taurar en el patrimonio del acreedor un valor
o utilidad comprometido por el deudor: valor
La construcción doctrinaria partió de realizar
abstracto a ser determinado en algún momen-
un distingo entre las obligaciones de dinero y
to en una suma de dinero, pero que hasta tan-
las obligaciones de valor.
to ello ocurra no habrá de ser afectado por las
Así, y conforme a esta teoría, la regla del valor oscilaciones del poder adquisitivo de la mone-
nominal por medio de la cual se entrega exacta- da” (20).
mente la misma cantidad de dinero prevista en Esta distinción conceptual entre ambos tipos
la obligación (con independencia del plazo o el de obligaciones ha sido didácticamente explica-
tiempo que hubiera transcurrido) rige solo para da por Atilio A. Alterini, quien, además de sos-
las deudas dinerarias, quedando en consecuen- tener que la diferencia radica en el objeto de las
cia excluidas de su vigencia los supuestos com- prestaciones debidas, concluye, al igual que los
prendidos en la otra categoría. autores anteriormente citados, que las férreas
reglas del nominalismo solo rigen en las obliga-
Resulta fundamental para esta construcción ciones de dar sumas de dinero.
realizar una perfecta delimitación entre lo que
se considera una obligación eminentemente di- Ahondado aún más en el tema, explica que
neraria y lo que reviste el carácter de obligación “obligación dineraria” lo que se debe es un
de valor. quantum (una cantidad), y que el dinero cons-
tituye el objeto inmediato de la obligación, ac-
Según Banchio, la característica fundamental tuando tanto in obligatione como in solutione:
de la deuda de dinero, también llamada deuda se adeudan X pesos y se paga, precisamente, la
pecuniaria, es que “el objeto de su prestación suma que se debe, configurándose así el cum-
debe estar siempre constituido por una can- plimiento de la prestación que hace al objeto de
tidad o suma de dinero expresada numérica- la obligación de darlos. En tanto que, en la “obli-
mente, con referencia a la unidad de un sistema gación de valor”, lo adeudado es un quid, un va-
monetario determinado. Su concepto descansa lor abstracto o una utilidad que, sin embargo,
sobre el valor nominal del signo escogido como deben ser referidos necesariamente, en térmi-
unidad, a punto tal que sin la vigencia del prin- nos comparativos, a una porción de bienes; por

(17) NUSSBAUM, Arthur, “Derecho monetario nacio- (19) TRIGO REPRESAS, Félix A. “Orden público en el
nal e internacional”, Buenos Aires, 1954, trad. y notas de derecho de las obligaciones”, AR/DOC/4008/2015.
Alberto D. Schoo.
(20) TRIGO REPRESAS, Félix A., “Obligaciones de
(18) ASCARELLI, Tulio, “Il debiti di valore”, en Saggi dinero y depreciación monetaria”, Platense, La Plata,
giuridici, Milán, 1949, p. 373 y ss. 1978, 2ª ed., p. 64 y ss.

112 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

lo que si, verbigracia, lo debido fuese el valor X, será una suma de dinero propiamente dicha,
el acreedor tendría la expectativa de que se le sino ese “quid” o “valor” susceptible de ser de-
entregue lo necesario para adquirirlo en el mer- terminado en el momento del pago, mediante
cado o para conservar igual aptitud patrimonial el cual su hijo pueda ver satisfechas todas esas
que si tuviera en su poder ese valor X; y, como la necesidades que engloban el deber alimentario
moneda es el común denominador de todos los del progenitor. En este último supuesto, el dine-
valores, el valor X también habrá de ser cuan- ro no es el objeto inmediato, sino solo el medio
tificado en dinero, sea mediante un acuerdo de necesario para hacer efectivo el cumplimiento.
partes que liquide la deuda o por medio de una
sentencia judicial. Solo que, en razón de adeu- IV. Primeras manifestaciones de la figura en
darse un quid o valor abstracto, el dinero habrá la jurisprudencia argentina
de jugar únicamente en el pago (in solutione),
pero no constituirá el objeto de la obligación, no Sin perjuicio de que se realizará un análisis de
estará in obligatione; vale decir, se pagará dine- los supuestos de obligaciones de valor más pa-
ro, pero no porque sea lo debido, sino como un radigmáticos o representativos del instituto, es
mero mecanismo para liquidar la “deuda de va- la reparación de daños provenientes de hechos
lor” (21). ilícitos el tópico al cual muy frecuentemente se
recurre para establecer esta diferencia entre los
Este análisis nos permite sostener que, como dos tipos de obligaciones.
en las obligaciones de dar sumas de dinero el
objeto es la moneda misma y en la cantidad Fue en esta materia en donde algunos halla-
originalmente pactada, no es necesario ningún ron el origen de las obligaciones de valor; más
tipo de determinación o liquidación previa; se precisamente en un paradigmático fallo dictado
debe un peso y se paga exactamente esa misma en la ciudad de La Plata el día 1° de abril de 1952,
cantidad nominal. A diferencia de ello, en las en los autos caratulados “Delgado Consuelo c/
obligaciones de valor, antes del cumplimiento Martegani Luis H.” (22).
de aquellas, deberá necesariamente realizarse
una estimación o liquidación dineraria de ese En este precedente, la señora Consuelo Del-
quid, cuyo monto definitivo deberá adecuarse gado reclamaba una indemnización por da-
al poder adquisitivo que la moneda tenga en el ños, provocada por las lesiones padecidas
momento de la extinción. como consecuencia del impacto generado
por el camión conducido por el Sr. Martega-
Surge patente u obvia la diferencia entre am- ni. Más allá de la extensión de la indemniza-
bos tipos de obligaciones, en donde el denomi- ción que repararía los daños sufridos en sus
nador común lo constituye el dinero en cuanto miembros inferiores, su clavícula y su cara, re-
medio necesario u óptimo para efectivizar su sulta muy valioso el criterio adoptado por uno
cumplimiento. Piénsese, por ejemplo, en un tí- de los camaristas intervinientes, el Dr. Simón
pico mutuo dinerario en el que el deudor se P. Safontás, quien —con el objeto de no men-
obliga a pagar la suma de mil pesos; en contra- guar el poder adquisitivo de la actora— sostu-
posición con el padre que debe alimentos a su vo lo siguiente: “En virtud de la desvalorización
hijo menor de edad para cubrir sus necesida- monetaria, en las obligaciones de valor, como
des básicas (educación vestimenta, salud, etc.). son las generadas en los hechos ilícitos, debe
En la primera de ellas, el deudor entregará al establecerse el monto de la indemnización en
acreedor el dinero que constituye el objeto mis- relación con la fecha de la última sentencia,
mo de la prestación, exactamente en la misma conforme al principio de la reparación plena,
cantidad a que se hubiera obligado; a pesar del al que no se opone el principio nominalista”.
transcurso del tiempo y sin necesidad de de-
terminación previa alguna, con el solo e insufi- Si bien el accidente había ocurrido el 19 de
ciente agregado de los intereses; en cambio, en noviembre de 1947, el monto necesario para
la segunda, lo que el padre le debe a su hijo no cubrir todas y cada una de las incapacidades o
erogaciones que debió afrontar la accionante,
(21) ALTERINI, Atilio A., “Improcedencia del reajuste
de las deudas dinerarias”, JA 29-1975, p. 674, núms. 3 a 5. (22) Sentencia del 15/41952, en LA LEY, 66-659.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 113


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

fue determinado conforme al valor necesa- doctrinaria elaborada con el objeto de sustraer
rio para cubrir dichas necesidades al momen- las obligaciones de dinero de los rigurosos prin-
to del dictado de la sentencia, acaecido cinco cipios del nominalismo.
años después.
Trigo Represas, en su obra Problemática ju-
Este criterio fue reiterado en fallos posterio- rídica en torno a la depreciación monetaria, ha
res dictados por el mismo tribunal, en los que el sostenido que este distingo “solo ha constituido
Dr. Safontás, en su carácter de presidente de la un recurso de técnica jurídica al que ocurrie-
cámara de apelaciones, opinó lo siguiente: “Por ron la doctrina y la jurisprudencia, para procu-
lo demás es del caso señalar que se está en pre- rar eludir o paliar las injusticias emergentes de
sencia de una deuda de valor, en la que no rige la estricta aplicación del principio nominalista
la limitación del art. 619 del Código Civil. Como en épocas de notoria depreciación monetaria o
los sostiene SALAS la obligación de indemnizar de dicho de otra manera, de un standard, ins-
se encuentra constituida por un valor abstracto, trumento o herramienta utilizado para acordar
y no por una suma de dinero, aunque en defini- compensaciones en mérito a la desvalorización
tiva, para su cumplimiento deba transformarse operada en nuestra moneda” (24).
en ésta mediante el procedimiento de la liquida-
ción; por lo que dicho valor permanece idéntico Este autor, siguiendo asimismo una observa-
a sí mismo, con prescindencia de la moneda que ción realizada por Moisset de Espanés, se perca-
en su oportunidad le servirá de medida” (23). ta de que esta diferenciación sería forzada por la
doctrina en épocas altamente inflacionarias, ya
Este tipo de decisiones fue ganando influen- que en situaciones de normalidad económica
cia en los distintos tribunales de nuestro país, nadie había acudido a dicho distingo.
imponiéndose el concepto de las obligaciones
de valor como una categoría diferente y autó- Enrolada en la misma posición, Kemelmajer
noma respecto de las obligaciones de dinero, de Carlucci considera que la diferenciación en-
en donde la primera de ellas no resultaba con- tre las obligaciones de dinero y las de valor no
tradecir los principios del nominalismo previs- es ontológica, pues, si la diferenciación radica-
to en el anterior art. 619 del código velezano. ra en el objeto de ambas obligaciones, no existi-
Lo que en una primera etapa parecía solo cir- rían posturas tan antagónicas o disímiles frente
cunscribirse a la indemnización de los daños a las mismas circunstancias. Para ello recurre al
provocados por hechos ilícitos fue posterior- ejemplo del reintegro de gastos abonados por
mente abarcando otros espectros e hipótesis, la propia víctima de un hecho ilícito que da lu-
achicando o reduciendo de esta manera el nú- gar a un reclamo de daños; o el caso del asegu-
mero de obligacionesque se consideraban pu- rador que paga con subrogación y luego ejerce
ramente dinerarias. la acción de repetición contra el civilmente res-
ponsable. En ambos casos —y ante los mismos
V. Las dos corrientes doctrinarias frente a supuestos—, se ha fallado contradictoriamen-
las obligaciones de valor te, considerándose una misma situación fáctica
como obligación dineraria, mientras que, para
Esta posición, que se consolidaba cada vez otros, como un clásico paradigma de obligacio-
más mediante las sentencias o precedentes nes de valor (25).
como los indicados en el punto anterior, no fue
una corriente unánime o complacientemente Esta autora afirma que la teoría de la distin-
receptada por toda la doctrina de nuestro país. ción entre deudas pecuniarias y de valor “lleva
a resultados notoriamente inequitativos y que
Prestigiosos autores consideraron que la dis-
tinción entre obligaciones dinerarias y de valor (24) TRIGO REPRESAS, Félix A, “Problemática Jurídica
no responde a una diferencia ontológica entre en torno a la depreciación monetaria”, ED 71-701 y ss. N°
ellas sino a una mera alusión o construcción V.
(25) KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, «Deudas pe-
(23) Cámara 1° Civil y Comercial, La Plata, sala 3°, cuniarias y de valor: hacia una jurisprudencia de valor-
“Cravero c/Maluenda”, 19/4/1960, JA 1960-V-235. aciones», JA, N°4965, octubre 27-976, ps. 18 y ss.

114 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

contrarían la lógica de nuestro hombre medio. equitativos, profundizan una diferencia de tra-
En efecto, en una misma relación jurídica pue- tos patente que no podrá convalidarse (28).
de nacer una deuda de dinero y una deuda de
valor y así, por ejemplo, la deuda del compra- Ossola también se enrola en esta postura y
dor que no paga en término está sometida a la afirma que la distinción entre las obligaciones
más rigurosa regla del nominalismo, en tanto de dinero y las obligaciones de valor no existe.
que la del vendedor es siempre una deuda de Tal diferenciación carece de bases ontológicas.
valor” (26). Según esta postura, tales situacio- Hace una salvedad en este aspecto y considera
nes configurarían un claro supuesto de viola- como único tópico específico —digno de ser di-
ción de la doctrina emanada del art. 16 de la ferenciado— el supuesto del daño moral. Según
Constitución Nacional (principio de igualdad este autor: “El dinero no es un fin en sí mismo,
ante la ley), en cuanto se puede llegar a excluir sino un instrumento que sirve como medida de
a algunos acreedores de lo concedido a otros valor de los restantes bienes; y exista o no un va-
en parecidas circunstancias (27). lor directo de referencia (lo hay en la compra-
venta —la cosa vendida—, y no lo hay en un
Por su parte, Borda, partidario de la igual- préstamo de dinero), su esencia no varía. Ante
dad ontológica, ha vertido una opinión muy ello, cabría afirmar que toda obligación de dar
dura o extremista contra el distingo entre am- dinero, es a la vez de valor” (29). El único caso
bos tipos de obligaciones. La consideró direc- que este jurista ha conceptualizado como ver-
tamente un evidente error de los jueces y de la dadera obligación de valor es el daño moral,
doctrina, a quienes acusa de repetir preceptos pues “al tiempo del nacimiento de la obligación
sin hacer el debido análisis previo y exponien- no existe manera alguna de establecer su quan-
do criterios que muchos han admitido como tum, siendo indispensable e ineludible una ope-
verdad apriorística. ración posterior para cuantificarla, a cuyo fin
debe tomarse el valor real y actual de la presta-
Para fundar esta crítica a la corriente que pre- ción en dicho momento, o en el tiempo que dis-
vé que solo las obligaciones de valor son suscep- pongan las leyes”.
tibles de ser revaluadas, recurrió a un ejemplo
en el cual pretende demarcar la antijuricidad En contraposición a lo sostenido por esta ver-
de la solución. Ahonda, de esta manera, en el tiente, autores destacadísimos de nuestro país
supuesto del contrato de compraventa de in- han pregonado que la diferencia entre las obli-
muebles, y explica: “el vendedor promete una gaciones de valor y las obligaciones dinerarias
cosa: el inmueble. Es una deuda de valor. Y si no radica, nada más y nada menos, en el objeto de
cumple deberá pagar la indemnización que le estas. Para ellos, la diferencia es ontológica y no
permita al comprador adquirir una propiedad responde a una mera necesidad de creación au-
equivalente, teniendo en cuenta los valores co- toral destinada a sustraer el vínculo obligacional
rrientes al momento de la sentencia. Es decir se de los principios del nominalismo.
computa la desvalorización monetaria. El com- Tenemos así la visión de Llambías, para quien
prador, en cambio, asume una deuda de dinero. la distinción entre ambos tipos de obligaciones
Y si no paga, será demandado y al cabo de va- resulta fundamental. La deuda de dinero des-
rios años tendrá que pagar la misma suma, con de su origen tiene por objeto la entrega de una
el solo y muy insuficiente agregado de los inte- suma de dinero, considerando este como la mo-
reses. Este tratamiento es contrario a la equidad neda autorizada por el Estado. Esta es insensible
que debe reinar en los contratos”. a las oscilaciones del poder adquisitivo, debien-
do satisfacerse con la misma cantidad de ella fi-
Pone de relieve el autor la injusticia que impli-
ca resolver una situación generada por la misma
relación jurídica, con criterios que, lejos de ser (28) BORDA, Guillermo A., “Las deudas de dinero y la
desvalorización monetaria”, LA LEY 1975-C, 794.

(26) KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, ob. cit. (29) OSSOLA, Federico A., “Derecho civil y comercial.
Obligaciones”, dirigido por Graciela Medina, Julio C. Ri-
(27) CS, “Valdez c. Gobierno Nacional”, 23/09/1976, ED vera, 1° ed., Buenos Aires, Ed. Abeledo Perrot, 2017, pto.
69-189. 133.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 115


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

jada originalmente, salvo previsión contractual ciarse de un testamento o —una obligación de


en contrario. En cambio, y haciendo hincapié dinero, de una de valor— en cuanto a su “ser de
en la diferencia sustancial del objeto del vínculo razón”. Ante ello, “es absolutamente intrascen-
obligacional, expresa que “en las deudas de va- dente que se discrepe sobre si cierta obligación
lor se toma en cuenta tales variaciones, porque es dineraria o de valor, porque solo se trata de
en ella el objeto debido es una utilidad a que el encasillarla conforme a su ser de razón, y asig-
acreedor tiene derecho, la cual ha de medirse narle en consecuencia, las virtualidades propias
en los términos monetarios que correspondan del encasillamiento respectivo” (32).
al momento de la liquidación de la deuda. La
cuestión es saber cuánto vale, en dinero cierto Es contundente la conclusión a la cual arriba
bien del que ha sido privado el acreedor: ese va- Atilio A. Alterini en su obra Improcedencia del
lor estará dado por la comparación que se haga reajuste de las deudas dinerarias. En esta publi-
con la moneda nacional, al tiempo de la liqui- cación alude sin tapujos a que la diferencia de
dación que se practique de la deuda, por con- las obligaciones de valor y las obligaciones di-
trato o por sentencia. Solo después de efectuada nerarias es ontológica, pues difieren en el ob-
y consentida esa liquidación queda cristalizado jeto debido. Explica que en las obligaciones de
el objeto debido y resulta convertida la deuda de valor lo que se debe es un “quid”, es decir, un
valor en deuda de dinero” (30). valor abstracto o una utilidad referidos necesa-
riamente, en términos comparativos, a una por-
Para Atilio A. Alterini, Ameal y López Cabana, ción o masa de bienes.
es el objeto lo que diferencia a ambos tipos de
obligaciones. Queda claro tal distingo en cuanto Si bien el acreedor de una obligación de dar
que, en las deudas de valor, lo que se debe per- sumas de dinero también puede pensar en re-
mitir al acreedor es la adquisición de ciertos bie- cibir un valor, esa finalidad individual es irre-
nes “recayendo de esa manera sobre un quid (o levante. En este caso, como el dinero es el real
sea determinado bien o interés del acreedor) an- objeto de la prestación “aunque el acreedor de
tes bien que sobre un quantum (una cantidad de una suma de dinero apetezca en realidad, el va-
dinero). Concordantemente se sostiene que, en lor de ese dinero —o sea la potencia adquisitiva
tanto la deuda dineraria, el dinero es el objeto in- histórica que tenía al tiempo de nacer la obli-
mediato de la obligación, su componente especí- gación—, la prestación que se le debe es úni-
fico, en la deuda de valor el dinero aparece solo camente la entrega de aquella suma rígida de
como sustitutivo de la prestación dirigida a pro- circulante, pues en las deudas dinerarias este
porcionar bienes con valor intrínseco” (31). valor está legalmente determinado conforme al
patrón monetario; son distintos el motivo eco-
En forma expresa estos autores hacen alusión nómico del acreedor y el objeto de la obliga-
a que la deuda de valor se diferencia de la di- ción, ya que la peculiaridad del dinero consiste
neraria con una diversidad que ha sido deno- en que se prescinde en él de toda consideración
minada (entre otros por Llambías, Bustamente individual relativa al valor real” (33).
Alsina, Salas, Cazeaux-Tejerina, Risolía) una
diversidad ontológica. Y es importante hacer Bustamante Alsina también es partidario de la
hincapié en este distingo ontológico, que no se diferencia ontológica entre ambos tipos de obli-
refieren a un “ser real”, sino a un ser “de razón”, gaciones. Considera que existe una antinomia
es decir, a una construcción o caracterización esencial entre ambas deudas, que permite efec-
jurídica, propia del mundo de la cultura. Citan tuar un análisis científico de la diferente estruc-
así que, mientras la vaca se diferencia de la mag- tura del vínculo.
nolia en cuanto a su ser real (propio del mundo
de la naturaleza), un contrato puede diferen- En la deuda de dinero, el objeto de la pres-
tación está constituido por la suma deter-
(30) LLAMBIAS, Jorge J., “Tratado de derecho civil. Ob-
ligaciones”, t. 2, ps. 178, 179. (32) ALTERINI, Atilio A., AMEAL, Oscar J., LOPEZ CA-
BANA, Roberto M., ob. cit., ps. 467,468, N° 1118.
(31) ALTERINI, Atilio A., AMEAL, Oscar J., LOPEZ CA-
BANA, Roberto M., “Derecho de las obligaciones civiles y (33) ALTERINI, Atilio A., “Improcedencia del reajuste
comerciales”, Abeledo Perrot, p. 466, N° 1117. de las deudas dinerarias”, JA del 01/10/1975.

116 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

minada numéricamente en el origen de la de pago, sino como una medida de valor de los
obligación, en las obligaciones de valor, “el obje- bienes concretos que el acreedor deberá adqui-
to de la prestación está constituido por un valor rir con ese dinero para restablecer el desequili-
que corresponde a una expectativa o pretensión brio patrimonial que le ha ocasionado el daño
patrimonial del acreedor que persigue restable- sufrido.
cer, por ejemplo, el equilibrio de su patrimonio
alterado por un daño causado a sus bienes (in- Si bien en forma general todos los daños
demnización) o incorporar una ventaja o be- acaecidos revestían el carácter aludido, fue la
neficio que corresponde al trabajo profesional hipótesis en que el acreedor de la reparación
generador de esa ganancia (honorario)” (34). desembolsaba de su propio peculio las eroga-
ciones necesarias para paliar las dolencias pro-
Fue muy particular su visión, debido a que venientes del infortunio la que mayores dudas
consideró que en las obligaciones de dar sumas generó. En un primer momento se consideró
de dinero también podía arribarse a una actua- que los montos así abonados no revestían el ca-
lización de la deuda, pero no so pretexto de eli- rácter de una obligación de valor, sino que se
minar esta diferencia ontológica entre ambas trataría de una deuda puramente pecuniaria a
tipologías, sino por el hecho de que, cuando la la cual habría que aplicar el principio del valor
deuda de dinero no se cumple por causas im- nominal y no del valor corriente de la mone-
putables al deudor, entramos en el campo de la da (36).
responsabilidad por los perjuicios acarreados
al acreedor con esta conducta; supuesto que, Sin embargo, la doctrina poco a poco fue im-
como veremos en el punto siguiente, ha sido poniendo determinados criterios que derivaron
conceptualizado como una típica obligación de en una postura contradictoria de aquella tesis;
valor susceptible de ser readecuada hasta el mo- la cual finalmente fue consagrada en las Jorna-
mento del efectivo pago. das Nacionales de Derecho del año 1964, cele-
bradas en la ciudad de San Nicolás, donde se
VI. Diversos supuestos de obligaciones de concluyó que —aun en los casos en que la pro-
valor pia víctima hubiera realizado el desembolso de
la reparación—, el resarcimiento del daño ex-
Desde hace muchos años, tanto la doctrina tracontractual “consistirá en la reposición de las
como la jurisprudencia fueron determinando cosas a su estado anterior”.
o delineando los parámetros a tener en cuenta
para conceptuar una determinada obligación La jurisprudencia también se encargó de sen-
como de valor. Sin ánimo de realizar un detalle tar el mismo criterio. En el caso “Rodríguez c/
sobre todas y cada una de ellas, se efectuará un Witry” (37), la Suprema Corte de la Provincia
breve análisis de aquellos supuestos más em- de Buenos Aires determinó que era indiferente
blemáticos. que la víctima del accidente hubiera hecho fren-
te al pago de los daños, pues, aun en ese caso,
VI.1. Indemnización de daños trata de una deuda de valor y debe aplicarse el
principio del valor corriente. Corroboró la mis-
Históricamente, y casi en forma unánime, se ma tendencia nuestra Corte Suprema Nacional
consideró la indemnización por daños deriva- cuando sostuvo: “Resulta ajustado a toda lógica
dos de la comisión de un hecho ilícito como una y al correcto juego de la equidad y al principio
típica obligación de valor. Conforme lo sostu- de igualdad, considerar que el pago en efectivo
vo Bohemer (35), la moneda que se entrega en de los daños resultantes de un siniestro por par-
pago en el momento de reparar los daños sopor- te de la víctima no puede servir para mejorar la
tados por los demandantes no lo es como medio suerte del culpable, liberándolo del incremen-
to indemnizatorio por depreciación moneta-
(34) BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Indexación de
deudas de dinero”, LA LEY 1975-D, 584. (36) CASIELLO, Juan J., “La deuda de valor”, LA LEY,
104-965.
(35) BOHEMER, Gustav, “El Derecho a través de la
jurisprudencia”, trad. De José Puig Brutau, Bosch, Barce- (37) SC Buenos Aires, “Rodríguez c/Witry”, LA LEY,
lona, 1959, p. 528 y ss. 112-689.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 117


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

ria, que hubiese sido procedente de no haberse dad de La Plata y otro s/daños y perjuicios” (40),
operado dicho pago. De lo contrario cuanto más en la que, además de reforzar los considerandos
grave fuese el daño e indispensable su repara- del fallo Ontiveros, en cuanto al pleno reconoci-
ción urgente (lesiones corporales, arreglos de miento del derecho constitucional a una repara-
vehículos para permitir su rápida utilización y ción plena, dejó sentadas la preeminencia que
el cese del lucro cesante, etc.), más aliviado de poseen las obligaciones de valor y su total rela-
sus obligaciones se vería el deudor con el con- ción con un principio fundamental como es el
siguiente empeoramiento de la condición del principio del “realismo económico”.
acreedor” (38).
La Suprema Corte a través de esta sentencia
Esta sigue siendo la tendencia actual en mate- explicó: “en nuestro derecho rige desde hace
ria jurisprudencial en lo que versa sobre la con- muchos años la distinción entre deudas de di-
ceptualización de la reparación de daño como nero y deudas de valor, categoría esta última
un ejemplo típico de obligación de valor. Crite- que fue regulada expresamente en el art. 772 del
rio que se halló reforzado con la consagración Cód. Civ. y Com. La idea de la cuantificación de
del principio de la reparación plena en los arts. un valor deba referir al “valor real al momento
1740 y 1746 de nuestro Cód. Civ. y Com., que que corresponda tomar en cuenta para la eva-
condensan parámetros ampliamente pregona- luación de la deuda, implica la adopción del
dos por la mayor parte de la doctrina y de la ju- criterio del realismo económico, sobre el cual
risprudencia. existe una amplia línea jurisprudencial de la
Corte Suprema de la Nación”.
Con sustento en estos conceptos, nuestra
Corte Suprema de la Nación, en los autos “On- Previendo en este caso que habían pasado
tiveros”, terminó de sellar esta línea de inter- más de quince años desde la fecha de acaeci-
miento del accidente objeto de la acción, la Cor-
pretación al disponer que “el derecho a una
te se apartó de las férreas fórmulas destinadas
reparación integral de la persona en su aspec-
a cuantificar el daño. Consideró de esta manera
to físico, psíquico y moral, y el derecho a la vida
que la naturaleza del crédito resarcitorio es de
que enlaza a los dos primeros, se encuentran re-
valor y no de dinero, y dispuso una extensión de
conocidos en el plexo convencional incorpora-
la indemnización que le provea a la víctima ob-
do al art. 75 inc. 22 de la CN. Tales prerrogativas
tener una reparación plena acorde con el princi-
no pueden satisfacerse si el resarcimiento que pio de la realidad económica.
se reconoce a la víctima producto de la utiliza-
ción de facultades discrecionales de los jueces VI.2. Alimentos
resulta en valores insignificantes con relación
a la entidad del daño resarcible... La expresión La prestación alimentaria que los padres se
“reparación integral” responde al imperativo hallan obligados a suministrar a sus hijos ha
constitucional de la reparación del daño que no sido históricamente considerada como un pa-
es otro que restituir con la modalidad y ampli- radigma de obligación de valor. Es que el ob-
tud que establece el ordenamiento, la situación jeto de aquella no se halla constituido por el
del damnificado al estado anterior al hecho da- dinero necesario para adquirirlos, sino por los
ñoso” (39). distintos componentes que la obligación ali-
mentaria implica afrontar, tales como la comi-
Por la misma senda, y aún con mayor actua- da, los libros del colegio, la ropa, los remedios,
lidad, la Suprema Corte de la Provincia de Bue- entradas para el cine, etc. Por tratarse de un va-
nos Aires, el día 22 de junio de 2020, dictó una lor, debe ser tenido en cuenta el precio actual
sentencia en los autos “A., D. A. c. Municipali- de esos bienes (41).

(38) CS, “Provincia de Buenos Aires c/Bernat”, ED 60- (40) SC Bueno Aires, “A., D. A. c/Municipalidad de La
485. Plata y Otro s/Daños y Perjuicios”, AR/JUR/21354/2020.
(39) CS, “Ontiveros Stella Maris c/Prevención ART S.A. (41) ALTERINI, Atilio A., AMEAL, Oscar J., LOPEZ CA-
y Otros s/Accidente, inc, y cas.”, 10/08/2017. BANA, Roberto M., ob. cit., p. 475, N°1129.

118 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

El carácter atribuido a la obligación alimen- representativo de dicho valor variará necesaria-


taria como deuda de valor ha sido reafirmado mente con la fluctuación de la moneda” (42).
por el art 372 del Código Civil al expresar: “La
prestación de alimentos comprende lo necesa- Si bien la jurisprudencia fue prácticamente
rio para la subsistencia, habitación y vestuario unánime en torno a la conceptualización de la
prestación alimentaria como obligación de va-
del que lo recibe...”. Igual tesitura ha adoptado
lor, generó alguna duda un precedente dictado
nuestra actual codificación, toda vez que el Cód. por nuestro máximo tribunal de justicia de la
Civ. y Com. dispone en su art. 541: “Contenido nación, cuando en el año 1993 sostuvo que era
de la obligación alimentaria. La prestación de indiferente que una obligación fuera considera-
alimentos comprende lo necesario para la sub- da de dinero o de valor, ante la expresa prohibi-
sistencia, habitación, vestuario, y asistencia mé- ción de proceder a todo tipo de actualizaciones
dica, correspondientes a la condición del que la en virtud de lo normado por la ley 23.928. Ex-
recibe, en la medida de sus necesidades y de las plicó que “la deuda cualquiera sea su naturaleza
posibilidades económicas del alimentante. Si —de dinero o de valor—, queda normalmente
el alimentado es una persona menor de edad, traducida en una entrega de dinero y, a partir de
comprende, además, lo necesario para la edu- ello, rige sin excepción la prohibición estableci-
cación”. da en la ley 23.928 (43).

Nótese de esta manera que en ninguno de los Esta sentencia mereció el reproche de Bellus-
cio, quien refutó la decisión anteriormente cita-
preceptos que versan sobre este tema en par-
da, con los siguientes argumentos: “...la deuda
ticular se hace referencia al concepto de suma alimentaria haya sido fijada en la obligación de
de dinero. Contrariamente a ello, en ambas nor- dar una suma de dinero, no por ello perderá su
mas se recurre a la noción del “valor necesario” carácter de deuda de valor y se transformará en
para poder adquirir todo aquello que cubra las una deuda de dinero, porque la obligación de
necesidades básicas del alimentado. prestar alimentos establecida en los diversos ar-
tículos del Cód. Civ. que la contemplan, no hace
La prestación alimentaria es, por ende, una tí- referencia a deuda dineraria alguna. Es que, las
pica obligación de valor, susceptible de ser ac- deudas nacen con una determinada naturaleza
tualizada, modificada y readecuada todas las —de valor o de dinero— y conservan esa misma
veces que sea necesario para que el alimentado naturaleza hasta su extinción” (44).
pueda acceder al pleno goce de sus necesidades
más elementales. Esta naturaleza que le impri- En la actualidad, es pacífica la doctrina que
me la propia ley es el motivo por el cual las deci- determina que, al no ser las prestaciones ali-
mentarias obligaciones de dar sumas de dine-
siones o sentencias judiciales que versan sobre
ro, pueden ser perfectamente actualizables sin
cuotas alimentarias no causan estado, son esen-
que sean alcanzadas por las prohibiciones ema-
cialmente provisorias y pueden reajustarse cada nadas de la ley 23.928 (45). Más aún, es tan cla-
vez que se produzca una variación en las cir- ra la conceptualización de los alimentos como
cunstancias tenidas en cuenta al fijarse. obligaciones de valor que, a los fines de poder
Conforme sostiene Cassielo, “la sentencia
(42) CASSIELLO, Juan J., “La deuda de valor”, AR/
que establece los alimentos puede ser revisa- DOC/3430/2009.
da cuantas veces cambien las circunstancias, y
(43) CS, 30/11/93, LA LEY, 1995-A-494 (38.312-S), JA,
entre ellas, últimamente se alude al ‘costo de la 1994-III-219, y ED, 157-483.
vida’, lo que equivale a una referencia —no por
indirecta menos clara— a la depreciación del di- (44) BELLUSCIO, Claudio A., “Prestación alimenta-
ria. Régimen jurídico, aspectos legales, jurisprudencia-
nero. De hecho, y aunque no se exprese el con- les, doctrinarios y prácticos”, Universidad, Buenos Aires,
cepto en los fallos, se consagran también aquí 2006, p. 264.
los principios de la deuda de valor, en cuanto se (45) Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de
admite que la cuota debe cubrir un ‘valor’ deter- Mar del Plata, sala II, “D.L., D.C. c/B.G., R.C. s/Incidente
minado, y que el monto de signos numerarios de alimentos”, 13/05/2015, AR/JUR/24239/2015.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 119


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

actualizar las cuotas, ni siquiera es necesario re- de indemnizar la expropiación no es una deu-
currir a la declaración de inconstitucionalidad da pecuniaria o de cantidad, sino una deuda de
de la normativa que prohíbe la indexación de valor, dependiente de una determinación ulte-
las deudas. rior acerca de su monto en dinero, y, por tanto,
no sujeta al principio nominalista...” (47).
VI.3. Expropiación
Sobre la base de tales parámetros, la jurispru-
El art. 17 de nuestra carta magna establece la dencia de la Corte fue construyendo el princi-
garantía de la inviolabilidad de la propiedad y pio de justa indemnización, que exige que se
prohíbe la confiscación. Sin embargo, permite restituya integralmente al propietario el mismo
la expropiación por causa de utilidad pública, valor de que se lo priva, ofreciéndole el equiva-
con el requisito de que el particular damnifica- lente económico que le permita, de ser posible,
do sea indemnizado en forma previa al ejercicio adquirir otro bien de similares características.
por parte del Estado de actos de dominio sobre
la cosa expropiada. Esta posición (que, vale aclarar, fue modificada
con posterioridad al dictado de la ley 23.928) (48)
Si bien en un primer momento las personas persiste hasta nuestros días. Tan es así que en un
privadas de su propiedad no recibían la indem- reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de
nización en forma previa al ejercicio de los ac- la Nación se ha resuelto que la indemnización
tos posesorios por parte del Estado, fue la Corte a abonarse al expropiado, para cumplir con el
Suprema durante los años 50 la que comenzó a mandato constitucional de mantener razona-
pregonar el principio por el cual el expropiado blemente inalterada la reparación debida, debe
tiene derecho a percibir el valor actual del in- contemplar la depreciación monetaria, la des-
mueble y no el valor histórico. actualización de las tasaciones, las fluctuaciones
cambiarias y/o la excesiva dilación de los proce-
El precedente que dio inicio a dicha noción
sos expropiatorios. Ha dicho la Corte: “Conviene
fue el dictado el día 7 de julio de 1958 en los au-
recordar a título ilustrativo que el denominado
tos caratulados “Obras Sanitarias de la Nación
c. Torquinst y otros” (46), donde la Corte —en valor venal o de venta del objeto expropiado en
su voto de mayoría— descartó la tesis de que el mercado, en cuanto supone permitir — de ser
la indemnización expropiatoria tenía la natu- posible — adquirir otro bien de similares carac-
raleza de una obligación de valor, sosteniendo terísticas, ha sido uno de los criterios asumidos
además que el instituto expropiatorio pertenece por este Tribunal en situaciones similares a la
totalmente al derecho público. Aludió nuestro presente (conf. Fallos: 295:157; 298:154; 300:299;
máximo tribunal al conflicto entre el derecho 305:407, entre otros)” (49).
individual del expropiado y el interés social o de
VI.4. Las recompensas en el régimen patrimo-
la colectividad, resolviéndolo mediante el sacri-
nial del matrimonio
ficio del primero.
Como consecuencia de los cambios experi-
No obstante ello, el voto de la minoría (disi-
mentados con la sanción del Cód. Civ. y Com.,
dencia de Orgaz y Boffi Boggero) razonó que
—para satisfacer la exigencia legal y consti-
tucional de la “justa” indemnización en esta (47) ALTERINI, Atilio A., AMEAL, Oscar J., LOPEZ CA-
BANA, Roberto M., ob. cit., p. 477, N°1135.
materia— es necesario que el precio del bien
expropiado se establezca a la fecha de la sen- (48) La CS, “Entidad Binacional Yaciretá c/Provincia
tencia, contemplándose la depreciación del de Misiones”, 19/05/92, LA LEY, 1992-E-167, varió el cri-
terio anteriormente adoptado y, en el momento de pon-
dinero. Señaló Orgaz en uno de los consideran- derar la indemnización, solo tomó en cuenta el precio del
dos de su voto que “ningún obstáculo puede inmueble a la fecha de operatividad de la mencionada ley
hallar esta solución en nuestro derecho posi- (abril de 1991), sin computar, por lo tanto, el mayor valor
tivo, si se repara que la obligación del Estado, que pudiera haber adquirido a la fecha en que la indem-
nización le es pagada al expropiado.
(46) CS, “Obras Sanitarias de la Nación c. Torquinst y (49) CS, “U.N.I.R.E.C. C/Ramos E. Iglesias E. y ot. s/Ex-
otros”, 07/07/1958, LA LEY, t. 92, ps. 77 y ss. propiación”, 01/10/2020.

120 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

el régimen patrimonial del matrimonio permi- (con el correspondiente cómputo de intereses)


te la opción de dos sistemas regulados en forma o si debía tomarse el valor del momento de la
separada, pero con algunas previsiones o dis- extinción de la comunidad.
posiciones comunes a ambos. Tenemos así el
régimen de comunidad, que presenta como ca- El Cód. Civ. y Com. cierra este debate, al in-
racterística esencial la formación de una masa corporar una regla expresa en los arts. 493 y 494,
común de bienes. En este, la normativa de fon- que halla su fundamento en la prohibición del
do regula, entre otros temas, la calificación de enriquecimiento sin causa, sustentándose ade-
los bienes que la componen, así como las nor- más en la doctrina emanada de las obligaciones
mas destinadas a prever las consecuencias de su de valor.
liquidación y partición.
Conforme lo normado, “para obtener tal
En lo que versa sobre la materia de nuestro monto se cotejan dos valores: el gasto, inversión
análisis, nos interesa el aspecto relacionado con o erogación efectuada por un cónyuge con di-
la cuenta de créditos o recompensas que pue- nero propio en beneficio del haber ganancial,
de existir entre el patrimonio común y propio de o con fondos comunes en beneficio propio, y el
los cónyuges. Es lo que ocurre cuando se produ- provecho que tal gasto significó para la comuni-
ce un aumento o mejora de un bien propio de dad y/o para el cónyuge al momento de la extin-
uno de los cónyuges con ingresos netamente ga- ción de la comunidad. De estos dos valores se
nanciales, o cuando lo que se mejora es un bien toma el menor (...) Dado que lo que se reconoce
de la comunidad con aportes propios de uno de en carácter de recompensa es un crédito por el
los cónyuges. beneficio, si no hubo provecho, el monto de la
compensación será la cuantía del gasto en valo-
Las recompensas han sido definidas como res constantes al momento de la liquidación de
“los créditos que se generan a favor de uno de la comunidad (art. 494 CCCN)” (51).
los cónyuges contra la comunidad y, a la inver-
sa, a favor de la comunidad contra uno o ambos Al aludir la disposición a “valores constantes”,
cónyuges, para que, con motivo de la disolu- se considera la compensación como una deuda
ción y posterior liquidación de la comunidad, de valor que quedará protegida o resguardada
las masas de los bienes propios de cada uno de de la depreciación o revalorización monetaria.
los cónyuges y la que conforman la masa común VI.5. Créditos e indemnizaciones provenientes
partible de todos los bienes gananciales queden del contrato de trabajo
incólumes. Es decir que ninguno de los cón-
yuges sufra un empobrecimiento o enriqueci- El concepto de obligación de valor que ante-
miento a costa o en razón del matrimonio” (50). riormente explicamos en el tópico correspon-
diente a las indemnizaciones derivadas de los
Durante la vigencia del Código Civil se esta- daños producidos por hechos ilícitos es plena-
blecía que los créditos por recompensa de cada mente aplicable al supuesto del trabajador da-
uno de los cónyuges contra la sociedad debían ñado materialmente que recurre a la acción
ser reajustados teniendo en cuenta la fecha en común por reparación plena. Sin embargo, exis-
que se hizo el gasto y las circunstancias del caso. ten también otros supuestos en los que el tra-
Tal fue el caos que generaba esta discrecionali- bajador puede reclamar algún crédito como
dad judicial que, desde la doctrina, se empezó consecuencia del vínculo laboral que lo unía a
a propiciar el reconocimiento de tales créditos su empleador.
como obligaciones de valor que debían reajus-
tarse debido a parámetros predeterminados. Ejemplo de ello, entre otras variables posibles,
es la indemnización proveniente de la extinción
Fue materia de discusión frecuente si el valor del contrato por tiempo indeterminado por la
de esa recompensa era el que tenía en el mo-
mento en que la inversión había sido realizada
(51) MALIZIA Roberto, “Cuestiones sobre la califi-
cación de los bienes en el régimen patrimonial del matri-
(50) HERRERA, Marisa, “Manual de derecho de famili- monio y su relación con el derecho de recompensa”, RDF
as”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, p. 230. 2020-IV, 319, AR/DOC/2224/2020.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 121


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

imputación al dependiente de la comisión de un Resulta coherente afirmar que, aun cuando


delito, casos de discriminación o la interrupción la doctrina desde antaño ha considerado este
anticipada de un contrato de trabajo con ante- tipo de acreencias como obligaciones de valor,
rioridad al vencimiento del plazo establecido, la postura no ha sido reflejada con frecuencia en
entre otros supuestos probables (52). la jurisprudencia de nuestro país. No obstante
ello, será necesario que los operadores del de-
En lo que versa sobre las indemnizaciones por recho, al efectuar nuestras peticiones, introduz-
despido, resulta atinado citar a Centeno cuando camos no solo las nociones o normativas que la
explicaba que “el salario entraña siempre una nueva legislación nos provee, sino además prin-
exigencia de valor mínimo y de allí mismo que cipios jurídicos como el de la realidad económi-
se lo deba considerar como una deuda de valor ca, destinados a atemperar el criterio imperante
(vinculada con las necesidades a las que debe de las indemnizaciones tarifadas.
atender o servir) más que de suma de dine-
ro” (53). Refería además que “el principio nomi- CAPÍTULO II
nalista solo debía regir a su respecto cuando la
obligación fuera cancelada en término, debien- CONSAGRACIÓN DE LAS OBLIGACIONES
do ser distinto el tratamiento cuando operase el DE VALOR EN EL CÓDIGO CIVIL Y
incumplimiento y la consiguiente demora. Pro- COMERCIAL
ponía que en tales casos su pago nunca pudiera
ser inferior al mínimo vital y móvil, que sería el I. Indexación de las obligaciones dinera-
piso presumido de suficiencia. rias. Nominalismo relativo o atenuado

En este aspecto, no debe soslayarse además lo Como se ha venido desarrollando en los pun-
que prevé la Ley de Contrato de Trabajo (20.744) tos precedentes, la distinción entre deudas de
en su art. 301, que textualmente dice: “los crédi- valor y deudas puramente dinerarias adquirió
tos provenientes de las relaciones individuales su mayor nivel de desarrollo y preponderancia
de trabajo, demandados judicialmente, serán en épocas de pronunciada depreciación mone-
actualizados teniendo en cuenta la deprecia- taria en las que solo se admitía el reajuste de las
ción monetaria que se operara desde que cada primeras y se destinaba a las segundas a la fé-
suma es debida, hasta el momento del efectivo rrea inamovilidad de los principios del nomina-
pago...”. lismo.
Menos aún puede pasar desapercibido que Sin embargo, y ante la evidencia de los resulta-
el salario del trabajador posee carácter alimen- dos inequitativos e injustos a los que se arribaba,
tario, y que —como ya se ha expuesto prece- empezó a abrirse camino a un medio corrector
dentemente— las prestaciones de este tipo son que se denominó “indexación” de las deudas di-
unánimemente conceptualizadas como un tí- nerarias. Como bien afirma Pizarro, “frente al fla-
pico supuesto de obligación de valor. Centeno gelo inflacionario, particularmente cuando éste
opinaba en la obra anteriormente citada que, alcanza niveles de significación, el nominalis-
“así como en materia de daños rige el principio mo requiere de válvulas de escape sin las cuales
de la reparación plena, en materia laboral rige su aplicación deviene insostenible, injusta y, en
el principio de suficiencia del salario, merced al muchos casos, inconstitucional por lesionar la
cual no se puede pagar una suma menor a aque- garantía de propiedad del actor” (54).
lla que a la época del pago se supone garantiza
al trabajador y a su familia alimentación ade- El término “indexación”, tal como lo ha refe-
cuada, vivienda digna, etc.” rido Llambías, “es un barbarismo originado en
la palabra ‘index’ oriunda de los idiomas fran-
(52) BUERES, Alberto, “Código Civil y Comercial de la cés e inglés, cuya traducción al nuestro es ‘ín-
Nación, analizado, comparado y concordado”, Hammu-
rabi, Buenos Aires, 2015, 2ª reimpresión.
(54) PIZARRO, Ramón D., “Las medidas correctoras
(53) CENTENO, Norberto O. “El salario como deuda del principio nominalista en el derecho actual”, cita on
de valor”, LT, XX-598. line: 0003/010036.

122 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

dice’” (55). Según este autor, se trataría de una res aplicando variaciones del índice salarial del
corrección financiera que consiste en aplicar peón industrial de la Capital Federal (58).
índices matemáticos a los desfasajes que el de-
sarrollo de la economía provoca en el poder I.3. Valorismo judicial
adquisitivo de la moneda. Se trata, ni más ni
menos, de un sistema de ajuste de valores mo- Los jueces a través de sus sentencias sustraen
netarios de las deudas puras de dinero, de for- ciertas deudas de dinero del principio nomi-
nalista, aplicando la denominada teoría de la
ma tal que el acreedor obtenga una cantidad
imprevisión. En este aspecto, es importante
que corresponda a la posibilidad adquisitiva
realizar una aclaración previa. Si la variación
histórica que tenía la suma adeudada al tiem-
monetaria era consecuencia de un proceso in-
po del vencimiento de la obligación (56).
flacionario inserto en un cuadro económico de
Economistas y juristas decididos a escapar características regulares, ello no era suficiente
de la supuesta “seguridad” brindada por el no- ni apto para solicitar la revisión judicial; pues,
minalismo empezaron a refugiarse en este en un país como el nuestro, las fluctuaciones de
concepto, que —enfundado en el principio de la moneda, lejos de ser situaciones excepciona-
les e imprevisibles, son contextos que se han re-
equidad— procuraba revalorizar las deudas
petido en forma constante a lo largo de nuestra
pendientes de pago, con el objeto de mantener
historia.
el poder adquisitivo. Esta revalorización de la
deuda dineraria era realizada por distintas vías Este concepto o idea de poder readecuar tí-
que sintéticamente podrían traducirse de la si- picas obligaciones dinerarias no estuvo exenta
guiente manera. de críticas. De hecho, en nuestro país, existieron
dos posturas antagónicas e irreconciliables so-
I.1. Valorismo contractual bre el tema:
Es aquel mediante el cual las partes en sus - Una parte de la doctrina negaba la validez
contratos o convenciones recurrían a distintos de las cláusulas de indexación por considerar-
parámetros de referencia, que “solos o combi- las contrarias al orden público. Basaban su po-
nados suelen ser: el aumento del costo de vida, sición en el hecho de que solo el Estado, a través
aumento de precios mayoristas, salarios, precio de las facultades exclusivas del Congreso de la
de productos agropecuarios o de servicios pú- Nación, podía determinar el valor del dinero;
blicos, o referirse al valor de una determinada potestad que se hallaba vedada a los particu-
moneda extranjera” (57). lares. Las cláusulas así establecidas serían de
carácter ilícito, pues “denotarían una evidente
I.2. Valorismo legislativo desconfianza respecto de la moneda nacional
como instrumento monetario, lo cual redunda-
La corrección monetaria a través de la indexa-
ría inevitablemente en su valor como tal” (59).
ción de deudas de dinero era efectuada por le-
yes emanadas del Congreso de la Nación. En - Otra parte de la doctrina consideraba que las
nuestro país, tal como refiere Bustamante Alsi- mismas eran válidas por ser producto del ejerci-
na, se ha aplicado el valorismo legislativo a tra- cio del principio de la autonomía de la voluntad,
vés de algunas disposiciones que han indexado la libertad de contratación de los particulares y
las deudas en el ámbito privado (por ejemplo, los principios básicos que nutren una economía
el art. 7° de la ley 20.625 en materia de alquile- liberal. No se trataba de usurpar un poder pro-
pio del Estado. No es intención de las partes fijar
(55) LLAMBIAS, Jorge J. “¿Hacia la indexación de las el valor del dinero, sino tan solo prever las con-
deudas de dinero?”, ED 63-871, nota 3.
(56) TRIGO REPRESAS, Félix A., “Problemática jurídi- (58) BUSTAMANTE ALSINA, Jorge “Indexación de
ca en torno a la depreciación monetaria”, ob. cit., pto. IV. deudas de dinero”, LA LEY 1975-D, 584.
(57) GURFINKEL DE WENDY, Lilian N. “Indexación y (59) RIPERT, Georges y Boulanger, Jean, “Tratado de
nominalismo: ¿Conviven en el régimen legal vigente? “, derecho civil según el tratado de Planiol”, trad. Delia Gar-
Cita On Line: 0003/009295. cía Daireaux, t. V, 1966, LA LEY, N° 1951, p. 409.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 123


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

secuencias de una inflación ya producida; todo II. La instauración del nominalismo puro.
lo cual no es contrario a la ley, ni a la moral ni al Las cláusulas de indexación frente al dictado
orden público (60). de las leyes 23.928 y 25.561

Esta discusión doctrinaria perdió susten- II.1. La situación de las obligaciones dinera-
to ante el propio contexto imperante con ante- rias durante la vigencia de la ley 23.928
rioridad al dictado de la ley de convertibilidad.
El 28 de marzo de 1991 se sancionó la ley N°
Tal como lo sostuvieron Alterini, Ameal y López
23.928, denominada de Convertibilidad del
Cabana, “la discusión fue superada por los he- Austral, con vigencia a partir del día 1° de abril
chos, pues se produjo una amplia indexación de de 1991. Dicho cuerpo instauró un régimen no-
la economía, admitiéndose sin discusiones no minalista puro en las obligaciones de dar sumas
solo la validez de las cláusulas de estabilización, de dinero, prohibiendo en forma expresa los
sino más aun, la valorización de la propia deu- mecanismos de ajuste o repotenciación de deu-
da dineraria. El incremento del monto nominal, das dinerarias, a través de los arts. 7°, 8° y 10 y la
dijo la Corte Suprema, no hace más onerosa la reforma al art. 619 del Código Civil.
deuda que en su origen, pues no existe modifi-
cación de la obligación sino determinación del Los arts. 7°, 8° y 10 de la ley dispusieron: “El
quantum en que ella se traduce” (61). deudor de una obligación de dar una suma de-
terminada de australes, cumple su obligación
Lo cierto es que este tipo de cláusulas fue- dando el día de su vencimiento la cantidad no-
ron admitidas en países como el nuestro, en los minalmente expresada. En ningún caso se ad-
que predominaba lo que hubo de llamarse un mitirá la actualización monetaria, indexación
“nominalismo de carácter relativo o flexible” o por precios, variación de costos o repotencia-
“nominalismo atenuado”, que permitía el apar- ción de deudas, cualquiera fuera su causa, haya
tamiento de esa cristalización o rigidez propia o no mora del deudor (...) Quedan derogadas las
disposiciones legales y reglamentarias y serán
del sistema, mediante la inserción convencional
inaplicables las disposiciones contractuales o
o legal de los mecanismos de ajustes a los que
convencionales que contravinieren lo dispues-
hemos hecho referencia con anterioridad (62). to” (art. 7°); “Los mecanismos de actualización
monetaria o repotenciación de créditos dis-
El contexto, como se verá, fue abruptamente
puestos en sentencias judiciales respecto a su-
modificado con la posterior sanción de las leyes mas expresadas en australes no convertibles se
23.928 y 25.561, en las que nuestro sistema que- aplicarán exclusivamente hasta el 1° del mes de
dó impregnado de una evidente intromisión del abril de 1991, no devengándose nuevos ajustes
poder público en las libertades individuales, en por tales conceptos...” (art. 8°); “Derógase, con
aras de un supuesto bienestar económico. efecto a partir del 1° del mes de abril de 1991, to-
das las normas legales o reglamentarias que es-
(60) DIEZ PICAZO, Luis, “Fundamentos del derecho tablecen o autorizan la indexación por precios,
civil patrimonial”, t. II, p. 268. actualización monetaria, variación de costos o
(61) ALTERINI, Atilio, AMEAL, Oscar y LÓPEZ CA- cualquier otra forma de repotenciación de las
BANA, Roberto, “Derecho de obligaciones”, Abeledo Per- deudas, impuestos, precios o tarifas de los bie-
rot, 1998, N° 1081, ps. 466, 467. nes o servicios...” (art. 10).
(62) PIZARRO, Ramón D. VALLESPINOS, Carlos G.,
“Tratado de obligaciones”, Tomo I, Ed. Rubinzal - Cul- El art. 619 del Código Civil quedó redactado
zoni Editores, 1° Ed. Revisada, Santa Fe 2017, p. 444, 445. así: “Si la obligación del deudor fuese de entre-
Según el citado autor, este tipo de cláusulas son permi- gar una suma de determinada especie o calidad
tidas en España, Italia, Francia, Portugal, Brasil, Chile y de moneda, cumple la obligación dando la es-
entre nosotros hasta la sanción de la ley 23.928. “Son en pecie designada el día de su vencimiento”.
cambio rechazadas en los sistemas que consagran un
nominalismo absoluto, rígido, imperativo inderogable
por la voluntad de las partes, que cierra las puertas a todo La herramienta o el instrumento al que los
apartamiento por vía legislativa, judicial o convencional. particulares habían acudido para escapar del
Es lo que sucede actualmente entre nosotros”. corset instaurado por el principio nominalista ya

124 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

no sería de utilidad a partir del dictado de esta contraprestación debida. Se verificó en la rea-
nueva ley, que era muy clara en sus conceptos lidad lo que con notoria claridad expresó Mos-
y preceptos. set Iturraspe: “Si la presencia del dólar continúa
—en los negocios internos y externos— la ten-
Se producía con la sanción de esta norma un tación de marchar hacia el dólar será cada vez
paso o traslación de un “régimen nominalista de más acentuada y terminará siendo inconteni-
carácter relativo” a un “régimen nominalista a ble. No es fácil para una moneda débil compe-
ultranza”, que repudia como principio absoluto tir con otra fuerte. Ésta desplaza a aquella en las
las cláusulas de ajuste. La prohibición impues- preferencias y en los contratos” (64).
ta a los particulares de celebrar contratos en los
que se pactaran cláusulas indexatorias en sus II.2. Régimen vigente en materia de obligacio-
obligaciones dinerarias implicó un cercena- nes dinerarias luego de la sanción de la ley 25.561
miento evidente de las facultades derivadas del
principio de libertad contractual. La utilización de la cláusula “moneda extran-
jera” como único mecanismo de protección du-
Sin embargo, ante ello, quedó un único modo raría muy poco tiempo. Sobre fines de 2001, y
de ajuste de las obligaciones dinerarias al que ante la presencia de una de las mayores crisis
las partes —por un tiempo más— podrían recu- económicas y financieras que haya tenido que
rrir: la cláusula moneda extranjera. El atajo que soportar nuestro país a lo largo de su historia,
encontraron los contratantes por aquel enton- se produjo la salida de la convertibilidad peso-
ces estuvo centrado en la modificación introdu- dólar, lo cual, además, generó una importante
cida por la ley 23.928 al art. 617 del Código Civil, devaluación de la moneda nacional y una nueva
que dispuso un nuevo régimen para las obliga- estampida inflacionaria.
ciones contratadas en moneda extranjera, que
quedan, a partir de entonces, asimiladas a las de Es decir que, a pesar de haberse abandona-
dar sumas de dinero, y que deben ser cumplidas do el principio fundante del nominalismo, cual
dando la especie designada, el día de su venci- es la inexistencia de inflación, la ley 25.561, de
miento. Emergencia Pública y Reforma del Régimen
Cambiario, que sancionó la salida de la conver-
Así, y como afirma, Gurfinkel de Wendy, “du- tibilidad del peso con el dólar estadounidense a
rante todo el período de vigencia de la ley 23.928 la paridad de $ 1 = USD 1, solo derogó el art. 8°
fue ésta la única forma de ajuste, ya que a nadie de la ley 23.928 e hizo reformas prácticamente
escapa que las más de las veces esa moneda ex- insignificantes a los arts. 7° y 10 de esa norma-
tranjera, —y específicamente el dólar estadou- tiva (65), manteniendo de esta forma la plena
nidense— es elegida como parámetro de valor vigencia del régimen nominalista puro y rígi-
y no como moneda de pago, máxime cuando se do instaurado en el año 1991.Lo cierto fue que
trata de convenciones regidas exclusivamente el art. 4 de la ley 25.561 dispuso en que el art.
por el derecho nacional” (63). 7° de la ley 23.928 quedaría redactado de la si-
guiente manera: “en ningún caso se admitirá ac-
La contradicción que implicaban por aque- tualización monetaria, indexación por precios,
lla época los principios emanados del dere- variación de costos o repotenciación de deudas,
cho vigente y la realidad económica imperante cualquiera fuere su causa, haya o no mora del
(combinación explosiva de inflación creciente,
nominalismo rígido y prohibición de indexar) (64) MOSSET ITURRASPE, Jorge, “La Ley de Emergen-
determinó que, durante la vigencia de la ley cia Pública. Efectos sobre la ley de convertibilidad. Las
23.928, el dólar cumpliera la función de operar cláusulas de ajuste o indexación”, RDPC 2002-1-148.
como cláusula de estabilización implícita per- (65) NICOLAU, Noemí L., “Las cláusulas prohibidas de
mitida. De hecho, la mayor parte de los con- indexación: Un fallo de la Corte Suprema y dos cuestio-
tratos, cualquiera fuera el objeto de estos, tuvo nes”, LA LEY 10-F, 38, AR/DOC/7209/2010. En este artí-
el dólar como moneda de referencia, ya que el culo, la Dra. Nicolau sostiene que el análisis que debe
peso argentino no poseía relación alguna con la realizarse en torno a la ley 25.561 es idéntico respecto de
los arts. 7 y 10 de la ley 23.928, modificados por aquella
norma solo en lo que respecta al término “australes”, que
(63) GURFINKEL DE WENDY, Lilian N., ob. cit. fue reemplazado por el “pesos”.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 125


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

deudor, con las salvedades previstas en la pre- impactaron o incidieron en las obligaciones de
sente ley”. El art. 10 rezaría lo siguiente: “mantié- dar sumas de dinero. Ahora bien: ¿las obligacio-
nese derogadas, con efecto a partir de 1/4/1991, nes de valor se hallan alcanzadas por las prohi-
todas las normas legales o reglamentarias que biciones de “indexar” o “repotenciar” previstas
establezcan o autorizan la indexación por pre- en la ley 23.928 y confirmadas por la ley 25.561?;
cios, actualización monetaria, variación de cos- o, dicho de otra manera, ¿poseen incidencia di-
tos o cualquier otra forma de repotenciación de recta algunas de las previsiones antes referidas
las deudas, impuestos, precios o tarifas de los en relación con las obligaciones de valor?
bienes, obras o servicios”.
Como casi en todas las aristas que versan so-
Es decir que, aun cuando ambas leyes con- bre esta problemática, la respuesta a estos inte-
tenían idéntica prohibición a la utilización de rrogantes no ha estado exenta de una disyuntiva
toda clase de repotenciación o indexación de en la doctrina.
deudas, la ley 25.561 introduce además una mo-
III.1. Las obligaciones de valor se encuentran
dificación muy especial en el objeto de aquellas
alcanzadas por ambas leyes
obligaciones pactadas en dólares estadouni-
denses u otra moneda extranjera, convirtiendo Una posición marcadamente minoritaria de
la obligación a pesos, a una relación de cambio, autores entre los que se encuentran Borda y
“un peso igual a un dólar”. Márquez considera que la prohibición de in-
dexar o repotenciar las deudas previstas en la
Se estableció así, con carácter imperativo, que ley 23.928 y en la ley de emergencia 25.561 afec-
las obligaciones de pagar en moneda extran- ta tanto a las obligaciones dinerarias como a las
jera se cumplirán entregando moneda argen- obligaciones de valor.
tina, con el aditamento previsto en el decreto
214/2002, que estableció un mecanismo de re- Parten de la premisa fundamental de negar
ajuste de ciertas obligaciones dinerarias (las una distinción en la esencia de ambos tipos
originadas en contratos celebrados entre parti- obligacionales, ratificando la postura de que
culares, no vinculadas al sistema financiero), a esta clasificación obedeció solamente a la nece-
las que se les aplicaría un coeficiente de estabi- sidad de recurrir a una construcción doctrinaria
lización de referencia que sería publicado por el para resolver más equitativamente los proble-
Banco Central de la República Argentina. mas que planteaba la inflación.

De más está decir que resulta contradictorio y Sostienen, por otro lado, que, cuando el art.
hasta confuso que las mismas normas que impi- 7° de ambas legislaciones expresa que el deu-
den a los particulares realizar un reajuste de las dor de una obligación de dar una suma de-
deudas, prohibiendo todo tipo de cláusulas en terminada de australes cumple su obligación
ese sentido, establezcan el CER o el CVS como dando al día de vencimiento la cantidad no-
coeficientes estabilizadores para evitar el des- minalmente expresada, lo que hace no es otra
ajuste de los contratos en dólares, en curso de cosa más que reimplantar el principio nomi-
cumplimiento. Se da en este aspecto la paradoja nalista. No se debe dar otro sentido a esa frase
de que la indexación es solo una facultad del Es- más que el anteriormente apuntado. Desta-
tado, y que se aplica solo a las obligaciones que can además que, cuando la norma hace refe-
este con su imperio indica. rencia a la prohibición de indexar de “toda”
deuda, resulta claro del mismo artículo que el
III. La incidencia de las leyes 23.928 y 25.561 impedimento aludido comprende todo tipo de
en las obligaciones de valor. Resurgimiento obligaciones, cualquiera fuera su causa y sin
de su aplicación distinguir si se trata de deuda de dinero o deu-
da de valor (66).
Todo lo explicado hasta aquí posee total cone-
xión con la forma en que las distintas legislacio- (66) BORDA, Guillermo A. “Las deudas de valor y la ley
nes que se fueron sucediendo en nuestro país 23.928”, LA LEY 1993-A, 857, AR/DOC/21995/2001.

126 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

III.2. Las obligaciones de valor no se encuen- y de allí que ahora pueda servir la diferente ca-
tran alcanzadas por las previsiones de las leyes tegorización” (68)
23.928 y 25.561
Haciendo alusión a estas diferencias estruc-
La postura a la que adhiere una abrumado- turales entre ambos tipos de obligaciones, esta
ra mayoría de la doctrina nacional considera vertiente doctrinaria considera que las deudas
que las prohibiciones vertidas por la ley 23.928 de valor se actualizan porque ello se halla en su
propia esencia (en su propia naturaleza), que
y 25.561 no inciden en absoluto en las obliga-
no podrá ser cambiada o modificada por alguna
ciones de valor. Es decir que la prohibición de
prohibición emanada de una ley.
indexar, actualizar o repotenciar las deudas se
halla direccionada e indefectiblemente confina- Acudiendo ahora a una interpretación literal
da a surtir efectos solo respecto de las obligacio- de ambas normativas, se ha sostenido que ni la
nes de dinero. ley 23.298 ni su sucedánea (ley 25.561) hacen re-
ferencia alguna a las obligaciones de valor.
Así, Casiello, haciendo alusión a las diferen-
cias ontológicas, expresa que los conceptos de La experiencia recabada de juristas que partici-
deuda de dinero y deuda de valor corresponden paron del trámite legislativo permitió, sin embar-
a dos categorías perfectamente diferenciadas go, poner en evidencia que algunos legisladores
o jurídicamente independientes, que, por otro habían advertido sobre la importancia que las
lado, existen y pueden coexistir en cualquier obligaciones de valor tenían en el ámbito juris-
prudencial, por lo cual propugnaban hacer una
estado de la economía, sea estable o inestable,
alusión expresa en la norma y en definitiva sentar
floreciente o en crisis. Casi no es necesario de- una postura sobre si aquellas se hallaban alcan-
cir que aquella tuvo y tiene permanente vigen- zadas por tal prohibición. En este aspecto, exis-
cia, antes, durante, y luego de la convertibilidad. tió una recomendación por parte de un grupo de
“Es que no son obligaciones de dinero y por lo notables expertos de nuestro país, entre los cua-
tanto están al margen del sistema nominalista. les se encontraba Atilio A. Alterini, que habían
Y además, naturalmente, estas deudas no es- expresado que —por una cuestión de armonía—
tán alcanzadas por la prohibición de indexar en la mencionada ley se haga referencia expresa
(contenida en la ley 23.928 y confirmada por a las obligaciones de valor, respecto de las cuales,
ley 25.561). Porque en la obligación de valor no según su proposición “se considerarán expresa-
se ‘indexa’ ni se ‘reajusta’ nada, estrictamente. das en dólares estadounidenses” (69).
Solo se determina cómo se paga un valor debi-
No obstante ello, y como resulta del texto de
do” (67). la norma en análisis, el legislador optó por no
Igual tesitura ha seguido Compagnucci de
Caso, para quien las llamadas “deudas de valor” (68) COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H., “A propósi-
to de la ley de convertibilidad del Austral”, LA LEY 1991-
se encuentran excluidas de la prohibición de C, 999.
indexar o actualizar el objeto de la prestación.
(69) ALTERINI, Atilio A. “Las deudas de valor no están
Para este autor, en las obligaciones de valor “el alcanzadas por la ley 23.928 de convertibilidad del aus-
dinero no es objeto inicial de prestación, sino tral”, LA LEY 1991-B, 1048. Experiencia recabada por el
que aparece en el momento final. El objeto se Dr. Alterini, que expone el contenido de una consulta de
integra por un valor patrimonial determinado o naturaleza técnico-jurídica efectuada en una reunión
convocada por el ministro de Economía de la Nación
poder adquisitivo concreto, y no por una suma Dr. Domingo F. Cavallo a instancias del ministro de Ac-
de dinero. La distinción entre deuda dineraria ción Social y Salud Pública Dr. Avelino J. Porto, a la que
pura y la deuda de valor, fue para algunos distin- concurrieron, además del mencionado jurista, el presi-
guidos juristas (Salas) una diferencia ontológica dente de la Academia de Derecho, Dr. Federico Videla
Escalada, el presidente del Colegio Público de Abogados
de la Capital Federal, Dr. Humberto A. Podetti, el presi-
(67) CASIELLO, Juan J., Méndez Sierra, Eduardo C. dente del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos
“Deudas de dinero y deudas de valor — Situación actual”, Aires, Dr. Eugenio Aramburu, y el profesor Dr. José María
LA LEY 2003-E, 1282, AR/DOC/10653/2003. Gastaldi.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 127


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

hacer referencia alguna a las deudas de valor, valor es una evidente contradicción. Como ex-
sometiendo con precisión técnica sus postula- presa Bustamante Alsina: “Una deuda de valor
dos únicamente a la obligación de dar sumas de siempre es deuda de valor, y no se cristaliza sino
dinero. para el pago” (72).

Como explica Alterini, se halla claro que el IV. Las obligaciones de valor y su recepción
art. 7° deja al margen las obligaciones de valor, normativa en el Cód. Civ. y Com.
puesto que, al consagrar el principio nomina-
lista, se refiere concreta y exclusivamente a la El concepto de “obligación de valor”, como se
obligación de dar una suma determinada de ha desarrollado en los puntos precedentes, tuvo
australes; “la mencionada referencia del art. 7° en nuestro país un desarrollo que comenzó en la
de la ley 23.928 (‘obligación de dar una suma de- década del cincuenta, cuando la doctrina cum-
terminada de australes’, es sin más y sin menos, plió un papel fundamental, a la par que fue la
con transparente precisión técnica, la definición elaboración jurisprudencial la que moldeó y
de una deuda de dinero, porque en ella pecunia delimitó los alcances o perfiles de esta catego-
est in obligatione. En la deuda de valor, en cam- ría, estableciendo los supuestos a los que esta
bio, no se trata de ‘obligación de dar una suma doctrina era aplicable. Los desquicios de la in-
flación y las diferentes crisis económicas que
determinada’ de dinero, sino de la obligación de
hemos tenido que padecer impulsaron a los jue-
dar un valor, que se paga en dinero (pecunia est
ces a ampliar cada vez más el elenco de supues-
in solutione) pura y exclusivamente porque éste
tos o hipótesis de obligaciones de valor.
es un instrumento de pago legal y medida co-
mún de valores” (70). Tan es así que, a partir del año 1968, con la re-
forma introducida por la ley 17.711 al Código Ci-
Enrolado en esta misma posición se encuen-
vil derogado, fue la propia legislación la que le
tra otro autor de referencia indiscutida en re- otorgó dicha categoría a determinados tópicos
lación con las obligaciones de valor, como es que anteriormente eran considerados ejemplos
Banchio, quien considera que los postulados de de obligaciones de carácter pecuniario.
la ley 23.928 no son aplicables a estas. Conside-
ra que la ley de convertibilidad ha reducido su Ocurre, sin embargo, que la importancia del
ámbito de aplicación, pura y exclusivamente, a instituto va más allá del contexto económico
las obligaciones de dar sumas de dinero, “úni- que se halle en curso, pues la noción de esta ca-
ca categoría obligacional que resulta idónea a la tegoría de obligación tiene absoluto correlato
sujeción de la inflexible regla del valor nominal con la esencia o el objeto del vínculo obligacio-
de la moneda” (71). nal, que nos permite afirmar que su existencia
es independiente del momento histórico en que
Por lo expuesto anteriormente, y salvo la po- nos hallamos inmersos.
sición aislada de una postura minoritaria, exis-
te consenso en determinar que —por aludir a la Desde que fue introducido, estudiado y de-
diferencia en la naturaleza o esencia de ambos sarrollado por los más prestigiosos juristas de
tipos obligacionales, o acudiendo a una inter- nuestra nación, que recabaron a su vez los co-
pretación literal de la Ley de Convertibilidad y nocimientos de los creadores de la figura —es-
de Emergencia Económica— sus disposiciones pecialmente de la escuela alemana e italiana de
serán operativas solo a las obligaciones de dar la posguerra—, fueron muchas las discusiones y
sumas de dinero; es que aplicar el principio no- críticas vertidas en torno al concepto “obligacio-
minalista cuando se está contratando sobre un nes de valor”. Toda esta dinámica se generó en el
ámbito doctrinario y jurisprudencial, ya que la
(70) ALTERINI, Atilio A. “Las deudas de valor no están figura no alcanzó nunca la recepción legislativa
alcanzadas por la ley 23.928 de convertibilidad del aus- tan deseada; aun cuando muchos pregonaban
tral”, ob. cit. que, cuando el sistema receptara la categoría y
(71) BANCHIO, Enrique C., “Convertibilidad del
austral. Estudios jurídicos”, tercera serie, Zavalía, 1991, (72) BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Responsabilidad
MOISSET de ESPANÉS, Luis (coord.), p. 121 civil y otros estudios”, Buenos Aires, 1984, p. 151.

128 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

la aceptara, entonces ya no existiría controver- No obstante la similitud de la normativa ac-


sia sobre su aplicación. tual con la elaborada por el proyecto antes refe-
rido, existe una diferencia fundamental, que es
Llegamos así al año 2015, en el que se produ- que la prohibición destacada en el ítem a) del
ce el hito histórico de la derogación del Códi- artículo antes transcripto, en cuanto vedaba la
go velezano y la sanción del Cód. Civ. y Com., a utilización de índices generales de precios para
través de la ley 26.994, con vigencia a partir del cuantificar el valor original de la obligación.
1° de agosto de 2015. En esta nueva regulación Como puede observarse del texto finalmente
sustancial se produce finalmente la incorpora- sancionado, el referido inciso del artículo pro-
ción legislativa de las obligaciones de valor, en yectado fue finalmente eliminado, lo cual revis-
el art. 772, bajo el epígrafe “cuantificación de un te una importancia fundamental, pues, como se
valor”, que reza lo siguiente: “Si la deuda consis- verá en los puntos subsiguientes, los índices ge-
te en cierto valor, el monto resultante debe refe- nerales de precios (como el costo del metro cua-
rirse al valor real al momento que corresponda drado de construcción, o el índice de precios al
tomar en cuenta para la evaluación de la deuda. consumidor) servirán de base para mantener
Puede ser expresada en una moneda sin curso incólume la cuantificación de determinados ti-
legal que sea usada habitualmente en el tráfico. pos de obligaciones que serán encasilladas en
Una vez que el valor es cuantificado en dinero se esta novel tipología legal.
aplican las disposiciones de esta Sección”.
Otro aspecto que merece una observación
La regulación o recepción legislativa del tipo muy particular —y que tiene que ver con que el
obligacional que nos ocupa ya no pone en duda texto del art. 772 se halla prácticamente copiado
la importancia que este reviste y la posibilidad de su antecedente inmediato— es la terminolo-
gía utilizada por el legislador.
de aplicar el instituto en los más variados aspec-
tos de la vida y de las relaciones entre los parti- Efectivamente, y tal como surge del epígra-
culares; sin embargo, y como se desarrollará en fe de la norma, se recurrió a la denominación
los puntos siguientes, la tan ansiada tipificación “cuantificación de un valor”. Se evita de manera
no dejará la figura exenta de críticas o discusio- patente la verdadera denominación de la figu-
nes en torno al alcance y los efectos de su apli- ra conocida por toda la doctrina y aplicada por
cación. todos los jueces en numerosos fallos, cual es la
de “obligación de valor”. Si bien es fácil advertir
V. Antecedentes legislativos. Fuente de la que el desarrollo del artículo versa efectivamen-
regulación te sobre aquellas, hubiera sido preferible que se
llamara a las cosas por su verdadero nombre.
La fuente inmediata del art. 772 es el art. 724
Así lo refiere Casiello cuando expresa: “Porque
del proyecto de Código Civil de 1998, que esta- aunque no se alude de manera expresa —parece
blecía lo siguiente: “Cuantificación de un valor. que hubiera rubor en mencionarla— está bien
Si la deuda consiste en cierto valor, su cuantifi- claro que el texto se refiere a las conocidísimas
cación en dinero: a) No puede ser realizada em- deudas de valor que se distinguen de las deudas
pleando exclusivamente índices generales de de dinero o de cantidad. No sabemos a suerte
precios, b) el monto resultante debe correspon- de qué (seguramente porque se ha copiado casi
der al valor real al momento que corresponda a letra el precedente) no se utiliza con franque-
tomar en cuenta para la evaluación de la deu- za la denominación clásica de deuda de valor,
da, c) puede ser expresada en una moneda sin que admitimos no reconocerá antecedentes en
curso legal que sea usaba habitualmente en el el Derecho Romano, pero tiene bien ganado un
tráfico. Una vez que el valor es cuantificado en lugar en el léxico jurídico de Occidente desde
dinero se aplican las disposiciones de este pará- hace casi un siglo, pues comenzó a hablarse de
grafo, sin perjuicio de lo establecido en cuanto a ellas (deudas de valor, frente a las deudas de va-
los intereses resarcitorios por los artículos 1628 luta (moneda) con la aparición de los primeros
a 1631”. fenómenos de inflación aguda que afligieron a

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 129


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

los países de Europa en las primeras décadas del el deber de entregar “la cantidad correspon-
siglo XX...” (73). diente de la especie designada”.

Desde que fue receptada la figura en la ju- Se instaura —o, mejor dicho, se conserva—
risprudencia nacional con el conocido y ya de esta manera el régimen nominalista para
mencionado fallo del Dr. Safontás hasta la am- la generalidad de las obligaciones que se abo-
pliación del catálogo de supuestos que eran uti- nan en dinero de curso legal. Ello, sumado a la
lizados por la jurisprudencia para precisar los subsistencia de la vigencia de los arts. 7° y 10°
valores debidos entre particulares o las discu- de la ley 23.928 —que no fueron derogados por
siones suscitadas durante la sanción de la ley la sanción del Cód. Civ. y Com.—, determina la
23.928 y 25.561, era pública y notoria la deno- presencia de un régimen nominalista estricto o
minación de “deuda de valor” u “obligación de rígido para este tipo de deudas.
valor”, lo que le otorgó nombre propio, que no
debió ser dejado de lado para una mayor clarifi- Como se ha aclarado en el desarrollo del pre-
cación conceptual. sente trabajo, las partes han hecho verdaderos
malabares con el objeto de mantener el equili-
VI. Funcionamiento de las obligaciones de brio, la justicia y la equidad en el cumplimiento
valor. Utilidad en el contexto de la recepción de las obligaciones cuando la depreciación de
legislativa la moneda se hace tan pronunciada. Los ope-
radores del derecho, a su vez, debemos recurrir
Desde la sanción del Cód. Civ. y Com. hasta a todas las herramientas legales que el orde-
nuestros días, el fenómeno de la inflación, lejos namiento vigente nos ofrece para “garantizar a
de haberse atenuado o aminorado, se ha mani- nuestros clientes mantener el valor de las cosas
festado con todo su rigor. y recibir al final de un acto jurídico de carácter o
implicancia económica un valor similar al que
Basta con mencionar que, durante el año sus expectativas iniciales tenían” (74).
2019, según la publicación del Instituto Nacio-
nal de Estadísticas y Censos de la República Ar- De esta manera, y con esta premisa funda-
gentina (INDEC), el índice anual de tal flagelo mental, el nuevo art. 772 del Cód. Civ. y Com.
ascendió al 53,8% anual. Durante el año 2020, viene a proveernos esa esencial herramienta ju-
tomando como referencia el informe elabora- rídica, poniendo en evidencia que el principio
do por la Consultora Ferreres & Asociados, el nominalista rígido que ha subsistido para las tí-
índice anual inflacionario fue del 33,6%, ubi- picas obligaciones dinerarias no es compatible
cándose entre los más altos de América Lati- con el contexto inflacionario que hemos debi-
na, siendo solamente superado por Venezuela. do soportar. Como acertadamente manifiesta
Debe mencionarse además que la disminución López Mesa, “entre el principio nominalista y
experimentada obedece a una baja excepcio- la estabilidad de la moneda hay una relación
nal generada como consecuencia de las res- inescindible. Esos principios tienen que jugar
tricciones sociales impuestas por la pandemia juntos: no puede regir el nominalismo sin una
mundial que nos azota, por el congelamiento economía estable, porque en dicho caso la pro-
intencional de las tarifas de los servicios públi- hibición de indexación se transforma en confis-
cos y por el control estatal de precios, que ge- catoriedad” (75).
neran una situación económica ficticia que más
tarde que pronto eclosionará. Para entender el funcionamiento de las obli-
gaciones de valor, tal como han sido reguladas
En todo este contexto, nuestro legislador optó en el Cód. Civ. y Com., debemos poner énfasis
por consagrar los principios existentes con an- en afirmar que, si bien poseen una característica
terioridad a la sanción del nuevo código; pues común con la deuda de dinero en cuanto a que
con la redacción del art. 766 ratifica que las obli-
gaciones de dar sumas de dinero consistirán en (74) CORNET, Manuel, “Obligaciones de dar dinero”,
JA 2015-IV-1081.
(73) CASIELLO, Juan J., “Incorporación al proyecto de (75) LOPEZ MESA, Marcelo J., “Curso de derecho de
código de la deuda de valor”, LA LEY 2014-B, 514. las obligaciones”, Depalma, Buenos Aires, 2001, t. II, p. 53.

130 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

ambas se cancelan mediante la entrega de una Como bien afirman Pizarro y Vallespinos,
suma de signos monetarios, se diferencia de ella cuando lo que se pacta es un determinado quid,
en cuanto al objeto debido. hasta que no se produzca el pago de la obliga-
ción, “se sigue adeudando dicho valor, el que
Participamos decididamente de la postura puede experimentar las mutaciones propias
que afirma que entre las obligaciones dinerarias que por lo general imponen los procesos infla-
y las obligaciones de valor existe una diferencia cionarios. Por ello será necesario, a medida que
ontológica. Es decir que, mientras en las prime- transcurra el tiempo, representar ese valor con
ras el dinero cumple la función de objeto inme- una mayor cantidad nominal de dinero. La valo-
diato y específico, en las segundas, el objeto del rización de la deuda no la convierte en más one-
vínculo no es esencialmente el dinero, sino una rosa para el deudor, quien terminará pagando
utilidad, ventaja patrimonial o valor, que en de- una suma nominalmente mayor que la inicial-
finitiva también se cancelará con una suma de mente debida, pero que en términos de poder
signos monetarios destinada a cubrir el valor adquisitivo representa el mismo valor adeuda-
debido. do y no pagado” (77).

Sin embargo, y en lo que concierne a la utili- Ahora bien, este comportamiento diferente de
las obligaciones de valor frente al contexto infla-
zación de esta nueva categoría legislativa como
cionario no las convierte en mero instrumen-
instrumento que nos cobije de las nefastas con-
to, herramienta jurídica o creación doctrinaria
secuencias de la depreciación monetaria, de- frente a esta distorsión económica, pues aque-
bemos afirmar que las obligaciones de dinero llas existen ahora, pero también existían en épo-
poseen un comportamiento totalmente dife- cas de estabilidad monetaria. Sin embargo, la
rente al de las obligaciones de valor frente a la posibilidad de recurrir a ellas ya no dependerá
inflación. Este criterio diferencial es magistral- de una ley que así lo determine en sus postula-
mente explicado por Casiello, cuando expresa: dos, ni requerirá de evoluciones jurispruden-
“Hay, especialmente, un tratamiento dispar en ciales que terminen consolidando su existencia;
el acto cancelatorio, aunque siempre se utiliza- serán las propias partes quienes —en ejercicio
rá la moneda que es el medio de pago de recep- de la autonomía de la voluntad— podrán recu-
ción universal; pero en el primer caso —deuda rrir a ellas e incluirlas en sus contratos o nego-
dineraria— se dará al acreedor una suma igual cios particulares.
a la que constituye el objeto de la obligación (li-
bra por libra, peso por peso, del principio nomi- VII. El contrato como fuente de las obliga-
nalista), señalándose que la obligación de suma ciones de valor
es insensible, o sea no registra en absoluto las al-
Uno de los mayores avances que ha experi-
teraciones monetarias, de modo que cualquier
mentado esta figura al ser regulada en el Cód.
depreciación (pérdida del poder adquisitivo del
Civ. y Com. en su art. 772 es la posibilidad que
signo) la soportará el acreedor. Mientras que en tienen los particulares de incluir en sus con-
el segundo supuesto —obligación de valor—, de tratos este tipo de obligaciones. Es que, si bien
ninguna manera son irrelevantes las variaciones existía consenso en considerar dentro de esta
que experimente el signo monetario, desde que categoría supuestos paradigmáticos como la
aquí -si bien no se adeuda una suma de dinero- es prestación alimentaria, la indemnización pro-
verdad también que debe cubrirse con moneda veniente de la expropiación, la recompensa en
corriente un ‘valor’ o un ‘quid’ patrimonial que es el régimen patrimonial del matrimonio —en-
el objeto debido; será preciso, entonces, ponde- tre otros supuestos ya desarrollados en el punto
rar cual es el valor actual o poder adquisitivo del pertinente de este trabajo—, se trataba en todos
signo monetario corriente para determinar qué los casos de verdaderas expresiones derivadas
cantidad de numerario cubrirá efectivamente el de disposiciones legales aisladas que fueron en-
‘valor’ que cancela la deuda” (76). grosando el elenco con los lineamientos incor-

(76) CASIELLO, Juan J., “Incorporación al proyecto de (77) PIZARRO, Ramón D. VALLESPINOS, Carlos G., ob.
código de la deuda de valor”, ob. cit. cit., p. 460.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 131


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

porados por la ley 17.711 o por la interpretación a concluir que las obligaciones de valor pueden
que los jueces en sus fallos han sabido contem- ser contractuales. Para demostrar ello, basta con
plar. Además de la ley, hemos mencionado el detenerse en la posibilidad que confiere la ley
ilícito como fuente de las obligaciones de va- para expresar el valor; la deuda de valor “pue-
lor, en tanto la reparación del daño conforme al de ser expresada en una moneda sin curso legal
principio de la reparación plena y la restitución que sea utilizada habitualmente en el tráfico”,
al damnificado de todo aquello de lo que se ha Ello supone, por una parte, la existencia de un
visto privado responde indudablemente a este contrato preexistente que materialice esa alter-
concepto. nativa, y por la otra, que, así como la valoración
“puede ser expresada en moneda sin curso le-
Pero es partir de la sanción de la nueva legis- gal...”, también “puede” ser expresada con rela-
lación sustantiva que la literalidad de la norma ción a otro bien” (78).
prevista en el art. 772 nos permite afirmar, sin
hesitación, que el contrato también se erige en VIII. Previsiones necesarias en la configu-
una fuente evidente de las obligaciones de valor. ración del objeto. Validez frente a la ley 23.928

Serán las mismas partes quienes —previendo Como se puso de manifiesto en la presente
el desfasaje o perjuicio que la depreciación mo- elaboración, la prohibición de indexar que esta-
netaria acarrea— deseen resguardar el equili- blecen las normas de la ley 23.928 tiene como
brio o la equidad en sus prestaciones recíprocas, exclusivas destinatarias las obligaciones de dar
y decidan celebrar un contrato en el cual el ob- sumas de dinero. Respecto de ellas, las par-
jeto no se halle constituido lisa y llanamente por tes tienen absolutamente prohibido formular
una suma determinada de dinero, (destinada a cláusulas que impliquen la repotenciación de
ser cancelada por la idéntica suma convenida deudas o que aten el capital originariamente
en origen), sino por un valor que, en el momen- pactado a la evolución de precios, índices o va-
to de ser cuantificado o convertido en moneda riación de costos. En virtud de lo normado por
de curso legal, respete el poder adquisitivo real el art. 766, el deudor debe entregar la cantidad
o la verdadera intención de las partes al contra- nominalmente expresada en la obligación y en
tar. ¿Qué alternativas se presentan como viables la especie designada.
y aceptables para las partes, de manera tal de no
Sin embargo, y como se ha expresado, todas
vulnerar o violar la expresa prohibición de in-
estas prohibiciones no repercuten en absoluto
dexar prevista por la ley 23.928? en las obligaciones de valor, ya que, al ser dife-
El art. 772 permite expresar ese valor con una rentes el objeto y su naturaleza, escapan de la
moneda sin curso legal en nuestro país, con la veda impuesta por esta normativa.
sola condición de que sea usada habitualmente Para clarificar una temática que más de una
en el tráfico. Las partes podrán convenir en su vez ha traído confusión y una gran cantidad de
contrato que el objeto de la obligación sea la en- problemas en los operadores del derecho, es da-
trega determinada cantidad de dólares estadou- ble establecer directivas precisas que evitarán
nidenses o euros. Sin embargo, ese es solo un cuestiones tan determinantes como la propia
ejemplo que otorga el artículo, ya que la locu- nulidad de cláusulas elaboradas en contraposi-
ción “puede” deja abierta la posibilidad de que ción con normas que son consideradas por gran
la deuda de valor sea expresada en relación con parte de la doctrina como de “orden público”.
cualquier otro bien.
Para ello deberá hacerse hincapié en el objeto
El precio de la obligación puede ser de esta de la obligación y establecer con claridad si lo
manera una moneda sin curso legal en nuestro que estamos pactando es una simple obligación
país, pero también una determinada cantidad
de litros de nafta, de toneladas de soja o de kilo-
(78) ALTERINI, Jorge H., “Código Civil y Comercial
gramos de carne. comentado. Tratado exegético”, 2ª ed. actualizada y co-
mentada. TRIGO REPRESAS, Félix A., COMPAGNUCCI
Jorge H. Alterini e Ignacio E. Alterini lo han ex- de CASO, Rubén H., ALTERINI, Ignacio E. (coord.), tomo
plicado así: “La redacción del art. 772 conduce IV, Comentario al art. 772.

132 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

dineraria o si, por el contrario, abordaremos un a) Pactar que el precio será determinada can-
vínculo en que el objeto de este lo constituye tidad de dinero que se actualizará de acuerdo a
una obligación de valor que permitirá desplegar la evolución del índice de precios de la carne o
los lineamientos de lo regulado en el art. 772 del de la nafta;
Cód. Civ. y Com.
b) Concertar que el precio será directamen-
En efecto, y partiendo de un ejemplo habitual, te el valor de determinada cantidad de kilos de
si celebramos un contrato de obra en el que el carne o litros de nafta, al momento que corres-
precio se abonará en cuotas periódicas de “pe- ponda evaluarse la deuda.
sos de curso legal”, pero ajustando el monto de La primera opción supondría la configura-
estas conforme a la evolución de índices publi- ción de una obligación de dar moneda indexa-
cados por la Cámara Argentina de la Construc- da a través de una cláusula de estabilización, lo
ción, estaremos en presencia de una obligación que por regla está prohibido por la ley 23.928 y
cuyo objeto esencial es el dinero. Sin embargo, también por el art. 766 del Cód. Civ. y Com. En
al incluir las partes la actualización a través del cambio, la segunda posibilidad significa generar
índice aludido, se estaría actualizando el quan- una típica obligación de valor jurídicamente in-
tum con un instrumento que se halla en una objetable. Tanto las obligaciones de dar dinero,
franca violación de las disposiciones emanadas cuando es posible la indexación, como siempre
de los arts. 7 y 10 de la ley 23.928. las obligaciones de valor, tienen la misma fina-
lidad: resguardar el valor del crédito frente a la
Diferente será la hipótesis en que las partes depreciación monetaria. La diferencia reside en
realicen ese mismo contrato, pero no pacten el que mientras aquéllas estarían prohibidas, las
monto de las prestaciones en pesos de curso le- de valor están expresamente permitidas” (79).
gal, sino en un determinado y concreto valor,
que podrá ser traducido en una moneda sin cur- Es que las obligaciones de valor, cuando son
so legal, pero también en cualquier otra cosa, introducidas por las partes como objeto del
contrato, cumplen una función idéntica a las
como determinada cantidad de soja o litros de
obligaciones dinerarias indexadas, con la dife-
nafta. El objeto del vínculo es el valor de dicho
rencia fundamental de que el pacto realizado
objeto, que, en el momento del pago, se conver- de esta manera posee absoluto correlato con las
tirá en dinero, porque solo de esa forma podrá previsiones contenidas en el art. 772 del Cód.
materializarse el cumplimiento de la obligación Civ. y Com. Ello le imprime legalidad y les da la
asumida. absoluta seguridad a los contratantes de que las
previsiones de esta índole jamás podrán ser ta-
Es con esta modalidad donde las partes re- chadas de nulidad.
curren acertadamente a la utilización de las
obligaciones de valor, donde intencionalmente CAPÍTULO III
pretenden resguardar el equilibrio de las presta-
ciones comprometidas acudiendo al auxilio de ALCANCES Y DINAMISMO DE LAS
las herramientas expresamente previstas por el OBLIGACIONES DE VALOR
Cód. Civ. y Com.
I. La postura de las XXV Jornadas Naciona-
Esta observación ha sido desarrollada de una les de Derecho Civil de 2015
manera muy clara y didáctica por Jorge H. Al-
Al año de la sanción del nuevo texto del Cód.
terini e Ignacio E. Alterini, cuando en su obra Civ. y Com., se celebraron, en la ciudad de Ba-
Ahorro, crédito de valor e hipoteca. Primeras re- hía Blanca, los días 1°, 2 y 3 de octubre de 2015,
formas al Código Civil y Comercial expresaron: las XXV Jornadas Nacionales de Derecho Civil,
“Si una persona desea concertar un contrato
(79) ALTERINI, Jorge H. — ALTERINI, Ignacio E.
cuyo precio esté ligado a la evolución del precio “Ahorro, crédito de valor e hipoteca. Primeras reformas
de determinado bien, por ejemplo la carne o la al Código Civil y Comercial”, LA LEY 2016-E, 1109, AR/
nafta, se pueden imaginar dos alternativas: DOC/3017/2016.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 133


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

que trataron ente otros temas, la cuestión rela- tractuales. Esta norma tiene su antecedente
tiva a las obligaciones de valor. En este sentido, inmediato en los arts. 1349 y 1353 del código de-
y en lo que se refiere a este tópico, los juristas rogado, que permitían a las partes fijar el precio
integrantes de la Comisión N°2 sostuvieron: “la del contrato con referencia a otra cosa cierta. El
categoría de las obligaciones de valor no pue- art. 1133 expresamente prevé lo siguiente: “De-
de ser empleada como mecanismo para burlar terminación del precio. El precio es determina-
normas de orden público en fraude a la ley (art. do cuando las partes lo fijan en una suma que
12 del Cód. Civ. y Com.), lo que ocurre cuan- el comprador debe pagar, cuando se deja su in-
do intentan incluir en ellas típicas obligaciones dicación al arbitrio de un tercero designado o
dinerarias a fin de eludir la prohibición de in- cuando lo sea con referencia a otra cosa cierta”.
dexar (con voto en contra del Dr. Bliss)” (80).
Desde antaño la doctrina ha considerado que
Con base en lo desarrollado en el punto an- este tipo de cláusulas poseen la misma natu-
terior, no podemos más que refutar o contrade- raleza que las obligaciones de valor, y que, por
cir esta conclusión específica a la que se arribó ende, son permitidas frente a la prohibición de
en las citadas jornadas. Es que las partes, lue- indexar (81). Moisset de Espanés ha sostenido
go de la sanción del art. 772, contarán con una esta postura justificándola de la siguiente ma-
expresa herramienta legal para introducir en nera: “Aunque con frecuencia estas cláusulas
sus contratos obligaciones de valor que los de- tienen un efecto similar al de las cláusulas de
jen resguardados de los impredecibles avatares estabilización, pues el precio de mercado de los
de la economía de nuestro país; ello sin violar productos que el hombre necesita para su vida
normativa alguna y acudiendo a un instrumen- se ve arrastrado por el proceso inflacionario, su
to que, aun cuando funciona como una cláusu- naturaleza es muy distinta. Las cláusulas de es-
la indexatoria, se halla expresamente permitido tabilización, o de actualización monetaria, tie-
por la legislación de fondo. nen como fin medir el valor del dinero y por ese
camino resguardar la equivalencia de las presta-
Las partes podrían, en cualquier tipo de con- ciones. Las cláusulas ‘valor cosa cierta’ se limi-
trato, acudir a la utilización de un valor o a la tan a cumplir con la determinación del precio,
fijación de un quid como objeto de la relación, con abstracción del valor del dinero. El precio fi-
sin incurrir en ningún tipo de violación legal. nal seguirá las oscilaciones que esa cosa tenga
No podrán —como antes se especificó— cele- en el mercado, que son —en alguna medida—
brar un contrato que tenga por objeto inmediato independientes de los cambios que puede sufrir
la entrega de una suma determinada de dinero,
el valor del dinero. Frente a la prohibición de in-
que vaya actualizándose con relación a la evo-
dexar, la diferencia sustancial radica en el punto
lución del precio de un determinado bien, pues
de que, si bien las cláusulas de actualización no
ello se halla evidentemente prohibido, pero sí
están permitidas, la determinabilidad del precio
podrán concertar que el precio sea el valor de
conserva plena vigencia” (82).
una determinada cantidad de un producto cual-
quiera. Las Jornadas Nacionales de Derecho Civil ce-
lebradas en la ciudad de Rosario en el año 2003
Para ello contarán con los preceptos del art.
propugnaron la validez de este tipo de cláusu-
772, pero también con otra norma que refuer-
las, dictaminando por unanimidad que “el no-
za el criterio aquí vertido. Nos referimos concre-
tamente al art. 1133 del Cód. Civ. y Com., que
contempla la inclusión de “cláusulas de deter- (81) Realizando una interpretación literal del art. 7 de
la ley 23.928, que consagra el nominalismo para las ob-
minación del precio” en la compraventa, que ligaciones de dar una suma “determinada” de australes,
no reducen su campo de aplicación solamente se dejan afuera de estas previsiones todas aquellas ob-
a este contrato, sino que son, por remisión ex- ligaciones cuya suma no está determinada aún, sino que
presa o analógica, aplicables a otros tipos con- es “determinable”.
(82) MOISSET DE ESPANÉS, Luis y MARQUEZ, José
(80) “Conclusiones de las XXV Jornadas Nacionales de F., “Cláusulas de determinación del precio y cláusulas de
Derecho Civil”, SJA 16/12/2015, 144; JA 2015-IV, 1219; Cita estabilización: la actualidad de la distinción”, cita on line:
On Line: AR/DOC/5611/2015. 0003/009298.

134 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

minalismo no impide que las partes establezcan el objeto de resguardar el equilibrio de sus pres-
cláusulas de determinación de precio, según los taciones, pacten el momento más propicio,
arts. 1349 y 1353 del Código Civil” (83). adecuado y conveniente para convertir o cuan-
tificar ese valor, que podrá ser en el momento
De ninguna manera la utilización de este tipo del vencimiento de la obligación, pero también
de obligaciones puede erigirse en una manio- en el momento de su efectivo pago.
bra tendiente a vulnerar el orden público, como
erróneamente se ha sostenido en las Jornadas Así lo establece el art. 772 del Cód. Civ. y
del año 2015, ya que se trata de pactos incorpo- Com., cuando prevé que el monto resultante de
rados por las partes que, además de preservar el la cuantificación del valor “debe referirse al va-
sinalagma contractual, implican el ejercicio de lor real al momento que corresponda tomar en
un derecho expresamente establecido en la ley. cuenta para la evaluación de la deuda”. Este mo-
Mal podría por otra parte hablarse de violación mento u oportunidad podrá ser el determinado
del orden público en esta materia específica. por las partes en el contrato o en la sentencia, en
el caso de las deudas judiciales, conforme con-
Siguiendo a Tobías, que concibe el orden pú- clusión coincidente de las Jornadas Nacionales
blico “como el conjunto de principios jurídicos de Derecho Civil del año 2015.
que constituyen la base de la organización so-
cial y que aseguran la realización de valores que En el mismo sentido, Jorge H. Alterini e Igna-
el medio social reputa fundamentales para el cio E. Alterini sostienen que “de la referencia
pueblo, la Nación y la sociedad entera” (84), la al momento que corresponda, se infiere que la
utilización de un determinado valor como he- oportunidad de la cuantificación puede ser esta-
rramienta tendiente a proteger el equilibrio de blecida por la ley, cuando refiera a obligaciones
las prestaciones jamás puede considerase aten- de valor ex lege, o por las partes en las obligacio-
tatoria de estos principios que las partes deben nes de valor de fuente contractual” (85).
respetar.
El punto en cuestión no ofrecerá mayores di-
II. La cuantificación del valor y momento de ficultades o inconvenientes interpretativos en
concretarlo lo que se refiere a las obligaciones de valor de
fuente contractual, pues lo más probable o pro-
Como se ha explicado al abordar el funciona- picio es que las mismas partes convengan que la
miento de las obligaciones de valor, existe una cuantificación sea efectivizada en el momento
instancia en la que ese “quid” abstracto debe- mismo del pago, o incluso en un momento pos-
rá cuantificarse o traducirse en dinero, ya que terior. En cambio, en las obligaciones de valor ex
nuestra moneda de curso legal opera in solutio- lege, la determinación de la “oportunidad de la
ne o, dicho de otra manera, como un mero me- cuantificación”, aun cuando esta sea el dictado
canismo tendiente a liquidar o determinar la de la sentencia definitiva, puede traer conse-
magnitud económica de aquel valor. cuencias negativas o que arriben a un resulta-
do injusto en torno a la efectiva protección de
Es en este punto en donde gravita nuestra los intereses de las partes. Es que cualquier pun-
convicción en torno a que las obligaciones de to temporal anterior al efectivo pago devendrá
valor tienen evidente fuente contractual. Si afir- problemático si se admite que, una vez cuantifi-
mamos que aquellas pueden ser introducidas cada la obligación de valor en dinero, se aplican
por las partes en todo tipo de convenciones, las disposiciones referidas a las obligaciones di-
diremos también con absoluta determinación nerarias.
que son los propios contratantes quienes, con
Esto nos conecta indefectiblemente con uno
(83) Articulado equivalente a los actuales arts. 1133 y de los agregados realizados al art. 772 que, in-
1134 del Cód. Civ. y Com. terpretado en forma errónea, puede llegar a
desnaturalizar el verdadero espíritu de las obli-
(84) TOBIAS, José W., su comentario al art. 12, “Código
Civil y Comercial comentado. Tratado exegético”, ALTER-
INI, Jorge H. (dir. gral.) ALTERINI, Ignacio E. (coord.), (85) ALTERINI, Jorge H., “Código Civil y Comercial co-
tomo I, dirigido por José W. Tobías, p. 93, N° 4. mentado. Tratado exegético”, ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 135


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

gaciones de valor en aquellos supuestos en que se aplican las disposiciones de esta sección”. En
la incorporación del quantum no se realiza por tanto acontezca un efectivo cumplimiento de la
acuerdo de partes, sino por las disposiciones de obligación en un plazo prudencial, ello podrá
la propia ley. Piénsese, por ejemplo, en todos los ser así, pero, si el incumplimiento se dilata en el
casos en los que se halla controvertido el valor tiempo o el íter existente entre la cuantificación
de la reparación de un rodado, o la terapia a la y el efectivo pago se torna prolongado o distan-
que debe someterse el actor de un daño psicoló- te, no podrá existir una novación o cambio sus-
gico comprobado, o el valor del inmueble expro- tancial del objeto; pues para que ello ocurra será
piado. En algún momento del pleito la cuantía necesario el expreso acuerdo de las partes en los
debe ser traducida en términos monetarios, lo términos de lo normado por el art. 934 del Cód.
que acontecerá en el momento de la pericia o, Civ. y Com. La novación no se presume, debe
posteriormente, en la sentencia. Pero ¿qué es lo manifestarse claramente por la voluntad de las
que ocurre si esa sentencia no es cumplida o si, partes; si no se respetan esas premisas o requisi-
en su defecto, sus disposiciones son dilatadas tos, lo dispuesto por el art 772 en su última par-
por el planteo de interminables medios recur- te estaría convalidando una suerte de novación
sivos? ¿Puede válidamente pensarse que, una ilegal. “Si ocasionalmente la obligación de valor
vez que la obligación es cuantificada en dinero, se expresa en una cantidad dineraria, —por caso
queda convertida en una obligación dineraria cuando se liquida a los fines de su pago y luego
no indexable? ese pago no se concreta— la obligación conser-
va su linaje, como se ha dicho, y continúa sien-
Participo de la postura que propicia una dife- do obligación portadora de un valor constante,
renciación ontológica entre las obligaciones de hasta el momento de su cancelación definiti-
dinero y las obligaciones de valor. Es su esencia, va” (87).
su naturaleza y el propio objeto lo que distingue
unas de las otras. Cuando una obligación es de Aun cuando lo que se muestra ontológica-
valor no altera ni cambia su linaje hasta que se mente como deuda de valor no puede ser desna-
halla efectivamente extinguida. Si en una sen- turalizado por la ley ni desconocido por el juez,
tencia ese valor se convierte en dinero es por- propiciamos de todas maneras que, al realizar
que ese es el medio destinado a hacerla efectiva, las peticiones judiciales en los escritos de de-
pero de ningún modo implicará una alteración manda o en el acto procesal oportuno, las partes
o cambio de naturaleza en la obligación primi- introduzcan este planteo y soliciten que, ante el
genia. incumplimiento por parte del obligado, aque-
llos valores que se hayan traducido en dinero
Como expresa Bustamante Alsina, “la deuda
(al solo efecto del pago) puedan volver a reva-
de valor es siempre deuda de valor, como la de
lorizarse hasta la fecha más próxima al cum-
dinero, no cambia su naturaleza. Ni una ni otra
plimiento. (88) Ello es respetuoso del principio
se transforman por la sentencia y esta no ope-
de congruencia procesal y le da al juez la posi-
ra novación alguna, la sentencia es siempre
bilidad de realizar una interpretación armóni-
declarativa y puede ser de condena; como de-
ca de la legislación vigente. Pensamos, como lo
clarativa, reconoce un derecho anterior que no
modifica, como condenatoria, da nacimiento a hacen Barreiro y Cornaglia, que las sumas cuan-
la actio judicati que es una acción nueva porque tificadas en una sentencia de ninguna manera
la anterior se extinguió por su ejercicio, pero el pueden representar una cristalización del crédi-
derecho es el mismo” (86). to. Esto último “carece de razonabilidad jurídica
y violentaría el alterum non laedere, consagrado
Con esta premisa es que deberá interpretarse en el art. 19 de la CN. Al mismo tiempo viola una
la última parte del art. 772 cuando expresa que
“una vez que el valor es cuantificado en dinero (87) CASIELLO, Juan J., “Incorporación al proyecto de
código de la deuda de valor”, LA LEY 06/03/2014, 1, AR/
DOC/4579/2013.
(86) BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Indexación de
deudas de dinero”, LA LEY 1975-D, 584 y Obligaciones y (88) TRIGO REPRESAS, Félix A., “Obligaciones de
contratos Doctrinas Esenciales Tomo III, 01/01/2009, 39 dinero y depreciación monetaria”, Librería Editora
— RCyS2020-X, 261. Platense SRL, La Plata, 1978, p. 186.

136 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

regla básica de la lógica formal de que algo pue- es pactado libremente por las partes o se halla
de ser y no ser al mismo tiempo” (89). previsto en alguna disposición que autorice tal
acumulación (art. 770 incs. a y d)—.
III. Los intereses moratorios en las obliga-
ciones de valor. Los precedentes judiciales. La Lo que ha acontecido mayoritariamente en
solución propiciada en esta temática torno a la compatibilización de intereses en los
casos de obligaciones de valor es lo siguiente.
El tema de los intereses aplicables a las obli- Los jueces al dictar su sentencia cuantifican el
gaciones de valor se halla inescindiblemente monto reclamado no conforme al valor históri-
relacionado con el momento a partir del cual el co, sino tomando como referencia el valor ac-
quantum propio de este tipo de obligaciones es tualizado a la fecha del propio decisorio. Pero
transformado en moneda de curso legal. Como como los intereses deben correr desde el mo-
ya hemos puesto de manifiesto anteriormente, mento en que se produjo el perjuicio, se apli-
este tópico no revestirá mayores dificultades en can dos tasas diferentes, que surgen de dividir o
aquellos supuestos en los que las partes pacten distinguir los siguientes períodos: a) una desde
expresamente en su vínculo contractual el mo- que la obligación se hizo exigible hasta que se
mento en que operará esa cuantificación; pues determinó el valor de la prestación; y b) desde
en estos casos serán los particulares, en ejercicio este último momento hasta su pago. Conforme
de la autonomía de la voluntad, los que decidan lo propone Lorenzetti, la situación de estas dos
la suerte de sus prestaciones y el momento opor- etapas quedaría configurada de la siguiente ma-
tuno para lograr el adecuado equilibrio de estas. nera:

Sin embargo, en lo que respecta a las obli- “La primera no debe contener escorias infla-
gaciones de valor de origen legal o judicial, y cionarias. Es que la razón de ser de estas últimas
principalmente en aquellas que consisten en es, precisamente, compensar (por vía indirecta)
resarcir los daños producidos, el tema reviste la pérdida de poder adquisitivo de la moneda,
mayor trascendencia, pues la aplicación literal situación que no se presenta hasta el momento
de la última parte del art. 772 y la consecuente de la cuantificación, pues el monto de la obliga-
conversión definitiva de la obligación de valor ción se determina de acuerdo al valor que ella
en una típica deuda dineraria pueden llegar a reviste en dicho instante. No hay depreciación
provocar la desnaturalización o perversión de alguna. La tasa de interés debe ser pura, pues
la figura. de lo contrario se estaría mandando a pagar dos
veces lo mismo, con el consiguiente enriqueci-
De acuerdo a ello —y pese a que se propicia miento sin causa del acreedor” (91).
una solución distinta—, una vez que esa cuan-
tificación es efectuada generalmente en la sen- En una segunda etapa que, como dijimos, va
tencia, (90) desde esta instancia son aplicables a desde la conversión efectuada en la sentencia
la suma así obtenida todas las disposiciones re- hasta el efectivo pago, el mencionado autor sí
lativas a las obligaciones de dar sumas de dine- propone la aplicación de tasas que posean esco-
ro. Esa alternativa daría la posibilidad de aplicar rias inflacionarias, pues, según su postura, ya no
intereses compensatorios, conforme lo norma- será posible una nueva operación de cuantifica-
do por el art. 767 del Cód. Civ. y Com., intereses ción a valores reales y actuales (92).
moratorios y punitorios (arts. 768 y 769 del mis- En materia jurisprudencial, podemos afirmar
mo cuerpo legal) y hasta el anatocismo —si este que, desde el año 2018, este último es el crite-
rio que viene imponiéndose. Con anterioridad
(89) BARREIRO, Diego y CORNAGLIA, Ricardo J., “Re- a ese momento, la amplia mayoría de los tribu-
flexiones sobre las deudas de valor”, DT 2020 (noviem- nales bonaerenses establecían que los intereses
bre), 288.
(90) En las Jornadas Nacionales de Derecho Civil de (91) LORENZETTI, Ricardo L., “Código Civil y Comer-
Bahía Blanca celebradas en el año 2015, por unanimidad cial de la Nación comentado”, Rubinzal — Culzoni, t. V,
se propuso que es en la sentencia el momento en el que arts. 724 a 1020, ps. 158, 159.
se cuantifica o se traduce en dinero el valor pretendido
por el actor. (92) Ibidem, p. 159.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 137


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

por mora fueran liquidados desde el día en que adquisitivo de la moneda, producto del fenó-
se produjo el perjuicio hasta su efectivo pago, meno inflacionario), esto es sin agregarle los
pero sin distinguir si la indemnización había factores o riesgos que el prestador asume hasta
sido calculada a valores actuales o a valores his- lograr la recuperación de la suma debida” (95).
tóricos. Esto generaba una distorsión y una falla
en la técnica utilizada por los jueces, ya que, si al En este precedente dictado en fecha 21 de
crédito de valor se le anexaba una tasa (activa o octubre de 2020, la Corte determina que la tasa
pasiva) que, a su vez, poseía escoria inflaciona- de interés puro a calcularse —desde la fecha
ria, se producía una distorsión que beneficiaba del hecho hasta el dictado de la sentencia— es
al accionante en perjuicio del demandado (93) . del 6 % anual. A partir de allí y hasta el efectivo
pago, se ordenó la aplicación de un interés mo-
A partir del año 2018, la Corte Suprema de ratorio consistente en la tasa pasiva más alta
la Provincia de Buenos Aires viene aplican- fijada por el Banco de la Provincia de Buenos
do la doctrina emanada de las causas Vera (C. Aires en sus depósitos a 30 días.
120.536 del día 18-04-2018) y Nidera SA (C.
121.134 del día 03-05-2018) (94), mediante la Lo cierto es que la conversión forzosa de
cual realiza la discriminación en esos dos pe- la obligación de valor en obligación dinera-
ríodos bien definidos que han sido explicados ria efectuada en el momento de la sentencia
precedentemente. En este sentido, los jueces no garantiza en absoluto la intangibilidad del
del más alto tribunal de la provincia han re- crédito y desnaturaliza por completo la esen-
suelto que “cuando se fija un quantum indem- cia de las obligaciones de valor. Sin posibilidad
nizatorio a valor actual (vgr. al tiempo de la de recomponer el capital dinerario, los actores
sentencia) en principio debe utilizarse, por el quedarían a merced del paso del tiempo, con
lapso que media entre el hecho lesivo y el mo- la aplicación de una tasa pasiva o activa, que
mento de aquella valoración, el denominado determinará que la cantidad de unidades mo-
interés puro, a fin de evitar distorsiones en el netarias fijadas en la condena tendrán cada vez
cálculo y determinación del crédito. De allí en menor poder adquisitivo (96).
más, el monto resultante del capital y los inte-
reses puros se aplica el interés moratorio a la Es ilusorio hablar en este sentido del prin-
tasa fijada en el caso ‘Cabrera’ arriba individua- cipio de la realidad económica —considerado
lizado (...) Como la indemnización se estima a como el parámetro rector para indagar si una
valores posteriores a la fecha de exigibilidad indemnización es suficiente cuando se la com-
del crédito —se dijo en Vera y Nidera — es con- para con la entidad de los daños— (97), si, una
gruente con esa realidad económica liquidar vez cuantificada la entidad del daño en la sen-
los intereses devengados hasta ese momen-
to aplicando, como tradicionalmente se esta- (95) SC Buenos Aires, “Sandobal, Félix Gustavo c/Gai-
blecía en relación con todas las modalidades da, Matías y otro s/daños y perjuicios”, 21/10/2020, mag-
de actualización, una tasa de interés puro; es istrados votantes: Kogan — Soria — Genoud — Torres.
decir, el accesorio destinado a la retribución (96) MARINO, Tomás, “Deudas de valor, inflación y
de la privación del capital, despojado de otros cuantificación de daños personales: La Suprema Corte
componentes (entre otros, la pérdida del valor brinda una importante pauta de trabajo para operar con
fórmulas matemáticas”, LA LEY 15/09/2020, 5, cita on
line: AR/DOC/2693/2020.
(93) SC Buenos Aires, “Cabrera Pablo David c/Ferrari
Adrián Rubén s/daños y perjuicios”, 15/06/2016, magis- (97) Fue en el caso “Ontiveros” dictado por la Corte
trados votantes: Kogan — Hitters — Soria — Pettigiani Suprema de Justicia de la Nación (Fallo: 340:1038) en el
— De Lázzari — Genoud.; SC Buenos Aires, “Padín Mar- que se introdujo este concepto al advertir que tanto el
tín Aníbal c/Municipalidad de Olavarría s/daños y per- derecho a una reparación integral como el derecho a la
juicios”, 10/08/2016, magistrados votantes: Kogan —Soria integridad de la persona en su aspecto físico, psíquico y
— Pettigiani — Negri. moral, y el derecho a la vida que enlaza a los dos prim-
eros se encuentran reconocidos en el plexo convencional
(94) SC Buenos Aires, “Nidera S.A. c/Provincia de Bue- incorporado al art 75, inc. 22 de la Constitución Nacional.
nos Aires s/daños y perjuicios”, 03/05/2018, magistrados Agregó que tales prerrogativas no pueden satisfacerse si
votantes: Negri — Soria — de Lázzari — Pettigiani — Ge- el resarcimiento que se reconoce a la víctima producto de
noud. la utilización de facultades discrecionales de los jueces

138 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

tencia, se la somete nuevamente a la deriva del mitación de un recurso procesal se halla su-
contexto inflacionario. ficientemente motivada. Aunque opinable,
mediando liquidación de las cantidades obje-
Propongo, en este sentido, y en forma cohe- to de la condena y demorándose la etapa de la
rente con lo desarrollado en el ítem anterior, ejecución en perjuicio del acreedor, cabe su re-
que rescatemos el verdadero espíritu de las valorización desde que la obligación pendien-
obligaciones de valor, reiterando el concepto te, en su sustancia, sigue siendo de valor y no
de que, cuando una obligación nace de valor, dineraria” (99).
conserva esa esencia hasta que se extingue con
su efectivo pago. Casiello ha sugerido la lisa y llana elimina-
ción de la última parte del art. 772 (100), mien-
No es lícito que opere esa transmutación de tras otros autores proponen que los jueces en
la obligación de valor en una obligación dine-
sus sentencias prevean el mecanismo a seguir
raria sin que haya una conformidad expresa de
en aquellos casos en que la obligación de va-
las partes intervinientes en la relación en jue-
lor no sea cumplida, como una suerte de ad-
go. Como se ha sostenido, la estimación del va-
vertencia que produzca un efecto disuasivo en
lor reparativo representado en la sentencia es
el deudor renuente, evitando incertidumbre y
de validez temporal relativa, en tanto en cuan-
to el cumplimiento o acatamiento de ese de- fomentando la celeridad procesal (101).
cisorio sea llevado a cabo en tiempo y forma. Como lo he afirmado anteriormente, consi-
Pero, si ello no ocurriera, y haciendo énfasis en
dero que la última parte del art. 772 posee el
que la obligación de valor no pierde su linaje,
carácter de una novación ilegítima, si es reali-
se podrá solicitar a los jueces que ese monto
zada compulsivamente sin la adecuada anuen-
estimado en la sentencia pueda ser ampliado
cia de las partes en juego. La obligación que es
o actualizado teniendo en cuenta que ha mu-
de valor permanece como tal mientras no sea
tado, aun después de que la sentencia haya al-
canzado el grado de cosa juzgada. extinguida con el pago, lo que le permitiría al
juez volver a cuantificar la suma determinada
Trigo Represas ha defendido esta posición necesariamente en la sentencia.
mediante la cual, aunque haya cosa juzgada,
el deudor de ese valor no se libera pagando in- Será conveniente de todas maneras que los
tereses, sino que debe asumir la obligación de contendientes, además de describir el valor
pagar ese mayor valor que el daño representa; que reclaman y de cuantificarlo en dinero, so-
postura que se corrobora con lo sostenido por liciten expresamente la posibilidad de reade-
Couture sobre la cosa juzgada, reconociéndole cuar el valor hasta su efectivo pago, ya que la
utilidad, pero no un valor semejante que pros- ley procesal exige una estricta conformidad en-
pere frente a la verdad (98). tre lo que se reclama y lo que el juez reconoce
en la sentencia. Las partes cumplirán de esta
Por su parte, Morello también ha pregonado manera el principio de congruencia procesal y
la posibilidad de volver a cuantificar la deuda el juez que así proceda habrá cumplido con el
cuando existe un lapso muy prolongado en- mandato constitucional de asegurar al damni-
tre la sentencia y el efectivo pago como conse- ficado la reparación plena de los daños pade-
cuencia de los remedios recursivos previstos cidos.
en las distintas instancias del proceso. Ha di-
cho en este sentido que “la revalorización de (99) MORELLO, Augusto M., “Revisión del daño re-
la condena como consecuencia del consumo sarcible y valorización del monto de la condena”, JA del
debilitador del tiempo que demanda la tra- 18/07/1975.
(100) CASIELLO, Juan J., “Incorporación al proyecto de
resulta en valores insignificantes con relación a la enti- código de la deuda de valor”, ob. cit.
dad del daño resarcible.
(101) CONDORELLI, Epifanio J., “Régimen procesal
(98) TRIGO REPRESAS, Félix A., “Obligaciones de de la indexación”, Librería Editora Platense S.R.L., 1978,
dinero y depreciación monetaria”, ob. cit. p. 205.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 139


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

IV. Recepciones legislativas de la doctrina ducir la descapitalización de un fondo del Esta-


de las obligaciones de valor con posterioridad do creado para otros fines.
a la sanción del Código
Fue en este escenario en el que surgieron
Como consecuencia del déficit habitacional otros dos mecanismos, determinados legislati-
que padece nuestro país desde hace varias dé- vamente, que, con diferentes procedimientos
cadas, a poco tiempo de entrada en vigor del de cálculo, han sido diseñados para recuperar
Cód. Civ. y Com., surgieron soluciones legisla- el capital dado en préstamo, aplicando para ello
tivas, como una reacción al problema antes re- toda la doctrina de las obligaciones de valor que
ferido y con el objeto de buscar una solución a hemos venido desarrollando.
este flagelo que acucia a una gran parte de la po-
blación. Nos referimos concretamente a la ley 27.271,
denominada “Casa de Ahorro. Sistema para el
En este contexto, existieron algunos instru- fomento de la inversión en vivienda” o también
mentos de crédito que pretendieron idear me- denominada “Ley Cobos”, la cual fue sanciona-
canismos que permitieran a la gente poder da el día 1° de septiembre de 2016 y publicada
acceder a su vivienda propia. No ya a través de en el Boletín Oficial el día 15 de septiembre del
los clásicos créditos hipotecarios, pues, en estos, mismo año; y a la comunicación “A” 5945 del
las entidades bancarias que tratan de asegurar Banco Central de la República Argentina, dicta-
la invariabilidad o protección del capital de- da en fecha 8 de abril de 2016.
ben utilizar una tasa de interés que comprenda
la expectativa inflacionaria, la depreciación del IV.1. Contratos celebrados bajo la modalidad
dinero y, en definitiva, la incertidumbre econó- “unidad de medida UVI”
mica. Esto genera que el cálculo de los intereses
aplicables redunde en cuotas extremadamente Mediante la ley nombrada en primer lugar
altas que determinen, en definitiva, que quienes —específicamente en su art. 1°—, se crea una
puedan acceder a este instrumento crediticio unidad de medida denominada UVI (unidad de
sea la población con alto poder adquisitivo o in- vivienda), la cual servirá como instrumento de
gresos elevados, que les permitan calificar o te- ahorro, préstamo e inversión. En dicho artículo
ner la aptitud financiera suficiente para que los la ley expresa que la función principal será la de
bancos los recepten como potenciales clientes. captar el ahorro de personas físicas o jurídicas
para destinarlo a la financiación a largo plazo en
En el otro extremo, y teniendo como preemi- la adquisición, construcción y/o ampliación de
nencia el rol de un Estado intervencionista en viviendas en la República Argentina.Como sur-
esta política pública, como es el aseguramien- ge del texto legal, la función primordial de cap-
to de una vivienda digna para familias de me- tar ahorro en dicha unidad posee un correlato
nores recursos, se crearon los denominados inmediato, que es la posibilidad que tendrán las
créditos Procrear, los cuales poseían la particu- entidades bancarias de otorgar créditos o prés-
laridad de que era la Administración central la tamos hipotecarios que poseerán estas unida-
que subsidiaba un porcentaje de la cuota de es- des UVI como objeto central de los mismos.
tos préstamos con la utilización de fondos pú-
blicos (concretamente, a través del Fondo de Para entender el espíritu o las motivaciones
Garantía de Sustentabilidad, perteneciente a la que tuvo en miras la ley, es importante poner
Administración Nacional de la Seguridad So- énfasis en las palabras de uno de los redacto-
cial —ANSES—). Esto tuvo como ventaja que res de esta norma, el Ing. Julio César C. Cobos,
un núcleo poblacional de menores ingresos pu- cuando sostuvo: “Es indispensable ahorrar en
diera acceder a estos instrumentos, con alicien- ladrillos, atesorar en una unidad de medida que
tes evidentes frente a los créditos tradicionales mantenga su valor a lo largo del tiempo, que
de las entidades bancarias privadas u oficiales. por el contrario se actualizará constantemen-
Sin embargo, la asistencia estatal a través de los te, como lo es el valor del metro cuadrado de la
subsidios otorgados con el fin de contribuir al construcción (...) esta herramienta de gran ne-
pago de una tasa que no poseía relación alguna cesidad, que permite crear en la Argentina la
con la real inflación imperante terminó por pro- UVI —Unidad de Vivienda— generando la po-

140 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

sibilidad de ahorrar para todos, inclusive incen- ciones en el caso de que se produzca algún des-
tivando a los niños en la escuela la cultura del fasaje brusco en el aumento de las cuotas (103).
mismo, hoy ausente en el sistema educativo.
Este método que ha dado muestra de éxito en En dicho préstamo, el tomador deberá res-
otros países ya lo implementan en la actualidad. tituir a la entidad bancaria el cronograma de
Con la idea del presente proyecto, se obtendrán cuotas pactado, que no tendrá como objeto el
dos resultados que impactan en el corto y largo dinero en sí mismo, sino la cantidad de UVI co-
plazo para remediar el grave déficit habitacio- rrespondientes, que deberán ser transformadas
nal existente, ya que más de 3 millones de ho- en dinero en el momento del efectivo pago, con-
gares tienen distintos tipos de necesidades (...) forme al valor de la misma en relación con la
permitimos a aquellos que tienen capacidad de evolución del índice de la construcción tomado
ahorro y que hoy lo hacen con moneda extran- como referencia (104).
jera lo hagan por este medio, y a su vez, aquellos
que tienen necesidades de créditos a largo plazo Teniendo presente que el objeto no es el dine-
esta vía lo permita” (102). ro, sino ese quantum constituido por la unidad
de medida antes referida, no se tratará de una
Esta nueva unidad de medida, de acuerdo a obligación dineraria actualizada a través de una
lo previsto en el art. 6° de la norma en cuestión, cláusula indexatoria —expresamente prohibida
será traducida en la milésima parte del metro por la ley 23.928 (arts. 7 y 10)—, sino de una típi-
cuadrado con destino a vivienda en la República ca obligación de valor. Toma absoluta relevancia
Argentina, de forma tal que 1000 UVI serán equi- lo explicado por Jorge e Ignacio Alterini cuan-
valentes a un metro cuadrado (1.000 UVI = 1 me- do afirman: “La Unidad de Vivienda no impli-
tro cuadrado). A su vez, esta unidad de medida ca una cantidad de dinero que se actualiza de
o unidad de valor será actualizada mensualmen- acuerdo al índice del costo de la construcción
te, “tomando como referencia el índice del cos- indicado en el art. 6° de la ley 27.271, sino que
to de la construcción para el Gran Buenos Aires se trata de un valor abstracto que siempre se co-
que publica el INDEC para vivienda unifamiliar rresponderá con la milésima parte del valor del
modelo 6”. metro cuadrado, y cuya expresión en dinero va-
Bajo esta nueva tipología, prevista por la ley riará en función de las mutaciones que tenga el
27.271, las entidades bancarias, además de to- índice de la construcción (...) Si se pacta que el
mar depósitos de parte de los clientes que per- precio sea directamente el valor de determina-
sigan mantener el valor del dinero ahorrado y do bien, la obligación será de valor; como en las
destinado a ser consumido en la compra o cons- UVIs el valor se corresponde con el de otro bien,
trucción de su vivienda familiar, también po- el metro cuadrado de la construcción que ellas
drán ofrecer créditos hipotecarios a través de un representan en abstracto, por la misma razón
sistema que ya no tendrá el dinero como obje-
to inmediato del vínculo contractual, sino a las (103) El art. 7° de la ley 27.271 prevé que las entidades
UVI como unidades de valor. La constitución de bancarias deberán dar la opción a los tomadores de
préstamos de extender el número de cuotas original-
créditos hipotecarios mediante una unidad de mente pactadas cuando el importe de estas supere en un
medida que tome como parámetro la evolución 10% el valor de la cuota que haya resultado de haberse
del índice de la construcción permite a las par- aplicado a ese préstamo un ajuste de capital por el co-
tes mantener ese tan ansiado equilibrio en las eficiente de variación de salarios (CVS) desde su desem-
prestaciones asumidas, sin que ninguno de los bolso.
intervinientes sufra un enriquecimiento indebi- (104) Es importante mencionar que nuestro legislador,
do. Teniendo en cuenta además que las mismas al regular las obligaciones de valor, en el art. 772 no siguió
partes podrán reajustar el monto de las presta- los lineamientos del proyecto de 1998, que expresamente
prohibía la cuantificación con relación a índices genera-
les de precios. Ante la sanción de la norma, dejando de
(102) Palabras del Ing. Julio Cobos, citadas por ALTER- lado esa prohibición expresa, la configuración o relación
INI, Jorge Horacio y ALTERINI, Ignacio Ezequiel, “Ahorro, de la UVI con el índice anteriormente expresado se halla
crédito de valor e hipoteca. Primeras reformas al Código perfectamente adecuado en el concepto de obligación de
Civil y Comercial”, ob. y loc. cits. valor.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 141


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

también aquí estamos en presencia de obliga- manera tal que fuera equivalente a la milésima
ciones de valor” (105). parte del costo promedio de construcción de un
metro cuadrado testigo, siendo el valor inicial fi-
Vemos de esta manera que la mencionada ley jado en $ 14,05.
no hace más que receptar las nociones aporta-
das por la doctrina de las obligaciones de valor Bajo esta expresión, lo que intenta la auto-
y específicamente por los lineamientos del art. ridad de aplicación es reflejar que el valor de
772, poniendo en evidencia que en un contex- mil unidades UVA sean siempre equivalentes
to fáctico en que las partes anteriormente recu- al precio en dinero de lo que cueste en el futu-
rrían a un vínculo contractual que tenía como ro construir un metro cuadrado de vivienda. Si
objeto natural una suma de dinero, es aho- bien hasta aquí el sistema es similar al de la ley
ra reemplazado por esta modalidad que tra- 27.271, el BCRA dispuso que ese valor inicial de
tará de asegurar una mayor equivalencia en el $14,05 sea ajustado, no ya por el índice de evo-
cumplimiento de las prestaciones comprometi- lución del costo de la construcción, sino por el
das (106). CER, que, a su vez, toma como referencia en su
composición el índice de precios al consumidor
IV.2. Contratos celebrados bajo la modalidad o IPC, lo que indefectiblemente lo ata a la evolu-
“unidad de medida UVA” ción de la inflación.

Persiguiendo el mismo objetivo que motivó Dentro de las funciones creadas por el siste-
al legislador a sancionar la ley 27.271, el día 8 ma elaborado por el BCRA, nos encontramos
de abril de 2016, el Banco Central de la Repú- con que esta normativa trata de fomentar la
blica Argentina, a través de la comunicación “A” captación de ahorro por parte de las entidades
5945, anunció y reglamentó una nueva unidad financieras. Sin embargo, lo que aquí interesa
de medida, que en un principio también fue de- son las operaciones activas de dichas entidades,
nominada UVI, pero que se diferencia de su ho- es decir, los préstamos a que estas se hallan au-
mónima en virtud de que se halla actualizada torizadas para otorgar con esta unidad de valor
por otro índice —en este caso, por el coeficiente y que la comunicación “A” 6069 en su punto 6.1
de estabilización de referencia (CER)—. Así fue dio en llamar “préstamos de unidades de valor
que el BCRA, con el objeto de evitar una confu- adquisitivo actualizables por CER”. Vale aclarar
sión entre los dos sistemas posibles, mediante la que las líneas más utilizadas por los bancos fue-
comunicación “A” 6069 del día 16 de septiembre ron las destinadas a la adquisición de vivienda
de 2016, modificó su denominación e identifi- única, aun cuando también existieron modali-
có esta nueva tipología con el nombre de UVA; dades en las que esta unidad de medida se uti-
abreviatura de “unidades de valor adquisitivo”. lizó para la compra de otros productos, ente los
que se destacó la línea UVA automotores.
Según el punto 1.9 de la comunicación A 6069,
la UVA es una unidad que mide el valor del costo Como correlato de la normativa dictada, al
de la construcción, tomando como referencia el celebrarse un contrato de préstamo, el banco
promedio del costo de construcción de distintos confecciona el pertinente instrumento contrac-
tipos de inmuebles existentes en la ciudad de tual cuyo objeto no será una suma de dinero,
Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Salta, Santa Fe sino una determinada cantidad de unidades
y Paraná. El valor inicial de una unidad de va- UVA que el prestatario deberá devolver en cada
lor adquisitivo al 31 de marzo de 2016 se fijó de una de las cuotas pactadas. El dinero otorgado
es convertido en ese mismo instante a la canti-
(105) ALTERINI, Jorge H. y ALTERINI, Ignacio E., en
dad de UVA que resulten de dividir el monto del
“Ahorro, crédito de valor e hipoteca. Primeras reformas al capital por la cotización oficial que informa el
Código Civil y Comercial”, ob. y loc. cits. BCRA de la UVA a esa fecha.
(106) Se contradice de esta manera uno de los ar-
A modo de ejemplo, la operación puede ser
gumentos aportados por las Jornadas Nacionales de
Derecho Civil del año 2015, que propugnaba la pro- reflejada de la siguiente manera: para determi-
hibición de la utilización de las obligaciones de valor nar el valor en UVA para un crédito por un mon-
como mecanismo para eludir la prohibición de indexar. to de $ 1.000.000 celebrado el día 31 de marzo

142 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

de 2021, se dividirá la suma de $ 1.000.000 por nes expresaron que todas aquellas obligaciones
el coeficiente inicial —71,84 (vigente según pu- que poseen como objeto las UVA son en realidad
blicación de la página web del BCRA)— del día obligaciones de dar sumas de dinero, indexadas
de otorgamiento; y el crédito quedará así expre- a través del coeficiente de estabilización de refe-
sado en 13.919,82 UVA; luego, para determinar rencia. La aplicación de este fue expresamente
las cuotas mensuales, se dividirá el crédito ex- permitida en virtud de lo normado por el art. 27
presado en UVA (13.919,82 UVA) por 240 me- del decreto 905/2002 (ratificado posteriormente
ses, si el crédito es a 20 años, lo que arrojará una por la ley 25.827 del día 6 de marzo de 2017), es-
cuota mensual de 57,99 UVA, que deberán ser tableciendo una excepción a la prohibición de
convertidas nuevamente a pesos de curso legal, indexar de los arts. 7 y 10 de la ley 23.928.
calculando el valor según publicación del BCRA
a la fecha de hacerse efectivo el pago. A dicho Consideran estos autores que basta analizar la
importe se le sumará una tasa de interés estipu- composición del CER “para advertir que se tra-
lada, que generalmente oscila entre el 3% y el 7% ta de un claro mecanismo indexatorio, pues su
anual. integración excede el plano de lo que pretende
representar. En efecto, mientras que las UVI se
Interesa en este aspecto la estructura de la ope- vinculan con la construcción y varían según el
ración crediticia, ya que el préstamo que se otor- índice que se ocupa de ese rubro; las UVA se co-
ga bajo el sistema UVA “el objeto de la prestación nectan con la construcción, pero se actualizan
no es dinero sino un valor: el de la construcción de acuerdo con la evolución de la generalidad
de una milésima de metro cuadrado de vivienda, de los precios de la economía. La invocación del
que es cuantificable en dinero. Así, la moneda art. 27 del decreto 905/2002 como fundamento
de curso legal se utiliza como un medio e instru- legal del sistema es un argumento corroborante
mento necesario para el pago de la cantidad de de nuestra tesitura” (108).
UVAs que periódicamente venzan en cada cuo-
ta del préstamo. La suma de dinero final que, Coincido con la postura anteriormente verti-
según la movilidad que en el tiempo tuviera ese da, en cuanto a que la utilización del índice de
valor debido —es decir la unidad de valor adqui- la construcción, a los fines de cuantificar el valor
sitivo— podrá ser en términos nominales ma- de las UVI, guarda absoluta coherencia y rela-
ción con el ámbito en que se procura la difusión
yor o menor según el instante en el cual deberá
o la aplicación de estas, como es el área o campo
efectuarse el pago; y mayor o menor en términos
de la construcción. Sin embargo, la utilización
reales según la variación que hubiere tenido ese
del CER como mecanismo de actualización de
valor que es objeto de la obligación” (107).
las UVA no las excluye per se de la categorización
Al no ser el dinero el objeto inmediato de esta de obligación de valor. Si bien este coeficiente ter-
contratación, se produce un desplazamiento de minó por desalentar la utilización de este tipo
todas las normas aplicables a este tipo de obli- contractual por la onerosidad que devino en su
gaciones (arts. 765 y 766 del Cód. Civ. y Com.), aplicación (al encontrarse relacionado con el ín-
quedando encuadrada la problemática bajo los dice de precios al consumidor y, por ende, con la
lineamientos de lo regulado en el art. 772 del inflación), ello no significa que se produzca una
mismo cuerpo legal. alteración o cambio significativo en la estructu-
ra de la obligación. Tanto en un caso como en
Cabe aclarar, sin embargo, que la conceptua- el otro, estamos en presencia de una obligación
lización de las UVA como obligaciones de valor cuyo objeto no es una suma de dinero, sino de
no responde a una postura unánime. Así lo han un valor: el de la construcción de una milési-
enfatizado Ignacio E. Alterini y Francisco J. Alte- ma de metro cuadrado de vivienda que es lue-
rini cuando en su obra Tratado de las obligacio- go cuantificado en dinero. La determinación
del valor debido relacionada con el CER es tan
válida como el sistema utilizado en las UVI. La
(107) TEVEZ, Alejandra N., SOUTO, María V., “El crédi-
to UVA en el concurso preventivo: Régimen de conver-
sión e implicancias frente a la emergencia económica (108) ALTERINI, Ignacio E. y ALTERINI, Francisco J.,
y al Covid-19”, LA LEY 09/06/2020, 8, Cita Online: AR/ “Tratado de las obligaciones”, La Ley, Buenos Aires, 2020,
DOC/1528/2020. t. II, ps. 134 y 135, N° 1036.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 143


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

eliminación de la prohibición de la utilización para el dictado de la sentencia misma, no pro-


de índices generales de precios que aparecía ducirá automáticamente la conversión o no-
en el art. 724 del proyecto de 1998 (anteceden- vación de este tipo de obligación, que nunca
te inmediato del actual art 772) corrobora la po- perderá su linaje ni la esencia que la caracteriza.
sibilidad de su uso sin que pueda válidamente Si las partes suscribieron un contrato en el cual
hacerse una distinción o exclusión al respecto. pactaron que esa conversión sería realizada en
el momento del pago, la cuantificación o pesifi-
Considero de esta manera que tanto en el cación efectivizada con anterioridad a ese even-
marco regulatorio de las UVI como en las dis- to deberá ser considerada provisoria y al solo
posiciones concernientes a las UVA el legislador efecto del cumplimiento de ese acto procesal.
ha captado todas las notas y directrices propias Descarto que sea posible una aplicación literal
de las obligaciones de valor reguladas por el art. de la última parte del art. 772; pues, de ser consi-
772 del CCCN. El proceso de cuantificación des- derado ello así, estaríamos en presencia de una
cripto en ambas modalidades se halla expre- novación ilegítima, que omite un recaudo o re-
samente permitido por la normativa vigente y quisito fundamental, previsto por el art. 934 del
puede estar contenido en cláusulas contractua- Cód. Civ. y Com., que es el acuerdo de las partes
les que hagan referencia a este tipo de índices. para exista el nacimiento de una nueva obliga-
No existen dudas ante tal conclusión de que es- ción (109).
tamos ante una práctica absolutamente legítima
y que no contradice ninguna de las normas que Como se ha expresado anteriormente, consi-
vedan la actualización o repotenciación de deu- dero de todas maneras oportuno que el acree-
das, pues, como ya se ha explicado, estas no son dor haga expresa reserva de que cualquier
vinculantes para las obligaciones de valor. conversión en moneda de curso legal que sea
efectuada con anterioridad será solo provisoria
En lo que concierne al momento en que el va- y destinada al cumplimiento de un recaudo pro-
lor debe expresarse en moneda de curso legal, cesal; lo que también podrá ser reflejado por los
será fundamental tomar en cuenta qué es lo que jueces en sus decisorios, atento a que las obli-
las partes han determinado en las cláusulas in- gaciones de valor no dejan de serlo hasta el mo-
corporadas en el contrato. mento mismo de su extinción.
Sin perjuicio de que ya se ha expuesto que V. Panorama actual de este tipo de contratos
tanto las UVI como las UVA son típicas unida-
des de valor y que como tales no pierden esa En el momento en que se produjo el na-
entidad ni siquiera cuando son cuantificadas cimiento de esta línea de créditos hipotecarios
en dinero, es importante que los contratantes o prendarios que tenían como objeto la utiliza-
en ejercicio de la autonomía de la voluntad de- ción de las unidades de valor UVA, el sistema
terminen fehacientemente el momento al cual había implicado un aliciente para muchas fami-
difieren dicha conversión. En la mayoría de lias que, deseosas de poder acceder a su vivien-
los casos, será la fecha del efectivo pago, pero da, tomaron este tipo de empréstitos motivadas
¿qué ocurrirá si el obligado incurre en mora especialmente por el bajo monto de las cuotas
y es necesario iniciar un juicio —que por sus iniciales.
características será tramitado bajo las normas
del proceso ejecutivo? ¿Deberemos en estos Sin embargo, al poco tiempo de entrada en
casos atenernos a la última parte del art. 772, vigencia de la normativa dictada por el Banco
que determina que, una vez convertido el valor Central de la República Argentina, empezó a
en dinero, se aplican las disposiciones concer- evidenciarse que este proceso de conversión de
nientes a ese tipo de obligaciones? valores, que se halla indisolublemente ligado a
Creo determinantemente que no. El cum-
plimiento del mandato procesal mediante el (109) El art. 934 del Cód. Civ. y Com. mantiene la regla
de no presunción de la novación. La extinción de una ob-
cual se deberá cuantificar esa unidad de valor ligación por la creación de una nueva destinada a reem-
en dinero de curso legal, para ordenar el libra- plazarla requiere como requisito de validez el acuerdo de
miento de un mandamiento de intimación o voluntades.

144 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

la evolución del CER y, por ende, de la inflación Tan es así que los mismos autores de la norma
reinante en nuestro país, determinó la existen- han presentado recientemente proyectos de ley
cia de cuotas muy elevadas, aun con la posibi- destinados no a prorrogar indefinidamente los
lidad otorgada a los tomadores de aumentar el vencimientos de las cuotas vencidas y no abo-
número de mensualidades en los casos en que nadas, sino a implementar una especie de “de-
el monto de la cuota superara un porcentaje de recho de opción” en el que los tomadores de
afectación de sus ingresos (110). créditos a través del sistema UVA puedan optar
ante la entidad bancaria por el sistema de UVI
Ante este contexto, es evidente que la demanda como método de actualización, en el que, como
y el éxito del programa han perdido su eficacia y lo hemos explicado, la liquidación de las cuotas
han languidecido en toda la sociedad. Situación se halla vinculada al índice del costo de la cons-
que además se tornó agravada en el marco de la trucción y no de la inflación.
actual emergencia económica y sanitaria desen-
cadenada por la pandemia de COVID-19. CONCLUSIÓN
Como paliativo de este panorama, el Gobier- La ciencia jurídica tal como es concebida en
no nacional ha dictado un gran número de dis- la actualidad no se reduce o se simplifica en el
posiciones transitorias destinadas a atemperar mero aspecto normológico con el que siem-
o directamente congelar el importe de las cuo- pre se ha identificado, ya que es el resultado de
tas (ley 27.541, resolución del MDTyH 1/2019, una simbiosis o conjunto de dimensiones que
decreto 319/20, decreto 767/20), lo que impli- comprende el aspecto sociológico y axiológico.
cará que sea el Estado el que afronte el pago de En este contexto, la relación del derecho con la
ese diferencial mediante la disposición de una economía no puede pasar desapercibida, ya que
suma de dinero que podría ser destinada a cu- los efectos que esta produce sobre las relaciones
brir otro tipo de necesidades. humanas son numerosos y sus consecuencias
impactan directamente en toda la sociedad.
Quedó en evidencia de esta manera que el sis-
tema de actualización oportunamente imple- No escapa a nuestro análisis que el país se ha-
mentado por el Banco Central de la República lla inmerso en una profunda crisis económica,
Argentina con un coeficiente que tomara como que no debe ser considerada como un evento
parámetro el índice de precios al consumidor aislado u ocasionado por el contexto actual de
no podría ser viable en un mercado en el que la la pandemia mundial que nos azota. Nuestra si-
inflación se halla en permanente crecimiento tuación posee un correlato con un fenómeno de
sin que el estado realice las reformas estructura- carácter estructural, que se halla evidentemen-
les o macroeconómicas destinadas a detenerla. te prolongado en el tiempo y que ha superado
cuestiones de índole política o partidaria, ya
Como lo he resaltado más de una vez a lo lar- que los sucesivos Gobiernos, aun provenientes
go del presente trabajo, la aplicación de la doc- de distintas vertientes, no las han sabido o no las
trina de las obligaciones de valor debe servir han podido resolver.
para lograr mantener el adecuado equilibrio en
las prestaciones, teniendo como premisa funda- El fenómeno que exterioriza con más rele-
mental que ninguna de las partes se enriquezca vancia los efectos de la crisis es la inflación que
indebidamente a costa de la otra. carcome día a día el poder adquisitivo de nues-
tra moneda y que genera desconfianza, impre-
En este sentido, se advierte como superadora visibilidad e incertidumbre a toda la población,
la propuesta formulada a través de la ley 27.271. abriendo incluso un abanico de especulaciones
que termina haciendo aún más daño al conjun-
(110) El punto 6.1.1.3 de la com. “A” 6069 del BCRA dis- to de la sociedad.
puso que cuando el importe de la cuota a pagar supere en
10% el valor de la cuota que resultaría de haber aplicado
Queda claro en este sentido que el principio
a ese préstamo un ajuste de capital por el CVS desde su
desembolso, el banco deberá dar al cliente la opción de nominalista, arraigado en nuestra cultura jurí-
extender el número de cuotas originalmente previstas en dica desde la sanción del Código Civil no puede
hasta 25% del plazo convenido al inicio. erigirse en la solución de toda esta problemá-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 145


Obligaciones de valor y depreciación monetaria

tica. La regla del nominalismo que se aplica ontológico o esencial. Conforme a esta natura-
inexorablemente a un papel moneda deprecia- leza, también he aseverado que esa condición
do, con curso forzoso y poder cancelatorio por no transmuta por la simple cuantificación del
su valor nominal vulnerará los postulados de valor. No habrá novación alguna en este aspec-
derecho más elementales. Sin duda, la solución to, si la conversión en una obligación de dar su-
deberá provenir de la economía, ya que se tra- mas de dinero no es consentida o consensuada
ta de un fenómeno originado por ella y que ha por las partes.
trascendido al ámbito o a la faz jurídica. Pero,
mientras ello no ocurra, el derecho no debe per- Como se ha demostrado con el análisis de
manecer impávido o indiferente frente a este precedentes muy recientes, los jueces, en forma
fenómeno y debe reaccionar poniendo a dispo- progresiva, van dejando atrás un arraigo o enca-
sición de los justiciables todas las herramien- sillamiento en el principio nominalista, produc-
tas con las que cuenta, con el fin de ofrecer un to de tantos años de vigencia en nuestra cultura
contenido de equidad en las relaciones jurídicas jurídica, y van adoptando soluciones que se ba-
afectadas por esta realidad imprevisible. san o fundamentan en los preceptos de la doc-
trina emanada del art. 772 del Cód. Civ. y Com.
Frente a este panorama, debemos afirmar
que la sanción del Cód. Civ. y Com. ha traído Se ha visto además que las partes pueden acu-
un conjunto de reglas o herramientas que, aun- dir a este tipo de nociones, introduciendo en sus
que perfectibles, son y serán de gran utilidad en contratos unidades de valor que son absoluta-
este camino o intento por morigerar los nefastos mente permitidas, por no vulnerar ninguna de
efectos de nuestra economía. No puede negarse las normas que impiden la repotenciación o ac-
de esta manera que la regla vertida en el art. 772 tualización de precios. Será necesario que los
de este cuerpo legal posee la cualidad de otorgar operadores del derecho instrumentemos ade-
seguridad transaccional, pues la cuantificación cuadamente este tipo de negocios en el cual el
de un valor y la posibilidad de convertirlo en di- objeto sea efectivamente un valor y no una sim-
nero a la época del vencimiento o del efectivo ple obligación dineraria atada a la evolución de
pago resultan una verdadera opción o solución un índice o producto determinado.
para afrontar la depreciación del valor de la mo-
neda. Como ejemplos paradigmáticos de este tipo
de obligaciones abordamos además la recep-
Es sumamente alentadora la recepción de la ción y evolución de las unidades de valor ad-
doctrina de las obligaciones de valor en nuestra quisitivo y las unidades vivienda, poniendo en
legislación sustantiva, ya que es una forma de evidencia que las primeras, lejos de guardar un
jerarquizar una posición que se ha venido uti- adecuado equilibrio en las prestaciones, produ-
lizando desde hace muchas décadas en nuestro cían un enriquecimiento indebido en la parte
país como una reacción ante el envilecimiento activa de la relación. Situación que de ninguna
de la moneda. Ya no será necesario recurrir a manera se producía con el sistema pergeñado
construcciones doctrinarias, nacionales o ex- por la ley 27.271, en el que la utilización del ín-
tranjeras, o a precedentes jurisprudenciales dice de la construcción se alineaba o guardaba
para solicitar su aplicación, pues tendremos un una estricta coherencia con el ámbito en el cual
tipo legal cierto y concreto al cual se podrá acu- las UVI estaban destinadas a actuar.
dir como herramienta eficaz frente a los rígidos
preceptos del nominalismo. Más allá de algunas imperfecciones que han
sido apuntadas, considero que la inclusión de
Además de la función que en ese aspecto la doctrina de las obligaciones de valor en el
cumple la “noción de valor”, he enfatizado a lo Cód. Civ. y Com. debe ser considerada un hito
largo del presente trabajo que no puede redu- fundamental en la constante búsqueda de so-
cirse aquella al carácter de mero instrumento o luciones ante las injusticias que implica la
herramienta. Las obligaciones de valor existen, defensa a ultranza del principio nominalista rí-
independientemente de los ciclos económicos gido. Con el pretexto de la defensa de la mone-
en los que nos hallemos en curso, pues su dife- da nacional, no se pueden deponer principios
rencia con las obligaciones de dinero es de tipo de derecho privado de jerarquía superior. La

146 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


José María Cao

función del derecho es hacer justicia y “cuan- — Rubén H. Compagnucci de Caso, Coordina-
do la moneda se deprecia el derecho privado dor Ignacio E. Alterini, Tomo IV, Comentario al
tiene que tener en cuenta esa realidad. A él le art. 772.
corresponde hacerse eco de los cambios en la
realidad económica surgidos en virtud de la ASCARELLI, Tulio, “I Debiti di valore”, en Sag-
pérdida del valor de la moneda, y encontrar las gi giuridici, Milán, 1949.
soluciones justas para las partes en tales cir-
BANCHIO, Enrique Carlos, “Convertibili-
cunstancias” (111).
dad del Austral. Estudios jurídicos, Tercera se-
La correcta aplicación del art. 772 y de todos rie”, Zavalía, 1991, MOISSET de ESPANÉS, Luis
los postulados que de él surgen contribuirá a (coord.).
las partes a recibir la medida exacta de lo que
BANCHIO, Enrique Carlos, “Obligaciones de
es debido, mantener el equilibrio y paridad de
Valor”, Lerner Ediciones, 1965.
las prestaciones recíprocas y, en definitiva, po-
seer algo de certeza en un contexto cada vez BARREIRO, Diego y CORNAGLIA, Ricardo J.,
más impredecible. Solo así se habrá alcanza- “Reflexiones sobre las deudas de valor”, DT 2020
do el verdadero sentido de justicia distributiva (noviembre), 288.
y conmutativa, además de la consolidación del
principio de seguridad jurídica. BELLUSCIO, Claudio A., “Prestación ali-
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Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 149


Obligaciones concurrentes:
reflexiones sobre su consagración
normativa en el Código Civil
y Comercial (*)
Joaquín Durand

I. Introducción deudor a la del acreedor, el eje principal sigue


encuadrado en los tres elementos estructurales
Según la clásica definición de Justiniano, obli- de la obligación: sujeto, objeto y vínculo (3).
gación es el vínculo jurídico que nos constriñe
a pagar a otro una determinada cosa, conforme Asimismo, con relación al primero de estos
las leyes de nuestra ciudad (1). elementos, vemos que los referidos enunciados
presuponen la presencia de un sujeto activo, el
El Cód. Civ. y Com. en su novedoso art. 724 acreedor, y un sujeto pasivo, el deudor, ambos
define la obligación como “una relación jurídi- en singular.
ca en virtud de la cual el acreedor tiene derecho
a exigir al deudor el cumplimiento de una pres- Aunque la singularidad pudo ser la regla des-
tación destinada a satisfacer un interés lícito y, de la antigua Roma hasta hace algunas décadas,
ante el incumplimiento, a obtener forzadamen- lo cierto es que en la actualidad las relaciones
te la satisfacción de dicho interés” (2). obligacionales generalmente presentan una
pluralidad de sujetos en alguno de los frentes, o
De la comparación de ambas definiciones
incluso en ambos.
surge que, pese a la notoria evolución del con-
cepto, la incorporación de nuevos elementos y Esta clase de relaciones obligacionales, con-
la mutación del enfoque de la perspectiva del formadas por más de un acreedor y/o más de
un deudor, las conocemos como obligaciones
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 7 de mancomunadas, de sujeto múltiple o plural.
agosto de 2020.
Dentro de este género de obligaciones, el de-
(1) “Obligatio est juris vinculum, quo neccesitate ad- recho positivo históricamente distinguió, entre
stringitur alicujus solvendae rei, secundum notrae civita- otras clasificaciones, dos especies principales:
tis jura”, “Instituciones de Justiniano”, título XIII del libro
III. las obligaciones simplemente mancomunadas
y las obligaciones solidarias. Con la entrada en
(2) La incorporación de la definición de obligación
constituye una novedad legislativa en nuestro derecho y
vigencia del nuevo Cód. Civ. y Com., nuestro
en el derecho comparado casi en su totalidad. Se afirma ordenamiento incorporó una tercera categoría
que en los códigos de leyes solo deben incluirse defini- normativa de obligaciones de sujeto plural que
ciones que contengan reglas de conducta, respetando lo ya tenía acogida doctrinaria y jurisprudencial:
expuesto por Vélez en su nota del art. 495 del Código Civil las obligaciones concurrentes.
casi como un dogma jurídico. A pesar de ello, los redacto-
res del anteproyecto del Cód. Civ. y Com. optaron por in-
corporar la definición, de gran utilidad pedagógica, pero (3) Compartimos la opinión de la doctrina que excluye
también regulatoria, ya que determina la exclusión de las la causa fuente y finalidad como elementos estructurales
denominadas obligaciones naturales. de la obligación por considerarlas “externas al ser”.

150 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

Por su notoria interacción, corresponde que tos y contribución entre coobligados, han per-
dicha categorización, relativa al sujeto y a los dido precisión (6). Compartimos la afirmación
vínculos, sea analizada en forma conjunta con y es justamente esa falta de precisión la que nos
la que distingue dos clases de obligaciones en motivó a indagar en el campo de las obligacio-
virtud de la posibilidad de fraccionar o no la nes concurrentes, con el propósito de encontrar
prestación, las obligaciones divisibles e indivi- cierta claridad en la materia.
sibles (4).
No podemos negar que la inclusión normati-
La constitución de obligaciones de sujeto va de las obligaciones concurrentes genera cier-
plural exige al derecho el tratamiento de las re- ta tensión con la regulación de las obligaciones
laciones que se pueden presentar entre los di- mancomunadas solidarias, motivada probable-
ferentes sujetos que componen el polo plural mente por sus grandes similitudes. Aun así, a
entre sí —las relaciones internas— y aquellas pesar de que gran parte de la doctrina que se-
que se presentan entre estos y el sujeto o los guimos reclama su equiparación, creemos que
sujetos que componen el frente opuesto —las ella no resultaría adecuada.
relaciones externas—, resultando de suma im-
portancia la regulación de los efectos y su pro- La tensión a la que hacemos referencia se evi-
pagación entre los participantes. dencia principalmente en los diversos supues-
tos jurídicos de obligaciones ontológicamente
El reconocimiento normativo de las obliga- concurrentes a los cuales nuestro ordenamien-
ciones concurrentes como categoría autónoma to impone las consecuencias de la solidaridad,
y la regulación de sus efectos, consagrados en como es el particular caso del régimen previsto
los arts. 851 y 852 del Cód. Civ. y Com., respec- por el art. 40 de la Ley de Defensa del Consumi-
tivamente, se introducen como una novedad le- dor, entre otros.
gislativa que dista de pasar desapercibida.
Surge, a raíz de esta curiosa situación, una
Mientras cierto sector de la doctrina feste- contradicción normativa que suscita ciertos in-
jó la incorporación de la categoría, otro, muy terrogantes inevitables para el operador jurídi-
destacado, por cierto, se opuso fervientemen- co: ¿puede el legislador instituir la solidaridad
te reclamando su eliminación o equiparación en supuestos de concurrencia? ¿Qué reglas y
normativa con las obligaciones del tipo soli- efectos corresponde aplicar ante tales supues-
dario (5). tos? ¿Debe primar la calificación legal o la rea-
lidad estructural de la obligación?
En el campo de las obligaciones solidarias y
las concurrentes, nos enfrentamos a dos catego- Intentaremos dar respuesta a dichos interro-
rías de obligaciones de sujeto plural que presen- gantes analizando los principales caracteres de
tan grandes similitudes, pero también notables las obligaciones de sujeto plural en general y de
diferencias estructurales, por lo que su indepen- las concurrentes en particular, deteniéndonos
dencia normativa da lugar a posiciones disími- en ciertos debates que se presentan en torno a
les con loables argumentos de ambos lados. sus elementos distintivos, como el relativo al al-
cance del concepto de objeto y causa única, que,
Se ha dicho que los fundamentos de la distin- a nuestro entender, justifican su regulación au-
ción entre solidaridad y concurrencia, como sus tónoma. Abordaremos también la problemáti-
diferencias en materia de propagación de efec- ca sobre las reglas y efectos de las obligaciones
concurrentes, los diversos supuestos regulados
en el nuevo código y en otros cuerpos norma-
(4) Como veremos, la doctrina critica la independen-
cia metodológica de estas categorías por cuanto la divisi- tivos, las posibles acciones que le pueden co-
bilidad e indivisibilidad tienen sentido únicamente ante rresponder al solvens para recuperar total o
la pluralidad de sujetos. parcialmente lo pagado y, finalmente, lo con-
(5) A favor se expresaron López Mesa, Silvestre, Maglio,
Zavala de González, Márquez; en contra, Trigo Represas, (6) Cfr. WIERZBA, Sandra M., “Obligaciones solidarias
Santarelli, Ossola, Pizarro, Vallespinos, aunque con algu- y concurrentes. Desvanecimiento de sus diferencias”, La
nas variantes en sus fundamentos y propuestas. Ley 19/09/2013, 7, AR/DOC/3286/2013.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 151


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

cerniente a las consecuencias de su reconoci- Con relación a la pluralidad de sujetos, Rezzó-


miento como categoría autónoma. nico afirma: “Así como pueden tener un objeto
múltiple, es decir, comprender varias prestacio-
Actualmente no es pacífica la doctrina con re- nes, las obligaciones pueden tener pluralidad de
lación a la conveniencia de su reconocimiento sujetos, es decir, comprender varios deudores o
normativo como categoría autónoma y a la re- varios acreedores, o varios deudores y varios
gulación de sus efectos propios, diversos a los acreedores” (8).
previstos para la mancomunación solidaria. Las
distintas posiciones de los destacados juristas En la misma línea, Cazeaux señala: “Nada im-
que tratan la temática derivan, según nuestra pide, sin embargo, que la relación obligacional
clasificación y denominación, en tres posturas o se establezca entre varios acreedores y un deu-
tesis que se distinguen por el vínculo que pro- dor, o entre varios deudores y un acreedor o
pician entre una y otra categoría: la tesis de la entre varios acreedores y varios deudores: son
equiparación, de la autonomía relativa y de la estas las obligaciones de sujeto múltiple, com-
autonomía absoluta. plejo o plural” (9).
Como hemos referido, nos proponemos apor- Los autores citados, así como la mayoría de la
tar claridad y exponer nuestra posición con re- doctrina clásica, se refieren a las obligaciones
lación a un tema complejo que, si bien presenta plurales como una excepción; sin embargo, en
cierta actualidad, históricamente resultó polé- las relaciones obligacionales modernas, resul-
mico y motivó opiniones dispares. ta habitual que uno de los dos frentes, o incluso
ambos, estén conformados por más de una per-
II. Obligaciones de sujeto plural sona. Ossola destaca la habitualidad de este tipo
de relaciones plurales en el ámbito negocial,
II.1. Nociones generales
atribuyendo el fenómeno a las necesidades ac-
La relación obligacional requiere de la presen- tuales del tráfico, las nuevas figuras contractua-
cia de por lo menos dos sujetos determinados les, el avance tecnológico y el crecimiento de la
o determinables: el sujeto activo, denominado economía de servicios, entre otras causas (10).
acreedor, quien tiene derecho a exigir el cum-
Lo propio ocurre con las obligaciones que
plimiento de la prestación, y el sujeto pasivo,
denominado deudor, de quien se espera una encuentran su causa en hechos dañosos. El ré-
determinada conducta satisfactoria del interés gimen de responsabilidad civil moderno se in-
lícito del acreedor. clina por ampliar la legitimación pasiva y, con

En consecuencia, decimos que las obligacio- actualizada, p. 517; BORDA, Guillermo A., “Tratado de
nes necesariamente presentan dos polos o fren- derecho civil argentino”, Abeledo Perrot, Buenos Aires,
tes opuestos, el activo o acreedor y el pasivo o 1971, 3ª ed., t. I, p. 402; CAZEAUX, Pedro N. — TRIGO
REPRESAS, Félix A., “Derecho de las obligaciones”, Li-
deudor, y que estos pueden estar conformados brería Editorial Platense, La Plata, 1975, 2ª ed., p. 4; LLA-
por una o más personas, ya sean humanas o ju- MBÍAS, Jorge J., “Tratado de derecho civil. Obligaciones”,
rídicas. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1995, 16ª ed. actualizada
por Patricio Raffo Benegas, t. II, p. 564; PIZARRO, Ramón
Las relaciones en las que nos encontramos D. - VALLESPINOS, Carlos G., “Tratado de obligaciones”,
con un solo acreedor y un solo deudor son de- Rubinzal - Culzoni, Santa Fe, 2017, 1ª edición revisada, t.
finidas por la doctrina como obligaciones sim- I, p. 749, entre muchos otros.
ples, de sujeto único o singular, mientras que las (8) REZZONICO, Luis M., “Manual de las obligaciones
que presentan multiplicidad de sujetos en por lo en nuestro derecho civil”, Depalma, Buenos Aires, 1959,
menos uno de los frentes se denominan man- p. 191.
comunadas, complejas, de sujeto plural o múl- (9) CAZEAUX — TRIGO REPRESAS, “Derecho...”, ob.
tiples (7). cit., p. 4.
(10) Cfr. OSSOLA, Federico A., “Obligaciones soli-
(7) Cfr. ALTERINI, Atilio A.- AMEAL, Oscar J. -LÓPEZ darias y concurrentes: necesidad de un replanteo. La
CABANA, Roberto M., “Derecho de obligaciones civiles cuestión en el derecho vigente y en el proyecto de 2012»,
y comerciales”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2000, 2ª ed. RCyS2014-IX, 1.

152 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

ella, las expectativas de cobro del acreedor, II.2. Ubicación metodológica dentro del Cód.
reconociendo en consecuencia multiplicidad Civ. y Com.
de supuestos de obligaciones de sujeto pasivo
plural. Nuestro código unificado aborda la cuestión
relativa a las obligaciones de sujeto plural en los
La distinción entre relaciones obligacionales arts. 825 a 852, ubicados dentro de las secciones
de sujeto singular o plural no resulta meramen- 7ª, “Obligaciones de sujeto plural”, y 8ª, “Obliga-
te clasificatoria o dogmática. ciones concurrentes”, del capítulo 3, “Clases de
obligaciones”, título I, “Obligaciones en general”,
En las obligaciones de sujeto singular, el de- libro tercero, “Derechos personales”.
recho debe regular una única relación existen-
te entre acreedor y deudor, en la que el primero Entendemos que lo metodológicamente co-
tiene derecho a percibir la totalidad de la pres- rrecto habría sido incluir todo el tratamiento
tación, y el segundo, el deber de cumplir en la dentro de la propia sección 7ª, ya que, según
misma forma. En cambio, en las obligaciones de nuestro criterio, las obligaciones concurrentes
sujeto plural, constituidas por un frente codeu- pertenecen a la categoría de obligaciones de su-
dor y/o un frente coacreedor, la cuestión se di- jeto plural, existiendo entre ellas una relación
ficulta. de género-especie.

Las relaciones obligacionales de sujeto múl- Corresponde destacar que cierto sector de la
tiple presentan tantos vínculos jurídicos como doctrina considera que se trata de una categoría
sujetos haya involucrados. Así, una obligación autónoma, incluso de las obligaciones de sujeto
constituida por tres sujetos en calidad de acree- plural, ya que estas últimas, siguiendo la clásica
dores y tres sujetos en calidad de deudores ge- definición de Llambías, se constituyen en razón
nera nueve vínculos distintos (11). de una única causa (12).

A la problemática natural de los vínculos entre José Fernando Márquez no duda en sostener
los diferentes frentes y cada uno de los miem- al respecto: “No es un tercer género de obliga-
bros que los componen, lo que se conoce como ciones con sujeto plural, sino una categoría au-
relaciones externas o verticales, las obligaciones tónoma, fundada en la pluralidad de causas que
plurales le añaden lo relativo a la relación entre justifican su funcionamiento” (13).
los miembros de cada uno de los frentes, las re-
feridas relaciones internas u horizontales. La disposición de las secciones del código ac-
tual que criticamos parecería apoyar dicha tesis;
Así, la regulación de las obligaciones de sujeto sin embargo, los fundamentos del anteproyecto
plural debe atender la problemática común de sostienen lo contrario. Se afirma en los referidos
las obligaciones en general más todas aquellas fundamentos: “La regulación de las obligacio-
que puedan surgir en virtud de las relaciones nes de sujeto plural también ha perseguido el
externas e internas de los diferentes miembros, objetivo de hacer más claras las reglas y los con-
como ser la propagación de los efectos del pago, ceptos. A tales fines se dividen en simplemente
la mora, la prescripción o incluso las posibles mancomunada, solidaria y concurrente” (14).
acciones de regreso que se pueden entablar
entre los miembros de un mismo polo cuando (12) Cfr. LLAMBÍAS, “Tratado... “, ob. cit., p. 565.
uno de ellos soporta íntegramente el pago, entre (13) MÁRQUEZ, José Fernando, “Las obligaciones con-
otras cuestiones. currentes. La recepción en el Código Civil y Comercial y
su aplicación en la responsabilidad civil”, RCyS2015-IV,
58, 3 y “Las obligaciones concurrentes. Su creación dog-
(11) Si bien es la posición mayoritaria (Llambías, Bor- mática. El Código de Vélez y el Código Civil y Comercial.
da, Alterini, Ameal, López Cabana, Pizarro, Vallespinos, Proyecto de reformas. Una posible agenda de debate”, en
Ossola, entre otros), cierta doctrina, muy reconocida La Ley 24/09/2019,2, cita online: AR/DOC/2438/2019.
también, considera que se trata de un único vínculo (Bof-
fi Boggero, Compagnucci de Caso, Moisset de Espanés, (14) Fundamentos del anteproyecto de Código Civil y
Lafaille, Bueres, Mayo). Comercial presentado por la comisión creada por decre-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 153


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

De allí que podamos inferir que el legislador, cumplirse en forma íntegra, aunque sea divisi-
al igual que nosotros, entiende que se trata de ble (17).
una tercera categoría de obligación mancomu-
nada, pese a su cuestionable independencia En los hechos, las consecuencias y efectos de
metodológica. este tipo de obligaciones solo se materializan en
la medida en que haya pluralidad de sujetos en
El propio Ossola, detractor de la inclusión le- uno u otro frente, lo que lleva a que ciertos auto-
gislativa de la categoría, sostiene: “Pese a sus res las consideren cómo una subcategoría de las
particulares características, cabe afirmar que obligaciones de sujeto plural (18).
se trata de obligaciones de sujetos plurales, au-
tónomos y diferentes tanto de las simplemente En virtud de ello, compartimos el razona-
mancomunadas como de las solidarias, pero tri- miento y la crítica del cuerpo normativo deroga-
butarias de la categoría indicada” (15). do en cuanto las trataba como si nada tuviesen
que ver entre sí, aunque consideramos que se
Es así como la sección 7ª, pese a su título ge- podría ver zanjada la falencia con la actual me-
nérico, regula las relaciones obligacionales sim- todología.
plemente mancomunadas y solidarias, mientras
El legislador ubica las categorías en secciones
que las obligaciones concurrentes, reciente-
distintas pero contiguas, respetando su criterio
mente reconocidas como categoría de obli-
de clasificación diverso —el objeto en las obli-
gaciones de sujeto plural, inexplicablemente
gaciones divisibles e indivisibles, y los vínculos
ocupan la sección 8ª en forma independiente.
en las mancomunadas— y reconociendo su no-
Lo propio podría decirse de la regulación de toria interacción, que plasma con la remisión
las obligaciones disyuntivas ubicadas dentro de del art. 826 del Cód. Civ. y Com. De esta forma,
la sección 9ª, aunque, en este supuesto, su inde- destaca sus diferencias y reconoce sus similitu-
pendencia podría responder a que, como vere- des. Analizaremos la interacción entre ambas
categorías en el capítulo correspondiente.
mos en lo sucesivo, se trata de una pluralidad de
sujetos transitoria. II.3. Principal clasificación normativa
Con relación a las categorías de obligaciones La clasificación es un método por demás uti-
que se distinguen en virtud de la naturaleza de lizado en derecho, a tal punto que la doctrina
su objeto en divisibles o indivisibles, ubicadas tiende a abusar del recurso confundiendo al
en la sección 6ª, la doctrina mantiene la crítica operador jurídico.
que realizara sobre la metodología del derogado
Código Civil por su tratamiento independiente Sin embargo, ciertas clasificaciones trascien-
de la pluralidad de sujetos (16). den el ámbito doctrinario y son incorporadas
por el legislador en forma adecuada. Es el caso
Se dice que el fenómeno de la divisibilidad o de la clasificación de obligaciones de sujeto plu-
indivisibilidad del objeto solo resulta relevante ral que reconoce nuestro código actual, que, a
en las obligaciones del tipo plural, en virtud de
que, si nos encontramos frente a una relación (17) Cfr. CAZEAUX — TRIGO REPRESAS, “Derecho...
de un acreedor y un deudor, la prestación debe “, ob. cit., p. 10; LAFAIILE, Héctor, “Derecho civil. Tratado
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(15) OSSOLA, Federico Alejandro, “Obligaciones soli- (18) Opinión de ALTERINI, Jorge H. y ALTERINI, Ig-
darias...”, ob. cit., p. 7. nacio E., “Comentario del art. 825 CCyC”, en ALTERINI,
Jorge H. (dir. gral.) y ALTERINI, Ignacio E. (coord.), “Có-
(16) Cfr. LÓPEZ MESA, Marcelo J., “Efectos de la yuxta- digo Civil y Comercial comentado. Tratado exegético”, La
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154 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

nuestro entender, reviste una útil aplicación lla en la que el crédito o la deuda se fracciona en
práctica. tantas relaciones particulares independientes
entre sí como acreedores o deudores haya. Las
Sin perjuicio de lo manifestado con relación cuotas respectivas se consideran deudas o cré-
a su ubicación metodológica, la regulación nor- ditos distintos los unos de los otros”.
mativa de las obligaciones concurrentes como
categoría autónoma de las del tipo solidario re- De la propia definición surge la esencia de
cepta la clasificación tripartita de obligaciones este tipo de obligaciones: el fraccionamiento y
de sujeto plural que gran parte de la doctrina re- la independencia de los vínculos (20). La deu-
clamaba. da o crédito se descompone en tantas relaciones
como participantes se presenten, generando
El cuerpo normativo vigente reconoce tres es- vínculos jurídicos disociados que determinan
pecies dentro del género de obligaciones de su- la existencia de relaciones jurídicas completa-
jeto plural clasificadas en virtud de un criterio mente independientes entre sí (21).
que combina vínculo y causa.
Afirmábamos anteriormente que en las obli-
Por un lado, encontramos las obligaciones gaciones de sujeto plural se presentaban tantos
de sujeto plural con identidad de causa, entre vínculos como sujetos participaran. La manco-
las que distinguimos, según la naturaleza del munación simple determina la independencia
vínculo, las simplemente mancomunadas y las de dichos vínculos, que comparten, como pun-
solidarias. Por otro, como categoría autónoma, to común, su causa fuente. Se trata, por ende, de
se ubican aquellas provenientes de causas in- obligaciones disociadas, vínculos fraccionados
dependientes, las referidas obligaciones concu- que determinan que cada cuota se considere
rrentes, indistintas o conexas. deuda o crédito distinta de los otros.
Antes de adentrarnos en el estudio específi- Como bien señala Ossola, el fraccionamiento
co de la categoría de obligaciones plurales de es estrictamente vincular y no guarda relación
vínculo concurrente, objeto de estudio del pre- con la naturaleza del objeto. Sin embargo, será
sente trabajo, creemos que corresponde hacer la naturaleza del objeto la que determinará los
una breve referencia, aunque menos concep- efectos de la obligación (22).
tual, a las dos categorías que conforman la clasi-
ficación clásica de obligaciones de sujeto plural Lo dicho surge del art. 826 del Cód. Civ. y
provenientes de una misma causa: las simple- Com., que establece que “los efectos de la obli-
mente mancomunadas y las mancomunada- gación simplemente mancomunada se rigen
mente solidarias. por lo dispuesto en la Sección 6ª de este Capí-
tulo, según que su objeto sea divisible o indivi-
II.3.a. Obligaciones simplemente mancomu- sible”.
nadas
El legislador optó por la remisión referida
La obligación simplemente mancomunada es como una solución práctica, idéntica a la pro-
aquella en la que cada deudor debe pagar solo puesta por el proyecto de 1998, evitando así una
su cuota parte de la deuda y cada acreedor pue- doble regulación innecesaria (23).
de reclamar solo su cuota parte del crédito (19).

El Cód. Civ. y Com. las trata en solo dos artícu- (20) Cfr. BORDA, “Tratado... “, ob. cit., p. 410.
los, uno que las define y otro que remite su re- (21) Cfr. PIZARRO - VALLESPINOS, “Tratado... “, ob. p.
gulación a la correspondiente a las categorías de 754.
obligaciones divisibles e indivisibles. (22) Cfr. OSSOLA, Federico, “Obligaciones”, dirigido
por Julio César Rivera y Graciela Medina, Abeledo Perrot,
El art. 825 del Cód. Civ. y Com., similar a su Buenos Aires, 2018, 1ª ed., 2ª reimpresión, p. 483.
antecesor art. 691 del CC, la define como “aque-
(23) El Poder Ejecutivo Nacional designó por decreto
Nº 685/95 la comisión a cargo de realizar un proyecto
(19) Cfr. ALTERINI - AMEAL - LÓPEZ CABANA, de revisión o de renovación del Código Civil argentino,
“Derecho de obligaciones... “, ob. cit., p. 517. el cual fue elevado a consideración del Poder Ejecutivo

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 155


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

Festejamos la medida que supera ampliamen- (iv) Pluralidad de vínculos disociados: existen
te la metodología del Código Civil derogado. tantos vínculos como sujetos intervengan, sien-
do estos independientes unos de otros.
Sintéticamente, podemos decir que los arts.
808, 816 y 817 del Cód. Civ. y Com. disponen II.3.b. Obligaciones mancomunadas solida-
que, si la obligación recae sobre un objeto di- rias
visible, cada deudor deberá su parte y cada
acreedor podrá exigir la suya, mientras que, si el Según la definición adoptada por el art. 827
objeto es del tipo indivisible, cada deudor estará del Cód. Civ. y Com., son obligaciones solidarias
obligado a cumplir con la totalidad de la presta- aquellas obligaciones de sujeto plural emana-
ción y cada acreedor podrá exigir el pago total das de una misma causa, en las que cualquier
de la deuda. acreedor puede exigir a cualquier deudor el
cumplimiento total de la obligación, en razón
Al tratarse de vínculos independientes, no del título constitutivo o de la ley.
existe propagación de efectos entre los miem-
Respetaremos en lo sucesivo la denomina-
bros de un mismo frente. La extinción de un
ción de “obligaciones solidarias”, aunque com-
vínculo no producirá efectos sobre los restantes,
partamos la idea de que la calificación correcta,
con algunas excepciones que se pueden presen-
en contraposición a las obligaciones simple-
tar cuando el objeto de la obligación sea indivi-
mente mancomunadas, es la de “obligaciones
sible. Por ello, se dice que la independencia es
mancomunadas solidarias” (25).
total cuando se trata de obligaciones de objeto
divisible y es menor cuando el objeto es indivi- En otras palabras, los vínculos de la relación
sible, atento al carácter compacto de la presta- mancomunada serán solidarios cuando cada
ción (24). uno de los deudores se encuentre comprome-
tido a pagar al acreedor la totalidad de la deu-
Con relación a la cuantificación de la cuota da, el deudor único deba pagarla a cualquiera
parte, se presume la división en partes iguales, de los acreedores o cualquier acreedor pueda
conforme lo dispuesto por el denominado prin- cobrarse de cualquier deudor (26). Con notoria
cipio de la par condictio, reconocido por el art. claridad exponía el maestro Llambías que la es-
841 in fine del Cód. Civ. y Com. tructura de la solidaridad provoca la creación de
un frente común de acreedores y/o deudores,
Resumidamente, podemos destacar que las
en el que cada uno de esos sujetos puede com-
obligaciones simplemente mancomunadas pre- portarse como un acreedor o un deudor singu-
sentan cuatro caracteres principales: lar respecto a la totalidad del objeto (27).
(i) Pluralidad de sujetos: se puede dar tanto La obligación del tipo solidario requiere,
en el polo activo, pasivo o en ambos, de forma como especie de obligación mancomunada, la
originaria o derivada. presencia de una pluralidad de sujetos en algu-
no de los extremos de la relación o en ambos.
(ii) Unidad de objeto: que podrá ostentar el
Así, denominamos solidaridad activa a aque-
carácter de divisible o indivisible.
lla en la que el sujeto plural se ubica en el polo
(iii) Causa fuente “única”: el origen de la obli- acreedor, solidaridad pasiva cuando la plurali-
gación es el mismo para todos los sujetos.
(25) Opinión de ALTERINI, Jorge H. y ALTERINI, Ig-
nacio E., “Comentario del art. 825 CCyC”, en ALTERINI,
Nacional el 28 de diciembre de 1998 suscripto por los Jorge H. (dir. gral.) y ALTERINI, Ignacio E. (coord.), “Có-
Dres. Héctor Alegría, Atilio A. Alterini, Jorge H. Alterini, digo Civil y Comercial comentado. Tratado exegético”, La
María Josefa Méndez Costa, Julio César Rivera y Horacio Ley, Buenos Aires, 2016, 2ª ed., t. IV, p. 350.
Roitman.
(26) Cfr. REZZONICO, “Manual... “, ob. cit., p. 207.
(24) Cfr. SILVESTRE, Norma O. — MAGLIO, María
Claudia E., “Obligaciones concurrentes en el proyecto de (27) Cfr. LLAMBÍAS, Jorge J., “Tratado... “, ob. cit., p.
Código”, LA LEY 2012-E, 1027. 565.

156 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

dad está presente en el polo deudor y solidari- definición, se encuentra en la presencia de múl-
dad mixta cuando ambos resultan plurales (28). tiples vínculos coligados. A diferencia de las
obligaciones simplemente mancomunadas, en
Con relación al objeto, este es único e idénti- la solidaridad la pluralidad de vínculos propios
co para todos los vínculos y, al igual que en las de la mancomunación se encuentra agrupada.
obligaciones de mancomunación simple, su na-
turaleza divisible o indivisible determinará la La agrupación de los vínculos se revela en la
mayor o menor propagación de los efectos entre propagación de los efectos hacia los distintos
los sujetos. miembros del frente, acreedor o deudor según
sea el caso, ante supuestos de renuncia al cré-
Es contundente la definición del legislador al dito, novación, dación en pago, compensación,
destacar el origen de este tipo de obligaciones interrupción del curso de la prescripción, cul-
en una causa única, desplazando de la catego- pa o mora de alguno de los deudores, conforme
ría las constituidas en razón de distintas causas lo estipulado en los arts. 835, 838 y 839 del Cód.
del deber, las obligaciones concurrentes. Hace Civ. y Com.
referencia, lógicamente, a la unidad de cau-
sa de la obligación en los términos del art. 726 Sin embargo, como hemos mencionado, la
Cód. Civ. y Com. Sin perjuicio de ello, se eviden- existencia de múltiples vínculos se encuentra
cian ciertos supuestos en los que los obligados discutida por ciertos autores que sostienen que,
concurren por diferentes causas, a los cuales el en rigor de verdad, se trata de un único víncu-
legislador les impone los efectos de la manco- lo con una pluralidad de situaciones subjetivas.
munación solidaria (29). Afirma este sector doctrinario que no podría
existir pluralidad de vínculos, pues ello refleja-
Respecto de la fuente, los arts. 827 y 828 del
ría una pluralidad de obligaciones.
Cód. Civ. y Com. receptan la excepcionalidad de
la solidaridad al disponer que esta proviene úni- El texto del Cód. Civ. y Com., al igual que la
camente de la ley o del título constitutivo (30). mayoría de la doctrina que podríamos conside-
El referido art. 828 Cód. Civ. y Com. es cate- rar moderna, con la cual coincidimos, reconoce
górico en cuanto al carácter de “inequívoca” de la referida pluralidad de vínculos (32).
la causa fuente de la solidaridad, sin perjuicio
Por lo dicho, podemos afirmar que los ele-
de la contradictoria disposición del art. 814 inc.
mentos distintivos de la solidaridad son:
b) del Cód. Civ. y Com., que se constituye como
una excepción al establecer una suerte de pre- (i) Pluralidad de sujetos: activa, pasiva o mix-
sunción de solidaridad cuando se presenten du- ta; original o derivada.
das entre el carácter indivisible o solidario de la
obligación (31). (ii) Identidad de objeto: divisible o indivisible.
Creemos que la esencia de la obligación so-
(32) A favor de la pluralidad de vínculos: PIZARRO —
lidaria, aunque no surja expresamente de la VALLESPINOS, “Tratado... “, ob. cit., p. 774; ALTERINI
- AMEAL — LÓPEZ CABANA, “Derecho de Obligacio-
(28) Cfr. BORDA, Guillermo A., “Tratado... “, ob. cit., p. nes...”, ob. cit., p. 536; LLAMBÍAS, “Tratado...”, ob. cit., p.
423. 485; BORDA, “Tratado...”, ob. cit., p. 426; CAZEAUX —
TRIGO REPRESAS, “Derecho...”, ob. cit., p. 406; CIFUEN-
(29) Entre otras que analizaremos, la hipótesis del art. TES, Santos (dir.) — SAGARNA, Alfredo (coord.), “Código
40 de la ley 24.240. Civil comentado y concordado”, La Ley, Buenos Aires,
(30) La doctrina mayoritaria entiende que lo apro- 2004, t. I, p. 694. A favor del vínculo único: GALLI, En-
piado habría sido referirse a la ley o a la voluntad como rique, en SALVAT, Raymundo M., “Tratado de derecho
los únicos títulos constitutivos de la obligación. Dicha civil argentino. Obligaciones en general”, Tipográfica
postura se condice con la que excluye la sentencia como Editora Argentina, Buenos Aires, 1943, 6ª ed. (actualizada
fuente de las obligaciones en virtud de que los magistra- por Galli, Enrique), p. 63; BOFFI BOGGERO, Luis María,
dos no constituyen los vínculos, los declaran o reconocen “Tratado de las obligaciones”, Astrea, Buenos Aires, 1975,
conforme lo estipulado por la ley. t. III, p. 541; COMPAGNUCCI de CASO, “Manual de ob-
ligaciones...”, ob. cit., p. 406; MOISSET de ESPANÉS, “Cur-
(31) Cfr. OSSOLA, “Obligaciones”, ob. cit., p. 456. so...”, ob. cit., p. 48.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 157


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

(iii) Unidad de causa: todos los sujetos acu- Del mismo modo, una relación obligacional
den por idéntica causa del deber. que nació como plural o de sujetos múltiples
puede sobrevenir o derivar en una de sujeto
(iv) Excepcionalidad: no se presume, debe simple por acto entre vivos o mortis causae.
surgir expresamente de la ley o de la voluntad.
II.4.b. Pluralidad conjunta y disyunta
(v) Pluralidad de vínculos coligados: los di-
ferentes vínculos se encuentran agrupados ge- A su vez, la pluralidad de sujetos, en cualquie-
nerando, en consecuencia, una propagación de ra de sus polos o en ambos, puede ser conjunta
efectos. o disyunta.

II.4. Otras clasificaciones de obligaciones de Decimos que hay pluralidad conjunta cuan-
sujeto plural do los acreedores o deudores concurren en una
misma obligación. Los sujetos que componen el
II.4.a. Pluralidad originaria y derivada polo se vinculan con la conjunción “y”: el deu-
dor C debe pagar la suma de diez mil pesos al
Se trata de una clasificación doctrinaria acreedor A y al acreedor B (34).
que no fue receptada por nuestro Cód. Civ. y
Com., probablemente, por su escasa relevan- No lo refiere el Cód. Civ. y Com., pero lógi-
cia práctica. camente las categorías normativas de obli-
gaciones de sujeto plural referenciadas
Destaca la doctrina que la presencia de la plu- anteriormente —mancomunada, solidaria y
ralidad de sujetos puede darse en el momento concurrente— pertenecen al grupo de las obli-
mismo de formarse la obligación, desde su gé- gaciones conjuntas.
nesis, o con posterioridad a esta.
La pluralidad disyunta, o disyuntiva, para res-
Si la pluralidad de sujetos se encuentra des- petar la terminología del legislador, se configura
de el nacimiento de la obligación se denomina cuando la presencia de los sujetos que compo-
pluralidad originaria. Es el caso de los padres nen el polo plural es excluyente entre sí, encon-
que contratan servicios educativos para su hijo, trándose estos unidos por la conjunción “o”. El
obligándose ambos a abonar la cuota corres- deudor C debe pagar la suma de diez mil pesos
pondiente a dicho servicio y a colaborar con la al acreedor A o al acreedor B. La determinación
educación del menor. Se constituye entonces de la obligación hacia uno descarta al otro (35).
una obligación de sujeto plural originaria y de
vínculo solidario (33). Se trata de una falsa pluralidad o pluralidad
temporaria, ya que las pretensiones no llegan a
Cuando la relación obligacional nace como coexistir. Compartimos el criterio que las con-
singular o de sujeto simple y se convierte en una sidera como obligaciones de sujeto indetermi-
relación de sujetos plurales por un hecho pos- nado, cuya determinación debe hacerse efectiva
terior, se denomina de pluralidad sobreviniente antes o en el momento del cumplimiento (36).
o derivada. Esta transmisión de la obligación de
Si bien resulta poco frecuente que se consti-
un sujeto singular a uno plural se puede dar por
tuyan este tipo de obligaciones en la práctica,
sucesión hereditaria, cuando los herederos ocu-
nuestro Cód. Civ. y Com. las regula en los arts.
pan la posición del sujeto originario fallecido, o
por acto entre vivos, a través de una cesión de
(34) Cfr. BORDA, “Tratado...”, ob. cit., p. 402; LÓPEZ
crédito, asunción de deuda o subrogación, entre
MESA, “Efectos de la yuxtaposición...”, ob. cit., p. 2.
otros supuestos.
(35) Ibidem.
(33) El art. 461 CCyC establece la solidaridad de los (36) Cfr. ALTERINI - AMEAL - LÓPEZ CABANA,
padres aun en la hipótesis de que sea uno solo el que se “Derecho de obligaciones...”, ob. cit., p. 515; CAZEAUX —
obligue frente al establecimiento educativo, disposición TRIGO REPRESAS, “Derecho...”, p. 6; OSSOLA, “Obliga-
que criticamos. ciones”, p. 542.

158 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

853 a 855, destacando como principales los si- - Obligaciones simplemente mancomunadas
guientes caracteres: de objeto divisible

(i) Pluralidad provisoria de sujetos. - Obligaciones solidarias de objeto indivisible

(ii) La determinación del sujeto pasivo pue- - Obligaciones solidarias de objeto divisible
de quedar supeditada a la elección del actor
o al cumplimiento por parte de cualquiera de - Obligaciones concurrentes de objeto divisible
los deudores. En el caso del sujeto activo, solo
- Obligaciones concurrentes de objeto indivi-
se determinará por la elección del deudor en el sible
momento del pago.
La referida superposición de categorías no
(iii) La determinación de un sujeto excluye al significa desconocer la diferencia presente en-
resto de los participantes, por eso se habla de tre los criterios de clasificación. Es evidente que
pluralidad temporal. el objeto nada tiene que ver con el sujeto, y que
la naturaleza del objeto determina una clasifica-
(iv) Presentan unidad de causa y de objeto. ción, y la del vínculo entre sujetos plurales, otra.
Lo que se afirma es que, a los fines prácticos, y
(v) El deudor que cumple no cuenta con ac-
en virtud de la remisión efectuada por el ya re-
ciones de repetición frente al resto de los suje-
ferido art. 826 del Cód. Civ. y Com., corresponde
tos, así como el acreedor que recibe el pago no
conjugar las diferentes categorías, y la metodo-
está obligado a participar a los demás. logía del código podría no facilitar esta tarea.
II.5. Clasificación según la naturaleza de la López Mesa, citando a Alfredo Colmo, Ca-
prestación. Superposición de categorías zeaux y Trigo Represas, realiza un interesante y
destacable análisis crítico de los efectos de esta
Como ya hemos referido, existe una noto-
superposición de categorías. Sostiene el desta-
ria interrelación entre la categorización tripar- cado jurista bonaerense que la “yuxtaposición”
tita de obligaciones de sujeto plural según sus de categorías receptadas por nuestro Cód. Civ.
vínculos, o su forma de obligarse, y la corres- y Com. genera cinco combinaciones posibles,
pondiente a la naturaleza de su objeto, que dis- eliminando las solidarias de objeto indivisi-
tingue entre divisibles e indivisibles, cuya nota ble, y que ello complica la tarea del operador
distintiva es la posibilidad o no de fraccionar la jurídico. Con relación a la metodología, sugie-
prestación. re que lo apropiado habría sido seguir el mé-
todo del código alemán: unificar los criterios
Entendemos que, si bien ambas clasificacio- de clasificación y distinguir entre dos especies
nes responden a criterios distintos, uno referido de obligaciones simplemente mancomuna-
a los sujetos y sus vínculos, otro, al objeto, de- das, las divisibles y las indivisibles, abordando
ben regularse en forma conjunta en virtud de su por separado el tratamiento de las obligaciones
notoria interrelación. Tal como se ha afirmado, solidarias (y las concurrentes recientemente in-
la divisibilidad o indivisibilidad del objeto solo corporadas) (37).
es relevante en las obligaciones de sujeto plural.
Por lo expuesto, creemos que, ante la presen-
Ambas categorías deben analizarse en con- cia de una obligación de sujeto múltiple, para
junto y superponerse. Así, la clasificación tri- proceder a su clasificación y tratamiento ade-
partita de obligaciones de sujeto plural al cuado, el operador deberá identificar primero
conjugarse con la que distingue entre objetos si existe unidad o pluralidad de causas, luego
divisibles e indivisibles arroja seis categorías la naturaleza del objeto y, por último, la de los
posibles: vínculos que componen la relación.

- Obligaciones simplemente mancomunadas (37) Cfr. LÓPEZ MESA, Marcelo J., “Efectos de la yuxta-
de objeto indivisible posición...”, p. 10 y ss.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 159


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

III. Obligaciones concurrentes ñalábamos era el caso de la obligación solidaria,


sino que se trata de una pluralidad de obligacio-
III.1. Nociones generales nes independientes que presentan los caracte-
res comunes ya referidos (40).
Las obligaciones concurrentes, también de-
nominadas conexas, indistintas o convergentes, La conexión entre las diferentes obligacio-
y mal llamadas in solidum, fueron definidas por nes, en plural, está dada por el objeto y no por la
la doctrina como aquellas en las que dos o más fuente de la obligación, como ocurre en la soli-
sujetos se encuentran indistintamente obliga- daria o simplemente mancomunada.
dos frente al mismo acreedor, por idéntica pres-
tación, pero en virtud de diferentes causas. Cada Las obligaciones concurrentes son indepen-
deuda proviene de una fuente obligacional dis- dientes entre sí, las deudas nacen de distinta cau-
tinta, de manera que resultan independientes sa y no hay vínculo alguno entre los deudores,
entre sí a pesar de compartir el mismo objeto aunque estos concurran ocasionalmente en vir-
debido al mismo acreedor (38). tud de la identidad de objeto y acreedor referida.
Según lo dispuesto por el art. 850 del Cód. Sin embargo, evidenciamos que tanto la uni-
Civ. y Com., son concurrentes “aquellas [obli- dad de causa como la identidad objeto no son
gaciones] en las que varios deudores deben el absolutas. En ciertas situaciones excepcionales,
mismo objeto en razón de causas diferentes”. el objeto debido por los distintos deudores pue-
El legislador, siguiendo la redacción propuesta de variar en su cantidad. En cuanto a la causa
por el proyecto de 1998 (39), limita su defini- que da origen a la obligación, se presentan cier-
ción a los tres caracteres tipificantes de este tipo tas excepciones un poco más complejas en vir-
de obligaciones: sujeto plural en la faz pasiva, tud de que surgen por imposición del legislador,
identidad de objeto y diversidad de causas. La
generando contradicciones, a nuestro modo de
doctrina, por su parte, agrega un cuarto elemen-
ver, insalvables. Trataremos la polémica en el
to, que se infiere de la propia definición: identi-
capítulo respectivo.
dad de acreedor.
El ejemplo redundante de obligaciones con-
Se trata de obligaciones necesariamente plu-
currentes, citado por prácticamente toda la doc-
rales en el polo pasivo de la obligación, con ca-
racterísticas propias que las asemejan tanto a trina clásica, es el de la indemnización debida
la obligación solidaria como a las simplemente por el autor de un daño y la compañía asegura-
mancomunadas, pero que, por emanar de distin- dora del damnificado. Ambos deudores deben
ta fuente, merecen un tratamiento diferenciado. la misma prestación en virtud de distintas cau-
sas, el primero por resultar el responsable del
Como la obligación, mejor dicho, las obli- hecho dañoso, el segundo por el contrato que lo
gaciones, provienen de distintas causas, no se vincula con el acreedor. El mismo supuesto uti-
constituye una relación jurídica única, como se- lizaremos para plantear una de las excepciones
a la identidad de objeto, en cuanto a su exten-
(38) Cfr. ALTERINI — AMEAL — LÓPEZ CABANA, sión, en virtud de que la aseguradora responde-
“Derecho...”, p. 548; BORDA, “Tratado...”, p. 424; BUSSO, rá hasta el límite por el que se haya obligado.
Eduardo B., “Código Civil anotado”, Ediar, Buenos Aires,
1955, t. V., p. 17; LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, “Tratado...”, p. III.2. Origen y evolución
563; PIZARRO - VALLESPINOS, “Instituciones...”, p. 559,
REZZONICO, “Estudio de...”, p. 621; OSSOLA, “Obligacio- El antecedente forzoso de las relaciones obli-
nes”, p. 533. Coincidimos con la postura doctrinaria que
considera que la denominación in solidum, referida a la gacionales mancomunadas, como de práctica-
concurrencia, resulta inadecuada. Cfr. BOFFI BOGGERO, mente todas las figuras del derecho privado, lo
Luis María, “Tratado...”, p. 588. encontramos en el derecho romano.
(39) Art. 798 del proyecto de Código Civil de 1998: “Al-
cances. En la obligación concurrente varios deudores de- (40) Cfr. HIRALDE VEGA, Germán, “Las obligaciones
ben indistintamente el mismo objeto en razón de causas concurrentes en el Proyecto de Código Civil y Comercial”,
diferentes”. DJ 006/02/2013, 97, p. 2.

160 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

El ordenamiento romanista admitía distintos por el total de la deuda, algunos autores afir-
supuestos de obligaciones de sujeto múltiple man que el derecho romano clásico diferen-
que, conforme los criterios modernos de clasi- ciaba entre dos clases: la solidaridad perfecta o
ficación, podríamos agrupar en tres: parciarias, correalidad propiamente dicha y la solidaridad
cumulativas o correales (41). imperfecta o impropia (44).

La primera era aquella en la que cada sujeto La solidaridad perfecta, de origen convencio-
puede exigir o debe cumplir, según se ubique en nal, generaba una solidaridad plena de efectos
uno u otro extremo de la relación, solo una parte con vínculos coligados bajo una misma obliga-
de la prestación correspondiente a su cuota de ción, mientras que la solidaridad imperfecta,
crédito y deuda. Estas llevan el nombre de par- surgida de la ley, suponía la existencia de víncu-
ciarias o a prorrata, en atención al derecho o de- los independientes en los que, si bien cada deu-
ber parcial que le corresponde a cada sujeto. dor respondía por el todo, no existía entre los
coobligados representación recíproca ni propa-
La otra especie de obligación de sujeto plural gación de efectos (45).
con vínculos independientes es la que resultaba
de los delitos y presentaba la particularidad de Rezzónico señala que la solidaridad era per-
permitir que el acreedor accionara en forma con- fecta cuando se producían todos los efectos
junta o sucesiva contra todos los deudores de la principales y secundarios de la solidaridad, y
indemnización, sufriendo cada uno la pena ínte- era imperfecta cuando producía solo los princi-
gra. Se denomina obligación cumulativa. pales. Así, la culpa, la mora y deuda de intereses
o la interrupción de la prescripción ocurridos
Respecto a estas últimas, señala Compagnuc- con relación a uno de los deudores carecía de
ci de Caso, citando a Iglesias, que los delitos influencia sobre los otros (46).
cometidos por un grupo de individuos daban
lugar al denominado sistema de “acumulación”, Esta distinción entre especies de solidaridad
que obligaba simultáneamente a los culpables en Roma ha sido puesta en duda y cuestionada
al pago íntegro de la pena pecuniaria (42). El por destacados romanistas (47). Peña Guzmán
pago realizado por uno de ellos, lógicamente, y Arguello, citando a Bonfante, destacan que la
no extingue la obligación del resto. Afirma Di clasificación se encuentra desechada y que la
Pietro que lo propio ocurría cuando se legaba el confusión partió de una falla de técnica legisla-
mismo objeto a dos sujetos. Así, si se da y lega tiva de los compiladores al interpolar los textos
el esclavo Sticho a Ticio y se da y lega el mismo del derecho clásico con las modificaciones de
esclavo a Seyo, el heredero cumplirá el legado Justiniano (48).
dando a uno de los legatarios el esclavo y al otro
su valor (aestimatio) (43). Dejando de lado la polémica en cuanto a la
subcategorización, lo cierto es que, pese a que la
Con relación a las obligaciones correales o so-
lidarias, en las que los sujetos debían responder (44) Cfr. BONFANTE, Pietro, “Instituciones de derecho
romano”, Reus, Madrid, 1965, traducción de la 9ª edición
(41) El derecho romano antiguo solía individualizar las por Bacci y Larrosa, p. 388 y ss.; IGLESIAS, Juan, “Derecho
obligaciones por las acciones que se servían para obtener romano. Instituciones de derecho romano”, Ariel, Ma-
su efectividad, de ahí la conexión entre obligatio y actio, drid, 1972, 6ª ed., p. 384 y ss.; PETIT, Eugene, “Tratado
por ello afirmamos que la clasificación se realiza con elemental de derecho romano”, Porruá, México, 2007, tra-
base en criterios modernos de agrupación. Ver categori- ducido por José Ferrández González, p. 348 y ss.
zación de acciones y obligaciones en Roma en DI PIET- (45) Cfr. ALTERINI - AMEAL - LÓPEZ CABANA,
RO, Alfredo, “Derecho privado romano”, Abeledo Perrot, “Derecho... “, ob. cit., p. 536.
Buenos Aires, 2009, 3ª ed., versión e-book disponible en
Proview Thomson Reuters La Ley. (46) Cfr. REZZONICO, “Manual... “, ob. cit., p. 207.
(42) Cfr. COMPAGNUCCI de CASO, Rubén H., “Obliga- (47) Cfr. SALVAT, Raymundo M., “Tratado... “, ob. cit.,
ciones concurrentes. Un supuesto de relaciones de sujeto p. 59.
plural”, AR/DOC/2365/2019.
(48) Cfr. PEÑA GUZMÁN, Luis A. y ARGUELLO, Luis,
(43) Cfr. DI PIETRO, Alfredo, “Derecho...”, versión e- “Derecho romano”, Tipográfica Editorial Argentina, Bue-
book disponible en Proview Thomson Reuters La Ley. nos Aires, 1962, p. 188.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 161


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

existencia de la distinción en el derecho roma- tre otros autores, sostiene que no es adecuado
no se encuentra discutida, la doctrina es coin- relacionar el término con las obligaciones con-
cidente en citar las obligaciones imperfectas currentes en virtud de la confusión que genera
como el antecedente conocido de la obligación haber sido adoptado por Vélez para denominar
objeto del presente trabajo. a las obligaciones del tipo solidarias (51).

Es el derecho francés el que, a través de la doc- El nacimiento de la teoría de las obligacio-


trina de Mourlon y de Aubry y Rau, apoyada lue- nes concurrentes en nuestro ordenamiento, re-
go por Savigny, Demolombe, Colin y Capitant, fiere Moisset de Espanés, se da como respuesta
recepta el concepto de solidaridad imperfecta de la doctrina ante la ausencia de normas que
y desarrolla la categoría de obligaciones in so- determinaran la solidaridad de las obligacio-
lidum, diferenciándolas de las solidarias por no nes emergentes de los cuasidelitos. Mientras
existir entre los sujetos una relación previa de algunos sostenían que la obligación resultante
mandato o sociedad por efecto convencional. de los hechos culposos era simplemente man-
Esa falta de convención hace caer la presunción comunada, en virtud de que la solidaridad solo
de representación recíproca y con ella la pro- puede surgir de la ley, otros promulgaban la
pagación de los denominados efectos secun- mancomunación solidaria a pesar de no estar
darios. Con relación a su génesis, la obligación expresamente consagrada. Una tercera posición
provenía exclusivamente de la ley (49). sostenía que no se trataba ni de uno ni de otro,
sino de una pluralidad de obligaciones in soli-
Sin embargo, el concepto de obligación in so- dum o de solidaridad imperfecta (52).
lidum recibido por cierto sector de la doctrina
francesa no es precisamente el mismo que el El principio que dispone la excepcionalidad
de obligaciones concurrentes reconocido por en materia de solidaridad, la falta de determina-
nuestra doctrina y jurisprudencia, en un princi- ción ante ciertos supuestos de daños provocados
pio, y por el legislador en la actualidad. con intervención de una pluralidad de sujetos y
la inexistencia de un tercer género de obligacio-
III.3. El largo camino hasta su reconocimiento nes de sujeto plural llevaron a que se construyera
normativo en Argentina jurisprudencialmente esta tercera variante para
evitar las consecuencias disvaliosas que genera
El derogado Código Civil no admitía varian-
tes en la forma de actuar de la solidaridad. De la simple mancomunación ante supuestos en los
acuerdo a su esquema, la obligación de sujeto que la víctima de un daño debe reclamar su repa-
plural en el frente pasivo podía ser simplemen- ración a una pluralidad de sujetos.
te mancomunada o solidaria, según que cada La reforma al Código Civil impuesta por la ley
deudor debiera solo su parte o la totalidad de 17.711 admitió, indirectamente, la responsabi-
la prestación, no existiendo una tercera catego-
lidad solidaria entre los coautores de delitos y
ría (50).
cuasidelitos, destruyendo en consecuencia la
Vélez reguló una única solidaridad con los categoría construida. Sin embargo, la doctrina
efectos de la denominada solidaridad perfecta y, y la jurisprudencia emprendieron un largo ca-
conforme surge del texto del art. 701 del Código mino de reconocimiento de esta categoría para
Civil, no distinguía entre obligaciones solidarias supuestos de responsabilidad civil en los que
y obligaciones in solidum, ya que las considera- aparecían varios deudores de la misma presta-
ba como sinónimos. Quién se obliga solidaria- ción frente a un mismo acreedor y la ley no pre-
mente se obliga in solidum, es decir, por el todo, veía expresamente la solidaridad, vedando la
según la etimología del vocablo. Llambías, en- posibilidad de la víctima de reclamar la totali-
dad de la indemnización a cualquiera de los res-
ponsables.
(49) Cfr. REZZÓNICO, Luis María, “Estudio de las ob-
ligaciones en nuestro derecho civil”, Librería Editorial
Ciencias Económicas, Buenos Aires, 1958, p. 356. (51) Cfr. LLAMBÍAS, “Tratado... “, p. 565.
(50) Cfr. MÁRQUEZ, José Fernando, “Las obligaciones (52) Cfr. MOISSET de ESPANÉS, Luis, “Curso de obliga-
concurrentes...”, ob. cit., p. 1. ciones”, Zavalía, Buenos Aires, 2004, t. II, p. 75.

162 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

Se aplicaba, principalmente, a cuestiones de vendedor por las deudas del inmueble (65), la
responsabilidad objetiva en las que los deudo- del transportista y los responsables del hecho
res no tenían participación causal en el ilícito dañoso sobre la mercadería transportada (66),
generador del daño. la de la empresa de servicios públicos y el con-
sorcio frentista por el estado de la vereda (67) y
Dentro de los doctrinarios que estudiaron la
la del constructor del inmueble que se derrum-
categoría, se destaca el trabajo de Busso (53),
bó, el propietario y el municipio que otorgó la
Pedro León (54), Alterini, Ameal, López Caba-
habilitación (68), entre muchos otros supuestos
na (55), Borda (56) y Trigo Represas (57). Entre
los más actuales, los ya referidos Pizarro, Valle- de responsabilidades concurrentes (69).
spinos (58), Ossola (59), López Mesa (60), Már-
No fue hasta el proyecto de reforma del Códi-
quez (61), Wierzba (62), entre otros.
go Civil de 1993 que se intentó incluir la cate-
Más allá del importante aporte de la doc- goría dentro de un digesto. Allí se reconocía su
trina nacional y extranjera que trató el tema, autonomía y se equiparaba la producción de
la categoría en nuestro ordenamiento se for- sus efectos con las del tipo solidario, a excep-
jó principalmente de la mano de los tribunales ción de la propagación de los correspondientes
que fueron reconociendo los distintos supues- a la novación, la compensación o la remisión de
tos y sus pautas. deuda, así como a la mora, la interrupción o la
suspensión de la prescripción (70). También re-
Así, la jurisprudencia consideró concurren- conoció la categoría el proyecto de 1998, aun-
tes la obligación que se constituye entre el res- que, a diferencia de su antecesor, le imputaba
ponsable de un delito civil, que debe reparar el los mismos efectos que a las solidarias sin con-
daño junto al autor de un cuasidelito, y la vícti-
templar excepciones, lo que fue criticado por un
ma (63), la responsabilidad del dueño y el guar-
sector de la doctrina (71).
dián del automóvil ante el damnificado en un
accidente de tránsito (64), la del escribano y el
(65) CNCiv., Sala F, “Nieva, Griselda É c. Scarso, José”,
26/03/2013, elDial.com — AA7F64.
(53) BUSSO, “Código Civil anotado...”.
(66) CNCiv., Sala L, “Musso, Gabriela c. Navarro,
(54) LEÓN, Pedro, “Obligaciones convergentes”, Co- Miguel A.”, 01/03/2013, AR/JUR/2578/2013.
mercio y Justicia, Córdoba, 1961, número extraordinario
22º aniversario. (67) CNCiv., Sala G, “Giménez Mabel H. c. Cons. De
Prop. Av. Callao 1171/73/75/81/83”, 04/12/2012, AR/
(55) ALTERINI, Atilio A. - AMEAL, Oscar - LÓPEZ CA- JUR/73890/2012.
BANA, Marcelo, “Derecho de obligaciones...”.
(68) CCom. San Nicolás, “Marún José y otro c. Nacif,
(56) BORDA, Guillermo, “Tratado…”. Roberto Juan y otros”, 4/6/1996, JA 1997-IV-255.
(57) CAZEAUX, Pedro — TRIGO REPRESAS, Felix A., (69) CNCiv., Sala G, “M. V. H. c. Promeco SA y otro”,
“Derecho...”, ob. cit. 1/3/97, LA LEY 1997-E, 662; CNCiv., Sala D, “Figueroa
Julieta c. Sade SA, L.L. “, 1996-E, pág. 49; CNCiv., Sala K,
(58) PIZARRO, Ramón D. - VALLESPINOS, Carlos G.,
“Ferro de Raimondi, María c. Tuero, Alberto y otros”, L.L.,
“Instituciones...”.
14/3/97, 1997-F, pág. 463; CNCiv., Sala L, “Catino, Juan c.
(59) OSSOLA, Federico, “Obligaciones...”. Paredes, Manuel”, L.L. 1997-C, pág. 756.
(60) LÓPEZ MESA, Marcelo, “Efectos de la yuxta- (70) Proyecto elaborado por la comisión designada por
posición...”. decreto 468/92, integrada por Augusto C. Belluscio, Sal-
vador D. Bergel, Aída Kemelmajer de Carlucci, Sergio Le
(61) MÁRQUEZ, “Las obligaciones concurrentes...”. Pera, Julio C. Rivera, Federico N. Videla Escalada y Edu-
(62) WIERZBA, “Obligaciones solidarias y concurren- ardo A. Zannoni, ingresado en la Cámara de Senadores
tes...”. en 1993.

(63) CNCiv., Sala A, “Banco Comercial del Norte SA c. (71) Cfr. CHAUSOVSKY, Gabriel en AMEAL, Oscar
Kahan José S.”, 07/04/88, AR/JUR/287/1988. (dir.) y TANZI, Silvia (coord.), “Obligaciones y contratos
en los albores del siglo XXI. Homenaje al Prof. Dr. Ro-
(64) SC Mendoza, Sala I, “Filiti, Santos H c. Mercado, berto M. López Cabana”, Abeledo Perrot, Buenos Aires,
Pablo A.”, 02/09/1988. 2001, p. 97.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 163


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

Finalmente, el anteproyecto del código vigen- te debe estar conformado por una multiplicidad
te las incorporó con una regulación de efectos de sujetos.
similar al proyecto de 1993 y la doctrina mayo-
ritaria apoyó la propuesta. El despacho b) de la La pluralidad pasiva brinda al sujeto acree-
comisión de obligaciones de las XXIV Jornadas dor, generalmente víctima de un daño, mayor
Nacionales de Derecho Civil de 2013 concluyó protección y garantía para el cobro de su crédi-
que era plausible la regulación legislativa (72), to, ya que, con la concurrencia de deudores ve
mientras que el correspondiente a las XXVII Jor- ampliada su expectativa de cobro. Esta idea de
nadas Nacionales de Derecho Civil de 2019 rati- garantía constituye, según algunos autores, el
ficó y confirmó la inclusión al dictaminar que la fundamento principal de la regulación de esta
clasificación es autónoma de las solidarias, res- categoría.
ponde a la naturaleza de la obligación y resulta
necesaria (73). Al igual que en el resto de las obligaciones
mancomunadas, la pluralidad de deudores
Sin embargo, las conclusiones no resulta- puede ser inicial o sobreviniente. Lo habitual
ron unánimes, ya que, como se analizará, cier- es que se presente desde el origen de la obli-
to sector destacado de la doctrina promulga la gación, que los deudores concurrentes queden
eliminación de la categoría o, en su defecto, su constituidos desde el nacimiento del vínculo.
equiparación con la solidaridad. Sin embargo, existen ciertos supuestos de con-
currencia sobrevenida con posterioridad a la
III.4. Caracteres tipificantes génesis de la obligación. Es el caso del pago de
créditos embargados o prendados regulado por
Podemos distinguir como caracteres princi-
el art. 877 del Cód. Civ. y Com. Quien paga un
pales de las relaciones obligacionales del tipo
crédito embargado o prendado es responsable
concurrentes a:
concurrente, junto con su acreedor, del pago al
a) pluralidad de deudores embargante, ante quien el primer pago resultará
inoponible. La pluralidad y concurrencia lógica-
b) identidad de acreedor mente se dan con posterioridad al nacimiento
de la primera obligación.
c) identidad de objeto
Como afirmamos, la pluralidad de deudores
d) diversidad de causas concurrentes se caracteriza por constituir tan-
tas obligaciones independientes como deudo-
Analizaremos cada uno de los caracteres desta- res se presenten.
cados, haciendo especial referencia a ciertos plan-
teos que surgen en relación con los últimos dos. III.4.b. Identidad de acreedor
III.4.a. Pluralidad de deudores La obligación concurrente requiere unidad o
identidad de acreedor, es decir, que los obligados
Tal como lo adelantamos, las obligaciones concurran frente a un mismo polo acreedor, sin
concurrentes son obligaciones de sujeto plural que esto signifique que este deba ser singular.
en el polo pasivo. El frente acreedor puede ser
plural o singular, pero el deudor imperiosamen- No existe impedimento alguno para que el
frente acreedor en una obligación concurrente
(72) Despacho b) de la Comisión 2 de Obligaciones en esté conformado por más de una persona, ya se
las XXIV Jornadas Nacional de Derecho Civil, celebradas trate de una pluralidad originaria o derivada. Es
en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires en Buenos Aires en septiembre de 2013. el caso de condóminos de un vehículo robado
en una playa de estacionamiento. En la obliga-
(73) Conclusiones de la mayoría en la Comisión de Ob- ción de reparar el daño, el frente acreedor está
ligaciones de las XXVII Jornadas Nacionales de Derecho
Civil, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Uni- compuesto por los condóminos, mientras que
versidad Nacional del Litoral, celebradas en la ciudad de en el frente deudor pueden concurrir el autor
Santa Fe en septiembre de 2019. del hecho ilícito, el titular de la playa de estacio-

164 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

namiento, su compañía de seguros y la compa- la prestación, mientras que en las solidarias, su


ñía de seguros del titular del vehículo. integridad, el “cuánto”. Esta interpretación nos
lleva a concluir que en las obligaciones solida-
Así, el polo acreedor puede ser perfectamente rias todos los deudores deben el total de la pres-
plural, pero nunca diverso para cada uno de los tación, mientras que en las concurrentes todos
deudores. los deudores deben la misma prestación, acep-
tándose ciertas excepciones en las que puede
III.4.c. Identidad de objeto. Primer planteo variar el quantum, como el caso de las asegu-
radoras que solo responderán hasta el monto
Afirman los fundamentos del proyecto que el asegurado, o el del acreedor embargante que
código actual no define el objeto de la obligación responderá hasta el monto del embargo o el del
por entender que ello es tarea de la doctrina. Sin responsable concurrente culposo al que el juez
embargo, creemos que el texto y las fuentes son le atenúa el monto de la indemnización por ra-
lo suficientemente claros al respecto. zones de equidad, conforme la facultad dis-
puesta por el art. 1742 del Cód. Civ. y Com.
De la interpretación literal de los arts. 725 y
865 del Cód. Civ. y Com. se puede inferir que, A raíz de ello surge la inquietud respecto de
conforme lo entiende también el criterio doctri- este elemento: ¿todos los deudores deben lo
nal predominante, el objeto de la obligación es mismo? ¿El objeto en las relaciones concurren-
la prestación, entendida como la conducta po- tes, como afirma la doctrina, es único, idéntico e
tencial del deudor que se corresponde con el in- igual para todos los deudores?
terés del acreedor. Por su parte, el bien debido,
que a nuestro entender conforma el objeto de la Creemos que la diversidad en la cuantía no
prestación, es el elemento de la conducta que va afecta el requisito de identidad del objeto. En
a determinar la naturaleza de la obligación: el ciertos supuestos, excepcionales, insistimos, se
dar, hacer o no hacer (74). puede presentar la particularidad de que haya
deudores concurrentes que deban el mismo
La identidad de objeto es una cualidad que objeto, pero en diferente cantidad. Ello resul-
las obligaciones concurrentes comparten con ta razonable en virtud de la diversidad de obli-
las obligaciones del tipo solidario, que se tra- gaciones sin vínculos entre los deudores. La
duce en la facultad del acreedor de reclamar el excepción que se reconoce no podría, o no de-
cumplimiento de la prestación a cualquiera de bería, admitirse en vínculos solidarios, que, por
los deudores. tratarse de una única relación obligacional, ade-
más de identidad, exigen integridad de la pres-
A pesar de tratarse de un elemento comparti-
tación.
do por ambas categorías, advertimos ciertas di-
ferencias. La diversidad excepcional no altera la iden-
tidad sustancial del objeto debido en las
El art. 850 del Cód. Civ. y Com., al referirse a obligaciones concurrentes. Sin embargo, si en-
la prestación, emplea la expresión “mismo ob- tendemos el objeto como la prestación, concep-
jeto”, mientras que la definición de obligaciones to que integra tanto el interés como la conducta
solidarias provista por el art. 827 del Cód. Civ. y futura y el bien, material o inmaterial, podemos
Com. se refiere al “cumplimiento total que pue- decir, sin temor a equivocarnos, que si el objeto
de exigirse a cualquiera de los deudores”. es el mismo no puede ser único, igual ni idénti-
Parecería que en las obligaciones concurren- co. Son términos conceptual y etimológicamen-
tes se regula la identidad del objeto, el “qué” de te diversos e incluso contradictorios: lo que es
único no puede ser igual ni el mismo.
(74) El análisis de las distintas posturas con relación Sucede que la mayoría de los supuestos de
a la definición y naturaleza del objeto de la obligación
obligaciones concurrentes se reservan a cues-
merece un desarrollo mucho más amplio, que obviamos
por exceder el marco del presente trabajo. Al respecto, tiones de responsabilidad civil en las que la
ver OSSOLA, Federico, «Obligaciones... «, ob. cit., ps. 119- prestación es una indemnización dineraria.
134. Ante tal circunstancia, el objeto debido por to-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 165


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

dos los sujetos que conforman el polo pasivo, bas categorías, vinculada con la circunstancia
dar una suma de dinero, podría decirse, indis- de ser la solidaria una obligación única (75).
tintamente, que es único, el mismo, idéntico o
igual. Es una característica que surge de la natu- III.4.d. Diversidad de causas. Segundo plan-
teo
raleza divisible y fungible del bien que se debe.
La diversidad de causas es el elemento que
Sin embargo, esto podría no resultar así en
la doctrina destaca como característico de las
otro tipo de obligaciones en las que el acreedor obligaciones del tipo concurrente y el que de-
tiene la facultad de reclamar el cumplimiento in termina su autonomía frente al resto de las obli-
natura a ciertos deudores y el equivalente en di- gaciones mancomunadas.
nero a otros.
Para comprender el carácter en análisis, re-
Pensemos en la obligación de una entidad sulta imperioso delimitar el concepto de cau-
de medicina prepaga de brindar servicios mé- sa como elemento no estructural de la relación
dicos a un menor que sufre lesiones dentro de obligacional, al que hace referencia el legisla-
un establecimiento educativo. La víctima tiene dor al regular la concurrencia, a sabiendas de
la facultad de reclamar los gastos relativos al tra- que en derecho “causa” posee diversas acepcio-
tamiento médico al autor del hecho dañoso, al nes (76).
titular del establecimiento educativo y a su com-
La causa de la obligación concurrente es el
pañía de seguros, mientras que también puede hecho jurídico generador de cada una de las
exigir la prestación del servicio, no ya la indem- obligaciones que pesan sobre cada uno de los
nización sustitutiva, a su entidad de medicina distintos deudores. En los términos del art. 726
prepaga. Cód. Civ. y Com., el hecho idóneo para producir
la obligación conforme el ordenamiento jurídi-
Son cuatro los sujetos que en este hipotéti- co. La denominada causa eficiente.
co caso quedan obligados frente a la víctima
del daño, y todos ellos por causas diferentes. Es unánime la doctrina al sostener que la obli-
Las obligaciones del autor del daño, del esta- gación deriva de un hecho o conjunto de hechos
blecimiento y de su aseguradora constituyen el coincidente con el presupuesto jurídico al que
ejemplo clásico de obligaciones concurrentes el ordenamiento le otorga aptitud para generar
en las que todos efectivamente deben lo mismo obligaciones (77). El nacimiento de la obliga-
por diversas causas, mientras que la obligación ción no surge del hecho real, el factum, sino de
de la entidad de medicina prepaga, aunque su la conexión entre este y el supuesto jurídico.
objeto no sea exactamente el mismo, también es Cuando el art. 850 del Cód. Civ. y Com. regula
concurrente con el resto de las relaciones. Tan la diversidad de causas, la mayoría de los auto-
es así que, una vez agotado el interés del afilia- res afirma que se refiere al hecho generador de
do, la prepaga puede repetir lo gastado contra el la obligación, la fuente, causa eficiente o causa
resto de los coobligados. del deber, como la denominaremos en lo sucesi-
vo. No es otra cosa que por qué se debe, el hecho
Entendemos que, en la situación particular que genera la deuda, que en el caso de la concu-
planteada, se trata de una obligación equiva- rrencia se exige que sea diferente o distinto para
lente y que, por ende, tampoco afecta la regla de los diversos coobligados.
identidad del objeto característica de las obliga-
ciones en estudio. (75) Cfr. SILVESTRE, Norma O — MAGLIO, María
Claudia E., “Las obligaciones concurrentes como cat-
Insistimos en que lo propio no puede presen- egoría jurídica autónoma”, RCyS2019-IX,3, 2.
tarse en el caso de las obligaciones de solidari- (76) Causa fuente, causa fin, causa motivo, causa del
dad pasiva, en las que el cumplimiento ha de ser daño, causa del acto, entre otros.
siempre total por cada uno de los deudores, lo (77) Cfr. PIZARRO — VALLESPINOS, “Tratado...”, ob.
que marca una importante diferencia entre am- cit., p. 162.

166 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

Señala Zavala de González que las expresio- lidad indirecta, ya que no es el único supuesto,
nes “causas diferentes” o “distintas” deben in- aunque sí el más frecuente (81).
terpretarse no como el hecho generador del
daño, lo que conocemos como causa material Cuando hay coparticipación estrictamente
del daño, sino como la causa de la respectiva causal, se aplica el régimen de la solidaridad,
obligación (78). En el mismo sentido, Silvestre pues los partícipes comparten la unidad de cau-
y Maglio afirman que la diversidad de causa del sa. Todos los deudores coparticipan del mismo
deber es el diferente fundamento jurídico por el hecho jurídico, con mayor o menor incidencia
cual se responde frente al acreedor, pero no la causal, mediando factores de imputación sub-
causa del daño (79). jetiva que pueden ser dolosos o culposos, pero
siempre enmarcados dentro del mismo hecho.
La responsabilidad concurrente que se le atri- Es el supuesto del ilícito que involucra tanto al
buye al principal y dependiente, padre e hijo, autor como a sus cómplices o facilitadores, o del
dueño y guardián, emerge de la misma causa acto médico que involucra a todos los profesio-
del daño, es decir, el hecho del dependiente, del nales que participan de él.
hijo o del usuario de la cosa riesgosa. En todos
los supuestos hay una unidad de causa del daño. Se puede presentar la particularidad de que el
Sin embargo, la causa del deber, por qué res- responsable objetivo tenga participación causal
ponde cada uno, es distinta. Algunos deudores en el hecho generador del daño, en cuyo caso in-
estarán llamados a responder por la autoría del tegraría la unidad causal de la obligación, ope-
hecho dañoso, mientras que el resto, los que no rando el régimen de la solidaridad. Al mediar
participaron en la acción, en función de la ga- participación causal integra la esfera subjetiva.
rantía o riesgo, dependiendo del caso (80). Es el caso de la responsabilidad del principal
por encomendar el accionar dañoso, o del esta-
Coincidimos con la interpretación, no sin blecimiento asistencial por las malas condicio-
advertir que las disposiciones del art. 1751 del nes de las instalaciones o los equipos médicos.
Cód. Civ. y Com., que marcan la regla general en
materia de responsabilidad plural, podrían ge- Algunos autores afirman que la regla de la
nerar confusión al respecto. En este supuesto, el coparticipación no es absoluta, en virtud de
legislador optó por distinguir entre “causa úni- que resulta factible que el legislador imponga
ca del daño para la solidaridad” y “diversidad de las consecuencias de la solidaridad en supues-
causa de la pluralidad para la concurrencia”. tos de pluralidad de causas. Trataremos lo re-
lativo a esta particular situación en el capítulo
Independientemente de las desacertadas di-
correspondiente, aunque adelantamos nuestra
ferencias, que a nuestro entender obedecen
discrepancia.
simplemente a una mala técnica legislativa, la
interpretación conjunta de lo dispuesto por los En el resto de los supuestos en los que no me-
arts. 850 y 1751 del Cód. Civ. y Com. instituye dia coparticipación causal, los deudores son
la regla de la solidaridad para la pluralidad de llamados a responder en virtud de causas del
responsables directos, coautores o copartíci-
deber distintas y se reconoce la concurrencia.
pes causales, todos ellos llamados a deber por
Lo propio ocurre con las responsabilidades de-
su participación en el mismo hecho, y la concu-
rivadas de factores de atribución objetivos, en
rrencia para los indirectos. Aclaramos que no
que el autor del hecho dañoso concurre con los
debe equipararse concurrencia con responsabi-
responsables indirectos. El autor es llamado a
responder por la autoría del ilícito, mientras que
(78) Cfr. ZAVALA de GONZÁLEZ, Matilde, “Respon-
los responsables objetivos concurren con este
sables solidarios y concurrentes en el Proyecto de 2012”,
RCyS, 2013 XII, 5, cita online AR/DOC/3873/2013, en garantía por el hecho jurídico que los vincula
(79) SILVESTRE — MAGLIO, “Obligaciones concur-
rentes...”, ob. cit., p. 4. (81) SILVESTRE AIMO, Norma Olga — RUA, Isabel —
WIERZBA, Sandra, “Obligaciones concurrentes o indis-
(80) Cfr. ZAVALA de GONZÁLEZ, Matilde, “Respon- tintas (con especial referencia a las acciones de regreso”,
sables...” p. 3 y ss. La Ley, cita online: 0003/000593, pág. 2.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 167


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

con el autor. Allí radica la diversidad de causas Como bien adelantábamos, no estamos en
propia de este tipo de obligaciones. presencia de una única obligación con vínculos
agrupados, como se describe en la solidaridad.
La diferencia parece clara y se evidencia fá- La concurrencia se distingue por presentar una
cilmente en los supuestos más comunes de multiplicidad de obligaciones ocasionalmente
responsabilidad objetiva. Sin embargo, puede relacionadas por compartir algunos elementos
resultar compleja la distinción entre diversidad comunes: objeto y polo acreedor.
y unidad de causa en supuestos en los que el de-
A nuestro entender, el reconocimiento de esta
ber de responder derive de una conjunción de
diversidad e independencia de relaciones jurí-
hechos. dicas resuelve muchas de las polémicas que gi-
ran en torno a la categoría y configuran, en gran
Ossola sostiene que la distinción entre causa
medida, el argumento principal por el cual ne-
única y pluralidad de causas es falsa, que las di- gamos al legislador la posibilidad de instituir la
versas causas no son absolutamente indepen- solidaridad ante estos supuestos.
dientes unas de las otras, ya que en todas las
obligaciones plurales existen elementos causa- Si se trata de obligaciones distintas, indepen-
les propios y comunes. En virtud de ello, el au- dientes, entre personas vinculadas solo por de-
tor entiende que el legislador puede “dotar de berle lo mismo al mismo acreedor, no resulta
intensidad” al elemento causal común para que razonable que se las juzgue como vinculadas
se constituya, junto con el elemento particular, cuando estructuralmente no lo están.
como la causa única de la obligación solida-
III.6. Reglas
ria (82).
Mientras el art. 799 del proyecto de 1998 pro-
En esa misma línea, pero con otros funda- ponía equiparar los efectos de las obligaciones
mentos, se ha afirmado que ya no es la unidad o concurrentes con las solidarias, tesis que hoy
diversidad de causas el elemento determinante reflota parte de la doctrina, el art. 851 del Cód.
de la solidaridad o concurrencia, sino que esta Civ. y Com. determina las reglas específicas para
va a estar instituida por el legislador (83). este tipo de obligaciones, destacándose aque-
llas que se diferencian de las previstas para las
A nuestro entender, si bien el legislador regu- obligaciones solidarias.
ló como concurrentes diversas obligaciones so-
lidarias y viceversa, lo afirmado no es correcto. La norma brinda seguridad jurídica al dispo-
No debería ser el legislador quien instituya las ner reglas precisas y claras en relación con la
consecuencias de una obligación cuando su propagación de los efectos entre los diferentes
propia estructura indica lo contrario y las con- deudores. El precepto protege al acreedor vícti-
secuencias que impone no resultan razonables. ma sin agravar injustificadamente la posición de
los deudores codeudores. Con esa idea estable-
III.5. Pluralidad de relaciones jurídicas ce el principio de la no propagación de efectos
entre deudores concurrentes, a excepción del
La multiplicidad de relaciones jurídicas inde- pago que desinteresa al acreedor y en conse-
pendientes que se lucen en la categoría no con- cuencia extingue su crédito, acogiendo las pau-
figura un cuarto elemento estructural de esta, tas que ya había establecido la jurisprudencia y
sino la consecuencia directa de la pluralidad de que resultan coherentes con su estructura (84).
causas anteriormente analizada. Las reglas descriptas en los diferentes incisos
del art. 851 del Cód. Civ. y Com. son:
(82) Cfr. OSSOLA, Federico Alejandro, “Obligaciones
solidarias y concurrentes: necesidad de un replanteo...”,
ob. cit., p. 11. (84) Plenarios CNCiv, “Maciel, Marcos c. Barry, Fed-
erico”, 18/02/2004, cita online AR/JUR/8/2004, y “Flores,
(83) Cfr. WIERZBA, Sandra M., “Obligaciones...”, ob. Oscar c. Robazza”, Mario, 23/09/1991, cita online AR/
cit., p. 4. JUR/2071/1991.

168 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

a) “El acreedor tiene derecho a requerir el El precepto indica que las figuras enunciadas
pago a uno, a varios o a todos los codeudores, cuando se configuran con uno de los deudores
simultánea o sucesivamente” extinguen el resto de las obligaciones en la me-
dida que se satisfaga íntegramente el interés del
Efecto idéntico al de las obligaciones solida- acreedor; de lo contrario, las extinguirán par-
rias previsto en el art. 833 Cód. Civ. y Com. y cialmente en la porción satisfecha.
de las indivisibles del art. 816 Cód. Civ. y Com.
Constituye la esencia propia de la categoría y el El efecto regulado no coincide con lo dispues-
fundamento de su reconocimiento. Si todos los to para las obligaciones de solidaridad pasiva y
deudores deben el mismo objeto en virtud de ello es razonable en virtud de la vinculación en-
causas distintas, es razonable que el acreedor tre deudores que lleva a que todas las figuras ló-
tenga la posibilidad de reclamar a cualquiera
gicamente extingan por completo la obligación,
de ellos la totalidad del objeto, independien-
que es única.
temente de que este sea divisible o indivisible.
Recordemos que la categoría emerge ante la Creemos que, si bien la regulación es cohe-
necesidad de ampliar la garantía de los acree-
rente con la independencia de las relaciones ju-
dores, víctimas de un daño, imposibilitados
rídicas existentes entre el acreedor y cada uno
de reclamar la totalidad de la indemnización a
cualquiera de los responsables plurales en su- de los deudores, corresponde realizar algunas
puestos en los que el legislador no había previs- observaciones con relación a cada figura.
to expresamente la solidaridad de los vínculos.
La dación en pago, técnicamente, tiene los
b) “El pago realizado por uno de los deudo- mismos efectos extintivos que el pago. Al acep-
res extingue la obligación de los otros obligados tar la dación en pago, el acreedor consiente una
concurrentes” modificación en la identidad del objeto debido,
pero no en su integridad; por ende, satisface su
Coincide con el efecto de las obligaciones so- interés por completo. Lo propio debería regu-
lidarias regulado en el art. 835 inc. a) del Cód. larse en supuestos de novación objetiva, en los
Civ. y Com., aunque, como hemos referido, en la que el acreedor acepta modificar la obligación
concurrencia puede ocurrir que solo se extinga pendiente de pago por otra. La novación subje-
parcialmente la obligación en caso de que haya tiva, en cambio, no produce ningún efecto con
una diferencia en la cuantía de lo debido. relación al objeto. El acreedor podría recibir la
dación en pago dejando constancia de que esta
Al igual que el anterior, es un efecto coheren-
no satisface íntegramente su interés y de que la
te con la estructura de las obligaciones sobre el
cual no existe discusión doctrinaria ni jurispru- obligación persiste frente al resto de los deudo-
dencial. El acreedor, en el momento de recibir el res por la diferencia, pero esa hipótesis encua-
pago de cualquiera de los deudores, satisface su draría en la figura del contrato de transacción.
interés y por ello se le encuentra vedada la po-
sibilidad de exigir el cumplimiento al resto, sin En lo que respecta a la transacción, en un fa-
que ello implique un enriquecimiento sin cau- llo de la Sala A del Superior Tribunal de Justicia
sa. Al tratarse de distintas obligaciones con un de Santiago del Estero, se resolvió que la tran-
mismo objeto, si uno cumple se produce el ago- sacción celebrada en un proceso de mala pra-
tamiento del objeto y, en consecuencia, la extin- xis médica no extingue la obligación de pago
ción de la obligación. del codemandado que no participó del acuer-
do (85). Compartimos la posición que conside-
c) “La dación en pago, la transacción, la nova- ra que para que la obligación de los obligados
ción y la compensación realizadas con uno de concurrentes se extinga solo en forma parcial,
los deudores concurrentes, en tanto satisfagan es menester que el acreedor realice la corres-
íntegramente el interés del acreedor, extinguen
la obligación de los otros obligados concurren- (85) Sup. Trib. Sgo. del Estero, Sala A, “G., M. A. c. A.,
tes o, en su caso, la extinguen parcialmente en la S. E. s. daños y perjuicios”, 16/08/2017, cita online AR/
medida de lo satisfecho” JUR/67688/2017.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 169


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

pondiente reserva en el acuerdo (86). La mayo- partir objeto y acreedor, lo razonable es que solo
ría de las prestaciones debidas en los supuestos se propaguen los efectos relativos a estos.
de obligaciones concurrentes corresponden a
indemnizaciones de daños por montos indeter- Los efectos secundarios regulados son relati-
minados. Si el acreedor acuerda con alguno de vos a las partes y a cada una de sus obligaciones;
los deudores sin manifestar su voluntad de con- no vemos que haya fundamento alguno para
tinuar el reclamo frente al resto, por aplicación que se propaguen entre los distintos deudores
del principio de buena fe se puede entender que desatendiendo la esencia de su estructura.
consideró satisfecho su interés y que, por ende,
operaría la extinción de todas las obligaciones Quienes sostienen que deben equipararse
concurrentes. los efectos de la concurrencia con los de la so-
lidaridad argumentan que ello posicionaría en
d) “La confusión entre el acreedor y uno de los una mejor situación al acreedor que persigue el
deudores concurrentes y la renuncia al crédito a cobro de su indemnización, por cuanto opera-
favor de uno de los deudores no extingue la deu- ría la propagación de los efectos que los incisos
da de los otros obligados concurrentes” en estudio niegan. Puede ser cierto que en al-
gunos supuestos el acreedor se vea beneficia-
Lo relativo a la confusión resulta coincidente do; sin embargo, no resultaría equitativo, pues
con los efectos regulados para las obligaciones agravaría injustificadamente la posición de los
solidarias del art. 835 inc. c) Cód. Civ. y Com., deudores.
mientras que la falta de propagación de efectos
de la renuncia marca una de las diferencias. La prescripción en cada una de las obligacio-
nes puede tener diverso plazo y los actos que la
La regla general es correcta: la confusión y la suspenden o interrumpen generalmente están
renuncia no satisfacen el interés del acreedor, destinados a un deudor, pudiendo resultar aje-
por ende, las obligaciones de los sujetos pasivos nos al resto.
continúan vigentes. Ahora bien, si la confusión
se presenta respecto del responsable subjetivo, La no propagación de efectos es coherente
autor material del hecho dañoso, opera la extin- con la estructura de las obligaciones, aunque
ción. De lo contrario, caeríamos en un absurdo. reconocemos que resulta una temática comple-
El acreedor le reclamaría a su deudor lo mismo ja en la que convergen el favor debitoris con el
que este último podría repetirle una vez pagado. favor victimae. Sobre este punto retomaremos,
vista su importancia.
Aunque pueda resultar evidente, cabe aclarar
que la renuncia no afecta el derecho de repetir f ) “La mora de uno de los deudores no pro-
del solvens contra el deudor renunciado (87). duce efectos expansivos con respecto a los otros
codeudores”
e) “La prescripción cumplida, y la interrup-
ción y suspensión de su curso, no producen Atento al principio de mora automática que
efectos expansivos respecto de los otros obliga- rige nuestro sistema, la propagación solo será
dos concurrentes” relevante en supuestos de obligación sin plazo
cierto o determinado. En principio, el análisis es
Es el efecto lógico que deriva de la indepen- idéntico al del inciso anterior: la independen-
dencia de relaciones jurídicas, propia de las cia de las relaciones dispone que la situación de
obligaciones concurrentes. Si sostenemos que mora de uno de ellos no tenga consecuencias
las obligaciones concurrentes se caracterizan sobre el resto. Sin embargo, esto podría variar
por presentar una diversidad de relaciones jurí- en los diferentes supuestos que se presenten.
dicas que ocasionalmente se vinculan por com-
g) “La sentencia pasada en autoridad de cosa
(86) Cfr. SILVESTRE — MAGLIO, “Obligaciones...”, ob. juzgada dictada contra uno de los codeudores
cit., p. 4. no es oponible a los demás, pero éstos pueden
(87) PIZARRO — VALLESPINOS, “Tratado...”, ob. cit., invocarla cuando no se funda en circunstancias
p. 844. personales del codeudor demandado”

170 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

Es un efecto que resulta completamente aje- que reconocen su diversidad de causas en cada
no a la estructura de la obligación; responde al uno de los contratos onerosos celebrados (89).
principio constitucional del debido proceso y al
derecho a la defensa que no guarda relación con c) Obligación del locatario y del sublocata-
la unidad o pluralidad de causas. El precepto re- rio por el pago del canon (art. 1216 Cód. Civ. y
sulta idéntico al previsto en el art. 832 Cód. Civ. y Com.)
Com. para las obligaciones solidarias.
Al igual que en el resto de los supuestos en los
h) “La acción de contribución del deudor que que se prevé el ejercicio de la acción directa, la
paga la deuda contra los otros obligados concu- obligación del deudor y de su deudor son con-
rrentes se rige por las relaciones causales que currentes.
originan la concurrencia”
En la hipótesis, la obligación del locatario
Analizaremos lo relativo a las acciones de re- deudor del canon locativo concurre con la del
greso, como entendemos deberían denominar- sublocatario, quien, por imperio de la regula-
se, en el capítulo 3.9. ción expresa de la acción directa, también le
debe al locador.
El último párrafo del referido art. 851 Cód.
Civ. y Com. dispone que las normas relativas a d) Responsabilidad por obra en ruina (art.
las obligaciones solidarias son subsidiariamen- 1274 Cód. Civ. y Com.)
te aplicables a las obligaciones concurrentes.
Mientras el Código Civil derogado preveía
III.7. Supuestos reconocidos en el Cód. Civ. y la responsabilidad “indistinta” del proyectista,
Com. constructor y director de obra, con algunas di-
Como consecuencia de su regulación como ferencias entre ellos, el art. 1274 del Cód. Civ.
categoría autónoma, el nuevo código recono- y Com. dispone una responsabilidad de índo-
ce, expresa o tácitamente, la concurrencia en- le completamente objetiva y concurrente, am-
tre coobligados en diversos supuestos, entre los pliando la esfera de legitimados a todos los
cuales podemos destacar: empresarios, profesionales y técnicos ligados al
contrato (90).
a) Obligación alimentaria de progenitores y
ascendientes (arts. 541, 646 y 668 Cód. Civ. y e) Responsabilidad del comodatario por sus-
Com.) tracción de la cosa y del autor del hecho (art. 1536
inc. d Cód. Civ. y Com.)
La obligación alimentaria de los padres en-
cuentra su fuente en los deberes de los proge- El comodatario tiene a su cargo la guarda de la
nitores y es concurrente con la de los abuelos, cosa, y su responsabilidad objetiva, agravada en
que reconoce su origen en el deber de paren- virtud de la gratuidad, lo hace responsable con-
tesco (88). currente con el autor del robo o hurto frente al
comodante (91).
b) Obligación de saneamiento de los sucesi-
vos enajenantes (art. 1042 Cód. Civ. y Com.) (89) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., “Teoría de los
contratos. Parte general”, La Ley, Buenos Aires, 2017, t.
El primer párrafo del art. 1042 Cód. Civ. y II, capítulo XII, versión e-book disponible en Proview
Com. determina expresamente la concurrencia Thomson Reuters La Ley.
de quienes tengan responsabilidad por sanea- (90) Cfr. LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P. en ALTERINI,
miento en virtud de enajenaciones sucesivas. Se Jorge H. (dir. gral.) y ALTERINI, Ignacio E. (coord.), “Có-
trata de uno de los pocos supuestos de concu- digo Civil y Comercial comentado. Tratado exegético”, La
rrencia expresamente previstos por el legislador Ley, Buenos Aires, 2016, 2ª ed., t. VI, comentario al art.
1753, versión e-book disponible en Proview Thomson
Reuters La Ley.
(88) CCiv. Com. Flia y Cont. Adm. de Río Cuarto, “V. A.
L. en representación de su hijo menor L. V. V. c. M. P. E. y (91) ALTERINI - AMEAL - LÓPEZ CABANA, “Derecho
otros”, 6/04/2016, MJ-JU-M-99340-AR | MJJ99340. de obligaciones...”, ob. cit., p. 519.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 171


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

f ) Responsabilidad del principal y dependien- i) Responsabilidad por el daño producido


te por los hechos de este último (art. 1753 Cód. en ocasión de una actividad riesgosa (art. 1757
Civ. y Com.) Cód. Civ. y Com.)

El principal responde objetivamente por los La responsabilidad por el daño producido


hechos dañosos sucedidos en ejercicio u oca- en ocasión de la realización de una actividad
sión de las funciones encomendadas a quienes riesgosa es concurrente entre quien realiza la
se encuentran bajo su dependencia o a aquellos actividad y quien se la haya encargado. El fun-
de quienes se sirve para cumplir sus obligacio- damento es idéntico al de la responsabilidad
nes. por el hecho dependiente (94).

La responsabilidad del principal por el hecho j) Responsabilidad del dueño y guardián por
del dependiente y la del dependiente, fundada el daño causado por las cosas (art. 1758 Cód.
en su hecho propio, son concurrentes frente a Civ. y Com.) o por el riesgo o vicio de las cosas
la víctima, quien tendrá derecho de reclamar a (art. 1757 Cód. Civ. y Com.)
ambos conjunta o sucesivamente.
Cuando el dueño y el guardián, quien realiza,
La obligación del principal y la de su depen- se aprovecha y sirve no son la misma persona, la
diente son distintas, ya que encuentran su cau- responsabilidad frente a la víctima será concu-
rrente entre ellos en virtud de la diversidad de
sa en hechos jurídicos diversos, y corresponde
causas. Ello se aplica tanto a la responsabilidad
aplicarles las reglas de la concurrencia, como
de los daños causados por las cosas como a los
expresamente establece el último párrafo del
supuestos de riesgo o vicio de las cosas (95).
art. 1753 Cód. Civ. y Com.
k) Responsabilidad por el daño causado por el
Merece destacar que tanto la doctrina como la animal (art. 1759 Cód. Civ. y Com.)
jurisprudencia han ido forjando una interpreta-
ción flexible de la noción de dependencia y sub- El criterio es el mismo que en el apartado an-
ordinación, y encuadrando dentro de la figura terior: las obligaciones de reparar el daño cau-
cualquier conducta que se desarrolle en interés sado por el dueño del animal y su guardián son
y por cuenta y orden de otro (92). concurrentes.
g) Responsabilidad de los padres por el hecho l) Responsabilidad del titular del estable-
de los hijos (art. 1754 Cód. Civ. y Com.) cimiento educativo (art. 1767 Cód. Civ. y Com.)

La responsabilidad indirecta de los padres La responsabilidad civil de los propietarios


cuya fuente normativa es el artículo en estudio de establecimientos educativos privados pue-
resulta solidaria entre ellos y concurrente con la de concurrir (i) con el propietario del inmueble,
responsabilidad directa del hijo menor de edad, cuando este resulte responsable por el daño oca-
autor del hecho dañoso (93). sionado por el vicio o riesgo de la cosa; (ii) con
los dependientes del establecimiento, sean estos
h) Responsabilidad de tutores y curadores
(art. 1756 Cód. Civ. y Com.) (94) CNTrab., Sala VII, “K., S. c. SENASA - Servicio Na-
cional de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria y
Los tutores y curadores responden por quie- otro s. accidente - acción civil”, 26/02/2016, cita online:
nes se encuentran bajo su cuidado, de la misma AR/JUR/1850/2016.
forma en que lo hacen los padres por los hijos. (95) CNCiv. Sala D, “Valdez, Carlos Roberto c. Telecom
Argentina S.A. y otros s. daños y perjuicios”, 14/09/2015,
(92) Cfr. CALVO COSTA, Carlos A., “Derecho de las ob- cita online: AR/JUR/38220/2015; Cám. Civ. y Com. Sta.
ligaciones”, Hammurabi, Buenos Aires, 2010, t. II, p. 406. Fe, Sala 3ra, Alonso, «Ignacio c. Gregorio, Luis Mario y
otros s. daños y perjuicios», 02/08/2019, elDial.com -
(93) LLOVERAS, Nora — MONJO, Sebastián, “Respon- Aab72B; G031091; CNCiv., Sala G, «R. F. E. y otros c. I. A.
sabilidad de los padres por el hecho de los hijos en el de la I. A. y otros s. daños y perjuicios», G031091, juris-
proyecto de Código”, LA LEY, 2013-E, 1078. prudencia.pjn.gov.ar.

172 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

docentes o auxiliares, cuando se verifique la res- o) Otros supuestos de responsabilidad directa


ponsabilidad directa de estos; (iii) con terceros por el hecho plural (art. 1751 Cód. Civ. y Com.)
ajenos al establecimiento, cuando se verifique
que estos causan un daño al alumno, y (iv) con El precepto regula una nueva regla que rige
el alumno autor del daño, cuando resulte el au- en materia de responsabilidad por el hecho plu-
tor del hecho dañoso o cuando este se produzca ral, instituyendo la solidaridad de los vínculos
por el vicio o riesgo de las cosas de las que resulte cuando el deber de responder derive de una
guardián. Debemos resaltar que los menores res- causa única, y la concurrencia cuando medien
ponderán aun en casos de hechos involuntarios causas diversas.
con las atenuantes previstas en el art. 1742 Cód.
Entendemos que el legislador reconoció, en
Civ. y Com. (96).
materia de responsabilidad civil, una excepción
Curiosamente, en caso de que el autor del a la regla del art. 828 Cód. Civ. y Com. Confor-
daño sea el alumno menor de edad, la normati- me lo regulado, aquellas obligaciones derivadas
va excluye la responsabilidad concurrente de los de la responsabilidad con participación plural
serán solidarias o concurrentes, eliminando la
padres (art. 1755 Cód. Civ. y Com.), solución que
posibilidad del fraccionamiento propio de la
criticamos por no considerarla razonable (97).
simple mancomunación que perjudicaría el in-
m) Obligación del transmitente y adquirente terés de la víctima.
del inmueble por el pago de expensas (art. 2049
Así, por imperio de esta regla general se brin-
Cód. Civ. y Com.)
da una solución legal para todas aquellas situa-
La solidaridad entre el transmitente de un in- ciones dañosas de las cuales se derive que dos
mueble y su adquirente por la obligación del o más personas partícipes en la producción de
pago de expensas adeudadas no está expre- un daño deben la misma prestación a partir de
sada en la ley y no podría tener lugar, dada la causas diferentes, aunque no estén nominadas
diversidad de causas del deber. El transmiten- las obligaciones como concurrentes de manera
te responde por lo dispuesto en el reglamento expresa.
de copropiedad, mientras que el adquirente lo III.8. Otros supuestos fuera del Cód. Civ. y Com.
hace por imperio del art. 2049 Cód. Civ. y Com.
en análisis, que le impone la obligación al pago Fuera del marco normativo del Cód. Civ. y
de las expensas devengadas aun con anteriori- Com., también podemos encontrar normas que
dad a la adquisición. regulan supuestos de obligaciones del tipo con-
currente.
n) Obligación del titular y del poseedor a cual-
quier título por el pago de expensas (art. 2050 Entre estos supuestos destacamos:
Cód. Civ. y Com.)
a) Responsabilidad civil del autor del hecho
Idéntico tratamiento que el supuesto anterior: dañoso y de la aseguradora (Ley 17.418) (98).
no se encuentra expresada la solidaridad y am-
bos responden por distintas causas del deber, b) Responsabilidad del Estado y del funciona-
independientemente de la naturaleza del título rio (Ley 26.944) (99).
del poseedor.
c) La responsabilidad entre el empleador y la
Aseguradora de Riesgos de Trabajo en daños
(96) CNCiv. Sala G, I., “M. J. y otros c. H. T. F. DE
LA C. y otros s. daños y perjuicios”, cita online: AR/
JUR/62494/2015. (98) CNCiv. Sala C, “L., M. c. G., O. M. s. daños y per-
juicios”, 20/12/2019, cita online: AR/JUR/108193.
(97) CNCiv, Sala L, “G., R. M. c. Inst. Inmaculada Con-
cepción de Nuestra Sra. de Lourdes y otros s. daños y per- (99) Juzgado Cont. Adm. 4 de La Plata, “H., H. G. y
juicios (acc. tran. c/ les. o muerte)», 02/02/2012, elDial. otro/a c. S., O. O. y otro/a s. pretensión indemnizatoria”,
com - AA74C1. 21/09/2017, cita online: AR/JUR/90601/2017.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 173


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

causados por accidente o enfermedad profesio- habrán participado de algún modo en la cues-
nal (ley 24.557) (100). tión (104).

e) Responsabilidad de las partes por el pago Veremos que esto no es así, o por lo menos en
de los honorarios del abogado (art. 57 de la ley forma absoluta.
27.423).
En cuanto a las obligaciones concurrentes, las
f ) Responsabilidad del escribano y vendedor relaciones entre deudores no están gobernadas
del inmueble por impuestos locales (art. 85 del por el principio de contribución, sino por la re-
Código Fiscal) (101). tribución. Si el solvens es el responsable objetivo
ajeno a la autoría del hecho, tendrá la posibilidad
g) Responsabilidad del escribano titular y del de repetir íntegramente lo pagado contra quien
adscripto (art. 23 ley 12.990) (102). haya aportado mayor causalidad. Asimismo, si
quien paga resulta ser el responsable subjetivo,
III.9. Acciones de regreso
nada tendrá por repetir contra el responsable o
Hemos dicho que tanto las obligaciones de los responsables indirectos (105).
vínculo solidario como las concurrentes se
caracterizan por el derecho del acreedor de La doctrina suele relacionar la solidaridad con
reclamar el pago a uno, a varios o a todos los co- la acción de contribución y la concurrencia con
deudores, simultánea o sucesivamente. la repetición o retribución. Sin embargo, esta
distinción no es absoluta. Podemos encontrar
En ambas categorías, una vez satisfecho el in- acciones de regreso total en supuestos de obli-
terés del accipiens, entra en juego la posibilidad, gaciones solidarias, así como acciones de repeti-
o no, que tiene el solvens de accionar contra el ción parcial en concurrentes.
resto de los codeudores para recuperar lo paga-
do en exceso de su participación. Las denomina- Es el caso, por ejemplo, del fiador que se
das acciones de regreso. constituye como codeudor solidario de una
obligación y que, de cumplir él la prestación ga-
En la solidaridad, el principio general que rige rantizada, tendrá la posibilidad de repetir la tota-
las relaciones internas del polo deudor es el de lidad de lo pagado contra el locatario deudor. Lo
la contribución entre sus miembros, quienes se propio ocurre cuando un obligado concurre por
encuentran obligados entre ellos solo por su par- riesgo y otro por culpa. No debería haber solida-
te o porción, quedando habilitada la acción de ridad porque la obligación proviene de diversas
contribución del deudor pagador para reclamar causas del deber, sin embargo, cada uno contri-
lo pagado al acreedor en exceso de ella (103). buyó a la producción del daño y ello habilita la
acción de contribución en un supuesto de con-
Se ha dicho que, en virtud de la contribución, currencia (106). Encontramos otra excepción
dicho reintegro nunca podrá ser total, ya que los en las previsiones del art. 87 de la LCT que ex-
supuestos de solidaridad implican coautoría, cluyen la responsabilidad del dependiente que
por lo que todos, en mayor o en menor grado, cause un daño por culpa leve, entendiendo que
ese precepto privaría al empleador de la posibi-
(100) Cám. Civ. Com. Lab. y de Min. Neuquén, Sala III,
“G. R. O. c. Pecom Servicio Energía S.A. s. daños y per-
juicios”, 27/03/2018, elDial.com - AAA7EE. (104) SILVESTRE AIMO — RUA — WIERZBA, “Obliga-
ciones...”, ob. cit., p. 3.
(101) CNCiv. Sala F, “N., G. E. c. S., J. E.”, elDial.com —
AA7F64. (105) CS, 307:1597; 324:2.972; 323:3.564; 317:1.615;
CNCiv., Sala D, “BBVA B. F. S.A. c. C., G.S.”, 27/06/2018,
(102) CNCiv. Sala G, “D.P., I. y otro c. L., M. M. y otros s/ D070425.
nulidad de escritura”.
(106) SILVESTRE — RÚA — WIERZBA, “Obligacio-
(103) Cfr. LLAMBIAS, “Tratado...”, ob. cit., p. 437. nes...”, p. 7.

174 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

lidad de repetir el pago contra el autor del he- - La solidaridad puede ser activa o pasiva; la
cho (107). concurrencia únicamente se presenta en el polo
pasivo.
Se ha resumido la cuestión con notoria clari-
dad: “la finalidad de una acción de repetición - Las obligaciones concurrentes reconocen
reside en que, desinteresada la víctima por algu- múltiples causas del deber; en la obligación so-
no de los responsables, el peso indemnizatorio lidaria todos los deudores están llamados a res-
recaiga solamente o de manera decisiva contra ponder por la misma causa.
quien soporta una superior razón para respon-
der (una mayor incidencia causal del daño o un - En la relación solidaria se constituyen múl-
factor de atribución más serio); o que se distribu- tiples vínculos agrupados o coligados de los que
ya parcialmente ente los obligados, en medidas resulta una suerte de representación entre los
variables según la hipótesis que se trata” (108). diferentes sujetos que componen el polo pasivo;
en la concurrencia, los vínculos son indepen-
Se discutió si el solvens concurrente contaba dientes y no existe tal representación.
con la posibilidad de accionar por vía de la su-
brogación por pago conforme las previsiones art. - En la solidaria, una vez efectuado el pago por
767 del Código Civil derogado, que no reconocía uno de los codeudores, se activan las relaciones
expresamente la legitimación del tercero intere- internas de contribución que, en el supuesto de
sado, omisión que subsanó el actual art. 915 del las concurrentes, en principio, no emergen, ya
CCyC. Entendemos que incluso bajo la vigencia que quien paga la deuda quizás deba soportarla
del derogado cuerpo, ello resulta perfectamen- íntegramente o, por el contrario, pueda repetir-
te posible. Aun si se considera que no reviste la en su totalidad. La regla, igualmente, presenta
la figura de quien “paga una deuda a la que se excepciones.
encontraba obligado con otros o por otros”, su le-
gitimación como tercero pagador se encuentra - Al existir vínculos entre los deudores, en
tácitamente reconocida al instituir al tercero no la solidaridad rige la propagación de todos los
interesado. La interpretación contraria resultaría efectos, mientras que la independencia de re-
absurda. laciones propia de la concurrencia determina
que no haya propagación, principalmente, en la
III.10. Diferencias con las obligaciones de mora, la prescripción y la renuncia al crédito.
vínculos solidarios
Moisset de Espanés resume la relación en-
Analizamos los elementos y principales carac- tre las categorías con suma claridad, al sostener
teres de la categoría en estudio, de los que sur- que en ambas encontramos pluralidad de suje-
gen las similitudes y diferencias que presentan tos deudores de una misma prestación y la po-
con las del tipo solidario. sibilidad del acreedor de reclamar íntegramente
a cualquiera de ellos, pero allí finaliza la simili-
Entendemos que las diferencias que se evi- tud, pues no se produce ninguno de los restantes
dencian justifican el tratamiento y la regulación efectos de las obligaciones solidarias (109).
autónoma de la categoría. Por ello, sin perjuicio
de la referencia que hemos hecho a medida que IV. Consecuencias del reconocimiento le-
las tratábamos, creemos oportuno agruparlas: gislativo: planteo del problema

- La obligación solidaria es una; las concurren- IV.1. La polémica respecto a su autonomía


tes son dos o más. como categoría obligacional y la regulación de
sus efectos
(107) CCiv. y Com. Azul, Sala I, “Hospital Ramón San-
tamarina c. Naveyra, Adolfo Enrique s. repetición sumas Hemos reseñado que la distinción de la cate-
de dinero”, 01/12/2015, AR/JUR/65657/2015. goría surge como iniciativa de la doctrina y ju-
risprudencia para brindarle a la víctima de un
(108) Iturbe, Gabriela, “Obligaciones concurren-
tes y subrogación en supuestos de mala praxis”, SJA,
16/03/2016, cita online: AP/DOC/2016. (109) Moisset de Espanés, Curso..., t.2, pág. 77.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 175


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

daño injusto una ampliación de su expectativa Analizaremos cada una de las posturas y de-
de cobro y un mayor reconocimiento a sus de- sarrollaremos un breve comentario al respecto.
rechos.
IV.1.a. Tesis de la equiparación
En un sistema legal en el que no se presume
la solidaridad, el reconocimiento de una terce- Esta postura considera que corresponde reco-
ra categoría que permita al acreedor reclamar la nocer la categoría, pero propone equiparar sus
totalidad de la deuda a diferentes deudores re- reglas y efectos a los que rigen las obligaciones
sultaba necesario y fue festejado por la mayoría solidarias. Las normas aplicables a la obligación
de la doctrina. solidaria y a las obligaciones concurrentes de-
ben ser idénticas.
En palabras de la única conclusión unánime de
las XXVI Jornadas Nacionales de Derecho Civil Es la teoría que acogió el proyecto de 1998,
de 2019 anteriormente referenciada, “la concu- cuyo art. 799 proponía una remisión a las nor-
rrencia constituye una necesidad insoslayable en mas de la solidaridad (111). Asimismo, coincide
función de la actual regulación de la solidaridad, con la postura del despacho a) en las ya referi-
que tiene carácter excepcional” (110). das XXIV Jornadas Nacionales de Derecho Civil
de 2013 (112) y con la regulación que dispone el
No cabe duda de que, ante las consecuen- actual Código Civil Italiano (113).
cias injustas del fraccionamiento de la deuda,
Por cuestiones de clasificación incluimos
la solución implica una mayor garantía para el
dentro de esta tesis ciertos autores que direc-
acreedor. Sin embargo, a cinco años de la entra-
tamente consideran que la categoría debe ser
da en vigencia del código, la discusión acerca de
eliminada; sin embargo, la mayoría de los que
la pertinencia de su regulación como categoría
apoyan la posición entiende que debe recono-
autónoma de las solidarias y el reconocimiento
cerse la categoría para evitar confusiones, pero
de sus efectos propios continúan vigentes. remitiendo su regulación a la correspondiente a
Atraído principalmente por la posibilidad de la solidaridad pasiva que puede tranquilamente
regir ambos supuestos. En la práctica, las con-
brindar mayor protección al acreedor víctima
secuencias de una u otra medida son similares.
de un daño, un sector de la doctrina considera
que debe modificarse la regulación actual. El maestro Trigo Represas realiza un profundo
análisis de la categoría en estudio que concluye
Dentro de ese sector podemos distinguir a
señalando que sus similitudes con la solidari-
quienes proponen la unificación del régimen
dad lo han llevado a pensar “si no hubiese sido
con el de la solidaridad pasiva y quienes le reco-
quizá preferible tratar como de responsabilidad
nocen su autonomía, pero sugieren imponer la
‹solidaria› no solo a los casos que se contemplan
expansión de los efectos secundarios, principal- en los arts. 1760 a 1762 del ‹Proyecto de 2012›,
mente el relativo a la interrupción y suspensión sino también a todos los de ‹obligaciones con-
de la prescripción. currentes› de los arts. 1751 segundo párrafo,
En oposición a estas dos posturas, se ubica la
doctrina que considera apropiado el régimen (111) Cfr. art. 799 del proyecto de 1998: normas apli-
cables. Se le aplican las reglas del parágrafo 3º de la sec-
conforme se lo ha regulado. ción sexta.

Según su relación con las obligaciones de so- (112) Despacho a) de la Comisión 2 de Obligaciones
lidaridad pasiva, proponemos clasificar las pos- en las XXIV Jornadas Nacional de Derecho Civil, celebra-
das en la Facultad de Derecho de la Universidad de Bue-
turas en tres tesis que bautizamos como: (a) de nos Aires en Buenos Aires en septiembre de 2013: “Las
la equiparación, (b) de la autonomía relativa y obligaciones concurrentes deben regirse por el mismo
(c) de la autonomía absoluta. régimen que las obligaciones solidarias”.
(113) Cfr. SANTARELLI, Fulvio, “Obligaciones
(110) Cfr. conclusiones de las XXVI Jornadas Naciona- concurrentes”, La Ley, 24/09/2019, cita online: AR/
les de Derecho Civil..., ob. cit. DOC/3109/2019.

176 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

1753 y 1758; con correlativa supresión de toda Pensemos en los efectos de la transacción,
la Sección 8a, Capítulo 3, Título I, del Libro Ter- la compensación, la renuncia, la prescripción,
cero del Proyecto de 2012 (arts. 850 a 852) sobre la interrupción y suspensión de su curso, y la
‹Obligaciones concurrentes›. Lo cual es perfec- mora (117).
tamente factible, teniendo en cuenta que como
la ‹solidaridad› ha de surgir ‹de la ley› o del título Como hemos referido, la expansión de es-
constitutivo de la obligación (arts. 838 del “Pro- tos efectos no se presenta en las obligaciones
yecto de 2012” y 699 del vigente Código Civil); concurrentes como consecuencia de la inde-
muy bien se lo puede así establecer en el ‹Pro- pendencia de los vínculos. De equipararse la
yecto de 2012›, que en definitiva ha de ser apro- normativa, ya sea atribuyendo los efectos de la
bado por ‘ley’ del Congreso de la Nación” (114). solidaridad a los supuestos de las obligaciones
concurrentes o viceversa, se reconocerían con-
Ossola, otro de autores que se destacan por su secuencias completamente irracionales para la
interés en la categoría, es contundente al afir- figura.
mar que “no se trata, en rigor de verdad, de que
las obligaciones concurrentes deban regirse por Analizaremos el supuesto de la equiparación
el mismo régimen de las obligaciones solidarias, con la normativa vigente para la solidaridad,
sino de que debe existir una sola categoría (la que es el que entendemos alienta esta tesis.
solidaridad)” (115).
Con relación a la transacción y renuncia, he-
Por último, para no agobiar con citas, desta- mos convalidado la posibilidad de realizar
camos la opinión de Santarelli, quien propicia transacciones parciales o la renuncia al crédito
la subsunción de la categoría bajo la solidaridad frente a un solo codeudor. La unificación for-
pasiva (116). zosa de los vínculos privaría al acreedor vícti-
ma de esa herramienta que puede resultarle
Entendemos que equiparar las normas de am- provechosa. Si el legislador considera que en la
bas categorías implica no reconocer los efectos concurrencia se presenta una sola relación, o le
de la diversidad de causas, confrontando con la reconoce su diversidad aplicando los efectos de
propia definición que da el legislador en el art. la unidad, que sería prácticamente lo mismo, la
850 Cód. Civ. y Com. y con los antecedentes que posibilidad de renunciar o celebrar una transac-
forjaron el reconocimiento de la categoría. La ción con un solo deudor y continuar la persecu-
contradicción normativa resultaría insalvable, ción contra el resto por la diferencia de lo que
aun eliminando la categoría o modificando las se le adeuda quedaría vedada. La transacción
definiciones. en ese caso impondría la extinción de todas las
La doctrina y la jurisprudencia le reconocie- obligaciones cuando en realidad el derecho del
ron identidad a la categoría y la fueron constru- acreedor solo fue satisfecho parcialmente por
yendo contra legem por más de 50 años. Ambas uno de los deudores (118).
fuentes priorizaron la realidad de los vínculos
A la compensación, de aceptarse y de resultar
por sobre la calificación legal. Creemos que lo
parcial, le cabría el mismo razonamiento que la
propio debería volver a ocurrir ante una even-
transacción.
tual modificación, en razón de que los efectos
de la solidaridad son incompatibles con la plu- Respecto de la mora, el retardo en el pago, he-
ralidad de las relaciones independientes. mos dicho que su propagación solo resultaría
relevante en supuestos de obligaciones a plazo
(114) TRIGO REPRESAS, Félix A. glosa al art. 851 CCyC
en ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.) y ALTERINI, Ignacio E.
(coord.), “Código Civil y Comercial comentado. Tratado (117) Intencionalmente omitimos lo relativo a la
exegético”, La Ley, Buenos Aires, 2016, 2ª ed., t. IV, p. 395. dación en pago y novación por considerar que la extin-
ción de la obligación es intrínseca a la figura.
(115) OSSOLA, “Obligaciones solidarias y concurren-
tes: necesidad de un replanteo...”, ob. cit., p. 13. (118) SILVESTRE, Norma, en LORENZETTI, Ricardo
Luis (Dir.) DE LORENZO, Miguel F. y LORENZETTI, Pablo
(116) SANTARELLI, “Obligaciones concurrentes”, La (Coord.), “Código Civil y Comercial de la Nación comen-
Ley, 24/09/2019, cita online: AR/DOC/3109/2019. tado”, t. V, Rubinzal — Culzoni, Buenos Aires, 2015, p. 319.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 177


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

incierto o indeterminado, bastante habituales Pensamos en la situación de un deudor con-


en nuestro sistema, a pesar de su desatención currente que recibe una demanda 6, 8 o 10
por parte de la doctrina. Correspondería anali- años después del hecho generador de la obliga-
zar cada situación particular, pero nos inclina- ción. Perfectamente, de equipararse los efectos,
mos por creer que se debe estar al principio de como lo propone la tesis, la acción podría no es-
la no propagación para evitar un grave perjuicio tar prescripta por la concreción de ciertos actos
al deudor constituido en mora por un aconte- dirigidos a otro deudor —intimaciones, media-
cimiento que le resulta ajeno.
ciones, pruebas anticipadas, incluso acciones
Lo propio de la prescripción, su interrupción de daños—, todos sin la participación ni el co-
y suspensión lo analizaremos supra con la refe- nocimiento del deudor concurrente. El derecho
rencia de la postura que propone la autonomía de defensa del deudor prescripto se vería vulne-
relativa de la categoría. rado, al menos, por la dificultad probatoria en la
que quedaría inmerso.
IV.1.b. Tesis de la autonomía relativa
Siguiendo la crítica vertida en cuanto a que
Esta segunda tesis, que expresa el pensamien- la equiparación de efectos entre las categorías
to de la propuesta presentada por la comisión de sujeto plural pasivo en análisis, ya sea total o
para la reforma parcial del Código Civil y Co- parcial, desnaturaliza la estructura de la figura y
mercial, a la cual nos referimos en el capítulo conlleva a una contradicción normativa insalva-
4.3 y que podríamos decir surge del trabajo de
ble, consideramos que la propuesta es desacer-
Pizarro y Vallespinos (119), propone mantener
tada y laxa en sus fundamentos.
el reconocimiento de la categoría y la regulación
autónoma de lo relativo a los efectos extintivos,
IV.1.c. Tesis de la autonomía absolutaLa tesis
aunque propicia la expansión de los efectos de
coincide con la regulación actual y con la pro-
la prescripción, suspensión e interrupción de su
curso. puesta del proyecto de 1993, el primero que
sugirió el reconocimiento normativo de la cate-
El fundamento único es la mayor protección goría.
que esta modificación brindaría al acreedor
víctima. Entiende esta postura que la diferencia es-
tructural que presentan las obligaciones con-
Esta tesis desatiende los diversos plazos de currentes respecto de las de solidaridad pasiva
prescripción que pueden presentar las distin- justifica la regulación de un régimen autónomo
tas obligaciones concurrentes, así como todas en el que, en principio, no hay propagación de
aquellas obligaciones concurrentes ajenas a la efectos sobre el resto de los deudores, y que ello
responsabilidad civil. dota de seguridad jurídica al sistema.
Desde nuestra posición, entendemos que, si No es razonable aplicar los efectos de la so-
bien el efecto expansivo de estas figuras puede
lidaridad a obligaciones concurrentes que se
ubicar en una mejor posición al acreedor vícti-
caracterizan por la independencia de los víncu-
ma, agravaría injustificadamente la posición del
deudor. los. La propagación de efectos que surge como
consecuencia de la vinculación en supuestos
La obligación del codeudor no receptor del de solidaridad no solo resulta incoherente con
acto interruptivo o suspensivo de la prescrip- la estructura de las obligaciones concurrentes,
ción se vería afectada por un acto del que no es sino que en los supuestos de responsabilidad
parte, que le es completamente ajeno. Atribuirle civil podría perjudicar al acreedor, a quien la
efectos expansivos al acto atentaría contra la re- equiparación de las figuras busca proteger.
latividad de los actos jurídicos y contra el princi-
pio de publicidad. Acompañan esta posición Silvestre, Maglio,
Rúa, Márquez, Zavala González, Compagnucci
(119) PIZARRO — VALLESPINOS, ob. cit. de Caso, entre otros.

178 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

IV.2. Tensión con las obligaciones solidarias: d) La responsabilidad del alimentante y de


¿primacía de la realidad estructural o de la cla- su dependiente o deudor incumplidor de la or-
sificación legal? den judicial de depositar las sumas que debió
descontar del correspondiente crédito (art. 551
Encontramos en nuestro ordenamiento po- Cód. Civ. y Com.).
sitivo numerosos supuestos, incluso dentro del
propio Cód. Civ. y Com., en que el legislador re- e) La responsabilidad del agente y del suba-
conoce la solidaridad de obligaciones que nacen gente (art. 1500 Cód. Civ. y Com.).
de distintas causas, generando cierta tensión
entre las dos categorías y el interrogante para f ) La responsabilidad del emprendedor y del
el operador jurídico acerca de si debe ponderar administrador del tiempo compartido (2096
la realidad de la estructura de la obligación o la Cód. Civ. y Com.).
clasificación legal que impone el legislador.
g) La responsabilidad de los firmantes de las
La dificultad que presenta el planteo surge letras de cambio, ya sea en calidad de librado-
principalmente por los distintos efectos que se res, aceptantes, endosantes o avalistas (art. 51
le atribuyen a una u otra categoría. No se trata de la Ley 595/63).
de una cuestión meramente doctrinaria o clasi-
ficatoria, sino que, por el contrario, adoptar una h) La deuda de honorarios del condenado
u otra posición puede traer soluciones disímiles en costas y del propio cliente ante el incum-
ante las mismas situaciones. plimiento del primero (ley PBA 14.967 art. 58).

La regulación de estos supuestos ontológica- IV.2.b. El particular régimen del art. 40 de la


mente concurrentes como solidarios ha llevado LDC
a que parte de la doctrina ponga en duda el cri-
terio clásico de distinción entre categorías en la Desarrollar bien y destacar el error normati-
presencia de una o varias causas. vo. Rechazar la tesis que sostiene que el legis-
lador impone la solidaridad para brindar mayor
IV.2.a. Supuestos de concurrencia regulados garantía, plantear la posibilidad de que se haya
como solidarios confundido o que lo haya hecho porque al mo-
mento de regular el supuesto no estaban reco-
Brevemente podemos mencionar los supues- nocidas las concurrentes.
tos que encontramos, tanto dentro del propio
Cód. Civ. y Com. como fuera de este, en los que El microsistema autónomo de protección de
el legislador ha instituido como solidarias dis- los derechos del consumidor irrumpió en las re-
tintas obligaciones emergentes de causas diver- laciones jurídicas privadas y puso en evidencia
sas. ciertas tensiones entre el régimen especial pro-
tectorio y algunas disposiciones del Cód. Civ. y
a) La responsabilidad de fundadores y admi-
nistradores por las obligaciones contraídas con Com.
anterioridad a la obtención de la autorización En lo que respecta al objeto de nuestro estu-
para funcionar (art. 200 Cód. Civ. y Com.).
dio, la mayor tensión la evidenciamos en la im-
b) La responsabilidad del que celebró un acto posición del art. 40 de la LDC. Este precepto
con conocimiento del dolo del tercero y este úl- determina: a) el factor objetivo de la responsa-
timo (art. 275 Cód. Civ. y Com.). bilidad de la cadena de producción y comercia-
lización de bienes y servicios, con fundamento
c) La responsabilidad de los cónyuges o con- en el riesgo o vicio de las cosas o servicios, o
vivientes respecto de las obligaciones asumidas bien en la garantía, y; b) la solidaridad de los
por uno de ellos para solventar las necesidades integrantes de la cadena de producción y co-
ordinarias del hogar, sostenimiento y educación mercialización en el caso de los daños al con-
de los hijos (arts. 461 y 521 del Cód. Civ. y Com.). sumidor.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 179


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

La primera de las disposiciones no merece legislador encontró en la solidaridad la única al-


objeción, la responsabilidad debe ser objetiva. ternativa reconocida normativamente.
La segunda debería modificarse.
Al regular la responsabilidad como objetiva
El precepto no solo se constituye como una de todos los partícipes, carece de sentido impo-
excepción al principio de relatividad de los con- ner la solidaridad. El hecho generador del daño
tratos, sino que contradice los arts. 850 y 1751 resulta irrelevante y la contribución de cada uno
del Cód. Civ. y Com., que hemos analizado. de los deudores tampoco le concierne al consu-
midor.
Las obligaciones emergentes de las relaciones
de consumo entre los sujetos pasivos referidos Por su parte, resultando un hecho que entre
por la norma son, sin duda alguna, concurren- los sujetos que componen la cadena de legiti-
tes. Las causas del deber de responder de cada mados pasivos rigen los diversos contratos cele-
uno de ellos son diversas y, por ende, deberían brados entre ellos, la norma perjudica a la parte
caer bajo la órbita de las relaciones concurren- más débil de la cadena, quien probablemen-
tes. Ello no alteraría el principio pro consumidor te tenga que soportar, si no todo, una parte del
y respetaría la independencia de los vínculos daño, pese a resultar ajeno a este.
producto de la diversidad de fuentes.
Vemos en el régimen de solidaridad regulado
Muchos autores consideran el supuesto como por el art. 40 de la LDC un caso singular y testi-
el paradigma de la facultad del legislador para go de la tensión entre las categorías a las que hi-
imponer la solidaridad. Creemos que dicha fa- cimos referencia anteriormente y creemos que,
cultad no debería reconocerse, así como te- sin que ello implique una afectación a la parte
nemos ciertas dudas de que esta responda que el sistema busca proteger, el consumidor,
realmente al espíritu del legislador. creemos que el operador jurídico debe respetar
la diversidad de causas y reconocer la concu-
Afirma el citado Márquez que “la ley determi- rrencia de las relaciones.
na un reforzamiento de las garantías de cobro
para el damnificado, determinando la regla de IV.3. El proyecto de reforma del Cód. Civ. y
la solidaridad, pese a que, conceptualmente, no Com.
existe una única ‹causa› de responder para cada
uno de los obligados” (120). El anteproyecto de reforma al Cód. Civ. y Com.
elaborado por la comisión integrada por los ju-
Lo primero que creemos corresponde desta- ristas Diego Botana, Julio César Rivera y Ramón
car es que la norma en análisis se incorporó a la D. Pizarro, designados conforme lo dispuesto
ley 24.240 con la modificación impuesta por la por el decreto 182/2018, que fue presentado en
ley 24.999, sancionada el 1° de julio 1998. Una el mes de septiembre de 2018, propone modi-
interpretación razonable podría llevarnos a ficar el texto del inc. e) del art. 851 Cód. Civ. y
creer que el legislador no reguló la concurrencia Com. por el siguiente:
de los deudores por el simple hecho de que no
era una categoría reconocida por el Código de “Art. 851, inc. e). La interrupción y la suspen-
Vélez vigente. sión del curso de la prescripción producen efec-
tos expansivos respecto de los otros obligados
La finalidad buscada era la de ampliar el espec- concurrentes”.
tro de legitimados pasivos a todos los participan-
tes de la cadena de producción y distribución, Conforme lo habíamos adelantado, los miem-
aumentando exponencialmente la expectati- bros de la comisión adoptan la postura de la te-
va de la parte débil de la relación, el acreedor sis que denominamos de la autonomía relativa.
consumidor en este caso. Con esa intención, el Reconocen la categoría y algunos de los efectos
propios de su estructura, pero la equiparan con la
(120) Márquez, José Fernando, “Las obligaciones con- solidaridad en lo relativo a la prescripción a modo
currentes...”, ob. cit. de mejora a la posición del acreedor víctima.

180 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

Según los propios fundamentos esgrimidos Referir las consecuencias de una u otra pos-
por la referida comisión, el efecto expansivo de tura con relación a los efectos destacando que
la interrupción y suspensión de la prescripción no todas las obligaciones derivan de la respon-
protegería al acreedor en atención a que la ma- sabilidad civil y no todos los acreedores son víc-
yoría de los casos de obligaciones concurrentes timas.
el acreedor resulta ser el damnificado que recla-
ma reparación de daños. Tensión víctima vs. deudor.

Es cierto que en la mayoría de los casos el Plantear la postura final: el legislador puede
acreedor de obligaciones concurrentes es la víc- determinar la solidaridad en relaciones únicas
tima de un daño injusto que persigue su repa- provenientes de la misma fuente, no puede im-
ración; sin embargo, su propuesta no se limita a poner la unidad de la obligación de vínculo so-
los supuestos de responsabilidad civil. lidario en supuestos donde hay independencia
de deudores.
Por su parte, la comisión pareciera desaten-
der que la modificación propuesta atenta contra ¿Presumir la solidaridad? Puede ser.
la estructura propia de este tipo de obligaciones,
desnaturalizando la categoría. No resulta razo- a) Reconocimiento de la categoría
nable que se produzca una expansión de efectos Las obligaciones concurrentes constituyen
entre relaciones que resultan independientes una tercera categoría de obligaciones de sujeto
entre sí. Como hemos dicho ya en demasiadas plural que presentan como carácter distintivo la
oportunidades, se trata de obligaciones distin- pluralidad de causas del deber de la que resul-
tas, independientes, diversas, con un vínculo ta que la figura comprenda una diversidad de
ocasional que no justifica la propagación de los obligaciones independientes, que concurren y
efectos. se vinculan ocasionalmente por deber el mismo
Por último, creemos que el bien tutelado re- objeto al mismo acreedor.
sulta atendible, pero imputarle a un deudor A partir de la entrada en vigencia del Código
concurrente los efectos de un acto interruptivo Civil y Comercial, se regularon la categoría y sus
del cual no resultó receptor y que corresponde efectos, brindando así seguridad jurídica al sis-
a una obligación de la que no es parte implica- tema en beneficio tanto de deudores como de
ría colocarlo en una posición muy gravosa y des- acreedores.
acertada.
La globalización, el desarrollo de nuevas tec-
La comisión propone regular como solidarios nologías y los cambios constantes a los que es-
los supuestos de los arts. 1757 y 1758 Cód. Civ. y tamos sometidos en la sociedad actual llevan a
Com. Mantenemos la objeción sobre esta pro- que vayan surgiendo nuevas situaciones daño-
puesta por idénticos fundamentos a los ya esgri- sas aún no previstas por el legislador. El prin-
midos. cipio general de la mancomunación sin una
tercera categoría regulada que permita a las víc-
V. Conclusiones finales
timas de un daño no previsto caer en la injus-
A favor del reconocimiento de la categoría y ticia del fraccionamiento resulta a todas luces
su regulación autónoma. inaceptable.

Reconocer los elementos estructurales: iden- La interpretación de las definiciones provistas


tidad de objeto y diversidad de causa. por el legislador para ambas categorías no deja
lugar a dudas: la diferencia fundamental está
Reconocer la interpretación de la diversidad en la unidad o diversidad de causas. Y el efecto
de causa pese a la confusión. propio de esta distinción también resulta claro;
en las obligaciones concurrentes no hay vínculo
Destacar la tensión producto de la regulación entre deudores. Otra diferencia la podemos en-
del legislador. contrar en lo relativo a la prestación: mientras la

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 181


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

solidaridad exige identidad e integridad, la con- abre el espacio a conflictos de interpretación


currencia acepta diferentes extensiones. que pueden llevar a soluciones dispares.

Luego de un largo camino y en sintonía con lo Por aplicación del principio lógico de no con-
que venía reclamando la doctrina e imponiendo tradicción, una obligación no puede ser concu-
la jurisprudencia de larga data, el legislador re- rrente y regularse como solidaria. El legislador
conoció la figura y reguló los efectos correspon- le puede ofrecer una mejor o mayor garantía a
dientes a su ontología. la víctima, y es conveniente que lo haga, pero
siempre dentro del reconocimiento de la estruc-
Aprobamos dicho reconocimiento, aunque, tura que el mismo impone y sin generar conse-
a nuestro modo de ver, el legislador cometió cuencias desproporcionalmente nocivas para el
un yerro insalvable: mantener la imposición de resto de los implicados. Al priorizar la protec-
vínculos solidarios en supuestos de concurren- ción al acreedor víctima, el legislador condena
cia. a todos los codeudores concurrentes, incluidos
los que no corresponden a relaciones vincula-
b) Contradicción normativa das con la responsabilidad civil, a una propaga-
ción de efectos indebida.
El error referido derivó en una contradicción
normativa y en el interrogante para el operador Sostenemos que el carácter de la obligación
jurídico sobre si debe prevalecer la realidad es- está determinado por sus elementos estructura-
tructural o la clasificación normativa que hace les y que la facultad del legislador de imponer
el legislador para cada uno de los supuestos. De la solidaridad se debe limitar a las obligaciones
allí emerge la referida tensión que referimos se de sujeto múltiple que encuentren su fuente en
presenta entre las categorías de obligación so- una misma causa, en que rige el principio de
lidaria y de obligaciones concurrentes. Asimis- la simple mancomunación y la excepción de la
mo, entre otros motivos, justificó que cierto solidaridad, voluntaria o legalmente expresa-
sector de la doctrina cuestionara la utilidad e in- da. ¿Cómo puede convivir la norma que deter-
dependencia de la categoría, así como la distin- mina la naturaleza de la obligación en virtud de
ción que se le hace, relativa a la causa eficiente. caracteres rígidos y la que regula sus hipótesis
desoyendo esos mismos caracteres? La respues-
Algunos autores consideran que las contra- ta posible creemos que es una: no puede.
dicciones normativas observadas son el fruto
de la falta de precisión que evidencian entre las c) Equiparación normativa
categorías de pluralidad pasiva. Creemos que la
solución se encuentra en la correcta distinción EfectosAplicar a las relaciones obligacionales
y regulación de cada una de las figuras. El error que surgen de causas distintas las mismas re-
en la clasificación e interpretación de los hechos glas que aquellas que surgen de la misma causa
reales produjo esa noción de falta de precisión, del deber implicaría equiparar indebidamen-
no al revés. te la propagación de efectos entre los deudores
cuando no existe vínculo alguno entre ellos, ge-
Con el ánimo de brindar una supuesta mayor nerando dudas y la inseguridad propia de la di-
protección a la víctima del daño, el ordenamien- versidad de interpretaciones.
to les impone de manera contradictoria las con-
secuencias de la solidaridad a ciertas relaciones La propagación de la suspensión e interrup-
jurídicas que no cumplen con los caracteres ción de la prescripción vulnera el principio de
de su ser por tener su génesis en causas diver- relatividad de los efectos y publicidad de los ac-
sas. No desconocemos la facultad del legislador tos. El acto es inoponible al codeudor concu-
de regular ficciones jurídicas o de tratar como rrente que resulta ser tercero en la obligación
si fuese lo que no es, caso de las energías que sobre la cual pesa el efecto suspensivo. Por lo
consideramos cosas, pero en las hipótesis plan- general, los actos suspensivos o interruptivos de
teadas creemos que, consciente o inconsciente- la prescripción son unilaterales recepticios o bi-
mente, cae en una contradicción normativa que laterales.

182 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

Entendemos que la garantía de cobro del dicial. Ambos responden por imperio de la ley
acreedor víctima subsiste e incluso se puede en virtud de hechos generadores diversos.
ver mejorada en el caso de la concurrencia al no
propagar los efectos de la extinción de la obliga- Suele ocurrir en supuestos como el regulado
ción cuando el acreedor quiera reservarlos. Asi- que el objeto de las deudas no coincida en su
mismo, si bien vimos que presenta excepciones, cantidad, es decir, que el deudor del alimentan-
la equiparacíon de las categorías podría con- te lo sea por una suma inferior a la que se co-
fundir al imponer la contribución en todos los rresponde con la obligación alimentaria.
supuestos privando al solvens de la posibilidad
de repetir la totalidad de lo pagado cuando no Como hemos visto, en las obligaciones con-
aportó causalidad. currentes, tratándose de diversas obligacio-
nes, el objeto puede ser el mismo, pero diferir
Es cierto que para la víctima el crédito es uno en su cantidad, lo que no resultaría posible en
solo, pero entendemos que imponerle la car- la obligación solidaria, en la que se constituye
ga de suspender o interrumpir cada una de las una única relación que cumple con la identidad
obligaciones de las que forma parte no lo coloca e integridad de la prestación. Regular la obliga-
en una situación gravosa. ción como única llevaría al absurdo de suponer
que el deudor incumplidor debe la totalidad de
El análisis de cada uno de los supuestos plan- la deuda alimentaria. Incluso, de tratarse de un
teados a lo largo del trabajo y de los efectos que codeudor solidario, se le vedaría la posibilidad
estos producen pone en evidencia que, más allá al acreedor embargante de repetir la totalidad
de la calificación legal, la naturaleza y estructu- de lo pagado en exceso de su culpa, que en este
ra de las obligaciones impone distinciones rele- caso es ninguna.
vantes.
En virtud de ello, creemos que la regulación
Imponer la solidaridad no es una solución ló- actual de la concurrencia es correcta y debe
gica ni justa, para ninguno de los dos polos. La mantenerse, en sintonía con la denominada te-
propagación de efectos puede afectar tanto al sis de la autonomía absoluta.
deudor como al acreedor. El acreedor, víctima
d) Realidad estructural o categorización nor-
de un daño, podría perjudicarse al extinguirse
mativa
la obligación en supuestos de pago parcial por
transacción, dación en pago o novación con al- Asimismo, retomando la tensión evidenciada
guno de los deudores, supuesto en el que, pese a raíz de los supuestos de obligaciones concu-
a no haberse satisfecho íntegramente la preten- rrentes regulados como solidarios, creemos que
sión, los restantes deudores que no participa- las obligaciones deben reconocerse como con-
ron resultarían liberados. Los codeudores, por currentes si su estructura así lo determina, aun-
su parte, quedarían colocados en una situación que el legislador las describa como solidarias. Si
perjudicial, por cuanto se expandirían sobre la obligación cumple con los requisitos del art.
ellos efectos relativos a la mora o suspensión 850 Cód. Civ. y Com., es concurrente.
de la prescripción sin que hayan participado de
esos acontecimientos. Las obligaciones y sus diferentes clases exis-
ten independientemente de la voluntad del le-
Pensemos en el supuesto del art. 551 Cód. Civ. gislador. Son una realidad de la vida jurídica. En
y Com., que establece la solidaridad de quien este caso, la realidad debe imponerse a la califi-
no cumpla con la orden judicial de depositar cación legal, ya que, como vulgarmente se dice,
la suma que debió descontar a su acreedor en si tiene cuatro patas, mueve la cola y ladra, es un
concepto de deuda alimentaria. Resulta evi- perro.
dente que las causas del deber son distintas; el
alimentante responde en virtud de su parentes- Existe una diferencia esencial en las catego-
co, mientras que el empleador, o el deudor de rías que corresponde destacar. La cualidad co-
la prestación de la que el alimentante resulta mún de la solidaridad surge de un elemento de
acreedor, por haber desobedecido la orden ju- su propio ser, la unidad de causa, mientras que

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 183


Obligaciones concurrentes: reflexiones sobre su consagración normativa…

en las obligaciones concurrentes la cualidad sas causas, en cuyo caso se aplicará el régimen
común les es ajena a ellas, la existencia de otra de las obligaciones concurrentes, sin excepción.
obligación con identidad de objeto y acreedor.
VI. Bibliografía
Reiteramos que el carácter concurrente de las
obligaciones protege con suficiencia a la vícti- ALTERINI, Atilio A.- AMEAL, Oscar J. -LÓPEZ
ma sin perjudicar innecesariamente al obligado, CABANA, Roberto M., “Derecho de obligacio-
atribuyéndole efectos que le deberían resultar nes civiles y comerciales”, Abeledo Perrot, Bue-
inoponibles por imperio de la independencia de nos Aires, 2000, 2ª ed. actualizada.
vínculos propios de la estructura de la categoría.
ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.) y ALTERINI, Ig-
e) A modo de cierre nacio E. (coord.), “Código Civil y Comercial co-
mentado. Tratado exegético”, La Ley, Buenos
Hemos desarrollado y justificado nuestro Aires, 2016, 2ª ed., t. IV.
apoyo al reconocimiento normativo de la cate-
goría de obligaciones concurrentes. No se tra- BOFFI BOGGERO, Luis María, “Tratado de las
ta de una conclusión absoluta ni del cierre de obligaciones”, Astrea, Buenos Aires, 1975, t. III.
nuestra investigación, seguramente profundiza- BONFANTE, Pietro, “Instituciones de derecho
remos el estudio de la categoría a la espera de romano”, Reus, Madrid, 1965, traducción de la 9ª
las novedades legislativas y el tratamiento de la edición por Bacci y Larrosa.
jurisprudencia que aún no abunda con las nue-
vas disposiciones. BORDA, Guillermo A., “Tratado de derecho
civil argentino”, Abeledo Perrot, Buenos Aires,
Si bien creemos que la tesis adecuada es la 1971, 3ª ed., t. I.
que denominamos de autonomía absoluta y
que el régimen normativo no debe ser modifi- BUSSO, Eduardo B., “Código Civil anotado”,
cado, destacamos el admirable análisis de Fede- Ediar, Buenos Aires, 1955, t. V.
rico Ossola, que concluye en posición contraria
a la que postulamos. El jurista cordobés nos lle- CALVO COSTA, Carlos A., “Derecho de las
va a reflexionar sobre una de sus propuestas que obligaciones”, Hammurabi, Buenos Aires, 2010,
consideramos atendible: propone consagrar la t. II.
regla legal de la solidaridad y, por excepción, la
mancomunación (121). CALVO COSTA, Carlos A, “El principio ‹favor
debitoris› frente al Proyecto de Código”, La Ley,
Eliminar la regla de la simple mancomuna- 24/04/2013.
ción que en estos tiempos carece de fundamento
CAZEAUX — TRIGO REPRESAS, “Derecho de
asegura evitar la injusticia de su fraccionamien-
las obligaciones”, La Ley, Buenos Aires, 2010, 4ª
to, a excepción de aquellos supuestos en los que
ed., t. II.
esté especialmente convenido o impuesto por
la ley. Compartimos la sugerencia, aunque esta CAZEAUX, Pedro N. — TRIGO REPRESAS,
resultaría aplicable solo a la obligación prove- Félix A., “Derecho de las obligaciones”, Librería
niente de una misma causa. Editorial Platense, La Plata, 1975, 2ª ed.
La nueva regla bien podría imponer la solida- CHAUSOVSKY, Gabriel en AMEAL, Oscar
ridad como regla aplicable a todas las obligacio- (Dir.) y TANZI, Silvia (Coord.), “Obligaciones y
nes de sujeto plural, a excepción: a) de aquellas contratos en los albores del Siglo XXI. Homena-
en que las partes o la ley determinen la simple je al Prof. Dr. Roberto M. López Cabana”, Abele-
mancomunación; b) de que se trate de una plu- do Perrot, Buenos Aires, 2001.
ralidad de obligaciones provenientes de diver-
CIFUENTES, Santos (dir.) — SAGARNA, Alfre-
(121) Ossola, “Obligaciones solidarias y concurrentes: do (coord.), “Código Civil comentado y concor-
necesidad de un replanteo...”, ob. cit., ps. 1 y 13. dado”, La Ley, Buenos Aires, 2004, t. I.

184 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Joaquín Durand

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Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 185


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186 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Abstracción en las garantías
unilaterales (*)
Carlos María Gallardo

CAPÍTULO PRIMERO A este respecto, es que han surgido con el de-


sarrollo del tráfico comercial modernas formas
INTRODUCCIÓN de garantías que tienen en miras otorgar mayor
seguridad y celeridad al acreedor, a través del
I. La incorporación de las garantías a pri- otorgamiento de facultades para el cobro de sus
mera demanda “o a primer requerimien- créditos en forma más rápida, evitando el tedio-
to” como garantías unilaterales autónomas. so proceso judicial.
Aproximación
Ahora bien, con la sanción del Cód. Civ. y
El desarrollo económico de las sociedades tie- Com., el derecho privado se vio fuertemente
ne un impacto trascendental en el ordenamien- modificado, no solo a través de la unificación
to jurídico. A su vez, las actividades económicas del campo civil y comercial, sino también a tra-
suelen conjeturar adelantos a las estructuras vés de la codificación de nuevos institutos que,
jurídicas del Estado, por lo que este debe dar anteriormente, tenían recepción únicamente a
respuestas para regular aquellos avances que través del principio de la autonomía de la vo-
encuentran un límite en el derecho vigente. luntad por las elaboraciones de doctrina recep-
tadas por la jurisprudencia.
Uno de los aspectos cruciales en el desarrollo
económico ha sido el crédito, vital herramienta Sin lugar a dudas, la nueva legislación se ha
para dicho fin, por lo que el ordenamiento jurí- preocupado por otorgar nuevas fuentes de ga-
dico regula instituciones tendientes a su tutela, rantía del crédito como herramienta para el de-
como son las garantías. sarrollo económico.
Sin perjuicio de ello, el transcurso del tiempo, En ese sentido es que se han incorpora-
el proceso de la globalización y el incremento de do las garantías “a primera demanda” o “a pri-
la operatividad comercial han puesto en jaque mer requerimiento”, como negocios de garantía
las tradicionales garantías ofrecidas por el régi- típicos, los cuales implican la existencia de ga-
men jurídico, porque implican el acceso a la ju- rantías del crédito personales que tienen por
risdicción para hacerse operativas. fuente obligacional la declaración unilateral de
voluntad, de modo que presentan una estructu-
A su vez, el crecimiento de los riesgos del cré- ra distinta a las clásicas garantías personales bi-
dito, motivado por múltiples razones, como ser: laterales identificadas con el contrato de fianza.
económicas, financieras, sociales y hasta psi-
cológicas, ha producido una expansión y desa- Asimismo, haciendo eco de la regulación que
rrollo de las garantías cada vez más complejas y estas garantías presentan en el derecho compa-
diversas. Ello ha coadyuvado al nacimiento del rado y en el derecho internacional, la legislación
“derecho de las garantías” (1). argentina ha pretendido continuar en ese cami-
no, patentizando el carácter abstracto de estas
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 31 de modernas formas de garantía, aludiendo a toda
julio de 2020.
(1) VIRAMONTE, Carlos I. y MÁRQUEZ, José F., en LO- la Nación comentado”, edición revisada, Rubinzal-Culzo-
RENZETTI, Ricardo L. (dir.), “Código Civil y Comercial de ni, Santa Fe, 2018, tomo XII-B, p. 521.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 187


Abstracción en las garantías unilaterales

independencia que presentan respecto de la caución adecuada que el beneficiario debe sa-
obligación subyacente que garantizan. tisfacer antes del cobro”.

Siendo el principal beneficio de estas garan- Por otra parte, el art. 1813 establece:
tías “a primera demanda” la abstracción, en
cuanto permite una mayor capacidad de cobro “Cesión de garantía. Los derechos del bene-
al acreedor y tornar inocuas aquellas acciones ficiario emergentes de la garantía no pueden
causales tendientes a paralizar o frenar el cobro transmitirse separadamente del contrato o rela-
de su acreencia. ción con la que la garantía está funcionalmente
vinculada, antes de acaecer el incumplimiento o
Asimismo, constituyen una especie dentro de el plazo que habilita el reclamo contra el emisor,
las llamadas garantías autoliquidables. excepto pacto en contrario.

II. Quid de la abstracción en la regulación “Una vez ocurrido el hecho o vencido el pla-
vigente zo que habilita ese reclamo, los derechos del
beneficiario pueden ser cedidos independien-
II.1. Planteo temente de cualquier otra relación. Sin perjui-
cio de ello, el cesionario queda vinculado a las
La recepción de las garantías autónomas en el eventuales acciones de repetición que puedan
Cód. Civ. y Com., a partir del art. 1810 y ss., no corresponder contra el beneficiario según la ga-
tuvo una recepción pacífica por parte de la doc- rantía”.
trina nacional.
De las normas expuestas, se observa una posi-
El articulado presenta ciertas incongruencias ble contradicción respecto del grado de autono-
conceptuales, las cuales han puesto en tensión mía, en virtud de la cuestión atinente a un caso
su carácter autónomo, siendo esto un aspecto de fraude o abuso manifiesto, y con relación a
fundamental que hace a la estructura de una la prohibición de trasmisión del derecho sepa-
garantía que pretende desligarse de la relación radamente de la relación con la que la garantía
subyacente que garantiza. está “funcionalmente vinculada”.

Al respecto, el art. 1810 dispone: II.2. Criterio de la postura que valida el carác-
ter abstracto de las garantías unilaterales
“Garantías unilaterales. Constituyen una de-
La abstracción de las garantías unilaterales ha
claración unilateral de voluntad y están regidas
sido defendida por un sector de la doctrina na-
por las disposiciones de este Capítulo las llama-
cional que entiende que la nueva codificación
das “garantías de cumplimiento a primera de- en modo alguno ha afectado dicha caracterís-
manda”, “a primer requerimiento” y aquellas en tica, manteniendo, por lo tanto, toda indepen-
que de cualquier otra manera se establece que dencia respecto de la obligación subyacente
el emisor garantiza el cumplimiento de las obli- garantizada.
gaciones de otro y se obliga a pagarlas, o a pagar
una suma de dinero u otra prestación determi- En ese sentido, Santarelli se ha pronunciado
nada, independientemente de las excepciones o respecto de la nueva normativa aduciendo la
defensas que el ordenante pueda tener, aunque total abstracción de las garantías unilaterales, a
mantenga el derecho de repetición contra el be- cuyo comentario del art. 1810 sostiene:
neficiario, el ordenante o ambos.
“En forma genérica puede decirse que la eje-
“El pago faculta a la promoción de las accio- cución abusiva de la garantías se configura
nes recursorias correspondientes. cuando el beneficiario pretende ejecutarla es-
tando en conocimiento de que el riesgo cubierto
“En caso de fraude o abuso manifiestos del por la garantías no se ha verificado. (...) Es decir,
beneficiario que surjan de prueba instrumen- se trata de situaciones donde aparece manifies-
tal u otra de fácil y rápido examen, el garante o to el uso de la garantía para obtener una ven-
el ordenante puede requerir que el juez fije una taja ajena a la finalidad que le es propia a este

188 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

instrumento. Aun en este supuesto extremo, en La postura del jurista busca establecer una
donde parte de la doctrina entiende que bien visión conciliadora entre penetración de la
puede encontrarse un límite a la abstracción o abstracción y límites al comportamiento anti-
independencia de la garantía, la norma en co- jurídico, de modo que fundamenta la necesidad
mentario establece en favor del garante una so- de verificar el estado de la obligación subyacen-
lución dentro del esquema propio de la figura, te como una limitación que hace que la conduc-
consistente en el pedido de contracautela sufi- ta del beneficiario no pueda escapar a las reglas
ciente como expediente previo al cumplimiento generales del derecho, las cuales vedan todo
de su encomienda” (2). tipo de ejercicio abusivo (art. 10) o en fraude a
la ley (art. 12).
Por lo tanto, el autor claramente aduce el su-
puesto en el que la abstracción permanece en la En ese orden de ideas, Boretto y Della expli-
garantía, siendo que en la situación de fraude o can que con “(...) la aparición de este nuevo fe-
nómeno en el ámbito de las garantías apareció
abuso manifiesto es resuelta a través de la con-
el fantasma de la utilización abusiva o fraudu-
tracautela, la cual busca limitar una situación
lenta de los títulos ejecutivos autoliquidativos;
que desproporcione el equilibrio del negocio. razón que ha motivado la necesidad de repen-
sar en instrumentos legales que lo impidan” (4).
En otro orden de ideas, Lorenzetti también
afirma la calidad de abstracción de las garantías II.3. Postura que alega la atenuación del carác-
unilaterales en el nuevo cuerpo normativo, adu- ter de abstracción de las garantías unilaterales
ciendo la siguiente postura:
La postura que sostiene la morigeración de la
“La independencia característica de las ga- abstracción en las garantías unilaterales, a par-
rantías unilaterales —núcleo central de la figura tir de la construcción normativa del art. 1810,
y diferencia primaria con accesoriedad típica de entiende que la apreciación de que en caso de
las garantías— conlleva la posibilidad de que el fraude o abuso manifiesto se requiere de una
beneficiario exija su cumplimiento, aun cuando prueba instrumental de rápida comprobación
la relación subyacente no hubiera sido incum- de la obligación subyacente implica un fuer-
plida. te agrietamiento del carácter de abstracción, el
cual se ve soslayado, en virtud de que se requie-
“En ese punto, la opción del legislador es fun- re la verificación de la relación subyacente; es
damental para que la garantía unilateral sea decir, indagar sobre la causa que da origen a la
una alternativa superadora de la fianza y su ac- garantía, cuando justamente la abstracción im-
cesoriedad. Si bien conductas abusivas o frau- plica desligarse de aquella.
dulentas no pueden ser cohonestadas por el
ordenamiento jurídico, la balanza debe incli- A este respecto, Alterini J. H. y Alterini I. E.
narse para la pretensión del beneficiario cuando sostienen:
exista un conflicto de intereses con el ordenante
“Sin duda la posibilidad de invocar ‘fraude o
o garante.
abuso manifiesto del beneficiario’. Que proviene
“A esa solución apunta el parrado final del art. del art. 1479 del Proyecto del Ejecutivo de 1993,
1810, que no es una excepción a la regla de inde- agrieta fuertemente la idea de abstracción, por
lo cual es dudoso su conveniencia cuando el le-
pendencia de la garantía, sino una limitación a
gislador ha optado por los supuestos de benefi-
un comportamiento antijurídico del beneficia-
cios de la abstracción” (5).
rio” (3).
cial de la Nación comentado”, Rubinzal-Culzoni, Santa
(2) SANTARELLI, Fulvio, en ALTERINI, Jorge H. (dir.), Fe, 2015, t. VIII, p. 166.
ALTERINI, Ignacio E. (coord.), “Código Civil y Comercial
comentado. Tratado exegético”, La Ley, Buenos Aires, (4) PAOLANTONIO, Martín, en LORENZETTI, ibidem,
2016, 2ª ed., t. VIII, p. 560. p. 748 (pie de página).
(3) JUNYENT BAS, Francisco y GARZINO, M. Constan- (5) Opinión de ALTERINI Jorge H. y ALTERINI, Ignacio
za, en LORENZETTI, Ricardo L., “Código Civil y Comer- E., en ALTERINI, Jorge H. (dir.), ALTERINI, Ignacio E. (co-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 189


Abstracción en las garantías unilaterales

Asimismo, respecto del pedido de contracau- III. Objeto de este estudio. Plan a seguir
tela, el autor argumenta:
Conforme a las posturas disímiles en la doc-
“Por otra parte, si dicho fraude o abuso ma- trina acerca del grado de abstracción de las
nifiestos son tan notorios que surge de ‘prueba garantías unilaterales, tengo el anhelo de desen-
instrumental u de otra de fácil y rápido examen’, trañar el fenómeno jurídico allí gestado, a modo
no se comprende que el legislador se contente de poder esgrimir una conclusión acerca de si
con la simple exigencia de contracautela antes el carácter de independencia ha sido consagra-
del cobro. Si se penetra en la abstracción por do o si, por el contrario, este ha sido morigerado
fundamentos tan significativos, hubiera sido producto de la regulación del Cód. Civ. y Com.
más coherente impedir lisa y llanamente el co-
bro por el beneficiario” (6). En este aspecto, la concreción del objeto de es-
tudio impone, en primer lugar, situarlas dentro de
Incluso, el eminente jurista critica la normativa la teoría de las garantías del crédito con sus notas
del art. 1813, atinente a la necesidad de pacto ex- características, realizar el control de constitucio-
preso para que los derechos del beneficiario a la nalidad en cuanto a la ejecución extrajudicial, es-
garantía puedan trasmitirse separadamente del cindir los conceptos de autonomía, abstracción y
contrato o de la relación que se garantiza, en la eta- no accesoriedad. Analizar la responsabilidad en
pa en la que no ha acaecido un incumplimiento. cuanto a la ejecución abusiva de ellas, para lue-
Al respecto ha señalado: go esbozar su conveniencia dentro del sistema de
garantías en el derecho argentino, como nueva
“Si bien es el pensamiento habitual en la especie de garantía unilateral.
doctrina el vincular la abstracción con la inde-
pendencia de la causa fin, incluso así lo infiere Asimismo, la cuestión implica efectuar el aná-
el Código Civil y Comercial (art. 283), generan lisis de estas garantías en el derecho comparado
cierta perplejidad soluciones como las del art. y el derecho internacional, a los fines de desta-
1813 cuando habla de la vinculación funcional car las fuentes en que se basó la creación nor-
con el contrato o relación jurídica, pues en ese mativa.
emplazamiento el contrato o relación parecen
tener intimidad con la fuente que los originó. Desarrollando tales cuestiones, el trabajo en
su conjunto se centrará en el tema principal: la
“¿La abstracción es del ‘porqué’ de la garantía abstracción de la causa de este tipo de garantías.
(fuente) o del ‘para qué’ de ella (fin)?” (7).
Seguidamente, propongo hacer un recorrido
La estructura de su aporte se basa en la diná- por las distintas posturas doctrinales acerca del
mica de la compresión de la abstracción como pensamiento en torno a esta figura.
forma de tornar improcedente la vinculación
con la causa-fin que implica el negocio. Por último, cumplidos todos los recaudos de
análisis, elaboraré una conclusión que demues-
De este modo, la alusión a vinculación funcio- tre mi postura referente al grado de abstracción
nal con la relación jurídica que se garantiza impli- de las garantías unilaterales, especificando cada
ca la referencia a la fuente que origina la garantía, una de las consideraciones que han sido deter-
y no su fin, de modo que se centra en una yuxta- minantes para su razonamiento y, si es factible,
posición de causas que, como consecuencia, im- la utilización práctica en el derecho interno.
plican una confusión de los conceptos centrales
del instituto de la causa, y que, a su vez, implican IV. Método y fuentes
cierta tensión sobre el grado de abstracción.
Para concretar la investigación expuesta, uti-
ord.), “Código... “, ob. cit., t. VIII, p. 560.
lizaré el método analítico, donde llevaré a cabo
la descomposición de los elementos que hacen
(6) Opinión de ALTERINI, Jorge H. y de ALTERINI, Ig- a las garantías unilaterales y el carácter de abs-
nacio E., ob. cit., p. 561.
tracción, para analizar en forma individual cada
(7) Ibidem, p. 563. uno de sus puntos, lo que me permitirá arribar

190 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

a una conclusión superadora de las posturas es- tor desencadenante para el desarrollo en todas
grimidas. sus variantes (productivo, financiero, interem-
presarial, etc.), en cuanto permite la promoción
En cuanto a las fuentes, tendré especial ape- y subsistencia del comercio, lo que desencade-
go a las posturas doctrinales gestadas en torno na el crecimiento.
a la figura, la normativa argentina que trata el
instituto, las investigaciones esbozadas en tor- Siguiendo esta postura, Hedemann, citado
no al carácter de abstracción y el sistema de por Alterini, ha expresado:
garantías, conforme a la normativa vigente del
derecho comparado e internacional referente al “La necesidad del crédito representa un papel
objeto de estudio. de extraordinaria importancia. Esta necesidad
se manifiesta con diferente vigor en los diversos
CAPÍTULO II
lugares y en los distintos períodos económicos,
TEORÍA DE LAS GARANTÍAS DEL CRÉDITO pero es siempre uno de los rasgos más caracte-
rísticos de nuestra época” (11).
I. Introducción
Por lo tanto, se sostiene que el crédito cumple
I.1. La importancia del crédito un papel fundamental en la sociedad moderna,
como instrumento vital para la consecución de
Cuando de garantías se trata, no puedo dejar fines individuales y colectivos.
de soslayar la íntima relación que estas tienen
con el crédito; pues sin crédito no habría ga- A través de este, se propicia un instrumento
rantía (8). adecuado para posibilitar que las personas pue-
dan efectuar actividades de cooperación social
Respecto de este, su identificación está dada
con el polo activo de la obligación (9), el cual aptas para satisfacer sus variados intereses (12).
implica un verdadero derecho subjetivo del su-
I.2. La importancia de las garantías
jeto activo, integrado por el conjunto de poderes
y prerrogativas que le otorga el ordenamiento El ordenamiento jurídico debe otorgar una
jurídico (10). adecuada tutela del crédito a través de institutos
Yendo al plano de lo económico, reitero la im- que impliquen responder a las necesidades cre-
portancia del crédito en la economía como fac- diticias de la economía y otorgando seguridad al
tráfico comercial.
(8) PRATESI, Juan Carlos (h), en MARTORELL, Ernesto
E., “Tratado de los contratos de empresa”, Abeledo Perrot,
Las instituciones de garantía juegan un rol
Buenos Aires, 2016, 2ª ed. actualizada y ampliada, t. III, preponderante dentro del ordenamiento jurídi-
p. 2350. co como medios que permiten asegurar el ries-
(9) Bueres define la obligación como “(...) la relación go crediticio.
jurídica (simple) que acuerda al acreedor un auténtico
derecho subjetivo (poder) para exigir una conducta del A este respecto, la garantía le otorga al acree-
deudor —que está en situación de deber jurídico— cuya dor garantizado un refortalecimiento de su po-
materia (la de conducta) es patrimonial, con indepen- der de agresión patrimonial contra su deudor.
dencia de que el interés del acreedor pueda o no serlo;
y, en defecto de cumplimiento espontáneo (pago), el
derecho subjetivo del titular insusceptible de atomizarse (11) HEDEMANN, Justus W., “Derechos reales”, ver-
se trasladará hacia el patrimonio del obligado, a fin de sión española y notas de José Luis Pastor y Manuel Gon-
que se actúe el contenido obligacional de un modo anó- zales Enrique, Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955,
malo o impropio, en especie si es factible, o por equiva- vol. II, ps. 387-388, citado en ALTERINI, Jorge. H., ALTER-
lente, cuando fuese el caso. BUERES, Alberto, «Objeto INI, Ignacio E., Alterini, María Eugenia, “Tratado de los
del negocio jurídico», 2da. edición, Hammurabi, Buenos derechos reales”, La Ley, Buenos Aires, 2018, t. II, p. 757.
Aires, 1998, p. 30.
(12) Cfr. PIZARRO, R. Daniel y VALLESPINOS, Gus-
(10) SILVESTRE, Norma O., “Obligaciones”, La Ley, tavo, “Tratado de obligaciones”, Rubinzal-Culzoni, Santa
Buenos Aires, 2017, 2ª ed., p. 30. Fe, 2017, t. II, p. 29.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 191


Abstracción en las garantías unilaterales

Por lo tanto, en aquellos casos en los que el El crédito es un derecho subjetivo del acreedor
deudor presente indicios de falta de solvencia que tiene como situación correlativa el deber ju-
patrimonial, las garantías otorgan al acreedor rídico calificado que asume el deudor (14).
mayor seguridad y previsión respecto del cobro
de su acreencia. El crédito tiene la facultad de ser afectado a
garantías como tutela conservatoria, para ase-
Por ello, considero que la garantía permi- gurar su existencia, certidumbre y eficacia.
te reducir el riesgo inherente a todo crédito, de
Dicha tutela evita, o al menos reduce, los ries-
modo que, si el acreedor ve mayor seguridad en gos en caso de que el deudor no cumpla con la
la realización de su negocio, menores serán los prestación debida. Comprende todas aquellas
costos que tenga que trasladar respecto del ries- facultades del acreedor que permiten una eficaz
go de incumplimiento e insolvencia, lo cual se defensa preventiva de su crédito, sea extrajudi-
verá reducido el valor del crédito, facilitando el cial o judicial.
acceso al crédito del tomador (deudor).
En cuanto a la deuda, se dice que es un deber
No obstante, no deberían ponderarse úni- jurídico específico y de contenido patrimonial
camente las garantías como meras formas de que asume el deudor, denominada prestación,
asegurar el crédito, pues esto sería una mirada cuya realización tiende a satisfacer el interés del
parcial; sino que debe considerarse, en su faz to- acreedor (15).
talizadora, como un instrumento que permita el
II.2. El término “garantía”
desarrollo de la actividad crediticia que deman-
da la economía, otorgando mejores posiciona- Los institutos de garantía, en un concepto pri-
mientos al acreedor respecto de su acreencia y mario, son un derecho subjetivo dirigido a ase-
dando certezas al garante respecto de la exten- gurar el cumplimiento de una obligación.
sión y responsabilidad de sus obligaciones.
En este sentido es que las garantías tienen por
Así lo han señalado Viramonte y Márquez, finalidad reforzar el poder de agresión patrimo-
quienes afirman que el derecho de garantía se nial del acreedor robusteciendo, de esta mane-
muestra como una disciplina que tiende a bus- ra, la seguridad para el cobro del crédito.
car soluciones jurídicas equilibradas, entre la
necesaria eficacia de las seguridades del crédi- Cuando se alude a la palabra “garantía”, esta
presenta distintas connotaciones propias de los
to que impone la economía moderna y la pro-
diferentes contextos en los que resulta utilizada.
tección de los derechos de las personas que
prestan las garantías, en especial de aquellas en Como punto de partida, considero impor-
situación de vulnerabilidad (13). tante indagar en los diferentes significados que
nuestro idioma le asigna a esta palabra.
II. Las garantías
Así, en el Diccionario de la Real Academia Es-
II.1. Crédito y deuda pañola, el término “garantía” presenta los si-
guientes significados:
Empezar por el principio ayudará a traer luz al
desarrollo posterior, es por ello que, de un modo 1) Efecto de afianzar lo estipulado.
general, quiero precisar estos dos conceptos que
configuran la relación obligacional y tienen im- 2) Fianza, prenda.
portancia en el presente trabajo porque de ellos
3) Cosa que asegura y protege contra algún
se desprenden las consecuencias jurídicas que
riesgo o necesidad.
se analizarán en los capítulos siguientes.
(14) PIZARRO y VALLESPINOS, ob. cit., t. II, p. 7.
(13) VIRAMONTE y MÁRQUEZ, en LORENZETTI, ob.
cit., t. XII-B, p. 522. (15) Ibidem, p. 22.

192 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

4) Seguridad o certeza que se tiene sobre algo mún de sus acreedores, con excepción de aque-
(“lo hizo con la garantía de que no se produje- llos que este Código o leyes especiales declaran
ran complicaciones”). inembargables o inejecutables. Los patrimonios
especiales autorizados por la ley sólo tienen por
5) Compromiso temporal del fabricante o garantía los bienes que los integran”.
vendedor, por el que se obliga a reparar gratui-
tamente algo vendido en caso de avería. Art. 743: “Bienes que constituyen la garantía.
Los bienes presentes y futuros del deudor cons-
6) Documento que garantiza este compromi- tituyen la garantía común de sus acreedores. El
so. acreedor puede exigir la venta judicial de los
bienes del deudor, pero sólo en la medida nece-
Como se observa, el termino garantía —aun saria para satisfacer su crédito. Todos los acree-
en su acepción vulgar— gira en torno a la idea dores pueden ejecutar estos bienes en posición
del cumplimiento de una obligación o de la ob- igualitaria, excepto que exista una causa legal de
tención de recaudos que permitan satisfacer el
preferencia”.
interés de aquella persona a quien favorece la
garantía. Se advierte que, en este caso, el término “ga-
rantía” jurídicamente se refiere a la garantía
En el campo de la técnica jurídica, la palabra
patrimonial universal o colectiva, en que no se
“garantía” se ha utilizado dentro de sus múl-
añade un deudor o un bien distinto destinado
tiples acepciones semánticas, siendo común-
a garantizar una relación jurídica en particular,
mente referente a dos alusiones específicas: las
sino que implica referirse a la garantía genérica
garantías constitucionales y las garantías del
que todo acreedor posee como consecuencia de
crédito.
entablar una relación obligacional. De aquí que
Descartando totalmente, en esta ocasión, el se refiera como garantía en sentido amplio, por-
sentido del término como garantía constitu- que no concede un mayor poder de agresión pa-
cional, me abocaré al concepto de garantía del trimonial al acreedor, sino la simple exposición
crédito, el cual, a pesar de tener diferentes signifi- del patrimonio del deudor como sustento para
cados, presenta un denominador común: el res- honrar el cumplimiento de sus obligaciones.
guardo del interés del acreedor o beneficiario.
En este sentido, parte de la doctrina ha enten-
II.3. La garantía en sentido amplio conforme dido que el patrimonio del deudor como garan-
la doctrina tradicional tía común no es una garantía en sentido estricto,
dando lugar a otro alcance del significado de ga-
En el ámbito del derecho crediticio existe un rantía.
principio general que establece que “el patri-
monio del deudor es la garantía común de los II.4. La garantía en sentido estricto conforme
acreedores”. doctrina tradicional

Si bien durante la vigencia del Código Civil y La opinión de los juristas que participan de
del Código de Comercio no existía alusión expre- esta postura, fundamentalmente, se basa en que
sa a este principio, la doctrina había entendido la garantía consiste en un refuerzo del crédito,
que, en virtud de un análisis integral del articu- a través de añadir un derecho subjetivo que re-
lado, el patrimonio del deudor funcionaba como fuerce al acreedor la seguridad de que su crédito
una garantía común para sus acreedores. será satisfecho.

Con la sanción del Cód. Civ. y Com., el prin- Participando de esta postura, Díez-Picazo ha
cipio general fue expresamente incorporado en escrito:
los arts. 242 y 743, los cuales establecen:
“La garantía es una norma de derecho o un
Art. 242: “Garantía común. Todos los bienes precepto de autonomía privada que viene a
del deudor están afectados al cumplimiento de añadir al crédito algo que no tiene, de tal ma-
sus obligaciones y constituyen la garantía co- nera que es esa adición o esta yuxtaposición lo

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 193


Abstracción en las garantías unilaterales

que refuerza al acreedor la seguridad de que su operador jurídico utiliza de manera intercam-
derecho será satisfecho” (16). biable, aduciendo de esta manera que se trata
de sinónimos, pero que en realidad presentan
De este modo, esta postura entiende que solo significados propios.
existe garantía cuando existe garantía especifica
de una obligación, la cual otorga al acreedor un Así, según Acosta, se pueden encontrar tres
derecho de prelación sobre alguno de los bienes términos que se usan en forma intercambiada,
del deudor o, eventualmente, de un tercero.
pero que, en realidad, no lo son: garantía, pacto
Haciendo un análisis de esta postura, Gómez de indemnidad y caución.
Leo (17) ha sintetizado los caracteres esenciales
de la garantía en sentido técnico, aduciendo los El autor comienza explicando que la garantía
siguientes preceptos: es un acuerdo en los que intervienen tres par-
tes: deudor, garante y acreedor, donde el pri-
“1) permite satisfacer el interés del acreedor mero se constituye en principal responsable del
independientemente, o de forma más específica cumplimiento de la obligación frente al acree-
que el de los acreedores que no han pacto dere- dor y el segundo se compromete a cumplir di-
chos de garantía concretos. cha obligación solo en el caso de que el deudor
“2) actúa sobre bienes concreto del patrimo- no lo haga.
nio del deudor o refuerza las posibilidades del
acreedor, añadiendo la responsabilidad de un Por lo tanto, la garantía es un compromi-
tercero ajeno a la obligación pactada. so accesorio, ligado a la suerte y eficacia de la
obligación principal. En este sentido es que las
“3) no afecta a todos los acreedores, sino solo garantías contienen un llamamiento o exigencia
concierne a quien la ha pactado a su favor.” subsidiaria, de modo que pueden hacerse efec-
tivas recién cuando se haya excutido el patrimo-
Siguiendo ese razonamiento, Bono, desde un nio del deudor principal.
criterio de orden funcional y la prevención del
riesgo principal (insolvencia), sostiene que son Respecto del pacto de indemnidad, el autor
todas aquellas facultades o derechos que tienden menciona que, a diferencia de la garantía, in-
a proteger de manera especial un crédito frente
tervienen dos partes únicamente: el promitente
a la insolvencia del deudor. O, en otras palabras,
“los medios o refuerzos que mejoran la posición (indemnizante) y el beneficiario; comprome-
del acreedor frente al riesgo mayor constituido tiéndose el primero a reembolsar todo perjuicio
por la eventual insolvencia del deudor” (18). patrimonial o una parte de este que haya sopor-
tado el beneficiario a consecuencia del incum-
III. Quid de conceptos intercambiables. La plimiento del deudor.
postura de Acosta (19)
Por lo tanto, es un compromiso autóno-
La acepción de “garantía”, propia de su carác- mo que no resulta afectado por las causales de
ter ambiguo, presenta ciertos vocablos que el ejecución o dilación provenientes del deudor
principal. Es de ejecución directa y no está con-
(16) DÍEZ-PICAZO, Luis, “Fundamentos de derecho dicionado a previa excusioón de bienes.
civil patrimonial”, Editorial Tecnos, Madrid, 1983, p. 395.
(17) GÓMEZ LEO, Osvaldo R., “Tratado de derecho co-
Acosta menciona como ejemplos la promesa
mercial y empresario: garantías”, Abeledo Perrot, Buenos de indemnidad, el aval cambiario del cheque, la
Aires, 2014, t. I, p. 95. letra de cambio o pagaré, o el banco confirman-
(18) Cfr. BONO, Gustavo A., “Fideicomiso de garantía”,
te de una carta de crédito irrevocable.
Astrea, Buenos Aires, 2018, ps. 36-38.
De este modo, el autor desdeña que tanto la
(19) ACOSTA, M. A., “Cuatro cuestiones relevantes garantía como el pacto de indemnidad son esti-
para el estudio del derecho de las garantías”, ponencia en
el 1er Congreso Internacional del Derecho Comercial y
pulaciones, pero que la primera es una promesa
de los Negocios, 2005, UBA; seguido por PRATESI, Juan por una obligación ajena, mientras que el se-
Carlos (h), en MARTORELL, ob. cit., t. III, ps. 2348-2349. gundo tiene su origen en una obligación propia.

194 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

Por último, se refiere a la caución, indicando za jurídica de la obligación como una estructura
que es un instituto de índole procesal, siendo institucional, siendo el patrimonio “común” del
común en materia civil su otorgamiento al au- deudor como sustento para el cumplimiento de
torizarse una medida cautelar. Se trata de un sus obligaciones, nada tiene que ver con las ga-
instituto similar a la fianza, pero donde existen rantías como medios para asegurar el crédito, o
marcadas diferencias. en su defecto, por su función de garantía en el
marco de un sentido amplísimo, tal cual paso a
En principio, la caución puede no involucrar exponer (20).
un contenido patrimonial, tal el caso en que
se presta caución sobre la comparecencia del IV.1. Garantías en sentido amplísimo
imputado al llamado de la Justicia, de modo
que, en este caso, no le es aplicable el concepto La garantía sería tanto como cualquier medio
de accesoriedad como relación establecida en- dirigido a asegurar el crédito, el goce de un dere-
tre elementos patrimoniales. cho, el cumplimiento de una obligación.

Asimismo, la caución puede ser revocada aun En este sentido también se habla de “garan-
antes de ser cumplida la prestación, mientras tía” en cuanto a la potencialidad que posee el
que, en la fianza, esto solo puede suceder si exis- crédito en sí mismo, traducido a los poderes
te una situación que haga inverosímil el reem- coactivos de agresión del acreedor sobre el pa-
bolso de lo pagado (art. 1594). trimonio del obligado.

En este marco se encuentra lo concerniente a


Si bien no comparto el concepto de garantía
“la garantía común”, receptada por el Cód. Civ. y
esgrimido por el autor, ya que solamente se iden-
Com. en los arts. 242 y 743 del proyecto de 1998
tifica con la fianza, considero que es interesante
(art. 231), detallada precedentemente.
señalar aquellos puntos en los que se demues-
tra la diferencia con los conceptos de pactos de Ahora bien, algunos autores sostienen que la
indemnidad o de caución, los cuales, común- cláusula penal (art. 790), el derecho de reten-
mente, son tratados como sinónimos sin la pro- ción (arts. 2587 a 2593), las acciones posesorias
fundidad conceptual que aporta el autor citado. y reales (arts. 2238 a 2276), la acción revocato-
ria o pauliana (art. 338), directa (arts. 736 a 738)
IV. Mi postura y simulación (arts. 333 a 337), la suspensión del
cumplimiento (art. 1031), el contrato de señal o
En principio, remarco que la noción de garan-
arras (art. 1059 y 1060) constituyen mecanismos
tía en sentido amplio presenta una confusión res-
de protección al crédito, y que, como tales, re-
pecto de la estructura jurídica de la obligación.
sultan también especies de garantía.
La alusión al patrimonio como garantía co-
Tales consideraciones tendrían asidero, dentro
mún de los acreedores tiene su fundamento en
de este alcance del término “garantía”, como “toda
la naturaleza jurídica de la obligación, la cual norma que otorga acción, derecho, facultad o pro-
responde a una estructura institucional, don- tege de algún modo al titular de un crédito”.
de crédito y deuda se encuentran firmemente
amalgamados, de modo que “se debe y por eso Sin perjuicio de que en este punto me deten-
se es responsable; se es responsable porque algo dré más adelante, es dable destacar que los pri-
previamente se ha debido”. vilegios y las acciones directa, revocatoria y de
simulación no son añadidos al crédito, sino que
Por lo tanto, el deudor es garante de la obli- se encuentran ínsitos en él como elementos na-
gación ab initio con la integridad de su patri- turales del negocio.
monio, aun antes de que se haya producido un
eventual incumplimiento.
(20) Cfr. BUERES, Alberto J. y MAYO, Jorge A., “Lin-
eamientos generales sobre ’garantías’ de la obligación en
Por ello considero que, en este aspecto, lo más el derecho privado», Revista de Derecho Privado y Co-
adecuado es referirse al concepto de responsa- munitario: Garantías, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1994-
bilidad del deudor, el cual atiende a la naturale- II, p. 10.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 195


Abstracción en las garantías unilaterales

IV.2. Garantías en sentido amplio lizado su derecho, ampliando el poder jurídico


del acreedor.
Delimito la garantía como todo mecanis-
mo de protección del crédito que emana de un Es así que, en este sentido, la considero como
derecho subjetivo dirigido a asegurar el cum- un nuevo derecho, distinto del principal o ga-
plimiento de una obligación (21), cuya finali- rantizado, constituido convencionalmente con
dad es reforzar el poder de agresión patrimonial la finalidad de asegurar (en última instancia por
del acreedor, robusteciendo, de esta manera, la otras vías), por medio del nuevo derecho, la sa-
seguridad para el cobro del crédito. tisfacción del interés del sujeto activo o acree-
dor.
Se puede asimilar la palabra “garantía” al tér-
mino “seguridad” porque amplía las posibilida- Concluyo que este sentido descarta toda rela-
des del acreedor para ver satisfecho su crédito, ción con el patrimonio del deudor como garan-
tía universal o genérica, excluyéndose también
al otorgarle a este un poder directo e inmedia-
los mecanismos arbitrados por el ordenamiento
to sobre un bien determinado de titularidad del
jurídico a el cumplimiento del interés del acree-
deudor o de un tercero.
dor, y, más concretamente, los sistemas de res-
Podrán ser reales (afectando uno o más bie- ponsabilidad por incumplimiento que trae el
Código Civil o las leyes especiales (22).
nes determinados) o personales (incorporando
el patrimonio de un tercero en seguridad o res- V. Clasificación de las garantías
paldo de la deuda).
V.1. Según su causa fuente
Por lo que resulta equívoco sostener que una
ventaja o prestación adicional, así como tam- Esta clasificación permite delimitar las garan-
bién las presiones lícitas sobre la voluntad del tías en virtud del “porqué” de ellas (fuente), no
deudor, resulten garantías en sentido amplio; del “para qué” de ellas (fin).
en el mejor de los casos lo serán, en sentido am-
plísimo. Es así que, si tienen por fuente un acto jurí-
dico bilateral formado por el acto jurídico uni-
IV.3. Garantías en sentido estricto lateral y recepticio denominado oferta y el acto
unilateral conocido como aceptación, serán ga-
Resulta útil delimitar este alcance, toda vez rantías contractuales (ejemplo de ellas son la
que a las garantías especiales se las utiliza y fianza y el fideicomiso en garantía).
se las caracteriza sin distinción alguna con
cualquier tipo de refuerzo o protección, tales Asimismo, pueden derivar de una declaración
como seguridades, preferencias, protecciones unilateral de voluntad (acto jurídico unilateral)
o defensas. y son ejemplos de ellas las garantías unilaterales
o a primera demanda, las cartas de crédito y/o
Dentro del campo jurídico y patrimonial, la los créditos documentarios.
garantía es una norma de derecho o un precepto
V.2. Según el tipo de derecho que les dé origen
de autonomía privada que viene a añadir al cré-
dito algo que este no tiene por sí mismo, de for- Como manifestación jurídica, podrán ser de
ma tal que esa adición o yuxtaposición refuerza naturaleza personal o real.
al acreedor la seguridad de que ha de ver rea-
V.2.a. Garantías personales
(21) La definición tiene su base en la de Jorge, Ignacio
y María Eugenia Alterini, quienes definen la garantía del Consecuentes con la determinación en sen-
crédito en términos generales como un derecho subjetivo tido estricto del término garantía (del crédito),
dirigido a asegurar el cumplimiento de una obligación”, se las define como derechos personales que se
siendo que esta “(...) para ser tal debe fortalecer el poder traducen en la facultad del acreedor de exigir
de agresión del acreedor, que ya —por regla— se extiende
al patrimonio del deudor”, en ALTERINI, “Tratado de los
derechos reales... “, ob. cit., tomo II, p. 758. (22) GÓMEZ LEO, Osvaldo R., ob. cit., p. 95.

196 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

a un tercero la ejecución de la prestación de- V.2.c. Según el vínculo con la obligación que
bida. garantizan

Son los casos de la fianza, aval, seguro de cau- V.2.c.i. Garantías accesorias
ción, garantía a primera demanda, garantías
cambiarias, entre otros. Se las puede definir como las que resultan su-
peditadas a la existencia de una obligación prin-
V.2.b. Garantías reales cipal a la cual se adhieren. En tanto su presencia
no se concibe sin la presencia de ella, porque
Participo de la posición que la entiende como constituye su razón de ser.
afectación específica de un objeto (cosas, dere-
chos, universalidades) para la satisfacción de un Por lo que la nulidad o extinción de la obliga-
crédito (23). ción principal lleva consigo la de la garantía ac-
cesoria.
En tanto, dicha afectación proviene de una re-
lación jurídica que asegura al acreedor la facul- Conforme lo indicado precedentemente, los
tad de exigir la ejecución de la prestación que es derechos reales de garantías resultan siempre
el objeto de la obligación. accesorios del crédito principal.

Son ejemplos de este tipo de garantías el lease Conforme el art. 856, los derechos son acceso-
back y el fideicomiso en garantía. rios de una obligación principal cuando su exis-
tencia, régimen jurídico, eficacia y desarrollo
Ahora bien, corresponde indicar que los dere- funciones dependen de ella, o cuando resulten
chos reales de garantía se diferencian de las ga- esenciales para satisfacer el interés del acreedor.
rantías reales, por cuanto la afectación proviene
de un poder jurídico cuyo titular ejercita direc- Cabe destacar que el proyecto de 1998, fuente
del Cód. Civ. y Com., disponía en su art. 803 lo
tamente sobre un objeto (24), teniendo facul-
siguiente: “Son accesorios del crédito las obliga-
tad de persecución y preferencia, vg. hipoteca,
ciones y los derechos accesorios, en cualquiera
prenda y anticresis.
de estas circunstancias: a) Si solo existen y sub-
Los derechos reales de garantía solo pueden sisten en razón de la existencia del crédito. b) Si
constituirse por contrato formal (escritura pú- tienen tal relación con el crédito que el acreedor
blica —art. 1017, inc. a—) y en seguridad de solo conserva su interés en él si están incluidos.
créditos (la obligación principal), de los cuales Art. 804: Efectos. La extinción del crédito, o su
invalidez, extinguen los accesorios del crédito,
resultan accesorios.
salvo estipulación o disposición legal en contra-
El carácter accesorio indica que son intrans- rio.
misibles sin el crédito (art. 2186) y se extinguen
Este tipo de garantías se encuentran condicio-
con el principal, a excepción del caso de nova-
nadas a la prueba del incumplimiento del deu-
ción (art. 940), que pasan a la nueva obligación
dor de la relación base (25).
solo si participa en el acuerdo novatorio el cons-
tituyente de la garantía. V.2.c.ii. Garantías en situación de subordina-
ción o subsidiariedad
A su vez, la suerte de lo accesorio no compro-
mete lo principal. Este tipo supone el agregado de un nuevo de-
recho subjetivo o de una nueva facultad al cré-
dito, estando la garantía en forma subsidiaria,
pues son accesorias del derecho al cual van in-
(23) ALTERINI, Jorge. H., ALTERINI, Ignacio E., AL-
TERINI, María Eugenia, “Tratado de los derechos re-
ales...”, ob. cit., t. II, p. 759. (25) Kemelmajer de Carlucci, Aída, “Las garantías a
primera demanda”. Revista de Derecho Privado y Comu-
(24) Cfr. XXI Jornadas Nacionales de Derecho Civil, nitario: Garantías, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1994-II, p.
Universidad de Lomas de Zamora, 2007. 103.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 197


Abstracción en las garantías unilaterales

corporadas, verbigracia, el contrato de fianza dor principal) pudiera tener, manteniendo su


simple. derecho de repetición contra quien correspon-
da.
Pero no siempre las garantías accesorias son
subsidiarias, verbigracia, la fianza en modalidad Adelanto, en este punto, que la abstracción
de fiador principal pagador, en cuanto no tiene se refiere a la causa fin del acto jurídico, tal cual
el beneficio de excusión. como se analizará en el capítulo siguiente.

V.2.c.iii. Garantías no accesorias V.2.c.iv. Garantías en situación de coordina-


ción
Son las llamadas garantías autónomas, en el
entendimiento de que se encuentran desvincu- En contraposición a los vínculos de subordi-
ladas de lo garantizado. nación, se encuentran estos tipos de garantías,
que no son accesorias del crédito que pretenden
Son los llamados actos abstractos del art. 283 garantizar; lo hacen en razón de una necesidad
Cód. Civ. y Com., que “resultan válidos y efica- funcional. En este supuesto se halla la garantía a
ces prescindiendo de la finalidad de las partes primera demanda, al aval y el crédito documen-
al celebrarlo o, en otros términos con inde- tario, entre otras.
pendencia de su causa. Solo se tiene en cuen-
ta lo externo del acto, haciéndose abstracción Sin perjuicio de la ausencia de accesorie-
del elemento intencional. (...) La circunstancia dad, el sujeto beneficiario de la garantía, en
que se prescinda de la intención dirigida a un coordinación con la obligación principal, reco-
determinado fin, posibilita que el acto tenga noce en otro sujeto cambiario la deuda “prin-
destinos variados sin alterar la naturaleza del cipal” (28).
negocio” (26).
VI. Garantías ejecutables judicialmente
Corresponde asimismo aclarar que todo acto
jurídico, sea unilateral o bilateral, tiene causa, La cuestión de las garantías ejecutables judi-
por lo que es un elemento esencial del que no cialmente radica en el proceso que debe llevarse
puede prescindir para ser reputado válido. Pero a cabo para lograr su ejecución, en caso de que
en el caso de los actos abstractos aquella está medie un incumplimiento del deudor.
“afuera” de este, no influyendo, en principio, en
su eficacia. Para poder efectivizar el cobro de la garantía:
a) deberá verificarse el incumplimiento del deu-
El motivo de su regulación fue dar seguridad dor y, a continuación, b) se deberá instar una
jurídica a los instrumentos que facilitan una acción judicial para poder ejecutar el bien o los
mayor circulación de bienes (27), otorgando bienes que forman parte de la garantía. En este
estabilidad a las relaciones jurídicas del comer- sentido, es el juez el verdadero liquidador de los
cio. bienes, y solo a través de su actuación podrá rea-
lizarse el objetivo perseguido.
En suma, las garantías a primera demanda
constituyen un tipo de garantía autónoma con- Asimismo, la cuestión jurisdiccional implica la
forme un acto abstracto, considerando que el realización de un juicio previo, en el que el deu-
garante emite una declaración unilateral de vo- dor será citado a los fines de que oponga defen-
luntad en la que se obliga a pagar al beneficiario sas, pudiendo ofrecer prueba y alegar hechos.
a su primer requerimiento, “independiente-
mente” de las defensas que el ordenante (deu- Cito como ejemplo la hipoteca, donde el
CPCCN, en los arts. 595 y ss., regula la ejecución
(26) TOBÍAS, José W., en ALTERINI, Jorge H., (Dir.), hipotecaria en el marco de las ejecuciones es-
ALTERINI, Ignacio E. (Coord.), “Código...”, ob. cit., t. II, ps. peciales.
378-379.
(27) ESCUTI, Ignacio A. (h), “Títulos de crédito”, As- (28) BUERES, Alberto y MAYO, Jorge, “Lineamientos...”,
trea, Buenos Aires, 1985, p. 29. ob. cit., p. 20.

198 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

VII. Garantías autoliquidables Por último, a modo ejemplificativo, cito algu-


nas de las garantías autoliquidables frecuente-
Boretto señala las garantías autoliquidables mente utilizadas: fideicomiso de garantía (31),
como “medios de ejecución patrimonial bajo
garantías a primera orden o primer requeri-
la forma de negocios de garantía, en los cuales
miento (32), warrants (33), el depósito en ga-
la ley o la autonomía de la voluntad de los par-
ticulares ejercida al amparo de la ley asignan a rantía o back to back, la prenda con registro
ciertas convenciones o negocios jurídicos de ga- “privada” (art. 39, dec.-ley 15348/46, ratificado
rantía efectos análogos a los de una sentencia
judicial” (29). (31) Es un negocio fiduciario, en el que el dueño per-
fecto de uno o varios bienes determinados (fiduciante) se
De esta forma, se sostiene que, para que una obliga a trasmitir a otra persona (fiduciario) el dominio
fiduciario de dichos bienes, para garantizar una oblig-
garantía deje de ser considerada autoliquidati- ación, que puede ser propia o de un tercero. En ese sen-
va, la intervención jurisdiccional debe ser es- tido, la causa fin del negocio es la de garantizar una ob-
tructurada con base en un proceso en el que ligación preexistente. El fiduciario podrá utilizar el pro-
concurra el deudor y pueda oponer defensas y ducido de los bienes para aplicarlos al pago del crédito,
alegar hechos u ofrecer pruebas, lo cual obstaría siendo que, en este caso, el fideicomiso es mixto porque
a la rápida liquidación del bien o los bienes da- engendra la modalidad de pago y de garantía, o, directa-
mente, podrá enajenar los bienes (en forma privada) y,
dos en garantía. con su producido, honrar la deuda incumplida. Su carac-
terización como garantía autoliquidable se debe a que el
Nacen a partir de la dificultad que acarrean fiduciario lleva adelante la ejecución del bien objeto de
los procesos de recupero de crédito impago ga- la garantía, sin que sea necesaria la intervención judicial.
rantizado con las garantías tradicionales (sean (32) Es un negocio de garantía que tiene fuente en la
reales o personales), conforme los altos costos voluntad unilateral, en que una parte, denominada emi-
que acarrean y la incertidumbre de la duración sor, garantiza el cumplimiento de obligaciones de otro
del proceso judicial (sea ordinario o ejecutivo). (ordenante) y se obliga a pagarlas, independientemente
de las excepciones o defensas que el ordenante pueda
Este tipo de garantías, entonces, se tornan exi- tener, aunque mantenga el derecho de repetición contra
el beneficiario, el ordenante o ambos (art. 1810). Por lo
gibles a partir del incumplimiento del pago y
tanto, en esta relación de garantía, intervienen tres suje-
“permiten” el proceso de realización y/o liqui- tos: el emisor (garante de la obligación), quien se obliga
dación de la garantía para recuperar el crédito, en forma unilateral; el ordenante (deudor), que solicita
sea llevado a cabo por el propio acreedor o por el negocio de garantía; y el beneficiario (acreedor de la
un tercero autorizado legalmente para ello. obligación garantizada).
(33) En este tipo de garantías, un comerciante o pro-
Ello otorga, en principio, rapidez al recupero, ductor industrial que necesita crédito y tiene mercad-
en cuanto no es necesario recurrir a la instancia erías elaboradas por él, en lugar de que se encuentren
judicial para obtener dicho crédito caído a tra- depositadas en su establecimiento hasta que sean vendi-
vés de la garantía de respaldo, como sucede en das, decide ofrecerlas en garantía para el futuro acreedor,
depositándolas en un almacén, que se encuentra autor-
la ejecución de las garantías tradicionales. izado por el Estado para funcionar como tal. Al deposi-
tarse la mercadería, el almacén expide un “certificado
Se sostiene que tienen el efecto de permitir de depósito”, que confiere la propiedad de dichas mer-
tal cobro e invertir el rol de las partes, puesto caderías, y que puede ser endosable para trasmitirse a
que, mediando el incumplimiento, el acreedor terceros; y un warrant, que es una copia del certificado
liquida y cobra, y será luego el deudor quien, de depósito, que confiere un derecho de prenda, y cuyo
interpretando la existencia de algún exceso o endoso permite al empresario depositante constituir
este derecho real a favor de su acreedor para garantizar
abuso, deberá promover la acción para acredi- el crédito. Para que se puede retirar la mercadería, se de-
tarlo (30). ben acreditar tanto el certificado de depósito como así
también el warrant, ya que, si falta la copia, implica que
(29) BORETTO, Mauricio, “Las garantías autoliquid- se ha constituido un derecho real sobre las mercaderías
ables”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2010, p. 22. almacenadas. Asimismo, el tenedor del warrant, en caso
de que no haya visto pagada su obligación, puede hacer
(30) ALONSO, Daniel F., en SÁNCHEZ HERRERO, An- vender los bienes depositados. La venta es extrajudicial
drés, “Tratado de derecho civil y comercial”, La Ley, Bue- y estará a cargo del administrador del almacén (war-
nos Aires, 2016, p. 947. rantera).

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 199


Abstracción en las garantías unilaterales

por ley 12.962 y modificado según dec. 897/95) Acerca del primero de los artículos enumera-
y la cesión de créditos en garantía, entre otras. dos y de la primera parte del segundo, se sos-
tiene que el patrimonio es captado como una
Cabe observar que las garantías unilaterales universalidad de derecho que representa una
son una especie de garantía autoejecutable, en unidad de masa y de gestión dinámica a cargo
virtud de que no existe proceso judicial alguno de su titular.
para su cobro, sino que estas son pagaderas a re-
querimiento del beneficiario. Es allí cuando, acarreado el incumplimiento
de la obligación contraída, opera la regla de que
CAPÍTULO III el patrimonio del deudor se encuentra en fun-
ción de garantía.
TEORÍA DE LAS GARANTÍAS DEL CRÉDITO
(CONTINUACIÓN) Es entonces cuando a los acreedores se les
reconocen derechos de control, medidas de
I. Diferencias con otras figuras legales conservación o cautelares (embargo, inhibi-
ción, anotación de litis, prohibición de innovar,
I.1. Responsabilidad y garantía intervención judicial, derecho de retención),
medidas de ejecución individual o colectiva y
No debe confundirse la responsabilidad con
medidas reparadoras (acción subrogatoria, de
la garantía; el deudor es responsable cuan-
simulación y revocatoria o pauliana).
do incumple la prestación debida; en cambio,
la garantía siempre emana del patrimonio del En esta acepción, la garantía es parte de la es-
deudor, de sus bienes. Son nociones autónomas tructura de la obligación, pero no importa aña-
y complementarias, al identificarse la prime- dir un deudor o un bien distinto, como ocurre
ra con el deber del deudor, mientras que la ga- en la garantía en sentido estricto respecto del
rantía es el asiento de ese deber y su efectividad, crédito.
por ello puede existir responsabilidad sin garan-
tía, cuando el deudor es insolvente. I.3. Causa legal de preferencia del art. 743 in
fine, Cód. Civ. y Com. Privilegios
La ejecución forzada que deriva del incum-
plimiento no son nuevas obligaciones, sino la La excepción que contempla la última par-
misma obligación. El deudor asume de entrada te del artículo se corresponde con la noción de
el deber de dar respuesta al interés del acreedor. privilegio y no en términos de garantía, tal cual
A su vez, el acreedor adquiere un derecho subje- se viene analizando.
tivo (poder) para exigir una conducta del deudor.
Ello, toda vez que el privilegio es la calidad
I.2. Garantía de la obligación y garantía del que le otorga el ordenamiento jurídico a un cré-
crédito dito para que este sea pagado con preferencia a
otro (art. 2573).
Precisando aún más el concepto, ampliando
al género de la garantía que emana de la obli- El privilegio es una excepción al principio de
gación, conforme lo expresado anteriormente, la pars conditio creditorum (art. 743) en favor de
existen dos artículos en el Cód. Civ. y Com. que ciertos créditos ante la concurrencia de acree-
se refieren al patrimonio en función de garantía. dores, otorgando preferencia (art. 2573) y un or-
den de prelación legal para el cobro (art. 2582).
Así, dentro del libro I, título III, de los bienes,
capítulo 2, el art. 242 del Cód. Civ. y Com. con- Se encuentran regulados en el libro VI, títu-
sagra la función de garantía que emana del pa- lo II, capítulo I del Cód. Civ. y Com. en los arts.
trimonio. Asimismo, dentro del libro III, título I, 2573 al 2586; no obstante, resulta también el ca-
de obligaciones en general, capítulo II, sección rácter de privilegio el otorgado al primer embar-
3°, el art. 743 consagra, además de la garantía gante, situación descripta en el art. 745.
común que pone en pie de igualdad a todos los
acreedores quirografarios, la excepción de las Asimismo, la ley otorga un orden de prefe-
preferencias legales. rencia-privilegio entre varios acreedores a la

200 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

entrega de la misma cosa inmueble (art. 756) y dico la que adscribe nuestro Cód. Civ. y Com.,
mueble (art. 757). cuestión que nos confirma el articulo 259 en co-
mentario y cuando define el contrato en el art.
El derecho de retención (art. 2587) resulta 957 (34).
concordante con el art. 2583, toda vez que al re-
tenedor se le asigna un privilegio (la tenencia Por otra parte, cabe destacar que el criterio
de la cosa y retenerla hasta cobrar su crédito). para delinear el acto jurídico es la autonomía
Por lo tanto, el instituto no es un tipo de garan- de la voluntad en el marco de la teoría subjetiva;
tía, tampoco un privilegio en sí mismo, sino que ello, desde Vélez Sarsfield —art. 944—, pasan-
otorga al retenedor un privilegio. do por todos los proyectos, hasta el Cód. Civ. y
Com., cuyo art. 259 alude al “fin inmediato”.
A su vez, los códigos de forma también otor-
gan privilegios-preferencia, por ejemplo, el caso Se discute si la parte, en el momento de rea-
del acreedor que logró embargar bienes a su lizar un acto jurídico, lo lleva a cabo con un fin
deudor (art. 218, Código Procesal Civil y Comer- jurídico o con un propósito práctico.
cial de la Nación).
El análisis dependerá del momento en que se
Como se advierte, el privilegio es de origen le- mire aquel acto jurídico. De analizarlo ex post
gal, en cuanto solo la ley lo otorga. Es excepcio- tendrá mayor consistencia el fin jurídico, ya que
nal respecto al principio general enunciado. De casi todas sus consecuencias se encuentran a la
interpretación restrictiva y accesorio respecto
vista. Mientras que, verlo ex ante o al momento
del crédito que califica.
de la celebración del acto, pareciera que la parte
II. Acto jurídico (art 259, Cód. Civ. y Com.) y o las partes buscan un fin práctico (a menos que
negocio jurídico ellos o ellas sean juristas). No obstante, la letra
de la ley —art. 259— habla de “acto voluntario
Nuestro Cód. Civ. y Com., en su art. 259, de- lícito que tiene por fin inmediato (...) situacio-
fine el acto jurídico como todo “acto voluntario nes jurídicas”.
lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situa- III. La causa en las garantías. Aproximación
ciones jurídicas”.
III.1. Concepto
Cabe destacar que, en opinión doctrinal do-
minante de nuestro país, el acto jurídico se La palabra “causa” tiene distintas significacio-
utiliza indistintamente con la denominación nes, por lo que debe precisarse ante todo en qué
“negocio jurídico”. Ello deriva de la doctrina ita- sentido se la utiliza.
liana, la alemana y, en buena parte, la española.
Considerando que el punto en cuestión es
Sin embargo, como advierte Leiva Fernández, muchísimo más amplio que lo que se tratará en
ambos conceptos constituyen un raro caso de el presente trabajo, haré un somero análisis al
sinonimia conceptual. solo efecto de ubicar la figura objeto del trabajo
en su contexto.
Clarifica el autor recordando que la teoría
del acto jurídico —de origen francés— nace de III.2. Causa fuente
la doctrina con vocación de explicar todo fenó-
meno jurídico (patrimonial o no); mientras que De la redacción del art. 726 del Cód. Civ. y
la teoría del negocio jurídico —de origen ale- Com. se desprende que “no hay obligación sin
mán— nace de la legislación, aludiendo, como causa, es decir, sin que derive de algún hecho
su propia palabra lo indica —negocio—, a la pa- idóneo para producirla, de conformidad con el
trimonialidad. ordenamiento jurídico”.

La teoría del negocio jurídico es ajena a nues- (34) Leiva Fernández, Luis F. P., “Tratado de los contra-
tra tradición jurídica, siendo la del acto jurí- tos”, La Ley, Buenos Aires, 2017, tomo I, ps. 11-13.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 201


Abstracción en las garantías unilaterales

Lo antedicho se refiere a la causa fuente como Este carácter finalista es concebido por el pro-
causa eficiente o generatriz de la relación obli- pio acto humano voluntario que persigue, de
gacional (art 499, Código Civil de Vélez). manera inmediata, un efecto jurídico.

Por lo tanto, la norma se refiere a la causa, en Es ineludible el art. 281 a este respecto, que
el sentido de fuente de la relación obligacional, habla expresamente de la causa del acto jurídi-
como todo hecho, acto o relación jurídica que le co. “La causa es el fin inmediato autorizado por
da origen y sin la cual no se la concibe. el ordenamiento jurídico que ha sido determi-
nante de la voluntad. También integran la causa
Este es el campo de las fuentes obligacionales, los motivos exteriorizados cuando sean lícitos y
siendo el contrato (criticado por Josserand) y la hayan sido incorporados al acto en forma expre-
ley (mediata o inmediata) sus fuentes tradicio- sa, o tácitamente si son esenciales para ambas
nales. partes”.
Asimismo, el cuasicontrato (ej., gestor de ne-
Distinta de la causa-fuente, la causa-fin se en-
gocios —art. 1790—), el delito (art. 1724, por
cuentra en el ámbito del acto jurídico o negocio
la obligación de indemnizar), el cuasideli-
jurídico.
to (art.1724, cuando expresa culpa, entendida
como negligencia, imprudencia e impericia), el En conjunto con la voluntad y el objeto, la
enriquecimiento sin causa (por el deber gené- causa fin es un elemento esencial del acto jurí-
rico de restituir a cargo del enriquecido, ejem- dico (art. 281), noción dirigida a expresar aque-
plo, arts. 1794 a 1799, 1962 y 1963) son fuentes llo que las partes persiguen al realizar un acto
de obligaciones.
jurídico —causa final objetiva—.
Ahora bien, la declaración unilateral de vo-
El término fue muy discutido en la doctrina en
luntad, luego de separar posturas doctrinarias,
general, desarrollándose teorías casualistas clá-
resulta receptada como fuente obligacional en
sicas, anticausalistas, neocausalistas y dualistas
el libro tercero, título V, capítulo 5, establecién-
(subjetiva y objetiva), cuyo análisis exhaustivo
dola expresamente en el art. 1800: “Regla gene-
ral. La declaración unilateral de voluntad causa excede el presente trabajo.
una obligación jurídicamente exigible en los ca- Repárese en que se discutía en la teoría an-
sos previstos por la ley o por los usos y costum-
ticausalista respecto de si la causa era o no un
bres. Se le aplican subsidiariamente las normas
elemento esencial del acto jurídico, entendién-
relativas a los contratos”.
dola como un elemento comprensivo del objeto
Por tanto, la garantía unilateral o a primer re- (como interés o fin), criticada por su exacerbado
querimiento en estudio, por encontrarse en la tributo al dogma de la voluntad.
sección 4° del referido capítulo, es receptada
finalmente como “otra fuente de las obligacio- En la teoría subjetiva se identifica la causa con
nes”, aplicando, a los fines prácticos, la presun- el móvil o propósito determinante de la volun-
ción de la existencia de una causa-fuente válida. tad, siempre que sea bilateral, por ejemplo: una
parte da a conocer el móvil y la otra, conocién-
Tanto es así que la sola voluntad del deudor dolo, celebra el acto.
puede crear obligaciones a su cargo, prescin-
diendo de la voluntad o aceptación del benefi- Asimismo, cabe destacar que el principio de
ciario o acreedor. la autonomía de la voluntad tiene trascenden-
cia en las relaciones jurídicas de causa contrac-
III.3. Causa fin tual; de allí que el contrato obliga a las partes
(art. 959).
El criterio para delinear el acto jurídico es la
autonomía de la voluntad, en el marco de la teo- Pero la pregunta es la siguiente: ¿Qué pasa
ría subjetiva, por indicación del art. 259, y el “fin en los actos unilaterales que resultan fuente de
inmediato” del acto jurídico. obligaciones?

202 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

Bueres sostiene que la causa final es la razón Su nota caracterizante “es el aumento de la ga-
de ser jurídica del negocio, poseyendo una do- rantía genérica que todo crédito tiene, en tanto
ble significación tanto objetiva (el porqué del el patrimonio de su deudor constituye su pren-
negocio) como subjetiva (el para qué del nego- da de cobro. Ese aumento constituye la adición
cio) (35). de un negocio que, a este fin, lo complemen-
ta, lo refuerza, lo aumenta, sea accesoriamente
Hoy, se afirma que la causa final constituye un o autónomamente. Es que, tanto en el derecho
elemento esencial de todos los negocios jurídi- privado como en el público, cuando se recurre
cos, incluidos los actos jurídicos patrimoniales. a la idea de garantía, se indica, en general, segu-
ridad y protección de poderes, en el sentido de
III.4. La causa en las garantías a primera de- derechos subjetivos” (36).
manda. Aproximación
V. Las garantías como mecanismos de neu-
La necesidad práctica que motivó la creación tralización del riesgo
de la obligación a primera demanda en los paí-
Elaborada en doctrina, la teoría de los riesgos
ses europeos fue el interés de separar la garantía en la contratación se ocupa de las situaciones
de la obligación principal, promoviendo la for- que enfrenta el acreedor en el momento de ce-
mulación de un título abstracto, desvinculado lebrar un contrato patrimonial oneroso.
del contrato fundamental o contrato de base, a
fin de evitar que los eventuales incumplimien- Los riesgos de incumplimiento, de insolven-
tos o los vicios del contrato fundamental pudie- cia y de ejecución de la garantía son los que
ran reflejarse en el pago, especialmente en las abordaré a continuación.
operaciones internacionales, en las cuales no
siempre es fácil, para el acreedor extranjero, co- El riesgo de incumplimiento es uno de los
principales motivos que llevan al acreedor a ga-
nocer, analizar en profundidad y acompañar, de
rantizar el contrato; conforme a ello, se elabo-
modo prolongado, el contrato que motivó la ga-
ran diferentes tipos de garantías que puedan
rantía. cubrir los variados escenarios posibles. Es así
que existen garantías de buen funcionamiento
Al contrario, en virtud de una presunción ju-
o de buen éxito de los contratos, y otras que se
ris tantum creada por propia voluntad de las activan ante el incumplimiento.
partes, la garantía es exigible sin que el acree-
dor tenga que justificar su causa valiendo por sí El riesgo de insolvencia es otro motivo de
misma, como una especie de título autoejecuti- generación de nuevas garantías que se elabo-
vo, o sea, de ejecución determinada unilateral- ran para atraer nuevos patrimonios en fun-
mente (por el beneficiario), en el caso de no ser ción de garantía, o bien para configurar un
efectuados el pago o la adecuada ejecución del poder jurídico sobre un objeto que garantice
contrato por el deudor (también llamado man- dicha situación.
dante) en la fecha y la forma previstas. La sim-
ple orden del beneficiario, o sea, su exigencia de Por último, existen riesgos de la ejecución de
la garantía, en tanto pueden tornarse ilusorias,
pago, debe ser, en principio, obedecida inme-
verbigracia, el patrimonio de otro insolvente o
diatamente. un objeto cuyo escaso valor; o por el engorro-
so o costoso proceso de ejecución (verbigra-
IV. El negocio jurídico de garantía
cia, proceso judicial) se licúan los valores por el
Este es un supraconcepto que sirve para ca- paso del tiempo o por los gastos que insume di-
cha ejecución.
racterizar la figura del tercero que intercede en
la relación obligacional entre el acreedor y el
deudor, por disposición de autonomía privada. (36) Mastropaolo, Fulvio, “Contratti di garanzia delle
obbligazioni”, I contratti di garanzia, UTET, Milán, 2006,
p. 18, citado por Santarelli, en Alterini, Jorge H. (dir.), Al-
(35) Cfr. Bueres, “Objeto del negocio jurídico... “, op. terini, Ignacio E. (coord.), “Código... “, op. cit., tomo VIII,
cit., p. 118. p. 556.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 203


Abstracción en las garantías unilaterales

Muchos tipos de garantías, sobre todo las tra- Algunas de ellas son las llamadas garantías
dicionales, se encuentran en crisis por las si- autónomas, que a continuación se exponen.
tuaciones descriptas y es por ello que paso a
detallar el problema, para luego advertir que VII. Garantías modernas
existen nuevas (viejas) garantías que intentan
dar solución a lo planteado. Una de ellas —que VII.1. Las garantías autónomas
viene a dar solución a dichos problemas— es la
Siendo que la razón de ser de las garantías es
garantía unilateral a primera demanda objeto
mitigar el riesgo de incumplimiento, la realidad
del presente trabajo.
negocial fue creando figuras con respaldo en la
VI. La crisis de las garantías tradicionales autonomía de la voluntad y en la libertad con-
tractual que tienden a satisfacer el interés del
En la faz práctica del ámbito económico, la ca- acreedor reduciendo esos riegos; es así que las
racterística de accesoriedad de las garantías tra- garantías autónomas han tenido un rotundo éxito
dicionales está siendo relegada por las garantías en las operaciones comerciales y, posteriormen-
autónomas, en virtud de la ventaja que consiste te, se plasmaron en los ordenamientos jurídicos,
en desvincular la suerte de la garantía de lo ga- tanto anglosajones como continentales.
rantizado (37).
Una especie dentro de ellas es la garantía a
Los derechos reales de garantía representan primera demanda, que, como adelanté, tiene la
una mayor seguridad para el acreedor, pues re- característica de ser abstracta y autoejecutable
caen sobre un objeto en particular al que se ad- o autoliquidable, otorgando mayor rapidez y se-
hieren y, por ello, se derivan las ventajas típicas: guridad para su cobro, tal cual se analizará en
facultades de persecución y preferencia (38). los capítulos siguientes.

Ahora bien, su rigidez estructural (de nume- Esta tiene la finalidad se asegurar un resulta-
rus clausus, constitución por escritura pública, do económico, con independencia del incum-
accesoriedad, indivisibilidad, ejecución y can- plimiento de la obligación principal.
celación del gravamen), en la práctica nego- A su vez, una de sus ventajas es mayor liqui-
cial, no ofrece soluciones rápidas, por cuanto dez al sistema financiero, o bien sustituye cau-
el proceso judicial a cargo de su ejecución pue- ciones dinerarias, liberándolas para una mayor
de durar años hasta llegar al remate para que el circulación del dinero, y propendiendo, en un
acreedor se haga de su producido. sistema sano, al desarrollo económico.
Cabe destacar que el precio del bien en un re- Asimismo, abarata el crédito, en cuanto re-
mate judicial baja considerablemente al valor sulta un tipo de garantía personal que se instru-
en plaza, situación que el acreedor garantizado menta sin tantos requisitos formales como las
debe tener en consideración porque de su pro- garantías reales.
ducido se cobrará el crédito.
Por su parte, la idea de autonomía es contra-
La práctica negocial para garantizar negocios ria a la de accesoriedad en cuanto al crédito ga-
específicos fue en búsqueda de nuevas herra- rantizado.
mientas que permitieran al acreedor garanti-
zado tener mecanismos de mayor celeridad y Un análisis extremo podría llegar a la conclu-
facilidad en la realización de la garantía y que, a sión de que, como la garantía autónoma (obli-
su vez, fueran seguros y menos costosos. gación con fuente en una declaración unilateral
de voluntad) es independiente de la relación
(37) Cfr. BORDA, Alejandro, “El contrato de fianza. que pretende garantizar (obligación del negocio
Límites de la responsabilidad del fiador”, La Ley, Buenos base), resultando dos obligaciones diferentes, la
Aires, 2009, p. 63. autónoma no es garantía.
(38) ALTERINI, Jorge. H., ALTERINI, Ignacio E., AL-
TERINI, María Eugenia, “Tratado de los derechos re- Tal postulado sería incorrecto, en cuanto re-
ales...”, ob. cit., t. II, p. 760. sultan garantías no accesorias, pero en situa-

204 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

ción de coordinación con el crédito garantizado. En tanto, la causa de los actos abstractos es
Ello, sin perjuicio de que rechazar la calidad de irrelevante para la producción de sus efec-
garantía y continuar viendo cómo se utilizan en tos (39).
la práctica por su función garantizadora del cré-
dito no se justificaría. Ahora bien, ¿solamente pueden ser constitui-
dos por la ley?
Aun más, el presente trabajo pretende expo-
nerlas de tal manera que puedan suplantar, en Prestigiosa doctrina considera que no, con-
algunos casos, las garantías tradicionales, vg. forme a que los particulares también se encuen-
tran en posición de hacerlo.
fianza, en que muchas veces el fiador se en-
cuentra “obligado moralmente” a constituirse Participo de tal posición, toda vez que un cla-
en calidad de tal, sin detenerse en los problemas ro ejemplo, antes de la sanción del Cód. Civ. y
que se presentan posteriormente. Com., eran las garantías a primer requerimien-
to, que se encontraban amparadas por la auto-
VIII. Delimitación de la noción de abstrac- nomía de la voluntad y el principio de la libertad
ción contractual, conforme constituían y constituyen
un acto claramente abstracto.
El término es utilizado en al menos dos sen-
tidos: en primer lugar, para conceptualizar la Respecto a este tipo de garantía, sostiene Wald
función abstracta de las garantías personales, que es abstracta y autónoma —aunque no inde-
en el sentido de que no necesitan una contra- pendiente—, por el hecho de estar desvinculada
prestación de otro sujeto (acreedor o beneficia- del contrato fundamental. El efecto práctico de
rio) para constituir un negocio causal (causa-fin esa desvinculación es la cobranza automática
objetiva); en segundo lugar, en el sentido de la de la obligación a primera demanda, sin necesi-
desvinculación de su causa con el negocio prin- dad de invocar o explicar la relación de causali-
cipal. dad que la justifica.

A su vez, en oportunidad de expedirse sobre La autonomía se emparenta con el término


el acto abstracto, el Cód. Civ. y Com., en su art. “abstracción”, en el sentido de que, en el mo-
283, que tiene por fuente el art. 258 del proyecto mento de la ejecución de la garantía, el garan-
de 1998, determina: “La inexistencia, falsedad o te no puede oponer excepciones o defensas del
ilicitud de la causa no son discutibles en el acto deudor principal (ordenante) y, con ello, aquella
abstracto mientras no se haya cumplido, excep- se desvincula del crédito garantizado, operando
to que la ley lo autorice”. una suerte de superposición de obligaciones,
que cumple una función de garantía.
La doctrina conceptualiza los actos abstrac-
tos como válidos y eficaces, prescindiendo de la Sin perjuicio, claro está, de que una vez cum-
finalidad de las partes al celebrarlo o, en otros plida la obligación puede ejercitar su derecho
términos, con independencia de su causa. Su re- de repetición contra quien corresponda.
levancia consiste en que solo se tiene en cuen-
En este punto, el lector se preguntará respec-
ta lo “externo” del acto, haciéndose abstracción
to del famoso caso de fraude o abuso manifiesto
del elemento intencional. del beneficiario (art. 1810 in fine); en ello me ex-
Conforme a ello, se vincula la idea de abstrac- playaré en los siguientes capítulos, no sin antes
adelantar que constituye un fuerte agrietamien-
ción con la causa-fin.
to de la abstracción.
No quiere decir que el acto en cuestión no
tenga causa; todo acto la tiene (lícita o ilícita, si (39) ALEGRÍA, Héctor, “Las garantías abstractas o a
primera demanda en el derecho moderno y en el proyec-
se quiere). El texto de la ley remite a que la cau- to de unificación argentino”, Revista de Derecho Comer-
sa de este tipo de actos no puede discutirse, en cial y de las Obligaciones, Depalma, Buenos Aires, 1987-
principio, hasta que haya sido cumplida. 20, p. 717.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 205


Abstracción en las garantías unilaterales

Teniendo en consideración que los actos son figura análoga a la promesa de pago hecha por
abstractos o causales, resulta difícil pensar en un tercero (41).
un acto parcialmente abstracto; sobre este pun-
to volveré más adelante. En tiempos modernos, la garantía en estudio
fue pensada para relaciones mercantiles inter-
IX. Garantías y las relaciones de consumo nacionales, producto de la libertad contractual
y concebida para cubrir una serie de riesgos que
La ley 24.240 y el art. 42 de la CN amparan las las figuras tradicionales no alcanzaban a cubrir
relaciones de consumo; conforme a ello, se debe o que, de hacerlo, resultaban ineficientes.
analizar en el caso concreto si se configura di-
cha relación (proveedor y destinatario final). Es así que aparecen este tipo de garantías au-
tónomas, por la función económica que tienen,
Respecto a la fianza, señala Leiva Fernández disminuyendo los riesgos ajenos a la voluntad
que “un sector de la doctrina nacional viene de las partes del contrato principal, como ser:
planteando, desde hace un tiempo, la necesidad casos de guerra, decretos de embargos, los he-
de tratar a las garantías constituidas en seguridad chos del príncipe, fuerza mayor, huelga, deva-
de una operación de crédito al consumo como luación monetaria, riesgos políticos, riesgos
relaciones de consumo, sometidas al régimen jurisdiccionales, prohibición de salida de divi-
protectorio de la ley 24.240. La cuestión principal sas, problemas acerca del juez competente, ex-
reside en determinar si la figura del garante in- propiación, entre otros.
gresa en el concepto de consumidor. La circuns-
tancia de que esta categoría aparezca en nuestro En suma, por su simplicidad y versatilidad ha-
Derecho estructurada en torno a la exigencia cen que su utilización vaya en aumento, prác-
de actuar como ‹destinatario final› de bienes, ya ticamente para cubrir todo tipo de riesgos,
como contratante, ya como usuario o beneficia- alcanzando una tasa de litigiosidad en países
rio (conf. arts. 1º, ley 24.240, y 1092 Cód. Civ. y centrales menor al 0,5%.
Com.), puede erigirse en un obstáculo para cali-
ficar al garante como consumidor. A su vez, equilibran intereses del deudor y
del acreedor, por lo que el primero tendrá ac-
“No obstante, es indiscutible que la razón re- ceso a un crédito más barato (por ejemplo, que
levante a ponderar para decidir la protección un seguro de caución o que un derecho real de
reside en las vulnerabilidades económicas, cog- garantía (42)) y el segundo verá prácticamente
noscitivas y técnicas que se observan en quie- asegurado su crédito debido a su carácter auto-
nes actúan fuera del ámbito de su experticia liquidativo.
profesional frente a un proveedor profesional,
aun cuando lo hagan en el marco de un negocio Es en el derecho anglosajón donde comienza
de garantía” (40). su utilización, siendo su inmediato predecesor
el crédito documentario. Por los que los bancos
CAPÍTULO IV americanos, en el año 1950, fueron los prime-
ros en emitir garantías independientes, bajo el
LAS GARANTÍAS UNILATERALES nombre de stand by letters of credit.
(O “A PRIMERA DEMANDA”)
La alusión a stand by indica “estar preparado
I. Evolución histórica para intervenir”. Mientras que letters of credit se
remite al crédito documentario y con similitud a
Como en casi todos los aspectos, por increíble las cartas de crédito (art. 1802, Cód. Civ. y Com.).
que parezca, y para bien, en el derecho romano
existía una figura llamada stipulatio, de carácter
(41) SANTARELLI, en ALTERINI, Jorge H. (dir.), AL-
abstracto, usada para garantizar al deudor, en la TERINI, Ignacio E. (coord.), “Código...”, ob. cit., t. VIII, p.
que el promitente (garante) se obligaba perso- 554.
nalmente frente al estipulante, en una suerte de
(42) Sin perjuicio de que los derechos reales de ga-
rantía, en principio, otorgan un grado de mayor seguri-
(40) LEIVA FERNÁNDEZ, ob. cit., t. IV, ps. 441-442. dad respecto de los personales.

206 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

En Estados Unidos se las empieza a utilizar a) Conforme al art. 10 del Cód. Civ. y Com., la
para facilitar la compraventa internacional de ley no ampara el ejercicio abusivo de los dere-
bienes y servicios, asegurando el pago de prés- chos.
tamos otorgados para la construcción de in-
fraestructuras y equipamiento industrial. b) Resulta de orden público la protección del
fraude a la ley (art. 12 Cód. Civ. y Com.).
En el derecho alemán, tiene su antecedente
de la mano del jurista Stammler, que propuso c) Conforme los derechos deben ser ejerci-
la figura del garantievertrag o contrato de ga- dos de buena fe (art. 9 Cód. Civ. y Com.), mate-
rantía, por el cual un tercero asume, total o par- rializada la mala fe del beneficiario ejecutante,
cialmente, el riesgo ligado al desarrollo de una existen herramientas jurídicas que tutelan al ga-
operación, creando un crédito de “sostenimien- rante ejecutado.
to” (43).
Las normas referidas se encuentran en el tí-
Posteriormente, fueron evolucionando para ser tulo preliminar del Cód. Civ. y Com., centro del
utilizadas en operaciones de comercio interno (44). ordenamiento jurídico referido al derecho pri-
vado, donde se consignan las reglas generales
Hasta ser definidas por Cabrillac y Moully de todo el sistema (46).
como “el compromiso de pagar una suma deter-
minada asumido en garantía de la ejecución de Los principios tienen una función de inte-
gración y control axiológico (47), por lo que el
una operación económica de la que es indepen-
ordenante no estará desamparado ante la incur-
diente, de manera que su beneficiario no podrá
sión en fraude, abuso o mala fe del beneficiario
oponer las excepciones que pudieran derivarse
acreedor.
de la relación subyacente garantizada”.
IV. Sus variadas denominaciones
II. Posición que rechaza las garantías autó-
nomas Para referirse al instituto en cuestión, a lo
largo de su historia se le han otorgado diver-
Fundamentan su análisis considerando el “in- sas denominaciones, algunas de ellas son: fian-
aceptable apremio de la situación del garante”, za a primera demanda, fianza abstracta, fianza
en cuanto el beneficiario puede ejecutar la ga- incondicional, garantía automática, garantía
rantía aun en los casos en que no hubiera in- abstracta, garantía bancaria, garantía indepen-
cumplimiento en el contrato garantizado o en diente, garantía por simple demanda, garantía
los diversos supuestos previstos en la relación pura, stand by letters of credits, letters of indem-
subyacente que garantiza. Situación que gene- bity, aval a primer requerimiento.
ra un desequilibrio entre las partes, en palmaria
inseguridad jurídica (45). Su campo afín y de mayor popularidad era
el derecho bancario, en el que se podían apre-
III. Mi postura ciar como cláusula dentro de un contrato de
garantía: “El fiador está obligado a pagar inme-
No considero que exista un desequilibrio en- diatamente al beneficiario, frente a la simple
tre las partes, por las consideraciones que a con- demanda escrita, aún en caso de oposición del
tinuación se detallan. deudor (ordenante) de todo cuanto debe por
capital, intereses y gastos”. “La fianza manten-
(43) CRUCELAEGUI, Javier S. J., “Garantías a primera drá su valor aunque la obligación principal sea
demanda: contratación internacional e interna”, Civitas, invalida” (48).
Madrid, 2004, p. 59.
(44) SIMLER, Philippe, “Le cautionnement et les ga- (46) TOBÍAS, José W., en ALTERINI, Jorge H. (dir.), AL-
ranties autonomes», Litec, París, 1992, 2ª ed., p. 702. TERINI Ignacio E. (coord.), “Código...”, ob. cit., t. I, p. 1.
(45) Cfr. CREMADES, Javier, “Afianzamiento y ga- (47) Bobbio, Norberto, “Teoría general del derecho”,
rantías en el comercio internacional”, en Conferencia de Temis, Bogotá, 1987, p. 239.
Derecho Bancario Internacional, La Ley, 1985, ps. 76-77,
citado por Crucelaegui, ob. cit., p. 60. (48) Kemelmajer de Carlucci, op. cit. p. 98.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 207


Abstracción en las garantías unilaterales

V. Antecedentes en el derecho argentino “Art. 1479: Se incluyen a las disposiciones ge-


nerales de este título las llamadas “garantías de
En virtud de la recepción y de la generaliza- cumplimiento a primera demanda” o “a primer
ción de su uso que tuvieron en los países re- requerimiento” y aquellas en que de cualquier
feridos, se expandieron al resto del mundo, y otra manera se establezca por escrito que el
nuestro país no fue la excepción. emisor, un banco o una compañía aseguradora,
garantiza el cumplimiento de las obligaciones
Se discutía su naturaleza, pero, mayoritaria- de otro y se obliga a pagarlas independiente-
mente, se las enmarcaba dentro de formas con- mente de las excepciones o defensas que éste
tractuales o como cláusulas dentro de estos. pudiera tener; el pago facultará a promover las
Es así que surgen fundamentadas en el princi- acciones recursorias correspondientes.
pio de autonomía de la voluntad y en la libertad
“En caso de fraude o abuso manifiestos del
de contratación (art. 1197, Código Civil), no en-
beneficiario que surjan de prueba instrumental
contrando reparos en la admisibilidad de la fi-
u otra de fácil y rápido examen, el garante o el
gura, al no existir ninguna disposición de orden
ordenante podrán requerir que el juez fije una
público que impida este tipo de obligaciones
caución adecuada que el beneficiario deberá sa-
que asumen personas jurídicas profesionales
tisfacer antes del cobro”.
como un riesgo común de su actividad (49).

Es menester resaltar que en el IV Congreso El proyecto de 1987 fue sancionado como ley
sobre Aspectos Jurídicos de las Entidades Fi- número 24.032, luego vetada por el Poder Ejecu-
nancieras, segundas Jornadas de Derecho Ban- tivo por dec. 2719/91.
cario, celebradas en Buenos Aires en 1998, se las
V.2. Proyecto de 1998
consideró como una fianza bancaria en la que
el fiador renuncia a oponer defensas que podría Propuso al respecto: “Garantías unilaterales.
hacer valer el deudor principal (50). Art. 1742. Tipificación. Constituyen una decla-
ración unilateral de voluntad y están regidas por
V.1. Proyecto de Código Único de 1987
las disposiciones de este Capítulo, las llamadas
Proponía: “Art. 2290: Constituyen una de- ‘garantías de cumplimiento a primera demanda’,
claración unilateral de voluntad en el sentido ‘a primer requerimiento’ y aquéllas en que de
de este título las llamadas garantías de cum- cualquier otra manera se establezca que el emi-
plimiento a primera demanda, a primer reque- sor garantiza el cumplimiento de las obligacio-
rimiento y aquellas en que de cualquier otra nes de otro y se obliga a pagarlas, o a pagar una
manera se pacte que el emisor garantiza el cum- suma de dinero u otra prestación determinada,
plimiento de las obligaciones de otro y se obliga independientemente de las excepciones o de-
a pagarlas independientemente de las excepcio- fensas que el ordenante pudiera tener, aunque
nes o defensas que éste pudiera tener, aunque mantenga el derecho de repetición contra el be-
mantenga el derecho de repetir del beneficiario neficiario, el ordenante o ambos. El pago faculta
después del pago. Las obligaciones a que se re- la promoción de las acciones recursorias corres-
fiere el párrafo anterior no pueden ser contraí- pondientes”.
das por personas físicas”.
V.3. Cód. Civ. y Com.
La comisión creada por el decreto 468/92 mo-
difica y el articulado pasa a ser el siguiente: Dispone: “Art. 1810.- Garantías unilaterales.
Constituyen una declaración unilateral de volun-
(49) Villegas, Carlos G., “Contratos mercantiles y ban-
tad y están regidas por las disposiciones de este
carios”, Edición del autor, Buenos Aires, 2005, tomo I, p. Capítulo las llamadas ‘garantías de cumplimien-
618. to a primera demanda’, ‘a primer requerimiento’
y aquellas en que de cualquier otra manera se es-
(50) Ponencia del Dr. Ramón Massot, en 4° Congreso
sobre Aspectos Jurídicos de las Entidades Financieras, tablece que el emisor garantiza el cumplimiento
2as Jornadas de Derecho Bancario, Buenos Aires, 1988, de las obligaciones de otro y se obliga a pagarlas,
citado por Villegas, op. cit., tomo I, pág. 617. o a pagar una suma de dinero u otra prestación

208 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

determinada, independientemente de las excep- tener el ordenante (deudor del contrato base),
ciones o defensas que el ordenante pueda tener, basadas en el contrato que motivó la operación,
aunque mantenga el derecho de repetición con- sin perjuicio del derecho de repetición que pu-
tra el beneficiario, el ordenante o ambos. El pago diera tener contra quien corresponda.
faculta a la promoción de las acciones recurso-
rias correspondientes. VII. Naturaleza jurídica

“En caso de fraude o abuso manifiestos del VII.1. Declaración unilateral de voluntad
beneficiario que surjan de prueba instrumen-
tal u otra de fácil y rápido examen, el garante o Receptada por el Cód. Civ. y Com. como fuen-
el ordenante puede requerir que el juez fije una te de obligaciones, tipifica la garantía en análisis
caución adecuada que el beneficiario debe sa- bajo esta modalidad y ello lo toma de la realidad
tisfacer antes del cobro”. el tráfico negocial, en tanto los beneficiarios no
emiten una declaración de voluntad de acepta-
Repárese en que el Código vigente, al regular ción.
y definir la figura, básicamente, toma el primer
párrafo del proyecto de 1998 y el segundo de la Debe considerarse recepticia (52), en virtud
comisión creada por el decreto 468/92. de que el beneficiario que la va a hacer valer tie-
ne que saber que fue otorgada.
VI. Definición de garantía de cumplimiento
a primera demanda No debe confundirse el carácter de recepticio
con aceptación. Ello es así porque el beneficia-
Es una garantía personal que regularmente rio (acreedor del negocio base) también anali-
tiene un objeto propio distinto del de la obliga- zará la posición de solvencia del garante en el
ción garantizada, aunque puede ser el mismo, momento de celebrar su contrato con el deudor
que no queda automáticamente afectada por las (ordenante de la garantía), que concomitante o
vicisitudes que pueda sufrir la obligación garan- posterior será garantizado con esta figura, y, por
tizada, que puede tener una duración diferente lo tanto, puede rechazarla.
o independiente de la obligación garantizada,
no pudiendo el garante oponer excepciones Una vez emitida, es una obligación contraída.
derivadas de la relación contractual subyacen- Asimismo, puede garantizar un crédito anterior,
te, pues se trata de una garantía autónoma, ni concomitante o posterior a ella.
tampoco puede oponer el garante excepciones
derivadas de la relación que lo liga al ordenan- VII.2. Como acto jurídico bilateral (contrato)
te de la garantía, ya que esta es abstracta, y que,
normalmente, debe ser cumplida ante la simple Podrá ser una cláusula dentro de un contrato,
reclamación del beneficiario, generalmente por o bien un contrato entre las partes.
escrito, sin que dependa de otras circunstancias Esta era la forma habitual en que se constituía,
atinentes a la obligación garantizada, siempre siendo en nuestro derecho una garantía atípica.
que se cumplan los recaudos formales estipula-
dos (51). No hay normas de orden público que lo im-
pidan, lo pueden hacer bajo los principios de la
Considero definirla como un acto jurídi- autonomía de la voluntad y de la libertad con-
co unilateral en función de garantía, cuyo na-
tractual.
cimiento surge de una declaración unilateral de
voluntad recepticia que emite un garante, cons- VIII. Sujetos
tituyendo una obligación de pagar cierta canti-
dad de dinero a un beneficiario (acreedor del VIII.1. Ordenante
contrato garantizado), por exigencia del deudor
del contrato garantizado, sin que puedan ser in- Es el sujeto pasivo del contrato base que re-
vocadas las excepciones o defensas que pudiera quiere a cualquiera de los sujetos contemplados

(51) BUERES y MAYO, “Lineamientos...”, ob. cit., p. 45. (52) LEIVA FERNÁNDEZ, ob. cit., t. IV, p. 449.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 209


Abstracción en las garantías unilaterales

en el art. 1811 la emisión de la garantía en favor VIII.3. Garante


de su acreedor.
Es el emisor de la declaración unilateral de
El requerimiento se efectiviza, generalmente, voluntad recepticia, por el cual es responsable y
a través de un contrato de comisión comercial o deudor de su propia obligación, asumida en fa-
carta de garantía. vor del beneficiario.

Sostiene Colombres que el contrato entre orde- Pueden ser los enumerados en el art. 1811:
nante y garante contiene los principales puntos: “a) las personas públicas; b) las personas jurí-
dicas privadas en las que sus socios, fundado-
“1) La declaración de que el ordenante se res o integrantes no responden ilimitadamente;
obliga a no obstaculizar con acciones legales el c) en cualquier caso, las entidades financieras y
pago solicitado por el beneficiario, exonerándo- compañías de seguros, y los importadores y ex-
se ella misma de toda responsabilidad derivada portadores por operaciones de comercio exte-
de tal pago; rior, sean o no parte directa en ellas”.

“2) La obligación del ordenante de reembol- La conveniencia de emitir este tipo de garan-
sar al garante sin excepción alguna, y en breve tías como actividad comercial onerosa de las
tiempo, la suma pagada al beneficiario con los entidades financieras, compañías de seguros o
intereses devengados, así como también los im- sociedades comerciales (SA, SRL y SAS) se basa
en el carácter abstracto y no accesorio que tiene
puestos que gravaron la transacción;
la garantía.
“3) Una referencia a la declaración unilate-
Pues aquellas no tienen el vínculo personal tí-
ral de voluntad entre el garante y el beneficiario pico del fiador no profesional. A su vez, resulta
para la determinación de la obligación concre- ventajoso no tener que pronunciarse sobre las vi-
ta que va a quedar encuadrada en la responsa- cisitudes del negocio subyacente. Se meterían en
bilidad asumida por el garante, pero sin que en un problema al tener que actuar en una especie de
ningún caso ello deba permitir interpretar que árbitro al considerar si corresponde o no el pago.
serán aplicables al contrato de garantía las con-
diciones del principal” (53). Como toda actividad lucrativa, tiene sus ries-
gos, pero estos muchas veces se reducen a po-
VIII.2. Beneficiario cas situaciones porque el garante, sin perjuicio
del estudio del riesgo y de la solvencia de su or-
Es a favor de quien se emite la garantía y se denante, emite ciertas contragarantías que rea-
corresponde con el acreedor del negocio garan- seguran la operación; o bien tiene al ordenante
tizado; pueden ser personas jurídicas, tanto pú- como cliente, teniendo este sumas líquidas de-
blicas como privadas, o físicas. positadas en su entidad (en el caso de que sea
un banco, obviamente).
Sin perjuicio de la facilidad que posibilita el
instituto para ejecutar la garantía “a simple re- El carácter de profesionalidad de la actividad
querimiento” o “a primera demanda” de este, financiera es de suma importancia, toda vez que
debe el beneficiario hacer un estudio de solven- solo los profesionales resultan mejor calificados
cia del garante y de su posición financiera, pre- para seleccionar y proyectar los alcances de los
vio a la emisión de la garantía. riesgos (54).

Tiene la ventaja con este tipo de negocios, li- IX. Caracteres


quidez inmediata a salvo de discusiones por
parte del deudor o el garante. IX.1. Abstracta

La declaración unilateral de voluntad por la


(53) COLOMBRES, Federico J. A., “La garantía inde- cual se emite resulta un acto abstracto, confor-
pendiente o autónoma”, Revista de Derecho Comercial y
de las Obligaciones, La Ley, Buenos Aires, 2015-273, AR/
DOC/5177/2015. (54) KEMELMAJER de CARLUCCI, ob. cit., p.102.

210 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

me lo expresado en el § 19 del presente estudio, IX.3 Autoliquidable


al cual me remito.
Porque bastará la simple reclamación del be-
Este carácter no quiere decir que la garantía neficiario (acompañada o no de alguna docu-
no posea causa, la tiene (es el refortalecimiento mentación) para que el garante pague.
del crédito garantizado), pero se hace abstrac-
ción concediendo el beneficio de la posterga- Ello posibilita al beneficiario su ejecución en
ción en su indagación. forma extrajudicial, es decir, sin que el garan-
te pueda oponer las excepciones o defensas que
Al desvincularse del contrato base, cierra la po- tuviera el ordenante (deudor del acreedor-bene-
sibilidad de que los vicios de la relación principal ficiario) ante un órgano jurisdiccional, lo que con-
(excepciones o defensas que pudiera tener el or- figura la propia ejecución patrimonial privada.
denante) se reflejen en el pago de la garantía.
Cabe destacar que también es autoliquidad-
No obstante, es dable destacar que la figura se le el reembolso de lo pagado por el garante, en
compone de dos abstracciones. los casos en que el ordenante sea cliente del ga-
rante y tenga fondos depositados en él (ejemplo:
Primera abstracción: conforme la declaración entidades financieras, fondos de inversión, etc.)
unilateral de voluntad, la garantía vincula al ga- porque a través del contrato entre ellos se pac-
rante con el beneficiario, con independencia de ta que dichas sumas liquidas se cobrarán pos-
las relaciones que la generaron. teriormente al pago del garante al beneficiario.

Segunda abstracción: la prescindencia del No obstante, en el capítulo siguiente analiza-


contrato base, en virtud de que el emisor debe ré en profundidad, a la luz de los arts. 17 y 18
pagar a primer requerimiento del beneficiario, de la Constitución Nacional, si ello implica —o
independientemente de las excepciones o de- no— una renuncia anticipada del derecho cons-
fensas que pueda tener. titucional de defensa en juicio del deudor y, por
ende, si resulta —o no— constitucional.
IX.2. No accesoria
IX.4. Irrevocable
Del punto de vista jurídico, y para gozar de los
Si en la declaración unilateral del garante no
beneficios de la abstracción, se dice que se en-
manifiesta expresamente su revocabilidad, se
cuentra desconectada del contrato garantizado.
considerará que no la puede revocar por propia
Ahora bien, con el contrato base existe un voluntad.
vínculo de coordinación, en cuanto no tendría
Considero que resulta beneficioso para otor-
razón de haber sido emitida sin la previa exis- gar al acto mayor seguridad jurídica, en cuan-
tencia de la obligación que garantiza. to la revocabilidad arbitraria tornaría ilusoria la
garantía.
El vínculo o conexión que tiene con el deudor
del negocio subyacente se entiende como una La facultad de revocación tendrá sentido pos-
obligación principal, por lo tanto, hay deudores teriormente a un plazo determinado preestable-
principales de su propia obligación. cido.
El objeto, el quantum y la obligación nacida IX.5. Autónoma
de la garantía pueden no coincidir con las de la
relación base. Conforme a lo señalado, resulta una obliga-
ción principal en función de garantía de otra.
Como se advierte, no se encuentra subordina-
da a alguna obligación del deudor del contrato Entiendo que puede garantizar una obliga-
garantizado. Este carácter no le viene de su con- ción que sea declarada de nulidad relativa, toda
dición de garantía abstracta, sino de su condi- vez que se subsane por conversión o confirma-
ción de garantía autónoma. ción. No puede garantizar los actos que luego

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 211


Abstracción en las garantías unilaterales

sean declarados de nulidad absoluta, toda vez que declara esta sanción al que “paga en mala
que contraría el orden público y, a su vez, será fe”, esto es, disponiendo de pruebas que lo de-
un acto incausado en virtud de su función de ga- muestren.
rantía.
Quizá no tenga a simple vista pruebas que lo
X. Tipos de garantía a primera demanda demuestren, pero recuérdese que el emisor (por
ejemplo, una entidad financiera) es muy ajeno
Considero que se encuentran comprendidas a la relación de los sujetos de la relación base y,
dos modalidades de garantía unilateral dentro de judicializarse la cuestión, se presentaría un
del art. 1810, a saber: problema en cuanto al análisis de la prueba y a
cómo debería haber actuado.
X.1. Al simple requerimiento del beneficiario
XI. Forma
Es la típica garantía “a primera demanda” o
“primer requerimiento” analizada y que no re- El art. 1812 establece, como principio gene-
quiere más que la manifestación del benefi- ral, que estas garantías deben constar en instru-
ciario por escrito para ejecutar la garantía que mento público o privado.
tiene en su favor.
Los instrumentos públicos son los enumera-
X.2. A la presentación de documentos dos en el art. 289, con sus requisitos de validez
en el art. 290, teniendo como principal ventaja
Estimo que se encuentra comprendida esta su eficacia probatoria, en cuanto gozan de plena
modalidad dentro del art. 1810, toda vez que fe su realización, la fecha, el lugar y el contenido.
enuncia que constituyen una declaración unila-
teral de voluntad (...) “aquellas en que de cual- El instrumento privado es el particular firma-
quier otra manera” se establece que el emisor do (art. 287).
garantiza el cumplimiento de las obligaciones
de otro y se obliga a pagar (...). Asimismo, conforme al segundo párrafo del
art. 1812, solo las entidades financieras o com-
Si en la declaración unilateral de voluntad el pañías de seguros pueden librar garantías uni-
emisor manifiesta que pagará al beneficiario laterales en cualquier clase de instrumento
contra entrega de un documento, ello no le qui- particular (firmado y no firmado).
ta abstracción a la figura en análisis, ya que con-
siste en un acto meramente formal y tiene por XII. La contragarantía
finalidad cumplir recaudos expresados en la ga-
rantía. Comúnmente vinculada a los contratos inter-
nacionales, en que el beneficiario se encuentra
El documento, a su vez, deberá ser expedido en una jurisdicción ajena a la del garante, se uti-
por un tercero asignado al efecto (vg. un árbitro). liza esta “contragarantía” para que otra entidad
cercana al beneficiario le pague la suma de di-
Esta figura equilibra y armoniza los intereses nero o la prestación determinada, y, posterior-
de las partes. mente, este “contragarante” repetirá ejecutando
su garantía autónoma contra el garante.
El ordenante, ajeno a la declaración unilateral
del garante en favor del beneficiario, se benefi- Esta figura puede ser, y generalmente lo es,
cia indirectamente, en cuanto la presentación otra garantía autónoma.
formal del documento establecido para el pago
aleja las posibilidades de un actuar abusivo del XIII. Cesión de la garantía
beneficiario (su acreedor).
El art. 1813 dispone lo siguiente: “Los dere-
Para el garante, asimismo, resulta beneficioso chos del beneficiario emergentes de la garan-
en el sentido de que se aleja la posibilidad de no tía no pueden transmitirse separadamente del
quedar liberado con el pago, conforme a la solu- contrato o relación con la que la garantía está
ción análoga del art. 1817 del Cód. Civ. y Com., funcionalmente vinculada, antes de acaecer el

212 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

incumplimiento o el plazo que habilita el recla- XIV.1. Como sustitución de medidas cautelares
mo contra el emisor, salvo pacto en contrario.
El embargo sobre las cuentas bancarias en el
“Una vez ocurrido el hecho o vencido el pla- marco de un proceso judicial genera la posibili-
zo que habilita ese reclamo, los derechos del dad de que se solicite su sustitución.
beneficiario pueden ser cedidos independien-
temente de cualquier otra relación. Sin perjui- Considero perfectamente viable el otorga-
cio de ello, el cesionario queda vinculado a las miento de una garantía a primera demanda en
eventuales acciones de repetición que pudieren tal sentido para sustituir la medida, por las razo-
corresponder contra el beneficiario según la ga- nes que a continuación paso a exponer.
rantía”.
En primer lugar, en virtud de la naturaleza de
Esta norma es disponible por las partes. ellas, otorgan seguridad respecto al cobro inme-
diato al simple requerimiento. Desde ya, debe-
Recordando el carácter no accesorio y autó- rán ser emitidas por una entidad financiera o
nomo que desvincula la garantía del contrato compañía aseguradora profesional de reconoci-
base o crédito garantizado, es que el punto re- da solvencia y tradición.
viste interés.
Este tipo de entidades pretenden mantener y
Ahora bien, este tipo de garantías se encuen- ganar posicionamiento en el marco de este tipo
tran en coordinación con aquel contrato base de operaciones financieras. Asimismo, se re-
que garantizan, lo que constituye su “razón de ducen al mínimo que se ejecute la garantía en
ser”, su causa fuente. fraude o abuso, en tanto provienen de un órga-
no jurisdiccional de justicia.
Tan es así que la norma limita, salvo pacto en
contrario, la cesión de los derechos del benefi- Si bien al actor pareciera perjudicarle tal sus-
ciario hasta antes de acaecer el incumplimiento titución, repárese en que cobrará de las sumas
o el plazo que habilita el reclamo. embargadas recién en el momento de una sen-
tencia favorable.
Una vez ocurrido el hecho o vencido el plazo
que habilita el reclamo, los derechos del benefi- La sustitución del embargo por la garantía a
ciario pueden ser cedidos; sin perjuicio de ello, primera demanda tiene una función econó-
el cesionario queda vinculado a las eventuales mico-social mayor, al no inmovilizar sumas de
acciones de repetición que pudieran correspon- dinero que pueden volcarse al crédito y, así, al
der contra el beneficiario. desarrollo económico.

Sostiene Boretto que “esta disposición es re- De aceptarse esta figura y generalizarse, tam-
levante ya que la acción de repetición contra el bién abre puertas al sistema financiero, donde
beneficiario es excepcional y asegura al garante las empresas podrán realizar este tipo de opera-
u ordenante el reembolso cuando el beneficia- ciones incrementando la actividad económica
rio actuó ilegítimamente (55). del sector privado.

XIV. Proyección y aplicación práctica de la XIV.2. Como sustitución de la fianza tradicio-


figura nal en contratos de locación

En el entendimiento de que justamente el Considero que las figuras tradicionales mu-


presente trabajo no presenta una mera abstrac- chas veces se quedan atrás ante la realidad ne-
ción de la realidad, quiero proponer su utiliza- gocial.
ción a fines prácticos de la vida cotidiana.
Conforme al déficit habitacional que padece
nuestro país, cada vez les resulta más difícil, tan-
(55) BORETTO, Mauricio, “Las garantías unilate-
rales (o `garantías a primera demanda´)”, Revista Código to al locador como al locatario, tener instrumen-
Civil y Comercial, La Ley, Buenos Aires, 2017-118, AR/ tos de garantía que sean competitivos para no
DOC/2291/2017. generar mayores costos en el contrato.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 213


Abstracción en las garantías unilaterales

En el momento de la elaboración del presente En este sentido, la Constitución es la cúspi-


trabajo, ha sido sancionada una ley que reforma de del ordenamiento jurídico y, por lo tanto, tal
artículos del Cód. Civ. y Com. respecto a la loca- como señala Ferreyra, “cada uno de los enuncia-
ción “habitacional”, pero aún no reglamentada dos que expresan normas inferiores encuentran
y publicada; esta, entre tantas otras cuestiones, su validez en la norma superior, hasta llegar a la
propende a una garantía personal “por recibo norma jurídica suprema del sistema: la consti-
de sueldo o certificación de ingreso” de un ter- tución” (57).
cero o del mismo locador y, a su vez, a la regis-
tración del contrato en AFIP. Dicho esto, en este capítulo se busca dar res-
puesta a una cuestión trascendental en el plano
Tal regulación no hace más que contraer la de las garantías a primera demanda, puesto que
oferta y encarecer el contrato de locación en el resultan autoliquidables, delimitando su validez
entendimiento de que, del lado del locador, ge- en el sistema jurídico a través de la interpreta-
nera mayor inseguridad respecto a la capacidad ción de las normas constitucionales, especial-
de pago del locatario, por lo que, en muchos ca- mente aquellas íntimamente relacionadas con
sos, retirarán del mercado su inmueble puesto el derecho privado.
en locación, o bien solicitarán un mayor precio
para cubrir esa incertidumbre y mayores gastos De este modo analizaré la tensión que guar-
dan ciertos derechos y garantías constitucio-
de registración.
nales en el momento de operativizar estas
Una garantía a primera demanda, librada modernas formas de garantías.
por alguno de los sujetos enumerados en el
II. La Constitución Nacional y el sistema de
art. 1811, puede venir a descomprimir la cues-
garantías
tión, en cuanto el locador tendrá la posibilidad
de una rápida ejecución de aquella, sin tener La Constitución, definida por Ferreyra como
que acudir a la Justicia ante el eventual incum- “una combinación de normas jurídicas que re-
plimiento del locatario. gulan y determinan el modo en que debe ser
ejercido y controlado todo poder político y, pa-
Por su parte, para el locatario también será ralelamente, por las que se confiere reconoci-
ventajoso, toda vez que resulta más económica miento a los derechos fundamentales de los
que un depósito de caución, en cuanto no in- habitantes (...) es la estructura jurídica funda-
moviliza fondos. mental del Estado” (58).
CAPÍTULO V Al respecto, toda normativa infraconstitucio-
nal tiene que adecuarse a los preceptos cons-
VALIDEZ CONSTITUCIONAL DE LA
titucionales fundamentales, realizando el tan
EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL EN LAS importante control de constitucionalidad.
GARANTÍAS UNILATERALES
En este sentido, todo acto jurídico bilateral o
INTRODUCCIÓN unilateral (como los de garantía) debe obedecer
al respeto del orden público consagrado en la
I. Cuestión a abordar
ley, y, a su vez, estas deben ser coherentemente
La problemática ante tal forma de garantía válidas con los preceptos constitucionales.
surge al realizar el control de constitucionalidad,
Un tema central de toda Constitución (en for-
ya que, como todo derecho infraconstitucional,
ma implícita) son los derechos que giran en tor-
debe adecuarse a los preceptos constituciona-
no a la relación crediticia, de la que son parte el
les, haciendo valer las especificaciones propias
deudor y el acreedor, mostrando, asimismo, la
que posee una Constitución, como son su pri- forma en que se diagraman los derechos fun-
macía y jerarquía (56).
(57) Ibidem, p. 216.
(56) FERREYRA, Raúl G., «Fundamentos constitucio-
nales», Ediar, Buenos Aires, 2015, 2ª ed., ps. 212-213. (58) Ibidem.

214 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

damentales de tales sujetos a través del plexo tado, en el que es solamente el Poder Judicial,
constitucional. actuando a través de sus órganos internos (los
jueces) quien ejerce preponderantemente la
En este sentido, en el estudio del derecho función jurisdiccional; y, por otro, examinar el
comparado, Madison identificó el conflicto de rol de la garantía constitucional consagrada en
intereses de deudores y acreedores como una el art 17 de la CN, referente a la inviolabilidad
de las principales fuentes en disputa. Recono- de la propiedad privada, donde expresamente
ciendo que la regulación de intereses variados y se consagra que “(...) ningún habitante de la na-
convergentes, tales como deudores y acreedores ción puede ser privado (de su propiedad) sino
forman la principal tarea legislativa moderna, el en virtud de una sentencia fundada en la ley”.
autor argumentaba que una forma republicana
de gobierno extendiéndose sobre un área geo- Por último, en tercer término, surge la proble-
gráfica extensa puede refinar y engrandecer la mática respecto de aquellos derechos sobre la
visión pública, acallando el impacto de las lu- libertad de contratación y la defensa de la propie-
chas ideológicas en el proceso legislativo (59). dad, como preceptos constitucionales que hacen
a la base del derecho privado patrimonial.
III. Planteo del tema
La cuestión planteada tiene asidero, toda vez
En lo referente a la cuestión de las garantías que la garantía unilateral, hasta la sanción del
unilaterales, que resultan autoliquidables, se Cód. Civ. y Com., era un tipo de garantía per-
cuestiona su validez, alegando que su ejecución sonal atípica apoyada fundamentalmente en el
extrajudicial no se adecua a los preceptos esta- principio de la autonomía de la voluntad y de la
blecidos en el plexo constitucional. libertad contractual.
En forma estructural, se puede plantear la Repárese en que las garantías atípicas nacen
cuestión abordada, con base en tres aspectos en respuesta a la crisis de las garantías tradicio-
fundamentales. nales, conforme lo señalado en el capítulo pre-
cedente.
En primer término, la discusión toma como
punto de partida su génesis, analizando la vali- Hoy, resulta incorporarla a nuestro orde-
dez constitucional de la ejecución extrajudicial. namiento jurídico, reconociéndola como decla-
Esto plantea la problemática de la ejecución ración unilateral de voluntad, fuente generadora
patrimonial del deudor que, en principio, no de obligaciones, en cuanto su respaldo legal le
puede hacer uso de su defensa en juicio, sien- otorga validez en cuanto a su constitución.
do reputado como violatorio del art. 18 de la CN.
Lo que resultará de análisis es la autoliquida-
En segundo término, sobre la base del efecto ción extrajudicial (sin juicio previo) vinculada al
que la autoliquidación de una garantía implica, carácter abstracto de estos títulos.
equiparándola a una sentencia judicial.
IV. Análisis de la garantía de defensa en jui-
Esto lleva a plantear dos circunstancias: por cio y las garantías unilaterales
un lado, es dable corroborar si estos títulos de
garantías pueden ser considerados como una Para poder llevar adelante el estudio de este
sentencia y, en ese punto, indagar si se avanza aspecto fundamental respecto de la validez de
—o no— sobre la facultad jurisdiccional del Es- la ejecución extrajudicial, primero es dable pre-
sentar el trasfondo de la cuestión.
(59) HAMILTON, A., MADISON, J., y JAY J., “The Feder-
alist Papers”, Bantam Classic, 1982, ps. 44-49, citado por Al referirse a la noción de defensa en juicio y a
MCDONNELL, Julian B., y MOGLIA CLAPS, Guillermo cómo juega su papel en el caso de las garantías
A., “Créditos Garantizados y Quiebras en la Argentina y
los Estados Unidos”, Revista de Doctrina, Jurisprudencia,
autoliquidables, Boretto explica que uno de los
Legislación y Práctica, Derecho Comercial y de las Ob- dilemas que deben enfrentarse radica en la re-
ligaciones, Depalma, Buenos Aires, 2004-205, p. 127. lación de dos etapas de la actividad del Estado

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 215


Abstracción en las garantías unilaterales

encaminadas a actuar la norma de derecho po- mente la observancia de las formas sustanciales
sitivo: el conocimiento y la ejecución (60). relativas a la acusación, defensa, prueba y sen-
tencia” (62).
En este sentido, se plantea si siempre el cono-
cimiento debe preceder a la ejecución o si, por Por lo tanto, con base en lo mencionado, el
el contrario, puede posponerse la etapa de co- autor establece que esta garantía debe significar
nocimiento y primero incoarse la ejecución. las siguientes proposiciones: “a) ningún justi-
ciable puede ser privado de un derecho sin que
La premisa remarcada es uno de los ejes es- se cumpla un procedimiento regular fijado por
tructurales sobre el cual gira la validez constitu- ley; de no haber ley razonable que establezca el
cional de la ejecución autoliquidativa porque, procedimiento, ha de arbitrarlo el juez de la cau-
con base en ello, se debe esgrimir un análisis sa; b) ese procedimiento no puede ser cualquie-
sobre las cuestiones que abarcan la garantía del ra, sino que tiene que ser el debido; c) para que
debido proceso. sea el debido, tiene que dar suficiente oportuni-
dad al justiciable de participar con utilidad en el
En un primer orden de ideas, la CSJN, en el fa- proceso; d) esa oportunidad requiere tener noti-
llo “Campbell”, ha remarcado la importancia del cia fehaciente (o con conocimiento) del proceso
principio de bilateralidad del proceso como ele- de cada uno de sus actos y etapas, poder ofre-
mento fundamental para que pueda conside- cer y producir prueba, gozar de audiencia (ser
rarse la existencia de cosa juzgada o no. odio)...” (63).

Asimismo, la doctrina procesalista ha desta- Tal como se advierte en las precisiones seña-
cado la importancia de la bilateralidad del pro- ladas, el derecho a defensa en juicio es aplica-
ceso, teniendo en cuenta que “(...) es el primer ble tanto a la cuestión penal como también a la
principio que regula la actividad de las partes, civil, de modo que toda ejecución tiene que es-
cual establece que el juez, a menos que la ley tar realizada al amparo de esta garantía consti-
disponga otra cosa, no puede decidir sobre nin- tucional.
guna demanda si la parte contra la cual fue pre-
sentada no fue regularmente citada” (61). IV.1. Postura que invalida la ejecución extra-
judicial
Al respecto, el debido proceso tiene su rai-
gambre constitucional en el art 18 de la CN, que Se sostiene que el debido proceso es una ga-
establece “la inviolabilidad de la defensa en jui- rantía que no puede ser dejada de lado, de
cio de la persona y sus derechos (...)”. modo que aquella ejecución en la que no exis-
ta oportunidad para oponer defensa alguna es
Bidart Campos denomina a esta garantía reputada como inconstitucional. Esta postura
como “el derecho a la jurisdicción y a la tutela desacredita la validez de las garantías autoliqui-
efectiva”. dables, por vedar al deudor-garante la posibili-
dad de que pueda defenderse durante el trámite
En su definición, establece que la defensa en de la ejecución extrajudicial.
juicio implica “que no se prive a nadie arbitra-
riamente de la adecuada y oportuna tutela de En ese sentido, Alvarado Velloso (64) expre-
los derechos que pudieran asistirle, asegurando sa que el principio de bilateralidad del proceso
a todos los litigantes por igual el derecho a obte- debe ser contemplado en cada parte de él, no
ner una sentencia fundada, previo juicio lleva- siendo posible evitar la fase de negación, que
do en legal norma, ya se trate de procedimiento
civil o criminal, requiriéndose indispensable- (62) BIDART CAMPOS, Germán, “Manual de la Con-
stitución reformada”, Ediar, Buenos Aires, 2005, 2ª ed., t.
III, p. 329.
(60) BORETTO, “Las garantías autoliquidables...”, ob.
cit., p. 67. (63) Ibidem, p. 327.
(61) Rodriguez SAIACH, Luis A., “Manual del alumno (64) ALVARADO VELLOSO, Adolfo, “El debido proceso
universitario en Derecho Procesal Civil”, Gowa Ediciones de la garantía constitucional”, Zeus, Rosario, 2003, p. 238
Profesionales, Buenos Aires, 2015, p. 40. y ss.

216 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

permite al demandado oponer defensas a las to, las garantías constitucionales deben ser con-
pretensiones del actor. sideradas en su más amplia aseveración, pues
es fundamental remarcar el principio de ino-
Este autor esgrime su argumento, a los fines cencia que posee toda persona.
de cuestionar la validez de las medidas autosa-
tisfactivas autónomas que permiten la obten- En el derecho privado patrimonial, la conjetu-
ción de la pretensión con carácter urgente. ra se proyecta de otra manera.

En virtud de las características en común que En primera medida, ya no se encuentra ante


tienen las medidas autosatisfactivas y las garan- el derecho de la libertad de la persona como eje
tías autoliquidables, el argumento expuesto es central de la tutela, sino que, por el contrario, se
claramente extensible a dichas garantías. presenta ante el derecho propiedad.

En otro orden de ideas, Quiroz Fernán- El diseño de las garantías constitucionales del
dez (65), al analizar la constitucionalidad de la debido proceso es estrictamente justo y apro-
ley 24.441 (que permite el lanzamiento a quien piado para el proceso penal, pero no siempre se
ostenta la condición de propietario, por el solo adapta al proceso civil.
hecho de ser inminente la subasta del bien so-
bre el cual se constituyó una hipoteca para En segunda medida, entiendo que, en estos
garantizar una obligación), entiende que, al procesos, puede el conocimiento ser previo,
conferirse al acreedor la potestad de ordenar concomitante o posterior a la ejecución, pues
por sí la subasta del bien, se vulneran las garan- el deudor cuenta con las facultades para poder
tías constitucionales del art. 17 y 18 de la CN. En promoverlo.
ese sentido, establece que existe una “privatiza-
ción” de la función jurisdiccional que, a su vez, La postura propuesta tiene su fundamento en
es contraria a las prerrogativas acuñadas por la las enseñanzas de Bidart Campos, quien expre-
Constitución, en virtud de la cual solamente los sa que, al tratarse de procesos urgentes (medidas
jueces son quienes pueden ejercer la función ju- cautelares, medidas autosatisfactivas, sentencias
risdiccional. anticipatorias), estos son variantes para lograr
una tutela judicial oportuna y efectiva. Sostiene
Se sostiene que siempre es necesario un juicio que puede ser que para tal fin haya que valer-
previo para que el deudor puede sustanciar una se a veces de un contradictorio pospuesto, que
posibilidad de defensa. brinde ocasión de impugnar o de resistir una
medida adoptada inaudita parte; no obstante,
IV.2. Mi postura en algún momento procesal siempre es consti-
tucionalmente obligatoria cierta dosis de inter-
Sin perjuicio de las formulaciones señaladas, vención defensiva, que hace inviable prescindir
considero que los argumentos expuestos no im- totalmente de la bilateralidad o contradicción del
plican violación de la garantía de defensa en jui- proceso. Que este se dilate en tiempo no equivale
cio del deudor en la ejecución extrajudicial. a que se descarte totalmente (66).
Primeramente, porque la noción de defensa En este punto, el análisis constitucional sobre el
en juicio no tiene la misma relevancia en el pla- debido proceso permite dar fundamento a todo
no penal que en el plano del derecho privado juicio en el que se susciten controversias que tie-
patrimonial. nen que ser resueltas con carácter urgente.
En la cuestión penal, existe un proceso acusa- En este orden de ideas, las garantías autoliqui-
torio, incoado por el Estado, que tiene en miras dables tienen validez constitucional, en cuanto
la privación de libertad de la persona. Por lo tan-
(66) BIDART CAMPOS, Germán, “Tratado elemental
(65) QUIROZ FERNÁNDEZ, Juan Carlos, “Inconsti- de derecho constitucional argentino”, nueva edición am-
tucionalidad de la ley 24441. Jurisprudencia anotada”, pliada y actualizada, Ediar, Buenos Aires, 2003, t. II-A, ps.
Revista de Derecho Procesal: Procesos de Ejecución, 2002-2003, citado por BORETTO, “Las garantías autoliq-
Rubinzal-Culzoni, Santa fe, 2001-1, p. 261 y ss. uidables...”, ob. cit., p. 149.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 217


Abstracción en las garantías unilaterales

a la ejecución extrajudicial; pues la posición que CAPÍTULO VI


reviste el deudor —de no poder oponer defen-
sas en dicha ejecución— no obsta a que pueda ABSTRACCIÓN Y RESPONSABILIDAD EN
hacer valer su derecho de defensa en juicio en LAS GARANTÍAS UNILATERALES
un proceso distinto, que pueda ser instado an- (O “A PRIMERA DEMANDA”)
tes, durante o después de la ejecución llevada a
cabo por el acreedor. I. Introducción

Siguiendo la postura referida, es dable des- Se sostiene que la instauración de la voluntad


tacar que la concepción del debido proceso no unilateral como fuente autónoma de las obliga-
debe formularse solamente como una garantía ciones entronca un nuevo derecho de garantías
perteneciente al deudor, sino que debe ponde- personales que viene a sumarse a las garantías
rarse la protección de los derechos del acreedor. tradicionales.
El derecho debe entenderse como un todo ines-
cindible, en el que se interrelacionan todos los Analizaré, entonces, la eventual responsabili-
derechos y garantías. Entender el derecho como dad que resulta de los distintos tipos de vínculos
justo para una sola de las partes implica una mi- que genera la garantía unilateral.
rada desatendida de los valores que todo orde-
namiento jurídico posee, pues la norma busca Conforme a ello, existe relación entre el or-
extenderse a los sujetos en forma objetiva. denante garantizado y el garante (emisor de
garantía), por lo general, en un contrato de ga-
Considero plantear la mirada respecto de la rantía (68).
efectiva tutela de la pretensión del actor, en que
el tiempo muchas veces es fundamental para la Ahora bien, conforme lo analizado, por el ca-
satisfacción de la pretensión perseguida. rácter abstracto de la garantía, existe un impe-
dimento de oponer las defensas que pudiera
En este sentido, Bidart Campos se explayaba tener el ordenante garantizado contra el bene-
respecto de la duración del proceso, refirién- ficiario, cuando este reclama la garantía a “pri-
dose a que “(...) todo proceso ha de tener una mer requerimiento” o a “primera demanda”
duración que sea razonable para la tutela efi- (art. 1810).
caz, de acuerdo a la pretensión jurídica que se
ventila (...)”. Por lo tanto, el derecho al debido Sin perjuicio de:
proceso, también engendra el derecho del jus-
ticiable a obtener una decisión judicial rápida y a) El derecho de repetición que hubiera con-
eficaz” (67). tra el beneficiario, el ordenante o ambos.

Lo allí mencionado, si bien se refiere a la cues- b) Que el pago faculta la promoción de las ac-
tión suscitada en un proceso judicial, se puede ciones recursorias correspondientes.
hacer extensivo a las garantías autoliquidables,
c) En caso de fraude o de abuso manifiesto del
en las que, justamente, la ejecución extrajudi-
beneficiario que surjan de la prueba instrumen-
cial otorga una eficaz protección al derecho del
tal o de otra de fácil y rápido examen, el garante
acreedor. Por ello, también existe en la Consti-
tución un parámetro que busca armonizar la o el ordenante pueden requerir que el juez fije
tensión del ejecutante y el ejecutado, pues, con- una caución adecuada que el beneficiario debe
forme lo descripto, la ejecución extrajudicial satisfacer antes del cobro.
otorgará una eficaz tutela del crédito al acreedor
Entonces, la figura se puede resumir de la si-
sin que se vulnere garantía alguna del deudor,
guiente manera: el emisor, a través de una decla-
ya que este cuenta con la posibilidad de instar
ración unilateral de voluntad, queda obligado
un proceso autónomo, antes, durante o después
de la ejecución que le permita hacer valer sus
defensas. (68) SACRISTÁN, Fernando, “La oposición de excep-
ciones por reclamación indebida en las garantías autóno-
mas a primera demanda”, Revista de Derecho Bancario y
(67) BIDART CAMPOS, “Manual... “, ob. cit., p. 328. Bursátil, La Ley, Madrid, 2008-111, p. 236.

218 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

ante el beneficiario a garantizar el cumplimien- sa (fin) se refiere a una cualidad que tiene un
to a primera demanda de aquel, en cuanto al acto jurídico, mientras que el fraude y el abuso
pago o cumplimiento de las obligaciones esti- manifiesto, a una conducta antijurídica.
puladas entre el ordenante y dicho beneficiario,
para, así, proceder al pago de una suma de di- Nótese el título preliminar del Cód. Civ. y
nero u otra prestación determinada; indepen- Com. que establece pautas de la teoría general
dientemente de las excepciones o defensas que del derecho, reglas de interpretación y princi-
el ordenante haya podido tener. pios generales en cuanto al ejercicio de los de-
rechos.
II. Planteo del tema: el quid de la abstrac-
ción, el fraude y el abuso manifiesto Por su ubicación y metodología, los principios
y las reglas iluminan todas las normas posterio-
La abstracción de la garantía respecto del con- res. Cabe destacar dos artículos al respecto.
trato base hace presuponer el principio solve et
repete (paga y reclama). A su vez, el art. 1810 in “Ejercicio de los derechos.
fine regula los casos de “fraude o abuso mani-
fiesto” por parte del beneficiario al ejecutar la “Art. 9°.- Principio de buena fe. Los derechos
garantía. deben ser ejercidos de buena fe.

Conforme lo analizado, la garantía unilate- “Art. 10.- Abuso del derecho. El ejercicio regu-
ral es una obligación propia y no la promesa de lar de un derecho propio o el cumplimiento de
pago de una deuda preexistente, lo que repre- una obligación legal no puede constituir como
senta una modalidad de intercesión: se asume ilícito ningún acto.
un compromiso en consideración a una deter-
minada obligación ajena, pero por un título dis- “La ley no ampara el ejercicio abusivo de los
tinto a aquel por el cual se obligó el principal derechos. Se considera tal el que contraría los fi-
deudor (69). nes del ordenamiento jurídico o el que excede
los límites impuestos por la buena fe, la moral y
Ahora bien, la norma viene del art. 1742 del las buenas costumbres.
proyecto de 1998, cuyo primer párrafo la define
y le otorga el carácter de abstracción; y del pro- “El juez debe ordenar lo necesario para evitar
yecto elaborado por la comisión creada por el los efectos del ejercicio abusivo o de la situación
dec. 468/92, cuyo segundo párrafo limita o “ate- jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar
núa” tal carácter regulando los casos de fraude o la reposición al estado de hecho anterior y fijar
de abuso manifiesto. una indemnización”.

No considero que el carácter del acto abstrac- La reiteración del ejercicio abusivo de los de-
to, y todo lo que este conlleva, se pueda atenuar, rechos en la norma del 1810 no resulta feliz;
tenga distintos grados o se pueda limitar. pone en jaque los beneficios de la abstracción,
agrietándolo fuertemente.
El ejercicio abusivo de los derechos y el frau-
de tienen consecuencias jurídicas propias, más A su vez, confiere una vía de escape: la cau-
aún si resultan “manifiestos”, en cuanto nos con- ción “adecuada”, que debe ser designada por el
duce a la noción de mala fe. juez. Situación que sorprende, porque si el frau-
de o el abuso resultan tan manifiestos, sería más
Claro está que abstracción y fraude o abuso razonable frenar la ejecución.
manifiesto son conceptos distintos y resultan
dos esferas diferentes. La abstracción de la cau- No obstante, la norma va más allá del fraude o
del abuso simple, requiere que sea “manifiesto”
y que exista prueba instrumental líquida (de fá-
(69) FERNÁNDEZ, Leonardo, “La adopción de me-
didas cautelares en materia de garantías bancarias a cil acceso y de rápido examen).
primera demanda”, Revista de Derecho Comercial, del
Consumidor y de la Empresa, La Ley, Buenos Aires, 2010, A la solución de frenar la conducta antijurídi-
p. 268. ca del beneficiario se arribaría de todas formas

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 219


Abstracción en las garantías unilaterales

si no existiera la parte final del artículo, porque “la Sin perjuicio de ello, la solución vía el art. 10
ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos”. de la parte preliminar subsana tal incongruen-
cia, pero reafirma la problemática que genera su
II.1. Límites al derecho al crédito del beneficiario inclusión dentro del art. 1810.
El derecho al crédito, como todo derecho sub- A su vez, la sobrerregulación innecesaria re-
jetivo, supone límites mucho más amplios que sulta contradictoria con la cualidad de abstrac-
los descriptos en la norma. ción que posee la figura. Muchas veces, cuando
se quiere aclarar algo, resulta inconveniente.
El abuso del derecho es un claro límite, toda vez Este sería, en mi opinión, uno de esos casos.
que exorbita la propia función económica y social
para la cual ha sido reconocido ese derecho. II.3. Mala fe del garante
El fraude manifiesto es otro, en cuanto la figu- Sin perjuicio de que el art. 1810 in fine se re-
ra resulta de orden público. fiere a la conducta del beneficiario, no debe per-
derse de vista el pago de mala fe por parte del
Por último, un ejecutante abusivo actúa en con- garante y si tal conducta lleva consigo una san-
tra del principio de buena fe (arts. 9, 729 y 961). ción legal.
II.2. Mala fe del ejecutante Considero que aquel pago de mala fe al be-
neficiario, en abuso manifiesto, tiene la misma
La norma, al referir que el fraude o abuso debe
sanción que brinda el art. 1817, de conformidad
ser “manifiesto” y que debe surgir de prueba de
con el art. 10, por el cual no quedará liberado y,
fácil y rápido examen, nos lleva a analizar si ello
como consecuencia, no podrá repetir contra el
resulta sinónimo de mala fe.
ordenante.
Un sujeto actúa de mala fe cuando lo hace con
conocimiento o con el deber de conocer determi- Adviértase que la situación no se encuentra
nada situación que resulta manifiestamente con- descripta en la sección referida a las garantías
traria a la ley, la moral y las buenas costumbres. unilaterales, pero surge de la armoniosa concor-
dancia que brindan los principios del derecho.
Demostrada la mala fe, y en cuanto esta actúa
como un factor de atribución subjetivo (art. 1724), Una muestra más de que la inclusión del se-
la ley sanciona al autor con el deber de indemnizar gundo párrafo del art. 1810 resulta inoficiosa o,
(verbigracia, arts. 337, 340, 429,1009, 1581, 1957, al menos, confusa.
1962, 2305), la nulidad del acto (arts. 45 y 365) y la II.4. Los casos de fraude o de abuso manifies-
privación de derechos (arts. 10, 27 y 144). toEntonces, la ejecución abusiva de la garantía
Cabe resaltar que a las declaraciones unilate- se da en estas circunstancias:
rales de voluntad se les aplican subsidiariamen-
a) cuando el ordenante cumplió con la pres-
te las normas relativas a los contratos (art. 1800),
tación;
y que, con ello, resulta aplicable el principio de
la norma 961, conforme a la cual “los contratos b) cuando el incumplimiento del ordenante
deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de es por causa del beneficiario;
buena fe (objetiva-lealtad)”.
c) cuando el beneficiario la utiliza para obte-
Con lo expuesto, quiero graficar que la actua- ner una ventaja ajena a la finalidad del contrato.
ción en fraude o abuso del ejecutante de mane-
ra “manifiesta” resulta de mala fe. III. Acciones recursorias posteriores al pago
A su vez, la sanción respecto a la posibilidad Una vez realizado el pago, pueden presentar-
de establecer una caución adecuada resulta in- se diversas acciones de repetición.
ferior en concordancia con similares situacio-
nes en el cuerpo normativo. A saber:

220 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

1) Garante contra el ordenante: por el contra- via el juicio necesario para ser oído. Aunque la
to de contragarantía para el reembolso de lo pa- ley sustancial no prevea dicho juicio en forma
gado. Si el ordenante tiene una suma líquida en previa y se refiera a uno posterior, debe recono-
poder del garante, generalmente se pacta que cerse al deudor el derecho de poder iniciarlo a
puede ser retenida o cobrada de aquella, por lo través de la promoción de un proceso de cono-
tanto, autoliquidable. cimiento ordinario, con carácter previo, parale-
lo o posterior a la autoliquidación de la garantía,
2) Ordenante contra el beneficiario: por el con- todo ello, por imperio de los arts. 17, 18 y 19 de la
trato principal, en el supuesto de cobro indebido CN, y siempre que existan fuertes indicios gra-
de la garantía (vg. por contrato nulo o cumplido). ves de abuso o de fraude en la ejecución.
3) Garante contra el beneficiario: por el con- Asimismo, en ciertos supuestos, es la propia
trato de garantía, sea por previsión expresa de ley que crea y regula la garantía autoliquidable
la garantía (art.1810 in fine) o por vía de acción la que prevé el juicio de conocimiento (como
subrogatoria ante la inacción del ordenante, por en la prenda con registro privada), pero en las
el cobro indebido de la garantía. garantías a primera demanda nada dice al res-
pecto, lo que no obsta a la promoción de dicho
Así las cosas, resta preguntarse si existen me- juicio por parte del deudor para plantear aque-
canismos para prevenir la producción de daños llas cuestiones que no pueden ser introducidas
antijurídicos al garante con motivo de la pre-
en la ejecución autoliquidativa, y que vienen a
sunta realización fraudulenta o abusiva en la
exteriorizar un actuar abusivo o fraudulento del
ejecución de las garantías unilaterales.
ejecutante, o para tratar de evitar dicho obrar
La premisa de la cual debe partirse es la siguiente: contrario al ordenamiento jurídico, si todavía
“Toda persona tiene el derecho de recurrir ante un no se autoliquidó la garantía.
órgano jurisdiccional en procura de justicia” por lo
Por lo tanto, la acción tendrá el carácter de
que “es inviolable la defensa en juicio de la persona
preventiva e inhibitoria de daño si el menciona-
y sus derechos” (art. 18 CN), y tanto la garantía del
do juicio de conocimiento se inicia con anterio-
debido proceso como la defensa en juicio y la tutela
ridad o es concomitante con la ejecución de la
judicial efectiva no deben perderse de vista para ha-
garantía para que el juez de una declaración de
cer valer los derechos de los justiciables.
certeza y se expida acerca de que se abstenga de
Ahora bien, ¿se puede tolerar una posterga- ejecutar la garantía si verifica el abuso o fraude
ción de los anteriores enunciados? manifiesto.

El peligro de que el ejercicio de los derechos Ahora bien, sin perjuicio de que se encuentre
del accionante (garante que haya pagado) y, por habilitado el juicio de conocimiento, el deudor
lo tanto, el pronunciamiento judicial lleguen no podrá impedir que el acreedor lo ejecute ex-
tardíamente podría ocasionar un daño irrepara- trajudicialmente, ya que tal pretensión sería vio-
ble al actor. latoria del derecho de propiedad del acreedor
(art. 17, CN), por lo que dicha vía está prevista
El problema suscita mayormente en este tipo precisamente para recuperar el crédito concedi-
de garantías, ya que están pensadas para bene- do, en caso de incumplimiento de la deuda ga-
ficiar al acreedor con el objetivo de que cuente rantida (70).
con una vía rápida de cobro de su crédito sin
experimentar dilaciones por parte del ejecu- III.2. La acción de regreso
tado, postergándose, en principio, el ejercicio
del derecho de defensa a una etapa ulterior, tal Alegría enseña la mecánica del reembolso
cual se analizó en los capítulos anteriores. por parte del ordenante contra el beneficiario,
sosteniendo que “ello ocurrirá cuando, sien-
III.1. Acción de oposición do exigible la garantía prestada y no tenien-

El ejecutado patrimonialmente debe tener (70) BORETTO, “Las garantías autoliquidables...”, ob.
siempre la posibilidad de instar de manera pre- cit., p. 166.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 221


Abstracción en las garantías unilaterales

do el garante prueba liquida del dolo o abuso de un juicio de conocimiento amplio plantean-
del beneficiario, por las relaciones del contrato do las cuestiones que no puede hacer valer en
base (71)”. Asimismo, Kemelmajer de Carlucci: la ejecución extrajudicial (sin perjuicio de que,
“existe acción del ordenante contra el beneficia- como se dijo supra, no podrá detener ni sus-
rio cuando éste ha recibido indebidamente el pender la ejecución; ejemplo de ello es la pren-
pago (porque el negocio base era nulo, o estaba da con registro, por el art. 39 del decreto-ley
resuelto, o ya había recibido con anterioridad la
prestación) (72)”. 15348/46), invocando que la deuda garantizada
ha sido pagada y que, por lo tanto, ha sido ex-
Sobre la base de la postura mencionada, re- tinguida.
párese en que el pago realizado por el garante
al beneficiario, con abuso o dolo por parte del Asimismo, el deudor (del contrato base o
último, es un acto ilícito repudiado por el orde- garantizado) no puede promover recurso al-
namiento jurídico y, por consiguiente, fuente de guno contra la ejecución ni contra la orden ju-
responsabilidad civil; asimismo, de consumar- dicial que, por ejemplo, ordene la ejecución
se, constituye un enriquecimiento sin causa. de la garantía.
El art. 1794, primer párrafo, es claro al desta- En efecto, si el deudor acompaña los recibos
car que “toda persona que sin causa licita se en- de pago correspondientes en el juicio de opo-
riquezca a expensas de otro, está obligado, en la sición y el acreedor (beneficiario de la garan-
medida de su beneficio, a resarcir el detrimento
tía a primera demanda) continúa adelante con
patrimonial del empobrecido”.
la ejecución pese al “abuso manifiesto”, abre la
De esta manera, se advierte que el orde- posibilidad para que le reclame el deudor pos-
namiento jurídico obliga a que los desplaza- teriormente los daños que le causó el acreedor
mientos patrimoniales posean razones que los con su conducta antijurídica (74).
justifiquen en aras de propender a la equidad en
las relaciones patrimoniales. IV.1. Casos de urgencia o inminencia de daño

Por lo tanto, cuando media un empobrecimien- A su vez, tanto el ordenante como el garante
to de una parte (garante) que tiene una relación di- podrán prevalerse de los llamados procesos ur-
recta con la otra (beneficiario), sin que exista una gentes que constituyen la herramienta funda-
razón que justifique dicho desplazamiento patri- mental para materializar la “tutela inhibitoria”.
monial o siendo de carácter ilícito, el ordenamien-
to jurídico otorga al empobrecido la posibilidad de El art. 1710 del Cód. Civ. y Com. consagra el
exigir el reembolso de lo pagado a través de la ac- deber general de actuar para evitar causar un
ción de reembolso, que busca restablecer el equi-
daño no justificado, es decir, de adoptar las con-
librio de las relaciones jurídicas. De esta forma es
que surge la actio in rem verso, que posee entidad ductas positivas o de abstención conducentes
de fuente de obligaciones (73). a impedir su producción o agravamiento, otor-
gando la posibilidad de interponer una medida
IV. El juicio de daños al beneficiario por cautelar o definitiva y de tramitar en un proce-
parte del garante ejecutado so autónomo o accesorio de otra pretensión. Es
decir, hoy está expresamente consagrado que,
Se plasmaría en la siguiente situación: el deu- cuando hay una amenaza de un daño, se lo pue-
dor promueve un juicio de oposición a través de prevenir.

(71) ALEGRÍA, Héctor, “Las garantías abstractas o a (74) En ese entendimiento, sostiene Boretto que, en los
primera demanda en el derecho argentino y en el proyec- casos de ejecución abusiva o fraudulenta contra el deu-
to de unificación”, Revista de Derecho Comercial y de las dor que haya planteado el juicio de oposición a través de
Obligaciones, Depalma, Buenos Aires, 1987-20, p. 732. un juicio de conocimiento, este puede en dicho juicio so-
(72) KEMELMAJER de CARLUCCI, ob. cit.., p.140. licitar una medida cautelar de no innovar, suspendiendo
así la actuación jurisdiccional a través de dicha medida.
(73) Cfr. SANTARELLI, en ALTERINI, Jorge H. (dir.), En BORETTO, «Las garantías autoliquidables...», ob. cit.,
ALTERINI, Ignacio E. (coord.), “Código... “, ob. cit., p. 522. p. 358.

222 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

Respecto de la prohibición de innovar, se ha 2) Lucro cesante: respecto a los ingresos que


dicho que podrá decretarse en toda clase de jui- ha dejado de percibir el garante u ordenante.
cio, siempre que:
3) Daño extrapatrimonial: si se demostrara
1) el derecho fuera verosímil; que la deuda era inexistente y el deudor la ha
demostrado verosímilmente y el acreedor, sin
2) existiera peligro de que se mantuviera o se más, haya continuado con su accionar. Ello ten-
alterara, en su caso, la situación de hecho o de drá una causalidad adecuada en el menosca-
derecho; bo que le haya provocado la referida situación
(como, por ejemplo, una angustia grave).
3) la cautela no pudiera obtenerse por medio
de otra medida precautoria. VI. Reflexiones finales

IV.2. Tutela anticipada y las medidas autosa- El presente capítulo ha intentado adentrarse
tisfactivas en la problemática respecto a determinar, en las
garantías a primera demanda, la responsabilidad
Asimismo, estas herramientas procesales go- que genera el cumplimiento abusivo o fraudulen-
zan de autonomía respecto de una presunta eje- to por parte del beneficiario para con el garante.
cución abusiva o fraudulenta.
Su naturaleza de garantía autónoma resulta
La tutela anticipada se materializa mediante incompatible con el agregado innecesario del
una acción de amparo con la finalidad de sus- art. 1810 in fine acerca del fraude o abuso mani-
pender la ejecución, siempre y cuando acredite fiesto, puesto que resultan dos esferas distintas
la violación manifiesta de derechos constitucio- y agrieta fuertemente el sentido de la figura en
nales protegidos, que el abuso y el fraude sean cuanto a su naturaleza abstracta.
notorios, dando certeza de que la ejecución ca-
Sin aquel agregado, se llega a mejores solucio-
rece de causa jurídica y de que la obligación, por
nes, en cuanto emergen de los principios gene-
lo tanto, se tornó inexigible. rales del derecho del título preliminar del Cód.
Civ. y Com., que tienen una sanción más gravo-
Kemelmajer de Carlucci sostiene que para
sa y contundente que la caución adecuada del
que el garante ejecutado pueda hacer valer el
artículo.
abuso o el fraude debe resultar de prueba lí-
quida, es decir, de modo claro, terminante y no Asimismo, se detalló la tensión de los princi-
dudoso (algunos ejemplos son los certificados pios constitucionales en juego en la ejecución
como prueba documental, laudos arbitrales y la privada, haciendo una propuesta de solución
manifiesta contradicción a la moral y las buenas vinculada a tal problemática, la cual se puede
costumbres). sintetizar de la siguiente manera: el garante pue-
de iniciar un juicio de conocimiento amplio an-
V. Los rubros de daños reclamables por tes, durante o después de la ejecución, en razón
deudor autoliquidado de que no puede oponer excepciones o defensas
que tuviera el ordenante, pero ello no obsta a ser
El acreedor (beneficiario) deberá resarcir al oído antes de la agresión patrimonial.
deudor el daño (de tipo “directo” ya ha recaído
sobre su patrimonio) si este último ha sufrido En esa línea de ideas, se sostuvo tal posición
un daño injustamente causado. Resultando los que viene siendo discutida en doctrina, anali-
siguientes: zándola en conjunto con el Cód. Civ. y Com. en
cuanto a sus facultades e institutos de proce-
1) Daño emergente: por el cobro indebido de dimientos, la pretensión preventiva y el alcance
la garantía que fue ejecutada, así como el reem- de las acciones correspondientes para las refe-
bolso de los gastos que ocasionó. ridas situaciones, todo ello en conjunto con el

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 223


Abstracción en las garantías unilaterales

alcance de sus efectos en el marco de todo el de derecho comparado, etc.); en segundo lugar,
universo jurídico vigente. porque siempre tuvo una mirada desde el de-
recho comercial, quedando la figura principal-
CAPÍTULO VII mente en la órbita de los negocios de ese tipo
(vg. compraventa internacional, contratos ban-
CONCLUSIONES carios, etc.); en tercer lugar, no obstante haber
sido tratada por ilustres juristas, su análisis no
I. Final fue generalizado al mundo doctrinal civil o, si lo
fue, lo era solo con sus notas principales.
Siempre es saludable profundizar sobre los
institutos jurídicos que tengan la potencialidad Quizás, el presente trabajo no contenga ma-
de resolver situaciones de actualidad. yores novedades que las que se encuentran en
el universo jurídico, pero sí cumple su finalidad
El presente trabajo intenta eso: profundizar
directa: exponer y lanzar a la luz las garantías
una figura desde una visión “civilista” que, re-
unilaterales desde una mirada de derecho civil,
ceptada por el código vigente unificado, siem-
para generar debate acerca de este tipo de inno-
pre se analizó desde la rama comercial del
vación legal que permite facilitar mecanismos
derecho, debido a su origen (nació como una
para generar, en última instancia, el bienestar
“garantía bancaria”).
colectivo futuro.
La visión expuesta resulta conforme a un reor-
Ello, en el entendimiento de que estas garantías
denamiento de institutos que el código propo- generan valor, reduciendo los costos de acceso al
ne, pero que, en muchos casos —como este—, crédito y de ejecución directa de la garantía; a su
merecen interpretaciones que engloben el or- vez, permiten flexibilizar y apartarse de los carac-
denamiento en su conjunto. teres rígidos de garantías tradicionales, adecuán-
Al mismo tiempo, se brinda como una cate- dose a las necesidades de los negocios actuales.
goría de acto abstracto, con todos los beneficios Esta adaptabilidad que posee la figura resulta
que de él se desprenden, pero lo agrieta fuer- conveniente en estos tiempos de crisis, porque
temente a renglón seguido, en una visión sim- permite responder a todo tipo de cambios, sean
plista e inoficiosa, considerando que el mismo políticos, económicos y sociales.
cuerpo normativo brinda herramientas más
idóneas y eficaces para resolver problemas de Por esta serie de atributos, es posible soste-
abuso de la figura. ner que las garantías unilaterales son una in-
novación jurídica que, bien utilizada y en los
Sin perjuicio de ello, la figura tiene un gran negocios jurídicos que lo posibiliten, solucio-
potencial, en virtud de que se encuentra direc- nan problemas, como se dijo, de un modo di-
tamente vinculada al crédito y a su acceso a él, recto y menos costoso, erradicando prácticas de
motor del desarrollo productivo, posibilitando especulación (vg. morosidad, litigiosidad, abu-
mayor circulación y fluidez de capitales. sos, rigorismos formales excesivos, etc.) y facili-
tando la financiación e inversión que motoriza
Entonces, teniendo esta herramienta valio-
la economía.
sa que fue poco a poco haciéndose paso en los
ordenamientos de todo el mundo, por realidad II. Síntesis de lo tratado principalmente
negocial, cabe preguntarse: ¿por qué no hay
tanto escrito de ella?, y ¿por qué no es utilizada Respecto a su regulación e interpretación vin-
con mayor asiduidad en el derecho interno? culada al desarrollo del trabajo, se han referido
las siguientes conclusiones:
Corresponde llegar a la conclusión de que,
en primer lugar, no estaba regulada, con todo II.1. Declaración unilateral de voluntad recep-
lo que ello significa (vg. incertidumbre acerca ticia
de su naturaleza jurídica, menor exposición, en
cuanto no resulta pública, incertidumbre sobre El código vigente regula este tipo de declara-
quiénes pueden emitirla, soluciones jurídicas ciones de voluntad como otra fuente de obliga-

224 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Carlos María Gallardo

ciones, conforme se encuentra dentro del libro financieros especializados (vg. locación), con-
III, título V, capítulo 5. forme el déficit habitacional de nuestro país y la
sobrerregulación al respecto, que no hace más
No obstante, no se encuentra impedimen- que contraer la oferta. Incluso pueden ser emi-
to para que sea otorgada de forma contractual, tidas por sociedades por acciones simplificadas
conforme no existen cuestiones de orden pú- (SAS), en cuanto estas cumplen con el requisito
blico que así lo indiquen; la novedad es que de responsabilidad limitada de sus socios.
unilateralmente una persona que se encuentre
dentro de las previsiones del art. 1811 puede II.3. Ejecución extrajudicial de la figura. Auto-
emitirlas obligándose con un beneficiario en tal liquidación
sentido, siempre en función de garantía de un
negocio base. Dada por la simple reclamación del benefi-
ciario (acompañada o no de alguna documen-
Lo antedicho se encontraba muy discutido en tación) para que el garante pague, no pudiendo
doctrina y jurisprudencia, por lo tanto, el Cód. oponer defensas o excepciones al respecto.
Civ. y Com. soluciona regulándola expresamen-
te. Ello posibilita al beneficiario su ejecución en
forma extrajudicial, es decir, sin juicio previo,
Esta declaración debe ser recepticia, en virtud que configura la propia ejecución patrimonial
de que el beneficiario que la va a hacer valer tie- privada.
ne que saber que fue otorgada.
Cabe destacar que también es autoliquidable
No debe confundirse el carácter recepticio el reembolso de lo pagado por el garante, en los
con aceptación. Ello es así porque el beneficia- casos en que el ordenante sea cliente del garan-
rio (acreedor del negocio base) también anali- te y tenga fondos depositados en él (ejemplo:
zará la posición de solvencia del garante en el entidades financieras, fondos de inversión, etc.)
momento de celebrar su contrato con el deudor porque, a través del contrato entre ellos, se pac-
(ordenante de la garantía), que, concomitante o ta que dichas sumas líquidas se cobrarán pos-
posterior, será garantizado con esta figura y, por teriormente al pago del garante al beneficiario.
lo tanto, puede rechazarla.
II.4. Abstracción y causalidad
Una vez emitida, es una obligación contraída.
Asimismo, puede garantizar un crédito anterior, Todo negocio jurídico presupone tener causa-
concomitante o posterior a ella. fin, por ser un elemento esencial del acto jurídi-
co (art. 282 del Cód. Civ. y Com.).
II.2. Utilidad práctica de la figura
En las garantías a primera demanda, aunque
No obstante, es frecuente su utilización en es emitida por una, todas las partes tienen inte-
el campo comercial (por entidades financie- rés en que la declaración unilateral de voluntad
ras, principalmente); propongo que la figura del emisor tenga validez, con independencia de
sea también de uso en el campo civil patrimo- la expresión de la causa.
nial, conforme pueden solucionar deficiencias
o inflexibilidad de las garantías tradicionales de La finalidad del acto consiste en garantizar
otros tipos de garantías personales (vg. fianza) o el negocio subyacente o contrato base. Pero la
derechos reales de garantía (vg. hipoteca, pren- separación de su elemento esencial, mediante
da y anticresis). una operación intelectual, desvincula el docu-
mento de su relación causal, con el fin de evitar
Puede ser también utilizada en el campo pro- que su causa entorpezca el ejercicio de los dere-
cesal como sustitución de embargos, toda vez chos emergentes de la declaración unilateral de
que otorga seguridad respecto al cobro inme- voluntad (en caso de ejecución de la garantía),
diato al simple requerimiento. favoreciendo la circulación.

La emisión de estas puede ser una oportu- A su vez, es autónoma porque importa un de-
nidad para las empresas que brinden servicios recho originario en favor del beneficiario.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 225


Abstracción en las garantías unilaterales

Ahora bien, el emisor garantiza, independien- Considero finalmente que el segundo párrafo
temente de las excepciones o defensas que el or- del art. 1810 del código vigente (elaborado por
denante pueda tener (art. 1810); aquí es donde, la comisión creada por el decreto 468/92 —art.
en su mayor esplendor, se vislumbra la abstrac- 1479—) que se agrega al texto original del pro-
ción del acto. yecto de 1998 debe ser eliminado para brindar
mayor seguridad y claridad a la situación regu-
No obstante, a renglón seguido (art. 1810 in lada, que tiene tanto potencial como la fluidez
fine), la norma vuelve sobre sus pasos y regula del sistema financiero y económico, y que, con
el caso de fraude o abuso manifiesto, agrietando ello, resulta un escollo para su difusión por fuera
fuertemente la nota de abstracción de la figura. del ámbito comercial y bancario.

Así redactado, pone en duda el carácter abs- Sin perjuicio de ello, reconozco que el presen-
tracto del acto porque regula de forma especial te trabajo no influye en el diseño de la ley, pero
caso de abuso o fraude “manifiestos”. sí en que la idea se siembre para poder discu-
tirla, en el entendimiento de que una investi-
No considero que la abstracción tenga lími- gación como la presente debe ir por delante de
tes, se pueda atenuar o sea flexible, porque son las leyes, para sugerir cambios legislativos que
dos cosas distintas: una es la operación jurídica permitan la armonía con todo el ordenamiento
de abstraer del acto su causa en el contrato base jurídico, y para mejorar el bienestar de los ciu-
para otorgarle beneficios de circulación, y otra dadanos.
muy distinta, el obrar antijurídico del beneficia-
rio, que el ordenamiento desde un principio no Repárese en que las normas influyen en el
tolera y, aún más, sanciona (arts. 9, 10 y 12 del comportamiento de los individuos y que tienen
Cód. Civ. y Com.). un objetivo. Las referidas a las garantías unila-
terales, sin duda, tienen en miras la fluidez del
A su vez, el término “manifiesto” lleva a la crédito, la facilitación de cobro, la profesiona-
mala fe, lo que torna aún peores las cosas, por- lidad del emisor, la abstracción de la causa del
que la sanción del art. 1810 in fine no se co- negocio base y la función de garantía.
rresponde con similares sanciones del mismo
cuerpo normativo (vg. indemnizar: arts. 337, La “caución adecuada” fijada por el juez en
340, 429,1009, 1581, 1957, 1962, 2305; nulidad caso de fraude o abuso “manifiesto” por prueba
del acto: arts. 45 y 365; y privación de derechos: líquida, además de inoficiosa, resulta inadecua-
arts. 10, 27 y 144). da porque contradice institutos que protegen de
un modo mucho más efectivo dicha situación.
Visualizado el problema, resulta conveniente
brindar ideas para resolverlo. BIBLIOGRAFÍA

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fo final, que busca aclarar algo oscureciéndolo
y brindando una solución que en la práctica re- ALEGRÍA, Héctor, “Las garantías abstractas o
sultará difícil de ver, porque, si el fraude es tan a primera demanda en el derecho moderno y en
manifiesto que por prueba líquida se prueba, el proyecto de unificación argentino”, Revista de
una oposición del garante ante el juez frenará Derecho Comercial y de las Obligaciones, Depal-
dicha ejecución al contrariar el orden público. ma, Buenos Aires, 1987-2.
Por lo tanto, la solución del fraude o del abuso ALEGRÍA, Héctor, “Reglas y principios del de-
manifiesto del beneficiario no encontrará sus- recho comercial”, La Ley, Buenos Aires, 2008.
tento en una caución sino por vía de los princi-
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228 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


¿El derecho de retención
es un privilegio? (*)
Vivian Cintia Díaz

SUMARIO la entrega de una cosa que poseemos por otro,


hasta ser pagados por aquel a quien la cosa per-
El interrogante que titula este trabajo cobra tenece o le es debida de una obligación de que
relevancia a la luz de la regulación del derecho nos es deudor, por razón de esa misma cosa. La
de retención en el Cód. Civ. y Com. posesión actual es el antecedente indispensa-
ble para el derecho de retención; pero es preciso
Ello así por cuanto el citado cuerpo normati- que esa posesión se funde en otro título que el
vo incluye, en la enunciación de los privilegios solo hecho de la posesión. El derecho de reten-
estatuida en el art. 2582, inciso d), el crédito del ción es de una naturaleza particular, pues no se
retenedor. puede hacer valer en juicio sino por vía de ex-
cepción. Cuando se ha perdido el hecho de la
Cabe preguntarse si esta novedad legislativa retención cuando ya no se tiene la cosa, no se
prodiga una mutación al concepto de la figura en puede reivindicar por vía de acción, porque en-
estudio o si solo agrega efectos adicionales que tonces el derecho está confundido con el hecho”.
fortalecen la eficacia jurídica del dispositivo.
En el marco regulatorio del Código Civil se
INTRODUCCIÓN presenta entonces como una facultad ejercitable
desde el flanco pasivo del vínculo obligacional,
Durante la vigencia de la ley 340, algunos au-
deslizándose su virtualidad como estandarte de
tores, si bien consideraban que el derecho de
coercibilidad, siendo esta precisamente una de
retención no era en puridad un privilegio, inter-
sus funciones primordiales.
pretaban que funcionaba como tal, empleando
el calificativo de superprivilegio, según recuerda La facultad de retención ha sido vista como un
Llambías (1), expresión atribuible a Fernández, supuesto de justicia privada, de allí que en algu-
R. L., reiterada luego por Lafaille (2). nos sistemas normativos su inserción legal solo
procede en los casos expresamente tipificados,
El Código Civil definía este instituto en el art. es decir, no reviste el carácter de principio gene-
3939: “el derecho de retención es la facultad que ral que admite su aplicación expansiva por vía
corresponde al tenedor de una cosa ajena, para de analogía. Desde otra óptica, se descarta su
conservar la posesión de ella hasta el pago de lo encuadramiento como un acto de justicia priva-
que le es debido por razón de esa misma cosa”. da, por cuanto no es satisfactivo del crédito del
retenedor (3).
La nota del art. 1547 ampliaba el concepto: “el
derecho de retención es el derecho de rehusar La retención también ha sido calificada como
“una garantía primitiva” (4) y, en ocasiones,
(*) El trabajo final de maestría fue defendido del 27 de
agosto de 2020.
(3) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “Derecho de reten-
(1) LLAMBIAS, Jorge J., “Tratado de derecho civil. Ob- ción”, Astrea, Buenos Aires,1991, p. 112.
ligaciones”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1978, t. I, p. 904.
(4) Véase BELTRÁN de HEREDIA de ONIS, Pablo, “El
(2) LAFAILLE, Héctor, “Tratado de las obligaciones”, derecho de retención en el Código Civil español”, Sala-
Ediar, Buenos Aires, 1947, t. II, p. 750. manca, Editorial Universidad de Salamanca, 1955, p. 11.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 229


¿El derecho de retención es un privilegio?

como una garantía controversial a partir de su Veremos distintas posturas doctrinarias, con
naturaleza forzada y atávica (5). breve referencia al tratamiento normativo del
derecho de retención en otros ordenamientos
Se ha dicho que el derecho de retención, pese jurídicos, tomando como punto de partida su
a su nombre, no es un derecho, sino un estado caracterización en el derecho romano.
de ausencia de exigibilidad de la obligación de
devolver (6). El Cód. Civ. y Com. aborda esta figura sin apor-
tar una definición en el segmento comprendido
Frente a la comparación con la figura del pri- entre los arts. 2587 a 2593, libro VI, “Disposicio-
vilegio, Musto dice que el derecho de reten- nes comunes a los derechos personales y reales”,
ción no es un privilegio, aunque en un aspecto título III.
aparece como una causa de preferencia de un
acreedor sobre los demás acreedores, median Maguer esta ausencia descriptiva, se advierte
diferencias notorias, pues el privilegio se man- que el derecho de retención conserva su identi-
tiene independientemente de la posesión y aun- dad en la nueva legislación, que aporta asimis-
que la cosa haya sido vendida, en este caso sobre mo novedades de importancia.
el precio. Por el otro lado, en el caso del derecho
de retención, si la cosa se enajena, el adquirente A nuestro modo de ver, la más relevante es la
siendo sucesor singular está obligado igualmen- asignación de privilegio al crédito del retenedor,
te a satisfacer el importe del crédito, pero, si es el el quid que motiva nuestra tarea.
retenedor quien la ejecuta para cobrar su crédi-
to, carece de privilegio sobre el precio (7). El esquema de trabajo es la presentación de la
consigna, su desarrollo en seis capítulos, el últi-
Vélez, quien recordaba que no es propio de la mo de conclusiones.
ley contener definiciones no jurídicas, en el tán-
dem conceptual de los arts. 3939 y la nota al art. En dirección a nuestro objetivo abordare-
1547, describía el contenido del dispositivo. mos en el primer capítulo el concepto, la des-
cripción, la evolución normativa. Dedicaremos
Regulado entonces como una figura abierta; el segundo capítulo al análisis de la naturaleza
invocable en la hipótesis de concurrencia de jurídica, los caracteres y los efectos del derecho
sus elementos, a saber: a) una obligación cier- de retención en la legislación actual y haremos
ta y exigible incumplida, b) tenencia material de una breve semblanza de su tratamiento en otros
una cosa ajena, c) relación de conexidad entre la ordenamientos, su particular regulación en el
deuda y la cosa. derecho holandés. Requisitos para su configura-
ción, la función y la operatividad del dispositivo.
En palabras sencillas, permite a quien es
acreedor de una obligación generada en rela- El capítulo tercero se refiere a la dinámica del
ción con una cosa resistir la entrega de esta a su derecho de retención, los derechos y obligacio-
dueño hasta tanto ser desinteresado de lo que es nes de las partes, los efectos frente a terceros, los
debido en razón de la cosa. aspectos prácticos de su ejercicio y los modos de
extinción del dispositivo.
Nos ubica en el plano de lo fáctico; la reten-
ción procede sin necesidad de articulación de Dedicaremos el cuarto capítulo a la aplica-
medida judicial alguna ni se requieren fórmulas ción del derecho de retención en situaciones es-
sacramentales para su constitución. peciales: a) el ámbito del derecho de familia, en
particular frente a la problemática de la protec-
(5) PIZARRO, Wilson Carlos, “El derecho de retención ción de la vivienda familiar, tanto en la esfera del
una garantía bajo sospecha”, Revista Ius et Praxis, año 15, matrimonio como en el régimen de las uniones
número 1, pág. 339-352.
convivenciales; b) en el campo del derecho con-
(6) LÓPEZ de ZAVALÍA, Fernando J., “Derechos reales”, cursal, atento al carácter universal y publicístico
Zavalía, Buenos Aires, 1989, t. I, p. 136. del proceso concursal, en línea con el principio
(7) MUSTO, Néstor Jorge, “Derechos reales”, Astrea de de la pars conditio creditorum; c) el derecho de
Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires, t. I, p. 60. retención en el contexto del derecho laboral

230 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

En el capítulo quinto abordaremos la temática - Civil: derecho que por el contrato de pren-
del derecho de retención y los privilegios. Arri- da asiste al acreedor para retener en su poder la
baremos finalmente al capítulo de conclusio- cosa pignorada hasta que se le pague el crédito
nes, como cierre al cuestionamiento de inicio. (Código Civil art.1866).

CAPÍTULO I - Mercantil: derecho que asiste a los titulares


CONCEPTO Y ETIMOLOGÍA de los créditos derivados de la construcción,
reparación o reconstrucción de un buque para
I. Las palabras y su significado retenerlo en su poder hasta que se les pague el
crédito (ley 14/2014, de Navegación Marítima,
Preferencia: la primera aproximación al tema art. 139).
en estudio nos ubica en el campo de las prefe-
rencias, campo conceptual en el cual emplaza- El cotejo de ambas formulaciones en el mar-
mos el derecho de retención y los privilegios. co del DEJ da cuenta de que el núcleo concep-
Según el Diccionario de la Real Academia Espa- tual de la figura reposa en el derecho a favor
del acreedor a retener la cosa hasta el pago del
ñola (DRAE) la palabra “preferencia”, derivado
crédito.
del latín praeferens, significa “primacía, venta-
ja o mayoría que alguien o algo tiene sobre otra I.2 Privilegio
persona o cosa, ya en el valor, ya en el mereci-
miento”. Según el DRAE, el vocablo deriva del latín
privilegium y presenta distintas acepciones; en
I.1 Retención sentido general significa:

Según el Diccionario de la Real Academia Es- a) Exención de una obligación o ventaja exclu-
pañola (DRAE), el vocablo “retención”, deriva- siva o especial que goza alguien por concesión
do del latín retentio, -onis, significa, entre otras de un superior o por determinada circunstancia
acepciones: propia.

- Acción y efecto de retener. b) Documento en que consta la concesión de


un privilegio.
- Parte o totalidad retenida de un sueldo, sala-
rio u otro haber. c) Privilegio convencional: privilegio que se
da o concede mediante un pacto o convenio con
En lenguaje coloquial con cierto sesgo jurí- el privilegiado.
dico, es frecuente el empleo de la expresión re-
tener tareas como detracción a la prestación d) Privilegio de introducción: derecho de goce
exclusivo durante plazo fijo de un procedimien-
laboral, situación esta que no se relaciona con
to industrial o de una fabricación que se im-
la figura en estudio. Asimismo, en materia tribu-
planta de nuevo en un país.
taria se utiliza el nomen “agente de retención”
para identificar a los sujetos obligados a veri- El despliegue del vocablo “privilegio” en sus
ficar la efectiva integración de los tributos me- distintos matices lingüísticos exhibe como ele-
diante la deducción de partidas. mento preponderante la noción de ventaja o
prioridad.
Refinando la búsqueda lingüística en el Dic-
cionario del español jurídico (DEJ) (8), el térmi- Sobre esta directriz se edifica el concepto ju-
no “retención” aparece vinculado al “derecho rídico de privilegio, a tenor de la definición
de retención” con dos acepciones o citas de contenida en el art 2573 del Cód. Civ. y Com.:
aplicación, a saber: “Privilegio es la calidad que corresponde a un
crédito de ser pagado con preferencia a otro.
(8) “Diccionario del español jurídico”, obra presentada Puede ejercitarse mientras la cosa afectada al
a la Real Academia Española (RAE) el 27 de abril de 2016, privilegio permanece en el patrimonio del deu-
disponible en internet diciembre 2018. dej.rae.es. dor, excepto disposición legal en contrario y el

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 231


¿El derecho de retención es un privilegio?

supuesto de subrogación real en los casos que la Aun así, la doctrina visualiza una suerte de su-
ley admite. El privilegio no puede ser ejercido so- pervivencia o latencia del concepto en el texto
bre cosas inembargables declaradas tales por la del art. 728 del Cód. Civ. y Com. (11).
ley”. Apreciamos que el legislador se inclina por b) Otra aplicación de la retención en el sis-
calificar el privilegio como “calidad” del crédito, tema romano se daba en el caso de la prenda
optando así por una de las orientaciones doctri- pignus.
narias sobre esta cuestión (9).
En el año 239 de nuestra era, el emperador
A primera vista, examinando el abanico signi- Gordiano III promulgó una constitución según
ficante de la palabra “privilegio”, vemos que no la cual, habiendo contraído un deudor varias
guarda correspondencia exacta con la noción obligaciones con el mismo acreedor, una de las
cuales se hallaba garantizada con prenda y las
de retención, si bien se advierten órbitas comu-
otras desprovistas de garantía, encontrándose
nes de aplicación de ambos institutos. el acreedor en posesión de la cosa pignorada,
aunque el deudor hubiera satisfecho el crédito
I.3. Retención en el derecho romano garantizado, el acreedor no estaba obligado a
restituirla mientras no hubiesen sido satisfechos
a) El vocablo retentio integraba en derecho ro-
también aquellos otros créditos —quirografa-
mano la expresión solutio retentio, propia de las rios— por los que no se prestó ninguna garantía.
obligaciones naturales, facultad que habilitaba
al acreedor carente de acción de reclamo para Esta disposición la encontramos en el Código
conservar el pago efectuado por el deudor (10). de Justiniano, libro VIII, título XXVI.

Análogamente, recordemos que el Código Ci- c) La retención aparece como una forma de la
exceptio doli, concebida en estos términos si in
vil asignaba tal efecto de irrepetibilidad del pago
ea re nihil dolo malo A.i A.i factum sit neque fiat
a las obligaciones naturales, concebidas como (Institutas de Gayo IV 119) (12).
aquellas que no confieren acción para exigir su
cumplimiento, pero que, una vez satisfechas es- Con fundamento en la equidad, la exceptio
pontáneamente por el deudor, autorizan a rete- doli mali era concedida por el pretor a favor del
ner lo que fue dado en pago por causa de ellas deudor que había hecho gastos en la cosa que
debía restituir, frente al progreso de la acción
(art. 515 C. Civil).
reivindicatoria.
Retener el pago implica conservar la propie- Emparentamos la acepción romanista de la
dad de lo recibido en cuanto cumplimiento de retención, precisamente en el ámbito de la ex-
la obligación que hace al objeto de la obligación ceptio doli, con la nota del art. 1547 del Código
(arg. art. 724 C. Civil entonces vigente). Civil, en la que Vélez refiere que el derecho de
retención es de naturaleza particular, pues no se
El Cód. Civ. y Com. ha preterido la referencia puede hacer valer en juicio sino por vía de ex-
a las obligaciones naturales bajo esa identifica- cepción.
ción.
Volveremos sobre este punto, discrepamos de
esta idea e interpretamos que nada obsta a que
(9) SANTARELLI, Fulvio G., en ALTERINI, Jorge H.,
“Código Civil y Comercial comentado. Tratado exegé-
pueda plantearse el reconocimiento del dere-
tico”, La Ley, Buenos Aires, 2016, 2ª ed. actualizada y au- cho de retención de modo activo (13).
mentada, t. XI, p. 931.
(10) BUENO DELGADO, Juan Antonio, “Precedentes (11) SANTARELLI, Fulvio G., en ALTERINI, ob. cit.
romanos del derecho de retención de la prenda”, Re- (12) BUENO DELGADO, Juan Antonio, ob. cit.
vista Internacional de Derecho Romano, sitio web www.
ridrom.uclm.es Abril -2013, disponible en internet en (13) www.juba.scba.gov.ar. Causa No 120719 Juzgado
diciembre de 2018. en lo civil y Comercial No 1 La Plata — “Constance, Gra-

232 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

II. Breve semblanza de su regulación en desposesión involuntaria del bien no extingue


otros ordenamientos el derecho de retención, la parte que ejerce este
derecho puede reivindicar el bien, sin perjuicio
El tratamiento de la figura en distintas legis- de las reglas de la prescripción”.
laciones exhibe dos modalidades centrales: or-
denamientos que carecen de reglas generales II.1. Derecho de retención en el Código Civil
sobre el derecho de retención y otros que sí es- holandés
tablecen principios sobre la retención, con un
sistema orgánico o sin este (14). Recalamos brevemente en la legislación de
los Países Bajos (16) de 1992, por cuanto regu-
Dentro de este grupo algunas codificaciones la el instituto de un modo diferente, como una
portan enunciaciones taxativas sobre la proce- figura ampliada, si bien su definición es seme-
dencia de la facultad de retención y otras adop- jante a la de otros ordenamientos, a saber: “el
tan una técnica legislativa que podemos llamar derecho de retención es la facultad que compe-
casuista con indicación de supuestos particula- ta en los casos indicados por la ley a un acree-
res de procedencia del instituto. Se ha ubicado dor, para suspender el cumplimiento de una
en tal parámetro nuestro Código Civil derogado. obligación de entrega de una cosa a su deudor
hasta que se satisfaga el crédito (art. 3:290, Có-
Leiva Fernández ha sistematizado el punto, digo Civil holandés) (17).
indicando que carecen de reglas generales, en-
tre otros, el Código Civil español, Código Civil Su estructura aparece fuertemente ligada a
francés original, Código Civil Italiano de 1942, la excepción de incumplimiento (acorde con la
Código Civil de Chile, Código Civil, Código Ci- regulación del tema en el BGB) que puede ejer-
vil de Uruguay, el anterior Código Civil de Brasil. citarse preventivamente ante la fuerte probabi-
lidad de que el deudor no cumpla con el pago
Entre los ordenamientos que contienen prin- esperado, tratándose en la especie del no cum-
cipios generales sobre el derecho de retención plimiento de la obligación principal, o bien de
ubicamos el Cód. Civ. y Com., el Código Civil de una accesoria (art. 6: 52, art. 6 :57, CCH).
Japón, que posee un capítulo específico, el Có-
digo Suizo, Código Civil de Perú, Código Civil de Opera como un factor de estímulo hacia el
Paraguay, entre otros (15). deudor, instándolo a cumplir con lo debido.

El Código Civil de Quebec, vigente desde Lo más significativo es que la excepción de


2008, regula el instituto del derecho de reten- incumplimiento y el derecho de retención pue-
ción junto a la excepción de incumplimiento, den invocarse por no haber cumplido una pres-
dotando a la figura de oponibilidad frente a ter- tación en un contrato previo entre las mismas
ceros, con aptitud para el ejercicio de la acción partes. A modo de ejemplo, en la hipótesis de
reivindicatoria. almacenamiento o depósito de mercaderías, el
depositante puede rehusar la entrega de las co-
El art. 1592 establece: “Cualquier parte que, sas ante la falta de pago por parte del acopiador
con el consentimiento de su cocontratante tiene de otra operación.
un bien que pertenece a éste, tiene el derecho
de retenerlo hasta el pago total del crédito que Esta fuerza expansiva y diferente de la figura
tiene contra él, si es exigible y está íntimamente se advierte asimismo en su oponibilidad frente a
vinculado al bien que tiene”. A renglón seguido, terceros; así, el acreedor puede invocar el dere-
el art. 1593 dispone: “El derecho de retención
ejercido por una parte es oponible a todos. La (16) ZWISTER, R., “El derecho de retención en el nue-
vo Código Civil holandés”, Revista de Derecho Privado,
ham Paul S/ Incidente de reconocimiento de derecho de Nueva Época, año I, número 2, mayo-agosto 2002, ps. 89-
retención”. 109 disponible en internet en diciembre 2018.

(14) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., ob. cit., p. 81. (17) Versión en español que corresponde a la traduc-
ción de Van Reigersberg Versluys, Juan Guillermo, cate-
(15) Ibidem, p. 82. drático de la Universidad de Granada, citado por Zwister.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 233


¿El derecho de retención es un privilegio?

cho de retención contra terceros que hayan ad- recho de retención consiste en un remedio efi-
quirido un derecho sobre la cosa, después que caz que tiene el acreedor frente al deudor para
se hubiera originado su crédito y tuviera la cosa decidir a este a pagar lo que debe. Es una suer-
en su poder (art 3: 291 CCH). te de prenda que autoriza al acreedor a retener
la cosa del deudor mientras no se le pague (20).
El derecho de retención goza de un importan-
te privilegio, plasmado en el art. 3:292 CCH, en Leiva Fernández, autor de la obra más comple-
cuanto dispone que el acreedor puede perseguir ta en la materia, propone la siguiente definición:
su crédito sobre el bien con prelación por enci- “Derecho de retención es la facultad legal, reco-
ma de todos los que pueda ser invocado el dere- nocida genéricamente a todo acreedor civil, de
cho de retención. legitimar por su sola voluntad la manutención de
una relación real sobre una cosa, total o parcial-
El límite explícito a esta potente facultad ju- mente ajena e incluso propia que, establecida al
rídica es la interdicción del abuso del derecho, amparo de la ley, ha devenido ilegítima con la fi-
editado por la legislación holandesa en el art. 13 nalidad de constreñir al cumplimiento volunta-
del CCH. rio de una obligación de dar suma de dinero, que
es debida por razón de esa misma cosa, y que sal-
III. Derecho de retención en el sistema ar- vo los casos de retención anómala, sólo autoriza
gentino a su titular a mantenerse en la relación real hasta
que se extinga el crédito, o su acción, o se garanti-
III.1. Concepto ce su cumplimiento” (21).
Referenciamos ya las definiciones conteni- Trigo Represas entiende que el concepto que
das en el Código Civil —art. 3939 y nota del art. la ley establece en el art.3939 del Código Civil es
1547—, consignando que el Cód. Civ. y Com. no plenamente aceptable (22).
incluye definición legal del instituto, si bien el
art. 2587 describe claramente la operatividad de Kiper concluye que se trata de un remedio al
la figura. que puede recurrir el acreedor con el objeto de
compeler al deudor a pagar la deuda, de modo
Acuña Anzorena describe que “el derecho de que, mientras no se verifique este pago, aquel
retención es la facultad reconocida al poseedor podrá retener la cosa que fue su objeto (23).
o al tenedor de una cosa perteneciente a otro o
con derecho sobre ella, para conservar la pose- Mariani de Vidal expresa que es la facultad re-
sión o la tenencia, hasta el íntegro pago de lo conocida legalmente a todo acreedor que reú-
que se le adeuda civilmente debido a esa cosa, na las condiciones exigidas, para legitimar por
por aquel a quien la misma pertenece o le es de- su sola voluntad la conservación de la detenta-
bida” (18). ción de la cosa con la finalidad de provocar el
cumplimiento de una obligación vinculada con
Alterini considera el derecho de retención dicha cosa (24).
como una manifestación de un derecho perso-
nal que constituye un efecto propio del crédito,
(20) LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, “Tratado de derecho
que le confiere al acreedor la posibilidad de he- civil. Obligaciones”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, t. I, p.
cho de estar en tenencia de la cosa de su deudor, 894.
retenerla hasta ser cobrado (19).
(21) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., ob. cit., p. 85.
Llambías, al comentar la definición contenida (22) CAZEAUX, Pedro N. — TRIGO REPRESAS, Félix
en el art. 3939 del Código Civil, dice que el de- A., “Compendio de derecho de las obligaciones”, Librería
Editora Platense S.R.L., La Plata, 1994, t. I, p.268.
(18) ACUÑA ANZORENA, Arturo, “El derecho de re- (23) KIPER, Claudio, “Tratado de derechos reales. Có-
tención en el Código Civil argentino”, Abeledo Perrot, digo Civil y Comercial de la Nación Ley 26.994”, Rubinzal
Buenos Aires, 1929, p. 17. Culzoni Editores, Santa Fe, 2016, t. II, p. 792.
(19) SANTARELLI, Fulvio G. en ALTERINI, ob. cit., p. (24) MARIANI de VIDAL, Marina, ABELLA, Adriana,
960. “Derechos reales en el Código Civil y Comercial”, Zavalía,

234 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

III.2. Evolución normativa nía que “el depositario tiene derecho a retener la
cosa depositada, hasta el entero pago de lo que
III.2.a. Código Civil se le deba por razones del depósito...” (25); en
igual sentido, Vallespinos (26).
El Código Civil contenía una regulación or-
gánica del derecho de retención, conformada - Tenencia: el tenedor de una cosa ajena tenía
primordialmente por los arts. 3939 a 3946. Tal derecho a retenerla hasta ser indemnizado res-
núcleo genérico se integraba a su vez con la nota
pecto de los gastos de conservación o mejoras
descriptiva de art. 1547, que incluía una defini-
necesarias que ha efectuado (art. 2466).
ción de la figura y otras normas que constituían
aplicaciones específicas del dispositivo. - Posesión y mejoras: en el ámbito de la pose-
Este tratamiento normativo, calificado como sión, tanto el poseedor de buena fe como el de
casuista, ha motivado críticas de la doctrina en mala fe gozaba del derecho de retención de la
orden a determinar si tales enunciaciones dis- cosa poseída hasta el reintegro de lo adeudado
persas subvierten la naturaleza genérica de su por mejoras (arts. 2428, 2440 y 2441). El sistema
regulación. no habilita la retención a favor del poseedor vi-
cioso.
Desde otra óptica, se reconoce al codificador
el acierto de haber regulado un capítulo espe- - Condominio: aquí el derecho de retención
cial en la materia. se ejercita sobre la cosa parcialmente ajena, fa-
cultad reconocida entonces al copropietario
III.2.b. Supuestos legales de aplicación del de- que ha solventado gastos de reparación o con-
recho de retención en el derogado Código Civil servación de la cosa común (arts. 2685 y 2686).
- Compraventa: art. 1384 —atinente a este - Usufructo: el art. 2891 se refería a la hipótesis
contrato, en caso de pacto de retroventa, el ven- de reparaciones efectuadas por el nudo propie-
dedor originario debe reintegrar al comprador, tario, quien puede retener la cosa — en la es-
además del precio de venta, los gastos del con-
pecie propia — hasta el reintegro por parte del
trato y las mejoras que no sean voluntarias; has-
usufructuario. Configuraría ello un supuesto de
ta tanto no haya cumplido tales obligaciones, el
vendedor primitivo no puede entrar en pose- retención anómala o irregular.
sión de la cosa—.
- Prenda: caso típico de derecho de retención,
- Locación: sumado a lo dispuesto en el art. reconocido a favor del acreedor prendario, has-
1547 y su nota, conforme el art. 1618, el locatario ta tanto el deudor reembolse las expensas nece-
puede negarse a restituir la cosa locada, mien- sarias y útiles (arts. 3228 y 3229).
tras no sea satisfecho el pago de las mejoras que
se le adeuden, o bien hasta que el locador depo- Cabe destacar que el sistema no reconocía
site o afiance el pago de ellas a su liquidación. derecho de retención a favor del comodatario,
más allá de su rol de tenedor de la cosa, por los
- Mandato: establecía el art. 1956 que el man- fundamentos expuestos por el codificador en
datario, hasta ser pagado de los adelantos y la nota al art. 2278. En igual sentido se orienta
gastos y de su retribución o comisión, puede la legislación vigente que deniega el derecho
retener en su poder cuanto basta para el pago, de retención en el caso de comodato (art. 2587
cualesquiera bienes o valores del mandante se Cód. Civ. y Com.).
hallen a su disposición. Cabe aquí una salvedad.
Volveremos sobre este punto. (25) DO CAMPO, Adriana R.E., FORTE, Rober-
to, “Derecho de retención y derecho a retener. Su
- Depósito: reproduciendo en líneas generales análisis comparado en el contrato de depósito”, AR/
lo dispuesto en el art. 3939, el art. 2218 dispo- DOC/2441/2014.
(26) VALLESPINOS, Carlos G., “El derecho de reten-
Buenos Aires, 2016, t. 2, p. 530. ción en el contrato de depósito”, LA LEY 1979-D, 669.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 235


¿El derecho de retención es un privilegio?

III.2.c. Supuestos legales de aplicación del de- y ejercitable reunidos los recaudos del art. 3939,
recho de retención en el derogado Código de no gozaba de privilegio, y el crédito a favor del
Comercio retenedor cedía frente al acreedor privilegia-
do (28).
Paralelamente a las normas civiles, en materia
mercantil, el Código de Acevedo confería dere- II.2.e. Supuestos legales de aplicación del de-
cho de retención a los barraqueros y administra- recho de retención en la ley 24.522
dores de depósitos (art 130).
A su turno, la Ley de Concursos y Quiebras
La misma facultad era reconocida en el marco 24.522 asigna un rol de privilegio al derecho de
del contrato de transporte al porteador confor- retención, que tiene un privilegio especial, pero
me el art. 196; a lo cual se agrega lo dispuesto en ubicado en el quinto lugar (art. 241 inc. 5º).
el art. 279, inc. 1º, a favor de los comisionistas, y
en el art. 280 respecto de los consignatarios. El conflicto de privilegios especiales se rige por
el orden de los incisos (art. 243), prevalece sobre
III.2.d. Supuestos legales introducidos por la los créditos con privilegio especial preferentes si
ley 17.711 la retención comenzó a ejercerse antes de nacer
dichos créditos privilegiados (art. 243 inc. 2º).
Sancionada en el año 1968, esta ley introdu-
jo modificaciones importantes en el articulado En efecto, en la hipótesis de concurrencia del
del Código Civil. Relativo al tema que nos ocupa, crédito a favor del retenedor y del acreedor con
las novedades se incorporaron a los arts. 3943 y privilegio especial, aquel desplaza al segundo si
3946. Al primero de ellos —3943— se le hizo un ha comenzado a exteriorizarse con anterioridad.
agregado: “el Juez podrá autorizar que se susti- Volveremos sobre este punto en el capítulo si-
tuya el derecho de retención por una garantía guiente.
suficiente.”, modificación que fue vista con be-
neplácito por la doctrina y por consolidada ju- En el supuesto de quiebra, el derecho de re-
risprudencia. tención se extingue por imperio de lo dispuesto
en el art. 131 de la LCQ: “La quiebra suspende el
Por otro lado, el art. 3946 quedó redactado de ejercicio del derecho de retención sobre bienes
esta manera: “el derecho de retención prevalece susceptibles de desapoderamiento, los que de-
sobre los privilegios especiales, inclusive el hi- ben entregarse al síndico, sin perjuicio de lo dis-
potecario, si ha comenzado a ejercerse ante de
puesto por el art. 241 inc. 5º”.
nacer los créditos privilegiados. El derecho de
retención o la garantía otorgada en sustitución, III.2.f. Supuestos legales de aplicación del de-
subsiste en caso de concurso o quiebra”. recho de retención en el Cód. Civ. y Com.
Tal vigorosa protección del crédito del retene- La nueva legislación no contiene una defini-
dor motivó que la doctrina calificara el derecho ción de la figura y dedica a su regulación los arts.
de retención como un “superprivilegio”, pese a 2587 a 2593, ubicados en el título III del libro sex-
no hallarse incluido en la enumeración de los to, “Disposiciones comunes a los derechos per-
privilegios contenida en el sistema (27). sonales y reales”. Se incluye así un breve capítulo
Aparece aquí entonces la primera vinculación de regulación específica de la materia.
conceptual entre el derecho o facultad de reten- El art. 2587 inaugura su tratamiento abordan-
ción y el sistema de privilegios, el quid de nues- do el tema desde la legitimación para su ejer-
tra tarea. cicio, por cierto, amplia, tal como corresponde
a una garantía legal no pactada por las par-
Como vimos, en el Código de Vélez original, la
tes (29).
retención, si bien facultad amparada por la ley
(28) LLAMBÍAS, Jorge J., ob. cit., p. 900.
(27) LLAMBÍAS, Jorge J., ob. cit., p. 904, nota 520 bis,
con cita de MOLINARIO, Alberto, “Los privilegios en el (29) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. en RIVERA, Julio
derecho civil argentino”. César — MEDINA, Graciela, “Código Civil y Comercial

236 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

La norma precitada dispone que “todo acree- Abandonando entonces la impronta casuista
dor de una obligación cierta y exigible puede que se advierte en el Código Civil, y que dio pie
conservar en su poder la cosa que debe restituir para la crítica de la doctrina, se adopta una fór-
al deudor, hasta el pago de lo que éste le adeude mula general de procedencia de la figura y solo
debido a la cosa. Tiene esa facultad sólo quien se incluye de modo explícito el ejercicio de la fa-
obtiene la detentación de la cosa por medios que cultad de retención por parte del locatario en la
no sean ilícitos. Carece de ella quien la recibe en norma del art. 1226, Cód. Civ. y Com.
virtud de una relación contractual a título gratui-
CAPÍTULO II
to, excepto que sea en el interés del otro contra- NATURALEZA JURÍDICA. CARACTERES
tante”.
I. Naturaleza jurídica
La fuente mediata de esta norma se correspon-
de con el art. 2526 del proyecto de 1198 para la Re- La naturaleza jurídica del derecho de reten-
pública Argentina, ambos textos, en esta materia, ción ha dado pie a distintas posturas doctrina-
obra intelectual de Leiva Fernández. rias que identifican el dispositivo de manera
diversa: como un derecho real, como un dere-
Al sesgo del reconocimiento de tal legitima- cho personal, como accesorio del crédito, como
ción expansiva, el código ha zanjado el deba- una facultad; otras posturas lo califican como un
te doctrinario pendular entre las posturas que híbrido. Veamos.
propiciaban la regulación taxativa de la figura y
las que proponían su procedencia por extensión I.1. Derecho real
analógica.
Salvat, Acuña Anzorena, Molinario caracteri-
El legislador emplea los términos “derecho” zan el dispositivo como un derecho real, pese a
de retención y “facultad” de manera indistinta, la falta de enunciación propia en el decimonóni-
como expresiones intercambiables con idéntico co art. 2503 del Código Civil, con sustento prin-
cipal en la relación directa que se entabla entre
estatus jurídico.
el acreedor retentista y la cosa, la especial opo-
El criticado concepto del art. 3939 del Cód. Ci- nibilidad erga omnes del derecho de retención,
signo distintivo de los derechos reales, sumado
vil (por su imprecisión técnica) es debidamen-
a ciertos rasgos afines con el ius preferendi y el
te ajustado: cualquiera sea la relación de poder ius persequendi, sin duda matriz genérica de es-
de las partes con la cosa (posesión o tenencia tos derechos.
—arts. 1908 y ss., Cód. Civ. y Com.—), el acree-
dor tiene el derecho de retenerla, si se verifican I.2. Derecho personal
las condiciones legales, que no son pocas (30).
Otro sector describe la retención como un
La norma delimita las condiciones de ejercicio derecho personal, que confiere una ventaja in-
y marca los casos en los cuales el dispositivo no herente a los derechos creditorios, que resulta
es invocable, como ocurre cuando la cosa es ha- inseparable de ellos y que opera como una ga-
bida por el retenedor por medios ilícitos o con rantía (Lafaille, Compagnucci de Caso, Pizarro y
causa en una relación contractual a título gratui- Vallespinos, entre otros).
to, excepto que sea en el interés del cocontratan-
te (31). I.3. Facultad o atribución del crédito

Ha sido caracterizado asimismo como una fa-


de la Nación comentado”, La Ley, Buenos Aires, 2014, t. cultad o atribución del crédito, es decir, con una
VI, p. 736. impronta de accesoriedad, no participa de la
(30) OSSOLA, Federico A. en RIVERA, Julio César — categoría de los derechos reales, siendo una de
MEDINA, Graciela, “Derecho civil y comercial. Obliga- las atribuciones que surgen del crédito, y solo se
ciones”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2017, p. 830. concede con carácter excepcional cuando se re-
(31) PETTIS, Christian R., en LORENZETTI, Ricardo únen los requisitos exigidos por la ley a favor de
Luis, “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, un acreedor que es al mismo tiempo deudor de
Rubinzal — Culzoni Editores, Buenos Aires, 2015, t. XI, p. la obligación de restituir la cosa (Moisset de Es-
453. panes, Diez Picazo).

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 237


¿El derecho de retención es un privilegio?

I.4. Excepción procesal cho la facultad de retener y, eventualmente, de


solicitar la venta judicial de la cosa para hacer
Atendiendo a su modalidad de ejercicio, algu- efectiva la garantía patrimonial; en tanto que el
nos autores postulan que se trata de una excep- sujeto pasivo del derecho de retención (el deu-
ción procesal, subrayando el aspecto pasivo de dor) tiene el deber jurídico de tolerar dicha si-
la figura, en cuanto resistencia a la restitución de tuación (36).
la cosa (en este sentido, Trigo Represas, Alteri-
ni, A., Ameal, López Cabana). Por otro lado, Ale- I.8. Calidad de crédito
jandro Vásquez entiende que debe sustraerse al
derecho de retención de la clasificación propia En este sentido, el criterio doctrinario que vi-
de los derechos subjetivos patrimoniales, ya que sualizó el derecho de retención como una ca-
debe calificarse como una excepción (32). lidad o atributo del crédito recibe apoyatura
merced a la calificación de los privilegios en
I.5. Excepción dilatoria igual sentido, conforme la pauta normativa del
art. 2573 (37).
Llambías subraya que su prerrogativa equivale
a una excepción dilatoria por la cual el retenedor I.9. Nuestra opinión
se resiste a ser desapoderado de la cosa que se
le reclama hasta ser desinteresado (33). En igual Interpretamos que se trata de un instituto de
sentido se expiden Silvia Tanzi y Carlos Fosacec- naturaleza compleja, en cuanto no es plena-
ca (34). mente identificable bajo el distingo binario en-
tre derecho personal y derecho real. Tampoco es
I.6. Hecho. Facultad aprehensible desde la órbita del derecho proce-
sal, ya que, a nuestro modo de ver, excede el rol
Leiva Fernández emplaza la naturaleza del dere- de mera defensa dilatoria.
cho de retención en el plano de lo fáctico. Sostiene
que el “derecho” de retención es solo un “hecho” Nos parece que es una facultad accesoria al
al que el derecho objetivo le asigna determinadas crédito cierto y exigible, nacido con relación
y muy limitadas consecuencias jurídicas. A seme- a una cosa que debe restituirse, habilitando al
janza de otras instituciones primitivas, como la acreedor retentista a sostener la cosa bajo su ór-
bita de poder hasta tanto ser desinteresado de lo
posesión o la tenencia, “no logra configurar un de-
que es debido por causa de ella.
recho” y —por ende— no cabe interrogarse sobre si
es derecho real o personal (35). II. Caracteres
I.7. Garantía real II.1. Accesorio
Ossola considera que, por el hecho de ser
La primera y distintiva nota predicable de este
una garantía real (no un derecho real de garan-
dispositivo es su carácter accesorio, respecto del
tía), genera un derecho a favor del acreedor, de
tipo instrumental, orientado a afianzar el cum- crédito cuya falta de pago habilita precisamente
plimiento. Es evidente que no se trata, en sí mis- su ejercicio. De tal aserto deriva que la facultad
ma, de una relación de obligación (como no lo de retención carece de autonomía operativa si
es ninguna garantía real), sino de una situación no existe una obligación cierta y exigible, gene-
jurídica sui generis que otorga al titular del dere- radora de crédito a favor del retenedor.

Desde este prisma interpretativo, la noción


(32) VÁSQUEZ, Alejandro “Derecho de retención”, De-
palma, Buenos Aires, p. 207.
se ajusta a la referencia normativa contenida en
los arts. 2592 inciso b) y 856 / 857 del Cód. Civ.
(33) LLAMBÍAS, Jorge J., ob. cit., p. 896. y Com. (38).
(34) TANZI, Silvia Y. — FOSACECCA, Carlos (h)
“Derecho de retención: ¿Cómo ha sido concebido en el (36) OSSOLA, Federico A., ob. cit., p. 831.
Código Civil y Comercial de la Nación?”, ADLA 2015-15-
115. (37) SANTARELLI, Fulvio G., en ALTERINI, ob. cit., t.
XI, p. 963.
(35) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. “Derecho de reten-
ción”, ob. cit., p. 194. (38) OSSOLA, Federico A., ob. cit., p. 831.

238 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

II.2. Indivisible mando ello una herramienta de orden práctico


orientada a obtener el cumplimiento de la obli-
El vocablo “indivisible” es antagónico a la gación.
idea de fraccionamiento. El carácter indivisi-
ble del derecho de retención era consagrado de Precisamente, su origen legal desaloja toda
modo explícito en el art. 3941 del Código Civil, posibilidad de asimilar este dispositivo a un
en cuanto disponía: “El derecho de retención es acto de justicia privada. Al amparo de la ley, se
indivisible. Puede ser ejercido sobre la totalidad presenta pues como una situación pasiva con
del crédito sobre cada parte de la cosa que for- potencia jurídica (40).
ma el objeto”. II.4. Transmisible
Va de suyo, pues, que, en el caso de pago par- El carácter transmisible del derecho de reten-
cial del crédito, la impronta indivisible de la ción surge de manera explícita del art. 2592, in-
facultad de retención habilita al retenedor a ciso b) del Cód. Civ. y Com.
conservar las cosas en su poder hasta el íntegro
pago de lo adeudado (Llambías, Salvat, Lafaille, En intrínseca relación con la nota de acce-
Borda, Machado, Acuña Anzorena). soriedad, la retención depende de la existencia
de un crédito al cual accede, y sigue la suerte de
Tal como subraya Leiva Fernández en sime- este en caso de transmisión por cesión o mortis
tría con lo que ocurre en materia de derechos causa (41).
reales de garantía, por ejemplo, en la hipoteca,
la garantía es indivisible, por lo cual no se res- II.5. Renunciable
tituye parte de la cosa retenida o del lote de co-
Su ejercicio permanece en la esfera de lo vo-
sas retenidas, aunque se satisfaga parcialmente
luntario, ello así, a nuestro modo de ver, no re-
el crédito (39). fiere compromiso alguno con el orden público
configurándose una facultad renunciable por
La nota de indivisibilidad es preservada en la
parte del retenedor, aunque no de manera an-
nueva legislación, en tanto el art 2592 establece:
ticipada, siguiendo en este punto el criterio de
“Efectos la facultad de retención: a) se ejerce so- Leiva Fernández, en contra de la opinión de
bre toda la cosa cualquiera sea la proporción del Vásquez, quien admite la abdicación anticipada
crédito adeuda al retenedor”. del dispositivo (42).
Respetando el atributo genérico de indivisi- II.6. Sustituible
bilidad, en razonamiento singular, Ossola pos-
tula que por analogía —si la naturaleza de la Así lo establece el art. 2589, al disponer que
cosa retenida lo permite— puede aplicarse lo el juez puede autorizar que se sustituya el dere-
dispuesto en el art. 2191 del Cód. Civ. y Com. en cho de retención por una garantía suficiente. La
su parte final, donde se dispone que la divisibi- órbita se ubica en el ámbito de lo discrecional,
lidad “también puede disponerla el juez funda- tanto en lo atinente a la concesión del eventual
damente, a solicitud de titular del bien, siempre reemplazo como a la entidad de la garantía. Así,
que no se ocasione perjuicio al acreedor, o a pe- puede estimarse como “garantía suficiente” una
tición de este último si hace a su propio interés”. hipoteca, una garantía a primera demanda o au-

II.3. De origen legal (40) SANTARELLI, Fulvio G., en ALTERINI, ob. cit., p.
970.
La retención es una facultad de carácter legal (41) CLUSELLAS, Eduardo Gabriel, “Código Civil y Co-
cuyo ejercicio procede con ajuste a lo dispues- mercial de la Nación comentado, anotado y concordado”,
to por el art. 2587 del Cód. Civ. y Com., confor- Astrea, Fen Editora Notarial, Buenos Aires, 2015, t. 8, p.
764.
(39) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “Derecho de reten- (42) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “Derecho de reten-
ción”, ob. cit., p. 272. ción”, ob. cit., p. 277.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 239


¿El derecho de retención es un privilegio?

toliquidable, una póliza de seguro de caución, Explica Alterini que se registra una suerte de
entre otras (43). latencia de esta figura en lo dispuesto por el art.
728 en cuanto dispone la irrepetibilidad de lo
III. Requisitos para su ejercicio entregado en cumplimiento de deberes morales
o de conciencia, vislumbrándose allí el gen de la
Nos referimos en este acápite a los recaudos obligación natural (47).
de procedencia de este dispositivo.
III.2. Relación de poder entre el retenedor y la
III.1. Obligación cierta y exigible cosa
En primer lugar, la viabilidad del derecho de Por definición, la figura requiere que el acree-
retención requiere la existencia de una obliga- dor retentista tenga la cosa bajo su poder. En la
ción cierta y exigible, por supuesto impaga. Así, terminología empleada en el Código Civil, la re-
el art. 2587 del Cód. Civ. y Com. acuerda el ejer- lación material entre el agente y la cosa respon-
cicio de esta facultad a todo acreedor de una día al esquema de la tenencia, como variante
obligación que reúna ambos caracteres. del haz de relaciones reales descriptas por Mo-
Enseña Alterini que la certeza debe ser enten- linario.
dida como antagónica a lo eventual, por lo cual, Al referirse al estatus jurídico del retenedor,
prima facie, parecerían hallarse descartadas las López de Zavalía lo caracteriza como “cuasi po-
obligaciones sujetas a condición (44). seedor anómalo” (48).
El retenedor debe ser acreedor de quien tie- La cosa retenida debe hallarse bajo la órbita
ne el derecho a la entrega, cualquiera sea la cau- del retenedor de forma lícita, a tenor de lo dis-
sa de la obligación (convencional o legal), que
puesto en el art. 2587 del Cód. Civ. y Com. Dicho
debe ser “cierta y exigible”, por lo que no es ejer-
recaudo de origen legal desaloja la posibilidad
citable en las obligaciones a plazo o a condición
de invocar la figura por parte del poseedor o te-
suspensivos incumplidos (45).
nedor de mala fe (arts. 1918 7 debe existir 1921
Ello así por cuanto la impronta compulsiva Cód. Civ. y Com.).
del instituto importa que este halle sustento en
En prieta síntesis, el acreedor retenedor debe
una obligación cierta, sin necesidad de añadir
ser poseedor o tenedor de la cosa (incluso en
como recaudo adicional que el crédito sea líqui-
ocasiones su propietario) y hallarse obligado a
do (46).
su “restitución”, pese a que la doctrina estima
El standard de obligación exigible presenta un que sería más apropiado hablar de “entrega”
aspecto bifronte: por un lado, importa cierta re- (Leiva Fernández, Ossola.).
ferencia a la categoría de obligaciones perfectas
III.3. Relación de conexidad entre el crédito y la
o civiles en contrapunto con las denominadas
cosa retenida (debitum cum re iunctum)
en el Código de Vélez obligaciones naturales,
per se inexigibles, ausentes con tal denomina- El crédito a favor del retenedor debe haberse
ción en la nueva legislación, y, por otro lado, generado con relación a la cosa retenida, debe
alude a que sea factible su reclamación compul- tratarse de una deuda aneja a la cosa (49).
siva.
En palabras de Leiva Fernández, el ligamen
(43) KIPER, Claudio, ob. cit., p. 798. intrínseco existente entre la obligación y la cosa
(44) SANTARELLI, Fulvio G., en ALTERINI, ob. cit, t. XI,
p. 964. (47) SANTARELLI, Fulvio G., en ALTERINI, ob. cit., p.
965 y nota 23.
(45) OSSOLA, Federico, ob. cit., p. 832.
(48) LÓPEZ de ZAVALÍA, “Derechos reales”, Zavalía,
(46) PIZARRO, Ramón D — VALLESPINOS, Carlos G., Buenos Aires, 1989, t. I, p. 138.
“Instituciones de derecho privado. Obligaciones”, Ham-
murabi, Buenos Aires, 1999, t. 2, p. 423. (49) KIPER, Claudio, ob. cit., p. 799

240 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

se califica como “conexidad objetiva relativiza- de ser retenida siempre que esté en el comer-
da” (50). cio” (53).

Preservando la directriz inscripta en el Por otro lado, ingresando ya en el fondo de la


art.3939 de Código Civil, la obligación debe exis- delimitación de la cosa, señala Leiva Fernández
tir debido a la cosa, por lo cual es razonable que que este es un requisito sin fundamento, a tenor
la facultad se ejercite respecto de esa y no otra de dos argumentos relevantes: primero, porque
cosa integrante del patrimonio del deudor. la retención se explicita por medio de una re-
lación real de tenencia y no de posesión, y se-
III.4. Cosa susceptible de ser retenida gundo, porque el propósito del dispositivo no
es incorporar la cosa retenida al patrimonio del
El derecho de retención es ejercitable respec- retenedor, sino mantenerla hasta que el deudor
to de una cosa que esté en el comercio, que deba pague lo que es debido en razón de ella (54).
restituirse y sea embargable, conforme la pauta
normativa emergente del art. 2588 del Cód. Civ. III.6. Cosa embargable
y Com. El vocablo “cosa” alude a la definición
que porta el art. 16 del CCN: bien material sus- Este requisito importa un apartamiento de la
ceptible de valor económico, incluyendo en tal solución que propiciaba el proyecto de 1998. Re-
concepto la energía y las fuerzas naturales sus- cordemos que el Código de Vélez, en el art. 3878
ceptibles de ser puestas al servicio del hombre. segunda parte, vedaba la posibilidad de ejercer
el derecho de retención sobre el lecho cotidiano
La retención conlleva la detentación material del deudor y de su familia, las ropas y muebles
de la cosa, es decir que reposa en la relación de para su indispensable uso y los instrumentos
poder entablada de manera corpórea. A par- necesarios para su profesión, arte u oficio” (55).
tir de esta premisa, cabe cuestionarse si es via-
ble su ejercicio respecto de bienes inmateriales, Señala Kiper que la exigencia respecto al ca-
como, por ejemplo, los créditos, sin identificar- rácter embargable de la cosa retenida obedece
los con los títulos o instrumentos que los consti- a que las cosas inembargables están fuera del
tuyen o representan. poder de agresión del acreedor y el derecho de
retención es una manera de agredir los bienes
La norma expresa que solo las “cosas” son del deudor (56); en igual sentido, Kemelmajer
susceptibles de ser retenidas, dejando fuera de de Carlucci (57).
tal órbita los bienes que no son cosas (art. 16
Cód. Civ. y Com.), sobre los cuales no pueden Según el art. 744 del Cód. Civ. y Com., quedan
ejercerse derechos reales ni relaciones de po- excluidos de la garantía común de los acreedo-
der, postulados que se infieren de los arts. 1883 res: “... a) las ropas y muebles de uso indispen-
y 1908 Cód. Civ. y Com. (51). sable del deudor, de su cónyuge o conviviente
y de sus hijos; b) los instrumentos necesarios
III.5. Cosa en el comercio para el ejercicio personal de la profesión, arte
u oficio del deudor; c) los sepulcros afectados a
La norma dispone que toda cosa que esté en
su destino, excepto que se reclame su precio de
el comercio puede ser retenida. No sería posi-
venta, construcción o reparación; d) los bienes
ble, entonces, retener, por ejemplo, una cosa del
dominio público del Estado (52).
(53) CLUSELLAS, Eduardo, ob. cit., p. 750.
El art. 2588 ha despertado críticas en la doctri- (54) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. en RIVERA, J C. y
na desde dos vectores, desde el ángulo formal, MEDINA, G., ob. cit., p. 741.
por cuanto podría haber dicho “toda cosa pue-
(55) CLUSELLAS, Eduardo, ob. cit., p. 751.

(50) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. “Derecho de reten- (56) KIPER, Claudio, ob. cit., p. 802.
ción”, ob. cit., p. 319. (57) KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída, KIPER, Clau-
(51) OSSOLA, Federico A., ob. cit., p. 832. dio, TRIGO REPRESAS, Félix, “Código Civil comentado.
Privilegios. Prescripción”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
(52) KIPER, Claudio, ob. cit., p. 801. 2006, p. 248.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 241


¿El derecho de retención es un privilegio?

afectados a cualquier religión reconocida por Tal derivación procede sin duda del propio
el Estado; e) lo derechos de usufructo, uso y ha- texto del art. 3939 del Código Civil: “el derecho
bitación, así como las servidumbres prediales de retención es la facultad que corresponde al
(…); f ) las indemnizaciones que corresponden tenedor de una cosa ajena...”, y de la nota del
al deudor por daño moral y por daño material art. 1547 que, al reeditar el concepto, refiere: “el
derivado de lesiones a su integridad psicofísica; derecho de retención es el derecho de rehusar
g) la indemnización por alimentos que corres- la entrega de una cosa que poseemos por otro,
ponde al cónyuge, al conviviente y a los hijos hasta ser pagados por aquél a quien la cosa per-
con derecho alimentario, en caso de homicidio; tenece o le es debida...”.
h) los demás bienes inembargables o excluidos El art 2587 del Cód. Civ. y Com., al mencionar
por otras leyes”. la cosa objeto de retención suprime el vocablo
“ajena”; así, dispone que todo acreedor de una
La legislación procesal, de naturaleza local a
obligación cierta y exigible puede conservar en
tenor de la manda constitucional del art. 5 de la su poder la cosa que debe restituir al deudor.
carta magna, excluye ciertos bienes de la garan-
tía flotante patrimonial. Al mencionar los caracteres de la cosa reteni-
da, el art. 2588 nada dice sobre el punto.
El art. 219 del Código Procesal Civil y Comer-
cial de la Provincia de Buenos Aires dispone que Ello así, la norma asienta el foco de la figura
no se trabará nunca embargo: “1º) en el lecho en la obligación de restituir la cosa, como ele-
cotidiano del deudor, de su mujer e hijos, en las mento validante de la retención, sin atender a la
ropas y muebles de su indispensable uso, ni en pertenencia de esta.
los instrumentos necesarios para la profesión
arte u oficio que ejerza; 2º) sobre los sepulcros Como bien señala Leiva Fernández, ya que
salvo que el crédito corresponda a su precio de el derecho de retención es una facultad de or-
den fáctico, lo esencial es la obligación de res-
venta, construcción o suministro de materiales;
tituir, dar, entregar la cosa por cualquier título,
3º) en los demás bienes exceptuados de embar-
por eso es concebible la retención de la cosa
go por la ley”. propia (59). Ejemplo: quien da en locación un
artefacto de alta tecnología que resulta luego
De regreso a lo establecido en la legislación de
averiado por su propia culpa y luego lo lleva al
fondo, cabe integrar a la enumeración citada en
locador, con quien contrata la reparación ya que
el art 744 del Cód. Civ. y Com. lo dispuesto en el es quien mejor conoce su funcionamiento. Lue-
art. 237 del Cód. Civ. y Com. a los bienes públi- go, como el locatario (también comitente del
cos del Estado que ostentan el carácter de inaje- contrato de obra de reparación) no le paga el
nables, inembargables e imprescriptibles. precio convenido por la reparación, su propie-
tario y prestador de la obra de reparación se en-
En contra del requisito de embargabilidad, cuentra habilitado para retenerla.
Leiva Fernández sostiene que la nueva legisla-
ción insiste en el error, porque en la retención III.8. Cosa propia
no se sigue ejecución alguna de la propiedad,
como sí acontece en otros ordenamientos (58). Leiva Fernández ha enseñado que, aún en vi-
gencia del Código Civil, si bien por regla la cosa
III.7. Cosa ajena debe ser ajena, de lege ferenda, es viable el ejer-
cicio del derecho de retención sobre la cosa pro-
La doctrina tradicional asocia el derecho de pia, toda vez que el quid de la figura reside en la
retención al concepto de ajenidad de la cosa obligación de su entrega. En tal línea de pensa-
retenida (Acuña Anzorena, Llambías, Trigo Re- miento, cita como ejemplo para fundar la reten-
presas, entre otros). ción sobre cosa parcialmente ajena el supuesto

(58) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. en RIVERA, MEDI- (59) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “Derecho de reten-
NA, ob. cit., p. 742. ción”, ob. cit., N°226, p. 306.

242 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

del 2686 del Código Civil, que autoriza al con- V. Retención de títulos y documentos en la
dómino acreedor de los restantes comuneros a actividad notarial
retener la cosa común (60).
El punto se refiere a si posible que el escriba-
Este autor entiende que, con mejor enfoque, no ejercite el derecho de retención sobre los tí-
el art. 2588 del Cód. Civ. y Com. suprime el re- tulos y la documentación cuando su requirente
quisito de ajenidad de la cosa. Agrega que nada adeude sumas de dinero en concepto de gastos
tiene que ver la propiedad de la cosa con la cali- y honorarios generados por tal labor profesio-
dad de deudor. nal.

Manifiestan su criterio a favor de la retención La eventual respuesta afirmativa importa la


sobre cosa propia Pizarro y Vallespinos (61). necesidad de afirmar que los documentos e ins-
trumentos son cosas, es decir, bienes materia-
IV. Quid de la retención sobre documentos les, y, por lo tanto, susceptibles de ser retenidos.
La verdadera función de la retención no es su-
El tema de la retención de documentos ha ge-
bastar la cosa, sino conminar al deudor a pagar
nerado opiniones dispares en la doctrina.
su deuda (64).
Preservando la línea directriz del art. 3939 del
En el ámbito de la provincia de Buenos Aires,
Código Civil, el nuevo ordenamiento, en las nor-
la ley 6925, relativa al arancel notarial, en el art.
mas de los arts. 2587 y 2588, reitera que el de-
24 establece: “... si como consecuencia de la de-
recho de retención es ejercitable sobre cosas,
terminación del honorario, gastos e impuestos
descartando de tal modo la extensión del dispo-
de la escritura, mediare reclamación y el deudor
sitivo a bienes que no son cosas y, en especial, a
no afianzare satisfactoriamente el importe re-
las prestaciones, si bien es un supuesto admiti-
querido por el Escribano, éste podrá retener los
do por Llambías.
testimonios y documentos que correspondan a
Tampoco pueden ser retenidos los documen- la parte deudora hasta el pago o afianzamiento
tos que instrumentan créditos o actos jurídicos, de su crédito”.
ya que estos son meramente el elemento que
prueba su existencia (62). Armella, a favor de la retención notarial, sos-
tiene que es derecho del escribano en el ejerci-
Compagnucci de Caso, en referencia a la re- cio de su función retener la documentación que
gulación de la figura en el Código Civil, sostie- las partes le entregaron a fin de que este realice
ne que, si se dan las condiciones establecidas la escritura pública que instrumente el acto jurí-
en los arts. 3939 y 3940, es posible conceder el dico querido por aquellas, hasta tanto se satisfa-
derecho de retención en favor de ciertos acree- ga el crédito por gastos y honorarios (65).
dores que la ley no prevé en forma expresa. Que
es admisible el reconocimiento de la facultad de Leiva Fernández introduce una distinción en
retener a favor de profesionales liberales; cita a este punto y afirma que cabe autorizar al escri-
modo de ejemplo que el arquitecto puede rete- bano a ejercer el derecho de retención sobre los
ner los planos y títulos de propiedad de su clien- títulos que ha estudiado, sobre el pagaré protes-
te hasta tanto se le haga efectivo el pago de los tado, pero no así sobre los documentos, merced
gastos y honorarios (63). a su carácter de cosas fuera de comercio (66).

(60) Ibidem, p. 307. (64) CLUSELLAS, Eduardo Gabriel, ob. cit., p. 752, 753.

(61) PIZARRO, Ramón D., VALLESPINOS, Carlos G., (65) ARMELLA, Cristina, “Tratado de derecho notarial,
ob. cit., t. 2, p. 422. registral e inmobiliario”, Ad Hoc, Buenos Aires, 1998, t. I,
p. 270.
(62) OSSOLA, Federico A., ob. cit., p. 833
(66) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “Notas sobre el
(63) COMPAGNUCCI de CASO, Rubén, “Manual de derecho de retención”, Revista de Derecho Privado y Co-
obligaciones”, Astrea, Bueno Aires, 1996, p. 260. munitario, nro. 2, año 2011, p. 267.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 243


¿El derecho de retención es un privilegio?

VI. Supuestos excluidos del derecho de re- implica el derecho de autoliquidar la cosa rete-
tención nida (67).

El derecho de retención no es ejercitable en Se discute si en algún caso si el derecho de re-


determinados casos; a modo de ejemplo, cita- tención puede erigirse en vehículo de compen-
mos las hipótesis más relevantes: sación; volveremos sobre este punto al tratar el
quid de la retención anómala.
- Cosas que pertenecen al Estado (art. 237,
CAPÍTULO III
Cód. Civ. y Com.)
DINÁMICA DEL DERECHO DE RETENCIÓN
- Personas (que obviamente no son cosas) I. Aspectos prácticos
- Partes del cuerpo humano (art. 17, Cód. Civ. I.1. Ejercicio
y Com.)
La ley establece que el ejercicio de la reten-
- Cadáveres (art. 61, Cód. Civ. y Com.) ción no requiere autorización judicial ni mani-
festación previa del retenedor. Así lo dispone
- No procede en caso de comodato (arts.1533 expresamente el art. 2589 del Cód. Civ. y Com.
y 1538, Cód. Civ. y Com.) Ello se explica por el carácter eminentemen-
te fáctico del dispositivo, cuyo esquema es en
- Cuando la cosa se recibe a título gratuito, puridad una facultad de hecho con tutela legal,
salvo que sea en interés del acreedor (art. 2587, bastando para su constitución la voluntad del
Cód. Civ. y Com.). retenedor, calificada como unilateral

- No hay retención de prestaciones (art. 2587, Su ejercicio no requiere de solemnidades es-


Cód. Civ. y Com.). peciales ni de fórmulas sacramentales. El dere-
cho de retención tiende solamente a paralizar la
VII. Función del derecho de retención acción de quien reclama la restitución de la cosa
sobre la que se ejercita, hasta que aquel pague.
Expuestos el concepto y las características de Su articulación tiene como fin práctico conser-
la figura, aflora su utilidad práctica, en orden a var una situación de hecho ya existente (68), lo
compeler al deudor a pagar aquello que debe cual evidencia que su función es defender y no
debido a la cosa retenida. atacar (69).

La impronta de la facultad de retención se Atinente al marco temporal, puede afirmarse


ubica en el territorio de las garantías o medios que la retención es un estado con vocación de
transitoriedad, en tanto su finalidad es resolver-
de conservación del crédito y se erige en una
se con el pago de la obligación en cuya garantía
herramienta legítima y eficaz; su virtualidad retiene el acreedor; por ello pueden presentarse
subsiste en tanto el retenedor continúe en la distintas alternativas.
manutención de la cosa.
La situación puede resolverse en el ámbito
Siguiendo a Leiva Fernández, la doctrina re- privado, de manera extrajudicial, con el pago de
conoce a este dispositivo dos funciones: com- la obligación y la consecuente restitución de la
pulsiva y cautelar. La primera aparece ligada al
elemento coercitivo del vínculo obligacional, en (67) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P. “Derecho de reten-
cuanto se priva al deudor del uso de la cosa has- ción”, ob. cit., p. 113.
ta tanto cancele su débito. (68) KIPER, Claudio, “Tratado de derechos reales”
Código Civil y Comercial de la Nación — Ley 26.994, Ru-
El aspecto cautelar se explicita por cuanto el binzal Culzoni Editores, Santa Fe, 2016, t. II, p. 802.
retenedor, de hecho y al amparo de la ley, auto- (69) TRIGO REPRESAS, Félix A., “Ejercitación judicial
constituye la garantía sobre la cosa, lo cual no del derecho de retención”, LA LEY 1990-E, 195.

244 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

cosa retenida (70). Fuera de esta hipótesis, re- Trigo Represas sostiene que sería extemporá-
sidenciado el conflicto en la instancia judicial, nea la invocación del derecho de retención efec-
el retenedor demandado, al ejercitar su dere- tuada al tiempo de notificarse la sentencia que
cho de defensa, puede oponer en forma de ex- ordena la entrega, especialmente si se realiza
cepción o defensa de fondo la facultad legítima después de subastada judicialmente la cosa so-
de retención con base argumental en la falta de bre la cual pretendía ejercitarse (72).
pago de su crédito.
I.2. Requisitos de procedencia
La retención es ejercitable tanto en procesos
individuales frente al deudor como en procesos Los recaudos de procedencia de la retención
colectivos frente a terceros acreedores en con- pueden sintetizarse del siguiente modo:
currencia. a) El acreedor debe estar en tenencia de la cosa
habiendo accedido a ella por medios lícitos.
En un interesante fallo citado por Kiper, la Su-
prema Corte de la Provincia de Mendoza ha es- b) Quien ejerce la retención debe ser acreedor
tablecido ciertas pautas procesales: 1) cuando de quien ostenta título para exigir la restitución,
quien opone al derecho de retención es el de- resultando irrelevante el monto de la deuda con
mandado en el juicio, debe hacerlo, si se consi- el valor de la cosa retenida.
dera que es una excepción, hasta el momento de
trabarse la litis. Pero si primero se alegó que la c) Debe existir conexidad entre la relación de
cosa era propia, la retención puede hacerse va- tenencia sobre la cosa y la deuda que pesa sobre
ler en la etapa de la ejecución de la sentencia que quien exige la restitución (73).
declaró la existencia del derecho real del actor y
ordenó la restitución. 2) Si el retenedor es un ter- I.3. Sustitución
cero no demandado, sea la cosa mueble o inmue-
ble, puede presentarse para oponerlo antes que El art. 2589 in fine del Cód. Civ. y Com. dispo-
el tribunal disponga el pago al acreedor embar- ne: “... el Juez puede autorizar que se sustituya
el derecho de retención por una garantía sufi-
gante a otros acreedores preferentes. 3) Aunque
ciente”.
el derecho de retención no es un privilegio, opera
sin embargo como tal, aun en la etapa de ejecu- La norma reconoce como antecedente directo
ción de la sentencia para, después de enajenada el texto del artìculo 3943 del Código Civil, luego
la cosa, cobrarse el retenedor obre su precio an- de la reforma de la ley 17.711, habilitando la po-
tes que otros acreedores. 4) Desde que la cosa se sibilidad de solicitar la sustitución de la cosa re-
subasta, no existe ya posibilidad de conflicto en- tenida por una garantía suficiente.
tre el adquirente de aquella y el acreedor retene-
dor, sino entre este último y quienes pretendan Esta normativa recoge la doctrina y jurispru-
cobrarse sobre el precio de la cosa, y de ahí que dencia imperante, que auspiciaba esa tesitura,
no sea decisoria su entrega al comprador, para calificándola como una solución justa, porque
tener o no por oportuna la presentación del re- de lo contrario se podría caer en actitudes abu-
tenedor. 5) Al adquirente en remate judicial no sivas por parte del acreedor, sobre todo cuan-
le interesa conocer con anticipación la existen- do el crédito fuera de controvertida existencia o
cia del derecho de retención, por cuanto le es in- desproporción entre el valor de la cosa reteni-
diferente quién habrá de resultar en definitiva el da y el monto del mismo crédito (74). De manera
beneficiario real del dinero abonado como pre-
cio (71). (72) TRIGO REPRESAS, Félix A., ob. cit.
(73) SANTARELLI, Fulvio G., en ALTERINI, Jorge H.,
(70) FERRER, Francisco en ALTERINI, Jorge H., “Có- ob. cit., t. XI, p. 169.
digo Civil y Comercial comentado. Tratado exegético”, La
Ley, Buenos Aires, 2016, t. XI, p. 970. (74) Corna, Pablo M — Amestoy, Paola K. “Evolución
del derecho de retención. Cód.Civ. Reforma de la Ley No
(71) SC de Mendoza, “Aspertec, Sol.Col. C/ Cortés y 17.711 hasta el Código Civil y Comercial Unificado”, Re-
Cía S.R.L., Hernán”, 26/06/1990, LA LEY 1990-E, 201. vista de Derechos Reales,16-03-2015.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 245


¿El derecho de retención es un privilegio?

ejemplificativa, se ha considerado garantía sufi- ten la necesitad impostergable de la sustitu-


ciente el depósito de dinero en calidad de embar- ción...” (78).
go, constitución de hipoteca por el monto de la
deuda con más accesorios, bienes suficientes da- La mentada sustitución es asimismo admitida
dos a embargo en resguardo del pago del crédito. en el marco del proceso concursal, observándo-
se cierta evolución en este aspecto.
Tanto en el esquema del Código Civil como en
el de la ley 26.994, se aprecia que el legislador La ley Nº 19.551, en su art. 265, estableció:
consagra la posibilidad de sustitución del dere- “Tiene privilegio especial sobre el producido
de los bienes que en cada caso se indica: 1.- Lo
cho de retención, supeditando la petición tan
adeudado al retenedor por razón de la cosa rete-
solo a la suficiencia de la garantía ofrecida en
nida a la fecha de la sentencia de quiebra. El pri-
reemplazo (75). vilegio se extiende a la garantía establecida por
el art. 3943 del Cód. Civ.”.
Ligado a los aspectos procedimentales, cabe
preguntarse cuál es la vía procesal idónea para A su vez, el art. 135 de ese ordenamiento legal
sustanciar la petición de reemplazo. había dispuesto: “La quiebra suspende el ejer-
cicio del derecho de retención sobre los bienes
Siguiendo en este punto a De Lázzari, inter- susceptibles de desapoderamiento, los que de-
pretamos que, mediando una litis relativa al re- ben entregarse al síndico, sin perjuicio del pri-
clamo sustancial entre las partes (por ejemplo, vilegio dispuesto por el art. 265 inc. 1°”. Cesada
acción del retenedor contra el deudor para que la quiebra ante de la enajenación del bien, con-
se lo condene al pago de su acreencia), la solici- tinúa el ejercicio del derecho de retención, de-
tud tramitará por el camino incidental (art. 175, biéndose restituir los bienes al acreedor a costa
Código Procesal de la Provincia de Buenos Ai- del deudor.
res) (76).
La ley 24.522 realiza modificaciones al régi-
No habiendo proceso de fondo ya trabado, es men del derecho de retención: el antiguo inc. 1º
decir, articulándose una pretensión autónoma, del art. 265 de la ley 19.551 se encuentra textual-
debería tramitarse bajo las normas del proce- mente reproducido en el inc. 5º del art. 241; el
so sumarísimo, resguardando la bilateralidad antiguo art. 135 de la ley 19.551 se encuentra a
en ajuste al principio constitucional de defensa su vez incorporado en el actual art. 131 de la ley
(arg. arts. 18 de la Constitución Nacional, arts. 24.522, cambiando solamente la remisión al art.
814, 823, inc. 4 y ccdtes., CPCCPBA). 241, inc. 5º.

Atinente a la legitimación activa, la solicitud La normativa concursal prevé la posibilidad


de sustitución puede formularla cualquiera que de suspensión del ejercicio del derecho de re-
tenga un interés legítimo respecto de la cosa re- tención en beneficio de la masa, sustituyendo
tenida (77). dicha facultad por una garantía suficiente,

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha Volveremos sobre esta temática.


dicho que, “para que la sustitución del derecho En orden a la jurisprudencia, citamos en este
de retención sea procedente, tal petición debe punto un caso relativamente reciente en el cual
estar acompañada de elementos que acredi- se planteó el derecho de retención en la etapa
de ejecución de sentencia introduciéndose asi-
(75) MORELLO, Augusto M., “Sustitución del derecho mismo el planteo de sustitución de la garantía.
de retención”, en Examen y crítica de la reforma del Có-
digo Civil, Editora Platense, 1971, V. II, p. 256. El decisorio despliega una interpretación del
(76) DE LÁZZARI, Eduardo N., “Medidas cautelares”, alcance de la norma del art. 2589 formulando
Librería Editora Platense, La Plata, 1988, t. II, p. 179. ciertas precisiones.
(77) MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Medios para forzar
el cumplimiento”, Rubinzal Culzoni Editores, Santa Fe, (78) CS in re, “Provincia de Tucumán C/ Timen S.A.”,
1993, p. 287. 27/09/2005, JA 2005-IV-338.

246 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


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Transcribimos fragmentos de la sentencia: “... “Tales conclusiones no surgen de la norma ya


Del texto legal podemos extraer como primera transcripta, más bien el perjuicio al actor resul-
conclusión: esta facultad judicial de sustitución ta evidente ante la obtención de sentencia favo-
no debe ejercerse de oficio, pues no está inte- rable que ordena a la demandada la restitución
resado el orden público, y puede ser controla- del bien y del cual no ha tomado aún posesión
da por el tenedor que es parte en el incidente y en cuanto a la excesiva diferencia entre el va-
que puede promover el acreedor de la restitu- lor del crédito y de la cosa, ello debe ser materia
ción. (Conf. CNCiv, Sala D 14//9/1951, JA, 1952- de decisión expresa al resolverse la excepción
I-396). Es decir, el ejercicio de la retención no planteada en el trámite de ejecución de senten-
requiere autorización judicial ni manifestación cia, el cual a la fecha se encuentra con el diligen-
previa del retenedor, pero debe oponerla si es ciamiento de la prueba ofrecida.
requerido para restituir, como en el caso que
nos ocupa. El derecho de retención se ejerce “En consecuencia, debe admitirse la sustitu-
desde que el titular de un crédito insatisfecho ción por el embargo de la misma cosa reteni-
nacido en razón de la misma cosa continúa en da (Conf. CN CIV Sala D, 6/9/1968, ED 26-513.)
su tenencia medie o no exigencia de restitución previo informe actualizado de dominio y gravá-
por parte de quien pretende la restitución de la menes del inmueble inscripto a nombre (...) el
cosa. Por ello, podemos afirmar que su ejercicio que deberá ser adjuntado por el incidentista, a
es ipso jure desde que concurren las circuns- los fines de valorar la garantía y previa verifica-
tancias que lo legitiman y no exige declaración ción ser adjuntado por el incidentista, a los fines
judicial sobre el derecho que se cautela (Conf de valorar la garantía y previa verificación de su
PODETTI, Ramiro J- GUERRERO LECONTE, suficiencia disponer el embargo ofrecido por la
Víctor, Tratado de las medidas cautelares, Bue- suma reclamada pesos ciento noventa y dos mil
nos Aires). El derecho de retención es ejercido ($192.000), con más un porcentaje para atender
por imperio de la ley y al margen de la autori- a los intereses y costas (30%). Una vez efectuado
dad de los magistrados, de modo que, a tal pro- ello, se dispondrá la entrega al mismo en el pla-
pósito, no se requiere autorización judicial, sino zo de diez días de la posesión del inmueble sito
que ha de procederse directamente por quien en calle Baigorria Nº 956 de esta Ciudad, libre
se cree beneficiario del instituto. Ahora bien, si de personas y/o cosas, bajo apercibimiento de
media una acción judicial promovida para ob- lanzamiento...” (79).
tener la restitución de la cosa, el acreedor que
lo ejerce debe requerir su reconocimiento judi- II. Efectos entre las partes
cial por vía de excepción frente a la pretensión
II.1. Derechos y deberes del retenedor
de restitución promovida, sea por el deudor, sea
por quien invoque ser propietario o poseedor de La ley 26.994 ha sistematizado de manera or-
la cosa, aunque nada adeude originariamente al denada el alcance representativo del derecho de
retenedor. retención desde el punto de vista subjetivo en
cuanto garantía autoconstituida. Así, el sistema
“La posibilidad de sustitución ya estaba con-
asigna atribuciones y deberes al acreedor reten-
tenida en el artículo 3943 del Código de Vélez,
tista con vistas a satisfacer el standard funcional
razón por la cual y ante la oposición formulada
de la figura, fijando pautas limitativas tendien-
—en nuestro caso— por la demandada quien
tes a evitar la configuración de abuso de dere-
considera que el ofrecimiento de sustitución
cho (arg. art. 10, Cód. Civ. y Com.).
desnaturaliza su derecho de retención, la cues-
tión radica en analizar si la garantía por la que se II.2. Atribuciones del retenedor
sustituye la retención puede ser personal o debe
ser real. Reitero la incidentada estima que la El art. 2590 establece de forma descriptiva las
previsión del art. 2589 del Cód. Civ. y Com. sólo atribuciones del retenedor en tres ejes concep-
resulta aplicable en los casos en que se provo-
que un perjuicio manifiestamente perjudicial o (79) Juzgado Civil y Comercial de Primera Instancia,
exista una excesiva diferencia entre el valor de la Sexta Nominación, Río Cuarto, “Castro, Mario Rubén C/
cosa y el crédito, circunstancias que a su criterio González, Rosa Argina s/ Ordinario — Sustitución de re-
no se configuran en el proceso. tención por embargo”, Expte. 8746170.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 247


¿El derecho de retención es un privilegio?

tuales: a) ejercicio de acciones, contenido que por ejemplo: art. 898 del Código Civil suizo,
comprende tanto las dirigidas al cobro del crédi- arts.772, apartado 2º, y 1003 del BGB (82).
to como las que tutelan la relación con la cosa; b)
canon por el depósito de la cosa; c) percepción II.2.a.ii. Acciones posesorias
de frutos naturales. El acreedor que ejercita la retención mantiene
una relación de poder —en denominación clási-
Agregamos a tal escenario la legitimación
ca, relación real— sobre la cosa retenida.
para reclamar daños y perjuicios, las facultades
inherentes a la transmisión del derecho y la fa- Recordemos que, en el sistema originario del
cultad para asegurar la cosa retenida, ello bajo Código Civil, el art.3939 acordaba al retenedor
los puntos d), e) y f ), respectivamente. el derecho a “conservar la posesión” de la cosa,
atribuyendo asimismo “las acciones concedidas
II.2.a. Acciones en este Código al poseedor desposeído” (art.
3944 in fine, CC).
El retenedor tiene derecho a ejercer todas las
acciones de que dispone para la conservación y Se han formulado en aquel entonces observa-
percepción de su crédito y las que protegen su ciones a la regla apuntando que, en puridad, el
posesión o tenencia con la cosa retenida. retenedor no es en esencia poseedor de la cosa,
sino tenedor de ella, precisamente porque reco-
El inciso comprende, por un lado, las acciones noce en otro la propiedad. Más allá de la perti-
respecto al crédito y, por otro, las que tutelan la nencia de tal distingo, la doctrina propugnaba
relación real, rectius, de poder sobre la cosa. la protección de toda clase de relación real, sin
distinción alguna (83).
II.2.a.i. Acciones respecto al crédito
Luego de la reforma de la ley 17.711, el nue-
El acreedor retentista está facultado como ti- vo texto del art. 2469 disipó entonces toda duda
tular de la relación creditoria para emplear los al disponer: “La posesión, cualquiera sea su na-
medios legales para efectivizar la percepción de turaleza, y la tenencia no pueden ser turbadas
su crédito. Ello es coherente con lo dispuesto en arbitrariamente. Si ello ocurre el afectado ten-
drá acción judicial para ser mantenido en ellas,
el art. 730 y sus concordantes en el marco gené-
la que tramitará sumariamente en la forma que
rico de los efectos de las obligaciones, proce-
determinen las leyes procesales”.
diendo al embargo y subasta judicial de la cosa
retenida (art. 2592, inc., Cód. Civ. y Com.) (80). La ley 26.994 preserva el diagrama del código
antecedente, en versión aggiornada, con mayor
Si bien el derecho de retención comporta en rigor técnico, acordando al retentista las accio-
su esencia, al decir de Alterini, una situación de nes que protegen su posesión o tenencia con la
hecho con potencia jurídica, tal como enseña el cosa retenida en ajuste a lo reglado en los arts.
profesor Leiva Fernández, no constituye una ga- 2238 y ss. del Cód. Civ. y Com.
rantía autoliquidable (81).
Si el retenedor es, además, titular de un derecho
En esa dirección, conforme la legislación ar- real sobre la cosa, tal sería el caso de la retención
gentina, la calidad de retenedor no confiere la
facultad de vender por sí la cosa retenida, cues- (82) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “El derecho de re-
tión que es admitida en otros ordenamientos, tención en el Proyecto de Código Civil. Avances y retro-
cesos”, ob. cit., p. 1272.

(80) PARELLADA, Carlos en LORENZETTI, Ricardo (83) MOLINARIO, Alberto D., “Interpretación de la
Luis, “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, protección posesoria actual en función de la historia in-
Rubinzal Culzoni Editores, Santa Fe, 2019, t. XII-C. terna”, Separata de Anales de la Facultad de Ciencias Ju-
rídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata,
(81) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “Derecho de reten- 1963, p. 45 (citado por MOSSET ITURRASPE, ob. cit., p.
ción”, ob. cit. 281).

248 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

sobre cosa propia, dispone a su vez de los medios II.2.c. Frutos naturales de la cosa
legales que emanan del derecho real respectivo.
El retenedor está facultado para percibir los
En caso de turbación o desapoderamiento, le- frutos naturales de la cosa; la ley aclara que no
siones que abren la vía tutelar posesoria, pue- está obligado a ello —art. 2590, inciso c)—. Si
de iniciar las acciones posesorias orientadas a opta por percibirlos, se establece como recaudo
mantener o a recuperar la posesión o la tenen- la necesidad de dar aviso al deudor para poder
cia. Puede incluso, si se verifican los requisitos disponer de ellos.
de procedencia, intentar la defensa extrajudicial
prevista en el art. 2240 del Cód. Civ. y Com. A partir de allí, se fija el modo de imputación
del producido, que deberá aplicarse primero a
Aquí, el legislador civil y comercial recepta el cubrir los intereses del crédito y el excedente al
antecedente del código velezano descripto en el capital. Se observa que la disposición guarda
art. 2470 del Código Civil: “el hecho de la pose- coherencia con lo dispuesto en el art. 1226 del
sión da el derecho de protegerse en la posesión Cód. Civ. y Com. en el caso del locatario.
propia, y repulsar la fuerza con el empleo de una
fuerza suficiente, en los casos en los que los au- Es atinado subrayar que, si bien la percep-
xilios de la justicia llegarían demasiado tarde; ción de los frutos naturales se perfila como fa-
y el que fuese desposeído podrá recobrarla de cultativa para el retenedor, necesariamente
propia autoridad sin intervalo de tiempo, con tal debe concatenarse dicha facultad con el deber
que no exceda los límites de la propia defensa”. de conservación de la cosa que impone la carga
de preservar su integridad y, a todo evento, su
Podemos concluir que, en este aspecto, el de- funcionalidad, por lo cual puede que, en algu-
recho de retención goza de una importante tu- nos casos, se torne imperativo percibir los frutos
tela legal. naturales.

La figura despliega un mecanismo de garantía El esquema deja fuera de la hipótesis de per-


eficaz, como fase interna del vínculo coercitivo cepción los frutos civiles e industriales descrip-
entre las partes, para compeler al deudor a cum- tos en el art. 233 del Cód. Civ. y Com. La solución
plir con la obligación a favor del retenedor. es razonable, por cuanto importaría el uso pro-
hibido de la cosa, en principio, vedado al rete-
II.2.b. Derecho a cobrar por el depósito de la nedor a tenor de lo establecido en el art. 2591,
cosa inciso a) del Cód. Civ. y Com.

Con ajuste a lo dispuesto en el inciso b) del II.2.d. Legitimación para accionar por daños
art. 2590 del Cód. Civ. y Com., asiste al retenedor y perjuicios
el derecho a percibir un canon por el depósito,
Como derivación de los efectos de la relación
desde que intima al deudor a pagar y a recibir la
de poder sobre la cosa retenida, el acreedor re-
cosa, con resultado negativo. El derecho a obte-
tentista, no propietario de la cosa, se halla ha-
ner el reembolso de los costos del depósito, en
bilitado para interponer acción resarcitoria en
simetría con lo estatuido en el art. 1356 del Cód. caso de daños y perjuicios causados a la cosa
Civ. y Com., no procede de manera automática por terceros.
desde el inicio de la retención. Ello requiere ac-
tividad útil por parte del retenedor. Entendemos que la disposición es congruen-
te con lo dispuesto por el art. 1772, inciso b) del
Ello así, debe emplazar al deudor e intimarlo Cód. Civ. y Com.
al pago del crédito y a la recepción de la cosa,
cursando ambas intimaciones. II.2.e. Transmisión
Si solo se requiere el pago del crédito, el dere- El tema es tratado en el inciso b del art. 2592
cho a la percepción del canon no nace (84). del CCN, en cuanto dispone que la facultad de
retención se transmite con el crédito al cual
(84) OSSOLA, Federico A., ob. cit., p. 835. accede.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 249


¿El derecho de retención es un privilegio?

La posibilidad de transmisión del derecho de determinar los alcances de dicho uso, incluyen-
retención era desestimada por parte de la doc- do lo relativo a los frutos; b) conservar la cosa y
trina, con fundamento en que la retención im- efectuar las mejoras necesarias a costa del deu-
ponía ciertos deberes al retentista, entre ellos, dor; c) restituir la cosa al concluir la retención y
la conservación de la cosa, de la cual no podía rendir cuentas al deudor de cuanto hubiera per-
desprenderse sin la conformidad del acreedor. cibido en concepto de frutos”.

Sin embargo, el código ha receptado la posi- Analizamos puntualmente el alcance de cada


ción mayoritaria que admite la transmisibilidad obligación.
en tanto se produzca conjuntamente con el cré-
dito al cual la retención accede (85). II.3.a. No usar la cosa retenida

II.2.f. Asegurar la cosa retenida El retenedor debe abstenerse de usar la cosa,


manda que ha sido doctrina pacífica como prin-
El retenedor tiene bajo su manutención la cipio general, al cual es dable insinuar ciertas
cosa retenida; en correlato de tal facultad, vere- precisiones.
mos que la ley le impone el deber de conservar
Se trata de una obligación de no hacer, ello
la cosa, punto que trataremos en el acápite si-
comporta una abstención.
guiente.
En una primera aproximación al explicar la
Con vistas a propender a tal objetivo, puede
interdicción de uso, se asimilaba la posición ju-
contratar cobertura de seguro que ampare los
rídica del retenedor a la del acreedor prendario.
riesgos que eventualmente podrían producirse Así, de manera casi unánime, durante la vigen-
en desmedro del valor de la cosa retenida. cia del Código Civil, la doctrina y la jurispruden-
El contrato de seguro podría formalizarse cia coincidían en sostener esta prohibición de
uso por aplicación analógica del art. 3226, refe-
mediando consentimiento o ratificación del
rido a la prohibición de usar la cosa objeto de la
deudor, en cuyo caso se aplican las reglas del
prenda. Recordemos que Lafaille caracterizaba
mandato.
la retención como una garantía “a semejanza de
Su posición es diversa si no se recibe a prio- la prenda”.
ri conformidad del deudor; allí, el retenedor en- La prohibición de uso rige como regla general.
cuadra en la hipótesis de tomador por cuenta A la par, al sesgo de la autonomía de la volun-
ajena, prevista en el art. 23 de la ley 17.418, nor- tad que orienta el espíritu de las normas con-
ma que autoriza a disponer a nombre propio de tractuales, nada obsta a que las partes puedan
los derechos resultantes del contrato asegurati- pactar lo contrario (arg. art. 958 del Cód. Civ. y
vo, si está en posesión de la póliza (86). Com.).
II.3. Deberes del retenedor De tal aserto puede inferirse que en ciertos
casos puede resultar conveniente para los inte-
Bajo el título “Obligaciones del retenedor”, reses de ambas partes que la cosa se mantenga
el art. 2591 enuncia los deberes impuestos al productiva, facilitando ello su propia conserva-
acreedor retentista, sistematizados en tres cues- ción, a lo que se agrega por cuerda la posibilidad
tiones puntuales; veamos el texto de la norma: de acordar la percepción de frutos industriales
“art. 2591. Obligaciones del retenedor. El retene- o civiles, toda vez que se trata de derechos dis-
dor está obligado a: a) no usar la cosa retenida, ponibles.
excepto pacto en contrario, en el que se puede
En esa dirección, es dable aclarar que no todo
(85) SANTARELLI, Fulvio G., LORENZETTI, Ricardo uso de la cosa retenida opera en favor del rete-
Luis, “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, nedor, sino que, como explica Leiva Fernández,
Rubinzal Culzoni Editores, Santa Fe, 2019, t. XII -C, p. 700 hay usos de naturaleza conservatoria sin los
(86) LEIVA FERNANDEZ, Luis F.P., “Derecho de reten- cuales la cosa se deteriora. Cita a modo ejem-
ción”, Astrea, Buenos Aires, 1991, p. 334. plificativo en un caballo de carrera que necesita

250 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

entrenamiento y cuidados especiales para man- tenimiento y mejoras necesarias, en ajuste her-
tener su standard de competitividad (87). menéutico al deber de conservación de la cosa.

Sintetizando la directriz que surge de la nor- Las erogaciones generadas por las citadas me-
ma, el quid para delimitar el alcance material de joras son repetibles, no así las mejoras útiles o
la prohibición de uso radica en distinguir entre suntuarias, en línea con lo establecido por el art.
el aprovechamiento por el retenedor de la cosa 1934 del Cód. Civ. y Com.
o sus frutos y el uso necesario que evita que la
cosa se deteriore o perezca. Dicha norma dispone que se entiende por:
1) mejora de mero mantenimiento: la repara-
Cabe preguntarse cuál es el origen de la pro- ción de deterioros menores originados por el
hibición de uso de la cosa, que ciertamente no uso ordinario de la cosa; 2) mejora necesaria:
surgía de manera explícita del texto del Códi- la reparación cuya realización es indispensa-
go Civil derogado. La génesis de esta idea parte ble para la conservación de la cosa; 3) mejora
de la analogía del derecho de retención con la útil: la beneficiosa para cualquier sujeto de la
relación posesoria; 4) mejora suntuaria: la de
prenda.
mero lujo o recreo o provecho exclusivo para
II.3.b. Deber de conservar la cosa. Mejoras ne- quien la hizo (incisos c, d, e, y f, art. 1934, Cód.
cesarias Civ. y Com.).

Sin duda, es ésta una de las principales obliga- II.3.c. Deber de restituir la cosa
ciones a cargo del retenedor. Al concluir la retención por alguna causa, se
activa el deber del retenedor de restituir la cosa
La manda pesa genéricamente sobre cual-
a su propietario (entonces deudor).
quier tenedor de la cosa y se hallaba presente en
la regulación del art. 2463 del Código Civil, que Generalmente, ello sucede cuando el deudor
disponía: “el simple tenedor de la cosa está obli- cancela la obligación que dio origen al inicio de
gado a conservarla...”. la retención, pero puede darse algún otro su-
puesto de extinción del derecho de retención,
El deber de conservación es plenamente lógico, por ejemplo, la renuncia.
por cuanto la cosa retenida se encuentra en esa si-
tuación únicamente con destino de garantía. El art. 2465 del Código Civil derogado dispo-
nía: “debe restituir la cosa el poseedor a cuyo
De tal manera, el deudor no pierde el derecho nombre posee, o a su representante, luego que
a la restitución de la cosa, sino que este se ha- la restitución le sea exigida conforme a la causa
lla condicionado o sujeto al cumplimiento. La que lo hizo retenedor de la cosa”.
retención opera entonces como garantía tran-
sitoria, paralizando el derecho del deudor a La restitución comprende la cosa retenida y
recuperar la cosa que le pertenece hasta tanto sus accesorios, si los hubiera, en sintonía con
desinterese al acreedor retentista. las reglas generales en el capítulo de las obliga-
ciones.
Referente al tema de las mejoras, recordemos
que el Código Civil no contemplaba de modo Debe considerarse especialmente que los fru-
específico esta situación, constituyendo un su- tos naturales pendientes, que, por ende, no han
puesto discutido por la doctrina. sido percibidos, continúan formando parte de la
cosa principal (art. 1934, Cód. Civ. y Com.) (88)
La norma en análisis endilga al retenedor la
obligación de efectuar mejoras de mero man- II.3.d. Rendición de cuentas

En la hipótesis en que el retenedor haya ejer-


(87) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., en RIVERA, Julio citado el derecho que le asiste a percibir los fru-
César, MEDINA, Graciela (dirs.), ESPER, Mariano (co-
ord.), “Código civil y Comercial de la Nación comentado”,
La Ley, Buenos Aires, 2014, t. IV, p. 758. (88) KIPER, Claudio, ob. cit., p. 828.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 251


¿El derecho de retención es un privilegio?

tos naturales de la cosa, a lo cual, recordemos, los arts. 3941, 3942 y 3946 del Código Civil y se
no está obligado, debe entonces rendir cuentas recepta, con algunos matices diferenciales, el
de lo que hubiera percibido, con ajuste a lo dis- texto del art. 2531 del proyecto de Código Civil
puesto por el art. 2591, inciso c) del Cód. Civ. y de 1998.
Com.
III.1. Indivisibilidad
III. Efectos frente a terceros
El derecho de retención es indivisible y se
Los efectos del derecho de retención frente a ejerce sobre la totalidad de la cosa; de tal ma-
terceros aparecen vinculados a la concepción nera, y más allá de los principios de integridad
de los aspectos reales de esta garantía, desde la e identidad del objeto de pago, si la obligación
óptica de la relación material del retenedor con es cumplida parcialmente, ello no implica el de-
la cosa que, al recibir tutela jurídica, proyecta caimiento o renuncia parcial de la facultad de
ciertos alcances inherentes a sus caracteres. retención.
La doctrina clásica concuerda en que, en el La regla de indivisibilidad en la fase de rela-
derecho civil argentino, el derecho de retención ción entre el crédito y la cosa era claramente
es oponible a terceros (89). enunciada en el art. 3941 del Código Civil, en el
que se establecía que el derecho de retención es
Refinando la idea, vale destacar que la men- indivisible. Puede ser ejercido por la totalidad
tada oponibilidad no implica que la facultad del crédito sobre cada parte de la cosa que for-
de retención confiera al retenedor el ius perse- ma el objeto.
quendi, por cuanto en esencia no es un derecho
real (90). Se observa que la solución es armónica con lo
dispuesto, en general, para los derechos reales
Regulación positiva: El art. 2592 del Cód. Civ. de garantía. Así, en caso de configuración de los
y Com. describe los efectos de la facultad de re- derechos reales de hipoteca, prenda o anticresis,
tención, a saber : a) se ejerce sobre toda la cosa, el pago parcial del crédito, cuando es aceptado
cualquiera sea la proporción del crédito adeu-
por el acreedor, no conlleva la extinción parcial
dado al retenedor; b) se transmite con el cré-
de la retención, que continúa siendo ejercitable
dito al cual accede ; c) no impide al deudor el
sobre la totalidad de la cosa retenida.
ejercicio de las facultades de administración o
disposición de la cosa que le corresponde, pero III.2. Transmisibilidad
el retenedor no está obligado a entregarla hasta
ser satisfecho de su crédito; d) no impide el em- Al referirnos a los caracteres del derecho de
bargo y subasta judicial de la cosa retenida, por retención, vimos que uno de los más relevantes
otros acreedores o por el propio retenedor. En es la accesoriedad. Precisamente, la facultad de
estos casos, el derecho del retenedor se traslada retención es admitida por el sistema como me-
el precio obtenido en la subasta, con el privile- dio de garantía respecto al crédito a favor del
gio correspondiente; e) mientras subsiste, inte- agente retenedor.
rrumpe el curso de la prescripción extintiva del
crédito al cual accede; f ) en caso de concurso o Desde estas premisas, debido a la medular
quiebra del acreedor de la restitución, la reten- vinculación entre el crédito y la cosa retenida,
ción queda sujeta a la legislación pertinente. no se admite la transmisión autónoma del dere-
cho de retención.
En líneas generales, se mantiene el criterio
desarrollado en los antecedentes normativos de La cesión del crédito principal comprende, a
su vez, la transmisión de la facultad de reten-
(89) ACUÑA ANZORENA, ob. cit., p. 62; VÁSQUEZ, ob. ción, para cuya efectivización es suficiente la
cit., p. 157. transmisión del crédito a través del negocio ju-
(90) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F.P., “Derecho de reten- rídico pertinente y la entrega de la cosa. En caso
ción”, ob. cit., p. 356. de cesión de crédito y del derecho de retención

252 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

anejo, deberá hacerse tradición de la cosa rete- con aquello que debe, a tenor de las facultades
nida para que aquel no se extinga (91). reconocidas históricamente en el art. 505 del Có-
digo Civil, replicadas en el art. 730 del Cód. Civ. y
III.3. Subsistencia de las facultades de admi- Com., que integran la tradicional tutela del cré-
nistración y disposición del deudor dito.
La retención no genera per se alteración algu- Pizarro y Vallespinos (92) distinguen cuatro
na en las condiciones de titularidad de la cosa; aspectos de la tutela creditoria: a) tutela satis-
así, el deudor que entregó en su momento la factiva: materializada en la ejecución in natura
cosa al retenedor conserva las facultades de ad- de la obligación; b) tutela resarcitoria: que ha-
ministración y disposición que le competen so- bilita el cumplimiento de la obligación de ma-
bre aquella. nera indirecta, a través del pago de los daños y
perjuicios como sucedáneo del objeto debido;
Podría ocurrir que durante el ejercicio de la c) tutela resolutoria, que habilita al acreedor
retención se produjera el cambio de titularidad a desligarse del vínculo obligacional en caso
de la cosa, sea por transmisión entre vivos o por de incumplimiento; d) tutela conservatoria: es
causa de muerte. aquella que apunta a mantener la garantía pa-
Queda a salvo la transmisión de los derechos trimonial del deudor mediante medidas asegu-
reales que se ejercen por la posesión, modo que rativas del cumplimiento; emplazamos aquí el
no podrá materializarse por hallarse la cosa bajo derecho de retención.
la tenencia del acreedor retentista sin que pue-
En caso de subasta de la cosa retenida, el de-
da producirse entonces la tradición respectiva.
recho del retenedor se traslada al precio obteni-
III.4. Embargo y subasta de la cosa retenida do en la realización, operándose una suerte de
subrogación real y transformándose en un pri-
A consecuencia de lo referenciado en el punto vilegio, enmarcado en los arts. 2582, inc. d), y
anterior, puede colegirse que la cosa permane- 2586, inc. b) (93).
ce en la órbita patrimonial del deudor, toda vez
que la retención no es idónea para producir per III.5. Interrumpe el curso de la prescripción ex-
se una mutación en el derecho de propiedad so- tintiva del crédito al que accede
bre la cosa.
El derecho de retención no motoriza per se
Ello es así porque el ius retentionis, si bien actividad alguna tendiente al cobro del crédito;
goza de tutela normativa, no configura un su- aun así, el legislador le atribuye efecto interrup-
puesto de garantía autoliquidable. tivo del curso de la prescripción liberatoria res-
pecto del crédito al cual accede, conforme el art.
Tampoco el hecho de la retención que no des- 2592, inc. e).
plaza la cosa del patrimonio del deudor coloca
esta fuera del comercio y a resguardo de otros La solución legislativa se inclina por el criterio
acreedores del mismo deudor. sostenido por una parte de la doctrina que soste-
nía el efecto interruptivo de la prescripción por el
Va de suyo, entonces, que la cosa es suscepti- ejercicio de la facultad de retención, entre otros
ble de ser embargada por un tercero, o bien por Acuña Anzorena, Borda, Llambías y Morello.
el propio acreedor retentista.
Otro destacable sector doctrinario, en posición
El derecho a ejecutar la cosa no deriva del es- contraria, no reconoce al derecho de retención
tatus de retenedor, sino que incumbe al acreedor
por su rol de tal, en tanto la ley le acuerda los me- (92) PIZARRO, Ramón D., VALLESPINOS, Carlos G.,
dios legales para procurar que el deudor cumpla “Instituciones de derecho privado. Obligaciones”, Ham-
murabi, Buenos Aires, 2012, citado por OSSOLA, ob. cit.
(91) KEMELMAJER de CARLUCCI, A.; KIPER, C., TRI- (93) MARIANI de VIDAL, Marina, ABELLA, Adriana,
GO REPRESAS F., (dirs.) “Código Civil comentado”, Ru- “Derechos reales en el Código Civil y Comercial”, Zavalía,
binzal Culzoni Editores, Santa Fe, 2007, p. 242. Buenos Aires, 2016, t. 2, p. 539.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 253


¿El derecho de retención es un privilegio?

el efecto interruptivo de la prescripción, entre IV.2. Pérdida de la cosa retenida: supuesto con-
ellos Highton, Vásquez, Leiva Fernández (94). templado en el inciso b)

Nuestra opinión: compartimos esta segunda Si la cosa retenida perece, ello genera la ex-
opinión por los siguientes fundamentos: tinción del derecho de retención, por falta de
sustento material, es decir, de objeto. La facul-
1) En primer lugar, si bien la retención en sí tad de retener pertenece a la órbita de lo fáctico
misma exhibe interés del acreedor —ahora re- y se asienta conceptualmente en la relación de
tenedor— en compeler al deudor al pago del tenencia que el acreedor retenedor ejerce sobre
crédito, no conlleva en sí misma despliegue de la cosa.
actividad de ejecución.
La hipótesis no contempla el caso de pérdi-
2) Como segunda idea, partimos de la base de da parcial por cuanto, a tenor del carácter de
que la retención no requiere autorización judi- indivisilidad de la facultad de retención, conti-
cial ni manifestación expresa o notificación al núa su operatividad sobre la cosa en el estado
deudor. Desde esta directriz, en un escenario en que se encuentra, punto que interpretamos
puramente fáctico, ¿cuál sería el momento en ligado al principio de concentración en materia
que se tiene por operado el efecto interruptivo?, de obligaciones. Así, cuando en el régimen de
¿podría ser quedar sujeto al plano desiderativo las obligaciones alternativas perece una de las
del retenedor? prestaciones elegibles, subsiste el vínculo res-
pecto de las restantes opciones.
Dejamos planteados los interrogantes y en-
tendemos que la solución legislativa puede oca- Nótese que la pérdida de la cosa no plantea la
sionar ciertas dificultades en la práctica. hipótesis de sustitución del derecho de reten-
ción por otra garantía, ni la subrogación real y
III.6. En caso de concurso o quiebra del acreedor traslación del resguardo hacia una suma de di-
de la restitución se aplica la legislación pertinente nero equivalente al valor de lo retenido.
La ley opta por la remisión al régimen estable- IV.3. Renuncia: enunciado en el inciso c) del
cido en la Ley de Concursos y Quiebras 24.522. artículo en análisis
En el capítulo siguiente nos referiremos al dere-
cho de retención en caso de concurso preventi- La renuncia es uno de los modos genéricos de
vo y liquidativo. extinción de las obligaciones reglado en el art.
944 del Cód. Civ. y Com. En cuanto acto abdica-
IV. Extinción del derecho de retención tivo, produce a instancias del propio interesado,
mediando aceptación del beneficiario la extin-
La figura en estudio se extingue por causa- ción del vínculo, conforme el art. 946, Cód. Civ.
les genéricas de los derechos patrimoniales y Com.
en general y también por otras específicamen-
te aplicables a este dispositivo. El conjunto es IV.4. Entrega o abandono voluntario de la
enunciado en el art. 2593 del Cód. Civ. y Com. cosa: interpretamos que el supuesto queda atra-
pado en el inciso anterior, por cuanto la pérdida
IV.1. Extinción del crédito: hipótesis contem- de la relación real sobre la cosa, a iniciativa del
plada en el inciso a) del artículo citado, que surge retenedor, sea por entrega o abandono, acarrea
como derivación directa de la nota de accesorie- el decaimiento de la retención
dad que reviste el derecho de retención, orienta-
do a garantizar la efectivización del crédito que Relacionamos este punto con lo dispuesto en
ostenta el retenedor el art. 954 del Cód. Civ. y Com. respecto a la en-
trega de la cosa dada en prenda, que causa solo
Recordemos que la extinción parcial del cré- la remisión de la prenda en cuanto garantía,
dito no genera el decaimiento de la retención. pero no la remisión de la deuda.

(94) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., en RIVERA J. C. y La norma aclara que la cosa vuelve a manos
MEDINA, G., ob. cit., t. VI, p. 765. del retenedor, la retención no renace.

254 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

IV.5. Confusión: el inciso e) dispone que la con- como vehículo para obtener la compensación
fusión de las calidades de retenedor y propietario del eventual crédito por daños y perjuicios de-
de la cosa, salvo disposición legal en contrario, rivados del robo de un contenedor.
es uno de los modos de extinción del derecho de
retención El fallo esclarece cuál es la verdadera inten-
ción de la demandada, que recurre al ejercicio
Nuevamente se incluye en la enunciación otro del derecho de retención como excusa artificio-
medio extintivo de las obligaciones que, en pu- sa para obtener una compensación que, cierta-
ridad, produce una paralización de los derechos mente, no podría lograr por no concurrir uno
de cobro, atento a reunirse por derecho propio de los requisitos principales exigidos por el art.
el doble carácter de acreedor y deudor. 819 del Código Civil. Citamos un pasaje del voto
del Dr. Pablo Heredia, que grafica conceptual-
Con acierto, Leiva Fernández apunta que es mente el punto: “…el derecho de retención no
un error incorporar la confusión por concurren- cabe invocarlo frente a la existencia de un cré-
cia de las calidades de retenedor y propietario, dito que no admite ser compensado. Es que si
por cuanto puede presentarse retención sobre se admitiese en tal caso el ius retentionis, que-
la cosa propia y, además, el art. 2587 del Cód. daría desvirtuada la finalidad que la ley per-
Civ. y Com. no refiere que la retención deba ejer- sigue al disponer que determinados créditos
cerse exclusivamente sobre cosa ajena (95). los perciba el acreedor de una manera efectiva
y no que se extingan por compensación (conf.
IV.6. Falta de cumplimiento de las obligaciones Puig Brutau, J. Fundamentos de Derecho Civil,
del retenedor o abuso de derecho Bosch, Barcelona, 1959, T.I Vol II ps. 483/484)
(...) No es posible confundir la compensación
Este último supuesto aparece con un sesgo con el derecho de retención, utilizando ambos
sancionatorio al incumplimiento imputable de institutos indistinta y ambivalentemente. Es que
los deberes impuestos por la ley al retenedor. como lo explicó hace mucho tiempo José Viñas
Mey, si bien la afinidad del derecho de reten-
Así, la infracción al deber de abstenerse de ción con la compensación ha sido exagerada
usar la cosa que surge del art. 2591, inciso a) del frecuentemente, no siendo raro encontrar en los
Cód. Civ. y Com. transforma la facultad de re- autores antiguos un estudio unitario de ambas
tención en ilícita, generando ello el decaimien- instituciones por verlas como manifestaciones
to de ese derecho. Lo mismo ocurre en caso de de una misma idea (ya sea poniendo la distin-
conducta abusiva por parte del retenedor, toda ción en el aspecto temporal —perpetua retentio
vez que el sistema consagra la interdicción del en la compensación —y temporalis retentio en
abuso de derecho en el art. 10 del Cód. Civ. y el derecho de retener— o bien en la naturaleza
Com., verdadero eje axiológico que permea el del objeto), lo cierto es que las divergencias en-
articulado del código. tre una y otro son profundas y corresponden a
una diferencia bien perceptible de naturaleza.
IV.7. Retención y compensación. Jurispruden- La compensación, en efecto, es un modo extin-
cia tivo de las obligaciones, mientras que el dere-
cho de retener un estímulo de cumplimiento y
Al analizar un antecedente jurisprudencial un medio de garantía. el ejercicio de aquélla en-
apreciamos la diferencia entre ambos institutos traña para las partes una disminución de patri-
y la necesidad de contar con un crédito cierto y monio, la inherente a la satisfacción del débito,
exigible para ejercitar la facultad de retención. lo cual no ocurre, en cambio con el derecho de
Referenciamos en prieta síntesis los anteceden- retención por no producirse cambio de propie-
tes del caso: una empresa promueve demanda dad de la cosa ni aprovechamiento de la misma.
contra otra por cobro de facturas emitidas por La primera sólo procede tratándose de sumas
servicios de transporte terrestre; al resistir la de dinero, cosas fungibles o cosas inciertas no
pretensión, la demandada invoca, entre otras fungibles, en tanto que el derecho de retener
defensas, el ejercicio del derecho de retención se aplica, principalmente, a cosas determina-
das, inmuebles o a muebles, no fungibles (....)
(95) Ibidem, p. 769. El efecto de la compensación es el mismo del

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 255


¿El derecho de retención es un privilegio?

pago, a saber, la satisfacción del crédito, aun- los de universalidad e igualdad de los acreedo-
que en la forma indirecta de liberación de una res (pars conditio creditorum).
deuda; en cambio, el ius retentionis, implica so-
lamente cierta coacción sobre el deudor y una El principio de universalidad reconoce a su
garantía de pago. Por último, la compensación vez un aspecto bifronte: en su faz objetiva afec-
extingue la acción, mientras que el derecho de ta a todo el patrimonio del deudor y en su faz
retención suspende temporalmente sus efec- subjetiva alcanza a todos los acreedores de este.
tos (conf. Viñas Mey, J El derecho de retención,
Revista Derecho Privado, Madrid, abril de 1922, Estas directrices se articulan con la nueva
No 103, pág 2. Otros autores han examinado las normativa; así, el art. 743 del CCCyN dispone
diferencias entre la compensación y el derecho que los bienes personales y futuros del deudor
de retención con resultados análogos, pudiendo constituyen la garantía común de sus acreedo-
citarse a Diez Picazo, L. Fundamentos del Dere- res, quienes pueden ejecutar estos bienes en po-
cho Civil Patrimonial, Civitas, Madrid, 1996, pág sición igualitaria, excepto que exista una causa
406, Mazeaud, H. y L. Lecons de Droit Civil, Edi- legal de preferencia.
tions MNontcherestien, París, 1963, To 3, págs.
101/102, Planiol M. y Ripert G. Tratado Práctico En materia de privilegios, el art. 2579 del Cód.
de Derecho Civil, Cultural S.A., La Habana, 1946 Civ. y Com. establece que, en los procesos uni-
To 6, Vol 1, p.620, Salvat R. y Argañaras, M. Tra- versales, los privilegios se rigen por la ley apli-
tado de Derecho Civil Argentino — Derechos cable a los concursos, exista o no cesación de
Reales, Buenos Aires, 1960, ToIV, pags 752/753, pagos. A renglón seguido el art. 2580 dice que
Fernández, R. Tratado teórico práctico de la los privilegios generales solo pueden ser invo-
hipoteca, la prenda y demás privilegios, Bue- cados en los procesos universales, rigiéndose
nos Aires, 1941, To 2, pág 351, Vásquez, A. De- siempre por la Ley de Concursos y Quiebras.
recho de Retención, Buenos Aires, 1962, págs..
Señala Junyent Bas (97) con toda claridad
23/24)...” (96).
que los procesos universales quedan sujetos al
CAPÍTULO IV régimen de privilegios de la ley concursal en lo
EL DERECHO DE RETENCIÓN EN atinente a la graduación de cobro de los acree-
SITUACIONES ESPECIALES dores, despejando así las dudas que generaba
entonces la normativa del Código Civil, en espe-
I. El derecho de retención en el ámbito con- cial los arts. 3879, 3880 y 3918.
cursal
El retenedor, en cuanto acreedor del deu-
I.1. Introducción dor en el marco del concurso preventivo o de
la quiebra, está comprendido en el conjunto de
Hemos anticipado alguna referencia a este reglas generales que afecta la ejercitación de su
punto al comentar la regulación del derecho de derecho de cobro individual, sujeto a las coor-
retención en el sistema jurídico de nuestro país. denadas de la pars conditio creditorum.

La ley concursal vigente 24.522 regula dos ins- I.2. El derecho de retención en el concurso pre-
titutos diferentes: el concurso preventivo y la ventivo
quiebra, que se tornan operativos en caso de ce-
sación de pagos, es decir, un estado de impoten- Recordemos que en la etapa de concurso el
cia patrimonial generalizada y permanente del deudor continúa administrando sus bienes bajo
deudor. el control de la sindicatura con las limitaciones
propias del instituto (art. 16, LCQ).
El proceso falencial tiene una matriz propia,
acuñada sobre principios especiales, entre ellos En el escenario de concurso preventivo, el de-
recho de retención es tolerado por el legislador,
(96) Voto Dr. Pablo D. Heredia en CNCom., Sala D,
“Ibarra Hnos.Transporte de Gustavo y Diego Ibarra S.H. (97) JUNYENT BAS, Francisco, MOLINA SANDOVAL,
C/ América Latina Logística Mesopotámica S.A. s/ Ordi- Carlos A., “Ley de Concursos y Quiebras comentada”,
nario”, 07/12/2011. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2009, 2ª ed., t. II, p. 519.

256 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

y el retenedor mantiene la facultad de sostener patrimonio, eluda su responsabilidad o afecte la


la cosa retenida bajo su manutención. La úni- igualdad entre los acreedores.
ca alternativa que asiste al concursado en este
punto es solicitar la sustitución por una garan- En línea con tales directrices, el art. 131 de la
tía suficiente, tal como disponía entonces el art. LCQ dispone que “la quiebra suspende el ejerci-
3943 del Código Civil, y de conformidad con lo cio del derecho de retención sobre bienes sus-
estatuido en el art. 258 del Cód. Civ. y Com. y el ceptibles de desapoderamiento, los que deben
art. 17 de la LCQ. entregarse al Síndico, sin perjuicio del privilegio
establecido por el art. 241 inciso 5º. Cesada la
No existe norma que otorgue tratamiento al quiebra antes de la enajenación del bien, con-
derecho de retención en el plexo concursal pre- tinúa el ejercicio del derecho de retención, de-
ventivo (léase: arts. 1° a 68, o 1° a 76, si se quiere). biéndose restituir los bienes al acreedor, a costa
del deudor”.
Por motivos no determinados por el legisla-
dor, esa sana regla —se refiere a la suspensión La norma es absolutamente razonable y en la
de tal derecho en la quiebra—, cuyos mejores parte final capta la esencia del debitum cum re
efectos se operarían justamente en los casos junctum.
de mantenimiento de la explotación (piénsese,
por ejemplo, en las máquinas o edificios rete- Rivera señala que el mantenimiento del de-
nidos en respaldo de créditos por reparaciones recho de retención resulta contradictorio con
o mejoras) fue eliminada en los procedimien- la idea de que todos los acreedores quedan su-
tos continuativos, habilitando de tal manera el bordinados a los efectos de la quiebra y solo
mantenimiento del estado de retención (98). ejercen las facultades sobre los bienes del fa-
llido a través del síndico y de acuerdo a la ley
I.3. El derecho de retención en la quiebra concursal (100).

Distinta situación se presenta en caso de quie- Nótese que, aun en el contexto de universali-
bra, por cuanto el proceso tiene carácter liqui- dad e igualdad que impera en el ámbito falen-
dativo. cial, la figura del derecho de retención exhibe
su eficacia jurídica, como medio de garantizar
Uno de los efectos inmediatos de la sentencia el cobro de la deuda del retenedor que enarbo-
de quiebra es el desapoderamiento. la su facultad de manutención frente al resto de
los acreedores.
El art. 107 de la LCQ establece que el fallido
queda desapoderado de pleno derecho de sus En un interesante precedente, se resolvió re-
bienes existentes a la fecha de la declaración de chazar el ejercicio del derecho de retención por
quiebra, y de los que adquiera hasta su rehabili- mejoras en un inmueble en condominio ante el
tación. El desapoderamiento impide que ejerci- estado falencial de uno de los comuneros. El fa-
te los derechos de disposición y administración. llo consigna: “...si bien es cierto que la suspen-
sión del derecho de retención que regula el art.
Así, se ha dicho que el desapoderamiento 131 de la LCQ contempla la situación que de-
consiste en la transferencia de los poderes de viene de su ejercicio antes de la declaración de
disposición y administración del patrimonio del quiebra del desapoderado, ello no autoriza a
deudor fallido a los órganos de la quiebra (99). desconocer que la ratio legis estriba en que la
facultad de retención es particularmente nega-
El desapoderamiento opera de pleno derecho tiva para el proceso liquidatorio, cuyo objetivo
con el decreto de quiebra y tiene la finalidad de primordial es la realización de los bienes del
impedir que el fallido disminuya o deteriore su fallido. Como señala Rivera. el mantenimiento
del derecho de retención resulta contradictorio
(98) ANIDO, Claudio Roberto, “El derecho de reten- con la idea de que todos los acreedores queden
ción en el proceso concursal”, El Derecho, 199-925.
(99) FERNÁNDEZ, Raymundo L, “Desapoderamiento (100) RIVERA, Julio César, “Instituciones de derecho
del fallido”, LA LEY 16-119. concursal”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 1997, t. II, p. 148.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 257


¿El derecho de retención es un privilegio?

subordinados a los efectos de la quiebra y sólo depende de la fecha de ejercicio de la retención


ejercen las facultades sobre los bienes del fallido conjugada con la fecha de distracto de la rela-
a través del Síndico y de acuerdo con la ley con- ción laboral, la existencia de trabajadores y el
cursal...” (101). momento en que la máquina o bien ingresó al
activo, etc.
I.4. Privilegio derivado del derecho de reten-
ción En orden a la graduación, al referirse al crédi-
to derivado del derecho de retención, Villanue-
El privilegio a favor del retenedor es un privi- va (102) apunta que su cobro no tiene asignado
legio especial. un lugar fijo, sino susceptible de variar en fun-
ción de confrontar la fecha inicial de su ejercicio
Si bien en el orden de prelación fijado en el con aquellas en las que se generaron los demás
art. 241 de la LCQ aparece en quinto lugar, debe créditos con privilegio especial.
interpretarse en armonía con lo dispuesto en el
inciso 2º del art. 243 de dicha ley y entonces pre- Aun frente a la suspensión del dispositivo en
valece sobre los créditos con privilegio especial, la etapa falencial, si la quiebra cesa antes de la
si la retención comenzó a ejercitarse antes del enajenación de la cosa retenida, sea por conver-
nacimiento de los créditos privilegiados. sión del proceso en concurso preventivo o por
configurarse cualquier otro modo de conclusión
Cuando el art. 243 de la LCQ define la preva- de la quiebra, la cosa retenida debe ser restitui-
lencia del crédito del retenedor cuando el dere- da al retenedor.
cho de retención comenzó a ejercerse antes de
nacer los créditos privilegiados, nos induce a Cesada la quiebra antes de la enajenación del
averiguar qué debe entenderse por “comienzo bien, continúa el ejercicio del derecho de reten-
de ejercicio de la retención”, dado que ni el Có- ción, debiendo restituir los bienes al acreedor,
digo Civil ni la ley concursal lo explican. Kemel- a costa del deudor. Maffía (103) ejemplifica:
majer de Carlucci trata los posibles momentos a El constructor retiene la obra —o el auto de un
tenerse en cuenta: a) época en que la cosa ingre- cliente el mecánico que lo arregló— hasta ser
só en la tenencia del acreedor, b) momento en pagado; pero, si el deudor quiebra, entonces:
que el acreedor tiene expedito su crédito. La au- a) ese derecho queda suspendido; b) habrá de
tora se inclina por la segunda hipótesis, pues el efectuarse la entrega al síndico, sin perjuicio del
crédito no nace por el hecho de que la cosa haya privilegio que califica su crédito; c) si la quiebra
entrado en la tenencia del acreedor. concluye antes de subastarse el bien en cues-
tión, le es restituido al acreedor.
Habrá que analizar cada caso para detectar
el “punto de partida” del debido ejercicio, pues, II. Atribución de la vivienda familiar y dere-
a modo de ejemplo, no es idéntico el supuesto cho de retención
del depositario que recibe mercaderías en forma
continuada y habitual que el supuesto del talle- II.1. Protección de la vivienda familiar
rista que recibe un automóvil para su reparación.
En el ámbito de las relaciones de familia, ve-
La colisión entre el crédito del retenedor con mos que tanto en el la órbita matrimonial como
otros créditos con privilegios especiales no se en el caso de las uniones convivenciales, la
agota en el caso de los acreedores con garan- protección de la vivienda presenta un aspecto
tía real. Mencionamos la hipoteca o prenda en polivalente conformado por tres dispositivos
la inteligencia de considerar que resulta el caso centrales: a) la necesidad de asentimiento para
más paradigmático y clásico. Nótese que, en el ciertos actos; b) la inejecutabilidad del inmue-
caso de concurrencia con acreedores laborales, ble asiento del hogar familiar en ajuste a ciertas

(101) Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial (102) VILLANUEVA, Julia, “Privilegios”, Rubinzal Cul-
de Tercera Nominación de Córdoba, “Bessone, Leticia zoni, Santa Fe, 2004, p. 136.
Beatriz — quiebra propia simple — otros incidentes (arts.
280 y sgtes.LC)”, iniciado por Iván Augusto Ferrer, expte. (103) MAFFIA, Osvaldo J., “La ley de concursos co-
nro. 939332736. mentada”, Lexis Nexis, Buenos Aires, 2003.

258 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

pautas específicas, y c) atribución de la vivien- al cónyuge no locatario a permanecer en el bien


da familiar tanto frente al divorcio como ante el hasta el vencimiento del contrato (art. 444, Cód.
cese de la unión convivencial, hitos temporales Civ. y Com.).
que marcan el fin del proyecto de vida en co-
mún (104). Similar panorama normativo se presenta ante
el cese de la unión convivencia de acuerdo con
El sistema abarca el espectro de distintas for- lo dispuesto por el art.514, inc. b), prevalece la
mas de familia sin ceñir la plataforma regula- autonomía de la voluntad. Así, los convivientes
toria a la institución matrimonial, en línea con pueden consensuar la atribución del uso de la
la doctrina de la CIDH en el caso “Forneron e vivienda, el plazo, el eventual canon locativo y la
hija” (105). restricción de la disposición del inmueble.

II.2. Atribución de la vivienda en caso de divor- Como bien señala Basset, puede pactarse el
cio o cese de la unión convivencial plazo de ocupación de la vivienda hasta la ma-
yoría de edad de los hijos, o hasta que estos de-
Ante la conclusión voluntaria del proyecto de jen el hogar conyugal (106).
vida en común, mediante divorcio en caso del
matrimonio o cese de la unión convivencial, la Frente a la inexistencia de acuerdo, el art. 526
ley prevé la existencia de acuerdo entre los cón- establece los supuestos ante los cuales el uso del
yuges o los convivientes en orden a discernir inmueble que fue sede de la unión convivencial
el marco de ruptura familiar. Ello conforme al puede ser atribuido a favor de uno de los convi-
principio de autonomía de la voluntad, que asig- vientes, contemplando quién tiene a su cargo el
na prioridad a la intención de las partes, bajo el cuidado de los hijos menores de edad con dis-
tándem axiológico integrado por los principios capacidad o capacidad restringida, o bien quién
de buena fe y de interdicción del abuso del de- acredita la extrema necesidad de una vivienda
recho, plasmados en los arts. 9 y 10 del Cód. Civ. y la imposibilidad de procurársela en forma in-
y Com., paradigma interpretativo que permea el mediata. Esta última hipótesis se inclina a favor
citado cuerpo normativo en su conjunto. del más débil ante la ruptura.

En caso de divorcio, y en ausencia de acuer- La norma estipula que el juez debe fijar el pla-
do plasmado en convenio regulador, uno de zo de atribución, que no puede exceder de dos
los cónyuges puede pedir la atribución de la vi- años desde el momento en que se produjo el
vienda familiar, sea el inmueble propio de cual- cese de la convivencia.
quiera de ellos o ganancial. El juez determina la
procedencia, el plazo de duración y los efectos He aquí una diferencia importante entre el
del derecho sobre la base de ciertas pautas: el régimen de cese de las uniones convivenciales
cónyuge a quien se atribuye el cuidado de los y el divorcio, donde no existe norma simétri-
hijos, quién está en situación desventajosa para ca que fije un límite temporal al plazo de atri-
procurarse una vivienda por sus propios me- bución del hogar. Análogamente, la decisión
dios, edad y estado de salud, y los intereses de judicial será oponible a terceros a partir de la
otras personas que integran el grupo familiar inscripción registral.
(art. 443, Cód. Civ. y Com.). La decisión es opo-
Cabe preguntarse si tales enunciaciones tie-
nible frente a terceros a partir de su inscripción
nen carácter taxativo o si se admiten otras si-
registral, en línea con lo dispuesto por el art.
tuaciones.
1893 [7].
Kemelmajer de Carlucci afirma que no debe
La tutela normativa es aplicable asimismo en
descartarse el estado de salud de los cónyuges,
el caso de un inmueble alquilado, habilitándose
la actividad laboral, profesional o empresarial
(104) HERRERA, Marisa - PELLEGRINI, María Victo-
ria, “La protección a la vivienda familiar en el nuevo Có- (106) Basset, Úrsula, en Alterini, Jorge (director), Al-
digo Civil y Comercial”, www.nuevocodigocivil.com. terini, Ignacio Ezequiel (coordinador), “Código Civil y
Comercial comentado. Tratado exegético”, 2ª edición
(105) Corte IDH, “Fornerón e hija vs. Argentina”. actualizada y aumentada, Ed. La Ley, 2016, pág. 280/284.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 259


¿El derecho de retención es un privilegio?

que se desarrolla en dicho ámbito, a modo de o convivientes pueden consensuar la atribución


arbitrar un reparto justo sopesando la mayor a favor de uno de ellos. A falta de acuerdo, la ley
cantidad de variables en juego. establece su asignación prioritaria mediante de-
cisión judicial conforme las pautas que surgen
II.3. Planteo de los arts.446 (matrimonio) y 523 (unión convi-
vencial) del Cód. Civ. y Com.
Recreado sucintamente el tema de la protec-
ción jurídica de la vivienda familiar, nos pre- ¿Es posible luego de esta atribución ejercitar
guntamos si es viable el ejercicio del derecho de el derecho de retención respecto del otro cónyu-
retención sobre aquella. ge o conviviente y resistir la entrega en el caso de
finalización del plazo de asignación?
Ensayamos una respuesta afirmativa, dentro
de un marco restrictivo. Vale tener presente que el crédito a favor del
retentista debe necesariamente hallarse vin-
II.4. Derecho de retención sobre la vivienda fa- culado a la cosa. Vertebrando tales vectores de
miliar análisis, entendemos que, a modo de excep-
ción, ello sería viable ante la existencia de crédi-
Cabe analizar la cuestión desde dos aristas to por mejoras realizadas en el inmueble por el
del régimen protectorio de la vivienda familiar, cónyuge o conviviente beneficiario de la asigna-
a saber: su inejecutabilidad oponible frente a ción a modo de no convalidar una situación de
terceros (aspecto externo) y la eficacia de la atri- enriquecimiento sin causa.
bución entre cónyuges y convivientes (aspecto
interno). Recurriendo a la clasificación de las mejoras
regladas en el Cód. Civ. y Com., en este punto
a) Recordemos que en ambos modelos fami- nos referimos solo a dos tipos de mejoras: las de
liares se establece la inejecutabilidad de la vi- mero mantenimiento, es decir, la reparación de
vienda familiar por deudas contraídas después deterioros menores originados por el uso ordi-
de la celebración del matrimonio (art. 456, se- nario de la cosa (art. 1934 inc. c) y las mejoras ne-
gundo párrafo, Cód. Civ. y Com.) o de la registra- cesarias cuya realización es indispensable para
ción de la unión convivencial (art. 522, segundo la conservación de la cosa (art. 1934 inc. d) [15].
párrafo, Cód. Civ. y Com.). El principio recono-
ce como excepción el caso de deudas contraídas Interpretamos que ello propende a una visión
de manera conjunta por ambos cónyuges o con- armónica entre ambas figuras desde el propio
vivientes, o bien con el asentimiento respectivo. texto legal.
Por otro lado, para que el derecho de retención
sea ejercitable, la cosa sobre la cual recae debe III. El derecho de retención en materia la-
ser pasible de ejecución, es decir, debe hallarse boral
incluida en la prenda flotante patrimonial.
Al comienzo de nuestro trabajo, nos referimos
Articulando las premisas que anteceden en a las palabras y al significado para delinear el al-
la parcela de intersección entre ambas figuras, cance de los conceptos a tratar y su etimología.
cabe concluir que es posible el ejercicio del de-
recho de retención respecto de la vivienda fami- Aclaramos entonces que el derecho de reten-
liar, conforme el siguiente esquema: 1) en razón ción, objeto de estudio, nada tiene que ver con
de la falta de pago de deudas anteriores a la ce- la denominada retención de tareas en el ámbi-
lebración del matrimonio o registro de la unión to del contrato de trabajo. Tal supuesto, extraño
convivencial, o 2) ante obligaciones contraídas por cierto a nuestra incumbencia, alude a aque-
de manera conjunta por ambos cónyuges o con- llos casos en que el trabajador detrae la presta-
vivientes, o bien por uno de ellos con el asenti- ción de servicios y la puesta a disposición por
miento pertinente. diferentes causales, o bien mediante el ejercicio
del derecho constitucional de huelga.
b) Vinculado al pliegue interno de protección
de la vivienda familiar, vimos que, ante el divor- Despejado ello, nos preguntamos si es viable
cio o cese de la unión convivencial, los cónyuges el ejercicio del derecho de retención en el ám-

260 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

bito de aplicación del contrato de trabajo. La del Código Civil (v. Cámara Civil de Neuquén
situación podría plantearse en el caso de pres- Sala III, autos “Szklarz, Juan Carlos C/ Venegas,
taciones accesorias asignadas al trabajador en Luciano s/ Desalojo”).
razón de la actividad principal.
CAPÍTULO V
Tal el caso de los encargados de casas de ren- EL DERECHO DE RETENCIÓN
ta definidos en el art. 2 de la ley 12.981 Estatu- Y LOS PRIVILEGIOS
to de Encargados de Casa de Renta y Propiedad
Horizontal: “Toda persona que trabaja en un Promediando ya el final de nuestro trabajo
inmueble, desempeñando en forma habitual y retomamos la consigna inicial, con vistas al ha-
exclusiva, por cuenta del propietario y usufruc- llazgo de respuesta frente al siguiente interro-
tuario, las tareas de cuidado, vigilancia y demás gante: ¿el derecho de retención es un privilegio?
servicios accesorios del mismo, cualquiera fuera Abordamos el análisis de los privilegios.
la forma de su retribución, será considerada, a los
efectos de esta ley, encargado de casas de renta”. I. Concepto de privilegio

La actividad está regulada por el convenio co- El art. 2573 del Cód. Civ. y Com. define el pri-
lectivo de trabajo 589/10. Atinente al tema en es- vilegio como la calidad que corresponde a un
tudio, el art. 25 inciso, 11 establece: “En los casos crédito de ser pagado con preferencia a otro.
de despido sin invocación de justa causa, cuando En pocas palabras, el privilegio es una prerro-
el empleador abone las indemnizaciones legales gativa que tiene un acreedor para cobrar su cré-
dentro del plazo de 4 días hábiles, el dependien- dito antes que otros acreedores el mismo deudor.
te con vivienda, deberá hacer entrega de la mis- Esta venta, más que un derecho del acreedor, es,
ma dentro del plazo de 30 días. Si el empleador en puridad, una cualidad de su crédito (107).
no diera cumplimiento con tales pagos dentro
del mencionado plazo, el derecho a permanecer II. Preferencia y privilegio
en la vivienda se podrá llegar a extender hasta un
plazo de 90 días contados a partir del despido”. La doctrina puntualiza que ambos términos,
utilizados generalmente en forma indistinta,
La jurisprudencia desestima sostenidamente guardan una relación de género y especie. Así,
la facultad de retención respecto del inmueble. la preferencia resultaría ser el género, y el privi-
El quid para decidir en tal sentido finca en que legio, una especie dentro de ese ámbito (108).
el otorgamiento de vivienda constituye una pres-
tación accesoria en función de la principal, que A su vez, las ventajas o prioridades pueden
es la actividad laboral, objeto propio del contrato. ser o no excluyentes; en las primeras, por excep-
ción, el crédito aventajado absorbe un bien, lo
Así, en cotejo con lo dispuesto por el art. 2587 extrae del patrimonio del obligado, apartándo-
del Cód. Civ. y Com., se advierte la ausencia del lo de la prenda común de los acreedores, tal el
requisito basilar para invocar la facultad de re- caso del derecho del adquirente por boleto de
tención, que es precisamente la relación entre compraventa a exigir la escrituración aun en la
el crédito a favor del acreedor y la cosa retenida, hipótesis de concurso del obligado.
es decir, la conexidad objetiva —el débito cum re
junctum—. III. Naturaleza jurídica

Bajo tales argumentos, la Cámara Civil de La naturaleza jurídica de este instituto ha ge-
Neuquén denegó el derecho de retención sobre nerado debates interpretativos y los principales
un inmueble a una persona que reclamaba una criterios pueden sintetizarse en lo siguiente:
deuda de origen laboral, por considerar que el
crédito reclamado no guardaba relación direc- (107) KIPER, Claudio, ob. cit., p. 773.
ta con el bien sobre el cual pretendía ejercitarse
(108) KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída, “Primeras
la facultad de retención de manera compensa- reflexiones en torno a los privilegios en el proyecto de
toria, hallándose ausentes los recaudos estable- unificación de la legislación civil y comercial”, LA LEY
cidos entonces por los arts. 3939, 3040 y ccdtes. 1988-C, 797.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 261


¿El derecho de retención es un privilegio?

a) Derecho real: a favor de esta interpretación, normas en esta materia compleja generaba di-
Segovia y Salvat entendían que el privilegio era ficultades en su aplicación, en un cuadro califi-
ciertamente un derecho real, principalmente cado como un verdadero caos legislativo (110).
por ser de origen legal y por habilitar en algunos
casos una suerte de acción persecutoria pese a En efecto, sumado a la doble regulación del
no hallarse enumerado en la enunciación del tema en el Código Civil, por un lado, y en la Ley
art. 2503 del Código Civil. de Concursos y Quiebras, por otro, concurren
disposiciones de regímenes especiales: Ley de
Desde otro miraje se cuestiona este criterio; la Navegación, Código Aeronáutico, Código de Mi-
noción de privilegio no es compatible con este nería, Código Penal, Ley de Entidades Financie-
enfoque, por cuanto el privilegio no confiere ius ras, Ley de Contrato de Trabajo, leyes fiscales,
persequendi ni genera a favor del acreedor rela- leyes sobre prenda con registro, warrants, de-
ción inmediata sobre el asiento del privilegio ni bentures, propiedad horizontal, etc. (cfme. Ma-
tampoco desmembración del derecho del deu- riani de Vidal, Abella ob. cit., p. 503).
dor sobre dicho asiento (109).
La noción de privilegio se torna operativa pre-
b) Derecho personal, criterio sostenido por cisamente en supuestos de concurrencia entre
prestigiosos autores: Molinario, Lafaille, Cor- acreedores sobre los mismos bienes, resultando
tés, Trigo Represas, Argañarás, Bibiloni, León, irrelevante o neutra en el marco de la ejecución
Pizarro, Vallespinos, quienes junto a la doctri-
individual de créditos.
na mayoritaria entienden que el privilegio es un
derecho personal por cuanto no genera una re- V. Asiento del privilegio
lación inmediata entre el acreedor y la cosa, no
configura tampoco un desmembramiento de do- El concepto de asiento del privilegio respon-
minio ni confiere en general el ius persequendi. de a la pregunta de sobre qué recae el privile-
gio: ¿sobre la cosa misma?, ¿sobre la suma que
c) Cualidad especial reconocida por la ley a fa- se obtiene de su realización?
vor de ciertos créditos, sin identificarse con un
derecho real o un derecho personal. Atinente a este interrogante, las opiniones de
la doctrina proponen dos interpretaciones, a sa-
La definición normativa da cuenta de que el
ber: a) que es la cosa o conjunto de cosas que el
legislador se inclina por este último criterio, en
cuanto surge del texto que se trata de una cua- acreedor deberá ejecutar y sobre cuyo produci-
lidad o prioridad de cobro atribuida por la ley a do se cobrará con preferencia (111); b) que es el
ciertos créditos, como tutela diferenciada y por precio de la cosa integrante del patrimonio del
fundamentos específicos en cada caso. deudor, obtenido mediante su ejecución for-
zada, es decir, las sumas de dinero respecto de
IV. Regulación normativa cuya percepción los privilegios se van a ejercer y
no las cosas mismas (112).
El régimen de los privilegios en el Cód. Civ. y
Com. se halla regulado en el libro sexto, que re- El art. 2573 del Cód. Civ. y Com. conceptuali-
úne las disposiciones comunes a los derechos za al asiento del privilegio como la cosa afectada
personales y reales, guardando cierta similitud al pago. De tal modo, este recae sobre la cosa o
con la metodología de Vélez. conjunto de cosas que quedan afectadas al co-
bro del acreedor. Se desestima pues la tesitura
La ley 26994 ha simplificado el tratamiento
del tema.
(110) ALLENDE, G., MARIANI de VIDAL, M., “Privile-
gios: caos legislativo”, LA LEY 1975-D, 620.
Recordemos que con anterioridad a la vigen-
cia del Cód. Civ. y Com., la multiplicidad de (111) MARIANI de VIDAL, Marina, “Apuntes sobre
privilegios”, LA LEY 137-932.
(109) MARIANI de VIDAL, Marina y ABELLA, Adriana, (112) FERNÁNDEZ, Raymundo, “Tratado de la hipo-
“Derechos reales en el Código Civil y Comercial”, Zavalía, teca, prenda y demás privilegios”, Talleres Gráficos Luis
Buenos Aires, 2016, t. II, p. 506. Rubino, Buenos Aires, 1941, t. I, p. 79.

262 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

que proponía que el asiento correspondía a la b) Accesoriedad: los privilegios carecen de


suma obtenida por la realización del bien. autonomía, como vimos, son accesorios del
crédito. En línea con esta característica, resul-
De seguirse este criterio, el privilegio carece- tan alcanzados por la suerte que corra la obli-
ría de asiento antes de la ejecución, noción ex-
gación, de conformidad con lo dispuesto en el
traña al esquema conceptual del privilegio.
art. 857 del Cód. Civ. y Com.: “la extinción, nuli-
Apunta Kiper que se habla de “asiento básico” dad o ineficacia del crédito principal, extinguen
porque el acreedor no se va a llevar la cosa para los derechos y obligaciones accesorios, excepto
satisfacer su crédito. No adquiere el dominio, no disposición legal o convencional en contrario”.
se apropia de ese bien, sino del derecho a cobrar
sobre el producido de su enajenación. Acciona Justamente, el principio de accesoriedad tiene
sobre los fondos obtenidos de su venta: se lle- aplicación en la posibilidad de cesión del crédi-
va el asiento subsidiario o derivado. El pase del to y su privilegio (art. 2576, Cód. Civ. y Com.) y
asiento principal al asiento derivado se denomi- de subrogación (art. 2584, Cód. Civ. y Com.).
na subrogación real (113).
c) Indivisibilidad: la ley consagra expresa-
VI. Caracteres mente este carácter en el art. 2576 del Cód. Civ.
y Com. en cuanto al asiento y en cuanto al cré-
Los privilegios presentan ciertos caracteres dito, independientemente de la divisibilidad o
específicos, muchos de los cuales coinciden con
indivisibilidad del asiento. Ello representa un
los que ostenta el derecho de retención y otros
avance clarificador, en el tema ya que no surgía
no son predicables entre ambos.
de manera explícita del texto del Código Civil,
a) Origen legal: los privilegios solo surgen de más allá que la doctrina calificaba la indivisi-
la ley; esta regla surge expresamente del art. bilidad como nota característica de los privile-
2574 del Cód. Civ. y Com. De ello deriva que no gios (115), haciendo extensivas las reglas de la
hay privilegio que pueda originarse en la volun- indivisibilidad de la hipoteca (116).
tad de las partes, hallándose prohibida su cons-
titución por vía consensual. El principio de invisibilidad genera conse-
cuencias de orden práctico, sistematizadas por
Este es uno de los caracteres esenciales, toda Mariani de Vidal del siguiente modo: a) si se di-
vez que el privilegio constituye, en puridad, una vide el crédito, cada uno de los acreedores puede
excepción al principio de paridad de los acree- cobrarse con preferencia sobre todo el asien-
dores respecto del patrimonio del deudor. Co- to; b) si se divide el asiento, los condóminos no
rrelato de ello es que resultan de hermenéutica
pueden pretender la división del privilegio que
restrictiva. Señala Mariani de Vidal que cual-
continua recayendo sobre la totalidad del asien-
quier duda sobre la existencia, alcance o rango
to; c) en caso de muerte del deudor, el privilegio
del privilegio debe ser decidida en sentido con-
trario, hallándose vedada la creación de privile- continúa inalterado; d) si se pierde o se deterio-
gios por vía de analogía (114). ra una parte del asiento, el resto de este sigue
afectado a la totalidad del privilegio, sin que los
Si bien es claro que el privilegio no puede na- acreedores puedan alegar la disminución del
cer por vía convencional, ello no impide que las
partes puedan celebrar determinados contratos (115) KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída, “Código
que doten al acreedor de privilegio, como ocu- Civil comentado”, obra colectiva dirigida por KEMELMA-
rre con la constitución de hipoteca. JER de CARLUCCI, A., KIPER, C. y TRIGO REPRESAS, F.,
Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2007, comentario del artículo
3875, p. 29.
(113) KIPER, Claudio, ob. cit., p. 778.
(116) ALLENDE, G. y MARIANI de VIDAL, M., “Los
(114) MARIANI de VIDAL, Marina “Apuntes sobre privilegios en la Ley de Concursos y el Código Civil”, ob.
privilegios”, LA LEY 137-932. cit., p. 32.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 263


¿El derecho de retención es un privilegio?

valor de aquel para que se restrinja proporcio- II.1. Ámbito de aplicación


nalmente la preferencia del acreedor (117).
En primer lugar, el campo de ejercicio de
d) Renunciabilidad: como regla general, se ambos institutos es distinto. Así, por la propia
prevé en el art. 2575 del Cód. Civ. y Com. que el virtualidad del concepto de privilegios, su apli-
acreedor puede renunciar a su privilegio y que cación solo es relevante en supuestos de con-
el acreedor y el deudor pueden convenir la pos- currencia, de modo tal que resulte necesario
tergación de los derechos del acreedor respec- establecer el orden de prelación de cobro entre
to de otras deudas presentes o futuras, en cuyo los distintos acreedores que ejercitan sus dere-
chos de cobro respecto del patrimonio de un
caso los créditos subordinados se rigen por las
mismo deudor.
cláusulas convenidas.
Tal como explica Llambías, “...por sí mismos,
Tales facultades de renuncia o postergación, los privilegios no entrañan alguna prerrogati-
de orden voluntario, dejan incólume y no afec- va específica que pueda hacer valer el acreedor
tan el principio de origen legal de los privilegios. contra el deudor...” (118).
Existen supuestos de irrenunciabilidad del pri-
vilegio, como ocurre en el caso de los créditos El derecho de retención puede ejercitarse de
laborales en ajuste a lo dispuesto por el art. 264 manera individual sin la concurrencia de otros
de la Ley de Contrato de Trabajo. acreedores del mismo deudor; es suficiente
para su activación la falta de pago de una obli-
e) Transmisibilidad: nota intrínsecamente li- gación vinculada a la cosa cuya manutención
gada al carácter accesorio del privilegio. ostenta el retenedor.

Se consagra que la transmisión del crédito II.2. Ejercicio


incluye la de su privilegio, disposición razona-
ble, si tomamos como punto de partida que el Leiva Fernández explica que para el ejercicio
de los privilegios resulta indiferente si la ejecu-
privilegio es una calidad que corresponde al
ción es instada por el acreedor privilegiado o
crédito.
por otros. En el marco del derecho de retención,
CAPÍTULO VI ello reviste importancia, pues, si la venta de la
cosa retenida es promovida por el retenedor,
CONCLUSIONES
cabe presumir el abandono de su facultad de re-
I. El derecho de retención no es un privilegio tención, ya que esta sólo se inercia (119).

II.3. Configuración
Analizado el contenido temático del derecho
de retención en su estructura, dinámica de fun- La constitución del derecho de retención re-
cionamiento, función y aplicación, concluimos quiere la efectiva relación real del acreedor re-
que no es un privilegio. tenedor sobre la cosa. Atento a la esencia fáctica
de la facultad de retención, es indispensable
El cotejo entre ambos institutos muestra que para su mantenimiento que el retenedor con-
presentan ciertas órbitas comunes, primordial- serve la cosa bajo su órbita material.
mente sus caracteres, a saber: accesoriedad, in-
divisibilidad, transmisibilidad, renunciabilidad, Ello no ocurre en materia de privilegios, por
a los cuales ya nos hemos referido. cuanto no es necesaria la relación material con

II. Diferencias entre ambos institutos (118) LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, “Tratado de derecho
civil. Obligaciones”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1978,
El derecho de retención y los privilegios pre- t. I, p. 631.
sentan importantes diferencias.
(119) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., “Notas sobre
el derecho de retención”, Rubinzal Culzoni, Cita: RCD
(117) MARIANI de VIDAL, M. y ABELLA, A., ob. cit., 772/2013, t. 2011”, Privilegios Revista de Derecho Privado
t. 2, p. 513. y Comunitario, disponible en internet en mayo 2020.

264 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


Vivian Cintia Díaz

la cosa; pensemos en el caso del privilegio del Las garantías han sido definidas como segu-
acreedor hipotecario, cuyo crédito es generado ridades adicionales por las cuales el deudor o
al constituirse el derecho real de garantía, que un tercero aportan bienes o patrimonios a fin de
precisamente no se ejerce por la posesión o por reducir o limitar el riesgo del acreedor frente al
relación de poder alguna, y que resulta privile- cobro de su crédito (122). Vinculadas estrecha-
giado por disposición legal (art. 2582, inciso e, mente al crédito como tal, su función es acercar
Cód. Civ. y Com.). la probabilidad de cobro a la certeza, aunque sin
asegurarla (123).
III. El derecho de retención puede generar
un privilegio Las garantías constituyen un poderoso ele-
mento tendiente a obtener el efectivo cum-
Mariani de Vidal expresa con claridad que plimiento de la obligación; atento a su carácter
“…el derecho de retención no es un privilegio, accesorio, se encuentran ajenas al crédito y,
aunque lo puede engendrar…” (120). como postula el principio general, siguen la
suerte del principal (art. 857, Cód. Civ. y Com.).
Precisamente, una de las innovaciones en el
tratamiento del instituto ha sido la asignación ¿Qué tipo de garantía es el derecho de reten-
explícita de privilegio en los términos del art. ción: personal o real?
2582, inciso d) del Cód. Civ. y Com., al crédito
V. El derecho de retención es una garantía
por lo adeudado al retenedor por razón de la
real
cosa retenida sobre esta o sobre las sumas de-
positadas o las seguridades constituidas para li- En cuanto medidas de tutela preventiva el
berarla. crédito, las garantías conforman un amplio es-
pectro y primordialmente pueden distinguirse
La asignación de privilegio a favor del retene- entre a) personales y b) reales.
dor en el Cód. Civ. y Com. se armoniza con la re-
gulación del privilegio contenida en el art. 241, a) Las primeras no conllevan la afectación de
inciso 4) de la ley 24.522. uno o más bienes determinados, sino que recaen
sobre el patrimonio genérico del deudor o de un
Recordemos que en el Código Civil de Vélez tercero. Ubicamos en este grupo a ciertas figuras
no existía disposición similar y que el privile- típicas: 1) fianza: contrato que tiene lugar cuando
gio a favor del retenedor fue insinuado en el art. una persona se obliga accesoriamente por otra a
3946, reformado por la ley 17.711, cuyo texto ori- satisfacer una prestación para el caso de incum-
ginó diversas polémicas. plimiento (art. 1574, Cód. Civ. y Com.); 2) aval, ca-
racterístico del derecho mercantil; 3) “garantías
IV. El derecho de retención es una garantía a primera demanda “, aquellas en las que el fia-
dor o avalista se obliga frente al acreedor a satis-
El derecho de retención es ciertamente una facer inmediatamente la obligación garantizada
garantía; siguiendo a Leiva Fernández, agrega- cuando este le requiera el pago, bastando la sola
mos que es, además, autoconstituida, por cuan- declaración de voluntad del acreedor. Se encuen-
to su configuración no requiere de actividad tran reguladas en los arts. 1810 a 1814 del Cód.
judicial o extrajudicial alguna. Atento a su natu- Civ. y Com.; 4) seguro de caución: si bien regula-
raleza eminentemente fáctica, el retenedor, por do en la Ley de Seguros 17.418, no constituye un
su sola voluntad, legitima la manutención real contrato de seguro típico, sino que su estructura
sobre la cosa hasta la cancelación de su crédi- corresponde a la de un contrato de garantía que
to (121).
(122) VILLEGAS, Carlos Gilberto, “Las garantías del
(120) MARIANI de VIDAL, M. y ABELLA, A., ob. cit., crédito”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2007, 3ª ed. actual-
p. 532. izada, t. I, p.87.
(121) LEIVA FERNÁNDEZ, L.F.P., “Derecho de reten- (123) NIETO BLANC, Ernesto E., “Garantías bancar-
ción”, ob. cit. ias”, Depalma, Buenos Aires, 1980, p. 467.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 265


¿El derecho de retención es un privilegio?

prevé la incorporación de un nuevo deudor que exegético”, La Ley, Buenos Aires, 2016, 2ª ed. ac-
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b) Las garantías reales incluyen por un lado a BELTRÁN DE HEREDIA DE ONÍS, Pablo, “El
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268 • SEGUNDA PARTE - Derecho de las obligaciones


TERCERA PARTE

Derecho de daños
La obligación de seguridad
en el Código Civil y Comercial (*)
Mariano Gastón Sohaner

I. Introducción Esta, fundada en la buena fe contractual, im-


pone al deudor de una obligación el deber de
La responsabilidad civil como fuente de la velar por la indemnidad del cocontratante, res-
obligación de reparar y de prevenir los daños pecto de los daños que puedan sufrir sus bienes
transitó a lo largo de la historia del derecho va- o su persona durante la ejecución del contrato.
rias etapas. Primeramente, para atribuir res-
Cabe destacar que la obligación de seguridad
ponsabilidad se invocaba como regla general
pone a resguardo intereses distintos al de la rea-
el principio “no hay responsabilidad sin culpa”,
comenzándose a aplicar posteriormente los fac- lización de la prestación principal convenida.
tores de atribución subjetivos y objetivos, ad-
En este sentido, Jordano Fraga nos recuerda
mitiéndose supuestos de responsabilidad por
actos lícitos, vale decir, sin antijuridicidad. que existe una tendencia a ampliar el ámbito
de la responsabilidad contractual. “Dicha ten-
Se pasó de reprochar solo la conducta del dencia es paralela a la creciente operatividad
autor o del que resultara responsable del daño del principio de la buena fe en el Derecho Pri-
causado a fijar el centro de atención en la víc- vado. En la misma medida en que tal principio
tima. deja de ser decorativo y se convierte en porta-
dor de exigencias de conducta, se traduce en
Vale decir, todo daño es injusto y debe ser re- una serie de deberes accesorios o complemen-
parado, salvo que sea justificado. tarios del deber de prestación cuya virtualidad
Junto a los factores de atribución de respon- estriba en que la violación de estos, en tanto que
sabilidad objetivos, como la equidad y el riesgo, violación de un deber específico fruto de una
la doctrina y la jurisprudencia desarrollaron un relación concreta existente entre las partes, da
factor de atribución con fundamento en el art. origen a una responsabilidad de carácter con-
1198 del Código Civil velezano, para aplicarlo a tractual. De ese modo, la responsabilidad con-
determinadas relaciones contractuales, ello así tractual es algo más que la responsabilidad por
toda vez que por las características de algunos incumplimiento (de la prestación principal) y
contratos es necesario cumplir no solo con la se convierte, tendencialmente, en la responsa-
obligación principal, sino asegurar que durante bilidad por el daño producido entre quienes es-
la ejecución del contrato se preserve a las per- tán ligados por un vínculo obligatorio aunque
sonas y los bienes que estén involucrados como el interés afectado sea un interés distinto del de
contratantes, respecto de los daños que se les la prestación, llamado para distinguirse de éste,
puedan ocasionar. interés de protección, que consiste en el interés
de las partes a que de la proximidad de sus esfe-
Dicho factor objetivo —y en mucho menor
medida subjetivo— de garantía se manifiesta ras jurídicas que la actividad de cumplimiento
en el ámbito de la responsabilidad contractual a determina, no resulte daño en la de cada uno de
través de la obligación de seguridad. ellos por obra de la contraparte” (1).

(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 7 de (1) JORDANO FRAGA, Francisco, “La responsabilidad
agosto de 2020. contractual”, Cívitas, Madrid, 1987, p. 31.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 271


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

La posición que ha asumido el Cód. Civ. y los alcances en que razonablemente se habría
Com. de no regular el deber de seguridad en los obligado un contratante cuidadoso y previsor
contratos no tiene justificación, si tenemos en (arts. 9 y 961 del Cód. Civ. y Com.).
cuenta que se había ya institucionalizado sobre
la figura del contrato de transporte del art. 184 Dicho principio de buena fe actúa como están-
del Código de Comercio. El código, al no regular dar esencial del contrato y, consecuentemente,
el instituto, crea más problemas que soluciones. como fuente del deber tácito de seguridad en el
ámbito de la reparación dentro del Cód. Civ. y
Sostiene parte de la doctrina que a la repara- Com.
ción de los daños sufridos a la persona del acree-
dor contractual, al margen del incumplimiento Sin perjuicio, claro está, de su carácter ahora
de las obligaciones principales, se le deben residual al consagrase en el código diversos de-
aplicar las normas atinentes a la responsabi- beres expresos de seguridad de orden normati-
lidad extracontractual que surgen de los arts. vo, que se agregan a los supuestos ya legislados
732, 1753, 1757, 1758 y concordantes del Cód. con anterioridad al nuevo código (arts. 5 y 6 ley
Civ. y Com., habiendo responsabilidad objetiva 24240, art. 75, LCT, art. 142 Cód. Aeronáutico, art.
si el daño proviene del riesgo o vicio de la cosa, 33, ley 23184); como ser el “hecho de las cosas y
o de una actividad, o si los daños son causados actividades riesgosas”, arts. 1757 y 1758; la “res-
por los dependientes, o por actos involuntarios, ponsabilidad del deudor por hecho ajeno”, art.
1753; la “responsabilidad de los establecimien-
siendo subjetiva en el resto de los casos. Ello así,
tos educativos”, art. 1767; las “responsabilidades
toda vez que el legislador no ha introducido en
liberales”, cuando el daño esté causado por vicio
forma expresa la obligación de seguridad, por lo
de la cosa, art. 1768; el “transporte de personas “
que no podría presumirse su vigencia fuera de
(art. 1291 CC); casos estos en los que se aplicará
los casos en los que aquella se encuentra con-
la normativa en vigencia, que prevé una respon-
templada (ej.: art. 42, Constitución Nacional y
sabilidad objetiva por riesgo creado.
5°, LDC).
Pero, residualmente, el deber tácito de segu-
“Sostener la actual desaparición de la obliga- ridad se manifiesta intacto con base en el fac-
ción tácita de seguridad en materia reparatoria tor objetivo de la garantía de indemnidad como
significaría, en los hechos, consagrar la despro- herramienta de protección en todos aquellos
tección del acreedor por los daños que pudie- casos en que esta no se encuentre expresamen-
ren derivarse de la ejecución del deber primario te prevista en el ordenamiento, sobre todo en
en los supuestos de mención. Sería, en definiti- aquellos contratos que no resultan de consumo
va, una solución impropia de las finalidades del y en los que el deber de prestación no resulta
sistema, mediante la cual se privaría al acreedor prima facie riesgoso.
de una eficaz herramienta de protección resi-
dual, que ha rendido y rendirá sus frutos con in- II. Origen y evolución
dependencia de la unificación de los regímenes
de responsabilidad contractual y extracontrac- La obligación de seguridad nace por deci-
tual (2). sión pretoriana como un instrumento jurídico
para posibilitar la reparación de ciertos daños
A través del presente trabajo pretendo abor- no contemplados expresamente en las relacio-
dar la temática de la permanencia de la obliga- nes negociales, que contaban a fines del siglo
ción de seguridad en el Cód. Civ. y Com. XIX con muy pocas posibilidades de ser repara-
dos (3).
Ello, atento a la subsistencia del principio me-
dular de buena fe en materia de celebración, in- Como dije anteriormente, el principio vigen-
terpretación y ejecución de los contratos, con te en el sistema de responsabilidad civil era “no

(2) BORAGINA, Juan Carlos - MEZA, Jorge A., “La ob- (3) CAYZAC, Fernando H., “Obligación de seguridad,
ligación de seguridad. Su vigencia y trascendencia en el espectáculos públicos y defensa del consumidor”, en
Código Civil y Comercial de la Nación”, La Ley, RCyS2016- www.derecho.uba.ar/publicaciones/lye/revistas/83/
III, 5, AR/DOC/137/2016. obligación-de-seguridad.

272 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

hay responsabilidad sin culpa”, por lo que el dictados por la Corte durante el año 1913, en los
damnificado debía probar la culpa del respon- que se declaró en síntesis lo siguiente: que ha-
sable para obtener una indemnización, salvo biéndose comprometido la compañía, por sus
casos de excepción en los que se establecían pliegos de condiciones, a asegurar el transporte
presunciones de culpa o un factor de atribución de los agentes necesarios al servicio del correo,
de tipo objetivo. tiene, por ello mismo, la obligación de condu-
cirlos como cualquier viajero, sanos y salvos a
La cuestión se relaciona con la distinción de destino” (6).
la responsabilidad contractual y la extracontrac-
tual, consagrada en todos los códigos decimo- Vale decir que dicho fallo ha comprendido
nónicos, incluido —naturalmente— el código que en el contrato de transporte de personas el
de Vélez. Hasta principios del siglo XX primaron transportador se obliga no solo a transportar al
en la doctrina las posturas denominadas “dua- pasajero al lugar de destino, que es la prestación
listas”, que sostenían que la diversa regulación principal, sino también a preservar su integri-
de esos dos sectores respondía a diferencias dad durante la ejecución del contrato, prome-
esenciales entre el contrato y el hecho ilícito (4). tiendo conducirlo sano y salvo. Si sufre algún
En particular, el alcance de la responsabilidad daño, incumple la obligación de seguridad, de-
hoy llamada “contractual” era entonces conce- biendo el deudor reparar aquel, aunque el pasa-
bido de manera muy restrictiva, y limitado casi jero llegue a destino.
exclusivamente a procurar al acreedor la ventaja
patrimonial que esperaba obtener del contrato “Desde ese momento, la jurisprudencia fran-
incumplido. La reparación se confundía así con cesa —seguida luego por la argentina— comen-
la ejecución forzada del contrato, y todo lo que zó a ‘descubrir’ la existencia de obligaciones
estuviera por fuera de ese acotado marco —y, tácitas de seguridad en infinidad de contratos:
en particular, los daños causados sobre la inte- los juegos de feria, los picaderos para la práctica
gridad física de uno de los contratantes— era de de equitación, las aerosillas, la hotelería, los res-
competencia de la responsabilidad extracon- taurantes y bares, los establecimientos termales,
tractual (5). los cines, la locación inmobiliaria, las organiza-
dores de encuentros deportivos, las colonias de
Es a partir del fallo de la Corte de Casación vacaciones, los establecimientos educativos, los
francesa ocurrido el 21 de noviembre de 1911 en médicos, quienes comercializan productos ela-
el célebre caso “Zbidi Hamida Ben Mahmoud c. borados, etc.
Compañía General Transatlántico” que se desa-
rrolla la teoría de la obligación de seguridad. “La creación pretoriana de la obligación de se-
guridad se justificaba por el ánimo de los tribu-
“A raíz de un contrato de transporte se de- nales de favorecer la situación de las víctimas de
terminó que la responsabilidad era de carác- daños, en una época en la que los efectos de la
ter contractual y que la ejecución del contrato Revolución Industrial se hacían sentir con toda
de transporte comporta para el transportista su fuerza y provocaban perjuicios en gran esca-
la obligación de conducir al viajero sano y sal- la (ferrocarriles, accidentes de trabajo, acciden-
vo a destino. Aunque este fallo se dictó a pro- tes de la circulación, etc.). A principios del siglo
pósito de una cuestión de competencia, sus XX no se encontraba aun suficientemente desa-
anotadores le asignaron el alcance de un ma- rrollada la responsabilidad extracontractual ob-
nifiesto cambio de orientación jurisprudencial, jetiva por el hecho de las cosas, razón por la cual
en cuanto a la naturaleza de la responsabilidad la víctima de un daño extracontractual tenía —en
del contratista; lo cual se confirmó en dos fallos principio— que probar la culpa del responsable.
El régimen contractual era más favorable, por-
(4) PICASSO, Sebastián, “La singularidad de la respon- que en ese terreno se afirmaba que bastaba con
sabilidad contractual”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires,
2011, p. 35 y ss.
(6) RINESSI, Antonio J., “La falta de regulación del de-
(5) Picasso, Sebastián, “Réquiem para la obligación ber de seguridad en el Código Civil y Comercial”, La Ley
de seguridad en el derecho común”, RCCyC 2015 (julio), 10/12/2014, 10/12/2014, 1 - La Ley 2014-F, 1249, Cita On-
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Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 273


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

la prueba del incumplimiento para que se pre- a los que los terceros no resultan generalmen-
sumiera la culpa del deudor. De allí que se haya te expuestos. No importando cuáles son las vo-
echado mano a la obligación de seguridad como luntades de las partes, pero sí el posible daño en
una forma de ‘contractualizar’ una situación que se hace incurrir al acreedor en la ejecución
(los daños causados a la persona del acreedor de la prestación prometida, de acuerdo con la
con motivo o ejecución del contrato) que, hasta razón de la posición contractual que ocupa (9).
ese entonces, se consideraba regida por la res-
ponsabilidad aquiliana” (7). La obligación de seguridad no exige un análi-
sis detallado y limitado a cada uno de los casos a
“Es así como en algunos casos se ‘ensanchó’ el juzgar, sino que surge de las circunstancias pro-
contenido del contrato, para incluir en el mismo pias de la cuestión sometida al estudio; de esa
prestaciones implícitas, que aunque no estaban forma es posible deducir una cierta conformi-
literalmente pactadas por las partes, se enten- dad tácita de las partes.
dían como tenidas en mente por los contratan-
tes al momento de celebrar el negocio. Como Es posible deducir que a veces ese acuerdo
prometidas y aceptadas tácitamente. El efecto permite presumir la introducción de una obli-
de esta reinterpretación, fue el “descubrimien- gación de seguridad, y ello es deducible cuan-
to” de nuevas obligaciones contractuales (ocul- do se produce un agravamiento de los riesgos y
tas o implícitas), con la consecuencia práctica de peligros cercanos de perjuicios; esa situación y
poner a disposición de la víctima un instrumen- consiguiente ligazón justifica el deber acceso-
to más sencillo para verse compensado, como rio (10).
eran los remedios legales por incumplimiento En la doctrina española sobresale la opinión
del contrato, y específicamente la responsabili- de Jordano Fraga al afirmar: “El resultado final
dad contractual. En este sentido, en ciertas ac- de este proceso es el de extender la esfera de
tividades, como el contrato de transporte, de relevancia de la obligación más allá de la pres-
espectáculo, en relaciones desarrolladas en lo- tación principal en la misma deducida, hacia
cales comerciales abiertos al público, etc., se co- la consideración de todas las obligaciones ac-
menzó a interpretar que los contratantes no sólo cesorias que concurren al objetivo de preparar
prometían lo evidente (trasladar una parte a la el cumplimiento, de forma que la satisfacción
otra, o permitirle ver un espectáculo), sino tam- del acreedor sea plena. De ese modo nacen los
bién, que la actividad se desarrollaría de modo deberes de protección o seguridad como de-
tal que no causara daños al transportado, asis- beres conexos al de prestación, de modo que
tente a la representación o ingresante al local, se excluyen del ámbito de la responsabilidad
en su persona o en sus otros bienes. Verificado, contractual considerándose como casos de res-
en consecuencia, un daño con motivo del de-
sarrollo de dichas actividades, el prestador del (9) VINEY, Geneviève - JOURDAIN, Patrice, “Les con-
servicio se situaba en la posición de quien no ditions de la responsabilité civil”, dans le Traité de droit
cumple un contrato y la víctima en la situación civil dirigée par Jacques GHESTIN, L. G. de D. et J., París,
—muy favorable— de quien exige simplemen- 1998, p. 410, nro. 501.
te el cumplimiento de la promesa. Con todas las (10) VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto, “La obligación
facilidades que esto importaba para reclamar el de seguridad y la responsabilidad contractual”, en Rev.
resarcimiento” (8). de Der. Priv. y Com., Ed. Rubinzal-Culzoni, nro. 17, p. 79.
MAYO, Jorge, “Sobre las denominadas obligaciones de
Como lo señalan Geneviève Viney y Patrice seguridad”, en La Ley, 1984-B, 950. MAYO, Jorge - PRE-
Jourdain, la obligación de seguridad nace en VOT, Juan M., “ Responsabilidad contractual”, Ed. La
Ley, Buenos Aires, 2007, p. 137 y ss. AGOGLIA, María M.
virtud de que la ejecución del contrato impone - BORAGINA, Juan C. - MEZA, Jorge, “Responsabilidad
al acreedor a los riesgos particulares de daños por incumplimiento contractual”, Hammurabi, Buenos
Aires, 1993, p. 194. BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Teo-
(7) PICASSO, “Réquiem para la obligación...”, ob. cit. ría general de la responsabilidad civil”, Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 1993, 8ª ed., p. 197. APARICIO, Juan, “Con-
(8) ACCIARI, Hugo, “Los criterios de eficiencia como tratos”, cit., t. III, p. 691, nro. 1805. PIZARRO, Ramón D.,
fundamento para la reforma del derecho privado en Lati- “Responsabilidad civil por riesgo creado y de empresa”,
noamérica”, RCyS 2001, 26. La Ley, Buenos Aires, 2006, t. III, p. 257.

274 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

ponsabilidad extracontractual los daños causa- pocos inconvenientes derivados de la ausencia


dos con ocasión del cumplimiento en relación de una regulación uniforme del tema en el de-
puramente accidental con el mismo” (11). recho positivo.

La contractualización de la seguridad impor- Era una época en la que la responsabilidad


tó emplazar en la esfera del contrato un equi- extracontractual objetiva por el hecho de las co-
valente del deber general de no dañar, aunque sas aún no había sido desarrollada plenamente.
circunscrito a las partes contratantes (12). En ese marco, emplazar la responsabilidad en el
plano contractual (en el que regía el principio
Así las cosas, la responsabilidad extracontrac- según el cual la prueba del incumplimiento ma-
tual dejó de ser la sede exclusiva de tutela de terial de la obligación bastaba para presumir la
los derechos absolutos (derechos reales, dere- culpa del solvens) era más favorable para el da-
chos personalísimos) y se produjo una suerte de ñado que mantenerla en la esfera aquiliana (en
“competencia” entre ambos tipos de responsa- la que la culpa debía ser acreditada por la vícti-
bilidad, que ahora compartían los mismos ob- ma) (14).
jetivos.
Por ello, la Corte de Casación francesa, en
Con el surgimiento del distingo entre obliga- su famosísimo fallo referenciado ut supra, afir-
ciones de medios y de resultado (hacia 1925), la maba —avalando una cláusula atributiva de
doctrina y la jurisprudencia comenzaron a sos- competencia—: “la ejecución del contrato de
tener que la obligación de seguridad tenía —sal- transporte [se trataba, en la especie, de trans-
vo en casos excepcionales— el carácter de un porte marítimo] comporta, para el transporta-
deber de resultado (13). dor, la obligación de conducir al viajero sano y
salvo a destino”.
Se identifican a partir de ese momento en el
derecho argentino tres grandes etapas en el de- En esta concepción, la obligación de segu-
sarrollo de la obligación de seguridad. ridad viene entonces a configurarse como una
obligación contractual complementaria, implí-
En la primera —que ocupó la mayor parte citamente estipulada por las partes, que se aña-
del siglo XX—, esa categoría aparece como una de a la obligación principal, de la que constituye
creación fundamentalmente pretoriana, con la una “consecuencia” en los términos del art. 1135
finalidad de aligerar la carga de la prueba que del Código de Napoleón (15).
pesaba sobre la víctima, lo que dio lugar a no
Esta línea jurisprudencial fue fruto de elabo-
(11) JORDANO FRAGA, Francisco, “La responsabili- raciones doctrinales anteriores, que desde 1881
dad...”, cit., p. 32 y ss. preconizaban la aplicación de esa solución en
(12) BELLISSENT, JEAN, en “Contribution à l’analyse materia de accidentes de trabajo y de transpor-
de la distinction des obligations de moyens et des obli- te (16).
gations de résultat”, Librairie Générale de Droit et Juris-
prudence, París, 2001, p. 264, afirma al respecto que la (14) LAITHIER, Yves-Marie, “Étude comparative des
obligación contractual de seguridad “aparece como el ar- sanctions de l›inexécution du contrat», Librairie Gé-
quetipo mismo de la ‘obligación extracontractual preex- nérale de Droit et Jurisprudence, París, 2004, p. 129;
istente’” (la traducción es nuestra). En el mismo sentido, HALPERIN, Jean-Louis, «La naissance de l›obligation
destaca Saux que la obligación de seguridad no deja de de sécurité», Gazette du Palais, 21-23 de septiembre de
ser una aplicación al ámbito convencional del principio 1997, p. 2; COËFFARD, Paul, «Garantie de vices cachés et
general de no dañar (SAUX, Edgardo I., “La obligación de ‹responsabilité contractuelle de droit commun›», Librai-
seguridad en los vínculos contractuales”, en VÁZQUEZ rie Générale de Droit et Jurisprudence, Poitiers, 2005, p.
FERREYRA, Roberto A. (dir.), “Obligación de seguridad”, 123 y ss.
suplemento especial, La Ley, 2005, p. 16).
(15) RADÉ, Christophe, “L’obligation de sécurité et la
(13) RÉMY, Philippe, “La ‘responsabilité contractuelle’: responsabilité médicale”, en ZENNAKI, Delia — SAIN-
histoire d’un faux concept”, Revue Trimestrielle de Droit TOURENS, Bernard, “L’obligation de sécurité”, Presses
Civil, 1997-336; BELLISSENT, Jean, “Contribution...p. 260 Universitaires de Bordeaux, Pessac, 2003, p. 113.
y ss.; FAURE ABBAD, Marianne, “Le fait générateur de la
responsabilité contractuelle”, Librairie Générale de Droit (16) BLOCH, Cyril, “L’obligation contractuelle de sé-
et Jurisprudence, Poitiers, 2003, p. 88 y ss. curité”, Presses Universitaires d’Aix-Marseille, Aix-en-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 275


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

Sin embargo, a la época del fallo antes citado, La consagración del distingo entre las obliga-
la opinión doctrinaria prevaleciente en Francia ciones de medios y de resultado, a partir de la
se inclinaba por encausar la reparación de tales obra de Demogue (21) y de los ulteriores desa-
daños por la vía extracontractual, con funda- rrollos de Mazeaud (22), iba a conferir un “nue-
mento en la teoría del riesgo (17). vo rostro” a la obligación de seguridad (23). En
1949, la Sala Comercial de la Corte de Casación
De allí que la consagración de la tesis con- francesa declaraba que el explotador de aero-
tractualista por la Corte de Casación haya sido sillas solo estaba ligado por una obligación de
ciertamente inesperada (18). De todos modos, seguridad de medios, en la medida en que el
el tribunal se encargó de reafirmar esta jurispru- acreedor había conservado “un rol activo” en la
dencia poco después, a propósito de un contra- ejecución del contrato (24). A partir de allí, la
to de transporte ferroviario (19). obligación de seguridad de medios competiría
Luego de un breve período, la obligación de con la de resultado en paridad de condiciones,
seguridad conoció una notable expansión, y fue generando situaciones ciertamente embarazo-
aplicada respecto de los juegos de feria, los pi- sas para un buen número de víctimas.
caderos para la práctica de equitación, las aero-
Por otra parte, la jurisprudencia francesa es
sillas, la hotelería, los restaurantes y bares, los
establecimientos termales, los cines, la locación muchas veces oscilante a hora de establecer la
inmobiliaria, los organizadores de encuentros naturaleza (de medios o de resultado) de este
deportivos, etc. tipo de deberes. Así, a partir de 1969, la Cor-
te de Casación consideró que la obligación de
Más modernamente, la jurisprudencia fran- seguridad del transportador es de medios en
cesa ha proclamado la existencia de una obli- las fases de ascenso y descenso, y de resultado
gación de seguridad, entre otros, en cabeza del únicamente durante el curso del transporte en
explotador de actividades deportivas o lúdicas, sí mismo (25), pero, luego de un nuevo giro en
del organizador de una colonia de vacaciones, 1989, estableció que solo existe tal clase de de-
de los establecimientos educativos, de los médi- ber durante el transporte propiamente dicho;
cos, del vendedor, de quien suministra medica- antes y después de él, el transportador respon-
mentos, etc. (20). derá con fundamento en las normas que regu-
lan la responsabilidad aquiliana (26). Iguales
Provence, 2002, p. 11, quien menciona los trabajos de inconsistencias se presentaron en otros contra-
Vavasseur, Sauzet, Verne de Bachelard y Sainctelette,
que fueron retomados —aunque con matices diferencia- (21) DEMOGUE, René, “Traité des obligations en gé-
les— por Labbé, Glasson, Planiol, Huc y Lyon-Caen. En néral”, Arthur Rousseau, París, 1925, t. 5, p. 536 y ss.
el mismo sentido: BELLISSENT, “Contribution...”, cit., p.
252/255, confiriendo especial importancia a los trabajos (22) MAZEAUD, Henri, “Essai de classification des
de Sainctelette. obligations: obligations contractuelles et extracontractu-
elles, obligations déterminées et obligation générale de
(17) SALEILLES, Raymond, “Les accidents de travail prudence et de dilligence”, Revue Trimestrielle de Droit
et la responsabilité civile (Essai d’une théorie objective Civil, 1936.1.
de la responsabilité délictuelle)”, Arthur Rousseau, París,
1897, quien temía que la vía contractual permitiera ex- (23) BELLISSENT, “Contribution... “, cit., p. 260 y ss.,
cluir la responsabilidad mediante cláusulas exonerato- y 302 y ss., quien sostiene que fue la introducción de la
rias, y afirmaba, asimismo, la naturaleza profundamente obligación de seguridad en el ámbito contractual la que
extracontractual de esta clase de responsabilidad. En el posibilitó el enorme desarrollo que adquirió el distingo
mismo sentido: JOSSERAND, Louis, “De la responsabilité entre deberes de medios y de fines.
du fait des choses inanimées”, París, 1897.
(24) Corte de Casación, Sala Comercial, 7/2/1949, Ju-
(18) Así lo afirma BLOCH, “L’obligation contractuelle ris-Classeur Périodique, 1949-II-4959, con nota de René
de sécurité”, cit., p. 14. Rodière.
(19) Corte de Casación, Sala Civil, 27/1/1913 y (25) Corte de Casación, Primera Sala Civil, 1/7/1969,
21/4/1913, Sirey, 1913-1-177, con nota de Charles Lyon- Dalloz, 1969-641; íd., 12/11/1969 (2 fallos), Juris-Classeur
Caen. Périodique-II-1970, nro. 16190.
(20) LAITHIER, “Étude...”, cit., p. 121/122, nota 191, y (26) Corte de Casación, Primera Sala Civil, 7/3/1989,
fallos allí citados. Dalloz, 1991, jur., p. 1, con nota de Philippe Malaurie.

276 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

tos, como es el caso de los juegos de feria y las didas anticipativas, autosatisfactivas, etc., en el
aerosillas (27). ámbito extracontractual” (30).

En la Argentina, el instituto tuvo desde tem- Simultáneamente, el concepto de seguridad


prano amplia recepción en la jurisprudencia, como obligación del Estado y de los privados
que continúa dándole cuantiosa aplicación. (empresas o personas) comienza a crecer como
elemento vital en una sociedad que se fue tor-
El Código Civil velezano se estructuraba con nando cada vez más violenta (desde los acciden-
la responsabilidad subjetiva, en protección de la tes de automotores, pasando por la violencia de
propiedad privada (siguiendo, en este sentido, los marginados y finalizando con la instalación
la línea trazada por Alberdi en la Constitución de las drogas, etc.) y más insegura (actos de te-
de 1853) y haciendo hincapié en la sanción del rrorismo internacional, etc.) (31).
agente dañador, sin principios generales en ma-
Con la sanción de la Ley de Defensa del Con-
teria de prevención de daños o seguridad para
sumidor en el año 1993, y con la reforma del
las personas y sus derechos económicos y ex- art. 42 de la Constitución Nacional en el año si-
traeconómicos. guiente, la obligación de seguridad entró en una
nueva etapa, caracterizada por su regulación le-
Fue entonces con la reforma de Borda en
gal expresa como una obligación de resultado
1968 que se incorporaron el principio general
existente en todas las relaciones de consumo.
de la prevención de daños (art. 2499, Cód. Ci-
vil) y la tutela del hábitat (art. 2618, Cód. Civil), Encontramos en la Constitución Nacional al-
así como la responsabilidad objetiva (art. 1113, gunas normativas que se relacionan con el de-
Cód. Civil) y hasta las indemnizaciones por recho de daños y la obligación de seguridad: art.
equidad (art. 907 y 1069, Cód. Civil), etc. (28); 19, la obligación de no dañar; art. 14; 15 y 16, el
también con posterioridad se incorporó en el derecho a la no discriminación, que es también
art. 1071 bis el inicio de los derechos persona- un elemento de la obligación de seguridad, ante
lísimos (29). la igualdad de trato; el debido proceso del art.
18, que, sin duda, integra el principio de garan-
El derecho de daños pasa a ocuparse de la tía de seguridad en el ámbito del derecho proce-
persona y del daño, posibilitando al damnifica- sal y el acceso a la jurisdicción; consolidándose
do una mayor gama de vías alternativas para la dichos derechos para los extranjeros en el art. 20
reparación. de la Constitución Nacional.

“Esto es el inicio de una nueva corriente que, Es decir que en la vieja Constitución Nacional
con idas y venidas en los gobiernos y en la ju- tenemos elementos embrionarios de la obliga-
risprudencia, comienza a percibirse a partir de ción de seguridad como principio del derecho.
la década de los ochenta y que termina consoli-
Con la reforma de 1957 (siguiendo la línea de
dándose en los últimos años del siglo XX y pri-
la Constitución de 1949) se incorporaron los de-
meros años de este siglo: la prevención antes nominados derechos sociales, que, sin duda,
que el daño, en el ámbito contractual obligan- se coligan con la obligación de seguridad, así,
do a cumplir entrega de bienes o prestaciones por ejemplo, en el ámbito laboral (condiciones
seguras y mediante acciones de amparo, o me- dignas de trabajo; protección contra el despido
arbitrario; protección contra los accidentes la-
(27) LE TOURNEAU, Philippe, “Droit de la respon-
sabilité et des contrats”, Dalloz, París, 2008, ps. 585 y 845.
(30) GHERSI, “La obligación de seguridad”, La Ley
(28) GHERSI, Carlos Alberto y colaboradores, “Teoría 2005-D, 1396 - Responsabilidad Civil Doctrinas Es-
general de la reparación de daños”, Astrea, Buenos Aires, enciales, tomo I, 01/01/2007, 1277. Cita Online: AR/
2003, 3ª ed. DOC/2194/2005.
(29) GHERSI, “Análisis socioeconómico de los (31) WEINGARTEN, Celia, “La confianza en el sistema
derechos personalísimos”, Cathedra, Buenos Aires, 2005. jurídico”, Cuyo, Santiago de Chile, 2002.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 277


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

borales; etc.) y la protección integral de la fami- persona puede ser privada de sus bienes excep-
lia (acceso a una vivienda digna, etc.) (32). to mediante el pago de una indemnización jus-
ta.
Se va consolidando un derecho a la seguridad
y obviamente, una obligación del Estado y de las En el Pacto Internacional de Derechos Econó-
empresas frente al daño como elemento socioe- micos, Sociales y Culturales (1966), se estable-
conómico. ce en el art.1° que los Estados parte reconocen
el derecho de toda persona a ...condiciones de
“Apenas se logró en 1994, a través de nuevos existencia dignas; la seguridad e higiene en el
derechos constitucionales (o nuevos derechos trabajo...; art. 10: ...conceder a la familia la más
civiles constitucionales) en los arts. 41 (la cues- amplia protección...; art. 12: ...reducción de
tión ambiental), como obligación de seguridad mortalidad infantil (...) mejoramiento de higie-
hacia generaciones venideras, para el desarro- ne en el trabajo y medio ambiente.
llo humano en el art. 42 la seguridad de produc-
tos y servicios para el consumo y por último, el El Pacto Internacional de los Derechos Civi-
art. 43 con la garantía constitucional del ampa- les y Políticos (1976) (Adla, XLVI-B, 1107) es-
ro, instrumento imprescindible de la preven- tablece en su art. 6 que el derecho a la vida es
ción en materia de daños o de la inmediatez inherente a la persona humana: ...nadie podrá
para la solución de cuestiones urgentes (opera- ser privado de la vida arbitrariamente...; art. 10:
ciones, terapias, etc.), cuando se ha producido ...toda persona privada de su libertad será tra-
el daño” (33). tada humanamente...; art. 17: ...nadie podrá ser
objeto de injerencias arbitrarias o ilegales...; art.
Con respecto a los tratados internacionales, 19:...nadie podrá ser molestado a causa de sus
la Declaración Americana de los Derechos y opiniones...; art. 23: ...la familia tiene derecho a
Deberes del Hombre (1948), en el capítulo pri- la protección del Estado.
mero, art. 1°, establece: ...derecho a la seguri-
dad de su persona; en el art. 9: ...derecho a la En la Convención Internacional sobre la Eli-
inviolabilidad de su domicilio; art. 10: ...dere- minación de todas las Formas de Discrimina-
cho a la inviolabilidad de su correspondencia ción Racial (1969) (Adla, XXVIII-B, 1832) su art.
(hoy en Internet y banco de datos, etc.); art. 25: 2 establece que los Estados parte condenan la
...nadie puede ser privado de su libertad..., etc. discriminación; art. 5: ...el derecho a la seguri-
dad personal..., derecho a ser propietario, etc.
La Declaración Universal de Derechos Hu-
manos (1948) establece en el art. 3: ...toda per- La Convención sobre Eliminación de todas
sona tiene derecho a la vida y a la seguridad de las Formas de Discriminación contra la Mujer
su persona; art. 17: ...nadie puede ser privado (1979) (Adla, XLV-B, 1088) establece en su art. 2
de su propiedad..., etc. la protección jurídica de los derechos de la mu-
La Convención Americana sobre Derechos jer; art 11: ...el derecho a la protección a la salud
Humanos (1969) (Adla, XLIV-B, 1250) en el art. y la seguridad en las condiciones de trabajo, pro-
1° obliga a los Estados a respetar los derechos y tección especial a la mujer durante el embarazo.
libertades...; art. 4: ...derecho a que se respete
En la Convención contra la Tortura y otros Tra-
su vida... (se trata evidentemente de una obli-
tos o Penas Crueles, Inhumanos o Denigrantes
gación de seguridad implícita); art. 5: ...toda
(1987) (Adla, XLVII-A, 1481) se regula en el art.
persona tiene derecho a que se respete su in-
1° todo acto por el cual se infrinjan intencional-
tegridad física, psíquica y moral...; art. 7: ...toda
mente a una persona a dolores, sufrimientos, etc.
persona tiene derecho a la libertad y a la segu-
ridad persona...; art. 17: ...la familia debe ser La Convención sobre los Derechos del Niño
protegida por el Estado...; art. 21: ...ninguna (1989) (Adla, L-D, 3693) en su art. 2 establece
que todos los Estados deben asegurar al niño
(32) GELLI, María Angélica, “Constitución de la Nación protección...; art. 6: ...el derecho intrínseco a la
Argentina. Comentada y concordada”, La Ley, 2005, 3ª ed. vida: respetarán la supervivencia y desarrollo
(33) GHERSI, “La obligación de...”, ob. cit. del niño...; etc.

278 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

Vale deci que, a partir de la incorporación de reparación integral para todo el derecho (priva-
estos tratados internacionales, se ha consagra- do y público) (37).
do la obligación de seguridad como principio
general del derecho (34). En dicho fallo “Aquino” (38) se ha sostenido
en el considerando 3°: ...el art. 19 de la Consti-
En el año 1993, se sanciona la ley 24.240 de tución Nacional establece el principio general
defensa de los derechos del consumidor. En su que prohíbe a los hombres perjudicar los dere-
art. 5 establece la obligación legal de seguri- chos de un tercero...; el valor de la vida huma-
dad, respecto de bienes y servicios, entre con- na...es de comprensión integral de los bienes
tratantes y, si consideramos que el art. 42 de la materiales y espirituales...; Considerando 4°...la
Constitución Nacional (reformulada en 1994) indemnización debe ser integral, que vale de-
establece la protección de la relación de consu- cir, justa...; considerando 7°: ...proteger la inte-
mo (o sea, desde la pirámide normativa de or- gridad psíquica, física y moral...; considerando
8°: ...la prevención como principio (...) la pro-
den normológico superior a la contratación), se
tección especial de la mujer (...) del niño...; en
extiende dicha garantía al dañado o damnifica-
el mismo considerando: ...proteger, por cuanto
do, aun sin estar en la relación contractual (ver-
requiere que se adopten medidas en las empre-
bigracia la persona dañada en un accidente de sas y particulares para no privar a las personas
automotor como tercero peatón, por una falla de derechos...; considerando 11°: ...la dignidad
de diseño o mantenimiento, etc., de las fábri- del ser humano (...) resulta intrínseca o inhe-
cas) (35). rente a todas y cada una de las personas y por el
solo hecho de serlo...; al final de dicho conside-
Se profundiza esta idea de seguridad en el rando: ... la evaluación del daño como frustra-
año 1998, con la modificación de los arts. 11, 13 ción del desarrollo pleno de la vida...; etc.
y 14 del capítulo IV y con la incorporación del
art. 40 del capítulo X de la ley 24.240 por la ley Finalmente, el Cód. Civ. y Com. inauguró una
24.999 (Adla, LVIII-C, 2929) (36), haciendo ex- tercera etapa que implicó extraer todas las con-
tensiva la responsabilidad objetiva y solidaria a secuencias de la regulación de la obligación de
toda la cadena de fabricación, circulación, dis- seguridad en el derecho del consumo y de la
tribución y comercialización de bienes y servi- unificación de la responsabilidad contractual y
cios, lográndose así un viejo anhelo, que era la extracontractual en el derecho común.
materialización del art. 2165 del proyecto de
unificación civil y comercial de 1987, que se ex- El Cód. Civ. y Com. ha modificado diversos
pedía en igual sentido (vetado por el Poder Eje- aspectos con relación al deber de seguridad,
cutivo en su momento). pero sin modificar los aspectos centrales del
sistema del Código Civil.
La consolidación jurisprudencial de la obli-
En primer lugar, debe destacarse cómo influ-
gación de seguridad como principio general del
yó sobre este deber de seguridad la unificación
derecho en el ámbito del derecho de daños fue
de los sistemas de responsabilidad civil (arts.
consagrada por la Corte Suprema de Justicia de
1716 y 1749 del Cód. Civ. y Com.).
la Nación, aludiendo a los tratados internacio-
nales y sosteniendo dos subsistemas: la preser- Mediante dicha unificación se ha incorpora-
vación de la integridad de las personas en sus do el riesgo creado como factor de atribución
derechos económicos y extraeconómicos y la también aplicable —a diferencia del sistema
anterior— en el ámbito de la responsabilidad
(34) Ibidem. por incumplimiento contractual (arts. 1291,
(35) MATHEWS, David, “Política para la gente”, Dike,
Medellín, 2000. (37) WEINGARTEN, Celia, “Los derechos económicos
en expectativa”, Astrea, Buenos Aires, 2004.
(36) El texto de la ley y los antecedentes parlamentari-
os que le dieron origen han sido objeto de publicación en (38) CS, “Aquino, Isacio c/ Cargo Servicios Industriales
la revista Antecedentes Parlamentarios, t. 1999-A, p. 47. S.A. s/ accidentes ley 9688”, 327:3753 (2004).

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 279


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

1753, 1757, 1758, 1767, 1768 y cc. del Cód. Civ. ración del contrato, pudiendo ser asumida en
y Com.). forma expresa por las partes, o impuesta por la
ley, o bien surgir tácitamente del contenido del
“Ello produce como natural consecuencia contrato, a través de su interpretación e integra-
que, mediando un vínculo negocial, si el daño ción a la luz del principio general de la buena
fuera causado en cualquiera de las hipótesis fe (41).
consagradas expresamente en el nuevo orde-
namiento jurídico, el factor de atribución sus- Dice el maestro Ubiría: “La obligación de se-
tentante de la obligación de seguridad será el guridad es la que, además de la ejecución de
riesgo creado y no la “garantía de indemnidad” los deberes de prestación, sujeta al deudor a
incorporada de modo implícito al contrato. la recta observancia de deberes conexos de
protección que se orientan a mantener la in-
Sin perjuicio de ello, en las mencionadas si- demnidad del acreedor durante el trance de su
tuaciones, la modificación del sistema se limita cumplimiento” (42).
exclusivamente al factor de atribución aplica-
ble al caso, pero el sistema continúa siendo de Según Pizarro: “Se denomina obligación tá-
naturaleza objetiva, con eximentes limitados a cita de seguridad al deber prestacional secun-
la demostración de la fractura del nexo causal dario y autónomo que tácitamente asumen las
(arts.1722, 1723, 1729, 1730, 1731, 1732, 1733 partes en ciertos contratos, de preservar a las
del Cód. Civ. y Com.). personas y bienes de sus cocontratantes, res-
pecto de los daños que puedan ocasionarse du-
Por excepción, la obligación de seguridad ha rante su ejecución.
sido expresamente consagrada como subjetiva
(de medios), en el ámbito de la responsabilidad “Se la sustenta en el principio de la buena fe
de los profesionales liberales, cuando el daño (arts. 9, 729, 961 y concs. del Código Civil y Co-
haya sido causado por acto propio, con cosa mercial) y en su ámbito específico, en el orden
instrumental o estadísticamente riesgosa (art. público de protección que impera en materia
1768 del Cód. Civ. y Com.), salvo que la situa- de defensa del consumidor.
ción nociva haya sido provocada por una cosa
defectuosa. “La utilidad práctica que ofrece depende,
en buena medida, de que se afecten intereses
El traspolamiento del factor riesgo a la esfe- distintos al de la prestación principal (43). Tal
ra contractual ha significado, entonces, la con- como ha sido clásicamente concebida la obli-
sagración normativa de nuevas obligaciones gación de seguridad se refiere estrictamente a
expresas de seguridad, con sustento en dicho los daños que puedan experimentar la persona
factor objetivo” (39). o los bienes de los contratantes con motivo de
la ejecución contractual y constituye una obliga-
III. Concepto ción distinta de las que esencialmente impone el
contrato a las partes.
En una escueta pero elocuente definición,
dice Radé que la obligación de seguridad es “la (41) VAZQUEZ FERREYRA, Roberto A., “La obligación
obligación hecha a un contratante de asegurar a de seguridad y la responsabilidad contractual”, Revista de
su compañero contractual que no será dañado Derecho Privado y Comunitario, Responsabilidad Con-
en ocasión de la ejecución del contrato” (40). tractual, n. 17, Rubinzal Culzoni, 1998, p. 83; RINESSI,
Antonio Juan, “El deber de seguridad”, Rubinzal Culzoni,
Santa Fe, 2007, 1ª ed., p. 16.
El deber de seguridad es aquel en virtud del
cual una de las partes del contrato se compro- (42) UBIRIA, Fernando Alfredo, “Derecho de daños en
mete a devolver al otro contratante ya sea en su el Código Civil y Comercial de la Nación”, Abeledo Perrot,
persona o sus bienes sanos y salvos a la expi- 2015, p. 75.
(43) AGOGLIA-BORAGINA-MEZA, “Responsabili-
(39) BORAGINA, Juan Carlos — MEZA, Jorge A., “La dad...”, ob. cit., n. 31, p.179; MULLER, Enrique, “La oblig-
obligación de seguridad...”, ob. cit. ación de seguridad en los espectáculos públicos”, La Ley,
Suplemento Especial, “Obligación de seguridad”, sep-
(40) RADÉ, Christophe, “L’obligation...”, cit., p. 113. tiembre 2005, p. 32.

280 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

“Toda vez que se lesione el mismo interés de Según explica Ubiría, “...el desarrollo general
la prestación principal, cuando éste consista en de la disciplina —con los notables aportes de la
un compromiso de seguridad a la persona o bie- doctrina y la jurisprudencia— no contaba aún
nes de una parte, se aplican lisa y llanamente las con la madurez suficiente para interpretar di-
normas que regulan la responsabilidad por el in- cha norma “en clave anticipatoria”.
cumplimiento contractual específico" (44) (45).
Es por ello que, en el año 1968, la ley 17.711
IV. Fundamento tuvo la virtud de incorporar expresamente a su
sustento axiológico: “Los contratos deben cele-
La obligación tácita de seguridad tiene sus- brarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y
tento en el principio de la buena fe, normado de acuerdo con lo que verosímilmente las par-
en los arts. 9°, 729 y 961 del Cód. Civ. y Com. tes entendieron o pudieron entender, obrando
con cuidado y previsión...”, alentando la lectura
“Los contratos deben celebrarse, interpre- desde el plano o dimensión preventiva.
tarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo con
lo que verosímilmente las partes entendieron A tenor de su creciente importancia en la
o pudieron entender, obrando con cuidado y doctrina y jurisprudencia de las últimas dé-
previsión” (46). cadas del siglo pasado, el proyecto de 1998 ya
la reguló de manera expresa, imponiéndola a
Por ello, puede razonablemente inferirse que quien se sirve de actividades que pueden oca-
cada parte confía a la otra la seguridad de su sionar perjuicios u obtiene provecho de ellas.
persona o de sus bienes, durante la ejecución
contractual que lleva a satisfacer el interés de El nuevo código erige, como uno de sus pila-
prestación, particularmente frente a los daños res sistémicos, la “prevención” de daños, la que
que pueden derivar de la actividad riesgosa del fortalece a partir de la consagración de la “bue-
deudor, de sus dependientes o de las cosas de na fe” como principio general de todo el orde-
las que se vale para cumplir (47). namiento (art. 9º).

V. Regulación legal Por lo pronto surge implícitamente del art.


729, Cód. Civ. y Com., que estipula: “Deudor y
El entonces art. 1198 del código velezano nor- acreedor deben obrar con cuidado, previsión
maba: “Los contratos obligan no sólo a lo que y según las exigencias de la buena fe”, disposi-
está formalmente expresado en ellos, sino a tivo que integra las disposiciones generales de
todas las consecuencias que puedan conside- la materia obligacional, lo que evidencia su an-
rarse que hubiesen sido virtualmente compren- chura conceptual que supera el estrecho marco
didas en ellos”. estrictamente contractual (aunque sea allí don-
de rija con todo su esplendor o fuerza).
(44) BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Teoría general...”,
cit., pág. 387; PREVOT, Juan Manuel — CHAIA, Rubén A., De manera específica —aunque también sin
“La obligación de seguridad”, Hammurabi, Buenos Aires, designarla de manera expresa—, es consagrada
2005, n. 15, p.110. en tal terreno contractual en el art. 961: Buena
(45) PIZARRO, Ramón Daniel, “Tratado de la respon- fe. Los contratos deben celebrarse, interpretar-
sabilidad objetiva”, La Ley, Buenos Aires, 2015, 1ª ed., t. se y ejecutarse de buena fe. Obligan no sólo a lo
II, p. 297.
que está formalmente expresado, sino a todas
(46) BUSTAMANTE ALSINA, “Teoría general...”, ob. cit., las consecuencias que puedan considerarse
p. 187. Conf. AGOGLIA- BORAGINA-MEZA, “Responsab-
ilidad...”, n.30, p. 156 y ss. En ese sentido: CNCiv., sala G,
comprendidas en ellos, con los alcances en que
31/10/2003, JA 2004-IV-682. razonablemente se habría obligado un contra-
tante cuidadoso y previsor” (48).
(47) PIZARRO, Ramón Daniel — VALLESPINOS, Car-
los Gustavo, “Tratado de responsabilidad civil”, tomo I,
parte general, 1ª ed. Santa Fe, Rubinzal — Culzoni, 2017, (48) UBIRÍA, Fernando Alfredo, «Derecho de daños...»,
p. 323. cit., ps. 75 y 76.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 281


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

VI. El principio rector. La buena fe En consonancia, la buena fe es un principio


general del derecho (54) que se encuentra en la
La buena fe es el primer principio que rige el cúspide del ordenamiento jurídico, donde tie-
cumplimiento de las obligaciones (49), y de ella nen su fuente otros principios ordenadores de la
resultan los deberes de conducta que exceden vida jurídica, tales como el principio de confian-
del propio y estricto deber de prestación, pero za y los principios que fundamentan la teoría
del abuso de derecho, la doctrina de los propios
que encuentran su justificación en la propia es-
actos, la teoría de la lesión subjetiva-objetiva, la
tructura de la relación contractual en todas sus teoría de la imprevisión, y los despliegues más
fases (50). significativos de este principio se encuentran en
el negocio jurídico, especialmente en el nego-
El primer principio, con el sentido que con cio contractual, aunque, por supuesto, rigen en
justeza le da Aristóteles a la acepción “princi- cualquier relación jurídica.
pio”, entre otras: “El principio es también la par-
te esencial y primera, de donde proviene una Se sostiene que la “buena fe” es un princi-
cosa” (51); de allí al campo jurídico en el que pio general y hay que recordar que los princi-
pios jurídicos, a diferencia de las normas, son
la buena fe asume, como uno de sus roles, una
“contenido” en oposición a “forma”, por lo tan-
función integradora del negocio jurídico, que es to, puede haber unicidad de contenido y diver-
la que aquí interesa (52). sidad de funciones según su aplicación concreta
(esto se ve en el diferente trato normativo), pero
Dice Garrido Cordobera, en sus reflexiones también la “buena fe” suele ser considerada un
sobre las virtualidades de la obligación de se- “principio problemático” llamado a actuar en
guridad en nuestro derecho (53): “En todos los cada momento de la interpretación.
ordenamientos afines a la tradición jurídica ibé-
rica, la “buena fe” se reconoce como un princi- El contrato tiene un fin ético y social y no es
solo un instrumento de realización de intereses
pio de derecho, lo que supone con su utilización
económicos, que tiene una dimensión distin-
la continua renovación de la comunicación en- ta que debe llevar a la realización del progreso
tre los valores éticos y los formales e institucio- económico, ético y social de las comunidades.
nales del Derecho.
El principio de cooperación o de solidaridad
Muchas veces la “buena fe” aparece para com- no desaparece ni siquiera frente al compor-
pletar una norma o para adecuar un resultado tamiento antijurídico, y el deber de corrección,
que, de otro modo, no permitiría la captación de en la etapa del incumplimiento, impone el de-
la realidad, se alega el contenido del negocio ju- ber de evitar el aumento de los daños para el
deudor, de limitar, en la medida de lo posible,
rídico, la seguridad del tráfico, la protección de
los daños cuya reparación deberá soportar el in-
la confianza, el deber de información, el riesgo cumpliente.
de empresa, los derechos del consumidor y has-
ta criterios económicos. Como nos dice Betti, la “buena fe” entra en
juego aun en la “fase patológica” del incum-
(49) BORDA, “Tratado de las obligaciones”, nro. 30. plimiento, en la que ya no se trata de satisfacer
las recíprocas expectativas de las partes y, por lo
(50) LARENZ, “Derecho de obligaciones”, Revista de
Derecho Privado, Madrid, t. I, ps. 21 y 22.
tanto, la “buena fe” ya no puede jugar con fun-
ción positiva, como compromiso de cumplir.
(51) Metafísica, libro V, párrafo I. Pero, sin embargo, sigue existiendo un contacto
(52) SANTORO PASARELLI, “Doctrinas generales del entre las dos esferas de intereses del acreedor y
derecho civil”, ob. cit., p. 279. del deudor; el acreedor, aun cuando queden in-
(53) GARRIDO CORDOBERA, Lidia, “Reflexiones so-
bre las virtualidades de la obligación de seguridad en (54) FERREIRA RUBIO, “La buena fe. El principio gen-
nuestro derecho”, Revista Jurídica de Daños, nro. 19, julio eral en el derecho civil”, Montecorvo, Madrid, 1984, p.
2018, 19-07-2018, IJ-DXXXVII-174. 101.

282 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

satisfechas sus expectativas —como consecuen- ber de medios o de fines; o si existe en todo tipo
cia de las vicisitudes sobrevinientes—, no puede de contratos o únicamente en aquellos en que
comportarse como en “estado de guerra” con el está involucrada la integridad de las personas y
deudor y conducirse de tal manera que aumen- de las cosas.
te el daño del incumplimiento, desinteresán-
dose de las consecuencias perjudiciales que su “La doctrina, en general conceptúa a la obliga-
indiferencia produce en la esfera de los intere- ción de seguridad como un deber calificado de
ses de la otra parte. fuente contractual, expreso o implícito, funcio-
nalmente autónomo de los deberes primarios
También es importante el reconocer en la o típicos del negocio, emanado de la buena fe
buena fe una suerte de poder de creación de y cuya finalidad es preservar la indemnidad de
obligaciones que exceden las nacidas del con- las personas y la incolumidad de las cosas (57)”.
tenido expreso del contrato y esos deberes im-
plícitos exigen a las partes desplegar conductas El Cód. Civ. y Com. consagra como principio
que garanticen la indemnidad de las personas o general del sistema la buena fe en su art. 9, por lo
bienes con motivo de la ejecución del contrato, que alcanza asimismo a los derechos personales
se han generado exigencias de conducta tradu- normados en los arts. 729 y 961.
cidas en deberes complementarios del deber de El principio de buena fe impone una conduc-
prestación que implican un notorio ensancha- ta leal y honesta.
miento del ámbito de la responsabilidad con-
tractual (55). Por buena fe se entiende el correcto obrar,
recto, honrado, el comportamiento honesto es-
Señalan acertadamente que estos deberes perado en todas y cada una de las relaciones in-
de protección no son patrimonio exclusivo de terpersonales, por lo que impone un patrón de
la etapa de cumplimiento, sino que también conducta. Constituye un estándar, variable, des-
abarcan la etapa de formativa —deberes de in- de luego, conforme a las circunstancias del caso,
formación y aclaración— y de celebración del pero de todo sujeto se espera determinado com-
contrato, el mantenimiento del principio del portamiento (58).
equilibrio prestacional, la claridad en la redac-
ción de las cláusulas negociales, etc. (56). Como observa Luis Díez Picazo, ordena una
forma de comportamiento e impone una con-
La doctrina reconoce que emana fundamen- ducta proba a todos los habitantes (59).
talmente del principio de la buena fe, especial-
mente de su “función integradora de las lagunas La buena fe como principio debe conside-
del negocio; no obstante, decíamos que tam- rarse un elemento extralegal que ingresa para
bién puede estar presente en forma expresa, cumplimentar todo el complejo ordenamiento
por la decisión privada de las partes (autonomía jurídico que rige en la sociedad, ya que cuando
de la voluntad) o directamente por una dispo-
sición legal (arts. 5 y 6 Ley 24.240, o ex art. 184 (57) BUSTAMANTE ALSINA, “Teoría general...”, ob. cit.,
Cód. Com.). Por el standard jurídico de la bue- p. 963; VENINI, Juan Carlos, “Responsabilidad por daños
na fe, este deber viene a integrarse con el resto contractual y extracontractual”, Juris, Rosario, 1990, p.
de las obligaciones emergentes del negocio, sea 65 y ss.; MOSSET ITURRASPE, “Contratos”, Ediar, Bue-
nos Aires, 1978, p. 356 ap. 6.; VAZQUEZ FERREYRA, “La
por derivación de su contenido expreso (con- obligación de seguridad en la responsabilidad civil y ley
vencional o legal) o tácito. No hay acuerdo, no de contrato de trabajo”, Vélez Sarsfield, Rosario, 1988, p.
obstante, acerca de su categorización como de- 113-15, nota 22; MAZEAUD-MAZEAUD, “Lecciones de
derecho civil”, Ejea, Buenos Aires, 1960, parte II, vol. II.
(55) AGOGLIA-BORAGINA-MEZA, “Responsabili- (58) UBIRÍA, Fernando Alfredo, “Derecho de daños en
dad...”, ob. cit., p. 159; JORDANO FRAGA, “La responsabi- el Código Civil y Comercial de la Nación”, Abeledo Perrot,
lidad...”, ob. cit., p. 31. 1ª ed., p. 79.
(56) AGOGLIA-BORAGINA-MEZA, “La buena fe y la (59) Prólogo a la obra de WIEACKER, Franz, “El prin-
obligación de seguridad”, en Tratado de la buena fe en el cipio general de la buena fe”, trad. José Luis Cano, Civitas,
derecho”, La Ley, 2004. Madrid, p. 13.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 283


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

a ella se refiere la ley lo realiza como elemento puede valerse de su propio concepto de correc-
valorativo que carece de origen jurídico (60). ción o de lealtad; debe tener en cuenta las re-
glas de las costumbres, que pueden ser mucho
La buena fe constituye un verdadero concep- más elásticas que su concepto personal de co-
to, se lo asume y es último destinatario de la rrección (64).
conciencia ética (61).
En los deberes de convivencia, la buena fe se
Es importante señalar que “...la moral domi- presenta bajo un doble aspecto: uno negativo —
na la elaboración de la ley por el legislador, su
contemplado en la máxima de Ulpiano de “no
aplicación por el juez y su interpretación por
dañar a otro” a fin de preservar la esfera de inte-
los doctores...”, y se pregunta: “¿En qué medi-
rés ajeno— y otro positivo - impone una activi-
da el mundo jurídico puede organizarse fuera
de toda preocupación moral frente al dominio dad de colaboración con el grupo social a fin de
práctico y racional?” (62). promover su interés (65).

En el vasto campo del derecho privado, se ha- “En el terreno de las meras relaciones inter-
lla manifiesta con un criterio objetivado. Se ex- personales donde campea el alterum non lae-
pone como aquel comportamiento leal, fiel, de dere, la buena fe moldea el comportamiento
buena conducta en el buen obrar en las relacio- esperable de los sujetos dentro del marco de la
nes de obligación o, como ha juzgado la Corte diligencia, por lo que se aplica un basamento
Suprema Nacional: “Una de las derivaciones del subjetivo (culpa), pero no es aquí donde yace la
principio cardinal de la buena fe es la que puede obligación de seguridad sino el deber de seguri-
formularse como el derecho de todo ciudadano dad llamado deber de prevención.
a la veracidad ajena, al comportamiento leal y
correcto de los otros, sean éstos los particulares “En materia contractual impone más, no de-
o el propio Estado...” (63). fraudar la confianza, supone conducirse como
se espera en el tráfico negocial, y así es como
Frente a la exigencia creciente de la sociedad ‘exorbita’ la voluntad de los contratantes o partí-
por una mayor justicia, el dogma de la certeza cipes, pues se sitúa por encima de ellos (materia
del derecho debe ceder, porque no se quiere de orden público, derecho no disponible).
una certeza formal o farisaica, instrumento del
abuso, lo que se quiere es la certeza en las re- “Por ello es que, al lado de las obligaciones ex-
laciones jurídicas justas. En esta preocupación presamente asumidas, los señalados deberes de
por darle contenido al principio de la buena fe, protección completan el plexo contractual, se
se ha querido tipificarlo, y para ello se ha dicho trata de las conductas necesarias en el tráfico
que no basta invocar la buena fe, se requiere que comercial para que el acreedor pueda alcanzar
se precise en qué consiste el ejercicio del dere- acabadamente las expectativas tenidas en miras
cho contrario a la buena fe y la consecuencia ju- al contratar” (66).
rídica que de ello se deriva. A su vez, el juez no
Como agudamente observa Salerno, la figu-
(60) COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H., “Los al- ra “instaura la honestidad en el terreno jurídi-
cances de la obligación de seguridad”, LA LEY 2018-B, co” (67).
453, AR/DOC/734/2018.
(61) BETTI, Emilio, “Teoría general de las obligacio- (64) BIANCA, Massimo Cesare, “La nozione di buona
nes”, RDP, Madrid, 1956, trad. J. L. DE LOS MOZOS, t. I, fede quale regola di comportamiento contrattuale”, en
p. 70. DE LOS MOZOS, José L., “El principio de la buena Rivista di Diritto Civile, 1983, p. 210.
fe en el derecho español”, Ed. Bosch, Barcelona 1965, p.
123. AGOGLIA-BORAGINA-MEZA, “La buena fe...”, cit. t. (65) BETTI, Emilio, “Teoría general de las obligacio-
I, p. 253. nes”, trad. J. L. De los Mozos, RDP, Madrid, 1979, p. 71.
(62) RIPERT, Georges, “La règle morale dans les obli- (66) UBIRÍA, Fernando Alfredo, ob. cit., p. 79.
gations civiles”, LGDJ, París, 1949, p. 5 y ss.
(67) SALERNO, Marcelo U., “Derecho civil profundiza-
(63) CS, Fallos 312:1725; 315:214. do”, Ciudad Argentina, 1998.

284 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

VII. Fuente y naturaleza del deber de segu- de la voluntad (art. 1197 del entonces Código
ridad. Contractual o extracontractual Civil velezano y arts. 959, 1061 y 2651 del Cód.
Civ. y Com.), estuviera impuesto directamente
Siempre fue materia de debate, tanto en la por una estipulación normativa específica para
doctrina como en la jurisprudencia, si el deber el tipo de contrato de que se tratara o surgiera
de seguridad generaba responsabilidad con- implícitamente del estándar regulado en el art.
tractual o extracontractual. 1198 del derogado Código Civil y en los arts.
La gran mayoría de los autores consideran 961, 1061 y 1063 del Cód. Civ. y Com. En todos
que su aplicación opera en la órbita contractual, los casos, y por imperio de la buena fe, el man-
con sustento en la buena fe, pero solo para de- tener la indemnidad del cocontratante (forma
terminados contratos y cuando se acredite una del no dañar) surgía como un deber nacido del
razonable relación causal entre las obligaciones contenido del negocio, del acuerdo de volunta-
que impone el contrato y el daño. Si perjuicio de des (70).
ello, algunos autores entienden que la obliga-
ción de seguridad está ínsita en todas las rela- Como observa Jourdain, la obligación de se-
ciones contractuales. guridad es la mejor y, sin duda, la primera
ilustración del fenómeno de hoy en día, bien co-
Vale decir que este deber estaría creado es- nocido, del reforzamiento jurisprudencial del
tructuralmente fuera del contrato, como una contenido del contrato, de lo que Josserand lla-
conducta preexistente a este (deber genérico de maba el forçage du contenu du contrat (71).
no dañar), siendo su fuente inmediata el contra-
to celebrado entre las partes (68). Vale decir que, junto al interés fundamen-
tal o primario del acreedor en la realización de
Se señalaba, en este sentido, que, no obstante la prestación, existe, como consecuencia de la
que el naeminen laedere resultaba un principio proximidad de esferas (personal y jurídica) de-
general del derecho, quedaba automáticamente terminada por el vínculo obligatorio, otro in-
incorporado al contrato a partir de su celebra- terés (secundario) en ambas partes en que del
ción, sea a través de su contenido expreso (de- vínculo, de su realización, no derive daño para
cisión privada de las partes o disposición legal ninguna de ellas (72).
específica) o tácito (por imperio de la buena fe
negocial). Ello así, su violación importaba el in- En fin, intereses stricto sensu no deducidos
cumplimiento de una obligación preexistente, expresamente en el contrato (como los de pro-
que no debía confundirse con la violación del tección de la persona del contratante o de sus
deber genérico de no dañar a los semejantes, en cosas) pueden ser tutelados contractualmen-
que no existía una obligación contractual pre- te a través del principio integrante de la bona
via (69). fide (73).
Luego, resultaba indiferente que el deber en
(70) AGOGLIA-BORAGINA-MEZA, “Responsabili-
análisis fuera creación expresa de la autonomía dad...”, ob. cit., p. 162-63.
(71) JOURDAIN P., “Le fondement de l´obligation de
(68) BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Teoría general... “, sécurité”, en Gaz. Pal., p. 22, n. 264 à 266, 21 au 23 sep-
cit., p. 963; MAYO, Jorge, “Sobre las denominadas...”, cit.; tembre 1997.
VENINI, Juan Carlos, “Responsabilidad por daños...”, cit.,
pág. 65; MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Contratos”, cit., (72) JORDANO FRAGA, Francisco, “La responsabi-
pág. 356, ap. 6; VAZQUEZ FERREYRA, Roberto, “La ob- lidad...”, cit., p. 141. También DI MAJO, Adolfo, «Delle
ligación de seguridad...”, cit. pág.113-15, nota 22; MAZE- obligación in generale», Comentario del Códice civile,
AUD, Henry y León, “Lecciones...”, cit., p. 45; id. Conclu- Scialoja, Branca (a cura di Francesco Galgano), Zanichel-
sión 2. ap. a. Despacho de la Comisión nº 2 de Derecho li editore, Bologna, 1988, p. 121; VISINTINI G., «Inadem-
Civil de las VI Jornadas Bonaerenses de Derecho Civil, pimento e mora del debitore», Giuffrè, Milano, 1987, p.
Comercial y Procesal, Junín, 27 a 29 de octubre de 1994. 240.
(69) VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto, «La obligación de (73) DI MAJO, Adolfo, “La responsabilità contrattuale”,
seguridad...», ob. cit., p. 111. Giappichelli Editore, Torino, 1997, p. 31.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 285


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

El fenómeno se dio en denominar “inflación Viene a colación lo dicho al respecto por la


obligacional” (74), más precisamente, con- Corte Suprema de Justicia de la Nación, en voto
trattualizzazione della responsabilità aquilia- del doctor Ricardo Luis Lorenzetti, en cuanto
na, al decir de Di Majo (75), o “ensanchamiento a que “...[l]a obligación de seguridad también
del orden contractual” para Jordano Fraga (76), puede tener su fuente en la buena fe, que en el
y versaba (por lo menos en sus inicios) sobre el caso es la confianza creada en el asistente de
traspaso de la seguridad al orden contractual, que no sufrirá daños. Esta obligación se halla
lo que, en atención al contexto existente a co- en cabeza de ‘toda persona’ (art. 1710, primera
mienzos de siglo pasado, conllevaba de por sí parte, del actual Cód. Civ. y Com.). Por eso, haya
una ventaja evidente al permitir un desvío sis- o no haya habido “delegación de la seguridad
temático de las reglas delictivas que tantas di-
de los espectadores” por parte del ente estatal,
ficultades acarreaban a la víctimas. El contrato
hay deber de seguridad que tenía la demandada
debía soportar (o tolerar) la carga de todas las
situaciones perjudiciales, independientemente como consecuencia del principio general del al-
de las circunstancias de hecho que las hubieran terum non laedere. Ello es así porque existe una
originado (77). expectativa de “confianza fundada en que el or-
ganizador se ha ocupado razonablemente de su
Asimismo, se expuso que, en un sentido más seguridad” (Fallos: 329:646, voto del juez Loren-
amplio, puede entenderse que también en la ór- zetti, considerando 4°) (79).
bita extracontractual cumple una función ten-
diente a evitar causar daños a otro, para lo cual Destaca que el origen de la obligación de se-
se imponen ciertas conductas; en este sentido, guridad ya no es el principio general de la bue-
se sostiene también que la obligación de segu- na fe tal como lo sostienen la jurisprudencia y la
ridad no se generaba por el incumplimiento de doctrina (80), sino que se constituye en un des-
una obligación implícita de fuente contractual, prendimiento del non alterum laedere que dis-
sino que era una consecuencia de aplicar el de- pone el art. 1710 del Cód. Civ. y Com.
ber genérico de no dañar (alterum non laede-
re) (78). Esta afirmación implica, por lo tanto, que la
obligación de seguridad ya no es un deber de
Constancia de ello es el reconocimiento de la conducta que se ciñe solamente a las relacio-
naturaleza extracontractual a la obligación de nes contractuales, sino que es también exigida
seguridad contemplada en la Ley de Defensa en todas las relaciones jurídicas. Por lo que su
del Consumidor, número 24.240, cuando la re- aplicación se extiende de la esfera contractual,
lación de consumo no tenía origen en un con- aplicándose también a supuestos de relaciones
trato o si operaba en el ámbito precontractual.
extracontractuales.
(74) BUERES, Alberto, “La responsabilidad civil de los VIII. Características
médicos”, Hammurabi, 1992, 2ª ed., t. I, p. 399.
(75) DI MAJO, A., “La responsabilità...”, cit., p. 22. En VIII.1. Principal, accesoria o secundaria pero
sentido similar, GAMARRA Jorge, “Responsabilidad civil autónoma
médica”, t. 2, p. 241, Fundación de Cultura Universita-
ria, Montevideo, Uruguay, 2001, relaciona sutilmente el Si se trata de una obligación principal, acceso-
fenómeno de la contractualización de la responsabilidad
ria o secundaria pero autónoma, es un punto en
extracontractual con el surgimiento y proliferación de la
obligación de seguridad. el que no hay acuerdos.
(76) JORDANO FRAGA F., “La responsabilidad..., ob.
cit., p. 31. (79) CS, “Recurso de hecho deducido por la Comu-
nidad Homosexual Argentina en la causa Arregui, Diego
(77) JOSSERAND, Lois, “L´essor moderne du concept Maximiliano c/ Estado Nacional - PFA - y otros s/ daños y
contracteul”, en Recueil d´études sur les sources du Droit perjuicios”, 1255/2013 (49-A)/CS1, del 26/12/2017.
en l´honneur de François Gény, t. II, p. 333, Sirey, París,
1934; RÉMY, Philippe, «La responsabilité... «, cit., p. 323. (80) CNCiv., Sala H, “Gutiérrez María E c. Intermed-
ics Inc. y otros”, 21/06/1995, LA LEY 1997-E, 1007, entre
(78) WAYAR, Ernesto. “El deber de seguridad y la re- otros; y LÓPEZ HERRERA, E, “Manual de responsabili-
sponsabilidad del empleador”, en E.D del 26/3/1986. dad civil”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2012, p.468 y ss.).

286 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

Hay autores que sostienen que tiene carácter aneja de no dañar los restantes bienes del acci-
accesorio de las obligaciones asumidas contrac- piens” (84).
tualmente, o que presupone la existencia de una
obligación principal a cuya suerte está ligada Al considerarla como una obligación acce-
(Bustamante Alsina, Bueres, Mayo) (81). soria, se corre el riesgo de seguir la suerte de la
principal (art. 525 Código Civil de Vélez Sars-
Se argumenta que esta obligación de seguri- field). Para evitar que el carácter de accesoria
dad no hace a la configuración del contrato, a su corra la suerte de la principal, ciertos autores
tipificación, del que surge la obligación princi- consideran que la obligación de seguridad es
pal contraída por las partes. “secundaria pero autónoma” y, por ende, no su-
bordinada a la principal (85).
Por ello sostienen que la obligación de segu-
ridad se caracteriza por su naturaleza accesoria Así se expiden al respecto.
de una prestación principal, ya que, como bien
se ha dicho, no hay obligación de seguridad ais- "Secundaria —expresan— porque se define
lada o sola. Por ello, y en forma concluyente, por contraposición a la principal que emerge
afirma Philippe Le Tourneau: “...pas de contrat del contrato de que se trata. Junto a los debe-
de securité” (82). res de prestación, en sentido estricto, que son
aquellos esenciales que derivan del negocio ju-
La obligación principal no consiste, en la ma- rídico, en ciertos contratos, como consecuencia
yoría de los casos, en cuidar a la persona, sino de ciertas circunstancias riesgosas que carac-
que tiene otro objetivo. Si la persona fuera el terizan su ejecución, es dable inferir en ciertos
destinatario de la protección y dicha obligación contratos la existencia de otras obligaciones se-
naciera con contenido propio de la prestación, cundarias, orientadas a proteger la incolumidad
como en el caso de la atención médica, carece- de los contratantes durante el iter negocial. Se
ría de sentido referirse a una obligación com- trata de deberes secundarios de protección que
plementaria de seguridad. El tema gira siempre fluyen expresa o tácitamente de la convención,
alrededor de los supuestos en que el deudor por aplicación de la buena fe (art. 1198, Cód. Ci-
debe mantener la indemnidad del otro contra- vil), y que no guardan respecto de la prestación
tante (83). esencial una relación propia de accesoriedad”.
Distinguidos autores entienden que el su- Autónoma porque el deber de seguridad, ane-
puesto en examen no solo abarca los casos an- xo a la obligación principal, no está subordinado
tedichos, sino que incluso se amplía, debido a a esta última y tiene identidad conceptual y fun-
que “...todo deudor de una obligación de fuente cional propia dentro del contrato, toda vez que
contractual compromete, independientemen- está ligado a un interés distinto y separable del
te de las peculiaridades que ostente la pres- de la prestación. Entienden que el cumplimien-
tación principal planificada, una obligación to de la obligación denominada principal no
conlleva el de la obligación de seguridad, del
(81) MAYO, Jorge A. “Sobre las denominadas...”, cit. mismo modo que su extinción no provoca simi-
En dicho artículo señala, como caracteres de esta oblig- lar efecto respecto de esta última.
ación, los siguientes: a) accesoriedad, b) tácita, c) relativa
a las personas y a las cosas, d) que la obligación principal
no sea aleatoria, e) la obligación principal no debe con- Pizarro y Vallespinos se enrolan junto a otros
sistir en atender o cuidar a la persona del deudor, f ) su doctrinarios en dicha postura de considerar la
vigencia resulta del principio general de la buena fe. obligación tácita de seguridad (expresa o táci-
(82) LE TOURNEAU, P., “Droit de la...”, cit., p. 386, n.
1106. (84) MEZA, J., AGOGLIA, M. y BORAGINA, J. C., “Re-
sponsabilidad por incumplimiento contractual”, Ham-
(83) VÁZQUEZ FERREYRA, R., “La obligación de se- murabi, 1993, p. 165 y ss.
guridad y la responsabilidad contractual”, en Revista de
Derecho Privado y Comunitario (Responsabilidad con- (85) PIZARRO, Ramón D. - VALLESPINOS, Carlos G.
tractual I), Ed. Rubinzal-Culzoni, p. 79, n. 17 y ss.; MAYO, en “Compendio de derecho de daños”, Hammurabi, Bue-
J., “Sobre las denominadas...”, en LL 1984-B-950. nos Aires, 2014, p. 134 y los autores que citan.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 287


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

ta) con carácter autónomo no subordinada a la tinguen los derechos y obligaciones accesorios,
principal (86). excepto disposición legal o convencional en
contrario”.
Agregan que se trata de deberes secundarios
de protección que fluyen expresa o tácitamente Podríamos ensayar también diciendo que la
de la convención, por aplicación de la buena fe, y obligación de seguridad forma parte de la obli-
que no guardan respecto de la prestación esen- gación principal. En ciertos contratos, por la
cial una relación propia de accesoriedad. importancia de los bienes tutelados, la obliga-
ción de seguridad es tan principal como la obli-
Aclaran asimismo que el carácter secundario gación que define el contrato. Coexisten varias
de la obligación de seguridad no importa acce- obligaciones, todas principales, y, ante el in-
soriedad. cumplimiento de cualquiera de ellas, se deriva
la obligación de reparar los daños causados.
Como bien lo señalan Mosset Iturraspe y Lo-
renzetti, la única manera en que puede calibrar- Ciertos autores que se enrolan en dicha pos-
se adecuadamente la real entidad de esta figura tura expresan: “El deber de seguridad integra el
es advirtiendo en ella un deber calificado que sinalagma contractual de la misma manera que
“ensancha el objeto pero no se superpone con la prestación principal, vale decir en un pie de
él” (87). igualdad con respecto a ella. No actúa ni subor-
dinadamente y mucho menos de talante suple-
El Cód. Civ. y Com. regula las obligaciones torio, sino que acompaña el fin contractual aun
principales y accesorias a través de los arts. 856 con independencia de que las partes no hayan
y 857. hecho expresa mención a él. Es que para con-
vertirse en prestación principal no necesaria-
El art. 856 las define normando: “Obligacio- mente debe enunciarse como contenido del
nes principales son aquellas cuya existencia, ré- acuerdo y puede presuponerse que los contra-
gimen jurídico, eficacia y desarrollo funcional tantes lo han pactado tácitamente; presunción
son autónomos e independientes de cualquier que lejos está de abarcar el supuesto de que lo
otro vínculo obligacional. Los derechos y obli- hayan hecho de manera secundaria y menos
gaciones son accesorios a una obligación prin- aún supeditado al cumplimiento del restante
cipal cuando dependen de ella en cualquiera cúmulo de prestaciones”.
de los aspectos precedentemente indicados, o
cuando resulten esenciales para satisfacer el in- “La obligación-deber de seguridad lejos está
terés del acreedor”. de constituirse en un ensanchamiento del deber
principal, sino que explícitamente se encuen-
Resulta oportuno reflexionar si puede consi- tran consagrado en la propia génesis contrac-
derarse que la obligación de seguridad es acce- tual luego de la reforma de la ley 17.711. No
soria porque resulta esencial para satisfacer el son solo ‹deberes de esmero´, sino que pasan a
interés del acreedor. transformarse en una obligación principal y le-
gal que inicia su camino conjuntamente con el
El art. 857 del citado cuerpo normativo esta-
restante cúmulo de prestaciones convenidas,
blece los efectos, estableciendo: “La extinción,
por lo que lejos ésta de ser considerada un de-
nulidad o ineficacia del crédito principal, ex-
ber secundario”.
(86) VÁZQUEZ FERREYRA, «La obligación de seguri- “Calificar al deber de seguridad como una
dad...», cit. n.25, p.107; MEZA, J., AGOGLIA, M. y BORA- fuente de obligación secundaria no es acerta-
GINA, J. C., «Responsabilidad...», pág. 168 y ss; STIGLITZ,
«El deber de seguridad en la responsabilidad por produc-
do, sobre todo porque la buena fe incluye en
tos elaborados», en LL 1985-D-18; JORDANO FRAGA, su creencia que la vinculación cuenta con este
«La responsabilidad...», cit., pág. 30/32; MÜLLER, «La compromiso incluso por sobre cualquier otro
obligación de seguridad en los espectáculos públicos», tipo de prestación, si así no fuere claramente las
en LL supl. esp. septiembre de 2005, p. 32. partes o por lo menos una de ella se habría abs-
(87) MOSSET ITURRASPE y LORENZETTI, “Contratos tenido de contratar. Y siendo así que la buena fe
médicos”, La Rocca, Buenos Aires, 1991, p. 163 cumple una función integrativa del contrato el

288 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

deber de seguridad está incluido en ella no pu- que se reputaban contratadas. La obligación
diendo referirse al mismo como secundario o primitiva, que también se puede llamar obliga-
accesorio”. ción principal, es aquella que ha sido convenida
principalmente, en primer lugar, y por sí mis-
“Un último argumento es traído en pos de ma. La obligación secundaria por antonomasia
soslayar nuestra postura. La extinción de la obli- ha sido pactada en caso de inejecución de una
gación accesoria no afecta la existencia de la primera obligación. Y la obligación de seguri-
principal. No se concibe dejar de lado la obli- dad lejos está de ser catalogada para que cobre
gación secundaria de seguridad sin afectar la eficacia en caso de no cumplimentarse la prin-
eficacia de la ‘principal’. Ello no puede resultar cipal”.
válidamente posible. Es que el deber de segu-
ridad conforma el plexo principal de la vincu- También comparte el criterio que sostuvo la
lación contractual y por lo tanto carece del Corte Suprema mendocina en un caso que esta-
elemento de subordinación. Así verbigracia en bleció que la obligación de seguridad puede ser
un contrato de enseñanza sostener lo contra- definida como la obligación existente en todo
rio implicaría desvirtuar el objeto contractual tipo de contrato por el cual el deudor garanti-
mismo pues válidamente se quita el deber ac- za que, durante el desarrollo de la prestación,
cesorio de seguridad y permanece incólume la ningún daño recaerá sobre la persona o, even-
obligación de enseñanza. No parece una solu- tualmente, los bienes de su contratante. Se trata
ción razonable”. de una cláusula implícita de indemnización, ín-
sita en toda relación contractual que integra la
Se refiere a las obligaciones alternativas que prestación principal, aun cuando las partes no
han sido conceptualizadas como “aquellas en lo hubieran previsto expresamente. Dice ade-
las que el deudor se libera ejecutando una de más haber tenido consagración legislativa ex-
las prestaciones previstas. En esta categoría presa en el art. 5º de la ley 24.240, con sustento
de obligaciones existen pluralidad de objetos en el art. 42 de la Constitución Nacional, con-
obligacionales. Pero expresa que las obligacio- formando un principio general de seguridad en
nes pueden contener dos prestaciones, pero no beneficio de los consumidores o usuarios, con un
por ello existen pluralidad de objetos. Una sola despliegue preventivo (89).
prestación es aquella que se debe cumplir. Y con
el deber de seguridad sucede exactamente lo Vale decir que, con base en ello, se podría
mismo. No existe diversidad de objeto contrac- concluir lo siguiente:
tual. La seguridad prevista no puede escindirse a. El deber de seguridad integra el sinalagma
del restante cúmulo de obligaciones y mucho contractual de la misma manera que la presta-
menos resultar secundaria y/o alternativa. Es ción principal.
tan principal como las otras. Referir a una obli-
gación secundaria de seguridad implica tanto b. Calificar al deber de seguridad como una
como otorgarle jerarquías de mayor y menor fuente de obligación secundaria no es acerta-
importancia a las prestaciones” (88). do, sobre todo porque la buena fe incluye en
su creencia que la vinculación cuenta con este
El doctor Néstor Parisi explica en el trabajo ci- compromiso incluso por sobre cualquier otro
tado que, a su entender, parte del equívoco de la tipo de prestación; si así no fuera, claramente,
doctrina se encuentra en un fundamento dado las partes, o por lo menos una de ellas, se ha-
por el maestro Pothier, aunque su interpreta- brían abstenido de contratar.
ción ha sido desvirtuada. Expresa: “En efecto
el maestro francés sí efectuaba el distingo en- c. En cuanto al objeto, con el deber de seguri-
tre obligaciones principales y secundarias, pero dad no existe diversidad de objeto contractual.
este fraccionamiento se supeditaba al orden en
(89) Suprema Corte de Justicia de la Provincia de
(88) PARISI, Néstor Sebastián, “La obligación de se- Mendoza, Sala I, 23/09/2013, “Cobos Daract, Carlos
guridad accesoria en el ámbito contractual: una entele- Raúl c. Open Moll S.A. s/ daños y perjuicios”, LA LEY
quia conceptual», consultado en el Dial.com - DC1D8F. 30/10/2013, 11, P.q.-S; RCyS 2013-XI, 103 Cita Online:
Publicado el 17/09/2014. AR/JUR/60184/2013.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 289


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

La seguridad prevista no puede escindirse del se considera que es de resultado, aunque en ca-
restante cúmulo de obligaciones y mucho me- sos excepcionales puede ser de medios (90).
nos resultar secundaria y/o alternativa.
En cierta medida, por un lado, va a depender
Dicho todo ello, podemos entonces conside- de a qué se compromete el deudor; expresa Za-
rar la obligación de seguridad: a) como secunda- vala de González que “...no hay que confundir
esta obligación de seguridad asumida como re-
ria y autónoma, para evitar el riesgo que corre de
sultado y que sustenta una responsabilidad ob-
ser accesoria de la principal, o b) integrando las jetiva basada en la garantía, con los casos en que
prestaciones que conforman el objeto del contra- el objetivo del contrato es específicamente brin-
to, a la par o junto con la obligación principal. dar algún tipo de seguridad, pero ésta puede ser
contingentemente pactada como obligación de
De todos modos, en ambos casos, ante el in- medios o de resultado” (91).
cumplimiento, sea como obligación autónoma
o como una de las prestaciones no cumplidas, Cierto es, como bien se ha señalado, que la
se deriva el reclamo y la obligación de indem- calificación de la obligación de seguridad como
nizar los daños causados, acreditados los extre- obligación de resultado sería la única concebi-
mos requeridos. ble en pro del objetivo perseguido, que es me-
jorar la situación del damnificado en el campo
A modo de conclusión, se infiere: probatorio (92).

I. Todo contrato se tipifica por las obligacio- Para los distinguidos juristas de Junín Agoglia,
Boragina y Meza, como derivación del princi-
nes a las que se someten las partes.
pio de la buena fe, la obligación tácita de segu-
II. A esas obligaciones que caracterizan a cada ridad es siempre de resultado, pues dicen: “no
creemos, honestamente, que cuestiones tan
contrato generalmente se las denomina princi-
relevantes como la integridad de las personas
pales, y en algunos contratos, como el depósito, (verdadero derecho personalísimo de raigam-
consisten en una obligación de custodia de la bre constitucional), puedan quedar libradas a
cosa, sería una obligación de seguridad como la mayor o menor aleatoriedad del resultado,
principal. En estos casos no se comprenden como propone parte del pensamiento jurídico.
obligaciones de seguridad secundarias. En un derecho de daños centrado en la protec-
ción del damnificado, la buena fe exige adoptar
III. En determinados contratos, además de conductas que garanticen incolumnidad, sus-
la obligación principal, se imponen o se impli- trayéndola del territorio del álea” (93).
can otras a las que se denomina “de seguridad”,
pero de carácter secundario y solo a los efectos Aplicar dicho criterio a todos los casos de da-
de preservar la indemnidad de la persona o los ños a la persona (y entre ellos se incluyen los de-
rechos personalísimos) el factor de atribución
bienes del cocontratante.

IV. Cuando se entienden comprendidas estas (90) Despacho mayoritario en las Jornadas de Junín
de 1994; conf. VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto, «La oblig-
otras obligaciones llamadas “de seguridad”, se ación de seguridad... «, cit., p. 88.
las puede considerar secundarias pero autóno-
(91) ZAVALA DE GONZALEZ, Matilde, “Resarcimiento
mas de la principal, o integrando las prestacio- de daños”, Hammurabi, Buenos Aires, 1999, 4ª ed., p. 393-
nes que conforman el objeto del contrato, a la par 394, con cita de jurisprudencia en todos los casos que
o junto con la obligación principal. menciona.
(92) PREVOT, Juan Manuel, “La obligación contractual
VIII.2. De medios o de resultado de seguridad. Pasado, presente y futuro”, en Doctrina Ju-
dicial, año XXI, n° 20, 18/5/05, p. 156.
Respecto de si es una obligación de medios o
(93) CÓRDOBA, Marcos, “La buena fe y la obligación
de resultado, en general la obligación de seguri- de seguridad”, Tratado de la buena fe en el derecho, La
dad se conecta con los fines esperados, por ello Ley, Buenos Aires, 2004, t. I, p. 261.

290 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

sería siempre objetivo, lo que llevaría a borrar Vale decir que, en la casi totalidad de los ca-
de nuestro Cód. Civ. y Com. los arts. 1724, 1756 sos, el deber de seguridad constituye una obli-
in fine, 1768, 1771, 1786, etc. gación de resultado, pero existen determinadas
situaciones en las cuales la aleatoriedad y la
En suma, como surge diáfano del art. 961 del incerteza en la obtención del resultado tornan
Cód. Civ. y Com., no toda obligación de seguri- poco acertado hacer pesar sobre el deudor una
dad conlleva similar rigor o exigencia, la bue- obligación de fines.
na fe impone contextualizar en función de las
personas, el tiempo y el lugar; en fin, según la Habrá que atender a la mayor o menor alea-
naturaleza o entidad de los intereses compro- toriedad del resultado de seguridad prometido,
metidos, siendo el juez quien debe discernir las aplicándose los principios generales que rigen
“consecuencias comprendidas con los alcances la materia.
en que razonablemente se habrían obligado un
contratante cuidadoso y previsor” (94). En consecuencia, lo aleatorio del resultado
será el criterio de distinción en tal supuesto: si la
Tratándose de la obligación tácita de seguri- indemnidad de la persona del acreedor o de sus
dad, que es la que aquí interesa, no cabe sino bienes resulta demasiado aleatoria, la obliga-
caer en las normas del Código Civil que regulan ción será de medios (Mazeaud, Betti, Mengoni,
las obligaciones de hacer. Jordano Fraga). De lo contrario, no existiendo
tal incertidumbre, el deber de seguridad será de
El art. 774 del Cód. Civ. y Com., referido a las resultado, como sucede en la gran mayoría de
obligaciones de hacer, establece una especie de los casos.
gradación de la actividad del deudor en el cum-
plimiento que mantiene alguna vinculación con Y adelanto, conforme lo trataré en el punto si-
el tema bajo análisis. guiente respecto al factor de atribución, que así
también para determinar la extensión de dicha
En el primer inciso (a) se ocupa de las obli- obligación cabe tener en cuenta la previsibili-
gaciones de medios; en el segundo (b) aparece dad de los riesgos y el grado de creencia legítima
como novedad una categoría intermedia que di- de la víctima con respecto al riesgo al que se ex-
ferencia entre la promesa del resultado y la no pone (96).
obligación de satisfacer su eficacia; y, por últi-
mo, el inc. c) se refiere estrictamente a las de re- IX. El factor de atribución. Objetivo o sub-
sultado. jetivo

Puede pretenderse que, al igual que lo previs- Primeramente, se impone definir qué se en-
to en el inc. b), a veces la obligación de seguri- tiende por factor de atribución.
dad disminuye en intensidad y el deudor queda Y dentro de los componentes necesarios para
sujeto a un resultado sin quedar anidado en el que se complete la situación jurídica que signifi-
pleno efecto y satisfacción (95). ca la responsabilidad civil se encuentra el factor
de atribución, que se ha conceptualizado como
(94) UBIRÍA, Fernando Alfredo, «Derecho de daños...», “la razón suficiente por la cual se justifica que
cit., p. 82.
(95) El art. 774 del Cód. Civ. y Com. responde al pensa- ALTERINI - AMEAL - LÓPEZ CABANA, “Derecho de ob-
miento del recordado jurista Dr. Atilio A. Alterini. En el ligaciones”, cit., p. 580, nro. 1213. Sobre el texto del art.
distingo entre las obligaciones de medios y de resultado, 774 ver: TRIGO REPRESAS, Félix A., coment. al art. 774,
y en cuanto a estas últimas, sostuvo que a veces resulta en “Código Civil y Comercial comentado. Tratado exegé-
distinguible el resultado a su “eficacia”. Por ejemplo, si tico”, ALTERINI, J. H. (dir.) - ALTERINI, I. E. (coord.), cit.,
una persona se compromete a realizar una obra y no t. IV, p. 251.
asegura el cumplimiento de sus fines en plenitud. Da el
caso de aquel que se obliga únicamente a realizar una (96) CS, “Arregui, Diego Maximiliano c/ Estado Nacio-
excavación para extraer petróleo; cumple cuando el el- nal — PFA — y otros s/ Ds. Pjs.”, 12155/2013, (49-A)/CS1,
emento comienza a surgir, aunque sea en poca cantidad. del 26/12/2017.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 291


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

el daño que ha sufrido una persona se traslade Aplicada la clasificación a los deberes de se-
económicamente a otro” (97). guridad, se ha sostenido —como explicité an-
teriormente— que, en principio, en materia de
Se trata, entonces, de una imputación valora- deber de seguridad, la obligación es de resulta-
tiva, de un juicio de valor por el que se justifi- do, aunque en casos excepcionales puede ser de
ca, ante la causación de un daño por un sujeto a medios. Alguna doctrina estima que siempre es
otro (sea directa o indirectamente), si el prime- de resultado.
ro debe o no responder, que se distingue de la
Se deberá demostrar, entonces, a fin de esta-
imputación meramente fáctica, la autoría, que blecer finalmente si estamos en presencia de
se realiza al establecer la relación de causali- una responsabilidad objetiva o subjetiva, si la
dad (98). obligación de seguridad comprometida puede
ser en ciertos casos de medios o si, por el con-
Ergo, cuando se refiere el factor de atribución trario, será siempre de resultados.
en la obligación de seguridad, habrá que resol-
ver el interrogante que plantea esa órbita, en la Reviendo los antecedentes sobre este tema,
específica institución que nos ocupa, pues ha- en el proyecto de reforma del Código Civil de
brá que ver, valorativamente, la razón justifican- 1998, se da por sentado que el principio gene-
te de la atribución de responsabilidad al deudor. ral del factor de atribución de la responsabilidad
Y ello propone, a su vez, el dilema de si será el es de naturaleza subjetiva. El art. 1602, segunda
mismo factor de atribución que ante el incum- parte del proyecto dice que, a falta de norma le-
gal o de estipulación de partes, el factor de atri-
plimiento de la obligación primaria, o la obli-
bución es la culpa. Ahora bien, atento a que los
gación principal y la obligación de seguridad dos artículos referidos a la obligación de segu-
pueden tener distinta razón suficiente, esto es ridad, cual fueran los arts. 1668 y 1669, no mo-
factor de atribución diverso. difican dicho principio, subsiste en virtud del
sistema la atribución de responsabilidad subje-
A su vez, el asunto se vincula con la conoci- tiva, que es la culpa.
da distinción entre las obligaciones de medios
y las obligaciones de resultado, y con si debe Si bien el art. 1669 del proyecto norma que la
coincidir o no, como antes se apuntó, el factor liberación ocurre cuando se demuestra haber
de atribución del deber de seguridad con el de adoptado medidas de prevención razonablemen-
la obligación primaria. te adecuadas, lo cierto es que la responsabilidad
direcciona a la culpa, por lo que su apreciación
(97) KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída - PARELLA-
es subjetiva, por más que se quisiera hacer foco
DA, Carlos, “Los factores subjetivos de atribución”, cap. en la apreciación de la conducta del responsable,
VIII de la obra colectiva, Responsabilidad civil, dirigida porque solamente se eximirá si ha adoptado me-
por Jorge Mosset Iturraspe, Hammurabi, Buenos Aires, didas de prevención razonables.
1992, p. 141, en la que los autores, fundando su defin-
ición, dicen: El hecho dañoso provoca, fácticamente, la La otra eximición de responsabilidad que
lesión a un sujeto; frente a este fenómeno, el derecho se contiene la normativa se encuentra en el art.
pregunta si es justo que el daño quede a cargo de quien
de hecho lo ha sufrido, o si, por el contrario, debe despla- 1669, inciso b, que es una mayor precisión de
zar sus consecuencias a otra persona. Si no es justo, im- cómo debe prevenir, lo que permite apreciar las
pone la obligación de responder; la razón por la cual pro- dos posibilidades, si resulta más fácil o econó-
duce tal desplazamiento es lo que denominamos factor mica si lo hace el damnificado, con relación al
de atribución. Por ej., si una persona causa daño a otra posible perjuicio. Esto está relacionado con la
injuriándola, ¿es justo que el desprestigio lo soporte la
víctima? El derecho responde negativamente y encuen-
prevención del daño, por lo que quien lo previe-
tra en la conducta del ofensor la existencia de un ánimo ne de manera razonable y que resulte más fácil
injuriante que justifica su obligación de reparar. Si una o económica que si lo hace el damnificado no
caldera explota y causa lesión a otro, el dueño o guardián tendrá que responder. La conducta del proba-
de aquella debe reparar, pues ha creado el riesgo. ble dañador se aprecia, aquí, en relación con su
(98) ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, “Resarcimiento propio interés. Si no debiera responder (aunque
de daños...”, cit., p. 355. la riqueza social disminuyera, esa reducción,

292 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

ese empobrecimiento, lo sufriría otro, y por eso Ahora bien, el deber de seguridad implica de
no se vería directamente afectado), su interés por sí un resultado: que quien está expuesto a
en prevenir previsiblemente sería (si no nulo) una prestación —sea como contratante o ter-
menor que si debe reparar. Si prevé que debe- cero— salga indemne de esa situación. Si esto
rá responder; en cambio, invertir en prevención no ocurre y hay daño, la responsabilidad ha de
no será para él más que un medio orientado a ser objetiva por incumplirse un resultado, salvo
disminuir las posibilidades de sufrir una con- que haya concurrencia de otro factor objetivo de
secuencia desagradable: pagar una indemniza- responsabilidad que subsuma al caso (en algu-
ción (99). nas oportunidades justificados con el deber de
seguridad); o que el legislador haya entendido
El proyecto contiene dos normas de preven- que determinadas prestaciones, aun cuando re-
ción más generales. El art. 1585, que decía: “Pre- sulten contrarias al deber de seguridad, respon-
vención del daño. Toda persona tiene el deber, derán subjetivamente, como es el caso de los
en cuanto dependa de ella: a) De evitar causar profesionales liberales (100).
un daño no justificado. b) De adoptar, de bue-
na fe y conforme a las circunstancias, las medi- Existen determinadas situaciones, como las
das razonables para evitar que se produzca un derivadas de la responsabilidad médica, en las
daño, o disminuir su magnitud. Si tales medi- que la aleatoriedad y la incerteza en la obten-
das evitaron o disminuyeron la magnitud de un ción del resultado, por ejemplo, que un pacien-
daño, del cual un tercero habría sido respon- te no adquiera una infección con posterioridad
sable, tiene derecho a que éste le reembolse a una intervención quirúrgica, deviene injusto,
el valor de los gastos en que ha incurrido para o más bien injustificado, hacer pesar sobre el
adoptarlas, conforme a las reglas del enriqueci- profesional una obligación de resultado. Cuan-
miento sin causa. c) De no agravar el daño, si ya do nos referimos a la obtención del resultado es-
se ha producido”. Y el art. 1586, el cual estable- tamos haciendo referencia a que el paciente no
cía: “Atribuciones del tribunal. El tribunal tiene contraerá otras enfermedades distintas a aque-
atribuciones para disponer, conforme a las cir- lla que lo aqueja y que motivó la participación
cunstancias, medidas tendientes a evitar la pro- del galeno, así como a que tampoco sufrirá al-
ducción de daño futuro”. gún daño originado por situaciones extrañas a
la afección que padece.
Volviendo a nuestro Cód. Civ. y Com., conside-
X. Los deberes de conducta
ro que la obligación de seguridad no debe estar
sujeta a moldes rígidos, y, si bien ordinariamente X.1. Deber de custodia
es de resultado —objetiva—, existen determina-
das situaciones en las cuales la aleatoriedad y la Se concibe al deber de custodia como un de-
incerteza en la obtención del resultado tornan in- ber de protección o seguridad. La custodia es
sostenible hacer pesar sobre la cabeza del deudor para atribuir el daño sobrevenido a la cosa, ya
una obligación de resultado. sea por deterioro, pérdida o sustracción. La cus-
todia, al igual que la diligencia preparatoria del
En resumen, para determinar la extensión cumplimiento, solo son relevantes en la medi-
de esta obligación de seguridad cabe tener en da en que su violación vaya seguida del daño a
cuenta la previsibilidad de los riesgos y el grado la cosa debida y de la imposibilidad de la pres-
de creencia legítima de la víctima con respecto tación. La infracción en uno y otro caso, atento
al riesgo al que se expone. a que se trata de deberes de protección, genera
responsabilidad contractual.
Vale decir que, si la indemnidad de la perso-
na del acreedor o de sus bienes resulta dema- La diferencia entre la diligencia en la etapa
siado aleatoria, la obligación será de medios preparatoria del cumplimiento y la custodia es-
—subjetiva—.
(100) LÓPEZ MESA, MARCELO, “La responsabilidad
(99) RINESSI, Antonio Juan; “El deber...”, cit., ps. 151- civil médica”, B de f, Montevideo-Buenos Aires, 2016, p.
152. 499.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 293


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

taría dada en que, la primera solo es relevante Ahora bien, cuando el depósito es ejercido
una vez que es exigible la prestación de entrega; profesionalmente, el modelo de conducta está
la segunda, toda vez que tutela la integridad de dado por el “buen hombre de negocios”, “buen
la cosa debida, es fuente de responsabilidad an- empresario” u “organización idónea”, lo cual im-
tes de que venza la obligación de entrega. plica la obligación de extremar los recaudos y
adoptar las diligencias apropiadas destinadas
En donde la custodia adquiere una relevancia al cumplimiento del objeto del contrato, con-
autónoma como deber de protección es en el sistiendo el deber de garantía o seguridad que
resarcimiento de los daños causados en la cosa obliga al empresario, más allá del objeto especí-
antes de que la entrega de esta sea exigible. fico del contrato, a mantener indemnes los bie-
nes que el cocontratante deja a su custodia.
Majello considera que la violación del deber
de custodia (o del de diligencia preparatoria) En nuestro Cód. Civ. y Com., si bien el régi-
es irrelevante si no va seguida del daño porque, men de responsabilidad del depositario puede
de otro modo, se llegaría a consecuencias para- ser referenciado con el régimen general de la res-
dójicas —el acreedor de la entrega podría pedir ponsabilidad civil (art. 1708 y ssgtes.), presenta
la resolución del contrato ante cualquier falta particularidades que se corresponden con la es-
de cautela del comodatario— ha sido rechaza- pecial estructura típica del contrato, en cuanto a
su función y al interés tenido en cuenta.
da por algunos poniendo de manifiesto que el
acreedor no debe asistir impotente a la puesta En ese sentido, el incumplimiento de la obli-
en peligro del bien custodiado, esperando, para gación de actividad a que se compromete el de-
poder reaccionar, a que el daño efectivamente positario que consiste en la guarda y la custodia
se produzca (101). de la cosa, debe ser juzgado, en principio, según
factores de atribución subjetivos, estando a su
Afirmar la irrelevancia de la violación del de- cargo la prueba de haber cumplido con la dili-
ber de custodia si no va seguida del daño a la gencia debida.
cosa significa desconocer que el interés que
está en la base de aquel es idéntico al deber de Distinta solución impone el código de fondo
prestación (entrega). En definitiva, siempre va a para el caso del depósito necesario. (arts. 1370,
perdurar el régimen de la responsabilidad por 1371 y 1375 del Cód. Civ. y Com.). Dicho institu-
incumplimiento, sea de la propia custodia con- to reproduce la solución que ya traía el proyec-
cebida como prestación, sea de la obligación to de 1998, mediante el cual somete al régimen
de entrega a la que el deber de custodia accede del depósito necesario diversos supuestos en
como instrumental (102). los que las personas se ven compelidas a dejar
sus efectos bajo la guarda —implícita o explíci-
Las infracciones al deber de custodia (ante- ta— del ocasional titular de un establecimiento
riores al vencimiento de la obligación princi- que, a veces, tiene por fin principal la realiza-
pal) que no se sustancian en un daño efectivo ción de otras prestaciones. Así ocurre con es-
a la cosa debida, en cuanto ponen en peligro tablecimientos asistenciales o deportivos y con
su realización del cumplimiento de la entrega los restaurantes, donde ciertamente la señala-
(y con incumplimiento de la obligación acce- da obligación de guarda y custodia resulta ser
soria), dan origen a medidas cautelares a favor un deber accesorio o secundario de conducta
del acreedor y lo legitiman (cuando el incum- respecto a lo que constituye la prestación prin-
plimiento es serio o considerable) para resolver cipal. En el caso de los garajes, lugares y playas
el contrato (103). de estacionamiento, cuando lo acordado por las
partes se refiere exclusivamente a esa finalidad
de guarda, deberá la relación ser calificada de-
(101) MAJELLO, “Custodia e deposito”, en Rivista di
Diritto Civile, 1961, t. I, p. 401.
rechamente como depósito, si bien sometida al
estatuto especial previsto respecto a la respon-
(102) JORDANO FRAGA, “La responsabilidad...”, cit. p. sabilidad de los hoteleros por los efectos intro-
455. ducidos por los viajeros. Habrá otros casos, en
(103) Ibidem, p. 456. cambio, en los que la guarda de vehículos en

294 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

playas de estacionamiento o lugares similares art. 1371, careciendo de valor todo tipo de cláu-
sea un servicio anexo a otra actividad principal sula de exoneración de responsabilidad, confor-
(shopping center, complejos cinematográficos, me lo normado por el art. 1374.
tiendas, etc.). Como se verá, todos los supues-
tos quedan sometidos al mismo régimen legal y Con respecto a situaciones de custodia y al
al tipo de responsabilidad —de carácter objeti- robo o asalto a mano armada, la jurisprudencia
vo— que se consagra en la sección 3°. se ha expedido en cuanto a que dicha situación
delictiva no exime de responsabilidad al garajis-
La norma resuelve así situaciones que habían ta, toda vez que ello no puede ser considerado
sido objeto de anterior tratamiento de la juris- caso fortuito o fuerza mayor, atento a constituir
prudencia, oportunidad en que —en general— dicha situación un riesgo propio de la actividad
se había arribado a similares conclusiones, bien que realiza el garajista de manera onerosa, de-
por aplicación de las reglas del depósito necesa- biendo tomar todos los recaudos de seguridad
rio, por la calificación del vínculo como atípico o para dificultar o impedir ese acto previsible en
mediante su subsunción en las normas de pro- el contexto del servicio ofrecido (105).
tección del consumidor, en particular, en el con-
cepto amplio de relación de consumo, de raíz Ello ahora reflejado en el art. 1371 del Cód.
constitucional y receptado también en el esta- Civ. y Com., en cuanto hace expresa mención de
tuto especial. la fuerza mayor “ajena a la actividad”.
Acorde fuera señalado, la obligación de guar- La eximente normada en el art. 1371 del Cód.
da que impone la norma y la consecuente Civ. y Com., en cuanto a que el hotelero no res-
responsabilidad que incumbe al titular del es- ponde por las cosas dejadas en los vehículos
tablecimiento respectivo configuran a veces la de los viajeros, no rige para los garajes, luga-
prestación principal que éste ofrece y, en otros res y playas de estacionamiento (art. 1375 del
casos, una obligación accesoria a un vínculo de Cód. Civ. y Com.). Pero sí subsiste para las otras
otra naturaleza. En este último supuesto, la si- situaciones asimiladas al depósito necesario
tuación es claramente equiparable a la respon- (establecimientos sanitarios, deportivos y res-
sabilidad del hotelero, regulada en los arts. 1369, taurantes).
1370, 1371 y 1374 del Cód. Civ. y Com., donde la
prestación principal asumida es el alojamiento Queda claro, entonces, que rige a su respecto
del pasajero en el establecimiento, durante un el factor de atribución de índole objetiva insti-
tiempo determinado y la guarda de los efectos tuido por las normas respectivas, con eximentes
por él introducidos son uno de los deberes ane- acotadas que, además, deben ser ajenas a la ac-
xos a esa obligación primaria, que bien puede tividad cumplida por el prestador.
existir sin ella, lo que acontece cuando la perso-
na se aloja sin equipaje (104). Con relación a las casas de depósito, el 1376
del Cód. Civ. y Com. norma reglas específicas de
Conforme lo dicho hasta aquí, lo normado responsabilidad respecto al propietario de casas
por los arts. 1368 a 1374 del Cód. Civ. y Com. de depósitos, o sea aquellos establecimientos
implica el establecimiento de un sistema de que se dedican a la guarda y custodia de toda
responsabilidad objetiva, con los alcances esti- clase de mercaderías u objetos.
pulados en los arts. 1722 y 1723, con relación a
quien se constituye en depositario y custodio de (105) Cód. Civ. y Com.om. 8° Nom. de Córdoba,
las cosas en el marco de los escenarios asimila- “Hames, Hiyam y otro c/Quintana, María Cristina y otro”,
dos al depósito necesario conforme lo dispone 27/09/2007, LLC, 2008 (febrero), 72; CNCom., Sala B,
el art. 1375. Atento a ello, resulta lógico concluir “Aseguradores de Cauciones Cía. de Seguros c/Gran Ga-
que solo se exime ante el caso fortuito o la fuer- rage Golf de Carmelo Mileo”, 22/09/1995, JA 1996-1-377;
za mayor ajena a la actividad, tal cual estipula el íd., “La Rectora Cía. de Seguros c/Caporaso, Antonio A.”,
29/08/1995, LL 1996-A-699; Sala D, “Pampa Motor SA c/
Gacek, Jorge L.”, 24/10/1994, LL 1995-A-199; Sala A, “Cul-
(104) LORENZETTI, Ricardo Luis, “Código Civil y can, Mónica M. y otros c/Nuestra Señora del Rosario SRL”,
Comercial de la Nación comentado”, Rubinzal Culzoni, 05/07/1991, LL 1992-A-87; Sala D, “Pessolano, Alberto c/
2014, t. VIII, ps. 223/224. Prioli, Clemente M. R.”, 13/05/1987, LL 1987-E-19.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 295


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

En ese sentido, ha sido señalado que, cuando Se impone aclarar que dichas normas pre-
el servicio de depósito es prestado profesional- cedentes relativas a la custodia de cosas ha-
mente y por empresas con ese objeto específi- cen específicas referencias a los depósitos
co, resulta insuficiente una noción estática del realizados por empresas organizadas con esa
depósito, limitada a la guarda y cuidado de la finalidad. Se ha integrado así a la regulación
misma cosa, y que debe atenderse también a un general del depósito ese particular modo de
cuidado activo que incluye, por ejemplo, la tem- prestar la actividad de guarda y custodia, an-
peratura necesaria para la maduración o con- tes regulado autónomamente en el Código de
servación de los elementos depositados (106). Comercio derogado, dentro de los agentes au-
xiliares del comercio.
En resumen, dicha relación jurídica se en-
Con relación al servicio de caja de seguridad,
cuentra sometida, en principio, a las reglas del
normado en el art. 1413 del Cód. Civ. y Com., se
depósito ordinario (arts. 1356/1366 del Cód. Civ.
trata de un contrato de depósito, aunque esti-
y Com.) y, en lo atinente a la responsabilidad del pulándose una custodia indirecta, que ejerce el
depositario, esta es objetiva y de resultado, ad- banco vigilando el recinto donde se encuentra
mitiéndose como únicas eximentes las siguien- la caja, con prescindencia del contenido.
tes: a) Daño derivado de la naturaleza de la cosa
depositada: en tal caso, la pérdida o la dismi- El art. 1413 prescribe que el prestador de una
nución son consecuencias de la propia índole caja de seguridad responde frente al usuario
de los efectos depositados, ello siempre que el por la idoneidad de la custodia de los locales,
depositario no haya asumido también obliga- la integridad de las cajas y el contenido de ellas,
ciones específicas de conservación y manteni- conforme con lo pactado y con las expectativas
miento, y que su incumplimiento haya derivado creadas en el usuario. No responde por caso for-
en los daños verificados. b) Daño derivado del tuito externo a su actividad, ni por vicio propio
vicio propio de la cosa depositada: en este caso, de las cosas guardadas; luego agrega en qué ca-
no es un deterioro producido “naturalmente” sos “no responde”: por caso fortuito externo a su
—como en el caso anteriormente descripto—, actividad o por vicio propio de las cosas guar-
sino un vicio intrínseco de la cosa que esta ya dadas.
portaba antes de ser depositada. c) Daño deri- Surgen como obligaciones relevantes las de
vado del embalaje: en caso de que la cosa haya conceder el uso de locales idóneos, de custodiar
sido entregada en bultos, contenedores u otras estos locales y de tutelar la integridad de la caja.
formas de embalaje y estos sean impropios o de-
fectuosos, los daños que de ello se deriven son Estos débitos contractuales son, sin duda,
atribuibles al depositante, en cuanto el acondi- obligaciones de resultado.
cionamiento de las cosas depositadas estuvo a
su cargo. d) Caso fortuito externo a la actividad: De tal modo, el incumplimiento de ese deber
se reproduce así y con la misma calificación la de seguridad es fuente de una responsabilidad
eximente contemplada para el depósito necesa- objetiva, en cuanto el banco no compromete
rio (art. 1371). Lo dicho allí respecto al incendio una custodia disuasiva, sino que se obliga a una
y a otros supuestos similares (robos y sustraccio- custodia efectiva, con un presupuesto —ejercer-
nes) resulta con mayor razón aplicable en el su- la en un ámbito idóneo que él mismo suminis-
tra— y una consecuencia —la integridad de la
puesto analizado. Dichos eventos, tratándose de
caja—.
una empresa de depósitos, deben reputarse pre-
visibles y en modo alguno pueden considerarse La custodia supone una seguridad que disi-
externos a la actividad que desarrollan (107). pa el riesgo, y no basta con hacer lo posible para
obtener el resguardo, sino que se impone obte-
(106) ZAVALA RODRÍGUEZ, Carlos “Código de Com- nerlo (108).
ercio comentado”, Depalma, Buenos Aires, 1990, t. III, p.
76.
(108) BARBIER, Eduardo A., “El contrato de caja de se-
(107) LORENZETTI, “Código...”, ps. 234/235. guridad y las cláusulas exonerativas”, en LA LEY 1994-E,

296 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

La ausencia de una adecuada tutela del do, con lealtad hacia la otra parte; esa es la con-
servicio comprometido es presupuesto de la ducta querida por el orden legal (111).
responsabilidad del banquero: la pérdida, la
sustracción y hasta la manipulación (por ej., en La buena fe es una norma de comportamien-
el caso de documentación reservada) de los va- to, “una regla de conducta que impone un obrar
lores revelan la ausencia parcial o total de cus- honesto, sincero, prudente, diligente. No se tra-
todia, sin que sea dable exigirle al acreedor más ta de un escudo protector del descuido, la ne-
prueba que la existencia de esa falta. El deudor gligencia, la deshonestidad o la torpeza” (112).
deberá, en cambio, acreditar la ruptura del nexo
causal; no su falta de culpa, sino el caso fortuito En nuestro Cód. Civ. y Com., la relación en-
o la fuerza mayor (109). tre el obrar de buena fe y el obrar con cuidado y
previsión está muy clara en ellos arts. 729 y 961.
Se trata, en definitiva, de un supuesto de res-
ponsabilidad objetiva, en cuanto la prueba de En cambio, la coexistencia diferenciada de
la diligencia del prestador del servicio es in- ambos conceptos podría surgir del código italia-
suficiente para liberado de absorber las con- no. En efecto, el art. 1175 dispone que “el deudor
secuencias dañosas y del deber de reparar y el acreedor deben comportarse de acuerdo
íntegramente a la víctima. con las reglas de corrección”. El art. 1176, si-
tuado en el capítulo siguiente, dispone: “Para
X.2. Deber de diligencia cumplir con la obligación, el deudor debe usar
la diligencia del buen hombre de familia. En el
X.2.a. Diligencia y buena fe cumplimiento de las obligaciones inherentes al
ejercicio de una actividad profesional, se debe
Carlo Fadda dice que la buena fe constituye, evaluar la diligencia con respecto a la naturaleza
en el campo del derecho privado, el metro infal-
de la actividad ejercida”.
table para evaluar la diligencia, entender el gra-
do de la culpa y decidir, en el caso concreto, si el En función de esta metodología, algunos au-
contrayente es responsable (110). tores distinguen la buena fe del deber de dili-
gencia. La diligencia mensura el deber que el
Sin embargo, no está claro si ambos concep-
sujeto tiene de satisfacer el interés de otro jurí-
tos están o no separados por una línea demar-
dicamente tutelado; deriva, entonces, del respe-
catoria firme. Para algunos la diligencia no es
to al interés tutelado; para satisfacer o respetar
sino una especificación del principio de buena
tal interés, el sujeto debe hacer todo el esfuerzo
fe; para otros la buena fe posee efectos que de-
apropiado según criterios de normalidad, em-
berían ser imputados a la buena fe.
pleando medios materiales, observando nor-
Para algunos, la buena fe significa esfuerzo; mas técnicas o jurídicas, adoptando una cautela
“la malicia, la negligencia, la culpa, la torpeza adecuada, etcétera. El deber de buena fe, en
no son buenos compañeros jurídicos de la bue- cambio, prohíbe un comportamiento desleal y,
na fe”. El sujeto debe actuar con atención y cui- además, impone salvaguardar la utilidad de la
dado en sus negocios o actos; poner la mayor contraparte, pero no llega a requerir un esfuerzo
diligencia tendiente a la concreción del resulta- elevado que implique un esfuerzo diligente. Por
eso, aunque el contrato no lo prevea, la parte
1304. está obligada a cumplir aquellos actos jurídicos
o materiales que son necesarios para salvaguar-
(109) GHERSI, Carlos, “Responsabilidad sin culpa en dar la utilidad de la contraparte, siempre que se
el proyecto de unificación civil y comercial”, LA LEY 1988-
A, 918; KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída, en MOSSET
ITURRASPE, Jorge (dir.), “Responsabilidad civil”, Ham- (111) ETCHEVERRY, Raúl A., “El stándard de buena fe
murabi, Buenos Aires, 1992; BUERES, Alberto, “Respon- en el derecho mercantil”, LA LEY 1987-E, 897.
sabilidad contractual objetiva”, JA 1989-11-1977.
(112) FERREIRA RUBIO, “Apostillas sobre el concepto
(110) Cit. por CORRADINI, Domenico, “Il criterio della de buena fe en la obra de Vallet”, en homenaje a Juan
buona fede e la scienza del Diritto Privato”, Giuffre, Mi- Berchmans Vallet de Goytisolo, Junta de Decanos de los
lano, 1970, p. 280. Colegios Notariales de España, Madrid, 1988, t. IV, p. 358.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 297


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

trate de actos que no comportan un apreciable aunque no es el que se recoge en la BGB alema-
sacrificio (113). na, en el §276 (118), donde se establece el pa-
rámetro de diligencia exigible en el tráfico, que
En la línea que distingue Alpa: El principio podría acercarse más al modelo profesional o
de corrección, al lado del de buena fe, atiene empresarial, atendiendo a que el buen padre de
a la determinación del contenido de la presta- familia no es un hombre de negocios o del trá-
ción, o sea, tiene en miras el hacer mismo del fico (119).
contenido, en cuanto concepto elástico y ope-
ra de tal modo que permite al juez valorar las Al tratarse de un modelo no profesional, se
circunstancias del caso concreto, trayendo de basará en la inexigencia de especiales cono-
la experiencia práctica y de los valores sociales cimientos técnicos, profesionales o empresa-
y culturales la posibilidad de adecuar la nor-
riales en el desarrollo de la prestación. El buen
ma abstracta a una realidad siempre mutable.
padre de familia se contrapone al deudor profe-
El juicio de diligencia, en cambio, se atiene al
sional o empresario, que ha de tener una forma-
cómo de la prestación y constituye un criterio
de responsabilidad que opera sobre un conteni- ción superior que no posee el hombre normal.
do ya determinado en cuanto valora la medida Deberá contar con los conocimientos que pue-
del esfuerzo del deudor, o sea, la conformidad den exigirse a un padre de familia para el de-
del comportamiento actuado y el debido (114). sarrollo de sus actividades no profesionales; la

X.2.b. El estándar civil o común de diligencia: Giovanni, “La responsabilità del professionista”, Milán,
el buen padre de familia Giuffrè, 1958, pág. 51-55; FORTINO, Marcela, “La respon-
sabilità civile del professionista. Aspetti problematici”,
Se impone comenzar diciendo que el están- Milán, Giuffre, pág. 26-34 y 95-101; CIAN, Giorgio, y TRA-
BUCCHI, Alberto, “Commentario breve al Códice Civile”,
dar civil o común de diligencia es la de un buen Padua, Cedam, 1992, 2ª ed., p. 1006-1008.
padre de familia.
(118) El §276 de la BGB establece lo siguiente: «Der
El modelo del buen padre de familia tiene su Schuldner hat, sofern nicht ein anderes bestimmt ist, Vor-
origen en el paterfamilias del derecho romano, satz und Fahrlässigkeit zu vertreten. Fahrlässig handelt,
wer die im Verkehr erforderliche Sorgfalt außer acht läßt.
con algunas diferencias, ya que en esa época no Die Vorschriften der §§ 827, 828 finden Anwendung. Die
era el equivalente al del buen padre de familia, Haftung wegen Vorsatzes kann dem Schuldner nicht im
sino al del hombre sui iuris (115). voraus erlassen werden».
(119) BADOSA COLL, Ferrán, en “La diligencia y la
Es el que se contemplaba también en el art. culpa del deudor en la obligación civil”, Publicaciones del
1137 del CC francés (116). Es el modelo segui- Real Colegio de España, Bolonia, 1987, p. 79-120. JOR-
do en el Código Civil Italiano (art. 1176) (117); DANO FRAGA, F., “La responsabilidad...”, cit., p. 113-135,
recoge las críticas al modelo por su abstracción e inde-
terminación; queriendo mantener que, para adecuarse a
(113) BIANCA, Cesare, “La nozione di...”, cit., en nota
las necesidades del tráfico, dicho modelo se transforma
70.
en estándares como el de ordenado comerciante, in-
(114) ALPA, Guido, “Pretese del creditore e normativa terpretación ciertamente inadecuada. En este sentido,
di correttezza”, en Rivista del Diritto Commerciale, anno apunta los elogios y críticas que ha recibido este modelo;
LXIX, 1971, N° 7-8/9-10, p. 288. así, establece que la doctrina alemana (Menger, Puchta,
Gierke) criticó su antigüedad e indeterminación, lo que
(115) JORDANO FRAGA, Francisco, “La responsabili- supuso, en última instancia, su desaparición de la BGB y
dad...”, cit., p. 133. su sustitución por el modelo de la diligencia exigida en el
(116) MAZEAUD, Henri, MAZEAUD, León, y TUNC, tráfico. No obstante, Jordano Fraga estima que tal modelo
André, “Tratado teórico y práctico de la responsabilidad es adecuado y que puede elogiarse su amplitud y elas-
civil delictual y contractual”, T. I, V. II (traducción de la ticidad, para poder acoger o ser modelo «del pequeño
5.ª ed. realizada por Alcalá-Zamora y Castillo, Luis), Edi- agricultor y de un profesional técnico altamente cuali-
ciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1962, p. ficado (un ingeniero nuclear, por ejemplo) «; afirmación
423-438. errónea, como desarrollaremos más adelante, ya que el
modelo de buen padre de familia se caracteriza, esencial-
(117) En el art. 1176 Código Civil Italiano se contempla mente, por ser un modelo no profesional; no es el mismo
un modelo general, el del buen padre de familia, y otro parámetro de referencia el de un deudor normal que el
especial para las prestaciones profesionales. CATTANEO, del deudor profesional, especializado y experto.

298 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

diligencia que usan los hombres medios en sus es decir, conocimientos profesionales o técni-
propios asuntos, en los asuntos cotidianos de cos (121).
la vida corriente. La ausencia de esos mínimos
Hay que matizar que se tratará del hombre
conocimientos o la falta de desarrollo de la ac- medio y no del hombre mediocre; es decir, que
tividad que habría de adoptar el hombre medio el deudor habrá de desplegar la diligencia que
determinan la inexcusabilidad, es decir, la culpa habría de desarrollar, normalmente, un hom-
del deudor. bre cuidadoso medio. En este punto se pone de
manifiesto el evidente carácter deontológico del
Así, el buen padre de familia es aquel que ac- concepto de buen padre de familia, que tam-
túa en su ámbito particular, fuera del ámbito bién será de aplicación y con mayor rigor que el
profesional y empresarial (120). ordenado empresario, como profesional; o sea,
no ha de prestar la diligencia que despliegan
Por lo tanto, no podrá exigirse una diligen- los hombres ordinariamente, sino la diligencia
cia imposible para un hombre normal o medio, que deberían prestar los hombres medios en sus
propios asuntos; en definitiva, se trata de un de-
(120) En este sentido, MAZEAUD, H., MAZEAUD, L., ber ser más que de un ser (122).
y TUNC, A., “Tratado teórico y práctico...”, pág. 423, que
ponen de manifiesto que se trata del hombre que ges- (121) BADOSA COLL, F., “La diligencia y la culpa...”,
tiona inteligentemente sus asuntos y en el que puede págs. 79-120; el autor diferencia dos aspectos dentro del
confiarse; BADOSA COLL, F., “La diligencia y la culpa...”, término «buen padre de familia»; de un lado, estaría el
p. 78-120, establecerá que el buen padre de familia es término «bueno», que determinaría una de las posibles
el modelo no especializado, no cualificado profesional- graduaciones o intensidades en la aplicación del tipo pa-
mente; DIEZ-PICAZO y PONCE DE LEÓN, Luis, “Funda- dre de familia; de otro, el término «padre de familia», que
mentos de derecho civil patrimonial”, T. II. “Introducción. se refiere al tipo o clase de modelo de conducta. En lo que
Teoría del contrato. Las relaciones obligatorias”, Civitas, respecta al «padre de familia» como tipo de conducta, se
Madrid, 1993, 4ª ed., p. 589. Así se manifiesta igualmente referiría a la diligencia prestada en los asuntos propios,
FORTINO, M., “La responsabilità civile...”, pág. 95, al esta- pero entendidos no como actividades, sino como intere-
blecer que el modelo de diligencia profesional es distinto ses que el padre de familia gestiona. Para ver la formación
del tradicional del buen padre de familia; de esta manera, de este modelo, págs. 89-97; para su gradualidad, págs.
el diferente tratamiento recogido en el art. 1176 CC ital- 97-104; para el ámbito de aplicación de aquel, ps. 104-
iano pone de manifiesto la necesaria existencia de dos 120. Se exigirá la prestación diligente de un hombre ide-
modelos, uno no profesional y otro profesional, ya que al, aunque ese modelo de referencia no es, sin embargo,
en el párrafo primero se hace referencia a la diligencia el de un «superhombre»; aspecto que podemos aplicar,
de un buen padre de familia, mientras que en el segundo igualmente, al empresario. Así lo entienden MAZEAUD,
párrafo se establece un tipo de diligencia diferente, en H., MAZEAUD, L., y TUNC, A., «Tratado teórico y prác-
función de la naturaleza profesional de la actividad; la tico», ps. 423-438, al establecer que no puede estimarse,
autora entiende que la diligencia del buen padre de fa- de un lado, que es un «›superhombre› [...], ni el ›común
milia se sustituirá por la del buen profesional. En contra, de los hombres›, de que hablaba con frecuencia Pothier»,
JORDANO FRAGA, F., “La responsabilidad...”, ob. cit., ps. de otro.
133-135, que establece que el modelo del buen padre de
familia puede servir, igualmente, para una prestación (122) JORDANO FRAGA, F., “La responsabilidad...”, cit.,
profesional; estima que es, precisamente, la elasticidad y pág. 122, que señala que la doctrina es unánime al exigir
amplitud del art. 1104 CC la que permite que como mod- la diligencia del hombre medio y no del hombre medio-
elo de conducta sirva para relaciones tan diversas (arts. cre; no siendo la normalidad sinónimo de conformismo,
270, 497, 1555.2, 1719.2, 1889 CC) y admita locuciones atendiendo, precisamente, al carácter deontológico del
tan diferenciadas como son las de «ordenado comer- concepto de buen padre de familia; sin embargo, hay
ciante» (art. 79 LSA, de 1951) y «buen labrador»; igual- que especificar que, en este punto, Jordano se refiere al
mente, JORDANO FRAGA, F., «Aspectos problemáticos buen profesional o profesional tipo como modelo situa-
de la responsabilidad contractual del médico», RGLJ, do dentro del buen padre de familia. CATTANEO, G., “La
t. XC, 1985, p. 44. En esta línea parece situarse CATTA- responsabilità del professionista...”, p. 61, al abordar es-
NEO, G., «La responsabilità del professionista», p. 55, al pecíficamente la prestación profesional, establece que la
establecer que el criterio del buen padre de familia pre- diligencia profesional no es la que siguen realmente los
senta un contenido variable según la prestación de que profesionales, sino la que deberían seguir; no se trata de
se trate, por lo que puede adaptarse al supuesto de una la práctica mayoritariamente seguida, sino la que ha de
prestación técnica o profesional. desarrollar un profesional medio.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 299


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

En el ámbito del commow law, el modelo 1340, 1358, 1483, 1647, 1536, 1724, 1725, 1735,
abstracto está constituido por el hombre razo- 1786 y 2026.
nable, que es igualmente el hombre medio. Es
interesante la delimitación del standard of care, A lo largo de dicho articulado se utilizan cua-
o sea, de la diligencia necesaria para cumplir la tro conceptos diferentes de diligencia: el art. 361
prestación, contemplada en la sentencia dicta- menta el concepto de “debida diligencia”; el art.
da en el caso Blyth v. Birmingham Water- works 774 inc. a) en las obligaciones de hacer mencio-
Cº (1856), que establece lo siguiente: “Negli- na la “diligencia apropiada”; el art. 1317 acoge
el concepto de “razonable diligencia”; y el art.
gence is the omission to do something which a
1735 menta el concepto de “diligencia debida”.
reasonable man, guided upon those considera-
Considero que ello no facilita la comprensión de
tions which ordinarily regulate the conduct of la presente cuestión.
human affairs, would do, or doing something
which a prudent and reasonable man would not Ahora bien, para comprender la diligencia,
do” (123). resulta oportuno referirnos a la negligencia. Di-
ligencia y negligencia son conceptos incompati-
No obstante, es preciso matizar que las dis- bles y mutuamente excluyentes.
quisiciones entre el buen padre de familia y el
hombre razonable se centrarían, en realidad, “Negligencia” es la ausencia de la diligencia
en problemas meramente terminológicos o de exigible. Y “diligencia” es la conducta requeri-
seguimiento de tradiciones en los distintos or- da —de acuerdo a las circunstancias de tiempo,
denamientos (commow law y civil law), ya que persona y lugar— para actuar en una determi-
el hombre razonable no es distinto del buen pa- nada circunstancia de modo no reprochable y
dre de familia; se trata del hombre medio que sin consecuencias de responsabilidad.
presta la diligencia propia de un hombre pru-
dente (124). Se ha dicho que “la diligencia indica discerni-
miento, una conciencia despierta, reflexiva, es-
X.3. La diligencia en el Cód. Civ. y Com. crupulosa, atenta; evoca la actividad enfocada
de quien aspira a un resultado, la tensión hacia
El Cód. Civ. y Com. ha introducido importan- el buen objetivo, la devoción en el actuar” (125).
tes modificaciones con relación a la apreciación
de la conducta humana. El Cód. Civ. y Com. en su art. 1724 define la
culpa como “la omisión de la diligencia debi-
Una de las principales innovaciones que se da según la naturaleza de la obligación y las cir-
aprecian en el nuevo ordenamiento es que ya cunstancias de las personas, el tiempo y el lugar.
no se hace mención del concepto del “buen pa- Comprende la imprudencia, la negligencia y la
impericia en el arte o profesión”.
dre de familia”.
Estas tres últimas son manifestaciones de la
Se menciona reiteradamente la diligencia en
culpa. En el derecho argentino, la culpa siempre
los arts. 159, 361, 774, 1317,
consiste en una omisión: la omisión de la con-
ducta diligente exigible, según las circunstan-
(123) GREGOIRE, Pierre, “Le droit anglo-americain cias del caso (art. 1724 del Cód. Civ. y Com.).
de la responsabilité civile”, Bruselas, CIDC, 1971, pág. 83,
con la referencia 11 Ex. 781-784; citada, igualmente, por
BERLINGIERI, Francesco, «Lo standard del ›reasonable
La culpa se manifiesta como negligencia
man›», en La vendita Internazionale. La Convenzione di cuando el sujeto omite cierta actividad que ha-
Vienna dell,11 Aprile 1980, Quaderni di Giurisprudenza bría evitado el resultado dañoso, no hace lo que
Commerciale, 1981, V. 39, p. 334. debía o hace menos; la negligencia consiste, en-
(124) BERLINGIERI, F., «Lo standard del ‹reasonable
man›», p. 336, donde pone de manifiesto cómo el modelo (125) STIRPE, Annalisa, “La diligenza come criterio
de diligenza ragionevole es equivalente a la due diligence de responsabilitá dell ‘obbligato: evoluzione storica della
o la diligencia del buen padre de familia en los términos regola giuridica gli ammnistrori di società”, en http://
del civil law; destacando que aquella habrá de evaluarse static.luiss.it/siti/media/8/20090127-diligenza-versione-
de acuerdo con la naturaleza de la actividad ejercitada. Orvieto-Stirpe.pdf, pág. 4.

300 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

tonces, en una conducta omisiva, antijurídica, mentalmente el nivel de diligencia que resulta
por contradecir las normas que imponían de- exigible a ese agente particular. Luego la com-
terminada conducta proactiva, esto es, una ac- paración se hará en concreto.
tuación atenta, dispuesta y avisada.
En resumidas cuentas, la culpa siempre con-
La diligencia, al igual que la buena fe, consis- siste en una omisión: la omisión de la diligen-
te en una actitud, la de perseguir la verdad o el cia exigible, según las circunstancias de tiempo,
conocimiento de manera vigorosa, proactiva, lugar y personas (art. 1724 Cód. Civ. y Com.). Y
sin pretender escudarse en excusas banales o esa diligencia exigible será mayor, en cuanto sea
quedarse en comodidades presuntamente cán- mayor el deber de la persona concreta de actuar
didas (126). con prudencia y pleno conocimiento de las co-
sas (art. 1725 Cód. Civ. y Com.).
La negligencia es sinónimo de descuido y
omisión (127). Como elemento o forma de la Quien esgrime haber sido diligente debe acre-
culpa, es la falta de diligencia debida o del cui- ditarlo, normalmente de modo discursivo, cuan-
dado necesario en un acto o en un hecho hu- do su conducta habla por sí, quedando probada
mano, pudiendo consistir en un defecto en la la diligencia in re ipsa. En otros casos, se requie-
realización del acto, o bien en una omisión. re alguna prueba de esa diligencia. Pero nunca
la declamación de diligencia es suficiente, jus-
Existen tres parámetros comparativos expre- tamente porque la diligencia es una conducta y
sos en el nuevo ordenamiento, tales como: 1) el no un estado gnoseológico (128).
buen hombre de negocios; 2) el buen profesio-
nal o artífice —que cumple la lex artis u obtie- X.4. Diligencia profesional y empresarial por la
ne resultados favorables, pese a no cumplirla—, especial naturaleza de la prestación y de la perso-
y 3) el que traza el modo habitual de compor- na del deudor
tamiento de una persona respecto de sus pro-
pios intereses, que básicamente se aplica al Como acabamos de precisar, la diligencia del
gestor de negocios. deudor normal o del buen padre de familia se
define por su contraposición a la del profesio-
Pero, como siempre uno lo escucha decir al nal, o sea, se caracteriza por ser un estándar no
maestro López Mesa, hace falta uno más, que profesional. En este modelo no profesional se
puede inferirse de algunas de las nuevas nor- exigen conocimientos inferiores a los que ha de
mas, pero hace falta el ojo experto para poder poseer el profesional, deudor técnico o especia-
descubrirlo: el de la persona razonable y pru- lizado (129).
dente (art. 1317 Cód. Civ. y Com. y concs.), pues
es inconcebible que no opere en el nuevo orde- Desde este punto de partida, la diligencia exi-
namiento un parámetro comparativo profano, gible a un profesional nunca se equipararía a la
cuando los que sí existen son parámetros profe- diligencia del buen padre de familia porque el
sionales o específicos y exigentes, al menos. profesional no es un hombre medio que actúa
en el ámbito de su familia o en el de los asun-
No pueden existir tres parámetros profesio- tos normales. Desarrolla una actividad o servi-
nales o específicos y faltar un estándar general cio que se aleja de los parámetros generales. Sin
apreciativo, aplicable a todos los sujetos que no embargo, algunos autores estiman que el mode-
entren en las categorías especiales. lo de referencia del profesional no es sino el del
hombre medio, atendiendo a la especial presta-
Vale decir que dichos cuatro parámetros apre- ción que desarrollan. Jordano Fraga, por ejem-
ciativos deben ser utilizados para establecer
(128) CTrelew, Sala A, “Davis, A. L. c. Fiorasi Hnos.”,
(126) LÓPEZ MESA, Marcelo, “La apreciación de la 14/10/2011, eldial.com, con voto de doctor Marcelo
conducta según la capacidad y circunstancias del agente”, López Mesa.
ED, 18/3/2016, p. 1.
(129) BADOSA COLL, F., “La diligencia y la culpa...”, p.
(127) CNCiv., Sala H, “B., E. A. c. Sanatorio Morano”, 30; GONZÁLEZ MORÁN, L., “La responsabilidad civil del
19/2/99, LA LEY, 1999-F, 802, J. Agrup., caso 14.483. médico”, ed. J. M. Bosch, 1990, Barcelona, ps. 73-83.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 301


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

plo, entiende que la característica principal del Entre las obligaciones del administrador
modelo del buen padre de familia es, precisa- “buen hombre de negocios” se halla la de con-
mente, su amplitud, su carácter abierto, ya que servar los bienes del activo de la sociedad, lo
en él pueden ubicarse modelos tales como el que significa mantener esos bienes en el patri-
buen profesional o el ordenado comerciante; en monio social y justificar su enajenación o trans-
definitiva, según el autor, el buen profesional no misión, manteniendo su producido en el activo,
es sino el buen padre de familia que lleva a cabo o bien dando cuenta de su destino o aplicación
una prestación de carácter técnico. por medio de su registro en la contabilidad le-
gal (132).
En consecuencia, se trata de modelos diferen-
tes; por lo que considero que son erróneas las Y derivada de esta obligación surge la de
posturas de los autores que mantienen que el adoptar las medidas de seguridad que la explo-
modelo profesional, del ordenado empresario, tación, su índole y las circunstancias tornen im-
«sustituye» al del buen padre de familia; el or- prescindibles.
denado empresario no puede sustituir al buen
padre de familia porque son conceptos diferen- El estándar del buen hombre de negocios es
tes; es decir, el empresario tendrá especiales ca- más exigente que el arquetipo profano o medio
racterísticas que no permiten la aplicación del de la persona razonable y prudente o del buen
genérico estándar subsidiario del buen padre de padre de familia que antes regía entre nosotros.
familia (130). Ergo, la diligencia exigible al empresario es ma-
yor que la de un consumidor o que la de un jefe
Hecha la precedente diferenciación, en nues- o jefa de hogar. El empresario no puede preten-
tro Cód. Civ. y Com., para distinguir la diligen- der un nivel de indulgencia con sus actos rayano
cia debe apreciarse la conducta del agente
en la inocencia, justamente porque él tiene —o
observando diversos paradigmas abstractos de
debiera tener para ser tal— un nivel de forma-
apreciación de la conducta. Los paradigmas
ción y experiencia mucho mayor que el de un
abstractos de apreciación de la diligencia profe-
ciudadano común, promedio, profano (133).
sional son dos, el modelo mercantilista: el buen
hombre de negocios y el modelo de profesional. Con relación al modelo de profesional, el Cód.
Civ. y Com. lo regula en sus arts. 1358 y 2026. El
El modelo del buen hombre de negocios es
primer artículo norma la diligencia que corres-
un estándar intermedio, extraído de la obser-
vación de los usos del comercio. El paradigma ponda a su profesión; y el segundo, las reglas del
del “buen hombre de negocios”, normado en arte, de lo que se deduce la lex artis o lex artis
los arts. arts. 1483 inc. b) y 1674 del Cód. Civ. y ad hoc.
Com., o del “ordenado empresario”, del que se
Estamos frente a la presencia de un modelo
habla hoy día en España (131).
agravado de diligencia. No encontramos una
En el concepto de buen hombre de negocios noción profesional de culpa. La culpa es un con-
impera un componente de especificidad, exi- cepto general para todas las personas, solo que
giéndosele el conocimiento específico de su se aprecia según las circunstancias de cada uno,
negocio concreto, no de otros que no acomete. que no son las mismas para un profesional que
Pero de su negocio específico, para ser un buen para una persona que no lo es.
empresario, debe saber todo lo relevante.
Vale decir que la actuación de los profesiona-
les no amerita un concepto especial
(130) GONZÁLEZ MORÁN, L., “La responsabilidad...”,
cit., ps. 79-81.
(132) CNCom., sala D, “Phonotone Co. S.R.L., quiebra”,
(131) RAMOS HERRANZ, Isabel, “El estándar mercan- 10/09/1992, LA LEY, 1993-B, 280.
til de diligencia: El ordenado empresario”, en Anuario de
Derecho Civil de España, Madrid, BOE, año 2006, Fasc. (133) LOPEZ MESA, Marcelo, “La apreciación...”, ob.
1, ps. 195/225. cit.

302 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

de culpa, sino una apreciación particular de buena fe. Obligan no sólo a lo que está formal-
sus circunstancias con un agravamiento de la mente expresado, sino a todas las consecuen-
previsión que a ellos se exige. cias que puedan considerarse comprendidas en
ellos, con los alcances en que razonablemente
Vale decir que no hay una culpa especial o se habría obligado un contratante cuidadoso y
distinta de la que emana de los arts. 1724 y 1725 previsor”.
del Cód. Civ. y Com., atento a que no existe un
criterio profesionalista de culpa. El último de los En la redacción de la segunda parte, influye
artículos citados lleva a la obligación de extre- el art. 1198 originario del Código de Vélez Sars-
mar los recaudos a quien posee una condición field, que disponía: “Los contratos obligan no
especial, vale decir, quien ostenta cualidades o sólo a lo que esté formalmente expresado en
conocimientos especiales. ellos, sino a todas las consecuencias que pue-
dan considerarse que hubiesen sido virtual-
La responsabilidad del profesional se basa en mente comprendidas en ello”.
una culpa determinada por la omisión de la di-
ligencia especial exigible por sus conocimientos Vale decir que, actualmente, bajo el código vi-
técnicos, exigencia que no puede confundirse gente, la buena fe ha sido nuevamente acogida
con la más simple de un hombre cuidadoso. como directiva de celebración, interpretación
y ejecución de los contratos, y calificada como
La conducta del profesional no puede ser ex-
la primera regla a la que se hallan sometidas las
cusada fácilmente, tomando como modelo de
partes (134), la piedra angular para la interpre-
diligencia un tipo medio como el del buen pa-
tación de los contratos” (135). Ha sido conce-
dre de familia o el de la persona razonable y
bida como “la convicción de obrar conforme a
prudente —que lo reemplaza—, dado el título
derecho” (136).
profesional que ostentan los agentes y que torna
aplicable para la apreciación de la diligencia de- Es un estándar de conducta “arreglada a los
bida la pauta del art. 1725, primera parte, Cód. imperativos éticos exigibles de acuerdo con la
Civ. y Com. conciencia social imperante” (137). Por ello, “la
XI. La obligación de seguridad en el Cód. buena fe es una exigencia que domina todo el
Civ. y Com. ordenamiento jurídico, no sólo en lo referente a
la constitución de la relación, sino también en la
XI.1. El principio de buena fe y la obligación de ejecución e interpretación de cualquier aspec-
seguridad to de la convención (art. 961), exigiéndose una
conducta clara, diligente y sincera de las partes,
Pero debemos comenzar por el fundamento tanto en el proceso formativo de los contratos
de la mentada obligación de seguridad, esto la como durante toda su vigencia y hasta su poste-
buena fe. rior extinción para que funcione adecuadamen-
te el mismo” (138).
En cuanto al principio de la buena fe, sobre el
cual se basa la obligación de seguridad, el art. (134) CNCiv., sala E, “Bellotti, P. c/Mastropietro, F.”,
961 sigue el art. 1198, 1er párrafo, pero con va- 16/06/82, JA 1984-II-560.
riantes en la redacción.
(135) CNCiv., sala F, “Pelemene, S. c/Ereoli, H.”,
El art. 1198, 1er párrafo, conforme la modifi- 23/06/82, JA 1984-1-551.
cación de la ley 17.711, normaba: “Los contratos (136) CNCiv., sala G, “Rayar, J. c/Asociación Mutual”,
deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de 6/03/98, DJ 1999-2-451.
buena fe y de acuerdo con lo que verosímilmen- (137) DIEZ-PICAZO, L., “Fundamentos del derecho
te las partes entendieron o pudieron entender, civil patrimonial. Teoría del contrato”, vol. I, Madrid, 1996
obrando con cuidado y previsión”. y 2007, N°7, pág. 398; CNCiv., sala F, “Urbinati López, O.
c/Seoane Sistemas SA”, 31/08/90, JA 1991-11-548.
El art. 961, expresa: “Buena fe. Los contratos (138) CNCom., sala A, 17-11-2004, “Rodríguez, R. c/
deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de Bank Boston”, D. J. 2005-1-828.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 303


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

Se parte de la premisa de que las declaracio- gaciones del fiduciario, quien debe cumplirlas
nes de voluntad han sido elaboradas con un “con la prudencia y diligencia del buen hombre
criterio de recíproca lealtad, vigentes desde la de negocios que actúa sobre la base de la con-
etapa formativa hasta que el contrato se agote fianza depositada en él” (art. 1674). Como se
con la ejecución. advierte, aparecen las figuras del “contratante
cuidadoso y previsor” y la del “buen hombre de
La voluntad declarada debe ser interpretada negocios” como paradigmas del “contrato vir-
en el sentido y con el alcance que mejor se con- tuoso” (140).
forme a la confianza que haya suscitado quien la
expresó. De donde la buena fe presupone la apli- Ello, claro está, sin dejar de considerar las nor-
cación del principio de autorresponsabilidad de mas abarcativas de las relaciones extracontrac-
quien emite una declaración y de legítima con- tuales, con base en lo normado por el art. 9 del
fianza de la parte a quien va dirigida (139). Cód. Civ. y Com., en cuanto dispone que los de-
rechos deben ser ejercidos de buena fe, y en lo
El alcance del “obrar de buena fe” obliga al dispuesto por el art. 729 del Cód. Civ. y Com., en
deudor no solo a cumplir las prestaciones ex- cuanto que el deudor y acreedor deben obrar
presamente asumidas en el contrato, sino tam- con cuidado, previsión y según las exigencias de
bién a observar los deberes de conducta que la buena fe.
exceden del propio y estricto deber de presta-
ción, pero que encuentran su justificación en la XI.2. La prevención del daño a través de la
estructura misma de la relación contractual en obligación de seguridad
todas sus fases.
La prevención del daño en su vinculación con
Y no solo a lo que está expresado formal- el deber de seguridad es un tema relevante para
mente, sino también a todas las consecuencias el derecho y —como tantos otros— tiene en el
que puedan considerarse comprendidas en los refranero popular varias maneras de enunciar-
contratos. Y para ello se crea el paradigma del se: “es preferible prevenir que lamentar” o “es
“contratante cuidadoso y previsor”, conforme lo preferible prevenir que curar”. En modo más
hemos visto en el punto anterior en cuanto al formal se ha expresado que “...la protección pre-
deber de diligencia. ventiva debe ser vista como la única protección
legal efectiva, desde que ni la revocación ni el
Hay un nuevo ordenamiento contractual con dinero pueden compensar la injusticia del daño
principios renovados. Reglas secundarias de sufrido: algo siempre queda pegado” (141).
conducta o deberes accesorios a los principales.
Ya hemos visto que el contrato no engendra so- La idea es que, una vez producido el daño,
lamente las obligaciones principales, que inte- siempre hay “algo que queda”; expresa que,
gran el principio conmutativo, sino que además cuando el daño excede lo estrictamente mate-
produce normas de comportamiento como la rial, el derecho solo puede dar una respuesta
lealtad, la colaboración, el cuidado, la pruden- equivalente; no puede volver al pasado como si
cia y la protección, así como deberes de trans- nada hubiera sucedido.
misión, como el de información. Se trata de
reglas secundarias de conducta que trascienden Como bien dice el maestro Ubiría, el ade-
el tipo de contrato concluido, que derivan del cuado tratamiento del daño injusto —en clave
principio de buena fe y que constituyen el ar- “injustamente sufrido” y no “injustamente cau-
mazón de toda relación contractual. sado”— ordena toda la disciplina, la orienta ha-
cia la consecución de sus elevadas finalidades
Una aplicación de lo expuesto se halla cons- y, más allá de la letra del código, transforma la
tituida, a modo de ejemplo, por el “contratante
cuidadoso y previsor” (art. 961) o por las obli- (140) LORENZETTI, Ricardo Luis, “Código...”, cit., t. V,
p. 549.
(139) LORENZETTI, Ricardo Luis, “Código...”, cit., t. V, (141) VON VAR, Christian, “The Common European
p. 547. Law of Torts”, Clarendon Press, Oxford, 2000, vol. 2, p. 125.

304 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

responsabilidad civil (lenta e insuficiente) en el si tales medidas evitan o disminuyen la magni-


actual derecho de daños (142). tud de un daño del cual un tercero sería respon-
sable, tiene derecho a que éste le reembolse el
“Ello impone una lectura actualizada de los valor de los gastos en que incurrió, conforme a
presupuestos que tornan operativo al sistema las reglas del enriquecimiento sin causa; c) no
preventivo/reparatorio: daño injusto o no jus- agravar el daño, si ya se produjo”.
tificado —que absorbe a la claudicante antiju-
ridicidad—, causalidad adecuada y criterio de El citado art. 1716, por su parte, establece: “La
atribución aplicable. violación del deber de no dañar a otro, o el in-
cumplimiento de una obligación, da lugar a la
“Todo ello fue posible por la saludable y ne- reparación del daño causado, conforme con las
cesaria influencia del Derecho constitucional y disposiciones de este Código”.
del Derecho internacional de los derechos hu-
manos; y prueba de esto es el contundente art. La división de órbitas ha sido “dinamitada”,
1º del Cód. Civil y Comercial que abre camino a sin que ello implique unificación, imposible en
una nueva etapa” (143). función de la dinámica u operatividad de la cau-
salidad (145).
En efecto, el fenómeno constitucionalizador
modificó la cosmovisión del sistema normativo
(145) Se impone distinguir la causalidad que tiene
y plasmó un régimen más humanista que real- lugar en una órbita y en la otra, pues la “problemática
za el valor solidaridad; así, la prevención resulta causal” solo se presenta en su plenitud en el ámbito aq-
consistente con una remozada iusfilosofía que uiliano, no en materia de incumplimiento obligacional,
pivotea en torno a la dignidad de la persona hu- en que sus funciones y utilidades se ven notoriamente
mana (cfr. art. 51 y concs. del Cód. Civil y Co- menguadas. La conducta que deben desplegar los suje-
tos en el terreno contractual se desarrolla dentro de los
mercial) (144). estrechos y específicos márgenes que imponen los acu-
erdos, que tienen su propia dinámica de relacionamiento
Los principios comunes de la obligación de interpersonal y de economía interna (donde campean los
seguridad y el deber legal de prevención residen principios de «autodeterminación» y «autorresponsabi-
en las máximas “no dañar a otro” y “buena fe”, y lidad»). Los contratantes son los que construyen la cau-
el basamento normativo en el Cód. Civ. y Com. salidad del contrato al moldearlo conforme a sus respec-
tivos intereses: negocian y fijan el camino a seguir («plan
reside en dos grupos normativos, cuales son los prestacional»), prevén contingencias, se anticipan, con-
arts. 1710 y 1716, por un lado, y los arts. 9, 729, vienen un régimen de consecuencias aplicable al caso
961 y cctes., por el otro. de incumplimiento, etc. Las coordenadas están bien
definidas, se sabe qué esperar del deudor, este ejecutará
Norma el art. 1710 del Cód. Civ. y Com.: “Toda una prestación a favor de su acreedor, que debe orientar
persona tiene el deber, en cuanto de ella depen- a satisfacer su interés (el objeto obligacional). La previsi-
bilidad causal se apoya sobre estas bases, los parámetros
da, de: a) evitar causar un daño no justificado; son los previstos por el art. 1728, Cód. Civ. y Com., según
b) adoptar, de buena fe y conforme a las circuns- el cual «[e]n los contratos se responde por las consecuen-
tancias, las medidas razonables para evitar que cias que las partes previeron o pudieron haber previsto
se produzca un daño, o disminuir su magnitud; al momento de su celebración». Lo apuntado no acon-
tece en la dimensión aquiliana: aquí los sujetos actúan
directamente con base en el libre albedrío, y a partir de
(142) UBIRÍA, Fernando, “La prevención desde un tal amplitud toman sus propias decisiones. El relaciona-
doble ángulo: el deber legal de prevención y la tácita ob- miento que tiene lugar por el mero convivir no reconoce
ligación de seguridad”, LA LEY 20/04/2018, 20/04/2018, otro límite o confín más que el que emana del principio
1 - LA LEY2018-B, 1017, AR/DOC/732/2018. cardinal del derecho romano, la amplia y difusa regla
(143) UBIRÍA, Fernando, ob. cit., p. 2. de oro alterum non lædere. En este caso, la ley para dar
acabado cumplimiento a tal regla (considerada principio
(144) UBIRÍA, Fernando A., “Apostillas sobre la preven- y fin del sistema) solo puede establecer un deber general
ción como nuevo epicentro sistémico”, ponencia presen- y, por lo tanto, registra cierta vaguedad; los contornos
tada en las XXVI Jornadas Nacionales de Derecho Civil son borrosos porque carecen de aquella definición o pre-
(Comisión Nº 4 Derecho de Daños: “Función preventiva cisión. Concretamente, se traduce en una directiva cen-
y sancionatoria de la responsabilidad civil”), realizada en tral de conducta, de márgenes muy anchos, se impone la
la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La adopción de «medidas razonables» de evitación de da-
Plata, 28-30 de septiembre de 2018. ños (art. 1710, Cód. Civ. y Com.), en cuya virtud se espera

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 305


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

En capítulos precedentes ya he analizado bajo establecidas en el ordenamiento legal. 2.


la buena fe, entendiendo por esta el correcto Los daños que sufra el trabajador como conse-
obrar, recto, honrado, honesto. Un patrón de cuencia del incumplimiento de las obligaciones
conducta, un estándar, variable conforme a las del apartado anterior, se regirán por las normas
circunstancias del caso. que regulan la reparación de los daños provo-
cados por accidentes en el trabajo y enfermeda-
Sin perjuicio de ello, existe una diferencia con- des profesionales, dando lugar únicamente a las
ceptual entre “deber” (de prevención) y “obliga- prestaciones en ellas establecidas”.
ción” (de seguridad), que se elabora a partir de
una precisa captación del marco causal en que La obligación de seguridad por parte del em-
se desenvuelven las conductas y relaciones in- pleador que se desprende del art. 75 de la Ley
terpersonales (146). de Contrato de Trabajo, garantía de indemni-
dad de la vida e integridad psicofísica del obre-
El “deber de prevención legal” del art. 1710 del ro, está centrada en aportar elementos idóneos
Cód. Civ. y Com. constituye un mandato de con- de protección (cascos, guantes, arneses, etc.)
ducta genérico que opera en el ancho campo y en mantener en correcto estado el ambiente
aquiliano y reconoce como sustento un criterio de trabajo, mas no, por ejemplo, en compeler-
o factor de atribución subjetivo, la “obligación lo a contratar vigilancia o guardia privada ante
de seguridad” del art. 961 Cód. Civ. y Com. (y la eventualidad de un daño que pueda sufrir el
arts. 5º y 6º ley 24.240) constituye una regla es- dependiente por obra de terceros por los que el
pecífica y calificada de conducta que se limita patrón no responde.
al terreno del cumplimiento obligacional y se le
aplica un criterio o factor de atribución de corte Relaciones de consumoAdemás del art. 42
objetivo (riesgo-garantía, seguridad), pudiendo de la Constitución Nacional, están en los arts.
ser en ciertas circunstancias subjetivo también. 5 y 6 de la ley 24.240. La primera norma: “Pro-
En este último caso de la obligación de segu- tección al Consumidor. a Las cosas y servicios
ridad, el mayor rigor obedece a que el deudor deben ser suministrados o prestados en forma
cuenta con un “control” o “dominio” más am- tal que, utilizados en condiciones previsibles o
plio o preciso de su causalidad cuando ejecuta normales de uso, no presenten peligro alguno
el plan prestacional orientado a la satisfacción para la salud o integridad física de los consumi-
del interés del acreedor (arts. 773/775 y 1723 dores o usuarios”; en tanto que la segunda dis-
Cód. Civ. y Com.). pone: “Cosas y Servicios Riesgosos. Las cosas y
servicios, incluidos los servicios públicos do-
XI.3. Las normas contractuales y los supuestos miciliarios, cuya utilización pueda suponer un
de aplicación de la obligación de seguridad riesgo para la salud o la integridad física de los
consumidores o usuarios, deben comercializar-
En el ordenamiento jurídico hay varios su- se observando los mecanismos, instrucciones y
puestos en que, de manera explícita, se consa- normas establecidas o razonables para garanti-
gra la existencia de la obligación de seguridad, zar la seguridad de los mismos. En tales casos
con diversos alcances en algunos supuestos: debe entregarse un manual en idioma nacional
sobre el uso, la instalación y mantenimiento de
Contrato de trabajoEn su art. 75 se dispone: la cosa o servicio de que se trate y brindarle ade-
“Deber de seguridad. l. El empleador está obli- cuado asesoramiento. Igual obligación regirá en
gado a observar las normas legales sobre higie- todos los casos en que se trate de artículos im-
ne y seguridad en el trabajo, y a hacer observar portados, siendo los sujetos anunciados en el
las pausas y limitaciones a la duración del tra- art. 4° responsables del contenido de la traduc-
ción”.
cierto comportamiento de todo sujeto por el mero hecho
de convivir (UBIRÍA, Fernando A., «Derecho de daños...», Conforme a lo normado por el art. 1092 del
ob. cit., ps. 108/110 y 152/153). Cód. Civ. y Com., la relación de consumo es el
(146) AFTALIÓN, Enrique — VILANOVA, José, “Intro- vínculo jurídico entre un proveedor y un consu-
ducción al derecho”, Abeledo Perrot, 1998, p. 494 y ss. midor.

306 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

En el art. 1093 del Cód. Civ. y Com. se define el y, ante su incumplimiento, resultan de aplica-
contrato de consumo, donde se manifiesta que ción los arts. 773 y 777 (147).
el objeto de este es la adquisición, uso o goce de
los bienes o servicios por parte de los consumi- También en los arts. 1076 a 1091 se legisla so-
dores o usuarios, para su uso privado, familiar bre extinción, modificación y adecuación del
o social. contrato, en especial el art. 1082 sobre repara-
ción del daño, que se remite al título V sobre
También el art. 28 de la ley 24.240 dispone responsabilidad civil y a las disposiciones espe-
que los usuarios deben ser informados sobre ciales para cada contrato.
las condiciones de seguridad de las instalacio-
Los deberes y obligaciones impuestos en las
nes y de los artefactos de servicios públicos que normas indicadas son de resultado, por lo que la
se presten a domicilio. Estos deberes son claras responsabilidad es objetiva (art. 1723).
obligaciones de hacer para preservar la integri-
dad del consumidor o usuario. Contrato de transporte
En tanto, los arts. 1100 y 1107 del Cód. Civ. y La jurisprudencia más rica en cuanto a la apli-
Com. disponen obligaciones de información, cación de la obligación de seguridad se da en el
pero relativas a las características del bien o contrato de transporte. En realidad, el deroga-
servicio que provee. do art. 184 del Código de Comercio no hace más
que consagrar legislativamente la típica obliga-
En cuanto a la publicidad prohibida, cuyos ción de seguridad descubierta por primera vez
casos se contemplan en el art. 1101, el inc. c) por la Corte de Casación francesa en 1911, a la
concretamente prohíbe toda publicidad que sea que ya me referí al inicio del presente trabajo.
abusiva, discriminatoria, o que induzca al con-
sumidor a comportarse de forma perjudicial o El art. 1280 define el contrato de transporte:
peligrosa para su salud o su seguridad. “Hay contrato de transporte cuando una par-
te llamada transportista o porteador se obliga a
Los deberes a que aluden los arts. 5º, 6º y 28 trasladar personas o cosas de un lugar a otro, y
de la ley 24.240 y la prohibición de publicidad la otra, llamada pasajero o cargador, se obliga a
contenida en el inc. c del art. 1101 están impues- pagar un precio o flete”.
tos por la ley y se refieren a la salud y la seguri-
Transporte de personas
dad del consumidor. Si se trata de obligaciones
secundarias de la principal —que es la adquisi- El art. 1289 prescribe las obligaciones del
ción, uso o goce de bienes o servicios por par- transportista, que consisten no solo en pro-
te de los consumidores o usuarios— o si son veerle lugar para viajar, trasladarlo al lugar con-
obligaciones que también integran la princi- venido y llevar su equipaje, sino garantizar su
pal, dependerá del razonamiento o interpreta- seguridad.
ción. En principio, tuitivamente, la inclinación
es que cuando se adquiere o en el uso o goce Asimismo, si el pasajero es considerado con-
de bienes o servicios, el consumidor pretende sumidor y quien presta el servicio de transporte
que conjuntamente se cumpla con los deberes y proveedor, resulta de aplicación la Ley de De-
obligaciones impuestos por la ley, por lo que no fensa el Consumidor.
podría distinguirse entre obligación principal
Configura una obligación de resultado. La res-
—adquirir, uso o goce de bienes o servicios— y ponsabilidad del transportista prevista en el art.
la obligación secundaria de seguridad impuesta 1286, que se remite al art. 1757, que dispone la
por la ley en los artículos mencionados. La otra responsabilidad por el daño causado por el ries-
interpretación es justamente distinguir ambas. go o vicio de las cosas, o de las actividades que
De todos modos, incumplidos estos deberes y
obligaciones —sean considerados secundarios (147) CERUTTI, María del Carmen, “La obligación de
o todos principales—, deriva en poder aplicar seguridad y su aplicación en el Código Civil y Comercial”,
las normas relativas a las obligaciones de hacer RCyS2015-IV, 129, AR/DOC/558/2015.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 307


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

sean riesgosas o peligrosas, es objetiva. El art. Asimismo, el nuevo Cód. Civ. y Com., de ma-
1291 extiende la responsabilidad del transpor- nera similar a la legislación aún vigente, con-
tista no solo por incumplimiento del contrato o tiene disposiciones especiales que regulan el
retraso en su ejecución, sino por los siniestros transporte de cosas frágiles, mal acondiciona-
que afecten a la persona del pasajero y por la das para el trasporte, sujetas de fácil deterioro,
avería o pérdida de sus cosas. de animales o de transportes especiales, en que
el transportista puede convenir que solo res-
En el art. 1292 del Cód. Civ. y Com. se dispone: ponde si se prueba su culpa, pero no puede in-
“Las cláusulas que limitan la responsabilidad cluirse esta convención en una cláusula general
del transportista de personas por muerte o da- predispuesta (art. 1310). También contiene una
ños corporales se tienen por no escritas”. disposición para el transporte de cosas que, por
su naturaleza, están sujetas a disminución en el
Transporte de cosas peso o en la medida durante el transporte; en
este caso, el transportista solo responde por las
En el contrato de transporte una parte se obli-
disminuciones que excedan la pérdida natural
ga a trasladar personas o cosas (art. 1280). La
(art. 1312).
responsabilidad del transportista establecida en
el art. 1286, 2º párrafo es objetiva; solo se excusa Contrato de depósito
probando la causa ajena, considerando el vicio
propio de la cosa transportada como causa aje- El contrato de depósito se tipifica por la obli-
na. Y ¿cuál es la obligación del transportista? No gación de custodia de la cosa por parte del de-
solo el traslado de la cosa, sino conservarla, cui- positario, por lo que no habría obligaciones
dar la carga y que llegue a destino en el mismo secundarias, ya que la obligación principal es
estado en que la recibió (art. 1306). O sea, la ley justamente preservar la cosa dada en custodia
impone esta obligación cuyo objetivo es preser- de todo daño. El Cód. Civ. y Com. lo regula a par-
var los bienes del cargador, quien también tiene tir del art. 1356.
obligaciones a su cargo (arts. 1296 y 1297), a los
efectos de que pueda llevarse a cabo en óptimas Con relación al depósito en hoteles, el art. 1369
condiciones el contrato. También le impone al dispone que tiene lugar por la introducción en
transportista la obligación de custodiar la carga ellos de los efectos de los viajeros, y que el hote-
en caso de impedimento y retardo en la ejecu- lero responde al viajero por los daños y pérdidas
ción del transporte, debiendo informar de in- sufridos en los efectos introducidos en el hotel, y
mediato al cargador y pedirle instrucciones (art. en el vehículo guardado en el establecimiento, en
1307). garajes u otros lugares adecuados puestos a dis-
posición del viajero por el hotelero (art. 1370).
Estas obligaciones impuestas en los arts. 1306 En este supuesto, el hotelero tiene a su cargo
y 1307 son para garantizar, mediante la seguri- una obligación de seguridad que, en principio,
dad, que las cosas no solo sean transportadas es principal, ya que se refiere directamente a los
(puede considerarse obligación principal), sino efectos introducidos por los viajeros. Pero otro
que no sufran daños durante la ejecución del punto de vista sostiene que “la singularidad del
contrato (puede considerarse obligación secun- contrato de hospedaje, que poco tiene que ver
daria). En otra interpretación puede entenderse con el depósito necesario y que contiene obliga-
que el objeto del contrato de transporte de co- ciones principales y accesorias, entre las cuales
sas es cumplir con las prestaciones conforma- está la del hotelero de vigilar todo lo concernien-
das por el traslado y el cuidado de estas. Se trata te a las cosas introducidas por el viajero, propi-
de obligaciones de resultado y la responsabili- ciándose por ello su autonomía”. (148) También
dad es objetiva. expresa este autor en el citado artículo que se en-
Respecto al retraso en el traslado de las co-
sas transportadas, si el transportista no prueba (148) PITA, Enrique Máximo. “El contrato de depósito
(En el Código vigente y en el Proyecto 2012)”, en Revista
la causa ajena, además de perder parte del flete, de Derecho Privado y Comunitario, 2014-2. Problemática
responde o se pueden reclamar los mayores da- contractual. Contratos en particular. Rubinzal Culzoni,
ños causados por el atraso (art. 1285). 2014, p. 308 y ss.

308 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

cuentra implícita en la relación de hotelería una Contrato de obras y servicios


obligación de seguridad respecto a las personas
hospedadas y debiendo ser calificada como de Dentro de las disposiciones comunes a obras
resultado, el factor de atribución de responsabi- y servicios, el art. 1256 impone una serie de obli-
lidad debe ser considerado objetivo en los térmi- gaciones al contratista o prestador del servicio,
nos del art. 1723. pero son obligaciones de informar sobre el cum-
plimiento de la obligación comprometida, como
Tampoco debemos perder de vista que las ejecutar el contrato, hacerlo en el tiempo conve-
cuestiones vinculadas con la hotelería también nido. La obligación impuesta en el inc. d) de este
deben ser juzgadas según las normas de la Ley art. 1256 es considerada una obligación de segu-
de Defensa del Consumidor, ya que se entabla ridad que tiende a preservar bienes del comiten-
una relación de consumo. te. En efecto, pesa sobre el contratista o prestador
del servicio la obligación de usar diligentemente
El art. 1375 establece la aplicación de las nor- los materiales provistos por el comitente e infor-
mas del depósito necesario a los hospitales, sa- marle inmediatamente en caso de que esos ma-
natorios, casas de salud y deporte, restaurantes, teriales sean impropios o tengan vicios que el
garajes, lugares y playas de estacionamiento y contratista o prestador debiese conocer.
otros establecimientos similares que prestan sus
En cuanto a la regulación específica de los
servicios a título oneroso. Se trata del depósito
servicios, el art. 1278 se remite a la aplicación de
necesario de cosas en los lugares mencionados; las obligaciones de hacer y el art. 1279 se refie-
puede interpretarse que la actividad principal re a los servicios continuados. Resulta oportuno
—en esos lugares— es realizar otras prestacio- recordar que una gran cantidad de relaciones
nes y se impone, además, esta obligación se- jurídicas actuales son de prestación de servi-
cundaria de custodia de las cosas depositadas; o cios, entre las que se incluyen la enseñanza in-
bien derechamente se apunta a la custodia de las telectual o deportiva, los espectáculos públicos
cosas depositadas como obligación principal. Si o deportivos, la práctica deportiva, los usuarios
bien lo más razonable es pensar que quien deja que participan en juegos de feria, parques de di-
en custodia cosas en los lugares mencionados versiones, los concesionarios de rutas por peaje;
en el artículo es porque requieren la prestación en las cuales está presente la obligación de pre-
de algún servicio y, como obligación secunda- servar la integridad de la persona usuaria y, en
ria, que se custodie las cosas depositadas (149). algunos casos, también sus bienes. Por ello, jun-
to a la obligación de prestar el servicio, se debe
En los casos de daños o sustracción de vehícu- garantizar, a través de una obligación de seguri-
los estacionados en las playas o lugares destina- dad, que no sufrirá daños. Se la podrá conside-
dos al estacionamiento que los supermercados rar secundaria (o accesoria) de la principal, que
o establecimientos de consumo destinados a es prestar el servicio, o se podrá entender que el
sus clientes en forma gratuita, la jurisprudencia objeto consiste en cumplir no solo la obligación
entendió que redundan en beneficio adicional de prestar el servicio, sino también la obligación
para las empresas que lo ofrecen, por lo que re- de no ocasionar daño a la persona o sus bienes,
sulta razonable, a la luz del principio de buena como obligaciones principales, y, para el caso
fe (art. 961 del Cód. Civ. y Com.), que asumen de no cumplirlas —sea una u otra—, son fuente
un deber de custodia y que deben responder por de la obligación de 2° grado, esto es indemnizar
los daños que se produzcan a los vehículos allí el daño causado. En estos casos, la obligación de
estacionados (150). seguridad surge implícitamente o está ínsita en
la prestación del servicio; quien acuerda la pres-
(149) CERUTTI, María del Carmen, “La obligación...”. tación de un servicio —educativo, deportivo,
espectáculo, diversión, hospitalario— pretende
(150) CNCom, sala C, 12/11/2002, RCyS, 2003- no solo la prestación conforme a lo acordado,
351, LLAR/JUR/6031/2002. C8ºCCom. de Córdoba,
sino no sufrir daños. La prestación del servicio
28/07/2011, “Godoy, Marcelo Oscar c. Libertad S.A. s/
ordinario”, LLC 2012 (febrero), p. 103. CNCom., sala A, y no sufrir daños son el resultado esperado; de
06/03/1998, “Sancor Coop. De Seguros Lta. c. Cencosud las circunstancias de la obligación o de lo con-
SA”, LL, 1998-C-612. venido por las partes surge que el prestador del

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 309


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

servicio debe brindar al usuario un resultado contrato que tiene por objeto la realización de ac-
concreto, por lo que la responsabilidad es obje- tos peligrosos para la vida o la integridad de una
tiva. Generalmente, las prestaciones de servicio persona, excepto que correspondan a su actividad
se las ubica como relaciones de consumo o con- habitual y que se adopten las medidas de preven-
tratos de consumo (151). ción y seguridad adecuadas a las circunstancias”.

Servicio de caja de seguridad Investigaciones en seres humanos

El art. 1413 prescribe las obligaciones a cargo E1 art. 58 del Cód. Civ. y Com. establece toda
de las partes. “El prestador de una caja de segu- una serie de recaudos que deben ser adoptados en
ridad responde frente al usuario por la idonei- el caso de intervenciones, tales como tratamien-
dad de la custodia de los locales, la integridad de tos, métodos de prevención, pruebas diagnósticas
las cajas y el contenido de ellas, conforme con lo o predictivas, cuya eficacia o seguridad no están
pactado y las expectativas creadas en el usuario. comprobadas científicamente: “a) describir clara-
No responde por caso fortuito externo a su activi- mente el proyecto y el método que se aplicará en
dad, ni por vicio propio de las cosas guardadas”. un protocolo de investigación; b) ser realizada por
personas con la formación y calificaciones cien-
La obligación de custodia que asume el ban- tíficas y profesionales apropiadas; c) contar con
co es considerada en posición mayoritaria como la aprobación previa de un comité acreditado de
de resultado (152). evaluación de ética en la investigación; d) contar
con la autorización previa del organismo público
Respecto a si hay obligación de seguridad se- correspondiente; e) estar fundamentada en una
cundaria, expresa Freytes: “De allí entonces cuidadosa comparación de los riesgos y las cargas
que para dar efectiva protección al cliente ante en relación con los beneficios previsibles que re-
hipotéticos daños y permitirle obtener una re- presentan para las personas que participan en la
paración plena, junto con las obligaciones prin- investigación y para otras personas afectadas por
cipales y de resultado que caracterizan y dan el tema que se investiga; f) contar con el consenti-
fisonomía a este contrato —ceder el uso, custo- miento previo, libre, escrito, informado y específi-
diar el cofre y la cámara acorazada, etc.—, deba co de la persona que participa en la investigación,
adicionarse otra, una obligación de seguridad, a quien se le debe explicar, en términos compren-
que consiste en el deber secundario y autóno- sibles, los objetivos y la metodología de la inves-
mo —de fuente convencional o implícita— que tigación, sus riesgos y posibles beneficios; dicho
debe asumir el banco para resguardar al cocon- consentimiento es revocable; g) no implicar para
tratante, de los eventuales daños que pueda su- el participante riesgos y molestias desproporcio-
frir en su persona o en sus bienes, provocadas nados en relación con los beneficios que se es-
por fuerzas naturales o conductas delictivas de pera obtener de la investigación; h) resguardar la
terceros. Es que el banco garantiza la indemni- intimidad de la persona que participa en la inves-
dad de los bienes del cliente, es decir afianza un tigación y la confidencialidad de su información
resultado concreto y no una mera actividad di- personal; i) asegurar que la participación de los
ligente”. sujetos de la investigación no les resulte onerosa
a éstos y que tengan acceso a la atención médica
Contratos con actividades peligrosas apropiada en caso de eventos adversos relacio-
nados con la investigación, la que debe estar dis-
El art. 54 del Cód. Civ. y Com. dispone: “Actos ponible cuando sea requerida; j) asegurar a los
peligrosos. No es exigible el cumplimiento del participantes de la investigación la disponibilidad
y accesibilidad a los tratamientos que la investiga-
(151) CERUTTI, María del Carmen, “La obligación...”, ción haya demostrado beneficiosos”.
ob. cit.
El hecho de los auxiliares o dependientes
(152) FREYTES, Alejandro E. “Contrato de cajas de se-
guridad”, Advocatus, Córdoba, 2014, p. 162 y ss. Expone
el autor el pensamiento de la doctrina minoritaria, que Se ha incorporado esta norma en el art. 732
la considera obligación de medios, como el de la mayori- del Cód. Civ. y Com., que importa también un
taria, que la considera de resultado. deber de seguridad: “Actuación de auxiliares.

310 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

Principio de equiparación. El incumplimien- que el contrato pudo no haber asegurado algu-


to de las personas de las que el deudor se sirve na contingencia posible de carácter dañoso que
para la ejecución de la obligación se equipara al tuviera ínsitamente el carácter de dañoso, y sin
derivado del propio hecho del obligado”. embargo no aparece explícitamente estipulada
ninguna previsión en ese sentido, no obstante
Los espectáculos deportivos que el principio de no dañar también se vehicu-
liza dentro del contrato.
La ley 23.184 (t.0. ley 24.192) consagra la res-
ponsabilidad objetiva por los daños que se ge- Con respecto al riesgo de las cosas, también
neren en los estadios (art. 51): “Las entidades o hay un sustento de garantía que asumen los pro-
asociaciones participantes de un espectáculo pietarios o guardianes de dichas cosas. Lo dis-
deportivo, son solidariamente responsables de tinto es que esta situación se desenvuelve fuera
los daños y perjuicios que se generen en los es- del contrato. No hay relación previa entre los da-
tadios”. ñadores y los dañados.

Las actividades riesgosas o peligrosas Cuando se habla de seguridad, no implica que


esta se daba por el daño producido por las cosas,
Los arts. 1757 y 1758 del Cód. Civ. y Com. es- aunque se reconozca que quien debe asegurar
tablecen: “Hecho de las cosas y actividades esa reparación sea el propietario o guardián de
riesgosas. Toda persona responde por el daño la cosa. Es una consecuencia del neminem lae-
causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de dere, o sea del principio de no dañar. En suma,
las actividades que sean riesgosas o peligrosas también es el mismo principio que se aplica a la
por su naturaleza, por los medios empleados o relación contractual cuando en el contenido del
por las circunstancias de su realización. contrato no se han previsto tales contingencias y
asegurado su cumplimiento (153).
“La responsabilidad es objetiva. No son exi-
mentes la autorización administrativa para el Los establecimientos educativosLa responsa-
uso de la cosa o la realización de la actividad, ni bilidad de los establecimientos educativos re-
el cumplimiento de las técnicas de prevención”, gulada en el art. 1767 del Cód. Civ. y Com. será
y: “Sujetos responsables. El dueño y el guardián objetiva, siendo el factor de atribución la garan-
son responsables concurrentes del daño causa- tía, pues el titular del establecimiento educati-
do por las cosas. Se considera guardián a quien vo asegura la indemnidad de los menores que
ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección concurren a aprender, como así también que
y el control de la cosa, o a quien obtiene un pro- los educandos no ocasionarán daños a terceros
vecho de ella. El dueño y el guardián no respon- mientras se encuentren bajo su cuidado.
den si prueban que la cosa fue usada en contra
de su voluntad expresa o presunta. En caso de Se trata, a su vez, de un supuesto de respon-
actividad riesgosa o peligrosa responde quien la sabilidad objetiva agravada, pues el titular del
realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por establecimiento educativo únicamente se exi-
sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la le- mirá de responder acreditando la existencia de
gislación especial.”. Vale decir que, en tanto en un caso fortuito o fuerza mayor, es decir, de un
cuanto la actividad desarrollada con motivo o hecho que no ha podido ser previsto, o que, pre-
en ocasión del contrato califique como riesgosa, visto, no pudo evitarse (art. 1730 del Código). De
será aplicable tal solución. esta forma, no podrá eximirse de responsabili-
dad el agente acreditando el hecho del damni-
Existe en la esencia de estas responsabilida- ficado (art. 1729), o el hecho de un tercero (art.
des la consecuente garantía en atención a un 1731), salvo que dichas eximentes constituyan,
deber que se omite, en el mejor de los casos, a su vez, un hecho imprevisible o inevitable. Fi-
cuando sucede un daño en la secuencia con- nalmente, tampoco podrá invocar el caso for-
tractual, no previsto por el contrato, pero que tuito cuando este constituya una contingencia
lo asume el contratante que ha omitido cumplir
con ese deber, en razón de estar tácitamente ad- (153) RINESSI, Antonio Juan, “El deber...”, ob. cit., ps.
mitido en apoyo del neminem laedere. Es decir 351-352.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 311


La obligación de seguridad en el Código Civil y Comercial

propia de la actividad que desarrolla (art. 1733, personas de no ser agredidas o lesionadas. La
inc. e) (154). obligación de seguridad puede tener su fuen-
te en la buena fe, que es la confianza creada en
La actividad de los profesionales liberalesSi el asistente de que no sufrirá daños. Esta obli-
bien es subjetiva (salvo que se haya comprome- gación se halla en cabeza de toda persona (art.
tido un resultado), y no se la considera activi- 1710, primera parte del Cód. Civ. y Com.).
dad riesgosa, los daños causados por las cosas
empleadas en las tareas se rigen por las normas La obligación de seguridad, como dije en capí-
de la responsabilidad por vicio de las cosas, en tulos precedentes, puede dar origen a un factor
tanto se presente esta circunstancia. Dice el art. de atribución objetivo o subjetivo. El organiza-
1768 del Cód. Civ. y Com.: “Profesionales libe- dor está obligado a adoptar las medidas razona-
rales. La actividad del profesional liberal está bles para evitar que se produzca un daño (actual
sujeta a las reglas de las obligaciones de hacer. art, 1710, inc. b del Cód. Civ. y Com.). Pero para
La responsabilidad es subjetiva, excepto que determinar la extensión de esta obligación cabe
se haya comprometido un resultado concre- tener en cuenta la previsibilidad de los riesgos y
to. Cuando la obligación de hacer se preste con el grado de creencia legítima de la víctima con
cosas, la responsabilidad no está comprendida respecto al riesgo al que se expone (156).
en la Sección 7a, de este Capítulo, excepto que
causen un daño derivado de su vicio. La activi- Contrato de prestación médicaLa obligación
dad del profesional liberal no está comprendida de seguridad en la que descansa la responsa-
en la responsabilidad por actividades riesgosas bilidad contractual directa del establecimiento
previstas en el artículo 1757”. de asistencia médica público o privado encuen-
tra su fundamento en el art. 961 del Cód. Civ. y
Los espectáculos públicosEl empresario del
Com., que constituye el basamento de la con-
espectáculo incurre en responsabilidad si, in-
fianza mutua que se deben dispensar los con-
cumpliendo el deber de seguridad, permite que
el espectador sufra un daño a causa del espec- tratantes.
táculo que él ha ofrecido.
En lo que atañe al paciente, consiste en la
El empresario no solo asume la obligación de creencia de que el cuidado y la prevención de
su ejecución, sino que se compromete también la otra parte lo pondrán al resguardo de daños
a adoptar todas las precauciones necesarias que pudiera ocasionarle la ejecución del contra-
para que el desarrollo del espectáculo se efectúe to y tanto más cuando se trata de actuar sobre el
sin peligro para los asistentes. cuerpo y la salud de este.

La organización asumida por el organizador XII. Conclusión


de realizar el espectáculo conlleva pues el deber
de seguridad, y no se puede concebir el prime- Atento a la subsistencia del principio medular
ro sin tal garantía, con la que el público cuenta de la buena fe en materia de celebración, inter-
al concurrir a aquel; garantía que puede decir- pretación y ejecución de los contratos, con los
se se anuda al nexo vinculatorio agregando la alcances en que razonablemente se habría obli-
savia necesaria que hace funcionar a la fides gado un contratante cuidadoso y previsor (art. 9
como elemento integrativo y correctivo contrac- y 961 del Cód. Civ. y Com.), la obligación de se-
tual (155). guridad se mantiene presente en todos los con-
tratos.
Todo organizador de un acto debe tomar en
cuenta la expectativa razonable que tienen las Considero que no ha variado en lo sustancial
el régimen anterior que justificaba la existencia
(154) LORENZETTI, Ricardo Luis, “Código...”, cit., t. de la obligación de seguridad en el ámbito de los
VIII, p. 628. contratos cuya ejecución genera riesgos para la
otra parte.
(155) TRIGO REPRESAS, Félix A., “El caso ’Zacarías’.
Un fallo con importantes aportaciones, pero no obstante
deficitario”, JA 1999-I-383. (156) CS, “Arregui...”.

312 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Mariano Gastón Sohaner

El principio de buena fe actúa como están- vidad no está comprendida en las actividades
dar esencial del contrato y, consecuentemente, riesgosas del art. 1768 del Cód. Civ. y Com., re-
como fuente del deber tácito de seguridad en el sultando su aplicación en supuestos en los que
ámbito de la reparación dentro del Cód. Civ. y la ejecución prestacional presente riesgos, ar-
Com. ticulando con el art. 1725 del Cód. Civ. y Com.,
respecto al cumplimiento de los estándares de
Sin perjuicio, claro está, de su carácter aho- seguridad que diligentemente las circunstan-
ra residual al consagrarse en el código diversos cias del caso le imponían.
deberes expresos de seguridad de orden nor-
mativo, conforme hemos analizado preceden- En definitiva, el deber tácito de seguridad se
temente. manifiesta intacto sobre la base del factor ob-
jetivo de la garantía de indemnidad como he-
La obligación de seguridad justifica la mayor rramienta de protección, en todos aquellos
exigencia que pesa sobre el deudor obligacio- casos en que esta no se encuentre expresamen-
nal, particularmente en el ámbito de la presta- te prevista en el ordenamiento, sobre todo en
ción de servicios y con especial énfasis en los aquellos contratos que no resultan de consumo
casos que entrañan una elevada riesgosidad. y en los que el deber de prestación no resulta
prima facie riesgoso.
Se trata de no defraudar la confianza gene-
rada y supone conducirse como se espera en el XIII. Bibliografía
tráfico negocial (art. 1067 del Cód. Civ. y Com.).
ACCIARI, Hugo, “Los criterios de eficiencia
Para desalentar alguna postura que sostiene el como fundamento para la reforma del derecho
fin de la obligación de seguridad, considero que privado en Latinoamérica”, RCyS 2001, 26.
dicha obligación no pasa solamente por el plano
resarcitorio, que no es más que una de las con- AFTALION, Enrique — VILANOVA, José, “In-
secuencias que puede generar el incumplimiento. troducción al derecho”, Abeledo Perrot, 1998,
pág. 494.
La obligación de seguridad puede ser exigida
en su cumplimiento por parte del acreedor y re- AGOGLIA, María M.; BORAGINA, Juan C.;
sultar objeto de ejecución forzosa directa, en es- MEZA, Jorge A., “Responsabilidad por incum-
pecie o por un tercero (art. 730, incs. a. y b. del plimiento contractual”, Hammurabi, Buenos
Aires, 1993, ps. 159/162-63; “La buena fe y la
Cód. Civ. y Com.), o de vías indirectas de ejecu-
obligación de seguridad”, en Tratado de la bue-
ción compulsiva, como, por ejemplo, las sancio-
na fe en el derecho, La Ley, 2004.
nes conminatorias. La resolución del contrato
por incumplimiento de la obligación tácita de ALPA, Guido, “Pretese del creditore e norma-
seguridad no sería concebible sin el recono- tiva di correttezza”, en Rivista del Diritto Com-
cimiento previo de que tal obligación existe y merciale, anno LXIX, 1971, N° 7-8/9-10, pág.
resulta incumplida. Asimismo, para el caso de 288, https://www.rivistadeldirittocommerciale.
suspensión del cumplimiento del contrato en com/fascicoli/1971-numero-7-10/36498-prete-
los términos del art. 1031 del Cód. Civ. y Com.. se-del-creditore-e-normativa-di-correttezza.
Por otro lado, la obligación tácita de seguridad ALTERINI, J. H. (dir.) - ALTERINI, I. E. (coord.),
ha dejado de ser implícita, y ahora se encuen- “Código Civil y Comercial comentado. Tratado
tra expresamente receptada con carácter general exegético”, La Ley, t. IV, p. 251.
para todas las relaciones jurídicas, en virtud de
lo dispuesto en el art. 1710 del Cód. Civ. y Com., BARBIER, Eduardo A., “El contrato de caja de
que impone la adopción de todas las medidas seguridad y las cláusulas exonerativas”, LA LEY
razonables para evitar la producción de un daño 1994-E, 1304.
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316 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


La responsabilidad civil en los
daños derivados del denominado
bullying (*)
María Cocucci (**)

RESUMEN el deber de prevenir el bullying. Esta obligación


constituye un deber jurídico cuya omisión pro-
En el presente trabajo pretendo analizar si voca un proceder antijurídico apto para com-
nuestro ordenamiento brinda adecuada res- prometer su responsabilidad civil, siempre y
puesta a los daños derivados del denominado cuando concurran los demás elementos que
bullying. Para ello primero delinearé un con- configuran esta. De esta manera, la conducta
cepto del fenómeno, enfatizando que este no es antijurídica será el acoso, el factor de atribu-
un hecho aislado, sino que, por el contrario, sus ción será la culpa y, si bien el resultado dañoso
caracteres principales son la reiteración de las es efectuado por una tercera persona (su hijo),
agresiones, su prolongación en el tiempo, la re- puede ser imputado a los padres de manera in-
lación de poder asimétrica y la intención de pro- directa, de forma tal que el daño (acoso escolar)
ducir el daño. es consecuencia y resultado del incumplimien-
to del deber de prevención de los padres.
Luego examinaré si las normas de nuestro sis-
tema, especialmente el art. 1767 del Cód. Civ. y INTRODUCCIÓN
Com., se aplican a los daños en análisis, conclu-
yendo que se cumplen los tres requisitos que Una de las principales dificultades a las que se
el precepto requiere para poner en funciona- enfrenta nuestro sistema educativo es el hosti-
miento la responsabilidad del establecimien- gamiento o acoso escolar entre pares. Este tipo
to educativo. En efecto, en un reclamo de esta de violencia que protagonizan los menores de
naturaleza, el damnificado deberá acreditar su edad en la escuela genera una preocupación
condición de menor y el acoso sufrido identifi- y una constante aprehensión por parte de los
cando a su agresor, quien además debe ser me- alumnos, de los padres, de la comunidad edu-
nor de edad, luego tendrá que alegar el daño cativa y de la sociedad en general, que pueden
sufrido (físico y/o psicológico), la relación de verse incrementadas por las difusiones que rea-
causalidad entre la conducta de acoso y el daño,
lizan los medios masivos de comunicación so-
y que este se produjo durante una actividad su-
bre esta problemática. Por ello, en el presente
jeta al control de la autoridad escolar.
trabajo pretendo analizar si el ordenamiento
Por último, analizaré la responsabilidad de jurídico nacional confiere adecuada respuesta
los padres del menor acosador desde la función a los daños derivados del denominado bullying.
preventiva de la responsabilidad, teniendo en
consideración que estos, conforme lo dispues- Para abordar esta problemática es necesario,
to por el art. 1710 del Cód. Civ. y Com., tienen en primer lugar, determinar qué es el bullying,
pues es muy común que se utilice el término
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 24 de para referirse a cualquier tipo de violencia física
julio de 2020. o psicológica; sin embargo, ello no es correcto.
(**) A mi padre, quien desde el cielo se pondrá orgul- No toda violencia escolar se traduce en bullying,
loso por este logro. por ello es importante definirlo, establecer en

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 317


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

qué escenarios se produce y delimitar sus con- ta con una legislación específica sobre el tema,
tornos, para así diferenciarlo de otras situacio- existen numerosas normas que se aplican de
nes y poder establecer el marco teórico concreto manera supletoria.
de la investigación.
Otra de mis aspiraciones será brindar herra-
Se lo caracteriza como “una conducta de hos- mientas para que la multiplicidad de damnifi-
tigamiento o persecución física o psicológica cados que presentan la problemática en estudio
que realiza un alumno contra otro, a quien eli- conozcan cuáles son las diversas vías a las que
ge como blanco de repetidos ataques”. Seguida- pueden recurrir para llevar a cabo sus reclamos.
mente, se destaca que el acoso entre pares puede Para ello, pretendo analizar el panorama jurí-
darse en cualquier lugar donde haya un grupo dico que existe sobre este fenómeno, especifi-
que comparte varias horas: clubes, iglesias, acti- cando cuáles son las carencias y los déficits del
vidades deportivas y recreativas, etc. (1). sistema, como asimismo sus aciertos. Este aná-
lisis se centrará principalmente en la responsa-
En función de ello, debe tenerse presente que bilidad de los establecimientos educativos y en
el bullying debe ocurrir necesariamente entre la de los docentes. Por último, y desde otro ám-
menor y menor, si uno de los sujetos intervi- bito, investigaré si corresponde que los padres
nientes resulta ser mayor de edad no estamos
de los menores acosadores carguen con algún
en presencia de bullying.
tipo de consecuencia jurídica, basándome en el
La característica principal de esta problemá- deber de prevenir el daño y de no agravarlo si ya
tica es la repetición y la diferencia de “poder” se hubiera producido, que pesa sobre ellos, con-
(relación asimétrica) que se establece entre el forme lo prevé el art. 1710 del Cód. Civ. y Com.
menor acosado y el acosador. Para identificarlo,
En lo que respecta a este punto, otra vez me
es preciso que concurra una situación reiterada
veo obligada a delimitar la investigación, pues
en el tiempo de tal gravedad que sea suscepti-
el acoso escolar entre alumnos puede ser objeto
ble de llegar a generar un daño o menoscabo en
de persecución penal. En efecto, los comporta-
la integridad psicofísica del menor acosado (2).
mientos hostiles de los alumnos pueden llegar
No puedo dejar de hacer mención de que la a implicar la comisión de delitos penales, como
situación de acoso puede amplificarse cuando ser amenazas, lesiones, coacciones, abuso se-
se lleva a cabo utilizando las nuevas tecnologías xual, entre otros. Incluso los docentes podrían
de la comunicación. En este caso, la conduc- llegar a ver comprometida su responsabilidad
ta recibe el nombre de cyberbullying (3). Aquí penal (4), por lo que un análisis de esta vía ex-
observo que la cuestión se potencia tornándose cede los límites de mi trabajo, por lo que este
demasiado amplia, lo que excede el marco del tipo de responsabilidad no será abordado, rea-
presente estudio, por lo que este tipo de hostiga- lizando así mi estudio únicamente en el orde-
miento no será abordado, viéndome obligada a namiento civil.
delimitar la investigación en este aspecto.
Luego de haber reflexionado y analizado a
Uno de mis propósitos en este trabajo será de- fondo la temática elegida, la principal conclu-
terminar el marco regulatorio del bullying, pues, sión a la que arribo es que el actual marco re-
si bien nuestro ordenamiento jurídico no cuen- gulatorio no logra prevenir los daños derivados
del denominado bullying, ni les brinda adecua-
(1) Cfr. BUSTOS, María José, “La violencia escolar a la da protección a sus damnificados, que no son
luz de la ley 26.892”, Cita Online: AR/DOC/1264/2014.
(2) Cfr. PÉREZ VALLEJO, Ana M. y PÉREZ FERRER, (4) Cfr. COTO ARAUJO, Rodrigo, GARBE, Verónica y
Fátima, «Bullying, ciberbullying y acoso con elementos FURLAN, Federico, “Responsabilidad penal del docente
sexuales: Desde la prevención a la reparación del daño», ante el bullying”, en Bullying: Responsabilidades y aspec-
Dykinson, S. L., Madrid, p. 19. tos legales en la convivencia escolar, dirigido por SEDA,
Juan Antonio (comp.), Noveduc, 1a edición, enero de
(3) Cfr. ibidem, p. 22 2014.

318 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

solo el acosado, sino también el acosador (que a dificación, a fin de que el sistema brinde ade-
su vez es un menor), los terceros espectadores, cuada respuesta a los daños analizados.
los seguidores y las familias de los involucrados.
En principio, ello obedece al vacío normativo CAPÍTULO I
específico que rodea el fenómeno analizado, a EL ACOSO ESCOLAR Y SU MARCO JURÍDICO
las escasas políticas preventivas y a la generali-
zación errada de estos daños que generalmen- I. ¿Qué es el bullying?
te se efectúa, no contando así el ordenamiento La acepción bullying fue utilizada por prime-
con recursos apropiados para abordar en debi- ra vez en la década del setenta por el profesor
da forma esta temática. sueco Dan Olweus, en la Universidad de Bergen
(Noruega), para detallar una dinámica de hosti-
Por tal motivo, y teniendo especialmente en gamiento reiterado, de agresión sistemática de
consideración los caracteres propios de la pro- niño, niña o adolescente sobre otro, o de un gru-
blemática de este instituto, considero indispen- po de ellos hacia otro que no alcance a defen-
sable y conveniente que el sistema les otorgue derse. Debe ser continuo, sistemático y requiere
autonomía y trato diferencial a estos daños, de un público que lo apañe con el silencio y con
debiendo dotarlos de reglas propias y específi- las risas, a modo de estímulo directo o encubier-
cas, partiéndose de la base y poniéndose espe- to. En lo atinente a la etimología, el vocablo pro-
cial énfasis en que los protagonistas resultan ser viene en la palabra inglesa bull, cuyo significado
menores de edad, lo que evidencia su clara con- es “toro”; a partir de ello, bullying podría enten-
dición de sujetos vulnerables, justificándose de derse como “torear” (5).
esta manera el tratamiento autónomo, diferen-
ciado y propio que se propicia. Bullying es un término inglés cuyo significado
es “intimidación” o “abuso” y está vinculado con
Por otro lado, a medida que profundizo el las acciones de una persona o varias contra otra
tema escogido y desmenuzo pormenorizada- (u otras) a la cual intentan desestabilizar psico-
mente nuestro ordenamiento jurídico, observo lógicamente a través de agresiones violentas fí-
que este se focaliza únicamente en el acosa- sicas o morales. Podría llegar a traducirse como
do, ignorando a los restantes damnificados. En acoso escolar, hostigamiento, maltrato. Desde
efecto, debe recordarse que, tratándose de me- hace varios años que el vocablo es utilizado por
nores de edad, se deben extremar al máximo las toda la sociedad; sin embargo, esta palabra no
medidas de protección, poniéndose especial se encuentra reconocida por el Diccionario de
acento en las medidas de prevención y contra- la Real Academia Española (6).
lor, para así respetar en debida forma su interés
superior y brindarles la protección y tutela que A los fines de comenzar con la investigación,
se merecen, máxime si se tiene en cuenta la vul- resulta necesario delinear un concepto jurídico
y establecer qué acciones pueden llegar a con-
nerabilidad que los aqueja.
siderarse parte de la problemática en cuestión,
A modo de corolario, creo que tanto el Esta- para así poder discernir cuáles son las respon-
do como la comunidad jurídica deberán pensar, sabilidades civiles aplicables a los daños que
proponer y debatir reglas y principios especí- este instituto produce y luego determinar si el
ficos y propios, tanto para la prevención como ordenamiento brinda una respuesta adecuada
a la problemática en estudio. La delimitación
para la reparación de estos daños, con el pro-
del concepto también será útil a la hora de dife-
pósito de que los protagonistas de esta figura
reciban una protección y tutela propia, justa,
(5) Cfr. ZYSMAN, María, “Bullying. Cómo prevenir e
efectiva e idónea; dado que en el presente tra- intervenir en situaciones de acoso escolar”, Paidós SAICF,
bajo se han establecido conclusiones relevantes 2014, ps. 23-24.
que, aunque no son absolutas, podrán servir de
(6) Cfr. ARIAS CAU, Esteban J., “Conflictividad social
base para futuros estudios mayores y profundos, en las instituciones educativas (el fenómeno del bul-
como así también para desarrollar propuestas lying). Estado de su regulación legal en argentina”, DJ
para la inserción del fenómeno en la actual co- 09/03/2016, 1, AR/DOC/3920/2015.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 319


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

renciarlo de otras situaciones de violencia que, ducta de persecución física y/o psicológica que
si bien son importantes, no podrán ser recla- realiza un alumno/a contra otro u otra, al que
madas judicialmente bajo la órbita del bullying elige como víctima de varios ataques y que co-
y con base en las directivas y herramientas que loca a las víctimas en posiciones de las que difí-
otorgará el presente trabajo. cilmente pueden salir por sus propios medios”.
Este hostigamiento se refiere “tanto a la situa-
En este punto, observo que, si bien algunas ción en la que el individuo particular hostiga a
normas de nuestro ordenamiento jurídico se otro, como aquella en la que el responsable de
refieren al tema, como por ejemplo la Ley para la agresión es todo un grupo” (8).
la Promoción de la Convivencia y el Abordaje
de la Conflictividad Social en las Instituciones En esta coyuntura, Olweus expresa que la si-
Educativas (ley 26.892), no existe una defini- tuación de intimidación y la de la víctima se
ción jurídica de la figura en análisis, en el ám- conformarían de la siguiente manera: “un alum-
bito nacional. Algunas provincias poseen leyes no es agredido o se convierte en víctima cuando
específicas sobre este fenómeno que incluyen está expuesto, de forma repetida y durante un
definiciones, lo cual es sumamente positivo; sin tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo
embargo, no contamos con una legislación es- otro alumno o varios de ellos” (9).
pecífica en el ámbito nacional.
En esta inteligencia, “una definición contex-
Entiendo que realizar una determinación ju- tual de bullying se refiere a una situación social
rídica única estableciendo qué se entiende por
en la que uno o varios escolares toman como
bullying resulta fundamental para que el sis-
objeto de su actuación injustamente agresi-
tema brinde una tutela adecuada y así poder
va a otro compañero y lo someten a agresiones
determinar qué situaciones se encontrarán
físicas, burlas, hostigamiento, amenazas, ais-
comprendidas en esta problemática y cuáles
deben ser excluidas. Si no se sabe a ciencia cier- lamiento o exclusión social, aprovechando su
ta qué es bullying, no es posible que el sistema inseguridad, miedo o dificultades personales
brinde adecuados parámetros de prevención y para pedir ayuda o defenderse (Ortega, 2003:17-
protección. 23)” (10).

A tales fines, debe tenerse presente que, para De lo expuesto precedentemente se despren-
hablar de esta figura, deben existir vínculos do- de que el término bullying se aplica únicamen-
minantes, debe tratarse de menores de edad te respecto de menores de edad (entre pares)
que no se relacionan de igual a igual, es decir, no y de conductas de hostigamiento sistemáticas.
hay simetría en la relación, sino que poseen un También debe haber un desequilibrio de poder
vínculo de sometimiento de uno a otro, siem- entre las partes (asimetría de la relación), es de-
pre a la misma persona y con una frecuencia cir, uno de ellos debe detentar una situación de
importante. Estos sujetos concurren a la misma superioridad y puede darse dentro de un esta-
escuela o frecuentan el mismo grupo recreati- blecimiento educativo o en un lugar recreativo
vo o club. No toda pelea o agresión se relaciona donde pasen varias horas. El acoso u hostiga-
con el hostigamiento, pues a fin de delinearlo es miento puede llevarse a cabo de manera direc-
importante tener presente que debe existir un ta y presencial o indirecta a través de medios de
desequilibrio de poder, asimetría, dificultad de comunicación, en especial las redes sociales; en
reacción, sentimientos de indefensión y desam-
paro por parte del acosado. Ese desequilibrio (8) PÉREZ VALLEJO y PÉREZ FERRER, ob. cit., ps.
puede ser real o incluso percibido (7). 17/18.
(9) Ibidem, p. 18
Si bien no existe una definición única de
esta figura, Olweus proporcionó una que pa- (10) PITRAU Osvaldo, “El aprendizaje afectivo como
rece haber tenido una importante aceptación medio de intervención en bullying”, en Dilemas del bul-
en la doctrina científica. Se trata de “una con- lying: de la urgencia a la oportunidad aprendizaje efec-
tivo, dinámicas grupales y experiencias de intervención,
dirigido por SEDA, Juan Antonio (comp) Noveduc, 2015,
(7) Cfr. ZYSMAN, ob. cit., p. 29. 1ª ed., p. 90.

320 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

este caso, la conducta recibe el nombre de cy- para la problemática en estudio. Si no se pue-
berbullying (11). de detectar el problema por no conocer cuáles
son sus ejes conceptuales, tampoco se lo podrá
La problemática en estudio comprende la idea prevenir, de allí la importancia jurídica de que
de violencia, ya sea física o psíquica, entre pares, el sistema cuente con un único concepto de bu-
de lo que se desprende que los sujetos activos y llying, aplicable a nivel nacional, con paráme-
pasivos deben ser niños, niñas y/o adolescentes tros claros de detección, lo cual no se verifica en
que, conforme lo dispuesto en la Convención de nuestro ordenamiento.
los Derechos del Niño y en las Reglas de Beijing,
deben ser sujetos menores de dieciocho años de En este aspecto, coincido con Bustos cuando
edad en el momento del acontecimiento de aco- expresa que hubiera sido deseable que la Ley
so (12). Se trata de una relación horizontal entre para la Promoción de la Convivencia y el Abor-
pares que luego, por un desequilibrio de poder, daje de la Conflictividad Social en las Institucio-
se vuelve asimétrica, negativa y sistemática. nes Civiles —única legislación nacional referida
al tema en análisis— esbozara un concepto de
Las causas por las cuales un menor es elegi- bullying, con parámetros de detección, a fin de
do como “blanco” de estos ataques constantes facilitar la diferenciación de otros hechos de
son múltiples y variadas, y dependerán de cada violencia, permitir la detección y el actuar tem-
contexto escolar. Sin embargo, para configurar- prano de los adultos responsables (14).
se esta figura resulta necesario que exista más
de un ataque, por lo que no estamos en pre- Por último, desde el punto de vista jurídico,
sencia de un hecho aislado, sino que se trata de el bullying puede concretarse por acción o por
una conducta persecutoria hacia un miembro omisión. En efecto, se configurará por acción
de la clase. La diferencia entre las tradiciona- cuando los acosos impliquen actos positivos,
les y típicas disputas o peleas infantiles y el bu- como, por ejemplo, efectuar golpes, humillar, y
llying radica en que este último es mucho más todo tipo de hostigamiento que implique un ha-
peligroso, debido a que no existe equilibrio en- cer. Por otro lado, la omisión constituirá la rea-
tre pares y a que las acciones son reiteradas y lización de actos negativos, como no jugar, no
sistemáticas. El acoso escolar presenta cuatro hablar, con el fin de marginar socialmente a los
rasgos distintivos: a) reiteración de agresiones; acosados.
b) permanencia en el tiempo; c) relación de
poder asimétrica; y d) intención de producir el I.1. Sujetos intervinientes: situación jurídica
daño (13). primaria y secundaria

Tales caracteres son fundamentales para es- En la problemática abordada existen distintos
tablecer el límite entre una conducta común y sujetos intervinientes; cada uno cumple un rol
corriente propia de la convivencia escolar y los determinado que contribuye a establecer la di-
comportamientos de acoso u hostigamiento námica del bullying. Los protagonistas de esta
que, como tales, podrán desembocar en distin- problemática son:
tas responsabilidades tanto civiles como pena-
a) El “hostigador”, que es el que idea el acoso y
les. La descripción de estos contribuirá también
no siempre es quien lo ejecuta, pero sí es quien
a la detección de esta violencia entre pares y a
decide las reglas y los que quedan fuera de ellas.
así poner en marcha inmediatamente meca-
nismos de prevención y contención adecuados b) El “hostigado”; se trata de la persona que es
blanco de los ataques.
(11) Cfr. BUSTOS, “La violencia escolar...”, ob. cit.
(12) Cfr. ALONSO, Silvina, “Reflexiones sobre el bully- c) Los “seguidores”, es decir, los que apoyan al
ing”, AR/DOC72317/2014. líder. Muchas veces ejecutan el hostigamiento y
hasta festejan las acciones del líder.
(13) Cfr. CAMPOMASI, Romina Paola, “Análisis del
acoso escolar desde el punto de vista de la Convención
sobre los derechos del Niño y su prevención”, Infojus. (14) Cfr. BUSTOS, “La violencia...”, ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 321


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

d) Los “espectadores”; estos pueden adoptar b) El acosado.


distintas actitudes: aquellos que miran y perma-
necen en silencio, aquellos que se ríen de lo que c) Los terceros espectadores.
pasa alrededor y, por último, los que intentan
frenar el hostigamiento. Las posiciones jurídicas secundarias son
aquellas cuyos miembros, si bien forman parte
e) El “personal de la escuela”, o sea, maestros, de los escenarios de esta problemática, tienen
preceptores, directores, conductor de micro, roles que no son fundamentales a la hora de
etc. Son quienes deben detectar el bullying e in- construir la relación negativa y asimétrica. Sin
tervenir inmediatamente. embargo, forman parte de él y se deben tener
en cuenta a la hora de realizar cualquier tipo de
f ) Los “padres”, que son quienes deben detec- intervención, ya sea preventiva o paliativa. Aquí
tar cambios en sus hijos y conversarlo con las los sujetos intervinientes son:
autoridades del colegio (15).
a) la familia del acosado;
En este contexto, se observa que los roles
principales los cumplen el acosado, el acosa- b) la familia del acosador y de sus seguidores;
dor y los testigos. Todos ellos conforman lo que
c) el personal del establecimiento educativo.
se denomina el “triángulo del bullying”. Esta
relación se sostiene por la ley del silencio que Existe otra relación jurídica importante que, si
impera en estos escenarios y por la condena pú- bien no es un sujeto necesario para establecer la
blica del delator. Tales protagonistas son siem- dinámica del bullying, ni se encuentra presente
pre acompañados por otros actores también en los escenarios, posee una participación inne-
responsables dentro de estos escenarios, que gable y crucial en lo que respecta a la prevención
son el docente, la institución, las familias y el de estos daños. Se trata del Estado nacional, que
medio social. Cualquier intervención debe te- tiene la obligación de generar políticas públicas
nerlos en cuenta a todos ellos y no limitarse al apropiadas para la problemática en cuestión,
referido triángulo (16). para así prevenir y frenar los efectos que produ-
ce la figura en análisis. En este entramado de re-
Desde otro ámbito, considero que en la pro- laciones jurídicas, cobrarán relevancia también
blemática abordada existen distintas posicio- los medios masivos de comunicación, que po-
nes jurídicas que estimo adecuado agrupar en drán incurrir en responsabilidades por las difu-
primarias y secundarias, de acuerdo a los roles siones que se hagan en sus sitios, en el caso del
que los protagonistas tienen en el fenómeno es- ciberacoso. Por otro lado, juegan un papel de vi-
tudiado. tal importancia en lo que respecta a la preven-
ción y difusión del bullying.
Las posiciones jurídicas primarias son aque-
llas cuyos sujetos intervinientes son fundamen- Por último, aparece la sociedad como otra re-
tales para construir la relación asimétrica de lación jurídica crucial, dado que también es res-
poder; si falta alguno de ellos, no se podrá de- ponsable y debe velar por los derechos de los
terminar la existencia del bullying. Los roles que menores; para ello no debe ser permisiva de-
cumplen son necesarios para construir la diná- biendo denunciar e intervenir en los hechos de
mica de la figura en estudio y serán determinan- acoso (17).
tes a la hora de diferenciarlos de otros daños
comprendidos en nuestro ordenamiento jurídi- I.2. Descripción de los escenarios
co. Forman parte de ella:
La descripción de los escenarios será muy útil
a) El acosador y sus seguidores. a la hora de distinguir las correspondientes res-
ponsabilidades, como así también para delimi-
(15) Cfr. http://www.grupocidep.org/category/bully- tar los contornos y límites de la temática elegida.
ing. Bullying cero argentina -disponible 15/5/2018. De las definiciones expresadas anteriormente
(16) Cfr. PITRAU “El aprendizaje....” en Dilemas..., ob.
cit. (17) Cfr. CAMPOMASI, ob. cit.

322 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

se desprende que el hostigamiento entre pa- protector y cómplice. La intervención defectuo-


res puede darse dentro de un centro educativo, sa del docente o la ausencia de esta lo fortalece y
como en otro lugar, ya sea recreativo o un club así gradualmente comienza a construirse el es-
donde los menores pasen varias horas juntos. cenario del bullying (20).
Sin embargo, la escuela es, sin dudas, el lugar
donde con mayor frecuencia se produce este fe- Los terceros espectadores también con su si-
nómeno. La ubicación física del acoso cobrará lencio legitiman y avalan las conductas de acoso
relevancia a la hora de determinar la competen- y hasta pueden llegar a convertirse en cómplices
cia territorial de las acciones que puedan llegar de estos. Desde otro ámbito, convergen otros si-
a iniciarse a los efectos de obtener la reparación lencios y actitudes omisivas que, a la hora de
judicial del daño injustamente causado. Desde una eventual reclamación judicial, pueden lle-
otra óptica, el lugar del hecho determinará la gar a tener implicaciones jurídicas que pueden
norma aplicable. desembocar en distintas responsabilidades. En
efecto, por un lado, aparece el silencio de los
Sobre el particular, cabe reseñar que, para que propios padres de los menores hostigadores,
se construya la dinámica de acoso, observo que quienes hasta llegan a negar los hechos y a mi-
el silencio, la ausencia de la mirada adulta y la nimizar las conductas de sus hijos, incluso a ve-
falta de intervención adecuada son las caracte- ces cuestionan las conductas de los agredidos y
rísticas que imperan en estos escenarios. Tales sus familias. Por otro lado, aparecen el silencio
actitudes pueden tener relevancia jurídica ante y la negación del establecimiento en donde se
la judicialización del acoso. han originado los acosos. Tanto las autoridades
como los profesores minimizan, subestiman y
En efecto, el acosador suele actuar de manera hasta ignoran los hechos en pro de no dañar la
rápida y en ausencia de adultos (18). Por otro imagen del colegio (21).
lado, sabe que su aliado será el silencio de los
demás protagonistas, pues está seguro de que La información que brindará este estudio
los demás no hablarán, cuenta tanto con el si- constituirá la herramienta más eficaz con la que
lencio del grupo como con el de su víctima. De contarán los protagonistas de esta figura para
esta manera, la reacción de los demás es lo que intentar desarticular el pacto de silencio que
le da sostén al acoso y así es como comienza a impera en estos escenarios. En efecto, la infor-
construirse la dinámica del bullying (19). mación es un elemento clave para combatir y
prevenir los efectos devastadores que genera
Asimismo, el silencio del acosado también la problemática analizada. Al respecto, enfati-
contribuye a su desprotección, pues, al no con- zo que el ordenamiento no cuenta con informa-
tar los hechos por los que está sufriendo, sus ción detallada, clara y precisa de la descripción
padres no pueden ayudarlo ni protegerlo, pues de la dinámica de la problemática en estudio;
están al margen de lo que le está sucediendo a ello puede llevar a no detectar un hecho de aco-
su hijo y, frecuentemente, cuando se dan cuen- so, como asimismo a confundirlo con un episo-
ta, el daño ya está hecho. Por ello es muy im- dio aislado y, por lo tanto, a no poder adoptar las
portante que el sistema cuente con información medidas que la problemática requiere. Debe re-
precisa de las pautas de alarmas que rodean el cordarse que, conforme lo dispuesto en la Con-
fenómeno para contribuir a su detección y así vención de los Derechos del Niño, estos tienen
frenar o, en su caso, reducir los efectos nocivos derecho a acceder a información, la cual será
del acoso. clave para proteger su interés superior.
En esta inteligencia, el miedo se instala en to- Un sistema legal que proporcione una expli-
das partes y comienza a regir un “pacto de silen- cación detallada de la dinámica del fenómeno
cio”. El acosador actúa siempre fuera del radar y de la descripción de los escenarios, como asi-
de los adultos y el silencio se convierte en su
(20) Cfr. ibidem, p. 37.
(18) Cfr. ibidem.
(21) Cfr. PÉREZ VALLEJO y PÉREZ FERRER, ob. cit., ps.
(19) Cfr. ZYSMAN, ob. cit., ps. 35-36. 26-27.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 323


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

mismo de las pautas de alarmas, contribuirá no El damnificado directo es aquel que tiene una
solo a la detección, identificación y diferencia- relación inmediata con la conducta de hostiga-
ción de esta problemática, sino también a que miento. Es a quien se encuentra dirigido el aco-
los protagonistas dejen la pasividad de lado y so; se trata, por ende, del acosado.
cambien sus conductas, para así romper la di-
námica del bullying y frenar sus nocivos efectos. Los damnificados indirectos son aquellos en
Desde otro ámbito, considero que la informa- quienes repercuten los efectos del acoso, si bien
ción adquiere particular relevancia a la hora de no lo sufren en forma directa. Se trata de:
elaborar políticas preventivas adecuadas, como
así también para desplegar las medidas idóneas a) el acosador y sus seguidores;
y específicas de protección que requieren los
partícipes del fenómeno. De esta manera, la in- b) los terceros espectadores: y
formación clara y precisa se presenta como una c) las familias del acosado, del acosador, y los
de las herramientas más eficaces en lo que res- terceros espectadores.
pecta a la prevención del fenómeno, en aras de
tutelar en debida forma los derechos e intereses En lo que respecta a estos últimos, debe te-
de los protagonistas. nerse presente la jurisprudencia de la Corte In-
teramericana de Derechos Humanos, en la cual
I.3. Damnificados del bullying. Directos e indi- se amplifica la noción de damnificado indirecto
rectos de una agresión de los derechos humanos a un
El acoso escolar afecta e influye directamente extenso número de familiares de la víctima di-
sobre la salud psicológica y social de los acosa- recta, pues considera que la dolencia o afección
dos. Sin embargo, también produce efectos in- de un miembro de la familia indefectiblemente
directos negativos al resto de los protagonistas. afecta a los otros integrantes (24).
De esta manera, los afectados son no solo los En esta coyuntura, considero adecuado resal-
acosados, sino también los agresores y los es- tar que los damnificados, a excepción de las fa-
pectadores, que conforman lo que se denomina milias, son sujetos vulnerables, entendiéndose
el “triángulo del bullying” (22). el concepto de vulnerabilidad como “una im-
Quien hostiga tampoco sale ileso de esta situa- posibilidad de defensa frente a los hechos trau-
ción. Si no se interviene, esos menores aprende- matizantes o dañinos debida a insuficiencia de
rán que los medios para conseguir sus fines son recursos psicológicos defensivos personales o/y
la violencia, la intimidación y el sometimiento; merced a la ausencia de apoyo externo, además
ello les quitará la posibilidad de construir rela- de incapacidad o inhabilidad para adaptarse al
ciones amorosas, familiares y laborales (23). nuevo escenario generado por los efectos de la
situación riesgosa o peligrosa” (25).
Al respecto, el equipo de bullying cero en su
sitio web expresa que todos los que participan Así, se observa que un rasgo distintivo de esta
son afectados en alguna medida, por lo que las problemática es que, si bien las acciones van
víctimas son todos los involucrados, por lo que dirigidas al acosado, dicha conducta conlleva
también en este punto debemos incluir a las fa- múltiples efectos que, si bien no son deseados
milias de los acosados y de los acosadores, que por el hostigador, potencian a los damnificados,
sufren por ver sufrir a sus hijos ante el daño que que, excepto las familias, son todos menores de
provoca esta relación asimétrica y negativa. edad. La descripción y clasificación de estos no
solo cobrará relevancia jurídica para determi-
Con base en ello, a los damnificados los di-
vidiré en directos e indirectos, de acuerdo a la (24) Cfr. BASSET, Úrsula C., «La privación de la re-
relación que cada de uno de ellos tenga con la sponsabilidad parental y sus presupuestos. Reforma
conducta de hostigamiento. al Código Civil y Comercial», LA LEY 2017-D-742, AR/
DOC/1708/2017.

(22) Cfr. ibidem, ps. 30-31. (25) FOLGAR, María Laura, MARTIN Patricia F., “Bul-
lying: responsabilidad parental y del establecimiento es-
(23) Cfr. ZYSMAN, ob. cit., p. 48. colar”, AP/DOC/259/2015.

324 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

nar la legitimación activa de los reclamos judi- las aulas; el bullying requiere de algo más, pues
ciales que pudieran iniciarse a consecuencia no toda agresión desencadenará en conductas
de estos acosos, sino que también contribuirá a calificables como acoso, con implicancias jurí-
diferenciar estos daños de otros que sufren los dicas para establecer las responsabilidades (28)
menores. que el presente estudio analizará. La principal
característica, entonces, para realizar la dife-
En efecto, observo que este fenómeno se ca- renciación con figuras similares es que no nos
racteriza por tener una multiplicidad de dam- hallamos ante un hecho aislado entre dos me-
nificados a los que el sistema debe proteger, nores, sino que debe ser sistemático y deben
teniendo especial consideración su condición estar presentes todos los integrantes del deno-
de sujetos vulnerables, debiendo así arbitrar los minado triángulo del bullying.
medios para respetar el interés superior de estos
y proceder a la reparación de los derechos vul- Otra importante diferenciación que debe ha-
nerados. Por ello, uno de los interrogantes que cerse es que la relación asimétrica que se forma
me surgen es si teniendo en cuenta esta carac- indefectiblemente debe ser entre menores de
terística distintiva resulta necesario que el or- edad: es horizontal (entre pares). En efecto, es
denamiento les proporcione un tutela propia, necesario que el alumno que causa y el que su-
diferenciada y autónoma. fre el daño sean menores de edad, esto es, que
no haya cumplido dieciocho años de edad, con-
II. Diferencia con otros daños y situaciones forme lo dispuesto por el art. 25 del Cód. Civ. y
sufridos por menores
Com. Si uno de los sujetos intervinientes (agen-
Es importante que distingamos qué situa- te o víctima) resulta ser mayor de edad, no esta-
ciones están vinculadas con el fenómeno en mos en presencia de bullying.
estudio y cuáles deben ser excluidas. De esta
Al respecto, Bustos considera que, debido a
manera, se construyen los límites de la proble-
la mutabilidad y evolución del concepto de bu-
mática, como asimismo se verifican cuáles son
llying, debe incorporarse al fenómeno cualquier
las situaciones que adquieren relevancia jurídi-
ca, para así discernir las correspondientes res- situación de superioridad, ya sea de docentes
ponsabilidades. respecto de estudiantes, o viceversa (29). No
comparto dicha opinión, pues de las definiciones
Al respecto, insisto en que no cualquier agre- dadas anteriormente como de la consulta de los
sión se considera bullying. Un episodio de vio- grandes estudiosos del tema, se desprende que
lencia aislado o esporádico, ya sea en forma la relación debe ser entre pares, es horizontal,
física o verbal, en el cual los sujetos intervinien- no vertical, y luego, por un desbalance de poder
tes se posicionan en iguales condiciones físicas y superioridad, se vuelve asimétrica. Extender el
y psicológicas no lo configura; por el contrario, concepto implica desnaturalizarlo y generalizar-
tales conductas constituyen únicamente violen- lo, lo que contribuirá a no brindar la protección
cia escolar, no por ello menos importante, ya adecuada y propia que sus damnificados mere-
que puede culminar en acoso (26). cen. Por otro lado, dicha generalización contri-
buye más a la confusión y desinformación que
Por el contrario, el hostigamiento escolar con- presenta la figura en estudio.
siste en una amenaza sostenida, las estrategias
implementadas por el acosador contra otro ele- Si un docente realiza conductas de acoso so-
gido de manera consciente, ante un público que bre otro alumno, ello jamás podrá calificarse
no hace nada para defender a quien la está pa- como parte integrativa de la problemática ana-
deciendo (27). lizada; en tal caso, se trata de un abuso de posi-
ción dominante (art. 11 del Cód. Civ. y Com.), en
De esta manera, debe tenerse presente que el el que podrán concurrir distintas responsabili-
acoso escolar no es lo mismo que la violencia en
(28) Cfr. PÉREZ VALLEJO y PÉREZ FERRER, ob. cit., p.
(26) Cfr. BUSTOS, “La violencia escolar...”, ob. cit. 17.
(27) Cfr. ZYSMAN, ob. cit., p. 51. (29) Cfr. BUSTOS, “La violencia...”, ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 325


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

dades, pero no podrá reclamarse judicialmente tán vedados para los emancipados, y el segun-
bajo los parámetros que este estudio brindará. do, aquellos que están sujetos a autorización
Si, por el contrario, un alumno hostiga al do- judicial. Por otro lado, otro efecto de la eman-
cente, se trata de un caso de violencia escolar, cipación es que extingue la responsabilidad pa-
que no constituirá bullying, no por ello menos rental, conforme lo establece el art. 699 del Cód.
importante, pues será necesario que se arbitren Civ. y Com., con las salvedades dispuestas en el
los medios adecuados para que finalice tal con- art. 644. Ello implica que aquellos progenitores
ducta. adolescentes que se encuentren casados ejer-
cen la responsabilidad parental respecto de sus
Luego de haber delineado los contornos y lí- propios hijos, pero con ciertas limitaciones. Por
mites de la figura en estudio, observo que los último, debe tenerse presente que la emancipa-
daños provocados por el acoso escolar difieren ción es irrevocable (30).
de los simples daños sufridos por menores den-
tro del establecimiento educativo, por la perpe- De lo expuesto se desprende que de una si-
tuidad en el tiempo, el desbalance de poder, la tuación de incapacidad genérica se pasa a una
asimetría de la relación, la concurrencia de si- situación de capacidad genérica. Surge un nue-
lencios, la multiplicidad de damnificados y las vo estado familiar para la persona emancipada,
distintas posiciones jurídicas intervinientes. De que implica dirigir su persona y desempeñar-
esta forma, los argumentos esgrimidos se cons- se en el orden patrimonial y extrapatrimonial
tituyen en caracteres y principios propios que sin las restricciones que la minoridad presenta
gobiernan el fenómeno en estudio, y me permi- en lo que respecta a la capacidad de ejercicio,
ten vislumbrar la necesidad y conveniencia de pero con las limitaciones que impone la ley al
que el sistema los reconozca como una catego- emancipado. Si este realiza alguno de los actos
ría de daños autónoma, a fin de otorgarles una vedados a pesar de la prohibición, existirá una
tutela propia y diferenciada, lo que coadyuvaría invalidez relativa, por lo tanto, confirmable y la
a brindarles a los damnificados la protección acción prescriptible (31).
que se merecen.
Por otro lado, a los fines de analizar los inte-
III. Situación del menor emancipado rrogantes esbozados, se debe establecer qué
entiende el sistema por “niño”. Al respecto, la
Uno de los interrogantes que me surgen se re- Convención sobre los Derechos del Niño en su
fiere a la situación del menor emancipado, en lo art. 1 expresa que “se entiende por niño todo ser
que respecta al fenómeno en análisis. ¿Se consi- humano menor de dieciocho años de edad, sal-
dera violencia escolar entre pares si uno de los vo que, en virtud de la ley que le sea aplicable,
participantes está emancipado? ¿La emancipa- haya alcanzado antes la mayoría de edad”. Por
ción provoca la pérdida de la protección de los otro lado, las Reglas de Beijing, las Reglas de To-
derechos de los niños consagrados en las con- kio y las Directrices de Riad se refieren a “niño”
venciones internacionales? y “menor” como los sujetos a quienes están des-
tinadas sus disposiciones. Para las Reglas de
A tal fin, considero adecuado primeramente Beijing, “menor es todo niño o joven que, con
esbozar un concepto de emancipación, como arreglo al sistema jurídico respectivo, puede ser
asimismo qué entiende el sistema por niño, para castigado por cometer un delito en forma di-
luego dilucidar los interrogantes planteados. ferente a un adulto”. Por su parte, en las Reglas
de Tokio no se establecen salvedades al límite
Al respecto, cabe resaltar que el matrimonio de dieciocho años de edad. Con base en ello, la
contraído antes de cumplir dieciocho años —
el cual debe efectuarse con autorización judi- (30) Cfr. RIVERA, Julio César y CROBI, Luis Daniel,
cial o de los representantes legales— emancipa «Derecho civil y comercial», Abeledo Perrot, parte gen-
al contrayente menor de edad (art. 27 del Cód. eral, Thomson Reuters ProView. Fecha de consulta: en-
Civ. y Com.). El menor emancipado posee ca- ero de 2019.
pacidad de ejercicio, pero con las limitaciones (31) Cfr. ALTERINI, Jorge H., “Código Civil y Com-
previstas en los arts. 28 y 29 del Cód. Civ. y Com. ercial. Tratado exegético”, 2ª ed., t. I, Thomsom Reuters
El primer artículo expresa los actos que es- ProView. Fecha de consulta: enero de 2019.

326 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

Corte Interamericana de Derechos Humanos, sagrados en las convenciones internacionales.


en la opinión consultiva OC-17/2002, tomando En efecto, el menor emancipado es una persona
en consideración la normativa internacional y el que no ha cumplido los 18 años, pero que, por
criterio expresado en otros casos, concluyó que autorización judicial o de sus representantes le-
niño es toda persona que no ha cumplido los 18 gales, ha contraído matrimonio. No obstante, te-
años de edad. Expresó que la mayoría de edad niendo en cuenta la opinión consultiva citada,
trae aparejada la posibilidad del ejercicio pleno sigue siendo un niño dado que no cumplió los
de los derechos. Es decir, la persona mayor de dieciocho años de edad. Además, debe tenerse
edad puede ejercer en forma directa y personal presente que, tal como se expresó anteriormen-
sus derechos subjetivos, como así también asu- te, el menor emancipado no cuenta con una ca-
mir obligaciones jurídicas y efectuar cualquier pacidad plena, como sucede en la mayoría de
tipo de actos, ya sea de naturaleza personal o edad, pues se encuentra sujeta a restricciones
patrimonial. Explicitó que los niños no tienen y limitaciones impuestas para su propia protec-
esa capacidad, pero son sujetos de derecho y ción. Por lo tanto, concluyo que el menor eman-
pueden ser titulares de derechos que son inalie- cipado continúa siendo un niño y que, como tal,
nables e inherentes a la persona humana (32). goza de la protección que le brindan las conven-
ciones internacionales.
Desde esta perspectiva, considero que, si uno
de los actores está emancipado, igualmente es- IV. Derechos afectados por el bullying y
tamos en presencia de bullying, pues, si bien el convenciones internaciones que los protegen
menor emancipado adquiere capacidad para la
mayoría de los actos de la vida civil, cuenta con El bullying afecta derechos personalísimos,
las restricciones previstas en los arts. 28 y 29 del como la dignidad, el honor, la intimidad, las in-
Cód. Civ. y Com., que el sistema impone a fin de tegridades físicas y psíquicas, como también los
otorgarle protección. Por lo tanto, la emancipa- derechos a ser oído, a percibir educación, a la
ción no equivale a adquirir la mayoría de edad y salud, a la vida y los demás derechos reconoci-
por ello la violencia sigue siendo horizontal, por dos tanto en nuestro derecho interno como en
más que uno de sus partícipes no se encuentre las convenciones internacionales de las cuales
más bajo el instituto de responsabilidad paren- nuestro Estado es parte. Puede darse el caso de
tal. que la conducta de hostigamiento viole uno solo
de estos derechos o varios. Por otro lado, ade-
En tal caso, si se trata del agente que causa el más de ser un acto de discriminación, resulta
acoso, este verá luego comprometida su respon- una clara violación a los derechos humanos de
sabilidad personal. Sin embargo, considero que rango constitucional (33).
se mantiene la relación de paridad que requiere
el bullying, pues se trata de una persona que aún En efecto, la mayoría de ellos se encuentran
no cumplió dieciocho años y que, como tal, no consagrados en la Convención sobre los Dere-
adquirió la totalidad de los derechos y obliga- chos del Niño. Entre ellos se puede mencionar:
ciones que lleva aparejada la mayoría de edad.
A raíz de ello, estimo que la emancipación de a) El derecho al juego (art. 31), a la libre expre-
un actor no convierte la relación en vertical, pu- sión (art. 13) y asociación (art. 15).
diéndose concluir que se considera violencia
entre pares cuando alguno o todos los protago- b) El derecho a la vida (art. 6), la prohibición
nistas estén emancipados. de abusos y malos tratos (art. 19), la prohibición
del ataque a la honra y reputación del niño o
Respecto del segundo interrogante, considero adolescente (art. 16), que se manifiestan en las
que la emancipación no provoca la pérdida de acciones de acoso psicológico, que vulneran su
la protección de los derechos de los niños con- dignidad.

(32) Cfr. Corte IDH, opinión consultiva OC-17/2002 de (33) Cfr. BUSTOS, María José, “Situación legisla-
28/08/2002, solicitada por la Comisión Interamericana tiva de la violencia escolar”, Sup.Act. 07/02/2013 I, AR/
de Derechos Humanos. DOC/6007/2012.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 327


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

c) El principio de igualdad y no discrimina- buyó a contar con una estructura de normas y


ción (art. 2), el de libertad de pensamiento, principios cuya finalidad es resguardar los de-
conciencia y religión (art. 14) y el principio de rechos fundamentales de la persona humana y
protección integral e integración de los niños que poco a poco fueron incorporándose a las
con discapacidad (art. 23). Constituciones modernas. Así es que nuestra
Constitución, con la reforma realizada en el año
d) El derecho al disfrute del más alto nivel po- 1994, reconoció jerarquía constitucional tanto a
sible de salud de los niños, niñas y adolescentes los tratados sobre los derechos humanos previa-
(art. 24). mente ratificados por el Estado argentino como
a los futuros que, además del procedimiento ne-
e) Derecho a la educación (arts. 28 y 29), que cesario para su ratificación, cuenten con una
debe desarrollar la personalidad y las aptitudes mayoría especial en ambas cámaras del Congre-
psicofísicas del niño hasta sus posibilidades. so de la Nación que los invista de tal categoría.
f ) El derecho a ser oído (art. 12). Los niños De esta manera, tales normas y principios con-
tienen derecho a que su opinión sea tenida en forman nuestro sistema jurídico nacional, y con
cuenta, lo cual es esencial para eliminar la dis- base en ellos nuestras normas legales deben in-
criminación y sirve para la prevención (34). terpretarse y aplicarse (36).

En este orden de ideas, la Convención sobre En efecto, tanto los tratados de derechos hu-
los Derechos del Niño tiene un papel funda- manos como las convenciones internacionales
mental en lo que hace a esta problemática. La forman parte de nuestro derecho interno y de-
aprobación de esta convención en el año 1989 ben ser aplicadas por los magistrados. Se debe
implicó un cambio de paradigma en lo que res- prestar especial atención a que la interpretación
pecta a la infancia, al estar fundada en la doc- de estos debe efectuarse a partir del principio
trina de la protección integral, la cual reconoce pro homine, en el que se privilegia siempre a la
a los niños como sujetos de derechos, quienes persona humana (37).
tienen capacidad de acuerdo a su desarrollo,
para inmiscuirse en los asuntos que a ellos les Por otro lado, existen numerosos tratados in-
conciernen. Por su parte, nuestra Constitución ternacionales que también se centran en el de-
Nacional, a través del art. 75, inc. 22, le otorga ber de protección de la infancia y en el rechazo
jerarquía constitucional. De esta manera, deja de cualquier forma de discriminación y viola-
de considerarse a los niños como de propiedad ción de los derechos humanos. Así, se destacan
de sus padres, y se los considera como seres hu- la Convención Americana de Derechos Huma-
manos independientes destinatarios de sus pro- nos (arts. 5, 11, 19 y 24), el Pacto Internacional
pios derechos. Así, el niño es considerado una de Derechos Civiles y Políticos (arts. 5 y 10) y la
persona, parte de una familia y de una comuni- Declaración Americana de los Derechos y De-
dad, con derechos y también responsabilidades beres del Hombre (arts. 2 y 5) (38), los cuales
propias de la etapa de desarrollo en que se en- también tutelan la dignidad de la persona hu-
cuentren (35). mana.

Este papel central que tiene la convención ci- Con una perspectiva de género, también con
tada es parte del fenómeno que se conoce con el el fin de proteger la dignidad y de evitar la discri-
nombre de la constitucionalización del derecho minación de las mujeres, nuestro ordenamiento
privado. En efecto, los documentos y tratados cuenta con la Convención sobre la Eliminación
internacionales referidos a los derechos huma- de Todas las Formas de Discriminación contra
nos fueron adquiriendo un creciente desarrollo
a partir de la creación de la ONU, lo que contri- (36) Cfr. ALTERINI, ob. cit.
(37) Cfr. GAMEN, Sebastián, “Terminan las clases
(34) Cfr. FORTUNATO, Mariela A., “El bullying como y el bullying pasó de año”, Revista Iberoamericana El
contenido y oportunidad de enseñanza”, en Dilemas..., Derecho Informático-Número 25, fecha 01-12-16, cita:
ob. cit. IJ-CCCXLIV-705.
(35) Cfr. CAMPOMASI, ob. cit. (38) Cfr. BUSTOS, “La violencia...”, ob. cit.

328 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

la Mujer (ley 23.179) y con la Convención Intera- que, como tal, forma parte del orden público del
mericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Estado (41).
Violencia contra la Mujer (ley 24.632).
El Cód. Civ. y Com. en el art. 51 recepta estos
Todos estos derechos descriptos también conceptos al establecer que “la persona huma-
se encuentran contemplados en nuestra carta na es inviolable y en cualquier circunstancia tie-
magna; en especial se destacan el art. 14, que ne derecho al reconocimiento y respeto de su
establece el derecho de enseñar y aprender, y su dignidad”. Asimismo, el siguiente artículo dis-
art. 16, que consagra el principio de igualdad. pone: “La persona humana lesionada en su in-
Por su parte, el art. 75, inc. 19, tercer párrafo es- timidad personal o familiar, honra o reputación,
tablece dentro de las atribuciones del Congreso imagen o identidad, o que de cualquier modo
resulte menoscabada en su dignidad personal,
nacional el deber de proveer lo conducente a la
puede reclamar la prevención y reparación de
participación de la familia y la sociedad, la pro-
los daños sufridos, conforme a lo dispuesto en
moción de los valores democráticos, como así
el Libro Tercero, Título V, Capítulo 1”.
también la igualdad de oportunidades, sin nin-
gún tipo de discriminación (39). Desde otra perspectiva, cabe resaltar que la
dignidad también se ubica dentro de los lla-
V. La dignidad de la persona humana y su mados derechos de “tercera generación”, por
papel en la prevención del bullying su aparición en el ámbito jurídico luego de los
derechos civiles y políticos, que son considera-
En este orden de ideas, considero que la dig- dos de primera generación, y de los económicos
nidad de la persona humana es la principal y sociales. Al respecto, la Declaración Universal
afectada por las conductas compatibles con el de Derechos Humanos esboza que tanto la jus-
acoso escolar. Al respecto, debe repararse en ticia como la paz en el mundo poseen por base
que la dignidad de la persona es inviolable y, el reconocimiento de la dignidad intrínseca,
como tal, debe ser respetada y tutelada. Etimo- como así también de los derechos iguales e in-
lógicamente, este término debe entenderse en alienables de todos los integrantes de la familia
el contexto de su desarrollo histórico; hoy en día humana. De igual modo, en la Convención con-
se lo considera como un elemento esencial de la tra la Tortura de las Naciones Unidas, se afirma
nueva concepción de persona, que sostiene que que los derechos humanos emanan de la digni-
el hombre debe ser considerado como portador dad inherente a la persona. Por todo ello, desde
de determinados valores, protegiendo, de esta los deberes de abstención, la persona no puede
manera, las amenazas tanto a la vida como a la ser tratada como un instrumento u objeto (42),
salud y a la libertad (40). tal como acontece en las conductas de hostiga-
miento u acoso objeto del presente trabajo.
De esta manera, la dignidad de la persona
humana es un concepto jurídico que designa Por otro lado, la dignidad posee además el ca-
aquello que hay de humano en el hombre; se rácter de un deber que impide su enajenación
trata de una noción inherente a todo integrante o renuncia por intermedio de actos voluntarios
contrarios a ella. Por ello, el Estado no podría
de la familia y a todo aquello que tienda a distin-
consentir prácticas que impliquen daños cor-
guirlo. Cualquier acto que tienda a excluirlo de
porales ni esclavitud. Quien por su propia de-
la comunidad humana será considerado un ata-
cisión lesiona o restringe su dignidad personal
que a su dignidad. Es así que la dignidad apare-
ce como un principio y un valor constitucional
(41) Cfr. TOBÍAS José W., “Una concepción inte-
gral de la persona humana”, SJA 07/11/2018, 381, AP/
(39) Cfr. ibidem. DOC/422/2018.
(40) Cfr. ALPA, Guido, “La ’dignidad humana’ en (42) Cfr. MATA, Ismael, “Potestades públicas y
la Carta Europea de Derechos Fundamentales”, SJA derechos humanos. Teoría jurídica”, RDA 2018-119,
06/03/2019, 13, AP/DOC/1066/2018. 05/10/2018, 839, AP/DOC/622/2018.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 329


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

incurre en una falta de orden moral, pero no ju- protección de la dignidad de los menores, invi-
rídica (43). tando a la comunidad educativa, los padres y la
sociedad en general a participar en esta lucha, a
En esta inteligencia, estimo que, entre los los efectos de evitar que las relaciones entre pa-
múltiples derechos afectados por esta proble- res se tornen asimétricas, las cuales son propias
mática, cada vez más presente en nuestra socie- de la problemática abordada. De esta manera,
dad, la dignidad de la persona humana es uno la dignidad aparece como la piedra angular del
de los principales. Debe repararse en que todo marco preventivo, a fin de que el sistema pro-
niño tiene derecho a recibir un trato digno por porcione protección a sus damnificados, de-
el solo hecho de ser humano. Cuando se afec- biendo así poner especial énfasis en el respeto
ta la dignidad de un menor dentro de un esta- a la dignidad de toda persona, lo que constitu-
blecimiento educativo, ello conlleva lesionar ye un derecho humano de rango constitucional
otros derechos, como es el de recibir educación, que, como tal, debe ser respetado.
el de ser oído, el de igualdad y no discrimina-
ción, entre otros. Al respecto, cabe resaltar que, Por ello, estimo necesario, a fin de que el sis-
apenas comienzan a manifestarse las conductas tema brinde tutela adecuada y efectiva de la
de acoso, paralelamente se lesiona la dignidad dignidad de los menores protagonistas de esta
del damnificado directo, que es a quien se en- problemática, que la comunidad jurídica co-
cuentran dirigidos los hostigamientos. De esta mience un debate serio y profundo a los efectos
manera, la vulneración de la dignidad de la per- de poder discernir reglas propias y adecuadas
sona humana aparece como la contracara del con el objeto de tutelar en debida forma la dig-
bullying. nidad de los protagonistas de esta problemática
social tan actual y presente en todas las escuelas.
Debe recordarse que, por el mero hecho de
ser personas, los niños merecen desarrollar VI. Descripción del marco legal del bullying
vínculos saludables entre sí, sin que exista nin-
Si bien no contamos con un marco normativo
gún tipo de desbalance de poder. Para lograr
específico sobre el bullying, existen numerosas
ello, el mejor camino es el desarrollo de políticas
normas que se refieren él. Por ello, para cons-
preventivas orientadas a enseñar a los menores
truir su marco legal, será necesario extrapolar
a respetar al prójimo y el bien común, para así preceptivas y, mediante una hermenéutica inte-
evitar lesionar la dignidad de sus pares. gradora, construir una sistematización de estas
Con este panorama, pienso que la dignidad que incluya tanto las escasas normas específicas
referidas al tema como las generales, dirigiendo
de la persona humana adquiere particular re-
especialmente la mirada a la Constitución Na-
levancia a la hora de realizar políticas públicas
cional y a las convenciones internacionales.
destinadas a la prevención de estos daños, pues
esta debe ser el epicentro de protección debido De esta forma se utilizarán normas y princi-
a los múltiples problemas que ocasiona la lesión pios que no han sido creados para dar respuesta
de la dignidad de los menores, en especial si se a la problemática en estudio; por ello veremos
tiene en consideración que estos niños están en que, si bien es posible construir un marco nor-
proceso de formación de su personalidad. Este mativo, este no será suficiente para abordar los
tipo de lesiones debe ser la máxima preocupa- múltiples efectos que produce el fenómeno en
ción de toda la sociedad, que deberá cooperar y análisis, ofreciendo una protección que dista de
contribuir al desarrollo de vínculos saludables y ser efectiva, dadas las características especiales
al bien común en general. y distintivas que lo rodean.
Por todo ello, opino que, para combatir los La descripción de los derechos afectados
efectos nocivos que provoca el instituto en es- por el bullying ayudó a construir el marco le-
tudio, es necesario que las políticas preventivas gal poniéndose énfasis en las convenciones in-
pongan especial énfasis en el bien común y en la ternacionales y en la Constitución Nacional.
Seguidamente, para continuar con la sistemati-
(43) Cfr. ibidem. zación de normas propuesta, procederé a des-

330 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

cribir las escasas normas específicas sobre el ma de violencia entre pares y/o adultos y niños,
tema en cuestión. niñas, adolescentes y jóvenes”. Asimismo, el in-
ciso e), también dispone el deber de crear una
En el orden nacional, la principal herramien- línea telefónica gratuita para la atención de si-
ta que existe para enfrentar al bullying es la Ley tuaciones de violencia.
para la Promoción de la Convivencia y el Abor-
daje de la Conflictividad Social en las Institucio- En cuanto a su ámbito de aplicación, com-
nes Educativas (ley nº 26.892), sancionada el día prende todos los niveles de educación del país
11 de septiembre de 2013. Sin embargo, el texto y se ciñe a los episodios de violencia que se pro-
carece de definiciones sobre el tema, incluso no duzcan dentro del establecimiento educativo y
aparece el término bullying. Por otro lado, tam- fuera de él. Prevé también la creación de ins-
poco especifica qué conductas abarca; única- tancias de participación en las cuales docentes,
mente se refiere al hostigamiento en términos padres y alumnos tengan un espacio para pre-
generales, calificándolo como una conducta venir y solucionar las situaciones violentas que
que debe ser rechazada y debiendo las autorida- se planteen. Por otro lado, la norma promueve
des escolares tomar medidas preventivas (44). tanto la elaboración como la revisión de normas
de convivencia, incluyendo a todos los actores
Los principios orientadores de esta norma de la comunidad educativa. Se establecen san-
son la Convención sobre los Derechos del Niño, ciones para los casos en los que se detecte una
la ley 26061 de Protección Integral de los De- situación de acoso escolar, debiendo garantizar-
rechos de los Niños, Niñas y Adolescentes y la se el derecho a la educación (46).
ley 26.206 de Educación Nacional. La finalidad
de la ley 26.892 es prevenir situaciones de vio- Tal como expresa Bustos, se trata de una nor-
lencia escolar por intermedio de la promoción ma programática, lo cual implica que propone
de instancias de participación de la comunidad un programa, por lo tanto, es incompleta y re-
educativa. Otro de sus objetivos es propender quiere de una ulterior que la reglamente para
al fortalecimiento de las instituciones educati- funcionar plenamente. Sin perjuicio de ello, no
vas, los docentes y los equipos especializados pierde vigencia normológica, resultando apli-
para mejorar la intervención ante cualquier si- cable en cualquier momento. Asimismo, sirve
tuación de violencia. Por último, la ley pretende de pauta interpretativa para dirimir situaciones
fomentar las investigaciones tanto cualitativas fácticas concretas (47). Cabe resaltar que, por el
como cuantitativas referidas a la convivencia en momento, esta ley no se encuentra reglamenta-
las instituciones educativas (45). da (48).

Entre los puntos más salientes en lo que res- Si bien esta norma es la mejor herramienta
pecta al bullying, destaco al art. 8 inc. d), que que posee el sistema para combatir el bullying,
establece la obligación del Ministerio de Educa- presenta una técnica legislativa deficiente, pues
ción de la Nación de “[e]laborar una guía orien- no contiene definiciones sobre el tema ni brin-
tadora que establezca líneas de acción, criterios da pautas claras para llevar a cabo su aplicación.
normativos y distribución de responsabilidades Por otro lado, aborda la violencia escolar y el
para los diferentes actores del sistema y las ins- acoso como un único fenómeno, pero no contie-
tituciones educativas de modo de prevenir y ac- ne lineamientos claros para detectar el bullying
tuar ante situaciones de violencia producidas ni para prevenirlo, no pudiendo así proporcio-
en el contexto escolar. En esta guía se hará par- nar tutela adecuada a los damnificados.
ticular hincapié en la necesidad de desplegar
En este orden de ideas, también en el ámbito
acciones institucionales tendientes a generar
nacional contribuyen a construir el marco nor-
condiciones que inhiban el maltrato, la discri-
mativo la ley 26.061 de Protección Integral de los
minación, el acoso escolar o cualquier otra for-
(46) Ibidem.
(44) Cfr. SEDA, Juan Antonio, “Responsabilidad en la
convivencia escolar”, en Bullying..., ob. cit., p. 18. (47) Ibidem.
(45) Cfr. BUSTOS, “La violencia....”, ob. cit. (48) Cfr. CAMPOMASI, ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 331


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes y la y protocolos de actuación, con el objeto de pre-
ley 26.206 de Educación Nacional. venir, luchar y erradicar el bullying. En cuanto a
la responsabilidad, si el establecimiento es sub-
En el orden provincial, observo que distintas vencionado por el Gobierno, tendrá que con-
provincias han adecuado su normativa. De esta tar con un consejo escolar; si no lo es, tiene la
manera, la Constitución de Misiones establece obligación de formar un comité de buena con-
los derechos de familia y la protección de la an- vivencia. Se prevén multas pecuniarias para las
cianidad y de la minoridad. Cuenta también con instituciones que incumplan la normativa. Los
la ley nº 3820, denominada Ley de Protección establecimientos educativos podrán eximirse
Integral de los Derechos de los Niños, Niñas y demostrando su actuar diligente (50).
Adolescentes en la Provincia de Misiones. Asi-
mismo, algunas provincias contienen normati- En México, cada estado posee sus propias
va específica contra el acoso escolar, a saber: en disposiciones legislativas. Por su parte, Esta-
Santa Fe, a través de la ley 12.178; en Chaco, con dos Unidos de América no cuenta con una ley
la ley 6897; en La Pampa rige la ley 1918; en Bue- federal. La mayoría de sus estados cuenta con
nos Aires, la ley 12.229; en Formosa, la ley 1408; normas propias sobre la cuestión. Tales nor-
en San Luis, la ley II-0858-2013; en Corrientes, la mas promueven la colaboración de las partes
ley 6212 (49). interesadas, que son acosado, acosador, padres,
docentes y autoridades de las instituciones edu-
El marco legal que rodea la reparación de los cativas. También cuentan con un procedimien-
daños derivados del denominado bullying será to para efectuar denuncias en forma anónima y
abordado puntualmente en los capítulos siguien- estrategias de intervención inmediata con el ob-
tes, al darle específico tratamiento a las distintas jeto de proteger a la víctima (51).
responsabilidades que concurren en los daños
que ocasiona la problemática en cuestión. VII.2. Países europeos
VII. Panorama internacional La Comunidad Europea desarrolló un progra-
ma de acción comunitaria, con el objeto de pre-
Seguidamente procederé a describir cómo venir y combatir la violencia ejercida sobre los
los distintos países abordan el tema en análisis, jóvenes, y de proteger a las víctimas y a los gru-
para así nutrirme de ellos y ver si resulta nece- pos de riesgo, integrado en el programa general
sario que nuestro ordenamiento realice algún Derechos Fundamentales y Justicia, denomina-
cambio, para mejorar tanto la prevención como do Daphne III. Este vaticina medidas preventi-
la protección de los damnificados. En efecto, vas y también brinda protección y apoyo tanto
una visión panorámica sobre las políticas legis- a las víctimas como a los grupos de riesgos (52).
lativas internacionales coadyuvará a realizar un
estudio integral de la problemática sobre la que España tuvo un caso resonante en el año 2004,
versa este estudio. cuando un adolescente llamado Jokin se suicidó
debido al acoso escolar sufrido. Esto conmocio-
De esta manera, siguiendo a los autores Pria- nó a la sociedad y se dictaron sentencias judi-
no, Damiani y Kinrus, efectuaré un recorrido ciales que aplicaron sanciones ejemplares. En el
por aquellos países en los que el hostigamien- caso en cuestión, los menores fueron condena-
to escolar ha tenido mayor relevancia y trascen- dos a dos años de internación y a sus padres se
dencia. les impusieron sanciones de 10.000 euros. Por
VII.1. Países americanos su parte, los establecimientos educativos en este

En Chile se sancionó la ley Nº 20.536 sobre (50) Cfr. PRIANO, Carla, DAMIANI Viviana y COHEN
violencia escolar. Cada institución debe tener KINRUS, Yamila, “Panorama internacional de la legis-
lación sobre hostigamiento escolar”, en Bullying ..., ob.
un reglamento interno en el cual se dispongan cit., p. 88.
políticas de prevención, medidas pedagógicas
(51) Ibidem.
(49) Ibidem. (52) Ibidem.

332 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

país pueden ser condenadas por omisión del citoria. A fin de contextualizar el análisis del ré-
deber de cuidado, pueden aceptar la condena o, gimen de reparación de los daños derivados del
en su caso, optar por una conciliación. Por otro denominado bullying, circunscribiré el objeto
lado, a los efectos de pedir el cese inmediato de estudio.
del acoso, pueden dictarse medidas cautelares,
como ser la aplicación del régimen de libertad En efecto, en lo relativo a las legitimaciones
vigilada del acosador, o incluso dictarse órdenes activa y pasiva, como asimismo en lo que res-
de alejamiento (53). pecta al daño resarcible y a aquellos aspectos
procesales y probatorios que rodean el instituto
VII.3. Países de Asia, África y Oceanía en análisis, no se advierten diferencias sustan-
ciales ni particularidades singulares, en compa-
Japón cuenta con la Ley de Protección contra ración con lo que sucede en el campo general de
el Bullying, sancionada en el año 2013, la cual derecho de daños.
conceptualiza el acoso escolar, presenta políti-
cas de protección y prevención, y atribuye res- Por ello, solo serán mencionados aquellos as-
ponsabilidad a padres, escuelas y Gobiernos. pectos singulares que revistan rasgos distintivos
Por su parte, Filipinas sancionó la ley Nº 5.496 de esta problemática y que, por lo tanto, justifi-
Anti-bullying Acto f 2012, la cual se encuentra a quen un trato diferenciado.
la espera de la intervención del presidente para
que pueda ponerse en práctica. Sudáfrica posee En cuanto a las distintas vías a las que puede
la Ley Sudafricana de Escuelas Nº 84 (1996), que acudirse para reclamar los daños derivados del
repudia las tradicionales prácticas de iniciación. instituto en estudio, centraré mi análisis en la
También cuenta con una norma específica, que responsabilidad de los establecimientos educa-
es la Ley de Protección contra el Hostigamiento tivos, de los docentes y de los padres. Las restan-
Nº 17, del año 2011 (54). tes vías exceden los límites de esta investigación.

Por último, cabe resaltar, que el Gobierno de II. Legitimaciones activa y pasiva
Australia decretó el día 15 de marzo como Día
Nacional de la Lucha contra el Bullying y la Vio- Se encuentran legitimados activamente para
lencia. Si bien no posee una ley específica, se ha reclamar el daño injustamente sufrido todos los
llevado a cabo un foro en el Parlamento. Nue- damnificados indicados en el capítulo primero,
va Zelanda tampoco cuenta con una ley espe- ya sea que se trate de damnificados directos o
cial sobre la materia, pero sí posee lineamientos indirectos.
contra el acoso, con participación de organiza-
ciones públicas y privadas. Un ejemplo de ello En el caso del damnificado directo, lógica-
es el programa llamado Kia Kaha anti-bullying mente, al ser un menor de edad, deberán pre-
(“mantente fuerte”), que busca tanto combatir sentarse sus progenitores en representación de
como concientizar sobre el hostigamiento esco- su hijo menor o, en su caso, sus tutores para
lar (55). ejercer la representación que les compete a sus
pupilos (art. 100 del Cód. Civ. y Com.).
CAPÍTULO II
RESPONSABILIDAD CIVIL POR LOS DAÑOS El menor emancipado podrá presentarse por
DERIVADOS DEL ACOSO ESCOLAR derecho propio en el juicio, a los efectos de re-
clamar los daños padecidos por acoso escolar,
I. Aclaración preliminar sin necesidad de que lo representen sus proge-
nitores, pues ha adquirido capacidad suficiente
Es sabido que el daño injustamente sufrido para ello (art. 27 del Cód. Civ. y Com.).
activa la responsabilidad civil, en función resar-
Salvo ese último supuesto, deberá darse debi-
(53) Ibidem, p. 90. da intervención al Ministerio Pupilar, conforme
lo dispuesto por el art. 103 del Cód. Civ. y Com.,
(54) Ibidem.
a efectos de que ejerza la representación que le
(55) Ibidem, p. 91. compete.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 333


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

Al respecto, considero que, más allá de lo que Más adelante analizaré si los padres del me-
peticionen los progenitores representantes del nor pueden llegar a responder en alguna medi-
niño, conforme las atribuciones que ostenta el da por los daños que haya provocado el actuar
Ministerio Pupilar, este deberá integrar la rela- de su hijo menor.
ción procesal en debida forma, cuando los pri-
meros hayan omitido citar a algún demandado. III. Responsabilidad del establecimiento
Ello, con el objeto de evitar la obtención de sen- educativo privado. Orden expositivo
tencias ilusorias y, en definitiva, para alcanzar la
protección integral de sus representados, procu- Seguidamente, pasaré a establecer cuál es la
rando el reconocimiento y cumplimiento efecti- responsabilidad de los establecimientos educa-
tivos frente a los daños que produce el instituto
vo de las indemnizaciones debidas en favor de
en análisis, centrando principalmente el análi-
los menores damnificados (56). Máxime si se
sis en el art. 1767 del Código Civil y Comercial
tienen en cuenta los múltiples efectos que oca-
de la Nación.
siona esta problemática que lesiona la dignidad
de los menores que padecen el acoso, pudien- Para ello especificaré qué se entiende por “es-
do verse perjudicada incluso la construcción de tablecimiento educativo” y cuáles están inclui-
su personalidad. Por ello, resulta de vital impor- dos en la norma en cuestión. Luego analizaré
tancia que los damnificados obtengan una repa- qué requisitos deben estar presentes para que
ración plena y efectiva. De esta manera, y para se configure esta responsabilidad. Con base en
brindar la protección que estos merecen, el Mi- ello, determinaré si la norma en análisis se apli-
nisterio Pupilar deberá estudiar adecuadamen- ca a los daños producidos por el bullying y si
te la vía elegida y, en su caso, integrar la litis en protege a los damnificados.
debida forma, supliendo así las deficiencias en
las que incurrieron los progenitores de sus re- En este orden de ideas, y en lo que respecta a
presentados. la responsabilidad de los establecimientos edu-
cativos, el art. 1767 del Cód. Civ. y Com. dispone:
La legitimación pasiva en los daños derivados “Responsabilidad de establecimientos educati-
del bullying dependerá de la vía legal elegida, vos. El titular de un establecimiento educativo
pudiendo concurrir varias responsabilidades. responde por el daño causado o sufrido por sus
No es posible determinarla en abstracto, siendo alumnos menores de edad cuando se hallen o
necesario entonces analizarla en cada caso con- deban hallarse bajo el control de la autoridad
creto. La forma y el lugar en que ocurrieron los escolar. La responsabilidad es objetiva y se exi-
hechos será determinante a la hora de estable- me sólo con la prueba del caso fortuito. El esta-
cer los legitimados pasivos. blecimiento educativo debe contratar un seguro
de responsabilidad civil, de acuerdo a los requi-
En efecto, el lugar donde ocurrieron los he- sitos que fije la autoridad en materia asegurado.
chos será el epicentro del análisis tanto para Esta norma no se aplica a los establecimientos
elegir la vía como para determinar la legitima- de educación superior o universitaria”.
ción pasiva. En las siguientes líneas me dedica-
ré a desarrollar las diferentes responsabilidades III.1. Concepto de establecimiento educativo
que podrían llegar a concurrir en estos daños,
para así poder establecer los legitimados pa- Un primer análisis de la cuestión es determi-
sivos. Veremos que, según el caso, podrán ser nar qué es para el legislador un establecimien-
demandados el establecimiento educativo, la to educativo y cuáles están comprendidos en la
aseguradora de estos, el Estado, los docentes, norma.
el menor acosador y el dueño del predio donde
ocurrieron los hechos. Sargana, con una tesis restringida, se inclina
por considerar que la norma abarca los estable-
cimientos educativos que se reglan a través de
(56) Cfr. ROTONDA, Adriana E., “Daños causados y
sufridos por menores (primera parte): tendencias en la la Ley de Educación 26.206. La responsabilidad
jurisprudencia bonaerense”, APBA, 2012-4, 01/04/2012, de los restantes establecimientos (centros de
375, AP/DOC/41/2012. idiomas-no colegios bilingües-colonias de va-

334 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

caciones, academias de música, gimnasio, aca- En lo respecta a los establecimientos educati-


demias de artes, etc.) se regirá por lo dispuesto vos estatales, considero que el art. 1767 no se les
por el art. 1723 del Cód. Civ. y Com., no estan- aplica, pues el Cód. Civ. y Com. optó por regular
do así obligados a contratar un seguro, excepto la responsabilidad civil del Estado, del funcio-
que la normativa jurisdiccional de habilitación nario y del empleado público en una legislación
lo imponga. También contarán con mayores aparte, regida por las normas de derecho ad-
eximentes para liberarse total o parcialmente de ministrativo nacional o local, según correspon-
responsabilidad (57). da (60).

Por el contrario, otros autores, como Piza- III.2. Requisitos del deber de reparar
rro, Vallespinos, López Mesa y Moeremans, con Para que se configure la responsabilidad de
una posición notoriamente más amplia, la cual los establecimientos educativos establecida del
comparto, consideran que quedan comprendi- art. 1767 del Cód. Civ. y Com., se requiere nece-
dos en la norma “todos los supuestos en los cua- sariamente la concurrencia de tres requisitos:
les la enseñanza es impartida a menores a través daño resarcible causado o sufrido por un alum-
de una organización privada de índole empre- no, que el alumno sea menor de edad y que el
sarial o estatal, caracterizada por el control de daño se haya producido en el trascurso de una
una autoridad, estén o no encuadradas dentro actividad sujeta al control de la autoridad edu-
de la Ley de Educación Nacional 26.206” (58). cativa (61).

Al respecto, cabe resaltar que el art. 1767 no En efecto, la norma en cuestión exige, para po-
formula ninguna exigencia ni limitación so- ner en marcha la responsabilidad del titular del
bre ello. Repárese en que la norma fue sancio- establecimiento educativo, que el daño sea cau-
nada luego de la ley 26.206 y, sin embargo, no sado por el alumno que esté sujeto a su control o
establece ninguna exclusión, por lo que no en- que este haya sufrido un perjuicio. La causación
cuentro motivo para realizar una interpretación del daño puede ser a un alumno de la propia
restringida cuando claramente el legislador no institución o a un docente, al personal del cole-
lo ha hecho, máxime si se tiene en cuenta que gio o a extraños a la institución, que se encuen-
tren dentro o fuera de esta. El ilícito puede ser
ello conduciría a desproteger a las víctimas, al
causado con culpa del menor de edad mayor de
apartarlas del régimen de responsabilidad ob-
10 años (art. 1724 del Cód. Civ. y Com.) o puede
jetiva agravada que ofrece la norma. De esta ser un acto involuntario por haber sido causado
manera, la expresión “establecimientos educa- por un menor de diez años o por un menor de
tivos” alcanza a todos los de esa naturaleza, sin edad privado de razón (art. 261, inc. b y c) (62).
efectuar distinción alguna, exceptuando única-
mente aquellos que la propia ley establece, que Los perjuicios pueden ser sufridos por alum-
son los de educación superior y universitarias. nos menores de edad, por la acción de personal
Por último, debe tenerse presente que quedan del establecimiento (docente o no docente), por
al margen de la norma en cuestión y, por lo tan- el hecho de las cosas, por una actividad riesgo-
to, quedarán sujetas al régimen ordinario de sa, por el hecho de terceras personas o por el
responsabilidad civil las guarderías de niños, las hecho del propio damnificado. En tales casos, la
colonias de vacaciones y los centros de práctica responsabilidad de la institución será de natura-
deportiva, por no tratarse de establecimientos leza contractual, producto del incumplimiento
educativos (59). de la obligación de seguridad y de resultado que
pesa sobre ella y del riesgo propio de la activi-
dad que desempeña. Deben quedar incluidos
(57) Cfr. SAGARNA, Fernando Alfredo, “Responsabili-
dad civil de los establecimientos educativos en el Código
Civil y Comercial”, RCyS2015-IV,255, AR/DOC/901/2015. (60) Cfr. ibidem.
(58) PIZARRO-VALLESPINOS, “Tratado de responsab- (61) Cfr. PIZARRRO y VALLESPINOS, ob. cit., t. III, p.
ilidad civil”, tomo III, Rubinzal-Culzoni, 2018, p. 78. 86.
(59) Cfr. SARGANA, ob. cit. (62) Cfr. SAGARNA ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 335


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

la totalidad de los daños que sufra el menor, ya menores de edad. Por ello no veo motivo para
sean patrimoniales o extrapatrimoniales (63). restringir su ámbito de aplicación, máxime si
se tiene en cuenta que está en juego el interés
La condición de alumnos menores de edad se superior de los menores, pues eliminar al me-
requiere tanto para el reclamo de daños causa- nor emancipado del régimen que brinda la nor-
dos por menores como para el reclamo de per- ma lo deja desprotegido al no poder aplicarse
juicios sufridos. De esta manera, si el daño fue la responsabilidad objetiva agravada que prevé
producido por un alumno, no importa la edad el sistema. Por último, considero que resulta-
de la víctima ni si es o no alumno del colegio, ría discriminatorio apartar de la normativa a los
siempre que el causante del daño sea alumno menores emancipados violando así el principio
menor de edad. Mientras que, si se reclama por de igualdad dispuesto por el art. 16 de la Cons-
los perjuicios sufridos por el alumno, no impor- titución Nacional, dado que, aunque estén ca-
ta si estos fueron ocasionados por otro alumno, sados, son menores de 18 años y merecen igual
pues este caso quedaría dentro del supuesto protección que aquellos que estén solteros (66).
anterior; solo importa que el damnificado sea
alumno y menor de edad (64). Por último, la norma exige que el daño se haya
producido en una actividad sujeta al control de
Los demás supuestos de daños causados o su- la autoridad educativa; de esta manera, el esta-
fridos por mayores de edad se encuentran fuera blecimiento responde mientras el alumno esté
del amparo del art. 1767 del Cód. Civ. y Com. y bajo su control. Se incluyen los supuestos en los
se rigen por el régimen general de la responsa- que hay una vigilancia realizada en forma efec-
bilidad civil, no siendo materia de análisis en los tiva por la autoridad, como aquellos en los que
presentes. la vigilancia debida fue inexistente o deficiente.
Cabe resaltar que, en el concepto de autoridad
Cabe resaltar que la norma en cuestión re- escolar, quedan incluidos tanto el propietario
quiere que los alumnos sean menores de edad, del establecimiento educativo como todos los
sin hacer distinciones entre las consecuencias que ejerzan funciones directivas o docentes, en
de los hechos estos. No interesa si los alumnos contacto directo con los alumnos, de manera
tienen o no discernimiento (65), como tampoco permanente, ocasional o accidental (67).
si están emancipados.
III.3. Factor de atribución objetivo y eximente
En efecto, coincido con Pizarro cuando afirma
que la emancipación no tiene incidencia en el El precepto en análisis establece un factor de
régimen de responsabilidad civil de los titulares atribución objetivo; ello significa que el esta-
de establecimientos educativos. Por ello con- blecimiento no se libera de responsabilidad de-
sidero que, si alguno de los protagonistas está mostrando que de su parte no hubo culpa; por
emancipado igualmente cae bajo la protección el contrario, para eximirse de responder debe
del art. 1767 del Cód. Civ. y Com., pues la mino- acreditar que el daño se produjo por caso for-
ridad no se desvanece por la emancipación (art. tuito. De esta manera, el casus fractura la cade-
25 del Cód. Civ. y Com.); esta solo provoca el na causal y libera de responsabilidad al titular
cese de la incapacidad con las limitaciones que del establecimiento educativo. El sistema se ha
el instituto dispone (arts. 27, 28 y 29 del Cód. Civ. endurecido, pues se excluye a las eximentes re-
y Com.). Tampoco la norma en cuestión efectúa lacionadas con el hecho de la víctima y el hecho
distinción alguna, pues solo se refiere a alumnos de un tercero (68).

(63) Cfr. PIZARRO y VALLESPINOS, ob. cit., t. III, p. 87 (66) Cfr. PIZARRO y VALLESPINOS, ob. cit., t. III, p. 89-
90.
(64) Cfr. SAGARNA, ob. cit.
(67) Cfr. ibidem, ps. 91-92.
(65) Cfr. LÓPEZ MEZZA, Marcelo J., «La responsabili-
dad de los titulares de un establecimiento educativo en (68) Cfr. MOREMANS, Daniel E., “Responsabilidad
el nuevo Código Civil y Comercial», Revista de Derecho civil de los propietarios de establecimientos educativos
Privado, año III, N° 10, ediciones Infojus. P135, Id en caso de suicidio de un alumno”, RCyS2014- IX, 36, AR/
Saij:dacf 150441. DOC/1431/2014.

336 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

Para que un hecho sea considerado fortuito es por las consecuencias que las partes previeron
necesario que reúna tres requisitos: que sea im- o pudieron haber previsto al momento de su
previsible, inevitable y ajeno; en lo que respecta celebración. Cuando existe dolo del deudor, la
al terreno obligacional, también debe ser sobre- responsabilidad se fija tomando en cuenta estas
viniente y tener actualidad (69). consecuencias también al momento del incum-
plimiento”. En estos casos, se está en presencia
Un hecho es imprevisible cuando no es posi- de una responsabilidad derivada de una obliga-
ble anticiparlo, se produce sin que medien se- ción de seguridad, que integra el contrato, por
ñales que permitan considerar su ocurrencia ello el artículo citado debe aplicarse al caso.
como factible o probable. Es inevitable cuan- En consecuencia, se tomará una pauta de pre-
do no se lo puede superar, impedir o sortear. Se visión media, pues el precepto se refiere a las
trata de un obstáculo insalvable o invencible. El consecuencias que las partes previeron o que
hecho debe ser extraño a la cosa o a la actividad; pudieron haber previsto en el momento de su
debe ocurrir en el exterior de la esfera de acción celebración (72).
de la que el deudor está obligado a responder.
Si se trata de una contingencia propia de la ac- III.4. Obligación de contratar un seguro
tividad que se desarrolla, la causalidad jurídica
se expande para alcanzar así su responsabili- Los titulares de los establecimientos educati-
dad (70). vos deben contratar un seguro de responsabili-
dad civil; tal medida tiene por objeto garantizar
Los requisitos de ser sobreviniente y tener al damnificado del daño una reparación ade-
actualidad tienen lugar en el marco de una re- cuada. Este seguro deberá comprender tanto los
lación obligación de fuente lícita, como ser un daños causados como los sufridos por los alum-
contrato, tal como ocurre en el caso de la respon- nos del establecimiento (73).
sabilidad de los establecimientos educativos. Si
III.5. Aplicación del art. 1767 del Cód. Civ. y
el hecho existía en el momento de la confor-
Com. a los daños derivados del denominado
mación del convenio, las partes ya lo conocían
bullying
o debieron conocerlo, por ello no puede ser re-
putado como fortuito, no es imprevisible. Por De lo expuesto hasta aquí, cabe recordar que,
último, los efectos del caso fortuito deben verifi- como expresé anteriormente, el bullying debe
carse en el momento en que el cumplimiento de ocurrir necesariamente entre menor y menor.
la prestación se torna exigible, dado que, si no, En efecto, es necesario que el alumno que causa
no tiene entidad suficiente para eximir de res- y el que sufre el daño sea menor de edad, esto
ponsabilidad al deudor (71). es que no haya cumplido 18 años de edad, con-
forme lo dispuesto por el art. 25 del Cód. Civ. y
Por su parte, López Meza enfatiza que no Com., siendo indiferente que el menor esté o no
debe extralimitarse desmedidamente la obli- emancipado. Si uno de los sujetos intervinien-
gación de previsión de los titulares de estable- tes (damnificados directos o indirectos) resulta
cimientos educativos. Por el contrario, sostiene ser mayor de edad, no estamos en presencia de
que esa previsión debe acotarse a los resultados bullying.
más probables, aquellos que son más comunes
y corrientes, y no a posibilidades remotas o in- A falta de una regulación específica en la ma-
verosímiles en general. Afirma que ello se des- teria, considero que el art. 1767 del Cód. Civ. y
prende de alinear el art. 1767 del Cód. Civ. y Com. resulta aplicable a los daños que produce
Com. con el 1728, el cual establece: “Previsibi- el denominado bullying y constituye la norma
lidad contractual. En los contratos se responde más útil, aunque no la única, con la que cuenta
el ordenamiento jurídico a la hora de reclamar
(69) Cfr. UBIRÍA, Fernando Alfredo, “Derecho de da- la reparación de los perjuicios sufridos. En efec-
ños en el Código Civil y Comercial de la Nación”, Abeledo to, claramente se cumplen los tres requisitos
Perrot, 2015, p. 271-275.
(70) Ibidem. (72) Cfr. LÓPEZ MEZA, ob. cit.
(71) Ibidem. (73) Cfr. ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 337


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

que la norma requiere para poner en funciona- Cód. Civ. y Com. solo proporciona una vía para
miento la responsabilidad del establecimiento un reclamo judicial, pero no previene ni prote-
educativo, pues en un reclamo de esta naturale- ge en debida forma a los posibles damnificados
za el damnificado deberá acreditar su condición por el bullying, pues no cuenta con ninguna he-
de menor y el acoso sufrido identificando a su rramienta para ello. De igual manera, tampoco
agresor, quien además debe ser menor de edad; posee mecanismos alternativos de solución de
luego tendrá que alegar el daño sufrido (físico conflictos, muy útiles para combatir y erradicar
y/o psicológico), la relación de causalidad entre esta problemática.
la conducta de acoso y el daño y que este se pro-
dujo durante una actividad sujeta al control de Asimismo, ante el reclamo del damnificado
la autoridad escolar. principal (el acosado u hostigado), la norma
solo se enfoca en la reparación de su perjui-
En esta coyuntura, de probarse estos requi- cio, pero no pone énfasis en el hostigador; debe
sitos, difícilmente el establecimiento educati- recordarse que también es un menor y que es
vo pueda eximirse de responsabilidad, pues la su propia conducta la que le está ocasionando
norma solo contempla como eximente el caso daños, aunque él no lo sepa. En esta inteligen-
fortuito y es poco probable que el bullying pue- cia, considero que el acosador también requie-
da ser considerado un hecho fortuito, pues uno re protección, aun cuando no inicie un reclamo
de sus rasgos distintivos es su prolongación en judicial para ello, debiendo el ordenamiento
el tiempo. Por ello es claramente previsible; por procurar su resocialización y brindar soporte te-
lo tanto, se puede evitar y además no es ajeno, rapéutico adecuado.
pues es un riesgo propio de la actividad que
brinda el establecimiento educativo. Por todo Desde otro ámbito, advierto que la norma en
ello, es improbable que el establecimiento edu- cuestión tampoco proporciona tutela efectiva
cativo no perciba una relación de tal naturaleza. para los derechos que lesiona el hostigamiento
entre pares, los cuales se encuentran ampara-
Sin embargo, estimo que la protección que
dos en los tratados internacionales de derechos
brinda la norma no es suficiente. En efecto, en
humanos que poseen jerarquía constitucional,
primer lugar, debe tenerse presente que, aun
conforme lo dispuesto por el art. 75, inc. 22 de
cuando utilicemos la tesis amplia para definir
qué es un establecimiento educativo, quedan la carta magna, ni tiene mecanismos para pro-
fuera de su ámbito de aplicación lugares como teger el interés superior de los menores inter-
colonias de vacaciones y centros deportivos, vinientes, teniendo especial consideración que
entornos en los cuales también puede existir el se trata de personas vulnerables que requieren
hostigamiento entre menores, con lo cual acá máxima protección y por ello debería garanti-
los damnificados quedarán al margen de la pro- zarse la escucha de estas por parte del magis-
tección que otorga la norma en cuestión. trado interviniente, dando así cumplimiento al
principio de inmediatez garantizado por el art.
Por otro lado, difícilmente los damnificados 12 de la Convención de los Derechos del Niño,
indirectos, como seguidores y terceros espec- lo cual no se verifica en el artículo analizado.
tadores, utilicen la norma para reclamar sus
perjuicios, pues seguramente ignoren que la Por último, estimo que la existencia de un se-
conducta de hostigamiento les está ocasionan- guro amplía los legitimados pasivos y las po-
do un daño. Generalmente los padres están al sibilidades de cobro de las indemnizaciones
margen de lo que ocurre en el colegio y no sa- pertinentes; sin embargo, al no existir una san-
ben qué posición ocupan sus hijos frente a tales ción ante el incumplimiento de su contratación,
escenarios, pues el silencio de los protagonistas los damnificados por el bullying quedan des-
es característico de esta problemática. En es- protegidos, dado que es factible que las institu-
tos casos, la institución será la mejor encargada ciones no cumplan con la obligación impuesta,
de detectar rápidamente la conducta de hosti- dificultándose así la percepción de las indem-
gamiento y poner en marcha mecanismos de nizaciones correspondientes, violentándose de
prevención y contención de los damnificados. esta forma el principio de reparación integral de
En este panorama, observo que el art. 1767 del raigambre constitucional.

338 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

Resta agregar que el trato diferenciado que b) La imputabilidad material de la actividad o


realiza el código en lo que respecta a estable- inactividad al órgano estatal.
cimientos educativos públicos y privados pone
en un pie de desigualdad a los damnificados c) La relación de causalidad adecuada entre la
analizados, pues sus reclamos deberán ser en- actividad o inactividad del órgano y el daño re-
cauzados en diferentes normativas de acuerdo clamado.
al escenario donde se han producido, lo cual
implica una protección dispar que violenta el d) La falta de servicio consistente en una ac-
principio de igualdad dispuesto en el art. 16 de tuación u omisión irregular de parte del Estado,
la Constitución Nacional. generando responsabilidad si se verifica la in-
observancia de un deber normativo de actua-
A modo de corolario, considero que el art. ción expreso y determinado. Deberá probarse
1767 del Cód. Civ. y Com. es útil para el reclamo el funcionamiento anormal del servicio público
de la reparación de los perjuicios sufridos, pero educativo, respondiendo el Estado por el com-
no brinda respuesta adecuada para la proble- portamiento de aquellas personas que de él de-
mática que ocasiona el bullying. penda en un colegio (75).

IV. Responsabilidad del establecimiento De lo expuesto se deduce que esta norma re-
educativo del Estado sulta aplicable a los daños producidos por el
bullying; sin embargo, otorga a los damnifica-
La responsabilidad de los establecimientos dos una protección menor que la que prevé el
educativos del Estado se rige por la normativa régimen de los establecimientos privados, pues
específica correspondiente, que es la ley 26.944, la ley 26.944 dispuso una responsabilidad men-
la cual en su art. 1, párr. 3 establece que las dis- guada privilegiando claramente al Estado en
posiciones del Código Civil no son aplicables a desmedro de las víctimas, violentando así el
la responsabilidad del Estado de manera direc- principio de igualdad. No debe olvidarse que
ta ni subsidiaria. En efecto, al aplicarse esta nor- tanto el alterum non laedere como el principio
mativa, la responsabilidad del Estado nacional de reparación plena poseen raigambre consti-
será objetiva y directa (conf. art. 1 y 2 párr. de tucional, y no corresponde que se distinga si el
la citada ley). El factor de aplicación será obje- daño ha sido causado dentro del ámbito de una
tivo y, para eximirse de responsabilidad, el es- persona de derecho privado o de derecho públi-
tablecimiento educativo deberá acreditar que co (76).
el suceso aconteció total o parcialmente por
No parece razonable que un damnificado
una causa ajena, sea que los daños deriven de
por el acoso escolar ocasionado en un estable-
un caso fortuito o de fuerza mayor, excepto que cimiento público reciba una reparación inferior
sea asumido por el Estado expresamente a tra- o diferente a la que hubiera percibido si concu-
vés de una ley especial, del hecho de la víctima o rría a un establecimiento privado. En razón de
de un tercero por quien no debe responder. Ello ello, si la víctima resulta injustamente tutelada
implica una diferencia con el régimen que pre- al aplicarse el régimen especial que prevé la ley
vé el art. 1767 del Cód. Civ. y Com., pues la ley 26.944, podrá peticionar que se declare judicial-
26.944 presenta otras eximentes de responsabi- mente la inconstitucionalidad de dicha norma,
lidad (74). en función de que el derecho a la reparación
tiene raigambre constitucional (art. 19, Consti-
Sagarna expresa que, para que proceda la
tución Nacional). En caso de que el magistrado
responsabilidad del establecimiento educativo
considere vulneradas las garantías constitucio-
nacional, debe probarse que la actividad o inac-
nales de los damnificados, deberá apartarse de
tividad ilegítima:
la solución microsistémica, a través de la de-
a) Causó un daño cierto, que debe ser acredi- claración de inconstitucionalidad del régimen
tado por el accionante, y mensurable en dinero.
(75) Ibidem.
(74) Cfr. SAGARNA, ob. cit. (76) Cfr. UBIRÍA, “Derecho de...”, ob. cit., p. 513.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 339


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

de responsabilidad menguada de la ley 26.944. este caso, la seguridad de los niños) durante la
Posteriormente, deberá llenar el vacío legal con ejecución contractual. Esta obligación será de
las normas generales dispuestas en el Código resultado. El deudor garantizará objetivamente
Civil y Comercial de la Nación. Ello, sin perjui- un resultado y la frustración de este comprome-
cio de que el caso en juzgamiento encuadre en te su responsabilidad (art. 774 inc. c) del Cód.
el régimen consumeril, en el que el Estado re- Civ. y Com.) (79).
vista el carácter de proveedor de servicios edu-
cativos. (77) En este panorama, la obligación de seguridad
que emana de los contratos que efectúan los pa-
V. La obligación de seguridad de los estable- dres de los alumnos con los establecimientos
cimientos educativos educativos, además de la ejecución de los debe-
res propios de la prestación pertinente, supedita
Los padres envían a sus hijos al colegio con al deudor a la estricta observancia de los debe-
el objetivo de que reciban la instrucción en los res conexos de protección, los cuales se dirigen
saberes y artes correspondientes y, además, con a mantener la indemnidad del acreedor durante
la confianza de que serán vigilados y protegidos el lapso del cumplimiento de la prestación prin-
con la debida atención para evitar que sufran al- cipal. En este caso, los establecimientos edu-
gún tipo de daño. Así, los padres se desprenden cativos deberán velar por la seguridad de los
transitoriamente de la guarda de sus hijos y se menores durante la jornada escolar. Se trata de
la transfieren a los establecimientos educativos, una herramienta que se enmarca en el deber de
que asumirán aquellas obligaciones contrac- prevención, puesto que su campo de aplicación
tuales descriptas, que son brindarles educación constituye el de los perjuicios previsibles (80).
y preservar la integridad psicofísica de los alum-
nos, y los devolverán sanos y salvos a sus repre- En este aspecto, la Ley de Educación en su art.
sentantes al culminar la jornada escolar. Tales 67 inc. e) prevé que es obligación de los docen-
obligaciones son inescindibles, pues no es po- tes proteger y garantizar los derechos de los ni-
sible cumplir la obligación principal de brindar ños que se encuentren bajo su responsabilidad.
educación en un ámbito de inseguridad para el Ello implica el deber de prevenir los posibles
alumno (78). daños. Por otro lado, el art. 127 dispone el dere-
cho de los alumnos a ser protegidos contra cual-
De esta manera, observo que en los contra-
quier agresión física, psicológica o moral.
tos de enseñanza se encuentra ínsita una obli-
gación tácita de seguridad. En efecto, en estos El deber de prevención del daño será abor-
contratos, los caracteres especiales de las pres- dado puntualmente en el capítulo siguiente;
taciones que brindan imponen de manera im- no obstante, como se encuentra íntimamente
plícita al deudor la obligación de velar tanto por ligado a la obligación de seguridad de los es-
la persona como por los bienes del acreedor. El tablecimientos educativos, resulta adecuado
fundamento de esta obligación radica en el prin- destacar en este apartado que tal deber, en las
cipio de buena fe (arts. 9º, 729 y 961 del Cód. Civ. escuelas, debe efectuarse en el marco del cui-
y Com.). Recuérdese que los contratos deben dado de la seguridad, tanto de las instalacio-
celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena nes como de las pertenencias personales de los
fe, siempre de acuerdo con aquello que las par- alumnos, los útiles, la atención y los riegos pro-
tes verosímilmente entendieron o pudieron en-
pios de la actividad escolar, el cuidado y vigi-
tender, obrando con cuidado y previsión. A raíz
lancia de los menores dentro de la clase y fuera
de ello, puede decirse que cada parte confía a la
de ella (81); y, por supuesto, debe dirigir espe-
otra la seguridad de la persona y los bienes (en
(79) Cfr. PIZARRO y VALLESPINOS, “Tratado de re-
(77) Cfr. GALDOS, Jorge M. y VALICENTI, Ezequiel, sponsabilidad civil”, tomo II, parte especial — Editorial
“Daños causados y sufridos por alumnos menores de Rubinzal -Culzoni Editores, t. I, ps. 323-324, 330.
edad durante la actividad educativa”, LA LEY 2016-E, 727.
(80) Cfr. UBIRÍA, “Derecho de ...”, ob. cit., p.75.
(78) Cfr. IZARRUALDE Horacio y MENÉNDEZ EBRETT
Natalia, “Responsabilidad civil del docente ante situacio- (81) Cfr. NAVARRO FLORIA, Juan G., “Responsabilidad
nes de bullying”, en Bullying..., p. 32. civil de los establecimientos educativos en el nuevo Có-

340 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

cialmente la mirada a los abusos de poder, a los chos de y al consumo, otorgando así definitiva
efectos de prevenir que las conductas de los ni- trascendencia al avance para el derecho de con-
ños se vuelvan asimétricas y sistemáticas. sumo que representó la sanción de la ley 24.240
un año antes. Tal artículo establece: “Los consu-
Repárese en que el deber de prevención le- midores y usuarios de bienes y servicios tienen
gal que dispone el art. 1710 del Cód. Civ. y Com. derecho, en la relación de consumo, a la protec-
es un mandato de conducta genérico que ope- ción de su salud, seguridad e intereses econó-
ra en el ancho campo aquiliano y su sustento es micos; a una información adecuada y veraz; a
un factor de atribución subjetivo; en cambio, la la libertad de elección, y a condiciones de trato
obligación de seguridad emanada del art. 961 equitativo y digno (...)”. De esta manera, se re-
del Cód. Civ. y Com. y de los arts. 5ºy 6º de ley cepta un concepto amplio de relación de con-
24.240 es una regla específica y calificada de con- sumo, sumado a los derechos fundamentales de
ducta que se limita al terreno del cumplimiento los consumidores y usuarios a los cuales aque-
obligacional y cuyo factor de atribución es de lla debe atenerse (información, seguridad, trato
corte objetivo (riesgo-garantía-seguridad). Este digno, etc.). Luego la reforma específica intro-
mayor rigor se debe a que el deudor posee un ducida por la ley 26.361 reconoce idéntica am-
control más preciso de su causalidad, cuando plitud, la cual es continuada por el art. 1092 del
realiza el plan prestacional orientado a satisfa- Cód. Civ. y Com., que regula la relación de con-
cer el interés del acreedor (arts. 773, 775 y 1723 sumo (84).
del Cód. Civ. y Com.). Por otra parte, debe te-
nerse presente que la obligación de seguridad Por ello, no puedo dejar de mencionar que a
posee contornos más precisos, por ello se justi- los establecimientos educativos se les aplica la
fica la mayor exigencia que pesa sobre el deu- Ley de Defensa del Consumidor (ley 24.240).
dor obligacional, tal como ocurre en el ámbito En efecto, quien se beneficia de la prestación de
de prestación de servicios y especialmente en un servicio educativo reviste carácter de consu-
aquellos casos que entrañan una elevada ries- midor y quien presta el servicio educativo es el
gosidad (82). proveedor (85).

En este panorama, observo que los estable- Así, el art. 1º de la ley 24.240, con la reforma
cimientos educativos, ya sean públicos o pri- de la ley 26.994, dispone: “Objeto. Consumidor.
vados, deben velar por la seguridad psicofísica Equiparación. La presente ley tiene por objeto la
de los alumnos; por lo tanto, deben tomar to- defensa del consumidor o usuario. Se conside-
das aquellas medidas preventivas y correctivas ra consumidor a la persona física o jurídica que
que sean necesarias para evitar el acoso esco- adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa,
lar, debiendo para ello involucrar a los profeso- bienes o servicios como destinatario final, en
res, padres, alumnos y profesionales de la salud. beneficio propio o de su grupo familiar o social.
La inacción de los establecimientos educativos Queda equiparado al consumidor quien, sin ser
frente a este tipo de conductas puede generarles parte de una relación de consumo como conse-
responsabilidad (83). cuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza
bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa,
VI. Aplicación del derecho de consumo como destinatario final, en beneficio propio o
de su grupo familiar o social”.
La reforma introducida en el año 1994 a nues-
tra Constitución Nacional con la incorporación Por su parte, el art. 2 de la citada ley estable-
del art. 42 consolidó la protección de los dere- ce: “Proveedor. Es la persona física o jurídica de
naturaleza pública o privada, que desarrolla de
digo Civil y Comercial”, 15 de mayo de 2017, ISSN 1666- manera profesional, aun ocasionalmente, ac-
8987 Nº 14.181 AÑO LV ED-272. tividades de producción, montaje, creación,
(82) Cfr. UBIRÍA, Fernando A., “La prevención desde
un doble ángulo: el deber legal de prevención y la tácita (84) Cfr. LOVECE, Graciela I., “Las relaciones de con-
obligación de seguridad”, LA LEY 20/04/2018, 1, AR/ sumo. La prevención, la seguridad y el riesgo empresa-
DOC/732/2018. rio”, LA LEY2016-D, 549, AR/DOC/2349/2016.
(83) Cfr. MOEREMANS, ob. cit. (85) Cfr. SAGARNA, ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 341


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

construcción, transformación, importación, Al respecto, corresponde destacar que el he-


concesión de marca, distribución y comerciali- cho de atribuir responsabilidad a un sujeto dife-
zación de bienes y servicios, destinados a con- rente del establecimiento educativo no implica
sumidores o usuarios. Todo proveedor está la limitación de la responsabilidad de este, ni el
obligado al cumplimiento de la presente ley”. detrimento de la indemnización, sino que signi-
ficará la ampliación de los condenados por los
Por último, el art. 3 expresa que “relación de daños sufridos (88), quienes deberán respon-
consumo es el vínculo jurídico entre el provee- der como obligados concurrentes (art. 850 del
dor y el consumidor o usuario”, y luego dice: “En Cód. Civ. y Com.).
caso de duda sobre la interpretación de los prin-
cipios que establece esta ley prevalecerá la más En el caso de los docentes, la responsabilidad
favorable al consumidor”. por los daños sufridos por un alumno víctima de
bullying puede hacerse efectiva por intermedio
De esta manera, las reglas y principios del de dos caminos:
microsistema del derecho del consumidor re-
sultarán aplicables a la prestación de servicios a) Por acción de repetición o reembolso, la
educativos, siempre y cuando se configure una cual debe ser entablada por el titular del estable-
relación de consumo entre el alumno y el edu- cimiento educativo que haya sido condenado
cativo (86). por un magistrado a pagar una indemnización
a una víctima de acoso escolar. Esta acción será
En efecto, del análisis de los artículos des- a modo de reintegro y deberá ser dirigida con-
criptos se desprende que la Ley de Defensa del tra el docente que no haya dado acabado cum-
Consumidor incluye en su tutela a los usuarios plimiento al deber de cuidado y vigilancia que
de servicios gratuitos; por ello, no cabe hacer su función requería. En cuanto al factor de atri-
diferenciación alguna respecto de los alumnos bución, puede que haya obrado con culpa, es
de establecimientos públicos y privados. Tal in- decir, que haya actuado con negligencia o impe-
terpretación respeta la vigencia de los tratados ricia, o bien intencionalmente (dolo).
internacionales que consolidan el derecho a la
educación y el interés superior de los menores, b) Por demanda directa del damnificado. En
los cuales también constituyen la guía para su este caso, la acción deberá ser entablada por la
protección. Por otro lado, debe tenerse presente víctima de acoso escolar directamente contra el
que esta ley es de orden público y que, por ello, docente, imputándole así una responsabilidad
sus disposiciones son indisponibles y deben ser subjetiva en el evento dañoso. Puede ser efec-
aplicadas de oficio (87). tuada en forma paralela o conjunta con la ac-
ción contra el establecimiento educativo (89).
VII. Responsabilidad del docente
La responsabilidad del docente será de cor-
En lo que respecta a estos daños, estimo que, te subjetivo (art. 1724 del Cód. Civ. y Com.). La
si bien la protección que brinda el art. 1767 del prueba de la culpa corresponderá a quien la in-
Cód. Civ. y Com. resulta ser la vía más idónea voca y consistirá en acreditar el incumplimien-
con la que cuentan los damnificados para recla- to del deber de vigilancia que pesa sobre los
mar los perjuicios derivados de los daños que maestros, con una entidad tal que pueda llegar
produce el bullying, también podrán concurrir a constituirse en causa del daño producido (art.
responsabilidades de distintos sujetos que el or- 1726); a tales efectos, deberán seguirse los pará-
denamiento jurídico también determina como metros establecidos por el art 1725 del Cód. Civ.
responsables. y Com. Para eximirse de responder, el docente
deberá acreditar la debida diligencia en el cum-
plimiento de sus deberes, de acuerdo a las cir-
(86) Cfr. GALDÓS y VALICENTI, ob. cit.
(87) Cfr. ALTERINI, Jorge H., “Código Civil y Comercial (88) Cfr. ROTONDA, ob. cit.
comentado. Tratado exegético”, 2º edición actualizada y
aumentada, tomo VIII, directores del tomo ALFERILLO, (89) Cfr. IZAURRUALDE, Horacio y MENÉNDEZ
Pascual E., GÓMEZ LEO, Osvaldo R. y SANTARELLI, Ful- EBRETT, Natalia “Responsabilidad civil del docente ante
vio G., p. 429. situaciones de bullying”, en Bullying..., ob. cit., p. 35.

342 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

cunstancias de tiempo, lugar y personas, y que CAPÍTULO III


tomó aquellas medidas necesarias para evitar LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES
el evento dañoso. Sobre el particular, es impor-
tante destacar que, cuando el docente sea de- I. Deber de prevención
mandado en el proceso iniciado por la víctima,
la distribución de responsabilidades que allí se Como se verá, la responsabilidad de los padres
efectúe hará cosa juzgada en el eventual proce- del menor acosador la abordaré desde el ámbito
so de regreso que pueda llegar a entablar el es- de la función preventiva de la responsabilidad;
tablecimiento educativo (90). por ello, antes de determinar la responsabilidad
de estos, resulta necesario establecer si existe un
Con respecto a su deber de cuidado, no cabe deber de prevenir el bullying y, en caso afirma-
requerirles a los docentes conductas que supe- tivo, a quién corresponde ese deber, analizando
ren lo posible ni lo razonable; solo se les exi- de esta manera quiénes son los responsables de
ge la máxima diligencia que las circunstancias llevar a cabo esta prevención y quiénes deben
impongan (91). En los daños derivados del velar por los derechos de los menores.
bullying deberán extremar la diligencia en el
cuidado de los menores, pues no estamos ante La prevención del daño puede definirse como
un hecho aislado, sino que es recurrente y sis- la acción y efecto de prevenir; supone llevar a
temático. cabo las medidas precautorias que sean nece-
sarias y adecuadas, con la finalidad de contra-
Del análisis de esta responsabilidad, observo
que se basa en un criterio de imputación sub- rrestar un perjuicio o algún daño que pueda
jetiva, poniéndose énfasis en las implicancias producirse. Debe llevarse a cabo de forma an-
jurídicas que pueden tener las conductas de ticipada, es decir, con anterioridad al momento
los docentes si no dan acabado cumplimiento en que se cree que se producirá el evento da-
a sus obligaciones. En particular, su obligación ñoso. De esta manera, requiere que se adopten
de cuidado, es decir, de garantizar la integridad medidas tendientes a evitar o a repeler el acae-
psicofísica de los menores mientras estén estos cimiento de un daño futuro, disminuirlo o no
asistiendo a sus clases. Sin embargo, no brinda agravar aquel que ya se ha producido (92).
ni protección ni tutela a todos los damnificados
por el bullying, no dando así efectiva respuesta La prevención del daño forma parte de la de-
a todas las vicisitudes que ocasiona esta proble- nominada función preventiva de la responsabi-
mática tan particular. Por ello, si bien esta vía lidad, presupone en primer término no dañar a
es positiva, pues ampliará los legitimados pa- otro y, posteriormente, si se lo daña, reparar tal
sivos, no cuenta tampoco con mecanismos de perjuicio. El no dañar a otro implica, implícita-
protección adecuados para este tipo de daños. mente, la idea de una razonable evitación del
Por otro lado, el damnificado directo tendrá so- perjuicio. De esta forma, la prevención siempre
bre sus hombros una mayor actividad probato- es preferible a la reparación, y es muy provecho-
ria, pues no solo debe probar el daño, sino que sa para los damnificados potenciales. Desde el
también debe acreditar la culpa del docente en punto de vista del potencial dañador, también
el cumplimiento de sus obligaciones, dado que es beneficiosa, pues lo protege de eventuales
la prueba de los factores de atribución corres- contingencias dañosas (93).
ponde a quien los invoca (art. 1734 del Cód. Civ.
y Com.). Ello sin perjuicio de la aplicación por La norma más importante sobre este aspec-
parte de los magistrados de la teoría de las car- to la encontramos en el art. 1710 del Cód. Civ. y
gas dinámicas de la prueba (art. 1735 del Cód. Com., el cual dispone: “Deber de prevención del
Civ. y Com.).
(92) Cfr. DÍAZ GUINLE, María Eugenia y AHUMADA,
(90) Cfr. GALDÓS y VALICENTI, ob. cit. María Laura, “La prevención del daño”, LLGran Cuyo
2017 (septiembre), 1, AR/DOC/1288/2017.
(91) Cfr. JALIL, Julián Emil, “Responsabilidad de
los establecimientos educativos y deber de vigilan- (93) Cfr. PIZARRO, Ramón D., “Función preven-
cia en los viajes estudiantiles”, RCyS2009-XII, 211, AR/ tiva de la responsabilidad civil. Aspectos generales”, SJA
DOC/3893/2009. 20/09/2017, 39, AR/DOC/3952/2017.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 343


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de manera, se puede articular la función preventi-
ella dependa, de: va con la reparatoria (95).

a) Evitar causar un daño no justificado. El fundamento de este instituto recae en el de-


ber de diligencia que posee toda persona, como
b) Adoptar de buena fe y conforme a las cir- contrapartida de su derecho a la seguridad, de
cunstancias, las medidas razonables para evitar raigambre constitucional (art. 42 de la Constitu-
que se produzca un daño, o disminuir su mag- ción Nacional), que protege tanto la vida como
nitud. Si tales medidas evitan o disminuyen la la salud de las personas, especialmente en las
magnitud de un daño del cual un tercero sería relaciones de consumo. Otro de sus fundamen-
responsable, tiene derecho a que éste le reem- tos radica en el deber de solidaridad y de actuar
bolse el valor de los gastos en que incurrió, con- de buena fe, conforme el deber de no dañar a los
forme a las reglas del enriquecimiento sin causa. demás (art. 19 de la Constitución Nacional). Su
contracara es la libertad, pues prevenir puede
c) No agravar el daño, si ya se produjo”. representar la afectación de la libertad de otras
personas (96).
A raíz de la incorporación de este precepto,
la perspectiva del daño cambia y la mirada se En efecto, la buena fe es uno de los fundamen-
dirige principalmente a la víctima. Se coloca el tos de la prevención, y la previsibilidad del daño
acento en la idea de protección de la persona es el parámetro objetivo de análisis, es decir, la
y en la necesaria prevención de sus derechos y vara con la cual se medirá la conducta del indi-
bienes. En esta perspectiva, el deber de no da- viduo, para así determinar si era necesario que
ñar se relaciona indefectiblemente con la idea realizara alguna medida anticipatoria. Tal de-
de reparación en caso de producirse el perjuicio. ber solo es nuevo como norma genérica incor-
porada de forma expresa en el derecho positivo,
Recuérdese que el art. 75, inc. 22 de la Constitu-
dado que antes derivaba implícitamente del art.
ción Nacional fortaleció la noción de persona, al
19 de nuestra carta magna, el cual ordena a efec-
reconocerle expresamente a todo ser humano
tuar lo que manda la ley, y lo que esta manda es
derechos, como a la vida, a la integridad psico- “no dañar a otro”, el llamado alterum non laede-
física, y el reconocimiento de su dignidad inhe- re (97).
rente a su condición humana. Este cambio de
mirada, que pone el foco en la víctima, se justi- I.1. Sobre quién recae el deber de prevención
fica en atención a los derechos y garantías cons-
titucionales inherentes a su condición, a fin de El deber que se desprende de la norma trans-
preservar su individualidad y esencia (94). cripta precedentemente se enmarca en el prin-
cipio de la buena fe (art. 9º del Cód. Civ. y Com.).
La función preventiva plasmada en este ar- Constituye un deber jurídico que le correspon-
tículo contiene dos modalidades: a) evitar oca- de a toda persona, sin efectuar distinción al-
sionar un daño (anticipatoria) o adoptar de guna, y su fundamento, como he dicho, radica
buena fe las medidas para evitarlo (riesgo en en el deber de no causar un daño a los demás.
abstracto); y b) evitar el agravamiento de este Cuando se refiere al deber de toda persona “en
si ya se ocasionó (riesgo concreto). En el pri-
mer caso, la actividad efectuada no ha produ- (95) Cfr. LOVECE, Graciela I., “Derecho de daños:
cido todavía la lesión del derecho; no obstante, la prevención, la reparación y la punición. Un mod-
elo para repensar y rearmar”, SJA 05/12/2018, 3, AR/
es idónea para provocarlo. Por ello, existe una DOC/3673/2018.
anticipación a la concreción del riesgo. Hay
una amenaza probable de su producción. En (96) Cfr. GALDÓS, Jorge “Responsabilidad civil pre-
ventiva. Aspectos sustanciales y procesales”, LA LEY
el segundo supuesto, el daño ya se ha produci- 2017-E, 1142, AR/DOC/2479/2017.
do. Aquí se trata de limitar su expansión, ya sea
sobre la propia víctima o hacia terceros; de esta (97) Cfr. MARCOS, Fernando J. “El deber genérico
de prevención y su influencia en la propuesta de acu-
erdo preventivo o su mejora (tercera vía)”, RDCO 298,
(94) Cfr. DÍAZ GUINLE y AHUMADA, ob. cit. 17/10/2019, 1329, AR/DOC/2658/2019.

344 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

cuanto de ella dependa”, significa que la posibi- tar (...) con ese fin tomarán medidas legislativas y
lidad de prevenir se encuentre dentro de la esfe- administrativas adecuadas”.
ra de su control (98).
Por último, el art. 28 inc. e) dispone que “...
En esta inteligencia, del precepto en análisis adoptarán cuantas medidas sean adecuadas
se desprende que toda persona, ya sea humana para velar por que la disciplina escolar se admi-
o jurídica, tiene el deber de prevenir el acoso es- nistre de modo compatible con la dignidad hu-
colar. De esta manera, el Estado, los padres, los mana del niño y de conformidad con la presente
alumnos, docentes y la sociedad en general tie- convención”.
nen el deber de prevenir el daño y, de haberse
ocasionado, de mitigarlo o, al menos, no agra- De estas normativas se desprende que la res-
varlo. Incluso el propio damnificado directo ponsabilidad en cuanto a la prevención, inter-
debe no agravar el daño que padece. vención y resolución de conflictos derivados del
acoso escolar pertenece no solo a padres, do-
En el caso de los docentes y directivos de esta- centes e instituciones escolares, sino también al
blecimientos educativos, teniendo en considera- Estado, que es el encargado de desarrollar po-
ción que el bullying se desarrolla generalmente líticas públicas para prevenir y prestar atención
en entornos escolares, su responsabilidad en la en debida forma a este fenómeno, a fin de ga-
prevención será mayor por aplicación del prin- rantizar a los menores aquellos derechos que
cipio establecido en el art. 1725 del Cód. Civ. y están consagrados en la convención citada. De
Com., el cual dispone que “cuanto mayor sea igual modo, la sociedad también aparece como
el deber de obrar con prudencia y pleno cono- responsable de velar por los derechos de los ni-
ños, por lo que no debe ser permisiva, sino que,
cimiento de las cosas, mayor es la diligencia
por el contrario, tiene la obligación de denun-
exigible al agente y la valoración de la previsibi-
ciar e intervenir en situaciones de hostigamien-
lidad de las consecuencias”.
to escolar (100).
Asimismo, el deber de prevenir el hostiga-
Ya antes había expresado el papel funda-
miento escolar lo encontramos en el principio
mental que posee la información relativa a la
alterum non laedere, que significa no dañar descripción del fenómeno y a la necesidad de
a otro y que la Corte Suprema de Justicia de la concientizar a toda la sociedad sobre los múl-
Nación encontró en el art. 19 de la Constitución tiples perjuicios que ocasiona la problemática.
Nacional, al sostener en el caso Santa Coloma En virtud de ello, y conforme lo prevé implíci-
que este principio tiene raíz constitucional (99). tamente el art. 17 de la Convención de los De-
rechos del Niño, el Estado deberá velar por que
Por otro lado, el deber de prevenir el bullying
los menores tengan acceso a este tipo de infor-
por parte del Estado lo podemos encontrar im-
mación necesaria para promover su bienestar
plícitamente en varios artículos de la Convención social, tanto físico como espiritual, alentando
Sobre los Derechos del Niño. Al respecto, el art. 2 a los medios de comunicación a difundir infor-
establece: “Los Estados Partes respetarán los de- mación sobre el fenómeno.
rechos enunciados en la presente Convención y
asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su Por último, considero adecuado destacar que,
jurisdicción (...) tomarán todas las medidas apro- si bien la tantas veces citada Convención sobre
piadas para garantizar que el niño se vea prote- los Derechos del Niño posee un rol primordial
gido contra toda forma de discriminación...”. Por en lo que respecta al marco legal y preventivo
su parte, el art. 3. 2 expresa: “Los Estados partes que rodea el bullying, considero que no consi-
se comprometen a asegurar al niño la protección gue su aplicación plena, dado que nuestro orde-
y el cuidado que sean necesarios para su bienes- namiento no logra dar una respuesta acorde y
suficiente tanto para prevenir como para prote-
(98) Cfr. MORENO, Valeria, “La prevención del daño ger a todos los damnificados de la problemática
y las sanciones pecuniarias disuasivas”, RCCyC 2018 (fe- en estudio, siendo insuficientes y hasta inexis-
brero), 195, AR/DOC/3103/2017.
(99) Cfr. UBIRÍA, “Derecho de ...”, ob. cit., p. 30-31. (100) Cfr. CAMPOMASI, ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 345


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

tentes las políticas estatales referidas a la pre- pobre e insuficiente, no pudiendo prevenir ni
vención del fenómeno, incumpliéndose así la mucho menos erradicar el acoso escolar. Por
obligación impuesta. ello, considero que debe darse una visión jurí-
dica específica, autónoma e integral que cuente,
I.2. Las conductas exigibles en primer lugar, con una ley federal que conten-
ga una definición sobre la problemática. Luego
Son tres las conductas exigidas; las dos prime- deberá establecer parámetros de detección y
ras se refieren estrictamente a la prevención del pautas de alarma, a fin de poner en marcha los
daño y se encuentran plasmadas en el inc. a) y procedimientos adecuados para evitar la escala-
b) del art. 1710 del Cód. Civ. y Com., y la tercera da del conflicto y también para diferenciarlo de
se refiere a una carga de evitar el agravamiento otras situaciones.
del perjuicio, conforme lo dispone el inc. c) del
citado artículo. En esta inteligencia, y ante las falencias que
presenta el marco preventivo que rodea el bu-
a) Evitar causar un daño no justificado: Para llying, considero necesario y conveniente contar
ello, primero se requiere que el daño provenga con un sistema tuitivo específico y protectorio
de una conducta antijurídica. Es decir, la acción de todos los damnificados que presenta la pro-
u omisión debe causar un daño no justificado. blemática, en aras de obtener una prevención
Es necesario que la evitación del daño depen- adecuada que abarque y proteja a todos los pro-
da del sujeto. Esta conducta se debe ponderar tagonistas, dirigiendo especialmente la mirada
atendiendo a las circunstancias del caso y con a todos los integrantes que conforman el trián-
base en la causalidad adecuada, interpretada gulo del bullying, no focalizándose únicamente
siempre bajo el prisma de la buena fe. Asimis- en la persona que es blanco de los acosos. De
mo, debe estarse al grado de previsibilidad del esta manera, una política legislativa específica y
daño conforme a la capacidad razonable de pre- propia de la problemática brindará mayor segu-
ver el curso normal y ordinario de las cosas. ridad jurídica y contribuirá a la prevención del
instituto, para así lograr una sociedad más justa
b) Adoptar las medidas para evitar que el y equilibrada, evitándose así la aparición de re-
daño se produzca o disminuir su magnitud: En laciones asimétricas.
este caso, se está ante una situación de peligro o
agravación del perjuicio, que tiene su origen en Por ello, considero necesario que el Estado
la acción o en la omisión de terceros extraños o desarrolle nuevas políticas públicas dirigidas
fortuitas. No se requiere certeza absoluta de que tanto a la sociedad como a los maestros, pa-
ocurrirá el daño amenazado; solo es menester dres y alumnos, a los efectos de generar con-
tener razonable previsibilidad al respecto. ciencia y de promover la educación en valores.
Tales políticas deberán presentar programas de
c) Deber de no agravar el daño ya producido: prevención y protocolos de actuaciones para
no es un supuesto de prevención del daño, sino las distintas etapas que posee este fenómeno
una carga de minimizar o mitigar el perjuicio. multifacético, partiendo siempre de la premi-
Es un imperativo impuesto por el principio de sa fundamental del marco preventivo, que es la
la buena fe relacionado con la reparación plena. protección de la dignidad de los menores. Tam-
La mitigación presupone un daño ya consuma- bién será necesario contar con procedimien-
do; aquí no se lo evita, sino que se aminora su tos de denuncia adecuados y poner énfasis en
agravamiento (101). la información y capacitación docente sobre el
tema, pues son los que están en mejores condi-
II. Necesidad de nuevas políticas públicas ciones para detectar a las víctimas y victimarios
de prevención potenciales.
Considero que, si bien se aprecia un esfuer- Al ser un fenómeno multicausal, no puede
zo legislativo en la lucha contra el bullying, el haber una única política de prevención; por el
actual marco que regula el fenómeno es muy contrario, el Estado, que debe velar por proteger
los derechos de los menores, debe llevar a cabo
(101) Cfr. PIZARRO, “Función preventiva...”, ob. cit. políticas preventivas dirigidas a todas las posi-

346 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

ciones jurídicas que existen en estos escenarios. En este orden de ideas, se debe también hacer
En efecto, para poder lograr dar una prevención hincapié en el principio de inmediación, para
y una respuesta eficaz a esta problemática, será así garantizar la escucha de los protagonistas y
necesario recurrir a otras ciencias, en especial para tutelar en debida forma el interés superior
la psicología, la pedagogía, la sociología, la filo- de los menores, brindando protección y tutela
sofía, la neurociencia y la informática, para así efectiva para todos los damnificados de la pro-
poder dar un abordaje integral y global, ponién- blemática, procurando también la resocializa-
dose énfasis en la información e instrucción de ción del acosador. En este panorama, cobrarán
los menores para que desarrollen vínculos sa- relevancia los métodos alternativos de resolu-
ludables y tomen conciencia sobre las posibles ción de conflictos, como ser la mediación es-
y graves consecuencias que puede ocasionar el colar, que permitirá la escucha de los menores,
acoso escolar, y para así evitar la aparición de enseñándoles a resolver controversias sin nece-
relaciones asimétricas. En este aspecto, los me- sidad de recurrir a la violencia. También promo-
dios de comunicación pueden ser de gran ayu- verá el respeto de la diversidad y del prójimo,
da, a los efectos de concientizar a la sociedad y fomentando conductas de socialización ade-
de fomentar su participación en la lucha contra cuadas según el grado de madurez de sus pro-
el bullying. tagonistas, instituyéndose así en un modelo a
seguir en conflictos de similar naturaleza.
Repárese en que, para invitar a toda la socie-
dad a esta lucha, será necesario informarla uti- III. Responsabilidad de los padres. Ámbito y
lizando un lenguaje claro, preciso y simple, para orden expositivo
que sea comprendido por todos los sectores so-
Como se verá, si el daño se produce dentro de
ciales y en especial los niños, debiendo fomen-
un establecimiento educativo, los padres no se-
tarse la educación en valores en el seno de la rán responsables por los perjuicios que ocasio-
familia, pues son los principales agentes socia- nen sus hijos menores de edad, debido a que ha
lizadores. operado el desplazamiento de la guarda en fa-
vor del establecimiento educativo.
Por otra parte, y con el objeto de romper la di-
námica del acoso y de poner fin al pacto de si- Sin embargo, tal como lo expuse preceden-
lencio que reina en estos escenarios, considero temente, si el hostigamiento entre menores se
adecuado poner el acento de las políticas pre- produce en entornos como colonias de vacacio-
ventivas en los espectadores, para alentarlos nes y centros deportivos, no operará la respon-
a no participar en los sucesos y para fomentar sabilidad prevista en el art. 1767 del Cód. Civ. y
también la denuncia. Para ello, la información Com., pudiendo en consecuencia hacerse efec-
y capacitación del personal docente será cla- tiva la responsabilidad de los padres, dado que
ve, para poder persuadirlos y evitar que partici- en esos casos no ha operado desplazamiento de
pen en los acosos y así se debilitará la figura del guarda alguna (art. 1754 del Cód. Civ. y Com.).
acosador, que ya no contará con público, lo que Debe repararse en que también podrán concu-
contribuirá a minimizar los daños y a reducir la rrir otras responsabilidades, como ser la de los
problemática. docentes a cargo, la de los titulares del predio
donde se establezca el daño, la del menor, etc.
Por otro lado, estimo que la legislación que
se proclama deberá contener lineamientos so- No obstante, en este punto, teniendo en consi-
bre el acoso escolar con perspectiva de género, deración que el bullying no es un hecho aislado
promoviendo el respeto de la diversidad, pues ni esporádico, sino que, por el contrario, se trata
el actual marco no contiene estrategias de in- de acosos reiterados en el tiempo y sistemáticos,
tervención al respecto. Repárese en que los me- me surgen los siguientes interrogantes: tenien-
nores que salen del estereotipo pueden llegar a do en consideración que los progenitores son los
ser víctimas potenciales de futuros acosos es- primeros agentes socializadores de los niños, ¿es
colares, por ello será necesario promover una justo que los establecimientos educativos sean
educación integral, libre de violencia y sin dis- los principales responsables y que los padres de
criminación. los menores acosadores no carguen con conse-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 347


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

cuencias jurídicas? ¿Podrán incurrir en respon- 3) Mantiene como requisito, al igual que el ré-
sabilidad por el incumplimiento del deber de gimen anterior, la convivencia del menor con el
prevención que pesa sobre ellos? En caso afirma- progenitor responsable.
tivo, ¿esta responsabilidad puede actuar a pesar
de haber operado el desplazamiento de la guarda 4) Esta responsabilidad es sin perjuicio de la que
en favor de los establecimientos educativos? concurrentemente pueda pesar sobre el hijo.

Para contestar estos interrogantes, primero 5) Cesa cuando el hijo menor de edad es pues-
analizaré brevemente el régimen de responsabi- to bajo la vigilancia de otra persona, permanen-
temente o en forma transitoria. No así en el caso
lidad de los padres por los daños causados por
referido por el art. 643 del Cód. Civ. y Com.
sus hijos menores de edad a terceras personas,
a los efectos de determinar si esta es aplicable a 6) Los padres no responden por los daños cau-
los daños en análisis. sados por el incumplimiento de aquellas obli-
gaciones contraídas válidamente por sus hijos.
IV. Régimen Tampoco lo hacen por los menoscabos causa-
En primer lugar, debo advertir que se trata de dos por estos en cuestiones que son inherentes
al ejercicio de su profesión o de sus funciones su-
un supuesto de responsabilidad por hecho ajeno,
bordinadas encomendadas por terceros (102).
que se encuentra regulado en el art. 1754: “Hecho
de los hijos. Los padres son solidariamente res- Asimismo, corresponde destacar que, para
ponsables por los daños causados por los hijos que opere esta responsabilidad, será necesaria
que se encuentran bajo su responsabilidad pa- la concurrencia de tres requisitos, a saber: daño
rental y que habitan con ellos, sin perjuicio de la resarcible injustamente causado por el hijo a un
responsabilidad personal y concurrente que pue- tercero, que el hijo sea menor de edad y que este
da caber a los hijos”, y en el art. 1755: “Cesación de se encuentre bajo responsabilidad parental del
la responsabilidad paterna. La responsabilidad accionado y que habite con él.
de los padres es objetiva, y cesa si el hijo menor
de edad es puesto bajo la vigilancia de otra per- De esta manera, es preciso que el hijo menor
sona, transitoria o permanentemente. No cesa en cause injustamente un daño a un tercero. Se re-
el supuesto previsto en el art. 643. Los padres no quiere también que el autor sea menor de edad,
se liberan, aunque el hijo menor de edad conviva es decir, que no haya cumplido los 18 años (art.
con ellos, si esta circunstancia deriva de una cau- 25 del Cód. Civ. y Com.). La minoridad se compu-
sa que le es atribuible. Los padres no responden ta a partir de la producción del evento dañoso,
por los daños causados por sus hijos en tareas in- sin importar que el autor material del daño lle-
herentes al ejercicio de su profesión o de funcio- gue a la mayoría de edad en el transcurso del jui-
nes subordinadas encomendadas por terceros. cio pertinente (103).
Tampoco responden por el incumplimiento de Cabe resaltar que esta responsabilidad no ope-
obligaciones contractuales válidamente contraí- ra respecto de los menores emancipados, dado
das por sus hijos”. que la emancipación determina la extinción de
la titularidad de la responsabilidad parental. De
De esta manera el régimen posee las siguientes
esta forma, en lo que respecta a la responsabili-
características: dad por daños, su situación es equiparable a la de
las personas mayores de edad (104).
1) Presenta una relación inescindible entre la
responsabilidad parental, que regulan los artícu-
(102) Cfr. PIZARRO-VALLESPINOS, “Tratado de re-
los 638 y siguientes, y la responsabilidad de los
sponsabilidad civil”, tomo II, parte especial, Editorial Ru-
padres. binzal -Culzoni Editores, ps. 180-181.

2) Se trata de una responsabilidad indirecta y (103) Ibidem, ps. 194195.


objetiva. (104) Ibidem, p. 197.

348 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

Por último, esta responsabilidad debe armo- transitoriedad signada por cierta intención de
nizarse con el sistema de la responsabilidad pa- permanencia (107).
rental, previsto en el Código Civil y Comercial de
la Nación (arts. 640-643 y concordantes), como V. Es justo que los padres deban responder
también con las causales de extinción, privación, conjuntamente con el establecimiento educa-
tivo
suspensión y rehabilitación de la responsabili-
dad (105), debiendo en estos puntos remitirme En esta inteligencia, como los daños derivados
a la bibliografía general que rige la materia, por del bullying mayormente se producen dentro de
exceder los límites de mi trabajo. un establecimiento educativo, los padres no se-
rían responsables por los perjuicios que ocasio-
Asimismo, cabe resaltar que no es suficiente nen sus hijos menores de edad, debido a que ha
que el menor se halle bajo responsabilidad pa- operado el desplazamiento de la guarda en favor
rental para que el deber de responder recaiga so- del establecimiento.
bre ambos progenitores; es necesario también
que habite con ellos. Este requisito de conviven- Ahora bien, teniendo en consideración que
cia la jurisprudencia lo ha interpretado con un los padres son los primeros agentes socializado-
criterio amplio, expresando que ello no supone res de los menores y que el acoso escolar es una
conducta sistemática y reiterada en el tiempo,
que el niño efectivamente se encuentre convi-
considero que no es justo que el establecimiento
viendo con sus padres, desde un punto de vis- educativo sea el principal responsable y que los
ta material, sino que alcanza con que haya una progenitores no carguen con consecuencias ju-
fluida relación entre padres e hijos, de manera rídicas. Máxime si se tienen en cuenta los graves
tal que puedan participar en su educación y en el perjuicios que puede llegar a generar el fenóme-
ejercicio de vigilancia (106). no en análisis, la multiplicidad de damnificados
que produce y, principalmente, porque es fac-
Así, más allá de los requisitos descriptos, para tible que tales menoscabos no puedan ser re-
poder determinar si la responsabilidad en análi- parados en debida forma, aun cuando se halla
sis se aplica a los daños derivados del denomina- obtenido la indemnización correspondiente. En
do bullying, la cuestión a dilucidar se centra en efecto, en muchos casos, el daño ocasionará le-
si la concurrencia del menor al establecimiento siones en la personalidad y en la faz interna de
educativo implica que ha sido puesto bajo la vi- la víctima de tal magnitud que esta no podrá en-
gilancia de otra persona, transitoria o permanen- contrar reparación plena, a pesar de percibir la
temente. Para ello, resulta necesario precisar el pertinente indemnización.
alcance de la expresión “vigilancia transitoria”. Al
Por ello, para saltar este escollo, Galdos y Vali-
respecto, considero que no procederá como exi- centi proponen que, cuando los daños deriven de
mente de responsabilidad aquella transferencia la personalidad intrínsecamente conflictiva de
de vigilancia que sea mínima. los menores, es decir, de aquellos que presenten
especiales problemas de conducta, se debe asu-
En efecto, el escaso tiempo o que no importe mir una postura congruente con el resto del sis-
delegar efectivamente el poder del control del tema que contemple las tensiones en juego (arts.
menor no liberará al progenitor; solo podrá li- 1, 2, 3, 1754, 1755 y 1767 del Cód. Civ. y Com.),
berarlo cuando la delegación sea transitoria con poniendo el foco de atención en el derecho a la
visos de permanencia. Por tales motivos, la per- víctima a obtener una adecuada reparación con
manencia en la escuela liberará a los padres, en relación al perjuicio sufrido (108).
los casos de una asistencia normal a clases en
días y horas habituales, dado que implica una Los autores sostienen que, en estos casos, el
establecimiento no podrá liberarse de responsa-
bilidad alegando que se trata de un caso fortuito,
(105) FICO, Daniela y HACKER, David, “La responsab-
ilidad de los progenitores por los hechos de sus hijas e hi-
jos en casos de bullying”, RDF 89, 43, AR/DOC/1259/2019. (107) Cfr. GALDOS y VALICENTI, ob. cit.
(106) Ibidem. (108) Cfr. ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 349


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

pues la conducta de estos menores no será in- del juzgador que intervenga en los futuros juicios
evitable ni imprevisible, ni ajena al riesgo propio que pudieran llevarse a cabo. Ello implica un im-
de la actividad. Sin embargo, tampoco conside- portante riesgo para el damnificado, pues ante
ran adecuado que el establecimiento cargue con una interpretación restrictiva del magistrado, la
ese plus de riesgo que presenta un alumno con víctima se verá obligada a cargar con las costas
un comportamiento muy diferente y superior a la del juicio en lo referente a la intervención de los
media de cualquiera de los restantes compañe- progenitores del autor del hecho y así podrá ver
ros, lo cual ocasiona que el poder de vigilancia y lesionado y restringido su derecho a obtener una
control se torne dificultoso. Por ello, propician un reparación integral.
criterio interpretativo que permita que el estable-
cimiento deba responder ante la víctima por los VI. Mi propuesta
daños provocados por estos menores, pero que
luego tenga acciones de regreso contra los padres Pienso que la responsabilidad de los progeni-
del menor, pudiendo para ello pedir su citación tores del menor acosador debe abordarse desde
al juicio (109). la órbita del art. 1710 del Cód. Civ. y Com., a tra-
vés de la función preventiva de la responsabili-
Desde otro ámbito, y también con el objeto de dad. De esta manera, no será necesario efectuar
intentar responsabilizar a los progenitores de los interpretaciones de las tensiones y de los artícu-
niños que realizan conductas compatibles con los que se encuentran en juego para responsabi-
el bullying, Fico y Hacker propician una mirada lizar a los padres del autor del daño, brindando
crítica sobre el caso concreto que permita flexibi- así seguridad jurídica al sistema y fortaleciendo
lizar los extremos dispuestos por el art. 1755 del el marco preventivo del bullying. Recuérdese que
Cód. Civ. y Com. Así, frente a la posible contra- la prevención resulta ser la herramienta más efi-
dicción que podría resultar de la aplicación de caz para combatir y erradicar la problemática.
los arts. 1754 y 1755 del citado código, entienden
que debe prevalecer aquella que involucre a los Tal como lo expliqué al inicio del capítulo, con-
forme lo previsto por el art. 1710 del Cód. Civ. y
padres como responsables del actuar de sus hi-
Com., los progenitores tienen el deber de preve-
jos (110).
nir el daño que pueda llegar a causar el bullying.
Tales autores expresan que ello sería por dos Así, del análisis del deber de prevención de los
razones. La primera, porque la responsabilidad padres, observo que existe una prevención ex
de los hechos de los hijos tiene como fundamen- ante y una prevención ex post. En efecto, en la
to la responsabilidad parental en sentido amplio, prevención ex ante, los padres tienen el deber de
pues esta implica que los padres tienen como prevenir el daño que ocasiona el bullying, lo cual
función la educación y guía de sus hijos y que tal se encuentra también íntimamente relacionado
deber debe ejercitarse cotidianamente; por ello con los deberes que emanan de su responsabi-
se encuentran comprendidos jurídicamente por lidad parental. Aquí los progenitores actuarán
los hechos dañosos que sean ocasionados por un como los principales agentes socializadores de
episodio de bullying. En segundo lugar, invocan los niños, enseñándoles a construir vínculos sa-
el principio de la reparación integral de la vícti- ludables, promoviendo una educación integral,
ma (111). libre de violencia, inculcándoles los valores ne-
cesarios para vivir en sociedad de manera armó-
Del análisis de estas posturas, considero que, nica y pacífica. Así, la educación en valores se
si bien intentan responsabilizar a los progenito- convierte en uno de los pilares de la prevención
res de los menores que provocan los daños en es- del acoso escolar. A su vez, los progenitores de-
tudio, lo cual es sumamente positivo, quedarán berán proporcionar a los menores la información
siempre libradas a la interpretación y al ánimo necesaria para lograr que tomen conciencia de
los graves problemas que acarrea la problemá-
(109) Cfr. GALDÓS y VALICENTI, ob. cit. tica en estudio, debiendo adoptar, siempre en el
marco de la buena fe, todas las medidas razona-
(110) Cfr. FICO-HACKER, ob. cit. bles que sean necesarias para evitar que el daño
(111) Cfr. ibidem. se produzca.

350 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

Luego existe una prevención ex post, en la cual car que el art. 1716 del Cód. Civ. y Com. dispone:
ya se ha producido el daño. En esta instancia, los “Deber de reparar. La violación del deber de no
padres a través de las instituciones educativas ya dañar a otro o el incumplimiento de una obliga-
se han enterado de las conductas que realizaron ción, da lugar a la reparación del daño causado,
sus hijos, por ejemplo, a través de las llamadas de conforme con las disposiciones de este Código”.
atención y notas del colegio sobre la conducta re-
currente de los menores. Recuérdese que el aco- En esta inteligencia, del juego armónico de los
so escolar no es un hecho aislado, por lo tanto, arts. 1710 y 1716 se desprende que los padres tie-
es factible que, a través de los comunicados que nen el deber de prevenir el daño que ocasiona
haya efectuado la institución, los padres se hayan el bullying y, en su caso, también de reducir sus
anoticiado de las conductas de sus hijos. Ante consecuencias. El incumplimiento de estos de-
estas notificaciones, los progenitores no pueden beres genera consecuencias jurídicas suscepti-
permanecer con una actitud pasiva, pues estas bles de apreciación económica.
manifestaciones de situaciones compatibles con
el bullying son capaces de generar todo tipo de En efecto, si los padres de los menores acosado-
daños. Por ello, deberán actuar en el marco de la res incumplen su deber de prevención, tendrán
buena fe y efectuar todo aquello que esté a su al- como consecuencia patrimonial el deber de in-
cance, de manera razonable, para evitar que se demnizar el daño efectivamente causado, siempre
consolide el bullying o, al menos, para que las que se configuren los demás elementos necesa-
conductas de sus hijos sean menos gravosas, re- rios para incurrir en responsabilidad civil.
duciendo así sus consecuencias.
Cabe resaltar que esta responsabilidad po-
Estos deberes descriptos son concurrentes y no drá hacerse efectiva a pesar de haber operado el
son excluyentes entre sí. En efecto, estas conduc- desplazamiento de la guarda de los menores en
tas están íntimamente relacionadas, puesto que, el momento de la comisión del hecho dañoso,
para evitar un daño, por lo general será necesa- pues se lleva a cabo en un plano jurídicamente
rio recurrir a medidas que finalmente procura- distinto. Aquí los padres responderán por haber
rán evitar o no agravar un daño. Esta prevención incumplido su deber de prevención, lo cual no
debe hacerse en abstracto, de manera previa y se- excluye que puedan concurrir con esta respon-
gún las circunstancias del daño que se pretende sabilidad aquellas otras que están regladas por la
evitar, mitigar o no agravar (112). función resarcitoria de la responsabilidad. Al es-
tar analizando el daño desde una órbita preven-
Asimismo, cabe resaltar que la prevención del tiva, carecerá de efecto jurídico analizar quién
daño prevista en el art. 1710, inc. a) y b) consti- tiene la guarda del menor acosador en el mo-
tuye un deber jurídico cuya omisión provoca un mento del daño a los fines de establecer esta res-
proceder antijurídico apto para comprometer su ponsabilidad.
responsabilidad civil, siempre y cuando concu-
rran los demás elementos que configuran esta. VI.1. Factor de atribución subjetivo
Por su parte, el imperativo de no agravar el daño,
previsto en el inc. c), solo constituye una carga, Entonces, para que exista un deber de repa-
no importando técnicamente un deber jurídi- ración por parte de los padres en estos daños se
co. Por ello, su omisión no hace incurrir en res- requiere una conducta antijurídica, un factor de
ponsabilidad, sino que solo influirá en el monto atribución y un nexo de causalidad entre la con-
indemnizatorio como consecuencia del incum- ducta y el daño.
plimiento (113).
En estos casos, la conducta antijurídica será el
Desde otro ámbito, a los efectos del análisis acoso efectuado por el menor, el factor de atri-
de esta responsabilidad, resulta oportuno desta- bución será subjetivo, por aplicación de lo dis-
puesto por el art. 1721 del Cód. Civ. y Com., que
(112) Cfr. MOLINA SANDOVAL, Carlos A., “Fun- determina que, en ausencia normativa, el factor
ción preventiva de la responsabilidad civil”, AR/ de atribución es la culpa. En este sentido, el art.
DOC/3640/2019. 1724 del citado código, dispone: “Factores sub-
(113) Cfr. PIZARRO y VALLESPINOS, ob. cit., t. I, p. 835. jetivos. La culpa consiste en la omisión de la di-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 351


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

ligencia debida según las circunstancias de las ser humano justifica en alguna medida también
personas, el tiempo y el lugar. Comprende la im- que sus conductas sean valoradas individual-
prudencia, la negligencia y la impericia”. mente (116).

Para que esta se configure, se requiere la con- Por otra parte, para valorar la culpa, se reque-
currencia de dos requisitos: la omisión de efec- rirá previamente realizar una contextualización
tuar la conducta que requiere la naturaleza de la de la causalidad adecuada. En efecto, primero
obligación y la ausencia de propósito deliberado, se analizará si existe causalidad adecuada y lue-
ya sea de incumplir o de causar un daño (114). go se establecerá, en cada caso concreto, si se ha
El análisis de la culpabilidad de los padres en es- probado la atribución del factor subjetivo, en este
tos daños no puede efectuarse en abstracto, de- caso, la culpa. Ello, porque si no existe causalidad
berá hacerse en el caso concreto. También estará no puede existir tampoco culpa. Es necesario que
íntimamente relacionado con la titularidad de la reprochabilidad de la conducta se relacione
la responsabilidad parental, con su deber como con la previa causación del daño ocasionado. En
formadores de los niños y con su posibilidad de la culpa, el análisis de previsibilidad es subjetivo
participación en la educación de estos, como asi- y concreto, se sustenta en la comparación entre
mismo con el hecho de que conozcan o hayan un parámetro objetivo y lo acontecido en la reali-
debido conocer las conductas de sus hijos. dad. El reproche subjetivo se ocasiona cuando el
sujeto no cumple con la diligencia previsible para
En efecto, la valoración de la culpa deberá ser evitar el daño (117).
siempre en concreto y en función de cada caso en
particular, según las condiciones personales de En esta inteligencia, el magistrado deberá ana-
los padres. Dado que escindir la valoración de la lizar la culpa de los progenitores, en cada caso en
culpa del caso concreto implica hacer responsa- particular y de acuerdo a las circunstancias par-
ble a un sujeto sin tener en consideración las es- ticulares de cada uno ellos, vinculando la culpa
pecificidades del caso, como ser las condiciones con el nexo causal, debiendo así analizar la di-
personales, de tiempo, de modo, lugar, etc. (115), ligencia de estos en la previsibilidad del daño,
que, en el caso del bullying, estará también íntima- siempre en concreto; pero podrá realizar compa-
mente ligado a la responsabilidad parental y a la raciones en abstracto, utilizando una valoración
convivencia de los menores con sus progenitores, general de pautas de conductas similares realiza-
como, asimismo, con su posibilidad física y mate- das por otros padres frente a situaciones seme-
rial de brindar educación. jantes.
No obstante, debe destacarse que, aunque la Como el deber de prevenir el daño es una obli-
valoración sea en concreto, siempre existirá un
gación de medios (art. 774 inc. a) del Cód. Civ. y
modelo de referencia, que será la valoración ge-
Com.), en la que no hay responsabilidad sin cul-
neral de pautas de conductas similares. Tal guía
pa, como regla, la prueba de esa culpa corres-
general únicamente servirá para efectuar algún
ponde al acreedor, es decir, al damnificado por
tipo de ajuste en la determinación de la culpa en
el bullying, pues la prueba de los factores de atri-
concreto. De esta manera, la pauta de la culpa en
bución corresponde a quien lo invoca (art. 1734
abstracto será el eje epistemológico que tendrá el
del Cód. Civ. y Com.). Sin embargo, el magistra-
magistrado, que comenzará su encuadramiento
del caso desde los elementos generales y abstrac- do excepcionalmente podrá alivianar la carga a
tos. Tales reglas servirán de guía para realizar la favor del acreedor, por aplicación de la teoría de
valoración jurídica de los elementos particulares las cargas dinámicas de la prueba, desplazando
del caso en juzgamiento, pero el eje real será la la carga de la prueba en aquel que esté en mejo-
valoración en concreto y determinado. Debe te- res condiciones de proporcionarla (118).
nerse también presente que la individualidad del
(116) Ibidem.
(114) Ibidem, t. I, p. 401. (117) Ibidem.
(115) Cfr. MOLINA Sandoval, Carlos A., “La culpa (118) Cfr. VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto A., “Los fac-
en el derecho privado”, LA LEY 28/05/2018, 1, AR/ tores de atribución en el Código Civil y Comercial”, LA
DOC/959/2018. LEY2016-C, 1238, AR/DOC/1664/2016.

352 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

VI.2. Relación de causalidad y conforme la previsión de un hombre medio, y,


en su caso, conforme lo previsto por el art. 1725
Por último, el presupuesto más importante del Cód. Civ. y Com. (120).
para analizar es la relación de causalidad entre el
hecho y el daño, pues en estos casos los autores En esta inteligencia, considero que, si los pa-
del daño no son los padres, sino sus hijos, por ello dres no les enseñan a sus hijos a construir víncu-
el análisis del nexo causal debe efectuarse con un los saludables y no toman las medidas necesarias
criterio de interpretación amplio, privilegiando y razonables para evitar que sus hijos solucionen
siempre el principio de reparación integral para sus problemas de manera violenta o que prac-
proteger a los damnificados. tiquen abusos de poder, es previsible que estos
niños realicen luego acosos escolares con enti-
Así, la relación de causalidad consiste en vin- dad suficiente para causar los daños en análisis.
cular jurídicamente, de manera directa, el in- Por ello, estimo que, si bien el resultado dañoso
cumplimiento de la obligación o el hecho ilícito es efectuado por una tercera persona (su hijo),
con el daño, y, en forma indirecta, este con el fac- puede ser imputado a los padres de manera in-
tor de atribución. En lo que respecta al ámbito directa, de forma tal que el daño (acoso escolar)
preventivo, permite establecer una relación ne- es consecuencia y resultado del incumplimien-
cesaria y razonable entre la amenaza de daño y to del deber de prevención de los padres. Ello,
aquel hecho que la genera. Se trata, entonces, de principalmente, por su deber de formadores y
determinar si un resultado dañoso determinado agentes socializadores de los niños, íntimamente
puede ser atribuido o imputado a una persona. emparentado con los deberes que emanan de su
Es decir, si hay un vínculo material entre el hecho responsabilidad parental.
antecedente y consecuente que permita estable-
cer a quién corresponde imputar fácticamente el En virtud de los argumentos expuestos, si los
primero y determinar cuáles son las consecuen- padres incumplen el deber jurídico de prevenir
cias del segundo (119). los daños derivados del denominado bullying,
deberán indemnizar el daño efectivamente cau-
Sobre el particular, el art.1726 del Cód. Civ. y sado, siempre y cuando se configuren los presu-
Com. dispone: “Relación causal. Son reparables puestos descriptos necesarios para incurrir en
las consecuencias dañosas que tienen nexo ade- responsabilidad civil.
cuado de causalidad con el hecho productor del
daño. Excepto disposición legal en contrario, se Para eximirse de responder, los padres debe-
indemnizan las consecuencias inmediatas y las rán acreditar la ruptura o interrupción del nexo de
mediatas previsibles”. causalidad alegando una causa ajena. Estas son el
hecho del damnificado (art. 1729), el caso fortui-
En esta inteligencia, considero que los daños to o fuerza mayor en sentido estricto (art. 1730), el
derivados del denominado bullying constituyen hecho de un tercero (art. 1731) y la imposibilidad
una consecuencia mediata previsible para los pa- de cumplimiento (art. 1732). Estas son situacio-
dres del autor del daño, y que por ello deberán nes que desvían el curso causal y que, por lo tan-
ser reparadas (art. 1727 del Cód. Civ. y Com.). En to, impiden que se atribuya total o parcialmente el
efecto, las consecuencias mediatas son aquellas daño a quienes se pretende imputar. La prueba de
que resultan de la conexión de un hecho con un la relación de la causalidad corresponde siempre a
acontecimiento diferente. Aquí el vínculo es in- quien lo alega, o sea el damnificado; nunca pueda
directo, dado que en la cadena causal se produ- presumirse (art. 1736) (121).
ce la interferencia de otro hecho que contribuye
al resultado. Se trata entonces de la conjunción A modo de corolario, considero que, si bien a
de dos hechos que producen el resultado. Tales través de la función preventiva he logrado que los
consecuencias son imputables al autor del he- padres de los menores acosadores carguen con
cho cuando este las hubiese previsto o las hubie-
ra podido prever, empleando la debida atención. (120) Ibidem, p. 374.
Tal previsibilidad debe ser valorada en abstracto
(121) Cfr. VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto A., “Los pre-
supuestos de la responsabilidad civil en el nuevo Código”,
(119) Cfr. PIZARRO y VALLESPINOS, ob. cit., t. I, p. 341. LA LEY2015-E, 1155, AR/DOC/3475/2015.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 353


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

consecuencias jurídicas, entiendo que juzgar un plicidad de damnificados y las distintas posicio-
daño bajo la óptica preventiva puede llegar a ser nes jurídicas intervinientes.
opinable. Ello porque el sistema no cuenta con
normas que eximan de responsabilidad en fun- A diferencia de otros daños, nuestro orde-
ción de la adopción de las medidas preventivas, namiento jurídico no confiere adecuada respues-
como así también porque significaría trasladar a ta a los daños derivados de la problemática en
los padres la falta de políticas estatales preventi- estudio. En efecto, el actual marco regulatorio no
vas en torno al tema o la ineficacia de estas. Asi- logra prevenirlos ni les brinda adecuada protec-
mismo, es dable advertir que el art. 1710 del Cód. ción a sus damnificados, que son no solo el aco-
Civ. y Com. establece el deber de prevenir el daño, sado, sino también el acosador (que, a su vez, es
pero no determina consecuencia alguna ante el un menor), los terceros espectadores, los segui-
incumplimiento de esta manda (122). dores y las familias de los involucrados. En prin-
cipio, ello obedece al vacío normativo específico
Por otro lado, se corre el riesgo de responsabi- que rodea el fenómeno analizado, a las escasas
lizarlos en forma abusiva, pues a través de esta políticas preventivas y a la generalización errada
norma se está sancionando solo a los padres, de estos daños que generalmente se efectúa, no
cuando el deber de prevención pesa sobre todo contando así el ordenamiento con recursos apro-
individuo, lo cual incluye tanto al Estado como piados para abordar en debida forma esta pro-
a toda la sociedad. Sin perjuicio de ello, estimo blemática, cada vez más presente en las escuelas.
que, ante la falta de una legislación específica so-
bre el tema, y debido a las falencias del sistema Por tal motivo, y teniendo especialmente en
de reparación del daño, esta mirada proporcio- consideración los caracteres esgrimidos propios
na una mayor protección para sus damnificados, de la problemática en cuestión, enfatizo la nece-
máxime si se tiene en cuenta que contribuye a la sidad y conveniencia de que el sistema le otorgue
obtención de la reparación integral y que robus- autonomía y trato diferencial a estos daños, de-
tece el marco preventivo del fenómeno en estu- biendo dotarlos de reglas propias y específicas,
dio. partiéndose de la base y poniéndose especial én-
fasis en que los protagonistas resultan ser meno-
No obstante, el juzgador deberá extremar res de edad, lo que evidencia su clara condición
los recaudos para interpretar la norma en for- de sujetos vulnerables, justificándose de esta
ma razonable y para apreciarla en cada caso en manera el tratamiento autónomo, diferenciado y
particular, conforme la previsión de un hombre propio que propicie en el estudio.
medio, para así evitar imponerles a los progenito-
res una previsión excesiva que coarte su libertad. Por otro lado, observo que nuestro orde-
También deberá tener en cuenta las posibilida- namiento se focaliza únicamente en el acosado,
des materiales y jurídicas de los padres para pre- ignorando a los restantes damnificados. En efec-
venir el daño, y, ante la mínima duda, deberá to, debe recordarse que, tratándose de menores
rechazar la pretensión, a los efectos de no incu- de edad, se deben extremar al máximo las me-
rrir en una punición abusiva. didas de protección, poniéndose especial acen-
to en las medidas de prevención y control, para
CONCLUSIÓN así respetar en debida forma su interés superior y
para brindarles la protección y tutela que se me-
Luego de haber reflexionado y analizado a fon- recen, máxime si se tiene en cuenta la vulnerabi-
do la temática elegida, concluyo que los daños lidad que los aqueja.
provocados por el acoso escolar difieren de los
simples daños sufridos por menores dentro de Por otra parte, si bien a través de la función pre-
un establecimiento educativo, por la perpetuidad ventiva de la responsabilidad he logrado que los
en el tiempo, el desbalance de poder, la relación padres de los menores acosadores carguen con
asimétrica, la concurrencia de silencios, la multi- consecuencias jurídicas por los actos que reali-
zaron sus hijos, también se traslada en ellos la in-
(122) Cfr. PAFUNDI, Ángel M., «Prevención del daño. acción de las políticas públicas que procuren la
Análisis crítico del art. 1710 del Código Civil», RCYs2019- evitación de este tipo de daño, lo cual demuestra
V, 10, AR/DOC/598/2019. la ineficiencia del sistema. Recuérdese que nues-

354 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Cocucci

tro marco preventivo en lo que concierne a este nores puedan sobrellevar esta situación sin ayu-
fenómeno es muy pobre y que las políticas públi- da de los adultos y profesionales adecuados para
cas son casi nulas. atender estas conductas.

En lo que respecta a la reparación de los perjui- Desde otro ámbito, y sin perjuicio de considerar
cios ocasionados, he descripto las principales vías, la necesidad de regulación autónoma y específi-
pero también he resaltado sus falencias, llegando a ca de los daños producidos por el bullying, en la
la conclusión de que, si bien las normas sobre res- presente investigación he otorgado herramientas
ponsabilidad civil de nuestro ordenamiento se apli- tanto para los damnificados como para los demás
can a estos daños, no brindan debida protección y protagonistas, para que conozcan cuáles son sus
tutela a la totalidad de los damnificados que pre- deberes y obligaciones y a qué normas deben re-
senta el fenómeno en análisis. Por otro lado, tam- currir para reclamar sus perjuicios.
poco proporcionan respuesta a la totalidad de los
problemas que este ocasiona. Repárese en que, en las presentes líneas, le he
dado especial tratamiento a la delimitación de
Por todo ello, y en virtud de las especiales ca- los contornos y límites de la cuestión elegida y a
racterísticas que revisten estos daños, considero la descripción fáctica del marco jurídico aplica-
que ha surgido la necesidad de contar con una ble. Ello contribuirá a detectar las situaciones de
nueva responsabilidad civil especial (responsa- acoso y a distinguir las correspondientes respon-
bilidad por daños derivados del denominado bu- sabilidades que concurren en este fenómeno so-
llying), que requerirá nuevas reglas, de manera cial, como así también a prevenir e intentar paliar
tal que pueda responsabilizarse en debida a for- los efectos nocivos que producen los daños pro-
ma a todas aquellas posiciones jurídicas que ten- venientes de la figura elegida. Tales herramien-
gan algún tipo de intervención en el fenómeno, tas y directivas se caracterizan por ser flexibles y
contribuyendo así a la obtención de la reparación quedarán sujetas a los cambios que indefectible-
integral y brindado debida protección a sus dam- mente vendrán en virtud de la realidad esencial-
nificados. mente dinámica que impera en estos escenarios,
no pudiendo el derecho permanecer estático
Para ello, será necesario determinar expresa- ante los nuevos paradigmas que se presentarán
mente la concurrencia de la responsabilidad de en un futuro.
los padres del menor acosador con la del esta-
blecimiento educativo, más allá de la responsa- Con base en las conclusiones a las que he arri-
bilidad de pudiera acarrearles por incumplir su bado, las cuales distan de ser absolutas, invito a
deber de prevención. Ello se debe a que, tal como la comunidad jurídica a debatir el tema en análi-
lo demostré en el presente estudio, son uno de los sis, para así elaborar nuevos principios y reglas, e
principales responsables de este fenómeno, por incluso a discutir su inserción en la codificación,
ser los primeros agentes socializadores de los ni- debiendo tener en miras siempre el interés supe-
ños. Sin embargo, tampoco puedo olvidarme del rior de los menores, a fin de que el sistema brinde
Estado, que es quien debe de elaborar políticas respuesta adecuada a este tipo de daños.
preventivas adecuadas para prevenir estos daños
en debida forma. BIBLIOGRAFÍA
Asimismo, esta nueva responsabilidad deberá ALONSO, Silvina, “Reflexiones sobre el bu-
poner el foco de atención no solo en el damnifi- llying”, AR/DOC72317/2014.
cado directo, sino también en las otras partes in-
tegrantes del denominado triángulo del bullying, ALPA, Guido, “La ‘dignidad humana’ en la Car-
procurándose especialmente la protección del ta Europea de Derechos Fundamentales”, SJA
menor acosador, estableciéndose mecanismos 06/03/2019, 6/03/2019, 13 - Cita Online: AP/
apropiados para que este pueda adquirir una so- DOC/1066/2018.
cialización adecuada, debiendo el sistema brin-
darle soporte terapéutico para ello. Recuérdese ALTERINI, Jorge H. “Código Civil y Comercial
que el acoso escolar implica un abuso de poder comentado. Tratado exegético”, 2º edición ac-
y que, cuando ello se instala, difícilmente los me- tualizada y aumentada, tomo VIII, directores del

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 355


La responsabilidad civil en los daños derivados del denominado bullying

tomo ALFERILLO, Pascual E., GÓMEZ LEO, Os- Antonio (comp), Noveduc, 1°edición, marzo de
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Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 357


La ausencia de regulación
nacional con relación a la
práctica de deportes extremos
en la República Argentina y sus
consecuencias
Situación especial de los menores de edad (*)
Vanesa Elisabeth Giocoli (**)
RESUMEN ria, a fin de marcar los parámetros en los que
se encuentra ubicado el asunto que se plantea.
El presente trabajo invita a analizar las con- Asimismo, se estudiará la escasa legislación vi-
secuencias que ocasiona la ausencia de regu- gente relacionada con el tema, tanto en el sis-
lación en el ordenamiento legal nacional de la tema jurídico nacional como en el provincial.
República Argentina respecto de los llamados Seguidamente, se efectuará una sintética com-
“deportes extremos, de riesgo o de aventura”, a paración con lo que sucede en el marco inter-
la hora de brindar soluciones jurídicas ante los nacional.
eventuales accidentes dañosos originados por
su práctica. Luego, por su importancia —y, sin embargo,
de manera acotada a fin de no exceder el plan-
Dichos deportes se han multiplicado progre- teo formulado en el presente—, se tratarán en el
sivamente en los últimos años, tanto en el país
segundo capítulo brevísimos lineamientos res-
como a nivel mundial; y son llevados a cabo por
pecto de tres cuestiones relevantes a tener en
profesionales en la materia, pero también por
cuenta: por un lado, la función preventiva en la
amateurs y por turistas. A su vez, en muchas
práctica de estos deportes y a quiénes concier-
ocasiones, estos sujetos del deporte son niños y
ne; por otro lado, el riesgo asumido por las per-
adolescentes; lo que resulta ser el supuesto más
alarmante de este estudio, debido a la peligrosi- sonas que los llevan a cabo y su alcance; y, en
dad que conllevan las actividades, y siendo que tercer lugar, lo relativo a la responsabilidad civil
se trata de un grupo de individuos de colosal generada por los daños que eventualmente se
vulnerabilidad. producen al realizarlos.

Para lograr el cometido indicado, en el pri- Finalmente, el tercer capítulo se abocará al


mer capítulo se observará un breve análisis de planteo principal y se examinarán en él las con-
las nociones generales que abarcan la mate- secuencias que acarrea la ausencia de norma-
tiva nacional aquí planteada; enfatizando la
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 25 de práctica de los deportes extremos efectuada por
noviembre de 2021. menores de edad y la protección y medidas de
(**) Dedicado a la persona a quien le debo lo que soy: control que corresponde brindar a estos como
mi abuela Elida. los sujetos más indefensos de la sociedad.

358 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

INTRODUCCIÓN el último capítulo al análisis de las consecuen-


cias que se generan por la ausencia de regula-
Con el paso de los años aumenta progresiva- ción nacional sobre la temática; y los derechos y
mente la cantidad de personas que necesitan protección que corresponde brindar a los niños y
vivir experiencias extremas y realizar activida- adolescentes que realizan estas prácticas, como
des más riesgosas. Esto sucede globalmente, y sujetos más vulnerables de la sociedad.
la República Argentina no resulta ser la excep-
ción para la práctica de estos deportes llamados CAPÍTULO I
extremos, de riesgo o de aventura. Máxime, te- NOCIONES GENERALES
niendo en cuenta la diversidad geográfica que
presenta el país para poder llevarlos a cabo. I. El deporte y el derecho deportivo

Se trata de deportes realizados en condicio- La importancia del deporte a lo largo de la his-


nes difíciles y/o extremas, y de actividades de toria se ha acrecentado a gran escala en la Repú-
ocio cuyos riesgos no pueden ser controlados blica Argentina y mundialmente. Excedería los
totalmente. La lista es interminable; algunos límites del presente trabajo ahondar en el par-
son clásicos, aunque por ello, en ocasiones, no ticular, pero resulta conveniente verter algunos
se suelen identificar como deportes de riesgo; lineamientos generales al respecto, a fin de in-
otros, los más novedosos, pueden parecer au- troducir al lector en el marco referencial de la te-
ténticas locuras. mática en estudio, que luego se analizará desde
el punto de vista jurídico.
Este tipo de disciplinas suelen ser practicadas
por profesionales, deportistas con cierto grado El Diccionario de la Real Academia Española
de habitualidad, amateurs, o por aquellos que (Madrid, 1970) define el deporte como la “re-
los realizan esporádicamente o incluso solo una creación pasatiempo, placer, diversión o ejer-
vez, mediante la modalidad conocida como “tu- cicio físico, por lo común al aire libre. Ejercicio
rismo aventura”; y seducen a personas de todas físico practicado individualmente o por equipo,
las edades, pero especialmente a los más jóve- con el fin de superar una marca establecida o de
nes, ya que muchas de ellas demandan ciertos vencer a un adversario en competición pública,
requisitos técnicos y físicos, entrenamiento pre- siempre con sujeción a ciertas reglas” (1).
vio, fuerza, resistencia y destreza.
En ese orden de ideas, la Carta Europea del
Cabe preguntarse, entonces: ¿Cuáles son los Deporte —del mes de mayo del año 1992— es-
deportes extremos? ¿Cuál es la normativa apli- tablece que los deportes son “todo tipo de acti-
cable? ¿Qué riesgos asume el deportista al prac- vidades físicas que, mediante una participación
ticarlos? Por otro lado, ¿qué sucede cuando son organizada o de otro tipo, tengan por finalidad
realizados por menores de edad? ¿Requieren la expresión o la mejora de la condición física o
autorización? ¿Basta con el consentimiento de psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales
un solo progenitor? ¿Qué control hay al respec- o el logro de los resultados en competiciones de
to? Y, sobre todo, ¿qué sucede ante eventuales todos los niveles”. Es decir que la actividad tie-
accidentes dañosos? ¿La solución jurídica es ne desde antaño fines recreativos y medicinales
la misma en todo el país o varía según el lugar que promueven la sana competencia entre los
donde se produjo el incidente? distintos participantes (2).

A lo largo de este trabajo, se analizarán los in- El deporte tiene como sujeto a las personas,
terrogantes planteados precedentemente, desa- y, por lo tanto, las modalidades deportivas que
rrollando las diferentes situaciones que podrían tienen por sujeto activo exclusivo a los animales
suscitarse; apreciando preliminarmente en el no pueden ser consideradas como deporte (v. gr.
primer capítulo, un breve análisis de las nociones
generales de la temática en estudio, no dejando (1) Ver MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Tratado de
de lado por su importancia en el segundo capí- derecho deportivo”, Rubinzal- Culzoni, 2010, t. I, p. 15.
tulo, lo referente al deber de prevención, el ries- (2) Cfr. BARBIERI, Pablo C., “Daños y perjuicios en el
go asumido y la responsabilidad civil; enfocando deporte”, Editorial Universidad, 2010, p. 17.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 359


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

carrera de galgos). No obstante, son considera- nización y práctica de los deportes, y las cuestio-
dos deportes aquellos en los que existe una di- nes jurídicas que genera la mentada actividad
recta interacción entre un animal y el deportista como fenómeno de la vida social (7).
(por ej., equitación) (3).
En esta inteligencia, señalan que el derecho
Se trata de un fenómeno de carácter univer- deportivo se configura como una rama jurídica
sal, con gran influencia a nivel social y cultu- canalizadora de expectativas y experiencias so-
ral; tanto así que determinados Estados lo han ciales, políticas, educacionales y económicas en
incluido dentro de sus Constituciones o cartas el plano deportivo que compatibilizan con nor-
fundamentales —v. gr. Brasil, Perú, Venezuela, mas de organización, de conducta, sustantivas y
Ecuador, España, etc.— (4). Sobre el particular, procesales, produciendo hechos, falencias y re-
resulta menester señalar que las conclusiones laciones jurídico-deportivas. La finalidad de la
de las Jornadas Nacionales de Derecho Civil rea- autonomía apunta a que las relaciones sociales
lizadas en la Argentina en el año 2007 recomen- que genera el deporte tengan un ordenamiento
daron la adopción de un criterio similar ante jurídico compuesto por reglas claras (8).
una futura reforma constitucional en el país (5).
En tal sentido, aunque con mayor contun-
A su vez, el deporte se ha convertido en una dencia, las XXI Jornadas Nacionales de Dere-
gran actividad económica que ha generado a su cho Civil de la Argentina, antes mencionadas,
alrededor una industria que ocasiona inconta- apuntaron a favor de la autonomía del dere-
bles negocios comerciales y relaciones jurídicas. cho deportivo, a raíz de que posee autonomía
En virtud de ello, existen universalmente distin- legislativa, ya que los reglamentos federativos
tas posturas doctrinarias acerca de la existencia regulan aspectos de la materia jurídico-depor-
—o no— del llamado “derecho deportivo”. tiva y constituyen fuentes de derecho, como así
también la jurisprudencia de los tribunales or-
La corriente que sostiene una opinión nega- dinarios y de los organismos jurisdiccionales
tiva al respecto afirma que el derecho deportivo deportivos (9).
es una denominación pedagógica para un con-
junto de normas que tienen en común su inci- En suma, se trata de un derecho en constante
dencia en el fenómeno deportivo en conjunto; formación y evolución, dado que continuamen-
agregan que esta rama no sería tal, debido a que te se incrementan la variedad y cantidad de rela-
se nutre de normas de otra naturaleza (civiles, ciones comerciales y jurídicas ocasionadas por
administrativas, laborales, comerciales, etc.) la actividad deportiva; lo cual no implica desco-
y que, por lo tanto, carece de autonomía pro- nocer que las referidas relaciones son también
pia (6). alcanzadas por las regulaciones de otras ramas
del derecho común, aun cuando la aplicación
Por su parte, la doctrina contraria, que con el de estas produce, por lo general, la necesidad de
paso del tiempo se va imponiendo, sostiene que adecuar aquella normativa común a la concreta
el derecho deportivo es el conjunto de normas cuestión jurídico-deportiva de que se trate (10).
escritas o consuetudinarias que regulan la orga-
II. Deportes extremos, de riesgo o de aven-
(3) Cfr. PITA, Enrique M., “La responsabilidad civil de- tura. Definición
portiva”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2015, p. 16.
(4) Ver ibidem, p. 18. Es sabido que existen innumerables activi-
dades deportivas que pueden categorizarse
(5) Cfr. las conclusiones de la Comisión 11 de las XXI
Jornadas Nacionales de Derecho Civil, desarrolladas en
la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de (7) Cfr. MAJADA, Arturo, “Naturaleza jurídica del con-
Lomas de Zamora, durante el mes de septiembre del año trato deportivo”, Editorial Bosch, Barcelona, 1948, p. 30.
2007. (8) Cfr. BARBIERI, Pablo C., ob. cit., ps. 23-24.
(6) Ver SÁNCHEZ FERNANDEZ, Sergio A., “El derecho (9) Cfr. las conclusiones de la Comisión 11 de las XXI
federativo y su naturaleza. Problema esencial del derecho Jornadas Nacionales de Derecho Civil, ob. cit.
deportivo”, en Cuadernos de Derecho Deportivo, ts. 8-9,
Ad- Hoc, Buenos Aires, 2007, p. 137. (10) Cfr. PITA, Enrique M., ob. cit., p. 27.

360 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

desde diversas ópticas. No obstante, atento a to y variedad; se trata de actividades que van
lo que a la temática de este trabajo concierne, surgiendo con base en la búsqueda de nuevas
se analizarán únicamente los llamados depor- experiencias y retos que persiguen quienes las
tes extremos, de riesgo o de aventura. practican.

“Deportes extremos” es un término popu- Como se verá a continuación, estos depor-


lar que se ha usado para calificar ciertas acti- tes pueden ser de aire, acuáticos, de montaña
vidades o disciplinas que tienen un alto nivel y/o terrestres. En algunos de ellos la práctica
de riesgo inherente. Son aquellas prácticas se efectúa de manera individual, en otros pue-
de ocio o profesionales con un componente de ser grupal. Algunos se realizan en ámbitos
deportivo que comparten una real o aparen- de competencia, otros a modo de actividad de
te peligrosidad por las condiciones difíciles o aventura. Y la mayoría de los casos —aunque
arriesgadas en las que se practican. Se cono- no todos— cuentan con la figura de un orga-
cen también como deportes de riesgo contro- nizador y/o prestador, cuya importancia y res-
lado o de aventura. ponsabilidad se analizaran más adelante.

La 23ª edición del Diccionario de la Real Los deportes de riesgo son, también, sinó-
Academia Española define dos modalidades nimo de creatividad, pasión y experimenta-
de la voz genérica “deporte”: “deporte de aven- ción, una búsqueda de nuevas emociones,
tura”, que consiste en la práctica de activida- de inyecciones extra de adrenalina que no se
des físicas, algunas veces arriesgadas, que se consiguen con la práctica de otros deportes
desarrollan en espacios naturales, y “deporte habituales de menor riesgo. Pero también son
de riesgo”, que supone la práctica de una acti- sinónimo de riesgo para la salud o la integri-
vidad física de gran peligro (11). dad física, incluso para la vida.

Estos deportes se realizan prácticamente en III. Deportes extremos en la República Ar-


todos los países del planeta. Y la República Ar- gentina
gentina no resulta ser la excepción, dado que
su complejidad topográfica y sus diversos es- La Argentina cuenta con cordillera, llanu-
cenarios naturales han contribuido al desarro- ras fértiles, tierra árida, valles, selva subtro-
llo y difusión de dichas actividades en todo el pical, glaciares, esteros, ríos, mar, cataratas; y
país (12). por ello en cada una de sus 23 provincias hay
al menos una aventura extrema para realizar.
Puede suceder también que un deporte que
en principio no es considerado como depor- Como se dijo, la variedad de estos deportes
te de riesgo adopte ese término al practicarse se incrementa día a día, pero entre los más co-
bajo unas condiciones extremas, fuera de lo munes y practicados en el país podemos men-
que es habitual para él. cionar, a título enunciativo y no taxativo, los
siguientes:
Los deportes extremos contienen un riesgo
propio mayor que el resto de las disciplinas Deportes extremos de aire:
deportivas y no siempre son practicados por
profesionales, sino que también son llevados - Paracaidismo: consiste en saltar desde un
a cabo por aficionados o amateurs, tanto por avión, avioneta o helicóptero a cierta altura,
hombres y mujeres como por niños y adoles- descendiendo en caída libre, para luego des-
centes. plegar el paracaídas y planear hasta el suelo.

Su enunciación es muy amplia y abierta. La - Salto base: es una variante del paracaidis-
cantidad, calidad y sofisticación de este tipo de mo. En lugar de saltar desde una avioneta, el
deportes se encuentra en permanente aumen- salto se hace desde lugares fijos, como acanti-
lados, rascacielos o grandes monumentos.
(11) Cfr. ibidem, p. 15. - Wingsuit (vistiendo el traje): consiste en
(12) Ver BARBIERI, Pablo C., ob. cit., p. 155. saltar al vacío vestido con un traje aéreo. Se

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 361


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

trata de un traje con alas que permite a la per- - Esquí acuático: es el que se practica sobre
sona planear a gran velocidad. unos esquís o una tabla y la persona va sujeta-
da a una cuerda tirada por una lancha que al-
- Parapente: consiste en correr encima de canza grandes velocidades.
una colina y dar un salto para salir volando
con un paracaídas rectangular y previamente - Rafting (canotaje): consiste en descender
desplegado, con el fin de realizar un descen- varias personas en una embarcación sin mo-
so controlado. El piloto y su acompañante van tor por un río de aguas turbulentas.
sentados.
- Buceo: consiste en sumergirse en cualquier
- Paramotor: es similar al parapente, pero superficie con agua, siendo el mar el lugar don-
contiene un motor con una hélice. de más se practica. Se utiliza un regulador que
se alimenta con botellas de aire comprimido,
- Ala delta: también es similar al parapente, encargado de que el buceador pueda respirar.
pero en este caso el piloto y el acompañante
van en posición horizontal. Se despega desde - Remo: consiste en competir en velocidad
lugares elevados. con embarcaciones movidas a remo.

- Puenting (puentismo): consiste en saltar - Moto de agua: es un tipo de embarcación


de un puente al vacío al que se está sujeto me- ligera con un sistema de conducción similar al
diante una cuerda elástica que se lleva atada a de una motocicleta convencional.
los pies, provocando que el individuo ascien-
da y descienda hasta que el impulso inicial del - Jet ski (moto de agua de pie): es una varian-
salto desaparezca por completo. te de la moto de agua, pero se conduce de pie.
Requiere de gran equilibrio.
- Bungee jumping (salto de caída libre): es
prácticamente igual que el puenting, pero el Deportes extremos de montaña:
lugar desde donde se salta suele ser una plata-
forma creada para ese fin. - Esquí: se trata de deslizarse sobre la nieve,
haciendo uso de bastones y de dos tablas suje-
- Globo aerostático: es una aeronave que se tas a las botas.
deja llevar por las corrientes de aire.
- Snowboard (tabla de nieve): es similar al
Deportes extremos acuáticos: esquí, pero en lugar de utilizar dos tablas se
utiliza una sola tabla sujeta a las botas y no se
- Surf (navegar con tabla): Consiste en des- utilizan bastones.
lizarse por las olas con la única ayuda de una
tabla sobre la que se debe lograr mantenerse - Escalada: este deporte consiste en ascen-
de pie. Cuando se práctica en ámbito de com- der sobre paredes montañosas de gran pen-
petición, los jueces valoran diferentes aspec- diente utilizando únicamente la fuerza física y
tos, como los giros, la longitud recorrida o la mental del deportista, aunque se utilizan ele-
dificultad de las olas. mentos de seguridad para evitar que la perso-
na sufra daños ante posibles caídas.
- Windsurf (tabla a vela): es un deporte que
se practica con una tabla similar a la de surf, - Alpinismo: consiste en ascender y descen-
con la diferencia de que está provista de una der montañas, pudiendo hacer tramos cami-
vela que rota sobre sí misma impulsada por la nando y otros escalando. A diferencia de la
acción del viento. escalada, los alpinistas pueden ayudarse con
elementos como esquís y piolets —hacha pe-
- Kitesurf (tabla cometa): consiste en irse queña—.
desplazando por el agua utilizando una come-
ta de tracción que va unida por cuerdas a una - Rapel: consiste en descender por superfi-
barra que sujeta una persona que está de pie cies verticales utilizando una cuerda llamada
en una tabla o un esquí. descensor atada a un arnés.

362 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

- Tirolesa: implica el deslizamiento colgan- gunas disposiciones —en especial en aquellas


te a través de un cable suspendido en el aire. provincias con condiciones geográficas más
Por medio de roldanas, arneses y demás ele- propensas a ese tipo de actividades— que re-
mentos de seguridad, se recorren grandes ex- gulan ciertos deportes extremos o de aventu-
tensiones suspendido en el aire varios metros ra (13).
del suelo.
Resulta cada vez más frecuente el interés del
- Mountain bike (bicicleta de montaña): es hombre por vivenciar distintos desafíos que
un ciclismo que puede practicarse en ámbito implican intensas emociones, en los que pre-
de competición o no, realizado en circuitos na- domina el manejo del miedo, el autocontrol y
turales, generalmente a través de bosques por la concentración; aunque ello ponga en ries-
caminos angostos con cuestas empinadas y go la integridad física en su ejecución. Así, las
descensos muy rápidos. prácticas deportivas extremas se encuentran
en permanente aumento y variedad, originan-
Deportes extremos terrestres: do grandes vacíos legales al respecto; consti-
tuyendo deportes nuevos que implican un reto
- Sandboard (tabla en la arena): es prácti- para el derecho.
camente igual que el snowboard, pero en este
caso el deslizamiento se realiza sobre dunas o En efecto, existen numerosos supuestos que
cerros de arena. pueden presentarse en este tipo de activida-
des, ya que no solo son practicadas por perso-
- Todoterreno: actividad en la que el despla- nas profesionales en cada disciplina, sino que
zamiento se realiza en vehículos especiales muchas veces son realizadas por única vez, a
con tracción en las cuatro ruedas y/o en motos modo de aventura, por personas que carecen
y cuatriciclos, en sectores y rutas que no son de experiencia previa, potenciándose las posi-
escogidos por vehículos de tracción normal, bilidades de accidentes y daños.
debido a que el tramo presenta obstáculos na-
turales, como ríos, cerros, quebradas, panta- Todo ello tiene importantes consecuencias
nos, dunas, playas, barro y altas pendientes. jurídicas, ya que, al no existir una normativa
específica en el orden nacional, cabe exami-
- Trekking: es un deporte de aventura que nar si en cada uno de los diferentes supuestos
consiste en caminar por parajes naturales, deben considerarse por igual lo relativo al de-
como montañas, bosques, selvas, cañones, ber de prevención, la asunción de los riesgos,
grutas o cavernas, ríos, etc. La exigencia físi- la responsabilidad civil respecto de los daños
ca es alta. ocasionados, las eximentes de responsabili-
dad, entre otras cuestiones objeto de debates
IV. Régimen legal del deporte extremo doctrinarios y jurisprudenciales sin resolver
hasta el momento.
En la República Argentina, los deportes ex-
tremos y/o el turismo aventura carecen de una IV.1. Normativa nacional
regulación legal específica; por lo tanto, no
existe una clasificación jurídica a nivel nacio- A nivel nacional, la Ley del Deporte
nal, ni se encuentran determinados los requisi- 20.655 (14), sancionada el 21 de marzo de
tos exigidos para poder ser considerados como 1974 y promulgada el 2 de abril de ese mismo
tales. En lo que atañe a la responsabilidad ci- año, promociona las actividades deportivas en
vil, y tal como sucede con la mayoría de los da- todo el país; pero no hace alusión alguna a los
ños deportivos, la solución debe encontrarse deportes extremos.
en las normas generales del ordenamiento,
como se verá en el capítulo siguiente. (13) Ver SCHMOISMAN, Mario A. — DOLABJIAN, Di-
ego A., “La licitud de las prácticas deportivas y la respon-
Ante la ausencia de normativa nacional, el sabilidad civil”, RCyS 2010-V, 24.
poder de policía en el deporte incumbe a los (14) Ver en: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
Gobiernos locales. En ese sentido, existen al- ternet/anexos/25000-29999/27274/norma.htm.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 363


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

Por su parte, la ley 23.184 (15), modificada indemnidad, sin perjuicio de las posibles exi-
por la ley 24.192 (16) y por la ley 26.358 (17) mentes que pudieran presentarse.
(Régimen Penal y Contravencional para la Pre-
vención y Represión de la Violencia en Espec- El referido artículo de la Constitución Na-
táculos Deportivos), regula la responsabilidad cional reconoce en el marco de la relación de
de los sujetos participantes en los espectácu- consumo el derecho a la seguridad; y la men-
los deportivos en general. tada Ley de Defensa del Consumidor dispone
la obligación de seguridad y el deber de adver-
Sin embargo, la mayoría de los deportes ex- tencia en sentido estricto [arts. 5 y 6 de la Ley
tremos no se practican en el marco de un es- 24.240 (21)].
pectáculo deportivo, tal como exige la norma
citada, sino que se trata de prácticas grupales Así pues, el prestador debe adoptar las medi-
o individuales sin público. Por lo tanto, la refe- das de prevención de riesgos que la actividad
rida normativa solo será aplicable en ocasión prometida acarrea al consumidor. Las medi-
das de seguridad en general son fijadas con-
de un torneo o competencia de un deporte ex-
forme a un estándar de diligencia media, pero
tremo o de alto riesgo (18).
hay numerosos casos en que consisten en re-
Ahora bien, en aquellos casos en los que la sultados específicos a lograr, sobre todo cuan-
actividad es organizada o prestada por una do hay normas regulatorias sobre seguridad, o
persona o entidad, a quien no practica la dis- cuando la expectativa creada en el usuario ge-
ciplina de manera profesional y por ende no nera una apariencia de confiabilidad sin ries-
gos. Asimismo, el deber de seguridad se halla
existe vínculo laboral entre ambos, la rela-
íntimamente vinculado con el deber de infor-
ción con el usuario de ese servicio deportivo
mación (22), como se verá en el siguiente ca-
encuadra en la ley 24.240 (19) (Ley de Defen-
pítulo.
sa del Consumidor) y su respectiva previsión
constitucional [art. 42 de la Constitución Na- En este sentido, la jurisprudencia tiene di-
cional (20)]; lo que genera una obligación de cho que la seguridad es entendida como un
valor que debe guiar la conducta de los orga-
(15) Ver en: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- nizadores de actividades que directa o indi-
ternet/anexos/25000-29999/26207/norma.htm. rectamente se vinculen con la vida o la salud
(16) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
ternet/anexos/0-4999/590/norma.htm. ciaciones de consumidores y usuarios y de las provincias
(17) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- interesadas, en los organismos de control”.
ternet/anexos/135000-139999/138847/norma.htm. (21) El art. 5 de la ley 24.240 expresa: “Protección al
(18) Cfr. PITA, Enrique M., ob. cit., p. 275. Consumidor. Las cosas y servicios deben ser suministra-
dos o prestados en forma tal que, utilizados en condicio-
(19) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- nes previsibles o normales de uso, no presenten peligro
ternet/anexos/0-4999/638/texact.htm. alguno para la salud o integridad física de los consumi-
dores o usuarios”. El art. 6 de la ley 24.240 reza: “Cosas
(20) El art. 42 de la Constitución Nacional establece: y Servicios Riesgosos. Las cosas y servicios, incluidos los
“Los consumidores y usuarios de bienes y servicios servicios públicos domiciliarios, cuya utilización pueda
tienen derecho, en la relación de consumo, a la protec- suponer un riesgo para la salud o la integridad física de
ción de su salud, seguridad e intereses económicos; a los consumidores o usuarios, deben comercializarse ob-
una información adecuada y veraz; a la libertad de elec- servando los mecanismos, instrucciones y normas esta-
ción y a condiciones de trato equitativo y digno. Las au- blecidas o razonables para garantizar la seguridad de los
toridades proveerán a la protección de esos derechos, a mismos. En tales casos debe entregarse un manual en
la educación para el consumo, a la defensa de la com- idioma nacional sobre el uso, la instalación y manten-
petencia contra toda forma de distorsión de los merca- imiento de la cosa o servicio de que se trate y brindarle
dos, al control de los monopolios naturales y legales, al adecuado asesoramiento. Igual obligación regirá en to-
de la calidad y eficiencia de los servicios públicos y a la dos los casos en que se trate de artículos importados,
constitución de asociaciones de consumidores y de usu- siendo los sujetos anunciados en el artículo 4 respon-
arios. La legislación establecerá procedimientos eficaces sables del contenido de la traducción”.
para la prevención y solución de conflictos y los marcos
regulatorios de los servicios públicos de competencia na- (22) Cfr. LORENZETTI, Ricardo L., “Consumidores”,
cional, previendo la necesaria participación de las aso- Rubinzal Culzoni, 2003, p. 129.

364 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

de las personas. Y que la incorporación de este A su vez, la ley 25.997 (30) (Ley Nacional de
vocablo en el art. 42 de la Constitución Nacio- Turismo) declara de interés nacional el turis-
nal (23) es una decisión valorativa que obliga mo, regula su promoción, el régimen finan-
a la sociedad toda a desempeñar conductas ciero, la protección al turista, las sanciones, y
encaminadas al cuidado de lo más valioso que en el anexo I, en el que describe las activida-
existe en ella: la vida y la salud de los habitan- des comprendidas, menciona el punto 1.5.1.,
tes, ricos o pobres, poderosos o débiles, ancia- “Servicios de centros de esquí”, el punto 1.5.4.,
nos o adolescentes, expertos o profanos (24). “Servicios de centros de turismo aventura,
ecoturismo o similares”, y el punto 1.5.6., “Al-
Por otro lado, la ley 18.829 (25) [modifica- quiler de bicicletas, motocicletas, equipos de
da por la ley 22.545 (26)] y su decreto regla- esquí u otros artículos relacionados con el tu-
mentario 2182/72 (27) regulan la actividad del rismo”.
agente de viajes, creando un registro para los
mismos y un régimen de sanciones. Si bien no Por su parte, la ley 25.599 (31) [modificada
menciona los deportes extremos o el turismo por la ley 26.208 (32)], regula a las agencias
aventura, algunos de estos se podrían incluir de viajes turísticos debidamente habilitadas e
en el carácter de excursiones (art. 1 inc. c de la inscriptas en el Registro de Agentes de Viajes
ley 18.829 (28)), o bien como actividades simi- de la Secretaría de Turismo de la Nación, de
lares o conexas en beneficio del turismo [art. 1 conformidad con la ley 18.829 (33) antes men-
inc. f de la ley 18.829 (29)]. cionada, que brinden servicios a contingentes
estudiantiles.
(23) El art. 42 de la Constitución Nacional establece:
“Los consumidores y usuarios de bienes y servicios La referida ley, en su artículo 5, inc. c, dis-
tienen derecho, en la relación de consumo, a la protec- pone: “Las agencias de viajes que operen con
ción de su salud, seguridad e intereses económicos; a
una información adecuada y veraz; a la libertad de elec- turismo estudiantil a fin de obtener el corres-
ción y a condiciones de trato equitativo y digno. Las au- pondiente certificado de autorización deberán
toridades proveerán a la protección de esos derechos, a presentar una declaración jurada que con-
la educación para el consumo, a la defensa de la com- tenga la siguiente información: (...) c) Progra-
petencia contra toda forma de distorsión de los merca-
mas ofrecidos. Breve síntesis de los servicios
dos, al control de los monopolios naturales y legales, al
de la calidad y eficiencia de los servicios públicos y a la a prestar, nombre y domicilio de los distintos
constitución de asociaciones de consumidores y de usu- prestadores de servicios: hoteles, transportis-
arios. La legislación establecerá procedimientos eficaces tas y responsables de las excursiones con acla-
para la prevención y solución de conflictos y los marcos ración de cantidad de plazas contratadas con
regulatorios de los servicios públicos de competencia na-
cada uno de ellos. Se adjuntarán ejemplares
cional, previendo la necesaria participación de las aso-
ciaciones de consumidores y usuarios y de las provincias de la folletería y material de difusión”.
interesadas, en los organismos de control”.
(24) Ver CS, “Mosca, Hugo Arnaldo c. Buenos Aires con anterioridad en beneficio del turismo, las cuales se
Pcia. y otros s/ daños y perjuicios”, 10/5/2007. expresarán específicamente en la licencia respectiva.
Será requisito ineludible para el ejercicio de estas activi-
(25) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- dades, el obtener previamente la respectiva licencia en el
ternet/anexos/25000-29999/27128/norma.htm. Registro de Agentes de Viajes que llevará el organismo de
aplicación que fije el Poder Ejecutivo, el que determinará
(26) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- las normas y requisitos generales y de idoneidad para
ternet/anexos/130000-134999/132540/norma.htm. hacerla efectiva”.
(27) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- (30) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
ternet/anexos/15000-19999/18905/norma.htm. ternet/anexos/100000-104999/102724/norma.htm.
(28) El art. 1, inc. c de la ley 18.829 establece: “La or- (31) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
ganización de viajes de carácter individual o colectivo, ternet/anexos/75000-79999/75087/texact.htm.
excursiones, cruceros o similares, con o sin inclusión de
todos los servicios propios de los denominados viajes ’a (32) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
forfait’, en el país o en el extranjero”. ternet/anexos/120000-124999/124235/norma.htm
(29) El art. 1, inc. f de la ley 18.829 reza: “La realización (33) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
de actividades similares o conexas a las mencionadas ternet/anexos/25000-29999/27128/norma.htm.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 365


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

Como puede apreciarse, si bien las normas En la provincia de Chaco, la ley 6.637 (38)
citadas en este acápite se relacionan con la te- del año 2010 regula la actividad turística; crea
mática y se corresponden con algunos supues- el Instituto de Turismo del Chaco como ente
tos, no abordan la materia en estudio y lejos autárquico asistente del Poder Ejecutivo, tam-
están de regular los deportes extremos o el tu- bién crea el Registro de Prestadores Turísticos
y menciona el turismo estudiantil. En su anexo,
rismo aventura.
al clasificar las actividades turísticas, el punto
“1.5. Otros servicios” señala, entre otros: “1.5.3.
IV.2. Normativa provincial
Servicios de centros de turismo aventura, eco-
A nivel provincial, se encuentran ciertas dis- turismo, rural o similares”.
posiciones que regulan algunos deportes ex- La provincia de Chubut cuenta con la ley
tremos, actividades de turismo aventura o XXIII- 22 (39), antes ley 5.220, mediante la cual
cuestiones vinculadas a ellos, que se proceden se regula la promoción y fomento de empren-
a analizar brevemente a continuación. dimientos turísticos alternativos y organiza su
actividad; entre las modalidades enumeradas
En la provincia de Buenos Aires, la ley del turismo alternativo, se menciona el turismo
14.209 (34) declara de interés provincial el aventura. Asimismo, crea el Registro Provincial
turismo y crea el Registro de Prestadores Tu- de Prestadores y Operadores de Servicios Tu-
rísticos, sin hacer mención específica de los rísticos Alternativos, y se determinan las in-
deportes extremos o de aventura. fracciones por incumplimiento de la mentada
normativa y de las que en su consecuencia se
La provincia de Catamarca define el turis- dicten.
mo aventura en el art. 2 punto c) de la ley 5007, La provincia de Córdoba regula el turismo al-
en cuya parte pertinente establece: “(...) Turis- ternativo por medio de la ley 8801 (40) de 1999
mo aventura: A la forma que asume el turismo y de su decreto reglamentario 818/02 (41). A
ecológico cuando los turistas realizan despla- su vez, crea el Registro Provincial de Presta-
zamientos seducidos por un ambiente natural dores del Turismo Alternativo, reconoce como
sano y atractivo, pero con el propósito anexo de modalidad de este el turismo de aventura; de-
practicar en él algún tipo de actividad recreativa termina la obligatoriedad de un seguro y un ré-
o deportiva riesgosa para lo cual, generalmente gimen de sanciones. Asimismo, en el decreto
gozan de habilidades y capacidades especiales reglamentario 1525/2012 (42) establece cuáles
son las zonas de riesgo.
(...)”.
Por su parte, la ley 10.616 (43) del año 2019
Asimismo, por medio de la ley 5267 (35) se fomenta, promociona, organiza y regula la
crea el Registro de Prestadores de Servicios Tu-
rísticos; mediante la ley 5266 (36) del año 2008 (38) Ver en https://www.iprodich.gob.ar/uploads/im-
se regula la habilitación y prestación de servi- agen/Normas/347a73445ecee5f6e14652c47160f768.pdf.
cios de los guías de montaña, y la ley 5442 (37)
(39) Ver en http://www.legischubut.gov.ar/hl/digesto/
del año 2015 dispone el ordenamiento y regu- lxl/XXIII-22.html.
lación de la actividad de montaña.
(40) Ver en https://www.cordobaturismo.gov.ar/wp-
content/uploads/2018/08/6LeyDecretoTA.pdf.
(34) Ver en https://www.argentina.gob.ar/nor-
mativa/provincial/ley-14209-123456789-0abc-defg- (41) Ibidem.
902-4100bvorpyel. (42) Ver en https://www.cordobaturismo.gov.ar/wp-
(35) Ver en http://data.triviasp.com.ar/files/ content/uploads/2019/07/Decreto-1525-12-Zonas-Ries-
parte3/..%5Cparte2%5Clcatam5267.htm. go.pdf.

(36) Ver en http://www.saij.gob.ar/LPK0005266. (43) Ver en: http://www.saij.gob.ar/10616-


l o ca l - c o rd o b a - re g i m e n - l e ga l - d e p o r t e - e x-
(37) Ver en https://portal.catamarca.gob.ar/media/ tremo-lpo0010616-2019-03-06/123456789-
boletin-oficial-uploads/1170-boletin_nro_83.pdf. 0abc-defg-616-0100ovorpyel?q=fecha-

366 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

práctica —en forma aficionada o profesio- En la provincia de Entre Ríos, se advierte un


nal— de deportes extremos. Así pues, establece proyecto de ley (46) a través del cual se preten-
las pautas de seguridad que estas deben cum- de seguir el esquema de la provincia de Córdo-
plir para su reconocimiento y realización —en- ba, reglamentando los deportes extremos de
acción o las nuevas tendencias deportivas. No
tre ellas, la exigencia de un seguro de accidentes existe aún normativa vigente sobre la temática.
personales y responsabilidad civil—; y mecanis-
mos de vigilancia, control y fiscalización de las La provincia de Jujuy, a través de la ley
actividades. 6041 (47) del año 2017, regula, controla y pro-
mociona las actividades de turismo activo. En
También dispone que se deberá respetar, su art. 2, define el turismo activo como “(...) la
cuidar y preservar el ambiente y el patrimonio modalidad de turismo que se desarrolla en for-
paisajístico cultural en que se desarrollen es- ma habitual, permanente o transitoria, en gru-
pos reducidos con atención personalizada, cuyo
tas prácticas y, en su caso, adoptar las medidas propósito específico es participar en actividades
necesarias para su restauración y reparación que suponen la existencia de un riesgo contro-
cumplimentando la normativa ambiental vi- lado y cierto grado de destreza o esfuerzo físi-
gente. Crea el Registro Provincial de Deportes co asociado a desafíos personales, que requiere
Extremos, de Acción o Nuevas Tendencias De- asimismo un grado de especialización en la
portivas y un régimen de sanciones. Finalmen- prestación de los servicios, mediante el uso de
te, se destaca el art. 12 de la referida ley (44), tecnologías apropiadas o habilidades especia-
les”.
que regula las acciones preventivas.
Asimismo, crea el Registro de Prestadores y
La provincia de Corrientes, en la ley 6309 (45) Operadores de Turismo Activo; establece un
del año 2014, declara el turismo de interés pro- régimen de obligaciones y deberes de los ope-
vincial; determina que son actividades directa radores y/o prestadores de estas actividades,
o indirectamente relacionadas con el turismo entre ellas, contar con una póliza de seguro que
las que conforman el anexo I de la Ley Nacio- cubra las condiciones establecidas por esta ley
nal de Turismo 25.997 anteriormente mencio- y su reglamentación, y determina un régimen
sancionatorio.
nada; crea el Registro Provincial de Prestadores
de Servicios de la Provincia de Corrientes y un Resulta menester resaltar que la referida nor-
régimen sancionatorio. mativa establece expresamente que, por la na-
turaleza de la relación, serán de aplicación las
rango%3A%5B20181118%20TO%20 disposiciones de la ley nacional 24.240 (48)
20190518%5D&o=230&f=Total%7CFecha%7CEstado%20 —de Protección y Defensa de los Consumido-
de%20Vigencia%5B5%2C1%5D%7CTema%7COrganism res—, sus modificatorias y complementarias.
o%5B5%2C1%5D%7CAutor%5B5%2C1%5D%7CJurisdi
cci%F3n%5B5%2C1%5D%7CTribunal%5B5%2C1%5D% En la provincia de La Pampa, la ley 3092 (49)
7CPublicaci%F3n%5B5%2C1%5D%7CColecci%F3n%20
tem%E1tica%5B5%2C1%5D%7CTipo%20de%20Docu- del año 2018 declara el turismo de interés pro-
mento/Legislaci%F3n/Ley&t=688. vincial; crea el Registro Provincial de Presta-
(44) El art. 12 de la ley 10.616 establece: “Acciones pre-
ventivas. Se puede disponer la suspensión preventiva de (46) Ver en https://hcder.gov.ar/archivosDownload/
un evento, competencia, torneo, competición, práctica o textos/E23889-29112019-o.pdf.
la clausura preventiva de un predio o infraestructura des- (47) Ver en http://boletinoficial.jujuy.gob.
tinada a la realización de deportes extremos, de acción o ar/?p=80023.
nueva tendencia deportiva cuando hubiese riesgo cierto
o inminente de provocación de daños a las personas, a (48) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
los bienes o al ambiente o incumplimiento evidente de ternet/anexos/0-4999/638/texact.htm.
las condiciones mínimas de seguridad”.
(49) Ver en https://asesorialetradadegobierno.lapam-
(45) Ver en http://www.hcdcorrientes.gov.ar/Leyes- pa.gob.ar/images/stories/Archivos/AsesoriaLetrada/
texto/Ley6309.pdf. Leyes/2018/Ley_No__3092.pdf.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 367


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

dores de Servicios Turísticos; determina que didas que se pudieran ocasionar y se remite al
el desarrollo de toda actividad turística debe- régimen de sanciones determinado en la ley
rá realizarse en resguardo del ambiente; y esta- 8820 (52) (Ley de Turismo).
blece un régimen de infracciones y sanciones.
Por su parte, la ley 9390 (53) determina los
Por otro lado, la ley 3268 (50) del año 2020 procedimientos complementarios a cumplir
crea el Observatorio Turístico de la Provincia de ante la Secretaría de Deportes, Juventud y So-
La Pampa como centro de recopilación y proce- lidaridad, sobre el régimen de esponsorización
samiento de datos e información de la actividad de eventos deportivos, establecidos conforme la
turística en la provincia, para mejorar la gestión ley 8962 (54). En su art. 3, inc. f, define los de-
y la promoción turística en beneficio de la cali- portes de riesgo y aventura como “(...) aquellas
dad de vida de los residentes y la experiencia de disciplinas de nivel inicial, intermedio o avan-
los visitantes. zado, que se practiquen en contacto con la na-
turaleza o no, en forma recreativa o profesional
La provincia de la Rioja cuenta con la ley y que implique peligro para la integridad psico-
9820 (51) del año 2017, que regula la actividad física del deportista (...)”.
de turismo aventura. Lo define en su art. 3 como
“(...) toda actividad que se desarrolle en interac- La provincia de Mendoza reglamenta las acti-
ción con la naturaleza y en consonancia con los vidades de turismo de aventura y/o no conven-
valores paisajísticos o culturales, presentando cional por medio de la res. 492/96 (55); y exige
diferentes niveles de riesgo controlables, que la contratación de una póliza de seguro de res-
aporten opciones originales y seguras para in- ponsabilidad civil por cualquiera de los daños
corporarlas a la oferta turística”. físicos y/o muerte que pudieran sufrir los con-
tratantes durante la práctica de cualquiera de
Dicha ley solo se refiere a las actividades rea- las actividades contempladas en aquella. A su
lizadas en forma organizada, contratadas por vez, la res. 293/2019 (56) incorpora a ellas la
medio de un prestador, excluyendo las que se modalidad “canopy o tirolesa”.
realicen por cuenta de la persona o por clubes
debidamente autorizados en la especialidad de En la provincia de Misiones, se encuentra la
que se trate. ley XXIII- N°10 (57) (antes ley 3736) del año
2011, que regula y organiza la actividad de los
A su vez, dispone normas de seguridad y de emprendimientos turísticos alternativos. En
preservación del medio ambiente; crea el Re- el art. 3 determina que las modalidades de tu-
gistro Único de Prestadores de Turismo Aven- rismo alternativo son “(...) ecoturismo, agrotu-
tura; determina obligatorio el requerimiento rismo, turismo de aventura, turismo temático,
del consentimiento informado al participante, turismo educativo y toda otra actividad afín”.
cobertura de emergencia médica y un seguro
de responsabilidad civil por los daños y pér- (52) Ver en https://legislaturalarioja.com/legislacion/
ley-no-8-820/.
(50) Ver en: http://www.saij.gob. (53) Ver en https://legislaturalarioja.com/leyes/L9390.
ar/3268-local-pampa-creacion-obser vato- pdf.
rio-turistico-provincia-pampa-lpl0003268-
2020-09-24/123456789-0abc-defg-862-3000lvorp (54) Ver en https://legislaturalarioja.gob.ar/consulta-
yel?q=fecha-rango%3A%5B20200510%20TO%20 de-leyes.html#gsc.tab=0.
20201107%5D&o=330&f=Total%7CFecha%7CEstado%20 (55) Ver en https://www.mendoza.gov.ar/turismo/
de%20Vigencia%5B5%2C1%5D%7CTema%5B5%2C1%5 wp-content/uploads/sites/20/2018/08/Resol-492.-Turis-
D%7COrganismo%5B5%2C1%5D%7CAutor%5B5%2C1 mo-aventura.pdf.
%5D%7CJurisdicci%F3n%5B5%2C1%5D%7CTribunal%5
B5%2C1%5D%7CPublicaci%F3n%5B5%2C1%5D%7CCo (56) Ver en https://www.mendoza.gov.ar/turismo/wp-
lecci%F3n%20tem%E1tica%5B5%2C1%5D%7CTipo%20 content/uploads/sites/20/2020/02/Resoluci%C3%B3n-
de%20Documento/Legislaci%F3n/Ley&t=1332. N%C2%B0-293-19.pdf.
(51) Ver en https://legislaturalarioja.com/legislacion/ (57) Ver en http://digestomisiones.gob.ar/uploads/
ley-no-9-820/. documentos/leyes/LEY%20XXIII%20-%20N%2010.pdf.

368 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

Esta ley crea el Registro Provincial de Presta- de sanciones. Esta ley se encuentra reglamenta-
dores y Operadores de Servicios Turísticos Al- da por el decreto 206/13 (60).
ternativos; determina las obligaciones de los
prestadores de estas actividades, entre ellas la Esta provincia también cuenta con la ley
exigencia de una póliza de seguro de responsa- 3092 (61) (Ley de Rafting) que establece el mar-
bilidad civil por daños que puedan sufrir los con- co normativo y determina las competencias
tratantes, preservar el medio ambiente, entre administrativas que regulan la actividad de la
otras; y establece un régimen de infracciones. navegación llamada rafting.

La resolución 138/05 (58) de la provincia de En la provincia de Salta, la ley 7045 (62) de-
Neuquén del año 2005 regula la prestación de la clara el turismo como actividad socioeconómi-
actividad de turismo aventura; en su art. 2 dis- ca de interés provincial y prioritaria. En su art.
pone que “se entiende por la actividad de turis- 8 inc. J, determina que la Secretaría de la Go-
mo de aventura a las prácticas comerciales que bernación de Turismo tendrá la atribución y el
se desarrollen en un ambiente natural, en tierra, deber de “[p]romover y reglamentar el Turismo
agua o aire, para explorar y vivenciar una nueva convencional y alternativo en todas sus formas
experiencia, suponiendo generalmente, el fac- (estudiantil, de salud, social, científico, ecoló-
tor de riesgo y cierto grado de destreza o esfuer- gico, rural, de estancia, de aventura, religioso,
zo físico asociado a desafíos personales. Tales etc.)”.
acciones deberán cumplir con normas específi-
En la misma provincia, la res. 444/2009 (63)
cas de seguridad y protección, requiriendo para
reglamenta y establece los requisitos para la
ello a un prestador especializado habilitado por
prestación de servicios de turismo alternati-
la autoridad de aplicación de la Ley Provincial
vo (activo o de aventura). Lo define en su art.
de Turismo Nº 2414”.
2 como el “(...) turismo que no es el tradicional
La referida resolución regula las actividades y/o convencional, llamado también Turismo
organizadas, no así las autónomas, y exige que Activo o de Aventura, que implica viajes cuya
los prestadores de estas estén registrados. Asi- motivación principal es la práctica de activida-
mismo, requiere un seguro obligatorio y esta- des turístico — recreativas en contacto directo
blece un régimen sancionatorio. con la naturaleza y las expresiones culturales de
un modo sustentable con la actitud y compro-
Por su parte, la provincia de Río Negro, con miso de conocer, respetar, disfrutar y participar
la ley 3883 (59) del año 2004, regula el turismo de la protección del patrimonio natural y cultu-
activo y en su art. 2 define el turismo aventura ral del sitio visitado”.
como la “(...) actividad turística recreacional en
la que se utiliza el entorno natural para producir Por medio de la mencionada resolución, se
determinadas emociones y sensaciones de des- exige a los prestadores de estos servicios, entre
cubrimiento, exploración, riesgo controlado o otras cuestiones, cumplir con los seguros pro-
conquista de lo inexplorado y que implica cier- pios de la actividad, como ser la responsabilidad
to esfuerzo físico (...)”, y menciona con carácter civil que comprenda las actividades a desarro-
enunciativo las actividades que comprende. llar, seguro de accidentes personales, seguro de
asistencia médica y farmacéutica a pasajeros,
Además, crea el Registro de Prestadores y/u
Operadores de Turismo Activo, exige contar con (60) Ver en https://www.rionegro.gov.ar/download/
un seguro de responsabilidad civil respecto a archivos/00005531.pdf.
terceros y usuarios, cuantificado por el riesgo (61) Ver en https://web.legisrn.gov.ar/digesto/nor-
que la actividad implique, y dispone un régimen mas/ver?id=1997050019.
(62) Ver en http://turismosalta.gov.ar/images/up-
(58) Ver en http://www4.neuquen.gov.ar/gtt/pdf/act- loads/ley-provincial-7045-turismo.pdf.
turi-mont-resol138-05.pdf.
(63) Ver en http://turismosalta.gov.ar/images/up-
(59) Ver en https://www.rionegro.gov.ar/download/ loads/9.%20Resolucion%20444%20sobre%20turis-
archivos/00005529.pdf. mo%20aventura.pdf.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 369


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

seguro para vehículos, en caso de corresponder; En el art. 5 (67) determina que, en cambio,
además, deben estar registrados y la actividad el “turismo aventura” es la práctica en forma
debe estar habilitada. comercial de las actividades del art. 3 (68). Se
caracterizan estas por existir un guía o presta-
dor que brinda el servicio a cambio de dinero,
La normativa de la provincia de San Juan dis-
y un turista que contrata en forma voluntaria el
tingue entre “deporte aventura”, también llamado servicio. El objetivo de esta regulación es brin-
deporte de riesgo o deporte extremo, y “turismo dar protección a quienes practican estas disci-
aventura”. Así pues, la ley 7184 (64) (de las acti- plinas, evitando dañar el medio ambiente.
vidades recreativas en contacto con la naturale-
Empero, la ley 7184 (69) citada, sus modifica-
za) sancionada en el año 2001, en el art. 4 (65) torias y decretos reglamentarios fueron deroga-
define el “deporte aventura” como la práctica de dos por la ley 8156 (70) del año 2010. Esta última
las actividades enumeradas en el art. 3 (66), por ya no determina el concepto de turismo aventu-
parte de las personas que posean conocimiento y ra y se refiere solo al de la modalidad deporti-
va. Así, en su art. 4 establece: “Se entiende por
experiencia en el tema o por grupos de personas ‘Deporte de Aventura’ a la práctica de las activi-
que estén aprendiendo bajo sus instrucciones. dades detalladas en el Artículo 3º, por parte de
personas que posean conocimiento y experien-
(64) Ver en https://diputadossanjuan.gob.ar/leyes-
sancionadas/item/1905-ley-n-7184#:~:text=Proteger%20 (67) El art. 5 de la ley 7184 establece: “Turismo de
la%20flora%20y%20la,sido%20declarados%20 Aventura: Se entiende por ’Turismo de Aventura’ a la
espec%C3%ADficamente%20o%20no. práctica en forma comercial de alguna de las actividades
(65) El art. 4 de la ley 7184 reza: “Deporte de Aven- detalladas en el Artículo 3º. Se caracteriza por existir un
tura: Se entiende por ‘Deporte Aventura’ a la práctica de prestador o guía que brinda el servicio a cambio del pago
las actividades detalladas en el Artículo 3º, por parte de de dinero y un turista o grupo de ellos, que contratan en
personas que posean conocimiento y experiencia en el forma voluntaria el servicio ofrecido”.
tema, o por grupos de personas que estén aprendiendo (68) El art. 3 de la ley 7184 dispone: “Actividad en Con-
en compañía de sus instructores. Queda bajo la absoluta tacto con la Naturaleza: Se entiende por ’Actividad en
responsabilidad de las personas que practiquen esta ac- Contacto con la Naturaleza’ a la práctica, con reglas de
tividad, el decidir si están capacitados para realizarla por seguridad propias, de cualquier actividad de deporte,
su cuenta y riesgo, o si bien deben recurrir al auxilio de recreación o turismo que se ejecute en el aire, en tierra,
guías, bajo la modalidad de turismo de aventura que se en lagos, en ríos o en combinación de los anteriores y que
detalla a continuación”. implique la existencia de riesgo controlado. Se consider-
(66) El art. 3 de la ley 7184 dispone: “Actividad en Con- an comprendidas dentro de estas actividades, sin excluir
tacto con la Naturaleza: Se entiende por ’Actividad en otras nuevas que puedan surgir, a las que se describen a
Contacto con la Naturaleza’ a la práctica, con reglas de continuación: Trekking. Montañismo en la baja, media o
seguridad propias, de cualquier actividad de deporte, alta montaña. b.1.- Ascensiones. b.2.- Escalada técnica
recreación o turismo que se ejecute en el aire, en tierra, en roca. b.3.- Escalada técnica en hielo. Deportes de In-
en lagos, en ríos o en combinación de los anteriores y que vierno: c.1.- Esquí Alpino (descenso) c.2.- Esquí de fondo
implique la existencia de riesgo controlado. Se consider- (travesía) c.3.- Snowboard. Cabalgatas. Mountain bike.
an comprendidas dentro de estas actividades, sin excluir Espeleología. Deportes de Agua: g.1.- Canoa. g.2.- Raft-
otras nuevas que puedan surgir, a las que se describen a ing. g.3.- Kayak. g.4.- Hidrotrineo. g.5.- Buceo recreativo.
continuación: Trekking. Montañismo en la baja, media o Deportes de Aire: h.1.- Globo aerostático. h.2.- Parapente.
alta montaña. b.1.- Ascensiones. b.2.- Escalada técnica Enduro. Travesías en 4x4.-Las actividades comprendidas
en roca. b.3.- Escalada técnica en hielo. Deportes de In- en los incisos i) y j) del artículo precedente requerirán de
vierno: c.1.- Esquí Alpino (descenso) c.2.- Esquí de fondo la Declaración de Impacto Ambiental (D.I.A.) respectiva,
(travesía) c.3.- Snowboard. Cabalgatas. Mountain bike. o deberá realizarse en los espacios y las condiciones que
Espeleología. Deportes de Agua: g.1.- Canoa. g.2.- Raft- reglamentariamente establezca la Dirección de Política
ing. g.3.- Kayak. g.4.- Hidrotrineo. g.5.- Buceo recreativo. Ambiental”.
Deportes de Aire: h.1.- Globo aerostático. h.2.- Parapente. (69) Ver en https://diputadossanjuan.gob.ar/leyes-
Enduro. Travesías en 4x4.-Las actividades comprendidas sancionadas/item/1905-ley-n-7184#:~:text=Proteger%20
en los incisos i) y j) del artículo precedente requerirán de la%20flora%20y%20la,sido%20declarados%20
la Declaración de Impacto Ambiental (D.I.A.) respectiva, espec%C3%ADficamente%20o%20no.
o deberá realizarse en los espacios y las condiciones que
reglamentariamente establezca la Dirección de Política (70) Ver en https://diputadossanjuan.gob.ar/leyes-
Ambiental”. sancionadas/item/742-ley-n-8156.

370 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

cia en las mismas o por grupos de personas que Así también, en la referida provincia, la ley
estén aprendiendo en compañía de sus instruc- 3187 (74) del año 2011 (Ley de Deporte, Recrea-
tores. Queda bajo la absoluta responsabilidad ción y Turismo Social) establece que desarrolla-
de las personas que practiquen esta actividad, el rá planes en materia deportiva a fin de proteger
decidir si están capacitados para realizarla por protección al deporte en todas sus disciplinas y
su cuenta y riesgo o si bien deben recurrir al au- expresiones: escolar, comunitario, infantil, uni-
xilio de instructores”. versitario, capacidades especiales, la tercera
edad, recreativo, de alto rendimiento, aventura
No obstante, al enunciar las normas de segu- y alto riesgo, destreza ecuestre, federado y con-
ridad, dispone que estas se aplican ya sea en las federado.
modalidades de deporte o de turismo aventu-
ra. En su art. 7 establece un principio solidario: La provincia de Tierra del Fuego, Antártida e
“Para el caso de un pedido de socorro o de tener Islas del Atlántico Sur cuenta con la ley 837 (75)
que efectuar un rescate, primará el principio de del año 2010 (Ley de Actividades y Servicios
solidaridad para los deportistas, guías de turis- de Turismo Aventura), que define el turismo
mo aventura y prestadores, cualquiera sea su es- aventura en su art. 2: “Entiéndese por turismo
pecialidad que consiste en prestar colaboración aventura a la modalidad de turismo que con fi-
nes de lucro se desarrolla en forma habitual,
en la medida de sus posibilidades y de la proxi-
permanente o transitoria, en grupos reduci-
midad al necesitado de ayuda”. También dispo-
dos con atención personalizada, cuyo propósi-
ne medidas de prevención del medio ambiente
to específico es participar en actividades en un
y un régimen sancionatorio.
medioambiente natural o antrópico, para explo-
Por otro lado, la ley 5933 (71) crea un Registro rar y vivenciar una experiencia, que supone la
existencia de un riesgo controlado y cierto gra-
Provincial de Guías de Turismo. Dicha ley es re-
do de destreza o esfuerzo físico asociado a desa-
glamentada por el decreto 1178/96 (72).
fíos personales, y que requiere un alto grado de
En la provincia de Santa Cruz, la ley 1045 (73) especialización en la prestación de los servicios,
del año 1976 declara de interés provincial el tu- mediante el uso de tecnologías apropiadas o ha-
rismo, crea el Registro Provincial de Actividades bilidades especiales”.
Turísticas y establece la obligatoriedad por par- La mentada ley regula las actividades turísti-
te de los prestadores de servicios turísticos de cas organizadas y las clasifica según el nivel de
constituir un seguro en una entidad financiera riesgo que generan para quienes las practican. A
del Estado provincial a favor de toda persona su vez, crea el Registro Provincial de Operadores
usuaria. de Turismo Aventura, se exige un seguro obliga-
torio, preservar el medio ambiente, y se estable-
(71) Ver en http://www.saij.gob.ar/LPJ0005933. ce un régimen de contravenciones. Se encuentra
(72) Ver en ibidem. reglamentada por el decreto 1135/2015 (76).
(73) Ver en http://www.saij.gob.ar/1045-local- La provincia de Tucumán regula el turismo
santa-cruz-ley-turismo-creacion-direccion-provin-
cial-turismo-lpz0001045-1976-07-15/123456789-
activo mediante la ley 9142 (77) del año 2018,
0abc-defg-540-1000zvorpyel?q=moreLikeThis%28id-
infojus%2C%20numero-norma%5E4%2C%20 (74) Ver en http://www.saij.gob.ar/3187-local-santa-
tipo-documento%5E4%2C%20titulo%5E4%2C%20 cruz-ley-deporte-recreacion-turismo-social-provincia-
jurisdiccion%2C%20tesauro%2C%20provincia%2C%20 santa-cruz-lpz0003187-2010-11-25/123456789-0abc-
tribunal%2C%20organismo%2C%20autor%2C%20te defg-781-3000zvorpyel.
xto%5E0.5%29%3A1045&o=2&f=Total%7CFecha%7C
Estado%20de%20Vigencia/Vigente%2C%20de%20al- (75) Ver en https://infuetur.gob.ar/documentos/legis-
cance%20general%7CTema%5B5%2C1%5D%7COrgani lacion_turistica.
smo%5B5%2C1%5D%7CAutor%5B5%2C1%5D%7CJuris (76) Ver en https://infuetur.gob.ar/documentos/legis-
dicci%F3n/Local/Santa%20Cruz%7CTribunal%5B5%2C lacion_turistica.
1%5D%7CPublicaci%F3n%5B5%2C1%5D%7CColecci%
F3n%20tem%E1tica%5B5%2C1%5D%7CTipo%20de%20 (77) Ver en https://boletin.tucuman.gov.ar/aviso?nrob
Documento/Legislaci%F3n/Ley&t=3. oletin=29399&tipo=2&nroaviso=69961.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 371


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

con la finalidad de dar una adecuada protección ría de ellos no son específicos de estos deportes,
a los usuarios de estos servicios. En el art. 1°, de- sino que comprenden todas las prestaciones tu-
fine el turismo activo como “(...) las prácticas rísticas en general.
comerciales que se desarrollen en el marco de
un ambiente natural, en tierra, agua o aire, para Se advierte entonces que existen jurisdiccio-
explorar y vivenciar una experiencia que supo- nes que no cuentan con el marco regulatorio
ne la existencia de un riesgo controlado y cierto necesario para ordenar el segmento, otras pre-
grado de destreza o esfuerzo físico por parte de sentan disposiciones que requieren ser actuali-
quien lo practica (...)”, y dispone que “ (...) tales zadas, y otras deben reglamentar e implementar
acciones deben cumplir con normas específicas la normativa existente. Lo que trae aparejado
de seguridad y protección, requiriendo para ello variadas consecuencias, que se analizarán en el
a un prestador especializado, registrado por la capítulo tercero.
Autoridad de Aplicación de la presente Ley”.
IV.3. Derecho comparado
La regulación antes mencionada además exige
a los prestadores de las actividades estar registra- Al igual que en la Argentina, en España, los
dos y contar con un seguro que cubra los riesgos deportes extremos no cuentan con una regula-
inherentes a la actividad que desarrollan, y esta- ción específica; estos quedan bajo la regulación
blece un régimen de faltas y sanciones. general de la responsabilidad civil del Código
Civil, y la doctrina y la jurisprudencia delimitan
De todo lo expuesto, se puede observar que y complementan dicha circunstancia.
la regulación de los deportes extremos, de ries-
go o de aventura en las distintas provincias del La doctrina y la jurisprudencia españolas, en
territorio argentino es escasa, heterogénea e in- lo que a los referidos deportes respecta, apun-
completa; incluso hay provincias que no tienen tan a un equilibrio e interacción entre la asun-
regulación al respecto, por ejemplo, Formosa, ción de riesgos y los deberes de seguridad de los
San Luis, Santa Fe y Santiago del Estero. organizadores; se señala que el límite del riesgo
asumido por el usuario deportista es el compor-
A su vez, se evidencia que la normativa en tamiento negligente del prestador del servicio,
la mayoría de las provincias se encuentra des- que se presenta fundamentalmente en tres as-
actualizada, y que se enfoca a las actividades pectos: la deficiente conservación de las ins-
consideradas como “turismo aventura”, no com- talaciones o del material deportivo, la falta de
prendiendo la totalidad de los deportes extre- medidas de organización y la omisión del cui-
mos y sus diferentes variantes. dado especial que requiere el aprendizaje de de-
terminadas actividades (78).
Muy pocas distinguen las actividades en las
modalidades de autónomas y organizadas, por En esa línea de pensamiento, se destacan dos
lo general regulan solo estas últimas; es decir, pronunciamientos de la jurisprudencia espa-
solo los deportes que son prestados por un or- ñola, con relación a demandas promovidas por
ganizador, y no así los que efectúa el sujeto por accidentes en ocasión de participar en la activi-
su propia cuenta. Además, en el detalle de las dad deportiva de rafting. En uno de ellos, un jo-
actividades no comprenden todos los deportes, ven de 21 años de edad fallece al caer de la balsa
máxime teniendo en cuenta que con el paso del neumática y golpearse con una piedra. Fue de-
tiempo van surgiendo nuevos. mandada la asociación deportiva con la que la
víctima había contratado la actividad y el mo-
En su contenido, tales regulaciones no brin- nitor que la dirigía; la demanda fue desestima-
dan respuesta a todas las cuestiones involucra- da en las sucesivas instancias y, al entender en
das en la materia, ninguna hace mención de la casación, la Sala Primera del Tribunal Supremo
asunción de riesgos o de la responsabilidad ci- declaró la falta de culpa de la entidad deman-
vil, muy pocas determinan medidas de preven- dada, dado que no observó ninguna deficiencia
ción, algunas exigen un seguro que cubra daños en la organización que incrementara el riesgo;
ante eventuales accidentes, otras nada dicen al
respecto. Muchas crean registros, pero la mayo- (78) Cfr. ibidem, p. 281.

372 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

además, sostuvo que la actividad fue volunta- Asimismo, en dicho país existen normas de
riamente asumida, y el peligro, conocido por calidad dictadas por el Instituto Nacional de
la víctima. Por ello, consideró que el accidente Normalización, en las que se exige el llenado de
tuvo lugar dentro del ámbito del riesgo asumido una ficha al inicio de las actividades, en la que
y aceptado (79). deberá constar determinada información. Para
la práctica de rafting, por ejemplo, se exige de-
Sin embargo, en otro pronunciamiento de la claración de experiencia del cliente en natación
misma actividad deportiva, la Justicia española y descenso, y se requiere para todos los grados
determinó una decisión distinta y responsabili- de descenso que el cliente no posea algún im-
zó al monitor de la embarcación y a la empre- pedimento físico que le impida ver, oír o nadar.
sa organizadora de la excursión por considerar Se establece como obligación del guía chequear
insuficientes las medidas de control brindadas, el estado físico, aptitud y aprehensiones de las
y culpa leve en tanto el monitor no supo cómo personas que participan en la actividad y que
actuar con la prontitud que le eran exigibles. No complementa la información contenida en la fi-
obstante, esta decisión fue criticada por la doc- cha que contiene el perfil del cliente (84).
trina, pues se considera que no se había demos-
trado negligencia alguna (80). En Perú, el 11 de junio del 2016, se aprobó
el Reglamento de Seguridad para la Prestación
Por otra parte, Chile es el país con mayor can- del Servicio Turístico de Aventura —decreto su-
tidad de normas en Latinoamérica con rela- premo Nº 005-2016-MINCETUR (85)—, en el
ción a los deportes aventura; la Ley de Turismo marco legal de la Ley General de Turismo Nº
[ley 20.423 (81)] incluye un sistema que obli- 29.408 (86), que constituyó un antecedente ge-
ga al registro de todas las empresas que ofrez- nérico para regular la práctica de deportes ex-
can actividades de turismo aventura, y además tremos en dicho país.
se deben cumplir los estándares mínimos de
seguridad que fueron fijados por el del decreto Por su parte, México cuenta con una norma
19/2019 (82). oficial que establece los requisitos de seguridad,
información y operación que deben cumplir los
Los prestadores de turismo aventura que aún prestadores de servicios turísticos de turismo de
no se registran se arriesgan a ser denunciados aventura, bajo el 11 (87) del año 2001.
por cualquier persona ante los juzgados de poli-
cía local y a ser multados, según se establece en Así, el prestador debe ofrecer al turista la in-
el artículo 50 de la ley 20.423 (83). formación sobre el tipo de actividad a desarro-

(79) Ver STS 7978/2001, del 17/10/2001 (se puede con- istro Nacional de Clasificación. c) Con una multa de 25
sultar: http://www.poderjudicial.es/search/index.jsp); y 35 UTM, el prestador de servicios de turismo aventura
en PITA, Enrique M., ob. cit., p. 282. que no cumpla con los estándares de seguridad a que se
refiere la presente ley”.
(80) Cfr. ORTI Vallejo, Antonio, “Responsabilidad civil
en la práctica de actividades de ocio peligrosas”, ob. cit. (84) Cfr. SILVESTRE, Norma O., “El turismo de aven-
tura. Algunos aspectos jurídicos”, en Revista de Respon-
(81) Ver en https://www.bcn.cl/leychile/ sabilidad Civil y Seguros, LA LEY, mayo/2008.
navegar?idNorma=1010960.
(85) Ver en https://busquedas.elperuano.pe/
(82) Ver en https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idN normaslegales/aprueban-el-reglamento-de-segur-
orma=1130452&idParte=10014701. idad-para-la-prestacion-del-s-decreto-supremo-n-
(83) El art. 50 de la ley 20.423 establece: “Artículo 50.- 005-2016-mincetur-1391743-2/#:~:text=N%C2%BA%20
Especialmente serán sancionados: a) Con una multa de 0 0 5 % 2 D 2 0 1 6 % 2 D M I N C E T -
entre 5 y 10 UTM, el prestador de servicios de alojamien- UR&text=Apru%C3%A9bese%20el%20Reglamento%20
to; y de entre 5 y 20 UTM, el prestador de servicios de de%20Seguridad,%20Disposici%C3%B3n%20Comple-
turismo aventura, que no cumplan con la obligación de mentaria%20Transitoria.
registro establecida en el artículo 34. b) Con una multa de (86) Ver en http://extwprlegs1.fao.org/docs/pdf/
entre 5 y 20 UTM, el prestador de servicios de alojamien- per89826.pdf.
to o de turismo aventura que haya clasificado deliberada-
mente el servicio que presta en una categoría diferente a (87) Ver en https://info.jalisco.gob.mx/sites/default/
la que le corresponda, de acuerdo al reglamento del Reg- files/leyes/NOM011TUR-req_turismo_aventura.pdf.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 373


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

llar a través de una charla orientadora, y debe ra y para evaluar si cumplen con las exigencias
entregar en papel membrete de la empresa — de seguridad. Este es voluntario y su obtención
en español y en inglés— un reglamento interno genera un diferencial para los que lo obtienen,
que contenga: a) definición de las condiciones aportando garantía de calidad en sus servi-
atmosféricas, naturales y de salud bajo las cua- cios (90).
les se pueden o no realizar las actividades; b)
condiciones físicas y de edad mínimas requeri- Como se puede apreciar, ciertos países se en-
das para la realización de la actividad; c) riesgos cuentran más avanzados en la regulación de
que pueden presentarse durante la realización esta temática, delimitando los parámetros ge-
de las actividades; d) medidas de seguridad que nerales de estos deportes a nivel nacional; iden-
debe cumplir el turista mientras se presten los tificándolos —en algunos casos— exigiendo
servicios. La misma información, con el agre- un registro de estos, determinando los requisi-
gado de padecimientos físicos y medicinas que tos de seguridad, entre otras cuestiones; lo que
utiliza el participante, debe constar en un for- permite obtener una respuesta adecuada y uni-
mato que debe ser llenado y firmado por este úl- forme frente a las consecuencias que pueden
timo (88). producirse con la práctica de estas actividades
riesgosas, teniendo en cuenta el caso en concre-
Similares exigencias se establecen en Costa to, pero bajo la mirada de una normativa gene-
Rica mediante el reglamento para la operación ral y clara.
de actividades de turismo aventura, decreto
ejecutivo 39.703 39703-S-TUR del 22 de febrero CAPÍTULO II
2016; Reglamento para la Operación de Activi- EL DEBER DE PREVENCIÓN, LA ASUNCIÓN
dades de Turismo Aventura, publicado en el al- DE RIESGOS Y LA RESPONSABILIDAD
cance 92 a La Gaceta N.° 108 del 6 de junio de CIVIL. BREVÍSIMOS LINEAMIENTOS
2016; adicionado por decreto ejecutivo 40621-S-
TUR del día 7 de julio del 2017, denominado I. Función preventiva. Antecedentes nor-
Adición al Transitorio Único del Reglamento mativos
para la Operación de Actividades de Turismo
Aventura, publicado en el alcance 220 a La Ga- Si bien antes de la sanción del Código Civil
ceta 173 del 12 de septiembre del 2017; modifica- y Comercial de la Nación no existía en el orde-
do por decreto ejecutivo 41554-S-TUR del 16 de namiento jurídico argentino un régimen especí-
enero del 2019, denominado Reforma al Tran- fico de prevención del daño, el derogado Código
sitorio Único del Reglamento para la Operación Civil de Vélez Sarsfield contenía algunas dispo-
de Actividades de Turismo de Aventura, publi- siciones con finalidades protectorias. Así, por
cado en La Gaceta 48 del 8 de marzo del 2019; ejemplo, la acción de daño temido, regulada en
modificado por decreto ejecutivo 42487-S-TUR el art. 2499 (91).
del 27 de julio del 2020, denominado Refor-
ma al Transitorio Único del Decreto Ejecutivo Asimismo, resultan de suma importancia en
39703-S-TUR, Reglamento para la Operación de esta temática las normas que emanan de los
Actividades de Turismo de Aventura, del 22 de
febrero del 2016, publicado en La Gaceta 237 del (90) Ver en https://todoparaviajar.com/noticia/brasil-
25 de septiembre del 2020 (89). crea-un-sello-de-seguridad-para-el-turismo-de-aventu-
ra y www.turismo.gov.br.
En Brasil, en agosto del año 2009, a través de
un programa llamado Aventura Segura, se creó (91) El art. 2499 del Código Civil establece: “Habrá tur-
bación de la posesión cuando por una obra nueva que
un certificado de seguridad para calificar las ac- se comenzara a hacer en inmuebles que no fuesen del
tividades relacionadas con el turismo aventu- poseedor, sean de la clase que fueren, la posesión de éste
sufriere un menoscabo que cediese en beneficio del que
(88) Ver SILVESTRE, Norma O., ob. cit. ejecuta la obra nueva. Quien tema que de un edificio o de
otra cosa derive un daño a sus bienes, puede denunciar
(89) Ver en https://www.ict.go.cr/es/documentos- ese hecho al juez a fin de que se adopten las oportunas
institucionales/legislaci%C3%B3n-de-empresas/leyes- medidas cautelares” (párrafo incorporado por art. 1° de
y-reglamentos/1109-reglamento-para-la-operacion-de- la ley 17.711, BO 26/4/1968. Vigencia: a partir del 1° de
actividades-de-turismo-aventura/file.html. julio de 1968).

374 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

arts. 42 y 43 de la Constitución Nacional (92); Defensa de Competencia 25.156 (94), entre otras
sumándose a ellas la Ley sobre Lealtad Comer- disposiciones que fomentan la prevención.
cial [arts. 9 y 14 de la ley 22.802 (93)], la Ley de
Por su parte, la ley 24.240 (95) (Ley de Defen-
(92) El art. 42 de la Constitución Nacional dispone:
sa del Consumidor) también contiene diferen-
“Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tes normas preventivas con el fin de brindar una
tienen derecho, en la relación de consumo, a la protec- fuerte protección a los consumidores y usuarios.
ción de su salud, seguridad e intereses económicos; a Se destacan el art. 52 (96), que determina que
una información adecuada y veraz; a la libertad de elec-
ción, y a condiciones de trato equitativo y digno. Las au-
toridades proveerán a la protección de esos derechos, a ción de bienes muebles, inmuebles o servicios”. El art.
la educación para el consumo, a la defensa de la com- 14 de la ley 22.802 expresa: “Para el cumplimiento de su
petencia contra toda forma de distorsión de los merca- cometido las autoridades de aplicación a través de los or-
dos, al control de los monopolios naturales y legales, al ganismos que determine podrán: a) Extraer muestras de
de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la mercaderías y realizar los actos necesarios para controlar
constitución de asociaciones de consumidores y de usu- y verificar el cumplimiento de la presente ley. b) Inter-
arios. La legislación establecerá procedimientos eficaces venir frutos o productos cuando aparezca manifiesta in-
para la prevención y solución de conflictos, y los marcos fracción o cuando existiendo fundada sospecha de ésta,
regulatorios de los servicios públicos de competencia na- su verificación pueda frustrarse por la demora o por la
cional, previendo la necesaria participación de las aso- acción del presunto responsable o de terceros. La inter-
ciaciones de consumidores y usuarios y de las provincias vención será dejada sin efecto en cuanto sea subsanada
interesadas, en los organismos de control”. El art. 43 de la la infracción, sin perjuicio de la aplicación de las penas
Constitución Nacional reza: “Toda persona puede inter- que establece la presente ley. c) Ingresar en días y horas
poner acción expedita y rápida de amparo, siempre que hábiles a los locales donde se ejerzan las actividades reg-
no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo uladas en la ley salvo en la parte destinada a domicilio
acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, privado, examinar y exigir la exhibición de libros y docu-
que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere mentos, verificar existencias, requerir informaciones,
o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, nombrar depositarios de productos intervenidos, pro-
derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, ceder al secuestro de los elementos probatorios de la pre-
un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la sunta infracción, citar y hacer comparecer a las personas
inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto que se considere procedente pudiendo recabar el auxilio
u omisión lesiva. Podrán interponer esta acción contra de la fuerza pública si fuere necesario. d) Sustanciar los
cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los sumarios por violación a las disposiciones de la presente
derechos que protegen al ambiente, a la competencia, ley y proceder a su resolución, asegurando el derecho de
al usuario y al consumidor, así como a los derechos de defensa. e) Ordenar el cese de la rotulación, publicidad
incidencia colectiva en general, el afectado, el defen- o la conducta que infrinja las normas establecidas por la
sor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos presente ley, durante la instrucción del pertinente suma-
fines, registradas conforme a la ley, la que determinará rio. Esta medida será apelable. El recurso deberá inter-
los requisitos y formas de su organización. Toda persona ponerse en el plazo de CINCO días de acuerdo al proced-
podrá interponer esta acción para tomar conocimiento imiento establecido en el artículo 22 y se concederá con
de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten efecto devolutivo. f ) Solicitar al juez competente el alla-
en registros o bancos de datos públicos, o los privados namiento de domicilios privados, y de los locales a que se
destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o refiere el inciso c) del artículo en días y horas inhábiles”.
discriminación, para exigir la supresión, rectificación, (94) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
confidencialidad o actualización de aquéllos. No po- ternet/anexos/60000-64999/60016/norma.htm.
drá afectarse el secreto de las fuentes de información
periodística. Cuando el derecho lesionado, restringido, (95) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
alterado o amenazado fuera la libertad física, o en caso ternet/anexos/0-4999/638/texact.htm.
de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de
detención, o en el de desaparición forzada de personas, (96) El art. 52 de la ley 24.240 dispone: “Acciones Judici-
la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por el ales. Sin perjuicio de lo dispuesto en esta ley, el consumi-
afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá dor y usuario podrán iniciar acciones judiciales cuando
de inmediato, aun durante la vigencia del estado de sitio”. sus intereses resulten afectados o amenazados. La acción
corresponderá al consumidor o usuario por su propio
(93) El art. 9 de la ley 22.802 dispone: “Queda prohi- derecho, a las asociaciones de consumidores o usuarios
bida la realización de cualquier clase de presentación, de autorizadas en los términos del artículo 56 de esta ley, a
publicidad o propaganda que mediante inexactitudes u la autoridad de aplicación nacional o local, al Defensor
ocultamientos pueda inducir a error, engaño o confusión del Pueblo y al Ministerio Público Fiscal. Dicho Minis-
respecto de las características o propiedades, naturaleza, terio, cuando no intervenga en el proceso como parte,
origen, calidad, pureza, mezcla, cantidad, uso, precio, actuará obligatoriamente como fiscal de la ley. En las
condiciones de comercialización o técnicas de produc- causas judiciales que tramiten en defensa de intereses de

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 375


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

pueden iniciarse acciones judiciales en ocasión práctica, de modo de evitar las principales con-
de que los intereses del consumidor se vean tingencias que el desarrollo del juego haga pre-
afectados o amenazados; y el art. 52 bis (97), visibles (99).
que dispone el daño punitivo con un claro pro-
pósito disuasivo, y establece que el juez podrá No obstante, como se verá seguidamente, el
aplicar una multa civil a favor del consumidor, deber de prevención no incumbe únicamente
que se graduará en función de la gravedad del a los organizadores en el marco de una com-
hecho y de las demás circunstancias del caso, petencia deportiva, o en la práctica individual
independientemente de otras indemnizaciones o grupal; sino que atañe a todos los sujetos que
que correspondan. intervienen en la actividad, incluso al Estado.

Por otro lado, la función preventiva ya era I.1. Deber de prevención en el Código Civil y
aplicada jurisprudencialmente antes de su con- Comercial de la Nación
sagración legislativa en el actual articulado del
Código Civil y Comercial de la Nación; así pues, El Código Civil y Comercial de la Nación, vi-
se ha sostenido al respecto que el vínculo del gente desde el 1° de agosto de 2015, ha propi-
usuario de un servicio deportivo con la entidad ciado un régimen expreso para la prevención
que lo organiza o presta encuadra en una rela- de los daños. Consolida formalmente la idea
ción de consumo y, así, ha referenciado los de- de que la responsabilidad civil no se agota en la
beres de seguridad e información que las reglas clásica función de reparar el daño ocasionado,
protectorias consagran (98). sino que también forma parte de ella la misión
de prevenir la producción innecesaria de perjui-
En ese orden de ideas, se ha definido el térmi- cios (100).
no “organizador”, sosteniendo que es la persona
física o jurídica que toma a su cargo la realiza- Se trata de la denominada función preventiva
ción del espectáculo, contratando los servicios de la responsabilidad civil, un complemento de
especiales para su desarrollo y debiendo pre- las tradicionales vías resarcitorias, que guarda
ver los aspectos atenientes a la seguridad de la estrecha relación con el principio neminen lae-
dere, el cual supone primero no dañar a otro y
luego, si se lo daña, reparar el perjuicio causado;
incidencia colectiva, las asociaciones de consumidores y
usuarios que lo requieran estarán habilitadas como litis- dado que el no dañar a otro lleva implícita la evi-
consortes de cualquiera de los demás legitimados por el tación del perjuicio (101).
presente artículo, previa evaluación del juez competente
sobre la legitimación de éstas. Resolverá si es procedente El mandato consiste concretamente en anti-
o no, teniendo en cuenta si existe su respectiva acredit- ciparse y evitar que se produzca el perjuicio, y
ación para tal fin de acuerdo a la normativa vigente. En deriva del principio general de la buena fe nor-
caso de desistimiento o abandono de la acción de las
referidas asociaciones legitimadas la titularidad activa mado en el art. 9 del Cód. Civ. y Com. (102), se-
será asumida por el Ministerio Público Fiscal”. gún el cual todo sujeto debe comportarse de
(97) El art. 52 bis de la ley 24.240 expresa: “Daño Pu-
nitivo. Al proveedor que no cumpla sus obligaciones le- (99) Ver Cám. Civ. y Com., Sala I, Lomas de Zamora,
gales o contractuales con el consumidor, a instancia del “Angelakis, Nicolas G. c. Tamango, Sergio C. y otros”,
damnificado, el juez podrá aplicar una multa civil a fa- 24/11/02.
vor del consumidor, la que se graduará en función de la (100) Cfr. ALTERINI, Jorge H., “Código Civil y Comer-
gravedad del hecho y demás circunstancias del caso, in- cial comentado. Tratado exegético”, La Ley, Buenos Aires,
dependientemente de otras indemnizaciones que corre- 2016, 2ª ed. actualizada y aumentada, t. VIII, p. 18.
spondan. Cuando más de un proveedor sea responsable
del incumplimiento responderán todos solidariamente (101) Ver PIZARRO, Ramón D., “Función preven-
ante el consumidor, sin perjuicio de las acciones de re- tiva de la responsabilidad civil. Aspectos generales”, AP/
greso que les correspondan. La multa civil que se impon- DOC/708/2017.
ga no podrá superar el máximo de la sanción de multa
prevista en el artículo 47, inciso b) de esta ley”. (102) El art. 9 del Cód. Civ. y Com. establece: “Prin-
cipio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de
(98) Cfr. CNCiv., Sala A, “Duvidovich Gallo, Patricia buena fe. El primer principio que hace al ejercicio de los
Adriana c. Valle de Las Leñas S.A. y otro s/ daños y per- derechos subjetivos dirigidos al ciudadano es el de buena
juicios”, 19/04/2012. fe”.

376 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

manera honesta y honrada en las relaciones en- surge de los arts. 1764 (106) y 1765 (107), y que
tabladas con sus semejantes (103). se aplica por analogía, pues no hay principio al-
guno de derecho público que se contradiga con
Como se ha dicho, el Cód. Civ. y Com. incor- el régimen normativo del Cód. Civ. y Com. en
poró la función preventiva de manera expresa. materia de prevención del daño (108).
Así pues, el art. 1708 del referido ordenamiento
Cabe advertir que estas normas deben ser in-
dispone: “Funciones de la responsabilidad. Las
terpretadas con razonabilidad, debido a que
disposiciones de este Título son aplicables a la
resultan ser muy abiertas y flexibles; y todo en-
prevención del daño y a su reparación”. Por su
foque que se realice con base en estos criterios
parte, el art. 1710 (104) establece la máxima ex- laxos impactará en mayor o en menor medida
presión del principio de no dañar a otro e im- en el principio de reserva que contiene el art.
porta un verdadero deber de seguridad (105). 19 de la Constitución Nacional (109), según el
cual nadie está obligado a hacer lo que el orde-
Este último impone a toda persona el deber namiento jurídico no manda, ni impedido de
de evitar, en cuanto de ella dependa, causar un hacer lo que este no prohíbe (110).
daño no justificado; de adoptar, de buena fe y
conforme las circunstancias, las medidas razo- El instituto en análisis consagra un deber jurí-
nables para evitar que se produzca un daño o dico, ya que su cumplimiento puede ser exigido
para disminuir su magnitud; y, en su caso, si ya judicialmente cuando se cumplan las condicio-
se produjo, de no agravarlo. nes previstas en los arts. 1711 y 1712 del Cód.
Civ. y Com. (111). Las mencionadas disposi-
Y se refiere a toda persona sin distinción, tanto ciones se complementan con instituciones de
a las humanas como a las jurídicas que tengan la carácter procesal, que resultan indispensables
para asegurar la prevención del daño de mane-
posibilidad material o jurídica de evitar el per-
ra eficaz. Así, dentro de la tutela inhibitoria pro-
juicio, sea la vinculación contractual o aquilia-
cesal, se pueden mencionar, por ejemplo, las
na. Asimismo, resulta menester mencionar que
algunos autores señalan que el término “toda (106) El art. 1764 del Cód. Civ. y Com. establece: “In-
persona” incluye al Estado, a pesar de la inapli- aplicabilidad de normas. Las disposiciones del Capítulo
cabilidad de las normas del Cód. Civ. y Com. que 1 de este Título no son aplicables a la responsabilidad del
Estado de manera directa ni subsidiaria”.

(103) Cfr. UBIRÍA, Fernando A., “Derecho de daños en (107) El art. 1765 del Cód. Civ. y Com. expresa: “Re-
el Código Civil y Comercial de la Nación”, Abeledo Per- sponsabilidad del Estado. La responsabilidad del Estado
rot, 2015, 1ª ed. ver en https://bd.austral.edu.ar:2063/ se rige por las normas y principios del derecho adminis-
title.html?redirect=true&titleKey=laley%2F2015%2F4 trativo nacional o local según corresponda”.
1838498%2Fv1.1&titleStage=F&titleAcct=ia744d77900 (108) Ver PIZARRO, Ramón D., ob. cit., p. 6.
00015acdf6c5409a8fff87#sl=e&eid=1b688adcd4a9da4
0c3754521f18e72ef&eat=8F47C3A6-FC6F-1A6A-3925- (109) El art. 19 de la CN reza: “Las acciones privadas
7A415C76A94F&pg=7&psl=&nvgS=false&tmp=157. de los hombres que de ningún modo ofendan al orden
y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están
(104) El art. 1710 del Cód. Civ. y Com. dispone: “De- sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los
ber de prevención del daño Toda persona tiene el deber, magistrados”.
en cuanto de ella dependa, de: a) evitar causar un daño
no justificado; b) adoptar, de buena fe y conforme a las (110) Cfr. PIZARRO, Ramón D., ob. cit., p. 6.
circunstancias, las medidas razonables para evitar que
se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales (111) El art. 1711 del Cód. Civ. y Com. dispone: “Acción
medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño preventiva. La acción preventiva procede cuando una ac-
del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que ción u omisión antijurídica hace previsible la producción
éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió, de un daño, su continuación o agravamiento. No es exi-
conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa; c) gible la concurrencia de ningún factor de atribución”. El
no agravar el daño, si ya se produjo”. art. 1712 del Cód. Civ. y Com. establece: “Legitimación.
Están legitimados para reclamar quienes acreditan un
(105) Cfr. UBIRÍA, Fernando A., ob. cit. interés razonable en la prevención del daño”.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 377


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

medidas cautelares y las medidas autosatisfac- la víctima, eliminando la ilicitud en el compor-


tivas (112). tamiento del dañador, provocando así su exo-
neración. La doctrina mayoritaria sostiene que,
En tal sentido, conforme lo expuesto, se puede cuando la víctima consiente el daño sufrido, ello
apreciar que toda persona física o jurídica invo- constituye una causal de justificación, elimi-
lucrada en una actividad deportiva de riesgo o nando así la antijuridicidad y provocando el re-
de aventura, cualquiera sea su modalidad, tiene chazo de cualquier pretensión indemnizatoria a
el deber de prevenir el daño que pudiera ocasio- su respecto (114).
narse como consecuencia de su práctica. Com-
prende no solo a quien puede causar el daño El consentimiento puede ser expreso o tácito;
con su acción u omisión, sino también a terce- para ser válido debe ser anterior a la ocurren-
ros que no generaron el peligro, pero que están cia del hecho y debe brindarse sobre derechos
en posibilidad de evitar el evento dañoso y de e intereses que sean disponibles y de conteni-
disminuir sus efectos. Esto incluye a la posible do patrimonial —el consentimiento informado
víctima del daño (113). prestado para las prácticas médicas configura
la excepción a este principio general; supuesto
De esta manera, el deportista, los coordinado- que no será analizado por no guardar relación
res, los instructores, las empresas de viajes, los con el presente— (115).
operadores, guías, clubes, los padres cuando los
deportes son practicados por menores de edad, Por lo tanto, queda excluida toda autorización
el Estado y la sociedad en general tienen el de- que verse sobre derechos o intereses que no
ber de prevenir el daño y, de haberse ocasiona- sean disponibles para su titular (v. gr. los que in-
do, de mitigarlo o, al menos, no agravarlo. volucren la vida, la integridad física y psíquica).
Al tratarse de criterios flexibles y abiertos, la En cambio, la asunción de un riesgo solamen-
ausencia de una normativa uniforme y com- te implica el consentimiento a exponerse a una
pleta respecto de estas actividades dificulta la situación de peligro, sin que ello comprenda la
determinación de las conductas legítimas espe- aprobación de las eventuales consecuencias
rables, y de su contracara, que es la antijuridici- dañosas del evento, ni una renuncia a la poten-
dad por omisión de esa conducta esperable. Ello cial indemnización correspondiente por daños
genera el riesgo de una aplicación del deber de que deriven de esa situación de riesgo acepta-
prevención poco realista y sensata, que podría da (116). También es definida como la decisión
variar radicalmente según el intérprete. voluntaria y libre de la víctima de realizar una
actividad, lo que implica un hecho propio con
II. El riesgo asumido y el consentimiento relevancia causal (117).
del damnificado
Con anterioridad a la sanción del Código Ci-
Los deportes extremos implican una activi- vil y Comercial de la Nación, se presentaron de-
dad generadora de riesgos mucho mayores que bates doctrinarios con relación al carácter de la
los de las restantes prácticas deportivas. A modo asunción de los riesgos; conceptualizando al-
introductorio de este acápite, preliminarmen- gunos autores tal figura como eximente inde-
te, resulta crucial hacer una distinción entre el pendiente de la responsabilidad civil, postura
concepto de asunción de riesgos y el del con- rechazada por la mayoría de los juristas argen-
sentimiento del damnificado; dado que ambos tinos, quienes entienden que esta encuadra
institutos poseen elementos en común, aunque como eximente dentro del ámbito de la causali-
son diferentes entre sí, lo que genera que su lí-
mite sea difuso.
(114) Cfr. CALVO COSTA, Carlos A., “Asunción de ries-
gos y consentimiento del damnificado. Parecidos, pero
Así pues, el consentimiento del damnificado diferentes”, AR/DOC/2913/2014.
se refiere a la aceptación del daño por parte de
(115) Ver ibidem, ps. 1 y 2.
(112) Cfr. ALTERINI, Jorge H., ob. cit. (116) Cfr. ibidem.
(113) Cfr. PIZARRO, Ramón D., ob. cit. (117) Ver PITA, Enrique M., ob. cit., p. 259.

378 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

dad, como una manifestación del hecho o culpa Lo habitual es que la información se brinde
de la víctima (118). mediante folletería o instructivos que se entre-
gan a los usuarios, o que se presente en cartele-
Así pues, el art. 1719 del Cód. Civ. y Com. con- ras emplazadas en el lugar donde se desarrolla
firmó esta última posición, estableciendo en lo o contrata la actividad deportiva. En ciertas cir-
pertinente que “la exposición voluntaria por cunstancias (por ejemplo, en el caso de deportes
parte de la víctima a una situación de peligro no más novedosos, o de participantes sin experien-
justifica el hecho dañoso ni exime de responsa- cia, etc.), es usual que se les requiera por escrito
bilidad a menos que, por las circunstancias del la expresión de su consentimiento respecto de
caso, ella pueda calificarse como un hecho del
los riesgos asumidos (123).
damnificado que interrumpe total o parcial-
mente el nexo causal (...)”. Sentado ello, cabe resaltar que el cumplimien-
to del deber de informar los riesgos de posibles
Es así que la asunción de riesgos no debe ana-
lizarse en el terreno de la antijuridicidad, sino daños no configura una absoluta exoneración
en el de la causalidad, pudiendo configurarse del prestador del servicio o del organizador;
un supuesto de ausencia de responsabilidad en dado que no tiene trascendencia exoneradora la
virtud de un hecho imputable a la culpabilidad información que el prestador brinde sobre ries-
de la propia víctima (119). gos que por él deben ser controlados (124).

Ahora bien, para que se configure el supues- Además, conocer un riesgo no significa acep-
to de asunción de un riesgo y se interrumpa el tar los daños que puedan resultar de él; aun en
nexo de causalidad, el riesgo debe ser evidente, el supuesto de haber aceptado un riesgo, se de-
de manera que el damnificado pueda represen- ben analizar los alcances de dicha aceptación y
tarse la probabilidad de producción del daño y si ella configura o no el denominado hecho de la
su gravedad, y, sin embargo, lo asuma (120). víctima, situación en la que se vería afectado el
derecho a la reparación (125).
Aquí entra en juego, además, un deber de vi-
tal importancia, que es el llamado deber de in- Al mismo tiempo, otro concepto importante
formación; puesto que no puede ser asumido lo vinculado a esta cuestión es el deber de seguri-
que no fue informado o lo desconocido. El suje- dad exigido al organizador de los eventos o ac-
to, previamente, debe contar con la información tividades deportivas, en el caso de los deportes
precisa, clara y detallada de los riesgos que aca- que no se practican solo por cuenta del partici-
rrea la actividad que va a realizar (121). pante.
Con respecto al contenido del deber de infor- Este deber implica la obligación de los organi-
mación, comprende, entre otros asuntos, lo re- zadores o prestadores de la actividad, de mante-
ferido a las condiciones físicas necesarias para ner indemnes a los espectadores, participantes
realizar la actividad y las eventuales patologías y asistentes de esta, debiendo responder por los
incompatibles con su ejercicio. Con relación a la daños y perjuicios que a estos se causen (126).
forma, para tener por cumplido el mentado de-
ber, en primer lugar, se debe verificar si existe al-
(123) Cfr. ibidem, p. 267.
guna normativa que regule a su respecto y, en su
caso, debe estarse a lo en ella dispuesto (122). (124) Ver ibidem.
(125) Cfr. CALVO COSTA, Carlos A., “Asunción de
(118) Cfr. CALVO COSTA, Carlos A., ob. cit., p. 3. riesgos y consentimiento del damnificado en el Código
Civil y Comercial”, citado en Los supuestos expresamente
(119) Cfr. ibidem, p. 7. contemplados en el nuevo Código que eximen —total o
(120) ibidem. parcialmente— la atribución de la responsabilidad, por
GONZÁLEZ FREIRE, Juan F., ver en https://docplayer.
(121) Cfr. CS, “B.S., J.G. c. Unión Cordobesa de Rugby y es/94082500-Los-supuestos-expresamente-contemp-
otros s/ Daños y Perjuicios”, 20/11/2012, LA LEY 2012-F, lados-en-el-nuevo-codigo-que-eximen-total-o-parcial-
645. mente-la-atribucion-de-la-responsabilidad.html.
(122) Ver PITA, Enrique M., ob. cit., p. 259. (126) Ver BARBIERI, Pablo C., ob. cit., p. 39.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 379


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

Por consiguiente, emplazar la cuestión en acabadamente respecto de los riesgos atinentes


la eximente “hecho de la víctima” no resuelve a los mentados deportes, en los que el elevado
completamente el problema, puesto que se de- peligro exige mayor información y advertencias
berá analizar cuándo y cómo el hecho de haber precisas para evitarlos.
asumido los riesgos por parte de la víctima exi-
me de responsabilidad al autor del hecho o al Esto se debe a que la aceptación de riesgos no
creador del riesgo (127). conlleva más que los riesgos normales de la ac-
tividad de que se trate, y cuando el daño provie-
Por otra parte, resulta apropiado puntualizar ne de un acto imprudente o imprevisible de los
que, en el ámbito de los espectáculos y compe- organizadores o del comportamiento brutal de
ticiones deportivas, la asunción de riesgos solo otro participante, este instituto no resulta apli-
puede ser invocada con relación a los sujetos cable (131).
que participan en dichas actividades y no con
relación a los terceros. La situación del especta- Resulta interesante cuestionarse si esta asun-
dor y de todo otro tercero que no tiene una par- ción de riesgos debe ser considerada por igual
ticipación activa en el evento no constituye un cuando, por ejemplo, los participantes son pro-
supuesto subsumible en la figura de asunción fesionales o, en cambio, realizan la práctica por
de riesgos; y los riesgos que afrontan son los ge- única vez bajo la modalidad de turismo aventura.
néricos propios de la vida social, los cuales re-
sultan ajenos al instituto (128). Por su parte, algunos autores sostienen que
el instituto de la asunción de riesgos no puede
Así las cosas, teniendo en cuenta el caso en aplicarse en etapas de aprendizaje previo, dado
estudio, se observa que los participantes se so- que el deportista aún no conoce las reglas y las
meten a un riesgo extraordinario al efectuar la irá descubriendo, no siendo suficiente que estas
práctica de los deportes extremos, lo cual podría sean informadas (132). Cuestión que, al no en-
ser idóneo para fracturar el nexo de causalidad. contrarse regulada, carece de respuesta jurídica,
Lo que podría configurar la procedencia del ins- quedando sujeta al análisis e interpretación del
tituto de asunción de riesgos, en caso de presen- juzgador.
tarse los daños estadísticamente previsibles por
su frecuencia de producción (129). En definitiva, para que opere el concepto de
asunción de riesgos, debe configurarse una par-
Así, por ejemplo, en la actividad de rafting, ticipación voluntaria y consciente del practican-
caer al agua y sufrir un golpe con alguna roca; te —detalle a tener en cuenta cuando resulta ser
en la actividad de trekking o escalamiento por menor de edad, como se verá más adelante-; y,
terrenos con dificultades geográficas, sufrir pi- asimismo, debe haber sido específicamente in-
caduras de insectos, raspones, alguna fractura formado de los peligros, o bien debe conocerlos
en partes del cuerpo. Siempre que el prestador en caso de ser un deportista experto.
haya cumplimentado previamente los deberes
de información y de seguridad debidos (130). Por todo lo expuesto, se observa que entran
en juego en el instituto de asunción de riesgos
Por ello, la responsabilidad siempre se en- las circunstancias particulares del caso, el deber
cuentra condicionada a las circunstancias del de información, el deber de seguridad de quien
caso en concreto, en que se debe analizar si se imparte la actividad y el deber de prevención de
han implementado las medidas necesarias para todos los sujetos intervinientes, relacionándose
resguardar la debida seguridad, a fin de evitar unos con otros. Queda en evidencia, nuevamen-
un riesgo mayor que el generado por la propia te, la necesidad de una normativa que regule es-
actividad; así como también si se ha informado pecíficamente al respecto y que delimite cuáles
son las medidas de prevención y seguridad que
(127) Ver PITA, Enrique M., ob. cit., p. 255.
(128) Cfr. ibidem, ps. 268 y 273. (131) Ver PITA, Enrique M., ob. cit., p. 256.

(129) Ver SILVESTRE, Norma O., ob. cit. (132) Cfr. SOZZO, Gonzalo, “Repensar la regla de la
asunción de riesgo”, en Revista Derecho de Daños, Ru-
(130) Cfr. ibidem. binzal Culzoni, año 2007, 2, p. 287.

380 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

deben adoptarse, qué riesgos asumen los de- Ahora bien, la responsabilidad civil deportiva
portistas en sus diferentes variantes —profesio- incumbe a todos los sujetos intervinientes de un
nales y amateurs— y dentro de qué parámetros. evento deportivo, como ser los propios deportis-
tas, las entidades deportivas, los organizadores,
III. La responsabilidad civil deportiva los entrenadores, los árbitros, los patrocinado-
res, los proveedores de las instalaciones donde
La temática abordada en el presente rótulo se realizan los deportes, el Estado y todo aquel
resulta ser amplia y abarcativa de diversos con- que participe en ellos.
ceptos y supuestos que no serán tratados en este
trabajo, ya que exceden el objeto de este; pero se No obstante, para abordar su tratamiento, se
mencionan con el fin de que el lector obtenga un acotará el análisis en una clasificación de los
mero conocimiento de la extensión del instituto. posibles daños que pueden producirse exclusi-
vamente en el ámbito de los deportes extremos;
Así pues, resulta oportuno recordar que, para dejando de lado también en esta oportunidad
que se configure la responsabilidad civil, deben otras cuestiones de índole únicamente patrimo-
presentarse los cuatro presupuestos fundamen- nial que pueden derivar de asuntos contractua-
tales de la reparación. Estos son la antijuridici- les en virtud de los vínculos que existen entre los
dad, el daño, el factor de atribución y la relación sujetos antes mencionados.
de causalidad; ante la ausencia de alguno de
En este orden, se apunta a distinguir los dife-
ellos, no nace la obligación de indemnizar. En
rentes estatutos normativos que rigen estas acti-
cuanto a los factores de atribución, estos pue-
vidades y las variantes que se presentan en cada
den ser subjetivos —culpabilidad— u objetivos
caso, con relación al factor de atribución o a la
—riesgo creado y actividades riesgosas, la equi- manera en que se valora la responsabilidad de
dad y el deber de garantía o seguridad— (133). los diversos legitimados.
Asimismo, cabe mencionar, sin introducir- En esa línea, se pueden diferenciar los si-
nos en el estudio puntual de los conceptos, que guientes casos hipotéticos: a) responsabilidad
las eximentes de la responsabilidad civil son de los deportistas entre sí; b) responsabilidad de
el hecho de la víctima [art. 1729 del Cód. Civ. y los deportistas por los daños provocados a ter-
Com. (134)], el caso fortuito o fuerza mayor [art. ceros; c) responsabilidad de las entidades de-
1730 del Cód. Civ. y Com. (135)] o el hecho de portivas y/o los prestadores de la actividad por
un tercero [art. 1731 del Cód. Civ. y Com. (136)]. los daños sufridos y/o causados por los depor-
tistas (profesionales y amateurs); d) responsa-
(133) Ver VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto A., “Los pre- bilidad de los organizadores y/o los prestadores
supuestos de la responsabilidad civil en el nuevo Código”, de la actividad y/o los participantes en ocasión
AR/DOC/3475/2015. de espectáculos deportivos (ley 24.192); e) res-
(134) El art. 1729 del Cód. Civ. y Com. expresa: “Hecho ponsabilidad del Estado (137).
del damnificado. La responsabilidad puede ser excluida
o limitada por la incidencia del hecho del damnificado III.1. Responsabilidad de los deportistas entre sí
en la producción del daño, excepto que la ley o el con-
trato dispongan que debe tratarse de su culpa, de su dolo, En este punto se pueden presentar diversas
o de cualquier otra circunstancia especial”. situaciones; entre ellas, que un deportista cau-
(135) El art. 1730 del Cód. Civ. y Com. reza: “Caso for- se a otro contendiente un daño en el marco de
tuito. Fuerza mayor. Se considera caso fortuito o fuerza una competencia deportiva (por ejemplo, en
mayor al hecho que no ha podido ser previsto o que, ha- una carrera automovilística), o bien que un de-
biendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso
portista cause a otro un daño en la práctica de
fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excep-
to disposición en contrario. Este Código emplea los tér- un deporte individual o colectivo, pero sin estar
minos ’caso fortuito’ y ’fuerza mayor’ como sinónimos”. involucrados en una actividad de competencia
(por ejemplo, en una pista de esquí o haciendo
(136) El art. 1731 del Cód. Civ. y Com. dispone: “Hecho
de un tercero. Para eximir de responsabilidad, total o par-
cialmente, el hecho de un tercero por quien no se debe (137) Ver MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Tratado de
responder debe reunir los caracteres del caso fortuito”. derecho deportivo”, Rubinzal- Culzoni, 2010, t. II, p. 285.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 381


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

rafting). A su vez, en estos últimos casos, pue- en la actividad deportiva en cuestión (140). Y
de suceder que los daños se generen en un lu- que, para valorar el obrar del deportista, se de-
gar preparado para la actividad y brindado por berán tener en cuenta su profesionalidad, su
un organizador (por ejemplo, en un camping entrenamiento y capacitación, su autocontrol
con bajada a una laguna con una zona exclu- corporal, etc. (141).
siva para motos de agua), o bien en sitios que
carecen de preparación o de indicaciones, que Para otros autores, esta afinación del concep-
por lo general coinciden con prácticas prohibi- to de negligencia es propia solo de los deportes
das (como es el caso de los cuatriciclos que se de riesgo bilateral, de aquellos en los que los
desplazan por balnearios que no son exclusivos participantes se confrontan, en los que el con-
para ellos, donde no tienen permitida la circu- tacto físico es parte de la normalidad del riesgo
lación). desencadenado. En cambio, cuando se trata de
deportes que se practican fuera del ámbito de
La doctrina y la jurisprudencia mayoritarias una competencia, el parámetro para valorar la
sostienen que los daños que puedan provocar- conducta del participante debe ser el ordinario
se entre sí los participantes en una actividad de- del buen padre de familia, sin que su negligen-
portiva no generan, por regla, y sin perjuicio de cia sea objeto de ningún estrechamiento (142).
las excepciones y del análisis del caso en con-
creto, responsabilidad civil. La licitud deriva Por su parte, otra corriente ha dicho al respec-
de la autorización estatal de la actividad y de la to que es posible que, en estos deportes unila-
asunción del riesgo por parte de los propios de- terales extracompetitivos, el grado de diligencia
portistas (138). exigido a los practicantes sea menor y que se
aprecie asunción de riesgos en determinados
Por lo tanto, quedan excluidas las prácticas supuestos, siempre que estos sean causados por
deportivas prohibidas; aquellas en las que me- una leve negligencia de alguno de ellos, dado
dia previsión legal en el sentido de su ilicitud, o que, por ejemplo, es posible sufrir el contacto
en las que se requiere autorización expresa. En con otro esquiador, sin que ello implique que
estos casos, las lesiones derivadas de ellas darán alguno de ellos realice un comportamiento cla-
lugar a la acción penal o civil. ramente negligente (143).

En ese norte se ha dicho que la licitud del de- La doctrina nacional concluye que, aunque
porte llevado a cabo con autorización estatal no exista un régimen especial de responsabili-
rige aun respecto de las transgresiones regla- dad civil deportiva, la apreciación de la culpa
mentarias, cuando estas pueden ser calificadas debe realizarse teniendo en cuenta el caso en
de “normales” e “inevitables” en vista de la ac- concreto, los deberes generales de no dañar, de
tividad de que se trate. Y que las excepciones a prevención, de diligencia y prudencia, las cir-
esta regla general se configuran cuando el da- cunstancias del tiempo y lugar, de las personas
ñador realiza una acción excesiva que viola gro-
seramente el reglamento del juego; y/o cuando (140) Cfr. TRIGO REPRESAS, Félix A., “Responsabili-
existe una intención de provocar el daño (139). dad civil del deportista frente al contrincante, al público
y a terceros”, en Revista de Derecho de Daños, 2010-2,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, ps. 29 y ss.
En igual sentido, algunos autores han indi-
cado que la conducta del deportista debe ser (141) Ver MÁRQUEZ, Jose F. y CALDERÓN, Maximil-
iano R., “Daños sufridos por el futbolista profesional”, en
apreciada de acuerdo al patrón del deportis- Revista de Derecho de Daños, 2010-2, Rubinzal- Culzoni,
ta prudente según el deporte de que se trate, a Santa Fe, p. 118.
tono con las especiales exigencias implicadas
(142) Ver MEDINA ALCOZ, María, “La asunción del
riesgo por parte de la víctima. Riesgos taurinos y deporti-
(138) Cfr. ibidem, p. 286. vos”, Dykinson, Madrid, 2004, p. 252.
(139) Ver CNCiv., Sala D, “Cotroneo, Ricardo D. c. Club (143) Cfr. MOSSET ITURRASPE, Jorge, ob. cit., t. II, p.
Atlético Banfield y otros”, 17/12/1982, JA 1984-II-21. 290.

382 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

involucradas, y las circunstancias deportivas es- pautas indicadas por las reglas del juego o acti-
peciales (144). vidad (148).

Es decir que la relatividad de los parámetros En similar norte, otra corriente interpreta que
para juzgar la responsabilidad de los deportis- debe distinguirse una competencia deporti-
tas no implica consagrar su absoluta irrespon- va entre aficionados, en la que la consecuente
sabilidad, ni justificar cualquier conducta lesiva responsabilidad debe ser calificada como extra-
procedente del causante del daño. Empero, la contractual, de una competencia profesional,
afinación del concepto de negligencia y la re- en la que se aplican las reglas de la responsabili-
prochabilidad de los actos dolosos o gravemente dad contractual (149).
negligentes resultan sencillas en los casos extre-
mos; lo dificultoso surge en los supuestos en los Finalmente, también se encuentran autores
que el comportamiento es intermedio (145). que no siguen ninguna de las posturas enun-
ciadas, y que expresan que debe analizarse el
A fin de determinar el límite entre lo que se caso en concreto verificando o no la existencia
considera un riesgo normal del deporte que de un nexo negocial vinculatorio a los fines de
debe asumir quien lo práctica y una negligencia clasificar ante qué tipo de responsabilidad se
suficiente para considerar responsable al daña- está (150).
dor, se han propuesto los siguientes parámetros:
1) el acto que provoca el daño debe efectuarse Estos controvertidos puntos de vista tenían
durante la actividad deportiva y a consecuencia mayor relevancia durante la vigencia del Códi-
de esta; 2) en caso de existir, debe considerarse go Civil velezano, que marcaba una clara divi-
la reglamentación deportiva; 3) en caso de con- sión entre ambos tipos de responsabilidad. Sin
figurar una infracción, debe analizarse si se pre- embargo, el código vigente cambió el eje de la
senta el supuesto de negligencia grave o dolo; 4) responsabilidad civil, que pasó de castigar a un
finalmente, debe tenerse en cuenta la gravedad responsable a pretender resarcir todo el daño
del daño causado (146). injustamente sufrido. Y, desde esta perspectiva,
carece de sentido que la reparación de perjui-
Por otro lado, en lo referente a la clasificación cios que son idénticos esté sujeta a un régimen
de la responsabilidad como contractual o extra- distinto según que ese daño resulte del incum-
contractual, existen diferentes opiniones doc- plimiento de una obligación o de la violación
trinarias al respecto. Algunos autores sostienen del deber general de no dañar (151).
que posee carácter extracontractual o aquiliana,
dado que entienden que el fin de los practican- Es así que el Código Civil y Comercial de la
tes no es otro que desarrollar su fuerza, habi- Nación unifica ambos sistemas que compar-
lidad o ingenio en una contienda o actividad, ten la misma finalidad —como se dijo, resarcir
pero sin intención de generar actos o negocios todo daño injustamente sufrido— (art. 1716 del
jurídicos con sus contrincantes u otros deportis- citado ordenamiento (152)). No obstante, di-
tas en el caso de los deportes individuales (147).
(148) Ver LLAMBIAS, Jorge, “Tratado de derecho civil.
Otra postura opina que se trata de responsa- Obligaciones”, Abeledo-Perrot, 1973, t. III, p. 589.
bilidad contractual, debido a que, si bien entre
(149) Cfr. BORDA, Guillermo, “Tratado de derecho
los participantes no existe necesariamente un civil. Obligaciones”, Abeledo-Perrot, 2008, t. II, p. 1665.
contrato, se encuentran obligados a un deter-
minado comportamiento deportivo sujeto a las (150) Cfr. MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Responsabi-
lidad por daños”, Rubinzal Culzoni, 2016, t. II-B, p. 103.
(151) Ver VIVAS, Mario L., “Unificación de la respon-
(144) Ver ibidem. sabilidad civil contractual y extracontractual en el nuevo
(145) Cfr. ibidem, p. 291. Código Civil y Comercial Argentino. Principales aspec-
tos de la reforma”, ver en https://www.pensamientocivil.
(146) Cfr. ibidem, ps. 293/294. com.ar/doctrina/2649-unificacion-responsabilidad-civ-
il-contractual-y-extracontractual-nuevo.
(147) Cfr. ORGAZ Alfredo, Le”siones deportivas”, en
Responsabilidad civil. Doctrinas esenciales, La Ley, t. V, (152) El art. 1716 del Cód. Civ. y Com. expresa: “Deber
p. 1179. de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 383


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

cha unificación no equivale a una equiparación los casos de culpa grosera o intencionalidad que
absoluta; la aplicación de las reglas comunes autorizan a imputarle responsabilidad. Ello, sin
se limita a la identidad de finalidad y de presu- perjuicio de la independencia de la eventual
puestos entre ambas esferas de responsabili- responsabilidad de los organizadores o del Es-
dad, pretendiendo lograr también, en principio, tado, que poseen factores de atribución diferen-
una unidad de efectos (153). tes (157).

III.2. Responsabilidad de los deportistas por Así pues, en tanto los deportistas se hayan
los daños provocados a terceros ajustado al ejercicio normal de la práctica de-
portiva, según las reglas o usos de la actividad, y
En la práctica deportiva, los participantes guardando el nivel habitual de conducta propio
también pueden causar daños a terceros. El del deporte en cuestión, en principio, no incu-
concepto de tercero debe entenderse en sentido rrirán en responsabilidad civil (158).
amplio, ya que comprende a todo aquel que no
es contendiente respecto del causante del daño III.3. Responsabilidad de las entidades depor-
en el juego del que se trate, y no solo se refiere tivas y/o los prestadores de la actividad por los
al daño provocado a los espectadores del evento daños sufridos y/o causados por los deportistas
deportivo, sino también a otros posibles damni-
ficados que no participan de él (154). Las entidades deportivas, los organizadores
y/o los prestadores de la actividad asumen fren-
Tales daños pueden producirse de manera te a sus propios deportistas responsabilidad di-
fortuita, negligente o dolosa. Y, salvo en los su- recta por los daños padecidos en ocasión de la
puestos de negligencia o dolo, en la mayoría práctica de los deportes, o derivados de las ins-
de los supuestos se trata de riesgos inherentes talaciones y los elementos utilizados. Donde ha-
a presenciar un determinado evento deportivo brá que analizar el caso en concreto, el deber se
y, por lo tanto, asumidos por las víctimas (155). seguridad, el riesgo asumido, entre otras cues-
No obstante, si el daño causado por el deportista tiones, como se viene exponiendo (159).
no guarda relación con la actividad, este resulta
responsable por las consecuencias de tal con- La situación del organizador de una actividad
ducta (156). deportiva donde se produce un evento dañoso
no puede pregonarse una irresponsabilidad civil,
En efecto, la responsabilidad en los supuestos ni dejar de exigirse el deber u obligación de segu-
analizados en este apartado es de índole extra- ridad por el solo hecho de tratarse de actividades
contractual o aquiliana, y la conducta del depor- deportivas calificadas como “de alto riesgo”.
tista dañador debe ser juzgada con las mismas
reglas aplicables al daño entre jugadores. Por lo Como se dijo, en los deportes extremos o de
tanto, se tomarán en cuenta los parámetros de aventura, el deber de prevención existe y se
valor de la culpa deportiva; es decir, la regla ge- mantiene igual que en el resto de los deportes
neral que determina la licitud de la actividad y [arts. 1710 del Cód. Civ. y Com. (160)]. Mas, si

incumplimiento de una obligación, da lugar a la repara- (157) Cfr. MOSSET ITURRASPE, Jorge, op. cit., t. II, p.
ción del daño causado, conforme con las disposiciones 295.
de este Código”. (158) Ver TRIGO REPRESAS, Félix A., ob. cit., p. 38.
(153) VIVAS, Mario L., ob. cit. (159) Ver PITA, Enrique M., ob. cit., p. 85.
(154) Ver ibidem, p. 294. (160) El art. 1710 del Cód. Civ. y Com. dispone: “De-
(155) Cfr. PIÑEIRO SALGUERO, José, “Responsabili- ber de prevención del daño Toda persona tiene el deber,
dad civil. Práctica deportiva y asunción de riesgos”, Civi- en cuanto de ella dependa, de: a) evitar causar un daño
tas, Navarra, 2009, p. 53. no justificado; b) adoptar, de buena fe y conforme a las
circunstancias, las medidas razonables para evitar que
(156) Ver VILLARNOVO, Martín, “Responsabilidad en se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales
el deporte (daños sufridos por los espectadores asistentes medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño
a una competencia deportiva)”, en Revista de Derecho de del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que
Daños, 2010-2, Rubinzal-Culzoni,Santa Fe, p. 73. éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió,

384 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

fueron adoptadas correctamente las medidas consumo el derecho a la seguridad, y que la Ley
de seguridad correspondientes conforme a los de Defensa del Consumidor trae la obligación
reglamentos y disposiciones legales y adminis- de seguridad y el deber de advertencia en sen-
trativas vigentes, y si el accidente se produjo por tido estricto (arts. 5 y 6 de la ley 24.240 (164)).
las circunstancias propias del elevado riesgo de
la actividad, será dificultoso imputarle respon- Es discutido doctrinariamente si esta relación
sabilidad al organizador del evento. contractual implica obligaciones de medio o de
resultado [art. 774 del Cód. Civ. y Com. (165)].
Sin embargo, siempre debe analizarse el caso
La corriente mayoritaria considera que, en este
puntual; la atipicidad de la actividad deportiva
tipo de contratos, en general se encuentran
debe ser tenida en cuenta a los fines de las atri-
buciones de responsabilidad, como ocurre en comprometidas obligaciones de seguridad de
la mayoría de las situaciones en las que está en medios y en menor proporción, obligaciones de
juego la aplicación del llamado “derecho depor- resultado (166).
tivo” (161).
En efecto, en principio, existe una obligación
En la determinación de la responsabilidad de de seguridad de medios. Para que haya respon-
los organizadores y promotores de los deportes
de alto riesgo y del turismo aventura, resulta re- para la prevención y solución de conflictos y los marcos
levante verificar el cumplimiento de la norma- regulatorios de los servicios públicos de competencia na-
tiva que regula la actividad cuando esta ha sido cional, previendo la necesaria participación de las aso-
objeto de reglamentación provincial. ciaciones de consumidores y usuarios y de las provincias
interesadas, en los organismos de control”.
Ello, sin perjuicio del régimen del derecho la- (164) El art. 5 de la ley 24.240 expresa: “Protección al
boral aplicable a los casos de deportistas profe- Consumidor. Las cosas y servicios deben ser suministra-
sionales, en el que, a los fines del tratamiento dos o prestados en forma tal que, utilizados en condicio-
indemnizatorio, la relación deportista-organi- nes previsibles o normales de uso, no presenten peligro
alguno para la salud o integridad física de los consumi-
zador queda equiparada a cualquier trabajador dores o usuarios”. El art. 6 de la ley 24.240 reza: “Cosas
en relación de dependencia (162). y Servicios Riesgosos. Las cosas y servicios, incluidos los
servicios públicos domiciliarios, cuya utilización pueda
Y no obstante también la relación de consu- suponer un riesgo para la salud o la integridad física de
mo que se configura cuando el vínculo entre los consumidores o usuarios, deben comercializarse ob-
el prestador y quien realiza la actividad no es servando los mecanismos, instrucciones y normas esta-
profesional, como se dijo en el capítulo ante- blecidas o razonables para garantizar la seguridad de los
mismos. En tales casos debe entregarse un manual en
rior. Se reitera que, en estos casos, el art. 42 de la idioma nacional sobre el uso, la instalación y manten-
CN (163) reconoce en el marco de la relación de imiento de la cosa o servicio de que se trate y brindarle
adecuado asesoramiento. Igual obligación regirá en to-
conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa; c) dos los casos en que se trate de artículos importados,
no agravar el daño, si ya se produjo”. siendo los sujetos anunciados en el artículo 4 respon-
sables del contenido de la traducción”.
(161) Cfr. PITA, Enrique M., ob. cit., p. 162.
(165) El art. 774 del Cód. Civ. y Com. establece:
(162) Ver ibidem, p. 97. “Prestación de un servicio. La prestación de un servicio
puede consistir: a) en realizar cierta actividad, con la
(163) El art. 42 de la Constitución Nacional establ- diligencia apropiada, independientemente de su éxito.
ece: “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios Las cláusulas que comprometen a los buenos oficios, o
tienen derecho, en la relación de consumo, a la protec- a aplicar los mejores esfuerzos están comprendidas en
ción de su salud, seguridad e intereses económicos; a este inciso; b) en procurar al acreedor cierto resultado
una información adecuada y veraz; a la libertad de elec- concreto, con independencia de su eficacia; c) en procu-
ción y a condiciones de trato equitativo y digno. Las au- rar al acreedor el resultado eficaz prometido. La cláusula
toridades proveerán a la protección de esos derechos, a llave en mano o producto en mano está comprendida
la educación para el consumo, a la defensa de la com- en este inciso. Si el resultado de la actividad del deudor
petencia contra toda forma de distorsión de los merca- consiste en una cosa, para su entrega se aplican las reglas
dos, al control de los monopolios naturales y legales, al de las obligaciones de dar cosas ciertas para constituir
de la calidad y eficiencia de los servicios públicos y a la derechos reales”.
constitución de asociaciones de consumidores y de usu-
arios. La legislación establecerá procedimientos eficaces (166) Ver SILVESTRE, Norma O., ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 385


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

sabilidad del prestador de la actividad de aven- entidad deportiva u organizador una relación de
tura, deberá probarse la conducta negligente dependencia en sentido estricto; máxime si re-
de aquel. No hay responsabilidad del prestador viste naturaleza laboral. No así cuando se trata de
cuando la lesión de la integridad psicofísica del un deporte amateur, respecto de lo cual se pre-
participante ocurra por un riesgo o peligro espe- sentan distintas interpretaciones doctrinarias.
cífico y estadísticamente previsible de la activi-
dad realizada, que fue debidamente informado Así, se ha dicho que la mera pertenencia del
y, por lo tanto, asumido por la víctima (167). deportista agresor a un club en calidad de aso-
ciado no hace responsable a la entidad por los
En cambio, son de resultado: la obligación de daños causados. Pero, cuando la relación con
brindar la información específica —deber de el club no es ocasional o derivada únicamente
advertencia— y la obligación de seguridad de de su condición de socio, la situación es dife-
resultado por el funcionamiento adecuado de rente (171).
los materiales y equipos provistos por el presta-
dor; acarreando su incumplimiento responsabi- Es decir, cuando la entidad deportiva o el or-
lidad de tipo objetivo, solo desvirtuable con la ganizador ejercen el control o la dirección de
comprobación de la causa ajena (168). los participantes y estos deben obedecer sus ór-
denes (por ejemplo, una carrera automovilísti-
Por otra parte, cuando los daños son causados
ca en la que se indica lo relativo a la velocidad,
por los deportistas, en principio, le incumbe a
al trayecto, etc.), existe un vínculo de subordi-
la entidad deportiva u organizador responsabi-
nación que compromete la responsabilidad
lidad indirecta por el hecho de sus dependien-
indirecta o refleja de aquellos por los daños oca-
tes, que incluye a sus propios jugadores y a otros
auxiliares [art. 1753 del Cód. Civ. y Com. (169)]. sionados por los deportistas en la práctica de la
actividad (172).
Ahora bien, para que se configure dicha res-
ponsabilidad y para que el club al que pertenece Otros autores no comparten dicha postura y
el deportista agresor causante del daño respon- entienden que no puede atribuirse responsa-
da frente a la víctima, debe demostrarse la culpa bilidad a la entidad deportiva cuando se trata
de este último, atento a los patrones antes men- de un jugador no profesional, y señalan que la
cionados. Es decir, debe mediar un acto ilícito aceptación del deportista respecto de las reglas
del subordinado; ya que, si las infracciones co- del juego o de la actividad no configura depen-
metidas por el referido eran normales según la dencia jurídica (173).
actividad de que se trataba, no generan respon-
sabilidad del principal (170). Sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia
mayoritarias apuntan a la primera teoría, con-
Esta atribución de responsabilidad resulta cla- siderando que resulta atribuible al principal la
ra cuando existe entre el causante del daño y la responsabilidad por el hecho de los dependien-
tes, pero no bastando con que el deportista sea
(167) Cfr. ibidem. asociado, sino que además deben darse otras
circunstancias que demuestren la existencia
(168) Ver ibidem.
de la referida dependencia, aun en su sentido
(169) El art. 1753 del Cód. Civ. y Com. reza: “Respon- lato (174).
sabilidad del principal por el hecho del dependiente. El
principal responde objetivamente por los daños que cau-
sen los que están bajo su dependencia, o las personas de (171) Ver ibidem, p. 300.
las cuales se sirve para el cumplimiento de sus obligacio- (172) Ver SPOTA, Alberto, “Responsabilidad por acci-
nes, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o con dentes de deportivos”, JA 1942-II-936.
ocasión de las funciones encomendadas. La falta de dis-
cernimiento del dependiente no excusa al principal. La (173) Cfr. LLAMBÍAS, Jorge J., “Responsabilidad civil
responsabilidad del principal es concurrente con la del proveniente de accidentes deportivos”, ED 47-953 y nota
dependiente”. 20.
(170) Cfr. Mosset ITURRASPE, Jorge, ob. cit., t. II, p. (174) Cfr. MOSSET ITURRASPE, Jorge, ob. cit., t. II, p.
299. 303.

386 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

III.4. Responsabilidad de los organizadores En efecto, el factor de atribución objetivo deri-


y/o los prestadores de la actividad y/o los partici- vado de una actividad riesgosa surge de la base
pantes en ocasión de espectáculos deportivos de consagrar una obligación de seguridad o in-
columidad (180), que, en estos casos, ha sido
Además de la responsabilidad directa e indi- calificada como una obligación de resultado,
recta de los organizadores y/o los prestadores
con eximentes acotadas (181).
de la actividad antes enunciada, también se en-
cuentra la que deriva de los daños producidos En lo ateniente al carácter de esta responsa-
en ocasión de espectáculos deportivos. bilidad, discrepa la doctrina en cuanto a si se
trata de una responsabilidad contractual o ex-
Este supuesto, que tiene autonomía concep-
tual y normativa, contiene factores de atribu- tracontractual. Cierta corriente, al igual que la
ción diferentes, dado que la responsabilidad jurisprudencia —sin desconocer el contrato de
que genera es netamente objetiva. Se encuen- espectáculo—, entiende que debe ser enmarca-
tra regulado por la ley 23.184 (175), modificada da en la esfera extracontractual por ser una con-
por la ley 24.192 (176) y por la ley 26.358 (177), secuencia del deber de seguridad y por surgir de
conformando un régimen especial de responsa- la ley misma (182).
bilidad.
interesadas, en los organismos de control”. El art. 43 de la
El mentado régimen no resulta ser absoluta- Constitución Nacional reza: “Toda persona puede inter-
mente autónomo y autosuficiente, dado que se poner acción expedita y rápida de amparo, siempre que
no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo
integra con las reglas del sistema general de res- acto u omisión de autoridades públicas o de particulares,
ponsabilidad civil que emergen del Código Civil que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere
y Comercial de la Nación, la Ley de Defensa del o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta,
Consumidor (Ley 24.240 (178)) y las previsio- derechos y garantías reconocidos por esta Constitución,
un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la
nes protectorias de los arts. 42 y 43 de la Consti- inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto
tución Nacional (179). u omisión lesiva. Podrán interponer esta acción contra
cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los
(175) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- derechos que protegen al ambiente, a la competencia,
ternet/anexos/25000-29999/26207/norma.htm. al usuario y al consumidor, así como a los derechos de
incidencia colectiva en general, el afectado, el defen-
(176) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- sor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos
ternet/anexos/0-4999/590/norma.htm. fines, registradas conforme a la ley, la que determinará
los requisitos y formas de su organización. Toda persona
(177) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- podrá interponer esta acción para tomar conocimiento
ternet/anexos/135000-139999/138847/norma.htm. de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten
(178) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn- en registros o bancos de datos públicos, o los privados
ternet/anexos/0-4999/638/texact.htm. destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o
discriminación, para exigir la supresión, rectificación,
(179) . El art. 42 de la Constitución Nacional dispone: confidencialidad o actualización de aquéllos. No po-
“Los consumidores y usuarios de bienes y servicios drá afectarse el secreto de las fuentes de información
tienen derecho, en la relación de consumo, a la protec- periodística. Cuando el derecho lesionado, restringido,
ción de su salud, seguridad e intereses económicos; a alterado o amenazado fuera la libertad física, o en caso
una información adecuada y veraz; a la libertad de elec- de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de
ción, y a condiciones de trato equitativo y digno. Las au- detención, o en el de desaparición forzada de personas,
toridades proveerán a la protección de esos derechos, a la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por el
la educación para el consumo, a la defensa de la com- afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá
petencia contra toda forma de distorsión de los merca- de inmediato, aun durante la vigencia del estado de sitio”.
dos, al control de los monopolios naturales y legales, al
de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la (180) Ver PIZARRO, Ramón D., “Responsabilidad civil
constitución de asociaciones de consumidores y de usu- por riesgo creado y de empresa”, 2006, t. III, p. 380.
arios. La legislación establecerá procedimientos eficaces (181) Cfr. CNCiv., Sala K, “Barrios, Andrés Eduardo c.
para la prevención y solución de conflictos, y los marcos Club Atlético River Plate y otro”, 23/7/2008.
regulatorios de los servicios públicos de competencia na-
cional, previendo la necesaria participación de las aso- (182) Cfr. MOSSET ITURRASPE, Jorge, ob. cit., t. II, p.
ciaciones de consumidores y usuarios y de las provincias 306.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 387


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

Otros autores, en cambio, sostienen que se Así pues, resulta menester resaltar que la Ley
debe distinguir entre los casos en que el orga- Nacional del Deporte 20.655 (187) involucra al
nizador ha contratado con el espectador, en que Estado en estos asuntos. En efecto, el art. 5, en
cabría una responsabilidad contractual; de los su inciso c), fija la atribución estatal de orientar,
casos en los que no ha habido acuerdo entre coordinar, programar, promover, asistir, ordenar
ambos, en que se trataría de la responsabilidad y fiscalizar la actividad deportiva del país en to-
aquiliana (183). das sus formas; y, en el inciso p), la de proponer
a los organismos correspondientes las medidas
Por su parte, del texto legal vigente se des- necesarias a fin de guardar por la seguridad y
prende un criterio amplio que permite sostener corrección de los espectáculos deportivos.
que el deber de seguridad del organizador de
Asimismo, el art. 49 de la ley 23.184, texto se-
un evento deportivo no se limita a los especta-
gún ley 24.192 (188), se refiere a los deberes de
dores, sino que incluye a los propios jugadores, control y vigilancia por parte del Estado en el ám-
a los árbitros y a los trabajadores de los medios bito de los espectáculos deportivos. Y el art. 1710
gráficos (184). Asimismo, la normativa en análi- del Cód. Civ. y Com. (189) instituye la función
sis ha sido aplicada incluso respecto a los daños preventiva que atañe a toda la sociedad e incluso
sufridos por vecinos, propietarios de comercios al Estado, como se expuso anteriormente.
ubicados en las inmediaciones del lugar donde
se realizó el evento (185). Por lo tanto, en virtud de todo lo expuesto
con relación a la responsabilidad civil, se pue-
No obstante lo expresado en este acápite, de concluir que resulta visible la necesidad de
como se dijo anteriormente, la mayoría de los un orden y una clasificación jurídica de los dis-
deportes extremos no se practican en el marco tintos supuestos que pueden presentarse en la
de un espectáculo deportivo, tal como exige la práctica de los deportes de riesgo o de aventura.
norma citada, sino que generalmente se trata Siendo necesario diferenciar la práctica de de-
de prácticas grupales o individuales sin público. portes de riesgo de las actividades turísticas de
Por lo tanto, la referida normativa solo será apli- aventura ocasional; los deportes realizados por
cable en ocasión de un torneo o competencia de cuenta propia de los practicantes de los que son
un deporte extremo o de alto riesgo. brindados por un organizador o prestador; y
los que son llevados a cabo en el ámbito de una
III.5. Responsabilidad del Estado
(187) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
El Estado nacional, provincial o municipal no ternet/anexos/25000-29999/27274/norma.htm.
resulta ajeno a la organización y desarrollo de (188) El art. 49 de la ley 23.184, texto según ley 24.192,
los espectáculos y actividades deportivas. Ac- establece: “En jurisdicción nacional, el Poder Ejecutivo,
túa como promotor, inspector y/o fiscalizador por medio del organismo que resulte competente, podrá
disponer la clausura temporaria o definitiva de los estadi-
de tales eventos, tiene el deber de seguridad so- os, cuando los mismos no ofrezcan seguridad para la vida
bre estos, lo que configura una función de poli- o integridad física del público o para el desarrollo normal
cía (186). del espectáculo, sea por deficiencias de los locales o in-
stalaciones, sea por fallas de organización para el control
o vigilancia, acorde a los propósitos de esta ley”.
(183) Ver MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Muerte de
un espectador. ¿Riesgo del espectáculo, caso fortuito o (189) El art. 1710 del Cód. Civ. y Com. dispone: “De-
hecho de la víctima?”, JA 2001-I-584. ber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber,
en cuanto de ella dependa, de: a) evitar causar un daño
(184) Ver CNCiv., Sala A, “Zabala, Rodolfo Adolfo c. no justificado; b) adoptar, de buena fe y conforme a las
Club Atétlico Boca Juniors (Asociación Civil) y otros,” circunstancias, las medidas razonables para evitar que
9/3/2009, AR/JUR/3239/2009. se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales
(185) Cfr. CNCiv., Sala C, “Álvarez Suárez, Faustino y medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño
otros c. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires”, del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que
19/4/1999. éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió,
conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa; c)
(186) Cfr. BARBIERI, Pablo C., ob. cit., p. 140. no agravar el daño, si ya se produjo”.

388 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

competencia deportiva de los que se realizan en las arcas del Estado, al ser este solidariamen-
fuera de ella. te responsable.

Ello, a fin de determinar las condiciones par- Asimismo, los recursos naturales y el medio
ticulares de cada supuesto, y de así contar con ambiente quedan expuestos, dado que la mayo-
parámetros claros y homogéneos a la hora de ría de estas actividades se realizan en los diver-
buscar soluciones y respuestas jurídicas ante sos escenarios naturales del país; y, por lo tanto,
eventuales accidentes dañosos. Máxime, te- se requieren normas de protección a fin de que
niendo en cuenta que el Estado se encuentra puedan efectuarse con el debido cuidado y sin
implicado en el control y seguridad de estas ac- perjudicar a la naturaleza.
tividades que se multiplican rápidamente, ge-
nerando un híbrido jurídico que requiere ser La carencia de normativa en la temática gene-
regulado cuanto antes. ra, además, informalidad en muchos de estos de-
portes, la cual, en ciertas provincias, es producto
CAPÍTULO III de la falta de normativa y, en otras, de la burocra-
CONSECUENCIAS ANTE LA AUSENCIA cia y los altos costos que implican las habilitacio-
DE REGULACIÓN NACIONAL SOBRE nes. Ello genera competencia desleal, ya que, al no
LOS DEPORTES EXTREMOS. PRÁCTICA haber regulación, existen empresas improvisadas
EFECTUADA POR MENORES DE EDAD que no ofrecen un producto seguro y eficiente.

I. Consecuencias ante la ausencia de regu- Así, por ejemplo, algunos creen que subir
lación nacional sobre los deportes extremos gente a una montaña es sencillo, pero hay que
tener en cuenta la aptitud física de las personas,
En atención a lo analizado hasta aquí, parece se- la cantidad de agua con la que se debe contar, la
guro que, ante la falta de regulación nacional sobre cantidad de horas que lleva el ascenso, el clima,
la práctica de los deportes extremos o de aventura, la menor cantidad de oxígeno en el aire, etc.; son
en caso de acontecer eventos dañosos derivados el guía, el prestador de la actividad y/o el orga-
de ella, se observan problemáticas a la hora de de- nizador quienes deben tomar las decisiones que
terminar las soluciones jurídicas pertinentes. Ello, los turistas —en este caso— no pueden tomar
en mérito a la escasa e incompleta regulación pro- por inexperiencia.
vincial existente relativa a la temática.
Otras consecuencias que pueden producir-
En efecto, se carece de pautas que determi- se ante la ausencia de esquemas de control y
nen cuándo se está frente a un deporte extremo habilitación son la falta de personal formado
y de qué tipo resulta ser; como así también las para la prestación de los servicios específicos;
relativas a los deberes de prevención y de segu- las necesidades en torno a la infraestructura:
ridad, la asunción de riesgos por el participante necesidades de comunicación, de senderos,
y la consecuente responsabilidad civil o exone- señalización, baños públicos, etc., la falta de in-
ración de los sujetos intervinientes. fraestructura accesible para personas con disca-
pacidad motora, la falta de oficinas de informes
Por su parte, debe señalarse la importancia en lugares estratégicos, entre otras.
que se le ha dado a la transferencia de riesgos
que el deporte genera hacia un sistema de se- Por estas y otras infinitas razones, muchos
guros, que deriva de una necesidad de la actua- bregan por el dictado de una ley nacional que
lidad y se funda en razones de justicia (190). Así regule la temática, a fin de salvar los tópicos no
pues, la ausencia de legislación uniforme que regulados (191). Especialmente, teniendo en
exija la contratación de seguros para la activi- consideración que gran parte del público atraí-
dad, especificando el tipo, el nivel de cobertu- do por estas actividades son menores de edad
ra, etc., genera un vacío que acarrea inseguridad que, como sujetos más vulnerables de la socie-
para el turista o deportista, y el impacto directo dad, requieren máxima protección y una tutela
judicial efectiva.
(190) Cfr. MOSSET ITURRASPE, Jorge, ob. cit., t. II, p.
439. (191) Cfr. SILVESTRE, Norma O., ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 389


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

En virtud de ello, seguidamente se analizará la prevención especial, basada en medidas de se-


situación jurídica de estos sujetos de derecho y guridad, terapéuticas o tutelares, con interven-
las consecuencias que conllevan los eventuales ción de la Justicia penal de menores; mientras
daños ocasionados en la práctica de estos de- que, para los que no ingresan en dicha catego-
portes a su respecto. ría, cuando hay intervención judicial, la compe-
tencia es del fuero de familia (196).
II. La protección jurídica de los niños y ado-
lescentes en América Latina La consecuencia de ello ha sido un sistema
que acabó reproduciendo y ampliando la vio-
La Convención sobre los Derechos del Niño lencia y la marginalidad que pretendía evitar; la
(1989) (192) vino a brindar operatividad al miseria de los programas de resocialización, el
imperativo de cuidado que ya imponía la tratamiento indiferenciado de menores supues-
Convención Americana sobre Derechos Huma- tamente abandonados y supuestamente delin-
nos (193). cuentes, y los miles de jóvenes confinados en
instituciones penitenciarias para adultos, entre
Así, en Latinoamérica, el mandato internacio- otras cuestiones, hicieron que este sistema se
nal de protección de los niños y adolescentes viera desvirtuado por la práctica y entrara en
se ha ido desarrollando en dos marcos diferen- crisis con la Convención sobre los Derechos del
tes; primeramente, se ha basado en la doctri- Niño (197) en el año 1989.
na asistencialista y tutelar de los menores que,
tras el impulso ocasionado por las circunstan- Si bien casi todos los países de América del
cias políticas de transición o consolidación de- Sur firmaron y ratificaron la mentada conven-
mocráticas, fue paulatinamente dando paso al ción entre los años 1990 y 1991, y de esa forma
paradigma de la promoción y protección inte- asumieron la obligación de adoptar todas las
gral (194). medidas administrativas, legislativas y de otra
índole necesarias para dar efectividad a los de-
El sistema tutelar se integra a base de leyes
rechos por ella reconocidos; lo cierto es que la
que se instituyen desde una concepción negati-
“implementación efectiva” del sistema de pro-
va de las personas menores de edad y utilizando
moción y protección integral de los derechos
la expresión “menores” como despersonaliza-
de los niños y adolescentes ha sido objeto de un
dora. En efecto, los define en comparación, y
proceso largo e intrincado, debido a la perviven-
de un modo peyorativo —menor: menos que
cia de legislaciones nacionales de corte tutelar
alguien—. Y resultan objeto de protección, des-
asistencialista (198).
de el punto de vista de lo que no tienen, de lo
que les falta, de lo que no pueden; sin que su voz Con el correr del tiempo, y a medida que
deba ser escuchada (195). se iban progresivamente erradicando los go-
biernos dictatoriales en América Latina en
Respecto de los menores calificados como en
contextos de transiciones o consolidaciones de-
situación irregular —los infractores de delitos,
faltas o contravenciones, y los marginales, en mocráticas, comenzaron a hacerse visibles las
riesgo o peligro moral o material, propone una acciones legislativas tendientes a extirpar de sus
ordenamientos jurídicos el modelo tutelar para
(192) Ver en https://www.ohchr.org/sp/profession-
alinterest/pages/crc.aspx. (196) ibidem.

(193) Ver en https://www.oas.org/dil/esp/ (197) Ver en https://www.ohchr.org/sp/profession-


tratados_b-32_convencion_americana_sobre_derechos_ alinterest/pages/crc.aspx.
humanos.htm. (198) Ver GARCÍA MENDEZ, Emilio, “La Convención
(194) Ver BELOFF, Mary, “Un modelo para armar y internacional de los derechos del niño: del menor como
otro para desarmar: protección integral de derechos vs. objeto de la compasión —represión a la infancia— ado-
derechos en situación irregular”, en UNICEF, Justicia y lescencia como sujeto de derechos”, en Derecho de la
Derechos del Niño, Nº 1, Santiago de Chile, 1999. Ver en infancia/adolescencia en América Latina: de la situación
https://www.escr-net.org/es/docs/i/404707. irregular a la protección integral, Forum Pacis, Santa Fe
de Bogotá, 1994; disponible en http://www.iin.oas.org/
(195) Cfr. ibidem. Cursos_a_distancia/La_convencion_internacional.pdf.

390 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

la incorporación e implementación del sistema primero, en pos de no discriminar por el sexo,


de promoción y protección integral de los dere- con la de “niña” y, luego, tras hacerse eviden-
chos de los niños y adolescentes (199). tes las diferencias entre los extremos que abar-
can la minoría de edad y plantearse la inquietud
Las características principales de este últi- jurídica de reconocerlas, se les suma el término
mo sistema son el reconocimiento de que los “adolescente” (202).
niños y los adolescentes son titulares de todos
los derechos humanos que como personas les De lo expuesto, puede concluirse que progre-
corresponden en virtud de un sinnúmero de sivamente en América Latina se ha ido operan-
instrumentos internacionales y de la situación do un cambio en el paradigma de la protección
evolutiva por la que atraviesan. La responsabi- de los derechos de los niños y adolescentes la-
lidad por su garantía recae en la familia, la co- tinoamericanos; ello, independientemente de si
munidad y el Estado (en todos sus poderes y esta evolución ha desencadenado una transfor-
niveles), así como las medidas a adoptar para la mación profunda en su situación real.
protección de sus derechos (200).
III. Menores de edad como sujetos de dere-
Asimismo, fomenta la noción de autonomía cho. Evolución en el ordenamiento jurídico
progresiva, que muestra que las personas gozan argentino
de una capacidad innata o natural que va incre-
mentándose con el transcurso del tiempo. Este En la República Argentina, ni la ratifica-
sistema se asienta también en principios funda- ción de la Convención sobre los Derechos del
mentales como el de participación del niño o el Niño (203) en el año 1990 (204), ni el reco-
adolescente en todas las cuestiones que los in- nocimiento de su jerarquía constitucional en
volucren, debiendo siempre ser escuchados y 1994 (205) lograron erradicar el modelo tutelar
su opinión, tenida debidamente en cuenta, todo
ello signado por el principio del interés superior
(202) Ver ibidem.
del niño, que no es sino la máxima satisfacción,
integral y simultánea, de los derechos y garan- (203) Ver en https://www.ohchr.org/sp/profession-
tías que se les reconocen o que pueden recono- alinterest/pages/crc.aspx.
cérseles (201). (204) Este instrumento ingresa al ordenamiento jurídi-
co argentino mediante la ley 23.849, sancionada el 27 de
Este sistema utiliza un lenguaje diferente al septiembre de 1990, promulgada el 16 de octubre y pub-
anterior para definir a las personas menores de licada en el Boletín Oficial el 22 de octubre de ese año.
edad, que parte desde lo positivo y desde sus (205) El art. 75 de la Constitución Nacional en su parte
particularidades. Se sustituye la expresión “me- pertinente dispone: “Corresponde al Congreso: (...) 22.
nor” por la de “niño”, que luego es completada, Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás
naciones y con las organizaciones internacionales y los
concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concorda-
(199) Cfr. DE LA TORRE, Natalia, “La protección inte- tos tienen jerarquía superior a las leyes. La Declaración
gral como principio regional. Realidades en el espacio Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la
latinoamericano”, en FERNÁNDEZ, Silvia (dir.), Tratado Declaración Universal de Derechos Humanos; la Con-
de derechos de niños, niñas y adolescentes. La protec- vención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto
ción integral de derechos desde una perspectiva consti- Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cul-
tucional, legal y jurisprudencial (Nuevo Código Civil y turales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Comercial de la Nación), Abeledo Perrot, Buenos Aires, Políticos y su Protocolo Facultativo; la Convención sobre
2015, t. II, sec. III, tít. I, cap. 2. Versión e-book. la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio; la
(200) Cfr. HERRERA, Marisa; “Reciclando tensiones Convención Internacional sobre la Eliminación de to-
en derechos humanos de niños, niñas y adolescentes: das las Formas de Discriminación Racial; la Convención
especialidad vs. ‘niñología’”, en FERNÁNDEZ, S. (Dir.), sobre la Eliminación de todas las Formas de Discrimi-
«Tratado de derechos de niños, niñas y adolescentes. La nación contra la Mujer; la Convención contra la Tortura y
protección integral de derechos desde una perspectiva otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes;
constitucional, legal y jurisprudencial (Nuevo Código la Convención sobre los Derechos del Niño; en las condi-
Civil y Comercial de la Nación) «, Abeledo Perrot, Buenos ciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional,
Aires, 2015, t. I, sec. I, tít. I, cap. 1, versión e-book. no derogan artículo alguno de la primera parte de esta
Constitución y deben entenderse complementarios de
(201) Cfr. FERNÁNDEZ, S. (dir.), ob. cit. los derechos y garantías por ella reconocidos. Sólo po-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 391


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

de la situación irregular que había impuesto la en 2005 con la sanción de la ley 26.061 (209)
llamada Ley del Patronato o Ley Agote(206) de que, como su título lo indica, tiene por objeto
1919. Dicho modelo rigió durante la casi totali- la “protección integral de los derechos de las ni-
dad del siglo XX y además persistió a los cam- ñas, niños y adolescentes”, señalando así desde
bios producidos, desoyendo el mandato de el comienzo las distancias con la legislación an-
adoptar todas las medidas administrativas, le- terior y la sustitución del sistema hasta entonces
gislativas y de otra índole para dar efectividad vigente (210).
a los derechos reconocidos en la mentada con-
vención (207). Así, le siguieron aquellas provincias que aún
no habían ajustado sus normativas a la filosofía
Por su parte, los Estados provinciales, en mar- de la referida convención, adecuando y/o adhi-
cado contraste con la actitud del Estado na- riendo a los postulados de la ley nacional (211).
cional, fueron dictando normas que buscaban De este modo, las leyes de promoción y protec-
erradicar las instituciones y prácticas del siste- ción integral han dado paso a grandes transfor-
ma tutelar (208). El quiebre definitivo a nivel maciones, renovando los organismos y circuitos
nacional con dicho sistema tuvo lugar recién institucionales destinados a la atención de la
niñez y la adolescencia, sus competencias, las
drán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo modalidades de actuación y de interrelación en-
Nacional, previa aprobación de las dos terceras partes de tre ellos, así como las prácticas y procedimien-
la totalidad de los miembros de cada Cámara. Los demás
tos (212).
tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego
de ser aprobados por el Congreso, requerirán del voto de
las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de En igual norte, la jurisprudencia tiene dicho
cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional”. que los menores de edad, además de la especial
(206) Ver en http://www.saij.gob.ar/10903-nacional-
atención que merecen de quienes están direc-
patronato-menores-jurisdiccion-nacional-provincial- tamente obligados a su cuidado, requieren tam-
lns0002402-1919-09-29/123456789-0abc-defg-g20- bién, la de los jueces y de toda la sociedad; y que
42000scanyel. La ley 10.903 de Patronato de Menores, la consideración primordial de su interés orien-
promulgada el 21 de octubre de 1919 y publicada en el
ta y condiciona la decisión de los magistrados
Boletín Oficial el 27 de octubre del mismo año, no solo
tuvo el mérito de ser la primera en regular la temática llamados al juzgamiento de casos que los invo-
en América Latina, sino que ha significado un avance lucran, proporcionando un parámetro objetivo
en la manera de abordar los problemas de la infancia que permita resolver las cuestiones, debiendo
abandonada, pobre o delincuente en el país. En efecto,
aun cuando la protección que brindaba la legislación
era parcial, ha dado visibilidad, publicidad y notoriedad ñas, Niños y Adolescentes», Ediar, Buenos Aires, 2007, ps.
social al problema de la necesidad de respuesta estatal a 26-28.
la infancia desvalida, del que poco se hablaba. Pero tam- (209) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
bién resultó motivo de cuestionamientos por no brindar ternet/anexos/110000-114999/110778/norma.htm.
una protección completa (dejando sin respuesta a los ni-
ños y adolescentes que, pese a encontrarse en situación (210) Cfr. GIL DOMÍNGUEZ, Andrés, FAMÁ, María V. y
de marginalidad, riesgo o peligro moral o material, no HERRERA, Marisa, ob. cit.
habían sido infractores o víctimas de delitos, faltas o con-
travenciones) y por resultar un instrumento segregativo y (211) Sobre los sistemas de protección integral de los
discriminatorio (al abordar la problemática de la infancia derechos de niños y adolescentes en las diferentes ju-
y la adolescencia cuando esta era «peligrosa» o «inadap- risdicciones de la Argentina, ver FERNÁNDEZ, Silvia
tada» por carecer de una familia o de una familia que E., «Tratado de derechos de niños, niñas y adolescentes
respondiera a los estándares sociales adecuados) (cfr. — La protección integral de derechos desde una per-
BELOFF, Mary, «Introducción. Constitución y derechos spectiva constitucional, legal y jurisprudencial (Nuevo
del niño», en BELOFF, Mary (coord.), La protección a la Código Civil y Comercial de la Nación)», t. II, sec. III: «El
infancia como derecho público provincial, Ad-Hoc, Bue- sistema de protección integral de derechos de niñas, ni-
nos Aires, 2008, ps. 23, 25 y 26). ños y adolescentes panorama regional y local», Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 2015, versión e-book.
(207) Cfr. BELOFF, Mary, “Un modelo para armar y
otro para desarmar...”, ob. cit., p. 10. (212) BURGUÉS, Marisol y LERNER, Gabriel, “Al-
cances, límites y delimitaciones de la reglamentación de
(208) Ver GIL DOMÍNGUEZ, Andrés, FAMÁ, María V. la ley 26.061. Desafíos pendientes”, JA-2006-III, Fasc. 12,
y HERRERA, Marisa, «Ley de Protección Integral de Ni- 20/9/2006.

392 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

atenderse primordialmente a aquella solución preámbulo de la Convención sobre los Dere-


que les resulte de mayor beneficio (213). chos del Niño (217)].

Es así como se llega finalmente a instaurar en Este cuerpo normativo de la niñez resulta de
la República Argentina un sistema de promo- sustancial consideración a la hora de definir el
ción y protección, cuyo principio rector del inte- contenido y los alcances de las obligaciones que
rés superior tiene por objeto los derechos de los ha asumido el Estado cuando se analizan los de-
niños y adolescentes (eliminando la idea de que rechos de los niños y adolescentes. Está integra-
son ellos el “objeto” de protección, para desta- do sustancialmente por la Convención sobre los
carlos en su carácter de sujetos de derecho), y Derechos del Niño (218), las observaciones del
que ha sido caracterizado como especial e inte- Comité sobre los Derechos del Niño, las senten-
gral (214). cias y recomendaciones de la Corte Interame-
ricana de Derechos Humanos y de la Comisión
IV. Deber de prevención, riesgo asumido y
Interamericana de Derechos Humanos y, ya en
responsabilidad civil en la práctica de depor-
el plano local, la ley 26.061 (219) y sus correla-
tes extremos efectuada por niños y adolescen-
tivas normativas provinciales en cuanto a siste-
tes. Breve aproximación general
mas específicos de protección, sin perjuicio de
Como se dijo, los niños gozan de todos los las puntuales legislaciones que resulten asimis-
derechos que tienen las personas adultas, pero mo aplicables conforme a la materia debatida.
además cuentan con un grupo de derechos es- Finalmente, y en forma central, el Código Civil
pecíficos que se les otorga por la particulari- y Comercial de la Nación también reconoce en
dad de que se encuentran en desarrollo. Por favor de las personas vulnerables una protec-
consiguiente, la función preventiva del dere- ción diferenciada [art. 706 y ctes. del Cód. Civ.
cho de daños frente a ellos, al ser integrantes y Com. (220)].
de los grupos con mayor vulnerabilidad, resulta
de gran trascendencia (art. 1710 del Cód. Civ. y Los mentados tratados y convenciones inter-
Com.) (215). nacionales imponen al Estado y a las organiza-
ciones privadas la protección de los menores de
Conforme lo analizando en este capítulo, se edad en diversos ámbitos y ello implica, princi-
advierte que la cobertura normativa protectoria palmente, evitar colocarlos en una situación de
existente en favor de ellos comprende un corpus riesgo impropia para su edad y madurez; ade-
iuris integrado por los tratados y convenciones más, como se mencionó, en conjunto con las
internacionales, fruto del proceso de especifi-
cación de derechos en favor de los niños, fun- (217) Ver en https://www.ohchr.org/sp/profession-
damentado en su situación de vulnerabilidad y alinterest/pages/crc.aspx.
conforme a la exigencia de medidas de protec-
(218) Ver en https://www.ohchr.org/sp/profession-
ción especial a su respecto [art. 19 de la Conven- alinterest/pages/crc.aspx.
ción Americana de Derechos Humanos (216);
(219) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
ternet/anexos/110000-114999/110778/norma.htm.
(213) Cfr. CS, “B.S., J. G. c/ Unión Cordobesa de Rugby
t otros s/ Daños y perjuicios”, 20/11/2012, LA LEY 2012-F, (220) El art. 706 del Cód. Civ. y Com. reza: “Principios
645. generales de los procesos de familia. El proceso en ma-
teria de familia debe respetar los principios de tutela ju-
(214) Cfr. ibidem. dicial efectiva, inmediación, buena fe y lealtad procesal,
(215) Cfr. FERNÁNDEZ, Silvia E., “Principio de pre- oficiosidad, oralidad y acceso limitado al expediente. a)
vención y derechos personalísimos. Una mirada desde Las normas que rigen el procedimiento deben ser apli-
la protección del derecho a la vida familiar en el Código cadas de modo de facilitar el acceso a la justicia, espe-
Civil y Comercial de la Nación”, RCCyC, 2016 (abril), 38. cialmente tratándose de personas vulnerables, y la reso-
lución pacífica de los conflictos. b) Los jueces ante los
(216) El art. 19 de la Convención Americana de cuales tramitan estas causas deben ser especializados y
Derechos Humanos dispone: “Derechos del Niño. Todo contar con apoyo multidisciplinario. c) La decisión que
niño tiene derecho a las medidas de protección que su se dicte en un proceso en que están involucrados niños,
condición de menor requieren por parte de su familia, de niñas o adolescentes, debe tener en cuenta el interés su-
la sociedad y del Estado”. perior de esas personas”.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 393


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

normas nacionales, obligan también al resto de de afirmarse la mediación de culpa de la víctima


la sociedad a prevenir su daño. y menos aún la aceptación de los riesgos deri-
vados de una determinada actividad; incluso en
En cuanto a la asunción de riesgos en la prác- los menores mayores de diez años, la situación
tica de deportes extremos o de aventura, y a su no puede ser asimilada a la eximente culpa de
eventual virtualidad exoneratoria de respon- la víctima, que consiste en analizar una circuns-
sabilidad, cabe puntualizar que, tratándose de tancia fáctica, diferente a la asunción de riesgos
menores de edad, quien los acepta no es el niño, que es previa, consciente de aceptación y, a ve-
sino que son sus padres, y que los riesgos acep- ces, formalizada por escrito (226).
tados por estos se limitan a los que conocían o
debían conocer de acuerdo a la reglamentación Por lo tanto, ante un accidente deportivo su-
de la respectiva actividad o a la información frido por un menor de edad —sin perjuicio del
brindada por el prestador de esta (221). análisis que corresponda en cuanto a la condi-
ción de deportista profesional o de amateur—,
En este sentido, la jurisprudencia tiene dicho corresponde ponderar detalladamente las con-
que el menor de edad no se encuentra legitima- ductas adoptadas por los organizadores y de-
do para otorgar su consentimiento libre en orden más auxiliares en el evento u actividad en que
a la aceptación de ciertos riesgos, potestad que, tal daño se produjo. La asunción de riesgos, en
en su caso, queda a cargo de sus padres (222). dicho supuesto, tiene un margen de actuación
Sin embargo, algunos autores contradicen lo ex- limitado, y se desplaza, en su caso, a los padres;
puesto y entienden que, así como un daño pue- no debiendo ser admitida más allá de la infor-
de atribuirse a la culpa exclusiva de la víctima mación brindada por el prestador de la acti-
menor, puede deberse también a la asunción vidad y de las reglamentaciones —en caso de
del riesgo por una víctima menor; sin alterarse existir—, que se presume serán cumplidas por
el juego operativo de la asunción de riesgos por los organizadores y por toda persona a cargo del
el hecho de que los deportistas sean mayores o deporte extremo (227).
menores (223).
También puede afirmarse que media una
Otra corriente opina que el consentimiento obligación tácita de seguridad delegada por los
en los deportes usuales puede considerarse im- padres al organizador o prestador de la activi-
plícito y que lo mismo sucede tratándose de me- dad, en cuanto delegan en este sus obligaciones
nores, ya que sus padres saben que si practican de vigilancia y protección en el convencimien-
la actividad pueden sufrir algún golpe. Son es- to de que se adoptarán las medidas necesarias
tos últimos los que dan el consentimiento o asu- para garantizar el resguardo de la integridad fí-
men los riesgos, salvo que se trate de un menor sica de sus hijos (228).
cercano a la mayoría de edad, en cuyo caso él
mismo asume el riesgo (224). No obstante, el organizador podrá eximirse de
responsabilidad si acredita que adoptó las me-
Empero, en la República Argentina, los me- didas de precaución adecuadas y que se cum-
nores de diez años no son imputables [art. 261 plieron estrictamente las reglamentaciones de
del Cód. Civ. y Com. (225)], y por ende no pue- la actividad, y que sus empleados o auxiliares
emplearon la diligencia exigible. Es decir, que el
(221) Ver PITA, Enrique M., ob. cit., p. 263. daño es producto de un riesgo inherente al de-
(222) Cfr. CS, “B.S.J.G. c/ Unión Cordobesa de Rugby y
otros s/ Daños y perjuicios”, 20/11/2012, LA LEY 2012-F, el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado
645. de la razón; b) el acto ilícito de la persona menor de edad
que no ha cumplido diez años; c) el acto lícito de la per-
(223) Ver MEDINA ALCOZ, ob. cit., p. 40. sona menor de edad que no ha cumplido trece años, sin
(224) Cfr. PIÑEIRO SALGUERO, José, “Accidentes de- perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales”.
portivos: lesiones consentidas”, en Working Paper, 297, (226) Ver PITA, Enrique M., ob. cit., p. 264.
Barcelona, julio de 2005, ver en www.indret.com.
(227) Cfr. ibidem, p. 114.
(225) El art. 261 del Cód. Civ. y Com. dispone: “Acto in-
voluntario. Es involuntario por falta de discernimiento: a) (228) Ver ibidem.

394 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

porte y que no ha sido agravado por conductas La responsabilidad de los padres es solidaria
omisivas de los prestadores de este, ni por defi- entre sí. La responsabilidad del menor mayor
ciencias o vicios de las instalaciones o de los ele- de diez años es personal y concurrente con la de
mentos utilizados (229). sus padres, que responden indirectamente, ya
que a partir de dicha edad tiene capacidad para
La doctrina nacional se ha planteado la nece- comprender los hechos ilícitos; en cambio, los
sidad de establecer una legislación especial que padres del menor que tiene menos de diez años
contemple la problemática de los menores de responden directa y solidariamente. Las exi-
edad víctimas de accidentes, lo que pondría el mentes son el hecho de la víctima, el caso for-
ordenamiento civil argentino en concordancia tuito y el hecho de un tercero (233).
con la Convención Internacional sobre los De-
rechos del Niño, que obliga a todos los órganos Ahora bien, teniendo en cuenta la informa-
del Estado a garantizar al máximo la supervi- lidad de estas actividades —producto de la au-
vencia y el desarrollo de los niños y adolescen- sencia de regulación específica—, además del
tes (230). peligro al que quedan expuestos los sujetos
más vulnerables de la sociedad, contrariando el
Por otra parte, en principio, incumbe a los pa- cuerpo normativo protectorio de la niñez antes
dres la responsabilidad objetiva por los daños mencionado, se pueden sumar los siguientes in-
provocados por sus hijos menores de edad, no terrogantes: ¿qué ocurre en el supuesto de que
solo con miras a proteger a la víctima brindando uno de los progenitores no esté de acuerdo con
adecuada reparación, sino a los fines de obligar- exponer a la niña, niño o adolescente a los ries-
los a tomar mayores medidas de prevención del gos que implican estas disciplinas?; ¿se requiere
daño que en la responsabilidad subjetiva (231). autorización de ambos padres?; ¿quién controla
Ello exige a los padres vigilar y educar con sumo dicha circunstancia?, y, sobre todo, ¿qué suce-
cuidado a sus hijos, de manera de no tener que de ante un eventual daño sufrido por el menor
responder por ellos; lo que responde al criterio de edad?
de responsabilidad parental [arts. 1754, 1755 y
1756 del Cód. Civ. y Com. (232)]. Seguidamente, se analizarán las cuestiones
planteadas, teniendo en cuenta otra variante de
(229) Cfr. ibidem. responsabilidad que se desprende de las rela-
(230) Cfr. KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída, “Daños ciones familiares.
sufridos y causados por niños”, en Revista de Derecho de
Daños, 2002-2, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, p. 30. V. Daños en las relaciones familiares
(231) Cfr. LÓPEZ HERRERA, Edgardo S., «Respon- En ocasiones, por el afán de comprobar que
sabilidad civil de los padres, tutores y curadores en el
Proyecto de Código Civil y Comercial Unificado», AR/
sus hijos son “buenos” o “valientes”, los padres
DOC/4394/2012. los someten a experiencias que tal vez no sean
tan gratas —a largo plazo— para los niños e in-
(232) El art. 1754 del Cód. Civ. y Com. dispone: “Hecho cluso pueden llegar a ocasionarles ciertos trau-
de los hijos. Los padres son solidariamente responsables
por los daños causados por los hijos que se encuentran mas, independientemente de los riesgos físicos
bajo su responsabilidad parental y que habitan con ellos, a los que quedan expuestos.
sin perjuicio de la responsabilidad personal y concur-
rente que pueda caber a los hijos”. El art. 1755 del Cód. por sus hijos”. El art. 1756 reza: “Otras personas encarga-
Civ. y Com. expresa: “Cesación de la responsabilidad das. Los delegados en el ejercicio de la responsabilidad
paterna. La responsabilidad de los padres es objetiva, y parental, los tutores y los curadores son responsables
cesa si el hijo menor de edad es puesto bajo la vigilancia como los padres por el daño causado por quienes están a
de otra persona, transitoria o permanentemente. No cesa su cargo. Sin embargo, se liberan si acreditan que les ha
en el supuesto previsto en el artículo 643. Los padres no sido imposible evitar el daño; tal imposibilidad no resul-
se liberan, aunque el hijo menor de edad no conviva con ta de la mera circunstancia de haber sucedido el hecho
ellos, si esta circunstancia deriva de una causa que les es fuera de su presencia. El establecimiento que tiene a su
atribuible. Los padres no responden por los daños causa- cargo personas internadas responde por la negligencia
dos por sus hijos en tareas inherentes al ejercicio de su en el cuidado de quienes, transitoria o permanente-
profesión o de funciones subordinadas encomendadas mente, han sido puestas bajo su vigilancia y control”.
por terceros. Tampoco responden por el incumplimiento
de obligaciones contractuales válidamente contraídas (233) ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 395


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

En el momento de decidir si un menor de consentimiento de ambos se presume, salvo


edad se encuentra apto para realizar determina- oposición en contrario.
do deporte extremo o de aventura, los progeni-
tores deben tener en cuenta las consecuencias Por lo tanto, podrían darse al menos tres si-
que pueden derivar de sus decisiones; ya que tuaciones diferentes ante la ausencia de norma-
dichas actividades conllevan grandes riesgos e, tiva específica. Por un lado, ambos progenitores
incluso, pueden propiciar accidentes mortales. podrían estar de acuerdo y brindar autorización
para que el menor de edad realice la disciplina.
Por ello, los padres, en virtud de los deberes Por otra parte, uno de ellos podría oponerse y,
de cuidado que tienen con relación a sus hi- ante esta negativa, el otro podría abusar de la
jos [arts. 646 inc. a, 648 y ctes. del Cód. Civ. y presunción a favor de la conformidad y efecti-
Com. (234)], tienen como obligación evitar co- vizar la práctica sin el consentimiento del que
locarlos en una situación de riesgo impropia se opuso, o bien ocurrir por la vía judicial a los
para su edad y madurez. fines perseguir la autorización brindada por el
juez para llevar a cabo el deporte en cuestión.
Además, conforme lo antes señalado, los tra-
tados internacionales sobre los derechos de los Uno de los enigmas que se presentan ante es-
niños y adolescentes, la Constitución Nacional tos posibles escenarios es si, de acontecer un
y la diversidad de principios y normas no solo accidente mortal, independientemente de las
protegen a los menores de edad y les acuerdan acciones civiles por daños y perjuicios contra
derechos, sino que obligan al resto de la socie- los posibles responsables (organizador, asegu-
dad a no dañarlos (235). radora, club, Estado, etc.), se podría configurar
además responsabilidad civil por daños causa-
Ahora bien, cuando el ejercicio de la respon- dos entre familiares. Es decir, si el progenitor
sabilidad parental es compartida y se debe au- que se opuso a la práctica de la actividad po-
torizar a un menor de edad para la práctica de dría entablar una acción de daños y perjuicios
este tipo de deportes, en el caso de no existir una contra el que brindó consentimiento. Para res-
normativa provincial que regule dicha actividad ponder a dicho planteo, se deben analizar pre-
y que exija la autorización de ambos progenito- viamente las diferentes posiciones doctrinales
res —no configurándose ninguno de los supues- que existen al respecto.
tos del art. 645 del Cód. Civ. y Com. (236)—; el
V.1. Otra variante de responsabilidad: respon-
(234) El art. 646 inc. a del Cód. Civ. y Com. establece: sabilidad por daños en las relaciones familiares
“a) cuidar del hijo, convivir con él, prestarle alimentos y
educarlo”. El art. 648 del Cód. Civ. y Com. dispone: “Cui- En el régimen anterior, se controvertía si el
dado personal. Se denomina cuidado personal a los de-
vínculo familiar podía justificar por sí solo un
beres y facultades de los progenitores referidos a la vida
cotidiana del hijo”. hecho lesivo y eliminar la injusticia del daño.
Algunos autores justificaban la conducta gene-
(235) Ver GHERSI, Carlos A., “La responsabilidad en el
deporte. Los menores y un mensaje hacia el Proyecto de
radora de un daño causado en el ámbito de las
Reforma del Código Unificado», LA LEY 13/12/2012, 3. relaciones de familia, si estaban en peligro los
intereses generales respecto de la estabilidad
(236) El art. 645 del Cód. Civ. y Com. determina: “Actos
que requieren el consentimiento de ambos progenitores.
de la institución familiar, de la solidaridad en-
Si el hijo tiene doble vínculo filial se requiere el consen- tre sus miembros y de la piedad filial. Se procu-
timiento expreso de ambos progenitores para los siguien- raba con ello reducir los litigios en materia de
tes su-puestos: a) autorizar a los hijos adolescentes entre cuestiones resarcitorias derivadas de relaciones
dieciséis y dieciocho años para contraer matrimonio; b) de familia.
autorizarlo para ingresar a comunidades religiosas, fuer-
zas armadas o de seguridad; c) autorizarlo para salir de
la República o para el cambio de residencia permanente Capítulo. En todos estos casos, si uno de los progenitores
en el extranjero; d) autorizarlo para estar en juicio, en los no da su consentimiento o media imposibilidad para pre-
supuestos en que no puede actuar por sí; e) administrar starlo, debe resolver el juez teniendo en miras el interés
los bienes de los hijos, excepto que se haya delegado la familiar. Cuando el acto involucra a hijos adolescentes, es
administración de conformidad con lo previsto en este necesario su consentimiento expreso”.

396 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

Otra postura —según la doctrina mayoritaria, Dejar de lado la aventura, el juego y la diversión
es la que recepta el ordenamiento argentino vi- e informarse respecto a qué situación y riesgos
gente— sostiene que el derecho (y las relacio- se está exponiendo la vida e integridad de los
nes) de familia no constituye un ámbito ajeno más vulnerables.
a la aplicación de las normas y principios de la
responsabilidad civil. Un vínculo familiar no En algunas oportunidades, como por ejemplo
justifica por sí solo un acto lesivo, ni enerva la vacacionando, se encuentran múltiples ofertas
injusticia del daño causado (237). Esta corrien- de actividades que podrían configurar la prác-
te sostiene que resulta ingenuo y contradictorio tica de deportes extremos, también llamados
aludir a un mantenimiento de la paz familiar de riesgo o de aventura. Al no contar con una
cuando, precisamente, ya no existe porque ha normativa general que indique parámetros de
sido destruida por el dañador (238). seguridad y soluciones ante eventuales conse-
cuencias dañosas, se deben tomar serios recau-
Asimismo, afirman que en la actualidad las re- dos a la hora de decidir prestar conformidad
laciones de familia no poseen la misma estabi- para que un menor de edad se someta a este
lidad que le correspondió en tiempos pasados, tipo de actividades peligrosas.
y crear una indemnidad a los dañadores impli-
ca que, en algunos casos, la ruptura del vínculo En caso de que la conformidad para la prácti-
posterior al daño provocaría que lo que a la víc- ca de deportes extremos por un menor de edad
tima le corresponde para su reparación quedara fuera prestada por uno solo de los progenitores,
en el patrimonio del causante de su merma, tal ante la oposición del otro, y ocurriendo un even-
vez para ser consumido por un nuevo y transito- tual accidente mortal, conforme lo expuesto an-
rio compañero de vida. teriormente, se podría admitir una acción de
daños y perjuicios en las relaciones de familia,
Resulta evidente la oposición de términos ló- ya que el progenitor que brindó la conformidad
gicos o de razones respecto a un mismo tema, sin considerar la opinión del otro, incumplien-
que exigen detenido estudio para resolver con do los deberes de cuidado y exponiendo al me-
acierto. Esta constituye una cuestión muy reñi- nor a una situación trágica, podría llegar a ser
da y a la que se debe dar importancia, ya que se considerado por la Justicia como responsable
suscita no solo entre doctrinarios, también en- por los daños y perjuicios ocasionados al pro-
tre juzgados y tribunales de un mismo orden ju- genitor que no autorizó la actividad. Además, es
risdiccional. dable destacar que no existe al respecto limita-
ción en norma expresa en contrario.
Por lo tanto, según este último enfoque refe-
renciado, el régimen de responsabilidad civil — Ahora bien, si el menor solo sufriera lesiones
preventivo y resarcitorio— resulta aplicable en graves —siguiendo el fundamento de la corrien-
las relaciones de familia y en los daños entre fa- te estudiada—, el reclamo podría entablarlo el
miliares en todo aquello que no encuentre limi- progenitor no autorizante, por sí, como así tam-
tación en norma expresa en contrario. bién en representación del menor; todo depen-
derá de la edad del menor, su intención o no de
Conforme los fundamentos planteados, resul- realizar la actividad y de las circunstancias de
ta relevante tomar consciencia de la importan- cada caso en concreto.
cia de las decisiones cuando están en juego los
intereses y el bienestar de los menores de edad. Distinta resulta la situación cuando la con-
formidad es prestada por ambos progenitores o
bien con autorización judicial, donde se podría
(237) Cfr. Ver PIZARRO, Ramón D., VALLESPINOS,
Carlos G., “Tratado de responsabilidad civil”, t. III, parte configurar un supuesto de falta de legitimación
especial y acciones de responsabilidad civil, Rubinzal — activa para la procedencia del reclamo. De todas
Culzoni Editores, 2017, ps. 490-491. maneras, el juez siempre debe analizar las cir-
(238) Ver ZAVALA DE GONZÁLEZ, “Daños entre fa- cunstancias particulares de cada caso puntual
miliares”, LA LEY 2015-A, 562. para poder llegar a la solución más justa, razo-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 397


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

nablemente fundada y acorde al ordenamiento Así, resulta indispensable establecer un con-


vigente [art. 3 del Cód. Civ. y Com. (239)]. cepto jurídico del deporte extremo y/o del tu-
rismo aventura y una completa clasificación de
Por todo ello, resulta indispensable prever la estos. Diferenciando, como se ha indicado an-
exigencia de autorizaciones expresas, medidas tes, los deportes extremos de las actividades de
de seguridad y prevención, seguro obligatorio, turismo aventura ocasional, los deportes efec-
entre otras cuestiones que, de estar reguladas tuados por cuenta del practicante de los presta-
y con los debidos controles, evitarían infinidad dos por un organizador, y los que se realizan en
de accidentes. Estas precauciones deben extre- el ámbito de una competencia deportiva de los
marse más aún cuando participen en este tipo que se efectúan fuera de ella.
de actividades los menores de edad, que son los
que se encuentran en situación de vulnerabili- Por otra parte, estos deportes se caracterizan
dad y cuya obligación de cuidado y protección por la inmediatez en su práctica, ya que no exi-
incumbe no solo a sus padres, sino también a la gen preparación, se pueden realizar en fines de
sociedad y al Estado. semana y vacaciones, lo que resulta extrema-
damente peligroso para ciertas actividades que
Los niños del mundo son inocentes y depen- deberían tener determinada preparación o en-
dientes, pero también son curiosos y activos. Su
trenamiento previo. Se deduce, entonces, que
infancia debe ser un período de alegría, apren-
sería conveniente, además, otra clasificación de
dizaje y crecimiento. Su futuro debería forjarse
acuerdo al nivel de riesgo de las actividades, te-
con espíritu de armonía y cooperación. A medi-
niendo en cuenta la preparación anterior que
da que maduren, tendrían que ir ampliando sus
requieren.
perspectivas y adquiriendo nuevas experien-
cias, pero con la responsabilidad y cuidados que También es importante determinar las pau-
les son debidos (240). tas específicas con relación al deber de infor-
Así pues, resulta importante recordar que los mación en los casos de los deportes que son
niños tienen derechos, pero los adultos tienen proporcionados por un organizador o presta-
deberes. “No hay causa que merezca más alta dor, dado que, si no hay información previa o se
prioridad que la protección y el desarrollo del imparte algo desinformado, no se permite a los
niño, de quien dependen la supervivencia, la participantes contar con las herramientas nece-
estabilidad y el progreso de todas las naciones y, sarias para reconocer, vía la señal de alarma, el
de hecho, de la civilización humana” (241). peligro probable inherente frente a la actividad
desconocida.
VI. Propuestas de cambio
Así, se sugiere la exigencia de la firma de la
De la lectura del presente trabajo se advierte recepción de la información por el participan-
fácilmente la amplitud de la temática en estu- te, la obligatoriedad de las charlas informativas,
dio. Así pues, a los fines de ordenar esta lagu- la obligación de resaltar los riesgos y acciden-
na del derecho que incumbe a tantas variantes tes típicos de la actividad y la obligación para el
y supuestos, se evidencia la necesidad de una proveedor de contar con información sobre el
normativa nacional que organice la materia y estado de salud, la habilidad y las destrezas re-
determine sus parámetros fundamentales. queridas al participante.

(239) El art. 3 del Cód. Civ. y Com. establece: “Deber Es decir, establecer la obligación para el pro-
de resolver. El juez debe resolver los asuntos que sean veedor del servicio de brindar la información
sometidos a su jurisdicción mediante una decisión ra- concreta para cada tipo de actividad que co-
zonablemente fundada”. mercialice, que contenga todas las característi-
(240) Cfr. Plan de Acción de la Cumbre Mundial a fa- cas descriptas, de modo tal que el consumidor
vor de la Infancia, 30 de septiembre de 1990, disponible o participante tenga claro alcance de los riesgos
en http://www.iin.oea.org/Cursos_a_distancia/Cursos- que implica su práctica, atento a que se encuen-
Proder2004/Bibliografia_genero/UT2/Lectura.2.11.pdf. tra en juego su integridad psicofísica, y así pue-
(241) Ver ibidem. da libremente decidir o no su realización.

398 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

A los fines de incentivar el cumplimiento por ción y mejoras en el sistema de manejo de re-
parte de los operadores, se podría establecer que, siduos en los principales destinos turísticos;
ante la omisión de dicha información, se deter- desarrollo de modelos de identificación de peli-
mine la presunción de responsabilidad en su gros; exigir a los prestadores de turismo aventu-
contra por los daños que sufra el participante. ra la confección de planes de manejo de riesgos
y de respuesta a las emergencias; planes de ca-
Asimismo, deberían determinarse las zonas pacitación tanto en seguridad y gestión de ries-
donde pueden llevarse a cabo estas actividades, gos como en socorrismo y primeros auxilios;
independientemente de que sean realizadas por trabajar en los grupos de rescate, conformán-
cuenta propia del deportista o brindadas por un dolos donde sea necesario y fortaleciéndolos
organizador; y la exigencia, en todos los casos, donde existan; colocar antenas que permitan
de un seguro obligatorio. Nótese que algunas mejorar la comunicación en zonas críticas; su-
provincias exigen la cobertura de un seguro y gerir a los Gobiernos provinciales la creación de
otras nada dicen al respecto. nuevas áreas naturales o de conservación, pla-
nificando el uso de estas, ya que actualmente
Por otra parte, sería adecuado determinar la los recursos son explotados sin control, en de-
creación de un registro nacional único en el que trimento de ecosistema y de los recursos econó-
deban inscribirse todos los prestadores de estas micos y naturales.
actividades. En dicho registro, se deberían de-
clarar los deportes o actividades contemplados, Ahora bien, por su importancia y por las
sus características, condiciones, reglamentos, consecuencias que derivan de los asuntos in-
estándares de seguridad, equipamientos reque- volucrados con ellos, esta regulación debería
ridos e infraestructura para su desarrollo, ade- distinguir y normar específicamente los supues-
más de los datos de quienes intervienen en la tos de la práctica de estos deportes llevados a
disciplina (instructores, guías, etc.) con sus res- cabo por niños y adolescentes, y también hacer
pectivas certificaciones de idoneidad. mención de los casos de deportes efectuados
por personas con discapacidad. Determinando
A los fines de brindar mayor protección, y con- los requisitos específicos a su respecto, las au-
forme al deber de prevención impuesto a toda la torizaciones necesarias, la infraestructura ade-
sociedad [art. 1710 del Cód. Civ. y Com. (242)], cuada, los mayores controles y prevención, las
se podría exigir a los organizadores que brindan medidas de seguridad, etc.
estas actividades de alto riesgo contar con capa-
citación en primeros auxilios o con asistencia Por otro lado, además de la regulación, se
médico-sanitaria. requieren medidas de control por parte del
Estado, a fin de garantizar un cumplimiento
A modo ejemplificativo, se mencionan otras efectivo. Así, sería conveniente, por ejemplo, la
acciones que también podrían tenerse en cuen- implementación de un sistema de denuncias y
ta a la hora de regular el tema que aquí concier- multas, y aumentar la presencia de control de
ne, como ser: implementar programas para la policía.
limpieza y señalización de los senderos y áreas
naturales protegidas; campañas de cuidado del Con la mentada regulación, se les daría for-
sistema ambiental; campañas de concientiza- malidad a estas actividades y se evitarían innu-
merables accidentes, dado que estos deportes
(242) El art. 1710 del Cód. Civ. y Com. dispone: “De- contarían con el control que requieren de acuer-
ber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, do a los riesgos que conllevan; serían ofrecidos
en cuanto de ella dependa, de: a) evitar causar un daño por personal idóneo y capacitado, con la infraes-
no justificado; b) adoptar, de buena fe y conforme a las tructura necesaria, y estarían sujetos a una habi-
circunstancias, las medidas razonables para evitar que litación determinada para su funcionamiento.
se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales
medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño
del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que CONCLUSIÓN
éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió,
conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa; c) En virtud del análisis efectuado, se observa
no agravar el daño, si ya se produjo”. que la práctica de los deportes extremos y del

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 399


La ausencia de regulación nacional con relación a la práctica de deportes extremos…

turismo aventura se encuentra en constante de- y usuarios, que también merecen protección es-
sarrollo y crecimiento, globalmente y en toda la pecial [ley 24.240 (243), art. 42 de la CN (244)].
República Argentina. Y que la idea básica de es-
tas actividades riesgosas es que se realizan en la Además, estos deportes se realizan en la na-
naturaleza, utilizando los medios que esta brin- turaleza, quedando expuestos, a su vez, el me-
da —tierra, mar y aire—, siendo nuestro país dio ambiente y los recursos naturales. Sumado
óptimo para su ejercicio en atención a la diver- a que estas actividades se encuentran íntima-
sidad geográfica que ostenta. mente relacionadas con el turismo, siendo este
último uno de los sectores que en los últimos
El problema es que el ordenamiento jurídi- años ha adquirido un rol fundamental para el
co argentino carece de una normativa nacional crecimiento económico de las provincias, por
que regule a su respecto. Por lo tanto, actual- lo que es importante transparentar y ordenar la
mente no existen un concepto ni una clasifi- oferta existente.
cación jurídica de estos deportes; y, en ciertas
circunstancias, se desconoce si la práctica de Por consiguiente, resulta imperioso contar
determinadas actividades queda incluida o no con una regulación a nivel nacional específica y
en dicha conceptualización. uniforme sobre la materia, que determine cuá-
les son estos deportes, las diversas variantes en
Así pues, tal como se estudió en este trabajo,
su práctica y qué requisitos deben cumplir para
la regulación de la temática se encuentra en ma-
nos de las provincias, siendo dicha reglamen- ser habilitados como tales; que ponga fin a este
tación escasa, incompleta y heterogénea. Ello híbrido del derecho, brinde seguridad jurídica y
impacta en las soluciones jurídicas brindadas regularice esta temática, que continúa en firme
en caso de accidentes dañosos derivados de su avance y evolución.
práctica, generando un vacío legal de suma im-
En suma, la necesaria reglamentación brin-
portancia.
daría a los deportistas la seguridad y la protec-
En efecto, lo que para algunas provincias es ción de su integridad personal, la confiabilidad
un deporte extremo o una actividad de turis- de la oferta prometida y la calidad de los servi-
mo aventura para otras no lo es; algunas regu- cios profesionales; a su vez, a los prestadores les
lan ciertos requisitos de prevención, otras no; daría el reconocimiento social de una profesión
no se incluyen todas las actividades, en especial que requiere formación especializada, gran res-
las que realizan las personas de manera autóno- ponsabilidad y aprendizaje permanente, y al
ma —sin organizador—; nada expresan sobre la medio ambiente le otorgaría mayor justicia en el
asunción de riesgos ni sobre la responsabilidad
civil. Por ende, el resultado de cada contienda (243) Ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegIn-
va a depender, entre otras circunstancias, del lu- ternet/anexos/0-4999/638/texact.htm.
gar donde se haya producido el siniestro. (244) El art. 42 de la Constitución Nacional establ-
ece: “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios
Ahora bien, el supuesto más preocupante se tienen derecho, en la relación de consumo, a la protec-
presenta cuando la práctica de estos deportes ción de su salud, seguridad e intereses económicos; a
irregulares es llevada a cabo por niños y adoles- una información adecuada y veraz; a la libertad de elec-
centes, dado que, conforme lo antes desarrolla- ción y a condiciones de trato equitativo y digno. Las au-
toridades proveerán a la protección de esos derechos, a
do, se encuentran amparados por el conjunto la educación para el consumo, a la defensa de la com-
de normas internacionales y nacionales protec- petencia contra toda forma de distorsión de los merca-
torias de la niñez, que exige máxima protección dos, al control de los monopolios naturales y legales, al
a su respecto. de la calidad y eficiencia de los servicios públicos y a la
constitución de asociaciones de consumidores y de usu-
Asimismo, tal irregularidad genera compe- arios. La legislación establecerá procedimientos eficaces
para la prevención y solución de conflictos y los marcos
tencia desleal entre quienes ofrecen estas ac-
regulatorios de los servicios públicos de competencia na-
tividades —en los casos de los deportes o del cional, previendo la necesaria participación de las aso-
turismo aventura brindados por un organizador ciaciones de consumidores y usuarios y de las provincias
o prestador—, lo que afecta a los consumidores interesadas, en los organismos de control”.

400 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Vanesa Elisabeth Giocoli

reparto de los beneficios del turismo, obtenien- - LOPEZ HERRERA, Edgardo S., “Responsabi-
do la protección y los cuidados que requiere. lidad civil de los padres, tutores y curadores en
el Proyecto de Código Civil y Comercial Unifica-
Por otra parte, y conforme lo antes aludido, do”, RCyS, 2012-IX, 5, AR/DOC/4394/2012.
dicha regulación debería distinguir y normar
específicamente los supuestos de la práctica de - MÁRQUEZ, Jose F. y CALDERÓN, Maximi-
estos deportes llevados a cabo por menores de liano R., “Daños sufridos por el futbolista profe-
edad. De este modo, se pondría el ordenamien- sional”, en Revista de Derecho de Daños, 2010-2,
to civil argentino en concordancia con la Con- Rubinzal- Culzoni, Santa Fe.
vención Internacional sobre los Derechos del
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404 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


Implicancias del art. 1777, 1.a parte,
Cód. Civ. y Com. en los derechos
fundamentales de la víctima
del daño injusto (*)
María Teresa Chrestia
INTRODUCCIÓN los arts. 1111 y 1113, 2° párrafo del Código Ci-
vil, en cuanto se encontraba detenida “en la in-
En el juicio “Barrera, Jorge Benito c/ Barracas tersección pero no sobre la vereda, sino sobre
Logística SA s/ daños y perjuicios”, la Excma. Cá- el pavimento, lo cual la constituye en principal
mara Nacional Civil, Sala B, por sentencia del responsable del accidente, porque la obligación
06/04/16, haciendo caso omiso a lo normado del peatón es permanecer sobre la vereda has-
por el art. 1103, Cód. Civ., condenó al demanda- ta que pueda efectuar el cruce”. De esta manera,
do al resarcimiento de los daños padecidos por modificando en sede civil el marco fáctico del
el actor pese a que en el proceso penal origina- caso, el demandado argumentó que “fue el pro-
do en los mismos hechos se lo había sobreseído. pio actor quien actuó con negligencia e imperi-
cia poniendo en riesgo su vida”, lo que “provocó
Ambos procesos, penal y civil, se originaron a la fractura del nexo causal”.
raíz de las lesiones sufridas por Jorge Benito Ba-
rrera en circunstancias en que se encontraba es- Si bien de acuerdo a lo normado por el art.
perando un taxi y fue impactado por cajones de 1103 del entonces código vigente habría co-
cerveza que cayeron del camión en el que eran rrespondido el rechazo de la pretensión indem-
transportados. nizatoria, por cuanto con el fallo penal cerró
definitivamente el debate en torno al modo en
La causa penal concluyó con el sobreseimien- que los hechos tuvieron lugar y la participación
to definitivo del conductor del camión al juz- que cupo al presunto autor en ellos, hubiese
garse que “el hecho denunciado no se cometió”. constituido un escándalo jurídico ignorar el re-
No obstante, entablada la demanda de daños en conocimiento efectuado por el demandado. Es
sede civil, el accionado reconoció la existencia así que se condenó al accionado al pago de la in-
del hecho al señalar que “el Sr. Peralta se encon- demnización de los daños, con fundamento en
traba al mando del camión, que cuando llegó a el art. 1113 Código Civil, actualmente art. 1758,
la esquina existente en Libertad y Posadas em- Cód. Civ. y Com.
prendió el giro a baja velocidad y dado que en
esa intersección existe una cuneta badén pro- Este fallo despertó múltiples cuestionamien-
funda, el camión efectuó un salto y como con- tos, habida cuenta de que, cuando una determi-
secuencia de ello algunos cajones cayeron a la nada situación fáctica provoca consecuencias
calle y aparentemente uno de ellos golpeó al ac- de diversa naturaleza, en el caso, penal y civil,
tor en el hombro derecho”. y son ventiladas en jurisdicciones indepen-
dientes, la doctrina ha entendido que se plan-
El demandado invocó en su defensa la cul- tea la necesidad de coordinar las respuestas que
pa exclusiva de la víctima en los términos de cada orden conferirá, ya que, si bien el objeto
de juzgamiento resulta diverso, los procesos se
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 27 de fundan en los mismos hechos. Se procura evi-
octubre de 2020. tar que las sentencias que se dicten incurran en

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 405


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

contradicciones en cuanto al juzgamiento de los El objeto de este trabajo consiste en desnudar


hechos, arbitrándose mecanismos procesales y las diversas implicancias que puede tener la ex-
sustanciales adecuados a fin de preservar la co- tensión de la cosa juzgada penal al proceso ci-
herencia. vil respecto del derecho de la víctima del daño
injusto a obtener su reparación integral como
El legislador argentino ha pretendido solucio- punto de partida para la búsqueda de alterna-
nar esta cuestión subordinando la decisión ci- tivas en que resulten adecuadamente tutelados
vil a lo resuelto en sede penal, de manera que los distintos derechos en juego.
el magistrado civil no puede reabrir el debate,
revisar lo resuelto ni incorporar nuevas pruebas Para abordar esta problemática, en el capítu-
tendientes a corroborar las circunstancias fác- lo I se analizará, a modo de marco teórico ge-
ticas que quedan definitivamente fijadas por la neral, el sistema adoptado por nuestro derecho,
sentencia penal. por un lado, para consagrar la independencia de
las acciones civil y penal derivadas de un mis-
El Cód. Civ. yCom. regula la relación entre mo hecho, y, por el otro, para prevenir las po-
las acciones penal y civil derivadas de un mis- sibles contradicciones que podrían surgir como
mo hecho en la sección 11, capítulo 1, título V, consecuencia de su tramitación independien-
de los artículos 1774 a 1780. El presente traba- te. Se profundizará especialmente en el alcance
jo se centrará en la situación contemplada por del régimen establecido en el art. 1777, 1a par-
el art. 1777, 1a parte, Cód.Civ. y Com., es decir, te, Cód. Civ. yCom., que subordina la sentencia
el caso en que la sentencia penal decide que el civil a lo decidido en sede penal respecto a la
hecho no existió o que el sindicado como res- inexistencia del hecho y a la falta de autoría del
ponsable no participó, hipótesis en las que se ha imputado, y en los argumentos esgrimidos para
establecido que las circunstancias fijadas por el sustentar tal solución.
fallo penal no pueden ser discutidas en el pro-
ceso civil. Seguidamente, en el capítulo II se efectuará
un análisis crítico del sistema establecido y se
El régimen establecido confiere preeminencia ahondará en las consecuencias que la solución
a la sentencia penal sobre la civil, clausurando legal produce en los derechos de la víctima del
definitivamente el debate en torno a la inexisten- daño injusto.
cia del hecho, haciendo esta “cosa juzgada” en el
proceso civil. Ello, pese a que aquella es dictada Finalmente, en el capítulo III, se procurará
como consecuencia de un proceso en el que mu- esbozar alguna propuesta superadora para la
chas veces el damnificado no se encuentra habi- problemática planteada, que armonice razona-
litado para participar o, en el mejor de los casos, blemente las exigencias de seguridad jurídica y
puede hacerlo, pero su actuación es restringida, y justicia en los derechos de los diferentes sujetos
en el que tienen plena aplicación una serie de ga- que la solución normativa puede involucrar.
rantías —como el principio de inocencia— que
CAPÍTULO I
pueden redundar en una limitación excesiva del
derecho de defensa de la víctima del daño, y de- LA PREVALENCIA DE LA SENTENCIA
terminar, por esa vía, la frustración de su derecho PENAL FRENTE AL PROCESO CIVIL
a la reparación integral.
I. Consideraciones generales
En este punto se advierte que, si bien es de-
seable que nuestro sistema jurídico brinde Un mismo hecho es susceptible de provocar
respuestas coherentes, es menester que simul- consecuencias jurídicas de diversa naturaleza y
táneamente estos mecanismos sean idóneos originar dos procesos que pueden tramitar ante
para armonizar los diferentes intereses y valo- diferentes tribunales. Tal es el caso, por ejemplo,
res que la cuestión involucra, tales como la ce- de los accidentes de tránsito de los que resulta
leridad procesal, la independencia judicial, el el fallecimiento de una persona. A instancias del
derecho de defensa, la tutela judicial efectiva, el Ministerio Público Fiscal se instruirá una causa
derecho a una reparación integral, entre otros. penal que tramitará ante el juez penal que resul-

406 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

te competente, con el objeto de determinar si tal Code), verificándose la triple identidad de par-
conducta encuadró en el tipo delictual previs- tes, objeto y causa: el damnificado había sido re-
to en el art. 84 del Código Penal y, en su caso, si presentado por el Ministerio Fiscal en la causa
corresponde aplicar una sanción a su autor. Pa- penal, la identidad de objeto resultaba de que
ralelamente, los damnificados indirectos legiti- en ambos casos se ventilaban las consecuencias
mados conforme al art.1741, Cód. Civ. y Com. que eran jurídicamente imputables al autor del
pueden promover ante la Justicia civil una pre- hecho y la identidad de causa era corolario de
tensión resarcitoria tendiente a obtener la re- que tanto la acción criminal como la civil se fun-
paración del daño moral injustamente sufrido daban en el mismo hecho.
como consecuencia de ese mismo hecho.
En un enfoque diverso, Toullier sostenía la ab-
Resulta claro que la responsabilidad penal y la soluta independencia operativa de ambos pro-
civil no se confunden, por lo que, sin entrañar cesos y de las sentencias que de ellos resultaban,
contradicción alguna, e inclusive sobre la base en razón de que no podía válidamente hablarse
del mismo material probatorio, podría existir de cosa juzgada. Ello así, en virtud de que, aun-
condena civil aunque haya mediado absolución que se aceptara la identidad de causa, no exis-
o sobreseimiento en la causa penal. te identidad de partes ni de objeto, siendo que
el Ministerio Fiscal no representa al damnifica-
No obstante que el objeto de juzgamiento do —pues, si así fuera, estaría facultado para re-
resulta diverso, existe entre las acciones civil y querir la indemnización—, y de que, mientras la
penal una relativa independencia en cuanto acción civil persigue la reparación del perjuicio,
media una conexión fáctica, es decir que, si bien la penal tiende a la sanción al autor por los ata-
las pretensiones de ambos litigios resultan dife- ques llevados a cabo contra el orden social (1).
rentes, tienen una base fáctica común.
Vélez Sarsfield adoptó una postura crítica
Desde antaño se ha estimado que se produ- respecto de estas ideas, tal como se refleja en
ciría un escándalo jurídico si, a raíz del trámite la nota de los arts. 1102 y 1103 del código deci-
independiente de las acciones ante magistrados monónico. Allí, el codificador expuso: “Puede
diferentes, se arribase a decisiones fundadas en decirse que en verdad no hay identidad de ob-
circunstancias fácticas distintas y, por qué no, jeto. ¿Cómo decir que demandar contra Pedro
hasta contrarias. Tal es lo que acontecería, por el pago de veinte mil pesos o demandarle a que
ejemplo, si frente al accidente de tránsito del se le condene a muerte, es demandar la misma
ejemplo el juez penal concluye la inexistencia del cosa y el mismo objeto? Pero aunque no hay
hecho y en el proceso civil se determina que este identidad de cosa en las dos demandas, ¿cómo
admitir que aquel que juzgado con el mandata-
sí tuvo lugar, tal como sucedió en el caso “Barre-
rio de la sociedad que el hecho por el cual era
ra, Jorge Benito c/ Barracas Logística SA s/ daños
acusado no había existido nunca, pueda des-
y perjuicios”, reseñado en la introducción.
pués por el mismo hecho ser traído a juicio ante
El riesgo de incurrir en este tipo de contra- un tribunal civil? ¿Cómo admitir a la inversa
dicciones y la búsqueda de un mecanismo ade- que aquel que después de una defensa hecha
cuado para resolver esta cuestión han suscitado con toda libertad y con todas las garantías que
gran preocupación en la doctrina y la jurispru- la ley concede ha sido solamente condenado
dencia. En este sentido, basta recordar el his- como autor de un delito, pueda después ante el
tribunal civil sostener y llegar a establecer legal-
tórico debate suscitado en la doctrina francesa
mente que el hecho no ha existido, o que no le
con motivo de la laguna que, sobre el punto, pa-
es imputable? Esto sería un escándalo jurídico,
decía el Código de Napoleón.

Una postura sostenida por Philippe Merlin (1) Cfr. LLAMBÍAS, Jorge Joaquín, «Tratado de
predicaba la dependencia absoluta de la acción Derecho Civil argentino, obligaciones», t. IV-B, Abeledo-
Perrot, Buenos Aires, p. 77, nota 83 y KEMELMAJER DE
civil respecto de la penal, que hacía sobre ella CARLUCCl, Aída, en A. Belluscio (director), Código Civil
res iudicata. Afirmaba que concurrían en el caso y leyes complementarias, t. 5, Astrea, Buenos Aires, ps.
los tres elementos de la cosa juzgada (art. 1351, 305 y ss.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 407


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

contario a la razón y a la verdad que debe supo- ra da una solución intermedia, al establecer la
nerse en los juicios concluidos”. vinculación del juez civil solo respecto al fallo
condenatorio del juez penal. Contrariamente, la
La cuestión en análisis resulta compleja e in- sentencia absolutoria que niega la existencia del
volucra institutos de naturaleza procesal, tales hecho o la participación del absuelto no resulta
como la jurisdicción, la competencia, el objeto vinculante para el iudicante civil (4).
del proceso y la cosa juzgada, como así también
cuestiones de índole sustantiva que remiten, en El legislador argentino ha adoptado el sistema
definitiva, al contenido esencial de diversos de- descripto en segundo término. El código veleza-
rechos fundamentales, ej.: la reparación integral no regulaba esta cuestión en el libro II, “De los
del daño no justificado, el derecho de propiedad. derechos personales en las relaciones civiles”,
sección segunda, “De los hechos y los actos ju-
En general, los ordenamientos jurídicos han rídicos que producen la adquisición, modifica-
disciplinado esta problemática de tres maneras ción, transferencia o extinción de los derechos
diferentes: una primera, en la que se reconoce y obligaciones”, título VIII, “De los actos ilícitos”,
plena independencia a los jueces para resolver capítulo IV, “Del ejercicio de las acciones para
el asunto sometido a su conocimiento, como si
la indemnización de los daños causados por los
los procesos se ignorasen recíprocamente, sien-
delitos”, dedicándole los arts. 1096 a 1106. Por su
do que cada uno tiende a una finalidad que re-
parte, el Cód. Civ. y Com. se ocupa de este asun-
sulta propia y exclusiva (2). Un segundo sistema
to en el libro tercero, “Derechos personales”,
sostiene la absoluta vinculación del juez civil a la
título IV, “Otras fuentes de las obligaciones”, ca-
sentencia penal y, basándose en el dogma de la
pítulo 1, “Responsabilidad civil”, sección 11, “Ac-
unidad de la función jurisdiccional, otorga pre-
ferencia al proceso criminal, de manera que la ciones civil y penal”, arts. 1774 a 1780.
base fáctica que resulte común a una y otra deci- En principio, en estos cuerpos normativos se
sión no pueda quedar fijada de manera diversa
ha conferido preponderancia a la decisión pe-
en ambas sentencias (3). Finalmente, la terce-
nal, subordinando a esta la sentencia civil. Esta
dependencia se manifiesta en dos ámbitos: tem-
(2) Tal es el sistema adoptado por la ley 19.293 de Uru- poral y sustancial. Así, se ordena primeramen-
guay, que, luego de proclamar la independencia de la a
acción civil y la acción penal que se funden en el mismo te la suspensión del dictado del fallo civil hasta
hecho ilícito y de indicar que estas deben ejercitarse tanto recaiga decisión firme en sede penal (5)
separada e independientemente en las sedes respec-
tivas (art. 103), determina el alcance absoluto de dicha la cosa juzgada penal absolutoria, determinando que la
independencia, al disponer que comprende la totalidad acción civil no podrá iniciarse ni proseguirse cuando se
de los procesos civil y penal, incluyendo los correspon- haya declarado, por providencia en firme, que la conduc-
dientes fallos (art. 104). Ello, sin perjuicio de lo que las ta causante del perjuicio no se realizó o que el sindicado
pruebas practicadas válidamente en un proceso podrán no lo cometió o que obró en estricto cumplimiento de un
trasladarse al otro y tendrán eficacia similar a la que ten- deber legal o en legítima defensa. El art. 59 se encarga del
drían que haber sido diligenciadas en este último pro- supuesto en que no se haya constituido parte civil en el
ceso, siempre que en el primitivo se hubieran practicado proceso penal y se condene al procesado, y dispone que
a petición de la parte contra quien se aducen o con audi- en esos casos la responsabilidad no podrá ser discutida
encia de ella. en el proceso civil, debiendo limitarse este a la clase y
(3) Este sistema era el que adoptaba la Ley de Enjuicia- monto de los perjuicios.
miento Civil española de 1881 (art. 362) y la Ley de Enjui- (4) Cfr. GÓMEZ ORBANEJA, Emilio, “Comentarios a la
ciamiento Criminal (art. 114). Estos cuerpos normativos Ley de Enjuiciamiento Criminal”, t. II, V.I, p.700 y ss., en
establecían: “Cuando los jueces y tribunales hubieren de RIVERO HURTADO, René Marlene, La prejudicialidad en
fundar exclusivamente la sentencia en el supuesto de ex- el proceso civil. Medios procesales para la coherencia de
istencia de un delito, suspenderán el fallo del pleito hasta sentencias dictadas en procesos con objetos conexos. Es-
la terminación del procedimiento criminal...”; y: “Pro- tudio comparado del derecho español y chileno, http://
movido juicio criminal en averiguación de un delito o roderic.uv.es/handle/10550/48105, (acceso el 23/01/19).
falta, no podrá seguirse pleito sobre el mismo hecho, sus-
pendiéndose si le hubiere, en el estado en que se hallare, (5) También designado como presentencialidad penal
hasta que recaiga sentencia firme en la causa criminal”. o prejudicialidad penal, tomado del principio francés “le
También es el sistema que sigue la ley 600 del año 2009 criminel tient le civil en état”, que se traduce como “lo
de Colombia, que establece en el art. 57 los efectos de criminal mantiene lo civil en suspenso”.

408 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

(arts. 1101, Cód. Civ. y 1775, Cód. Civ. y Com.) Posteriormente, el máximo tribunal nacio-
y, seguidamente, se dispone que lo decidido en nal ratificó esta postura en el caso “Zacarías,
esta órbita hace cosa juzgada en el proceso civil Claudio H. vs. Provincia de Córdoba y otros” al
respecto a la existencia o inexistencia del hecho decidir que, “si bien la dualidad de procesos ori-
principal que constituye el delito, la falta de au- ginados en el mismo hecho impone la poster-
toría del imputado y la culpa del condenado, ce- gación de la sentencia civil hasta tanto se dicte
rrando, por lo tanto, en este ámbito todo debate el fallo penal, la prohibición legal que sienta el
en torno a estas cuestiones (arts. 1102 y 1103, precepto no es absoluta. En efecto, de acuerdo
Cód. Civ. y arts. 1776 y 1777, Cód. Civ. y Com.). con la doctrina de Fallos: 287:248, tal prohibi-
ción debe ceder cuando la suspensión —hasta
Originariamente, se estimó que la obser- tanto recaiga pronunciamiento en sede penal—
vancia de estas reglas resultaba ineludible, al determina, como en el presente caso, una dila-
constituir una norma de orden público que los ción indefinida en el trámite y decisión de este
magistrados debían aplicar, aun de oficio, bajo juicio, que ocasiona agravio a la garantía consti-
pena de nulidad de la sentencia civil, siendo que tucional del derecho de defensa y produce una
garantizaba la seguridad jurídica, valor preemi- denegación de justicia” (8).
nente de toda sociedad (6). No obstante, tal ri-
Se advierte así que la Corte federal, suprema
gidez se fue atenuando por vía jurisprudencial
garante de la Constitución Nacional, estimó ra-
en aquellos casos en que la aplicación del art.
zonable afrontar el riesgo de arribar a sentencias
1101, Cód. Civ. ocasionaba una dilación irrazo-
fundadas en circunstancias fácticas contradic-
nable de la decisión civil, implicando una ver-
torias cuando, debido a la excesiva postergación
dadera denegación de justicia para las víctimas del fallo civil, la solución legal implicaba una
que pretendían la reparación del daño sufrido afectación de la defensa en juicio de los involu-
como consecuencia del hecho. crados, garantía esencial a la seguridad jurídi-
ca. Ello, toda vez que, tal como se ha sostenido,
En este punto, resulta memorable el caso
“la garantía de la defensa incluye el derecho de
“Ataka vs. González”, fallado por la Excma. Corte
todo justiciable a obtener un pronunciamien-
Suprema de Justicia de la Nación en el año 1973.
to que defina su posición y ponga término del
En este, el tribunal hizo excepción a la regla que modo más breve posible a la situación de incer-
ordena la suspensión del dictado de la sentencia tidumbre que comporta toda controversia judi-
civil hasta tanto recaiga sentencia penal firme. cial, dado que el principio constitucional no se
Para ello, consideró que, a más de cinco años de satisface con el hecho de que el sujeto pueda
tramitación de la causa criminal, no se advertía abrir y desarrollar la instancia judicial sino que
posibilidad de que se fuera a poner pronto tér- es menester que ésta termine con un pronun-
mino, por lo que quedaba demostrada “la exis- ciamiento definitivo” (9).
tencia de una dilación indefinida en el trámite y
decisión de este juicio que ocasiona agravios a En síntesis, este tribunal ha entendido que no
la garantía constitucional del derecho de defen- constituye regla legal absoluta la suspensión del
sa, produciendo una efectiva privación de jus- dictado de la sentencia civil hasta tanto recaiga
ticia” (7). resolución en sede penal, puesto que las exigen-

(6) En este sentido, cabe traer a colación un fallo ple- (8) CS, “Zacarías, Claudio c. Córdoba Provincia de y
nario dictado por la Cámara Nacional Civil 1919, que otros s/ sumario”, 28/04/98.
dispuso que “...es nula la sentencia dictada en un juicio
civil seguido por daños y perjuicios derivados de un cua- (9) CCiv. Com. y Minería San Juan, sala 1ª, “Ramírez,
sidelito, si a la fecha de dicho pronunciamiento aun no Ernesto Clemente c. Vedia Dante s/ daños y perjuicios”,
se había pronunciado sentencia en el respectivo proceso 26/2/1993; CCiv. Com. y Minería San Juan, sala 2ª,
criminal (art. 1101, Código Civil)...” CNCiv., en pleno, “Ibáñez de Terzi, Beatriz del Carmen c. Andrés Morales
“Chauvin, Julieta c. Compañía General de Automóviles”, s/daños y perjuicios”, sumario, 25/2/2000. En igual sen-
20/05/1919. tido: CCiv. y Com. Santiago del Estero, “Leiva de Lescano
Clotilde Asunción c. Empresa de Transporte de Pasajeros
(7) CS, “Ataka Co. Ltda. c. González, Ricardo y otros”, Coop. ‘La Unión’ y/o propietarios responsables s/daños y
20/11/1973. perjuicios”, 11/4/1996.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 409


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

cias de coherencia deben compatibilizarse con A pesar de la insuficiencia remarcada, es da-


los derechos de acceso a la justicia y a una sen- ble rescatar el reconocimiento que en este pro-
tencia en un plazo razonable, garantías de rai- ceso de reformas fue ganando la víctima del
gambre constitucional que también resultan daño injusto, quien resultaba en ocasiones irra-
esenciales para la seguridad jurídica. A partir zonablemente postergada como consecuencia
de estas decisiones, el dogma del orden público de un sistema que priorizaba la coherencia de
que impregnaba este sistema y su carácter abso- las respuestas jurisdiccionales frente a las exi-
luto comenzaron a resquebrajarse. gencias de tutela efectiva de sus derechos fun-
damentales (12).
La relativización de la regla se profundizó con
posterioridad, habida cuenta de que esta excep- Desde esta perspectiva, es decir, la de la víc-
ción obtuvo carta de ciudadanía legal a partir tima del daño injusto, se flexibilizó el elemento
de la entrada en vigencia del Código Civil y Co- temporal en el andamiaje diseñado por el legis-
mercial de la Nación, que, en el art. 1775, bajo el lador para coordinar las respuestas jurisdiccio-
nales que tienen base en los mismos hechos. A
acápite “Suspensión del dictado de la sentencia
continuación, se abordará, desde la misma ópti-
civil”, previó que “si la acción penal precede a la
ca, el segundo ámbito en que se manifiesta esta
acción civil, o es intentada durante su curso, el
subordinación: la extensión de la cosa juzgada
dictado de la sentencia definitiva debe suspen- penal al proceso civil.
derse en el proceso civil hasta la conclusión del
proceso penal, con excepción de los siguientes II. La subordinación de la sentencia civil a las
casos: b) Si la dilación del procedimiento penal circunstancias fácticas fijadas en sede penal
provoca, en los hechos, una frustración efectiva
del derecho a ser indemnizado”. Esta cuestión mantuvo su régimen legal in-
alterado, siendo que tanto el código de Vélez
Simultáneamente, el nuevo régimen amplió como el nuevo código disponen, sin variantes,
el abanico de excepciones al consagrar, a la par que lo decidido en sede penal hace cosa juzga-
del supuesto precedentemente enunciado, las da en el proceso civil respecto a la existencia o
hipótesis en que median causas de extinción de inexistencia del hecho y de la culpa del conde-
la acción penal y en las que la acción civil por nado. Por consiguiente, fijados los hechos en el
reparación del daño está fundada en un factor fallo criminal, quedan definitivamente deter-
objetivo de responsabilidad (10). minados en el proceso de daños, impidiendo al
juez civil disentir o prescindir de lo resuelto en
No obstante este avance, la reforma no ha el juicio criminal.
brindado una adecuada solución al conjunto de
situaciones que pueden presentarse, ya que, si La doctrina califica la naturaleza de esta vin-
bien se han disminuido el espectro de casos en culación recurriendo a institutos tales como la
que existe riesgo de vulneración de los derechos
de la víctima del daño injusto a acceder a la jus- procesos penales como consecuencia de las reformas
ticia, al debido proceso, a la tutela judicial efec- procesales en curso en las diversas jurisdicciones de país.
tiva y a la reparación integral, subsiste todavía (12) Esta situación resulta coherente con la argu-
un importante cúmulo de hipótesis en que di- mentación esgrimida por la SCBA en el caso “Nastrucci,
cha subordinación mantiene plena vigencia y, Stella Maris c. Canal, Roberto y otro. Daños y perjuicios”,
19/2/2002, en cuanto contundentemente afirmó que “no
por lo tanto, el riego de vulneración de derechos caben dudas que una interpretación estricta y a la letra de
se mantiene latente (11). la disposición contenida en el art. 1101 del Código Civil
viene a erigirse en una verdadera trampa legal para el
(10) Apartados a) y c), art. 1775 Cód. Civ. y Com. pretenso damnificado, puesto que, so pretexto de evitar
el eventual escándalo jurídico de pronunciamientos con-
(11) Piénsese en los casos en que, a pesar de que el tradictorios, genera un escándalo mayor, cierto y actual,
resarcimiento se funda en un factor objetivo de respon- cual es el de privarlo del derecho a que su acción civil
sabilidad, existe sentencia penal firme al tiempo en que sea sentenciada en un término razonable, prolongando
el proceso civil queda en estado de ser fallado. Cabe tener indefinidamente la incertidumbre de la controversia,
en cuenta, en este marco, la extraordinaria reducción de lo cual no se compadece con la garantía de defensa en
los plazos de duración que vienen experimentando los juicio reconocida por el art. 18 de nuestra Carta Magna...”.

410 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

cosa juzgada (13), la preclusión (14) y la eficacia ce que la sentencia penal condenatoria produce
probatoria de la sentencia penal (15). No mere- efecto de cosa juzgada en el proceso civil res-
ce la pena profundizar en este asunto que, en pecto de la existencia del hecho principal que
definitiva, nada aporta al análisis propuesto en constituye el delito, y de la culpa del condenado.
el presente trabajo, habida cuenta de que, como
lo señala Nieva Fenol, en la actualidad debe La solución establecida para esta hipótesis no
cuestionarse verdaderamente si para obtener la será objeto de un mayor análisis, en cuanto no
estabilidad de los pronunciamientos que recla- violenta los derechos del condenado, quien en
el proceso penal encuentra oportunidad de de-
ma la cosa juzgada es necesario que los jueces
fenderse asistido de sustanciosas garantías pro-
de órdenes distintos se vean obligados a seguir
pias de esta rama del derecho. Tampoco parece
determinado pronunciamiento o si, por el con- implicar obstáculo alguno para el damnificado
trario, es posible mantenerla, dejándoles liber- por el ilícito respecto de su derecho a obtener la
tad para decidir de una manera diferente (16). reparación integral, ya que, sentados a partir de
la condena criminal la existencia del ilícito civil
El art. 1102, Cód. Civ. preveía que después de
y de la culpabilidad, únicamente debería acre-
la condenación del acusado en el juicio penal, ditar la existencia y la extensión del daño y la re-
no se podía contestar en el juicio civil la existen- lación de causalidad entre este y el hecho. Por
cia del hecho principal que constituye el delito, ende, en el supuesto en análisis, la extensión de
ni impugnar la culpa del condenado. De idénti- la cosa juzgada resulta razonable, toda vez que,
ca manera, el art. 1776 Cód. Civ. y Com. estable- sin afectar los derechos de las partes de ambos
procesos, preserva la coherencia de las deci-
(13) Por influencia de la doctrina francesa, tradiciona- siones y evita el desgaste jurisdiccional que su-
lmente se fundamentaba tal vinculación como un efecto pondría la reedición de estas cuestiones en sede
positivo o prejudicial de la cosa juzgada penal. Entre los
autores que se enrolaron en esta postura se destacan De
civil (17).
Oliva Santos, Fenech Navarro, Prieto-Castro Ferrándiz.
Los arts. 1103, Cód. Civ. y 1777, Cód. Civ. y Com.
(14) En la vereda de enfrente, un importante sec- se ocupan del supuesto en que el fallo es absolu-
tor de la academia rechaza la postura enunciada prec- torio, distinguiendo dos escenarios: si dispone
edentemente por entender que la cosa juzgada tiene,
en el proceso penal, únicamente una función negativa que el hecho no existió o que el sindicado como
o excluyente. Explica la cuestión a partir de la idea de responsable no participó en él, la sentencia penal
preclusión de la facultad de hacer valer judicialmente el hace cosa juzgada e impide que esas circunstan-
resarcimiento en un juicio, por cuanto lo que el legislador cias puedan ser discutidas en el proceso civil. Si
ha pretendido con esta norma es excluir toda congnitio decide que un hecho no constituye delito penal o
y, por lo tanto, toda prueba sobre el hecho declarado
inexistente en la sentencia penal firme». Cfr. GÓMEZ
que no compromete la responsabilidad penal del
ORBANEJA, Emilio, «Comentarios a la Ley de Enjuicia- agente, en el proceso civil puede discutirse libre-
miento Criminal», t. II, v. I, ob. cit., p. 703 y 711 y ss. En mente ese mismo hecho en cuanto generador de
definitiva, para este autor, el elemento de la sentencia pe- responsabilidad civil.
nal que coincide con una de las premisas necesarias de la
sentencia civil y respecto del cual se plantea el tema de la Teniendo en cuenta la perspectiva de análisis
vinculación «no constituye la consecuencia jurídica de-
propuesta, cabe ahondar en el supuesto de que
clarada en el pronunciamiento penal, sino que consiste
en algo que queda, como antecedente lógico, más allá de el fallo penal establezca la inexistencia del he-
la cosa juzgada de ese fallo». Cfr. «Eficacia de la sentencia
penal en el proceso civil», RDP, Nº 2, 1946, p. 211. (17) Lo señalado resulta aplicable, sin dudas, a los
(15) Para otros autores, finalmente, estimando que no supuestos de responsabilidad directa, es decir, por acto
se trata de un efecto positivo de la cosa juzgada penal, propio. Sería interesante analizar si tales conclusiones
consideran, sin embargo, que la sentencia penal «no pueden extenderse a las hipótesis de responsabilidad
precluye la posibilidad del proceso, sino cualquier otra refleja o si, por el contrario, la solución legal puede origi-
posibilidad de prueba», operando como una especie de nar una indebida restricción del derecho de defensa del
presunción iuris et de iure. Entre estos autores se destaca pretenso responsable civil, en cuanto es factible que no
Valentín Cortés Domínguez. medie coincidencia entre los sujetos que conforman la
relación procesal en el pleito civil y penal. No obstante,
(16) Cfr. NIEVA FENOLL, Jordi, “La cosa juzgada”, ob. en razón del enfoque escogido, se excluirá tal supuesto
cit., ps. 228-230. de análisis en el presente trabajo.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 411


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

cho o la falta de autoría del imputado, en cuanto rado que la cosa juzgada de la decisión penal
tiene importantes implicancias para quien pre- debe extenderse a todos los casos en que el jui-
tende la reparación del daño. Ello, siendo que la cio civil se encuentre íntimamente vinculado al
preeminencia otorgada a la decisión penal im- resultado del proceso criminal, existiendo una
plica la imposibilidad de discutir en sede civil seria conexión, aunque el hecho base de am-
uno de los presupuestos de la responsabilidad bos procesos no sea el mismo. Se ha argumen-
civil: la existencia de las circunstancias de he- tado que basta la posibilidad de que se dicten
cho que configuran el acto ilícito. sentencias contradictorias, con el consiguiente
escándalo jurídico, para que la decisión penal
Para una mejor comprensión de la interfe- resulte vinculante (18).
rencia que la solución normativa en análisis
produce respecto de la pretensión resarcitoria, Con acierto se ha objetado esta postura con
a continuación, se abordarán los presupuestos fundamento en que la prevalencia de lo deci-
de actuación y los alcances de la subordinación dido en el fuero penal sobre el contenido de la
normada por el art. 1777, Cód. Civ. y Com. resolución civil no es difusa o genérica, sino ce-
ñida a aspectos muy precisos. No se trata de una
II.1. Presupuestos normativos preeminencia indiscriminada de los pronuncia-
mientos penales sobre los civiles. Por el contra-
El supuesto de hecho contemplado en el pre- rio, la regla general es la autonomía de fueros,
cepto en estudio exige, en primer término, que que se explica por la diversidad de materias y
como consecuencia del hecho dañoso se haya finalidades perseguidas en la sustanciación de
iniciado un proceso penal. Caso contrario, es de las causas que deben ventilarse en cada uno de
toda evidencia que las facultades de decisión ellos. Y no cabe duda de que, tratándose de la
del juez no se encontrarán limitadas. relación entre jurisdicciones autónomas, debe
entenderse de manera estricta todo lo que en-
Seguidamente, existiendo un proceso penal
trañe una limitación al libre ejercicio de cada
en trámite, es menester que se haya promovido
el reclamo resarcitorio en sede civil y no ante la una, sea por vía de paralización en el despliegue
jurisdicción criminal, conforme lo habilitan los de las atribuciones del magistrado, sea por la de
arts. 1774, Cód. Civ. y Com. y 29, Cód. Penal. Es preeminencia sustancial de algunos pronun-
que, si la acción civil es promovida en el ámbito ciamientos sobre otros. Por tal motivo, consti-
penal, se desvanece el riesgo de contradicción al tuye un recaudo estricto la identidad del hecho
juzgarse y resolverse las diversas cuestiones por base de ambas acciones, sin que sea suficiente
un mismo magistrado o tribunal. la mera conexión de los que deben juzgarse en
ambas sedes.
En tercer lugar, la subordinación de la senten-
cia civil a lo resuelto en el fallo penal se encuen- En cuarto término, la pretensión del proceso
tra supeditada a que ambos procesos se funden civil debe constituir el resarcimiento de los da-
en los mismos hechos. Es decir que debe mediar ños causados por tales hechos (19). Es decir,
en ambas causas una base fáctica común: es la debe tender a hacer efectiva la responsabilidad
misma situación de hecho la que debe tener re- civil derivada del mismo.
levancia penal (por estar contemplado el hecho Finalmente, se exige que en el proceso penal
por las normas penales como delito) y civil (al
haya recaído sentencia firme que establezca la
derivarse de este un daño resarcible). Caso con-
inexistencia del hecho o la falta de autoría del
trario, desaparece el riesgo de contradicción y
imputado. En este punto, el Cód. Civ. y Com.
pierde razón de ser la imposición de la cosa juz-
ha venido a disipar la polémica que existió du-
gada de la sentencia penal en materia civil, con
rante la vigencia del código velezano respecto
lo cual no existe obstáculo alguno para que el
al alcance que correspondía asignar al término
juez civil dicte sentencia con prescindencia de
lo que suceda en sede penal.
(18) Cfr. Semanario Jurídico, ejemplar 07/08/89.
En este punto, viene al caso señalar que algu- (19) Cfr. ZAVALA DE GONZÁLEZ, Matilde, “Doctrina
nos pronunciamientos judiciales han conside- Judicial. Solución de casos”, 1997, t. 2, ps. 125 y 126.

412 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

“absolución” que empleaba la fórmula legal de- vista en el art. 1777, Cód. Civ. yCom. únicamen-
rogada. te podría operar en el caso de que aquel fuera
motivado en la inexistencia del hecho o en la
No existía consenso en la doctrina nacional ni falta de autoría del imputado. Por el contrario, si
en la jurisprudencia acerca de los tipos de reso- se determinó que el hecho no constituía delito
luciones judiciales comprendidas. Mientras una penal o que no comprometía la responsabilidad
postura entendía que se limitaba a la sentencia penal de su autor (22), lo decidido no hará cosa
absolutoria dictada luego del plenario, se erigía juzgada en sede civil.
otra que postulaba que el término también se
refería al sobreseimiento. La redacción del nue- En este sentido, se ha decidido que “...el sobre-
vo código clarificó el punto en cuanto a que se seimiento no hace cosa juzgada si, como en el
incluye toda sentencia penal, es decir, todo tipo “sub examine”, no se ha encontrado fundado en
de resoluciones, siempre que determine que el la inexistencia del hecho o en la falta de auto-
hecho no existió o que el imputado no ha parti- ría del sobreseído (...) por lo que dicho pronun-
cipado en él. En definitiva, lo determinante para ciamiento no se constituye en un impedimento
establecer la relación entre lo decidido en sede para que este órgano colegiado vuelva a exami-
penal con lo que fuera a resolverse en jurisdic- nar los antecedentes de suceso que diera origen
ción civil no es la forma del pronunciamiento, al planteamiento de la demanda resarcitoria
sino su contenido (20). ahora analizada, desde su óptica civil, para lle-
gar a una atribución de culpabilidad y eventual
Como corolario de lo expuesto, resultan siem- responsabilidad en el acaecimiento de dicho in-
pre comprendidas las sentencias absolutorias, fortunio” (23).
es decir, aquellas que son dictadas luego del de-
bate en la etapa de juicio. Ahora bien, frente al De igual manera se ha sostenido que, “no
sobreseimiento definitivo del imputado, es pre- sustentándose el sobreseimiento definitivo en
ciso efectuar una serie de distinciones, siendo la inexistencia del hecho principal, mal puede
que las causas que habilitan su dictado exce- existir cosa juzgada que inhabilite al juez civil
den la inexistencia del hecho y la falta de auto- para ponderar la responsabilidad de la parte de-
ría, pudiendo fundarse también en la ausencia mandada...” (24).
de fundamento o en la extinción de la preten-
sión represiva (21). Es decir que puede emitirse II.2. Implicancias de la determinación de la
sin que se aborde el fondo del asunto por me- inexistencia del hecho y/o la falta de autoría del
diar una causa de extinción de la acción penal imputado en sede penal respecto del reclamo in-
demnizatorio civil
o, examinándose el fondo, al no verificarse fun-
damento alguno que justifique la pretensión re- Como se anticipó, para que resulte operativa
presiva, ya sea porque el hecho investigado no la solución legal resulta esencial que la senten-
existió o no encuadra en un tipo penal, o por- cia penal se encuentre fundada en la inexis-
que el imputado no participó en él, o porque, tencia del hecho o en la falta de autoría del
habiendo participado, existe una causa de justi- imputado.
ficación, inimputabilidad, inculpabilidad, o una
excusa absolutoria. La inexistencia del hecho se refiere al hecho
sustancial que se imputa al acusado y compren-
De lo señalado se evidencia la necesidad de de la materialidad del hecho y la autoría: las cir-
distinguir con claridad la causa que dio origen al cunstancias de personas, tiempo y lugar que la
sobreseimiento. La consecuencia jurídica pre- sentencia penal tiene por ciertas o probadas,

(20) Cfr. PORRÚA, Rocío, “Acciones civil y penal. Preju- (22) Cfr. art. 336, incs. 3 y 5, CPPN.
dicialidad. Incidencia de la sentencia penal en materia
civil. Recurso de revisión”, en QUADRI, Hernán, Derecho (23) Trib. Coleg. Resp. Extrac. N°1 Santa Fe, “Dichi-
procesal en el Código Civil y Comercial de la Nación, t. azza”, 22/09/97 en Revista de Derecho de Daños, N°3, Ac-
I, p. 823. cidentes de Tránsito- III, p.398.
(21) Cfr. TORRES BAS, Raúl E., “El sobreseimiento”, (24) CCiv. Com. Morón, Sala II, “Constanzo de Vidio”,
1971, p. 41. 30/06/94, JA 1998- III.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 413


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

o no. Es decir, las circunstancias de hecho que ticipación del imputado en aquellos, sin com-
han sido esenciales para la fundamentación de prender las valoraciones subjetivas que hacen a
la sentencia absolutoria en función del tipo de- la apreciación de la culpa. Por ende, el juez ci-
lictual que se imputaba. La referencia a hechos vil tiene plena facultad para juzgar sobre la base
que no han sido invocados sino de manera in- fáctica que quedó determinada en el proceso
cidental y cuya existencia o inexistencia no in- penal, en la medida en que la culpa civil es dis-
fluiría en la condena o absolución no hace cosa tinta en grado y naturaleza de la pena, si no ha
juzgada en el proceso civil. (25) mediado de parte del procesado una falta o cul-
pa civil que lo responsabilice pecuniariamente.
En este mismo sentido, el despacho “A” (26)
de las Jornadas Australes de Derecho celebradas En honor a la verdad, corresponde advertir
en Comodoro Rivadavia en 1980 entendió por que lo señalado no resulta unánime en la doc-
“hecho principal” aquel que se refiere exclusi- trina ni en la jurisprudencia. En efecto, si bien
vamente a la existencia o inexistencia de los ele- existen numerosas opiniones doctrinarias y
mentos que tipifican el delito que se imputaba pronunciamientos judiciales que señalan que la
al procesado. absolución por falta de culpa del imputado en el
proceso penal no impide al juez civil declarar su
De igual manera, la jurisprudencia nacional culpabilidad en orden a la reparación de los da-
ha resuelto: “A los efectos previstos en el art. 1103 ños causados por el hecho ilícito (29), también
Cód. Civil se entiende por hecho principal aquél han sostenido la opinión contraria estudiosos
que se refiere, exclusivamente, a la existencia o que entienden que la absolución penal fundada
inexistencia de los elementos esenciales que ti- en la inocencia o falta de culpa del acusado hace
pifican el delito que se imputa al demandado, cosa juzgada también en la jurisdicción civil, y
no correspondiendo al juez penal ir más allá de que, por lo tanto, no cuadra admitir la respon-
lo necesario para decidir si el hecho atribuido al sabilidad civil de quien fue absuelto por aquel
acusado existe, si el inculpado es el autor y si ese motivo (30).
hecho le es imputable según la ley penal” (27).
Cabe aclarar que, tal como se ha puntualizado, Se ha considerado que “no puede la jurisdic-
“[la] descripción de los hechos en sede penal no ción civil, aun cuando sus integrantes —guiados
impide que puedan evaluarse otras facetas del por la mejor intención de arribar a un resultado
comportamiento del imputado- en el caso, ve- justo— sustenten eventualmente una postura
locidad excesiva del automotor que intervino en absolutamente encontrada con la de los jueces
el accidente-, que cobran importancia para es- penales, pronunciarse sobre la conducta del
tablecer civilmente su responsabilidad, máxime imputado tomando como fundamento circuns-
tancias distintas de las que se tuvo por ciertas y
si no fueron tenidas en cuenta para fundar el so-
probadas en la sentencia absolutoria penal, en
breseimiento” (28).
tanto tales situaciones constituyen la considera-
Es importante insistir en que la cosa juzgada ción ‹del hecho principal› al que se refiere el art.
reconocida por los arts. 1103, Cód. Civ. y 1777, 1103 del Código civil”, y que “el juicio posterior
Cód. Civ. y Com. a la sentencia penal que dispo- civil no implica ni puede implicar en la práctica
ne que el hecho no existió queda limitada a la un recurso de revisión de lo actuado en sede cri-
materialidad de los hechos y/o a la falta de par- minal, porque ésa no es su naturaleza, máxime
frente a un texto tan categórico como el de este
último dispositivo legal, y atendiendo a que la
(25) Cfr. BORDA, Alejandro, “Obligaciones”, t. II, p. 435.
Justicia no puede exhibir como el dios Jano una
(26) Morello, Bustamante Alsina, A. A. Alterini, Salas.
Con reservas, Zannoni, Belluscio, Esteguy.
(29) Llambías, Salva, Acuña Anzorena, Colombo,
(27) SC Mendoza, sala I, “Fernández, Ángel c/ Triunfo Machado, Llerena, Segovia, Borda, Spota, Cammarota,
Coop. De Seguros Ltda.”, 24/07/2001. Salas, Galli, Rezzónico, Guastavino, Avalle, Trigo Repre-
sas.
(28) Cám. Apel. Civ. y Com. Tuc., Sala 1, “M. J. C. y otros
c/ Schujman de Silverstein, Eugenia B”, 15/08/2000. (30) Aguiar, Orgaz y Vélez Mariconde.

414 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

faz dual, sino un único, coherente y confiable ró existente, y no del jurídico, sobre el cual de-
rostro frente a la sociedad” (31). berá hacer el juez civil su propia ponderación.
Esta conclusión es muy relevante, dado que el
Como enseña Pascual Alferillo, “el concepto código marca una clara línea que resalta la im-
de autoría para el derecho penal excede el aná- portancia del nexo causal, tanto para imputar
lisis de la conexión causal puramente física, de responsabilidad como para invocar las causa-
la materialidad de los hechos, al punto que en les de excusación, como es, por ejemplo: la limi-
algunas teorizaciones se la conjuga con la cul- tación de responsabilidad por la incidencia del
pabilidad y, en otras, se la vincula a la configu- hecho de la víctima (art. 1729), incidencia del
ración del tipo penal reprimido” (32). caso fortuito (art. 1733), la carga de la prueba de
la causa ajena (art. 1736), etcétera (33).
Esta diferencia exige que, frente a una sen-
tencia penal absolutoria fundada en la falta de La falta de autoría del imputado implica una
autoría del imputado, el juez civil analice con manera de expresar que el hecho no existe res-
suma prudencia la cuestión, habida cuenta pecto de esa persona, que ese sujeto no ha par-
de que una aplicación irreflexiva del art. 1777 ticipado en él, por lo que le está vedado al juez
puede conducir a equívocos conceptuales que civil condenarlo a resarcir los daños sufridos
determinen injustamente el rechazo de la pre- como consecuencia de aquel. Ello, en tanto que,
tensión indemnizatoria, vulnerando el derecho verificada la falta de causalidad adecuada, no es
del damnificado a la reparación del daño injus- posible atribuir autoría al accionado, por cuan-
tamente sufrido. to el pronunciamiento penal hace cosa juzgada
en lo civil cuando declare que el imputado no
Cuando el art. 1777 dice que el imputado no fue su autor, ya sea porque se determinó que no
participó en él, se refiere a la autoría puramen- intervino en el hecho o porque, aun cuando hu-
te material, es decir, a la relación de causalidad biese intervenido, no se pudo verificar el nexo
estrictamente fáctica. No alude a la autoría en de causalidad e imputación entre su conducta y
sentido jurídico, cuya configuración exige, en el resultado típico (34).
cambio, la comprensión por parte del sujeto de
que la acción que llevó a cabo fue realizada con En esta línea, se ha señalado que, si dentro de
plena capacidad y dominio de su propia volun- las circunstancias fácticas que rodean el hecho
tad para el control del hecho que tipifica el delito. principal esclarecido en sede penal se tuvo por
acreditada la participación decisiva de la vícti-
En este punto, cabe recordar que en el ámbito ma del accidente de tránsito en la causación del
del moderno derecho de daños existen supues- siniestro, con relevancia tal que en dicha sede
tos en que existe obligación de reparar el daño provocó la absolución del imputado, atento a la
aun cuando este fue ocasionado por quien, en envergadura de esta circunstancia fáctica para
la órbita del derecho penal, resulta un incapaz arribar a la decisión penal absolutoria, resul-
no punible (art. 34, inc. 1º, Cód. Penal). En estas ta indebido a los jueces civiles apartarse de tal
hipótesis, existe nexo de causalidad puramente asignación de autoría del hecho principal obje-
material, pero no autoría penalmente sanciona- to de instrucción.
ble y, conforme a lo normado en el art. 1750, el
incapaz es responsable directo del deber de re- La sentencia penal que absuelve al imputa-
sarcir, con fundamento en la equidad. do y que declara que él no fue autor del hecho
investigado hace cosa juzgada en sede civil, en
Como se infiere, la sentencia penal hace cosa cuanto propiamente no se está analizando su
juzgada en el proceso civil respecto del nexo culpabilidad, sino la propia “inexistencia del he-
causal puramente material, físico, que decla- cho” en su faz subjetiva; vale decir, aun cuando

(31) SCBA, “Marinaro, Hugo Antonio vs. Fiameni, (33) ALFERILLO, Pascual, en ALTERINI, Jorge (dir),
Amílcar. Daños y perjuicios”, 14/09/11. “Código Civil y Comercial comentado. Tratado exegé-
tico”, 2016, 2ª ed., t. VIII, Proview.
(32) Cfr. ALFERILLO, Pascual, en ALTERINI, Jorge,
“Código Civil y Comercial de la Nación. Tratado exegé- (34) Cfr. SCBA, “A.I.N. c. M.R, y otro s/ daños y per-
tico”, 2ª ed., t. VIII, Proview. juicios”, 14/03/12.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 415


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

el hecho haya existido, que no fue cometido ma- tos analizados, esto es inexistencia del hecho y
terialmente por él, pues, si el juez penal declara falta de autoría del imputado, la sentencia fir-
en la sentencia que el acusado no fue el autor me dictada en sede penal tiene valor absoluto e
del hecho, bien porque lo fue la propia víctima y irreversible, y constituye una verdad legal sobre
otra persona, en ello la sentencia hace cosa juz- aquellos (38). Esto quiere decir que el órgano
gada, ya que importa decir que el demandado jurisdiccional civil no puede abrir, nuevamente,
ninguna intervención tuvo (35). una investigación sobre la existencia del hecho
o sobre la intervención del demandado en su
Se ha decidido también: “La sentencia penal producción (39), puesto que tales circunstan-
firme que absolvió al conductor del vehículo cias no se encuentran sujetas a la valoración de
embistente como autor del delito de homicidio, aquel, sino que quedan determinadas confor-
descarta la posibilidad de aplicar el art. 907 del me a lo resuelto en sede penal, no pudiendo el
Cód. Civ. en el marco de una acción por daños juez civil disentir ni prescindir de lo juzgado en
y perjuicios derivada del mencionado acciden- el proceso criminal.
te de tránsito, ya que dicha norma se refiere al
“autor del hecho” (36). Es decir que, si se ha ab- Se ha postulado que las circunstancias de he-
suelto al acusado porque el juez penal conside- cho que integran el delito juzgado por los tri-
ró que el hecho ocurrió por el hecho exclusivo bunales represivos, cuya inexistencia ha sido
de la víctima, luego, el juez civil no puede apli- declarada por estos, no pueden ser afirmadas en
car la teoría del riesgo y declarar responsable el juicio civil y, por consiguiente, nuestros tribu-
al demandado de los daños cuya reparación se nales han resuelto, por ejemplo, que en el ámbi-
pretenda. to civil no se puede admitir la participación del
demandado si había sido negada en lo penal, al-
Asimismo, se ha resuelto que, si el demanda- terar la determinación del lugar en que ocurrió
do ha sido sobreseído en sede penal en forma el hecho, resolver que el demandado infringió
definitiva, no cabe reeditar un planteo, en sede las ordenanzas de tránsito cuando la sentencia
comercial, sobre la existencia de los mismos he- absolutoria declaró lo contrario, considerar que
chos. Es que la sentencia criminal declaró que las barreras ferroviarias estaban abiertas al pro-
el hecho material del delito no fue acreditado y, ducirse el accidente, cuando el tribunal represi-
en tal caso, es incuestionable, a partir de lo esta- vo estableció que se encontraban cerradas (40).
blecido en el art. 1103 del Cód. Civ., la imposibi-
lidad de volver a debatir en lo civil/comercial su En definitiva, en el momento de dictar senten-
existencia: la autoridad de la cosa juzgada exi- cia, lo que limita al juez civil es el hecho princi-
ge que así sea. Así, esa suerte de cosa juzgada pal como dato fáctico; en otros términos, como
restringida predicada configura, en tanto lo de- suceso histórico, circunscripto a sus caracterís-
batido verse sobre el mismo hecho, una vincu- ticas de tiempo, forma y modo; de este modo, se
lación legal que debe inexorablemente observar trata de evitar el escándalo jurídico al que con-
el juzgador iusprivatista respecto de la senten-
cia penal precedente, resultando —en tal situa- (38) Cfr. IMAZ, Joaquín-BESSO, Natalia, “La preju-
ción— impropio efectuar un nuevo análisis en dicialidad y el Código Civil y Comercial”, publicado
la sede comercial a ese respecto, so riesgo de in- en LLPatagonia 2015 (junio), 23/06/2015, 948, AR/
currir en un escándalo jurídico (37). DOC/1742/2015.
(39) Cfr. ALFERILLO, Pascual en ALTERINI, Jorge (dir),
La preeminencia sustancial conferida a la sen- Código Civil y Comercial comentado. Tratado exegético,
tencia penal implica que, en cuanto a los aspec- 2a ed., 2016, t. VIII, p. 477; CASAS, en BUERES (dir.), Có-
digo Civil y Comercial de la Nación analizado, compara-
(35) Cfr. SCBA,”G.M.P. y otra c/ Papraro, Antonio”, do y concordado, Hammurabi, Buenos Aires, 2014, t. 2,
25/11/09. p. 197; TANZI-PAPILLÚ, en CALVO COSTA (dir.), Código
Civil y Comercial de la Nación concordado, comentado y
(36) SCBA, “B.A.S. c/ Bendaña de Cazzaniga, Marta S. comparado con los Códigos Civil de Vélez Sarsfield y de
y otros”, 16/09/03. Comercio, 2015, t. II, p. 778.
(37) Cfr. CNCom., “Sun Group SA c. Mizrahi, Jacobo (40) Cfr. SALAS, Acdeel Ernesto y TRIGO REPRESAS,
Raúl s/ ordinario”, 30/06/14. Félix A., “Código Civil anotado”, Depalma, V. I, p. 569 y ss.

416 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

llevarían sentencias contradictorias sobre la Como punto de partida, se sostiene que la


existencia de un mismo hecho (41). jurisdicción, en todas sus manifestaciones, es
una función unitaria, toda vez que la fuente de
En este punto, cabe advertir la complejidad donde proviene y la actividad que requiere son
de la labor que debe realizar el magistrado civil esencialmente idénticas en todos los casos; la
en cuanto se le requiere un exhaustivo esfuer- jurisdicción es la misma, ya se refiera a intere-
zo hermenéutico, a fin de poder desentrañar lo ses civiles o penales, porque en ambos casos
realmente decidido en el ámbito represivo, para cumple su función característica de declarar el
luego determinar, en el marco cognoscitivo pro- derecho en el caso concreto. Sin embargo, la
pio del pleito civil en el que entiende, cuáles son complejidad y el dinamismo de las materias ju-
las circunstancias fácticas del caso, conforme a rídicas motivaron el diseño de una organización
lo que resulta de la sentencia penal. Estas difi- judicial que, para ser idónea, requirió la diver-
cultades se vislumbran claramente a partir de sificación de competencias entre órganos juris-
diccionales especializados.
las diferencias interpretativas existentes en la
jurisprudencia (42). Ante esta realidad, se entiende que la misma
voluntad concreta de la ley solo puede ser ob-
CAPÍTULO II
jeto de una sola actuación jurisdiccional, que,
al ser ejercida por diferentes órganos, requiere
ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS FUNDAMENTOS
un mecanismo que permita su coordinación de
ESGRIMIDOS PARA JUSTIFICAR LA
manera de lograr coherencia en las respuestas
PREEMINENCIA DE LA DECISIÓN PENAL
que brinda.
RESPECTO DE LA CIVIL
Frente al argumento de la unidad de jurisdic-
La preferencia conferida al juez penal respecto ción, cabe reparar en que la cuestión en análisis
del magistrado civil en orden al conocimiento y no resulta tan sencilla como se plantea, ni cons-
determinación de los hechos se sustentó, histó- tituye un asunto meramente orgánico, habida
ricamente, en el principio de la unidad de juris- cuenta de que la solución a esta problemática
dicción; la trascendencia de los bienes jurídicos no puede perder de vista el objeto del proceso,
protegidos; el axioma de celeridad y economía la integración de la relación procesal, los lími-
procesal; la necesidad de preservar la coherencia tes a la cosa juzgada, los efectos y la eficacia de
de las respuestas que brinda el sistema judicial y la sentencia.
de evitar todo tipo de contradicción.
Se razona también que la relevancia de los
(41) Cfr. SCBA, “A., I.N. c. M.R, y otro s/ daños y per-
bienes jurídicos protegidos por las normas
juicios”, 14/03/12. penales en cuya preservación se encuentra
comprometido el interés público aconseja la
(42) A modo ilustrativo, viene al caso referir el fallo del determinación de los hechos mediante un pro-
16/09/03 de la SCBA en el caso “Quevedo, Susana No-
emí y otro contra Sanatorio Perpetuo Socorro S.A. y otro. ceso que se mantenga ajeno a la autonomía de
Daños y perjuicios”, en cuanto en los diferentes votos se la voluntad de las partes. Se esgrime, asimismo,
arriba a conclusiones diametralmente opuestas con re- que las características propias del proceso pe-
lación al contenido esencial de la resolución que había nal, informado por los principios de oficiosidad,
sido dictada en la órbita penal. En el voto minoritario oficialidad, publicidad, y las garantías que este
(del doctor Pettigiani) se interpretó la sentencia penal
absolutoria, señalándose que el juez penal había des-
ofrece al imputado lo muestran más adecuado
cartado la vinculación causal entre el obrar del deman- que el civil a los fines del descubrimiento de la
dado y el daño, declarando a su respecto la inexistencia verdad objetiva.
del hecho principal; de allí que se entendiera aplicable
la prohibición contenida en el art. 1103 del Cód. Civ. Por Frente a estas alegaciones, no se puede per-
su parte, en el voto del doctor Hitters que formó may- der de vista que el interés público y la trascen-
oría, se señaló que la situación de duda invocada por el dencia de los bienes jurídicos protegidos por los
tribunal penal para fundar la absolución recayó sobre la
efectiva acreditación, en el caso, de un elemento de la re- tipos penales más que justificar la preeminen-
sponsabilidad penal (culpabilidad), que puede discutirse cia otorgada al juez penal, fundamentan el ejer-
libremente en la instancia civil. cicio del ius puniendi. Es decir, evidencian las

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 417


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

razones por las que una determinada conducta jurídica y que la conducta dañadora resulte im-
en apariencia delictiva debe ser necesariamente putable al demandado en mérito al criterio de
investigada y enjuiciada por los órganos penales, atribución contemplado para el caso.
pero no explican por sí el motivo por el cual debe
conferírsele prevalencia al fallo penal en orden al Como lo señala Calamandrei, “el camino ló-
juzgamiento y determinación de los hechos. gico que el juez debe recorrer para poder llegar
a concluir si la demanda es fundada, se puede
Cabe añadir a ello que el proceso penal, en el esquematizar en un silogismo o en una serie
que se discuten circunstancias fácticas relevan- de silogismos concatenados, en el curso de los
tes para el proceso civil, no atenúa ni limita en cuales, antes de llegar a la conclusión final, de-
este la vigencia del principio dispositivo y el de berá detenerse a considerar y a resolver, como
aportación de parte, por lo que la prioridad de la en otras etapas de su razonamiento, todas las
jurisdicción penal debe ser entendida como una ‘cuestiones’ controvertidas de hecho y de de-
solución tendiente a evitar divergencias, pero recho, que se presentan en la construcción de
que no las obsta en absoluto. En efecto, tanto las premisas. Decidir la ‘causa’ requiere decidir
el contenido de la pretensión resarcitoria del si existe la acción, y por consiguiente, si el ac-
actor y sus fundamentos fácticos como los del tor tiene derecho o no tiene derecho a obtener
demandado, que, en definitiva, sientan los al- la providencia jurisdiccional pedida; pero el jui-
cances de la controversia y con ello determinan cio sobre esta cuestión final no se puede llegar
el ámbito de competencia del magistrado civil, si antes no han sido eliminadas todas las cues-
siempre serán aportados por las partes. Siendo tiones que constituyen el antecedente lógico de
ello así, se abre la posibilidad de que el juez pe- la decisión final y que se llaman ‘cuestiones pre-
nal juzgue que no se han acreditado en la causa judiciales’ (...) porque deben ser juzgadas antes
algunas cuestiones fácticas relevantes y que, no que se pueda decidir sobre la acción” (44).
obstante, estas se encuentren fuera del ámbito
de controversia al ser cuestiones reconocidas en En ese camino lógico que realiza el juez, exis-
sede civil. te prejudicialidad si media un vínculo de de-
pendencia, subordinación o condicionamiento
Se ha indicado que el strepitus fori que pro- necesario entre las materias sustantivas contro-
cura evitar el ordenamiento jurídico no está di- vertidas en ambos procesos, lo que no ocurre en
rigido en sí a la supuesta contradicción en que las hipótesis a las que se refieren las normas en
se incurriría si un sujeto pudiera ser absuel- estudio, habida cuenta de que el proceso de ra-
to en una jurisdicción y declarado responsable zonamiento lógico que realiza el juez civil para
en otra, puesto que no existe una dependen- resolver la pretensión resarcitoria no requie-
cia racional entre las cuestiones que son obje- re como antecedente lógico-jurídico que en el
to de juzgamiento de ambos procesos. Lo que proceso penal se haya determinado la respon-
repugnaría a la ley es que un único hecho haya sabilidad penal del imputado al verificarse su
sucedido de modo diferente para dos magistra- participación punible en una acción tipificada
dos (43). por el derecho penal, ni la calificación jurídico-
penal de un hecho como delito.
Sin embargo, frente a este argumento cabe re-
parar en que, cuando la decisión del objeto del La existencia del hecho y la autoría discutidos
proceso civil requiere de la determinación sobre en el proceso penal no constituyen objeto de
la existencia o inexistencia de hechos con rele- dicho proceso, sino presupuestos de la preten-
vancia penal, no existe prejudicialidad en sen- sión punitiva. Es decir que estas circunstancias
tido estricto, sino simple conexión fáctica. Ello, se encuentran condicionadas al juzgamiento de
atento a que el supuesto de hecho de la norma la responsabilidad penal en virtud del cual el
civil que regula los presupuestos de la obliga- juez verificará si el presupuesto de hecho de la
ción de resarcir exige que exista un daño, que
ese daño sea consecuencia de una acción anti-
(44) CALAMANDREI, Piero, “Instituciones de derecho
procesal civil”, V. I, traducción de S. Sendís Melendo, Bue-
(43) Cfr. SCBA, “Guaraz, Mónica Patricia y otra c/ Cap- nos Aires, Ediciones Jurídicas Europa-América, 1962, ps.
raro, Antonio s/ Daños y perjuicios”, 25/11/09. 301-303.

418 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

norma penal se encuentra acreditado, a efectos efectúan sobre unos mismos hechos en dos pro-
de anudar las consecuencias jurídicas previstas cesos diferentes no significan, sin más, que las
en ella. En sí, los hechos no son objeto de pro- cosas sean y no sean simultáneamente. Los jui-
nunciamiento judicial, no constituyen el thema cios jurisdiccionales sobre los hechos no crean
decidendi del proceso penal que no está conce- ni eliminan la realidad de estos. El razonamien-
bido para declarar los hechos, sino a determinar to probatorio opera con premisas que contie-
si procede aplicar al imputado la pena prevista nen enunciados de las partes, referidas a cómo
por la norma. sucedieron los hechos en que sustentan su pre-
tensión. A través de la actividad probatoria, es-
Como lo señala Chiovenda, los hechos jurídi- tas son o no corroboradas, con mayor o menor
cos, que tienen importancia solo en cuanto sir- grado de certidumbre.
ven a la formación y aplicación de la voluntad
de ley, son declarados por el juez como premisa En aquellos supuestos en que las partes que
del silogismo que conduce a la declaración de han intervenido en ambos procesos son dife-
esta voluntad, pero por sí solos no pueden ser rentes o, aún más, siendo las mismas, sus facul-
objeto de una declaración (45). tades de alegación, prueba y contraprueba se
han encontrado restringidas, la previsión nor-
La determinación de los hechos que el juez mativa que impone la premisa fáctica al juez
penal realiza en su sentencia constituye una pre- civil desconoce no solo valores tales como la li-
misa en su razonamiento sentencial. Los hechos bertad de apreciación de la prueba y la plenitud
en sí mismos no son objeto de pronunciamiento del ejercicio de la función jurisdiccional, sino
judicial, sino parte de sus fundamentos. No se
también garantías fundamentales que nuestro
encuentra prevista en el ordenamiento procesal
ordenamiento jurídico reconoce a toda perso-
penal una pretensión meramente declarativa de
na: el debido proceso, el derecho de defensa en
la existencia o inexistencia de hechos. Ello así,
juicio, el derecho a gozar de una tutela judicial
en cuanto el proceso penal, en esencia, se en-
efectiva. El respeto de estos valores resulta esen-
cuentra preordenado a determinar si procede o
cial para la seguridad jurídica y para la justicia,
no el ius puniendi estatal.
y, por lo tanto, su vulneración también consti-
El régimen en estudio ordena al juez civil to- tuiría un escándalo jurídico.
mar la conclusión fáctica del juez penal para
integrarla como premisa en su propio silogis- En este marco, es deseable que, tratándose
mo sentencial, sin posibilidad de revisarla ni de de una hipótesis de conexión simple de hechos
considerar otros elementos probatorios apor- entre procesos llevados por órganos de los dis-
tados en relación con esos hechos en el proce- tintos órdenes judiciales, los juzgadores tengan
so civil. Ello, con el propósito de evitar que las libertad e independencia para decidir los asun-
mismas circunstancias fácticas, que deben ser tos sometidos a su conocimiento valorando los
abordadas desde ópticas diversas, sean simul- hechos desde la perspectiva jurídica propia de
táneamente fijadas por dos tribunales diversos, la materia que hace a su especialidad y al objeto
y, de esta manera, impedir que ambos magistra- de juzgamiento. Por supuesto, siempre dentro
dos arriben a conclusiones fácticas que difieran. del ámbito de su competencia, con sujeción al
derecho íntegramente considerado y a la razo-
Se ha reparado en que, si la resolución civil se nabilidad.
funda en que el hecho existió y la penal basa el
sobreseimiento o absolución en su inexistencia, En la medida que el juez tenga competencia
se afectan el principio lógico de no contradic- y jurisdicción para conocer del asunto, y que la
ción y la unidad de jurisdicción. No obstante, cuestión haya sido objeto de discusión, prueba
tales conclusiones resultan exageradas, habida y debate por las partes en forma seria y con pro-
cuenta de que los juicios contradictorios que se fundidad suficiente, no existe razón alguna para
restringir la eficacia probatoria de los elemen-
(45) Cfr. CHIOVENDA, Guiseppe, “Instituciones de tos de prueba rendidos en sede penal en orden
derecho procesal civil”, Valletta Ediciones, V. I, ps. 422 y a determinar la existencia o la inexistencia del
423. hecho y la falta de autoría del imputado.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 419


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

Como lo señala Bertolino, “el proceso no pue- determina que si “la sentencia penal que decide
de ser conducido mediante un ritualismo que que el hecho no existió o que el sindicado como
oculte la verdad jurídica objetiva, ya que aquél responsable no participó, estas circunstancias
está destinado a la obtención de esa verdad, a la no pueden ser discutidas en el proceso civil”
cual debe dársele primacía y a la cual no se debe impide, en ciertos casos, a quien ha sufrido da-
renunciar conscientemente” (46). Por ello, cabe ños y pretende su reparación invocar y acredi-
resaltar la inconveniencia de sentar una regla tar la existencia del hecho en sede civil cuando
como la contenida en el art. 1777, 1a parte, Cód. en sede penal medió sobreseimiento o absolu-
Civ. y Com. que vincule al juez civil de manera ción fundada en la inexistencia de aquel, clau-
automática a las conclusiones fácticas a las que surando definitivamente el debate en torno a la
arribó el juez penal, en cuanto existen supues- inexistencia del hecho, haciendo “cosa juzgada”
tos en los que se afecta indebidamente el dere- en el proceso civil.
cho de defensa del damnificado, quien puede
ver frustrado su derecho a la reparación integral El precepto proyecta sus efectos respecto de
del daño sufrido al no poder alegar ni probar en diversos sujetos, impactando de manera rele-
el proceso civil la existencia del daño ni la au- vante en la situación de estos. En este sentido, la
toría del imputado aun cuando no intervino en solución legal puede importar una limitación de
el trámite penal o, en el mejor de los casos, se le derechos fundamentales del damnificado, toda
permitió una limitadísima participación. vez que la norma se erige en un obstáculo para
la satisfacción del derecho a la reparación del
Siendo la tutela judicial, como todos, un dere- daño injustamente sufrido.
cho de configuración legal, no solo es lícito, sino
que también es necesario que el legislador regu- En este punto, cabe tener presente que el
le su ejercicio. No obstante, esa regulación debe moderno derecho de daños se ha edificado en
resultar razonable y proporcionada, adecuada torno al derecho de la víctima a obtener la re-
para otorgarle operatividad y, a la vez, compati- paración del daño injustamente sufrido plan-
bilizarla con otros derechos aun cuando pueda teando, en esencia, el problema de determinar
implicar una cierta “restricción” de las garantías a quién cabe atribuir y trasladar las consecuen-
de unidad de jurisdicción, derecho de defensa, cias dañosas sobre la base de ciertas razones
libertad e independencia judicial, entre otras. que justifican la imposición de la obligación de
Lo que no se puede es, bajo pretexto de regular- resarcir. Tales razones no siempre exigen que se
la, desnaturalizarla ni vaciarla de su contenido trate de un acto propio, ni requieren la existen-
esencial (art. 28, CN). cia de culpabilidad o, inclusive, la voluntariedad
del acto lesivo. En ciertos supuestos excepcio-
El resguardo del derecho del damnificado a la nales, inclusive, se debe resarcir el daño causa-
defensa en juicio y a la reparación integral del do pese a la licitud de la actividad que lo originó.
daño requerirían que la estricta aplicación de
lo normado por el art. 1777, 1a parte, Cód. Civ. Hemos pasado de un sistema de responsabili-
yCom. solo pudiera hacerse en aquellos supues- dad civil con el foco puesto en el dañador y en la
tos en que ha tenido intervención en un proceso antijuridicidad de su conducta a un sistema de
penal que le reconoce amplias facultades en or- daños diseñado en torno a la víctima del daño
den a la alegación y demostración de los hechos injusto y a su derecho a obtener su reparación;
que allí se ventilan, condiciones que el proceso del daño injustamente causado al daño injusta-
penal actual no satisface en todos los casos. mente sufrido.

I. El damnificado y su derecho a la repara- El sistema de responsabilidad civil subjeti-


ción integral va imperante durante casi un siglo, inspirado
en el Código de Napoleón, se basaba exclusi-
Como se analizó precedentemente, la primera vamente en la idea de culpabilidad (probada o
parte del art. 1777, Cód. Civ. y Com., en cuanto presumida) y garantizaba al individuo que úni-
camente sería obligado a responder cuando pu-
(46) BERTOLINO, Pedro J., “La verdad jurídica obje- diese formulársele un reproche subjetivo a su
tiva”, Depalma, 1990, p. 106. conducta. Por consiguiente, los perjuicios que

420 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

eran sufridos de manera inculpable debían ser diferentes manifestaciones y alcances, a la mo-
soportados por la víctima. Desde esta óptica, se ral y a las buenas costumbres” (48).
consideraba justo y razonable que el hombre
fuera garante de sus actos y que debiera respon- Se ha ampliado también la noción de daño,
der únicamente cuando mediara una falta que comprensiva de una dimensión patrimonial y
le fuera reprochable. Dentro de este esquema de espiritual, individual y colectiva; que incluye
corte netamente individualista y que respondía toda lesión de los intereses de hecho no repro-
al ideal de justicia conmutativa, se concibieron bados por el ordenamiento jurídico. Finalmen-
los arts. 1103 y 1104 del código velezano. te, se ha producido un engrosamiento de las
funciones del sistema, al consagrarse, junto al
Con el advenimiento de la Revolución Indus- resarcimiento del daño, su prevención.
trial y de la sociedad de masas, la aparición de
las máquinas, los automóviles y la revolución En el derecho positivo argentino esta evolu-
tecnológica, surgieron nuevos y complejos fac- ción inició con el Código de Minería, la Ley de
tores generadores de daños y se potenció su Accidentes de Trabajo n° 9688, el Código Ae-
nocividad. El sistema de responsabilidad civil ronáutico, ley 14.307, la ley 17.048 de Respon-
vigente en ese entonces se mostró inadecuado sabilidad por Daños Nucleares. El cambio de
para dar respuesta a la víctima del daño, que fre- paradigma se profundizó con la ley 17.711 de
cuentemente quedaba sin resarcimiento como 1968, que reformó el código velezano e introdu-
consecuencia de la dificultad que entrañaba la jo el riesgo creado como factor de atribución en
prueba de la culpa. el art. 1113, 2° párr., 2° supuesto. Posteriormen-
te, se sancionó la ley 24.051 de Residuos Peligro-
En este marco, se tomó conciencia de que
el sistema indemnizatorio, a la par de impor- (48) PIZARRO PIZARRO, Ramón Daniel y VALLESPI-
tar una sanción para quien ocasiona un daño, NOS, Carlos Gustavo, “Tratado de responsabilidad civil”,
constituye una forma de tutelar la integridad y Rubinzal- Culzoni Editores, 2017, t. I, p. 39. En este sen-
dignidad personal del damnificado. Se recono- tido, el art. 1066 del código derogado expresamente ex-
igía la trasgresión de una disposición de la ley que estab-
ció que la reparación del daño no solo satisface leciese un deber previo de conducta. El art.1717 del Cód.
intereses individuales, sino también sociales. Es Civ. y Com., por el contrario, establece que cualquier ac-
así que comenzaron a entrar en escena, en un ción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica
primer momento, las presunciones de culpa que si no está justificada. Se requiere de esta manera simple-
producían el desplazamiento de la carga proba- mente reconocer la existencia de un interés merecedor
de tutela jurídica y no reprobado por el ordenamiento
toria y, posteriormente, los factores objetivos de (conf. art.1737 del Cód. Civ. y Com.), es decir, un interés
imputación, en los que la atribución de respon- simple. Lo jurídico no se agota en lo legal, la injusticia del
sabilidad se efectúa con absoluta abstracción de daño no supone reconocimiento normativo del interés
la culpabilidad: el riesgo creado, el deber de se- lesionado. Con base en este razonamiento, cualquier
guridad, la equidad, la garantía, entre otros. interés de una persona, siempre que sea serio y digno,
se hará acreedor de la tutela jurídica, pues será injusto
lesionarlo. De esta manera, el derecho a la dignidad, la
Como lo expone Ubiría citando a López Ola- honra, la estabilidad o la armonía familiar, la integridad
ciregui, “se alcanzó la convicción en torno a que física, psíquica, social, la salud mental, la integridad
“se debe responder cuando resulta injusto que moral crean intereses tutelados por el ordenamiento
lo soporte (al daño) quien lo recibió, haya o no normativo (contemplado en su bloque interno y supra-
ilicitud en el obrar” (47). Consecuentemente, se nacional por expresa previsión de los arts.1 y 2 del Cód.
Civ. y Com.) que merecen protección jurídica ante cual-
pasó de una antijuridicidad formal a una antiju- quier menoscabo que pueda afectarlos. Se trata de pro-
ridicidad material que comprende, inclusive, las teger la lesión de valores dignos y respetados por toda la
prohibiciones por implicancia, es decir, “aque- sociedad que ameritan su resarcimiento ante cualquier
llas que se desprenden de los principios fun- menoscabo, aunque no tengan, en la actualidad o en el
damentales que hacen al orden público en sus futuro, una norma específica que determine un deber
jurídico predeterminado a tales efectos (Cfr. JALIL, Ju-
lián y PICCIONI, Pietro, «La recepción en el Código Civil
(47) UBIRÍA, Fernando A., «Derecho de daños en el y Comercial de la doctrina del daño injusto del derecho
Código Civil y Comercial de la Nación», Abeledo Perrot, italiano. Del daño injustamente causado al daño injusta-
2015, capítulo II, Proview. mente sufrido», AR/DOC/1741/2019).

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 421


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

sos y la Ley de Defensa del Consumidor. Estas la necesidad de brindar a la persona humana,
mutaciones encontraron su momento culmen en razón de su dignidad, una tutela comple-
con la sanción del Código Civil y Comercial, que mentaria y coadyuvante de la dispensada por
ha venido a consagrar, en definitiva, un esque- los Estados, también se refieren al derecho de
ma diferente de responsabilidad civil o, mejor la víctima del daño injustamente sufrido a una
dicho, un nuevo derecho de daños. justa reparación como un medio para lograr la
satisfacción del derecho a la integridad perso-
La jurisprudencia de nuestros tribunales ha nal, a la salud, a la vivienda, a la propiedad, en-
acompañado esta evolución haciendo una in- tre otros (56).
terpretación axiológica del plexo legal ajus-
tada a las necesidades y valores vigentes en la Esta transformación se vislumbra como una
comunidad, de cuyo análisis se evidencia una de las tantas manifestaciones del proceso de
toma de conciencia respecto a que el sistema constitucionalización del derecho privado. No
de responsabilidad civil no solo protege el pa- obstante el cambio de paradigma, el régimen de
trimonio, sino que también tutela a la persona los arts. 1103, Cód. Civ. y 1777, Cód. Civ. y Com.
humana íntegramente considerada. se mantuvo inalterado, perjudicando en algu-
nos casos la eficacia del nuevo derecho de da-
En este sentido, cabe tener en cuenta que fue ños en orden a la satisfacción de los intereses
la CSJN la que ha reconocido que el derecho a que actualmente lo cimientan.
la reparación integra el plexo de derechos fun-
damentales de toda persona a partir del caso En este punto, cabe resaltar que no basta con
“Santa Coloma” (49) en que este tribunal dijo que el ordenamiento consagre el derecho del
que “el principio alterum non laedere tiene raíz damnificado a la reparación integral con jerar-
constitucional (art. 19 de la Ley Fundamental)”. quía constitucional y convencional si, simultá-
Con posterioridad, en los casos “Gunther” (50), neamente, no confiere a su titular las garantías
“Luján” (51), “P., F. F.” (52), “Peón” (53), “Aqui- adecuadas para su efectivización. Ello exige,
no” (54), “Ontiveros” (55), la CSJN consolidó y por un lado, que se reconozcan herramientas
profundizó esta doctrina, fundando en el art. 19 de actuación del derecho sustancial que resul-
CN el derecho a no ser dañado y a una repara- ten adecuadas para lograr la operatividad de los
ción plena y justa del daño y señalando que el derechos humanos y, por el otro, que no se esta-
axioma alterum non laedere “prohíbe a los hom- blezcan obstáculos que impidan el efectivo goce
bres dañar los derechos de un tercero, la justicia de aquellos.
social y a la dignidad humana”.
La víctima del daño debe tener verdadera
En este mismo sentido, los instrumentos in- oportunidad de ocurrir ante algún órgano juris-
ternacionales de protección de los derechos hu- diccional en procura de justicia, ser oída y que
manos, cuyo origen y fundamento lo constituye se le dé verdadera ocasión de hacer valer sus
medios de defensa (57). La garantía del debido
(49) CS, “Santa Coloma, Luis. F. y otros c/ Ferrocarriles proceso y el derecho de defensa del damnifica-
Argentinos”, 05/08/86. do se plasman en la posibilidad de acceder a la
(50) CS, “Gunther, Fernando c/ Gobierno Nacional”, justicia sin restricciones personales ni económi-
05/08/86. cas, a tener jueces competentes, independien-
(51) CS, “Lujan, Honorio c/ Estado Nacional”, 05/08/86.
tes e imparciales, a la asistencia letrada, a gozar
de amplias facultades en orden a la aportación
(52) CS, “P, FF c/ Empresa Ferrocarriles Argentinos”, de los hechos, a la producción y al control de la
24/08/95.
prueba, a una sentencia motivada y en un plazo
(53) CS, “Peón, Juan D. y otra c/ Centro Médico del Sud razonable y a la ejecución del fallo.
SA”, 17/03/98.
(54) CS, “Aquino, Isacio c/ Cargo Servicios Industriales (56) Art. 68 Convención Americana de Derechos Hu-
SA”, 21/09/04 manos.
(55) CS, “Ontivero Stella M. c/ Prevención ART y otro”, (57) CNFed.CAdm., Sala II, “Celulosa Moldeada SA”,
23/08/07. 10/03/94, DJ, 1995-1-312.

422 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

El sistema estatuido por el art. 1777, 1a par- No obstante el avance que implican estas re-
te, Cód. Civ. y Com. puede implicar una afecta- formas, cabe precisar, por un lado, que, siendo
ción de la justicia en perjuicio del damnificado, potestad de las provincias proveer lo concer-
siendo que la responsabilidad penal está alcan- niente al dictado de sus códigos de rito y a la
zada por garantías constitucionales específicas administración de su justicia, esta situación no
y principios que no rigen en materia civil (58) resulta uniforme en todas las jurisdicciones. Por
y que conllevan una irrazonable restricción de el otro, si bien se engrosaron algunas facultades
las garantías que implica el debido proceso, de la víctima del delito, desde la óptica del de-
afectando sus derechos a la defensa en juicio e recho del damnificado a la reparación del daño
impidiendo la tutela judicial efectiva de sus pre- injusto, no resultan suficientes para satisfacer
rrogativas fundamentales. las exigencias derivadas de la garantía del debi-
do proceso que debe asistirle.
En efecto, cabe tener en cuenta que, históri-
camente, los códigos de rito no contemplaron Ello, siendo que no cabe asimilar sin más la
la participación de la víctima del delito en el víctima del delito —el particular ofendido o su-
proceso penal en cuanto se entendía que para jeto pasivo del delito— a la víctima del daño
evitar la venganza privada era menester la apro- injusto, en cuanto no necesariamente estas fi-
piación del conflicto por el Estado. Se confirió el guras coinciden. Un claro ejemplo de lo señala-
carácter de parte de manera exclusiva al Minis- do es el damnificado indirecto, quien, no siendo
terio Público, regulándose su intervención en el titular del bien que con el delito se procura tute-
proceso en representación de la comunidad in- lar, no está habilitado para intervenir en el juicio
teresada en el restablecimiento del orden jurídi- penal (59).
co vulnerado con el delito.
Seguidamente, aun cuando se admitiese la
Por su parte, al particular ofendido por el ilícito intervención de la víctima del daño injusto en
se le brindó la posibilidad de constituirse en que- calidad de parte y con amplias facultades, no
rellante, confiriéndosele en tal carácter algunas puede desconocerse el diverso objeto ni el disí-
facultades tendientes a acreditar el hecho delic- mil alcance con los que se despliega la actividad
tuoso y la responsabilidad penal del imputado. probatoria en el ámbito penal y en el civil.
No obstante, su actuación se limita a coadyuvar
al fiscal en la investigación proponiendo medidas Como lo expresa Carnelutti, el móvil en que se
que el juez de instrucción puede o no ordenar, y funda la búsqueda de los hechos como carga de
a controlar el desarrollo de la labor investigativa. parte es, naturalmente, el interés en litis (60). La
Es decir que su actuación es subordinada y coad- vida, la libertad personal y el honor son bienes
yuvante de la actividad del fiscal. que las leyes penales protegen en atención a in-
tereses de carácter público, como son la tranqui-
Evidenciándose la gran insatisfacción que este lidad social y la prevención de futuros delitos.
sistema provocaba para la víctima, las reformas Ese no es, por lo menos de una manera directa y
procesales penales más recientes fueron abrién- preponderante, el interés que fundamenta la ti-
dole mayores espacios, posibilitándole una par- tularidad del ejercicio de la acción civil.
ticipación más activa y con cierta autonomía en
el proceso. En este sentido, se reconoció a la víc- En general, la instrucción penal tiene por
tima, aun cuando no se hubiera constituido en objeto comprobar la existencia de un hecho
querellante, el derecho a acceder al expediente, delictuoso, establecer las circunstancias que
a que se le comunicara el estado de la causa, a califiquen el hecho, que lo agraven, atenúen o
aportar información y pruebas, a manifestar su justifiquen, o que influyan en la punibilidad, in-
opinión ante la solicitud de la suspensión del dividualizar a los partícipes y comprobar la ex-
juicio a prueba o para decidir la aplicación de
criterios de oportunidad, entre otros. (59) Cfr. PIZARRO, Ramón Daniel y VALLESPINOS,
Carlos Gustavo, “Tratado de responsabilidad civil”, Ru-
binzal- Culzoni Editores, 2018, t. III, p.612.
(58) Cfr. PIZARRO, Ramón Daniel y VALLESPINOS,
Carlos Gustavo, “Tratado de responsabilidad civil”, Ru- (60) CARNELUTTI, Francisco, “Sistema de derecho
binzal- Culzoni Editores, 2017, t. I, p. 67. procesal civil”, UTEHA Argentina, t. I, p. 166

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 423


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

tensión del daño causado por el delito. Es decir necesidad de su reparación. En este ámbito se
que esta actividad investigativa se encuentra confiere una protección acentuada —procesal y
orientada y determinada por el objeto propio sustancial— a quienes son percibidos como dé-
del derecho penal, cual es juzgar la existencia biles y vulnerables (el consumidor, los niños, las
del hecho punible y su autoría a los efectos de personas con discapacidad, etc.). La tutela dife-
la punición del responsable. Pese a que en el renciada constituye hoy un principio rector y se
proceso de daños estas cuestiones difieren con- traduce en la exigencia de adecuar o flexibilizar
siderablemente, ante el riesgo de ver truncado ciertas normas procesales con el objeto de res-
su derecho a la reparación en virtud de lo nor- taurar los derechos desconocidos, postergados
mado por el art. 1777 Cód. Civ. y Com., quien ha o vulnerados, justificando inversiones de la car-
padecido un daño injusto se ve en la necesidad ga probatoria o la aplicación de las cargas pro-
de intervenir en el proceso penal a los efectos de batorias dinámicas, intensificando el deber de
asegurar que se produzcan en este ámbito las colaboración de las partes en el proceso, con-
pruebas suficientes —en la medida y con el al- sagrando principios tales como el in dubio pro
cance que los códigos de forma lo admitan— en consumitore, in dubio pro victima, presunciones
orden a acreditar la existencia del hecho. de responsabilidad, entre otros.

Otra cuestión a destacar se vincula con las im- A lo hasta aquí señalado se suma diversa rigu-
plicancias que producen las garantías recono- rosidad requerida en la valoración de los hechos
cidas al imputado en el esclarecimiento de los en los ámbitos civil y penal, en cuanto la senten-
hechos. Una de las más importantes es la deri- cia de condena y, por ende, la aplicación de la
vada de la presunción de inocencia, en cuanto pena solo pueden estar fundadas en la certeza
incide, por un lado, como exigencia de la inver- del tribunal que falla acerca de la existencia de
un hecho punible atribuible al acusado. La falta
sión de la carga de la prueba en sentido material
de certeza determina la imposibilidad del Esta-
sobre la parte acusadora y, por otro, como ver-
do de destruir la presunción de inocencia que
dad provisional que ampara a todo acusado de
ampara al imputado, razón por la cual conduce
modo que la falta de prueba de su culpabilidad
a la absolución. Cualquier otra posición del juez
ha de dar lugar, necesariamente, a una senten-
respecto de la verdad, la duda o aun la probabi-
cia de corte absolutoria (61).
lidad impiden la condena y desembocan en la
En este sentido, es al fiscal a quien incumbe absolución.
demostrar los presupuestos de la responsabili- Es decir que, ante la duda acerca de la mane-
dad penal, resultando inadmisible concebir si- ra en que acontecieron los hechos, se dispon-
quiera un deber de colaboración en cabeza del drá ya sea el sobreseimiento o la absolución del
imputado, aun cuando se encuentre en mejores sindicado como responsable. Esta decisión tor-
condiciones de esclarecer la verdad de los he- nará operativa la prescripción normada por el
chos. Ello, en cuanto el imputado no tiene ne- art. 1777, Cód. Civ. y Com., en mérito a la que
cesidad de construir su inocencia, ya construida el damnificado se encontrará imposibilitado de
de antemano por la presunción que lo ampara. probar en sede civil que los hechos se desarro-
Por ende, es quien pretende su condena quien llaron de manera diversa a la establecida por la
debe destruir completamente esa posición, arri- sentencia penal, pese a que la valoración proba-
bando a la certeza sobre la comisión de un he- toria en este ámbito es presidida por principios
cho punible (62). marcadamente diferentes. Esta cuestión, por su
importancia, merece mayores consideraciones.
De manera diversa, en el proceso de daños, el
foco se encuentra en la víctima del daño y en la La valoración de la prueba consiste “en la veri-
ficación de los enunciados fácticos introducidos
(61) MELLADO, Asencio, “Derecho procesal civil”, Ti- en el proceso a través de los medios de prueba,
rant Lo Blanch, p. 39. así como en el reconocimiento a los mismos de
(62) Cfr. MAIER, Julio B., “Derecho procesal penal”, un determinado valor o peso en la formación
Editores del Puerto SRL, 1999, t. I, p. 490 y ss. de la convicción del juzgador sobre los hechos

424 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

que se juzgan” (63). Como lo explica Taruffo, “el Como bien lo explica Cumis, “la falta de cer-
grado de confirmación de un enunciado resul- teza es una característica del razonamiento in-
ta de inferencias lógicas que toman en cuenta ductivo que afecta tanto a la prueba judicial
la calidad y la cantidad de pruebas disponibles como a la prueba científica. Si bien en el razo-
respecto de un determinado enunciado, su gra- namiento probatorio pueden usarse diversos
do de fiabilidad y su coherencia. Se trata de un tipos de argumentos, tanto en el descubrimien-
análisis racional que se funda en argumentos y to de una hipótesis como en su justificación, la
contrargumentos, en valoraciones y compara- conclusión de una inferencia probatoria nunca
ciones, al final del cual se determina cuál es el puede ser una certeza lógica, sino una conclu-
grado de fundamentación racional que corres- sión probable” (67).
ponde a ese enunciado” (64).
En otras palabras, toda prueba que se rinde en
Para llevar a cabo esta compleja labor se ha un juicio, si bien se mira, no es más que prue-
adoptado el sistema de la sana crítica racional ba de verosimilitud y no de certeza. Cuando se
tanto en el ámbito penal como en el civil. No afirma que un hecho es verdadero, se quiere de-
obstante esta coincidencia, los estándares de la cir en sustancia que ha logrado, en la conciencia
prueba (65) indudablemente difieren (66). de quien lo juzga, aquel grado de probabilidad
que, con relación a los limitados medios de co-
nocimiento de que el juzgador dispone, basta
(63) GASCÓN ABELLÁN, Marina, “Los hechos en el
derecho. Bases argumentales de la prueba”, Marcial Pons, para darle la certeza subjetiva de que aquel he-
Madrid, 2010, p. 157. cho ha ocurrido.
(64) TARUFFO, Michele, “Simplemente la verdad. El Todo el sistema probatorio está preordenado
juez y la construcción de los hechos”, Marcial Pons, 2010,
p. 248.
a imponer al juez que se contente, al juzgar res-
pecto de los hechos, con el subrogado de la ver-
(65) Para una mayor comprensión resulta menester dad, que es la verosimilitud (68). Al juez no le
señalar que el estándar de la prueba constituye el umbral está permitido permanecer incierto ante los he-
mínimo que ha de ser satisfecho a los efectos de aseverar
que una hipótesis ha sido probada. chos que tiene que decidir, está obligado a resol-
ver la controversia, tarea en la que tiene un rol
(66) Como lo señala Larrocau Torres: “Los juicios an-
gloamericanos muestran con claridad este punto. Dentro
del sistema angloamericano la justicia civil confía en un racionales como pueden ser el de preponderance of evi-
estándar de probabilidad prevaleciente, mientras que dence o “el de la probabilidad prevaleciente”. Finalmente,
la litigación continental espera que el juez se encuentre en casos como sería la condena en el proceso penal, se
convencido de la verdad de los hechos. En el Common requiere un grado particularmente alto de confirmación
Law hay un relativo acuerdo en cuanto a que un estándar probatoria, que se aproxima a la certeza, dado que sólo
de probabilidad prevaleciente (o regla P>0,5) le imprime admite la presencia de “dudas irrazonables”, con la evi-
al juicio de hecho una racionalidad suficiente: si una de dente intención de reducir al mínimo el riesgo de con-
las posturas en competencia supera como grado de con- dena de un inocente (Cfr. TARUFFO, Michele, “Simple-
firmación el 0,5 de probabilidad de ser correcta, entonces mente la verdad. El juez y la construcción de los hechos”,
puede aceptarse como el soporte de la decisión. Para el Marcial Pons, 2010, p. 248 y ss.).
ámbito criminal, en cambio, el estándar suele ser mayor (67) CUMIS, Juan Andrés, “El estándar de prueba ’más
en razón de los intereses en juego: así, para la acusación allá de toda duda razonable’ en la jurisprudencia de la
la práctica norteamericana exige acreditar los hechos Corte Penal Internacional”, AR/DOC/5473/2015.
‘más allá de toda duda razonable’ (beyond a reason-
able doubt), mientras que para la absolución apela a un (68) Cfr. CALAMANDREI, Piero, “Derecho procesal
estándar de ’preponderancia de la prueba’ (preponder- civil”, parte 4, título 3, tema 128, https://s3.amazonaws.
ance of evidence)” (LARROCAU TORRES, Jorge, “Hacia com/academia.edu.documents/31143536/C_GENER-
un estándar de prueba civil”, Revista Chilena de Derecho, AL.pdf?response-content-disposition=inline%3B%20
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-34372012000300008 filename%3DDerecho_procesal_civil.pdf&X-Amz-
(acceso el 22/03/20). En sentido similar, Taruffo refiere A lg o r i t h m = AW S 4 - H M AC-S H A 2 5 6 & X-A mz - C re d
que existen casos en que una confirmación probatoria e nt i a l = A K I A I W OW Y YG Z 2 Y 5 3 U L 3 A % 2 F 2 0 2 0 0 3 1
débil puede tener algún efecto jurídico, otros, como en el 8%2Fus-east-1%2Fs3%2Faws4_request&X-Amz-
proceso civil estadounidense, en que a falta de normas o Date=20200318T225605Z&X-Amz-Expires=3600&X-
principios que determinen el estándar de confirmación, Amz-SignedHeaders=host&X-Amz-Signature=2d2d
la decisión de considerar un enunciado fáctico como 930e6621ffc126b8c009d26e392aa766e2723bb2a3e19-
adecuadamente probado debe tomarse según criterios a4db4c1d7bb0692 (acceso el 18/03/20).

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 425


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

fundamental el estándar de la prueba que deter- cuestiones de policy. Ello es así porque un es-
mina cuál es el grado de probabilidad o confir- tándar de convicción establece una determina-
mación que es menester exigir para considerar da distribución del error, y una distribución del
probada una hipótesis fáctica. En otras palabras, error supone una determinada elección (po-
el estándar de prueba indica cuándo estará jus- lítico-valorativa) sobre la intensidad con que
tificado efectuar esa afirmación sobre un enun- deben ser garantizados los derechos e intere-
ciado que describe un hecho. Ello así, en cuanto ses afectados por cada uno de los errores posi-
nunca un conjunto de elementos de juicio, por bles” (71).
grande y relevante que sea, permitirá adquirir
certezas racionales sobre la verdad de una hipó- Siendo ello así, resulta evidente que los inte-
tesis, siempre existe un margen de error. reses, valores y objetivos que inspiran el moder-
no derecho de daños y el derecho procesal civil
El diferente estándar adoptado en el proceso no resultan coincidentes con los que propicia el
penal y en el civil resulta lógico y se encuentra derecho penal y el derecho procesal penal. Es
directamente relacionado con los diferentes va- evidente que en el ámbito penal, frente a la po-
lores que guían la política legislativa en cada uno sibilidad de error, encontrándose en juego la li-
de estos ámbitos. Como lo señala Gascón Abe- bertad ambulatoria y la honra de una persona
llan, la fijación del estándar probatorio “implica en el marco de un sistema punitivo que debe ser
determinar cuál de los siguientes dos errores en la ultima ratio, y en el que el principio de ino-
el conocimiento de los hechos se considera más cencia constituye una garantía insoslayable de
asumible: a) aceptar como verdadero (o dar por la persona, el estándar de la prueba es más ele-
probado) lo que es falso, o b) no aceptar como vado que cuando se busca tutelar a la persona
verdadero (o dar por no probado) lo que es ver- mediante la reparación del daño injustamente
dadero. Ello es así porque un estándar de con- sufrido en el marco de un sistema cada vez más
vicción establece una determinada distribución preocupado por asistir al damnificado.
del error, y una distribución del error supone
una determinada elección (político-valorativa) Por consiguiente, imponer a quien entiende
sobre la intensidad con que deben ser garan- en el proceso civil la conclusión a la que arribó
tizados los derechos e intereses afectados por el juez penal sobre los hechos implica trasladar
cada uno de los errores posibles” (69). el reparto de los riesgos del derecho criminal
fuera de su marco de justificación y en perjuicio
En esta cuestión coincide Ferrer Beltrán y con de los derechos fundamentales de la víctima del
el rigor que lo caracteriza ha indicado que “la daño injusto. A todas luces esto resulta un des-
decisión sobre el nivel de suficiencia probatoria acierto, en cuanto el estándar de convicción que
no es en absoluto epistemológica. La epistemo- se exige para juzgar la existencia o la inexisten-
logía nos puede ayudar a delinear un estándar cia de un delito penal es notoriamente diferente
de prueba que refleje correctamente el nivel al que, siendo coherente con los valores e inte-
de suficiencia probatoria que se haya decidido reses que fundamentan el moderno derecho de
adoptar, pero no nos dice nada sobre su nivel. daños, cabe exigir al magistrado civil.
Esa es una decisión política” (70).
CAPÍTULO III
En idéntica línea, Gascón Abellán ha adverti-
do que “la construcción de un estándar no de- UNA MEJOR ALTERNATIVA PARA TUTELAR
pende solo ni fundamentalmente de cuestiones AL DAMNIFICADO Y SU DERECHO A LA
de racionalidad, sino también y sobre todo de REPARACIÓN INTEGRAL

(69) Cfr. GASCON ABELLÁN, Marina, «Sobre la posi- De lo hasta aquí analizado surge con toda cla-
bilidad de formular estándares de prueba objetivos», Re- ridad que el proceso penal no ofrece a la vícti-
vista Doxa, 28, 2005, p. 129 y ss. ma del daño todas las garantías y oportunidades
(70) FERRER BELTRÁN, Jordi (2017), «La prueba es
libertad, pero no tanto: una teoría de la prueba cuasi- (71) GASCON ABELLÁN, Marina, «Sobre la posibili-
Benthamiana». Revista Jurídica Mario Alario D›Filippo, dad de formular estándares de prueba objetivos», Revista
IX , p. 150-169. Doxa, 28, 2005, p. 20.

426 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

que merece en el proceso civil en orden a acre- La tutela judicial efectiva requiere en todo
ditar los presupuestos exigidos para la proce- momento la consideración del principio de jus-
dencia de su pretensión resarcitoria. ticia y no perder de vista que la finalidad de las
garantías procesales radica en proteger, asegu-
La solución normada por la primera parte del rar y afirmar el goce o el ejercicio de un derecho.
art. 1777, Cód. Civ. y Com. luce inconveniente en La indebida extensión de la cosa juzgada de la
cuanto fue edificada en torno a ideas que en su sentencia penal que dispone la inexistencia del
momento fueron rectoras del Código Civil y que hecho, al retacear injustificadamente el derecho
se vinculan con un régimen de responsabilidad de defensa de la víctima del daño injusto, se eri-
civil diseñado sobre la base del paradigma de ge en un obstáculo insalvable en el goce de su
daños causados culpablemente por la conduc- derecho a una reparación integral. Por ende, re-
ta propia del agente. Este modelo ha cambiado sulta imperiosa su revisión y adecuación.
notablemente, por lo que resulta necesaria su
revisión para aggiornarlo al nuevo sistema de En este marco, asignar al expediente penal el
derecho de daños imperante, que pone foco en valor de prueba trasladada se vislumbra como
el daño injusto y en la necesidad de quien lo pa- una solución más adecuada y respetuosa de los
dece de obtener su reparación. diferentes derechos, intereses y valores en jue-
go. Esto importa concebir la prueba rendida en
El sofisma del escándalo jurídico que dima- la causa penal como un conjunto de elementos
na de la posible existencia de sentencias contra- de convicción que fueron originados en un pro-
dictorias esgrimido para sustentar la solución ceso diferente a aquél en el que se hace valer, y
normativa en verdad no es tal. Por ello, en la que deben ser valorados y considerados por el
sentencia civil deben exponerse y explicarse juez civil de manera conjunta con el resto de las
adecuadamente aquellas consideraciones que pruebas que las partes pudieran producir en la
determinaron que el juzgador arribase a con- causa civil en orden a acreditar el hecho dañoso.
clusiones fácticas diferentes a las del juez penal. Como lo señala Galdós, “el expediente penal
agregado como prueba a un proceso civil no re-
La preeminencia que nuestro sistema jurídico
viste valor probatorio en sí mismo sino en base
ha otorgado a la sentencia penal respecto de la
a la naturaleza de los elementos formativos de
civil en orden a la determinación de los hechos
convicción que contenga. Aquellas pruebas,
solo traduce un problema de política legislati- producidas en el fuero criminal con las forma-
va y de selección de los intereses que deben ser lidades que prevé esa legislación, serán objeto
mejor protegidos (72). Ha quedado demostra- de otro examen valorativo pero, ahora, por el
do que los intereses prevalentes en el ámbito del iudicante civil atendiendo a su entidad y corre-
derecho penal y del derecho procesal penal no lación entre sí y con las rendidas en esta juris-
son coincidentes con los que priman en la ór- dicción, y serán apreciadas mediante el sistema
bita civil. interpretativo de la sana crítica (arts. 384, Cód.
Procesal de Buenos Aires y 386, Cód. Procesal
Las limitaciones de los derechos fundamenta- Nacional)” (73).
les exigen que la autoridad que las acuerde esté
en condiciones de ofrecer la justificación perti- Explica el maestro Morello que la institución
nente. So pretexto de preservar la seguridad ju- de la prueba trasladada es útil para el mejor y
rídica garantizando la actuación del principio más económico desarrollo de los procesos,
de unidad de jurisdicción, la solución norma- siendo su fundamento básico la unidad de la
tiva restringe injustificadamente el derecho de jurisdicción. Es condición esencial para su va-
alegación y prueba del damnificado, violentan- lidez que en su aplicación se dé plena vigencia
do garantías que gozan del máximo rango nor- al principio de bilateralidad, que puede asumir
mativo. diversas modalidades conforme la índole de la

(72) Cfr. PIZARRO, Ramón Daniel y VALLESPINOS, (73) GALDOS, Jorge M., “El valor probatorio del
Carlos Gustavo, “Tratado de responsabilidad civil”, Ru- expediente penal en sede civil (primera parte)”, AR/
binzal- Culzoni Editores, 2018, t. III, p. 668. DOC/8489/2001.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 427


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

prueba, quien ha requerido la traslación pro- larmente, a petición de la parte contra quien se
batoria y la participación que haya cabido a los aducen o con audiencia de ella”. Asimismo, en el
interesados en la producción y posibilidad de art. 338 establece: “Aun cuando las pruebas pro-
contralor. Debe analizarse cuidadosamente la ducidas válidamente en un proceso se hubieren
incidencia que respecto de la utilización del ins- practicado a petición de la parte contra quien se
tituto pueda tener en cada caso el diverso con- aducen o con audiencia de ella, deberá garan-
texto en que se haya producido la prueba en el tizarse a las partes el derecho a contradecirlas
origen, respecto del proceso en que se intente en la audiencia del juicio oral del proceso en el
aplicarla. La bilateralidad debe exteriorizarse en cual se invocan. Cuando la prueba que se pre-
que en origen la prueba se haya introducido a tende trasladar no hubiese sido producida con
pedido o con intervención controlada de la par- intervención de ambas partes, necesariamente
te contra quien se intente utilizar el medio (74). deberá promoverse el contradictorio. La mis-
ma regla se aplicará a las pruebas extraproce-
En este sentido, se ha estimado que la prueba sales. La valoración de las pruebas trasladadas
producida en un juicio es válida en otro, siem- o extraprocesales y la ponderación de sus con-
pre que la parte contra la que se la pretende ha- secuencias jurídicas corresponderá a la jueza o
cer valer haya tenido la oportunidad de ejercer juez ante quien se plantean y conforme a las re-
a su respecto todos los medios de verificación e glas de la sana crítica”.
impugnación que la ley le otorga. Caso contra-
rio, no pueden serle opuestas y solo constituirán Si bien Morello, junto a otros autores, estima
fuente de presunción simple que el iudicante que la bilateralidad se debe haber cumplido en
apreciará en el nuevo juicio. el proceso de origen, no se advierte que ello ne-
cesariamente deba ser así, en cuanto bien pue-
Los anteproyectos de reforma procesal más de la parte que no participó en su producción
recientes han incorporado expresamente la desconocer o impugnar la eficacia probatoria
prueba trasladada entre los elementos probato- de dicha causa, o de algunas de sus constancias,
rios que regulan. En efecto, el proyecto de Có- corriendo con la carga de fundar y acreditar la
digo Procesal Civil y Comercial de la Nación verosimilitud de su alegación (75).
presentado el 23/08/19 al Congreso de la Nación
prevé en el art. 213 que “las pruebas producidas Por lo demás, la alternativa propuesta luce
regularmente en un proceso poseen valor pro- más respetuosa del derecho de defensa del
batorio en otro cuando la parte frente a la cual damnificado que la imposición de la conclusión
se las intenta hacer valer haya tenido oportuni- fáctica que actualmente dispone en su primera
dad efectiva de controlar su producción. La va- parte el art. 1777, Cód. Civ. y Com.
loración judicial ya efectuada de la prueba que
Ello así, en cuanto, cuando se traslada la prue-
se ha trasladado no vincula al juez ante quien se
ba producida en el expediente penal al juicio ci-
la invoca”.
vil, los derechos de ambas partes alcanzan un
Por su parte, el anteproyecto de Código Gene- nivel de protección adecuado bajo las siguien-
ral del Proceso de Chubut, uno de los antepro- tes condiciones: por un lado, si ofrece a los li-
yectos de reforma más recientes y novedosos, tigantes verdadera oportunidad de impugnar o
se refiere a la prueba trasladada en el art. 372, contradecir en sede civil la eficacia probatoria
que reza: “Las pruebas practicadas válidamente de los diversos elementos colectados durante
en un proceso podrán trasladarse a otro y ten- la tramitación de la causa penal; por el otro, si
drán eficiencia similar a la que tendrían de ha-
ber sido diligenciadas en este último, siempre (75) Esta postura es compartida por prestigiosos au-
que en el primitivo se hubieren practicado regu- tores como Berizonce, quien entiende que “ha de ase-
gurarse la posibilidad concreta y amplia de controvertir,
controlar y producir contraprueba en relación a las prue-
(74) MORELLO, Augusto Mario, GUALBERTO, Lucas bas de cualquier otro modo producidas en un proceso
Sosa, BERIZONCE, Roberto Omar, “Códigos Procesales distinto (penal o de cualquier tipo)” (BERIZONCE, Ro-
en lo Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires berto O., “El principio del contradictorio y su operativi-
y de la Nación. Comentados y anotados”, Abeledo Perrot, dad en la prueba”, Revista de Derecho Procesal, 2005-1,
IV, 2015, Proview. Prueba, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2005, p.138).

428 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

el juez civil considera especialmente al analizar cir la demostración contraria” (77). También ha
su eficacia probatoria, entre otras cosas, si en la indicado que, exigiendo la defensa en juicio que
aportación del expediente penal medió consen- se brinde al litigante oportunidad de ser oído y
timiento expreso o tácito de una o ambas partes, de hacer valer sus derechos con las solemnida-
la oportunidad que estas tuvieron en el marco des y en la forma que establecen los códigos de
del proceso penal para controlar o contradecir rito, “la prueba acumulada en lo criminal es in-
las diversas medidas realizadas en esa sede y la vocable para la decisión del posterior pleito civil
cuando la demandada ha tenido oportuna noti-
naturaleza misma de los diversos elementos de
cia del ofrecimiento de esa prueba y ha podido
prueba producidos (76). Finalmente, si el valor producir la que convenía a su derecho para des-
probatorio de los elementos de convicción arri- virtuarla” (78).
mados a la causa es determinado mediante su
consideración y apreciación no solo particular, De acuerdo con lo expuesto, el tribunal ha es-
sino también conjunta, es decir, teniendo en timado que lo que debe ponderarse es si la parte
cuenta su concordancia y convergencia con los a quien se opone el expediente penal “ha esta-
restantes elementos de convicción producidos, do en todo momento en condiciones de hacer
valorados a la luz de las reglas de la experiencia, valer sus derechos de acuerdo a las normas vi-
de la lógica y de las ciencias que integran la sana gentes, ha conocido que el juicio criminal ha-
crítica racional. bía sido ofrecido como prueba y pudo ofrecer
las probanzas que tuviera para contrarrestar las
De esta manera, si el damnificado no tuvo que surgieron en ese juicio” (79).
participación en el proceso penal, gozará en el
En conclusión, el juez civil puede valerse de la
proceso civil de amplias facultades en orden a prueba producida en sede penal en orden a di-
acreditar los presupuestos de procedencia de lucidar cómo acontecieron los hechos, siempre
su pretensión resarcitoria, pudiendo aportar los respetando las garantías derivadas del debido
elementos de prueba que estime convenientes, proceso de las partes.
incluidos aquellos que fueron producidos en
sede criminal. A la vez, tendrá la posibilidad de El proceso civil y el magistrado que conoce
contradecir la validez y eficacia probatoria de en él resultan el ámbito propio y adecuado en
aquellas pruebas que fueron receptadas en el el que deben debatirse, acreditarse y determi-
expediente penal sin audiencia de su parte. narse los hechos que constituyen uno de los
presupuestos de procedencia de la pretensión
Este es el criterio que ha primado en nues- resarcitoria del damnificado. Ello así, en cuan-
tro máximo tribunal nacional, que ha sosteni- to es en ese contexto que razonablemente se
do que “las pruebas del sumario criminal tienen logran satisfacer las exigencias derivadas del de-
valor en el juicio civil en el que se discuten los
mismos hechos y en el cual las personas a quie- (77) CS, “Fernández Millara Miguel Angel c. Celotto
Adriana Inés”, 25/4/96, Fallos: 183:297.
nes se oponen ni siquiera han intentado produ-
(78) CS, Fallos 182:502, L.L. 17-183; 187:627; Fallos 188:
7; 219:55; CCC Azul, Sala II, causa N°52.047; “Moroni de
(76) En este sentido, como bien lo indica Galdós, las Collazo, Vilma V. y otros c/Banco Bansud S.A.” y senten-
actuaciones judiciales en general “conformarían docu- cia única del 01/03/12, causas N° 54.327 “Ricco, Patricia
mentos públicos u oficiales pero no instrumentos públi- y otra c/ Lancioni Agustín” y N°54328 “Lancioni, Agustín
cos stricto sensu —como las pericias, dictámenes, etc., en c/Vulcamoia Mar Del Plata S.A.”; SCBA, “Girardi, Ricar-
los que no hay hechos objeto de autenticación– y el de do M. y otros c/ Melgar, Eduardo J.M. y otros s/ daños y
aquellas actuaciones judiciales en las cuales o hay ejerci- perjuicios”, Ac.79216, 24/9/2003; SCBS, “Porrez. Lorena
cio de la fe pública por la atribución de potestad fedante E. c/ Vargas Gutiérrez, Santiago s/ daños y perjuicios»,
del funcionario judicial –como las actas de audiencias, ac.87968, 16/2/05; CCC Azul, Sala II N°55340, 13/03/12
las certificaciones y testimonios firmadas por el secretar- «P., C. y otros c/ A., A.R. s/ Ds. y Pjs.»; CCC Azul, Sala II,
io–-, o actuación del imperium judicial como las senten- causa nº 56.556, «Arbiza» y su acumulada nº 56.557, «Cu-
cias, resoluciones etc., que exteriorizan la actividad de un ruchet», ambas del 17/09/13.
poder del Estado” (GALDOS, Jorge M., “El valor proba-
torio del expediente penal en sede civil (primera parte)”, (79) CS, “Araoz Miguel Ángel c/ Aguiar, Camilo (h)”,
AR/DOC/8489/2001). 31/3/1939, LA LEY, 14-335 y JA, 66-17.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 429


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

bido proceso, siendo que el proceso civil posi- RIVERO HURTADO, René Marlene, “La preju-
bilita un debate amplio y completo por parte de dicialidad en el proceso civil. Medios procesa-
todos los interesados, resulta generoso en cuan- les para la coherencia de sentencias dictadas en
to a las oportunidades de prueba y es conduci- procesos con objetos conexos. Estudio compa-
do por un magistrado que tiene la competencia, rado del derecho español y chileno”, http://ro-
la formación y la experiencia que requiere, en el deric.uv.es/handle/10550/48105.
marco de una pretensión resarcitoria, el juzga-
miento de los hechos (80). ALTERINI, Jorge h., “Código Civil y Comercial
Comentado. Tratado exegético”, La Ley, 2016, 2ª ed.
Por lo demás, la solución propuesta es la que
mejor se compadece con la independencia de RIVERA, Julio C., “Instituciones de derecho
las acciones civil y penal derivadas del mismo civil. Parte general”, Abeledo-Perrot, Buenos Ai-
hecho, y con el derecho a la tutela judicial efec- res, 2010, 5ª ed.
tiva que el Estado debe garantizar.
RIVERA, Julio César y CROVI, Luis D., “Código
En este punto cabe tener en cuenta que la tu- Civil y Comercial: Parte General”, La Ley, 2017.
tela judicial efectiva no se limita al derecho a la
jurisdicción, es decir, al derecho a acudir ante GOZAINI, Osvaldo A., “El Debido Proceso: Es-
el órgano jurisdiccional del Estado que resulte tándares de la Corte Interamericana de Derechos
competente, para que este otorgue una respuesta Humanos”, Rubinzal Culzoni Editores, 2017.
fundada en derecho a una pretensión determina-
PIZARRO PIZARRO, Ramón Daniel y VALLE-
da, sino que es preciso también que este acceso
SPINOS, Carlos Gustavo, “Tratado de responsa-
sea correspondido con una decisión sobre el fon-
bilidad civil”, Rubinzal-Culzoni Editores, 2017.
do del asunto, que, como expresa Morello, sea
basada en criterios jurídicos razonables. GÓMEZ ORBANEJA, Emilio, “Comentarios a
la Ley de Enjuiciamiento Criminal”.
Esta exigencia solo se satisface si la motiva-
ción de los hechos que el juez civil debe efectuar GÓMEZ ORBANEJA, Emilio, “Eficacia de la sen-
en su sentencia explicita de manera completa y tencia penal en el proceso civil”, RDP, Nº 2, 1946.
coherente las razones por las que es racional
considerar que los enunciados que narran los NIEVA FENOLL, Jordi, “La cosa juzgada”.
hechos principales del caso son o no verdade-
ros, indicando las inferencias probatorias que Semanario Jurídico, ejemplar 07/08/89.
atribuyen grados adecuados de confirmación
a esos enunciados, teniendo en cuenta la tota- Zavala de González, Matilde, “Doctrina Judi-
lidad de los elementos arrimados por las partes, cial. Solución de casos”, 1997
valorados conforme a los estándares probato-
rios propios del proceso civil. QUADRI, Hernán, “Derecho procesal en el
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rrot, Buenos Aires, t. IV-B. Patagonia 2015 (junio), 948, cita online: AR/
DOC/1742/2015.
(80) En este sentido, Mosset Iturraspe razona que las CALVO COSTA (dir.), “Código Civil y Comer-
competencias de los jueces están basadas en un criterio
de “especialización” que posibilita el dictado de senten-
cial de la Nación concordado, comentado y
cias más justas y equitativas, con base en una dedicación comparado con los Códigos Civil de Vélez Sars-
más intensa, un conocimiento más profundo. field y de Comercio”, 2015.

430 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


María Teresa Chrestia

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daño injustamente causado al daño injusta- MORELLO, Augusto Mario, GUALBERTO, Lu-
mente sufrido”, AR/DOC/1741/2019. cas Sosa, BERIZONCE, Roberto Omar, “Códigos
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Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 431


Implicancias del art. 1777, 1.a parte, Cód. Civ. y Com. en los derechos fundamentales…

Cám. Apel. Civ. Y Com. Morón, Sala II, “Cons- CS, “Peón, Juan D. y otra c/ Centro Médico del
tanzo de Vidio”, 30/06/94. Sud SA”, 17/03/98.

SC Mendoza, Sala I, “Fernández, Ángel c/ CS, “Aquino, Isacio c/ Cargo Servicios Indus-
Triunfo Coop. De Seguros Ltda.”, 24/07/2001. triales SA”, 21/09/04.
Cám. Apel. Civ. y Com. Tuc., Sala 1, “M. J. C. CS, “Ontivero Stella M. c/ Prevención ART y
y otros c/ Schujman de Silverstein, Eugenia B”, otro”, 23/08/07.
15/08/2000.
CNFed.CAdm., Sala II, “Celulosa Moldeada
SCBA, “Marinaro, Hugo Antonio vs. Fiameni, SA”, 10/03/94.
Amílcar. Daños y perjuicios”, 14/09/11
CS, “Fernández Millara Miguel Angel c. Ce-
SCBA, “A., I.N. c. M.R, y otro s/ daños y perjui- lotto Adriana Inés”, 25/4/96, Fallos: 183:297.
cios”, 14/03/12.
CS, Fallos 182:502, L.L. 17-183; 187:627; Fallos
SCBA, “G.M.P. y otra c/ Papraro, Antonio”, 188: 7; 219:55.
25/11/09.
CCC Azul, Sala II, causa N°52.047; “Moroni de
SCBA, “B.A.S. c/ Bendaña de Cazzaniga, Mar- Collazo, Vilma V. y otros c/Banco Bansud S.A.”
ta S. y otros”, 16/09/03.
CCC Azul, Sala II, sentencia única del 01/03/12
CNCom., “Sun Group SA c. Mizrahi, Jacobo
causas N° 54.327 “Ricco, Patricia y otra c/ Lan-
Raúl s/ ordinario”, 30/06/14.
cioni Agustín” y N°54328 “Lancioni, Agustín c/
SCBA, “Quevedo, Susana Noemí y otro contra Vulcamoia Mar Del Plata S.A.”.
Sanatorio Perpetuo Socorro S.A. y otro. Daños y
SCBA, “Girardi, Ricardo M. y otros c/ Mel-
perjuicios”, 16/09/03.
gar, Eduardo J.M. y otros s/ daños y perjuicios”,
SCBA, “Guaraz, Mónica Patricia y otra c/ Ca- Ac.79216, 24/9/2003.
praro, Antonio s/ Daños y perjuicios”, 25/11/09.
SCBA, “Porrez. Lorena E. c/ Vargas Gutie-
CS, “Santa Coloma, Luis. F. y otros c/ Ferroca- rrez, Santiago s/ daños y perjuicios”, ac.87968,
rriles Argentinos”, 05/08/86. 16/2/05.

CS, “Gunther, Fernando c/ Gobierno Nacio- CCC Azul, Sala II N°55340, “P., C. y otros c/ A.,
nal”, 05/08/86. A.R. s/ Ds. y Pjs.”, 13/03/12.

CS, “Lujan, Honorio c/ Estado Nacional”, CCC Azul, Sala II, causa nº 56.556, “Arbiza” y
05/08/86. su acumulada nº 56.557, “Curuchet”, 17/09/13.

CS, “P, FF c/ Empresa Ferrocarriles Argenti- CS, “Araoz Miguel Ángel c/ Aguiar, Caomilo
nos”, 24/08/95. (h)”, 31/3/1939, LA LEY, 14-335 y JA, 66-17.

432 • TERCERA PARTE - Derecho de daños


CUARTA PARTE

Contratos
La figura del principal pagador y
su discutida naturaleza jurídica (*)
Matías Manuel Portos

INTRODUCCIÓN rasgos, pueden destacarse, como innovaciones,


la unificación de la fianza civil y la fianza comer-
I. Las garantías del crédito, la fianza y el ga- cial en un único régimen; la incorporación de
rante principal pagador la figura de la fianza general, admitiendo que
se puedan garantizar obligaciones indetermi-
Desde antaño, el efectivo cumplimiento de nadas (art. 1578); el mantenimiento del plazo
las obligaciones ha despertado interés entre los de la obligación originaria aun cuando el deu-
operadores jurídicos, pues las exigencias del dor se haya presentado en concurso preventi-
tráfico y la versatilidad del comercio han lleva- vo o cuando se haya declarado su quiebra (art.
do a buscar diversas formas de asegurar y tute- 1586) y, por último, la subsistencia de la fianza
lar los derechos creditorios. ante la novación de la obligación producida por
el acuerdo preventivo homologado (art. 1597).
Como se sabe, la celebración de determina-
dos actos jurídicos patrimoniales importa asu- II. La figura del principal pagador
mir ciertos riesgos y/o contingencias frente a los
cuales se han creado numerosos mecanismos II.1. Planteo
jurídicos, comúnmente conocidos como “medi-
das de garantía”, con el objetivo de minimizarlos El Código Civil y Comercial de la Nación, en
y de, así, asegurar el crédito o reforzar la posi- materia contractual, ha acogido, mayormente,
ción del acreedor a través de un incremento de los cambios producidos en la teoría jurídica en
sus facultades legales. los últimos años, sin embargo, un debate con-
tinúa sin tener solución. Me refiero a la figu-
La generalidad de la doctrina distingue den- ra del “principal pagador”, cuyo régimen no ha
tro del género “garantías” dos especies funda- recibido cambios y, por lo tanto, las controver-
mentales: las personales y las reales, según que sias doctrinarias y jurisprudenciales existentes
el derecho conferido al acreedor se dirija hacia al respecto perduran en el nuevo ordenamiento
una cosa determinada o hacia la misma persona unificado.
del deudor o de un tercero.
El problema radica en que la normativa actual
En el presente trabajo me enfocaré en la ga- (art.1591, CCCN), lejos de resolver y extinguir
rantía personal por excelencia, la “fianza”, y, las controversias, mantiene sus discordancias y
particularmente, ahondaré en la figura del prin- dificulta su comprensión.
cipal pagador.
Recordemos que se han generado criterios
De manera preliminar puede sostenerse que contrapuestos en torno al alcance y esencia ju-
la novel normativa civil y comercial no ha efec- rídica de la figura, cimentándose alrededor de
tuado sustanciales modificaciones en la estruc- ella básicamente tres grandes posiciones.
tura tradicional del contrato de fianza. A grandes
Para una primera posición, en resumen, el
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 28 de principal pagador es un codeudor solidario. Una
septiembre de 2021. segunda posición, intermedia, es la que distin-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 435


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

gue el aspecto externo de la obligación que con- Luego será provechoso analizar la naturaleza
trae el principal pagador del aspecto interno. y la finalidad del contrato de fianza, su esencia,
En el aspecto externo, referido a las relaciones para así poder comprender la función del garan-
que se establecen entre el garante y su acreedor, te “principal pagador”.
el principal pagador sería un deudor solidario;
pero en el interno, esto es, la relación del prin- Por último, abordaré el estudio de los argu-
cipal pagador con el deudor principal, se lo de- mentos expuestos hasta el momento por la doc-
bería considerar como fiador. Por último, una trina y la jurisprudencia respecto del garante
tercera posición sostiene que el principal paga- principal pagador, tratando de destacar sus pun-
dor es un fiador, al que únicamente le son apli- tos positivos como negativos a fin de poder arri-
cables las normas relativas al contrato de fianza bar, de ser posible, a una postura superadora.
y nunca las que rigen las obligaciones solidarias.
CAPÍTULO I
La circunstancia descripta hace que el tema
sea de actualidad y se presente algo confuso para LAS GARANTÍAS DEL CRÉDITO EN EL
los operadores jurídicos, quienes deberán mini- DERECHO PRIVADO
mizar las contingencias del instituto en la praxis
contractual. Pues la naturaleza jurídica del prin- I. El crédito como punto de partida
cipal pagador y su tratamiento como codeudor o
fiador tienen efectos y repercusiones que exce- El crédito es un derecho subjetivo del acree-
den la mera discusión doctrinaria, de ahí el inte- dor, integrado por un conjunto de poderes y
rés por intentar desentrañar la discusión. prerrogativas, que tiene como situación corre-
lativa el deber jurídico calificado que asume el
El desafío del presente trabajo será brindar un deudor (1).
aporte que logre minimizar, de algún modo, los
riesgos que exhibe la figura. Desde una visión económica, constituye un
factor fundamental para el desarrollo de la eco-
III. Delimitación del objeto de estudio nomía global, en cuanto permite la promoción y
subsistencia del comercio, favoreciendo el cre-
En atención a la problemática reseñada, tengo cimiento de un país. Es por ello que cumple un
para mí la clara convicción de que ninguna de papel esencial en la sociedad moderna, institu-
las tres posiciones descriptas resuelve acabada- yendo un instrumento vital para la consecución
mente la controversia planteada respecto de la de fines individuales y colectivos.
figura del “principal pagador”, pues, a mi modo
de ver, no se han brindado argumentos que se Con el objetivo de asegurar su plena satisfac-
ajusten completamente a la cuestión, toda vez ción, puede ser afectado a diversas garantías
que resultan observables en algún aspecto. como tutelas conservatorias, con la exclusiva
finalidad de evitar o reducir los riesgos propios
En esa inteligencia, trataré de argumentar en
del incumplimiento del deudor.
favor de una nueva posición, o, en su defecto, de
reforzar alguna de las ya presentadas, a fin de in- II. Las garantías del crédito
tentar brindar una solución definitiva a la cues-
tión controvertida. II.1. Su delimitación, conceptualización y en-
cuadre jurídico
En ese afán, la delimitación del tema propues-
to impone, en primer lugar, dirigir la mirada ha- Cuando de garantías se trata, no puedo dejar
cia las garantías del crédito, con el objetivo de de soslayar la íntima relación que estas tienen
comprender la esencia de la figura. Para ello,
entiendo adecuado efectuar un breve repaso, (1) PIZARRO, Ramón D. y VALLESPINOS, Carlos G.,
aunque sea enunciativo, de los puntos más des- “Tratado de obligaciones”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
tacados del “derecho de las garantías”. 2017, t. II, p. 7.

436 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

con el crédito; pues sin crédito no habría garan- En otras palabras, la garantía en sentido es-
tía (2). tricto es una tutela ulterior a la garantía patri-
monial genérica, que se agrega a ella. Es un
Desde lo jurídico, tratar las garantías signifi- nuevo derecho subjetivo o una nueva facultad,
ca, como se dijo, introducirse en el campo de la esencialmente accesoria, ya que, por definición,
tutela del crédito, que es una especie dentro del implica adicionar un plus al derecho de una
vasto tema de la tutela de los derechos. Cuando persona (5).
el ordenamiento normativo las regula de mane-
ra adecuada, coadyuvan a la seguridad jurídica Tradicionalmente, la relación entre la presta-
y al desarrollo económico de una comunidad, ción garantizada y la garantía se desarrolló en el
pues su régimen puede influir positiva o negati- marco de un vínculo de accesoriedad e, inclu-
vamente en la economía global (3). so, de subordinación entre ambas, tal como es el
caso de la fianza, la hipoteca, la prenda, etcétera.
La palabra “garantía” tiene diversas acepcio- No obstante, en algunos supuestos de contrata-
nes, dependiendo de los diferentes contextos en ciones más complejas, los esquemas clásicos re-
los que resulte utilizada, por eso se dice que es
sultan ineficientes para las actuales exigencias
un término multívoco.
de los mercados financieros, siendo superados
En un sentido amplio, puede ser definida por nuevas formas de garantías dotadas, a dife-
como un medio destinado a asegurar el crédito, rencia de las tradicionales, de cierta autonomía
el goce de un derecho o el cumplimiento de una y abstracción respecto de la deuda principal.
obligación. Dentro de este significado, se podría
Así, comenzaron a aparecer nuevas figuras ta-
encuadrar, entre otros institutos, el patrimonio
les como las garantías unilaterales (también lla-
del deudor, entendido como una garantía patri-
madas a primera demanda), el fideicomiso de
monial universal o garantía común de los acree-
garantía y el factoring, las garantías autoliqui-
dores, que hoy expresamente recepta nuestro
Código Civil y Comercial de la Nación en los dables u otras formas contractuales de financia-
arts. 242 y 743. ción bancaria que procuraban garantizar ciertos
aspectos de la operación económica.
Ahora, desde un punto de vista más acotado,
estricto, se dice que es una norma de derecho La búsqueda de alternativas posibles para
o un precepto de autonomía privada que viene sortear los inconvenientes que plantean las ga-
a añadir al crédito algo que este no tiene por sí rantías tradicionales parece ser un sendero sa-
mismo, de forma tal que esa adición o yuxtapo- ludable, en particular si se tiene en cuenta la
sición refuerza al acreedor la seguridad de que importancia que tiene el crédito para el desa-
ha de ver realizado su derecho, ampliándose su rrollo de un país o una región.
poder jurídico, de modo tal que aparece un nue-
El nuevo Código Civil y Comercial de la Na-
vo derecho subjetivo o una facultad (4).
ción transita por ese camino, pues, además de
mantener las garantías tradicionales, incorpo-
(2) PRATESI, Juan C. (h), en MARTORELL, Ernesto E.,
“Tratado de los contratos de empresa”, Abeledo Perrot, ra las denominadas garantías unilaterales, de
Buenos Aires, 2016, 2ª ed. actualizada y ampliada, t. III, cumplimiento a primera demanda o a primer
p. 2350. requerimiento, y aquellas en las que de cual-
(3) NICOLAU, Noemí L., “Los negocios de garantías”, quier otra manera se establece que el emisor
Centro de Investigaciones de Derecho Civil, Facultad de garantiza el cumplimiento de las obligaciones
Derecho, Universidad Nacional de Rosario, Trabajos del de otro y se obliga a pagarlas, independiente-
Centro, N°3-1998.
mente de las excepciones o defensas que el or-
(4) BUERES, Alberto J. - MAYO, Jorge A., “Lineamien- denante pueda tener (arts. 1810 a 1814, Cód.
tos generales sobre las garantías de la obligación en el Civ. y Com.).
derecho privado”, Revista de Derecho Privado y Comuni-
tario. Garantías, Volumen 2, Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
1993, p. 14. (5) NICOLAU, Noemí L., ob. cit.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 437


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

II.2. Principales caracteres de las garantías que asume la deuda junto al deudor —o en sustitu-
ción de este— (fianza, aval, etc.), o bien que acuer-
Entre las principales características, se pue- dan al acreedor una facultad subsidiaria contra el
den destacar las siguientes: solvens, quien de tal modo debe una prestación
adicional (por ejemplo, cláusula penal).
a) Por lo general son de naturaleza bilateral
(provienen del acuerdo de partes, verbigracia la Por el contrario, las segundas otorgan al
fianza, la prenda, la hipoteca, la cláusula penal, acreedor un poder jurídico que recae sobre co-
etc.), y, en forma más excepcional, de la volun- sas concretas o determinadas, o, dicho en otros
tad unilateral (vgr., el aval, las garantías a prime- términos, son las que conceden un derecho real
ra demanda, etc.). respecto del objeto.

b) La accesoriedad y la subordinación suelen Al comparar las garantías personales con las


ser características distintivas de ciertas garan- garantías reales se puede apreciar, como notas
tías (vgr., fianza, hipoteca, prenda); no obstante, distintivas, además de las mencionadas, que
otras tantas resultan ser autónomas de la obliga- en las primeras la obligación recae sobre todos
ción garantizada. Tal es lo que sucede, por ejem- los bienes que forman parte del patrimonio del
plo, en materia de aval. deudor; mientras que, en las garantías reales,
por su naturaleza, reposa sobre un cosa deter-
II.3. Clasificación de las garantías minada, que además puede pertenecer tanto al
patrimonio del deudor como al de un tercero.
Las garantías, a grandes rasgos, pueden siste-
matizarse del siguiente modo: Asimismo, en estas últimas el acreedor puede,
a diferencia de lo que acontece en las garantías
II.3.a. Por su causa fuente: acto jurídico bila- personales, someter la cosa gravada a la ejecu-
teral y unilateral ción forzada, aunque haya salido del patrimo-
nio del deudor, como también puede excluir a
Esta clasificación permite delimitar las garan- los demás acreedores de la ejecución sobre ese
tías en virtud del “porqué” de ellas (fuente). Es bien hasta que haya sido satisfecho su crédito.
así que, si tienen por fuente un acto jurídico bila-
teral patrimonial, serán garantías de fuente con- Los derechos reales de garantía solo pueden
tractual (vgr. fianza, fideicomiso en garantía). constituirse por contrato formal (escritura pú-
Por el contrario, si derivan de un acto jurídico blica, art. 1017, inc. a, Cód. Civ. y Com.) y en se-
unilateral, serán garantías de fuente unilateral guridad de créditos (la obligación principal), de
(hoy receptada como fuente de las obligacio- los cuales resultan accesorios. Tal carácter in-
nes en los artículos 1800 y ss., Cód. Civ. y Com.) dica que son intransmisibles sin el crédito (art.
y son ejemplos de ellas las garantías unilaterales 2186, CCCN) y que se extinguen con el princi-
o a primera demanda, las cartas de crédito y/o pal, a excepción del caso de novación (art. 940,
los créditos documentarios. CCCN), en que pasan a la nueva obligación solo
si participa en el acuerdo novatorio el constitu-
Las garantías tradicionales, por lo general, tie- yente de la garantía.
nen su fuente en un acuerdo de partes. Contra-
riamente, en las garantías modernas, la fuente II.3.c. Específicas y generales
de la obligación de garantía, por lo general, nace
de una declaración de voluntad unilateral. Se consideran garantías específicas aque-
llas que se constituyen para asegurar el
II.3.b. Por el tipo de derecho que le da origen: cumplimiento de un crédito determinado e in-
personales y reales dividualizado cuyo riesgo procuran acotar (por
ejemplo, la fianza en un contrato de locación, o
Las primeras son aquellas que conceden al la constitución de una hipoteca para asegurar el
acreedor un derecho de crédito contra un tercero pago de una deuda).

438 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

Las garantías generales, en cambio, son las Para poder efectivizarse el cobro, deberá ins-
otorgadas para un conjunto de créditos o para tarse la acción judicial pertinente y solo a través
todos los créditos que el acreedor otorgue al de la actuación judicial podrá alcanzarse el ob-
deudor en el futuro, durante el término de vi- jetivo perseguido. Esta circunstancia, por sus in-
gencia de la garantía. convenientes prácticos, ha dado lugar a nuevas
formas de ejecutar las garantías.
II.3.d. Por su vínculo con la obligación garan-
tizada II.3.e.ii. Garantías autoliquidables

II.3.d.i. Garantías accesorias Las garantías autoliquidables, en oposición


a las garantías ejecutables judicialmente, son
Se las puede definir como aquellas cuya cons- como medios de ejecución patrimonial bajo la
titución, vigencia y duración está supeditada forma de negocios de garantía, en los cuales la
a la existencia del crédito que garantiza y cuya ley o la autonomía de la voluntad de los parti-
exigibilidad está en función del vencimiento e culares ejercida al amparo de la ley asignan a
incumplimiento de este. La transmisión de este ciertas convenciones o negocios jurídicos de ga-
crédito conlleva forzosamente la de la garantía, rantía efectos análogos a los de una sentencia
pues la titularidad de uno y la del otro han de judicial (6).
coincidir en la misma persona.
Nacen como respuesta a los distintos conflic-
Por ello, la nulidad o extinción de la obliga- tos que acarrean los procesos judiciales de re-
ción principal lleva consigo la de la garantía. cupero de crédito impago, principalmente los
Más adelante, me explayaré sobre el tema. relacionados con su duración y con los mayores
costos que comprenden.
II.3.d.ii. Garantías no accesorias
Este tipo de garantía, entonces, permite que el
Son las llamadas garantías autónomas, en el proceso de realización y/o ejecución sea lleva-
entendimiento de que se encuentran desvincu- do a cabo por el propio acreedor o por un ter-
ladas de lo garantizado. Es decir, el negocio de cero autorizado legalmente para ello, no siendo
garantía es independiente de la relación obliga- necesario recurrir a la instancia judicial para ver
cional de base, lo que redunda en mayores ven- satisfecho el crédito, como sucede en la ejecu-
tajas para la parte acreedora, en cuanto facilita y ción de las garantías tradicionales.
agiliza la ejecución de la garantía.
Son ejemplos de esta clase de garantías el fi-
Para la doctrina mayoritaria, las garantías a deicomiso de garantía, las garantías unilatera-
primera demanda constituyen un tipo de garan- les, los warrants, el depósito en garantía o back
tía autónoma, por cuanto el garante emite una to back, la prenda con registro (art. 39, dec.-ley
declaración unilateral de voluntad en la que se
15348/46, ratificado por ley 12962 y modificado
obliga a pagar al beneficiario a su primer reque-
según dec. 897/95) y la cesión de créditos en ga-
rimiento, independientemente de la relación
rantía, entre otros.
de base que este pueda tener con el ordenante
(deudor principal).
III. Garantías personales y garantías reales
II.3.e. Por su modo de ejecución
Dada la estrecha vinculación de esta clasifi-
II.3.e.i. Garantías ejecutables judicialmente cación con la temática aquí propuesta, realizaré
una breve exposición de los aspectos de mayor
La cuestión de las garantías ejecutables judi- interés de cada una.
cialmente radica en el proceso que debe llevarse
a cabo para lograr su ejecución, en caso de que (6) BORETTO, Mauricio, “Las garantías autoliquid-
medie un incumplimiento del deudor. ables”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2010, p. 22.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 439


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

III.1. Las garantías personales seña (10); cláusula penal (11); derecho de reten-
Como brevemente expuse, las garantías perso- ción (12); garantía unilateral (13), etcétera.
nales son aquellas que confieren al acreedor el
poder jurídico de exigir una conducta del deudor (10) La seña, señal o arras consiste en la entrega de una
cosa por uno de los contrayentes al otro a fin de establ-
para satisfacer su interés. Estas le conceden un
ecer el derecho de arrepentimiento o de comprometer el
derecho o una facultad que no se dirige hacia una cumplimiento de la prestación (señas penitencial y con-
cosa determinada, sino hacia la misma persona firmatoria, respectivamente). Cualquiera sea su modali-
del deudor o de un tercero. Esta clase de garantía dad, es una cláusula accidental del contrato, que incluso
puede precederlo o resultar posterior a su celebración,
puede asumir dos variantes o funciones: obviamente, en este último caso, siempre antes del co-
mienzo de ejecución. Las señas confirmatorias tienen
a) atribuir a favor del acreedor un derecho de una clara función de garantía, en tanto afirman la con-
crédito contra un tercero, que compromete su clusión del negocio con carácter vinculante.
patrimonio para dar seguridad al pago de una (11) La cláusula penal es una estipulación por la que
obligación del deudor garantizado. Entre las ga- se impone una obligación accesoria para asegurar el
cumplimiento de una obligación principal (v. art. 790,
rantías más importantes de este tipo se destacan Cód. Civ. y Com.) y determinar por anticipado la indem-
la fianza y el aval. nización de los daños para el caso de su incumplimiento
imputable. Conforme surge de la definición brindada,
esta figura jurídica tiene dos funciones esenciales, una
b) otorgar a favor del acreedor una facultad compulsoria, resultante de la pena, y otra resarcitoria,
subsidiaria contra el mismo deudor, y la imposi- constituida como compensación de los daños derivados
ción a este de una prestación de carácter adicio- del incumplimiento o retardo en el cumplimiento de la
obligación principal.
nal, como una cláusula penal (7).
(12) La doctrina ha entendido que el derecho de re-
tención es un derecho en virtud del cual el acreedor que
III.1.a. Distintas especies de garantías perso- detenta una cosa perteneciente al deudor está facultado
nales en el derecho privado para conservarla en su poder hasta el pago de lo que le es
debido con motivo de la misma cosa. Se lo ha calificado
como una prerrogativa o atribución legal en virtud de
Dentro de este género de garantías podría men- la cual el detentador puede retener en su poder algún
cionar las siguientes especies: fianza (8); aval (9); bien de propiedad de un tercero. Si bien son varios los
motivos que se invocan para justificar el derecho de re-
tención, por lo general, se alegan razones de equidad y
(7) Cfr. PIZARRO, Ramón D. — VALLESPINOS, Carlos justicia, pues la existencia del derecho de retención está
G., ob. cit., p. 295. dada por la necesidad de mantener el equilibrio entre las
respectivas posiciones jurídicas de los sujetos. Por ello,
(8) La fianza es una garantía de carácter personal, en la ley reconoce, a través del ejercicio del derecho de re-
la cual una persona llamada fiador se obliga accesoria- tención, un medio de autotutela, tendiente a garantizar
mente por otra a satisfacer una prestación para el caso de la realización de un crédito y a ejercer una coacción indi-
incumplimiento. Su finalidad es asegurar el cumplimien- recta sobre el deudor. Se integra, de tal modo, dentro del
to de una obligación ajena (de dar, hacer o no hacer), ac- sentido amplio de la acepción “garantía”.
tual o futura y lo hace con todo el patrimonio del fiador.
Tiene carácter accesorio de la deuda principal que afi- (13) Conforme el artículo 1810 del Código Civil y
anza, por lo que su existencia y eficacia depende de esta. Comercial de la Nación, constituyen una declaración
unilateral de voluntad en la cual el emisor garantiza el
(9) Este instituto ha sido definido por Alegría como cumplimiento de las obligaciones de otro y se obliga a
“el acto unilateral no recepticio de garantía, otorgado pagarlas o a pagar una suma de dinero u otra prestación
por escrito en el título o fuera de él, en conexión con una determinada, independientemente de las excepciones
obligación cartular formalmente válida, que constituye o defensas que el ordenante pueda tener, aunque man-
al otorgante en responsable cambiario del pago”. El aval, tenga el derecho de repetición contra el beneficiario,
como garantía cambiaria que es, goza de los caracteres de el ordenante o ambos. Este tipo particular de garantías
literalidad, incondicionalidad, abstracción, autonomía e es incondicionado y permite la atención inmediata del
independencia. A ellos hay que sumarles la unilaterali- pago frente a la primera exigencia formulada por parte
dad, ya que basta la sola declaración de voluntad, la cual del beneficiario, quien no tendrá necesidad de invocar o
es irrevocable y no recepticia. A diferencia de la fianza, explicar la relación de causalidad que justifica el pedido,
la obligación del avalista es directa, independiente o ni de acreditar el incumplimiento del deudor de la oblig-
autónoma y solidaria. ación principal.

440 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

III.2. Los derechos reales de garantía ignorancia, o aun con su oposición, condiciones
que interesarán a otros efectos. Sin embargo, el
Como se expuso, esta clase de garantía con- fiador contrae una obligación accesoria (v. art.
cede al acreedor un poder jurídico que recae 856, Cód. Civ. y Com.) cuya existencia depende-
sobre cosas concretas o determinadas. Es decir, rá de otro vínculo obligacional, es decir, de una
confiere al titular un derecho real respecto del obligación principal, que será la que celebra-
objeto, que, como tal, otorga las facultades de ron el acreedor (parte del contrato de fianza) y
persecución y preferencia. el deudor.
Son garantías de origen convencional y están Como enseñaba el profesor López de Zava-
expresamente tipificadas por el ordenamiento lía, se trata de una relación jurídica que tiene
jurídico. sus contornos triangulares. Dos de sus vértices
están constituidos por las partes contratantes
En este sentido, el nuevo Código Civil y Co- (fiador y acreedor); el tercero se ubica en la per-
mercial de la Nación, en el título XII del libro sona del deudor, quien, aunque no es parte en el
cuarto, reguló los derechos reales de garantía. negocio, resulta interesado en él, lo que explica
Así, en el capítulo I abordó las normas que les que —estadísticamente— la fianza suela contra-
son comunes, como la convencionalidad, la ac-
tarse a instancias del deudor.
cesoriedad, la especialidad, la indivisibilidad,
la oponibilidad y la inoponibilidad, los créditos De este modo, el fiador garantiza el cum-
garantizables, la extensión del objeto, las facul- plimiento de una obligación ajena, obligándo-
tades y las responsabilidades del constituyente y se personalmente respecto del acreedor, con
la cancelación del gravamen (arts. 2184 a 2204). todo su patrimonio. Frecuentemente, en la rea-
lidad de las operaciones inmobiliarias, se soli-
Luego, en los capítulos 2, 3 y 4 del referido
cita al fiador, o también llamado garante, que
título, reseñó los derechos reales de hipoteca
denuncie, en el mismo contrato, la titularidad
(arts. 2205 a 2211, Cód. Civ. y Com.), la anticresis
dominial de un inmueble de su propiedad, in-
(arts. 2212 a 2218, Cód. Civ. y Com.) y la prenda
dicándose que ese bien raíz se afecta al contrato
(arts. 2219 a 2237, Cód. Civ. y Com.).
de fianza. Esta mención no grava en modo al-
CAPÍTULO II guno el inmueble referido, y el fiador mantiene
su libre disponibilidad sin restricciones. Esto es
EL CONTRATO DE FIANZA así porque la fianza es una garantía de carácter
personal que extiende sus consecuencias a la
I. Concepto legal. Su determinación y en- totalidad del patrimonio del fiador y no a uno
cuadre determinado (ESPER).

Según el art. 1574 del Cód. Civ. y Com.: “Hay I.1. El incumplimiento
contrato de fianza cuando una persona se obliga
accesoriamente por otra a satisfacer una presta- En la actualidad, el Código Civil y Comer-
ción para el caso de incumplimiento. Si la deu- cial de la Nación incorpora en su definición, de
da afianzada es de entregar cosa cierta, de hacer manera expresa, la necesidad de que medie in-
que sólo puede ser cumplida personalmente cumplimiento del deudor principal para que la
por el deudor, o de no hacer, el fiador sólo que- responsabilidad del fiador se torne exigible. Si
da obligado a satisfacer los daños que resulten bien la noción de “incumplimiento” resultaba
de la inejecución”. implícitamente requerida, los códigos de fondo
(civil y comercial) no mencionaban este requi-
El contrato es —por definición— un acto jurí- sito esencial.
dico bilateral que celebran el fiador y el acree-
dor. Esas son las partes sustanciales del negocio Esta referencia al incumplimiento del deudor
de fianza, en cuanto el deudor —cuya obliga- principal permite resaltar la función económica
ción se afianza— no es parte de este contrato y, de la fianza como negocio de garantía. La res-
a los fines de su validez, no importa que el fiador ponsabilidad del fiador se producirá ante casos
haya contratado a instancias del deudor, o en su de estricto incumplimiento del deudor afianza-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 441


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

do, como así también cuando se configure la si- b) Subsidiario: tradicionalmente, la doctrina
tuación de insolvencia del deudor, dando lugar ha asociado el principio de subsidiariedad con
a su concurso preventivo o quiebra (art. 1584 el denominado beneficio de excusión. Sin em-
inc. a; 1586 y 1597, Cód. Civ. y Com.) (14). bargo, algunos autores, asumiendo que tal be-
neficio podía ser renunciado, entendieron que
I.2. La fianza civil y comercial la obligación del fiador siempre era subsidiaria,
incluso sin beneficio de excusión, pues en todos
La unificación de los regímenes que hoy im- los casos el fiador estaba obligado a cumplir solo
pera en el nuevo ordenamiento jurídico ya no en subsidio o en defecto del deudor principal.
permite diferenciar entre fianza civil y comer-
cial. De modo tal que resulta infructuosa su A mi entender, el principio de subsidiariedad
distinción, dependiendo de la naturaleza de la se relaciona con el incumplimiento del deudor
obligación principal afianzada, tal como dispo- principal, lo que importa que la exigibilidad de
nía el artículo 478 del Código de Comercio de- la obligación de garantía dependa exclusiva-
rogado. mente de tal circunstancia. Es decir, el garante
se obliga ante el supuesto de que el deudor prin-
II. Caracteres del contrato de fianza cipal no cumpla, por lo que de ningún modo po-
drá equipararse su situación con la del deudor
El contrato de fianza es un acto jurídico for- principal, dado que su responsabilidad siempre
mal, gratuito, unilateral, accesorio, subsidiario, quedará postergada a un segundo plano.
conmutativo y nominado. Repasaré, brevemen-
te, el contenido y alcance de cada uno de ellos. Siguiendo tal razonamiento, considero que el
incumplimiento es un presupuesto necesario
a) Accesorio: este carácter esencial, a los fi- en todo negocio de garantía para que este pue-
nes de su individualización y caracterización, da existir como tal y cumplir su función típica,
se desprende de la propia definición del contra- aun cuando se pacte en forma válida la renun-
to de fianza, como así también del art. 1575 del cia al beneficio de excusión como elemento que
Cód. Civ. y Com. forma parte del contenido de la subsidiariedad,
sin que por ello esta desaparezca.
El contrato de fianza se determina como re-
lación subordinada, en cuanto a su existencia Naturalmente, el contrato de fianza y sus dis-
tintas especies son un negocio jurídico subsi-
y extensión, a una obligación principal, que es
diario, puesto que su exigibilidad dependerá
la garantizada. El carácter accesorio de la fian-
inexorablemente del incumplimiento del deu-
za proyecta sus consecuencias a lo largo de toda
dor primario.
la relación jurídica; es decir, desde el perfeccio-
namiento, durante la eficacia de la garantía y al c) Formal: el art. 1579 del Cód. Civ. y Com.
tiempo de su extinción. establece que el contrato de fianza debe con-
venirse por escrito. En el caso, se trata de una
De su carácter accesorio se deriva que la nu- formalidad ad probationem, puesto que es exi-
lidad o extinción de la obligación principal pro- gida como un medio de prueba de su celebra-
duce, como consecuencia inmediata, la nulidad ción (v. artículo 969, Cód. Civ. y Com.).
o extinción de la fianza.
d) Gratuito: como expresa la doctrina mayo-
Configura un supuesto de excepción al prin- ritaria, la fianza es gratuita, por cuanto el fiador
cipio de accesoriedad de la fianza la solución asegura a la otra parte una ventaja que resulta
que mantiene la responsabilidad del fiador en independiente de toda prestación del acree-
los casos en que la obligación principal es nula dor. Algunos autores, como López de Zavalía,
por incapacidad del deudor (cfr. art. 1576, Cód. consideran que, si el contrato asegurara al fia-
Civ. y Com.). dor alguna remuneración por el servicio de ga-
rantía prestado al acreedor, no sería fianza, sino
(14) DI CHIAZZA, Iván G., “Contratos. Parte especial”, un seguro de caución. En idéntico sentido, la
Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2016, 1ª ed., p. 725. circunstancia de que el deudor pague alguna

442 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

retribución al fiador para que este celebre el III.2. Objeto


contrato no modifica el carácter gratuito de la
fianza, puesto que —como ya fue explicado— De la propia definición del contrato, se des-
aquel resulta ajeno al negocio, que se celebra prende que las obligaciones de dar, de hacer y de
entre el fiador y el acreedor. no hacer pueden ser objeto de la fianza. Cuando
la obligación a afianzar es de entregar cosa cier-
e) Unilateral: el contrato de fianza produce ta o algún hecho que solo el deudor puede cum-
obligaciones solo para el fiador, pues la única plir, el fiador solo queda obligado a satisfacer los
daños que resulten de la inejecución.
obligación que nace del negocio es la de res-
ponder ante el acreedor por el eventual incum- Con relación al tipo de obligaciones que pue-
plimiento del deudor principal. den ser garantizadas, el art. 1577 del Cód. Civ.
y Com. establece que toda obligación puede ser
No contradice lo expuesto la existencia de de- afianzada, sea esta actual, futura o indetermina-
beres secundarios a cargo del acreedor (v.gr. ex- da, incluso —añade— las obligaciones del fia-
cutir los bienes del deudor —en los casos en que dor pueden ser objeto del contrato de fianza. En
sea necesario—, etc.), por cuanto técnicamente este sentido, la norma dispone que el que afian-
no son obligaciones. za a un fiador gozará del beneficio de excusión
respecto de este y del deudor principal (v. art.
f ) Nominado: de acuerdo a la terminología 1585, Cód. Civ. y Com.).
que se adopta en el artículo 970 del código de
fondo, la fianza es un contrato típico por contar En el caso de que se afiance una obligación fu-
con una regulación propia que lo sistematiza. tura, el contrato de fianza deberá tener un ob-
jeto determinado o determinable mediante un
g) Conmutativo: es habitual considerar la procedimiento estipulado por las partes al efec-
fianza como un contrato conmutativo, no to, aun cuando la ventaja futura sea incierta, y su
obstante que la responsabilidad del fiador se cifra, indeterminada.
encuentra supeditada, en los hechos, a la si-
En lo que hace a la extensión de las obliga-
tuación de incumplimiento o insolvencia del ciones asumidas por el fiador, la novel legisla-
deudor afianzado. El carácter de contrato con- ción mantiene el principio de que su garantía
mutativo se sostiene en tanto la ventaja que no puede ser más onerosa ni más amplia que la
se procura no está sometida a un alea, puesto obligación asumida por el deudor.
que para el fiador es claro el alcance que como
máximo tendrá su eventual responsabilidad, Por último, cabe mencionar que resultan de
que no es otro que la extensión de la obligación aplicación las normas generales relativas al ob-
garantizada. jeto de los contratos, especialmente en cuanto a
la licitud, la posibilidad física y jurídica, la deter-
III. Elementos esenciales minabilidad y la patrimonialidad.

III.1. Consentimiento III.3. Causa

Como contrato consensual, se requerirá para En el contrato de fianza, la causa-fin objetiva


su perfeccionamiento el consentimiento del consiste en asegurar el cumplimiento de obli-
acreedor y del fiador, exclusivamente. El deu- gaciones de otro. Es decir, satisfacer una pres-
tación ante el eventual incumplimiento del
dor, titular de la obligación principal, es tercero
deudor principal.
ajeno al negocio contractual y, por lo tanto, no
se exigirá su asentimiento. Ello no excluye otras finalidades que pueden
incluso coexistir con la garantía que el fiador
De modo tal, el fiador podrá retirar su oferta/ otorga en favor del acreedor.
propuesta de fianza antes o al mismo tiempo de
ser esta recibida, ello de conformidad con lo es- Por su parte, el ánimo de liberalidad del fiador
tipulado en el art. 975 del Cód. Civ. y Com. tiene la función de los motivos relevante, puesto

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 443


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

que el móvil del fiador se hallará en la relación una vez que haya excutido los bienes del deu-
mantenida con el deudor (cfr. segunda parte del dor. Si los bienes excutidos sólo alcanzan para
art. 281, Cód. Civ. y Com.). un pago parcial, el acreedor sólo puede deman-
dar al fiador por el saldo”.
IV. Clases de fianza
En virtud de este beneficio, el acreedor debe
Históricamente, la doctrina clasifica la fianza ejecutar todos los bienes del deudor principal,
en a) convencional, legal y judicial; para luego poder requerir —en caso de no obte-
ner la cancelación total de su crédito— el cum-
b) simple, solidaria y principal pagador. plimiento del fiador.
IV.1. Fianza convencional, legal y judicial Como señala el profesor Juan Pablo Rodrí-
guez, “constituye una excepción dilatoria de
- Fianza convencional: es la que nace como
naturaleza sustancial, por lo que requiere la in-
consecuencia del acuerdo celebrado entre las
partes, es decir, de su libre voluntad. Por el con- vocación del fiador”.
trario, López de Zavalía entiende que no es con- El presente beneficio, al no ser un instituto de
vencional porque se concrete en un contrato de orden público, será disponible por las partes. En
fianza, sino porque la necesidad de presentar efecto, el código enumera una serie de supues-
fiador proviene de un contrato celebrado entre tos en los cuales su aplicación resulta impro-
el acreedor y el deudor.
cedente por voluntad de las partes, a saber: a)
- Fianza legal: es la ordenada por la ley. En cuando el fiador ha renunciado expresamente a
esos casos, la norma dispondrá que el deudor este (art. 1584, inc. d, Cód. Civ. y Com.); b) cuan-
presente un fiador. Un buen ejemplo de ello lo do la fianza fuese solidaria (art. 1590, Cód. Civ. y
proporciona el art. 2139 del Cód. Civ. y Com. so- Com.); c) cuando el fiador se obligó como prin-
bre la fianza que debe prestar el usufructuario. cipal pagador (art. 1591, Cód. Civ. y Com.).

- Fianza judicial: son las ordenadas por un Asimismo, existen otros supuestos en los cua-
juez en el marco de un proceso judicial, con el les el fiador no podrá invocar este beneficio
objetivo de reducir y resguardar a los litigan- (cfr. art. 1584, Cód. Civ. y Com.), verbigracia: a)
tes frente a los posibles perjuicios que una pre- cuando el deudor principal se ha presentado en
tensión y su consecuente resolución puedan concurso preventivo o cuando ha sido declara-
ocasionar. Este tipo de garantías se pueden en- da su quiebra; b) cuando el deudor principal no
contrar, principalmente, en los códigos de pro- puede ser demandado judicialmente en el terri-
cedimiento. torio nacional o carece de bienes en la Repúbli-
ca; c) cuando la fianza es judicial.
IV.2. Fianza simple, solidaria y principal pa-
gador Ahora bien, como excepción dilatoria, el be-
neficio de excusión deberá incoarse al contes-
- Fianza simple: constituye el principio gene- tar la demanda. No obstante, podrá plantearse
ral, pues cuando alguien se obliga como fiador, posteriormente si el deudor adquiriese bienes
sin otra aclaración, la fianza es simple. Es decir, durante el proceso judicial o luego de contestar
si las partes no señalan el tipo de fianza que han la demanda. Por último, opuesta esta defensa, el
celebrado, se entiende que se ha instituido una acreedor deberá excutir los bienes del deudor y
fianza simple. En esta clase, el fiador goza de los solo ejecutar el saldo impago contra el fiador, si
llamados beneficios de excusión y de división, es que existiese.
que son sus notas distintivas y la diferencia de la
fianza solidaria y principal pagador. Beneficio de división

Beneficio de excusión En los casos de cofiadores, el art. 1589 del


Cód. Civ. y Com. establece que cada uno de ellos
El art. 1583 del Cód. Civ. y Com. establece que responderá por la cuota a la que se ha obligado,
“el acreedor sólo puede dirigirse contra el fiador no pudiendo el acreedor exigirles más de lo que

444 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

corresponda. Si nada se ha estipulado con rela- cesoria y subsidiaria, establecida como garantía
ción a la cuota que se deba, todos responderán de la obligación principal; y que la obligación
por partes iguales. Tal como acontece con el be- solidaria es directa y principal respecto de todos
neficio de excusión, no funciona de pleno dere- los obligados.
cho, sino a requerimiento del fiador interesado,
que será aquel a quien el acreedor le quiera co- Asimismo, es dable remarcar que las obliga-
brar un monto mayor al que se encuentra obli- ciones solidarias tienen su origen en una causa
gado a cancelar. única, circunstancia que no acontece en la fian-
za solidaria, en cuanto las obligaciones, tanto
El presente beneficio, al no ser un instituto de del deudor principal como del fiador, nacen de
orden público, será disponible por las partes, y, fuentes disímiles.
en consecuencia, la norma faculta al fiador a su
renuncia. En suma, la fianza, pese a su denominación y
a su carácter solidario, queda regida por las re-
En el marco reseñado, corresponde señalar, glas de la fianza simple, a excepción de la priva-
en cuanto a la insolvencia en que pudiera recaer ción del beneficio de excusión.
alguno de los cofiadores, que el Código Civil
(ley 340) asimilaba la situación de los cofiado- - Fianza principal pagador: sin perjuicio de que
res a la de los deudores de obligaciones simple- más adelante analizaré en profundidad esta espe-
mente mancomunadas y divisibles (v. art. 2024 cie de fianza, resulta oportuno recordar que quien
in fine); en cambio, el Código Civil y Comercial se obliga como principal pagador, aunque sea con
de la Nación (ley 26.994), al tratar el beneficio la denominación de fiador, es considerado —nor-
de división, dispone especialmente que la por- mativamente hablando— deudor solidario, y que
ción correspondiente al insolvente será sopor- su obligación se rige por las disposiciones aplica-
tada por los restantes fiadores (art. 1595, Cód. bles a las obligaciones solidarias.
Civ. y Com.), apartándose así del régimen gene-
ral contenido en los artículos 825, 826 y 808 del Como se dijo, la figura ha generado grandes
Cód. Civ. y Com. —en ese orden—, donde los controversias en torno a su alcance y naturale-
codeudores no responden por la insolvencia de za jurídica, discusiones que se mantienen con la
los restantes. novel legislación al no haberse modificado, en
lo sustancial, su régimen. En los capítulos veni-
- Fianza solidaria: la regla general, como se deros ahondaré, con detenimiento, en esta cali-
dijo, es la fianza simple, puesto que la solida- dad de garante.
ridad no se presume. Sin embargo, podrá ser
solidaria cuando así se convenga expresamen- V. Efectos entre fiador y acreedor
te en el contrato o cuando el fiador renuncie al
beneficio de excusión (cfr. art. 1590, Cód. Civ. y El fiador contrae una obligación accesoria y
Com.). En efecto, esta clase de fianza posibilita subsidiaria de la obligación principal asumida
al acreedor demandar la totalidad del objeto de por el deudor. Esta obligación es de garantía,
la obligación tanto al deudor principal como al pues, si se verifica el incumplimiento del deu-
fiador solidario, pero dicha circunstancia no le dor principal, el fiador deberá responder lo de-
quita a la fianza su carácter de obligación acce- bido por aquel.
soria, como tampoco convierte al fiador en deu-
dor directo de la obligación principal, ya que no La subsidiariedad de la obligación asumida
debe confundirse la fianza solidaria con las obli- por el fiador implica que su exigibilidad requie-
gaciones solidarias. re como condición el incumplimiento de la obli-
gación originaria; exclusivamente en ese caso, el
En esa línea, corresponde señalar que la fian- acreedor tendrá contra el fiador todas las accio-
za solidaria no engendra una obligación solida- nes procesales pertinentes para exigir el cum-
ria del fiador para con el deudor principal. Sin plimiento de las obligaciones afianzadas. Por su
hacer mayores aclaraciones, en cuanto me exce- parte, frente a este reclamo, el fiador —una vez
dería de la intención del presente capítulo, debe constituido en mora— podrá oponer las defen-
mencionarse que la fianza es una obligación ac- sas y excepciones propias y las que correspondan

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 445


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

al deudor principal (aun cuando este las haya re- del deudor u otra garantía si: a) le es demanda-
nunciado, verbigracia: prescripción, nulidad de do judicialmente el pago; b) vencida la obliga-
la obligación, etc.), además de los beneficios de ción, el deudor no la cumple; c) el deudor se ha
excusión y división que la norma proporciona al obligado a liberarlo en un tiempo determina-
fiador simple (v. arts. 1583, 1587 y 1589, Cód. Civ. do y no lo hace; d) han transcurrido cinco años
y Com.). desde el otorgamiento de la fianza, excepto que
la obligación afianzada tenga un plazo más ex-
Cuando la norma se refiere a las excepciones tenso; e) el deudor asume riesgos distintos a los
propias del fiador (v. art 1587, Cód. Civ. y Com.), propios del giro de sus negocios, disipa sus bie-
considero que son las que le corresponden a tí- nes o los da en seguridad de otras operaciones;
tulo personal contra el acreedor o las que sur- f ) el deudor pretende ausentarse del país sin de-
gen de la fianza. Es decir, las concernientes a la jar bienes suficientes para el pago de la deuda
validez o extinción del negocio, por ejemplo: la afianzada.
incapacidad del fiador o la nulidad del contrato
de fianza por encontrarse viciado. Claro está que este derecho (al embargo de los
bienes del deudor principal) tiene una función
De acuerdo a lo estipulado en el art. 1588 del preventiva de cobertura ante la posible acción
Cód. Civ. y Com., no será oponible al fiador la que pueda instar el fiador por el reintegro de lo
sentencia relativa a la validez o exigibilidad de la pagado al acreedor. Por ello, el embargo (pre-
deuda principal dictada en juicio al que no haya ventivo) tendrá únicamente lugar si no ha me-
sido oportunamente citado a intervenir, pues- diado cumplimiento de la obligación afianzada,
to que el deudor no representa al fiador ante el puesto que, de lo contrario el fiador se subroga-
acreedor y, en consecuencia, el fiador deberá ría en los derechos del acreedor para perseguir
ser citado como tercero en todo proceso que se su cobro. Sintéticamente, repasaré cada uno de
refiera a la obligación afianzada para que la sen- los supuestos señalados.
tencia surta efecto de cosa juzgada frente a él.
a) Si es judicialmente demandado al pago: ve-
VI. Efectos entre fiador y deudor rificada esa situación, sin necesidad de haber
sido condenado, el fiador simple podrá hacer
La relación jurídica entre el fiador y el deu- valer el beneficio de excusión o, en su defecto,
dor nace como consecuencia del cumplimiento embargar los bienes del deudor, a fin de garan-
de la obligación principal por parte del fiador. tizarse el resarcimiento en caso de que abone la
Cuando el fiador paga o cumple con su pres- deuda.
tación podrá subrogarse en los derechos del
acreedor y exigir del deudor principal el reinte- b) Si vencida la obligación el deudor no la
gro de lo que ha abonado o entregado, más sus cumple: por la misma finalidad que se acaba de
intereses desde el día del pago (v. art. 1592, Cód. indicar, el fiador podrá tratar de asegurarse el re-
Civ. y Com.). En ese marco, el fiador deberá dar sarcimiento para el hipotético caso de que deba
aviso al deudor principal del pago que ha efec- abonar el importe de la obligación afianzada.
tuado y este último podrá oponer todas las de-
fensas que tenía contra el acreedor si el pago se c) Si el deudor se ha obligado a liberarlo en
realizó sin su consentimiento. un tiempo determinado y no lo hace: encuentra
su fundamento en el incumplimiento del deu-
No obstante, la ley otorga al fiador —antes de la dor de la obligación a exonerarlo de responder
cancelación de su obligación— determinados de- vencido el término acordado a tal fin. A mi crite-
rechos frente al deudor. A continuación, examina- rio, esta obligación tendrá virtualidad si obtiene
ré brevemente cada uno de estos escenarios. el consentimiento del acreedor, ya que el deu-
dor deberá constituir otra garantía en favor de
VI.1. Derechos previos al pago aquel.

Con antelación al pago de la deuda principal, d) Si han transcurrido cinco años desde el
el art. 1594 del Cód. Civ. y Com. dispone que el otorgamiento de la fianza, excepto que la obli-
fiador podrá solicitar el embargo de los bienes gación afianzada tenga un plazo más extenso:

446 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

quedan comprendidas tanto las obligaciones de por una razón de equidad, le acuerda esta ac-
duración o de ejecución continuada como las ción para que pueda perseguir el resarcimiento
de ejecución diferida. Para que el fiador pueda de todo perjuicio patrimonial sobrevenido con
ejercer este derecho es necesario que la obli- motivo de la fianza.
gación no tenga un plazo fijo de duración para
su cumplimiento y que la naturaleza de la obli- VII. Efectos entre los cofiadores
gación principal no esté sujeta a extinguirse en
tiempo determinado. El Código Civil y Comercial de la Nación dis-
pone, como regla general, que todos los cofiado-
e) Si el deudor asume riesgos distintos a los res son coobligados mancomunados, de modo
propios del giro de sus negocios, disipa sus bie- que cada uno de ellos afianza una parte de la
nes o los da en seguridad de otras operaciones: deuda. En razón ello, el cofiador que cumple la
tiende a proteger al fiador de la posible insol- obligación accesoria en exceso de la parte que le
vencia del deudor y a protegerlo de operaciones corresponde queda subrogado en los derechos
que atenten contra la integridad del patrimonio del acreedor contra los otros cofiadores (v. art.
de este. 1595, Cód. Civ. y Com.). En el caso especial de
que uno de ellos resulte insolvente, cada uno de
f ) Si el deudor pretende ausentarse del país los cofiadores está obligado no solo a pagar su
sin dejar bienes suficientes para el pago de la cuota parte, sino también la proporcional a la
deuda afianzada: la norma lo faculta a ejercer porción insatisfecha por el insolvente (pérdida);
este derecho en razón de la dificultad que debe- de ese modo, el acreedor —o, por subrogación,
ría afrontar para llevar adelante la acción con- el coobligado que haya pagado en exceso— ten-
tra el deudor tendiente a recuperar lo abonado y drá derecho al cobro con esos mismos alcances.
debido por aquel.
Lo expresado equivaldría a decir que existe
VI.2. Derechos posteriores al pago efectuado solidaridad entre los cofiadores exclusivamente
por el fiador
respecto de la porción correspondiente al coobli-
El fiador que paga la deuda principal que el gado insolvente, que la ley denomina “pérdida”.
deudor originario no satisfizo tendrá acción de
VIII. Extinción
repetición contra aquel a fin de obtener lo abo-
nado, más su interés, y, asimismo, de reclamar La fianza se extingue, por vía directa, por los
los daños ocasionados como consecuencia del medios previstos para el régimen de las obliga-
contrato de fianza celebrado (v. art. 1592, Cód. ciones en general, y, por vía indirecta, cuando se
Civ. y Com.). extingue la obligación principal (15).
El fundamento de esta acción es el pago con Por su parte, el art. 1596 del Cód. Civ. y Com.
subrogación (cfr. arts. 914 y 915, inc. a, Cód. Civ.
estipula las siguientes causales especiales de ex-
y Com.), lo que justifica que no sea necesaria la
tinción, a saber:
cesión del crédito del acreedor hacia el fiador
para poder repetir. a) si por hecho del acreedor no puede hacerse
efectiva la subrogación del fiador en las garan-
Por el mismo efecto subrogatorio, pasan al
tías reales o privilegios que accedían al crédito
fiador reclamante todos los derechos y accio-
nes del acreedor, como los accesorios del cré- al tiempo de la constitución de la fianza: la fian-
dito (v. art. 918, Cód. Civ. y Com.). En razón de za se extinguirá cuando la subrogación en los
ello, el fiador puede reclamar el reembolso de derechos del acreedor se torne imposible por un
lo pagado más sus intereses y la indemnización hecho imputable a este. Se trata de una sanción
de otros daños que hubiera sufrido (v. art. 1592, a una conducta negligente del acreedor respec-
Cód. Civ. y Com.). to de los beneficios del crédito. Para que la im-
posibilidad produzca la extinción de la fianza se
Sobre este último punto, la regulación se apar-
ta de la normativa del pago por subrogación y, (15) Ibidem, p. 768.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 447


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

requerirá que cause un perjuicio de magnitud al el acreedor de conservar sus derechos frente al
fiador. fiador (16).

Este artículo contempla el caso en que el En esta inteligencia, el art. 1597 del Cód. Civ.
acreedor perdiese, por negligencia o mala fe, las y Com. presenta una excepción a la regla de la
garantías o privilegios con los que contaba al ce- novación, por cuanto dispone que, aun cuando
lebrarse el contrato. La fianza se extinguirá en la el acreedor haga reserva de conservar sus de-
misma proporción que la garantía cuya subro- rechos contra el fiador, la fianza se tendrá por
gación se hace imposible. extinguida. Cabe mencionar que la novación,
como de extinción de las obligaciones, faculta al
b) si se prorroga el plazo para el cumplimiento acreedor a impedir la conclusión de las garan-
de la obligación garantizada, sin consentimien- tías personales o reales del antiguo crédito me-
to del fiador: la prórroga del plazo estipulado sin diante reserva expresa de su parte (v. art. 940 del
el asentimiento del fiador importa una altera- Cód. Civ. y Com.).
ción de la obligación afianzada, que es suscep- Resta señalar que la fianza no se extingue por
tible de ocasionar perjuicios al fiador, como, por la novación producida por el acuerdo preventi-
ejemplo, el riesgo de que el deudor caiga en in- vo homologado del deudor, aun cuando no se
solvencia. Se resguarda el principio de autono- haya hecho reserva de las acciones o derechos
mía del fiador que solo se obligó por un período contra el fiador.
determinado de tiempo y no por uno mayor.
CAPÍTULO III
c) si transcurren cinco años desde el otor-
gamiento de la fianza general en garantía de EL PRINCIPAL PAGADOR
obligaciones futuras y estas no han nacido: la
finalidad que el apartado observa es limitar la I. Introducción
responsabilidad del fiador y concluir la cautivi-
Como se expuso en los capítulos que ante-
dad que la incertidumbre engendra y prolonga ceden, la fianza es un contrato de garantía, con
en el tiempo. las características distintivas de accesoriedad y
subsidiariedad, en virtud del cual el acreedor
d) si el acreedor no inicia acción judicial con-
cuenta con un sujeto pasivo distinto del llama-
tra el deudor dentro de los sesenta días de reque-
do “deudor principal”. Es decir, el fiador (ga-
rido por el fiador o si deja perimir la instancia: rante) asume una deuda propia en garantía de
procura una actuación diligente del acreedor y una obligación de un tercero, comprometién-
evitar su inacción, a fin de excutir los bienes del dose por sí en forma subsidiaria y accesoria a
deudor principal y, así, impedir su insolvencia. cumplirla, en el caso de que no lo haga el deu-
Borda explica que debe haber una negligencia dor (17).
evidente y no una mera demora razonable por
parte del acreedor. El núcleo de tal relación puede expresarse di-
ciendo que existe una relación de dependencia
e) La novación de la obligación principal ex- o subordinación de la obligación de garantía y
tingue las obligaciones accesorias que de ella la obligación garantizada. Tal dependencia se
dependan, como ser las garantías personales da en dos aspectos: la accesoriedad y la subsi-
(contrato de fianza). El dispositivo constituye una diariedad. Por ello, la calificación de principal,
derivación lógica de las consecuencias jurídicas aplicada al deudor de la obligación garantizada,
que en general la ley le asigna a la novación. puede oponerse tanto a lo accesorio como a lo
subsidiario.
Claro resulta que el codificador no ha querido
que la fianza pase a la nueva obligación sin que (16) RODRÍGUEZ, Juan P., “Contrato de fianza civil y
el fiador preste su asentimiento, y que ese efec- comercial”, La Ley, Buenos Aires, 2003, 1ª ed., p. 345.
to no dependa de la voluntad del acreedor. Por (17) KENNY, Héctor E., “Fianza”, Astrea, Buenos Aires,
ello, despoja de todo valor la reserva que hiciera 2012, p. 3.

448 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

El ilimitado afán de obtener garantías más se- En otras palabras: no hay que confundir fian-
guras, eficaces y ágiles ha llevado a que la figura za solidaria con obligación solidaria; salvo la re-
del fiador simple o solidario haya sido desplaza- nuncia a los derechos de excusión y de división,
da por la del principal pagador como por otras en todo lo demás, la fianza solidaria queda suje-
garantías más novedosas. ta a las reglas de la fianza simple.
I.1. Tipos de fianza: esencia de la clasificación Por último, es dable remarcar que el Código
Civil y Comercial de la Nación conserva —en si-
Históricamente se ha admitido una plurali- milar redacción y con idéntico criterio— la figu-
dad de subtipos de fianzas convencionales, cu- ra del principal pagador, en tanto el actual art.
yas principales diferencias residen en el alcance 1591 establece que el principal pagador será un
de la responsabilidad del fiador frente al acree- deudor solidario y su obligación se regirá por las
dor, siendo una especie más exigente que la disposiciones relativas a las obligaciones solida-
otra. Es decir, la esencia de la clasificación gira rias.
alrededor del grado de compromiso que asume
el fiador. Del tenor de este artículo se colige, sin hesi-
tación, el mayor grado de responsabilidad que
El tipo menos gravoso para el fiador es la fian-
asume el principal pagador frente al acreedor,
za simple, en la que se cuenta con los beneficios
lo que permite inferir el espíritu del legislador al
de excusión y de división. En gravedad le siguen
la fianza solidaria y, luego, la figura del principal receptar esta especie de garantía. Sin embargo,
pagador, como especie más exigente. la brevedad de esta regulación ha generado dis-
crepancias doctrinarias en torno a la real situa-
Recordemos, brevemente, que la fianza sim- ción del garante constituido en tales términos.
ple —régimen común cuando alguien se obliga Seguidamente me ocuparé de ello.
sin otra aclaración— permite al fiador diferir su
responsabilidad frente al acreedor mediante el II. Caracterización jurídica del principal
llamado beneficio de excusión, consistente en la pagador. Diversas posiciones
exigencia de una previa realización y ejecución
de todos los bienes del deudor principal, antes El principal pagador es una de las institucio-
de que pueda ser compelido a pagar al acree- nes del derecho argentino que en materia con-
dor. Asimismo, en esta clase de fianza, el fiador tractual ha provocado mayores discusiones
cuenta —también— con el beneficio de divi- acerca de su esencia jurídica.
sión, que posibilita el fraccionamiento del débi-
Como dije, el tema ha sido objeto de enjun-
to entre todos los cofiadores, en caso de existir
diosos estudios, razón por la cual formularé aquí
más de un fiador.
una breve exposición de los productos doctrina-
Esos beneficios desaparecen en la fianza soli- rios y jurisprudenciales de importancia que se
daria, lo que posibilita al acreedor demandar la han publicado sobre el particular, los cuales ser-
totalidad del objeto de la obligación a cualquie- virán de apoyo a mi objetivo, que no es otro que
ra de ellos, sin perder su carácter de obligación arribar a posibles soluciones que acerquen cer-
accesoria, por cuanto la solidaridad no cambia teza y claridad a la cuestión.
la naturaleza de la fianza.
La interpretación de lo normado en el art.
En ese sentido, cabe destacar que la “solidari- 2005 del código velezano, cuyo régimen no ha
dad” a la cual el fiador puede someterse no debe recibido cambios y, por lo tanto, cuyos aportes
ser asimilada al régimen de las obligaciones so- doctrinarios resultan de utilidad en el nuevo
lidarias, por cuanto no se presentan, a mi enten- ordenamiento unificado, ha divido a la doc-
der, los principales requisitos constitutivos de trina nacional en dos posturas antagónicas: la
tales obligaciones (pluralidad de deudores de “doctrina de la solidaridad” y la “doctrina de la
una misma obligación derivada de un título úni- fianza”. Y entre estas, se presenta una postura
co, en tanto en la fianza solidaria tenemos dos intermedia, que combina las reglas de la fianza
obligaciones emanadas de dos títulos distintos). con las de la solidaridad.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 449


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

II.1. Doctrina de la solidaridad El doctor Alfredo Colmo adhirió a esta co-


rriente, aunque con una salvedad. Considera-
Sustentada desde antiguo por los doctores Se- ba que el art. 2005 del Cód. Civ. debía aplicarse
govia, Llerena, Lafaille (18), esta corriente niega en un caso de solidaridad excepcional, esto es
la existencia de fianza y asimila al principal pa- cuando el fiador principal está equiparado a un
gador con el codeudor solidario, emplazando su deudor solidario a los efectos del pago de una
situación en el esquema de excepciones previs- obligación cabalmente establecida e indiscu-
to en el antiguo art. 715, Cód. Civ. tible, como, por ejemplo, la que consta en do-
cumento firmado (pagaré, reconocimiento de
En esa inteligencia, consideran que los carac- deuda., etc.) por el deudor y el fiador (23).
teres de accesoriedad y subsidiariedad, propios
de la fianza, quedarían modificados cuando una En resumen, para esta tesis, en una interpre-
persona se constituye en codeudora, principal tación literal de la norma, el principal pagador
pagadora u obligada solidaria, por cuanto deja reviste la condición de codeudor y no la de fia-
de ser fiadora aunque adopte semejante deno- dor, por lo que asume una obligación solidaria,
directa y principal. Vale decir, en tal supuesto
minación, para constituir una figura distinta
considera que no hay fianza.
que ha venido a reemplazar a la fianza origina-
ria. Así, Héctor Lafaille decía que la obligación II.2. Doctrina de la fianza
del fiador principal pagador es una obligación
directa y principal (19). Esta postura sostiene, en palabras de Macha-
do, que el art. 2005 del Cód. Civ. ha alterado en
En esta tendencia se enrolaba, entre otros, el parte la verdad de los hechos, porque en reali-
doctor Roque F. Garrido, quien manifestó que dad el fiador principal pagador no deja de ser
el fiador principal pagador no es, en rigor, a pe- fiador con relación al deudor principal y, si bien
sar de que se lo denomine así, un fiador, sino el acreedor puede considerarlo como codeudor
que reviste el carácter de deudor solidario (20). solidario respecto a la ejecución y al pago, es
También el doctor Alberto G. Spota (21), quien, siempre fiador.
al referirse a las fuentes del art. 2005 del Cód.
Civ., expuso que Troplong, al comentar el art. En ese sentido, sus referentes se inclinan por
2021 del código francés, señaló que la dificultad otorgar preeminencia a la substancia de la figu-
ra más que a las palabras empleadas (24) y, en
desaparecía si el fiador se obligó como deudor
consecuencia, someten al principal pagador al
principal, con lo que acepta que el principal pa-
régimen de excepciones previsto en el contrato
gador es deudor directo y no accesorio (22). de fianza (incluidas las excepciones personales
del deudor principal), por lo que descartan la
(18) LÓPEZ DE ZAVALÍA, Fernando J., “Teoría de los aplicación de las defensas que posee el deudor
contratos. Parte especial [4]”, Zavalía Editor, Buenos Ai- solidario, que se limitan a las comunes con los
res, 1995, t. V, p. 42.
demás codeudores solidarios y a las personales
(19) PELUFFO, Marcos T., “¿El fiador principal paga- del deudor demandado, excluyendo las perso-
dor es un codeudor solidario o un fiador? ¿El deudor nales de sus coobligados.
principal puede invocar la cosa juzgada recaída en juicio
y aprovechar la sentencia dictada contra el fiador princi-
pal pagador?”, AR/DOC/327/2012.
Se puede citar dentro de esta corriente, ade-
más de Machado como precursor en puridad de
(20) GARRIDO, Roque F. - ZAGO, Jorge, “Contratos ci-
viles y comerciales. Parte especial”, Editorial Universidad,
Buenos Aires, 1998, 2ª ed., t. II, p. 580. El coautor, Dr. Zago (23) GÓMEZ LEO, Osvaldo R., “Tratado de derecho co-
Jorge, sostiene en esa obra la opinión contraria. mercial y empresario. Contratos bancarios, comerciales y
de cambio en el derecho privado”, AbeledoPerrot, Ciudad
(21) No coincidimos con el Dr. López de Zavalía, que Autónoma de Buenos Aires, 2019, t. II, p. 40 (versión e-
coloca al Dr. Spota dentro de la doctrina intermedia, que book).
en breve reseñaré.
(24) GIANFELICI, Mario C., “Garantías, autonomía y
(22) ANAYA, Jaime L. — TRIGO REPRESAS, Félix A., fianza, Centro de Investigaciones de Derecho Civil de la
“El principal pagador en el derecho civil y en el derecho Facultad de Derecho”, Universidad Nacional de Rosario,
comercial”, AR/DOC/2719/2005. Trabajos del Centro N°3-1998, p. 48.

450 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

la doctrina, al doctor Eduardo B. Busso, quien esa inteligencia, consideran que el fiador jamás
ha manifestado que lo dicho para la fianza vale puede ser considerado un codeudor solidario
igualmente para otras obligaciones en garantía. absoluto porque carece de interés propio en la
En todos esos casos, más que a las palabras hay deuda, y que, por más rigurosa que sea su situa-
que atenerse al fondo de la cuestión: si contrató ción, no debería ubicarse en una posición más
para sí y en su interés, será realmente codeudor gravosa que la del deudor principal.
solidario. Si se obligó en beneficio del deudor
principal y para seguridad del acreedor, será ga- Siguiendo esta línea de pensamiento, los sos-
rante. Aunque su garantía sea más efectiva que tenedores de esta tesis distinguen el aspecto ex-
la de un fiador, no por eso dejará de ser garantía: terno de la obligación que contrae el principal
no constituirá una obligación principal y autó- pagador del aspecto interno. En el aspecto ex-
noma (25). terno, referido a las relaciones que se establecen
entre el garante y sus acreedores (en mi opinión,
Posición que también fue compartida por el dicha relación sería interna), el principal paga-
doctor Nicolás Halperin, al destacar que la obli- dor sería un deudor solidario, al que se le apli-
gación de quien se compromete como princi- carían las normas referidas a la solidaridad en
pal pagador es subsidiaria de otra, y que, por este aspecto; pero en el interno (para mí, el ex-
ende, no existe la pluralidad e independencia terno), esto es, la relación del principal pagador
de vínculos que caracteriza a las obligaciones con el deudor afianzado, se lo debería conside-
solidarias; advirtiendo además que nada puede rar como fiador, aplicándosele, por lo tanto, las
privar al principal pagador de aducir las normas reglas enunciadas por nuestro código para la
que rigen la fianza, lo que marca una diferencia fianza.
radical con el codeudor solidario.
Considero que se pueden tener por inclui-
II.3. Doctrina intermedia dos en este tercer emplazamiento, entre otros, a
los doctores Salvat, Anaya, Trigo Represas (27),
Sentadas las posiciones doctrinarias que se Zago (28), Wayar (29), Juan P. Rodríguez (30) y
oponen entre sí, estoy de acuerdo en que exis- López de Zavalía (31).
te un buen número de autores que se ubican en
posiciones que, a los efectos de la clasificación II.4. Importancia del debate
que aquí expongo, bien pueden ser catalogadas
como “doctrinas intermedias”, pues combinan La discusión no resulta ociosa, sino que, por
las reglas legales de la fianza y de la solidaridad, el contrario, desentrañar la naturaleza jurídica
otorgando, en algunos casos, prevalencia a las del principal pagador excede la mera discusión
que corresponden a la primera figura jurídica doctrinaria y repercute directamente en el régi-
y, en otros casos, a las que corresponden a la fi- men jurídico a aplicar.
gura jurídica citada en segundo término, lo cual
implica que los efectos jurídicos no tienen ca- En particular, interesa fundamentalmente a
rácter excluyente una de otra. los fines de la determinación de las excepcio-
nes susceptibles de ser opuestas por el principal
Para esta corriente, la situación del princi- pagador: si las del fiador, quien puede oponer
pal pagador, en un primer momento, es la de incluso las excepciones personales del deudor
un obligado solidario, que luego se atenúa, gra- principal, o las del codeudor solidario, quien no
dualmente, con el reconocimiento de algunas
excepciones; con lo cual se aproximan a la otra (27) Ibidem.
postura, que lo considera simplemente como
(28) GARRIDO, Roque F. - ZAGO, Jorge, ob. cit., p. 580
un tipo especial de fiador, aunque más compro- y 581.
metido incluso que el fiador solidario (26). En
(29) WAYAR, Ernesto, “Contratos”, Zavalía Editor, Bue-
nos Aires, 1993, p.12.
(25) BUSSO, Eduardo B., “Código civil anotado. Ob-
ligaciones”, Ediar, Buenos Aires, t. V, p. 91. (30) RODRIGUEZ, Juan P., “Contrato de fianza civil y
comercial”, Edición, La Ley, Buenos Aires, 2003, p. 21 y ss.
(26) ANAYA, Jaime L. — TRIGO REPRESAS, Félix A.,
op. cit., p. 2. (31) LÓPEZ DE ZAVALÍA, op. cit, p. 44.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 451


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

puede oponer las excepciones personales de los La del principal pagador surge del contrato de
otros codeudores. Ello, sin perjuicio de la inapli- garantía celebrado con el acreedor; y la del deu-
cabilidad al deudor solidario de otras reglas pro- dor principal emerge de la relación jurídica que
pias del contrato de fianza. haya entablado con el acreedor, pudiendo ser
también de naturaleza contractual.
III. Observaciones a las corrientes reseña-
das: mi opinión Lo más que puede darse es una unidad instru-
mental en la que figure el contrato del deudor
A la luz de las observaciones que, en mi opi- con el acreedor y el contrato de garantía que este
nión, merecen cada una de las posturas descrip- celebra con el principal pagador, pero esa unidad
tas y que en adelante expondré, entiendo que la instrumental no equivale a unidad de título.
figura del principal pagador no encuadraría en
ninguna de ellas, sino, tal vez, en otro instituto c) Contribución entre los distintos codeudo-
del derecho de garantías. res. Relaciones internas: El principal pagador
subrogado en los derechos del acreedor puede
III.1. Observaciones a la doctrina de la solida- perseguir el cobro de todo lo que hubiese paga-
ridad do por capital, intereses y costas, como así tam-
bién la indemnización de todo perjuicio que le
Siguiendo a López de Zavalía, que fue uno de hubiese sobrevenido en razón de la fianza (art.
los autores que brindó mayores argumentos en 1592, Cód. Civ. y Com. y art. 2030, Cód. Civ.). Ello
rechazo de esta corriente, puedo enunciar las si- marca una nueva diferencia con el régimen de
guientes inconsistencias: las obligaciones solidarias, atento a que el co-
deudor que hubiese pagado íntegramente el
a) Deuda propia pero en interés ajeno: El ga- crédito del acreedor solo podrá requerir de sus
rante principal pagador, a diferencia del deudor coobligados la parte que a cada uno de ellos le
solidario, carece de interés propio en la deuda, correspondía en la obligación, pero nunca la to-
por cuanto no contrata para sí, no hay causa de- talidad de lo pagado por él (art. 840, Cód. Civ. y
bendi en su relación con el acreedor, sino que Com. y art. 716, Cód. Civ.).
contrata en beneficio del deudor principal y
para seguridad del acreedor. Sería un deudor no De lo dicho, resulta inadmisible que el princi-
interesado que tiene derecho a repetir, por parte pal pagador que ha pagado la totalidad de una
del deudor principal, el total de lo pagado. deuda, cuyo interés le es ajeno, se vea imposi-
bilitado de obtener su reembolso, más aún si se
b) Títulos y obligaciones disímiles: Uno de los trata de un vínculo gratuito.
presupuestos constitutivos de las obligaciones
solidarias, según entiende de manera uniforme d) Alcance de la solidaridad: La solidaridad
la doctrina, es que el título o fuente de la obli- propiamente dicha es recíproca, funciona en
gación debe ser la misma para todos los suje- dos direcciones; es decir, si A y B son deudores
tos de aquella, dado que la pluralidad de causas de una obligación solidaria, A es codeudor de B,
resulta incompatible con la idea de solidaridad y a la inversa. Ahora bien, del art. 1591 del Cód.
y conduce inexorablemente a la existencia de Civ. y Com., como del antiguo art. 2005 del Cód.
varias obligaciones distintas. Es decir, la soli- Civ., no se desprende que al deudor primario se
daridad supone unidad de obligación con plu- lo conceptúe como deudor solidario del princi-
ralidad de vínculos y causa única. pal pagador. Por el contrario, del texto norma-
tivo se desprende que únicamente al principal
Ello no sucede en la obligación del principal pagador se lo reputa codeudor solidario del
pagador, que, por cierto, es distinta a la del deu- deudor, pero no a la inversa.
dor principal y reconoce su propia causa fuen-
te en el contrato de fianza. En otras palabras, la López de Zavalía ejemplifica esta situación
obligación del deudor primario y la del princi- del siguiente modo: “si al lado de Pedro deudor
pal pagador no constituyen una obligación úni- de una obligación, se ubica Juan en calidad de
ca, sino dos diferentes, cuyos contenidos son principal pagador, lo más que podrá extraer-
distintos, y nacen además de fuentes separadas. se de la letra del artículo 2005 será que Juan es

452 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

deudor solidario con Pedro, pero no que Pedro ceptar una sección que regulara, en su conjunto,
sea deudor solidario con Juan” (32). Es decir, las garantías del crédito; podría ser luego de la
pagando Pedro el todo, nada puede reclamar sección 3a del capítulo 2 del título 1 del libro 3.
contra Juan, pero pagado el todo por Juan, este
podrá reclamarle a Pedro el total de lo pagado. III.1.a. Conclusión parcial

De lo expuesto se colige que la solidaridad re- En atención a la variada cantidad de incon-


ceptada para el principal pagador no es la mis- sistencias apuntadas, se puede concluir que la
ma solidaridad de los arts. 827 y ss. de la novel equiparación del principal pagador con el deu-
legislación, ya que en el supuesto del art. 1591, dor solidario resulta inadmisible en un sistema
la solidaridad transita en una sola dirección; es jurídico como el nuestro.
decir, se proyecta únicamente desde la posición
del principal pagador, pero no a la inversa. De III.2. Observaciones a la doctrina intermedia
ahí que, por ejemplo, la interrupción de la pres-
Focalizaré, ahora, mi análisis en la tesis inter-
cripción contra el deudor perjudica al principal
media que combina dentro de la figura del prin-
pagador (arts. 839 y 2549 del Cód. Civ. y Com.),
cipal pagador las reglas de la fianza con las de
mientras que la interrupción contra el fiador no
las obligaciones solidarias.
afecta al deudor (art. 3997 del Cód. Civ., sin te-
ner en la actualidad otro artículo de similares A mi juicio, la intención de armonizar las nor-
características). mas de ambas figuras resulta, por mayor que
sea el esfuerzo, compleja, problemática y de di-
e) La excepción al beneficio de excusión: Otro
fícil concreción, lo que torna aún más confusa la
de los argumentos que señalaba la doctrina de
cuestión, puesto que se intenta dar a un mismo
la fianza a la hora de combatir y rebatir los fun-
instituto dos regulaciones opuestas, como si el
damentos de la doctrina de la solidaridad era la
garante principal pagador representase dos per-
interpretación que surgía del antiguo art. 2013,
sonalidades.
inc. 3 del Cód. Civ., que establecía las excepcio-
nes al beneficio de excusión y mencionaba al En la disciplina que estudia las conductas y
principal pagador, lo que permitía suponer, para procesos mentales de los individuos (la psicolo-
algunos juristas, que el codificador consideraba gía) se trataría de un trastorno disociativo que se
al principal pagador como un fiador, ya que de caracteriza por la existencia de dos o más iden-
otra manera no se explicaba por qué resultó ne- tidades en una persona, cada una con su propio
cesario privarlo de ese beneficio a través de una patrón de percibir y actuar con el ambiente.
disposición específica.
La palabra “trastorno”, según el Diccionario
En la actual legislación, el art. 1584, similar al de la lengua española, es la acción y efecto de
art. 2013 del Cód. Civ. de Vélez, modificó su con- trastornar, cuyo significado es invertir el orden
tenido y no receptó al principal pagador dentro regular de algo, alterar la normalidad del funcio-
de las exclusiones explícitas (aunque no cabe namiento de algo o de la actividad de alguien.
duda alguna de que el principal pagador no os-
tenta tal beneficio, pero no por ser fiador, sino por En otras palabras: pretender compatibilizar y
la esencia de esta clase de garantía), por lo cual el armonizar ambas regulaciones es querer mez-
argumento, en la actualidad, pierde fuerza. clar el agua y el aceite; no se mezclan por más
que se lo intente. La esencia y existencia de cada
f) Ubicación metodológica: Se ha señalado categoría hace que se repelan.
también que, de no ser un fiador, no sería lógi-
co que se lo reuniera en el régimen que regula Me explico: en el régimen de las obligaciones
el contrato de fianza. Lo apropiado hubiese sido solidarias, los deudores asumen una obligación
que, de ser un codeudor solidario, se lo incor- directa y principal, mientras que la obligación
porara en la sección que acoge las obligaciones asumida por el fiador es subsidiaria y acceso-
solidarias. A mi modo de ver, lo correcto sería re- ria (notas típicas de su naturaleza). Entonces,
siguiendo tal razonamiento, un vínculo sería
(32) Ibidem, p. 47. principal, directo, y el otro, accesorio. Pero ¿no

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 453


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

se ha dicho que la relación del principal paga- del fiador solidario, pues de otro modo no ten-
dor era accesoria? dría sentido su recepción legal y su distinción.

En ese sentido, no debe perderse de vista que Sin embargo, advierto que el estatus jurídi-
la finalidad del negocio jurídico es garantizar co del principal pagador presenta notorias si-
una obligación ajena, asegurar al acreedor el militudes con el régimen del fiador solidario;
cumplimiento de la obligación del verdadero entonces, me pregunto: ¿Cuál es la verdadera
deudor. Este fin inmediato (directo) no se repli- diferencia entre ambas especies? ¿Cuáles son
ca en las obligaciones solidarias, cuya causa de- los elementos que, para esta teoría, permiten
penderá del negocio jurídico a celebrar. distinguir al principal pagador de su especie
más cercana, la fianza solidaria?
En suma, el garante, que, por lo general, es un
sujeto ajeno a la ciencia jurídica, deberá iden- Los autores que sustentan la doctrina res-
tificar el régimen jurídico aplicable a cada una ponden el presente interrogante del siguiente
de sus relaciones (principal pagador-acreedor, modo: la real diferencia entre el fiador solidario
principal pagador-deudor primario), desen- y el “fiador” principal pagador reside en que en
trañar el alcance de sus normas y comprender esta última especie desaparece la subsidiarie-
el grado de responsabilidad que implica cada dad; entonces, el acreedor puede dirigirse con-
vínculo; ello suponiendo que la garantía se otor- tra el “fiador” principal pagador sin necesidad
ga luego de una meditada negociación de sus de requerir previamente al deudor, siendo esta
términos, circunstancia que no acontece con circunstancia la que denota su carácter de prin-
frecuencia, dado que la vida negocial da cuen- cipal pagador, pues, no siendo principal deudor,
ta de otra realidad, en la cual la fianza —por lo es principal a los efectos del pago (33). En efec-
general— se formaliza bajo el esquema de pre- to, continúan, ninguno de los dos garantes goza
disposición-adhesión, con escasos niveles de del beneficio de excusión, pero el fiador solida-
transparencia, lo cual se refleja en la insuficien- rio tiene derecho a que previamente se requie-
te información con la que cuenta el garante en el ra al deudor, posibilidad que desaparece en la
momento de la celebración del contrato. figura del principal pagador (pérdida de subsi-
diariedad).
En este contexto, creo que la combinación de
dos regímenes opuestos, sin conocer a priori qué Ante este escenario, me surgen dos nuevos in-
normas de cada uno de ellos se aplican (pues no terrogantes: el primero, ¿qué entiende esta co-
existe un criterio uniforme dentro de los propios rriente por subsidiariedad? Y el segundo, ¿en
adherentes a esta corriente), no facilita la situa- qué norma, en qué disposición legal, se funda
ción del principal pagador, que de base ya cuenta dicha exigencia? Es decir, ¿cuál sería el funda-
con una norma confusa y que ha dado lugar, en mento normativo que sustenta la previa inter-
el ámbito judicial y doctrinario, a múltiples inter- pelación al deudor principal para luego poder
pretaciones. dirigir el reclamo contra el fiador solidario? Tra-
taré de responder cada uno de ellos.
III.3. Observaciones a la doctrina de la fianza
III.3.a. Principio de subsidiariedad
En primer término, resulta oportuno recordar
que el argumento central de esta corriente dis- Para esta doctrina, la subsidiariedad sería si-
curre en torno a concebir la figura del principal nónimo de interpelación previa al deudor. Pero
pagador como un fiador y, por lo tanto, a aplicar ¿esto es así? Veamos:
—en toda su extensión— la regulación legal re-
lativa al contrato de fianza receptada en el Códi- En la búsqueda de una respuesta a esta cues-
go Civil y Comercial de la Nación. tión, advierto que existe un criterio un tanto
confuso y, en algunos casos, un poco contradic-
En ese marco, comparto con la postura en es- torio.
tudio el hecho de que la situación del princi-
pal pagador pretende ser algo más severa —en (33) LÓPEZ DE ZAVALÍA, ob. cit., p. 53. ANAYA, Jaime
cuanto al grado de su responsabilidad— que la L. — TRIGO REPRESAS, Félix A., ob. cit., p. 9.

454 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

Para algunos autores, la subsidiariedad im- que la obligación del fiador siempre era subsi-
porta que la obligación del garante pueda diaria, incluso sin beneficio de excusión, pues
hacerse efectiva cuando se ha hecho infructuo- en todos los casos el fiador estaba obligado a
samente excusión de los bienes del deudor prin- cumplir solo en subsidio o en defecto del deu-
cipal, salvo que el fiador haya renunciado a este dor principal.
beneficio. Asimismo, afirman que no debe con-
fundirse este carácter con el de accesoriedad, Coincido con este último criterio, por cuan-
puesto que este último existe en todo supuesto, to, a mi entender, el principio de subsidiariedad
aun cuando el fiador se haya obligado solida- se relaciona con el incumplimiento del deudor
riamente con el deudor principal, en cuyo caso principal, lo que importa que la exigibilidad de
no tiene el beneficio de excusión, por lo que la obligación de garantía dependa exclusiva-
su obligación deja de ser subsidiaria (34). Con mente de tal circunstancia. Es decir, el garante
un criterio similar, otros autores sostienen que, se obliga ante el supuesto de que el deudor prin-
cipal no cumpla, por lo que de ningún modo po-
como regla, el fiador contrae una obligación
drá equipararse su situación con la del deudor
subsidiaria, que significa que solo puede hacer-
principal, dado que su responsabilidad siempre
se efectiva cuando el deudor principal no cum-
quedará postergada a un segundo plano.
pla y ha sido inútil la excusión de sus bienes, en
el caso de la fianza pura y simple. Sin embargo, Siguiendo tal razonamiento, considero que el
esta característica desaparece si se trata de una incumplimiento es un presupuesto necesario
fianza solidaria (art. 1590, Cód. Civ. y Com.) o en todo negocio de garantía para que este pueda
de una fianza con la cláusula principal pagador existir como tal y pueda cumplir su función típi-
(art. 1591, Cód. Civ. y Com.), o de los supuestos ca, aun cuando se pacte en forma válida la re-
de excepciones al beneficio de excusión (art. nuncia al beneficio de excusión como elemento
1584, Cód. Civ. y Com.), dado que no es nece- que forma parte del contenido de la subsidiarie-
sario excutir los bienes del deudor principal ni dad, sin que por ello esta desaparezca. Si no fue-
intimarlo para tener habilitada la ejecución di- se así, no estaríamos hablando de una garantía,
recta contra el fiador (35). sino de una simple obligación solidaria (37).
Para otros pocos, la subsidiariedad está re- En este entendimiento, creo que la interpreta-
lacionada con el incumplimiento del deudor ción adecuada debe ser la de asociar el princi-
principal y con la posibilidad que tiene el garan- pio de subsidiariedad al supuesto de hecho del
te de poder oponer tanto las defensas y excep- incumplimiento, por lo que el garante solo debe
ciones personales como aquellas con las que cumplir con su obligación bajo la condición de
cuenta el deudor afianzado, aunque este hubie- que el deudor principal no lo haga. En definiti-
se renunciado a aquellas (art. 1587, Cód. Civ. y va, de seguir una opinión contraria y considerar
Com.) (36). que el principio de subsidiariedad se relaciona
exclusivamente con el beneficio de excusión, es
En resumen, la subsidiariedad ha sido asocia- dable advertir que tal característica o condición
da tradicionalmente al denominado beneficio (subsidiariedad) desaparecería en ambas cate-
de excusión, pero asumiendo que tal beneficio gorías y no solo en la figura del principal paga-
podía ser renunciado, otros autores entendieron dor, como sostiene la corriente en análisis.

(34) BORDA, Guillermo A., “Tratado de derecho civil. Por el contrario, si se lo vincula, como creo
Contratos”, La Ley, Buenos Aires, 2012, 10ª ed., t. II, p. 73 que correspondería hacer, con el incumplimien-
(versión e-book). to del deudor principal, entendido como pre-
supuesto de exigibilidad de la obligación de
(35) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., “Tratado de los
contratos. Partes especial”, La Ley, Buenos Aires, 2017, t. garantía, este permanecerá incólume tanto en
IV, p. 56 (versión e-book). la fianza solidaria como en la especie principal
pagador.
(36) ALONSO, Daniel F., “Contrato de fianza”, en An-
drés Sánchez Herrero (ed.), Tratado de derecho civil y co-
mercial. Contratos. Parte especial, La Ley, Buenos Aires, (37) COLOMBRES, Federico J. A., “La garantía inde-
2018, 2ª ed., t. V, p. 8 (versión e-book). pendiente o autónoma”, AR/DOC/5177/2015.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 455


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

En ambos supuestos, la situación del princi- En el régimen de las obligaciones en general,


pal pagador y la del fiador solidario resulta ser tampoco encontré fundamento a lo sustentado
idéntica. Es decir, en el primer supuesto el prin- por la doctrina de la fianza.
cipio de subsidiariedad (asociado al beneficio
de excusión) desaparecería en ambas especies; En efecto, si se piensa que la obligación de ga-
rantía solo puede hacerse efectiva si el deudor
en el segundo, permanecería inalterable tanto
principal ha incurrido en incumplimiento y que
en la fianza solidaria como en la figura del prin- sin mora no hay incumplimiento, habrá que ad-
cipal pagador. mitir, entonces, que sin constituir en mora al
deudor principal no se puede demandar al fia-
Sin perjuicio de lo hasta aquí señalado, corres- dor. Sin embargo, la interpelación al deudor
ponde ahora indagar respecto de la exigencia primario para constituirlo en mora no será ne-
de interpelar previamente al deudor principal, cesaria en la mayoría de los supuestos, en aten-
fundamento central que utiliza la doctrina que ción al sistema de mora automática adoptado
combato para diferenciar ambas categorías y por nuestra legislación de fondo. A continua-
que, a mi entender, correlacionan con el princi- ción, trataré de desentrañar, paso a paso, lo se-
pio de subsidiariedad antes analizado. ñalado:

III.3.b. El fundamento normativo de la inter- En el Diccionario de la lengua española, “in-


pelación previa al deudor principal cumplimiento” se define por la negativa: es la
falta de cumplimiento. Por ende, en lo atinente
Me preguntaba párrafos antes cuál sería el a las relaciones de obligación, el incumplimien-
fundamento normativo de interpelar al deudor to obligacional es la falta de cumplimiento del
principal previo a dirigir el reclamo contra el plan prestacional (38).
fiador solidario; en qué disposición legal se sus-
Desde esta perspectiva, se dice que el incum-
tentaba tal exigencia.
plimiento puede ser absoluto o relativo. Será
A poco que profundizo, observo que tal re- absoluto cuando es total y definitivo. Será rela-
tivo cuando el deudor cumple con la prestación
querimiento no resulta obligatorio y que, por
asumida, pero con un defecto en las circunstan-
lo tanto, el acreedor puede dirigir su preten-
cias de modo, tiempo o lugar de cumplimiento
sión directamente contra el fiador solidario sin pactados. Sin embargo, cuando esto último ocu-
necesidad de interpelar previamente al deudor rre (incumplimiento relativo), se admite la po-
principal, luego de que este haya incumplido su sibilidad del cumplimiento tardío, por ser aún
obligación. Me explico: material y jurídicamente posible y, fundamen-
talmente, por ser apto todavía para satisfacer el
En primer lugar, es importante destacar que, interés del acreedor. Aquí es donde cobra rele-
en la actual regulación del contrato de fianza, vancia el instituto de la mora del deudor.
no existe norma alguna que obligue al acreedor
a interpelar previamente al deudor principal, a Tradicionalmente, la doctrina ha estudiado la
excepción de la fianza simple, en donde la pre- mora como una modalidad del incumplimien-
via excusión de los bienes supone su interpela- to impropio o relativo, la cual viene a suponer
ción. Tampoco existía en el régimen de la fianza un incumplimiento temporal o, mejor dicho, un
civil regulada por Vélez Sarsfield. mal cumplimiento de lo convenido, que no im-
pide el ulterior cumplimiento. Según su natura-
Otra era la situación de la fianza solidaria en el leza, está estrechamente unida al tiempo de la
Código de Comercio derogado, en donde se fa- prestación, que puede surgir de la voluntad de
cultaba al fiador a exigir del acreedor la previa las partes o de la ley.
interpelación judicial del deudor (v. art. 480). Sin
(38) OSSOLA, Federico A., “Obligaciones”, en Julio Ce-
embargo, se trataba de un derecho potestativo (el
sar Rivera — Graciela Medina (ed.), Derecho Civil y Co-
fiador lo podía ejercer o no), cuyo criterio no ha mercial, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2017, p. 6 (versión
primado en la actual legislación unificada. e-book).

456 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

En ese contexto, el retardo en el cumplimiento sea jurídicamente calificado y responda por los
del plan prestacional es per se un hecho que ge- efectos previstos en el código para ello.
nera una situación de transitoriedad, ya que, sin
perjuicio de que la obligación ha ingresado en Desde antaño, han existido dos grandes sis-
estado de incumplimiento, este no es definitivo: temas de constitución en mora: uno opera por
indefectiblemente, en un momento posterior, la el mero transcurso del tiempo, y el otro, a través
obligación será cumplida, o bien quedará defi- de un requerimiento (“interpelación”) por parte
nitivamente incumplida. Pero no se debe creer del acreedor. A continuación, describiré breve-
por ello que todo deudor en retardo o tardanza mente ambos regímenes.
de ejecución de la prestación incurre en mora.
III.3.b.i.a. El sistema de la mora automática,
La mora no es un retardo o dilación cual- de pleno derecho o ex re
quiera, pues la situación de mora deberá es-
tar rodeada de determinadas circunstancias o En el régimen de la mora automática, el deu-
presupuestos, que son los que en definitiva le dor queda en estado de mora por el solo hecho
imprimirán tal carácter. Aun en la mora auto- de haber vencido el término dentro del cual de-
bía desarrollar espontáneamente la prestación
mática (supuesto que explicaré más adelante)
comprometida. No resulta extraño, entonces,
no basta con el solo retardo para que el deu-
que se la llame justamente mora automática:
dor caiga en mora, pese a que esta se produzca
el acreedor no debe realizar acto alguno para
por el solo transcurso del tiempo fijado para su
constituir en mora a su deudor.
cumplimiento.
En el derecho romano se la conocía como
En definitiva, no hay mora sin retardo, pero
mora ex re, que significa “como consecuencia del
puede haber retardo sin mora; tratándose de
hecho mismo”, y valió la acuñación de la máxima
dos formas distintas de lesión al derecho de cré-
—que aún resuena— dies interpellat pro homine
dito que, pese a estar emparentadas en razón de
(“el tiempo interpela por el hombre”).
tener aspectos en común, producen efectos di-
ferentes (39). Este sistema, en resumen, se trata de una vin-
culación lógica entre la certidumbre del término
Atento a lo señalado, la mora puede ser con-
y la automaticidad del retraso.
ceptualizada como el retraso imputable al
deudor que no quita la posibilidad de su cum- III.3.b.i.b. El sistema de la mora por interpela-
plimiento tardío, por cuanto aún resulta útil ción o ex persona
para satisfacer el interés del acreedor. En este
sentido, para que la mora se configure, amén de Reconoce sus orígenes en el código francés,
ser relativo el incumplimiento, deben estar pre- que —apartándose del derecho romano— de-
sentes ciertos elementos, a saber: a) el retardo termina la necesidad de que el acreedor requie-
o retraso —elemento material u objetivo—; b) su ra categóricamente el pago al deudor en forma
calificación jurídica a través de un factor de atri- previa para que este último quede en estado
bución; y c) la constitución en mora (40). Este úl- de mora. De manera tal que, en este sistema, el
timo elemento es el que aquí interesa, por lo que simple transcurso del tiempo no constituye en
conviene comenzar con su abordaje. el deudor incumplidor morosidad alguna.

III.3.b.i. La constitución en mora Este aspecto, ciertamente opuesto al sistema


de la mora ex re, da cuenta de la gran diferen-
Como he referido, el deudor debe ser cons- cia entre ambos regímenes y de cómo la mora
tituido en mora para que su incumplimiento ex persona resulta favorable al deudor. No solo
precisa del acreedor una acción positiva y ca-
(39) OSSOLA, Federico A., ob. cit., p. 6 (versión e- tegórica sin la cual no habrá constitución en
book). mora, sino que también pone al deudor sobre
(40) PIZARRO, Ramón D., “La mora del deudor en el aviso de su incumplimiento, e incluso le con-
Código Civil y Comercial”, AR/DOC/532/2016. fiere una última oportunidad de desarrollar la

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 457


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

prestación comprometida sin sufrir los gravosos gla de la mora automática en las obligaciones a
efectos de la mora. plazo, entre las que quedaban comprendidas las
de plazo cierto y las de plazo incierto, dejando
En este sistema, como dije, se requiere indis- fuera de esta situación las obligaciones de plazo
pensablemente de un acto previo del acreedor, indeterminado tácito y las de plazo indetermi-
llamado interpelación, para constituir en mora nado propiamente dicho.
al deudor. Aunque las expresiones “constitución
en mora” e “interpelación” se suelen utilizar Entre los principales motivos que llevaron a
como sinónimos, existe entre ellas una relación este cambio sustancial de régimen, se mencio-
de género-especie; la primera alude a las dife- nó la franca inconveniencia del acreedor de in-
rentes formas por las que el deudor puede que- terpelar al deudor cuando la obligación tenía
dar incurso en mora, y la segunda designa una plazo. En palabras de Borda, se explicó que, en
de aquellas formas en particular: la que se con- las relaciones surgidas del trato corriente entre
creta mediante la actuación del acreedor (inter- deudor y acreedor, no resulta simpático un re-
pellatio) (41). querimiento formal; cumplido el plazo, el deu-
dor suele encontrar excusas para su demora,
III.3.b.i.c. Antecedentes del tratamiento de la que el acreedor tolera para no llevar las cosas
constitución en mora en el derecho argentino al extremo de una reclamación legal. Es injus-
to que esa tolerancia y buena voluntad lo per-
Como ya lo he señalado, el deudor cae en
judiquen, privándolo de percibir intereses o
mora no solo por retardarse en el cumplimiento
de beneficiarse con cualquiera de las restantes
y por serle imputable dicha conducta, sino ade-
más porque un hecho jurídico o un acto jurídico consecuencias de la mora (42).
lo hacen ingresar en dicha situación. En suma, con la reforma introducida por la
El Código Civil argentino derogado, vigen- ley 17.711, se modificó el sistema de constitu-
te con anterioridad a la sanción de este nuevo ción en mora pergeñado por Vélez Sarsfield y se
cuerpo normativo, había cambiado su postura estableció el régimen opuesto (mora automáti-
en torno a la constitución en mora del deudor, ca), cuyo diseño fue objeto de críticas, por cuan-
a partir de la sanción de la ley 17.711. Veamos, to, para algunos autores de renombre, se había
brevemente, su evolución hasta nuestros días: omitido consagrar un verdadero principio gene-
ral, limitándose a una tarea enteramente casuís-
- Antes de la sanción de la ley 17.711 tica (Llambías, entre otros).

El Código Civil, en su versión original, ha- III.3.b.i.d. La mora en el Código Civil y Comer-
bía consagrado como principio general un ré- cial de la Nación
gimen de mora por interpelación (ex persona),
con algunas excepciones. En efecto, Vélez Sars- El nuevo ordenamiento jurídico consagró
field había dispuesto en el primigenio art. 509 como regla, casi absoluta, el régimen de la mora
del código que, para que el deudor incurriese automática, al disponer, en su art. 886, que la
en mora, debía mediar requerimiento judicial o mora del deudor se configura por el solo trans-
extrajudicial por parte del acreedor, detallando, curso del tiempo fijado para su cumplimiento.
luego, los casos que quedaban exceptuados de En razón de ello, una vez operado el vencimien-
dicho principio. Con la sanción de la ley 17.711, to de la obligación, el deudor quedará en estado
se produjo un cambio trascendental. de morosidad, sin que sea necesario requeri-
miento alguno por parte del acreedor para su
- A partir de la sanción de la ley 17.711 constitución en mora.

Luego de la reforma que sufrió el Código Ci- Las excepciones al principio general, contem-
vil en el año 1968, se consagró, como finalmente pladas en el art. 887 del Cód. Civ. y Com., en vir-
resultó de la doctrina y la jurisprudencia, la re- tud de las cuales la mora automática no regirá

(41) WAYAR, Ernesto C., “Derecho civil. Obligaciones”, (42) BORDA, Guillermo A., “Tratado de derecho civil.
Depalma, Buenos Aires, 2002, t. II. Obligaciones”, ob. cit., p. 18 (versión e-book).

458 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

son solo dos: las obligaciones a plazo indeter- que suceda el hecho futuro y fatal que constitu-
minado tácito, en las que es menester interpe- ye el término del plazo.
lar al deudor para constituirlo en dicho estado; y
las obligaciones a plazo indeterminado propia- Entonces, en el plazo cierto se sabe con exacti-
mente dicho, supuesto en el cual debe requerir- tud cuándo sucederá el hecho futuro y necesario
se fijación judicial de plazo. que las partes han previsto como determinante
de la exigibilidad o extinción de la obligación;
En definitiva, la regla general establecida en el plazo incierto, se desconoce el momento
por el nuevo código (mora automática) se apli- preciso en que aquel hecho acaecerá, pero sí se
ca pues a las obligaciones a plazo determina- sabe que aquel en algún momento se producirá.
do, cierto o incierto; a las obligaciones puras y
simples, y a las derivadas de los hechos ilícitos. En ambos supuestos, la mora opera automáti-
Repasemos sucintamente cada uno de los su- camente por el solo transcurso del tiempo fijado
puestos de hecho que comprende el régimen para su cumplimiento, el cual podrá ser estable-
general y sus excepciones. cido por las partes, por la ley o por el juez. De
este modo, se termina con un contrapunto im-
III.3.c. Las obligaciones a plazo determinado portante en la doctrina y la jurisprudencia res-
pecto del emplazamiento en la especie de plazo
De las muchas divisiones de las que son sus- incierto.
ceptibles las obligaciones, una de ellas es la que
distingue las puras y las modales. Existe consen- III.3.d. Obligaciones puras y simples
so en que las obligaciones son modales cuando
están sujetas a alguna condición, plazo y/o car- Como he mencionado, las obligaciones puras
go; en cambio, son puras (o “puras y simples”) y simples son aquellas que no están sometidas a
en ausencia de tales modalidades (43). modalidad alguna (vale decir: condición, plazo
o cargo) y se caracterizan solo por aquella inme-
La nota esencial de la obligación a plazo, y diata exigibilidad de la prestación.
que hace a su concepto, es la subordinación de
la exigibilidad o la extinción de la obligación La mora, en esta clase de obligaciones, se pro-
al acaecimiento de un hecho futuro y necesa- duce automáticamente por el solo transcurso
rio (esto es, que ocurrirá fatalmente, aunque se del tiempo fijado para su cumplimiento, el cual
desconozca exactamente cuándo). no es otro que el momento de su nacimiento
(art. 871, inc. a, Cód. Civ. y Com.). Va de suyo
La obligación a plazo determinado puede que, si el deudor no cumple en ese preciso mo-
subclasificarse, como expuse, en cierto o in- mento, quedará incurso en mora.
cierto. Es cierto cuando sea fijado para terminar
en designado año, mes o día. Vale decir, cuan- De esta manera, se concluye con una pro-
do vence en determinado día de un mes y de un funda polémica sobre la cuestión, en la que no
año dado, o a tantos días de una fecha cierta. pocos consideraban que debía interpelarse al
Por el contrario, el plazo determinado es incier- deudor, al considerarse obligaciones de plazo
to cuando sea fijado con relación a un hecho fu- tácito, o bien porque la buena fe lo imponía.
turo necesario, para terminar el día en que ese
hecho se realice. En otras palabras, son las que III.3.e. Excepciones al principio de la mora
tienen plazo determinado por las partes, pero automática
este depende de un acontecimiento futuro que
fatalmente ocurrirá, aunque no se conoce cuán- Tal como mencioné en los párrafos que an-
do; por lo tanto, la obligación no será exigible teceden, la regla de la mora automática no rige
por el acreedor ni pagable por el deudor, hasta respecto de las obligaciones a plazo indetermi-
nado tácito y propiamente dicho.
(43) BRODSKY, Jonathan M., “La constitución en mora
del deudor en el derecho argentino”, Revista Electrónica Recordemos que el plazo tácito es aquel que
del Instituto de Investigaciones Ambrosio L. Gioja, año surge implícitamente de la naturaleza y las cir-
VI, número 9, 2012. cunstancias del acto o de la obligación, y que

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 459


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

constituye una especie dentro del género más en un requerimiento de pago que formula el
amplio del plazo indeterminado. acreedor al deudor y que solo produce sus efec-
tos propios cuando efectivamente llega a cono-
Se trata de obligaciones que no tienen un tér- cimiento de este último (45). Es la exigencia de
mino de vencimiento expresamente fijado por cumplimiento de la obligación, una intimación
las partes, aunque de su naturaleza y sus cir- a cumplir, por lo cual el acreedor debe identi-
cunstancias es posible inferir tácitamente el ficar claramente la obligación y todas sus cir-
momento a partir del cual el acreedor podrá
cunstancias relevantes, haciendo saber que ha
exigir el cumplimiento de la prestación. En este
cesado la tolerancia con respecto a la demora.
caso, el acreedor deberá interpelar al deudor
para constituirlo en mora. Por regla es un acto no formal que puede ser
Ahora bien, cuando la indeterminación es ab- judicial, cuando la intimación la hace un oficial
soluta, corresponde su fijación judicial, a falta de justicia a través de un mandamiento del juez,
de acuerdo de partes. Quedan comprendidos o extrajudicial, cuando la realiza el acreedor,
dentro de este supuesto aquellos casos en los que es lo más común. En este último caso, y a
que se ha tomado en cuenta un acontecimiento los fines de la prueba, lo aconsejable es que sea
no forzoso con la finalidad de diferir los efectos otorgada por un medio fehaciente.
del acto (y no de condicionarlos). Así sucede,
por ejemplo, con la obligación de pagar cuan- Como expuse, esta manifestación de voluntad
do mejore de fortuna o cuando perciba el cré- solo es requerida en supuestos excepcionales,
dito de un tercero. Si las partes no arriban a un en razón del principio general de constitución
acuerdo, se debe requerir la fijación judicial a en mora adoptado por nuestro novel orde-
través del procedimiento más breve (44). namiento jurídico.

En definitiva, cuando el plazo es indetermina- En ese entendimiento, la interpelación no


do tácito, es lógico que se exija la interpelación, puede, en un sistema como el nuestro, resultar
dada la incertidumbre de un término que no un denominador común que permita distinguir,
ha sido convenido (aunque pueda inferirse de como regla, ambas categorías de garantes (so-
las circunstancias de la obligación). En esas cir- lidario, principal pagador). Pensar lo contrario
cunstancias, la interpelación deviene razonable importaría hacer de la excepción una regla, lo
porque clarifica la situación de las partes. Por el que a todas luces resulta inapropiado.
contrario, si el plazo es indeterminado propia-
mente dicho, o sea que no puede extraerse de III.3.g. Las conclusiones que fundamentan el
la naturaleza y las circunstancias del vínculo, es rechazo de la doctrina de la fianza
de toda lógica que proceda su fijación judicial
en caso de que las partes no concuerden sobre Recordemos que el punto de partida de la ob-
el punto. servación se centró en la concepción del prin-
cipal pagador como un tipo de fianza más. Fue
III.3.f. La interpelación entonces que me pregunté, dada las notorias
similitudes con la especie solidaria, cuál era la
Examinaré ahora el instituto de la interpela-
ción, que fue el punto de partida de todo el aná- verdadera diferencia entre ambas categorías
lisis que antecede (la interpelación previa al que permitía su recepción diferenciada.
deudor principal para luego poder dirigir la ac-
Según los autores que sustentan la doctrina,
ción contra el fiador solidario).
la diferencia gira en torno a que, en la figura de
En primer lugar, diré que se trata de una de- principal pagador, desaparece el principio de
claración de voluntad recepticia, consistente subsidiariedad y, en consecuencia, el acreedor
puede dirigir su reclamo contra el garante, sin
(44) COMPIANI, María F., en Marisa Herrera - Gustavo
Caramelo - Sebastián Picasso (dirs.), Código Civil y Com- (45) TRIGO REPRESAS, F. A. - COMPAGNUCCI DE
ercial de la Nación comentado, tomo 3, art. 887, Infojus, CASO, R. H. (dirs.), “Código Civil comentado. Obligacio-
Buenos Aires, 2015, p. 228 (versión e-book). nes”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2005.

460 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

necesidad de requerir previamente al deudor A tal fin, entendí que el camino necesario a
principal. recorrer exigía, en primer lugar, enmarcar la fi-
gura dentro de la teoría general de las garantías;
Frente a este panorama, intenté demostrar luego repasar los lineamientos generales del
que la subsidiariedad, entendida como el in- contrato de fianza, y, por último, describir el es-
cumplimiento del deudor principal que habilita cenario en el cual se encuadra la controvertida
la acción contra el garante, no desaparece en la naturaleza jurídica del principal pagador.
figura del principal pagador, por resultar aquella
un presupuesto necesario que hace a la existen- Al examinar las distintas corrientes brinda-
cia de todo acto jurídico de garantía y que justi- das por la doctrina y jurisprudencia sobre la te-
fica su finalidad. mática en estudio, llegué a la conclusión de que
todas resultan, en cierto modo, y desde mi pun-
Por otra parte, advertí que la exigencia de in- to de vista, discutibles, lo que me obliga a efec-
terpelar previamente al deudor principal, en un tuar una nueva lectura de la problemática, y, en
sistema de mora automática como el nuestro, particular, a reflexionar sobre su compatibilidad
resulta naturalmente innecesaria, salvo que nos dentro del esquema del contrato de fianza. Ha-
encontremos frente a una obligación de plazo in- cia esa dirección me dirijo.
determinado o que el requerimiento sea de na-
II. Esencia y finalidad del principal pagador
turaleza legal (v.gr. art. 1222, Cód. Civ. y Com.),
supuestos acotados ante el principio general es- Como punto de partida, creo conveniente in-
tablecido en el nuevo ordenamiento jurídico. dagar sobre determinadas cuestiones centrales
que me permitirán avanzar en la búsqueda de
En ese marco, armonizando los contrargu- soluciones concretas a los problemas ya conoci-
mentos expuestos, concluyo que el mero in- dos. En ese sentido, me pregunto: ¿Cuál ha sido
cumplimiento del deudor habilita, tanto en la el espíritu del legislador al receptar esta clase de
fianza solidaria como en la figura del principal garantía? ¿De qué modo se ha llevado a cabo? Y,
pagador, la ejecución directa contra el garante, por último, ¿la figura cumple su cometido?
sin necesidad de requerir previamente al deu-
dor, circunstancia que, a mi entender, diluye la Para responder los dos primeros interrogan-
principal y única diferencia que señala la doc- tes debemos recordar, en primer lugar, que el eje
trina de la fianza. de la clasificación de la fianza en subtipos discu-
rre en torno al modo en que el fiador se ha obli-
En ese entendimiento, la figura del principal gado. Es decir, la esencia de la distinción gira
pagador, así concebida, resultaría superflua en alrededor del grado de compromiso que asume
razón de su extrema cercanía con el régimen de el fiador frente al acreedor, siendo una especie
la fianza solidaria. más exigente que la otra.

CAPÍTULO IV En ese marco, resulta palmario reconocer


que, a través de esta clase de garantía, se ha pro-
UNA NUEVA LECTURA DEL PROBLEMA curado proveer al acreedor mayores ventajas y
herramientas a la hora de asegurar su crédito,
I. Introducción con la intención de agilizar su ejecución. Se pre-
tendió reforzar la posición del acreedor a través
En el presente acápite formularé mi posición de nuevos mecanismos de mayor celeridad y
respecto de la figura del principal pagador, con facilidad en la realización de la garantía, con el
la intención de aportar una nueva visión o enfo- claro objetivo de fomentar el crédito y dinami-
que de una problemática de notoria actualidad, zar el sistema económico del país.
cuyo régimen no ha merecido cambios sustan-
ciales y, por lo tanto, las controversias interpre- No resulta ocioso recordar que los negocios
tativas que se suscitaron en el marco del Código de garantía, tanto desde el punto de vista jurí-
Civil derogado se mantienen en el nuevo orde- dico como desde el económico, son altamente
namiento unificado. significativos por estar directamente vinculados

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 461


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

al crédito. Cuando el ordenamiento jurídico los sas del deber para cada obligado concurrente, o,
regula adecuadamente, coadyuvan al desarro- lo que es lo mismo, una diferente razón o fun-
llo económico, por lo que el régimen de garan- damento jurídico en virtud del cual se responde
tías puede influir positiva o negativamente en la frente al acreedor (46).
economía global.
En ese entendimiento, me aventuro a consi-
En ese marco, nadie duda de las loables inten- derar que, a través de la remisión legal al régi-
ciones del legislador y del acertado espíritu de men de las obligaciones solidarias, el legislador
la norma; sin embargo, el tiempo nos ha demos- procuró atenuar las notas típicas del contrato de
trado que la técnica utilizada no ha sido del todo fianza que, en gran medida, dificultan la agili-
acertada. Me explico. dad del negocio en clara disonancia con las exi-
gencias actuales del mercado. Particularmente,
El Código Civil y Comercial de la Nación dis- me refiero a los principios de accesoriedad y
pone, en su art. 1591, que quien se obliga de este subsidiariedad.
modo, aunque sea con la denominación de fia-
dor, es considerado deudor solidario, y que su Ahora me pregunto: ¿Hasta qué punto se pue-
obligación se rige por las disposiciones aplica- de prescindir de los referidos principios sin
bles a las obligaciones solidarias. desnaturalizar el contrato de fianza? Para res-
ponder el presente interrogante, será útil repa-
La similitud con el derogado art. 2005 del sar su contenido.
Cód. Civ. de Vélez es evidente, por lo que no
es un dato menor la insistencia de la comisión Como expuse en los capítulos que anteceden,
reformadora en este sentido, lo que me lleva a la accesoriedad comporta siempre la existencia
formular un nuevo interrogante estrechamente de una relación entre lo principal, que signifi-
relacionado con los anteriores: ¿Qué es lo que ca primer lugar en estimación o importancia,
pretende el legislador al remitirnos a las obliga- y lo accesorio, que denota subordinación o de-
ciones solidarias? ¿Será constituir una obliga- pendencia, lo que viene unido a lo principal,
ción directa y principal, en el mismo nivel que relación que puede calificarse como de interde-
el deudor primario? pendencia (47).

De ser esta la intención final, lo que creo muy Nuestro Código Civil y Comercial, en su art.
probable, no resultaría factible en el esquema 856, establece que las “obligaciones principales
del contrato de fianza, pues desconocería la ló- son aquellas cuya existencia, régimen jurídico,
gica con base en la cual el fiador ingresa en la eficacia y desarrollo funcional son autónomos e
relación obligatoria existente entre acreedor y independientes de cualquier otro vínculo obliga-
deudor, vale decir, lo hace como un tercero que cional. Los derechos y obligaciones son acceso-
se obliga accesoriamente para el caso de que el rios a una obligación principal cuando dependen
deudor no cumpla o cumpla parcialmente la de ella en cualquiera de los aspectos preceden-
prestación a su cargo. temente indicados, o cuando resultan esenciales
para satisfacer el interés del acreedor”.
Si bien es cierto que entre todo fiador y acree-
dor existe un vínculo directo que nace del con- En este entendimiento, la accesoriedad es un
trato de fianza, esto nada tiene que ver con la carácter de la obligación que se predica respec-
obligación que une al deudor con el acreedor, to de la relación entre la garantía ya constituida
habida cuenta de que siempre la fianza es ac- y la obligación o el crédito asegurado. Signifi-
cesoria de aquella obligación principal. Incluso, ca la dependencia de aquella con respecto a
para el caso de que se quisiera crear una obliga- este, en su nacer, vivir y morir. Esto es: que en
ción de sujeto múltiple, cuya parte pasiva com- su constitución, vigencia y duración la garantía
pondrían el fiador y el deudor, esta no debería
ser una obligación solidaria, sino una de tipo (46) RASCHETTI, Franco, “Clases de fianza: galimatías
concurrente, en razón de que la diferencia en- del Código Civil y Comercial y su solución”, Diario de
Doctrina y Jurisprudencia El Derecho (2018) 14.424.
tre ambas clases de obligaciones radica en que
en la concurrencia existe la diversidad de cau- (47) COLOMBRES, Federico J. A., AR/DOC/5177/2015.

462 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

está supeditada a la existencia del crédito que riedad. De acuerdo a lo explicado en el acápite
garantiza; que la exigibilidad de aquella está en que antecede, este se relaciona con el incum-
función del vencimiento e incumplimiento de plimiento del deudor principal, lo que importa
este; y que la transmisión de este crédito conlle- que la exigibilidad de la obligación de garantía
va forzosamente la de la garantía, pues la titula- dependa exclusivamente de tal circunstancia.
ridad de uno y la de otro han de coincidir en la Es decir, el garante se obliga ante el supuesto de
misma persona (48). que el deudor principal no cumpla, por lo que
de ningún modo podrá equipararse su situación
En el contrato de fianza, el principio de ac- con la del deudor principal, dado que su res-
cesoriedad se avizora, con meridiana claridad, ponsabilidad siempre quedará postergada a un
en los siguientes postulados: a) imposibilidad segundo plano.
de que el contenido de la fianza exceda al con-
tenido de la obligación principal (accesoriedad Siguiendo tal razonamiento, considero que el
en el contenido, art. 1575, Cód. Civ. y Com.); incumplimiento es un presupuesto necesario
b) exigibilidad de la obligación principal como en todo negocio de garantía para que este pue-
condición para la exigibilidad de la garantía (ac- da existir como tal y cumplir su función típica,
cesoriedad en el ejercicio, art. 1586, Cód. Civ. y aun cuando se pacte en forma válida la renun-
Com.); c) incidencia de los acontecimientos de cia al beneficio de excusión como elemento que
la relación principal sobre la relación de garan- forma parte del contenido de la subsidiariedad,
tía (accesoriedad funcional o causal, art. 1587, sin que por ello esta desaparezca.
Cód. Civ. y Com.); d) la validez de la obligación
garantizada. Ahora bien, en razón de los comentarios esgri-
midos, puede decirse, entonces, que el contrato
Respecto de este último punto, es dable adver- de fianza dependerá siempre de la existencia
tir que en el actual Código Civil y Comercial de la y validez de la obligación garantizada (princi-
Nación ha desaparecido la expresa manifestación pio de accesoriedad en sentido estricto), y que
de la necesaria coexistencia de una obligación solo será exigible luego de producido el incum-
principal válida, para que exista el contrato de plimiento del deudor principal (principio de
fianza, lo que implicaría admitir, en cierto modo, subsidiariedad); así lo expresa su propia defini-
la fianza autónoma o independiente. ción (art. 1574, Cód. Civ. y Com.).

Esta conclusión se vería robustecida con la Desde esta perspectiva, la pretensión aniqui-
desaparición de los arts. 2042 (que disponía ladora de los referidos principios desnatura-
que la fianza se extinguía por la extinción de la lizaría su esencia, lo que me lleva a afirmar su
obligación principal), 2049 (que establecía que necesaria existencia durante las distintas etapas
la renuncia del acreedor al deudor principal del negocio (formación, ejecución y extinción).
extinguía la fianza) y 3997 (que preveía que la
demanda interpuesta contra el deudor o su re- En efecto, sabido es que las partes en los con-
conocimiento de la deuda interrumpían la pres- tratos pueden expresar lo que deseen, mas otra
cripción contra el fiador). cosa es que las reglas que incorporen resulten
eficaces con los alcances que pretende dárseles,
No obstante ello, considero y comparto la opi- pues la libertad de contratación (autonomía de
nión de que el contrato de fianza es un negocio la voluntad, art. 958, Cód. Civ. y Com.), en cuya
necesariamente accesorio; pensar lo contrario virtud se celebran los negocios de garantías, se
echaría por tierra su esencia. halla acotada por el ordenamiento jurídico (li-
mitaciones generales y específicas, v.gr. la ley, el
Dicho ello, corresponde ahora memorar los li- orden público, la buena fe, la moral y las buenas
neamientos generales del principio de subsidia- costumbres, la lesión, el abuso del derecho, la
imprevisión, etc.).
(48) CANO, María G., “La garantía a primera deman-
da: obligación autónoma o accesoria”, Revista Argentina Es que, frente al exacerbado ejercicio de la au-
de Derecho Comercial y de los Negocios, 14 (diciembre tonomía de la voluntad (cuyo ámbito de apli-
2015), IJ-XCIV-860. cación no se reduce a los contratos, sino a todo

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 463


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

acto jurídico), debe tomarse en consideración dor creyendo el acreedor que suma un codeu-
que la norma jurídica reconoce determinados dor cuando, ante el conflicto concreto, pueda no
presupuestos que no pueden ser quebrantados obtener la solución que esperaba. Tampoco se-
por la mera voluntad de los contratantes. ría justo para el principal pagador que se creyó
fiador (con las limitaciones que ello supone), y
En síntesis, puedo decir que la intención del no codeudor solidario, responder por un alcan-
legislador al crear y receptar la figura del princi- ce y calidad que no creía haber asumido.
pal pagador no ha sido otra que proveer a la parte
acreedora una nueva garantía, en la que se ate- En este claro contexto, los operadores jurí-
núan o reducen las notas típicas del contrato de dicos (legisladores, jueces, juristas, abogados,
fianza (la accesoriedad y la subsidiariedad), con etc.) debemos contribuir al desarrollo de crite-
la finalidad de brindar una respuesta a las nuevas rios uniformes que generen certidumbre, con el
demandas del mercado. Sin embargo, a mi juicio, objetivo de mitigar los riesgos de la figura, cen-
su regulación trastocó la naturaleza del contrato trando la mirada en la voluntad e intencionali-
de fianza, desnaturalizando su esencia. dad de las partes.

Ante este escenario, me pregunto si, a pesar III. Una nueva lectura del problema: inde-
de lo antes afirmado, la figura del principal pa- pendizar la figura del principal pagador del
gador cumple con su primordial cometido. Es contrato de fianza
decir, si efectivamente resulta de utilidad dentro
del esquema del contrato de fianza y, en gene- Frente al escenario reseñado, resulta indispen-
ral, en el derecho de garantías. sable sopesar las ventajas y desventajas que pre-
senta la figura, a fin de evaluar la eficacia de la
Para responder el presente interrogante, debe norma dentro del esquema del contrato de fianza.
destacarse —en primer lugar— que la utiliza-
ción de la figura en el campo de la fianza es de lo Lo primero que hay que decir es que la figu-
más habitual, lo que se explica por las supues- ra del principal pagador no es recogida en el
tas cualidades que se vienen destacando, que derecho comparado. En efecto, la legislación
básicamente dejan a la vista cómo se intenta extranjera solo distingue entre fianza simple y
desplazar el carácter de obligación accesoria y solidaria, y no recepta este tercer tipo de fian-
subsidiaria, con el espíritu de otorgar mayores za que nuestra legislación incorpora. Por su par-
ventajas a la parte acreedora. te, los Códigos Civiles de Brasil (arts. 828) y de
Portugal (art. 640) mencionan al principal paga-
Esta creciente utilización de la figura, en de- dor, pero lo hacen simplemente para establecer
trimento de las fianzas simples y solidarias, que no goza del beneficio de excusión, lo mismo
demuestra cabalmente el interés de los contra- que ocurre entre nosotros con el fiador solida-
tantes, lo que exige efectuar una mirada realista rio (50).
de lo que acontece en la praxis negocial.
A poco que se profundiza, se advierte que las
Ahora bien, más allá del criterio que se con- ventajas o desventajas dependerán de la posi-
sidere adecuado respecto de la naturaleza jurí- ción que asuma cada uno de los sujetos inter-
dica de la figura, lo cierto es que la controversia vinientes en la relación obligacional, y, por lo
interpretativa está a la orden del día y genera un tanto, de los distintos enfoques interpretativos
verdadero obstáculo que impide —a mi modo que se pregonen de la figura.
de ver— cumplir acabadamente el cometido
ideado por el legislador e incluso imaginado por En ese sentido, la ausencia de un criterio uni-
los sujetos intervinientes. forme respecto de su alcance y naturaleza sa-
cude su estabilidad, provocando situaciones
En palabras de Di Chiazza (49), no es eficiente indeseadas para el ámbito jurídico; vale decir,
seguir insistiendo con el fiador principal paga-
(50) BORDA, Alejandro, “La fianza principal paga-
(49) DI CHIAZZA, Iván G., “Fianza y principal paga- dor. Una figura confusa que debe suprimirse”, AR/
dor”, AR/DOC/127/2018. DOC/5361/2012.

464 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

menos certidumbre, más inconvenientes y me- ¿Hacia dónde la desplazo o, en otras palabras,
nores ventajas. En otras palabras: inseguridad cómo la recepto? Y el segundo: ¿Resulta adecua-
jurídica. do conserva el régimen jurídico prescripto en el
art. 1591 del Cód. Civ. y Com.? ¿Cuál sería el ré-
Por ello, en mi opinión, y en atención a los gimen legal a seguir?
avatares descriptos, una posible solución al
conflicto suscitado sería suprimir la regulación Para responder la primera cuestión plantea-
del principal pagador dentro del régimen legal da, debe recordarse que la razón de ser del prin-
del contrato de fianza y abordarlo como un con- cipal pagador —a mi entender— no es otra que
trato de garantía independiente. Es decir, eman- reforzar el cumplimiento de una obligación,
cipado de toda figura contractual. En esa línea comprometiéndose por sí de una manera par-
continuaré mi exposición. ticular; para algunos solidariamente, para otros
concurrentemente, criterio este último que
IV. Mi propuesta comparto.
Como punto de partida, debemos memorar En este aspecto, cabe destacar que su cons-
que en la actualidad la doctrina mayoritaria titución adiciona una nueva relación jurídica
concibe al garante principal pagador como un cuya nota distintiva (o, al menos, cuyo espíritu)
“deudor principal a los efectos del pago”, lo que reside en evitar las trabas propias de las garan-
importaría alejarse, en cierto grado, de los prin- tías tradicionales, mediante la incorporación
cipios de accesoriedad y de subsidiariedad, típi- de un nuevo sujeto pasivo obligado de manera
cos de las garantías tradicionales. principal.
En ese contexto, y como se dijo, la figura en
Ahora bien, para poder cumplir acabadamen-
estudio no compatibilizaría con la naturaleza
te con su finalidad y lograr el cometido imagina-
del contrato de fianza, en cuanto los elementos
do, la figura debe necesariamente ser receptada
constitutivos de este último negocio no se en-
en un nuevo contrato de garantía, desmem-
contrarían presentes durante todo el iter con-
brado de la fianza, en donde las partes puedan
tractual. Es así que, en mi opinión, la ubicación
acordar el alcance de sus obligaciones, sabien-
y recepción legal de la figura del principal paga-
dor no resultaría técnicamente acertada, resul- do el deudor garante, a ciencia cierta, las conse-
tando positivo su desplazamiento. cuencias jurídicas de su compromiso.

Desplazar al principal pagador de la fianza El porqué de abordar la figura como un con-


nos autoriza a concebir al deudor garante sin las trato de garantía independiente y atípico se
connotaciones propias de todo fiador, permi- funda —principalmente— en: a) la incompati-
tiéndonos acrecentar su campo de actuación y bilidad de regímenes existente entre la figura del
aggiornar su conducta a las actuales demandas principal pagador y el contrato de fianza; b) la
de la sociedad en la materia, siendo esta precisa- ausencia, hoy en día, de un contrato nominado
mente la finalidad buscada y deseada por el legis- que albergue el esquema del principal pagador
lador a la hora de sancionar la figura en estudio. y sus particularidades; y c) la potestad de todo
sujeto de estipular libremente el contenido de
En ese sentido, la propuesta no supone negar su vínculo contractual, manifestación práctica
su existencia y utilidad, sino todo lo contrario: del principio de la autonomía de la voluntad.
dotar a la figura de elementos que generen se-
guridad y certidumbre para constituir una cla- Respecto de la incompatibilidad de regíme-
se de garantía efectiva dentro del gran abanico nes, ya he dicho que la obligación del fiador es
existente. accesoria y subsidiaria, en tanto la del principal
pagador resulta directa y principal (pues, de no
IV.1. Un nuevo contrato de garantía atípico ser así, no tendría rezón de ser su existencia y
distinción con la especie de la fianza solidaria).
La idea de desplazar la figura del principal
pagador del contrato de fianza me obliga a res- Asimismo, no concurre al presente, en nues-
ponder dos interrogantes lógicos. El primero: tro de derecho positivo, contrato alguno que

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 465


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

abrigue las características de la figura, circuns- ras contractuales atípicas o innominadas que se
tancia que nos obliga a construir un nuevo ne- adapten a sus legítimas expectativas.
gocio jurídico que contemple la finalidad, la
esencia y, obviamente, las necesidades particu- En virtud de esta manifestación del princi-
lares de los sujetos contratantes. pio de la autonomía de la voluntad en la con-
tratación, las partes disponen de tres opciones:
En relación con el principio de libertad con- 1) libertad para elegir entre los distintos tipos o
tractual, debe tenerse en cuenta —en primer figuras contractuales previstas por la ley, según
lugar— que el ordenamiento jurídico privado los fines que estas se fijen; 2) libertad para mo-
moderno no podría existir tal y como hoy lo co- dificar el contenido de una figura contractual
nocemos, de no ser por el progresivo aumento legalmente preestablecida, adaptando su con-
de la capacidad de iniciativa de las partes de un tenido normativo conforme a sus intereses, solo
contrato a la hora de establecer o configurar el respecto de aquellas normas de carácter dispo-
contenido de la relación obligatoria que las va sitivas: y 3) libertad para crear contratos nuevos.
a unir.
En esta tercera opción, las partes tienen, en
En efecto, la autonomía de la voluntad, en el primer lugar, el poder de crear contratos com-
derecho de contratos, se ve reflejada en la ca- pletamente nuevos, es decir, que no han sido re-
gulados ni en todo ni en parte por la ley y que
pacidad que tienen las personas de obligarse
reciben el nombre de atípicos. En segundo lu-
porque quieren, con quienes quieren y como
gar, también tienen la facultad de elaborar con-
quieren. Es decir, en primer lugar, que puedan
tratos mixtos o complejos, formados a partir de
ser libres para contratar o no, y para hacerlo
la combinación de elementos de distintos con-
cuando quieran. En segundo lugar, que puedan tratos. Por supuesto, en cada uno de los dos
elegir la persona con quien quieren compartir casos las partes serán libres para determinar ín-
un vínculo contractual. Y, principalmente, que tegramente su contenido normativo, siempre y
tengan la facultad de obligarse del modo que cuando este no sea contrario a la ley, a la moral
quieran: ya sea verbalmente o por escrito, ya sea ni al orden público (52).
empleando un contrato existente o creando uno
nuevo a partir de las estipulaciones que libre- En función del grado de similitud con las fi-
mente hayan acordado (51). guras típicas en que se hayan inspirado, tanto la
doctrina como la jurisprudencia nos hablan de
En ese marco, el art. 958 del Cód. Civ. y Com. la existencia de tres clases de contratos atípicos:
describe, sin mencionarlo, el principio de la au- contratos mixtos, contratos coligados y contra-
tonomía de la voluntad, declarando, como pre- tos complejos:
misa, la libertad de las partes para celebrar un
contrato y para determinar su contenido. a) En primer lugar, se dice que las partes han
creado un contrato mixto cuando en un mismo
La libertad de estipulación o contractual, contrato las partes deciden mezclar elementos
manifestación práctica del principio de la au- de varios contratos típicos.
tonomía de la voluntad, autoriza a las partes a
elaborar —libremente— el contenido del con- b) En segundo lugar, existe un contrato com-
trato, determinando los derechos y obligaciones plejo cuando las prestaciones de cada una de
que estimen convenientes para poder lograr la las partes o los pactos establecidos, aisladamen-
satisfacción de sus intereses. En otras palabras, te considerados, pertenecen a un tipo contrac-
las partes van a gozar de plena libertad para tual preexistente del cual parcialmente se aíslan
concluir contratos, pudiendo utilizar los esque- para integrarse en el negocio.
mas legales predefinidos, o incluso crear figu-
c) En tercer lugar, encontramos los contra-
tos coligados, que son aquellos en los que las
(51) SORO RUSSELL, Olivier, “El principio de la au- partes han yuxtapuesto varios contratos típicos
tonomía de la voluntad privada en la contratación: géne-
sis y contenido actual”, Editorial Reus, Madrid, 2016, p. 16.
https://elibro.net/es/ereader/bibliouaustral/100497?. (52) SORO RUSSELL, Olivier, ob. cit., p. 99.

466 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

para dar lugar a uno solo. Es el caso del leasing, Ello no acontece en la figura del principal pa-
contrato en virtud del cual se acuerda un arren- gador, en cuanto coexiste una multiplicidad de
damiento de cosa y se le añade una opción de títulos y de obligaciones. Es decir, la obligación
compra en favor del arrendatario. del principal pagador y la de sus codeudores no
constituyen una obligación única, como tam-
Este poder que tienen las partes para crear fi- poco comparten un mismo título constitutivo,
guras atípicas encuentra su explicación en la ne- motivo por el cual no resultaría adecuado apli-
cesidad de hallar una fórmula contractual que carles el régimen de las obligaciones solidarias,
se adapte a los objetivos que pretendan con- tal como prescribe el art. 1591 de nuestro código
seguir en la práctica, y que en principio no ha de fondo.
sido prevista por el ordenamiento jurídico. Gra-
cias a ellos se pueden prever una gran cantidad Descartado este régimen legal, corresponde
de contratos, de variado contenido, que con- que me pronuncie respecto del encuadre jurídi-
tribuyen a fomentar la vida económica y social co que entiendo apropiado.
de una sociedad. Ahora bien, en función de las
explicaciones reseñadas, la figura del principal Tal como señalé páginas atrás, al crearse una
pagador podrá dar lugar a un nuevo contrato obligación que coexistirá con múltiples víncu-
de garantía atípico (mixto), creado en virtud del los, en que los deudores deberán un mismo ob-
principio de libertad de estipulación o contrac- jeto ante un único acreedor, siendo el principal
tual, en el que las partes recepten y delimiten pagador integrante de este polo pasivo, esta de-
acabadamente su esencia y naturaleza jurídica, bería ser de tipo concurrente. Ello en razón de la
utilizando elementos de diferentes contratos tí- diversidad de causas del deber para cada obli-
picos más otras particularidades inherentes a la gado, o, lo que es lo mismo, una diferente razón
figura. Puntualmente, deberá erigirse un nuevo o fundamento jurídico en virtud del cual se res-
contrato en el que el deudor, principal pagador, ponde frente al acreedor.
asuma una obligación directa y principal.
Esta clase de obligaciones, de creación doctri-
Esto último nos conduce al segundo de los in-
nal y jurisprudencial, se encuentra regulada por
terrogantes planteados que apunta al régimen
primera vez en nuestro Código Civil y Comercial
jurídico de la figura.
dentro de las obligaciones de sujeto plural (cfr.
Liminarmente, resulta oportuno memorar art. 850, Cód. Civ. y Com.), pese a su similitud
que el Código Civil y Comercial de la Nación, con las obligaciones solidarias.
en su art. 1591, dispone que quien se obliga de
este modo será considerado deudor solidario, y El término “concurrentes” proviene del hecho
que su obligación se regirá por las disposiciones de que las diversas obligaciones están conecta-
aplicables a las obligaciones solidarias. das entre sí por concurrir respecto a un mismo
objeto y acreedor.
La norma reseñada resulta clara y no deja lu-
gar a duda; sin embargo, en mi opinión, resulta Entre sus principales caracteres, se pueden
técnicamente desacertada. Me explico. mencionar los siguientes: 1) diversidad de cau-
sas del deber; 2) pluralidad de deudores; 3) uni-
Uno de los presupuestos constitutivos de las dad de acreedor; 4) identidad de objeto debido;
obligaciones solidarias, según entiende de ma- y 5) pluralidad de obligaciones coligadas.
nera uniforme la doctrina, es que el título o
fuente de la obligación debe ser la misma para 1. Diversidad de causas: Esta es la característi-
todos los sujetos de aquella, dado que la plura- ca más relevante de las obligaciones concurren-
lidad de causas resulta incompatible con la idea tes, en contraste con las obligaciones solidarias.
de solidaridad y conduce inexorablemente a la Concretamente, alude a la existencia de dife-
existencia de varias obligaciones distintas. Es rentes causas fuentes o hechos jurídicos gene-
decir, la solidaridad supone unidad de obliga- radores de las distintas obligaciones respecto de
ción con pluralidad de vínculos y causa única. cada deudor.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 467


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

Las fuentes involucradas no necesariamente por cuanto deben la misma prestación. Una vez
tienen que reconocer una misma naturaleza, ya que cobra su crédito de alguno de ellos ya no
que puede suceder que unos deudores deban podrá hacerlo de los demás obligados coligados,
responder en virtud de un contrato, y otros, con en cuanto, de cumplirse con la prestación co-
fundamento en la realización de un acto ilícito. mún, se habrá satisfecho el interés del acreedor,
no solo en el vínculo con el deudor que cumplió,
2. Pluralidad de deudores: Siguiendo las opi- sino también en los restantes.
niones de los profesores Ignacio y Francisco
Alterini (53), que por cierto comparto, las obli- En el plano de la relación de los deudores en-
gaciones concurrentes no serían de sujeto plu- tre sí, cada uno de ellos se rige por las relaciones
ral, a pesar de la pluralidad de deudores, por causales que han dado origen a la concurrencia;
cuanto la multiplicidad subjetiva se explica por entonces, si uno de los deudores paga la obliga-
el concurso de las distintas relaciones jurídicas ción y esta se extingue para todos, pueden acti-
obligatorias que comparten una misma finali- varse ciertos derechos a favor del solvens, a fin
dad, pero no —necesariamente— por la plura- de ser pagado por quien, en última instancia,
lidad de sujetos (conjuntiva) en el polo pasivo era desde el punto de vista causal el sujeto que
de la obligación. dio origen al nacimiento de la obligación.
3. Unidad de acreedor: En esta clase de obli- En otras palabras, si el solvens ha sido el autor
gaciones, el frente activo siempre estará integra- material del hecho, entonces no tendrá acción
do por el mismo acreedor. de regreso contra el otro codeudor. Por el con-
4. Objeto idéntico: Por prescripción normativa, trario, si el que paga no ha sido el autor material
los distintos deudores integrantes de esta clase del daño, podrá repetir del otro deudor el total
de obligaciones “deben el mismo objeto”, focali- de lo que hubiera desembolsado, ya que no es
zándose en la identidad de la prestación (cfr. art. equitativo que deba soportar las consecuencias
868, Cód. Civ. y Com.), pero no en su integridad de ese hecho que no causó.
(cfr. art. 869, Cód. Civ. y Com.). Es decir, todos
La acción de regreso se funda en razones de
deben idéntica prestación, pero puede que no
sea igual en su extensión. Un claro ejemplo de justicia y equidad que obstan a que alguien so-
ello, que vemos comúnmente, es el de la compa- porte en definitiva un daño mayor al que efecti-
ñía aseguradora y el responsable civil, en el que vamente causó.
aquella responderá en la medida del seguro, aun-
Ahora bien, si no hay motivo para discriminar
que el importe realmente debido sea otro.
en cuanto a la influencia causal de una u otra,
5. Pluralidad de obligaciones coligadas: Como ni en cuanto a su gravedad, la distribución del
se dijo, la diversidad de causas del deber para daño debe hacerse entre los responsables por
cada obligado concurrente conduce inexorable- partes iguales, por aplicación del principio de la
mente a la existencia de varias obligaciones dis- causalidad paritaria.
tintas respecto de cada deudor, coligadas por la
misma finalidad, que no es otra que asegurar al Como colofón, me gustaría marcar las princi-
acreedor la satisfacción de su crédito, actuando pales similitudes y diferencias con las obligacio-
como una garantía de cobro. nes solidarias, por ser este último el régimen legal
que nuestro ordenamiento jurídico nos imprime.
Respecto de sus efectos, resulta oportuno
mencionar —en primer lugar— que “el acreedor Empezaré el ejercicio reseñando las semejan-
tiene derecho a requerir el pago a uno, a varios o zas entre ambas clases de obligaciones. Con me-
a todos los codeudores, simultánea o sucesiva- ridiana claridad, se observa que comparten los
mente” (cfr. art. 851, inc. a del Cód. Civ. y Com.), siguientes elementos: pluralidad de sujetos pa-
sivos, unidad de acreedor, unidad de objeto de-
(53) ALTERINI, Ignacio E. — ALTERINI, Francisco J., bido, el derecho del acreedor a requerir el pago
“Tratado de las obligaciones”, La Ley, Buenos Aires, 2020, total a cualquiera de los deudores, simultánea o
t. II. sucesivamente, y, por último, entre las más im-

468 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

portantes, que el pago efectuado por uno de los El desafío resultaba ambicioso no solo por la
deudores extingue la obligación para todos. insistencia de la comisión reformadora del có-
digo, designada por el decreto del Poder Ejecu-
Por el contrario, se diferencian en la causa tivo Nacional 191/2011, en mantener inalterable
fuente, en la cantidad de vínculos que coexis- la figura del principal pagador, como clara señal
ten, en la propagación de efectos entre los suje- de su pensamiento, sino también por el por-
tos pasivos y en el régimen de contribución. menorizado estudio efectuado a lo largo de los
años respecto de la figura y por su permanente
IV.2. Conclusión parcial
discusión.
A lo largo del presente del trabajo, y particu-
En ese contexto, la pregunta que se imponía
larmente en este acápite, intenté formular mi
era: ¿Qué decir sin repetir lo ya dicho? El ejerci-
posición respecto de la figura del principal pa-
cio era arduo; sin embargo, el sinsabor de la fi-
gador, con la intención de aportar una nueva
gura y sus distintas y antagónicas opiniones me
visión o enfoque frente a una problemática de
alentaron a emprender el reto, sabiendo que de-
notoria actualidad.
bía desarticular algunos esquemas tradicionales
En este arduo camino de estudio y reflexión, para avanzar hacia un nuevo o distinto parecer.
hallé, como posible solución final al conflicto,
En ese camino, dirigí la mirada, en primer tér-
la idea de independizar la figura del principal
mino, hacia las garantías del crédito con el ob-
pagador del núcleo del contrato de fianza, y de
abordarla como un negocio de garantía inde- jetivo de encuadrar jurídicamente la cuestión y
pendiente y atípico, cuyo régimen legal confi- comprender la esencia de la figura. Luego con-
gure una obligación concurrente, y en el que el sideré provechoso describir los lineamientos
principal pagador asuma una obligación directa generales del contrato de fianza, para más ade-
y principal frente al acreedor. Todo ello con la lante adentrarme en la garantía principal paga-
intención de resguardar la esencia de la figura dor y en mi propuesta final.
ideada por el legislador.
Ya en el propio campo de estudio, los princi-
So pena de resultar osada la proposición, en pales obstáculos fueron dos: cómo rebatir las
cuanto me reconozco en franca minoría en mu- fundadas opiniones de encumbrados juristas y
chos de los postulados que he compartido a lo qué solución aportar a la problemática.
largo del presente trabajo, mi objetivo principal
Respecto del primer interrogante, intenté ex-
fue encontrar pautas interpretativas claras fren-
hibir las distintas inconsistencias que, en mi
te a los variados inconvenientes que presenta la
visón, presentaban las diferentes corrientes doc-
actual figura del principal pagador, cuya solución
trinarias existentes en la actualidad. La segunda
resulta impostergable y requiere mayor atención
cuestión fue aún más compleja, por cuanto me
de parte de todos los operadores jurídicos.
resultó imposible encontrar respuestas a la dis-
CAPÍTULO V cutida naturaleza jurídica sin desnaturalizar la
esencia del contrato de fianza; por ello llegué a
CONCLUSIONES las siguientes conclusiones finales.

I. Palabras finales II. Conclusiones

El presente trabajo pretendió dar una mirada La idea de garantía es imprescindible en el de-
distinta a un problema harto conocido: la na- recho, en atención a la naturaleza propia de la
turaleza de la garantía principal pagador y sus norma jurídica, que no es de naturaleza inexo-
consecuentes problemas jurídicos, en un es- rable, sabiendo que su cumplimiento depende,
quema normativo renovado que aggiornó mu- en primera instancia, de la voluntad del hombre
chos de sus institutos en pos de las actuales y, en su defecto, de algo menos contingente: la
demandas sociales. garantía.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 469


La figura del principal pagador y su discutida naturaleza jurídica

En ese claro marco, señalé —en primer tér- Siguiendo los criterios de esta corriente, arribé
mino— que históricamente se ha admitido una a tres importantes conclusiones en respuesta a
pluralidad de subtipos de fianzas convenciona- la siguiente afirmación: la real diferencia prácti-
les, cuyas principales diferencias residen en el ca entre el fiador solidario y el “fiador” principal
alcance de la responsabilidad del fiador frente al pagador reside en que en esta última especie des-
acreedor, siendo una especie más exigente que aparece la subsidiariedad; entonces, el acreedor
la otra. Es decir, la esencia de la distinción gira puede dirigirse contra el “fiador” principal pa-
alrededor del grado de compromiso que asume gador sin necesidad de requerir previamente al
el fiador. deudor. Es decir, el fiador solidario tiene derecho
a que previamente se requiera al deudor princi-
Luego enfaticé que desentrañar la naturaleza pal, posibilidad que desaparece en la figura del
jurídica del principal pagador excedía la mera principal pagador. La primera conclusión discu-
discusión doctrinaria y que repercutía directa- rre en torno a que el principio de subsidiariedad,
mente en el régimen jurídico a aplicar. En ese entendido como el incumplimiento del deudor
entendimiento, concluí que las distintas corrien- principal que habilita la acción contra el garante,
tes esbozadas por la doctrina sobre la figura del no desaparece en la figura del principal pagador,
principal pagador resultaban, en ciertos pun- por resultar un presupuesto necesario que hace
tos, y desde mi visón, observables. Así fue que, a la existencia de todo acto jurídico de garantía y
respecto de la doctrina de la solidaridad, señalé que justifica su finalidad.
como una de las inconsistencias más importan-
tes la problemática diversidad de causas, puesto La segunda fue que la exigencia de interpelar
que mal puede el legislador crear ministerio legis previamente al deudor principal, en un siste-
una obligación solidaria cuando se verifican di- ma de mora automática como el nuestro, resul-
ferentes causas en la vinculación de los sujetos, taba naturalmente innecesaria, salvo que nos
además de sostener un alcance distinto a las obli- encontremos frente a una obligación de pla-
gaciones solidarias propiamente dichas. zo indeterminado, o que el requerimiento sea
de naturaleza legal, supuestos acotados ante el
Siguiendo tal línea de razonamiento, recha- principio general establecido en el nuevo orde-
cé los postulados de la doctrina intermedia por namiento jurídico.
considerar, en lo sustancial, impropia la com-
binación de dos regímenes opuestos, sin cono- Por último, concluí que la figura del principal
cer a priori qué normas de cada uno de ellos se pagador así concebida resultaba superflua en
aplican, puesto que no existía ni existe un crite- razón de su extrema cercanía con el régimen de
rio uniforme dentro de los propios adherentes a la fianza solidaria.
esta corriente.
Frente a ese panorama, me vi obligado a re-
En ese contexto, advertí que el garante, perso- flexionar sobre la verdadera utilidad de la figura en
na ajena a la ciencia jurídica, deberá identificar el esquema actual del contrato y, particularmente,
el régimen jurídico aplicable a cada una de sus dentro de la teoría general de las garantías.
relaciones (principal pagador-acreedor, princi-
pal pagador-deudor), desentrañar el alcance de Con ese objetivo como norte, afirmé —en pri-
sus normas y comprender el grado de respon- mer término— que la intención del legislador al
sabilidad que implica cada uno de sus vínculos; calificar al principal pagador como un deudor
ello suponiendo que la garantía se otorga luego solidario y al remitirnos a su régimen jurídico se
de una meditada negociación de sus términos, encaminó a atenuar las notas típicas del contrato
circunstancia que no acontece con frecuencia, de fianza, concretamente, los principios de acce-
dado que la vida negocial da cuenta de otra rea- soriedad y de subsidiariedad, con la clara fina-
lidad. Todo ello torna aún más compleja e inse- lidad de proveer al acreedor mayores ventajas y
gura la cuestión. herramientas a la hora de asegurar su crédito.

En relación con la doctrina de la fianza, he pos- Luego verifiqué que, más allá del criterio que
tulado varias observaciones, sabiendo que en se considere adecuado respecto de la naturale-
muchas de ellas me encuentro en franca minoría. za jurídica de la figura, lo cierto es que la con-

470 • Cuarta parte - Contratos


Matías Manuel Portos

troversia interpretativa está a la orden del día y ALTERINI, Jorge H. (director) — ALTERINI,
que genera un verdadero obstáculo que impide Ignacio E. (coordinador), “Código Civil y Co-
cumplir acabadamente el cometido ideado por mercial comentado. Tratado exegético”, 3a edi-
el legislador e incluso imaginado por los sujetos ción, La Ley, Buenos Aires, 2018.
intervinientes.
ANAYA, Jaime L. — TRIGO REPRESAS, Félix
En esa línea de pensamiento, sostuve que la A., “El principal pagador en el derecho civil y en
ausencia de un criterio uniforme respecto de su el derecho comercial”, La Ley, 2006-A.
alcance configura un estado de inseguridad en re-
lación con los derechos y obligaciones que de ella BORDA, Alejandro, “El contrato de fianza. Lí-
emanan (principio de seguridad jurídica), lo que mites de la responsabilidad del fiador”, La Ley,
me llevó a concluir y sostener el desplazamiento Buenos Aires, 2009.
del principal pagador del contrato de fianza.
BORDA, Alejandro, “La fianza principal paga-
En esa inteligencia, consideré que en el dere- dor. Una figura confusa que debe suprimirse”, La
cho argentino existían otras tantas herramien- Ley 2012-F-835, Buenos Aires, 2012.
tas jurídicas que podían coadyuvar a canalizar
BORDA, Guillermo A., “Tratado de derecho
las demandas actuales de la sociedad, si es que
civil. Contratos”, 10a edición, La Ley, Buenos Ai-
para el acreedor la fianza simple o solidaria no
res, 2012.
alcanzaba (en términos de seguridad) y necesi-
taba que el garante se comprometiera a más. BORDA, Guillermo A., “Tratado de derecho
civil. Obligaciones”, 10a edición, La Ley, Buenos
Por ello, y en atención a los argumentos brin-
Aires, 2012.
dados, entendí que la mejor manera de asegurar
y proteger la voluntad de las partes contratan- BRODSKY, Jonathan M., “La constitución en
tes manteniendo el espíritu del negocio (princi- mora del deudor en el derecho argentino”, Re-
pal pagador) era a través de un nuevo contrato vista electrónica del Instituto de Investigaciones
de garantía, atípico, cuyo régimen debía nece- Ambrosio L. Gioja, año VI, número 9, 2012.
sariamente estar ligado al de las obligaciones
concurrentes, en oposición al encuadre jurídico BUSSO, Eduardo B., “Código Civil anotado.
imperante en nuestro derecho positivo. Obligaciones”, Editorial Ediar, Buenos Aires.
BORETTO, Mauricio, Las garantías autoliquida-
III. Conclusión final bles, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2010.
Resulta conveniente, a mi juicio, que la figura BORETTO, Mauricio, “Las garantías unilate-
del principal pagador sea desplazada del con- rales (o ‘garantías a primera demanda’)”, Revista
trato de fianza, en atención a las múltiples inter- Código Civil y Comercial, La Ley, Buenos Aires,
pretaciones que de ella se derivan, y, por tanto, 2017-2291.
que se aborde como un contrato de garantía atí-
pico, cuyo encuadre legal se vincule al régimen BUERES, Alberto J. y MAYO, Jorge A., “Li-
de las obligaciones concurrentes. neamientos generales sobre las garantías de la
obligación en el derecho privado”. Revista de de-
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472 • Cuarta parte - Contratos


QUINTA PARTE

Derechos reales
Estructuración jurídica para la
comercialización de unidades
en construcción
Condominio revocable sujeto a condición
resolutoria, con indivisión forzosa temporaria,
financiado a través de obligaciones de valor (*)
Juan Ignacio Gudelj Bacchiega
I. Introducción pradora a partir de la firma de promesas de ven-
ta —boletos de compraventa— se encuentran
La denominada etapa de prehorizontalidad dentro del régimen de los derechos personales.
ha sido objeto de estudio por parte de los ac-
tores del derecho a lo largo de los años, suce- Y es a la luz de este entendimiento que los ad-
diéndose numerosas teorías y propuestas, todas quirentes basan su seguridad jurídica en un de-
oscilantes entre su estructuración dentro de los recho a una prestación por parte del vendedor;
derechos personales, o bien a través del régimen y no un derecho sobre la cosa, propio del campo
más protectorio de los derechos reales. de los derechos reales (1).

En ese sentido, si bien los aportes en general A partir de ello, se han sucedido a lo largo de
han procurado sistematizar los diversos antece- los años diversas normas tanto nacionales como
dentes de regímenes propuestos, a fin de alcan- locales, acompañadas de construcciones juris-
zar la protección legal necesaria para todas las prudenciales en ocasiones aisladas y hasta por
partes interesadas en el proceso de análisis, nin- vía de plenarios vinculantes, todos los cuales
guno de estos ha logrado imponerse y consoli- han resultado a la postre estériles en su intento
darse en la praxis comercial. por imponerse en la realidad negocial.

Se parte de considerar que la primera de las De esta manera, el objetivo del presente será
condiciones que debe reunir un inmueble para la elaboración de una propuesta de estructura-
ser objeto de los derechos reales radica prima- ción jurídica para la comercialización de unida-
riamente y antes que todo en su existencia física. des funcionales a construir o en construcción,
con base en el sistema legal vigente, procuran-
Y la propiedad horizontal no escapa a ello. do antes que todo investir al adquirente en for-
ma inmediata de un derecho real sobre la cosa,
A partir de esto, pareciera ser el criterio mayo- atendiendo a que es ese sistema, y no el de los
ritario en los especialistas que, durante la etapa
de comercialización de unidades futuras desti-
(1) ROFFO, Elías Emilio, y HUEYO, Alberto H., “Acerca
nadas a ser sometidas a propiedad horizontal, del estado de prehorizontalidad y necesaria reforma del
las relaciones entre la parte vendedora y la com- régimen legal vigente”, trabajo presentado a la XVII Jor-
nada Notarial Argentina, celebrada en Paraná en octubre
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 25 de de 1978; publicado en Revista del Notariado, Colegio de
noviembre de 2021. Escribanos.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 475


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

derechos personales, aquel en el que se logra la forma directa o indirectamente— con el dere-
plena tutela de sus intereses. cho real de propiedad horizontal (3).
En concreto, el sistema a desarrollar basará su Vale considerar que no solo los titulares de
lógica en la propuesta aprobada por el Congreso una vivienda resultan alcanzados por el régi-
Argentino de la Prehorizontalidad, bajo la autoría men de referencia, sino también los de oficinas
de Edmundo Gatti y de Jorge Alterini (2), confor- o hasta de cocheras, así como diversos y múlti-
mando un derecho real de condominio entre los ples destinos; siendo que, a su vez, deben con-
inversores con asiento en el terreno sobre el que
siderarse en este aspecto el campo emergente
se desarrollará la construcción, conectado en for-
de las relaciones de locación y demás vínculos
ma inescindible a un contrato de construcción
que los vincule con el desarrollista. subyacentes.

A su vez, se recurrirá a diversas instituciones En ese contexto, la importancia real de la fi-


y mecanismos vigentes que servirán de herra- gura se impone por su propia presencia, lo cual
mientas complementarias durante el iter ne- acaba por exhibir su verdadera relevancia como
gocial, a los fines de garantizar los intereses en motor social y económico de nuestra nación (4).
juego en el tránsito de esta etapa.Entre estos
últimos, cobran especial relevancia los meca- Así entonces, toca en este caso centrarse en
nismos de financiación privada propuestos; la etapa previa al efectivo sometimiento al de-
amparados en un sistema de deudas de valor; recho real de propiedad horizontal; espacio de
garantizados mediante la estructuración de una tiempo de significativa extensión y escasa regu-
garantía real desarrollada sobre la base de la lación a lo largo de la historia.
conformación de un condominio revocable, su-
jeto a una condición resolutoria. Se refiere la doctrina a esta etapa como aque-
lla anterior a la constitución de la propiedad ho-
Dicho esquema funcionará sin intervención rizontal.
alguna de terceros, en forma ágil y de pleno de-
recho, sentando las bases para una verdadera Se trata de un período previo que encuentra
propuesta negocial que ampare el interés no su origen en la intención de comercializar uni-
solo del adquirente en tanto consumidor, sino dades integrantes de un edificio a construir so-
asimismo del desarrollador. bre un lote de terreno, y que concluye con el
Es que un verdadero mecanismo que se pro- edificio terminado, susceptible de ser dividido
ponga eficaz en la praxis negocial no puede abs- en propiedad horizontal (5).
traerse sin más del interés de una de las partes
interesadas. (3) HIGHTON DE NOLASCO, Elena I, “Propiedad hor-
izontal y prehorizontalidad”, La Ley, Buenos Aires, 2000,
II. La prehorizontalidad 2ª ed., p. 847.
(4) “Nuestro país, consecuente con el criterio seguido
Podría asegurarse que la mitad de la pobla- por la mayoría de las legislaciones modernas, ha incor-
ción argentina se encuentra vinculada —sea en porado al derecho positivo el sistema de la propiedad
dividida en pisos o departamentos, por medio de la ley
13.512. La importancia social del instituto es trascen-
(2) Con motivo del Congreso Argentino de la Prehori- dente: mantener la estabilidad social dentro de su órbita
zontalidad, organizado por la Cámara Argentina de la natural, marcada y delimitada por los principios políticos
Propiedad Horizontal y el Comité Organizador Perman- fundamentales que deben regir los pueblos, es cuestión
ente de la Propiedad Horizontal, que tuvo lugar durante que tiene suma relevancia para el sostenimiento del régi-
los meses de septiembre y octubre de 1970, se aprobó por men democrático del gobierno. Al aumentar el número
dictamen de mayoría la propuesta de sanción de una ley de propietarios, ganará la estabilidad social ya que, en
nacional para la comercialización de la propiedad hori- general, las tesis extremas hacen su presa en los que
zontal, elaborada por los doctores Edmundo Gatti y Jorge nada tienen que arriesgar”, CNEsp. Civ. Y Com., Sala IV,
Horacio Alterini, y que fue publicada en GATTI, Edmun- 12/11/1982, ED, 104-512; en cita de HIGHTON DE NO-
do y ALTERINI, Jorge H., “Prehorizontalidad y boleto LASCO, Elena I., ob. cit., p. 41.
de compraventa”, FEDYE, Fondo Editorial de Derecho y
Economía, marzo de 1981, 2ª ed. (5) HIGHTON DE NOLASCO, Elena I., ob. cit., p. 41.

476 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

En consecuencia, el estado de prehorizonta- d) debe otorgarse el correspondiente reglamen-


lidad (6) nace con la formulación del proyecto to de propiedad horizontal (7).
de construcción de un complejo inmobiliario y
concluye con la inscripción del reglamento de En consecuencia, para que se pueda estruc-
propiedad horizontal. turar un derecho real sobre la cosa en el mar-
co de la propiedad horizontal, se requiere una
El punto de interés radica en solucionar los operación conjunta destinada a conformar los
diversos problemas y potenciales riesgos que requisitos físicos del inmueble, con más sus exi-
presenta la comercialización de inmuebles en gencias jurídicas.
forma previa a su existencia, en una etapa de
particular inseguridad para los intervinientes, Y dichas operaciones complejas abarcan
y que no ha sido acabadamente atendida por la un tiempo que depende de innumerables cir-
norma. cunstancias, cuyo devenir se extiende desde el
primer momento en que el desarrollador exte-
Y es que, como se dijo, la incorporación al rioriza su voluntad de afrontar el proyecto hasta
régimen de propiedad horizontal exige funda- que el inmueble queda definitivamente incor-
mentalmente y antes que todo la existencia de porado al régimen conforme las condiciones
la cosa, toda vez que esto resulta requisito fun- previstas en el Código Civil y Comercial.
damental para que estas puedan ser objeto de
los derechos reales, condición que en el caso ló- De este modo, surge un espacio de mayor o
gicamente resulta ausente. menor prolongación temporal que, si bien ha
sido preocupación constante de los actores del
Para mayor claridad, se insiste en que, den- derecho, a la fecha no se ha encontrado unani-
tro del régimen del Código Civil y Comercial, el midad con relación al curso de acción más apto
comprador sobre una cosa futura pasa a adqui- para la tutela de los intereses de todos los inter-
rir un derecho real sobre ella una vez que se ma- vinientes.
terializa y no antes.
Y ese espacio temporal de prehorizontalidad
En concreto, las condiciones que debe reunir encuentra en su desarrollo un complejo de re-
un inmueble para su incorporación al derecho laciones jurídicas entre quienes transmiten el
real de propiedad horizontal son las siguientes: derecho y quienes lo reciben, por la vía de uno
a) estar edificado con partes materiales inde- o varios contratos atípicos que no bastan para
pendientes entre sí como partes privativas sus- resolver los graves, complejos y numerosos po-
ceptibles de su funcionamiento independiente; tenciales conflictos que se mantienen latentes.
b) que estas tengan comunicación con la vía
En dicho marco, las operaciones más corrien-
pública; c) con partes comunes que hagan a su
tes de incorporación de inversores suelen eng-
habitabilidad, comunicación y seguridad, y que
lobar contratos atípicos en los que se observan
formen con la primera un todo inescindible; y
caracteres, situaciones y reglas concordantes
con contratos de compraventa, mandato, so-
(6) La nomenclatura ha alcanzado cierto consenso ciedad, locación de obra, locación de servicios,
entre los diversos actores del derecho, principalmente
luego de la sanción de la ley 19.724. “Prehorizontal” con- etc., todos insuficientes para dar tutela a la com-
stituye el apócope de “pre-horizontal”, no obstante varios plejidad del caso (8).
autores han propuesto designaciones diversas: Elena I.
Highton de Nolasco enumera entre estos el “presome- (7) LAJE, Eduardo Jorge, “La prehorizontalidad y sus
timiento a la ley 13.512”, por MOLINARO-ADROGUÉ, problemas”, AR/DOC/5050/2012.
“Algunas breves observaciones al proyecto de prehori-
zontalidad”, LA LEY 146-803; o la “comercialización de la (8) LAJE, Eduardo Jorge, ob. cit., p. 4. Con relación a la
propiedad horizontal”, por GATTI-ALTERINI, “Prehori- naturaleza jurídica de la modalidad de contratación en
zontalidad y boleto de compraventa”, p.114; la “situación la negociación de unidades a construir, se destaca el es-
jurídica prehorizontal”, por VILLARÓ, “Situación jurídica tudio de Jorge R. Causse, en CAUSSE, Jorge Raúl, “Com-
prehorizontal”, LL, 139-1016; todos en HIGHTON DE NO- praventa de unidad a construir”, Revista Notarial, Colegio
LASCO, Elena I., Propiedad horizontal y prehorizontali- de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, número
dad..., ob. cit. p. 696. 1979, (844 mayo/jun.), p. 664.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 477


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Se trata entonces de una trama negocial com- Y dicha ley no contenía disposición alguna so-
pleja, que reúne a diversos actores, que si bien bre los derechos y obligaciones de las partes du-
admite variantes y combinaciones, se confor- rante el proceso previo al sometimiento del bien
ma, entre otros, por: a) el titular del terreno; b) a ese régimen.
el promotor o encargado de captar inversores;
c) los inversores o adquirentes de las unidades; Idéntica circunstancia se mantiene luego de
d) el constructor o el empresario contratista; y la sanción del Código Civil y Comercial y la in-
e) diversos y numerosos profesionales (9). corporación en su contenido de la propiedad
horizontal, previéndose en su sistema, como se
Es por los antecedentes relacionados que, al verá, únicamente una referencia aislada y míni-
no existir una verdadera regulación integral y ma como base exigida para la referida comer-
sistematizada acorde a la práctica comercial, el cialización.
comprador queda librado a la buena fe del ad-
III.1.a. Reglamentaciones locales
quirente (10).
La falta de previsión en la ley 13.512 resultaba
Y esta circunstancia, entonces, exige de par-
por demás lógica, por cuanto, tratándose la pro-
te de los actores del derecho la más apremian-
piedad horizontal de un derecho real, este parti-
te atención a los fines de procurar tratar el tema cipa de los caracteres propios de estos (11).
desde el inmediato otorgamiento de un verda-
dero derecho real, con las más amplias facul- Así entonces, es necesaria la existencia física
tades de persecución y preferencia del titular de la cosa, para que luego sobre esta pueda re-
sobre la cosa; ventajas típicas de este derecho caer la referida potestad jurídica.
subjetivo que derivan del principio de inheren-
cia del derecho al objeto respectivo. Pero, a pesar de que la norma nada había
previsto respecto a las modalidades de comer-
Como se verá, es en este régimen, y no en el de cialización desarrolladas en forma previa a la
los derechos personales, en el que se encuentra existencia de la cosa, este esquema se impuso
la debida tutela del interés de los involucrados. rápidamente en el tráfico inmobiliario.

III. Antecedentes: breve reseña de las diver- Ello obligó a que desde la reglamentación de
sas propuestas de estructuración jurídica de la norma marco se procurara atender a este as-
la negociación inmobiliaria durante la preho- pecto, ignorado en el régimen general por ella
rizontalidad regulado (12).

III.1. Antecedentes legislativos De este modo, y a pesar de que la ley nacio-


nal de propiedad horizontal nada había previs-
Desde la sanción de la ley 13.512, ha sido mo- to acerca del estadio previo al sometimiento del
tivo de preocupación de la doctrina y la legisla- inmueble a ese régimen, se sucedieron nume-
ción nacional lograr una normativa que proteja rosos antecedentes reglamentarios, tanto nacio-
debidamente a las diversas posiciones intervi- nales como locales, por medio de los cuales se
nientes en la comercialización de unidades fu- incluyó el supuesto fáctico analizado.
turas, todo lo cual dio como resultado la sanción
de numerosas leyes y decretos. Todo esto, por supuesto, no salvando la evi-
dente inconstitucionalidad de tales decretos,
Ello así, toda vez que la citada ley, de probado siendo que los referidos pretendían regular un
éxito como factor determinante del desarrollo
urbanístico de nuestro país, solo regulaba el ob- (11) BOQUÉ, Roberto, “Comercialización de unidades
jeto y las relaciones emergentes de la propiedad en construcción o por construir: ¿Cuál el régimen jurídi-
horizontal ya creada. co vigente?”, La Ley, 2010-F, 870.
(12) BOQUÉ, Roberto, “La prehorizontalidad en el
(9) HIGHTON DE NOLASCO, Elena I., ob.cit., p. 696. Código Civil y Comercial. ¿Qué pasa con los fideicomi-
sos inmobiliarios frente al nuevo régimen?”, RCCyC 2016
(10) LAJE, Eduardo Jorge, ob. cit., p. 4. (marzo), 213.

478 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

supuesto no previsto por la ley que precisamen- Claro está el avance del decreto citado sobre
te era objeto de esa reglamentación (13). un aspecto que la ley que pretendía reglamen-
tar no regía.
Y, si bien existió un consenso generalizado
respecto a su invalidez, no se verifican antece- Pero aun así corresponde destacar que, a cau-
dentes o planteos sea doctrinarios o jurispru- sa del vacío legal imperante, el mismo fue im-
denciales que se hayan impuesto acerca de la plementado con regularidad en el radio de la
inconstitucionalidad de tales normas reglamen- provincia de Buenos Aires, siendo replicado por
tarias (14). varias de las jurisdicciones locales del país (17).

A tal extremo que algunos de estos sistemas III.1.b. Ley de Prehorizontalidad 19.724
han significado en la práctica verdaderos aportes
en la negociación inmobiliaria que se analiza. Excede el marco del presente un análisis por-
menorizado del régimen previsto por la norma
En concreto, el primer antecedente relevan- relacionada, así como sus diversas interpreta-
te de naturaleza legislativa se encuentra en la ciones y desarrollos jurisprudenciales.
reglamentación de la ley 13.512, dictada por
la provincia de Buenos Aires por vía del dec. Pero, a los fines del estudio propuesto, merece
2489/1963 (15), siendo esta norma la que más un apartado especial el primer antecedente de
avanzó respecto a lo dispuesto originariamente legislación nacional sistemático y orgánico de
por la ley nacional. un verdadero régimen integral de prehorizon-
talidad.
Y es que en este se estableció no solamen-
te la posibilidad de afectar a propiedad hori- Vale destacar que la citada normativa previó,
zontal edificios a construir, sino también, en su como intento de regular en forma definitiva la
art. 6º, la modalidad especial de adquisición y comercialización de unidades funcionales en
transferencia a terceros de derechos reales so- construcción, un sistema que se basó sustan-
bre unidades funcionales en construcción o a
construir (16). instrumentos que formalicen los actos referidos en el
artículo 1° del presente Decreto si las partes exclusivas
y comunes de edificios en construcción o. a construir
(13) MOREIRA, Arturo Luciano, “Contratos sobre reúnen según los casos, las siguientes condiciones: 1. Las
departamentos en construcción”, tomo I, La comercial- unidades de dominio exclusivo a construir o en construc-
ización por empresa. Los Boletos de Compraventa. El ré- ción cualquiera sea el estado de ejecución de la obra,
gimen de Prehorizontalidad, Editorial Ábaco de Rodolfo siempre que las mismas constituyan cuerpos independi-
Depalma, ISBN 950-569-002-9, p. 333. entes de edificación; 2. Las unidades de dominio exclu-
(14) BOQUE, Roberto, ob. cit., p. 215 sivo sin independencia constructiva cuando el edificio en
construcción tenga concluido los servicios y. partes co-
(15) Ya antes de este, existía a nivel nacional el de- munes necesarios e indispensables para el buen funcion-
creto 18734/1949, en cuyo art. 1° previó la posibilidad de amiento del mismo, pudiendo carecer de los revoques fi-
afectar edificios a construirse al régimen de propiedad nos, pinturas, solados, cielorrasos, revestimientos y otros
horizontal, prescribiendo en su art. 1°: «...sin perjuicio detalles complementarios y estéticos que no perturben
de la obligación de redactar e inscribir un Reglamento la seguridad, solidez y funcionamiento del edificio. Las
de Copropiedad Administración (...), dicho reglamento unidades de dominio exclusivo de un edificio a construir
podrá también ser redactado e inscripto en los Registros o en construcción, que no reúnan las condiciones citadas
Públicos por toda persona física o ideal, que se disponga anteriormente, no gozarán de los beneficios del presente
a dividir horizontalmente en propiedad —conforme el artículo”.
régimen de la ley 13.512— un edificio existente o a con-
struir y que acredite ser titular de dominio del inmueble (17) Tal fue el desarrollo de la normativa relacionada
con respecto al cual se solicite la inscripción del referido que en sus sucesivas actualizaciones incorporó, por me-
reglamento», en ROFFO, Elías Emilio, y HUEYO, Alberto dio del decreto 947/2004, los arts. 6 bis y 6 ter, relacio-
H., Acerca del estado de prehorizontalidad, ob. cit., p. nados con la transmisión de dominio sobre unidades
852. a construir o en construcción, esta vez sobre clubes de
campo y barrios cerrados, también en el radio de la pro-
(16) Disponía el decreto en su art. 6º una modalidad vincia de Buenos Aires, y a causa de la anemia normativa
no prevista en la legislación vigente, al decir: “...Artículo imperante durante décadas respecto a los conjuntos in-
6°: Podrán ser inscriptos en el Registro de la Propiedad mobiliarios.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 479


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

cialmente en el reconocimiento de un derecho sivo en ella detalladas podrían ser igualmente


personal en favor de los adquirentes. vinculantes hacia las partes, siempre que fueran
explícitamente aceptadas en una cláusula espe-
Y ese vínculo obligacional procuraba oponi- cial (20).
bilidad a terceros por vía de la inscripción de
los instrumentos privados de adquisición en los De este modo, su razón protectoria nunca se
registros locales; todo ello a partir de la previa cumplió en la práctica.
afectación del inmueble general a los fines in-
dicados por escritura pública previa a la comer- El sistema de sanciones implacable, tanto en
cialización y contenedora de una declaración cuanto a lo administrativo como respecto de
unilateral del propietario desarrollador a esos multas y hasta prisión para quien incumpliera
eventos (18). sus disposiciones (21), no obstó a su incum-
plimiento generalizado.
A través de este acto, el desarrollador daría a
conocer a los miembros de la comunidad su in- Esta circunstancia daría lugar a una línea ju-
tención de comercializar el bien bajo dicha mo- risprudencial indefinida —durante los primeros
dalidad, incorporando al registro proyectos de años de vigencia de la norma— que reflejaba el
reglamento de propiedad horizontal, así como alejamiento de la ley respecto de la realidad que
los respectivos planos y diversos instrumentos pretendía amparar (22), y un amplio y generali-
relacionados. zado marco de conflictividad.

La finalidad preventiva del sistema se asenta- Y ese devenir jurisprudencial informe derivó
ba en un elaborado esquema que apuntaba a la entonces en el primer fallo plenario, en el que
publicidad y oponibilidad de los derechos cre- prevalecería la interpretación que imponía la
ditorios hacia terceros interesados (19). aplicación inmediata de la norma, so pena de
aplicar como sanción un mecanismo novedoso
Complementariamente, se imponía al pro- y severo previsto por ella misma (23).
pietario-desarrollador el cumplimiento de de-
terminadas actividades que hacían al deber de
(20) Arts. 14 y 15, ley 19.724.
información, tanto por ante el Registro de la
Propiedad por vía del mecanismo antes citado (21) Tales sanciones de contenido penal fueron final-
mente derogadas por vía de la sanción de la ley 20.276
como por vía de la publicación de los contra-
del 12-04-1976, texto en http://servicios.infoleg.gob.ar/
tos modelo y hasta la instalación de un cartel de infolegInternet/verNorma.do?id=189952, consultado el
obra en el inmueble objeto del contrato. 30/01/2020.
(22) La doctora Elena Inés Highton de Nolasco lleva
Paralelamente, se creaba un mecanismo de
adelante un estudio pormenorizado del desarrollo juris-
control sustancial de los contratos, con una de- prudencial y la evolución de la interpretación dada por
tallada normativa que reconocía la existencia de los jueces a la ley 19.724 a lo largo de los primeros años de
contratos de adhesión y limitaba su contenido a su vigencia, en HIGHTON DE NOLASCO, Elena Inés, “La
los fines de proteger a la parte adherente frente prehorizontalidad. Evolución de las responsabilidades
de acuerdo a la jurisprudencia de la Cámara Nacional
a los abusos del predisponente. de Apelaciones en lo Civil”, Revista de Derecho Privado
y Comunitario, año 1998, Rubinzal-Culzoni, ISBN 950-
Vale señalar que la finalidad tuitiva propuesta 727-171-6.
por la norma, si bien novedosa, resultaba inefi-
(23) CNCiv., sala en pleno, “Cotton, Moisés D. y otros
caz en la práctica, puesto que en su articulado c/Tutundjian, Simon”, 28/02/1979, voto de la mayoría:
se resolvía que las cláusulas con contenido abu- Dres. Di Pietro, Escuti Pizarro, Collazo, Palmieri, Cifuen-
tes, Alterini, Durañona y Vedia, Raffo Benegas, Yáñez,
(18) MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Acerca de la ley de Speroni, Beltrán. Adhieren con una salvedad asimismo
prehorizontalidad. 1a parte”, JA 1973-614-619; “Acerca de los Dres. Gnecco, Ambrosioni, Cichero, Fliess, Padilla.
la prehorizontalidad. 2a parte”, JA 1973-619-623, y “Acer- Voto por minoría: Dres. De Igarzábal, Vernengo Prack,
ca de la prehorizontalidad. 3a parte”, JA, ps. 614-628. morigerado luego en sus alcances por segundo fallo en
pleno por la Cámara Nacional Civil en “Alvear 1850 S.R.L.
(19) BOQUE, Roberto, ob. cit., p. 216. c Taub Luis s-consignación”, L.L.1985-B-424).

480 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

En efecto, de la lectura del voto mayoritario de chazo de la comunidad jurídica y, sobre todo, de
dicho fallo en pleno, se extrae la conclusión de la ciudadanía en general fue implacable (25).
que, en caso de que el enajenante incumpliera
el régimen obligatorio y de orden público pre- III.2. Sistemas propuestos para la comerciali-
zación de unidades funcionales en construcción
visto en la ley, este se vería privado del derecho
a reclamar a la parte contraria el cumplimiento La regulación ineficaz de la comercialización
de las obligaciones a su cargo —entre ellas, el de las unidades en construcción ha derivado
pago del precio o la resolución contractual—. en que sea la práctica comercial en los hechos
la encargada de desarrollar diversos esquemas,
Y es que en dicho resolutorio se menciona el cada uno con sus matices, valiéndose de la coe-
propósito especial tuitivo perseguido por la nor- xistencia de elementos propios de los derechos
ma y el interés social superior tenido en miras reales, personales, incluso societarios, etc.
por el legislador, motivo por el cual se procuró la
A su vez, cada uno de estos se ha ido com-
aplicación inmediata, imperativa y con carácter
plementando mediante ensayo y error, con al-
irrenunciable de la totalidad de sus preceptos. ternativas y herramientas accesorias, todas con
miras al logro de un sistema eficaz y eficiente,
Lo dispuesto por la doctrina judicial obligato- pero que a su vez no resulte engorroso ni costo-
ria se resume en que, si el propietario enajenan- so para las partes; y por medio del cual se alcan-
te no cumplía con la afectación al régimen de ce la tutela de los intereses en juego, en el marco
prehorizontalidad o, en su caso, con la inscrip- de un equilibro en cuanto a los derechos y obli-
ción registral de las promesas de venta, no po- gaciones de cada uno.
dría exigirles a los adquirentes el cumplimiento
de las obligaciones a su cargo; pero estos sí po- A los fines de contextualizar el esquema selec-
drían frente a aquel. cionado en el presente trabajo, abordaremos, en
forma somera, las diversas alternativas plantea-
Pero ni aun luego de que la jurisprudencia re- das para la estructuración jurídica de la comer-
cialización de unidades funcionales, antes de su
forzara la vigencia de la norma con particular
sometimiento al derecho real de propiedad ho-
impulso esta logró imponerse en la realidad. rizontal (26).
Pues, cuando la norma se aparta de la praxis
(25) En el marco de la elaboración del proyecto de 1998
y pretende determinar conductas, la costumbre,
de unificación del derecho privado, fuente directa del Có-
como en el caso en cuanto al incumplimiento digo Civil y Comercial, la comisión redactora expresó: “...
generalizado, acaba por producir una suerte de En cuanto a la prehorizontalidad, la Ley 19.724 ha provo-
desconocimiento generalizado (24). cado una generalizada repulsa. El complejo sistema que
organiza, es un ejemplo patente de legislación, que lejos
del ideal de armonizar los distintos intereses compro-
De esta manera se conformó un sistema basa- metidos, en definitiva conspira contra todos ellos, pues
do en una norma vigente y válida, pero aun así sin importar una efectiva protección del adquirente, se
ineficaz. constituye en un nuevo obstáculo que desalienta el pro-
ceso de construcción y comercialización de unidades. El
grado de cumplimiento de sus disposiciones es mínimo,
Y es que, más allá de que la regulación del pese a que la jurisprudencia se esforzó para que ese orde-
caso dentro del marco de los derechos persona- namiento tuviera efectiva operatividad en la praxis, pero
les resulta siempre ineficaz e insuficiente, el re- como subiste su vigencia teórica, es ineludible superar la
indefinición y proceder a su derogación y reemplazarlo
por un régimen más elástico y que sea aceptado por la
(24) Expone Cueto Rúa que “...cuando la costumbre realidad negocial”. Cita de BOQUÉ, Roberto, “La prehori-
es no cumplir la prestación, ni aplicar la sanción, ya zontalidad en el Código Civil y Comercial...”, ob. cit., p.
no tenemos más una norma válida”, CUETO RÚA, J. C., 217.
«Derecho Consuetudinario o norma consuetudinaria»,
Anales, Academia Nacional de Derecho y Ciencias So- (26) Se sigue en este aspecto los estudios propuestos
ciales de Bueno Aires, 2a época, año XLIII, nro. 36, 1998, por GATTI, Edmundo y ALTERINI, Jorge Horacio, en
p. 209, en BOQUE, Roberto, La prehorizontalidad en el “Prehorizontalidad. Antecedentes y fundamentos”, La
Código Civil y Comercial..., ob. cit., p. 216. Ley, T. 146-932. En dicho artículo, los autores enumeran

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 481


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

III.2.a. Sistema de venta por empresa En ese sentido, si la venta de las unidades se
concreta posteriormente al sometimiento del
Se denomina de esta manera al esquema de inmueble a la propiedad horizontal, no existirán
comercialización de mayor propagación en la los problemas de comercialización previa, pues
praxis comercial, que descansa en la actividad los eventuales conflictos podrán ser resueltos
del propietario vendedor, quien se ocupa sea en por vía de los derechos reales.
forma directa o indirecta de la edificación, cap-
tando a su vez por su propio obrar, o valiéndose Ahora bien, en la práctica se verifica que
de intermediarios, a los inversores adquirentes el compromiso de parte del desarrollador de
y futuros titulares de las unidades resultantes. transferir las unidades hacia los inversores se
formaliza antes de que el inmueble pase a regu-
De esta manera, la incorporación del inmue- larse por dicho esquema normativo.
ble al régimen de propiedad horizontal deriva
de la actividad y voluntad exclusiva del propie- Y ello funciona así porque habitualmente el
tario, quien construye el edificio en todas sus propietario vende las unidades funcionales an-
partes, y cumple luego las formalidades consti- tes de su finalización, pues a partir de dichas
tutivas requeridas. ventas financia la obra.

Este esquema se estructura casi en forma ex- Y es precisamente por razones comerciales
clusiva con base en derechos personales, valién- que se explica la masificación de este sistema en
dose luego en cada caso, en más o en menos, del la práctica (27).
resto de los mecanismos complementarios a los
fines de conformar sistemas con mayor o menor Pues la enajenación anticipada de unidades
permite al desarrollador reunir los fondos nece-
sofisticación.
sarios para la construcción de la obra, sin nece-
sidad de recurrir a préstamos ni financiaciones
diversos sistemas de comercialización en el marco de la
de terceros extraños a la relación jurídica (28).
prehorizontalidad, distinguiendo como criterio rector
aquellos sistemas que impliquen comercialización o no
de inmuebles; así como los esquemas y las herramien- Paralelamente, los compradores, que recibi-
tas ensayados en la práctica habitual para la tutela de rán la posesión y mucho más la titularidad del
las partes intervinientes. LAJE, Eduardo Jorge, “La pre- bien en forma diferida, se benefician con un
horizontalidad y sus problemas”, AR/DOC/505/2012 precio menor que el que refleja el mercado para
estudia los sistemas de “construcción por consorcio”, unidades terminadas.
así como los “sistemas por empresa” y las denomina-
das “sociedades inmobiliarias”. CAMBET, Jorge Ignacio;
CARLESCHI GIL, César Mariano y VASQUEZ, Gonzalo Y estos a su vez en ocasiones también son in-
Matías, “Contratación inmobiliaria: análisis de tres ca- versores que, llegado el caso, pueden enajenar a
sos prácticos por los cuales se estructurarán desarrollos
inmobiliarios ’desde el pozo’ a través de una sociedad, (27) LAJE, Eduardo Jorge, “La prehorizontalidad...”, ob.
de la transferencia de lote por unidades a construir o de cit., p. 13.
un fideicomiso”, en Revista Notarial, Colegio de Escriba-
nos de la Provincia de Buenos Aires, n°2011, 968 mayo/ (28) Señala Laureano A. Moreira que “...en condiciones
agosto, p. 403-468, realizan un estudio comparativo de de relativa estabilidad monetaria, era corriente que los
los tres sistemas a los fines de identificar su aplicabilidad contratantes pactaran (...) entregando al comprador una
conforme el ordenamiento jurídico actual. MOREIRA, parte del precio, que corrientemente no excedía del diez
Laureano Arturo, Contratos sobre departamentos en por ciento”, pero “...la retracción de la oferta de propie-
construcción, tomo 1, “La comercialización por empresa. dades en el mercado inmobiliario, en buena medida pro-
Los boletos de compraventa. El régimen prehorizontal”, vocada por la inflación monetaria de crónica presencia
Editorial Ábaco, de Rodolfo Depalma, ISBN 950-569-002- en la economía argentina, con sus secuelas en la rápida
9, analiza en su primer tomo la problemática general de pérdida del valor adquisitivo de la moneda y de liquidez
la prehorizontalidad y estudia en forma comparativa los o escasez de dinero, ha llevado a una mayor exigencia
tres sistemas relacionados en su título. MOREIRA, Laure- para la suscripción de los boletos de compraventa”, por lo
ano Arturo, Contratos sobre departamentos en construc- que “...el anticipo del precio que se reclama al comprador
ción, tomo 2, “Construcción por consorcio, condominio suele exceder el treinta por ciento” y “...muchas veces se
o sociedad. Consorcio de empresas”, ISBN. 569-019-3, exige la totalidad del precio”, en MOREIRA, Laureano Ar-
complementa el estudio incorporando el análisis de tales turo, “Contratos sobre departamentos en construcción”,
alternativas. tomo 1..., ob. cit., p. 29.

482 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

terceros los derechos personales, con la posibi- Pues no son los derechos personales los ade-
lidad de obtener una ganancia por la diferencia cuados para tutelar el interés de un comprador
entre lo que abonaron al desarrollador en una de un inmueble.
etapa de la construcción prematura.
No se ignora en el caso que la cosa en sí no
De este modo, el esquema funciona bajo la ór- existe como tal.
bita de la comercialización de derechos perso-
Pero para el comprador, lego en la materia, en
nales, instrumentados habitualmente mediante
ocasiones ahorrista que utiliza el capital acu-
“boletos de compraventa” en los que se estable-
mulado en una vida de trabajo para la obtención
cen las condiciones básicas del contrato y que de una vivienda, lo que subyace en el caso es, ni
resultan típicas de una compraventa, tales como más ni menos, la adquisición de un inmueble.
el precio y la identificación de la cosa.
Pero, en rigor de verdad, mientras uno tiene
Pero, a su vez, se agrega en estos un compro- derecho a una prestación y la expectativa razo-
miso de parte del vendedor de desarrollar la nable de que sea cumplida por su cocontratan-
obra —contrato de obra— y del comprador, en te, la otra conserva en su patrimonio, ni más ni
su caso, de integrar ese futuro consorcio y so- menos, el dominio sobre el inmueble general.
meterse al futuro reglamento de propiedad ho-
rizontal. Por lo tanto, el constructor, como dueño, go-
zará de todas las facultades de disposición so-
El inconveniente de este sistema salta a la vis- bre el bien, incluso a pesar de haber otorgado
ta y no requiere de mayor análisis (29). promesas de compraventa a terceros sobre esas
futuras unidades.
En concreto, necesariamente desde el mo-
mento en que se celebran los contratos de ven- Y si así lo hiciera en perjuicio de los adquiren-
ta hasta que las unidades existen como tales, tes, poco podrían hacer estos en la práctica para
transcurre un tiempo cuya duración depende evitarlo.
de innumerables factores y cuyo éxito depende Tanto menos asimismo podrían hacer en caso
de la intervención de numerosos actores. de que el titular desarrollador no enajenara la
totalidad del bien, pero comercializara en igua-
Durante ese lapso de duración incierta y ries-
les condiciones una unidad futura a un inversor,
gos significativos, el comprador se encuentra en y luego nuevamente a otro. Pues los derechos
una situación de particular vulnerabilidad. personales no tienen debida publicidad ni opo-
nibilidad adecuada (30).
Y el principal factor de riesgo que se mantiene
latente durante esta etapa deriva precisamente Más aún, la circunstancia de ser verdadero ti-
de la génesis de este sistema. tular de dominio sobre la cosa en la que se desa-
rrolla el proyecto hace que, a medida que vaya
(29) Sobre los riesgos y las dificultades surgidos de cumpliendo la obligación a la que él mismo se
la práctica comercial relacionada con esta forma de sometió —con total independencia y en ausen-
contratación ver KIPER, Claudio Marcelo, “Juicio de es- cia de control de parte de los compradores—,
crituración”, 1ª ed. — Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
La Ley, 2017, ISBN 978-987-03-3347-0. El autor resume el
problema general derivado de la forma de contratación (30) “El boleto, aun con fecha cierta, tiene efectos
ligada a la suscripción de boletos de compraventa, ex- relativos, es decir no aprovecha ni perjudica a terceros,
presando: “...Esta forma de contratación, que tiene carta y sólo produce efectos relativos entre las partes y sus
de ciudadanía, no deja de ocasionar problemas, tanto sucesores universales (arts. 959, 1021 y 124 CCyC). Ello
jurídicos como prácticos. Si partimos de la base de que, por no constituir el título suficiente para la adquisición
después de firmar el boleto, el vendedor aún conserva el del derecho real, único que puede tener acceso a la pub-
dominio de la cosa, es obvio que el comprador está ex- licidad registral. Los derechos reales son oponibles erga
puesto a riesgos, pues la cosa podría ser vendida a otro, omnes, pero aquí no hay derecho real, de modo que no
podría ser embargada por los acreedores del vendedor — puede haber oponibilidad absoluta. Se trata en suma, de
privilegiados o no—, podría destruirse, etcétera.”, KIPER, un derecho personal, que sólo produce efectos entre los
Claudio M., ob. cit., p. 36. contratantes”, KIPER, Claudio M., ob. cit., p. 56.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 483


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

los valores que se irán accediendo al inmueble Pero esa protección no es total y deja numero-
general se incorporarán de pleno derecho a su sos vacíos sin respuesta (34).
propio patrimonio.
Pues, en el caso, para que resulte aplicable el
Así entonces, la subsistencia del dominio so- art. 1171, deben cumplirse los requisitos enu-
bre el lote de terreno en cabeza del vendedor, merados por la propia norma y, en ese enten-
a pesar de haberse formalizado promesas de dimiento, surge la especial circunstancia de no
venta bilaterales sobre las futuras unidades re- poder contarse en ningún caso con la posesión
sultantes, genera un contexto apto para la mate- de una cosa que todavía no existe.
rialización de graves riesgos en perjuicio de los
adquirentes, derivados de: a) actos de disposi- Y no se trata de un elemento menor, por cuan-
ción del inmueble general realizados en favor de to precisamente la relación real surge como
terceros de buena fe, sea enajenando el dominio especial requerimiento en oportunidad de im-
o gravando con derechos reales y hasta incluso poner la publicidad posesoria.
personales; b) venta a terceros de unidades ya
enajenadas previamente; y c) la posibilidad de La entrega de la posesión constituye un
que terceros acreedores del desarrollador hagan elemento decisivo de la buena fe del adqui-
valer sus créditos y promuevan medidas de eje- rente (35), y, en el caso, ese recaudo será de im-
cución sobre el inmueble (31). posible materialización.

En principio, las dos primeras contingencias A estas variables expuestas a un significativo


acarrearían situaciones civiles que derivarían vacío legal se suma la no menos relevante cir-
en reclamos por indemnizaciones de parte de cunstancia de la evidente dificultad de la deter-
los compradores hacia el vendedor, y hasta res- minación de la cuantía del precio pagado.
ponsabilidad criminal por haber cometido el
delito de defraudación previsto por el art. 173, quirentes sucesivos; b) el comprador pagó como mínimo
inc. 11 del Cód. Penal (32). el veinticinco por ciento del precio con anterioridad a la
traba de la medida cautelar; c) el boleto tiene fecha cier-
Pero lo cierto es que los perjuicios irroga- ta; d) la adquisición tiene publicidad suficiente, sea regis-
dos muy difícilmente puedan ser debidamente tral, sea posesoria”. A su vez, el art. 1171, y para los casos
de procesos falenciales universales, dispone, bajo el epí-
compensados, sea en la faz pecuniaria y, mucho grafe “Oponibilidad del boleto en el concurso o quiebra”,
más, en cuanto a la frustración de la adquisición que “los boletos de compraventa de inmuebles de fecha
de la vivienda por un adquirente ahorrista de las cierta otorgados a favor de los adquirentes de buena fe
características que antes se referenciaron. son oponibles al concurso o quiebra del vendedor si se
hubiera abonado como mínimo el veinticinco por ciento
De la misma manera, y respecto de la ejecu- del precio. El juez debe disponer que se otorgue la re-
spectiva escritura pública. El comprador puede cumplir
ción que puedan promover los terceros acree- con sus obligaciones en el plazo convenido. En caso de
dores sobre el bien, repárese en que el Código que la prestación a cargo del comprador sea a plazo, debe
Civil y Comercial ha conformado una regula- constituirse hipoteca de primer grado sobre el bien, en
ción particular respecto a los adquirentes de garantía del precio debido”.
bienes inmuebles por boleto de compraventa, (34) Tal es la ineficacia del régimen de los derechos
en los arts. 1170 y 1171 (33). personales a los fines de procurar debida tutela al caso
de estudio, lo que en la letra de Claudio M. Kiper se ex-
(31) LAJE, Eduardo Jorge, “La prehorizontalidad...”, ob. presa en forma clara al referir: “En el Código Civil y Com-
cit., p. 15. ercial actual es indudable que el boleto de compraventa
sólo acuerda un derecho personal a su titular. Si bien la
(32) Ibidem, p. 15. compraventa podrá o no quedar perfeccionada con la
mera suscripción del boleto, esta perfección se refiere a
(33) Dispone el art. 1170, bajo el epígrafe “Boleto de la ’compraventa como tal y queda circunscripta al ámbito
compraventa de inmuebles”: “El derecho del compra- de los derechos personales’; en el campo de los derechos
dor de buena fe tiene prioridad sobre el de terceros que reales, en cambio, la escritura pública es requisito indis-
hayan trabado medidas cautelares sobre el inmueble cutido, por ser lo que disponer el art. 1892 en forma ter-
vendido si: a) el comprador contrató con el titular regis- minante”, KIPER, Claudio M., ob. cit., p. 50.
tral, o puede subrogarse en la posición jurídica de quien
lo hizo mediante un perfecto eslabonamiento con los ad- (35) Ibidem.

484 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

En una venta financiada, a la que a su vez en bajo y captación de la inversión, con más las
ocasiones se le suman mayores costos sobrevi- consideraciones relativas al diseño y distribu-
nientes, deviene especialmente dificultoso po- ción del espacio urbano, todo lo cual no puede
der determinar con certeza el cumplimiento del quedar librado a la voluntad de un emprende-
requisito del pago de al menos el veinticinco por dor-desarrollador sin más.
ciento del valor (36).
III.2.b. Afectación del inmueble al régimen es-
Y si los inconvenientes citados no resultan pecífico
suficientes para descartar el sistema, surge, a
su vez, la contingencia que merece análisis en Al sistema descripto antes se suman diver-
el caso, derivada de la concentración absoluta sos mecanismos y herramientas que, sin llegar
de facultades relacionadas con el devenir de la a conformar esquemas completos para el de-
obra y la percepción de los valores por parte del sarrollo de la etapa de prehorizontalidad, han
desarrollador (37). servido y sirven como instrumentos comple-
mentarios.
Pero, si se quiere elaborar un sistema que
verdaderamente tenga éxito en la práctica y El primero de ellos se refiere a la afectación
verdadera cabida entre los que se verán por él del inmueble, entendida como la destinación
afectados, no se puede cometer el error históri- de este a un fin determinado mediante una de-
claración unilateral por parte de su titular (38).
co de concentrar la mirada exclusivamente en
una de las partes del negocio, haciendo caso Esta declaración, dependiendo de la norma-
omiso de la otra parte o hasta de la comunidad tiva, se inscribe en el Registro de la Propiedad
en general. Inmueble de la jurisdicción del bien, afectando
la cosa a la destinación específica relacionada
Y es que la situación del vendedor, si bien a
con la construcción y comercialización de uni-
simple vista aparece como ideal, claro está que
dades (39).
en el esquema imperante tendrá en su patrimo-
nio un desarrollo habitacional completo, que Así, los efectos jurídicos de este instituto po-
lo expondrá frente a sus acreedores por títulos drán ser más o menos amplios, según el criterio
extraños a la operatoria; como a cualquier vici- que se siga en la legislación que lo consagra.
situd a que pueda verse involucrado personal-
mente y que comprometa el proyecto. Se trata de una herramienta cuya finalidad
reside en dar a conocer a la comunidad la in-
Ello sin considerar las consecuencias impo- tención de someter el inmueble al régimen de
sitivas y fiscales de quien resulta titular de un propiedad horizontal, con consecuencias que
desarrollo urbanístico de proporciones signifi- van desde la mera publicidad hasta la interdic-
cativas. ción de su comercialización por vías diversas a
las publicitadas; y hasta en ocasiones la confor-
De la misma manera, la sociedad en general
se ve expuesta, pues, si en algo se ha logrado
(38) La ley 14.005 de Venta de Inmuebles Fracciona-
un acuerdo por parte de la comunidad jurídica dos en Lotes pagaderos a plazos propuso como novedad
toda, es en que los derechos reales hacen al in- este sistema, que posteriormente sería replicado en la ley
terés más íntimo de un Estado. 19.724 de Prehorizontalidad. En el texto de la primera
se dispuso la afectación del bien al régimen específico
Y el caso en particular trata de uno de los ru- antes de instrumentar las ventas a terceros interesados.
bros que concentra mayor producción de tra- En el caso, aclara Claudio M. Kiper que, “realizada la an-
otación en el Registro de la declaración de voluntad, el
propietario estará en condiciones de contratar la venta
(36) En comentario al art. 1170 del Código Civil y Co- en lotes con cada uno de los compradores. La inscripción
mercial, aclara con meridiana claridad Claudio M. Kiper registral inhibirá al propietario para su enajenación en
que “no habrá protección para el comprador que haya forma distinta a la prevista en esta ley, salvo el caso de
pagado menos o nada”, KIPER, Claudio M., ob. cit., p. 88. desistimiento expresado por escrito ante el Registro de la
Propiedad Inmueble...”, KIPER, Claudio M., ob. cit., p. 203.
(37) LAJE, Eduardo Jorge, “La prehorizontalidad...”, ob.
cit., p. 16. (39) HIGHTON DE NOLASCO, Elena I., ob. cit., p. 702.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 485


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

mación de un verdadero patrimonio de afecta- nes, la registración hace inoponible al compra-


ción equiparable a la propiedad fiduciaria (40). dor los gravámenes posteriores a que sometió el
inmueble el titular registral; o hasta impide nue-
Su utilidad también variará en la práctica, vas ventas sobre la misma unidad futura.
pues como remedio aislado poco podrá aportar
al proceso de comercialización, pero integrado En este punto, conviene señalar que la críti-
a un sistema orgánico puede servir de punto de ca más relevante que se hace a este esquema se
partida para la protección de las partes (41). concentra en el hecho de que, aun mediando re-
gistración, el boleto es un instrumento privado
III.2.c. Inscripción de instrumentos privados obligacional ajeno a las constancias contenidas
de compraventa en los registros públicos inmobiliarios, que es-
tán pensados en su génesis para receptar títulos
Históricamente fue este el esquema tutelar constitutivos de derechos reales y sus posterio-
con mayor aceptación de parte del legislador en res mutaciones.
nuestro país, y aquel que, complementado con
el sistema de afectación del lote de terreno al ré- Y es que, en efecto, la anotación de un instru-
gimen, se impuso en la normativa, mas no en la mento privado, aun contando con disposiciones
práctica comercial (42). técnico-registrales por parte del registro corres-
pondiente, solo implica dotar de publicidad a
Una vez más, al igual que el esquema relacio- un derecho personal de un adquirente de una
nado en el punto precedente, los efectos de la
prestación (43).
registración de los instrumentos privados de ad-
quisición resultan variables según la norma que Y es en este punto en el que corresponde dejar
lo consagre. asentadas la posición que servirá de fundamen-
to pilar para el descarte del sistema ahora tra-
Así, mientras algunos otorgan preferencia al
tado, y la propuesta de consagrar un verdadero
titular inscripto frente a otros acreedores del
sistema sostenido en la estructura de los dere-
enajenante sobre el bien adquirido, en ocasio-
chos reales.
(40) Señalan Gatti-Alterini que “...esos efectos pueden Pues la registración de los boletos bajo cual-
variar desde la simple publicidad-noticia, que obligará o quiera de los proyectos y leyes que se han su-
no a su mantenimiento durante cierto plazo, a la indis-
ponibilidad de la cosa con diferente destinación, y hasta cedido ha tenido como objeto investir estos
la inejecutabilidad por los acreedores del propietario af- instrumentos de los efectos similares a los pro-
ectante”. En GATTI, Edmundo y ALTERINI, Jorge Horacio, pios de los derechos reales.
en Prehorizontalidad. Antecedentes y fundamentos...,
ob. cit., p. 1108. Y si lo que se procura es dotar de efectos rea-
(41) Este sistema fue adoptado en diversos anteceden- les a un derecho personal, por qué no atribuir
tes legislativos en nuestro país a lo largo de la historia, a los adquirentes un verdadero derecho real,
verificándose como primer antecedente relevante el de lo cual representaría en consecuencia una res-
la ley 14.005 de Venta de Lotes a Plazos, como así también puesta mucho más lógica y técnica atento al or-
el decreto nacional 9032/63, que nunca tendría operativi- denamiento jurídico de que se trata (44).
dad, encontrando su más acabada sistematización en el
art. 1° de la ley 19.724 — ver supra “a).2.- Ley de Prehori-
zontalidad 19.724”. (43) MOREIRA, Laureano A., “Bases para un nuevo ré-
gimen prehorizontal”, Revista del Notariado, 756-1635, en
(42) Los doctores Gatti-Alterini reseñan los diversos cita de HIGHTON DE NOLASCO, Elena I., ob. cit., p. 702.
proyectos de ley y decretos reglamentarios que se su-
cedieron entre finales de la década de 1960 y 1970, todos (44) La insistencia en la consolidación de un derecho
los cuales, con diversas variantes, descansaban su func- real desde el inicio del desarrollo del negocio fue opor-
ionamiento en el régimen de afectación del inmueble, y tunamente señalada por Jorge H. Alterini y Edmundo
la posterior registración de los boletos de compraventa Gatti al exponer el anteproyecto de ley de su autoría en el
de los adquirentes, a los fines de dotar de publicidad y marco del Congreso Argentino de la Prehorizontalidad,
oponibilidad a los derechos personales nacidos de tales cuyo plenario se expuso en octubre de 1970, en el que la
operaciones. En GATTI, Edmundo y ALTERINI, Jorge H., Comisión n°1 expuso en la recomendación n°1 que “una
“Prehorizontalidad y boleto de compraventa... “, ob. cit., forma máxima de proteger al comprador y al vendedor
p. 151 en adelante. en propiedad horizontal es asegurar el inmediato otorga-

486 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Por otra parte, abstraerse de la realidad pue- lidad en razón de la autoridad que lo dictó (45),
de llevar a la conformación de un sistema que lo que se impone en el caso es la tacha inmedia-
sirva para los claustros de investigación y para ta por controvertir la jerarquía normativa al mo-
las disputas teóricas, pero que nada aporte a la dificar el régimen de oponibilidad de los boletos
praxis. de compraventa que reguló el Código Civil y Co-
mercial en los antes referidos arts. 1170 y 1171.
Y es que, si bien el sistema de registración de
boletos, previa afectación del bien al régimen, Pues, en el caso, el decreto relacionado dis-
ha sido el mecanismo que se ha impuesto en los pone que el registro tome nota de los boletos de
diversos proyectos y leyes a lo largo de la histo- compraventa (46), disponiendo a su vez, para
ria vernácula, no puede perderse de vista que, el caso de la prehorizontalidad, que la solici-
en casi seis décadas desde su primera imple- tud de inscripción de tales boletos deberá estar
mentación, jamás se ha logrado imponer en la acompañada por la escritura en la que conste
práctica. la decisión del titular de afectar el inmueble al
régimen de propiedad horizontal, al modelo de
Ni aun cuando por ley de orden público se la ley 19.724, cuya ineficacia ya quedó acabada-
sancionó su incumplimiento con penas de pri- mente acreditada.
sión; reforzada luego con plenarios vinculantes
que poco lograron en los hechos. III.2.d. Sistemas de control y supervisión por
los adquirentes
Párrafo aparte, merece traerse a considera-
ción el decreto 962/2018 dictado por el Poder Se señaló antes que uno de los inconvenien-
Ejecutivo Nacional, por medio del cual se regla- tes nacidos del sistema de comercialización por
mentó para el ámbito de la Ciudad de Buenos empresa radica en la concentración de la opera-
Aires la Ley Nacional Registral 17.801. toria en su integridad en el propietario-desarro-
llador, lo que deriva en un alejamiento total del
Por medio del citado, y a más de las conside- adquirente respecto de cualquiera de los aspec-
raciones acerca de su evidente inconstituciona- tos relacionados con la obra y su ejecución, así
como del destino de los fondos y del resto de las
miento de un título de propiedad, o sea mediante escri- circunstancias.
tura traslativa de dominio que vincule al comprador con
la cosa. Con ello se evitará la constitución de gravámenes (45) Estudia el caso con particular atención el doctor
o actos de disposición en desconocimiento del compra- Luis F. Leiva Fernández, quien advierte, entre otras con-
dor, así como los perjuicios ocasionados por la falencia sideraciones al respecto, que, además de ser la materia
del vendedor-constructor. Se rechaza, por tanto, la in- registral inmobiliaria de carácter local, por preexistir a la
scripción de boletos o contratos de compraventa, porque Constitución Nacional de 1853-1860, debe sumarse que
se pretende que l garantía no quede en el campo obliga- desde 1994 la ciudad de Buenos Aires ejerce una juris-
cional. La inscripción no agrega garantía alguna. En el dicción local y autónoma, por lo cual cualquier medida
boleto de compraventa no se da tampoco el necesario de esa naturaleza debería ser dictada por tal entidad, sea
asesoramiento jurídico”, en GATTI, Edmundo y ALTERI- en el marco de su legislatura como eventualmente por
NI, Jorge H., “Prehorizontalidad y boleto de compraven- parte del Poder Ejecutivo local. No obstante ello, señala
ta... “, ob. cit., p. 325. Y en idéntico sentido profundizó la el citado que la ley 24.588 dispuso en su art. 10 que “el
Comisión nº2 del señalado simposio, que concluyó que Registro de la Propiedad Inmueble y la Inspección Gen-
“se participa en general, de la idea de la necesaria exis- eral de Justicia continuarán en la jurisdicción del Estado
tencia de un condominio especial y temporal, sobre las Nacional”, todo lo cual, insiste, hace eventualmente que
partes indivisas del inmueble, vinculado a la compraven- el decreto de análisis se ajuste a la ley, aunque no a la
ta por afectación al régimen, anotado en el registro de la Constitución. En LEIVA FERNANDEZ, Luis F. P., “La in-
propiedad inmueble que corresponda a la ubicación del scripción de boletos de compraventa sobre unidades fu-
bien”, en Opinión en la 2ª edición de ALTERINI, Jorge H. turas”, AR/DOC/2793/2018.
y ALTERINI, Ignacio E., en ALTERINI, Jorge H. (director
general) y ALTERINI, Ignacio E. (coordinador) , Código (46) En verdad lo hace con especial carácter impera-
Civil y Comercial comentado. Tratado exegético, La Ley, tivo al disponer en su art. 1 que “...el Registro tomará
Buenos Aires, 2019, 3ª ed., tomo IX (director del tomo: nota...- Texto según decreto nacional 962/2018. LEIVA
Nelson G. A. Cossari), p. 1119. FERNANDEZ, Luis F. P., ob. cit., p. 3.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 487


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Pues bien, a los fines de remediar esa caren- llevado a algunos autores a la consagración de
cia, parte de la doctrina sostuvo la conveniencia la figura del dominio potencial sostenido en la
de que, sea por ley o incluyendo la alternativa en idea de la venta de un cubo de aire.
los contratos que vinculan a las partes, se con-
forme una especie de comisión o preconsorcio Bajo esta tesis, se aceptaría que, a pesar de
de inversores para la supervisión de la actividad la inexistencia actual de los departamentos en
del desarrollador (47), tanto desde el punto de la oportunidad de la firma de los compromi-
vista jurídico como de los aspectos financieros y sos de venta, nada obstaría a que el régimen de
hasta técnicos de la obra. propiedad horizontal pudiera dar inicio con el
otorgamiento de la escritura de reglamento de
Y, si bien los autores que impulsan esta idea propiedad horizontal y con su inscripción en el
en general no reniegan que dicha vigilancia registro. (49)
puede atentar contra la libertad del desarrollista
en el desempeño de su tarea, concluyen igual- Pero en el caso, resulta ineludible el obstáculo
mente que en tal caso se trata de un escollo que de que el edificio y las respectivas unidades fun-
debe ser considerado un precio mínimo en aras cionales solo existen en los planos proyectados,
de la seguridad que el sistema reclama (48). pero no en la realidad.

Y es que ese control y vigilancia reconoce De tal modo, vale reiterar que, no siendo el
también fundamentos jurídicos relacionados objeto inmediato del vínculo una cosa, no pue-
con el derecho de información a los adquiren- de, por lo tanto, ser objeto de derechos reales.
tes, en cuanto consumidores, respecto del modo
en que el constructor va cumpliendo sus obliga- Así entonces, mientras el derecho personal
ciones. tiene como centro de interés una conducta del
obligado —sea de dar, hacer o no hacer—, en los
En ese marco, las diversas propuestas han va- derechos reales, el objeto inmediato es la cosa
riado desde el apoderamiento de un tercero hasta determinada, de existencia actual, y sobre la
la conformación de una asamblea de copropieta- cual su titular tiene potestades directamente y
rios con verdaderas funciones de auditor. sin la intervención de terceros.
Pero, más allá de eso, la mejor de las garantías Y al no existir la cosa, del mismo modo, mal
de los adquirentes no se debe buscar en even- puede haber posesión sobre esta, requisito fun-
tuales facultades de vigilancia de extremos que damental para el ejercicio del derecho real de
exceden su comprensión. propiedad horizontal (50).
Será un sistema de comercialización eficaz
(49) Esta teoría reconoce su basamento legal para la
basado en las facultades de persecución y pre- registración del reglamento, aun cuando el edificio se
ferencia, y en la oponibilidad erga omnes de los encuentra proyectado pero no construido, en el decreto
derechos reales; respaldada en un contrato de nacional 18.732, reglamentario de la ley 13.512 y que am-
obra con el que se vincule en forma inescindi- pliaba su alcance a los edificios “a construir”, al igual que
ble, al modo de los contratos conexos, aquel en su par de la provincia de Buenos Aires, mediante decreto
2489/1963, según supra “Antecedentes: Breve reseña de
el que las partes encontrarán verdadera tutela las diversas propuestas de estructuración jurídica de la
frente al riesgo que ahora se analiza. negociación inmobiliaria durante la Prehorizontalidad.
A) Antecedentes Legislativos. a).1.- Reglamentaciones
III.2.e. Transmisión del dominio potencial o locales”.
la venta del “cubo de aire”
(50) Critica esta postura Néstor J. Otonello, quien en-
cuentra en la tradición el obstáculo insalvable que hace
La inquietud de la doctrina por investir al ad- al defecto genético del sistema de prehorizontalidad,
quirente de un derecho real sobre la cosa ha y cuya derogación resultaría requisito previo para la
elaboración de un esquema de tutela de los adquiren-
(47) LAJE, Eduardo Jorge, “La prehorizontalidad...”, ob. tes. El autor reclama una regulación particularizada de
cit., p. 16. la comercialización de unidades a construir, en la que se
exceptúe del requisito de la tradición para la mutación
(48) Ibidem, p. 17. de los derechos reales, en el entendimiento de que “...

488 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Se impone de tal modo hoy en día la doctrina Resulta evidente que la suscripción de títu-
que considera que el edificio no terminado no los de valor incausados por el total del precio
puede ser objeto de derecho real de propiedad adeudado aparece como uno de los factores ge-
horizontal, y que, por lo tanto, si de derechos neradores de mayores riesgos en cuanto a los in-
reales se tratara, únicamente podría recaer este tereses de los compradores.
sobre el terreno en el que se asienta la obra, mas
El verdadero factor que interesa en el caso res-
no sobre sus proyectadas unidades.
ponde a la propia naturaleza del título, puesto que,
III.2.f. Regulación de la emisión de pagarés en caso de su ejecución por la vía judicial, sea por
el propio desarrollador o por un tercero, expone
A las mencionadas dificultades que se les pre- en forma categórica al obligado adquirente.
sentan a los adquirentes en oportunidad de la
El análisis de la cuestión resulta particular-
adquisición de una unidad aún no construida se
mente delicado.
les suma la costumbre mercantil de parte de al-
gunas empresas de otorgar plazos para el pago Existe una coincidencia generalizada en que
del precio total, financiando de esa manera la las ventajas del sistema de garantización de
compra por parte de los primeros. créditos a través de títulos de ágil circulación y
ejecución imponen que no deba prohibirse sin
La propuesta se presenta en apariencia bene- más la documentación de los saldos de precio
ficiosa y conveniente para los inversores, pues con los alcances propios del derecho común;
encuentran en la modalidad de contratación pues ello atentaría directamente contra la posi-
presentada facilidades de acceso a partir de pro- bilidad de financiación de las obras (51).
gramas de financiación y pagos a plazo.
Es por ello que se reclama una atención es-
Pero, como contracara, existe una práctica pecialmente cuidadosa del tema, pues por pro-
comercial orientada a garantizar sus créditos teger a los adquirentes se puede caer en un
exigiendo a los adquirentes la suscripción de tí- desequilibro para aquellos que verdaderamente
tulos circulatorios por el importe de las sucesi- utilizan estos pagarés como instrumentos para
vas cuotas, hasta completar el saldo total. la financiación de la obra (52).

Y en este caso, en una enumeración que no


la obligatoriedad de la llamada jurídicamente tradición
(...) es anacrónica, milenaria y trasegada”, citando en su
pretende ser exhaustiva, se han propuesto di-
obra a Alsina Atienza, quien critica la reforma del código versas soluciones de interés al tema, que oscilan
velezano por la ley 17.711, al manifestar: “de todas las entre la limitación de los períodos por los que
reformas parciales que pudiera reclamar el Código de los vendedores pueden exigir los pagarés y hasta
Vélez, la más incuestionable (...) y que hubiera bastado la novedosa propuesta de prohibir todo pagaré
por sí sola para realizar obra imperecedera, fincada en
una amplia y perfecta publicidad inmobiliaria (...) la distinto de aquel con origen hipotecario y cuyo
tradición carece de permanencia”. De esta manera, el au- primer endoso se efectúe a favor de bancos o
tor expone: “¿Por qué no intentar la solución del prob- entidades financieras autorizadas (53).
lema de marras suprimiendo el ’contrato preliminar’
(boleto) y la obligación de efectuar la tradición impuesta
(...) yendo directamente a la escritura registrable?”. De tal (51) LAJE, Eduardo Jorge, “La prehorizontalidad...”, ob.
manera, considera que el obstáculo insalvable reside en cit., p. 20.
la tradición, proponiendo en consecuencia su reemplazo (52) HIGHTON DE NOLASCO, Elena I., “Propiedad
por la inscripción registral como modo suficiente. En horizontal y prehorizontalidad... “, ob. cit., p. 702.
OTTONELO, Néstor Jorge, “Compraventa de inmuebles
a construir. Proyecto (primera parte)”, Revista del Notari- (53) Entienden de este modo Gatti-Alterini que atenta
ado, Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, la función de estos entes y el especial control y fiscal-
n°1992, 828 enero/marzo; “Compraventa de inmuebles ización estatal los ubica en circunstancias especialmente
a construir. Proyecto (segunda parte)”, n°1992, 828 abril/ ventajosas para hacer de intermediadores en la actividad
julio; y OTTONELO, Néstor J., “Compra-venta de inm- de financiación del negocio propuesto. En GATTI, Ed-
uebles a construir”, El Derecho Jurisprudencia General, mundo y ALTERINI, Jorge Horacio, en “Prehorizontali-
Universidad Católica Argentina, n°1992, 148, p. 964. dad. Antecedentes y fundamentos...”, ob. cit., p. 1117.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 489


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

III.2.g. El fideicomiso inmobiliario Así entonces, tenemos inversores que ocupa-


rán la figura de fiduciantes, por aportar bienes al
A partir del año 2002, y luego de la crisis so- fideicomiso, sea el lote de terreno, sea dinero o
cial y económica de nuestro país, el impulso de hasta servicios de utilidad para el desarrollo de
la construcción de inmuebles tuvo el fideicomi- la obra.
so como protagonista casi excluyente.
Dichos bienes pasan a conformar un patrimo-
Pese a que la ley 24.441 no distinguió en sus nio de afectación a un destino específico rela-
diversas variantes del contrato de fideicomiso cionado con la construcción de una obra edilicia
el que se analiza ahora, la práctica empresarial por parte de un desarrollador, que usualmente
ha concebido algunos esquemas contractuales ocupará la figura de fiduciario, suscribiendo en-
a partir de esta figura (54). tre las partes un contrato por el que se les pread-
judican —prometen— las unidades resultantes
En sus diversas variables, el denominado fi- a los beneficiarios y futuros fideicomisarios.
deicomiso de administración reconoció varios
Asimismo, pueden incorporarse sucesiva-
modelos recurrentes que dieron como origen a mente a lo largo del desarrollo del emprendi-
este tipo de mecanismo masificado, y que se in- miento nuevos fiduciantes que aporten bienes
dividualizaría como fideicomiso inmobiliario o a cambio de asumir la posición de beneficiarios
de construcción. y fideicomisarios en relación con unidades con-
cretas (56).
La doctrina reconoce en la etapa posterior a
la crisis de principio de milenio las causas que Y todo ello sostenido en la especial confianza
dieron origen a la generalización de este contra- —fiducia— en la que el sistema descansa, en la
to, debido al crecimiento de la construcción y a selección de un fiduciario, como aquel que ad-
la posibilidad de inversión en inmuebles como quiere los bienes entregados por los fiduciantes
alternativa segura frente a un escenario macro- y que tiene a su cargo la gestión del fideicomiso
económico aún incierto y confuso (55). para obtener los fines propuestos.

Yendo al tratamiento del instituto, si bien los Y esta persona, humana o jurídica, actúa en
esquemas han variado en determinados aspec- nombre propio y por cuenta propia, en benefi-
tos, lo usual es que los fiduciantes —inversores— cio de otra persona, y en calidad de titular de un
aporten al fideicomiso la propiedad fiduciaria derecho real de dominio imperfecto asociado a
la manda fiduciaria.
de determinados bienes, a fin de que estos sean
administrados por un fiduciario, quien se obliga Ahora bien, en lo que aquí interesa, una vez
a hacerlo en beneficio de quien se designa en el más se trata de un mecanismo sostenido bajo la
contrato —beneficiarios—, y a transmitirlo una estructura de los derechos personales.
vez cumplido el plazo o la condición al fiducian-
te, beneficiario o fideicomisario. La diferencia relevante en el punto es que una
de las características definitorias del fideicomi-
(54) Ver tema ampliado y profundizado en capítulo so es que los bienes integrantes del patrimonio
“Contrato de fideicomiso” en AICEGA, María Valentina y fiduciario constituyen un patrimonio separado
GÓMEZ LEO, Osvaldo, en ALTERINI, Jorge H. (director del patrimonio personal del fiduciario, del fidu-
general) y ALTERINI, Ignacio E. (coordinador), Código ciante, del beneficiario y el fideicomisario.
Civil y Comercial comentado. Tratado exegético, La Ley,
Buenos Aires, 2019, 3ª ed., tomo VII (directores del tomo:
Por lo que los bienes fideicomitidos quedarán
María Valentina Aicega, Osvaldo Gómez Leo y Luis. F. P.
Leiva Fernández), ps. 1095 y ss. exentos de la acción de los acreedores de estos.
(55) Coincide en este aspecto MOLINA SADOVAL, Car- Pero, no obstante ello, los riesgos no por ello
los A., “La protección del adquirente de unidades funcio- son descartables, toda vez que las facultades de
nales y el fideicomiso inmobiliario”, AR/DOC/2686/2007;
e igualmente CAMBET, Jorge Ignacio, “Contratación in-
mobiliaria...”, ob. cit., p. 444. (56) MOLINA SANDOVAL, Carlos A., ob. cit., p. 2.

490 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

disposición del titular del dominio fiduciario de los derechos personales, con las vicisitudes y
son casi las mismas que las de un dueño perfec- vacíos que en el caso importan y que persuaden
to, con la única diferencia del tope temporario, de su contraindicación.
con más los límites previstos por las partes en el
contrato, la finalidad del fideicomiso y las pau- III.2.h. La construcción por sociedades inmo-
tas de conducta exigidas como buen hombre de biliarias
negocios, con los estándares contenidos en el
Este esquema se configura con base en la
código (57).
constitución, entre los interesados en la adqui-
Pero en el caso que interesa, la limitación que sición, de un inmueble para la comercialización
preocupa no es la de disponer de la propiedad de unidades funcionales de una persona colec-
en sí misma, pues ningún tercero podrá alegar tiva, cualquiera sea la forma que esta adopte.
desconocer que lo que adquirió al fiduciario era De esta manera, la persona jurídica creada al
un dominio de esas características, según así efecto se convierte en titular del terreno, con un
consta de acuerdo con la publicidad registral e estatuto que prevé en su objeto social dicho fin y
incluso cartular. cuya participación social entre los diversos miem-
bros resulta proporcional al coeficiente de su futu-
En el caso, una vez más, la inquietud radica en
ra unidad en relación con la totalidad del proyecto.
la facultad del fiduciario de enajenar unidades
funcionales a terceros, previas a la finalización La propuesta, entonces, bajo la denominación
del proyecto. genérica de sociedades inmobiliarias, inviste a
los adquirentes como socios del ente, cuyo úni-
Y es que esa facultad es precisamente una de
co objeto se agota en la adquisición del terreno
las principales del fiduciario a los fines de admi-
y la construcción del edificio (58).
nistrar el patrimonio y cumplir con la manda es-
pecífica, recaudando capitales que le permitan Una vez terminado el edificio, y nacido el es-
finalizar la obra. tado de propiedad horizontal mediante el otor-
gamiento del reglamento respectivo, se disuelve
Tales incorporaciones suelen instrumentarse la sociedad y se adjudican, por medio de la liqui-
por la vía de contratos de adhesión al fideicomi- dación del ente, las unidades a sus exsocios (59).
so, por instrumentos privados que solo generan
derechos personales, y sin la debida publicidad Las críticas de este sistema se imponen desde
suficiente. la rama comercial del derecho, que destaca que
es imposible crear en forma artificial la vocación
Todo lo cual nos ubica en un sistema de carac- asociativa requerida para conformar el ente.
terísticas casi idénticas al esquema de construc-
ción por empresas, con la única salvedad de la Asimismo, se debate en torno a que no existe
conformación de un patrimonio de afectación. aparentemente un ánimo de lucro identificable.

Y es esta razón en definitiva por la que se des- Pues, si bien existe un interés legítimo de los
carta en el caso el recurso a esta figura, no obs- socios en cuanto a la posibilidad de hacerse de
tante reconocer su masividad y difusión en la la unidad adquirida, ello no tiene la verdadera
práctica. significación que las sociedades comerciales
exigen, motivo por el cual no se ajustarían a la
Pues, si bien el aporte relacionado con la se- Ley General de Sociedades.
guridad hacia los inversores, en comparación al
modelo basado en boletos de compraventa, re- (58) GATTI, Edmundo y ALTERINI, Jorge Horacio, en
sulta significativo, seguimos dentro del ámbito “Prehorizontalidad. Antecedentes y fundamentos... “, ob.
cit., p. 1106.
(57) CAMBET, Jorge Ignacio, ob. cit., p. 450. (59) HIGHTON DE NOLASCO, Elena I., ob. cit., p. 701.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 491


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

III.3. La propuesta del Código Civil y Comer- tendría la aptitud suficiente para dar atención al
cial. El seguro o aval bancario problema de marras.

Con la sanción del Código Civil y Comercial, Y es que el espíritu de la nueva normativa per-
el legislador se propuso optar por una solución sigue proteger los derechos de estos con una
diametralmente opuesta. herramienta que les permita recuperar lo inver-
tido ante el eventual fracaso de la operación, en
De esta manera, tiene nacimiento la regula- el modo más expedito posible.
ción ahora incorporada al capítulo 10 del títu-
lo V, que, en solo tres artículos —2070 a 2072—, Y en esa línea, el medio que eligió el legislador
promueve un nuevo régimen para la tutela de fue el del establecimiento de un procedimien-
las partes en contratos preliminares suscriptos to en apariencia sencillo y ágil, consistente en
para la comercialización de unidades en cons- la contratación de un seguro que cubriera tales
trucción, celebrados antes de la constitución de incumplimientos.
la propiedad horizontal (60).
Vale destacar que el seguro de caución su-
La nueva regulación dispuso la eliminación pone una contratación compleja sostenida en
de todo mecanismo de publicidad registral en la existencia de tres sujetos: a) un tomador del
materia de prehorizontalidad. seguro, que es quien lo contrata —en el caso, el
desarrollador—; b) un asegurador, que es quien
De esta manera, se considera que se ha op- cumplirá la prestación asegurada en caso de
tado por un sistema mucho más simplificado, que se materialice el incumplimiento por par-
consistente en cargar al desarrollador con la te del tomador; y c) un asegurado, representa-
obligación de contratar un seguro a favor del do por el inversor titular del derecho creditorio
adquirente con quien suscriba un contrato de y quien en definitiva resulta titular del interés le-
compraventa, a fin de cubrir el riesgo frente al gítimamente protegido por el seguro (63).
eventual fracaso de la operación (61).
En términos claros, la caución opera en el
A su vez, siguiendo los lineamientos del fallo caso como una garantía o refuerzo del crédito,
plenario “Cotton” (62), se dispuso que, ante el bajo la forma y modalidad de un contrato de se-
supuesto de incumplimiento de la relacionada guro (64).
obligación por parte del enajenante, se sancio-
naría a este privándolo de todo derecho a exigir Así entonces, el riesgo asegurado será el even-
al adquirente el cumplimiento de sus obligacio- to dañoso previsto en el contrato, que en el caso
nes recíprocas. supone el eventual incumplimiento de las obli-
gaciones contractuales asumidas por el desarro-
Así las cosas, la pregunta que ha surgido casi llador, y que en la misma línea se erige como el
con inmediatez en la doctrina especializada es siniestro cubierto.
si el nuevo régimen pergeñado por el legislador
(63) Conforme LÓPEZ SAAVEDRA, D. M., en Mar-
(60) Agrega Roberto Boqué que “...esta modificación torell, E. E. (director), “Tratado de derecho comercial”,
no solo supone la derogación de la ley 19.724, sino tam- La Ley, Buenos Aires, 2010, p. 765 y siguientes, en cita
bién de todas las normas tanto nacionales como locales de BOQUÉ, Roberto, “La prehorizontalidad en el Código
que existían sobre la materia, y que pretendían —incor- Civil y Comercial...”, ob. cit., p. 220.
rectamente para nosotros— reglamentar la derogada ley (64) Alicia Repún detalla el funcionamiento de esta
13.512. Lo que incluye también las normas de naturaleza garantía bajo el siguiente esquema: “El garantizado es
registral dictadas en concordancia con aquellas”, en BO- un tercero beneficiario, en este caso el comprador. El
QUÉ, Roberto, “La prehorizontalidad en el Código Civil y tomador del seguro y obligado al pago de la póliza será
Comercial...”, ob. cit., p. 217. el vendedor. Se trata de un seguro de aval, en donde el
(61) REPUN, Alicia, “Nuevo régimen de prehorizontal- tomador asegura al acreedor el cumplimiento de su ob-
idad”, Revista de Derecho Privado Comunitario, nº2018 , ligación, constituyendo a este último en el asegurado
p. 96. de este negocio jurídico especial, por ser complemen-
tario del principal cuyo cumplimiento se garantiza”, en
(62) CNCiv., sala en pleno, “Cotton, Moisés D. y otros REPÚN, Alicia, «Nuevo régimen de prehorizontalidad...»,
c/Tutundjian, Simon”, 28/02/1979. ob. cit., p. 100.

492 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Y el límite asegurado, es decir, el monto máxi- Y esto se aclara, pues la suma asegurada, para
mo cubierto por la aseguradora frente al acaeci- el caso de incumplimiento, es el límite de res-
miento del hecho dañoso previsto como riesgo, ponsabilidad del asegurador, con total indepen-
quedará definido previamente en el contrato. dencia de los daños efectivamente sufridos.

Otro punto a destacar se refiere a la obligación Y si existiera un saldo, que en la praxis no pa-
al pago del mismo. Pues, tratándose de un se- reciera haber mayores dudas de que lo habrá,
guro de caución, la prima recae en el tomador y deberá afrontarlo el desarrollador, cuya solven-
desarrollador. cia aparece como severamente cuestionable en
caso de materializarse un siniestro de la magni-
Es por tal motivo que, a diferencia de las otras tud del que se analiza en el caso (66).
modalidades de seguros, la falta de pago en el
caso no acarrea la suspensión de la cobertura. Así, quien adquirió una unidad bajo esta mo-
dalidad difícilmente pueda acceder años des-
Y es que en el seguro de caución la garantía es pués de su inversión original a un inmueble de
irrevocable (65). iguales características al que adquirió en la pri-
mera oportunidad. Mucho más en el contexto
Ahora bien, el primer cuestionamiento que macroeconómico local.
surge a la hora del análisis corresponde preci-
samente al límite relacionado con el riesgo ase- Pero la crítica no se detiene en ese punto, pues
gurable. destaca la doctrina que el mercado asegurador se
enfrenta a una decisión dilemática a partir de la
Ello por cuanto del cuerpo del art. 2071 se regulación impuesta (67), pues se abre frente a
desprende que la cobertura comprende el rein- él un segmento asegurable de enorme magnitud.
tegro de las cuotas abonadas con más un interés
retributivo o, en su caso, la liberación de todos Pero, frente a las oportunidades verificables,
los gravámenes que el adquirente no asumió en se individualiza un esquema de aseguramiento
el contrato preliminar. de riesgos particularmente complejos (68).
Pero no puede ignorarse que, verificado el si-
(66) Y es que, no obstante el límite asegurado, el
niestro —o sea, el incumplimiento del contrato contratante consumidor que resulta perjudicado por el
por parte del desarrollador— claro está que el incumplimiento de la contraria tendrá derecho a la repa-
perjuicio económico que padecerá el adquiren- ración integral del daño propuesta por el art. 1082 Cód.
te será considerable. Civ. y Com. Pero, aun así, en la práctica, dicha compen-
sación se verá severamente vulnerada al fijarse un límite
Baste al efecto tener en cuenta que la resolu- de cobertura en la norma de análisis, conf. art. 2071 del
Cód. Civ. y Com.
ción de un contrato de compraventa cuyo objeto
resultan unidades funcionales en un emprendi- (67) REPUN, Alicia, “Nuevo régimen de prehorizon-
miento urbanístico puede ser motor de una se- talidad...”, ob. cit., p. 103.
rie de daños indemnizables que en la práctica (68) Dice Mario E. Kaminker que “...de las averigua-
rebalsarían en mucho las sumas dadas en pago ciones efectuadas surge que no existe en la plaza asegu-
con más una tasa de interés. radora de nuestro país contratos de seguro que cubran
tales riesgos. De la práctica de la actividad aseguradora se
sigue que es muy difícil que una entidad del ramo y, más
(65) Agrega Roberto Boqué, en cita de López Saavedra, aún, reaseguradora, asuma semejantes riesgos, ya que
que “...esto es absolutamente lógico, ya que el tomador estaría contrayendo como obligación propia un cúmulo
de la póliza no es el asegurado adquirente, sino el titu- de circunstancias y acaeceres de cuya decisión, produc-
lar del dominio, sumado a que la contratación del seguro ción y defensa es ajena. no existe tal seguro, lo cual lleva
le viene expresamente impuesta por el régimen de pre- a preguntarnos qué hace entonces el titular de dominio.
horizontalidad previsto en el art. 2071 del Código Civil Se trataría entonces de una obligación de cumplimiento
y Comercial”, conforme LÓPEZ SAAVEDRA, D. M., en imposible”, KAMINKER, Mario E., “Reflexiones sobre
Martorell, E. E. (director), Tratado de derecho comercial, algunos aspectos del tráfico jurídico-inmobiliario. Con
La Ley, Buenos Aires, 2010, p. 765 y siguientes, en cita de especial referencia a la derogación de la ley 19.724 y la
BOQUÉ, Roberto, “La prehorizontalidad en el Código oponibilidad de los boletos de compraventa inmobiliaria
Civil y Comercial...”, ob. cit., p. 220. frente a embargantes o situaciones concursales”, en RC-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 493


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Y es que las actuales pólizas de caución que se Así entonces, si la norma intentó tutelar el inte-
implementan en el mercado regular no han sido rés del adquirente, resulta paradigmático que sea
pensadas para la cobertura de un riesgo como el este mismo quien afronte el pago de esa garantía.
ahora propuesto (69).
Pero el vacío legal se agrava aún más cuando
En consecuencia, si no se puede cubrir el se atiende al punto relacionado con la fiscaliza-
riesgo asegurado, el problema resulta eviden- ción y el control del cumplimiento de la manda
te tanto para los desarrolladores como para los en el tráfico negocial.
compradores.
Dejar el tema en manos del adquirente colo-
Y aún más, superada la implementación del caría el punto en una situación equiparable a
seguro (70), es evidente que el costo de la póliza la de la ley 19.724, en que una manda irrenun-
será cargado en el precio de venta. ciable y de orden público se exhibió incumplida
por la sociedad toda.
CyC 2016 (marzo), 58, en cita de REPUN, Alicia, Nuevo
régimen de prehorizontalidad..., ob. cit., p. 103 Y en el caso no está prevista la intervención de
tercero fiscalizador alguno, ni siquiera notarial,
(69) Ejemplifica Roberto Boqué a los fines de graficar por lo que no existe posibilidad alguna de veri-
la crítica analizada: “...supongamos que a través de un
emprendimiento inmobiliario se comercializan cien uni- ficar la existencia del seguro, si no es cuando la
dades funcionales en construcción. Ello supondría la ob- relación se tensa y el caso resulta judicializado.
ligación de contratar un número equivalente de seguros
(...) el riesgo asegurado, esto es, la totalidad de las cuotas Y materializado ese incumplimiento, poco
abonadas por los adquirentes más sus intereses. Es que aportará al interés del adquirente que el desa-
de mediar un incumplimiento por parte del desarrolla- rrollador no pueda reclamarle por sus derechos
dor (...) si este se produjera, por ejemplo, cuando se ha derivados del contrato.
cancelado el noventa por ciento del valor de las cuotas,
en ese caso, la aseguradora debería pagar a los adquir-
entes dicho importe, independientemente del grado de En el caso, tendremos por un lado a quien no
avance de la obra. Las aseguradoras, en este ejemplo es- contrató el seguro, pero que además incumplió
tarían tomando un riesgo desproporcionado y ajeno a las su prestación principal; frente a un adquirente a
reglas propias del mercado de seguro (...) si esta ecuación quien le resultará totalmente inocuo que se pri-
no cierra, ello implica que no están dadas las condiciones ve a su contrario de todo derecho a exigirle las
técnicas para la emisión de dicho seguro”, en BOQUÉ, Ro-
obligaciones pendientes.
berto, “La prehorizontalidad en el Código Civil y Comer-
cial...”, ob. cit., p. 221.
A manera de conclusión, el cambio legislati-
(70) Se destaca que recién dos años después de la vo, si bien radical respecto al sistema anterior,
sanción del Código Civil y Comercial y la consecuente exhibe vacíos e inconsistencias igualmente re-
incorporación de la obligación hacia el desarrollador
de contratar el seguro, se publicó en el Boletín Oficial la
prochables.
resolución 40925/2017 de la Superintendencia de Segu-
ros de La Nación SSN (17/10/2017). Por la vía de la citada El tránsito de un sistema de severos contro-
resolución se aprobó “con carácter general y uniforme les y requisitos de registración a la exclusión de
las condiciones contractuales de la cobertura global del todo tipo de publicidad deja muchos elementos
seguro de Caución para Adquirentes de Unidades Con- sin resolver y que no se agotan en los desarro-
struidas o Proyectadas bajo el Régimen de Propiedad llados ahora.
Horizontal”, que pasó a formar parte del anexo del punto
23.6 del Reglamento General de la Actividad Asegura-
dora (t. o. resolución SSN 38.708 de fecha 6-11-2014 y que se agregan como Anexo...»; puntualizando el art. 3º
sus modificatorias y complementarias). Hasta el dictado de ese cuerpo que «las condiciones contractuales del
de esta resolución las compañías de seguro no podían Seguro de Caución para adquirentes de Unidades Con-
emitir pólizas de cobertura respecto de dicho riesgo, por struidas o Proyectadas Bajo el Régimen de Propiedad
falta de regulación específica de la normativa de marras. Horizontal aprobadas en el artículo 1º serán de apli-
En REPÚN, Alicia, «Nuevo régimen de prehorizontali- cación obligatoria a partir de la entrada en vigencia de
dad...», op. cit., p. 93. El art. 1º de la resolución dispuso: la presente Resolución...», en ALTERINI, Jorge H., «Sim-
«Apruébense con carácter general y uniforme las condi- plificación en la prehorizontalidad y complejidades en
ciones contractuales de la cobertura global del ›Seguro los conjuntos inmobiliarios», Sup. Academia Nacional de
de Caución para Adquirentes de Unidades Construidas Derecho y Ciencias Sociales de Bs. As. 27/06/2016, 1 — La
o Proyectadas Bajo el Régimen de Propiedad Horizontal› Ley, 2016-D.

494 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Pero lo verdaderamente trascendente en Contrariamente al criterio adoptado en forma


el caso, y que supone la crítica que se impo- histórica por nuestro ordenamiento jurídico,
ne frente al esquema seleccionado, responde a principalmente como se dijo a partir de la san-
una cuestión de índole axiológica que no debe ción de la ley 19.724, se repudia por el presente
esquema la forma de comercialización sosteni-
ser ignorada (71). Es que el marco propuesto el
da en la base de los derechos personales.
legislador parece asumir el fracaso en la imple-
mentación de un régimen apto y, por lo tanto, se La realidad exhibió a lo largo de las décadas
centra únicamente en aplacar los daños una vez que, a cada paso dado desde la norma, la prác-
ocurridos (72). tica comercial ideó la forma de eludir su pres-
cripción.
IV. La plataforma jurídica propuesta: con-
dominio revocable sujeto a condición reso- Aun habiendo mediado diversos y sucesivos
lutoria, con indivisión forzosa temporaria, intentos de reforzar la aplicación de las pres-
cripciones legales imperativas desde la inter-
financiado a través de obligaciones de valor
vención jurisprudencial imponiendo diversas
sanciones (73).
Corresponde en este apartado, ahora sí, tratar
el modelo propuesto relacionado con la estruc- Los motivos expuestos en los acápites que an-
turación jurídica de la operación inmobiliaria, y teceden persuaden de la necesidad de desistir
que persigue contemplar en forma integral los de la profundización de un sistema como tal,
intereses de todos los actores. rechazado por la mayor parte de la opinión es-
pecializada en el país, y sin mayor cabida en la
(71) Han referido antes de ahora Edmundo Gatti y práctica ciudadana.
Jorge H. Alterini, con relación al punto, que “...la ley como
ordenación de conducta humana debe inspirarse en di- Los derechos personales se han exhibido inefi-
rectivas éticas y cumplir con una función docente (...) caces en el tratamiento del problema de análisis.
finalidades que desatendería si cual confesión de impo-
tencia para prevenir los fraudes se contentase con acudir En el otro frente, el cambio de perspectiva im-
a una solución que podría llegar a calificarse como segu-
ro o aval de la inmoralidad”, GATTI, Edmundo y ALTERI-
pulsado mediante la sanción del Código Civil y
NI, Jorge Horacio, en “Prehorizontalidad. Antecedentes y Comercial (74) luce como insuficiente, sin dejar
fundamentos...,” ob. cit., p. 1113. En la misma línea, Elena de perder de vista el reproche que merece desde
Highton de Nolasco manifiesta que “...la aceptación de la perspectiva axiológica.
este sistema implica confesar la imposibilidad legal de
prevenir fraudes”, en HIGHTON DE NOLASCO, Elena I., El modelo que a continuación se expone, basa-
ob. cit., p. 704.
do en la inmediata consolidación de un derecho
(72) En cuanto a los fundamentos de su incorporación,
real en favor del adquirente, tiene como objeto
y no obstante la impugnación axiológica antes relacio-
nada, los citados autores opinaron que “la esterilidad de conformar un sistema que, sin depender de una
la derogada ley 19.724 y los obstáculos para llevar a cabo reforma inmediata del ordenamiento, propenda
regulaciones más prolijas, aunque con aristas polémicas,
al favorecimiento de las inversiones y del aho-
explican el recurso al seguro obligatorio, que en el pas-
ado objetamos (...), pero que puede haberse convertido rro, estimulando la adquisición de la vivienda en
en una simplificación adecuada ante la coyuntura que
vivimos, en la cual el objetivo mayor de tutelar al adqui-
rente debe compatibilizarse con el necesario aporte del (73) Repárese al efecto en lo antes relacionado en
huidizo capital para el fomento de la retaceada construc- CNCiv., sala en pleno, “Cotton, Moisés D. y otros c/Tutun-
ción de viviendas (...) frente a la ’gallina de los huevos djian, Simon”, 28/02/1979, en cuanto a que ni siquiera un
de oro’ se pueden adoptar aptitudes diversas, pero sería fallo en pleno de las cámaras civiles nacionales modificó
francamente disvalioso proceder a sacrificarla en aras de la tendencia firme y sostenida a eludir el cumplimiento
encerrarse en conceptualismos jurídicos”, en cita de AL- de la ley por los ciudadanos alcanzados; y más aún en cu-
TERINI, Jorge H., “Simplificación en la prehorizontalidad anto a su aplicación por las autoridades a cargo.
y complejidades en los conjuntos inmobiliarios”, Sup.
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de (74) Conforme supra: “c) La propuesta del Código Civil
Bs. As. 27/06/2016, 1 — La Ley, 2016-D. y Comercial. El seguro o aval bancario”.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 495


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

un rubro que tiene particular significancia como cio de condóminos” (77); o bien “construcción
motor de desarrollo en nuestro país. por consorcio” (78).

Y es indispensable para el éxito del sistema En concreto, la base fundamental de la pro-


que se persigue que este no coarte ni restrinja en puesta consistiría en otorgar a los adquirentes
modo alguno las modalidades de contratación un verdadero derecho real de condominio en
que han sido positivas y que exhibieron utilidad forma inmediata sobre el inmueble en que se
y aceptación generalizada en la práctica comer- desarrollará la obra en la medida de las partes
cial habitual (75). indivisas que correspondan, toda vez que, como
se dijo, es a través de ese régimen, y no en el de
En ese entendimiento, no puede perderse de los derechos personales, en donde encontrarán
vista que, aun siendo este esquema diametral- verdadera tutela de sus derechos (79).
mente opuesto a los antes señalados, no menos
cierto es que ha sido aplicado con mayor o me- Frente a aquel, el desarrollador también verá
nor éxito antes de ahora, con matices y variables materializado en este sistema una garantía sufi-
diversas, en la comercialización de unidades en ciente, segura y mucho más ágil, en refuerzo del
construcción. crédito que tiene y conserva frente a sus deudo-
res inversores; por vía de la conformación de un
Esos antecedentes exponen que, si bien con derecho real de condominio revocable.
críticas y observaciones de parte de un sector de
la doctrina, el mismo ya ha probado su utilidad (77) Edmundo Gatti y Jorge Alterini utilizan la nomen-
clatura para referirse al sistema por el cual un grupo de
práctica. cotitulares de un lote de terreno cuyo condominio resulta
preexistente al terreno se proponen erigir una obra, para
luego someterla al régimen de propiedad horizontal, di-
Así entonces, se pueden identificar en la pra- vidir el condominio y adjudicarse entre sí las unidades
xis comercial diversas y sucesivas variantes de resultantes. En el caso destacan que “la construcción por
consorcio de condóminos es más concebible cuando
estructuras comerciales sostenidas en la exis- median vínculos de parentesco o amistad, pero de cu-
tencia de un derecho real que sirva de pilar, alquier modo ha mostrado serias dificultares (...) por las
todas las cuales a su tiempo la doctrina se encar- vicisitudes de todo tipo que puede atravesar cualquiera
de los condóminos y que repercuten entre los demás”,
garía de calificar y analizar sistemáticamente. siendo por estas razones que impulsan, antes de la con-
solidación del sistema, la sanción de una ley que prevea
su regulación en forma exhaustiva. En GATTI, Edmundo
Así se han ido identificando y catalogando las y ALTERINI, Jorge Horacio, en “Prehorizontalidad. Ante-
alternativas propuestas a lo largo de su estudio cedentes y fundamentos...”, ob. cit., p. 1105.
sea como “sistema de consorcio” (76); “consor- (78) MOREIRA, Laureano Arturo, “Contratos sobre de-
partamentos en construcción”, tomo 2: Construcción por
consorcio..., ob. cit. p. 325 y ss.
(75) Reafirma la premisa el Congreso Argentino de la
Prehorizontalidad, organizado por la Cámara Argentina y (79) Ver supra nota , origen del sistema de contratos in-
el Comité Coordinador Permanente de la Propiedad Hor- escindibles de compraventa de parte indivisa del terreno
izontal de 1970, en cuyas conclusiones de carácter gen- y de construcción, redactado y propuesto como proyecto
eral expuestas por la Comisión nº1 indicó que «...es indis- de ley en ocasión del Congreso Argentino de la Prehori-
pensable que la legislación que corresponde se dicte (...) zontalidad en 1970, elaborado por los doctores Edmundo
no limite o restrinja, en modo alguno, las modalidades Gatti y Jorge Horacio Alterini, publicado en “Protección
de la contratación que han sido útiles y positivas según legal a los titulares de boletos de compraventa de inm-
las prácticas generalizadas hasta el presente», en GATTI, uebles. Antecedentes, fundamentos y anteproyecto de
Edmundo y ALTERINI, Jorge H., «Prehorizontalidad y bo- régimen legal”, en: GATTI, Edmundo y ALTERINI, Jorge
leto de compraventa... «, ob. cit., p. 237. H., Prehorizontalidad y boleto de compraventa, FEDYE,
Fondo Editorial de Derecho y Economía, 2a edición,
(76) LAJE, Eduardo Jorge, ob. cit., p. 7 marzo de 1981.

496 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Al mismo tiempo, y ligado al derecho real que IV.1. Suscripción de boletos de compraventa
condicionados
vincula a las partes con la cosa —a los adqui-
rentes en forma directa y al vendedor en forma La comercialización de las unidades confor-
indirecta por vía de la revocabilidad del domi- me el modelo proyectado solo podrá efectuar-
nio—, se incorpora un contrato de locación de se sobre la base de considerar las obligaciones
personales surgidas de las promesas de venta
obra, a los fines de detallar las características y
que puedan suscribirse en el inicio de las trata-
obligaciones relacionadas con la construcción y tivas comerciales como meramente transitorias,
desarrollo del proyecto. destinadas a su extinción por agotamiento de su
objeto en el menor tiempo posible.
Dicho contrato servirá al mismo tiempo para
establecer en forma definitiva y precisa la forma De este modo, se auspicia que, en aquellos ca-
de financiación, que debe descansar en el mo- sos en los cuales las partes suscriban reservas,
delo obligacional reconocido por el Código Civil promesas de venta y contratos afines en oportu-
nidad de dar principio de ejecución del acuerdo
y Comercial a través de las obligaciones de valor,
de venta, estas tengan una vigencia acotada a un
con el objetivo de garantizar la conservación del plazo mínimo y transitorio.
equilibrio prestacional durante la vigencia ínte-
gra del vínculo. Se insiste en que el verdadero norte del siste-
ma propuesto radica en alcanzar la ansiada se-
Estos pilares resultarán el piso fundamental guridad jurídica en la estructura de los derechos
sobre el cual se asienta el modelo propuesto, reales.
que, a partir del principio jurídico de la acce-
sión, traducirá los aportes y mejoras incorpora- Por ese motivo, cualquier vinculación presta-
cional de origen contractual entre las partes pre-
dos al inmueble general por el constructor, en
via a ello debe tener una duración limitada y un
el acrecentamiento automático del valor de las carácter eminentemente efímero.
partes indivisas de los adquirentes.
Aun así, no se pierde de vista que la suscrip-
Finalmente, el proyecto se complementará ción de promesas de venta puede resultar de
mediante la indivisión forzosa temporal pac- utilidad en la práctica, siempre que se las consi-
tada entre los condóminos, y mediante el otor- dere preliminares y bajo el prisma de la tempo-
gamiento simultáneo, en el acto de adquisición ralidad limitada que se indicó.
del derecho real sobre el inmueble, de un poder
Y en estas promesas, a su vez, las partes pue-
especial irrevocable con efectos post mortem a
den someter la vigencia de su compromiso de
favor del desarrollador y con facultades especí- adquisición a la condición suspensiva de que
ficas para dar por cierre a la estructura ideada. el desarrollador comercialice una cantidad de
unidades suficientes que permita financiar la
De este modo, el diagrama proyectado tendrá compra del terreno, con más las bases de la obra
por cierre, una vez finalizada la obra, el someti- propuesta.
miento del inmueble al derecho real de propie-
dad horizontal por vía del otorgamiento de la Se propone entonces que, en estos instru-
escritura de reglamento de propiedad horizon- mentos, las partes puedan prever un plazo pe-
tal, con la simultánea partición privada en espe- rentorio dentro del cual el comprador se reserve
la facultad de resolver el contrato en forma uni-
cie entre los condóminos del inmueble, a través
lateral en el eventual caso de no enajenar unida-
de la adjudicación de las unidades a cada uno des suficientes para la financiación inicial de la
de los respectivos adquirentes inversores. obra proyectada.
Así entonces, la cronología del iter negocial El esquema funcionaría por vía de una cláu-
entre las partes funcionaría como se describe a sula resolutoria por medio de la cual, acaecido
continuación. el plazo previsto sin la enajenación de las unida-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 497


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

des suficientes referenciadas en el acuerdo, este En concreto, este objetivo de otorgar al adqui-
quede sin efecto en forma inmediata y de pleno rente un derecho real en la forma más pronta
derecho, debiendo restituir el vendedor las su- posible se consigue mediante la celebración de
mas recibidas en concepto de adelanto por el un contrato de compraventa que tenga por obje-
pretendido inversor. to partes indivisas del lote de terreno.

Al contrario, de comercializar la cantidad Así, el adquirente se convertirá de inmediato


de unidades proyectadas por el desarrollador en condómino sobre el bien, en las partes in-
como cantidad mínima necesaria, el hecho fun- divisas que representen en forma proporcional
cionaría en tal caso como condición suspensi- el coeficiente que ocupará su unidad funcional
va que, una vez ocurrida, obligaría a las partes a con relación al total del edificio proyectado.
avanzar a la siguiente etapa prevista.
De esta manera, cada uno de los inversores
De este modo se logra que, antes de la trans- tendrá un derecho real en común sobre una mis-
misión de dominio del terreno a los comprado- ma cosa, sobre las cuotas partes o partes indivi-
res, estos tengan la seguridad suficiente de que sas que hagan a la cuantía de su inversión (80).
el desarrollador reunió en forma previa la finan-
ciación suficiente para el inicio de aquella. En efecto, celebrada la adquisición por escri-
tura de compraventa en favor de los adquiren-
Del otro lado, el desarrollador solo renunciará tes (81), tendremos un derecho real que recae
a su derecho real sobre la cosa, una vez que ten- sobre una cosa, que entre sus características ex-
ga para sí el conocimiento y la seguridad de ha- hibe una pluralidad de sujetos, quienes detentan
ber reunido los inversores adecuados a los fines en común un derecho de propiedad con las más
de motorizar el proyecto. amplias facultades típicas de estas prerrogativas.

IV.2. Derecho real de condominio Y si bien, se insiste, dicha potestad no recae


específicamente sobre el objeto que resulta de
El verdadero puntal sobre el que se asienta el interés último de los contratantes, no menos
presente esquema negocial descansa en la base cierto es que servirá de garantía suficiente para
de adjudicar en forma inmediata y sin mayores los inversores frente a cualquiera de las even-
dilaciones, a cada uno de los inversores adqui- tualidades que puedan suscitarse en el devenir
rentes en un derecho real sobre la cosa. del proyecto.

Ahora bien, y atento a las consideraciones Pues, en el caso, al apartarnos del régimen de
particulares del caso que nos enfrentan a la cir- los derechos personales, encontramos ahora sí
cunstancia no menos relevante de que la cosa un sistema con verdadera publicidad suficiente
pretendida por el comprador en efecto aún no y que, por lo tanto, resulta plenamente oponible
existe, debe variarse el punto de atención a los hacia terceros interesados.
fines de poder conciliar el escenario con el que
se cuenta frente al fin perseguido. De este modo, finalmente se logra investir al
comprador de un verdadero poder jurídico de
Se arriba así a la conclusión de que la única estructura legal, ejercido directamente sobre el
cosa de existencia actual que tiene materialidad objeto y en forma autónoma, que le atribuye fa-
presente en el caso es, ni más ni menos, el te- cultades de persecución y preferencia (82).
rreno sobre el cual se proyecta la obra edilicia
en pleno. (80) El título IV del libro cuarto del Código Civil y Co-
mercial define el derecho real de condominio en su art.
Y, si bien el objeto último de la transacción no 1983 como “...el derecho real de propiedad sobre una
cosa que pertenece en común a varias personas y que
resulta ser este, sino las unidades derivadas una corresponde a cada una por una parte indivisa...”.
vez realizada la obra; encontramos en él un cen-
tro de atención que resulta especialmente útil a (81) La formalidad es requerida conf. art. 1017, inc. a)
del Cód. Civ. y Com.
los fines de alcanzar el amparo jurídico perse-
guido para el desarrollo del negocio propuesto. (82) Conf. art. 1882 del Cód. Civ. y Com.

498 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

En suma, el inmediato otorgamiento de un tí- Y es que, en definitiva, se trata de dos contra-


tulo de propiedad mediante la celebración de tos autónomos que se hallan vinculados entre sí
una escritura que vincula directamente al com- por una finalidad económica común que pre-
prador con la cosa evitará la constitución de gra- viamente establecen las partes, de modo tal que
vámenes o los actos de disposición de parte del cada uno de ellos resulta determinante del otro
desarrollador en desconocimiento del compra- para el logro del resultado perseguido (83).
dor; y, en última instancia, servirá de tutela fren-
te a los potenciales perjuicios ocasionados por Y el mecanismo recomendado a los fines de
una eventual falencia del constructor. prevenir disputas, frente a terceros, pero princi-
palmente de los propios condóminos entre sí y
Se lograría entonces, ahora sí, el objetivo que de estos frente al desarrollador, será incorporar
no se pudo alcanzar atendiendo al problema el contrato de obra al cuerpo de la escritura de
desde el campo obligacional. compraventa.
Pues de lo antes referenciado se desprende que
De esta manera adquirirá fecha cierta y será
las propuestas basadas en la registración de ins-
conocido a su vez por el resto de los condómi-
trumentos privados de venta poco han aportado.
nos, resultando a cada uno oponible el contrato
Y es que en por sus propios caracteres el dere- firmado por el resto de los inversores.
cho de las obligaciones no ha conformado garan-
tía alguna hacia los compradores frente al interés Así entonces, lograda la ansiada protección
de terceros interesados; ni ante eventuales ma- suficiente del interés de las partes, especialmen-
niobras fraudulentas de parte del vendedor. te en resguardo de su patrimonio a través de la
inmediata constitución de un derecho real, a
IV.3. Contrato de obra continuación, se conforma un vínculo presta-
cional que sirva junto con el primero para la
Simultáneamente a la firma de la escritura de consecución de una finalidad económica que
compra en favor de los adquirentes, se celebra- los trasciende en forma individual y que solo
rá un contrato de obra entre las partes —desa- podrán alcanzar a partir de la conexidad ahora
rrollador e inversores—, de manera tal que entre pretendida.
los vínculos contractuales se conforme una uni-
dad jurídica inescindible. Y este derecho personal tendrá por objeto la
estipulación entre los propios interesados de
Por vía de este contrato se sentarán las bases todas las cuestiones que exceden a una mera
fundamentales de la obra: las obligaciones del compraventa de inmueble, y que se relacionan
desarrollador, así como los términos, alcances y
precisamente con la prestación compleja que
obligaciones relacionados con la prestación de
tiene origen en la comercialización de unidades
hacer y de dar, propia de la comercialización de
previas a su propia existencia, y en la denomina-
unidades desde el pozo.
da etapa de prehorizontalidad.
El instrumento servirá a los fines de que las
partes puedan volcar en él un verdadero com- IV.4. Compromiso obligacional y de adjudica-
promiso por vía del cual se dejen debidamente ción
asentados los aspectos técnicos de la obra: ca-
La conexidad contractual relacionada respec-
lidades de materiales, medidas y características
to de los actos jurídicos antes referenciados res-
generales del edificio y particulares de la uni-
dad, plazos de realización, entrega de posesión ponde a la evidente finalidad económica tenida
y de escrituración futura, penalidades, etc. en vista por las partes en oportunidad de la ce-
lebración de los compromisos asumidos, y que
Ambos contratos —compraventa y contrato se traduce en la comercialización de unidades
de obra— formarán una unidad jurídica ines- funcionales a construir.
cindible a la luz de la conexidad prevista por el
Código Civil y Comercial. (83) Conforme art. 1073 y ss. del Cód. Civ. y Com.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 499


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Y dicha conexidad se proyecta, como se in- En efecto, nadie podrá seriamente descono-
dicó, en el contrato de obra, pero lógicamente cer que el condominio que ostenta cada inver-
hace lo propio respecto al derecho real de con- sor lo es en función de una operación compleja
dominio que cada uno de los inversores ostenta cuya finalidad mediata en verdad reconoce no
sobre las partes indivisas del lote de terreno. ya la comunidad sobre un lote de terreno, sino la
exclusividad de cada uno de ellos en el ejercicio
Pues, si bien cada condómino conserva ple- de la propiedad horizontal sobre la unidad futu-
nas facultades jurídicas sobre la cosa, a tal pun- ra que les corresponda.
to de poder enajenarla libremente en cualquier
momento sin depender de la voluntad de los Pero, más allá de eso, estando en condiciones
demás (84), en el caso, aparece como particu- las partes de dejar ello debidamente asentado
larmente relevante la limitación del derecho de a efectos de descartar cualquier incertidumbre
cada uno a raíz de la conexidad que dicha potes- futura, la etapa inicial se presenta como espe-
tad reconoce en la operación económica global. cialmente útil.

Se advierte que la finalidad económica tenida Así entonces, resultará valioso que en el cuer-
en vista resulta calificante de la relación jurídica po del instrumento se haga constar un compro-
entre las partes; y de estas frente al objeto. miso obligacional y de adjudicación por el que
se detalle que las partes indivisas adquiridas por
Por lo tanto, se impone la interpretación que cada condómino se reflejarán al final de la obra
hace a la trascendencia de la operación y que va en la adjudicación exclusiva de la unidad o las
más allá de los vínculos individualmente consi- unidades prometidas.
derados.
A su vez, y para constancia y certeza de los ad-
Y si bien esta conexidad contractual puede quirentes, las partes podrán suscribir un croquis
presumirse, conforme así lo dispone el Código o plano proyectado que se anexará como cons-
Civil y Comercial, de la interpretación de la ope- tancia en cabeza del título.
ración de que se trata, corresponde en el caso, a
los fines de dotar de seguridad jurídica al nego- De esta manera se neutralizará cualquier duda
cio, pactarlo en forma expresa en el cuerpo de la que pudiera plantearse en relación con la causa
escritura (85). fin perseguida por las partes en oportunidad de
la suscripción de los vínculos referenciados.
(84) Refiere la doctrina especializada en oportunidad
de comentar el art. 1989 del Cód. Civ. y Com. que “...la Y aún más respecto de la conexidad de estos
existencia de partes alícuotas nos permite distinguir las entre sí, y a partir de ello la propagación de efec-
facultades de los condóminos respecto de su parte indi- tos de uno hacia otro, de forma que cada vínculo
visa, y las facultades relativas a la cosa o cosas que con- deba ser interpretado y aplicado en el contexto
stituyen el objeto de dominio (...) sobre su parte ideal, sistemático dentro del cual se instrumentan.
el condómino tiene (...) facultades amplísimas, equiva-
lentes a las de un propietario sobre su cosa (...) se haya
autorizado para ejercer las facultades sobre su parte IV.5. Pacto de indivisión forzosa temporaria
indivisa sin depender del consentimiento de los demás
condóminos y sin otras limitaciones que las que deriven Centrando ahora sí la mirada en el ámbito de
de la calidad abstracta que reviste dicha parte”, en MARI- los derechos reales, toca en este apartado carac-
ANI DE VIDAL, Marina y ABELLA Adriana N., “Derechos terizar el condominio que las partes adquieren
reales en el Código Civil y Comercial”, tomo 1º, Zavalía, en el caso que se analiza.
10-01-2016, IBSN: 978-950-572, p. 201.
(85) Dispone en este aspecto el art. 1073 del Cód. Civ. Se parte de la base de destacar que este dere-
y Com., con relación a los contratos conexos, que resulta cho real exhibe dos variables conforme la clasi-
requisito para que se materialice la vinculación entre el- ficación clásica.
los que haya una finalidad económica común y previa-
mente establecida, y que “...esta finalidad puede ser es-
tablecida por ley, expresamente pactada, o derivada de unos por medio de los otros, atribuyéndoles el sentido
la interpretación...”, agregando a esos eventos el art. 1074 apropiado que surge del grupo de contratos, su función
que “...los contratos conexos deben ser interpretados los económica y el resultado perseguido”.

500 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Así entonces, se diferencian, por un lado, el Pero dicha circunstancia provocaría en el caso
condominio normal, común o sin indivisión que ahora nos ocupa una incertidumbre intole-
forzosa, caracterizado por la facultad de los con- rable acerca de la marcha y el éxito del objeto de
dóminos de pedir en todo tiempo la división; y, la conformación de este derecho real en el caso.
por el otro, el condominio anormal o con indivi-
sión forzosa, en el cual la posibilidad de reque- Pues el esquema que se propone requiere ne-
rir la división se encuentra limitada por diversas cesariamente que la etapa durante la cual los
causales (86). adquirentes ostenten esta comunidad de dere-
chos sea de carácter netamente transitorio, re-
Y respecto de este último, se distingue asimis- lacionada específicamente con la posibilidad de
mo el condominio conforme la causa fuente de reforzar el crédito de los inversores.
la indivisión, que puede derivar de la ley, del
contrato o de una disposición de última volun- Y en ese contexto el desarrollo normal del pro-
tad (87). ceso, la ejecución de la obra y los trabajos acce-
sorios, así como la aprobación y registración de
Finalmente, el condominio indivisible se clasi- planos por ante las autoridades administrativas
fica además desde un punto de vista temporario, competentes y mucho más el sometimiento del
diferenciando su alcance en tal caso, dependien- inmueble general al derecho real de propiedad
do de su carácter temporario o perdurable. horizontal, pueden verse frustrados de operar la
extinción de condominio antes de tiempo a raíz
De esta manera se debe partir de reconocer que de la partición solicitada por cualquiera de los
por defecto el condominio reconocido por el Có- comuneros.
digo Civil y Comercial es sin indivisión forzosa.
En efecto, si un condómino ejerciera su dere-
Y es que, en el caso, se impone como principio cho a requerir la partición del condominio antes
considerar que frente a cualquier comunidad de de tiempo, esto obstaculizaría en forma insalva-
derechos se procura antes que todo reconocer ble el curso del proyecto.
una nota de transitoriedad.
Y a tales eventos, no obstante ser el condomi-
Esa postura tradicional toma como punto de nio sin indivisión forzosa la regla general, el pro-
partida que una comunidad de este tipo resulta pio código prevé la figura de la partición nociva
foco de potenciales conflictos entre los cotitula- como herramienta útil para prevenir el daño
res, quienes en cualquier circunstancia pueden que podría ocasionar el ejercicio intempestivo
ver enfrentados sus intereses, con un evidente de este derecho por parte de un cotitular.
impacto en la utilidad eventual de la cosa afec-
tada a ello. En concreto, aún no existiendo la indivisión
forzosa, el Código Civil y Comercial contempla
Y a raíz de esa circunstancia surge el principio una restricción genérica a la facultad de pedir la
sostenido por el art. 1997 del Cód. Civ. y Com., partición en cualquier tiempo (89).
que sostiene que, excepto pacto en contrario,
todo condómino puede en cualquier tiempo
vez, la nota más emblemática del derecho real de con-
solicitar la partición de la cosa que tiene en co- dominio, demostrativa del disfavor que caracteriza su
mún (88). regulación (...) de autorizar a que, en cualquier tiempo,
cualquiera de los condóminos, cualquiera sea la impor-
(86) ITURBIDE, Gabriela A., “Aspectos procesales de tancia de su cuota parte, pueda, no obstante la opinión
la división del derecho real de condominio en el nuevo contraria de los demás, provocar la extinción del derecho
Código Civil y Comercial”, en RCCyC 2017 (febrero), 54, real. La facultad de pedir la división de la cosa común
Cita Online AR/DOC/3989/2016. tiene su fundamento en el derecho del comunero de
poner fin en cualquier momento al condominio si no ex-
(87) MARIANI DE VIDAL, Marina y ABELLA Adriana iste una causal de indivisión forzosa”, en “Código Civil y
N., “Derechos reales”, ob. cit., p. 200. Comercial de la Nación comentado”, dirigido por Ricardo
Luis Lorenzetti, tomo IX, 1a ed., - Santa Fe; Rubinzal —
(88) Amplía Christian Pettis con relación a que el art. Culzoni, 2015, ISBN 978-987-0595-4, p. 366.
1997 del Cód. Civ. y Com. resulta “...la prerrogativa más
importante que se reconoce a los condóminos y, tal (89) ITURBIDE, Gabriela A, ob. cit., p. 15.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 501


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Así, en el art. 2001 dispone que, “cuando la par- Y esa inseguridad se agrava cuando se tiene
tición es nociva para cualquiera de los condó- en cuenta la propia naturaleza del derecho real
minos, por circunstancias graves, o perjudicial de condominio, pensado genéricamente como
a los intereses de todos o al aprovechamiento de transitorio, tal como se indicó (92).
la cosa según su naturaleza y destino económi-
co, el juez puede disponer su postergación por Es por esto que, en las circunstancias que
ahora se tratan, corresponde anticiparse a los
un término adecuado a las circunstancias y que
potenciales riesgos de que la operatoria se frus-
no exceda de cinco años...” (90).
tre, a fin de evitar el entorpecimiento del normal
Es decir que, en la plataforma hipotética pro- desarrollo del proceso de subdivisión del in-
mueble general por medio de la confección de
puesta por la norma, la indivisión de la comuni-
la obra tanto en su aspecto físico como en cuan-
dad de derechos resultaría impuesta por el juez
to a sus requisitos jurídicos relacionados con el
a pedido de parte. otorgamiento del reglamento de propiedad ho-
rizontal y la posterior adjudicación de las unida-
Y si bien la norma no exige específicamente la
des resultantes a cada inversor.
concurrencia de circunstancias graves, no me-
nos cierto resulta que la incertidumbre respecto Y en ese sentido, surge como herramienta de
a cuáles motivos son importantes o de entidad especial utilidad la indivisión temporaria por
suficiente para que prospere la postergación imposición de los propios condóminos, confor-
merece una atención especial (91). me lo prevé la norma.

(90) El antecedente normativo del que deriva el artícu- En concreto, la propuesta a desarrollar apun-
lo relacionado se encuentra en el código velezano, cuyo ta a la prevención del daño a partir de un com-
art. 2715 establecía la restricción del derecho a requerir la promiso previo suscripto por cada adquirente, a
partición “...cuando la división fuere nociva por cualqui- los fines de inhibir la posibilidad de cada uno de
er motivo, en cuyo caso debe ser demorada cuanto sea
necesario para que no haya perjuicio a los condóminos”. estos de frustrar la marcha del proyecto con la
solicitud intempestiva de la partición de la co-
(91) En punto a la incertidumbre respecto a cuáles munidad.
son las causas que podrían habilitar al juez a postergar
el tiempo del ejercicio de la acción de partición por con-
siderar que la división de la cosa común resulte nociva,
De este modo, desde la celebración de la es-
señala Christian Pettis que «...no cualquier contingencia critura de adquisición de las partes indivisas del
puede justificar la indivisión decretada en función de la lote de terreno por parte de los inversores, di-
causal que aquí se trata. Por lo pronto la nocividad debe chos condóminos en forma unánime (93) pac-
estar fundada en perjuicios que afectan a uno, a algunos
o a todos los condóminos, lo que descarta la posibilidad
de que pueda invocarse un menoscabo o afectación al E. (coordinador), Código Civil y Comercial comentado.
interés colectivo o de la sociedad en general», en «Código Tratado exegético, cit., tomo IX, p. 712.
Civil y Comercial de la Nación comentado», dirigido por (92) Amplía Gabriela A. Iturbide al señalar que “...la
Ricardo Luis Lorenzetti, tomo IX, 1a ed., - Santa Fe; Ru- postergación de la partición por ser reputada nociva, no
binzal — Culzoni, 2015, ISBN 978-987-0595-4, p. 374. En ha tenido mucha aplicación en la jurisprudencia debido
este sentido, a la hora de ejemplificar circunstancias que al supuesto disfavor con que es mirado el condominio
habiliten el campo de aplicación de la norma en análisis, por la ley, ya que el condominio normal resulta de caráct-
los autores suelen acudir a causas excepcionalmente ex- er transitorio, expuesto a desaparecer, y la ley no quiere
traordinarias y perjudiciales, entre las que se enumeran que los comuneros se vean ligados sine die, por lo que
las revoluciones, las invasiones al país o las hondas cri- prohíbe renunciar de una manera indefinida al derecho a
sis económicas, que provocarían que, de partirse la cosa pedir la división limitando tales aspectos”, en ITURBIDE,
durante esa instancia, las partes obtendrían un precio Gabriela A, ob. cit., p. 16.
inferior al de períodos normales. SALVAT, Raymundo M.,
«Tratado de derecho civil argentino. Derechos reales», 4ª (93) Existe coincidencia generalizada en la doctrina
edición, actualizada por Manuel J. Argañarás, Tipográfica especializada en considerar que el convenio y sus even-
Editora Argentina, Buenos Aires, 1959, tº III, núm. 1432, tuales renovaciones tendientes a la suspensión de la par-
p. 189; PEÑA GUZMÁN, Luis A., «Derecho civil. Derechos tición deben tomarse por unanimidad. En ese sentido,
reales», Tipográfica Editora Argentina, Buenos Aires, bastaría con que uno de los comuneros se opusiera a su
1973, tº II, núm. 1160. En COSSARI, Nelson G.A., en AL- celebración para que este conserve su derecho a pedir la
TERINI, Jorge H. (director general) y ALTERINI, Ignacio partición luego. Conf. LAFAILLE, Héctor, en LAFAILLE,

502 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

tarán en el título constitutivo de su derecho real Com. y precisamente impone la publicidad re-
el convenio de suspensión de la partición, por gistral suficiente de las cláusulas de indivisión a
un plazo que no exceda de los diez años en los los fines de su oponibilidad a terceros (96).
términos del art. 2000 del Cód. Civ. y Com. (94).
De esta manera, una vez instrumentado este
En el caso, dicho acuerdo deberá contemplar acuerdo, se podrá dar origen a un condominio
el tiempo que se estime suficiente para la culmi- de indivisión forzosa transitoria por acuerdo de
nación de la obra y su adjudicación en los térmi-
partes, que impedirá que cualquiera de los con-
nos originales.
dóminos pueda, por vía de la partición, entor-
En ese sentido, si bien la norma advierte res- pecer u obstaculizar el normal desarrollo del
pecto de la duración máxima posible, al mismo proyecto encaminado hacia la futura subdivi-
tiempo deja abierta la puerta para que su vigen- sión por la vía de la propiedad horizontal, y su
cia pueda estar atada a un plazo incierto. partición en especie mediante la adjudicación
de las unidades resultantes.
Vale destacar en el caso que se trata de un plazo
máximo de orden público, pero que en su exten- Asimismo, la incorporación del citado pacto
sión no pareciera reflejar un problema particular de indivisión en el título constitutivo, en corre-
al caso, atento al tiempo de duración habitual de lación con el principio contenido en el art. 399
una obra de la que en el caso se supone.
del Cód. Civ. y Com. (97), lo hará plenamente
Así entonces, las partes podrían convenir que oponible a los sucesores del inversor, quienes
el convenio de suspensión de la partición per-
dure hasta cumplida la condición de finalizarse (96) Sobre el tema, analiza Nelson Cossari que “...la dis-
la obra, y que, a partir de esto, se someta el in- posición disipa toda duda sobre el ingreso de estas cláu-
sulas a los registros de la propiedad, y es de toda lógica
mueble a propiedad horizontal. imponer su registración por cuanto el tercero que puede
adquirir una cuota en el condominio debe conocer, para
A su vez, es importante señalar que este acuer- que le pueda ser oponible, la existencia de una cláusula
do de diferimiento en la partición del condomi- de indivisión que impide dividir la cosa por un tiempo y
nio deberá ser publicitado en forma suficiente cuanto resta para que el mismo se cumpla (...) en mate-
ria de inmuebles, esto implica que para su oponibilidad
para poder ser oponible a los terceros intere-
a terceros interesados será necesaria la escritura pública”,
sados de buena fe, inscribiéndose por ante el en ALTERINI, Jorge H. (director general) y ALTERINI,
Registro de la Propiedad Inmueble en el rubro Ignacio E. (coordinador), “Código Civil y Comercial co-
gravámenes y restricciones del folio real que co- mentado. Tratado exegético”, cit., tomo IX (director del
rresponda al inmueble general (95). tomo: Nelson G. A. Cossari), p. 724.
(97) Esta norma incorpora en la teoría general de los
Esta circunstancia se encuentra prevista en hechos y actos jurídicos el principio clásico propio de
forma expresa en el art. 2003 del Cód. Civ. y la transmisión de derechos nemo plus iuris y que se re-
fiere a que nadie puede transmitir a un tercero un mejor
derecho que el que tiene. En ese sentido, el art. 399 del
Héctor, ALTERINI, Jorge H., “Derecho civil. Tratado de Código Civil y Comercial dispone que “...nadie puede
los derechos reales”, 2ª edición actualizada y ampliada, transmitir a otro un derecho mejor o más extenso que
La Ley y Ediar, Buenos Aires, 2010, t. III, núm. 1115, p. 328 el que tiene, sin perjuicio de las excepciones legalmente
(94) Conf. art. 2000 del Cód. Civ. y Com., que dispone dispuestas”. Esta norma dispone en la teoría general de
bajo el epígrafe “convenio de suspensión de la partición: los actos jurídicos un principio clásico en la transmisión
Los condóminos pueden convenir suspender la partición de derechos, identificado bajo el aforismo nemo plus ju-
por un plazo que no exceda de diez años. Si la conven- ris ad alium transferre potest quam ipse haberet —nadie
ción no fija plazo, o tiene un plazo incierto o superior puede transmitir a otro un derecho sino como lo tiene—.
a diez años, se considera celebrada por ese tiempo. El Dicha disposición se refiere a la extensión de la transmis-
plazo que sea inferior a diez años puede ser ampliado ión y alcanza su verdadera relevancia en las transmis-
hasta completar ese límite máximo”. iones derivadas de actos entre vivos. En LORENZETTI,
Ricardo Luis, en “Código Civil y Comercial de la Nación
(95) SABENE, Sebastián E., “Abordaje comparativo del comentado”, dirigido por Ricardo Luis Lorenzetti — 1a
condominio, la comunidad hereditaria y la indivisión ed., - Santa Fe; Rubinzal — Culzoni, 2015, tomo 2º, ISBN
postcomunitaria”, AR/DOC/1556/2019. 978-987-30-0538-1, p. 555

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 503


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

en consecuencia no podrán alterar la sustancia De esta manera, si bien enajena la cosa, será
de su derecho real (98). necesario que luego de la transmisión del dere-
cho real en favor del adquirente, el primero con-
Se encuentra entonces, en el pacto de indi- tinúe ostentando sobre el objeto una relación
visión forzosa temporaria por acuerdo de to- real (100).
dos los condóminos, un instrumento apto para
otorgar la seguridad jurídica suficiente que ga- Por este motivo, corresponde hacer uso de la
rantice que ninguno de los cotitulares frustrará herramienta reconocida por el propio Código
la finalidad perseguida. Civil y Comercial para la adquisición del dere-
cho real del condómino por parte del titular pri-
Y dicha certidumbre además propaga efectos mitivo, por vía del constituto posesorio.
hacia afuera de la relación jurídica sustancial.
En efecto, y en concordancia con lo estable-
Pues la restricción autoimpuesta a solicitar la cido por los arts. 1894 y 1923 en forma coinci-
partición antes de tiempo producirá a su vez ple- dente, este modo de adquisición de la posesión
nos efectos frente a terceros mediante su publi- sobre una cosa, que opera como tradición en
cidad registral, según así surge del texto del art. cuanto modo suficiente, tiene lugar cuando el
2003, en concordancia con lo dispuesto en forma poseedor originario transfiere a otro la cosa, re-
general para los derechos reales en el art. 1893. servándose la tenencia y constituyéndose en re-
presentante del nuevo poseedor.
IV.6. El modo suficiente del constituto posesorio
De esta manera, tendremos al condómino
Siendo foco central del caso el derecho real como nuevo titular del derecho real, investi-
de condominio, merece hacer foco en la moda- do de esta potestad por haberse configurado la
lidad de adquisición de este por parte de los in- doble adquisición requerida para las transmi-
versores. siones de derechos reales entre vivos —título y
modo suficientes—.
En ese sentido, si bien el título suficiente ope-
ra mediante el otorgamiento inmediato de la Pero asimismo conservaremos al desarrolla-
escritura de compraventa correspondiente por dor y primitivo propietario ahora en calidad de
parte del titular del lote y enajenante con los ad- tenedor, a los fines de que este, en ejercicio de
quirentes e inversores, el modo suficiente por su su relación real, pueda continuar en el desarro-
parte merece una mirada particular a los even- llo de la obra proyectada (101).
tos de comprender la forma en que aquel se ma-
terializa (99). IV.7. Poder especial irrevocable con efectos post
mortem
Y es que, si bien la tradición aparece como re-
quisito necesario para la transmisión derivada Tal como se relacionó, el título de adquisición
de este derecho real que se ejerce por la pose- del derecho real de condominio en favor de los
sión, también resulta relevante destacar que la inversores y adquirentes debe contener entre
tenencia sobre el bien seguirá estando en ma- sus disposiciones un compromiso obligacional
nos del enajenante. y de adjudicación por vía del cual se prevea que

Pues este último, en su calidad de desarrolla- (100) El art. 1924 del Cód. Civ. y Com. define la
dor, y conforme las obligaciones asumidas en el tradición posesoria “...cuando una parte entrega una cosa
contrato de obra, deberá culminar los trabajos a otra que la recibe. Debe consistir en la realización de
precisamente sobre el inmueble transmitido. actos materiales de, por lo menos una de las partes, que
otorguen un poder de hecho sobre la cosa, los que no se
suplen, con relación a terceros, por la mera declaración
(98) Ver infra: “libre cesibilidad de derechos”. del que entrega de darla a quien la recibe, o de este de
recibirla”.
(99) El art. 1892 del Cód. Civ. y Com. dispone que “...la
adquisición derivada por actos ente vivos de un derecho (101) GATTI, Edmundo y ALTERINI, Jorge Horacio, en
real requiere la concurrencia de título y modo suficien- “Prehorizontalidad. Antecedentes y fundamentos... “, ob.
tes”. cit., p. 1120.

504 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

las respectivas partes indivisas se traducirán, al subdivisión, y de los diversos permisos por ante
final de la obra, en la adjudicación en la titulari- las autoridades competentes.
dad plena de cada una de las unidades funcio-
nales comprometidas en favor de ellos. A tales fines, considero apto el otorgamiento
de los adquirentes de un poder especial en favor
Dicha circunstancia tendrá como finalidad del desarrollador, a efectos de agilizar las referi-
inmediata dejar debidamente plasmada en el das tramitaciones.
cuerpo del título de adquisición del derecho real
la causa fin que motivó a las partes a concretar Las facultades contenidas en este poder serán
la operatoria comercial que se trata, y que la ex- aquellas que resulten aptas para poder llevar
hibe como parte de una estructura destinada a adelante las tramitaciones por ante las autorida-
una finalidad económica que la trasciende. des competentes, pero así también con una ex-
tensión suficiente para que, con su única firma,
A su vez, y para mayor claridad, las partes de- el desarrollador pueda, en nombre de los comu-
ben suscribir un croquis o plano proyectado, neros, otorgar los actos requeridos para la muta-
que se anexará como constancia al relacionado ción del derecho real sobre la cosa.
título (102).
A su vez, la calificación de dicho poder como
El proceso encuentra cierre de esta manera a irrevocable en forma expresa en los términos
la finalización de la obra, oportunidad en la cual contenidos en el art. 380, inc. c) del Cód. Civ. y
se someterá el inmueble general al derecho real Com. se presenta como una herramienta ple-
de propiedad horizontal, y se culminará la co- namente adecuada para dotar de mayor certi-
munidad de derechos entre los condóminos por dumbre al desarrollo de un proceso de tracto
vía de la partición privada conforme el compro- continuado y de prolongación significativa en el
miso original asumido por estos. tiempo.

Pero no puede soslayarse que, al operar la Se destaca en este punto el carácter eminen-
mutación del derecho real a partir de lo relacio- temente revocable de los poderes, propio de la
nado en el párrafo precedente, se requerirá para naturaleza de un acto unilateral en interés ex-
el otorgamiento de estos actos de la voluntad clusivo del otorgante.
unánime de los condóminos.
Y esa revocabilidad inherente expande sus
Y dicha unanimidad aparece entonces como un efectos dando lugar a un principio fundamental
valladar al que habrá que dar especial atención. que encuentra materialización en la circunstan-
cia prevista en la norma y que se refiere a que
Pues la conformidad previa y expresa de todos el fallecimiento del poderdante genera la extin-
los titulares resultará requisito ineludible para la ción inmediata y de pleno derecho del poder
válida celebración de la futura escritura de re- por él otorgado.
glamento de propiedad horizontal, división de
condominio entre las partes, y de adjudicación Pues bien, dicho escenario, de producirse
de las unidades resultantes a los copropietarios. —sea la revocación del poder como la extin-
ción de sus efectos a causa del fallecimiento
Y aún más, antes de ello, surge necesario, del otorgante—, sería generador de potencia-
para que puedan realizarse esos actos, el previo les riesgos de obstruir el desarrollo de la obra
cumplimiento de una serie de trámites adminis- en los términos previstos.
trativos que, en su caso, exigen también como
condición de validez el consentimiento de todos Pues no se puede perder de vista la evidente
los involucrados. dificultad práctica de obtener la unanimidad
de los condóminos en oportunidad de realizar
En concreto, se trata de la aprobación y regis- cualquiera de los trámites antes relacionados.
tración de planos de obra, plano de mensura de
Esto sin dejar de considerar el eventual caso
(102) Ver supra “Compromiso obligacional y de adju- en que alguno de ellos manifieste positivamen-
dicación”. te su rechazo a alguna de tales iniciativas por

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 505


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

cualquier motivo que responda a su decisión tar el negocio que resultó causa fin de la celebra-
exclusiva. ción del negocio aludido.

Y es a raíz de esto que deviene especialmen- En efecto, se ha dicho que “...es admitido doc-
te útil el poder especial con carácter irrevocable trinalmente que el poder irrevocable perdura
por un plazo determinado, a los fines de cum- luego de la muerte del mismo. Tal solución debe
plir con las diversas tramitaciones que revisten compatibilizarse con el marco de actuación re-
la calidad de interés legítimo ya no solo del re- conocido por el ordenamiento jurídico para la
presentado, sino también del representante y eficacia de lo actuado después de la muerte del
del resto de los inversores. representado” (104).

En tal sentido, sostiene la doctrina que “la IV.8. Principio de accesión


irrevocabilidad es admitida en tanto no com-
prometa hasta límites irrazonables la autono- El principio jurídico de la accesión adquiere
mía y libre albedrío del mandante (...) debiendo particular relevancia en el esquema propuesto,
a tales efectos establecer en forma clara tres re- entendiéndolo en su aplicación concreta al caso
quisitos necesarios para que ésta pueda darse como aquel por el cual los valores económicos
(...) a) existencia de un negocio especial; b) de- aportados por el adquirente, y traducidos en la
terminación de un plazo de vigencia del poder; construcción que se levante en el terreno, acrece-
y c) interés legítimo de los contratantes o un ter- rán automáticamente el valor de la parte indivisa
cero” (103). correspondiente a cada uno de aquellos (105).

Pues bien, tales requisitos de validez en el Esta pauta general se encuentra receptada en
caso están reflejados con una evidencia particu- el art. 226 del Cód. Civ. y Com., que aborda el
lar, motivo por el cual no podrá ser posterior- caso de las cosas muebles que se encuentran in-
mente cuestionada la autolimitación impuesta movilizadas por su adhesión física al suelo, con
por el poderdante, ni aún por los herederos del vocación de perdurabilidad, formando en tal
causante. sentido un todo (106).

Es que, en el caso el negocio especial requeri- De este modo, las cosas muebles que se ad-
do, no es otro que la operación subyacente a la hieren físicamente en forma perdurable a un in-
estructura conformada en el caso, y que respon- mueble adquieren el carácter de inmueble por
de a la comercialización de una unidad funcio- accesión.
nal en construcción.
Y en el caso, una vez ocurrida esta circunstan-
Del mismo modo, se cumple con la exigencia cia, mejorará automáticamente la posición del
de la determinación del plazo de vigencia del titular de la cosa principal, quien en consecuen-
poder especial, y cuya extensión expresada en cia se ve beneficiado por la incorporación de ta-
el instrumento se corresponderá con la estima- les muebles en su cosa.
ción que el desarrollador proyecte como tiempo
suficiente para la concreción de la obra y la ad- Al respecto, desde muy antiguo se ha enun-
judicación de los inmuebles a los titulares. ciado el principio de que lo accesorio sigue la

Finalmente, y respecto al interés legítimo de (104) ARIZA, Ariel, en “Código comentado”, cit., t. II,
los contratantes, este resulta evidente por las ps. 589/590, en Código Civil y Comercial de la Nación co-
causas relacionadas y que se representan en la mentado, dirigido por Ricardo Luis Lorenzetti, ob. cit., p.
495.
conveniencia y necesidad de instrumentar el
poder en los términos referidos a fin de concre- (105) GATTI, Edmundo y ALTERINI, Jorge Horacio, en
“Prehorizontalidad. Antecedentes y fundamentos... “, ob.
cit., p. 1119.
(103) ARIZA, Ariel, en “Código comentado”, Rubinzal
— Culzoni, Santa Fe, 2006, T. II, P. 587; en cita de Código (106) LORENZETTI, Ricardo Luis, en “Código Civil y
Civil y Comercial de la Nación comentado, dirigido por Comercial de la Nación comentado”, dirigido por Ricardo
Ricardo Luis Lorenzetti — 1a ed., - Santa Fe; Rubinzal — Luis Lorenzetti, Rubinzal — Culzoni, Santa Fe, 2015, t. 1,
Culzoni, 2015, ISBN 978-987-0538-1, p. 494. ISBN 978-987-30-0516-9, p. 748.

506 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

suerte de lo principal, beneficiando al titular de resultar determinantes a los fines de la estructu-


la cosa principal que se ve a partir de ello acre- ración de un sistema normativo, no menos cier-
centada (107). to es que estos factores sí condicionan o deben
condicionar la política legislativa en un tiempo
Así entonces, en el esquema analizado, cada y un lugar determinados.
uno de los adquirentes e inversores irá acrecen-
tando a su titularidad los valores económicos Y es que, si se sigue como premisa la abstrac-
que se incorporen a la obra edilicia y que se tra- ción respecto a la praxis, se corre un serio riesgo
duzcan en el proyecto habitacional objeto últi- de discutir el tema exclusivamente en el marco
mo del vínculo. de los claustros de los estudiosos de la materia;
abstrayéndose de lo que en verdad sucede en la
Y esto ocurrirá en forma automática, como ló- realidad negocial.
gica derivación del principio de accesión, a par-
tir de la titularidad que tienen y ostentan sobre Considerar meramente coyunturales o pro-
el terreno del que obtuvieron su derecho real en ducto de una patología transitoria los deveni-
forma inmediata con la conformación del con- res de índole macroeconómica en general de
dominio originario. nuestro país, relacionados con períodos de in-
flación continuada en contextos recesivos, im-
IV.9. Financiación de la obra. Las obligaciones plicará para las más sutiles consideraciones una
de valor mirada ingenua; cuando no, en verdad, una to-
tal abstracción de lo que acontece en el plano
IV.9.a. El nominalismo y la falta de acceso al de los hechos.
crédito oficial
Y es que ya desde mediados de la década de
Un modelo de comercialización de inmuebles 1970 nuestro país experimenta una macroeco-
que pretenda aceptación y eficacia práctica no nomía caracterizada precisamente por los ex-
puede prescindir de un mecanismo económico tremos antedichos.
y financiero apto para quAe las partes puedan
prever una forma de abordar el pago de la uni- Y en esas casi cinco décadas que se extendieron
dad durante el tiempo en el que se extienda la desde entonces a la fecha, fueron excepcionalísi-
obra edilicia. mos los períodos de relativa estabilidad moneta-
ria, los que, vale decir, a su vez, han derivado antes
Pero para su viabilidad debemos hacer foco o después en períodos de depresión que finalmen-
en primera instancia en las dificultades recu- te detonaron en crisis de magnitudes históricas.
rrentes que se verifican en la realidad, a la hora
de tratar el financiamiento en la compraventa De esta manera, cualquier propuesta de fi-
de inmuebles a plazo. nanciación que prevea consolidar obligaciones
monetarias sometidas a un plazo para su cum-
De la misma manera, y si se pretende confor- plimiento no puede perder de vista la posibili-
mar un esquema obligacional monetario que en dad de su ajuste periódico.
la práctica pueda tener una acogida generaliza-
da, no puede ignorarse el contexto macroeco- Y en ese sentido resulta paradojal traer a co-
nómico en el que aquel deberá funcionar. lación en primera medida el valladar ineludible
que representa a casi treinta años de su sanción
Pues, si bien en cualquier ordenamiento ju- la Ley de Convertibilidad 23.928, que prohibió la
rídico las circunstancias patológicas no deben posibilidad de indexar las deudas de dinero, re-
forzada en su interpretación luego de la sanción
(107) BUERES, Alberto J. (dir.) y HIGHTON, Elena del Código Civil y Comercial.
I. (coord.), “Código Civil y normas complementarias.
Análisis doctrinario y jurisprudencia”, Hammurabi, Bue- Yendo al detalle, conviene en primera medi-
nos Aires, 1997, vol. V, p. 40, citado en LORENZETTI, Ri-
cardo Luis, en Código Civil y Comercial de la Nación co-
da detenerse en la prohibición generalizada de
mentado, dirigido por Ricardo Luis Lorenzetti, Rubinzal ajustar obligaciones traída por el art. 7 de la ley
— Culzoni, Santa Fe, 2015, t. 1..., ob. cit., p. 757. 23.928.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 507


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Esta norma prevé la consagración de un no- Y ese contexto económico repercute a su vez
minalismo rígido, disponiendo que el deudor en las posibilidades reales de acceder a meca-
de una obligación de una suma determinada en nismos de financiación oficial a través de en-
pesos cumple con su obligación dando la canti- tidades especializadas y bancos, sean estos
dad nominalmente expresada (108). privados o públicos.

Y esa contundente prohibición de indexar se Pues en este último caso son las tasas elevadas
confirma en el texto del art. 766 del Cód. Civ. y de interés —necesarias a los fines de resguardar el
valor por parte de la entidad acreedora—, con más
Com., en cuya letra dispone: “...el deudor debe
los costos por comisiones y demás gastos propios
entregar la cantidad correspondiente en la es-
del trámite de financiación, las que hacen que este
pecie designada”.
mecanismo resulte asimismo impracticable.
Se destaca sobre la norma transcripta la inter- El fracaso se exhibe con una evidencia que
pretación que se hizo en despacho de mayoría exime de mayor desarrollo.
en el marco de las XXV Jornadas Nacionales de
Derecho Civil de 2015 (109), en que la doctrina Un contexto normativo ajeno a la realidad
se pronunció tajantemente por el principio no- que impide a los ciudadanos acceder a vías
minalista absoluto o rígido (110). reales de crédito sostenible y cuya ineficiencia
repercute a su vez contra el interés de las enti-
Así entonces, tenemos frente a nosotros un dades de crédito, que tampoco encuentran un
contexto recesivo, inflacionario y de deprecia- marco razonable para el desarrollo de su acti-
ción monetaria; que debe ser resuelto a partir vidad en calidad de acreedores hipotecarios y
de un nominalismo absoluto, imperativo e in- financistas.
derogable por las partes, regulado por una ley
Pues la hipoteca, como derecho real de ga-
de orden público.
rantía que hace al refuerzo del crédito, resulta
en la generalidad de los casos ineficiente res-
(108) Profundiza lo receptado la norma relacionada al
disponer en la segunda parte del art. 7 que “...en ningún
pecto a los fines propuestos, atento a las diver-
caso se admitirá la actualización monetaria, indexación sas dificultades que se exhiben en la práctica a
por precios, variación de costos o repotenciación de deu- la hora de ejecutar dicha acreencia en caso de
das, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deu- materializarse el eventual incumplimiento del
dor, con las salvedades previstas en la presente ley”, texto
según ley 23.928 actualizada en http://servicios.infoleg.
deudor.
gob.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/328/texact.htm,
consultado online el 05/02/2020. Y en ese sentido, a más del lógico perjuicio
que sufre cualquier acreedor en la dilación que
(109) En cita de ALTERINI, Jorge Horacio — ALTERINI,
Ignacio Ezequiel, “Ahorro, crédito de valor e hipoteca. se exhibe en oportunidad de acudir a la Justicia
Primeras reformas al Código Civil y Comercial”, AR/ para la ejecución de su acreencia; se destacan a
DOC/3017/2016, p. 4. su vez sucesivas leyes y decretos que han limita-
(110) Define Pizarro el principio nominalista como “... do las ejecuciones hipotecarias, cuando no res-
aquel que otorga relevancia jurídica al valor nominal del tringido totalmente.
dinero (...) es la regla según la cual la obligación pecuni-
aria se extingue de conformidad con su importe nomi- Son esos antecedentes los que terminan re-
nal (...) el deudor debe una suma nominal de dinero y
se libera otorgando dicha cantidad, cualquiera sea la
percutiendo en los costos de acceso al crédito y
fluctuación del poder adquisitivo”, PIZARRO, Daniel R., en la dificultad de poder obtenerlo por parte del
“Las obligaciones de dar dinero en el Proyecto del Có- interesado.
digo Civil y Comercial de la Nación”, en Estudios sobre el
Proyecto del nuevo Código Civil y Comercial, dirigido por Y estas dificultades no pueden ser ignoradas,
Marcelo J. López Mesa, Ed. Contexto, Resistencia, 2012, p.
se insiste, si lo que se pretende es un sistema efi-
93/94; en cita de ALTERINI, Jorge Horacio — ALTERINI,
Ignacio Ezequiel, “Ahorro, crédito de valor e hipoteca...”, caz y que pueda ser efectivamente implementa-
ob. cit., p. 4. do en los negocios.

508 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

IV.9.b. La deuda de valor como mecanismo de ese valor cuantificado y hasta su efectivo cum-
financiación apto plimiento.

Habiéndose expuesto en forma superficial los Nos encontramos de esta manera con un me-
diversos obstáculos relacionados con la finan- canismo que aparece ajeno a la prohibición de
ciación de proyectos a largo plazo, corresponde indexar, lo que permite en consecuencia acor-
ahora traer a análisis la propuesta de solución a dar una obligación que en su trasfondo resulta
tales fines, sostenida en el mecanismo de deu- de dinero, pero que resguarda el valor del cré-
das de valor de fuente contractual y sin inter- dito frente a las distorsiones macroeconómicas.
vención alguna de terceros ajenos a la relación
jurídica central. En otros términos, el recurso de incorporar una
deuda de valor en el instrumento que vincula a
En ese sentido, el art. 772 del Cód. Civ. y Com. las partes permitirá conformar una relación obli-
prevé, bajo el epígrafe “deudas de valor”, que, “... gacional que conserve su equilibrio prestacional
si la deuda consistiera en cierto valor, el mon- genético, aun frente a los devenires macroeconó-
to resultante debe referirse al valor real al mo- micos que sobrevengan a su celebración.
mento que corresponda tomar en cuenta para la
Y ello sin controvertir la normativa de orden
evaluación de la deuda. Puede ser expresada en
público que prohíbe a las partes la repotencia-
una moneda sin curso legal y que sea usada ha- ción de deudas.
bitualmente en el tráfico. Una vez que el valor es
cuantificado en dinero se aplican las disposicio- IV.9.c. Mecanismo propuesto: adelanto de ca-
nes de esta sección”. pital y financiación a través de deudas de valor
De esta manera se ha dado reconocimiento Los factores y condicionamientos tratados
legal a las obligaciones de valor de origen con- persuaden de que un esquema de financiación
tractual. que represente verdadera eficacia solo tendrá
lugar en el mercado privado, a través del siste-
Y en ese sentido, serán las partes las que de- ma de repotenciación de deudas estructurado
terminarán el momento de cuantificar la deuda, sobre la base de las obligaciones de valor.
previendo el mecanismo en el contrato que las
vincule (111). Bajo esa óptica, se propone un mecanismo de
pago y financiación que funcionaría bajo el es-
Aparece así, entonces, la posibilidad de que quema que se detalla.
sean los propios contratantes quienes pacten
que la cuantificación en dinero del valor rela- Yendo al punto concreto, el modelo propuesto
cionado en el contrato pueda realizarse al mo- prevé que, en el momento de la suscripción de
mento del vencimiento de la obligación —o al la escritura por la que cada uno de los inverso-
momento del vencimiento de las obligaciones, res adquiere el condominio, estos abonen como
si estas fueran sometidas a plazos—. contraprestación una suma proporcional al diez
por ciento del valor total del precio de venta pro-
Y una vez que estas obligaciones de valor sean yectado para la unidad funcional finalizada.
cuantificadas, se aplicarán a estas las disposi-
ciones contenidas en el Código Civil y Comer- Y dicha proporción no resulta injustificada o
cial para las obligaciones dinerarias. arbitraria,

Incluso en lo relativo a la posibilidad de apli- sino que en la generalidad de los casos suele
car intereses moratorios y punitorios sobre reflejar el equivalente al valor de la parte indivi-
sa del terreno que se transmite, previo a la eje-
cución de las obras.
(111) Así concluyeron por unanimidad en oportunidad
de la celebración de las Jornadas Nacionales de Derecho
Civil de 2015, en que se acordó que “el momento para la Con ese pago el desarrollador podrá financiar
cuantificación de las deudas de valor será el determinado el inicio de la obra, y mucho más, si el dominio
por las partes en el contrato...”. del inmueble no fuera propio, podrá adquirir-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 509


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

lo al tercero vendedor para iniciar el proyecto Yendo al detalle, el art. 6 de la norma definía
propuesto. la unidad de medida —UVI— como la milésima
parte del metro cuadrado con destino a vivienda
El saldo, a pagar en cuotas mensuales y con- “de forma tal que 1.000 UVIs serán equivalentes
secutivas —o por períodos diversos que acuer- a un metro cuadrado (1.000 UVIs = 1 metro cua-
den las partes—, se hará constar en el formato drado”).
de deudas de valor, conforme se relacionó en
el punto precedente, a los fines de mantener el Agrega luego el artículo transcripto que el va-
equilibrio prestacional previsto por los contra- lor de cada unidad sería fijado mensualmente
tantes desde el origen. “a través del incide del costo de la construcción
para el Gran Buenos Aires que publica el INDEC
En ese sentido, para graficar el esquema pro- para vivienda unifamiliar modelo 6”, y cuya pu-
puesto, vale remitirse al sistema traído a consi- blicación estaría a cargo del Banco Central de la
deración por la ley 27.271, que generó el Sistema República Argentina.
de Fomento de la Inversión y la Vivienda. De esta forma se estructura por medio de la
norma transcripta un formato prestacional que,
Dicho sistema procuraba, entre sus objetivos
a diferencia de las clásicas obligaciones dinera-
generales, la consolidación de un instrumento
rias, reconoce su objeto inmediato no ya a partir
de ahorro, préstamo e inversión por medio de la de una cantidad de dinero a cuyo pago se obliga
creación de unidades de vivienda denominadas el deudor, sino, como se dijo, mediante una uti-
UVI, con la vista puesta en estimular el ahorro lidad o valor abstracto.
en moneda nacional, disminuir el déficit habi-
tacional estructural y promover el crecimiento Y esa unidad de valor, solo una vez cuantifi-
económico (112) y el empleo por vía de la in- cada, se transformará en una obligación de dar
versión en viviendas. (113) una suma de dinero.

(112) Expuso el senador Julio César C. Cobos, en opor-


En ese marco, el deudor cumplirá con su obli-
tunidad de ingresar el proyecto para su tratamiento, que gación una vez que pague la suma de dinero
“...es indispensable ’ahorrar en ladrillos’, atesorar en una representativa del valor abstracto a que tiene
unidad de medida que mantenga su valor a lo largo del derecho el acreedor, cuantificando en dinero la
tiempo, que por el contrario se actualizará perman-
entemente, como lo es el valor del metro cuadrado de
utilidad representativa del parámetro fijado.
la construcción (...) generando la posibilidad de ahorro
para todos, inclusive incentivando a los niños en la es- Se visualiza entonces un modelo prestacio-
cuela la cultura del mismo, hoy ausente en el sistema nal que, si bien reconoce como objeto inmedia-
educativo. Éste método, que ha dado muestra de éxito to una prestación abstracta relacionada con un
en otros países ya lo implementan en la actualidad (...)
valor incorporado por la figura representativa
se obtendrán dos resultados que impactan en el corto y
largo plazo para remediar el grave déficit habitacional del UVI, no resulta particularmente complejo
existente, ya que más de 3 millones de hogares tienen identificar como objeto mediato y que subyace
distintos tipos de necesidades (...) permitimos a aquellos en el trasfondo, una verdadera deuda de conte-
que tienen capacidad de ahorro y que hoy lo hacen con nido monetario, pero que, a diferencia de estas,
moneda extranjera, lo hagan por este medio, y a su vez, a
aquellos que tienen necesidades de crédito a largo plazo conservará su verdadera entidad y equilibrio no
esta vía lo permita”, en cita de ALTERINI, Jorge Horacio — obstante el devenir macroeconómico en el que
ALTERINI, Ignacio Ezequiel, “Ahorro, crédito de valor e se desarrolla.
hipoteca...”, ob. cit., p. 1.
(113) En línea con esa finalidad, el art. 16 de la citada En este punto, vale destacar que, no obstante
norma conminaba al Poder Ejecutivo Nacional “...a través la normativa infranqueable y de orden público
de las áreas pertinentes, [a] promover la cultura del contenida en la Ley de Convertibilidad, reforza-
ahorro a largo plazo en moneda nacional que propone el
presente proyecto de ley, dentro de la política educativa
da por el Código Civil y Comercial en su art. 766,
desde los niveles iniciales y con campañas de publicidad estos factores no resultan obstáculo alguno para
oficial”. la validez y aplicabilidad del sistema propuesto.

510 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Pues en efecto, y a partir de lo establecido por Y bajo esa misma interpretación, se concluye
el art. 772 del mismo cuerpo legal, las obligacio- que la unidad de vivienda no debe ser conside-
nes de valor de origen convencional son perfec- rada como una deuda de dinero que se actualiza
tamente válidas. sobre la base del costo de la construcción, sino
que en verdad “...se trata de un valor abstracto
De esta manera se alcanza a satisfacer el inte- que siempre se corresponderá con la milési-
rés de las partes sin que ello implique privilegiar ma parte del valor del metro cuadrado, y cuya
la posición de uno de ellos en desconocimiento expresión en dinero variará en función de las
o perjuicio del otro. mutaciones que tenga el índice del costo de la
construcción” (116).
Así entonces, la obligación de valor cumpliría
una función equivalente a las obligaciones di- En ese entendimiento, se deduce que no se
nerarias indexadas, estructurando un sistema produce el expresado fraude a la ley.
que permite conservar el equilibro de las presta-
ciones que las partes tuvieron en vista en opor- Pues el propio art. 21 de la norma que da
tunidad de suscribir el contrato, y durante toda nacimiento a las UVI dispone que “las dispo-
su vigencia. siciones de la presente ley se encuentran excep-
tuadas de lo dispuesto en los artículos 7º y 10 de
Y si bien se previenen las críticas al sistema la ley 23.928 y sus modificatorias, y de lo estable-
propuesto en razón de las conclusiones surgi- cido en el artículo 766 del Código Civil y Comer-
das de las XXV Jornadas Nacionales de Derecho cial de la Nación”.
Civil de 2015 con relación a que “la categoría de
Y es que las obligaciones constituidas a la luz
obligaciones de valor no puede ser empleada
de esta norma no son monetarias, y, por lo tan-
como mecanismo para burlar normas de orden
to, son extrañas a la repotenciación indexatoria.
público en fraude a la ley (art. 12 Código Civil y
Comercial, lo que ocurre cuando se intenta in- De esta manera, el verdadero núcleo del aná-
cluir en ellas típicas obligaciones dinerarias a lisis deriva en desprenderse de la visión mo-
fin de eludir la aplicación de la prohibición de netaria que desde una perspectiva clásica se
indexar” (114); estas no persuaden de su impo- impone en el tema.
sición conforme los argumentos que anteceden.
Puesto que en un país cuya historia macro-
Ello por cuanto, en el caso, las partes no se económica exhibe los extremos que se trataron,
estarían valiendo de un sistema reprobado por pretender potenciar el ahorro en moneda local
ley, ni mucho menos utilizándolo de pantalla haciendo oídos sordos y cerrando los ojos frente
para eludir una norma. a la realidad en la que se materializa y desarrolla
allana el camino hacia un nuevo fracaso.
En rigor de verdad, y contrariamente al frau-
de legal que se interpreta en las conclusiones La mirada exige alterar el enfoque y admitir
transcriptas, el esquema propuesto se sostie- la vigencia de las obligaciones de valor, en cuyo
ne echando mano de una cláusula de precio esquema se puede hallar una herramienta apta
en referencia a un bien determinado; todo lo para la promoción del ahorro y la inversión en
cual constituye nítidamente una deuda de va- viviendas.
lor (115) autorizada expresamente por el Códi-
go Civil y Comercial. (116) ALTERINI, Jorge Horacio — ALTERINI, Ignacio
Ezequiel, “Ahorro, crédito de valor e hipoteca...”, ob. cit.,
(114) En ALTERINI, Jorge Horacio — ALTERINI, Igna- p. 5, quienes amplían en el punto manifestando que “la
cio Ezequiel, “Ahorro, crédito de valor e hipoteca...”, ob. ligazón del valor de la UVI con un índice de precios —
cit., p. 5. el del costo de la construcción- no obsta a su encuadr-
amiento como obligación de valor (...) la atadura de la
(115) MOISSET DE ESPANÉS, Luis, en “Cláusulas de valuación de las UVIs al costo de la construcción en nada
determinación del precio y cláusulas de estabilización: desvirtúa la conclusión que sostenemos (...) las obliga-
la actualidad de la distinción”, JA 2002-IV-961, en cita de ciones expresadas en UVIs son de valor, y no pierden esa
ALTERINI, Jorge Horacio — ALTERINI, Ignacio Ezequiel, identidad genética ni siquiera cuando son cuantificadas
Ahorro, crédito de valor e hipoteca..., ob. cit., p. 5. en dinero”.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 511


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Así, mediante la aplicación de este mecanis- Y esa identidad genética con el tema que se
mo, se podrá resolver el inconveniente de la fi- analiza es lo que termina por imponer las uni-
nanciación para los adquirentes, quienes no dades de vivienda como el mecanismo más
necesitarán incurrir en los costos y trámites en- adecuado para tomar como base o modelo de
gorrosos propios de la financiación bancaria referencia y punto de partida, a los fines de es-
por vía del préstamo hipotecario tradicional, es- tructurar la financiación que se persigue.
timulando el ahorro en obras concretas.
IV.10. Conformación de una garantía real efi-
Frente a estos, el desarrollador obtiene la año- ciente
rada certidumbre respecto al devenir econó-
mico, sin necesidad de recurrir al mecanismo IV.10.a. Los derechos reales de garantía clási-
tradicional de cotización del precio en moneda cos. Razones por las que se los descarta
extranjera, que en nuestro país resulta genera-
Tenemos entonces un esquema de pago es-
dora de conflictos a causa de las sucesivas medi- tructurado sobre la base de conformar una fi-
das de restricción en cuanto a su acceso para el nanciación sostenida en una deuda de valor.
consumidor generalizado, lo que precisamente
a la fecha exhibe extremos en sus formas más Ahora bien, toca ahora tratar la forma de ga-
evidentes. rantizar el crédito en favor del desarrollador,
partiendo de la premisa de considerar que todo
Al mismo tiempo, se eluden las consecuen- mecanismo de financiación requiere como con-
cias indeseadas del sistema estructurado por dición para cumplir acabadamente su función
las unidades reconocidas como UVA —unidad de un sistema de garantías eficiente.
de valor adquisitivo—, que, a diferencia del cita-
do, era un instrumento financiero sostenido en Y es que se parte de considerar que el ver-
una medida de valor que se actualiza en función dadero éxito de una obligación de contenido
del coeficiente de estabilización de referencia pecuniario requiere para su concreción de la
—CER—, que refleja la evolución de la inflación incorporación de un sistema ágil de percepción
tomando como base el índice de precios al con- del crédito y, eventualmente, de recupero de la
sumidor (117) -IPC—-, publicado por el INDEC cosa cuando la deudora sea remisa en su cum-
en forma mensual. plimiento.

La conveniencia de las UVI frente a este úl- Complementa el desafío la circunstancia adi-
timo es innegable, pues estas relacionan las cional consistente en que, durante la extensión
variaciones con base en los costos de la cons- temporal durante la cual se desarrolla la obra, el
trucción, rubro específico del que trata el tema. dominio de la cosa se encuentra bajo la titulari-
dad de quien a su vez aparece deudor de la pres-
Mientras que aquellas lo hacen sobre la base tación económica.
del coeficiente CER, tomando como base el IPC,
por lo cual arrastra en sus cálculos diversos con- Puesto negro sobre blanco, nos enfrentamos a
dicionantes que poco o nada tienen que ver con un escenario particular, en el cual una parte —el
lo que intentan regular —costos de alimentos, desarrollador— otorga un financiamiento en fa-
indumentarias, servicios regulados, etc.—. vor de otra parte —el inversor—, mientras que,
a su vez, este último adquiere el derecho real so-
(117) Dicha unidad de valor fue aprobada durante bre la cosa que aún no abonó en su totalidad, en
el curso del año 2016 por comunicación “A” 5945 del forma inmediata y desde el primer momento de
Banco Central de la República Argentina y fue sucesiva- nacida la relación jurídica entre las partes.
mente reformada por decretos nacionales. La referencia
a los textos originales y actualizados de la norma y sus Así entonces, tenemos un deudor que a su vez
complementarias se puede consultar en la dirección
URL:http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/ver-
ostenta los más amplios derechos sobre la cosa;
Norma.do;jsessionid=7BB38A6E011334F4BFD5D6145D y un acreedor que ha cedido todas sus prerroga-
63297A?id=261492 verificado el 21/06/2021. tivas sobre aquella.

512 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

De este modo, y siendo que con el sistema pro- mente por cerrar su vista ante esa circunstancia,
puesto se logra la efectiva tutela de los adquiren- configurando soluciones parciales que, a causa
tes invistiéndolos inmediatamente de un derecho de beneficiar a una de las partes, expusieron a la
real; al mismo tiempo se debe atender a la situa- otra a extremos intolerables.
ción del desarrollador, quien aún no percibió la to-
talidad de los importes de cada aportante. Así entonces, si la protección del adquirente,
como se dijo, se alcanza suficientemente con la
Esto con más el factor agravante de que el adjudicación en su favor y en forma inmediata
aporte puntual de cada inversor deviene condi- de un verdadero derecho real sobre la cosa, con
ción necesaria para el efectivo cumplimiento de más las herramientas complementarias que se
la obligación asumida por el desarrollador en el tratan y siempre bajo la órbita del estatuto del
contrato de obra. consumidor; es ahora el desarrollador el que re-
clama la atención.
Pues la relación compleja y multilateral que
resulta del vínculo jurídico subyacente, y que La que a su vez se insiste debe considerar, aun
aparece como la finalidad económica común patológicas, las circunstancias de la realidad en
que conecta a los contratos de todos los intervi- las que luego se desplegará el sistema.
nientes, requiere del desarrollo de una obra de
especial magnitud. Así entonces, si se habla de financiación, ló-
gicamente deberá desarrollarse un sistema de
Y en esta, la coordinación de los actores y el garantías en refuerzo de los créditos asumidos.
efectivo y puntual cumplimiento de cada uno de
ellos aparecen como condiciones necesarias y a Y en esa línea, considero que los esquemas
las que se debe prestar especial atención. tradicionales de garantía resultan insuficientes.

Es a partir de esto que se debe incorporar Pues en el caso de la hipoteca, como derecho
un sistema que, además de efectivo y eficiente, real de garantía que recae sobre un inmueble
aporte la agilidad requerida a los fines de que, ajeno a los fines de reforzar una acreencia, en
acaecida la anormalidad —el incumplimiento la práctica exhibe una serie de consideraciones
en los aportes por alguno de los inversores—, que persuaden de su ineptitud en el caso.
rápidamente el sistema se active con los reflejos
suficientes y retome la senda de la regularidad. Y es que, si bien esta puede prever un proce-
so judicial ágil para la ejecución en caso de in-
Caso contrario, el sistema acabará por fraca- cumplimiento, no menos cierto es que dicho
sar desde antes de su propia conformación. procedimiento necesariamente requerirá del
cumplimiento de diversos pasos y etapas.
Y es que se corre el riesgo siempre latente de
enfocar la mirada únicamente en la parte ha- Y ese trámite judicial, aun el más ágil que pue-
bitualmente débil de la relación; todo lo cual da preverse, representa una dilación temporal
acaba por producir el resultado indeseado de que, en el desarrollo de una obra como la que en
inclinar nuevamente la balanza, esta vez hacia el presente se intenta tutelar, no resulta tolerable.
el otro extremo.
Ello sin dejar de tener en vista aquellos casos
Tal como se dijo, si se traza como objetivo la no poco recurrentes en los cuales el legislador o
esquematización de un sistema de comercia- a veces el poder administrador disponen diver-
lización de inmuebles en la modalidad pro- sas normas de emergencia a través de las cuales
puesta; la verdadera completitud del proyecto se restringen las ejecuciones hipotecarias.
se verificará si los intereses de ambos extremos
relacionales encuentran cabida suficiente a sus Así entonces, el verdadero problema a atacar
intereses. se exhibe en sus límites en forma clara.

La historia reciente y los antecedentes rese- Tenemos un deudor de una obligación some-
ñados antes de ahora exhiben que los diversos tida a un plazo de una extensión temporal con-
mecanismos propuestos han fracasado precisa- siderable y titular del derecho real sobre la cosa;

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 513


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

frente a un acreedor que cedió sus derechos en Y en el caso de concretarse el cumplimiento


la primera oportunidad de nacida la relación ju- de ese hecho futuro e incierto, la cosa debe ser
rídica entre estos; insertos en un esquema mul- reintegrada por el dueño revocado al titular re-
tilateral de numerosos intereses relacionados; y vocante.
en el que el incumplimiento de una sola parte
genera un daño que se propaga al resto de las En cuanto a las condiciones resolutorias ex-
partes, cuando no de la sociedad toda. presadas en el contrato, corresponde para su
análisis partir de la permisión genérica de pac-
Y asimismo, como se dijo, los mecanismos tarlas, según así surge del texto del art. 343 del
tradicionales de refuerzo del crédito aparecen Cód. Civ. y Com., siempre que estas no puedan
como inadecuados a los fines perseguidos. ser tachadas de prohibidas de acuerdo al art.
344 del mismo cuerpo.
IV.10.b. Condominio revocable como garantía
real Así entonces, podrán incorporarse en las es-
crituras por las que se transmiten derechos
A partir de los antecedentes tratados, se pro- reales diversos supuestos de condiciones reso-
pone traer a consideración como sistema de ga- lutorias (121).
rantía para el refuerzo del crédito en favor del
desarrollador, la instrumentación de un dere- Y en el caso puntual que toca ahora tratar, im-
cho real de condominio revocable. portan en particular aquellas modalidades que
prevén una cláusula resolutoria expresa por in-
En ese sentido, y a modo de introducción del
cumplimiento, conforme el art. 1086 del Cód.
tema, se destaca que el dominio como derecho
Civ. y Com. (122).
real —o en el caso el condominio— deja de ser
perfecto para convertirse en imperfecto cuando
no es perpetuo, o se somete a una condición o a to se ha señalado desde la doctrina que “...la condición
resolutoria es la cláusula de los actos jurídicos por la cual
un plazo resolutorio (118). las partes subordinan su resolución a un hecho futuro e
incierto —art. 343 del Código Civil y Comercial—. Véase
De este modo, un condominio subordinado a COSSARI, Nelson G.A., en ALTERINI, Jorge H. (director
una condición resolutoria, y como tal imperfec- general) y ALTERINI, Ignacio E. (coordinador), Código
to, será revocable si, al materializarse la condi- Civil y Comercial comentado. Tratado exegético, cit.,
ción prevista en su título, esta tiene como efecto tomo IX, p. 518.
la extinción del derecho de manos de su titular y (121) Señala Nelson Cossari, en comentario del art.
la restitución hacia su enajenante (119). 1965 del Código Civil y Comercial, que “...conforme la
norma tanto el plazo como la condición pueden ser vol-
En términos simples, el derecho civil prevé untarios o legales. (...) Se recoge en definitiva la doctrina
que, en el título constitutivo del derecho real de al respecto que fue sintetizada en las IX Jornadas Nacio-
nales de Derecho Civil de 1983: “7º) La revocabilidad del
que se trate, las partes pueden pactar una con- dominio resoluble puede resultar tanto de una condición
dición resolutoria (120). resolutoria (explícita) como de una “cláusula legal”, que
parte de la doctrina denomina condición resolutoria im-
(118) COSSARI, Nelson G.A., en ALTERINI, Jorge H. plícita. 8º) La revocabilidad también puede derivar de la
(director general) y ALTERINI, Ignacio E. (coordinador), previsión de un plazo resolutorio explícito. 9º) En defini-
“Código Civil y Comercial comentado. Tratado exegé- tiva, las fuentes de la revocabilidad del dominio resoluble
tico”, cit., tomo IX (director del tomo: Nelson G. A. Cos- son tanto la voluntad de los particulares como la ley”, en
sari), p. 397 y ss. ALTERINI, Jorge H. (director general) y ALTERINI, Igna-
cio E. (coordinador), “Código Civil y Comercial comen-
(119) La definición legal aparece contemplada en el tado. Tratado exegético”, cit., tomo IX, pp. 519-520.
art. 1965 del Cód. Civ. y Com. al disponer, bajo el epígrafe
“dominio revocable”, que “...es el sometido a condición o (122) Amplía Carlos A. Hernández, con relación a la
plazo resolutorios a cuyo cumplimiento el dueño debe cláusula resolutoria expresa, que, “...a pesar de que en
restituir la cosa a quien se la transmitió. La condición o el nuevo Código la resolución por incumplimiento con-
plazo deben ser impuestos por disposición voluntaria o stituye un efecto natural de los contratos bilaterales —y
expresa por ley”. como tal puede ser invocado por la parte in bonis aun en
ausencia de previsión contractual-, la inclusión de una
(120) El dominio revocable puede serlo por estar cláusula resolutoria expresa conserva gran importancia
sometido a un plazo o condición resolutoria. Al respec- práctica, puesto que por su intermedio las partes pueden

514 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

A través de este esquema las partes pactarán Si bien esas facultades propias de un dueño
expresamente que, ocurrido el incumplimiento pleno quedan expuestas a los efectos de la revo-
específico y debidamente identificado —en el cación, en el caso no debe tener mayor conse-
caso, el pago del precio como prestación princi- cuencia ese estigma permanente.
pal a cargo del adquirente—, se habilite la reso-
lución de la relación jurídica entre estos, una vez Pues, en concreto, el verdadero límite de los
que el interesado comunique a la incumplido- titulares del derecho, en el caso, no está dado
ra en forma fehaciente su voluntad en ese sen- por la calidad de imperfecto del derecho real
tido (123). que ostentan, sino por el compromiso obliga-
cional y de adjudicación suscripto en su título
De más está destacar que, en el caso, las fa- de adquisición (125), y el marco general en que
cultades del dueño revocable durante el ejerci- se ven insertos a causa de la finalidad económi-
cio de su derecho real sometido a una condición ca común que trasciende a la voluntad unilate-
resolutoria en nada se ven alteradas en el caso ral de ellos.
puntual, pudiendo en todo momento usar, go-
zar y disponer de la cosa (124). Finalidad económica común subyacente que,
como se dijo, y para mayor seguridad, surge pre-
vista en forma expresa por las partes en el título
convenir el régimen al que ha de someterse la potencial
resolución del contrato. Así las partes pueden determi-
adquisitivo originario.
nar cuáles serán los incumplimientos que habilitan la
resolución, sorteando inicialmente el debate acerca de la Pero, en el caso, y en lo que ahora interesa, el
configuración y entidad del incumplimiento (art. 1084), esquema propuesto con base en un derecho real
aunque siempre dentro de los límites impuestos por la imperfecto tutela en forma suficiente al inversor
buena fe y el abuso del derecho. También pueden pac- —dueño de un verdadero derecho real sobre la
tar el procedimiento al que ha de sujetarse la resolución. cosa oponible erga omnes y debidamente publi-
Ello, además, puede ir acompañado de otros pactos,
sobre los daños que deberá reparar el incumplidor (art. citado—; y asimismo al desarrollador —quien
1082) e incluso establecer cuáles son las prestaciones que encuentra en el dominio revocable sujeto a con-
deberán restituirse y de qué modo, tiempo y forma”, en dición resolutoria expresa una garantía sufi-
LORENZETTI, Ricardo Luis, “Código Civil y Comercial de ciente—.
la Nación comentado”, dirigido por Ricardo Luis Loren-
zetti — Tomo VI, 1º ed., - Santa Fe; Rubinzal — Culzoni, Y se enfatiza en este punto que, si bien no
2015, ISBN 978-987-30-0579-4, p. 204.
estamos ante un derecho real de garantía, sí
(123) Acerca de la cláusula resolutoria expresa, amplía considero que nos posicionamos frente a una
la doctrina respecto a que para ejercer el pacto comisorio garantía real especialmente eficiente en lo que
“...se debe comunicar al deudor la voluntad de resolver, al caso se propone; propuesta, definida y con-
pues no basta con que esa parte incurra en mora au-
tomática, porque aun siendo morosa su contraparte el formada por las propias partes en el ejercicio de
acreedor podría desear en el cumplimiento. (...) la comu- la autonomía de la voluntad (126).
nicación debe ser fehaciente (...) es decir debe hacer fe
de la voluntad en él expresada, v.gr. mediante una carta tivo previsto en el art. 1967 del Código Civil y Comercial.
documento o un telegrama regido por la ley 750 1/2, o (...) los actos que celebre están expuestos a extinguirse.
una comunicación notarial en los términos del art. 12 de (...) como establecieron las IX Jornadas Nacionales de
la ley 12.990”. Véase LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P. en AL- Derecho Civil de 1983: el titular de un dominio revocable
TERINI, Jorge H. (director general) y ALTERINI, Ignacio tiene todas las facultades materiales y jurídicas propias
E. (coordinador), “Código Civil y Comercial comentado. del dueño, pero su ejercicio queda expuesto a los efec-
Tratado exegético”, cit., tomo V, pp. 775-776. tos de la revocación (conclusión 11 de la Comisión 4)”, en
(124) El art. 1966 del Cód. Civ. y Com. aclara, bajo el COSSARI, Nelson G. A., en ALTERINI, Jorge H. (director
acápite “Facultades”, que “...el titular del dominio revo- general) y ALTERINI, Ignacio E. (coordinador), “Código
cable tiene las mismas facultades que el dueño perfecto, Civil y Comercial comentado. Tratado exegético”, cit.,
pero los actos jurídicos que realiza están sujetos a la con- tomo IX, p. 520.
secuencia de la extinción de su derecho”. En comentario (125) Ver supra “Compromiso obligacional y de adju-
a la norma se ha señalado que “...las facultades del dueño dicación”.
resoluble son exactamente las mismas que las del titular
perfecto. Sin embargo, quien contrata con el dueño del (126) En este punto, “...como consecuencia del prin-
dominio resoluble sabe que los actos jurídicos que real- cipio de autonomía de la voluntad, las partes pueden es-
iza están sujetos a extinguirse de darse el efecto retroac- tablecer el mecanismo resolutorio que deseen, pudiendo

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 515


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Se trata de una garantía, pues cumple con su Y en materia de condición, el Código Civil y
función de reforzar la expectativa de cobro de Comercial incorpora como novedad el art. 1968,
un crédito; y adquiere carácter real, por asentar- cuya operatividad dispone que, “...al cumplirse
se en una cosa determinada, en el caso la par- la condición, el dueño revocable de una cosa
te indivisa del lote de terreno de titularidad del queda inmediatamente constituido en posee-
deudor. dor a nombre del dueño perfecto”.

Y la principal razón por la que se lo propone, Es decir, se trata de un supuesto automático


a más de las antes mencionadas, es su operativi- de constituto posesorio de origen legal, coheren-
dad de pleno derecho una vez acaecido el hecho te con la previsión del art. 348, que establece la
que motiva su aplicación, que no es otro que el operatividad de pleno derecho de las condicio-
incumplimiento del deudor (127). nes (129), según lo pactan las partes en la cláu-
sula resolutoria expresa en el ejercicio de la
En ese sentido, cabe distinguir dentro de los autonomía de la voluntad.
dominios revocables aquellos supuestos en los
Esto significa, en términos más claros, que,
que la readquisición de dominio perfecto por
producido el hecho previsto como condición re-
el primitivo titular opera de pleno derecho, de
solutoria expresa —el incumplimiento del deu-
aquellos en los que es menester algún acto adi-
dor en el pago puntual de su obligación—, el
cional —sea una manifestación del titular del
dominio se revierte de manera automática —la
derecho de recuperar el dominio como en un cosa vuelve a manos del acreedor, desarrollador
pacto de retroventa, sea por sentencia judi- y original preenajenante— (130).
cial— (128).
Y tal es la razón por la que se prefiere este sis-
prever que no se requiera notificación alguna, funciona- tema por sobre los clásicos derechos reales de
ndo de modo automático, similar a una condición reso- garantía.
lutoria”, NICOLAU, Noemí L., “Fundamentos de derecho
contractual”, La Ley, Buenos Aires, 2009, t. I, p.354, en cita
de Carlos A. Hernández, en LORENZETTI, Ricardo Luis, duciario”, Revista El Derecho, Buenos Aires, 23/11/2018,
Código Civil y Comercial de la Nación comentado, dirigi- nº 14.538, año LVI, ED280, p. 2.
do por Ricardo Luis Lorenzetti, tomo VI..., ob. cit., p. 205.
(129) URBANEJA, Marcelo Eduardo, ob. cit., p. 2.
(127) “[T]anto el pacto comisorio expreso, como el
tácito, no requieren de demanda ni pronunciamiento (130) Se ha señalado, en contraste al régimen actual
judicial alguno, pues operan ipso iure, o, como dispone impuesto por el art. 1968 del Cód. Civ. y Com.: “...En el
el art. 1088 inc. c) y disponía el art. 1204 inc. 3º del Có- régimen del Código de Vélez se sostenía la necesidad,
digo derogado “de pleno derecho”, y la sentencia judicial extinguido el dominio revocable, de hacer la tradición al
de la contienda que podría generarse producirá efecto propietario originario para que éste readquiriera el do-
no al momento de la demanda —efecto declarativo de la minio pleno. Éste era el consenso de la doctrina amplia-
sentencia- sino al momento de la recepción de la comu- mente mayoritaria y que se condensa en lo dispuesto por
nicación fehaciente librada por el acreedor conteniendo las IX Jornadas Nacionales de Derecho Civil en su con-
su voluntad de resolver el contrato”, LEIVA FERNÁN- clusión 15º: La readquisición de dominio por el dueño
DEZ, Luis F. P., en ALTERINI, Jorge H. (director general) revocante se configura a través de la tradición traslativa
y ALTERINI, Ignacio E. (coordinador), “Código Civil y del dominio”, COSSARI, Nelson G.A., en ALTERINI, Jorge
Comercial comentado. Tratado exegético”, cit., tomo V, H. (director general) y ALTERINI, Ignacio E. (coordina-
p. 776. En esa misma línea, tiene dicho la jurispruden- dor), “Código Civil y Comercial comentado. Tratado ex-
cia: “...Procede la resolución por simple declaración del egético”, cit., tomo IX, p. 524. Pues bien, contrariamente a
comitente de un contrato de suministro de combustible, lo expuesto, el proyecto de 1998 propuso su modificación
motivada en la reiterada falta de entrega del producto en el art. 1908, que resultó antecedente de la norma con-
objeto del contrato, toda vez que dicho obrar configura tenida en el Cód. Civ. y Com., estableciendo en adelante
un incumplimiento previsto en la cláusula comisoria, no que «...desde la misma fecha en que sucedió el plazo o la
siendo necesario demandar por resolución del contrato”, condición el que era dueño se torna en tenedor en nom-
CNCom., sala A, “Fepetrol S.A. c. Shell Capsa”, 14/9/2004, bre del dueño perfecto quien así readquiere en forma
LA LEY, 2005-A, 418. automática el dominio de la cosa», COSSARI, Nelson G.
A., en ALTERINI, Jorge H. (director general) y ALTERINI,
(128) URBANEJA, Marcelo Eduardo, “Aspectos notari- Ignacio E. (coordinador), «Código Civil y Comercial co-
ales y registrales del dominio revocable y del dominio fi- mentado. Tratado exegético», cit., tomo IX, p. 524.

516 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Pues nos enfrentamos ahora a una garan- IV.10.c. La garantía real en el caso concreto.
tía real, pero cuya ejecución resulta automáti- Condominio revocable y cláusula resolutoria
ca (131). expresa

Garantía esta que, al constar en el título cons- De aplicarse de este modo el mecanismo pro-
titutivo del derecho real, y al resultar debida- puesto, entran en juego dos figuras del derecho
mente inscripta en el Registro de la Propiedad que se interrelacionarán estructurando las ba-
Inmueble local, será perfectamente oponible a ses para la implementación de un sistema ágil
terceros interesados de buena fe, conforme las y eficiente de refuerzo de los créditos en forma
directivas adoptadas por el Código Civil y Co- privada y sin intervención alguna de tercero aje-
mercial (132). no a la relación jurídica subyacente.

Así entonces, tenemos una garantía real, ge- Me refiero puntualmente: a) al condominio
neradora de un mecanismo ágil de percepción revocable; y b) a la cláusula resolutoria expre-
del crédito, y que refuerza la expectativa de ver- sa (133).
se satisfecho en su acreencia al desarrollador.
El esquema, entonces, funcionaría del modo
Aquella funciona debidamente como com- que a continuación se propone: el aportante del
plemento de un sistema de financiación que terreno —el desarrollador— transfiere la pro-
conserva el equilibrio de las prestaciones du- piedad de este a los inversores en forma inme-
rante toda su duración; todo ello en el marco de diata y bajo la figura del condominio.
un acuerdo de partes en el libre ejercicio de la
Al mismo tiempo, los adquirentes se compro-
autonomía de la voluntad, sin la intervención
meten a abonar su deuda a plazos y conforme las
de terceros; sin gastos y comisiones, y sin la de-
obligaciones de valor que antes se relacionaron.
mora y los costos propios de los sistemas que
prevén la intervención judicial a los fines de su Ahora bien, estos adquirentes incorporarán
ejecución. en su patrimonio un derecho real de condomi-
nio, pero con la particularidad de ser en el caso
(131) “Si el tenedor se resiste a entregar la cosa el due- imperfecto a partir del pacto entre las partes.
ño tendrá contra el mismo tanto la acción personal como
la real —reivindicatoria- para hacerse efectivamente
con el corpus de la cosa”, COSSARI, Nelson G. A., en AL-
En concreto, se trataría de un condominio
TERINI, Jorge H. (director general) y ALTERINI, Ignacio revocable, sometido a la condición resolutoria
E. (coordinador), “Código Civil y Comercial comentado. relacionada con que los deudores abonen en
Tratado exegético”, cit., tomo IX, p. 524. tiempo y forma las cuotas periódicas.
(132) En detalle, el art. 1166 señala respecto de estas
cláusulas que son oponibles cuando resulten de los in- En ese sentido, un pacto comisorio servirá
strumentos correspondientes, y amplía en este punto para que, en caso de incumplimiento, el trans-
Marcelo E. Urbaneja, al señalar que “...el carácter revoca- mitente del terreno pueda ejercer su voluntad
ble del dominio resulta oponible a toda clase de terceros, resolutoria a raíz de la activación de la cláusula
si surge del instrumento registrado. No es necesario, para
lograr esa oponibilidad, que dicho carácter revocable expresa, recuperando el inmueble en forma in-
surja de las constancias registrales. Todos los terceros de- mediata y en el estado en que se encuentre.
berán informarse del alcance de la situación registrada a
través de la consulta del instrumento registrado o de su La readquisición del dominio perfecto en el
matriz según el caso. Si no procedieran de esta manera, caso por parte del desarrollador, de concretar-
carecerían de la buena fe exigida por el ordenamiento
jurídico”, en URBANEJA, Marcelo Eduardo, ob. cit., p. 3.
se el evento resolutorio, operaría de forma au-
En la misma línea de ideas expone acerca de la publici- tomática, considerando al titular del dominio
dad instrumental Jorge H. Alterini, en “Resolución de los revocado como mero tenedor, sometido a la
contratos y dominio revocable. Con especial énfasis a la obligación de restituir la cosa a quien entonces
resolución por incumplimiento y al pago del precio en la sería nuevamente dueño y poseedor de la cosa.
transmisión de dominio —arts. 1376 y 3923 del Código
Civil—“, El Derecho, 50, p. 663 y ss., especialmente ps.
655-658. (133) Ver CAMBET, Jorge Ignacio, ob. cit., p. 428.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 517


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Y dicho mecanismo se presenta como noto- el pago en tiempo y forma durante un plazo que
riamente más ágil que el de la ejecución hipote- no sea inferior a quince días, conforme plazo
caria, y, como se dijo, menos costoso. razonable establecido en el art. 1088, inc. c) del
Cód. Civ. y Com.
Esto a raíz de que se estructura y se ejecuta
bajo la exclusiva intervención de las partes de la - Transcurrido el plazo relacionado sin que
relación jurídica, sin intervención alguna de ter- el deudor haya cumplido u ofrecido cumplir
ceros ni de entidades financieras, y sin la nece- la obligación a su cargo, se habilita al acreedor
sidad de recurrir a la Justicia para su activación, para aplicar caducidad de plazo sobre el saldo
con los costos y el tiempo que ello significa en total adeudado, no pudiendo ampararse el deu-
la práctica. dor en la pendencia de plazos respecto de las
cuotas originalmente pactadas.
Pero la desventaja evidente que no puede per-
derse de vista significa, al mismo tiempo, un evi- - De no cumplir con lo adeudado, el desarro-
dente riesgo potencial de vulnerar las garantías llador podrá recuperar el dominio de la cosa
constitucionales del adquirente y que hacen a la como consecuencia de la aplicación de la cláu-
inviolabilidad de su derecho de propiedad. sula resolutoria expresa en el marco de la ins-
trumentación del dominio revocable. Este
Pues, sin la intervención de terceros, este es- funcionaría según los términos del art. 1965, ha-
tará expuesto a cláusulas abusivas y que desna- ciéndose constar en su título constitutivo los al-
turalicen las obligaciones de las partes. cances. Puntualmente, el derecho real del titular
aparecería sujeto a la condición resolutoria de
En ese sentido, se deberá dar especial aten- cumplir con las obligaciones a su cargo; de tal
ción a la forma de instrumentación del esquema modo, incumpliendo tres cuotas, según se indi-
propuesto, procurando dar suficientes garantías có, deberá restituir inmediatamente la cosa a su
y defensas a los fines de que se tutelen los de- acreedor —conf. art. 1933—, quien la recupera-
rechos del deudor, quien, en el caso, a su vez, rá de pleno derecho para poder enajenarla a un
aparecerá como particularmente protegido por tercero y restituir los valores al inversor incum-
la ley, toda vez que muy probablemente se esté plidor, previa deducción de costos por el recla-
ante un consumidor (134). mo extrajudicial.
En consecuencia, y a causa del esquema hasta - Se destaca en este supuesto que la aplicación
ahora tratado, la exigibilidad del crédito frente al del pacto comisorio únicamente podrá tener lu-
deudor moroso funcionaría del siguiente modo: gar siempre y cuando el acreedor —en el caso
el desarrollador— acredite no haber incumplido
- Adeudada una cuota, y hasta dos consecuti- las obligaciones a su cargo.
vas, el contrato debe prever una tasa de interés
moratorio y punitorio suficiente (135). IV.11. Libre cesibilidad de derechos
- A partir de la tercera cuota adeudada en for- Un aspecto positivo a considerar del sistema
ma consecutiva, se habilita al acreedor a exigir propuesto radica en la libre disponibilidad del
adquirente de los derechos adquiridos.
(134) Se amplía infra en “El estatuto del consumidor
en la etapa prehorizontal. La relación de consumo inmo- En efecto, los inversores pueden en todo tiem-
biliaria”. po vender sus derechos a un tercero, sin condi-
(135) Recuérdese que, una vez que el valor es cuanti- cionamientos externos que puedan derivar de la
ficado en dinero, se le aplican las disposiciones referidas voluntad del vendedor, o de eventuales mayores
a las obligaciones dinerarias —conf. art. 772 del Cód. Civ. costos o comisiones por este impuestas.
y Com. in fine—; de este modo, se permite entonces la
aplicación de intereses moratorios —art. 768— y hasta Esa fácil transferibilidad viene dada por la cir-
punitorios —art. 769—, sobre el valor cuantificado en
dinero. Amplía el punto ALTERINI, Jorge Horacio — AL- cunstancia de ser cada uno de los inversores ti-
TERINI, Ignacio Ezequiel, «Ahorro, crédito de valor e hi- tular de un verdadero derecho real que, por lo
poteca...», ob. cit., p. 4. tanto, les otorga plenas facultades de disposición.

518 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Se logra de este modo favorecer la más fácil y De esta manera, se habilita el ingreso de un
rápida circulación de bienes, que en última ins- tercero extraño al vínculo económico originario
tancia aparece como motor del desarrollo eco- a la categoría de parte contractual en lugar de
nómico en una nación, a partir de la explotación uno de los contratantes primitivos (137).
de un rubro especialmente próspero como el
que ahora se trata. Vale destacar en el punto que, para que la ce-
sión de la posición contractual resulte plena-
Debe destacarse que, por estricta aplicación mente eficaz en cuanto a sus efectos, aparece
del principio de que nadie puede transmitir a como elemento trascendental la conformidad o
otro un derecho mejor o más extenso que el que aceptación del cedido, es decir, de aquel que en
tiene —art. 399 Cód. Civ. y Com.—, y en virtud de el vínculo obligacional permanece inmutado y
la publicidad cartular suficiente, aquel que ad- que en el caso resulta ser el desarrollador.
quiera los derechos en forma derivada del inver- Y en consideración a esto, la regulación que
sor originario será igualmente alcanzado por las la norma de fondo propone para que prospere
disposiciones contenidas en el título constitutivo. la figura en cuanto a la plenitud de sus efectos
propios, que dicha aceptación pueda ser otorga-
Así entonces, quien adquiera un derecho de da con la más amplia admisibilidad en cuanto al
manos de un adquirente primitivo incorporará requisito temporal.
a su patrimonio un derecho de igual entidad y,
por lo tanto, igualmente revocable, y cuyos al- En efecto, la ley permite que la conformidad
cances, límites y condiciones resultan perfecta- del deudor cedido en ocasión de la instrumen-
mente oponibles a este, conforme los principios tación de una cesión de posición contractual
de la publicidad relacionados en el acápite pre- pueda prestarse “antes, simultáneamente o des-
cedente (136). pués de la cesión” (138).

Al mismo tiempo, debe recordarse la unidad Y esto deberá ser tenido en cuenta en el caso
jurídica inescindible relacionada con el meca- que se analiza.
nismo de contratación propuesto y que tiene lu-
gar a partir de la conexidad entre el derecho real Pues a partir de lo referenciado será recomen-
adquirido desde el origen y el vínculo prestacio- dable que el contrato originario prevea la cesión
nal que nace en el contrato de obra que se desa- a terceros por parte del inversor como una even-
rrolla a la par. tualidad más en el curso de la ejecución de las
prestaciones que de él se derivan.
De este modo, al tiempo de transmitirse los
Pues, a la luz de lo reseñado, el desarrollador
derechos reales sobre el terreno por medio de
podrá prever en la redacción del contrato su con-
una compraventa, o el título causal que corres-
formidad previa y anticipada a la cesión de la po-
ponda, simultáneamente y en forma necesaria, sición contractual por parte de sus adquirentes.
deberán cederse los derechos contractuales ad-
quiridos a partir del segundo vínculo.
(137) En otras palabras, “...la transmisión del contrato
implica la sustitución del contratante por un tercero, que
Y en este sentido, cobra utilidad la figura con- se ubica en la misma situación jurídica del transmitente.
tractual reconocida en forma expresa por el Sin embargo esa transmisión no consiste en la suma de
Código Civil y Comercial en oportunidad de la re- transmisión de créditos y transmisión de deudas, sino
gulación de la cesión de la posición contractual. en la transferencia integral de la situación jurídica gen-
erada en el contrato”, ALTERINI, Atilio; AMEAL, Oscar
En el caso, la cesión referida operará como un J., y LÓPEZ CABANA, Roberto M., “Derecho de las ob-
ligaciones civiles y comerciales”, reimp., Abeledo-Perrot,
contrato cuya función económica inmediata re- Buenos Aires, 1996, p. 570. En cita de FRUSTAGLI, Sandra
sidirá en posibilitar la circulación económica de A. y ARIAS María Paula, en Código Civil y Comercial de la
la relación jurídica subyacente en su totalidad. Nación comentado, dirigido por LORENZETTI, Ricardo
Luis, 1a edición, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 2015, tomo
VIII, ISBN 978-987-30-0589-3, p. 70.
(136) Ver infra: “Conformación de una garantía real
eficiente”. (138) Conforme art. 1636 del Cód. Civ. y Com.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 519


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

En tal caso, ya en la vigencia del vínculo, en En el mismo acto, las partes procederán a ex-
caso de instrumentarse la cesión por parte del tinguir la comunidad de derechos por vía de la
adquirente original a un tercero por la causa que partición privada.
fuera, vale destacar que la norma exige como re-
quisito de eficacia la notificación de dicho acto De este modo, se dividirá el condominio y se
al cedido. adjudicarán las respectivas unidades funciona-
les a cada uno de sus titulares adquirentes con-
De ese modo, se salvará el requisito notifican- forme surge de su compromiso obligacional
do al deudor cedido por instrumento público o contenido en el título de adquisición del dere-
privado de fecha cierta, de acuerdo al art. 1620 cho real.
del referido cuerpo legal.
En esta etapa adquiere especial utilidad el po-
Así entonces, atento a que la cesión de la posi- der especial irrevocable que antes se tratara.
ción contractual convive y se complementa con
la transmisión del derecho real a la que se co- Pues una de las dificultades evidentes del con-
necta, ambos actos podrán ser instrumentados dominio —así como de cualquier comunidad
en un mismo instrumento público, en cuyo caso de derechos en general— radica en la adminis-
el deudor cedido podrá notificarse en forma in- tración conjunta por acuerdo de los cotitulares.
mediata.
Pero mucho más aún se complica el panora-
Se verifica de este modo la agilidad que el me- ma ante la necesidad de otorgar cualquier acto
canismo propuesto representa en cuanto a la de disposición sobre el bien que resulta objeto
alternativa reseñada y que se refiere a la circula- de propiedad conjunta.
ción económica de los bienes.
Pues estos últimos actos requieren para su
Al mismo tiempo, se descarta la crítica que pu- prosperidad la conformidad de todos los titu-
diera partir vinculada a las dificultades que de- lares del derecho, que además deben estar pre-
rivarían de la libertad de ceder en cabeza de los sentes y ser capaces.
inversores, ante la eventual contingencia de que
estos adeudaran alguna prestación a su cargo. Y ello se verifica en todos sus extremos en el pre-
sente, sea en ocasión de la celebración del regla-
Pues, en ese caso, la deuda se transmitirá al mento de propiedad horizontal, como también en
cesionario del contrato y, al mismo tiempo, si no oportunidad de la partición del condominio al ad-
se cuenta con la conformidad de parte del de- judicar a cada inversor la unidad funcional que re-
sarrollador, será plenamente exigible asimismo sultó objeto mediato de su interés.
hacia el cedente.
Se identifica entonces la verdadera utilidad
IV.12. Reglamento de propiedad horizontal, di- de la suscripción de un poder especial irrevoca-
visión de condominio y adjudicación de las uni- ble con efectos post mortem, según los términos
dades resultantes que antes se relacionó, por parte de la totali-
dad de los adquirentes en favor del desarrolla-
Finalizada la obra, es decir, cumplido el re- dor, desde la primera ocasión de suscripción del
quisito físico, tocaría a continuación el so- compromiso que resulta título constitutivo de
metimiento del inmueble al derecho real de su derecho real.
propiedad horizontal mediante el otorgamiento
del reglamento en los términos previstos por el Pues este acto, unido al compromiso obliga-
código (139). cional y de adjudicación incorporado al ins-
trumento en la génesis de la operación, y en el
(139) Respecto a la normativa registral relacionada
con la inscripción del reglamento de propiedad horizon- al 2 de noviembre de 1977. En FONTBONA, Francisco I.
tal, corresponde destacar la obra de Francisco Fontbona, J., «La propiedad horizontal y la prehorizontalidad en el
quien estudió el tema en ocasión del trabajo presentado sistema argentino de publicidad inmobiliaria», Revista
en el III Congreso Internacional de Derecho Registral, Notarial, Colegio de Escribanos de la Provincia de Bue-
celebrado en San Juan de Puerto Rico, del 22 de octubre nos Aires, número 1979 (842 ene./feb.).

520 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

marco de la conexidad contractual dada por la V.1.a. El fallecimiento del inversor. La pers-
finalidad económica común de los actos que pectiva del heredero legitimario
hacen al negocio complejo, vienen a otorgar la
seguridad jurídica que en el caso se requiere. Como se dijo, durante la denominada preho-
rizontalidad, surge un espacio temporal durante
Será entonces la autolimitación dada por el cual la obra edilicia se encuentra en proceso
cada adquirente a sus facultades a solicitar la di- de desarrollo, dando lugar a un interregno de
visión del condominio desde el origen; unida a especial incertidumbre jurídica con una par-
la inhibición a la que cada uno de estos se com- ticular potencialidad dañosa expansiva.
promete con relación a no poder revocar el po-
der dado al desarrollador; los dos instrumentos Ello por cuanto son múltiples los intereses en
que en conjunto dotarán de seguridad jurídica juego, en una cronología de mayor o menor ex-
suficiente al esquema desarrollado, en cuanto tensión, en el que innumerables circunstancias
a los supuestos riesgos y desventajas propias de pueden hacer peligrar el normal desarrollo del
las dificultades genéticas de toda comunidad de destino previsto por los contratantes.
derechos.
Y es bajo el amparo de tal contexto en que sur-
V. Algunas críticas y consideraciones adi- ge el fallecimiento de uno de los inversores-con-
cionales dóminos como un caso de atención, y que por
sus implicancias jurídicas reclama ser atendido
V.1. Prevención de las consecuencias de la
especialmente desde el inicio de la estructura-
transmisión de derechos ante la muerte de un in-
ción del desarrollo.
versor
Pues, de no preverse soluciones aptas, mate-
Toca ahora poner de resalto diversas alterna-
tivas de riesgo que pueden presentarse en el de- rializado el suceso, inmediatamente se podría
venir del proceso y que merecen su atención. ver entorpecido el negocio entre las partes.

Y en este apartado en particular, interesa el Pero el contrapunto no se limita únicamente a


caso relacionado específicamente con la trans- las partes de la relación jurídica.
misión de derechos ante la muerte de un inver-
El impacto de una contingencia como la que
sor, y con las posibles derivaciones que deben
ser previstas. ahora se estudia alcanza una gravedad tal que,
producido el suceso, los efectos disvaliosos po-
Ello por cuanto el espacio temporal de pre- drán expandirse hacia quienes puedan resultar
horizontalidad, como complejo de relaciones sucesores del inversor fallecido por gozar de ca-
jurídicas extendido en el tiempo entre diversas pacidad para suceder suficiente, en cuanto “la
partes con múltiples intereses, presenta a raíz aptitud que posee aquel que tiene vocación y
de tales caracteres un riesgo congénito de mate- delación hereditarias para adquirir la heren-
rializar diversos focos conflictuales de especial cia” (140).
complejidad.
Y esta capacidad, referida al goce o titularidad
Y en ese marco, la muerte de uno de sus in- del derecho a heredar, repercute en el caso en
tervinientes no es sino uno más de tales riesgos. forma directa.

Alternativa que, como se verá, de ser previs- Pues, acaecido el fallecimiento de cualquie-
ta, podrá ser atendida de mejor y más ágil modo ra de los inversores en el curso de ejecución de
en favor de los múltiples intereses involucrados. la obra, los herederos del causante podrán su-
cederlo en los derechos que este tenía en vida,
Este punto ha sido una de las críticas recurren-
tes a las que se ha debido enfrentar el sistema de (140) PEREZ LASALA, José L., “Tratado de sucesiones”,
construcción por consorcio de copropietarios Rubinzal Culzoni Editores, S. Fe-Bs.As., 2014, t. I, p. 238,
—condóminos— y será asimismo una réplica en FERRER, Francisco A. M., Personas que pueden su-
que deberá superar el presente. ceder, LA LEY 2015-B, 660, AR/DOC/685/2015.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 521


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

incluidos por supuesto los adquiridos en el es- Vale destacar en este punto que no solo se trata
quema de estudio. de las prerrogativas propias del inversor, sino que
en verdad lo que se transmite es la posición jurí-
Pues bien, a raíz de ello, y tomando como dica en pleno del causante hacia sus herederos.
punto de partida la investidura de pleno dere-
cho sobre la herencia que prevé el ordenamien- Así entonces, estos últimos gozarán de los de-
to para los herederos legitimarios en el art. 2337, rechos del causante respecto al bien transmiti-
do; pero del mismo modo deberán continuar
el caso de análisis reclama el tratamiento de este
con los pagos de las cuotas de las que el primero
tema y en relación con estos últimos (141).
era deudor.
En concreto, fallecido el inversor, sus herede- De este modo, la transmisión resulta automá-
ros legitimarios quedarán investidos en su ca- tica y ágil por el mero acaecimiento del suceso.
lidad como tales desde el día de la muerte del
causante, sin mayores formalidades requeridas, Tal como se verificó, la calidad de herede-
ni intervención alguna de jueces, aun cuando ros legitimarios pondrá a estos últimos en for-
ignoraran la apertura de la sucesión y el even- ma automática y de pleno derecho en posesión
tual llamamiento a la herencia. de la herencia, asumiendo entonces plenas fa-
cultades de corresponder, para exigir el cum-
De esta manera, dicho estado de herederos plimiento de las obligaciones contenidas en la
será oponible a todos desde el mismo momen- relación jurídica compleja que unió al causante
to de la muerte del causante, instante en el cual con el desarrollador.
“la propiedad y la posesión de la herencia pa-
De esta manera, es la propia norma la que re-
san, de pleno derecho y desde el instante en el suelve, sin dilaciones, demoras, demás trámites
que la sucesión se abre, a los herederos del di- ni traumas adicionales, la transmisión de los de-
funto” (142). rechos derivada por causa de muerte de un cau-
sante hacia sus herederos.
Y esta posesión de herencia, como atribución
que atañe a la posibilidad del ejercicio de los de- Ahora bien, la circunstancia relatada no con-
rechos hereditarios por parte de los legitimarios templa una contingencia que podría llegar a ha-
en forma automática, permitirá a estos hacer va- cerse presente y que, por lo tanto, merece traerla
ler y ejercer la investidura que les atribuye dicha a atención.
circunstancia erga omnes, sin mayores trámites
ni dilaciones. Y es que, si bien, como se dijo, los herederos
legitimarios asumirán de pleno derecho la cali-
En consecuencia, desde la perspectiva de dad de partes del contrato a partir de la trans-
ellos, el fallecimiento del causante los ubica- misión automática prevista por el Código Civil y
Comercial, existe a su vez la posibilidad de que
rá de pleno derecho en la posición jurídica que
estos no pretendan conservar dicho vínculo.
ocupaba el inversor.
No puede dejar de considerarse entonces
(141) Señala el art. 2337 del Cód. Civ. y Com., bajo como alternativa que tales sucesores pretendan
el epígrafe “investidura de pleno derecho”, que, “...si la a su vez enajenar los derechos adquiridos hacia
sucesión tiene lugar entre ascendientes, descendientes o terceros por el título que fuera.
cónyuges, el heredero queda investido de su calidad de
tal desde el día de la muerte del causante, sin ninguna
formalidad o intervención de jueces, aunque ignore la Pues, se recuerda, uno de los pilares del es-
apertura de la sucesión y su llamamiento a la herencia. quema propuesto radica en la libre cesibilidad
Puede ejercer todas las acciones transmisibles que le cor- de derechos para favorecer a la más ágil circula-
respondían al causante...”. ción de bienes de contenido económico.
(142) FERRER, Francisco A. M. en ALTERINI, Jorge H.
(director general) y ALTERINI, Ignacio E. (coordinador), En esta línea de análisis, se destaca nueva-
“Código Civil y Comercial comentado. Tratado exegé- mente lo regulado por el Código Civil y Co-
tico”, cit., tomo XI, p. 325. mercial, y que, como régimen de excepción,

522 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

dispone que, si los herederos legitimarios qui- sunta dificultad derivada del fallecimiento de
sieran enajenar los derechos que por herencia cualquiera de los condóminos.
les correspondieran con relación al proyecto
edilicio aludido, estos requerirán del recono- En el caso, y como se describió, sus suceso-
cimiento judicial de su condición mediante el res serán investidos de pleno derecho en la po-
pronunciamiento judicial de la declaratoria de sición que el causante ocupara desde el preciso
herederos (143). instante de su muerte y sin dilación alguna.

Pues en tal variable, los herederos ahora ti- Pero aún más, si acaso los herederos en una
tulares no estarán transmitiendo únicamente segunda instancia pretendieran enajenar los
una posición contractual creadora de vínculos derechos adquiridos a causa de la muerte del
de naturaleza personal; sino que, en el caso, y a anterior titular, no habrá impedimento ni difi-
partir del esquema propuesto, cada una de las cultad adicional alguna a la que deba superar
partes resulta titular a su vez de un verdadero cualquier enajenante de un bien registral cu-
derecho real sobre la cosa. yos derechos se derivan de una transmisión por
causa de muerte.
Pero, nuevamente, lo que el caso exige no es
más que lo que la ley impone a cualquier otro V.1.b. La perspectiva del desarrollador y los
heredero en circunstancias similares. condóminos
En concreto, lo que el art. 2337 del Cód. Civ. Acerca de los potenciales riesgos y desven-
y Com. dispone con relación al reconocimiento tajas derivados de la transmisión por causa de
especial de la condición de herederos median- muerte en el contexto de la comercialización
te la declaratoria judicial no es sino un requi- propuesta, diversos puntos de análisis surgen
sito común de cualquier sucesor que pretenda desde la perspectiva del resto de los interesa-
transferir bienes registrales integrantes del acer- dos, esto es el propio desarrollador, así como los
vo sucesorio. copropietarios del condominio e inversores en
igual rango que el causante.
De esta manera, si bien en el caso de los here-
deros legitimarios no se requiere resolución ju- El tema central en este punto reside en la via-
dicial alguna a los fines de la investidura de la bilidad de que desde una previsión contractual
calidad de estos; sí lo es, por el contrario, a los suficiente puedan evitarse diversas implican-
efectos de acreditar legitimación correspon- cias acaecidas como consecuencia necesaria
diente a fin de enajenar el bien inmueble, y de de la apertura de la sucesión del fallecido, y que
dar debido cumplimiento al sistema de transmi- pueden potencialmente entorpecer o dilatar el
sión previsto por la ley 17.801 mediante el tracto normal desarrollo del proyecto.
sucesivo abreviado registral.
Me refiero específicamente a los diversos con-
En consecuencia, obtenida la declaratoria de
trapuntos que pueden surgir con motivo de las
herederos, e incorporado el bien inmueble en
desavenencias de los coherederos del causante,
el proceso sucesorio, los coherederos podrán
así como de los innumerables focos de atención
disponer de los derechos reales sobre la cosa,
relacionados con la administración de la he-
según los términos, alcances y condiciones con-
rencia; la presencia de terceros acreedores del
tenidos en el título por el cual se constituyó.
causante; las desavenencias relacionadas con la
De este modo, no debe prosperar cualquier legítima y con el otorgamiento en vida de actos a
impugnación que se pretenda hacer del esque- título gratuito y/o disposiciones testamentarias
ma propuesto, y que tenga como punto una pre- efectuadas por el propio causante; los actos de
disposición de los herederos que puedan obsta-
(143) Al respecto la parte final del art. 2337 del Cód.
culizar el normal desarrollo de la inversión, etc.
Civ. y Com. aclara que “...a los fines de la transferencia de
los bienes registrales, su investidura debe ser reconocida Como se puede ver, son múltiples los incon-
mediante declaratoria judicial de herederos”. venientes y potenciales conflictos que pueden

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 523


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

derivarse de un proceso sucesorio, con sus de- se sostiene, y que se encuentra debidamente re-
moras, sus costos y demás implicancias. gulado en el art. 399 del Cód. Civ. y Com. (144).

Y cada una de estas contingencias alcanza una La premisa seguida por el principio relacio-
particularidad tal que, de materializarse, puede nado no permite conclusión diversa (145) y
contribuir al fracaso de una operación inmobi- alcanza en el punto para arribar a la tutela per-
liaria que en sí misma es riesgosa y particular- seguida.
mente sensible, antes incluso de que impacte en
el curso del desarrollo el trauma de la transmi- Pues a partir de esta regla se podrá dar curso
a la tesis sostenida a raíz de las limitaciones re-
sión de los derechos por causa de muerte.
lacionadas con las transmisiones derivadas de
Y este también ha sido un foco de atención de derechos (146).
los críticos hacia los sistemas de construcción y
Y es que, en efecto, por directa aplicación de
comercialización por condóminos. ella, los herederos del causante recibirán de ple-
no derecho la herencia de este desde el mismo
Pues, si la operatoria es compleja y riesgo-
instante de su fallecimiento, con la plenitud en
sa por sí misma, mucho más lo será cuando se
cuanto al alcance con la que este gozaba y dis-
incorporen terceros con nuevos intereses, en el
ponía.
marco de un proceso sucesorio que bien puede
culminar sin traumas y rápidamente, u ocurrir Pero, como contracara, y este es el punto que
precisamente todo lo contrario. merece la pena ser resaltado, tales derechos a
transmitir lo serán con los gravámenes, límites
Y bajo esa perspectiva, considero que existen y restricciones contenidos en sus títulos de ori-
cuatro herramientas a las que habrá que mirar gen (147).
con particular atención, pues serán las que per-
mitirán eludir los riesgos relacionados, poster- (144) Se amplía en “libre cesibilidad de derechos”.
gando los diversos focos de conflicto para luego
(145) Al respecto, señala la doctrina que “...la lógica de
de finalizado el desarrollo y de adjudicadas las
la regla se presenta, en una impresión inicial como ir-
unidades a sus titulares. refutable: nadie puede dar lo que no tiene o más de lo
que tiene (nemo dat quom non habit) ni lograr por vía
Según se verá, la debida prevención que se de la transferencia de derechos más perfectos que los
tenga de los potenciales riesgos enumerados, el de su antecesor”, LAFAILLE, Héctor, en LAFAILLE, Héc-
tor, BUERES, Alberto J. y MAYO, Jorge A., “Tratado de las
esquema de comercialización propuesto podrá
obligaciones”, La Ley - Ediar, Buenos Aires, t. II, p. 493; en
funcionar en debida forma en todos sus extre- TOBÍAS, José W., en ALTERINI, Jorge H. (director gen-
mos y hasta su finalización, sin sufrir el trauma eral) y ALTERINI, Ignacio E. (coordinador), Código Civil
derivado de una eventual transmisión de dere- y Comercial comentado. Tratado exegético, cit., tomo II,
p. 1275.
chos de parte de cualquiera de sus partícipes y
con causa en la muerte de estos. (146) Aclara Jorge Horacio Alterini, respecto a la regla
referida, que “...en el fondo de la idea subyace la consid-
Esto se logra mediante la incorporación, al eración de la supremacía que ha de darse a la llamada
’seguridad estática’ de los derechos, la que debe hacerse
instrumento que resulta causa de la relación ju- primar sobre la llamada “seguridad dinámica” o del tráfi-
rídica subyacente, de los institutos del derecho co negocial...”, en ALTERINI, Jorge Horacio, “Código Civil
que a continuación se relacionan, cada uno de y Comercial... “, ob. cit., p. 9/22 edición online.
los cuales funciona como un engranaje más del (147) Sobre el tema, y en oportunidad de comentar el
sistema en general. art. 400 del Cód. Civ. y Com., la doctrina define al sucesor
universal como “...aquel que ’recibe todo o una parte in-
V.1.b.i. El principio nemo plus iuris divisa del patrimonio’ (el art. 3263 del Código anterior lo
definía como ’aquel al que pasa todo o una parte alícuota
del patrimonio de una persona’). Por patrimonio ha de
En primera medida, corresponde traer a cola- entenderse aquí no solo el conjunto de bienes de una
ción este principio tradicional y que resulta pilar persona, sino los deberes y obligaciones que lo gravan.
fundamental de la hipótesis que a continuación Así la transmisión abarca el todo o la parte indivisa de la

524 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

De este modo, al establecerse restricciones de visión temporaria por imposición de los propios
origen al derecho de quien ahora resulta cau- condóminos.
sante, estas serán perfectamente oponibles a
sus sucesores por causa de muerte. Como se señaló, los condóminos pactarán en
el título constitutivo de su derecho real el conve-
Así entonces, se logra estructurar una ope- nio de suspensión de la partición, por un plazo
ratoria a través de la cual se puedan prevenir que no exceda de los diez años en los términos
consecuentemente los diversos riesgos antes re- del art. 2000 Cód. Civ. y Com.
lacionados y referidos a las implicancias de los Este pacto será debidamente publicitado para
procesos sucesorios, referidos a la incorpora- poder ser oponible a los terceros interesados de
ción de un tercero extraño a la relación original, buena fe, inscribiéndose por ante el Registro de
sin por ello alterar un ápice el normal curso de la Propiedad Inmueble en el rubro gravámenes
la relación jurídica de base (148). y restricciones de la matrícula del inmueble ge-
neral (150).
V.1.b.ii. El pacto de indivisión forzosa tempo-
raria del condominio (149) De esta manera, el condominio de indivisión
forzosa transitoria por acuerdo de partes impe-
A fin de evitar el entorpecimiento del normal dirá que cualquiera de los condóminos pueda,
desarrollo del proceso de subdivisión del in- por vía de la partición, entorpecer u obstaculi-
mueble general por medio de la confección de zar el normal desarrollo del proyecto encami-
la obra tanto en su aspecto físico como en cuan- nado hacia la futura subdivisión por la vía de la
to a sus requisitos jurídicos relacionados con la propiedad horizontal, y su partición en especie
confección y registración del plano de mensura mediante la adjudicación de las unidades resul-
de subdivisión, y con el posterior otorgamiento tantes.
del reglamento de propiedad horizontal, surge
Y la incorporación en el título constitutivo del
como herramienta de especial utilidad la indi-
derecho del citado pacto de indivisión, en corre-
lación con el principio contenido en el art. 399
titularidad de las relaciones jurídicas y, también, la cali-
dad de sujeto pasivo de ellas”, en ALTERINI, Jorge Hora-
del Cód. Civ. y Com., lo harán plenamente opo-
cio, “Código Civil y Comercial... “, ob. cit., p. 16/22 edición nible a los herederos del inversor.
online.
Como consecuencia de esto, los últimos no
(148) Corresponde ampliar con relación a lo reglado podrán alterar la sustancia del derecho real ad-
por el art. 398 del Cód. Civ. y Com. que, bajo el acápite
“transmisibilidad”, dispone que “todos los derechos son quirido como consecuencia de la muerte del
transmisibles excepto estipulación válida de las partes o causante, no obstante las implicancias que pue-
que ello resulte de una prohibición legal o que importe dan presentarse en el proceso sucesorio.
transgresión a la buena fe, a la moral o a las buenas cos-
tumbres”. Sobre el principio de transmisibilidad de los V.1.b.iii. Poder especial irrevocable con efec-
derechos, se parte de comprender que la primera pre- tos post mortem (151)
cisión que debe aclararse es que precisamente la noción
de transmisión no se circunscribe a los derechos, sino
que —más ampliamente— comprende a las relaciones Debe recordarse que, para la celebración del
jurídicas. En consecuencia, y a partir de esta precisión, se reglamento de propiedad horizontal y la parti-
acaban por comprender los verdaderos alcances y limita- ción privada del condominio, por adjudicación
ciones relacionados con el ingreso del heredero a las re- especie de las unidades resultantes, se requerirá
laciones jurídicas del causante. Conf. LÓPEZ Olaciregui, de la voluntad unánime de los condóminos.
José María, en SALVAT, Raymundo M. y LÓPEZ OLACI-
REGUI, José M., “Tratado de derecho civil argentino.
Parte general”, edición del cincuentenario, Tipográfica (150) SABENE, Sebastián E., “Abordaje comparativo
Editora Argentina, Buenos Aires, 1964, t. II, p. 284 y ss.; en del condominio, la comunidad hereditaria y la indivisión
cita de ALTERINI, Jorge Horacio, Código Civil y Comer- postcomunitaria”, LA LEY 27/05/2019, 3, Cita Online AR/
cial..., ob. cit., p. 3/22 edición online. DOC/1556/2019.
(149) Ver supra “pacto de indivisión forzosa tempo- (151) Ver supra “Poder especial irrevocable con efectos
raria”. post mortem”.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 525


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Esto por representar los actos referidos la na- Ello agilizará la interlocución entre estos, has-
turaleza y entidad propia de los que la ley define ta que se resuelva en el marco del proceso su-
como aquellos de disposición, por el efecto de cesorio la designación de un administrador de
mutación del derecho real que producen. la herencia.

Ello sin dejar de considerar, como se trató en Pues en determinados casos el incidente por
el punto correspondiente, los sucesivos trámites el cual se designa al citado administrador pue-
administrativos y demás permisos necesarios. de generar demoras de diversos tipos, todas las
cuales no resultan compatibles con la operato-
Las críticas al esquema de comercialización ria inmobiliaria analizada.
que parte del condominio previo se han alzado
señalando que la unanimidad requerida en oca- V.1.b.v. Otras críticas y observaciones relacio-
siones puede ser inalcanzable. nadas con la existencia del condominio

Mucho más cuando, como en el hipotético Como ya se dijo, y se insiste ahora, la confor-
caso señalado, puede sobrevenir un proceso su- mación de un verdadero derecho real en favor
cesorio por el fallecimiento de alguno de los in- de los inversores otorga a estos la tan ansiada
versores. tutela de sus intereses, a partir de las facultades
de persecución y preferencia propias de estos,
Pues ya no se necesitará únicamente de la ex- frente a la menos rigurosa protección que se lo-
presión de voluntad positiva de las partes ori- gra por la vía de los derechos personales.
ginarias, sino también de los sucesores a título
universal del causante, todo lo cual conspira Y es que, por la vía de estos últimos, no son
pocos los casos en los que se vulnera el derecho
contra el esperado desarrollo y culminación del
de los adquirentes.
proyecto propuesto.
Estos, a su vez, consumidores, la mayoría de
Pues bien, el poder especial irrevocable dará
las veces, que invierten un capital de especial
la certidumbre que en el caso se requiere.
relevancia y cuantía. Tanto es así que habitual-
Tal circunstancia, sumada a la vigencia de mente, en casos como el analizado, arriesgan
aquel con efectos post mortem, permitirán que ahorros que significan o pueden traducirse en el
trabajo de toda su vida.
el desarrollador pueda otorgar las citadas es-
crituras, no obstante la voluntad de los cohe- Pues desde esta parte se considera que la neu-
rederos, quienes deberán someter su obrar a la tralización de esos riesgos es lo que en definiti-
vigencia del referido poder otorgado por quien va acaba por imponer la viabilidad del esquema
en vida fuera el inversor originario. propuesto, y la razón última por la cual ninguno
de los argumentos propuestos como crítica con-
V.1.b.iv. Unificación de la representación de mueve la apreciación que se detalla.
los coherederos
En ese sentido, no parece válido el razona-
El título constitutivo del derecho real de con- miento que entiende que la poca importancia
dominio, así como el contrato de construcción de los pagos iniciales por parte de los inversores
con el cual forman un todo inescindible, preve- no justifica que el desarrollador se prive de la ti-
rán asimismo que los coherederos, acaecida la tularidad del bien.
muerte del causante, deberán unificar represen-
tación a requerimiento del desarrollador. Pues, por un lado, ya se dijo que la contrapres-
tación inicial debe calcularse suficiente para la
Esta previsión tiene como objeto responder adquisición del terreno y las bases de la obra.
en debida forma a la contingencia sobrevinien-
te, a los efectos de la vinculación y la normal in- Y, por otro lado, y no menos importante, la es-
teracción entre el obligado a culminar la obra, tructuración de un derecho real de condominio
por una parte, y los sucesores del causante, por revocable sometido a una condición resolutoria
la otra. de aplicación de pleno derecho representa un

526 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

refuerzo al crédito del desarrollador, que en la Y en el mismo andarivel transita el someti-


práctica resulta superior a los derechos reales de miento del condominio a indivisión forzosa
garantía tradicionales ensayados. transitoria por acuerdo de las partes, a fin de
que los titulares se abstengan de entorpecer el
Al mismo tiempo, las obligaciones de valor se proceso a partir de su potencial derecho a re-
presentan como un mecanismo apto para que querir la partición en cualquier momento.
en él las partes descansen un sistema hábil para
mantener intacto el equilibrio de las prestacio- No menos sensible resulta ser el siempre pre-
nes en el tiempo. sente riesgo de que un tercero acreedor de al-
gún adquirente inversor pretenda ejercer sus
De esta manera, se superan los obstáculos derechos contra el condominio de su deudor,
que pueda representar el devenir económico en pretendiendo medidas cautelares con relación
un país como el nuestro, para la financiación de a estos.
una obra de magnitud significativa durante un
Para tal supuesto, serán los actores del dere-
plazo prolongado.
cho a quienes se debe encomendar la atención
En ese entendimiento, se estructura un siste- del caso.
ma de financiación exclusivamente conforma- Pues, si bien cada uno de los inversores osten-
do por las propias partes, sin intervención de ta un derecho real que por su carácter eminen-
terceros; sin mayores gastos de comisiones, in- temente económico puede ser sujeto de ataques
tervención de profesionales, etc. por sus acreedores a través de la traba de em-
bargos sobre la parte indivisa que este tiene, ello
Pero aún más, sin la conformación de dere- no debería obstar en absoluto a la prosecución
chos reales de garantía, y que igualmente pro- de la obra.
cura una protección suficiente como refuerzo
del crédito. Menos aún el posterior sometimiento a pro-
piedad horizontal, y la partición en especie del
Así entonces, una deuda de valor que conser- condominio.
va el equilibro genético de las prestaciones no
obstante el devenir económico, como parte de Pues el juez a cargo deberá atender a la fina-
un sistema de financiación exclusivamente pri- lidad económica subyacente, calificadora de la
vado, asentado en una garantía real de ejecu- relación jurídica de las partes y determinante
ción automática, funcionará como motor del respecto al patrimonio de los intervinientes.
desarrollo, el ahorro y la inversión, dando im-
pulso a las obras privadas. En ese sentido, de trabarse un embargo u otra
medida cautelar sobre la parte indivisa de cual-
Desde otro extremo, se insiste en destacar a quiera de los inversores a raíz de la pretensión
su vez que, si bien el condominio puede resul- de cualquier tercero acreedor a alguno de estos,
tar engorroso en cuanto a la normativa prevista esta no obstará a la consecución del proyecto
para su administración y disposición, en virtud conforme se esquematizó desde el origen.
de la unanimidad impuesta para las decisiones
Pues, en el caso, la medida precautoria debe-
relacionadas con la mutación jurídica originada
rá trasladarse de puro derecho a la unidad fun-
en el sometimiento a la propiedad horizontal, o cional resultante y que se corresponda con el
de igual manera la partición en especie del in- compromiso obligacional obrante en el título de
mueble resultante, el poder especial irrevocable adquisición del bien originariamente suscripto.
deviene una herramienta suficiente a esos fines.
Y mal podrá el acreedor oponerse a esta cir-
Como se dijo, a través de él las partes someten cunstancia.
sus decisiones desde el inicio de la comunidad
de derechos a la finalidad económica común que Toda vez que recayendo ahora el embargo so-
trasciende a su voluntad, dotando al vínculo de la bre un bien de titularidad plena y exclusiva de su
seguridad jurídica necesaria para su éxito. acreedor, frente a la primaria situación en la que

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 527


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

dispuso una medida judicial sobre una parte in- las unidades resultantes a cada interesado; acto
divisa de un inmueble de titularidad de varios. neutro a los fines impositivos y abonado entre
todos los cotitulares.
Esta novedad representa para él un evidente
refuerzo en su expectativa de cobro. Se trata entonces de una coordinación de los
valores de seguridad jurídica y de viabilidad
Y la misma solución corresponde hacerla ex- económica que hacen al sistema como el más
tensiva frente a otras medidas precautorias, in- apto para la operación propuesta.
cluso de carácter personal, como una inhibición
general de bienes. VI. El estatuto del consumidor en la etapa
prehorizontal
En esa oportunidad corresponderá al juez a
cargo ordenar el levantamiento de aquella al VI.1. La relación de consumo inmobiliario
solo efecto de otorgar la escritura de reglamento
de propiedad horizontal y partición en especie. El interés en tratar en el caso la aplicabilidad
del estatuto del consumidor radica en el impac-
Pues el efecto es idéntico al relacionado en el to que este tiene en la relación jurídica que vin-
párrafo precedente. cula a las partes, sea en cuanto a la celebración
del negocio, su ejecución y, mucho más aún,
No existen dudas de que, luego del acto escri- con relación a la interpretación que deba hacer-
turario, el patrimonio del deudor no solo no se ve se de aquella.
menoscabado en su contenido, sino que en ver-
dad se ve indudablemente beneficiado por este Teniendo en cuenta el ámbito de aplicación
punto, y con él la expectativa de sus acreedores. del derecho del consumo y la realidad económi-
ca del negocio analizado ahora, todo indica que
En detalle, y por el fenómeno de mutación sus normas y principios resultan plenamente
del derecho real acaecido con posterioridad del ajustables al caso.
otorgamiento del acto referido, el inversor pasa-
rá de ocupar la figura de condómino respecto a En esencia, y más allá del formato jurídico
un bien indeterminado a titular único y exclu- que adopte la comercialización de unidades en
sivo de un inmueble sometido a propiedad ho- construcción, el esquema seleccionado no será
rizontal, y, como tal, garantía suficiente de sus otra cosa más que un mero vehículo de un nego-
acreedores. cio subyacente (152).

Finalmente, desde una perspectiva distinta, Y dicha operación reconoce una asimetría
no convence la crítica sobre presuntos trámites contractual que revela innumerables situacio-
y gastos inútiles resultantes de una doble escri- nes de desequilibrio en la interacción de las
turación —parte indivisa y reglamento—. fuerzas del mercado, que impactan en todos los
extremos de la actuación de los involucrados.
Ya que la primera instrumentación, por me-
dio de la cual se transmite el condominio del (152) MOLINA SANDOVAL, Carlos A., “La protección
lote de terreno a los adquirentes, además de jurídica del adquirente de unidades funcionales y el fide-
sus evidentes ventajas antes tratadas; ya en el icomiso inmobiliario”, AR/DOC/2686/2007. En una mis-
aspecto específico de los gastos, lo será sobre ma línea, y en oportunidad de analizar la aplicabilidad
del estatuto consumeril específicamente al fideicomiso
un bien aún baldío, sin los aportes económicos inmobiliario, u otro vínculo societario, o cualquiera de
aún incorporados, y abonada en proporción por las modalidades atípicas implementadas, sea en el caso
cada adquirente en cuanto las partes indivisas de condominios, clubes de campo o emprendimientos
adquiridas por estos. de similar entidad, explica Ricardo Luis Lorenzetti que
“...la finalidad es calificante y si la transmisión dominial
Y la segunda escritura tendrá por objeto ex- está clara, predomina sobre la estructura típica del nego-
cio”, debiendo en consecuencia considerarse incluidos.
clusivamente el sometimiento del inmueble LORENZETTI, Ricardo Luis, “Consumidores”, Rubinzal-
a propiedad horizontal, así como su partición Culzoni, Santa Fe, 2003, p. 113, en MOLINA SANDOVAL,
privada y la correspondiente adjudicación de Carlos A., “La protección jurídica...”, ob. cit., p. 2.

528 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Así entonces, la relación jurídica ya no pue- Lo verdaderamente relevante en el caso radi-


de ser analizada bajo el prisma decimonónico ca en modificar el punto de vista tradicional que
entronizando la autonomía de la voluntad, tal se tiene sobre las operaciones de la naturaleza
como fue reconocida por Vélez Sarsfield. de las que se tratan ahora.
Y esta asimetría entre los actores fue recono- Y es que, si asumimos que el contrato de pre-
cida y debidamente identificada mucho antes horizontalidad es un acto de consumición, la
de ahora, encontrando entre sus diversos an- importancia de esa circunstancia será notable.
tecedentes nada menos que la antes tratada ley
19.724 de Prehorizontalidad. Ello por cuanto, una vez inmersos en este
estatuto tuitivo, se logrará proteger en forma
A través del texto de la norma, asumida la des- adecuada al adquirente a partir de toda una es-
igualdad de los actores del negocio, se persiguió tructura normativa de excepción conformada
conformar un sistema protectorio regulador de en su apoyo.
la operación comercial ya desde su etapa pre-
contractual. Si bien esa problemática ardua relativa a las
condiciones generales de negociación eminen-
Pero mucho más aún se centró la atención en temente asimétricas excede el marco de estudio
la estructuración de un verdadero control sus- del presente, no se puede dejar de puntualizar
tancial del contrato a los fines de evitar la incor- que la incorporación de los adquirentes a este
poración en su texto de cláusulas vejatorias y tipo de negocios suele conformar en la mayoría
abusivas que maximizaran los beneficios de una de los casos un contrato diverso al tradicional
de las partes sobre la base de limitar sus respon- paritario; evidenciando un oscurecimiento de la
sabilidades. voluntad de quien se somete al dictado unilate-
Pero, si bien la citada ley reconoció el impacto ral e inmodificable de un estipulante (155).
de la asimetría contractual, la solución aportada
En realidad, en la formación del consenti-
no fue menos que parcial, cuando no ilusoria.
miento en este tipo de operaciones casi nada
Y es que, lejos de sancionar con nulidad las hay del esquema tradicional de contrato carac-
cláusulas abusivas, o de tenerlas por no escritas, terizado por el libre consentimiento resultante
solo condicionó su validez a la circunstancia de de una negociación de pares.
hacerlas figurar en una cláusula especial sus-
cripta por el comprador (153). Tiene dicho la jurisprudencia que “...si bien no
se advierte en nuestro ordenamiento jurídico la
Un mecanismo fácil de burlar, y que acabó por existencia de una regulación específica en ma-
evidenciar que el adquirente, aun con la ley vi- teria de ‘consumo inmobiliario’ (esto es, cuando
gente, siempre estuvo expuesto (154) a las con- nos encontramos frente a una operación jurí-
secuencias negativas de la asimetría expresada. dica cuyo objeto es un bien inmueble adquiri-
do con un destino final), lo cierto es que, en el
(153) El art. 14 de la ley 19.724 dispuso, bajo el acápite
“Redacción de los contratos”: “...Los contratos serán re- de unidades afectadas al Régimen de Propiedad Hori-
dactados en forma clara y fácilmente legible. Las cláu- zontal”, AR/DOC/4515/2016. En igual sentido, repasa
sulas que establezcan limitaciones de responsabilidad, Juan Carlos Rezzónico la opinión de varios autores con
facultades de rescindir o resolver el contrato sin previa relación a la norma referenciada, sobre la que concluye
comunicación, o intimación o suspender su ejecución que el sistema propuesto por la ley resulta inoperante “...
o la de la obra, o sanciones a cargo del otro contratante, porque si algún consentimiento del cliente existe éste es
caducidades, limitaciones a las facultades de oponer ex- global, con lo que la libertad contractual queda herida de
cepciones, cláusulas compromisorias o de prórroga de muerte; a ello debe sumarse que la libertad contractual
la jurisdicción judicial, así como los supuestos previstos tampoco existe, porque quienes comercializan los bienes
en los inc. f ) y h) del art. 13, sólo tendrán efecto si son por medio del sistema standard utilizan, sin posibilidad
expresamente aceptadas por el adquirente en cláusula de derogación las mismas cláusulas”, en REZZONICO,
especial, firmada por éste”. Juan Carlos, “Aspectos de teoría contractual en prehori-
zontalidad”, La Ley 1987-B, 214, AR/DOC/13909/2001.
(154) KEES, Milton Hernán, “De la Ley de Prehorizon-
talidad al seguro obligatorio. Nuevas pautas para la venta (155) REZZONICO, Juan Carlos, ob. cit., p. 4.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 529


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

ámbito del Derecho del Consumidor, ha cobra- Pero a su vez es importante resaltar que la
do protagonismo un criterio hermenéutico que, citada norma excluye las cosas usadas de su
a través del reconocimiento expreso de la rela- ámbito de aplicación, lo cual en el caso se en-
ción de consumo, encuadra la situación dentro cuentra salvado, por cuanto será necesariamen-
de dicha normativa, y permite que opere como te “nuevo” aquel inmueble en construcción o a
mecanismo de tutela en el terreno de la contra- construirse que nunca haya sido ocupado por
tación inmobiliaria” (156). otro y que se comercialice a terceros de manos
del propio desarrollador.
Efectivamente, en el ámbito del derecho de
consumo, se postula la necesidad de proteger a Respecto a la exigencia del destino del bien, se
este consumidor inmobiliario. impone como requisito que este tenga por objeto
mediato la vivienda, y se aclara que no es necesa-
Y para garantizar ese fin tuitivo se toma como rio que sea la vivienda del propio consumidor, ni
punto de partida el concepto de relación de mucho menos que sea su único inmueble.
consumo incorporado en la Constitución Na-
cional en su art. 42, receptado a su vez por la ley Pues el art. 1° de la LDC alude al “beneficio
24.240 y por el Código Civil y Comercial. propio”, que debe ser interpretado en sentido
amplio, en cuyo caso, por ejemplo, la compra
Tanto es así que la propia ley 24.240, en su art. para locación deberá interpretarse como un be-
10, y en oportunidad de reglar el derecho a la in- neficio para el comprador y su grupo familiar.
formación en la etapa precontractual, destaca
Para mayor claridad, se resalta que esta finali-
su aplicabilidad respecto a los documentos que
dad relacionada con la vivienda suele surgir de
tengan por objeto la venta de inmuebles. la propia redacción del contrato constitutivo de
la relación jurídica que vincula a las partes.
Y para ello se deben reunir determinadas con-
diciones de aplicación que la doctrina se encar- Pues, si de lo que se trata es de determinar e
ga de enumerar e identificar. identificar la causa fin que llevó a una de las par-
tes —el adquirente— a celebrar el negocio que
En concreto, es menester que se trate de la ad-
se analiza, será el propio texto del contrato mar-
quisición de un inmueble y no de otro vínculo co el que autoabastecerá ese elemento.
jurídico.
Lo relevante será el destino que las partes asu-
(156) “Fornillo, María Claudia y otro/a c. Marquinez, mieron como causa fin suficiente y que refleja-
Juan Ignacio s/ daños y perjuicios”, Cámara de Apelacio- rá ese destino final del inmueble (157), y nada
nes en lo Civil y comercial de Mar del Plata, Sala III, pub- obsta, o precisamente lo contrario, el título de
licado en RCyS2018-XII, 127 — RDCO 295, 451; Cita On-
line AR/JUR/26604/2018. El fallo analizado toma como
fuente para la premisa transcripta la obra de Ariza, Ariel, (157) MOLINA SANDOVAL, Carlos A., “La protección
“Contratación inmobiliaria y defensa del consumidor”, jurídica del adquirente...”, ob. cit., p. 3, amplía respecto a
en Stiglitz - Hernández (dirs.), Tratado de derecho del cada uno de los requisitos que resultan necesarios a los
consumidor, t. II, LA LEY, Buenos Aires, 2015, p. 476; Gre- fines de considerar de aplicación el derecho del consum-
gorini Clusellas, Eduardo, “El consumidor inmobiliario. idor a la contratación inmobiliaria. En igual carácter, se
Su tutela en la ley 24.240 reformada por la ley 26.361”, entiende que “...el destino es cualificador de la noción de
Número Especial Jurisprudencia Argentina, “Régimen vivienda. Los términos vivienda y residencia son sinóni-
de Defensa del Consumidor. Análisis de su reforma”, mos. Basta, pues, con que se trate de una superficie de
28/05/2009, p. 57; Verdura, Sergio W. “Sobre la protec- terreno, debidamente construida, delimitada y habitable,
ción del consumidor inmobiliario: información y vicios que se destina o pueda destinarse a residencia de una
redhibitorios”, AP/DOC/1110/2016; Álvarez Larrondo, persona física, sea estacional, ocasional o permanente”
Federico M., “El impacto procesal y de fondo de la nueva CABELLO DE LOS COVOS Y MANCHA, Luis M., “La Se-
ley 26.361 en el Derecho del Consumo”, en Suplemento guridad del consumidor en la adquisición de inmuebles”,
Especial Reforma de la Ley de Defensa del Consumidor, Civitas, Madrid, 1990, p. 81, cit. por WAJNTRAUB, Javier
LA LEY 01/01/2008, p. 25, y sus citas; Ariza, Ariel, “Más H., “Protección jurídica del consumidor”, Lexis-Nexis
que una reforma. Desplazamientos del derecho del con- Depalma, Buenos Aires, 2004, p. 28, cit. LORENZETTI,
sumidor en el derecho privado”, en Suplemento Especial Ricardo Luis, “Consumidores”, ob. cit., p.112, en MOLINA
Reforma de la Ley de Defensa del Consumidor, LA LEY SANDOVAL, Carlos A., La protección jurídica del adqui-
01/01/2008, p. 49. rente..., ob. cit., p. 19.

530 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

adquisición podrá manifestar esa circunstancia numerosas y evidentes ventajas para las par-
en el compromiso obligacional, no perdiéndose tes (158).
de vista la interpretación sistemática que impo-
ne que, aun en caso de omitirse dicha conside- Pero la desventaja no menos relevante rela-
ración, el caudal de documentación permitirá cionada con el riesgo potencial de vulnerar las
vislumbrar igualmente el trasfondo señalado. garantías constitucionales del adquirente y que
hacen a la inviolabilidad de su derecho de pro-
Es que, aun si las partes nada dijeran, sea de piedad salta a la vista en forma aparente y exige
los anexos a los instrumentos en donde consten un tratamiento particular.
las diversas características técnicas del proyec-
Pues, sin la intervención de terceros, el consu-
to, o en el plano o croquis incorporado a los fi- midor adquirente queda expuesto a la asimetría
nes de identificar la unidad proyectada, surgirá negocial antes graficada, que puede dar lugar a
fácilmente a la vista el destino de vivienda de la diversas prácticas abusivas que desnaturalicen
unidad y, por lo tanto, su acogida al régimen que las obligaciones de las partes (159).
ahora interesa.
En ese sentido, la forma de instrumentación
De este modo, únicamente quedarán afuera del esquema propuesto, procurando dar sufi-
aquellos limitados casos en los que el adqui- cientes garantías y defensas a los fines de que se
rente no tenga en vista la incorporación de la vi- tutelen los derechos del deudor, deja de ser pre-
vienda a su patrimonio para el uso propio o de ocupación exclusiva del adquirente, pues, como
su familia, sino como mero eslabón de la cadena se dijo, este aparecerá como particularmente
de comercialización cuya causa fin se orienta a protegido por la ley en su carácter de consumi-
la posterior venta y circulación del capital. dor inmobiliario.

En el resto de los casos, difícil será para quien Aportando claridad a lo que se expresa, un
intente controvertir la postura que se impone mecanismo ostensiblemente abusivo de recu-
argumentar que un adquirente que reúna los pero de la cosa a partir de un incumplimiento
elementos que anteceden no es un consumidor por parte del deudor en el marco de la contra-
sujeto a la normativa de tutela que se estudia. tación de consumo será fácilmente atacable por
la parte perjudicada en instancia judicial, quien
VI.2. El impacto del estatuto del consumidor en en calidad de tal podrá solicitar, y seguramente
la comercialización de unidades en construcción obtendrá, la nulidad de esas cláusulas.

Teniendo en cuenta lo señalado en orden al En tal caso, si lo que el desarrollador persigue


ámbito de aplicación del estatuto del consumi- es certeza plena y seguridad jurídica suficien-
dor, respecto a la relación de consumo inmobi- te respecto a la aplicabilidad del mecanismo
liaria, el impacto de esa circunstancia reclama previsto para el eventual recupero del bien en
una mirada particular. oportunidad de la ejecución de la deuda de su
deudor remiso, el primero deberá idear, a la
Pues a partir de ello encontraremos la debi- hora de la instrumentación, una redacción que
da tutela respecto de ciertos puntos de especial procure el mayor equilibrio posible de presta-
sensibilidad que han quedado latentes en la es- ciones y obligaciones a cargo de cada una de las
tructura propuesta. partes.

Se dijo antes de ahora, en oportunidad de tra- (158) Ver supra “La garantía real en el caso concreto.
tar el financiamiento privado para la comercia- Condominio revocable y cláusula resolutoria expresa”.
lización de unidades en construcción a plazos, (159) Acerca de las prácticas abusivas en los contratos
que el sistema sostenido con base en la transmi- de consumo se desarrolla la temática en KEMELMAJER
DE CARLUCCI, Aida, “Prácticas abusivas en los contra-
sión de un dominio revocable amparado en un tos de consumo”, Sup. Esp. Nuevo Código Civil y Com-
pacto comisorio aplicable a través de un meca- ercial de la Nación. Contratos 2015 (febrero), 237, AR/
nismo extrajudicial, ágil y automático reflejaba DOC/392/2015.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 531


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

Solo a partir del sostenimiento de un equili- punto se considera que lo verdaderamente im-
bro prestacional genético, el desarrollador ten- portante será en el caso procurar que esta esti-
drá la suficiente garantía de la exigibilidad de su pulación sea redactada de modo tal que supere
crédito frente al deudor moroso en ocasión de la el tamiz impuesto por el propio Código Civil y
aplicación del esquema propuesto. Comercial en sus arts. 988 y 989 (162).

En concreto, deberá, evitarse en los instru- Vale poner de relieve, antes que todo, que,
mentos que resultan marco jurídico de las rela- al catalogar como cláusulas abusivas las esti-
ciones jurídicas entre las partes, la tentación por pulaciones de las partes en el marco de la ins-
parte del predisponente de configurar una pro- trumentación de un acto jurídico, de lo que
puesta contractual que recaiga en cláusulas que se está hablando es de aquellas a partir de las
puedan ser tachadas de abusivas bajo la óptica cuales uno de los contratantes —el predispo-
del Código Civil y Comercial. nente— sale indemne, limitando —a extremos
intolerables— su prestación; menguando así la
Y en esa línea salta a la vista la comparación entidad de su prestación a una visión casi me-
que se ha hecho antes de ahora con relación a tafórica (163).
la redacción originaria del art. 1052 del proyec-
to de reforma del Código Civil de 1998, frente al En otros términos, la preocupación reside en
art. 1086 finalmente incorporado al texto vigen- que, en los contratos de estudio, el empresa-
te del Código Civil y Comercial. rio habitualmente solo aparece como obligado
en la letra, pero se preocupa tanto de limitar su
Pues en este contraste parte de la doctrina pa- riesgo que termina por desnaturalizar su obliga-
reciera identificar una limitación a la inclusión ción, cargando sobre el adherente la totalidad
de la cláusula resolutoria expresa en aquellas de las prestaciones resultantes del vínculo, que
modalidades de contratación derivada de los resulta fácilmente verificable el desequilibrio
contratos predispuestos (160). prestacional oculto bajo la figura de un supues-
to contrato paritario.
Pues bien, coincidiendo con la postura que
reafirma la validez de estas cláusulas en contra- sanciones a cargo del otro contratante, caducidades, lim-
tos de la naturaleza que ahora toca (161), en ese itaciones a las facultades de oponer excepciones, cláu-
sulas compromisorias o de prórroga de la jurisdicción
judicial, así como los supuestos previstos en los incs. f )
(160) Destaca la doctrina que el art. 1086 del Cód. Civ. y y h) del art. 13, sólo tendrán efecto si son expresamente
Com. encuentra como antecedente inmediato el art. 152 aceptadas por el adquirente en cláusula especial, fir-
del proyecto de 1998. Este expresaba: “Las partes pueden mada por este.”. Y, si bien se ha señalado la ineficacia del
pactar libremente la cláusula resolutoria para el caso de mecanismo de remedio propuesto por la norma referida,
que se produzcan incumplimientos genéricos o específi- se advierte igualmente que el requisito de validez puede
cos, así como regular los requisitos para su operatividad hoy ser satisfecho a la luz de las exigencias contenidas en
y sus efectos. Salvo estipulación expresa en contrario la el art. 985 del Cód. Civ. y Com. respecto a las cláusulas
resolución se produce cuando la parte no incumplidora predispuestas en el marco de los contratos de adhesión.
hace saber a la otra su decisión de resolver”. Así, se ha di-
cho que “...la voz ‘libremente’ que utilizaba el Proyecto de (162) Con relación al punto, se destaca la conclusión
1998 y el Código suprimió, podía ser esgrimida para reta- de Jorge H. Alterini e Ignacio E. Alterini en cuanto a que
cear la aplicación de esta cláusula en los contratos pre- “...no tiene ninguna trascendencia la supresión del voca-
dispuestos (arts. 984 a 989 del Código). LEIVA FERNÁN- blo ’libremente’, pues si la condición resolutoria expresa
DEZ, Luis F. P., en ALTERINI, Jorge H. (director general) no fuera pactada en la contratación predispuesta no lo
y ALTERINI, Ignacio E. (coordinador), “Código Civil y sería por la aparición de esa voz en el texto legal, sino por
Comercial Comentado. Tratado exegético”, cit., tomo V, la mecánica propia de esa categoría contractual”, en AL-
p. 773. TERINI, Jorge H. (director general) y ALTERINI, Ignacio
E. (coordinador), “Código Civil y Comercial Comentado.
(161) Tomando como antecedente el caso del art. 14 Tratado exegético”, cit., tomo V, p. 774.
de la ley 19724 de prehorizontalidad antes relacionado,
que se refería a que “los contratos serán redactados en (163) SANTARELLI, Fulvio G., “El contrato de con-
forma clara y fácilmente legible. Las cláusulas que es- sumo en el Código Civil y Comercial de la Nación”, en
tablezcan limitaciones de responsabilidad, facultades de Suplemento Especial Nuevo Código Civil y Comercial de
rescindir o resolver el contrato sin previa comunicación, la Nación. Contratos 2015 (febrero), 25/02/2015, 223, Cita
o intimación o suspender su ejecución o la de la obra, o Online AR/DOC/471/2015, p. 5.

532 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

Y la mirada de este juicio debe ser de contexto, se establece en el artículo anterior —25%—, o
es decir, del cotejo de derechos y obligaciones haya realizado construcciones equivalentes al
emanadas del contrato. 50% del precio de compra (164).

Pues bien, encontrándonos frente a un con- Por ende, luego de abonado el porcentaje mí-
trato de comercialización de unidades en nimo relacionado, si el comprador se atrasa o
construcción, instrumentada mediante la finan- deja de cumplir su obligación principal, el ven-
ciación a plazos, resultará de especial cuidado dedor podrá demandar el incumplimiento, pero
el mecanismo propuesto para la ejecución de la no la resolución del contrato (165).
deuda del adquirente moroso.
Y si bien esa norma inclina la balanza en for-
En el caso, será fácil para este último alegar ma significativa en favor del adquirente, dejan-
desequilibrios prestacionales intolerables, si el do expuesta la figura del desarrollador conforme
mecanismo de recupero del bien no prevé su- los antecedentes que antes se indicaron; no me-
ficientes instancias de notificación y defensa, a nos cierto es que una previsión contractual de
los fines de que el obligado pueda conocer aca- esa tesitura no obstaría a la aplicación general
badamente su deuda y cuente en consecuencia del principio de abuso del derecho en caso de
con una oportunidad real de cumplimiento pre-
configurarse este.
via a la pérdida del bien adquirido.
Pues en el caso corresponderá la interpre-
Un esquema que se someta a tales extremos
tación contextual del contrato, así como de su
será objetivamente sorpresivo para el compra-
dor, a la postre es el principal obligado. ejecución, quedando a cargo del intérprete la
viabilidad de la resolución, en aquellas circuns-
Ejemplos de mecanismos que se expongan a la tancias en que el moroso se sirva del amparo
tacha de nulidad por abusividad en cuanto a su que le da el mecanismo propuesto a fin de le-
redacción suponen casos tales como una instru- gitimar alguna eventual situación incompatible
mentación que estructure la caducidad de plazos con la justicia.
en contra del deudor y la inmediata ejecución de
sus bienes, por una deuda que no fue notificada, Sin esa interpretación contextual sostenida en
y sin previa intimación al cumplimiento por un la equidad, se correría el riesgo de generar con-
tiempo que se estime razonable. diciones para que un mecanismo pensado en
garantizar valores superiores de justicia pueda
En ese sentido, seguramente el remedio más servir de instrumento para que un comprador
adecuado para lograr la viabilidad del pacto co-
misorio por falta de pago en el marco de una (164) Las III Jornadas Rioplatenses de Derecho (San
contratación que evidentemente se encuentra Isidro, Provincia de Buenos Aires, 1981), dando un sen-
absorbida por el régimen del consumidor se tido más extenso a la protección, declararon que “las
puede encontrar echando mano de los antece- pautas normativas señaladas en los arts. 7º y 8º de la ley
14.005 son extensibles a todo contrato de compraventa
dentes normativos y jurisprudenciales que an- cuyo precio se satisface en cuotas periódicas”, Claudio M.
tes de ahora atendieron el caso. Kiper, ob. cit., p. 208.

Y en ese punto, aparece como destacable la (165) Sobre la temática expuesta, profundiza Claudio
Kiper, quien aclara que “en épocas de inflación, anteri-
regulación traída a nuestro ordenamiento por la
ores a la actual, hubo distintos criterios en la jurispru-
ley 14.005 de Venta de Inmuebles Fraccionados dencia acerca de si debían tomarse o no valores actual-
en Lotes pagaderos a plazos. izados para efectuar la comparación (véase CNCiv., Sala
A, 27/10/1976, ED 73-747; ídem, sala D, 21/12/1976, ED
Pues en el texto de esta, su art. 8º dispuso en 73-328). Pienso que la única forma razonable de establ-
forma expresa una limitante al derecho a ejer- ecer si se cumplieron los porcentajes legales es mediante
cer la cláusula resolutoria expresa por el ven- comparaciones homogéneas, y el sentido común. Así,
por ejemplo, si se pactaron 100 cuotas iguales y se paga-
dedor frente al deudor remiso, en cuanto a que ron 26, se cumple con el requisito aun cuando los valores
“...no podrá hacerse valer después de que el ad- de las cuotas restantes aumenten por efecto la inflación”.
quirente haya abonado la parte del precio que KIPER, Claudio M., ob. cit., p. 209.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 533


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

moroso se aproveche del impedimento del ven- do este todos los derechos que sobre este osten-
dedor de ejercer la resolución. tara, sin posibilidad previa de alegar defensa
alguna.
De lo que se trata, en términos simples es, una
vez más, de equilibrar la balanza de intereses y Pues, de ser así, nos enfrentaríamos a una
fuerzas que pugnan en este tipo de negocios. cláusula sorpresiva que, por su calificación de
insólita (168), inesperada o inaudita, generaría
En ese punto, se impone articular un siste- un desequilibrio significativo en los derechos
ma que evite, en el marco de una contratación y obligaciones de tal magnitud que su tacha se
instrumentada por adhesión y alcanzada por impondría sin mayor debate.
el estatuto del consumidor, la incorporación de
cláusulas sorpresivas. Y esa abusividad, y en lo particular el carácter
sorpresivo de las cláusulas, debe derivarse de un
Y me refiero a aquellas estipulaciones que, análisis del iter negocial desde el comienzo de
por ser esencialmente abusivas, en rigor méri- las tratativas hasta la etapa formativa, lo que in-
tos prácticos y por circunstancias inusuales, de- cluye la publicidad, y por ende las expectativas
vienen inesperadas para el contratante por la
generadas en el adherente, de acuerdo a la ma-
evidente desventaja que generan, no habiendo
teria contratada.
razones para justificar su existencia (166).
En este punto, es menester traer a colación
En otros términos, son cláusulas repelidas por
que la obligación de informar en el marco del
el derecho, dado que, según las circunstancias,
derecho del consumidor debe entenderse con
en particular, la apariencia externa del contrato,
son tan excepcionales que el predisponente no particular énfasis dentro del principio de trans-
las puede prever (167). parencia que debe regir esta relación patrimo-
nial intersubjetiva (169) .
Se considera que no existe realidad empírica
aparente en la que la buena fe de los contratan- Se enfatiza esto, debido a que lo que procu-
tes pueda prever la existencia, en el marco de ra la norma es alcanzar niveles adecuados de
la compra de un inmueble en construcción, de transparencia, obligando especialmente al pro-
la posibilidad de ejecutar el contrato al deudor veedor a definir las características esenciales del
moroso a través de un pacto comisorio, perdien- producto o servicio, y asimismo las condiciones
de contratación, a fin de que el consumidor no
se vea defraudado con causa en el negocio.
(166) Se trata de cláusulas imprevisibles e inhabitu-
ales en los usos del tráfico, y que son calificadas de in-
sólitas pues colocan al consumidor en una situación Y para ello debe darse singular relevancia a
más desventajosa y que razonablemente no habría po- la publicidad como deber precontractual en el
dido imaginar, prever ni contar con su existencia. Amplía marco de la garantía constitucional explícita de
Rubén S. Stiglitiz acerca de las cláusulas sorpresivas que la información.
son aquellas que “...contradicen (se halla en contraste)
de modo trascendente con las expectativas legítimas y
En ese entendimiento, serán la información y
normales (razonables) que genera en el adherente un
contrato de la naturaleza del concluido y que aparecen la publicidad pilares que servirán de defensa su-
insólitamente en el contenido del negocio, provocando ficiente para el adquirente y adherente.
una desnaturalización de la relación de equivalencia”, en
STIGLITZ, Rubén S., “Las cláusulas sorpresivas en el Có- Mientras que del otro lado el predisponen-
digo Civil y Comercial”, La Ley 17/05/2016, 17/05/2016, te deberá prestar especial atención a su debi-
1; Cita Online AR/DOC/1249/2016. Amplía en este punto do respeto, evitando en todo tiempo caer en la
el mismo autor en STIGLITZ, Rubén S., «Contratos por
adhesión, contratos de consumo y cláusulas abusivas»,
en RCCyC 2015 (septiembre), 17/09/2015, 125, AR/ (168) STIGLITZ, Rubén S., “Las cláusulas sorpresivas
DOC/2850/2015, p. 10. en el Código Civil y Comercial...”, ob. cit., p. 2.
(167) Al respecto, establece el art. 988 inc. c) del Cód. (169) CARBONIER, Jean, “Drot Civil. Les biens. Les ob-
Civ. y Com. que son aquellas cláusulas abusivas que “... ligations”, nº 997, París 2004, p. 2061, en cita de STIGLITZ,
por su contenido, redacción o presentación no fuesen ra- Rubén S., «Contratos por adhesión, contratos de consu-
zonablemente previsibles”. mo...», ob. cit., p. 10.

534 • QUINTA PARTE - Derechos reales


Juan Ignacio Gudelj Bacchiega

tentación de abusar de su inherente poder de de estos en miras de un mayor cumplimiento


determinación en el marco de una evidente dis- del deber de información y conocimiento son
paridad de fuerzas económicas. solo algunos de los instrumentos de los que se
ha echado mano sin mayor éxito.
Queda expuesto, entonces, que se trata de una
contratación que exhibe tal complejidad que, si Del otro extremo, cada esquema presentado
bien una de las partes se erige en predominante en desde la norma ha sido evitado por los desarro-
cuanto al poder de negociación y a la disparidad lladores, quienes no han encontrado motiva-
de fuerzas económicas, la instrumentación del es- ción alguna para su aplicación, ni aun cuando,
quema negocial deberá mantener como estrella por vía de la política legislativa, o bien por im-
orientadora la buena fe de las partes, si lo que se pulso de decisiones judiciales, se les han im-
pretende es su verdadera eficacia para ambos. puesto sanciones de especial severidad.

Por ello se reclama de los interesados un pru- Y frente a este panorama, se ha pasado ahora
dente control sustancial de las condiciones ge- de un sistema rígido y de orden público carac-
nerales, procurando ante todo el respeto de un terizado por el formalismo extremo y por la im-
contenido moral y justo, pero antes que todo útil posición de normas registrales, complementada
a los fines perseguidos (170), evitando inefica- en sanciones por vía de multas y hasta prisión,
cias que entorpezcan el normal desarrollo de la al extremo opuesto contenido en el Código Civil
operación conforme la propuesta original. y Comercial mediante un sistema de contrata-
ción de seguros de caución y avales bancarios.
VII. Cierre
En tal contexto, el verdadero núcleo del asun-
En conclusión, tenemos ante nosotros una to deriva en la conclusión que se impone en el
operatoria comercial de particular relevancia caso y que refleja que, mientras todo quede en
para la economía de nuestra nación, caracteri- el campo obligacional, la regulación que se in-
zada por desarrollarse en un espacio temporal tente sobre el problema de marras carecerá de
de significativa extensión, y que ha sido objeto eficacia.
de interés de los estudiosos del derecho a lo lar-
go de décadas. En suma, se dijo que el sistema impuesto por
la ley de prehorizontalidad fracasó por ser one-
Y esa atención se ha canalizado en forma re- roso, complejo y lento.
currente por vía de diversas leyes y decretos, to-
dos los cuales apuntaron en general a procurar Pero no se pronostica diverso destino con el
soluciones y alternativas que, en más o en me- sistema flexible, ágil y despojado de formalida-
nos, apuntaron siempre a resolver la puja de des que promueve el código.
intereses bajo el espectro de los derechos perso-
nales y las relaciones obligacionales. Y es que, en ese sentido, el verdadero centro
del asunto deriva de la multicausalidad de cir-
Así entonces, nos encontramos con sucesivos cunstancias que hicieron a la frustración de los
regímenes de prehorizontalidad que no han lo- mecanismos ideados.
grado cubrir a los adquirentes de los numerosos
peligros de fraude más que parcialmente. Se ha dicho en ese sentido, con mayor clari-
dad, que “...hay otras causas reales y más valede-
Distintos mecanismos de publicidad registral ras que contribuyen a la falta de aplicación: los
de instrumentos privados a los fines de hacer boletos no se registran por razones de evasión
oponibles los contratos privados y de dotarlos impositiva, y porque detrás de los negocios in-
de fecha cierta, la imposición de determinadas mobiliarios de construcción de departamentos
cláusulas en los contratos y el control sustancial se mueven intereses poderosos que no aceptan
el sometimiento a estatutos proteccionistas que,
(170) REZZONICO, Juan Carlos, ob. cit., p. 4. a la vez que tienden a proteger a los adquiren-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 535


Estructuración jurídica para la comercialización de unidades en construcción

tes, apuntan a restringir los derechos y faculta- sarrolla; sostenido en una garantía real particu-
des del enajenante” (171). larmente ágil, como mejor refuerzo del crédito.

Y si bien dichas conductas patológicas no de- En ese sentido, el condominio revocable so-
berían determinar la política legislativa de un metido a una condición resolutoria funciona en
ordenamiento jurídico, no menos cierto es que la práctica como una garantía con respaldo en
la incuestionable falta de practicidad y aplica- un bien inmueble.
bilidad de las soluciones intentadas debe ser
seriamente tenida en consideración a los fines Y ese refuerzo del crédito en favor del vendedor
de elaborar un mecanismo que trascienda los frente al deudor remiso cobra verdadera virtua-
claustros de estudio. lidad en caso de resultar necesaria su ejecución.

A partir de esos antecedentes, se propone Pues, acaecido el incumplimiento de parte


ahora la conformación de un esquema de es- del adquirente y titular del derecho real sobre
la cosa, la garantía se resuelve directamente por
tructuración de las relaciones entre las partes,
los privados y sin la intervención de terceros,
que sistematice en forma orgánica la comercia-
retornando el dominio al enajenante de pleno
lización de inmuebles antes del sometimiento
derecho, quien luego deberá restituir las sumas
a propiedad horizontal, sostenido sobre la base
incorporadas al adquirente previa deducción de
de atribuir al inversor en forma inmediata de un costos; pudiendo luego comercializar la unidad
verdadero derecho real de condominio sobre a cualquier otro tercero interesado.
partes indivisas del inmueble general sobre el
que se ejecutará el desarrollo. Y esa articulación de recursos y herramientas
jurídicas a los fines de dotar de una verdadera
Y es que, tal como se dijera, es en el marco de garantía en favor del desarrollador despojado
los derechos reales aquel en el que se alcanza del dominio desde el origen de la operatoria en-
verdadera tutela eficaz de las partes. cuentra, como contrapeso en su estructuración,
el estatuto del consumidor, que en el contexto
Este sistema, a su vez, contempla en forma se presentará como la normativa de excepción
acabada los intereses de los desarrolladores, al- que oriente la redacción de los contratos sobre
canzando la ansiada seguridad jurídica a través los que se asienta la operación, teniendo como
del apoderamiento con alcance irrevocable y norte el sostenimiento de un verdadero equili-
efectos post mortem, a los fines de prevenir los bro prestacional congénito.
inconvenientes propios de toda comunidad de
derechos, mecanismo reforzado por la vía del En suma, el verdadero objeto del presente ra-
pacto de indivisión forzosa temporario suscrip- dica en la conformación de un sistema eficaz,
to por los cotitulares. sostenido en la estructura de los derechos reales,
que tutele el interés de todos los intervinientes y
Asimismo, me persuade de la viabilidad del sin la necesidad de una reforma legal actual.
sistema la posibilidad de financiación otorgada
por los propios intervinientes en forma privada. Y bajo esa luz, considero que, pese a sus even-
tuales vacíos y asuntos pendientes de resolución,
Este se desarrolla y despliega sus efectos me- el sistema propuesto tiene ventajas evidentes
diante la instrumentación de una deuda de valor frente a la total y absoluta indefensión a que se en-
de origen convencional que conserva el equili- cuentran expuestos los intervinientes a la fecha.
brio de las prestaciones no obstante el devenir
macroeconómico del contexto en el que se de- VIII. Bibliografía

Doctrina
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538 • QUINTA PARTE - Derechos reales


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Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 539


SEXTA PARTE

Derecho civil y nuevas tecnologías


Incumplimiento obligacional
en el comercio digital
Tutela de la debilidad negocial (*)
Pablo Nicolás Guerreiro
INTRODUCCIÓN fluyen en el régimen de las obligaciones y de los
contratos.
La tesis procura exponer y analizar, sistemáti-
camente, desde una perspectiva teórico-prácti- Ante este nuevo panorama, cabe plantear-
ca, un tema clásico del derecho civil como es la se cuáles son las pretensiones que pueden arti-
tutela de las relaciones jurídicas patrimoniales cularse para tutelar los derechos patrimoniales
y, más específicamente, las de naturaleza obli- vulnerados, según el ordenamiento jurídico. Es
gacional de fuente contractual (1), en el ámbito decir, cuáles son los remedios jurídicos con que
actual y complejo del “comercio digital”. cuentan las personas para proteger sus intereses.

Desde hace tiempo que el mundo de los nego- La cuestión no es fácil ni resulta sencilla,
cios se vale de un instrumento jurídico importan- pues, cuando acudimos a la legislación, en-
tísimo como es el contrato, instituto a través del contramos diferentes cuerpos normativos, con
cual se realizan los más diversos fines y funcio- complejas e intricadas relaciones, cuyas reglas
nes económico-sociales. De dicha institución o y principios deben ser aplicados a hechos o si-
instituto surgen —como “efectos”— obligaciones tuaciones sumamente dinámicas y fluidas, que
que, por las vicisitudes de la vida, pueden llegar exigen adaptar los instrumentos jurídicos per-
a ser incumplidas y que, por ende, resulta me- manentemente, mediante cánones y técnicas
nester amparar por medios legales. Esta cuestión de interpretación jurídica, para brindar res-
es, generalmente, conocida por los juristas como puestas satisfactorias a los problemas o casos
“remedios” que conforman — a su vez— la “tute- planteados. En este sentido, la doctrina y la ju-
la jurídica del crédito”. risprudencia ocupan un rol trascendental en la
adecuación del derecho a las nuevas situacio-
Actualmente, el tráfico jurídico se ha transfor- nes y relaciones jurídicas (2).
mado enormemente a causa de los avances tec-
Es por lo expuesto que este trabajo se pro-
nológicos y, especialmente, por Internet (sea a
pone modular el régimen de “remedios” (pre-
través del uso de la web, el correo electrónico,
tensiones legales sustantivas), conforme el
la comunicación multimedia —telefonía, televi-
ordenamiento jurídico actual, frente a los su-
sión—, etc.). Dentro de este ámbito, han nacido
puestos de incumplimiento de las obligaciones
aplicaciones —o “plataformas”— de comercia- derivadas de la contratación electrónica, anali-
lización digital que han dado origen a distintas zando el régimen jurídico del Código Civil y Co-
formas de negociación (contratos telemáticos mercial, en concordancia con la Ley de Defensa
y medios de pago electrónicos), integrando un del Consumidor.
“ecosistema” de intercambio de bienes y servi-
cios virtuales que, directa o indirectamente, in- Por ello, el primer capítulo se inicia con la teo-
ría (doctrina) general del incumplimiento, para
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 5 de dar el marco general de actuación del derecho
agosto de 2020.
(1) Arts. 259, 725, 726 y 957 del Cód. Civ. y Com. (2) Arts. 1, 2 y 3 del Cód. Civ. y Com.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 543


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

en este ámbito específico de una manera siste- de cada uno de los sujetos o partes involucradas
mática, exponiéndose los diferentes conceptos en estos ámbitos y contextos particulares.
y clasificaciones, según los últimos desarrollos
doctrinarios, para tener bien en claro el panora- Se agrega, además, que algunas de estas pro-
ma jurídico con el que cuenta el acreedor para blemáticas de los portales de subasta o ventas
la tutela del crédito. electrónicas ya han repercutido en la sociedad
generando controversias y los primeros prece-
El segundo capítulo se dedica a plantear y deter- dentes judiciales, e incluso, por su trascenden-
minar la difícil relación del derecho civil —como cia, son objeto de consideración en los recientes
tronco del derecho privado— con el subsistema proyectos de reformas (3).
(o “microsistema”) del estatuto de protección del
consumidor, al provocar con su irrupción un corte Todas estas consideraciones motivan a reali-
transversal al derecho privado. zar una investigación acerca de su problemática
y las posibles respuestas, en virtud de su actua-
Para ello, se pasará revista a la evolución nor- lidad y peculiaridad. Para hacer del estudio un
mativa de la protección del consumidor en el abordaje práctico (no meramente teórico), se
orden jurídico nacional, hasta llegar a la idea tomará entonces, como hipótesis, un preceden-
rectora sobre la cual transita dicho ordenamien- te jurisprudencial de la provincia de Jujuy, en
to y se percibe como el centro de su atención: el que fue juzgado un caso de incumplimiento
la persona humana; ello así, desde el persona- obligacional de personas vinculadas por me-
lismo como corriente filosófica y la visión del dio de una plataforma de ventas online. El he-
mundo de tipo ontológico. cho consistió en que el consumidor no recibió
el producto que pretendió adquirir, y, además,
En el capítulo siguiente, se aborda el estu- frente al incumplimiento, se vio perjudicado en
dio en particular de los remedios jurídicos que el medio alternativo de solución de controver-
propone el ordenamiento normativo ante el in- sias y, a raíz de ello, de la posibilidad de “rete-
cumplimiento obligacional, tanto en el régimen ner” el precio abonado, pese a haber tomado los
general del Código Civil y Comercial como en el recaudos necesarios para realizar un negocio
régimen especial de protección del consumidor, que aparentaba ser seguro y confiable (4).
para brindar un mejor análisis de las vías lega-
les de la tutela del crédito. Todo ello, median- Finalmente, y a modo de conclusión de la
te el empleo de un instrumento metodológico presente tesina, se señalará la problemática del
novedoso que ha tenido recepción doctrinal y caso, su correcto encuadramiento conforme
legislativa para resolver la integración del orde- las premisas dadas respecto al incumplimiento
namiento en el complejo sistema jurídico nacio- obligacional, los remedios jurídicos ofrecidos
nal: el denominado “diálogo de fuentes”. por el ordenamiento y la cultura de consumo
contemporánea, para elaborar una propuesta
Y, finalmente, luego del despliegue expositivo metodológica para la resolución de futuros pro-
realizado, se planteará la problemática del in- blemas en la materia.
cumplimiento obligacional en un ámbito espe-
cial, que ha cobrado un auge trascendental en CAPÍTULO I
los últimos tiempos: el comercio digital, ya que
es innegable que resulta ser una realidad que ha I. Teoría general del incumplimiento. El in-
llegado para instalarse como parte elemental cumplimiento obligacional
del mercado, toda vez que ha demostrado exce-
lentes resultados en la economía global, al ac- La obligación es una relación jurídica (5), que
tuar como un facilitador del tráfico jurídico. creada como tal por cualquiera de sus fuentes

En atención a la importancia de su rol actual en (3) Anteproyecto de Ley de Defensa del Consumidor,
este contexto cultural, y con la finalidad de am- 2019.
pliar la protección del crédito-acreedor-consu-
midor en la contratación electrónica, se requiere (4) Superior Tribunal de Justicia de Jujuy, Sala I,
in re “Ferreiro Pablo Alberto c/ Mercado Libre SRL”,
presentar ideas y soluciones para los problemas, 15/05/2017.
delimitando las cuestiones o responsabilidades
(5) Art. 724, Cód. Civ. y Com. DÍEZ-PICAZO, Luis,
«Fundamentos del derecho civil patrimonial», v. I, Intro-

544 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

(de ordinario, un contrato) (6), al configurarse Los efectos de la obligación, con relación al
sus elementos esenciales (la “faz estática-es- acreedor, se articulan en la denominada “tute-
tructural” de la obligación está dada por los su- la jurídica del crédito”, que abarca todos los de-
jetos y por el objeto, que conforman el vínculo rechos o potestades del lado activo del vínculo
jurídico), tienen lugar los denominados “efec- obligacional: preventivos, satisfactorios, resolu-
tos” (7) del instituto (8), que constituyen la “faz torios y resarcitorios (10).
dinámica” o vida efectiva de la obligación, la
cual se pone de manifiesto con su cumplimien- Entre los efectos destacados del vínculo
to o incumplimiento (9). obligacional, al que se prestará una especial
atención en este trabajo, se hallan aquellos rela-
ducción teoría del contrato, Civitas, Madrid, 1993, 4ª ed.,
cionados con el “incumplimiento” o infracción
p. 55 y ss. CRISTÓBAL MONTES, Ángel, «La estructura y del plan prestacional (11). Sin embargo, como
los sujetos de la obligación», Civitas, Madrid, 1990, 100- noción previa a esta especie particular de ilícito
104. LLAMBÍAS, Jorge J., «Tratado de derecho civil. Ob- civil, se encuentra el concepto de “cumplimien-
ligaciones», Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2005, 4ª ed. t. to voluntario”, vale decir, el pago (12), por cuan-
I, 27 y ss. PIZARRO, Ramón D. y VALLESPINOS, Carlos to implica su contracara (13). En este sentido, el
G., «Tratado de obligaciones», Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 2017, t. I, 14 y ss., núm. 7, § 3. TRIGO REPRESAS,
Félix A., en ALTERINI, Jorge H. (dir.) y Alterini, Ignacio cit., ps. 128-132. COMPAGNUCCI de CASO, Rubén H.,
(coord.), «Código Civil y Comercial comentado. Tratado “Manual de obligaciones”, Astrea, Buenos Aires, 1997, 99,
exegético», La Ley, Buenos Aires, 2019, 3ª ed., t. IV, 3 y ss. § 67. ZIMMERMANN, Reinhard, “The Law of Obligations.
Roman Foundations of the Civilian Tradition”; Juta & Co,
(6) Art. 726, Cód. Civ. y Com. Ltd. Capetown, Wetton, Johannesburg, 1992; 25 y ss.
(7) En general, los efectos son las consecuencias a (10) BETTI, Emilio, “Teoría general de las obligaciones”,
través de las cuales el sistema jurídico procura dotar de tr. J. L. de los Mozos, Revista de Derecho Privado, Madrid,
eficacia a la obligación. Se trata de la faz dinámica de la 1969. PALMERO, Juan C., “Tutela jurídica del crédito”,
relación jurídica (en contraposición a la faz estructural Astrea, Buenos Aires, 1975. MOISSET de ESPANÉS, Luis,
relativa a los elementos y presupuestos del vínculo ob- “Curso de obligaciones”, Zavalía, Buenos Aires, 2004, t. 2,
ligacional), con todos los aspectos relativos a la tutela 86 y ss. PIZARRO, Ramón D. y VALLESPINOS, Carlos G.,
jurídica del crédito. Estas consecuencias se traducen “Instituciones de derecho privado. Obligaciones”, Ham-
en derechos y deberes que el ordenamiento jurídico murabi, Buenos Aires, 1999, t. 2, 55-60, núm. 300-301;
atribuye e impone a ambas partes de la obligación. No es 193-204, núm. 334-338; 264-268, núm. 377-379; 283-309,
un derecho ni un solo deber, sino un cúmulo de derechos núm. 389-400; 447-604, núm. 476-522; ídem, “Tratado...
y deberes. Los efectos de las obligaciones son, pues, to- “, t. II, 8 y ss., núm. 1067. COMPAGNUCCI de CASO,
das las consecuencias derivadas de la relación obliga- “Manual... “, 249, § 171; ídem, “Derecho... “, 140-141, § 64.
toria, tendientes a alcanzar la satisfacción del interés NEGRI, Nicolás J., “Responsabilidad civil contractual”,
del acreedor y la liberación del deudor (arts. 730 y 731, Astrea, Buenos Aires, 2017, t. I, 237. OSSOLA, Federico A.,
Cód. Civ. y Com.). Cfr. COMPAGNUCCI de CASO, Rubén “Obligaciones, en derecho civil y comercial”, Rivera, Julio
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2018, 137-141, § 64.a; ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.) y AL- res, 2016, 553-554, § 275.
TERINI, Ignacio E. (coord.), «Código Civil y Comercial...
«, t. IV, 63. (11) ALTERINI, Atilio A., “El incumplimiento consid-
erado en sí propio”, Cooperadora de Derecho y Ciencias
(8) ESPÍN CANOVAS, Diego, “Manual de derecho civil Sociales, Buenos Aires, 1963, 36, 38 y 39. BOFFI BOG-
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2002, § 52, 438. LLAMBÍAS, Jorge J., “Tratado de derecho 1986, 64; ídem, “Objeto del negocio jurídico”, Hammu-
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SOLO, Juan B., “Las instituciones jurídicas: definición,
análisis, tipificación, clasificaciones y funciones”, Anu- (12) Art. 865, Cód. Civ. y Com.
ario de Derecho Civil, n° 1, Madrid, 2002, 5-65.
(13) Para Hernández-Gil: “Cuando el acreedor obtiene
(9) PUIG BRUTAU, José, “Fundamentos de derecho la prestación a través del comportamiento del deudor,
civil patrimonial”, Bosch, Barcelona, 1959, t. I, v. II, 9-12, que se ajusta al deber asumido, estamos en presencia del
29-56. DÍEZ-PICAZO, Luis, “Fundamentos del derecho cumplimiento en sentido estricto. Se produce el efecto
civil patrimonial”, v. II, Las relaciones obligatorias, Civi- extintivo de la obligación por la conducta del obligado.
tas, Madrid, 1993, 4ª ed., p. 469 y ss. CRISTÓBAL MON- Esta es la imagen más perfecta de la obligación, la que
TES, “La estructura y los sujetos de la obligación”..., ob. refleja su ciclo vital normal”. HERNÁNDEZ GIL, Antonio,

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 545


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

“cumplimiento” es definido como la realización incumplimiento de una obligación, cuáles son


de la prestación que le proporciona al acreedor las formas en que se puede presentar, cuáles sus
el objeto debido para la satisfacción de su inte- efectos y cuáles las normas aplicables (18).
rés, al tiempo que extingue el vínculo y libera al
deudor (14). Antes de ahondar en dicho concepto, y sin
perjuicio de todo lo dicho al respecto, cabe acla-
Entonces, “el efecto normal de toda obliga- rar que abordar la teoría general del “incum-
ción se produce cuando el deudor, en forma plimiento” en sentido amplio y en todos sus
voluntaria y espontáneamente, cumple la pres- aspectos excede los fines de este trabajo. No
tación, satisface el interés del acreedor y extin- obstante, la cuestión apuntada en su noción
gue el vínculo obligacional” (15), como suele conceptual y su clasificación resulta importan-
suceder en la mayoría de las obligaciones que a te porque reviste una clara utilidad práctica.
diario se generan en la sociedad. Como bien lo hace notar Compagnucci de Caso,
“la conveniencia radica en conocer no solo la
Ahora bien, en el caso de que “la obligación no diferencia conceptual para saber aprehender el
es ejecutada normalmente, respetando los prin- caso que se trate, sino también para aplicar las
cipios que gobiernan al pago, se produce, como reglas y requisitos de cada supuesto y establecer
consecuencia inmediata y contrapuesta, un esta- sus efectos” (19).
do de inejecución o incumplimiento” (16). Es de-
cir que, ante la falta del cumplimiento normal y En razón de ello se considera que, por su im-
espontáneo (pago), el deudor se aparta del com- portancia y diversidad de efectos, se debe preci-
portamiento “debido” (falta de pago) e incurre sar con la mayor exactitud posible su estructura,
en “incumplimiento”, fenómeno o hecho jurídi- sus clases y sus consecuencias, a fin de que sea
co que pone en funcionamiento los distintos me- posible dilucidar los problemas concretos que
dios legales previstos en el ordenamiento jurídico se presentan en el derecho de las obligaciones
[como sanción (17)], a fin de satisfacer el derecho y de los contratos, que no siempre se resuelven
del acreedor (arts. 730 y 777, Cód. Civ. y Com.; art. adecuadamente con las normas y reglas a las
10 bis, ley 24.240, modificada por ley 24.787). que se suele acudir.

Es importante remarcar que, cuando se afir- En consecuencia, lo dicho hasta aquí de-
ma la existencia de “incumplimiento” en estos muestra la necesidad de reseñar, aunque sea
términos, se está en presencia de dicho concep- en forma sintética, la “teoría general del incum-
to en su significación más amplia. Como bien plimiento”, para luego adentrarnos en el estudio
señala Wayar, “no en todos los casos la palabra del “incumplimiento obligacional” en el caso en
‹incumplimiento› designa la misma situación, particular que analizaremos más adelante (20).
ni supone los mismos requisitos, ni produce los
mismos efectos”. Esta situación, agrega el autor, Para ello, se suele partir de la base de que de-
demuestra que es necesario indagar qué es el limitar las diferentes concepciones que se han
dado sobre “el incumplimiento” conlleva cier-
ta dificultad. En este orden de ideas, Wayar
“Derecho de obligaciones”, Maribel Artes Gráficas, Ma-
hace que mención de que “la teoría del incum-
drid, 1960, t. I, 71 y ss., núm. 21-A; cfr. LLAMBÍAS, Jorge J.,
“Tratado de derecho civil. Obligaciones”, Abeledo Perrot, plimiento debe superar, como punto de partida,
Buenos Aires, 2005, 4ª ed., t. I, 65, n. 66.
(14) WAYAR, Ernesto C., “Derecho civil. Obligacio- (18) WAYAR, Ernesto C., ob. cit., p. 483.
nes”, Depalma, Buenos Aires, 2004, 221. ALTERINI, Atilio (19) COMPAGNUCCI, “Derecho de las obligaciones...”,
A., AMEAL, Oscar J. y LÓPEZ CABANA, Roberto M., ob. cit., p. 173, § 71.
“Derecho de obligaciones”, Abeledo-Perrot, Buenos Ai-
res, 2008, 4ª ed., p. 95, núm. 177. (20) WAYAR, Ernesto C., ob. cit., ps. 482-483, núm. 202;
ídem, “La teoría del incumplimiento”, conferencia en su
(15) WAYAR, Ernesto C., ob. cit., p. 479. acto de recepción a la Academia Nacional de Derecho y
(16) Ibidem, p. 486. Ciencias Sociales de Córdoba, 21/9/2004. NEGRI, “Re-
sponsabilidad civil contractual”, 228 y ss., § 56. COMPAG-
(17) BUSSO, Eduardo B., “Código Civil anotado”, Ediar, NUCCI de CASO, “Derecho de las obligaciones”, 167 y ss.,
Buenos Aires, 1958, t. III, 208, núm. 7. § 71.

546 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

un problema terminológico de singular comple- la terminología usada por la doctrina, la mayo-


jidad. La palabra ‹incumplimiento› es equívoca, ría de los autores emplea la voz “incumplimien-
porque admite varios significados, e imprecisa, to”, aunque existen autores y normas legales que
porque se la usa para designar a cualquiera de usan el vocablo “inejecución” (23).
ellos indistintamente” (21).
En este sentido, y a modo de ilustrar esta
Es que el término “incumplimiento” hace re- cuestión, se reseñan —con buen criterio— los
ferencia a diversas situaciones que afectan a la diferentes puntos de vista doctrinarios que, lógi-
relación obligacional (el deber principal y los camente, no resultan coincidentes sobre el sen-
accesorios) (22). Incluso, es dable destacar que tido y alcance del término (24).

(21) WAYAR, Ernesto C., ob. cit., p. 480. Más allá de las cuestiones terminológicas,
encontraremos que existen en la doctrina na-
(22) La deuda (deber jurídico principal) no se limita
cional distintas conceptualizaciones acerca del
solo a la ejecución del plan prestacional orientado a
satisfacer el interés del acreedor, sino que también com- incumplimiento obligacional. Ello así, algunos
prende los deberes accesorios como los “deberes se- autores dicen que el incumplimiento obliga-
cundarios de conducta”, que se orientan a la ejecución cional se configura cuando el deudor no ajus-
del comportamiento debido (por ej., el deber de infor- ta su conducta al comportamiento debido, y,
mación) y los “deberes de protección”, que se dirigen a más estrictamente, se lo define como el com-
preservar a las personas y los bienes en juego (LARENZ,
Karl, “Derecho de obligaciones”, tr. J. Santos Briz, Revista portamiento opuesto a aquel en que se concreta
de Derecho Privado, Madrid, 1958, t. I, 18-22, § 2. DÍEZ- el cumplimiento y, en consecuencia, la falta de
PICAZO, “Fundamentos... “, v. II, 116 y ss., § 5. ROPPO, ejecución o la ejecución inexacta de la presta-
Vincenzo, “Istituzioni di diritto privato”, Monduzzi, 4a ción (25).
ed., Bologna, 2001, 265. JORDANO FRAGA, Francisco,
«Responsabilidad contractual», Civitas, Madrid, 1987, ps.
141-142. Cristóbal Montes, «La estructura y los sujetos de (23) NEGRI, “Responsabilidad civil contractual...”, ob.
la obligación...», ob. cit., ps. 85-92. PIZARRO y VALLESPI- cit., p. 237. PIZARRO y VALLESPINOS, “Tratado... “, ob.
NOS, «Tratado... «, t. II, 22 y ss., § 290; en cuanto a los orí- cit., t. II, 228.
genes de estos deberes, cfr. STOLL, Heinrich, «Abschied (24) Al respecto, Wayar demuestra tal disparidad me-
von der Lehre von der positiven Vertragsverletzung», diante el cotejo de las opiniones del autor venezolano
en AcP, 136, 1932; id., en italiano «Commiato dalla teo- Mélich Orsini y el español Diez Picazo. Para el primero,
ria della violazione positiva del contratto. Osservazioni la palabra “incumplimiento” reconoce tres acepciones:
sul trentennale della teoria», trad. A. L. Lettieri e G. G. incumplimiento en sentido estricto, en sentido objetivo
Varanese, en H. Stoll - R. Favale - M. Feola - A. Procida y en sentido subjetivo. En cambio, para Díez Picazo, el
Mirabelli Di Lauro, L›obbligazione come rapporto comp- mismo término puede ser enfocado desde el punto de
lesso, Giappichelli, 2016, 1 ss. RODRÍGUEZ OLMOS, Ja- vista del deudor o desde el acreedor. Luego, ya reflexion-
vier M., «Deberes de protección, ‹aun frente a terceros›, ando sobre la óptica de la satisfacción o la insatisfacción
en la dogmática alemana», Revista de Derecho Privado, del acreedor, entiende que es un hecho perfectamente
N° 20, enero-junio, 2001, 301-346. ACHILLE, Davide, «La objetivo. Por lo cual, sobre la base de tales ideas, aquel
complessitá del rapporto obbligatorio: alla fonte degli autor señala tres especies de incumplimientos: lesiones
obblighi di protezione», Annuario del Contratto, Giap- positivas del derecho de crédito, casos de no prestación y
pichelli, Torino, 2017, 129 y ss.). Los «deberes de protec- casos de prestación defectuosa. Ver WAYAR, 480-481. En
ción» del derecho alemán son el equivalente a la «oblig- el derecho alemán, donde se debate en torno a la reforma
ación de seguridad» francesa («obligation de sécurité»; del BCG (2002), la ley y los autores aluden a distintos vo-
año 1911), casualmente, elaborada por la jurisprudencia cablos con diversidad de significados, como «lesión del
gala casi en la misma época que en la doctrina tedesca deber», «infracción», «incumplimiento», «contraven-
(cfr. Terré, François — Simler, Phillippe — Lequette, Yves ción», «violación», etc., ver ALBIEZ DOHRMANN, Klaus
y Chénedé, François, Droit civil. Les obligations, Dalloz, J., «Un nuevo derecho de obligaciones. La reforma 2002
12ª édition refondue, París, 2019, 693, núm. 613; 895-897, del BGB», Anuario de Derecho Civil, Madrid, 2002, núm.
núm. 836. Le Tourneau, Philippe, «Droit de la respon- 3, 1163-1164, nota 54; EBERS, Martin, «La nueva regu-
sabilité et des contrats. Régimens d›indemnisation», Dal- lación del incumplimiento contractual en el BGB, tras la
loz, 11° edition, Paris, 2017, 1232 y ss., núm. 3122.30, §1. Ley de modernización del Derecho de obligaciones de
MAYO, Jorge A. y PREVOT, Juan M., «Responsabilidad 2002», Anuario de Derecho Civil, Madrid, 2003, núm. 4,
contractual», La Ley, Buenos Aires, 2007, 137 y ss. NEGRI, 1575-1608.
Nicolás J., «La obligación de seguridad y estándares en
la fundamentación de sentencias», LA LEY 2012-E, 378; (25) LLAMBÍAS, “Tratado... Obligaciones”, t. I, 86, núm.
ídem, «Responsabilidad civil contractual», Astrea, Bue- 99. COMPAGNUCCI de CASO, “Derecho de las obligacio-
nos Aires, t. I, ps. 350-353). nes... “, ob. cit., p. 173.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 547


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

El incumplimiento implicaría, así considera- II. Naturaleza jurídica


do, una lesión del derecho del acreedor, fruto
de la contravención a la conducta debida o, lo La opinión mayoritaria, a la que adhiero, con-
que es lo mismo, una desviación del “programa sidera que la esencia del incumplimiento con-
prestacional” (26). El incumplimiento, imputa- siste en el accionar contrario a derecho; es decir,
ble o no, es siempre una incoincidencia entre lo un acto ilícito (30).
prometido y lo realizado, o una “disconformi- Ello así, como conducta contraria a derecho,
dad” entre la conducta obrada por el deudor y la se puede comprobar —conforme explica Wa-
conducta debida (27). yar— “a partir de las siguientes premisas: 1) ob-
viando dificultades terminológicas, la doctrina
De ahí que para juzgarlo es necesario ate- considera como acto ilícito todo obrar humano
nerse a la exactitud de la ejecución realizada contrario al ordenamiento jurídico, concebido
por el deudor, donde deben valorarse —tam- este en su totalidad; 2) para la configuración del
bién desde la perspectiva del acreedor y de su ilícito basta la materialidad de la conducta obra-
interés (28)— los siguientes tópicos: a) la forma da y su contrariedad respecto al ordenamiento
o modo de cumplimiento; b) el lugar de cum- jurídico, y 3) se trata de un concepto objeti-
plimiento; c) el tiempo de ejecución; d) la per- vo que prescinde de otras consideraciones que
sona que debe cumplir; e) el destinatario del no sean las indicadas” (31). Por lo que conclu-
cumplimiento, y f ) la identidad de la prestación. ye que el incumplimiento es un obrar del sujeto
Y el incumplimiento aparece como contrapar- contrario a derecho. En la misma tesitura, Bue-
tida de los presupuestos diagramados. Cuando res señala que “el acto de incumplimiento de las
el deudor no haga efectiva la prestación prome- obligaciones contractuales es estructuralmente
tida, o no lo haga con las modalidades estable- un acto ilícito” (32).
cidas, o sea no coincidentemente con el resto
Vinculado con la naturaleza y significación
de los requisitos mencionados. En síntesis, el
del incumplimiento, cabe deslindar dos en-
incumplimiento —tal como explica el profesor
foques: uno vinculado a la imputabilidad,
Galgano— es un hecho objetivo de la falta o de pues siempre que se estime como ilícito el in-
la inexacta ejecución de la prestación (29). cumplimiento, necesariamente, implicará la
existencia de un acto voluntario y, por ende,
(26) Ibidem. OSSOLA, Federico A., ob. cit., ps. 572, § culpable (33), y otro, a la idea de infracción del
284 orden jurídico, sin más, para referirse a un ilíci-
(27) COMPAGNUCCI de CASO, “Manual... “, ob. cit., p.
101, § 64. (30) VON TUHR, Andreas, “Tratado de las obligacio-
(28) DÍEZ-PICAZO, “Fundamentos... “, v. II, 567-569, § nes”, tr. W. Roces, Reus, Madrid, 1934, t. I, 263, núm. 45.
1.1 y 1.2. Habrá que preguntarse, dice el maestro espa- BOFFI BOGGERO, Luis M., “Estudios jurídicos”, Primera
ñol, “en qué medida ha recibido satisfacción o ha sido Serie, Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales, Bue-
vulnerado el derecho o interés del acreedor a cuyo logro nos Aires, 1960, 79, núm. 2; ídem, “Tratado... “, t. I, 70-71,
la relación obligatoria se encontraba enderezada”. Díez- 87, 121, 140. ALTERINI, “El incumplimiento considerado
Picazo observa, en tal sentido: “La investigación sobre la en sí propio...”, ob. cit., p. 36, 38 y 39. BUERES, “El acto ilí-
valoración de la conducta del deudor puede ser impor- cito”, 64. MOISSET de ESPANÉS, t. 2, 84.
tante —ya lo veremos- para determinar la responsabi- (31) WAYAR, Ernesto C., ob. cit., p. 484.
lidad por el incumplimiento, pero solo es para definir el
incumplimiento mismo (...) Por ello, preferimos cargar (32) BUERES, “El acto ilícito”, ob. cit., p. 64. Véase tam-
el acento en la perspectiva de la satisfacción o de la vio- bién NEGRI, “Responsabilidad civil contractual...”, ob.
lación del derecho de crédito, preguntándonos en qué cit., p. 237.
medida el acreedor ha quedado o no satisfecho (...) Lo
que se trata de saber es qué medida los hechos se han (33) WAYAR, Ernesto C., ob. cit., p. 511. PUIG PEÑA,
ajustado o no al ideal programa o plan de prestación”. Vé- Federico, “Tratado de derecho civil español”, Revista de
ase también Massimo Bianca, “El interés”, tr. Fernández Derecho Privado, Madrid, 1946, t. IV, v. I, 200. MOSSET
Gastón, Ius et Veritas, Lima, ps. 555-55. de ESPANÉS, t. 2, 84-85; ídem, “Estudios de derecho civil:
cartas y polémicas”, Víctor de Zavalía, Buenos Aires, 1982.
(29) COMPAGNUCCI de CASO, Rubén H., “In- ALTERINI, Jorge H., “Estudios de derecho civil: homena-
cumplimiento del deudor y la cláusula penal”, LA LEY je a Luis Moisset de Espanés”, Universidad, Buenos Aires,
1994-E, 622. 1980.

548 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

to objetivo (34). En otras palabras, la teoría del contractual, la cuestión se complejiza sobrema-
incumplimiento puede elaborarse sobre la base nera, ya que deben interactuarse los deberes de
de una concepción subjetiva de la ilicitud, en la conducta que emanan del contrato, presentan-
que se distinguen el incumplimiento culpable do una variedad de supuestos y efectos, particu-
del no culpable; o bien, en torno a un concepto larmente en lo que respecta a los cumplimientos
de corte objetivo, en el que se prescinde de toda parciales o los defectuosos y a la mora) (37).
consideración sobre la imputabilidad o respon-
sabilidad del sujeto (35). III. Clases de incumplimiento

Este tema ha tenido repercusiones teórico- Con miras a dar acabado cumplimiento con el
prácticas, como es el caso de las obligaciones cometido antes señalado, resulta necesario re-
de medio y de resultado, en lo referente al factor parar en la clasificación de las distintas formas
de atribución aplicable y la carga probatoria, de de incumplimiento, toda vez que reviste una
modo tal que el incumplimiento tiene una con- clara utilidad práctica, no solo por su trascen-
figuración distinta en uno y otro caso (cfr. arts. dencia conceptual, sino también para estable-
774, 1716, 1722 a 1724, Cód. Civ. y Com.) (36). cer los requisitos de cada uno de los supuestos
y sus efectos, y para, con ello, aplicar correcta-
Como resumen de este apartado, es dable mente las reglas correlativas propuestas por el
afirmar que el incumplimiento deber ser enten- ordenamiento jurídico (38).
dido como una noción amplia y objetiva, unita-
ria y articulada que se erige en el presupuesto Cabe apuntar que las diferentes categorías
jurídico —o supuesto de hecho (fattispecie)— pueden combinarse entre sí (la inejecución
del conjunto de remedios de que dispone el puede ser relativa o absoluta, y a su vez imputa-
acreedor, y que desempeña una tarea organiza- ble o no), por lo que el conocimiento con exacti-
dora, ante la ilicitud que importa la infracción tud de cada una de las especies permite acertar
del plan prestacional. con mayor facilidad la normativa en la se sub-
Asimismo, dicha noción exige su vinculación sume el supuesto planteado (39). Por ejem-
con el alcance moderno de la relación obligacio-
nal y con la extensión del contenido del contra- (37) OSSOLA, Federico A., ob. cit., ps. 573. Correspon-
to (cuando se trata de una obligación de fuente de insistir en que, si bien el contenido principal, nuclear
o esencial del vínculo obligacional está dado por el crédi-
to y la deuda, lo cierto es que la relación obligación se in-
(34) ALTERINI, Atilio A., “El incumplimiento consid- tegra además con otros derechos y deberes “secundarios”,
erado en sí propio”, Cooperadora de Derecho y Ciencias “colaterales” o “accesorios de conducta”, que son recípro-
Sociales, Buenos Aires, 1963, 37 y ss. Véase también CA- cos, y también con algunas “cargas”, todo lo cual confor-
ZEAUX, Pedro N. y TRIGO REPRESAS, Félix A., “Derecho ma la relación jurídica que se encamina a la satisfacción
de las obligaciones”, La Ley, Buenos Aires, 2010, 4ª ed., t. del interés del acreedor a través de la prestación que debe
IV, 426-430, núm. 2398. cumplir el deudor (cfr. nota 22 y la doctrina allí citada;
asimismo, en nuestro código cfr. arts. 724, 856 y 880). To-
(35) BOFFI BOGGERO, M., “Tratado de las obligacio- dos estos derechos y deberes se fundan, principalmente,
nes”, t. I, 90, 94 y 140, § 396 y 419. ORGAZ, Alfredo, “La en el principio de la buena fe (arts. 729 y 961; DE los MO-
ilicitud”, Lerner, Córdoba, 1973, 24, § 1, núm. 3. DÍEZ- ZOS, José L., “El principio de la buena fe. Sus aplicaciones
PICAZO, “Fundamentos... “, v. II, 568 y 576. OSSOLA, prácticas en el derecho civil español”, Bosch, Barcelona,
Federico A., ob. cit., ps. 572-573. 1965, 27, 31, 37, 39-42 y 45-60. LARENZ, t. I, 142 y ss., §
(36) En nuestro país, a mediados del siglo XX, Eduardo 10-I. BETTI, Emilio, “Teoría general de las obligaciones”,
Busso ya avizoraba esta problemática: la necesidad de tr. J. L. de los Mozos, Revista de Derecho Privado, Madrid,
diferenciar —por un lado— la inejecución de la oblig- 1969, t. I, 73. CAZEAUX y TRIGO REPRESAS, t. I, 165,
ación en cualquiera de sus formas o casos y —por otro— núm. 121.).
la “imputabilidad”; la inejecución de la obligación solo (38) NEGRI, “Responsabilidad civil contractual...”, ob.
implica la responsabilidad del deudor cuando aquella cit., p. 260. cfr. PICASSO, Sebastián, “La singularidad de
le es imputable, apuntando que, en nuestro derecho, la la responsabilidad contractual”, Abeledo-Perrot, Buenos
imputabilidad puede resultar del dolo o de la culpa, a ex- Aires, 2011, 278-279. OSSOLA, Federico A., ob. cit., ps.
cepción de algunos pocos casos en que la responsabili- 574, 707 y ss.
dad es legal (v.gr., la obligación de seguridad, la teoría del
riesgo; Busso, 238-241 y 279-280), vale decir, en los casos (39) NEGRI, “Responsabilidad civil contractual...”, ob.
de obligación de resultado (añado). cit., p. 260.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 549


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

plo, es posible que una inejecución total resulte agrupan bajo la denominación de ‹cumplimien-
inimputable; o que una inejecución tardía sea to inexacto, irregular o defectuoso›“(44).
imputable (mora), o que no lo sea (mero retar-
do) (40). En este sentido, Cazeaux entiende que la
inejecución relativa se da cuando: a) la obli-
Sentado lo expuesto, la doctrina suele señalar gación se incumple, pero el tipo obligacional
las siguientes clases: incumplimiento absoluto admite un cumplimiento posterior; b) la presta-
o relativo, imputable e inimputable, por actos ción que se ejecuta, pero se lo hace mal, o sea,
positivos u omisivos, y relativo a las obligacio- en forma imperfecta o defectuosa; y c) la obliga-
nes principales o accesorias. ción se cumple solamente en parte (45).

En relación con la primera, Compagnucci se- Los autores explican que el adjetivo “relativo”,
ñala que “la distinción de uno y otro caso no es añadido a “incumplimiento”, es empleado para
tan clara, ni la doctrina fundada en la imposibi- contrastar las diferencias con el incumplimien-
lidad sobreviniente resulta suficiente para abar- to “absoluto”. Por lo que, en este tipo de incum-
car todos los supuestos que pueden darse en la plimiento, no media frustración completa de la
práctica” (41). Más allá de estas dificultades, la obligación, sino una alteración o modificación
doctrina tradicional entiende que en el incum- de sus términos (46).
plimiento absoluto no hay prestación, es el no
pago en los términos del art. 865 del código, sea “Consecuentemente, en todos los casos en
porque el deudor declara expresamente que no los que la prestación no es cumplida en tiempo
ejecutará la obligación, o por imposibilidad del propio, o deficientemente ejecutada, pero aún
cumplimiento futuro, o bien porque el acreedor es material y jurídicamente susceptible de ser
ha perdido interés en la prestación (el fin per- realizada de manera específica e idónea para sa-
seguido ha fenecido; por ejemplo, la obligación tisfacer el interés del acreedor, se configura un
con plazo esencial en el que el mero transcurso supuesto de incumplimiento relativo” (47).
del término vuelve inútil el cumplimiento tar-
Ahora bien, analizar cada una de estas subes-
dío, a pesar de ser materialmente posible) (42). pecies en las que se presenta el incumplimiento
Los efectos del incumplimiento absoluto de- relativo superaría con creces el marco del pre-
penderán de si este es imputable o no al deudor. sente trabajo, por lo que nos enfocaremos solo
En la primera hipótesis habrá responsabilidad en el denominado “cumplimiento defectuoso
o de ejecución inexacta”, por cuanto es el que
por daños, en tanto que en la segunda la obli-
se configura con mayor asiduidad en el ámbito
gación se extinguirá (art. 955). Además, en las
singular del comercio electrónico por interme-
obligaciones contractuales de carácter bilateral
dio de las plataformas o portales digitales y, en
se habilita el remedio de solicitar la resolución
particular, en el caso que estudiaremos puntual-
(arts. 966, 1078 y ss.) (43).
mente al final del presente trabajo.
El incumplimiento relativo, a diferencia del
Aclarado ello, resta describir, aunque sea en
absoluto, es aquel que siempre admite la posi-
forma sintética, las otras clasificaciones que se
bilidad de la ejecución posterior de la obliga-
enumeraron respecto el incumplimiento. En
ción, habida cuenta de que el acreedor conserva
este sentido, este también puede clasificarse en
su interés. En rigor, dice Compagnucci que “no
hay incumplimiento sino formas incompletas
de cumplimiento que los autores comúnmente (44) COMPAGNUCCI de CASO, “Derecho de las ob-
ligaciones... “, ob. cit., p. 179.

(40) WAYAR, Ernesto C., ob. cit., p., 492. (45) CAZEAUX y TRIGO REPRESAS, t. I, 194, núm. 152.
OSSOLA, Federico A., ob. cit., ps. 713-714, § 387.
(41) COMPAGNUCCI de CASO, “Derecho de las ob-
ligaciones...”, ob. cit., p. 175. (46) PIZARRO y VALLESPINOS, “Instituciones... “, t. 2,
490; WAYAR, Ernesto C., ob. cit., p. 496.
(42) Ibidem, ps. 178 y 180.
(47) NEGRI, “Responsabilidad civil contractual... “, ob.
(43) OSSOLA, Federico A., ob. cit., ps. 719-724. cit., p. 264.

550 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

“imputable” o “inimputable”, según sea atribui- contrario, que lo obligue a mantener un estado
ble al deudor o extraña a él, ajena a él, la ineje- de abstención o de quietud corporal que incum-
cución del contrato. ple (49). A su vez, Wayar afirma que el incum-
plimiento está dominado por un dato negativo,
Compagnucci dice que “el incumplimiento es un dejar de hacer lo que se debe. El deudor omi-
imputable cuando concurren ciertas cualidades te lo que debía haber hecho cuando incumple
de la persona y propiedades en el acto realiza- en su totalidad o no cumple puntualmente. Ese
do que permiten atribuir las consecuencias del carácter negativo se ve reflejado en el actual art.
daño ocasionado por la lesión del crédito, esto 1724 del Cód. Civ. y Com. cuando, refiriéndose a
es, la aplicación de la sanción legal (el resarci- la culpa, indica que “consiste en la omisión de la
miento), sin perjuicio de la necesidad de que diligencia debida...” que exige la naturaleza de la
concurran otros elementos o presupuestos (re- obligación (50).
lación de causalidad, daño resarcible)” y agrega
al respecto que “las razones jurídicas por las que Finalmente, otra distinción que no se puede
se puede atribuir las consecuencias del incum- desconocer es la que diferencia entre el incum-
plimiento imputable son variadas. Por un lado, plimiento que puede darse de las “obligaciones
la negligencia, impericia o imprudencia, o bien principales” (o nucleares), por un lado, y de los
el desinterés frente a los intereses ajenos o la in- “deberes secundarios” (deberes de prestación y
tención de causar un daño (ambos factores sub- de protección), por otro (51). Las primeras son
jetivos; art. 1724, CCCN), y por otro, la promesa aquellos deberes vinculados directamente al
del resultado garantizado, la equidad, etcétera cumplimiento del objeto-contenido de la obli-
(ambos ejemplos de factores objetivos; arts. 774 gación, es decir, a la definición típica del nego-
incs. ‘b’ y ‘c’, y 1723, CCCN)” (48). cio y que expresan el interés cuya satisfacción
principal se persigue por medio del contrato.
En cambio, el incumplimiento resulta inim- En cambio, los segundos no son obligaciones
putable cuando se configura el casus o la im- en sentido técnico, sino que son deberes emer-
posibilidad de cumplimiento (arts. 1730 y 1732, gentes del principio de la buena fe y que hacen
Cód. Civ. y Com.), a menos que concurra algu- a la esfera de las partes, en orden a la protección
na de las hipótesis que inhabilitan su invoca- jurídica y patrimonial; entre ellos se destacan
ción (por ej., la mora del deudor; art. 1733). El los deberes de información, custodia, colabo-
incumplimiento que provoca daño en el acree- ración, etcétera (52). Estos deberes, a su vez,
dor —antijurídico— tampoco genera responsa- pueden clasificarse en deberes secundarios de
bilidad si se encuentra justificado, esto es, por finalidad negativa o de finalidad positiva (53).
la concurrencia de alguna causal justificatoria
(arts. 1717 a 1719; por ej., el ejercicio regular de
(49) PUIG PEÑA, ob. cit., p. 216.
un derecho). Las consecuencias que se derivan
de una categoría u otra ya las hemos visto en (50) NEGRI, “Responsabilidad civil contractual... “, ob.
el punto anterior cuando se abordó el incum- cit., p. 275; COMPAGNUCCI de CASO, “Derecho de las
obligaciones... “, ob. cit., p. 177.
plimiento absoluto y relativo.
(51) LARENZ, t. I, 18-22, § 2. DÍEZ-PICAZO, “Funda-
Desde otra perspectiva, Puig Peña y Wayar mentos... “, v. II, 116 y ss. CRISTÓBAL MONTES, 92-93.
hacen referencia a otra clasificación de incum- CANARIS, Claus-Wilhelm, “Norme di protezione, ob-
plimiento, conforme la forma de exteriorizarse blighi del traffico, doveri di protezione”, Parte prima, en
Rivista critica del privatto, 1983, 567 ss.; ídem, Parte sec-
el incumplimiento; es decir, este puede darse onda, 1983, 793 ss. CASTRONOVO, Carlo, “Obblighi di
por actos “positivos” u “omisivos”, también de- protezione”, en Enciclopedia Giuridica Treccani, Roma,
nominados “negativos” o de “abstención”. Puig 1990, T. XXI, § 1.1 e 2.1. LE TOURNEAU, “Droit de la re-
Peña explica que el incumplimiento puede ser sponsabilité... “, 1232, núm. 3122. LORENZETTI, “Tratado
por acción u omisión, según que la naturaleza de los contratos... “, 480.
de la obligación constriña al obligado al realizar (52) Cfr. nota 37.
eficazmente una prestación que no realiza, o, al
(53) LORENZETTI, “Tratado de los contratos... “, ob.
cit., p. 480. Fue Heinrich Stoll quien, en 1932, distinguió
(48) COMPAGNUCCI de CASO, “Derecho de las ob- entre los “deberes que sirven al interés en la prestación”
ligaciones... “, ob. cit., p. 181. y los “deberes de protección”: por un lado, «este au-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 551


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

Se dice que la formulación de los “deberes En virtud de ello, y para esbozar una prime-
de protección” corresponde a Staub (“viola- ra conceptualización de ejecución defectuosa,
ción positiva del crédito”), pues en la originaria se podría decir que se configura cuando se eje-
legislación germana solo contemplaba el in- cuta mal la prestación, de manera imperfecta o
cumplimiento por mora y por imposibilidad so- inexacta (56). Conforme aclara el profesor Ne-
breviniente, y que debían haberse contemplado gri, “si bien en este caso se cumple con el plan
además la noción de incumplimiento defec- prestacional, se lo hace de modo inexacto [‹vio-
tuoso o la de los demás incumplimientos de los lación positiva del crédito› (57)], ya sea porque
deberes complementarios o accesorios (54). se vulnera el principio sustancial de identidad o
Lorenzetti considera que el hecho de incumplir bien porque se viola el requisito circunstancial
estos deberes “da lugar tanto a la tutela inhibi- relativo a la localización o lugar de cumplimien-
toria como resarcitoria, y en este último caso to (art. 867 y ss., CCCN)”.
puede originar una responsabilidad con impu-
tación objetiva o subjetiva, según los casos (55). Dice Wayar: “cuando el comportamiento del
sujeto es violatorio de los principios de identi-
IV. El incumplimiento defectuoso dad o de localización, sin que por ello deje de
cumplir, lo hace defectuosamente” (58). Alteri-
Como se adelantó al principio de esta obra, la ni, Ameal y López Cabana dicen que es defec-
finalidad de este trabajo es centrarse en un tipo tuoso “en cuanto a las circunstancias de modo,
en particular de incumplimiento relativo que tiempo o lugar de cumplimiento” (59).
suele presentarse con asiduidad en las platafor-
mas digitales de compraventa de bienes y servi- Más recientemente, Ossola sostiene que en la
cios, y es el “cumplimiento defectuoso”. ejecución defectuosa se vulnera el “principio de
identidad (art. 868, CCCN), y es el caso en don-
de se presenta la más variada gama de matices y
situaciones”, y añade que “se trata de las diversas
tor identificó los deberes que “resultan del contenido
del contrato, que tienen una finalidad positiva” esto es, circunstancias que hacen al modo, tiempo y lu-
que “sirven al logro del interés en la prestación”, que de- gar de cumplimiento (...) En algunos casos, esta
nominó “deberes en la ejecución” (Erfüllungspflichten). ejecución defectuosa puede derivar en inejecu-
Por otro, señaló que todas las relaciones obligatorias ción absoluta; en otros tiene el deudor la posibi-
son consideradas de buena fe, y que “por medio de la lidad de hacerlo de la manera debida; y en otros,
relación obligatoria se crea una relación especial entre si el acreedor la recibe, se produce también una
las partes que es considerada por nuestro ordenamiento
como una relación de confianza recíproca” y que “abre la modificación de la obligación”, en el sentido de
posibilidad para ambas partes [...] de influir en la persona que se produce una mutación en el plan presta-
y los bienes de la otra”, por lo que se derivan deberes de
“abstenerse de cualquier efecto perjudicial”, deberes que (56) DÍEZ-PICAZO, “Fundamentos... “, ob. cit., v. II, p.
tienen una “finalidad negativa”, pues “deben proteger a la 665 y ss.
contraparte para que no sufra daños que podrían resul-
tar de la relación particular” que se crea entre las partes; (57) “En la doctrina alemana, las infracciones caracter-
estos deberes “no sirven al interés en la prestación sino izadas por medio de actos positivos se enuncian medi-
al interés en la protección del acreedor”, por lo que los ante la regla de que el que por un acto positivo viola cul-
denomina “deberes de protección”» (Rodríguez Olmos, posamente un derecho de crédito, tiene que indemnizar
311-312). al acreedor los daños causados”; ENNERCCERUS, LUD-
WIG y LEHMANN HEINRICH, “Derecho de las obligacio-
(54) STAUB, Hermann, “Der 50. Band der Entscheid- nes”, v. I, tr. Pérez González y Alguer, Bosch, Barcelona,
ungen des Reichsgerichts in Civilsachen. Ein juristisches 1948, 279. En cuanto a la problemática de esta cuestión
Jubiläum”, en djz, 7, 1902, 31 (cit. por RODRÍGUEZ OL- en el derecho alemán y en el derecho español, véase
MOS, 301-347. PROCIDA MIRABELLI di LAURO, Antoni- Díez-Picazo, “Fundamentos... “, v. II, 665-666. WAYAR,
no, «L›obbligazione tra prestazione e protezione», en H. Ernesto C., ob. cit., p. 508. ALBIEZ DOHRMANN, Klaus
STOLL, R. FAVALE, M. FEOLA, A. PROCIDA MIRABELLI J., “Un nuevo derecho de obligaciones. La reforma 2002
di LAURO, «L›obbligazione come rapporto complesso», del BGB”, Anuario de Derecho Civil, Madrid, 2002, N° 3,
Giappichelli, 2016; íd., «L›obbligazione come rapporto 1133-1228.
complesso», Rivista di diritto civile, 4/2018, 910 y ss.; íd.,
Achille, 129 y ss.). (58) WAYAR, Ernesto C., ob. cit., p. 498.
(55) LORENZETTI, “Tratado de los contratos... “, ob. (59) ALTERINI, AMEAL y LÓPEZ CABANA, ob. cit., p.
cit., p. 481. 178, núm. 387.

552 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

cional originario, más allá de que se considere tuoso, pero con reserva del derecho a reclamar
finalmente —una vez bien ejecutada— cumpli- que se lo adecue debidamente, o la correspon-
da (60). diente indemnización por el defecto (arts. 896 y
897) (63).
En virtud de estas consideraciones y del prin-
cipio de identidad que rige en la materia, el ob- En este último supuesto, cabe indicar que —
jeto del pago —bien o utilidad que se obtiene en el fondo— los efectos que genera un incum-
como resultado de la prestación cumplida por el plimiento defectuoso dependerán de las causas
acreedor o tercero— debe coincidir exactamen- de este. Si aquel es imputable al sujeto, este se
te con el que correspondía que se prestara se- cargará con la responsabilidad de su accionar;
gún la fuente constitutiva de la obligación (61). de lo contrario, estará exento del deber de in-
demnizar (arts. 955, 1730 y 1732). Empero, en
Esta “identidad cualitativa” que se requiere en- cualquier caso, estará obligado a cumplir, pues-
tre el objeto del pago y el objeto del crédito rige to que la imputabilidad o inimputabilidad defi-
para ambas partes del vínculo obligacional. Este nen la responsabilidad del sujeto, sin extinguir
principio aplica estrictamente en las obligacio- el vínculo, y, por ende, la ejecución forzada (que
nes de dar cosas ciertas, aunque tiene ciertas par- no requiere la observancia de los presupuestos
ticularidades en cuanto a las obligaciones de dar de la responsabilidad civil, sino solo el incum-
cosas inciertas, dar sumas de dinero, obligacio- plimiento), en cualquiera de sus variantes: di-
nes de hacer y obligaciones de no hacer. recta o indirecta (art. 730).

Otro aspecto en que cabe hablar del cum- Sin perjuicio de ello, en el supuesto de un
plimiento defectuoso es cuando el com- cumplimiento defectuoso que tiene lugar en la
portamiento del sujeto es violatorio de lo contratación electrónica —donde un portal di-
establecido con relación al principio de loca- gital oficia de intermediario no generando en
ción (arts. 867 y 874). En este sentido, para que principio otra cosa que el mero espacio de vin-
la prestación del deudor constituya un verdade- culación entre las partes—, resulta que, al in-
ro pago —además de procurar que el acreedor terceder también en el pago y entrega de los
reciba el objeto debido en forma íntegra, idénti- productos, puede provocar la directa alteración
ca y oportuna—, debe efectuársela en determi- de estos principios de identidad y localización
nado lugar. que a simple vista no parecieran ser tan obvios,
como se desarrollará más adelante.
El lugar de pago es aquel donde el deudor
realiza la prestación y el acreedor obtiene la sa- CAPÍTULO II
tisfacción de su crédito. A veces, el lugar de rea-
lización y de satisfacción coinciden, pero otras I. Derecho civil y derecho del consumidor
veces no (62). Esto último puede tomar mucha
relevancia en los casos de contratación a distan- En occidente, el derecho privado en general y
cia o contratación electrónica (art. 1109). el derecho civil en especial han tenido una lar-
ga evolución desde sus orígenes en el derecho
Con base en ello, frente al incumplimiento romano, su tránsito por el derecho común (pe-
defectuoso, el acreedor puede adoptar distintas ríodo intermedio), su posterior recepción en Es-
actitudes: a) rechazar el pago por inobservancia paña, Francia, Alemania y Europa en general,
de sus requisitos esenciales (calidad) o circuns- con la formación de los derechos nacionales y la
tanciales (lugar, modo); b) aceptar el pago de- codificación moderna a partir del Code Napo-
fectuoso, con lo cual la deuda queda extinguida león (64), pasando luego por el fenómeno de la
por dación en pago; y c) aceptar el pago defec-
(63) ALTERINI, AMEAL y LÓPEZ CABANA, ob. cit., p.
(60) OSSOLA, Federico A., ob. cit., ps. 713. 179, núm. 388.

(61) NEGRI, “Responsabilidad civil contractual... “, ob. (64) THIBAUT, Anton F. J., “Sobre la necesidad de un
cit., p. 269. derecho civil general para Alemania”, tr. J. Díaz García,
Universidad Carlos III de Madrid, Madrid, 2015. SAVIG-
(62) Ibidem, p. 271. NY, Friedrich K., “De la vocación de nuestro siglo para la

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 553


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

descodificación del siglo XX y la nueva recodi- cial, se destaca —en su última etapa—- la apari-
ficación de nuestros días (65), todo lo cual nos ción del derecho del consumidor.
enfrenta a la complejidad y dificultad del estu-
dio del régimen jurídico actual en los sistemas Mosset Iturraspe afirma que la descodifica-
jurídicos occidentales contemporáneos, inclu- ción obedeció a una serie de causas, entre las
so en los pertenecientes a la familia romanista cuales se encontraba la indiferencia de los códi-
continental europea (66). gos decimonónicos del derecho privado por los
grandes “temas jurídicos de la posmodernidad”.
Nuestro derecho argentino, luego del período En este sentido, destaca que el desinterés —ini-
colonial, tuvo un gran avance en el desarrollo de cial— por estos temas provocó que se mantuvie-
sus institutos y, desde luego, en su metodología ran fuera del ordenamiento jurídico central (o
legislativa a partir de la sanción del Código Civil “macrosistema”), dando lugar al nacimiento de
de Vélez Sarsfield en el año 1869. Empero, con los llamados “microsistemas” (principalmente,
el paso del tiempo, el derecho privado comenzó a través de leyes especiales). Al respecto seña-
a experimentar el fenómeno de la “descodifica- la que “no pueden caber dudas acerca de que
ción”, mediante el surgimiento de un sinnúmero el ‹Derecho del Consumidor y Usuario› es uno
de leyes especiales que complementaban aquel de estos grandes temas, por su trascendencia
ordenamiento (67). Entre esta legislación espe- en el diario vivir, por la cantidad y variedad de
cuestiones que abarca y porque nos atañe y nos
legislación y la ciencia del derecho”, La España Moderna, comprende a todos los ciudadanos” (68).
Madrid, s/a. LARENZ, Karl, “Metodología de la ciencia
del derecho”, tr. Rodríguez Molinero, Ariel, Barcelona, En los últimos tiempos, el reconocimiento de
2010, 31 y ss. LLAMBÍAS, “Tratado de derecho civil. Parte esta clase de derechos se fue consolidando, y la
general”, t. I, 154 y ss., núm. 219. Si bien Savigny coincidía tutela legal con la que cuentan hoy los consumi-
con Thibaut en la necesidad de la codificación, entendía dores es el fruto de un largo proceso de evolu-
que “no se hacen, los Códigos eficaces, orgánicos, ex-
presión formal y sistemática del derecho positivo, en un ción que atravesó diferentes estadios tanto en el
momento dado y cuando se quiere, sino que se producen derecho comparado como en el nacional (69).
cuando las condiciones y las circunstancias de la cultura Consecuencia de este desarrollo en nuestro
jurídica, del amor universal al derecho los permiten, o, país, es dable mencionar —en apretada sínte-
mejor quizá, los imponen” (Savigny, 13, 143-150). sis—, la promulgación de la Ley de Defensa del
(65) IRTI, Natalino, “L’etá della decodificaizone”, Mi- Consumidor, como primer hito de protección
lán, 1978 (La edad de la descodificación, tr. L. Rojo Ajuria, legal; luego la adquisición de estatus constitu-
Bosch, Barcelona, 1992; es una obra que recoge una serie cional de la protección de los derechos del con-
de ensayos que datan de la década del 70 del siglo pas-
sumidor a partir de la incorporación del art. 42
ado). RIVERA, Julio C. y CROVI, Luis D., “Derecho civil.
Parte general”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2016, p. 17 a nuestra carta magna mediante la reforma de
y ss. RIVERA, Julio C., “Instituciones de derecho privado. 1994; y cuyo punto cúlmine en nuestro orde-
Parte general”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2020, 7ª ed., namiento jurídico se da con la incorporación
t. I, 93-122. y reconocimiento de los derechos de los con-
(66) DAVID, René y JAUFFRET-SPINOSI, Camille, “Los sumidores en el texto del nuevo Código Civil y
grandes sistemas jurídicos contemporáneos”, tr. J. Sán-
chez Cordero, México, UNAM, 2010. tiva (I) (El Código Napoleón)”, ED, 204-584; LIMODIO,
(67) BORDA, Guillermo A., “Tratado de derecho civil. Gabriel F., “La codificación del derecho privado argenti-
Parte general”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999, t. no y su cambio de paradigma”, ED, 281, 14/2/2019, 1 y ss.
I, núm. 88 y ss. LLAMBÍAS, “Derecho civil. Parte gen- (68) MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Del ´micro´ al
eral”, t. I, 164, núm. 240. TOBÍAS, José W., “Tratado de ´macro´ sistema y viceversa. El ´diálogo de las fuentes´»,
derecho civil. Parte general”, La Ley, Buenos Aires, 2018, Revista de Derecho Privado y Comunitario, Consumi-
t. I, 18-24. RIVERA, “Instituciones... “, t. I, 100-101. AL- dores, 2009-1.
TERINI, Jorge H. (dir. general) y ALTERINI, Ignacio (co-
ord.), “Código Civil y Comercial comentado.... Prólogo (69) FERNÁNDEZ, Raymundo L. — GÓMEZ LEO, Os-
a la primera edición”. SALERNO, Marcelo U., “La codifi- valdo R. y AICEGA, María V., “Tratado teórico-práctico de
cación sus raíces y prospectiva. Tributo al bicentenario derecho comercial”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2009,
del Código Napoleón”, ED, 197-674; SANZ, Carlos R., “La t. II-B, 745-748, núm. 81. DONNARUMMA, Massimo,
codificación: sus raíces y prospectiva”, ED, 199-549; OJEA “Contratti con il consumatore”, en Fava, Pasquale, Il con-
QUINTANA, Julio M., “La codificación: raíces y prospec- tratto, Giuffé, Milano, 2012, 255 y ss., núm. 3.

554 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

Comercial unificado en forma concreta, convir- rado como un “subsistema” dependiente de los
tiéndose en parte del derecho privado troncal códigos decimonónicos (Código Civil y Código
nacional (70). de Comercio), o bien un “microsistema”, pues-
to que se autoabastece en virtud de contar con
Empero, transcurridos unos años desde la en- normas y principios específicos, o como “sis-
trada en vigencia del nuevo texto normativo, el tema” de raigambre constitucional y de mayor
thema actual no constituye ya la incorporación rango que otros regímenes especiales. La pos-
del derecho del consumidor y la reformulación tura mayoritaria sigue la tesis del “microsiste-
del derecho privado, lo que por sí mismo resulta ma” (73).
interesante. Por el contrario, como bien lo reco-
nocía Atilio A. Alterini, incluso antes de la san- Antes de la sanción del nuevo código, Os-
ción del nuevo del código, la cuestión central es sola sostenía que se trataba de un verdadero
“establecer cómo se articulará el nuevo sistema “sistema autónomo”, por cuanto la ley 24.240
de reglas y principios, y cuál será el perfil en ese conformaba, junto al art. 42 de la CN, el marco
sistema del derecho civil y el derecho comercial normativo general de este nuevo “sistema” con
que conocemos unificado, ante la irrupción ex- principios propios, reglas particulares y solucio-
pansiva del derecho de las relaciones de consu- nes especiales, como ocurría —por ejemplo—,
con la declaración de nulidad de ciertas cláusu-
mo” (71).
las contractuales consideradas abusivas ab ini-
Así pues, antes de la sanción del nuevo códi- tio por el legislador, iure et de iure; y también
go, el estatuto del consumidor (72) era conside- con la consagración de responsabilidad objetiva
en función de lo establecido en el art. 40 de la ley
24.240, con todo lo que ello implica (74).
(70) Libro tercero, “Derechos personales”. Título III,
“Contratos de consumo”, arts. 1092 y ss., Cód. Civ. y Com.
A grandes rasgos, los Stiglitz señalan cuatro etapas en
A tal conclusión “no obstaba (dice el mencio-
el desarrollo del estatuto protectorio del consumidor, a nado autor) el hecho de que en muchas situacio-
saber: 1) la etapa previa a la reforma del Código Civil en nes debiera recurrirse a las normas y principios
1968 (a través de la ley 17.711), que carecía de previsio- del derecho común, para llenar eventuales lagu-
nes relativas al consumidor como “parte débil” de una nas normativas, que debían ser reinterpretados
relación; 2) la segunda, iniciada luego del año 1968, en y adecuados a tan especial situación jurídica. Es
la cual aparecen algunas normas tuitivas generales y
otras especiales (como las leyes de Abastecimiento, Le- que el Estatuto del Consumidor transita por la
altad Comercial y Defensa de la Competencia), que in- ‹singularidad asistemática›, como se señalaba
directamente generaron algún grado de protección para antes de la reforma de la ley 26.361 (Lorenzetti),
los consumidores. En esta etapa tuvo lugar el proyecto de y así continúa siéndolo. Aún en este caso, la in-
Ley de Defensa del Consumidor redactado por Atilio Al- terpretación de estas normas supletorias del sis-
terini, Roberto López Cabana y Gabriel Stiglitz, que luego
terminó siendo la base de la ley 24.240; 3) la tercera etapa
tema debía realizarse a la luz de los Principios
comienza a partir de 1993 con la sanción de la LDC, con- que rigen la Relación de Consumo, que confor-
comitantemente con la reforma constitucional de 1994, man el verdadero epicentro del sistema y que
en la cual se contemplan soluciones específicas, preven- trascienden las fronteras del contrato clásico, ya
tivas, colectivas, tanto sustanciales como adjetivas, todo que se encuentran alcanzados por el concepto
con miras a la protección de consumidores y usuarios de Relación de Consumo (e incluso amparados
(STIGLITZ, Rubén S. y STIGLITZ, Gabriel A., “Contratos
por adhesión, cláusulas abusivas y protección al con-
por sus normas tuitivas) aquellos consumidores
sumidor”, La Ley, Buenos Aires, 2012, 9 y ss.). no contratantes” (75).
(71) ALTERINI, Atilio A, “Unificación de las obligacio-
nes civiles y comerciales”, en Homenaje a los Congresos bles a la relación de consumo (además de la Constitución
de Derecho Civil (1927-1937-1961-1969), Academia Na- y el resto del orden jurídico).
cional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, Cór- (73) ARIAS CÁU, Esteban J., “Propuesta de enumer-
doba, 2009, t. I, 88. ARIAS CÁU, Esteban J., “La defensa ación explícita de derechos del consumidor para el An-
del consumidor: Pasado, presente y futuro a la luz del teproyecto de Reforma”, Microjuris, MJ-DOC-14852-AR,
proyecto del Código Civil 2012”. 27-mar-2019.
(72) El estatuto del consumidor —como sistema— es (74) OSSOLA, Federico A., ob. cit., ps. 38.
más que la ley especial, pues se constituye con todas las
normas y principios del derecho privado que sean aplica- (75) Ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 555


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

Queda planteada entonces la riqueza y com- En la sociedad contemporánea se ha am-


plejidad del conjunto de valores, principios y re- pliado esta protección con el instituto del con-
glas que contiene el sistema jurídico, en orden sumidor (79), al garantizarse —además de su
a la tutela jurídica del crédito, en cuanto a la in- patrimonio y seguridad personal— el acceso
tegración de la obligación del “derecho común”, digno y justo a los bienes que brinda el mercado,
con la obligación “de consumo” propia del esta- a través de medidas preventivas, resarcitorias y
tuto protectorio del consumidor (76). sancionatorias, sobre todo ante la contratación
asimétrica, la difusión de productos defectuo-
Cabe destacar que la disciplina del consumi- sos, la publicidad comercial engañosa, los ries-
dor, a diferencia de la obligación (derecho civil), gos ambientales, etcétera (80).
tiene un carácter interdisciplinario, “pues apar-
te de sus principios y reglas propias, se nutre de Es más, hoy en día la tutela no se refiere solo
aspectos provenientes de otras ramas del dere- a la parte de un contrato típico ni a la relación
cho, público y privado, sustancial y procesal. Ese de consumo, sino también al “acto de consu-
carácter interdisciplinario se proyecta también mo” (81), en una economía de consumo global
al plano externo, donde el derecho del consumi- o comunitaria. Desde otra perspectiva, la tutela
dor se nutre de los aportes de las ciencias eco- se refiere no al acto, sino a la persona y a su sta-
nómicas, del marketing, de la psicología social, tus, no ya como privilegio (como en el derecho
de la medicina, de la sociología, de la comunica- romano), sino como protección (82).
ción social, etcétera” (77).
En este sentido: “[a] partir de la reforma cons-
II. Protección del consumidor en el orden titucional de 1994 la protección de los derechos
jurídico actual
del consumidor —reconocida previamente de
La protección del débil es una idea intrínseca manera expresa en una ley especial integra-
del derecho, pergeñada desde los orígenes del da al sistema del derecho privado— ha ascen-
derecho romano, aunque sus contornos y alcan- dido a la categoría de Norma Fundamental de
ces han evolucionado paulatinamente a lo lar- nuestro ordenamiento. Se trata de un Derecho
go de la historia occidental, y, últimamente, se Constitucional de Tercera Generación, de los
ha destacado a tal punto que el derecho privado reconocidos con posterioridad a la Segunda
tiene como epicentro a la persona humana (ver Guerra Mundial frente a la aparición de nue-
cap. III, n. 1.a) (78). vas realidades (Sagüés). La amplitud con que se

(76) PIZARRO y VALLESPINOS, “Tratado... “, t. I, 55-60, (BENJAMÍN, Antonio H., «Derecho del consumidor», en
103-105, núm. 103-104, § 20-21. STIGLITZ, Gabriel A. —dir.—, Defensa de los consumi-
dores de productos y servicios, La Rocca, Buenos Aires,
(77) Ibidem, p. 102. 1994, 88; citado por CHAMATROPULOS, Demetrio A.,
«Estatuto del Consumidor», La Ley, Buenos Aires, 2019,
(78) ALPA, Guido, “El contrato en general. Principios
2ª ed., t. I, núm. 1, nota 15).
y problemas”, Instituto Pacífico, tr. J. Retamozo Esco-
bar, Lima, 2015, 376. FERNÁNDEZ — GÓMEZ LEO — (79) Instituto entendido como “complejo orgánico
AICEGA, 742-745, núm. 80. MOSSET ITURRASPE, Jorge, de disposiciones de derecho” (LLAMBÍAS, “Tratado de
«Derecho civil constitucional», Rubinzal-Culzoni, Santa derecho civil. Parte general, t. I, 41, núm. 39).
Fe, 2011, 303 y ss. PIZARRO y VALLESPINOS, «Tratado...
«, t. I, 90. Guido Alpa (profesor de la Universidad de Gé- (80) ALPA, “El contrato en general”, p. 402 y ss. STI-
nova y de Roma) indica que uno de los primeros sim- GLITZ, Rubén S. y STIGLITZ, Gabriel A., “Ley de Defensa
posios en torno al «contratante débil» tuvo lugar en la del Consumidor (Una primera visión de conjunto)”, JA
Universidad de Catania en mayo de 1969: AA. VV., «Con- 1993-IV-871. FERNÁNDEZ — GÓMEZ LEO — AICEGA,
dizioni generali di contratto e tutela del contraente de- 771-772, núm. 84. Pizarro y Vallespinos, «Tratado... «, T.
bole. Atti della tavola rotonda tenuta presso l›Istituto di I, 116-117. CASTRONOVO, Carlo y MAZZAMUTO, Salva-
diritto privato dell›Università di Catania, 17-18 de mayo tore, «Manuale di diritto privato europeo», Giuffré, Mi-
de 1969», Milán, 1970 (Alpa, nota 146). Chamatropolus, lano, v. I, 193 y ss.; v. II, 739 y ss.
siguiendo a Antonio Benjamín, señala que «los consumi- (81) LORENZETTI, Ricardo L., “Consumidores”, Ru-
dores han existido siempre. Solo que el derecho -o mejor, binzal Culzoni, Santa Fe, 2009, 2ª ed., p. 26.
el legislador- no tenía una percepción clara de su marco,
como sujeto diferenciado de categorías tradicionales (82) ALPA, “El contrato en general”, ob. cit., p. 406. TO-
(como el comprador o el arrendatario, por ejemplo)» BÍAS, “Tratado...”, ob. cit., t. I, p. 347.

556 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

consagran los diversos derechos del consumi- vado en procesos de reforma constitucional que
dor (protección de la salud, seguridad, intereses tuvieron lugar en la posguerra, en los cuales se
económicos, información, libertad de elección, incorporaron a las Constituciones materias que
asociación, educación, control, prevención, interesan directamente al derecho privado y que
etc., etc.) llevan a postular un cambio cualita- pasaron a revestir jerarquía constitucional (85).
tivo que trasciende holgadamente las fronteras
del Derecho Privado, para situarse como uno de De esta manera se ha producido un tránsito
los ejes centrales del nuevo sistema constitucio- de un Estado de derecho legalista a un Estado de
nal” (83). derecho constitucional, ocupando el lugar que
en la época decimonónica tenían los códigos ci-
Así las cosas, sigue diciendo Ossola, desde la viles las constituciones de los Estados (86).
sanción del art. 42 de la Constitución Nacional,
“las relaciones jurídicas patrimoniales (de dere- En este sentido, un jurista francés consideró
cho público o privado), reconocen dos grandes el Código Civil —al igual que muchos juristas
especies: las de consumo y las que no lo son. d›école de l›Exégèse— como la constitución ci-
Las primeras se encuentran regidas por el Esta- vil de los franceses (Carbonnier); es más, en la
tuto del Consumidor. Las segundas -derivadas facultad de París se llegó a decir: “No conozco
esencialmente del derecho de Propiedad, de el Derecho civil, enseño el Código de Napoleón”
primera generación- por sus normas privativas, (Bugnet) (87). Cabe destacar que esta mis-
cual[es]quiera sean éstas: el Cód. Civil, el Cód. ma idea —señala Rivera— había sido acuñada
Comercial (en su momento), las Leyes Especia- tiempo antes por Juan Bautista Alberdi en una
les, o las normas de Derecho Público aplicables famosa carta que escribió a Vélez Sarsfield, en la
al caso en particular (por ej., en un contrato de que hizo una seria crítica del proyecto de Códi-
concesión)”. go Civil. Pero Alberdi no cayó en el error de con-
siderar el código como una suerte de segunda
Sin embargo, el profesor cordobés, aclara que constitución en la que se incluirían los derechos
“[e]llo no es óbice para que el Estatuto deba ser civiles, sino que —por el contrario— entendió
integrado con las normas y principios emergen- que “el Código Civil argentino debía ser el cuer-
tes de otros cuerpos normativos, pues una de po metódico de leyes que organizan los dere-
sus características es que no agota por completo chos civiles concedidos a todos los habitantes
(pues sería imposible) todas y cada una de las de la Nación por los arts. 14, 15, 16, 17, 18, 19 y
situaciones que se generan a partir de la rela- 20 (de la Constitución)” (88).
ción de consumo”.
Sin embargo, y a pesar de la advertencia de Al-
II.1. Constitucionalización del derecho priva- berdi, a nuestro Código Civil se atribuyó un rol
do y del derecho del consumidor de “constitución civil” y se convirtió para mu-

Desde hace tiempo, en el derecho europeo ciones y contratos), en el derecho italiano, véase FAVA,
se manifiesta una inquietud por el análisis de Pasquale, “Le Obbligazioni”, Giuffré, Milano, 2008, ps.
lo que se ha dado en denominar “derecho civil 153-159, núm. 1.
constitucional” o la “constitucionalización del (85) APARICIO, Juan M., “Contratos”, Hammurabi,
derecho privado” (84). Esta inquietud ha deri- Buenos Aires, 2016, t. I, ps. 84-85.
(86) VIGO, Rodolfo L., “Del Estado de derecho legal al
(83) OSSOLA, Federico A., ob. cit., ps. 39. SAGÜÉS, Estado de derecho constitucional”, La Ley, 2010-A, 1165;
Néstor, “Manual de derecho constitucional”, Astrea, Bue- ídem, Interpretación (argumentación) jurídica en el Es-
nos Aires, 2007, ps. 835-837, § 1098-1099. BIDART CAM- tado de Derecho constitucional, Rubinzal-Culzoni, 2015,
POS, Germán J., “Compendio de derecho constitucional”, 268 y ss.
Ediar, Buenos Aires, 2008, ps. 118-119.
(87) BONNECASE, Julien, “La escuela de la exégesis en
(84) RIVERA, Julio C., “El derecho privado constitu- el derecho civil”, tr. José M. Cajica, Porrúa, México, 1945,
cional”, Revista de Derecho Privado y Comunitario, N° ps. 45-48.
7, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1994, 27 y ss. MOSSET
ITURRASPE, “Derecho civil constitucional”, ob. cit., p. (88) RIVERA y CROVI, ob. cit., p. 6 y ss. LÓPEZ MESA,
83 y ss. Sobre la influencia de la Constitución —bajo una Marcelo J., “La polémica de Vélez Sarsfield y Alberdi y el
perspectiva personalista— en el derecho privado (obliga- Código Civil Argentino”, Doctrina Judicial, 1992-I, 635.

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Incumplimiento obligacional en el comercio digital

chos —como bien señala Rivera— en el centro recho internacional de fuente convencional que
del sistema jurídico. Tan es así que el currículo comprende a los tratados y convenciones de je-
de las facultades de Abogacía fue organizado en rarquía constitucional así como los demás tra-
función de los cursos de Derecho Civil; las sen- tados y convenciones en derechos humanos
tencias y la doctrina estuvieron orientadas — como en otras materias, habida la jerarquía que
en su labor interpretativa— a la búsqueda de la la Constitución les atribuye”. Continúa dicien-
“intención del legislador” más que a la Consti- do que “la segunda dimensión, es la dikelógi-
tución, lo que se hacía entrever en el estudio de ca (axiológica o valorativa). En este sentido, la
las notas puestas por el mismo Vélez Sarsfield constitucionalización implica que -como seña-
al código, y de sus fuentes (Segovia, Machado, laba Alberdi- el derecho privado debe recoger
Llerena). Las decisiones judiciales se sostenían los valores de la Constitución, este es, ser reci-
casi exclusivamente en las normas del código, piendario de los principios democráticos y de
cuando no en la jurisprudencia y la doctrina los valores propios del liberalismo político al
francesas, que aplicaban y explicaban el Código que adscribe la Constitución”. Estas considera-
Napoleón, que se consideraba fuente primor- ciones le permiten concluir que el “Código de
dial del código, siendo una rareza una sentencia hoy tiene una clara subordinación a la Consti-
de un tribunal civil que citara una norma cons- tución, al resto del derecho internacional que
titucional (Rivera, Tau Anzoátegui). se integra al derecho interno en ámbito de de-
rechos humanos como en el ámbito del derecho
Pero este panorama ha cambiado mucho en patrimonial; así como coexiste con una serie de
los últimos decenios. Por un lado, los juristas microsistemas legislativos” (92).
han advertido que la Constitución es una fuente
de normas que pueden tener una eficacia direc- En suma, la persona humana —en la condi-
ta y no solamente programática (89), y por otro, ción de consumidor— tiene un status protec-
se ha puesto a la luz que muchas materias del torio de jerarquía constitucional (art. 42, CN),
derecho privado están en la Constitución Na- y, como tal, representa un límite inexpugnable
cional, algunas desde su sanción y otras a partir que el legislador debe respetar (art. 28, CN),
de la reforma de 1994 (90). En esta última mo- conforme se expuso en los fundamentos del
dificación se han reconocido nuevos derechos anteproyecto del código y se receptó —expre-
(arts. 36 a 43) y es especialmente sensible en la samente— en las reglas hermenéuticas: inter-
tutela de las personas vulnerables —como los pretación de la ley “conforme” (coherente) con
consumidores (art. 42)—, que habilita expresa- el ordenamiento jurídico, con la Constitución y
mente las acciones afirmativas que garanticen los tratados y con los principios y valores jurí-
la igualdad de oportunidades y de trato, y el ple- dicos (cfr. art. 2), todo lo cual tiene importantes
no goce y ejercicio de los derechos humanos, en derivaciones en la aplicación de los supuestos
particular respecto de los niños, las mujeres, los normativos a los casos concretos (93). En este
ancianos y las personas con discapacidad (art. sentido, tanto el “microsistema” del consumi-
75, inc. 23) (91). dor (o “sistema singular”) como el “macrosiste-
ma” del derecho privado deben ser coherentes
Rivera explica que “la constitucionalización con la tutela protectoria del constituyente de
del derecho privado puede verse en dos dimen- 1994 (94).
siones, la normativa y la dikelógica (o axiológi-
ca). En la primera dimensión el efecto que se (92) RIVERA y CROVI, ob. cit., ps. 8-9.
sigue es que el derecho privado a de atender a
(93) GRAJALES, Amós A. y NEGRI, Nicolás J., “Inter-
la misma Constitución como es obvio, pero en pretación y aplicación del Código Civil y Comercial”,
la Argentina en particular debe incluirse el de- Astrea, Buenos Aires, 2016, ps. 79-84. LORENZETTI, “Có-
digo Civil y Comercial de la Nación”, ob. cit., t. I, p. 41.
(89) VIGO, “Del Estado de derecho legal...”, ob. cit., p. (94) LORENZETTI, “Código Civil y Comercial de la
1165. Nación”, ob. cit., t. I, p. 37. Así pues, el código establece
(90) APARICIO, ob. cit. t. I, p. 85. ciertas limitaciones a los derechos del acreedor: bienes
excluidos de la garantía común de los acreedores (art.
(91) LORENZETTI, “Código Civil y Comercial de la 744); ejecución forzada restringida en las obligaciones de
Nación”, ob. cit., t. I, p. 29-30. hacer (art. 776); prohibición del negocio jurídico usura-

558 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

II.2. Código Civil y Comercial. Contratos y con- mente, de modo coherente (cfr. art. 2), conforme
tratos de consumo se expondrá en este trabajo (punto 3) (95).

El nuevo legislador del derecho privado ha Sentado ello, cabe abordar entonces la cate-
prestado especial atención a la regulación de los goría de los contratos de consumo, para lo cual
contratos, puesto que se ha preocupado de in- resulta útil compararlos con los contratos “pa-
corporar (“tipificar”) no solo los modernos con- ritarios”, “negociados” o “discrecionales”, en los
tratos comerciales —tal como lo hace el código que rigen —de forma plena— los principios de
italiano de 1942—, sino también las distintas for- igualdad (económica y jurídica) y de libertad
mas de celebración: los contratos discrecionales, (art. 958), en todo lo relativo a la formación del
por adhesión y de consumo (arts. 971 a 983, 984 consentimiento y, por ende, a la fuerza vincu-
a 989 y 1093 a 1093, y concs.). lante del contrato celebrado (arts. 959, 971 y ss.).
Así pues, de acuerdo con el modelo del contrato
Al respecto, conviene apuntar que en los fun- clásico, las partes son libres para contratar con
damentos del Código Civil y Comercial se ex- este o con otro, de hacerlo o no y de configurar
puso la necesidad de incorporar la categoría el contenido del contrato, tal como lo preveía el
de contratos de consumo en consideración del proyecto de 1998, al establecer que es aquel en
el cual sus estipulaciones han sido determinadas
“rango constitucional de los derechos del con-
de común acuerdo por todas las partes (art. 899,
sumidor, la amplia aplicación de estas normas
inc. a) (96).
en los casos judiciales y la opinión mayoritaria
de la doctrina”; y además porque “esta solución El contrato celebrado en estas condiciones tie-
es consistente con la Constitución Nacional que ne como efecto la “obligatoriedad”, vale decir, el
considera al consumidor como un sujeto de de- carácter vinculante en virtud del cual las partes
rechos fundamentales...”. Además, se indica que deben respetar las estipulaciones como a la ley
“se regulan los contratos de consumo atendien- misma [cfr. art. 1197, Cód. Civil derogado (97)]
do a que no son un tipo especial más (ejemplo: la
compraventa), sino una fragmentación del tipo (95) En cuanto a las relaciones entre el contrato (au-
general de contratos, que influye sobre los tipos tonomía privada) y el mercado, véase IRTI, Natalino,
especiales (ejemplo: compraventa de consumo), “L’ordine giuridico del mercato”, Laterza, 1998. PERLING-
IERI, Pietro, “Il diritto dei contratti fra persona e contrato.
y de allí la necesidad de incorporar su regulación Problemi del diritto civile”, Edizioni Scientifiche Italiane,
en la parte general”. Nápoles, 2003, 227 y ss.; 305 y ss. PALAZZO, Antonio y
SASSI, Andrea (a cura di), “Diritto Privato del Mercato”,
Esta breve reseña permite entender la impor- TPSF, Perugia, 2007. Donnarumma, 254. SANTARELLI,
tancia que revisten las disposiciones previstas Fulvio G., “Contrato y mercado”, La Ley, Buenos Aires,
2018, ps. 48-79. Algunos consideran que la tutela del con-
para estas nuevas modalidades especiales de sumidor es garantía del mercado y su desarrollo y expan-
contratación, en cuestiones relativas a la for- sión (cfr. ALPA, “El contrato en general”, ob. cit., p. 408).
mación del consentimiento, estándares inter- (96) SPOTA, Alberto G., “Instituciones de derecho civ-
pretativos, deberes de información agravados, il. Contratos”, Depalma, Buenos Aires, 1975, t. I-II, ps. 20-
ineficacia de cláusulas abusivas, supuestos de 21, § 2. RIVERA, Julio C., en RIVERA, Julio C. y MEDINA,
revocación, etc.; puesto que con ello se asume Graciela (dirs.), “Código Civil y Comercial de la Nación
comentado”, La Ley, Buenos Aires, 2014, t. III, comentario
la realidad del mercado, donde la persona (con- art. 971, núm. II.1. RIVERA, Julio C. — MEDINA, Graciela
sumidor o usuario) se halla en una situación de y CHIAZZA, Iván G., “Derecho civil y comercial. Contra-
desamparo que es menester tutelar jurídica- tos. Parte general”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2017,
106, núm. 21.
rio (arts. 771 y 794, 2° párr.); tutela contractual del con- (97) Al atribuir a las convenciones “fuerza de ley” entre
sumidor (art. 1083 y ss.); tutela del contrato celebrado quienes las han realizado, se equiparó el consentimiento
fuera del establecimiento, a distancia o de forma elec- contractual a una disposición legislativa, a cuyo acata-
trónica (art. 1104 y ss.); reparación integral considerando miento están obligados tanto los contratantes como los
los derechos personalísimos de la víctima, su integridad, jueces llamados a resolver sus diferencias, a quienes no
personal, salud psicofísica, afecciones espirituales y la in- les estaba permitido juzgar el valor intrínseco o de la
terferencia en su proyecto de vida (art. 1738); etc. equidad. Además, la expresión “acuerdo de voluntades”

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 559


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

y solo pueden modificarlo o extinguirlo “por un desequilibrio estructural en la relación: por


acuerdo de partes o en los supuestos en que la una lado, el empresario, comerciante, produc-
ley lo prevé” (art. 959). tor o prestador de bienes y servicios, quien en
virtud del ejercicio de su actividad profesional
En cambio, la producción industrial en masa, está en capacidad de hacer un análisis global y
el acceso a grandes sectores de la población al racional de la relación costo-beneficio, sirvién-
consumo de productos así elaborados, la crea- dose normalmente de un contenido contractual
ción de nuevas técnicas de comercialización, el predispuesto; por el otro, el consumidor, para
desarrollo tecnológico y otra cantidad de facto- quien, en vista del volumen y el monto de las
res han incidido en la formación de la noción de transacciones que realiza —por lo regular, por
consumidor (98) y, consecuentemente, en la de medio de contenidos estandarizados— resulta
contrato de consumo (99). completamente irracional y desmesurado ha-
cer un cálculo teniendo en cuenta todos los as-
Efectivamente, “[e]n las relaciones contractua- pectos posibles más allá del precio y de ciertos
les de consumo se encuentran dos partes en po- factores relacionados con la prestación principal
siciones evidentemente diversas que implican que contrata. A esto se suma que una decisión
plenamente consciente, reflexionada, racional
contenida en la definición del contrato (art. 1037) dio a
de celebrar un determinado contrato se dificulta
entender la soberanía de las partes en el establecimiento aún más debido a la demostrada influencia de la
del vínculo obligatorio, su libertad en la determinación publicidad, los mecanismos de distribución y el
del contenido y los efectos jurídicos de los derechos y ob- efecto de atracción de las marcas, con técnicas
ligaciones creados (ACUÑA ANZORENA, Arturo, en SAL- de persuasión cada vez más refinadas y con me-
VAT, Raymundo M., “Tratado de derecho civil argentino. canismos que en apariencia permiten al consu-
Fuentes de las obligaciones”, Tea, Buenos Aires, 1952, t.
I, 2ª ed.).
midor escapar del obstáculo de la escasez de sus
recursos” (100).
(98) RIVERA, MEDINA y CHIAZZA, ob. cit., p. 106,
núm. 24. De lo expuesto, surge que este nuevo código
(99) El código define el contrato de consumo como regula una parte del derecho del consumidor en
aquel “(...) celebrado entre un consumidor o usuario fi- la ley especial 24.240, conforme expresa Gonzalo
nal con una persona humana o jurídica que actúe profe- Sozzo, compuesto de un “núcleo duro de ideas e
sional u ocasionalmente o con una empresa productora instituciones con las que se suelen regular las re-
de bienes o prestadora de servicios, pública o privada, laciones de consumo”. Ello así, como explica el
que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los
bienes o servicios por parte de los consumidores o usu- autor, podría considerarse como una “resistema-
arios, para su uso privado, familiar o social” (art. 1093). tización” de la regulación del consumo (101), y
Cfr. SANTARELLI, Fulvio, “El contrato de consumo en agrega: “este núcleo de derecho del consumidor
el Código Civil y Comercial”, en Supl. Esp. Código Civil codificado (...) contiene innovaciones respecto
y Comercial de la Nación. Contratos, R. S. Stiglitz (dir.), de las instituciones contenidas y reguladas por la
La Ley, febrero de 2015, 223 y ss. Básicamente la exis- ley 24.240 creando un ‹doble régimen› que obli-
tencia del contrato se configuraría por la existencia de
dos partes bien determinadas: proveedor y consumidor ga al ‹diálogo de fuentes› intrarregulación consu-
(KRIEGER, Walter F., “Contratos de consumo”, en Borda, merista”, que será analizado más adelante.
Alejandro, Derecho Civil. Contratos, La Ley, Buenos Ai-
res, 2016, ps. 270-271, núm. 347). Lorenzetti, por su parte, (100) RODRÍGUEZ OLMOS, “La interpretación de los
considera que la relación de consumo —y los contratos contratos con el consumidor...”, ob. cit., p. 154.
de consumo— constituye una definición normativa, y
que su extensión surge de los términos que la ley asigne (101) SOZZO, Gonzalo, “La resistematización de la
a los elementos que la componen: sujetos, objeto, fuen- regulación del consumo en el Proyecto del Código Civil
tes (LORENZETTI, “Tratado de los contratos...”, ob. cit., p. 2012”, Revista Derecho Privado, año 2, Nº 4, Infojus, 79-
821). Estos contratos se diferencian, principalmente, en 107. El autor sostiene que “para conseguir el resultado
cuanto a la normativa aplicable y a los cánones interpre- final de resistematización, la primera tarea necesaria —
tativos: “Las normas que regulan las relaciones de con- que el Proyecto asume— es reorganizarlo y eso implica:
sumo deben ser aplicadas e interpretadas conforme con una redistribución de materias entre el Código y las leyes
el principio de protección del consumidor y el de acceso especiales que integran el microsistema de defensa del
al consumo sustentable. En caso de duda sobre la inter- consumidor, reservando un núcleo de reglas para el Có-
pretación de este Código o las leyes especiales, prevalece digo; ciertas reformas para mejorar la ley especial; y es-
la más favorable al consumidor” (art. 1094). tablecer un mecanismo de acople entre ambas fuentes”.

560 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

II.3. Ley de Defensa del Consumidor. Principio Como señala Rusconi, “el elenco de derechos
favor debilis que se le reconocen a las personas en su rol de
consumidores y usuarios condiciona la manera
Del contexto normativo expuesto surge que el en que ellas desarrollarán gran parte de su vida
derecho de los consumidores se encuentra cons- en la sociedad moderna” (105).
titucionalizado y también cuenta con un marco
normativo “macrosistémico”, constituido por el Asimismo, acierta el autor al afirmar que esta
Código Civil y Comercial vigente (102). situación provoca que “el derecho del consu-
midor esté destinado a mutar al compás de los
Esta regulación se suma entonces a la primige- cambios que se producen en el escenario del
nia ley 24.240, sancionada en 1993, que ha cons- consumo, adaptando sus alcances y enunciados
tituido, en sus más de 27 años de vigencia, un para preservar la efectividad de sus postulados”.
instrumento esencial para canalizar los intereses Incluso, en este devenir, es dable mencionar que
de los consumidores frente a las cambiantes exi- el contexto descripto es tan así que ya existe un
gencias económicas y sociales (103). proyecto de reforma integral de la ley 24.240 que
tiene en miras la búsqueda de una protección
Esta tutela legal, con amplio reconocimien-
más perfectible aún, y con motivos más que fun-
to legislativo de los derechos básicos para los
dados con base en las diversas modificaciones
consumidores, adquiere particular significación
de las que fue objeto esta ley desde su entrada en
debido a que las circunstancias políticas, econó-
vigencia, junto con los cambios en el consumo
micas, sociales y jurídicas que se atraviesan en
actual, el impacto de las nuevas tecnologías y la
la dinámica de la sociedad de consumo actual
resultan ser extremadamente cambiantes (104). normativa internacional imperante en la mate-
ria, que confirmaron la necesidad de esta refor-
ma integral de su texto (106).
(102) STIGLITZ, Rubén S., “Contratos civiles y comer-
ciales. Parte general”, La Ley, 3ª ed., t. I, XX-XXI, 243 y ss.
tiene que ver con adquirir o poseer. Ni siquiera tiene que
(103) La protección del consumidor tuvo un gran auge ver con eliminar lo que se adquirió anteayer y que se ex-
a partir de los años cincuenta del siglo XX. Al respecto, hibió con orgullo al día siguiente. En cambio, se trata de
es famoso el discurso del presidente de Estados Unidos esta, primordialmente de estar en movimiento [...] Tal
John F. Kennedy, pronunciado en 1962, conocido como como lo expresa Don Slater, la cultura consumista ‘aso-
Comsumer Bill of Rights (“consumidores, por defin- cia satisfacción con el estancamiento económico: las
ición, somos todos”, dijo el mandatario, abogando por los necesidades no deben tener fin [...] Exige que nuestras
derechos fundamentales de los consumidores), el cual necesidades sean insaciables y que sin embargo siem-
impulsó un gran movimiento social conocido como con- pre busquemos satisfacerlas con productos’” (Don Slater,
sumerism (Special Message to the Congress on Protect- “Consumer Culture and Modernity”, Cambridge, Polity,
ing the Consumer Interest, consultado por última vez con 1997, 100, citado en Bauman, Zygmunt, Vida de consu-
fecha 12/05/2020). mo, tr. M. Rosenberg y J. Arrambide, FCE, Madrid, 2010,
(104) “El fenómeno de la industrialización facilitó el 81).
paso de una sociedad de producción en masa a una de (105) RUSCONI, Dante D, “Manual de derecho del
consumo en masa y, con esta, a una economía dirigida consumidor”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2009, p. 65.
más por deseos que por necesidades” (RODRÍGUEZ OL- Al respecto, Bauman señala: “La vocación consumista
MOS, Javier M., “La interpretación de los contratos con depende finalmente de un desempeño personal. La se-
el consumidor: elementos para la contextualización de lección de los servicios ofrecidos por el mercado y nece-
la problemática (Primera parte)”, Revista de Derecho sarios para un desempeño eficiente recae inexorable-
Privado, Nº 24, enero-junio, 2013, 153). En este nuevo mente sobre la responsabilidad de cada consumidor, una
contexto, dice el profesor colombiano, el consumo deja tarea que debe realizarse individualmente y con la ayuda
de ser una simple característica y actividad de los seres de habilidades de consumo y patrones de decisión ad-
humanos para convertirse en consumismo como atribu- quiridos también individualmente” (Bauman, “Vida de
to de la sociedad en la que “es necesario que la capacidad consumo”, 81).
totalmente individual de querer, desear, [...] sea separada
(‘alienada’) de los individuos y reconvertida/cosificada (106) Anteproyecto de reforma de la Ley de Defen-
como fuerza extraña que pone en movimiento la ‘socie- sa del Consumidor (2019). SANTARELLI, Fulvio G. y
dad de los consumidores’” (BAUMAN, Zygmunt, “The self CHAMATROPULOS, Demetrio A., “Comentarios al An-
in a consumer Society”, en The Hedgehog Review, 1999, teproyecto de Ley de defensa del Consumidor”, homena-
28). “La vida de un consumidor, la vida de consumo, no je a Rubén S. Stiglitz, La Ley, supl. especial, marzo 2019.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 561


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

Ahora bien, el punto de partida para un ade- subordinada del consumidor respecto al provee-
cuado estatuto general de protección especial dor” (110).
es comprender que la sola “recepción normati-
va no es garantía del efectivo goce de los dere- Ello permite trazar la perspectiva con la que
chos de los consumidores, ya que logrado esto, se traduce la interesante trayectoria de esta ley
todavía quedará un buen trecho de camino por de Defensa del Consumidor, iniciándose como
recorrer hasta alcanzar una implementación “una norma específica, dentro de un microsis-
adecuada” (107). tema de protección a la parte débil del contrato
o de la relación de consumo”, para luego de su
Por su parte, el profesor Mosset Iturraspe ad- jerarquización constitucional, conseguir “poner
virtió que en esta tutela “se trata se alcanzar y de resalto la jerarquía de la persona humana y
regular las consecuencias de la introducción de su necesaria protección con base a su debilidad,
bienes y servicios en el mercado y en la sociedad inexperiencia o ligereza, además de la necesi-
civil, cualquiera fuere el camino o la vía para esa dad, y la ampliación de los supuestos contem-
incorporación, y el rol cumplido por los agentes plados” (111).
que facilitaron o posibilitaron que tales bienes
o servicios estuvieran presentes” (108). Nótese Es que el ordenamiento jurídico, “partiendo del
que dicha afirmación tiene plena validez en los presupuesto de la existencia de un contexto fáctico
casos actuales en el ámbito del comercio electró- condicionante potencialmente lesivo, que coloca a
nico, donde los portales digitales o plataformas las personas en situaciones de sometimiento con
de transacciones y servicios online se convir- múltiples manifestaciones, interviene generando
tieron en agentes que facilitan el tráfico jurídi- un marco legal tendiente a restablecer el equilibrio
co (109). sobre la base de valores derivados en la moral, la
equidad y la buena fe” (112).
De lo antedicho, resulta entonces que el foco
de atención se coloca en el medio en que se Todo ello no es una concepción novedosa en
desenvuelve el consumidor, dado por una “es- el derecho. Como ya lo señalaba hace muchos
tructura socioeconómica dada por el mercado años atrás Eduardo Busso, citando a Ripert, el
de consumo que provoca un ordenamiento de “sentido jurídico del nuevo derecho que surge,
los factores de poder y de sus actores que, en se dice que está dominado por una idea funda-
su interacción, dan como resultado la posición mental: la de protección al débil” (113).

En nuestro caso, la protección se enfoca en los


(107) RUSCONI, ob. cit., p. 67.
sujetos considerados “débiles o potencialmente
(108) MOSSET ITURRASPE, Jorge — WAJNTRAUB, Ja- débiles”, es decir, en todas aquellas personas que
vier H. - GOZAÍNI, Osvaldo A., “Ley de Defensa del Con- desarrollan o adquieren el rol de consumidores,
sumidor. Ley 24.240: protección procesal de usuarios y
consumidores”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2008, p. 13.
(110) RUSCONI, ob. cit., p. 10.
(109) HOCSMAN, Heriberto S., en Etcheverry, “Co-
mercio electrónico”, 364. Es dable apuntar, siguiendo a (111) MOSSET ITURRASPE, WAJNTRAUB y GOZAÍNI,
Gómez Leo, que el derecho del consumidor enfatiza la p. 13.
regulación de las relaciones de consumo y los intereses (112) RUSCONI, ob. cit., p. 10 y ss.
sociales en su faz tuitiva como una asignatura dentro de
una materia más amplia de la regulación económica o (113) BUSSO, “Código Civil anotado”, ob. cit., t. III, 85.
derecho del mercado, y de tal modo se pone en primer En tal sentido, precisaba que “los débiles de los que se
plano la “tutela del mercado de consumo” (bajo esta ocupa el derecho contemporáneo no son aquellos que
concepción se regula el mercado en dos grandes áreas: eran objeto de tradicional protección por las leyes de
el derecho de la competencia y el derecho de consumo). otros tiempos...”, y sobre esta idea afirmaba que los “dé-
Al respecto, apunta que las políticas protectorias del con- biles modernos” son aquellos que han surgido por impe-
sumidor no solo tienen por objeto a “un deudor o débil rio de las circunstancias que caracterizan a los tiempos
jurídico en un caso dado”, sino que persiguen las “fallas” nuevos, por lo que son destinatarios del favor legisla-
que afectan el buen funcionamiento del mercado, re- tivo. Cfr. ALTERINI, Atilio A. y LÓPEZ CABANA, Roberto
componiendo un cierto equilibrio de los recursos y los M., “La debilidad jurídica en la contratación contem-
poderes de los respectivos actores que participan en el poránea”, en Alterini, Atilio A. y López Cabana, Roberto
sistema (FERNÁNDEZ, GÓMEZ LEO y AICEGA, ob. cit., M., Derecho de daños (y otros estudios), La Ley, Buenos
ps. 741 y 744, núm. 79 y 80). Aires, 1992, ps. 85-103.

562 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

lo que no es inherente su persona, sino al rol que las interacciones del mercado se da —como en
ocupan en la sociedad de consumo (114). Es de- el caso que se estudiará— mediante nuevas for-
cir, esta debilidad es consecuencia de la “subor- mas de contratación electrónica por medio de
dinación estructural” en la que se encuentra el plataformas virtuales de intercambio de bienes
consumidor en la sociedad de consumo (115). y servicios en Internet.
A raíz de ello, se observa un cambio de inter- Finalmente, puntualizadas estas caracterís-
pretación o, más bien, una reelaboración de los ticas, también es posible apreciar que el orden
principios jurídicos. Como lo expresa Lorenzetti: público constituye la base de esta normativa es-
“muchos deudores son fuertes y otros acreedo- pecífica de protección de la parte contratante
res débiles”, es decir, “ya no se trata de un favor débil, enfatizando el rol activo del Estado en el
debitoris, sino un de un favor debilis, ajustán- mercado (cfr. art. 65, ley 24.240).
dose este principio a las nuevas demandas que
presenta la sociedad” (116). Al respecto, Ossola, Al respecto, Lorenzetti, siguiendo las enseñan-
con meridiana claridad, afirma que “un sujeto zas de von Tuhr, apunta que este “orden público
no es débil porque es deudor, es débil si se en- de coordinación es un conjunto de normas im-
cuentra en situación de vulnerabilidad, con in- perativas que controla la licitud de lo pactado
dependencia del rol que ocupe en la relación de por las partes, principalmente su adecuación a
la obligación” (117). los valores esenciales del ordenamiento jurídi-
co” (119).
Ello no permite prever que, como se mencionó
anteriormente, entre las interacciones del libre Este orden público obedece entonces a res-
mercado, suelen producirse fallas estructurales taurar el mínimo de perspectiva pública sobre
que se convierten en desigualdades económico- las acciones privadas, toda vez que la autonomía
sociales —por ej., los formularios prerredacta- de la voluntad sin condicionamientos “condu-
dos, la registración de usuarios condicionados al ce al individualismo y la fractura del orden so-
uso de determinadas funcionalidades, etc.— por cial” (120).
las cuales los “débiles” que necesitan protección
también van cambiando conforme cambian los Por lo que, a modo de anticipación de las lí-
modelos de negocios y por la vulnerabilidad neas argumentales que servirán de guía más
del consumidor —“sea cual sea el rol que ocu- adelante, queda dicho que es tan importante
pe”— justifica la aplicación del principio protec- este “microsistema” —que otorga un cierto nivel
torio (118), máxime cuando la complejidad de de protección conforme la aplicación e interpre-
tación de sus normas— como toda complemen-
(114) BAUMAN, “Vida de consumo”, ob. cit., p. 81. El tación que se pueda hacer de él, mediante la
autor señala: “la sociedad de consumidores no reconoce adecuación que realice de otros institutos por
diferencias de edad o género, ni las tolera (por contrario parte de quienes, ejerciendo distintos roles, se
a los que parezca) ni reconoce distinciones de clase (por conviertan en intérpretes y ejecutores de la plu-
descabellado que parezca. Desde los centros geográficos ralidad normativa expuesta, con el fin de darles
de la red de la autopista informática hasta las periferias contornos a los alcances de las prerrogativas de
sumidas en la pobreza”.
los consumidores y usuarios.
(115) RUSCONI, ob. cit., p. 12.
(116) LORENZETTI, ”Tratado de los contratos”, ob. cit.,
III. Fundamentos del régimen tuitivo del
ps. 175-176. consumidor. La persona humana
(117) OSSOLA, Federico A., “Tutela de la vulnera- Basta leer los aspectos valorativos esbozados
bilidad y la teoría general de las obligaciones”, Revista en los fundamentos del Código Civil y Comer-
Iberoamericana de Derecho Privado, N° 10, noviembre
de 2019, Personas vulnerables, IJ-DCCCLXIII-22. cial, para encontrar la mención expresa de la
protección de la persona humana en general y
(118) El principio protectorio garantiza la seguridad y
la salud del consumidor. Constituye uno de los pilares de
la política económica y social, y debe ser nota informa- desnaturalizarlo (PIZARRO y VALLESPINOS, “Tratado...
dora de toda legislación positiva, práctica judicial o actu- “, ob. cit., t. I, p. 117, núm. 127.c).
ación de los poderes públicos. Actúa como mandato para (119) LORENZETTI, “Consumidores... “, ob. cit., p. 29.
legisladores, administradores y jueces, y se convierte en
un valladar contra los intereses del mercado que intenten (120) Ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 563


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

de los consumidores en particular, sea en el ám- mana” (123). “Considerar a la persona humana
bito de los derechos individuales o en el campo como fundamento y fin de la comunidad polí-
de los derechos de incidencia colectiva y mu- tica significa trabajar, ante todo, por el recono-
chos otros aspectos, de forma concordante con cimiento y el respeto de su dignidad mediante
los derechos fundamentales, todo lo cual se co- la tutela y la promoción de los derechos funda-
rresponde con los valores jurídicos, fundados en mentales e inalienables del hombre” (124).
la ética personalista, techo ideológico-político de
De este principio, bien y valor jurídico se in-
nuestra nación (arts. 2, 14, 51 y concs., Cód. Civ. fiere que todo ser humano tiene el derecho a
y Com.; art. 75, inc. 22, CN; art. 4, CADH) (121). ser respetado como persona, a no ser perjudi-
cado en su existencia (vida, cuerpo, salud) y en
El art. 51 del código inicia el capítulo dedica-
su propia dignidad (honor, intimidad, imagen,
do a los “Derechos y actos personalísimos” del identidad) por terceros (cfr. arts. 19 y 33, CN), y
título I del libro primero. El epígrafe reza: “In- que, de forma análoga, está obligado a respetar a
violabilidad de la persona humana”, y dispone: cualquier otro. La relación de respeto mutuo que
“La persona humana es inviolable y en cualquier debe brindarse constituye pues un derecho hu-
circunstancia tiene derecho al reconocimiento mano fundamental, siendo la base de toda con-
y respeto de su dignidad”. Con ello, la ley posi- vivencia en una comunidad y de toda relación
tiva reconoce expresamente la idea del derecho jurídica particular (125).
natural según la cual la persona tiene un valor
por sí misma y, como tal, cabe reconocerle una Siguiendo estos lineamientos, en el ámbito de
dignidad (122), puesto que “[u]na sociedad jus- la protección de los derechos de los consumido-
ta puede ser realizada solamente en el respeto res y usuarios, se aprecia una ideología que, sin
titubeos, persigue la igualdad ante las situacio-
de la dignidad trascendente de la persona hu-
nes que favorecen el trato desigual (arts. 16 y 42,
CN) (126).
(121) SAGÜÉS, 47 (§ 62-63), 154-159 (§ 272 y ss.), 576,
644. SANTIAGO, Alfonso (h.), “Bien común y derecho
La preservación de la dignidad de las personas
constitucional. El personalismo solidario como techo
ideológico político”, Ábaco, Buenos Aires, 2002. RIVERA, y el aseguramiento de un trato equitativo se eri-
“Instituciones... “, 7ª ed., t. I, p. 657. Véase también WOJ- gen pues en una limitante contra la usura o las
TYLA, Karol, “Persona y acción”, Palabra, Madrid, 2014, ganancias excesivas que se presentan en el con-
2ª ed. DÍAZ, Carlos y MACEIRAS, “Introducción al per- texto de una economía de mercado local y glo-
sonalismo actual”, Gredos, Madrid, 1975. BURGOS, Juan bal (127), donde las empresas y el mundo de los
M., “Introducción al personalismo”, Palabra, Madrid,
2012. Ayllón apunta que hoy el personalismo gusta por su negocios logran —en algunos casos— filtrarse
carácter sereno, positivo y constructivo, y porque propor- en las grietas de la sobreprotección excesiva de
ciona claves para fundamentar cuestiones importantes la libertad y de la propiedad privada, mediante
como los derechos humanos, la crisis de la familia, el sen- un ejercicio irregular de los derechos o de la po-
tido de la política o la relación entre cultura y religión” sición dominante (arts. 14, 16 y 17, CN; 10 y 11,
(AYLLÓN, José R., “Introducción a la ética. Historia y fun-
damentos”, Palabra, Madrid, 2006, 2ª ed., p. 115). Fazio
Cód. Civ. y Com.).
y García indican que el personalismo, como corriente
filosófica, pone en el centro de su atención a la persona (123) “Compendio de la doctrina social de la Iglesia”,
humana, en cuanto que es “una, única e irrepetible”, se- núm. 132.
ñalando sus características generales, a saber: la visión
del mundo de tipo ontológico; la capacidad de conocer (124) “Compendio de la doctrina social de la Iglesia”,
una verdad y, por ende, de un conocimiento objetivo al núm. 388.
que se accede subjetivamente; la libertad como capacid- (125) RIVERA y CROVI, ob. cit., p. 370. TOBÍAS, José
ad de autodeterminación y como capacidad de modificar W., en Alterini, “Código Civil y Comercial comentado.
el mundo; la existencia de una naturaleza humana que Tratado exegético”, t. I, p. 511 y ss.
cambia accidentalmente con el devenir de la historia, y la
dimensión ético-religiosa del hombre (FAZIO, Mariano (126) APARICIO, ob. cit., t. 1, p. 65.
y GARCÍA, José J., “Raíces filosóficas de la cultura de la
vida”, Librería Córdoba, Buenos Aires, 2005, ps. 43-45). (127) ALPA, Guido, “El derecho de los consumidores y
el ‘Código del Consumo’ en la experiencia italiana”, tr. P.
(122) Concilio Vaticano II, “Gaudium et spes”, núm. 12 A. Moreno Cruz, Revista de Derecho Privado, Nº 11, 2006,
y ss. 16 y ss.

564 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

Ahondando en este campo del conocimiento la persona misma del contratante y sus bienes
jurídico, vale resaltar que un análisis adecua- (arts. 51, 730, 743, 957, 1093 y concs.) (131).
do y la proposición de remedios legales justos
que realmente generen seguridad jurídica, sin Picasso señala que la expresión “remedios”
crear disvalores entre las partes ante un incum- alude al mismo sentido con el que en el de-
plimiento, pueden guiar a las personas a com- recho anglosajón denominan remedies a las
portarse con mayor diligencia y prudencia en las sanciones que el ordenamiento prevé por el
incumplimiento del deudor: la pretensión de
actuales condiciones del mercado, con un indu-
cumplimiento (ejecución forzada), la revoca-
bitable beneficio para las partes (justicia conmu-
ción del contrato (pacto comisorio), la respon-
tativa o sinalagmática) y para la comunidad toda sabilidad civil, etcétera (132).
[bien común (128)], merced a la incidencia que
ello tiene en la eficaz y justa distribución de los En este sentido, Guido Alpa —siguiendo a Di
recursos económicos mediante la realización de Majo— nos dice que el Código del Consumo ita-
bienes fundamentales (129). liano está “organizado según la técnica normati-
va propia de las experiencias continentales, que
En suma, son la persona humana y su digni- señalan el derecho y posteriormente la técnica
dad, y, consecuentemente, su inviolabilidad (art. para tutelarlo (remedio), a diferencia del com-
51), el fundamento último de la razón de ser de mon law, donde se piensa, se razona y se opera
este estatuto jurídico particular, a fin de brindar sobre la base de los remedios” (133).
una adecuada y justa protección de las relacio-
nes de consumo (art. 75, inc. 22, CN) (130). Los remedios son, pues, las consecuencias ju-
rídicas derivadas de la inejecución del contrato,
CAPÍTULO III que, en su contenido (el reglamento contrac-

I. Remedios jurídicos ante el incumplimien- (131) VON TUHR, Andreas, “Tratado de las obligacio-
to contractual nes”, tr. W. Roces, Reus, Madrid, 1934, t. I, 8 núm. 1; t. II,
74y ss., núm. 66. Desde la perspectiva procesalista, véase
Nuestro ordenamiento jurídico brinda a las WACH, Adolf, “La pretensión de declaración. Un aporte
a la teoría de la pretensión de protección del derecho”,
personas que han sido menoscabadas en sus de-
tr. J. M. Semon, Ejea, Buenos Aires, 1962. GUASP DEL-
rechos un elenco de distintas pretensiones (“re- GADO, Jaime, “La pretensión procesal”, Civitas, Madrid,
medios”) ante el supuesto de incumplimiento 1985, 2ª ed. Cabe apuntar que “...el derecho privado y el
por parte del proveedor, a fin de tutelar el cré- derecho procesal se compenetran y entrecruzan de mu-
dito emergente del contrato, pero también a chas maneras. En efecto, el derecho subjetivo material
pertenece al presupuesto de la pretensión de tutela ju-
rídica, y por otra parte la llamada accionalidad, coercibil-
(128) SANTIAGO, Alfonso (h.), “Bien común y derecho idad, el deber prestar, pertenece al contenido del derecho
constitucional. El personalismo solidario como techo subjetivo privado; y por tanto parece que la pretensión
ideológico político”, Ábaco, Buenos Aires, 2002. RODRÍ- procesal a la tutela jurídica y la pretensión material no
GUEZ LUÑO, Ángel, “Ética general”, Eunsa, Navarra, pueden separarse” (WACH, Handbuch, § 9, 118 y ss., cit.
2010, 6ª ed., p. 33. “La comunidad política tiende al bien por Francesco Carnelutti, “Derecho y proceso en la teoría
común cuando actúa a favor de la creación de un ambi- de las obligaciones”, en Estudios de derecho procesal, tr.
ente humano en el que se ofrezca a los ciudadanos la po- S. Sentís Melendo, Ejea, Buenos Aires, v. 1, 381. Cfr. CAS-
sibilidad del ejercicio real de los derechos humanos y del TRONOVO y MAZZAMUTO, v. II, p. 739 y ss.).
cumplimiento de los respectivos deberes” (“Compendio
de la doctrina social de la Iglesia”, núm. 389). (132) PICASSO, Sebastián y VÁZQUEZ FERREYRA, Ro-
berto A, “Ley de Defensa del Consumidor. Comentada y
(129) NEGRI, “Responsabilidad civil contractual... anotada”, La Ley, Buenos Aires, 2013, p. 152. PIZARRO y
“, ob. cit., p. 21. En la doctrina italiana se alude a la per- VALLESPINOS, “Instituciones... “, ob. cit., t. 2, p. 43 y ss.;
spectiva “personalista” de la Constitución italiana (art. 2), 56-60. LANDO, Ole y BEALE, Hugh (eds.), “Principles of
en orden a la interpretación de la relación obligatoria y, European Contract Law, Kluwer Law International”, La
en particular, de la solidaridad contractual, junto con la Haya, 2000. ROPPO, “Istituzioni... “, 279-291.
buena fe (cfr. FAVA, Pasquale, “Le Obbligazioni”, Giuffré,
Milano, 2008, 153-159, núm. 1; 162 y ss., núm. 3). (133) ALPA, Guido, “El derecho de los consumidores
y el ‘Código del Consumo’ en la experiencia italiana”, tr.
(130) RIVERA y CROVI, “Derecho civil... “, ob. cit., p. 14 P. A. Moreno Cruz, Revista de Derecho Privado, Nº 11,
y ss. 2006, 6.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 565


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

tual: derechos, deberes y cargas), puede alber- nos brinda el Código Civil y Comercial por un
gar los más diversos fines e intereses (134). Se lado y, por el otro, los que la ley de defensa del
trata, ontológicamente hablando, de verdaderas consumidor pone a su disposición” (137).
sanciones ante el incumplimiento (135).
II. El macrosistema del derecho común
En el ámbito de contratación electróni-
ca (136), mediante una plataforma o sitio web A partir del mayor interés en la protección
de compraventa o subastas de productos y servi- del crédito, la doctrina —sobre todo la italia-
cios, los supuestos de incumplimiento pueden, na— ha procurado elaborar una fuerte estruc-
tura teórica con la finalidad de lograr un mejor
a su vez, poseer una serie de particularidades
tratamiento sistemático de dicha problemática,
que deben ser tenidas en cuenta a la hora de de-
mayormente en lo que se refiere a los remedios
terminar cuál o cuáles son los “remedios jurídi- jurídicos de tutela.
cos” que se podrían articular ante ese supuesto
determinado. Como se aludió en la primera parte de este
trabajo, la violación de la obligación nacida de
Asimismo, el panorama se complejiza aún un contrato o de cualquier fuente comporta un
más, ante la pluralidad de acciones contempla- ilícito que es menester amparar (cfr. arts. 726,
das en la Ley de Defensa del Consumidor y la 1716, 1749 y concs., Cód. Civ. y Com.; arts. 14,
suma de los mecanismos de protección y defen- 17, 19, 75 inc. 22, CN).
sa que provee el propio Código Civil y Comercial
de la Nación. En el derecho común, tanto en el campo de
la teoría obligacional en general, cualquiera sea
Como señalan Waserman y Tambussi, “se im- su fuente, como en el contexto de una relación
pone así una ineludible necesidad de coordinar contractual, el hecho de no satisfacer el deber
este complejo material normativo que debe co- de prestación por el deudor autoriza al acreedor
menzar por precisar los remedios jurídicos que a hacer valer sus derechos mediante una serie
de remedios o vías legalesque se hallan regula-
(134) PIZARRO WILSON, Carlos, “Hacia un sistema de das en el capítulo de las obligaciones en general
remedios al incumplimiento contractual”, en GUZMÁN y en la teoría general de los contratos.
BRITO, Alejandro, Estudios de derecho civil, Santiago de
Chile, LexisNexis, 2008, t. III, p. 395 y ss. De esta manera, según la metodología se-
(135) KELSEN, Hans, “Teoría pura del derecho”, tr. R. guida por el ordenamiento civil, es posible dis-
Vernengo, Porrúa, México, 2007, ps. 133-134. CAZAUX y tinguir entre aquellas vías legales dispuestas
TRIGO REPRESAS, ob. cit., t. IV, ps. 426-430, núm. 2398. en el terreno de las obligaciones en general de
NEGRI, “Responsabilidad civil contractual”, ob. cit., ps. las contempladas por el mismo ordenamiento,
7-8 y 24-27. pero en el campo contractual.
(136) Dice claramente el profesor cordobés Juan Man-
uel Aparicio: “El progreso técnico provocó la difusión de Así, ante el incumplimiento obligacional, en-
la contratación electrónica, la que se realiza por el em- tre las disposiciones del código correspondien-
pleo de medios digitales. Estas formas de contratación tes a los “Derechos personales” —ubicados en
también acentúan el fenómeno de despersonalización el libro tercero dentro del capítulo 1 del título I,
referido. Al mismo tiempo, supone un proceso de desma-
terialización de los actos jurídicos que consiste en su des-
relativo a las “Obligaciones en general”—, entre
vinculación del soporte papel, el cual, sumado a la firma las “Disposiciones generales”, se brindan como
manuscrita, se ha identificado la noción clásica de docu- remedios jurídicos “los medios de ejecución
mento. En la actualidad el documento electrónico pugna forzada de la obligación, contemplados en los
por equipararse al clásico instrumento privado. En un arts. 730 y 777”. Asimismo, en el capítulo 2 del
soporte material, discos y cintas magnéticas, memorias mismo título, es posible encontrar otras vías
circuitales, se enuncia el contenido del documento me-
diante el empleo de signos, el lenguaje de los bits, que
después pueden leerse, aunque requieran el auxilio de (137) TAMBUSSI, Carlos E. y WASSERMAN, Mar-
la máquina. El desarrollo de la criptografía posibilita el cela J, “Mecanismos de defensa del consumidor en
uso de la denominada firma digital que permite rodear el ordenamiento jurídico argentino”, http://dx.doi.
de las necesarias condiciones de autenticidad a dichos org/10.21503/lex.v15i19.1374 (última fecha de consulta
documentos para asegurar su autoría” (Aparicio, T. 1, 71). 3/05/2020).

566 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

que procuran tutelar los derechos del acreedor; tea, a su vez, una cuestión no menos relevante:
se trata de las “Acciones y garantía común de los la distinción entre la aestimatio rei y el id quod
acreedores”, dentro de las cuales se enumeran la interest, que se analizará más adelante en razón
acción directa, la subrogatoria, las medidas cau- de su importancia práctica (cfr. arts. 730 inc. 3 y
telares (art. 943 y ss.). 1716, Cód. Civ. y Com).

Luego, ya en ámbito netamente de regulación Enumerados los medios legales que brinda el
de los “Contratos en general” (título II), a los derecho común, receptados en el Código Civil
mecanismos mencionados anteriormente del y Comercial, resulta conveniente pasar revista
código se agrega otro “arsenal jurídico” que la —de forma sintética y sistemática— de las par-
ley pone a disposición del acreedor a fin de con- ticularidades de cada uno de ellos y de su apli-
cretar mediante la vía coactiva el derecho subje- cación práctica, a fin de obtener la información
tivo del que es titular el acreedor. necesaria y el conocimiento de cada uno de es-
tos instrumentos para determinar con precisión
Ello así, ante la configuración de un incum- cuándo utilizarlos.
plimiento que tenga su origen en una relación
jurídica preexistente —contrato—, el orde- II.1. Ejecución forzada directa e indirecta y res-
namiento jurídico prevé otras vías que también ponsabilidad civil
procuran la protección de la parte perjudica-
da en el marco de una relación obligacional. La primera previsión legal contemplada por el
Así pues, es dable mencionar la suspensión del ordenamiento del derecho común respecto del
cumplimiento (art. 1031); las obligaciones de acreedor ante el incumplimiento de la obliga-
saneamiento —parte general (arts. 1034, 1039 ción es el art. 730 —casi idéntico al antiguo art.
y 1040), evicción (art. 1044) y vicios ocultos 505—, que dispone que el sujeto activo tiene de-
(arts. 1051 y 1056)—, y la resolución por incum- recho a: 1) emplear los medios legales para que
plimiento (arts. 1076 a 1089). el deudor le procure aquello a que se ha obli-
gado; 2) hacérselo procurar por otro a costa del
Avanzando aún más en el terreno contractual, deudor; y 3) obtener del deudor las indemniza-
surge la regulación de los “contratos de consumo”, ciones correspondientes (138).
producto de la fragmentación del tipo general de
contratación. En esta parte de la legislación, se En términos similares, pero refiriéndose a la
ubica entre las “modalidades especiales” el en- ejecución forzada de las obligaciones de hacer
cuadre normativo del caso que tiene por objeto y de no hacer, el art. 777 prevé que “el incum-
analizarse en el presente trabajo, que recae preci- plimiento imputable de la prestación le da de-
samente en los arts. 1105 y 1106, correspondien- recho al acreedor a: a) exigir el cumplimiento
tes a los “contratos celebrados a distancia” y a la específico; b) hacerlo cumplir a terceros a cos-
“utilización de medios electrónicos”. ta del deudor; c) reclamar los daños y perjui-
cios”. Vale aclarar que, en estas obligaciones, “el
Aquí también existen otros remedios legales acreedor sólo podrá recurrir a esta vía de acción
concernientes a la protección del consumidor, si el servicio o hecho, o bien la abstención debi-
entre los que se resalta la revocación de la acep- dos, resultan escindibles de la persona del deu-
tación de la oferta en el art. 1110 y siguientes. Sin dor” (139).
embargo, esta vía no resulta estrictamente ati-
nente al desarrollo de este trabajo, dado que no Se trata de remedios de naturaleza semejante
deviene del incumplimiento del proveedor, sino —tanto los art. 730 como los del art. 777—, por
más bien del interés particular del consumidor. cuanto todos procuran dar virtualidad al crédi-
to con la intervención necesaria de los órganos
Finalmente, y volviendo a hacer una recapitu-
lación de los remedios legales en términos ge- (138) TRIGO REPRESAS, en Alterini, Jorge H. (dir.),
nerales y no tan específicos, vale la pena aclarar “Código... “, T. IV, 62 y ss.
que —en algunos casos— se brinda la posibili- (139) WIERZBA, Sandra M., “Manual de obligaciones
dad de agregar o complementar o sustituir con civiles y comerciales”, Abeledo-Perrot, Buenos Aires,
la acción de daños y perjuicios. Aquí se plan- 2005, p. 55.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 567


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

jurisdiccionales (art. 724). Sin embargo, con re- arts. 1716 y 1749): el factor de atribución (sub-
lación a la ejecución forzada indirecta, corres- jetivo u objetivo; art. 1721 y ss.), la relación de
ponde efectuar una aclaración. En efecto, el causalidad adecuada (art. 1726 y ss.) y el daño
acreedor puede satisfacer su crédito a través de resarcible (art. 1737 y ss.) (143).
la ejecución forzada (en especie o por otro) y, de
no ser ello posible, indirectamente, mediante el II.2. Suspensión de cumplimiento
equivalente en dinero —aestimatio rei— o su-
brogado del bien debido (arts. 724 in fine, 730 Continuando en el terreno de los contratos,
y 777) (140). otro remedio legal que se nos presenta a lo lar-
go del articulado del código es la posibilidad de
Esta última vía, a pesar de la denominación oponer la exceptio non adimpleti contractus o
legal que puede dar lugar a confusiones “in- suspensión del cumplimiento, concebida en el
demnizaciones”, “daños y perjuicios”, no es el re- art. 1031 del código, en los contratos bilaterales:
medio de la “responsabilidad civil” previsto en el objeto de la tutela es la reciprocidad funcio-
las “otras fuentes de las obligaciones” (art. 1716 nal (144).
y ss.) (141).
Según Leiva, “el principal supuesto de sus-
Al respecto, se sostiene que la ejecución for- pensión del contrato está constituido por la
zada indirecta, estrictamente hablando, no denominada excepción de incumplimiento”.
constituye “la reparación o el resarcimiento de Agrega el autor que el principal efecto de la fi-
los daños causados por el incumplimiento, sino gura es paralizar el cumplimiento de una pres-
más bien, simplemente, del equivalente de la tación mientras la otra parte no cumpla la suya.
prestación debida (aestimatio rei) (...), [En cam- Precisamente, es el fin de la exceptio: no ser
bio] los perjuicios ocasionados a causa del in- condenado a cumplir un contrato bilateral si
cumplimiento constituyen —estrictamente— la quien reclama no cumplió, no cumple, no ofre-
verdadera responsabilidad contractual, esto es, ce cumplir ni demuestra que su obligación se
el id quod interest, que requiere para su proce- encuentra sometida a plazo o condición sus-
dencia —juntamente con el nacimiento de la pensiva” (145).
obligación de resarcir— la configuración de los
presupuestos de la responsabilidad civil (arts. Del texto del artículo surgen las característi-
1716 a 1741)” (142). cas principales de este remedio legal: consti-
tuye una suspensión que puede ser deducida
La distinción es, pues, trascendente porque judicialmente como acción o excepción; puede
los presupuestos de procedencia en uno y otro plantearse en los contratos bilaterales, dada la
caso son diferentes, por lo que la pretensión sus- existencia de prestaciones recíprocas pendien-
tantiva (remedio) —y la procesal— debe formu- tes; se exige que debe haber incumplimiento de
larse de otra manera, y deben demostrarse otros una de las obligaciones principales y, además,
extremos para que aquella prospere. En el pri- cierta gravedad del incumplimiento (146).
mero (la aestimatio rei), basta con demostrar en
juicio el mero incumplimiento del deudor (arts. Mención aparte merece la “excepción de in-
730, 774, 777 y concs.), en tanto que en el segun- cumplimiento parcial o defectuoso”, conocida
do se presenta la carga de demostrar todos los
elementos de la responsabilidad civil, vale decir, (143) Ibidem. Cabe aclarar que sobre el tema en
además de la antijuridicidad (incumplimiento; cuestión hay opiniones divididas.
(144) LORENZETTI, Ricardo L., “Tratado de los con-
(140) BUERES, “Derecho de daños”, ob. cit., p. 168. NE- tratos. Parte general”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2018,
GRI, “Responsabilidad civil contractual”, 251. El poder 3ª ed., p. 771. APARICIO, ob. cit., t. 2, ps. 307-311.
normativo del acreedor no dimana del contrato, sino de
la ley. (145) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis, en ALTERINI, “Código
Civil y Comercial. Tratado exegético”, t. V, 557.
(141) NEGRI, Nicolás J., “Responsabilidad contractual:
precisiones e implicancias con incidencia procesal”, AR/ (146) SÁNCHEZ HERRERO, Andrés, en SÁNCHEZ
DOC/1789/2017. HERRERO, Andrés (dir.) y SÁNCHEZ HERRERO, Pedro
(coord.), “Tratado de derecho civil y comercial”, La Ley,
(142) Ibidem, p. 23 y ss. Buenos Aires, 2015, t. IV, ps. 745-747, 749-752, 760-769.

568 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

como exceptio non rite adimpleti contractus, cen los daños causados (arts. 1039 y 1040) (151).
que procede en todo caso en el que es posible El método adoptado es un régimen general para
un cumplimiento parcial o defectuoso. A dife- el saneamiento en general, brindando disposi-
rencia de la suspensión de cumplimiento o su ciones comunes para todos los supuestos: evic-
forma a modo de excepción, la exceptio non rite ción y vicios ocultos (arts. 1033 a 1043), para
se opone contra el actor que ha cumplido, pero luego tratar cada uno de forma particular (arts.
en forma parcial, incompleta, escasa o defec- 1044 a 1058) (152).
tuosa (147).
La obligación de saneamiento es aquella que
II.3. Pretensiones de saneamiento asegura la existencia y la legitimidad del derecho
transmitido (153) y es debida por todo transmi-
Los contratos, en general, se extinguen na- tente de un bien, cualquiera que sea la causa la
turalmente por el cumplimiento de las obliga- transmisión (un contrato u otro acto jurídico),
ciones que los contratantes han asumido. Sin siempre que sea a título oneroso e incluso en
embargo, como aclara Borda, “no debe creerse la división de bienes comunes. Se responde por
que con el cumplimiento de las prestaciones se la transmisión a título oneroso tanto de cosas
extinguen totalmente las obligaciones contrac- como de bienes en sentido estricto (154), y, ex-
cepcionalmente, en los actos gratuitos (por ej.,
tuales. Así, en los contratos onerosos, el que
la donación con cargo; arts. 1035 y 1556).
entregó la cosa debe todavía la ‹garantía de sa-
neamiento›” (148). Como se ha expuesto, el acreedor puede so-
licitar el cumplimiento adecuado de la obli-
El saneamiento es concebido como un su- gación, o bien reclamar la entrega de un bien
puesto específico de responsabilidad civil re- equivalente si es fungible o declarar la resolu-
glado por normas propias (149), aunque la ción total del contrato (arts. 1039 y 1049), excep-
naturaleza del tema no es pacífica en la doctri- to cuando el título se sanea por el transcurso de
na (150). la prescripción adquisitiva (art. 1050), o cuando
el efecto (vicio oculto) es subsanable y el garan-
Según el nuevo código, la garantía de sanea- te ofrece subsanarlo (art. 1057) (155).
miento es un “género conceptual” que abarca:
1) la garantía de evicción; 2) los vicios ocultos Finalmente, en el texto de la norma del art.
(que incluyen los redhibitorios); 3) el sanea- 1040, se prevé la responsabilidad por daños
miento mediante la acción de cumplimiento, como pretensión acumulable a la de evicción o
ya sea solicitándose la perfección del título o la de vicios ocultos, para el caso en que el acreedor
subsanación de los defectos, o que se indemni- de la obligación de saneamiento también de-
muestre los presupuestos de la responsabilidad
(147) LEIVA FERNÁNDEZ, ob. cit., p. 573. civil (arts. 1039, 1716 y ss.).
(148) BORDA, “Derecho civil. Contratos”, ob. cit., p.
247. (151) LORENZETTI, “Tratado de los contratos. Parte
general”, ob. cit., p. 798.
(149) LEIVA FERNÁNDEZ, Luis F. P., “Acciones que
habilita el saneamiento por vicios ocultos”, Aportes a las (152) ALTERINI, Jorge H., “Código Civil y Comercial
XXVI Jornadas Nacionales de Derecho Civil, 2017. Insti- comentado. Tratado exegético...”, ob. cit., t. V, p. 603.
tuto de Derecho Civil, Academia Nacional de Derecho y (153) HARIRI, Juan C., “La teoría general de los con-
Ciencias Sociales de Buenos Aires, La Ley, Buenos Aires, tratos”, en AA. VV., J. W. Tobías (dir.), Estudios sobre con-
2017, 21 y ss., citado en ALTERINI, Jorge H., “Código Civil tratos en homenaje al académico Jorge Horacio Alterini,
y Comercial comentado. Tratado exegético...”, ob. cit., t. V, Instituto de Derecho Civil, La Ley, Buenos Aires, 2020, p.
p. 585. 114.
(150) SÁNCHEZ HERRERO, “Tratado...”, ob. cit., ps. (154) SÁNCHEZ HERRERO, “Tratado... “, ob. cit., ps.
615-617. SÁNCHEZ HERRERO, Andrés, “Saneamiento”, 615-617, 626-627.
La Ley, Buenos Aires, 2019. HERNÁNDEZ, Carlos A. y
FRUSTAGLI, Sandra A., en LORENZETTI, Ricardo L. (155) CROVI, Luis D., en RIVERA, Julio C. y MEDINA,
(dir.), “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, Graciela, “Código Civil y Comercial de la Nación comen-
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2015, t. VI, 56. tado”, La Ley, Buenos Aires, 2014, t. III, p. 576.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 569


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

II.3.a. Evicción tal extremo que, de haberlos conocido, el adqui-


rente no la habría adquirido, o su contrapresta-
La palabra “evicción”, en términos generales, ción hubiera sido significativamente menor (art.
es toda especie de pérdida, turbación o perjui- 1051 inc. c) (157).
cio que sufra quien adquirió una cosa. En un
concepto más preciso, “evicción” implica que Superando las distintas conceptualizaciones,
todo enajenante en un acto bilateral onero- es posible que “el defecto que habilita el sa-
so es responsable frente al adquirente por las neamiento por vicios redhibitorios puede pre-
consecuencias que se derivan de la falta de le- sentarse únicamente con relación a una ‹cosa›
gitimidad del derecho del transmitente y por la stricto sensu, y este defecto en la cosa será fac-
seguridad de la existencia del derecho transmi- tico o de hecho, a diferencia de la garantía de
tido (156). evicción, que es un vicio de derecho, siendo am-
bas, como ya se analizó, especies de la garantía
En atención a lo normado por el art. 1044, el de saneamiento” (158).
contenido de la responsabilidad por evicción
se extiende a: 1) toda turbación de derecho, to- II.3.c. Resolución por incumplimiento
tal o parcial, que recae sobre el bien, por cau-
sa anterior o contemporánea a la adquisición; II.3.c.i. Rescisión, revocación y resolución
2) los reclamos de terceros fundados en dere-
chos resultantes de la propiedad intelectual o La tutela resolutoria es una institución antigua
y compleja basada en la lex commissoria (159).
industrial, excepto si el enajenante se ajustó a
El pacto comisorio, además de un remedio, es
especificaciones suministradas por el adquiren-
un modo de extinción de los contratos que, ge-
te; y 3) las turbaciones de hecho causadas por el
neralmente, es objeto de confusión con la res-
transmitente.
cisión y la revocación. Indudablemente, la
Empero, al mismo tiempo, es necesario aclarar doctrina y la misma legislación han contribuido
que no todas las turbaciones dan lugar a la garan- y contribuyen a esta dificultad o problema en la
tía de evicción; ello puede afirmarse en las exclu- aplicación e interpretación adecuada de la figu-
siones contenidas por el art. 1045 del código. ra (160).

II.3.b. Vicios ocultos (157) ALTERINI, Jorge H., “Código Civil y Comercial
comentado. Tratado exegético...”, ob. cit., p. 636.
El Código Civil velezano definía en el art. (158) Ibidem, p. 640. Leiva Fernández sintetiza esos
2164 los “vicios redhibitorios” como los defec- conceptos expresando que el vicio redhibitorio debe ser
tos ocultos de la cosa cuyo dominio, uso o goce oculto y existente a la transmisión, y lo suficientemente
se transmitió por título oneroso, existentes al grave como para hacer la cosa impropia para su destino,
tiempo de la adquisición, que la hagan impro- o como para disminuir su utilidad en grado tal que el ad-
quirente no la hubiese adquirido o hubiese pagado me-
pia para su destino, si del tal modo disminuyen nos por ella en caso de conocerlo. Algunos autores creen
el uso de ella que, al haberlos conocido el ad- que la nueva regulación en esta temática “amplía la dis-
quirente, no la habría adquirido o habría dado crecionalidad” o resulta el concepto de vicio oculto “muy
menos por ella. relativo librado a la apreciación de los jueces y sobre el
particular la jurisprudencia ha sido riquísima” (ALTERI-
El nuevo código no define los vicios ocultos, NI, Jorge H., ob. cit., p. 641; CROVI, ob. cit., p. 592; CNCiv.
regulando solamente el contenido de la respon- Sala D, 18/12/1980, LA LEY 1981-B, 514).
sabilidad; alude a ellos como aquellos que no (159) LÓPEZ de ZAVALÍA, Fernando J., “Teoría de los
están comprendidos en las exclusiones del art. contratos. Parte general”, Zavalía, Buenos Aires, 1997, 4ª
1053. También se refiere a los “vicios redhibito- ed., t. I, p. 607, § 36, nota 1. SÁNCHEZ HERRERO, Andrés,
“Resolución de los contratos por incumplimiento”, La
rios” (como una “especie” de los vicios ocultos) Ley, Buenos Aires, 2018, 5, núm. 1.3.1.
como aquellos defectos que hacen a la cosa im-
propia para su destino por razones estructurales (160) SPOTA, “Instituciones...”, v. III, p. 511 y ss. LÓPEZ
o funcionales, o que disminuyen su utilidad a de ZAVALÍA, ob. cit., t. I, p. 588 y ss., § 34. MOSSET ITUR-
RASPE, Jorge, “Contratos”, Rubinzal-Culzoni, 1998, p. 393
y ss. ALTERINI, Atilio A., “Contratos”, Abeledo-Perrot,
(156) CROVI, ob. cit., p. 581. Buenos Aires, 1999, p. 499. NICOLAU, Noemí L., “Fun-

570 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

No obstante que los autores y las leyes em- les —v.gr. testamento, otorgamiento de poder,
pleen los vocablos “rescisión”, “resolución” y etc.—. Se aplica al contrato de mandato como
“revocación” de forma indistinta o indiferente, extensión de la revocación del poder que viabi-
resulta menester brindar un contexto o mar- liza el mandato (art. 1329). También a la dona-
co de precisión conceptual para no incurrir en ción, arts. 218 a una fundación, y 1569” (165).
error en la elección del remedio adecuado para Es, en definitiva, un acto jurídico unilateral e in-
la protección del crédito, que constituye el obje- causado (166) que, “a partir de la previsión legal
to de esta tesis (161). o contractual que lo autoriza, produce efectos
extintivos ex nunc sobre los actos jurídicos uni-
Generalmente, se habla de “rescisión” en alu- laterales o bilaterales gratuitos” (167).
sión a una forma de extinción de los contratos
que opera a futuro (ex nunc) y que depende de El art. 1077 establece que el contrato puede
una causa sobreviniente (162). Si es bilateral, se ser extinguido total o parcialmente por la decla-
llama “distracto” y supone un nuevo contrato ración de una de las partes, mediante “la revo-
que tiene por fin extinguir la relación contrac- cación” —junto con la rescisión unilateral y la
tual existente (art. 1076). Si es unilateral puede resolución— en los casos en que el mismo con-
tener origen legal o convencional (art. 1077 y trato o la ley le atribuyan esa facultad.
ss.) (163).
Borda sugiere que “la idea de revocación está
Así pues, el art. 1076 dispone que “el contra-
unidad a la de liberalidad: se revoca una dona-
to puede ser extinguido por rescisión bilateral.
ción, un testamento. Importa un acto de volun-
Esta extinción, excepto estipulación en con-
tad por el cual se deja sin efecto la liberalidad”.
trario, sólo produce efectos para el futuro y no
Pero a continuación esclarece “que limitándo-
afecta derechos de terceros”. Por su parte, el art.
1077 establece que la ley o la voluntad de una de nos ahora al campo de los contratos —a dife-
las partes —cuando así fuera pactado— pueden rencia del derecho sucesorio— diremos que la
rescindir el contrato por su sola voluntad. Esta revocación exige una causa jurídica que la jus-
norma brinda, a su vez, la posibilidad de que tifique” (168).
esta rescisión sea parcial o total.
Finalmente, la “resolución” es una facultad
“Revocar” significa, en cambio, extinguir un que opera en una amplia cantidad de situacio-
acto unilateral mediante otro acto unilateral. Ló- nes y que posee a su vez limitaciones y requi-
pez de Zavalía lo explica diciendo que “ello im- sitos que es necesario distinguir. Al respecto,
plica derogar una normación primera por una Aparicio nos ilustra diciendo que “entre los re-
normación segunda” (164). Leiva afirma que la medios frente al incumplimiento, al contratante
“revocación como instituto extintivo de los ac- fiel a su promesa, además del derecho a exigir
tos jurídicos tuvo origen en los actos unilatera- el cumplimento de la contraparte, puede co-
rresponderle la facultad de optar por la resolu-
damentos de derecho contractual”, La Ley, Buenos Aires, ción. Se trata de una drástica vía que conduce al
2009, t. 1, p. 328 y ss. RIVERA, MEDINA y CHIAZZA, ob. aniquilamiento o disolución del contrato y que
cit., p. 476 y ss. LORENZETTI, “Tratado de los contratos”, le permite al contratante que padece el incum-
ob. cit., ps. 664-666. SÁNCHEZ HERRERO, “Tratado... “,
ob. cit., ps. 869-874, núm. 17.2.
(165) LEIVA, en RIVERA y MEDINA (dirs.), “Código
(161) PIZARRO y VALLESPINOS, “Instituciones... “, ob. Civil y Comercial de la Nación comentado”, ob. cit., t.
cit., t. 2, ps. 264 y ss., § 377. III, comentario al art. 1078. MOSSET ITURRASPE, Jorge,
“Contratos”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1998, ps. 388-
(162) La terminología es hartamente ambigua y vaga 389.
tanto en su designación como en su uso tanto doctrinal
como legal (cfr. SÁNCHEZ HERRERO, “Tratado... “, ob. (166) SPOTA, “Instituciones... “, ob. cit., t. III, núm. 652.
cit., ps. 869-874, núm. 17.2).
(167) LEIVA, en RIVERA y MEDINA (dirs.), “Código
(163) APARICIO, t. 2, ps. 325-326, § 1396-1399. Civil y Comercial de la Nación comentado”, ob. cit., t. III,
comentario del art. 1078.
(164) LÓPEZ de ZAVALÍA, Fernando J., “Teoría de los
contratos. Parte general”, Víctor P. de Zavalía Editor, Bue- (168) BORDA, “Derecho civil y comercial. Contratos...”,
nos Aires, 1971, p. 349. ob. cit., p. 250.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 571


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

plimiento, desvincularse definitivamente de la cial del contrato; 2) que la otra —quien pretende
contraparte que ha incurrido en él” (169). resolver— no haya incurrido a su vez en incum-
plimiento; y 3) que la parte no incumplidora opte
En palabras de Leiva, “la resolución es un acto por resolver el contrato, manifestando su volun-
jurídico unilateral y extintivo. Concurre con di- tad en tal sentido. Estos requisitos son comunes
versas instituciones que sin embargo, pueden a la resolución legal o convencional; a la judicial
organizarse en supuestos de resolución auto- o extrajudicial. Para la resolución convencional
mática y supuesto de resolución facultativa, en implícita o tácita se exige además la concesión de
los que además del supuesto previsto en la ley o un plazo de gracia (arts. 1084 a 1088).
en el contrato, se requiere la voluntad de la parte
que resuelve” (170). Cabe señalar que, ante el incumplimiento, el
acreedor goza del ius variandi. Ello significa que
Es decir, consiste en la extinción retroactiva puede optar entre exigir el cumplimiento de la
del contrato (ex tunc), por un hecho posterior obligación o resolver el contrato (arts. 1078 incs.
a su celebración, a la cual las partes o la ley le e, f y g, 1083 y 1085) (174).
otorgan el efecto de extinguir el contrato (171).
Los efectos de la cláusula resolutoria son los
Ahora bien, abocados a la “resolución por su- siguientes: 1) extingue el contrato de forma re-
puestos de ineficacia sobrevenida”, los arts. 1083, troactiva —en principio— y, en consecuencia,
1084 y 1085 tratan diversos aspectos de la reso- libera a las partes del cumplimiento de las obliga-
lución por incumplimiento, refiriéndose a la re- ciones pendientes (art. 1079); 2) genera la obliga-
solución total o parcial, a la configuración del ción de restituir lo recibido en virtud del contrato
incumplimiento y a la regla de que toda senten- (art. 1081), y 3) otorga al acreedor el derecho a ser
cia que condene al cumplimiento de un contra- resarcido por los daños causados (art. 1082).
to lleva implícito el apercibimiento de que, ante
el incumplimiento en el trámite de ejecución, el II.3.c.iii. Otros
acreedor tiene derecho a la resolución (172).
Se ha señalado en el capítulo I que la tutela
Finalmente, los arts. 1086, 1087 y 1088 abordan jurídica del crédito comprende todos los aspec-
los supuestos de resolución tácita y expresa, y, sus- tos protectorios de los derechos del acreedor,
tancialmente, se pliegan al sistema vigente, legis- alcanzando los aspectos preventivos (o conser-
lado en el art. 216 del Código de Comercio, cuyo vatorios), ejecutorios, resarcitorios y resoluto-
texto reproduce el art. 1204 del Código Civil (173). rios.

II.3.c.ii. Cláusula resolutoria Sin embargo, algunos de ellos no son con-


secuencia directa del incumplimiento obliga-
La resolución por incumplimiento exige para cional; es más, unos pueden ser ejercitados de
su configuración la concurrencia de determi- forma previa a la inejecución, como es el caso
nados requisitos generales: 1) que uno de los de las medidas cautelares o la acción subroga-
contratantes haya incumplido de forma grave, toria; otros —en cambio— son necesarios para
injustificada e imputable una obligación esen- efectivizar la garantía patrimonial, como la ac-
ción de simulación o fraude (arts. 333 a 342,
736 a 745 y concs.), y también los hay para tu-
(169) APARICIO, “Contratos”, ob. cit., t. II, p. 321.
telar circunstancias extraordinarias en el deve-
(170) ALTERINI, “Código Civil y Comercial comenta- nir de la existencia de los contratos: la lesión
do. Tratado exegético...”, ob. cit., p. 742; y RIVERA y MEDI- e imprevisión contractual que facultan a re-
NA, “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”,
ob. cit., p. 642.
querir la revisión del contrato o su resolución
(arts. 332 y 1091). Finalmente, no se pasa por
(171) MOSSET ITURRASPE, “Contratos”, ob. cit., p. alto la ejecución forzada colectiva, que cons-
388-389.
tituye un remedio también frente al incum-
(172) SÁNCHEZ HERRERO, “Tratado... “, ob. cit., ps. plimiento obligacional (arts. 744, Cód. Civ. y
779, 782-783, 794.
(173) Ibidem, ps. 796-817. (174) Ibidem, p. 821.

572 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

Com.; arts. 1°, 77, inc. 2, 78, 79, inc. 2 y concs., III.1. Art. 10 bis. Ejecución forzada y resolución
ley 24.522) (175).
La Ley de Defensa del Consumidor prevé que
III. El microsistema de la Ley de Defensa “el incumplimiento de la oferta o del contra-
del Consumidor to por el proveedor, salvo caso fortuito o fuerza
mayor, faculta al consumidor, a su libre elección
Ante el incumplimiento obligacional produ- a: a) exigir el cumplimiento forzado de la obliga-
cido en el marco de una relación de consumo, ción, siempre que ello fuera posible, b) aceptar
existen una multiplicidad de acciones judicia- otro producto o prestación de servicio equiva-
les aplicables (remedios), según el supuesto lente, o c) rescindir (rectius: resolver) el contra-
de hecho que se presente. Por un lado, están to con derecho a restitución de lo pagado, sin
las que derivan directamente de la aplicación perjuicio de los efectos producidos, consideran-
constitucional (por ej., el amparo); por otro, las do la integridad del contrato. Todo ello, sin per-
juicio de las acciones de daños y perjuicios que
emanadas del texto de la ley 24.240 (y sus mo-
correspondan” (art. 10 bis).
dificaciones), y, finalmente, aquellas previstas
en otras leyes “conexas” (Ley de Abastecimien- El incumplimiento puede derivarse no solo
to, Ley de Defensa de la Competencia, etc.). del contrato de consumo (v.gr., una compra-
venta de automotor), sino también de la misma
Es necesario aclarar —como se ha señala- oferta (arts. 7, 8, 9, 32 y 33), y se configura si lo
do supra— que “...la Ley de Defensa del Con- obtenido por el consumidor no satisface su inte-
sumidor, consagra una serie de remedios rés. Ello así, tiene su fundamento en el carácter
adicionales que no reemplazan, sino que vie- vinculante de la oferta y en el resguardo de las
nen a sumarse a los contemplados por el dere- expectativas generadas al consumidor dentro
cho común” (176). Por otra parte, en algunas de la economía de mercado.
situaciones es posible acumular diferentes
Tanto a lo que se refiere a la inejecución obli-
pretensiones (por ej., la de garantía por vi-
gacional (naturaleza, clases y efectos) como a
cios ocultos con de indemnizatoria por da-
los remedios previstos por la norma transcrip-
ños) (177). ta (ejecución forzada y resolución) les son apli-
cables las consideraciones expuestas supra. La
Entonces, conviene comenzar por discrimi-
norma contempla, a diferencia del derecho co-
nar con precisión el supuesto que se plantea mún, una prerrogativa adicional: la de reclamar
en cada caso, analizando minuciosamente los una prestación “equivalente”, la cual debe ser
hechos, con sus aristas y particularidades, para ejercida de modo funcional y razonable, es de-
determinar luego qué remedios jurídicos —o cir, dentro de los cánones generales de la buena
mecanismos de defensa— se corresponden fe y del ejercicio regular del derecho (arts. 9, 10 y
con el problema planteado (178). Veamos. concs., Cód. Civ. y Com).

(175) ROCCO, Alfredo, “Il falimento. Teoria generale III.2. Arts. 11 al 17. Régimen legal de garantías
ed origine storica”, Fratelli Boca Editori, Napoli, 1917, 6-7,
11 y ss. CANDIAN, Aurelio, “Il processo di fallimento”, 2a El campo de aplicación del régimen de este
edición, CEDAM, Padova, 1939, 11-13. FERRARA, Fran- epígrafe se refiere a las cosas muebles no con-
cesco, «Il falimento», Giuffré, Milano, 1974, 3ª ed., p. 3 y sumibles, es decir, a aquellos objetos materiales
ss. COMPAGNUCCI de CASO, «Derecho de las obligacio-
nes», ob. cit., p. 163 y ss., § 70. que no se agoten con el primer uso (cfr. art. 2325
del Cód. Civ. derogado).
(176) PICASSO, Sebastián y VÁZQUEZ, Roberto A.,
“Ley de Defensa del Consumidor comentada y anotada”, La obligación tiene un carácter amplio, toda
La Ley, Buenos Aires, 2013, p. 154.
vez que “el objeto de la garantía se refiere a de-
(177) BERSTEN, Horacio L., “Derecho procesal del fectos o vicios de cualquier índole, aunque ha-
consumidor”, La Ley, Buenos Aires, 2003, p. 452. yan sido ostensibles o manifiestos al tiempo del
(178) ALTERINI, “Contratos...”, ob. cit., p. 151 y ss. contrato, que afecten la identidad entre lo ofre-

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 573


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

cido y lo entregado, o su correcto funcionamien- Bajo tales premisas, Bersten resume cómo re-
to” (179). sultará la aplicación de los remedios jurídicos
que esta ley contempla en estos supuestos, pu-
Sagarna explica que “la ‹garantía› consiste en diéndose articular “antes de la reparación”, ac-
el deber que tiene todo proveedor [...] de repa- cionando por el cumplimiento del art. 11 para
rar el bien o, en el supuesto de refacción no sa- hacer efectiva la garantía legal allí establecida;
tisfactoria por no tener las condiciones óptimas y “luego de una reparación insatisfactoria”, de
para cumplir con el uso que al que está destina- acuerdo con las opciones del art. 17, pudiendo
do, sustituirlo por uno nuevo de idénticas carac- accionar por: a) la sustitución de la cosa; b) la
terísticas o aceptar la devolución de la cosa en el restitución de las sumas pagadas; c) una quita
estado que se encuentre a cambio de reintegrar proporcional del precio (183); y, finalmente, a
las sumas pagadas conforme el precio actual de ello cabe agregar que, en todos los casos, la op-
ésta o hacer una quita proporcional del precio, ción de que haga uso el consumidor no impide
todo ello sin perjuicio de los daños que el recla- la reclamación de eventuales daños que pudie-
mante puede peticionar (cfr. arts. 11, 12, 13, 15 y ran corresponder (184).
18, ley 24.240)” (180).
En todos estos casos, el consumidor debe pro-
Entonces, según este régimen de garantía le- bar que la reparación no ha sido óptima, que no
gal, dentro de los seis meses de adquirida una
cosa mueble no consumible, el consumidor y
sulta necesario aclarar que, en el momento de escribirse
los sucesivos adquirentes pueden reclamar por el texto al que hacen referencia estos autores, no se en-
los vicios o defectos de cualquier índole. En este contraba vigente aún la ley 26.994, que sancionó el nuevo
sentido, Bersten precisa que el plazo puede ser Código Civil y Comercial de la Nación y que modificó el
ampliado, ya sea por acuerdo de las partes o en art. 50 de la Ley de Defensa del Consumidor en cuanto
virtud de la voluntad del proveedor. Asimismo, a la prescripción en las relaciones de consumo; al supri-
explica que, “en razón de que no existe disposi- mirse el plazo de prescripción respecto de las acciones
judiciales que deriven de dicha ley, hace que se deba de
ción limitativa alguna, la obligación de garantía recurrir al Código Civil y Comercial de la Nación para en-
—y la correlativa acción que de ella resulta— contrar la solución. Al respecto, el art. 2560 del Cód. Civ.
alcanza las cosas usadas, cuando se vendedor y Com. establece el plazo genérico para la prescripción,
no fuere otro consumidor sino alguien que co- que es de cinco años, salvo que se prevea uno diferente
mercialice en forma profesional. A su vez, deta- en la legislación local, por lo que se podría inferir que las
lla que incluye gastos, alcanza por solidaridad a acciones derivadas de las relaciones de consumo pre-
scriben a los cinco años, salvo que existan otros plazos
toda la cadena de comercialización” (181). en leyes especiales o en el mismo código. Sin perjuicio de
ello, preexiste una real controversia en cuanto al plazo de
Ahora bien, si se detecta un defecto como los prescripción aplicable para las acciones derivadas de di-
descriptos, dentro del plazo de la garantía, se- cha ley, teniendo en cuenta el principio de la norma más
gún señalan Frustagli y Hernández, “el consu- favorable para el consumidor. Por un lado, de acuerdo
midor tiene el plazo de 3 años del art. 50 de la a la aplicación de la norma más favorable para el con-
ley para iniciar la acción prevista en el art. 17, sumidor (cfr. arts. 3, LDC y art. 1094, Cód. Civ. y Com.),
el plazo de prescripción de cinco años del art. 2560 es el
computándose éste a partir del conocimiento adecuado por sobre el que eventualmente surja de una
del vicio por el consumidor” (182). ley especial. Y, por otro lado, teniendo en cuenta que al
no contar con un plazo de prescripción específico en la
(179) LORENZETTI, “Consumidores...”, ob. cit., p. 349. LDC para las acciones derivadas de la responsabilidad
civil y habiéndose suprimido, en la redacción del art. 50
(180) SAGARNA, Fernando A., en PICASSO y según ley 26.994, el principio de la norma más favorable
VÁZQUEZ FERREYRA, “Ley de Defensa del Consumi- para el consumidor, se podría deducir entonces que, cu-
dor...”, ob. cit., t. I, p. 170 y ss. ando existan leyes específicas que regulan aspectos par-
ticulares de determinadas relaciones de consumo estas,
(181) BERSTEN, ob. cit., p. 454. podrían ser aplicables en materia de prescripción.
(182) FRUSTAGLI, Sandra A. y HERNÁNDEZ, Carlos (183) BERSTEN, ob. cit., p. 454 y ss.
A., “Primeras consideraciones sobre los alcances de la
reforma de la Ley de Defensa del Consumidor, con espe- (184) TAMBUSSI, Carlos E., en SÁNCHEZ HERRERO
cial referencia a la materia contractual”, JA 2008-II-1212 y (dir.), “Tratado... “, ob. cit., t. II, p. 1068; TAMBUSSI y WAS-
ss., pto. VIII, “El régimen de las garantías legales”, citado SERMAN, “Mecanismos de defensa del consumidor en el
por Sagarna, en Picasso y Vázquez Ferreyra, T. I, 205. Re- ordenamiento jurídico argentino”.

574 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

puede emplear la cosa para el fin que la adqui- Cabe acotar que la naturaleza de la responsa-
rió, operando en caso de duda el favor debilis bilidad por daños al consumidor, a causa “del
del art. 37, criterio que debe apreciarse en la ca- vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del
suística (185). servicio” (art. 40), es fuente —aún— de un gran
debate en la doctrina nacional.
III.3. Arts. 5, 6 y 40. Responsabilidad por daños
El profesor Picasso afirmaba —en un princi-
El régimen de responsabilidad por daños al pio— que había un cúmulo de los ámbitos de la
consumidor se desenvuelve en torno al “deber responsabilidad contractual (obligacional) y ex-
de seguridad” consagrado, primariamente, en el tracontractual, con fundamento en el art. 3 de
art. 42 de la CN y, de forma reglamentaria, en los la ley 24.240, de modo tal que —en los casos no
arts. 5, 6 y 40 de la ley 24.240. El incumplimiento previstos por la ley— el consumidor podía optar
de este deber origina —en principio— una res- por aplicar el régimen que le fuese más favora-
ponsabilidad objetiva del prestador o proveedor ble. Sin embargo, actualmente, este mismo au-
de cosas o servicios. Debe señalarse que los tres tor sostiene una conclusión diferente. Sobre la
artículos citados de la ley del consumidor con- base de nuevas consideraciones, explica que su
sagran tres “supuestos de hecho” diferentes, razonamiento parte de entender que la relación
pero interrelacionados entre sí bajo el prisma de consumo —o, en su caso, el contrato de con-
de “principio protectorio” sentado por la carta sumo— son verdaderas fuentes de obligaciones
magna (186). y que, por ende, corresponde solo aplicar el ré-
En este sentido, Lorenzetti sostiene que el art. gimen de responsabilidad obligacional (188).
5 debe ser interpretado de forma coherente con En este orden de ideas, precisa que el pro-
el art. 40, aplicable a los casos de responsabili- veedor asume diversas clases de obligaciones
dad derivados del vicio o riesgo —con “una ex-
frente al consumidor. Entre ellas, distingue en-
tensión en materia de legitimación pasiva”—,
tre las “obligaciones o deberes principales” y
aunque entiende que el art. 5 prevé un cierto
las “obligaciones secundarias o complementa-
grado de subjetividad al fijar un estándar de di-
rias” (189).
ligencia (prever que el uso normal de la cosa no
cauce un daño), en tanto que el art. 6 es objetivo Las primeras son aquellas que surgen del de-
al garantizar la seguridad de los bienes y servi- ber de prestación del proveedor, que suelen
cios comercializados (187). consistir en dar alguna cosa o prestar un servi-
cio al consumidor. Estas tienen por fuente un
(185) TAMBUSSI, en Sánchez Herrero (dir.), “Tratado... contrato de consumo y, en consecuencia, resul-
“, ob. cit., t. II, ps. 1068-1069. ta indubitable el carácter obligacional de la res-
(186) WAJNTRAUB, “Análisis exegético de la ley”,
en Mosset Iturraspe y Wajntraub, ob. cit., p. 75. CHA- del resguardo de la salud o la seguridad de las personas
MATROPOLUS, ob. cit., t. I, coment. art. 5, núm. 1. Cabe que adquieren o utilizan sus productos o servicios, en
aclarar que la regla general sentada en el art. 5 —con el tanto que el art. 40 establece una responsabilidad por
epígrafe “Protección al consumidor”— no cubre los da- daños originados en vicios o riesgos de los bienes o en
ños derivados del uso contrario o ajeno a la naturaleza del la prestación de servicios. Agregan que hay quienes sos-
bien, ello siempre y cuando no haya podido ser previsto tienen que el art. 5º le da sustento parcial a la responsabi-
de modo razonable por el proveedor (HERNÁNDEZ, Car- lidad del art. 40, aclarando que los alcances de este no
los A. y FRUSTAGLI, Sandra A., comentarios de los arts. deben reducirse a aquel. En tal sentido, la noción de vicio
5 y 6, en Picasso y Vázquez Ferreyra, t. I, 89). En cuanto de la última disposición depende de la noción de seguri-
a la disposición contenida en el art. 6 —bajo el epígrafe dad del art. 5 (HERNÁNDEZ y FRUSTAGLI, comentario
“Cosas y servicios riesgosos”—, la doctrina entiende que de los arts. 5 y 6, en Picasso y Vázquez Ferreyra, t. I, 92-93;
se ha consagrado un deber de seguridad “agravado”, en CHAMATROPOLUS, t. I, nota 863).
cuanto se obliga al proveedor a tomar medidas concretas
y acciones positivas para evitar daños a la salud o a la in- (188) VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto A. y ROMERA,
tegridad física de los consumidores (CHAMATROPOLUS, Oscar E., “Protección y defensa del consumidor”, Depal-
ob. cit., t. I, coment. art. 6, núm. 1). ma, Buenos Aires, 1994, citado en PICASSO, Sebastián y
SÁENZ, Luis R. J., “Tratado de derecho de daños”, La Ley,
(187) LORENZETTI, “Consumidores...”, ob. cit., ps. 500- Buenos Aires, 2019, t. I, p. 258 y ss.
503. Hernández y Frustagli consideran que los arts. 5 y
6 regulan la responsabilidad de los proveedores respecto (189) Cfr. capítulo I, nota 22.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 575


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

ponsabilidad derivada del incumplimiento en al régimen de responsabilidad a ser aplicado.


tales casos. Afirma que corresponde enmarcarlo en el ré-
gimen de la responsabilidad extracontractual,
Ya dentro del marco de la relación de con- con fundamento en que esta responsabilidad se
sumo, se señala —entre las secundarias o extiende a una serie de personas distintas que
complementarias— la “obligación de informa- no estaban vinculadas previamente con el con-
ción” (190) y, paralelamente, la existencia de la sumidor y que, por lo tanto, no habían asumido
“obligación de seguridad” (191), que surgen en frente a él obligación alguna (193).
aras de tutelar la persona o, eventualmente, sus
bienes. Expuestas las distintas posiciones respecto
del régimen de responsabilidad aplicable, desde
Picasso agrega a este elenco, y como com- la perspectiva de la problemática que se anali-
plemento de la obligación de seguridad, la tu- zará en este trabajo (sin desacreditar la postu-
tela adicional que brinda el art. 40 respecto de ra que considera una responsabilidad aquiliana
la persona o de los bienes que no constituyen el en estos casos), cabe reparar en las posturas mi-
objeto del contrato, toda vez que “faculta al con- noritarias que se fundamentan en los llamados
sumidor, en determinados casos, a extender la “contratos conexos” o de estipulaciones a favor
legitimación pasiva más allá del simple provee- de tercero. Ello así, toda vez que, conforme se
dor directo, abarcar a todas las personas que han verá más adelante, el tráfico negocial moderno
invertido en la cadena de producción o comer- y los nuevos modelos de negocios concebidos
cialización de un producto o servicio” (192). en el comercio electrónico proyectan la necesi-
dad de pensar nuevos marcos regulatorios que
Sin embargo, sobre este supuesto en particu- los expuestos anteriormente.
lar, realiza una aclaración relevante respecto
Prueba de ello son las tendencias doctrinarias
(190) Como acertadamente aclara el Dr. Picasso, “en actuales que plantean un panorama aún más
puridad es una obligación legal que rige tanto en el perío-
do precontractual como durante la vigencia del contrato (193) Asimismo, Picasso remarca en sus notas a pie de
de consumo (arts. 4, ley 24.240 y 1.100, CCCN y concs). página de su “Tratado…”, la crítica que se ha realizado re-
Naturalmente, el hecho de que ese deber calificado tenga specto de que en el art. 40 se disponga que la responsabi-
fuente legal no altera la naturaleza obligacional de la re- lidad es «solidaria», toda vez que la solidaridad requiere
sponsabilidad resultante, en la medida en que la de in- que la «causa» de la responsabilidad de todos los obliga-
formar es una verdadera obligación que tiene por deudor dos sea la misma (art. 1751), mientras que en tales casos
al proveedor, por acreedor al consumidor (contratante o los legitimados pasivos responden en virtud de «causas»
no), y por objeto una prestación determinada (de hacer). distintas (PIZARRO, Ramón D., «Tratado de la respon-
Picasso y Sáenz, 259. sabilidad objetiva», La Ley, Buenos Aires, 2016, t. I, 744;
(191) Nuevamente precisa el autor que “la seguridad TRIGO REPRESAS, Félix A. y LÓPEZ MESA, Marcelo,
que el proveedor debe garantizar al consumidor por im- «Tratado de la responsabilidad civil», La Ley, Buenos Ai-
perio constitucional y legal (arts. 42, CN y 5, LDC), no res, 2004, t. III, 497; PICCASO y SÁENZ, ob. cit., p. 261.En
deriva de un deber genérico, sino que constituye el ob- contraposición con lo sostenido por este autor (Picasso),
jeto de una verdadera obligación que tiene por deudor al destaca también la existencia de «posiciones minoritar-
proveedor [...]. Por consiguiente, la eventual responsabi- ias que afirman el carácter ‹contractual› de la respon-
lidad resultante de su violación tiene naturaleza obliga- sabilidad de todos los miembros de la cadena de comer-
cional, y no aquiliana (PICASSO y SÁENZ, ob. cit., p. 260). cialización o distribución de un producto elaborado, con
fundamento en el mecanismo de la estipulación a favor
(192) Resulta importante remarcar otra precisión que de terceros, en la supuesta cesión tácita de las acciones
realiza el autor respecto a la obligación de seguridad y el desde el primer adquirente del producto hasta el con-
régimen del art. 40 de la LDC respecto a la prueba. Por sumidor; o en la teoría de los contratos conexos. Asimis-
un lado, para aplicar la responsabilidad por la obligación mo, hay autores que —sobre la base de las disposiciones
de seguridad, basta con que el consumidor pruebe haber relativas a la obligatoriedad de la oferta al público y de la
sido dañado en el ámbito de la relación de consumo; y integración al contrato de las previsiones contenidas en
responderá “contractualmente” por incumplimiento de la publicidad (arts. 7 y 8, ley 24.240)— sostienen la natu-
su obligación de seguridad. En cambio, en el caso de raleza obligacional de la responsabilidad del fabricante
aplicar el régimen del art. 40 de la ley 24.240, se requiere que realiza ofertas al público» (Picasso y Sáenz citan la
una prueba adicional: debe demostrarse que el producto obra de Mosset Iturraspe, Jorge y Lorenzetti, Ricardo L.,
era riesgoso o vicioso y que el daño fue causado por ese «Defensa del consumidor», Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
defecto (PICASSO, SÁENZ, ob. cit., p. 261). 1993, 312; cfr. Picasso y Sáenz, 261).

576 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

amplio de estas situaciones (194) y que han te- De esta manera, la nueva norma proyectada
nido —ni más ni menos— el nuevo proyecto de en el proyecto de reformas pareciera readaptar
reformas de la Ley de Defensa del Consumidor, la “solidaridad” cuestionada del art. 40 de la ley
que concibe —en su capítulo 7, titulado “Con- 24.240 al abrigo de la nueva figura de los con-
tratos conexos”, y en su art. 65 de epígrafe “Cone- tratos conexos. Se dejan planteados esta consi-
xidad. Acción preventiva, acción directa y tutela deración y los interrogantes que genera, para el
resarcitoria”— un marco protectorio —en cuan- momento en que se abordará el análisis del fallo
to a los legitimados pasivos— más amplio, de y su encuadre jurídico.
modo coincidente con las regulaciones previs-
IV. Diálogo de fuentes
tas en el derecho común (195).
En palabras de Zimmermann, “algo que ca-
Al respecto, repárese en que los arts. 1073 y racteriza el desarrollo del Derecho contractual
siguientes del código consagran los efectos de en las últimas cuatro décadas, tanto en Alema-
los negocios coligados. Así, se dice que “[l]a co- nia como internacionalmente, es el incremento
nexidad descripta en el artículo 1073 del Códi- de la legislación de protección de los consumi-
go Civil y Comercial y la tutela de la confianza, dores que han iniciado relaciones contractua-
podrán habilitar al consumidor según las cir- les o que ya han concluido un contrato que es
cunstancias, a quien sea parte en alguno de los o puede acabar siendo perjudicial a sus intere-
contratos coligados a ejercer los siguientes dere- ses. Tal legislación acostumbra a ser calificada
chos respecto de otros participantes del acuerdo de muy insatisfactoria. Es evidente que las nor-
global que no hubieran contratado directamen- mas no están coordinadas entre sí. Además,
te con él” (196). existe siempre una cierta tensión entre la pers-
pectiva que adopta la legislación de consumo
(194) TAMBUSSI, Carlos E, “Decisiones judiciales y los principios básicos del Derecho general de
referidas al comercio electrónico en la Argentina desde contratos, que son la igualdad de las partes y la
el derecho de consumidores y usuarios”, Lex, N° 22, año autonomía privada. De ahí que tanto la defini-
XVI, 2018-II; ídem, “Sobre las plataformas de comercio ción como el enfoque centrado en el concepto
electrónico y el derecho sancionatorio en materia de de consumidor hayan sido objeto de numerosas
consumo”, Erreius, Temas de Derecho Comercial, Em-
presarial y del Consumidor (agosto/2018), cita digital críticas” (197).
IUSDC286065A; ídem, “Relación de consumo y respon-
sabilidad objetiva entre los usuarios de las plataformas La existencia de una pluralidad de remedios
de venta y el proveedor del servicio”, LA LEY 2018-C, para la tutela del crédito, especialmente, en las
101. TAMBUSSI, Carlos E. y CÓRDOBA, Lucrecia, “Y los relaciones de consumo, es fuente de problemas
libres mercados responden (A propósito de los sitios de interpretativos que exigen de una metodología
compraventa en Internet)”, Microjuris (21/12/2012): MJ-
DOC-6121-ARMJD6121).
acorde con el postulado de la “armonización
de los derechos”, según se expresa en los fun-
(195) Cfr. STIGLITZ, Rubén S., “Contratos civiles y co- damentos del código y lo sostiene calificada
merciales. Parte general”, La Ley, 3ª ed., t. I, 135 y ss. Re- doctrina (198) [aun nuestra misma Corte Su-
cientemente, el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba
ha entendido que la modalidad operativa que propone
Mercado Libre a través de la utilización de su plataforma (197) ZIMMERMANN Reinhard, “El nuevo derecho
de comercio electrónico importa la configuración de un alemán de obligaciones. Un análisis desde la historia y el
supuesto de conexidad contractual, en cuanto se estruc- derecho comparado”, Bosch, Barcelona, 2008, cap. 5, 303.
tura con base en tres negocios: dos de ellos, iniciales, cel-
ebrados entre los usuarios y Mercado Libre, por los cuales (198) BIDART CAMPOS, Germán J., “La interpretación
se habilita la utilización de la plataforma de comercio y el control de constitucionalidad en la jurisdicción
electrónico, y el tercero, celebrado entre los usuarios, por constitucional”, Ediar, Buenos Aires, 1987, ps. 235-237;
el cual se adquieren los bienes y servicios; ver conside- CIANCIARDO, Juan, “El conflictivismo en los derechos
rando X, Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, “Mer- fundamentales”, Eunsa, Pamplona, 2000; VIGO, Rodolfo
cado Libre SRL c/Dirección de Defensa del Consumidor L., “Interpretación constitucional”, Abeledo-Perrot, Bue-
y Lealtad Comercial. Recurso apelación c/. Decisiones de nos Aires, 1993, ps. 116-124; id., “Los principios jurídicos.
Persona Jur. Pub. No Estatal Recurso directo”, 19/05/2020. Perspectiva jurisprudencial”, Depalma, 2000, 179 y ss.;
TOLLER, Fernando M., “Metodologías para tomar deci-
(196) TAMBUSSI, en SÁNCHEZ HERRERO (dir.), siones en litigios y procesos legislativos sobre derechos
“Tratado...”, ob. cit., t. II, p. 1016. fundamentales”, en Grosman, Lucas S. y otros (dirs.),

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 577


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

prema (199)], sobre todo cuando se trata de hermenéutica de interpretación “coherente”, re-
derechos fundamentales (por ej., el derecho de ceptada en el art. 2 del código (202).
propiedad, la libertad de contratar, el derecho
protectorio de consumidores y usuarios, etc.; Por otra parte, las reglas lógicas para resolver
arts. 14, 17, 42 y concs., CN) (200). las antinomias [especialidad, jerarquía y cro-
nología (203)] no parecen satisfacer la “maxi-
Lorenzetti afirma al respecto que, “en los ca- mación” de los derechos fundamentales que
sos que se presentan colisión de normas, es im- impera en materia del consumidor (entre ellos,
portante tener en cuenta que no es la ley, sino la el principio protectorio; art. 42, CN), puesto que
Constitución Nacional, la que es fuente princi- tales reglas son excluyentes de la aplicabilidad
pal del Derecho consumerista”. En este sentido, de normas, en cuanto —como dice Alexy— los
aclara acertadamente que el principio protecto- principios son “mandatos de optimización”, en
rio de rango constitucional es el que da origen la medida en que ordenan que algo sea realiza-
y fundamenta el derecho del consumidor (201). do en la mayor medida posible, de acuerdo con
las posibilidades jurídicas, fácticas y epistémi-
Ahora bien, el código —haciéndose cargo de cas existentes (204). Ello muestra, pues, la ne-
esta problemática (en cuanto a la pluralidad de cesidad de optimizar el principio protectorio en
normas y, por ende, de remedios que contienen todas las circunstancias o situaciones posibles,
los derechos en juego)— establece un criterio en la medida en que los derechos del acree-
interpretativo general en materia de contratos: dor no pueden ser postergados porque no ha-
“Prelación normativa. Cuando concurren dis- yan sido previstos para el régimen especial del
posiciones de este Código y de alguna ley es- consumidor, sino —como ejemplo— los efec-
pecial, las normas se aplican con el siguiente tos de los “contratos conexos” para los contra-
orden de prelación: a) normas indisponibles de tos discrecionales o paritarios (cfr. arts. 1073 a
la ley especial y de este Código; b) normas parti- 1075) (205).
culares del contrato; c) normas supletorias de la
ley especial; d) normas supletorias de este Códi- De ahí la necesidad de la técnica de la “armo-
go” (art. 963). nización” de los derechos, o bien del “diálogo
de fuentes” en materia de contratos de consu-
Vale decir que adopta los criterios de im- mo (206), sobre todo por el hecho de que se
peratividad y especialidad de las normas. Sin
embargo, ello no nos puede hacer soslayar la (202) NEGRI, Nicolás J., “Análisis crítico de los arts. 1º,
aplicación del art. 31 de la carta magna, vale de- 2º y 3º del Título Preliminar del Código Civil y Comercial”,
cir, el criterio de jerarquía a favor de la Constitu- RCCyC, 2016, diciembre, 59 y ss.
ción y de los tratados internacionales, y la regla
(203) BOBBIO, Norberto, “Teoría general del derecho”,
Temis, Bogotá, 2007, p. 154 y ss.
Tratado de los derechos constitucionales, Abeledo-Per-
rot, Buenos Aires, 2014, t. I, p. 111 y ss. (204) VIGO, Rodolfo L., “Interpretación (argumen-
tación) jurídica en el Estado de derecho constitucional”,
(199) CS, Fallos: 327:4241, 330:3685, 332:663, 337:256, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2015, p. 151. GRAJALES y
342:1061. Cfr. Sagüés, 636 y los casos allí citados (Fallos: NEGRI, “Interpretación y aplicación...”, ob. cit., p. 67.
255:293, 264:94, 272:231, 310:2709).
(205) BORDA, Alejandro, “Derecho civil. Contratos”, La
(200) ALTERINI, Jorge H., “Fuentes, interpretación y Ley, Buenos Aires, 2016, ps. 18-20 y 242-243.
aplicación del derecho en el Código Civil y Comercial”, La
Ley, 2018-C, 869. Lorenzetti, Código Civil y Comercial de (206) BORDA, Alejandro, “Derecho civil y comercial.
la Nación, T. I, 34 y 41. Obligaciones”, La Ley, Buenos Aires, 2020, 2ª ed., p. 491.
Este autor señala que “el diálogo de fuentes es planteado
(201) LORENZETTI, “Consumidores...”, ob. cit., p. 44. en el nuevo Código en el campo de las relaciones de con-
PIZARRO y VALLESPINOS, “Tratado...”, ob. cit., t. I, ps. sumo en el artículo 1094, que acepta implícitamente que
103-104. Estos últimos autores hablan de una integración más de una norma puede aplicarse concurrentemente
del sistema del código con el régimen del consumidor en el campo de las relaciones de consumo”. Y sostiene
que parte de la gradación jerarquía (Constitución y trata- que “el punto de partida es el reconocimiento de esa plu-
dos internacionales, código —como derecho común, con ralidad de fuentes que conviven y que es necesario que
sus principios y reglas generales de protección mínima— ‘dialoguen’ para la búsqueda de la mejor solución para
y ley especial) y luego con la aplicación del “diálogo de un conflicto de consumo, metodología que no sólo se de-
fuentes”. sprende del art. 1094 del Código Civil y Comercial, sino

578 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

haya producido una “resistematización” del de- resguardando la eficiencia y no solo jerárqui-
recho del consumidor (Sozzo), creándose una ca del ordenamiento, por lo cual tiene en miras
suerte de “doble régimen legal”. Esta dualidad de un aspecto más funcional del sistema plural y
leyes hoy se convierte en un gran desafío para el complejo —de nuestro derecho contemporá-
aplicador del derecho contemporáneo, habida neo—, evitando la “antinomia”, la “incompati-
cuenta de que ya no es posible aplicar antiguas bilidad” o la “no coherencia” (210).
soluciones a problemas nuevos. En este sentido,
cabe recordar que, “en épocas no muy lejanas, el En otras palabras, “el diálogo de fuentes es
conflicto común era el de la ‹ley en el tiempo›, lo una teorización alternativa y superadora del dis-
que significaba que había una colisión entre los positivo de resolución de antinomias del dere-
campos de aplicación de estas leyes” (207). Así, cho moderno basado en la idea de que una regla
por suponer un ejemplo, en caso de entrar en debe excluir a la otra por razones temporales, de
conflicto la aplicación de la ley 24.240 —Ley de especificidad, o de jerarquía. Según la postura
Defensa del Consumidor sancionada en 1993— del diálogo de fuentes, el sistema es complejo
con la ley 26.994 —Código Civil y Comercial de producto de la convivencia de diferentes ra-
la Nación sancionado en 2015—, la solución hu- cionalidades regulatorias; por ello, unas reglas
biera consistido en determinar la prevalencia de de resolución de conflictos normativos que hi-
la ley posterior sobre la ley anterior y la consi- cieran prevalecer una por sobre otra cada vez,
guiente exclusión de ésta...” (208). equivaldría a una pérdida de riqueza por dismi-
nución de la diversidad” (211).
Sin embargo, los tiempos han cambiado y,
con ello, la visión confrontativa entre las nor- Sozzo aclara que este método “permite re-
mas antes reseñadas ha dado paso a una visión cuperar la sistematicidad en un Derecho del
novedosa y constructiva en que prima la armo- Consumidor distribuido en diferentes niveles
nización o coordinación entre las leyes integran- y fuentes normativas: Constitución Nacional,
tes del ordenamiento jurídico. Esta propuesta es Código Civil y Comercial, ley especial microsis-
denominada, conforme la genial expresión del témica (de defensa del consumidor), otras le-
maestro alemán Erik Jayme, “diálogo de fuen- yes especiales (que integran el microsistema de
tes”, y fue puesta de resalto por la profesora Lima protección del consumidor), etcétera”. Por ello,
Marques (209). El reciente anteproyecto de re- concluye que, según el diálogo de fuentes, “el
forma de la Ley de Defensa del Consumidor operador del campo legal debería: (a) coordi-
recepta esta técnica interpretativa en su articu- nar las diversas normas aplicables al caso (art.
lado (título I, capítulo 1, sección 6ª). 1º), y (b) guiándose por el principio que man-
da a maximizar la “protección del consumidor”
Dicha propuesta permite la aplicación si- (arts. 1094, CCC y 42, Const. Nac.)” (212).
multánea, coherente y coordinada de las
múltiples fuentes legislativas convergentes, Adaptando su desarrollo a nuestro orde-
namiento, Lima Marques explica que son tres
los tipos de diálogos posibles entre la Ley de De-
de los Fundamentos en las que existe referencia expresa
a este procedimiento alternativo”. Asimismo, señala ac- fensa del Consumidor, como ley anterior, espe-
ertadamente que las normas que regulan las relaciones cial y jerárquicamente constitucional, y el nuevo
de consumo deben respetar el principio de protección Código Civil y Comercial, como ley posterior,
del consumidor y del acceso al consumo sustentable (art.
1094).
(210) SAUPHANOR, Nathalie, “L’Influence du Droit
(207) ÁLVAREZ LARRONDO, Federico M., “La Corte de la Consommation sur le systéme juridique”, París,
Suprema y el derecho del consumo. Una nueva lección LGDJ, 2000, 23 y ss., citada por LIMA MARQUES, Claudia,
en materia de políticas de Estado”, LA LEY 2017-B, 420, “Diálogo entre o CDC e o novo Código Civil”. GRAJALES
AR/DOC/863/2017. y NEGRI, “Interpretación y aplicación del Código Civil y
Comercial”, 30-31.
(208) Ibidem, p. 420.
(211) SOZZO, Gonzalo, “El diálogo de fuentes en el
(209) LIMA MARQUES, Claudia, “La defensa del con- derecho del consumidor argentino”, Revista de Derecho
sumidor en Brasil. Diálogo de fuentes”, en STIGLITZ, Ga- de Daños, julio 2016, 223-292.
briel y HERNÁNDEZ, Carlos (dirs.), Tratado de derecho
del consumidor, La Ley, Buenos Aires, 2015, t. I, p. 145. (212) Ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 579


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

general y jerárquicamente inferior, a saber: a) la es la competencia, que busca articular límites


aplicación simultánea de las dos leyes, en que a ciertas prácticas colusorias para asegurar un
una ley puede servir de base conceptual para la cierto equilibrio de poderes y una cierta paridad
otra (diálogo sistemático de coherencia), espe- entre los operadores económicos, y, en particu-
cialmente si una ley es general y la otra especial; lar, para proteger a los operadores económicos
si una ley es la ley central del sistema jurídico y más débiles; esta protección puede alcanzar de
la otra, un microsistema específico, no comple- modo directo o indirecto incluso a los consumi-
to materialmente; b) la aplicación coordinada dores (213).
de las dos leyes, en que una ley puede comple-
mentar la aplicación de la otra, al depender de Pero vale resaltar que, a diferencia del dere-
su campo de aplicación en el caso concreto; y cho del consumidor, que es de aplicación ge-
c) el diálogo de las influencias recíprocas siste- neral con un claro sesgo intervencionista, el
máticas, como en el caso de la redefinición del derecho de defensa de la competencia solo es
campo de aplicación de la norma y del concepto de aplicación cuando se alteran gravemente las
de debilidad, al incorporarse contratos de con- reglas del propio mercado.
sumo y contratos de adhesión como categorías
disímiles. Más adelante se retomará el impacto de este
método en la resolución del conflicto objeto de
En definitiva, esta teorización que llama ex- este estudio.
presamente a una integración de las normas se
alinea con el desarrollo que tiene en miras la tu- CAPÍTULO IV
tela especial de todo el plexo consumeril, consa-
grada en la Constitución Nacional —art. 42—, el I. Comercio electrónico
Código Civil y Comercial de la Nación y en la Ley
de Defensa del Consumidor, con carácter esen- Uno de los más grandes fenómenos socioe-
cialmente protectorio de la parte débil y vulne- conómicos y culturales de nuestra es la “glo-
rable; y que tiene como epicentro la “persona balización” (214). Constituye la res novae en
humana” tal como se reconoce en los tratados
internacionales de derechos humanos. (213) SANTARELLI, “Contrato y mercado... “, ob. cit., p.
48 y ss.
No obstante ello, corresponde señalar que en
(214) Para un primer análisis de la idea de global-
la presente obra se alude a la armonización en- ización véase: OSTERHAMMEL, Jürgen y PETERSSON,
tre el macrosistema del Código Civil y Comer- Niels P., “Breve historia de la globalización”. Del 1500 a
cial y el microsistema de Ley de Defensa del nuestros días, Siglo XXI, Buenos Aires, 2019; BECK, Ul-
Consumidor, con miras a tutelar a la parte débil rich, “¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo,
o vulnerable (el consumidor) y por encuadrar el respuestas de la globalización”, Paidós, Barcelona, ps.
caso, que se analizará más adelante, dentro de 26-30; en aspectos vinculados con el derecho: ALPA,
“El derecho de los consumidores...”, ob. cit., p. 16 y ss.
una relación de consumo. María José Fariñas Dulce, “Globalización, ciudadanía y
derechos Humanos”, Dykinson, Madrid, 2004; RAMÍREZ
Sin embargo, la integración que permite el CLEVES, Gonzalo A. y MARÍN ARANGUREN, Erli M.
“dialogo de fuentes” es mucho más amplia, por (eds.), “Comercio justo, globalización y medio ambiente”,
lo que no debe limitarse a armonizar solo los Externado de Colombia, Bogotá, 2013. LORENZETTI,
dos sistemas normativos antes aludidos, puesto “Tratado de los contratos...”, ob. cit., ps. 31-45. OLIVE-
RA, Julio H. G., “Globalización, crecimiento económico
que existen situaciones en las que pueden llegar y bienes públicos”, Anales de la Academia Nacional de
a plantearse una pluralidad de microsistemas a Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, Segunda
una misma problemática. Época, año XLIX, núm. 42, La Ley, Buenos Aires, 2004,
p. 313. RIVERA, Julio C., “Globalización y derecho. Las
En este sentido, para tutelar también a la parte fuentes del derecho de los contratos comerciales”, LA LEY
débil, puede darse otra integración a través del 2005-F, 1005. Este último autor anota: “Desde hace años
microsistema establecido por la Ley de Defen- asistimos a un fenómeno que se ha dado en llamar glo-
balización o mundialización de los mercados, que per-
sa de la Competencia (ley 27.442). Ello así, por- mite la realización de negocios a escala planetaria; o sea
que el discurso sobre la relación entre mercado el mundo como un solo mercado. Esta globalización apa-
y contrato existe un elemento fundamental que rece en primer lugar por la circulación global del capital

580 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

economía. En efecto: “Nuestro tiempo está mar- Para comprender mejor este fenómeno re-
cado por el complejo fenómeno de la globali- sulta atinado concebir la tecnología de Internet
zación económico-financiera, esto es, por un como la arquitectura de un nuevo espacio di-
proceso de creciente integración de las econo- gital que representa una duplicación del lugar
mías nacionales, en el plano del comercio de físico en el que comercializamos (217). Dicho
bienes y servicios y de las transacciones finan- de otro modo, hoy es posible realizar aquellas
cieras, en el que un número cada vez mayor de actividades mercantiles tradicionales que rea-
operadores asume un horizonte global para las lizábamos solo en el mundo físico, en un nue-
decisiones que debe realizar en función de las vo entorno virtual que, a su vez, confiere una
oportunidades de crecimiento y de beneficio. serie de ventajas e innovaciones antes impen-
sadas, en cuanto a tiempo y costo, para el mer-
“El nuevo horizonte de la sociedad global no se cado (218).
da tanto por la presencia simplemente de víncu-
los económicos y financieros entre agentes nacio-
do... “, ob. cit., ps. 85-87. REZZÓNICO, Juan C., “Contra-
nales que operan en países diversos —que, por tos con cláusulas predispuestas: condiciones negociales
otra parte, siempre han existido—, sino más bien generales”, Astrea, Buenos Aires, 1987. PERLINGIERI, Pi-
por la expansión y naturaleza absolutamente in- etro, “Metodo, categorie, sistema nel diritto del commer-
éditas del sistema de relaciones que se está desa- cio elettronico”, en Salvatore Sica y Pasquale Stanzione (a
cura di), Commercio elettronico e categorie civilistiche,
rrollando. Resulta cada vez más decisivo y central Milano, 2002, 9 ss. ALPA, Guido, “La tutela del navigatore
el papel de los mercados financieros, cuyas di- in Internet”, en ANTONIO PALAZZO, Ugo Ruffolo (a cura
mensiones, a consecuencia de la liberalización di), Responsabilità comunicazione impresa, v. 9, Giuffrè,
del comercio y de la circulación de los capitales, Milano, 2002; ALPA, “El derecho de los consumidores...”,
18. RODRÍGUEZ OLMOS, Javier M., “Más allá del con-
se han acrecentado enormemente con una ve- trato por medio del contrato: las transformaciones del
locidad impresionante, al punto de consentir a mecanismo contractual en la era de la globalización”, en
los operadores desplazar ‘en tiempo real’, de una Neme Villareal, Martha L. (coord.), Autonomía privada.
parte a la otra del planeta, grandes cantidades de Perspectivas del derecho contemporáneo, Universidad
del Externado, Bogotá, 2019, ps. 147-184.
capital. Se trata de una realidad multiforme y no
fácil de descifrar, ya que se desarrolla en varios (217) NEGROPONTE, Nicholas, “El mundo digital”,
niveles y evoluciona continuamente, según tra- Ediciones B, Barcelona, 1995, 7. El autor utiliza la me-
táfora de la transformación del mundo de los átomos al
yectorias difícilmente previsibles” (215). mundo de los bits para explicar la revolución tecnológica
que se da en nuestra sociedad actual.
Estos hechos, sumados a la masiva “conecti-
(218) En la doctrina reciente se ha apuntado, en torno
vidad digital” que ha proporcionado Internet,
a la legislación vigente: “El art. 33, LDC, bajo la denomi-
han producido a su vez la incorporación e im- nación ‘venta por correspondencia’ busca abarcar, a rigor
plementación de “nuevas tecnologías” a la ac- de verdad, no solo a ese particular contrato y a ese modo
tividad económica y al comercio en general, específico de celebrarlo sino a todo tipo de contrato de
provocando una transformación radical en las consumo que sea celebrado a distancia o sin la presen-
cia física de ambas partes. La correspondencia en papel
dinámicas negociales y contractuales en la so- como medio para contratar hoy constituye un medio re-
ciedad moderna actual, y, consecuentemente, sidual y resulta casi anacrónica su mención. Sobre todo,
en el mercado de consumo (216). cuando se toma nota que la práctica negocial muestra
que los contratos a distancia se celebran casi en su to-
talidad a través de medios electrónicos. La importancia
financiero, facilitada por las innovaciones tecnológicas, y de prever normas especiales para los contratos electróni-
sigue por la expansión de las empresas y sus negocios sin cos de consumo radica en que un alto porcentaje de los
consideración de fronteras nacionales llevando consigo vínculos de los proveedores con los consumidores se
sus prácticas comerciales y sus instituciones jurídicas al originan a través de esta manera, estando ante una ten-
amparo de su gigantesco poder de negociación”. dencia, incluso, creciente. También hay que señalar que
(215) “Compendio de la doctrina social de la Iglesia”, la enumeración de medios de contratación a distancia
núm. 361. que surge del art. 33, LDC, no es taxativa, sino que indica
distintas vías por las cuales se puede contratar de aquel
(216) APARICIO, ob. cit., t. 1, p. 71. FARINELLA, Favio, modo. Dentro de los contratos electrónicos se incluyen
“La globalización y la estructura del comercio electróni- los celebrados a través de Internet” (CHAMATROPOLUS,
co”, Digesto Judicial, 2000-2, 437. LORENZETTI, “Trata- T. I, coment. art. 33, núm. 1, la cursiva me pertenece).

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 581


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

Esta novedosa infraestructura virtual ha sido electrónica el suministro de bienes y servicios”,


revolucionaria en muchos aspectos, siendo el lo cual presupone que también, por esa vía, se
campo de la contratación donde se han mostra- brinda información en línea que incluye comu-
do los efectos más visibles e inmediatos. Ello así, nicaciones electrónicas (223).
habida cuenta de que los canales digitales que
proveen el intercambio de información, junto En cambio, desde una perspectiva más am-
con el acceso y la distribución de contenidos y plia, involucra cualquier transacción comer-
productos, aportan innumerables beneficios cial efectuada por soportes electrónicos, por lo
desde el punto de vista de la celeridad, la efi- que incluye todos los medios que realicen in-
ciencia, la seguridad y la economía de las comu- tercambio electrónico de datos, así como In-
nicaciones, mejorando la facilidad con la que se ternet (224). Desde dicha óptica, “es posible
articulan las transacciones económicas de una percibir la gran extensión del concepto, inclu-
forma sin precedentes (219). yendo todo tipo de transacciones realizadas
por medios electrónicos, o sea, no sólo las com-
Este fenómeno dio lugar, entonces, a lo que pras electrónicas propiamente dichas sino todo
ahora conocemos con la expresión de “comer- otro negocio jurídico electrónico, como publici-
cio electrónico” (e-commerce) o “comercio digi- dad, distribución o la provisión de otros servi-
tal”, la cual es utilizada y conocida hoy en día por cios” (225).
millones de personas (220). A pesar de ello, este
término presenta la particularidad de eviden- Al respecto, Eugenio Llamas Pombo explica
ciar una serie de dificultades a la hora de delimi- con meridiana claridad que el comercio elec-
tarlo, “debido a la gran vaguedad del concepto y trónico se caracteriza por el medio tecnológi-
a la multiplicidad de conductas que puede ser co a través del cual se produce la contratación,
encuadradas en el mismo” (221). y al respecto aclara que no se puede identifi-
car el comercio electrónico solo con el contra-
Así, por ejemplo, dando una primera noción to electrónico, pues el concepto de contratación
“en cuanto al alcance del término, que abarca electrónica es mucho más amplio, dado que
todo tipo de relaciones jurídicas, tanto aquellas comprende cualquier contrato celebrado elec-
que tienen lugar entre consumidores y las que trónicamente.
se desarrollan entre consumidores y empresas
como también las que relaciones jurídicas ex- De esta manera, “el comercio electrónico pue-
clusivamente entre empresas” (222). de tener lugar entre toda clase de sujetos, em-
presarios, particulares, consumidores, etc. Así,
Stiglitz señala que el “comercio electrónico se distingue la contratación electrónica entre
constituye un mecanismo específico de los con- empresas (business to business), entre empre-
tratos concluidos a distancia” y, mencionando sas y consumidores (business to consumer). La
la legislación gala, apunta que es definida como primera fórmula se encuentra obviamente so-
“la actividad económica por la cual una perso- metida al Derecho Mercantil, y la última a las
na propone o asegura a distancia y por visión
(223) STIGLITZ, “Contratos civiles y comerciales... “,
(219) ETCHERVERRY, Raúl A. e ILLESCAS ORTIZ, ob. cit., t. I, p. 323. Este autor añade que el comercio elec-
Rafael, “Comercio electrónico: estructura operativa y ju- trónico “se halla constituido por un intercambio de datos
rídica”, Hammurabi, Buenos Aires, 2010, p. 50. por medios electrónicos relacionados con la actividad
comercial habitual del proveedor, como ser compraventa
(220) ALPA, “El derecho de los consumidores...”, ob. de bienes o prestación de servicios, lo que incluye las
cit., p. 18. tratativas (negociaciones) precontractuales y la pros-
ecución de las mismas, lo que incluye la celebración del
(221) ETCHERVERRY, Raúl A. e ILLESCAS ORTIZ, Ra- contrato y el pago electrónico”.
fael, ob. cit., p. 364.
(224) MOLINA QUIROGA, Eduardo, “Comercio elec-
(222) Ibidem. En el lenguaje internacional, desde un trónico y consumidores”, en TAMBUSSI, Carlos E., Rel-
punto de vista subjetivo, se alude a los contratos entre ación de consumo, Hammurabi, Buenos Aires, 2018, p.
empresas —o proveedores— con las siguientes expresio- 85.
nes y siglas: business to business (B2B); y entre empresas
—o profesionales— y el consumidor, contratos business (225) ETCHERVERRY, Raúl A. e ILLESCAS ORTIZ, Ra-
to consumer (B2C). fael, ob. cit., 364.

582 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

reglas general de la compraventa civil” (226), es otras, pero todas coincidentes en entenderlo
decir, en el ámbito del derecho civil y del dere- como “cualquier intercambio de datos relacio-
cho de consumo. nados directa o indirectamente con la compra y
venta de bienes y servicios por medios electró-
En este sentido, como veremos más adelan- nicos” (230).
te, y como destaca Llamas Pombo, el ámbito
donde “mayores peculiaridades presenta el co- En resumen, con este apartado se quiere sig-
mercio electrónico es el marco de las relaciones nificar lo que señala, magistralmente, Guido
business to consumer, dado los riesgos y pe- Alpa: “la globalización y la revolución digital
ligros que entraña para el consumidor el em- ofrecen al jurista material para: (i) reformular
pleo de los medios que la sociedad de servicios los esquemas tradicionales del derecho privado;
de la información pone a disposición en gene- (ii) reorganizar la propia actividad; (iii) promo-
ral” (227). ver los valores de la persona” (231).

Por otro lado, cabe hacer alguna referencia II. El rol de las plataformas digitales en el
en materia de regulación normativa de este fe- comercio electrónico
nómeno del comercio electrónico, tanto en la
Ya dentro del ámbito del comercio electróni-
legislación nacional (228) como en la interna-
co, a “modo de subespecie, podemos hablar de
cional. Entre estas últimas, podemos mencionar ‹comercio electrónico a través de Internet› re-
que existe gran variedad de modelos internacio- servándolo para hacer referencia a las transac-
nales relacionados con el comercio electrónico, ciones realizadas mediante redes informáticas,
con base en los cuales se han estructurado los y siendo un concepto más específico, incluido
regímenes legales de este, pero en ninguno se dentro del espectro más amplio de lo que se de-
ha conceptualizado, en virtud de su constante nomina comercio electrónico” (232).
transformación y dinamismo (229).
Así, podríamos hablar de un “sistema global
Es así que se encuentran en doctrina múlti- que, utilizando redes informáticas y en particu-
ples definiciones para el fenómeno del comer- lar internet, permite la creación de un mercado
cio electrónico, algunas más abarcativas que electrónico” (es decir, operado por computa-
doras) y a distancia, de todo tipo de productos,
(226) LLAMAS POMBO, Eugenio, “La compraventa”, La servicios, tecnologías y bienes, y que incluye to-
Ley; Wolters Kluwer, Madrid, 2014, p. 975 y ss.
(227) Ibidem, p. 979. (230) FERNÁNDEZ DELPECH, Horacio, “Manual de
derecho informático”, Abeledo Perrot, Buenos Aires,
(228) En ámbito nacional, podemos mencionar la re- 2014, p. 448.
ciente publicación en el Boletín Oficial, con fecha 8 de
septiembre de 2020, de la resolución 270/2020, emitida (231) ALPA, “El derecho de los consumidores...”, 18. El
por la Secretaría de Comercio Interior, que incorpora al profesor de Génova señala: “Las formas jurídicas —en-
ordenamiento jurídico nacional la resolución Nº 37, de tendidas, sea como la exteriorización de las reglas in-
fecha 15 de julio de 2019, del Grupo Mercado Común Del trínsecas a estos fenómenos, sea como la superposición
Mercado Común Del Sur (MERCOSUR), relativa a la pro- de los esquemas formales a la realidad subyacente— se
tección al consumidor en el comercio electrónico. ven afectadas. El dilema que preocupa al jurista se revela
en términos alternativos: ¿es oportuno adaptar las viejas
(229) A nivel internacional, se considera la Ley Modelo reglas a la nueva realidad, o será necesario crear nuevas
sobre Comercio Electrónico de la Comisión de las Na- reglas? Sin embargo, considero que este es un problema
ciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, ocioso, de hecho, me parece un falso dilema, tomando
CNUDM; la Directiva de la Unión Europea sobre Com- en cuenta que según la ficción del ordenamiento jurídico
ercio Electrónico, directiva 2000/31/CE del Parlamento completo y según la ficción de las lagunas normativas,
Europeo y del Consejo de 8/6/2000, y la Directiva de la no pueden existir aspectos de la realidad que puedan
Unión Europea sobre los Derechos de los Consumidores, escapar al imperio del derecho. Así, a la espera de una
directiva 2011/83/UE del Parlamento Europeo y del Con- intervención normativa, será necesario adaptar las viejas
sejo de 25/10/2011, y las Recomendaciones del Consejo reglas y, cuando sea oportuno, será igualmente necesario
de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo programar una intervención normativa” (Ibidem, p. 17).
Económico, OCDE, relativas a los lineamientos para la
Protección del Consumidor en el Contexto del Comercio (232) ETCHERVERRY e ILLESCAS ORTIZ, ob. cit., p.
Electrónico. 365.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 583


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

das las operaciones necesarias para concretar plataformas integradas de distintas unidades de
operaciones de compra y venta” (233). negocio y que brindan soluciones de pagos, lo-
gística, financiación, publicidad y servicios de
Lo antedicho resulta importante, ya que la software —entre otros—, que ayudan a brindar
creación de estas subespecies de “mercados la mejor experiencia a los usuarios (235).
electrónicos” ha provocado la conformación
nuevas modalidades de negocios virtuales a Ahora bien, ante tanta innovación en torno a
partir del ejercicio de la actividad mercantil y de estas nuevas modalidades de contratación, se-
su amplia difusión práctica, generando un lugar ría extremadamente utópico afirmar que este
de innovación con base en el encuentro de ofer- nuevo escenario conlleva solo ventajas y be-
tas y aceptaciones de voluntades negociales. neficios. Al contrario, el solo hecho de la innu-
merable cantidad de transacciones comerciales
Este es el caso de las “plataformas digitales” o digitales que se realizan por la red diariamen-
sitios de Internet que funcionan como portales te presenta por sí una serie de dificultades. Y es
de subastas o compraventa de bienes y servicios que va de suyo que ante tal situación se multi-
online. Estas plataformas digitales han irrumpi- plica exponencialmente la cantidad de conflic-
do en los más diversos sectores de la economía tos entre las partes.
mundial como un medio para superar algunos
de los costos de transacción o fallas de mercado Llamas Pombo destaca que “resulta induda-
asociadas con la naturaleza dispersa de la infor- ble que las nuevas tecnologías de la información
mación. y la comunicación y el desarrollo de la Sociedad
de la Información ofrecen numerosas ventajas
Por ejemplo, las plataformas reúnen en un a los consumidores, pues ponen a disposición
mismo “mercado virtual” a un gran número de de los mismos, un inmenso mercado, lleno de
compradores y vendedores y reducen la des- oportunidades, de alternativas, de precios y de
confianza entre actores que no se conocen, al productos. Pero también enfrentan a aquéllos
publicar las evaluaciones que los compradores con nuevos contextos comerciales con los que
hacen de los vendedores y viceversa. Los cos- no están familiarizados y que pueden poner en
tos de transacción suelen ser mayores cuando peligro sus intereses” (236).
el potencial comprador y el potencial vendedor
se encuentran en países distintos, por lo cual el Es que esta nueva forma de contratar plantea
impacto de las plataformas digitales en la reduc- de por sí una situación de desconfianza, toda
ción de dichos costos debiera ser especialmen- vez que los consumidores deben habituarse en
te notorio para el comercio internacional (234). considerar Internet como medio seguro para
sus transacciones, así como depositar su con-
Estos marketplaces disponibles en Internet fianza respecto de los proveedores con los que
comenzaron como simples intermediarios que contratan en línea, de la calidad de los produc-
vinculaban a los usuarios para intercambiar tos y servicios que van a adquirir, posibilidades
bienes y servicios. Pero, con el transcurso del de obtener un reembolso correspondiente en
tiempo, la tendencia actual al consumo masi- caso de que los productos no los satisfagan, o
vo por estos medios, de la mano de la innova- hasta incluso de recibir efectivamente la merca-
ción tecnológica, ha permitido que dichos sitios dería objeto de dicha contratación.
web evolucionen, al grado tal de convertirse en
verdaderos ecosistemas virtuales que nuclean En tal sentido, “uno de los problemas cen-
trales que se presentan en estos mercados
(233) Ibidem.
(235) BIELLI, Gastón E. y ORDÓÑEZ, Carlos, «Contra-
(234) HERREROS, Sebastián S., “La regulación del co- tos electrónicos: Teoría general y cuestiones procesales»,
mercio electrónico transfronterizo en los acuerdos com- t. II, La Ley, Buenos Aires, 2020, 303. LORENZETTI, Ricar-
erciales: algunas implicaciones de política para América do L., «Comercio electrónico y defensa del consumidor»,
Latina y el Caribe”, serie Comercio Internacional, n° 142 LA LEY 2000-D, 103.
(LC/TS.2019/42). Comisión Económica para América La-
tina y el Caribe (CEPAL), 2019. https://repositorio.cepal. (236) LLAMAS POMBO, “La Compraventa... “, ob. cit.,
org/bitstream/handle/11362/44667/1/S1900451_es.pdf p. 979.

584 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

electrónicos es la resolución de conflictos que Para ello, existen varios argumentos que van
involucran pequeños montos, que no justifican desde la inclusión en el régimen del estatuto del
la utilización del aparato jurisdiccional estatal consumidor hasta que lucran con las operacio-
(...) Así se ha pensado en métodos alternativos nes comerciales, toda vez que reciben comisio-
de resolución de conflictos, fundamentalmente nes por cada transacción (240).
sistemas basados en el arbitraje y mediación, y
hasta sistemas electrónicos...” (237). En contraposición, los portales demandados
oponen como defensas argumentos tales como
Al respecto, mucho se ha escrito sobre la res- el hecho de no participar en las negociaciones,
ponsabilidad que les cabría ante cualquier con- sino solo proporcionar los datos del vendedor
flicto suscitado en su ámbito a los proveedores y comprador; o que los servicios adicionales se
ofrecen como sistemas de gestión y pagos o co-
del “espacio de intercambio”, y cuyo análisis su-
bros online, pero que no responsabilizan a di-
pera ampliamente las fronteras del presente tra-
chos portales, etc.
bajo (238).
Sin perjuicio de las posturas expuestas, lo in-
Sin embargo, y sin adentrarnos en profundi- teresante es que estas vicisitudes abarcan un
dad en esta peculiar problemática, interesa des- gran porcentaje de las operaciones que se rea-
tacar que la opinión mayoritaria se inclina por lizan diariamente en el tráfico comercial de las
entender que dichos “proveedores” poseen el plataformas. En consecuencia, a fin de dar una
deber de responder (239). rápida solución y de dotar con ello de confian-
za al usuario, las plataformas intermediarias se
(237) ETCHERVERRY e ILLESCAS ORTIZ, ob. cit., p. abocaron a proveer servicios de resolución de
369. conflictos en que la plataforma intentaba con-
(238) Existen interesantes precedentes judiciales que ciliar los conflictos entre sus usuarios en forma
han tenido trascendencia en esta temática. Aquí es dable rápida. Incluso, como veremos más adelante, a
mencionar CNCiv., sala K, “Claps, Enrique Martin y otro participar y controlar las actividades fundamen-
c. Mercado Libre SA. Daños y perjuicios”, 05/10/2012, tales una vez que la transacción comercial fue
AR/JUR/55788/2012; CNCom., sala D, “Kosten, Esteban aceptada por el consumidor, como la recepción
c/ Mercado Libre SRL s/ ordinario”, 22/3/2018; Cám. de
Apelaciones de Comodoro Rivadavia, sala B, «Besler,
del pago y su posterior liberación, así como la
Darío Rubén C/ Mercado Libre SRL», 27/05/19. entrega del producto.
(239) En esta línea también se expidió la alzada en el Sin embargo, todas estas herramientas alter-
fallo que se analizará. Respecto de la responsabilidad nativas que forman parte de la plataforma (que
de los portales digitales en el ámbito del comercio elec-
trónico, ver TAMBUSSI, Carlos E., “Decisiones judiciales conforman las “condiciones de uso” que regulan
referidas al comercio electrónico en la Argentina desde el acceso y utilización de la web y que el “due-
el derecho de consumidores y usuarios”, Lex, N° 22, año ño” o titular pone a disposición de los usuarios
XVI, 2018-II; ídem, “Sobre las plataformas de comercio de Internet) demuestran no ser infalibles aún y
electrónico y el derecho sancionatorio en materia de pueden fallar, provocando que la parte damni-
consumo”, Erreius, “Temas de derecho comercial, em- ficada no tenga otra opción que proceder a re-
presarial y del consumidor (agosto/2018), cita digital
IUSDC286065A; ídem, “Relación de consumo y respon- clamar por vía judicial en busca de protección.
sabilidad objetiva entre los usuarios de las plataformas
de venta y el proveedor del servicio”, La Ley, 2018-C, Precisamente esto es lo que ocurrió en el caso
101. TAMBUSSI, Carlos E. y CÓRDOBA, Lucrecia, “Y los que se analizará a continuación y que pone de
libres mercados responden (A propósito de los sitios de manifiesto que el operador jurídico se encuen-
compraventa en Internet)”, Microjuris (21/12/2012): MJ- tra ante un modelo de negocio nuevo, con mo-
DOC-6121-ARMJD6121). SILVESTRE, Norma O. MAR- dalidades mucho más complejas y, asimismo,
HABA MEZZABOTTA, Débora T., OLIVERA, Federico E.
y PAGLIUCA, Fernando Ezequiel, “Algunas reflexiones con un panorama normativo complejo a la hora
sobre la responsabilidad civil en el contexto digital”, Re- de asesorar correctamente respecto a la tutela
vista de Responsabilidad Civil y Seguros de Editorial; La
Ley; junio 2019. Se puede agregar que, sin perjuicio de las la idea de garantía. Ello surge, por ejemplo, del reciente
distintas opiniones al respecto, se empieza a consolidar proyecto de Código del Consumidor.
la idea de establecer el factor objetivo de atribución de
responsabilidad civil para estas plataformas, con base en (240) Ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 585


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

jurídica que posee la parte perjudicada para sa- la entrega de los productos, la plataforma trans-
tisfacer su interés. feriría el dinero pagado al vendedor.

III. La problemática en un caso concreto Sin embargo, el inconveniente se generó cuan-


do el actor notificó vía e-mail (correo electróni-
A fin de no dejar la problemática reciente- co) a la empresa demandada que no recibió la
mente expuesta librada solo a exposiciones me- entrega de los celulares adquiridos, y solicitó que
ramente descriptivas (ni tampoco meramente no liberara el dinero depositado a tal fin, a causa
teóricas), resulta interesante analizar un caso de dicho incumplimiento. Ello motivó que la em-
concreto sucedido en nuestro país, con cierta presa implementara el mecanismo de resolución
repercusión mediática, que además llegó a las de conflictos que ofrece en la plataforma electró-
más altas instancias judiciales de un tribunal nica (denominado “disputa”).
provincial (241).
Como resultado de esta instancia extraju-
Ello es de suma importancia debido a que dicial, la empresa consideró haber tenido por
permite visualizar la problemática desde una acreditada la entrega de los productos, motivo
perspectiva real y, a partir de allí, estudiar tan- por el cual —a través de Mercado Pago— liberó
to el encuadre jurídico aplicable como los re- el dinero a favor del vendedor.
medios jurídicos que posee la parte débil de la
Empero, según el accionante, los productos
relación jurídica, para determinar cuál podría
nunca fueron entregados, por lo que se vio en la
ser la correcta metodología de decisión de ase-
necesidad de promover acciones legales contra
soramiento legal que debería seguirse ante es-
Mercado Libre para que le reintegrara el precio
tos supuestos. de la compraventa, con más los daños ocasiona-
dos, todo ello con base en la protección del régi-
III.1. Plano fáctico
men del consumidor.
En la provincia de Jujuy, la Sala III de la Cáma-
Por su parte, la demandada negó el incum-
ra Civil y Comercial de Jujuy dictó sentencia en
plimiento y su responsabilidad en la compra-
autos “Ferreiro, Pablo Alberto c/ Mercado Libre
venta, por resultar ajena al negocio jurídico
SRL. Incumplimiento contractual y daños”, con celebrado, alegando que su intervención solo
los votos de los camaristas Carlos Cossentini, se limitó a intermediar en la transferencia del
Norma Beatriz Issa y Alejandra Caballero (242). dinero. Fundamentó su defensa explicando
el funcionamiento de la plataforma electróni-
En el caso bajo examen, el actor Ferreiro com-
ca; afirmó que esta opera como una suerte de
pró dos celulares que eran ofertados a través de
servicio online de “avisos clasificados”; la plata-
la plataforma electrónica de Internet Mercado forma ofrece la posibilidad de ofertar la compra
Libre. Para abonar el precio por dicha compra, o venta de productos. Para ello, los usuarios de-
depositó el dinero correspondiente a dichos ben inscribirse en el sitio web —previo llenado
bienes utilizando el servicio de pagos adicional de los formularios en línea y aceptación de las
de Mercado Pago —perteneciente al ecosistema condiciones de uso que Mercado Libre estipu-
de Mercado Libre—, el cual, una vez acreditada la también en línea—. Es decir que los usuarios
deben prestar el consentimiento contractual
(241) Nótese que tanto los precedentes judiciales ref- para la prestación del servicio que provee la pla-
erenciados (v. cita 233) como el analizado en la presente taforma.
obra representan una situación de conflicto en el marco
de las relaciones business to consumer. Ello así, dados
los riesgos y peligros que entraña para el consumidor el
Por último, agrega —como argumento— que
empleo de los medios que la sociedad de servicios de la el oferente es el exclusivo responsable de las
información con la nota distintiva de la intermediación condiciones y características del aviso, y que
de una plataforma digital de comercialización. una vez que lo hace la empresa lo publica en su
(242) Superior Tribunal de Justicia de Jujuy, Sala I, in sitio web, pero que no participa en las negocia-
re “Ferreiro Pablo Alberto c/ Mercado Libre SRL”, libro de ciones, sino que proporciona los datos del ven-
acuerdos Nº 2, Fº 390/399, Nº 97), 15/05/2017. dedor y del comprador. Finalmente, señala que

586 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

Mercado Pago ofrece un sistema de gestión y En síntesis, la cámara hizo lugar a la demanda
pagos o cobros online. en todas sus partes y condenó a la empresa Mer-
cado Libre a abonar al actor lo reclamado (la de-
III.2. Encuadre jurídico y resolución volución del precio), incluyendo la sanción del
daño punitivo y la reparación del daño no pa-
La Sala III de la Cámara Civil y Comercial de trimonial.
la Provincia de Jujuy resolvió hacer lugar a la de-
manda y condenar a la empresa demandada a IV. Análisis del caso
la suma de dinero pagada, con más intereses.
También consideró procedentes el daño puniti- IV.1. El incumplimiento defectuoso de las pla-
vo, como modo sancionatorio y ejemplificatorio taformas digitales
contra el proceder de Mercado Libre, y el daño
moral a título resarcitorio. Al comienzo se ha abordado la teoría gene-
ral del incumplimiento y se ha profundizado en
Básicamente, la condena fue fundada en el particular en el incumplimiento defectuoso, te-
incorrecto accionar de Mercado Libre, pues fue niendo en miras, justamente, la problemática a
demostrado en la causa que conocía los mails avizorarse en el caso bajo estudio.
del actor en los que se advertía al vendedor que
los teléfonos fueron enviados a otra ciudad, y Es menester recordar que el incumplimiento
que no liberaría el pago en dinero por no haber- “relativo” es aquel que infringe el plan presta-
se cumplido con el contrato. cional, pero que todavía conserva la posibilidad
de cumplimiento específico tardío, mantenién-
Por ello, la cámara consideró que el trámite dose el interés del acreedor. Es decir, la presta-
de la resolución de conflictos (“disputa”) se re- ción no es cumplida en tiempo propio, o ha sido
solvió de forma indebida, sobre la base de in- deficientemente ejecutada, pero, a pesar de ello,
formación errónea, dado que la verificación del es aún material y jurídicamente posible de ser
“envío” fue incorrecta y apresurada. Al respec- realizada de manera específica e idónea para sa-
to, señaló que un mínimo de prudencia exigía al tisfacer el interés del acreedor. Se trata entonces
menos la conformidad del actor, en cuanto a la de una situación transitoria.
entrega de los productos adquiridos.
Luego, retomando entonces el concepto dado
El tribunal destacó, asimismo, la violación de de incumplimiento defectuoso, se dice que se
la “confianza” (buena fe) del señor Ferreiro. Tam- configura cuando el deudor no ajusta su com-
bién consideró aplicables las normas del man- portamiento solutorio a los presupuestos o a
dato para fundamentar la responsabilidad por el las condiciones que el pago reclama para pro-
incumplimiento obligacional, en orden a los de- ducir efectos liberatorios y satisfactivos (cfr. art.
beres asumidos por Mercado Libre, y el régimen 880) (243).
consumeril, por estimar que entre las partes exis-
tió una relación de consumo en la que Mercado En consecuencia, el caso de autos resulta ser,
Libre es un proveedor de un servicio, por ende, sin equívoco, un supuesto de este tipo. Ello por
comprendido en este régimen especial. cuanto, en los hechos controvertidos, queda de-
terminado que el vendedor-deudor ejecutó de
En este sentido, agregó que Mercado Libre manera inadecuada la prestación principal (no
percibe una tarifa por la publicación de la oferta cumplió con el requisito circunstancial del lu-
y que Mercado Pago —al pagarle a la vendedo- gar de pago); ejecutó la prestación debida, pero
ra también— obtuvo una comisión, es decir, que esta presentó graves deficiencias: el vendedor
ambas empresas comercian (en una suerte de demostró haber enviado el producto prometido,
intermediación) a través de Internet, y que, pese pero lo que ocurrió es que la entrega se hizo en
a la alegada ajenidad, es obvio que los precios la dirección de otra provincia, distinta a la co-
de la publicación y de la comisión se obtienen
directamente, conociendo la operación entre (243) COMPAGNUCCI de CASO, Rubén H., en AL-
comprador y vendedor, y que el servicio contri- TERINI, “Código Civil y Comercial comentado. Tratado
buyó a la formación del consentimiento. exegético... “, ob. cit., t. IV, p. 315.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 587


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

rrespondiente. Es decir, realizó concretamen- eficiencia del sistema de contratación electróni-


te el envío del producto, pero a un domicilio ca y el buen funcionamiento del “negocio”.
erróneo. Por lo tanto, el error en el destino de la
entrega se convierte en incumplimiento defec- Ahora bien, este sistema les otorga un gran in-
tuoso en los términos de la conceptualización centivo a los usuarios —tanto vendedores como
anteriormente realizada, en virtud de ser vio- compradores—, pues permite que las ofertas
latoria del principio de localización (arts. 873, de productos lleguen a un público más amplio,
1104 a 1109 y 1148) (244). más extenso.

Asimismo, a ese incumplimiento defectuo- Además, a través de ciertas alianzas con en-
so —que tuvo oportunidad de encauzarse por tidades financieras, habilita una mayor gama
medio de la funcionalidades que ofrece el por- de financiamiento a los posibles compradores-
consumidores, mediante un amplio espectro de
tal accionado— se le sumó otro: el cometido por
medios de pago [MEP (245) y tarjetas de crédi-
la propia plataforma de Internet ante la errónea
tos], a la vez que brinda una suerte de “garantía”
“corroboración” que hizo respecto del cum-
o eficacia del sistema al retener el precio abona-
plimiento de la obligación de entregar los pro-
do hasta tanto el consumidor manifieste su sa-
ductos de parte del vendedor, que —en última tisfacción de la mercancía o servicio adquirido.
instancia— hizo que terminara de perjudicar En caso contrario, ante cualquier inconvenien-
al consumidor de dicha relación jurídica, al no te, puede realizar un reclamo y, en la hipótesis
recibir ni los teléfonos móviles ni la devolución de corresponder, el pago le será devuelto en for-
del dinero. ma íntegra, sin más trámite.
Como se señaló en dicho apartado, son varios Por otro lado, el vendedor-deudor tiene la
los cortafuegos integrados estratégicamente constancia y la certeza de que el pago se ha efec-
dentro de las plataformas de Internet, para dar tuado, por lo que no tiene mayores dudas en en-
curso a los reclamos de las operaciones realiza- viar el producto, cumpliendo lo estipulado para
das. Además, su implementación produjo que hacerse de dicho pago. Todo ello redunda direc-
estos sitios evolucionaran a ecosistemas con tamente en la “confianza” y “eficiencia” del co-
servicios múltiples pero integrados, convirtién- mercio electrónico, al promover el reintegro del
dose en algo muy diferente a lo que eran en sus pago para el caso de incumplimiento o de no
comienzos, ya que dejaron de ser meros provee- satisfacción del interés del consumidor, prote-
dores o intermediarios —vale decir, canales de giendo así al usuario o consumidor y, a la vez, al
comunicación entre usuarios para realizar in- vendedor-proveedor al ampliar la oferta de sus
tercambios comerciales—, para brindar servi- productos y recibir el pago para el caso de que el
cios financieros, de pago, inversión, logística, producto haya sido enviado conforme lo acor-
publicidad, etc. dado (246).

Por ejemplo, en aras de evitar los conflictos en En paralelo, el portal cuenta con otro recurso
temas de pagos —una parte realmente impor- para brindar a los usuarios disconformes la po-
tante de todas las transacciones—, este portal sibilidad de generar un reclamo o de poner en
constituyó un servicio de pago propio conocido aviso de que fueron perjudicados en una opera-
como Mercado Pago, que le otorga la posibilidad
de controlar el pago, es decir, recibirlo de par- (245) NEGRI, Nicolás J., “Los medios electrónicos de
te del comprador, y, con ello, corroborar que el pago”, AP/DOC/198/2013.
producto fue recibido y evaluado por el consu- (246) Vale destacar que, actualmente, la misma plata-
midor y, en consecuencia, liberarlo al vendedor, forma incluye el sistema Mercado Envíos, que controla la
si es que ello corresponde. De alguna manera, logística de entrega de los productos. Este sistema tam-
el portal de Internet busca asegurar la eficacia y bién funciona, a su vez, como intermediario recibiendo
el producto y entregándolo, realizando la logística, y, con
ello, brinda la certeza de que el producto llegue a destino.
(244) ESPER, Mariano, en RIVERA y MEDINA, “Código Su utilización también ofrece una serie de beneficios,
Civil y Comercial de la Nación comentado... “, comentario como la ventaja de recibirlo con mayor celeridad o con
art. 1148. ciertas promociones.

588 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

ción. Ante este supuesto, el sitio web cuenta con vendedor, concretamente a través del servicio
un área de resolución de conflictos (“disputas”) de Mercado Pago (arts. 774 inc. c, 1716, 1722 y
que recibe las quejas o reclamos y busca resol- concs.).
verlos, generando la debida comunicación entre
las partes y evaluando si es posible dar solución En el fallo comentado, ocurrió que —en la ins-
a dicho conflicto. tancia de resolución de disputas que provee la
plataforma— el vendedor demostró haber dado
No obstante, a pesar de todos estos me- cumplimiento a la entrega del producto adquiri-
canismos o “cortafuegos” para evitar el “no do por el consumidor, presentando la prueba de
cumplimiento”, en el caso de autos, el consu- haber realizado la entrega conforme lo estipula-
midor-acreedor no ha quedado exento de vi- do. Sin embargo, en rigor de verdad, lo que suce-
vir una experiencia frustrante, ya que la calidad dió es que entregó el producto en una dirección
del servicio no fue satisfactoria, con base en de otra provincia y, por lo tanto, errónea, con-
que el funcionamiento de los servicios del sis- figurándose un cumplimiento defectuoso de la
tema de Mercado Libre no satisfizo el interés prestación.
del acreedor (arts. 724, 880, 957 y 1083) y, por
ende, incurrió en un incumplimiento defectuo- Hubo dos infracciones: la primera, por parte
so (juntamente con el vendedor de los produc- del vendedor-proveedor, y la segunda, por el si-
tos de celulares). tio web-proveedor. En el primer supuesto, por
violación de las obligaciones emergentes de la
En este sentido, es dable concluir que, de compraventa, y en el segundo, por violación de
acuerdo con el relato de los hechos, existió una las obligaciones derivadas de la relación de con-
clara participación de la plataforma Mercado sumo ofrecidas por la plataforma web (arts. 873,
Libre en el negocio que originara el conflicto, a 1104 a 1109 y 1148, Cód. Civ. y Com.; arts. 1, 2, 7,
través de las funcionalidades ofrecidas (servi- 8 y concs., ley 24.240).
cios), y que, de alguna manera, la hacen respon-
Es decir, realizó concretamente el envío del
sable por el contrato atípico celebrado con el
producto, pero a un domicilio erróneo. Por lo
consumidor (arts. 970, 1021, a contrario sensu,
tanto, hubo en cierta forma un cumplimiento
1073, 1083 y concs.).
comprobado, pero ese “cumplimiento”, por un
Lo expuesto resulta manifiesto en la causa, error en el destino de la entrega, se convierte en
habida cuenta de que fue la misma accionada incumplimiento defectuoso en los términos de
la que, en calidad de proveedora de tales instru- la conceptualización que se explicó en su opor-
tunidad.
mentos (primeramente, en la instancia de “re-
solución de disputas”, servicio que funcionó de IV.2. Reevaluación del encuadre jurídico
manera deficiente o irregular al probar errónea-
mente el cumplimiento alegado por el vende- De lo dicho en el apartado que antecede se
dor, y luego, al liberar el dinero abonado a través infiere que Mercado Libre —y Mercado Pago—
del servicio de Mercado pago), incurrió en un debía cumplir todos sus deberes como provee-
incumplimiento defectuoso de las obligaciones dor, y en especial con el deber de información,
asumidas en su plataforma electrónica, además de seguridad, de trato digno y equitativo al con-
de la inejecución de la obligación de entregar la sumidor, de cumplimiento del contrato, y las
cosa por parte del vendedor-proveedor de los reglas de contratos celebrados fuera de estable-
teléfonos móviles vendidos. cimientos comerciales, etc.
En efecto, la accionada tenía el deber de cum- Encuadrado el caso pues en una relación de
plir una obligación que calificamos de resultado consumo, y siendo aplicables, además, el régi-
(art. 774 incs. b y c), como era la de resolver el men de los contratos de consumo previsto en
conflicto planteado, corroborando debidamen- los arts. 1092 a 1103 y, en especial, lo dispues-
te que el producto había sido entregado, junta- to respecto a las modalidades especiales, arts.
mente con la retención del pago del precio o la 1104 y ss. del código y 33 de la Ley de Defensa
devolución de este ante el incumplimiento del del Consumidor, en relación con la forma de

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 589


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

contratación de estos sitios web, vale realizar al- por tal intervención negligente (arts. 774, 1067,
gunas precisiones. 1722 a 1724, Cód. Civ. y Com.).

En primer lugar, que las plataformas digitales IV.2.a. Tutela de la debilidad negocial
que ofrecen servicios en la intermediación de
bienes y servicios en Internet no poseen una re- El fundamento de aplicación del régimen tui-
gulación específica, por lo que los contratos de tivo del consumidor es “la debilidad o vulnera-
consumo de esta naturaleza son atípicos (art. bilidad estructural del consumidor”, lo cual se
970). Por tal motivo, es posible aplicar analógi- erige en el máximo criterio interpretativo: favor
camente la regulación de los arts. 1106 y 1107 y consumidor (art. 3, ley 24.240).
1108, correspondientes a los contratos celebra-
Empero, hasta no hace mucho tiempo atrás,
dos a distancia, la utilización de medios elec-
ello no era así; ante la fuerte situación en que se
trónicos y lo respectivo a las ofertas por medios
hallaba el acreedor, regía el principio —como
electrónicos, mediante un “diálogo de fuen- regla hermenéutica— favor debitoris (doct. art.
tes” (247). 218, inc. 7, Cód. de Com. derogado) (249).
Si bien no resulta necesario profundizar en el Ahora bien, conforme lo explica Ossola, “esta
régimen establecido por dichas normas, lo cier- situación tuvo una fuerte mutación en el siglo
to es que debería ponerse de resalto lo dispuesto pasado, con el descubrimiento de la vulnera-
en el art. 1109 respecto al lugar de cumplimien- bilidad como situación jurídica en que pueden
to. Ello así, por cuanto dispone: “en los contratos estar emplazadas las personas, con indepen-
celebrados fuera de los establecimientos co- dencia de su calidad de acreedor o deudor, y
merciales a distancia, y con utilización de me- digna de la tutela por el Derecho. Tal cual lo ad-
dios electrónicos o similares, se considera lugar vierte Lorenzetti: ‹en la sociedad moderna se
de cumplimiento aquel en el que el consumidor advirtió que muchos deudores son fuertes y
recibió o debió recibir la prestación”. otros acreedores débiles›” (250).
Nótese que cuando se conceptualizó el in- El autor aclara que “de allí que existen deu-
cumplimiento defectuoso, se dijo que su con- dores en situación de vulnerabilidad, y también
figuración se daba cuando el comportamiento acreedores en situación de vulnerabilidad”. En
del sujeto es violatorio de los principios de iden- este sentido, da una definición de vulnerabili-
tidad o de localización. Consecuentemente, en dad sintetizando que “ser vulnerable, en el mar-
virtud del art. 1109, encuadra en esta clase de co de una relación jurídica, importa encontrarse
inejecución obligacional, puesto que el consu- en una situación de inferioridad y desventaja
midor nunca recibió la prestación en su domi- ante otro sujeto, que lo expone a su accionar,
cilio, siendo este el lugar de cumplimiento de mereciendo una respuesta del ordenamiento a
dicha prestación (248). fin de enervar la posibilidad de una indebida le-
sión a sus intereses jurídicos”.
Incluso, y como surge del relato de los hechos,
el portal-intermediario tuvo oportunidad de En este terreno, destaca que existen dos tipos
chequear si el producto fue enviado a dicho do- de vulnerabilidad: la estructural y la no estruc-
micilio, tarea que no fue realizada y, por ende, tural, siendo la primera aquella reconocida por
agravando la responsabilidad de la accionada el ordenamiento (por ej., la relación de consu-
mo) y que tiene fundamento en la existencia en
(247) WAJNTRAUB, en Lorenzetti, “Código...”, ob. cit.,
ps. 272-273. (249) SPOTA, “Instituciones...”, ob. cit., v. II, ps. 111-
112. FONTANARROSA, Rodolfo O., “Derecho comercial
(248) Téngase presente que, cuando el contrato se argentino, 2: Doctrina general de los contratos comercia-
celebra mediante estos procedimientos de formación, les”, Zavalía, Buenos Aires, 1997, p. 156.
se modifica —favor debilis— la regla supletoria del art.
874 (según la cual, en caso de silencio de las partes, las (250) OSSOLA, Federico A., “Tutela de la vulnera-
obligaciones se cumplen en el domicilio del deudor) por bilidad y la teoría general de las obligaciones”, Revista
el lugar de entrega de la prestación (WAJNTRAUB, en LO- Iberoamericana de Derecho Privado; N° 10; noviembre
RENZETTI, “Código...”, ob. cit., p. 281). 2019; Personas vulnerables. IJ-DCCCLXIII-22.

590 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

el desequilibrio estructural congénito. Esto es, A ello se suma que gran parte de la población,
la subordinación estructural que se establece en sobre todo las generaciones más adultas, po-
el mercado entre los proveedores y los consumi- seen un gran desconocimiento del mundo digi-
dores implica que estos últimos se encuentran tal de Internet.
en una clara inferioridad de condiciones y de
allí que la doctrina señala que son sujetos “vul- Y, finalmente, se maximiza nuevamente ante
nerables”. las funcionalidades que presta el portal digital
En el caso que se ha presentado, se da una —entre ellas, la reputación de los vendedores,
manifiesta vulnerabilidad del acreedor-consu- los sistemas de pagos y los envíos integrados—
midor, toda vez que no solo no recibe el produc- que generan en el consumidor una “confianza”
to adquirido en la sede de su domicilio —lugar que promueve a utilizar los servicios ofrecidos
de cumplimiento—, según la garantía que brin- con los alcances y efectos de una obligación de
da la plataforma electrónica de Mercado Libre resultado, según el principio de la buena fe leal-
como servicio de intermediación, sino que tam- tad y creencia (cfr. arts. 729, 774, incs. b y c, y
poco se produce la protección del precio abo- 961) (253).
nado, generando una situación de desamparo
ante la liberación del dinero a favor del vende- Resulta entonces, en forma manifiesta —una
dor mediante el servicio de Mercado Pago(251) vez más— la injerencia que proyecta la platafor-
ofrecido por la misma plataforma, sin que —por ma incluso en las tratativas contractuales, brin-
lo pronto— tenga la posibilidad de ejercer las
dando información que impacta de antemano
defensas sustantivas, como la excepción de in-
cumplimiento (art. 1031) o cláusula resolutoria en la decisión del consumidor al calificar al
(art. 1087 y concs.). vendedor conforme criterios objetivos de des-
empeño (historial de ventas, cantidad de recla-
Incluso dicha vulnerabilidad se ve potencia- mos iniciados por los compradores, en el caso
da porque deja al consumidor sin la posibilidad de usar Mercado Envíos, el tiempo que tardan
de realizar otro reclamo o queja extrajudicial, en entregar los productos, etc.) y, con ello, la fu-
habida cuenta del hecho de haber agotado esa tura satisfacción que obtendrá de su interés. Lo
vía mediante el mecanismo de “resolución de que termina siendo una consecuencia lógica
disputas” que brinda la propia plataforma de
del principio de buena fe en toda relación jurí-
Mercado Libre.
dica (254).
Además, en este tipo de contratación electró-
nica, ya existe de antemano una gran desven- consumidor suele leer conscientemente los términos y
taja, toda vez que los usuarios-consumidores condiciones. La información efectiva es un tema clave
en la materia. Albiez Dohrmann afirma: “El contratante
quedan condicionados en sus pocas y limitadas que no puede influir en las cláusulas o que no puede
opciones de contratación, porque no en todos discutirlas al menos debe tener garantías para que pu-
los casos comprenden realmente cómo funcio- eda conocerlas” (ALBIEZ DOHRMANN, Klaus Jochen,
na la plataforma (252). “Algunos desiderátums sobre las condiciones generales
de la contratación. Diálogo francés, español y argentino
con trasfondo europeo y, latinoamericano”; Anuario de
(251) A mayor abundamiento, la vulnerabilidad tam- Derecho Privado, N° 1; Universidad de los Andes, Facul-
bién es manifiesta, habida cuenta de que, como bien tad de Derecho, 215-256).
aclaran Bielli y Ordoñez, esta funcionalidad ofrece servi-
cios de pago por dentro y por fuera de Mercado Libre, y (253) PICASSO y SÁENZ, ob. cit., t. II, ps. 346-355.
no está autorizado por el Banco Central a operar como ALFERILLO, Pascual E., en SÁNCHEZ HERRERO (dir.),
entidad financiera; por esto último los fondos acredita- “Tratado...”, ob. cit., t. II, ps. 128-132. NEGRI, “Respon-
dos en cuentas de MercadoPago no constituyen depósi- sabilidad civil contractual”, ob. cit., t. 1, ps. 359-370, § 73.
tos bancarios, ni están garantizados conforme la legis- TRIGO REPRESAS, Félix A., en ALTERINI (dir.), “Código
lación aplicable a los depósitos en entidades financieras Civil y Comercial comentado...”, ob. cit., t. IV, comentario
(cfr. BIELLI y ORDOÑEZ, “Contratos electrónicos...”, ob. del art. 729.
cit., t. II, p. 160.
(254) STIGLITZ, Rubén S., en Lorenzetti (dir.), “Código
(252) Esta resulta ser una contratación no negociada Civil y Comercial de la Nación comentado”, ob. cit., t. V,
o conocida en su totalidad por el consumidor. Ningún ps. 546-548.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 591


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

Estas funcionalidades integradas, que pro- Pago designada de acuerdo con sus instruccio-
veen estas a clases de plataformas de Internet, nes” (255).
pueden ser consideradas desde el rol de los
contratos conexos, perspectiva esta que anali- Se recuerda que el Código Civil y Comercial
zaremos más adelante como una anticipación a define el mandato en el art. 1319: “Hay contrato
dicha perspectiva de análisis. de mandato cuando una parte se obliga a reali-
zar uno o más actos jurídicos en interés de otra.
La interpretación adelantada responde a la El mandato puede ser conferido y aceptado ex-
aplicación del “principio de la confianza”, incor- presa o tácitamente. Si una persona sabe que al-
porado en el régimen de los contratos en gene- guien está haciendo algo en su interés, y no lo
ral, por lo que los operadores jurídicos —según impide, pudiendo hacerlo, se entiende que ha
el texto del art. 1067— deben procurar desarro- conferido tácitamente mandato. La ejecución
llar una actividad interpretativa que conduzca a del mandato implica su aceptación aun sin me-
“proteger la confianza y la lealtad que las partes diar declaración expresa sobre ella”.
se deben recíprocamente, siendo inadmisible la
contradicción con una conducta jurídicamente El mandato es un contrato de colaboración o
relevante, previa y propia del mismo sujeto”. cooperación para realizar actos jurídicos, utili-
zado por el dueño por la confianza que tiene en
IV.2.b. ¿Mandato o contratos conexos? el mandatario. En el mandato se busca la reali-
zación de una actividad a favor de otra persona,
Para fundamentar la responsabilidad del in- de modo tal que el interés permanece en cabeza
termediario accionado, la cámara se basó en la del titular-mandante y la ejecución del encargo
aplicación de las reglas del mandato. La utili- es realizada por el mandatario. Esta disección
zación de esta figura por parte del tribunal en- plantea la necesidad del obrar de buena fe por
cuentra su razón en que el caso a resolver no parte del mandatario, del respeto de las instruc-
posee regulación específica en nuestro orde- ciones, de los deberes de cooperación, protec-
namiento —respecto a la responsabilidad de ción e información (256).
estos actores como intermediarios de la contra-
tación en el ámbito de los contratos electrónicos En el caso bajo análisis, existe por cierto un
y del comercio electrónico—, y en que del relato mandato expreso del consumidor respecto
de los hechos surgiría un mandato expreso de de Mercado Libre en cuanto a los medios de
Ferreiro a favor de Mercado Libre. pago ofrecidos por Mercado Pago, pero lo que
realmente interesa es elucidar la relación o los
Ello sería así pues de la lectura de las condi- efectos entre el contrato de compraventa (por
ciones impuestas por Mercado Libre respecto la transmisión de los celulares) y el contrato
al servicio de Mercado Pago, se incluye el otor- de intermediación y de servicios ofrecidos por
gamiento de un mandato expreso del usuario Mercado Libre a las partes del contrato de com-
a favor de este último en los siguientes térmi- praventa (art. 1021 y ss.).
nos: “Al completar una Solicitud de Gestión de
En consecuencia, no cabe duda alguna de que
Pago, el Usuario otorgará un mandato irrevoca-
las normas del mandato son plenamente apli-
ble a Mercado Pago para (i) pagar por su cuen-
cables para resolver el caso, pues expresamente
ta y orden una determinada suma de dinero en
existió el encargo para gestionar el pago siendo el
relación a la cual se complete la Solicitud de
mandante el Sr. Ferreiro y el mandatario Merca-
Gestión de Pago (los ‹Fondos›) y/o (ii) cobrar
los Fondos por su cuenta y orden, sujeto a los
Términos y Condiciones del Servicio de Ges- (255) Pueden consultarse los “términos y condiciones”
de los servicios ofrecidos por la plataforma electrónica de
tión de Pago. El mandato irrevocable otorgado Mercado Pago en: https://www.mercadopago.com.ar/
por el Usuario implica una autorización a favor ayuda/terminos-y-condiciones_299.
de Mercado Pago para disponer en su nombre
(256) NEGRI, Nicolás J., “Contrato de mandato”, en Gó-
de ciertos Fondos de su Cuenta Mercado Pago mez Leo, Osvaldo R., Tratado de derecho comercial y em-
y transferir los Fondos a cierto destinatario me- presario, Thomson Reuters La Ley, Buenos Aires, 2019, t.
diante su acreditación en una Cuenta Mercado III, 211 y ss.

592 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

do Pago, y de allí surge la responsabilidad de este El Código Civil y Comercial define los contra-
por incumplimiento de sus deberes como tal. tos conexos en el art. 1073, en el cual se dispone:
“Hay conexidad cuando dos o más contratos au-
Pero allí no radica el quid de la cuestión. Antes tónomos se hallan vinculados entre sí por una
bien, existe entre las partes de la compraventa finalidad económica común previamente esta-
para con Mercado Libre otro contrato funda- blecida, de modo que uno de ellos ha sido de-
do en una relación de consumo que merece un terminante del otro para el logro del resultado
análisis en este sentido, tal como señalaremos a perseguido. Esta finalidad puede ser establecida
continuación. por la ley, expresamente pactada, o derivada de
la interpretación, conforme con lo que se dispo-
En otras palabras, se da la presencia de con-
ne en el artículo 1074” (259).
tratos conexos o coligados, como dicen los
italianos (Nicoló, Giorgianni, Ferrando, Scogna- De esta forma, analizando la definición nor-
miglio, Galgano, Bianca), y todo ello en un mar- mativa receptada en el Código Civil y Comercial,
co de contrato de consumo (arts. 1073 a 1075, y recordando las enseñanzas de Cristina Arme-
1092, 1093) (257). lla, se puede decir que son “negocios jurídicos
IV.2.c. Contratos conexos creados para coligarse entre sí, formando un en-
cadenamiento, red contractual u operación glo-
Desde otra perspectiva, diferente a la efectua- bal para el logro de una finalidad común” (260).
da por la cámara en el caso “Ferreiro”, se puede A su vez, se señala después que “esta finalidad
observar que esta problemática se presenta en puede ser establecida por la ley, expresamente
un escenario no tan novedoso, pero sí distinto pactada, o derivada de la interpretación, con-
al comercio tradicional, un ecosistema virtual forme con lo que se dispone en el artículo 1074”.
conformado por un portal digital que a su vez se
compone de un conjunto complejo y sistemati- En lo suyo el art. 1074 dispone: “Interpre-
zado de contratos individuales implícitos en él. tación. Los contratos conexos deben ser in-
terpretados los unos por medio de los otros,
Ello nos permite avizorar que es posible la atribuyéndoles el sentido apropiado que surge
aplicación de las reglas de los contratos cone- del grupo de contratos, su función económica y
xos (258). el resultado perseguido”.

En tal andarivel, la importancia de este en- Así entonces, resulta claro que en el fallo
cuadre jurídico a través de la nueva figura revis- comentado existen tres o más contratos au-
te la particularidad de que nos ampliará en gran tónomos (la compraventa de consumo, el con-
medida los efectos y, con ello, los remedios jurí- trato atípico de intermediación celebrado por el
dicos ante un incumplimiento defectuoso como comprador y el vendedor de los teléfonos mó-
el que se encuentra bajo análisis. viles con Mercado Libre, el contrato de manda-
to, etc.) que se encuentran “vinculados entre sí”
(257) LÓPEZ FRÍAS, Ana, “Los contratos conexos. Es- (dado que son contratos interdependientes, que
tudio de supuestos concretos y ensayo de una construc- se derivan del contrato de uso de la plataforma
ción doctrinal”, Bosch, Barcelona, 1994, cap. II. APARI- original), que tienen una “finalidad económica
CIO, ob. cit., t. 1, p. 118 y ss., § 115 y ss. SÁNCHEZ HER- común previamente establecida”, que es el inter-
RERO, “Tratado...”, ob. cit., t. IV, p. 565 y ss. HARIRI, ob.
cit., p. 116.
(259) En las XVII Jornadas Nacionales de Derecho Civil
(258) Mosset Iturraspe afirma: “Es el negocio único de 1999 se ha dicho que “habrá contratos conexos cuan-
y complejo el que requiere la pluralidad de contratos. do para la realización de un negocio único se celebra, en-
Los contratos están, en consecuencia, ´unidos por un tre las mismas partes o partes diferentes, una pluralidad
sistema´ (...) Hay una causa fin o finalidad económico de contratos autónomos, vinculados entre sí, a través de
social que trasciende la individualidad de cada contrato una finalidad económica supracontractual”.
y que constituye la razón de ser de su unión o ligamento”
(MOSSET ITURRASPE, Jorge, “Contratos conexos. Gru- (260) ARMELLA, Cristina, “Contratos conexos”, en Có-
pos y redes de contratos”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, digo Civil y Comercial (Contratos), Suplemento Especial,
1999, p. 22 y ss.; cfr. STIGLITZ, “Contratos civiles y com- Director: Rubén S. Stiglitz, La Ley, Buenos Aires, 2015, p.
erciales...”, ob. cit., t. I, p. 135-140). 203.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 593


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

cambio de bienes y servicios sobre la base del objetivo de promover las pretensiones sustanti-
comercio electrónico brindado por el sitio web vas contempladas de forma coherente y eficaz.
de Mercado Libre, en el que, a su vez, se ofrecen
servicios financieros o de logística para el cum- En atención a ello, y sin perjuicio de una pre-
plimiento de todas las obligaciones implicadas existente “armonización” y “diálogo de fuentes”,
en esta clase de negocios (Mercado Pago y Mer- se observa que la problemática aquí plantea-
cado Envíos) (261). da posee incidencia directa en esferas clási-
cas del derecho común que hoy se encuentran
En consecuencia, es dable afirmar que, en trastocadas. Si bien la intención de obtener
estos casos, estamos en presencia de lo que la una legislación armónica y autosuficiente para
doctrina especializada señala como “finalidad dar soluciones legales justas frente al incum-
económica supracontractual”, y que, por ende, plimiento en el marco de una relación de consu-
son factibles de aplicación los efectos previstos mo es genuina, a primera vista denota una serie
por el art. 1075, básicamente, la excepción de de incongruencias que desorientan el camino
incumplimiento defectuoso (262). a elegir dentro de los supuestos que se pueden
presentar.
CAPÍTULO V
Por lo tanto, recae en el deber del operador
I. Propuesta de resolución. Metodología jurídico (abogado, juez, etc.) hacer un correcto
práctica acercamiento con las problemáticas actuales —
como la apuntada— y, a la vez, tener el cono-
Como se ha podido observar, estos asuntos cimiento técnico que le permita discernir con
complejos no tienen un solo enfoque posible, cierta idoneidad cuáles son las herramientas
sino múltiples, y tampoco pueden tener una res- que brinda la legislación para obtener una tute-
puesta apriorística. En efecto, de este breve aná- la efectiva de los derechos, según las circunstan-
lisis y de la reevaluación del encuadre jurídico cias particulares del caso.
del caso se evidencian ciertas dificultades al mo-
mento de hallar el remedio más adecuado para la Es por lo expuesto que, como aporte ante tal
tutela protectoria del contratante, frente a un in- complejo panorama normativo, resulta menes-
cumplimiento del tipo obligacional, en este ám- ter esbozar una metodología que permita defi-
bito de la contratación electrónica en Internet. nir ciertas acciones a utilizar frente al supuesto
de incumplimiento contractual en el ámbito de
Es que, actualmente, aún reviste cierta com- una relación de consumo suscitada en el comer-
plejidad el hecho de determinar con precisión cio digital.
cómo articular el régimen jurídico previsto por
la ley especial del consumidor (microsistema) Es decir, cómo dar respuesta, con el comple-
con el general del Código Civil y Comercial (ma- jo panorama legislativo actual, a la sencilla pre-
crosistema), desde la atalaya de los derechos gunta que se formula: ¿Cuál es el remedio más
humanos consagrados en la carta magna, con el conveniente?

Ahora bien, toda vez que no existe una úni-


(261) En este sentido y con igual razonamiento, ver
considerando X, Tribunal Superior de Justicia de Cór-
ca respuesta a dicho interrogante, se intenta-
doba, “Mercado Libre SRL c/Dirección de Defensa del rá contestar a este desde dos perspectivas bien
Consumidor y Lealtad Comercial. Recurso apelación c/. diferenciadas. Por un lado, desde la perspecti-
Decisiones de Persona Jur. Pub. No Estatal Recurso direc- va tradicional o sistema que superpone el in-
to”; Expte. 6765134; Sent. Nº 41 de 19/5/2020. Asimismo, terés del acreedor como factor determinante
también comparte esta postura Iannello, R. “La conexi-
dad contractual y los contratos de consumo”, elDial.com, para la procedencia de las distintas vías que el
fecha 22/2/2017, cita: elDial DC2295, citado en Bielli y ordenamiento jurídico consagra para hacerlo
Ordóñez, Contratos electrónicos..., t. II, 321 y ss. efectivo. Por otro lado, desde un enfoque más no-
(262) SÁNCHEZ HERRERO, “Tratado... “, ob. cit., t. IV, vedoso, adaptado a la utilización de las nuevas
p. 565 y ss. TAMBUSSI, en SÁNCHEZ HERRERO (dir.), figuras jurídicas disponibles, que implica el en-
Tratado..., ob. cit., t. II, p. 1016. cuadramiento del caso como contratos conexos.

594 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

I.1. El interés del acreedor como factor deter- sistema que sobrepone el interés del acreedor,
minante como factor determinante para la procedencia
de las distintas vías que el ordenamiento jurídi-
Autores como Pizarro y Vallespinos se han co consagra para hacerlo efectivo.
cuestionado si existe un orden predetermina-
do para la utilización de las vías legales o si, por Es que, frente a un incumplimiento como el
el contrario, su determinación queda librada descripto, resulta ser el propio acreedor-consu-
a la discrecionalidad e interés del acreedor. A midor quien, en función de su propio interés, se
ello agregan que el tema presenta mayor inte- encuentra en la mejor posición para determi-
rés cuando existe la simultánea posibilidad de nar cuál alternativa logra satisfacerlo con mayor
que estos diversos instrumentos de tutela del plenitud y cuál no cumple con tal requerimiento
crédito sean ejercitables ante una misma situa- (cfr. art. 10 bis, ley 24.240).
ción (263).
A ello es posible adicionar que tal libertad de
En razón de ello, estos autores explican que decisión se puede precisar aún más, conforme
“con elevada dosis de abstracción puede seña- se explicó en el capítulo tercero, discriminando
larse que existen al respecto tres grandes siste- de antemano entre el campo de las obligaciones
mas, dos extremos y otro más moderado, cada en general o contractual para determinar qué
uno de los cuales puede presentar variantes y vías legales aplican al caso en particular.
matices de importancia” (264).
Así, por ejemplo, en el campo de las obliga-
Sin revestir un orden de jerarquía, y sin otra ciones en general, la cuestión se resume en ana-
distinción más que una mera enumeración alea- lizar si está interesado en obtener la prestación
toria, estos tres sistemas se pueden sintetizar en: debida o su equivalente en dinero; o si incluso a
a) la preferencia del cumplimiento forzoso so- dichas acciones quiere sumar la acción de da-
bre la indemnización de los daños y perjuicios; ños y perjuicios. En tal sentido, podremos ofre-
b) la preferencia de la indemnización de daños cerle las vías de ejecución forzada del código
y perjuicios respecto del cumplimiento forzoso; (arts. 730 y 777) y del art. 10 bis de la ley 24.240.
y c) el interés del acreedor como factor determi-
nante para la procedencia de las distintas vías En cambio, en el campo contractual, se agre-
que el ordenamiento jurídico consagra para ha- gan además las otras vías legales, por ejemplo,
cerlo efectivo. la posibilidad de “suspender el cumplimiento”,
o bien de solicitar la “resolución” por incum-
Al tomar partida por alguno de estos sistemas, plimiento (art. 10 bis, inc. c). También dentro de
y luego del análisis realizado en el presente tra- este terreno, y por otro lado, si la cosa fue en-
bajo, comparto con ambos eximios doctrinarios tregada y su cumplimiento termina siendo de-
que “deben desecharse los criterios rígidos que fectuoso por vicios ocultos no observables en el
no fluyen de nuestra ley (art. 730), y efectuar- momento de la contratación, se podría recurrir
se una ponderación dinámica y funcional, edi- al régimen de las obligaciones de saneamiento o
ficada a partir del interés del acreedor” (265) al régimen de garantías de los arts. 17 y siguien-
(cfr. arts. 724 y 880). Por lo que, a partir de ta- tes de la Ley de Defensa del Consumidor.
les premisas, considero —en coincidencia con
su opinión— que la opción más aceptable es el Dentro del ámbito contractual, también es
menester discriminar los remedios aplicables
(263) PIZARRO y VALLESPINOS, “Tratado... “, t. II, 365- según la modalidad de contratación. Así pues,
366, núm. 1421, § 342. Cfr. Salvat, Raymundo M., “Trata- en el intercambio de bienes y servicios del co-
do de derecho civil argentino. Obligaciones en general”, mercio electrónico regirán las modalidades
6ª ed., Tea, 1952, actual. E. V. Galli, T. I, 92, núm. 79. LLA- especiales de los contratos de consumo, encua-
MBÍAS, “Tratado... Obligaciones”, t. I, núm. 96 y ss.; CA-
ZEAUX y TRIGO REPRESAS, núm. 147.2 a 149. NEGRI,
drando dicha contratación en el régimen de los
“Responsabilidad civil contractual”, t. I, 277-279. contratos a distancia, en forma electrónica, etc.,
y con ello, por ejemplo, otras alternativas, como
(264) Ibidem, t. II, p. 366, núm. 1421.
la posibilidad de revocar la oferta dentro de los
(265) Ibidem, t. II, ps. 372-373, núm. 1424. 10 días de realizada la operación, conforme lo

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 595


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

normado en el Código Civil y Comercial (art. trataciones electrónicas y de consumo (en el


1110 y ss.). ecosistema de las plataformas digitales) puede
aportar ciertos beneficios en cuanto a la aplica-
Ahora bien, en el caso particular analizado, ción de los remedios legales.
si bien estamos ante un incumplimiento obli-
gacional dentro de la esfera de los contratos de En este sentido, pienso que abordar este tipo
consumo y, más precisamente, frente a con- de problemáticas desde la aplicación de las re-
tratos electrónicos, la última alternativa men- glas de los “contratos conexos” —que en nues-
cionada no aplica en virtud del estadio de la tro orden jurídico se hallan receptadas en el
contratación. sistema del derecho común (Código Civil y Co-
mercial), y que devienen aplicables por la antes
En consecuencia, y al no presentarse dudas desarrollada técnica o metodología del “diálo-
respecto del deber de responder en sentido am- go de fuentes”— resulta una alternativa válida y
plio que recae sobre el portal intermediario por más eficaz del encuadre jurídico, conforme a las
la forma en la que intervino, es dable admitir la últimas tendencias doctrinales (267) y hasta le-
procedencia de los remedios previstos por el sis- gislativas (cfr. proyecto de reforma de la Ley de
tema jurídico, previamente enumerados (arts. Defensa del Consumidor (268)), sobre todo por
730, 1716, etc., Cód. Civ. y Com.; 10 bis, 40, 52 la amplificación de los legitimados pasivos —en
bis, etc., ley 24.240), a fin de dar plena satisfac-
la posible demanda judicial—, al quedar involu-
ción a los intereses del acreedor-consumidor.
cradas las partes de los otros contratos que re-
Finalmente, en cuanto a la vía legal articula- sultan conexos y, con ello, la aplicabilidad de los
da, entiendo que nada obsta a afirmar que es remedios protectorios.
correcta, toda vez que el comprador ya no pre-
“Según las circunstancias, probada la co-
tendía satisfacer su interés mediante la adquisi-
ción de los celulares, sino lograr el reintegro del nexidad, un contratante puede oponer las ex-
precio (aestimatio rei), más los daños generados cepciones de incumplimiento total, parcial o
por el incumplimiento (id quod interest), me- defectuoso, aún frente a la inejecución de obli-
diante el ejercicio de la cláusula resolutoria (art. gaciones ajenas a su contrato. Atendiendo al
1076, 1084 y ss.). Al respecto, señalo que estas principio de la conservación, la misma regla se
pretensiones no surgen claramente planteadas aplica cuando la extinción de uno de los contra-
por la parte actora. tos produce la frustración de la finalidad econó-
mica común” (art. 1075).
I.2. Encuadre jurídico desde el perfil particular
de los contratos conexos Este último pasaje, entiendo, coloca las cosas
en su justo lugar, extendiendo el abanico de re-
Sin perjuicio de que algunos autores han afir- medios jurídicos a los cuales el operador jurídico
mado que el actual régimen tuitivo del consu- puede recurrir; puede oponer las excepciones de
midor brinda una respuesta superadora a estos incumplimiento total, parcial o defectuoso, aun
casos, otorgando la debida protección al consu- frente a la inejecución de obligaciones ajenas a su
midor y “evitando tener que recurrir a otros ins- contrato, como en el caso de cuando la extinción
titutos como pueden ser el mandato, las reglas de uno de los contratos produce la frustración de
aplicables al organizador de centros comercia- la finalidad económica común, en atención al
les, las normas de los contratos por adhesión a principio de conservación.
condiciones generales y la de los contratos co-
nexos” (266), a mi modo de ver, realizar un en- (267) TAMBUSSI, “Decisiones judiciales...”; ibidem,
cuadre jurídico desde el perfil particular de los “Sobre las plataformas de comercio electrónico...”; ídem,
“contratos conexos” en el terreno de las con- “Relación de consumo y responsabilidad objetiva entre
los usuarios de las plataformas de venta y el proveedor
del servicio”, La Ley, 2018-C, 101. TAMBUSSI y CÓRDO-
(266) GARZINO, Constanza M., “Contratación elec- BA, «Y los libres mercados responden (A propósito de los
trónica y responsabilidad de los intermediarios. Comen- sitios de compraventa en Internet)».
tario al fallo Ferreiro, Pablo A. c/ Mercado Libre SRL”, en
Revista de Derecho del Consumidor, N° 2, mayo 2017, (268) Art. 73 del anteproyecto de reforma de la Ley de
cita online: IJ-CCCXLIV-392. Defensa del Consumidor (2019).

596 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

Ello, porque máxima la tutela del consumidor- También en lo que a alternativas de remedios
usuario, toda vez que, probada la conexidad, se refiere, merece especial atención la opinión
“las vicisitudes que padezca uno de los contra- de Alterini respecto a que “nada dice el art. 1075
tos pueden extenderse al resto de los sujetos que de que el incumplimiento puede esgrimirse por
integran el sistema. En este caso, el principio de vía de acción y no solo de excepción, así debe
efectos relativos “se ve claramente conmovido interpretárselo en virtud de que el art. 1031 con-
por la conexidad”, por lo que, como concluye Ar- sagra ambas alternativas para los contratos bila-
mella, en este caso, el efecto “puede expandir- terales, sin que se aprecie la racionalidad de un
se a todos los sujetos vinculados al sistema, más tratamiento distinto” (272).
allá de que no sean formalmente partes contra-
De allí que, ante este ecosistema masivo de
tantes de alguno de los demás contratos que in-
consumo digital, la posibilidad que brinda la
tegran la pluralidad negocial necesaria para que figura novedosa de los “contratos conexos” de
este régimen jurídico sea de aplicación” (269). ampliar los remedios jurídicos mencionados
contra otros sujetos intervinientes en el sistema
Por todo ello, es dable concluir que los reme-
—generalmente, con una estructura más sol-
dios legales (270) con los que cuenta el consu-
vente— y no solo contra el contratante directo
midor y que fueron enumerados en esta obra
genera un impacto transcendental en los distin-
tienen mayor amplitud desde este análisis sis- tos reclamos que por incumplimiento puedan
témico para satisfacer al acreedor-consumidor producirse en las operaciones que masivamen-
al encuadrar el caso bajo el prisma de los con- te se dan en el comercio electrónico.
tratos conexos, habida cuenta de que, al ampliar
los legitimados pasivos, es mayor aún la posibi- La tesis aquí propuesta es fundada en el prin-
lidad de optar por el remedio correcto con miras cipio capital e insoslayable del favor debilis. En
a lograr la satisfacción de su interés como fac- efecto, el principio “favor débil” se erige en una
tor determinante —en referencia a lo dicho en base sólida sobre la cual pueden buscarse solu-
el punto 2.a de este capítulo—. ciones para casos puntuales, pero con vocación
de generalidad, limitando el casuismo a lo es-
Desde este enfoque, incluso la comisión re- trictamente necesario (273).
dactora del anteproyecto de reforma de ley
24.240 estimó necesario explicitar, en mate- La tutela debe verse pues intensificada si se
ria de conexidad contractual y de tutela de la trata —como en el caso— de un contrato en
confianza, otros efectos particulares que —de el que la entidad digital asume ciertas obliga-
aprobarse aquel— complementarían los desa- ciones, como liberar los pagos, entregar los
rrollados en el Código Civil y Comercial, con- productos o controlar las disputas en forma
sagrando una regla expresa en materia de la extrajudicial. Ello más aún cuando estas obli-
acción directa (271). gaciones (asumidas por el portal digital pro-
veedor-intermediario) buscan generar cierta
“confianza” para contratar mediante dicha pla-
(269) ARMELLA, ob. cit., p. 203. ALTERINI, “Código
Civil y Comercial comentado...”, ob. cit., t. V, p. 731. taforma, de modo que el consumidor o usuario
se crea seguro, lo cual queda abarcado por el
(270) “De este modo, se ha señalado que los remedios principio de la “buena fe”, en virtud de las mis-
son subsidiarios, aunque pueden ser acumulables en la
medida en que no sean incompatibles entre sí y que la
mas funcionalidades que prometen brindar en
elección sucesiva de remedios no genere inconvenientes resguardo de sus derechos (274).
para el deudor” (BARCIA LEHMANN, Rodrigo J. y RE-
STREPO RIVERA, Maximiliano, “El derecho de opción (272) ALTERINI, “Código Civil y Comercial comenta-
del acreedor ante el incumplimiento contractual en el do. Tratado exegético...”, ob. cit., t. V, p. 734.
Derecho de remedios europeo”, Ius et Praxis, v. 25, n° 3,
Talca dic. 2019). (273) LORENZETTI, “Consumidores...”, ob. cit., ps. 119
y 255.
(271) SANTARELLI, Fulvio G. y CHAMATROPULOS,
Demetrio A., “Comentarios al Anteproyecto de Ley de (274) DE LOS MOZOS, José L., “El principio de la bue-
defensa del consumidor”, homenaje a Rubén S. Stiglitz, na fe. Sus aplicaciones prácticas en el derecho civil espa-
La Ley, supl. especial, marzo 2019, 11. ñol”, Bosch, Barcelona, 1965, 27, 31, 37, 39-42 y 45-60.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 597


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

Indudablemente, ello exige un cambio de men- charse), sino también una forma de realización
talidad sustentado en una fuerte formación de las de las personas en sociedad, de trascender a las
doctrinas desarrolladas por los autores —como realidades inmediatas y perecederas de la vida.
así también de las destrezas y habilidades nece-
sarias para aplicarlas a los casos concretos—, II. Apreciaciones conclusivas finales
sobre todo frente a una diversidad normativa
cada vez más compleja y extensa, y a la presen- II.1. ¿Es posible armonizar el microsistema de
cia de situaciones extraordinarias, como la pan- protección del consumidor con el macrosistema
del derecho civil?
demia ocasionada por el COVID-19 (275).
Llegados a este punto, se presenta la impe-
Esta nueva visión del negocio jurídico debe
riosa necesidad de contestar este interrogante
estar orientada hacia la protección de la perso-
como primera apreciación conclusiva.
na humana, ser digno de respeto y de tutela (art.
51, Cód. Civ. y Com.). Ello, porque el intrincado Como se explicó, el contexto de la sociedad
y cambiante mundo digital pone de relieve que moderna tecnológica y consumerista promue-
la mayoría de los consumidores que utilicen las ve el acontecimiento de nuevas problemáticas
plataformas electrónicas van a desconocer mu- creadas por el impacto de las nuevas tecnolo-
cho de su funcionamiento, encontrándose en gías, y la masificación de los productos por avan-
clara desventaja a la hora de contratar (arts. 1° ces en los procedimientos industriales (277).
a 5, ley 24.240), máxime cuando el portal genera Entre ellos, la creación de nuevos ecosistemas
en sus usuarios-consumidores la confianza para digitales basados en nuevos modelos de nego-
su utilización a través de las funcionalidades de cios que evolucionan mediante cambios brus-
la “reputación del vendedor”, Mercado Pago, cos y veloces, lo que hace inviable actualizar
Mercado Envío, etc. cuerpos normativos —macrosistemas— a un
ritmo tan vertiginoso. Por lo que termina siendo
Aparece entonces la necesidad de que el con- imposible evitar la coexistencia de distintas le-
trato sea “contacto (276)” con el otro, trato per- yes especiales —microsistemas— que permitan
sonalizado, para lograr no solo el beneficio de una actualización de temáticas sociales trans-
ambos (y no que el negocio se convierta tan solo cendentes sin tanta burocracia.
en una celada dispuesta para quedarse con el
esfuerzo ajeno, para expoliarlo y para aprove- En nuestro ordenamiento jurídico, como bien
lo señala Gabriel Stiglitz, el Código Civil y Co-
(275) RIVERA, Julio C., “Los contratos frente a la pan- mercial —macrosistema— se propuso incluir
demia”, LA LEY 22/04/2020, 8 y ss. MEDINA, Graciela, “Del “una serie de principios generales que actúan
cumplimiento al incumplimiento de los contratos ante el como una ‹protección mínima› del consumidor,
COVID-19”, LA LEY 22/04/2020, 2 y ss. ARIAS CÁU, Es- lo que implica: a) que no hay obstáculos para
teban J. y NASIF, Sofía, “Emergencia sanitaria, pandemia que una ley especial establezca condiciones su-
y defensa del consumidor”, LA LEY 17/04/2020. CALVO
COSTA, Carlos A., “Imposibilidad de cumplimiento, caso
periores; b) pero esencialmente, que ninguna
fortuito y fuerza mayor”, LA LEY 28/04/2020. ley especial en aspectos similares pueda dero-
gar esos mínimos sin afectar el sistema” (278).
(276) En un análisis de la dogmática alemana, Rodrí- La explicación de ello es que dicho cuerpo nor-
guez Olmos explica que en la doctrina llegó a plantearse
la idea de “una relación obligatoria unitaria de natura- mativo fue pensado como sistema incluyente y
leza legal que, fundada en el principio de buena fe del no excluyente de otras legislaciones especiales.
BGB, impone a las personas que entablan un ‘contacto
negocial’ o ‘contacto social’ intensificado, deberes de (277) DÍEZ-PICAZO, Luis, “Derecho y masificación so-
comportamiento con el fin de evitar un menoscabo a la cial. Tecnología y derecho privado (dos esbozos)”, Civitas,
integridad de su situación jurídica y patrimonial en la Madrid, 1979. DÍEZ-PICAZO, Luis y GUILLÓN, Antonio,
medida de lo posible, incluso previa y posteriormente a “Sistema de derecho civil”, Tecnos, Madrid, 1992 (1989),
la celebración del contrato y con independencia del mis- 6ª ed., v. II, ps. 32-34.
mo (RODRIGUEZ OLMOS, “Deberes de protección, ‘aún
frente a terceros’, en la dogmática alemana”, 301-347. En el (278) STIGLITZ, Gabriel A., “La defensa del consumi-
derecho italiano, véase PROCIDA MIRABELLI di LAURO, dor en el Código Civil y Comercial de la Nación”; publi-
Antonino, “L’obbligazione come rapporto complesso”, en cado en Sup. Esp. Nuevo Código Civil y Comercial 2014
Rivista di diritto civile, 4/2018, 910 y ss. (noviembre), 137, AR/DOC/3858/2014.

598 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

En ese escenario, el código, como cualquier Empero, resuelta la cuestión de la armoniza-


ley, puede ser modificado, pero es mucho más ción del macrosistema con el microsistema de
difícil que con relación a cualquier ley especial. protección del consumidor, se genera a su vez
“Por lo tanto, estos ‹mínimos› actúan como un otra problemática: la de determinar si existe un
núcleo duro de tutela. Los dos primeros nive- orden predeterminado para la utilización de di-
les del sistema de protección jurídica del con- chas vías o si, por el contrario, su determinación
sumidor (Constitución y Código) son estables, queda librada a la discrecionalidad e interés del
mientras que el tercero (ley especial) es flexible acreedor y qué sucede ante la existencia de una
y adaptable a las circunstancias cambiantes de pluralidad de instrumentos de tutela del crédito
los usos y prácticas” (279). sean ejercitables ante una misma situación, es
decir, si resulta válido el cúmulo de regímenes
Ante este panorama, la armonización de estos jurídicos diferentes.
sistemas puede darse a partir de la metodología
del diálogo de fuentes, junto con la creación y Surgen entonces dos problemas: por un lado,
actualización de dichas normas, que busquen la discrecionalidad en la elección de los reme-
un objetivo común y partan de los mismos prin- dios y, por otro, la acumulabilidad de los regí-
cipios (280). menes que tales remedios contemplan.
En síntesis, se podría considerar que existe no II.2. Problemas nuevos con soluciones nuevas
solo una armonización, sino incluso una siste-
matización entre los distintos componentes del Estos problemas no resultan ajenos a las nue-
sistema de protección jurídica del consumidor: vas dificultades que se plantean en el comercio
la Constitución Nacional (arts. 42 y 43), la ley es- electrónico, y en particular en el dinámico en-
pecial 24.240 y el Código Civil y Comercial, el torno de las plataformas digitales de interme-
cual “recupera una centralidad para iluminar a diación de la demanda de bienes y servicios,
las demás normativas”. como la presentada más arriba.
En coincidencia con esta tesitura, puede ob- En atención a todo ello, cabría sugerir que las
servarse el régimen propuesto por el código con soluciones no deben buscarse en criterios rígi-
relación al fortalecimiento del principio protec- dos o impropios (v.gr., la figura del mandato),
torio, a través de los arts. 7, 11, 1094 y concor- sino en cosmovisiones más amplias y adecua-
dantes; respecto a la interpretación y prelación das, como la relación de consumo y los contratos
normativa prevalecerá la más favorable al con- conexos, que se corresponden más apropiada-
sumidor. Ello es aún más significativo en el an- mente con los fenómenos culturales actuales
teproyecto de reforma de la Ley de Defensa del (como la globalización y el consumo online),
Consumidor (2019). como son los intereses individuales y sociales
(fundados en relaciones de cooperación, al de-
En efecto, las normas sobre defensa del con-
sumidor que se añaden a través del nuevo có- cir del gran maestro italiano Emilio Betti) (281)
digo (contratos de consumo, etc.) mejoran y las situaciones de vulnerabilidad de las perso-
notoriamente el sistema de protección jurídica. nas en sus relaciones en la comunidad.
En tal sentido, el intérprete de una ley especial
Dado que son muy cambiantes las situacio-
recurrirá al código para el lenguaje común de lo
nes en la sociedad de consumo online, consi-
no regulado en la ley especial y, además, para
dero que es correcto y razonable que existan
determinar los pisos mínimos de tutela confor-
alternativas simultáneas para tutelar el crédito
me al principio de interpretación más favorable
del acreedor-consumidor, a fin de que procure
al consumidor.
satisfacer su interés (arts. 724 y 880).
(279) Ibidem.
(281) BETTI, Emilio, “Teoría general de las obligacio-
(280) LORENZETTI, “Código Civil y Comercial de la nes”, tr. de J. L. De los Mozos, Revista de Derecho Privado,
Nación. Comentado”, ob. cit., t. I, p. 34. Madrid, 1969.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 599


Incumplimiento obligacional en el comercio digital

Ahora bien, lo importante es no desnaturali- De hecho, el fallo que comentamos se funda-


zar los tipos contractuales o las instituciones ju- menta en la prestación de servicios de Mercado
rídicas en general, sino más bien recurrir a las Libre y Mercado Pago, como proveedoras, a un
vías legales adecuadas: se trate de las reglas y consumidor, el Sr. Ferreiro, a través de Internet,
principios propios del código, como son los de- lo que nos ubica en el ámbito de la contratación
rivados de la ejecución forzada de la obligación electrónica con consumidores y torna aplicable
(arts. 730 y 777), o bien de los contratos conexos, el régimen tuitivo, facilitando la resolución del
soluciones que ya fueron propuestas de forma caso en diversos aspectos.
unánime por la doctrina (Jornadas Nacionales En tal sentido, este fallo resulta un valioso
de Derecho Civil, Universidad Nacional del Li- antecedente en el que se resolvió un conflicto
toral, 1999 (282)), o bien del régimen transver- particular de la contratación electrónica, apli-
sal del consumidor (arts. 10 bis, ley 24.240). cándose normas del Código Civil y Comercial
y de la Ley de Defensa del Consumidor, por lo
Empero, todo este esquema normativo de vías que se erige en un excelente disparador de ideas
legales que dota de varias alternativas en poder para pensar cómo pueden presentarse a los
del acreedor para satisfacer su interés no pue- operadores jurídicos las respuestas propuestas
de llevar a un ejercicio abusivo, contrario a la por el ordenamiento jurídico, a fin de tutelar los
ley, mediante un cúmulo impropio o indebido o derechos en juego de personas en situación de
en desmedro de los derechos de la contraparte vulnerabilidad (consumidores-usuarios).
o de terceros, yendo más allá de los límites que
imponen la buena fe, la moral y las buenas cos- Tan así resulta esto último que nos permi-
tumbres, o al mencionado ejercicio abusivo de tió realizar un reencuadre jurídico del caso y, a
los derechos (arts. 9 y 10). partir de ello, considerar la idea de ampliar los
remedios legales previstos para un caso de in-
En síntesis, la contratación electrónica ofrece cumplimiento defectuoso en esta modalidad de
un ámbito —un ecosistema— con particulari- contratación, a través de la figura de los contra-
dades propias, ya sea en cuanto a la normativa tos conexos, toda vez que nos abre la posibilidad
de accionar contra otros legitimados pasivos,
aplicable, como a la búsqueda de soluciones
mejorando aún más la posibilidad de satisfacer
para los conflictos que pueden plantearse, di-
el interés de la parte perjudicada.
ferentes a los existentes en la contratación tra-
dicional, pero que pueden ser válidamente Para finalizar este trabajo, y como última re-
resueltos con la normativa existente en materia flexión conclusiva, parece oportuno citar una
de contratos, daños y defensa del consumidor, frase expresada en los fundamentos del pro-
hasta tanto contemos con un régimen especial yecto de reforma de 1998, cuya consideración
que regule la actividad y la responsabilidad de aplica a las cuestiones aquí analizadas y resul-
los intermediarios. ta ser coincidente con estas apreciaciones, toda
vez que en la presente obra “prevemos un ca-
(282) Comisión nº 3, “Contratos: Contratos conexos”. tálogo de soluciones, pero naturalmente, no
Presidentes: Dres. Jorge Mosset Iturraspe, Ricardo L. pretendemos haber cubierto el universo glo-
Lorenzetti. Ponentes: Dres. Georgina I. Álvarez, José M. bal de alternativas que ofrece la realidad móvil
Gastaldi, Esteban Centanaro, Jorge Miguel, Guillermo y multifacética”, pues, como dijo Jean-Étienne
Colla, José Tobías, Federico De Lorenzo, Graciela Wust, Portalis (en el discurso preliminar del Código
Carlos Silvero Fernández, Carlos Hernández, Carlos
Pizarro Wilzon, Mariano Gagliardo, Daniel Moeremans, Civil francés): “...las leyes, una vez redactadas,
Juan A. Rinessi, Nélida R. Rey, Mario Gianfelici, María permanecen siempre tal como fueron escritas,
Sabaté, Sandra Ferrari, Norma Juanez Lloveras de Resk, en tanto los hombres no reposan jamás; por el
Elizabeth Aimar, María Elena Cabrera, Gonzalo Sozo, contrario, éstos viven en constante actividad y
Mónica Casares, Claudio Galván, Camilo Tale, Gabriela ese movimiento nunca detenido, cuyos efectos
Jater, María Hiruela, Susana Gueiler, María Stella Alou, son diversamente modificados por las circuns-
Ricardo Lorenzetti, Alejandro Freytes, Silvia Castillo, Fer-
nando Márquez, María Carabajal, María Josefina Tavano, tancias, produce a cada instante algún hecho
Alberto J. Zago, Manuel O. Cobas, Ernesto A. Diamante, nuevo, alguna original combinación, algún dis-
Alejandra L. Abelenda Cerqueiro, María Paola Pirosanto. tinto resultado. Infinidad de cosas deben que-

600 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Pablo Nicolás Guerreiro

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Vehículos autónomos y su impacto
en el sistema de responsabilidad
civil argentino (*)
Macarena Baricco Prats
RESUMEN tantemente la inteligencia artificial. Es, a su vez,
quien le transmite al robot sus funciones, quien le
La inteligencia artificial avanza a paso galo- enseña actividades y lo dota de herramientas para
pante en los avatares de la sociedad actual y su que luego se desenvuelva de manera autónoma.
evolución tecnológica. De proyección inimagi-
nable, se cuela en los vehículos prometiendo Sin embargo, en el progreso no solo se ha lo-
tornar artificial la conducción. Desde la incor- grado la misión primordial de la inteligencia ar-
poración de funciones particulares hasta el ro- tificial: representar las atribuciones propias de
dado absolutamente autónomo, la mecánica la inteligencia humana. El avance ha sido tal
del software que toma decisiones imitando el ra- que se han perfeccionado dichas facultades ori-
ciocinio humano conlleva un análisis imperio- ginariamente pertenecientes al patrimonio ex-
so de su impacto jurídico. Tras estas directrices, clusivo de la mente humana, hasta lograr una
este trabajo pretende, a la luz de la regulación verdadera erudición. Adviértase que una cuen-
argentina vigente sobre responsabilidad civil, ta matemática compleja que a un ser humano
examinar qué desafíos presenta la irrupción de puede costarle minutos o incluso horas la com-
los vehículos autónomos y su tecnología en los putadora logra resolverla en milisegundos.
siniestros viales. Para esto, se desarrollarán los
principales lineamientos de la inteligencia ar- En ocasiones imperceptible, simulada y de
tificial, avanzando sobre su articulación en la bajo perfil, ella se cuela en nuestro día a día y
mecánica de un automóvil, para coronar con el participa de operaciones que realizamos asi-
sumario jurídico de la temática abordada. duamente. Así, hay presencia de inteligencia ar-
tificial en los teléfonos móviles cuando estos se
INTRODUCCIÓN desbloquean a través del reconocimiento facial,
Hablar del futuro de la inteligencia artificial imitando la función humana del procesamiento
no resulta del todo asertivo: su relevancia y do- de imágenes; en las plataformas de series y pe-
minio es absoluto presente. Bajo esta premisa, lículas cuando seleccionan contenido de interés
la proyección del vehículo que se conduce solo del usuario procesando con inmensa velocidad
abandonó la ciencia ficción para extrapolarse a los datos que poseen de sus consumos habitua-
la realidad humana e, inminentemente, a su co- les, a modo de “aprendizaje automático”; y en
tidianidad. los asistentes virtuales que, a través de nuestra
voz, responden a nuestros comandos, del modo
Incluso, ya el término “robots” no alude a cria- en que los humanos descifran el lenguaje.
turas de una literatura futurista, sino a verdaderos
dispositivos tangibles, técnicos y, fundamental- Esto nos demuestra que ya no cabe la idealiza-
mente, inteligentes. Esto en la medida en que las ción o demonización de un mundo lejano y dis-
acciones que despliegan revisten de alta comple- tante dominado por la inteligencia artificial. Esta
jidad y potencian de forma extraordinaria el lema ya está presente, con sus inmensas virtudes y de-
“el alumno supera al maestro”. Es que es el ser hu- fectos, y provoca toda clase de cuestionamientos
mano el que investiga, elabora y desarrolla cons- filosóficos, sociales, económicos, políticos y jurí-
dicos. Estos últimos, específicamente en lo que
(*) El trabajo final de maestría fue defendido el 13 de respecta a la responsabilidad civil y los vehículos
julio de 2021. autónomos, serán abordados en esta tesis.

608 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

En este contexto de extensión y prevalencia de lizado por este. La novedosa dinámica de estos
la inteligencia artificial que imita las atribucio- automóviles irrumpiendo en el esquema tradi-
nes típicas del cerebro humano, se han desarro- cional de los accidentes de tránsito provoca un
llado los vehículos autónomos. En su máxima cuestionamiento en lo atinente a la atribución
expresión, con ellos se pretende reemplazar la de esos daños, debiendo analizarse los perfiles
figura del conductor o, de forma equivalente, lo- de dueño y guardián y, consecuentemente, si la
grar que el rodado se traslade por sí mismo. normativa y la cuantiosa jurisprudencia vigente
resultan aplicables a estos supuestos.
No obstante, existen diversas graduaciones de
la autonomía del móvil según la mayor, menor De conformidad con lo reseñado, se reitera
o nula intervención de la acción humana. En tal que, lejos de constituir el escenario planteado
sentido, en una primera clasificación amplia, una realidad utópica y ficticia, el vehículo autó-
cabe distinguir los vehículos automatizados o de nomo es considerado uno de los adelantos tec-
autonomía parcial, que son aquellos que solo nológicos de mayor potencial y es destinatario
tienen algunas funciones de autonomía —como, de vastas inversiones en la industria automotriz.
por ejemplo, los que exigen la conducción hu- En materia de autonomía parcial, la extensión es
mana, pero que incluyen estacionamiento o fre- prácticamente total; compañías como Ford (1),
no automático— y los denominados vehículos Audi (2), Nissan (3), Renault (4) y Peugeot, en-
autónomos per se, que gozan de una autonomía tre muchas otras, comercializan automóviles
total y no requieren de la presencia de personas. que incluyen funciones de inteligencia artifi-
Sin perjuicio de la diferenciación, la designa- cial, tales como el estacionamiento automático
ción “vehículos autónomos” se utiliza de forma o la conducción asistida —ya sea para el mante-
indistinta. nimiento del carril, alertas de descanso o freno
automático (5)—.
Alcanzado este punto de la exposición, cabe
preguntarse: ¿qué novedad jurídica resulta- Entre los casos más resonantes de vehícu-
rá de la utilización de rodados autónomos? La los absolutamente autónomos destaca Waymo
respuesta deriva directamente de la noción de —compañía integrante del equipo Google—,
inteligencia artificial y de las particularidades que, en el área metropolitana de Phoenix, Esta-
del funcionamiento de estos transportes. Se an- dos Unidos, ya tiene en circulación una flota de
ticipa que, al independizar parcial o totalmente automóviles autónomos cuyos servicios pueden
su mecánica de la acción del hombre, se incor- ser requeridos mediante una aplicación (6). Del
poran nuevas figuras y se controvierte el rol de mismo modo, en el 2016, en Singapur comenza-
otras ya existentes. Por un lado, emerge con ve- ron a circular taxis autónomos pertenecientes a
hemencia el cuestionamiento en torno al desa- la empresa nuTonomy (7), y en París, ómnibus
rrollador o programador del software, ya que es
quien configura y actualiza al sistema del auto- (1) Cfr. https://www.ford.es/compra/explora/tecno-
móvil para que cumpla su cometido —sin per- logia/experiencia-de-conduccion/sistema-de-aparca-
juicio de que de que puede delegar el control—. miento-asistido, disponible al 22/2/2020.
Por otro lado, el papel del fabricante o de la em-
presa que lo distribuye adquiere especial rele- (2) Cfr. https://www.audi.es/es/web/es/modelos/a3/
nuevo-a3-sportback.html, disponible al 22/2/2020.
vancia, ya que, por lo general, el desarrollo del
sistema se dará en el seno de su compañía. A su (3) Cfr. https://www.nissan.es/vehiculos/nuevos-ve-
vez, la posición del conductor humano quedará hiculos/qashqai.html, disponible al 22/2/2020.
gradualmente desdibujada y, en ciertos casos, (4) Cfr. https://www.renault.es/easylife/renault-easy-
obsoleta. drive.html

Lo antedicho arroja la siguiente proyección: (5) Cfr. https://www.peugeot.com.ar/gama/descubri-


en los siniestros de tránsito en los que interven- nuestros-vehiculos/nuevo-peugeot-208/tecnologia.
html, disponible al 22/2/2020.
gan vehículos parcial o totalmente autónomos
deberá ponderarse con énfasis cuál es el nivel (6) Cfr. https://waymo.com/waymo-one/, disponible
de intervención humana y cuál el de autono- al 22/2/2020.
mía del vehículo, para evaluar, según un criterio (7) Cfr. GUILLEN, Beatriz, “Empieza a circular el prim-
de previsibilidad, la causa que ha generado el er taxi sin conductor del mundo”, El País, 26/8/16, pub-
daño y quién corresponde que sea responsabi- licado en https://elpais.com/tecnologia/2016/08/25/

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 609


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

eléctricos y autónomos (8) desarrollados por el de siniestralidad vial es especialmente relevan-


grupo Navya (9), entre múltiples proyectos. te por implicar un porcentaje significativo de los
procesos que tramitan ante el fuero civil (14).
Potenciando el interés práctico del análisis,
han tenido lugar diversos siniestros que invo- A los efectos de efectuar el abordaje jurídico
lucran esta tecnología, que han germinado las adecuado para la temática propuesta, esta expo-
discusiones relativas a la determinación de las sición propone una organización que parte de
causas de los accidentes, las responsabilidades las consideraciones generales en materia de in-
consecuentes y, desde la veta procesal, las po- teligencia artificial y vehículos autónomos, para
sibilidades de prueba y las cargas resultantes. luego interiorizarse en los aspectos vinculados
Tanto en Arizona (10), como en Madrid (11) y al derecho. Pues no es sino a través del entendi-
Houston (12), entre otras localidades, se repor- miento de lo que es la inteligencia artificial en
taron accidentes de tránsito con intervención de general y de cómo funcionan los automóviles
vehículos autónomos; en Florida ocurrió el pri- autónomos en particular que puede realizarse
mer siniestro fatal (13). una evaluación entendida de los distintos es-
pectros que ofrece la problemática. Con este de-
En definitiva, la inteligencia artificial ya es un safío en mente, hacia allí se emprende.
hecho y los vehículos autónomos —como una
de las tantas manifestaciones de este campo CAPÍTULO I
amplio y expansivo— es el disparador al cual se
recurre para tratar las cuestiones jurídicas que I. ¿Qué es la inteligencia artificial (IA)?
emanan de esta convivencia entre las personas
y las máquinas inteligentes. A su vez, el tópico I.1. Evolución

actualidad/1472127872_211990.html, disponible al A los fines de comprender cabalmente la de-


22/2/2020. finición de inteligencia artificial, también cono-
cida como IA, resulta conveniente remontarse
(8) Cfr. RODRÍGUEZ GARCÍA, Elías, “Países en los
que el transporte público ya es autónomo”, El Español,
a sus inicios. El cuestionamiento humano que
6/1/18, publicado en https://www.elespanol.com/omi- la subyace —en cuanto a la posibilidad de en-
crono/20180106/paises-transporte-publico-autono- tender el mecanismo de la razón humana y de
mo/275223099_0.html, disponible el 22/2/2020. replicarlo en un dispositivo ajeno al cuerpo—
deviene histórico. Las reflexiones milenarias en
(9) Cfr. https://navya.tech/fr/solutions/transport-de-
personnes/navette-autonome-pour-le-transport-de- el ámbito de la filosofía respecto al funciona-
passagers/, disponible al 22/2/2020. miento de la mente humana y su conexión con
el cuerpo han servido de disparadores. Sin em-
(10) Cfr. Summers, Hanna, “Uber suspends fleet of bargo, para alcanzar el nivel de ciencia estric-
self-driving cars following Arizona crash”, The Guardian,
ta, estas ideas requirieron una formalización a
26/3/2017, publicado en https://www.theguardian.com/
technology/2017/mar/26/uber-suspends-self-driving- nivel matemático en tres áreas fundamentales:
cars-arizona-crash-volvo-suv, disponible al 26/4/2021. computación, lógica y probabilidad. Conse-
cuentemente, si bien los cimientos pueden ser
(11) Cfr. “Primer autobús ’inteligente’ español debuta... ubicados en el amplio rango que abarca la filo-
con un choque”, DW, 22/10/2020, publicado en https://
www.dw.com/es/primer-autob%C3%BAs-inteligente-
sofía de Platón y Aristóteles (siglo IV a. C.) hasta
espa%C3%B1ol-debuta-con-un-choque/a-55360878, los avances en materia de lógica, computación y
disponible al 26/4/2021. algoritmos del siglo XIX, no es sino a mediados
del siglo pasado que comenzó a gestarse la inge-
(12) Cfr. “Un accidente de un auto Tesla ’sin nadie al niería informática tal como la conocemos (15).
volante’ dejó dos muertos en EE. UU.”, 19/4/2021, Info-
bae, publicado en https://www.infobae.com/america/
eeuu/2021/04/19/un-accidente-de-un-auto-tesla-sin- (14) En la Justicia nacional en lo civil, de los juicios ini-
nadie-al-volante-dejo-dos-muertos-en-eeuu/, dis- ciados durante el 2012, un 20% corresponden a acciden-
ponible al 26/4/2021. tes de tránsito. Cfr. http://old.pjn.gov.ar/07_estadisticas/
estadisticas/07_estadisticas/index.php, Anuarios, Fuero
(13) Cfr. YADRON, Danny, “Tesla driver dies in first Civil, Año 2012, “Cuadro 4”, disponible al 24/2/2020.
fatal crash while using autopilot mode”, The Guardian,
1/7/2016, publicado en https://www.theguardian.com/ (15) Cfr. RUSSELL, Stuart J. — NORVIG, Peter, “Artifi-
technology/2016/jun/30/tesla-autopilot-death-self-driv- cial Intelligence: a modern approach”, Prentice Hall, New
ing-car-elon-musk, disponible al 26/4/2021. Jersey, 1995, ps. 8-14.

610 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

El análisis de los orígenes tiene carácter dual, hardware ha implicado una mejora en velocidad
ya que, para que triunfe la inteligencia artificial, y capacidad y una disminución del precio (19)
se requiere la presencia de dos elementos: un —desde la primera computadora portátil distri-
artefacto e inteligencia. buida por IBM en 1975 y las distintas versiones
de Apple entre la década del setenta y ochenta
i. Por un lado, en lo que hace a la evolución (Apple I, II, Lisa y Macintosh) hasta los ordena-
de los artefactos —también conocidos como dores del 2000 con acceso a wifi, puertos USB y
hardware—, si bien antes del desarrollo de las cámara, y los dispositivos eminentemente tácti-
computadoras se han inventado dispositivos les de los últimos años (20)—.
mecánicos susceptibles de efectuar cálculos,
solo aquellas han demostrado tener verdade- En la actualidad, no hay límites precisos en lo
ras posibilidades de exteriorizar inteligencia. que respecta al hardware portador de inteligen-
Propiamente, el ordenador digital moderno fue cia artificial: un reloj, un teléfono o un automó-
inventado de forma independiente —y, prácti- vil, entre tantos otros objetos, son susceptibles
camente, simultánea— en tres países diferentes de incluir IA.
durante el curso de la Segunda Guerra Mun-
dial (16). Entre ellos, el equipo de Alan Turing ii. Por otro lado, en lo relativo al progreso de la
—matemático británico— desarrolló un sistema inteligencia, se adjudican a Walter Pitts y Warren
cuyo objetivo era descifrar los mensajes encrip- McCulloch los primeros estudios, publicados en
tados del ejército alemán (17). 1943, tendientes a encontrar una explicación
lógica y matemática del cerebro basada en un
Precisamente fue Turing quien, en 1950, bajo modelo de redes neuronales —concepción que
el interrogante “¿Pueden las máquinas pen- se pregona en la actualidad—. Su aplicación es-
sar?”, propuso la llamada prueba o test de Tu- pecífica al ámbito de la inteligencia artificial se
ring, haciendo competir a una persona y a una atribuye a Claude E. Shannon (matemático es-
computadora digital. Se plantea que un indivi- tadounidense) y a Turing, entre otros (21).
duo que no puede ver ni escuchar a los parti-
cipantes debe efectuar preguntas y descifrar si En el ámbito de la ciencia ficción y luego pro-
las respuestas provienen del sujeto o de la má- yectado al área que nos convoca, en 1950 Isa-
quina, permitiendo evaluar la capacidad de esta ac Asimov publicó Las tres leyes de la robótica,
para simular el comportamiento humano. El or- adoptadas como directrices de la disciplina y
denador que logre engañar al interlocutor será, destinadas a controlar el comportamiento de las
entonces, inteligente (18). En definitiva, supo máquinas inteligentes: “un robot no debe herir
delinear la finalidad propia del área: lograr re- a un ser humano ni tampoco, a través de la inac-
plicar en máquinas la inteligencia humana y to- ción, debe permitir que éste salga lastimado; un
das sus manifestaciones —que exceden el obrar robot debe seguir órdenes impartidas por seres
estrictamente mecánico y que involucran, tam- humanos, excepto cuando estas órdenes vayan
bién, sentimientos y emociones—. en contra de la primera ley; [y] un robot debe
proteger su propia existencia, siempre y cuando
Sin embargo, entre los hitos más resonantes esa protección no entre en conflicto con las pri-
cabe destacar la creación de la computadora meras dos leyes” (22).
IBM 701, elaborada en 1952 por Nathaniel Ro-
chester y su equipo, pionera en la comerciali- (19) Cfr. RUSSELL — NORVIG, ob. cit., p. 14.
zación y facturación de esta rama de productos.
Desde entonces, cada nueva generación de (20) Cfr. “La evolución de las computadoras en fotos”,
22/6/2017, publicado en https://fundaciontelefonica.
com.ec/noticias/la-evolucion-de-la-computadora-en-
(16) Cfr. ibidem, ps. 14-15. fotos/, disponible al 15/3/2020.
(17) Cfr. https://www.cultura.gob.ar/alan-turing-el- (21) Cfr. RUSSELL — NORVIG, ob. cit., p. 16.
padre-de-la-inteligencia-artificial-9162/, disponible al
16/2/2020. (22) GHOSH, Pallab, “La premisa única que reescribe
las leyes de la robótica de Isaac Asimov, el padre de la
(18) TURING, A. M., “Computing Machinery and Intel- ciencia ficción”, BBC, 2/7/2017, publicado en https://
ligence, Mind: A quarterly review of psychology and phi- www.bbc.com/mundo/noticias-40446863, disponible al
losophy”, Volume LIX, Issue 236, octubre 1950, pág. 433. 15/3/2021.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 611


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

Propiamente, se lo considera a John McCar- Samuel desarrolló un prototipo que jugaba al


thy el padre de esta ciencia y sucesor de Alan ajedrez de forma verdaderamente inteligente.
Turing. Es él quien organizó la conferencia de Pero su aporte fundamental resultó acreditar
Darmouth de 1956, en la cual, en su discur- que las computadoras no solo realizan aquello
so, acuñó el término “inteligencia artificial” y que el ser humano las configura para hacer, sino
sostuvo que todos los aspectos del aprendiza- que se alimentan de la información que reciben
je o rasgos de la inteligencia humana son sus- y van mejorando en esa tarea, extremo que que-
ceptibles de ser descritos de manera precisa de dó demostrado al superar el ordenador el nivel
forma tal que puedan ser simulados por una de ajedrez operado por su creador (26).
máquina. Es decir, su objetivo era lograr un dis-
positivo que pudiera replicar enteramente la Posteriormente, se fue avanzando en la crea-
mente humana y no desarrollar algunas funcio- ción de lenguajes de programación. Los orde-
nes puntuales (23). De la conferencia de Dar- nadores contienen transistores que admiten
mouth participaron los pioneros de este campo, únicamente dos posibilidades: prendido y apa-
tales como Minsky, Simon y Rochester, entre gado —propio de un sistema binario—. Por lo
otros (24). tanto, para representar la mayor cantidad de
datos de manera rápida y eficiente, resulta ne-
Consagrada como ciencia, la primera ola de la cesario un consenso que parta de que ciertos
inteligencia artificial, conocida como IA simbó- símbolos representan una información deter-
lica o sistemas expertos, partió de la utilización minada. Esto se logra a través de estos lenguajes;
de algoritmos. Estos consisten en un conjun- el primero de ellos, denominado LISP —acróni-
to de reglas precisas que la computadora sigue mo de list processing o procesamiento de lista—,
paso a paso para decidir cómo responder inte- fue creado por McCarthy a fines de la década del
ligentemente ante una situación dada (25). Los cincuenta (27).
sistemas expertos se focalizaban en un área es-
No obstante, a partir de los años sesenta co-
pecífica y se nutrían del conocimiento de los menzaron a efectuarse serias críticas a la pe-
máximos exponentes en ciertas materias. ripecia de alcanzar sistemas verdaderamente
Los primeros años residieron, mayormen- inteligentes, especialmente en materia de tra-
ducción automática, ámbito en el cual se habían
te, en demostrar las nuevas habilidades adqui-
sufrido grandes retrocesos. Recién en la década
ridas por las computadoras. Así, se elaboraron
del ochenta las industrias empezaron a adqui-
programas tales como el Logic Theorist (Teóri-
rir sistemas expertos comerciales (28). Luego
co Lógico), destinado a solucionar problemas de otra recaída de impacto en las inversiones
matemáticos, y el General Computer Solver (So- en el área, a fines del siglo pasado y comienzos
lucionador Informático General), mediante el del corriente, reemergió con sucesos tales como
cual la máquina debía resolver desafíos de ló- el triunfo de la computadora Deep Blue de IBM
gica, geometría o ajedrez. Por su parte, Arthur frente al campeón mundial de ajedrez, y el desa-
rrollo de los primeros robots autónomos, entre
(23) Cfr. “El verdadero padre de la inteligencia artifi- ellos, automóviles, revistiendo especial interés
cial”, 3/9/2016, publicado en https://www.bbvaopen- en el ámbito militar (29).
mind.com/tecnologia/inteligencia-artificial/el-verdade-
ro-padre-de-la-inteligencia-artificial/, disponible al Lo antedicho desembocó, en el transcurso de
1/3/2021.
los últimos veinte años, en una segunda ola de la
(24) Cfr. ESCOLANO RUIZ, Francisco — CAZORLA disciplina, impulsada por el uso de datos. La uti-
QUEVEDO, Miguel Ángel y otros, “Inteligencia artificial: lización de información ha permitido superar el
modelos, técnicas y áreas de aplicación», Thomson, Ma-
drid, España, 2003, p. 4.
(26) Cfr. RUSSELL — NORVIG, ob. cit., ps. 17-18.
(25) Cfr. BOUCHER, Philip, “Artificial intelligence:
How does it work, why does it matter, and what can we (27) Cfr. ESCOLANO RUIZ — CAZORLA QUEVEDO,
do about it?”, Scientific Foresight Unit (STOA), Panel for ob. cit., p. 5.
the Future of Science and Technology, European Parlia- (28) Cfr. ibidem, ps. 6-8.
mentary Research Service, PE 641.547, junio 2020, pub-
licado en https://www.europarl.europa.eu/thinktank/ (29) Cfr. “What is Artificial Intelligence?”, publicado en
en/document.html?reference=EPRS_STU(2020)641547, https://builtin.com/artificial-intelligence, disponible al
disponible al 26/4/2021. 15/3/2021.

612 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

trabajo de los expertos de una primera etapa Marvin Minsky, uno de los pioneros en el área
—alimentando personalmente al sistema para (cofundador, junto a McCarthy, del Laboratorio
proveerlo de conocimiento—, para lograr que de Inteligencia Artificial del Massachusetts Ins-
el proceso de aprendizaje sea automático (30). titute of Technology —MIT—), conceptualizó la
IA como “la ciencia de hacer que las máquinas
En este marco, y entre los acontecimientos re- hagan cosas que requerirían inteligencia si las
cientes más resonantes, destaca que, en 2008, hubiera hecho un humano” (36).
Google incorporó a las funciones tecnológicas
de los teléfonos Iphone de Apple el reconoci- Sin perjuicio de lo antedicho, en la actualidad,
miento de voz, susceptible de decodificar y res- la asimilación a la conducta o al razonamiento
ponder a las preguntas del usuario (31). En lo humano no pretende ser física o visual, ni inten-
relativo al aprendizaje automático de las máqui- ta reproducir la apariencia de las personas en
nas, en 2012 Andrew Ng logró que un sistema de robots. Si bien en sus orígenes e incluso recien-
red neuronal, a partir del consumo de diez mi- temente han tenido trascendencia distintos pro-
llones de videos de YouTube, pudiera identificar yectos en este sentido (37), lo cierto es que, en
a un gato, sin ser previamente anoticiado ni en- generalidades, la inteligencia artificial se aplica
trenado en el concepto, dando origen a la rama de forma diversa, sin perseguir necesariamen-
de la inteligencia artificial denominada deep te este propósito. Asimismo, al presente, para
learning o aprendizaje profundo. En lo que a que un dispositivo sea considerado inteligente,
vehículos autónomos respecta, en 2014 Google se exige autonomía y se admite que se limite a
consiguió, por primera vez, que un vehículo au- reproducir una función específica de la mente
tónomo superara una prueba de conducir (32). humana, sin pretender una adecuación cabal al
cerebro y sus manifestaciones (38).
En cuanto al futuro de la inteligencia artifi-
cial, o a la que se erigirá en la tercera ola de esta En cuanto a las definiciones formalmente
ciencia, se discute si importará la transición de adoptadas, sostiene la Comisión Europea —ór-
una IA débil —propia de la primera y la segunda gano ejecutivo de la Unión Europea (39)— que
etapa— a una IA fuerte (33), cuya distinción se “el término ‹inteligencia artificial› (IA) se aplica a
abordará en los puntos subsiguientes. los sistemas que manifiestan un comportamien-
to inteligente, pues son capaces de analizar su
I.2. Concepto entorno y pasar a la acción —con cierto grado de
autonomía—, con el fin de alcanzar objetivos es-
Primeramente, se debe señalar que no existe pecíficos” (40). La autonomía, que puede existir
unanimidad con respecto a la definición de in-
teligencia artificial. Así, se ha sostenido que es artificial-intelligence, disponible al 25/2/2021.
la rama de las ciencias de la computación que
involucra la elaboración de máquinas inteli- (36) Cfr. SAMPEDRO, Javier, “Marvin Minsky, cerebro
gentes susceptibles de realizar tareas que, habi- de la inteligencia artificial”, El País, 26/1/2016, publi-
tualmente, requieren inteligencia humana (34). cado en https://elpais.com/elpais/2016/01/26/cien-
cia/1453809513_840043.html, disponible al 10/3/2021.
Puntualmente, se ha enfocado en las funciones
de aprender, razonar, resolver problemas, perci- (37) Cfr. SÁNCHEZ, Valentina T., “La robot Sophia
bir y usar lenguaje (35). será producida en masa para luchar contra el Co-
vid-19”, France24, 1/2/2021, publicado en https://
www.france24.com/es/programas/ciencia-y-
(30) Cfr. BOUCHER, ob. cit. tecnolog%C3%ADa/20210201-robot-sophia-producida-
(31) Cfr. MARKOFF, John, “Google Is Taking Questions masa-covid19, disponible al 25/2/2021.
(Spoken, via iPhone)”, New York Times, 14/11/2008, pub- (38) Cfr. BOUCHER, ob.cit.
licado en https://www.nytimes.com/2008/11/14/tech-
nology/internet/14voice.html, disponible al 15/3/2021. (39) Cfr. https://europa.eu/european-union/about-
eu/institutions-bodies/european-commission_es, dis-
(32) Cfr. “What is artificial intelligence? “ ponible al 17/3/2021.
(33) Cfr. BOUCHER, ob. cit. (40) Comisión Europea, Comunicación de la Comisión
(34) Cfr. “What is artificial intelligence? “ al Parlamento Europeo, al Consejo Europeo, Al Consejo,
al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las
(35) Cfr. COPELAND, B. J., “Artificial intelligence”, Regiones. Inteligencia Artificial para Europa, 25/4/2018,
publicado en https://www.britannica.com/technology/ publicada en https://eur-lex.europa.eu/legal-content/

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 613


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

en diferentes escalas, se refiere a la independen- luego, estos sean aplicados a dispositivos físicos
cia del sistema con respecto al ser humano, des- concretos, denominados hardware, tales como
de el punto de vista operativo y en lo que hace a una computadora, un celular o un automóvil.
la toma de decisiones (41). Hay IA porque al software se lo prepara para re-
solver un determinado problema de la manera
Explica la comisión referida que la inteligen- en que podría hacerlo una persona. Para esto
cia artificial es susceptible de ser desplegada de se dota al sistema de un algoritmo, que consis-
dos modos: en primer lugar, mediante progra- te en suministrarle instrucciones al programa
mas informáticos, como, por ejemplo, de reco- para que, recibida cierta información —input—,
nocimiento de voz o análisis de imágenes (los la procese de conformidad con el instructivo re-
cuales, si bien se utilizan en un determinado cibido, y aporte la solución —output— (44). El
dispositivo, este no funciona de forma autóno- proceso de configuración del algoritmo y del
ma, sino que demanda participación humana software en sí se lo conoce como programación.
constante). Por otro lado, la IA también puede
estar incorporada a un hardware que sí cum- I.3. Clasificaciones
pla dicha exigencia y sea, verdaderamente, in-
teligente —como un vehículo autónomo o un La vanguardia de la disciplina y su dinámica
dron— (42). confluyen en definiciones disímiles y catego-
rizaciones diversas, según los varios autores y
Precisa el Grupo Independiente de Expertos corrientes de pensamiento. A los efectos de con-
de Alto Nivel Sobre Inteligencia Artificial, crea- tinuar el desarrollo propuesto, se enunciarán
do por la Comisión Europea, que la mayoría de dos de las múltiples clasificaciones que abun-
las técnicas de IA cuentan con tres capacida- dan en la materia, conforme su relevancia e im-
des fundamentales: percepción, razonamiento/ pacto en el tópico en cuestión.
toma de decisiones y acción.
i. Una primera calificación distingue entre
Dicho grupo explica que el sistema de inteli- la IA débil o estrecha, que se enfoca en ejecu-
gencia artificial percibe su entorno a través de tar una única tarea extremadamente bien, y la
sensores, recopila e interpreta esos datos, pro- IA fuerte o general, que alude a una inteligencia
cesa la información, razona sobre lo que per- expansiva que se puede aplicar a la resolución
cibe, decide cuál es la mejor acción que puede de cualquier problema. Al nivel de la tecnología
realizar y actúa en consecuencia, modificando actual, la IA general no es factible de ser lograda.
su entorno (43). En contraposición, la inteligencia artificial que
se utiliza corrientemente integra la IA débil, tal
En conclusión, la inteligencia artificial consis- es el caso de los buscadores como Google, y de
te en asimilar las funciones y herramientas pro- los vehículos autónomos (45).
pias de la inteligencia humana y extrapolarlas
a sistemas conocidos como software, para que, ii. Describe el Grupo de Expertos creado por
la Comisión Europea que todas las técnicas son
EN/TXT/?uri=COM%3A2018%3A237%3AFIN, dis- susceptibles de ser agrupadas en tres catego-
ponible al 11/4/2021. rías: razonamiento, aprendizaje y robótica.
(41) Cfr. Grupo Europeo sobre Ética de la Ciencia y las Los sistemas de razonamiento, de connota-
Nuevas Tecnologías, Comisión Europea, Declaración so-
bre Inteligencia Artificial, Robótica y Sistemas “Autóno-
ción más bien simple, buscan automatizar la
mos”, B-1049 Bruselas, 9/3/2018. habilidad humana de hacer inferencias y, para
ello, requieren la elaboración de un modelo que
(42) Cfr. ibidem. represente el conocimiento y que utilice reglas
(43) Cfr. Grupo Independiente de Expertos de Alto
Nivel sobre Inteligencia Artificial creado por la Comis- (44) FANJUL, Sergio C., “Matemáticas. En reali-
ión Europea en junio de 2018, “Una definición de inteli- dad, ¿qué (...) es exactamente un algoritmo?”, El País,
gencia artificial: principales capacidades y disciplinas 23/3/2018, publicado en https://retina.elpais.com/ret-
científicas”, abril de 2019, disponible en https://digital- ina/2018/03/22/tendencias/1521745909_941081.html,
strategy.ec.europa.eu/en/library/definition-artificial- disponible al 25/2/2020.
intelligence-main-capabilities-and-scientific-disciplines
al 21/4/2021. (45) Cfr. “What is Artificial Intelligence?”

614 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

simbólicas (46). A modo ejemplificativo, son tomático sin supervisión. Finalmente, un chat-
utilizados para resolver problemas matemáti- bot o asistente virtual que utiliza una compañía
cos. Sin embargo, estas técnicas no permiten para atender automáticamente los reclamos de
que el sistema se retroalimente y aumente su sus clientes y que, permanentemente, le consul-
compresión por sí mismo. ta al consumidor si su planteo se encuentra sa-
tisfecho emplea el aprendizaje por refuerzo, que
En contraposición, se encuentra la IA, que in- mejora con las respuestas de los usuarios.
volucra aprendizaje y que admite que, presenta-
da al sistema una gran cantidad de información, El método de aprendizaje automático per se,
este logre clasificarla y presentar un curso de conocido como machine learning, tiene la parti-
acción consecuente. Sin embargo, se considera cularidad de que el procesamiento de datos re-
que “aprende” porque mejora con la experien- cibidos, es decir, el “pensamiento” del sistema,
cia, volviéndose cada vez más preciso. Verbigra- es superficial y requiere un entrenamiento ex-
cia, provista la imagen de un semáforo rojo, un haustivo del software con información que ya se
software de un vehículo autónomo debe identi- encuentra preclasificada, lo que demanda una
ficarlo como una señal de tránsito y ejecutar una potente intervención humana (49). Es utilizado,
conducta acorde, es decir, frenar; recorridos ki- entre otros aspectos, para el reconocimiento fa-
lómetros de una ciudad y advertidas las distintas cial, ya que se parte de imágenes previas de la
tipologías de sus señales lumínicas, este tiene persona para lograr identificar su rostro.
cada vez más facilidad para reconocerlas, ade-
más de recordar su localización y frecuencia. En En cambio, el aprendizaje automático profun-
esta área se incluyen múltiples técnicas que se do o deep learning se caracteriza por admitir el
combinan entre sí, como los árboles de decisión ingreso de gran cantidad de datos no clasifica-
dos y por, automáticamente, detectar y encasi-
y aprendizaje profundo o deep learning (47).
llar objetos y actividades. Esta técnica no precisa
Las metodologías de aprendizaje automático instruir al sistema con numerosos ejemplos ya
pueden ser supervisadas —se nutre el sistema calificados para lograr que este memorice una
de datos que ya se encuentran categorizados—, categoría, sino que parte, mayormente, de infor-
no supervisadas —cuando la información no mación no catalogada a partir de la cual realiza
está preclasificada o etiquetada por el ser hu- inferencias y asociaciones (50). Permite abor-
dar empresas más complejas como las que in-
mano— y por refuerzo —el software interactúa
volucra un escenario de conducción, en el cual
con su entorno y recibe devoluciones por su
se debe procesar al unísono cuantiosa informa-
comportamiento, aprendiendo así cuál es la so-
ción —señales de tránsito, presencia de peato-
lución correcta— (48).
nes y de otros vehículos, estado de la calzada y
Por ejemplo, constituye una mecánica de recorrido, entre otras—.
aprendizaje supervisado el dotar al sistema de Finalmente, la robótica, asociada a los dispo-
miles de fotos de gatos, para que, frente a una sitivos físicos más complejos, puede incluir inte-
imagen sin categorizar, aquel pueda reconocer- ligencia artificial o no; en el caso de que lo haga,
lo al felino como tal. En cambio, abastecerlo de se la denomina IA integrada, ya que importa
textos escritos sin catalogar para que logre en- que diferentes técnicas de inteligencia artifi-
contrar patrones comunes y cree sus propias cial (percepción, aprendizaje, interacción, en-
categorías desde cero —formas de expresión, tre otras) se incorporen a la arquitectura misma
semántica, ortografía, estilos de escritura, entre del robot, y comprende aspectos de otras disci-
otros— involucra una técnica de aprendizaje au- plinas, como la ingeniería mecánica. En esta se
ubican los vehículos autónomos, que combinan
(46) Cfr. Grupo Independiente de Expertos de Alto métodos de IA, como aprendizaje por razona-
Nivel sobre Inteligencia Artificial creado por la Comisión
Europea, “Una definición de inteligencia artificial: prin-
cipales capacidades y disciplinas científicas”. (49) Cfr. Defense Advanced Research Projects Agency
of the United States of America, “Deep learning”, publi-
(47) Cfr. ibidem. cado en https://www.darpa.mil/about-us/advancing-
national-security-through-fundamental-research, dis-
(48) “¿Qué es Machine Learning y cómo funciona?”, ponible al 16/2/21.
APD, publicado en https://www.apd.es/que-es-ma-
chine-learning/, disponible al 25/3/2021. (50) Cfr. ibidem.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 615


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

miento y deep learning, con la estructura del ro- este; el motor eléctrico que hace girar el volante
dado (51). tantos grados en un sentido u otro; cámaras que
reconocen las señales de tránsito, semáforos y
Entre los mayores reparos efectuados con re- líneas de calzada; unidades de medición iner-
lación a la aplicación de estos sistemas, parti- cial, que son “dispositivo[s] electrónico[s] que
cularmente del deep learning, se encuentra la mide[n] e informa[n] acerca de la velocidad,
dificultad para comprender el procesamiento orientación y fuerzas gravitacionales de un apa-
de datos que realiza el software, y el motivo por rato” (53); y sensores en las ruedas que miden la
el cual determinado input —información re- distancia recorrida y que determinan la ubica-
cibida— se convierte en un cierto output —ac-
ción consecuente—. Esta problemática abarca ción exacta del automóvil (54), entre otros.
la denominada black box o caja negra, represen-
tando en dicho concepto aquellos software res- En cuanto al software, cuentan con un siste-
pecto de los cuales no se conoce con claridad su ma de conducción autónoma que ordena la eje-
funcionamiento y, por ende, no se puede deter- cución de las acciones. Este reúne tecnologías
minar cómo arriban a un resultado. de IA que evalúan el entorno, con la mecánica
y la electrónica del automóvil, que habilitan la
CAPÍTULO II concreción práctica de las decisiones. Al mismo
tiempo, en el sistema se encuentran codificadas
I. Vehículos autónomos todas las normas de tránsito y los mapas de una
locación determinada, y se almacenan los datos
I.1. Funcionamiento de cada recorrido (55). Para esto, resulta nece-
sario efectuar un mapeo previo en la zona en la
Analizados los aspectos elementales de la in-
que va a circular.
teligencia artificial, cabe adentrarse en las par-
ticularidades de su dominio en el ámbito de los En conclusión, “el algoritmo usa, en tiempo
vehículos autónomos. Fundamentalmente, uti- real, los datos del vehículo (velocidad, consumo
lizan aprendizaje automático profundo o deep del motor, amortiguadores, etc.) y de los senso-
learning y aprendizaje por refuerzo (52). Esto lo res que examinan el entorno global (carretera,
canalizan en un rodado, ya sea de forma parcial, señales, otros vehículos, peatones, etc.) para de-
a través de funciones específicas —como el es- terminar qué dirección tomar, o qué aceleración
tacionamiento automático— o de manera total, y velocidad requiere el vehículo para llegar a de-
en el nivel más elevado de autonomía. terminado destino. A partir de los datos obser-
La conducción automática requiere la combi- vados, el algoritmo se adapta a la situación de
nación de elementos materiales —tal como los la carretera y las condiciones exteriores, como
sensores que perciben el entorno—, un software el comportamiento de otros conductores, para
que procese los datos y que trace el plan de con- ofrecer la conducción más cómoda y segura po-
ducción más idóneo —teniendo en cuenta el sible” (56).
tiempo y la seguridad, entre otras variables— y
la integración de estos en el vehículo. (53) LUENGAS CONTRERAS, L. — LÓPEZ ÁVILA, B. —
JIMÉNEZ ESPINOSA, J., “Caracterización de unidades de
En primer lugar, a los efectos de lograr divi- medición inercial (IMUs) en estática y dinámica”, Ingenio
sar el ambiente, se utilizan diversos elementos Magno, 2017, 8, 92-102.
como, el radar LIDAR, que emite rayos láser que, (54) Cfr. SALGADO GARCIGLIA, Rafael, “Vehículos
una vez detectado el objeto, rebotan y vuelven autónomos ¿un vehículo que se conduce solo?, Saber
al dispositivo, logrando medir la distancia hasta Más, publicado en https://www.sabermas.umich.mx/
archivo/tecnologia/196-numero-2462/381-vehiculos-
autonomos-iun-vehiculo-que-se-conduce-solo.html,
(51) Cfr. Grupo Independiente de Expertos de Alto disponible al 29/3/2021.
Nivel sobre Inteligencia Artificial creado por la Comisión
Europea, “Una definición de inteligencia artificial: prin- (55) Cfr. ibidem.
cipales capacidades y disciplinas científicas”.
(56) Cfr. Comisión Europea, “Libro blanco sobre la
(52) Cfr. KOSGODAGAN, Alex — RÍOS, David, inteligencia artificial: un enfoque europeo orientado
“Matemáticas para afrontar los retos de los coches autóno- a la excelencia y la confianza”, publicado en https://
mos”, El País, 18/02/2020, publicado en https://elpais. op.europa.eu/es/publication-detail/-/publication/
com/elpais/2020/01/30/ciencia/1580409528_027572. ac957f13-53c6-11ea-aece-01aa75ed71a1, 19/2/2020, dis-
html, disponible al 28/3/2021. ponible al 11/4/2021.

616 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

I.2. Graduación de la autonomía

El grado de autonomía del vehículo depende directamente de la tecnología utilizada. Este oscila
entre los automóviles automatizados que siguen requiriendo intervención humana, pero que inclu-
yen funciones autónomas, y los autónomos propiamente dichos, que prescinden absolutamente de
la persona.
Al respecto, SAE International (Sociedad de Ingenieros de Automoción, por sus siglas en inglés)
elaboró una serie de conceptos para unificar la terminología utilizada en la materia y confeccionó
el siguiente estándar (57):
- Función de conducción dinámica: incluye los aspectos operativos (dirección, frenado, acele-
ración, control del vehículo y de la calzada) y tácticos (responder a eventos, determinar cuándo
cambiar de carril, doblar, usar las señales respectivas, entre otras) de la conducción, pero no los es-
tratégicos (elegir los destinos y locaciones específicas).
- Modos de conducción: son tipos de escenarios de conducción que, según el nivel de autonomía
del vehículo, el sistema puede o no estar preparado para sobrellevar. Por ejemplo, convergencia de
autopistas y atascos de tránsito.
- Solicitud para intervenir: señal emitida por el sistema automático para que el conductor huma-
no comience o retome la conducción dinámica.

Recuperación Modos de
Ejecución de
Nivel de de las tareas de conducción
dirección, acele- Control del
autono- Nombre Descripción conducción en que admiten
ración y desace- entorno
mía caso de contin- el uso del
leración
gencia sistema

El conductor humano controla la conducción

Todos los aspectos de la


Sin automa- conducción dinámica Conductor Conductor Conductor
0 -
tización los controla el conductor humano humano humano
humano

Todos los aspectos de la


conducción dinámica los
controla el conductor hu-
mano y, en ciertos modos Conductor
Conducción Conductor Conductor
1 de conducción, recibe humano y sistema Algunos
asistida humano humano
asistencia de un sistema de asistencia
para las acciones de
dirección o aceleración/
desaceleración

Todos los aspectos de la


conducción dinámica los
controla el conductor hu-
Conducción
mano y, en ciertos modos
parcialmente Sistema de Conductor Conductor
2 de conducción, recibe Algunos
automati- asistencia humano humano
asistencia de uno o más
zada
sistemas para las acciones
de dirección y acelera-
ción/desaceleración

(57) Cfr. Standard J3015, enero 2014, disponible en https://www.sae.org/news/2019/01/sae-updates-j3016-auto-


mated-driving-graphic, al 28/03/2021, y Danesi, Cecilia Celeste, “La responsabilidad civil en la era de la inteligencia
artificial”, La Justicia Uruguaya, T. 156, DA-39, noviembre-diciembre 2018.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 617


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

Recuperación Modos de
Ejecución de
Nivel de de las tareas de conducción
dirección, acele- Control del
autono- Nombre Descripción conducción en que admiten
ración y desace- entorno
mía caso de contin- el uso del
leración
gencia sistema

El sistema controla la conducción

En ciertos modos de
conducción, todos los
aspectos de la conducción
Conducción
dinámica los controla el
automatiza- Sistema Sistema Conductor
3 sistema automático, con la Algunos
da condicio- automático automático humano
expectativa de que el con-
nada
ductor humano responda
en caso de que se solicite
su intervención

En ciertos modos de
conducción, todos los
aspectos de la conducción
Conducción
dinámica los controla el
altamente Sistema Sistema Sistema
4 sistema automático, inclu- Algunos
automati- automático automático automático
so aunque el conductor
zada
humano no responda en
caso de que se solicite su
intervención

En la totalidad de los
Conducción modos de conducción,
plenamente todos los aspectos de la Sistema Sistema Sistema
5 Todos
automati- conducción dinámica automático automático automático
zada los controla el sistema
automático

Sin perjuicio de la extendida difusión de esta que no demanda, ante ninguna circunstancia,
clasificación, la calificación en una u otra ca- la mediación humana, se reserva al nivel quinto.
tegoría no es sencilla ni unánime. De su con-
tenido cabe concluir que, hasta el nivel dos, se En conclusión, ante la dificultad de establecer
utilizan software de asistencia y no autónomos qué clase integra el vehículo, es significativo dis-
propiamente dichos. Estos sugieren un plan de tinguir, en el caso concreto de una colisión, si este
acción que es consumado y controlado perma- admitió o no la inserción de la persona en el ma-
nentemente por la persona. Recién a partir del nejo. Esto dependerá de múltiples factores, des-
tercero se evidencia que, en ciertos modos de de la configuración del sistema hasta la potencial
conducción, el sistema marcha de forma autóno- ocurrencia de fallas satelitales y hackeos. Las po-
ma —trazando y ejecutando el manejo—. Hasta sibilidades reales que haya tenido el ser humano
el estadio cuarto, se exige la presencia del con- para entrometerse y dominar la conducción van
ductor humano. Esto porque, en primer lugar, a resultar cruciales para determinar su responsa-
el piloto automático no necesariamente cubre bilidad y la de los demás agentes.
el tramo completo (verbigracia, si solo funcio-
na en autopistas, el camino anterior y posterior I.3. Evolución del transporte autónomo
a estas lo debe cubrir enteramente el chofer hu-
mano). En segundo lugar, incluso cuando lide- En lo que respecta a la autonomía del trans-
ra el software, este puede emitir una solicitud de porte en general, los veleros fueron los primeros
intervención. A diferencia del tercero, el cuarto medios en contar con tecnologías de este cali-
eslabón importa que el sistema está preparado bre, particularmente en funciones de dirección.
para andar igual, aunque la persona no respon- A su vez, a principios del siglo veinte, una déca-
da a este requerimiento. La autonomía total, da luego de su invención, los aviones ya incluían

618 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

piloto automático. El avance notable en robóti- de retomar el control en caso de emergencia —o


ca llevó a elaborar dispositivos autónomos mi- simplemente presionando un botón, el freno o
litares, espaciales y submarinos, pero encontró moviendo el volante—, y de un especialista en
resistencia en el ámbito de la circulación coti- el software. Sus desarrolladores puntualizaron
diana en automóvil, por los riesgos que conlle- que estas tecnologías reaccionan más rápido
va la conducción en un entorno que involucra que las personas, gozan de una percepción en
escenarios altamente complejos y la presencia trescientos sesenta grados, no se distraen, no se
preponderante de personas (58). duermen ni se intoxican, aminoran el consumo
de combustible y, fundamentalmente, reducen
De los primeros intentos fructíferos de extrapo- considerablemente los accidentes de tránsi-
lar este tipo de tecnologías a la esfera de los ve- to (61).
hículos autónomos per se surge el llevado a cabo
por Ernst Dickmans. En 1986, aplicó a una van de Del mismo modo, en el 2014, Audi instauró un
Mercedes-Benz sensores, cámaras y un sistema vehículo de carreras que no precisaba piloto, el
informático, que lograron hacerla funcionar de más veloz hasta entonces. Este utilizó el sistema
forma autónoma. Luego, avanzó con dicha com- de posicionamiento global o GPS (por sus siglas
pañía en la adaptación del modelo Clase S, consi- en inglés) para orientarse en la pista, cuyos da-
guiendo que transitara la ruta Munich, Alemania, tos eran transmitidos al automóvil a través de
destino Odense, Dinamarca, acelerando, frenan- una red inalámbrica y de una cámara frontal 3D
do, cambiando de carril y realizando sobrepasos, que permitía comparar en tiempo real las imá-
sin participación humana (59). genes captadas con la información gráfica alma-
cenada, entre otros componentes (62). Dicho
Por su parte, Estados Unidos, a través de la ejemplar fue programado exclusivamente para
DARPA —Agencia de Proyectos de Investiga- funcionar en el entorno de carreras.
ción Avanzados de Defensa, por sus siglas en
inglés—, lanzó en el 2004 una competencia de Asimismo, en el 2015, la empresa Toyota pro-
vehículos autónomos, a los efectos de fomentar movió el prototipo Lexus GS Highway Mate
el desarrollo de estos dispositivos y destinarlos a —probado en Tokio, Japón—, capaz de marchar
un uso militar (60). de forma autónoma en autopistas cambiando
de carril, realizando adelantamientos y posicio-
Por otro lado, Google, impulsor del Google´s nándose con antelación en la vía adecuada para
self-driving car project (proyecto de vehículo au- proceder a la salida de la carretera, entre otras
tónomo de Google), creó la compañía Waymo, situaciones. No obstante, la autonomía alcanza-
destinada a la elaboración y comercialización da también fue parcial, ya que se activaba y se
de estos productos. Ya por el 2010 se comen- desactivaba la modalidad apretando un botón,
zaron a efectuar las pruebas de vehículos au- cuando el conductor movía el volante o accio-
tónomos utilizando el modelo Toyota Prius en naba el freno, además de incluir una solicitud de
California y en San Francisco, contando con la intervención humana en caso de ser necesaria,
presencia de un conductor humano encargado y de funcionar solo en autopistas (63).

(58) Cfr. WEBER, Marc, “Where to? A history of auton- (61) Cfr. MARKOFF, John, “Google Cars Drive Them-
omous vehicles”, 8/5/2014, Computer History Museum, selves, in Traffic”, 9/10/2010, The New York Times,
publicado en https://computerhistory.org/blog/where- publicado en https://www.nytimes.com/2010/10/10/
to-a-history-of-autonomous-vehicles/?key=where- science/10google.html?_r=0, disponible al 3/4/2021.
to-a-history-of-autonomous-vehicles, disponible al
29/3/2021. (62) Cfr. HERNÁNDEZ, Luis, “Audi RS7 piloted driving
concept, el vehículo autónomo más rápido”, 16/10/2014,
(59) Cfr. “No te lo imaginabas: este fue el primer publicado en https://noticias.autocosmos.com.
vehículo autónomo ¡y es de 1986!”, Todo Noticias, mx/2014/10/16/audi-rs7-piloted-driving-concept-el-ve-
29/7/2018, publicado en https://tn.com.ar/autos/nove- hiculo-autonomo-mas-rapido#:~:text=Esta%20vez%20
dades/2018/07/29/no-te-lo-imaginabas-este-fue-el- Audi%20ha%20creado,conducido%20por%20un%20pi-
primer-vehiculo-autonomo-y-es-de-1986/, disponible al loto%20experimentado., disponible al 3/4/2021.
29/3/2021.
(63) Cfr. DELGADO, Juan José, “Lexus GS Highway
(60) Cfr. WEBER, Marc, ob. cit. Mate, el coche autónomo de Toyota será funcional en

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 619


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

En el mismo año, Uber comenzó a trabajar A partir del 2018, Waymo, del grupo Google,
en su proyecto de vehículos autónomos con el emprendió un servicio limitado de taxi autóno-
objeto de reducir el mayor costo de su negocio: mo en ciudades como Phoenix y Arizona, in-
el pago a los conductores. Fusionándose con el corporando un conductor humano en caso de
Centro Nacional de Robótica de la Universidad emergencia (69). En la actualidad, la compa-
de Carnegie Mellon, fundó el ATG o Grupo de ñía ofrece dos prestaciones en dicha locación:
Tecnología Avanzada de Uber (por sus siglas en Waymo One, automóvil destinado al transporte
inglés). En el 2016, adquirió la start-up Otto, di- diario, y Waymo Via, camión diseñado para tras-
rigida por un exempleado de Google, lo que mo- ladar mercadería. Ambas iniciativas se destacan
tivó que esta la demandara por robo de secretos por contar con absoluta autonomía, incluso no
comerciales (64). Lo reseñado, sumado a la requiriendo que los pasajeros sepan manejar,
ocurrencia de un accidente de tránsito fatal en en contraposición con las tecnologías de con-
el que participó un vehículo autónomo de Uber, ducción asistida. Antes de que los vehículos
frenaron las pruebas en Phoenix, Pittsburgh, operen en un área en específico, la compañía
efectúa un mapeo detallado del territorio, infor-
San Francisco y Toronto (65) y desembocaron
mación que se combina con los datos obtenidos
en la posterior venta de la unidad ATG a una de
en tiempo real (70).
las empresas líderes del sector, Aurora, finan-
ciada, entre otros inversores, por Amazon (66). A su vez, entre otros objetivos, resalta el de la
Al presente, la conducción automática desarro- empresa francesa Navya, que configuró auto-
llada por Aurora puede ser aplicada a cualquier buses autónomos capaces de transportar hasta
vehículo, tanto de transporte de pasajeros como quince personas (71), disponibles para la venta
de mercadería (67). Bajo esta directriz, se ha al público. Cruise, asociada a General Motors y
asociado a empresas del calibre de Toyota para Microsoft, luego de cinco años de pruebas en San
emplearla en distintos modelos (68). Francisco, fue autorizada en 2020 a circular de
forma autónoma sin conductores humanos (72).
2020”, 12/10/2015, publicado en https://www.motor.es/
noticias/lexus-gs-autonomo-2020-201523629.html, dis- Por otra parte, Apple, abocada desde el 2014 a
ponible al 3/4/2021. la proeza de diseñar un vehículo propio (73), ha
(64) Cfr. METZ, Cade — CONGER, Kate, “Uber, Af- efectuado cuantiosas inversiones en materia de
ter Years of Trying, Is Handing Off Its Self-Driving Car conducción autónoma, tal como la adquisición
Project”, The New York Times, 7/12/2020, publicado
en https://www.nytimes.com/2020/12/07/technol- aurora-enter-self-driving-cars-partnership, disponible al
ogy/uber-self-driving-car-project.html, disponible al 22/02/2020.
4/4/2021.
(69) Cfr. HAWKINS, Andrew J., “Waymo’s driverless
(65) Cfr. LEVIN, Sam — CARRIE, Julia, “Self-driving car: ghost-riding in the back seat of a robot taxi”, The
Uber kills Arizona woman in first fatal crash involving pe- Verge, 9/12/2019, publicado en https://www.theverge.
destrian”, The Guardian, 19/3/2018, publicado en https:// com/2019/12/9/21000085/waymo-fully-driverless-car-
www.theguardian.com/technology/2018/mar/19/uber- self-driving-ride-hail-service-phoenix-arizona, dis-
self-driving-car-kills-woman-arizona-tempe, disponible ponible al 4/4/2021.
al 4/4/2021.
(70) Cfr. https://waymo.com/waymo-driver/, dis-
(66) Cfr. “Uber’s self-driving unit, Advanced Tech- ponible al 4/4/2021.
nologies Group, accelerating development of the Aurora
Driver”, 7/12/2020, publicado en https://investor.uber. (71) Cfr. https://navya.tech/en/solutions/moving-
com/news-events/news/press-release-details/2020/ people/self-driving-shuttle-for-passenger-transporta-
Aurora-is-acquiring-Ubers-self-driving-unit-Advanced- tion/, disponible al 3/4/2021.
Technologies-Group-accelerating-development-of-the-
Aurora-Driver/default.aspx, disponible al 4/4/2021. (72) Cfr. https://www.getcruise.com/technology, dis-
ponible al 4/4/2021.
(67) Cfr. https://aurora.tech/technology/driver, dis-
ponible al 4/4/2021. (73) Cfr. NELLIS, Stepehn — SHIROUZU, Norihiko —
LIENERT, Paul, “Exclusive: Apple targets car production
(68) Cfr. HULL, Dana, “Aurora Partners with Toyo- by 2024 and eyes ‘next level’ battery technology — sourc-
ta in Bid to Bring Autonomy to Masses”, Bloomberg, es”, Reuters, 21/12/2020, publicado en https://www.re-
publicado en https://www.bloomberg.com/news/ar- uters.com/article/us-apple-autos-exclusive-idUSKBN-
ticles/2021-02-09/toyota-autonomous-vehicle-startup- 28V2PY, disponible al 4/4/2021.

620 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

de la start-up Drive.ai, dedicada a la produc- ñía, líder en el sector y dirigida por el recono-
ción de esta tecnología (74). En adición, a partir cido Elon Musk, ha sido de las más ambiciosas
de las investigaciones de deep learning realiza- y optimistas en sus proyecciones con respec-
das por la Universidad de Cambridge, en 2017, to a la autonomía total. Actualmente, todos los
nació en el Reino Unido Wayve, cuyos rodados modelos que comercializa son eléctricos y au-
autónomos fueron específicamente diseñados tomatizados, ya que incluyen funciones de au-
para andar en zonas urbanas y se han probado tonomía que asisten a la conducción humana,
en la zona de King Cross, Londres, de manera tales como la dirección, aceleración, frenado,
exitosa desde el 2018 (75). estacionamiento y cambio de carril, las cua-
les se amplían con cada actualización del soft-
Son de la partida Hyundai, que incorporó ware (80). Esto quiere decir que la evolución en
el control de crucero inteligente, sistema que autonomía alcanzada por la firma no demanda
aprende los hábitos y patrones del conductor adquirir un nuevo hardware o rodado; el siste-
y posteriormente conduce de forma autóno- ma existente se renueva constantemente.
ma simulando las prácticas de aquel (76); Ford,
que ofrece el software de aparcamiento asisti- En conclusión, los automóviles autónomos
do (77), y Nissan, que, a través de ProPilot, per- per se aún se encuentran en desarrollo y suje-
mite mantener una distancia predefinida con el tos a constantes pruebas para ser perfecciona-
vehículo de adelante, continuar la trayectoria dos, lograr una presencia fuerte en el mercado
en el carril y anticipar situaciones como curvas, y obtener un rédito económico que justifique la
cruces o rampas (78), entre otras variadas atri- inmensa inversión. En contraposición, los ve-
buciones que brindan estas y otras reconocidas hículos automatizados o de autonomía parcial
marcas. —es decir, que no prescinden absolutamente de
la figura del conductor humano— han logrado
Finalmente, Tesla Motors, fundada en el 2003 una consagración absoluta (81). Existen diver-
con el objetivo de elaborar automóviles deporti- sos modelos ofrecidos por diferentes empresas
vos y eléctricos de vanguardia, lanzó en el 2014 que incorporan este tipo de herramientas, los
el Modelo S, que contó con autopiloto, forma de cuales oscilan entre el nivel uno y dos de auto-
conducción semiautomática (79). Esta compa- nomía, relegando en el conductor humano la
conducción dinámica, pero previendo la asis-
(74) Cfr. HAWKINS, Andrew J. - HOLLISTER, Sean, tencia del sistema en determinados aspectos.
“Apple buys self-driving startup Drive.ai just days before
it would have died”, The Verge, 25/1/2019, publicado en CAPÍTULO III
https://www.theverge.com/2019/6/25/18758820/drive-
ai-self-driving-startup-shutting-down-apple, disponible I. Responsabilidad civil y vehículos autóno-
al 6/4/2021. mos
(75) Cfr. https://wayve.ai/technology/, disponible al
4/4/2021. I.1. Legislación comparada
(76) Cfr. Hyundai, “HMG desarrolla la primera tec- I.1.a. Unión Europea
nología SCC-ML basada en aprendizaje”, 23/10/2019,
publicado en https://www.hyundai.news/es/marca/
Durante los últimos años, fueron múltiples y
hmg-desarrolla-la-primera-tecnologia-scc-ml-basada-
en-aprendizaje/, disponible al 6/2/2021. fructíferas las manifestaciones de esta comuni-
(77) Cfr. Ford, https://www.ford.es/compra/explora/
tecnologia/experiencia-de-conduccion/sistema-de- (80) Cfr. Tesla, https://www.tesla.com/modelx, dis-
aparcamiento-asistido, disponible al 6/4/2021. ponible al 6/4/2021.

(78) Cfr. Nissan, https://www.nissan.es/vehicu- (81) Cfr. NIESTADT, Maria - DEBYSER, Ariane —
los/nuevos-vehiculos/qashqai.html#C402_cmp_ SCORDAMAGLIA, Damiano — PAPE, Marketa, “Arti-
feature_9382-modal, disponible al 6/4/2021. ficial intelligence in transport. Current and future de-
velopments, opportunities and challenges”, European
(79) Cfr. GREGERSEN, Erik — SCHREIBER, Barbara A., Parliamentary Research Service, marzo de 2019, pub-
“Tesla, Inc. American company”, Encyclopedia Britan- licado en https://www.europarl.europa.eu/thinktank/
nica, 4/10/2018, publicado en https://www.britannica. en/document.html?reference=EPRS_BRI(2019)635609,
com/topic/Tesla-Motors, disponible al 6/4/2021. disponible al 11/4/2021.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 621


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

dad política en cuanto a su intención de afian- lógica en transporte y, fundamentalmente, la de


zarse en el ámbito digital, adaptarse a las nuevas los sistemas de transporte inteligentes y corpo-
tendencias tecnológicas y consolidarse en el rativos (STI cooperativos). Estos permiten inter-
mercado, constituyendo una posición verda- cambiar los datos obtenidos entre los diferentes
deramente competitiva. En este marco, los dis- vehículos y los responsables de la gestión de trá-
tintos órganos integrantes de la Unión Europea fico, y coordinar acciones.
(la Comisión Europea, el Parlamento Europeo,
el Consejo de la Unión de Europa y el Consejo Dicha conectividad entre los agentes, eje del
Europeo) (82) publicaron diversos documentos documento reseñado, se considera vital para
que, aunque no legislan la materia, avanzan en incrementar la seguridad de los vehículos au-
la adopción de definiciones y directrices y cons- tomatizados. Así, se sostuvo que “[l]a coope-
tituyen un antecedente sólido de investigación. ración, la conectividad y la automatización no
son solo tecnologías complementarias, sino que
Específicamente en lo que respecta a los ve- además se refuerzan respectivamente y, con el
hículos autónomos, no existe una norma de la tiempo, acabarán por fusionarse por completo”.
Unión Europea que los regule en concreto. Sin Entre los servicios que podrían prestar los STI
embargo, conforme se expone en los párrafos cooperativos, se enumeran los avisos de circula-
subsiguientes, los términos amplios de la nor- ción lenta o congestionada, las advertencias so-
mativa vigente admiten incluir los rodados au- bre el tráfico, las condiciones meteorológicas y
tónomos o automatizados en exigencias tales otros peligros.
como la de tomar un seguro, o en la aplicación
de los regímenes de responsabilidad civil. Entre las resoluciones de mayor relevancia,
destaca la dictada el 16 de febrero de 2017 por
Aun así, son numerosas las cuestiones contro- el Parlamento Europeo, con recomendaciones
vertidas —entre ellas, la acreditación de la rela- destinadas a la comisión sobre normas de de-
ción de causalidad entre una conducta humana recho civil relativas a la robótica (84). En esta,
y el daño provocado por un sistema autónomo, de conformidad con el dictamen de la Comisión
la dificultad para entender por qué toma una de Asuntos Jurídicos que la antecedió, se afirmó
decisión la máquina y cómo se la entrena, y la que, al haberse asimilado los robots a los huma-
posibilidad de atribuir personería jurídica a un nos a tal punto de haber adquirido rasgos cog-
robot—. Se estima apremiante reglamentar en nitivos y autónomos —como la capacidad de
profundidad este ámbito para unificar los crite- aprender de la experiencia y de tomar decisio-
rios de los distintos Estados miembros y prever nes cuasi independientes—, estos pueden inte-
soluciones para los principales inconvenientes ractuar, modificar su entorno y causar daños, lo
que puedan emerger de la utilización de IA. que torna fundamental el tratamiento de la res-
ponsabilidad jurídica.
En lo relativo a la inteligencia artificial en ge-
neral, ya por el 2016 la Comisión Europea emitió Se indicó que la responsabilidad se encuen-
una comunicación titulada “Estrategia europea tra reglada, principalmente, en dos grandes ór-
sobre los sistemas de transporte inteligentes bitas: la normativa de productos defectuosos,
cooperativos, un hito hacia la movilidad coo- cuya norma fundante es la directiva 85/374/CEE
perativa, conectada y automatizada” (83), en la —procedente de la Unión Europea—, y la de
cual se vaticinó la creciente innovación tecno- responsabilidad civil en general, que es dicta-
da, mayormente, por cada Estado miembro. Se
(82) Publicado en https://europa.eu/european- reflexionó que, en el marco jurídico actual, por
union/about-eu/institutions-bodies_es, disponible al los daños ocasionados por robots a terceros, se
11/4/2021. debe aplicar esta legislación y atribuir la respon-
(83) Comisión Europea, Comunicación de la Comisión
al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico (84) “Resolución del Parlamento Europeo con reco-
y Social Europeo y al Comité de las Regiones, 30/22/2016, mendaciones destinadas a la Comisión sobre normas
publicada en https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ de Derecho civil sobre robótica”, 16/2/17, publicada en
ES/TXT/?uri=CELEX%3A52016DC0766, disponible al https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-
16/4/2021. 8-2017-0051_ES.html, disponible al 7/4/2021.

622 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

sabilidad a una persona en concreto —descar- cia con el interés de prosperar en esta área, el
tando la personería jurídica de las máquinas—. 25 de abril del mismo año, la Comisión Europea
perpetró un plan estratégico y publicó una co-
El Parlamento solicitó a la comisión una re- municación titulada Inteligencia Artificial para
gulación que mantenga que la responsabilidad Europa” (86), en la cual se conceptualizó la IA,
debe recaer sobre un ser humano y que no limi- se plantearon sus aplicaciones y objetivos fun-
te en modo alguno el tipo, alcance y naturaleza damentales —entre ellos, la reducción de la tasa
de los daños y perjuicios aptos para ser repa- de mortalidad en los accidentes de tránsito, ad-
rados. Requirió que, identificada la persona, la judicados en un 90% a errores humanos— y se
responsabilidad atribuida sea proporcional a las fijó la directriz de la Unión de convertir a Europa
instrucciones impartidas al software y a su gra- en una potencia competitiva en el campo.
do de autonomía; es decir, a mayor autonomía,
capacidad de aprendizaje y amplia formación Entre los múltiples asuntos tratados, especial-
del robot, más extensa debe ser la respuesta de mente relativos al impacto de esta tecnología en
su creador. Conjuntamente, planteó un enfoque la Unión Europea, se ponderaron normas de se-
de gestión de riegos consistente en centrarse en guridad y de responsabilidad. Resalta que “los
la persona que tiene la capacidad de minimizar robots avanzados y los productos del internet de
los peligros. las cosas que se apoyan en la IA pueden no com-
portarse con arreglo a lo previsto cuando el sis-
En el mismo sentido, propuso un régimen de tema entró en funcionamiento por primera vez”.
seguro obligatorio —ya existente en la rama de Esto importa aseverar que el software resultante
los automóviles—, pero cubriendo todas las res- puede ser disímil al que tuvo intención de desa-
ponsabilidades potenciales de la cadena de pro- rrollar su creador.
ducción. Asimismo, sugirió complementar con
un fondo que garantice la reparación de daños Al mismo tiempo, se encomendó a un grupo
en caso de ausencia de cobertura, al cual pue- de expertos de alto nivel sobre inteligencia ar-
dan contribuir el fabricante, programador, pro- tificial la redacción de dos documentos: las di-
pietario y usuario. Proyectó la elaboración de rectrices éticas sobre IA y las recomendaciones
un registro de robots en el cual se inscriban se- sobre política e inversión.
gún categorías y se adjudiquen matrículas in-
dividuales y, a largo plazo, la creación de una Ulteriormente, y específicamente en lo que
personalidad jurídica electrónica para robots respecta a los vehículos autónomos, el 17 de
complejos. mayo de 2018 la Comisión Europea emitió la
comunicación “En ruta hacia la movilidad au-
Finalmente, requirió que la Comisión esta- tomatizada: estrategia de la UE para la movili-
blezca ciertas definiciones comunes y abordó la dad del futuro” (87), en la que se sostuvo que es
cuestión ética, destacando el principio de trans- crucial desentrañar la causa real de los sucesos
parencia, en cuanto toda decisión tomada con que ocasionan daños para atribuir la responsa-
inteligencia artificial debe poder ser justificada, bilidad. En consecuencia, se propuso que estos
y la consecuente exigencia de que los dispositi-
rodados cuenten con grabadores de datos que
vos cuenten con una “caja negra” en la que se re-
puedan identificar quién conduce en el mo-
gistren todas las operaciones efectuadas por el
robot, incluidos los pasos lógicos.
(86) Comisión Europea, Comunicación de la Comisión
Con posterioridad a la resolución aludida, al Parlamento Europeo, al Consejo Europeo, Al Consejo,
al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las
veinticuatro Estados miembros suscribieron la Regiones. Inteligencia Artificial para Europa.
Declaración de Cooperación en Inteligencia Ar-
tificial el 10 de abril de 2018 (85). En concordan- (87) Comisión Europea, Comunicación de la Comis-
ión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité
Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones.
(85) “EU Member States sign up to cooperate on Arti- “En ruta hacia la movilidad automatizada: estrategia de
ficial Intelligence”, 10/4/18, publicada en https://digital- la UE para la movilidad del futuro”, 17/5/2018, publi-
strategy.ec.europa.eu/en/news/eu-member-states-sign- cada en https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/
cooperate-artificial-intelligence, disponible al 11/4/2021. ALL/?uri=COM:2018:283:FIN, disponible al 11/4/2021.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 623


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

mento de generarse un accidente —el sistema Exigió, nuevamente, el dictado de una norma
autónomo o el conductor—. específica, ya que las actuales en materia de res-
ponsabilidad no fueron diseñadas para resolver
También, se subrayó que, por aplicación de la conflictos que impliquen este tipo de transpor-
normativa vigente, los vehículos autónomos de- tes. Por otro lado, se esbozó la posibilidad de
ben contar con un seguro de responsabilidad ci- trasladar la responsabilidad al productor, como
vil y, de intervenir en un siniestro, el asegurador consecuencia del riesgo constitutivo del peligro
debe indemnizar a la víctima. En su caso, esta de la comercialización de un vehículo autóno-
podrá demandar al fabricante del automóvil en mo. También se debatió la existencia de obliga-
virtud de la responsabilidad por productos de- ciones precisas en materia de seguridad vial por
fectuosos. Lo antedicho reprodujo la postura parte del conductor del vehículo, y de instruc-
fijada por el High Level Group (Grupo de Alto ción al conductor por parte del fabricante.
Nivel) GEAR 2030, creado por la Comisión Eu-
ropea, en su reporte final difundido en octubre En adición, en febrero del mismo año, el Par-
de 2017 (88). lamento trabajó en una resolución sobre política
industrial global europea en materia de inteli-
La estrategia diagramada en los meses subsi-
gencia artificial y robótica (92) que, en lo que
guientes por los Estados miembros fue aproba-
respecta al transporte, observó que, “en el fu-
da por el Consejo Europeo en junio de 2018 (89)
turo, la prevalencia de los vehículos autónomos
y, en diciembre de dicho año, la Comisión refe-
rida formuló una nueva comunicación (90), conllevará riesgos en cuanto a la confidenciali-
consistente en un plan coordinado sobre inte- dad de los datos y a fallos técnicos, y trasladará
ligencia artificial. Los pilares planteados fueron la responsabilidad del conductor al fabricante,
aumentar las inversiones públicas y privadas en lo que hará que las compañías de seguros hayan
IA para impulsar su adopción, prepararse para de cambiar la forma en que incorporan el riesgo
los cambios socioeconómicos y garantizar un en la suscripción de sus pólizas”.
marco ético y legal adecuado para fortalecer los
Asimismo, en abril de 2019, el Grupo Inde-
valores europeos.
pendiente de Expertos de Alto Nivel sobre In-
En enero de 2019, el Parlamento Europeo teligencia Artificial —creado por la Comisión
efectuó una resolución sobre la conducción Europea en junio de 2018— cumplió su come-
autónoma en los transportes europeos (91). tido y publicó el documento titulado Directrices
Éticas para una IA fiable (93), apoyadas en tres
(88) GEAR, High Level Group on the Competitiveness componentes: la IA debe ser lícita —respetando
and Sustainable Growth of the Automotive Industry in the leyes y reglamentos—, ética —cumpliendo prin-
European Union, Final Report, 18/10/2017, publicado en cipios y valores éticos— y robusta —garantizan-
https://ec.europa.eu/docsroom/documents/26081, dis- do solidez técnica del sistema y social, teniendo
ponible al 11/4/2021. en cuenta el entorno en el cual opera—. En con-
(89) European Council, European Council conclusions, junto, el Grupo divulgó Una definición de la in-
28/6/2018, publicada en https://www.consilium.europa. teligencia artificial: principales capacidades y
eu/en/press/press-releases/2018/06/29/20180628-eu- disciplinas científicas (94), que explicó los con-
co-conclusions-final/, disponible al 11/4/2021.
(90) Comisión Europea, Comunicación de la Comisión (92) Resolución del Parlamento Europeo sobre una
al Parlamento Europeo, al Consejo Europeo, Al Consejo, política industrial global europea en materia de inteli-
al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de gencia artificial y robótica, 12/2/2019, publicada en
las Regiones. “Plan coordinado sobre la inteligencia ar- https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-
tificial”, 7/12/2018, publicada en https://eur-lex.europa. 8-2019-0081_ES.html, disponible al 11/4/2021.
eu/legal-content/EN/ALL/?uri=COM:2018:795:FIN, dis-
ponible al 11/4/2021. (93) Comisión Europea, “Draft Ethics guidelines for
trustworthy AI”, 18/12/2018, publicado en https://digi-
(91) Resolución del Parlamento Europeo sobre la tal-strategy.ec.europa.eu/en/library/draft-ethics-guide-
conducción autónoma en los transportes europeos, lines-trustworthy-ai, disponible al 11/4/2021.
15/1/2019, publicada en https://www.europarl.europa.
eu/doceo/document/TA-8-2019-0005_ES.html, dis- (94) Grupo Independiente de Expertos de Alto Nivel
ponible al 11/4/2021. sobre Inteligencia Artificial creado por la Comisión Euro-

624 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

ceptos clave en materia de IA y que desarrolló También, la ley es deficiente en cuanto tam-
sus principales clasificaciones. poco prevé con exactitud la atribución de res-
ponsabilidad entre los distintos agentes que
En febrero de 2020, la Comisión Europea di- integran la cadena de suministro; la directiva
fundió el Libro blanco sobre la inteligencia 85/374/CEE, relativa a productos defectuosos,
artificial: un enfoque europeo orientado a la ex- responsabiliza al productor, pero puede suce-
celencia y la confianza (95) y el Informe sobre der que, incorporada la IA al producto, quien lo
las repercusiones en materia de seguridad y res- comercializa difiera de quien lo produce. Esto se
ponsabilidad civil de la inteligencia artificial, el vuelve más complejo considerando que solo se
internet de las cosas y la robótica, dirigido al Par- regula la responsabilidad civil de los producto-
lamento Europeo, al Consejo y al Comité Eco- res, mientras que son las legislaciones internas
nómico y Social Europeo (96). En ambos textos las encargadas de abarcar lo relativo a los demás
se analizan cabalmente dos aspectos princi- participantes de la cadena.
pales de la comercialización de productos con
inteligencia artificial —seguridad y responsabi- A modo de respuesta, el libro blanco sugirió
lidad civil—, a la luz de la regulación actual de la una serie de soluciones a ser adoptadas por un
Unión Europea, y se proponen diversas solucio- eventual estatuto, tales como requerir la super-
nes a ser adoptadas por un futuro cuerpo nor- visión humana desde la fase del diseño y du-
mativo. rante todo el ciclo de vida del producto; exigir
el suministro de información con respecto a
En concordancia con lo abordado en los do- las capacidades y limitaciones del sistema; de-
cumentos precedentes, el libro blanco reiteró mandar transparencia de los software basados
que no es suficiente acudir a la legislación vi- en algoritmos para poder verificar los datos uti-
gente para casos que involucren IA. Ello porque, lizados, técnicas, procesos y, con base en esto,
entre otros motivos, aplicando la normativa de identificar por qué se tomó una determinada
productos defectuosos, no en todos los supues- decisión y cómo fue entrenado; y, desde el pun-
tos sería sencillo demostrar, como exige la ley, to de vista jurídico-procesal, adaptar la carga de
un defecto en el producto —por ejemplo, por la prueba.
una falla de ciberseguridad—, el daño genera- En adición, el Informe sobre las repercusiones
do, y la relación de causalidad entre ambos. en materia de seguridad y responsabilidad civil
de la inteligencia artificial, el internet de las co-
A mayor abundamiento, es posible que las
sas y la robótica desarrolló de forma extensa y
pruebas necesarias no le sean accesibles al
detallada algunas de las cuestiones reseñadas.
damnificado y que, en el caso de sistemas que
requieren actualizaciones o que recurren al Finalmente, la Comisión de Asuntos Jurídicos
aprendizaje automático, puedan surgir nuevos del Parlamento Europeo efectuó el 5 de octubre
riesgos que no existían cuando se introdujo el de 2020 una propuesta de reglamento relativo a
producto en el mercado, lo cual no es tratado la responsabilidad civil por el funcionamiento
por la normativa actual. de los sistemas de inteligencia artificial (97), que
constituye el primer boceto de legislación euro-
pea en junio de 2018, “Una definición de inteligencia ar- pea común en materia de inteligencia artificial
tificial: principales capacidades y disciplinas científicas”. —aunque todavía no se encuentra aprobado—,
(95) Comisión Europea, “Libro blanco sobre la inteli- el cual recoge similares precisiones que el libro
gencia artificial: un enfoque europeo orientado a la ex- blanco y su informe anexo. Sintetizó que “todas
celencia y la confianza”. las actividades, dispositivos o procesos físicos o
(96) Comisión Europea, “Informe de la Comisión al
Parlamento Europeo, al Consejo y al Comité Económico (97) Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Eu-
y Social Europeo. Informe sobre las repercusiones en ropeo, “Propuesta de resolución del parlamento europeo
materia de seguridad y responsabilidad civil de la in- con recomendaciones destinadas a la Comisión sobre
teligencia artificial, el internet de las cosas y la robótica”, un régimen de responsabilidad civil en materia de inteli-
19/2/2020, Publicado en https://eur-lex.europa.eu/ gencia artificial”, 5/10/2020, publicado en https://www.
legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX:52020DC0064, dis- europarl.europa.eu/doceo/document/A-9-2020-0178_
ponible al 11/4/2021. ES.html, disponible al 14/4/2021.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 625


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

virtuales gobernados por sistemas de IA pueden mente local de cada país) permiten abarcar las
ser técnicamente la causa directa o indirecta de cuestiones fundamentales aplicando principios
un daño o un perjuicio, pero casi siempre son y criterios propios de tecnologías tradicionales,
el resultado de que alguien ha construido o im- lo cierto es que se afirma la necesidad de regu-
plementado los sistemas o intervenido en ellos”. lar este ámbito especialmente. En lo que res-
pecta a los vehículos autónomos en particular,
Por ende, no se advierte que sea inminen- deviene aplicable la legislación actual —por la
te dotar de personalidad jurídica a los sistemas cual se responsabiliza al dueño y al conductor,
de inteligencia artificial. Sin perjuicio de que la extensivo a su aseguradora—, que no se refiere
opacidad, conectividad y autonomía de estos expresamente a este tipo de productos, pero que
pueden dificultar la trazabilidad entre la acción tampoco los descarta. Sin embargo, los cuestio-
perjudicial y una intervención humana específi- namientos en la extrapolación de esas normas
ca, se puede eludir este obstáculo responsabili- al ámbito de la IA son múltiples, sustancialmen-
zando a los distintos agentes que intervienen en te por la figura del conductor, y merecen un tra-
la cadena que crean, mantienen o controlan el tamiento apremiante.
riesgo de la IA.
I.1.b. Estados Unidos, Canadá, Singapur y Rei-
En este sentido, instó a aclarar la definición de no Unido
“productos” que emerge de la aplicación de la
directiva 85/374/CEE y a ampliar el alcance del Estados Unidos se posiciona como uno de los
término “productor” de forma tal que incluya a países más relevantes en el sector por tratarse
los operadores —tanto iniciales como finales— de una de las cunas de este arquetipo de tecno-
a quienes adjudica la responsabilidad. Se pre- logías, donde se han elaborado y continúan en
cisó que el operador inicial es aquella “persona pleno desarrollo algunos de los proyectos más
física o jurídica que ejerce un grado de control ambiciosos de conducción autónoma. Seguido
sobre un riesgo asociado a la operación y el fun- por Alemania, aquí se han situado la mayor can-
cionamiento del sistema de IA y se beneficia de tidad de compañías destinadas a confeccionar
su funcionamiento”, y el final, la “persona física estos sistemas (98).
o jurídica que define, de forma continuada, las
características de la tecnología, proporciona da- Estados Unidos carece de una normativa ge-
tos y un servicio de apoyo final de base esencial neral federal sobre vehículos autónomos. En
y, por tanto, ejerce también un grado de control julio de 2017, se impulsó un proyecto de ley fe-
sobre un riesgo asociado a la operación y el fun- deral en la Cámara de Representantes, que fue
cionamiento del sistema de IA”. aprobado por esta, pero que no fue tratado por
el Senado. Su objetivo consistió en homogenei-
Reiteró la razonabilidad de adoptar un meca- zar la legislación del área para evitar que los
nismo que califique los sistemas de IA según el estados pudieran prohibir la circulación de ve-
riesgo, categorías que propone en el anexo, y, hículos autónomos y obstaculizar su evolución.
en los niveles más altos, prever una responsa- Se estipularon ciertas exigencias de construc-
bilidad objetiva —la cual no pueda ser exclui- ción, puntualizando que la satisfacción de las
da acreditando el cumplimiento de la diligencia medidas de seguridad requeridas no obstaba a
debida— y demande la titularidad de un seguro. la reparación que pudiera emerger de la aplica-
En el caso de los siniestros viales que, induda- ción del derecho común (99).
blemente, debieran integrar esta categoría, es-
tas nociones ya son exigibles. No obstante, La Administración Nacional de
Seguridad del Tráfico en las Carreteras, depen-
En atención a lo reseñado, cabe concluir que
la normativa actual de la Unión Europea resulta, (98) Cfr. KPMG International, “Autonomous Vehicles
en principio, insuficiente para tratar las comple- Readiness Vehicles”, publicado en https://home.kpmg/
jas vicisitudes que impone el uso de inteligencia content/dam/kpmg/co/images/2018/01/GM-TL-Car-
artificial. Si bien las bases en materia de pro- ros%20aut%C3%B3nomos.pdf, disponible al 16/4/2021.
ductos defectuosos (directiva 85/374/CEE) y de (99) Cfr. Publicado en https://www.govtrack.us/con-
responsabilidad civil general (predominante- gress/bills/115/hr3388/text, disponible al 15/4/2021.

626 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

diente del departamento de Transporte, diseñó na, en el 2015, se dictó el decreto que perfiló la
directivas voluntarias para ser aplicadas a soft- prueba de los rodados autónomos y se estable-
ware de conducción automática, particular- cieron las pautas mínimas de seguridad. Entre
mente en lo atinente a la seguridad (100). En los otros aspectos, se demandó que, en caso de fa-
diversos documentos que publicó el organismo lla, se debe detener completamente (104). Del
aludido, se remarca que, en lo relativo a licen- mismo modo, Florida consintió en 2016 que
cias, registración, leyes de tránsito y su aplica- operaran sin la presencia de un conductor hu-
ción, seguros y régimen de responsabilidad, mano (105). Por su parte, California convalidó
los estados conservan la atribución de legislar el ensayo de vehículos autónomos sin presencia
al respecto, delegando en el Gobierno federal de humanos el 26 de febrero de 2018, mientras
la regulación de puntos tales como el equipa- que, desde 2014 y hasta entonces, solo permitía
miento de los vehículos y los estándares de se- la circulación con la concurrencia de un con-
guridad (101). ductor de emergencia (106).

En contraposición, las reglamentaciones lo- Si bien a nivel estatal se ha confecciona-


cales de cada estado proliferaron. Desde el 2012, do cuantiosa normativa destinada a regular
más de cuarenta y un estados trataron proyectos la elaboración y el uso de estos automóviles,
legislativos referidos a la temática, de los cua- particularmente en su etapa de examen, no se
les veintinueve —entre ellos, Alabama, Arkan- contemplan, a diferencia de su paralelo euro-
sas, California, Florida, Nueva York, Nevada y peo, directivas sólidas de responsabilidad. De
Texas— aprobaron distintas leyes (102). los escasos documentos que tratan el asunto
cabe destacar el reporte efectuado por el comité
Nevada fue pionero en autorizar la circula- creado al efecto por el Gobierno de Idaho, en el
ción de estos vehículos. Se exigió la obtención que se planteó sobre quién debía recaer la res-
de una licencia especial para circular e incluso ponsabilidad en caso de encontrarse la conduc-
se admitió que no se requiriera la conducción ción a cargo del sistema autónomo: el dueño u
activa de una persona (103). En Phoenix, Arizo- ocupante, el fabricante original o el que provee
la tecnología. En respuesta, se propuso que los
(100) Cfr. US National Highway Traffic Safety Ad- fabricantes deban tomar seguros de responsabi-
ministration (NHTSA), “Automated Vehicles for Safety”, lidad civil (107).
publicado en https://www.nhtsa.gov/technology-
innovation/automated-vehicles-safety, disponible al En Canadá, líder en el campo de la IA, la re-
15/4/2021, y US National Highway Traffic Safety Ad-
gulación del transporte vehicular se distribuye a
ministration (NHTSA), “Federal Automated Vehicles
Policy. Accelerating the Next Revolution In Roadway nivel federal, provincial y territorial. Por su par-
Safety”, septiembre 2016, publicado en https://www.hsdl. te, Ontario y Quebec admitieron en 2016 y 2018,
org/?abstract&did=795644, disponible al 15/4/2021. respectivamente, que se efectuaran pruebas con
(101) Cfr. US National Highway Traffic Safety Admin- vehículos autónomos, aunque se solicitó la pre-
istration (NHTSA), “Best Practices for Legislatures Re-
garding Automated Driving Systems. Section 2: technical (104) State of Arizona, Executive Order 2018-04,
assistance to states”, publicado en https://www.nhtsa. publicada en https://azgovernor.gov/governor/
gov/sites/nhtsa.dot.gov/files/documents/automated- news/2018/03/governor-ducey-updates-autonomous-
driving-systems-2.0-best-practices-for-state-legislatures. vehicle-executive-order, disponible al 15/4/2021.
pdf, disponible al 15/4/2021.
(105) Cfr. US National Conference of State Legislatures.
(102) Cfr. US National Conference of State Legislatures,
“Autonomous Vehicles. Self-Driving Vehicles Enacted (106) Cfr. State of California, Department of Motor Ve-
Legislation”, 18/2/2020, publicado en https://www.ncsl. hicles, publicado en https://www.dmv.ca.gov/portal/es/
org/research/transportation/autonomous-vehicles-self- vehicle-industry-services/autonomous-vehicles/, dis-
driving-vehicles-enacted-legislation.aspx, disponible al ponible al 15/4/2021.
15/4/2021.
(107) Cfr. Idaho Transport Department, Autonomous
(103) Nevada Legislature, AB511, 28/3/2011, publi- & Connected Vehicle Testing & Deployment Committee,
cado en https://www.leg.state.nv.us/Session/76th2011/ Executive Order No. 2018-01, publicada en https://itd.
Reports/history.cfm?ID=1011, disponible al 15/4/2021. idaho.gov/autonomous/, disponible al 16/4/2021.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 627


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

sencia permanente de un conductor humano y ría del rodado —en cuyo caso debe responder
la adquisición de un seguro (108). el fabricante— o por falta de mantenimiento de
este según las directivas impuestas para su uso,
En conclusión, la reglamentación se encuen- lo que podrá eximirlo de responsabilidad. A su
tra orientada a regular los ensayos de los roda- vez, se plasmó la dificultad de determinar con
dos que cuentan con estos sistemas. Se busca exactitud qué constituye legalmente un defecto,
asegurar un marco experimental seguro y efi- lo que habilita a recurrir al Acta de Protección
caz, y promover el desarrollo de esta tecnología, del Consumidor y a prescindir de la prueba de
a los efectos de lograr alcanzar una posición do- la culpa.
minante en el mercado. Sin embargo, no se ad-
vierte un tratamiento análogo de las cuestiones Otrora, se estableció que los aspectos esen-
relativas a la responsabilidad civil, no solo de los ciales del régimen de responsabilidad no de-
vehículos autónomos propiamente dichos, cuya ben variar, aunque los daños sean provocados
circulación es limitada, sino también de aque- por vehículos de mayor autonomía. Así, se con-
llos automatizados. sideró que, en un choque en el que participa
un automóvil autónomo, concurren conduc-
En Singapur, en 2017, se adaptó la legislación tor, dueño, operador, fabricante, importador y
de tráfico para incorporar los exámenes con proveedor del vehículo, del sistema y de los da-
transportes autónomos en las vías públicas —co- tos. En dicho caso, ante la imposibilidad de ad-
menzando por aquellas menos congestionadas judicar a priori la responsabilidad a alguno en
para luego avanzar sobre las que poseen mayor concreto, se debe evaluar judicialmente la con-
concentración—, y se creó una entidad específica
tribución de cada uno de ellos al resultado. Al
para coordinar esta área. A los fines de tratar los
mismo tiempo, se reconoció que, en la medida
reclamos en materia de responsabilidad, se exi-
en que aumentan las funciones autónomas, se
gió la presencia de un conductor de seguridad,
va ampliando el espectro de responsabilidad de
tomar un seguro de responsabilidad civil contra
los fabricantes, debiendo efectuarse un análisis
terceros y compartir los datos procesados por el
minucioso del equilibrio entre las expectativas
sistema con la autoridad referida (109).
de aquel y de los consumidores (110).
En el Reino Unido, el Departamento de Trans-
porte publicó en el 2015 una extensa reseña que II. Responsabilidad civil y accidentes de
abarca múltiples previsiones y en uno de sus tránsito en el derecho argentino
capítulos trató la responsabilidad. En primer Dícese “responsable”, en sentido estricto, de
lugar, citando el Acta de Protección al Consu-
aquel que se encuentra “obligado a respon-
midor de 1987, en lo que respecta al fabricante,
der de algo o por alguien” (111). En cuanto
se sostuvo que cualquier compañía que provea
a la responsabilidad, se la ha definido como
productos a los consumidores tiene la respon-
“[d]euda, obligación de reparar y satisfacer, por
sabilidad de asegurar que estos son seguros, y
sí o por otra persona, a consecuencia de un de-
debe responder en caso de generar un perjui-
lito, de una culpa o de otra causa legal” (112).
cio. Expresamente se consignó que, de produ-
cirse colisiones, los fabricantes de vehículos son
responsables si media un desperfecto, incluso (110) Cfr. United Kingdom Department for Trans-
port, “The Pathway to Driverless Cars: detailed review of
por bienes que, no siendo absolutamente au- regulations for automated vehicle technologies”, febrero
tomáticos, posean funciones de autonomía. No 2015, publicado en https://assets.publishing.service.
obstante, se diferenció el supuesto de que el si- gov.uk/government/uploads/system/uploads/attach-
niestro ocurra como consecuencia de una ave- ment_data/file/401565/pathway-driverless-cars-main.
pdf, disponible al 16/4/2021.
(108) Cfr. Government of Canada, “Testing Highly (111) Real Academia Española, edición 2014, publi-
Automated Vehicles in Canada”, publicado en https:// cada en https://dle.rae.es/responsable, disponible al
tc.canada.ca/en/road-transportation/safety-standards- 17/4/2021.
vehicles-tires-child-car-seats/testing-highly-automated-
vehicles-canada#_Insurance, disponible al 16/4/2021. (112) Real Academia Española, edición 2014, publi-
cada en https://dle.rae.es/responsabilidad, disponible al
(109) Cfr. KPMG International. 17/4/2021.

628 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

Cualquiera sea la acepción adoptada, cabe con- Estipulado el objetivo de la responsabilidad


cluir que es responsable aquel que debe dar res- civil (procurar la reparación del daño sufrido por
puesta. el damnificado), se busca restablecer el equili-
brio quebrantado a través de la indemnización
Desde la veta estrictamente jurídica, la res- respectiva. Este deber de reparar reconoce dos
ponsabilidad parte de la base de que una per- orígenes: obligacional y aquiliano —usualmen-
sona debe realizar una determinada conducta, te denominados contractual y extracontrac-
ya sea porque comprometió su obrar volunta- tual—. En el caso de la órbita obligacional, la
riamente —como en el caso de un contrato— o persona incumple una obligación preexistente
porque el ordenamiento jurídico le exige cierto específica y determinada en cuanto al sujeto y
proceder positivo o negativo. Como efecto de objeto obligado; por ejemplo, la emergente de
la inobservancia de la conducta que el sujeto una cláusula contractual. En contraposición,
se encuentra compelido a cumplir, se le atribu- en el campo aquiliano no existe una obligación
ye responsabilidad, lo que implica que pesará previa específica entre los involucrados —ni ne-
sobre aquel el deber jurídico de “dar respues- cesariamente vínculo alguno entre ellos—, sino
ta” (113). En materia civil, esta respuesta se de- un deber general de no dañar que recae sobre
nomina “indemnización”. toda la población y que, vulnerado, da derecho
a la obtención de una indemnización. Integran
En el ámbito del derecho de daños, la res- esta categoría los siniestros de tránsito (116).
ponsabilidad civil emerge como resultado del
incumplimiento de obligaciones previas —fun- En el ámbito aquiliano, el deber general de
damentalmente de fuente contractual y legal— no dañar tiene su génesis en los principios ro-
o del deber general de no dañar a otro que recae manos neminem laedere —no dañar a nadie— y
sobre cada miembro de la sociedad. Quebranta- alterum non laedere —no dañar a otro—, y res-
dos estos, y provocado un daño a otro, el incum- ponde a la necesidad de una convivencia social
plidor deviene responsable y debe responder pacífica: el que provoca un daño debe procurar
por los perjuicios ocasionados. Por ende, es res- su reparación. Reconocido su carácter constitu-
ponsable civil quien tiene el “deber de reparar cional por la Corte Suprema de Justicia de la Na-
ción (117), recibe consagración legal en el art.
el daño jurídicamente atribuible causado por el
1716 del Cód. Civ. y Com., el cual establece: “La
incumplimiento” (114).
violación del deber de no dañar a otro, o el in-
La responsabilidad civil —entendida como cumplimiento de una obligación, da lugar a la
función resarcitoria dentro del derecho de da- reparación del daño causado (...)”.
ños— permite “trasladar las consecuencias dis-
De forma equivalente, el Código Civil de Vélez
valiosas sufridas por el damnificado hacia el Sarsfield indicaba en su artículo 1109 que “todo
patrimonio de la persona sindicada como res- el que ejecuta un hecho, que por su culpa o ne-
ponsable” (115). Así, este sistema se convierte gligencia ocasiona un daño a otro, está obliga-
en un instrumento jurídico diseñado especial- do a la reparación del perjuicio” —acogiendo
mente para satisfacer esa demanda de justicia,
pues el eje se sitúa en aquel que sufre el perjui-
(116) Cfr. ALTERINI, Atilio A. — AMEAL, Oscar J. —
cio y en cómo lograr que sea resarcido adecua- LÓPEZ CABANA, Roberto M., ob. cit., p. 153
damente.
(117) “Que al fijar una suma cuyo alegado carácter
sancionatorio es —por su menguado monto— mera-
(113) Cfr. OSSOLA, Federico A., en RIVERA, Julio Cés- mente nominal y al renunciar expresamente y en forma
ar - MEDINA, Graciela, “Responsabilidad civil”, Abeledo apriorística a mitigar de alguna manera —por imperfecta
Perrot, Buenos Aires, 2016, 1ª ed., p. 3. que sea— el dolor que dice comprender, la sentencia
(114) ALTERINI, Atilio A. — AMEAL, Oscar J. — LÓPEZ apelada lesiona el principio del alterum nom laedere que
CABANA, Roberto M., “Derecho de obligaciones civiles y tiene raíz constitucional (art. 19, de la Ley Fundamental)
comerciales”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2001, 2ª ed. y ofende el sentido de justicia de la sociedad, cuya vigen-
actualizada, p. 144. cia debe ser afianzada por el Tribunal, dentro del marco
de sus atribuciones y en consonancia con lo consagrado
(115) CALVO COSTA, Carlos A., “Derecho de las ob- en el Preámbulo de la Carta Magna”, CS: 308: 1160, fallo
ligaciones”, Hammurabi, Buenos Aires, 2016, t. II, p. 26. “Santa Coloma, Luis Federico y otros”.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 629


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

la variante culposa—, plasmando la obligación En primer lugar, el daño es definido por el có-
de reparar el perjuicio ocasionado por dolo en digo como la lesión a “un derecho o a un interés
el art. 1077. A diferencia de su antecedente ve- no reprobado por el ordenamiento jurídico, que
lezano, la regulación de la responsabilidad de tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un
ambas órbitas —obligacional y aquiliana— se derecho de incidencia colectiva” (art. 1737, Cód.
encuentra unificada en el Cód. Civ. y Com. entre Civ. y Com.). A los fines de motivar una indem-
los arts. 1716 y 1780, sin perjuicio de la presen- nización, debe reunir ciertos requisitos para ser
cia de otras disposiciones dispersas en el articu- calificado jurídicamente como resarcible (art.
lado, aplicables según la materia involucrada. 1739, Cód. Civ. y Com.).

Es así que, cualquiera sea el origen del deber de En tanto la antijuridicidad es entendida como
“la contradicción entre el hecho del hombre y el
reparar, a los efectos de acceder al resarcimiento
ordenamiento jurídico aprehendido en su con-
previsto en la norma, se exige la coexistencia de
junto, comprensivo no sólo del derecho posi-
cuatro presupuestos: daño, antijuridicidad, rela- tivo, sino también los principios generales del
ción de causalidad y factor de atribución (118). derecho y el derecho natural” (119). La presen-
Según las particularidades del escenario en el cia de causas de justificación, reguladas en los
que se produzca el daño, se deberá acreditar la arts. 1718 y 1720, Cód. Civ. y Com., excluye el
avenencia de los cuatro requisitos o jugarán pre- presupuesto, tornando jurídica la conducta.
sunciones, eximentes y principios procesales re-
lativos a la carga de la prueba que delimitarán las Acreditada la existencia del daño resarcible
reglas del caso concreto. y, consecuentemente, de la antijuridicidad, co-
rresponde estudiar desde un punto de vista es-
A pesar de que la ausencia de cualquiera de trictamente material cuál fue la conducta que
los cuatro presupuestos obstaculiza el acceso a provocó el daño, bajo el espectro de la causali-
la mentada indemnización y que, tradicional- dad adecuada (de conformidad con lo previsto
mente, la doctrina los enumera en un orden por el art. 1726, Cód. Civ. y Com.). Esta aproxi-
disímil al señalado, el daño constituye el epi- mación integra el campo de la relación de cau-
centro de la reparación. Es a partir de este que salidad, en el cual se examinan dos aspectos: la
se desencadena el esquema resarcitorio consa- vinculación que debe existir entre una acción
grado por la norma y se avanza sobre el análisis u omisión (causa) y el daño provocado (conse-
de los presupuestos restantes. Su importancia es cuencia) y la proyección de la cadena de resulta-
tal que, probada la existencia del daño, se pre- dos dañosos generados por el obrar del agente,
a fin de evaluar hasta dónde debe abarcar la in-
sume la antijuridicidad de la conducta que lo
demnización. La primera variante, es decir, el
provocó, es decir, su discordancia con la ley en
proceso de identificación de la causa fáctica que
sentido material (art. 1717, Cód. Civ. y Com.).
genera el daño, se efectúa con anterioridad a la
Ello implica que el acontecer del daño impor- determinación del factor de atribución, pues,
ta, por adición, la calificación de antijurídica de en aquel, se pondera cuál es la causa jurídica
la acción u omisión que lo provoca, excepto que que lleva a la responsabilidad del sujeto, lo que
concurra una causa de justificación —ejercicio presupone la previa adjudicación material del
regular de un derecho, legítima defensa, estado obrar (120).
de necesidad y, eventualmente, consentimiento
del damnificado—. Por su parte, el factor de atribución es “el ele-
mento axiológico o valorativo, en virtud del cual
(118) Consagrada esta enumeración y terminología el ordenamiento jurídico dispone la imputa-
expresamente en las Jornadas Nacionales de Derecho
Civil de 1971: “La obligación de resarcir reconoce como (119) Cfr. CASAS, Juan en “Código Civil y Comercial de
regla los siguientes presupuestos: I. Antijuridicidad. II. la Nación analizado, comparado y concordado”, BUERES,
Daño III. Causalidad. IV. Factores de atribución”, publi- Alberto J. (dir), Hammurabi, Buenos Aires, 2015, vol. 2, 2ª
cado en http://www.derechocivil.jursoc.unlp.edu.ar/ reimpresión, p. 160.
index.php/17-jornadas-nacionales-de-derecho-civil/77-
1971-v-jornadas-de-derecho-civil-universidad-nacio- (120) Cfr. OSSOLA, Federico A. en RIVERA, Julio César
nal-de-rosario, disponible al 17/4/2021. - MEDINA, Graciela, ob. cit.

630 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

ción de las consecuencias dañosas del incum- cional o con manifiesta indiferencia por los in-
plimiento obligacional o de un hecho ilícito tereses ajenos”.
strictu sensu a cierta persona” (121).
Por otro lado, los factores de atribución obje-
Mientras que la relación de causalidad procu- tivos son aquellos que no se basan en un repro-
ra desentrañar el nexo material que enlaza una che de conducta al sindicado responsable, ya
conducta con el resultado dañoso, el factor de que puede qué este no la haya ejecutado y que
atribución persigue despejar el enlace legal. Es el medie alguna otra razón que justifique despla-
motivo jurídico por el cual se atribuye a una per- zar las consecuencias económicas del daño su-
sona el deber de responder por los daños causa- frido por una persona hacia otra (123). El riesgo,
dos. En ocasiones, esta atribución se adjudica a la garantía o la equidad, entre otros, se plasman
quien perpetra el obrar de forma positiva o nega- en la nómina legal. Cumplido el supuesto de he-
tiva, pues se considera que su conducta merece cho que exige la norma —verbigracia, ser el due-
un reproche legal porque no se ajustó a lo espe- ño o guardián de una cosa riesgosa que provoca
rado (ámbito propio de los factores de atribución el daño o el principal respecto del dependiente
subjetivos). En cambio, en otros supuestos, la res- que origina un perjuicio—, se debe responder,
ponsabilidad es endilgada a quien, participando sin someter a escrutinio lo que el agente hizo o
fácticamente del suceso o no, es igualmente res- dejó de hacer para contribuir a ese resultado.
ponsable, pues así lo prevé expresamente la nor- En su faz práctica, el impacto es grosero: el
ma (factores de atribución objetivos). Es el caso factor de atribución subjetivo le requiere ma-
del propietario de un vehículo automotor que, yor prueba al damnificado —debe acreditar que
aun no conduciendo su automóvil en el mo- el accionado obró con culpa o dolo— y permite
mento de producirse una colisión que genera un que el demandado se exonere de manera más
daño, debe responder frente al damnificado por sencilla —le basta con aducir la ausencia de cul-
su carácter de dueño de una cosa riesgosa (arts. pa o dolo—. En contraposición, el factor objetivo
1757 y 1758, Cód. Civ. y Com.). no hay que probarlo; lo que sí hay que acreditar,
que en numerosas ocasiones se presume, es que
Los factores de atribución subjetivos son se da la premisa prevista en la norma para que
aquellos que parten del análisis de una con- este sea aplicable. Por ejemplo, para que opere
ducta voluntaria y desajustada a la pretendida, la responsabilidad objetiva del legitimado pa-
y que exigen una doble imputabilidad. Inicial- sivo por ser titular o guardián de una cosa ries-
mente, una de primer grado, que demanda vo- gosa o viciosa, hay que probar, evidentemente,
luntariedad del sujeto que actúa y, luego, la de que la cosa que generó el daño es efectivamen-
segundo grado, que avanza sobre la calificación te riesgosa o viciosa y que aquel es su dueño o
de la conducta como culposa o dolosa (122). guardián. En el caso de los vehículos, el riesgo
se presume y no demanda pesquisa compleja.
En los términos del art. 1724, Cód. Civ. y Com., En estos solo se excluye el deber de responder
en la culpa el reproche recae sobre la “omisión si media una eximente que quiebre el nexo cau-
de la diligencia debida según la naturaleza de sal: hecho del damnificado (art. 1729, Cód. Civ. y
la obligación y las circunstancias de las perso- Com.), caso fortuito (art. 1730, Cód. Civ. y Com.)
nas, el tiempo y el lugar” y comprende la im- o hecho de un tercero ajeno por quien no debe
prudencia, negligencia e impericia en el arte o responder (art. 1731, Cód. Civ. y Com.).
profesión. En cambio, “el dolo se configura por
la producción de un daño de manera interna- Para que prospere la reparación por daños
emergentes de accidentes de tránsito, se exige
(121) CCCom. de Rosario, Sala II, 25/05/98, LL Litoral un factor de atribución objetivo, en los térmi-
1998-2-783, citado en PIZARRO, Ramón Daniel - VAL- nos del art. 1769, Cód. Civ. y Com.. Este remite a
LESPINOS, Carlos Gustavo, “Tratado de responsabilidad
civil”, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2017, 1ª ed., t. I, p. 385.
(123) Cfr. KEMELMAJER de CARLUCCI, Aida - PAREL-
(122) Cfr. VÁZQUEZ FERREYRA, Roberto A., “Los fac- LADA, Carlos en MOSSET ITURRASPE, Jorge (dir) “Re-
tores de atribución en el Código Civil y Comercial”, AR/ sponsabilidad civil”, Hammurabi, Buenos Aires, 1997, 2ª
DOC/1664/2016. reimpresión, p. 142.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 631


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

la normativa de la responsabilidad derivada de nes del término “provecho”—, en la primera se


la intervención de cosas riesgosas o viciosas. En concentra la explicación de este factor de atri-
tal sentido, expone el art. 1757, Cód. Civ. y Com.: bución objetivo: quien incorpora un riesgo a la
“Toda persona responde por el daño causado sociedad debe cargar con sus consecuencias, se
por el riesgo o vicio de las cosas, o de las acti- beneficie o no con aquel. En su caso, la obten-
vidades que sean riesgosas o peligrosas por su ción de un provecho podrá ampliar el deber de
naturaleza, por los medios empleados o por las responder en ciertos ambos específicos, com-
circunstancias de su realización. La responsa- poniendo una responsabilidad agravada (125).
bilidad es objetiva. No son eximentes la autori-
zación administrativa para el uso de la cosa o la Indudablemente el vehículo automotor cons-
realización de la actividad, ni el cumplimiento tituye una cosa riesgosa, entendiendo el riesgo
de las técnicas de prevención”. como la eventualidad, contingencia o proximi-
dad de un perjuicio, en cuanto este aumenta la
En cuanto a los sujetos, establece el art. 1758, posibilidad de producción de un daño (126).
Cód. Civ. y Com.: “El dueño y el guardián son Cabe destacar que las cosas pueden ser riesgosas
responsables concurrentes del daño causado por su naturaleza, por las circunstancias de su
por las cosas. Se considera guardián a quien empleo o por su ubicación (127). Técnicamente,
ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección el riesgo es anterior al daño; existe y, como con-
y el control de la cosa, o a quien obtiene un pro- secuencia de aquel, ocurre el perjuicio que era
vecho de ella. El dueño y el guardián no respon- previsible que aconteciera (128). Así lo ha ad-
den si prueban que la cosa fue usada en contra mitido la jurisprudencia; se reconoció que el ve-
de su voluntad expresa o presunta. En caso de hículo en marcha es una cosa peligrosa debido a
actividad riesgosa o peligrosa responde quien la los riesgos que crea, lo que habilita que, probado
realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por el daño sufrido y el contacto con la cosa de la cual
sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la le- provino el perjuicio, se presuma la responsabili-
gislación especial”. dad del dueño o guardián. Incumbe al sindicado
responsable acreditar la existencia de una exi-
Este esquema de responsabilidad objetiva es mente de responsabilidad (129).
el que prima en derecho comparado. En Alema-
nia también se responsabiliza objetivamente al No obstante, durante la vigencia del Código
guardián por los daños causados por el riesgo de Civil de Vélez Sarsfield, se discutió si, en el caso
su utilización; en el derecho continental, existe de ocurrir un siniestro que involucrara dos au-
un consenso generalizado en torno a aceptar la tomóviles, ello permitía recurrir a la noción de
responsabilidad objetiva por los daños causa- cosa riesgosa y al factor de atribución objetivo,
dos a peatones, ciclistas y pasajeros en acciden- o si se producía una neutralización o compen-
tes de tránsito, y la preponderancia del derecho sación de riesgos que prescindía de esta posibi-
de seguros (124). lidad y que demandaba la presencia de culpa.
Ello importaba discernir si resultaban aplica-
En virtud de lo expuesto, se concluye que, en bles las previsiones del art. 1109 —el cual exigía
los accidentes de tránsito, la razón jurídica obje- un obrar culposo a los efectos de adjudicar res-
tiva que motiva la atribución de la responsabili-
dad a un sujeto se funda en el riesgo que implica (125) Cfr. PIZARRO — VALLESPINOS, ob. cit., p. 446.
introducir en la sociedad un vehículo automo-
tor. La responsabilidad resulta una secuela del (126) Cfr. CALVO COSTA, ob. cit., p. 288.
riesgo creado y su atribución es absolutamente (127) Cfr. LÓPEZ MESA, Marcelo J., “El guardián en la
independiente de la idea de culpabilidad. Sin responsabilidad por riesgo o vicio de las cosas”, Revista de
perjuicio de que doctrinariamente se distin- la Facultad de Ciencias Económicas, UNNE, número 19,
PRIMAVERA 2017, ISSN 1668-6365, mayo 2018, publica-
gue entre las variantes “riesgo creado” y “riesgo do en http://revistas.unne.edu.ar/index.php/rfce/issue/
provecho” —esta última con diversas acepcio- view/371/showToc, disponible al 21/4/2021.
(128) Cfr. MOLINA SANDOVAL, ob. cit.
(124) Cfr. MOLINA SANDOVAL, Carlos A., “Respon-
sabilidad objetiva”, RCCyC 2020 (octubre), 41, AR/ (129) Cfr. CNCiv, Sala F, “Thurler, Rosa c/ Ferrocarriles
DOC/2917/2020. Argentinos s/daños y perjuicios”, 22/11/1990.

632 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

ponsabilidad— o del art. 1113, segundo párra- rán evaluar los riesgos aportados por los invo-
fo, el cual, a partir de la modificación de la ley lucrados, la contribución al resultado, culpas,
17.711, acogió el riesgo como factor de atribu- faltas, omisiones e infracciones que desembo-
ción objetivo. Este dispuso que “en los supues- caron en el accidente (131).
tos de daños causados (...) por el riesgo o vicio
de la cosa, sólo se eximirá [el dueño o guardián] Siguiendo dicha línea argumental, el respeto
total o parcialmente de responsabilidad acredi- o transgresión de la regulación vigente en ma-
tando la culpa de la víctima o de un tercero por teria de tránsito influye en la determinación de
quien no debe responder”. la responsabilidad. La Ley Nacional de Tránsi-
to n° 24.449, prevé una serie de prioridades que,
En el plenario de la Cámara Nacional de vulneradas, generan una presunción de respon-
Apelaciones en lo Civil “Valdez Estanislao c/El sabilidad. Así, se dispone que todo conductor
Puente S.A y otro s/ Daños y Perjuicios”, de 1994, debe ceder el paso en las encrucijadas al que
se descartó que, en accidentes originados por el cruza desde su derecha. Esta prelación es abso-
impacto de vehículos en movimiento, se genera- luta y solo puede ser objetada por señalización
ra una neutralización o compensación de ries- específica en contrario, vehículos ferroviarios
gos que facultara la reclamación de un factor de y demás supuestos enumerados en el art. 41.
atribución subjetivo. En cambio, se decidió que Además, se instituye que los adelantamientos a
sería aplicable el art. 1113, segundo párrafo, y otros vehículos deben efectuarse por la izquier-
que, en su caso, los agentes serían considerados da, según las instrucciones de la norma. Solo se
responsables de los daños que recíprocamente admite, excepcionalmente, que se realice por la
se hubieran ocasionado, salvo que acreditaran derecha cuando el otro rodado ha indicado su
intención de girar o cuando se detiene sobre la
eximentes.
izquierda, o si, en caso de embotellamiento, la
En tal sentido, se afirmó: “No puede dudarse fila de la izquierda no avanza o es más lenta (art.
de que el automotor en circulación debe repu- 42). Inclusive se establecen presunciones par-
tarse cosa riesgosa, o peligrosa por la potenciali- ticulares de responsabilidad derivada de acci-
dad de producir daños que lleva en sí misma en dentes de tránsito.
las circunstancias de su desplazamiento, lo que A los miramientos aludidos se añaden las
lleva a reputar que el daño que se causa con su consideraciones jurisprudenciales que han in-
intervención en el hecho fuente es provocado terpretado estas prioridades y que las han com-
‹por la cosa› o ‹por su vicio o riesgo› (...)”. Esto plementado con el análisis de la casuística.
no solo cuando se trata de una embestida a un Bajo esta directriz, se ha sostenido que la pre-
peatón o cuando los vehículos ostentan distinta lación del vehículo que circula por la derecha
peligrosidad, sino también en caso de colisionar no constituye un bill de indemnidad que auto-
dos automóviles de similar entidad (130). rice a arrasar con todo aquello que se encuen-
tre a su izquierda. Tal prerrogativa no debe ser
En conclusión, el riesgo que importa la cir- evaluada de forma autónoma, sino en corres-
culación del rodado constituye el núcleo en pondencia con la simultánea existencia de otras
materia de responsabilidad civil derivada de si- infracciones y con las normas propias de la res-
niestros de tránsito. Que el choque ocurra con ponsabilidad por daños (132). Asimismo, se ha
un peatón, un vehículo o cualquier otro ente puntualizado que la calidad de embistente de
—sea este también riesgoso o no— no le quita un vehículo origina una presunción en contra
este carácter. A su vez, la participación de una del conductor que, siendo judicial, cede ante
cosa riesgosa que permite aplicar los arts. 1757 y
1758, Cód. Civ. y Com. no obsta a la concurren-
(131) Cfr. MOSSET ITURRASPE, Jorge — PIEDECA-
cia del factor objetivo con factores subjetivos o SAS, Miguel A., “Responsabilidad por daños: Código
incluso con eximentes de la responsabilidad. Civil y Comercial de la Nación. Ley 26.994. Parte general”,
Esto quiere decir que, llegado el caso, se debe- Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2016, t. III, p. 148.
(132) Cfr. SC Buenos Aires, “Del Palacio, Alexis Claudio
(130) CNCiv en pleno, “Fallo Valdez Estanislao c/ El Damián contra Pertini, Esteban Hernán y otro. Daños y
Puente S.A y otro s/ Daños y Perjuicios”, 10/11/1994. perjuicios”, 29/8/2017.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 633


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

prueba en contrario o ante circunstancias que la vilmente responsable por los daños y perjuicios
tornen inaplicable (133). que se produzcan con el automotor. Sin embar-
go, se contempla la llamada “denuncia de ven-
Por otro lado, estipula el artículo 1757, Cód. ta”, previendo que, si con anterioridad al hecho
Civ. y Com. que no solo el daño provocado por la que motiva su responsabilidad el transmitente
cosa riesgosa genera responsabilidad de su due- comunica al registro que hizo tradición del au-
ño o guardián, sino también aquel que emer- tomotor, se reputará que el adquirente original
ge de una cosa viciosa. Se define el vicio como o aquellos a quienes este transmita el uso, te-
un defecto de la cosa que la hace impropia para nencia o posesión son terceros por los cuales no
su destino (fundado en lo previsto por los arts. debe responder, y que la cosa fue utilizada con-
2164 del Cód. Civ. y 1051, inc. b, del Cód. Civ. tra su voluntad (135).
y Com.). Se ha dicho que “el vicio de la cosa es
un riesgo circunscripto a defectos de construc- Al guardián se lo define en el art. 1758 como
ción, fabricación o mantenimiento y que produ- aquel que “ejerce, por sí o por terceros, el uso, la
ce una desviación en los fines o modalidad de dirección y el control de la cosa, o a quien obtie-
utilización.” (134) El supuesto merece idéntico ne un provecho de ella”. Es quien tiene un poder
reparo; la cosa viciosa es también riesgosa y es efectivo de vigilancia, gobierno y control sobre
precisamente su vicio lo que la convierte en tal. la cosa que genere el daño. La guarda no exige,
necesariamente, la tenencia material de la cosa,
La norma citada realiza el distintivo a los efec- sino ejercer sobre ella el poder de hecho, el po-
tos de abarcar aquellas situaciones en las que der de mando o de dirección intelectual, con
la cosa no sería considerada riesgosa en las cir- abstracción del derecho o título (136). Así, el
cunstancias habituales de su utilización, pero, Cód. Civ. y Com. recoge diversas concepciones
como detenta un vicio, se desencadena su pe- relativas a la guarda, debate vigente con el códi-
ligrosidad. No obstante, también pueden coin- go anterior: guarda material, guarda provecho,
cidir en una cosa los caracteres de riesgosa per guarda jurídica y guarda poder de mando (137).
se y de viciosa; es el caso de un automóvil que Cabe concluir que, por la amplitud de la defini-
ya es riesgoso a priori, pero que, además, pue- ción legislativa adoptada, el conductor se en-
de resultar vicioso si adolece de un defecto de cuentra incluido en esta categoría.
construcción, fabricación o mantenimiento que
lo hace impropio para su destino. A modo de corolario, por los daños sufridos
en un accidente de tránsito, nace a favor del
En lo que respecta a la figura del dueño, res- damnificado —legitimado activo— el derecho
ponsable concurrente con el guardián, este es a reclamar una reparación. Acontecido el daño
quien detenta el derecho real de dominio sobre y presumida sin prueba en contrario la antiju-
la cosa riesgosa. Los vehículos son cosas mue- ridicidad, se debe acreditar la relación de cau-
bles registrables cuya inscripción es constituti- salidad. Al considerarse los automotores cosas
va. Por ende, será dueño aquel que conste como riesgosas, aplica un factor de atribución obje-
titular registral. tivo, por el cual los legitimados pasivos resul-
tan el dueño —titular registral del vehículo— y
Específicamente en materia de vehículos, dis- guardián —quien usa, dirige, controla u obtie-
pone el decreto-ley n° 6582/1958 sobre el Ré- ne provecho del automotor, por sí o por terce-
gimen Jurídico del Automotor que, hasta tanto
no se asiente la transferencia, el transmitente es (135) Cfr. ibidem.
estimado como dueño y, consecuentemente, ci-
(136) Cfr. ST San Luis, “Del Castello, Sergio c/Juan
Scacozza y Coop. Trabajo Transp. Automotores de
(133) Cfr. CNCiv, Sala B, “Miguel, Alan Gabriel y otro Cuyo TAC Ltda.”, 9/9/2008, publicada en https://ius.
c/Latella, Francisco Antonio y otro”, 27/12/2020, en Bar- errepar.com/sitios/ver/html/20100921211443210.
dado, Patricia Bibiana, Revista de Derecho de Daños, html?k=20100921211443210.docxhtml, disponible al
2020.2: Accidentes de tránsito, Mosset Iturraspe, Jorge 18/4/2021.
(dir) — Lorenzetti, Ricardo Luis (dir), 1ª ed. revisada,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2020, p. 436. (137) Cfr. PAREDES, Viviana A., “La teoría del riesgo
creado en el derecho civil argentino”, publicado en JA,
(134) MOLINA SANDOVAL, ob. cit. cita online: 0003/001457, disponible al 18/4/2021.

634 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

ros—. Estas categorías pueden fundirse en un adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma
solo sujeto (conductor y dueño del vehículo) o gratuita u onerosa, como destinatario final, en
escindirse en varios. A su vez, pueden ser de la beneficio propio o de su grupo familiar o social”
partida presunciones iuris tantum, legales o ju- (art. 1°). Por su parte, el proveedor “es la persona
risprudenciales, que alteren la carga de la prue- física o jurídica de naturaleza pública o privada,
ba. Para hacer caer su responsabilidad o invocar que desarrolla de manera profesional, aun oca-
su concurrencia, los accionados solo pueden sionalmente, actividades de producción, mon-
alegar la existencia de un hecho del damnifi- taje, creación, construcción, transformación,
cado, caso fortuito o hecho de un tercero por el importación, concesión de marca, distribución
cual no deben responder. y comercialización de bienes y servicios, desti-
nados a consumidores o usuarios”, excluyendo
Finalmente, en caso de que se aduzca que “los servicios de profesionales liberales que re-
el siniestro es producto de una falla o vicio del quieran para su ejercicio título universitario y
vehículo, resultan aplicables las normas de matrícula otorgada por colegios profesionales”.
derecho del consumo. El régimen general de
responsabilidad civil del Cód. Civ. y Com. es Desde una perspectiva práctica, dispuso la ju-
compatible, pero prevalecen la ley especial y risprudencia que son responsables el fabricante
las estipulaciones del código sobre contratos y la concesionaria por el defectuoso funciona-
de consumo (arts. 1092 a 1122). Así, son sus- miento de los airbags de un vehículo. Se pon-
ceptibles de ser responsabilizados los distintos deró que provocaron un agravamiento de los
agentes intervinientes en la producción y la co- daños resultantes del siniestro, aunque se reco-
mercialización del automotor. Estos pueden ser noció la concurrencia causal con el hecho del
demandados de forma directa o citados como damnificado que incumplió las leyes de tránsito
terceros por el sindicado responsable —dueño o y que premeditó el esquive de controles policia-
guardián—, cuya defensa recaerá en que la cosa les. (138). A su vez, se estimó responsable a una
se encontraba viciada y en que ello configura empresa automotriz por haber fabricado e im-
una eximente. También pueden ser involucra- portado una camioneta que no ofreció la segu-
dos a través de una acción de repetición perpe- ridad adecuada y legítimamente esperada por el
trada por el dueño o guardián responsabilizado. usuario al producirse un siniestro que devino en
el fallecimiento del cónyuge de la actora (139).
En tal sentido, establece el art. 40 de la Ley
de Defensa al Consumidor n° 24.240 que, “si el III. Vehículos autónomos en el sistema de
daño al consumidor resulta del vicio o riesgo de responsabilidad civil argentino
la cosa o de la prestación del servicio, respon-
derán el productor, el fabricante, el importa- A lo largo de la exposición, se han apuntado
dor, el distribuidor, el proveedor, el vendedor y los aspectos generales de la inteligencia artifi-
quien haya puesto su marca en la cosa o servi- cial y su aplicación a los vehículos autónomos.
cio. El transportista responderá por los daños Se analizaron, puntualmente, la tecnología uti-
ocasionados a la cosa con motivo o en ocasión lizada y su evolución, la legislación comparada
del servicio. La responsabilidad es solidaria, sin en materia de IA y el sistema de responsabilidad
perjuicio de las acciones de repetición que co- civil por accidentes de tránsito vigente en Ar-
rrespondan. Sólo se liberará total o parcialmen- gentina.
te quien demuestre que la causa del daño le ha
sido ajena”. (138) Cfr. CNCom., sala D, 16/5/2012, “Budani Carlos
M. v. BMW de Argentina S.A y otro”, en Petrasso, Walter,
Asimismo, consagra la ley 24.240 que “[s]e “Jurisprudencia comercial 6/2012”, publicado en RDCO
257, 875, AR/DOC/10062/2012.
considera consumidor a la persona física o ju-
rídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita (139) Cfr. RITTO, Graciela B. “La obligación de garantía
u onerosa, bienes o servicios como destinatario y el deber de información en la defensa del consumidor”,
publicado en RCyS 2011-VIII, 140, AR/DOC/2319/2011,
final, en beneficio propio o de su grupo familiar disponible al 18/4/2021; comentario al fallo de la Cámara
o social”, y que “queda equiparado al consumi- de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Zárate-Campa-
dor quien, sin ser parte de una relación de con- na, “Crossa, Yolanda Beatriz y otros c/Toyota Argentina
sumo como consecuencia o en ocasión de ella, SA”, 14/12/2010, AR/JUR/89634/2010.

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 635


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

A la fecha, resulta atinado señalar que los ro- principios y nociones generales —valores cen-
dados con grados más altos de autonomía se li- trados en las personas, transparencia, seguridad
mitan a unas contadas locaciones y que aún se y compromiso de fomento de la inversión en el
encuentra en pleno auge su etapa de desarro- campo, entre otros—. (140)
llo y ensayo. No obstante, las proyecciones son
contundentes: se espera que esta tecnología A su vez, en junio de 2019, el Gobierno ar-
progrese de forma arrolladora en los próximos gentino difundió un proyecto denominado AR-
años, y que reemplace, a la brevedad, el trans- GENIA, consistente en un Plan Nacional de
porte tal cual lo conocemos. Inteligencia Artificial, en el cual se plasmaron
los ejes estratégicos, el análisis de la situación
Al mismo tiempo, en los sitios en los que tran- actual de la IA en el país y los pasos a seguir so-
sitan ya se evidencia la ocurrencia de sinies- bre la base de dos proyectos: la Agenda Digital
tros que despiertan las discusiones jurídicas Argentina 2030 y la Estrategia Nacional de Cien-
del caso. Sin perjuicio de que todavía no circu- cia, Tecnología e Innovación (CTI) Argentina
lan automóviles autónomos per se en Argentina, Innovadora 2030 (141). En la actualidad, la ini-
ello no desalienta el trabajar sobre su imple- ciativa no fue impulsada.
mentación, ya que permite evaluar una de las
tantas aristas de la inteligencia artificial a la luz IV. Responsabilidad civil por daños ocasio-
del régimen de responsabilidad civil, y, además, nados por vehículos autónomos y automati-
trazar las diferencias pertinentes entre la con- zados a la luz de la legislación vigente
ducción absolutamente autónoma y la parcial
De lo antedicho se deduce que, de producir-
o automatizada, cuya presencia sí abunda en el
se una colisión vial en la cual participe un ve-
mercado. hículo autónomo o automatizado, resultarán
Alcanzado este estadio, corresponde cuestio- aplicables las normas previamente reseñadas.
narse, en primer lugar, si existen leyes argenti- Fundamentalmente, la legislación de tránsito
nacional o local, el Cód. Civ. y Com. —en con-
nas que reglamenten la responsabilidad civil
cordancia con la abundante jurisprudencia co-
emergente de daños provocados por automoto-
existente— y la Ley de Defensa al Consumidor,
res autónomos, o, en su defecto, cuál es la nor-
cuando ello fuera pertinente.
mativa aplicable y si se pondera necesaria una
regulación puntual. Determinado esto y sobre la Indudablemente, se descarta que sea compa-
base de lo reseñado, cabe avanzar sobre los in- tible con la normativa argentina la adjudicación
terrogantes restantes. Al respecto, se plantearán de personería jurídica a un robot, cualquiera sea
las principales controversias a la luz de la legis- su complejidad o su capacidad de aprendizaje
lación vigente, y las soluciones propuestas. independiente. Esto no implica que, eventual-
mente, se recepte legalmente esta posibilidad o
III.1. Legislación se recurra a métodos como registros o seguros
En respuesta a la primera incógnita, no hay en específicos para robótica que faciliten la identi-
ficación de los titulares.
Argentina regulación específica relativa a la in-
teligencia artificial ni proyectos de ley en curso. En lo que respecta a la Ley Nacional de Trán-
Por consiguiente, tampoco se encuentra tratada sito, en su mayoría, las previsiones que contie-
de forma especial la irrupción de los vehículos ne podrán ser respetadas sin obstáculos por los
automatizados y autónomos en la responsabili-
dad civil.
(140) Cfr. OECD, Recommendation of the Council on
Artificial Intelligence, 21/5/2019, publicado en https://
En tal sentido, el abordaje de la cuestión a legalinstruments.oecd.org/en/instruments/OECD-LE-
nivel estatal es meramente incipiente. Por un GAL-0449, disponible al 21/2/2021.
lado, junto con los miembros de la Organiza-
(141) Cfr. Plan Nacional de IA Gobierno de Argen-
ción para la Cooperación y el Desarrollo Eco-
tina, publicado en https://ia-latam.com/portfolio/plan-
nómico (OCDE), el país suscribió en mayo de nacional-de-ia-gobierno-de-argentina/#:~:text=El%20
2019 las recomendaciones del Consejo de Inte- Plan%20Nacional%20de%20Inteligencia,y%20el%20de-
ligencia Artificial, entre las cuales se incluyeron sarrollo%20de%20los, disponible al 21/4/2021.

636 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

rodados autónomos. Particularmente el art. 68, culación de vehículos”. La terminología amplia


que impone que todo automotor debe estar cu- al aludir a la “circulación de vehículos” no des-
bierto por un seguro. Esto es especialmente im- carta los rodados autónomos y permite remitir a
portante, pues, en la medida en que intervenga la responsabilidad por el riesgo o vicio de las co-
una aseguradora y que esta cubra los daños sas de los arts. 1757 y 1758, Cód. Civ. y Com.. Por
ocasionados, la determinación de la responsa- extensión, el siniestro quedaría comprendido
bilidad más allá de la figura del titular revesti- en el sistema de responsabilidad civil explicado.
rá interés meramente intelectual y tendrá poca
trascendencia práctica. Es, en cambio, absolu- El primer punto que emerge de lo mencionado
tamente relevante el análisis propuesto en su- es lo concerniente al riesgo o vicio de la cosa. In-
puestos de no seguro, franquicias y límites de dudablemente, al integrar el automóvil automa-
cobertura, cuyo acontecer es habitual, sobre tizado o autónomo la categoría de vehículo, nada
todo cuando la cuantificación de los perjuicios cabe cuestionar con respecto a su peligrosidad
alcanza montos considerables. Aunque múlti- y, en consecuencia, a su riesgo. Por ende, resul-
ples salas de la Cámara Nacional de Apelacio- tan absolutamente aplicables las precisiones ac-
nes en lo Civil se han manifestado a favor de la tuales que tratan el automotor de cosa riesgosa y
inoponibilidad al tercero damnificado del lími- que atribuyen una responsabilidad objetiva. Tan
te de cobertura de los seguros o las franquicias, solo procede agregar que la norma referida pun-
esta no es la postura actual asumida por la Corte tualiza que la autorización administrativa para
Suprema de Justicia de la Nación (142). el uso de la cosa o el cumplimiento de las técni-
cas de prevención no eximen la responsabilidad.
No obstante, algunas disposiciones serán in- Esta previsión puede ser útil en los estadios de
adecuadas y requerirán un reajuste. Entre ellas, pruebas y ensayos llevados a cabo por las com-
las atinentes a la seguridad del vehículo y a las pañías fabricantes de vehículos autónomos, pues
exigencias de su composición para obtener au- se aclara que su habilitación para circular no ex-
torización para andar. También, otras esencia- cluye el deber de responder.
les deberán ser modificadas, ya que se demanda
que “los conductores deben (...) en la vía públi- Por consiguiente, salvo que se demuestre que
ca, circular con cuidado y prevención, conser- la cosa fue usada contra su voluntad expresa o
vando en todo momento el dominio efectivo del presunta, los daños provocados por el riesgo del
vehículo (...)” —art. 39, inc. b—. De esto se co- vehículo responsabilizan al dueño y guardián.
lige que los automóviles que prescinden de un Conforme se ha expuesto en los apartados pre-
conductor humano no podrán coexistir con la cedentes, dueño es quien detenta la titularidad
legislación apuntada. En tanto los que combi- del automóvil —cosa mueble de inscripción re-
nan acción autónoma y humana podrán hacer- gistral constitutiva—. Este criterio, se trate de
lo mientras se considere que, a pesar de que el vehículos de mayor o menor autonomía, de
manejo lo efectúe el sistema, es en la persona en un rodado particular o de empresas destina-
quien recae el dominio efectivo del rodado. Por das a proveer servicios de transporte, subsiste;
otro lado, la necesidad de obtener una licencia a quien le sea adjudicable el mote de dueño de-
por parte del conductor deberá ser reemplazada berá responder de forma objetiva.
por otras acordes (cfr. art. 40).
Es en el rol del guardián que radica el quid de
El Cód. Civ. y Com. trata lo referente a acci- la cuestión. En primer lugar, corresponde dis-
dentes de tránsito, específicamente, en el art. tinguir entre los vehículos automatizados y los
1769. Este consigna: “Los artículos referidos a la vehículos autónomos propiamente dichos. De
responsabilidad derivada de la intervención de tomar los niveles propuestos en el capítulo se-
cosas se aplican a los daños causados por la cir- gundo, el uno —conducción asistida— y el dos
—conducción parcialmente automatizada—
solo incluyen sistemas de asistencia para deter-
(142) Cfr. CS, “Flores, Lorena Romina c/ Giménez, minadas funciones, pero, indubitablemente, no
Marcelino Osvaldo y otro s/ daños y perjuicios”, 340:765,
6/6/2017 y CNCiv, Sala K, “Flores, Lorena Romina c/ Gi- suplen la conducción dinámica o principal, que
ménez, Marcelino Osvaldo y otro s/ daños y perjuicios”, sigue recayendo en el ser humano. Aquí no es
28/5/2013. controvertido que no se puede prescindir de la

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 637


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

persona. Deviene plenamente aplicable el art. de nuevas señales de tránsito, cambios en la ley
39, inciso b de la Ley Nacional de Tránsito, en vial, entre otras. Cualquier modificación es sus-
cuanto exige que el conductor conserve, en todo ceptible de afectar su funcionamiento en gene-
momento, el dominio del vehículo. Así, en los ral o el de ciertos componentes individuales,
términos de la vasta definición que aporta el art. ampliando o restringiendo su funcionalidad.
1758, Cód. Civ. y Com. de guardián, el conductor Así, puede ser perfeccionado para añadir cada
humano quedará comprendido en esta figura y vez más atribuciones autónomas o incluso para
responderá de forma objetiva. ser desactivado de forma absoluta (143).
Aun cuando opere una función autónoma A su vez, la administración del sistema es ex-
por directiva del software —por ejemplo, activa- tremadamente relevante porque este contiene
ción del freno automático—, no quepan dudas el núcleo de información que condiciona las de-
de que todos los aspectos de la conducción, in- terminaciones a adoptar. Adicionalmente, los
cluidos aquellos que el sistema logra efectuar au- vehículos que cuentan con un grado más alto
tomáticamente, son liderados por la persona a de autonomía presentan un crash optimization
cargo. En tal entendimiento, activado el aparca- algorithm. Este pretende minimizar los daños
miento automático, de estrellarse el rodado, no causados por un accidente de tráfico inevitable
debe involucrarse la responsabilidad de quien y resuelve contra qué impactar (144). Ello im-
ha fabricado, controla o actualiza el sistema. Es porta que, ante una colisión ineludible, el soft-
el humano el encargado, constantemente, de go- ware se encuentra preparado para decidir con
bernar de forma integral el escenario de manejo. qué conviene estrellarse, según las posibilida-
En contraste, los niveles de autonomía interme- des que tiene para menguar los perjuicios. Se
dia —conducción automatizada condicionada agrava si debe elegir entre personas por la evi-
y conducción altamente automatizada— gene- dente implicancia ética.
ran mayor dificultad. Se refieren a vehículos que
Por los motivos aludidos es que, en los es-
tienen sistemas aptos para andar de forma in-
tadios más altos de autonomía, se busca en-
dependiente en determinados escenarios (por
ejemplo, en autopistas) y que, en caso de emer- cuadrar al desarrollador o al encargado de
gencia, alertan a la persona para que retome el mantener el sistema en el rol de guardián. Se
manejo. Esto lleva a que siempre debe estar pre- argumenta que, aunque carece de contacto ma-
sente un conductor humano, sin perjuicio de terial con la cosa, es quien la dirige y controla
que, en ocasiones, es el software el que decide desde una órbita técnica, cumpliendo con la
cómo proceder. En principio, el individuo se re- exigencia del art. 1758, Cód. Civ. y Com. (145).
serva la facultad de recuperar la conducción y de
Otra postura, sostenida por quien suscribe,
anular el plan de acción ejecutado por el sistema,
imponiendo el propio. parte de que los sistemas de nivel tres —que
prevé que la persona responda si se solicita su
Esta convivencia desemboca en una escisión intervención— y cuatro —que puede reque-
de escenarios; en la medida en que sea el ser rir al ser humano que retome el manejo, pero
humano quien dirija el automóvil, este será res- está preparado para continuarlo si este no lo
ponsable como guardián —y propietario, si así hace— demandan la presencia de un conduc-
lo fuera—. Por el contrario, cuando lo hace el tor. En consecuencia, contemplan —o deben
sistema, circunstancia que también ocurre en el contemplar— que es el sujeto quien toma la de-
nivel más alto de autonomía, cabe plantearse la cisión final y que su voluntad se impone sobre
posibilidad de adjudicar responsabilidad a su ti- la del software. El individuo goza de la facultad
tular o a quien deba controlarlo. de consentir la elección efectuada por el sistema
o de contradecirla, y domina su criterio. Si esto
A partir de que el vehículo es puesto en cir-
culación, el software está sujeto a extensiones, (143) Cfr. DANESI, ob. cit.
actualizaciones y enmiendas. Se efectúa un
mantenimiento, control de seguridad e incor- (144) Cfr. ibidem.
poración de esas actualizaciones, como la suma (145) Cfr. ibidem.

638 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

ocurre, entonces su responsabilidad como guar- en una autopista a ciento veinte kilómetros por
dián es exclusiva. hora, cuando, por una contingencia, los rodados
anteriores reducen su marcha, circunstancia
No se ignora que es posible la coexistencia de que es inadvertida por el software, generándose
guardas. Así, sería factible considerar a quien vi- una colisión. Aquí, la velocidad alcanzada im-
gila el software un guardián técnico o intelectual posibilita una reacción eficiente de la persona y,
del rodado, porque es quien lo ajusta y perfec- por ende, obstaculiza el ejercicio de la guarda.
ciona. Este tipo de productos no se desvincu- Del enfoque propuesto emerge que el encarga-
la totalmente de su creador porque conlleva do del mantenimiento del sistema, su fabrican-
un mantenimiento constante —por ejemplo, a te o desarrollador, según corresponda, tendrán
través de la incorporación de nuevas rutas, se- que responder por presentar la cosa un vicio
ñalizaciones de tránsito, modificaciones y mejo- —por ejemplo, porque no funcionan sus sen-
ras—. Ello sin perjuicio de que se pueda delegar sores de detección de objetos— y por ser esa la
este servicio. No obstante, la guarda material e causa que provoca el daño.
intelectual que ejerce el humano prima sobre
aquella. Esto porque cualquiera sea el escenario Idénticas consideraciones merece el caso de
de manejo —lo lidere la persona o el sistema—, que el perjuicio se origine como consecuencia
cuando se requiere la participación de un indi- de una deficiencia de las tecnologías de las que
viduo, este no puede desatender la función bajo se sirve el sistema para operar —verbigracia, la
ninguna circunstancia. Precisamente por este conexión satelital—. En ese punto, se deberá
motivo es que se reclama su avenencia: porque determinar si el software estaba preparado para
es quien puede perpetrar la determinación defi- advertir o no este evento y, de ser así, si requirió
nitiva y corregir un devenir erróneo del sistema. la mediación oportuna del conductor humano.
Lo antedicho arroja una conclusión prelimi-
En cuanto al carácter de su responsabilidad,
nar: no resulta terminante el grado de autono-
el encargado de controlar y actualizar el sistema
mía del automotor. Lo relevante es que, en todo
es susceptible de ser catalogado como guardián
nivel, en la medida en que se admita que el
porque ejerce una guarda técnica y puede ma-
agente interceda y tenga posibilidades reales de
nipular al vehículo para que se movilice en uno
controlar las operaciones del software, este con-
serva el pleno dominio del vehículo y es adjudi- u otro sentido. Como tal, se encuentra abarca-
catario único de la responsabilidad consiguiente do por las precisiones de los arts. 1757 y 1758,
en el rol de guardián. Esto se funda estrictamen- Cód. Civ. y Com.. En cambio, si la falla provie-
te en la causalidad. Si fue la conducta del suje- ne de la fabricación del automóvil, de alguno
to la que por acción o inacción provocó el daño, de sus componentes o de la maniobra de un
este deberá responder. En cambio, la solución es integrante de la cadena productiva, estos se-
disímil si el sistema no está correctamente pre- rán responsables por aplicación de la normati-
parado o si sufre un desperfecto que impide esa va vigente en materia de defensa al consumidor
intervención. Al respecto, es crucial ponderar (particularmente art. 40 de la ley 24.240). Po-
algunos aspectos, como la previsibilidad de ese drán responder productor, fabricante, distribui-
perjuicio, que va a fijar con qué alcance el au- dor, proveedor, vendedor y quien haya puesto su
tomóvil debió contemplar ese error, si el avance marca en la cosa o servicio.
tecnológico existente en el momento de su con-
fección le permitía anticipar el infortunio y las En dicho caso, el dueño o guardián del ve-
expectativas creadas al consumidor. hículo —es decir, el consumidor— es quien
tiene la atribución de reclamar y no el damni-
En esa línea, en ciertas ocasiones, el conduc- ficado —al margen de la teoría del bystander—.
tor humano carece de margen de acción, ya sea Procesalmente, al ser demandado por los daños
porque el software no está acondicionado de an- causados por su rodado —se trate del dueño o
temano, porque medió alguna avería o porque, guardián— podrá citar como tercero a cualquie-
pese a percibir el peligro, el obrar del individuo ra de los referidos para que comparezcan a jui-
se encuentra notablemente limitado. Tal el su- cio, acreditar que el perjuicio se produjo por el
puesto de un vehículo manejado por el sistema vicio del automotor y eximir su responsabilidad,

Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 639


Vehículos autónomos y su impacto en el sistema de responsabilidad civil argentino

o interponer, con posterioridad, una acción de tema y tiene que controlar en todo momento la
repetición. conducción, la autonomía cumple una función
más de asistencia que de suplencia. En cam-
Cabe señalar que quien fabrique o dirija el bio, cuando, a pesar de la vigilancia del sujeto,
software contará, indudablemente, con mayor el software no reacciona o no lo hace oportuna-
facilidad para acceder a la prueba contundente mente, ello desliga la responsabilidad de la per-
(cámaras y registros de todo tipo existentes en el sona que se vio impedida de ejercer una guarda
vehículo). En virtud de los principios procesa- eficiente, y se traslada a los técnicos. Incluso,
les —art. 377 del Cód. Proc. Civ. y Com. (146)— puede ser producido por el propio damnificado,
y de fondo —arts. 1734 y 1736, Cód. Civ. y un tercero o un caso fortuito.
Com. (147)—, la carga de la prueba recae sobre
quien alega la responsabilidad. Sin embargo, Es que estos rodados aportarán, en la genera-
este ámbito es idóneo para recurrir a las pre- lidad de los supuestos, prueba tan contunden-
visiones del art. 1735, Cód. Civ. y Com. (148), te sobre el devenir del hecho —a través de sus
que admite que el juez distribuya la carga de la cámaras y registros respectivos— que la causa-
prueba a la parte que se halla en mejor situación lidad material se volverá cada vez más nítida. Es
para aportarla. factible que esto lleve a una distinción más sen-
cilla de si el daño fue secuela de una gestión del
En definitiva, la adjudicación de responsabi- conductor, del propio damnificado, de un terce-
lidad al conductor o a los intervinientes ligados ro, de un caso fortuito o de una falla o vicio del
al sistema depende íntegramente de la relación automóvil.
de causalidad. El posible debate en torno a la
exigencia de un factor de atribución subjetivo A los efectos de constatar cuál es la causa que
u objetivo pierde importancia cuando se traza según el curso ordinario y natural de las cosas
ocasionó el daño —causalidad adecuada—, ad-
con claridad el vínculo entre el hecho genera-
quiere especial relevancia la pauta incorpora-
dor y el resultado dañoso consecuente. Si el me-
da al artículo 1725, Cód. Civ. y Com., la cual se
noscabo fue forjado por una conducta humana
proyecta en dos sentidos: ponderación del fac-
(probablemente una omisión), entonces no se
tor subjetivo y relación de causalidad. Este dis-
debe responsabilizar a los administradores del
pone: “Cuando mayor sea el deber de obrar con
software que previó y requirió la participación prudencia y pleno conocimiento de las cosas,
humana a tiempo. En tanto el individuo no pue- mayor es la diligencia exigible al agente y la valo-
de delegar completamente el manejo en el sis- ración de la previsibilidad de las consecuencias
(...)”. Este criterio es fundamental para evaluar si
(146) “Incumbirá la carga de la prueba a la parte que la mecánica de los acontecimientos era previ-
afirme la existencia de un hecho controvertido o de un sible y, consiguientemente, si el software debió
precepto jurídico que el juez o el tribunal no tenga el de-
ber de conocer. (...)”. estar preparado para afrontar el suceso.
(147) “Art. 1734.- Prueba de los factores de atribución Finalmente, el nivel supremo de autonomía
y de las eximentes. Excepto disposición legal, la carga de (vehículo de conducción altamente automati-
la prueba de los factores de atribución y de las circun-
stancias eximentes corresponde a quien los alega”. “Art.
zada) no requiere presencia humana. Incluso,
1736.- Prueba de la relación de causalidad. La carga de la puede circular sin pasajeros, no ubicarse nadie
prueba de la relación de causalidad corresponde a quien en el tradicional asiento del conductor o no con-
la alega, excepto que la ley la impute o la presuma. La car- tar con pedales. Aquí sí cabe atribuir responsa-
ga de la prueba de la causa ajena, o de la imposibilidad de bilidad como guardián, en cualquier caso y en
cumplimiento, recae sobre quien la invoca”. los términos de los arts. 1757 y 1758, Cód. Civ. y
(148) “Facultades judiciales. No obstante, el juez pu- Com., a quien controla el software. Esto porque,
ede distribuir la carga de la prueba de la culpa o de haber ante la carencia de una guarda material e inte-
actuado con la diligencia debida, ponderando cuál de lectual predominante ejercida por una persona,
las partes se halla en mejor situación para aportarla. Si el la técnica e intelectual recae exclusivamente en
juez lo considera pertinente, durante el proceso debe co-
municar a las partes que aplicará este criterio, de modo aquel. No existe la figura del conductor humano,
de permitir a los litigantes ofrecer y producir los elemen- ni principal ni subsidiariamente. Por ende, todas
tos de convicción que hagan a su defensa”. las decisiones tomadas acerca del vehículo le son

640 • sexta parte - Derecho civil y nuevas tecnologías


Macarena Baricco Prats

achacables a quien manipula el sistema. Ello, cla- ma, según corresponda. A su vez, este esquema
ro está, sin excluir la responsabilidad de su due- no prospera en los automotores que prescinden
ño, que puede o no coincidir con los anteriores, de la concurrencia de un sujeto, resultando úni-
ni la que resulta del riesgo o vicio del producto en co responsable en carácter de guardián quien
virtud de la normativa en defensa de los derechos controla el software.
del consumidor, la cual permite ampliar el esce-
nario a otros legitimados pasivos. En definitiva, el quid de la cuestión radica
en desentrañar la relación de causalidad. Del
CONCLUSIÓN vínculo entre el hecho generador —conducta
del agente, error del sistema, obrar del damnifi-
El fascinante surgimiento de vehículos au- cado, de un tercero o caso fortuito. Estos vehícu-
tomatizados y autónomos en las carreteras los aportarán, gracias a las múltiples tecnologías
globales propicia una elaboración intelectual utilizadas, valiosa prueba que permitirá diluci-
multidisciplinaria vinculada a la compleja tec- dar con mayor claridad cuál fue la causa mate-
nología que conlleva su utilización. En la órbita rial de la colisión y qué responsabilidad acarrea.
jurídica, son diversos los enfoques que emer-
gen del uso de inteligencia artificial. Desde el Cualquiera sea el camino a adoptar por el de-
análisis de la privacidad de datos y de los ses- recho, la tecnología arriba siempre antes.
gos discriminatorios de los sistemas hasta la se-
guridad de los productos y la correlativa salud BIBLIOGRAFÍA
de los consumidores, el espectro es vasto y en-
riquecedor. Artículos de doctrina y libros

El examen de la responsabilidad civil no está ALTERINI, Atilio A. — AMEAL, Oscar J. — LÓ-


exento; ante la carencia de una regulación pun- PEZ CABANA, Roberto M., “Derecho de obli-
tual, devienen aplicables las normas generales gaciones civiles y comerciales”, Abeledo Perrot,
en materia de daños, específicamente, aquellos Buenos Aires, 2001, 2ª ed. actualizada, p. 144.
provocados por riesgo o vicio de las cosas, como
los que brotan de siniestros viales. Así, los au- BOUCHER, Philip, “Artificial intelligence: How
tomóviles autónomos quedan comprendidos does it work, why does it matter, and what can
en las amplias directivas de los arts. 1768, 1757 we do about it?”, Scientific Foresight Unit (STOA),
y 1758 del Cód. Civ. y Com. Estos responsabili- Panel for the Future of Science and Technology,
zan al dueño y guardián de la cosa riesgosa por European Parliamentary Research Service, PE
el daño ocasionado. 641.547, junio 2020, publicado en https://www.
europarl.europa.eu/thinktank/en/document.
La figura del dueño no ofrece mayores contro- html?reference=EPRS_STU(2020)641547, dispo-
versias. En cuanto al guardián, en todos los ni- nible al 26/4/2021.
veles en los que es necesaria la presencia de un
conductor humano —ya sea el principal encar- CALVO COSTA, Carlos A., “Derecho de las obli-
gado de la conducción dinámica o al solo efecto gaciones”, Hammurabi, Buenos Aires, 2016, t. II, p.
de reasumir el manejo en caso de contingen- 26.
cias—, este califica como tal. Quien controla el
software puede ser considerado, al unísono, un CASAS, Juan en “Código Civil y Comercial de
guardián intelectual o técnico, pero queda des- la Nación analizado, comparado y concordado”,
plazado por el conductor humano. Sin embargo, Bueres, Alberto J. (dir.), Hammurabi, Buenos Ai-
esto solo procede en la medida en que la volun- res, 2015, vol. 2, 2ª reimpresión, p. 160.
tad de la persona prepondere sobre las decisio-
nes del sistema. Si este adolece de alguna falla Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamen-
en su constitución o actualización que impor- to Europeo, “Propuesta de resolución del parla-
ta no requerir o admitir la intervención del in- mento europeo con recomendaciones destinadas
dividuo en la conducción, su guarda se vuelve a la Comisión sobre un régimen de responsabi-
obsoleta y la responsabilidad se traslada al fa- lidad civil en materia de inteligencia artificial”,
bricante, desarrollador y controlador del siste- 5/10/2020, publicado en https://www.europarl.

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Estudios de investigación en derecho civil • Ignacio E. Alterini • 647

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