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UNIVERSIDAD SAN PEDRO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


PROGRAMA DE ESTUDIO DE DERECHO

CURSO: DERECHO CIVIL XI: RESPONSABILIDAD

DOCENTE: BRAVO ABANTO, HUGO

TEMA: LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y LAS TEORIAS


CLASICAS MODERNA DE RIESGO DE LA
DISTRIBUCION SOCIAL DE RIESGO

CICLO: X

INTEGRANTES:
CARDENAS SALVADOR, KARHEM
RIOS YAMOZA, KATERIN
SAAVEDRA PARIAMACHI, BRANIA

HUACHO – PERÚ
2023
ii

INDICE
INTRODUCCIÓN....................................................................................................................1

MARCO TEÓRICO.................................................................................................................2

CAPÍTULO I.............................................................................................................................2

Antecedentes internacionales...................................................................................................2

Antecedentes nacionales...........................................................................................................3

CAPITULO II...........................................................................................................................4

DERECHO, DERECHO CIVIL..............................................................................................4

CONCEPTO DERECHO.........................................................................................................4

CONCEPTO DERECHO CIVIL............................................................................................5

CAPITULO III..........................................................................................................................6

RESPONSABILIDAD CIVIL..................................................................................................6

RESPONSABILIDAD..............................................................................................................6

RESPONSABILIDAD CIVIL..................................................................................................6

Antecedentes Históricos............................................................................................................9

REQUISITOS O ELEMENTOS GENERALES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL 14

a) La Antijuricidad............................................................................................................14
iii

b) El Daño...........................................................................................................................16

c) La Relación Causal.......................................................................................................18

TEORIA CLASICA MODERNA DE RIESGO DE LA DISTRIBUCION SOCIAL DE

RIESGO........................................................................................................................................20

¿Quién responde por los daños causados accidentalmente?...............................................22

1. EL PRINCIPIO DE CULPA........................................................................................23

2. CULPA OBJETIVA.....................................................................................................23

3. OBJETIVACIÓN DE LA CULPA..............................................................................24

4. RESPONSABILIDAD OBJETIVA.............................................................................25

TEORÍAS CONTEMPORÁNEAS........................................................................................25

CASOS PRACTICOS.............................................................................................................26

CONCLUSIONES...................................................................................................................27

BIBLIOGRAFIA.....................................................................................................................28
1

INTRODUCCIÓN

El Derecho puede ser considerado como una rama del saber humano; como una ciencia
social, definible como un conjunto de principios y leyes que rigen un grupo homogéneo
de hechos, de fenómenos denominados jurídicos (igual que la biología o la química o la
física estudian determinados grupos de fenómenos).

Así pues, el Derecho no es estático (o no debiera serlo), más bien tiene la obligación de
adecuarse a la velocidad del cambio de las relaciones socioeconómicas, a las nuevas
formas de relacionarse, a los nuevos modelos de conductas. Dentro del universo de
ramas que componen a la ciencia del Derecho, y en especial al Derecho civil, el tema de
la responsabilidad civil se nos ofrece como un amplio campo de estudio ya que sus
orígenes van de la mano con las primeras manifestaciones de la actividad humana,
fijando su punto de partida en la etapa de la venganza privada que luego iría
evolucionado, a la par que lo haría el concepto de Estado, hacia la etapa del
resarcimiento del daño.

Así pues, es lógico pensar que, siendo la figura de la responsabilidad civil tan antigua
como el Derecho mismo, mantenga un halo cautivador, una invitación permanente a
estudiar sus distintos matices, sus distintas formas de 4 presentarse ante nosotros. Y
dentro de este amplio campo de acción encontramos que la figura de la responsabilidad
precontractual, la cual será objeto central de nuestro estudio, si bien ha sido analizada
por la doctrina, no ha sido adecuadamente valorada por nuestra regulación civil, la que
le ha dedicado poco espacio y esfuerzo.
2

MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I

Antecedentes internacionales

Zeno (2015), en su investigación titulada: “La responsabilidad civil


extracontractual de los empresarios: Especial referencia a España y Puerto Rico”,
para optar por el grado de doctor en derecho por la universidad Complutense de
Madrid, España, en su conclusión más relevante establece que:

“Por tal razón debido a estas tendencias en los enfoques de la


responsabilidad extracontractual que vienen ocurriendo en la mayoría de
los países del mundo es que en este trabajo presento una propuesta de
cambios a los artículos 1903 (4) español y 1803 puertorriqueño. Las
razones de la propuesta hacia la objetivación en ambos códigos las
expuse en el capítulo 4. En primer término, la protección de las víctimas
del daño estableciendo una presunción “iuris tantum” de culpa a los
empresarios por el riesgo creado. De esta manera, en estos casos se
protege a la parte menos solvente requiriendo una inversión de la carga
probatoria desplazando en el empresario la carga inicial de su diligencia
como buen padre de familia”

Minchala (2016), en su investigación “La responsabilidad civil


extracontractual y su reparación por daños y perjuicios dentro de la legislación
ecuatoriana”, para optar por el título de abogado por la Universidad de Cuenca,
Ecuador, en su conclusión más relevante expresa:

“En cuanto a la culpa, si bien quien demanda la reparación de la existencia


de un daño, compete a esta probar la existencia del daño, así como la
culpa de quien lo generó, pues sabemos que quien alega un hecho debe
probarlo, sin embargo, aplicando lo que manifiesta el fallo No 43 del 19
3

de marzo de 2003, quien debe probar que actuó con debida diligencia 18
es el demandado, pues resulta totalmente imposible que la víctima prueba
la culpabilidad o el mal obrar del autor de su perjuicio”

Irisarri (2000) en su investigación titulada “El daño antijurídico y la


responsabilidad extracontractual del estado colombiano”, para optar por el título de
abogado en derecho, por la Pontificia Universidad Javeriana, en una de sus
conclusiones más importantes arriba a lo siguiente:

“El concepto de daño antijurídico como fundamento único de la


responsabilidad patrimonial de la administración pública, es una
inseparable muestra de dicha función de resarcir, la cual tiene su
preocupación en el daño causado y la diligencia del sujeto que provoco el
daño”

Jiménez (2001), en su investigación titulada: “La Responsabilidad del Estado


por el hecho del Legislador”¸ para optar el título de Abogada de la Universidad
Javeriana, Colombia, en su conclusión nos expresa:

“La responsabilidad del Estado tal como ha sido concebida y según es


aplicada por el Consejo de Estado y los tribunales administrativos es una
responsabilidad civil, es decir, de contenido económico o patrimonial”

Antecedentes nacionales

Ponce (2016) en su investigación “Fundamentos para la exigencia de


responsabilidad civil extracontractual de las personas jurídicas, como consecuencia
de un daño moral”, para obtener el título profesional de abogada, por la Universidad
Antenor Orrego, Lima. En su conclusión más importante establece que:

“Se ha logrado determinar que los sujetos derecho (personas jurídicas)


ostentan funciones relacionados estrictamente en garantizar el
cumplimiento de sus funciones como empresa, el nombre, la imagen y el
posicionamiento en la sociedad”
4

Durand (2017). En su investigación titulada “La responsabilidad civil


extracontractual de los jueces en el distrito judicial de Huánuco, 2015 - 2016”, para
optar por el grado de abogada, por la Universidad de Huánuco, En conclusión, más
resaltante señala:

“La responsabilidad extracontractual es un instrumento de control para


los funcionarios públicos, basándose en los principios de eficacia y
eficiencia, económica procesal, transparencia en el ejercicio de la
función y licitud al servicio de la sociedad y el Estado. Por lo que la
responsabilidad extracontractual debe tener su objetivo en reparar el
daño.”

Romero & Quispe (2015). En su investigación titulada: “La responsabilidad por


hechos de terceros dependientes en la ciudad de Huancayo 2014”, para optar el grado
de Abogado de la Universidad Peruana del Centro, en su conclusión expone:

“El artículo 1325 del Código Civil establece que el sujeto pasivo de la
relación obligatoria responde por los “hechos” doloso o culposos de las
personas que emplea para el cumplimiento de la obligación, empero no
hace referencia explícita a las “omisiones” en que pueden incurrir dichos
terceros que colaboran o sustituyen al deudor en la ejecución de la
conducta debida, sin embargo, no debemos ceñirnos a una interpretación
literal y restrictiva del citado dispositivo legal”.

CAPITULO II

DERECHO, DERECHO CIVIL

CONCEPTO DERECHO
Se entiende por derecho dos cosas distintas, aunque estrechamente relacionadas:

Por un lado, el conjunto de normas y principios con los que una sociedad determinada
elige regir su vida social, para intentar alcanzar los ideales de justicia, orden y equidad,
y que el Poder público se encarga de imponer mediante el monopolio de la violencia.
5

Y, por otro lado, la ciencia social que se dedica al estudio, la interpretación y el


ordenamiento del anterior conjunto de normas y principios, en contacto con otras
disciplinas como la política, la economía, la sociología, la historia y la filosofía.

El término “derecho” proviene de los tiempos de la Edad Media y de la voz


latina directum, que se empleaba en ese entonces con un sentido moral o religioso. Se
refería a aquello que no se desviaba ni para un lado ni para el otro, es decir, aquello que
era considerado “recto”, “justo” y conforme a las normas del momento.

Su uso luego fue similar al de la voz ius, empleada en la Antigua Roma para referirse a
la ley y los asuntos legales. De esta última provienen términos como justicia (iustitia) o
justo (iustus).

Por eso, el estudio del derecho es también el estudio de la idea de justicia de una
sociedad y de su evolución en el tiempo. En el surgimiento de esta noción intervienen
no sólo la racionalidad humana y la voluntad de establecer un código común con el cual
regirse y garantizar la paz social, sino también componentes de índole cultural, o
sea, moral, religiosa, etc.

CONCEPTO DERECHO CIVIL


El derecho civil es una rama del derecho dedicada al estudio y la regulación de los
distintos aspectos de la vida civil de las personas, es decir, de sus derechos reales
(propiedad y posesión), obligaciones contractuales, relaciones familiares (matrimonio,
patria potestad, etc.), sucesión (herencia) y estado civil.

Se trata de un conjunto de normas jurídicas que regulan la vida patrimonial de las


personas, considerándolas en su singularidad e individualidad, y no como una
generalidad. Dichas relaciones patrimoniales pueden ser públicas o privadas, físicas o
jurídicas, y se encuentran siempre bajo la protección del ordenamiento jurídico del
Estado.
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El derecho civil puede ser considerado como una forma de derecho privado, dado que
regula las relaciones entre las personas, al margen de lo público. Por otro lado, puede
ser una forma de derecho común, dado que sirve como derecho supletorio (o sea, como
auxiliar) a otras ramas del derecho privado que regulan aspectos específicos de la vida
civil: el derecho mercantil, el derecho laboral, etc.

CAPITULO III

RESPONSABILIDAD CIVIL

RESPONSABILIDAD

Etimológicamente responsabilidad proviene del latín “Respondere” significa responder,


por eso responsabilidad es la habilidad de responder. Según Cabanellas de Torres G.
precisa que la responsabilidad “es la obligación de reparar y satisfacer por uno mismo, o
en ocasiones especiales, por otro, la perdida causada, el mal inferido o el daño
originado.” Estando a la definición que antecede, se entiende que la responsabilidad no
es otra cosa que la obligación de todo ser humano, quien después de haber realizado un
acto y como consecuencia de este ha originado un daño, debe asumir las consecuencias
que este genere, y asimismo este responder por el daño ocasionado pueden responder a
diferentes áreas o disciplinas. Así, tenemos a la responsabilidad moral, responsabilidad
jurídica, responsabilidad política, etc. Dentro de la responsabilidad jurídica encontramos
a la responsabilidad civil, responsabilidad administrativa, responsabilidad penal.

RESPONSABILIDAD CIVIL

El diccionario de la lengua española lo define como una deuda, obligación de reparar y


satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra
causa legal. Según Diez Picazo y Gullon precisa que “La responsabilidad significa la
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sujeción de una persona que vulnera un deber de conducta impuesto en interés de otro
sujeto a la obligación de reparar el daño producido.

En la doctrina italiana, se formula “responsabilidad civil” como la teoría del acto ilícito,
la teoría de daños, los aspectos relativos a los seguros, así como los vínculos con el
derecho de familia, de la propiedad, del contrato, del crédito; sin mencionar los temas
centrales de la teoría general del derecho hasta llegar a las técnicas de interpretación y la
creatividad de la jurisprudencia.

La responsabilidad civil “es la obligación de resarcir un daño injustamente causado a


otro”, no hay responsabilidad civil sin daño. El daño debe ser injusto, esto no quiere
decir que deba ser indefectiblemente producto de un acto ilícito ni que deba existir culpa
en la conducta del agente.

La obligación de indemnizar el daño causado puede tener su origen en un hecho propio


del responsable, o en razón de haber sido el menoscabo causado por el hecho de ciertas
personas por las que se deba responder, o por el hecho de las cosas de las que se es
propietario, dueño o guardián. El carácter injusto del daño determina que no sea la
víctima quien deba soportarlo; y justifica la pretensión resarcitoria frente al responsable.
La responsabilidad civil se ha redefinido, como una reacción contra el daño injusto.
Ante la imposibilidad de la eliminación del daño, el problema se presenta como una
transferencia de un sujeto (la víctima) a otro (el responsable).

En suma, la responsabilidad civil no es una forma de sancionar al culpable, sino de


trasladar las consecuencias dañosas a un sujeto distinto del que las sufrió, cuando existe
una razón que justifique tal desplazamiento. Para la responsabilidad civil basta el hecho,
el daño, el nexo causal entre hecho y el daño y en algunos casos la culpa se transmite
por activa y por pasiva y es transable y desistible por ser eminentemente patrimonial
según Ravé citado en (Ochoa,2018). La responsabilidad civil se va dar en función a una
reparación ante la vulneración de un daño que se ha ocasionado, es decir en la
obligación de indemnizar los daños y reparar los perjuicios causados a la víctima.
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Para que se pueda hablar de responsabilidad es preciso que concurran tres presupuestos:

A- Un acto u omisión ilícitos: se trata de una conducta voluntaria por parte del
sujeto que transgrede el mandato imperativo consagrado por la Ley: no dañar a
nadie. Puede consistir en una conducta positiva, llevar a cabo un
comportamiento, o bien omitir una actuación debida. No existe en el campo civil
un "catálogo" de tipificación de conductas como sucede en el Derecho Penal,
sino que se parte de ese parte de ese tipo ideal de conducta diligente que se
espera de un ciudadano medio. El Derecho consagra determinadas circunstancias
en las cuales se elimina el presupuesto de antijuridicidad que eximen al autor del
acto: la legítima defensa, el estado de necesidad y el ejercicio del propio
derecho, cuando este no se haga de una forma abusiva.

B- El daño: supone una perdida o lesión que sufre un sujeto como consecuencia de
el acto lesivo. Como veremos posteriormente, consiste en un menoscabo de
diversa índole que afecta a bienes personales o patrimoniales del sujeto.

C- El nexo causal: entre el daño y la acción debe haber un vínculo de causalidad en


la medida en que esta ha sido la causa que origina la lesión o menoscabo. A
veces hay varias causas que concurren a la producción del daño y en otros casos
hay que discernir cual de ellas es la que lo ha ocasionado. En este tema existen
dos posiciones: una teoría de la "equivalencia" según la cual se considera causa
del daño toda acción que contribuye al resultado lesivo de suerte que, sin ella, no
se habría producido. La teoría de "causalidad adecuada" defiende que el vínculo
entre ambos ha de ser suficiente y adecuado de manera que la causa sea apta
para producir aquél daño que se le atribuye.

D- La culpa: supone una mayor o menor consciencia de inobservancia del deber de


actuar con la diligencia exigible adecuada al caso. Se habla de dolo cuando el
sujeto prevé la posibilidad de producir el daño y tiene intención de causarlo. Hay
culpa cuando se omite la diligencia debida y se produce un daño no querido pero
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previsible. Toda vez que concurren estos elementos surge la obligación de


reparar el daño ya sea específicamente, la misma cosa o bien dañado, o por su
valor económico. Para ello se atiende al acuerdo de las partes o al criterio de los
Tribunales, pero sin entrar a valorar el grado de culpabilidad del sujeto, pues hoy
se ha producido la objetivación de este fenómeno. Veamos a continuación,
siquiera brevemente, los tipos de responsabilidad civil que serían aplicables al
objeto de nuestro estudio.

Antecedentes Históricos

A tenor de la realidad actual evolucionó la idea de quién debe asumir las consecuencias
lesivas. Se abandonó el antiguo axioma de que no existe responsabilidad sin culpa y se
adoptó un nuevo principio: no hay responsabilidad sin daño. La razón de esta no se
funda en el acto ilícito, sino en el hecho lesivo.

Durante siglos no se le dio importancia a la obligación de reparar los daños ocasionados


ya que este tema era de poca aplicación práctica y de escaso interés jurídico. Es a partir
del siglo XX cuando empiezan a producirse más casos que generan la denominada
responsabilidad civil. Actualmente, abundan los reclamos por daños o perjuicios, pues,
en estos tiempos estamos tan cerca los unos de los otros que deviene difícil actuar sin
correr el riesgo de causar daño a alguien. Se manifiesta también cierto contagio
emocional, ocasionado por la amplia difusión que los medios de comunicación masiva
dan a los procesos judiciales de responsabilidad; información que despierta en los
demás la idea de demandar por lesiones.

La evolución jurídica de la indemnización fluye por la acción legislativa y la


jurisprudencia. Pero ha sido, sobre todo, a través de las decisiones judiciales que se ha
incrementado la lista de daños resarcibles. Es decir, los tribunales añaden aspectos
constitutivos de perjuicios que, en el pasado, eran inadmisibles; especialmente, los no
patrimoniales. La responsabilidad civil — o su nombre más moderno: el Derecho de
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daños— se manifiesta como una de las áreas más vivas y ricas del estudio jurídico,
caracterizada por una metamorfosis trascendente de sus principios tradicionales.

Se procura la prevención de los comportamientos antisociales, así como la protección


del patrimonio y la integridad personal, en vez del castigo, como se concebía desde sus
orígenes.

El desarrollo histórico de la responsabilidad civil a lo largo de las siguientes etapas:

a. EN LA ÉPOCA ANTIGUA Según el tratadista Alpa Guido D manifiesta que “en las
primeras agrupaciones de humanos, la venganza privada era una forma de resarcir los
daños causados hacia otro ser humano, es decir no existía ningún deber indemnizatorio
a que estaba obligado el que ocasionará un daño, más bien estaba expuesto a la
venganza y esta era muy personal evidenciándose de esta manera la no inmersión de la
sociedad en este tipo de conflictos; es decir infligir dolor al causante del daño en la
misma medida que este causo el daño. Precisamente, a modo de ejemplo tenemos la ley
de Talión aplicada en el antiguo derecho hebreo.

En tal contexto, según Rey Castro “la Edad Antigua se separaría en dos etapas
importantes

▪ Época de la venganza privada: en principio existía un derecho reconocido a la


víctima el cual era conocido como la venganza privada, y es en ejercicio de este derecho
que cada individuo podía verse resarcido el daño que alguien le causaré, sin que en este
ejercicio se vea respaldada por la sociedad, pero se vea aceptada por la misma. En su
momento esta forma de resarcir el daño ocasionado se realizaba de forma
desproporcionada alimentando de esta manera posteriores venganzas privadas, que
llegaban a victimizar familias enteras; posteriormente a ello evolucionó la venganza
privada que siguió imperando pero en su forma más restringida, lo que se vio
materializado en el código Hamurabi, es en este código que en resumidas cuentas se
manifestaba en hacer sufrir a la persona que ocasionó el daño, las mismas aflicciones
que esta hubiere sufrido, ojo por ojo, diente por diente, vida por vida, etc.; pero muy por
el contrario este estado natural de las cosas en vez de limitar la venganza privada, no
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cumplió su finalidad; tanto fue así que, el principio de la autoridad respaldado por la
sociedad intervino, para evitar desórdenes en estas venganzas privadas y parar de una
vez este desorden social en que se había envuelto la sociedad; por lo que se obligó a la
víctima de un daño que esta aceptará una tarifa fijada por la autoridad como
compensación del daño sufrido y esta podía ser en dinero o especie, la única finalidad
era que la víctima evitara ejercer la venganza privada; más tarde desaparecería a
venganza privada monopolizándose por la autoridad, entendiéndose como venganza
organizada por un grupo humano.

La venganza privada ha ido evolucionando a través de los albores de la humanidad,


haciendo que esta no se torne en una amenaza para con su permanencia de la sociedad
en la faz de la tierra, tanto así con la aparición del estado, se entiende que quien
provocare un daño habría cometido un delito y esta fue legislada por primera vez en el
Derecho Romano.

b. ÉPOCA DEL DERECHO ROMANO Según Rey de Castro A. indica “cabe


destacar que un hecho histórico en el derecho romano es la dación de la ley de las XII
tablas, la misma que marca el tránsito entre la composición del daño facultativo y la
composición del daño obligatorio, la misma que se materializo en que al que genero el
daño se le obligaba a pagar una reparación a la víctima y al mismo tiempo debía pagar
una pena privada.” Alpa Guido señala “en el derecho romano el término de
“responsabilidad “no fue utilizado. Por lo que para hallar su significado y origen se
tiene que estudiar el vocablo “responsabilidad”, que etimológicamente deriva del verbo
“spondere”, que se entiende como ligarse como deudor, comprometerse, responder,
prometer. Es así que cuando la promesa era incumplida o la deuda no era pagada nacía
la noción de una relación jurídica existente y que debía ser resarcido”.

c. ÉPOCA DE LA EDAD MEDIA Según rey de Castro A cuando cayó el Imperio


Romano, el derecho en el desarrollado desaparece y es reemplazado por las leyes de los
pueblos invasores, que por historia se conoce que volvió a primar la venganza privada,
la cual al ser aplicada se materializó en guerras punitivas, atentados por la vocación de
la guerra, raptos etc, debido a que las tribus invasoras eran violentos; entonces cuando
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hablamos de la responsabilidad civil en esa época se habla del Decreto de Graciano


donde se habla que la capacidad de querer y entender exalta la voluntad libre de
conciencia de hecho ilícito.

d. ÉPOCA DEL CÓDIGO CIVIL FRANCÉS Según Rey de Castro A. “ En el


Código Civil Francés se reiteran lo expuesto por Domat como principio General de
Responsabilidad Civil, los mismos que están en el capítulo de los cuasi delitos y los
delitos dese los Art. 1382 hasta 1386; donde se precisa que la culpa es el presupuesto de
la responsabilidad tales como: la culpa por imprudencia o negligencia (art. 1383°); la
culpa intencional que denominan hecho (art. 1382°) tanto así, que la los redactaron el
Código Napoleónico, ya que se refiere a un análisis de cómo se comporta un individuo y
también porque como criterio general de responsabilidad civil es la culpa.”

e. ÉPOCA DE LA ESCUELA PANDECTISTA Según Rey de Castro A. dice


“Savigny, precisa que es conocido como delito al hecho de que una persona viole un
derecho, ya sea ejerciendo una acto sin observar la diligencia debida en cada acto
jurídico (culpa) o cuando se ejerce un acto con la intención de vulnerar el derecho
(dolo); así, cuando se habla de Injuria, refiere que solo se hace referencia cuando
alguien lesiona el honor de otro; donde no se menciona normas de contenido general;
sino hace referencia a las fuentes romanas.”

Evolución de la regulación normativa de la responsabilidad civil en el Perú

a. CÓDIGO CIVIL DE 1852: El legislador peruano en el código civil peruano de


1852, se vio influenciado por el código civil francés de 1804, y abordó la
responsabilidad civil de la siguiente manera:
▪ Responsabilidad civil contractual, ha sido acogida en el libro tercero; que lleva
por título de las obligaciones y los contratos, sección primera, titulo cuarto, de
los efectos de los contratos.
▪ Responsabilidad civil extracontractual, también ha sido acogido en la sección
séptima, que lleva por título “de las obligaciones que nacen de los delitos o cuasi
delitos”.
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b. CÓDIGO CIVIL DE 1936. Nuestros legisladores de aquel entonces en nuestro


código sustantivo de 1936, abordaron la responsabilidad civil de la siguiente
manera.
▪ Responsabilidad civil extracontractual, regulado al interior del libro quinto,
que lleva por rotulo “del derecho de las obligaciones”, esto se encuentra en la
primera sección, de los actos jurídicos. Y en el Titulo IX, con el rotulo de los
actos ilícitos. ▪ Responsabilidad civil contractual, ha sido redactado tratado al
interior del libro quinto, rotulado “del derecho de las obligaciones, y en el título
IX, rotulado de la inejecución de las obligaciones. En esta línea, según Rey de
castro A. Refiere que “ cuando se lee la exposición de motivos del quinto libro
de este cuerpo legal sustantivo, indica que el principio de responsabilidad civil
es general y se produce responsabilidad por cualquier hecho que como
consecuencia cause daño y que para que exista un vínculo de causalidad entre el
daño y este hecho, es importante resaltar que estos actos no deben estar dirigidas
para evitar un peligro inminente de deterioro o destrucción de las cosas o que no
se haya realizado en el ejercicio de la legítima defensa y que esas acciones no se
hayan realizado en el ejercicio regular de un derecho.”
c. CÓDIGO CIVIL DE 1984. Los legisladores que estuvieron a cargo de la
redacción de este cuerpo legal Adjetivo de 1984, han ubicado a la
responsabilidad civil de la siguiente manera:
▪ Responsabilidad Civil Contractual, ha sido regulado en la segunda sección del
sexto libro, bajo la denominación de “las obligaciones”, más específicamente en
el Primer Capítulo del Título IX del Sexto Libro del citado código, en cuyo
artículo 1321º prescribe de la siguiente manera: “queda sujeto a la
indemnización de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo,
culpa inexcusable o culpa leve. El resarcimiento por la inejecución de la
obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, comprende tanto
el daño emergente como el lucro cesante, en cuanto sean consecuencia inmediata
y directa de tal inejecución. Si la inejecución o el cumplimiento parcial, tardío o
defectuoso de la obligación, obedecieran a culpa leve, el resarcimiento se limita
al daño que podía preverse al tiempo en que ella fue contraída.”
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▪ Responsabilidad civil extracontractual, tratado en la sexta sección del libro VII,


en cuyo artículo 1669º del citado cuerpo legal sustantivo prescribe de la
siguiente manera: ”aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro, está
obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de dolo o culpa corresponde al
autor.” Y en su artículo 1970º dispone: “aquel que mediante un bien riesgoso o
peligroso causa un daño a otro, está obligado a repararlo.”.

REQUISITOS O ELEMENTOS GENERALES DE LA RESPONSABILIDAD


CIVIL

Para analizar los requisitos o elementos de la responsabilidad civil, se debe previamente


recordar que la concepción de ésta, apunta a la obligación de responder ante la justicia
por un daño y de reparar sus consecuencias indemnizando a la víctima. Su objetivo
principal es la reparación, que consiste en restablecer el equilibrio que había sido roto
por el autor del daño, entre su patrimonio y el de la víctima; presenta también un
aspecto preventivo (que conduce a los ciudadanos a actuar con prudencia, a fin de evitar
el compromiso de su responsabilidad).

a) La Antijuricidad

La antijuricidad es considerada uno de los requisitos fundamentales de la


responsabilidad civil en general, sea esta contractual o extracontractual, por cuanto
se entiende que sólo nace la obligación legal de indemnizar cuando se causa daño a
otro u otros mediante un comportamiento o conducta que no es amparada por el
Derecho, ya que contraviene a una norma imperativa, los principios que conforman
el orden público o las reglas de convivencia social que constituyen las buenas
costumbres. Evidentemente, si se causa un daño mediante una conducta, existiendo
la relación de causalidad adecuada y los factores de atribución correspondientes, no
habrá responsabilidad, vale decir, el autor no será responsable si la conducta
realizada se efectuó dentro de los límites de lo permitido por el Derecho, esto es
dentro de los límites de lo lícito.
15

Esto significa, en consecuencia, que no existe responsabilidad civil en los casos de


daños causados en el ejercicio regular de un derecho, por cuanto se trataría de daños
causados dentro del ámbito de lo permitido por el sistema jurídico, es decir,
supuestos de daños autorizados o justificados por el ordenamiento jurídico, lo que
quiere decir que siempre es necesaria una conducta que sea ilícita, antijurídica o
ilegítima, para poder dar nacimiento a la obligación legal de indemnizar y por ende
a un supuesto de responsabilidad civil extracontractual o contractual. Resulta
inimaginable plantear un problema de responsabilidad civil sin hacer referencia al
concepto de la antijuricidad, cualquiera que sea la denominación que se le dé al
mismo. Podría señalarse inclusive que, por tratarse de un concepto tan evidente,
sería necesaria cualquier referencia al mismo. En este sentido la antijuridicidad es
un aspecto fundamental de la estructura de los hechos jurídicos ilícitos que originan
una responsabilidad civil. Más aún se podría decir que la antijuridicidad es
precisamente lo que caracteriza esta clase de hechos jurídicos.

Resulta claro que no se puede negar la necesidad y la importancia de la


antijuridicidad en la estructura de los hechos jurídicos voluntarios ilícitos, así como
nadie niega la importancia de la licitud en la estructura de los hechos jurídicos
voluntarios que constituyen los actos jurídicos, definidos por el Código Civil
Peruano en su artículo 140 como las manifestaciones de voluntad destinadas a crear,
modificar, regular o extinguir relaciones jurídicas. Sin embargo, el problema de la
necesidad de este requisito fundamental y evidente para la estructura de los hechos
jurídicos ilícitos que originan una responsabilidad civil se plantea en nuestro
ordenamiento jurídico, desde el momento mismo que los artículos 1969 y 1970,que
hacen referencia directa a los hechos ilícitos, no se mencionan de modo alguno que
deba tratarse de un daño consecuencia de una conducta ilícita o antijurídica,
limitándose a disponer ambas normas que cuando se cause un daño a otro por dolo o
culpa, mediante una actividad riesgosa o peligrosa, respectivamente, existirá para el
autor la obligación de indemnizar a la víctima.
16

b) El Daño

La palabra daño proviene del latín demere que significa menguar, que es entendido
como el detrimento o menoscabo a un interés jurídicamente tutelado por el
ordenamiento jurídico (que en un primer momento corresponde al interés jurídico
general de no verse dañado por la conducta de otro sujeto), tomándose luego en un
interés específico de la víctima. Un aspecto fundamental de la estructura de los
hechos jurídicos no lícitos que originan responsabilidad civil sin lugar a dudas es el
aspecto objetivo del daño causado, pues solamente cuando se ha causado un daño se
configura jurídicamente un supuesto de responsabilidad civil, produciéndose como
efecto jurídico el nacimiento de la obligación legal de indemnizar, bien se trate del
ámbito contractual o extracontractual, ya que en caso contrario no existirá ningún
sustento para el nacimiento de la obligación legal de indemnizar, bien se trate del
ámbito contractual o extracontractual, ya que en caso contrario no existirá ningún
sustento para el nacimiento de dicha obligación legal de indemnizar. Como es
evidente, en el caso de la responsabilidad civil extracontractual el daño debe ser
consecuencia del incumplimiento del deber jurídico genérico de no causar daño a
otro, mientras que en el campo contractual el mismo deberá ser consecuencia del
incumplimiento de una obligación previamente pactada entre las partes. Sin
embargo, en ambos casos el aspecto fundamental es la responsabilidad civil es que
se haya causado un daño, que deberá ser indemnizado. De no haber daño no se
configura un supuesto de hecho jurídico ilícito, contractual o extracontractual y por
ende no se configura un supuesto de responsabilidad civil, por más que exista una
conducta antijurídica o ilícita.

El daño (material, corporal o moral) significa la lesión sufrida, que es considerada:


un hecho bruto que se aprecia en el sustrato u objeto sobre el cual recae esta lesión
(de los bienes, de los cuerpos, de los sentimientos). Se distingue del perjuicio cuyo
concepto jurídico es el efecto o la continuación del daño: un atentado a la integridad
física, es decir un daño corporal, puede así engendrar un perjuicio patrimonial (por
ejemplo, la pérdida del salario, gastos médicos) y un perjuicio extramatrimonial
(sufrimiento moral entre otras). En responsabilidad no hay acción sin perjuicio; por
17

el contrario puede haber una acción preventiva para evitar su nacimiento. En este
sentido, el perjuicio constituye el fundamento de toda responsabilidad. El Perjuicio
debe ser probado por el demandante.

La doctrina, clasifica el daño de la siguiente manera:

a. Daño patrimonial: Consiste en la lesión de derechos de naturaleza económica, que


debe ser reparada, este a su vez, se clasifica en: lucro cesante (es la pérdida que
sobreviene en el patrimonio del sujeto afectado por el incumplimiento de un
contrato) y daño emergente (se manifiesta por el no incremento en el patrimonio del
dañado).

b. Daño extrapatrimonial: Es el que lesiona a la persona en sí misma, estimada como


un valor espiritual, psicológico, inmaterial. Dentro de éste se encuentra el daño
moral, definido como el ansia, la angustia, los sufrimientos físicos o psíquicos
padecidos por la víctima, que tiene el carácter de efímeros y no duraderos. El
incumplimiento de un contrato no origina necesariamente el derecho a una
indemnización tiene que existir un daño. Es de precisar que doctrina, según hemos
mencionado, se considera para los efectos de la reparación:

▪ Daño emergente; que es el detrimento, menoscabo o destrucción material de


bienes, con independencia de los efectos patrimoniales o de otra índole que el mal
origine. El daño emergente, la pérdida de sobrevenida al acreedor por culpa u obra
del deudor, al no cumplir la obligación, se traduce en una disminución de su
patrimonio.

▪ El lucro cesante; que se configura principalmente, por la privación de aumento


patrimonial por la supresión de la ganancia esperable, y se encuentra previsto como
tal en los siguientes ordenamientos legales:

▪ Daño moral; consistente en el dolor, la angustia, la aflicción física o espiritual, y


en general, los padecimientos infligidos a la víctima por el suceso dañoso, es
considerado también como una modificación del espíritu en el desenvolvimiento de
18

su capacidad de entender, querer o sentir, que se traduce en un modo de estar de la


persona diferente de aquél en que se hallaba antes del hecho, como consecuencia de
éste y anímicamente perjudicial, y radica en las consecuencias o repercusiones
anímicas o espirituales.

Nuestro Código Civil en el artículo 1969º, señala: “Aquel que por dolo o culpa
causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de dolo o
culpa corresponde a su autor”.

c) La Relación Causal

Además de los requisitos antes mencionados de la responsabilidad civil como son la


conducta antijurídica y el daño causado, es necesario un tercer requisito de orden
fundamental denominado “relación de causalidad” ,que se entiende en el sentido que
debe existir una relación causa – efecto, es decir, de antecedente-consecuencia entre la
conducta antijurídica del autor y el daño causado a la víctima, pues de lo contrario no
existirá responsabilidad civil extracontractual y no nacerá la obligación legal de
indemnizar . Esto significa que el daño causado debe ser consecuencia de la conducta
antijurídica del autor para que se configure un supuesto de responsabilidad civil
extracontractual. Sucediendo lo mismo en el campo de la responsabilidad civil
contractual, ya que el daño causado al acreedor debe ser consecuencia inmediata y
directa del incumplimiento absoluto o relativo de la prestación debida por parte del
deudor. La relación de causalidad es pues un requisito general de la responsabilidad
civil, tanto en el ámbito contractual como extracontractual.

La diferencia reside en que mientras en el campo extracontractual la relación de


causalidad debe entenderse según el criterio de la causa adecuada, en el ámbito
contractual la misma deberá entenderse bajo la óptica de la causa inmediata y directa.
Pues bien habiendo establecido la necesidad de este tercer requisito de la
responsabilidad civil, corresponde ahora determinar el sentido de la noción de causa
adecuada empleada por el Código civil peruano en su artículo 1985°. Es importante el
concepto para poder entender el significado de la relación causal en el campo de la
responsabilidad civil extracontractual.
19

TIPOS DE RESPONSABILIDAD CIVIL

También denominados sistemas o clases de responsabilidad civil, en la doctrina


tradicional, y son dos: contractual y extracontractual. Nuestro sistema civil ha
delimitado muy claramente estos tipos de responsabilidad civil, la primera que es
contractual se encuentra en el Libro de Obligaciones, bajo el título de inejecución de
obligaciones y la responsabilidad extracontractual encontramos en Fuentes de las
Obligaciones bajo el título expreso de responsabilidad extracontractual.

a. Responsabilidad Civil Contractual

Los comportamientos que causan daños pueden presentar dos aspectos: uno, que el
deber de indemnizar surge de otro deber, el deber de cumplir que se ha infringido,
ya que supone una obligación concreta, preexistente, formada por la convención de
las partes y que resulta violada por una de ellas; por lo que, la culpa contractual es
un efecto de la obligación, el carácter contractual de la responsabilidad no está dado
por la naturaleza de la obligación ejecutada, sino por ser la consecuencia del
incumplimiento de un acuerdo de voluntades generadoras de consecuencias
jurídicas. Cuando el daño es consecuencia del incumplimiento de una obligación
voluntaria, se habla en términos doctrinarios de responsabilidad civil contractual, y
dentro de la terminología del Código Civil Peruano, de responsabilidad derivada de
la inejecución de obligaciones.

b. Responsabilidad Extracontractual

En este caso, la obligación de indemnizar surge porque una persona causa un daño
al infringir las normas generales de respeto a los demás, pero al margen de toda
relación jurídica previa entre el causante y la víctima. Se puede hablar propiamente
de la responsabilidad extracontractual como una institución sistematizada y objeto
de un estudio propio a partir del primer Código Civil peruano que entra en vigencia
en 1852. Este Código peruano lo coloca dentro de la sección que se refiere a las
obligaciones que nacen del consentimiento presunto, como si la indemnización por
20

daños y perjuicios surgiera de una suerte de consentimiento tácito del causante para
pagar por los daños que ocasione.

TEORIA CLASICA MODERNA DE RIESGO DE LA DISTRIBUCION


SOCIAL DE RIESGO

Es probablemente debido a esas diferencias de perspectiva que la responsabilidad


extracontractual tradicional s6lo se preocupa del caso concreto y se limita a una
estrecha concepción judicial del daño. En cambio, la responsabilidad
extracontractual moderna, tomando consciencia de la naturaleza social del
problema, amplía el campo del Derecho Civil y no vacila en recurrir además a otras
áreas jurídicas para, entre todas, intentar administrar el riesgo, domesticarlo,
calcularlo socialmente y establecer también socialmente los mecanismos de
prevención (básicamente por la vía administrativa y por la vía penal y, en forma
menor, por la vía civil) y de reparación (a través del Derecho Civil y de los medios
del mercado: seguros, precios, etc.).

La doctrina y la experiencia peruanas en materia de difusión social del riesgo. Esta


teoría de la difusión social del riesgo no es absolutamente nueva en el Perú. Existen
autores que han hablado de ella y existen también casos de aplicación práctica; sólo
que ello ha pasado de alguna manera desapercibido.

Entre los codificadores de 1936, el inteligente jurista Manuel Augusto OLAECHEA,


con esa capacidad visionaria que caracteriza a los grandes espíritus, sostuvo ya en
esa época: "La noción eminentemente moral de la falta es hoy la única medida legal
de la responsabilidad civil delictual en el Perú. Y bien, yo estimo que esta medida
jurídica es de suyo insuficiente para resolver una multitud de cuestiones que la vida
moderna suscita"; y, por ello, propone la adición dentro del orden jurídico peruano
del principio de "la repartición de los riesgos".
21

Es indudable que OLAECHEA -jurista cultísimo- había leído a los autores más
recientes y había encontrado interesante esta nueva conceptualización de la
responsabilidad extracontractual, libre de la orientación vengativa de la noción de
culpa y más adaptada a las necesidades de la moderna sociedad de mercado que
aspira a internalizar y contabilizar más rigurosamente sus costos de producción y a
desarrollar más eficazmente la gestión empresarial. Aun cuando la idea que se hace
OLAECHEA de esta repartición de los riesgos aparece todavía muy teñida por la
responsabilidad objetiva, no cabe duda de que se trataba de un buen comienzo. Sin
embargo, los años treinta en el Perú constituían todavía un horizonte muy temprano
para hablar de estas sofisticadas soluciones de las modernas sociedades industriales.
Por ese motivo, el articulado del Código Civil de 1936 no reflejó estas nuevas
tendencias que posiblemente el doctor OLAECHEA conocía y apreciaba en todo su
valor.

Pero el Perú ha hecho precozmente una experiencia concreta con el principio de la


repartición social de los riesgos en el campo de los accidentes del trabajo. En vez de
dejar estos daños librados a los avatares de la interpretación de la culpa (con
inversión o sin inversión de la carga de la prueba), instituyó un sistema de seguro
obligatorio en virtud del cual toda víctima era reparada sin que se requiera
indagación alguna sobre la existencia de un presunto culpable. Este seguro -que
actualmente ha pasado a formar parte de la seguridad social, pero que inicialmente
era contratado con las Compañías privadas de seguros- no está basado en la idea de
que hay un culpable contra el cual el seguro puede repetir; simplemente se trata de
una organización colectiva del riesgo, en la que los pagos realizados por concepto de
indemnización se diluyen entre el total de las primas que pagan los asegurados,
fijándose el monto de tales primas en una cantidad que resulta de aplicar un
coeficiente estadístico de riesgo al costo promedio de la reparación del accidente de
trabajo.

Este sistema es beneficioso para el trabajador, quien siempre tiene derecho a una
indemnización aún cuando el empleador pudiera probar ausencia de culpa; y es
beneficioso para el empleador porque sabe que su riesgo por accidentes de trabajo
22

de sus trabajadores se ha convertido en un costo fijo (la prima) que se incorpora al


precio de sus productos como cualquier otro costo. Los juristas civilistas no
percibieron esta evoluci6n de la responsabilidad extracontractual como un evento
teórico novedoso en el seno del Derecho Civil sino más bien como una mutilaci6n -
que aceptaron sumisamente- del campo civil.

En vez de intentar reconceptualizar la responsabilidad extracontractual para acoger


estas nuevas formas interesantes de reparar daños, simplemente abandonaron el
terreno considerando que había sido capturado irremisiblemente por el Derecho
Laboral (que para el civilista clásico está más cerca del Derecho Público que el
Derecho Privado) y/o por el Derecho Administrativo. En esta forma, una de las más
importantes áreas de la responsabilidad extracontractual quedó fuera del Código
Civil, consolándose los juristas civilistas por el hecho de que "la legislación especial
sobre accidentes de trabajo deja subsistente la doctrina del derecho común que se
refiere a la obligación de indemnizar en los casos de culpa o de negligencia". Uno
de los propósitos de la moderna teoría de la distribución social de los daños es
recuperar para el Derecho Civil estas "áreas extrañadas" y sentar principios en el
Código que puedan ser válidos para toda reparación de daños, cualquiera que sea el
modo de reparación que se adopte; sin perjuicio de que se promulguen cuerpos
normativos particulares que reglamenten esos principios civiles para que sean
aplicados a los distintos tipos de riesgos (por ejemplo, la ley de accidentes del
trabajo, la ley de seguro obligatorio de automóviles, etc.).

¿Quién responde por los daños causados accidentalmente?

En nuestro país, por ejemplo, en lo que va del presente año, no ha pasado un día sin
que los noticiarios no dieran cuenta de fatales accidentes (en su mayoría de
tránsito). Los resultados: muertos, lesionados, huérfanos, viudas. Daños, más daños.
Gente desamparada.

Los daños causados por los accidentes, son el precio que la sociedad debe pagar por
utilizar la velocidad y los bienes y actividades riesgosas en la mejora de sus
condiciones de existencia. Pero, obviamente, dicho pago no debe limitarse al plano
23

moral, dejando en las víctimas la asunción del costo económico (costo real). Es
decir, si la sociedad se beneficia del peligro, debe asumir su costo económico. Esto
es lo lógico.

Sucede, sin embargo, en nuestro país, que en la mayoría de casos, las víctimas de
accidentes (de tránsito, en particular), no son socorridas por la sociedad, ni son
amparadas por la Justicia. Es frecuente ver, en los procesos judiciales, que la vida se
compensa con cuatrocientos o quinientos Nuevos Soles; que una lesión grave, con
invalidez permanente, se repara con una indemnización de mil o mil quinientos
Nuevos Soles. Esto sucede, de manera más generalizada, en los procesos penales.

Ante este hecho, resulta conveniente el estudio y actualización de los sistemas


mediante los cuales el Derecho pretende superar esta problemática que, a la sazón,
es cada día más difícil de afrontar. A eso se dedica, precisamente, la Doctrina de
la Responsabilidad Extracontractual. En cuyos ámbitos podemos revisar los
sistemas siguientes:

1. EL PRINCIPIO DE CULPA

Responsabilidad subjetiva o culpa moral. El peso económico del daño se traslada a


su autor siempre que haya obrado dolosamente o con imprudencia o negligencia. La
culpa es analizada desde un punto de vista moral; y, además, deber ser probada por
el demandante. También se le denomina culpa in concreto, por ser analizada desde
las posibilidades personales del autor.

El Dr. Manuel A. Olaechea, ponente del Código Civil de 1936, sostenía que este
principio realiza una confusión entre los puntos de vista penal y civil, y es
verdaderamente arcaico en una época como la actual en que el problema de la
responsabilidad no puede ser una simple cuestión de conciencia sino también de
orden económico. Fernando de Trazegnies, por su parte, manifiesta: “se es culpable
subjetivamente cuando no se han adoptado las medidas que estaban al alcance del
sujeto para evitar el daño”
24

2. CULPA OBJETIVA

Respecto del principio anterior éste implica un significativo avance. El Dr. Eduardo
Zuleta Ángel, postulaba que hay culpa cuando confrontada la conducta del
demandado con la del tipo abstracto de hombre prudente y diligente resulta aquélla
inferior a ésta. En el marco de este principio, como lo evidencia el jurista citado, se
crea una conducta tipo, de un hombre prudente y razonable, abstracto, que sirve de
modelo para determinar la culpa del agente, analizándose antes que las posibilidades
del individuo su comportamiento. Se crea, como expresa Trazegnies, una conducta
estándar; quien no se sujeta a ésta, comete culpa, aun cuando atendiendo a sus
posibilidades no se le hubiera podido exigir más.

Este principio, sin embargo, también es deficiente, pues no supera las dificultades
que significan, en nuestro tiempo, identificar al autor de un accidente e, identificado,
probar que actuó con culpa.

3. OBJETIVACIÓN DE LA CULPA

Este criterio rector, manteniendo el de responsabilidad por culpa, sienta las bases de
la responsabilidad objetiva, al instaurar la presunción de culpa, con la consiguiente
inversión de la carga de la prueba. De este modo, el demandante sólo acreditará el
daño que ha sufrido y el hecho que lo produjo, presumiéndose la responsabilidad del
autor, quien para excusarse deberá probar la ausencia de culpa.

Este criterio ha sido recogido por el legislador peruano en el Código Civil de 1984,
el cual, en su artículo 1969, establece que quien por dolo o culpa causa un daño a
otro está obligado a indemnizarlo; y que el descargo del dolo o culpa corresponde al
autor. Es preciso anotar que la presunción no alcanza al dolo; el dolo no se presume.
Pesa más en este caso la presunción de inocencia.
25

Por tanto, cuando se trata de dolo, no hay inversión de la carga de la prueba.


Trazegnies sostiene, al respecto, que la culpa referida en el citado numeral del
Código Civil es la culpa objetiva, a la cual denomina también jurídica o culpa in
abstracto y consiste en el establecimiento de una conducta estándar (lo que haría el
hombre razonable). Este hombre prudente y razonable, empero, está ubicado
histórica, cultural y circunstancialmente... “es una construcción mental, pero se llega
a ella a partir de una realidad circunstanciada”

4. RESPONSABILIDAD OBJETIVA

Comparado con los anteriores, este es un principio superior, en la perspectiva


resarcitoria de la doctrina de la Responsabilidad Extracontractual. Demostrado el
daño y el hecho que lo produjo, el autor está obligado a repararlo. No se discute la
culpa. Y se presume la causalidad. Este principio se funda en la teoría del riesgo
creado. Según esta teoría quien se beneficia con el riesgo asume sus consecuencias.
Se sustenta, asimismo, en la consideración de que la vida convivencial crea la
obligación general de no dañar, de conducirse en la vida con prudencia y diligencia,
y quien, sobre estos presupuestos, crea riesgo, porque se beneficia de él está
obligado a repararlo.

También este principio tiene sus límites. Se pueden resumir en: a) impone una culpa
irrefutable sobre el causante; lo que es contradictorio y hasta inmoral; b) no permite
probar la no-responsabilidad; c) parodógicamente, partiendo del criterio de que
quien se beneficia del riesgo asume sus consecuencias, puede impedir la reparación
civil que se encuentra también en el marco del riesgo.

El principio del riesgo creado ha sido asimilado por nuestro Código Civil en su
numeral 1970. Y sobre el respecto, se presenta un problema par la doctrina y la
jurisprudencia, de determinar cuáles son los bienes y actividades riesgosas o
peligrosos.
26

TEORÍAS CONTEMPORÁNEAS

Como se ha resaltado, los principios reseñados no satisfacen plenamente las


pretensiones sociales del Derecho, lo que ha dado lugar a que se ensayen nuevas
teorías. Surge el criterio según el cual como la sociedad toda se beneficia de los
riesgos que representan los adelantos científicos y tecnológicos, así mismo debe
responder por los daños que su utilización cause.

En este sentido, se tiene a la teoría de la distribución social del riesgo. En los


accidentes rutinarios (que excluyen el dolo y la culpa), se trata de reparar a la
víctima y diluir en el todo social el impacto económico del daño para que nadie lo
sufra en particular. Esta difusión se logra mediante el sistema de precios y el de
seguros. En el primero, el creador del riesgo calcula estadísticamente lo probables
accidentes rutinarios de su bien o actividad (se excluyen el dolo y la culpa) y a
través del sistema de precios, diluye el costo de aquellos en la sociedad. El creador
del riesgo se convierte así en canal para difundir el peso económico del daño. Luego
se lo “responsabiliza” a él, de modo irrefutable. En el sistema de seguros, se difunde
la carga económica del daño a través del seguro obligatorio.

CASOS PRACTICOS
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CONCLUSIONES

La responsabilidad civil consiste en la obligación que tiene una perso- na de resarcir los
daños y perjuicios causados a otra persona, por una con- ducta contraria al derecho, a
las buenas costumbres, o por un riesgo crea- do.

La responsabilidad civil se ha redefinido, entonces, como una reacción contra el daño


injusto. La responsabilidad civil no es una forma de sancionar al culpable, sino de
trasladar las consecuencias dañosas a un sujeto distinto del que las sufrió cuando existe
una razón que justifique tal desplazamiento. Al abandonar la tesis de la conducta
antijurídica como elemento central de la responsabilidad, se revierte la estructura de la
institución, pues ya no la conceptualizamos como un comportamiento contrario a un
derecho o interés protegido, sino más bien como una lesión no justificada por un
derecho o interés superior del lesionante.
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BIBLIOGRAFIA

ALPA, Guido. “Responsabilidad Civil y Daños. Lineamientos y cuestiones.”


Traducción del italiano a cura de Juan Espinoza Espinoza. Editorial Gaceta Jurídica.
Lima 2001.

Burgos (2020). La responsabilidad civil fijados por los juzgados penales de Piura en
los años 2017-2018. Piura: Universidad Nacional de Piura.

Espinoza, E. J. (2000). Derecho de la responsabilidad civil. Resvista el foro

Lizana (2021). Tesis “Responsabilidad civil por vulneración del derecho al honor en
la red social facebook”- Universidad Nacional de Piura

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