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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

PROBLEMAS DE LA PSICOLOGÍA EDUCATIVA

CUARTO SEMESTRE

Nombre del Alumno: Francisco Javier Mendoza de los Santos

Grupo: 012 Matrícula: 1853510

Facilitador: Héctor Barba Ramírez

Semestre Febrero – Junio 2021

Actividad 4: Reporte de Lectura Atención de Personas con Discapacidad.

02/ Marzo/ 2021


INTRODUCCIÓN

La evaluación psicopedagógica constituye un procedimiento ampliamente utilizado


para profundizar de maneta sistemática en el conocimiento de los niños.
Habitualmente la realiza uno o varios especialistas y puede ser de gran ayuda
para aquellas personas que están en estrecha relación con el niño evaluado. En el
contexto social de la integración educativa, la evaluación psicopedagógica debe
concebirse como un proceso que aporte información útil principalmente para los
profesores de educación regular, quienes podrán así orientar sus acciones para
satisfacer las necesidades educativas de sus alumnos. En el marco de la atención
a los niños con NEE no se puede prescindir de una evaluación psicopedagógica
cuya finalidad sea la de ofrecer los elementos suficientes relacionados al niño que
se evalúa, ya que, con esa base, se determinan las adecuaciones curriculares
pertinentes.

DESARROLLO

La evaluación psicopedagógica debe tener un conjunto de características y una


organización que deben distinguirla, esto no quiere decir que se pretenda brindar
un formato al que los especialistas deba sujetarse, sino identificar los principales
elementos que permitirán realizar el proceso evaluativo de una manera más
completa posible, la integración y organización de la información, y la
comunicación de los resultados.

La evaluación dará comienzo por recabar los datos personales, los cuales serán
datos generales del niño evaluado y sus padres. Los datos requeridos del niños
son su nombre, edad en años y meses, fecha de nacimiento, tipo de escuela a la
que asiste y nivel y grado que cursa; en relación con los padres, conviene conocer
el domicilio, nombre, edad, escolaridad y ocupación. Estos datos permiten la
identificación del niño, comparar su edad cronológica con su escolaridad, así como
la preparación de sus padres. Es importante destacar la razón por la que se
determinó evaluar al niño o la niña, así como la persona o institución que solicitó
este servicio y hacer un esfuerzo especial para definir el motivo por el cual se
solicitó la evaluación, pues en ocasiones se dan razones muy vagas. Al mencionar
el motivo de la evaluación también podrían comentarse las acciones que se han
realizado para ayudar al niño o la niña en cuestión, es decir, lo que el maestro
(con o sin el apoyo del personal de educación especial) realizó en cuanto a
observaciones o ajustes en su práctica cotidiana. La información obtenida
permitirá identificar el tipo de instrumentos que sería más conveniente aplicar, así
como qué información se desconoce y, por tanto, debe indagarse.

Es necesario registrar los rasgos físicos del niño y destacar alguna seña muy
particular (estatura, peso, color y textura de la piel, postura, locomoción, etc.).
Estas características suelen ser indicadores importantes sobre el tipo de
alimentación que recibe, el cuidado que se tiene de una persona, la atención que
recibe de sus padres, entre otros, y permiten tener una imagen global de la
persona de quien se habla. Estos datos deberán presentarse de manera muy
general, a menos que el motivo de la evaluación indique profundizar en ellos.
Conviene advertir que con frecuencia estos datos son malinterpretados,
generando prejuicios. Debe quedar claro que las condiciones de pobreza
coadyuvan, pero por sí mismas no determinan la apariencia de NEE. Se
recomienda registrar, también de manera general, las condiciones en las que se
llevó a cabo la evaluación, sobre todo si no fueron las más apropiadas y se piensa
que pudieron interferir con los resultados obtenidos por el niño. Aquí es importante
reportar la actitud, comportamiento, interés y cooperación mostradas ante las
tareas asignadas y la relación que se estableció entre el alumno y el examinador,
sugiriendo también señalar el compromiso mostrado en asistencia y puntualidad a
cada evaluación, así como también importante señalar los cambios mostrados de
los alumnos, entre otros aspectos, en los distintos contextos en los que se llevó a
cabo la valoración.

Es conveniente señalar que los aspectos que se consideran en el punto de


Antecedentes del Desarrollo (embarazo, desarrollo motor, desarrollo del lenguaje,
familia, antecedentes heredofamiliares, historia médica, historia escolar) son más
que nada para tener una idea completa de las características del alumno, lo cual
permitirá atenderlo de una mejor manera. En este sentido, y al igual que en otros
apartados, se presentará de forma muy general a menos que el motivo de
evaluación indique que el conocimiento de ciertos antecedentes es importante.
Con la información anterior se tiene una visón muy completa de quién es el
alumno evaluado, se conocen las principales características relacionadas con su
desarrollo, contexto social, historia escolar y cuál es el motivo por el cual se realiza
una evaluación más profunda.

Pero esto sólo es un paso; aún no se está en condiciones de determinar cuáles


son las NEE del alumno, y mucho menos de tomas decisiones sobre el currículo,
pues para determinar las NEE de los niños hay que tomar en cuenta el contexto
educativo del niño, por lo que se sugiere evaluar también puntos esenciales como
los aspectos generales del alumno (área intelectual, desarrollo motor, área
comunicativo-lingüística, adaptación e inserción social y aspectos emocionales), el
nivel de competencia curricular (áreas sobre las que es preciso realizar una
evaluación a profundidad, situación de partida, momento en que se realiza la
evaluación), el estilo de aprendizaje y motivación para aprender (condiciones
físico-ambientales en las que el alumno trabaja con mayor comodidad, respuestas
y preferencias del alumno ante diferentes agrupamientos para realizar trabajos
escolares, intereses del alumno, estrategias que emplea para la resolución de
tareas y estímulos, valoración de esfuerzo y satisfacción) y la información
relacionada con el entorno del alumno.

Otro aspecto relevante a tomar por conocer es aquello que motiva al alumno a
aprender, pues una de las condiciones básicas del aprendizaje es una actitud que
favorezca el mismo, y que el alumno desarrolle esa curiosidad ante éste; para ello
es importante tomar en cuenta los niveles de complejidad de las tareas, ya que
estas pueden influir en la motivación del alumno. Así, debe tomarse en cuenta si:
las tareas provocan un reto interesante, es decir, si tienen en cuenta el
conocimiento previo del alumno y están entre lo que ya sabe y lo que tiene que
aprender; están alejadas de las posibilidades actuales del alumno, por lo cual
causan desmotivación o frustración; son repetitivas y no encuentra dificultad en
superarlas. Dentro de la información que más interesa conocer, está el contexto
escolar y sociofamiliar, donde de esta última podemos conseguir información
relacionada con el alumno, información relacionada con la familia e información
relacionada con el entorno social. Cuando se proporcionan resultados sin una
explicación que expliqué y dé significado a estos, se limita demasiado su utilidad.
La interpretación de los resultados es un elemento clave para que una evaluación
psicopedagógica sea productiva. Cada dato interpretado debe ser transferido a un
lenguaje accesible y práctico de modo que se ofrezca información sobre aquellos
aspectos que favorecen el desarrollo y también sobre los que lo obstaculizan.

CONCLUSIONES

Después de obtener una visión general sobre el niño y conocer el motivo por el
que se solicita la evaluación, los especialistas deben definir el procedimiento más
adecuado para obtener la información que se requiere y realizar una selección
cuidadosa de los instrumentos que van a aplicar, atendiendo a las características
particulares del alumno. Dentro de proceso evaluativo, la comunicación de los
resultados deberá contemplar el planteamiento sobre la situación del niño y las
orientaciones del trabajo a realizar (cuáles son las NEE que orientarán las toma de
decisiones curriculares), por esta razón conviene que los especialistas entreguen
personalmente los resultados al maestro regular y a los padres del alumno para
que así estos puedan aclarar sus dudas y confusiones, y en conjunto, proponer y
diseñar propuestas educativas que den respuesta a las necesidades de cada
alumno.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

García C. I., Escalante H. I., Escandón M. M., Fernández T. L., Mustri D. A., &
Puga V. I. (2000). La Integración Educativa en el Aula Regular. Principios,
Finalidades y Estrategias. (3ª ed). SEP.

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