Está en la página 1de 4

Danna Paola Santa Olalla

Las memorias de Mario Bunge y su filosofía de


la ciencia

Entre dos mundos


El libro "Entre dos mundos: Las memorias de Mario Bunge" no es solo una autobiografía, ya

que a lo largo de su vida, Bunge se vio envuelto en numerosas polémicas que reflejan su

pensamiento filosófico. A pesar de que los primeros capítulos del libro narra su infancia,

adolescencia, estudios y trabajo docente, el libro también incluye citas textuales de Bunge

que permiten al lector adentrarse en su pensamiento.


Bunge siempre fue considerado "original y distinto" en su Argentina natal, pues su

educación fue sin prejuicios ni castigos, y se respetaron las diferentes creencias religiosas.

Bunge defiende que la racionalidad no está reñida con la religión y cita a Tomás de Aquino

para ilustrar este punto. Además, Bunge siempre se apasionó por la filosofía, las

matemáticas, el psicoanálisis y el materialismo dialéctico, y se rodeó de tutores y amigos

que más tarde se convertirían en figuras destacadas en el mundo académico y científico.

A pesar de que su padre lo desanimó de estudiar física, Bunge siguió su interés y decidió

estudiar física y filosofía. Bunge se involucró en la política universitaria y fundó la

Universidad Obrera Argentina en 1938. A pesar de haber sido clausurada en 1943, fue un

antecedente importante para la creación de la Universidad Obrera Nacional en 1952 y la

ley de organización de la Universidad Tecnológica Nacional en 1959. Bunge también se

autocritica en relación a su postura contraria al peronismo inicial. Bunge obtuvo su

doctorado en ciencias físico-matemáticas en la Universidad Nacional de La Plata en 1952 y

fue miembro fundador de la Asociación Física Argentina en 1949. Participó en el Instituto

Balseiro y obtuvo una beca posdoctoral en Brasil en la década de 1950.

Destacó que la investigación científica es una búsqueda desinteresada de nuevas verdades

compatibles con el conocimiento científico previo, realizada por miembros de un colectivo

que se ayudan y critican mutuamente. Además, señaló que la tecnología viva es el enfoque

científico de los problemas prácticos, y que la ciencia y la tecnología se alimentan

mutuamente. Bunge también criticó la autocensura que aplicaban algunos filósofos como

Descartes, Averroes, Galileo y Spinoza, debido a la censura de la época. En su carrera,

Bunge ha polemizado constantemente y ha sido un estímulo para su pensamiento creativo.

En 1956, ganó el concurso de profesor de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de

Buenos Aires y en 1958 obtuvo la dedicación exclusiva. Participó en el Consejo Directivo de

la Facultad y viajó al XII Congreso Internacional de Filosofía en Londres, donde asistió a

clases de Popper. Aunque Bunge tenía una opinión crítica de Popper por no tener una

filosofía sistemática de las ciencias sociales y no haber estudiado a Keynes, reconoció que

esta opinión es aislada y puede ser demasiado terminante.

2
Filosofía científica

Mario Bunge opina que el Círculo de Viena, un grupo que se enfocaba en la lógica de la
ciencia y que existió desde 1922 hasta 1936, adoptó la postura de que la pregunta acerca
de si existe una realidad independiente del mundo exterior es un falso problema, ya que
no puede ser demostrado ni refutado. En otras palabras, Bunge sostiene que el Círculo de
Viena consideraba que la cuestión de la existencia de una realidad objetiva es un asunto
sin sentido y que no se puede responder mediante el método científico.

Él argumenta que el estudio de un ente o proceso real presupone su existencia o la de


otras cosas necesarias para su estudio, como la luz o su instrumental. También defiende
que la principal división en la comunidad filosófica no es entre materialistas e idealistas,
sino entre exactos e inexactos. Bunge critica a Heidegger y desarrolla la idea de metafísica
científica, que consiste en especulaciones basadas en la razón en lugar de la autoridad,
pero que no han alcanzado un conocimiento definitivo. Según Bunge, la filosofía es
intermedia entre la teología y la ciencia. Las ontologías materialistas, para Bunge, están
emparentadas con las naturalistas, pero el materialismo es más amplio porque admite lo
artificial además de lo natural. Bunge también habla sobre la concepción de Newton y
Leibnitz sobre el espacio y el tiempo, y cómo estos no son entes que existen por sí mismos,
sino que son relacionales y dependen de la existencia de las cosas y de los cambios en el
tiempo.

3
Los límites del conocimiento

Bunge considera que la noción de sistema ha estado presente en diferentes momentos de

la historia, desde la teoría de Euclides hasta el sistema solar de Newton. En cuanto a la

gnoseología, sostiene que para investigar cualquier aspecto del universo es necesario

presuponer su existencia y la posibilidad de conocerlo.

Bunge ha recibido diversos reconocimientos, como el Premio Príncipe de Asturias en

Humanidades y Comunicación y un doctorado honoris causa en la Simon Fraser University.

Se ha interesado por las seudociencias por tres razones: para definir la auténtica ciencia,

evaluar las filosofías de la ciencia y detectar síntomas de decadencia cultural. Para

determinar si una creencia o práctica es científica o seudocientífica, es necesario identificar

los rasgos que caracterizan a las disciplinas científicas. Además, considera que una filosofía

que permita herejías científicas no es válida y que el consumo excesivo de seudociencias

indica una posible decadencia cultural. Bunge también destaca que es posible ser escéptico

en un campo específico y creer en otro, como ocurrió con el caso de Lysenko en la Unión

Soviética.

Bunge consideraba que la vida debía ser disfrutada y que era importante ayudar a los

demás. En resumen, su vida y obra fueron muy prolíficas e interesantes, y su legado es de

gran importancia para el desarrollo de la filosofía y la ciencia en América Latina y el mundo.

También podría gustarte