Está en la página 1de 6

Mi actitud, determina el crecimiento.

Muchas veces escuchamos prédicas, Palabra de parte de Dios, Palabras


que nos dan nuestros líderes, pero lo cierto es que Dios constantemente
nos está hablando.
El hecho de que algunas cosas en mi o en mi familia no cambien, no
depende de Dios, depende de mí. De mi actitud al recibir la Palabra.
La Biblia nos enseña 4 tipos de actitudes que pueden venir de nuestro
corazón, y comprenderemos el por qué de los resultados.

Hoy analizaremos los resultados que estamos teniendo y entenderemos


que hay actitudes que cambiar.

Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2 Y se le juntó mucha gente; y
entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3 Y les habló
muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4 Y
mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la
comieron. 5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto,
porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía
raíz, se secó. 7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8 Pero
parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por
uno. 9 El que tiene oídos para oír, oiga.

18
Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del
reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón.
Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales,
este es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en
sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de
la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la
palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se
hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y
entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Mateo 13:1-9 y 18 al 22
1. Corazón duro: La semilla que cayó en el camino
19
Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo
que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino

Un camino, es de tierra dura, donde se puede pisar. No es algo que se


hunda, sino no se podría pisar con seguridad. Por lo que la semilla que allí
cae, es una que no puede germinar a causa de la dureza del terreno.
Jesús explicaba que ese terreno representa a las personas a las que se les
habla la Palabra, pero no la entienden.
Pero no habla de un entendimiento por inmadurez cerebral o algo así, sino
por necedad.
Necio: Que insiste en los propios errores o se aferra a ideas o posturas
equivocadas, demostrando con ello poca inteligencia.

Qué dice la Biblia acerca de la necedad:

Los labios del necio son causa de contienda;


su boca incita a la riña. Prov 18:6

Al necio no le complace el discernimiento;


tan solo hace alarde de su propia opinión Prov 18:2

El necio muestra en seguida su enojo,


pero el prudente pasa por alto el insulto. Prov 12:16

El necio desdeña la corrección de su padre;


el que la acepta demuestra prudencia. Proverbios 15:5

Podemos notar que la persona necia es la que no quiere escuchar. Por eso
al enemigo se le hace tan fácil robarle la Palabra.
Son esas personas que van a la Iglesia y en vez de escuchar con atención,
están pensando en otra cosa, en cómo hacer mal, en cómo demostrar que
tienen la razón, etc.
Hay muchas personas que dicen: Mi situación no cambia, oro y oro y nada.
Pero no se han dado cuenta que no han permitido que la Palabra haga
cambios en ella.
antídoto: pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un
corazón dócil. 27 Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis
leyes y decretos; Ezequiel 36:26

El Señor dice:
«Mis ojos están puestos en ti.
Yo te daré instrucciones,
te daré consejos,
te enseñaré el camino que debes seguir.
9 No seas como el mulo o el caballo,
que no pueden entender
y hay que detener su brío
con el freno y con la rienda,
pues de otra manera no se acercan a ti.» Salmo 32:8-9

2. El corazón emocional. V:20


20
Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra, y al momento la
recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir
la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza

Dice que a causa de la Palabra tropieza.


La persona emocional es peligrosa.
Jeremías dice que el corazón es engañoso. No podemos confiar en él.
Cuando dejamos que sean las emociones las que dominen, no dejamos
que la raíz nos de la firmeza.
Es la raíz la que da estabilidad, y a través de ella podemos ser nutridos.
Pero sino, no podremos sobrevivir.

Santiago 1:8
El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

En el original persona de doble ánimo es persona con el corazón dividido

Alguien que tenga su corazón dividido, no puede permanecer.


No es capaz de disfrutar, los problemas los hace muy grandes (depto de
Nata)
Y eso los hace olvidarse rápido de las promesas de Dios. Incluso, le echan
la culpa a Dios: Si Dios me quiere bendecir por qué me pasa esto a mi

Antídoto:

Santiago 1:5-6 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a


Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la
onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

Proverbios 4:23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;

Porque de él mana la vida.


3. El corazón materialista. V: 22
22
El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este
siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

Ahogar: Estrangular completamente.

Proverbios 28:22 El ambicioso tiene prisa por ser rico,


y no sabe que sobre él vendrá la pobreza.

Mateo 6:33 nos habla que no tenemos que preocuparnos por nada más
que buscar Su reino, y todo lo demás vendrá.

Sos de los que ahoga la Palabra de Dios? A veces las preocupaciones te


ahogan? Entonces es momento de cambiar de actitud, y poner la mirada
en lo correcto.
La persona con corazón materialista, tiene por encima las finanzas que a
Dios

Jesús lo dijo así en Lucas 16:13


Ningún sirviente puede servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al
otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a
las riquezas.»

Siervo: en el original, esclavo.

Si dejo ahogar la Palabra por las circunstancias financieras, entonces estoy


siendo esclavo a eso, y no sirviendo a Dios.

Antídoto: puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual


por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio,
y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2
Cómo poner los ojos en Jesús: Recordá lo bueno que te ha pasado. Y
agradecelo.

4. El de corazón dispuesto.
23
Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y
da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Todo terreno puede ser ablandado, abonado, rastrillado, limpiado.


Para que el terreno sea el óptimo, debemos dejar que Dios lo limpie.

Dios llamó a David: Un hombre conforme a mi corazón.

Por qué? porque Él reconocía su error, se dejaba moldear.

Conclusión:

El resultado de la Palabra cada jueves, cada domingo, depende de la


actitud con la que la reciba.
de mi depende.

También podría gustarte