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PAROUIA MARIA AUXULIADORA – QUIROGA

MEMBRILLO Y COMUNDADES

CONVIVENCIA SEMBRADORES DE VIDA


JOVENES DE CONFIRMACIÓN
Junio 2021

CRONOGRAMA
09:00 Bienvenida y dinámicas
09:30 Oración “Al encuentro con el Sembrador”
10:30 Receso. Ágape
10:45 Trabajo grupal
11: 15 Plenaria
12:00 Oración final
12:15 Despedida.

RESPONSABLES:
Catequistas de cada comunidad o sector

MATERIALES
- Biblia.
- Cuaderno y esferos.
- Papelógrafos y marcadores para cada grupo.
- Música instrumental.
- Material para representar a cada terreno.
- Un vaso transparente con tierra para cada participante, y semillas.
- Cronograma para los catequistas.
- Copia de cantos y oraciones para cada catequizando. Llevar el texto evangélico
de la Parábola del sembrador, para los catequizandos que no llevasen la Biblia.
09:00 Dinámica:
a. Saludos (japonés 1; saludo a la distancia 2; apretón de mano 3; abrazo 4; y
beso en la mejilla 5
b. Conviene que Cristo crezca
c. Zapatos de venta ( dones del espíritu)
d. El diablo está enojado

09:30 ORACIÓN: AL ENCUENTRO CON EL SEMBRADOR


Ambientación
Sugerencia: En el centro de la sala, en la cual los participantes se han sentado de manera
circular, se deben colocar 4 tipos de terreno a los que hace referencia la Parábola del
Sembrador.
Lectura: Parábola del Sembrador. Mc. 4.1-9, 13-20
Lectura del Evangelio según San Marcos.
Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y
entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas
cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras
sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.
Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía
profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y
parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena
tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.
El que tiene oídos para oír, oiga. Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador:  
Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que
fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue
sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo;
pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la
persecución por causa de la palabra, luego tropieza.  El que fue sembrado entre espinos,
éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan
la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que
oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
Palabra de Dios

Reflexión sobre los símbolos


Sugerencia: el texto a continuación, el /la catequista debe leerlo con antelación, de
manera que en el momento de la reflexión, le pueda servir de referencia para dialogar
con los participantes.

LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR: EL CORAZÓN Y LOS TIPOS DE TIERRA


Esta enseñanza que nos presenta como figuras a la tierra, la semilla, la siembra y el fruto y
que conocemos como la parábola del sembrador.
Algo novedoso en esta parábola es que el sembrado echa semilla por todos los lados, y no
es porque sea descuidado o no sepa de agricultura, sino que para Jesús todas las personas
nos merecemos las mismas oportunidades, para Jesús no hay distinciones.
Acorde a la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo en estos pasajes, son cuatro los
diferentes tipos de corazones los de aquellos quienes oyen la Palabra, pero solo uno da
fruto. Estos son, a continuación, los tipos de tierra o corazones en los que la Palabra, que
es la semilla.
A continuación una explicación breve de cada uno de ellos:

1.- Los que oyen la Palabra pero enseguida la desechan, porque no la entienden
“Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la
comieron”.
El Señor nos explica el significado de esta figura:
“Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la
palabra, para que no crean y se salven”.
En esta primera imagen relatada por El Señor el sembrador salió rumbo al terreno en el
cual iba a sembrar pero en el camino algunas semillas cayeron de su costal. Esas semillas
que no cumplieron su propósito fueron llevadas por las aves.
Si bien la semilla del evangelio deberá ser esparcida en todas las naciones es una realidad
que habrá quienes aunque en primera instancia escuchen la Palabra de Dios terminen por
desecharla debido a la incredulidad.
Pregunta clave: ¿Qué es lo que me cuesta creer de Dios? ¿Qué actitudes personales tengo
que no me permiten dejar crecer a Dios dentro de mí?

2.- Los que oyen la Palabra y la reciben con gozo, pero son de corta duración
“Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía
profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó”.
Mateo 13:5-6
La explicación que nos da el Señor es la siguiente:
“Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos
no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan”. Lucas
8:13
La tierra endurecida, que no es ablandada periódicamente por la lluvia, con el paso del
tiempo finalmente termina por convertirse en piedra.
Son los creyentes que reciben el evangelio con gozo, pero al venir la tribulación, la
aflicción y la persecución inmediatamente se apartan
Debido a diferentes factores, sus corazones se han endurecido como la piedra. Y así como
ni el agua ni la semilla penetran en la piedra tampoco ellos permiten que ni la Palabra de
Dios ni el Espíritu penetren en sus duros corazones.
Aquí está reflejado el creyente cuyo corazón por diferentes razones deja de ser tierra
fértil. Quizá se acercaron a Dios en alguna necesidad y cuando su súplica fue contestada
se pusieron felices, pero malentienden la verdad del reino y permanecen cerca de las
cosas de Dios un tiempo, hasta que vienen las necesarias pruebas y se alejan porque no
están dispuestos a sufrir por la Palabra.
Pregunta clave: ¿Qué experiencia dolorosa me ha alejado de Dios? ¿qué tentaciones
tienen cierto poder sobre mí que no me deja ser como Dios quiere que yo sea?

3.- Los que oyen la Palabra, pero no dan fruto


“El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la Palabra, pero el afán de este
siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa”. El Señor nos
ofrece la siguiente explicación:
“La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los
afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto”.
Cuando una semilla cae en tierra rodeada de espinos al empezar a surgir de la tierra estos
detienen su desarrollo porque la abrazan. Los espinos son todas aquellas cosas de este
mundo que distraen al creyente y le apartan de Dios. Las aflicciones, el anhelo de riquezas
materiales y otras cosas más.
Cuando el creyente que describe esta categoría oye la Palabra de Dios la recibe, pero no
quiere desechar lo que este mundo le ofrece por lo que su desarrollo espiritual no es
pleno. Es como aquel que tiene dos amos, con uno de los dos quedará mal.
Pregunta clave: Cuales de las siguientes realidades tiene mucha influencia en ti y no te
dejan crecer (dinero, egoísmo, pereza, sexo, placer, venganza, droga, alcohol, otros vicios)
y no te dejan crecer?

4.- Los que oyen la Palabra y enseguida la practican y dan fruto


“Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta
por uno”. Mateo 13:8
El Señor de nuevo nos explica:
“Más la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la
palabra oída, y dan fruto con perseverancia”. Lucas 8:15
El corazón del hombre, que es como la buena tierra, recibe la Palabra y la retiene hasta
que da fruto, que son las acciones de obediencia. Los creyentes que dan fruto son los que
oyen la Palabra y a pesar de las dificultades que vienen con ello no cesan de ponerla en
práctica (Lucas 8:21).
Solo la semilla que muere, es decir, la que es enterrada es la que da fruto (Juan 12:24).
Solo muriendo a nosotros mismos es como vamos a abundar en el fruto sobrenatural.
Así pues, estos últimos son los creyentes que han muerto a ellos mismos para seguir al
Señor y por ello dan mucho fruto.
Pregunta clave: Recuerda una experiencia de sacrificio que si bien te costado dolor,
esfuerzo sin embargo te han ayudado a ser la persona que Dios quiere de ti.

¿Cuál tierra es nuestro corazón?


Lo primordial de esto es que examinemos nuestro corazón y determinemos sinceramente
a cual tierra se parece. Recordando primero que no importa cuán endurecida esté tierra
alguna, el agua viva del Espíritu puede volver fértil al desierto más árido (Isaías 35:1).
Recordemos también, que por muy buena que sea la tierra, sin agua no hay semilla que
produzca en ella, y esa agua es el Espíritu Santo.
Pregunta clave: ¿Qué acciones concretas estoy haciendo o voy a llevar a cabo para
entablar con el Espíritu Santo una relación de amistad?
https://www.lacasadeisrael.org/tu-plenitud-espiritual/la-parabola-del-sembrador-y-el-corazon-endurecido/

ORACION PERSONAL.
Sugerencia: Sonar una música instrumental, hacer un momento de silencio, luego la/el
catequista dirige la oración, y para ello cada cierto tiempo lee una a una las preguntas en
voz alta. Lee una pregunta, deja un momento de silencio para que los participantes oren
en silencio y reflexionen, (puede ser bueno que ellos tengan un papel donde puedan
escribir sus reflexiones), después de este espacio lee la otra pregunta y así sucesivamente
Luego se anima a compartir lo orado
1. ¿En qué tipo de tierra está cayendo en mí la semilla de la Palabra de Dios?
2. ¿Escucho con atención la Palabra de Dios? Oro con ella? ¿La pongo en práctica?
3. ¿Llegaremos al cielo sólo por escuchar las Buenas Nuevas de Jesús? 
4. ¿Satanás trata de robar el mensaje de Dios de nuestros corazones? ¿por qué?
5. ¿Por qué querría Satanás que nos olvidemos del mensaje de Dios? 
6. ¿Cómo podemos no olvidarnos del mensaje de Dios? 

Oración final
Sugerencia: Se puede rezar a dos coros, luego se deja un margen de silencio, la/el
catequista anima a los que deseen repetir en voz alta la palabra o frase que más le gustó.
Tú eres el sembrador y yo la tierra
Señor, Jesús, Tú eres el sembrador
y yo la tierra en la que esparces la semilla de tu Palabra.
Gracias, Señor, por “perder tu tiempo” conmigo;
gracias por darme la oportunidad de acoger tu semilla,
de ser feliz, dando fruto abundante.

No permitas que mi corazón se endurezca, como un camino,


No dejes que la vida me haga duro, Señor.
Que no me gane la partida la desconfianza y la incredulidad.

Señor, en ocasiones soy como terreno pedregoso,


Acojo con ilusión tu Palabra, pero no soy constante.
Me gusta probarlo todo, pero no doy la vida por nada.
Ayúdame a sacar las piedras de mi corazón,
para ser tierra buena, con hondura, que dé fruto.

Señor, te doy gracias, por ser tierra buena,


tierra que sería fecunda... si no estuviera llena de espinas.
Acojo la semilla de tu Palabra en un rincón del corazón,
pero a veces recibo y dedico más tiempo a otras plantas
que asfixian los brotes que nacen de tu semilla.
Señor, dame valor para renunciar a todo lo que me separe de Ti.

Señor, gracias por todas las personas que son buena tierra,
en las que tu palabra crece y fructifica, ahonda y se multiplica.
Gracias por los santos, que producen el ciento por uno.
Gracias porque también yo, con tu ayuda, doy fruto abundante,
frutos de ternura y solidaridad, de justicia y paz.

Señor, gracias por elegirme para ser sembrador.


Gracias por enseñarme que, a pesar de los obstáculos,
todas las semillas, tarde o temprano, producen su fruto.

Ayúdame a sembrar con una mano y ayudar, con la otra,


a que las tierras se conviertan en fecundas.
Dame generosidad para ser como el grano de trigo,
dispuesto a enterrarse y a morir
para que la tierra del mundo dé los mejores frutos. Amén.

Se puede culminar con un canto o con el Gloria.

10:30 RECESO. ÁGAPE


En este momento pueden hacer pequeños grupos y compartir los alimentos.
Hacer una breve bendición.

11:00 TRABAJO GRUPAL


Se forman grupo de 4 o 5 integrantes.
1. Reflexionar sobre lo que lleva a los jóvenes a hacer de su vida los diferentes tipos
de terreno, para ello, la/el catequista entregará un paleógrafo:

Cuando la Palabra de Dios cae:

Al borde del camino Entre las piedras Entre los espinos

2. Explicar a través de un teatro, dibujo, canción, poema o de otra manera como ser
tierra buena

11:30 PLENARIA
Cada grupo comparte lo trabajado.

12:00 CELEBRACIÓN FINAL


Ambientación
Sugerencia: Se coloca una música instrumental que ayude a la relajación de los
participantes, quienes se ubican de manera circular.

Canto SOIS LA SEMILLA

 Sois la semilla que ha de crecer,


sois estrella que ha de brillar.
Sois levadura sois grano de sal,
antorcha que ha de alumbrar.

Sois la mañana que vuelve a nacer,


sois espiga que empieza a granar.
Sois aguijón y caricia a la vez,
testigos que voy a enviar

ID AMIGOS, POR EL MUNDO


ANUNCIANDO EL AMOR,
MENSAJEROS DE LA VIDA,
DE LA PAZ Y EL PERDÓN.

SED AMIGOS, LOS TESTIGOS


DE MI RESURRECCIÓN,
ID LLEVANDO MI PRESENCIA,
CON VOSOTROS ESTOY

2. Sois una llama que ha de encender,


resplandores de fe y caridad.
Sois los pastores que han de guiar
al mundo por sendas de paz.

Sois los amigos que quise escoger,


sois palabra que intento gritar.
Sois reino nuevo que empieza a engendrar
justicia, amor y verdad.

3. Sois fuego y savia que vine a traer,


sois la ola que agita la mar.
La levadura pequeña de ayer
fermenta la masa del pan.

Una ciudad no se puede esconder,


ni los montes se han de ocultar.
En vuestras obras que buscan el bien
los hombres al Padre verán.

Sellando nuestro compromiso


Se invita a los jóvenes pensar en silencio qué Semilla sembró Dios en cada uno de ellos y
se pregunten qué van a hacer para dejarla crecer. Comparten con un amigo en pocos
minutos este momento de oración.
Luego, se les dice que se acerquen en donde está el vaso con tierra húmeda. Pronuncia
en voz alta: “gracias Señor por darme el don de… (dice el don, cualidad o valor que
considera Dios le ha dado), luego la catequista le entrega una semilla la misma que la
hunde en la tierra y se la entrega al joven diciendo “ (pronuncia el nombre del joven)…
Deja crecer la Semilla de la Palabra que Dios sembró en ti”
Se concluye invocando la presencia de Dios y nuestra Madre la Virgen María.
JOVENES, SEMBRADORES DE VIDA
Tú eres el sembrador y yo la tierra
Ayúdame a sembrar con una mano y ayudar, con
Señor, Jesús, Tú eres el sembrador la otra,
y yo la tierra en la que esparces la semilla de tu a que las tierras se conviertan en fecundas.
Palabra. Dame generosidad para ser como el grano de
Gracias, Señor, por “perder tu tiempo” conmigo; trigo,
gracias por darme la oportunidad de acoger tu dispuesto a enterrarse y a morir
semilla, para que la tierra del mundo dé los mejores
de ser feliz, dando fruto abundante. frutos. Amén.

No permitas que mi corazón se endurezca, como


un camino, Canto SOIS LA SEMILLA
No dejes que la vida me haga duro, Señor.
Que no me gane la partida la desconfianza y la  Sois la semilla que ha de crecer,
incredulidad. sois estrella que ha de brillar.
Sois levadura sois grano de sal,
Señor, en ocasiones soy como terreno antorcha que ha de alumbrar.
pedregoso,
Acojo con ilusión tu Palabra, pero no soy Sois la mañana que vuelve a nacer,
constante. sois espiga que empieza a granar.
Me gusta probarlo todo, pero no doy la vida por Sois aguijón y caricia a la vez,
nada. testigos que voy a enviar
Ayúdame a sacar las piedras de mi corazón,
para ser tierra buena, con hondura, que dé fruto. ID AMIGOS, POR EL MUNDO
ANUNCIANDO EL AMOR,
Señor, te doy gracias, por ser tierra buena, MENSAJEROS DE LA VIDA,
tierra que sería fecunda... si no estuviera llena de DE LA PAZ Y EL PERDÓN.
espinas.
Acojo la semilla de tu Palabra en un rincón del SED AMIGOS, LOS TESTIGOS
corazón, DE MI RESURRECCIÓN,
pero a veces recibo y dedico más tiempo a otras ID LLEVANDO MI PRESENCIA,
plantas CON VOSOTROS ESTOY
que asfixian los brotes que nacen de tu semilla.
Señor, dame valor para renunciar a todo lo que 2. Sois una llama que ha de encender,
me separe de Ti. resplandores de fe y caridad.
Sois los pastores que han de guiar
Señor, gracias por todas las personas que son al mundo por sendas de paz.
buena tierra,
en las que tu palabra crece y fructifica, ahonda y Sois los amigos que quise escoger,
se multiplica. sois palabra que intento gritar.
Gracias por los santos, que producen el ciento Sois reino nuevo que empieza a engendrar
por uno. justicia, amor y verdad.
Gracias porque también yo, con tu ayuda, doy
fruto abundante, 3. Sois fuego y savia que vine a traer,
frutos de ternura y solidaridad, de justicia y paz. sois la ola que agita la mar.
La levadura pequeña de ayer
fermenta la masa del pan.
Señor, gracias por elegirme para ser sembrador.
Gracias por enseñarme que, a pesar de los Una ciudad no se puede esconder,
obstáculos, ni los montes se han de ocultar.
todas las semillas, tarde o temprano, producen En vuestras obras que buscan el bien
su fruto. los hombres al Padre verán.

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