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EL VITALISMO Y LA VOLUNTAD DE PODER

Friedrich Nietzsche fué un filósofo alemán nacido en 1944 y considerado uno de los
filósofos más importantes de la filosofía occidental. Pertenece al siglo XIX y
presenció sucesos como la crisis de la ilustración. Nietzsche realiza una crítica a la
cultura, la religión y la filosofía occidental. Su principal influencia fue el filósofo
Schopenhauer, a quien consideró su maestro. A continuación vamos a hablar de El
vitalismo y La voluntad de poder.

Nietzsche defiende un vitalismo evolucionista o antropológico axiológico. El vitalismo es


una corriente filosófica que tiene como esencia la exaltación de la vida y no de la razón. De
esta manera, Nietzsche crítica aquellas teorías sobre la vida como el platonismo o el
cristianismo que entienden la vida como algo neutral y la niegan reprimiendo los instintos y
pasiones. En cambio, para Nietzsche la vida es acción, dinamismo y espontaneidad. Este
vitalismo no aporta nada al ámbito biológico, sino que es una defensa de la existencia
humana en su plenitud, de la libertad.

Para Nietzsche hay dos formas de entender la vida según la voluntad de poder: la vida
descendente, que demuestra una voluntad débil que reprime los instintos de fuerza y de
pasión y siempre busca excusas. Por otro lado, la vida ascendente, propia del
superhombre, es una vida con afán de superación, que acepta el riesgo, el dolor, el devenir
del mundo cómo una manera de buscar del placer y de crear. Es decir, el vitalismo de
Nietzsche es un grito a favor de la vida, sin limitaciones.

Por este motivo, Nietzsche también hace una gran crítica a la metafísica tradicional ya que
sostiene que se levanta sobre un error básico: la creencia en la dualidad del mundo (y por
tanto en la antítesis de los valores) y el lenguaje. Los filósofos han defendido a lo largo de la
historia que los valores supremos tienen un origen propio, que no pueden surgir de este
mundo cambiante, sino que viene directamente de Dios o del "otro mundo" estático. Esta
separación entre mundos (real y aparente) es un juicio de valor negativo sobre la vida, la
niega (vida descendente), ya que da más importancia al mundo de las ideas que al de los
sentidos. Pero para Nietzsche no hay un mundo aparente y otro verdadero, sino el devenir
constante del ser creando y destruyendo el único mundo que existe (vida ascendente).
Además, su lenguaje es erróneo para Nietzsche: utiliza el término "yo" cuando el sujeto no
puede ser la esencia de las cosas, la sinonímia y la polisemia que simplifican la realidad y la
someten a lo universal, la relación sujeto-predicado de causa-efecto, etc.

Además, Nietzsche transformará la voluntad de vivir de Schopenhauer en voluntad de


poder, pero la lleva más allá. Afirma que esta es una fuerza o energía vital que nos empuja
a crear nuevos valores y a actuar, superando los anteriores (cristianos). Gracias a ella el ser
humano tiene sensación de poder, de potencia sobre uno mismo, es capaz de construir su
futuro trayendo a la actualidad lo que antes era solo una posibilidad. Es decir, la voluntad de
poder es la voluntad de crear, pero no crea de la nada sino de lo que va ha existido
previamente ya que para Nietzsche el tiempo es cíclico y todo se repite eternamente (eterno
retorno). Sus características son las siguientes: es inconsciente, previa a la razón,
peculiar, exige resistencia y dolor, es creativa, libre y diversa.
A partir de la voluntad de poder surgen los dos tipos de vida, desarrollados previamente
(descendente y ascendente).
Esta voluntad de poder, es propia del superhombre (la figura de Zaratustra en su obra).
Este es el encargado de proclamar la muerte de Dios y de crear unos nuevos valores
morales creador mediante la voluntad de poder y de la transformación del espíritu. Sus
características fundamentales son las siguientes: es un gran creador, ama el riesgo,
acepta el cambio como una parte de la vida, práctica el ateísmo radical, no cree en la masa
sino en la diferencia y seguía por la belleza.

Además, este juega un doble papel: por un lado, anuncia la muerte de Dios y que la
humanidad se encuentra en una etapa de nihilismo pasivo, en la que se han destruido todos
los cimientos de su saber. Sin embargo, por otro lado, anuncia la llegada de un nuevo
hombre, el superhombre, la superación del último hombre. Este nuevo tipo de ser
humano es capaz de asumir la muerte de Dios y ayudar a matarle, de crear sus propios
valores o invertir los que niegan la vida, provocando que la humanidad entre en una etapa
de nihilismo activo, la nueva aurora, el despertar de la humanidad.

En conclusión, Nietzsche defiende un vitalismo que exalta la vida y la libertad, criticando la


metafísica tradicional que niega la vida y la dualidad del mundo. La voluntad de poder es
una fuerza vital que nos impulsa a crear nuevos valores y actuar, y es propia del
superhombre, capaz de crear sus propios valores y superar el nihilismo. Para Nietzsche, la
vida ascendente es la vida del superhombre, que acepta el riesgo y el dolor como medios
para buscar el placer y crear, mientras que la vida descendente reprime los instintos y busca
excusas.

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