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“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

No
tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:2 -3).

Introducción

A fin de que cada cristiano tenga un fundamento y una norma que lo guíe y lo proteja en el
desempeño fiel de sus responsabilidades como mayordomo, el Señor nos ha dado diez
valores: su Santa Ley, los diez mandamientos.

Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en
función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a
preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar
de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud

Leamos Deuteronomio 6:6 -9. ¿Qué está diciendo acá el Señor?

Debemos recordar siempre lo que él nos dice y enseñarlas a nuestros hijos, porque la
verdadera mayordomía comienza por casa.

1. El primer mandamiento es el fundamento de todos los demás


1. “¿Cuál es el gran mandamiento de la Ley?” (Mateo 22:35 - 38).
2. El gran principio aquí es: “Ponga a Dios en primer lugar”.
3. “Cualquier cosa que los hombres deseen y en la cual confíen, porque
consideran que tiene poder para ayudarlos y hacerles bien, los aparta de
Dios, y para ellos es un ídolo.” (Mensajes Selectos, tomo 3, página 377).
4. Los dioses ajenos pueden ser: una persona, su ocupación, el deporte, la TV,
y cualquier otra cosa que llegue a tomar el tiempo y espacio que debería
ocupar Dios en nuestras vidas.
5. Como mayordomos cristianos debemos estar alerta y vigilantes, porque aún
hasta las cosas buenas pueden convertirse en un dios.
2. Cuatro áreas de nuestra vida donde Dios debe ser primero:
1. Finanzas (Proverbios 3:9 -10). Dios está diciendo: “Dame la primera parte y
yo bendeciré el resto”. Como mayordomos del Señor lo primero que
debemos apartar al recibir nuestro salario debe ser El diezmo y las ofrendas
para Dios. El propósito de los diezmos y las ofrendas es que aprendamos a
poner a Dios en primer lugar de nuestra vida.
2. Intereses. No me refiero a los intereses que debas pagar al banco o recibir de
él. No, estoy hablando de tus hijos, tus modales, tus intereses personales, así
como la carrera y la pareja que elegirá el joven para toda su vida. Recuerda
que tus intereses personales deben estar en armonía a la voluntad de Dios y
honrarlo con ellos.
3. Tiempo. Hay 86,400 segundos en un día. ¿Cuántos segundos dedica usted al
Señor en una semana o en un día cualquiera? Necesitamos usar nuestro
tiempo sabiamente. Hermanos y amigos, haced una cita diaria con el Señor.
Eso es lo primero que debemos hacer cada día. Jesús es nuestro ejemplo:
“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un
lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35).
“Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no
seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efesios
5:16-17).

Descuidar tu comunión con el Rey de Gloria puede ser desastroso para tu


vida. Dios no puede estar en segundo lugar.

4. Tribulaciones. Todos, tarde o temprano enfrentaremos tribulaciones y


problemas que nos agobien, pero el Señor nos dice: “Cuando tengan
tribulaciones, tensiones, problemas y dificultades, vengan a mí primero”.

Cuando hay problemas, la oración no debe ser la última alternativa, sino la primera. Dios
dice “E invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás” (Salmos 50:15).

Cuando hay tribulaciones y problemas, ¿cómo sabemos si estamos poniendo a Dios en


primer lugar? Cuando dejamos de preocuparnos y confiamos en él plenamente. La
preocupación es un aviso en nuestra vida de que Dios no es lo primero. La preocupación
nos avisa que estamos tratando de hacer las cosas por nuestros propios recursos en vez de
poner a Dios primero en esa área de nuestra vida.

“El descuido de la oración hace que los hombres confíen en sus propias fuerzas y abre las
puertas a la tentación”. “Obren con fe, y confíen los resultados a Dios”.

Conclusión

¿Qué escala de valores tiene usted? Cuando empiezas a preocuparte en tus finanzas no estás
poniendo a Dios en primer lugar. Cuando das prioridad a tus intereses, no estás dando el
primer lugar a Dios. Cuando tus relaciones son las más importantes en tu vida, no estás
poniendo a Dios primero. Cuando te preocupas por los segundos y los minutos en tu vida, y
siempre estás diciendo: “es que el tiempo no me alcanza para nada”, no estás poniendo a
Dios primero. Cuando te preocupas por tus tribulaciones o problemas, no estás poniendo a
Dios primero. San Mateo 6:33 nos recuerda: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y
su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.

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