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Constitución española de 1812

La Constitución Política de la Monarquía Española, más conocida como


Constitución española de 1812 o Constitución de Cádiz,2 ​ conocida popularmente Constitución española de 1812
como la Pepa,3 nota​ 1 ​ fue promulgada por las Cortes Generales españolas, integradas
por diputados de América, Asia y Península, reunidas extraordinariamente en Cádiz el 19
de marzo de 1812. Se le ha otorgado una gran importancia histórica por tratarse de la
primera Constitución promulgada en España,nota 2 ​ además de ser una de las más
liberales de su tiempo.

Oficialmente estuvo en vigor solo dos años, desde su promulgación hasta su derogación
en Valencia el 4 de mayo de 1814, tras el regreso a España de Fernando VII.5 ​ Sin
embargo, apenas si entró en vigor de facto, puesto que en su período de gestación buena
parte de España se encontraba en manos del gobierno afrancesado de José I Bonaparte,
otra en mano de juntas interinas más preocupadas en organizar su oposición a José I y el
resto de los territorios de la Corona española, los virreinatos, se hallaban en un estado de
confusión y vacío de poder causado por la guerra de Independencia. Posteriormente se Facsímil conservado en el Senado de España.
volvió a aplicar desde el 8 de marzo de 1820, cuando en Madrid, Fernando VII es
obligado a jurar la Constitución española de 1812, estando vigente durante el Trienio Tipo de texto Constitución
Liberal (1820-1823), así como durante un breve período en 1836-1837, bajo el gobierno Formato Ver lista
progresista que preparaba la Constitución de 1837. 96 páginas
Rubricada en las páginas
La Constitución establecía la soberanía en la Nación —ya no en el rey—, la monarquía
impares por los cuatro
constitucional, la separación de poderes,6 7​ ​ la limitación de los poderes del rey, el secretarios
sufragio universal masculino indirecto, la libertad de imprenta, la libertad de industria, el Encuadernada en terciopelo rojo
derecho de propiedad o la fundamental abolición de los señoríos, entre otras cuestiones,
con una cinta marcadora con los
por lo que «no incorporó una tabla de derechos y libertades, pero sí recogió algunos
colores de la bandera de
derechos dispersos en su articulado». Además, confirmaba la nacionalidad española para
España.1 ​
todos los nacidos en cualquier territorio de la corona española, prácticamente fundando
un solo país junto a las provincias americanas, africanas y asiáticas.8 ​ Texto Preámbulo y diez títulos con 384
artículos
Por otra parte, el texto consagraba a España como Estado confesional católico, Autor(es) Cortes Generales constituidas el
prohibiendo expresamente en su artículo duodécimo cualquier otra confesión,9 ​ y el rey 24 de septiembre de 1810 en
lo seguía siendo «por la gracia de Dios y la Constitución».10 ​ Este texto constitucional Cádiz
no contempló el reconocimiento de ningún derecho para las mujeres.11 ​ Se le reconoce, Creación 12 de marzo de 1812
en gran estima, su carácter liberal, su afán en la defensa de los derechos individuales, su
Promulgación 19 de marzo de 1812
posicionamiento en querer modificar caducas instituciones propias del Antiguo Régimen,
y en general, de recoger medidas regeneradoras enfocadas, con espíritu idealista, en Signatario(s) Ver lista
mejorar la sociedad.12 ​ Presidente de las Cortes
179 diputados presentes,
Algunos redactores de la Constitución murieron durante la epidemia de fiebre amarilla llamados nominalmente
que se desató en España en los primeros años del siglo xix.13 ​ Cuatro secretarios
(54 firmantes venían de
ultramar) 1 ​
Vigencia
Derogación 4 de mayo de 1814
La Constitución de Cádiz estuvo vigente en tres ocasiones:14 ​ Ubicación Congreso de los Diputados

Primer Período
(24 de marzo de 1812 al 4 de mayo de 1814)
Las Cortes de Cádiz sancionaron la Constitución el día 19 de marzo de 1812, el día de San José, motivo por el cual se apoda la Constitución
como "La Pepa"; pero entró en vigor el 24 de marzo.

Tras la liberación de Fernando VII de su cautiverio en Francia, regreso a España y durante su paso por Valencia recibió un extenso documento
elaborado por 69 diputados de las Cortes ordinarias, el conocido como Manifiesto de los Persas elaborado el 12 de abril de 1814, por medio del
cual le solicitaban restablecer el Antiguo Régimen y abolir toda legislación hecha por las Cortes. Fernando VII decretó en Valencia el 4 de mayo
de 1814 la abolición de todo vestigio legislativo liberal hecho en su ausencia, aboliendo «aquella Constitución y aquellos decretos nulos y de
ningún valor ni efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubieran pasado jamás tales actos y se quitasen de en medio del tiempo».14 ​

Segundo período
(7 de marzo de 1820 al 1º de octubre de 1823)
Fernando VII ordenó crear una fuerza militar suficiente para embarcarla y mandarla a América a someter a las posesiones españoles que
cristalizaban sus respectivas independencias. Al frente de ellas el comandante Riego, en vez de partir a América, realizó un pronunciamiento
liberal y detiene al rey. Obligado por las circunstancias, Fernando VII jura la Constitución de Cádiz el 7 de marzo de 1820. Comienza el
período de la historia de España conocido como el Trienio Liberal.
Fernando VII recibe apoyos por la fracción antiliberal española y por los gobiernos monárquicos
europeos que ven al liberalismo como una amenaza, entre ellos el de Francia, que organiza una
expedición armada, la de los Cien Mil Hijos de San Luis. Ante la situación, los liberales liberan al
rey, quien elimina la Constitución el 1º de octubre de 1823. Tres días después, el 4 de octubre, los
Cien Mil Hijos de San Luis entran en España para restablecer el absolutismo. Termina el Trienio
Liberal y comienza el período histórico conocido como la Década Ominosa.

Tercer período
(13 de agosto de 1836 al 18 de junio de 1837)
Fernando VII murió en 1833, sucediéndole su hija Isabel II, pero por ser menor de edad, en el
testamento quedó que se encargara del reino su madre, la reina María Cristina de Borbón. Sin
embargo, el período fue muy inestable, especialmente por las guerras carlistas donde el tío de Isabel,
Juramento de las Cortes de Cádiz en la
Carlos de Borbón, por su tradición de provenir de una familia francesa creía que debería de imperar
Iglesia Mayor Parroquial de San
en España la Ley Sálica, que lo convertía a él en el rey. Los grupos más chapados a la antigua de
Fernando el 24 de septiembre de 1810,
España apoyaron a Carlos y la reina María Cristina tuvo que refugiarse con los liberales. Tras el
óleo sobre lienzo de José Casado del
motín de la Granja el 12 de agosto de 1836, se establece al día siguiente la Constitución de Cádiz. Alisal (1863), Congreso de los
Diputados de Madrid.
El tiempo de vida sería corto, puesto que ya se tenía en proceso la elaboración de una nueva
Constitución, la de 1837, que si bien era de corte liberal, era moderada en comparación de la de
Cádiz. Por lo que el 18 de junio de 1837 terminó la vigencia de "La Pepa" por última vez.

Historia
La Constitución de 1812 se publicó hasta tres veces en España —1812, 1820 y 1836—, se convirtió
en el hito democrático en la primera mitad el siglo xix, transcendió a varias constituciones europeas e
impactó en los orígenes constitucionales y parlamentarios de la mayor parte de los estados
americanos durante y tras su independencia. La Constitución de Cádiz de 1812 provocó limitar el La promulgación de la Constitución de
poder de la monarquía, la abolición del feudalismo, la igualdad entre peninsulares y americanos y 1812, obra de Salvador Viniegra (Museo
finalizó la Inquisición española. de las Cortes de Cádiz).

La mayor parte de las investigaciones que se dedicaron a su estudio omiten o subestiman la


influencia que la revolución liberal y burguesa española tuvo al transformar el Imperio español en
provincias de un nuevo Estado, y convertir en nuevos ciudadanos a los antiguos súbditos del
absolutismo, y que incluía en su definición de ciudadanos españoles no solo a los de origen europeo,
o su descendencia americana, sino también a las castas y a los indígenas de los territorios de América,
lo que se tradujo, en tercer lugar, en su trascendencia para las nacientes legislaciones americanas.15 ​

Las Cortes abrieron sus puertas el 24 de septiembre de 1810 en el teatro de comedias de la villa de la
Isla de León, actual San Fernando, para posteriormente trasladarse al oratorio de San Felipe Neri, en
la ciudad de Cádiz. Allí se reunían los diputados electos por el decreto de febrero de 1810, que había
convocado elecciones tanto en la península como en los territorios americanos y asiáticos. A estos se
les unieron los suplentes elegidos en el mismo Cádiz para cubrir la representación de aquellas
provincias de la monarquía ocupadas por las tropas francesas o por los movimientos insurgentes
americanos. Las Cortes, por tanto, estuvieron compuestas por algo más de trescientos diputados, de
los cuales cerca de sesenta fueron americanos. Sus principios eran la soberanía nacional, la igualdad
ante la ley y la defensa de la propiedad privada.
Alegoría de la Constitución de 1812,
Francisco de Goya, Museo Nacional de
Un mismo Estado para ambos hemisferios en el siglo XIX Estocolmo (conocido así, aunque el
cuadro, La Verdad, el Tiempo y la
En los primeros días, hubo propuestas americanas encaminadas a abolir el entramado virreinal y Historia, fue pintado en 1800).
sentar las bases de un mercado nacional con dimensiones hispánicas que abarcaran también a los
territorios de América, con disminución de aranceles a los productos americanos, apertura de más
puertos coloniales para el comercio, etcétera. Un proyecto anterior en un siglo a la Commonwealth de Gran Bretaña. Los decretos gaditanos
tuvieron una amplia repercusión y trascendencia durante las décadas posteriores, tanto en la península como en América.

La Constitución se juró en América, en la plaza mayor de la ciudad de México, que ahora lleva su nombre como “La plaza de la Constitución”,
conocida informalmente en la actualidad como “el zócalo”. Su legado es notorio en la mayor parte de las repúblicas que se independizaron entre
1820 y 1830. Y no solo porque les sirvió como modelo constitucional sino, también, porque esta Constitución estaba pensada, ideada y
redactada por representantes americanos como un proyecto global hispánico y revolucionario. Parlamentarios como el mexicano Miguel Ramos
Arizpe, el chileno Fernández de Leiva, el peruano Vicente Morales Duárez, el ecuatoriano José Mejía Lequerica, entre otros, en los años
posteriores se convirtieron en influyentes forjadores de las constituciones nacionales de sus respectivas repúblicas.

Sin duda, a ello contribuyó la fluida comunicación entre América y la península, y viceversa: cartas privadas, decretos, diarios, periódicos, el
propio Diario de Sesiones de Cortes, panfletos, hojas volantes, correspondencia mercantil, literatura, obras de teatro, canciones patrióticas,
etcétera, que a bordo de navíos españoles, ingleses o neutrales informaban sobre los acontecimientos ocurridos en uno y otro continente. Hubo
ideas, pero también hubo acción, dado que se convocaron procesos electorales municipales, provinciales y a Cortes, y se verificaron las
elecciones, lo cual provocó una intensa politización en ambos espacios.
Asimismo, el envío de numerario por parte de consulados de comercio, dueños de minas,
hacendados, recaudaciones patrióticas, etcétera, al Gobierno peninsular fue constante, e
imprescindible para pagar la intervención de los ingleses, así como el armamento de las partidas
guerrilleras tras la derrota del ejército español en la batalla de Ocaña, el 19 de noviembre de 1809.

Es importante insistir en que estas medidas contaban con el respaldo de la mayor parte de la
burguesía criolla americana, partidaria de los cambios autonomistas y no necesariamente de una
independencia que implicase la ruptura completa con la Monarquía.

Código hispano

El producto de este intento de revolución fue una constitución con caracteres nítidamente hispanos.
Los debates constitucionales comenzaron el 25 de agosto de 1811 y terminaron a finales de enero de
1812. La discusión se desarrolló en pleno asedio de Cádiz por las tropas francesas, una ciudad
bombardeada, superpoblada con refugiados de toda España y con una epidemia de fiebre amarilla. El
heroísmo de sus habitantes queda para la historia.

La redacción del artículo 1 constituye un claro ejemplo de la importancia que para el progreso Real Teatro de las Cortes, en cuyo
español tuvo América. Fue el primero, y por ello, el más importante. Este es su famoso texto: interior se reunieron, entre el 24 de
septiembre de 1810 y el 20 de febrero
La nación española es la reunión de los españoles de ambos hemisferios. de 1811, los diputados que redactaron
la Constitución de 1812.

La construcción queda definida desde parámetros hispanos. La revolución iniciada en 1808 adquiría,
en 1812, otros caracteres especiales que los puramente
peninsulares. Aludía a unas dimensiones geográficas que
compondrían España, la americana, la asiática y la peninsular.
La Nación española quedaba constitucionalmente definida.

Derechos y colonias

La cuestión americana estaba planteada, por tanto, desde el


primer artículo. El Estado liberal tenía parámetros
ultraoceánicos. La problemática de su realización se
evidenció en la discusión de la redacción de los artículos 10 y
11. Por el primero se estableció entre americanos y
peninsulares un primer acuerdo para organizar en provincias
el nuevo Estado. Es notorio que esta primera redacción contó
con el rechazo de los americanos, disconformes con la
manifiesta diferencia numérica a favor de las provincias
peninsulares frente a las americanas (que equivalían
Oratorio de San Felipe Neri: las lápidas
aproximadamente a cada Virreinato o Capitanía General,
conmemoran el centenario de las Cortes
mientras que las provincias peninsulares se identificaban con
de Cádiz que reunieron a partir del 20 de
los reinos históricos de España).
Portada de la edición original de la febrero de 1811 a los diputados y
Constitución: Cádiz, Imprenta Real, culminaron aquí la Constitución de
Esto se convertiría en una cuestión política, ya que los
1812. Grabado de portada firmado 1812.
americanos reclamaban un mayor número de provincias y
por Pedro Nolasco Gascó por dibujo una organización del Estado que se aproximase al
de F. de Pilar. federalismo. El artículo 11 solventó coyunturalmente el
problema: tras un intenso debate, se decidió retrasar la estructura definitiva del Estado para una posterior
ley, cuando las «circunstancias de la nación» —la urgencia en la metrópoli de combatir la invasión
francesa, la urgencia americana de luchar con la insurgencia— garantizaran una discusión sosegada. La Cámara reconocía en la práctica su
incapacidad para definir los territorios de su Estado. Y este problema sobrevenía, insistamos, por la incorporación de América como un conjunto
de provincias en igualdad de derechos y de representación en el Estado nacional hispano.

Otros artículos fueron especialmente significativos, como el 18 y el 29. En el primero se decía que «Son ciudadanos aquellos españoles que por
ambas líneas traen su origen de los dominios españoles de ambos hemisferios, y están avecindados en cualquier pueblo de los mismos
dominios», y en el segundo, al explicitar el art. 28 («La base para la representación nacional es la misma en ambos hemisferios»), se dice que
«Esta base es la población compuesta de los naturales que por ambas líneas sean originarios de los dominios españoles, y de aquellos que hayan
obtenido de las Cortes carta de ciudadano, como también de los comprendidos en el art. 21».

De especial trascendencia fueron los artículos constitucionales referidos a ayuntamientos y diputaciones provinciales, en cuya redacción la
comisión adoptó la Memoria presentada por Miguel Ramos de Arizpe, diputado por Coahuila, para la organización y gobierno político de las
Provincias Internas del Oriente de Nueva España. Fue de vital importancia para desentrañar un aspecto importante del proceso revolucionario
de la península y América, como fue, a partir de sanción constitucional, la creación de ayuntamientos en todas las poblaciones que tuvieran al
menos 1000 habitantes. La propuesta provino del propio Miguel Ramos de Arizpe. Esto provocó una explosión de ayuntamientos en la
península y, especialmente, en América, al procederse, tras la aprobación de la Constitución, a convocar elecciones municipales mediante
sufragio universal indirecto y masculino. Eso constituiría un aspecto clave para la consolidación de un poder local criollo y un ataque directo a
los derechos jurisdiccionales, privilegiados, de la aristocracia, aspecto fundamental para acabar con el régimen señorial en la península y con el
colonial en América. Ese respaldo americano a la
Constitución se articuló a través de su promulgación por
autoridades locales y vecinos en cabildos abiertos, en cuya
conmemoración proliferaron plazas y monumentos
dedicados a la Constitución por todo el continente
americano. Sin embargo, tras el vuelco absolutista de
Fernando VII en 1814, fueron destruidos la mayoría de
ellos, y con los procesos de independencia en Iberoamérica
tan sólo han quedado algunas plazas caso de Montevideo y
el Zócalo de la Ciudad de México y un par de monumentos
documentados: el de Ciudad de San Agustín de la Florida
Oriental, y Comayagua en Honduras.16 ​

Recepción de la Constitución en Nación española en ambos hemisferios según la Constitución de 1812.


América

Virreinato del Perú

Hubo múltiples comunidades de la República de indios que rechazaron la Constitución. Si bien es cierto que la constitución venía con la mejor
de las intenciones para lograr la justicia y reivindicación de los ciudadanos americanos, en la praxis se presentaron múltiples contradicciones con
la realidad social del indio del común.

Los virreinatos americanos tenían una organización particular basada en los pactos sociales entre los múltiples estamentos diferenciados (como
las comunidades indígenas y la monarquía) donde el tributo indígena garantizaba en cierta medida el adecuado funcionamiento del régimen
virreinal, ya que este se invertían en el mantenimiento de los campos de las chacras, los caminos y puentes entre pueblos, la ejecución de obras
públicas y el pago a los funcionarios públicos para el mantenimiento de la institucionalidad. Ante ello, estás políticas liberales no lograrían un
resultado homogéneo, sobre todo en cuanto a las consecuencias entre el sur y en el norte del Perú, donde el sur era más desigual y lleno de elites
acaudaladas, con un ambiente de tensión constante entre los diferentes grupos étnicos y con una corrupción muy arraigada; mientras que el
norte presentaba comunidades indígenas, que si bien no tenía élites de gran poder económico (frente a la Nobleza incaica en el Cusco), llegaban
a ser más prósperas y estables, y por ello tenían una fidelidad más fuerte con la Monarquía Hispánica.

Si bien es cierto que inicialmente las comunidades indígenas recibieron con alegría las reformas de la abolición del tributo, incluso obligando a
sus autoridades a ejecutarlas (muy a pesar de los argumentos de la Real Hacienda del Perú, que no fueron escuchados por las Cortes
constitucionales), con el tiempo vieron las consecuencias, puesto que se generó un ambiente de desgobierno y confusión en la sociedad política
indiana del Perú, puesto que los indígenas estaban acostumbrados, desde milenios, a tener leyes particulares, fueros propios, y que el gobierno
imperial se encargara de suplir todas sus necesidades, pero aquello empezó a ser dificultado por la ausencia del dinero del tributo en las reservas
fiscales, provocando que las instituciones funcionasen mal. Ante ello, los indios comenzaron a sufrir el cobro de otros impuestos y
contribuciones, puesto que ahora se les consideraba ciudadanos “españoles”, siendo así que pagaban con su propio dinero lo que antes eran
procesos gratuitos por ser “indios”, no miembros de la república de españoles, lo que hizo que volvieran a exigir la restitución del tributo,
aunque con un monto anual mucho más reducido, y en otros casos la derogación total de la Constitución de 1812, anhelando la restauración del
trato "desigual" (en cuanto les parecía la igualdad ante la ley una ficción propagandística de los constitucionalistas para abolir dichas leyes
particulares de sus fueros propios).17 18
​ ​

antes de qe el congreso de cortes nos hubiese exonerado del tributo, una tasa fija reglaba el pago de los d.ros parroquiales qe con
aquella ocasión o tomándose ese por motivo quedo arvitraria, y nosotros expuestos a exivir sien pesos en lugar de seis. Esta perjudicial
ciudadanía (española) se acabó ya con el arrivo de nuestro soberano al trono, nosotros estamos reducidos a la antigua clase de
tributarios; pues cesando la causa del acresentamiento de dros deben sesar estos y volver a la señalda quota qe antes tenían
I. Catacaos, 1819

Los indios anhelaban conservar sus “antiguos privilegios”, que estaban presentes en la legislación anterior de las Leyes de Indias, y pedían
explícitamente “los conserve la regalía en qe han vivido de tener sus defensores nombrados pa toda ocurrencia, y más oy, qe con el nuevo
método de gobierno es muy necesario el qe tengan quien les dirja, a quien consultar sus solicitudes”. En este contexto de reformismo liberal-
constitucional y del establecimiento de una ciudadanía que los reconocía iguales ante la ley, las comunidades indígenas consideraban necesaria
la presencia del procurador y protector de indios (pese a que fuera considerada obsoleta por los legisladores gaditanos en su intento de
Modernización). Incluso llegaron a apelar a la representación desigual del Antiguo Régimen español que los definían como "menores de edad",
"rústicos”, “pupilos huérfanos” y necesitados de un protector general de indios (“un Padre”) que los pudiera representar en los tribunales y se
hiciera cargo de la defensa de sus propiedades comunales y tierras ancestrales. Acudieron a Isidro Vilca para “que no se les quite la protección,
aunque estén declarados iguales con los españoles”, luego de la renuncia voluntaria de Miguel Eyzaguirre (protector general de indios) en
marzo de 1814. Argumentaban que los más necesitados eran ellos como indios “serranos” quienes “pr su poca instrucción rusticidad, y
pusilanimidad necesitan indubitablemente de su Defensor autorizado como lo han sido los Fiscales de Crimen […]”.19 ​ Una de las razones a
esta desesperación "Reaccionaria" se debió a que, si bien el Virrey José Fernando de Abascal acato a la supresión de la mita y el tributo
indígena, este previo que, como consecuencia del discurso de la Igualdad ante la ley, ello implicaría también la eliminación del tomín de hospital
(Impuesto que pagaban los indios en el Perú con destino al sostenimiento de hospitales), que permitía sostener los hospitales de naturales en la
República de indios, además que la anulación de privilegios impositivos, junto a la desaparición del sustento del subdelegado y recaudador, solo
estaba generando que estos tendieran a apropiarse de las tierras de los caciques o arrendar las mismas con tal de obtener sustento económico, lo
cual estaba generando desorden social.20 ​

Consecuencias de su abolición
La revolución iniciada en Cádiz suscitó la contrarrevolución fernandina. El 4 de mayo de 1814 el recién
restaurado rey Fernando VII decretó la disolución de las Cortes, la derogación de la Constitución y la
detención de los diputados liberales, entre los que se encontraba el diputado Ramón Olaguer Feliú.
Comenzaba el regreso del absolutismo. El día 10 el general Eguía tomó Madrid militarmente
proclamando a Fernando como rey absoluto. Previamente, se había gestado todo un clima de bienvenida
popular.

Fernando VII se opone a los decretos y a la constitución de las Cortes de Cádiz porque significan el
paso de un Estado absolutista a uno constitucional. Es obvio, pero también hay que subrayarlo con
énfasis, porque tras los decretos de igualdad de derechos y de representación, tras una constitución para
«ambos hemisferios», y tras decretar la constitución de un Estado nacional en el cual los territorios
americanos se integraban como provincias, la Corona perdía no solo su privilegio absoluto sobre el resto
de individuos, sino las rentas de todo el continente americano que pasaban directamente a poder del
aparato administrativo estatal y no del monarca, al establecer el nuevo Estado nacional una sustancial
diferencia entre la «hacienda de la nación» y la hacienda real. No podría consentirlo Fernando VII.

Por otra parte, la representación política y la igualdad de derechos de los americanos se tradujo en una Monumento construido en 1912 en
Cádiz para conmemorar el primer
reivindicación de soberanía que colisionaba con la nacional, al estar ésta concebida por los liberales
centenario de la Constitución.
peninsulares como única, central y soberana. El conflicto se estableció no solo entre un rey absoluto y la
soberanía nacional y sus instituciones y representantes sino también entre una concepción centralista del
Estado (basada en el gobierno de Madrid) y una descentralizada. Nada nuevo en el universo de las
revoluciones burguesas, podría concluirse, pero la cuestión es que no era, estrictamente, sólo una
revolución española, si se precisan no solo la nacionalidad sino también los territorios del Estado en
cuestión.

Hasta la década de 1820, la mayor parte del criollismo era autonomista, no independentista. Podía
asumir una condición nacional española, pero a cambio de un autonomismo en América para todas las
cuestiones de política interna, lo que implicaba la descentralización política y las libertades económicas.
Para lograr sus pretensiones, los americanos planteaban una división de la soberanía a tres niveles: la
nacional, representada en las Cortes; la provincial, depositada en las diputaciones; y la municipal, que
residía en los ayuntamientos. Esta triple división de la soberanía, combatida por los liberales Derogación de la Constitución de
peninsulares, se legitimaba en los procesos electorales. Con estas propuestas, el autonomismo americano 1812 por Fernando VII en el palacio
estaba planteando un Estado nacional no solo con caracteres hispanos, sino también desde concepciones de Cervelló.
federales.

Los americanos depositaron toda la organización del Estado en la capacidad representativa y administrativa de las diputaciones provinciales
como instituciones capaces de canalizar, administrar y recaudar las pretensiones y necesidades del criollismo de cada provincia. Esto provocó
una doble reacción: por una parte el rey se opuso al federalismo, dado que los Estados que eran federales o confederales tenían la república
como forma de Estado: los Estados Unidos de América y Suiza. Pero además, federalismo era sinónimo, en aquellos momentos, de democracia,
asociada a elementos de disolución del Estado absolutista, y por ende tachados de «anárquicos». En segundo lugar, la propuesta federal de los
americanos provocó una reacción cada vez más centralista entre los liberales peninsulares, que insistían en que la soberanía nacional (al ser
indivisible) no podía delegarse en modo alguno en diputaciones provinciales y la maquinaria administrativa debería ser manejada sólo desde la
península.

Tras la década absolutista, frustrada la opción autonomista gaditana, el nacionalismo ultramarino optó por la insurrección armada, lo que
condicionó la situación final revolucionaria española hasta el triunfo de las independencias continentales americanas en 1825.

La Constitución de Cádiz en el Reino de las Dos Sicilias


La Constitución de Cádiz, traducida al italiano y con algunas pequeñas modificaciones, fue puesta en vigencia como primera Constitución del
Reino de Sicilia el 12 de julio de 1812 por decisión del parlamento siciliano y, después, con la Constitución del Reino de las Dos Sicilias por
decisión del parlamento de ese país el 9 de diciembre de 1820 y sancionada por el rey Fernando I, con el siguiente preámbulo:

«En consecuencia de los actos del 7 y el 22 de julio de 1820, con los cuales fue adoptada la Constitución Política de la Monarquía
Española con las modificaciones... que la representación nacional constitucionalmente convocada juzgó proponer para adaptarla a las
circunstancias particulares del reino de las dos Sicilias, el parlamento nacional habiéndose ocupado de ello con el más maduro y
escrupuloso examen; y habiendo indagado todo aquello que es necesario para satisfacer al gran objeto de promover la gloria, la
prosperidad y el bien de toda la nación; decreta modificada, como sigue, la Constitución política para el buen gobierno y la recta
administración del estado.»
Constitución del Reino de las Dos Sicilias de 1820

Monumentos a la Constitución de 1812


Existen monumentos a la Constitución de 1812 en varios sitios del mundo que formaban parte del Imperio español. El monumento más grande
es el Monumento a la Constitución de 1812 en Cádiz, España, en la ciudad natal del documento. Otros monumentos conmemorativos fueron
edificados o denominados en ciudades por todo el Imperio español incluyendo en Comayagua, Honduras; Montevideo, Uruguay; Huancayo,
Perú San Agustín, Estados Unidos; y la Ciudad de México, México en su Plaza de la Constitución (también conocido como El Zócalo).

Monumento a la Monumento a la Plaza Monumento a la Lapida que conmemora la jura de la


Constitución de 1812 en Constitución de Matriz o constitución en la constitución en la Plaza
Cádiz, España 1812 en Plaza de la plaza de la Constitución de la ciudad peruana
Comayagua, Constitució Constitución en San de Huancayo.
Honduras n en Agustín, Florida
Montevideo (EEUU).
, Uruguay

La Constitución de Cádiz en la literatura y las artes


Prescindiendo de los muchos aspectos colaterales que suscitaron obras literarias, dramáticas o artísticas sobre causas, consecuencias o elementos
aislados de la Constitución de 1812, sobre ella misma solamente pueden señalarse unas cuantas piezas teatrales donde aparece muchas veces
tratada como alegoría. ¿Qué es Constitución? Fin de fiesta (1812), de Agustín Juan y Poveda y La Constitución vindicada. Drama en un acto
(1813) de Francisco de Paula Martí. Más tarde, durante el Trienio Constitucional (1820-1823), pueden citarse otras tres piezas: La palabra
Constitución (1820), de Gaspar de Zavala y Zamora, inspirada en una obra anterior de Juan Poveda; El desembarco de los rusos en Motril,
costa de Granada (1821), de Epifanio Esteban, y El triunfo de la Constitución en el día 7 de julio de 1822 en Madrid (1822), del ya citado
Francisco de Paula Martí, donde se celebra el fracaso del autogolpe de estado absolutista creado y dirigido por el propio rey Fernando VII.21 ​

Véase también
Portal:Derecho. Contenido relacionado con Derecho. Viva la Pepa
Levantamiento del 2 de mayo Cádiz
Historia del constitucionalismo español San Fernando (Cádiz)
Diego Muñoz Torrero Independencia Americana
Cortes de Cádiz Ramón Olaguer Feliú
Día de la Constitución (España)

Notas
1. Por promulgarse el día de san José.
2. Se podría considerar que el Estatuto de Bayona de 6 de julio de 1808 es una Constitución anterior —y así se autodefine al
comienzo de su texto—, pero no suele ser tenida como propiamente española por el influjo y la presión napoleónicos bajo
los cuales se redactó4 ​

Referencias
1. Revista de Arte – Logopress (19 de marzo de 1812). «El manuscrito original de la Constitución de 1812 permanecerá en la
provincia de Cádiz hasta mayo» (http://www.revistadearte.com/2012/03/19/el-manuscrito-original-de-la-constitucion-de-1812-
permanecera-en-cadiz-hasta-mayo/).
2. Constitución Política de la Monarquía Española. Manuscrito original con todas las firmas (http://www.congreso.es/docu/const
ituciones/1812/ce1812_cd.pdf), suscrito (v. pág. 97) en Cádiz el día anterior, 18 de marzo de 1812 («Constitución de 1812»,
en «Constituciones Españolas 1812-1978», Congreso de los Diputados (https://www.congreso.es/web/guest/cem/const181
2)).
3. «la Pepa se escribe con el artículo en minúscula y sin comillas» (http://www.fundeu.es/recomendaciones-C-la-pepa-se-escri
be-con-el-articulo-en-minuscula-y-sin-comillas-1286.html) Fundéu. Consultado el 8 de abril de 2012
4. Manuscrito original de Bayona, Congreso de los Diputados (http://www.congreso.es/docu/constituciones/1812/Bayona_cd.p
df)
5. Manifiesto del Rey declarando nula y de ningún valor ni efecto la llamada Constitución de las Cortes Generales y
extraordinarias de la nación, etc. (http://books.google.es/books?hl=es&id=JVbiAAAAMAAJ&q=%22Manifiesto+del+Rey%22
#v=snippet&q=%22Manifiesto%20del%20Rey%22&f=false), Decretos del Rey Don Fernando VII. Tomo I: Año primero de su
restitución al trono de las Españas, ed. F. Martín de Balmaseda, Madrid, 1816, págs. 1-10; se produjo tras la entrega al rey,
unos días antes, del llamado Manifiesto de los Persas, firmado por 69 diputados a Cortes que reclamaban el regreso al
absolutismo.
6. ALVARADO, Javier, «Monarquía mixta, cuerpos intermedios, separación de poderes: para una teoría sobre los orígenes
triestamentales de la moderación del poder», en id., De la ideología trifuncional a la separación de poderes, Madrid, UNED,
Aula abierta 74, 1993.
7. MARCUELLO BENEDICTO, Juan Ignacio, «División de poderes y proceso legislativo en el sistema constitucional de 1812»,
Revista de Estudios Políticos, nº 93, 1996, págs. 219 a 231.
8. [1] (https://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/03/120316_primera_constitucion_espana_latinoamerica.shtml)«Cuando los
hispanoamericanos nacían españoles». Publicado en la BBC, el día 24/09/2012
9. El artículo en cuestión dice: «La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana,
única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquier otra». Sobre este aspecto
véase por último A. Barrero Ortega, «El constituyente profeta» (https://web.archive.org/web/20120618120430/http://www.aco
es.es/congresoX/documentos/ComMesa2AbrahamBarrero.pdf), comunicación (https://web.archive.org/web/2012061807112
5/http://www.acoes.es/congresoX/m2_com.html) al X Congreso de la Asociación de Constitucionalistas de España, Cádiz,
enero de 2012 (https://web.archive.org/web/20120325070108/http://www.acoes.es/congresoX/index.html). Este artículo es
una de las mayores muestras de intolerancia de todo el texto.
10. «Constitución de 1812», en «Constitucione fail. Españolas 1812-1978», Congreso de los Diputados (http://www.congreso.e
s/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/ConstEsp1812_1978/Const1812).
11. Sobre estos aspectos, hoy tan actuales, véanse, por ejemplo, I. Castells Oliván y E. Fernández García, «Las mujeres y el
primer constitucionalismo español (1810-1823)» (https://web.archive.org/web/20101004230743/http://hc.rediris.es/09/articulo
s/pdf/10.pdf), en Historia Constitucional (revista electrónica), n. 9, 2008 (con abundante bibliografía anterior en su nota 1), o
C. Ruiz-Rico Ruiz, «La Constitución de 1812 desde una perspectiva de género» (http://www.acoes.es/congresoX/documento
s/ComMesa2CatalinaRuizRico.pdf) Archivado (https://web.archive.org/web/20120618120410/http://www.acoes.es/congreso
X/documentos/ComMesa2CatalinaRuizRico.pdf) el 18 de junio de 2012 en Wayback Machine., comunicación (http://www.ac
oes.es/congresoX/m2_com.html) Archivado (https://web.archive.org/web/20120618071125/http://www.acoes.es/congresoX/m
2_com.html) el 18 de junio de 2012 en Wayback Machine. al X Congreso de la Asociación de Constitucionalistas de España,
Cádiz, enero de 2012 (https://web.archive.org/web/20120325070108/http://www.acoes.es/congresoX/index.html).
12. Ramos Santana, Alberto. «La Constitución de 1812, pilar básico del constitucionalismo español» (http://cvc.cervantes.es/len
gua/anuario/anuario_12/ramos/p02.htm). Consultado el 19 de septiembre de 2014.
13. Cañas, Jesús A. (18 de abril de 2020). «Alumbrar una constitución asediados por bombas y con un virus letal en los talones»
(https://elpais.com/espana/2020-04-18/alumbrar-una-constitucion-asediados-por-bombas-y-con-un-virus-letal-en-los-talones.
html). El País. Consultado el 16 de octubre de 2021.
14. Fernández Sarasola, Ignacio. «Cronología sobre la Constitución española de 1812» (https://www.cervantesvirtual.com/portal
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15. Valentín Paniagua. Los orígenes del gobierno representativo en el Perú. (http://books.google.es/books?id=bQj2cpZsm9gC&
pg=PA84&dq=Jose+manuel+de+goyeneche&lr=&as_brr=3&ei=_VoQStbEIoS2yATWksSyCw#PPA116,M1)
16. «Columna de Juan Lindo en Comayagua: «Monumento a la Constitución de 1812»» (https://web.archive.org/web/20120713
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18. Pueblos indígenas y derechos constitucionales en América, Cletus Gregor Barié (2003)
19. https://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/bitstream/handle/10535/10826/Libro%20Chust%20ports.pdf?sequence=1&isAllowed=y
20. https://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/20.500.12404/13321/Lavanda_Alvarez_Hombres_rey_intendentes1.pdf?
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21. La Constitución de Cádiz de la época de las Cortes y del Trienio Liberal (1812-1822), ed. y estudio de Rosalía Fernández
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Enlaces externos
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Diario de las Cortes de Cádiz (http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/Congreso/Hist_Normas/200/H1812_3)


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p://bicentenariocadiz1812.es/contenido.cfm?id=640)
La Constitución española de 1812 (http://www.cervantesvirtual.com/portal/1812) en la Biblioteca Virtual Miguel de
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José Álvarez Junco, Cultura y libertad. La Constitución gaditana fue el primer esfuerzo democrático de la España
contemporánea, que no cuajó hasta la Transición. La celebración del bicentenario es un momento propicio para revisar el
relato canónico. Nuevos libros, exposiciones y música revisan el texto de 1812. (http://cultura.elpais.com/cultura/2012/02/01/
actualidad/1328113083_132126.html), en El País, 1 de febrero de 2012.

Jorge Vilches, Fundadores de la libertad (http://historia.libertaddigital.com/fundadores-de-la-libertad-1276239739.html), en


Libertad Digital, 11 de enero de 2012.
Patrimonio y Constitución de 1812.(Con motivo de la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812 el IAPH
presenta una selección de inmuebles ligados a la declaración de dicha Constitución) (http://www.iaph.es/web/canales/conoc
e-el-patrimonio/ConstitucionPEPA/patrimonio_cultural_constitucion_1812.html).

Manuel Chust, «América y la Constitución de 1812» (http://elpais.com/elpais/2012/03/07/opinion/1331123281_469497.html),


El País, 21 de abril de 2012.

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