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En la literatura medieval se dan a conocer una serie de poemas cuyo autor resulta
desconocido, por lo que se identificaban dentro de la tradición popular como parte de su
repertorio. Es el caso del presente poema, titulado Romance del prisionero, datado de los
siglos XI y XII. Pese a la popularidad de la obra, posee una autoría anónima.
El periodo histórico conocido como Edad Media se desarrolla desde la caída del Imperio
Romano de Occidente en el 476 hasta el descubrimiento de América en el 1492. Es una época
de gran agitación bélica con continuos enfrentamientos entre los suevos, germánicos,
vándalos, alanos, … En la Península conviven a su vez musulmanes, cristianos y judíos, que
conlleva a continuas revueltas.
En el plano social destacan las relaciones feudales, un tipo de unión social de dependencia
entre un señor y un vasallo que le rinde servicio. La sociedad estaba dividida en grupos
sociales: la nobleza, el clero y los campesinos. Poco a poco, y gracias al auge del comercio, va
ganando poder un grupo social conocido como la burguesía, formado por pequeños
comerciantes, artesanos, …
La religión ocupa todo el centro de la vid cultural, era un mundo profundamente religioso,
causa de que el alcance de la vida eterna sea un tema típico en la literatura de la época.
Destacan en ella Fray Luis de León, Gonzalo de Berceo, Fernando de Rojas, …
Se puede ver una clara ruptura en el contenido del poema a partir del verso 6. En estos 6
primeros versos predomina un lenguaje positivo, a través del cual evoca a la felicidad de la
libertad, de la vida, por ejemplo “mayo”, “calor”, “enamorados”, “amor”, … Sin embargo, esta
felicidad se ve coartada en los últimos versos, en donde se puede apreciar un lenguaje mucho
más oscuro, que podría simbolizar la ya mencionada anteriormente “libertad coartada”, por
ejemplo “triste”, “prisión”, … Con todo, en estos últimos versos con gran predominio de la
oscuridad, vemos que en ella aún hay algo de luz, de esperanza a través de las palabras
“albor”, … que se rompe con “matómela”, indicando una clara ruptura.
Todo el poema podría tratarse en sí de una metáfora en relación con esa felicidad coartada
“matómela el vallestero”.
En su estilo, vemos que emplea ciertas figuras como el paralelismo en los primeros versos
“cuando haze la calor” y “cuando canta la calandria”, en ambos se repite la misma estructura
sintáctica. Así mismo, en este último verso “cuando canta la calandria” puede ser que el autor
esté empleando la repetición del fonema /k/, una aliteración, para provocar cierta sensación
en el lector. Y por último, cabe mencionar un posible hipérbaton en el verso “ni cuándo las
noches son”, al alterar el sentido habitual del orden sintáctico.
El autor emplea un estilo humilde o llano en el poema, puesto que como se puede analizar, es
un poema fácilmente comprensible, al menos en el plano más superficial, no se trata de una
lectura hermética, si no que en él emplea una sintaxis sencilla. No está tampoco sobrecargado
de figuras retóricas que dificultarían su compresión, por lo que, a partir de esto, podríamos
decir que el poema estaba hecho para que las masas populares pudiesen comprenderlo, no
estaba destinado a una minoría culta.
Por lo que se podría decir que, a modo de conclusión, se trata de un poema que ejemplifica la
estética de la literatura medieval, acorde con el canon de la época de acuerdo con la presencia
siempre de ese matiz religioso. Poemas breves de fácil comprensión, y memorización debido a
tradición oral de los juglares, en los que dominan las rimas y los versos octosilábicos. No
abundan en él recursos retóricos, lo que hace que sea una poesía sencilla de digerir para poder
sentirnos identificados, o por lo menos, poder comprender, el sufrimiento del “yo poético”.
Corrección:
Acento trocaico en sílaba impar. Acentuación 3 – 7 para crear un esquema rítmico (causa del
hipérbaton).
En el verso 7 el hecho de que haya una ruptura en medio del verso a través de las comas
subraya la idea de un “yo” cortado, trabado.
Encabalgamiento en “sino por una avezilla / que me cantaba al alvor”: subordinada adejtiva
que cuando se rompe causa un ancabalgamiento claro, provoca, dentro de todo el mundo
ocuro, la aparición de un ser d eluz, que evoca a la sensación provocada por la primavera.
El galardón es el premio, la recompensa que Dios entrega a sus vasallos (los creyentes). En este
caso, es una imprecación (desearle el mala a alguien), este verso contrasta con todos los
demás puesto que va entre signos de exclamación, con una entonación muy marcada.
Es un poema en el que se juega muy bien con las pausas, en el verso 7 se refuerza la sensación
del “yo”.
El poema arranca con una gran fuerza poética, vemos al poeta llorando ya en la primera
estrofa. El hecho de que hacia el principio del poema el héroe aparezca ya llorando revela ya
una actitud extraña, es un héroe atípico. Se habla de un “héroe legal”, es un héroe humano, no
un semi dios típico de la literatura clásica.
Esta primera tirada se centra en el motivo del destierro, y subordinado al destierro esta una
característica muy típica de la literatura medieval “la partida”. La partida conlleva en la
mayoría de los casos la idea de abandono.
Esta tirada inicial de nueve versos presenta una rima asonante, verso a verso se aprovecha
jucho la morfología de las palabras para ayudar, contribuir a esa rima. Es muy común en el
ámbito juglaresco que además de la rima consonante se acuda a procesos morfológicos para
ayudar a la memorización. Son versos muy irregulares, el primer verso presenta 5 sílabas, el
segundo 8, el tercero 7, el cuarto 7, …
En cuanto a la estructura, tenemos la tirada como unidad métrica. Hay dos partes claramente
diferenciadas, la primera parte.
Los dos primeros versos narran una acción, sitúan al Cid en el momento de su marcha,
mientras que los tres siguientes describe el paisaje que ve. Juego narración – descripción.
El poema está narrado en tercera persona, sin embargo, hay una ruptura cuando toma la
palabra el Cid, haciendo el juego tercera – primera persona. Esto permite acercar al personaje
al público, el juglar se pone en el papel del Cid.
El verso 7 es el introductor del diálogo del verso 8, este está introducido por el verbo “fabló”,
uno de los llamados verbum dicendi. No es lo más común en este cantar, puesto que tiende a
la elipsis para introducir los diálogos. Sin embargo, aquí, es fundamental para introducir el
discurso posterior.
Hay un contraste en la focalización, puesto que, mientras en los dos primeros versos se emplea
una focalización cero, como un narrador omnisciente que describe la escena desde fuera, en
los tres siguientes versos se emplea una focalización interna, puesto que lo que se describe se
hace desde la perspectiva del “yo”, en el este caso del Cid.
Con las expresiones “de los sos ojos tan fuertemente llorando” está marcando una
redundancia para subrayar el concepto del dolor, se trata de un pleonasmo y probablemente
esté utilizado para destacar el tipo de dolor que siente. En cuanto al orden sintáctica de este
mismo verso, entendemos que esta está alterada, por lo que se trataría de un hipérbaton, la
función que este tendría podría ser, además de subrayar y destacar un elemento, los ojos,
también podría ser con una función mucho más rítmica, con el fin de cuadrar las rimas.
Una muestra del lenguaje oral, de la función con la que este poema fue escrito, es decir,
representación a través de los juglares, hace que tengamos versos como “vio puertas abiertas,
uços sin cañadas” que básicamente viene a significar lo mismo, pero es para reforzar la idea y
facilitar su memorización.
Se emplea también la metonimia en el sentido en el que no se llega a describir la casa del Cid
en sí, si no que se alude a la descripción de partes de ella “puertas vacías”, “alcándaras vacías”.
Poco a poco el Cid va recuperando su compostura, primero llora, luego suspira y ya por último
consigue hablar.
En el verso 6, está el hemistiquio más largo de todos ya que tiene 9 sílabas, el hecho de que
sea el hemistiquio más largo puede ser debido a que es necesaria tal longitud para expresar el
dolor que siente el Cid, es el primer verso en el que se explica el dolor del Cid. El hipérbaton de
“ca mucho avié grandes cuidados” hace que se anticipe la idea del “mucho”, lo que de nuevo
nos subraya la desmesura de su gran dolor.
La similitud en las construcciones sintácticas del verso 6 “fabló mio Cid” y “suspiró mio Cid” es
una técnica empleada para la fácil memorización para la representación juglaresca.
Hay una referencia al hecho de “hablar bien” referido a la buena retórica, el Cid es el héroe
humano ideal formado en letras “fabló mio Cid bien e tan mesurado”. Esta es la característica
del héroe, un héroe mesurado que no se movía por venganza. Esta idea resalta en las primeras
palabras del Cid, sus primeras palabras son una plegaria, encarna el tópico de la fortaleza del
valor, pero también de la sapientia, de la sabiduría, más propia del letrado, del estudioso. El
Cid no se desespera, sino que acepta su destino.
Hay un cierto grado de imitación en “¡Padre que estás en lo alto!” con la plegaria
característica del cristianismo “¡Padre nuestro que estás en los cielos!”.
Corrección:
Ya que el acento rítmico se cuenta a partir de la primera sílaba tónica, el esquema rítmico es
siempre 1-4-7.
Ritmo dáctilo: _ _ u u _´ _ _
Ritmo troqueo: _ u _´ _
Tema: enemistad con un hombre, y solicita un pacto para aliarse contra él, sin embargo, no
sabe si confiar en la persona a la que le propone el pacto.
Es una narración dominada por un narrador en primera instancia que, desde el punto de vista
estructural es fundamental, pues cede a la voz a los personajes, pero semánticamente no
adquiere importancia, puesto que la trama es contada en los diálogos. El narrador sería la
equivalencia a los verbos dicendi.
La intervención de Patronio tiene dos sectores clave: uno narrativo y uno digresivo, el
comentario de la historia previa.
- Externas: testimonio
- Internas: exemplum (prueba por analogía)
Argumento (deducción)
Sentencia (proverbio)
Aunque el planteamiento inicial sea para ser concebido como un “regimiento de principies”, la
universalización del problema atañe a cualquier individuo.
Con respecto al estilo prosístico, la figura retórica que vamos a encontrar siempre es la
antítesis “fiarse o non fiarse”, “pactar o no pactar”, … Comportamiento moral dicotómico: bien
o mal, el provecho o el daño, … En prosa, es muy importante la comopositio sintáctica, es
decir, el modo en el que se enlazan las palabras en frases, las frases en cláusulas, las cláusulas
en oraciones, …
El estilo suelto es un modo lineal de encadenar las cláusulas, las frases, … dominado en
términos sintáctico por la coordinación (Ocurre esto y después ocurre esto, y luego esto). El
periodo en cambio es un estilo circular, no lineal, se considera el esquema lógico característico
de las oraciones bipolares (interordinación).
Garcilaso de la Vega es el autor del presente poema, y uno de los más destacables de literatura
española del Renacimiento, es gracias a él que se introdujeron en España gran parte de los
versos poéticos italianos como el endecasílabo.
Se puede decir que Garcilaso recurre al tópico del carpe diem en este poema, fugacidad de la
vida “antes de qu’l tiempo airado cubra de nueve la hermosa cumbre”. Empleo de un paisaje
para hacer referencia a la fugacidad de la vida.
División del contenido en dos partes: 1 partes, los cuartetos (ensalzar la belleza de la dama
“hermoso cuello blanco”), y los tercetos (tempus fugit, carpe diem “coged vuestra alegre
primavera [..] antes que’l tiempo”).
Anáfora en “y en tanto” del 1 y “en tanto” del 5. Los cuartetos comienzan igual. Sensación de
movimiento con los verbos “mueve” “esparce” y “desordena”. Contraste presente “muestra”
“serena” con el futuro de la vejez “marchitará” o “mudará”. Hipérbaton “con clara luz la
tempestad serena” y “se muestra la color en vuestro gesto”. Estilo medio mezcla de un estilo
sencillo con cultismos. El poema en sí es una antítesis “primavera vs invierno” “juventud vs
vejez”.
Soneto dividido en dos cuartetos con rima abrazada ABBA y dos tercetos con rima distinta
CDE-DCE. Versos endecasílabos, ritmo yámbico, acento en la sílaba 10. Todos los acentos son
rítmicos. Axis isopolar, siempre en la misma sílaba. Rima consonante.
CORRECCIÓN:
Poema titulado De la brevedad engañosa de la vida del poeta español Góngora, uno de los más
destacables del siglo de oro, el siglo XVII.
El argumento trata sobre la brevedad de la vida, el tiempo avanza sin cesar para todos hasta
llegar al destino final, es decir, la muerte. Gran pesimismo en el argumento.
División del contenido de la obra en 2 partes: primera parte, dos primeras estrofas (paso del
tiempo) y segunda parte, dos últimas estrofas (imperativa a no ignorar el paso del tiempo,
todos somos humanos). División por el destinatario: el destinatario general de las 2 primeras
estrofas, 2º persona en las 2 últimas estrofas, mayor expresividad y cercanía al interlocutor.
Soneto de versos endecasilábicos, 2 cuartetos con rima abrazada ABBA y 2 tercetos con rima
CDE – CDE. Axis rítmico isopolar, sílaba 10, ritmo yámbico. Estrofas isométricas.
Metáfora para el tratamiento del tiempo “veloz saeta”. Solo un encabalgamiento “si porfías
en”. Personificaciones “arena muda”, “veloz saeta”. Hipérbaton, alteración del orden de la
frase en “no coronó con más silencio meta”. “no coronó con” repetición de los fonemas
“noco”. Cometas como símbolo de mal augurio. Sonoridad en el verso. Predominio del campo
léxico de los elementos astronómicos “sol”, “cometa”, …
CORRECCIÓN:
En el primer cuarteto el paso del tiempo se personifica mediante dos comparaciones: tiempo
como una veloz flecha, y tiempo como un carro agonal silencioso (eternidad silenciosa). El
público contenía el aliento cuando en las carreras los carros daban las curvas de la meta,
debido al peligro que entrañaba. La vida no solo es rápida como una flecha, sino que también
es silenciosa. (Presurosa y secreta correlación).
A quien no es consciente que la vida pasa como una flecha y como un carro silencioso, por muy
animal que sea, cada día que pasa es un mal augurio.
La ausencia de artículos “menos solicitó veloz saeta” es una forma de indicar la sintaxis latina.
Correlación con el latín.
El hipérbaton de “menos solicitó veloz saeta” se debe a que ni el orden sintáctico puede ser
contenido por el paso del tiempo. Aliteración del sonido “s” haciendo referencia al vuelo.
Anadiplosis en el último terceto: horas, días, años. (última palabra repetida como primera del
verso siguiente). También en limando y royendo. Subraya la cadena del tiempo.
El poema titulado A Roma sepultada en sus ruinas pertenece al célebre poeta español del siglo
oro, siglo XVII, Quevedo.
El argumento de este poema es la loanza por las ruinas de Roma, una alabanza de la grandiosa
ciudad imperial que fue Roma, y como el paso del tiempo destruyó esta ciudad. Es por tanto
una mezcla del tópico del tempus fugit junto con la contemplación de las ruinas, que
podríamos relacionar con el ubi sunt.
Los dos primeros versos sirven de introducción al poema, adelantando el tema de las ruinas de
Roma.
Todo el poema es una antítesis entre lo que fue y lo que es, el pasado y el presente, es decir,
cómo el paso del tiempo afecto al pasado convirtiéndolo en el presente, contraste de tiempos
verbales “yace, reinaba, quedó” y “llora, permanece”.
Cómo el tiempo, algo tan superfluo puede modificar algo tan firme como es el imperio de
Roma “lo fugitivo permanece”.
Hipérbole de que solamente queda de tal grandioso imperio, continua alabanza, es el Río
Tíber, hipérbole marcada por el adverbio “sólo” seguido de un hipérbaton “sólo el Tíber
quedó”. Corriente del río como una metáfora del paso del tiempo, lágrimas = agua.
Repetición de “Roma”. Hipérbaton “cadáver son las que ostentó murallas”. Encabalgamiento
“las batallas de las edades”. Antítesis “presente vs pasado”. Paralelismo “en tu grandeza en tu
hermosura”. Interlocutor una 2º persona, inclusión de la voz en la situación del peregrino “yo
ya busqué a Roma”.
CORRECCIÓN:
Las medallas son monedas sin valor monetario que emitía cada rey en su reinado. Valor
simbólico. Medallas limadas del tiempo. Esas medallas, limadas del tiempo, no son blasón
latino (emblema nobiliario del poder). Más que blasón son muestras del destrozo que
provocan las batallas a lo largo del tiempo.
El único encabalgamiento es “las batallas de las edades”. Paso del tiempo provoca
encabalgamiento.
Paradoja que lo fugitivo (el río) permanece, pero lo firme (murallas, montes, …) se marcha.
Lo único que queda de las grandezas de Roma es el fluir fugitivo de un río.
Lo que destaca en este poema con respecto a los acentos en la variedad. Subraya el caos que
es Roma.
Fragmento de la escena IV del acto I de la obra La Comedia nueva, obra teatral satírica en
prosa.
El contenido del fragmento se centra en una discusión entre Don Hermógenes, Don Pedro,
Don Eleuterio y Don Antonio sobre la calidad de una comedia escrita por Don Eleuterio, de la
cual se mofan los otros 3 personajes. El tema por tanto es una crítica a los “malos
dramaturgos”.
En la obra se hace una crítica hacia los dramaturgos que hacían obras que no seguían las reglas
neoaristotélicas, especialmente una crítica a la comedia. Hay una clara jerarquización de los
personajes, entre Don Eleuterio, representación de la inocencia y de la novedad acribillada por
los eruditos, y Don Hermógenes, Don Antonio y Don Pedro, quienes se consideran en un nivel
superior por su lenguaje, reglas de sus obras, … Mofa hacia la comedia.
Posible sátira que critica las obras que no seguían las reglas neoaristotélicas.
4 personajes principales: Don Hermógenes, Don Antonio y Don Pedro, como representación de
los rígidos moldes teatrales neoaristotélicos de la época; frente a Don Eleuterio, como
representación de la libertad.
Diálogo cortés, con una gran distancia personal entre ellos, tratamiento de cortesía. Igualdad
entre el orden del discurso y orden de la historia, escena constante por el predominio del
diálogo. Frases inacabadas de Eleuterio frente a frases terminadas con sentido completo de
los otros personajes.
Espacio interior, posiblemente Eleuterio acude a un despache, de nuevo superioridad de
Hermógenes, Antonio y Pedro frente a Eleuterio (acude al despacho de ellos). Tiempo real,
temporalidad lineal, no hay prolepsis ni analepsis.
Corrección:
Don Antonio y Don Pedro representan la oposición al “mal teatro”, Don Antonio desde una
perspectiva burlesca, y Don Pedro desde una perspectiva más seria.
El tema principal es la pereza como vicio nacional. Larra utiliza como excusa para su artículo
una anécdota ficticia: un extranjero francés acude a él buscando consejo, tiene previsto
investigar su ascendencia española e invertir en alguna empresa del país. Y quiere resolverlo
todo en quince días. Esta situación le permite transmitir la dejadez de los españoles mientras
relata sus intentos de ayudar al señor Sans-délai. Satiriza sobre la pereza española sirviéndose
de la ingenuidad del visitante.
"Permitidme, monsieur Sans-délai ... permitidme que os convide a comer para el día en que
llevéis quince meses de estancia en Madrid"
Los diálogos con el francés y con otros personajes forman parte del relato, en el que se
resumen todas las visitas que debían hacer para solucionar los negocios del nuevo amigo y
hacer cómoda su estancia en Madrid. Tiene una estructura episódica, pasando de oficio en
oficio, con idéntico resultado: “vuelva usted mañana”. En dos casos se desarrolla el diálogo
cómico, en los demás se hace una enumeración: “un sastre tardó veinte días en hacerle un
frac, que le había mandado llevarle en veinticuatro horas; el zapatero le obligó con su
tardanza…”. La repetición de una la frase que titula el artículo es otro recurso, condensada en
la parte central del texto.
La relación de los españoles con los extranjeros es otro subtema del artículo, junto al atraso
en las infraestructuras. Por un lado, dice Larra, la vagancia conduce a no cuidar a los
extranjeros cuando pretenden hacer algo por el país. Y se alimentan así las malas ideas sobre
las costumbres españolas, creando una imagen caricaturesca. Reflexión presente en la
pequeña introducción del artículo. Respecto al tema de las infraestructuras, se encuentra
fundamentalmente en el diálogo con un “un personaje muy grave y muy patriótico”, al que
Larra cuenta su anécdota, encontrando en él complacencia por el vicio. Por último, hay que
señalar la gracia de Larra al realizar autocrítica, sumándose a los españoles perezosos. Y la
alusión directa al lector: “¿Tendrá razón, perezoso lector (si es que has llegado ya a esto que
estoy escribiendo)…?”.
Fragmento:
"Amaneció el día siguiente, y salimos entrambos a buscar un genealogista, lo cual sólo se pudo
hacer preguntando de amigo en amigo y de conocido en conocido: encontrámosle por fin, y el
buen señor, aturdido de ver nuestra precipitación, declaró francamente que necesitaba
tomarse algún tiempo; instósele, y por mucho favor me dijo definitivamente que nos diéramos
una vuelta por allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días: fuimos.
-Vuelva usted mañana -nos respondió la criada-, porque el señor no se ha levantado todavía.
-Vuelva usted mañana -nos dijo al siguiente día-, porque el amo acaba de salir.
-Vuelva usted mañana -nos respondió el otro-, porque el amo esta durmiendo la siesta.
-Vuelva usted mañana -nos respondió el lunes siguiente-, porque hoy ha ido a los toros.
-¿Qué día, a qué hora, se ve a un español?
Vímosle por fin, y "Vuelva usted mañana -nos dijo-, porque se me ha olvidado. Vuelva usted
mañana, porque no está en limpio"
A los quince días ya estuvo; pero mi amigo le había pedido una noticia del apellido Díez, y él
había entendido Díaz, y la noticia no servía."
Corrección: