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CÓDIGO DE ÉTICA PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO/A

CAPÍTULO I – RESPONSABILIDAD DEL PSICÓLOGO:


Artículo 1º: el/la psicólogo/a en la práctica de su profesión se guiará por los principios de
responsabilidad, confidencialidad, competencia, veracidad, fidelidad y humanismo prescindiendo de
cualquier tipo de discriminación.

CAPÍTULO II - DE LA OBTENCIÓN Y USO DE LA INFORMACIÓN: CONFIDENCIALIDAD

Artículo 10º: los/las psicólogos/as reconocen el derecho del receptor de sus servicios a la
confidencialidad, por lo que deben obligatoriamente guardar secreto con respecto a la información
obtenida.

Artículo 12º: cuando la evaluación o intervención psicológica ha sido solicitada por otra persona
-jueces, profesionales de la enseñanza, padres, empleadores, o cualquier otro solicitante diferente del
sujeto evaluado-, este último o sus padres y/o tutores tendrán derecho a ser informados de la
evaluación o intervención. El receptor tiene derecho a conocer el contenido del informe psicológico,
siempre que de ello no se derive un grave perjuicio para el sujeto o para otros.

Artículo 16º: la exposición oral, escrita, audiovisual o que implique otra tecnología, de casos clínicos
o ilustrativos con fines didácticos o de comunicación o de divulgación científica, deberá hacerse de
modo que no sea posible la identificación de la persona, grupo o institución de que se trate.
En caso de que el medio usado para tales exposiciones conlleve la posibilidad de identificación del
sujeto, será necesario su consentimiento previo.

Artículo 18º: la obligación de guardar el secreto es absoluta. Sólo se puede levantar para informar a la
familia, a personas reconocidamente allegadas al implicado o a autoridades judiciales, en caso de un
grave riesgo para la propia persona y/o para terceros

CAPÍTULO IV - COMPETENCIA

Artículo 27º: reconocerán las limitaciones de su formación y personalidad y renunciarán a cualquier


trabajo que pueda ser perjudicado por ellas.

Artículo 28º: el/la psicólogo/a recurrirá a interconsulta cuando su capacidad específica no le permite
resolver la necesidad de la persona consultante.

CAPÍTULO VI - DERECHOS DEL PSICÓLOGO

Artículo 35º: el/la psicólogo/a tiene derecho a abstenerse o a negar su atención por razones
profesionales o personales o cuando su conciencia ética sea lesionada, aunque esté autorizada
legalmente, teniendo el derecho de derivar al receptor de los servicios.
CAPÍTULO VIII - RELACIONES CON OTROS PROFESIONALES Y CON LAS
INSTITUCIONES:

Artículo 40º: las relaciones entre los/as psicólogos/as deberán estar inspiradas en el respeto mutuo, la
sana competencia, la solidaridad profesional y la cooperación.

Artículo 49º: la relación con otros/as profesionales debe estar centrada en el respeto mutuo, con
énfasis en el trabajo interdisciplinario y en equipo, buscando los medios apropiados que beneficien al
receptor de los servicios manteniendo las normas de su propia profesión y jerarquización de la misma.

ÉTICA SPINOZIANA:

“Aunque no haya Bien ni Mal, sí hay bueno y malo. (...) Lo bueno tiene lugar cuando un cuerpo
compone directamente su relación con la nuestra y aumenta nuestra potencia con parte de la suya o
con toda entera. (...) Lo malo tiene lugar, para nosotros, cuando un cuerpo descompone la relación del
nuestro, aunque se componga luego con nuestras partes conforme a relaciones distintas a las que
corresponden a nuestra esencia. (...) Bueno y malo tienen así un primer sentido, objetivo aunque
relativo y parcial: lo que conviene a nuestra naturaleza y lo que no conviene. Y por consiguiente,
bueno y malo tienen un segundo sentido, subjetivo y modal, que califica dos tipos, dos modos de
existencia del hombre: se llamará bueno (o libre o razonable o fuerte) a quien (...) se esfuerce en
organizar los encuentros, unirse a lo que conviene a su naturaleza, componer su relación con
relaciones combinables y, de este modo, aumentar su potencia. (...) Se llamará malo, o esclavo, débil o
insensato a quien se lance a la ruleta de los encuentros conformándose con sufrir los efectos, sin que
esto acalle sus quejas y acusaciones cada vez que el efecto sufrido se muestre contrario y le revele su
propia impotencia” (Deleuze, p. 34)

“La Ética, es decir, una tipología de los modos inmanentes de existencia, reemplaza a la Moral, que
refiere siempre a la existencia a valores trascendentes. La moral es (...) el sistema del Juicio. Pero la
Ética derroca el sistema del juicio. Sustituye la oposición de los valores (Bien-Mal) por la diferencia
cualitativa de los modos de existencia (bueno-malo)” (Deleuze p.34)

“La ley moral o social no nos aporta conocimiento alguno, no nos hace conocer nada. En el peor de
los casos impide la formación del conocimiento (la ley del tirano). En el mejor, prepara el
conocimiento y lo hace posible. (...) Pero, de cualquier forma, no deja de manifestarse una diferencia
de naturaleza entre el conocimiento y la moral, entre la relación mandamiento-obediencia y la relación
conocido-conocimiento. (...) La ley es siempre la instancia trascendente que determina la oposición de
los valores Bien-Mal; el conocimiento, en cambio, es la potencia inmanente que determina la
diferencia cualitativa entre los modos de existencia bueno-malo” (Deleuze, p.35)

En medio de Spinoza - Deleuze:


p.45 - Nosotros somos modos. No somos sustancias (personas), somos modos, es decir, somos
maneras de ser.
p.47 – Spinoza dice que no tengo más que un cuerpo y un alma. Un cuerpo es un modo de
extensión. Un alma es un modo de pensamiento. De todos los atributos de la sustancia absoluta no
conozco más que dos. “Si estás hecho eres una sustancia”. No, estoy hecho como una manera:
cuerpo y alma. Soy a la vez un modo de la extensión por mi cuerpo y un modo del pensamiento por
mi alma. Mi alma es una manera de pensar, mi cuerpo una manera de extender, de ser extenso. Soy
un cuerpo y un alma. Pero todos los atributos son iguales, no hay ninguna superioridad de un atributo
sobre otro. Jamás podremos decir “mi cuerpo es menos que mi alma. No. Mi cuerpo y mi alma son la
misma manera de ser.
p.48 – Soy una única y misma modificación de la sustancia que se expresa en dos atributos, en el
atributo extensión como cuerpo, en el atributo pensamiento como alma. Soy dos por los atributos que
implico, soy uno por la sustancia que me envuelve.
p.51 - ¿Por qué Spinoza llama ética a esta ontología? Si la ética no es lo mismo que la moral, ¿no
será la ética de una cierta manera la única forma en que la ontología tiene algo para decirnos sobre
cómo vivir, qué hacer, mientras que la moral no es eso? Quizá la moral implique siempre una
posición de algo superior al ser.
p.63 – El mal no es nada puesto que no hay ni bien ni mal (también lo dice Nietszche). Quiere decir
el Bien no es superior al ser. No hay más que ser. Pero hay lo bueno y lo malo (conexión entre la
ética y la ontología)
Mientras que la moral es el arte del bien y del mal y su distinción u oposición es triunfo de uno sobre
otro, la ética es el arte de lo bueno y de lo malo y de su distinción, e la medida en que la distinción no
coincida con aquella del bien y del mal.
p.70 - ¿De qué se trata una moral? De dos cosas que están fundamentalmente soldadas: de la
esencia y de los valores. Una moral es una operación que nos devuelve a la esencia, a nuestra
esencia, y que lo hace a través de los valores.
Una moral no puede hacerse desde el punto de vista de una ontología porque la moral implica algo
superior al ser. Lo que hay superior al ser es algo que juega el rol de de lo Uno, del Bien. La moral es
la empresa de juzgar no solamente todo lo que es sino la ser mismo.

Salomone – Las dos dimensiones de la ética profesional: ética y deontología


Debemos distinguir el campo de la llamada “Ética Profesional” en el sentido deontológico, de la
perspectiva ética en sentido estricto.
La deontología refiere a los deberes relativos a una práctica determinada, los cuales, en su forma de
enunciados normativos se plasman en los llamados "códigos de ética". La deontología se aboca al
estudio de los deberes y obligaciones de los psicólogos

Los códigos de ética, al ser producidos en el seno de una comunidad que participa de la comunidad
mundial, resumen los valores consensuados y sostenidos por la comunidad en su conjunto –no sólo
la comunidad profesional–, y en este sentido, condensan los valores morales de un tiempo histórico
determinado.

El campo normativo, afectado de la lógica de lo particular, tiende a configurarse y a funcionar en


tanto universo (lo mismo podemos decir de la dimensión moral en sentido amplio). Los códigos
(como las leyes y/o las normativas institucionales) deben expedirse con respecto a todos los casos
posibles, en todas las circunstancias posibles, para todos los sujetos posibles. El campo normativo
debe valer para todos. La norma ordena, pero la condición es que ordene más allá del cada uno;
hace homogéneos a los “cada uno” en un “todos”.

Es decir entonces que la aplicación de la norma no es automática. Frente al caso a analizar,


deberemos interpretarla, y además ponderarla en relación a otras normas.
La consistencia del universo normativo es ilusoria. [...] Tanto las normativas deontológicas como la
ley social –también las normas institucionales– convocan a la interpretación.

RAE - Deontología:
Del gr. δέον, -οντος déon, -ontos 'lo que es necesario', 'deber' y -logía.
1. f. Parte de la ética que trata de los deberes, especialmente de los que rigen una actividad
profesional.
2. f. Conjunto de deberes relacionados con el ejercicio de una determinada profesión.

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