Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ar
EL MÉTODO DE DRAMATIZACIÓN*
No es seguro que la cuestión ¿Qué es... ? sea una buena pregunta para des-
cubrir la esencia o la Idea. Puede que las preguntas del \Sy)o\¿Qiiién?¿Cuán-
to? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿ C u á n d o ? ' mejores, tanto para descubrir la esencia
como para determinar algo más importante relativo a la Idea.
Los 'dinamismos espacio-temporales tienen varias propiedades: l 2) crean
espacio-tiempos peculiares; 2Q) constituyen una regla de especificación para
los conceptos, que sin ellos serían incapaces de dividirse lógicamente; 3°)
determinan el doble aspecto de la diferenciación, cualitativo y cuantitativo
(cualidades y extensiones, especies y partes); 4Q) comportan o designan un
sujeto, pero un sujeto -larvado», «embrionario»; 5y) constituyen un teatro es-
pecial; 6y) expresan las Ideas. En todos estos aspectos, configuran el movi-
miento de la dramatización.
En la dramatización, la Idea se encarna o se actualiza, se diferencia. Es
preciso además que la Idea, en su propio contenido, presente ya caracte-
res que correspondan a los dos aspectos de la diferenciación. En efecto, ella
es en sí misma sistema de relaciones diferenciales y distribución de los pun-
* B ulletin de la Societé frá n jen se de Philosophie, año 61, ns 3, julio-septiembre de 1967, pp. 89-
118 (Societé fran<;aise de Philosophie, 28 de enero de 1967; debates con Ferdinand Alquié, Jean
Ueaufret, Georges Bouligand, Stanislas Bretón, Maurice d e Gandillac, Jacques Merleau-Ponty, N oel
Mouloud, Alexis Philonenko, Lucy Prenant, Pierre-Maxime Schuhl, Michel Souriau, Jean Ulmo, Jean
Wahl). Fn esta comunicación .se resumen los temas de D iferencia y repetición (PUF, París,1969 Itrad.
cast. Júcar, Madrid, 1988, N. del T.]), tesis doctoral que D eleu ze acababa de presentar bajo la di
rección de M. de Gandillac, y que defendería a principios de 1969. Se puede comparar sobre todo
con los capítulos IV y V.
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
Inform e de la sesión
1 VA verbo español d iferen cia r tiene en francés tíos acepciones gráficamente marcadas: différen-
tie r; que se usa preferentemente en matemáticas (cálculo diferencial), y différencier.; de uso más
generalizado, pero en algunos casos característico de la d iferen ciación en el sentido b iológico del
término. Deleuze explica en este texto (y más extensamente en D ife re n cia y repetición) ambos sen
tidos, y forja el término com plejo e intraducibie différenfc/t )ia tion para referirse al mismo tiempo
a las dos dimensiones del proceso, la virtual y la actual (A', del
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
Estos son los dos aspectos correlativos de la d iferen cia ció n (différen cia -
tion): especie y partes, especificación y organización. Constituyen las con-
diciones de la representación de las cosas en general.
Pero si la diferenciación tiene, en este sentido, dos formas complementa-
rias, ¿cuál es el agente de esta distinción y de esta complementariedad? Tan-
to en la organización como en la especificación, encontramos únicamente
dinamismos espacio-temporales, es decir, agitaciones espaciales, cavidades
temporales, puras síntesis de velocidades, de direcciones y de ritmos. Des-
de los mismos caracteres más generales de ramificación, de orden y de cla-
se, hasta los más genéricos y específicos, todo depende ya de tales dinamismos
o direcciones de desarrollo. Y, simultáneamente, bajo los fenómenos parti-
tivos de la división celular, encontramos aún instancias dinámicas, migra-
ciones celulares, plegamientos, invaginaciones, prolongaciones que constituyen
una «dinámica del huevo». El mundo entero es, a este respecto, un huevo.
Ningún concepto podría ser lógicamente dividido en la representación si
esta división no estuviera determinada por dinamismos sub-representativos:
lo vemos perfectamente en el proceso platónico de la división, que sólo actúa
en función de las dos direcciones de la izquierda y la derecha y, como en
el ejem plo ele la pesca con caña, con ayuda de determinaciones del tipo
«roclear-y-golpear» o «de arriba abajo y de abajo arriba», etcétera.
Estos dinamismos presuponen siempre el campo en el cual se producen,
y fuera del cual no podrían tener lugar. Este campo es intensivo, es decir,
implica una distribución de diferencias de intensidad en profundidad. Aun-
que la experiencia nos ponga siempre ante intensidades ya desarrolladas
en extensiones, ya recubiertas por cualidades, hemos de concebir, justa-
mente como condición de la experiencia, unas intensidades puras implica-
das en una profundidad, en un spatium intensivo que preexiste a toda
cualidad y a toda extensión. La profundidad es la potencia del spatium pu-
ro e inextenso; la intensidad no es más que la potencia de la diferencia o
de lo desigual en sí, y cada intensidad es ya una diferencia del tipo E-E’, en
donde E remite a su vez a e-e', y e a e-e’, etcétera Un campo de estas ca-
racterísticas constituye un entorno de individuación. Por ello, no basta con
notar que la individuación no opera ni mediante una especificación pro-
longada (species Ínfima) ni mediante composición o división de partes (pars
ultima). No basta con descubrir una *
diferencia de naturaleza entre la indi-
viduación, por una parte, y la especificación o la partición, por otra. Por-
que, además, la individuación es la condición previa para que la especificación
y la partición o la composición operen en un sistema. La individuación es
intensiva, y está presupuesta en toda cualidad o especie, en toda extensión
o parte que venga a realizar o a desarrollar el sistema.
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
sico o biológico, sino que enuncia las categorías de todo sistema en gene-
ral. Al igual que la experimentación física, las experiencias psíquicas de tipo
proustiano implican la comunicación de series dispares, la intervención de
un precursor oscuro, resonancias internas y movimientos forzados de los
cuales resultan. Sucede constantemente que algunos dinamismos, cualifica-
dos del modo que fuere en algún dominio, se renuevan de una forma com-
pletamente distinta en otro dominio. El dinamismo geográfico de la isla (la
isla que se desprende del continente o la que surge de las aguas) se renueva
en el dinamismo mítico del hombre que habita la isla desierta (una ruptura
derivada y un reiniciarse original), ferenzci ha mostrado el modo en que,
en la vida sexual, el dinamismo físico de los elem entos celulares se en-
cuentra renovado en el dinamismo psíquico de las personas.
Los dinam ism os^ todo lo que les acompaña operan bajo todas las formas
y extensiones cualificadas de la representación, y constituyen, más que un
esbozo, un conjunto de líneas abstractas procedentes de una profundidad
inextensa e informal. Extraño teatro, hecho de determinaciones puras que
perturban el espacio y el tiempo, que actúan directamente sobre el alma,
teatro cuyos actores .son larvas y para el que Artaud eligió el apelativo de
«crueldad». Estas líneas abstractas conforman un drama que corresponde a
tal o cual concepto, y que dirige a su vez su especificación y su división.
Sucede en el conocim iento científico, pero también en el sueño, y es así
también com o se dramatizan las cosas en sí mismas. Dado utj concepto,
siempre se puede buscar su drama, pues n u n ca el concepto llegaría a d iv i-
dirse ni a especificarse en el mundo de la representación sin los dinamis-
mos dramáticos que le determinan en un sistema material que se halla bajo
toda representación posible. Tomemos el concepto de «verdad»: no basta
con preguntar abstractamente «¿Qué es la verdad?» Preguntamos quién quie-
re la verdad, cuándo y dónde, cómo y cuánto, y nuestra tarea consiste en
asignar sujetos larvados (el celoso, pongam os por caso) y puros dinamis-
mos espacio-tem porales (bien el surgir de la cosa en sí misma a cierta
hora, en cierto lugar, o bien la acumulación de indicios y signos hora a hora
y a lo largo de un camino interminable). Cuando se nos enseña que el con-
cepto de verdad, en la representación, se divide en dos direcciones, una en
la cual lo verdadero surge «en persona» y en una intuición, y otra en la cual
se infiere de otra cosa o se concluye a partir de indicios como algo que no se
halla presente, no es difícil recobrar, bajo estas teorías tradicionales de la
intuición y la dedu cción , los dinamismos de la investigación o de la con-
fesión, de la acusación o de la indagación, que actúan en silencio y dra-
máticamente para determinar la división teórica del concepto.
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
gica que sea, para la filosofía, superior a la de las nociones de verdad y fal-
sedad. Pues'el sentido depende de la distribución y de la distinción de es-
tos puntos de fulgor en el seno de la Idea. Concebimos, pues, una deteiTninación
completa de la Idea que, obrando de esta manera, constituye el segundo
aspecto de la razón suficiente. La Idea se presenta entonces como una mul-
tiplicidad que ha de ser recorrida en los dos sentidos, desde el punto de
vista de la variación de las relaciones diferenciales, y desde la perspectiva
de la distribución de las singularidades que corresponde a valores determi-
nados de aquellas relaciones. El procedim iento que antes hem os deno-
minado de vice-dicción se confunde con este doble recorrido y esta doble
determinación, recíproca y completa.
De ello se siguen abundantes consecuencias. En primer lugar, la Idea, de-
finida de esta forma, no dispone de actualidad alguna. Es virtual, pura vir-
tualidad. Todas las relaciones diferenciales, en virtud de la determinación
reciproca, y todas las distribuciones de singularidades, en virtud de la de-
terminación completa, coexisten en la multiplicidad virtual de las Ideas. La
Idea sólo se actualiza en la medida en que sus relaciones diferenciales se
encarnan en especies o cualidades separadas, y en la medida en que las sin-
gularidades concomitantes se encarnan en una extensión que corresponde
a aquella cualidad. Las especies están hechas de relaciones diferenciales en-
tre genes, así com o las partes orgánicas están hechas de singularidades
encarnadas (los «locí»). Subrayamos, pues, su absoluta condición de no-seme-
janza: ni la especie ni la cualidad se parecen a las relaciones diferenciales
que encarnan, ni las singularidades se parecen a la extensión organizada
que las actualiza.
Si la cualificación y la partición constituyen los dos aspectos de la dife-
renciación, se diría que la Idea se actualiza por diferenciación. Para ella, ac-
tualizarse es diferenciarse. Por tanto, en sí misma y en su virtualidad, está
totalmente indiferenciada. Sin embargo, esto no significa que sea indeter-
minada. Hemos de otorgar la m ayor importancia a la diferencia entre las
dos operaciones, señalada por el rasgo distintivo t/c. diferenciar ( d ifféren-
tier) y diferenciarse (différencief). La Idea en sí misma, o la cosa en la Idea,
no está en absoluto diferenciada ( dijférenciée), ya que carece de las cua-
lidades y partes necesarias para ello. Pero está perfecta y completamente
diferenciada (différentiée), pues dispone de relaciones y singularidades que,
sin semejanza alguna, se actualizarán en las cualidades y en las partes. Pa-
rece entonces com o si toda cosa tuviera dos «mitades» dispares, desem e-
jantes y asimétricas, cada una de las cuales se dividiría ella misma en otras
dos: u n a m itad ideal, que pertenece a lo virtual y que está constituida a su
vez por relaciones diferenciales y por singularidades concomitantes; y una
m itad actual, constituida al mismo tiempo por las cualidades que encarnan
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
Discusión
' Jean Wahl (1888-1974). filósofo y poeta, con ocido por sus estudios sobre la filosofía estadou
nidense, sobre Descartes, Platón, y sobre las filosofías de la existencia (Kierkegaard, Sartre).
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
Pierre-M axim e Schu hlS Le plantearé una pregunta a Deleuze. Querría sa-
ber cómo, a su modo de ver, se presentaría la oposición entre lo natural y
lo artificial, que no se dinamiza espontáneamente, pero que puede dina-
mizarse mediante la autorregulación.
G. D eleu ze- ¿No ocurre eso mismo debido a que el artificio implica di-
namismos propios, sin equivalente en la naturaleza? Usted ha mostrado fe
importancia de las categorías de lo natural y lo artificial, especialmente en
el pensamiento griego. Pero tales categorías, ¿no se diferencian justamente
en función de dinamismos, en función de recorridos, de lugares y de di-
recciones? Tanto en lo artificial como en los sistemas de la naturaleza hay
organizaciones intensivas, precursores, sujetos esbozados, toda una espe-
cie de vitalidad, un carácter vital, aunque sea de otro m odo...
1P.-M. Schuhl (1902-1984), especialista en filosofía antigua, consagró varios d e sus trabajos al
pensamiento de Platón.
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
F. F e rd in a n d A lq u ié (1 9 0 6 -1 9 8 5 ), filó so fo , e sp e c ia lista en D e sc a r te s y K an t, fu e u n o d e lo s p ro
fe s o r e s d e D e le u z e e n la S o rb o n n e .
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
* Michel Souriau, filósofo, dedicó estudios a la filosofía de Kant y al problema del tiempo.
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
L. Prenant.- Creo, por otra parte, que cuando una substancia simple «ex-
presa» el universo, no lo hace siempre mediante imágenes; 1(5 expresa ne-
cesariam ente m ediante una cu alidad -co n sc ie n te o no (com o m ucho,
parcialmente consciente según la actividad finita de una substancia crea-
da)-, que responde a un sistema de relaciones variables según el «punto de
vista». Sólo Dios puede pensar la totalidad de estas virtualidades con una
perfecta distinción, lo que anula toda necesidad de cálculo de probabilida-
des por su parte...
Pero yo quería hacerle una segunda pregunta. Esa virtualidad que pre-
tende corresponder a una existencia, ¿no es un estorbo para el sabio que
busca una clasificación y que se encuentra con indicios «sucios» que le obli-
gan a redefinir sus especies? Dicho de otro modo, ¿se trata de otra cosa que
de una expresión progresiva y móvil?
/. B eau ffret- Entonces, planteo la pregunta: ¿por quién, hasta qué punto,
cómo, dónde y cuándo? ¿Por quién puede ser superada? Yo supongo o per-
cibo q u e ...
J . B eau ffret- Yo creo que nos conformamos demasiado pronto con esta
oposición entre Dionisos y Apolo, que efectivamente aparece muy nítida-
mente en E l nacim iento de la tragedia. Pero cada vez es más fuerte mi im-
presión de que, hay un tercer personaje, por así decirlo, que aparece en
Nietzsche y que, cada vez con más insistencia, llama Alción. No sé qué es
lo que hace, pero me extraña que lo A lkyonische, com o él lo llama, sea
cada vez más el cielo de Niza, es como una dimensión que no se identifica
exactamente ni con la dimensión dionisíaca ni con la apolínea. Y, al final
de Más allá del bien y del m al, Nietzsche habla de su encuentro con Dioni-
sos y dice que el dios le ha respondido «con su sonrisa alciónica». Me he
preguntado qué querría decir exactamente esa «sonrisa alciónica» de Dioni-
sos. Por esta razón, creo que Nietzsche es más reticente de lo que usted lo
presenta. Me parece que es un descubrimiento tardío.
¿Qué es... ?, sino denunciar la forma de esta pregunta y de todas sus res-
puestas po sibles. Cuando pregunto ¿Q ué es...?, supon go que hay una
esencia tras las apariencias, o al m enos algo último tras las máscaras. El
otro tipo de pregunta, por el contrario, descubre siem pre nuevas m ásca-
ras tras la máscara, desplazam ientos en todos los lugares, nuevos -casos»
solapados en cada caso.
Señala usted la profunda presencia de una operación temporal en el tó ti
en eínai. Pero yo pienso que esta operación no depende, en Aristóteles, de
la pregunta ¿Qué es...?, sino, al contrario, de la pregunta ¿quién?, de la cual
se sirve Aristóteles para expresar su antiplatonismo. Tó tí a significa «¿quién
es?» (o, mejor, quién es ente).
Me pregunta usted por el alcance de la dramatización. ¿Es únicamente psi-
cológica o antropológica? No creo que el hombre tenga ningún privilegio.
En todo caso, lo que dramatiza es. el inconsciente. Hay todo tipo de relevos
y resonancias entre los dinamismos físicos, biológicos y psíquicos. Acaso la
diferencia entre esos dinamismos proceda ante todo del orden de la Idea
que se actualiza. Habría que determinar esos órdenes de Ideas.
G. D eleuze- Usted me dice que para Maimón hay una ilusión. Le com -
prendo, pero no era mi objetivo hacer una exposición de Maimón. Si lo
que me pregunta es cuál es el papel de la ilusión en el esquem a que pro-
pongo, le respondo que ninguno. Porque me parece que poseem os los
medios para penetrar en lo sub-representativo y para llegar hasta la raíz de
los dinamismos espacio-tem porales, hasta las Ideas que se actualizan en
ellos: Jo s elementos y acontecimientos ideales, las relaciones y las singu-
laridades son perfectamente determinables.)La ilusión aparece después, del
lado de las extensiones constituidas y de las cualidades que llenan esas
extensiones.
G. D eleuze- Eso es. Para resumir, diría que no nos hacemos ya la misma
concepción del inconsciente que Leibniz o que Maimón. Freud ha pasado
por aquí. Hay, por tanto, un desplazamiento de la ilusión...
]. Wahl.- Si nadie más pide la palabra, creo que sólo me queda expresar
mi agradecimiento a G. Deleuze y a todos aquellos que han tenido a bien
intervenir en la discusión.
LA ISLA DESIERTA
Y OTROS TEXTOS
Textos y entrevistas (1953-1974)
Gilíes Deleuze
Edición preparada p o r D avid Lapoujade
PRE-TEXTOS
E s t a o b r a s e b e n e f i c i o d e l P. A. P. G A R CÍA LORCA,
P r o g r a m a d e P u b l ic a c ió n d e l S e r v ic io d e C o o p e r a c ió n y d e A c c ió n C u l t u r a l
d e l a E m b a ja d a d e F r a n c ia e n E s p a ñ a
y d el M in is t e r io f r a n c é s d e A s u n t o s E x t e r io r e s
M in is t e r e Fr a n c a is c h a r g e d h l a C u l t u r e - C e n t r e n a t io n a l d u eiv r e
© de la presente edición:
PKK-TKXTOS, 2005
Luis Santángel, 10
46005 Valencia
G u a im I m p r f s c ) r i :s , S . E. - T el . 96 JS 1 9 0 6 0 - P o l . I n d . d e A i .d a i a
4 6 9 6 0 A l d a ia (V a l e n c ia )
CENTRO DE MEDICINA Y ARTE esquizoanalisis.com.ar
ÍNDICE
PRESENTACIÓN .............................................................................................................9