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Actividad: Taller de Escritura

Cadáver exquisito
Es una técnica por medio de la cual se ensamblan colectivamente un conjunto de
palabras o imágenes; el resultado es conocido como un cadáver exquisito o cadavre
exquis en francés. Es una técnica usada por los surrealistas en 1925, y se basa en un
viejo juego de mesa llamado "consecuencias"[cita requerida] en el cual los jugadores
escribían por turno en una hoja de papel, la doblaban para cubrir parte de la escritura, y
después la pasaban al siguiente jugador para otra colaboración.

El cadáver exquisito se juega entre un grupo de personas que escriben o dibujan


una composición en secuencia. Cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió
el jugador anterior. El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por
primera vez en francés: « Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau » (El cadáver
exquisito beberá el vino nuevo). En resumidas cuentas se combinan cosas de una idea
agregando elementos que pueden o no pertenecer a la realidad. Los teóricos y asiduos al
juego (en un principio, Robert Desnos, Paul Éluard, André Bretón y Tristan Tzara)
sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva,
espontánea, lúdica y en lo posible automática. De hecho, muchos de estos ejercicios se
llevaron a cabo bajo la influencia de sustancias que inducían estados de
semiinconsciencia o durante experiencias hipnóticas.

Neruda y Lorca los llamaron poemas al alimón; Nicanor Parra y Huidobro,


quebrantahuesos (Junto a Parra, Enrique Lihn y Jodorowsky hicieron una exposición
denominada "el quebrantahuesos"

Nicolas Calas –vanguardista suizo- sostenía que un cadáver exquisito tiene la


facultad de revelar la realidad inconsciente del grupo que lo ha creado, en concreto los
aspectos no verbalizados de la angustia y el deseo de sus miembros, en relación con las
dinámicas de posicionamiento afectivo dentro del mismo. Ernst observó que el juego
funciona como un 'barómetro' de los contagios intelectuales dentro de un círculo de
creadores.

Decía Rulfo que no existen más que tres temas básicos: el amor, la vida y la
muerte: para captar su desarrollo normal, hay que saber cómo tratarlos, qué forma
darles, sin repetir lo que han dicho otros. En tanto metabolismo continuado de anteriores
lecturas, podría considerarse si la literatura no es en sí misma un gran cadáver exquisito
a partir de temas y preocupaciones bastante simples.

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