VII ENCUENTRO DE INVESTIGADORES,

BECARIOS Y TESISTAS
DE LA PATAGONIA AUSTRAL

Puerto San Julián, Santa Cruz

24 al 26 de octubre de 2022

Universidad Nacional de la Patagonia Austral

 VII Encuentro de Investigadores de la Patagonia Austral
24 al 26 de octubre de 2022 - Puerto San Julián, Santa Cruz, Argentina

7° Encuentro de Investigadores, Becarios y Tesistas de la Patagonia Austral:

Libro de artículos cortos / 1a ed. - Río Gallegos: Universidad Nacional de la
Patagonia Austral, 2023.
Libro digital, PDF

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-48866-1-3

1. Investigación de Campo. 2. Desarrollo Tecnológico. 3. Patagonia.

CDD 378.007

2
 VII Encuentro de Investigadores de la Patagonia Austral
24 al 26 de octubre de 2022 - Puerto San Julián, Santa Cruz, Argentina
TIEMPOESPACIOS MÚLTIPLES Y RACIONALIDADES DE
LAS CIENCIAS SOCIALES
Karina S. Giomi
kgiomi@untdf.edu.ar
Instituto de Cultura, Sociedad y Estado. Universidad Nacional de Tierra del Fuego, AeIAS
CONTEXTO
Esta presentación se inscribe en el PID-UNTDF-B-
20/2019 “Política y subjetividad: capitalismo y lazos
sociales en el espacio público a partir de discursos
seculares y confesionales en organizaciones sociales
de Tierra del Fuego” (Karina Giomi-José Antonio
Martínez Cugat). Instituto de Cultura, Sociedad y
Estado de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego,
AeIAS.
RESUMEN
Desde diversas reflexiones historiográficas de la
Historia Cultural, el pensamiento poscolonial y la
filosofía posfundacional, retomamos la tesis que
sostiene que abrir el debate historiográfico implica
poner en cuestión la racionalidad de las ciencias
sociales en general (Campagno y Lewkowicz, 2007).
El problema es superar un debate decimonónico en las
ciencias sociales entre las tradiciones nomológica e
ideográfica, e impensar categorías (Wallerstein,
2009) proponiendo modos no esencializados de las
mismas (Rufer, 2012). Se trata de pensar los
fenómenos desde formas no clausurantes a fin de
deconstruir la racionalidad que los inscriben en una
temporalidad y espacialidad única, teleológica, lineal,
homogénea y vacía, propia del orden social moderno-
estatal-capitalista-colonial. En ese sentido, se exponen
las construcciones de múltiples tiempoespacios
siguiendo a Wallerstein (1998): tiempoespacio
geopolítico-episódico; cíclico-ideológico; estructural;
eterno; transformacional; y se retoma la noción de
regímenes de historicidad (Lewkowicz, 1996), a fin de
problematizar a partir de múltiples mediaciones y
contradicciones, la secularización y la particularización
del espacio público como espacio político.
Palabras clave: tiempoespacios- ciencias sociales-
racionalidades- regímenes de historicidad- espacio
público
1. INTRODUCCIÓN
Desde el aporte de distintas reflexiones
historiográficas provenientes de variados enfoques
enmarcados en los campos de la Historia Cultural, el
pensamiento poscolonial y la filosofía política
posfundacional, retomamos la tesis que sostiene que
abrir el debate historiográfico implica poner en
cuestión la racionalidad de las ciencias sociales en
general. Consideramos principalmente los desarrollos
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de los historiadores argentinos Campagno y
Lewkowicz (2007): “Nuestra lectura intenta
circunscribir los límites del dispositivo de
pensamiento que, durante largo tiempo, ha
organizado la racionalidad de las ciencias sociales” (p.
20). Respecto a esto último, un ideal de cientificidad
racionalista había exigido como requisito la
preexistencia teórica de un objeto unificado y que
unificara la racionalidad de cada campo disciplinar; sin
embargo, dicha exigencia solo se sostiene planteando
una visión particular de cientificidad como un estándar
fijo. No se trata de un problema establecido en
términos de cuál de las teorías sociales cumple o no,
o cumple mejor, los requerimientos formales de una
ciencia social, sino que, por el contrario, el problema
es el de plantear “la posibilidad a priori de
estructuración consistente” de un objeto unificado,
para cualquier disciplina, ya sea “la” historia, “la”
sociedad, u otros (Campagno y Lewkowicz, 2007).
En síntesis, no se trata de una debilidad de tal o cual
disciplina social sino de un problema vinculado a la
suposición de una totalidad del campo científico
social, al que se intenta dar previamente una
consistencia rigurosa. El marco crítico del pensamiento
social contemporáneo, precisamente, rechazará ese
supuesto, en tanto sus consecuencias son
deterministas. Por ejemplo, desde la línea del
pensamiento político posfundacional, el politólogo
argentino E. Laclau (2009) sostendrá como punto de
partida que la sociedad es un imposible; se trata,
entonces, de un esfuerzo por pensar las condiciones
políticas de lo que denominamos sociedad, desde
categorías que den cuenta de una racionalidad no
clausurante, no esencialista.
Para Campagno y Lewkowicz (2007) lo que viene
sucediendo es que lxs científicxs sociales tienden a
evitar la pregunta, por considerarla evidente, o porque
minimizan su valor a partir de las prácticas que de
hecho realizan. Se puede formular este problema en
términos de un desfasaje: se generan prácticas que no
se sustentan en los supuestos teóricos que
discursivamente proclaman; y a la vez, esos
supuestos teóricos continúan muchas veces siendo
coincidentes con marcos decimonónicos de la ciencia
social, ya sea pertenecientes a las tradiciones
nomológica o ideográfica, antinomia que el filósofo
estadounidense, Wallerstein (2007), considera falsa.
Wallerstein propone impensar las ciencias sociales
que todavía están bajo las premisas epistemológicas
del siglo XIX, es decir, repensar supuestos
ontológicos, teóricos, epistemológicos y
metodológicos que están a la base de las ciencias
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sociales decimonónicas y que constituyen obstáculos
epistemológicos para pensar el mundo histórico-social
actual. Entre otros, los supuestos son: a) una visión del
desarrollo (progreso) bajo la influencia historiográfica
nomotética; b) ausencia del tiempo y del espacio
en el análisis por las ciencias sociales, por
considerarlas constantes físicas, variables exógenas;
c) una fragmentación entre niveles: económico,
político, socio-cultural; d) la antinomia (falsa –ya
que responde a supuestos de la misma racionalidad-
) entre una lógica deductiva (nomotética) donde
explicar es subsumir un caso a una ley, y una lógica
inductiva (ideográfica) en la que se partiría de casos
particulares a fin de generalizar. Por el contrario,
Wallerstein (2007) propone otro paradigma para las
ciencias socio-históricas que introduzca
tiempoespacios múltiples, a partir de entenderlos
como construcciones sociales fluidas y variables
endógenas para analizar la estructura social y la
transformación histórica. Se trata de analizar la
multiplicidad de tiempoespacios para comprender las
formaciones sociales desde formas no clausurantes, y
de deconstruir la racionalidad que supone una
temporalidad y espacialidad única, teleológica, lineal,
homogénea y vacía, propia del orden social moderno-
estatal-capitalista-colonial. En línea con lo anterior, el
historiador P. Hupert (2022) retoma un recaudo
metodológico de Lewkowicz, proponiendo que el
cambio en la historia no se observa desde un punto
exterior al discurso sino que las transformaciones en
los conceptos o en los discursos, indican que el
mundo ha cambiado: “No existe ese tal fuera del
mundo desde el cual podríamos describirlo. Nuestras
categorías pertenecen a ese mismo mundo que
cambia. No tienen el don trascendente de la
observación. Habitan bajo la condición inmanente
de la implicación. La alteración que analizan a la
vez las altera. Nuestras categorías proceden del
mismo campo en el que trabajan” (Lewkowicz, 2018,
citado en Hupert, 2022). Campagno y Lewkowicz
(2007) entienden que la Historia se ocupa, no del
pasado como objeto unificado, sino del cambio, de las
transformaciones, y entre esas transformaciones está
precisamente la de las herramientas conceptuales y
metodológicas que se emplean para pensarlas. Así,
durante mucho tiempo, la racionalidad decimonónica
de las ciencias sociales, de corte racionalista, siguió
unificando dos preguntas diferentes (la del cambio
histórico y la de la continuidad) bajo el supuesto de
un objeto preexistente unificado: el principio
explicativo de la continuidad debía explicar al mismo
tiempo la transformación social. Sin embargo, para
Campagno y Lewkowicz (2007) se trata de dos
preguntas diferentes, que deben analizarse en
situación, a partir de una lectura de prácticas:
¿Por qué se tiene que explicar todo desde un mismo
principio? ¿En qué condiciones teóricas dos
problemas de distinta índole pueden ser postulados
como dos aspectos de lo mismo? ¿Qué ideal de
ciencia está operando en esta suposición? …La
sutura de ambos problemas bajo una misma
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fórmula, o mejor, el carácter imperceptible de esta
sutura procede del cumplimiento (…) de una
condición exterior asumida como determinación
o exigencia propia. El influjo exterior aquí
asumido como interno es la hegemonía de una
filosofía que impone un ideal de cientificidad a
las disciplinas sociales, que sólo otorga validez a
aquello que se aproxima a su representación de
ciencia (p. 23)
En relación a lo anterior, los autores van a plantear
un nuevo modelo de historicidad en el que el
cambio y la continuidad no responden a un principio
unificado por un objeto disciplinar preexistente.
2. DESARROLLO
Como se indicó, existen dos tradiciones de las
ciencias sociales que se consolidan en el Siglo XIX,
cuyos límites actuales señala Wallerstein (2007): por
un lado, la tradición nomotética –o tradición
naturalista-, por otro lado, la tradición ideográfica –
ligada al comprensivismo-. Wallerstein (2007)
propone el desafío de lograr nuevos supuestos para
las ciencias sociales críticas, entre ellos, la noción
de sistema-mundo, contra la fragmentación
disciplinar que separa niveles económicos, políticos
y sociales; y además, el rechazo a la presuposición
de una temporalidad y espacialidad abstracta, a partir
de identificar diversos tiempoespacios:
a. Tiempoespacio geopolítico episódico: refiere a
categorías por medio de las cuales se discute la
historia inmediata, remite al corto plazo, los eventos
reciben los significados que les han dado por el
contexto en el cual ocurren. Por ejemplo, el periódico
en el presente, o la toma de la Bastilla en 1789.
b. Tiempoespacio cíclico ideológico: alude a
categorías que algunas veces explican la historia
inmediata, o a mayor plazo, e implican alguna
situación derivada de una evaluación del significado
de la ubicación de grupos particulares en el tiempo y
el espacio. Por ejemplo, se las elecciones por las
diferencias entre “católicos-protestantes” (lrlanda).
c. Tiempoespacio estructural: son de larga duración,
categorías que definen la clase de sistema histórico
en el cual
vivimos, y sus fronteras en el tiempo y el espacio.
Por ejemplo, el desarrollo de Occidente, o el
crecimiento de una región determinada a partir de las
explicaciones estructurales del funcionamiento del
moderno sistema mundial.
d. Tiempoespacio eterno: hay irrelevancia del tiempo
y del espacio en el análisis cuando se buscan
explicaciones que pretenden establecer leyes sociales,
relaciones entre causas, condiciones y efectos. Por
ejemplo, si se buscan influencia de factores en un
comportamiento social. También puede referir al uso
de modelos conceptuales.
e. Tiempoespacio transformacional: excepcionalidad
del acontecimiento y sus consecuencias en los
cambios (de las instituciones, del mundo, de nosotros
mismos). Marca un antes y un después; lo importante
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es su significación, inaugura algo, “parece indicar que
era el momento preciso, era el tiempo y el espacio
para que eso ocurriera” (Wallerstein, 1998). Por
ejemplo, Cristo; la revolución de la agricultura, la
emergencia de filosofía en Grecia y no en otro lugar,
entre otros. Cada uno de estos Tiempoespacios
implica un nivel de análisis diferente, ninguno es
concluyente, todos son construcciones que podrían
objetarse. En tanto construcciones son parte de la
racionalidad de las ciencias sociales y son co-
constitutivos de los fenómenos que se van a analizar.
Entonces, implican diferentes racionalidades para las
ciencias sociales, que guardan inconmensurabilidad
entre sí.
En este punto, retomemos la introducción: ¿cómo se
explica el cambio? ¿cómo se explica la continuidad?
¿implican la misma pregunta? ¿son dos preguntas
diferentes? Para elucidar esto, seguimos el
pensamiento de I. Lewkowicz (1996).
El autor propone que existen registros o
regímenes de historicidad, y que cada registro
tiene un tipo de fenómeno que lo historiza. Puede
ser una historia de las mujeres, de la lucha
obrera, de la infancia, del agua, etc. Pero esto no
implica un supuesto unificador de época: “si uno
intenta articular esta multiplicidad, se encuentra
que hay conexiones, superposiciones,
enfrentamientos y disyunciones, es decir, toda
una serie de fenómenos no formalizables pero
que insisten produciendo efectos” (Lewkowicz,
1996). Historizar es una intervención, dado que
la historia no tiene objeto. Historizar es un modo
de producir el fenómeno social, a nosotros
mismos, a nuestro mundo humano. Historizar es
enfrentar el problema de la transformación (“la
operación que distingue entre lo mismo y lo
otro”) y no “el pasado”. En ese sentido, lxs
científicxs sociales abordamos diversos registros
de historicidad, y en principio, “para cada
registro hay un tipo específico de fenómenos que
periodiza, un tipo de fenómenos que produce un
corte, un tipo de fenómenos que produce
alteración” (Lewkowicz, 1996). A partir de las
anteriores consideraciones, el autor, aborda
una serie de criterios que le permiten trazar dos
modelos de historicidad. Se contrapone al
primero y busca afianzar el segundo.

Cuadro I. Modelos de historicidad (Lewkowicz)

Lógica complementaria (totalización)
Supone “EL” universal
Modelos Determinaciones estructurales y secuenciación. No hay
diferencia temporal y por ende no hay historia.
Historia en sentido historicista/
Criterios Historia en sentido estructural
Concepto Historicidad en sentido estructural: se llama historizar a la
de operación que inscribe un término en la dinámica de una
historicidad estructura. Riesgo: las temporalidades de la estructura clásica
sitúan un término en el devenir pero lo acotan en un devenir
homogéneo, reglado, en el que jamás aparece lo nuevo, lo otro.
Historización secuencial: historizar algo es inscribirlo en una
secuencia. Riesgo: Sustancialización y evolución; despliegue
de accidentes a lo largo del tiempo sobre una sustancia
homogénea que subyace sin alteración.
Regímenes Época unificada como amalgama disolvente. Supone que
de cada vez que hay una conexión efectiva entre dos términos
historicidad hay una articulación lógica.
Supone una interrelación de todo lo que acontece en el
mismo marco cronológico y geográfico.
Lógica suplementaria (incompletud de lo simbólico)
Supone “UN” universal (universos)
Posibilidad de historizar: hay historia solo si hay
diferencia temporal en una situación.
Historia en sentido
Acontecimental
Se historiza en situación. Historizar es inscribir en una
situación. Correlativamente, cuando se piensa en
términos de acontecimiento, historizar es suplementar
con un acontecimiento la estructura de una situación.
Hacer historia es historizar en lo real. Es intervención:
historización de los fenómenos en los que de hecho se
está interviniendo. Operación que desarticula las
temporalidades resistentes. Una operación que reordena
las temporalidades, que, al hacer advenir un término
nuevo, manda o reordena los términos a un pasado en la
medida en que un término nuevo reordena las
presencias.
Distintas situaciones se conectan bajo el modo no
identitario de la suplementación, la conexión, el
choque, la sorpresa, la subversión de las condiciones de
posibilidad, etc.
Cada registro tiene su tipo de historicidad, significa que
tiene un tipo fenómenos que lo historiza. También tiene
su tipo de regularidades, un modo específico de
producción de términos regulares.

Concepto La alteridad es exterior, en el caso del estructuralismo. Una El problema decisivo es la alteración de lo mismo:
de variación es solo una modificación dentro de las invariantes. ¿cómo lo mismo deviene otro en la inmanencia de un
transforma- El riesgo es “ver solo semejanzas”. proceso?
ción El problema de la transformación efectiva es el
problema de “la operación que distingue entre lo
mismo y lo otro”. Tenemos transformación sólo cuando
aparece un punto de alteridad.

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Dialéctica Universal-Particular-Singular (todo-pocos-uno), desde una Particular-Universal-Singular, desde una lógica

lógica cuantitativa: deductiva-inductiva. cualitativa (“un singular-universal”).
Juego de Caso 1: El presente repite el Caso 2: El presente elimina Caso 3: Suplementación. El presente altera el pasado.
relaciones pasado. el pasado. “Operación actual de historización, por la cual la
entre dos “puro pasado sin historia, “puro presente sin historia, marca anterior cambia su sentido”
marcas porque lo que fue es lo único porque lo que fue se fue, no
que es” dejó huellas”
Marca 1: Identidad/ Estructura (queda condicionada al
Marca 1: Marca 1: efecto de la segunda marca)
Identidad/Estructura Identidad/Estructura
Marca 2: se agrega descompletando la marca 1, la
Marca 2: Se identifica con lo Marca 2: quiere sustituir a reordena y resignifica=historiza.
anterior (no es nueva, es solo la marca anterior,
una ocurrencia más de la eliminarla. Sustituiría sin
marca 1, es la misma marca). resto una identidad por otra.
Fuente: Elaboración propia con fragmentos tomados de Lewkowicz (1996; 1998)

Analicemos lo anterior a partir de un ejemplo que e. Tiempoespacio transformacional: se podría

retoma el pensador poscolonial Rufer (2010).
Refiere el caso argentino de la Ex ESMA (Escuela
de Mecánica de la Armada) y la creación del Museo
de la Memoria frente a los crímenes de lesa
humanidad cometidos en la última dictadura militar
entre 1976 y 1983. En el acto de conmemoración, uno
de los líderes del Movimiento Indígena Argentino
solicitó el reconocimiento del genocidio indígena por
parte del Estado, en la década del 1880, así como
desde los inicios del colonialismo; sin embargo, no
se contempló su reclamo. Sin profundizar detalles, se
puede observar que los pobladores originarios en ese
acto, estaban dislocando el discurso estatal y la
historia oficial, inscribiéndose en la historia nacional
y visibilizando sus luchas políticas en el presente,
mostrando su actualidad. Para Rufer (2010) se trata
de pensar esas voces en tanto híbridas (no puras) y
captar una posición activa en el empleo estratégico de
reglas del discurso estatal que los representa como
excluidos de la historia. Tomemos este fenómeno
social, ahora desde los múltiples tiempoespacios que
propone Wallerstein:
a. Tiempoespacio geopolítico-episódico: discusión
sobre la historia inmediata. Situación en ExESMA.
Solicitud de pueblos originarios de ser parte del
Museo de la Memoria.
b. Tiempoespacios estructurales: referencias
dimensiones estructurales del capitalismo y la
colonización.
c. Tiempoespacios cíclico-ideológico: análisis de los
imaginarios en términos de una nación homogénea
jurídicamente organizada vs. imaginarios de
múltiples comunidades de pueblos originarios en
Argentina. Se podrían introducir nociones de
interculturalidad y/o plurinacionalidad.
d. Tiempoespacio eterno: se construirían modelos
teóricos, por ejemplo, siguiendo a Rufer (2010)
“sociedades de cultura” (arcaizadas, folclorizadas,
desactivadas de su capacidad política en el presente)
/ o “sociedades de historia” (disputan un lugar en la
historia a partir de las intervenciones políticas en el
presente). En este nivel, no interesa tanto el tiempo y
el espacio, sino la caracterización y las operaciones de
cada modelo conceptual.
considerar que la intervención en la ExESMA
viene a nombrar el
“genocidio”, es decir, una novedad, un quiebre, una
modificación del pasado. El pasado se modifica, por
más paradójico que pueda resultar (Wallerstein,
2007). La situación que expone el caso tiene
significatividad transformacional o acontecimental
porque marca un antes y un después. El “genocidio”
por parte del Estado-Nación Argentino no existía en
el pasado (antes solo existía una “conquista al
desierto”), solamente porque fue nominado en el
presente empezó a existir en el pasado, y de ese modo,
modificó el pasado, lo alteró.
Consideramos que este ejemplo es claro para
comprender que las investigaciones sociales que
propongamos pondrán en juego una multiplicidad de
tiempoespacios y registros, entendidos como
intervención crítica de lxs investigadorxs sociales. En
relación a la propuesta de regímenes de historicidad
que propone Lewkowicz, siguiendo con el ejemplo,
podemos considerar:
Marca 1: Estado – Nación y “la conquista del
desierto”.
Marca 2: Pueblos originarios: nombran en el
presente el “genocidio indígena”. Desde la
historia “oficial”, en el caso del Museo de la
Memoria (ExESMA), el “Terrorismo de Estado”
solo se reconoció en las dictaduras, pero no en
las masacres indígenas.
Si se interpreta el ejemplo en términos del juego
entre marcas antedicho, en el Caso 1 (“puro pasado
sin historia, porque lo que fue es lo único que es”) se
podría afirmar que la “conquista del desierto” es un
hecho del pasado y sobre el cual ya no cabe otra
interpretación posible, por eso, solo puede repetirse
de modo “arcaizado”, es “puro pasado”, no tiene que
ver con el presente. La “conquista del desierto”
(Marca 1) constituye un suceso entre otros, en el
marco de la historia del Estado-Nación y en relación
a su figura actual, en el Museo (Marca 2), no logra
introducir “nada nuevo” a dicha historia, no logra
alterarla. Si lo interpretamos desde el Caso 2 (“puro
presente sin historia, porque lo que fue se fue, no dejó
huellas”) veremos intentos de sustituir las marcas. La

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Marca 1 (Estado-Nación y “conquista del desierto”)
intenta borrar la actualidad de la Marca 2 (las
comunidades indígenas nombran “genocidio” y el
Estado lo desconoce), propone comprender desde un
“puro presente” que todos son “argentinos” y que no
corresponde ya la pretensión de ser una comunidad
originaria (eso ya estaría “perdido”). La Marca 2
(Estado-Nación Argentino en el presente) no
reconoce que ese pasado (Marca 1 “Conquista del
desierto”) pueda seguir operando en el presente, ya
sucedió, se fue. Desde la actualidad se pretendería
sustituir “sin restos” una identidad por otra,
estarían incluidos los pueblos originarios, en la
ExESMA, como argentinos en el presente. Si lo
pensamos desde el Caso 3 (Lógica de la
suplementación) se puede ver que se trata de un
acontecimiento que transforma el pasado desde el
presente, y al introducir una diferencia entre
pasado y presente, historiza. Cabe afirmar que
“hay continuidad radical” y, a la vez,
“transformación, cambio o novedad radical”. No
es que un poco continúa y un poco cambia,
señala Lewkowicz, sino que al mismo tiempo se
dan la continuidad radical y el cambio radical.

Marca 1: Universal totalizador con
jerarquías desigualadas:
Tiempoespacio del Estado-Nación
(Historia oficial: “Conquista del
Desierto”)
Tiempoespacios de las comunidades
originarias
(prejuicio: no existiría su
tiempoespacio en el presente, solo
existirían para el Estado en tanto
comunidades con “cultura”, pero no
con “historia”).
Marca 2: “Genocidio indígena” Aparece un término que era “imposible” de
nominar en la situación anterior (es una “falta), por eso al aparecer “suplementa”
la situación, es decir, la “descompleta”, y la muestra como lo que realmente
era, un particular (el Estado-Nación Argentino se muestra solo como “una”
nacionalidad más, no es “la” nacionalidad). Al ser nominado el “genocidio”
constituye a los pueblos originarios como sujetos éticos-políticos con capacidad
política de intervención en la historia presente y modifica el pasado. “Genocidio
indígena” es la vez un “exceso”, ya que al “desnudar” al pretendido universal
como un “particular más”, produce una “alteración de lo mismo” (lo mismo
deviene otro), por ejemplo, en las luchas por los Estados plurinacionales. Es
emancipador en tanto iguala el reconocimiento entre naciones y desarma
jerarquías o diferencias desigualadas. Los múltiples tiempoespacios de la
comunidad argentina y las comunidades originarias coexisten (produciéndose
luchas, solapamientos, contradicciones, tensiones, reconocimientos, u otras
situaciones).

CONTINUIDAD RADICAL TRANSFORMACIÓN RADICAL: El efecto crea su causa. Solo porque en el

la masacre indígena la
racionalidad estatal
homogeneizadora
presente empezó a existir el “genocidio” (“el genocidio es hoy”), entonces,
empezó a existir el “genocidio” en el pasado. Un suceso que no existía en el
pasado (antes solo existía el “desierto”) vino a ser en el pasado por un
acontecimiento presente. Y si modifica el pasado, modifica el presente; mejor
al revés, porque modifica políticamente el presente, transforma también el
pasado: podemos historizar, otra historia es posible. No hay determinaciones
estructurales, por eso, hay posibilidades emancipadoras en tanto luchas en
diversas situaciones socio-históricas.

3. CONCLUSIONES Por último, respecto a la relación entre debates

Las consideraciones anteriores permiten extraer
consecuencias epistemológicas, éticas y políticas. Las
categorías que
empleamos para analizar los fenómenos que
estudiamos tienen un punto de inmanencia. Han
surgido de problematizar el espacio público como
espacio político. Se asumió el campo cultural como
campo político, en tensión con supuestos de múltiples
racionalidades, que problematizan que la
secularización y que las abstracciones jurídicas-
estatales logren totalizar las relaciones sociales. Las
particularidades culturales corren el riesgo de ser
“folclorizadas”, contra eso, cabe historizar y politizar.
historiográficos y racionalidad de las ciencias sociales
en general, se considera que indagar la multiplicidad
de temporalidades que dislocan el presente posibilita
marcar el límite de la racionalidad de la ciencia social
bajo el supuesto de un tiempo lineal, cronológico,
secular, vacío, estatal (principio de narración
racionalmente justificable en la vida pública moderna);
por el contrario, las temporalidades (múltiples
tiempoespacios) son constitutivos de las racionalidades
de lo social cuyas superposiciones y tensiones deben
explicitarse como parte de la tarea intelectual crítica.

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4. BIBLIOGRAFÍA

Campagno, M. y Lewkowicz (2007) La historia sin

objeto. Derivas posteriores. Buenos Aires: Ed.
Tinta Limón.

Hupert, P. (2022) “La dinámica imaginal no es la

sociedad del espectáculo de Guy Debord”. En
Portal Lobo Suelto, el 22 de septiembre de
2022.
Lewkowicz, I. (1996) ¿A qué llamamos
historicidad? Conferencia CEAP.
Buenos Aires.
https://www.coursehero.com/file/66980573/
A-que-llamamos-historicidadpdf/
Lewkowicz, I. (1998) “Particular, Universal, Singular”.
En Michel Fariña, J. J. (1998) Ética: un
horizonte en quiebra. Buenos Aires. Eudeba.
Rufer, M. (2010) La temporalidad como política:
nación, formas de pasado y perspectivas
poscoloniales. Revista
Mem.soc / Bogotá (Colombia), 14 (28), pp. 11-31
http://www.scielo.org.co/pdf/meso/v14n28/v
14n28a02.pdf
Wallerstein, I. (1998) El tiempo del espacio y el
espacio del tiempo: el futuro de las ciencias
sociales. En Geografía Política. Vol. 17 N°1.
Enero 1998 pp 71-82.
Wallerstein, I. (2007) Impensar las ciencias sociales.
Límites de los paradigmas decimonónicos.
México: Ed. Siglo XXI.

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