Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cuando Pablo utiliza la frase “doble honor” está haciendo referencia tanto a la
connotación de respeto como a la connotación financiera de lo que brindar
honor quiere decir.
Lo que Pablo sí está diciendo es que una forma en la que la iglesia honra a
aquellos que le sirven es preocupándose por su tranquilidad y estabilidad
económica. Pablo, de hecho, le está escribiendo a Timoteo para que él enseñe
esto al resto de la iglesia. Lo que Pablo está haciendo es valorar el llamado
ministerial tanto de los ancianos que gobiernan bien, como de aquellos que se
dedican a enseñar y predicar (muy probablemente pastores de tiempo
completo).
Muchas personas, aún dentro de la iglesia, no tienen una noción real de todo lo
que un pastor tiene que aprender, estudiar, trabajar, y seguir estudiando, para
llegar a ser pastor. Como alguien que ha estudiado medicina, les puedo decir
que el pastorado es quizá mucho más difícil en muchos aspectos que la
vocación médica. Si le pagamos a los médicos por utilizar el conocimiento
que tienen para el cuidado de nuestros cuerpos, ¿por qué valoramos tan poco
nuestras almas como para no hacer lo mismo para quienes se dedican a cuidar
de ellas?
Aunque, a primera vista, parece que esta porción de texto se encuentra fuera
de lugar, la realidad es que solamente revela otra forma de honrar a los
ministros. Pablo se está preocupando por la salud de su hijo amado, discípulo,
y ministro de la Iglesia, Timoteo. Aparentemente Timoteo tenía demasiadas
enfermedades relacionadas con su estómago. Pablo, probablemente teniendo
cerca a Lucas, el médico, le recomienda una solución a su problema: no beber
sólo agua, que muchas veces contenía bacterias; sino beber también un poco
de vino. La combinación de alcohol y agua es utilizada aún en nuestro tiempo
como método antiséptico.
¿Qué tanto nos preocupamos nosotros por la salud de nuestros pastores? Si
algún problema de salud en ellos es evidente, deberíamos actuar como iglesia
para ayudar en lo que sea posible.
No te des por vencido, Dios sabe lo que estás pasando, Dios sabe lo que estás
sufriendo, Dios sabe lo que estás haciendo por su iglesia, y Él lo tomara en
cuenta en el día final. No te rindas. Ánimo.
¿Cuándo fue la última vez que le hablaste así a tu pastor? ¿Cuándo fue la
última vez que, no sólo le dijiste que orarías por él, sino que oraste con él,
agradeciendo a Dios su labor, y pidiéndole que lo guarde de la tristeza?
¿Cuándo la última vez que le diste las gracias? No por ser el mejor pastor, sino
porque, a través de su trabajo, al ser usado como un instrumento del Espíritu,
fuiste confrontado con la verdad bíblica y terminaste amando más a Jesucristo.
Esto también es honrar a nuestros pastores.
Ora por tus pastores, hónralos como es debido. Preocúpate por ellos. Ámalos.
Si bien esta no es una lista exhaustiva, sí es una lista con la que podemos
comenzar a honrar a aquellos hombres que dedican su vida al cuidado de la
novia de Cristo, preparándola para su llegada, para entregarla como una novia
pura y santa, para la gloria De Dios.