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Universidad Alberto Hurtado.

Bachillerato en Humanidades.
Historia Contemporánea.
Sección II.
Profesora Paulina Orrego.

Trabajo Dirigido Grupal I

JOSEFA MORENO RAMIREZ


CAMILA PAEZ ORELLANA
PÍA YÁÑEZ HERRERA
ramirezmorenojosefa@gmail.com
camila.paez.orellana@gmail.com
piayanez@hotmail.com
22 de noviembre de 2017
A) Considerando el siguiente mapa como asimismo las propuestas de Hobsbawn y
Service además de las clases lectivas y los videos revisados, explique las causas de la
Primera Guerra Mundial (1914 - 1918), comente su desarrollo y analice sus
consecuencias inmediatas en Europa y en el Mundo.

La primera guerra mundial, es abordada por los autores desde planos diferentes. En primer
lugar Hobsbawm, señala que las causas de la primera gran guerra poco a poco se fueron
gestando en una “era imperialista [en la que se] había producido la fusión de la política y la
economía”. Lo cual fue producto del exacerbado nacionalismo, además del latente temor
resultado de las constantes invasiones, que amenazaban la independencia de los países, por
lo que estos mismo debieron tomar medidas imperialistas de manera autónoma. Esto
condujo a una “rivalidad política internacional que se establecía en función del crecimiento y
la competitividad de la economía”(Hobsbawm, 37-38).

En segundo lugar Service, quien se centra particularmente en Rusia. Determina que para
interpretar las causas de la primera guerra mundial, es conveniente ver el panorama interno
e internacional de Rusia y sus aliados. Por un lado, en cuanto al ámbito interno del país,
señala al “capitalismo como el factor desencadenante de la Gran Guerra” (Service, 75).
Además, de la industrialización, que fue un factor transversal a lo largo del continente
europeo, ésta abarcó la “producción fabril y minera”(Service, 26). Particularmente en Rusia,
como consecuencia de la industrialización, hubo un sobresaliente aumento en la producción
de armamento, explotación de recursos naturales y extracción de hierro, oro, carbón y
madera.

Y al contrario de la gran mayoría de los países europeos, Rusia era “un estado plurinacional”
(Service, 33), lo que implicaba que el contraste de ideas fuera abundante entre los
movimientos sociales, por ende, Rusia fue la excepción en cuanto al nacionalismo
preponderante entre los países europeos de aquella época. Aquella inconformidad condujo a
la nación a varios levantamientos revolucionarios y luchas sociales en contra, principalmente,
de la monarquía del zar.

Por otro lado, en cuanto a las ambito internacional, las rivalidades diplomáticas entre los
países europeos, eran cada vez más preocupantes. Considerando los conflictos previos,
Rusia desde hace tiempo era consciente de la amenaza que representaba Alemania y
Austria-Hungría, por lo que evitar un conflicto bélico con aquella alianza era un hecho, hasta

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aquel momento. Además, de la carrera naval que Gran Bretaña y Alemania protagonizaban,
el “desmoronamiento del imperio Otomano”(Service, 43), en qué Serbia, aliado de Rusia, se
vio beneficiado, y la segunda guerra de los Balcanes, eran escenarios que hacían ver a los
países, poco a poco, la guerra acercarse. Hasta estallar con el asesinato perpetrado por la
Mano Negra, sociedad secreta de inclinación nacionalista serbia (Documental), del heredero
al trono austrohúngaro, Francisco Fernando, el 28 de junio de 1914.

Ambos autores coinciden en que durante la primera guerra mundial, entre los países
involucrados lo que “prevaleció fue el sentido del honor” (Service, 44), pues estos consideran
a la guerra como “un conflicto en el que solo se podía contemplar la victoria o la derrota total”
(Hobsbawm, 37).

El desarrollo de la Primera Guerra mundial fue entre 1914 y 1918. Periodo en que los
partícipes de la guerra fueron variando. En un principio solo eran parte del conflicto, la Triple
Alianza constituida por Alemania, Austria-Hungría e Italia, más tarde, también por Japón y la
Triple entente conformada por Reino Unido, Francia y Rusia, alianza que luego sería
integrada por Estados Unidos, cuya “intervención iba a resultar decisiva” (Hobsbawm, 33). La
favorable localización geográfica, lejos del frente de batalla de Estados Unidos, además de
su apoyo militar respaldado por una exitosa economía, harían del ganador de la guerra a
cualquier bando al que auxiliara.

En general, aquel conflicto bélico estuvo marcado por el deseo de ganar, sin importar los
límites, los gastos económicos y las vidas sacrificadas, por lo tanto, jamás hubo conciencia
de las previstas consecuencias. Hobsbawm, dice que la guerra no era revolucionaria ni
ideológica, o sea, el propósito no tenia relacion con un derecho o una idea como motivo
fundamental de la misma. La razón que movilizó a miles de tropas en aquella época fue el
fervor por expandirse territorialmente, el imperialismo. La idea de expandir las fronteras,
implicaba una mejor economía, una favorable “posición política y marítima
mundial”(Hobsbawm, 38). Mientras, que Service, sostiene que en un principio “nadie tenía las
ideas claras de cuáles eran los objetivos bélicos” (Service, 44). Aunque, más tarde,
concuerda con Hobsbawm, en que el objetivo sería el expansionismo. Por lo tanto, queda
claro que es, en gran medida, el deseo imperialista el fundamento del conflicto. Ahora, la
explicación más certera de la razón de aquel deseo de superponerse al otro, por medio de la
dominación extranjera, no es más que el miedo, la inseguridad, la desconfianza, el deseo de

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venganza y la gran tensión, que han velado desde décadas antes de estallar la guerra, por
todo el continente europeo. Lo que no es sorpresa, ya que el asesinato de un archiduque no
era motivo para desencadenar una guerra de tal proporción, más bien, aquel hecho fue la
excusa perfecta para enfrentar los miedos y ajustar deudas pasadas.

La economía, tuvo un lugar relevante durante la guerra. Tal como lo vimos en clases, la
mayoría de los países involucrados, producto del conflicto mundial, habían procedido a la
reestructuración de sus economías, lo que determinó diferentes grados de intervención y
control estatal. Algunos de ellos desarrollaron tácticas, las que tenían como finalidad ahogar
la economía de los enemigos, impidiendo el “envío de suministros...a fin de provocar el
hambre”(Hobsbawm, 36). Economías nacionales se veían cada vez más perjudicadas,
inclusive hubo lugares en que “la producción de bienes destinados al sector agrícola
prácticamente cesó” (Service, 46), lo que provocó “un déficit de artículos de
consumo”(Service, 50). Lo que refleja, en gran medida, el cómo la guerra no solo la vivieron
los militares, también los civiles fueron partícipes y víctimas de ella. En Rusia el descontento
social que ello provocó, además del mal gobierno que regía, condujo a la revolución
bolchevique, hito histórico del país, en que se sostenía que era el momento oportuno para
“desplazar el viejo mundo e instaurar un orden socialista” (Service, 58).

Sin duda, el expansionismo y la economía fueron los elementos protagonistas del desarrollo
de la guerra. Por un lado, impulsaron el conflicto bélico con ideas determinantes y
sentimientos que debían saldarse. Y por otro lado, limitaron la guerra, frente a un panorama
que ponía las necesidades humanas como blanco de la misma. Asimismo, es la revolución
de octubre, el hecho que hace a los demas paises tomar conciencia del posible destino,
producto de la mala administración interna y la encolerizada determinación de vencer
internacionalmente. El desenlace de la guerra con el triunfo de la Triple Entente, quienes
pudieron vencer debido al amparo, apoyo y envío de refuerzos de Estados Unidos, dio por
finalizada la guerra frente a una Alemania derrumbada. Desde ahí en adelante, “salvar el
mundo del bolchevismo y reestructurar el mapa de Europa eran dos proyectos que se
superponian” (Hobsbawm, 40).

La guerra tuvo como consecuencias inmediatas las enormes destrucciones materiales,


territoriales y humanas. La aniquilación de miles de casas, industrias y terrenos de cultivo,
fue desmedida. Se estima que hubo millones de bajas, tanto civiles como militares, además

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del trauma que afectó a miles de ciudadanos y veteranos, los que más tarde, tenían razón al
temer cualquier posibilidad de comenzar una segunda guerra mundial. Lo que hizo, de la
reconstrucción de las naciones un proceso difícil y doloroso.

En el plano político, la revolución rusa, que no habría estallado de no haber sido por la
guerra, es la consecuencia más relevante del mismo conflicto. Se deja atrás el gobierno
autocrático del Zar Nicolás II, para instaurar una república federal socialista, liderada por
Lenin. Quien pretendía expandir el comunismo, no solo dentro las fronteras, sino por todo
Europa. Idea que no fue concretizada, debido a que más tarde, las potencias europeas
adquirieron sus propios regímenes e ideales, y se percataron de las desventajas de aquella
forma de gobierno.

Por último, el desarrollo tecnológico posguerra, fue notorio. Esto debido al desmedido deseo
de ganar el conflicto, el cual “no enfrentaba sólo a los ejércitos sino que era también un
enfrentamiento de tecnologías” (Hobsbawm, 55). Las inversiones destinadas al avance
tecnológico, fueron increíblemente altas y constantes. Sobresale el avance en las armas de
fuego, la aeronáutica, los submarinos y los computadores, elementos que, en su mayoría,
una vez finalizado el conflicto, fueron valiosas herramientas para la reconstrucción del
mundo. Lo que implicó que los conocimientos técnicos de ellas, fuera masificado entre la
población, favoreciendo de esta forma la organización en la producción industrial, que debía
volver a enfocarse en la sociedad civil y no en la militar.

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B) A partir de los textos de Mosse y Lowe, realice un resumen que explique el
surgimiento, desarrollo y efectos de los fascismos en Europa durante el periodo de
entreguerras (1922 – 1939).

Para comprender el surgimiento, desarrollo y efectos del fascismo en Europa durante el


período de entreguerras, es necesario definir dicha noción, tanto al fascismo italiano como al
nacionalsocialismo alemán. En primer lugar, según Lowe el concepto de “fascismo” nace en
Italia e incide directamente en la economía del país, defendiendo el sistema capitalista y la
propiedad privada. En segundo lugar, tenemos un nacionalismo extremo que exaltará la
nación propia por sobre las otras; por consiguiente tendremos un sistema de gobierno
totalitario, traduciendo dicha concepción a un fuerte control en la vida pública y privada de los
sujetos con la intención de enaltecer los valores comunes. El “estado monopartita”, también
es un concepto que surge en la época. Este, en la práctica consiste en la eliminación de
cualquier partido político que no responda a lo implantado por el gobierno.

Durante el periodo la autosuficiencia económica será un elemento muy característico de las


naciones. Las que a través de ella, responderán ante los conflictos, con una fuerza militar
altamente violenta. Considerando todas estas características mencionadas, tanto el fascismo
italiano como el nacionalsocialismo alemán, responderán de forma teórica y práctica a dichos
postulados.

Lowe dice que el fascismo italiano, nos hará un recorrido histórico e ideológico partiendo
desde el año 1919 hasta el año 1922, en que se dio cabida a cinco gobiernos distintos, lo
que desestabilizó la población.

Consideramos pertinente sobresaltar el año 1919 como un año de crisis al que se le une
Benito Mussolini para ascender al poder. Como ya se mencionó, entre los años 1919 y 1922
se desarrollaron una serie de gobiernos que, además de mantener lineamientos políticos
divergentes, no solucionaban las distintas problemáticas que surgieron en el período
postguerra, considerando entre ellas problemas económicos, altos índices de desempleo,
altos costes en la vida de los ciudadanos, etc. Lo que condujo al verano de 1921 a una
huelga general que se tradujo en una nueva desestabilización política. En contraposición a
ello, en el año 1919 Benito Mussolini funda el partido fascista italiano. Sus consignas y
discursos apuntaron a salvar Italia de estos gobiernos, luchar contra el comunismo y

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propiciar la propiedad privada. En función de este contexto de crisis, Mussolini apoyado por
el Rey Víctor Manuel III asciende al poder el año 1922 como primer ministro.

El desarrollo del fascismo italiano, en un principio no se acercaba a lo que hoy se conoce por
fascismo, relacionado con la violencia y control excesivo. Esto radica en que, Mussolini aplicó
gradualmente las nociones fascistas desde el año 1924 hasta el año 1930, período en que
suprimió los partidos políticos, eliminó los títulos públicos locales, censuró la prensa, controlo
la enseñanza en escuelas y universidades, y unió su poder bajo potestad del papa. Otro
elemento a considerar es la lentitud con que se aplicaron las políticas fascistas, noción que
fue adoptada desde el Estado, además de la violencia con la que ejercía.

Frente a aquel escenario la población seguirá unida a esta ideología en cuando significaba
una utilidad para los ciudadanos, mientras el Estado respondiera a sus necesidades, tal
postura comienzo a decaer cuando las políticas sociales no fueron aplicadas de forma
perceptible a la población, lo que generó un descontento masivo. Además, en el año 1939
Mussolini se integra a la Segunda Guerra Mundial, lo que implicó nuevamente una
devastación italiana y el rechazo colectivo a Mussolini por tomar tal decisión.

En el caso del Nacionalsocialismo alemán, la situación no varía mucho en sus inicios. Según
las clases lectivas, logramos percibir que la situación en la Alemania post Primera Guerra
Mundial no se aleja de la situación italiana, esto basado en las nociones de pérdidas
económicas y humanas, escasez de empleos, inestabilidad en el aparato estatal, miedo y
rechazo a la concepción comunista imperante en el globo, etc. Manteniendo un ambiente de
crisis constante a nivel social y gubernamental. En el año 1919, Adolf Hitler funda el Partido
Obrero Alemán en función de las constantes crisis.

Mosse nos relata como el nazismo (nacionalsocialismo alemán) levanta desde sus cimientos
ideológicos la concepción de la raza con la supremacía del pueblo ario, el nuevo
romanticismo en cuanto a la nostalgia por la naturaleza, la patria perdida y el nihilismo como
la pérdida en el significado de las cosas, aplicado de forma práctica, pero contradictoria en la
nación alemana. Desde este mismo enfoque Hitler emulará, al igual que Mussolini, una figura
carismática que se traducirá en un líder, héroe o caudillo del pueblo con altos índices de
popularidad.

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Por último, es necesario destacar que ambos tipos de fascismos responderán a un
surgimiento bajo un contexto de crisis post primera guerra mundial. Ambos líderes con
características “carismáticas” levantarán un discurso contra el comunismo. Intentando guiar a
la población desde la recuperación económica producto de la guerra y la carencia de mano
dura en los gobiernos, junto a las contradicciones de los discursos de tales gobiernos.
Ambos, llevarán al ascenso la forma de gobierno fascista en el período de entreguerras.

Ahora bien, su desarrollo tendrá distintas ramificaciones según el sector en que se apliquen.
En el caso italiano, Lowe destaca que la población lo permite en cuanto resulta útil a sus
necesidades, pero cuando comienza a contradecir la opinión mayoritaria se empieza a
desmoronar. En el caso del nacionalsocialismo alemán, Hitler se transformará en una figura a
emular donde la población no tomará acciones contra su fürer debido a la transformación
moral que precede tanto a la población como al aparato militar, en que la despersonalización
del ser humano se orientará hacia el bien del Estado.

En consecuencia, tenemos la perpetuación del fascismo desde una perspectiva utilitarista y


moral, trascendiendo los efectos de la violencia aplicado a la historicidad del período bélico y
actual. Así mismo, otro efecto que percibimos es la necesidad de priorizar la concepción del
estado por sobre los individuos, donde la vida personal de los mismos se verá ampliamente
afectada.

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C) Estimando los textos de Fulbrook, Hobsbawm** y Veiga, explique el surgimiento de
la Guerra Fría y el desarrollo del conflicto (1947 – 1989) considerando especialmente
los ámbitos político, económico y cultural.

“Cualquier explicación del comienzo de la Guerra Fría debe tener como punto de partida la
Segunda Guerra mundial, en todos los aspectos el conflicto más destructivo de la historia de
la humanidad” (McMahon, 11). En el año 1945 se acaba la hegemonía de Europa. Lideraron
a continuación Estados Unidos (Bloque Occidental Capitalista) y la Unión Soviética (Bloque
del Este Comunista), quienes querían derribar el capitalismo e instaurar el comunismo.

A pesar de esto, la Unión soviética y Estados Unidos fueron aliados para frenar los planes de
Hitler, pero “más allá del objetivo común de derrotar a la Alemania nazi, era poco lo que
podía cimentar una asociación nacida de una necesidad incómoda y lastrada por un pasado
cargado de conflictos” (McMahon 35). A pesar de ello hubo una colaboración política y
económica “Estados Unidos envió a la Unión Soviética durante la contienda ayuda
militar”(McMahon 35). Ya con Alemania rendida y Hitler muerto, dividieron a Alemania en
cuatro zonas, una para cada país y otra para Francia. Ahí comienza el inicio del desarme,
desmilitarización, devolución de territorios anexionados por Alemania, la persecución de
militares de la guerra Nazi, y la creación de las Naciones Unidas.

Se denominada Guerra fría porque durante el desarrollo ninguno de los dos bloques realizó
ataques directos contra otro país. Se conforma un orden mundial bipolar, cada potencia
intentó extender su influencia a otras naciones, valiéndose de la intervención política y militar,
la presión económica, el espionaje y la propaganda. La Unión soviética por un lado apoya
revoluciones socialistas y por otro lado, Estados Unidos colaboró desestabilizaciones y
golpes de Estado en Latinoamérica, “la URSS se vio enfrentada con unos Estados Unidos
que disfrutaban del monopolio del armamento atómico y que multiplicaban las declaraciones
de anticomunismo militante y amenazador” (Hobsbawm 233). Por lo que existe una tensión
permanente entre las superpotencias.

Los soviéticos tras la guerra habían ocupado de facto la zona de Europa del este que habían
defendido y liberado. Lo que no le parece a Estados Unidos, por lo que comienza a organizar
la conformación del bloque occidental. En primer lugar, instaura el Plan Marshall con el
objetivo de frenar la expansión Soviética, ayudó a Europa occidental, y a la zona occidental
de Alemania, económicamente durante 4 años desde 1948, “el anticomunismo era auténtica

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y visceralmente popular en un país basado en el individualismo y en la empresa privada,
cuya definición nacional se daba en uno parámetros exclusivamente ideológicos
(<<americanismo>>)” (Hobsbawm 239). Ello da muestra de la gran fuerza que sustentó el
imperialismo económico Estadounidense. El objetivo principal era evitar la propagación del
comunismo, “los estados Unidos habían luchado en la guerra fría y habían ganado,
derrotando completamente a su enemigo” (Hobsbawm 254). En segundo lugar, Estados
Unidos promovió la fundación de la Organización del tratado del atlántico Norte como una
organización de defensa colectiva. Para finalizar el proceso de conformación occidental,
crean un orden financiero internacional, concretando de aquella manera la base del orden
económico capitalista.

Berlín, Europa y el mundo quedaron divididos por el telón de acero. En los cinco años
posteriores a la segunda guerra mundial, quince millones de personas emigraron del este al
oeste, era el éxodo de la gente producto de no poder vivir en un país comunista. Este hecho
hizo que el bloque soviético hiciera un bloqueo efectivo de la emigración. Hubo mayor control
de pasaporte para que la gente no pasara de un bloque a otro, o sea, para que no se fueran
de la zona comunista. Quien cruzaba era un criminal, la mayoría de los fugados acaban
detenidos y encarcelados, algunos muertos. A pesar de esto, no se logra el control total,
construyendo el muro de Berlín, haciendo que “Bahnof Friedrichstrasse ya no sea una
estación como cualquier otra, sino uno de los pocos lugares de paso controlados entre dos
mundos...de una Europa dividida [que separa] el capitalismo del comunismo, la democracia
de la dictadura”. (Fulbrook 12). A pesar, de ello, la ideología estaba tan arraigada en algunas
personas, que siendo consciente de las consecuencias, intentaban de igual manera cruzar el
muro.

La carrera armamentista y la bipolaridad tecnológica, eran un peligro constante. Ambos


frentes actúan con mucha cautela en las zonas conflictivas. El temor a una nueva guerra
mundial con un apocalipsis nuclear marcó la psicología colectiva de las siguientes
generaciones, por suerte, en aquel momento sí se consideran las consecuencias de un
actuar impulsivo. La guerra fría fue espionaje, inspección recíproca, conferencias, crisis y
soluciones diplomáticas. El elemento más significativo era la carrera espacial, que no
consistió más que en una cuestión de prestigio, “la capacidad tecnológica imponía unos
márgenes de maniobra muy estrechos y en consecuencia creció el miedo a los errores

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fatales, combinado con la desconfianza en los arsenales propios y la sobrevaloración de los
de adversario” (Veiga, 141).

En el año 1989 cae el muro de Berlín, el cual dividió a la ciudad y sus habitantes por casi
treinta años. Ahí comenzó la apertura de fronteras entre ambos bloques “lo que no precipitó
la caída del socialismo, sino más bien la combinación de sus defectos económicos cada vez
más visibles y gravosos” (Hobsbawm, 254), por lo que el fracaso del comunismo, vino dado
por sus propias falencias y errores, y además por la rápida invasión del capitalismo, modelo
que parecía hasta entonces, mucho más eficiente y práctico, lo que encajaba bien con las
necesidades que el mundo requería en aquel entonces.

No fue el fin de la humanidad, a pesar de haber momentos durante los 31 años de conflicto
mundial, donde pareció que iba a desaparecer una gran parte de la raza humana, sin
embargo, la humanidad sobrevivió. Fue un siglo XX, marcado por la guerra, el miedo y la
tensión. La gente no generar una identidad política propia producto de la catástrofes, no
saben cuáles valores les pertenecen, ni qué ideales son los correctos, “los europeos carecen,
en su gran mayoría, de un sentido de identidad común” (Fulbrook, 22). Cómo se había
esperado que se lograra “Para la mayoría de la gente resultaba más fácil experimentar un
sentido de identificación colectiva con su país a través de los deportes, sus equipos
nacionales y otros símbolos no políticos, que a través de las instituciones del estado”
(Hobsbawm, 573).

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Bibliografía.

Documental: “Magnicidios y atentados que cambiaron la historia: El asesinato del archiduque


Francisco Fernando”.

Fulbrook, Mary, “Historia de Europa: Europa desde 1945”, Traducción castellana de Joan
Lluís Riera, Oxford University Press y Crítica Barcelona, Barcelona, 2002.

Hobsbawn, Eric, “Historia del siglo XX”, Editorial Crítica, Buenos Aires, 2006.

Lowe, Norman, “Guía ilustrada de la Historia Moderna”, Fondo de la Cultura Económica:


Chile, 1993.

McMahon, Robert, “La Guerra Fría; una breve introducción”, Editorial Alianza: Madrid, 2009.

Mosse, George, “La cultura europea del siglo XX”, Editorial Ariel: Barcelona, 1997.

Service, Robert, “Historia de Rusia en el siglo XX”, Traducción castellana de Carles


Mercadal, Barcelona, Crítica, 2000.

Veiga, Francisco, “La Paz simulada: Una Historia de la Guerra Fría 1941 – 1991”, El Libro
Universitaria, Historia y Geografía Ensayo, Alianza Editorial, Madrid, 2001.

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