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ALEJANDRO KORN EN EL IDEARIO NACIONAL Octubre 1942 ALEJANDRO KORN en el ideario nacional No sé si traigo a este homenaje algo mds que mi emocién. Discfpula y amiga de Alejandro Korn he llorado su muerte con "sus" muchachos de La Plata, de Buenos Aires, de Cérdoba, de Tu~ cimén, del Litoral... iEn qué reunién universi- taria de su época no tuvo él, "sus" muchachos? "Mis" muchachos, decfa afectuosamente -y con algo de orgullo paternal- cuando se referfa a esa pléyade de estudiantes y devotos que le segufamos en sus clases, en sus conferencias, en sus publicaciones, en su retiro hogarefio de la calle 60. Sabrdén muchos de los que me escuchan que el "viejo Korn" me conté entre sus "muchachos". Es una generosidad que nunca pagué como otros. "véngase a mi casa, me escribfa a menudo, por- que el s&bado vendrén los muchachos". oes Los muchachos no faltaban; pero la que ha- bla, no pudo llegar con frecuencia porque tenfa un hijo que cuidar y un esposo que no descuidar. Korn disculpaba todas las ausencias, a precio de filosofia: para conservar su amistad habfa que estar al dfa en lo que se publicaba o decfa en torno a problemas de su predileccién y alta au- toridad docente. /No pueden Uds. imaginar lo que en caudal intelectual, en orientacién ideolégi+ ca, en grandeza moral y ciudadana, significaba el estar en contacto con este hombre sabio y bon- dadoso! A la verdad que,a esta generacién nues- tra, tocédle la suerte de contar con la gufa de un maestro. ° ee Tanto bueno se ha dicho sobre Korn que es- te nuevo aniversario de su muerte me toma un po- co sin palabras. Francisco Romero, Angel Vagallo, Luis Aznar, Segundo A. Tri, Gabriel del Mazo, Luis Reissig, José Luis Romero y muchos otros, Han agotado el recuerdo. Todo lo que digamos as 5 sobre Korn lo han dicho ellos con igual emocién, con la misma grande amistad, con mayor saber que yo. Uds., los duefios de esta casa de estudio y de difusién de la obra de Korn, han querido aso= ciarme al recuerdo y han sabido vencer mi resis= tencia a hablar sobre el amigo dilecto. Adentrén- dome en el pensamiento de Korn, quiero recordar= les que el mejor homenaje sera renovar la lectu- ra de sus obras, aquilatar el sentido siempre ac+ tual de sus ideas filoséficas y saber ubicarlas en el ideario argentino. Alejandro Korn quiso 1lla- mar Libertad Creadora a todo su sistema. Medite- mos en la responsabilidad que ello supone, en lo sugestivo del tema y afirmemos luego que ése es el presente y el futuro de su filosoffa. "Libertad Creadora", sefiala el destino de una nacién, el ideario de aor, la psi- cologfa de personas eee Creadora" no es una posicién literaria; es una actitud fi- loséfica viril. Es la posicién ideolégica de un hombre libre, que conoce todos los beneficios Ss ~derechos y deberes- de la libertad; que eleva WRNINK 1a Libertad Creadora, a la categoria de bien cultural argentino; que programa -para hoy y para mafiana- la accién y devocién argenti- nas, siempre apegadas al credo irrenunciable de la libertad nacional. Sabenos bien que Alejandro Korn, con una vocacién filoséfica no comin entre nosotros, se lanzé6 a entregarnos la interpretacién filoséfi- ca de nuestra realidad histérica. Sabanos sus discf{pulos cudnta preocupacién y estudio puso al extraer las ideas que 61 crey6é que orienta~ ron y orientan el proceso de nuestras institu« ciones. Crey6 encontrar para cada una, su rai- gambre filoséfica. Con una constancia ejemplar, dedicé gran parte de su producién filoséfica a poner en claro las huellas de la filosotia en la evolucién nacional. Con grandeza espiritual penetré en el desenvolvimiento mental argenti- no y precisé los postulados filoséficos que pu- jaban por la organizacién cultural del pafs. Sore Sus "Influencias filoséficas en la evolu- cién nacional", denotan su afén por alcanzar las consecuencias filoséficas que se despren- den de nuestra evolucién histérica. En esa ta- rea pas6 revista sobre las influencias filosé= ficas que concurrieron a promover el desarro- llo igitelectual del pueblo argentino. Sefialé las razones que justificaron la adopcién de ta- les o cuales principios filoséficos que iban llegando al pais con hombres y libros. Inventa- rié6 la actividad filoséfica de Espafia en Améri- ca; traz6 el cuadro de las influencias filosé- ficas en el Credo de Mayo. Sefialé el sentido filoséfico de la prédica de sus contempordneos y sellé-con originalidad-su propia filosoffa. He sostenido,en otra oportunidad,que nadie percibié antes que Korn fuentes histéricas que resultaron de abundante material filosdéfico. El las tomé por su cuenta y situé en la filosofia problemas nuestrosque vagaban por otras activi- dades. Korn los replante6é en la Filosoffa y des- ~6« de su cumbre sefial6 muchos caminos -quizd inex- plorados- para dar nuevas soluciones y nuevos problemas en el ya amplio panorama de la cultu- ra nacional. Lo importante es que este pensador de un mundo especulativo tan alto, sintiera ese ape- go bien suyo por los problemas concretos de la realidad nacional. Bregé con ejemplarizador te- sén para que el pensamiento filoséfico se asen= tara en las cosas de la patria, para que no va~ gara en metaffsica de las nubes, huera, vacfa, sin contenido real y sin impulso de ideales. Guieros aoe a payee porns la cdtedra y la vida, ee hodogunia tattidaa, eooleettte.. Esa era su personal manera de entender y tratar la Filosoffa. Si ésta no ha de servir para ennoble- cer la vida, hay que dejarla en vitrinas de an- tiguallas, afirmaba con ese buen humor con que ponfa broche a sus mds profundas convicciones. En la alta posicién intelectual ganada, Alejandro Korn no desdefio el aporte de abajo. Toe Porque mmminmfi ausculté6,,con tan profunda humani- dad..en el sentir de su pueblo, su filosofia to- mé contornos de una precisién y sintesis no al- canzadas hasta ahora. Autorizado y responsable, trajo hasta su filosoffa el sentimiento popular argentino y le dié la expresién de un axioma: Li- bertad Creadora. Con situarse en lo concreto de las ansias nacionales no menoscabé ck peace ideal de los argentinos. Nadie lo gaits, como é1, en lo filos6fico. Combatié la filosofia de puertas cerradas que se situa en limbos inacce- sibles, para hacer luego que ignora acerca del porvenir de los pobres mortales que tenemos que apechugar con los problemas concretos y apremian- tes de la vida cotidiana. Alejandro Korn no aprendié en la filosofia -ni ensefié con ella- a expresarse en erudicién impenetrable. Sencillo como debié ser Sécrates, profundo como todo buscador de verdades, sobrio en su literatura magnifica, tocé fibras del pue- blo; tendié a éste -y su dolor- esa mano suya = Om cargada de ensefianzas y lo elevé hasta sus prin- cipios que no eran otros que los de la evolucién mental y moral del pueblo argentino. Enfrentan- do a un pueblo laborioso, inquieto siempre por mayor saber, Alejandro Korn ofrendé-para unién espiritual de los argentinos-la filosoffa més coherente, m&s viril y optimista que nos haya sido dado acariciar entre pensadores flloséri- cos argentinos. Alejandro Korn, conocedor como ninguno del papel cultural de la filosoffa, habrfa deseado que ésta sirviera en su pafs para algo més que para graduar en ella. La filosoffa suya llenaba las aulas y las sobrepasaba para ocupar las ca- lles si posible era. No concebfa Korn que uno habfa de ser el camino de la Vida y otro el de la Filosoffa.que la m4s valienite filosoffa sirviera los destinos de su patria, era su m&s caro anhelo. A la vida no hay que temer, bee atin en su tiltima consecuen- cia -la muerte- euaastabe alos jévenes de su pa- Pale tria. La vida es creadora de ideales, cuando se la cumple en accién comstante y proba. Era éste el leit-motiv de su filosoffa. Hacia una accién constante y proba habrfa querido mover al pueblo argentino. En momentos de confusién por un lado, de temores por otros, de incertidumbres a veces, su ausencia del escenario patrio se nos hace més y més larga. Porque supo encontrar y expresar tan acer- tadamente ese factor comin que mueve al pueblo argentino -libertad pujante y creadora~ su filo- soffa ha de y debe perdurar. Cambiar& ella de autores, cambiard de forma, cambiardé en los ma- tices de expresién, pero no ha de cambiar -

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