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« Zz § i} > 4 z 5 a 3 gB E ry a zt Z t s & z ft 3 4 & A a 2 > a 2 evista atinoamericana de ilosofia J. Comesaiia, En defensa de un externalismo epistémico E, Cresto, Creer, inferir y aceptar: una defensa de la inferencia a la ‘mejor explicacién apta para incrédulos .Sartorio, El comportamiento colectivo y la relacion entre responsabilidad y causacién L.A. Ross, El tedio yl terror la eriss de 1929 en el curso de Heidegger Los concepts fundamentals de la metafisica s. into, Dos argumentos en contra del lenguaje de pensamiento A, Cassini, Bunge, la logica inductiva y el grado de confirmacién de las teorias D. Brauer, La “memoria productiva” - Acerca dela concepcién de Hegel del recuerdo y la memoria DISCUSION - COMENTARIOS BIBLIOGRAFICOS: ISSN 0325-0725 Vou. XXVIII, N° 2- PRIMAVERA 2002 COMITE DE REDACCION Maria Julia Bertomeu Leiser Madanes Alejandro Cassini (#) Ezequiel de Olaso Osvaldo Guariglia Mario A. Presas Secretaria: Cecilia Lastra CONSULTORES Rafael Braun (Argentina) Mario Bunge (Argentina-Canad) Danilo Cruz Vélez (Colombia) Carla Cordua (Chile) Jorge E.Gracia (EEUU) Marcelo Dascal (Brasil) Joao Paulo Monteiro (Brasil) _—_ Alfonso Gémez-Lobo (EEUU) ©. Porchat Pereira (Brasil) Francisco Miré Quesada (Perd) ‘David Sobrevilla (Per) _C. Ulises Moulines (R. Fed. Alemana) Roberto Torretti (Chile) __-Emesto Sosa (EE.UU.) Luis Villoro (México) __ Margarita Valdés (México) Emnesto Gar26n Valdés (Argentina-Alemania) Para suscripeiones, pedidos, correspondencia 0 informaciones dirigirse a: REVISTA LATINOAMERICANA DE FILOSOFIA Casilla de Correo 5379 Correo Central (C1000WCB Buenos Aires - Argentina Fax: (64-11) 4787-0533 E-mail: cfrlf@mail.retina.ar ara suscripciones y pedidos en Estados Unidos y Canadé dirigirse a: REVISTA LATINOAMERICANA DE FILOSOFIA, (dos direceiones) BOX 1493 15 Southwest Park Birmingham, Alabama 35201-1943 -US.A. ‘Westwood, Mass 02090 - US.A. Argentina Individuos... 922 Instituciones sat Exterior Individuos.. snow U8S.25 Instituciones Uss35, (mds gastos de envio) La Revista Latinoamericana de Filosofia se publica los meses de mayo y noviembre de cada afio. Director Responsable: Ana Maria Mustapic, Presidente del Centro de Investigaciones Filoséticas, CIF, propietario de la publicacién. Domicilio Legal: Mifiones 2073, 1428 Buenos Aires. Copyright. Centro de Investigaciones Filoséficas, CIF. Queda hecho el depésito que marca Ia Ley N°11723. ISSN 0325-0725 Disefio de tapa: Buyi Presas Noviembre 2002 REVISTA LATINOAMERICANA DE FILOSOFIA. PRIMAVERA 2002 ‘VOLUMEN XXVIII SUMARIO ARTICULOS J. Comesafia, En defensa de un externalismo epistémico Concurso Ezequiel de Olaso 2003 E. Cresto, Creer, inferir y aceptar: una defensa de la inferencia a la mejor explicacién apta para incrédulos. €.Sartorio, El comportamiento colectivo y la relacién entre responsabilidad y causacién L. A. Rossi, El tedio y el terror: la crisis de 1929 en el curso de Heidegger Los conceptos fmdamentales de la melafsia S. Pinto, Dos argumentos en contra del lenguaje de pensamiento. A. Cassini, Bunge, la logica inductiva y el grado de confirmacién de las teorfas D, Brauer, La “memoria productiva” - Acerca de la concepcién de Hegel del recuerdo y la memoria nen DISCUSION 'M, Bunge, La logica inductiva es inti... Ne2 173 198 201 231 ss 247 275 308 319 339 ‘COMENTARIOS BIBLIOGRAFICOS YV. Palacios, Lenguaje y pacto en Thomas Hobbes (A. Pac). Z. Loparic, A seménticn trascendental de Kant (HL. Pringe). N. L. Cordero (comp,), Ontologie et Dialogue. Hommage a Pierre Aubenque (O. Kulesz). A. Salles y M. J. Bertomeu (edit), Bioethics: Latin American Perspectives (. Woods). M. Baurmann, El mercado de i virtud: moral y responsabil dad Socal en la sociedad liberal (J. Montero)... oe 343 COLABORADORES Daniet Braver, hizo su doctorado en filosofia en la Universidad de Er- langen-Niimberg (1980). Ha sido becario del Servicio Aleman de Inter- cambio Académico y de la Fundacién Alexander von Humboldt. Ac- tualmente es titular de las cétedras de Filosofia de la Historia y de ‘Metafisica en la Universidad de Buenos Aires, ¢ Investigador Indepen- diente del Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y Técnicas. Sélo mencionaremos dos de sus publicaciones que resultan significati- vas de su labor: (1) el libro: Dialektik der Zeit. Untersuchungen zu Hegels Metaphysik der Weltgeschichte, Stuttgart 1982 y (2) "Significado y verdad en la narraci6n hist6rica. Una re-visién de la objetividad historiografi- ca”, en: Revista Latinoamericana de Filosofia, vol. XXVI, NP 1 (Otofio 2000). M. BUNGE. Ver RLF, Vol. XXV NP 1 (otofo 1999). A. Cassini. Ver RLE, Vol. XXV N° 1 (otofio 1999). JUAN ComEsaNa, Licenciado en Filosofia (UBA), 1996. Actualmente es estudiante de doctorado en la Universidad de Brown. Ha publicado el libro Légica informal, falacies y argumentos filosdficos (Eudeba, 1998; se- gunda edicién 2001), asf como articulos sobre filosofia de la ciencia, se- méntica, y teorfa del conocimiento. Direccién: Juan_Comesana@Brown.edu. ELEONORA CREsT0, Licenciada en Filosofia en la Universidad de Buenos Aires (1995). Ha publicado varios articulos sobre temas de l6gica y teo- ria del conocimiento. Actualmente es estudiante de doctorado en la Universidad de Columbia. Se ha especializado en problemas de revi- ion de creencias y teoria de la decisin cognitiva. Direccién: ebel7@columbia.edu m COLABORADORES rrofesor de filosofia del lenguaje y epistemologia en la UR eade nono del Estado de Morelos (México) desde el aio 2000, Obtuvo una estancia pos-doctoral en el Instituto de Investigacio- nes Filoséficas (UNAM) entre 1998 y el 2000. Su titulo de doctor fo ob- tuvo en el King’s College London (Universidad de Londres) en 1998 con una tesis sobre la filosofia de la matematica de Ludwig Wittgens- fein. Su maestrfa la hizo en filosofia en la Universidade Estadual de Campinas (Brasil) en 1991, con una tesis sobre la segunda antinomia de la raz6n pura. Sus intereses se concentran en la filosofia del lenguaje, fi- losofia dela mente, epistemologia y filosofia de las mateméticas. Direcci6n: silviopint@yahoo.com Luis A. Rossi (1964), es egresado de la carrera de Filosofia de la Univer- sidad de Buenos Aires. Desempefia tareas docentes en esta universidad y en la Universidad Nacional de Quilmes. Ha participado de grupos de investigaci6n en ambas universidades y realiza sus estudios de docto- rado acerca del nacionalismo en las filosofias de M. Heidegger y C. Schmitt bajo la direccién del Prof. Jorge Dotti. Ha publicado articulos sobre la historia de las ideas en la Argentina y sobre filosofia politica. Direccién: Irossi@unq.edu.ar CAROLINA SARTORI, Licenciada en Filosofia (UBA), 1996. Actualmente es estudiante de doctorado en el Massachusetts Institute of Technology y se especializa en metafisica y ética. Ha publicado el libro Conjuntos e in~ Jfinitos (Eudeba, 2000), asi como articulos sobre filosofia de la ciencia y seméntica. Direcei6n: caro@mit.edu. Revista Latinonmericana de Filosofia, Vol. XXVIII N° 2 (Primavera 2002) EN DEFENSA DE UN EXTERNALISMO EPISTEMICO* Juan Comesafia 1. Introducci6n El debate entre concepciones internalistas y externalistas de la justi- ficacion epistémica es uno de los problemas fundamentales de la teoria del conocimiento contemporénea. Como con otros problemas filoséfi- cos fundamentales, no siempre es facil saber cudles son, exactamente, las posiciones en conflicto. Esta cuestién conceptual ha sido aclarada en gran medida recientemente, pero la cuestién doctrinal (para seguir con la terminologia quineana) todavia queda en pie. Sabemos en qué con- sistirfa ser externalista o internalista (més bien: conocemos varias mane- ras de ser internalistas o externalistas), pero todavia no sabemos qué debemos ser. En este articulo argumento que, por lo menos con respecto a una de las distinciones, debemos ser externalistas. La estrategia general serd la de un argumento por eliminacién: ninguna de las alternativas interna- listas puede solucionar un grave problema, problema que si es solucio- nado por un externalismo de corte confiabilista. 2, Preliminares: conocimiento, justificacion espistémica y garantia Una primera cuesti6n que debe clarificarse al hablar de internalismo y externalismo epistémicos! es a qué se aplica la distinciGn. Dije al co- * Una versién de este articulo fue presentada en una charla en el Instituto de Filosofia de la Universidad de Buenos Aires organizada por Eduardo Ba- rio. Mi sincero agradecimiento a Eduardo, asi como a los asistentes a la charla por sus preguntas y comentarios. Muchas gracias también a Alejandro Cassini, Manuel Comesafia, Dave Matheson, Michael Pace, Carolina Sartorio, Joseph Shieber y Emesto Sosa. Este trabajo fue realizado gracias al apoyo de la Funda ign Antorchas. 1, Bl ealificativo “epistémico” es necesario porque hay distinciones en filo- | | 174 J.COMESANA mienzo que el debate gira en tomno a la idea de justificacién epistémica: quiero ahora aclarar qué es Ja justificaci6n epistémica, y por qué creo que es con respecto a ella que la discusién es interesante. En la secci6n siguiente voy a caracterizar distintas versiones de la distincién entre internalismo y externalismo. Pero para abordar la pre- gunta por el locus de dicha distincién hay que tener siquiera una idea vaga de en qué consiste. En términos generales, entonces, ser internalis- ta es creer que el estatus epistémico de una actitud doxéstica por parte de un sujeto depende exclusivamente de lo que pasa “adentro" de di- cho sujeto, mientras que un externalista cree que dicho estatus puede ser determinado en parte por lo que sucede “afuera” del sujeto? (Gran parte de la tarea clarificadora consiste en expresar de manera més lite- ral lo que estas metéforas espaciales indican.) La nocién epistémica que tradicionalmente ha sido considerada co- mo central es la nocién de conocimiento. Ahora bien, puesto que cono- cimiento implica verdad, poco sentido tendria ser internalista con res- pecto al conocimiento. Si Eduardo sabe que la nieve es blanca, entonces Ja nieve es blanca; y como que la nieve sea blanca no es algo que esta determinado exclusivamente por lo que pasa adentro de Eduardo, qué es lo que sabe Eduardo no es algo que esté determinado exclusivamen- te por lo que pasa dentro de él? (Otra noci6n epistémica importante en la discusién contemporanea sofia de la mente y psicologia moral que también se marcan con las palabras “internalismo” y “externalismo”, En lo que sigue, me referiré siempre a las po- siciones en teoria del conocimiento, dejando el calificativo implicito, 2. Hablo de actitudes doxésticas y no simplemente de creencias porque también la suspensi6n del juicio con respecto a una proposicién puede estar justificada o injustificada, 3, Hay quienes sostienen, es cierto, que que la nieve sea blanca sf esta deter- minado por lo que pasa adentro de Eduardo -o, (s6lo) un poco més plausi- blemente, por lo que pasa al interior de la comunidad a la que pertenece Eduardo-. $i uno sostiene algo asi, entonces puede ser internalista (0 socio-in- ternalista) con respecto al conocimiento. Pero esa posicién con respecto a la verdad es, por decirlo suavemente, una teoria en busca de un argumento -y no, por lo tanto, un punto de partida plausible en la discusién epistémica. En esta trabajo presupongo una concepcidn no epistémica de la verdad. Para una sugerencia cle combinar el confiabilismo en teor‘a del conocimiento con una teoria epistémica de la verdad, ver Eleonora Cresto (1997). EN DEFENSA DE UN EXTERNALISMO EPISTEMICO 175 es la nocién de garantia. Es util presentar esa nocién con una breve his- toria, levemente mitolégica. Segiin el mito, Platén definis el conoci- miento como creencia verdadera justificada y convencié al resto de los fildsofos que se interesaron por el tema durante unos veinticuatro si- glos, cuando Edmund Gettier publicé una nota de tres paginas mos- trando que la definicién tenfa contraejemplos. Uno de los contraejem- plos tipo Gettier es el siguiente. Un empleado en la oficina de S, el sefior Nogot, le ha dado a $ datos que justifican que $ crea “El setor Nogot, que esté en la oficina, es duefio de un Ford” de lo que $ dedu- cep: “Alguien en la oficina tiene un Ford”. Pero, aunque $ no lo sabe, el sefior Nogot miente y p es verdadero s6lo porque otra persona en la ofi- cina, el sefior Havit, es duefio de un Ford. En este caso, $ tiene una creencia verdadera y justificada en p, pero sin embargo no es cierto que S sabe que p. ‘Tener una creencia justificada, entonces, no es suficiente para tener conocimiento, ni siquiera cuando la creencia en cuestién es verdadera. Pero, por supuesto, hay muchos casos en los que un sujeto sabe que una proposicién es verdadera. Por lo tanto, tiene que haber algo (aun- que no la justificacién) que, sumado a una creencia verdadera, dé como resultado conocimiento. Llamemos a ese algo “garantia”? “Garantia’, entonces, es definida como “aquello que, sumado a una creencia verda. dera, resulta en conocimiento”, con lo cual no es posible formular con- traejemplos tipo Gettier para la nocién de garantia Es una tesis ampliamente difundida en la gnoseologia contemporé- nea que la nocién de garantia contiene aspectos externalistas. Trenton Merricks, por ejemplo, ha argumentado que cualquier andlisis correcto de esa nocién debe implicar que si una creencia esta garantizada enton- 4. Cf. Gettier (1963). En ese articulo, Gettier dice que Platén consideré esa definicién en el Teeietus, y que parece aceptarla en el Menéu. La cuestién, ob- viamente, es disputada. Los “contraejemplos tipo Gettier”, como se conocen en la bibliografia sobre el tema, fueron anticipados (aunque no como tales) por Russell (1948) y, seguin Chisholm (1977), Meinong. Para un detallado examen del estado de la cuestién hasta comienzos de los ‘B0, ver Shoppe (1983). 5. Tomado de Lehrer (1965). 6. Los datos incluyen un certificado que dice que Nogot es duefio de un Ford, el hecho de que S ha visto a Nogot manejar un Ford varias veces, etc. 7. La terminologia deriva de Alving Plantinga (1993). 6 J. COMESANA ces es verdadera® ~y si eso fuera cierto, entonces tampoco tendria senti- do ser internalista con respecto a la garantia-. Y, aunque uno tenga du- das con respecto al argumento general de Merricks, muchos de los ana- lisis que distintos filésofos han ofrecido de la nocién de garantia cumplen la condicién de que una creencia puede estar garantizada s6lo sies verdadera,? lo cual ofrece razones inductivas en favor de la tesis. Ni con respecto a la nocin de conocimiento ni (aunque de manera sienos segura) con respecto a la nocién de garantia tiene sentido, enton- ces, ser internalista. :De qué hablamos, pues, cuando hablamos del de- bate entre internalismo y externalismo? Hablamos de internalismo y ex- ternalismo con respecto a la justficacién, aquello que Gettier mostré que no es suficiente, ni siquiera con creencia y verdad, para darnos conoci- miento. Pues aun cuando la justificacién no sea tan poderosa como se créfa antes de Gettier, muchos siguen pensando que tiene que cumplir un papel fundamental en la definicién de conocimiento y que, en cual- quier caso, es una nocién interesante por mérito propio. Se habla de justificacién epistémica para distinguir el tipo de justifica- cién que antes de Gettier se crefa necesaria y, junto con creencia verda- dera, suficiente para el conocimiento -y que, Iuego de Gettier, se consi- dera todavia como centralmente relacionada con el conocimiento, aunque no suficiente junto con creencia verdadera y, quizas, ni siquiera necesaria-; para distinguir ese tipo de justificacién, digo, de la justifica- cién a veces llamada “préctica”, o “prudencial”. Alguien gravemente enfermo, por ejemplo, puede estar justificado en este sentido practico en creer que no va a morir, puesto que si cree eso la probabilidad de que sane se eleva, aun sin estar justificado epistémicamente en creerlo. Gros 0 modo, la justificacién epistémica esta estrechamente relacionada con la verdad de la proposicién crefda, mientras que las justificaciones de otro tipo no lo estan (aunque es notoriamente dificil transformar esta carac- terizaci6n vaga en algo mas preciso sin que se vuelva inaceptable).!° ‘Lo que se discute, entonces, cuando se discute si hay que ser inter- nalista 0 externalista, es siel hecho de que wna creencia esté justifieada para 8. Ver Mervicks (1995). 9. Ver los trabajos de John Pollock (1986), Alvin Goldman (1976), James Tomberlin (1980), y Ernesto Sosa (2000a) y (2008). 10. En adelante, cuando se hable de justificacin a secas debe entenderse que hablo de justficacién epistémica. EN DEFENSA DE UN EXTERNALISMO EPISTEMICO Ww un sujeto depende exclusivamente de lo que pasa dentro de ese sujeto 0 si factores externos desempefian también un papel. En esta seccién ex- pliqué por qué la distincién se aplica a la nocién de justificacién y no a otras nociones epistémicas fundamentales. En la seccién que sigue in- tento caracterizar de manera més precisa la distincién. 3. Cuatro tipos de internalismo/externalismo Resulta que no hay s6lo wna distincién entre internalismo y externa- lismo, sino varias. Hay dos caracterizaciones positivas de internalismo, que responden a motivaciones para ser internalista que son ligeramen- te diferentes entre sf, y dos sentidos en los cuales uno puede ser inter- nalista (de cualquiera de esos dos tipos) con respecto a la justificacién. Hay, asi, cuatro sentidos en los cuales uno puede ser internalista y, co- rrespondiendo a ellos, cuatro sentidos en los cuales uno puede ser ex- temnalista. Con respecto a cada uno de esos sentidos, definiremos al ex- ternalismo simplemente como la negacién del internalismo; pero es consistente ser internalista en uno de los sentidos y externalista en otro (aunque la mera coherencia de una posicién no es en si misma una re- comendacién muy fuerte en favor de esa posicién). Siguiendo a Conee y Feldman, llamaremos a las dos caracterizacio- nes positivas del internalismo “mentalismo” y “accesibilismo”. Am- bas versiones pueden definirse en términos de tesis de superveniencia. La idea general, recordemos, es que el estatus epistémico de una actitud doxéstica por parte de un sujeto est enteramente determinado por con- figuraciones internas a ese sujeto. El accesibilismo explica la metéfora en términos que son en tiltima instancia epistémicos: ACCESIBILISMO: El estatus epistémico de las actitudes doxésticas de S sobreviene en factores a los cuales $ tiene un tipo especial de acceso. Una consecuencia del accesibilismo asi definido es que si dos sujetos son idénticos con respecto a los estados a los que tienen el tipo especial de acceso en cuestién, entonces también son idénticos con respecto al estattis epistémico de sus actitudes doxasticas (por ejemplo, estan justi- ficados en creer las mismas proposiciones) 11-Ver Conee y Feldman (2001). vs J.COMESANA Es obvio que el accesibilismo no ser una tesis totalmente inteligible hhasta que se nos haya dicho qué es ese tipo especial de acceso, y en qué consiste “tenerlo”. Conviene caracterizar la idea general de ese acceso en términos negativos: hay algunos factores que son externos al sujeto, en un sentido de “externo” que heredamos de Descartes ~un sentido en el cual, por ejemplo, el hecho de que yo tenga manos es algo externo a m{-. Llamemos al tipo de acceso que tenemos a esos factores externos “acceso ordinario”. El accesibilismo, entonces, es la tesis de que el esta~ tus epistémico de las actitudes doxésticas esté determinado por factores a los cuales el sujeto en cuesti6n tiene un acceso no ordinario. Es cierto que no se nos ha dicho todavia, en términos positivos, en qué consiste ese acceso no ordinario. Pero una caracterizacién negativa es mejor que ninguna caracterizacién, y dejar la definicién de accesibilismo en ese ni- vel general nos permite abarcar un ntimero més amplio de teorias que las que serian pertinentes si diéramos una definicién positiva. Vayamos ahora a nuestra segunda pregunta: gen qué consiste fener el tipo especial de acceso a un cierto factor? Aqui tenemos dos alterna- tivas. El accesibilista puede sostener que tener acceso especial a un fac- tor implica o bien haber accestido ese factor de esa manera, o bien sdlo te- ner la capacidad de acceder a él de esa manera. Esta segunda alternativa es, al menos prima facie, la mas plausible. Elmentalismo evade el desvio epistémico del accesibilismo y define al internalismo directamente en términos de qué tipos de factores deter- minan el estatus epistémico de las actitudes doxdsticas: MENTALISMO: El estatus epistémico de las actitudes doxdsticas de § sobreviene en factores pertenecientes a la vida (puramente) mental de S. Elmentalismo implica que si dos sujetos son idénticos mentalmente, entonces también son idénticos con respecto al estatus epistémico de sus actitudes doxésticas (por ejemplo, estén justificados en creer las ‘mismas proposiciones). Queda por aclarar (cosa que haremos ensegui- da) por qué se dice que la base de supetveniencia es la vida puramente mental del sujeto. Uno puede ser internalista, entonces, en el sentido accesibilista 0 en el sentido mentalista -o, por supuesto, en los dos sentidos-.!2 Pero hay 12 Muchos serdn internalistas en los dos sentidos por pensar que el menta- EN DEFENSA DE UN EXTERNALISMO EPISTEMICO 19 todavia més opciones, pues uno puede ser internalista, en cualquiera de 05 sentidos, con respecto a dos aspectos distintos de una teorfa episté- mica, Para presentar esos dos aspectos es conveniente suponer una con- cepcién de lo que es una teoria epistémica que, aunque quizé polémica con respecto a otros temas, no prejuzge ls cuestiones que nos precy. pan aqui. La idea fundamental de esa concepcién es que una actitu Goxéstica esta justificada para un sujeto siempre y cuando el sujeto, al formar esa aclitud, esté siguiendo las reglas epistémicas adecuadas. Hay mucho por decir con respecto a esa concepcién de las teorias epis- témicas, pero, puesto que no es nuestro tema principal, un simple ejem- plo y una breve caracterizacién deberdn bastar aqui. Supongamos que me parece visualmente que hay una mesa frente a mf y que, como con- sectiencia de ello, formo la creencia de que hay una mesa frente a mi Puesto que es porque me parece visualmente que hay una mesa que for- mo la creencia de que hay una mesa, diremos que estoy siguiendo la si- guiente regla: PERCEPCION: Si a uno le parece visualmente que p, entonces uno debe creer que p. Mi creencia, entonces, estar justificada siempre y cuando PERCEP- CION sea una de las reglas epistémicas correctas. Lo mismo se aplica, mutatis mutandis, a todos los casos de formaciGn de actitudes doxésti- cas. Toda formacién de una actitud doxastica tendré varias explicacio- nes, y si alguna de ellas se conforma a una de las reglas epistémicas co- rrectas, entonces la actitud en cuestién estaré justificada."* Una teoria sm y el acesiilismo son (quik necesriamente) oextensivos aunque est cre justamente la cuestion que la defnicin del mental de manera inde- pendionte del accesible busaba evitar 13 O ala retencio, o cambio, de atitudes doxéstcas. Aunque no me oct po expictamente de esos aspects dlacdnicos de In justifieneén, supongo Suelo que digeaqu ene una apliesecn nds o menos deta a ets casos, “HOt tema intereant,relacionado con el uso de rgla, que tampoco trtaré aqui es la plicacin ala formacion de acitudes doxéscas de regles i puede suceder que uve sueto no esd siguiendo, pero que debra seguir. As, puede suce ts cierta att donate est jusficada en el sentido ctreco definido en di texto, ye que se adecua a una de ls reps epistmicas comets, pero que Sin embargo no est jusificada en ia instancia, ya que e sjeto debera 180 J. COMESANA epistémica, entonces, consiste en la explicitacién de las reglas epistémi- cas correctas. Estamos ahora en condiciones de decir cudles son los dos aspectos de una teoria epistémica con respecto a los cuales uno puede ser inter- nalista (de cualquiera de las dos variantes antes definidas). Primero, uno puede ser lo que llamaré “intemnalista de antecedentes” si sostiene que los antecedentes de las reglas epistémicas correctas son internos ~si uno es mentalista de antecedentes, sostendra que los antecedentes son factores mentales, mientras que si uno es accesibilista sostendré que los antecedentes son factores a los cuales el sujeto tiene un acceso especial. Segundo, uno puede ser “internalista de correcci6n” si sostiene que lo que determina cudles son las reglas epistémicas correctas son factores internos -factores mentales si uno es mentalista, y factores a los cuales el sujeto tiene un acceso especial si uno es accesibilista~. Suponiendo que las opciones son independientes entre si, obtenemos dieciséis com- binaciones de posiciones distintas con respecto al debate internalis- mo/externalismo -lo cual puede ayudar a explicar por qué muchas ve- ces los participantes en los debates parecen estar hablando de distintas cosas (lo estén)-. Las posibles posiciones pueden resumirse en la si- guiente tabla (donde, por ejemplo, un “Si” en la interseccién de la co- Tumna “Antecedentes” con la fila “Mentalismo” significa que uno es mentalista de antecedentes): Antecedentes Correceién ‘Mentalismo Si/No Si/No Accessibilismo Si/No Si/No Podemos ahora volver a la cuestién de por qué definimos al menta- lismo en términos de la vida puramente mental del sujeto. Es posible sostener que PERCEPCION no es una regia epistémica correcta y que, formar una actitud doxéstica distinta si tuviera en cuenta la situacién en la que se encuentra y todas las reglas que se aplican a esa situacién. Esta cuestiGn est estrechamente relacionada con el hecho de que las reglas epistémicas dan s6lo razones prinua facie para formar la actitud doxastica en cuestién, [EN DEFENSA DE UN EXTERNALISMO EPISTEMICO 181 ademés, no proporciona una descripcién adecuada de qué es lo episté- micamente pertinente cuando creo que hay una mesa frente a mf. Bs posible sostener que el estado epistémicamente pertinente es, no que me parece visualmente que hay una mesa frente a mi, sino que veo que hay una mesa frente a mf. Si uno cree eso, entonces creeré también que Ia regla epistémica correcta es la siguiente: PERCEPCION': Si uno ve que p, entonces uno debe creer que p. Ahora bien, hay quienes quieren contar a estados como ver que p(y también oir que p, sentir que p, etc.) como estados mentales -estados mentales factivos, para distinguirlos de otras actitudes proposicionales que no implican la verdad de la proposicién en cuestién-.8 Pero es jus- tamente la factividad de esos estados lo que va en contra de contarlos como estados internos. Si definiéramos al mentalismo en términos de estados mentales (suponiendo que contamos a actitudes proposiciona- les factivas como estados mentales), entonces contarfamos a alguien que acepta PERCEPCION* como a un internalista, y esa clasificacién no responde a la idea pretedrica de en qué consiste ser internalista. Cuan- do en a definicién de mentalismo hablamos de la vida puramente men- tal del sujeto, entonces, buscamos excluir estados mentales factivos de a base de superveniencia. Eno que resta de éste trabajo dejaré a un lado el internalismo de an- tecedentes -no porque crea que no tiene interés sino més bien por todo lo contrario: merece un tratamiento por separado~."6 Me concentraré, entonces, en la cuesti6n de la correccién de las regias epistémicas. En la préxima seccién examino tres tipos distintos de internalismo de correc- cién y concluyo que todos ellos sufren un problema similar. Luego ar- gumento que un externalismo de correccién, de tipo confiabilista, esté especialmente bien equipado para solucionar ese problema, 15. Ver Timothy Williamson (2000), 16. Yo creo que el internalismo de antecedentes es una posicién atractiva. Defenderlo implica, entre otras cosas, tener en cuenta la posicién “disyuntivis- ta en filosofia de a mente -posicién defendida, por ejemplo, por Me Dowell (1982)-.

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