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Resumen del caso clínico (*)

Paciente designado
Danilo, 36 años de edad, ingeniero.
Vive con su esposa Liliana, de 24 años, y sus dos hijos varones d 3 y 1 años.
Entre sus antecedentes personales cuentan el estar sufriendo de ataques de asma desde los cinco
años y de diabetes desde los diecinueve.
Respecto de su familia extensa, su padre, que era comerciante jubilado, muere cuatro años atrás
a la edad de 60 y su madre, viva, actualmente tiene 56 años. Además, Danilo tiene una hermana
de 34 años, sana, casada con un comerciante muy adinerado. Estos últimos también tienen dos
hijos.
Datos aportados por Danilo en la primera entrevista
(Cuando llama por teléfono para pedir consulta se le dice que tiene que concurrir con su esposa.
Sin embargo, llega solo y excusa a su mujer “porque debió viajar a Córdoba”).
Sus síntomas son difusos, poco claros: “nervios”, ansiedad, inseguridad.
En mayo de 1977 muere su padre y él, que siempre había pensado qué le pasaría si, en caso de
morir uno de sus padres, tuviera que quedarse solo con el otro, comienza con sus malestares.
En unas vacaciones pasadas en Mar del Plata, donde se hallaba veraneando con sus padres, unos
meses antes de la muerte de su padre (en febrero), conoce a Liliana y se enamora de ella.
Su madre, que en reiteradas ocasiones previas había “descartado ” otras novias, y que ahora
tenía elegida como candidata a la hija de una familia de mucho dinero, de solo 14 años, también
se opone a la relación con la nueva joven.
Danilo no la obedece y comienza a viajar todos los fines de semana a Córdoba (donde a la sazón
vivía Liliana), y su padre comienza a sufrir problemas circulatorios coronarios, que se empeoran
en una ocasión en que Danilo sufre un accidente automovilístico en la ruta, volviendo de
Córdoba, y en el que su padre cree que había quedado inválido.
Al morir el padre, la madre de Danilo, que siete años antes había hecho un intento de suicido a
raíz de enterarse que su esposo tenía otras mujeres, cae en un profundo cuadro depresivo del
que, sin embargo, emerge en breve lapso de tiempo.
Estas eran las condiciones cuando en julio del mismo año (1977), Danilo decide casarse, en
Córdoba.
En esta ciudad viven la madre de Liliana (el padre murió cuando ella tenía nueve años en un
accidente de aviación), y sus tres hermanos. Es una familia “unida” pero en la que a Liliana nunca
se le ha prestado atención. Sus abuelos maternos, a los que ella quiere “como padres” (sobre
todo al abuelo), nunca le han retribuido sus manifestaciones de afecto.
Inmediatamente luego de casados, la pareja va a vivir con la madre de Danilo. Allí, ella rechaza
abiertamente a Liliana. Y esta coyuntura los decide a vender la casa y a comprar dos
departamentos, uno para la madre y otro para ellos.
La madre vuelve a sufrir un episodio depresivo.
En se momento, al separar las viviendas, la madre y Liliana comienzan a llevarse muy bien. Y, al
poco tiempo (1978), comienzan los problemas de pareja entre Danilo y Liliana, que alcanzan su
cumbre en una oportunidad en que ella se va, un viernes, con los niños a Córdoba, a la casa de
su madre (1978).
Al otro día vuelve, pero sin los niños. Danilo le exige que se vuelva a buscarlos, pero Liliana discute
la necesidad de estar ambos a solas, para hablar de sus problemas. Él decide ir a lo de su madre
y contarle todo lo ocurrido. Luego vuelve y se reconcilia con la esposa.
Al acontecer esto, explota una gran pelea entre la madre y la esposa, en la que la primera le
reprocha a Liliana el que a ella se ha debido la enfermedad y la muerte de su esposo y la ruina de
su hijo. Liliana, a su vez, entre otras cosas, la acusa de sobreprotectora.
La consecuencia es un distanciamiento de la madre.
Ya a principios de este año (1981), y alrededor de estos episodios, Danilo comienza a padecer
insomnio. Comienza, además, a beber una pequeña cantidad de whisky por día.
En este momento el carácter de las peleas con Liliana ha variado. También han variado los temas:
antes era por la madre, ahora es porque Danilo se siente atado, sin poder darse los gustos, viajar,
etc.
Por último, es de hacer constar que él, que se siente con bronca hacia su madre, su hermana, su
esposa, y sus empleados, sin embargo, encuentra plena satisfacción sexual con Liliana y bienestar
en el desarrollo de sus actividades profesionales.

(*) Texto copiado de la Revista de “Terapia Familiar”, 1981, IV, 7/8.

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