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CARATULA

TÍTULO:
LA TRANSFORMACIÓN DE LA PRODUCCIÓN VITIVINÍCOLA ARTESANAL Y
EL IMPACTO EN LA TRADICIÓN DE LA VENDIMIA IQUEÑA
PROBLEMA:
¿Cuál es el impacto que genera la transformación de la producción vitivinícola
artesanal en la tradición de la vendimia iqueña?
INDICE
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Si miramos la tradición de un pueblo, observaremos que son patrones culturales,
prácticas, creencias y conocimientos que se transmiten de una generación a otra en una
sociedad. Estos elementos son considerados valiosos y dignos de preservación, ya que
conectan el pasado con el presente y ayudan a mantener la identidad de una comunidad.
El origen de la palabra "tradición" proviene del latín traditio, del verbo tradere es decir,
transmitir o entregar. A lo largo de la historia, las tradiciones han desempeñado un papel
importante en la formación de las culturas, la transmisión de conocimientos, la cohesión
social y la preservación de la memoria histórica. Pueden manifestarse en diversos
aspectos de la vida, como la religión, la familia, la educación, las costumbres sociales,
las artes y mucho más. Un ejemplo claro de lo mencionado, en nuestro pueblo, es la
tradición de la Vendimia Iqueña.
La tradición de la vendimia iqueña, es una celebración dedicada a la cosecha de uvas,
generalmente con un enfoque en la producción de vinos y otros productos derivados de
este fruto, como el pisco. Esta festividad suele llevarse a cabo durante las primeras
semanas de marzo y tiene una historia que se remonta a 1958. Este evento es muy
importante para los iqueños, ya que, está relacionada con la tradición y la cultura de la
producción de vino y pisco de la región y la mejora económica de la provincia de Ica.
En un inicio, el principal objetivo de esta tradición, era resaltar los mejores productos
vitivinícolas de la región, teniendo como antecedente “La Semana de la Uva y el Vino”,
festival itinerante que llegaría a tierras iqueñas por primera y única vez en 1936.
Posteriormente, 22 años después, en las primeras semanas de marzo de 1958, se
inauguraría el Festival de la Vendimia (idea del diario “La Voz de Ica”) con alcance
nacional, el cual se realizaba en la Av. José Matías Manzanilla, cumpliendo la
expectativa del público presente de la época, interesados y atraídos con este festival. En
1965 adquiriría carácter internacional y desde entonces se convertiría en una de las
actividades más esperadas del mes de marzo, en todo el Perú, para recolectar y pisar sus
uvas y luego convertirlas en cachina, vino o pisco, siempre acompañada de jaranas y
recuerdos inolvidables que formaría parte de nuestra historia como iqueños. Sin
embargo, con el pasar del tiempo, para muchos iqueños, este festival iría perdiendo su
esencia, y a la vez perdiendo la verdadera tradición de la Vendimia Iqueña, que más allá
de una fiesta, representa la cultura de todo un pueblo.
Por otro lado, la industrialización a nivel mundial, ha generado un impacto en la
economía de muchos pueblos, Ica no está ajena a esta realidad, puesto que, algunas
bodegas vitivinícolas artesanales han cambiado su proceso de producción,
industrializando su producto. Este hecho juega un papel importante en esta situación,
debido a que ya no buscan, según testimonios, el principal objetivo que tenían en sus
inicios, que era la preservación de la tradición de la vendimia iqueña, si no, que buscan
la exportación y reconocimiento de sus principales productos, dejando la tradición en
manos de las pequeñas bodegas artesanales, por lo que, en este contexto nos surge la
siguiente problemática:¿Cuál es el impacto que genera la transformación de la
producción vitivinícola artesanal en la tradición de la vendimia iqueña? La indagación
sobre este problema, es de gran relevancia e interés para la población iqueña y por qué
no decirlo, de nuestra cultura peruana, ya que, forma parte de nuestra cultura y de
nuestras tradiciones, además la vendimia como tradición es uno de los principales
atractivos turísticos de la región porque busca mostrar nuestra cultura iqueña, generando
que miles de turistas, durante el mes de marzo, visiten nuestra ciudad, logrando
representar más que cultura, un ingreso económico para la ciudad, por lo que mantener
la tradición y comprenderla como tal es de suma importancia para la preservación, no
solo de nuestra identidad, sino también, del sector económico, el cual viene
recuperándose de la crisis postpandemia.
Nuestra indagación, se ha construido utilizando diversas fuentes, desde el punto de vista
histórico, social, económico y cultural, con fines educativos y contribuyendo así, con el
conocimiento científico, para ello se ha comparado diversas fuentes sobre la vendimia,
tratadas en distintas etapas de la historia, a diversas escalas: mundo, continente
americano, país y por último nuestra localidad hasta la actualidad, lo que constituye un
esfuerzo por comprender y explicar nuestra tradición iqueña y su relación con la
producción vitivinícola artesanal, en el marco de una educación basada en
competencias.

Objetivos
1. Analizar e interpretar diversas fuentes de información sobre el proceso histórico que
ha tenido el desarrollo de la vendimia desde tiempos remotos hasta su llegada a la
provincia de Ica, para comparar los cambios, similitudes y diferencias que ha tenido a
través del tiempo y el espacio.
2. Explicar críticamente la importancia que tiene la vendimia en los sectores turístico,
económico y sociocultural en la ciudad de Ica.
3. Explicar críticamente la transformación en la producción VITIVINÍCOLA
ARTESANAL y el impacto que genera en la tradición de la vendimia iqueña.
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE INFORMACIÓN
LA PRODUCCIÓN VITIVINÍCOLA ARTESANAL Y SU IMPACTO EN LA
TRADICIÓN DE LA VENDIMIA IQUEÑA
Para dar inicio a esta investigación se hace necesario partir del que consideramos el
principal concepto de este trabajo, la “Vendimia”, el cual envuelve toda la
investigación, para que podamos, a partir de ello, entender la visión de otros autores
sobre este tema.
Fuente N°1: Vendimia, una mirada a través del tiempo

Según Asale (s. f.) se entiende por Vendimia al proceso de


recolección y cosecha de la uva, (Asale, s. f.).
B (2019) explica que se utiliza un término latino para referirse a la cosecha: “Vindemia”
en vez del término español Vendimia o recolección de la uva. “Las ubas se han de dexar
madurar bien, no se han de cortar todas o muchas cada vez, las más maduras se han de
escoger…sin mezclar la blanca con la mollar. Después de cortadas se ponen sobre las
mesas sacadas del Refitorio… y de noche se ponen en los aposentos de los padres, para
que el sol y el calor les quite aquella aguaza, haciendo las ubas como passas” “Enteras
se hechan en una canoa bien limpia traendolas de las mesas después de un día de buen
sol, pisandoloas con los pies, y después de bien pisadas, se hechan fuera los badaxos,y
solo el mosto con los pellejos de los granos se saca ,y se cola con un lienzo sobre dicho
exprimiendolo dos indios muy bien”, (B, 2019).
Otra fuente interesante se encuentra en J y Merino (2016) quienes, al tratar el tema,
empiezan esclareciendo el significado del término vendimia a partir de su origen
etimológico, el cual deriva del latín. (J & Merino, 2016)

VENDIMIA COMO TRADICIÓN IQUEÑA


Fuente N° 2: Antecedentes del problema
La Fiesta de la Vendimia surge como una necesidad para promover la armonía en una
ciudad que se recuperaba de la posguerra. Además de celebrar el vino y la cosecha, esta
fiesta también destaca la producción vitivinícola de Requena y su área. Desde su inicio,
la celebración une festividad, economía y turismo, ya que se buscaba atraer a visitantes
y proyectar una imagen positiva de la ciudad. Estos tres elementos, festejo, economía y
turismo, se entrelazan en los inicios de la Fiesta de la Vendimia, como lo expresa su
representante, El Trullo. Desde una perspectiva antropológica y sociológica, la fiesta
cumple con los requisitos que la definen: una celebración social que se repite año tras
año y abarca aspectos rituales y simbólicos que marcan el tiempo y el espacio.
Contrastando con la rutina diaria, la fiesta establece una dualidad entre ceremonia y
diversión, tradición y espontaneidad, yuxtaposición entre lo público y lo individual,
(Del Carmen Martínez Hernández, 2018).

Vásquez, M. (2017) manifiesta que la vendimia es una de las fiestas de mayor


importancia en la provincia de Mendoza, Argentina. Aunque la vendimia es una
festividad significativa, ha habido pocos estudios científicos dedicados a analizarla en
profundidad desde una perspectiva histórica y sociocultural. En su lugar, señala que,
esta celebración ha sido mayormente disfrutada y festejada como una diversión popular.
También señala que las mujeres, son una parte esencial en la labor de los viñedos y en
las celebraciones al finalizar las recolecciones. La década de 1930 fue una época
marcada por la recesión tanto a nivel nacional como internacional. En Mendoza, esta
recesión afectó a los productores de vino y a la economía en general. El Estado tomó
cartas en el asunto y promulgó distintas acciones para enfrentar la situación. Para
motivar el consumo de vino nacional y el turismo en este difícil contexto, se dio inicio a
la fiesta de la Vendimia y para organizarlo, se tomó como modelo los tradicionales
festivales de países productores de vinos europeos, donde al acabar las cosechas, se
elegía una soberana para que la festividad tuviera más conexión con el pueblo y mayor
cantidad de habitantes pudieran participar en ella, (Vásquez.M, 2017) .

Otra fuente interesante es la obra Revalorización cultural y planificación turística para


el festival internacional de la Vendimia de Ica, 2021, el autor nos plantea el gran
problema que está sucediendo con la vendimia estos últimos años, como está perdiendo
su identidad y esencia, y a la vez trata de dar una solución ya que la vendimia todos los
años reúne en las tierras de Ica a miles de turistas, tanto extranjeros como nacionales,
quienes buscan conocer la festividad y las culturas arraigadas a esta, y se están llevando
una mala experiencia por la organización deficiente, el autor de este antecedente
también nos quiere dar una solución para revalorizar el verdadero significado de la
vendimia de antaño, en la cual busca un trabajo conjunto entre autoridades, habitantes y
empleados entidades públicas y/o privadas, a la vez este plan de solución también trata
de resolver las dificultades que hayamos en nuestro desarrollo cultural para en un futuro
poder transmitir de forma ideal a las siguientes generaciones, (Antonio, María, Angel,
2021).
Con los antecedentes podemos concluir que, tanto como en Europa, América y Perú las
diversas festividades que han surgido entorno a la Vendimia tuvieron un propósito,
exaltar y reconocer la cultura vitivinícola de esas regiones, a pesar de eso, con el tiempo
se transgiversó su significado, como lo menciona Vásquez (2017), la cuál busca analizar
la vendimia desde un enfoque económico social-cultural más que como una fiesta , la
cual concuerda con Antonio, María, Angel, (2021), mientras que Del Carmen Martínez
Hernández (2018) nos trata de explicar como el turismo, la economía y festejo se
relacionan para darle efectividad a el festival, concepto que más adelante analizaremos
más a fondo.

Fuente N° 3: Historia de la uva hasta la llegada de la provincia de Ica


Podemos empezar con uno de los orígenes más destacados de la Vendimia como
tradición: El mito de Erígone
A pesar que Eneo fue el primer mortal en tener el honor de recibir una vid por parte de
Dionisio, Icario fue el primero en producir vino. Muy emocionado por el resultado que
había obtenido de su experimento (una jarra de vino) salió rumbo al bosque Maratón, a
los pies del monte Pentélico, a ofrecer a unos campesinos que por ahí se hallaban una
degustación del jugo que había producido, los cuáles no tenían ni idea que tenía que
mezclarse con agua (consejo tardío que más adelante les daría Enopión) y bajo los
efectos del alcohol empezaron a divisar doble, y creyendo que Icario los había
embrujado, lo asesinaron. Mera, el perro de Icario, presenció como enterraban a su amo
bajo un árbol de pino, por lo que, fue hasta donde la hija de Icario, Erígone y jalando de
sus ropas la condujo hasta donde habían enterrado a su padre, donde finalmente
desenterró el cuerpo. Atormentada, Erígone se suicidó colgándose en el mismo pino
donde encontró a su padre, clamando que las hijas de Atenas padecieran la misma suerte
que ella hasta que no se ajusticiara a su padre. Únicamente los dioses se compadecieron
de ella, por lo que los campesinos, aterrados, huyeron hacia los mares, donde
encontrarían una cruda escena al ver a demasiadas mujeres ateniense colgadas cada una
de los pinos, la duda fue aclarada por el Oráculo de Delfos, donde se explicó que
Erígone era la que reclamaba sus almas. Los campesinos fueron hallados culpables, por
lo que se les condenó a la horca. Así se instituyó el Festival de la Vendimia, dónde se
hacen tributos a Icario y Erígone, mientras las mujeres se balancean en pequeñas
plataformas sujetadas por cuerdas atadas desde los árboles, o como lo conocemos
actualmente columpios, y también se cuelgan máscaras que giran con el viento, (Graves,
1955).
1. De la cosecha de la uva a la elaboración del vino (Prehistoria-Edad Antigua)

La producción de la uva se remonta hace miles de años atrás, siendo una de las frutas
más antiguas y significativas de la civilización humana. Se cree que la domesticación de
la vid y su consumo data de hace más de 8,000 a 6,000 años a.C. originándose en el
Cáucaso (Mesopotamia), una región montañosa que abarca partes de Europa del Este y
Asia Occidental y desde allí, su cultivo se profundizó a diferentes partes del mundo. Los
pueblos antiguos encontraron que las uvas silvestres eran comestibles y comenzaron a
seleccionar y cultivar las variedades más sabrosas. Por su parte, Schulz y Seidel (2005)
sostiene que, hace más de 5.000 años, en el Antiguo Egipto, también cultivaron uvas y
produjeron vino. Para los egipcios, el vino tenía una importancia ritual y religiosa en su
cultura, también era utilizado en la medicina y como ofrenda funeraria. Una evidencia
de ello está en la tumba de Najt, donde se observa “el subregistro, la cosecha de uva y
elaboración del vino” otorgando una descripción de su elaboración, (Schulz & Seidel,
2005).

Ver Anexo 1

Ataz (2017), en su artículo el vino y la antigua Grecia, señala que los griegos y los
romanos contribuyeron significativamente al cultivo de la vid y la producción de vino.
En la mitología griega, se destacaba que el dios Dionisio, Baco en la mitología romana,
era el patrón del vino y la viticultura. El vino era utilizado como ofrenda funeraria,
(Ataz, 2017).

Jusué-Simonena, C. (2022) en su obra “Uvas, parras y vino en el patrimonio cultural de


Navarra” señala que, en el arte romano, reflejo de la identidad de su pueblo, se destaca
constantemente la presencia de uvas, parras y elementos relacionados con el vino.
Mosaicos, estelas funerarias decoradas, aras votivas y figurillas en bronce, junto con
diversos relieves, son evidencias de este hecho donde transmiten de manera vivaz la
importancia de la vid en esta cultura, tanto como decoración como símbolo de la vida
eterna asociado al culto de Dionisio. Otra evidencia clara está en el ritual del Banquete
Funerario en Necrópolis, donde el cadáver era cremado junto con adornos personales
que se guardaban, el fuego de la pira era apagado con vino que luego se llevaba a la
tumba como tributo, y se realizaban libaciones de vino como parte del ritual. Es
interesante saber que las antiguas civilizaciones coincidieron en atribuir la invención de
la vinificación y el cultivo de la uva a divinidades como Osiris en Egipto, quien fue
reconocido como Dioniso en la antigua Grecia y luego se transformó en Baco durante la
antigua Roma. Las fiestas y celebraciones relacionadas con el vino eran frecuentes,
ejemplo de esto son las Vinalia, (del latín vinum, "vino") que eran las fiestas romanas
en tributo a Venus y Júpiter, para pedir protección para las viñas y probar el nuevo vino,
las cuales se realizaban el 23 de abril y antes de la recolección y proceso de la uva, los
19 de agosto. Se reconoce también, la influencia romana que contribuyó al desarrollo
comercial de la producción de vino, (Jusué-Simonena, 2022).
Por otro lado, Haba (2011) señala que la adaptación de la fe cristiana, como religión
oficial, generó un gran impacto en la cultura vitivinícola desde el siglo IV, convirtiendo
al vino como parte del sacramento durante la liturgia, generando así la participación
activa de obispos y abades en actividades de conservar y difundir el cultivo de la vid,
teniendo especial relevancia en Europa Central, en donde las tierras conquistadas del
antiguo imperio romano por los bárbaros, se volvieron nuevamente partícipes de la
cultura del vino impulsados por curas y frailes de otras regiones cristianas.
En otro extracto de su obra, Piqueras menciona que, durante el cristianismo de la época
medieval, el vino iba más allá que solo una bebida que generaba placer y controversias.
La mayoría de la población de ese entonces, era un público demasiado consumidor de
vino, ya que aparte del agua no conocían otra bebida además que, el agua de la época,
era el principal conductor de pestes y epidemias, por lo que, por obvias razones esta
bebida no tenía calidad alguna, llegando el vino a acaparar los tres cuartos de consumo
por individuo y día, en donde los principales consumidores eran los conventos y
monasterios, tanto masculinos como femeninos. Superior a esta cantidad, alcanzando el
litro y medio por persona, estaban los soldados (incluyendo prisioneros), los
trabajadores en puentes, catedrales y otras obras públicas, los empleados y alguna otra
persona, (Haba, 2011).
Otro dato importante sobre la Edad Media, lo plantea Rodrigo-Estevan y Da Luz (2007)
quien señala que el mayor crecimiento geográfico de los viñedos fue entre los siglos XII
y XIII, y se esparció entre los lugares donde no había dificultades al plantar hasta las
laderas de los valles pirenaicos y las heladas sierras del sistema Ibérico.
Otro punto interesante fue sobre la protección de cultivos de la vid fue dadas las cortes
de Aragón desde 1247, aquí tildaron como “devastador de campos” a cualquiera que, a
propósito, irrumpiese en las cepas durante la noche. Además, se calificó de agravio, la
extracción de cepas y de los murgones que crecían para generar nuevas plantas. En caso
hubiera robo de sarmientos, pámpanos, uvas, agraz, frutas entre otras cosechas
insertadas entre parrales y viñedos, se debía enmendar el daño y pagar una multa, cuyo
costo ascendía cuando el delito ocurriera en la oscuridad de la noche, (Rodrigo-Estevan
& Da Luz, 2007).
2. Historia de la llegada de la uva en el Perú y posteriormente a Ica

Empezando con la historia de la llegada de la uva en el Perú e Ica, debemos tener en


cuenta que algunos investigadores aún discuten la fecha de llegada, sin embargo, en lo
que coinciden la mayoría es que la vid fue rápidamente adoptada y adaptada al territorio
peruano, llegando a producir grandes cantidades de uva y posteriormente vino, los
cuáles serían exportados hacia España. Para tener un mejor enfoque del tema ha sido
necesario comparar diversas fuentes, tratando así de colocarnos en un tiempo más
exacto, reduciendo las posibilidades de encontrarnos con datos erróneos o fuera del hilo
de la historia.

Soldi (2006) señala que cuando los invasores españoles llegaron al Perú en el siglo XVI,
pronto notaron que, en ciertas áreas invadidas, tenían la oportunidad de cultivar las
plantas que eran necesarias para su consumo, destacando el trigo y la vid. Las crónicas
de la época difieren en cuanto a los lugares exactos donde se plantaron los primeros
sarmientos de vid, pero no se puede negar que esta planta se adaptó rápidamente a la
costa, donde encontró las condiciones ambientales más favorables, lo que resulta
sumamente interesante, debido a que los climas europeos no eran similares a los
costeños peruanos, especialmente el de Ica, cuyo suelo característico carece de agua,
aun así, la vid logró crecer en ese ambiente, (Soldi, 2006).

Otra fuente interesante es De La Vega (1609a), quien relata que Francisco de


Caravantes, antiguo conquistador, nacido en Toledo y perteneciente a la nobleza,
introdujo la uva al Perú desde las islas canarias, uva de tipo prieta, saliendo la mayoría
de uva tinta, y el vino aloque, también comenta que, a pesar de las demás variedades de
uva que ya se había llevado, incluida la moscatel, todavía no se podía producir vino
blanco, (De La Vega, 1609a).

El mismo autor, a la vez nos da mayores detalles sobre el cultivo y comercialización de


la vid cuando narra...

“El primero que metió uvas de su cosecha en la ciudad del Cozco fue el
capitán Bartolomé de Terrazas, de los primeros conquistadores del Perú y
uno de los que pasaron a Chili con el Adelantado Don Diego de
Almagro. Este caballero conocí yo: fue nobilísimo de condición,
magnífico, liberal, con las demás virtudes naturales de caballero. Plantó
una viña en su repartimiento de indios, llamado Achanquillo, en la
provincia de Contisuyu, de donde año de mil y quinientos y cincuenta y
cinco, por mostrar el fruto de sus manos y la liberalidad de su ánimo,
envió treinta indios cargados de muy hermosas uvas a Garcilaso de la
Vega, mi señor, su íntimo amigo, con orden que diese su parte a cada uno
de los caballeros de aquella ciudad, para que todos gozasen del fruto de
su trabajo”, (De La Vega, 1609a).
Sin embargo, Cobo (1891), en su libro “Historia del nuevo Mundo tomo 1” contradice a
De La Vega (1609a) sobre el responsable de la llegada de las uvas al Perú, este afirma
que fue Hernando de Caravantes el primero que introdujo la uva a nuestro país,
resaltando la importancia y utilidad de la vid, siendo que, desde 1551 empezó a producir
en cantidad uvas, pero al recibir un precio tan bajo (225 maravedíes) decidió apelar a la
Real Audiencia para exigir un precio más justo, (Cobo, 1891).
Es interesante ver cómo dos autores de la misma época no concuerdan en las fechas de
llegada de la vid, a pesar que la situación y el contexto era el mismo.
Soldi (2006) sabemos que en los valles de Pisco, Nasca e Ica los pobladores natales
habían padecido la consecuencia de las guerras civiles y gracias a eso gran fracción de
terrenos de cultivo estaban abandonados, aunque regular cantidad de señores indígenas
aún controlaban las tierras que les habían sido legadas por sus antepasados. También,
podríamos decir que, a la llegada de la uva al Perú e Ica, se impuso una nueva moda, ya
que, las uvas y el vino servían como medio de pago gracias a su novedosidad y alta
demanda en España, por lo que, las personas de la época estaban altamente interesadas
en adquirir esta nueva planta para negociar con ella, evidencia de ello queda en el
testamento de don Hernando de Anicama en 1561, donde menciona tener una viña en
Tipso y cuyos frutos debían ser repartidos en tres partes iguales, una de ellas serviría
para fundar una Capellanía. No es el único testimonio con el que contamos, también se
cuenta una venta de 3000 plantas de vid por parte de Don Andrés Mukaywate. En 1563
se funda Ica y lamentablemente, desde su fundación se produjeron grandes desastres
naturales, en 1568 el primer terremoto destruiría la ciudad, el segundo en 1589, después
de esos sucesos las ventas de mostos, vinos y botijas llegaron a uno de sus mejores
piques, pero, en 1647 y 1664 una vez más dos terremotos sacudieron a la ciudad,
arruinando la mayoría de las bodegas y cosechas de la temporada, posterior a esto la
ciudad fue reconstruida donde se ubica actualmente, (Soldi, 2006).
Según Vallejos (2004), los terremotos no fueron los únicos responsables de las muchas
caídas de la producción de la vid. Se sabe que, en los años setenta del siglo XVIII los
viñedos fueron afectados por la “enfermedad de la fruta” y posteriormente por la
filoxera en el siglo XIX.
Siguiendo con la historia contemporánea, en el Perú, diversos sucesos ocasionaron
declives en la producción de vid, a finales del siglo XVII, por el levantamiento de la
restricción que había en la producción de aguardiente de caña (cuya costo de producción
era más barato), luego, en la guerra del Pacífico mucha infraestructura fue dañada y en
la mitad del siglo XIX el boom del algodón provocó que la población se animasen a
sembrarlo y dejar de lado a la vid, luego, en la reforma agraria de 1969, se perdieron la
mayoría de terrenos por las malas condiciones, terrenos que actualmente ocupa los
sembríos de espárrago, (Vallejos, 2004).
Capítulo 02
Concepto de Vendimia
Época de Vendimia y descripción de vendimiar
En el hemisferio sur, para ser más exactos en el Perú la cosecha de las uvas (vendimia)
se da entre los meses de noviembre y marzo en los principales sectores productores que
en la costa sur son: Ica, Arequipa, Tacna y Moquegua y en la costa norte se da en el
Valle de Cascas. Un dato interesante es que, durante la época de vendimia en el Perú y
el resto de los países sureños, estos se encargan de distribuir uva al resto del mundo, ya
que, el producto escasea debido a que el recojo de uvas acaba en octubre, por lo que
resulta factible el negocio de los viñedos en Sudamérica. (Maza y Silipú, 2008)
Uno de nuestros entrevistados, el iqueño Jesús Pariona, dueño de una bodega artesanal
pequeña, nos describe vendimiar como el proceso de recolectar las uvas cuando están en
su mejor etapa de maduración, el cuál puede durar desde noviembre hasta abril,
dependiendo de las condiciones climáticas de cada año. Después de cortar las uvas,
estas serían conservadas (si son uvas para vino o pisco) para convertirse en vino y pisco,
y en caso sea uva de mesa, para consumirse, (Pariona Díaz, 2023).
Descripción de la pisa y el mosto
El proceso da inicio en el mes de julio con el “empale” de las plantas de vid con troncos
de huarango, cinamomo o espino, dando forma así a las “cenefas” y las “galeras” o
“barbacadas”. Los extremos de las vides son atadas a los troncos con totora remojada y
acomodadas correctamente para que no choquen con el suelo. Una vez verificado el
empale, en los primeros días de Agosto comienza la poda, la cual, en algunos lugares
aún la conservan como parte de su tradición y la acompañan con diversos cantos y
bailes, convirtiendo la poda como una bonita celebración tradicional, (Morón &
Resumen, s/f).

Luego nos desplazamos hasta febrero, donde la vendimia inicia y con esta la pisa. Los
lagares son llenados hasta su máxima capacidad con deliciosas uvas de diversos tipos
como quebranta, la cuál está en su estado perfecto para la pisa. Luego, vienen los
campesinos para pisar los delicados racimos, los cuáles empiezan a reventar soltando un
aromático jugo. La pisa al igual que la poda también viene acompañada de cantos,
bailes y fiestas, convirtiéndose también en una tradición. La pisa se destaca porque
algunos asistentes son invitados a beber el chinguerito, preparado con el jugo de la uva
pisada, con canela, limón y el factor impacto: el pisco. Además los pisadores exigen
también su bebida mientras van chancando al ritmo de un tambor y cantando sus
cuartetos con gran emoción, (Morón & Resumen, s/f).

LA VENDIMIA COMO TRADICIÓN IQUEÑA

Al investigar la vendimia como tradición iqueña es importante no confundirla con el


festival internacional de la vendimia (FIVI), ya que, actualmente no representan lo
mismo.

Para obtener una definición de vendimia como tradición iqueña fue necesario entrevistar
a distintas personas que sepan sobre esta, y como lo han vivido, tal es el caso del iqueño
Héctor Sandoval Arca (Sandoval Arca, 2023), administrador de la bodega Sotelo, quién
bajo su punto de vista nos dice que la Vendimia como tradición es la fiesta de la uva, el
proceso que implica cosecharla, pisarla y después convertirla en diversos productos
vitivinícolas, aunque, la realización ha variado por medidas de control y salubridad, se
puede seguir manteniendo la tradición aunque los implementos cambien, la esencia se
concentra en el producto y en el recuerdo de como se hacía antiguamente, siempre
tratando de rescatar técnicas que puedan ser de utilidad en el presente y transmitiéndolo
a las siguientes generaciones. El entrevistado también nos narra que en un inicio el
festival de la vendimia si representaba la tradición, pero con el paso del tiempo y los
cambios en la organización, se ha ido perdiendo lo que fue en un inicio.

Otra fuente es el entrevistado Jesús José Pariona Díaz, quién nos relata cómo era la
vendimia en sus épocas, destacando la unión familiar que había en esa época, familias
que se reunían a recoger y pisar sus uvas para hacer sus vinos y cachinas para consumo
familiar, también nos narra que en sus tiempos, en la vendimia no se podía tomar otra
bebida que no fuera derivada de la uva, y se sorprende al saber que actualmente las
marcas líderes del FIVI son las de cerveza, cuando es un festival que busca la exaltación
de productos vitivinícolas. Jesús también nos narra como se celebraba el antiguo festival
de la vendimia, cuando todavía era de carácter nacional, en la Av. Matías Manzanilla,
donde llegaban las soberanas representando a sus respectivas instituciones. Pero no todo
fue feliz en la Vendimia, el entrevistado recuerda con gran tristeza un hecho que
empañó el festival, la muerte de dos jóvenes por estampida al tratar de conseguir boletos
para el cantante que iba a presentarse en esa ocasión.

Después de dos testimonios podemos decir que la tradición de la vendimia iqueña no es


la festividad, es el proceso que conlleva hacer los productos vitivinícolas emblemáticos
de la región, pasando por la cosecha de las uvas, la pisa, el tiempo de espera y los
procesos químicos que sufren hasta su embotellado, claro siempre acompañado de la
alegría propia de los iqueños.

PRODUCCIÓN VITIVINICOLA ARTESANAL VS PRODUCCIÓN VITIVINICOLA


INDUSTRIAL

Con el paso de los años y los avances de la tecnología se empezaron a industrializar las
bodegas vitivinícolas de la ciudad de Ica, tal es el caso de la reconocida bodega
“Tacama” la cuál a partir de 1889 de la mano de Pablo Olaechea Guerrero empieza a
modernizarse y cambiar las técnicas de producción en sus insumos para producir en
cantidad productos basados en uva. El Sommelier del lugar Daniel Lescano (Lescano
Cruz, 2023) nos explica que el cambio y modernización es algo que en algún punto le
va a pasar a todas las bodegas artesanales y que la mejor manera de transmitir y
conservar la tradición en Tacama es través de los distintos tours que tienen para mostrar
el proceso que se realizaba en el pasado, ya que, la industrialización tiene que ir
avanzando, pero sin perder la “tradición”, también nos menciona que si nos interesa
visitar la tradición es mejor realizar un tour por la ruta del Pisco y los Lagares.

En la entrevista con el señor Julio Sotelo, dueño de la bodega Sotelo, nos menciona que
el principal objetivo de su bodega es la producción vitivinícola y que el turismo en todo
caso sería un extra, porque, lo que se adecúa mejor al mercado en estos momentos para
ellos, es la producción. Sotelo es una bodega con procesos artesanales, o sea, mantienen
la producción sin echarle químicos al producto, para preservar el sabor representativo
que solo un vino o pisco tradicional puede tener, por otra parte, uno de sus planes a
futuro es crecer como empresa, por lo que requerirían otra indumentaria para producir
en grandes cantidades. Ver Anexo 2
Acabamos de ver la perspectiva de dos bodegas cuyos objetivos actualmente es la
producción artesanal, más no el turismo. A continuación veremos la opinión de dos
trabajadores de bodegas artesanales para entender también su punto de vista y sacar una
pequeña conclusión de esto.

El señor Gregorio Huamán nos menciona el descontento de ver el FIVI de este año, ya
que, no existe apoyo para las pequeñas bodegas que no pueden pagar un stan en la feria,
cuando el objetivo de esta es resaltar los productos vitivinícolas de la región, además
nos cuenta que la mayor época del año dónde su lugar de trabajo (la bodega El Catador
by Tony Labis) recibe mayor cantidad de turistas es en el mes de marzo porque buscan
saber sobre otra cultura y otras tradiciones, y la mejor manera de hacerlo es mediante las
bodegas artesanales y la Ruta del Pisco y los Lagares, la cuál surge como medida
paralela al FIVI para apoyar y hacer ver a las pequeñas y medianas bodegas artesanales
que representan la tradición en Ica. Respecto a las bodegas industriales, el señor
Huamán nos menciona que en su opinión solo buscan lucrar a través de sus tours y que
en adición a esto no explican y muestran de manera adecuada la tradición de la
Vendimia Iqueña, opacando así a las bodegas artesanales, cuyo principal objetivo y
negocio es el turismo.

Tenemos también el testimonio del señor Héctor Sandoval Arca

LA VENDIMIA UNA TRADICIÓN CAMINO AL OLVIDO


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Dirección URL del artículo: https://bdigital.uncu.edu.ar/12983. Fecha de
consulta del artículo: 26/08/23.

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