Hubo distintos acontecimientos históricos de la lucha de las mujeres por sus
derechos que sucedieron en el mes de marzo, que son el origen del Día Internacional de la Mujer. Entre ellos destaca la lucha por sus derechos laborales.
Otra lucha fue la sufragista. En Estados Unidos, en marzo de 1857, sufragistas y
antiesclavistas fueron reprimidas en Wyoming, y en el mismo mes y año tuvo lugar la primera de muchas huelgas de costureras en Nueva York. Hubo otras en 1867 y 1909, en esta última murieron calcinadas 146 mujeres, la mayor parte de ellas migrantes..
En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional Socialista de Mujeres en
Dinamarca, la líder alemana Clara Zetkin demandó que hubiera un día en que se recordara la lucha de las mujeres trabajadoras por sus derechos laborales.
También un 8 de marzo (de acuerdo con el calendario gregoriano; 23 de febrero
en el calendario juliano), pero de 1917, en San Petersburgo, los guardias del gobierno zarista masacraron a mujeres hambrientas que demandaban pan para dar de comer a sus hijos y el fin de la guerra. Este hecho contribuyó a desencadenar la Revolución rusa.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, la carta de San Francisco planteó la
igualdad entre hombres y mujeres para alcanzar la justicia y la paz. La Declaración Universal de 1948 se intituló por los ‘Derechos Humanos’ para incluir a las mujeres.
En 1957, en el centenario de la represión de Wyoming, se fijó como fecha para
conmemorar a las sufragistas el 8 de marzo. Y fue en la Primera Conferencia Mundial de la Mujer de la Organización de Naciones Unidas, que tuvo lugar en México en 1975, donde se planteó que el 8 de marzo fuera el Día Internacional de la Mujer. Dos años después, la ONU hizo la declaración oficial.
La fecha, reiteramos, es un recordatorio para que todos los países miembros de la
Organización acaben con todo tipo de discriminación hacia las mujeres, para lograr una sociedad con igualdad sustantiva. Conclusión La desigualdad de género es un mal persistente en nuestra sociedad, creado por la misma y permitido de tal manera que todo se lleva a cabo con ese fin, que no es nada más y nada menos que la continuación de un trato desigual entre iguales. Hemos visto que en nuestra vida cotidiana permitimos micro machismos sin tener conciencia de ello o teniéndola. En muchos casos es la propia mujer la que induce a esa desigualdad derivada de su experiencia transmitiéndola de esa manera a sus hijos que a su vez la trasladan a su entorno ya sea en lo laboral, familiar o social. La mujer aunque trabaje fuera y dentro, ocupe los mismos puestos de trabajo pero menos remunerados con respecto al hombre, Hemos llegado a la conclusión de que no hay una igualdad real sino relativa, es cierto que hemos dado pasos importantes con respecto a los siglos pasados pues era impensable que la mujer de hoy tuviese cabida en el mundo, pero no es menos verdad que quedan muchos pasos por dar para conseguir tal igualdad real, para ello se ha de respetar la diferencia biológica existente entre ambos (hombre y mujer), poder ver a la mujer como persona que es y no obstaculizar su camino en la conquista de un trato digno e igualado con respecto al hombre.
En definitiva, mientras no haya mayor conciencia de que la mujer es un ser
humano capaz de representarse a sí misma como persona y convivir con el hombre en igual condiciones no podemos hablar de igualdad.