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SECUENCIA DIDACTICA SEMANA DEL 07/03/2023 AL 08/03/2023

CURSO: 4to año

MATERIA: Marco Jurídico de los Procesos Productivos

TEMA: Día Internacional de la Mujer

“En 1975, la Organización de las Naciones Unidas declaró el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer para
conmemorar la lucha histórica por mejorar la vida de la mujer y destacar la importancia de la participación activa en
las mujeres en la búsqueda de la igualdad y la paz”.

Esta secuencia didáctica que tiene por objetivo que los alumnos conozcan los hechos históricos que dieron lugar a
esta efeméride y reflexionen sobre los propósitos de conmemorarla.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Que los alumnos:

 Reflexionen sobre los propósitos de conmemorar el Día de la Mujer;


 Conozcan los hechos históricos que dieron origen a la efeméride;
 Analicen los logros y las tareas pendientes en relación con la completa vigencia de los derechos de la mujer.

ACTIVIDADES:

ACTIVIDAD 1: Reconociendo que la lucha por la igualdad de derechos es siempre un fenómeno más colectivo que
individual, se propone conversar con las y los estudiantes sobre las siguientes preguntas:

 ¿Por qué piensan que las mujeres han tenido que luchar por sus derechos a lo largo de la historia? ¿Ha
pasado lo mismo con los hombres? ¿Por qué?

ACTIVIDAD 2: ¿POR QUÉ CONMEMORAMOS Y NO CELEBRAMOS EL DIA DE LA MUJER?

Lectura de los antecedentes teóricos

¿Por qué el 8 de marzo? Entre los antecedentes alrededor de esta emblemática fecha se encuentran las numerosas
huelgas por mejoras salariales, reconocimiento sindical y derecho al sufragio sostenidas por obreras y feministas
socialistas norteamericanas entre 1908 y 1910, que llevaron a la proclama del «Día Nacional de la Mujer» el 28 de
febrero de 1909, por parte del Partido Socialista de los Estados Unidos, en solidaridad con otras movilizaciones
ocurridas en ciudades como Chicago y Nueva York.

Hacia 1910, se desarrolló la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en Copenhague. El tema
central fue el sufragio universal para todas las mujeres, y por moción de Clara Zetkin (Clara Eissner, de nacimiento),
líder del «levantamiento de las 20.000», se proclamó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la
Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres caídas en las huelgas de 1908.

El 25 de marzo de 1911, pocos días después de la primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora
en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York se produjo un incendio que
se cobró la vida de 146 de trabajadoras textiles. Estas mujeres, en su mayoría inmigrantes, habían sido encerradas
por sus patrones, sin posibilidad de escape. Este evento propulsó la atención mundial sobre las luchas de las mujeres
y del feminismo por sus derechos civiles, laborales y políticos, lo que motorizó la modificación de la legislación
laboral en los Estados Unidos, las campañas sufragistas con el lema «Pan y rosas», la organización de centrales
obreras femeninas en todo el mundo y el reconocimiento creciente a escala internacional de la importancia del 8 de
Marzo.
Más cerca en el tiempo, en 1975, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó
oficialmente el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Luego, en 2011, se conmemoró el centenario de los
acontecimientos que dieron origen a esta fecha emblemática con la premisa de igualdad de género y el
empoderamiento de la mujer (ONU Mujeres).

ACTIVIDAD 3: Una de las principales reivindicaciones del movimiento de mujeres y que da origen al hecho por el cual
conmemoramos el 8 de marzo es el reclamo por la igualdad en el ámbito laboral.

Sobre cuáles eran los reclamos de las mujeres del 8 de marzo de 1908 y cuáles son los reclamos de las mujeres en la
actualidad:

 ¿Qué similitudes y diferencias encuentran entre ese momento y el actual?

 ¿En qué cosas la sociedad pudo avanzar?

 ¿Es igual el lugar de la mujer en los distintos ámbitos sociales (político, artístico, intelectual, científico,
educativo, familiar, etc.)?

 ¿Qué situaciones injustas o desiguales entre hombres y mujeres pueden encontrar que persisten en la
actualidad?

 ¿Qué otras identidades de género se encuentran en situaciones de vulnerabilidad o no acceden a los


derechos fundamentales en razón de la desigualdad de género?

 ¿Qué podemos hacer al respecto?

 ¿Por qué creen que es importante que las luchas de las mujeres se difundan?

ACTIVIDAD 4: En sus carpetas armar un pequeño póster o flyer para compartir y socializar con el resto de los y las
compañeros/as donde se reflejen situaciones de igualdad y respeto de los derechos de las mujeres. Pueden ser
dibujos o frases sobre derechos logrados, acciones simples en lo cotidiano, (Leer “Eso que llaman amor es trabajo no
pago” como referencia). Una imagen que resuma la Conmemoración del Día Internacional de la Mujer

MARCO TEORICO:

Por la igualdad de derechos: El 8 de marzo se conmemora, desde 1975, el Día Internacional de las Mujeres. En esta
fecha, mujeres de todos los continentes reafirman y reclaman la igualdad de derechos, y denuncian la desigualdad y
discriminación de género.
Históricamente, la conmemoración de este día busca recordar y potenciar la lucha de las mujeres por los derechos
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, poniendo en la agenda pública las desigualdades a las que se
enfrentan cotidianamente en los espacios públicos y privados en relación con los hombres. Por otra parte, desde
hace algunos años, las personas lesbianas, gay, bisexuales y trans, que también viven las consecuencias de un
sistema que reproduce estigma, discriminación y violencia, son parte de este colectivo que reclama por mayor
equidad e igualdad de trato y oportunidades.
Es decir, que la igualdad sigue siendo un horizonte que hay que continuar construyendo, recuperando el recorrido
de reflexiones, demandas y acciones emprendidas por el movimiento de mujeres y otras identidades de género.
El primer instrumento de protección internacional de los derechos humanos específico de las mujeres es
la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CETFDCM; en
inglés, CEDAW), de 1979. A partir de la CETFDCM, que goza de jerarquía constitucional en virtud del artículo 75,
inciso 22, de la Constitución nacional, y del reconocimiento de la desigualdad que implica la exclusión o la
imposibilidad de ejercer plenamente los derechos de las mujeres, es que se les exige a los Estados observar y actuar
en función de esta realidad.
¿Por qué el 8 de marzo? Entre los antecedentes alrededor de esta emblemática fecha se encuentran las numerosas
huelgas por mejoras salariales, reconocimiento sindical y derecho al sufragio sostenidas por obreras y feministas
socialistas norteamericanas entre 1908 y 1910, que llevaron a la proclama del «Día Nacional de la Mujer» el 28 de
febrero de 1909, por parte del Partido Socialista de los Estados Unidos, en solidaridad con otras movilizaciones
ocurridas en ciudades como Chicago y Nueva York.
Hacia 1910, se desarrolló la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, en Copenhague. El tema
central fue el sufragio universal para todas las mujeres, y por moción de Clara Zetkin (Clara Eissner, de nacimiento),
líder del «levantamiento de las 20.000», se proclamó oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la
Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres caídas en las huelgas de 1908.
El 25 de marzo de 1911, pocos días después de la primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora
en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York se produjo un incendio que
se cobró la vida de 146 de trabajadoras textiles. Estas mujeres, en su mayoría inmigrantes, habían sido encerradas
por sus patrones, sin posibilidad de escape. Este evento propulsó la atención mundial sobre las luchas de las mujeres
y del feminismo por sus derechos civiles, laborales y políticos, lo que motorizó la modificación de la legislación
laboral en los Estados Unidos, las campañas sufragistas con el lema «Pan y rosas», la organización de centrales
obreras femeninas en todo el mundo y el reconocimiento creciente a escala internacional de la importancia del 8 de
Marzo.
Más cerca en el tiempo, en 1975, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó
oficialmente el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Luego, en 2011, se conmemoró el centenario de los
acontecimientos que dieron origen a esta fecha emblemática con la premisa de igualdad de género y el
empoderamiento de la mujer (ONU Mujeres).

La democracia: un escenario para impulsar la lucha por los derechos de las mujeres: El retorno de la democracia y del
Estado de derecho en la Argentina, el 10 de diciembre de 1983, supuso una fuerte presencia en el espacio público de
distintos movimientos y actores sociales, políticos y culturales. En ese contexto, el movimiento feminista reapareció
en las calles, creció, se fortaleció y manifestó sus demandas de ampliación de derechos para las mujeres. Aun en los
últimos años de la dictadura, este movimiento se había ido expandiendo a partir de la creación de algunas
agrupaciones centrales en la transición democrática, como Lugar de Mujer y ATEM-25 de noviembre. En los años
siguientes, el movimiento siguió creciendo, con la aparición de diversas organizaciones y publicaciones
emblemáticas: la Multisectorial de la Mujer (1984), la revista Unidas (1986), los Cuadernos de Existencia
Lesbiana (1987), la revista Feminaria (1988), la Comisión Feminista por los 20 años de la Segunda Ola Feminista
(1989), entre muchas otras.
Además de la reivindicación por la ampliación de derechos, en los años ochenta el movimiento feminista argentino
instaló como tema prioritario en su agenda el problema de la desigualdad y la violencia contra las mujeres. Así
surgió, en 1983, desde el seno del feminismo, el Tribunal de Violencia contra la Mujer, que acuñó, tempranamente,
el concepto de feminicidio para referirse a la especificidad de estos crímenes. Asimismo, durante el primer Día
Internacional de la Mujer conmemorado en las calles, el 8 de marzo de 1984, el problema de la violencia contra las
mujeres estuvo presente en las pancartas y panfletos repartidos en la Plaza de los Dos Congresos.
En este contexto, el movimiento de mujeres logró que algunas de sus reivindicaciones históricas se convirtieran en
derechos a partir de una serie de avances legislativos y de políticas públicas. Entre las conquistas más significativas
es posible mencionar la patria potestad compartida (1985) y la ley de divorcio vincular (1987).

Integrantes del grupo feminista ATEM (Asociación de Trabajo y Estudio de la


Mujer) protestan en la Argentina el Día de la Mujer de 1984, después de que la
fecha fue institucionalizada.
Asimismo, gracias a la lucha y persistencia en los reclamos, los derechos de las
mujeres se fueron ampliando en los años noventa a partir de la ley de cupo
femenino (1991) y de las primeras leyes de prevención de la violencia dentro de la
familia (1997).
Un hecho político significativo ocurrió en nuestro país en las elecciones de octubre de 2007, donde por primera vez
una mujer, Cristina Fernández, ganó las elecciones y se convirtió en la primera mujer presidenta. En 2011, fue
reelegida en su cargo. Durante sus mandatos, el Congreso de la Nación aprobó algunas leyes trascendentes en
términos de derechos humanos, como por ejemplo el del matrimonio igualitario y la ley que reconoce la identidad
de género como un derecho de todas las personas.
A pesar de los avances legislativos en materia de género en la pos dictadura, los reclamos y las denuncias del
movimiento de mujeres contra la violencia, la discriminación y la desigualdad continúan teniendo vigencia. Después
de décadas de lucha, muy recientemente, en el año 2020, el Congreso de la Nación sancionó dos leyes
importantes: por un lado, la llamada popularmente «ley de los 1000 días», que garantiza acompañamiento y
asistencia durante el embarazo a las mujeres y personas con capacidad de gestar y a niños y niñas hasta los 3 años
que así lo requieran. La otra normativa que se aprobó reconoce y garantiza el derecho a la interrupción voluntaria
del embarazo a las mujeres y a las personas con capacidad de gestar hasta la semana 14, inclusive, del proceso
gestacional.
Esta ha sido una de las demandas históricas del amplio movimiento de mujeres para que la autonomía y la libertad
de decisión sean una realidad efectiva a la hora de ejercer los derechos sexuales y reproductivos.

Dos problemáticas sociales para pensar la desigualdad de género:


la violencia machista y la división sexual del trabajo
«Ni una menos» es la expresión que desde 2015 se ha ido constituyendo en uno de los emblemas más claros y
populares vinculados a la violencia de género. El 3 de junio de ese año, y luego de un femicidio que tuvo gran
repercusión pública, la sociedad entera salió a las plazas y a las calles de todas las ciudades del país mostrando el
repudio colectivo a la violencia de género en su expresión más brutal.
En los últimos años, las marchas por el Día de la Mujer se realizan masivamente en diferentes ciudades de nuestro el
país. Entre sus consignas destacan las proclamas de «Nosotras Paramos», «Ni una menos» y «Vivas nos queremos»,
pues la violencia de género es otro de los nudos centrales que atraviesan las experiencias de las mujeres y las
personas LGTBIQ+. En la Argentina hay un femicidio cada 18 horas y cientos de personas travesti y trans mueren por
la violencia a la que son sometidas a lo largo de su vida sin acceso a los derechos básicos.
Eso que llaman amor es trabajo no pago
El núcleo duro de la desigualdad de género se encuentra en la problemática social de los cuidados, provocada por la
división sexual del trabajo que regula las esferas de lo público y lo privado, lo productivo y lo reproductivo y también
el imaginario de estos mundos como ámbitos escindidos. La distribución de las tareas de cuidado es inequitativa,
está generalizada y recae mayoritariamente en las mujeres, personas travestis y trans u otras identidades
feminizadas debido a que desde los estereotipos de género imperantes son vistas como «cuidadoras naturales»,
repercutiendo en las trayectorias de vida de estas personas.
Poniendo la lupa sobre la idea de sostenibilidad de la vida, los aportes de la economía feminista y de las teorías de la
reproducción social dan cuenta de la importancia del trabajo doméstico no remunerado para la reproducción de la
vida en un sentido amplio: todas las actividades y prácticas necesarias para la subsistencia cotidiana de las personas
en nuestra sociedad.
Este trabajo, mayormente feminizado, tiene implicancias en la forma en la que las mujeres, personas travestis,
trans, gay o lesbianas se insertan finalmente en el mercado laboral, ya que se espera que atiendan a estas tareas
gratuitamente —pues es la manera preestablecida de demostrar cariño, amor o afecto—, mientras prestan otros
servicios como trabajadoras formales e informales, muchas veces teniendo que, además, atravesar instancias de
selección que aplican criterios discriminantes para el ingreso al trabajo. Por ejemplo, cuando le preguntan a una
potencial trabajadora sobre su voluntad de tener hijo/as o si tiene parientes «a cargo».
Además de la dimensión de género, esta problemática está atravesada por la dimensión económica. Las tareas de
cuidado, al no ser remuneradas, son invisibilizadas. No aparecen incorporadas a las mediciones de la economía y
esto refuerza su escasa valoración social.
Resulta urgente atender a esta problemática, reconociendo que lo público y lo privado no son ámbitos escindidos, y
que las tareas de cuidado son un trabajo que ocupa a las personas más allá de su identidad de género y que deben
ser reconocidas como tal. Queda un largo camino para que se logre liberar a las identidades feminizadas de la
responsabilidad excluyente sobre estas tareas, responsabilizando a los hombres por igual y rompiendo de este modo
con algunos de los estereotipos de género que se encuentran más arraigados culturalmente en nuestra sociedad. La
educación es, sin dudas, una vía para construir una sociedad diferente que se acerque cada vez a la igualdad de
derechos de todas las personas.

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