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El Matrimonio, sacramento de amor

Introducción

1. El Matrimonio nace del amor


1.1 Sentido de gratuidad y autodonación
1.2 Dios los hizo el uno para el otro
1.3 Caminar en el amor: enamorarse, comprometerse...
1.4 Promesa de amarse en el Amor de Dios

2. El Matrimonio se funda en el amor conyugal


2.1 El amor conyugal: "una sola carne"
2.2 Relación de amor que realiza la pareja
2.3 La pareja es familia en sociedad

3. El Matrimonio es sacramento de amor


3.1 Amarse como Cristo ama a su Iglesia
3.2 Dios bendice la pareja y la hace fecunda
3.3 Comunión de vida de la pareja
3.4 Signo sacramental: unidad, fidelidad, fecundidad

Conclusión

Presentación

En el primer capítulo presentamos el amor como la realidad que da vida y sostiene la relación
de la pareja.
 El ser humano está llamado a vivir en el amor.
 El amor supera el egoísmo y hace posible la gratuidad y la autodonación.
 La Palabra revelada muestra el designio de Dios para la pareja.
 Esta realidad bíblica hace posible la promesa de vivir el amor como expresión del amor
de Dios.

En el segundo capítulo destacamos que ese amor conyugal, esponsal orienta al matrimonio.
 El amor conyugal se sostiene en la realidad de ser el uno para el otro, de ser una sola
carne.
 Así se construye y se realiza la pareja, desarrollando toda su capacidad humana y
cristiana.
 La pareja unida en el matrimonio es fundamento de la familia, y la familia no es célula
aíslada, es familia en sociedad.
 Como familia abierta al mundo, es testigo del amor de Dios: Iglesia doméstica que
anuncia el amor de Dios a la sociedad.

El tercer capítulo presenta ese matrimonio sacramental fundamentado en Cristo, como un


amor incondicional, total, mutuo...
 Amarse así es ser signo del amor eclesial: la Iglesia amada por Cristo aprende a amar a su
Señor de la misma manera.
 Este amor en Cristo hace fecunda a la pareja, tanto en bienes materiales como
espirituales. La hace capaz de amar y servir en los hijos, en su trabajo en el mundo, en su
condición de cristianos.
 La comunión de vida de la pareja permanece como signo de amor, está llamada a
testimoniar la fidelidad y la unidad. Por eso se va haciendo signo sacramental en el
crecimiento mutuo y familiar, en el desarrollo progresivo de su condición de pareja, de
padres y amigos de sus hijos.
 Así se realiza la unidad querida por Cristo en el amor, capaz de ser fiel hasta la muerte y
de dar frutos de amor y entrega.

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