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CAPITULO TERCERO

JESUS LLEVA A PLENITUD EL PROYECTO DIVINO

Jesús nos enseñó que la familia es lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo necesario
y debe ser quien ocupe el centro de la actividad evangelizadora. No hay nada más sólido, más
profundo más seguro, más denso y sabio que el anuncio del kerigma. El kerigma es la
representación de una buena noticia. La familia es la imagen de Dios que, es comunión de
personas. Tanto la familia como el matrimonio fueron redimidos por Cristo, restaurados a
imagen de la santísima trinidad, misterio del que brota todo amor. De cristo la familia recibe la
gracia necesaria para testimoniar el amor de Dios y vivir la vida de comunión, es por eso que la
alianza de amor e idealidad, de la cual vive la sagrada familia de Nazaret, ilumina el principio que
da forma a cada familia y hace capaz de afrontar mejor las vicisitudes de la vida.

LA FAMILIA EN LOS DOCUMENTOS DE LA IGLESIA.

El amor conyugal exige a los esposos una conciencia de su misión de paternidad responsable
sobre la que hoy tanto se insiste con razón y que hay que comprender exactamente. EL ejercicio
responsable de la paternidad exige por tanto que los conyugues reconozcan plenamente a sus
propios deberes para con Dios, consigo mismos, para con la familia y la sociedad. Benedicto 16
recalca que el matrimonio basado en un amor exclusivo y definitivo se convierte en el icono de
la relación de Dios con su pueblo y viceversa, el modo de amar de Dios se convierte en la medida
del amor humano.

EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o mero signo externo
de un compromiso. El sacramento es un don para la santificación y salvación de los esposos. Por
tanto, de tal manera son el recuerdo permanente para la iglesia de lo que acaeció en la cruz; son
el uno para el otro y para los hijos, testigos de la salvación, de la que el sacramento les hace
participes. El don reciproco del matrimonio sacramental arraiga en la gracia del bautismo que
establece la alianza fundamental de toda persona con Cristo en la iglesia. Es muy simple el
matrimonio no es una cosa o una fuerza, es un encuentro de los esposos cristianos, realmente
Cristo mismo permanece con ellos, les da fuerza de seguirle tomando su cruz, de levantarse
después de las caídas de perdonarse mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros.

SEMILLAS DEL VERBO Y SITUACIONES IMPERFECTAS

El Evangelio de la familia alimenta también estas semillas que todavía esperan madurar, y tiene
que hacerse cargo de los árboles que han perdido vitalidad y necesitan que no se les descuide.
El hijo reclama nacer de ese amor y no de cualquier manera, fruto especifico del acto conyugal
de sus padres, porque el amor conyugal entre un hombre y una mujer y la transmisión de la vida
están ordenados recíprocamente. Es muy importante recordar la educación integral de los hijos
es obligación gravísima a la vez que el derecho primario de los padres. No es una carga o peso,
sino un derecho esencial e insustituible que están llamados a defender y que nadie debería
quitarles. De esta manera ayudarles a reconocer quienes han recibido el sacramente del
matrimonio se convierten en verdaderos ministros educativos porque cuando forman a sus hijos
edifican la Iglesia y al hacerlo aceptan la vocación de Dios, formando la Iglesia doméstica.
CAPITULO TERCERO

JESUS LLEVA A PLENITUD EL PROYECTO DEVINO

 Una enseñanza de la iglesia sobre el matrimonio y la familia


 Lo más bello y atractivo y necesario para la evangelización y formación cristiana y la
profundización del Kerigma.
 El quiere que este anuncio de amor y ternura siempre se manifieste en el matrimonio y
la familia.
 El nuevo testamento nos enseña que todo lo que ha creado Dios es bueno que nada es
malo (y nos ratifica en la I de Tito 4,4) dice que el matrimonio es un Don Divino por eso
debemos como tal respetar el matrimonio.
 El matrimonio no es un yugo sino un Don.

LA FAMILIA EN LOS DOCUMENTOS DE LA IGLESIA

 El concilio Ecuménico Vaticano II, se ocupa de la promoción y la dignidad del matrimonio


y la familia; lo definió como una comunidad de vida y amor, el verdadero amor que debe
existir entre marido y mujer y entrega mutua.
 Los esposos deben reconocer sus propios deberes con Dios, consigo mismo, con la
familia y con la sociedad.

EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO

 La decisión de casarse y formar una familia debe ser fruto de un descernimiento


vocacional.
 El matrimonio es un Don para la santificación y salvación de los esposos.
 El matrimonio es llamado a vivir el amor conyugal como signo imperfecto del amor de
Cristo y la Iglesia.
 El matrimonio no es una cosa o una fuerza, porque Cristo sale a nuestro encuentro,
permanece con nosotros, nos da fuerza para seguir tomando su Cruz, de levantarse de
sus caídas, de perdonarse mutuamente, de llevar uno las cargas de los otros, no es un
signo que indica cuanto amó Cristo a su iglesia, sino que hace presente ese amor en la
comunión de los esposos.

SEMILLAS DEL VERBO Y SITUACIONES IMPERFECTAS

 El evangelio de las familias debe alimentar a las familias que esperar madurar necesitan
que no se les descuide que se les ayude a entender mejor el compromiso del matrimonio
al formar una familia con amor.
 Los pastores son las personas indicadas a discernir bien las situaciones de las parejas en
crisis.
 El matrimonio es una comunidad conyugal de vida y de amor, por consiguiente, el Hijo
reclama nacer de ese amor y no de cualquier manera. Cristo Jesus nos hiso Para nosotros
los padres la educación integral de los hijos es una obligación, no debe ser ni una carga
ni un peso para los padres.
 La escuela y los jardines no sustituyen a los padres, sino que son un complemento o
ayuda.
 La familia es una Iglesia domestica donde la iglesia es un bien para la familia y la
familia un bien para la Iglesia.

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