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DEMÉTER
DEMÉTER
Mitología
Deméter, segunda hija de Rea y Cronos, fue devorada por su
padre como todas sus hermanas y hermanos. Cuarta esposa de
Zeus, con él tuvo a su hija Core, más tarde conocida como
Perséfone. La fuerte vinculación de Deméter con su hija da lugar al
mito de Deméter y Perséfone, de gran importancia en la
antigüedad. Según este mito, Hades, dios de los Infiernos,
hermano de la propia Deméter y de Zeus, raptó a Core para
casarse con ella. Su madre la buscó durante nueve días sin
encontrarla. Con la ayuda de Hécate consulta a Helios, pues
ambos habían escuchado los gritos de la doncella al ser raptada,
y Helios, el dios sol, desde su posición que todo lo contempla,
informa a la madre que su hija había sido raptada por Hades y
llevada a los Infiernos. A partir de ese episodio tanto la madre
como la hija viven una serie de hechos plasmados en la mitología
que ponen de manifiesto procesos de transformación tanto en su
vida como en la de los mortales.
Deméter es la diosa madre, representa también a la diosa de la
tierra cultivada, de las cosechas y, en este sentido, de la fertilidad.
Profundamente relacionado con la naturaleza de la diosa y con la
de su hija, se desarrolló a orillas del Mediterráneo un culto
denominado mis- terios eleusinos.
Eleusis (actualmente Elefsina) fue una pequeña población a unos
30 km al noroeste de Atenas. Albergaba un santuario dedicado a
la diosa Deméter y su hija Perséfone, y llegó a adquirir gran
importancia por ser la sede de los misterios eleusinos, uno de los
mayores cultos de la Grecia antigua y más tarde del Imperio
Romano. Los misterios eleusinos eran ritos anuales de ini- ciación
al culto a las diosas agrícolas Deméter y Perséfone. Eran
considerados los de mayor importancia de todos los ritos
celebrados en la Antigüedad, y se realizaron sin interrupción
durante más de dos mil años.
Los rituales se desarrollaban entre finales de septiembre y
principios de octubre. Los participantes se reunían en templos
dedicados al culto y una de las ceremonias iniciáticas consistía en
el consumo de una bebida, el ciceón, que tal vez contuviera algún
tipo de sustancia capaz de alterar la percepción, por lo que los
participantes experimentarían vivencias pro- vocadas por estados
alterados de conciencia. Los investigadores todavía no se han
puesto de acuerdo sobre el principio o principios activos utili-
zados para producir estos efectos. Los iniciados recibían
enseñanzas sobre la esencia de la existencia humana y el sentido
de la vida y la muerte. A menudo experimentaban, en visiones, la
congruencia del principio y el final, de la vida y la muerte, la
totalidad y el eterno campo generativo del Ser. La alternancia que
se observa en la naturaleza es la imagen misma del destino del
hombre que, al abrirse a la idea de muerte y resurrección, ac-
cede a la vida eterna. Algunos escritos aludían al ritual con las
siguientes palabras:
Bendito es aquel que, habiendo visto estos ritos, toma el camino
bajo la tierra. Conoce el final de la vida, así como su divino
comienzo.
No sólo hemos encontrado ahí la razón para vivir más alegremente
sino también que podemos morir con mayor esperanza.
Cualidades de la diosa Deméter
Como en los anteriores arquetipos, las cualidades de la diosa son
en realidad información presente en el inconsciente colectivo, que
a través de
DIOSAS COMO ARQUETIPOS 77