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La SUNAT ha desconocido la operación entre BLY y VT argumentando que no se

ejecutaron las prestaciones establecidas en el Contrato de Cobertura de Riesgos. No


obstante, nuestra empresa durante el procedimiento de fiscalización, en etapa de
reclamación y apelación ha sostenido que efectivamente no se llegaron a ejecutar en
su integridad las estipulaciones del contrato; pese a ello, la voluntad y el
comportamiento de las partes consistió en que VT debía cubrir los resultados de la
línea de servicios de perforación de BLY y asegurar un margen de utilidad mínima de
3%, siendo ella la efectiva relación jurídica entre dichas empresas por los años 2010 a
2014, tal como se ha acreditado fehacientemente en el procedimiento de fiscalización
y en etapa de reclamación.

No obstante, debemos recordar que, a lo largo de estos años, diversos juristas


destacados y especialistas nos han detallado que el contrato es solo un medio para
revelar la relación jurídica entre las partes, pero no es el único elemento. En ocasiones
lo declarado en el contrato no refleja la verdadera relación, siendo en esos casos
necesario verificar la forma como se ejecutaron las prestaciones (comportamiento de
las partes), debiendo primar tal comportamiento sobre la literalidad del contrato,
conforme lo sostienen los siguientes autores:

Max Arias Schereiber Pezet:

“Para nosotros, el Código ha recogido el sistema declarativo, pero sólo a


mérito de una presunción “juris tantum”. En efecto, no descara la posibilidad
de demostrar que lo declarado no constituye la voluntad de las partes y si
esta última queda acreditada, prevalecerá sobre la declaración, en armonía
con la regla que contiene el artículo 1362. La solución, tal como nosotros la
vemos, es niveladora y se aparta de un radicalismo que conceptualmente es
peligroso e inconveniente”1. (El énfasis y subrayado es nuestro)

Manuel de la Puente y Lavalle:

“Personalmente, me inclino por la tesis de ARIAS SCHEREIBER, pienso que el


artículo 1361 del Código Civil, si bien podrá pensarse que se inspira en el
principio de la declaración, su segundo párrafo desvirtúa esta impresión. En
efecto, si este segundo párrafo establece una presunción de que la declaración
expresada en el contrato responde a la voluntad común de las partes, esto
quiere decir si se demuestra que la declaración expresada no responde a la
voluntad común, ésta debe primar sobre aquella y, por tanto, la declaración
no vale”2. (El énfasis y subrayado es nuestro)

Juan Espinoza Espinoza:

“La búsqueda de la común intención no se limita solo a rescatar lo que


expresó cada una de las partes; dado que el contrato es un acuerdo de
voluntades, se debe arribar al entendimiento al cual presumiblemente las
partes han (o creyendo haber) llegado, la programación de la relación
1
ARIAS SCHEREIBER PEZET, Max. Exégesis del Código Civil Peruano de 1984. Gaceta Jurídica S.A.: Lima, 1995, pág.
91-92.
2
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El Contrato en General. Comentarios a la sección primera del libro VII del
código civil. Vol. XI. Tomo I. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú: Lima, 1991, pág. 150.
jurídica entablada, para poder así, reconstruirla. (…) esta búsqueda se
extiende a la fase anterior y posterior de celebración del contrato: No solo a
través de los documentos redactados, sino del comportamiento de las
partes”3. (El énfasis y subrayado es nuestro).

Diez Picazo:

“el principio de búsqueda de la voluntad de las partes, según el cual, “la


voluntad debe orientarse, en primer lugar, a indagar y encontrar la
verdadera voluntad de los contratantes… la voluntad real es la voluntad
común de ambas partes y no la voluntad individual de cada una de ellas 4”(El
énfasis y subrayado es nuestro)

Hanz Kelsen:

“No es, ciertamente, la voluntad real, la intención real, la que el juez tiene
que comprobar en ciertos casos-pues no podría, aunque quisiera, sino ciertas
circunstancias de orden externo que entran en él y con base en los cuales el
juez presume la existencia de esos procesos psíquicos. El método de la
jurisprudencia no puede llegar a los procesos psíquicos reales de la voluntad,
sino solamente a la presunción jurídica de los mismos"5(El énfasis y subrayado
es nuestro)

Adicionalmente, cabe mencionar que la Corte Suprema de Justicia también se ha


pronunciado en la misma línea interpretativa mediante la Casación N° 3353-2006 –
Lambayeque, en la cual establece lo siguiente:

“(…) la verdadera intención del agente o agentes no siempre coincide con lo


expresado, y cuando ello ocurre, debe darse al acto su verdadera
significación, derivada de su naturaleza, contenido y circunstancias, aun
cuando dicha significación no coincida con la declaración”. (El énfasis y
subrayado es nuestro)

Casación Nº 4036-2016-Arequipa:

“la voluntad de las partes puede ser deducida del total comportamiento que
las partes han manifestado durante todo el decurso el iter contractual,
comprendiendo inclusive, las etapas anteriores del contrato (…) con lo que se
impone al intérprete la obligación de proceder a un completo examen
hermenéutico del comportamiento jurídicamente relevante”6 (El énfasis y
subrayado es nuestro)
3
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Interpretación del Negocio Jurídico. ¿Hacia la búsqueda de “lo expresado” o de “la
común intención de las partes o (simplemente) de un espejismo? En: Libro homenaje a Felipe Osterling Parodi.
Volumen I. Editorial Palestra Editores: Lima, 2008. Pág. 685.
4
DIEZ PICAZO, Luis, Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial; Segunda Edición; Editorial Tecnos, 1983; Volumen
Primero; p. 262
5
Kelsen (1987), p. 134
6
FERNÁNDEZ CRUZ Gastón: en “Introducción al Estudio de la Interpretación en el Código Civil Peruano”.
Información recogida a través del portal web: http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoysociedad/article/
download/17249/17536/0
Tal y como podemos apreciar de la doctrina y jurisprudencia citada, el análisis de una relación
jurídica no solo se debe limitar a lo expresado en un contrato, sino al comportamiento
de las partes y valorando de forma conjunta y razonada toda la documentación que
obra en el expediente.

Considerando lo expuesto, la relación jurídica no se debe determinar –únicamente- de


la literalidad del contrato, sino de la voluntad y comportamiento de las partes.

Bajo esas premisas, durante el procedimiento de fiscalización y en etapa de


reclamación, nuestra empresa ha acreditado que la efectiva relación jurídica consistió
en que VT debía cubrir los resultados de la línea de servicios de perforación de BLY y
así asegurar un margen de utilidad mínima de 3%. Ello se corrobora analizado de forma
conjunta y razonada la documentación adjuntada como prueba a la presente
demanda, las cuales comprenden:

 Risk Coverege Agreeement.


 Contrato de cobertura de riesgos enmendado y reformulado.
 Carta de VT a BLY de fecha 29.10.2015.
 Cálculo de la utilidad coberturada.
 Transferencias bancarias efectuadas a VT como a BLY 7 por los flujos de
efectivos de ida y vuelta.
 Informe de Jorge Fernández-Baca.

7
Folios 59 a 68 del expediente N° 0150340014407 y folios 623 a 626 del expediente N° 0150340014408.

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