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gustavodlara@gmail.com
ISBN 978-987-1874-07-1
Impreso en Argentina.
Printed in Argentina.
Esta edición se terminó de imprimir en Grancharoff Impresores.
INDICE
Prefacio ........................................................................................................ 05
Prólogos ....................................................................................................... 09
Capítulo 1:
El Reino de Dios y su Justicia .................................................................... 15
Capítulo 2:
La Justicia de Dios ....................................................................................... 27
Capítulo 3:
Sedeq, Sedaqah, Mishpat: definiendo los conceptos de justicia .............. 37
Capítulo 4:
Generación de Gobierno por la práctica de la Justicia del Reino ......... 51
Capítulo 5:
La Justicia se consuma en una acción externa, pero se gesta
en una actitud interna ................................................................................ 61
Capítulo 6:
Clamor de Justicia ....................................................................................... 65
Capítulo 7:
Salvación y Justicia ...................................................................................... 77
Capítulo 8:
Transformados para Gobernar ................................................................. 87
Capítulo 9:
El Evangelio de Dios y el Evangelio de Jesucristo ................................... 95
Capítulo 10:
Generación de Gobierno ......................................................................... 107
Capítulo 11:
La Nueva Generación ............................................................................... 119
Capítulo 12:
Justicia agradable a Dios .......................................................................... 131
Quiero dejar plasmado en estas líneas que con este hombre, que el
Señor ha usado para desarrollar este tema, llevo ya veinte años de ca-
sada. Es mi amado esposo, mi mejor amigo, mi pastor, mi ayuda, padre
de mis hijos y compañero de ministerio. Doy fe que su mayor obsesión
es agradar al Señor, prepararse, superarse y nunca darse por vencido.
No me caben dudas que su corazón agrada al Padre. Gustavo es, en
síntesis, un ejemplo en todas las áreas. Un hombre que ha caminado en
todos estos años en justicia. Por eso, su forma de vivir lo habilita a ser
el autor de este escrito.
Karina de Lara
Pastora Principal Ministerio U.N.G.E
José C. Paz - Argentina
Javier Uboldi
Director ISCaMi
San Miguel - Argentina
sas, traerá una protección total a nuestra vida, con el verdadero estable-
cimiento del Reino de Dios en la tierra.
Es innegable que vivimos el hermoso tiempo de la revelación, y el
Apóstol Gustavo Lara es uno de los hombres de Dios elegido para este
tiempo y para esta profunda tarea, el cual nos trae estas revelaciones
con tal claridad que es casi imposible no entenderlas.
Un hecho muy importante en su ministerio magisterial, es el don de
poder bajarnos del árbol el fruto a un nivel de tal comprensión, sin que
este pierda su esencia y riqueza, acompañado de su exquisito sabor y
aroma. Siéntese y disfrútelo.
Una vez más gracias apóstol por cumplir tan fielmente tu ministerio,
trayéndonos tanta revelación para la comprensión y el desarrollo de
nuestros ministerios apostólicos.
Con amor.
Marcos Brunet
Toma Tu Lugar - REAL
Córdoba - Argentina
Estoy seguro que además, este libro será un disparador de nuevos pen-
José Oviedo
Pastor Iglesia Santuario de Fe
La Rioja - Argentina
Julio Melgar
Pastor Intimidad con Dios - Guatemala
EL REINO DE DIOS
Y SU JUSTICIA
No os afanéis, pues, diciendo ¿qué comeremos, o qué beberemos, o
qué vestiremos?
Jesús nos enseña que hay dos tipos de personas: a unos, los define
como ciudadanos del reino de Dios e hijos del Padre y a otros como
gentiles que son quienes buscan todo lo relacionado con la satisfacción
de sus necesidades en la vida (sin tener en cuenta a Dios).
No es que esté mal buscar suplir las propias necesidades, pero es una
búsqueda insuficiente cuando ésta se vuelve la razón principal y prio-
ridad en nuestras vidas. Este último tipo de personas, dice Jesús, viven
detrás de las necesidades básicas y se preguntan: ¿Qué comeremos, qué
beberemos, qué vestiremos?
Sin embargo, el Señor también nos enseña que hay otro tipo de per-
sonas que van a buscar otro tipo de cosas. El versículo 33 del capítulo 6
de San Mateo dice:
Vemos aquí una distinción muy importante. Mientras que hay mu-
chas personas viviendo detrás de sus necesidades sin saber su verdade-
ro origen, propósito existencial, ni destino, hay otras como usted, como
yo y miles en el mundo entero, que están apasionadas en buscar el reino
de Dios y su justicia.
Jesús lo mostró de esta manera: hay gente que vive para suplir sus
necesidades y otras para buscar el Reino de Dios Padre y su justicia.
Una vez que sabemos que el Padre se encarga de suplir nuestras nece-
sidades, no desaprovechamos la vida detrás de búsquedas vanas; vamos
en búsqueda de su reino y su justicia.
Aun así, quise responder rápidamente porque pensé que sabía la res-
puesta, pero recordé que cada vez que Él hace una pregunta, me per-
mite descubrir mi ignorancia sobre algún tema y su disposición o dis-
ponibilidad a enseñarme, a llevarme más profundo en los propósitos
de la Palabra.
La Biblia no dice que el reino de Dios tiene justicia, sino que dice: El
reino de Dios ES justicia. Entonces, ¿por qué primeramente en el reino
de Dios entra lo que es la justicia?
Otra de las preguntas que me inquietaban era saber por qué si te-
níamos tantas conferencias, tantos seminarios, congresos y ministra-
ciones, participamos de conferencias sobre el reino de Dios en toda
Latinoamérica, movimientos maravillosos del obrar del Espíritu (evi-
dentemente teníamos manifestaciones genuinas del reino y veíamos se-
ñales de que el reino pasaba por esos lugares), pero luego de un tiempo
parecía que todo era solo parte de un evento, porque no lográbamos
perpetuar y establecer lo que había acontecido y sentíamos como una
especie de frustración. Concluía el encuentro, la conferencia o el semi-
nario y con ello la continuidad de la manifestación de ese momento de
intensa búsqueda…
¿Qué es lo que aconteció en Samaria, dónde Jesús hizo una gran re-
forma, una gran transformación? Varios años después quien goberna-
ba, operaba y dirigía Samaria era un mago que se hacía pasar por un
gran hombre de “poder”.
¿Por qué es importante este tema? Porque no nos está costando traer
el Reino, ni manifestar el Reino; nos está costando establecer el Reino
de Jesucristo.
REFLEXIÓN
La Biblia declara desde Génesis 1:2 que desde el momento en que las
tinieblas tomaron la tierra, entró vaciedad, confusión, dolor, desorden.
Todo esto resultado de las obras de las tinieblas, pero el resultado de las
obras de Dios es Justicia, Paz y Gozo en el Espíritu Santo.
La pregunta que surge es: ¿Por qué en ambos lugares (Dallas y África)
hay un alto índice de divorcios, de pestes, de hambre, de miseria, de
pobreza, de ignorancia, de analfabetismo, y toda clase de virus, como
el avance y crecimiento del SIDA, etc.? ¿Por qué sucede esto si el evan-
gelio llegó hasta ellos? ¿Por qué si nos consta y tenemos la certeza de
que durante décadas y siglos se hizo un gran trabajo con el evangelio
en aquellos territorios?
¿Por qué? ¿Acaso no llegó Cristo a ellos? Claro que sí, Cristo llegó a
ellos, pero ¿qué fue lo que faltó? Lo que faltó, lo que no hubo fue la Re-
velación de la manifestación de la palabra de justicia (Hebreos 5:13-14)
y su práctica.
Por eso es que entendemos que hay una gran responsabilidad de ha-
blar acerca de la justicia y de su práctica.
LA JUSTICIA DE DIOS
Cuando miramos todas las relaciones bíblicas, todos los tipos de re-
laciones que existen entre los seres humanos (filiales, conyugales, so-
ciales, laborales, congregacionales, empresariales, profesionales, depor-
tivas) descubrimos que, según la Biblia, todas están basadas sobre un
principio de justicia en derechos y obligaciones.
Muchos son los aspectos que tienen relación con la justicia social.
No solo se trata de “dar de comer a los pobres” (aunque está de más
decir que esta es una tarea altamente noble). Debemos enfatizar que ha-
blamos de una justicia que abarca TODOS los sistemas de relaciones
sociales.
La justicia nos cubre de todo aquello que nos quiere hacer caer,
de lo indecente, de lo injusto, etc.
Debemos mantener NUESTRA INTEGRIDAD.
Pero nuestra prioridad de amor siempre debe ser Dios; él debe ser
nuestro primer, mayor y más grande amor.
Por amarlo a él, como resultado podemos amar a todas las personas
que nos rodean.
La razón por la cual podemos darle este placer a Dios y cumplir con
este derecho, es PORQUE DIOS LO CUMPLIÓ CON NOSOTROS. El
apóstol Juan nos dice que amamos a Dios porque él nos amó primero.
REFLEXIÓN
Si Dios tiene derecho a ser amado, usted y yo, ¿tenemos derecho a
ser amados por Dios? La respuesta es ¡Sí! Porque Dios es justo. Él no
reclamará algo para sí mismo que no sea capaz de darnos. Él nos amó
con todo su ser, y lo demostró dándonos a su Hijo Jesucristo.
Tenemos el derecho a ser amados, y Dios siempre cumplirá con ese
derecho. Que Él nos ame no se trata de méritos; él no nos ama por
nuestras virtudes o defectos. Dios nos ama porque es nuestro derecho.
El amor está envuelto en un ambiente de justicia; amor es la esencia de
la justicia.
Nos ama porque es nuestro derecho; y aprendemos a amarle, no por
cómo nos sentimos, no por cómo vivimos o si estamos haciendo bien
RESUMIENDO
No tiene que ver con méritos personales, mas la justicia propia hace
resaltar nuestras obras como si por medio de ellas recibiéramos algún
beneficio de parte de Dios. El final de toda justicia propia es frustración.
RECUERDE
Justicia agradable ante los ojos de Dios: una acción externa movidos
por una acción interna.
El lino fino son las acciones justas de los santos. Cada vez que nos
acercamos al necesitado, restauramos relaciones; cada vez que cumpli-
mos con nuestras obligaciones sociales, cuando liberamos al cautivo,
cada vez que “nos acercamos al que descendió de Jerusalén y fue roba-
do”, estamos vistiendo nuestras vestiduras; estamos cosiendo y tejiendo
aquello que será para nuestra intimidad con el Novio.
1ª Juan 2:6 - “El que dice que permanece en él, debe andar como él
anduvo.”
1ª Juan 3:8 - “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo
peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer
las obras del diablo.”
1ª Juan 3:10 - “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del
diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no
es de Dios.”
1ª Juan 3:11 - “Porque este es el mensaje que habéis oído desde el prin-
cipio: Que nos amemos unos a otros.”
GENERACIÓN DE GOBIERNO
POR LA PRÁCTICA
DE LA JUSTICIA DEL REINO
Dios está levantando una generación, que sin lugar a dudas gober-
nará; comenzará por su mente y sus emociones y luego gobernará am-
bientes y territorios.
Por sobre toda condición, Jesús estaba haciendo un acto de justicia para
con el ladrón. Por medio de esto, Él nos está enseñando a ir más allá de
nuestras crisis personales y no dejar jamás de practicar justicia con aque-
llos que están a nuestro alrededor.
1° Samuel 30:8-20
1° Samuel 30:16-20 – “El egipcio los guió hasta los amalecitas, los cuales
estaban dispersos por todo el campo, comiendo, bebiendo y festejando el
gran botín que habían conseguido en el territorio filisteo y en el de Judá.
David los atacó al amanecer y los combatió hasta la tarde del día siguiente.
Los únicos que lograron escapar fueron cuatrocientos muchachos que hu-
yeron en sus camellos. David pudo recobrar todo lo que los amalecitas se
habían robado, y también rescató a sus dos esposas. Nada les faltó del botín,
ni grande ni pequeño, ni hijos ni hijas, ni ninguna otra cosa de lo que les
habían quitado. David también se apoderó de todas las ovejas y del ganado.
La gente llevaba todo al frente y pregonaba: ¡Éste es el botín de David!”
Al mirar el final de esta historia, nos cuenta que DAVID LO RECU-
PERÓ TODO.
¿Dónde comienza David a recuperar todo? Fue en el momento en
que busca a Dios, cuando dispuso su corazón para hacer misericordia
y practicar actos de justicia con un egipcio que no sabía de dónde era,
ni qué tenía, ni lo que había pasado con él en los últimos días. Pero ese
egipcio lo puso en el camino para recuperarlo TODO.
PRINCIPIO
REFLEXIÓN
LA JUSTICIA SE CONSUMA
EN UNA ACCIÓN EXTERNA,
PERO SE GESTA
EN UNA ACTITUD INTERIOR
Romanos 3:10 - “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay
quien entienda. No hay quien busque a Dios.”
RECUERDE
Nuestro derecho es ser amado, ser libres, pero también por causa del
pecado, nuestro derecho es la muerte. Porque es un derecho legalmente
adquirido que el que elige el camino del pecado reciba como conse-
cuencia la muerte. “La paga del pecado es la muerte” y esto es justo bajo
una sentencia de condenación.
Dios nunca nos creó para la muerte; nos creó para la vida. Dios no
nos creó para el pecado; nos creó para la santidad. Dios no nos creó
para separarnos de Él; nos creó para estar con Él. Pero todo lo que el
pecado provocó fue separación y muerte. Para eso viene la justicia de
Dios en Cristo y comienza a restaurar relaciones, comienza a quitar la
muerte y a traer vida sobre cada uno de nosotros.
CLAMOR DE JUSTICIA
Lucas 18:1-8 - También les refirió Jesús una parábola sobre la nece-
sidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad
Cuando miramos las altas exigencias del derecho de Dios de ser ama-
do como Él es digno, sólo podemos decir que nadie amó al Padre como
Jesucristo. El Hijo le dio al Padre lo que ninguno de nosotros podía-
mos darle.
Aquel reclamo: “No hay ni un justo, no hay uno, no hay quien me bus-
que, no hay quien entienda, no hay alguien que se ponga en la brecha y
que interceda entre la creación y Yo”, todo lo que Dios buscó, exigió y cla-
mó a lo largo de la Biblia, TODO fue satisfecho en la vida de Jesucristo.
Y es así porque la Biblia registra que “El ladrón no viene sino para ma-
tar, robar y destruir” (Juan 10:10). El ladrón tiene legalidad en aquellos
que viven bajo el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia
(Efesios:2:2). El ladrón tiene legalidad sobre ellos para destruir, matar,
deteriorar, quitar; esa es su función: ser devorador (Efesios 4:26-27).
La tierra reclama justicia, como en los días de Abel, quien fuera ase-
sinado por su hermano Caín que lo entierra y la tierra grita: “La sangre
de Abel clama y pide por justicia”.
Por eso, “La tierra gime con dolores de parto… la tierra clama y pide
por justicia”.
entendiera. Ahí nació “la luz del mundo”; nació y se manifestó la justi-
cia de Dios para la tierra. Vino a traer liberación para ella, a sanarla y
responder a su clamor.
La Biblia dice que cuando Caín mató a Abel, Caín volvió a ser labra-
dor de la tierra pero había una maldición que cayó sobre él: “Y la tierra
nunca más te dará su fruto, nunca más te dará su fuerza, la tierra nunca
más te respaldará” ¿Por qué? Porque la tierra recibió de las manos de
Caín una víctima inocente.
La tierra tiene sentimientos, tiene alma. Por eso cuando Jesús caminó
sobre la tierra, él le hablaba al alma de la ciudad, le hablaba al espíri-
tu que fue depositado dentro de ella. El alma de la tierra sabe quién
la ama, la cuida, quién habla bien de ella, la labra, quién produce con
amor, la siembra y la cosecha con amor. La tierra le dará sus frutos a
aquel hombre y aquella mujer que sepa amarla como Cristo la amó y
respondió en redención y liberación hacia ella.
Cuando la Biblia dice en Romanos 8 que “la tierra gime a una con do-
lores de parto”, está comparando a la tierra con una mujer embarazada a
punto de dar a luz. Pero la pregunta no es: ¿Quién inseminará a la tierra
para que engendre? Porque ya ha engendrado, habiendo sido inseminada
hace más de dos mil años, y hasta hoy gime con dolores de parto.
La pregunta es: ¿A quién le daré el fruto de lo que se ha producido
hace dos mil años atrás? Después de la venida de Jesús, la tierra está
buscando a alguien, está clamando: ¿A quién le daré el fruto de aquella
relación íntima que tuve con Jesús? ¿A quién le daré mis fuerzas?
PRINCIPIOS CLAVES
RECORDEMOS
Caín debía labrar la tierra en donde se plantarían los frutos, los vege-
tales y luego vendría su hermano Abel, cuya función era pastor de ovejas.
Esto nos lleva a pensar en aquellos apóstoles que tienen más la natu-
raleza de Caín que la naturaleza del apóstol Pablo.
SALVACIÓN
Y JUSTICIA
EL EVANGELIO DE SALVACIÓN
(Hebreos 5:1-11;6:1)
Hebreos 5:11-14; 6:1 - “Porque todo sumo sacerdote tomado de entre
los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se re-
fiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; para que se
muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también
está rodeado de debilidad; y por causa de ella debe ofrecer por los pecados,
tanto por sí mismo como también por el pueblo. Y nadie toma para sí esta
honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. Así tampoco
Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le
dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. Como también dice en
otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran
clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa
de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió
la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna
salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo
sacerdote según el orden de Melquisedec. Acerca de esto tenemos mucho
que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.”
El escritor del libro de los Hebreos nos permite ver que hay un men-
saje que se entiende cuando alcanzamos la madurez, LA PALABRA DE
JUSTICIA.
Existe en las Escrituras un lenguaje para la niñez espiritual y otro
lenguaje reservado para los maduros.
Lo que el Apóstol Pablo está diciendo es: “Necesito ir más allá del
Evangelio de su Hijo, para entrar ahora en el camino de la perfección”.
Esto nos lleva a la responsabilidad de hacer el paralelo entre el evange-
lio de su Hijo, la doctrina de Cristo y lo que es el evangelio de Dios y la
doctrina de Dios.
TRANSFORMADOS
PARA GOBERNAR
¿Por qué Dios no les da primero señorío y luego su imagen? ¿Por qué
primero les da su carácter y luego la autoridad para gobernar? Porque
la autoridad para gobernar no está en la capacidad del ser humano.
Realmente la autoridad para gobernar no depende de su intelecto; de-
pende primero de su naturaleza, de su carácter.
Una de las preguntas más significativas que me hago es: ¿Cómo edu-
car a alguien que poseerá las mismas necesidades que los demás, pero
que tendrá un propósito mayor? La razón de esta pregunta es: ¿Qué
habrán pensado Manoa y su esposa cuando se enteraron de que ten-
drían un hijo (Sansón) y que su nombre escondería la revelación de su
propósito en lo que tiene que ver con justicia?
Salmos 8:3-6 - “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las
estrellas que tú formaste, digo: ¿qué es el hombre, para que tengas de él
memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?… Le hiciste señorear
sobre las obras de tus manos; TODO lo pusiste debajo de sus pies…”
La Biblia, nos enseña acerca del poder que posee el hombre cuando
tiene la naturaleza de Dios, Su carácter y cuando es transformado a su
imagen y semejanza.
Efesios 4:24 - “Vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justi-
cia y santidad de la verdad”. Este es el nuevo hombre, creado en la justicia.
El Salmo 8:6 dice: “Todo lo pusiste debajo de sus pies”. Esto podemos
relacionarlo con lo que el Apóstol Pablo dice en Efesios 1:22-23: “todo
fue sometido debajo de sus pies” hablando de Cristo. La imagen del pri-
mer hombre que Dios le mostró a David y que se perdió con la caída,
Pablo nos muestra que es recuperada por Cristo y transferida al nuevo
hombre, creado en Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Esto es la paz que Dios tiene en hombres y mujeres que con Su na-
turaleza se les comienza a revelar el reino. Los principios del reino se
revelan a hombres que quieren SERVIR a otros, no gobernar a otros.
Tomemos el ejemplo de Marta y María. Marta era una mujer que ser-
vía, pero no tenía naturaleza de siervo porque cuando uno tiene esa na-
turaleza, nunca critica a los que están a su lado. Le dice al Señor: “Mira
lo que yo hago y mi hermana no hace nada”. A los que sirven, jamás les
importa si otros trabajan o no; ellos seguirán haciéndolo porque están
atrapados por amor a Dios y por amor a aquellos que les rodean. SE
HACE SERVICIO POR AMOR A DIOS.
CUATRO NIVELES
DE GOBIERNO
• Gobierno en la sociedad.
Pablo nos habla también en otras cartas acerca del gobierno social.
EL EVANGELIO DE DIOS Y
EL EVANGELIO DE JESUCRISTO
Mateo 6:9-15 - “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en
los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros per-
donamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos
del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.
Amén. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará tam-
bién a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres
sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”
Por un lado existe una generación que busca satisfacer sus necesida-
des, como lo describe la lista de Maslow de las siete necesidades básicas
de todo ser humano. Por otro lado, Jesús viene a manifestar en contras-
te, una generación que busca el reino de Dios y su justicia. Es intere-
sante ver cómo ambas cosas son claramente expuestas en las Sagradas
Escrituras:
El Señor Jesús, vino a hacer con su mensaje del Reino una separación:
“No sean como los gentiles que viven conducidos por su necesidad, que se le-
vantan cada mañana pensando en ellas. No, primeramente busquen el Rei-
no de Dios y su Justicia y todas las demás cosas le seguirán por añadidura”.
Mateo 20:28 - “Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino
para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Marcos 10:45 - “porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos.”
1º Timoteo 2:5-6 - “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre
Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate
por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”
Es importante y muy clave notar la diferencia entre las obras de Jesús
y el mensaje de Jesús. Estos pasajes, entre otros escritos de Pablo, nos
hablan acerca de que Jesús y su vida estaban profundamente relaciona-
dos a la redención, para llevarnos luego a Su gobierno.
Colosenses 1:13-14 - “El cual nos ha librado de la potestad de las tinie-
blas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención
por su sangre (vida), el perdón de pecados.”
Mateo 10:1 - “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio auto-
ridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para
sanar toda enfermedad y toda dolencia.”
Mateo 10:5-6 - “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones (man-
damientos, principios), diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en
ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de
la casa de Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha
acercado.”
• Delineando el mensaje.
• Delineando las obras.
¿Qué son las obras de Jesús? ¿Qué es el evangelio de Jesús, sino lo que
resuelve todo asunto de esclavitud?
El evangelio de Moisés tiene mucho que ver con estos dos evangelios. Es
como un evangelio que centraliza a estos dos. ¿Por qué? Porque el evan-
gelio de Moisés era una “buena nueva” para Israel de liberación de Egipto
e introducción del pueblo en la tierra de Canaán como gobernante.
Por lo tanto, podemos ver que por un lado hay una LIBERACIÓN, y por
el otro lado había que ENTRAR a la Tierra Prometida, a Canaán. El pro-
ceso de la liberación y de entrar era la renovación de la manera de pensar.
Por eso cuando Jesús está diciendo: “Muchos son llamados, pero po-
cos los escogidos”, no está hablando precisamente de escogidos para
salvación. En otras palabras, según entendemos: “muchos son llamados
a la salvación, pero no todos son escogidos para gobernar”. Porque entre
el proceso de la salvación y entrar al reino, debe haber un proceso de
madurez en el nivel de entendimiento. Es en ese proceso que las per-
sonas que “salen de Egipto” van a “entrar para gobernar” en la Tierra
Prometida.
Hemos nacido de nuevo, no solo para ser liberados del mal sino para
gobernar en Cristo en nuestra generación. La idea central es que: No
solo es importante SALIR, sino que también es importante ENTRAR.
Gálatas 5:1 - “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo
libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.”
Alguien que fue libre del “yugo de Egipto”, ¿puede volver? Sí. Si no
entra al modelo de gobierno en la práctica de la justicia, quedará en
un lugar donde la esclavitud volverá a poseer su mente otra vez y, des-
graciadamente, retrocederá espiritualmente. Por eso, el Apóstol Pablo
dice: “No volvamos otra vez al lugar de donde Cristo nos sacó”.
ella, sino que por medio de la libertad, subamos al nivel que se llama
Gobierno.
Recuerde:
Recuerden:
• La imagen del primer Adán(1º Cor. 15). • La imagen del segundo Adán.
• La imagen del terrenal. • La imagen del celestial.
• La imagen del segundo Adán.
• La imagen del celestial.
GENERACIÓN DE GOBIERNO
Todo hombre que quiera hacer justicia para fuera, primero la justicia
trabajará dentro de él. ¿Cuál es la visión de una persona de justicia?
Mateo 7:12 lo define de la siguiente manera: “Así que, todas las cosas
que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced voso-
tros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”
Si entendemos que justicia es igual a derechos y obligaciones, cada
uno puede reclamar su derecho. Pero cuando la esencia de la justicia es
el amor, más que reclamar mi derecho y priorizarlo en toda relación,
voy a establecer primeramente mi obligación. Nuestras relaciones no
pueden estar fundamentadas en nuestro derecho; deben estar funda-
mentadas en nuestra obligación.
Si quiero que la gente haga algo conmigo, el consejo de Mateo 7:12
es: ¿Por qué tú no lo haces con ellos?
Aquel que nos llamó a servirle, primero nos dio su ejemplo, sirvién-
donos a nosotros, porque en este reino, todo lo que queremos que ha-
gan con nosotros, debemos hacerlo primero con los demás.
Podríamos realizar una larga lista de todo lo que Dios quería, pero
Él lo entregó todo primero en la vida de su Hijo. Porque, “todo lo que
queréis que los hombres hagan con vosotros, primero hacedlo vosotros
con ellos”.
Esto significa que para hacerle justicia a alguien, debo considerar que
lo merece. Primero opera el valor de la persona en mi conciencia. Nun-
ca daré algo a alguien que no lo haya considerado en mi interior. Ini-
cialmente necesito considerar a la persona para luego darle su derecho,
para luego practicar justicia con ella. Si estoy delante de alguien que
considero que no merece recibir lo que yo puedo darle, no se lo daré,
porque la justicia opera luego del valor que esa persona tiene para mí
en mi conciencia.
Mateo 12:11-13 - “El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que
tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche
mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por
consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo
a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada
sana como la otra.”
¡Cuán importante fue para el rey Josafat su pueblo! Cuando fue ame-
nazado de guerra por los hijos de Moab y de Amón, no los abandonó
sino que se humilló delante de Jehová, clamó por su pueblo y Dios le
dio una gran victoria. ¿Por qué? Porque para este gobernante llamado
Josafat, EL PUEBLO VALÍA MUCHO.
Principio
Toda persona tiene derechos. Toda persona tiene valor para Dios.
Ejercitemos la práctica de la justicia por causa del valor que ellos tienen
para Dios.
Sin lugar a dudas hay una retribución del pecado (la paga del pecado
es muerte), mas la práctica de la justicia liberará todo lo que el pecado
nos robó. Esto quiere decir RESTITUCIÓN. Dios va a restituir en la
práctica y ambiente de la justicia todo lo que hemos perdido (Salmos
118:18).
Luego, tenemos que pasar al próximo nivel, para que Dios nos resti-
tuya el evangelio de gobierno. Y esto es el ser hallado agradable delante
de Dios.
SEGÚN DIOS
RECUERDE
Juan el Bautista, dijo: “Señor Tú vienes a mí… para ser bautizado por
mí. Yo preciso ser bautizado por ti”.
LA NUEVA GENERACIÓN
Dios con Noé, luego del diluvio, luego que salió del arca, fue: “Te bendi-
go, te bendigo… te bendeciré, bendeciré tu descendencia…bendición tras
bendición”. La Biblia dice que Noé introduce una palabra de maldición
sobre su nieto Canaán. Dios tiene que levantar un padre para que redi-
ma aquella maldición que trajo Noé. Entonces levanta a Abraham para
la tierra de Canaán, para que REDIMA EN JUSTICIA, aquella palabra
de maldición que Noé había liberado.
En el sueño de Dios nunca estuvo la maldición. Creó la tierra y formó
al hombre para que la bendición estuviera de manera permanente y
constante sobre la vida del ser humano.
Ahora, Dios levanta una nueva generación en Abraham para iniciar
todo un proceso de paternidad. Luego, después de los cuatrocientos
treinta años de esclavitud en Egipto, el Señor erige a Moisés para co-
menzar una nueva generación que luego la continuará Josué.
Así vamos viendo a lo largo de la historia de la humanidad, que Dios
no desiste del hombre; siempre está trabajando con el hombre. Siempre
que Él está por comenzar algo, toma un padre que tiene con el propósi-
to de continuar aquello que alguien cortó en algún momento determi-
nado. Por eso es que la bendición dada a Abraham llega hasta nosotros,
pero también nos llega aquella bendición dada a Adán. Dios levantará
una nueva generación para volvernos al proyecto original que era Adán
y también Abraham.
Para que haya una generación de justicia, primero tiene que haber
una palabra de justicia.
Esta es la herencia que hemos recibido, este es el legado que nos fue
entregado y por nuestra responsabilidad y por asumir el compromiso
de vivir en la práctica de justicia y en justicia, sin lugar a dudas estamos
en condición de ver una generación de gobierno.
POSICIÓN LEGAL y
POSICIÓN REAL
días de la tierra, estamos en los mejores días por venir. Porque lo que
por un lado es crisis por causa de la injusticia, por el otro lado será: paz
y seguridad, por causa de la justicia. El mundo vendrá a Cristo por cau-
sa de ver en nosotros la seguridad que tenemos al practicar la justicia.
Fuimos llamados:
El justo practique la justicia. En este reino no existe
divorcio entre justicia y amor. Porque el fundamento
de la justicia es el amor: a Dios y al prójimo.
La gente hoy está disociando literalmente la justicia del amor, y está
estableciendo una justicia totalmente insensible. A veces se juzgan los
derechos del victimario, y no se juzgan los derechos de la víctima. A
veces se defiende más al victimario que a la víctima. En ocasiones tiene
más derechos humanos una persona que ha hecho lo malo, lo inde-
bido, que las personas que han sufrido o las familias que han vivido
momentos terribles. Sinceramente, la gente ha llegado a pensar que en
la justicia hay un alto grado de insensibilidad.
Las personas van perdiendo lentamente la convicción, la paz, la con-
fianza en todo lo que se denomina justicia. Hemos escuchado muchas
veces que la gente, familiares y víctimas, dicen: Yo ya no creo en la justi-
cia. Antes creía en la justicia. Tiempo atrás sostenían: Dejo esto en ma-
nos de la justicia. Hoy dicen: Lo dejo en la justicia de Dios, porque la
justicia del hombre no tiene ningún tipo de respuesta para mí.
Esto es verdad, porque la tierra ha separado la justicia del amor. Pero
que esto acontezca en la naturaleza humana, no es la realidad en el Rei-
no de Dios. En Su reino, justicia y amor son el resultado o manifesta-
ción de su carácter. Porque Dios ama en justicia y su justicia es en amor.
Este Reino es gobernado por un Rey de justicia, en un reino
de justicia; se manifiesta la justicia para establecer justicia.
La justicia, alegra al pueblo. No hay nada que traiga más gozo al pue-
blo que cuando se levantan autoridades de justicia.
Cuando se levanta un líder que ama, el amor cubrirá. No hay nada que
sea de mayor cobertura que el amor. Todo lo que yo ame, tengo el poder
de cubrirlo. Me imagino un intendente que ame su ciudad, un goberna-
dor que ame su provincia, un presidente que ame a su nación, etc.
está levantando una generación que amará lo que hará; y porque ama-
rá, manifestará la justicia.
Habrá doctores, que amarán a sus pacientes, abogados, profesiona-
les, que amarán su profesión y a la gente que servirán. Esto no quita
la perspectiva de finanzas, sino que la razón por la que se estudie una
profesión tiene que ser en conexión con lo que Dios ha puesto en el
corazón, por amor.
La pregunta es:
¿Qué es lo que verdaderamente amamos?
Porque lo que amamos es el ambiente donde debemos preparar-
nos para resolver situaciones en ese lugar. Debemos buscar siempre la
oportunidad de manifestar la gloria y justicia de Dios a través de lo que
hacemos.
Dios está por manifestar una alegría sobre toda la tierra. A través de
cánticos y palabras proféticas, la Biblia anuncia que los últimos tiempos
serán de gozo, un gozo sobrenatural sobre la creación: “alégrate tierra
porque Dios te visitará, alégrate tierra porque Dios hará grandes obras
contigo”.
agachando la cabeza lloró por casi media hora. Luego se levantó y dijo:
Señora, gracias por mostrarnos nuestra condición.
Para meditar:
Mateo 3:15-17 - “Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así con-
viene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después
que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron
abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía
sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado,
en quien tengo complacencia.” (En quien mi alma se agrada, según el
evangelio de Lucas).
1 Juan 3:10-12 - “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos
del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su herma-
no, no es de Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el
principio: Que nos amemos unos a otros. No como Caín, que era del
maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus
obras eran malas, y las de su hermano justas.”
PARA RECORDAR:
agradable a Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las
ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los
quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el
hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas
al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá
tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia
delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.”
Dios le pide a Isaías que profetice con firmeza y dureza acerca de la
rebeldía y el pecado del pueblo.
¿Cuál era verdaderamente la condición de pecado y rebelión de Is-
rael? (v. 2)
Lo que tendrá que confrontar Isaías son “buenas costumbres”, “bue-
nos hábitos”; lo que debe enfrentar Isaías es lo que se ve. ¿Por qué? ¿Is-
rael buscaba a Dios? Sí, pero Dios dice “me buscan cada día”, “quieren
saber mis caminos”. Dios dice que ellos ayunaban, humillaban su alma;
ahora, ¿Cómo puede ser pecado buscar a Dios todos los días? ¿Cómo
puedo ser profeta de confrontación a un pueblo que todos los días bus-
ca a Dios, que todos los días ayunaba, se humillaba y querían conocer
Sus caminos? ¿Qué pecado hay en eso?
El interior.
¿Cuál era la razón de la búsqueda diaria? ¿Cuál era la razón de hu-
millarse y querer conocer Sus caminos? ¿Cuál era la razón de ayunar?
TODO lo hacían para alcanzar placeres. Esto lo definimos como HE-
DONISMO: placeres egocéntricos, placeres relacionados a los intereses
personales. Ellos no lo hacían para manifestar justicia al prójimo.
¿Cuántos creyentes, hoy, en toda la creación debajo del cielo, sólo
están en la búsqueda de clamar a Dios para ser saciados en sus intereses
personales? Esto en nada difiere de la práctica del hedonismo.
¿Para qué hacían lo que hacían? ¿Para qué tenían estos hábitos pia-
dosos, esta cultura de oración, de lectura bíblica, ayuno y humillación?
Dios dice que simplemente, para alcanzar sus propios intereses perso-
nales y no para liberar el destino de los demás.
LA PRÁCTICA DE LA JUSTICIA
TE PROMOCIONA
La práctica de la justicia te promociona y te lleva a lugares de gobier-
no y autoridad. A lugares de decisión en las distintas áreas: educación,
arte, deporte, economía, familia, sociedad, etc. La práctica de la justi-
cia nos promueve… pero, ¿para qué llegamos allí? Llegamos allí para
ejercer y manifestar la justicia de este Reino, que es una justicia de amor.
Nunca debemos olvidarnos de servir a los que sufren, llegar a las per-
sonas y darles lo que ellos merecen recibir: Ese derecho que en Cristo
Jesús fue recuperado.
Si miramos a la gente como pecadores, no le daremos
absolutamente nada. Si miramos a la gente conforme
los ve Cristo Jesús, entonces veremos que ellos son, en Cristo,
merecedores de toda bendición para la gloria de Dios.
CONCLUSIONES
La Biblia dice: “El justo practique la justicia” (Apocalipsis 22:11). No
es redundante sino complementario. Vemos en las Escrituras algunas
verdades importantes en relación a “ser declarados justos y practicar la
justicia”.
Romanos 3:21-24 - “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la
justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios
por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no
hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la re-
dención que es en Cristo Jesús.”
No dice: siendo hechos JUSTOS, sino siendo JUSTIFICADOS. Hay
aquí una gran diferencia que debemos explicar:
Justificar es algo que hace Dios, no algo que nosotros hacemos. Ro-
manos 5:1 dice: “Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios”.
Debemos interpretar esto correctamente: “fuimos justificados”. La Bi-
blia no dice que “fuimos hechos justos”, sino que dice: “fuimos declara-
dos justos”.