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La oximetría de pulso es una forma de medir cuánto oxígeno contiene su sangre. Gracias a un
pequeño dispositivo llamado oxímetro de pulso es posible medir los niveles de oxígeno en su sangre
sin necesidad de pincharlo con una aguja. El nivel de oxígeno en sangre calculado con un oxímetro
se denomina “nivel de saturación de oxígeno” (abreviado como SatO2). Este porcentaje indica
cuánto oxígeno transporta su sangre en relación al máximo que sería capaz de transportar. En
circunstancias normales, más del 89% de sus glóbulos rojos debería contener oxígeno.
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La tecnología de oximetría de pulso utiliza las características de absorción de luz de la hemoglobina
y la naturaleza pulsátil del flujo sanguíneo en las arterias para ayudar en la determinación del estado
de oxigenación en el cuerpo. En primer lugar, hay una diferencia de color entre la hemoglobina
arterial saturada con oxígeno, que es de color rojo brillante, y la hemoglobina venosa sin oxígeno,
que es más oscura.
En segundo lugar, con cada pulsación o latido del corazón hay un ligero aumento en el volumen de
sangre que fluye a través de las arterias. Debido al aumento de volumen de sangre, aunque sea
pequeño, hay un aumento asociado en la hemoglobina rica en oxígeno. Esto representa la cantidad
máxima de hemoglobina rica en oxígeno que pulsa a través de los vasos sanguíneos.
Un dispositivo con forma de pinza llamado sonda, se coloca en una parte del cuerpo, como un dedal,
para medir la sangre que transporta o está saturada de oxígeno. La sonda contiene una fuente de
luz, un detector de luz, y un microprocesador, que compara y calcula las diferencias en la
hemoglobina pobre en oxígeno y rica en oxígeno. Un lado de la sonda tiene una fuente de luz de
dos tipos, infrarroja y roja, que se transmiten a través del dedo hacia el lado detector de luz de la
sonda. La hemoglobina rica en oxígeno absorbe más luz infrarroja y la hemoglobina sin oxígeno
absorbe más luz roja. El microprocesador calcula las diferencias y convierte la información en una
lectura digital. Esta información ayuda al médico a evaluar la cantidad de oxígeno transportado en
la sangre y evaluar la necesidad de oxígeno suplementario.
Las lecturas normales de un saturómetro deberían oscilar normalmente entre el 95 y el 100 por
ciento. Los valores por debajo del 90 por ciento se consideran bajos (hipoxemia) e indican la
necesidad de oxígeno suplementario. Sus síntomas incluyen dificultad respiratoria severa, aumento
de la frecuencia cardíaca y dolor torácico.
Hipoxemia
La hipoxemia es una disminución anormal de la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial1 por
debajo de 60 mmHg. También se puede definir como una saturación de oxígeno menor de 90,7%.
No debe confundirse con hipoxia, una disminución de la difusión de oxígeno en los tejidos y en la
célula.