Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Pascal Bonitzer
Notas
(1) Conocemos la distinción baziniana entre marco y máscara. “Los límites de la pantalla no son, como
el vocabulario técnico permite entenderlo a veces, el marco de la imagen, sino una máscara (cache) que
no puede sino desenmascarar una parte de la realidad. El marco polariza el espacio hacia el interior, y
se supone que todo lo que la pantalla muestra al contrario se prolonga indefinidamente al universo. El
marco es centrípeto, la pantalla centrífuga. (¿Qué es el cine?, pág.270, edit. RIALP). Nada que agregar a
esto salvo que estas dos propiedades pueden convertirse mutuamente, como por otra parte lo muestra
Bazin
(2) Sobre la oblicuidad del punto de vista y la sutura de la posición subjetiva del espectador en el cine
clásico. cf. Jean Pierre Oudart, La Suture, “Cahiers du Cinema” 109 y 211.
(3) Althusser comentó (Cremonini peintre de l’abstract) en Cremonini, esta ceguera e indiferencia de
los rostros y la extraña ausencia que los acosa: una ausencia puramente negativa, la de la función
puramente humanista que les es rechazada, y que ellos mismos rechazan; y una ausencia positiva,
determinada, la de la estructura del mundo que los determina, que los hace esos seres anónimos,
afectos estructurales de las relaciones reales que los gobiernan”. Un poco más adelante en el mismo
artículo: “El no puede “pintar” esta abstracción sino a condición de estar presente en su pintura bajo la
forma determinada por las relaciones que pinta: bajo la forma de su ausencia, es decir en este caso bajo
la forma de su propia ausencia”. Esto debemos entenderlo, supongo, como el rechazo de toda
idealización especular, narcisista. Lo que es extraño es que este rechazo deja una huella, una ausencia
señalada (señalada al menos por Althusser , hasta el punto de verla duplicada). Al mismo tiempo se
puede ver en esta “ausencia”, que barre también la tela con grandes líneas, que se oponen a la
profundidad, la inscripción pura del sujeto-mate (¿sin brillo, apocado, sin profundidad? N. del T.),
evanescente, del “discurso de la ciencia” donde Althusser tiende a ubicar los enunciados pictóricos de
Cremonini, y que no es otra cosa que esta ausencia subrayada.
(4) Respecto de la oposición ironía-humor, sadismo-masoquismo, se puede ver Gilles Deleuze,
Presentación de Sacher Masoch (minuit 10/18). Gilles Deleuze y Claire Parner, Dialogues
(Flammarion), sobre todo pp. 83-84. En cuanto a la fotografía, pienso entre otras cosa en el álbum de
Helmut Newton, Femmes Secretes (Flammarion), fotos eróticas de lujo, y en una vacilación significativa
del prologuista: “El ojo de Newton es inhumano, frío y de muchas maneras en él. Ningún calor
atempera el humor en que se baña su obra, y sin embargo el humor –o tal vez sería más apropiado decir
la ironía– tiene libre curso“. Un poco más adelante: “Estas mujeres de físico siempre asombroso se
sujetan sin embargo –en el mundo de Newton– a su ojo de amo y se transforman allí en símbolos cuya
atracción erótica está despojada de humanidad: no son personas sino personae”. Se trata aquí, desde
luego, de un ejemplo un poco particular. Sobre la función de ironía y denuncia de la foto remito al modo
más general del reportaje periodístico, o también a los retratos (Avedon, por ejemplo).