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LA FUNCIÓN DE LA FAMILIA EN LA CONSTR

Alumno: Ivonne Castañeda Muñoz

UNIDAD III: Subjetividad, género y relaciones de poder

19-11-2014
LA FUNCIÓN DE LA FAMILIA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA
SUBJETIVIDAD DEL GÉNERO FEMENINO

La familia esta tradicionalmente bajo el sistema patriarcal que a través de mitos,


costumbres, leyes, educación y la maternidad, se han determinado las funciones
que puede desempeñar la mujer, quien ha sido subordinada al hombre.

En el presente ensayo se aborda a la mujer como un sujeto que desarrolla


una subjetividad que se crea a partir de su ámbito familiar. Siendo la familia el
principal núcleo que genera una concepción de feminidad a partir de la
diferenciación del sexo, la principal problemática de la mujer como sujeto que se
inscribe en determinadas líneas histórico-sociales se debe a la diferencia sexual
entre hombres y mujeres, que ha sido crucial para la creación de diferentes
valores simbólicos que se le otorgan a cada uno, donde la mujer ha sido
proverbialmente inferior que el hombre; la conceptualización de lo femenino,
derivada de la perspectiva masculina como un objeto sexual, débil, sumiso y con
una pasividad erótica. Las mujeres contribuyen a reproducirlo, no como un acto
consciente, al contrario aceptan inconscientemente su inferioridad.

¿Por qué se da esta concepción de feminidad en la mujer? ¿Dónde y cómo se


forman las premisas sociales del ser mujer en nuestra subjetividad? ¿Cuál es
la función de la familia en la construcción del género femenino? ¿Cómo el
ejercicio del poder y de la normatividad de los géneros han creado un
imaginario social de la mujer? Respondiendo a estas preguntas todo tiene un
origen, que como vemos comienza en la “familia”. Esta estructura es
fundamental porque se considera la primera institución social del sujeto. Se
presenta como la base y núcleo de toda la sociedad, es constructora de
subjetividades, en las que se dan relaciones de género y de poder.

Definir a la familia en un solo concepto implica un problema ya que esta


es una unidad compleja, porque es un hecho social universal, en los que se
dan aspectos económicos, jurídicos, socioculturales y la evolución en base a
un estereotipo continuo en un proceso histórico.

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Se pueden dar diferentes tipos de familia que van desde la monoparental,
extensa y la nuclear monogamica.

La importancia de la monogamia ahora se ve como un acuerdo entre hombre y


mujer que garantiza fidelidad por parte de ambos miembros del matrimonio
como forma de respeto, por lo menos esto es lo que dictan las reglas morales
vigentes. Este modelo tradicional cumple ciertos requisitos:

 Hombre y mujer, unidos por lazos legales sociales (toman el papel de


padre y madre cuando tienen hijos)
 Hijos (sin estos no existe el término familia).

Dentro de este grupo se da una heteronormativiadad desde el discurso


político, económico y religioso, que se introyecta en los sujetos, debido a
esta causa es tan efectivo ya que lo concebimos como real e implanta
expectativas personales, creando así una diferenciación sexual del trabajo en
donde el hombre es el proveedor, por lo tanto la mujer esta designada para
la reproducción y cuidado de los niños. Estos roles que se dan dentro del
núcleo familiar se deben al periodo histórico, social y el ciclo vital donde se
da la valoración de la familia, que pasa por etapas de definición o
redefinición. Con lo anterior se genera la identidad de cada miembro donde
se da el sentido de pertenencia en un grupo y surge la subjetividad de
cada persona; las relaciones dentro del grupo familiar están basada en las
diferencias que distinguen a los sexos que comprenden cuatro elementos
que están relacionados estos son:

 Los símbolos y el mito: representaciones múltiples en la sociedad.


 Conceptos normativos: manifiestan significados de los símbolos, se
expresa en las instituciones que evocan lo masculino y femenino.
 Instituciones y organizaciones sociales de las relaciones de género:
sistemas de parentesco, familia, mercado de trabajo, instituciones
educativas y políticas.
 Identidad subjetiva de género: experiencias en el mundo social y su
capacidad de reflexión.

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Lamas nos dice: “que el géneros es una forma de relación de poder instaurados
en el mundo masculino y femenino, plasmándose en la vida cotidiana (un ejemplo
de esto se dan en el lenguaje como algo sexista) con categorías relacionales
donde se da la desigualdad, hay un dominado y un dominante.” (Lamas, 2013)

La familia crea normas dentro de las relaciones familiares, desde que se nace
como mujer se va creando una conciencia de acuerdo al sexo femenino; es decir,
se va pensando en el trato que se les debe de dar, la forma en la que se tienen
que vestir, las actitudes que deben de tener, todo ello dependiendo del sexo
biológico.

A lo largo de la infancia de la niña se va creando una identidad que le inculca su


familia de origen, a partir del aprendizaje por imitación, entonces transmite
prácticas y discursos, además de ser “la célula principal de la sociedad” es el
órgano de control de la sexualidad tanto para varones como para mujeres. En el
caso de la mujer esta aparece en el imaginario social bajo la idea mujer = madre,
esta idea se materializa en la organización de los diferentes roles entre los que
incluye a los de los varones. En este sentido la maternidad es la función social e
individual que debe cumplir la mujer y a la que le debe su realización personal en
el ámbito familiar debido a que en este espacio es donde se le otorga una
forma de poder en los bienes simbólicos de los hijos, ya que es productora
de mandatos, de sentido, nominadora de sus actos y sentimientos.

Al principio de este trabajo una de mis preguntas fue ¿Cómo y dónde se


forman las premisas sociales del ser mujer en nuestra subjetividad? Esto lo
podemos explicar a partir de una mirada retrospectiva en la historia y desde
el proceso edipico.

Comencemos por el primero, el papel histórico de la mujer en la familia y la


sociedad ha estado bajo el juego del poder e imaginario social donde ha sido
oprimida, sobajada, agredida y menospreciada. Se relega a un papel de objeto
con una pasividad erótica, es fragilizada e inhibida. Hay que reflexionar
entonces que a partir de esta realidad llena prejuicios en contra de la mujer se
va generando una subjetividad.

Burin menciona que se producen modos paradigmáticos y hegemónicos de


construir las subjetividades femeninas, se pregunta si existirá una construcción
histórico-social de la subjetividad sexuada en la mujer. Él se remite a un

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estudio cultural-histórico, parte de la configuración judeo-cristiana donde hay
un Dios masculino con autoridad omnipotente, se tiene la noción del sujeto
como: hombre religioso y la mujer quedaba asignada a la noción de objeto.

“En la edad Media nos habla de la inquisición en Francia, aquí la mujer genera un
conocimiento medico a partir de la botánica, por lo anterior se consideró una
bruja, estigmatizándola de divergente. Estas persecuciones se daban porque se
consideraban prácticas paganas, las mujeres que no se dedicaban al aprendizaje y
transmisión de la devoción religiosa eran sospechosas de ser criaturas demoníacas”.
(Burin, 2001.)

Si lo vemos desde un punto de vista objetivo estas mujeres eran


generadoras de conocimientos médicos, debido al contexto socio-histórico, este
rubro solo pertenecía al hombre, estas prácticas estaban prohibidas para
ellas como mujeres ya que su rol para la sociedad era el terreno de lo
doméstico.

“Estas mujeres lograban vivir con autonomía dedicándose a actividades no servidoras.


Cuestionaban la autoridad masculina. Entre las condiciones para construir su
subjetividad, el rasgo distintivo era su saber convalidado por sus pares”. (Burin, 2001.)

Puedo llegar a concluir que principal motivo por el cual eran perseguidas se
debía a que ponían en peligro el poder masculino patriarcal y el lugar social
de las mujeres que era perteneciente a la casa feudal, donde su única
obligación era contraer matrimonio o para profesar en los conventos. Las otras
alternativas para este destino social de la mujer eran la servidumbre o la
prostitución. Pero jamás en el campo de lo público ya que este pertenecía a
el hombre.

En el período pre-industrial se sigue con la concepción de lo masculino, el


padre es el proveedor y autoridad de la casa. La mujer solo es vista como
productora de bienes, reproducción y el trabajo doméstico es valorado a partir
de la crianza de los hijos.

Con el comienzo de la revolución industrial la mujer por fin accede al espacio


público en donde la producción extradoméstica se expande y se da el
verdadero trabajo, a partir de este periodo hasta la actualidad, donde la
mujer y la subjetivad femenina van cambiando paulatinamente hasta el
punto de generar movimientos sociales en los que se pide igualdad de

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género. Por lo tanto la subjetividad de pasividad, fragilización e ideal
romántico van tomando otro rumbo diferente. Se sumergen en una lucha
constante contra el poder masculino e imaginario social que les fue
designado.

También esta función de la familia en la construcción de la subjetividad del


género femenino se puede explicar desde proceso edipico. Hay elementos en
la sociedad e institución familiar que propicia que la niña se comporte según las
creencias y tradiciones, sus órganos sexuales son el indicador total para estos
círculos de si debe ser y actuar como ser femenino.

Las expectativas de comportamiento según el estatus o papel de una mujer va


acompañado de un proceso cognoscitivo, en el que se observa que género es el
que debe de seguir practicando según su anatomía, como por ejemplo relacionar
que los aretes son para niñas ya que se los pone la mamá, la función de rol
que se da en la familia es simplemente una atribución de conducta deseada y
propia a un ser humano influenciado por la sociedad. Determinado por su sexo
desde el momento de su nacimiento y de la asignación que los padres le dan
desde que nace (como vestirla de rosa, ponerle aretes, etc), demostramos
con esto que la niña no reconoce la diferencia de los padres tanto por la
sexualidad o los órganos, si no por el rol que activamente observa.

La función de la familia como constructora de subjetividades de género, da el


papel de importancia a la madre sobre todo en los primeros años de vida, ya que
esta proporcionara tanto a sus hijos como hijas la feminidad que tendrán en su
inconsciente durante toda su vida, que conforma un equilibrio entre polos
opuestos de género, así pues la delicadeza o ayuda en las labores en el hogar es
perteneciente a el rol femenino se queda en las mujeres y va desapareciendo
paulatinamente en los hombres, ellos pretenden alejarse de todo aquello que
no sea “masculino” (como ya vimos durante este trimestre la valorización
social y simbólica del pene es un sinónimo del poder que tiene el hombre en
la cultura). Como podemos ver los aspectos sexuales caen sobre el dominio del
género y este a su vez es determinado por roles de género dentro de la cultura
que se adoptan en la familia, por lo tanto la estructura de identificación con un
género será determinado por su sexualidad, el medio que la rodea y su
subjetividad. (Dio Bleichmar, 1985)

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En lo particular desde niña, mi subjetividad se da por la construcción
ideológica de mi familia que repercute en la identidad que tengo.
Analizando el texto de Ana María Fernández “esta subjetividad que tenemos
como mujeres parte de la clave sentimental en la que inciden la dependencia
económica, la instauración del mito del amor romántico y la necesidad de
ser reconocidas por el hombre”. (Fernández, 2010)

En nuestra educación inconscientemente aún prevalece como sujetos


femeninos ese posicionamiento de ser de otro. Pero los tiempos han
cambiado y aunque esta función ideológica por así decirlo, es una manera
de construcción de subjetividad que está muy presente y remarcada en
muchos aspectos uno de ellos por ejemplo es cuando me preguntan sobre
¿para cuándo la boda? o el ser madre ya que es fundamental en el ser
mujer como una forma de realización. Difiero mucho en esta concepción ya
que en lo personal el ser madre no me determina como mujer.

Las mujeres hemos accedido al poder a partir de cambio cultural dejando


de lado las primicias masculinas de cómo debe de ser una mujer. A partir
de la inserción de la mujer en el mundo moderno y su desplazamiento de lo
privado a lo público se dan nuevas condiciones socioculturales, las
trasformaciones del rol femenino y el nuevo giro de la función de la familia
en la construcción de nuevas subjetividades en lo femenino.

Dado a que las mujeres no solo han irrumpido en el mercado laboral sino
también en la educación superior, este es un elemento que hace trascender
el papel social de la mujer donde se abre paso a una nueva resignificación
de la identidad femenina en ámbitos laborales y familiares. Llegando hasta
el punto de dejarse ver como un objeto y pasar a ser un sujeto sexual,
tomando incluso la búsqueda de la ruta del placer, la nueva significación del
ser mujer, la transformación de la familia nuclear y sus funciones como
bases para nuevas primicias sociales. La nuevas mujeres cuestionan los
estereotipos tradicionales de la mujer en la familia, pero de igual manera
también el estereotipo masculino, dado al nuevo proceso de igualdad
intelectual y económica la mujer se posiciona en nivel equivalente al del
hombre. (Montesinos, 2002)

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Para concluir este ensayo, como vemos la familia ha sido de gran
importancia en el desarrollo de los sujetos femeninos, pero también el
contexto socio-histórico en que estamos da las pautas para las
transformaciones de los roles de género y la nueva función de la familia
nuclear como constructora de subjetividades dando condiciones, exigencias,
responsabilidades e incluso cambios en las relaciones del ámbito doméstico o
el cuidado de los niños. La mujer pasa de ser un objeto pasivo y
fragilizado, a un sujeto activo en la sociedad para poder reasignar las
funciones de la familia como paso a la construcción de nuevas subjetividades
femeninas (ejemplo de ello son la discusiones que se dan sobre la doble
jornada y la doble moral), estos cambios se dan principalmente en la
independencia que va ganando la mujer contra el ámbito de lo doméstico, y
que va siendo una de las principales primicias del cambio subjetivo, también
está el ser profesionistas con una preparación y racionalidad que les permite
competir contra el género masculino.

El género femenino se abre paso ante adversidades de sometimiento social


para transformar su rol en la familia hacia una nueva realidad.

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BIBLIOGRAFÍA

Burin, M., 2001.. Genero y familia. Poder, amor y sexualidad en la


construccion de la subjetividad.. Buenos Aires.: Paidos..

Dio Bleichmar, E., 1985. El femenismo espontáneo de la histeria.


Estudios de los transtornos narcisistas de la feminidad.. Buenos
Aires: ADOTRAF.

Fernández, A. M., 2010. La mujer de la ilusión. Buenos Aires:


Paidós.

Lamas, M., 2013. El genero, la construcción cultural de la


diferencia sexual. México: PUEG-UNAM.

Montesinos, R., 2002. Las Rutas de la masculinidad. Ensayos sobre


el camvio cultural y el mundo moderno.. España: Gedisa.

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