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Capítulo 1

En el siglo XVIII la sociología no existía como disciplina


independiente y las disputas entre sociólogos y los historiadores no
existían. Ambas ciencias se caracterizan por interesarse en la sociedad y
en el comportamiento humano; la sociología se caracteriza por hacer
generalidades sobre la estructura y desarrollo del comportamiento
humano, mientras la historia se caracteriza por hacer énfasis en los
cambios ocurridos en las sociedades a través del tiempo.
A Charles Montesqieu, Adam Ferguson y Jhon Millar se les califica
a menudo como los padres de la sociología, noción que jamás
expresaron. Se puede catalogar a estos teóricos sociales como
historiadores analíticos o, de acuerdo al término usado en ese entonces,
historiadores filosóficos. La sociología no existía aún como tal.
Cien años después, la relación entre la teoría social y la historia
era bastante menos estrecha. Los historiadores desdeñaban no sólo a la
teoría social, sino también la historia social. Esto puede explicarse de
diversas maneras: en primer lugar, los gobiernos de la época encontraron
en la historia una herramienta para fomentar la unidad nacional y se
buscaba fomentar la historia del Estado o historia política; en segundo
lugar, esta revolución de la historia, asociada con Ranke, fue una
revolución de los métodos y fuentes usados en la disciplina, los
historiadores comenzaron a usar técnicas de recolección de datos cada
vez más sofisticadas para evaluar la confiabilidad de los datos. Los
historiadores sociales se veían poco profesionales comparados con los
historiadores políticos de tipo rankeano, los historiadores comenzaban a
rengar a la historia social como ciencia.
Por su parte, los teóricos sociales también asumieron una posición
crítica ante los historiadores. Comte creía que la historia social era
fundamental para desenvolvimiento de la teoría social, bautizándola
como “sociología” por primera vez. Aunque los teóricos atribuían
importancia al pasado, mostraban poco respeto por los historiadores y
los veían como recolectores de materia prima para la elaboración de la
teoría social.
En el siglo XX, con la nueva generación de sociólogos y y la
transición del centro de gravedad de la sociología de Europa a Estados
Unidos, la sociología pasó a una etapa en donde se comenzó a despreciar
el pasado. Con la implementación de métodos cuantitativos, la unidad de
análisis de la sociología se convirtió en encuestas, los sociólogos
generaban sus propios datos y consideraban que la historia no era
necesaria para la comprensión del presente, y todo lo que esto último
implica. También surgió una nueva alternativa para los teóricos sociales,
el “funcionalismo”, que consistía en explicar la historia conforme su
utilidad social en el presente. Por su parte, la historia, cada vez se

vio más insatisfecha con la historia rankeana, e implementó otro tipo de métodos, como
los cuantitativos.
Aun después de todo este proceso, la historia y la teoría social
nunca se vieron completamente separadas, y hacia el principio de la
década de 1960 ambos enfoques poco a poco fueron formando lazos
estrechos interdisciplinarios. Los sociólogos se vieron obligados a
estudia el cambio a lo largo del tiempo. Y por su parte, los historiadores
comenzaron a desdibujarse de la historia política y se anclaron por medio
de la teoría social para el resurgimiento de la historia social.

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