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TRABAJO PRÁCTICO:

LA EDAD MEDIA
El MÍO CID
Introducción
El presente trabajo tiene como objetivo exponer el contexto histórico y literario de la
Edad Media. La Historia de la Literatura Española comienza en la Edad Media, la época
en la que aparecen las primeras obras literarias en español, las cuales nos muestran un
idioma aún no formado definitivamente. Las obras de la Edad Media son importantes
porque son la base de las posteriores y porque reflejan perfectamente la sociedad de ese
momento. No es un período literariamente rico, pero sí muy importante para la
formación de la literatura “romance”.

Edad Media

Comprende el siglo X desde la caída del Imperio Romano de occidente en año 476 d.C.,
hasta el descubrimiento de América en 1492.

La Europa medieval se vio azotada por las múltiples invasiones de los bárbaros, quienes
quemaron y destruyeron las ciudades, por esta razón las personas se vieron obligadas a
huir al campo. Otro factor influyente fueron las bandas de ladrones que existían en los
caminos provocando que una desunión entre pueblos, los hombres eran protegidos por
los señores feudales. Debido a esta dura vida, el hombre decide enfocar su vida en Dios
y su existencia, tomando la doctrina de la Iglesia se vive bajo la idea que la tierra tan
solo es una preparación para el alma antes de llegar a la vida gloriosa que Dios
prometía; toda la existencia del hombre, entonces, se basa en la grandeza de Dios. La
iglesia Católica era la única autoridad en Europa, controlaba la fe, la educación, el
poder, etc. Y esto influyó enormemente en el campo de las artes y letras, siendo su tema
de inspiración la religión.

Al perderse el contacto con la influencia griega y latina, la separación de los


pueblos y la poca cultura que existía en ellos, surgió la época llamada
“Oscurantismo”(500-900 d.C.), señalada como la primera etapa de la Edad Media, y se
caracterizó por la poca expansión de la cultura entre los hombres. También Se
caracterizó por la convivencia en tensión, aunque también en un relativo equilibrio, de
tres grandes espacios diferenciados política e ideológicamente: la Europa cristiana
latina, en la que predominó un sistema político, social y económico conocido como

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feudalismo; el Imperio bizantino, continuación de lo que había sido el Antiguo Imperio
romano de Oriente, y el espacio musulmán, también llamado el islam, que a partir del
surgimiento de esta religión se había expandido desde la península arábiga hacia el
oeste, hasta ocupar gran parte del Mediterráneo, y hacia el Este hasta la India.

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Características de la Alta Edad Media

Las principales características de la Alta Edad Media fueron las siguientes:

Al concretarse, se inició en Europa la disgregación del poder real que había dominado
gran parte del territorio durante la vigencia del Imperio carolingio. La máxima autoridad
política, que eran los reyes, fueron cediendo poder ante los nobles al delegar en ellos la
defensa de sus territorios frente a las invasiones que sucedieron durante el siglo IX. El
territorio europeo se caracterizó por la formación del sistema económico, social y
político, conocido como feudalismo.

Las monarquías se debilitaron, sin embargo, se negaron a renunciar a sus


prerrogativas. Esta situación produjo tensiones entre los distintos actores políticos
(monarquía y nobleza) a lo largo de todo el período.

El Imperio bizantino mantuvo su unidad, aunque fue perdiendo sectores de su


territorio en manos de los musulmanes y sufrió invasiones también desde los pueblos
rusos. Durante el gobierno de los emperadores macedónicos (867-1056) alcanzó un
notable esplendor. En este período se profundizaron las diferencias con el papado que
terminarían en el Gran Cisma o Cisma de Oriente y Occidente, esto es, la separación
definitiva entre la Iglesia católica romana liderada por el papa y la Iglesia ortodoxa,
liderada por el patriarca de Constantinopla.

El islam formó una unidad en constante expansión económica y cultural, si


bien estaba dividido políticamente en tres grandes califatos: el Omeya de Córdoba
(actual España), el Fatimí de El Cairo (Egipto) y el Abbasí de Bagdad (actual Irak).

Hacia el final del período, especialmente en Italia y Alemania, las ciudades


comenzaron a crecer y a afianzar su independencia frente al poder feudal. Para esto

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contaron con el apoyo de los reyes, que vieron en las ciudades una oportunidad de
alianza contra los señores feudales.

En literatura y poesía surgió el tema del amor cortés que idealizó un estilo
de relación amorosa entre los caballeros y las damas. Este estilo fue difundido por los
trovadores.

La Baja Edad Media: una época de cambios

Efectivamente, los últimos siglos medievales estuvieron inundados de


cambios. El antiguo mundo feudal, que había sido el pilar de la Edad Media, estaba en
crisis. Sus propias contradicciones son el motor del cambio. Por otro lado, la población
presentaba las cifras más elevadas en el siglo XIII, con la consecuente superpoblación
del campo y las ciudades.

La llegada de la Peste Negra (1348) marca un antes y un después, hasta el


punto de que, sin ella, el curso de la historia podría haber sido muy diferente. El
violento descenso demográfico, causado por la elevada mortalidad, impulsa una serie de
cambios sociales que conllevan consecuencias políticas, económicas y culturales.

1. La Peste Negra, las malas cosechas y la “Pequeña Edad de Hielo”

A todo periodo de prosperidad adviene después un periodo de crisis. A grandes


rasgos, es lo que sucedió en el siglo XIII. Tras una época de bonanza de cultivos y
enorme crecimiento demográfico, sobrevino una etapa de malas cosechas, en parte
motivadas por la llamada “Pequeña Edad De Hielo” medieval, que se inició a inicios del
siglo XIV y que supuso uno de los periodos más fríos de la historia de Europa. Las
temperaturas bajaron hasta 3 grados centígrados, y se alternaron grandes inundaciones
con escasez de lluvias. Todo ello provocó una larguísima temporada de malas cosechas
que enflaqueció la salud de los europeos.

Cuando la Peste Negra llegó desde Asia en 1348, siguiendo las rutas
comerciales italianas, la población no estaba preparada para afrontar la enfermedad. La
debilidad producida por una mala alimentación y el frío causó estragos. Se calcula que
una cuarta parte de la población europea sucumbió a la peste (según algunos autores,
fueron muchas más las muertes), con las consecuencias económicas y sociales que este

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brusco descenso demográfico conllevaba. Analizaremos estas consecuencias en los
apartados siguientes.

2. Crisis y evolución del sistema feudal

A pesar de que este sistema político, social y económico no desaparecerá del


todo, en los últimos siglos medievales asistimos a una paulatina evolución del mismo
que desembocará, en última instancia, en la estructura de tipo mercantilista de la época
moderna. Veamos a qué se debe este cambio significativo.

En 1348, como ya hemos indicado, llega a Europa la temible Peste Negra.


Las consecuencias demográficas de esta epidemia fueron catastróficas, ya que se calcula
que entre el 30 y el 60% de la población europea sucumbió víctima de la enfermedad.
Este brusco descenso demográfico provoca, por supuesto, que el campo quede
prácticamente despoblado. Los señores feudales no son capaces de soportar la crisis
rural, y los territorios son paulatinamente absorbidos por grandes terratenientes. Se
produce así una concentración parcelaria donde predomina la gran explotación, que da
paso a la aparición de nuevos modelos de trabajo agrario, como son los arrendados y los
jornaleros. Los primeros se encargan de unas tierras en virtud de un contrato; muy a
menudo, estas tierras pertenecen a oligarquías urbanas que pasan, de este modo, a
formar parte de la tenencia de bienes rurales. Por otro lado, los jornaleros irrumpen en el
paisaje agrícola con gran fuerza y suponen una fuerte competencia para los campesinos
estables, ya que reciben su salario por cada día trabajado. Estos jornaleros serán la base
de la futura proletarización del campesinado.

3. Crisis espiritual y social

El siglo XIV es el siglo de la crisis del papado. La dicotomía entre el poder


espiritual y el temporal no era nueva; desde el siglo XI se venían arrastrando las
disputas entre el Papa y los reyes y los emperadores. Sin embargo, la Baja Edad Media
supone una crisis profunda en este sentido. Tres fechas son significativas. Una, 1302,
año en que el Papa Bonifacio VIII emite la bula Unam Sanctam, donde se confirma la
superioridad papal sobre los reyes y emperadores. La segunda, 1303, cuando el propio
Bonifacio es víctima de un atentado en Agnani. Y la tercera y más significativa, 1305,
año en que es elegido papa Clemente V, de origen francés

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4. El auge de las ciudades

Como se dijo previamente, las malas cosechas y el advenimiento de la Peste


Negra marcaron un antes y un después en la evolución demográfica europea. Los siglos
anteriores a la “Pequeña Edad de Hielo” y la gran epidemia de peste fueron siglos de
bonanza económica, y también poblacional. De hecho, en los albores del siglo XIV los
campos y las ciudades empezaban a encontrarse en el límite, con evidentes signos de
superpoblación. Las ciudades en especial concentraban la mayor parte de población
europea. La Peste Negra del siglo XIV supone, por supuesto, un declive significativo de
estos núcleos urbanos. Sin embargo, las bases de la nueva realidad urbana ya están
dispuestas y, a lo largo del siglo XV, tanto las ciudades italianas como las flamencas
vivirán su época de esplendor, no solo político y económico, sino también artístico,
gracias al poderoso grupo social de los burgueses, que ejercerán a partir de entonces
como importantísimos mecenas.

5. Cambios en los modelos sociales

El auge de las ciudades implica, obviamente, el despliegue definitivo de la


clase de los mercaderes, banqueros y burgueses. Este grupo social se erige como el más
poderoso dentro de la realidad social, económica y política de las ciudades; no solo
ejercen como mecenas (son comitentes y protectores de los más afamados artistas), sino
que también ejercen un férreo control político dentro del marco urbano. Los ricos
burgueses están presentes en las agrupaciones políticas urbanas, y son ellos los que
marcan las directrices. Se forma así una poderosa oligarquía urbana, con un poder y una
opulencia semejantes a la que ostentaba la aristocracia en los siglos anteriores.

Por supuesto, este cambio en la dirección social implica un cambio en los


modelos de producción, están presentes en la organización de la cadena productiva,
controlando a los artesanos y a los demás trabajadores implicados en el proceso. La
consecuencia es una importante pérdida de libertad por parte de los artesanos y una
crisis en el sistema comunitario medieval de los gremios.

Por otro lado, el descenso demográfico tras la peste provoca una reducción
significativa de los miembros del núcleo familiar. Así, tenemos que, en el siglo XIV, la
familia se ha reducido a unos 4 miembros (el matrimonio y dos hijos), lo que rompe un
poco el mito de que, en la Edad Media, las familias eran muy numerosas. La alta

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mortalidad y la baja esperanza de vida hacen que en el núcleo familiar apenas
encontremos dos generaciones.

6. Aparición de los grandes hospitales medievales

El aumento de población en las ciudades implica una mayor necesidad


hospitalaria. Así, encontramos una evolución desde los antiguos hospitales para
peregrinos (centrados, sobre todo, en el asilo y el cuidado) hacia una mayor
especialización en el tratamiento y la cura de enfermedades.

7. La fascinación por el mundo

En los siglos de la Baja Edad Media prolifera la llamada “literatura de


viajes”, fruto de la necesidad de conocer nuevos mundos. La población estaba
hambrienta de historias ambientadas en lugares maravillosos; de hecho, esta literatura
no buscaba ofrecer una visión realista del mundo, sino que era, simplemente, una
narración de epopeyas en lugares remotos descritos de la manera más fantástica posible.
Aparece así el género literario de las “maravillas”, cuyo máximo exponente es el Libro
de las Maravillas de Marco Polo. Escrito cuando el ilustre viajero se encontraba en la
cárcel, este libro de viajes describe de una manera absolutamente fantasiosa las tierras
asiáticas, a donde Polo viajó, pero también el continente africano, donde el italiano no
puso el pie en su vida. Esto es característico de este tipo de literatura: los autores
escribían a menudo sobre tierras que nunca habían visto, conscientes de que el público
no pedía realidad, sino alejarse durante unas horas de su monótona vida cotidiana.

Este género de “maravillas” será la base del interés por el mundo que, poco a
poco, se va despertando en Europa. Durante el siglo XIV y, más concretamente, en el
XV, los mercaderes genoveses y venecianos empiezan a buscar nuevas vías
comerciales. A este creciente interés por Asia y por el océano Atlántico se suma, más
tarde, Portugal, que será una de las potencias navales de los siglos posteriores.

8. El nacimiento de los estados

A fines de la Edad Media se empieza a gestar el concepto de “estado” que, a


pesar de ser todavía un concepto muy difuso, encontrará sus cimientos en los cambios
sociales de éste periodo. En todo este proceso tuvo mucho que ver el desarrollo del
derecho romano, fortalecido a mediados de la Edad Media. Se perfilan pues en los

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últimos siglos medievales los embriones de lo que más tarde serán las monarquías
absolutas. El poder del rey se ve extraordinariamente fortalecido, en detrimento de la
aristocracia. De hecho, el siglo XV es el siglo de las pugnas entre monarca y nobleza,
esta última obsesionada con conservar sus antiguas prerrogativas, pero también con las
ciudades, que cada vez demandan más autonomía. De esta lucha surgen monarquías
fuertes (aunque no todavía absolutistas), donde queda muy clara la preponderancia del
papel real por encima de la aristocracia, el clero y las ciudades. Se identifica de esta
forma al monarca y a su linaje con el estado, entendiendo a este no con la acepción
actual, si no como patrimonio de esta familia de monarcas que se pone a las riendas.

Características de la Literatura Medieval:

* La literatura se caracterizó por su ingenuidad y sencillez.

* Temática principal: Dios, y la religión para fomentar buenas costumbres.

* La poesía en prosa, su literatura era sobre leyendas heroicas aborígenes y la épica


nacional.

* La religión con sus ritos religiosos abre camino al drama.

* Completa armonía con las creencias religiosas

* Se habla frecuentemente de milagros, misterios y alegorías, es una expresión colectiva


de las relaciones con Dios.

* Adquiere importancia los valores religiosos, morales.

* Se preocupa más por el mensaje que por la forma.

* Surge el caballero (guerrero, enamorado) y el moje, personajes principales.

* El eje principal era el espíritu caballeresco con cualidades de finura, valor, galantería
y piedad religiosa.

* El latín tuvo variación en cada ciudad dando origen a las conocidas lenguas Romance
(todas aquellas que surgieron del latín).

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Épica Medieval:

“Cantares de Gesta”

Son epopeyas o relatos de la vida de un héroe o de un pueblo, fueron


relatadas en forma de verso y de canciones. Mientras que en los Monasterios se
escribían en prosa, crónicas o vidas de santos, los seglares componían en verso las
gestas para cantar las hazañas de los héroes de la época. En España hayamos: “El poema
del Mío Cid”, en España, “La Canción del Roldán”, en Francia, “El cantar o poema de
los Nibelungos” en Alemania.

Lírica Medieval:

Es en la que se manifiesta los sentimientos subjetivos y personales de los


escritores. Surge en el siglo XII con poetas de humilde linaje pro con la capacidad y
sensibilidad literaria, a quienes se les llamaba trovadores y además eran autores
anónimos.

Mester de Juglaría:

Significa trabajo u oficio de juglares y se les denomina así al conjunto de


poemas épicos que constituyen la poesía primitiva. Las obras más representativas son
“El poema del Mío Cid” en España; “la canción del Roldan” en Francia; y “El poema de
Nibelungos” en Alemania. Estos poemas se han colocado en la épica medieval por su
contenido y en la lírica medieval por su construcción.

Los encargados de la difusión de los primitivos poemas de Gesta o de


Menesteres de Juglaría, eran los juglares ya que no existía la imprenta. Las obras eran
de carácter popular y se divulgaban por medio de la recitación. Las características
generales de los Menesteres de Juglaría son: carácter popular, fondo histórico, realista,
anónimos, por transmisión oral, carácter nacional y estructura primitiva.

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Mester de Clerecía:

Aparece en España una poesía más culta y refinada, obra de clérigos, por lo
que hoy es conocida como Mesteres de Clerecía. Estos autores son además de clérigos,
letrados o eruclitos, que a pesar de no pertenecer a la Iglesia, son también personas
doctas y que saben latín y cuya educación la habían recibido en conventos y
monasterios. Los clérigos tenían más facilidad de expresión y educación para crear
poemas basados en la vida de los Santos, de la Virgen y de Jesús, con el fin de que
fueran difundidos en lugar de las hazañas que relataban los Menesteres de Juglaría.
Nace con Gonzalo de Berceo en el siglo XII. Las características generales son: obra de
carácter narrativo, tiene un propósito moralizador y didáctico, se revela cuidado en la
forma (ritmo, rima y construcciones), están formados por estrofas de 4 versos
alejandrinos (cuaderna-vía).

Dramática Medieval:

El teatro medieval es una prolongación del culto religioso, un fenómeno


cristiano nacido en la Iglesia como institución y en la Iglesia como edificio. Las
explicaciones de las ceremonias no eran más que el desenvolvimiento de una parte
dramática del oficio particularmente interesante. En la segunda mitad del siglo XI surge
una especie de liturgia dramatizada. Los clérigos representaban el papel, lo
interpretaban de todo corazón, consientes del carácter sagrado de su misión, cada
persona tenia u traje y formal tradicionales. Estas primeras escenificaciones están
estrechamente vinculadas a la Liturgia.

Una gran cantidad de obras pertenecientes a la literatura medieval son


anónimas. Esto no es debido únicamente a la falta de documentos de este período, sino
también a que el papel que jugaban los autores en aquella época difiere
considerablemente de la interpretación romántica del término en la actualidad.

Literatura religiosa:

Los trabajos relacionados con la teología fueron el tipo de literatura


dominante a lo largo de la Edad Media; el clero católico era el centro intelectual de la
sociedad en esta época, razón por la que su producción literaria fue, con diferencia, la
más productiva.

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Numerosos himnos de esta época han sobrevivido al paso del tiempo, tanto
litúrgico como para-litúrgicos. La liturgia en sí misma no estaba establecida y
numerosos misales competían y alegaban concepciones individuales de la misa. Ciertos
estudiosos religiosos como Anselmo de Canterbury, Santo Tomás de Aquino y Pierre
Abélard escribieron largos tratados sobre teología y filosofía, tratando de reconciliar las
enseñanzas de los autores griegos y paganos romanos con las doctrinas de la Iglesia
Católica. Las hagiografías, o las vidas de los Santos, también fueron escritas
principalmente durante este período, a modo de estímulo para el devoto y de advertencia
para el resto.

San Francisco de Asís fue otro prolífico poeta y los seguidores de su orden,
los franciscanos, solían escribir poemas como una expresión de su piedad. Las obras
Dies Irae (Día de la Ira) y Stabat Mater (Estaba la Madre) son probablemente dos de los
mejores poemas latinos en materia de religión. Durante la Edad Media, la población
judía residente en Europa también produjo un cierto número de escritores destacados.
Maimónides, nacido en Córdoba (España), y Rashi, nacido en Troyes (Francia), son dos
de los más conocidos y que más influencia tuvieron de entre los autores judíos.

Literatura profana:

La literatura laica en este período no fue tan productiva como la literatura


religiosa, pero gran parte del material ha sobrevivido y poseemos hoy una gran cantidad
de obras de la época, crítica con la corrupción del clero.

El tema del amor cortés cobró importancia en el siglo XI, especialmente en


las lenguas romances, principalmente el francés, el español, el provenzal, el gallego y el
catalán, y en las lenguas griegas, dónde los cantantes ambulantes los trovadores se
ganaban la vida con sus canciones. Los escritos de los trovadores suelen ir asociados al
anhelo no correspondido, pero no siempre es así, como se puede ver en la Alborada. En
Alemania, el Minnesänger continuó la tradición de los trovadores.

Además de los poemas épicos típicos de la tradición anglo-germánica, como


el Beowulf o el Cantar de los nibelungos, otros poemas épicos incluidos dentro de los
cantares de gesta como el Cantar de Roldán y el Digenis Acritas, que tratan sobre la
Materia de Francia y las canciones acríticas respectivamente, y los amoríos corteses a la
manera de la cortesía romance, que tratan sobre la Materia de Bretaña y la Materia de

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Roma, lograron alcanzar una gran popularidad. El romance cortés no se distingue
únicamente de los cantares de gesta por los temas tratados, sino también por su énfasis
en el amor y en el código de honor de la caballería, en lugar de centrarse en acciones de
guerra.

También se pueden encontrar en este período poesías políticas,


especialmente a finales de la Edad Media, escritas tanto por clérigos como por escritores
laicos, que utilizaban la forma del goliárdico. La literatura de viaje también fue muy
popular en esta época, cuyos escritos entretenían a la sociedad con historias de fabulosas
tierras (si no embellecidas, muchas veces falsas) más allá de las fronteras que la
mayoría de las personas nunca habían cruzado. Cabe destacar la importancia de los
peregrinajes en esa época, especialmente el de Santiago de Compostela, fuente de
fábulas e historias influidas por la prominencia de los Cuentos de Canterbury de
Geoffrey Chaucer.

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Conclusiones:

En resumen, históricamente, podemos decir que gracias a la caída del Imperio


Romano y las invasiones germánicas, la población vivía sumida en un estado de
inseguridad, lo que inevitablemente generó el feudalismo como un estilo de vida propio
del medioevo. La estructura social se conformaba a través de feudos, los cuales se
convertían en pequeños poblados y centros de poder siendo la tierra la base de la
riqueza y los monasterios los centros de la cultura, restringidos sólo a los monjes

Otro hecho importantísimo fue que después de la caída del Imperio Romano, las
regiones fueron modificando su lengua, evolucionando y modificándose con influencias
de los pueblos primitivos, las lenguas de los invasores y las características propias de
cada zona. Es destacable el hecho de la instauración el cristianismo como un elemento
básico en la formación cultural y personalidad.

Finalmente destacamos también la importancia de este período ya que la


historia de la Literatura Española comienza en la Edad Media, época en la que aparecen
las primeras obras literarias en español, Las primeras obras nos muestran un idioma aún
no formado definitivamente pero, se puede decir que las obras de la Edad Media son
importantes porque son la base de las posteriores y porque reflejan perfectamente la
sociedad de ese momento. No es un periodo literariamente rico, pero sí muy importante
para la formación de la literatura “romance”.

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BIBLIOGRAFÍA

 BLECUA, JOSÉ. 1994 Historia de la Literatura Española, Librería General de


Zaragoza.
 Editorial Grudemi (2020). Alta Edad Media. Recuperado de Enciclopedia de
Historia (https://enciclopediadehistoria.com/alta-edad-media/). Última
actualización: enero 2023.
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2016. Manual de historia medieval, Alianza Editorial.
 https://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-
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09/Campeador.htm
 https://www.youtube.com/watch?v=DjdFLJT5lhY&pbjreload=10
 HUIZINGA, JOHAN. 2001. El otoño de la Edad Media, Alianza Editorial.
 VV. AA, 2007. Atlas histórico de la cultura medieval, ed. San Pablo.
 YANGUAS, N. S. (1981). La concepción de la historia de Roma como sucesión
de edades en los historiadores latinos. CFC (L).

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