Está en la página 1de 9

Vida y muerte de Sócrates

Sócrates nació en Atenas (470 a.C.- 399 a.C.). Hijo de una familia, al parecer, de clase
media. Su padre era escultor y su madre comadrona. Los primeros años de la vida de
Sócrates coinciden, pues, con el período de esplendor de la sofística en Atenas. No se
sabe mucho acerca de su vida, o con certeza, solo se sabe que participó en algunas
guerras como soldado. Sócrates es considerado el Padre de la Filosofía.

Sócrates fue juzgado por la corte ateniense conformado por más de 500 personas, en
donde se le acusaba de impiedad y de corromper a la juventud, por lo que fue
condenado a morir bebiendo la cicuta, un poderoso veneno, la muerte se podría haber
evitado, pero como un buen ciudadano decidió acatar las leyes ante retractarse de lo
que pensaba. He aquí el punto de lo trataremos a lo largo de la lectura, en que a pesar
de ser injusta su muerte, el tratar de comprender por qué no eludir la condena que se
le impuso y además, con esto, impulsar que su muerte era necesaria.

En la actualidad, no se tiene demasiado conocimiento acerca de la vida de Sócrates,


puesto que él no dejo ningún escrito o alguna escuela en la que nos pudiéramos
basar, la mayor parte de lo que sabemos procede de contemporáneos suyos: el
historiador Jenofre, el comediógrafo Aristófanes y el filósofo Platón, no podemos decir
con exactitud cómo era físicamente, pero sí de lo importante que fue, es y será, no
solo en la filosofía, sino en el ser.

Vamos a referirnos de ahora en adelante como lo hace Platón el Los Diálogos de


Platón en donde se nota que Sócrates es el creador del método filosófico denominado
Mayéutica, en donde él le hacía preguntas a sus interlocutores acerca de sus mismas
respuestas, en donde los ponía con dudas de lo que pensaban como certero y donde
no se podía cambiar la postura respecto a lo que piensan.

Vamos a hacer una analogía de lo que hacía Sócrates con un pequeño ejemplo, en
cierta etapa de la vida, en donde la persona apenas está descubriendo al mundo,
concretamente me refiero a la infancia, un niño hace preguntas a sus padres, por lo
que se llama etapa del preguntón, en la cual, al final se llega a preguntas como: ¿Y
porqué vivo? ¿Y por qué las cosas pasan de una forma? ¿Quién soy yo realmente?
¿Qué sigue después de la vida? ¿Qué es el bien? ¿Qué es la virtud? ¿Qué es la
justicia? ¿Y porqué…? ¿Y qué…?. Los padres dan respuestas sencillas o a lo que
saben, pero muestran tanta insistencia los niños que los padres se llegan a fastidiar y
luego, por consiguiente, a cambiar el tema para intentar callar o el tratar de hacer que
ya no hable del tema.

Este es un ejemplo sencillísimo que nos servirá como referencia en la vida de


Sócrates. Ahora vamos, si Sócrates es considerado como el padre de la filosofía, y el
hacia cuestiones tan simples y tan difíciles como la de un niño, entonces por
consiguiente podemos considerar como que la Filosofía apenas comenzaba a ver la
luz, apenas estaba en una etapa primaria por así decirlo, otra cosa que se puede notar
y relacionar con el ejemplo, es que si un niño y Sócrates se hacían estas preguntas,
entonces podemos considerar que a Sócrates nunca le dejó de importar las cuestiones
en lo que realmente se basa la vida misma, la búsqueda de este filósofo se refieren a
cuestiones que nacen a partir de las inquietudes por conocer y la búsqueda de lo que

1
Vida y muerte de Sócrates

realmente es la vida misma.


Ahora vamos, continuando la comparación entre nuestro ejemplo y la vida que
demuestra Sócrates, un niño hace esas cuestiones a personas más grandes que él
para enriquecer su conocimiento resolviendo las dudas que pregunta, pero lo que pasa
es que con esas dudas es que se generan más dudas, por la poca exactitud de la
respuesta, así mismo, Sócrates iba por el mundo, metafóricamente hablando,
preguntando esas mismas cuestiones a las personas que se encontraba en su camino,
lo que hacía que el interlocutor ya no pensara de la misma manera al querer dar
respuestas a las nuevas preguntas que se generaban, por lo que llegaba a estar
inseguro de lo que pensaba y de sí mismo. Ya se ha mencionado antes, esto se le
conoce como la mayéutica, método creado por Sócrates.

Ahora bien, en el ejemplo, los padres al no poder dar respuesta clara a lo que el niño
pregunta, el padre o la madre se fastidia hasta llegar al punto en donde, trata primero
de cambiar el tema de conversación, y si no es posible, llegar a callarlo. Entonces, en
la vida de Sócrates, eso mismo ocurrió; las personas, al no poder afirmar los
conocimientos, que eran en los únicos que se creían, pues no estaban abiertos, por
así decirlo, a nuevas posturas, trataron primero de cambiar la ideología de nuestro
filósofo, pero, al aplicar la mayéutica, sólo se consiguió que las personas se fastidiaran
aún más. De regreso al ejemplo, un niño preguntón, por ser un niño, no se le da la
importancia para extender aún más el tema; igual pasaba con Sócrates, era sólo una
persona, no se le daba gran importancia pero es claro que cada vez iba tomando
mayor importancia.

Continuando con nuestro ejemplo, lo último que se le haría al niño preguntón es


callarlo, pero, cómo callar a este filósofo sin hacer inca pié en que se quiere callar
porque sus ideas no van de acuerdo a lo que se cree, esto se hizo, como en todo
hecho cuando se quiere atacar a alguien, buscando los defectos, exponerlos y
ampliarlos, eso precisamente es lo que ocurrió, como Sócrates no creía en los Dioses
atenienses, ya se encontraba un punto por donde atacarlo, otro punto fue que, al ser
una persona adulta, las cuestiones que se hacen de niño (como en el ejemplo), no son
aceptadas tan fácilmente por las creencias que uno maneja como ciertas, ahora bien,
cómo va a ser posible que un adulto se las recuerde a un joven, el de recordarle esas
cuestiones que se hizo unos años atrás, acusándolo entonces, de corromper a la
juventud. Otros cargos fueron el de buscar conocimiento, al tratar de estudiar
fenómenos físicos. Queda claro, que no hay más que cuestiones absurdas e
irrelevantes en las acusaciones, mas sin en cambio, lo necesario en esa época para
llevarlo a juicio.

Sócrates fue juzgado por la corte ateniense, formada por un corum de más de 500
personas, hallándolo culpable, en lo que podemos entrar en una contradicción, ¿es
justa la condena a muerte? Una parte se podría decir que si, puesto que los cargos por
los que se le acusa se sabía que eran graves y/o penados. Y otra parte podría
inclinarse a que eso era una injusticia, que cómo se le podría hacer eso a un hombre
que pensaba un milenio más adelantado a su época, y creo yo, ahí mismo reside el
problema, ¿cómo juzgarlo con mil años de retraso? Así que por una parte se entiende
que era justo, que hasta el mismo Sócrates lo aceptaría, claro, antes propone castigos
menos trágicos, como lo fue participar en las comedias del Pritaneo (uno de los

2
Vida y muerte de Sócrates

edificios que albergaba a miembros de la asamblea, esto era un honor reservado a


atletas y otros ciudadanos importantes) y otro fue el de ir a prisión y pagar una multa;
no siendo aceptada más que la pena de muerte bebiendo cicuta.

Sócrates, al final , lo único que hiso fue aceptar que él era completamente ignorante, y
que necesitaba aprender, necesitaba del conocimiento, por eso mismo él se
preguntaba las cosas que uno como niño hace primero, solo buscaba darle respuesta
a sus muchas preguntas, llegando al final de su juicio con lo siguiente “Yo soy más
sabio que este hombre; es posible que ninguno de los dos sepamos cosa que valga la
pena, pero él cree que sabe algo, pese a no saberlo, mientras que yo, así como no sé
nada, tampoco creo saberlo. Yo no tengo conciencia de saber nada.” Donde aceptaba
que no era correcto lo que se afirmaba o pensaba en aquel tiempo, pero también
aceptando que él tampoco lo sabía.

En la actualidad, en un hombre, es claro que podría ser bueno para algunas cosas por
“naturaleza”, y habrá otras en las que no será tan bueno, pero lo que diferencia para
ser mejor, es el trabajo duro, el esfuerzo y la dedicación que se tiene para superarse
en cualquier aspecto, pero es claro que habrá cosas en las que existirá el desinterés, y
podríamos decir que la Filosofía es un blanco de ese desinterés, pudiendo decir
entonces “La Filosofía no es para todos”. Y como esto ocurre en nuestra época, ahora,
en aquellos tiempos se podrá expresar como que la filosofía era para unos cuantos
nada mas, así que desde que se le acusó de ser un filósofo ya era claro que llevaba la
condena antes del juicio.

Sócrates concluye, diciendo que se le condeno a la muerte por que la naturaleza del
hombre es la de un animal, y justo después de esto dijo: "Es hora de irse, yo para
morir, y vosotros para vivir. Quién de nosotros va a una mejor suerte, nadie lo sabe,
solo los dioses lo saben". Que nos lleva a hacer inca pié en el punto que se
comentaba en un principio, el de porqué no eludir la condena, eso sucede porqué, él
cómo sabio que era, aceptaba, hasta como una bendición lo que se sentenciaba,
porque con esto significaba lo correcto en su idea de aceptar en lo que él creía,
además de que la muerte lo juntaría con gente “famosa” ya muerta o el de conocer el
paso siguiente después de la vida, por lo que dijo que no guardaría ningún rencor
hacia ellos y que solamente les encargaba a sus tres hijos
.
¿Quién al final gano entonces? De una primera instancia podríamos decir que los que
condenaron a Sócrates, pero haciendo un segundo análisis, Sócrates nunca deja de
ser lo que él es, por lo que su muerte fue necesaria para el nacimiento de nuevas
dudas, porque muchos se fijaron que él nunca dejó de mantener con sus posturas, lo
que generaría nuevas cuestiones, pero esto se lograría con ese interés que generó su
muerte, que es lo que se quería llegar en otro de los puntos a tratar del texto. Qué
hubiera pasado si él se hubiera retractado de lo que hiso, otra de las cosas en las
cuales nos deja pensando Sócrates.

No se sabe los últimos momentos vividos por el gran filósofo adelantado a su época,
existen muchas especulaciones de que siguió buscando conocimiento, interrogando y
cuestionando a sus verdugos y a las personas que estaban con él en sus últimos
momentos.

3
Vida y muerte de Sócrates

Como se ha dicho, no dejo algún escrito con el que pudiera recordarse, ni una escuela
con la que se pudiera interpretar mejor su filosofía, pero en el camino dejó a un
discípulo que continuó con su trabajo, Platón, que junto con el discípulo de éste,
Aristóteles, son conocidos como la gran triada griega.

Un hombre que considero yo, no está adelantado a su época, puesto que sin sus
conocimientos la época no podríamos considerarla como mejor. Lo que considero es
que si es necesario lo que hiso por la forma en que lo hiso, que es lo más importante,
no cerró a un solo pensamiento como los demás de su época, sino fue una única
posibilidad la que no aceptó, la de aceptar que solo hay un camino del conocimiento.

Finalmente, un último ejemplo que se podría realizar es que, se puede comparar en


que esas son preguntas filosóficas que se hacen a una edad muy temprana, por lo que
llegamos a referirnos a que la filosofía apenas nacía, y comenzaba a madurar de poco
en poco, adquiriendo cada vez una mayor relevancia y creciendo en conocimiento al
mismo paso del hombre, ya que el límite del conocimiento de la filosofía es el mismo
conocimiento del hombre.

Concluyo que, con el ejemplo puesto, con lo dicho en el texto, la muerte de Sócrates
tal vez no podría ser considerado como justo, pero si algo necesario, ya que, Sócrates
ponía el ejemplo y daba paso al nacimiento de nuevas cuestiones, como lo pudiera ser
lo mismo que explicábamos ¿acaso su muerte fue justa? Entonces, al morir, le daba
continuidad a lo que el mismo buscaba, entonces surgirían más dudas ¿el planeo
esto? Por lo que, creo yo, Sócrates sigue y seguirá presente en nosotros respecto al
pensamiento del hombre. Conforme a esto, Sócrates muere siendo él mismo, por así
decirlo, nunca retractándose de su postura, incluso, se vio notar que él siguió
interrogando a las personas en el juicio, o también, porqué no, incluso después de
beber el mortal veneno, no paraba de transmitir su conocimiento que había adquirido,
por lo que, tomo a Sócrates no solo como un gran filósofo, sino también como un
ejemplo claro de vida, ya que para mí, murió por qué el así lo deseo, por la influencia
que posteriormente el hombre encontraría en él y porqué para mí lo más importante en
la vida es hacer nuestro propósito, y él lo hizo y además de eso, él lo hizo como quiso.

EL MITO DE LA CAVERNA

El mito de la caverna de Platón es una de las grandes alegorías de la filosofía

idealista que tanto ha marcado la manera de pensar de las culturas de Occidente.

Entenderla significa conocer los estilos de pensamiento que durante siglos han sido

los dominantes en Europa y América, así como los fundamentos de las teorías de

Platón. Veamos en qué consiste.

4
Vida y muerte de Sócrates

Platón y su mito de la caverna

Este mito es una alegoría de la teoría de las ideas propuesta por Platón, y aparece en

los escritos que forman parte del libro La República. Se trata, básicamente, de la

descripción de una situación ficticia que ayudaba a entender el modo en el que

platón concebía la relación entre lo físico y el mundo de las ideas, y cómo nos

movemos a través de ellos.

Platón empieza hablando sobre unos hombres que permanecen encadenados a las

profundidades de una caverna desde su nacimiento, sin haber podido salir de ella

nunca y, de hecho, sin la capacidad de poder mirar hacia atrás para entender cuál es

el origen de esas cadenas.

Así pues, permanecen siempre mirando a una de las paredes de la caverna, con las

cadenas aferrándolos desde atrás. Detrás de ellos, a una cierta distancia y colocada

algo por encima de sus cabezas, hay una hoguera que ilumina un poco la zona, y

entre ella y los encadenados hay un muro, que Platón equipara a las artimañas que

realizan los tramposos y los embaucadores para que no se noten sus trucos.

Entre el muro y la hoguera hay otros hombres que llevan con ellos objetos que

sobresalen por encima del muro, de manera que su sombra es proyectada sobre la

pared que están contemplando los hombres encadenados. De este modo, ven la

silueta de árboles, animales, montañas a lo lejos, personas que vienen y van, etc.

Luces y sombras: la idea de vivir en una realidad ficcionada

Platón sostiene que, por estrambótica que pueda resultar la escena, esos hombres

encadenados que describe se parecen a nosotros, los seres humanos, ya que ni

ellos ni nosotros vemos más que esas sombras falaces, que simulan una realidad

engañosa y superficial. Esta ficción proyectada por la luz de la hoguera los distrae de

la realidad: la caverna en la que permanecen encadenados.

Sin embargo, si uno de los hombres se liberase de las cadenas y pudiese mirar

hacia atrás, la realidad le confundiría y le molestaría: la luz del fuego haría que

5
Vida y muerte de Sócrates

apartase la mirada, y las figuras borrosas que pudiese ver le parecerían menos reales

que las sombras que ha visto toda la vida. Del mismo modo, si alguien obligase a esta

persona a caminar en dirección a la hoguera y más allá de ella hasta salir de la

caverna, la luz del sol aún le molestaría más, y querría volver a la zona oscura.

Para poder captar la realidad en todos sus detalles tendría que acostumbrarse a ello,

dedicar tiempo y esfuerzo a ver las cosas tal y como son sin ceder a la confusión y la

molestia. Sin embargo, si en algún momento regresase a la caverna y se reuniese de

nuevo con los hombres encadenados, permanecería ciego por la falta de luz solar. Del

mismo modo, todo lo que pudiese decir sobre el mundo real sería recibido con burlas y

menosprecio.

El mito de la caverna en la actualidad

Como hemos visto, el mito de la caverna reúne una serie de ideas muy comunes para

la filosofía idealista: la existencia de una verdad que existe independientemente de las

opiniones de los seres humanos, la presencia de los engaños constantes que nos

hacen permanecer lejos de esa verdad, y el cambio cualitativo que supone acceder a

esa verdad: una vez se la conoce, no hay marcha atrás.

Estos ingredientes se pueden aplicar también al día a día, concretamente a la

manera en la que los medios de comunicación y las opiniones hegemónicas moldean

nuestros puntos de vista y nuestra manera de pensar sin que nos demos cuenta de

ello. Veamos de qué manera las fases del mito de la caverna de Platón pueden

corresponderse con nuestras vidas actuales:

1. Los engaños y la mentira

Los engaños, que pueden surgir de una voluntad de mantener a los demás con

poca información o de la falta de progreso científico y filosófico, encarnaría el

fenómeno de las sombras que desfilan por la pared de la caverna. En la perspectiva

de Platón, este engaño no es exactamente el fruto de la intención de alguien, sino la

6
Vida y muerte de Sócrates

consecuencia de que la realidad material sea tan solo un reflejo de la verdadera

realidad: la del mundo de las ideas.

Uno de los aspectos que explican por qué la mentira impacta tanto en la vida del ser

humano es que, para este filósofo griego, está compuesta por aquello que parece

evidente desde un punto de vista superficial. Si no tenemos motivos para cuestionar

algo, no lo hacemos, y su falsedad prevalece.

2. La liberación

El acto de liberarse de las cadenas serían los actos de rebeldía que solemos

llamar revoluciones, o cambios de paradigma. Por supuesto, no es fácil rebelarse, ya

que el resto de la dinámica social va en sentido contrario.

En este caso no se trataría de una revolución social, sino de una individual y personal.

Por otro lado, la liberación supone ver cómo muchas de las creencias más

interiorizadas se tambaleen, lo cual produce incertidumbre y ansiedad. Para hacer que

este estado desaparezca, es necesario seguir avanzando en el sentido de ir

descubriendo nuevos conocimientos. No es posible quedarse sin hacer nada, según

Platón.

3. La ascensión

La ascensión a la verdad sería un proceso costoso e incómodo que implica

desprenderse de creencias muy arraigadas en nosotros. Por ello, es un gran cambio

psicológico que se plasma en la renuncia a las viejas certezas y la apertura a las

verdades, que para Platón son el fundamento de lo que realmente existe (tanto en

nosotros como a nuestro alrededor).

Platón tenía en cuenta que el pasado de las personas condiciona el modo en el que

experimentan el presente, y por eso asumía que un cambio radical en la manera de

entender las cosas tenía que acarrear necesariamente malestar e incomodidad. De

hecho, esa es una de las ideas que quedan claras en su forma de ilustrar ese

7
Vida y muerte de Sócrates

momento mediante la imagen de alguien que trata de salir de una cueva en vez de

permanecer sentado y que, al llegar al exterior, recibe la luz cegadora de la realidad.

4. El retorno

El retorno sería la última fase del mito, que consistiría en la difusión de las
nuevas ideas, que por chocantes pueden generar confusión, menosprecio u odio por
poner en cuestión dogmas básicos que vertebran la sociedad.

Sin embargo, como para Platón la idea de la verdad estaba asociada al concepto de lo

bueno y el bien, la persona que haya tenido acceso a la realidad auténtica tiene la

obligación moral de hacer que el resto de personas se desprendan de la ignorancia, y

por lo tanto ha de difundir su conocimiento.

Del mismo modo que su maestro, Sócrates, Platón creía que las convenciones

sociales sobre lo que es un comportamiento apropiado están supeditadas a la virtud

que otorga llegar al verdadero conocimiento. Por eso, aunque las ideas de quien

regresa a la caverna resulten chocantes y generen ataques por parte de los demás, el

mandato de compartir la verdad obliga a confrontar estas viejas mentiras.

Esta última idea hace que el mito de la caverna de Platón no sea exactamente una

historia de liberación individual. Es una concepción del acceso al conocimiento que

parte de una perspectiva individualista, eso sí: es el individuo el que, por sus

propios medios, accede a lo verdadero mediante una lucha personal contra las

ilusiones y los engaños, algo frecuente en los enfoques idealistas al fundamentarse en

premisas del solipsismo. Sin embargo, una vez el individuo ha alcanzado esa fase,

debe llevar el conocimiento al resto.

Eso sí, la idea de compartir la verdad con los demás no era exactamente un acto de

democratización, tal y como la podríamos entender hoy día; era, simplemente, un

mandato moral que emanaba de la teoría de las ideas de Platón, y que no tenía por

qué traducirse en una mejora de las condiciones materiales de vida de la sociedad.

8
Vida y muerte de Sócrates

También podría gustarte