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Introducción
El uso de las TIC en el día de hoy ha contribuido a emplear métodos híbridos
que suponen sacar lo mejor de los métodos tanto inductivos como deductivos. El flipped
classroom o aula invertida es un método de enseñanza semipresencial que se sirve de las
TIC para distribuir una variedad de tareas escolares fuera del aula. Es decir, el aula
invertida supone la inversión de lo que se suele hacer en el aula tradicional y que, como
consecuencia, trae consigo el protagonismo del alumnado en su propio aprendizaje.
Prieto (2014) establece claramente que los métodos deductivos son idóneos para la
transmisión de una gran cantidad de información, así como para el cubrimiento de una
amplia gama de temas rápidamente. El método deductivo no motiva de manera efectiva
a la mayoría de los estudiantes porque tienen que aprender sin saber que lo que se les
está enseñando les será útil. Los estudiantes están acostumbrados a desempeñar un
papel pasivo y a aprender de acuerdo con las instrucciones del docente, que es quien
decide qué y cómo aprender.
Por el contrario, desde el momento en el que el alumno aprende al encontrarse con una
situación específica en un contexto específico, generalmente cuando se enfrenta a un
problema por resolver, el método inductivo pasa por defecto a un nivel superior de
interacción y, por tanto, de motivación.
Flipped Classroom
De acuerdo con Olaizola (2014), el aula invertida es un modelo de aprendizaje basado
en la inversión de la estructura tradicional de enseñanza presencial mediante el uso de
las tecnologías de la información y la comunicación. En las clases expositivas
tradicionales, los profesores desarrollan los contenidos teóricos/prácticos en el aula. A
continuación, los alumnos realizan prácticas o deberes en casa utilizando los contenidos
desarrollados en clase. No obstante, en el modelo de aula invertida, el docente crea o
selecciona materiales digitales (videos, presentaciones audiovisuales, infografías, líneas
de tiempo, páginas web, etc.) antes de la lección que revelan el contenido específico de
la clase y desarrollan diferentes tipos de actividades para confirmar la comprensión del
tema. Seguidamente, los maestros distribuyen el material en línea a sus alumnos. De
este modo, en el aula el docente puede dejar de centrarse en la presentación teórica y, en
cambio, aclarar los conceptos más difíciles, ayudar individualmente a los alumnos con
dificultades y animar a los alumnos a comprometerse a aprender por sí mismos.
El término flipped classroom fue acuñado por Bergman y Sam (2012), dos maestros que
comenzaron a grabar y distribuir vídeos de sus lecciones para ayudar a los estudiantes
que faltaban a clase por cualquier motivo. Al implementar esta idea, se dieron cuenta de
que además de facilitar el aprendizaje de estos alumnos, tenían más tiempo para
responder a las necesidades educativas de cada alumno, por lo que llegaron a la
propuesta que conocimos anteriormente (García-Barrera, 2013).
Taxonomía de Bloom
La manera más sencilla de entender el aula invertida es basándose en la Taxonomía de
Bloom. A mediados del siglo XX, el psicólogo y educador estadounidense Benjamin
Bloom desarrolló una taxonomía destinada a clasificar los objetivos de la educación.
Esto significa crear una escala a partir de la cual se pueda crear una jerarquía de lo que
los estudiantes deben aprender. La escala está estructurada desde la forma de
aprendizaje más simple hasta la más compleja. Posteriormente, se han propuesto nuevas
versiones para adaptarse a la era digital y, particularmente, he elegido la de Wilson del
año 2001.
CREAR
EVALUAR
ANALIZAR
APLICAR
COMPRENDER
RECORDAR
A modo de ilustración, para que un alumno sea capaz de aplicar algo (3er nivel),
previamente lo ha tenido que comprender (2º nivel) y, para empezar, recordar (1er
nivel).
Primeramente, se puede comenzar la clase con unos cuantos minutos de debate sobre el
vídeo que los estudiantes debieron visualizar la noche anterior en sus casas. Luego el
docente continúa escuchando sus pensamientos, dudas, opiniones, etc. del alumnado
para observar, detectar y ayudarlos a tomar conciencia de posibles errores conceptuales
y, así, eliminarlos. En este punto, mediante la repetición de preguntas o la realización de
preguntas, el profesor puede descubrir aspectos que pueden no estar suficientemente
expresados en la explicación y corregirlos en tiempos futuros. A continuación, se
explica a los alumnos las actividades del día, ya sean ejercicios de laboratorio,
actividades de resolución de problemas, tareas de indagación o investigación, pruebas,
etc. Por lo tanto, con el aula invertida, los docentes pueden pasar casi todo su tiempo en
el aula interactuando y ayudando a los alumnos en el proceso de aprendizaje, reforzando
conocimientos, resolviendo dudas, aclarando conceptos, guiando a los alumnos en la
resolución de problemas, etc.
Gracias a los beneficios y la eficacia que el fenómeno del método del aula invertida
posee, este se ha expandido y desarrollado con éxito y tiene una buena aceptación en los
Estados Unidos, mientras que en España aún es desconocido para muchos profesionales
de la educación.
Figura 2. Publicado por Manuel Peña (2016) bajo el título El aula invertida en el blog de la
Unidad Focus.
Figura 3. Publicado por Manuel Peña (2016) bajo el título El aula invertida en el blog de la
Unidad Focus.
Para que el docente lleve a cabo efectivamente el método del aula invertida, este
necesita la integración del conocimiento tecnológico, pedagógico y disciplinar
(TPACK), esto es:
Según Santiago (2018), un buen docente debe ser experto en contenido, planificador, un
buen conferenciante, cercano y confiable, entrenador cognitivo, experto en diferenciar
las necesidades del alumnado, experto en formular preguntas, experto en aprendizaje
activo, experto en tecnología, y creativo.
Ventajas e inconvenientes
Ventajas
El flipped classroom consta de numerosos beneficios para el aprendizaje efectivo del
alumnado. Para empezar, el alumnado consta de una beneficiosa flexibilidad horaria,
pues estos deciden cuándo se encuentran en la mejor condición tanto física como
intelectual para acceder a los contenidos. Gracias al uso de las TIC, el alumno puede
pausar a su profesor e incluso rebobinar lo que dice, así como escuchar la lección
cuantas veces necesite si no se acuerda o no ha captado muy bien el mensaje,
contribuyendo a un mejor aprendizaje (García-Barrera, 2013).
Además, este dinamismo fomenta el interés de los estudiantes por aprender a través de
nuevas tecnologías que parecen captar su atención, como plataformas o dispositivos que
les permiten visualizar contenidos en línea proporcionados por los docentes (portátil,
móvil, Tablet...) o los propios estudiantes buscan recursos de forma autónoma (García-
Barrera, 2013). De igual modo, se destaca positivamente el dinamismo y la diversión
que se produce en el aula, así como la ausencia del uso del libro y los deberes
sistemáticos que se mandan para casa.
Este método ayuda a sacar el mayor provecho posible a la clase presencial, pues se
dedica menos tiempo en responder preguntas básicas y más tiempo en participar en
actividades y discusiones que logren las metas de aprendizaje a un nivel superior.
De esta manera, los alumnos acuden a clase después de haber hecho la tarea previa,
listos para trabajar y convertirse en responsables de su propio aprendizaje.
Inconvenientes
Por otro lado, este método también cuenta con una serie de obstáculos. Por ejemplo, el
esfuerzo del docente es considerablemente mayor, pues es el responsable de revisar el
programa y crear los materiales (Jordán-Lluch, Pérez-Peñalver y Sanabria-Codesal,
2014, citado por Aguilera-Ruiz et al., 2017), considerando la apropiada selección de los
materiales para responder a las necesidades del grupo.
Conclusión
El flipped classroom es un método híbrido que apuesta por la semipresencialidad
con el fin de aprovechar al máximo las horas de clase presencial. Tras colgar el
contenido teórico de un tema en la red, el alumno se siente más motivado a acceder a
esta información, que es más interactiva y, por tanto, responde a las necesidades e
intereses de la sociedad actual de las TIC. En clase presencial, se contribuye a trabajar
las actividades más complejas según la Taxonomía de Bloom, mientras que las básicas
se trabajan de forma autónoma en clase. De este modo, el alumno se convierte en el
protagonista de su propio aprendizaje y el docente desempeña el papel de guía y
facilitador del conocimiento. Debido a las numerosas ventajas de este modelo
pedagógico, se espera que este se aumente su popularidad en la educación española.
Bibliografía
Aguilera-Ruiz, C.; Manzano-León, A.; Martínez-Moreno, I.; Lozano-Segura, M. C.;
Casiano-Yanicelli, C. (2017). El modelo flipped classroom. International
Journal of Developmental and Educational Psychology, 4(1), 2017, 261-266.
Barrows, H., & Neo, W. K. (2010). Principles and practice of a PBL. Southern Illinois
University School of Medicine.
Bergmann, J. & Sams, A. (2012). Flip Your Classroom: Talk To Every Student In Every
Class Every Day. Washington, DC: ISTE.
Carrasco, J. (1997). Técnicas y recursos para el desarrollo de las clases. Madrid: Rialp.
Olaizola, A. La clase invertida: usar las TIC para “dar vuelta” a la clase. Facultad