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Integridad en

Compras y
Contrataciones
(Decreto 202/2017)
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Conflicto de
intereses:
características y
tipos
Curso: Integridad en Compras y Contrataciones
(Decreto 202/2017)

UNIDAD X 2
INTEGRIDAD EN COMPRAS Y CONTRATACIONES (DECRETO 202/2017)

Conflicto de intereses: Características y tipos.

Además del marco legal que rige las contrataciones públicas, al momento de tramitar la adquisición de bienes
o la contratación de servicios es necesario considerar que -desde 2017- es obligatoria la aplicación de un
procedimiento especial a fin de detectar y gestionar posibles conflictos de intereses reales, potenciales o
aparentes, por la vinculación existente entre una de las partes interesadas (del sector privado) y las máximas
autoridades del Poder Ejecutivo (o las autoridades de rango inferior a Ministro con competencia o capacidad
para decidir sobre la contratación o acto).

Este procedimiento especial está regulado por el Decreto 202/2017 y por la Resolución 11-E/2017. La
autoridad encargada de entender respecto de su aplicación e interpretación es la Oficina Anticorrupción.

Antes de explicar en qué consiste este procedimiento especial, corresponde dejar en claro qué son los
denominados “conflictos de intereses” y cómo se clasifican, aclarando que en este curso no se pretende
agotar todo lo relativo a este tema puntual, que merece ser materia de un curso aparte.

Existe conflicto de intereses cuando se produce una confrontación entre el deber público y los intereses
privados del funcionario. Es decir, cuando éste tiene intereses personales (que pueden ser de tipo laboral,
económico, financiero, etcétera) que podrían influir indebidamente sobre el desempeño de sus deberes y
responsabilidades como funcionario público.

Para evitar que los intereses personales que puedan tener las personas que ejercen funciones públicas
afecten la realización del bien común -al que debe estar destinada la actividad del Estado-, la Ley 25188 de
Ética en el Ejercicio de la Función Pública estableció un conjunto de reglas a seguir cuando situaciones de
este tipo se dan en la práctica.

Estas situaciones no implican la comisión de un delito, aunque es posible que una infracción a dichas reglas
pueda constituir la antesala de la violación de una norma penal. Por ejemplo si el funcionario, además de
encontrarse objetivamente en una de las situaciones previstas en la Ley 25188, se interesa en un contrato u
operación en miras a obtener un beneficio propio o de un tercero (negociación incompatible).

Una situación de conflicto de intereses se configura en forma objetiva, no importa cuáles sean las intenciones
del funcionario y el beneficio concreto que éste hubiere obtenido o podido obtener. Y esto es así porque la
finalidad de estas reglas es prevenir que un funcionario pueda ver afectada su independencia de criterio y su
imparcialidad, aunque de hecho tal afectación no ocurra.

Para entender mejor cuáles son las situaciones de conflicto de intereses que podemos encontrar en la práctica
las podemos agrupar en tres clases:

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INTEGRIDAD EN COMPRAS Y CONTRATACIONES (DECRETO 202/2017)

Conflicto de intereses actual o real: cuando existe una contraposición directa y actual entre los
deberes y responsabilidades de un funcionario público y sus intereses privados. Esto se da, por
ejemplo, cuando el funcionario está realizando en el ámbito privado una actividad sobre la que tiene
atribuciones en ejercicio de su cargo público.

Para aclarar el concepto, pondremos un caso hipotético. La Dra. Pérez es socia gerente de un
laboratorio. Las autoridades del Ministerio de Salud y Desarrollo Social evalúan convocar a
Pérez al frente de una Secretaría con atribuciones sobre el campo disciplinar del cual es una
indiscutida referente y que regula dicha actividad. Si Pérez aceptara el cargo de la
Subsecretaría, sin renunciar a mantenerse al frente de su laboratorio, estaría incurriendo en
un conflicto de intereses actual o real. Necesariamente, para no incumplir con lo establecido
por la Ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública, al aceptar el cargo Pérez deberá
renunciar a su cargo en el laboratorio.

Conflicto de intereses potencial: existe cuando el funcionario tiene intereses particulares que
podrían eventualmente causar un conflicto de intereses en el futuro. Un ejemplo de este tipo de
conflicto podría ser el caso de una persona que, antes de ser designada en un cargo público, ha
desempeñado una actividad privada en relación con la cual le podría tocar decidir en su carácter de
funcionario. Este supuesto también comprende los casos de personas que sean accionistas o socias
de alguna empresa.

Retomando el ejemplo hipotético de la Dra. Pérez, una vez que haya sido designada en su
cargo en el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, además de renunciar a su puesto de
gerente en el laboratorio -evitando, de este modo, el conflicto de intereses real o actual-,
deberá tener en cuenta que en caso de que le toque intervenir en cuestiones particularmente
relacionadas con su laboratorio deberá abstenerse de hacerlo hasta transcurridos tres años
de su cese como gerente y, si fuera socia, mientras mantenga tal carácter.

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INTEGRIDAD EN COMPRAS Y CONTRATACIONES (DECRETO 202/2017)

Conflicto de intereses aparente: son aquellos casos en que, si bien no se da ninguna de las dos
situaciones anteriores (es decir, de conflicto de intereses actual o potencial), existe la percepción
general (en la opinión pública, por ejemplo) de que la imparcialidad de las decisiones que adopte un
funcionario podría encontrarse afectada.

Imaginemos un caso hipotético como el que sigue: la empresa “Equis S.A.”, en la que un primo
del Ministro de Transporte es socio (sus acciones en la sociedad representan el 70 % del total),
se presenta como oferente en la licitación pública n° 5/2018 tramitada por el Ministerio de
Hacienda. De acuerdo con la definición que la Ley 25.188 da, en este caso no se configura
ninguna hipótesis de conflicto de intereses: el Ministro de Hacienda no es socio ni presta
servicios en la empresa “Equis S.A.”; y tampoco está proveyendo al organismo en el que
cumple funciones. Y aun cuando al Ministro de Transporte posiblemente le cupiera el deber
de abstenerse de intervenir en un procedimiento de contratación en el que eventualmente
participe “Equis S.A.”, carece de atribuciones para decidir si la licitación pública 5/2018 se
adjudicará a esta firma (ya que esta contratación tramita ante otro Ministerio).

Sin embargo, es probable que exista en la ciudadanía el comprensible temor de que las decisiones que adopte
un ministro en la licitación en la que el oferente es familiar de otro ministro, no sean imparciales. Estamos
ante una hipótesis de conflicto de intereses aparente, situaciones que hasta 2017 no habían sido reguladas
en nuestro país.

Por lo general, el momento de designación de una persona para el ejercicio de un cargo público y la
consecuente presentación de su declaración jurada patrimonial (que es obligatoria de acuerdo con lo que
establece la Ley 25188), es la instancia en la que se pueden detectar los conflictos de intereses actuales o
potenciales. En estos casos, la Oficina Anticorrupción (autoridad facultada para intervenir en la materia) puede
indicar que el funcionario designado deje de realizar la actividad particular o privada que esté haciendo (lo
que sería un conflicto de intereses actual) y que se abstenga de intervenir en determinadas situaciones que
podrían darse en el futuro (aquellos supuestos en que puedan entrar en juego intereses particulares, es decir,
respecto de conflictos de intereses potenciales en que puede encontrarse la persona).

Si el funcionario designado realizara alguna intervención encontrándose inmerso en una situación de conflicto
de intereses de las mencionadas en el párrafo anterior, además de la sanción disciplinaria que se le pudiera
aplicar, la consecuencia será que los actos que realice serán considerados nulos.

En el caso de los conflictos de intereses aparentes -que, como se dijo antes, no fueron previstos por la Ley
25.188- las consecuencias anteriores (la nulidad del acto y la sanción al funcionario) no son aplicables, sino
que debe procederse de acuerdo con lo que indica el Decreto 202/2017 y lo que sugiera la Oficina
Anticorrupción (cuando se trate de un procedimiento no previsto en dicho decreto).

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INTEGRIDAD EN COMPRAS Y CONTRATACIONES (DECRETO 202/2017)

El Decreto 202/2017 fue emitido considerando que, conforme ha reconocido la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “Para un funcionario público, tener un ‘aparente conflicto
de interés’ puede ser tan serio como tener un conflicto real, por la potencial duda que puede surgir sobre la

integridad del funcionario, y la integridad de la organización”.

El Decreto 202/2017 no deroga ni modifica el régimen de conflictos de intereses previsto en la Ley 25188, con
el que coexiste (como surge de su artículo 5º).

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