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PROTOCOLOS DE TRABAJO VITAL BLUE
TRATAMIENTO:
1) Higiene con Emulsión Clean Berry, limpiar párpados, labios y el resto de cara,
cuello y escote.
2) Retirar con agua (es el único producto que se retira).
3) Brumizar con Loción de Acido Mandélico al 8% Peeling Berry, sobre el área a
tratar. No es necesario retirar.
4) Realizar una exfoliación mecánica, con manopla, cepillo o bien con gel
exfoliante de grano fino Sand Berry.
5) Brumizar con Loción Tonic Berry para retornar a la eudermia. Ya que la
combinación de arándanos y manzanilla la convierte en una loción
descongestiva, antioxidante y reparadora.
6) Aplicar Suero Lifting Berry en contorno de ojos y labios, para mejorar las
líneas de expresión y descongestionar párpados. Mejora también la tonalidad
de la piel
7) Pincelar con Flash Antiage, la cara, cuello y escote. Dejar actuar unos
3 -5 minutos.
8) Colocar Crema Revital Berry (ideal para pieles con envejecimiento
cronológico o inducido). Realizar un masaje facial activador.
9) Embeber una o más gasas con Loción Tonic Berry.
10) Colocar sobre cara, cuello y escote y dejar actuar aproximadamente 15
minutos.
11) Retirar el excedente de crema, si hubiera.
12) Colocar Fotoprotector con FPS 30 CareSun.
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PROTOCOLOS DE TRABAJO VITAL BLUE
TRATAMIENTO:
1) Higiene con Emulsión Clean Berry, limpiar párpados, labios y el resto de cara,
cuello y escote.
2) Retirar con agua (es el único producto que se retira).
3) Brumizar con Loción de Acido Mandélico al 8% Peeling Berry, sobre el área a
tratar. No es necesario retirar.
4) Realizar una exfoliación mecánica, con manopla, cepillo o bien con gel
exfoliante de grano fino Sand Berry.
5) Brumizar con Loción Tonic Berry para retornar a la eudermia. Ya que la
combinación de arándanos y manzanilla la convierte en una loción
descongestiva, antioxidante y reparadora.
6) Pincelar con Flash Antiage la cara, cuello y escote. Incluso párpados, contorno
de ojos y labios. Dejar actuar 3 - 5 minutos.
7) Colocar Crema Antiox Berry, para utilizar como máscara reestructurante y
reafirmante. Realizar un masaje facial activador, hasta lograr una absorción
total.
8) Observar el estado de la piel, con respecto a su hidratación y congestión y optar
por alguna de las siguientes alternativas:
Todos los productos pueden utilizarse sobre párpados. Los productos de la línea
son sinérgicos, solo es necesario retirar la emulsión de limpieza.
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PROTOCOLOS DE TRABAJO VITAL BLUE
TRATAMIENTO:
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UNIDAD 6
Piel sensible
Piel sensible es la denominación de la piel que reacciona irritándose o
congestionándose ante la más pequeña agresión, es decir es una piel
predispuesta a reaccionar ante estímulos externos e internos.
Características:
La piel, al ser el órgano más grande del cuerpo, está en contacto con un
importante número de sustancias que pueden afectarlo y, además, es el
único órgano que está expuesto al medio ambiente por lo que se vuelve
altamente vulnerable a un número importante de sustancias.
La sensibilidad puede estar presente en cualquier tipo de piel sea ésta
grasa, seca o mixta, por lo que puede presentarse desde la niñez hasta
la edad madura y aparecer de pronto o bien incrementarse con el paso
del tiempo.
La piel sensible se caracteriza por ser:
Muy fina y delicada ya que el estrato córneo es extremadamente
delgado.
Apariencia cutánea frágil.
Aparenta ser piel seca o con tendencia a seca (es propensa a
presentar deficiencia de grasa y humedad).
Frecuentemente presenta dificultades.
Textura no uniforme: escamas, ligero engrosamiento, erupciones.
Con tendencia a manchas, eritema, prurito, calor y tirantez.
No tiene propensión a los comedones y pústulas.
Envejecimiento más rápido, aparición prematura de arrugas.
Estas características estructurales dan como resultado un aumento de
permeabilidad y una menor protección contra los factores irritantes y
contaminantes, así como una generalizada pérdida de humedad.
Su imagen, por tanto, es similar al tipo de piel seca; sin embargo, no
son los cosméticos para la piel seca los que se deben de usar en estas
pieles, ya que no son lo suficientemente calmantes y pueden ser
demasiado grasos.
Factores desencadenantes:
Causas genéticas
El clima.
La polución producida por la industria y los vehículos.
Exposición prolongada al sol.
Los cambios bruscos de temperatura y humedad.
Exposición a detergentes, compuestos químicos.
Las prendas (lana, sintéticos),
La alimentación (alcohol, picantes),
Determinados cosméticos (fragancias, colorantes)
Los medicamentos tópicos pueden desencadenar reacciones
alérgicas y de irritación por contacto con la piel.
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Algunas enfermedades pueden ocasionar también alteraciones cutáneas
como, por ejemplo, el incremento de la sequedad cutánea que se
observa en la diabetes relacionada con la edad, o el prurito generalizado
que puede acompañar a enfermedades renales.
No menos importantes son los factores psicológicos como el estrés, los
cambios hormonales (en la pubertad, el embarazo y la menopausia), la
fatiga y la falta de sueño.
Cabe agregar que la piel se puede sensibilizar de forma intermitente y
regresar a su estado normal cuando la exposición a los irritantes ha
cesado. Con el tiempo se puede sensibilizar si las secreciones naturales
disminuyen y si la capa subcutánea de grasa se adelgaza.
Dificultades frecuentes:
Cuperosis: Afección estética de la cara que consiste en la aparición de
pequeños vasos sanguíneos o capilares dilatados, que producen
manchas rojizas en las mejillas. Los capilares de la cara se hacen
visibles debido a una dilatación permanente que aumenta su fragilidad.
Causas habituales: Roces, cambios bruscos de temperatura, trastornos
de tipo digestivo (exceso de picantes y de alcohol), agentes químicos
irritantes (detergentes agresivos, etc.) y enfermedades del sistema
circulatorio como hipertensión arterial y diabetes.
Rosácea: Afección crónica de la piel que consiste en una dilatación de
capilares y vénulas en su superficie. Habitualmente aparece en la cara
(nariz, frente y mejillas). Debido a una fragilidad capilar se produce una
alteración circulatoria que con el tiempo causa inflamación en los
tejidos de la dermis.
Formulaciones:
Un buen cosmético para pieles sensibles debe cumplir dos objetivos
principales: evitar la irritación y tratar la reactividad cutánea. Con el fin
de evitar la irritación cutánea, se pueden adoptar las siguientes
medidas:
Condicionantes en la formulación:
Evitar los ingredientes irritantes. Como el alcohol en elevadas
proporciones y los tensioactivos irritantes Estas sustancias
deslipidizan y deshidratan el estrato córneo desorganizando su
estructura. Por tanto, favorecen la sequedad, aspereza y
descamación.
Evitar las sustancias comedogénicas (formación de comedones).
Evitar las sustancias fotosensibilizantes.
Incluir ingredientes presentes en el estrato córneo. Ya sean de
tipo hidratante o de tipo lipídico, con el fin de reparar sus
posibles deficiencias.
Incluir ingredientes con función barrera. Ya que aumentan la
función aislante del estrato córneo: las siliconas y los polímeros
fluorados constituyen buenos ejemplos.
Seleccionar ingredientes de gran pureza. Éstos deben presentar la
mayor calidad posible, puesto que muchas reacciones adversas
están causadas por las impurezas de las materias primas.
Utilizar formulaciones con pocos ingredientes. Ya que, cuanto
más sencilla sea la formulación, existe menor riesgo de irritación
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y de que algunos ingredientes reaccionen entre sí para formar un
nuevo alérgeno.
Evitar colorantes y perfumes.
Extremar las condiciones de higiene.
Cosméticos para tratar la piel sensible:
Como se ha comentado anteriormente los cosméticos para pieles
sensibles deben tratar la reactividad cutánea. A continuación se revisan
las sustancias (naturales) activas destinadas a cumplir este objetivo.
Sustancias calmantes: Con propiedades descongestionantes (o
antiinflamatorias) y suavizantes. En la naturaleza contamos con:
Regaliz, manzanilla, caléndula, arándanos, malva, etc.
Sustancias vasoprotectoras: Tienen propiedades antiedematosas y
vasoconstrictoras por lo cual disminuyen la permeabilidad capilar. En
la naturaleza contamos con: Rusco, castaño de Indias, hedera helix,
arándanos, vid, hamamelis, etc.
Sustancias antioxidantes y antirradicales libres: Impiden la
iniciación y propagación de las reacciones oxidativas que dan lugar a
radicales libres responsables de distintos daños celulares. En la
naturaleza contamos con: Arándanos, caléndula, vid, diversos frutos del
bosque, etc.
Con el tratamiento en gabinete se pretende:
- Calma inmediata de la irritación.
- Reducción de permeabilidad capilar.
- Piel más protegida y resistente frente a las agresiones.
- Disminución de la tirantez: piel más confortable.
- Mejora de la hidratación y de la acción de las barreras cutáneas.
- Desensibilizarla.
Acné
Definición:
El acné, también conocido como acné común o acné vulgar (acne
vulgaris), es una enfermedad crónica inflamatoria de la piel que
involucra las unidades pilosebáceas (folículo piloso y glándulas
sebáceas), caracterizada por la formación de comedones, pápulas,
pústulas, nódulos y cicatrices, que aparecen principalmente en la cara
y parte superior del tronco.
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El acné es una enfermedad extendida por todo el mundo, que afecta
principalmente a individuos entre 12 y 24 años, siendo la enfermedad
más común entre la gente joven. El 85% de los adolescentes se ve
afectado por esta condición, algunos manteniéndola durante su vida
adulta. En los mayores de 20 años, la enfermedad prevalece más en las
mujeres. Un análisis más exhaustivo de la epidemiología general de la
enfermedad, demuestra que la incidencia de la enfermedad predomina
en edades más tempranas (entre el nacimiento y los 11 años), de tal
forma que sólo un 36,5% de los casos comienza en la adolescencia.
Factores desencadenantes:
Pueden ser varios y se desconoce porqué algunas personas padecen
acné y otras no, pero se sabe que es parcialmente hereditario y existen
genes implicados en la predisposición a desarrollarlo.
Los factores principales en la producción de acné son:
Aumento de producción de sebo en la glándula sebácea.
Descamación anormal de los queratinocitos.
Presencia de Propionibacterium acnes.
Otros factores relacionados a la producción del acné son:
Actividad hormonal, como los ciclos menstruales en la pubertad.
Estrés, impulsado por las descargas de las glándulas
suprarrenales.
Algunos medicamentos
La exposición a altos niveles de compuestos de cloro.
Tradicionalmente, la atención se ha centrado en la sobreproducción de
seborrea por influjo hormonal como el principal factor contribuyente.
Recientemente, se ha prestado más atención al estrechamiento del
canal folicular como segundo factor contribuyente.
Sucesos desencadenantes:
La patogenia del acné es un proceso multifactorial que se resume a
continuación.
1. Se produce la obstrucción de la unidad pilosebácea (compuesta
por el folículo piloso y la glándula sebácea) por una mezcla de
sebo con células descamadas, queratinizadas. El exceso de
producción de sebo suele comenzar alrededor de los nueve años
de edad debido a una mayor producción hormonal, y se
acompaña de una mayor tasa de descamación del epitelio
escamoso que recubre el interior del folículo, junto a su
queratinización anormal o disqueratosis folicular. De esta forma
se obstruye la entrada del folículo, primeramente en forma
microscópica ("microcomedón"). A medida que la producción de
sebo continúa, el folículo se va ensanchando hasta hacerse visible
a la vista, conformando la lesión básica del acné: el comedón. La
oxidación de la grasa que conforma el comedón, la oscurece,
adquiriendo el aspecto habitual del "punto negro". Si el
ensanchamiento del orificio folicular es proporcionalmente menor
al ensanchamiento del interior del folículo, el tapón no se hace
visible y la lesión se visualiza en la piel como un "punto blanco".
2. Esta obstrucción contribuye a la superpoblación de la bacteria
Propionibacterium acnes, lo cual genera la inflamación de los
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tejidos involucrados, provocando que el contenido del folículo,
esto es, lípidos, componentes celulares y bacterias difundan a la
dermis circundante.
3. La composición del sebo, que contiene una gran cantidad de
ácidos grasos libres, en conjunto con la queratina, contribuyen al
proceso inflamatorio, apareciendo las pápulas.
4. Una mayor inflamación (más profunda) conduce a la formación de
pústulas, y su extensión lleva a la formación de quistes.
5. Los nódulos se conforman cuando la inflamación ocurre en un
nivel más profundo e involucra varios folículos pilosos. Estas
tienden a dejar cicatrices.
Existe evidencia de que la sucesión de eventos descritos no siempre
ocurre, y se postula que la inflamación es el fenómeno clave. Un estudio
tomando fotografías seriadas a 25 pacientes durante 12 semanas llegó a
la conclusión de que el 28% de las lesiones aparecen sobre una piel
aparentemente sana, sin la formación previa de comedones.
Lesiones básicas:
Comedón: es la eflorescencia primaria del acné. Un comedón surge
cuando el canal del folículo de la glándula sebácea se obstruye debido a
una excesiva queratosis (hiperqueratosis). Láminas corneas se
compactan en un tapón, el resultado es el canal del folículo
completamente bloqueado. Por el depósito de melanina en contacto con
el oxígeno del aire, el tapón se puede oscurecer (oxidación).
Pápula: es un tipo de lesión en piel, menor de 1 cm. de diámetro,
circunscrita, elevada, de bordes bien definidos, de contenido sólido. La
mayor parte de estas lesiones se encuentran elevadas sobre el nivel de
la piel circundante y no en los planos profundos, aunque puede
comprometer tanto dermis como epidermis.
Pústula: se denomina así a una pequeña cavidad superficial de la piel
llena con pus. La pústula pertenece a los así llamados cambios de la
piel primarios (eflorescencias primarias). Su contenido es purulento,
puede ser estéril o contener bacterias.
Clasificación de las lesiones:
No inflamatorias
o Comedones o espinillas.
Abiertos o puntos negros.
Cerrados o puntos blancos.
Inflamatorias
o Superficiales
Pápulas
Pústulas
o Profundas
Nódulos
Quistes
Abscesos
Cicatrices
Pigmentaciones postinflamatorias
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Clasificación del acné:
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Acné quístico: Forma más grave de acné con comedones, pápulas y
pústulas y, especialmente, nódulos inflamatorios, abscesos
dolorosos y quistes con costras ocasionales con sangre.
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descartable. Se le debe comunicar al paciente/cliente las prácticas que
se van a realizar, para contar con su consentimiento.
- Descongestionar toda la zona trabajada, sobre todo donde se hayan
hecho extracciones.
- Utilizar productos ablandadores para favorecer las extracciones.
- Utilizar productos específicos para acné
- Instruir al paciente/cliente sobre un tratamiento domiciliario acorde a
sus necesidades.
- Instruir al paciente/cliente sobre el uso de fotoprotectores.
Rosácea:
Definición:
La rosácea es una afección común y crónica que se caracteriza por un
enrojecimiento en la parte central de la cara con exacerbaciones y
remisiones periódicas. Cuando la rosácea progresa, pueden
desarrollarse otros signos y síntomas tales como eritema semi-
permanente, telangiectasias, pápulas, pústulas, enrojecimiento ocular,
quemazón, ardor y picazón. En algunos casos, se produce un
engrosamiento de la piel, especialmente notorio y característico cuando
afecta a la nariz (rinofima).
Aparte de la cara, también pueden resultar afectadas otras zonas del
cuerpo, como las áreas retroauriculares, el cuello, la barbilla, la espalda
y el cuero cabelludo. Su aparición clínica puede ser similar a la del
acné, pero a diferencia de éste, la rosácea no es una enfermedad en la
que se afecte primariamente el folículo pilosebáceo.
A quienes afecta la rosácea?
La rosácea afecta a ambos sexos, pero es casi tres veces más común en
las mujeres (se presenta mucho durante la menopausia), sin embargo,
las formas más graves aparecen casi siempre en los varones.
Tiene una edad de desarrollo entre los 20 y 60 años. Tiene predominio
en personas de piel blanca.
Causas que provocan la rosácea
Las causas que la provocan todavía no han sido identificadas. Entre
otros factores, uno importante parece ser la alteración en la
microcirculación. En el primer estadio, la rosácea se caracteriza por un
eritema persistente y telangiectasias faciales, aunque
predominantemente en las mejillas. Cuando la enfermedad progresa
aparecen pápulas y pústulas. En su estadio más avanzado puede darse
una hiperplasia (aumento del tamaño por aumento en el tamaño de las
células) difusa del tejido conectivo y de las glándulas sebáceas. Esto
puede causar una hipertrofia (aumento del tamaño por aumento en la
cantidad de células) de la nariz, denominada “rinofima”. La rosácea se
desarrolla en etapas y puede afectar a los ojos provocando
frecuentemente inflamaciones como blefaritis y conjuntivitis.
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pero que no han sido confirmadas. Entre ellas se incluyen factores
como:
Predisposición genética: Entre el 30% y el 40% de los pacientes con
rosácea tienen un familiar con esta enfermedad. Sin embargo, no hay
pruebas de un marcador genético asociado a la rosácea.
Presencia de bacteria Helicobacter pylori: Algunos especialistas
suponen una relación entre la infección de la mucosa gástrica por
helicobacter pylori (Hp) y la rosácea. En un estudio, el 84% de los
pacientes con rosácea presentaban una gastritis de éste tipo.
Presencia de ácaros Demodex folliculorum: La presencia de éste tipo
de ácaro es muy frecuente en los pacientes con rosácea. Probablemente,
las alteraciones precoces en el tejido vascular y en el conectivo crean un
ambiente favorable para la proliferación del ácaro. Es posible que el
Demodex folliculorum sea un importante cofactor, especialmente en la
rosácea pápulopustulosa.
Microflora bacteriana alterada: La temperatura de la piel facial en los
pacientes con rosácea está aumentada como consecuencia del aumento
de flujo sanguíneo que caracteriza a esta enfermedad, lo que se hace
claramente evidente durante los episodios de flushing.
Insuficiencia vascular: los vasos capilares se dilatan con mucha
facilidad, en muchos casos llegan a perforarse y por ende a extravasar
sangre en los tejidos intersticiales.
Seborrea: La producción de sebo suele estar aumentada en los
pacientes con rosácea.
Luz Ultravioleta: La luz ultravioleta juega un papel esencial en el
desarrollo de la rosácea. Afecta al tejido conectivo dérmico y a los vasos
linfáticos y sanguíneos, además podría contribuir a la vasodilatación
pasiva. La piel afectada por el sol es un antecedente constante en la
rosácea. El daño solar es un hallazgo habitual en pacientes con rosácea
que tienen piel blanca.
Temperatura ambiental: Fluctuaciones en la temperatura ambiental
empeoran esta afección. Especialmente las crisis de rubor (flushing) y el
eritema facial se hacen más marcados al entrar el sujeto en ambientes
cerrados y calurosos, explicándose por estar alterado el tono vasomotor
de los vasos sanguíneos faciales.
Alteraciones hormonales: Se ha constatado una agudización de la
rosácea durante el embarazo, la menstruación y especialmente en el
periodo de climaterio. Algunos estudios han evidenciado mejoría de la
enfermedad con la toma de anticonceptivos orales.
Alteración en el sistema linfático: al igual que en la insuficiencia
vascular, los vasos linfáticos no cumplen correctamente la función de
trasladar la linfa.
Medicaciones: Algunos fármacos pueden influir sobre la rosácea por
sus efectos vasodilatadores, que induce a un aumento del
enrojecimiento facial. Los corticoides tópicos aplicados durante un
cierto tiempo en la región facial, pueden inducir un cuadro similar a la
rosácea.
Factores psicológicos: En las fases iniciales de la enfermedad, casi el
99% de los pacientes relacionan el inicio o la exacerbación del proceso
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con situaciones de estrés. Se dice que, generalmente, las personas que
sufren ésta enfermedad han sido tímidas en la niñez. Lo que si es
absolutamente cierto es que situaciones estresantes agudizan su
estado.
Clínica:
La rosácea se caracterizada por tener cuatro estadios clínicos. Esta
secuencia no es obligatoria y son pocos los pacientes que completan el
curso de la enfermedad. En la mayoría de los casos el proceso se
detiene en el segundo estadio.
Primer estadio: Se caracteriza por episodios de flushing en el área
facial y, con frecuencia, en caras laterales del cuello. Suele aparecer
desencadenado por la ingesta de alcohol, bebidas calientes, picantes,
estrés emocional, calor y, en ocasiones, sin motivo aparente.
Segundo estadio: Los episodios de flushing van aumentando en
frecuencia y gradualmente, se establece un eritema facial persistente
con telangiectasias salpicadas preferentemente en áreas malares y en
piel nasal, donde son clínicamente más evidentes por presentar un
diámetro mayor y una coloración violácea. En algunos casos se
presenta también un cierto edema facial. En el cuello y área de escote
las telangiectasias son especialmente finas.
Tercer estadio: Sólo una minoría de los pacientes del segundo estadio,
la mayoría varones, desarrollan lesiones papulosas y, en menor
cantidad, pústulas en la cara, fundamentalmente en la zona centro
facial. En ocasiones puede aparecer alguna lesión nodular e incluso
quìstica. Este estadio clínico polimorfo puede confundirse con un acné,
del que se diferencia claramente por la ausencia total de comedones,
además de la presencia de otras lesiones características, como eritema y
telangiectasias. En algún paciente estas lesiones siguen un curso
especialmente crónico, mostrando un aspecto quístico, amarillento y
descamativo.
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Estos tres estadios suelen cursar con una sintomatología subjetiva en
forma de prurito y sensación de ardor o escozor. Muchos pacientes
suelen presentar además una seborrea facial importante, que añade al
cuadro clínico un aspecto descamativo.
Cuarto estadio: Es el denominado rinofima. Se desarrolla en un
pequeño porcentaje de pacientes, normalmente varones a partir de la
sexta década. El componente telangiectásico aparece sólo en el área
nasal, aunque de forma muy intensa. Estos pacientes presentan con
poca frecuencia pústulas o pápulas, y fundamentalmente desarrollan
una hipertrofia de las glándulas sebáceas y el tejido conectivo nasal.
Clínicamente se traduce en un aumento de tamaño del tejido blando
nasal, especialmente en la punta, con una coloración roja o violácea,
numerosas telangiectasias y poros dilatados múltiples. Esta hipertrofia
de las glándulas sebáceas puede aparecer aunque de forma excepcional
en otras regiones como mentón y pabellón auricular
Variantes:
Rosácea conglobata: Esta forma progresiva y crónica afecta
principalmente a las mujeres y se caracteriza por abscesos nodulares
hemorrágicos sobre una piel eritematosa.
Rosácea fulminans: Se caracteriza por un comienzo repentino, grandes
nódulos inflamatorios fluctuantes y lesiones pápulopustulosas sobre
una cara roja. Afecta predominantemente a la barbilla, las mejillas y la
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frente. La piel en estas zonas puede adquirir una tonalidad azulada y
aparecer inflamada. Normalmente no afecta a los ojos. La seborrea
exagerada es un rasgo constante que a menudo precede a la afección.
La rosácea fulminans afecta sobre todo a las mujeres post-adolescentes,
algunas con antecedente de trauma emocional.
Rosácea Ocular: Esta variante se diagnostica frecuentemente cuando
los signos cutáneos y los síntomas de la rosácea cutánea ya se
manifiestan. La rosácea ocular es independiente de la severidad de la
rosácea facial.
Los siguientes signos y síntomas son importantes para diagnosticar la
rosácea ocular: picor o quemazón, sensación de cuerpo extraño,
sensación de ojo seco, fotosensibilidad, visión distorsionada,
telangiectasias en la conjuntiva y en el margen palpebral, eritema
palpebral o periocular, aspecto acuoso o congestivo. Siempre es
necesario un examen oftalmológico.
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Evitar cosméticos que contengan alcohol, irritantes, aceite,
fragancia o excesivos conservantes. Asegurarse de que cualquier
producto que se utilice en el rostro se anuncie como seguro para
pieles sensibles.
En el caso de los hombres, utilizar afeitadoras eléctricas y no con
cuchillas
Utilizar cosméticos correctivos (mejoran el aspecto), por lo general
contienen colorantes apropiados de color verde.
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Se deben al depósito en la piel de pigmento melánico, hemático o de
otras sustancias de procedencia endógena o exógena. Son muy
persistentes y no desaparecen a la vitropresión. Se pueden producir por
desequilibrio en la melanogénesis (producción de melanina por parte de
los melanocitos). Y pueden ser:
2.1- Hipercrómicas: si hay exceso de color (pardo oscuro, azulado o
negro). Ejemplo: Melasma (del cual hablaremos mas adelante), Efélides:
se trata de las pecas. Estas son pequeños puntos marrones de melanina
en la piel de personas de piel blanca. La predisposición a tener pecas es
genética. Las pecas se encuentran de manera predominante en la cara,
aunque pueden aparecer en cualquier parte de la piel expuesta al sol
como en los hombros, los brazos, la espalda y el pecho. Las pecas son
raras en los bebés y más comunes en los niños entre 5 y 15 años, e
incluso hasta los 20. Son menos frecuentes en adultos. Con la exposición
al sol, las pecas volverán a aparecer si se han alterado con cremas o con
láseres, sin embargo, tienden a desaparecer con el paso del tiempo. Las
pecas no son un desorden en la piel. Las personas con predisposición a
las pecas pueden ser especialmente susceptibles a las quemaduras
solares y al cáncer de piel, y por lo tanto deben tomar medidas
adicionales al resto de personas, para protegerse del sol.
2.2- Hipocrómicas: si hay disminución en la coloración de la piel.
Ejemplo: Nevo despigmentoso: se trata de una mácula despigmentada
progresiva, que permanece estable en tamaño y distribución, en realidad
crece en relación con el crecimiento del cuerpo. Son anormalidades en el
funcionamiento de los melanocitos, los cuales producen poca
pigmentación. Este nevo es fácilmente distinguible del vitiligo.
2.3- Acrónicas: si falta el pigmento. Ejemplo: Vitiligo: se trata de
una enfermedad degenerativa de la piel, en la que los melanocitos
mueren, dejando así de producir melanina en la zona donde ha ocurrido
la muerte celular. En la mayoría de los casos comienza entre los 10 y los
30 años y se manifiesta por la aparición de manchas blancas que
resultan de la ausencia del pigmento en la piel. En principio suelen ser
zonas circulares con bordes definidos y con una extensión variable que
suelen observarse más frecuentemente en las extremidades (manos y
pies), zonas de extensión y flexión (rodillas y codos), la cara o los
genitales. Las zonas despigmentadas con el tiempo pueden crecer y
extenderse a cualquier otra parte del cuerpo. El vitiligo no es contagioso,
ni por el tacto ni por ningún otro tipo de contacto, ya que los procesos que
lo desencadenan son inherentes a la persona. Sus consecuencias son
leves: incrementa la susceptibilidad a las quemaduras solares en las
zonas sin pigmentación y causa principalmente problemas estéticos.
Otras máculas:
Existen otras manchas oscuras en la piel que se producen por
interacción con factores físicos, químicos o mecánicos.
Por agentes químicos: se producen por la exposición al sol y el
contacto con agentes químicos, metales (plata o bismuto), sulfamidas,
colonias, etc.
Por agentes físicos: sol, calor y fricción pueden causar
hiperpigmentación. (Lentigos solares).
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Por agentes biológicos: hongos, bacterias.
Por lesiones: enfermedades como la psoriasis o el lupus pueden dejar
una secuela hiperpigmentada en la zona afecta.
Por factores metabólicos o nutricionales: la carencia de vitamina C o
B, así como de zinc, pueden producir hiperpigmentaciones
Por factores endocrinos: tratamientos con corticoides pueden producir
hiperpigmentaciones.
Diagnostico:
Una de las consultas más frecuentes en Dermatología es la aparición de
“manchas en la cara”, especialmente en las mujeres. Bajo un
diagnóstico general, podemos encontrarnos desde lesiones banales sin
importancia (léntigos solares,) hasta un cáncer de piel agresivo
(melanoma), pasando por pigmentaciones de origen hormonal
(melasma). A menudo el paciente acude en busca de un rápido
tratamiento de estas lesiones, sin conocer la potencial relevancia
médica de sus “manchas”. Será fundamental realizar un correcto
diagnóstico para seleccionar la mejor alternativa terapéutica en cada
caso.
Esta labor corresponde al dermatólogo. Cualquier tipo de mancha en la
cara debe ser valorada por un especialista para realizar un correcto
diagnóstico.
Una vez realizada la consulta por parte del paciente/cliente si éste
acude al gabinete cosmetológico, seguramente se trata de Melasma o
Lentigos Solares, estas dos afecciones pueden ser tratadas desde
nuestra profesión.
Melasma:
El melasma o cloasma se caracteriza por el desarrollo de una
pigmentación moteada o en parches marrones que aparece de forma
lenta y que desaparece con el tiempo. El melasma es más frecuente en
mujeres y afecta sobre todo a la frente, mejillas y labio superior.
También se observa en varones que utilizan lociones para después de
afeitarse con perfumes, jabones u otros cosméticos.
En el caso de las mujeres son las hormonas femeninas las que
estimulan la aparición del melasma, por ello es típico que aparezca a
raíz de un embarazo o de un tratamiento con anticonceptivos orales. El
melasma es muy sensible a la radiación ultravioleta, de tal forma que la
mancha empeora mucho con la exposición solar.
En el caso de un embarazo es muy factible que el melasma desaparezca
a los pocos meses, si bien nuevos embarazos pueden intensificar la
pigmentación.
También puede observarse en personas sanas, sin que exista ningún
factor desencadenante, asumiéndose que es el resultado de discretas
alteraciones hormonales.
Los tratamientos disponibles frente al melasma tienen una efectividad
limitada. Aunque hay pacientes en los que se consigue una mejoría
importante, existen casos de melasma muy complejos de tratar y en los
que es difícil conseguir un aclaramiento total.
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El tratamiento incluye la reducción de los factores desencadenantes, si
se está tomando medicación anticonceptiva debe considerarse su
eliminación, sin embargo los efectos beneficiosos observados por no
tomar la medicación anticonceptiva puede tardar mucho tiempo en
verse.
Desde el punto de vista terapéutico, la medida más importante es la
protección solar estricta, utilizando fotoprotectores durante todo el año
y evitando la exposición solar directa en verano.
Léntigos solares
Los léntigos solares o “manchas solares” son lesiones planas, marrones,
circulares y habitualmente de pequeño tamaño, que aparecen en zonas
expuestas al sol a partir de los 35-40 años. Este tipo de lesiones no
supone ningún riesgo para la salud y habitualmente pueden tratarse de
forma efectiva con productos despigmentantes o bien con láser o luz
pulsada.
Como diferenciar los Lentigos del Melasma?
En general, cuando aparecen múltiples manchas marrones claras en
frente, mejillas y dorso de manos en personas mayores de 50 años, se
tratará de léntigos solares.
Cuando observemos una pigmentación marrón difusa en frente, mejillas
y zona del bigote en una mujer joven, que toma anticonceptivos o si está
embarazada, probablemente se trate de un melasma.
Factores que predisponen y son responsables en la aparición de
Melasmas y Lentigos Solares
- Genética
- Exposición al sol
- Embarazo
- Ingesta de anticonceptivos u hormonas
- Cambios hormonales
- Cosméticos que irritan la piel
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Por diversos factores internos o externos, esta zona tan frágil puede
verse afectada apareciendo entonces dos importantes enemigos de la
belleza: las bolsas palpebrales y las ojeras, afectando la frescura de la
imagen, como signo de envejecimiento, de cansancio y poca vitalidad.”
Bolsas palpebrales:
Las causas de su origen pueden ser dos:
- Edema o retención de líquidos
- Acúmulo adiposo
Bolsas palpebrales por edema o retención de líquido: El edema
consiste en el aumento del líquido intersticial en los tejidos
subcutáneos.
Factores desencadenantes:
Insuficiencias renales
Problemas tiroideos
Alteraciones inmunológicas
Causas genéticas
Cansancio
Alimentación con mucha sal
En períodos de retención hídrica como pre menstruación, embarazo o
menopausia se acentúa.
Bolsas palpebrales por acúmulo adiposo: Con el paso de los años o
bien debido a diversos factores se produce una relajación de la
membrana septo orbitario de contención, dejando expuestas a las
adiposidades oculares.
Se manifiestan como un abultamiento en la parte media interna del
parpado superior y/o en forma de saco en el parpado inferior.
Como diferenciar las bolsas palpebrales
Esto es analizable con el tacto. Las bolsas palpebrales con origen en la
retención de líquido, son fáciles de percibir ya que al hacerles una leve
presión tienen a moverse o bien a desaparecer. En cambio las bolsas
cuyo origen es la acumulación de grasa, son más rígidas, no tienden a
desaparecer ni tampoco a moverse.
Ojeras
Son alteraciones en la coloración de la piel en el área que rodea el ojo,
debido a:
- Producción excesiva de melanina (color marrón)
- Dilatación de los capilares próximos a la superficie de la piel y la
consiguiente extravasación de sangre (color violáceo).
Factores desencadenantes:
Herencia
Problemas vasculares
Conjuntivitis u otras infecciones recurrentes
Alteraciones hormonales
Excesivo cansancio
Dolores intensos
Con el tratamiento en gabinete se pretende:
Descongestionar
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Estimular la síntesis de colágeno y elastina
Aumentar la resistencia de los capilares
Aumentar el tono muscular
Mejorar el drenaje linfático de la zona
Hidratar la piel
Despigmentar
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