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EL RIOJANO EN LOS DOCUMENTOS DEL S.

XIII

PILAR CARRASCO
Universidad de Málaga

El lingŭístico de los documentos riojanos del XIII publicados


por Ildefonso Rodríg-uez pone de manifiesto la coexistencia de diversas
normas escriturarias y lingriísticas: 1) La norma latinomedieval 2 , implantada
como consecuencia de la reforma cluniacense s . Son documentos de do-
nación, compraventa, pleitos, etc., de redacción sencilla y que, en muchas
ocasiones, traslucen la variedad romance vernácula, sintactica y léxica, con
incrustaciones léxicas y gramaticales latinas, como era habitual en los do-
cumentos coetáneos de otras regiones del Norte peninsular. He aquí como
muestra un ejemplo: «Concedo, inquam, uobis et confirmo predictam ui-
llam habeatis quitam et inmunem ab omni pecto, et fonsado, et fonsadera,
et moneta, et homicidio, et manposta, et manposteria, et calumpnia ...»
(1216, 39, Nájera); 2) la norma de la variedad dialectal oriental riojana con
elementos navarros y aragoneses (docs. correspondientes a la Rioja Baja y
Navarra) y con la influencia lingŭística de los váscones, pueblo asentado,
aproximadamente, en lo que hoy son los partidos judiciales de Alfaro, Ca-
lahorra y Arnedo; y 3) la norma norteria, resultado de la impronta que en
la zona ejercieran los pueblos prerromanos cántabro-pirenaicos: autrigones,

' Ildefonso Rodríguez R. de Lama, Colección diplomática medieval de la Rioja, tomo IV, siglo
XIII, Instituto de Estudios riojanos, Logroño, 1989 (CDMR). La referencia a los documentos
la haremos señalando el año, el nŭmero de documento y la ciudad. En esta Colección Diplo-
nŭaica de la Rioja se editan 556 documentos del siglo XIII correspondientes a localidades de
la Rioja geográfica y administrativa actual, cuya extensión es más amplia que la primitiva, es
decir, abarca las localidades situadas a ambas orillas del Ebro; incluso también agrupa los
documentos de lo que hoy se Ilama Rioja alavesa, vinculada a la Rioja y a Castilla hasta
principios del siglo XVI en que se incorporó a Álava. Así mismo, forman parte de esta
colección los documentos procedentes de las tierras navarras de la orilla izquierda del Ebro
por la estrecha relación mantenida en lo eclesiástico entre los obispados de Pamplona y
Calahorra (CDMR, pp. 8-11).
2 Vid. por ejemplo docs. nŭms. 1-13, añOs 1202-1205.
Vid. R. Wright, Latín tardío y romance temprano, Madrid, Gredos, 1989, donde defiende
la tesis de que «el laŭn como lengua distinta de la vernácula no existió en las comunidades
romances antes de las reformas carolingias», p. 76.
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várdulos y caristios, en el extremo Noroeste, al Occidente del río Tirón; los


célticos: berones y pelendones4.

I. NORMA NORTEÑA

Fonética y Fonología

1. La norma norteria se manifiesta en los siguientes rasgos:


1.1. Aspiración en lugar de F-: herrero (1244, 152, Trevirio), junto al
apellido Domingo Ferrero, en el mismo doc.; Hayuela (1272, 319), topónimo,
hoy Ayuelas (Burgos), dehesa (1272, 319). También, la pérdida de la aspi-
ración: apuela (1271, 313, San Juan de la Vega). En esta época y en esta
zona, existiría ya la aspiración, aunque se mantuviera en la lengua escrita
la f-5 . El topónimct Calahorra ofrece cierta variedad de formas: Calahorra
(1271, 314, Calahorra; 1299, 536); Calaorra (1273, 327), Calaforra (1253,
207, Calahorra) 6. Al dorso de un documento de 1262, se escribió en el siglo
XVI: «A veinte de hebrero de mill e quinientos e sesenta e ocho annos»
(1568, 261.2, Monasterio de Carias).
1.2. Aparición indistinta de las grafías z y ç, c, para representar los re-
flejos africados dorsodentales de -Ty-, -Ky-.
En los documentos anteriores a 1240, es posible achacar esta indistin-
ción gráfica a la no generalización escrituraria de la norma alfonsí, a pesar
de la posible existencia de la oposición de sonoridad: vezino y vecino (1224,
69, Tudela); plapien (1224, 69, Tudela); favedor (1237, 119, Calahorra), pero
fiziemos, vezino, etc. en el mismo doc.; iacer (1238, 123, Valvanera); en los
posteriores, sin embargo, dada la indiscriminada utilización de las grafías
indicadas, podría llegarse a pensar que en el romance vernáculo no hubiera
existido tal distinción de sonoridad: iudipio (1241, 138, Cintruénigo); fepo,
faper, ficiemos, fipi (1249, 183 Nájera ?); fipier (1255, 222, Calahorra); crupes
(1255, 224, Santo Domingo de Silos); facer (1256, 228, Vitoria); facer, ficemos
(1258, 240, Nájera ?); feciestes (1261, 253, Nájera ?); fivieren, judicio (h. 1262,
254, Carias); fipieron, ficieron (1264, 272, San Millán); faper (1270, 305, Bur-
gos); fazemos (1272, 319); fipiestes, ficiestes, kafipes (1273, 327, Navarra), pero
kaffizadas (1272, 320, Aibar); plazpo (1297, 526, Calahorra ?); plaper (1298,
530, San Adrián); faver (1298, 528, Valladolid); facer (1300, 538, Calahorra);
plapo, repebimos (1300, 538, Calahorra).

• A. Llorente Maldonado, «Algunas características lingŭ ísticas de la Rioja en el marco de
las hablas del Valle del Ebro y de las comarcas vecinas de Castilla y Vasconia», RFE, XLVIII
(1965), 321-350; M. Alvar, El dialecto riojano, Madrid, Gredos, 1976, 77-79, E. Alarcos Llorach,
«La lengua de las obras de Berceo», en Gonzalo de Berceo. Obra completa, Espasa Calpe, Madrid,
1992, 13-27.
5 Vid. ejemplos de aspiración en Berceo en el ms S, datado en el siglo XIII (Alarcos, art.
cit. 18-19) y en la Documentación Emilianense del XIII (Cl. García Turza - Javier García
Turza, Una nueva visión de la lengua de Berceo a la luz de la documentación emilianense del siglo
XIII, Servicio de Publicaciones, Universidad de La Rioja, 1996, pp. 140-141).
• Vid. las dos etimologías propuestas para el topónimo, en Alvar, op. cit., p. 47.
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1.2.1. En unas cuantas ocasiones, aparece la grafía s tanto para /ŝ/:
paser (1224, 69, Tudela) 'pacer'; conosudo (1287, 444); sersenar (1297, 524,
Logrorio), como para /2/: faser rason, fasemos (s. XIII, 552, Calahorra ?);
Cenisero7 (1271, 313, San Juan de la Vega); y la grafia ss: yasse (1242, 142,
San Millán); fissiese (1270, 307, Burgos). Estos casos de s y ss habría que
comprobarlos en el original, por si estuvieran escritos con la zeta gótica,
grafema muy pareddo a la sig-ma interior, que, en ese supuesto, equivaldría
a la grafía
1.2.2. El sonido sordo aparece también con la grafía del sonoro: salzeda
(1239, 127, Calahorra ?); acaeziesse y acaesviesse (1253, 207, Calahorra); pieza
(1272, 320, Aibar); fuerza (1270, 306, Burgos), cabecaleros y cabezaleros (1264,
272, San Millán); pazer (1238, 123, Valvanera).
1.2.3. Un estudio grafemático más detenido podría revelar el porcen-
taje de grafías empleadas para los correspondientes resultados sordo y so-
noro, pero, de momento, este muestreo pone en evidencia que las grafías
c y ç pueden corresponder al sonido que en el sistema toledano era sonoro
/2/ y, viceversa, la grafia z para lo que en Toledo era el sonido sordo / ŝ/
• La distribución geográfica afecta tanto a la Rioja occidental como a la
oriental, aunque los datos de aquélla son más numerosos.
1.3. Por lo que se refiere a la pareja de dorsopalatales sorda y sonora,
la oposición se mantiene con bastante vitalidad. El sonido prepalatal sonoro
está representado por las grafias moiones, moionados, conceio (1238, 123,
Valvanera), g: muger (1247, 171, Arnedillo), gi: mugier (1242, 142, San Mi-
llán); cojones (1256, 228, Vitoria), y también y9: bermeyos (1240, 132, Logro-
rio), con que se documentan los resultados de Ly, K'L, G'L y de I- conso-
nántica latina: guzgado (1256, 228, Vitoria), con grafía g delante de vocal
velar.
1.3.1. Un caso de confusión de /ŝ/ y /2/ se observa en los términos
taiar y taxar (1238, 123, Valvanera) que aparecen coordinados como sinó-
nimos: «e otorgaronli que deue pazer e iacer e taiar o taxar e labrar el
monasterio en estas tres Casas», donde en taxar tenemos un caso de grafia
x para lo que en un principio era un sonido sonoro /2/.
1.4. No creo necesario detenerme en el análisis de los fonemas api-
coalveolares porque hay numerosísimos casos en que la grafía s en posición
intervocálica es representativa de la apicoalveolar sorda /s/.
1.5. Indistinción de grafías b y u, v.
1.5.1. En posición intervocálica: obieren - oviere, tobiere (1256, 228, Vito-
ria); obiere, tobiere (1255, 221, Sahagŭn); obiere (h. 1262, 254, Cañas).

Si este topónimo está relacionado con ceniza, podría tratarse de una -s- etimológica.
8 Vid. J. Mondéjar, «Disquisiciones historicocríticas y metodológicas sobre la interpreta-
ción de los datos en el estudio del seseo», RLiR 49 (1985), 271-286, p. 282; F. Díaz Montesinos,
«Sobre las sibilantes en el Fuero de Huete», RFE, LXVII (1978), 287-321, p. 290.
9 Para este resultado en la Rioja Baja, znd. M. J. Mancho Duque, «Sobre las graflas re-
presentantes de LY, K'L y G'L en los documentos lingŭísticos de Menéndez Pidal», Actas del
C,ongreso d,e Historia de la Lengua Española, Madrid, Arco/Libros, 1996, 133-145.
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1.5.2. En posición inicial: bestimentas (1255, 224, Santo Domingo de Si-


los), bermeyos (1240, 132, Logroño); buestro, Billareio (1254, 211, San Millán);
salbo (1255, 221, Sahagŭn); biudas, biudos, bibdos, bibdas (1270, 302) y viudas
(1b.), pero uaraia (1237, 119, Calahorra).

Morfologría

1.6. Hay asimilaciones de la preposición y artículo, propias también del


más antiguo castellano: «enna puente» (1242, 142, San Millán); «conas ra-
çones» (1285, 425, Navarra ?).
Otros rasgos morfológicos son comunes con los de la mitad oriental de
la provincia: formas del demostrativo y del pronombre personal átono en
final; formas verbales con diptongación ante yod; desinencia en -o de lá
primera persona def fut. de subjuntivo; confusiones del tema de perfecto
con el de presente; formas verbales del subjuntivo con -g- analógica, etc.

II. NORMA ORIENTAL

Grafías

2.1. Algunas grafías denuncian su parentesco con el dialecto navarro;


por ejemplo, oa corresponde al diptongo [wa]: qoando, qoanto, qoalquier,
qoal, qoando, goardar (1240, 132, xxx, Logrorio).
2.2. Falta la labiovelar en garde (1238, 123, Valvanera).
2.3. La grafía y se emplea con valor vocálico: hauyen fecho (1232, 103,
Calahorra); también, en el margen silábico, tanto en función de semivocal:
esfruyte (1237, 117, Arnedo); frayres (1237, 119, Calahorra); pleyto (1240, 132,
XXX, Logrorio), como de semiconsonante: en este caso, fundamentalmente,
con la doble grafía hy: hyermas, hyeruas (1224, 69, Tudela), hyerbas (1245,
159, Subiza)'°; encomyenda (1237, 117, Arnedo), y, por ŭltimo, con valor
plenamente consonántico: yermo (1245, 156), yerno (1294, 507, Calahorra),
buyes (1272, 320, Aibar), también escrita io (1237, 117, Arnedo), iacer
(1238, 123, Valvanera), etc.". La grafía y con valor vocálico parece tener
más carácter oriental, aunque no necesariamente. También forma parte de

'° Vid. José Antonio Pascual, «La edición crítica de los textos del Siglo de Oro....», en
Manuel García Martín (Ed.), Estado actual de los estudios sobre el Siglo de Oro, Salamanca, 1993,
37-57,.donde apunta la posibilidad de interpretar la grafía h, hi, hy con valor de mediopalatal
y (p. 51).
" A Juan A. Frago le parece un «despropósito mayŭsculo» negar la existencia de la me-
diopalatal /y/ en el castellano medieval sin tener en cuenta lo que al respecto significa
epéntesis consonánticas como las de alualayes, seyendo, veyendo de las Actas Capitulares de Morón
de la Frontera, Sevilla, 1992, p. XCII, n.7. Ante tal rotundidad, hay que decir que los arg-u-
mentos de carácter fonológico no se deben mezclar con los fonéticos; por lo tanto, negar la
existencia de un fonema mediopalatal hasta el siglo XV, como piensa E. Alarcos, no supone
negarle su realización fonética como variante de otro fonema, pienso.
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los grafemas con valor palatal, tan característicos del navarro: seylio (1241,
140, San Millán), donde yli = /1/ .
2.4. A veces, aparece el uso arcaizante de la grafia ch con el valor de
/k/: chemar, parrochianos, parrochia (1240, 132, ,00c, Logrorio), y con valor
de la sonora /y/: sachonis (1216, 39, Soria), en un documento latino pero
con mucha mezcla de elementos romances.

Fonética y fonología
2.5. En el diptongo decreciente ai, la a no se ha palatalizado: fo fayto
(1272, * 320, Aibar).
2.6. La reducción de ue> u: buyes (1272, 320, Aibar); puyo (1272, 329,
Aibar).
2.7. Se documenta el diptongo ai en lugar de o < AU: aitorgo (1273,
327).
2.8. El diptongo [wel < -TORIU: ualeduero (1270, 308, San Millán), so-
lución documentada también en Berceo: «logar cobdiciaduero» (Mil. 2d).
2.9. Los hiatos se mantienen: esleer, eslean (1240, 132, xxx, Logrorio),
seelada, seelos (1229, 91, Carias), seello, seeladas (1244, 152, Trevirio); a veces,
con -h- adventicia entre las dos vocales: seher (1248, 180, Calahorra; 1294,
507, Calahorra), o con la típica consonante antihiática del aragonés: juyez
(1291, 485, Calahorra; 1291, 486, Calahorra), leiales (1284, 413), maioligo
(P. XIII, 108, Calahorra), o con mantenimiento de /ge,i/: seiello (1247, 177,
Calahorra), seielo (1241, 139, Logrorio).
2.10. Hay ejemplos de conservación de las oclusivas sordas, junto al
rasgo más general de la sonorización: capillo (1259, 246, Santo Domingo
de la Calzada; 1291, 487, Arnedo), al lado de cabillo (1247, 173, Santo Do-
mingo de la Calzada ?; 1241, 138, Cintruénigo, Rioja Baja); clerico (1240,
132, xxx, Logrorio), pero sagudir (1272, 319), espedos (1289, 466, Alfaro),
padrimonio (1212, 30, Fitero ?), trebudo (1279, 378, Murillo). La alternancia
de sorda y sonora se puede dar en el mismo documento: «entradas y exitas»
(1222, 62, Calahorra).
2.10.1. Se encuentra el resultado sonoro cuando la oclusiva va tras nasal
o líquida: repindiesen (1238, 123, Valvanera), ya puesto de manifiesto por
González 011é12.
2.11. La sonorización en posición inicial, sólo afecta a la oclusiva velar:
K- > g-: guchiello (1224, 69, Tudela).
2.12. La -d- intervocálica puede mantenerse, como en aragonés, con
más resistencia que en castellano: vidieren (1224, 72, Calahorra ?); odran
(1298, 533, Pamplona); oydran (1298, 530, San Adrián), y también se pierde
como en navarro: cruamientre (1232, 103, Calahorra), moneas (1273, 327,
Navarra). Hay también pérdida de -t-: desfruar (1272, 319).

F. González 011é, «La sonorización de las consonantes sordas tras sonante en la Rioja.
A propósito del elemento vasco en las Glosas Emilianenses», Cuadernos de Investigación Fi-
lológica, IV (1978), 113-121.
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2.13. Aunque no muy frecuentemente, se encuentra el cambio, también


aragonés, -SG > /17: obedexiesse (1241, 138, Cintruénigo), axadas, axadones
(1289, 466, Alfaro), documentado ya en las Glosas Silenses, 69: naiseren.
2.13.1. Para este mismo sonido se registra también la grafia -ss-, uso
gráfico de los documentos berceanos": lesse (1237, 117, Arnedo), dissol
(1291, 489, Alfaro), rusano 'rojo ? (1224, 69, Tudela).
2.14. El fenómeno de la metátesis consonántica se documenta en •el
grupo -GR-: enterga, entergado (1229, 91, Carias), pero «entegramientre laura-
do» (1212, 30, Fitero); por el conu-ario, crebantador (1264, 273, Calahorra)
ha mantenido la r en su lugar etimológico; crebar también en el Fuero de
Navarra (DCECH s.v).

Morfología nominal

2.15. El género. Al femenino pertenece claustra (1241, 140, San Millán);


con este género también en Berceo (DCECH s.v. clausura y en la docu-
mentación emilianense' 4 ); puente (1242, 142, San Millán); fin (1262, 260).
Así mismo, también aparece la creación de masculinos en la forma perte-
nencios' 5 (1253, 206, San Millán).
2.16. Las formas del pronombre personal átono y del demostrativo pre-
sentan la terminación caracterísiica en (1240, 135, Trevirio; 1245, 159,
Subiza; 1276, 352, Calahorra); lis (1208, 18; 1240, 132-xii y xxxiii, Logrorio;
1265, 275, Trevirio; 1268, 288, Logrorio; 1269, 296, Nájera; 1272, 320, Aibar;
1285, 422, San Millán); esti (1240, 132, Logrorio; 1241, 140, San Millán;
1244, 152, Trevirio; 1245, 159, Subiza; 1249, 183, Nájera ?; 1274, 336, Ca-
lahorra).
2.16.1. La muy riojana secuencia obj. ind.- obj. dir.: lillas ' selas' (1238,
123, Valvanera), frente a gelo (1241, 140, San Millán; 1262, 261; 1272, 325,
Burgos), gelos (1270, 308, San Millán; 1285, 418, Calahorra), gelas (1254,
212, Fitero; 1281, 384).
2.17. La misma terminación para el relativo qui con valor de 'quien':
«E qui encerrara a algun omne» (1224, 69, Tudela); o de ,que con antece-
dente de persona masculina: «los qui levaran el pan» (1245, 159, Subiza);
«sepan todos los homes qui esta carta ueran» (1237, 117, Arnedo).
2.18. Hay que serialar también la presencia de la forma del pronombre
personal de identidad misme: «dia misme> (1270, 308, San Millán); esta for-
ma misme es la más frecuente en la obra de Berceo (DCECH s.v. mismo).
El pronombre latino IPSE conserva su significado etimológico en el
derivado sipse «retenerla pora sipse» (1232, 103, Calahorra).
2.19. Entre los indefinidos, es oportuno destacar las nuevas formacio-
nes: quiquier (1241, 139, Log-rorio; 1262, 259, Calahorra); quisquier (1297,

15 Alarcos,art. cit., p. 21.


Claudio García Turza, op. cit., p. 177.
15 Forma documentada tambien por García Turza en otros documentos emilianenses, op.
cit. p. 163.
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526, Calahorra ?); quiscadan (1224, 69, Tudela); cadaun (1240, 132, Logro-
rio); ninguna rem (1232, 103, Calahorra), etc.
2.20. En relación con los posesivos, se encuentra el más característico
de tercera persona: «lur madre» (1244, 152, Trevirio), « lur genoylla» (1272,
320, Aibar), y el plural, «lures entradas e lures exidas» (1246, 163, Alfaro);
«quantos vecinos lures» (1254, 215); «lures cotos» (1272, 320, Aibar; 1273,
329, Aibar; 1285, 431, Aibar); «lures antecessores» (1298, 533, Pamplona).
2.21. En cuanto a «los numerales, es de hacer notar las soluciones dobse
(1291, 481) con una extraria b implosiva; veyent (1271, 314, Calahorra);
traynta (1265, 275, Trevirio); el sintético seze (1275, 345, Calahorra); sezze
(1282, 399, Haro); los analíticos dizi ocho (1280, 380, Calahorra); vinth et
sex (1273, 327); las decenas con el sufijo -anta, por traslación acentual:
quaranta (1273, 330, Calahorra; 1280, 380, Calahorra; 1289, 464); cinquanta
(1274, 332, Calahorra); sessanta (1270, 310, Vitoria), sisanta (1269, 300,
Pamplona); setanta (1273, 330, Calahorra), octanta (1284, 410, Calahorra);
o -aenta: sesaenta (1273, 330, Calahorra) etc.; las centenas, travientos (1288,
453, Haro), etc.

Morfología verbal

2.22. Las formas de presente con yod aparecen diptongadas: tiengan


(1245, 159, Subiza), tiengo (1241, 139, Logroño) y sierua (1244, 152, Tre-
virio).
2.23. Se encuenu-an también los futuros de indicativo con síncopa y
asimilación consonántica: terra (1224, 69, Tudela), io terre (1246, 166, Alfa-
ro), aterre (1273, 327), uerra 'vendrá (1224, 69, Tudela).
2.24. Es frecuente la formación del imperfecto, futuro y perfecto a par-
tir del tema de presente: dassen (1237, 121, San Millán), aduciere (1240, 132,
Logrorio), daron (1246, 166, Alfaro).
2.25. El presente de subjuntivo con -g- epentética se documenta en tien-
gan (1245, 159, Subiza), y en el analógico subjuntivo de prender'6, prenga,
prenganlas (1224, 69, Tudela); prangan (1240, 132, xxx, Logrorio), de cuya
explicación estructural se ha ocupado J. Mondéjar" y cuya tesis para justi-
ficar la intercalación del morfo g en los lexemas verbales acabados en al-
veolar, se fundamenta en la desaparición de la yod (TEN(E)A > *tena), y
en la enclisis de una g delante de la vocal morfémica no palatal, como
recurso alomórfico sistemático. Por lo tanto, supone un rechazo de la ana-
logía con los verbos latinos en -NG, cuyas formas tango y plango nunca se
documentaron en castellano medieval, aunque sí las de subjuntivo tanga y

16 Con la acepción de 'tomar', como se documenta en Berceo (DCECH s.v. prender), y


en los fueros aragoneses (El Fuero de Teruel, publicado por Max Gorosch, Stockholm, 1950
s.v.; Los Fueros de Aragán, publicados por G. Tilander, Lund, 1937. s.v.).
J. Mondéjar, «Los presentes de subjuntivo anómalos en -g-, -y-, -ig-. Intento de
cación», en Estudŭ de lingŭŭtica i filologia oferts a Antoni M. Badia i Margarit, II, 11-23. Biblioteca
Abat Oliba, Publicacions de l'Abadia de Montserrat, Barcelona, 1995.
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planga en textos cultos. En el caso mencionado del riojano prenga, la ana-


logía es inevitable dado que aquí no hay yod contextual.
2.26. Aunque raramente, también se documenta la desinencia -o de la
primera persona del futuro de subjuntivo: «cuando muriero» (1262, 260).
2.27. Entre los participios conviene destacar la presencia de devandito
(1273, 327), deuandita (1237, 117, Arnedo), lavandicho (1264, 273, Cala-
horra), de estructura netamente oriental.
2.28. Por ŭltimo recojo aquí algunas formas arcaicas contractas deriva-
das de hacer en el presente: feymos (1248, 180, Calahorra) y en el perfecto
feistes (1273, 327), pero en convivencia con las formas plenas fazemos (1269,
295, Calahorra), fagades (1269, 293), fagan (1269, 296, Nájera).
Conviene destacar también la presencia del infinitivo esleer (1240, 132,
Logrorio) (< ELIGERE 'elegir') y de las formas de subjuntivo esleya (1274,
336, Calahorra) y eslean (1240, 132, Logrorio).

Sintaxis

2.29. Frente a la correláión temporal futuro imperfecto de subjuntivo en


la condicionante y presente de subjuntivo (con valor de imperativo) en la
condicionada como expresión de la posibilidad, típica de la prosa jurídica
medieval, aparece en estos documentos, aunque alternando con la anterior,
la correlación que caracteriza la prosa de los fueros y escritos notariales de
Aragón y Navarra, en donde es típico el empleo del futuro de indicativo
en la prótasis y presente de subjuntivo en la apódosis. El uso del futuro de
indicativo tras la conjunción si, es un recurso utilizado que, como
Mondéjar, «resta fuerza a la hipótesis irreal, la desnaturaliza eliminando el
modo subjuntivo y aproxima el futuro convirtiéndolo en un futuro próximo,
real» 18 : «E si uerra ningun omne ynfançon quiquiere villano que demande
a ellos iudicio dallent Ebro [...] responda e faga drecho» (1224, 69, Tu-
dela); «E si alguno pendrara capa o manto o alguno otros pennos a tuerto,
peche V. solidos» (1224, 69, Tudela).
2.29.1. Las formas de futuro de indicativo en la condicionante del es-
quema «Si tendrás, darás» no se encuentran en la lengua literaria de Ber-
ceo' 9 . Esta construcción es un claro rasgo oriental, catalán y aragonés, y

Vid. J. Mondéjar, «La expresión de la condicionalidad, de la temporalidad y de la


concesividad en la lengua de los fueros (notas de sintaxis medieval), en Estudios Románicos.
Homenaje al Profesar Luis Rubio. 11, Universidad de Murcia, 5 (1987-88-89), 949-962; p. 954.
19 Sólo aparecen una vez en el ms. P del Libro de Alexandre («si tŭ nos darás, nós les
daremos gradas» 1571c), y en la FaZienda de Ultramar (siglo XII), ambas correspondientes a
las potenciales de simultaneidad (E. Montero Cartelle, Gonzalo de Berceo y el Libro de Alexandre.
Aproximación al sistema verbal de la época desde los esquemas condicionales, Anexo 30 de Verba,
Universidad de Santiago de Compostela, 1989, p. 28-29; Guillermo Rojo - Emilio Montero
Cartelle, La evolución de los esquemas condicionales (Potenciales e irreales desde el poema del Cid hasta
1400), Anexo 22 de Verba, Universidad de Santiago de Compostela, 1983, p. 56).
EL RIOJANO EN LOS DOCUMENTOS DEL S. XIII 707
quizá pone de manifiesto en romance la herencia de la oposición modal
latina: real, en indicativo, no-real, en subjuntivo".
2.29.2. También recogemos el uso del imperfecto de indicativo en la
prótasis: «Et si por auentura el comendador quoalque fuere ena nuestra
casa de Casanova non favia esta pitança [...] io prior devandito do poder a
quoalquiere de los parientes» (1273, 327, Navarra) 21 . .
2.30. El futuro de indicativo aparece también, en lugar del de subjun-
tivo, en las oraciones de relativo generalizador y en las temporales. He aquí
algunos ejemplos de las primeras, entre los numerosos que ofrecen los
documentos:
1) Relativo: «E aquel qui demandara riendra todo su auer con su iura»
(1224, 69, Tudela); «El sennor que terra los omnes de iussi desta villa»
(1224, 69, Tudela); «Qui aquesta carta e aquestos fueros e costumpnes
querra derromper o crebantar sea mal dicho» (1224, 69, Tudela); «E qui
encerrara a algun omne en su casa por fuerca peche LX. solidos» (1224, 69,
Tudela); «Sepan todos los homes qui esta carta ueran, que io ...» (1237,
117, Arnedo); «Connocida cosa sea a quantos esta carta ueran, que Nos don
Aznar ...» (1247, 171, Arnedillo); «ni los otros que uerran en Fitero» (1237,
117, Arnedo); «e de qoanto ganaren et de las lauores que faran» (1240,
132, Logrorio); «Et los qui levaran el pan deven seer conduchados por el
conmendador de pan et vino et queso» (1245, 159, Subiza), «a todos los
que esta carta ueran» (1241, 139, Logroño); «Cognosçuda cosa sea a todos
los omes que esta carta ueran que el cabillo de Sancto Domingo compraron
a ...» (1247, 173, Santo Domingo), «Conoçuda cosa sea a quantos esta pre-
sent carta ueran e odran como nos» (1272, 323, Alfaro), «Sepan quantos
esta present carta ueran e odran que como nos los prelados» (1298, 533,
Pamplona); «Sepan quantos esta carta veran e oydran que yo ...» (1298, 530,
San Adrián).
2) Temporales: «mientre sieguen aquellas quando mester auran» (1224,
69, Tudela). Las citas pertenecen a la Rioja Baja: (Arnedo, Arnedillo), a la
Alta (Logrorio, Santo Domingo) y a Navarra (Tudela, Pamplona, Subiza,
San Adrián, Aibar).
2.30.1. Un esquema modal híbrido se documenta en el siguiente texto:
«Sepan quantos esta presente carta vieren e odran que yo don Pedro Xe-
menez d'Aybar» (1272, 320, Aibar).

" Montero, op. cit., 16; vid. R. Lapesa, «Sobre el uso de los modos y tiempos en subora-
ciones de acción futura o contingente. Futuro de indicativo por presente o futuro de sub-
juntivo», en Synzbolae Ludovico Mitxelena septuagenario oblata, Vitoria, 1985, 679-692. Para Ri-
druejo, se trata de un orientalismo sintáctico en la obra del Marqués de Villena, utilizado
tanto en oraciones condicionales como relativas, temporales y modales (E. Ridruejo, «Tres
catalanismos (y aragonesismos) sintácticos en "Los doce trabajos de Hércules" del Marqués
de Villena», AFA XXX1V-XXXV (1984), 273-290.
21 Dos casos recogen Rojo y Montero correspondientes a la Historia Troyana y a la General
Estoria, en el período comprendido entre 1250 y 1284, ambos dentro del grupo de las po-
tenciales de simultaneidad en el origen (Rojo-Montero, op. cit., p. 87).
708 PILAR CARRASCO

CONCLUSIÓN

El examen de los rasgos lingŭísticos que hemos considerado más rele-


vantes pone de manifiesto que, desde principos del siglo XIII, cada vez es
más dificil delimitar lingüísticamente lo que se ha denominado desde el
punto de vista geográfico Rioja Alta y Rioja Baja. A la norma oriental le
hemos dedicado una atención mayor por ser más caracterizadora desde el
punto de vista geolingŭístico, y, sin embargo, la norma que parece ser va
cobrando progresivamente más prestigio es la coincidente con la de la Cas-
tilla primitiva, región a la que aparece unida, definitivamente, a partir de
1176, con Alfonso VIII de Castilla. El prestigio ling ŭístico estaría ligado
también al florecimiento de la cultura monacal con la aparición literaria
del llamado «Mester de clerecía». Nuestra propuesta es ésta: en lugar de
hablar de lengua castellanizada de la Rioja, eno sería plausible hablar de
rasgos norterriojanos coincidentes con los de la primitiva Castilla? Ya desde
1126, los najerenses se consideran «castellanos», frente a la colonia de fran-
cos allí asentados 22 , y la idea de que los rasgos riojanos, especialmente los
de la Rioja Alta, se van acercando cada vez más a los castellanos, en la
articulación de /2/, de / ĉ/, se viene repitiendo desde que R. Menéndez
Pidal lo expusiera en los Origenes del español; pero, eno sería más probable
que lo que identifica fuera autóctono tanto en Castilla como en la Rioja
Alta?

R. Menéndez Pidal, On'genes del español. Estado lingiiístico de la Península Ibérica hasta el
siglo X1 Madrid, Espasa Calpe, 1980,9 pp. 469-470.

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