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TRATADO

SOBRE

la <W u t rr a b t ..tn on t aña.

{ •• <
.\
Nadie mas acreedor gue P. E.
á que yo le dedique este tratado
sobre la guerra de montaña : estoy
con vencido de los defectos que en~
cierra, pero P. E. sabrá disimular•
los y acogerlos con su natural be·
nevolencia, si no por lo sublime de
sus ideas á lo menos por el objeto
que me he propuesto.

~xmo. ~r.

Santiago Pascual y Rubio.


~a guerra de montaña es lo que
puede imaginarse de mas dificil y de
un estudio sumamente profundo. Es-
ta clase de guerra exige cualidades
estraordinarias; un talento estudioso
y activo, un genio emprendedor, as·
tuto y amaestrado en los ardides,
una inteligencia particular del terre-
no y una teoría poco comuu. La
mas larga experiencia y exactos co..
nacimiento' en la ciencia de la guer-
ra, no es suficiente para adquirir
los necesarios, y efectuar la de un
país montañoso es tan diferente , y su
modo de obrar se aparta tanto del
de la campaña rasa , que los mas há~ car sus tropas en posiciones, que á
biles gefes los hemos visto cometer su adversario no le es facil tomar, y
los mayores yerros, no por falta de aun cuando lo quiera egecutar, no
valo;- é instruccion, sino es porque puede verificarlo sino es con el mis-
han querido sujetar sus movimientos mo número que su enemigo se defien~
y sistemados bajo las mismas bases y de. Tampoco basta haberle batido y
principios que los de los llanos. En precisado á huir, pues aprovechán-
un país montañoso, no hay nada es- dose de las ventajas del terreno, re•
table, y muchas veces á cada paso es vuelve sobre su contrario, que rara
preciso cambiar el proyecto de ata- vez deja de batir, pues reposa en la
que que uno había concebido, y con• victot·ia que acaba de alcanzar.
tinuar de este modo segun se va ade· Todo es digno de la mas grande
lantando en el terreno. La superiori- atencion y de una estrema importan-
dad de fuerzas no es de alguna ven- cia. Las mas pequeñas faltas 6 descui-
taja en esta clase de paises, pues no dos en la guerra de montaña son ca-
permitiendo desplegarlas, se encuen- pitales en paises tan propios para ase-
tra el que mayor número tiene, mas chanzas y ardides, y mas cuando se
embarazado y espuesto á ser batidQ está al frente de un enemigo empren-
por aquel que le es inferior, que pue: dedor y vigilante. Muchas veces
de maniobrar con mas soltura y colo~ aquel que cree tener libre la salida
se encuentra cogido en el lazo y
1
encerrado como en una caja y no
evidencia de este aserto, El gefe que
pocas sucede que el que está obran-
hace la guerra en esta clase de pai-
do ofensivamente, se encuentra de
ses, aunque inferior en fuerzas, de-
repente en una fals:1 poslcion y
be esperar mucho de la fortuna, pues
mas embarazado que el que se defien-
sin embargo de que sea batido no
de, cuando cree que la fortuna le fa-
puede serlo tan completamente que
vorece, que todo marcha á medida de
no le resten aun mil recursos, y el
su deseo, que el enemigo le cede los
principal es tener siempre asegurada
pasos mas imrortantes, se ampare es·
su retirada. Con facilidad se toma
te de un puesto ventajoso lo reduce á
posesion de las alturas, encontrándo-
la nulidad sino lo deshace, aun cuan·
se fuera del peligro á dos pasos del
do sea superior en fuerzas. Los re-
enemigo; quien con dificultad podrá
beldes de Africa atacados por Amil-
darle caza, pues la huida en estos
car Barcas general Cartaginés, Zisca
terrenos es menos peligrosa que ¡a
contra la nobleza de Bohemia que se
persecuci on, en atencion á que un
empeñó imprudentemente en un estre-
gefe victorioso teme empeñar mucho
cho de montañas, las horcas Cuadi-
sus tropas por miedo de caer en al-
nas y otros mil egemplos de qua es-
guna emboscada , por cuya razon los
' .m llenas las historias prueban la
que huyen lo egecutan sin ser dema-
siadamente ostigados ' verificándolo
a 9
munican por la espalda de las mon•
de cordillera en cordillera,
tañas que debe uno pasar, 6 que se
Son infinitas las medidas y pre-
unen con otros que desembocan en
cauciones que hay que adaptar, co-
aquel. El general que forma un pro·
mo luego espondrernos; cuando se vé
yecto de campaña dt:be tener presen·
uno precisado á hacer la guerra en
sente y considerar si el objeto que se
un pais montañoso sembrado de pro-
. fun dos valles, de gargantas, de des-
propone es útil y glorioso para su pa-
tria y si puede prometerse un resul-
fila deros Y de pasos difíciles. De-
tado ventaj oso, á pesar de que se pre-
be tern et·se ser igualmente atacado en
senten grandes dificultades y obstá -
su marcha' corno en su retirada, por
culos. Pesadas estas circunstancias
su fr ente, retaguardia y flancos, par-
con la mayor detencion pondrá en
ticularmente cuando el enemigo es
dueño de ciertos valles(*) que se co- chos y llenos de inconvenientes. Aquellos que no si tven
: de ¡Jaso ;i las a¡;uas, t}Ue son muy ¡Jrofundos sin enccr•
(v ) Cuando habla mos de Ya !les ddJe len crse nr en sí niuguu llano, proloug{ndose ;i una larga dis .
presente Q!lC los La y de tres maneras , que los ha!Jilan- lancia entre dos monlailas se llaman gargantas. Los co .
les de las monla ibs los distinguen pe rfecta mente. Los liados 6 ¡>asos son sitios muy estrechos adon de se ve uno
i que sirven de ma Jre al curso de los torrentes, son obligado :í marcl1ar :í la desfilada sin ¡lodcr hacerlo á
propi;m1cu lc los valks, porque sOH mas abiertos y cm .. derecha ni izqu ierda, por impedirlo las monta'iias y ca·
chos que los deatas, y por cuyo fondo corren gcucra l. racoleo ó sic:;ax. di! las sendas ¡ lambicn se l~s da el
': mtulc los caminos. Los que Licuen ílguas csl::t:radas
numbrc ,le puertas.
tlu~ lom~n d.! !os loucnlcs, son pnr !o rcgul~r c~trc .-

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u '
rd
egecudon el plan, sin volver atra~
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muy substanciales, como son inutili-
11

hasta concluir la operacion; el se- zarse sendas 6 caminos que en el an·


creto debe ser la primera de sus ba~ terior eran practicables, abrirse pa-
ses, esto está en nosotros mismos, y sos que antes no existían, obstruirse
no me cansaré en repetir, que es otros por medio de derrumbaderos
una de las circunstancias mas im- que forman las aguas y las nieves,
portantes y recomendables, la que la f¡ cegarse las comunicaciones y aun los
mayor parte de las veces corona fe- valles por el desplomo de grandes
lizmente el éxito de una operacion, masas, y hacer estas que varíen
asi como por su falta se inutilizan hasta la direccion de los rios. El mejor
muchas. medio es atraerse por grandes pro-
Principiemos á esponer los me- mesas algunos naturales del país, y
dios que deben ponerse en egecucion los que mas conocimientos tienen de
para lograr los resultados que son de estos sitios, son los pastores y cazado-
desear. El primero y principal, es res de profesion. Deben proporcio-
adquirir noticias exactas de la natu- narse noticias, no solo de los puntos
raleza del país; no bastan los planos en que uno trata de maniobrar , sino
¡
topográficos ó croquis que se tengan, es en todas direcciones á bastante
pues de un invierno á otro suceden distancia. Se procurará formar buenos
.~ ¡ en esta clase de terrenos variedades y exactos itinerarios y planos topográ-
~~ 13
ficos, por estos medios, ó bien por mas sitios sospechosos, mientras que 1
~
oficiales inteligentes, serenos y atre- el grueso de estas lo verifica por las
vidos , que disfrazados de cazadores cañadas, valles y sus sinuosidades,
y con guias de una absoluta confian• cuidando siempre de ir á una misma
za reco1-ran el país. Este indispensa· altura y sin perder de vista las tro-
ble conocimiento nos proporciona una pas que lo hacen por el terreno bajo;
1 porcion de ocasiones á fin de poder pero en el caso que este les obligue
efectuar empresas importantes, em- á ocultarse, se tendrán de antemano
boscadas, sorpresas y de mas ardides prevenidas ciertas señales, por las
tan comunes en esta clase de guerra. que se den á entender múmamente
Un gefe hábil debe marchar siempre si son atacados, el número de enemi-
con la mayor circunspeccion y con gos, por el lado que lo egecutan, cla-
la sonda en la mano, arreglando sus se de tropa &c. p3ra lo que puede
movimientos por lo que vea, posesio- servir los toques de corneta, ahuma-

nándose siempre que le sea posible das, cohetes ú otras cualesquiera.
de las alturas y bosques de la manera Cuando se llegue á una garganta 6
siguiente. Las tropas ligeras marcha- desfiladero, un cuerpo ligero debe
rán por las crestas de las montañas inmediatamente marchar á apoderar-
de derecha é izquierda, batiendo .Io> se de su salida y otro debe permane-
bosques, caseríos, barrancos y de- cer en la entrada; los cuales no se

.. ,! 1_
enemigo se le cargará á la bayoneta
14
sin disparar un fusil, pues solo de-
replegarán hasta tanto que el grueso
berán hacer fuego las guerrillas. Es-
de la tropa, equipages y demas haya
ta formacion y modo de atacar es
pasado el desfiladero. Si este fuese
mas importante aun y necesario en
de mucha longitud se establecerán
los terrenos montañosos que en ningun
puestos intermedios que se repleg~rán
otro; sin embargo que en todas si-
unos sobre otros, tanto si fuesen ata"
tuaciones, es el único en mi opinion
cados par retaguard ia como por van-
que deberia abrazarse; segun expon-
guardia, cuidando que la marcha se dré en un tratado que estoy compo-
egecute con la mayor precision y or- niendo y daré á luz sobre las venta·
den tan necesario en estos pasos es- jas de los movimientos y ataques en
trechos, en los que el menor desór- columna; pero de no hacerlo asi en
den, la interposicion de los bagages los terrenos montañosos trae indefec-
ú otras circunstancia~ pueden acar- tiblemente la ruina del que ataca,
rear las mayores desgracias.
pues el enemigo desde su posicion
En general debe marcharse en
afusila cuanto se le presenta, sin
estos terrenos siempre en columna,
que pueda hacérsele el menor daíio
aumentando ó disminuyendo el fren-
por el fuego~ mediante á que él se
te segun lo permita, con fuertes
halla á cubierto por las desigualtlades
guerrillas en todas direcciones, co-
mo se deja dicho. Si se presentare el
del terreno, piedras y arboles de f{ciles , valles profundos y llenos de
que se aprovecha , en cuyo caso es precipicios de las ventajas que tiene
preciso una decision eetraordinaria y sobre su adversario, no sería facil que
marchar con velocidad sobre él, te- este se empeñase sin mucho detenimien•
niendo presente lo que dijo Pelópidas to en una empresa tan ardua y llena
á los tebanos, cuando habiéndose em- de peligros, pero estas mismas cir-
peñado en el paso de un desfiladero cunstancias que favorecen al que lo
y atacados por los Lacedemonios que defiende, proporcionan al que lo ata-
lo esperaban en él, ie hicieron pre- ca iguales ventajas, cuando se halla
sente que era irremediable el caer en dotado de bastante habilidad y genio
a
sus manos. r porqué no pueden caer para aprovecharse de ellas. El con-
en las nuestras'? Les contestó, En trario astuto que espía sus movimien-
efecto habiéndose formado en el ór- tos y conoce las posiciones que ocupa
den de columna ó falange, como asi su enemigo, debe escusar cuanto le
se llamaba en aquel tiempo, atacó sea posible atacarle de frente. Cuer-
con tal decision á sus enemigos que pos destacados en diferentes direccio-
los batió completamente. nescon el mayor sigilo,deben procurar
Si se penetrase el que defiende un flanquear los puestos de los enemigos 1
pais montañoso, que no presenta mas entretenidos al frente y simulando que-
que ~argantas, desfiladeros, pasos di· rerlos atacar en esta direccion, no se
19
efectuará el verdadero rompimiento
trincheramientos tan faciles prontos
hasta tanto que el fuego de los cuerpos
é insuperables de un corte de arboles
destacados dé á conocer que se hallan
con los que pueden cubrir su frente,
situados en los pnntos determinados.
retardando con su valor el exito de
Son á la verdad espuestas semejantes
la empresa.
operaciones y mas si el enemigo llega
Aun cuando á primera vista pa-
á conocerlas, pues entonces procu• rece que los movimientos de flanque-
rará batir las fuerzas en detall; pero
ar á los enemigos en posicion monta-
como en este caso se verá obligado á
liosa, son tarc;los y dificiles, no es tan-
abandonar la posicion ventajosa que
to como se crée, si consideramos la
ocupa no se hallará entonces tan fner- naturaleza de semejantes terrenos.
te, por lo que rara vez egecutará esta Todas las situaciones de estos estan
maniobra ; temiendo ademas, que los enlazadas de un modo particular; los
cnerpos destacados del grueso , pue- valles se comunican unos con otros,
den caer sobre él en el momento que las cadenas de montafias se entrelazan-
esté ocupado en destruir los del fren• y unen recíprocamente; si se presen.
te; dando tiempo estos para que He- ta un precipicio por un lado, siguiena
gen aquellos , colocandose en una do su direccion se encuentra un pa-
buena posicion, adaptando el medio so por el que rebajandose y hacien-
de hacerla mas fuerte , con los re- dose accesible, se puede ganar la otra
g,
rr !!.0

montaña ; siguiendo la falda de esta


á media ladera , se la dá la vuelta Y
~~

to ni sentido; atacarlos al improviso


1
meter la confusion y el desorden, sin li
se cae á la espalda del enemigo ; su· que sea facil contrarrestarle, ¡.llles 1

hiendo directamente á ocupar su cres- oculto entre las breñas y bosques no


ta , se dominan las posiciones del con~ podemos calcular su número y clase i~
trario : en fin no hay terreno en el de tropas con que somos a tae:ados, pro.
cual no se encuentre un paso ó medio duce una sorpresa extraordinaria y de
para llegar -al punto que se quiere ocu- dificil remedio, si el ofici al que se en-
ll par. La dificultad solo consiste en que cuentra en esta situacion, no está dotad e
1
los oficiales que deben dt:sempeñar se- de una serenidad á prueba y de un va-
mejantes operaciones, sean de aquelJqe lor poco comun. En estos casos yo acon-
[!_
que los obstaculos mas grande; , que ~ejo á todos, permanecer y defender
por lo regular aumenta la imaginacion, la posicion por algun tiempo, seguro
no sean capaces de arredrarles ni dete- de que á pocos instantes conocerán la
nerles en su marcha. fuet•za é intencion del enemigo, y po-
En la guerra de montaña es pre- 1'1 dran entonces con algunas bases abrazar
ciso un duplo de valor y vigilancia > el partido que crean mas conveniente. Si
que en otra cualquiera. La facilidad se halla colocado en una buena posicion,
con que el enemigo puede llegar hasta es evidente que esta frialdad de alma
[.
los puntos de su contrario sin ser vis· jmpondra al enemigo, de tal manera
~
'.

t !
~!7.
!1.3
que sea mas circunspecto en el ataque. Frances de infantería que en todas
Si á todo militar de cualquiera clase direcciones me acosaba, menos por la
se le pudiera inculcar el principio, espalda que era un precipicio al cual
me apoye. La tenacidad con que de-
que el peligro y el riesgo solo existe
fendí dicho punto y el calor de diez
cuando se huye y muestra cobardía,
y ocho años, dio tiempo á que se sal-
y que su salvacion e5tá solo en la se-
vasen mas de 6oo hombres que inde-
renidad y valor, sea cual sea su suer.-
fectiblemente iban á ser prisioneros,
te, de vencido ó vencedor, no habría
abandonando y retirandom de di-
ho mbre que volviese la espalda. El
caso siguiente que á mi me sucedió cha posicion al anochecer que vi que
todos estaban fuet·a del peligro. El
prueba lo dicho.
En la gloriosa guerra de la inde- Excelentísimo señor Conde del Mon-
pendencia y accion ocurrida en Pinos tijo de cuya division eran estas tropas
del Valle cerca de Granada, el z r de elogió, como sabia h:;¡cerlo, mi arro-
Agosto de 181 1, me mantuve con muy jo, me recomendó al gobierno, nada
corto número de soldados, pues no lle- se contestó ; es verdad que nunca he
garían á ochenta, sosteniendo toda la creído que he hecho mas que cumplir
tarde la posicion del Cristo del Zapa· con mi deber.
to , creo llamarse así, á pesar de las Como los movimientos de las tro-
repetidas cargas de un Regimiento pas empledas en las guerras de monta•
!l-4 !l~
ña deben ser rapidos y veloces, es seo con ansia ver desterrada del eger-
indispensable que el soldado vaya ar· cito' sino en el total á lo menos en
mado muy ligeramente, con un tra- su peso mediante á que el soldado no
je que le embaraze muy poco en su ' .
debe llevar mas que lo puesto, s1 ex-
marcha por terrenos tan quebrados lle- ceptuamos una camisa y el calzado '
nos de arboles y matorrales, siendo debiendo hallarse en los almacenes
el mas propio la chaqueta y no lle- prendas con que reponer las destrui-
vando mas que su capote, con un das, y 110 sobre los hombros de la
morral á donde conducirá una camisa tropa, pues mientras no' las masas
un par de zapatos y otro de alpar- de infanteria despues de una marcha
gatas, mui necesarias para poder larga y precipitada, sera~ c.uer.pos
trepar por algunos sitios; yo sustitui- inermes y sin energia; dJsrnmuidas
ría, particularmente á las tropas lige- ademas considerablemente en su nú-
ras y compañías de cazadores, la ca- mero por los muchos individuos que
nana en lugar de la cartuchera, á lo qued:n rezagados. Si se me hiciese
menos mientr·as estuvieran empleados la objecion ctue los soldados ro-
en este gen~ro de guerra. manos llevaban grandes pesos, y
Nada por supuesto de esa dis- hasta las estacas con que formaban
forme mochila · con que se acostum- las empalizadas de sus campamentos,
bra á abl'umar al soldado, y que de- les respondere solo que comparen la
rl?
marchas tan cortas que se egecutaban Se tendra un particular cuidado
en aquellos tiempos, con la longitud en escoger los ,soldados mas agiles y
de las nuestras, la velocidad de nues- robustos, y sobre todos los que fue-
tros movimientos en on di a de accion, ren naturales del país, 6 de otros de
con respecto á la lentitud de los su- esta misma clase de terrenos ; estos
yos, la diferente educacion militar son los mejores para esta guerra,
que recibían sus soldados á la de los pues acostumbrados desde su niñez
del día, y quedáran convencidos de á trepar por las breñas y sitios fra-
cuanto puedan oponer. Es tanto lo gosos, lo hacen con una facilidad ex-
que aborrezco la mochila por las fata- traordinaria y casi sin fatigarse.
lidades que ocasiona, que se me per- Extendidas ya las ideas en gene-
donará esta digresion en su obsequio, ral de la guerra de montana, voy á
y se halla tan bien fundada mi su aplicacion, proponiendo algunos
opinion, que casi todos los generales casos en que pueden hallarse los
empleados en este g'!nero de guerra, oficiales que manden tropas. Supon-
y actualmente asi sucede en Navarra, g'lmos nn desfiladero que debe atra-
han dispuesto siempre que tanto los vesar un cuerpo de 6oo hombres,
equipajes de los oficiales como los de ó sea un batallon: el gefe de él explo-
la tropa, queden almacenados en las rará desde luego su entrada apode-
plazas ó sitios seguros. randose da ella, sin desampararla
~1! ~9

hasta tener libre la salida ; ~ hará de vanguardia apoyará con un fuego


que las guerrillas de los flancos se vivo este movimiento, cubriendo el
abran cuanto sea posible, pero no frente de la columna hasta la proxi-
á tant11 distancia que dejen desampa- midad de unos sesenta pasos ante¡¡ de
rados los costados de la columna, pu- llegar á las manos , que se abrirá á
es que estas con la que marcha á van- derecha é izquierda para dejarla el pa-
guardia deben cubrir la estension del so libre, inclinandose dicha guerrilla
grueso de la tropa ; la que irá forma. cuanto le sea posible á los flancos del
da en dos secciones iguales, colocandO enemigo, apoyandose sobre las otras
entre ellas el bagage , que siempre de- de los costados. Si tenaz el enemigo
be ser lo menos posible, y si ser pudiere sostuviese la posicion, las guerrilla11
ninguno. En este órJen en que cons- desplegadas en todas direcciones ha-
tantemente debe marcharse, si se pre- ran un fuego vivo sobre él, manio-
senta el enemigo por vanguardia; in- brando en disposicion de doblarlo y
mediatamente se dispondrá que las atacarlo pot· la espalda, para lo que
guerrillas de ambos flancos marchen las reservas de dichas guerrillas se
al enemigo, .-- procurando cogerle aproximarán á las lineas de estas, y
de re ves, para sostener el ataque romperan sobre el enemigo el fuego
de la primera seccion, que á paso de graneado. Si apesar de este esfuerzo
carga marchará á él • La guerrÚla que no es de esperar , no se le pu-
3l
30
El ataque que efte Gran Capitan
diere desalojar de la posicion, en41
sostuvo contra los Allobrogues á la
tonces la mitad de la fuerza que com-
entrada de dichos montes, es uno de
pone la retaguardia, pues nunca debe
los movimientos mas difíciles que pue- ·
quedar desamparado este punto, pa-
sará á vanguardia para dar calor á la de cita!"Se en la guerra de montaña,
accion, sosteniendo y reforzando la y adonde se dá á entender la intre-
columna de ataque. Apuremos la cues· pidez y conocimientos de este héroe,
tion y supongamos que el enemígo que se halló en el mayor apuro, y
cede por elft·eme, y que por un mo- en el momento mas crítico de ser des-
vimiento de flanco carga á la reta- truidas y perdidas todas sus esperan-
guardia que vé mas débil y desguar- zas de pasar á Italia. Mientras tanto
necida. En este caso es prec:so el que este famoso guerrero marchó por
m~yor valor y serenidad de parte las llanuras, los gefes de los Allo-
del que manda, y amparandose de la brogues no le inquietaron, sea porque
pcsicion que ha abandonado el ene- temiesen la caballería cartaginesa , 6
migo, que es el punto capital de sus porque los contuviesen los bárbaros
operaciones, ejecutar lo que Anibal del mismo país que le acompañaban.
en otro caso igual hizo á la entrada Mas luego que estos se retiraron y
de los Alpes, cuya narracion creo que Anibal principió á entrar en los
oiran mis lecto1·es con gusto. estrechos de las montañas , entonces
31) 33
los Allobrogues corrieron en gran nú- poner muchos fuegos, y dejando la
mero á apoderarse de los sitios por mayor parte del ejército en el campa·
donde necesariamente debía pasar el mento, atravesó el desfiladero á la
ejército. j Que hubiera sido de él si Ca ve-Za de 'un Cuerpo elegido de tropas,
los Allobrogues hubieran sabido ocul- haciendose dueño de las posicione¡
tarse con mas cuidado y formar sus que los enemigos tenían desampara-
emboscadas ! Advertido Anibal de la das. Al amanecer viendo los bárba-
estratagema de los bárbaros, acampó ros que sus puestos estaban ocupados
ftl pié de las montañas y envió al- abandonaron su primer designio , pe-
gunos guias Galos á reconocer la dis- ro como la caballería y bagage apre-
posicion del enemigo. Volvieron es• tados en este estrecho seguían lenta-
tos noticiando á Anibal, que mientras mente el movimiento , se ampararon
el di a los enemigos guardaban exacta• de esta coyuntura para caer en todas
mente sus puestos, mas que por la no- direcciones sobre la retaguardia. La
che se retiraban á una poblacion in- caballería cartaginesa estaba á punto
mediata. Bajo eate relato combinó des- de ser destruida así como todo el ba-
de luego su plan, é hizo avanzar sus gage, pues no pudiendo sostenerse
tropas, de di a, al pie del desfiladero, sobre unas rocas tan escarpadas , el
sentando su campo cerca de los ene- mas pequeño choque les hacia preci-
migos. Llegada la noche mandó dis- pitarse : el riesgo se aumentaba
34 3$
por las caballerias muertas que ca ' demas huyeron precipitadament~.
yendo en sendas tan estrechas' obs· Aun cuando Anibal mostró en
truían el paso; 6 bien rodando se lle- esta ocasion todo el valor y peri •
vaban delante de sí cuanto encontra· cia de que es capaz un grande hom-
ban. Anibal á fin de remediar este bre como él, tal vez si los barb2ros
desorden, é impedir la perdida de su no se hubieran entretenido en saque-
caballería' municiones y bagage' que ar los equipages, hubiera padecido
iba á exponerlo al riesgo de no po- mucho mas, y aun puede asegurane
der salvarse ni aun con la fuga ,cor- que habria qu eda do en un estado de
río á la cabeza de aquellas tropas no poder llevar adelante su empresa
que por la noche se habían hecho due- por la falta de sus municiones y equi.
ños de las alturas ' y desde estas se po. Este es pues uno de los medio¡¡
precipitó sobre sus enemigo~' en loll estrategicos que muchos generales
que hizo gran carneceria; pero en el han puesto en practica en casos apura-
tumulto y confusion que se aumenta- dos de abandonar sus equipages al
ba con el choque y gritos de los com- pillage del enemigo, para que engol-
batientes' perdió gran número de sus fados en el saqueo no atiendan á su
soldados; sin embargo quedaron ten• defensa y sea mas facil desacerlos y
didos en el campo de batalla la ma- destruir! os.
por parte de los Allobrogues y los Ea dificil marcar el sitio en qu.e
3
36 3?
Anibal fue atacado , pero se creé que movimiento mas análogo al terreno que
lo fue entre Sezanno y el monte Ses- ocupa, marchando en retirada hasta
rieras, adonde aun existe la roca en ganar la falda de la montaf.a contra-
que Polibio dice, que este gran capi- ria á la que ataca el enemigo; su-
tan pasó la noche mas triste de toda poniendo que se marcha por un des-
su vida, viendo destruido lo mas flo- filadero, cañada 6 valle. A este cor:o
reciente de sus tropas y perdido casi movimiento en retirada, puede apli-
el total de su bagage. Sin embargo , carsele aquel dicho de Filipo Rey de
esta alma grande no desmayó por un Macedonia en la guerra contra Jos
reves de tanta importancia, se rehi- Focienses, pues obligado por estos á
zo dentro de si misma, siguió su mar- hacer un movimiento retogrado; yo
cha é hizo temblar á la orgullosa Ro- no he huido, dijo, he dado algunos
ma. Sigamos nuestro objeto. pasos atras como los carneros, para
El enemigo no nos espera por el descargar el golpe con mas violencia
frente pero aparece en la marcha por En efecto luego que la columna se
uno de los flancos, y la guerrilla que haya colocado como á media ladera
cubre este costado es arrollada por Y mientras se ocupa en esta manio-
la superioridad de fuerzas qne car- bra , el gefe de ella dará sus órdene¡
gan eobr~ ella; se cambiará con pron- . á fin de qne la guerrilla del flanco
&ltud el fr~nte de la columna, por el izquierdo, se supone que el derecho
39
3g
ido si e!ta operacion se egecu ta á
es el atacado, que habra quedado por la vez, y que el fondo del valle no
el movimiento efectuado del cambio ~irva de sepultura á sn atrevimiento.
de frente á retaguardia, se divida Como puede suceder que un ene·
y pase á ocupar los nuevos fl ancos
migo astuto y diestro, prevenido de
de la columna, estendiendose en
antemano quiera dar un golpe decisi-
esta direccion, pues la del frente
vo, y que emboscando parte de sus
habra marchado desde luego á
tropas caiga á un mismo tiem po por
sostener la retirada de la que era
vanguat·dia y retaguardi a ; en e.ste
ar•ollada por el enemigo. Pre•
caso, que es el mas apurado en que
venidas dichas guerrillas, continua-
puede encontrarse un gefe, es preci •
rán su movimiento replegandose eo-
so hechar mano de medios estraordi·
bre el frt!nte de la columna, hasta ver
narios y que salgan fuera de la esfaa
al enemigo en lo mas profundo del va-
de lo que regul arm ente se practic11.
lle y que principia á querer subir. En
Conocido, por el gefe que manda, el
este momento la columna se precipi-
terreno en todas direcciones, recon-
tará sobre él, y las guerrillas de dere--
centrará sus fuerzas, march ando há·
cha é izquierda, corno la del fr·en.-
111, correran á la desfilada -para
cia á aquel que le pareciese mas con-
envolver al enemigo. Es muy dificil veniente, 6 hácia donJe crea pueJa
que escape bien, y no queda d~~lrU· Ber soconido. Uo esfuerzo desespera-
40
liendo, irá formandose en la posicion
do pero hien dirigido y sin titubear
de que haya sido arrojado el enemi·
por vanguardia ó retaguardia, pun·
go, y esperará en ella á los que le
tos atacados, por el que se logre arro-
persiguen por la vanguardia 6 reta·
jar al enemigo de la posicion que ocupa,
guardia, segun pot• donde hayan diri-
puede variar la situacion critica en que
gido el ataque. Si diese la ca~ualidad
se encuentra esta tropa . Este es pues el
que el un punto no fuese descubierto
momento en que el gefe que manda
del otro, se figurará que aun se está
debe esponerse al riesgo, y patenti·
á las manos, para engañar al qua
zar á sus soldados que está dispuesto
viene persi guiendo y revolver sobre
á salvarlos, ó á perecet· con ellos: su
él con decision, que sorprendido por
persona se hallará á donde esté el ma·
este movimiento, aflojará en sus ata•
yor peli gro , animdndo á unos, dil'i·
ques y se hará uno respetar en la re·
giendo á ott·os y dando al mismo
tinda, y mas cuando advierta que
tiempo pru ebas de valor; pero su
parte de sus tropas , en las que con·
visu y espíriw debe hallarse en to·
fiaba, han sido batidas. La retirada
dos los puntus de la accion. Un puña·
se ejecutará á paso muy lento y de
do de hombres con un gefe de esta
posicion, en posicion guardando si e m·
clase á su cabeza, penetra po r tod as
pre el órden de formación prevenido.
partes y arrolla cuanto se le opone.
Si próxima la noche y antes de haber
A medida que la tropa vaya 1a-
4~ 43
sido socorrido, siguiese aun el ene• recibir al enemigo al amanecer
migo y fuere necesario acampar, re- ó tal vez _en aquella noche. Como á
conocida la posicion que se ha elegi- estas columnas deben siempre acom•
do, que debe ser fuerte de por sí,se tra- pañar algunos prácticos del terreno,
tará de hacerla mucho mas con una despachará á aquel que le merezca la
ala de arboles, que se est'Ienda en la .mayor confianza, para dar conoci-
direccion de la línea y cubra los flan- miento á los puestos mas inmediatos,
cos; aguzando las ramas de estos, si de la situacion en que se encuentra y
hubíere tiempo, y asegurando sus tron• sea socorrido ; calculando el tiempo
cos por la parte interior con piedras que pueden tardar las tropas que vi-
y tierra, para lo que la tropa irá niesen á favorecerle, y los medios
siempre provista de machetes á tan- que tiene para su defensa hasta que
tos por compañía. Esta especie de pa- llegue este momento. Si se encontrase
rapeto es de mas consideracion que en un estado que juzgare no po-
parece, y presenta grandes dificulta- der resistir por este espacio al
des para poderlo superar, abrazando enemigo, 6 bien en el caso de no po-
ademas la facilidad y prontitud con der ser socorrido, tratará de engañar-
que se ejecuta. En esta disposicion, le, emprendiéndo su retirada á me•
el que manda , tomará todas las dia noche con el mayor silencio, dis-
medidas que crea oportunas para poniendo que permanezcan en el ca m.
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po las guerrillas que deben cubrir la reno, y aprovechando el momento
retaguardia, hasta media hora des- mas oportuno y punto mas atacable
pues de haber salido el grueso de la y débil de los que ocupa el enemigo,
columna, cuyo movimiento seguirán. caerá sobre él como un r·ayo. Rota
Sino fuere fácil burlar la vígilancia la línea y colocado á su espalda, ha-
del contrario, bien por el cuidado rá que las guerrillas, que de antema-
que tiene, 6 por las posiciones que no llevará preparadas, é instruidos á
ocupa; y el gefe que manda observa los oficiales que las mandn n, envuel-
animados á sus soldados y dispuestos van al enemigo en todas direcciones
á vol v~r á los manos, aprovechará y concluyan de batirlos; a l mismo
tan buena di~posicion; escitará mas y tiempo que parte de la fuerza de la
mas su valor por lag promesas y pre- columna habrá desrJlegado en batalla,
mios, dándoles á conocer que un gol- y roto el fuego para aumentar la
pe de arrojo puede librarles del pe- confnsion y desorden. La derrota del
ligro en que se encuentran; teniendo enemigo es ind ud ab le por tan im-
entendido que no hay nada que pres· previsto é inespe rado golpe, pues hay
te mas decision, animo y ener·jía á los pocos soldados que sepan contrarres-
hombres que ladt!sesperacion. Prepa- tar con serenidad semejantes cho-
rados a si, se formará en columna cer- ques; y m ~s cuando están penetrados
rada 6 como mejor lo permita el ter- que los contrarios se baila n en la im-
46 4?
posibilidad , no tan solo de tomar la el contrario; que esta esté di vid ida
ofensiva, sino aun de resistir á la si es posible en dos 6 trPs p:1rages,
primera amenaza que trate de hacer- de manera que á un mismo tiempo
seles. caiga sobre su adversario, si ca be
Creo haber abrazado los mas prin• por vanguardia y retaguardia; que
cipales incidentes que pueden ocurrir sea tan veloz y fuerte su ímpetu ,
en la guerra de montaña, aplirables que no se le dé lugar para volver
al menor 6 mayor número de tropas. en sí, procurando introducir el desor-
Pasemos ahora á dar una idea de losar. den; que no se adelante 6 anticipe
diJes y estragemas que con frecuencia uno de los puestos al otro, sino es
suelen usarse; los mas comunes son !:u que obren simultaneamente; que se
emboscadas. Estas se reducen á colo- deje al enemigo estenderse á lo lar-
car cierto número de tropa en un go del desfiladero ó garganta cuanto
sitio ó parage de dificil acceso, por iea posible, para de esta manera en-
donde precisamente debe pasar el contrarlo mas débil, y en fin que se
enemigo; las cit·cunstancias mas esen- procure interceptar la comunicacion
ci ales que deben concurrir en una de la vanguardia con la retaguardia
emuoscada, son, que la tropa se ha- con árboles, carros, caballerías muer-
lle colocada en tal disposicion que tas y ou·os obstaculos que obstruyan
no pueda ser vista ni descubiex·ta por el paio. Es preciso que no olvide el
48 49
gefe que manda una emboscada que primeros se requieren preparativos
su felicidad consiste en no ser descu- de alguna consideracion, pues siendo
bierto por su enemigo antes de caer estos, por lo regular, un as casas for·
iiobre él; ni que tampoco este pueda tificadas y preparad ~s contra un gl)l•
saber el punto en que se oculta, pu- pe de mano, no es facil sorprenderlas
es entonces las ventajas que cree te- á no ser que las g uarniciones que las
ner el que se embosca set·an en su defienden se hallen en un total aban-
daño. Para que no le salgan vanJs sus dono, ó haya inteli ge ncia con ellas;
esperanzas, es necesario guarde un por lo que dejaremos este punto y
absoluto si lenci o acerca del parage en hablaremos de los puestos de campaña.
·c¡ue trate de emboscarse, y que esta Sabida la colocac ion de estos, el
operacion , cu:!ndo pueda combinarse, terreno que ocupan, el de sus inme-
·la verifique poco tiempo antes que diaciones, su fuerza y vigilancia 1
el enemigo llegue al sitio determina. demasque puedan con venir ,se prepara·
do: tomadas estas medidas puede es• rá la tropa que haya de hacer! a sorpre•
perarse un buen resultado. sa, la que no habiendo un particular
Otro de Jos ardides de esta guer· · motivo que lo impida ejecutará su
. ra son las sot·presas de los puestos: marcha de noche hasta la proximidad
estos pueden dividirse en estables 1 del puesto que se quiera sorprender
. Talantes. Para la,:¡ sorpresas de lo• adonde se la dará un rato de desean·
so $1

so á fin de que repose de la fatiga retaguardia ; reemplazando á la de


Y ataque con mas vigor. Si la dis- este punto que habra pasado á van-
tancia del punto de partida hasta guardia. Antes de llegar á las inme-
el de los enemigos, fuese tal que diaciones del puesto enemigo, sino
iea preciso marchar de dia, se evi- fuere aun de noche, se ocultará la
tará pasar por poblados ó case- tropa en un pat·a3e á proposito hasta
l'ios, y ~uando no hubiere remedio la hura determinada para el ataqut,
un destacamento de las guerrillas de que en mi concepto es la mejor dos
vanguardia, 6 el total de ella !e horas a u tes de a manccer, en la que
adelantará y cercando la poblacion regnla1·mente carga con mas fueua
ó caseríos no permitirá la salida el sueño y se esperimema una espe-
á persona alguna. Llegada la colum- cie de sopor 6 falta de energía en
na á este sitw proseguirá la marcha la maquina aun en aquellos que 1e
sin detenerse, no dejando entrar in- hallan vigilantes. Dada la señal, !e
dividuo alguno de elld, y permane- figurará atacar el puesto por dos ó
ciendo las guerrillas circumbalando tres sitios, segun lo permita 6 pro-
las casas, hasta tanto que el grueso porcioP.e la localidad, siendo uno so-.
de la tropa se haya separado como lo el verdaderamente -.tacado. La
una media legua, que seguirá el ventaja está por parte del que ataca•
n~itmo movimiento y cubrirá la pue& puede ¡·e unir todos sus esfuer;¡;oa
4
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en un solo punto, mientras qne el que adonde es tan fácil ucultar una mar-
le defiende !e véobligado á cubrir to- cha, aunque sea de Jos ó tres dias,
da su línea que la supone amena- Tambien pueden hacerse en los cam-
bada. Estos golpes de mano deben pamentos tanto estables cuanto en
egecutarse con suma prontitud y de- movimiento, y en todas aquellas oca-
cision' arrolldndo cuanto se presente siones que proporciona continuamen-
en lo que estriba el loóro de la em- te la guerra de montaña. Esta mas
presa. Son acciones de otros momen- que otra alguna , como dijo el gran
tos y las que rar 3 v~z dejan de te- capitan de nuestro siglo, aplicándolo
ner' un feliz resultado si se comb"man á toda clase de guerra, lo es de pies:
bien los medios. así es, que el que sea mas veloz en
Las wrpresas pueden llevarse á sus marchas, y tenga soldados mas ro
efecto en las poblaciones abiertas, bustos para sufrir esta fatiga, lleva-
siempre y cuandoque se sepa que la1 rá siempre la ventaja sobre su ene-
tropas estan alojadas ó acuartela- migo.
das, pero en algun tanto descuidadan Se hechará de menos que no he
1 sin las precaucionesnecesarias, por hablado en esta memoria de las ar-
creer al enemigo distante, que nun- mas de caballería y artillería, pero
ca debe conceptuarse sino es muy como en la montaña se hace muy po-
próximo en los terrenos montañosos co uso de ellas, particularmente de
$4 SS
In tíltima, no me ha parecido tan ne- sí en !U aban tren, tiene suficiente nú·
ce·ario e~tender mis ideas acerca de mero de di~paros para sostener el fue·
esto; sin embargo espondré algnno5 go por algun tiempo; siendo ademas
principios generales sobre estos dos tan fácil, segun el sistema actual de
los carros de municiones, trasladar
puntos.
Cuando una columna compuesta los cajones que llevan estos á Jos
de las tres armas, marchase por esta abantrenes, cuando aquellos se ha-
cl~se de terrenos, ~e tendrá el mayor llan apul'adus.
Si a tratar de mezclarme en el uso
cni JRdo en proporcionar á cada una
de e llas el mas análo ~n . La artillería del fuego de la anilleria, es mi opinion
dc!:le ir siempre escoltaJa por un su- el usar de ella con la mayor eco-
ficiente número de tropns liger~5, ó nomía, y solo cuando puedan apro-
compañíns de cazadores, que despe- vecharse sus disparos, cosa algo di-
ficil en lus sitios montaf.Jsos, en Jos
je el tenen•> y pueda !ostenerla en
cuales por lo l'egulat· se preseJ~ta la
caso de necesi dad ; apartando de
e8ta ar ma todos los obst<iculos eropa en pequeiio~ cuerpos, cubiertos
que impidan sus maniobt·as; co- ademas en sus quebradas y bosques,
mo son el bagage y hasta sus c:Jrros . y de consiguiente inútil el fue go de
ele mnnicio11es ~ mediante IÍ que con esta arma. Nunca se la debe empe-
Jos tiro~ que lleva cada pleta de por fiar en pasos ~sLredlUS , adonde lejos
s6 57
d~ poder ayudar cou sus esfuerzos ,
rad á fin de cortar al enemigo' eS
incomod~ría y obstruirh el paso á bien' sostenida por algunas compamas~·
las tropas: causaría un entorpecimi- de cazadores, marchar en pos de él,
ento en las maniobras y se espondria con el objeto de que tan pronto como
á que cayese en poder del enemigo, si este d~semboque en dichos sitios, cor-
tuviese que efectuat·se algun movi- ra por un movimiento de flanco á
miento retrogado 6 de flanco. colocarse á su espalda' y lo acuchille
En cuanto á la caballería obran mientras que los cazadores lo baten,
casi las mismJs razones, y solo los de frente.
cuerpos ligeros wn los únicos que Si en la marcha de esta colum·
deben emplearse ea esta guerra, na se presentare algun desfiladero,
aligerándolos cuanto sea posible en garganta ó paso dificil, se mandará
su equipo, como he dicho de la in- hacer alto á la caballería, artillería
famerÍJ.Esta arm:J. puede ser de gran y bagage, con algun cuerpo de in-
utilidaJ en las cargas, cuand.J el ene- fantería, segun se sospeche de la pro•
migo desalojado de su posicion, tuvie~ ximidad del enemigo; no verificando
re que pasar en su re tirada por al- estos cuerpos el pasage de estos sitios,
gun valle 6 llanura qne p.resente al- hasta tanto que esplorado ,el terreno
guna estension, mand<ínJola adelan- con el mayor cuidado y en todas di·
.t ar, aunque se;\ coa alguna d ific~l- recciones, se viere no haber peli·
S~ 69
'gro. Sería de suma utilidad que al- cbaron pie á tierra y encadenando
gunos cuerpos ligeros de caballería sus caballos sostuvieron varias cargas.
llevasen fusil y bayoneta , en lugar No he querido citar en este tra•
de la carabina ó tercerola¡ instrui- tado ninguno de hJs brillantes hechos
dos en las maniobras de la infanteda, que nuestras;ropas han ejecutado en
como antiguamente lo estaban los la guerra de Navarra, y que por tan·
cuerpos de dragones, que no encuen- tas vecP.S se han cubierto de gloria.
tro una razon porque se ha abando- Esta guerra aunque de montaña, de•
nado este sistema , pues sorprendidos be, á mi parecer, llevarse á cabo ba-
estos en su marcha, atacados en algu- jo de otros principios, pues los ene-
na poblacion, 6 bien para aumentar migos con que tenemos que batirnos
la fuerza de la infantería en un dia aunque mas atroces, encarnizados y
de accion, traería ventajas muy gran. fiems que ningunos otros, wn al fin
des. Esto mismo he viEto practicar á espafioles, y Sil pérdida es un verda-
lC's drHgones franceses pocos di as an- dero mal para la . nacion, y deben
tes de la accion de Ocaña , en que adaptarse medios 'muy diferentes de
atacados por nuestras divisiones de hacerles la guerra. El general que
caballería, al mando del Ex mo, Señor pudiera inutilizar los esfuerzos de la
D. Manuel de Freire, en la cuesta fJccion, si11 destruir la masa en gene-
del MaJe¡ o ce¡·ca de,Dos-Barl'ios, he- ral que la compone 1 y 1.1quletaae
6o 61
aquel pais, sería un verdadero héroe la impresion que se le quiere dar, y
digno de admiracion. Varias de las se anima de los mismos sentimientos
medidas que el actual gefe que man- que su gefe. Segun la accion mala eS
da á aquel ejército ha dictado, tien- buena que se comunica á sus resortes,
den á esto, y todos esperamos un fe- los soldados se mueven á derecha eS
liz exito. Sino se creyese que un or- izquierda: caminan á su conservacion
gullo inmoderado mueve mi pluma, y gloria. ó á su aniquilamiento y
tal vez trazaría un plan de guena oprobio como su gefe. Si este es ha-
que abrazase el estremo ·indicado; bil é intrepido, se le presentan mil
pero se tendría por. un desvarío, el ocasiones en esta guerra para lucir
que un subalterno tratase de espo- sus talentos, y salir con gloria de los
nery dictar medidas, en una materia mayores apuros: pero por desgracia
de tanta consideracion y peso. no se hallan muy generalizadas laa
Por conclusion, la guerra de iJeas de la guet·ra de montaña, tan pro-
montaña, vuelvo á repetí~, es mas di- pia de nuestro pais. Los antiguos, no
ficil que se cree, requiere vastos co- hay duda, las conocieron mejor y su-
nocimientos y un estudio muy pro- pieron aprove~h~rse de la naturaleza
fundo. El general que manda un del terreno; ~in s.-t lir fuera del nues-
ejército debe penetrarse que es el al- tt•o puJemos citar un Sertorio y u!l
ma Je él y su fuerza motriz;este recibe Virhtto; los que se mantuviet·on por
6~ 63
tan largo tiempo contra todo el po• de ardide•, e trBta gemas y embosca.
der de los ejércitos romanos, logran• das, dirigjjas con el m ~ yor tino , cuyo
do sobre ellos ventHjas estraordina• resnl!a.lo fué siempre la victoria! Es·
rlas. El pl'ime ro de est•JS dos es sin t_s y otras maniobras y ataques eje-
duda el maestro en el arte, sobrepa• cutados en todos los ángulos de la
san do en estratagemas y ardides á cuan- Península, por Ios cuerpos francos 6
tos ha:;ta ahora se han conoci,lo; ti guerrillas, podría ser un vasto cam-
alguno de los modernos puede com- po sembrado de acciones las mas bri-
pararsele, es el famoso Scanderberg. llantes, que nos serviría de una escue.
Sino temiese ofimdet· la modestia de la práctica. Pero parece que el astro
alguno de nuestros generales, lo cita- de la adversidad nos sigue por todas
ria como á otro Sertorio en la épo~a partes, y ha sepultado en el olvido los
gloriosa de la guerra de la indepen- hechos mas gloriosos de una guerra,
dencia. ! Que de comboyes cogidos á que supimos sostener con tanta cons-
los euemigos ¡ ! Que de conducciones tancia, energía y valor, y en la que
de prisioneros puestos en libertad, Y se hecharon mano de cuantos resortes
vueltos otra vez al eíército de la Pa· pueden presentarse al talento huma•
tria l ¡ Que de veces sorprendidas Y no. ¡ Que nos resta ya de esta gloria
destruidas las divisiones enemigas con que por tan grandes sacrificios supi-
un pullndo de volientc•l y en fln, 1que mos adquirir V 1 Nada, ni aun un
64
almple recuerdo¡ ! Ni aun aquellas
sefiales con que los antiguos marca- Fé de errato~s.
ron sus famosas épocas, cuyos mo-
numentos han pasado su memoria á
-
la edad mas remota!
Aunque no en todos, en algunos
ejemplares en la página u. línea 13
di.:e : la senda en la mano lease la
10nda en la mano.

FIN·

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