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Capítulo VI

Término de la misión

Es la clausura de la representación, haya sido esta temporal o permanente, extraordinaria u


ordinaria del agente diplomático en el exterior. Esta misión concluye cuando termina el trabajo
para el cual fue encomendado, cuando es temporal o extraordinaria, ya sea que haya sido
nombrada para una transmisión de mando presidencial, por ejemplo, o la negociación de algún
tratado.

En el caso de las misiones permanentes u ordinarias pueden terminar por distintas causas y se
debe tener claro que la misión del jefe de la Misión no es lo mismo que la Misión, como
institución permanente.

Para terminar la misión de un jefe de esta se puede originar por distintas causas, entre estas:

a) La muerte del agente, en cuyo caso la jefatura de la Misión es automáticamente


asumida con el carácter de Encargado de Negocios por el agente diplomático de mayor
categoría. En su defecto el gobierno deberá enviar a un Encargado de Necios o
acreditar un Encargado de Asuntos Administrativos.
b) La partida del agente sea por causa de su traslado a otra función, su pase a situación
de jubilado o la situación de disponibilidad.
c) La llegada del jefe de Misión titular, en el caso de los encargados de Negocios.
d) El cambio de categoría de la Misión como consecuencia de la decisión de dos países de
elevar el rango de sus respectivas representaciones y el de sus jefes.
e) La declaración de persona no grata cuando el gobierno receptor considera que la
conducta del jefe de Misión hace indeseable la continuación de su misión.
f) La expulsión del jefe de la Misión por el gobierno receptor, que lo obliga a abandonar
el territorio. Esto era conocido anteriormente como “entrega de pasaportes”.
g) El retiro por el Estado acreditante por razones de orden interno o externo.
h) El cambio de gobierno en el país receptor que ocasione una interrupción de las
relaciones.
i) La abdicación o muerte del soberano del Estado acreditante o del receptor.
j) La ocupación del territorio por fuerzas enemigas y significaría el final del gobierno
receptor.
k) La extinción del Estado receptor o del acreditante.
l) La supresión de la Misión por uno o ambos Estados por razones no conflictivas.
m) La ruptura o suspensión de relaciones.

Cese de misión

El cese de Misión obedece a causas incluidas en la Convención de La Habana sobre


Funcionarios Diplomáticos, de 1928.

Por la notificación oficial de un gobierno al otro de que el agente diplomático a cesado sus
funciones.

1. Por el término del plazo fijado para el cumplimiento de la Misión.


2. Por la solución del asunto si la Misión hubiese sido creada por una cuestión
determinada (en Misión Extraordinaria).
3. Por la entrega de los pasaportes al funcionario hecha por el gobierno ante el cual
estuviese acreditado.
4. Por la petición de pasaportes hecha por el funcionario al gobierno ante el que está
acreditado.

En estos casos de Cese de Misión se establece en La Convención que se dará un plazo


razonable a los agentes diplomáticos para que abandonen el país y el gobierno acreditante
deberá asumir su seguridad y la de sus bienes.

En todos los casos de cesación de funciones, el diplomático gozará de sus inmunidades y


privilegios hasta el momento de abandonar el país y puede extenderse hasta un tiempo
prudencial después de su partida.

La Convención de Viena de 1961 también dispone que las funciones del agente diplomático
terminarán por notificación por el Estado acreditante al receptor del término de la función del
agente diplomático o por notificación por el Estado receptor al acreditante que no reconoce al
agente diplomático como miembro de la Misión.

La Convención de Viena también prevé que aún en caso de un conflicto armado el Estado
receptor debe facilitar el retiro del agente y los miembros de su familia lo más pronto posible y,
de ser necesario, proporcionarles los medios de transporte. Así también proteger la local sede
de la Misión y sus bienes, aunque sí podrá confiar estas custodias a un tercer Estado, con el
consentimiento del receptor.

Tratados

La ruptura o ausencia de relaciones diplomáticas o consulares entre dos o más Estados no


impedirá la celebración de tratados entre dichos estados, según la Convención de Viena.

Cartas de Retiro

Las Cartas de Retiro son los medios por los cuales se formaliza el término normal de la misión
de un Embajador o ministro. Consiste en un documento emitido por la Cancillería en la que el
jefe de Estado del país acreditante comunica al país receptor que ha concluido la misión del
agente diplomático. Pueden ser entregadas directamente por el Embajador o ministro saliente,
aunque lo más frecuente es que las entregue su sucesor, juntamente con sus cartas
credenciales.

Esta Carta de Retiro puede ser objeto de una respuesta del jefe de Estado receptor, en forma
también de una Carta de Cancillería donde manifiesta su complacencia por el trabajo del
agente diplomático que se retira.

Retiro del jefe de Misión

El retiro obliga a visitas de cortesía semejantes a las que realizó a su llegada. La primera será, si
es Embajador, al jefe de Estado, a quien, si es la práctica, entregará su Carta de Retiro. Visitará,
además, al ministro de Relaciones Exteriores y a los altos jefes del Ministerio, así como a las
autoridades con quien hubiere tenido más estrecha relación.

Encargo de intereses

Esta es la figura jurídica por la cual una Misión Diplomática permanente asume ante el
gobierno no receptor el cuidado de los asuntos de un tercer país con el que éste no mantiene
relaciones diplomáticas. Surge esta figura cuando se rompen o suspenden las relaciones entre
dos gobiernos, o cuando dos gobiernos no han intercambiado aún misiones diplomáticas.
Esta figura de Encargo de Intereses tiene dos momentos: el acuerdo entre el gobierno
solicitante y el gobierno designado para asumir el encargo de intereses y la aprobación por el
gobierno receptor de la selección del país encargado, que le es comunicada por éste y que
también puede ser materia de un cambio de notas.

El artículo 45 de la Convención de Viena dice que cuando hay ruptura de relaciones


diplomáticas entre dos Estados o se pone término a una Misión de modo definitivo o temporal,
el Estado acreditante podrá confiar la protección de sus intereses y de los intereses de sus
nacionales a un tercer Estado aceptable para el Estado receptor.

Este encargo de intereses no debe confundirse con la custodia de archivos y bienes.

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