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EL GRAN MAESTRO DE LA CULTIVACIÓN DEMONÍACA

¡Grandes noticias! ¡Wei WuXian ha muerto!

A menos de un día de haber ocurrido el asedio en la Colina LuanZang, la noticia se extendió a


través del Mundo de Cultivo como si le hubieran brotado alas, superando incluso la velocidad a la
que se propaga una guerra.

Por un tiempo, desde los más destacados clanes hasta los cultivadores más corruptos, todos
discutían si el asedio había sido dirigido por los Cuatro Grandes Clanes y seguido por otros más
pequeños.

—¿El Patriarca YiLing ha muerto? ¿Quién pudo haberlo matado?

—Quien aparte de su shidi, Jiang Cheng, poniendo final a su propio hermano jurado por un bien
mayor. Jiang Cheng dirigió los Cuatro Clanes de YunmengJiang, Lanlinglin, GusuLan y QingheNie
para destruir su guarida, la Colina LuanZang.

—¡Gracias al cielo!

—Ciertamente. ¡Al fin nos libramos de esa abominación!


—Si no fuera porque el clan YunmengJiang decidió adoptarlo y criarlo, habría sido un indigente
más viviendo en las calles, y no quiero ni imaginar la clase de desastres que hubiera ocasionado.
¡Habrían sido peores que los que vivimos estos días! El líder del Clan Jiang lo crio como a su
propio hijo, pero él los abandonó y se convirtió en enemigo del Mundo de Cultivo, dejando sólo
humillación para el Clan Jiang, incluso los llevó casi al borde de su exterminio. ¡Él es el ejemplo
perfecto de morder la mano que te alimenta!

—Jiang Cheng le permitió vivir por mucho tiempo. Si yo hubiera sido él, en el momento de la
deserción, no sólo lo habría apuñalado, sino que también habría exterminado a cualquier discípulo
que hubiera llegado a tener, para que a nadie se le ocurriese repetir sus locuras después. ¿A quién le
importa que hubieran sido amigos desde la infancia?

—Eso son sólo rumores. Aunque Jiang Cheng fue una de las principales fuerzas que estuvieron a
cargo de ponerle fin a Wei WuXian, no fue él quien le dio el golpe final. Fue porque practicaba el
cultivo demoniaco que los poderes de Wei WuXian se volvieron en su contra y lo hicieron pedazos.

—¡Ja, ja, ja! ¡Entonces fue el karma! Los soldados fantasmas que creó eran como perros rabiosos
que muerden todo cuanto se cruza en su camino. ¡Fue bueno que lo masticaran hasta la muerte!

—Pero, si no fuera porque Jiang Cheng ideó un plan, conociendo las debilidades de Wei WuXian,
la operación pudo haber fracasado. ¿Acaso debo recordarles a ustedes, charlatanes, la clase de
objeto que poseía Wei WuXian? ¿Se han olvidado del día en que tres mil cultivadores
experimentados fueron completamente aniquilados?

—Escuché que eran más de tres mil, quizá cinco mil.

—Ese sujeto era un completo desquiciado, había perdido la cabeza.

—Qué bueno que destruyó su mayor arma demoniaca antes de morir. De lo contrario, si la hubiera
dejado en este mundo para destruir a la humanidad, quién sabe qué clase de barbaries se hubieran
cometido en el futuro.

—Oh, bueno… ¿Sabes lo que me parece extraño? Wei WuXian era uno de los cultivadores más
prometedores, provenía de un clan distinguido y fue reconocido desde temprana edad. ¿Cómo
demonios terminó así?

—Él es la prueba de que la forma correcta de cultivarse es siguiendo el buen camino. Usar esa
práctica deshonesta, la cultivación demoniaca, podría parecer beneficioso al inicio, pero mira como
terminó. ¡No quedó nada de su cuerpo! ¡Ni un sólo cabello!

—No todo fue por culpa de su camino de cultivación. Wei WuXian también era una persona
bastante inmoral. Lo que uno hace en vida se tiene que pagar antes de la muerte, cosechas lo que
siembras; lo que va siempre vuelve.

Después de la muerte de Wei WuXian, el tema continuó extendiéndose. Las pláticas de la gente casi
siempre eran las mismas, y las opiniones poco convencionales que lograban salir a la luz, eran
eliminadas de inmediato.

Sin embargo, no hay peor ciego que el que no quiere ver; la gente hacía la vista gorda.
Nadie podía convocar el espíritu de Wei WuXian, lo que significaba que su alma había
desaparecido. Pudo haber sido desgarrada y repartida entre los millones de fantasmas que lo
devoraron, o pudo haber escapado.

Si era lo primero, entonces todo estaría bien. Aunque nadie dudaba de que el Patriarca YiLing tenía
el poder suficiente como para mover montañas y vaciar los mares. Así que, si era lo segundo, su
alma buscaría volver al cuerpo de forma eventual. Cuando ese día llegara, el Mundo de Cultivo, o
incluso toda la Tierra mortal, se enfrentaría a una de las condenaciones y venganzas más insanas
jamás concebidas, hundiéndose en el caos y la desesperación.

Entre diversos clanes, colocaron ciento veinte bestias de piedra en la cima de la Colina LuanZang y
realizaron rituales de invocación de almas de forma frecuente, también aumentaron la vigilancia de
dicho lugar y buscaron sucesos extraños por todo el mundo.

Al primer año, no pasó nada.

Al segundo año, no pasó nada.

Al tercer año, no pasó nada.

Al décimo tercer año, tampoco pasó nada.

Cada vez, más y más personas comenzaron a creer que, tal vez, el Patriarca YiLing en verdad había
perecido. Incluso si él era capaz de poner al mundo de cabeza, había sido su turno de venirse abajo.

Nadie podía permanecer en la cima por toda la eternidad; porque, al final, las leyendas eran sólo
eso: leyendas.
Wei WuXian recibió una patada en cuanto abrió los ojos. Una estridente voz retumbó al lado de su
oreja.

—¡Deja de hacerte el muerto!

El golpe que recibió lo lanzó hacia atrás, y su cabeza terminó por tocar el suelo.

«Tienes muchas agallas para golpearme a mí, el Patriarca» pensó mientras luchaba contra las ganas
de vomitar.

Ese grito fuerte y feroz era la primera voz humana que escuchaba luego de varios años. La cabeza le
dio vueltas y los oídos le zumbaron al continuar escuchando semejante desgracia de sonido.

—¿De quién crees que es la tierra en la que vives? ¿De quién crees que es la comida que comes?
¿De quién crees que es el dinero que gastas? ¿Qué hay de malo en tomar algunas de las porquerías
que tienes? ¡Todo lo que posees también me pertenece!

Aparte de esta voz adolescente, más parecida a la de un pato, también logró escuchar con claridad
cofres siendo saqueados y objetos siendo destrozados.
Poco a poco, su vista comenzó a aclararse. Un techo débilmente iluminado apareció ante sus ojos,
seguido por una persona encorvada de apariencia enfermiza que le escupía saliva cada vez que
hablaba.

—¿Cómo te atreviste a decirle a mi padre y a mi madre? ¿En verdad pensaste que alguien en esta
casa te iba a escuchar? ¡¿Creíste que te tendría miedo?!

Después de eso, la voz de un chico, que se dirigía como si fuera un sirviente, se hizo presente.

—¡Listo! ¡Joven Maestro, todo está destrozado!

—¿Cómo lo hiciste tan rápido? —preguntó el Joven Maestro.

—Bueno, no hay muchas cosas dentro de esta pocilga —respondió el criado.

El Joven Maestro parecía estar bastante complacido, entonces, golpeó a Wei WuXian con fuerza en
la nariz.

—¡Te atreviste a amenazarme y mírate ahora! ¡Juegas a hacerte el muerto en el suelo! ¿Y por qué
razón? ¡Como si alguien en verdad se fuera a interesar en estos montones de basura! Ahora que lo
he destrozado todo, veamos cómo te dirigirás a mí en el futuro. ¿Te sientes orgulloso de ti mismo
sólo porque te cultivaste durante algunos años? Bueno, ¿cómo se siente ser echado de la casa como
si fueras un perro callejero?

«No pretendo hacerme el muerto en absoluto, ya que, en realidad, he estado muerto durante un par
de años —pensó Wei WuXian con cansancio—. De todas formas, ¿quién es este sujeto? ¿Dónde
estoy? ¿Cuándo hice algo tan inmoral como robar el cuerpo de otra persona?»

El Joven Maestro había liberado su ira pateando al chico que se encontraba en el suelo, rompiendo
sus pertenencias y destrozando su casa. Salió pavoneándose y se dirigió hacia sus dos sirvientes,
luego de azotar la puerta.

—¡Vigílenlo con cuidado! ¡No lo dejen salir por el resto del mes o hará el ridículo de nuevo!

Cuando esas personas se fueron, el silencio inundó la habitación. Wei WuXian pensó en levantarse.
Sin embargo, sus extremidades no lograban sostener bien su peso, por lo que tomó la decisión de
permanecer acostado. Se puso de lado y miró, aun aturdido, el extraño ambiente que le rodeaba y el
desorden que había en el suelo.

Un espejo de bronce descansaba a un lado suyo. Wei WuXian lo agarró y se miró en éste, topándose
con un terrible y pálido rostro, que tenía dibujadas dos manchas asimétricas y rojizas en cada una de
las mejillas. Si agregaba una lengua color rojo sangre, podría confundirse con un fantasma
ahorcado. Dejó el espejo a un lado y se limpió la cara, notando cómo su mano terminaba cubierta
con un polvo blanco.

Para su fortuna, descubrió que ese no era el color natural del propietario del cuerpo; pintarse debía
ser una de sus extrañas aficiones. Sin duda era un hombre, pero estaba cubierto con maquillaje (mal
aplicado, por cierto).
«¡Ugh, que insoportable!»

Luego de recuperarse del shock de volver a la vida, algo de energía regresó a su cuerpo, y al fin
pudo sentarse, notando la matriz circular que había debajo de él. Era de color escarlata y estaba un
poco chueca, parecía haber sido dibujada a mano, usando sangre para su formación; todavía estaba
fresca y emanaba un fuerte olor.

La matriz estaba compuesta de varios símbolos de conjuros ya deformados por su propio cuerpo y
por la estampida con forma de adolescente que acababa de pasar por allí.

Todo eso se veía horripilante. No obstante, Wei WuXian era conocido como el Líder Supremo y el
Gran Maestro de la Cultivación Demoníaca, por lo que estaba acostumbrado a formaciones y
matrices de aspecto vil como el que acababa de presenciar.

Inspeccionando bien la escena, descubrió que, de hecho, no tomó el cuerpo de alguien, sino que se
lo ofrecieron. Ese chico, quien sea que haya sido, había realizado una técnica muy antigua y
prohibida.

Lo que estaba dibujado en ese lugar, más que una matriz, parecía una maldición.

Para crear ese tipo de matriz, la persona en cuestión debía hacerse profundas incisiones en el cuerpo
que le permitieran obtener la sangre necesaria para dibujarla. Luego de eso, se debía sentar justo en
el centro del dibujo y así podrá convocar a un ghoul en extremo perverso, para pedirle que
cumpliera su deseo. El precio a pagar era ofrecer el propio cuerpo al espíritu malvado, mandando el
alma de la persona directo a la tierra.

Esa técnica prohibida era lo contrario a robar el cuerpo de alguien, puesto que se trataba de ofrecer
un cuerpo.

Debido a la gravedad del sacrificio, solo pocas personas habían sido lo suficientemente valientes
como para ponerlo en práctica. Después de todo, casi nadie llegaba a tener un deseo tan profundo e
intenso como para decidir, de forma voluntaria, sacrificar todo lo que posee. Durante miles de años,
sólo se había tenido evidencia de tres o cuatro casos comprobados y registrados que pasaron a la
historia. Sin excepción alguna, el deseo de esas tres o cuatro personas era el mismo: obtener
venganza.

Wei WuXian no podía aceptar eso. ¿Por qué entraba él en la categoría de ghouls extremadamente
perversos?

A pesar de que su reputación no era buena y que había muerto de forma horrible, no perseguía a los
vivos ni buscaba venganza. Es más, podía jurar que nadie sería capaz de encontrar a otro fantasma
errante tan inofensivo como él.

La parte difícil era que, tan pronto como el espíritu maligno se hacía con el cuerpo del invocador, el
contrato quedaba sellado en automático, y el espíritu maligno debía conceder el deseo, o la
maldición causará una reacción violenta y el espíritu en posesión del cuerpo será aniquilado por
completo para no reencarnar nunca jamás.

Wei WuXian levantó las manos para encontrar que, como era de esperarse, ambas muñecas estaban
cubiertas de múltiples cortes. Procedió a quitarse el cinturón. Bajo su ropa negra, las áreas del
pecho y el estómago también mostraban laceraciones producidas con una herramienta afilada.
Aunque la hemorragia se había detenido, Wei WuXian sabía que esas no eran heridas normales. Si
no cumplía con el deseo del dueño del cuerpo, las heridas no sólo no podrían curarse, sino que
empeorarían, y si excedía el límite de tiempo, tanto su alma como su cuerpo se desgarrarían.

Wei WuXian confirmó la situación varias veces.

«¿Cómo puede pasarme esto a mí?» No dejaba de repetirlo en su corazón y en su cabeza.

Luego de un rato, se puso de pie y se apoyó contra la pared.

A pesar de que la habitación era grande en tamaño, estaba vacía y en mal estado, con sábanas y
mantas que parecían no haber sido cambiadas en meses. Había una cesta de bambú en la esquina;
supuso que era para almacenar basura, pero después de haber sido pateada, como muchas otras
cosas, incluido el mismo Wei WuXian, también había basura regada por el suelo.

Escrutó la habitación con la mirada y tomó un pedazo de papel arrugado. Lo desdobló y se


sorprendió al verlo abarrotado de palabras. Entones, recogió a prisa todo el papel.

Cada frase parecía haber sido escrita por el propietario del cuerpo para desahogarse cuando se
sentía estresado y agobiado. Algunas oraciones eran incoherentes y desordenadas; la ansiedad
saltaba de las páginas debido a la escritura distorsionada.

Wei WuXian leyó cada pedazo de papel, hizo sus conjeturas y comenzó a notar que algo estaba
mal.

El dueño del cuerpo se llamaba Mo XuanYu, y residía en la Villa Mo.

El abuelo de Mo XuanYu era de una familia rica de la zona, pero su abuela provenía de una familia
pequeña, y aunque ambos lo intentaron, sólo tuvieron dos hijas. No encontró escritos los nombres
de las hijas, pero la mayor fue concebida con la esposa principal, mientras que la menor, la había
tenido con una de sus sirvientas.

La familia Mo quiso entregar a la pequeña de inmediato, pero cuando ésta tenía dieciséis años, el
líder de una conocida familia de cultivadores, que pasaba por la villa, se enamoró de ella a primera
vista.

Toda la gente admira a los cultivadores. Las familias de cultivo, a los ojos de personas comunes,
son como seres favorecidos por Dios, misteriosos pero nobles.

Al principio, la gente de la Villa Mo no estuvo muy de acuerdo con lo sucedido, pero como el Líder
de la Secta solía apoyar a la villa de manera económica, la familia Mo recibió muchas ventajas.
Entonces las opiniones de todos cambiaron y la familia Mo se enorgulleció del asunto, mientras que
el resto de la villa envidiaba su golpe de suerte.

La hija menor de la familia Mo dio a luz a un varón: Mo XuanYu; pero el Líder de la Secta sólo
había estado con ella para experimentar algo nuevo, por lo que se cansó en pocos años. Cuando Mo
XuanYu cumplió cuatro años, nunca volvió a ver a su padre. Las opiniones de la gente de la Villa
sobre la familia Mo, volvieron a cambiar. El descontento y el desprecio original que les tenían,
regresaron, junto con la compasión desdeñosa.
La señora Mo no aceptó la situación; ella creía con fervor que el Líder de la Secta no haría oídos
sordos a su propio hijo y, en efecto, cuando Mo XuanYu cumplió catorce años, el Líder de la Secta
regresó para llevarlo consigo.

La señora Mo puso la frente en alto y les dijo a todos que su hijo de seguro se convertiría en un
Inmortal tan rápido como pudiera, y glorificaría a sus ancestros. Sin embargo, antes de que Mo
XuanYu lograra el éxito en el cultivo y heredara la posición de su padre, fue expulsado, y de una
manera muy vergonzosa.

Mo XuanYu era homosexual y tenía las agallas suficientes como para acosar a otros discípulos. El
escándalo se hizo público y, como tenía pocos logros en términos de cultivo, no había motivos para
que permaneciera dentro del clan.

Cuando Mo XuanYu regresó a la villa, a menudo se comportaba de manera extraña, casi como si
todo le asustara.

Wei WuXian arqueó las cejas. La historia era bastante compleja, como para resumirla en unas
cuantas palabras.

«No estoy en el cuerpo de un lunático cualquiera —dijo para sus adentros—, ¡estoy en el cuerpo de
un lunático homosexual!»

Eso explicaba por qué había tanto maquillaje en su cara, al punto de parecer un fantasma ahorcado,
y también por qué nadie se había sorprendido al ver la sangrienta matriz del suelo. Seguro que, si
Mo XuanYu pintaba con sangre toda la habitación, desde las baldosas del suelo hasta las paredes y
el techo, nadie se sorprendería demasiado. ¡Después de todo, todos sabían que su cabeza tenía
varios tornillos sueltos!

Luego de que Mo XuanYu regresara a casa, abatido, fue puesto en ridículo. La situación parecía
estar tan fuera de control, que la señora Mo, quien no pudo resistir el impacto, decidió ahogarse.

Para ese entonces, el abuelo de Mo XuanYu ya había fallecido. La hermana mayor de la señora Mo
estaba a cargo de la familia, pero desde muy pequeña no soportaba a su hermana menor ni a su
engendro.

Ella también tenía un hijo, Mo ZiYuan, quien resultó ser la persona que había puesto la habitación,
en la que Wei WuXian se encontraba, patas arriba.

Cuando Mo XuanYu fue llevado por su padre, la hermana Mo mayor se puso celosa y también
quiso relacionarse con una Secta de Cultivación. Ella esperaba que Mo ZiYuan también fuera
llevado a cultivarse cuando cumpliera los catorce años. Por supuesto, sus peticiones para que eso
sucediera fueron rechazadas, o, mejor dicho, ignoradas.

Con una confianza inusual, la familia de Mo ZiYuan pensó que él tenía potencial y talento. Creían
que si, en ese momento, lo enviaban a cultivarse, ganaría el reconocimiento de la Secta, a diferencia
de su primo que sólo había traído decepción y desgracia. Fue entonces cuando le llenaron la cabeza
a Mo ZiYuan con tonterías como que Mo XuanYu le había robado su camino hacia la cultivación y,
creyendo en eso de todo corazón, cada dos o tres días, Mo ZiYuan humillaba a su primo y lo
maldecía por haberle arrebatado su camino. Al mismo tiempo, se vio interesado por los talismanes,
elixires y herramientas mágicas, considerando todo lo que tenía Mo XuanYu como sus posesiones y
haciendo lo que quisiera con éstas.

Aunque Mo XuanYu a menudo alternaba entre ser un lunático y una persona normal, entendía que
otros lo hacían menos y lo toleraba, pero Mo ZiYuan intensificó aún más sus malas acciones
llevándose casi todo lo que había en su habitación. Con eso, su paciencia se agotó y se quejó con
sus tíos, lo que causó la conmoción de Mo ZiYuan; después ocurrió todo lo que Wei WuXian sufrió
cuando abrió los ojos.

La letra en el papel cada vez se hacía más pequeña y compacta, lo cual lastimaba la vista de Wei
WuXian.

«¿Qué tan jodida está la vida de este sujeto?» se cuestionó.

No era de extrañar que Mo XuanYu prefiera usar la técnica prohibida para sacrificar su cuerpo y
pedirle a un ghoul malvado que se vengara en su lugar, a intentar hacer algo por cuenta propia.

El dolor de sus ojos se trasladó a su cabeza. Supuestamente, para usar la técnica prohibida, el
invocador debía recitar su deseo en silencio. Como el espíritu maligno que había sido convocado,
Wei WuXian debió ser capaz de escuchar sus requisitos específicos. Sin embargo, era probable que
Mo XuanYu hubiese copiado fragmentos de la técnica en algún lugar, y hubiese omitido ese paso,
porque Wei WuXian no recordaba haber escuchado ninguna petición al momento de ser revivido
(contra su voluntad). Aunque supuso que quería vengarse de la familia Mo, pero ¿cómo debería
hacerlo? ¿Con qué método? ¿Debía recuperar los objetos que le habían sido robados? ¿O bastaba
con golpear a todos en la familia Mo? ¿O acaso quería… exterminarlos a todos?

Con altas probabilidades, Wei WuXian podía asegurar que lo habían invocado para cometer una
masacre. Después de todo, cualquiera que hubiese entrado en el mundo de la cultivación sabía qué
frases se usaban con mayor frecuencia para describir a su persona: ingrato, excéntrico, incapaz de
reconocer a su propia familia, intolerable para el cielo, y otros términos tanto espectaculares como
extravagantes (ninguno en el buen sentido).

¿Acaso existía alguien más «villano» que él mismo?

Si Mo XuanYu se había atrevido a llamarlo a él específico, por todo lo que había escuchado durante
su tiempo como aprendiz en una Secta, lo más seguro era que imaginara que sería capaz de
conceder su deseo con facilidad.

—Ah… Te equivocaste de persona.


Wei WuXian quería lavarse la cara para saber cómo era el dueño del cuerpo en el que estaba, pero
no había nada de agua en la habitación, ni siquiera para beber o asearse. El único recipiente que
parecía ser capaz de contener líquidos (y poco más), sospechaba que estaba allí para que hiciera sus
necesidades y no para que pudiera lavar algo.

Empujó la puerta, pero estaba cerrada por fuera con un pestillo, probablemente para evitar que
saliera a la calle.

—…

¡Reencarnar no le estaba resultando nada agradable!

A este paso bien podría sentarse en posición de flor de loto y acostumbrarse a su nuevo hogar; así
que eso hizo, y bajó los parpados para detenerse a pensar mejor. El resto del día se fue en un
suspiro.

Cuando abrió los ojos, notó como la luz del sol se filtraba por los huecos de la puerta y las ventanas.
A pesar de que podía levantarse y caminar, todavía se sentía débil y mareado.
Wei WuXian estaba desconcertado, la cantidad de poder espiritual que Mo XuanYu poseía eran tan
insignificante que podía ser ignorado, así que no debía tener problema alguno para controlar su
cuerpo de manera apropiada; sin embargo, ¿por qué no podía hacerlo?

Fue entonces cuando su estómago emitió un rugido y se dio cuenta de que la razón tras su falta de
control no estaba relacionada con los poderes espirituales; se debía a que ese cuerpo no había sido
entrenado y, además, tenía hambre. Si no encontraba algo para comer, podría convertirse en el
primer ghoul malvado que murió de inanición luego de ser invocado.

Wei WuXian levantó el pie y estuvo a punto de abrir la puerta de un golpe, pero, de repente, el
sonido de pasos que se acercaban se hizo presente. Alguien, del otro lado de la puerta dijo de mala
gana:

—¡Es hora de comer!

No obstante, no vio que se abriera la puerta.

Wei WuXian bajó la mirada y notó una pequeña abertura cerca de la cual se colocó un cuenco.

El sirviente que estaba fuera gritó otra vez.

—¡Rápido! ¿Qué estás esperando? ¡Y recuerda sacar el tazón cuando termines!

Dicha abertura era un poco más pequeña que las puertas que se diseñaban para los perros, una
persona no podría entrar o salir por allí, pero algunos recipientes y objetos sí que podían ser
introducidos y sacados con facilidad.

Cuando acercó la comida, notó dos platos, uno de ellos contenía una porción de arroz que se veía
bastante desagradable.

Wei WuXian jugó con el par de palillos que estaban encajados en el arroz. Aunque tenía hambre, no
le daban ganas de comer nada de eso.

El Patriarca YiLing había vuelto al mundo mortal y lo recibían con una paliza y gritos, por no
mencionar las sobras que le sirvieron como cena de bienvenida. ¿Dónde estaba la sangre y el gore?
¿La matanza despiadada? ¿La destrucción absoluta? Era como un tigre en una llanura, un dragón en
aguas poco profundas, un ave fénix sin plumas; no tenía nada a la mano que pudiera usar a su favor
y estaba siendo despreciado por seres más débiles que él.

Escuchó que el sirviente de afuera habló de nuevo, pero ahora lo había hecho con un tono risueño.

—¡A-Ding! ¡Ven aquí!

La dulce voz de una joven se escuchó provenir desde la distancia.

—A-Tong, ¿estás entregando la comida a la persona que está allí de nuevo?

A-Tong chasqueó la lengua.


—¿Para qué otra cosa vendría a este patio de mal agüero?

La voz de A-Ding sonó más clara, parecía que se había acercado a la puerta.

—Solo entregas una comida al día y a nadie le importa si te haces el vago un rato. Es una tarea
fácil, ¿y te quejas? Mírame a mí. Estoy tan ocupada que ni siquiera puedo salir a pasear un rato.

—¡Traer aquí la comida no es lo único que hago! —replicó A-Tong—. ¿Y cómo te dan ganas de
salir estos días? Con tantos cadáveres deambulando por las calles, todos se encierran en sus casas.

Wu WuXian se sentó junto a la puerta y escuchó cada detalle de la conversación mientras comía.
Parecía ser que, desde hace un tiempo, la Villa Mo no había estado en paz. Los cadáveres
ambulantes, como su nombre indicaban, eran personas muertas que podían moverse; un tipo de
cadáver alterado de bajo nivel. Por lo general eran lentos y perezosos, a no ser que la persona
fallecida tuviera un fuerte resentimiento. No eran demasiado peligrosos, pero bastaban para alarmar
a la gente común, en especial por el olor que desprendían, su hedor era capaz de inducir el vómito.

En cualquier caso, para Wei WuXian, ese tipo de cadáveres eran los títeres más obedientes. Es más,
sintió cierta nostalgia al escuchar el nombre de esos seres.

—Si quieres salir, debes llevarme para que pueda protegerte —agregó A-Tong, haciendo una sutil
mueca que disimulaba sus obvias intenciones.

—¿Tú? ¿Protegerme? —Dijo A-Ding—. ¿Estás seguro de que puedes derrotar a esas cosas?

—Si no puedo derrotarlos, otras personas tampoco podrán.

—¿Y cómo sabes que otras personas no podrían hacerlo? —A-Ding soltó una risita—. Para tu
información, algunos cultivadores llegaron hoy a la Villa. ¡Escuché que eran de un clan muy
importante! La Señora está hablando con ellos en el salón principal, y todos en la villa han venido a
ver. ¿Acaso no escuchas todo el escándalo que están haciendo por eso? Ah, no tengo tiempo para
entretenerme contigo, si tardo, podrían dejarme más trabajo después.

Wei WuXian escuchó con atención. En efecto, sonidos débiles y bulliciosos provenían en dirección
del este. Luego de reflexionar un poco, se levantó y abrió la puerta de una patada, rompiéndola en el
proceso.

En ese momento, los dos sirvientes, A-Ding y A-Tong, que estaban coqueteando, dejaron escapar
un par de gritos por el susto repentino. Wei WuXian arrojó su tazón a algún lugar y salió,
estremeciéndose por el resplandor del sol. Se llevó la mano a la frente y cerró los ojos por unos
instantes.

En ese momento, A-Tong gritó incluso más fuerte que A-Ding, pero cuando miró con más
detenimiento y se dio cuenta de que se trataba de Mo XuanYu, a quien cualquiera podía humillar, le
volvió el coraje que parecía haber perdido. No quería que A-Ding pensara que él era un cobarde,
por lo que saltó al frente y agitó las manos como si estuviera espantando a un perro.

—¡Shu! ¡Shu! ¡Vete de aquí! ¿Por qué saliste?


A-Tong lo vio peor que un mendigo a una mosca. La mayoría de las veces, los sirvientes de la
familia Mo trataban a Mo XuanYu así porque nunca se quejaba ni se oponía.

Wei WuXian le dio una patada a A-Tong, no con mucha fuerza, pero lo suficiente como para
hacerlo caer, y se echó a reír.

—¿Cómo se atreve un simple mocoso recadero a humillar a otros de esta manera? —Habiendo
dicho esto, se dirigió hacia el este, al origen del bullicio.

Había bastante gente cerca del salón principal. Justo cuando Wei WuXian entró, escuchó la voz de
una mujer, hablaba bajo, pero mucho más fuerte a comparación de los murmullos del resto de las
personas.

—Un miembro de la generación más joven de nuestra familia solía ser un cultivador también…

Debía tratarse de la Señora Mo, quien intentaba hacer conexiones con los cultivadores de nuevo.
Wei WuXian no esperó a que ella terminara de hablar y atravesó a la multitud con rapidez mientras
sonreía.

—Ya voy, ya voy. ¡Estoy justo aquí!

La señora de mediana edad, sentada en la sala, que parecía gozar de buena salud y vestía ropas
extravagantes, seguro que era la Señora Mo. Su esposo estaba sentado cerca de ella, y frente a
ambos estaban, también sentados, unos muchachitos vestidos de blanco.

Debido a la forma en la que Wei WuXian irrumpió, todas las voces se silenciaron, pero él habló sin
vergüenza alguna, como si fuera incapaz de notar el tipo de atmósfera que lo rodeaba.

—¿Quién me estaba llamando? ¡Soy el único que solía ser cultivador!

Dada la cantidad de maquillaje que Wei WuXian tenía en la cara, uno de los cultivadores estuvo a
punto de reírse, dejando escapar un sonido similar a un «pfff»; mas su rostro retornó a su seriedad
habitual cuando otro cultivador, al parecer, el líder del grupo, lo volteó a ver con una mirada de
desaprobación.

Wei WuXian creyó que los sirvientes estaban exagerando la situación ya que desconocían del
Mundo de Cultivo y sus Sectas, pero cuando analizó a los jóvenes allí presentes, se sorprendió, ya
que sí provenían de un clan muy importante.

Los muchachos llevaban túnicas blancas con mangas largas y cinturones del mismo color, que los
hacían lucir de maravilla; sin duda alguna, brindaban una buena imagen, era un regalo para los ojos.
Por el uniforme, era obvio que eran de la Secta GusuLan. También debían tener algún tipo de
relación sanguínea o directa con alguien de la familia Lan, ya que llevaban cintas blancas en la
frente con un patrón de nubes cosido en ellas.

El lema de la Secta GusuLan era «Ser Justo». La cinta de la frente implicaba comportarse bien, y el
patrón de nubes era la insignia oficial de la familia Lan, la cual, otros cultivadores que no provenían
de la misma familia no tenían derecho a usar.
A Wei WuXian le daba dolor de muelas cada que veía a alguien del clan Lan.

La Señora Mo no había visto a su sobrino en mucho tiempo, lo cual había hecho posible que
superara su consternación hacia ese muchacho, pero cuando se dio cuenta de quién era la persona
tras el horrible maquillaje, se puso furiosa. No obstante, como no quería perder los estribos y dar
una mala impresión, bajó la voz y se dirigió a su marido.

—¿Quién lo dejó salir? ¡Haz que lo regresen a ese lugar!

Su esposo sonrió para calmarla y se acercó a Wei WuXian con una mirada molesta, preparado para
sacarlo de allí. Sin embargo, Wei WuXian se dejó caer al suelo de repente y se afanó a ese sitio.
Nadie pudo levantarlo, incluso después de que llamaron a algunos sirvientes para que ayudaran.

A medida que la expresión de la Señora Mo se ensombrecía, su esposo comenzaba a sudar.


Llegados a ese punto, el Señor Mo lo regañó.

—Tú… ¡Maldito loco! ¡Si no regresas ahora, te castigaré enfrente de todos!

Todos en la Villa sabían que la familia Mo tenía a un Joven Maestro que había perdido la cordura;
aun así, Mo XuanYu había decidido esconderse en un cuarto oscuro durante años, con miedo a salir
de nuevo.

La gente comenzó a cuchichear sobre su comportamiento y sobre qué clase de cosas debió haber
hecho la familia Mo para pagar el precio con un joven así; esperaban ver un espectáculo.

—Está bien, regresaré a ese lugar si eso es lo que quieren —dijo Wei WuXian, luego, señaló a Mo
ZiYuan—, pero primero dile que me devuelva las cosas que se llevó.

El rostro de Mo ZiYuan se tornó pálido. No imaginó que ese lunático bueno para nada tuviera las
agallas suficientes para causar problemas, incluso después de haberlo disciplinado el día anterior.
Entonces, se dignó a abrir la boca.

—¡Eso es una tontería! ¿En qué momento tomé algo tuyo? ¿Acaso… Acaso tengo la necesidad de
hacer algo así?

—Sí, sí, tienes razón —respondió Wei WuXian—. ¡No tomaste mis cosas, me robaste!

La Señora Mo no dijo nada, pero Mo ZiYuan estaba tan furioso, que levantó el pie para propinarle
una patada. Sin embargo, uno de los chicos de túnica blanca, que llevaba una espada, movió un
poco su dedo, y los pies de Mo ZiYuan se deslizaron, haciendo que cayera al suelo. De ese modo el
pie de Mo ZiYuan no alcanzó a darle de lleno a Wei WuXian, pero éste se tiró y rodó por el piso
como si en verdad hubiera recibido el golpe. Después, abrió la parte delantera de su túnica,
mostrando la huella que Mo ZiYuan había hecho el día anterior mientras lo golpeaba.

El resto de la gente pensó que, obviamente, Mo XuanYu no podía haberse pateado a sí mismo en un
lugar así; junto con el hecho de que Mo ZiYuan siempre había sido imprudente y arrogante, ¿quién
más podría haberlo hecho sino? Sin importar las razones, la familia Mo había sido demasiado
despiadada con su propio pariente sanguíneo. Era evidente que, cuando él regresó a la Villa, no
estaba tan loco, por lo que esa familia debió ser la responsable de que su condición empeorara. En
fin, eso no importaba, todo estaba bien, ¡estaban recibiendo un espectáculo mejor que el que
brindarían los cultivadores!

La Señora Mo no había querido discutir con una persona enferma, por eso había ordenado que lo
sacaran; pero ahora estaba segura de que Mo XuanYu había venido preparado, de seguro había
aclarado sus caóticos pensamientos para aparecer y deshonrarlos de forma deliberada por todo lo
que había sufrido.

Ante la conmoción, ella no pudo permanecer más tiempo en silencio.

—Hiciste una gran escena a propósito, ¿verdad?

—Él robó mis pertenencias —contestó Wei WuXian—, yo sólo estoy aquí para recuperar lo que es
mío. ¿Eso cuenta como hacer una gran escena?

Con tantos pares de ojos atentos a lo que sucedía, la Señora Mo no podía golpearlo ni hacer que lo
sacaran a la fuerza, por lo que apretó los labios para intentar contener su ira.

—¿Tomar tus cosas? ¿Robarlas? Decir eso es un poco irrespetuosos, si me lo preguntas. Somos una
familia, y él solo quería echarles un vistazo. A-Yuan es como tu hermano menor, ¿qué hay de malo
en tomar algunas de tus cosas? Como hermano mayor, no deberías ser egoísta y mostrarte renuente
a prestar uno o dos juguetes, ¿verdad? No es como si no te los fuera a devolver.

Los chicos del clan Lan se miraron entre sí sin decir nada. Esos jóvenes crecieron en un clan de
cultivación, expuestos a cosas esplendorosas y nada más. Quizá nunca en sus vidas habían visto
algo como lo que pasaba frente a ellos. Wei WuXian reía de forma histérica dentro de su cabeza al
imaginar tal situación, pero por fuera, sólo señaló a Mo ZiYuan.

—Entonces quiero que me devuelva mis cosas ahora.

Por supuesto, era imposible que Mo ZiYuan devolviera algo, a esas alturas ya habría tirado o
desarmado lo que se llevó. Incluso si aún tuviese algo en condiciones de ser devuelto, su orgullo no
le permitiría hacerlo.

—¡Mamá! —Su rostro se puso morado de cólera y gritó—. ¿Le vas a permitir que me trate de esta
manera?

La Señora Mo lo fulminó con la mirada, lo que indicaba que no empeorara la situación.

—No sólo robó mis pertenencias —Wei WuXian volvió a hablar—, sino que me asaltó en medio de
la noche. Todo el mundo sabe de mi gusto por los hombres. Incluso si él no sentía vergüenza de
irrumpir en mi habitación, hacer eso, a esas horas, a cualquiera le parecería sospechoso.

—¡¿De qué estás hablando frente a toda esta gente?! —Gritó la Señora Mo luego de recuperar el
aliento que había perdido al escuchar tan deshonrosa declaración—. ¡Qué desvergonzado! ¡A-Yuan
es tu primo!

En términos de una ejecución salvaje, Wei WuXian era más que un experto. En el pasado, si quería
hacer cosas alocadas, tenía que pensar en cómo repercutiría a su estatus, por lo que a veces debía ir
con cuidado, pero ahora estaba en el cuerpo de un lunático, lo que significaba que podía hacer lo
que quisiera, como quisiera.

—Aunque sabía que yo era su primo, optó por no evitarme. —Se puso firme y habló con un tono
desafiante—. Entonces, ¿quién es más descarado? No me importa su reputación ni su inocencia,
¡pero no quiero que arruine la mía! ¡Todavía quiero encontrar a un buen hombre!

Mo ZiYuan dejó escapar un grito fuerte, tomó una silla y corrió en dirección a Mo XuanYu. Tan
pronto como Wei WuXian notó que la ira de ese chico se había salido de control, dio la vuelta y
esquivó la silla, viendo como ésta se estrellaba contra el suelo y se rompía en pedazos. La mayoría
de la gente en el salón se estaba regodeando ante la desgracia de la familia Mo, pero cuando
comenzó la pelea, huyeron.

Wei WuXian corrió hacia el grupo de chicos del clan Lan, quienes se quedaron boquiabiertos ante
la escena y exclamaron cosas como «¿Todos vieron eso?», «¿Lo viste?», «¡El ladrón quiere
golpearlo!», «¡Qué cruel!»

Mo ZiYuan persiguió a Mo XuanYu, y estuvo a punto de atraparlo, cuando el líder de los


muchachos cultivadores lo detuvo.

—Por favor, mantenga la calma, Joven Maestro. Las palabras son más poderosas que las armas.

La Señora Mo vio que el muchachito estaba protegiendo al loco ese, por lo que sintió la necesidad
de dar una explicación.

—Él es el hijo de mi hermana menor; no está precisamente lúcido. Todos en la Villa saben que es
un lunático y, a menudo, dice cosas extrañas que no deben tomarse en serio. Cultivador, por favor…

Antes de que ella terminara su oración, la cabeza de Wei WuXian se asomó por detrás de la espalda
del chico y la miró, enojado.

—¿Quién dijo que mis palabras no deberían tomarse en serio? La próxima vez, como traten de
robarme algo, ¡le cortaré una mano al responsable!

Mo ZiYuan estaba siendo retenido por su padre, pero luego de escuchar eso, estuvo a punto de
perder la calma otra vez. Wei WuXian salió corriendo de la habitación y uno de los chicos cerró la
puerta; entonces, cambió de tema y, con un tono de voz serio, se dirigió a la Señora Mo.

—Tomaremos prestado el Patio de la zona oeste para pasar la noche. Por favor, recuerde las cosas
de las que le he hablado: en cuanto caiga la noche, cierre todas las ventanas, no salga ni camine por
los pasillos.

La Señora Mo estaba temblando de ira.

—Sí, sí, entiendo…

Mo ZiYuan no sabía qué palabras escoger.


—¡Mamá! El lunático me insultó frente a toda esa gente, ¿y esto es todo lo que haces? Me lo dijiste
antes; me dijiste que sólo era un…

—¡Cállate! —Ordenó la Señora Mo—. ¿No puedes esperar hasta que regresemos?

Mo ZiYuan nunca había sido partícipe de una situación tan desventajosa ni había sido expuesto a
pasar tanta vergüenza, y su situación había empeorado al recibir los gritos de su madre. Su mente se
llenó de odio y sólo pudo pensar en una cosa.

«¡Ese lunático va a desaparecer de nuestras vidas esta noche!»

Después de salir de la casa de la familia Mo por la puesta trasera, Wei WuXian se paseó alrededor
de la villa. Aunque tomaba por sorpresa a innumerables personas, en realidad, comenzaba a amar
cada segundo de su nueva vida; se dio cuenta del placer de ser un lunático. Incluso estaba
comenzando a acostumbrarse a su maquillaje de fantasma ahorcado, al punto en el que no sentía la
necesidad de lavarse la cara para quitárselo de encima. Se arregló un poco el cabello y, luego, se
fijó en sus muñecas. Los cortes no parecían estar sanando en absoluto, lo que significaba que una
leve venganza como esa no era suficiente para ser aprobada por la técnica prohibida.

¿En verdad tendría que eliminar a la familia Mo?

No era su estilo, pero para ser honesto, tampoco sería una tarea difícil.

Wei WuXian regresó al patio oeste de la familia Mo. Los discípulos del clan Lan estaban de pie
sobre los techos y las bardas, discutiendo algo con miradas solemnes.

Aunque el clan GusuLan contribuyó en gran medida durante el asedio en contra de su persona en la
Colina LuanZang, en ese momento, esos chicos ni siquiera habían nacido o todavía eran niños
pequeños. No debería dirigir su odio hacia ellos, por lo que Wei WuXian decidió permanecer en
silencio y observar lo que iban a hacer.

Después de un rato, sintió que algo estaba mal. ¿Por qué las banderas negras que ondeaban sobre
los techos le parecían tan familiares?

Ese tipo de bandera fue denominada «bandera de atracción fantasma». Si se fija en una persona
viva, atraería a todos los espíritus, fantasmas maldecidos, cadáveres ambulantes y seres malvados
en general, dentro de un área determinada, de modo que solo atacarían a esa persona. Cuando
alguien portaba dicha bandera, se convertía en un objetivo vivo, por lo que la bandera también era
llamada «bandera objetivo». También podía colocarse en una casa, pero la casa debía tener seres
humanos vivos dentro de ella. De esa forma, el alcance de la bandera se expandiría para incluir a
todos los que habitaban el inmueble. Debido a que siempre había una energía siniestra rodeando el
espacio en el que la bandera era colocada, como si hubiera un viento negro arremolinándose,
también era denominada «bandera de viento negro».

Organizar una formación de banderas en el patio oeste y no permitir que nadie se acercara debía
significar que los chicos planeaban atraer a todos los cadáveres ambulantes hacia ese lugar para
capturarlos de una sola vez. En cuanto a por qué todo eso le parecía tan familiar… ¿Cómo era
posible no sentirse de ese modo? ¡El creador de las banderas de viento negro no era otro sino el
Patriarca YiLing! Parecía que, aunque el Mundo de Cultivo lo odiaba, bien que usaba sus inventos.
Un discípulo del clan Lan, que estaba parado en el techo, lo vio a la distancia.

—Por favor, vuelve adentro. Este no es un lugar en el que deba estar una persona como tú.

Eso tomó por sorpresa a Wei WuXian. A pesar de que lo estaban alejando, el tono de voz con el que
le hablaban carecía de amabilidad, aunque también era diferente del de los sirvientes de la familia
Mo.

Decidió tomar una de las banderas. El muchacho que lo vio, se sobresaltó y decidió perseguirlo.

—No te muevas. Eso no es algo que puedas tomar.

Wei WuXian gritó mientras huía, luciendo como un verdadero lunático, su cabello, ahora
despeinado, y sus manos moviéndose en todas direcciones daban un toque peculiar y cómico a la
escena.

—¡No la voy a devolver, no la voy a devolver! ¡Quiero esta cosa! ¡La quiero, la quiero, la quiero!

El discípulo lo alcanzó en unos pocos pasos y lo agarró del brazo.

—Si no la devuelves, te golpearé.

Aun así, Wei WuXian no soltó la bandera. El líder de los muchachos estaba preparando la
formación central, pero saltó hacia donde estaban ellos al escuchar el alboroto.

—JingYi, es suficiente. No armes un escándalo por eso y sólo toma la bandera.

—SiZhui, ¡en realidad no iba a golpearlo! —dijo Lan JingYi—. ¡Pero míralo, arruinó la formación
de las banderas!

Durante el tira y afloja por la bandera, Wei WuXian había logrado revisarla. Los símbolos estaban
bien dibujados y los encantamientos estaban completos. No había ningún error, por lo que nada
saldría mal al usarlas. Sin embargo, a la persona que dibujó en la bandera le faltaba experiencia, por
lo que sólo atraería a los seres malignos y a los cadáveres ambulantes de 5 li [1] a la redonda; pero
eso debería ser suficiente. No podría haber muchas criaturas malignas en un lugar tan pequeño
como la Villa Mo.

—Joven Maestro Mo —Lan SiZhui se dirigió a él con un gesto cortés—, el cielo se está
oscureciendo y pronto comenzaremos a capturar los cadáveres ambulantes. Será peligroso para
usted, por lo que sería prudente que regresara a su habitación.

Wei WuXian lo miró en silencio. El chico parecía justo y refinado, tenía un porte digno y una
sonrisa amable, así que lo aprobó como un miembro hecho y derecho del clan Lan. Organizó la
formación de las banderas de forma metódica, y se había dirigido a él con buenos modales y
respeto, lo que lo convertía en un discípulo con un potencial sorprendente. No sabía que, en un clan
tan conservador como el clan Lan, sería criado un joven genuino y sorprendente.

Lan SiZhui habló de nuevo.


—La bandera…

—Es sólo una bandera —Wei WuXian interrumpió al chico—, ¿por qué se alteran tanto? ¡Yo puedo
dibujar algo mucho mejor que esto!

Tiró la bandera al suelo y, acto seguido, salió corriendo. El resto de los muchachos, que se habían
acercado para ver qué pasaba, ahora estaban riendo un poco.

A Lan JingYi no le quedó de otra más que reírse entre dientes mientras levantaba la bandera.
Todavía estaba un poco molesto.

—¡Vaya maníaco!

Wei WuXian continuó dando vueltas, sin hacer nada, hasta que se topó con algo en un pequeño
jardín, un objeto que pertenecía a Mo XuanYu. Ignoró que lo que había encontrado estaba roto, y
buscó un lugar en el suelo en el que se pudiera sentar en posición de flor de loto para meditar un
rato.

Sin embargo, antes de que llegara la luz del día, una serie de ruidos lo sacaron de su trance.

Una serie de pasos caóticos se acercaron con rapidez, junto con algunos lamentos y gritos. Wei
WuXian escuchó algunas frases que se repetían: «Tráelo aquí!», «¡Notifica a los oficiales!»,
«¡Golpéalo hasta la muerte!»

Abrió los ojos y vio a algunos sirvientes. Todo el patio se había iluminado con fuego, y alguien
gritó.

—¡Arrastra a ese asesino demente hasta el Salón Principal y haz que pague con su vida!

[Capítulo 3]AGRESIÓN II

Lo primero que Wei WuXian pensó fue que algo había salido mal con la formación de banderas. Es
decir, sus creaciones debían ser usadas con extremo cuidado, de lo contrario podrían causar grandes
desastres. Esa era la razón por la cual había ido a verificar que los símbolos estuvieran bien
dibujados.

Un par de grandes manos lo levantaron y lo arrastraron fuera, Wei WuXian se incorporó un poco
para que no tuvieran mucha dificultad al llevarlo y, así, poder caminar por su cuenta.

La Sala Este se había llenado de gente, incluso más que cuando se abarrotaron los aldeanos de la
villa. Todos los sirvientes y familiares estaban presentes, algunos en ropa interior y despeinados; sin
embargo, todos parecían horrorizados de algo.

La Señora Mo se desplomó en su asiento, como si acabara de despertarse de un desmayo. Rastros


de lágrimas se podían ver en sus mejillas, aún tenía los ojos cristalinos; a medida que Wei WuXian
fue llevado ante su presencia, su mirada triste se convirtió en una de odio.
Un objeto con forma humana yacía en el suelo, cubierto por una sábana blanca que sólo dejaba
descubierta la cabeza. Lan SiZhui y los otros chicos tenían expresiones pesadas, intentaban
controlar la situación mientras hablaban en voz baja.

Una conversación llegó a oídos de Wei WuXian.

—¿…Han pasado menos de tres minutos desde que se descubrió el cuerpo?

—Después de someter a los cadáveres ambulantes, nos apresuramos a volver desde el Patio Oeste y
encontramos el cuerpo en el pasillo.

La cosa con forma humana era, al parecer, Mo ZiYuan. Wei WuXian le echó un simple vistazo,
pero no pudo evitar mirarlo con detenimiento.

El cadáver se parecía a Mo ZiYuan en varios aspectos, pero había algo diferente en él. Aunque los
rasgos eran los del primo de Mo XuanYu, tenía los pómulos profundamente hundidos, los ojos
hinchados y la piel arrugada. Comparado con el joven Mo ZiYuan, éste parecía tener al menos
treinta años más. También lucía como si su sangre y su carne hubieran sido succionados,
convirtiéndolo en un esqueleto con una fina capa de piel como protección. Si antes de eso Mo
ZiYuan ya era feo; ahora, su cadáver, era viejo y feo.

Cuando Wei WuXian estaba examinando el cadáver, la Señora Mo se precipitó hacia él, con una
afilada daga en mano. Lan SiZhui se deshizo de la daga con un rápido movimiento de pies. Antes de
que tuviera oportunidad de hablar, la Señora Mo gritó.

—Mi hijo murió de forma trágica, ¡yo sólo lo estoy vengando! ¿Por qué me detienes?

—¿Qué tengo que ver yo con la trágica muerte de tu hijo? —Preguntó Wei WuXian, escondido y
acuclillado tras la espalda de Lan SiZhui.

Durante el día, y por lo ocurrido en la Sala Este, Lan SiZhui vio la clase de cosas extrañas que podía
hacer Mo XuanYu, también escuchó muchos rumores exagerados que la gente decía sobre él. Logró
comprender su situación, y no pudo evitar ponerse de su parte.

—Señora Mo, viendo la condición de su hijo, su carne y su esencia han sido extraídas de él, lo que
significa que fue asesinado por seres malvados, no por él.

—¡No sabes nada! —Respondió con un bramido—. El padre de ese lunático era un cultivador
también. ¡Debió haber aprendido muchos conjuros demoníacos de él!

Lan SiZhui volteó a ver a Wei WuXian, quien lucía aburrido, antes de continuar.

—Uhm, señora, hay una clara falta de evidencias que indiquen que él es el culpable, por lo que…

—¡La evidencia está en mi hijo! —Interrumpió la Señora Mo, señalando el cadáver en el suelo—.
¡Busquen ustedes mismos! ¡Los restos de A-Yuan me dijeron quién lo asesinó!

Sin la necesidad de que alguien más revisara el cuerpo, Wei WuXian levantó la tela blanca que lo
cubría. Había algo que faltaba en el cadáver de Mo ZiYuan: su brazo izquierdo había desaparecido.
—¿Ahora lo ven? —volvió a hablar la Señora Mo—. Todos los que estaban aquí por la tarde
escucharon lo que ese lunático dijo, ¿no es así? ¡Dijo que si A-Yuan volvía a tocar sus
pertenencias, le cortaría la mano! —Después de soltar todas sus emociones en un alarido, se cubrió
la cara y sollozó—… Mi pobre A-Yuan… Aunque no había hecho nada, no sólo lo pusieron en
ridículo frente a tantas personas, sino que lo mataron… ¡Ese lunático ha perdido la cabeza! ¡Está
demente!

«Está demente.»

Habían pasado algunos años desde la última vez que Wei WuXian había escuchado esa frase a
modo de descripción suya, por lo que se sintió halagado muy en el fondo. No obstante, por fuera, se
limitó a señalarse a sí mismo sin decir una sola palabra. A esas alturas no sabía quién estaba más
enfermo si él o la Señora Mo.

En su juventud, llegó a decir muchas cosas acerca de exterminar a familias y clanes enteros, matar a
millones de personas, crear ríos de sangre y otras acciones crueles. Pero, la mayoría de las veces,
eran no más que palabras vacías. Si en verdad hubiera tenido la capacidad de hacer esas cosas,
habría dominado el Mundo de Cultivo. Del mismo modo, la Señora Mo no tenía una genuina
intención de vengarse de él, sino de encontrar a alguien con quien desquitar todo su resentimiento.

Wei WuXian no quería que lo molestaran por eso, así que se detuvo a pensar y buscó algo más en el
cadáver de Mo ZiYuan. Encontró un pedazo de tela que no formaba parte de su atuendo; cuando lo
desplegó delante de él, le sorprendió que se tratase de una bandera de atracción fantasma.

En ese instante, se dio cuenta de lo que estaba pasando, y pronunció un «¡Se lo merecía!» en un
suspiro.

Cuando Lan SiZhui y los demás vieron eso, también entendieron la situación. Al asociar eso con la
escenita montada en el Gran Salón, la razón fue fácil de adivinar. Mo ZiYuan había sido puesto en
ridículo por su primo, lo cual hizo que su odio hacia él aumentara. Como Mo XuanYu pasó el resto
del día fuera de la casa, Mo ZiYuan había estado vigilando los alrededores para sorprenderlo
durante la noche y darle su merecido, pese a que le habían dicho que no saliera de su habitación en
cuanto cayera la noche. También le habían dicho que se mantuviera alejado de las banderas negras;
sin embargo, creyó que lo de las banderas se lo habían dicho porque se trataban de herramientas
valiosas y querían mantener a los bandidos alejados de ellas. No tenía idea de lo peligrosas que eran
esas cosas, como el hecho de que se convertiría en un objetivo vivo si sostenía una de ellas. Como
se trataba de un fanático que solía robar los talismanes y las herramientas mágicas de su primo,
había desarrollado la necesidad la de tomar objetos extraños como ese, sin darse por vencido hasta
lograr su cometido. Entonces, cuando los cultivadores se encontraban sometiendo a los cadáveres
ambulantes en el Patio Oeste, se le hizo fácil agarrar una de las banderas sin que se dieran cuenta.

Para la formación de banderas se habían utilizado seis de éstas, de las cuales, cinco se colocaron en
el Patio Oeste, utilizando a los cinco chicos cultivadores como carnada. No obstante, cada uno de
ellos portaba herramientas mágicas que les ayudarían a defenderse, no era así en el caso de Mo
ZiYuan, quien se encontraba indefenso. Era de sentido común atacar a los débiles, por lo que los
seres malvados se sentirían más atraídos hacia él. Si sólo hubiera cadáveres ambulantes rondando
por ahí, no habría importado demasiado; incluso si alguno lo hubiera mordido, no habría muerto de
inmediato y podría haber sido tratado. Por desgracia, la bandera de viento negro atrajo algo mucho
peor que un cadáver ambulante, y eso había sido el responsable de tomar la vida de Mo ZiYuan. Por
lo tanto, ese ser desconocido era quien tenía el brazo del chico.
Wei WuXian miró su muñeca. Uno de los cortes en su mano derecha se había curado. Parecía que
había tenido suerte: el contrato del sacrificio había considerado la muerte de Mo ZiYuan como cosa
suya, dado que él era el creador de las banderas de atracción fantasma.

La Señora Mo era consciente de las debilidades de su hijo, pero no estaba dispuesta a admitir que
Mo ZiYuan había causado su propia muerte. Debido a la impaciencia y a la ira, tomó una taza de té
y la arrojó hacia la cabeza de Wei WuXian, quien la esquivó sin mucho esfuerzo.

—Si no lo hubieras puesto en ridículo enfrente de tanta gente, él no habría tenido la necesidad de
salir en medio de la noche. ¡Todo es tu culpa, hijo de puta! —Luego, se dirigió hacia Lan SiZhui—.
¡Y tú! ¡Todos ustedes son un montón inútiles! Se cultivan y alejan a los espíritus malignos, ¡pero ni
siquiera pueden proteger a un niño como A-Yuan!

Los cultivadores todavía eran jóvenes. No habían salido mucho de la Secta y, por ende, eran
demasiado inexpertos como para localizar anomalías en un área amplia. Se sentían apenados por no
haber sido capaces de detectar a un ser tan feroz como ese. Después del regaño de la Señora Mo, los
chicos se veían pálidos y decaídos; es decir, habían crecido en una familia prominente, por lo que
nadie se atrevía a tratarlos así. El Clan GusuLan era en extremo estricto con sus discípulos,
prohibían la violencia en contra del indefenso y no permitían ninguna falta de respeto sin importar
de quién se tratase. Por lo tanto, incluso si se sentían disgustados con lo que acababa de ocurrir, no
podían expresar su descontento y debían contenerse, dando como resultado unos muchachitos de
semblante apesadumbrado.

De cualquier forma, Wei WuXian no pudo soportarlo más. Habían pasado muchos años, pero los
valores de la Secta GusuLan seguían siendo los mismos. ¿De qué les servía su dichoso autocontrol?
Parecía que querían llamar la atención diciendo «¡Mírame hacer esto de la manera correcta!» Así
que fue él quien rompió el mutismo.

—¿Con quién crees que estás desquitando tu ira? ¿Crees que son tus sirvientes? Ellos viajaron por
un largo camino para venir aquí y exorcizar a los espíritus malignos sin pedir un sólo centavo.
¿Acaso te deben algo? ¿Cuántos años tenía tu hijo? Debería tener al menos diecisiete, entonces,
¿cómo puedes seguir diciendo que era un niño? Mínimo debía entender lo básico del lenguaje
humano, no era un bebé. Éstos chicos repitieron hasta el cansancio que nadie saliera para que no
fueran afectados por la formación de banderas y tu hijo se escabulló solo por la noche. Hizo justo lo
que le dijeron que no hiciera. ¿Acaso eso fue mi culpa? ¿O fue la suya?

Lan JingYi y los demás dejaron escapar un suspiro, sus rostros ya no estaban tan tensos ahora. La
Señora Mo se sentía abatida, triste, y en todo lo que podía pensar era en la muerte. No en la suya
propia para poder estar con su hijo, sino en la muerte de todo el mundo, en especial de los que se
encontraban frente a ella.

Tenía la costumbre de ordenarle a su marido que hiciera todo, por lo que se dirigió hacia él.

—¡Llama a todos! ¡Llama a todos los que siguen dentro!

Su marido no respondió, era como si estuviera en algún extraño trance. Posiblemente, debido al
trauma de que su único hijo había fallecido. Inclusive apartó el agarre de su esposa con un
manotazo, haciéndola caer al suelo.
En anteriores ocasiones, la Señora Mo sólo necesitaba levantar la voz para que le obedeciera,
¿cómo se atrevía a oponerse de esa forma en ese día en el que se encontraba tan devastada por la
muerte de su hijo?

Los sirvientes estaban asustados por el carácter y la expresión de su Señora. A-Ding la ayudó a
levantarse mientras temblaba. La Señora Mo se aferró a su pecho y habló con voz temblorosa.

—Tú… Tú… Tú… ¡Todos salgan de aquí ahora!

Su esposo parecía no haber escuchado nada. A-Ding miró a A-Tong, y A-Tong acudió hacia su
Señor. Todo era un caos.

Cuando Wei WuXian notó que al fin había algo de silencio de nuevo, dio un par de pasos con la
intención de examinar el cadáver una vez más, pero un grito, que parecía provenir del otro patio, le
tomó por sorpresa.

La gente en el pasillo se apresuró a salir. En el suelo del Patio Este, había dos cuerpos. El primero
era A-Tong, aún con vida, el otro, estaba arrugado y marchito, como si la sangre y la carne hubieran
sido succionadas. Tampoco tenía brazo izquierdo, pero no salía sangre de la herida. El cadáver
estaba en las mismas condiciones que el de Mo ZiYuan.

La Señora Mo se separó de A-Ding, quien le servía de soporte, en cuanto vio el cadáver, los ojos se
le abrieron como platos, las piernas le fallaron y, por fin, se desplomó al suelo. Wei WuXian la
detuvo en su caída y se la pasó a A-Ding, quien se acercó a toda prisa.

Miró su mano derecha: otro de los cortes había desaparecido. Apenas habían pasado unos segundos
y también el esposo de la Señora Mo había fallecido.

Los cultivadores se pusieron nerviosos. Lan SiZhui fue el primero en calmarse y se dirigió a A-
Tong, quien yacía en el suelo.

—¿Viste lo que era?

A-Tong estaba casi muerto de miedo, incapaz de abrir la boca. Incluso después de unos minutos, A-
Tong no pudo responder y se limitó a negar con la cabeza de forma repetida.

Lan SiZhui estaba ardiendo de ansiedad. Le pidió a otro discípulo que ayudara a llevar al chico al
interior, y se volvió hacia Lan JingYi.

—¿Enviaste la señal?

—Sí, pero si no hay nadie cerca que pueda ayudarnos, a nuestra gente le tomará por lo menos una
hora llegar aquí. ¿Qué debemos hacer ahora? Ni siquiera sabemos lo que era.

Por supuesto, marcharse de ese lugar no era una opción. Si los discípulos del Secta GusuLan
huyeran por su propio bienestar, cuando debían combatir espíritus malvados, no sólo mancharían la
reputación de la Secta, sino que también serían una vergüenza ante el resto de los discípulos.

Lan SiZhui apretó los dientes.


—¡Esperemos aquí por los refuerzos!

Ahora que la señal de ayuda había sido enviada, otros cultivadores vendrían a apoyarlos, sólo era
cuestión de tiempo. Para evitar que las cosas se salieran de control, Wei WuXian debía mantenerse
alejado de la situación. Si las personas que estaban en camino lo conocían o habían peleado con él
en su otra vida, sería difícil saber qué sucedería después.

En cualquier caso, con la maldición sobre su cuerpo, no podía abandonar la Villa Mo hasta que
saldara su deuda. Por no mencionar que el ente que había sido atraído por las banderas ya había
tomado la vida de dos personas, lo que significaba que debía haber sido extremadamente cruel. Por
otro lado, si huía ahora, cuando llegara la ayuda, las calles de la Villa Mo estarían plagadas de
cadáveres sin sus respectivos brazos izquierdos, incluso algunos de los chicos de GusuLan podrían
correr con la misma suerte.

Después de reflexionar por un momento, Wei WuXian llegó a una conclusión.

«Debo terminarlo de forma rápida.»

[Capítulo 4]AGRESIÓN III

Los cultivadores presentes eran todos jóvenes e inexpertos. Sin embargo, pese a que parecían
nerviosos, se mantuvieron en sus posiciones y protegieron la casa de la familia Mo, colocando
talismanes en las paredes. El sirviente llamado A-Tong ya había sido llevado a la sala. Lan SiZhui
buscó el pulso de la Señora Mo con la mano izquierda y apoyó su espalda con la derecha. No pudo
salvarlos, ni a su hijo ni a su esposo, y estaba en una situación terrible cuando A-Tong se arrastró
por el suelo.

—¡A-Tong, estás despierto! —Exclamó A-Ding.

Antes de que su rostro tuviera tiempo de iluminarse, A-Tong levantó su mano izquierda y se agarró
el cuello.

Al ver esto, Lan SiZhui tocó algunos de sus puntos acupunturales tres veces. Wei WuXian sabía
que, aunque parecían gentiles, las personas de la Secta GusuLan tenían, en un brazo, una fuerza que
era todo lo opuesto a ser gentil. Luego de recibir un impacto directo de esa magnitud, sería difícil
moverse; pero A-Tong parecía no sentir nada, el agarre de su mano izquierda se tensó aún más y sus
expresiones se volvieron dolorosas y retorcidas. Lan JingYi se apresuró a apartarlo, pero fue como
intentar romper un trozo de hierro con las manos desnudas. Después de un momento, se escuchó un
horripilante crujido y la cabeza de A-Tong se inclinó hacia abajo. ¡Lo rompió! ¡Se había
estrangulado frente a todos!

—¡U-Un fantasma! —La voz de A-Ding tembló—. Aquí hay un fantasma invisible. ¡Hizo que A-
Tong se estrangulara!

Su tono de pánico y voz chillona hicieron que la sangre de todos se enfriara de golpe.

«No se trata de un fantasma feroz» dijo Wei WuXian para sus adentros. Había examinado los
talismanes que los cultivadores colocaron por toda la casa; cada uno de ellos eran para defender
contra los espíritus. Si se tratara de un fantasma feroz, entonces, al entrar en el salón, los talismanes
se habrían prendido en llamas verdes. Sin embargo, eso no ocurría.
Los chicos no tenían la culpa por reaccionar lento, sólo les había tocado lidiar con una criatura muy
cruel.

El Mundo de Cultivo tenía una definición estricta para la categoría de fantasmas feroces: debían
matar, mínimo, a una persona al mes y continuar así durante, al menos, tres meses. Ese criterio fue
establecido por el propio Wei WuXian, y lo más seguro era que todavía se utilizara. Estaba
acostumbrado a lidiar con ese tipo de fantasmas. Todavía, matar a una persona cada siete días aún
era considerada una acción de un fantasma feroz, uno que mataba con frecuencia, pero esa cosa ya
había asesinado a tres en una sola noche. Sería difícil, incluso para un cultivador hábil, encontrar
una solución de inmediato, por no mencionar que esos chicos acababan de comenzar con sus
carreras.

Mientras pensaba, la luz de las velas parpadeó. Un viento siniestro se arremolinó, y todas las luces
en el patio y dentro del salón se apagaron. Se escucharon gritos desde todas direcciones. La gente se
empujaba, queriendo escapar tan rápido como pudieran, tropezando y cayendo en el proceso.

—¡Quédense en sus lugares y no corran! —Gritó Lan JingYi—. ¡Voy a atrapar a cualquiera que
intente escapar!

No estaba diciendo eso para alarmar a la gente. De hecho, a los seres malvados les encantaba causar
problemas en la oscuridad y obtener ventaja de ello. Cuanto peor era el llanto y el caos, más
probabilidades había de que se atrajera un gran peligro, aunque la gente común no lo sabía. En
momentos como ese, estar aislado o ponerse nervioso era lo peor que alguien podía hacer. Sin
embargo, con todos asustados hasta la médula, ¿cómo podrían hacer caso inmediato a ese tipo de
indicaciones?

Después de un tiempo, el Gran Salón se quedó en silencio, tan sólo se escuchaban algunas
respiraciones y débiles sollozos. Era probable que quedaran unas pocas personas.

En medio de la oscuridad, una luz apareció de repente. Lan SiZhui había encendido un talismán. El
fuego del Talismán de la Llama no se extinguía por vientos siniestros, por lo que lo usó para
encender las velas otra vez, y el resto de los chicos fueron a tranquilizar al resto de la gente.

Wei WuXian vio sus muñecas por casualidad, ahora que había algo de luz, y otro corte había sido
curado. De repente, se dio cuenta de que había algo mal con el número de cortes. Al inicio, tenía
dos cortes en cada una de sus muñecas. Uno se curó cuando Mo ZiYuan murió, y otro cuando murió
el padre de Mo ZiYuan. La muerte del sirviente que lo molestaba, A-Tong, hizo que desapareciera
uno más de los cortes. Eso daba un total de tres cortes, siendo el cuarto el más profundo y el más
lleno de odio.

Pero, en este momento, sus muñecas ya habían sanado por completo.

Wei WuXian sabía que la Señora Mo era, en definitiva, uno de los objetivos de la venganza de Mo
XuanYu. El corte más largo y profundo seguro que fue reservado para ella. Sin embargo, también
ese había desaparecido. ¿Acaso Mo XuanYu había alcanzado la iluminación a esas alturas y había
dejado de lado su odio? Imposible. Su alma había sido sacrificada para convocar a Wei WuXian.
Sólo la muerte de la Señora Mo podía curar la herida.

Su mirada se dirigió poco a poco hacia la mujer de rostro pálido, que apenas había recuperado la
consciencia y estaba rodeada por todos.
«A no ser que ella ya esté muerta.» Wei WuXian estaba seguro de que había algo poseyendo el
cuerpo de la Señora Mo, pero si no se trataba de un espíritu malvado, ¿entonces qué era?

—¡M-Mano… Su mano! —Gritó A-Ding—. ¡La mano de A-Tong!

Lan SiZhui movió el Talismán de la Llama por encima del cuerpo de A-Tong. En efecto, su mano
izquierda también había desaparecido.

«¡La mano izquierda!» Con la velocidad de un rayo, la mente de Wei WuXian se volvió clara, ahora
sabía qué, o más bien, quién era el ser que estaba causando estragos.

Luego de terminar de armar el rompecabezas en su mente, se echó a reír.

—¡¿Acaso eres idiota?! —Espetó Lan JingYi—. ¿Cómo puedes reírte en una situación como esta?
—Después de pensar dos veces lo que había dicho, recordó que sí estaba tratando con un idiota, por
lo que, ¿de qué servía regañarlo?

—¡No, no! —Wei WuXian le tiró de la manga.

—¿«No» qué? ¿No eres un idiota? —Lan JingYi estaba molesto, por lo que jaló su ropa para
liberarse del agarre del lunático—. ¡Dejar de entrometerte! Nadie tiene tiempo para prestarte
atención.

Wei WuXian señaló los cadáveres que yacían en el suelo.

—Estos no son ellos.

Lan SiZhui detuvo a Lan JingYi de hacer algo de lo que se arrepintiera y fue él quien respondió a
Mo XuanYu.

—¿A qué te refieres con eso?

—Este no es el padre de Mo ZiYuan, y este tampoco es A-Tong —declaró con énfasis, pero dada la
cantidad de maquillaje que le cubría el rostro, cuanto más solemne se veía, más parecía un
verdadero lunático. Sin embargo, rodeado por la tenue luz de las velas, sus palabras generaron
escalofríos en las espaldas de todos.

Lan SiZhui miró los cadáveres por un segundo.

—¿Por qué lo dices?

—¡Sus manos! —Wei WuXian exclamó con orgullo—. Ninguno de ellos era zurdo. Estoy seguro
de eso porque siempre me golpearon con la mano derecha.

—¡¿Y de eso te sientes orgulloso?! —Gritó Lan JingYi, quedándose sin paciencia.

Lan SiZhui comenzó a sudar. Haciendo memoria, A-Tong había usado su mano izquierda para
estrangularse, y el esposo de Madame Mo también usó su mano izquierda para empujarla; pero,
durante el día, cuando Mo XuanYu estaba causando problemas en Salón Principal, los dos se
apresuraron a sacarlo de allí, ambos usando la mano derecha. Era imposible que alguien se volviera
zurdo justo antes de morir.

Aunque no sabía el por qué, para averiguar qué era la criatura, tenían que pensar en incidentes que
involucraran manos izquierdas. Después de que Lan SiZhui se dio cuenta de lo que pasaba, se
sorprendió y miró a Wei WuXian. No pudo evitar pensar que, ese chico al que todos tomaban por
un simple loco… No parecía una coincidencia.

Wei WuXian sonrió. Sabía que decir eso había sido demasiado deliberado de su parte, pero no
podía hacer nada más. Lo bueno era que Lan SiZhui no le dio demasiadas vueltas al asunto, después
de todo, tenía que mantener a salvo a la gente. Desvió los ojos de Wei WuXian y los dirigió hacia
A-Ding, quien se había desmayado y había caído sobre la Señora Mo.

Su mirada viajó de la cara a las manos. Sus brazos colgaban y la mayor parte estaba cubierta por sus
mangas, con solo la mitad de los dedos mostrándose. Su mano derecha tenía dedos finos y delgados,
sin duda, eran los de una mujer que vivía de manera cómoda y que nunca había trabajado. Sin
embargo, los dedos en su mano izquierda eran mucho más largos, también eran más gruesos y los
nudillos estaban doblados, llenos de poder.

Esa mano no era de mujer, ¡era la mano de un hombre!

—¡Sosténganla! —Ordenó Lan SiZhui.

Algunos chicos agarraron a la Señora Mo.

—Discúlpeme. —Estuvo a punto de colocar un talismán en la Señora, cuando su mano izquierda se


retorció de forma inhumana y casi logra sostenerlo por la garganta.

A menos que uno de los huesos se hubiera roto, era imposible para una persona viva doblar su brazo
de esa forma.

—¡Hey! —Gritó Lan JingYi, quien fue arrojado frente a Lan SiZhui, impidiendo que la mano lo
atrapara.

Tan pronto como la mano tocó el hombro de Lan JingYi, unas llamas verdes se encendieron,
haciendo que lo soltara en el acto.

Lan SiZhui había escapado de la muerte, y estuvo a punto de agradecerle a Lan JingYi, cuando vio
que la mitad del uniforme de éste último se había quemado hasta convertirse en cenizas.

Con cierta incomodidad en el rostro, Lan JingYi se quitó la otra mitad de su uniforme y se giró
hacia Mo XuanYu, casi echando humo de rabia.

—¡¿Por qué me pateaste, lunático?! ¡¿Acaso quieres matarme?!

Wei WuXian se escabulló como una rata asustada.

—¡No fui yo! —Sí, había sido él.


En el Secta GusuLan, cuando se elaboraban los uniformes, había costuras impregnadas de conjuros
cuyo fin era servir de protección a quien las portara. Sin embargo, contra fuertes seres malignos
como con el que estaban lidiando, sólo podían usarse una vez antes de que quedaran inservibles.
Dado que se trataba de una emergencia, a Wei WuXian sólo se le ocurrió patear a Lan JingYi y usar
su cuerpo para proteger a Lan SiZhui.

Lan JingYi estuvo a nada de gritar de nuevo, pero la Señora Mo cayó al suelo; no quedaba nada de
sangre o carne sobre sus huesos, tan sólo una fina capa de piel que le daba un aspecto grotesco. El
brazo masculino que no le pertenecía ya no estaba unido a su cuerpo, en cambio, era como si éste
tuviera vida propia. Sus dedos se doblaban con libertad, como si estuvieran estirándose o haciendo
ejercicio, y los latidos de sus venas eran muy visibles.

Ese era el ser malvado que la bandera de viento negro había atraído. Un ser desmembrado.

Ser destazado era un ejemplo clásico de una muerte angustiosa. Era un poco más digno que la forma
en la que murió Wei WuXian. A diferencia de ser aplastado hasta ser convertido en polvo, las
extremidades del cadáver estarían contaminadas con el resentimiento de la persona que había
muerto, y querrían reunirse con las otras partes para ser capaces de morir con el resto del cuerpo.
Por lo tanto, no se quedarían quietas hasta estar todas juntas. Si lograba completarse, el cadáver
podría quedar satisfecho y descansar en paz, o podría crear más problemas. En caso de ser incapaz
de hallar el resto del cadáver, la parte del cuerpo tendría que soportar la segunda mejor opción.

¿Cuál era la segunda mejor opción? Conformarse con los cuerpos de seres humanos vivos.

Era como esa mano izquierda: comía la mano izquierda de un ser humano vivo y la reemplazaba.
Después de drenar toda la sangre y la energía de la persona, abandonaría el cuerpo y buscaría otro
recipiente para continuar su parasitismo, y así hasta que pudiera encontrar todas las partes de su
cadáver.

Tan pronto como el brazo hubiera poseído a una persona, ésta moriría de inmediato. Pero, antes de
devorarla por completo, todavía podría moverse un rato, bajo su control, como si siguiera con vida.

Los muchachos del Secta GusuLan vieron que, aunque los talismanes no funcionaban, la ropa sí, y
todos se quitaron sus abrigos para cubrir la mano izquierda. Las capas de tela parecían un capullo
blanco. En un segundo, la bola de ropa se encendió con un extraño zumbido, creando un infierno
anormal y verde. Aunque serviría de momento, después de un tiempo, cuando los uniformes
estuvieran calcinados, la mano emergería de entre las cenizas.

Mientras nadie miraba, Wei WuXian corrió hacia el Patio Oeste. Cerca de diez cadáveres
ambulantes que habían sido sometidos por los chicos momentos atrás, permanecían tumbados en el
patio, sellados por varios encantamientos dibujados en el suelo. Wei WuXian pateó uno de los
símbolos, destruyendo toda la formación. Aplaudió dos veces. De repente, con una sacudida, los
cadáveres comenzaron a ponerse en pie de forma grotesca, como si hubieran sido despertados por
un trueno.

—Arriba. ¡Es hora de trabajar!

Por lo general, no necesitaba de conjuros complejos para controlar cadáveres de ese nivel, un
comando directo sería más que suficiente.
Los cadáveres avanzaron dando pasos temblorosos, pero en cuanto se acercaron a Wei WuXian, sus
piernas se debilitaron y se desplomaron en el suelo.

Wei WuXian lo encontró divertido y molesto a la vez. Aplaudió de nuevo, ahora con mayor
suavidad. Esos cadáveres ambulantes seguro habían nacido y muerto en la villa, sin haber
experimentado la vida al cien por ciento. Por comando, seguían las órdenes de su maestro, pero
también se horrorizaban de él, por lo que muchos parecían estar en contra de querer levantarse.

Cuanto más cruel había sido la persona en vida, más fácil era controlarla, o al menos así era para
Wei WuXian. Esos cadáveres no habían sido entrenados por él, por lo tanto, no podían soportar ser
manipulados de forma directa, y para su desgracia, tampoco tenía algún material a la mano que le
facilitara moverlos a su antojo.

Las crecientes llamas verdes en el patio este se fueron atenuando con forme pasaba el tiempo.
Entonces, Wei WuXian tuvo una idea.

No tenía que salir a buscar a una persona cruel que hubiese muerto con un gran resentimiento; no
sólo había uno, ¡sino varios cadáveres así en la familia Mo!

Corrió de regreso al Patio Este. Como la primera solución de Lan SiZhui falló, encontró una
segunda: los discípulos sacaron sus espadas y las clavaron en el suelo, haciendo un cercado. La
mano fantasma se estrelló contra la cerca, y gastaron toda su energía comprimiendo sus
empuñaduras para que no se rompiera, sin prestar atención a quién estaba entrando y saliendo.

Wei WuXian llegó a la Sala Este y tomó los cadáveres de la Señora Mo y Mo ZiYuan, uno en cada
mano, y les habló en voz baja.

—¡Despierten!

En una fracción de segundo, los ojos de la Señora Mo y su hijo se abrieron, dejando ver sus blancos
irises, y comenzaron a emitir los poderosos chillidos que emitía un fantasma feroz cuando había
sido traído de vuelta a la vida.

En medio de los horribles y agudos gritos, otro cadáver tembló y se puso de pie, emitiendo un
sonido bajo y más débil a comparación de los otros dos. Era el marido de la Señora Mo.

Los alaridos eran estruendosos y su resentimiento era lo suficientemente fuerte también. Wei
WuXian sonrió, sintiéndose bastante satisfecho.

—¿Reconocen la mano que está allá afuera? Destrúyanla.

Los tres miembros de la familia Mo se lanzaron hacia afuera como si de tres nubes de viento negro
se tratasen.

El brazo izquierdo logró mover un poco una de las espadas, estaba a punto de romper la barrera,
cuando tres cuerpos sin brazos izquierdos le atacaron.

Además de no poder desafiar la orden de Wei WuXian, la familia también odiaba a la criatura que
los había matado, y dejaron que su ira fluyera hacia la mano fantasma. La atacante principal, sin
duda alguna, era la Señora Mo. Debido a que los cadáveres femeninos a menudo eran muchísimo
más feroces luego de ser alterados para revivir, su cabello ahora estaba suelto y tenía los ojos
inyectados en sangre. Sus uñas se habían duplicado en longitud, espuma brotaba de las comisuras
de su boca, y sus gritos histéricos y llenos de rabia daban la impresión de que se trataba de una
mujer loca de remate. Detrás de ella estaba Mo ZiYuan, quien cooperó usando sus dientes. El padre
iba al final, cubriendo las brechas de los ataques de los otros dos cadáveres.

Los muchachos quedaron pasmados. Sólo habían visto esas batallas entre múltiples y fieros
cadáveres en libros, además de haber escuchado algunos rumores. Todos se quedaron boquiabiertos
al ver una escena tan sangrienta por primera vez, aunque eran incapaces de desviar la mirada pese a
parecer una escena de pesadilla. Cada uno de ellos pensaba que era… ¡Absolutamente emocionante!

Los tres cadáveres y la mano estaban en medio de una cruda batalla. Cuando Mo ZiYuan se apartó
del camino con brusquedad, la zona de su abdomen fue atacada por la mano fantasma, causando que
trozos de sus intestinos se desperdigaran. Cuando la Señora Mo vio eso, gritó hecha una fiera y
protegió a su hijo, dejándolo detrás de sí misma. Sus ataques se tornaron más violentos, la fuerza de
sus dedos era casi comparable a la de las armas de acero, pero, Wei WuXian sabía que ni siquiera
ella duraría mucho tiempo.

¡Tres cadáveres crueles que recién habían muerto no podían someter a una sola mano!

Wei WuXian observó la batalla con atención. Su lengua estaba un poco curvada; reprimía un agudo
silbido dentro de sus labios, preparándose para emitirlo en el momento justo. El silbido podría
evocar aún más hostilidad en los cadáveres, lo que podría darle la vuelta a la situación. Pero si hacía
eso, sería difícil seguir ocultando su identidad.

En un abrir y cerrar de ojos, la mano había logrado abrirse paso hasta tomar el cuello de la Señora
Mo.

Al ver cómo la familia Mo se acercaba cada vez más a la derrota, Wei WuXian tomó aire para
emitir el silbido, pero el eco de un instrumento de cuerda, que parecía venir desde la distancia, se
hizo presente antes de que pudiera actuar.

El sonido parecía haber sido producido por un humano. El timbre era etéreo y claro, llevando con él
las oscilaciones de los pinos azotados por el viento[1]. Las criaturas que luchaban en el patio se
pusieron rígidas al escuchar ese sonido.

Al instante, los chicos de la Secta GusuLan comenzaron a sonreír, como si hubieran nacido de
nuevo. Lan SiZhui se limpió la sangre de la cara y levantó la cabeza.

—¡HanGuang-Jun! —Exclamó con alegría.

Tan pronto como escuchó a la cítara ser rasgada dos veces, Wei WuXian se dio la vuelta para
emprender su retirada.

El sonido de otro rasgueo se hizo presente. Esta vez, el tono fue más alto, atravesando el cielo con
unos pocos grados de amargura. Los tres cadáveres retrocedieron y se cubrieron una oreja con sus
manos derechas. Sin embargo, era imposible bloquear el Tono de Erradicación de la Secta GusuLan
sólo con eso. Lograron dar un par de pasos más antes de sentir un ligero estallido que provenía de
sus cráneos, entonces dejaron de moverse y se desplomaron. Debido a que el brazo acababa de
atravesar una ardua batalla, al escuchar el sonido de las cuerdas, quedó inmóvil sobre el suelo.

Después de un breve momento de silencio, los chicos no pudieron evitar demostrar su alegría en
voz alta, celebrando por haber sobrevivido a la noche. Habían luchado usando todo su ingenio y
coraje, hasta que llegó el refuerzo de su clan. Incluso si después eran castigados por razones tales
como «ser descortés» y «hacer ruido es perjudicial para la reputación del clan», no les importaba en
ese momento.

Después de saludar en dirección a la luna, Lan SiZhui se dio cuenta de que alguien había
desaparecido.

—¿Dónde está?

—¿Eh? —Lan JingYi estaba absorto en alegría—. ¿Quién? ¿Cuál?

—El Joven Maestro Mo.

—¿Hm? ¿Por qué buscas a ese lunático? Quién sabe a dónde se fue. Quizá sigue asustado de
cuando amenacé con golpearlo.

—…

Lan SiZhui sabía que Lan JingYi siempre había sido descuidado y directo, nunca pensaba antes de
actuar y tampoco sospechaba de otras personas.

«Esperaré a que venga HanGuang-Jun y luego le contaré todo» pensó.

La Villa Mo seguía sumergida en el sueño que propiciaba la noche, pero era difícil saber si se
trataba de un sueño verdadero o uno falso. Aunque la lucha de cadáveres solía ser una masa de
sangre y tripas regadas por doquier, los aldeanos no se aparecieron a primera hora para observar lo
que había ocurrido. Después de todo, incluso los espectadores debían elegir en qué eventos
aparecer. Uno que involucraba muchos gritos, en definitiva, no era el tipo más seguro.

Wei WuXian eliminó toda la evidencia de la matriz de sacrificio en la habitación de Mo XuanYu


tan rápido como pudo, y salió corriendo por la puerta.

Para su desgracia, quien había aparecido como respaldo de los chicos era del Secta GusuLan, y para
empeorar su suerte, ¡esa persona era Lan WangJi!

Él era una de las personas a quienes se había enfrentado en su anterior vida, por lo que debía
retirarse lo más rápido posible. Tenía prisa por encontrar algo que le sirviera como transporte, y
cuando pasó por un patio, vio algo así como una gran piedra de molino y un arado. Un burro había
sido atado cerca y estaba masticando algo. Corrió hacia él sin pensarlo dos veces y el animal se
sorprendió, como si acabara de ver algo irreal. Wei WuXian hizo contacto visual durante un
segundo y logró ver cómo el animal tenía grabado el desprecio en los ojos.
Intentó agarrarlo de la cuerda y tirar de ella, pero el burro no se movió, tan sólo se quejó entre
rebuznos. Wei WuXian tuvo que hacer uso de las palabras y la fuerza para engañarlo y ponerse en
marcha. Cuando el amanecer se alzó sobre el horizonte, ya habían salido al camino principal.

[Capítulo 5]ARROGANCIA

Al cabo de unos días, Wei WuXian se dio cuenta de que tomó una decisión equivocada. El burro
que había tomado prestado era demasiado difícil de complacer. Para ser un simple animal, sólo
comía hierba fresca de la que aún goteara rocío matinal. Si la punta de la hierba tenía una sola franja
amarilla, no la comía. Al pasar por una granja, Wei WuXian robó algunas pajitas de trigo para
alimentarlo, pero después de masticarlas, las escupió, siendo aún más desagradecido que un
humano. Si no era alimentado con comida de alta calidad, no se movía un ápice, perdía la paciencia
y pateaba. En muchas ocasiones Wei WuXian estuvo a punto de ser golpeado. Además de eso, cada
que rebuznaba le lastimaba los oídos.

¡Era inútil! ¡No tenía valor como transporte ni como mascota!

Wei WuXian no pudo evitar pensar en su espada. Lo más probable era que algún líder de un
prominente clan la hubiese recogido y la tuviera colgada en su pared como si se tratara de un trofeo
para presumir.

Después de empujar y arrastrar al burro por unas cuantas cuadras, el camino llegó a una vasta tierra
de cultivo de algún pueblo. Bajo el sol abrasador, había una gran pagoda bajo la cual crecía hierba
verde y espesa. Al lado de un árbol, había un pozo viejo, con un barril y un cazo a un lado, colocado
allí por los granjeros para que cualquier transeúnte pudiera calmar su sed. El burro corrió hasta ese
lugar y nada podría hacer que se fuera. Wei WuXian bajó del animal y dio un par de palmadas sobre
sus honorables glúteos.

—Sí que estás destinado a la buena vida, eres incluso más difícil de complacer que yo.

El burro le escupió.

Un grupo de personas se les acercaron desde los campos. Llevaban cestas de bambú hechas a mano,
vestían ropa de algodón y sandalias de paja, dejando un aire rústico a su paso. En el grupo, había
una niña de cara redondita que bien podía considerarse delicada. Quizá debido a caminar demasiado
tiempo bajo el sol, ellos también querían descansar un rato a la sombra y tomar un poco de agua.
Sin embargo, al ver que había un burro salvaje atado al árbol y un lunático despeinado con mucho
maquillaje, se mostraron reacios a acercarse.

Wei WuXian siempre se había considerado a sí mismo como alguien cortés con las mujeres, así que
se hizo a un lado, dejando espacio libre y luchando por mover al burro en el proceso.

Después de darse cuenta de que se trataba de alguien inofensivo, la gente comenzó a acercarse.
Todos estaban empapados en sudor y tenían las mejillas rojizas; algunos se estaban abanicando y
otros recogían agua. La niña se sentó junto al pozo y le sonrió a Wei WuXian, como si supiera que
él les había cedido el lugar.

Una de las personas sostenía una brújula en la mano, miró a la distancia y luego bajó la cabeza.

—Ya estamos al pie de la Montaña Dafan, así que, ¿por qué la aguja no se ha movido todavía?
Los diseños y el puntero en la brújula parecían extraños, lo que indicaba que no era una brújula
normal. Ésta no indicaba el Norte, el Sur, el Este y el Oeste, sino que señalaba a las criaturas
malintencionadas, se le conocía como «Brújula Demoníaca». Wei WuXian notó que esas personas
podrían ser parte un clan de cultivación pobre que provenía del campo. Aparte de los clanes
sibaritas y ricos, también había clanes pequeños como ese, que cerraron sus puertas y se cultivaron
por su cuenta. Wei WuXian pensó que podrían haber abandonado su aldea para encontrar un clan
del que fueran parientes lejanos o para ir de caza nocturna.

—Tu brújula podría estar rota —dijo un hombre de mediana edad que encabeza el grupo y había
motivado a la gente a que se hidratara—; te conseguiré una nueva después. La Montaña Dafan está
a menos de diez millas en esta dirección, lo que significa que no podemos descansar por mucho
tiempo. Nos hemos esforzado mucho durante todo el viaje, y si nos relajamos ahora y nos
atrasamos, dejando que otros tomen la ventaja, todos nuestros sacrificios habrían sido en vano.

Con esas palabras era fácil asegurar que habían salido de caza nocturna. Muchos clanes de cultivo
refinados iban a diversos lugares a exorcizar espíritus malvados, cazándolos. Debido a que la mayor
parte de criaturas suelen aparecer de noche, dicha práctica también era llamada «caza nocturna».

Había innumerables clanes de cultivo, pero sólo unos pocos eran grandes y distinguidos. Sin las
contribuciones de sus ancestros, si un clan promedio quisiera hacerse famoso y recibir el respeto del
Mundo de Cultivo, tendría que mostrar de lo que era capaz. Sólo si un clan capturaba a un monstruo
feroz o a un ser terrorífico, podía ser tomado enserio.

Esa era la especialidad de Wei WuXian. Sin embargo, durante los días que había estado viajando,
sólo encontró fantasmas menores. Necesitaba un buen soldado no-muerto para que hiciera las cosas
malvadas en su lugar, por lo que decidió ir a la Montaña de Arroz[1] para probar suerte. Si
encontraba uno con malicia suficiente, lo capturaría para darle un buen uso.

Cuando el grupo de personas terminó de descansar, se prepararon para seguir adelante. Antes de
irse, la niña de cara redonda sacó una manzana pequeña de su canasta.

—Aquí tienes.

Wei WuXian extendió la mano para recibirla, sonriendo en agradecimiento, pero el burro también
abrió la boca para morderla. Wei WuXian tomó la manzana en un rápido movimiento y, al ver que
el burro la ansiaba tanto, tuvo una idea brillante. Recogió un palo largo y un hilo de pescar, colgó la
manzana en un extremo y la colocó delante del burro. El burro de verdad quería la manzana, así que
corrió tras ella con una velocidad que sería la envidia de cualquier caballo. Era la primera vez que
Wei WuXian veía algo así, más le valía no perder esa manzana si quería mover al animal de ahora
en adelante.

Sin detenerse, Wei WuXian llegó a Dafan antes del anochecer. Al estar al pie de la montaña, se dio
cuenta de que ésta había obtenido su nombre porque, a lo lejos, parecía un buda regordete. También
había una ciudad cerca de la montaña, llamada Los Pies de Buda.

El número de cultivadores reunidos en ese lugar era mayor del que imaginaba. Había personas de
diferentes sectas y clanes transitando por las calles. Con tantos uniformes de distintos colores, los
ojos a veces perdían de vista el camino. Por alguna razón, todos parecían angustiados. Nadie se
molestaba en reírse de él a pesar de que notaban su extraña apariencia.
En el centro de una amplia avenida, un grupo de cultivadores se reunieron, hablando en tono serio.
Parecían discutir sobre algo, y tenían opiniones muy diferentes. Incluso desde lejos, Wei WuXian
podía escuchar sus conversaciones.

—Creo que no hay bestias o fantasmas devoradores de almas en este lugar. Es decir, ninguna de las
brújulas demoníacas se mueve.

—Si no hay, entonces, ¿cómo es que siete personas ya han perdido la vida? No es como si hubieran
pescado la misma enfermedad, ¿o sí? Yo no he escuchado habla de ninguna epidemia o plaga por
estos lugres.

—Incluso si las brújulas demoníacas no funcionan, eso no significa que no haya nada. Éstas cosas
tan sólo señalan direcciones aproximadas, sin ningún tipo de información adicional, por lo que no
son del todo confiables. Tal vez hay algo en este lugar que interfiere con el movimiento de la aguja.

—¿Acaso no recuerdas quién creó la brújula demoníaca? Nunca he oído hablar de nada que pueda
interferir con la dirección del puntero.

—¿Qué estás tratando de decir? Por supuesto que sé que Wei Ying creó la brújula demoníaca, pero
no es como si todas sus creaciones fueran impecables e infalibles. ¿Como mínimo no podemos
permitirnos tener el beneficio de la duda?

—Nunca dije que no puedes dudar al respecto, mucho menos que sus creaciones eran impecables,
así que ¿por qué me acusas?

Así, su plática había tomado otra dirección.

Wei WuXian pasó frente a esas personas montado en su burro, riendo de forma discreta. No
esperaba que, después de tantos años, todavía estuviera vivo en las conversaciones de los
cultivadores. Si en algún momento se hacía una encuesta para saber quién tenía más popularidad en
el Mundo de Cultivo, el ganador no podría ser otro más que Wei WuXian.

Para ser honesto, el cultivador no estaba equivocado. Las brújulas demoníacas que se usaban hoy
día eran copias de la primera versión que diseñó y, de hecho, no eran muy acertadas. Estaba
haciéndole mejoras cuando su guarida fue destruida, por lo que tenían que conformarse con usar ese
modelo.

De todos modos, las criaturas que bebían sangre y comían carne humana, por lo general, eran de un
nivel muy bajo, como los cadáveres ambulantes. Sólo monstruos o fantasmas poderosos eran
capaces de comer y digerir almas. El que había por esos rumbos parecía haber comido siete; no era
de extrañar que el incidente hubiera atraído a tantos cultivadores de diferentes sectas. Dado que no
se trataba de una presa cualquiera, era inevitable que la brújula demoníaca tuviera inconvenientes.

Wei WuXian frenó al burro con la cuerda y bajó de su espalda. Tomó la manzana y se la acercó.

—Un bocado. Solo un bocado… Hmph, ¿estás tratando de comerme toda la mano abriendo tanto el
hocico?

Dio algunas mordidas en el lado opuesto de la manzana y dejó que el animal devorara el resto
mientras reflexionaba cómo había llegado al punto de compartir una fruta con un burro.
De repente, alguien chocó contra su espalda. Se dio la vuelta y se topó con una chica de mirada
perdida, débil sonrisa y ojos apagados.

Wei WuXian siguió ese punto a la distancia que observaba la chica, topándose con la Montaña
Dafan.

La chica comenzó a bailar delante de él sin decir nada. Era una danza salvaje en la que giraba los
brazos mientras daba vueltas.

Wei WuXian estaba observando la actuación con cierta curiosidad, cuando otra mujer se acercó a
ella, la abrazó y le dijo: «A-Yan, volvamos».

A-Yan se sacudió con fuerza, como intentando soltarse, pero su sonrisa no se había borrado en
absoluto, lo cual brindaba un efecto aterrador a la escena mientras continuaba con su baile.

La otra mujer tuvo que perseguirla por la calle, intentando contener sus sollozos.

—Qué horrible —dijo un vendedor ambulante—. A-Yan, de la familia del herrero Zheng, ha
escapado de nuevo.

—Debe ser terrible para su mamá. A-Yan, el esposo de A-Yan, y el esposo de esa otra chica…
Todos fueron…

Wei WuXian se perdió por ahí, enterándose de toda la historia tras el extraño caso tras escuchar las
conversaciones de todo tipo de personas.

En la Montaña Dafan había un cementerio. La mayor parte de los antepasados de la gente del
pueblo de Los Pies de Buda fueron enterrados allí y, a veces, los cadáveres no identificados también
eran sepultados en ese lugar.

Hacía unos meses, durante una noche oscura y tormentosa, el viento y la lluvia causaron que un
pedazo de tierra de la Montaña Dafan se fragmentara y colapsara sobre lo que solía ser el
cementerio. Muchas tumbas antiguas fueron destruidas, algunos ataúdes quedaron expuestos al aire
y fueron golpeados por un rayo, causando que tanto cadáveres como ataúdes se chamuscaran.

La gente del pueblo se alteró. Después de varias rondas de oraciones, reconstruyeron el cementerio
y asumieron que, con eso, todo volvería a la normalidad. Desde entonces, la gente del lugar había
comenzado a perder el alma.

El primero fue un hombre vago y perezoso. Era un pobre desgraciado que no tenía ningún trabajo.
Como le encantaba caminar en la montaña y atrapar pájaros, se quedó atrapado cuando ocurrió el
deslave durante la lluvia. Tenía miedo de morir, pero logró mantenerse a salvo. Lo curioso fue que,
luego de unos días, se casó con alguien. Su boda fue bastante grande, y dijo que a partir de ese
momento sería caritativo y sentaría cabeza.

La noche en que se llevó a cabo la boda, durante la fiesta, el hombre se había puesto ebrio como
nunca antes, y desde que se fue a acostar, no volvió a ser el mismo. No respondía ni siquiera cuando
su esposa lo llamaba. El día que ella lo sacó de la cama a empujones, notó que tenía los ojos tristes
y el cuerpo frío. Aparte de poder respirar, no era diferente de una persona muerta. Tras unos días
más en cama, el hombre falleció. Era una desgracia, pero la novia había quedado viuda poco
después de casarse.

La siguiente fue A-Yan, de la familia del herrero Zheng. La chica acababa de quedar comprometida
cuando su futuro marido fue asesinado por un lobo mientras cazaba en la montaña. Después de
recibir la noticia, ella se convirtió en una mujer perezosa. Por suerte, no perdió el alma, pero se
volvió loca y ahora bailaba por las calles cuando escapaba de casa.

El tercer caso fue el del padre de A-Yan, el herrero Zheng. Y eso había continuado, al punto de que
ya eran siete personas las que terminaban con un destino que involucraba la locura y la muerte.

Considerando la situación, Wei WuXian pensó que podría tratarse de un espíritu que consumía
almas, no de una bestia que consumía almas.

Aunque sólo cambiaba una palabra, ambas criaturas eran diferentes en su totalidad. Un espíritu era
un fantasma, mientras que una bestia era un monstruo. Para él, era probable que el desprendimiento
de tierra hubiera destruido una tumba antigua y, con un rayo partiendo un ataúd, se había dejado
escapar a un espíritu en descanso. Si hallaba el tipo de ataúd en el que el muerto había estado
reposando, así como la presencia de algún tipo de sello, podría averiguar si ese era el caso o no. Sin
embargo, la gente del pueblo de Los Pies de Buda ya había sepultado a los cadáveres con los
ataúdes en otro lugar, lo que significaba que no encontraría evidencia que respaldara su teoría.

Para subir a la montaña, uno tenía que caminar por un sendero que comenzaba en la ciudad. Wei
WuXian se sentó en su burro y subió la colina sin prisa. Después de un rato, divisó a algunas
personas que caminaban en dirección opuesta con expresiones siniestras en sus rostros. Algunos de
ellos tenían cicatrices en sus caras y todos murmuraban algo.

Con el cielo cada vez más oscuro, todos se sobresaltaron al ver a una persona que parecía un
fantasma ahorcado, acercándose. Después de soltar algunas maldiciones, pasaron a un lado de él.

«Tal vez están frustrados porque el fantasma es muy fuerte» pensó Wei WuXian.

Dio unos golpecitos al burro para que subiera más deprisa. Por casualidad, recordó algunas palabras
que había escuchado de aquel grupo.

—¡Nunca he visto a nadie así!

—¿El líder de un gran clan como ese necesita pelear por un espíritu devorador de almas con
nosotros? Probablemente mató a muchos de ellos cuando era joven.

—¿Qué podemos hacer? Él es el líder de la Secta. No importa a qué clan elijas para ofender, no
debes ofender al clan Jiang; y no importa a qué persona decidas enfrentar, no debes hacer enojar a
Jiang Cheng. ¡Vamos a empacar para largarnos de este lugar!

[Capítulo 6]ARROGANCIA PARTE II

Si estuviese más oscuro, Wei WuXian necesitaría de una antorcha para moverse con libertad por el
bosque de la montaña.
Tras caminar un rato, se percató de que ninguno de los cultivadores le parecía conocido. Era un
alivio, a decir verdad. Estaba bastante sorprendido de que la mitad de los clanes que se encontraban
en Los Pies de Buda se hallaran discutiendo mientras que la otra mitad regresaba derrotada.

De repente, escuchó gritos de auxilio que provenían desde más adelante.

—¿Hay alguien ahí?

—¡Ayúdenos!

Eran voces tanto masculinas como femeninas, y sonaban asustadas, no parecía una actuación; no
obstante, los gritos de auxilio en las montañas desoladas eran, la mayor parte del tiempo, obra de
criaturas malvadas que buscaban atraer a personas ignorantes hacia sus trampas.

Las súplicas pusieron feliz a Wei WuXian. ¡Cuanto más malvada fuese la criatura, mejor para él!

Condujo al burro por la dirección de las voces, pero no encontró nada a su alrededor. Al mirar hacia
arriba, en lugar de espíritus o monstruos, se topó con el clan rural que había conocido cerca del
pozo, todos colgados de los árboles en redes doradas. De seguro habían sido colocadas por algún
clan rico.

En cuanto vieron a alguien acercándose, las personas se pusieron felices, pero su esperanza se
desvaneció con rapidez al notar que se trataba del lunático al que había visto en el camino. Aunque
los hilos de las redes eran delgados, el material era de excelente calidad, lo cual los hacía difíciles
de romper. No importaba si se trataba de un ser humano, dios, demonio, espíritu o monstruo, le
tomaría bastante tiempo poder liberarse, ya que sólo podía ser cortada con una herramienta mágica
de alto nivel. De seguro que el lunático ese ni siquiera sabía lo que eran y, por ende, no podría
sacarlos de allí.

Estuvieron a punto de seguir clamando por ayuda para que alguien más viniese a buscarlos, cuando
se escucharon ramas y hojas crujir bajo los pies de alguien a la distancia.

Un niño vestido con una túnica de color claro emergió del bosque. Tenía una marca bermellón entre
las cejas, sus rasgos eran delicados pero afilados. Parecía ser bastante joven, probablemente estaba
en su adolescencia, como mucho, tendría la misma edad que Lan SiZhui. Cargaba una aljaba de
bambú con flechas emplumadas y una espada luminosa en la espalda, sosteniendo un arco largo en
la mano. El bordado en su ropa era en extremo detallado, y formaba una magnífica peonía blanca en
el pecho. Los hilos de oro brillaban en contraste con los tonos oscuros de la noche.

—¡Es rico! —exclamó Wei WuXian en silencio.

Debía tratarse de un Joven Maestro perteneciente a la Secta Lanling Jin, ya ellos eran distinguidos
por usar como emblema la peonía blanca, quien reinaba sobre todas las flores, sugiriendo que sus
miembros eran los reyes de los cultivadores. La marca bermellón en su frente simbolizaba el «abrir
las puertas de la sabiduría y el anhelo; iluminando el mundo con la luz bermellón.»

El Joven Maestro había colocado una flecha en su arco y se estaba preparando para disparar, cuando
se dio cuenta de que las redes de unión divina habían capturado humanos. Al inicio se decepcionó,
pero a eso le siguió el enfado.
—Cada vez encuentro más idiotas. Hay cerca de cuatrocientas redes de unión divina dispuestas por
toda la montaña, pero ustedes ya han caído en unas diez, ¡y aún no he visto ni una sola presa!

«Sí, es rico» afirmó Wei WuXian dentro de su cabeza.

Una sola red de unión divina era muy cara, y él había dispuesto de cuatrocientas. Un clan pequeño
habría quedado en bancarrota luego de comprar tantas, pero claro, él venía de la Secta Lanling Jin.
Sin embargo, desperdiciar redes de unión divina y no preocuparse por lo que pudiesen capturar, no
podía ser considerado una verdadera caza nocturna. De hecho, con esa simple acción era como si le
estuvieran diciendo al resto de cazadores que no se entrometieran. Parecía que los cultivadores que
se retiraron antes no lo habían hecho porque se tratase de una presa difícil, sino porque tendrían que
lidiar con una Secta a la que no convenía incordiar.

Después de unos días de viajar sin prisa y escuchar las intrigantes conversaciones que rondaban por
Los Pies de Buda, Wei WuXian reunió mucha información sobre los cambios ocurridos en el
Mundo de Cultivo. Como ganadores de la Interrupción de los Cien Años, ahora, la Secta Lanling
Jin era la cabeza de todos los clanes y sectas; incluso se hacía referencia a su líder como el
Comandante de todos los cultivadores.

El Clan Jin siempre había sido arrogante, con miembros descritos con «extravagante esplendor.»
Después de años de estar en la cima mientras fortalecían la secta, habían entrenado a sus discípulos
para que hicieran lo que quisieran. Un clan que fuese un poco más débil que ellos tendría que
someterse a su humillación frente a ellos, más si se trataba de un clan pequeño y rural como el que
estaba presente y atrapado. Por eso, aunque las personas en las redes estuvieran rojas de furia,
debido a cómo eran tratados por el niño, no podían argumentar nada en su defensa.

—Por favor, Joven Maestro —habló con sumisión el hombre de mediana edad que lideraba el grupo
—, háganos un insignificante favor y déjenos bajar.

El chico estaba ansioso, inquieto de que su presa aún no se mostrara, y era conveniente para él
dirigir su ira hacia aquellos inútiles pueblerinos.

—¡Se quedarán allí para que no se interpongan en mi camino de nuevo! Los bajaré después de
atrapar a la bestia que devora almas, eso si aún me acuerdo de ustedes.

En caso de permanecer en los árboles durante toda la noche y ser encontrados por la criatura que
atormentaba la Montaña Dafan, al no poder moverse, no podrían hacer nada más que esperar a que
sus almas fueran arrancadas de sus cuerpos.

La niña de cara redonda que le dio una manzana a Wei WuXian se asustó y comenzó a llorar. Wei
WuXian iba montado sobre el burro con las piernas cruzadas, pero en cuanto el animal escuchó el
sollozo, saltó hacia adelante y rebuznó.

Si no fuera por lo horrible que sonaba el burro al emitir ese sonido, su imparable vigor casi podría
ser equiparado con el de un caballo de raza pura.

Al no estar preparado, luego de que el burro saltara, Wei WuXian salió disparado de su lomo; por
poco cae de cabeza al suelo.
El burro corrió hacia el chico, con toda intención de embestirlo con la cabeza, pero como éste aún
tenía la flecha sobre el arco, no reparó en apuntar en dirección al animal, tensando la cuerda.

Wei WuXian no quería perder su transporte tan pronto, por lo que se apresuró a tirar de las riendas.
El chico lo miró, una expresión de extrañeza se hizo presente en su rostro, y de un segundo a otro,
elaboró una mueca con desdén.

—Oh, eres tú —el tono con el que habló era veinte por ciento sorpresa y ochenta por ciento de
disgusto.

Wei WuXian parpadeó.

—¿Acaso perdiste la cabeza después de que te mandaran de vuelta a tu aldea? ¿Cómo pudieron
dejarte salir con una apariencia tan rara como esa?

La familiaridad con la que se dirigía hacia él… ¿De qué se había perdido Wei WuXian? ¿Podría ser
que el padre de Mo XuanYu no fuera el jefe de una pequeña secta, sino el famoso Jin GuangShan?

Jin GuangShan fue el último líder de la secta Lanling Jin; había fallecido hacía tiempo y muchas
historias se contaban sobre él. Tenía una ruda esposa que provenía de una familia prominente y, de
hecho, él era conocido por tenerle miedo. Sin embargo, incluso si estaba asustado de ella, eso no le
impidió tener aventuras con otras mujeres. No importaba lo feroz que fuera su mujer, Madame Jin,
le era imposible seguir a su marido las veinticuatro horas del día. Por lo tanto, desde damas de
estatus distinguido hasta prostitutas de áreas rurales, Jin GuangShan no dejaba pasar la oportunidad.
Aunque disfrutaba de las relaciones casuales y coqueteaba por todas partes, dejando hijos ilegítimos
regados por doquier, se aburría con facilidad. Cuando se cansaba de una mujer, se olvidaba de ella
por completo, sin pena ni gloria. Entre sus hijos ilegítimos, sólo uno demostró poseer un talento
excepcional, lo cual le valió su pase de entrada a la Secta Lanling Jin, Jin GuangYao.

En fin, Jin GuangShan no tuvo una muerte honorable. Él se creía poseedor de un gran vigor, y
quería desafiarse a sí mismo, jugando con un gran grupo de mujeres. Por desgracia, esto no le
resultó como esperaba y falleció durante el acto. Una muerte humillante, sin duda. Así, la secta
Lanling Jin tuvo que anunciar que había fallecido por exceso de trabajo. El resto de los clanes
decidieron guardar silencio sobre el asunto y fingieron no saber nada. De todos modos, esas eran las
verdades tras la fama de Jin GuangShan.

Durante el asedio en la Colina LuanZang, aparte de Jiang Cheng, Jin GuangShan había sido el
segundo mayor contribuyente, y ahora, Wei WuXian había tomado el cuerpo de su hijo ilegítimo.
Vaya cosas.

Al ver que el espacio entre ambos comenzaba a reducirse, el chico se enfadó aún más.

—¡Fuera de aquí! ¡Da asco tan sólo mirarte, maldito gay!

En términos de generación, era muy probable que Mo XuanYu fuera un pariente mayor del chico,
tal vez un tío.

Después de ser humillado por un joven así, Wei WuXian pensó que, aunque no fuera por su propio
bien, necesitaba devolver algo del desprecio que había sufrido por estar en el cuerpo de Mo
XuanYu.
—¡Qué actitud! Supongo que tu madre nunca te enseñó modales.

Al escuchar esas palabras, dos llamas ardientes prendieron en los ojos del chico, quien desenvainó
su espada y habló con voz amenazante.

—¿Qué… dijiste?

La hoja de la espada mostró un destello dorado. Era un arma rara de alta calidad, la mayoría de los
clanes no podrían costear algo así incluso si hubieran dedicado toda la vida a ahorrar para
conseguirla. Wei WuXian lo examinó con atención; la espada le resultaba familiar. En fin, no lo
pensó demasiado y comenzó a girar una pequeña bolsa de tela que sostenía en la mano.

Se trataba de una «bolsa de contención espiritual» que había creado hacía unos días de manera
improvisada, usando pedazos de cosas que encontraba por el camino. Cuando el chico empuñó la
espada y se acercó a él, sacó un trozo de papel con forma humana de la bolsa de contención
espiritual. Se movió hacia un lado, esquivando el ataque, y colocó el papel en la espalda de su
oponente.

Los movimientos del chico eran muy rápidos, pero Wei WuXian había pulido tanto la técnica de
«fingir tropezar con una persona para colocarle un talismán en la espalda sin que se dé cuenta», que
sería difícil que alguien igualara la agilidad de sus movimientos.

De repente, el chico sintió como su torso se entumecía, su espalda había comenzado a debilitarse y,
de mala gana, se desplomó en el suelo, dejando caer su espada en el proceso. No podía levantarse
por mucho que lo intentara, como si una montaña hubiera caído sobre él. En su espalda, había un
fantasma que había muerto por gula, aplastándolo hasta el punto en que le costaba respirar. Aunque
se trataba de un fantasma débil, era más que suficiente para tratar con mocosos como ese.

Wei WuXian recogió la espada, la sopesó con las manos y la lanzó hacia la red de unión divina,
partiéndola en dos con facilidad. La familia de cultivadores cayó al suelo de forma ridícula, pero
salieron corriendo sin decir nada. La chica de cara redonda parecía querer agradecérselo, pero fue
apurada por un hombre mayor, quien temía que el Joven Maestro Jin se enfadara aún más.

El chico en el suelo estaba echando humo de rabia.

—¡Maldito gay! ¡Mírate, tomando ese tipo de camino fácil y corrompido porque no tienes poder
espiritual suficiente para hacer nada en absoluto! ¡Cuida bien tu espalda! Porque, ¿sabes quién vino
hoy? Hoy yo…

Aunque el tipo de cultivo que había utilizado en el pasado a menudo era criticado y, a largo plazo,
dañaba la salud del cultivador, era un método que se podía dominar con rapidez. También le
resultaba curioso y atractivo porque no había limitaciones en cuanto a los poderes espirituales o el
talento del cultivador, por lo que siempre había personas que lo practicaban en secreto amen de
hallar un atajo.

El chico asumió que, después de haber sido expulsado de la Secta Lanling Jin, Mo XuanYu eligió el
camino deshonroso, lo cual, era una conclusión razonable, y eso le estaba evitando a Wei WuXian
una gran cantidad de problemas innecesarios.
El joven empujó el suelo, pero ni siquiera pudo levantarse después de algunos intentos. Su cara se
había puesto rojiza debido al esfuerzo, y apretó los dientes.

—Si no te detienes, se lo diré a mi tío, ¡y sólo te restará esperar la hora de tu muerte!

—¿Por qué tu tío y no tu padre? —preguntó Wei WuXian—. Dime, ¿quién es tu tío?

De repente, una voz resonó a sus espaldas, con una mezcla entre amargura y frialdad.

—Yo soy su tío. ¿Cuáles son tus últimas palabras?

Toda la sangre del cuerpo de Wei WuXian se enfrió de golpe, como si hubiera dejado de fluir. Lo
bueno era que su cara ya estaba cubierta con mucho polvo blanco, ponerse pálido de verdad no
haría una gran diferencia.

Un hombre joven, vestido de violeta, se acercó con paso decidido, su túnica jianxiu se ondeaba con
suavidad por el viento, y en la mano presionaba la empuñadura de una espada. Una campana de
plata colgaba de su cintura, aunque no hacía ningún ruido al caminar. Tenía cejas delgadas y ojos
almendrados. Sus facciones eran hermosas y afiladas, y sus ojos mostraban un gran vigor
entremezclado con una leve intención de atacar, era como recibir la vista de un par de relámpagos.
Se encontraba a no más de diez pasos de Wei WuXian, y su expresión asemejaba a una flecha
afilada, tensada en el arco, lista para ser liberada en cualquier instante. Su postura emitía un aire de
arrogancia y exceso de confianza.

—Jin Ling —habló mientras fruncía el ceño—, ¿por qué te demoras tanto? ¿En verdad necesitas
que siempre venga a recogerte? ¡Asume la terrible situación en la que te encuentras y levántate de
una vez!

Cuando a su cabeza se le pasó el adormecimiento inicial, Wei WuXian captó lo que estaba pasando.
Metió una mano dentro de sus mangas y curvó un dedo, haciendo que el trozo papel retrocediera.
Jin Ling sintió la falta de peso y pudo levantarse, tocando su espalda en el proceso. Se acercó a
Jiang Cheng y señaló a Wei WuXian de manera acusadora.

—¡Voy a romperte las piernas!

Al ver al tío y al sobrino parados uno al lado del otro, estaba claro que compartían un gran parecido,
bien podrían hacerse pasar por hermanos. Jiang Cheng movió un dedo, y la muñeca de papel voló
desde la mano de Wei WuXian hasta la suya. Después de echarle un vistazo, su mirada se tornó
hostil. Presionó sus dedos y el papel se encendió, quemándose hasta convertirse en polvo junto con
los gritos de los espíritus oscuros.

—¿Romper sus piernas? —dijo Jiang Cheng con severidad—. ¿No te lo he dicho muchas veces? ¡Si
ves este tipo de práctica malvada y retorcida, mata al cultivador y dáselo de comer a tus perros!

Wei WuXian ni siquiera pudo hacer el intento de agarrar su burro, se vio obligado a retroceder de
inmediato. Pensó que, después de tantos años, el odio que Jiang Cheng le guardaba, seguro que
desaparecería con el tiempo. No esperaba que no sólo no desapareciera, sino que se intensificara al
punto de querer deshacerse de las personas que se cultivaban como él lo había hecho.
Con alguien respaldándole, los ataques de Jin Ling se volvieron más agresivos. Wei WuXian
deslizó dos dedos dentro de la bolsa de contención espiritual para sacar algo, cuando de repente, el
resplandor azul de una espada cayó en medio de ambos como si de un rayo se tratase.

El choque de espadas hizo que destellos dorados fueron emitidos en todas direcciones, pero no era
por la calidad de éstas que se había producido el extraño resplandor, sino por la gran disparidad en
la fortaleza de las personas que manejaban las armas.

Wei WuXian tropezó y cayó al suelo, justo encima de un par de botas blancas como la nieve.
Después de quedarse estático unos instantes, levantó poco a poco la cabeza.

Lo primero que apareció ante sus ojos fue una hoja larga y delgada, cristalina y translúcida, como si
estuviera hecha de hielo. En el Mundo de Cultivo, esa espada era una de las más famosas. Wei
WuXian había experimentado su poder innumerables veces, incluidas las batallas disputadas a su
lado y en contra. La empuñadura se había forjado con plata pura, refinada con técnicas secretas y
ancestrales. La hoja era en extremo delgada, casi transparente, y parecía emitir un viento gélido
característico de la nieve y el hielo. Su filo era capaz de cortar el hierro y el barro como si se tratara
del mismo material. Aunque la espada parecía liviana, como si fuese a levantarse con el viento en
cualquier instante, en realidad, era bastante pesada, incapaz de ser manejada por una persona
promedio.

Su nombre era Bichen.

La hoja giró, y el sonido de la hoja siendo deslizada dentro de la vaina, resonó por arriba de la
cabeza de Wei WuXian. Al mismo tiempo, la voz de Jiang Cheng se hizo notar.

—Me estaba preguntando de quién podría tratarse. No podía ser alguien más que el Segundo Joven
Maestro Lan.

El par de botas blancas rodearon a Wei WuXian y le dieron un espacio de tres pasos. Éste último
alzó la mirada y se levantó. Caminó delante del Joven Maestro Lan, y rozando de forma ligera sus
hombros hizo contacto visual con él durante segundos efímeros, fingiendo que no había sido
intencional.

Ese joven hombre tenía un aura similar a la tenue luz que emite la luna. La cítara de siete cuerdas
que llevaba en la espalda era más estrecha que la mayoría. También portaba una cinta en la frente
con patrones de nubes que se repetían. Su piel era clara, y sus rasgos eran refinados y elegantes,
como si fuera un pedazo de jade pulido. El color de sus ojos era inusualmente claro, como si
estuvieran hechos de vidrio coloreado, lo que hacía que su mirada se sintiera demasiado distante. Su
expresión, parecía haber sido formada con rastros de escarcha y nieve, severa hasta el punto de
mostrarse rígida, inquebrantable incluso después de ver el maquillaje ridículo de Wei WuXian.

No había una sola mota de polvo o arruga en su ropa. Era imposible encontrar algún fallo en su
apariencia. Aun así, dos palabras saltaron a la mente de Wei WuXian.

«¡Ropa de luto!»

Aunque todos los clanes del Mundo de Cultivo empleaban palabras extravagantes para describir el
uniforme de la Secta GusuLan como el uniforme más atractivo, y a Lan WangJi como una belleza
incomparable que solo aparecía una vez durante una luna azul, nada podía cambiar la álgida
expresión facial que le hacía lucir como si su esposa hubiera fallecido.

Durante los años desafortunados, los enemigos a menudo cruzaban sus caminos; las buenas noticias
siempre viajaban solas, pero un desastre siempre iba seguido de otro, como la situación que se
presentaba justo ahora.

Lan WangJi se mantuvo inmóvil y en silencio, viendo al frente, directo a Jiang Cheng. Éste último
era apuesto en todos los sentidos, pero cuando se encontraba cara a cara con alguien como Lan
WangJi, parecía no estar a la altura.

—HanGuang-Jun —dijo, enarcando una ceja—, veo que tu reputación te precede, estás en donde
quiera que haya caos. Entonces, ¿tuviste suficiente tiempo libre para venir a esta área tan remota el
día de hoy?

Los poderosos cultivadores de clanes prominentes, por lo general, no prestaban atención a presas de
nivel inferior, dejaban que otros clanes se ocuparan de ellas. Sin embargo, Lan WangJi era una
excepción. Nunca se preocupó por la presa de una caza nocturna, y no se negaría a acudir a una sólo
porque la criatura en cuestión no fuese digna de aumentar su fama. Si alguien necesitaba ayuda, él
estaría allí. Así había sido desde que era joven. «Estar donde quiera que se encuentre el caos» era la
frase con la que el público identificaba sus cazas nocturnas y, del mismo modo, era un halago para
su moralidad. No obstante, Jiang Cheng no parecía haberle dirigido esas palabras con respeto;
incluso los jóvenes que asistían a Lan WangJi parecieron incomodarse tras escucharlo.

—Si ese fuera el caso —Lan JingYi habló sin reparos—, ¿cuál es la razón de que el líder de la Secta
Jiang esté aquí también?

Jiang Cheng chasqueó la lengua en señal de disgusto antes de responder.

—¿Crees que deberías entrometerte cuando tus superiores están conversando? La secta GusuLan
siempre ha sido conocida por su conducta respetuosa. ¿Es así como enseñan a sus discípulos ahora?

Lan WangJi parecía no tener intención alguna de continuar la conversación. Le dirigió una mirada a
Lan SiZhui y un par de chicos captaron lo que significaba, por lo que hablaron en voz baja con el
resto de los chicos para no interponerse. Luego, se dirigieron hacia Jin Ling.

—Joven Maestro Jin, las cazas nocturnas siempre han sido competiciones justas entre los diferentes
clanes y sectas. Sin embargo, instalar redes por toda la Montaña Dafan está obstaculizando a los
cultivadores, haciendo que sean ellos quienes caigan en las trampas. ¿No está eso en contra de las
reglas de la caza nocturna?

La expresión sombría de Jin Ling era justo como la de su tío.

—¿Y qué quieren que haga? Fue su culpa caer en las trampas. Me ocuparé de todos ellos después
de que termine de capturar la presa.

Lan WangJi frunció el ceño. Jin Ling estaba a punto de hablar de nuevo, pero de repente se dio
cuenta de que, de alguna manera, no podía abrir la boca ni hacer ningún sonido.
Al ver que los labios superiores e inferiores de Jin Ling parecían haber sido pegados, la ira se hizo
notoria en el rostro de Jiang Cheng.

—¡Tú, con el apellido Lan! ¿Qué estás haciendo? Todavía no es tu turno de disciplinar a Jin Ling,
¡así que libera el hechizo ahora!

El hechizo silenciador era utilizado por la secta Lan para reprender a sus discípulos. Wei WuXian
había sufrido mucho con ese pequeño truco. Aunque no se trataba de nada demasiado complicado u
oscuro, solo las personas del Clan Lan podían liberar el hechizo. Si uno quisiera hablar por la
fuerza, los labios se desgarrarían, haciendo que emanara sangre o tendrían la garganta lastimada
durante un par de días, volviendo a la voz ronca. La única solución era permanecer en silencio y
reflexionar sobre las malas acciones hasta que se alcanzara el límite de tiempo del castigo.

—Líder de la Secta Jiang —ahora fue Lan SiZhui quien tomó la palabra—, no hay necesidad de
recurrir a la violencia. Mientras no rompa el hechizo por la fuerza, se liberará por sí solo después de
treinta minutos.

Antes de que Jiang Cheng pudiera ser capaz de responder, un hombre vestido de púrpura, con el
uniforme de la secta Jiang, salió corriendo del bosque.

—¡Líder de la secta! —gritó. Sin embargo, después de notar la presencia de Lan WangJi, vaciló.

—Habla —ordenó Jiang Cheng—. ¿Hay más malas noticias?

—No hace mucho, una espada azul voló y destruyó las redes que había instalado —respondió el
hombre en voz baja.

Jiang Cheng miró a Lan WangJi sin intentar ocultar su disgusto.

—¿Cuántas están rotas?

—… —el hombre buscó con cuidado las palabras para responder—. Todas ellas…

Jiang Cheng apretó los dientes y también los puños, con tanta fuerza que sus nudillos se habían
puesto blancos.

¡Esas eran más de cuatrocientas redes!

No esperó que el viaje fuera tan desafortunado. Tan sólo había asistido para apoyar a Jin Ling;
después de todo, ese año estaría cumpliendo los quince de edad y haría su debut para competir con
los jóvenes de otros clanes. Jiang Cheng había considerado todas las opciones de la forma más
cuidadosa posible, eligiendo la Montaña Dafan como el lugar en el que se llevaría a cabo la caza.
También colocó redes por todas partes y amenazó a los cultivadores de otros clanes, mostrándoles
las consecuencias si decidían no retirarse, para que Jin Ling se llevara el premio sin que nadie
interfiriera con él.

Aunque cuatrocientas redes de unión divina eran un precio enorme a pagar, la secta YunmengJiang
podía costearlo. Perder las redes era un asunto sin importancia, pero perder la cara no lo era.
Ante las acciones de Lan WangJi, Jiang Cheng sintió un torbellino de ira emergiendo desde el
fondo de su corazón, que se elevaba más y más a cada segundo. Entrecerró los ojos, su mano
izquierda acarició de forma inconsciente el anillo que portaba en el dedo índice de la mano derecha.

Esa era una señal de peligro inminente.

Todos sabían que el anillo era un arma mágica potente y devastadora. Cada vez que el líder del Clan
Jiang comenzaba a tocarlo, significaba que tenía la intención de matar.

[Capítulo 7]ARROGANCIA PARTE III

Después de acariciar el anillo durante varios segundos, Jiang Cheng se obligó a controlar su
hostilidad.

Estaba disgustado, sí; pero como líder de una secta, debía considerar cada elemento que le rodeaba
y evitar ser tan impulsivo como lo era Jin Ling. Después de todo, tras la caída de la Secta
QingheNie, de entre las Tres Grandes Sectas, la Secta LanlingJin y la Secta GusuLan eran cercanas
debido a la relación personal entre sus dos líderes. Al dirigir por su cuenta la Secta YunmengJiang,
Jiang Cheng se encontraba aislado. HanGuang-Jun, o Lan WangJi, era un cultivador bastante
prestigioso mientras que su hermano mayor, ZeWu-Jun, o Lan XiChen, era el líder de la Secta
GusuLan. Los dos hermanos siempre habían estado en buenos términos el uno con el otro, así que
no era conveniente tener una discusión con Lan WangJi.

Además, la espada de Jiang Cheng, Sandu, nunca había cruzado su filo con el de la espada de Lan
WangJi, Bichen, por lo que no era posible saber a manos de quién moriría el venado[1]. Aunque
poseía el poderoso anillo Zidian, su herencia familiar, el guqin de Lan WangJi, Wangji, también era
conocido por sus extraordinarias habilidades; y algo que Jiang Cheng odiaba, era encontrarse en
desventaja durante una pelea. Al no estar seguro de su victoria, no se arriesgaría a pelear contra Lan
WangJi.

Entonces, dejó de palpar su anillo y tomó la decisión de deberle un favor a Lan WangJi, por el
momento; así que se dio la vuelta y vio a Jin Ling, enojado y cubriéndose la boca.

—HanGuang-Jun quiere castigarte, así que deja que lo haga por esta vez —dijo en tono sarcástico,
aunque no estaba claro de quién se estaba burlando—. Tampoco es fácil para él disciplinar a los
jóvenes de otros clanes.

Lan WangJi fingió no escuchar nada; discutir por pequeñeces no era su estilo.

Jiang Cheng habló de nuevo, como si cada palabra tuviese la intención de convertirse en una espina.

—¿Por qué sigues parado allí? ¿Esperas a que venga la presa y se lance directo hacia tu espada? Si
hoy no atrapas a la criatura que merodea la Montaña Dafan, ¡no vengas a verme nunca más!

Jin Ling lanzó una mirada hosca a Wei WuXian, pero estaba demasiado asustado para mirar a Lan
WangJi, la persona que lo había silenciado. Volvió a colocar la espada en su vaina, elaboró un gesto
de despedida y se retiró con el arco en mano.

—Líder de la Secta Jiang —dijo Lan SiZhui—, la Secta GusuLan le devolverá el número exacto de
redes de unión divina que fueron destruidas.
—No es necesario —respondió con apatía.

Entonces, caminó con calma en la dirección por la que había llegado el hombre de prendas moradas,
quien, luego de que el líder avanzara un poco, elaboró una cara de aflicción, sabiendo que sería
imposible escapar de un sermón en cuanto regresaran.

Después de que sus figuras se perdieran entre los árboles del bosque, Lan JingYi hizo uso de la
palabra.

—¿Cómo es posible que el líder de la Secta Jiang actúe de esa forma? —En ese momento recordó la
regla del clan Lan que hacía mención a no hablar a espaldas de los demás. Le hizo ojos de borrego
a HanGuang-Jun, y éste le cerró la boca.

Lan SiZhui se dirigió con una sonrisa hacia Wei WuXian.

—Joven Maestro Mo, nos volvemos a encontrar.

Wei WuXian arqueó las comisuras de sus labios en un intento de sonrisa ligera, y Lan WangJi habló
de nuevo.

—Cumplan con sus deberes.

El comando fue simple y claro, sin ningún vocablo elegante que sirviera como adorno del habla.
Con eso, el resto de los chicos recordaron lo que habían ido a hacer a la montaña. Se reunieron y
esperaron más instrucciones.

Luego de un rato, Lan WangJi volvió a hablar.

—Hagan lo que puedan. No realicen nada por la fuerza.

Su voz era profunda y atractiva, si uno estuviese demasiado cerca, era seguro que sentiría el corazón
palpitar con fuerza.

Los jóvenes afirmaron, y temiendo quedarse demasiado tiempo, se pusieron en marcha hacia las
profundidades del bosque. Wei WuXian pensó que, sin duda alguna, Jiang Cheng y Lan Zhan eran
en extremo diferentes uno del otro. Incluso sus consejos para los jóvenes eran discordantes. En eso,
notó que Lan WangJi le hizo un gesto de asentimiento casi imperceptible, lo cual, le sorprendió.

Era probable que Lan SiZhui le hubiera informado a Lan WangJi sobre su comportamiento
sospechoso en la Villa Mo. Aun así, había recibido un buen gesto de parte de HanGuang-Jun, quizá
como agradecimiento por ayudar a los jóvenes de la Secta Lan. Sin pensarlo mucho, Wei WuXian
respondió con una reverencia en señal de respeto. Cuando volvió a levantar la vista, Lan WangJi ya
había desaparecido.

Desde que eran jóvenes, Lan WangJi había sido tan recatado y propio, que tan sólo de verlo
resultaba doloroso; siempre se mostraba solemne y rígido, como si no conociera la felicidad. No
podía dejar que ni una sola mota de polvo apareciera frente a sus ojos, por lo que nunca había
aprobado que Wei WuXian cultivara un camino oscuro.
Luego de pensar en ello, Wei WuXian dio media vuelta, dispuesto a irse del lugar.

Sin importar la clase de criatura que morase en la Montaña Dafan, estaba más que dispuesto a
competir contra cualquiera por ella, excepto Jin Ling.

¿Por qué resultó ser Jin Ling?

Entre tantos discípulos pertenecientes a la Secta Jin, lo último que esperaba era toparse con Jin
Ling. Si lo hubiese sabido, no se habría burlado de él por no haber tenido «una madre que le
enseñara modales». Si otra persona le hubiera dicho esas palabras, el mismísimo Wei WuXian se
habría encargado de mostrarle a dicha persona lo que significaba atraer la desgracia por hablar de
forma tan descuidada, pero la persona que había hablado sin consideración alguna había sido él.

Después de quedarse quieto por un momento, Wei WuXian levantó la mano y se dio una bofetada,
una lo suficientemente fuerte como para ser escuchada y que le hiciera sentir escozor en la mejilla
derecha.

De repente, desde los matorrales a su costado, se escucharon sonidos de movimiento y vio a un


burro saltar de entre ellos. Al bajar la mano, el animal se acercó por su cuenta, a diferencia de otras
ocasiones. Wei WuXian tiró de sus largas orejas y forzó una sonrisa.

—Querías salvar a la damisela en apuros, pero me pediste que fuera el héroe que se encargara del
rescate.

El burro se quejó, así como la ola de cultivadores que se acercaban desde la parte más baja de la
montaña. Luego de que cuatrocientas redes de unión divina fueran destruidas por la espada de Lan
WangJi, el resto de los cultivadores que permanecían en Los Pies de Buda se apresuraron a subir.
Todos ellos se convertirían en oponentes de Jin Ling, por lo que Wei WuXian consideró, por unos
instantes, si debería hacerlos retroceder a la fuerza. Luego de pensarlo un rato, decidió hacerse a un
lado en silencio y dejarlos pasar.

Los discípulos de diferentes sectas, que vestían uniformes de colores variados, iban soltando quejas
mientras avanzaban.

—Tanto la Secta Jin como la Secta Jiang arruinan demasiado al Joven Maestro Jin. Pese a ser tan
joven, es bastante arrogante y maleducado. Si le dejan dirigir la Secta LanlingJin en un futuro,
¡quién sabe qué clase de caos traería! No sobreviviríamos a eso.

Wei WuXian ralentizó sus propios pasos.

—¿Cómo podrían no consentirlo tanto? —dijo en un suspiro una cultivadora de buen corazón—.
Perdió a sus padres a una edad temprana.

—No es así como deben ser las cosas, Shimei. ¿Qué tiene que ver que sus padres fallecieran? Hay
toneladas de personas que han perdido a sus padres. Si todos actuaran como él, ¿qué clase de
mundo sería este?

—Me sorprende que Wei WuXian haya sido tan despiadado como para atreverse a herirla. Es decir,
la madre de Jin Ling era la hermana mayor de Jiang Cheng, era la shijie con quien se crio.
—Fue terrible lo que le ocurrió a Jiang YanLi, ella trajo a un lobo malvado que mordió la mano de
su amo. Lo de Jin ZiXuan fue aún peor, Sólo porque tenía algo que ver con Wei WuXian, terminó
de la misma forma.

—¿Por qué todos los que se involucran con Wei WuXian terminan así?

—Es obvio. ¿Acaso has escuchado que fuese cercano a alguien, además de los perros rabiosos a los
que manipulaba con su flauta? Tenía enemigos en todas partes y dañó a muchas personas, incluso a
HanGuang-Jun; ellos eran como fuego y agua, y se odiaban mutuamente.

—Hablando de eso, hoy, si no fuera por HanGuang-Jun…

Tras caminar un rato, el sonido de gorgoteo típico de un arroyo llegó a los oídos de Wei WuXian.
No se dio cuenta del momento exacto en el que ocurrió, pero justo ahora se daba cuenta de que
había tomado un camino diferente al bajar por la montaña, quizá se había desviado en una
bifurcación.

Sin soltar las riendas del burro, se detuvo junto al río. La luna se podía ver en lo alto del cielo, sin
ramas ni hojas a las orillas del cuerpo de agua, blancos fragmentos de ésta se reflejaban sobre la
superficie. En ese mismo reflejo, Wei WuXian vio una cara que se ondulaba con el flujo del agua.
Con la palma de la mano, golpeó aquella imagen, desapareciendo las ridículas características de su
reflejo. Humedeció la otra mano y levantó ambas, aun goteando, para limpiar el maquillaje que
cubría su rostro.

Un muchacho apuesto y elegante apareció en el espejo de agua. Parecía tan puro como si hubiera
sido limpiado por la luz de la luna, con cejas lisas, ojos brillantes y labios delineados con finas
curvas. Sin embargo, mientras bajaba la cabeza para tener una mejor mirada de sí mismo, las gotas
de agua que colgaban de sus pestañas cayeron como si de lágrimas se tratasen.

Lo que tenía enfrente era un rostro joven y desconocido, no el del Patriarca YiLing quien había
puesto al mundo de cabeza y que había matado a miles: Wei WuXian.

Tras unos segundos de observar un poco más esa nueva cara, Wei WuXian se limpió una vez más, y
se frotó los ojos justo antes de dejarse caer con un ruido sordo, sentándose junto al río.

No era como si no pudiera soportar las hirientes palabras que otros decían sobre él. Después de
todo, si se remontaba al tiempo en el que había tomado aquella decisión, sabía del tipo de
comentarios y situaciones a los que debía hacer frente. Durante aquellos momentos había recordado
el lema de la Secta YunmengJiang: Intentar lo imposible.

Sin embargo, pese a que llegó a pensar que su corazón sería tan duro como la roca, al final, era
humano, no una hierba o planta sin emociones.

El burro parecía saber que no estaba de buen humor, y por una vez, decidió no hacer ruido para
denotar su impaciencia. Pasó un momento de silencio y se dio la vuelta para retirarse. Wei WuXian
seguía sentado junto a la corriente, sin mostrar señales de respuesta. Entonces, el animal decidió dar
una vuelta y arañar con sus cascos el suelo, pero Wei WuXian seguía sin prestar atención. El burro
regresó, malhumorado, y mordió el cuello de las ropas de Wei WuXian para tirar de él.
Al ver que el animal había llegado tan lejos como para usar su hocico, Wei WuXian decidió ponerse
en pie y seguirlo. El burro lo condujo hacia unos árboles que rodeaban una zona con poca hierba.
En dicho lugar se hallaba una bolsa qiankun, que colgaba de una red dorada y maltrecha. Lo más
seguro era que se le hubiera caído a un desafortunado cultivador cuando luchaba por escaparse de la
red.

Wei WuXian recogió la bolsa y la abrió. Había bastantes artículos dentro, como calabazas de
peregrino con licor medicinal, talismanes, espejos en miniatura que reflejaban demonios, entre otras
cosas.

Rebuscó un rato y sacó un talismán. Al instante, éste ardió en su mano, convirtiéndose en una bola
de fuego.

Se trataba de un talismán de llamas de oscuridad, que, como su nombre lo indica, usaba energía
oscura o resentida como combustible; al entrar en contacto con esta, ardía en automático. Cuanta
más energía había, más fuerte era la llama. Dado que se había encendido tan pronto como lo sacó,
significaba que había un espíritu no muy lejos de allí.

Al ver la luz del fuego, Wei WuXian se mantuvo atento para detectar la dirección en la que se
encontraba el espíritu. Cuando se volvió hacia el este, el fuego se debilitó; cuando se volvió hacia el
oeste, el fuego se intensificó con violencia. Dio unos pasos en esta última dirección y vio una figura
blanca y encorvada aparecer debajo de un árbol.

El talismán se consumió, ahora sólo tenía cenizas en la punta de los dedos. A sus espaldas, se
hallaba sentado un anciano, quien hablaba con débiles murmullos.

Wei WuXian se acercó con lentitud, y las palabras que musitaba el viejo se hicieron claras.

—Duele, duele…

—¿Dónde le duele? —preguntó Wei WuXian.

—Cabeza —respondió el viejo—. Mi cabeza.

—Déjeme revisarlo. —Wei WuXian se acercó al viejo y vio un gran agujero ensangrentado en su
frente.

Se trataba de un fantasma, quizá uno que había muerto cuando un arma lo golpeó en la cabeza.
Estaba vestido con una túnica de entierro hecha con material fino y de forma artesanal, lo que
significa que ya había sido ataviado y enterrado de manera adecuada. No se trataba del alma perdida
de un ser humano vivo. Sin embargo, fantasmas como este no deberían estar en la Montaña Dafan.

Wei WuXian no encontró una explicación lógica para la escena que se presentaba ante sus ojos.
Con algo de preocupación, subió al lomo del burro de un salto, lo espoleó con un grito y cabalgó
hacia la dirección por la que Jin Ling había subido a la montaña.

Alrededor del área en la que alguna vez se hallaron las antiguas tumbas, había muchos cultivadores
deambulando, con la esperanza de que la presa hiciera acto de presencia. Alguien se atrevió a izar
una bandera de atracción espiritual, pero sólo logró atraer a un grupo de fantasmas que lloraban con
desesperación.
Wei WuXian tiró de las riendas, escrutó la zona con la mirada y habló en voz alta y clara.

—Disculpen (lamento la interrupción), ¿a dónde fueron los jóvenes maestros del Clan Lan y el Clan
Jin?

Como era de esperarse, después de lavarse la cara, la gente en verdad le prestaba atención.

—Se fueron al Templo de la Diosa —respondió uno de ellos.

—¿El Templo de la Diosa? —inquirió Wei WuXian.

El clan rural con el que ya se había topado dos veces, ahora se encontraba entre el grupo de
cazadores nocturnos; de seguro regresaron cuando se enteraron de que las redes de unión divina
habían sido destruidas.

El hombre de mediana edad reconoció su ropa y al burro que hacía muecas, dándose cuenta de que
se trataba del lunático que los había salvado antes, por lo que se sintió bastante incómodo y fingió
que no había pasado nada.

—Está allá. —La joven de cara bonita que le había dado la manzana, le señaló el camino—. Es un
templo divino dentro de una cueva en la montaña.

—¿Para qué deidad está construido el templo? —preguntó Wei WuXian.

—C-Creo que se trata de una estatua natural de una sola piedra que fue tallada por una diosa.

—Gracias.

Al terminar la conversación, Wei WuXian corrió hacia el Templo de la Diosa.

El matrimonio del hombre perezoso, el rayo que destruyó los ataúdes, el prometido devorado por
lobos, el padre y la hija que perdieron sus almas, la ropa fina del anciano ensangrentado… Era
como si estuviese desenredando una revuelta madeja de hilos, para lograr obtener uno solo sin
nudos.

No era de extrañar que las brújulas demoníacas no reaccionaran del todo bien, sin mencionar que
las banderas de viento negro no atraían lo que los cultivadores esperaban.

Todos habían subestimado a la criatura de la Montaña Dafan.

¡No era lo que pensaban!

[Capítulo 8]ARROGANCIA PARTE IV

Por otro lado, como Lan SiZhui y el resto de los discípulos no encontraron nada en el área en la que
se hallaron las tumbas antiguas, arribaron al Templo de la Diosa en busca de pistas.
En la montaña Dafan, aparte de las tumbas de los antepasados de Los Pies de Buda, también había
un templo, aunque no había sido erigido para Buda ni para GuanYin[1], sino para una Diosa
Danzante.

Hace unos cientos de años, un cazador de los Pies de Buda se aventuró a las montañas y encontró
una piedra extraordinaria dentro de una cueva. Tenía alrededor de tres metros de altura, se había
formado de manera natural y lucía extrañamente como un ser humano, con cuatro extremidades
superiores elaborando una pose de baile. Lo más peculiar era que los rasgos de la cara apenas se
vislumbraban de manera vaga, dando la impresión de ser una dama sonriente. La gente del pueblo
de Los Pies de Buda se asombró y pensaron que se trataba de una piedra mágica creada con la
energía del Cielo y la Tierra, por lo que no tardaron en elaborar y contar leyendas al respecto.
Algunos narraban una historia sobre un Inmortal que se enamoró de la Diosa de los Nueve
Cielos[2], quien, además, talló una estatua de piedra con la apariencia de su amada con el fin
transmitir y representar las dificultades de enamorarse. Después de descubrir esto, la diosa
enfureció, por lo que la estatua nunca se completó, y esa era la razón de sus borrosas facciones.
Otros atribuían la historia al Emperador de Jade[3] y a su hija más querida, quien murió joven. El
anhelo del emperador por su hija se había convertido, supuestamente, en esa estatua.

Había todo tipo de mitos para sorprender a las personas.

Al final, la gente del pueblo también comenzó a creer sus propias leyendas, y en algún punto
alguien convirtió la cueva en la que se hallaba la piedra, en un templo donde tallaron un trono de
roca para que fungiera como el asiento sagrado. La estatua fue llamada «Diosa Bailarina», aunque
algunos la llamaban «Diosa Danzante», y tenía adoradores que incrementaban a cada año.

El interior de la cueva era amplio, similar a un Templo Erjin[4], con la estatua de la diosa en el
centro. A primera vista lucía humana, inclusive su cintura podía ser considerada grácil y elegante.
Sin embargo, después de mirarla más de cerca, parecía una pose difícil de lograr. De cualquier
manera, una estatua de piedra natural con forma de ser humano era suficiente para hacer que una
buena parte de la población se quedase boquiabierta.

Lan JingYi subió y bajó una brújula demoníaca, pero su puntero seguía sin moverse. Una gruesa
capa de cenizas de incienso cubría la mesa de las ofrendas y también había velas desordenadas; un
aroma enfermizo y dulce provenía de los platos que contenían fruta; sin mencionar que la mayor
parte de las personas que conformaban la Secta Gusu Lan tenían un poco de misofobia.

Lan JingYi abanicó con la mano frente a su nariz para dispersar el olor antes de hablar.

—Los lugareños dijeron que es bastante efectivo rezar en el Templo de la Diosa, pero ¿cómo
pueden depositar sus plegarias en un lugar así? Al menos deberían venir y limpiar de vez en cuando.

—Siete personas ya perdieron sus almas —dijo Lan SiZhui—. Todos dicen que un rayo liberó a una
criatura feroz sellada en las antiguas tumbas de los Pies de Buda. ¿Crees que alguien se atrevería a
subir a la montaña? No hay asistencia para la gente que viene templo y, por ende, no hay nadie que
limpie este lugar.

—¡Es sólo una roca estúpida! —anunció una voz desdeñosa que se encontraba en el exterior de la
cueva—. El título de Diosa se lo dio un don nadie y la gente se atrevió a ponerla aquí sólo para
venerarla.
Quien había entrado no era nada más ni nada menos que Jin Ling. El límite de tiempo para el
hechizo silenciador había llegado a su fin, por lo que hacía rato que podía hablar. Sin embargo, nada
bueno salía de su boca.

—Estos viles aldeanos no trabajan duro para enfrentar las dificultades —dijo mientras miraba la
estatua de la diosa—, sino que prefieren rezar a Buda y a otras cosas todos los días. Hay miles de
millones de personas en el mundo, los Dioses y los Budas están ocupados con sus propios asuntos,
entonces, ¿a quién le importaría atender a sus plegarias perezosas? ¿A ésta diosa impotente y sin
estatus? ¡Por favor! Si en verdad es tan poderosa, entonces rezaré para que la criatura que consume
almas en la Montaña Dafan aparezca frente a mí en este momento. ¿Podrá cumplir eso la estatua?

Detrás de él ingresaron algunos cultivadores de clanes menores y todos se rieron justo después de
escucharlo, estando de acuerdo con sus palabras. El templo, que al inicio se encontraba silencioso,
se llenó de ruido y el espacio parecía comenzar a estrecharse.

Lan SiZhui sacudió la cabeza, dio la vuelta e intentó buscar algo, un espíritu, un fantasma, lo que
fuese. Su mirada cayó sobre la cabeza de la estatua de la diosa; los rasgos compasivos y sonrientes
seguían allí, borrosos; sin embargo, sintió una extraña sensación de familiaridad con ese gesto,
como si lo hubiese visto en algún otro lugar.

¿En dónde rayos lo había visto antes?

Lan SiZhui tuvo el presentimiento de que era algo importante y no pudo evitar acercarse a la
estatua, queriendo examinar de manera minuciosa su gesto. Al mismo tiempo, alguien saltó delante
de él.

Un cultivador, que estaba a sus espaldas, había caído sin más. El resto de los presentes se
sorprendieron y levantaron la guardia.

—¿Qué le ocurrió? —preguntó Jin Ling con un tono de alerta.

Lan SiZhui, con espada en mano, se inclinó para examinarlo. No había nada malo en la respiración
del cultivador, era como si de repente se hubiera quedado dormido. No obstante, no importaba cuán
fuerte lo empujaran o lo llamaran, no despertaba.

Lan SiZhui se puso de pie.

—Parece como si… —antes de terminar su oración, la oscura cueva se iluminó de forma abrupta
con una luz escarlata, como si una cascada de sangre fluyera por las paredes. Las velas en la
plataforma para las ofrendas y en todos los rincones de la cueva se encendieron solas.

Todos los presentes sacaron sus espadas o sus talismanes. En ese instante, una persona irrumpió
desde el exterior, sosteniendo una calabaza de peregrino con licor medicinal. La arrojó hacia la
estatua de piedra y brotaron llamas furiosas, las cuales se volvieron tan grandes y violentas que
podían evocar la luz del día.

Wei WuXian usó todos los artículos que había encontrado en la bolsa de qiankun.

—¡Todos, vuelvan afuera! —gritó—. ¡Tengan cuidado con la diosa devoradora de almas que reside
en su interior!
—¡La pose de la diosa ha cambiado! —alguien gritó azorado.

Antes, la estatua tenía un pie y dos brazos levantados hacia arriba, de los cuales uno apuntaba al
cielo, era una pose elegante. No obstante, en medio de las llamas carmesíes y amarillas, había
bajado los brazos y el pie. No había duda, ¡en definitiva no había sido un error de visión!

Al momento siguiente, la estatua volvió a levantar un pie, saliendo del fuego.

—¡Corran, corran, corran! —gritó Wei WuXian—. ¡No intenten atacar! ¡No funcionará!

La mayor parte de los cultivadores lo ignoraron. El monstruo devorador de almas que habían
intentado encontrar con tanto esfuerzo al fin había aparecido, ¿cómo iban a dejar perder esa
oportunidad? Sin embargo, incluso con tantas espadas cortando y apuñalando, y tantos talismanes y
herramientas mágicas lanzándose en su contra, el avance de la estatua no se detuvo en absoluto.
Tenía alrededor de tres metros de altura, parecía un titán en movimiento que emitía una fuerte
sensación de opresión. Levantó a dos cultivadores y los colocó frente a su cara. La boca de piedra se
abrió y luego se cerró. Las espadas de los cultivadores cayeron al suelo junto con sus cabezas; sus
almas habían sido devoradas.

Sin ataques que funcionasen de manera correcta, el resto, al fin, atendió a las palabras de Wei
WuXian. Todos salieron corriendo, dispersándose en todas direcciones tan rápido como pudieron.
Con tanta gente y rostros pasando por todas partes, Wei WuXian comenzó a ponerse ansioso, no
veía por ningún lugar a Jin Ling. Entonces, montó en su burro y se apresuró hacia el bosque de
bambú, encontrando a los jóvenes del Clan Lan.

—¡Niños! —los llamó Wei WuXian.

—¡No somos tus niños! —respondió Lan JingYi—. ¿Sabes de qué secta somos? ¿Acaso pensaste
que te consideraríamos nuestro superior sólo porque te lavaste la cara?

—Está bien, está bien, geges[5] —contestó Wei WuXian—. Envíen una señal y traigan a… ¡Hagan
que venga HanGuang-Jun aquí!

Los jóvenes asintieron un par de veces y no dejaron de correr mientras buscaban las bengalas.

—Las señales de fuego… —inquirió Lan SiZhui—, se nos agotaron aquella noche en la Villa Mo.

Wei WuXian por poco cae en shock.

—¿No se reabastecieron después?

Las señales de fuego generalmente se llegaban a necesitar una vez cada ochocientos años.

—Lo olvidamos —respondió Lan SiZhui con algo de pena.

—¿Lo que está sucediendo ahora es algo de lo que se darían el lujo de olvidar? —intentó
reprenderlos—. Si HanGuang-Jun se entera de esto, hará que lo lamenten.

Lan JingYi se puso pálido al escuchar eso.


—Se acabó. Esta vez, HanGuang-Jun nos castigará hasta morir…

—¡Sí, debería hacerlo! —agregó Wei WuXian—. Sin un castigo adecuado no recordarán
reabastecerse una próxima vez.

—¡Joven Maestro Mo, Joven Maestro Mo! —llamó Lan SiZhui—. ¿Cómo supiste que no se trataba
de un espíritu o de una bestia que consumía almas, sino de la estatua de la diosa?

—¿Cómo lo supe? —Wei WuXian no dejó de buscar a Jin Ling con la mirada mientras corría sobre
su burro—. La vi.

—¿Qué viste? —preguntó Lan JingYi, apurándose a un lado de él—. Nosotros también vimos
muchas cosas.

—Si también lo viste, ¿qué había en el área de las tumbas antiguas?

—¿Qué más? Sólo había almas de muertos.

—¡Correcto! Había almas de muertos. Es por eso que no puede tratarse de un espíritu o una bestia
devoradora de almas. Es un simple razonamiento: si fuese cualquiera de esas dos opciones, con
tantos espíritus de muertos en el área, ¿habría elegido no comerlos? ¡Pues no! ¡Claro que lo hubiera
hecho! ¡Siguen siendo almas!

—¿Por qué? —cuestionaron los chicos al unísono.

Esa pregunta fue la que derramó el vaso.

—¿Saben que es lo que más detesto de la Secta Gusu Lan? —Wei WuXian no pudo seguir
conteniéndose—. ¿Por qué no pueden enseñar menos tonterías molestas y largas como las etiquetas
del Mundo de Cultivo, los árboles genealógicos o toda la historia que deben memorizar, y, en su
lugar, enseñar algo más práctico? ¿Cómo es que esto es tan difícil de entender para ustedes? Las
almas de los muertos son mucho más fáciles de absorber que las almas vivas. El cuerpo físico de
una persona es como un escudo, y si se quiere comer un alma viva, ese escudo tendría que romperse
de alguna manera. Por ejemplo… —miró al burro, que ya jadeaba luego de tanto ejercicio—. Por
ejemplo, si ponen una manzana frente a ti y otra dentro de una caja cerrada, ¿cuál elegirías comer?
Por supuesto, sería la que está delante de ti. Esa criatura sólo come almas vivas y conoce la manera
más fácil de obtenerlas, por lo que podríamos decir que es selectiva con su alimentación.

—Oh, ahora lo entiendo. ¡Tiene mucho sentido! —Lan JingYi estaba asombrado—. Espera, ¿no se
supone que eres un simple lunático? ¿Cómo es que sabes todas éstas cosas?

—Nosotros concluimos algo diferente —explicó Lan SiZhui—. Debido a que todo esto ocurrió por
un deslave en la montaña y un rayo de tormenta, esto debió ser obra de un espíritu devorador de
almas.

—Incorrecto —dijo Wei WuXian.

—¿Por qué? ¿En qué estamos mal?


—El orden y la conexión de los eventos es lo que está mal. Déjame preguntarte algo: el deslave en
la montaña y el consumo de almas. ¿Qué fue primero? ¿Qué fue después? ¿Y cuáles fueran las
causas y las consecuencias?

—El deslave ocurrió primero y el problema con las almas vino después —respondió Lan SiZhui sin
pensarlo dos veces—. Lo primero fue la causa, y lo segundo fue el efecto.

—Estás completamente equivocado —corrigió Wei WuXian—. El problema con las almas fue
primero y le siguió el deslave. ¡El consumo de almas fue la causa y el deslizamiento de tierra fue el
efecto! Durante la noche del derrumbe de tierra, una tormenta comenzó de la nada y un rayo rompió
un ataúd. Recuerda que la primera persona que perdió su alma, el hombre perezoso, quedó atrapado
en las montañas durante toda la noche y se casó unos días después.

—¿Qué hay de raro en eso? —preguntó Lan JingYi.

—¡Todo! —respondió Wei WuXian—. ¿De dónde obtendría una persona buena para nada y sin un
sólo centavo, el dinero para organizar una boda tan ostentosa?

Los muchachos se quedaron sin palabras, pero no era su culpa, después de todo, la Secta Gusu Lan
no necesitaba preocuparse por problemas financieros y sus aprendices desconocían de las
condiciones de pobreza.

—¿Han echado un vistazo a todas las almas muertas que flotan en la Montaña Dafan? —Wei
WuXian habló de nuevo—. Había un anciano que murió a causa de un golpe en la cabeza, vestía
con finas ropas funerarias. Con una ropa de entierro tan extravagante, su ataúd no podía haber
estado vacío, también debía tener algunos objetos funerarios para protegerlo.

» El ataúd que rompió el rayo probablemente era el suyo. Sin embargo, las personas que vinieron a
recuperar los cadáveres no encontraron objetos de protección propios de un entierro, lo que
significa que el hombre perezoso se los llevó, y eso explica por qué se hizo rico de repente. Después
decidió casarse con alguien, así, de la nada, lo cual indica que algo inusual debió haberle ocurrido
aquella noche.

» Esa noche, hubo una fuerte tormenta y se refugió en la montaña. ¿En qué parte de la Montaña
Dafan es posible refugiarse de la lluvia? ¡En el Templo de la Diosa! Y cuando la mayoría de las
personas van a un templo, sólo hay una cosa que pueden hacer.

—¿Rezar? —preguntó Lan SiZhui.

—¡Correcto! Por ejemplo, rezaría para tener suerte, hacerse rico, tener lo suficiente para casarse y
demás. La diosa cumplió su deseo con el rayo que abrió la tumba, dejándolo ver los tesoros en el
ataúd. ¡Sus oraciones se hicieron realidad! Y como sacrificio, la diosa acudió a él la noche de su
boda y se llevó su alma.

—Todo esto es sólo una suposición, ¿verdad? —habló Lan JingYi.

—Sí, son conjeturas —contestó Wei WuXian—. Pero siguiendo este tren de lógica, todas las cosas
que sucedieron después tendrían explicación.

—¿Cómo puede explicar esto lo que pasó después con la chica, A-Yan? —cuestionó Lan SiZhui.
—Buena pregunta —dijo Wei WuXian—. Ustedes de seguro preguntaron a los pobladores varias
cosas antes de subir a la montaña. A-Yan acababa de comprometerse durante esos días y todas las
chicas recién comprometidas definitivamente tendrían el mismo deseo.

—¿Qué deseo? —Lan JingYi estaba algo confundido.

—Algo así como —Wei WuXian habló con una voz melosa—: Desearía que mi esposo me
quisiera y me cuidara durante toda su vida, que se sienta enamorado siempre de mí.

—¿Una Diosa podría conceder un deseo así?

Wei WuXian dio un aplauso para sostener sus palmas.

—Eso se resuelve fácil. Si la vida entera de su esposo terminara casi de inmediato, ¿no contaría eso
como “amar a una sola persona durante toda la vida”?

Lan JingYi entendió rápido esta vez y respondió con entusiasmo.

—¡Oh, oh! ¡Entonces, entonces, la razón por la que los lobos se comieron a su marido el día
siguiente a su compromiso fue porque A-Yan subió al Templo de la Diosa para rezar!

—¡Bingo! —Wei WuXian chasqueó los dedos, terminando en una pistola con el índice y el pulgar
que señalaba a Lan JingYi—. Aunque sería difícil decir si había sido atacado por un lobo o algo
más. Hay otro factor que es exclusivo de A-Yan: ¿Por qué, de todas las víctimas, sólo el alma de A-
Yan quedó intacta? ¿Por qué su caso fue diferente al de los demás? La razón radica en que ella tiene
un pariente que también perdió su alma. O, en otras palabras, ¡un familiar la reemplazó! El herrero
Zheng es el padre de A-Yan. Él amaba demasiado a su hija, entonces, cuando vio que ella perdió su
alma, ¿qué fue lo único que podía hacer?

Esta vez fue el turno de Lan SiZhui para responder.

—Sólo podía confiar su esperanza a los Cielos. Por lo tanto, también fue al Templo de la Diosa para
rezar, ¡la plegaria fue “deseo encontrar el alma de mi hija A-Yan”!

—¡Correcto de nuevo! —sonrió Wei WuXian—. Esta es la razón por la cual sólo el alma de A-Yan
regresó, y también por la que el herrero Zheng perdió la suya. Sin embargo, aunque el alma de A-
Yan fue devuelta, quedó fragmentada, así es como terminó imitando el baile de la diosa y su
sonrisa.

Lo que tenían en común las personas que perdieron sus almas era que, de seguro, todos habían
rezado frente a la estatua de la diosa, y el precio a pagar para hacer su deseo realidad, era ni más ni
menos que su propia alma.

Originalmente la estatua de la diosa era sólo una roca promedio que parecía una persona, la cual
había ganado poderes al ser adorada sin razón alguna, por miles de personas durante cientos de
años. Sin embargo, debido a que era codiciosa, sus acciones se dirigieron por el camino equivocado
y decidió comer almas para aumentar su poder con rapidez. Dichas almas fueron las que obtuvo
otorgando deseos, por lo que podrían considerarse sacrificios voluntarios por parte de las personas
que le rezaban. Las dos partes obtenían lo que querían, un deseo a cambio de otro, de esa manera
los tratos quedaban justificados y, también, esa era la razón por la cual las brújulas demoníacas no
se movían, las banderas de viento negro no funcionaban y los talismanes eran anulados: la criatura
en la Montaña Dafan no era ningún duende, demonio, fantasma o monstruo, sino una diosa. ¡Una
diosa sin título nacida de los cientos de años de súplicas e incienso! Usar los artículos creados para
tratar con espíritus malignos y bestias sería como utilizar fuego para tratar de extinguir más fuego.

—¡Espera! —Lan JingYi dijo en voz alta—. Antes, en el templo, el alma de alguien también fue
arrebatada de su cuerpo, ¡pero no lo escuchamos pedir algo!

El corazón de Wei WuXian se aceleró de repente.

—¿El alma de alguien fue devorada en el templo? Descríbame todo lo que sucedió sin omitir ni un
sólo detalle.

Lan SiZhui repitió todo lo que había ocurrido de forma rápida y clara, hasta que llegó a la parte en
la que Jin Ling dijo: «Si en verdad es tan poderosa, entonces rezaré para que la criatura que
consume almas en la Montaña Dafan aparezca frente a mí en este momento. ¿Podrá cumplir eso la
estatua?».

Wei WuXian lo interrumpió.

—¿Dicen que nadie pidió nada? ¡Eso definitivamente fue una petición!

Como el resto de los seguidores de Jin Ling estuvieron de acuerdo con él, la diosa asumió que todos
habían deseado lo mismo. Ese fue el momento en el que les concedió lo que pidieron y se
manifestó, lo único que restaba era aprovechar la cantidad de almas que se habían ofrecido como
sacrificio.

De repente, el burro se detuvo y corrió en dirección opuesta. Wei WuXian fue, de nuevo, tomado
por sorpresa y casi cae del lomo del animal, pero esta vez se aferró a las cuerdas sin importar qué.
No obstante, en los arbustos frente a él, se escuchó un ruido de algo masticando, con intensos
crujidos y sorbos. Una figura inmensa se arrastraba entre los arbustos, su enorme cabeza se
encontraba en el suelo y se arrastraba por el mismo. Al escuchar el ruido, levantó la cabeza al
instante y sus ojos se encontraron.

Cuando recién la descubrieron en la cueva, las facciones de la diosa devoradora de almas eran
sutiles, apenas se vislumbraba un rostro, pero después de haber engullido las almas de unos cuantos
cultivadores, sus facciones se habían vuelto claras, ahora se distinguía la expresión de una mujer
sonriente, con sangre goteando por las comisuras de sus labios, quien masticaba un brazo que había
sido arrancado.

Todos, tomando la misma inteligente decisión que el burro y corrieron en dirección contraria.

—¡Esto no debería estar pasando! —dijo Lan SiZhui, intentando mantener su calma y salud mental
con poco éxito—. ¡El Patriarca YiLing dijo alguna vez que las bestias de alto nivel comían almas, y
sólo las de bajo nivel comían carne!

—¿Por qué crees en sus palabras tan ciegamente? —comentó Wei WuXian—. ¡Incluso sus propios
inventos eran un desastre! Ninguna regla permanece igual en todas las situaciones. Puedes pensar
en esto como si fuese un bebé: cuando carece de dientes, sólo puede comer congee y sopa, pero
cuando crezca, ten por seguro que también querrá comer carne con los dientes. ¡Los poderes de la
diosa han aumentado demasiado, así que, como es de esperarse, querrá probar cosas nuevas!

La diosa devoradora de almas se levantó del suelo. Su cuerpo era alto. Ella usó los brazos y piernas
para bailar con un frenesí incontrolable, parecía en extremo complacida. De la nada, una flecha
desgarró el aire con un silbido y la punta se clavó en la parte posterior de su cabeza.

Al escuchar el sonido del arco, Wei WuXian volvió la mirada. Jin Ling estaba en lo alto de una
colina, no muy lejos, y ya se hallaba tensando la segunda flecha emplumada en el arco. Otra flecha
penetró en la cabeza de la diosa, haciendo que ésta se tambaleara, dando algunos pasos hacia atrás.

—¡Joven maestro Jin! —gritó Lan SiZhui—. ¡Envíe una señal! ¡Una bengala!

Jin Ling hizo oídos sordos a sus palabras, decidido a matar al monstruo. Con un rostro solemne,
colocó tres flechas en el arco. Aunque recibió dos disparos en la cabeza, la diosa consumidora de
almas no se enojó y avanzó hacia Jin Ling sin borrar la sonrisa de sus comisuras. Bailaba mientras
caminaba, su velocidad era terrorífica, y tan solo unos momentos después ya había disminuido la
distancia en más de la mitad. Algunos cultivadores aparecieron a los lados para pelear con ella y
obstaculizar sus zancadas. Cada paso de la diosa era una flecha que Jin Ling disparaba, quizá su
intención era agotar las flechas antes de luchar más de cerca con la diosa. Su brazo era bastante
estable y los disparos eran precisos, ¡pero todas las armas mágicas eran inútiles contra ella!

Tanto Jiang Cheng como Lan WangJi estaban en los Pies de Buda esperando noticias, así que quién
sabe cuánto tiempo les tomaría darse cuenta de que algo andaba mal y dirigirse hacia donde se
encontraba la batalla.

Para extinguir el fuego se necesita agua. Por lo tanto, si las armas mágicas no funcionaban, ¿qué
pasaría si utilizaban artes demoníacas?

Wei WuXian desenvainó la espada que se hallaba en la cintura de Lan SiZhui y cortó un trozo de
bambú delgado, convirtiéndolo en una flauta con toda la rapidez y habilidad que poseía. La levantó
frente a sus labios y respiró hondo. El sonido agudo de la flauta era como una saeta, cortando el
cielo nocturno y disparando a las nubes. Estaba usando el último recurso que, se supone, no debía
utilizar delante de otros; sin embargo, con una situación como la que estaba presenciando, no
importaba lo que convocara, siempre y cuando la energía resentida fuera intensa y la sed de sangre
fuera tan inconmensurable como para romper en pedazos a la diosa devoradora de almas.

Lan SiZhui se sorprendió al punto de que ni siquiera podía moverse mientras que Lan JingYi se
cubrió los oídos antes de hablar.

—¡¿Acaso no ves la situación en la que estamos, y todavía tocas la flauta?! ¡Suena horrible!

Durante la pelea, tres o cuatro de los cultivadores que lucharon con la diosa ya habían perdido la
vida. Jin Ling sacó su espada. Estaba a menos de siete metros de ella. Su corazón latía como loco y
toda la sangre en su cuerpo fue directo hacia su cabeza.

«Si no puedo cortarle la cabeza con este golpe, moriré —pensó—. ¡Entonces, que así sea!»
Al mismo tiempo, desde lo profundo del bosque de la montaña Dafan, se escuchó un chirrido, un
sonido metálico, un tintineo. Se repetía una y otra vez, en ocasiones más rápido, en otras, más lento;
de repente se detenía y luego continuaba.

Era un eco parecido al que hacen las cadenas de hierro cuando chocaban entre sí, siendo arrastradas
por el suelo. Ese extraño retumbo se acercó, haciéndose más fuerte.

Por alguna razón, al escuchar aquello, la gente tuvo una sensación incómoda, como si de una
amenaza se tratase. Incluso la diosa dejó de bailar. Levantó los brazos, mirando inexpresiva a la
oscuridad de la que provenía el sonido.

Wei WuXian guardó su flauta y miró en la misma dirección con mucho cuidado. El sentimiento
ominoso que tuvo se hizo más y más fuerte, pero necesitaba saber qué era lo que había invocado.

De repente, el ruido se detuvo. Una figura emergió de la oscuridad y al analizarla a detalle, los
rostros de los cultivadores se torcieron, unos en sorpresa, otros en pavor.

Cuando enfrentaban a la estatua de una diosa que podía devorar almas, el grupo de cultivadores no
mostró miedo, pero sus voces rompieron a gritos, llenas de un terror que no podían ocultar, en
cuanto aquella figura emergió de lo más profundo del bosque.

—El… El… El…

—¡El General Fantasma!

—¡Es el General Fantasma, es Wen Ning!

El título de «General Fantasma» era tan infame como el del Patriarca YiLing. La mayoría de las
veces, los dos aparecían juntos.

Aquellas palabras hacían referencia a una sola cosa: la mano derecha de Wei Ying, el Patriarca
YiLing, quien había ayudado a éste a cometer innumerable cantidad de crímenes en el pasado; agitó
la marea y el viento, puso al mundo de cabeza, era como un tigre al acecho de su presa, y, sobre
todo, era un cadáver feroz que debió haberse convertido en cenizas hace mucho tiempo: ¡Wen
Ning!

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