Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FOREWORD - prefacio
Las ataduras, no son solamente una cuerda que te mantiene fijo en un sitio del
cual no te puedes mover. Las ataduras vienen en diferentes presentaciones. La
de nosotros dos; era una atadura emocional, y mortal. 1.2K
Él solía ser una persona con unos, conmigo era otro. Aún así, yo en ningún
momento me salvaba de recibirlo de la peor manera. Por un momento, pude
estar seguro de que quería morir bajo sus garras, consumido por su ego,
derrotado por su maldad y hecho añicos por su sadismo. Pero, cuando me di
cuenta que su toque solo me ocasionaba terror y que terminaría en lo más
profundo del horror, decidí que era mejor dejar las cosas tranquilas y ponerme
una máscara que disfrazara el dolor.281
¿Soy un masoquista? En cierto modo debería decir que sí, porque aunque no me
gusta sentir el infierno, continúo gozando las llamas que se adentran sin
quemar, aunque grito cuando empiezan a desgarrarme al no poder soportar el
suplicio. Después de todo, él es quien enciende el fuego de un infierno dentro de
mi, me ve consumiéndome y luego se encarga de apagarlo hasta que soy
cenizas, de las cuales renazco, para volver a soportar algo más fuerte. 587
¿Lo odio? Pues obviamente lo hago, eso me hace saber que sigo cuerdo. 196
¿Lo quiero? Puede que si, solo que quizá no como debería. 123
Prometió matarme...187
Ahora le tocaba profanar la vida del joven Jeon. Un simple muchacho con los
ojos más brillantes que había visto en su vida. Con una sonrisa cuya luz por
poco se comparaba con la estrella más grande en el firmamento. Quien se lo
había pedido conocía cómo mataba, cómo abusaba de una manera tan vil.
Tarde o temprano lo haría con ese chico, tarde o temprano aquel ser sufriría
horrible. Pobre, no sabía lo que le esperaba. Pero primero, se divertiría un
largo rato antes de enviarlo en pedazos a unos cuantos metros bajo tierra.468
Al menos, no aún.7
Lo quería con él, costara lo que costara, llevándose por el miedo a quien fuese.
Lo adoraba, era suyo después de todo.81
Desde las peores, hasta las más sanas, aquello porque sintió todo lo que
jamás pensó sentir por alguien, que no solo mantuvo encerrado en cuatro
paredes de una habitación, sino también entre los muros de sus pensamientos
y la coraza de un espíritu rasgado a muerte por recuerdos inmundos.200
''Una victima jamás será un victimario, si siempre está del lado de quien le hace
sufrir.''805
—V de Verdugo.
I: V and the kidnapped – v y el secuestrado
Aún faltaban dos horas para que los ayudantes a los cuales él les llamaba
esclavos, llegaran con el jodido maletín repleto de una cantidad exorbitante
de efectivo sucio. El hombre estaba sentado en un viejo banco de madera, que
en su momento estuvo brillante y pulido, pero que ahora dejaba un rastro
manchado y lleno de termitas fastidiosas que debía mover con el pie, a la vez
que pasaba el cólera de desesperación que le estaba sacando de un puto
quicio. Inclinado hacia adelante, con el ceño fruncido y los brazos apoyados
en las rodillas. En la mano llevaba su marlboro recién encendido como
habitualmente, junto con tres pesados anillos; dos de oro y uno de acero en la
zurda, además de uno de rubí y otro de esmeralda en la diestra. Disfrutaba
cada calada, saboreando el picante en la punta de su lengua, desechando el
humo por las fosas nasales con calma, tranquilo. Su mente volaba, pero se
encontraba en calma por fuera, mirando hacia la nada con sus ojos oscuros
que escondían tantos secretos imposibles de callar por su alma.260
Él, era Kim Tae Hyung. O "V, el verdugo" como todos dentro de aquel ámbito
criminal donde mandaba, lo llamaban. Un alias que provocaba que le
respetaran, le obedecieran y el miedo a fallar se instalara en los huesos de
todo aquel que tuviera la desdicha de querer incumplir lo que les pedía. No
por nada había llegado a ser tan conocido, al punto en que la sola mención de
ese seudónimo, dejaba una estela tétrica en la espina dorsal de quien lo
escuchaba.206
La policía nunca había podido dar con su paradero, pues Kim era astuto, ágil y
lo suficientemente inteligente como para no dejar que lo encontraran. Claro,
pese a eso, no es como si se supiera a vox populi quien era o lo que hacía. Ante
todo, siempre el cuidado de su apariencia siniestra y sus actos viles, era
importante. Incluso sus esclavos le temían y lo tenían más que claro. Porque
Kim Taehyung era una prueba viva de que los rostros más serenos, son
aquellos cuya mente esconde los recuerdos mas pesados, la plena gloria
alcanzada de la manera mas sádica y los secretos mas turbulentos que viajan
como un caudaloso rió llevándose todo a su paso.222
Cuando cumplió doce años ya se le veía con un pitillo de nicotina entre los
labios. Cuando cumplió catorce ya había asesinado a su primera víctima y dos
años más tarde ya era un perfecto y maldito criminal. Nunca tuvo afecto de
sus padres, ni de nadie cercano a quien se le podría llamar familia, al menos
así lo sentía el. Odiaba que alguien demostrara cosas buenas a su persona, era
terrible ser "querido". Su madre trabajaba de mesonera tiempo completo en
un cabaret lleno de prostitutas mal olientes y almas desgraciadamente rotas
pidiendo por ellas. A veces, cuando ofrecían buena paga, la mujer se prestaba
en cuerpo y alma a aquellos quienes se ofrecían para consumirla como un
pedazo de carne barata y sucia. Ni siquiera estaba segura si ese niño que
llevaba en su vientre cuatro meses después, era hijo de su marido, de no ser
por el parecido físico que se desarrolló con el paso de los años. Lo del trabajo
no se lo diría nunca, la golpearía hasta dejarla inconsciente, si se enteraba que
andaba regalándose. El padre del niño trabajaba vendiendo armas robadas en
un callejón cercano a lo que podían llamarle hogar, también cigarrillos y
drogas. Era parte de un grupo de delincuentes armados a fuego que entraban
en casas de gente adinerada a extraerle los bienes sin permiso previo, por no
llamarlo como era.
Mil cosas ocurrieron en su vida que lo convirtieron en el ser quien era hoy,
aunque ninguna tan fuerte como aquella vez que sus ojos llevaron la vista por
todo un espacio lleno de sangre o como cuando fue elegido para matar a un
hombre de negocios. Eso, fue el principio de su propio desastre. Desastre con
el cual estaba enfermizamente conforme, sin arrepentirse o darse cuenta de la
gravedad en la que su mente estaba hundida. Después de ese suceso ya nunca
más fue Kim Taehyung, aquel nombre de nacimiento que su madre le dio en
honor a su abuelo, según ella. No, ahora era V.13
Estaba secuestrado por culpa de su padre, Jeon Jaeban, quien mató al hijo del
gobernador porque tenía una cuenta pendiente de la cual el asesino no sabía
a totalidad y tampoco le importaba mucho, solo lo necesario. Tenía que ver
con drogas, prostitutas, pagos, además de una que otra mierda que no le
hacía ruido aún. Solo sabía que el asesinado tenía un plazo de una semana
para pagarlo, pero se atrasó y al octavo día apareció muerto en su propia casa
con una bala en el entrecejo y el pene cortado metido en su propia boca y
sacado por la garganta.638
Habían pasado casi dos meses desde que habían secuestrado al muchacho y
no encontraban a su progenitor. V no podía darse el lujo de ir a buscarlo él
mismo porque sabía que la policía podía dar con él. No porque supiesen quien
era, sino porque en esos días hubo un par de homicidios y estaban
investigando los lugares que debía frecuentar si le buscaba. Habló con Sihyuk
acerca de la situación que se presentaba con Jungkook y que el hombre no
regresaba de su estadía en otro país y no irían a buscarlo porque eso
significaba un riesgo hacia el sicario. El gobernador decidió no pagarle más al
castaño de raíces negras por el asesino de su Channie y por el contrario le
pagó para matar a su hijo, Jeon. De igual manera si el narcotraficante en algún
momento aparecía, lo mataría cruelmente. Por ahora, el que iría al otro plano
sería su hijo menor. Los esclavos de Kim fueron a encontrarse con el dinero
para después quedarse con la paga, matar al muchacho y luego continuar con
su día a día basado en sangre.46
—¡Hey, cabrón! —le gritó al entrar a ese cuarto—. Hidrátate que aún no te
quiero muerto —la voz de Kim resonó en todo el espacio.415
Pero Jungkook no quería hacerlo, y utilizar sus manos cuando sus muñecas
estaban totalmente pegadas era tedioso.3
—N-no tengo sed —respondió cerrando los ojos, esperando un golpe. Sabía
que cuando se negaba a comer o beber algo, rápidamente su mejilla
terminaba ardiendo o su estómago palpitando de dolor.168
—¡Me sabe a mierda si tienes o no tienes sed! —gritó Kim con determinación.
Kook suplicaba internamente al cielo que se fuera de ahí y lo dejase solo por
un tiempo—. Bébete el maldito vaso de agua.258
Su corazón empezó a latir más fuerte que antes. Quería resistirse, quería
oponerse, pero tenía miedo. Solo calló por un segundo, olvidando así
responderle al tipo.3
Kim se levantó, observándolo. Dio pasos alrededor del cuerpo del chico. Jeon
estaba tiritando del miedo, la rojez en sus tobillos y muñecas era muy
evidente, incluso si no estuviese la luz encendida, se notarían. También las
marcas en su rostro que Kim había hecho la noche anterior cuando magulló su
cuerpo a golpes porque no quiso obedecerlo en algo.94
Después de dar una vuelta al muchacho tirado, volvió a ponerse frente a él.
Jeon aún seguía mirando al suelo, incapaz de sostenerle la mirada a su
verdugo. Kim notó que tenía los labios secos, así que ese vaso de agua ya no lo
bebería por sí mismo. Lo que pensaba hacerle, ameritaba que los bonitos
labios pálidos que tenía frente a él, siguieran así.122
—Bébete el maldito vaso de agua, maldito hijo de puta. Última vez que lo digo
—Kim llevó el vaso frente a Jeon, espero que lo tomara y bebiera, aún con las
muñecas atadas.177
Jungkook aún no flaqueaba del todo, pero tomó el vaso, apretándolo entre
sus palmas. Se negaba a beber esa agua, ni siquiera era trasparente. La mirada
de Kim se intensificó.157
Se le acabó la paciencia.161
Dirigió su mano con más anillos hasta las mejillas de Jeon, apretó tan fuerte
que hizo que su boca se abriera por acto reflejo. Quitó el vaso que tenía en sus
manos y lo vertió entero hasta su garganta. Cuando terminó, el secuestrado
yacía en el piso tosiendo por el agua que desgraciadamente había sido
derramada dentro de sus fosas nasales. V se levantó y tiró el vaso a lo lejos
escuchando como se rompía en fragmentos diminutos, saldría de la
habitación a consumirse un puro porque ese imbécil ya le estaba colmando la
paciencia, faltaba poco para llegar al límite, y eso era lo que quería.103
— ¿Qué dijiste, pedazo de mierda? —Si había algo que a V le sacaba de quicio,
era que lo insultaran.441
El chico no dijo nada, solo cerró los ojos porque ya sabía lo que venía.6
—No he... d-dicho nada —sus dientes presionaban con fuerza su labio inferior,
en un intento por tratar de parar su llanto. No trató de girar el rostro, solo
quedó con la cara de lado presionando sus ojos con fuerza. La piel de su
mejilla ardía. Mierda como ardía—. ¡D-déjame en p-paz, por favor!182
Esa fue la gota que derramó el vaso. Se levantó y caminó hasta la puerta para
salir de ahí, no sin antes voltear su rostro para ver al secuestrado tras él.37
Era como volverse otro ser. De por sí causaba un miedo extraño en quien lo
veía caminar en la calle, o quien se le acercaba. Quien lo conocía le respetaba,
pero no por ser una gran persona o tener un buen trato con sus allegados, le
respetaban porque tenían más que claro que si no, terminarían
desmembrados, o degollados, y eso hacía que se congelara la sangre al
instante de cualquiera a su cercanía. Todo eso estando en un perfecto estado
natural. Pero cuando se molestaba, él mismo decía que el diablo se escondía
bajo su trono, asustado de lo que pudiera llegar a ver.213
V, el asesino, era uno. Taehyung, el hombre, era otro; y juntos eran la misma
arma que uno solo podía usar, donde se sumergía la crueldad y era
implementada de distinta manera dependiendo de a quien tuviera al frente y
por qué quería hacerlo.87
Su lado enfermo, ese que sacaba la peor parte de sí; era egocéntrico, eufórico,
hiperactivo, peligroso y sádico en grandes cantidades. Su sonrisa se
ensanchaba cuando sus maldades hacían efecto, haciendo que dos ligeras
rayas hundidas se formaran a cada lado de su rostro. Su risa era seca, ronca y
grave como su voz. Sus pupilas se volvían oscuramente grandes haciendo que
sus orbes marrones fuesen casi negros y la tensión le aumentaba en la
sangre.119
Le gustaban mucho esos ojos brillando por las lagrimas que él mismo
provocaba.228
—Detesto con toda mi maldita y condenada alma que me griten —su voz
sonaba tranquila, pero Jeon tambaleó en su sitio, al borde de un puto infarto
—. Detesto con toda mi maldita, condenada, mugrosa y despiadada alma que
me insulten —se levantó del lugar, y empezó a caminar con calma por los
alrededores—. Pero tú no pareces saberlo, no pareces entender que tienes a
un maldito maníaco frente a ti, Jeon.246
Jungkook lo vio directo a los ojos, su espalda estaba temblando, sus manos y
piernas estaban de la misma forma. Todo su débil y magullado cuerpo era
definitivamente un manojo de nervios. No quiso hablar, no quería suplicar. La
última vez que el chico había visto esa faceta, fue el día en que V le demostró
lo que le podía hacer si no dejaba de gritar.33
Jungkook mordía sus labios para que sus hipidos no sonaran. Incluso llegó a
saborear el hierro de su sangre y el ardor en ellos. Usualmente no sabia a
veces qué hacer, a veces ese hombre se molestaba solo con verlo respirar, si
lloraba por miedo le hacia algo, si no lloraba entonces buscaba la manera de
hacerlo y si se quejaba era putamente peor absolutamente todas las cosas
que sufría desde que su entorno cambio radicalmente.87
—¿Sabes una cosa, muchacho? Cuando alguien está loco, tiene dos opciones
—volvió a la calma con su tono—. La primera es quedarse a lamentar su locura
y buscar ayuda, porque sabe que va a terminar hiriendo a los demás o a sí
mismo. Esa la tienen aquellos que aman a los suyos, los que crecen con
amorcito y toda esta puta mierda —hizo uno que otro ademán y
posteriormente tiró el cigarro terminado al suelo y encendió otro, luego
continuó—. La otra es vivir con ella y ayudar a que te posea, pero también
aprender a controlarla. Decidir cuándo puede ser vista o no. Esa la tienen
aquellos que no meten el culo en asuntos ajenos y que no les importa una
mierda la vida de los demás. —Mostró una leve sonrisa que a Jeon le pareció
escalofriante. —Como yo, que soy un maldito loco infeliz que se pudrirá tarde
o temprano en las llamas del infierno, mientras le quita el trono al ángel
negro.358
Kook quedó atónito. Era el discurso introductorio, previo a una agresión, más
interesante y confuso que había oído en su vida, y era el único. Ese tipo
parecía el mismísimo diablo, Jungkook estaba claro en eso, no obstante no
era de los locos que estaba acostumbrado a ver en el entorno donde su padre
le criaba. Este tipo era raro, porque parecía en serio tener buenas razones para
ser esa clase de persona, solo que Jungkook aun no sabia cuales eran.
El maleante tiró uno de los vasos, que había dejado un par de días atrás, de
golpe al suelo provocando que el menor se quedara temblando en su lugar..21
—¡RESPONDE, JODER!56
—T-tengo... veinte.293
Se sorprendió, a decir verdad, pues juraba que ese chiquillo llegaba a duras
penas a dieciocho años. Vaya carita inocente que se traía. V hizo una mueca y
chasqueó los dedos. Sus ojos se pasearon por todo el cuerpo del rehén. Las
facciones del muchacho estaban sucias, los golpes de su rostro le dejaban una
pronunciada hinchazón, ese a eso tenia un rostro aniñado, su cuerpo tenia
partes firmes, algunas delgadas y otras gruesas, recordó que practicaba
taekwondo, llevaba la camiseta y el cinturón encima, desamarrados, cuando
lo raptó. No obstante, su estatura, sus actitudes y su voz no lo convencían.162
—Voy a repetirlo solo esta vez, Jeon —comentó V de nuevo—. ¿Cuantos años
tienes?284
Las manos del menor temblaban, sus ojos picaban, sus rodillas dolían. El
hombre caminó unos segundos por el estrecho cuarto y no vaciló ante la
mirada que le extendió el menor. El chico asintió de nuevo y entonces una
tétrica sonrisa surcó los labios del asesino.40
El secuestrado vaciló unos segundos debido al tono que uso ese hombre al
decir aquello último, sabía inmediatamente la respuesta, pero tenía pánico de
hablar. Y, ese apodo extrañó que le dijo con voz lasciva solo le dio un mal
sabor de boca y un revoltijo de estomago.5
Entonces acercó el cigarro a su piel; no la tocó, solo quería ver hasta qué
punto le suplicaba que le dejara, que se fuera, que se alejara. Gozaba de
escucharlo gritar y verlo llorar. Jeon no hablaba, solo tragaba duro cada vez
que las cenizas caían cerca de sus brazos. No estaban tan calientes, podía
seguir aguantando. Podía permanecer quieto mientras el hijo de puta frente a
él pasaba la silueta de la colilla por encima de su piel a escasos centímetros.
No iba a hablar, no quería hablar.108
—¡AGH, N-NO!114
—¡D-DEJA ESO, DÉJAME! —otro ardor fuerte en la parte de más abajo cuando
las cenizas y algo de el relleno encendido cayó y quemó la zona—. ¡¡P-para, d-
duele!!35
Tiró la colilla y la pisó. Volvió a la caja y sacó uno nuevo. Fue la persona más
insensible cuando se acostó al lado de un miedoso Kook y le extendió el
encendedor, básicamente haciendo que el marlboro fuera encendido por él. 17
Con las manos atadas y poco móviles, Jeon lo encendió. ¿Para qué protestar?
Si ya era más que evidente que si no lo encendía, lo golpearían. Luego
visualizó como su secuestrador alzó su cuerpo frente a él y empezó a
fumárselo mientras lo veía con curiosidad. El hombre escuchaba el llanto del
miserable ser, y fue música a sus oídos. Cuatro caladas fuertes y quedaba
menos de un cuarto del pitillo de nicotina.32
—Dos, Jeon —el dorso de su mano ardió como el mismo infierno—... por
haberme insultado.11
—¿P-por qué no me m-matas y ya...? —reclamó, pero sonó como una sincera
súplica. La baba se salía de su boca de tanto llorar—. Acaba e-esto de una p-
puta vez... po-por favor...74
La tercera quemada fue peor; la hizo cerca de la nuca, provocando que Jeon
diera una gran sacudida con la cabeza hacia atrás. Dolía, quemaba, palpitaba.
Dejaría un rastro horrible dañando su suave piel, ahora llena de magulladuras,
moretones y quemadas con colilla. Le dijo que la tercera había sido por no
repetir lo que dijo. Maldito, maldito mil y una veces por hacerle sentir todo ese
inframundo de dolor.7
Kim sonrió.11
Presionó el cigarro justo en el medio, murmurando que esa era debido a que
se lo merecía para que no olvidara las anteriores. Lo único que Jungkook
pensó fue que, si no se cuidaba las heridas, con la cantidad de tierra que se
acumulaba bajo su cuerpo se le infectarían y le dolerían el triple de lo que
hacían en ese momento. Dolió, su espalda fue arqueada por reflejo y las
piernas le dolieron por estar atadas y no poder moverlas con facilidad.37
Otro cigarro fue prendido, Kim se lo entregó al chico, cuyas manos eran un
manojo de nervios desesperados y Jeon no quería saber para qué era
exactamente.3
—¡Ohg!
El fuerte golpe hizo que su cabeza doliera. El impacto logró tirarlo contra la
pared, pues previamente fue sentado a la fuerza. Sentía que explotaría, se
había roto y la sangre bajaba en líneas gruesas y espesas de sus fosas nasales
que seguro mañana estarían hinchadas, rojas, moradas. ¿Hasta cuando debía
soportar el maldito sufrimiento? Ya quería ponerle fin a todo, casi sentía como
podía irse y cerrar los ojos hasta alejarse.40
Jungkook no sabía qué hora era, tampoco cuánto tiempo había pasado, pero
en ese momento empezó a llover.66
V, así que ese era el apodo del tipo que lo había secuestrado hacia ya bastante
tiempo atrás junto al resto de delincuentes. Vaya mierda.53
Quizá si ese moría, los demás no tendrían nada más que hacer con Kook que
matarlo y acabarían su suplicio.4
''Los seguidores hacen eso; siguen. Si el líder al que siguen se va, los
seguidores se pierden''. Lo había aprendido de su padre.37
Era un chico de tez canela, ligeramente más oscura que la del tal "V", con
brazos trabajados llenos de tatuajes y el pelo color azabache y corto. Su
mirada era serena y escaneaba todas las esquinas a su alrededor. Kook no
pronunció ninguna palabra, no había razón de hablar; el otro sujeto tampoco
lo hizo. Solo venía con un vaso de plástico y un plato en la mano; su comida.
El hombre frente a él dejó ambos objetos en una mesa pequeña que estaba
cerca del chico, a la que este podía llegar y comer. Luego se dispuso a irse
rápidamente, pero antes de cerrar la puerta tras suyo, se detuvo y miró al
secuestrado por simple curiosidad. Encendió la luz ya que el espacio estaba
casi a oscuras, y su cara de sorpresa fue horrible cuando observó a Jeon con
esa suciedad en la cara y en la ropa, pies amarrados por una soga y una
expresión de cansancio y miedo en el rostro.173
Observó afuera y cuando se percató que no había nadie, cerró con cuidado. Se
quitó la camisa dejando a la vista su pecho desnudo fundido en unos cuantos
tatuajes y se aproximó al pequeño baño que había dentro del cuarto. Sacó una
llave de su pantalón y jugó un poco con la cerradura hasta poder abrirla.
Jungkook lo observaba de reojo, él abrió la llave del lavabo y luego por el
espejo, cuyo reflejo daba hacia afuera, vio al chico tirado observándolo con
detenimiento. Solo cerró la puerta y Kook parpadeó por el impacto.5
La última vez que Kook había visto una camisa mojada, la usaron para asfixiar
a alguien, y otra vez fue para ponerla en la boca de una chica mientras
abusaban de ella en una película. Su mente estaba empezando a tener los
peores recuerdos y en el peor momento. Si bien, siempre había pensado que
las películas eran solo eso, su realidad le jugaba en contra y lo ponía a pensar
que todo era posible en ese estado de baja índole.1
El adverso exprimió la camisa entre sus manos para sacar el exceso de agua y
se agachó quedando en cuclillas. Vio que Kook aún estaba recostado contra la
pared con la mirada perdida y se levantó. El secuestrado tuvo más miedo,
cuando el tipo por segunda vez abrió con lentitud la puerta, asomándose a
vigilar algo o alguien, volvió a cerrarla y se dio media vuelta a paso rápido
hasta Jeon. Lo miró desde arriba y volvió a agacharse para quedar a su altura.
—No voy a tocarte, ¿okay? —repitió lento—. Mira, no sé qué pudieron hacerte,
pero puedo asegurarte que no haré lo mismo.123
El adverso empezó a asentir lentamente. Por su puesto que sabía que era un
Jeon. Era bastante parecido a su padre, pero en una versión relativamente
más joven y con una mirada de inocencia pura. Misma mirada que lo hizo
hacer lo que estaba a punto de hacer.15
—Ayudar a limpiarte.3
—Si lo necesitas.
No supo qué responder. Internamente quería que el hombre se fuera, pero sus
palabras tenían algo de razón. Si fuera el tal V, ya lo hubiese golpeado hasta
dejarlo inconsciente y no habría hablado con él diciéndole que no le haría
daño.
Jungkook vaciló.
Jungkook tampoco sabía. Había dejado de contar los días encerrado cuando
llegó o al número diecinueve. Le dieron una paliza tan fuerte ese día, que
cuando despertó no supo cuánto tiempo pasó. Quizá una hora, quizá una
semana o mes entero.3
—Mira, no tengo ni la más mínima idea de la última vez que comí, o me bañé, o
bebí agua sin que la metieran en mi nariz a la fuerza —habló por fin sin
tartamudear—. No sé dónde mierda estoy. No sé qué hago aquí. Ayer me
lesionaron otra vez con la colilla de un cigarro y seguro tú me harás algo malo
y quier-2
—¿Qué? —la voz del contrario lo interrumpió, mientras que en ese rostro
parecía haber algo de incertidumbre.5
—Nada, olvídalo.
—V, ¿así le dicen no? —sus ojos volvieron a centrarse en el contrario—. Pues, él
me obligó a beber agua ayer, pero casi toda cayó en mi nariz. Me quemó varias
veces con la colilla de un cigarro que se estaba fumando, más de uno de
hecho. Es un hijo de puta...90
—No voy a dejar a un niño así —contestó el otro—. Yo no pensé que fueras tan
joven, te hacia como de veinte.16
—¿Qué?9
—Vine a verte porque había que darte comida y hoy me tocó a mí hacerlo —le
informó al prisionero—. Mas yo no había visto tu cara con detenimiento,
porque solo V es quien entra aquí. A veces lo hacen otros, nunca yo. Pero hoy
estoy solo y pues... tuve que hacerlo.1
—Cuando supe que eras el hijo de Jaeban, te hacia como de veinte años más o
menos —detalló el maleante—. Por curiosidad quise ver el estado en el que
estabas. Al ver tu cara pensé que eras un niño y... hacer sufrir a niños no es mi
tipo. Pero sabiendo que tienes, de hecho, veintiuno... creo que no tengo más
nada que hacer aquí.516
El tipo se dio media vuelta dispuesto a irse, a lo que Jungkook entró en pánico
sorprendiéndose a sí mismo con ello. Él no parecía malo.2
—Bueno, está bien —el chico asintió lentamente—. Pero entiende que en
realidad no lo hago por ti.2
Oh, claro que era para eso ¿para qué más si no?
Intento fallido.4
Al pasar la camisa por la zona afectada, por más que intentó ser cuidadoso y
delicado, la pequeña costra fue despegada fuertemente y quedó adherida a la
camisa mientras Jeon soltaba un quejido de dolor y un fino hilo de sangre
bajaba hasta su cadera. El tipo frente a él hizo una mueca de desagrado
mezclada con algo de pena. Aunque, ni ese dolor era tan fuerte como el que
sentía en la mano, pese a no quejarse del todo, la herida en su palma también
se abrió sin querer, dejándola sensible y temblorosa mientras pasaba por su
piel.5
Pero el muchacho hizo lo mismo que antes, solo que esta vez trajo una barra
pequeña de jabón, como las que dan en hoteles. Se la extendió a Jungkook
junto a la camisa y este la vio como si fuera lo más preciado del mundo y se
maldijo otras mil veces más porque a pesar de la situación en la que se
encontraba, la vergüenza estaba a tope entre sus emociones.8
Frotó la barra en la camisa y luego de que hizo algo de espuma la pasó por sus
axilas para quitar el sudor que simple agua no lograba. Cuando termino, usó
otro extremo de la prenda para sacar el jabón. El delincuente sacó una vaga
media sonrisa lastimera. Jeon empezó a sentir la misma lástima que estaba
sintiendo el chico frente a él, por sí mismo.9
El tatuado se fue al baño y volvió una vez más con la camisa mojada, pero ya
Jungkook se había lavado la mitad del cuerpo. Mas no la mitad de su cadera
para abajo.66
Y el miedo surcó las facciones de Jungkook otra vez. ¿Qué hacía ese tipo
preocupándose por el? No le daba buena espina de nuevo.
—No, en serio.
—Me voy a voltear, no voy a verte.60
—¿P-por qué no mejor me desatas y luego me atas o-otra vez? —sugirió con la
voz temblorosa—. Así me doy un baño decente en lugar de esto.3
—¿Qué?
—Sí, te amarró los pies de una forma que solo él sabe —señaló los pies del
chico, así como los demás lugares—. No sé cómo volver a hacer esos nudos —
explicó—. Y si ve que no son como él los hizo, mi madre saldrá de prisión para
ir a visitarme en mi funeral.276
—Ya...
—Ahí tienes el jabón —indicó—. Bájate los pantalones. No hay nada que me
interese ver ahí, solo lávate.141
—Será.309
La primera vez, un hombre alto con capucha entró con tres baldes de agua
que parecían haber sido sacadas directamente de la Antártida. Vertió una
sobre él, luego le extendió una pastilla de jabón para ropa y obligó a que
enjabonara su cuerpo, al terminar de hacerlo vertió otro balde aún más frío y
se aproximó a decirle que el tercero era para lavar la ropa, que tenía cinco
minutos para hacerlo. Rápidamente se la quitó y usó un poco del agua para
quitar los restos de jabón que no pudo con el balde de agua helada al
principio. Mojó un poco más su ropa usando poco jabón, ya que solo eran tres
piezas, su jean oscuro, su camisa blanca que ya no lo volvería a ser jamás y un
bóxer rojo que se lo había regalado su novia. Sus timberland habían sido
historia el día que lo raptaron igual que su chaqueta y la parte de arriba del
uniforme de taekwondo. La segunda vez fue casi igual, pero esta con otro tipo
que al menos fue un poco más compresivo y le dijo que se bañara solo y que
lavara la ropa también, solo que le dio diez minutos para hacer todo, se había
dado un mejor baño.296
Y ahora esta, que no había sido un baño, ni siquiera sabía si le tocaba o no.
Pero quizás no, porque este chico parecía a penas darse cuenta de que él
estaba ahí. Y para colmo, no lo estaba tratando como un verdugo al igual que
V, sino lo contrario. Incluso parecía que lo estuviera tratando "bien."
Deslizó su jean por sus piernas hasta donde empezaba la atadura de la soga y
pasó la camisa, que había frotado con jabón otra vez, por todas sus piernas.
Deslizó sus bóxers y quería morir cuando vio la cantidad de vello que le
recordaba que tenía días sin saber que era asearse correctamente. No es como
si fuera demasiada, pero si un poco al menos para lo que acostumbraba a
usar, que de hecho, era casi nada. Pasó la camisa por su entrepierna con algo
de jabón y luego quitó todo con la parte mojada del otro extremo.107
Subió sus ropa interior y luego su jean cuando por fin terminó y extendió la
camisa al revés hacia el chico frente a él, el cual la tomó con algo de cautela
desde una esquina y la puso bajo el chorro de agua que salía del lavamanos,
lavándose las propias en la acción.1
—Dejaría que lavaras tu ropa —acotó desde el baño—, pero tardaría en secar.
Además, no creo que a V le agrade.33
El chico salió del baño y Jeon recordó vagamente lo poco que había
escuchado de aquella conversación, iba a morderse la lengua, pero
definitivamente debía saber al menos a quién le habían disparado.6
—Oye...
—La pelea de la otra vez... ¿qué pasó allá afuera? —preguntó tranquilamente.5
—No es por nada —negó el otro, sin molestia alguna—... pero no te incumbe
qué hablamos ahí.1
El chico enmudeció.
—Por favor, es lo único que pido saber.
—¡Oye!
El muchacho suspiró, pero volteó a verlo cuando ya tenía medio cuerpo del
otro lado de la puerta.
—¿Qué?5
Dicho esto, salió del cuarto y cerró la puerta con llave, dejando a un Jungkook
algo aturdido y con muchas preguntas en su cabeza.
V: Byun or Park?
Mil preguntas surcaban su cabeza. ¿Por qué me ayudó? ¿Quién es? ¿Qué
quieren? ¿Por qué estoy aquí? ¿Van a matarme? ¿Saldré algún día? Cada una
seguía plasmada dando vueltas en sus pensamientos una y otra vez,
torturándole los sentidos de manera que le daban punzadas y apretaba los
ojos fuerte. La mente no siempre es el mejor aliado del ser, justo ahora
Jungkook lo asimilaba totalmente, queriendo darse un puto golpe en el
cráneo, quedar inconsciente y así no tener que maquinar cosas.7
Maldijo por lo bajo y apretó los puños con fuerza viendo con impotencia el
líquido derramado por su cuerpo. Había podido tener un poco de limpieza un
par de minutos atrás y ahora ya estaba sucio e incluso peor que antes. Esto era
comida y la comida terminaba oliendo mal después de mucho tiempo afuera.
Ahora podría imaginar que pasaría bastante tiempo con la ropa manchada de
tierra, polvo, sudor, sangre y ahora para rematar la desgracia; alimento.101
Pero qué no daría él por salir ahora mismo de esa cabaña y bañarse por
cientos de horas en la lluvia. Definitivamente era feliz y no lo apreció lo
suficiente. Las cosas de las que se hubo dado cuenta en todo este tiempo
pasado sin medida; era que la vida en un momento podía estar llena de dicha
y jamás la persona se hubiera dado cuenta, pues estar acostumbrado a los
''lujos'' hacia que la viera con normalidad. Ahora, que portaba todo el derecho
y experiencia para decir a toda voz que se encontraba con un infierno
alrededor, Jeon Jungkook sabía lo afortunado que era en medio del revoltoso
alrededor en el que se había criado desde niño; una mafia en conjunto.31
Parpadeó un par de veces. Como siempre, sin saber la hora o día, pero el
repentino frio y la lluvia solo le provocaron un sueño que no quería aceptar.
Dormir no era una buena opción en la situación en la que se encontraba, a
veces era despertado de un sueño para recibir alguna retahíla de cosas, para
ser tocado extrañamente o visto de manera lasciva, no le gustaba. Pero
cuando Morfeo quiere algo, definitivamente lo tiene.2
Jungkook suspiró una última vez antes de cerrar los ojos y sumergirse en un
profundo sueño.
[...]177
Unos días después, V estaba sacando sus propias conclusiones acerca de toda
la maraña con Jeon Jungkook.9
El sicario yacía viendo el borde de la cama, con una mirada lúgubre y siniestra;
la de siempre. Aquella chica estaba observando con detenimiento al hombre
postrado inconsciente en la cama, acariciando su mano y mostrándose
preocupada. Si, Kim sabía que aquella preocupación era real, mas no
precisamente el lazo que unía a la chica, con Baek.2
—P-por favor —tartamudeó suplicante, a la par que unía sus manos—, dime
qué pasó.2
Él maleante vio como Jennie quitaba las vendas que puso hace pocas horas,
mientras eran reemplazadas por unas nuevas para mantener la higiene de la
herida por la operación.4
Lo cierto que había pasado, era que Baekhyun había sido el responsable de la
brillante idea de matar a todos los hombres que estaban en aquel bar donde
se supone irían a buscar la paga por el joven de los Jeon. Pese a que en
definitiva, había sido una trampa para luego quizá matarlos a los tres en una
emboscada mientras regresaban; los esclavos de V habían sido más rápidos y
los mataron a todos ellos. Gracias a ese detalle, el sicario jefe terminó
perdiendo la compostura. No era para menos, pues se habían puesto en riesgo
al estar en ese lugar y acabar con la vida de esas personas.
Pero el muy cagado se volvió loco y trató de acabar con su vida porque sabía
que hacer molestar a Kim, era de las peores cosas que podría alguien
ocasionar. Así que no fue lo suficientemente inteligente y se intentó suicidar
dándose un balazo en el abdomen, quizá para perforarse algún órgano que lo
hiciera desangrarse hasta morir pronto para así no hacerlo a manos del
sicario. Lastimosamente para él —y afortunadamente para V—, el tiro había
fallado y solo rozó el hígado, haciendo que el hombre perdiera mucha sangre
en su traslado hasta el pent-house donde fue atendido.137
Si, morir desangrado era una armonía preciosa y dulce, un halago divino e
incluso una fantasía delante de las muertes que V provocaba. Quizá Baek tenía
una intención de morir rápido, pero fue cobarde al no pegarse el tiro en la
cabeza. Porque no era tonto para saber dónde morir inmediatamente, solo
era cobarde pensando que lo dejarían desangrarse. Mierda, se podía dar en la
frente y morir rápido, pero no lo hizo.25
Gran error.145
Después de haberlo puesto en riesgo, después de haber tenido una idea tan
estúpida y después de indirectamente haber asumido la culpa mientras casi se
quitaba la vida, V había decidido que lo salvaría. Lo salvaría porque el único
que ahora tenía derecho de sacarlo de este plano terrenal era Taehyung, nadie
ni nada más. Esperaría a que estuviera consciente para así llevar a cabo algo
de lo que tenía ganas desde hace mucho tiempo; sed de sangre, maldad,
liberar presión y llenar su alma. Victoria para sí mismo.21
Él odiaba eso.4
Y otra cosa que hacía mucho ruido en su mente en ese instante, era el chiquillo
que estaba probablemente llorando en posición fetal en la esquina del cuarto
de la cabaña donde estaba rehén. Para Taehyung, era hermoso verlo llorar
pidiendo que lo dejara en paz, y eso que no le había hecho absolutamente
nada por lo que pudiera ponerse a sufrir verdaderamente. Al menos no aún. 175
Taehyung empezaba a pensar las maneras en las que podía acabar con la vida
de ese chiquillo después de hacerlo suyo. Porque si, estaba demasiado
obsesionado con follar al jovencito desde que lo vio. Obsesionado con hacerlo
suyo y tenerlo bajo su cuerpo mientras se retorcía de dolor, mientras lloraba y
pedía que parara, mientras Taehyung embestía tan fuerte que hiciera que el
muchacho se sintiera lleno al punto de ahogarse. Que lo marcara de por vida
mientras robaba de su boca el último aliento antes de su muerte. Mierda que
era excitante.671
Primero lo haría suyo, tantas veces que ya Jeon sintiera que su cuerpo
pertenecía a alguien más. A alguien tan malo, que el dueño del infierno
parecería un Dios lleno de piedad y misericordia. Al punto en el que Jeon fuera
tan suyo que no pudiera ver ninguna parte de su cuerpo sin pensar en
Taehyung. Que cerrara los ojos al dormir y lo último que viera en su mente
fuera su cara y que al despertar la sombra de los ojos oscuros de su captor se
reflejaran en su memoria por siempre, como un maldito recuerdo que lo
comería desde adentro. Como una poesía inmunda que no dieran ganas de
volver a leer, como el hombre que lo había hecho vivir pesadillas en carne viva
hasta que le dio la gana de dejarlo descansar en paz.192
Lo único bueno que le había ocasionado ese revuelto, era que tendría más
tiempo a Jeon Jungkook, para planear como follárselo y luego como mierda
matarlo. Aunque ya tenía varias ideas tentadoras en mente. ¿Será que
soportaba? Claro que sí. Era un niño de veinte, sí podía.424
Taehyung disparó.405
Una fuerte risa inundó el cuarto donde ambos estaban. Él sacó el arma de la
boca de Jennie y observó con perversión cómo la cara de esta era un
completo caos de miedo; ganas no le faltaban de hacer eso, pero sabia
controlarse perfectamente cuando sabia podría hacer las cosas peor.216
—No hay cartucho en el cañón, nena —avisó mientras veía el arma con
admiración y esta daba vueltas entre sus manos.139
Posterior a eso, sacó un peine de doce balas desde la parte baja de su espalda
y lo posicionó dentro del compartimiento listo para cargar el arma. Jaló la
corredera haciendo que el cañón quedara con una bala y ahora sí podría
matar a la chica en cualquier momento con apenas un roce del sus dedos
sobre el gatillo. Jennie vio la vida pasar frente a sus ojos cuando volvió a sentir
la pistola en su boca.
—Pero la próxima vez que me llames así no voy a dudar en volarte los sesos
para después desmembrar tu cuerpo y tirarte en un rio lleno de pirañas,
asquerosa mierda inservible —Taehyung habló entre dientes con una voz más
gruesa de la normal, haciendo que Jennie solo se pasmara en su sitio.213
Él la miró directo a los ojos. Los de él oscuros, sombríos como una noche sin
luna ni estrellas. Los de ella también oscuros, pero húmedos como una noche
de tormenta.2
—Podría matarte justo ahora —habló bajo—. Pero... ¿qué gano con eso? No es
solo darte un balazo y ya. Es verte sufrir, verte llorar, ver cómo tus ojos se van
quedando sin vida segundo a segundo, ver como tu alma se va quebrando
poquito a poquito a causa de mis mierdas locas —rió—. ¿De verdad creíste que
tú; un hombre inútil que juega a ser macho follándose mujeres bonitas, pero
adora que le entierren la polla hasta el fondo del culo, podría contra mí?
¿Contra la personificación de maldad, crueldad y belleza? —preguntó sin
esperar respuesta—. ¡Qué va, Baek! Yo soy como una sombra que hace lo que
quiere cuando quiere y nadie la voltea a ver, porque tienen miedo, porque soy
un maniático y cuando me vuelvo loco no hay quien me pare. Todos me
temen, y al parecer tú no tomaste eso como advertencia.286
Taehyung presionó el arma contra la herida. Si la morfina no estuviera
colándose por cada mililitro de sangre en el cuerpo ajeno, de seguro
Baekhyun habría gritado de dolor.1
(⚠⚠)297
Después de haber bajado las escaleras del pent-house, luego de cruzarse con
una Jennie asustadiza y llorando en la sala, Taehyung se dispuso a ir hasta el
estacionamiento para así poder subir al Audi negro y tomar camino hasta la
cabaña.75
¿Cómo podía deshacerse de él tan rápido, cuando tenía tanto material para
divertirse y disfrutar?147
Por suerte tampoco podría hacerlo, aunque quisiera. Jeon era un precio que
Taehyung aún no cobraba y debía arreglar eso pronto. No permitiría que lo
engañaran tan ridículamente con un pago por la cabeza del hijo menor de un
mafioso, cuando quienes fueron a entregarle el pago terminaron muertos y el
saco de dizque ''billetes'' eran unas telas de mierda. V quería su plata, no
importa si tenía que desafiar al propio gobierno para obtenerla. Nadie se iba a
burlar de él así. Ya había trabajado con matones insolentes que creían que los
rumores de él eran mentira, y les demostró cruelmente que no lo eran. Si
alguien decía que V era malo, V se encarga de hacer saber que no era malo,
sino increíblemente perverso.12
Pero Sihyuk, aun conociéndolo y sabiendo cómo hacía sus mierdas, osó de
engañarlo y meterse con él. Sí, Sihyuk era el gobierno, pero él era V; el maldito
sicario con reputación diabólica y detestable. El maldito que dejaba cadáveres
irreconocibles. El hombre que provocaba escalofríos cuando lo nombraban,
que mataba a sangre fría y gozaba, que conocía la muerte de cerca y de lejos.
El que tenía contactos alrededor del mundo porque su demencial trabajo así
lo provocaba. El próximo en tomar el trono del diablo cuando ya su vida no
diera para más y acabara muerto en algún instante por obra y gracias de la
infame naturaleza humana.
¿Quién era Sihyuk? Un gordo de mierda con el cargo de gobernador, que tenía
un hijo amante de prostitutas caras y droga de primera calidad que le
compraba a Jaeban —o al menos, así debían pensar—. ¿Con un montón de
gente tras su espalda velando por su seguridad? Si, obvio. Eso no era nada
para Taehyung. Los guardaespaldas de Sihyuk, los agentes del gobierno, los
típicos idiotas con trajes caros, un micrófono, audífonos y lentes oscuros,
todos y cada uno de ellos estaban entrenados para dizque cualquier cosa.
Estaban dispuestos a matar a una persona con una bala en el pecho, pero
nunca estarían dispuestos a dar su vida por el presidente. Eso era lo que
juraban al recibir el trabajo, aunque eran mentiras, no se expondrían ni
tampoco a sus seres queridos. Taehyung tenía unos cinco planes ideados en la
cabeza, uno más grande que el otro. Los llevaría a cabo después de llamar a
un par de personas y así darle a entender que quien mandaba era V el
Verdugo, ni Sihyuk el gobernador, ni nadie más.45
El repentino sonido de unas sirenas y un par de luces azules con rojo hizo que
Taehyung abandonara sus cavilaciones y posara la vista en el retrovisor.
Maldijo por lo bajo viendo que era una patrulla de policías y luego miró el
marcador de velocidad en su auto. Iba a una velocidad normal, no entendía
qué mierda estaba pasando, o por qué lo estaban deteniendo. Conservó la
calma, acomodó u cabello y miró fijamente sus ojos en el espejo del retrovisor.
Empezó a frenar lentamente, viendo cómo la patrulla pasaba a su lado y
cuando Taehyung frenó por completo el carro de la policía se posó enfrente
del suyo.93
Bajó el vidrio y miró directamente al oficial frente a él. Tornó una mirada
cálida que había practicado mil veces y que siempre tenía un efecto positivo
en la gente que la veía. Engañosa, por cierto.4
—Buenas tardes oficial —respondió Kim, aun sonriendo—. ¿Pasó algo malo? —
el tono preocupado e inocente con el que hizo la pregunta, era una manera de
desviar el hecho de que no iba a decir su nombre. Por más que utilizara el
nombre falso, no lo daría a menos que fuese estrictamente necesario.3
—Oh, iré para el pueblo —su mano seguía fija en el volante y su expresión
estaba completamente relajada—. Daegu, oficial.3
El oficial miró su reloj de muñeca y enfocó la vista en él. Luego miró a
Taehyung ahora un poco más serio que con anterioridad.1
—Mi esposa está dando a luz justo ahora, oficial —mintió perfectamente—. Me
gustaría ver a mi futuro hijo y usted me lo está impidiendo.303
El oficial alzó una ceja y se retiró levemente hacia atrás echándole una vista al
deportivo negro de lado a lado. Pasó un rato escaneando la actitud de
Taehyung y este se dio cuenta, por eso actuó totalmente despreocupado.20
—Es mío, oficial —su mandíbula estaba apretada—. Lo compré hace unos
meses.3
—Sí —a todas éstas, Taehyung seguía viendo al frente, pero estaba más que
listo.1
El otro hombre que recién había bajado del auto llegó hasta donde ambos
estaban en tensión.1
El tal Eunjae se dirigió hasta la puerta del copiloto y Taehyung pudo ver como
abría la misma e ingresaba al auto revisando la guantera en un
principio. Menos mal había sacado la pistola y la tenía encima, los papeles del
auto estaban a su nombre más ninguno de ellos debía saber quien era o por
qué.1
Taehyung suspiró. Divisó al otro oficial dentro mientras leía los documentos
del auto —que había encontrado en la guantera—, y posó la vista de nuevo en
el hombre frente a él. El oficial llevaba su uniforme normal, uno de los
primeros botones de su prenda superior estaba desatado, permitiéndole una
excelente vista de su cuello, luego vio su torso y no cargaba chaleco. En la
fornitura levaba dos cartuchos y una pistola Glock negra, cargada
seguramente. Su expresión era severa, su semblante serio y aún estaba
esperando a que Taehyung le diera la identificación, así que el lentamente
dirigió la mano hasta su bolsillo trasero para sacar la billetera, pero luego
recordó que los papeles que cargaba en la guantera no eran precisamente los
del auto nada más, sino unas adquisiciones ilegales.42
—Oficial —llamó en un tono sombrío, con la voz más gruesa que de costumbre
—, ¿usted tiene familia?22
Jaló de la lengua hasta que el hombre por inercia abrió la boca inundada de
sangre y Taehyung enterró en cuchillo varias veces en la cavidad bucal
mientras jalaba reiteradas veces la lengua esperando que se despegase del
sitio. Cuando por fin cortó el frenillo, se lo trajo con brusquedad y sacó la
mano de adentro de su garganta para ver como la lengua estaba enterrada en
un puño en su mano.157
El hombre cayó al suelo con su nariz y boca destilando gruesos hilos de sangre
mientras que sus ojos estaban rojos e hinchados. El sicario observó cómo el
pescuezo del hombre empezaba a dejar un rio de color rubí y la lengua que
yacía encerrada en su puño la tiró en la cara de ese policía moribundo que
ahora agonizaba lentamente, probablemente moriría en segundos.1
—Hablas demasiado —se quejó hacia el cuerpo tirado—. Odio que hablen
demasiado.185
Se giró con una sonrisa satisfactoria para dirigirse hacia el otro que estaba
sentado en el asiento del copiloto y que al parecer no se había percatado de lo
que pasó; o quizá si, pero estaba demasiado ocupado teniendo un shock
repentino. Cuando estuvo frente al puesto donde el hombre se hallaba
sentado, lo encontró sudando frio, con una expresión desencajada en el rostro
y las manos sostenían el papel con los documentos de un pago a su nombre
real por unas armas.22
El sicario detestaba ese nombre, lo repudiaba más que a cualquier otra cosa
habida en el puto mundo.4
—No diré nada... —prometió tan rápido que Taehyung a duras penas pudo
sentir la desesperación y la súplica en su tono de voz—. Lo juro por Dios.
¡Déjame ir!45
El sicario empezó a fingir que lo pensaba un poco. Soltó un suspiro y dejó de
apretar los bordes de la camisa del joven policía. Luego con ambas manos —
que todavía estaban escurriendo sangre hasta el suelo—, acomodó los
hombros del chico y esbozó una sonrisa cuadrada perfectamente fingida y
brillante.4
—Está bien, Eunjae —soltó de pronto—. Pero que esto sea un secreto —asintió
con la vista y el chico pareció creérselo porque empezó a asentir ferozmente
mientras sus ojos aún estaban apretados—. Bueno, ahora márchate de aquí y
no vuelvas a nombrar absolutamente nada de esto, ¿entendiste?150
Eunjae estuvo a punto de darle la vuelta al auto para montarse en él, pero Kim
sacó la pistola que tenía detrás de su cadera y disparó a su pierna, provocando
que el muchacho ahogara un grito y cayera al suelo. Rápidamente, corrió
hasta él y lo jaló del borde de su camisa, arrastrándolo hacia el cuerpo sin vida
del otro malnacido policía. Eunjae se ahogaba de dolor y empezó a llorar
desenfrenadamente cuando su cuerpo quedó encima del de su ahora
excompañero de trabajo y probablemente futuro compañero de muerte.16
El chico titubeó sin saber exactamente qué hacer o decir en ese momento,
hasta que encontró un poco de valor para hablar en medio de la horrorosa
situación en la que se encontraba.
—Tengo dinero —soltó con nervios a flor de piel—. ¡Mi familia tiene mucho
dinero!
—¿Un policía mediocre como tú? ¿Con dinero? —se burló—. Debería dejarte
vivo y contratarte como mi payaso personal, niñito idiota. Dinero me sobra a
mi.133
—Ah bueno —asintió el perverso hombre—. Espero que hayan sido unos
buenos diecinueve años, Eunjae, porque no llegaras a los veinte.301
La sacó y rió ferozmente cuando el ojo del chico explotó, causando que toda
su cara quedara bañada en sangre. Cuando sacó la navaja, el ojo quedó
enterrado en esta y parte de los nervios que lo conectaban quedaron
guindando, a lo que Kim lo tuvo que romper con sus propias manos,
escuchando la viscosidad de la carne siendo partida, para poder quedarse con
la navaja.130
Admiró sus largos dedos y sus uñas cuadradas que estaban mínimamente
largas. Pasó ambas manos por su rostro y quitó la peluca rubia que había
llevado tanto tiempo encima desde que había llegado a la ciudad, dejando a la
vista sus hebras azabaches, con ella limpio la sangre que estaba molestándole
el rostro y luego también la echó hacia el asiento de atrás.210
Taehyung rió con viveza cuando vio por el retrovisor la manera en que el fuego
se hizo más alto y los cuerpos solo eran aquello que lo alimentaba. Emprendió
camino hacia la cabaña, ahora más tranquilo y con ganas de ver la cara del
chiquillo cuando le mostrara una navaja con un ojo humano clavado en ella.
Ahogó una risa de solo pensarlo.91
Las gotas de agua cayendo en su cara, lograron que Jungkook abriera los ojos
con rapidez.10
No tenía la menor idea, aunque pudo deducir que fueron bastantes horas
porque, en primer lugar; tenia muchísimo sueño cuando se dispuso a dormir y,
en segundo; la habitación estaba casi completamente oscura mientras que
antes de caer rendido todavía se filtraba mísera claridad por uno de los
pequeños agujeros del techo.5
Limpió sus manos con una parte del pantalón y talló sus ojos que ardían con
ligereza, debido a que cuando los abrió un par de gotas del techo cayeron en
ellos. Suspiró luego que rascó ambos ojos y dejaron de arder. Trató de
acostumbrarse a la oscuridad del cuarto y miró a todos lados a ver si
encontraba la camisa. La vio a un par de centímetros a su derecha y se estiró
para agarrarla y ponérsela, pero había una mancha de sopa seca en ella y de
verdad que lo que menos quería era ensuciarse más de lo que ya estaba,
incluso si hace poco tiempo se había ''bañado''.30
Empezó a contar una a una las gotas que iban cayendo y mojando la
camisa. Gota cuatro, gota cinco, gota seis, gota siete... gota quince, gota
dieciséis, gota diecisiete... gota cincuenta, gota cincuenta y uno, gota
cincuenta y dos...145
Pero lo peor no era eso, lo peor era que ahora tenía ganas de orinar.94
Las condiciones en las que Jungkook podía ir al baño eran, en pocas palabras;
nefastas. La mayoría de veces estaba atado de manos y de la cintura —cuando
no eran los tobillos con una cuerda o cadena de hierro—, y su cintura estaba
amarrada a una soga que solo le permitía llegar la baño, no hasta la puerta de
la habitación porque estaba enganchada a la columna y la distancia no lo
permitía. Era, básicamente, como un perro amarrado. Solo que no por el
cuello.39
Aunque fuera difícil, podía pararse para dirigirse hacia el diminuto baño del
oscuro cuarto a hacer sus necesidades ahí después de batallar con la
cerradura de la puerta, ya que tener las manos atadas impedía abrirla con
facilidad y también impedía bajar el cierre de su pantalón rápidamente. Otra
cosa con la que luchaba en ese encierro, era el hecho de que no funcionaba el
tanque del inodoro y debía llenar un mediano envase de agua del lavamanos
para limpiarlo cuando hacía algo más que orinar.79
Pero eso sí, tenía solo las manos atadas. Podía pararse y era fácil. Ahora no,
porque sus manos estaban libres, aunque adoloridas, y sus piernas amarradas
y juntas. Siempre había dicho, en medio de juegos de preguntas tontas con su
grupo de amigos que seguro jamás volvería a ver, que prefería que le quitaran
un brazo que una pierna. Ahora lo corroboraba más que nunca. Con los brazos
hacías equilibrio, te permitían empujar cosas y conectar las manos para
agarrar otras. Son importantes, ajá, sin embargo con las piernas caminas,
trotas, corres, escapas.21
Tenía casi tres días sin ir al baño. La primera razón era que no le venían ganas,
la segunda era que cuando le daban ganas debía aguantarse porque ese baño
le daba asco. Estaba completamente oscuro, no había papel toilette —y si,
debía usar agua para limpiarse y le daba asco tocar sus propios desechos—, y
la tercera era que tenía casi tres días con tremendos dolores musculares y en
todas sus coyunturas, sin contar las manos lesionadas y los tobillos
hinchados.163
—No... no, no, no ¡No, coño, no! —para tratar de aguantar, llevó una mano a su
entrepierna cuando sintió el cálido liquido mojar sus pantalones, pero le fue
imposible y estando sentado, con las piernas atadas en un nudo
prácticamente imposible de desatar, la humillación y exasperación se
apoderaron de él.403
Por más que trató de hacer algo, de aguantar las ganas, de contraerse y
apretar las piernas, sintió como cada segundo que pasaba su vejiga iba
quedando más vacía. Sin más que hacer solo maldijo gran cantidad de veces
porque aunque pensó que nada podía ser peor, orinarse encima desbloqueó
un nuevo deseo de odio a sí mismo.154
Gritó hasta que su garganta seca empezó a picar, hasta que sus pulmones
quedaron sin aire y su pecho empezó a subir y bajar con rapidez. Empuñó sus
manos y sintió cómo las uñas se enterraban en sus palmas lesionadas, y no le
importó, porque la frustración de la situación era más grande que el dolor
físico.5
Estaba eufórico.107
A medida que más pasaba el tiempo en esas cuatro paredes oscuras, ese suelo
sucio y con la presencia de ese tipo, sentía que nada podía ser peor. Ya lo
habían drogado, golpeado, maltratado, quebrantado su fe y otro mierdero
más. Ahora, sentado sobre su propio orine y sumido en una tremenda miseria
con ganas de borrarse de la faz de la tierra, estaba tremendamente
convencido que no había nada peor que esa sensación.21
Entró en pánico. No había visto al tipo que lo ayudó la otra vez desde muy
temprano en la mañana, tampoco sintió algún movimiento antes de quedarse
dormido y luego de levantarse, imaginó que estaba solo porque cualquiera
que lo hubiera escuchado gritar y llorar habría ido rápidamente a ver qué coño
le pasaba.
Oyó la puerta de la cabaña siendo abierta bruscamente y posteriormente
cómo se cerraba de un portazo. No sabia a qué distancia estaba con exactitud
la puerta principal de ese cuarto, pero pudo oír pisadas fuertes resonando en
lo que imaginaba era la sala o una cocina tal vez.
Hizo silencio y se arrastró de nuevo a la pared donde la gotera ahora caía con
mucha menos frecuencia. Sintió el agua mojándole las nalgas —más de lo que
ya lo hacía el orine—, y cerró los ojos después de echar la cabeza para un lado,
fingiendo estar dormido.121
No le dio tiempo de cerrar los ojos por completo y ya había visto demasiado.
—Buenas noches, Jeon —su tétrica voz llegó a los oídos del rehén—. ¿Me
extrañaste, precioso?376
El menor no respondió.
—¿Te comieron la lengua las ratas, Jeon? —inquirió de nuevo alzando una ceja
—. Qué raro, yo juraba que aquí no habían, excepto por ti, claro.270
Se preparó mentalmente para una paliza. Diría que física también, pero los
golpes en su cuerpo estaban bastante recientes así que no, físicamente no lo
hizo. El sicario volvió a verlo fijamente, Jungkook apartó la mirada porque no
podía soportarla, era demasiado. Por un segundo en su mente no había
ninguna otra sensación que no fuera vergüenza, vergüenza en su más puro y
significativo estado. Incluso parecía que el miedo de ver ese tipo bañado en
sangre, no era tan grande a comparación. Aunque, el miedo volvió justamente
cuando escuchó la maldita risa que le helaba la sangre. ¿Por qué coño se ríe
tanto? Todas las malditas situaciones horribles le dan risa.25
—¿No se supone que estás muy grande para mearte encima, pequeño Jeon? —
vociferó con burla, y Jungkook quería simplemente ahorcarlo—. Mírate, todo
asustado, llorón, sudado y de paso meado... ¡Que horror! —otra vez su tono de
burla carcomía al rehén por dentro—. ¿Quién te hizo eso? —preguntó con
fingida ignorancia.240
Lo miró de arriba abajo, aún tenía sangre en todo el cuerpo, incluso parecía
que la de la cara se había empezado a secar dándole un aspecto aún peor del
que ya tenía.
Kook iba a protestar, a decir cualquier cosa que se viniera a la mente para que
no se quitara la ropa, mas sintió el impacto de la fría agua contra su cuerpo y
un escalofrío le recorrió la espalda. El segundo balde de agua helada volvió a
impactar contra él. En ese momento ya tenía toda la cara, el torso, los brazos y
las piernas mojadas. V se dirigió al baño, volvió a llenar ambos envases y se
aproximó de nuevo hacia el chico. Vertió otro envase por sobre su cabeza
viendo como Jungkook respiraba con pesadez. Sí, el agua estaba helada y por
las noches el frio gozaba de hacer de las suyas, seguro se moría de
hipotermia.82
Echó otro de los baldes y vio como el muchacho en el suelo solo se retorcía y
medio tosía mientras cerraba los ojos, llevando sus manos a ellos para secar el
agua. Tiritaba y Taehyung no sabía si por el impacto del agua o porque hacia
frio, le valía mierda de todos modos.
Lo necesitaba limpio.316
Volvió luego de eso con dos baldes más y estuvo a punto de echárselos encima
cuando el muchacho gritó.
Oh no, él no quería eso. Aunque en realidad, Kim solo quería causarle miedo y
divertirse con su mente mientras jugaba con sus sentimientos a través del
psicoterror. Vertió los dos últimos baldes de agua y ya todo el suelo de la
habitación estaba mojado, Jungkook escuchó cómo por el desagüe que había
en medio de la habitación el agua iba bajando.4
Escuchó cómo se abría el grifo y solo quiso que ya no lo mojara más. No quería
oler a meado hasta quién sabe cuándo, pero tampoco era de su agrado pasar
el resto de la noche mojado de pies a cabeza. El agua estaba helada, las
temperaturas por la hora eran muy bajas y era mentira pensar que iba a
secarse rápido. Esa noche sería una completa tragedia y si el frio no lo mataba
con un resfriado, al día siguiente estaría bastante molesto.4
—De caminó aquí, hice algo —empezó a hablar con una voz bastante grave,
pero parsimoniosa—. Dos policías pensaron que iba a una carrera de esas que
hacen a las afueras de la ciudad. Las malditas carreras clandestinas donde
apuestan, se drogan, cogen y toda esa mierda, pero no.153
—Jeon, te hice una pregunta —su voz sonó más grave—. ¿Sabes qué hice con
ellos?73
El secuestrado volvió a mirarlo y negó con la cabeza, se lo imaginaba, pero no
hallaba valor para decirlo. Su captor cruzó una pierna sobre la otra, poniendo
el tobillo derecho encima de su rodilla izquierda.10
—¡HABLA!9
—N-no sé qué les hiciste —ni siquiera tenía planeado hablar pero ese grito lo
asustó. Y en realidad sí sabía, o al menos, se lo imaginaba—. N-no lo sé...
—Los maté —confesó Kim, con una serena sonrisa—. A uno le rajé la garganta y
le metí la mano para jalarle la puta lengua mientras sorpresivamente aún
vivía. Fue difícil pero no imposible —sus hombros fueron hacia arriba y su
boca hizo una mueca, como diciendo ''meh'' —. Es que hablaba y preguntaba
mucho y a mí no me gusta la gente que habla y pregunta mucho, ¿sabes? —
admitió, y Jungkook grabó eso en su mente—. Al otro le di un tiro en la pierna
y después le apuñalé ambas justo en la arteria más importante. Después de
eso le enterré una de mis dagas favoritas en el pecho mientras bajaba y veía
cómo sus asquerosas entrañas se salían de lugar. El tipo estaba agonizando y
seguro sintió todo —su vista abandonó los ojos del retenido y se posaron en
un punto en el suelo, recordando a los hombres—. Luego de esa mierda, les
eché gasolina y prendí fuego cuando ya estaban muertos.238
El cerebro de Jungkook estaba en shock, todo su cuerpo se tensó. Lo único
que podía hacer era empezar a hiperventilarse. Estaba nervioso, horrorizado y
asustado. Las imágenes que estaban llegando a su mente justo en ese
momento a mil por hora eran bastante fuertes y no podía pensar en otra cosa
que no fuese el asesino enfrente de él haciéndole a eso a simples policías que
pedían seguro algún documento. Si eso le pasó a esos seres, Kook no podía ni
maquinar qué le esperaba a él, sabiendo que ese tipo adoraría matarlo
cruelmente como tanto le aseguraba.1
Taehyung, por otro lado, quería causarle un terrible horror; para que supiera
de lo que era capaz, y eso era poco comparado a lo que verdaderamente hacía
cuando su mente volaba. Miedo, porque Jeon llorando era su pasatiempo
favorito y más cuando todavía no le ponía un dedo encima como ansiaba.
—Ah no, espera —V puso una mano dentro de uno de los bolsillos delanteros
de su pantalón, que por cierto llevaba una mancha grande de sangre—. Falta
algo.165
Jungkook sintió que se desmayaba cuando vio que el tipo sacó una daga
completamente ensangrentada y que a mitad del filo tenía algo clavado;
redondo, lleno de sangre que goteaba, con unos hilos raros y viscoso.
Que no sea lo que Jungkook estaba pensando, que no fuera eso, que no... 33
—Clavé la daga tan profundamente, que creo que le llegó al cráneo —informó,
mientras observaba con detenimiento el filo del objeto y el ojo aún con
nervios guindando de éste—. Luego la saqué con fuerza y su ojo se quedó
aquí.73
Jungkook estaba seguro de que iba a vomitar la poca comida que consumió
temprano, terminaría vaciando su estómago y no importaba si este ya estaba
prácticamente vacío. Las arcadas eran leves y menos mal pudo controlarlas.
Se llevaría una paliza si vomitaba en ese instante, de eso estaba consciente.3
V agarró la daga y la puso con el filo hacia abajo. Sus manos ahora volvían a
estar llenas de sangre. Tomó entre el pulgar e índice el nervio pegado al ojo y
jaló de este para sacar el orbe del filo. Cuando por fin lo sacó, empezó a
balancearlo de lado a lado, como si fuera un reloj de esos con los que los
magos o brujos hacen sus supuestas hipnosis. Se acercó más a Jungkook, al
punto en que el chico pudo sentir el olor a hierro proveniente tanto del ojo
como de sus pantalones. Asqueroso y repugnante olor a sangre.41
Pues claro que lo tenía, aunque ninguna palabra salió de su boca. Ahora tener
a ese hombre cerca le causaba un montón de sensaciones extrañas y
atemorizantes. Sobretodo en el momento en que este se agachó, quedando
en cuclillas frente a Kook, que sollozaba y gimoteaba.1
—¡Te hice una maldita pregunta! —el grito de V hizo que Jungkook abrazara su
cuerpo mojado y aturdido—. ¿Tienes miedo?40
El prisionero volvió a asentir, pero esta vez sin mirarlo, no podía siquiera
imaginarse mirando a semejante monstruo con mente tan extraña y labia tan
filosa llena de veneno.
—¡Mírame! —exclamó en un grito alto, pero Jungkook aún tenía los ojos
cerrados—. ¡Que me mires!72
El chico abrió los ojos lentamente, con los párpados dándole espasmos leves.
Posó su vista frente al maleante y recorrió sus facciones; él tenía una mueca
de ligera burla, más estaba también escaneándolo en totalidad, a la
expectativa. Jeon volvió a conectar sus miradas y el otro estaba demasiado
cerca.
—Bésame —pidió.948
El rehén por un momento sintió que su alma dejaba su cuerpo. ¿A caso ese
tipo dijo... "bésame"?51
¿Bésame?38
Jungkook tragó duro, ni siquiera sabía qué pensar en ese instante. Hace días u
horas, podría pedir que lo mataran, pero algo dentro de él se puso en alerta,
quizá el instinto natural que tienen los seres humanos para sobrevivir, o quizá
el hecho de que ni siquiera estaba pensando correctamente con todo lo que le
estaban obligando a hacer.20
—N-no qu-quiero besarte —la voz de Jungkook salió temblorosa, sus manos
empezaron a moverse del miedo también y la angustia se abrió paso en sus
emociones.198
—Por supuesto que no quieres, pequeño Jeon —obvió con media sonrisa—.
Esa es la idea.109
—Podría matarte con mis propias manos justo ahora si yo quisiera —admitió.
Jungkook le creyó, por supuesto que si—. No sabes lo placentero que eso
sería, pero primero te voy a probar hasta cansarme.127
Con pavor, llevó las manos hasta el rostro de su captor, éste tenía una media
sonrisa y su vista fija en los labios ligeramente morados por el frio —o quizá
por ahorcarlo—, de Jungkook. Habría sido fácil tirársele encima y besarlo,
pero hacer que Jeon lo besara por simple miedo, era mejor sensación.
Esperaba a que él mismo lo hiciera.3
Y así fue.185
Jungkook cerró los ojos y acortó la distancia entre sus propios labios y los
ajenos, mientras acunaba en rostro de Taehyung entre sus manos para
atraerlo a él debido a que por los hombros no podía. Se mantuvo un momento
en esa posición, sin saber qué coño hacer exactamente, mas teniendo en
cuenta que era una sensación increíblemente extraña. Los labios del rehén
estaban fríos, al contrario de los de su captor que estaban bastante cálidos.177
Taehyung había obtenido lo que quería, sí, solo que ahora ansiaba más.8
El rehén quiso despegarse, total ya había besado al tipo, pero no era suficiente
para éste. Cuando separó por un momento su boca de la ajena, Taehyung
había entrado en otro mundo. Jungkook lo miró a los ojos, esperando que se
alejara, porque ya había hecho lo que le ordenó. Y Kim miró todo el rostro de
Jeon; sus ojos grandes, brillantes y oscuros, sus mejillas rosadas por el frio y
sus labios color lila por el mismo factor.152
No lo soportó.18
Se abrió pasó entre sus piernas, los tobillos de Jeon estaban fuertemente
atados y el agarre del nudo en sus rodillas igual, por lo que Kim desató
ligeramente la cuerda y abrió las extremidades del rehén con las propias,
hasta situarse encima de su cuerpo sin ponerle todo el peso encima. Llevó
ambas manos del azabache desde los costados hasta situarlas por encima de
su cabeza, sujetándolas fuertemente y lo miró directo a los ojos.171
—Te voy a comer la boca, Jeon —avisó con una sonrisa ladina y muy cerca del
rostro contrario—. Y más vale que colabores y lo hagas bien, precioso, o me
veré en la lamentable obligación de molerte a golpes.387
Todo se nubló en la mente del azabache tan pronto como V abandonó una de
sus muñecas y condujo la mano a su cintura, haciendo una ligera presión en la
zona. Sus bocas aún estaban en un vaivén desesperado que, aunque no
tuvieran el mismo ritmo, combinaban. No obstante, Jungkook quería tomar su
brazo libre para tratar de empujar al hombre sobre él, pero sintió cómo éste
subió su muñeca derecha y la posó encima de la izquierda mientras hacía
presión para agarrarla con una sola palma y retenerla en el sitio.71
El chico no sabía qué sentir aparte de miedo y confusión. Miedo, porque sabía
que si no continuaba con lo que estaba haciendo, terminaría muerto, y
confusión porque aunque sabía que lo hacía por miedo, algo dentro de él se
sentía extraño y no sabía exactamente qué mierda era. Probablemente la
curiosidad de estar besando por primera vez a un hombre, quizá la obligación
de luchar por algo como era su vida. No sabía nada, y la claridad para pensar
no le estaba siendo de ayuda, pues solo continuaba moviendo sus belfos al
ritmo de los contrarios.104
El chico no supo en qué momento, pero ahora estaba haciendo lo mismo con
la boca contraria, tratando de hacer lo mejor que podía en esa situación y su
mente estando en blanco. Ofuscado y atontado hasta la médula.64
Y entonces, justo cuando sintió las manos ajenas masajearlo por encima del
pantalón, cayó en cuenta de la situación.
—¡Basta! ¡Ya basta! —pidió a gritos cuando sintió a V aún con su mano ahí
abajo. Empezó a sentir picor en los ojos y lentamente las lágrimas empezaron
a hacerse presentes—. ¡Q-quítate de encima de mí! ¡Aléjate de mí! ¡Auxilio! —
pidió con míseras lágrimas—. ¡A-AUXILIO!257
—¿A quién le vas a pedir auxilio aquí, pequeño Jeon? —inquirió con burla y voz
profunda, acercándole los labios a su oreja—. ¿Se te olvida que estamos en
medio de la nada?
—Hey, ¿qué pasó? —preguntó el hombre, a la vez que lo miraba directo a sus
ojos brillantes y oscuros, alzando una ceja—. Parecías demasiado contento
hace un rato, precioso.163
—Dijiste que... d-dijiste que ibas a matarme —los labios de Jeon temblaban—.
¡Me obligaste!
Jungkook maldijo internamente a ese tipo, no quería decirlo en voz alta, pero
lo detestaba.
—¡Cállate! —el sicario soltó un grito y seguido de eso, estampó sus cinco
dígitos izquierdos en una bofetada hacia la mejilla derecha de Jungkook.173
El chico ahogó un chillido y sintió las lágrimas abandonar sus ojos. Quedó
estático y sin habla, no quería mas golpes y seguro mañana amanecería con la
mejilla hinchada.1
—Me voy a adueñar de ti, Jeon Jungkook —aseguró en un susurro que le dio
escalofríos al muchacho—. Tomaré cada parte de ti y la haré mía. La haré mía
porque me da la gana, la haré mía porque quiero y porque puedo. Jugaré
contigo como me plazca. Te pondré ante mí como yo quiera. Cuando me dé la
gana te haré mío, cuando no quiera hacerte mío me burlare de ti hasta llevarte
a la locura, justo como ahora. Haré que no soportes más, y cuando no puedas
aguantar, haré que aguantes, sea como sea —su voz sonaba como siempre;
tétrica. Aunque esta vez los susurros eran profundos y parsimoniosos—. ¿Y
sabes cuál va a ser la mejor parte? —preguntó, abandonando su cuello y
mirando directamente a sus ojos—. Que cuando me deshaga de ti, habrás
quedado hecho nada —se mofó entre dientes y volvió a dirigir la boca a su
oreja, esta vez la voz fue más ronca de lo normal—. Y eso, me excita
demasiado, precioso —volvió a sus ojos y señaló con un puchero su cara—. Tú
me excitas demasiado —confesó señalándolo con su boca—. Me
encantas, pequeño Jeon.438
Jungkook no supo qué responder, que hacer o qué pensar. Su mente estaba
en blanco; asustada, divagando en sus pensamientos sobre lo que acaba de
pasar y tratando de procesar correctamente las palabras que ese tipo le
acababa de decir. Si lo admitía con franqueza, no podía con todo el tumulto
de emociones que se arremolinaban en su cerebro. Taehyung se levantó
lentamente de encima de él, no sin antes darle un leve lametón a la comisura
de sus labios y atraerle el inferior. Jungkook no reprochó, pero tampoco fue
de tu total agrado. Simplemente le dio igual, al fin y al cabo ya había hecho
más que un simple roce de labios.13
—Que tengas buenas noches, pequeño Jeon —Kim llevó la misma mano con
su pulgar hasta apretar su punzante entrepierna—. Espero que no te dé
hipotermia, precioso.96
Y cuando Jungkook cayó en cuenta, no supo qué coño era peor. Si verse en el
estado demencial y moribundo en el que estaba, si el hecho de que
evidentemente ese hombre tenía un interés sexual en él...
Si había algo que Jungkook detestaba, era no poder entender cosas que
sentía.301
¿Humillación? Si, humillado por no poder hacer nada. Humillado por no poder
defenderse, por ser un cobarde, porque aunque se negara iba a sufrir y no
quería eso. Si se negaba le aseguraron matarlo o como mínimo molerlo a
golpes y eso definitivamente no le convenía, estaba demasiado magullado.8
¿Amenaza? Por supuesto, ese tipo era una amenaza y la sola idea de tenerlo en
el pensamiento, lograba que Jungkook sintiese escalofríos. Ahora peor,
sabiendo que tenía un interés con él, más allá de una recompensa. Porque
Jungkook estaba seguro de que estaba ahí por eso.1
Recordó que una vez su mejor amigo le preguntó "¿hay algo que repudias o
algo que odies?" Jungkook respondió que no repudiaba u odiaba nada, que no
podía odiar nada, porque el odio era algo terrible de sentir y que él no gastaba
tiempo odiando a nadie. Y en cuanto a la repulsión, simplemente no había
nada que recordara repudiar. Aunque ahora, sabía que había algo que odiaba
y repudiaba en partes iguales.
Ese beso le había abierto tres preguntas que martillaban su mente con fiereza,
empezando a crearle una especie de juego mental donde por más que trataba
de ignorar la situación, ella volvía en fuertes ráfagas hasta hacerlo jadear.15
La primera y más fuerte era ¿Por qué se sentía así? Es que estaba como en un
trance donde solo tenía en su mente la sensación de la lengua de V dentro de
su boca, las manos alrededor de su cuerpo y la sensación de él sobre sí.
Entonces, cuando trató de sentirse de algún modo respecto a
ese maldito beso, ninguna sensación estaba presente.21
¿Qué podía hacer? ¿Negarse y esperar a que se fuera y respetara su decisión? Si,
ajá, cómo no.13
Entonces deja que lo bese y trata de hacer el mejor de los esfuerzos mientras
se caga del miedo y de pronto su cerebro se desconecta y sigue la situación
bajo el contexto más extraño en el que ha besado en su corta vida. Le besan el
cuello, le tocan por todas partes y hacen fricción contra sí. De pronto cuando
le tocan, tiene una erección que no sabe por qué mierda le pasó, se da cuenta
de lo que está haciendo y, treinta segundos después que le están masajeando
la polla. Su cerebro al parecer vuelve a funcionar correctamente después de
no poder parar aunque quería y el miedo de que lo abusen se apodera de él.94
Lo asusta.66
Aunque no es tanto que le asuste, sino que no parece disgustado con la idea y
quiere que esa idea lo disguste, que le dé asco, que le haga cagarse encima,
pero no sabe por qué no lo hace. No sabe por qué no puede simplemente
dejar de pensar en eso. No sabe por qué coño analiza una situación donde era
la completa víctima de todo.47
Una situación donde lo obligaron, y si le obligan a hacer algo está mal. Pero él
no lo ve mal porque lo besaron, sino porque está secuestrado sufriendo y un
beso es lo más normal que te ha hecho ese tipo.92
Otra vez estaba ese hombre en su mente, estaba harto de eso. Estaba harto de
rememorar la escena del primer hombre con el que se había besado, o bueno
el primer hombre que lo había besado a la fuerza. Jungkook en definitiva se
había besado con algunos chicos, la mayoría eran sus amigos —
contemporáneos con él, nadie mayor—. Pero eso era un juego, no era nada
serio y aunque el beso que ese hombre le dio tampoco lo era, Jungkook sabía
que era el beso más salvaje que había dado.133
Incluso más salvaje que los que se daba con Yuna, su bonita novia que seguro
estaría llorando por no saber qué era de su paradero.246
A todas estas, Jungkook pensaba en voz alta. Todo lo que estaba explicándose
a sí mismo lo hacía como si estuviera discutiendo con alguien, pero nadie
estaba ahí, nadie lo podía escuchar, nadie podía responderle. Él solo hablaba
y hablaba, gesticulaba y se frustraba, mas ninguna persona le escuchaba sus
quejas y autoanálisis.201
Otra vez pensó en el beso y cerró fuertemente los ojos, sin saber de nuevo, qué
esperar de sus sentimientos.
Al cabo de unos cinco minutos en esa posición, pudo escuchar un sonido que
lo puso en alerta otra vez. A lo lejos se escuchaba un auto, el sonido le era
obviamente familiar.
El carro de V.95
—Si me pagaran por matar malos actores, tú fueras el primero en morir —su
tétrica voz le hizo saber a Jungkook que era malo fingiendo estar dormido.383
El chico abrió los ojos y quedó viendo a la pared, el agradable olor estaba
presente en todo el espacio e inundaba sus fosas nasales, pero aún así él no
pretendió girar la cara.
No fue hasta que unas manos voltearon su cabeza fuertemente, que abrió los
ojos de golpe haciendo contacto visual con el tipo frente a él. Llevaba una
camisa blanca mangas largas que se ceñían a su cuerpo casi al punto de
pegarse por completo, un par de jeans no tan ajustados y unos planos zapatos
negros que parecían de cuero. Empero, lo que más llamó la atención de
Jungkook, fue el hecho de que el cabello oscuro de ese tipo no estaba
presente. En su lugar, llevaba sus hebras de un color rubio oscuro que
contrastaba con su piel trigueña.117
—Buenos días, pequeño Jeon —preguntó con una fingida sonrisa—. ¿Dormiste
bien?62
Jungkook negó con la cabeza. ¿Cómo pretendía ese hijo de puta llegar a
preguntarle eso, sabiendo cómo estaba? Su tortura no era solo física, le
gustaba burlarse de él.
—Bueno, tengo algo que te hará sentir mejor —palmeó la mejilla de Jungkook
y luego se volteó dejando al chico confundido.9
Una caja de pizza, una botella grande de agua y dos latas de cerveza
Heineken.397
—¿Te gusta lo que ves? —preguntó Kim—. Es una pizza cuatro quesos que
compre esta mañana al salir de mi casa, pensando en ti, de hecho.336
Kim tomó sus cabello y los templó hacia un lado, provocando que sonara el
huesito de su cuello con ligereza y el chico soltó un jadeo de dolor.2
—Eh, eh, eh —negó Taehyung, sin dejar de verle—. Baja esa furia, Jeon. No te
pongas grosero.141
Y Kook rodó los ojos, pero el tono que usó lo había asustado.
Jungkook solo bajó la mirada del cabello con tono diferente a la última vez
que se lo vio a V y la posó en sus ojos, ahora dándose cuenta que tampoco
tenían su color natural, de hecho eran azul claro. Estaba prácticamente rubio,
y eso excesivamente extraño.32
—Oh, ya sé —soltó con una risa, tomó su cabello y Jungkook pensó que iba a
jalarlo, más en realidad quitó su cabellera rubia dejando ver las raíces negras y
las puntas castañas y el rehén captó que era una peluca lo que llevaba. V
metió su dedo índice en el ojo derecho y extrajo de este el lente de contacto,
posterior a eso hizo lo mismo con el otro y cuando terminó, miró al adverso
por fin—. ¿Te gusto más al natural, no es así?467
Él esbozó una sonrisa lasciva, poniendo los lentes dentro del bolsillo de su
pantalón y Jungkook endureció la mirada con desdén.
—Lo primero que voy a preguntar es —se echó hacia adelante, apoyando las
manos en su rodilla y tobillo—. ¿Tu sabes por qué estás aquí?107
—V, ¿te parece que tengo cara de saber por qué coño estoy secuestrado por ti
y tu grupo de matones de mierda? —la naturalidad se encontraba en sus
palabras, pero incluso a eso las dijo con miedo—. No, V... no sé.164
Taehyung solo inspeccionó su rostro. En la mirada del chico nada más habían
unas enormes ganas de que se alejara, después de todo; lo entendía. Se
sorprendió de que lo llamara por su seudónimo, pero a Taehyung no le
importó eso. Seguro cuando llamó a Jun para hacerle el favor a Jeon, este
habría pronunciado su alias, obvio el chico se lo iba a grabar. Lo que le
importaba, era el desdén que dedicaba su mirada y la osadía de hablarle
así. ¿Quién verga se creía?125
—Baja tu tono, pequeño Jeon —dijo en una voz severa—. Mira que aun las
heridas de cigarrillo no se te han curado como para hacerte otras nuevas.41
Jungkook se percató de eso y entonces su mirada se horrorizó de solo pensar
en el llameante cigarro llegando a tocar su piel con brusquedad de nuevo.
—P-perdón —balbuceó.41
El asesino sonrió.
—Te ves tan lindo cuando estás asustado —su sonrisa cuadrada era impecable
y horrorosa—. Me encanta.98
—Bien, voy a hacértelo muy fácil —suspiró—. Estás secuestrado por culpa de
las acciones de tu queridísimo padre. Él tuvo la brillante idea de matar al hijo
de Bang Sihyuk.
—¿Bang Chanyeol?13
—Odio lo que hace mi padre —o al menos odiaba una gran parte de lo que
hacía. Si bien, Jungkook disfrutaba con lo que tenía, no pretendía llegar a ser
la cabeza de una mafia en conjunto—. Y odio todo lo que tenga que ver con
matar, V.27
Pero incluso si salía de ahí vivo, eso era lo que probablemente le tocara;
gritara, llorara o pataleara. Ese era su destino incluso antes de haber nacido.
Taehyung hizo una mueca con sus labios y los levantó hacia un lado.
—¿Qué más? —la pistola casi rozaba su frente y el menor solo sudaba en frío.
—Él t-también solía llevar... niñas —Jungkook tragó duro, no quería ni hablar
de eso—. Niñas que e-eran y son obligadas a prostituirse. Llevaba un día hasta
s-setenta personas, cuarenta mujeres y treintas niñas. Niñas t-tan pequeñas,
que incluso a algunas todavía no les bajaba sangre. Ese tipo era un
monstruo.409
Taehyung estudió cada una de las palabras que con nerviosismo a flor de piel,
le dijo Jeon y ahora estaba convencido de que no estaba mintiendo. Era fácil
hacerle hablar después de todo. Jungkook respiró hondo y luego procedió a
preguntar.
—Carajo...
—Posterior a eso —continuó el asesino—, Sihyuk entró en cólera, porque
obviamente le mataron a su primogénito. No importa que fuera adoptado,
igual era su primogénito. Me contrató para matar a tu padre en forma de
venganza.
Los ojos del prisionero fueron hasta los de Kim y le alzó una ceja con toda la
curiosidad que en tal momento le carcomía.
—Exactamente.
—Deja de provocarme.13
El hombre abandonó la pistola y pudo jurar que esa mejilla quedaría hundida
por un rato mientras volvía a tomar su forma natural. Jungkook se tensó de su
agarre, pero no trató de quitárselo de encima, incluso cuando Taehyung
estaba a ahorcajadas sobre sí y Kook llevaba las piernas estiradas,
entumecidas y adoloridas.
Taehyung relajó la mirada y dio dos palmadas suaves en ese rostro justo
donde antes tenía puesta el arma, rió fingidamente y se alejó del regazo de
Jungkook para tomar lugar en el banquito cerca de él.
—Estas aquí porque Sihyuk decidió que me pagaría por matarte ya que tu
padre no se sabe dónde está —confesó, y a Jungkook de solo recordar la razón
de su secuestro se le heló la sangre—. Hace días, cuando te hice esas bonitas
marcas —señaló la parte de su abdomen—, iba a cobrar el dinero. Mandé a mis
hombres para que fueran a buscarlo, lastimosamente uno de ellos fue un
idiota impulsivo y mató a los que entregarían el dinero y luego huyó con los
demás. El bolso que les arrancó a esos tipos, no tenía nada más que telas y
piedras.
Jungkook supo que, de hecho, fue un señuelo lo que les dieron. Conocía por
experiencia que cuando entregaban dinero por tratos, recompensas o quien
sabe, lo llevaban a cabo en lugares solitarios y no en un bar con gente de
testigo. Eso le pareció extraño pero, sin embargo, no dijo nada al respecto. 7
Jungkook asintió.
—O-okay.
—Ahora necesito saber otra cosa —se levantó de la silla y caminó con
parsimonia por el espacio del cuarto—. Las mujeres que contrataba
Chanyeol... ¿llegaban con moretones, marcas, rojeces, signos de maltrato o
algo parecido?
Taehyung negó lento, y sin decir otra cosa se acercó al menor hasta quedar de
cuclillas y rozar ambas narices, ladrando su cabeza al mismo lado que
Jungkook la ladeó cuando el hizo eso.21
Taehyung se paró del banco y fue hasta donde estaba la caja de pizza que
sorpresivamente seguía tibia. La tomó entre sus manos para aproximarse al
chico y extendérsela. La puso sobre su regazo y Jungkook por un momento se
le olvidó absolutamente todo. Su estómago empezó a rugir y creía por fin que
saciaría el hambre tan horripilante que le consumía desde hace mucho
tiempo. El otro abrió la caja de la pizza frente a él, dejando verla por completo.
Jungkook sintió eso como una experiencia celestial y reconfortante, jadeó de
solo verla y se le hizo agua a la boca.
Con una de sus manos tomó un pedazo y la sensación fue tan impresionante,
que sus manos empezaron a temblar, sin importarle lo caliente que estaba, la
llevó a su boca dándole un mordisco enorme.120
Después de seis rebanadas de pizza, su estómago estaba al tope. Fue, sin lugar
a dudas, la mejor pizza que comió en toda su vida. Quizá no tanto por el hecho
de que sabía estupendamente exquisita, sino porque por fin comió algo
decente luego de tanto tiempo. Pudo haber devorado los otros dos pedazos
restantes sin problema alguno, pero V los agarró, uno sobre otro, y se los llevó
a la boca al mismo tiempo mientras comía frente a Jungkook.136
¿Qué hacía ese tipo dándole de comer a Jungkook? Y no solo eso, sino que
también estaba comiendo junto a él, sentado en el banco cerca de la mesa,
con la botella de cerveza en una mano y las dos rebanadas de pizza en el
otro. ¿Qué hacía un secuestrador, dándole comida deliciosa, después de
haberle dicho un mierdero de cosas desagradables y confusas? No tenía idea.
Analizó al delincuente frente a él, de manera determinada y sin tratar de
perderse ni un detalle. Llevaba la camisa arremangada hasta los codos, los
pantalones perfectamente ajustados en un cinturón negro y sus zapatos muy
pulcros.138
El sonido del banco hizo que la víctima posara su vista en el suelo después de
tenerla fijamente en el contrario. V empezó a mirarlo detalladamente, sus
jeans ya estaban secos, su camisa estaba tirada por algún lado, así que no
cargaba nada encima, excepto por ropa interior y esos pantalones.
El victimario detalló que su torso era precioso, con una piel que se veía tan lisa
y de un tono suave. De hecho; era suave. Kim la había tocado muchísimas
veces y aún así parecía que nunca lo hubiese hecho, no se cansaba de posar
sus manos de vez en cuando en esa estrecha cintura, que ahora estaba
marcada por las veces que lo agarraba a la fuerza para amarrarlo a la columna
del cuarto, y aparte de eso, los cardenales de algunos golpes que ya no
estaban de color morado intenso, sino más bien de un verde
amarillento; estaban borrándose. Incluido a esas marcas, se encontraban las
costras de la quemada de hace unos días. Taehyung solo sonrió al ver al
muchachito tirado, asustado, indefenso y probablemente con un montón de
preguntas en su cabeza. Jungkook estaba temblando, y en eso, el asesino
arrastró el banco hasta su frente y se sentó a tan solo unos escasos dos
metros. Podía escuchar su respiración; profunda y agitada, además del sudor
frío recorriéndole la frente. Era bonito.
Desde cierto punto, matarle sería un alivio a ese sufrimiento, matarlo era
sanarlo, darle un respiro, un último respiro. Mientras eso pasaba, la fase de
destruirlo había comenzado; poco a poco y sin que se diera cuenta, Jeon
Jungkook sería suyo, suyo por completo. Porque ya lo era en estos momentos,
estaba en el medio de la nada, amarrado como un animal abandonado,
vestido con sus ropas sucias, dominado totalmente por el maleante y a su
merced. Si aún no lo había hecho mierda, era porque solo tendría una
oportunidad, una sola.10
Jeon solo bajó la cabeza, tratando de negarse, aunque sin decirlo en voz alta
por miedo a las consecuencias.
—¿Qué pasó, Jungkook? —curioseó el adverso, llamándolo con una voz suave
al pronunciar su nombre—. ¿No te gusta la cerveza?11
El nombrado le sonrió sin mostrarle los dientes, y pese a que quería que
bebiera, el chico estaba hablando aparentando estar relativamente calmado,
cosa que le pareció extraña, más en cierto modo le gustó. Kim empezó a
detallarlo de nuevo, recorriendo cada parte visible de su piel, hasta que
conectó de nuevo ambas miradas y Jeon mantenía el ceño fruncido.2
—¿Q-qué?11
El chico trató de ignorar el comentario con un puto apodo más extraño, era
mejor pensar en cualquier otra cosa que no fuera ese tipo de mierda que el
hombre últimamente se dedicaba a decirle. Aún así, no pudo ignorar los ojos
ajenos recorriéndole de pies a cabeza y provocándole un escalofrío que le
recorría toda la espina dorsal.
—¿Detener qué?
Jungkook bufó.
Era tan bonito que pudiera cosas que no pasaría. El verdugo soltó una sonrisa
sobria.
—¡Deja de decirme niño! —gritó el menor—. Y-ya te dije q-que no soy uno.29
—Alguien que se queja de que le digan niño, aunque no lo sea, para mi sigue
siendo un niño —le hizo saber Kim—. No importa que tenga veinte años.
Y la realidad es que Jungkook no los tenía, aunque tampoco era algo que iba a
decir. Por experiencia, conocía que era peor que supiese que solo era un
muchachito; todo por los golpes de la otra vez.227
—Trágatelo todo —su voz había sonado demandante y quizás con otro sentido
que Jungkook prefirió ignorar.189
Luego de que Jungkook bebiera el último trago del alcohol, extendió su mano
para recibir la lata, en lo que Kook se la dio de vuelta, Taehyung verificó el
fondo, habían dos míseros pedacitos de algo blanco, pero casi toda la pastilla
ahora estaba en el estómago contrario. Sonrió satisfecho y con la mirada del
chico encima. Tiró la lata a un lado, simplemente esperando unos quince o
veinte minutos como máximo para que hiciera efecto en totalidad. Tenía que
drogarlo para poder sacarlo de ahí. Primero; porque si estaba despierto, el
chico haría fuerza y terminaría golpeándolo hasta quedar irreconocible, todo
por tratar de resistirse. Segundo y último; porque no podía conocer la casa y
menos el lugar a donde sería llevado esa noche; la isla Jeju.77
—V, ¿te puedo hacer una pregunta? —quiso saber el muchachito cuando vio
que el nombrado estaba viendo el dirección al suelo con las manos cruzadas
sobre su regazo.1
A Taehyung le sorprendió que el rehén hablara con tanta confianza, pero sin
embargo le asintió lentamente y con el entrecejo fruncido, esperando saber
qué podría llegar a preguntarle.
El asesino suspiró, levantándose del banco y dando un par de pasos para estar
cerca de Jungkook, el cual se tensó ante la presencia de su captor al lado.
Entonces el hombre se agachó de cuclillas y se sentó a un costado del rehén.
Jeon respiró hondo tratando de alejarse, empero, Kim puso una mano
firmemente en su muslo, así que él solo que se quedó ahí de lo más tranquilo.
V tomó una aspiración lenta y giró su vista para ver a Jungkook, ambos
estaban en una posición donde Taehyung tenía sus rodillas casi pegadas a su
pecho, con ambas manos puestas sobre ellas, y el chico llevaba sus tobillos
semi estirados y atados de manera fuerte.
Entonces Jungkook hizo contacto directo con sus ojos y empezó a negar
lentamente con la cabeza.
Volvió a conectar sus ojos y se ganó una sonrisa cuadrada de parte del
asesino.110
—Soy así, no actúo de ninguna forma, precioso —rozó la quijada adversa con
un dedo, tras decir aquello—. Nunca he actuado en mi vida, nunca he fingido
ser alguien que no soy. El hecho de que me dedique a cosas horrorosas, no
quiere decir que yo sea una persona horrorosa —sonrió—. De hecho, sí soy
alguien horroroso, pero no precisamente por ser un criminal. Las mentes
retorcidas, son las más complejas de entender. No obstante, no siempre
alguien con una mente retorcida hace cosas malas, y cuando las hace; no
siempre tiene el cerebro hecho un caos.167
El rehén estaba más que asustado con esas palabras. No obstante, no eran
dignas de una persona marginal. La gente marginal no hablaba así, la gente
sin cultura no hablaba así. Así solo hablaban las personas sabias e inteligente.
Kim siguió negando y apretó con ligereza el muslo por sobre los jeans.2
—No, pequeño Jeon —refutó de una vez—. Las personas que están locas no
saben controlarse, yo si —se señaló—. Los locos de manicomio no son
conscientes de quiénes son o qué hacen, pero yo estoy perfectamente cuerdo
—tocó su sien—. ¿Sabes? Yo sé perfectamente lo que hago, lo que digo, lo que
quiero y lo que soy. No puedes llamarme loco.127
Taehyung dirigió una mano para darle un roce a los labios de Jungkook,
mientras el chico cerraba los ojos con incomodidad y desviaba su cabeza al
lado opuesto.3
Si, Jungkook sabía eso, pero necesitaba reafirmárselo para tratar de entender
lo que empezaba a sentir. Que no era más que una mezcla de enojo,
incertidumbre y miedo, pero con algo más que desconocía.23
—¿Qué mierda vas a hacer cuando por fin te den el maldito dinero? —se
sorprendió a si mismo con el tono de voz que usó, pero no le importó.1
Sus narices quedaron juntas en el momento que Kook cruzó su rostro para
verlo.
—¿Y por qué vas a decir que ya me mataste? —volvió a indagar—. ¿No se
supone que eso lo vas a hacer de una vez?
No, definitivamente.
—No, pequeño Jeon —negó V—. Cuando consiga mi dinero diré que te maté,
pero la realidad es que estarás más vivo que nunca —admitió con socarronería
—. Vivo por mi y solo para mi.300
Acto seguido, Taehyung giró su cuerpo hasta quedar frente al cautivo, aunque
éste siguiera mirando al frente. Tomó su barbilla y Jeon quiso girar la cara, sin
embargo no pudo hacerlo porque la mano en su quijada lo había girado
bruscamente. Kim mantuvo la vista fija en los ojos contrarios, que no le
estaban viendo de vuelta, Jungkook se removió incómodo, pero sin embargo
no trató de quitarse del todo.9
—¿Te doy asco, pequeño Jeon? —curioseó sobre los labios del chico, y Kook
sintió perfectamente los abultados belfos de V sobre él.14
—Tu n-no me das asco, me das miedo —dijo, porque era verdad.98
Taehyung ladeó su boca con burla, y en ese entonces presionó sus labios con
los de Kook, éste soltó un quejido por la brusquedad con la que le besó, pero
simplemente fue eso, una presión de ambas bocas. Kim se apartó a los
segundos y quedó viendo sus labios.
Jungkook llevó la vista hacia el suelo, humillado. ¿Qué podía hacer en ese caso
si ese hombre seguía besándolo sin pudor alguno?38
El menor empezó a negar y sintió las lágrimas picar sus ojos y el miedo
arremolinándose en todo su ser.
Sus piernas casi no se sentían, sus brazos estaban perdiendo la poca fuerza
que tenían. V se acercó hasta él, y la cuerda que agarraba sus tobillos empezó
a ser cortada por la navaja que llevaba entre sus manos. Jungkook había
presenciado esa escena anteriormente, cuando lo drogó y despertó amarrado
en una silla desnudo y posteriormente recibiendo golpes que aún podía
percibir. No quería que eso se repitiera.
(⚠⚠⚠)371
Taehyung dio instrucciones a Jun y a Wang para que se quedaran a cada lado
del chico. Eran casi las nueve de la noche y el sitio donde irían quedaba al otro
extremo de la ciudad. Antes de eso, debían pasar buscando a otra persona que
se encargaría de filmar un video, porque específicamente habían pedido eso.
Taehyung no era muy fanático de hacer esas cosas, sobre todo grabarse
mutilando a un cadáver, pero cobraba bien por eso y en realidad era lo único
que importaba.3
Las calles a esa hora estaban despejadas. Era jueves, al próximo día habría
trabajo y actividad escolar. No existía razón para que estuvieran llenas de
gente. Y así era mejor, podía ir a la velocidad que quisiera, podía ir al lugar al
que quisiera y no debía preocuparse por los 110 km/h a los que iba el auto. Su
mente iba serena. No pensaba nada en específico. Si bien, Taehyung siempre
iba maquinando cosas extremas antes de hacer sus trabajos, ésta vez estaba
relajado. Casi podía decir que su mente iba en blanco, de no ser por la
cantidad de cosas que sin querer le llegaron al pensamiento gracias a Jeon.6
¿Cómo reaccionaría? ¿Se asustaría? ¿Se desmayaría? ¿Le daría un infarto por la
impresión? Esperaba que eso último no ocurriera en absoluto, o terminaría
demasiado cabreado y con los planes hechos mierda.177
Miró por el retrovisor y pudo divisar al moreno alto viendo por el vidrio a su
costado. La mirada quizá un poco perdida, o simplemente vacía, porque no
portaba expresión alguna. Del otro extremo divisó a Wang, terminando de
limpiar el arma que había llevado. Luego miró el puesto delantero. En otras
circunstancias, habría estado Baek ahí, pero por los momentos estaba
recuperándose de su estúpido intento de suicidio y ese espacio ahora
quedaba para alguien a quien pasarían recogiendo.
Al cabo de casi una hora, las luces del lúgubre barrio que quedaba a las
afueras se aparecieron ante la vista de Taehyung. Pudo escuchar cómo ambos
hombres detrás de él desenfundaban sus armas y quitaban los seguros,
dejándolas así simplemente listas por si algo pasaba, siempre en alerta.
Estacionó el auto frente a un edificio oscuro y que parecía abandonado,
aunque bien por dentro estaban un montón de personas en actividades
ilegales. Como por ejemplo, grabando vídeos pornográficos y distribuyendo
drogas. Taehyung estaba ahí porque había un hombre perfecto para el trabajo
de grabación, se la pasaba ahí, aunque no vivía en dicho sitio.1
Mingu.93
Mingu era un tipo de estatura baja, pelo negro y tez bastante clara, casi nívea.
Se encargaba de dos cosas importantes en ese edificio; grabar pornografía no
convencional y distribuirle droga a delincuentes como Taehyung. Además,
también solía grabar otro tipo de cosas menos... agradables y de las cuales
Kim era un experto.240
Bajó del auto, con la pistola en la mano izquierda y movió la cabeza hacia
arriba en señal de saludo, Mingu repitió la acción y entonces se aproximó
hasta el auto, específicamente a la maleta, donde Taehyung tenía la mano
puesta lista para abrirla. El sicario miró hacia la parte de arriba del edificio y
vio a tres hombres armados cerca del balcón, resguardando a Mingu. El
hombre asintió y luego de que Kim abriera la cajuela, Mingu observó que
adentro había una gran maleta de metal, así como una bolsa negra grande. No
dijo nada al respecto y solo metió la suya, que contaba con un par de trípodes
y cuatro cámaras. Taehyung cerró de inmediato la cajuela del carro y se
aproximó a su asiento, no sin antes volver a ponerle el seguro a su pistola y
llevársela a la cintura por dentro de su pantalón.26
Mingu entró rápidamente en el asiento del copiloto y cerró la puerta tras de sí.
Sacó un pequeño teléfono viejo, la pantalla iluminándose mientras él
marcaba un número telefónico. Taehyung no habló, de todos modos, siempre
avisaba a dos hombres a donde se dirigía. La noche anterior, el asesino se
había comunicado con él para avisarle que pasaría a recogerlo hoy en la noche
y ya estaban ambos en el auto. Mingu llevó el teléfono hasta su oído y esperó
un par de tonos hasta que una voz del otro lado contesto con un "hola" que
Taehyung pudo escuchar perfectamente ya que estaba en altavoz.
—Estoy con V —avisó el chico de éste lado de la línea—. Ya estamos saliendo
hacia Jeju. Avísale a Suran que regreso antes del amanecer, adiós —colgó el
teléfono y procedió a sacar una bolsita pequeña del bolsillo de su chaqueta, la
cual extendió hacia Taehyung—. Traje lo que pediste, V.77
Este observó el polvo blanco con ganas. Una línea era buena antes de trabajar,
eso lo ayudaba a relajarse y bajar la intensidad de su cuerpo. Pero incluso con
eso, estaba perfectamente consciente de todo lo que hacía. Nunca olvidaba
nada, nunca le provocaba nada más allá de su propia mente volando. La
cocaína se colaba entre su sistema, pero su cerebro era el dueño de
absolutamente todas sus acciones. Tomó la bolsita con sus dedos. Habían
unos veinte gramos ahí, suficiente para que le durara un tiempo. Abrió uno de
sus bolsillos delanteros y la guardó ahí.80
—Mingu, ellos son Wang y Jun —indicó, haciendo una seña con el pulgar
levantado hacia atrás—. Dos esclavos de confianza.86
—Ese es una futura víctima —replicó con énfasis en esa palabra, llevando una
mano hacia atrás para tocar una de las piernas amarradas de Jeon, la acarició
con recelo y volvió a mirar a Mingu—. Y hoy será nuestro espectador número
uno.184
El castaño puso el auto en marcha, casi las nueve de la noche y aún faltaban
unas tres horas para llegar hasta la isla.
11
[...]214
Mientras pasaba una hora desde el puerto hasta la isla —debido a la lentitud
—, los tres decidieron quedarse dentro del auto. Primero porque arriba no
había nada bueno que hacer y segundo porque era preferible quedarse ahí. De
todos modos, el auto llevaba los vidrios abajo y el aire estaba fresco. Iban en la
cubierta. Era solo el auto, ellos cuatro y el cuerpo inconsciente de Jeon. Había
también otros carros vacíos a su alrededor. El hombre que había contratado a
Taehyung, traficaba droga a parte de Corea y Singapur. Ese ferry no llevaba a
nadie que pudiera interrumpirles el trabajo mientras iban fumándose un par
de cigarrillos a vidrios abiertos. En otras circunstancias estaría prohibido
quedarse en cubierta, dentro de un auto y fumando nicotina, pero les valía
mierda. ¿Quién podría decirles que no lo hicieran?26
Giró de nuevo la vista cuando sintió que la rampa del ferry iba bajando,
encendió de nuevo el auto y cuando una luz verde se iluminó, dio marcha para
salir del náutico. El muelle se abrió paso entre la vista de Taehyung y al final
de este, un par de hombres esperaban por ellos en una camioneta negra
blindad. Él los conocía a todos, pero los demás hombres no. Estacionó el auto
en una parte cerca del muelle y subió los vidrios, escuchó cuando las armas
eran desenfundadas y el seguro se les sacaba a todas. Abrió su puerta y
seguido de eso los demás hicieron lo mismo. Se aproximaron hasta los
hombres que vestían trajes completamente negros y lentes oscuros también.
Uno de ellos se movió hasta el sicario para entregarle la llave de una gran
camioneta, ese sería el vehículo en el cual se trasladarían para llegar a donde
haría el trabajo.4
—La mujer ya está allá —avisó uno de los hombres de mediana estatura, luego
de que Taehyung agarrara la llave de la camioneta—. Solo falta que ustedes
lleguen, V.60
Él asintió con el ceño fruncido e hizo seña a Wang y Jun para que se dirigieran
hasta el auto y sacaran las maletas que allí se encontraban, además de a
Jungkook. Mientras Taehyung se subía a la camioneta, Mingu se montó en la
parte del copiloto y Jun se aproximó hasta el auto. El sicario observó que
tomaba el peso muerto del chico y se lo subía al hombro para luego cerrar la
puerta detrás de sí y meterlo hasta la parte de atrás de la camioneta. Wang
llegó poniendo las maletas dentro y montándose después. Jun dio dos
palmadas a un lado del vehículo para indicar que ya estaban listos.
Uno de los hombres de Mark se dirigió hasta la puerta del piloto, donde el
asesino estaba, y entonces este bajó el vidrio dispuesto a escuchar lo que
tenía que decir.9
—Septiembre del noventa y siete. Hermana mayor. Catorce ella y casi dieciséis
él —declaró el tipo.469
Kim asintió después de haber reprimido una risa y miró a los dos hombres de
atrás.2
El contrario asintió.
—Entendido, jefe.
[...]90
El sitio donde estaban le llamaban "La Bodega", pero la realidad es que no era
eso. Era nada menos que un abandonado matadero, el cual compraron
específicamente para estas cosas. Incluso todavía se podían ver algunas
manchas de sangre animal en las paredes, que algún día fueron blancas,
mezcladas con sangre humana de tantas veces que los mafiosos habían
utilizado ese lugar.69
La gran puerta se abrió, revelando una sala que parecía donde tenían a los
animales en cautiverio para luego darles el tiro en la cabeza. Taehyung siguió
de largo hasta que llegó a una sala donde sabía que guindaban los cadáveres
de las reses, porque habían varios ganchos colgados en el techo. Las luces
encendidas le indicaron que ya había gente allí dentro, así que caminó por el
largo pasillo y luego de cruzar una pared, pudo encontrar a quienes buscaba.
Amarrada a una silla con pesadas cadenas de hierro, por los tobillos y las
muñecas, estaba la tal Wheein.177
Dos hombres armados con rifles grandes la custodiaban. El victimario pudo
ver su expresión cansada, asustada y con maquillaje corrido de tanto llorar.
Depositó la vista hacia su vientre el cual estaba visiblemente abultado y
demostraba que, en efecto, la mujer llevaba seis meses de embarazo, como le
habían dicho.80
Ella no pronunció palabra alguna cuando alzó la vista y se encontró con los
oscuros ojos de V. Le escaneó la vestimenta, escaneó sus facciones, pero no
dijo nada. Solo volvió a bajar la cabeza y empezar a llorar. El maleante rodó
los ojos y la tomó de la barbilla obligándola a verle de nuevo.
—Te aconsejo que seas una chica buena y grites bastante, porque de ti
depende mi dinero —ella sollozó, y su cabeza volvió a caer cuando Taehyung
la soltó—. ¡Ustedes dos! —señaló a los hombres de Mark—. Mis esclavos están
afuera, ayúdenlos con las maletas y vuelvan hasta acá. ¡Rápido!105
Fuertes pisadas retumbaron dentro del sitio. El asesino divisó a Jun con el
cuerpo de Jungkook a su hombro otra vez, mientras uno de los hombres traía
las dos maletas a cada lado de su cuerpo, siendo arrastradas por las ruedas.
Las dejó a ambas frente a Taehyung y éste las tomó y pegó de una pared.
—¿Qué pasa con él? —preguntó Mingu, detallando la escena, Taehyung giró su
vista hacia el emisor y entonces señaló hacia el cuerpo de Jungkook.
—El es mío —advirtió roncamente—. No tiene nada que ver con ella —detalló,
señalando a la chica llorando—. Ahora arma todo lo que necesites mientras yo
lo despierto.284
—Deben quedar como tres horas de efecto, pero eso no impedirá que pueda
despertarlo —masculló—. Tráeme el gas y la tela que están en mi maleta,
Jun.35
Miró a su alrededor, llevaba ropa nueva, unos jeans y camisa blanca pero no
eran suyos y las prendas parecían más grandes. Se asustó cuando vio un lugar
lúgubre, llenos de hombres que no conocía y sobretodo a V. El hombre tenía
una mirada neutral e imperturbable. A su derecha estaba uno de los
subyugados que había visto el día que lo secuestraron y a su izquierda estaba
Jun, el tipo que le había ayudado a asearse semanas atrás. No dijo nada por
un momento, sus manos estaban atadas frente a él. V se retiró de ese sitio
para tirar el pedazo de cinta por una mínima ventana, y el cautivo se alarmó al
ver que una mujer en estado avanzado de gestación, se encontraba frente a él
a unos escasos metros. También divisó a unos hombres vestidos de negro a
cada lado de ella mientras la chica no paraba de llorar y pedir que la
soltaran.95
Fue ahí cuando se encontró de nuevo con la cara de V. Él llevaba una sonrisa
psicótica en el rostro y cuando se acercó a Jungkook este por miedo se
encogió en su propio cuerpo sin saber que hacer. Recordó todo lo de la
cabaña; la cerveza, la pizza y la mínima charla que había tenido con el tipo.3
V le sonrió.
—Quiero que el niño vea absolutamente todo —indicó con gozo—. Wang y Jun,
desátenlo y agarren fuerte sus brazos y piernas para que no se mueva. Ustedes
dos —señaló con el índice y medio a los hombres vestidos de negro—. Métanle
un balazo en el medio de la puta frente si llega a apartar la mirada de lo que
haré a continuación.284
—Si, jefe —dijo uno de los hombres, el otro asintió.
Wheein estaba más que llorando, las espesas lágrimas inundaban sus ojos
mojando su cuello y piernas, su nariz goteaba liquido de su mucosidad, a
penas se podía distinguir que estaba roja de tanto llanto y el negro de su
maquillaje la hacía ver como un alma en pena. Los gritos de piedad que
vociferaba eran demasiado fuertes para ser soportados por los oídos de
Jungkook, incluso cuando él gritaba creía que su voz no sonaba así de
quebrada. El hombre que portaba una cámara en el brazo empezó a grabar
alrededor. Ella miraba el lente mientras gimoteaba, negaba y de su boca salía
un hijo de saliva.68
—Ella es Jung Wheein —habló Taehyung a la cámara—. Pareja del famoso Kim
Mark, cuyo verdadero nombre es Mark Yul Choi. Ella está aquí porque engañó
a su marido desde hace mucho tiempo y hasta se embarazó.193
—¡N-no es cierto! —gritó ella—. ¡E-eso no es cierto! ¡Lo juro por Dios!6
—Pásame la dosis, Lee —le ordenó V a uno de los hombres, el cual fue hasta la
maleta y sacó una inyectadora con bastante líquido y lo suficientemente
grande como para ser intimidante.25
Ella se mantuvo llorando, no dijo nada más, quizás por haber estado
demasiado asustada. Taehyung se aproximó hasta la maleta y entonces de
ella sacó un cuchillo enorme. La chica empezó a retorcerse en la silla, al punto
en el que sus muñecas, que de por sí ya estaban rojas, obtuvieran un color
más intenso y las cadenas comenzaran a rasparle la piel.
Taehyung se puso detrás de ella. Con una de sus manos tomó su pelo y lo
templó hacia arriba, puso el cuchillo debajo del moño y empezó a mover el filo
lado a lado para cortarlo. No fue difícil en absoluto, pues estaba afilado a la
perfección. Cuando el montón de cabello quedó en su mano, el maleante lo
alzó frente a la cámara que Mingu tenía y luego de exhibirlo lo echó a un lado.6
Jungkook a todas estas no sabia qué hacer, había un hombre con la pistola
desenfundada y mirando al suelo, no sabía si de verdad le dispararían y li
matarían —esto, por todo lo que V le había dicho anteriormente—, pero
prefería no arriesgarse del todo de todos modos.15
—¡Ya, p-por favor! ¡Te lo ruego, por favor! ¡Por favor, e-estoy embarazada! —
estaba implorando piedad, pero no lo conseguiría—. ¡No quiero perder a mi
bebé, V! ¡Te lo pido, por favor!35
Los hombres, el que estaba apuntando a Jungkook, y el otro que solo miraba
a la mujer, se dirigieron a ella. Kook vio como la chica intentaba negarse, pero
los hombres eran mucho más fuertes que ella. El más alto de los dos, le
sostuvo ambos brazos para inmovilizarla mientras que el otro desataba sus
muñecas. Cuando ambas estuvieron libres, el tipo las llevó a la parte de atrás
de su cabeza, posterior a eso le desataron los tobillos y la levantaron de la
silla. Ella intentó forcejear un poco, mas su estado no se lo permitía, fue
entonces cuando el hombre alto tomó unas tijeras y le hizo un corte al vestido
que llevaba, luego lo rompió con ambas manos dejándola en ropa interior,
que constaba de un brasier blanco con ciertas manchas de sangre y la prenda
inferior era alta para cubrir la mitad de su panza.
En ese momento el sicario aprovechó para sacar la bolsita que había metido
dentro del bolsillo de su camisa. El plástico transparente, con polvo blanco
adentro, fue abierto por sus dedos fundidos en anillos. Pasó la punta de su
dedo índice por su lengua, después lo metió dentro de la bolsita, dejando
polvo pegado a este, hizo lo mismo con el pulgar y cuando ambos dedos
quedaros llenos, los metió a su boca, deslizándolos de lado a lado por las
encías y sintiendo el familiar amargo activarle las papillas gustativas.115
—Quítenle todo —indicó, luego de lamer el restó de sus encías llenas de droga
con la punta de su lengua.8
Este hizo un ademán para que se callara y solo entonces, cuando sus ojos
dieron completamente a los de Jungkook, el chico pudo observar que
realmente Jun se encontraba a la expectativa de lo que iba a pasar.
Kook volvió a girar la vista hasta la mujer, ella estaba completamente desnuda
y en ese momento el hombre con la cámara la enfocó por completo. Jungkook
no sabía qué sentir excepto por miedo y repulsión. Había algo en la actitud de
ambos que le confirmó que no iban a abusar sexualmente de ella. Ambos
hombres tenían un semblante relajado y casi serio. V estaba buscando algo en
una de las maletas mientras el otro hombre solo acomodaba la cámara en su
hombro.3
—Amarren fuerte sus muñecas —ordenó—. Dejen espacio por sobre su cabeza
y suban los brazos. Hay que colgarla del techo.232
—Lee, jala la cadena hasta que los pies de nuestra invitada no toquen el suelo
—tras eso, se puso frente a ella.12
Y así fue, la chica quedó suspendida en el aire, sus manos amarradas con
fuerza por la cadena que le levantaba ambos brazos por encima de su cabeza.
Jungkook observó la escena con horror. La embarazada guindada del techo.
Su barriga estaba templada, sus senos estaban expuestos así como el
principio de su monte de venus, sus piernas, sus glúteos. Toda ella estaba
expuesta completamente, sin pudor alguno y como vino al mundo.171
—¡Por lo que más quieras, por favor, p-por favor ,V! ¡No me hagas esto! ¡No me
hagas esto, por el amor de Dios! —la chica empezaba retorcerse y a gritar, la
adrenalina ya estaba en todos sus sentidos y su expresión cansada ya no
estaba ahí. Ahora solo había una desesperada por completo.88
Taehyung ignoró olímpicamente sus súplicas y por el contrario procedió con
el siguiente paso. Tomó una caja metálica de adentro de la maleta y de esta
sacó una cosa parecida a una pistolita, pero Jungkook estaba muy lejos para
detallar bien. Fue cuando V presionó un botón, que el menor supo qué era.
Un soplete.90
—Esto pasa cuando eres infiel y tu marido es un mafioso —avisó, y luego dio
un guiño a la cámara. Aparte de eso, giró por un segundo la vista hacia
Jungkook, el cual estaba con el corazón casi desbocado y sin poder aún decir
nada.186
Se paró frente a ella, Kim era alto y si subía ambos brazos podía llegar
perfectamente a sus muñecas, porque ella tenía una baja estatura y el techo
era ligeramente bajo. Tomó la muñeca de la chica boca arriba, pasó su dedo
por encima de ella y sin previo aviso, pegó la punta llameante con la carne
expuesta.
El grito de agónico dolor que ella dio, fue como si le rasgaran un tímpano a
Jungkook.77
Pudo escuchar, a pesar de sus gritos, como la carne iba quedando quemada
con el soplete. La chica se retorcía de dolor y trató de quitar la mano, pero le
fue imposible porque el hombre era más fuerte y ella estaba amarrada. El
soplete consumía la carne y la sangre se empezó a deslizar ligeramente.68
La piel se tiñó de rojo intenso, la herida estaba abierta y se podía ver parte de
la carne quemada y otra zona irritada llena de sangre. Pese a estar a unos
metros de distancia, Jungkook pudo ver con detalle la herida y le pareció
simplemente repugnante.
Sin haberle dado tiempo de volver a quejarse, Kim bajó la llama del soplete
poco a poco, creando un camino desde la zona cerca de la muñeca hasta el
brazo, la parte interna del codo y finalmente por su cuello. Ella gritó más
arduamente cuando el soplete pasó por uno de sus senos quemándole el
pezón y posteriormente instalándose debajo de esto para quemar el loto.136
—¡YAA, D-DIOS YA, YAA! —la carne de Wheein iba "cociéndose", a medida que
el soplete desfiguraba la parte del tatuaje. Ella empezó a perder la voz y
tenerla más ronca, a sudar y a enterrar sus largas uñas dentro de la palma de
sus manos tan pronto como aquel suplicio era ejercido en su anatomía—. ¡S-
SUEL... AAH!20
Hubo un silencio extraño, la chica solo lloraba, pero ahora no gritaba, era
como si el dolor que sentía lo hubiese drenado con eso. Jungkook miró la
herida en su pecho, era un hoyo que botaba humo, ensangrentado y abierto,
la carne se notaba caliente y quemada. Era asqueroso.27
La chica tenía la cara llena de lagrimas, ojos hinchados y uno de ellos con un
moretón. De su nariz escurría sangre que llegaba a su mentón, debido al crudo
puño del golpe. Un hilo del líquido rojo se escurría por su pecho junto a piel de
tonos morados, rojos y quemada. En su muñeca estaba la misma herida
escurriéndose. Las marcas de la cadena empezaba a hacerse notar cada vez
más por sobre la quemada.
El grito ahogado que ella dio, logró que Jungkook quisiera quedar sordo por el
resto de su vida. La sangre empezaba a correr de a chorros. V tomaba la pierna
de la chica con fuerza, apoyándola contra su pecho para que los retorcijones
de ella no hicieran que se moviera, dejó caer la pierna y Wheein volvió a gritar
tan agudamente que el rehén se sintió desesperado. Tomó el filo otra vez, y
siguió sacando el tajo de la carne que cubría el fémur hasta que quedó
expuesto el músculo rojo y el pellejo terminando de guindar. Sus manos para
ese entonces estaban ensangrentadas, su ropa estaba manchada de sangre,
su cuchillo igual y la piel de la chica se encontraba siendo despellejada en
carne viva.25
Jungkook cerró los ojos con una fuerza tan grande que pudo sentir como su
entrecejo y su cara empezaban doler. No quería observar aquel desastre, no
quería mirar la sangre correr hasta el suelo mientras el asesino la cortaba, no
quería escuchar los gritos desgarradores de la pobre muchacha, no quería
estar presente en aquel sitio tan lúgubre lleno de hombres tan enfermos.
—Muchacho, por tu bien, abre los ojos —escuchó que Jun le dijo.172
—Y-ya basta... V, p-por favor —jadeó ella entre dientes, aguantando sin
remedio el dolor que sentía; su cabeza iba a explotar—. No he hecho nada, por
Dios juro que no he hecho nada... ¡Mátame ya! ¡Detén esto!40
Ella lo miró con súplica, dolor y odio. Él solo volvió a burlarse con una
hipócrita carcajada.
Lee obedeció y rápidamente fue hasta la maleta de donde sacó unas tijeras
mucho más grandes que las de una tamaño normal. Se las extendió a
Taehyung y este las agarró con fuerza mientras las abría y cerraba provocando
que el roce de las cuchillas hiciera un sonido chirriante dentro de aquellas
cuatro paredes de ese matadero.2
En ese momento el alzó los brazos y tomó el moño que ella cargaba. Lo
templó hacia atrás, exhibiendo su cuello, entonces lo echó hacia un lado
provocando que su oreja quedara perfectamente dispuesta.
—Tres, no escucharás.204
V colocó la tijera abierta por la parte de atrás de su oreja, sus manos sujetaban
el mango de manera firme y la chica empezó a sollozar otra vez.9
Pero lo cierto fue que cuando el sicario sacó la tijera del sitio y con una mano
abierta arrancó la oreja —que solo estaba despegada a la mitad—,
Jungkook casi se desmaya.206
Hizo lo mismo con la otra oreja; templó a la chica para ponerle el cabello de un
lado y luego hizo un corte profundo. Cuando la mitad de la oreja quedó
cortada, utilizó su mano para terminar de arrancarla, provocando un sonido
desgarrado, la tiró a un lado después. Todo su cuerpo estaba bañado en
sangre, todo V estaba repleto de sangre, el suelo era un río de lo mismo,
incluso Mingu —que solo estaba grabando—, tenía manchas de sangre.
Jeon no supo totalmente qué significó eso, pero al cabo de unos minutos lo
descubrió; y prefirió desmayarse en ese momento, en vez de haberse
mantenido consciente por lo que vio.
Una motosierra fue entregada justo en los brazos de V. El filo de las cuchillas
estaba mínimamente usado, porque se veía brillante, y la fuerza que el
asesino usó para tomarla hasta que sus brazos quedaron con venas marcadas,
le indicó a Jungkook que era pesada.309
Taehyung imaginó que haber tenido a la chica con una pérdida de sangre tan
grande, la habría matado en minutos, pero el chute de adrenalina estaba
dando sus frutos a la hora de rendir su vida. Debía conservar una copia de
aquel video, incluso si sabía que sería prácticamente imposible porque era
privado, igual no importaba. Daría lo que fuera por tenerlo entre sus manos al
terminar. Se puso frente a la chica bañada en sangre. Ella respiraba con
dificultad, a pesar del líquido esparcido por todo su cuerpo, Taehyung notó
que sus labios estaban morados, su piel más pálida y sus movimientos eran
más lentos.
Estaba muriéndose.134
V era Kim Tae Hyung; y Jeon Jungkook jamás iba a olvidarlo. 184
Pero entonces, la brutal imagen llegó a los ojos de Jungkook. Imagen que aún
guarda en su recuerdo.81
Ahí, tirado en el suelo, estaba un feto con el cuerpo rajado a mitad y la placenta
rota.629
La cabeza había salido primero y el resto del cuerpo después. Junto a eso, las
asquerosas vísceras de la mujer empezaban a brotar de su vientre llegando al
suelo en pedazos. No bastando con eso, el verdugo metió el filo de la
motosierra contra la herida del pecho. Deslizó hasta abajo, pasando por el
abdomen, el ombligo, la cadera y su entrepierna; rajando a la víctima por la
mitad de forma vertical.
Si quedaba algo dentro del cuerpo de esa chica, todo había quedado en el
suelo resumido en un rio asqueroso de sangre, órganos desmembrados y una
cría, mientras aun guindaba del techo y du cadáver se balanceaba ligeramente
hacia los lados.84
Era bestial. En las películas sangrientas que Jungkook veía, jamás había visto
total horror. Jamás había presenciado una situación tan nauseabunda y que le
calara en lo más profundo de su subconsciente de aquella manera.14
Sabía que ese tipo era un monstruo, una bestia, un psicópata. Sabía que era
un asesino, un sicario sanguinario y sin embargo, ahora que vio eso, parecía
que todas las palabras le quedaban cortas a semejante atrocidad cometida
por sus propias manos.
Jungkook estaba con los ojos muy abiertos, no porque quería ver, sino porque
la impresión era tanta, que necesitaba corroborar si lo que estaba pasando
era real o era un efecto de su ilusión. Pero no, no lo era. Ni en su más profundo
ser, pudiera llegar a imaginar algo así.36
Su pecho bajaba y subía con frenesí, su ceño estaba fruncido y la expresión era
de horror y shock. Una emoción tratando de arrebatar la otra, pero las dos
igual de terribles. Frente a él se encontraba V de espaldas, bañado en sangre,
el cuerpo de Wheein colgado del techo, la cara ensangrentada, con una
expresión de grito ahogado, la boca entreabierta y los ojos también, la mirada
era quieta y vacía; sin vida.5
El verdugo puso una mano a cada lado del cuerpo de Jungkook y se inclinó
hasta él. En ese momento el corazón de Kook latió demasiado fuerte y sus
ganas de alejarse se apoderaron de su cuerpo, pero no podía hacer
nada; petrificado.4
Taehyung disfrutaba verlo en ese estado, tan rebosado de miedo que hasta
utilizando una voz dulce, el chico podía descomponerse a tal punto que
estaba sudando en frío, por no decir que temblaba, sollozaba y mordía su
labio también.
El sacó una navaja de la parte de atrás de su bolsillo. Jungkook pudo jurar que
casi se desmaya del susto, pero nada pasó y no supo de dónde sacó fuerza.
Entonces el miedo volvió a surcar su rostro cuando el hombre puso la navaja
en su garganta, empuñándola con fuerza.
Jeon ignoró ese apodo. Lo ignoró por completo a pesar de que resonaría en su
cabeza más tarde.
Entonces abrió la boca tímidamente, sintiendo el filo dándole en la tráquea.
Sus ojos se cerraron por completo, no sabía qué pasaría, pero sí sabía que no
iba a ser bueno.
Taehyung tenían un figura preciosa ante sus ojos. El chico estaba temblando
de miedo, llorando y sufriendo. Su boca estaba abierta, su lengua estaba
afuera, y sus ojos fuertemente cerrados.97
Parecía tan bonito a sus ojos que simplemente no pudo reprimir una sonrisa
en su cara manchada de sangre.17
Jungkook obedeció.
Cuando el chico abrió sus ojos, pudo encontrar que V tenía dos de sus largos
dedos frente a él, mientras le miraba con cautela, esperando por algo y
Jungkook no sabia qué.
—Chúpalos.444
Casi gritó.
Taehyung llevó los dedos muy cerca de sus labios y entonces el menor volvió a
sacar la lengua. Cerró los ojos con fuerza una vez más, tomó una inspiración
demasiado profunda y lo hizo.6
Metió los dedos a su boca, inclinándose ante ellos, después de eso chupó
desde la base de los nudillos de V, sintiendo el metal de los anillos, hasta el
final de sus uñas.173
Kim Taehyung pudo jurar ver el cielo mismo con los labios de Jeon Jungkook
alrededor de sus dedos.143
—Trágatelo —ordenó.133
Taehyung sonrió.
Dicho esto, Taehyung se inclina ferozmente hacia el chico, el cual tomado por
sorpresa encuentra los labios ajenos sobre los suyos moviéndose con
ferocidad.130
Estaba besándolo.39
Real y grotesco.7
Por acto reflejo llevó su mano a la muñeca que Taehyung tenía contra su
cuello y trató de alejarla, temiendo de la reacción que pudiera tener el
asesino. Si iba a besarlo, por lo menos trataría de ser obediente y que no fuera
a peores. Su mano tembló, pero logró llevarla hasta la contraria y envolverle la
muñeca con suavidad. En ese momento Taehyung se separó.
—S-si... —respondió sin titubeos, pero era un claro "¿que más me queda?"—. S‐
si..95
Verlo de cerca hizo que Jungkook sintiera arcadas y empezara a llorar. Lloró
tan fuerte como pudo, sin tratar de reprimirse nada. Estaba viviendo una
película de terror en carne viva, una pesadilla de la que no podía despertar.
Porque aunque pareciera una película, estaba perfectamente despierto y en
todos sus sentidos. Lo estaba viviendo y no podía simplemente ignorar
aquella crueldad tan macabra que le rodeaba con ese tipo.2
—No estés llorando, bebé —le reprochó, con una voz sumamente delicada—.
Eso no te va a pasar a ti, por ahora.486
Depositó un suave beso en sus labios, beso que Jungkook dejó pasar.21
Entonces sonrió, una cuadrada y pulida sonrisa que Jungkook jamás le había
visto, y adosó los labios a su oído mientras le abrazaba.
—Porque de todos modos te mataré, Kookie... y no hay nada que puedas hacer
al respecto.322
Absolutamente nada.
XII: The spy
Se adentró en ella, siendo resguardado por dos hombres de Mark. Aunque era
innecesario, era mejor que estuviese acompañado en esos sitios donde
abundaban sicarios enfundados en armas más grandes que sus manos. El
espacio estaba decorado en tonos oscuros y perfectamente iluminado por
lámparas en las esquinas, junto a un gran candelabro en el centro. Parecía de
esas oficinas de los años cincuenta, aunque con un perfecto toque moderno
que la hacía sentir cálida y de un bonito contraste.3
Park Jimin.398
Cuando alguien quería tramar algo, Jimin lo descubría. Cuando algún hombre
contrataba a Jimin para buscar información sobre absolutamente cualquier
cosa, Jimin lo conseguía. Cuando alguien quería tratar de liársela y no ser
pillado en el intento, el propio Jimin se daba cuenta de todo.64
A pesar de ser bajo y de cara extrañamente bonita, decorada con un pelo rosa
chillón; Jimin era respetado incluso por el mismo Taehyung. Y es que hacía un
simple tecleo en su computadora junto a un par de llamadas de su teléfono, y
ya era capaz de conocer tus pensamientos más sombríos y degenerados, sin
tu haberte dado cuenta todavía ni de tu propio nombre.113
Y es que Jimin no era intimidante, a menos que llegara a soltar una retahíla de
palabras malsonantes cuando estaba claro sobre qué debía hablar. Es ahí
cuando lo hacía sin escrúpulos, sin miedo y con una avidez tan grande, que ni
los hombres catalogados como los más peligrosos podían siquiera darle un
atisbo de miedo. Y eso sin ser asesino, maleante, narco o algo por el estilo.
Solo un espía y recolector de información. Jimin ni siquiera sabía usar un
arma, pero de todos modos no lo necesitaba, porque tenía muchos a sus
espaldas que estaban dispuestos a mantenerlo con vida.125
Vaya privilegio del que gozaban, estando en las condiciones más malditas del
mundo.
Su mano izquierda, que estaba esta vez adornada con el anillo de jade oscuro
en el dedo índice y el de rubí en el dedo medio, daba un repiqueteo a la amplia
mesa de roble. Cualquiera pensaría que estaba desesperado de tanto
aguardarle. Sin embargo, solo se distraía viendo sus manos y recordando lo
que había pasado con el niñito días atrás.52
Tiempo después de lo que pasó, el niño había sido arrastrado a la fuerza hasta
una casa donde Taehyung le dejó con Wang y Jun después de haberle hecho
ver semejante atrocidad. Luego de besarle y amenazarle de muerte, viéndole
tan asustadizo y dócil, el sicario se sentía con demasiado poder por sobre
el niño.2
Se había prometido joderlo cuando estuviera todo listo, cuando las ganas las
tuviera al máximo y solo una vez. Porque sería la primera y la última vez que
tocara a Jungkook; otra víctima para el recuerdo. Pero, últimamente parecía
no poder contenerse, y no es precisamente porque le deseara, sino que el
muchachito parecía algo tan delicado, que Taehyung solo quería quebrarlo y
hacerlo añicos.184
Quizá una pequeña probada no era mal. Los juguetes deben probarse antes de
llevárselos, solo para saber si funcionan bien.100
Maldito niño y sus malditos ojos bonitos que hacían al sicario pensar
atrocidades. Atrocidades como dañarlo; dañarlo hasta hacerlo nada, hasta
que Jungkook fuese, literalmente, otro más de la corta lista.48
Maldito deseo de querer echar a perder absolutamente todas las cosas que le
parecían hermosas y casi perfectas, por el pensamiento egoísta de que sabía
que no lo merecía y debía dañarlas hasta que solo pudiera reflejar su jodida
mente en ellas. Era una forma grotesca de destruir y que solo él pudiese
admirar la destrucción que causaba; porque nadie estaría tan enfermo como
él, para ver preciosidades en medio de inmundicias.31
Así era Taehyung, y no cambiaría nunca, porque esa mente no tenía boleto de
vuelta luego de visitar el país de la locura aceptada. No tenía remedio alguno.
Ahora solo le tocaba esperar solucionar su problema, aburrirse del niño luego
de apoderarse de él y posteriormente, mandarlo a la mierda.1
Una de las puertas del fondo, que estaba cerca de la última parte de la cortina,
se abrió de par en par, revelando tras ella a quien el sicario estaba esperando.
Park Jimin llevaba una camisa de vestir con mangas largas en color negro, el
chaleco del mismo color le acompañaba junto a pantalones lisos y de vestir a
juego. Los zapatos que adornaban su vestimenta eran mate y resonaban
mientras se aproximaba al azabache. Le observó el nuevo tono de cabello. La
última vez que se habían visto, Park llevaba su cabello largo y en un tono
rubio, más ahora era corto y tintado de un fucsia bastante brillante. Detrás de
él, le acompañaba un hombre alto que probablemente era uno de sus
guardaespaldas y cuando el castaño vio su rostro le reconoció como Lee
Taemin.101
El espía con su otra mano apretó la del sicario y entonces asintió con una
media sonrisa, para luego separarse y tomar asiento, Taemin colocándose
detrás de él del mismo modo que habían dos hombres detrás de Taehyung.
El sicario sonrió.
—Whisky, como siempre.
Jimin se pronunció a favor y le dio una vista al chico a su lado, Taemin giró
hasta el mini bar cerca de la puerta y se dispuso a preparar los tragos en los
respectivos vasos de brillante cristal. Taehyung lo miró y luego dirigió su vista
a Jimin cuando escuchó un encendedor. Es ahí cuando lo detalló con un puro
entre los dedos y la punta de este encendida.7
—Sé mucho sobre mucho —comentó Park—. Pero prefiero que los demás me
lo digan. No soy adivino, V, solo soy sabio.137
Taemin llegó hasta ambos con dos vasos que colocó a cada extremo de los
hombres y retomó su lugar detrás de Jimin.
—Ese mismo.
—Había hecho un trabajo para él, pero todo se ha salido de control una y otra
vez.7
El pelirosa dio un asentimiento, viendo el puro y dando una calada, para luego
beber un trago de whisky.
—Bang Sihyuk quiso engañarme y salirse con la suya. Necesito que averigües
absolutamente todo de él —espetó el asesino—. Con quién trabaja, quiénes
son los más cercanos a él, dónde está su familia, cuántos hijos tiene, o si solo
era Chanyeol —indicó, enumerando cada requerimiento con sus dedos—.
Quiero todo, Jimin. No importa lo que cueste.7
Jimin frunció el ceño, notando la rabia acumularse entre las palabras del
asesino frente a él y entonces le surgió una pequeña duda.
El asesino tenía su mandíbula tensa, recordando que nadie podía pasar por
encima de él de esa manera. Nadie podía querer engañarle y decirle estúpido
sin necesidad de palabras.
Empezó contando lo que pasó el día que cuatro hombres de Bang Sihyuk
llegaron hasta el edificio donde Taehyung se encontraba, diciéndole que tenía
un caso pendiente y que le necesitaban.
Taehyung se enteró por boca de uno de los hombres que contrató, que
Jaeban tenía dos hijos; una chica llamada Jeon Jihyo y un chico llamado Jeon
Jungkook.111
Habría sido fácil raptarla a ella luego de una de sus clases de baile, pero al
asesino le interesó mucho más el bonito niño que practicaba taekwondo
todas las tardes en una prestigiosa academia de Seúl, el cual lo llevaban y
traían en un Mercedes Benz negro mate junto a tres hombres armados los
cuales eran sus guardaespaldas. Y no qué va, para nada estuvo mucho tiempo
observándole solo para deleitarse con su uniforme blanco y la cinta negra que
le acentuaba la cintura, en combinación a sus bien formados brazos y piernas
más la carita de niño bonito que se gastaba y adornaba con un cabello
azabache que le caía en la frente.84
Para nada estuvo obsesionado con Jungkook desde que le vio.371
La primera vez que vio una foto de Jeon Jungkook, Taehyung estaba en uno
de los edificios donde se encontraban los hombres más execrables de todo
Seúl —mismo edificio donde Byun estaba recuperándose ahora—. No sabía su
edad, no sabía qué hacía o a qué se dedicaba. Solo estaba consciente a
plenitud, de que era precioso, con una palpable carita de niño inocente y un
cuerpecito demasiado perfecto como para no marcarle como un animal.26
Tan pronto como le informó a Sihyuk que Jaeban había huido, pero que su
hijo había quedado en la ciudad —información que dos de sus esclavos le
habían proporcionado cuando él se los ordenó—, Sihyuk quedó en secuestrar
a Jungkook, hasta que su padre volviera por su rescate. En efecto, una idea
que le pareció más que perfecta al sicario.8
Cuando por fin no quiso tener encima el peso de buscar al padre del chico, el
delincuente habló con Bang y le dijo en palabras textuales: "¿Qué puta mierda
se hace con el chico? El viejo Jeon no aparece, ni aparecerá, y quiero mi maldito
dinero. Tenemos un trato y esto se está saliendo de lo que pactamos". A lo que
Bang contestó: "Bien, busca la plata el fin de semana que viene en el bar del
barrio de Gognum. Mis hombres estarán ahí esperándote. Después de eso...
mata al muchacho y olvidemos que todo esto ocurrió". Sin lugar a dudas,
aquello era un plan perfecto y salían todos ganando; Sihyuk con su venganza,
Taehyung con su dinero y sobretodo con el bonito niñito.9
Pero allí empezó a contar que la noche en la que se suponía iban a recoger el
dinero, ocurrió todo un caos.
—Todo eso ocurrió el mismo día que se supone iban a pagarte, ¿no es así? —
indagó Jimin, dándole la última calada al puro y luego tirando lo restante en
un cenicero.
—Correcto.
Jimin rió por eso y entonces le indicó a Taemin que fuera por otra ronda del
whisky. El otro hombre obedeció y el pelirosa le siguió con la mirada.
Taehyung esperó a que dijese a qué se estaba refiriendo exactamente,
impaciente por enterarse sobre lo que pasaba por su cabeza.1
—Primero te dicen que te van a pagar, después el día que van a pagarte, uno
de tus hombres mata a quienes le fueron a entregar el dinero. Posteriormente,
él intenta matarse —detalló el espía—. Hay una cosa que no me está
cuadrando. ¿Es todo lo que sabes?75
—¿Qué cosa?
Taehyung pareció pensárselo por mucho tiempo, mas al final decidió contarle
sobre las sospechas —que terminaron siendo ciertas—, acerca de Baekhyun.
Sería de ayuda decírselo a Park, aun sabiendo que no estaba
ahí precisamente por eso.
—Digamos que... si —asintió el sicario—. Ese día me pagaron para acabar con
la vida de un tipo que se endeudó con Wang y su gente. Todo iba bien, hasta
que llegó un momento donde Wang y sus dos hombres se fueron de la mesa a
atender otro asunto y me quedé con Baekhyun. Estábamos hablando sobre
estupideces y en un momento se paró de su asiento para ir al baño. Recuerdo
que yo estaba bebiendo un ron seco extremadamente fuerte y tenía el
subidón de cocaína que me había regalado Wang, pero estaba perfectamente
consciente de todo a mí alrededor.5
Jimin rodó los ojos con expresión hastiada, pero se pronunció a favor,
haciéndole entender al contrario que prosiguiera con el relato.
Jimin hizo una expresión confusa, pero sin embargo prestó más atención.
—Me dijeron: "Hey, ¿ya le conociste? ¿Es cierto que es tan malo como parece, mi
amor? Ten cuidado con todo, por favor.'' —contó—. Yo veo la pantalla del
teléfono y el nombre que decía era "Yeol", entonces contesté en el mismo
idioma: "¿Quién eres y por qué tengo tu número en mi teléfono?". El tipo del
otro lado pareció susurrar un "mierda" en coreano y entonces colgó. Yo me
confundí y observé el fondo de pantalla que apareció tras colgar la llamada.
Ese fondo era de color gris, cuando mi fondo es negro. Vi el teléfono por detrás
y me di cuenta que en realidad no era el mío, era el de Baekhyun.201
—Luego que colgué, me dio igual eso y Baekhyun llegó tiempo después —
continuó—. Me miró extraño, pero yo le resté importancia. Ese día él y yo nos
conocimos porque en la mañana fui a buscar un pago donde Shin y este me lo
presentó formalmente como un nuevo recluta que había llegado de mano de
un socio, hace unos meses. Shin quería que Baekhyun viera la mierda que
hago con los deudores y gente que le falla, como... dándole a entender que se
estaba metiendo en un lugar donde nadie tiene piedad por nadie.
Taehyung bajó la cabeza y subió la mirada hasta él, con una macabra sonrisa
que le hizo saber a Jimin la respuesta.7
—Vio cómo mutilé a dos hombres hasta que quedaron peor que en las reservas
de América del Sur —confirmó con voz grave.255
—Maldición.
—¿Por qué?
—El primero decía: "¿Qué tal estás?". El segundo: "¿Ya partiste a Daegu?".
Ambos muy normales —admitió, con una expresión curiosa, pero relajada—.
Pero en eso, llegaron tres mensajes más —señaló, con esa cantidad levantada
entre sus dedos—. Primero: "Mi amor, por favor ten cuidado". Segundo: "Estás
arriesgándote demasiado", y el último y más extraño: "No quiero que te
descubran y termines en sus manos, bebé". Todos escritos en japonés.233
Y podría ser verdad, pero de hecho los mensajes iban llegando en la pantalla, y
a la vez, el maleante —discretamente— iba leyéndolos de reojo.
—Lo sé.
—Continúa —pidió Park.
—Todo dentro de mí se volvió una confusión —admitió—. Ese día pasó un par
de meses luego de que contesté su teléfono, y me pregunté muchas cosas en
ese momento... ¿Quién coño era Byun Baekhyun? ¿Quién coño era ''Yeol''? ¿Por
qué le trataba tan... amorosamente? y sobretodo... ¿Qué le podían descubrir?37
—Me dediqué a colocarle el ojo encima a Byun desde ese momento y me hice
su colega —confesó—. Cuando debía hacer algún trabajo, le pedía que me
ayudara y él lo hacía tranquilamente sin nada de titubeos.
—¿Por qué un hombre que tiene un jefe, se dejaría guiar por un hombre que
trabaja solo cuando ese jefe le recluta? —Jimin curioseó, haciendo que Kim
asintiera agitadamente, dándole a entender que tenía la misma duda.6
—Fue ahí mismo donde entró mi duda máxima —dijo—. En el momento en que
me di cuenta que si yo le decía a Byun Baekhyun que me ayudara en la cosa
más mínima, él no ponía resistencia. Al punto en que incluso pude ganarme
su ''respeto'' —hizo comillas con sus dedos—, y llegaba a saludarme tan
respetuosamente que yo parecía un señor mayor delante de él, incluso
sabiendo que me lleva un par de años por encima, no encajaba nada. Yo
conozco a Shin desde hace cuatro años y medio, entendía que
me "prestaba" —vuelve a las comillas—, a Baekhyun, porque siendo nuevo, el
tipo debía saber dónde coño se estaba metiendo. Pero que el mismo
Baekhyun se mostrara tan... dócil, me hizo ponerle un ojo más.
Park asintió con lentitud y se echó hacia atrás en su asiento, el cual rechistó
un poco por el movimiento. Exhaló una bocanada de aire y llevó sus manos
entrelazadas hasta la parte de atrás de su cabeza mientras mantenía su
mirada recta.
—Hay gato encerrado en todo esto, así que necesito que me sigas diciendo
absolutamente todo —ordenó—. Taemin, trae la botella, que esta mierda es
para largo.293
—Le seguí ese día, en otro auto y sin que sospechara —confesó—. Fue hasta un
edificio cerca de la universidad de Seúl y ahí esperó a que bajara un tipo que ni
idea de quién era. Llevaba una gorra y una capucha. Pero, luego de seguir el
auto tras arrancar, ambos se bajaron en un restaurante de comida cara y en
ese momento vi su rostro. Era el mismo hombre del balcón, alto y pelo rosado
—Taehyung observó por un par de segundos el cabello contrario, analizando
el color. El que recordaba era un rosado neutro, pero el de Jimin era un fucsia
chillón—. Un poco menos chillón que el tuyo —señaló Kim.34
Jimin hizo un gesto de desagrado, pues ya estaba acostumbrado a que le
vieran raro por su tono de cabello, pero sinceramente le valía.7
Jimin rió.
Aunque, Taehyung en ese momento solo podía pensar en una cabellera negra,
larga y suave.187
—Prosigue, V.71
—Como decía —continuó—, ese día tomé fotos del tipo y luego se las extendí a
un hombre que trabaja con Mark, para que investigara y me dijera de una
maldita vez quién coño era. No te lo pedí a ti porque lastimosamente estabas
de viaje.
Jimin se sirvió otro trago e invitó a los demás hombres a que se sienten en
unos muebles al fondo, porque parecían perros guardianes estando detrás de
ellos. Los tres captaron y fueron a sentarse mientras Taemin se llevaba una
botella de whisky solo para ellos tres. Jimin se acomodó su camisa y suspiró,
volviendo a recordar lo último que el delincuente dijo.10
El maleante apretó el puño y tensó la mandíbula, luego rió sin ganas mirando
a Jimin a los ojos.
Jimin abrió los ojos drásticamente, tratando de unir pieza por pieza la
información que le estaban dando y sin poder creerlo del todo.
—Era —corrigió Kim—. Chanyeol murió hace más de tres meses. De paso,
puedo jurar que eran más que amigos —afirmó—. Aparte de eso, el trabajo de
Byun, según Shin me contó, consistía en llevar cuentas y asistir en
eliminaciones.43
—Cuando descubrí que era Chanyeol, me entró la duda sobre si estaba con
Byun por ser algo más que amigos o por una relación de trabajo —se extendió
—. Cualquiera que fuera, ¿qué maldita mierda hace un traficante de blancas
con el hijo correcto de un gobernador? —Taehyung abrió sus manos e hizo un
ademán—. Como sea, yo me mantuve callado, tratando de saber qué coño
pasaba. Hasta que un día, específicamente el día que fuimos donde el
americano, mandé a Namjoon y Jackson a que abrieran su auto —confesó—.
Ellos fueron mientras Baekhyun estaba conmigo al otro lado de la puta ciudad
y su auto era desvalijado. Por cierto, lo había dejado en el edificio el muy
estúpido.
Taehyung corroboró, con ganas de romper contra el suelo el cristal del vaso
debido al increíble cólera que volvía a arraigarse dentro de su ser.5
—Imagino que la tiene bien escondida en caso que deba sacarla mientras va a
algún lado —apuntó Taehyung—. Pero bien guardada por estar metido dentro
de esta mierda. La encontraron dentro de una bolsa de tela negra, debajo de
uno de los asientos y pegada en la parte de arriba.
—Probablemente en coma.
—¿Qué mierda?
Jimin asintió, sabiendo que Taehyung estaba con unas inmensas ganas de
vengarse.
—¿Shin lo sabe?11
—No, Shin no sabe nada de Jeon ni de Baekhyun todavía. Los únicos que
saben que ese niñito está conmigo son Sihyuk, algunos de sus hombres, Mark
y pocos de los que trabajan con él, Jackson Wang, Kim Namjoon y ahora tú y
esos tres que están allá —dijo, señalando a Jimin y luego haciendo un circulo
con los dedos para abarcar a los demás—. Saben que lo tengo, pero no donde
está. Eso solo lo saben Kim y Wang.
—Si Baekhyun es un topo y estaba de pareja con Chanyeol, quiere decir que
Chanyeol tiene algo que ver con lo que hizo Baekhyun el día que mandé a
buscar el dinero y que tiene algo entre manos que yo aún no sé —se cuestionó
—. ¿Por qué matar trabajadores de Sihyuk, cuando eras algo del hijo de
Sihyuk? ¿Venganza, tal vez?
—Coño, V... estamos metidos en una mierda fuerte —Jimin se echó hacia
adelante y comenzó a asentir—. Tienes a un miembro de la mafia Jeon, detrás
de este tienes a un miembro de la policía y también al mismo gobernador en
un triángulo —especificó—. El asunto es más complejo de lo que aparenta y
hasta peligroso.78
Eso era algo de lo que Kim Taehyung estaba plenamente consciente desde
que empezó a sospechar de Baek, desde que fue por primera vez ante las
puertas de Bang y desde que vio un par ojos oscuros junto a una sonrisa
brillante.2
El maleante sabía eso de sobra, pues en el tiempo que había estado con
Jungkook, pudo notar que el chico tenía una mínima cantidad de coraje en su
interior y eso era probablemente porque su padre estaba metiéndole desde
bien joven en todo un mundo de mierda.16
Mundo al que, según Taehyung, no llegaría vivo. ¿Y quién mejor que el hijo del
colega de Shin, para dar información acerca de cómo funcionaba todo ahí
dentro?21
—Ni en la puta escuela tenia tanto trabajo, maldición —se quejó—. ¿Qué
pasará después?186
—¿Qué cosa?
—Quiero que averigües todo sobre Shin Yuna, la niñita hija de Shin —ordenó—.
Por ahora, el único dato que tengo de ella es su nombre y que tiene catorce
años.352
Jimin dio un asentimiento y esbozó una ligera sonrisa, del tipo que da la razón
aparentemente, pero que en verdad no quería saber nada más sobre el
asunto. Y es que Jimin sabía ciertas cosas sobre V que eran preferibles
mantenerlas bien lejos de su cabeza.9
Tras toda la larga conversación llena de datos, hombres y dudas, Kim por fin
se levantó de su asiento, extendiéndole la mano a Jimin y este devolviéndole
el gesto. El más bajo se quedó en su asiento mientras V se dio media vuelta.
Los dos hombres que le acompañaban se levantaron a la vez y se dirigieron a
abrir la puerta, mientras que Taemin se regresaba hacia Jimin que les observó
desde el borde de su mesa.3
Taehyung alzó una ceja y miró abajo para luego encararle con expresión de
repulsión aparente.
Kim le miró atento y luego le señaló con el dedo. Eso, era verdad.
—Ajá, si, le diré —avisó al pelirosa—. Pero que eso no te distraiga de lo que te
pedí.7
Ahora habría tiempo de relajación en Jeju, lejos del ajetreo caótico de Seúl y
sin que Jungkook pudiera ni siquiera emitir los gritos más desgarradores
debido al miedo que le tenía. Había pasado unos días sin verle, desde que se
lo llevaron de la bodega hacia una casa donde Kim se quedaba cuando estaba
ahí y no quería levantar sospechas. Kim de verdad esperaba que no pasara
mucho tiempo o el niñito se acostumbraría a las comodidades de esa casa
abandonada —que incluso estándolo—, era muchísimo más decente que la
cabaña asentada en el medio de la nada donde había estado metido más de
dos meses.
—Ah, por cierto —avisó V, con sus brazos cruzados en su pecho y viendo a
Jimin fijamente frunciendo el ceño—. Ni una sola palabra sobre Jeon
Jungkook, Park. De lo contrario, me veré en la obligación de ponernos en
peligro a ti y a mí.
El azabache asintió, giró hacía la puerta y esta fue abierta por uno de los
hombres tras de sí, dándole un último vistazo a Jimin y haciéndole una seña
con dos de sus dedos puestos en la sien y soltándolos en dirección al
muchacho para luego cerrar la puerta y emprender rumbo.2
Jimin, por otro lado, se quedó pensativo sobre el asunto que tenía pendiente.
Ahora tenía mucho trabajo por delante y V era un hombre que no era de
muchísima paciencia por lo que sabía. Le dio risa lo último que dijo,
recordando que la última vez que había visto a Kim Namjoon, fue hacía casi
seis meses y este no le había contactado de nuevo en todo ese tiempo pese a
que después de haber tenido sexo por cinco horas, le prometió que lo
llamaría.216
—Señor Park —la voz de Taemin hizo que Jimin girase la cabeza en su
dirección, olvidando lo que pensaba segundos atrás.
—Oh, bueno entonces ignora lo que acabo de decir —extendió una pícara
sonrisa donde se escondían sus ojos—. Si, Taemin, puedes preguntar lo que
quieras.79
Jimin le miró con cautela, admitiendo que su guardaespaldas tenía razón por
ese lado.
—Es complicado, Taemin —respondió a la duda, no del todo—. Pero hay veces
donde es mejor evitar ciertas cosas.
—¿Le tiene miedo? —formuló, pero Taemin sabía que eso no era posible,
incluso si era Kim Taehyung quien acababa de salir por su puerta.
—¿Y entonces?
(⚠⚠)282
Llevaba rato con un mal sabor de boca y un ligero dolor de cabeza, producto
de estar pensando una y otra vez sobre lo que había vivido algunas noches
atrás. Jungkook no podía dejar de repetir en su mente aquellas escenas tan
escalofriantes y malévolas a pesar de que se estuviese tratando de convencer
a si mismo de que habían miles de cosas diferentes en las que pensar. Pero
bien dicen que mientras menos te gusta algo, más lo recuerdas. Así parecía
funcionar para Jungkook, el cual apretaba los ojos con fuerza y movía la
cabeza negándose a reproducir en sus pensamientos a la chica bañada en
sangre.1
También lo que le hacía un increíble ruido era el hecho de que le había dicho
algo clave y era que al tipo le habían pagado por la cabeza de su padre,
empero que su padre había huido. Y no nada más eso, sino que ahora al
tal ''Taehyung'' no le habían dado el dinero y Jungkook no iba a morir
mientras ese pago no lo tuviera el tipo en sus manos. Así que, básicamente, la
vida de Jungkook pendía de un hilo y ese hilo era un montón de dinero.15
Quería morirse en ese momento. Quería morirse desde que recibió el primer
golpe. Quería morirse desde que ese hombre le había puesto las manos
encima. Quería morirse desde que le había besado y también
quería morirse hace días cuando vio aquella escena tan desastrosa con la que
había estado teniendo ataques de pánico. Y justo cuando volvió a recordarla,
llegó a la conclusión de que no quería morir bajo sus manos. Porque a V le iba
a dar gusto deshacerse de él tan horrorosamente, que Jungkook estaría
sufriendo más por no poder morir que por seguir viviendo.36
Sin duda alguna el chico tenía algo claro: no quería terminar como aquel
hombre que mataron frente a él y muchísimo menos quería terminar como los
policías de los que ''Kim Taehyung'' le habló. Y ni pensar terminar como la
chica.
Jungkook sabía algo con certeza: Quería morirse, mas no que él le matara.42
Volvió a llorar otra vez, pero ahora calmadamente; como si las lágrimas
salieran solas y él las dejara hacerse su propio camino hasta deslizarse por su
cuello. Estaba recostado en el colchón donde había estado durmiendo desde
hacía unos días. Era mejor que el suelo sucio y Jungkook internamente se
maldecía a si mismo por llegar a sentirse ligeramente conforme de la situación
actual, comparada a la maldita cabaña donde se encontraba antes. Así que
solo apretujó sus ojos, sintiendo una presión en su cabeza hacerse más fuerte.
Incluso llegaba a parecer inteligente o sabio, debido al tono que usaba cuando
hablaba de esa manera. El rehén sinceramente no tenía ni puta idea de lo que
significaba eso. De lo que sí estaba seguro, era de que Kim Taehyung estaba
loco. Y no especialmente un loco de aquellos que no tienen consciencia, que
no saben lo que hacen o alucinan. No, ese tipo era un maldito loco de aquellos
que sabían exactamente quiénes eran, dónde estaban, qué hacían y cómo
debían hacerlo. De los que mostraban una personalidad que parecía tranquila
a cualquiera que le viera, pero que en verdad aguardaba un mínimo momento
para mostrarse de otra forma.3
—Precioso...263
Fue cuando escuchó algo que le hizo subir un poco la mirada y lo que
encuentra solo le hizo querer llorar. Taehyung llevaba puesta una ropa
normal, ligeramente holgada para lo que usualmente Jungkook veía. Y no era
como si le sorprendiera, pero simplemente era... raro. Aun así, lo que le dio
escalofríos fue lo que V llevaba en su mano derecha.
Un tubo.356
Jungkook no quería tenerle cerca, mucho menos después de lo que vio que
era capaz de hacer. Y justamente antes de que Jungkook le quitase la vista, V
extendió su mano para levantarle el mentón.
Jungkook casi explota ante el repentino descaro con eso último que le
preguntó. ¿Cómo se atrevía a preguntarle eso, sabiendo perfectamente todos
y cada uno de los por qué?
Jungkook gritó fuerte, y solo después de hacerlo se dio cuenta que había sido
demasiado impulsivo y de que podía recibir un golpe por eso, así que
simplemente bajo la cabeza, con miedo. Le había salido del alma, sin pensar o
analizar el contexto de la situación. Pero no era como si su cerebro funcionara
a la perfección para descifrar cuándo y cómo debía hablar.
Tenía los ojos abiertos de golpe, pensando que sería un beso tosco y con
violencia. Aunque cuando vio que Taehyung había cerrado sus ojos con
lentitud, él también los cerró. El mayor no le besaba con fuerza, ni tampoco le
besaba con brusquedad. No le besaba de manera ansiosa, ni tampoco con
frenesí. De hecho, soltó una de las manos de Jungkook y acunó su mejilla
derecha, poniendo un pulgar sobre su pómulo y el resto de sus dedos
acariciándole ligeramente la oreja mientras giraba el rostro.285
Kook bufó y cayó en cuenta de lo que hizo. No sentía nada especial, ninguna
emoción. Era como si estar cerca de ese tipo le convirtiera en alguien que solo
asentía y obedecía en torno al miedo que le pasaba por dentro, porque estaba
seguro que le mataría si le molestaba o le cabreaba. Prácticamente era un
instinto de supervivencia, aunque hace un par de horas hubiera jurado querer
morir y librarse de todo.3
—¿Qué pasó, bebé? —le preguntó el verdugo, el cual solo estaba tratando de
controlarse para cuando llegara el momento—. ¿Te comieron la lengua los
ratones?88
El niño por fin le encaró, viéndole por completo. El hombre frente a él llevaba
la cara completamente limpia, impecable, sin un rastro de sangre o
magulladuras. Jungkook pudo distinguir su tono burlón cuando le dijo
aquello. Kim llevaba una bonita boina que le hacía tener la frente descubierta
y el par de lentes que parecían de lectura, pero sin mucho aumento. Como
siempre, a los ojos de Jungkook, parecía un hombre completamente normal,
con el que podías entablar una conversación cualquiera en un día cualquiera y
lugar cualquiera, y no un maldito asesino a sangre fría con personalidad
extraña y verborrea que le hacía poner los pelos de punta.5
Había muchas cosas que podrían pasar, una más posible que la otra y todas
haciendo fila para cumplirse.
—¿Podrías repetir una por una, niñito? —le bramó con sorna y énfasis al final
—. Tengo tímpanos sensibles y estás gritando, pequeño Jeon.46
—¿Por qué a mí? —inquirió con decisión—. ¿Por qué me tienes aquí a mí?
—Ya te lo dije, niño —replicó Taehyung—. Eres un pago que yo aún no cobro y
todo por culpa de tu padre —confesó—. Estás aquí por su culpa, porque él se
metió en problemas con un gobernador. Yo solo soy el verdugo que se
deshace de personas que son innecesarias para quien me contrata.
Jungkook parpadeó por un momento, sin entender del todo. Otra vez el puto
tema del dinero, ya lo sabía y no era eso lo que quería escuchar. Sin embargo,
lo que más ruido le hizo, fue aquello que dijo.
—¿El qué?
Taehyung resopló con una media sonrisa.
—Verdugo, niño —le escupió—. Antes se les llamaba así a quienes hacían el
trabajo sucio. A quienes ejecutaban por otros en frente de todos. ¿Nunca te
dieron historia medieval o alguna mierda así?157
Jungkook dejó escapar esa preguntan pero ahora que miraba la expresión
extraña del verdugo, algo le decía que no debió haberla preguntado. No
porque se haya puesto tenso, agresivo o intimidante, no; sino porque ahora
había sacado una amplia sonrisa cuadrada que Jeon le había visto antes, una
maldita sonrisa macabra que empezaba a detestar.15
—La verdadera pregunta sería... ¿qué no quiero hacerte? —le corrigió, llevando
sus dedos hasta los labios contrarios y acariciándole a Jungkook el inferior
con suma delicadeza—. Quiero hacerte muchas cosas, Kookie.
Quiero dominarte, quiero dañarte, quiero atraparte —expuso sin tapujos o
rodeos en cada palabra y acercándose peligrosamente a Jungkook a medida
que las iba nombrando—. Quiero hacerte mío, de todas las maneras que solo
a mí se me ocurren. Quiero maltratarte, marcarte, follarte y
después... matarte.427
Jungkook pareció pensarlo por un momento, hasta que conectó dos y dos,
girando su rostro en sentido contrario.
—¿Entonces qué?
—¿Por qué coño me lo dices? —volvió a chillar con un hilo de voz, pues no
encontraba razón para que se lo dijese tan directo—. ¡¿Por qué?!34
Taehyung sabía que era verdad, él mejor que nadie estaba plenamente
consciente y que el chico se lo dijese solo le demostraba lo bastante listo que
podría llegar a ser. Pese a lo débil, dominable y bastante asustadizo que era,
Jungkook era listo.
El sicario sonrió.
El hombre tomó el tubo entre sus manos y lo extendió entre éstas, como
apreciándolo. Su cuerpo reposaba con la espalda baja pegada a un mesón
cerca de una esquina. Su mirada era severa, también serena en todo sentido.
Aparentemente relajado o reflexivo y Jungkook se llevó sus propias rodillas al
pecho, tratando inútil y débilmente de protegerse a sí mismo.
—¿No te enseñaron que las mentiras tienen patitas cortas, pequeño Jeon?156
Otra vez ese maldito apodo, Jungkook ya sabía que no vendría nada bueno.
—¿Qué ocurre, niñito? —dijo con burla, como si le hablaba a algún bebé
pequeño—. ¿Ya no quieres seguir hablando más?6
Jungkook empezó a llorar otra vez, y justo cuando trató de calmarse; V soltó
una risa.
—N-no, yo no...
Taehyung soltó una carcajada y le enfrentó esta vez con el ceño fruncido y la
lengua pasándosela por los dientes. En ese momento, tomó entre su pulgar e
índice izquierdo una parte de la montura de los lentes que llevaba puestos y
los dejó a un lado, en la mesa de la que yacía recostado. Respiró, observó
hacia arriba y apretó el tubo con fuerza, luego volvió a conectar su mirada con
Jungkook, que ya volvía a tener la expresión al borde de agonizar.12
—Primero de Septiembre del 97, faltan más de dos semanas para que cumplas
tus dulces dieciséis —escupió—. Eres un puto bebé, pequeño Jeon. Tienes
apenas quince añitos.413
—¿Ah, no? —se mofó V—. ¿Entonces no es cierto que tu madre es Jeon Saeji?
¿No es cierto que tienes una hermana mayor llamada Jeon Jihyo? ¿No es
cierto que estudias en la preparatoria de Seúl? ¿No es cierto que tienes de
noviecita a Shin Yuna, la hija del socio de tu padre? —le dijo—. ¡Qué raro! Con
esos besos que me das yo juré que lo tuyo no eran las niñas.400
Jungkook sintió como cada una de sus palabras se estancaban en su mente. Él
odiaba que metieran a su familia en esas cosas, odiaba el nombre de su madre
en los labios de Kim Taehyung.
—V, por favor ya... —suplicó—. No con eso, por favor n-no... —rogó otra vez
cuando detalló la forma en que el sicario miraba el tubo y posteriormente a él.
Se aproximaba lentísimamente hasta Jungkook y el chirrido de sus zapatos
contra el suelo resonaba entre las paredes.65
—¿Sabes qué pasa con los niños que mienten, Jungkookie? —le inquirió y el
nombrado gimoteó—. A los niños que mienten hay que castigarlos.23
—N-no...
Era un puto niño de quince años, y Jungkook se había sumado más edad
porque recordó aquella paliza que le dieron en la cabaña mientras estaba
desnudo y atado a una silla. "Ahora también soy un pedófilo" le dijo V, y luego
cuando pensó que era un niño empezó a golpearlo. Porque al parecer... ¿le
disgustaba ser un pedófilo? Por eso Jungkook no dijo su verdadera edad
aquella noche cuando le quemó, por eso mintió. Si la hubiera dicho, se
volverían a repetir los golpes, y simplemente mintió por impulso. 15
Aunque nunca pensó que había dicho edades diferentes, ahora sabía que la
había cagado, y en un muy mal sentido.
Jungkook aún no cedía del todo, estaba más que claro que tenía miedo. Y
aparte de eso, la sola idea de desnudarse delante del sicario le calaba en lo
más profundo de su espina dorsal provocándole escalofríos y ganas de seguir
llorando. Lo iban a golpear, y sabía que ya se había tardado mucho porque
aunque ese tipo parecía ridículamente tranquilo, podía desbordársele un
ataque de locura en cualquier momento y sin detonante aparente.
Aunque en este caso Jungkook sabía que era su culpa, por tratar de salirse con
la suya, mintiéndole.121
—Levántate —demandó Taehyung.
Jungkook tomó una aspiración y trató de no pensar en algo bueno para poder
soportar lo que venía, pero nada bueno pasaba por su mente. Nada era bonito
en ese momento, nada podía distraerle del sufrimiento. Solo recordó cuando
le golpearon con eso. Parecía haber sido hace siglos, aunque todavía podía
sentir el dolor de cada golpe; en su espalda, en su cuello, en sus brazos y
piernas. No quería recordarlo, empero al parecer su cerebro actuaba de esa
forma. Quizá para recordarle que eso no iba a matarlo, porque ya había
pasado por algo así antes, y estaba ahí.
Jungkook se tensó ante eso, así que bloqueó su mente de cualquier otra cosa
que no fuera hacerle caso. Después de todo, mientras más se resistiera, peor
sería el sufrimiento. Por experiencia lo sabía.5
Porque eso era él, un niño. Quizá no tan chiquito, pero niño al fin.27
Jungkook suspiró.
—P-pero...
El chico tiró la camisa a sus pies, llevaba solo dos prendas más. El jean oscuro
y el par de calzoncillos rojo oscuro, solo dos prendas tan fáciles de quitar pero
tan difíciles a la misma vez, sin poder siquiera hacer un esfuerzo. V detalló que
el muchacho tardaba en llevar sus manos al borde del pantalón y aún las tenía
en su pecho así que volvió a golpear la pared dando un ruido estruendoso que
le hizo sobresaltar.9
El azabache por fin sacó las manos de su pecho y las llevó al borde del
pantalón. No quería avergonzarse, empero lo estaba haciendo demasiado en
ese instante y solo yacía sin la parte superior de su ropa. Kim miró la marca de
su cintura, aquella provocada por la cadena apretada que le sostenía de la
columna en la cabaña, y que solo le dejaba moverse hasta el baño, mientras se
sostenía como un perrito a un poste de luz en tanto su dueño entraba a alguna
tienda.13
El mayor llevó la vista a sus tetillas, detallando sus dos sensibles botones que
contrastaban bonito con él tono claro de su piel. Luego llevó la vista a su
abdomen y su cintura, Jungkook lo tenía marcado. No tanto como para decir
que estaba fornido, pero si lo suficiente para saber qué hacía actividad física y
cuando el sicario conecto dos, supo que eso era por su entrenamiento en
taekwondo, aunque Kook estuviese muy delgado ahora.
Kim sonrió ladino. ¿Cómo se sentiría que ese chiquillo le estancara una patada
en la cara, con aquellas preciosas piernas que se gastaba y que gustaría
morder? Maldición, le ponía.447
El chico tomó el borde del pantalón y lo bajó hasta sus muslos, aún con los
ojos cerrados por la vergüenza e intimidación. Una vez que los tuvo ahí, subió
por inercia la vista hacia V. Él cual lo miraba con un semblante serio y
entrecejo fruncido, Jungkook sentía que estaba vigilando cada una de sus
acciones con extrema cautela —y así era—. El chico seguía llorando y
abandonó la mirada contraria solo para no intimidarse más de lo que ya
estaba. Sin embargo, con puños apretados y nudillos casi blancos —debido a
la presión—, Jungkook se deshizo de su pantalón, sacándolo por ambas
pantorrillas y tirándolo a un lado mientras se abrazaba a su cuerpo ahora
expuesto casi por completo.12
—Y-ya...
V se rió por aquella vocecita temblando. Cuando le observó, pudo notar que
no solo le temblaba la voz sino que también tiene sus brazos y piernas en un
alto tembleque, parecía una suave gelatina que estaba a punto de deshacerse
ahí mismo.1
De pronto sintió cómo una de las rodillas de V se posó entre las propias y
separaba sus piernas. Jungkook no estaba tratando de poner resistencia a eso
pero una de las manos de V fue hasta su cadera y jaló su ropa interior con
fuerza, haciendo que la mitad de sus nalgas quedaran expuestas. Luego
agarró el otro extremo e hizo lo mismo. Jungkook no pronunciaba palabra
alguna, ni tampoco trataba de detenerle. Entonces, el sicario quitó la pistola
de su cuello y con ambas manos deslizó su ropa interior hacia abajo,
dejándole totalmente desnudo.172
Taehyung alzó a la fuerza un pie del menor y sacó la prenda. Después hizo lo
mismo con el otro y la retiró por completo lanzándola a un lado.
Jungkook obedeció, ya no parecía estar pensando, tan solo parecía seguir sus
órdenes. Cerró los ojos y se tiró al suelo, sintiendo un pequeño dolor cuando
sus rodillas chocaron con la fría cerámica, las tenía magulladas y
entumecidas, pero de igual manera se arrodilló sin titubeos.
—Hace poco te dije que odiaba que me gritaran, que me alzaran la voz y que
me insultaran, pequeño Jeon —le recordó Taehyung—. ¿Pero sabes qué odio
más que eso?45
Jungkook negó con su cabeza, sus manos tratando de taparse en todos los
lugares que no quería que viera.
V sonrió al verle tan vulnerable. Se veía tan bonito y su cuerpo tan precioso
que en ningún momento apartó la vista de él. Pasó la vista por sus brazos, por
sus piernas, por sus manos, por sus pies, por su abdomen, por su bonita
cintura y sus lindas caderas. Se veía tan deseable, tan marcable, tan
vulnerable.
—Ajá —afirmó el sicario—. Pero ahora quiero que tú me lo digas, así que
repito... ¿Cuántos años tienes?29
—Q-quince.55
—Quince castigos, Jungkook —le informó—. Porque los niños que mienten se
les castiga.299
El asesino estaba frente a él viéndole desde arriba y sin añadir otra cosa,
empuñó fuertemente, subió su mano con determinación y lo estampó contra
un lado de la costilla de Jungkook, provocando que el chico diera un grito de
dolor y se tambaleara hacia adelante.76
—Q-quince...4
Sus ojos se conectaron y ver a ese hombre desde abajo, Kook solo se horrorizó
de aquella sonrisa sádica en sus labios.
El asesino giró al otro lado del hombro de Jungkook y estampó otro tubazo en
su hombro derecho, provocando que el chico volviera a tambalearse hacia
adelante, pese a que estaba de rodillas en el suelo. Kim sonrió al verle tirado y
magullado. Los golpes aún no se notaban, mas la piel bajo el hierro empezaba
a hincharse.
Taehyung notó que Kook llevaba sus manos a los hombros y también a las
costillas, tratando de disminuir el dolor provocado por sus golpes. Mañana
dolería más, y él estaría allí para verle.
—¡Y-ya te r-respondí! —soltó entre su llanto—. ¡Ya te... te lo dije! ¿P-por qué si-
sigues haciendo e-esto?3
Taehyung río ante las palabras del chico, el muchachito obviamente no estaba
entendiendo la razón. Sonrió socarronamente antes de ponerse frente a él y
encararle.
—Quince castigos, Jungkook —le repitió—. Hasta que ese número se te grabe
en tu preciosa cabecita y así no vuelvas a osar de mentirme mientras vivas3
Jungkook iba a protestar ante eso, mas el verdugo le calló con un 'shh' cerca
de su boca.
El octavo golpe fue dado cerca de su costilla otra vez, aunque un poco más
arriba, y Jungkook se tambaleó hasta casi caer, solo que el verdugo de nuevo
le sostuvo entre sus brazos, obligándole a permanecer de pie.
El noveno fierrazo fue del otro lado de las costilla y el cautivo pudo jurar que
sentiría esto por el resto de su vida, justo después de que el hierro se estrellara
de ese lado. Ambas costillas le dolían, le ardían, las sentía entumecidas e
incluso respirar calmadamente era una tortura más grande que la que estaba
viviendo, porque cada exhalación implicaba hinchar su pecho y sentir como si
le maltrataran de nuevo justo donde Taehyung lo había hecho.26
El décimo golpe fue directo a la parte de atrás de su pierna izquierda. Esta vez
sí se cayó, sintiendo que le fallaban para mantenerse de pie. Taehyung le dejó
un momento que tomase aire, y luego volvió a templar de su cabello a la
fuerza hasta mantenerle de pie totalmente.
El doceavo golpe le hizo caer hacia atrás, pues Taehyung le había dado de
frente en el estómago, provocando que el chico esta vez soltara un gemido
agudo y un jadeo entrecortado por la repentina falta de aire. Jungkook cayó
de espaldas, aporreando sus codos en el proceso y recibiendo un escalofrío
cuando la caída le hizo estremecer todo el cuerpo.1
Taehyung sonrió viéndole tirado ahí y repitió la pregunta por catorceava vez.
Jungkook no respondía, estaba tirado en el suelo con dolores punzantes en
todo su cuerpo, sentía como si literalmente lo hubiesen molido a golpes. El
mayor repitió de nuevo la pregunta y el aprisionado solo estaba hipaba sin
poder ni siquiera hacer uso de alguna de sus manos para cubrirse. Incluso los
dedos le dolían de tanto que apretaba sus puños por la impotencia. De nuevo,
el verdugo repitió la pregunta y lo hizo con un tono mucho más oscuro y
demandante que las otras veces.
Kook había perdido la cuenta de cuántos golpes habían sido, había perdido la
cuenta de las veces que pidió que se detuviera y también había perdido la
cuenta de los espacios en su cuerpo que aún quedaban sin algún golpe. Todo
le dolía; moverse le dolía, respirar le dolía.
Vivir le dolía.162
—Última vez, pequeño Jeon —le expresó Kim—. ¿Cuántos años tienes?100
El chico suspiró e hizo un esfuerzo por tratar de pararse del suelo. Afincó una
mano en la fría cerámica, empero su brazo tambaleó con una punzada de
dolor. Se vio en la obligación de volver a intentarlo, ahora utilizando las dos
manos, pero ocurrió lo mismo; perdió el equilibrio y justo cuando estaba a
punto de levantar el torso, se derrumbó.
—Tengo q-quince...
Al menos una falsa caricia con otras intenciones, era mejor que le cayeran a
golpes hasta hacerle quedar viendo en negro.14
Volvió a sentirse cansado de pronto sin saber exactamente por qué, pero con
ganas de quizás dormir o descansar. O más bien morir. Solo que si lo hacía en
ese momento sería a manos de ese maldito monstruo y eso era lo que
Jungkook en definitiva no quería, así que abre los ojos de golpe tratando de
no caer ante su estado extasiado y aspiró con dolor y dificultad.2
V llevó su mano hasta una de las nalgas de Kook y masajeó un par de veces.
Aunque, más bien, solo la apretó bajo sus grandes manos, haciendo que el
dueño solo se dejara hacer mientras seguía prácticamente inmóvil. Taehyung
sintió que sus bonitas nalgas estaban tersas y eran de un tono más claro que
el resto de su piel. Preciosas, tan preciosas que incluso le dieron unas grandes
ganas de morderlas y besarlas. Sin embargo, no las estaba tocando por eso.57
El último golpe fue una palmada que el verdugo le dio en la mejilla derecha
del culo, con la mano completamente abierta y sintiendo como rebotaba bajo
tu toque; marcando cinco dedos de inmediato.106
Taehyung se inclinó ante la nuca del chico y antes de levantarse por completo,
le dejó un beso pronunciado y húmedo justo debajo de donde terminaba la
línea de su cabello.8
—Quince, precioso —le dijo, dirigiéndose hasta su oído y acariciando con dos
dedos su magullado glúteo mientras su otra mano le agarraba el cuello—.
Odio que me mientan, Kookie, así que espero que después de esto, no se te
vuelva a olvidar.4
Antes de irse, Kim dio un golpe más ligero con su mano en aquella cabeza,
viéndole cerrar los ojos de a poquito. Abrió la puerta del cuarto y antes de
salir, le soltó una última frase con una media sonrisa que por su puesto
Jungkook no vio.
Y luego de eso, cerró con fuerza la puerta, dispuesto a irse a dormir satisfecho
a la otra habitación de aquella casa, dejando a Jungkook recién desmayado
en el helado suelo.
VIV: Nightmare, attack and fear
(⚠)
160
Jungkook tiene miedo, ha estado corriendo por tanto tiempo, sin rumbo alguno.
Tanto tiempo huyendo de su amenaza inminente y por fin puede decir que está
libre de ella. Las rodillas le duelen, sus brazos se sienten cansados y su pecho
sube y baja con un frenesí tan grande, que por poco queda sin nada de aire en
sus pulmones. Las piernas le tiemblan, pero por fin puede correr libremente. 81
No hay ataduras, no haya cadenas, no hay nada que pueda sostenerle mientras
escapa de aquel fatal entorno.10
La cabaña ha sido dejada atrás hace bastante tiempo, Kim Taehyung no estaba
y pudo salir corriendo rápidamente por la amplia ventana del cuarto. Pese a
eso, está terriblemente asustado. El corazón se le desboca dentro de sí, y
bombea sangre por todo su ser a una velocidad increíble. La adrenalina es
palpable, su cerebro solo piensa en correr y correr, sus piernas parecen moverse
solas y sus brazos acompañan el vaivén de éstas. 2
No pensó que lo lograría, no pensó que podía hacerlo, pero cuando pudo abrir
la ventana de la cabaña, todo dentro de sí mismo se puso en alerta. Era de
noche, y había decidido hacerlo a esa hora para no ser visto. Quizás, dentro del
bosque, pudieran haber animales raros; serpientes, alacranes, arañas o
cualquier cosa con una picadura mortal, pero le vale, porque justo en este
instante, no puede encontrarse más a salvo. En ese momento no tiene a nadie
persiguiéndole, así que un par de insectos a los que les tiene miedo, no van a
frenarle por nada del mundo. Incluso estando a la intemperie, con el cielo
oscuro sobre su cabeza y nada más que la iluminación de una media luna,
Jungkook se siente a salvo.32
Cierra los ojos, intentando calmarse más, y lo consigue. Los abre, y mira las
pequeñas estrellas que andan en el cosmos, a millones de años luz lejos de él,
siendo reflejadas como chispas de pintura blanca sobre el cielo y una mancha
más grande identifica la luna que está en cuarto menguante alumbrando su
camino con rumbo a un mejor destino que pensó nunca estaría frente a sus
pardos fanales.1
Ahora está ahí acostado viendo al cielo. Gira su cuerpo boca abajo y recuesta la
cara del césped. Se siente duro en su mejilla. Jungkook suspira profundo, ya
calmado por completo, y decide por fin levantarse.
La luz de un auto se refleja a lo lejos, una luz que cada vez se va haciendo más
grande. Está ahí y está bien, está a salvo.
El suelo está frío y los brazos de su madre son cálidos. Jungkook llora como un
niño, llora desesperadamente. Sus lágrimas son calientes y siente como Saeji
llora con él. Ninguno comenta nada, ninguno dice algo, ninguno habla. Solo se
funden en un abrazo, uno que Jungkook necesitaba desde hacía tanto tiempo,
que parecía una eternidad.85
—M-mami, mami —llora con su madre—. M-mami no me dejes, por favor... mami
—ruega, abrazándola como si fuera a desvanecerse sobre sus brazos. Como si
estuviera hecha de arena y las partículas fuesen a salir volando con el viento—.
No me sueltes, mami... por favor.328
—Shh —le calma—. Estás bien, Jungkook —el chico alza la vista, su madre está
calmada y por alguna razón no llora, solo lo observa y lo llena de
inconmensurable quietud.
—¿Kookie? —una voz más dulce hace eco entre los tres que están en el suelo.
Jungkook abandona el abrazo con su hermana y cuando enfoca la vista, una
tímida sonrisa se refleja en sus labios así como los de la chica. 5
—Yo también te extrañé, bebé —dice con cariño—. T-Tú no sabes cuánto. 169
Todo de pronto se vuelve negro, las luces del auto se apagan, empieza a
aparecer una niebla a sus pies. Jungkook toma a Yuna de los hombros y observa
su cara para preguntar qué pasa, pero se encuentra con una imagen horrorosa.
—¡YUNA!
Jungkook abandona a Yuna, y ella cae al suelo sin hacer ningún movimiento, su
cara todavía destilaba sangre que se deslizaba por todo su cuerpo y ahora
gusanos le salían de la boca para empezar a caer en la grama.
Jungkook grita, voltea a todos lados, no encuentra a nadie más que las dos
chicas muertas. Vuelve a gritar y ahora está asustado. Tiene miedo y se siente
en peligro, no hay nadie para ayudarlo, no hay nadie que pueda hacer algo y lo
único de lo que es testigo es de los asquerosos olores de cadáveres siendo
devorados por bichos y de los espasmos que da uno de los cadáveres,
retorciéndose.
Se detiene de pronto, con una expresión de miedo. Quiere correr, pero no puede.
Se retuerce, grita y pide auxilio, pero no hay nadie, no hay nada. Se mueve con
todas sus fuerzas, sus brazos arden y sus piernas flaquean. Tiembla mientras se
siente desamparado y cae al suelo porque no puede moverse de su sitio y está
haciendo demasiado esfuerzo. Algo no le permite moverse aunque ocupe toda
su fuerza.2
—Jungkook... —la voz es confusa y débil, pero él sabe que es Saeji. Voltea el
rostro y entonces ahoga un grito debido a su impresión.+
Saeji no tiene cabeza y su cuello chorrea un líquido negro, como una fuente. Sus
brazos tienen múltiples cortes de los cuales brota el mismo líquido y Jungkook
observa con horror sus manos sosteniendo algo redondo, humedecido con una
viscosidad oscura y cubierto por un pañuelo negro. De pronto, los dedos
temblorosos de su madre decapitada deslizan el pañuelo y Jungkook cierra los
ojos porque le ardieron.20
Es monstruoso y caótico.
Ahí, entre los brazos de Saeji, está la cabeza de Jungkook; dos cuchillos de plata
están incrustados en sus cuencas. Su cavidad bucal hiede asquerosamente y no
tiene lengua o dientes, solo hay dentro un montón de vidrios que empiezan a
salir por sus mejillas, rajándole su rostro y provocando más sangre saliendo de
ojos, nariz, oídos y boca.41
Es sangriento e inhumano.
Kook chilla tan fuerte que puede sentir que su garganta duele y se queda
afónica. Tan alto que sus propios tímpanos retumban y sus ojos duelen por la
presión. Su llanto es desgarrador, reflejando el miedo y el sufrimiento. No sabe
qué pasa, pero es malo.
Saeji tira la cabeza de su hijo hacia éste y Jungkook ve la propia a sus pies.
Quiere alejarse, incluso si es arrastrándose, pero no puede moverse. Quiere salir
corriendo, pero no puede porque está atado a algo y no sabe qué. El cuerpo de
Saeji cae al suelo mientras se sigue desangrando y Jeon entierra sus dedos en la
tierra por no poder hacer ningún movimiento.
Se hace un ovillo, y empieza a temblar. Aún llora, puede sentir sus lágrimas
saladas en su boca, puede sentir su mucosidad deslizarse hasta la comisura de
su belfo superior y también la nariz tapada de tanto llorar. La garganta le arde,
las manos le tiemblan, el pulso está al tope y su cuerpo es pequeño entre sus
propios brazos.1
—Pequeño Jeon...65
Jungkook sabe que Kim Taehyung está cerca, pero cuando alza la vista no lo ve
por ningún lado.
No puede verlo y con desespero gira su cabeza por todos lados sin la imagen de
Kim Taehyung a su alrededor.
Una risa hace eco a sus oídos y Jungkook no sabe de dónde viene, pero sabe que
es él. Y en ese momento siente como se va hundiendo. Su cuerpo no se mueve y
él grita. Se trata de aferrar a la tierra y levantarse, pero no puede. La tierra se
hunde más, parece tragárselo.
Dos manos jalan de sus piernas, parecen ser demasiado fuertes. Unas uñas se
clavan en su carne con fuerza y tiran de él, arañándole la carne hasta sangrar.
Jungkook siente su cuerpo demasiado hundido. Hay un hoyo en el suelo
haciéndose más grande y abriendo espacio para que su cuerpo sea tragado. La
tierra lo está engullendo con odio y hay alguien quien le está jalando con
ferocidad desde el fondo.2
—¡Suéltame! —se esfuerza al saber que son esas manos las que lo jalan—. ¡S-
suéltame, suéltame! —Jungkook llora con desesperación—. ¡S-suéltame,
suéltame, suéltame...! —pero la mitad de su cuerpo ya está hundido.
Jungkook mira hacia abajo cuando casi está engullido por completo y solo
puede mirar por último unos ojos negros y una mano ahorcándole hasta que se
asfixia...
Sus manos apretaban la sábana rota que yacía bajo su cuerpo y un mal sabor
de boca le salió de pronto. En ese momento, todo su cuerpo empezó a doler
tan fuerte que debía respirar de manera mínima si quería evitar el dolor en
todo su pecho.
Fue solo una pesadilla, una asquerosa y horrible pesadilla. Una que le
recordaba tanto su estado demencial, como lo que había pasado hace algunas
noches.5
—¡¿Qué haces aquí?! —inquirió con demandante voz, haciendo que Jungkook
temblase un poco más—. ¡¿Qué mierda fue ese ruido?!1
Jungkook no habló, solo sollozó con un susto que le corrió por las venas
acompañando los latidos de su corazón. Entonces trató de tomar una
aspiración grande y el pecho le dolió demasiado. Él subió la vista de nuevo y
ésta vez fue capaz de observar a detalle al tipo frente a él. Llevaba un par de
pantalones oscuros al igual que camisa, una bandana le sostenía el pelo hacia
atrás y con ambos brazos agarraba el arma.98
El chico solo llevaba dos prendas puestas; una camisa y su ropa interior.
Namjoon llevó la vista hacia sus piernas y tragó duro ante lo que vio.
Jungkook tenía varios moretones y rojeces en sus muslos, en las pantorrillas y
rodillas. Había varios que estaban tan oscuros que parecían una gran mancha,
sus manos estaban sucias y su llanto era tan profundo, que el malandro supo
que le había pasado algo bastante malo. Igual no sabía qué exactamente, y
tampoco pretendía preguntar, porque lo suponía de todos modos.26
Jungkook se llevó las manos hasta sus ojos y los estrujó para tratar de
apaciguar su llanto, después de unos minutos por fin consiguió lograrlo.
Aspiró hondo, sintiendo el líquido dentro de su nariz quedando en su garganta
y amontonándolo en su boca para echarlo a un lado al escupir.
Observó a Jun, que ahora estaba recostado del marco de la puerta, con el
arma viendo al suelo, siendo sostenida por su mano derecha. Él le miró con el
ceño fruncido y expresión molesta. Parecía intimidante, aunque por alguna
razón Jungkook creía que no estaba molesto. El contacto visual no se rompía
y Kook se preguntó exactamente qué es lo que podría estar pasando por la
mente del tatuado.1
—¿Por qué estás llorando? —fue lo primero que escuchó Kook, de forma
tranquila.108
Maldita sea.
Jun relajó la mirada cuando el chico respondió con voraz altanería. Si no fuera
él, probablemente otro le hubiese estancado un gancho por hablarle así.20
Él más que nadie conocía esa mirada, porque la había enfrentado desde
siempre.1
—¿Le tienes miedo? —su voz fue calmada y Jun se voltea de pronto para
encararle, con una expresión confundida.
—No soy yo quien debería responder eso —le asegura, haciéndole saber que
se refería a él y a su estado.
—Respóndeme —ordena con voz calmada, más bien como una súplica—. ¿Le
temes a Kim Taehyung?6
Otra vez, Namjoon queda atónito por eso. El muchacho con tatuajes abre la
puerta, vigila hacia la parte de afuera, en el cuarto y cuando no observó a
nadie ahí, entra de nuevo. De todos modos, sabía que estaba solo con el chico
en ese momento. No había nadie más ahí desde temprano. Jungkook le miró
atento lo que hace Namjoon y antes de que pronuncie algo, el muchacho
habló.
—Primero que nada, niño, no sé quién coño te crees para preguntar eso —le
dijo—. Y segundo, solo para responderte... no, no le temo a Kim Taehyung. 124
Jungkook observó que el hombre se tensó ante eso y llevó la vista abajo por
un momento. Posteriormente, entrelazó sus dedos y volvió a conectar sus
miradas.
Qué cosas, casi le había pasado eso anoche y lo único que dijo fue su
verdadera edad. No quedaba en sus totales planes llamarle así. Al menos no
ahora.26
—Entonces, ¿cuál de los dos casos eres tú, Kim Namjoon? —indagó, callando
sus propios pensamientos martirizantes.
Fue ahí que Jun le miró de frente, con una expresión en el rostro bastante
confusa. El muchacho sin duda no era un estúpido y el contrario sabía
exactamente a dónde quería llegar.
Otra vez, tomó el arma y jaló la corredera hacia atrás, listo para disparar.
Jungkook parpadeó por un segundo y el corazón se le aceleró en el momento
en que Namjoon se paró del suelo y le apuntó con una firmeza demasiado
temible.
—Dispárame.152
Namjoon boqueó por un segundo, sin poder entender lo que decía el niño.
—¿Q-qué?
—¡Acaba conmigo, Kim Namjoon! —le gritó al mayor armado, sosteniendo con
demasiada fuerza la glock entre sus propias manos—. ¡HAZLO TÚ! ¡MÁTAME! 99
Jungkook en ese momento abrió los ojos y Jun tenía una expresión de
completo shock en el rostro. El chico aprovechó para tratar de tomar la pistola
entre sus propias manos, pero el otro era más fuerte. Forcejeaba demasiado,
tratando de arrebatársela, mas Nam movió su mano hasta poner el cañón con
vista hacia arriba.
—¿QUÉ MALDITA MIERDA CREES QUE HACES, HIJO DE PUTA? —reprochó, con
el arma en su mano derecha y el niño tirado en el suelo—. ¿TE VOLVISTE
LOCO?5
—¡¿Estás loco, niño?! ¡Si yo fuera otro, ya te hubiera hecho un puto colador
con esta mierda! —vociferó, apuntando el arma.14
Jungkook estaba eufórico.3
Jungkook llevó sus manos a ambos ojos tratando de calmar su llanto, pues era
demasiado. Por más que tratara de hacerse el fuerte, por más que apretara
sus ojos, las lágrimas parecían ser independientes de sus ganas de dejar de
llorar y solo se deslizaban con ferocidad.
—No.
—Porque de todas maneras va a matarme, y no habrá nada que yo pueda
hacer al respecto.127
Y él también era culpable de eso, era igual de culpable que Taehyung, incluso
sin ser capaz de acabar con una vida de una manera tan deplorable como él.
¿Qué mierda podría decirle a Jungkook, ahora que le había confesado eso? O
peor, ¿Cómo podría ayudarle? Cuando en realidad él no podía hacer nada más
que obedecer lo que Taehyung decía, cuando él no era más que un puto peón
en el juego. Y si, el rehén tenía razón en algo; a veces se estaba porque uno
queria y otra porque uno no tenía más opciones.
¿Arriesgar su vida por alguien que no sabía quién era o qué hacía, solo para que
dejara de sufrir por ese estado tan demencial? Eso era malditamente
impensable en todos los putos sentidos del mundo. Si tan solo con tocar algo
que no era suyo, Taehyung ya le amenazaba de muerte. Tan solo con alzarle la
voz, Taehyung ya se volvía demasiado feroz y temible. Incluso habiéndose
criado juntos y llegando a darle motivos a su comportamiento, no importando
si el sicario sabía que Namjoon sería incapaz de hacer algo malo en su contra.5
Incluso llevando la misma sangre, Kim Namjoon sabía que Kim Taehyung
podría matarlo sin titubeos, por tocar a quien estaba viendo en ese instante. 364
Y morir bajo sus manos, era algo que en definitiva no quería sentir.
—Quizá haya algo, niño —masculló, sin una idea clara en su mente—. Quizá...3
—Solo colabora, muchacho —terminó por decir, sin lograr volver a mirarle a
los ojos—. Colabora y quizá alguien se apiade un poco de ti.
Namjoon no respondió.
Después de eso, Namjoon salió del baño, volviendo a dejar a Jungkook solo.
[...]263
Llevar semanas secuestrado tenía a Jungkook vuelto mierda.
Llevar semanas sin poder tomar un baño decente le helaba la sangre. Tener
tanto tiempo sin ver la luz del sol, sin estirar las piernas, sin correr o sentirse a
salvo, estaban jodiendo su cerebro. Jodiéndolo al punto en que estaba
empezando a pensar cosas que no debía pensar, que no quería y que por nada
del mundo podía considerar, pero lo estaba haciendo. La situación de estar
constantemente al borde de un ataque al corazón, con ansiedad y pánico cada
dos por tres, lo habían jodido y ahora yacía maquinando cosas que jamás en
su vida pudieran llegar a pasar por su cabeza.2
No, en verdad si no fuera así, todo sería diferente. Él estaría bien y no tendría
que preocuparse por adivinar cuál sería la última vez que abriera los ojos por
la mañana o desear que cada vez que sus ojos se cerraran por la noche fueran
la última. Porque si no fuera por eso, no estaría ahora mismo dándole tantas
vueltas al asunto que le había dicho Jun.
Y ahora, era capaz de jurar que estaba loco, que estaba mal. Porque la idea
de "someterse a un hombre" estaba firme en su cabeza, lista para dar un paso
que marcaría o su seguridad, o su propia muerte de una vez por todas.61
Kim Taehyung era un maldito sádico, y los sádicos disfrutaban del dolor ajeno.
Su captor disfrutaba haciendo sufrir a Jungkook, gozaba viendo como el
menor sentía miedo y lloraba por su culpa. Lo supo en el momento en el que
ese hombre le puso la primera mano encima y él gritó, lloró, pataleó y rogó
terriblemente por piedad y porque lo dejara en paz, pero contrario a eso solo
afianzó su dolor y lo prolongó, jactándose para después estar riéndose en su
cara.3
Aunque, había veces donde actuaba neutro y normal. Jungkook no diría que
bien, porque siempre los buenos tratos terminaban en una mierda que
prefería no recordar. Pero sí podía darse cuenta que cuando él no mostraba
miedo; V no le hacía nada, mas cuando Jungkook se asustaba y le entraba de
pronto el pánico, el hombre se aprovechaba de eso para saciarse. Pero... ¿qué
pasaría si Jungkook le seguía el juego? ¿Hasta donde podía llegar su voluntad y
cordura para poder soportar más de lo que había soportado hasta ahora? 165
Estar cerca de Kim Taehyung le daba miedo, y quería tenerle algo más, quería
estar molesto, quería sentir asco, quería ser capaz de gritarle y golpearle, pero
no podía. Primero; porque estaba débil, y segundo; porque su miedo a morir
era más fuerte que él. Quizá si lo sentía, quizá sentía todo eso, pero solo
pensar en él llevando sus torturas a otro nivel le bloqueaban la mente.
Hablar con Kim Taehyung era normal, nada del otro mundo. Jungkook solo
quería que se alejara, porque sabía que en cualquier momento le haría algo
malo, pero él tenía una verborrea extraña. Parecía tener ideales firmes a la
hora de hablarle sobre ser un criminal, incluso parecía... ¿astuto y
culto? Alguna mierda así, y sinceramente a Jungkook le martirizaba verlo de
ese modo. Porque lo peor no era que estuviera haciéndole eso, lo peor era que
estaba plenamente consciente y no era ningún loco que no asimilaba sus
acciones. Eso debía tener un por qué, pero Jeon no lo sabía y queria hacerlo. V
siempre tenía alguna mierda rara que decir, algún insulto o alguna estupidez
subida de tono que le hacía dar escalofríos.1
Besar a Kim Taehyung no era algo placentero, pero sin embargo soportable.
Soportable porque besarlo era algo extremadamente normal considerando la
situación, demasiado había soportado hasta ahora, demasiado había
aguantado. Podría soportar volver a hacerlo, una y otra vez si era necesario
con tal de no volver a caer en sus manos que solo dejaban golpes y cicatrices
que quien sabe si se borrarían en algún momento.36
Namjoon no era mala persona, y quizá le había dicho eso por algo.12
¿Podía apiadarse Kim Taehyung? Ese maldito asesino hijo de puta, si Jungkook
empezaba a actuar como un sumiso dispuesto a complacerlo en todo.68
Sin duda, estaba interesado en él. No por nada le besaba, lo tocaba y se le
insinuaba en todo sentido de la palabra. Pero si tanto queria matarlo ¿por qué
no lo había hecho ya? Fácilmente podría aprovecharse de él como tanto queria
y luego matarlo, ya después cobraba su mierda.79
Aunque, Jungkook tenía algo claro; si ese hombre lo quería, entonces estaría
dispuesto a fingir sentirse conforme con él para que así al menos sintiera que
no le tenía miedo y por ende, no lo torturara; esa sería la última carta que
jugaría. De lo único que podía estar seguro, era de que estaba mal, mas si
empezaba a actuar con cautela, quizá el sufrimiento disminuiría.
¿Por qué lo haría? Porque él era un sádico y disfrutaba hacerlo sufrir, ¿Qué
pasaba si Jungkook empezaba a hacer ver que no sufría? Lo más probable era
que Taehyung se cansara y dejara de maltratarlo. Además, aún tenía tiempo
para comportarse, porque aún él no lograba lo que necesitaba. ¿Cuánto
tiempo tendría hasta que alguien "se apiadara de él"? y sobretodo; ¿alguien
podría apiadarse de él?85
Tendría que descubrir eso, pero si V creía que iba a tener el completo control
de su miedo, no se lo permitiría, no más. Jeon estaba decidido a guardar su
miedo, no sabía cómo pero si el por qué.122
Supervivencia.28
Si ese hombre lo mataba, lo haría horrible porque quería verlo sufrir, pero si el
aprisionado colaboraba quizá no lo haría, lo mataría como otro más. Se
aburriría de él ¿no? Por eso Namjoon se lo dijo. Si empezaba a acercársele
poco a poco, ¿era posible que Taehyung disminuyera su horrible trato para
Jungkook? Tenía demasiadas preguntas que hacerse y ninguna respuesta
aparente, de lo que si estaba totalmente seguro, era del hecho que tenía que
probarlo o no podría aguantar un golpe más.
Si todo salía bien, quizá podría salirse con la suya.
Quizá acercársele a Kim Taehyung no era tan peligroso, si podía llegar a sacar
provecho para mantenerse a salvo.9
Quizá besar a Kim Taehyung no era malo, con tal que no lo cayera a golpes
otra vez.
Quizá obedecerle no era tan difícil, sabiendo que eso le daría tiempo para
recuperarse.2
Y... quizá entregarle su cuerpo no fuera tan doloroso, con tal de poder seguir
sobreviviendo en el secuestro.343
[...]47
Lo había hecho muchas veces, una tras otra, y ella simplemente no tenía
corazón para pedirle que se calmara y dejara de llorar. Incluso cuando podían
descubrirle en ese feo edificio, pero la experiencia tan traumática que
Baekhyun había pasado, le daba a Jennie un mal sabor de boca. Él estaba
calmado, ahora sí. Lloró por bastante rato desde que había despertado, no
importándole la punzada en su abdomen, producto de la herida
cicatrizándose.
—No lo digas de esa forma, explícame bien por qué mataste a todos esos
hombres. Estábamos a punto de conseguirlo, Baekhyun.73
—¿Y no podías esperar un poco? —preguntó ella, sin tratar de culparlo pero
con evidente molestia—. Baekhyun, has puesto en juego absolutamente todo
el avance. Ya era suficiente con tener a Kim Taehyung atravesado, y ahora
hiciste esto.44
—¡Tu no entiendes!
—Las niñas, Baekhyun —interrumpió Jennie—. Estamos aquí por las niñas,
estamos aquí solo por ellas. Eso era lo que Chanyeol quería, salvarlas a todas.
Él quer-...223
—¿Y no crees que él hubiera querido que tuviéramos éxito, uhm? —inquirió,
increíblemente llevaba calma a pesar de todo—. ¿Crees que él hubiese querido
que todo se fuera a la mierda?7
Él quitó la mirada de ella, porque sabía que Jennie tenía toda la razón. Por
más difícil que fuera aceptarlo.
—Mírame, Baekhyun.10
Lo hizo.
Byun cerró los ojos con fuerza, quizá el dolor que tenía en su abdomen era
molesto y punzante, pero el dolor que llevaba psicológicamente se le hacía
muchísimo más pesado de acarrear.
—El dia que enterraron a Yeol, yo juré algo cuando vi su cuerpo en la urna —
confesó con detenimiento, mirando a la pelinegra—. Juré que el dia que
pudiera, mataría a todos los hijos de puta que no lo protegieron cuando
debían.5
—Si sabía lo que pasaría, pero no sabía que Sihyuk iba a mandarlos a ellos con
el dinero, te lo juro —sinceró—. Pensé que mandaría a otras personas.
Jennie se paseó por la habitación del edificio de ST, sonando sus brazos y
negando reiteradamente.
—Exacto —le dio la razón—. Se suponía que yo debía solo estar con Shin y
desde abajo acabar con lo que le hace a esas mujeres y a las niñas. Pero se
atravesó este tipo y no pude quitármelo de encima. ¿Cómo le dices a alguien
como él que no quieres ayudarlo, sin verte sospechoso? Se supone que a todo
lo que me pidieran debía decir que sí, y así fue como empecé a ganarme su
confianza.21
Ella asintió.
—¿Al tanto de qué, Baek? —el miedo dominaba su voz, no podía saber.
A veces, cuando Taehyung decía hacer algo en dicho momento, las cosas le
salían de imprevisto.79
Es por eso que días después de la fuerte paliza que le propició a su rehén,
ahora estaba frente a él viéndole dormir plácidamente, casi como si
verdaderamente estuviera disfrutando el sueño más exquisito de su vida, pero
la realidad era bastante lejana a eso.
Su prisionero llevaba las piernas estiradas, una encima del colchón y la otra
pegando del suelo. Todos los moretones eran increíblemente visibles. Había
marcas en todos sus muslos; de color violáceo oscuro, claro y también algunas
rojas. Varias hinchazones provocaban desniveles y lo más evidente eran los
raspones en las rodillas. Kook no tenía una piel del todo pálida, pero si lo
suficientemente clara y sensible como para que a plena vista todos los golpes
se notaran. Las manos estaban debajo de su cabeza, evitando que su mejilla
izquierda pegara al colchón. Su cabello caía en su frente y los labios los tenía
ligeramente entreabiertos. Respiraba calmado y con el entrecejo fruncido.
Muchas cosas pasaron en ese momento por la mente del victimario.31
Lo primero era que Jungkook sinceramente era hermoso. Más allá del propio
concepto de hermosura que el maleante tenía para sí mismo, el chiquillo era
realmente hermoso. Y no solo eso, sino que su personalidad era fuerte. Se
hacía una idea del por qué, Jungkook había sido "diseñado" para aquello. Más
no para soportar lo que hasta ahora había soportado, aún así le gustaba que
fuera tan insolente.
Porque Jungkook no era el primero —ni seguramente sería el último, que había
pasado por la misma situación.94
Tan solo que ninguno había soportado tanto como ese chico. Aunque también
estaba el hecho de que Jungkook ni siquiera fue elegido, simplemente había
sido una alternativa por su padre. Era por eso que Kim estaba consciente que
era fuerte y sinceramente no sabía por qué le gustaba tanto.58
Todos los que habían sido suyos anteriormente, le tenían un miedo tan
excesivo que Taehyung tan solo con verlos ya empezaban a llorar. En cambio,
ese mocoso necesitaba de un par de acciones tortuosas para llegar a ser
intimidado, doblegado y humillado. La resistencia que mostraba hacía que el
verdugo se sintiera en cierto punto... dichoso.24
Otros lloraban, vomitaban, les daba asco estar cerca de Taehyung, pero no
Jungkook. Ese chico tan solo tenía un miedo tan extremo que cuando le
ordenaba algo luego de maltratarle, parecía un robot obediente y sumiso
dispuesto a hacer cualquier cosa que al mayor se le pasara por la mente y eso
que no era para nada algo del otro mundo, al menos por ahora.3
Y gracias a ese miedo, el sicario había recién descubierto algo nuevo; muchas
veces adoraba que sus víctimas sufrieran al estar haciéndoles cualquier tipo
de cosa, pero ahora que Jungkook se rehusaba tanto y parecía cada vez
menos impresionado por los actos que hacía Kim, quizá se comportaría más
tranquilo con el pasar del tiempo.145
Y de solo pensar que era gracias a la cantidad de maltrato al que estaba siendo
sometido, una sádica sonrisa cuadrada que mostraba un par de líneas a los
costados de su mejilla se reflejó en su rostro.21
Estaba tan hinchado y rojo que parecía reciente. Pese a eso, sabía que él no le
había caído a golpes ahí. Estaba totalmente seguro.
Se acercó a paso firme hasta el niño, este seguía dormido. Llevó la mano hasta
su cara para apartarle el cabello que caía en su frente y al hacerlo notó que
eso en definitiva no era un simple golpe o rasguño, mucho menos un tubazo o
algo así. Era un puñetazo, y eso significaba solamente una cosa.2
Apretó sus puños con fuerza y llevó su mano lejos del niño, dejándole dormir
ahí tirado. Salió del cuarto velozmente, bajando las escaleras tan rápido que
los pasos resonaron con brusquedad. Al estar en la primera planta, abrió la
puerta que daba con el porche donde sabía que estaban los únicos dos
hombres que pudieron haber tenido contacto con el chiquillo. 8
—¿Dónde estabas ayer, Wang? —su dedo índice apuntó a Jackson y este abrió
los ojos.
Taehyung alzó su mano con fuerza y tiró una silla hacia un lado. Luego,
parándose de golpe y dirigiéndose hacia Namjoon, le levantó de su puesto
tomando el cuello de su franela y con una mano le hizo tirar el cigarro a un
lado.
—Responde, Kim Namjoon —ordenó, Jun solo entrecerró los ojos porque
había pasado demasiado tiempo sin que Taehyung le llamara por su
verdadero nombre.
Y justo cuando el rehén pensó que Namjoon iba a decir algo, sintió los
húmedos labios de Kim Taehyung sobre los suyos, empezando a besarlo tan
frenéticamente que quedó sin aire.569
Kim se separó del chico y quedó mirándolo a los ojos, sacando una sonrisa
cuando Jungkook le sostuvo la mirada para luego bajarla rápidamente por la
vergüenza. El dedo pulgar de Taehyung bajó hasta el belfo inferior del chico y
lo rozó para dejar un casto beso ahí.24
Conectó la vista con Namjoon, el cual la había bajado tras haber visto al
sicario besar a su rehén con tanta vehemencia, que incluso parecía
una necesidad. La vergüenza ajena e incomodidad podía palparla justo ahí si
eso quisiera.182
Taehyung acarició el rostro de Jungkook, el chico estaba de espaldas hacia a
él y encarando a Namjoon. El cuerpo de Kook fue pegado al pecho del
maleante y éste le abrazaba por detrás, con la palma completamente abierta
presionándole el abdomen, para que no se separara de él.145
—¿Nunca has salido de aquí por las tardes, Namjoon? —el tono de su voz
fue tan tétrico, que Jungkook casi comienza a castañear.
—¿Eres el único que ha tenido contacto con él en los días que salí, cierto? —fue
especifico, porque juraba que lo masacraría justo ahí, de la rabia.25
—Sí, V.
No fue hasta que Jungkook sintió las manos de Taehyung apartarle el cabello
de la mejilla, que entendió lo que pasaba.
—¿Por qué mierda hay un puñetazo en la cara del niño, hm? —escupió con
evidente molestia—. Puñetazo que yo no di.179
Y ahí cayó en cuenta lo que había estado pensando desde hace unos días, y lo
que de hecho estaba totalmente decidido a hacer.
—Habla —ordenó, viendo a Namjoon. Esta vez el aludido pudo sentir su nuez
de Adán pesada, porque el sicario acababa de empuñar su índice contra el
gatillo de su arma.
Pero era aún más frustrante la cara que Namjoon tenía. Estaba muerto de
pánico y su piel tostada se miraba pálida justo en ese instante. No sabía por
qué, pero Kook no quería que V le disparara a Jun. No procesaba la razón de
su enfado o lo que pasaba exactamente por la mente del azabache con las
puntas castañas ahora más cortas —casi pelinegro—, pero Jungkook no podía
permitir que disparasen al único hombre que no le había puesto un mísero
dedo encima si no era para ayudarle. No podía permitir ver a morir a alguien
justo en frente de sí y quedar bañado en sangre, porque ya había sufrido
demasiado con eso. Ya no quería ver la vida pasar frente a sus ojos y que sus
sueños terminaran convirtiéndose en macabras pesadillas.1
Fue por eso que con todo el miedo —y a la vez todo el valor del mundo—,
Jungkook estiró su mano hasta la de Taehyung y apretó su muñeca,
haciéndole bajar a escasos centímetros el arma.94
—Fue mi culpa —repitió, y esta vez soltó su muñeca y giró para encararle—. Y-
yo estaba haciendo demasiado ruido en el baño porque tropecé y mi cuerpo
dolía. Él llegó y me apuntó con el a-arma porque no sabía qué hacía yo.
—¿Y qué mierda tiene que ver eso con que tengas un maldito coñazo en la
cara, estúpido? —tomó la quijada de Kook para que le viera por completo.152
Taehyung bajó el arma, Jungkook le miró con miedo. Mismo miedo que se
volvió pánico cuando él estalló en una carcajada tan sonora, que todos sus
dientes se reflejaron en una sonrisa cuadrada y debió doblar un poco sus
rodillas para aguantarse. Los vellos de Jungkook se erizaron, porque no
entendía qué mierda le causaba tanta risa a V. No entendía por qué en cada
maldito momento inesperado, él termina riéndose como si le contaron el
chiste más gracioso del mundo.184
A Kook no le causaba la más mísera risa, pero el sicario mantenía esa postura
donde verbalmente le retaba a responderle.
—¿Querías acabar con tu vida, pequeño Jeon? —levantó una ceja—. ¿Querías
acabar con tu sufrimiento, quitándole una pistola a este? —señaló a su hyung
—. ¡Deberías estar nadando en un mar, con semejantes agallas que tienes!56
—¿Y tú? —miró a Namjoon—. ¿Cómo es que este mocoso de quince años iba a
poder quitarte un arma, ah?48
Ahora fue el turno de Namjoon para que esa frase le cayera como balde de
agua fría.
¿Quince? ¡Quince años, maldita sea! Es un jodido niñito de quince años, no tiene
ningunos veintiuno.212
Jungkook se encontró con la mirada pérdida de Namjoon. Este tenía los ojos
abiertos de par en par y el aprisionado entendió que todo este tiempo seguía
creyendo que era un joven y no un niño. Pero es que Jungkook no quiso decir
su verdadera edad. Taehyung lo golpeó una primera vez cuando quiso
adivinarla, y luego cuando le preguntó, mintió. Hasta que estúpidamente le
dijo una edad diferente a Namjoon y una cosa desembocó en otra.
Namjoon, por otro lado, solo quería salir corriendo de ahí. La confusión, el
desagrado hacia aquella mentalidad del sicario y el hecho de ser parte de eso
le estaba empezando a obstruir la poca cordura que se empezó a forjar desde
hacían años atrás.2
—¿Qué mierda haces viéndolo tanto? ¡Maldita sea! —Taehyung subió de nuevo
su arma y apuntó a Namjoon, rozando el gatillo con sus dedos.187
—¿Y tú por qué maldita mierda le defiendes? —su voz sonaba molesta y casi
que escupía sus palabras.174
Estaba harto de ver morir a personas a manos de Taehyung, más bien. Porque
Jungkook ya había visto morir a otras personas cuando tan solo era un bebé.85
Taehyung asintió, y sin dejar de ver fijamente a los ojos de su hermano mayor.
Dejó un beso en un lateral de la frente del niño y sobó su cabeza con recelo.63
—¿Si, qué?
—Sí, Seokjin.1.2K
[...]104
Había pasado rato desde que Namjoon salió del cuarto solo para volver por la
comida, entregársela a Jungkook y luego marcharse de nuevo. El chico comía
en silencio, preguntándose un montón de cosas justo en ese instante.
[...]56
Hay cosas que él sabe que podrían facilitarme y facilitarte a ti toda esta mierda.
7:54 a.m3
Es que no era un simple muchacho al que debía sacar de la casa donde estaba,
sino que era nadie menos que su rehén. Un niño que probablemente estaba
siendo buscado por mafiosos y policías comprados. No era fácil sacarlo y
llevarlo para que le diera información necesaria a Jimin, no era fácil decirle
que debía hablar sobre su negocio, sobre los movimientos de su padre y
probablemente sobre los clientes. Primero, porque no sabía si el chico
mentiría, y segundo; porque exponerlo y que supieran que era él quien lo tenía
en cautiverio, no era para nada favorable. Incluso sabiendo que nadie diría
nada, pero la gente nunca era completamente confiable.6
"Su niño". Pff, él mismo quedó extrañado de referirse a Jeon de esa manera.
Incluso cuando no estaba pensando en voz alta. Maldito niñito que le hacía
pensar cosas.194
—Mañana harás algo —la voz de Taehyung había resonado en las cuatro
paredes del encierro donde Jungkook yacía, sentado en el borde del colchón
con las rodillas a cada lado y un pedazo de pan en su diestra, haciendo que
abandonase sus propias cavilaciones. El sicario permanecía recostado de una
pared simplemente viéndole comer con lentitud y en estado de alerta.15
Kim caminó hasta él, las suelas de sus zapatos haciendo ruido tras sus pasos.
—Necesito que hables con alguien —le avisó—. Más bien... él necesita que tú le
hables. No sé sobre qué, pero debo estar ahí y tú también.
—No te importa, niñito, no ahora. ¿Ya terminaste con eso? —señaló el pan en
su mano y Jungkook negó con la cabeza. Su captor rodó los ojos y se le
acercó, arrebatándole el pan y tirándolo a un lado—. Pues para mí ya
terminaste. Ahora ve al baño, necesito que hagas lo que te dije.224
Jungkook se tensó.
—¿Alguna vez has visto como le sacan la lengua con un alicate a alguien? —
preguntó con fastidio viendo lo contestón del muchachito—. ¿O has visto
cómo se la arrancan, la pican en trozos y se la meten por el culo o se la dan de
comer hasta que la bota por la nariz y vomita?109
Al entrar al baño, Jungkook observó que había dos recipientes con agua. No
eran tan grandes, pero si con la suficiente cantidad como para darse un baño.
Sabía que la regadera no tenía nada de agua, así que venía directamente
desde el lavamanos y alguien tuvo que llenarlos en algún momento.
Taehyung carraspeó.
Por el amor de Dios, había pasado tanto tiempo sin tomar un baño decente y
esto era la cosa más fantástica de todas. Si, estaba siendo visto
completamente desnudo por el sicario y en condiciones horribles, pero eso no
le importó en lo más mínimo cuando vertió agua sobre su cabeza, sintiendo
que se deslizaba por todo su cuerpo una y otra vez hasta quedar empapado.
Y se sintió un poco miserable, porque había pasado por tanto, que estar en esa
situación tan horrible la sentía como un paraíso.
Taehyung observó con sorna cómo el chiquillo apretaba los ojos y entreabría
la boca, echando la cabeza hacia atrás cada vez que el agua —que estaba en la
temperatura perfecta—, recorría su cuerpo, mojándolo. Sus expresiones
exquisitas venían acompañadas de quejidos por el dolor de su cuerpo, pero
también suspiros de lo bien que se sentía.28
Suspiros que lograron que toda la sangre de Taehyung se concentrara en
un solo jodido lugar.245
—Con esa cara de placer parece que estuvieras a punto de llegar a un orgasmo
—se burló Kim, provocando que el chico volviera a la tierra de la que se había
alejado hacia minutos y le encarara con manos temblorosas—.
Continua, bonito. Me gusta verte.132
Sin embargo Jungkook creía estar listo, pues se empapó entero y medio
estregó su anatomía.6
—C-creo que ya terminé —dio por finalizada su tarea, poniendo ambas manos
frente a su entrepierna, para taparse, y bajando la cabeza.
Su secuestrado volteó por todo el espacio, porque no había visto dicha cosa
por ningún lado.
—N-no hay.
El chico estiró una de sus extremidades superiores para tomar el jabón, pero
cuando estuvo a punto de alcanzarlo, Taehyung recogió su mano y la empuñó.
—Pensándolo bien, creo que sería bueno que lo hiciera yo —comentó,
levantándose poco a poco del suelo y haciendo que Kook se echara hacia
atrás.261
—Haz lo que digo y punto —Jungkook obedeció sin mucho titubeo, pero sus
piernas temblaban—. Separa las piernas —y volvió a obedecer, demasiado
magullado estaba su cuerpo como para resistirse y provocar que lo golpeara
más.86
Y se odió.
Bajo todo el contexto estaba demasiado mal, pero el mentiría si dijera que no
estaba disfrutando los largos dedos de Taehyung masajeando su cabello y
sacando la mugre que desde hacía tanto tiempo se acumulaba ahí,
provocando que picara. Se sorprendió a sí mismo cuando echó su cabeza
hacía atrás y soltó un suspiro porque Taehyung tenía sus uñas dentro de su
cuero cabelludo y las había arrastrado desde el principio de su frente hasta el
final de su nuca, rascando y llevando cualquier rastro de suciedad en el
sitio.179
—¿Te gusta, cierto? —preguntó Kim, con su gruesa voz en el oído adverso.227
—Ajá...12
El cautivo apretó sus labios para no volver a soltar ningún sonido mientras el
sicario repetía el mismo movimiento. Después de eso, estiró de un solo jalón el
largo cabello de Jungkook y toda la espuma cayó hasta su espalda. Tomó de
nuevo el jabón y lo pasó por toda la espalda, axilas, torso, brazos, manos y los
muslos del muchachito, provocando que Jungkook se quejara cuando la
brusquedad del toque rozaba algunos moratones. No se negó a nada, trató de
permanecer lo más sereno posible y simplemente dejarse hacer mientras su
secuestrador le pasaba las manos por todo el cuerpo y luego tomaba el
pequeño envase con agua para retirar el jabón con el que restregó su
anatomía.103
Kim lo estaba gozando, estaba pasando sus manos por cada rincón de
Jungkook. Por su cuello, su espalda, su cintura, su cadera, sus nalgas y sus
muslos. Por todo su cuerpo sintiendo cómo el niño se tensaba para luego
relajarse. Mentiría si dijera que no disfrutaba tocarlo de esa manera, y también
mentiría si dijese que no estaba imaginando muchísimas otras cosas justo en
el momento en que Jungkook arqueó su espalda cuando Taehyung pasó las
manos por su cintura, permitiéndole ver cómo la espuma se deslizaba desde
su columna y se perdía entre sus nalgas seguido a pasar por sus muslos
debido al agua que estaba limpiándolo.91
Con el mayor morbo del mundo, la palma abierta de Taehyung fue directo
hacia el hombro de Jungkook y lo pegó más de la pared. La misma mano viajó
desde su hombro con parsimonia hasta su espalda y se detuvo cuando llegó al
borde de su culo. Dos de sus dedos rozaron entre el espacio de las nalgas de
Kook, más no hicieron ningún tipo de presión .94
—Tan solo mira como me pones, pequeño Jeon —confesó, juntando sus
caderas con las del menor y tomando cada muñeca de éste hasta ponerlas
sobre su cabeza, aprisionándola—. Tantas cosas que quiero hacerte justo aquí
y ahora...92
''Solo colabora..."252
Y así fue, porque justo cuando pensaba quejarse, Jungkook arqueó su espalda
a propósito sintiendo muchísimo más cerca a Taehyung.152
—Tienes un bonito culo, pequeño Jeon —le halagó, adosando sus belfo detrás
del lóbulo de Kook—. Tengo tantas ganas de enterrarme en él con fuerza y tan
duro, pequeño Jeon. Tantas ganas de hacerte llorar y gritar mientras te follo.54
—¿Por qué lo dices? —el maleante se pegó mucho más a su cuerpo y Jungkook
curveó mucho más la espalda. El labio inferior de Kim comenzó a subir y bajar
en la zona—. ¿Acaso no he dejado claras mis intenciones contigo?
—Lo único que me queda claro es que me has dicho todo este tiempo que
quieres follarme —explicó, moviéndose contra la erección ajena y sintiendo el
cálido aliento de Taehyung en su cuello—. Pero... tú no me has puesto un dedo
encima a menos que sea para golpearme.119
—Yo no follo a la misma persona más de una vez, Jungkook —le explicó—.
¿Sabes por qué?143
—Porque después de follarlas, las mato tan horrible, que haberlas violado es
solo un... disfrute —susurró—. Y a ti yo no quiero matarte todavía.83
—¿Por qué, hm? —preguntó—. ¿Por qué no todavía? ¿Igual lo harás, no? ¿Cuál
es la diferencia?
El asesino tenía sus dientes rozando el níveo cuello del muchachito de arriba a
abajo.
—La diferencia es que justo ahora no soy un monstruo y no te haría tanto daño
como quisiera —le confesó—. Todo lo que has visto y consideras malo de mí,
no es ni una mínima parte de lo que soy en verdad. Y sinceramente... no sé por
qué he tardado tanto contigo.1
—Hazlo —pidió, echándose más hacia atrás—. Y-yo quiero que lo hagas.258
Dicho eso, abandonó el agarre de Jungkook y este se volteó para verlo a los
ojos. Estuvo a punto de irse, sin embargo justo cuando se dio media vuelta, el
chico tomó su brazo y le jaló.9
—¿Y qué pasa si... yo quiero? —Jungkook llevó su mano hasta la erección ajena
y la apretó de arriba abajo, ganándose que el sicario entreabriera sus carnosos
labios y pegara el puño a la pared, acorralando su cuerpo—. ¿Q-qué pasa si me
complaces a mí y te das un gusto tú? Sé que quieres, V. Ya después podrás
matarme y me habrás disfrutado tanto como tú querías. No lo hagas por ti,
hazlo por el pequeño Jeon —pronunció suave, alzándose en la punta de sus
pies para llegar a la oreja adversa.591
Se odiaba en realidad.114
Jeon le tomó del cuello con ambos brazos alrededor, pegando ambos labios y
rozando los suyos de arriba abajo sobre los contrarios.
—Sé todo lo que digo y hago —sus ojos negros no abandonaron los pardos de
Kim—. Vamos, házmelo.193
Se repudiaba.187
—Deja de jugar con fuego cuando tus manos son volátiles, pequeño Jeon —
advirtió, apretando más fuerte el agarre en ambas zonas—. Te vas a quemar.2
Pero Jungkook supo que la había cagado terriblemente cuando los oscuros
ojos de su captor se endurecieron y su entrecejo se frunció, empezando a
mover sus pupilas de lado a lado.286
Kim Taehyung.
Taehyung.
V.
Parte de sus órganos estaban a plena vista por la cantidad de golpes que ese
hombre le había dado hasta abrirle la piel con brusquedad. Sus entrañas
manchaban la alfombra beige de tanta cantidad de aquel líquido, su estómago
y uno de sus intestinos siendo prominentes para verse. Uno de sus senos ya no
parecía algo más que una pila de carne amorfa y uno de sus dedos tenía el
hueso afuera por completo, dándole una forma irreal. El resto de sus manos
estaban rotas y con la muñeca dislocada y llena de cardenales. 8
Choi Yenjin.
Su entrepierna había sido desgarrada por algo filoso que dejó toda su vulva
echa un desastre sangriento hasta que la matriz fue visible. Los moretones
adornaban su cuerpo, pareciendo tan infinitos como si se mirara a las estrellas
en el firmamento; no podías contarlos porque eran tantos, que algunos los
contarías más de una vez. La mitad de su cara estaba desencajada y con la
boca abierta por el maxilar que había sido quebrado y de su cabeza salía un
charco vinotinto y espeso tan oscuro que se perdía entre los pedazos encefálicos
y craneales que rodeaban la putrefacta, desastrosa y aterradora escena y
estaba debajo de Saeji como un velo.38
Sus ojos, que en algún momento tuvieron un iris de color miel oscuro —iguales
que los de su hijo menor—, estaban secos y fuera de sus orbes.
Mami no era mami, porque mami estaba muerta.240
Ella había sido violada, luego torturada a golpes hasta que finalmente el bate
lleno de clavos hizo de las suyas en manos malignas, para convertirla en nada
más que un saco de huesos y carne lleno de moscas y plasma seco. 6
Y peor fue cuando el pequeño Taehyung, que ya estaba llorando con la boquita
abierta —horrorizado—, giró la vista.
Kim Seokjin.229
Jin hyung no era Jin hyung, porque Jin hyung estaba muerto.171
El único hermano por parte de ambos padres, había sido asesinado con tan solo
quince años de edad.131
Su pierna estaba despegada de su cadera, fue cortada con una motosierra que
aún estaba al lado de ambos cuerpos, misma con la que habían arrancado su
brazo y múltiples cortes en ellos, en el abdomen y rostro, convertían la escena
en el peor, perturbador y más traumatizante recuerdo para un niño que venía
llegando de su escuela y de pronto se encontró a un montón de policías fuera de
casa.55
—Yo no soy él, nunca seré él. ¡No soy Taehyung! —objetó molesto. 17
—¡No me llames así! —el niño empuñó sus dedos y gritó—. ¡Yo no le haría eso a
mi madre! ¡Y-yo no le haría eso a mi hermano mayor!
—Victoria... es lo único que siento cuando lo hago. Cuando hago eso siento que
se lo hago a él, así como él se lo hizo a mi madre y a mi hermano. Y no me
importan, las víctimas no importan con tal de verlas sufrir. 129
—¿Victoria? ¿Eso sientes, Taehyung?—el hombre alzó una ceja—. ¿Sientes una
victoria cuando matas tan cruelmente a esas ratas pensando que se lo haces al
otro Taehyung?
—Llámame V, V de Victoria.4
—Okay, V... ahora mata a este hombre. Hazlo como si estuvieras matando a tu
padre.95
Y doce años después, ese mismo demonio hoy día era un atragante y
cautivador joven con una sed de maldad inconmensurable. Hermoso por
fuera, horrible por dentro.5
"Seokjin"; por su hermano que no salvó y recordaría por siempre. "V"; por el
asesino infame en el cual se había transformado. Y "Kim Taehyung"; por el
nombre que lo hacía convertirse en dicho demonio.2
Tras un rato, Jungkook logró abrir uno primero, el dolor de manera inmediata
manifestándose hasta sus fanales, sintiéndolos salirse de sus cuencas. Le hizo
entrecerrarlos nuevamente, a la vez que un pequeño jadeo salía de su boca.
Sacó la lengua, sintiendo lo resecos, magullados y partidos que sus belfos
estaban; siendo historia total aquellos bonitos y acolchados labios que
siempre poseía, que adornaban su sonrisa celestial y cubrían su perfecta
dentadura pulcra. Tenía sed y la espesa saliva le recordaba lo mucho que
llevaba sin un vaso de agua, pero sinceramente no podía importarle menos;
entre la lista invisible de sus problemas, hidratarse conservaba el último
puesto.1
El dolor de esa zona frontal —que no le hacía agonizar, pero si quejarse bajo—,
le había recordado que muchas veces golpeó su cabeza, aunque este dolor se
sentía diferente; era como si algo presionara ahí y por dentro le ardiera,
palpitara con vehemencia. Su frente punzaba, mientras los ojos se le iban
abriendo de par en par tras el milésimo intento, obligándoles a acostumbrarse
a la leve oscuridad que ahora poseía el cuarto.
Recordó todo lo de... ¿hace rato? ¿Ayer? ¿Hace una semana? ¿Cuánto tiempo
había pasado? Mierda.144
Una de sus temblorosas manos fue hasta la frente, a ver porqué sentía algo
ahí. Cuando llegó, sus falanges palparon una cosa áspera; la cual si presionaba
parecía sentirse suave y acolchada contra su frente dolorosa. En ese instante,
sus orbes estuvieron completamente despiertos y vagamente intentó sentarse
en el mullido colchón.
Fue ahí cuando jadeó; un dolor recorriéndole como rayo todo su cuerpo,
llegando a partes que ni siquiera sabía que existían hasta entonces.42
Sus rodillas tenían casi el mismo nivel de agonía que su frente, parecían
entumecidas e hinchadas. Las coyunturas de sus brazos también, e incluso sus
manos temblaban al tratar de moverse. Su espalda carcomía, no era
insoportable, aunque si extremadamente incómodo; como si pequeñas púas
se incrustaran ahí. Aún yacía acostado en ese colchón extraño en el momento
que las saladas lágrimas abandonaron sus ojos, recordándole lo que recién
había vivido, lloriqueando bajito, casi silencioso. Trayendo a su mente las
palabras, los sonidos y las acciones más horrorosas que había podido llegar a
enfrentar a lo largo de su maldita vida podrida, pasando flashes de todas y
cada una de sus emociones incrustadas en lo más hondo de su mortal
subconsciente, lo más recóndito de su alma y lo más profundo de su
corazón.95
Si pudiera gritar para que el dolor se fuera, debía desgarrarse toda la garganta
hasta que sangrara y quedara sin voz; o se le salieran los ojos por la presión de
tantos alaridos. Si tuviera que correr para comparar la desesperanzada agonía
que sentía ahí, probablemente tuviera que llegar al nivel de una gacela salvaje
siendo presa de un león hambriento; la cual corría con tal desesperación que
ya no sentía las extremidades. Si lograse apretar sus puños para comparar la
impotencia, el desasosiego y la degradación que le calaba el ser; debía
enterrarse las uñas en la palma de la mano hasta que traspasaran el músculo
entero y la carne del dorso. Si tan solo pudiera comparar la vulnerabilidad que
sentía con algo; probablemente fuera con el nivel de miedo que brotaba de
sus poros cada vez que despertaba y el mismo condenado techo mugriento o
aquellas sabanas ásperas era lo que sus ojos veían, sumado al olor constante
de humedad y tierra siendo lo primero de lo que sus fosas nasales se llenaban
al volver a descubrir que seguía vivo y listo para continuar aguantando quién
sabe qué otra mierda más.
Había moretones por todos esos lugares; entre sus muslos y en las
pantorrillas, estaba seguro. No porque los viera —extrañamente llevaba ropa
que no recordaba tener puesta cuando toda aquella pesadilla terminó—, sino
porque al llevar su mano hasta los sitios y hacer presión, lo sentía. Se llevó las
manos a su cara y no palpaba la sangre escurrida; ni por sus brazos, ni por su
cuello, ni su cara o manos; estaba limpio. Parecía no haber rastro de una gota
de sangre de la cual estaba seguro se empapó con anterioridad.93
Y se hallaba acostado boca arriba cuando abrió un poco las piernas, buscando
moverse con lentitud, y el dolor le hizo detener el movimiento en seco.
Aún se sentía invadido, aún se sentía tomado a la fuerza, aún parecía que ese
lugar estuviera siendo abierto, embestido bruscamente y sin piedad alguna;
mientras gritaba para que él se detuviera, mientras pedía que no lo hiciera y
suplicaba, sintiendo sus lágrimas escurrirse hasta el borde de la mesa. Sus
uñas arañándole la espalda, las de Jungkook contra la mesa rasgando para no
desfallecer. Las astillas del mesón contra su cuerpo y su cadera siendo
apretada, la posesividad del agarre fijo, los gruñidos de Taehyung contra su
oído; su voz insultándole y denigrándolo más. La voz del rehén gimiendo el
maldito nombre de ese bastardo para que se detuviera por el dolor, pero el
verdugo mascullando el nombre alto de Jungkook entre dientes, con odio;
mientras lo violaba. Él supo que V disfrutaba eso, ejerciendo su superioridad
ante él más débil.218
Incluso podía sentir el viscoso líquido mezclado con su propia sangre, luego
haber estado de rodillas frente a Kim Taehyung.96
Porque si, fue su culpa. Él pisó tierra desconocida, pensando que encontraría
algo bueno, y deteniéndose en seco cuando vio el infierno mismo reflejado en
ojos oscuros, cabellos castaños junto a raíces negras, dedos largos, alta
estatura y una barba que a penas se notaba.121
Jungkook fue un estúpido inútil que no pudo controlarse y no fue lo
suficientemente astuto como para salir totalmente ileso. Él lo provocó todo
como el condenado, asqueroso e inservible inútil que era. Así se sentía.12
"Si alguien te daña, Jungkook, es porque tú te dejaste dañar. ¿Sabes por qué?
Porque nadie es destruido sin antes haberle dado a otro el poder de
destruirle."220
Estaba recordando las palabras que le fueron dadas cuando tenía ocho años y
que se repitieron justo en ese instante. Todas aquellas estando en sus
recuerdos más horrorosos, de los que, aunque lo deseara con toda su alma, no
podía escapar. Se sentía tan mal; tan usado y desgastado, tan sucio. Su culpa,
de nadie más.
El rehén siguió sin opinar nada y aún su vista estaba intacta contra la de V. La
conexión quizá hasta podría cortarse, la tensión palparse y el miedo aspirarse
en cada inhalación dentro del lugar; a penas estaban a unos tres metros de
distancia.
—Eres un maldito, Jeon Jungkook —le insultó con recelo, apuntándolo con el
marlboro—. Un maldito niñito con suerte, uno que rapté en bandeja de plata
para succionarlo hasta drenarle, para beber hasta la última gota de su dulce
sangre y hacerle ver el mismísimo inframundo a través de mis ojos mientras lo
volvía mío —dos de sus dedos fueron a sus ojos y luego apuntó a Jeon.
—Me presento, aunque ya sepas bien quién soy, pequeño Jeon —le guiñó un
ojo con descaro—. Soy un maldito que va a volverse la peor escoria que hayas
visto en la vida. Mi nombre es Kim Tae Hyung.211
''Y tú eres Jeon Jungkook, el malnacido mocoso por el cual acabo de caer." 291
—Kim Tae Hyung —repitió parte por parte—. Grábate ese maldito
nombre, pequeño Jeon —lo señaló con el índice—. Para ti; V ya no existe,
nunca existió y entre tú y yo jamás existirá. Soy Kim Taehyung ahora, ya
obtuve mi victoria contigo.133
O al menos, el principio de ella.52
Jungkook seguía sin decirle nada, ¿de verdad cambiaría algo si se desgastaba
insultándole? ¿De verdad su suplicio y agonía podrían disminuir si le gritaba
cuatro mierdas? Él sabía que no, y aunque estaba seguro de que hace rato —
horas, días, ¿cuánto, maldición?—, su dignidad se había ido por el caño y que
hace días quería acercársele, no permitiría que le vieran débil, porque eso era
exactamente lo que su verdugo personal quería; verle desfallecer, verle
sollozar y suplicar.
Por eso mismo, mientras se estaba desmoronando por dentro; secó sus
lágrimas, apretujó los ojos, sorbió por la nariz y alzó su quijada.
—¿A-a qué hora iba a hablar con ese alguien? —Jungkook levantó su frente en
alto, como si ninguno de los sentimientos previamente mencionados
estuviera ahí—. N-no sé cuánto ha pasado, Taehyung, pero me dijiste que
hablaría con alguien.344
Y por el amor de Dios, si es que existía, Taehyung esbozó una gratificante y
cuadrada sonrisa con sorna cuando ese niño le llamó así.5
"Los hombres no lloran, hijo, los niños sí. ¿Eres un puto niño o eres un gran
hombre, Jungkook?"194
No quería demostrar lo afectado que estaba, porque eso solo significaba que
alguien había podido contra él, que no pudo mantenerse y soportar, que no
logró destruir a quien quería destruirlo. Solo demostraba su condición de
súbdito ante un imperio que lo torturaba con orgullo hasta quebrantarle
desde adentro.
"¡No seas un maricón, abre los ojos, Jeon Jungkook! El mundo es una maldita
mierda. Si no jodes, te joden... ¿vas a dejar que te jodan o serás más fuerte,
hijo?"195
Y quería morir desde que eso había comenzado, estaba seguro, pero el último
grado de humillación lo había alcanzado y ahora solo quedaba cambiar
radicalmente su actitud y ser más fuerte. No quería, sin embargo, aquellas
palabras después de tanto tiempo volvieron a sucumbir en su memoria y,
avivando sus recuerdos, llegó a la conclusión de que haría lo que había
pensado con anterioridad.
Haberse comportado dócil no había funcionado, bien. Ahora tocaba ser cinco
veces más fuerte —quizá diez—, y no mostrar su sufrimiento. Tocaba
comportarse como la piedra más fuerte; aquella que no podía ser magullada
ni por el más fuerte de los huracanes, la más alta marea o la más ardiente
lava.1
El mayor relamió sus labios antes de levantarse del suelo, y quizá Jungkook
hace un par de días habría bajado la vista por miedo. Sin embargo, ahora lo
miraba tenso, sin parpadear; como si su presencia no le afectara en lo más
mínimo. Aunque lo hacía.
—Levántate, pequeño Jeon —pidió, solo para ver la reacción impropia—. Anda,
inténtalo.99
No.
El odio era un sentimiento que ese niño jamás había sentido hasta que
conoció el semblante de ese hombre. Y por eso mismo, alzó su rostro para
encararle y sin quitar la mirada de él, volvió a impulsarse hasta quedar
completamente de pie sobre el colchón, ninguna mueca estando presente en
su rostro más que aquella que le volvía inquebrantable en medio de
escombros.288
Y Kim Taehyung pudo jurar que disfrutaba que ese par de ojos pardos lo
desafiaran; incluso cuando sabía que aquel chico era su nueva distracción
personal favorita, incluso si se creía fuerte, aunque por dentro estaba hecho
añicos.5
¿Por qué se sentía tan bien saber que lo dañaba y él seguía ahí soportándolo?
¿Por qué se sentía tan bien con solo verlo llorar por su culpa? 110
Por eso, cuando el sicario volvió a unirlos y cerró sus ojos, el menor se dejó
embriagar por el picante sabor a cigarrillo, por la lengua caliente enredándose
con la suya; llegando hasta su garganta de manera bestial, robándole el
aliento, profanando su cavidad sin decoro. Jungkook se dejó emborrachar por
los labios de Taehyung perfilando los propios, por su ligera barba raspándole
la quijada, por sus respiraciones volviéndose una sola y por su necesidad de
tenerlo así de cerca por pura conveniencia.3
Aunque lo odiara.1
—Del uno al diez, ¿qué tanto miedo me tienes? —fueron las palabras que dijo a
milímetros de esos belfos maltrechos sin quitar sus ojos de los negros de
Kook.
—Y del uno al diez... —su voz había salido más ronca, gutural, baja y casi que
rasposa—. ¿Qué tan malo puedo ser?75
Esta vez fue Jungkook que cerró los ojos, siendo el peón débil de un juego
mortal, voraz; y adosó sus labios a los de su verdugo, robándole un gruñido
cuando sus dientes delanteros jalaron aquel belfo inferior con brusquedad.69
El sicario gruñó, separándose solo para plantar un beso en su frente, por sobre
aquella gasa que hubo puesto hacia horas. Jungkook tan solo cerró los ojos
sintiendo el incómodo dolor en la cabeza, de igual manera se hizo el conforme
y le miró otra vez.11
[...]39
Kim Taehyung; el sicario que había citado días atrás, Kim Namjoon; la mano
derecha de Taehyung —y manoseador profesional del culo de Park—, y Wang
Jackson, uno de los esclavos medio leales de Taehyung. A ellos tres ya los
había visto antes.210
"Hazlo por mí... Jimin, no pido más nada. Es solo un niño, tiene su misma
edad."276
—¿Qué tienes para mí, Park? —inquirió Taehyung, sin dejar de conectar su
mirada.
—Ya...
—De todo un poco, todas son buenas noticias y serán aún más buenas cuando
este amigo de aquí abra la boca —señaló al niño—. Un gusto, joven Jeon. Mi
nombre es Park Jimin y tengo cosas buenas y malas que decirte.2
—La buena es que aún sigues vivo —sin que nadie notara, el pelirosa vio a
Namjoon y guiñó un ojo.145
—El único papi de este mocoso soy yo —soltó tajante, ganándose una risita de
Jimin.540
—Ya, bueno —Jungkook se limitó a hablar y rodar los ojos—. Nunca habrían
podido matar a mi padre, de todos modos.
—Bueno, los más cercanos a él son uno que otro socio, colegas y demás. El
más relevante es Bo Jongho; un magnate de bienes raíces que está a cargo de
todas las obras en la provincia. Es dueño de varios edificios importantes
donde Sihyuk se la pasa para llevar a cabo negocios que tienen que ver con el
manejo de finanzas. Los importantes quedan en Seúl o Gangnam, los no tan
relevantes; en Busan. Todos los lunes y viernes, a las dos y cuatro de la tarde
respectivamente, visita esos lugares y le escoltan seis hombres armados.4
—Lo es, bastante. Allí Sihyuk no será presa fácil. El edificio está repleto de
escoltas, cámaras y policías —informó Jimin—. Si quieres tener un éxito total,
necesitas mínimo cien hombres.
—¿Algún otro lugar que visite con regularidad, o sea menos concurrido?
—Allí es donde entra la familia —expuso el pelirosa con un dedo y señaló las
fotos—. Tiene esposa, y dos hijos más aparte del que mataron.34
—Si —respondió socarronamente V, girándose hacia Jungkook—. Lo mató mi
querido suegrito.451
—Una persona no necesita matar a otra por sí misma para tener la culpa de su
muerte —dijo Taehyung—. Ni siquiera necesita tocarla para hacerle sufrir.32
—¿Sabes mucho de tocar y hacer sufrir personas, verdad? —era sarcasmo puro
en la voz de Jungkook.194
—Cómo no tienes idea, pequeño Jeon —ataja con burla—. ¿Se te olvida quién
eres y en la posición en la que estás?4
Carajo.
Jimin, por más que quiso, por más que intentó; no pudo evitar jadear ante la
mención de ese nombre y abrir sus ojos por completo. Mierda, esto era
fuerte. Taehyung nunca permitía que le llamaran así. Ni el mismo Namjoon, su
hermano, le decía de esa manera.83
''No quiero seguir viendo esto, Jimin... no quiero seguir viéndolo todo y no poder
hacer absolutamente nada''. Y de nuevo aquellas palabras en su memoria, las
mismas del chico a lo lejos.137
—Okay, V —masculló tranquilo, con énfasis en ese nombre por si algo pasaba,
pero Kim se veía extremadamente calmado—. Como decía; Sihyuk tiene una
esposa llamada Bang Hasoo, una hija de diecinueve años llamada Bang
Kyojoo y un hijo de dieciocho llamado Bang Chan.300
—Hasoo y Kyojoo están en Japón. La chica fue a estudiar animación y vive con
su madre. Bang Chan reside en Seúl y es un muchacho entrenado para una de
esas empresas de entretenimiento. Vive en un pequeño departamento con un
grupo de chicos.139
V asintió.
—¿A su hijo? —Taehyung vio a Jimin luego de esta pregunta y movió la cabeza
afirmando con obviedad—. ¿Por qué a su hijo?
—Ya, loco —Taehyung rio ante lo que Jimin dijo—. Ahora, Sihyuk le visita de
vez en cuando. No sé exactamente qué días, pero probablemente los fines de
semana. Lleva tres guardaespaldas con él y nadie más. No es un edificio
altamente seguro, tampoco muy concurrido. No es difícil de penetrar.
—Hm, de todos modos, nada es difícil de penetrar para mí —su vista fue
directamente a los ojos de Jungkook, riendo, y el chico recibió un golpe
emocional directamente en su orgullo.408
—¿Qué coño hago yo aquí? —Jungkook entornó los ojos con fastidio, tratando
de no pensar en las insinuaciones burlescas que Kim hacía—. Si se puede
saber.
—Impaciente, ¿no? —preguntó el sicario—. Bueno, este puto con cabello rosa
te lo dirá, porque yo no sé.150
Jimin asintió.
—Eres Jeon Jungkook y tu padre Jeon Jaeban —lo señaló—. ¿Sabías que tu
padre tiene un negocio de prostitutas?
Jungkook bufa.
—No son socios por eso; pequeño Jeon —fue Taehyung quien interrumpió—.
Shin no trabaja con Jaeban, ¿o me equivoco, Jimin?
—No, V, no lo haces —le dio la razón—. Jaeban no tiene socios, Jaeban tiene
testaferros. Shin Taogum no trabaja con tu padre, niño. Shin Taogum
trabaja para tu padre.82
Oh mierda.
—Si fuera así, ¿para qué te hablaría de la trata de personas, hm? —dijo
Taehyung—. Si Jaeban tiene su parte de la droga y te quiere en ella, ¿para qué
mierda te hablaría de los negocios de trata?
Park dio un ligero puño en la mesa para captar la atención del más joven y
luego lo señaló.4
—Tu padre tiene el negocio de las niñas —porfió Jimin de la nada, viendo al
chico estremecerse—. El negocio de prostitución infantil, tiene como dueño a
tú padre.56
—N-no, n-no es cierto —de verdad estaba tratando de no quebrarse justo ahí
—. Mi padre no podría hacer eso.121
"El fin justifica los medios, hijo. No importa a quién debas derribar o llevarte por
el medio para triunfar hasta lograr lo que quieras. Sea quien sea, lo haces y
punto."5
—¿Cómo sabes eso? —su voz salió más firme de lo que creyó.
—Tengo ojos hasta en el culo, niño. No te importe cómo, solo debes saber que
lo que digo es verdad.33
—Jeon Jaeban, cincuenta y dos años, capo de la droga en Asia, casado con
Jeon Saeji de treinta y seis años —comenzó con rapidez y superioridad—. Dos
hijos; Jeon Jihyo de dieciocho años y Jeon Jungkook de quince. No tiene
hermanos ni padres. Su testaferro mayor es Shin Taogum. Los negocios de
droga los tiene bajo su propio nombre, pero los de prostitución infantil a
nombre de Shin. En dado caso que ese negocio caiga, nada lo ata a él. Shin
aceptó porque sabe que ese campo es de los que más generan en una mafia y
necesitaba el dinero. También sabe que está resguardado, porque, aunque
sus malditos bolsillos estén llenos de dinero a borbotones, los de Jeon lo
están cinco veces más y este cuida de que nadie sepa eso. Actualmente, tu
padre está en Taipéi, esperando que encuentren a su hijito secuestrado,
porque prefiere tirarlo como carnada a que alguien lo toque a él.96
Jimin escupió cada palabra tan rápido que Jungkook casi se pierde en el
medio de su retahíla, de no haber sido porque estaba prestando toda la
atención posible.
—¿Algo más que desees saber, heredero? —interpeló con el entrecejo fruncido.
—No.
—¡Ay, qué bonito, Capitán América y Viuda Negra! —ni fingiendo ese tono, su
voz podía llegar a ser dulce—. Todos unos cabrones hijos de puta... ¿¡cómo
mierda se les ocurre semejante estupidez de decirles a niñas lo que están
haciendo!? ¡Los malditos críos tienen una maldita bocota y todo lo repiten!158
—Lo sé, V.
—Bah, entonces mataron a Chanyeol por eso, ¿no? —Jimin asintió—. No fue lo
que me dijo Sihyuk. Él dijo que fue por una deuda, cosa que no creo ahora.
Tampoco sé si estaba al tanto de lo que su hijo hacía —negó—. ¿Sabes algo de
eso? —Jimin replicó que no, con un movimiento de cabeza—. Tocará sacárselo
a Baekhyun por la fuerza. Por cierto, ¿cómo lo mataron?
—¿Quién lo mató?
Jungkook seguía sin entender qué coño le pasaba a Namjoon y por qué le
llamaba así a V, si su nombre según era Taehyung.35
—No, maldito estúpido —obvió—. ¿Cómo mierda crees que le voy a decir que
te tengo aquí, idiota? ¿Te fundió el cerebro la cogida que te di o qué?624
—Ah pues, qué bueno —insistió el espía—. Shin ya está al tanto de que es un
topo y me mandó a decirte que puedes hacer lo que quieras con él. Solo que le
avises cuándo vas a matarlo, quiere estar ahí.63
—Bueno, ¿y qué era lo tan importante que tenías que preguntarle? —esta vez
Taehyung señaló a Jungkook viendo que todavía nada relevante salía de sus
labios.
Jimin carraspeó.
—A ver, niño... —miró fijamente al menor—. ¿Quiénes son los trabajadores más
allegados de tu padre?
—Choi Hyuwon, Choi Wooseo, Park Jaekyu, Park Hwajoon, Bo Yoohyuk y Kim
Yongsun —contestó, siendo fiel a la respuesta—. Cada uno de ellos es
encargado de un departamento. Llevan cuentas, van a bares y son los perros
falderos de mi padre. Kim Yongsun es una mujer a la que siempre lleva a
reuniones, porque no es capaz de llevar a mi madre.159
—Justo como necesito —asintió con aprobación—. ¡Ah, casi lo olvidaba! ¿Qué
hay de la hija de Shin?
Jungkook se tensó y lo observó de golpe con los ojos abiertos de par en par.51
—De ella nada —respondió V—. Y de todos modos, si lo quisiera no tuviera que
pedirlo. Esa noviecita tuya debe s-
Jeon se alteró.
—¡NO NOMBRES A YUNA EN ESTO, HIJO DE PU-!276
Ni siquiera tuvo tiempo de terminar, cuando una bofetada hizo que girara su
rostro a la izquierda, escuchando su cuello crujir de golpe. Su moflete
ardiendo le hizo entrecerrar los ojos al sentir cómo volvía el dolor punzante de
su cabeza. Giró su rostro, respirando con rapidez y frustración y vio a
Taehyung con un semblante de recelo en su cara.7
—Que no se te olvide quién eres y cuál es tu posición ante mí, Jeon Jungkook
—profirió entre dientes, advirtiéndole—. No quiero otro maldito insulto de esa
asquerosa boquita, o sino yo mismo te arranco la lengua con las manos...
¿Estamos, pequeño Jeon?
—E-estamos, Taehyung.213
Él le sonrió y con abuso bebió de un sorbo el whisky que era del pelirosa.
Taehyung giró los ojos, tomó a su rehén ligeramente del cuello y le obligó a
levantarse mientras caminaban hacia la salida.
—Hora de irnos, pequeño Jeon —avisó al menor—. Jimin, pasaré un rato más
en Jeju antes de ir de nuevo a Seúl y poner orden con lo mío. Mientras tanto,
estaré disfrutando ciertas... cosas —sus últimas palabras fueron arrastradas
mientras pasaba un dedo por la cintura del azabache aprisionado.22
—¡Bah! Hagan sus mariconadas de mierda —se quejó el Kim menor—. ¡Diez
minutos máximo, Jun! No tengo toda la puta noche para esperar a que le
metas la polla.241
Namjoon y Jimin fueron testigos de cómo Jackson abría la puerta para dar
pasó a Taehyung, el cual posesivamente tomaba la cadera del chico a su lado
y salía de ahí, el dealer cerrando la puerta tras de sí. Esperaron dos cortos
minutos, no hicieron casi que ningún ruido, hasta que Jimin fue hasta la
puerta y miró por el ojo mágico, dándose cuenta que no había nadie en el
pasillo y que estaban totalmente solos.
Se volteó hasta el mayor, y este le dio una mirada total de frustración. El más
bajo fue rápidamente hasta él para abrazarlo, pegar la cabeza a su pecho y
acariciar su espalda.196
Jimin tan solo se limitó a negar con la cabeza en el pecho de su casi novio.3
—Pides demasiado, Joonie —dijo el pelirosa, por fin pudiendo hablar con
calma—. No puedo hacer eso, te van a matar, amor. Taehyung te va a matar.229
—No es tu asunto, tú no tienes nada que ver —le recordó para tratar de
apaciguar su angustia—. No es tu culpa y no puedes hacer nada.
—¡Yo soy parte de esto! ¡Yo también tengo la maldita culpa de todo! —vociferó
con calma, estaban solos después de todo—. Jimin... hazlo, no va a saberlo.
Cuando menos lo sepa, él se habrá ido. No quiero verlo haciendo esto, Jimin
—negó con su cabeza—. Es mi hermano, el único que me queda. No quiero
seguir viéndolo destruirse y volverse peor de lo que ya es.43
Namjoon era alguien tan piadoso, que era incapaz de odiar su propia sangre,
fuera como fuese e hiciera lo que hiciese. Para Namjoon, siempre
seria Taehyungie, su hermanito menor. Nunca V, el sicario a sueldo que
infundía miedo en quien lo veía. Nunca Seokjin, el que utilizaba el nombre de
su hermano muerto, porque el propio le daba asco. Nunca Taehyung, el
trastornado monstruo vengativo que mataba, torturaba, violaba y dominaba
como una bestia sin pudor o piedad. Siempre Taehyungie.129
''Jun... me gusta ser quien soy y estoy totalmente consciente de cómo hago las
cosas. Me gusta maltratar en todo sentido, hasta ver las cosas desechas y saber
que yo las hice añicos. Me gusta infundir miedo y que tiemblen ante mí con la
sola mención de ''V''. Me fascina matar hasta dejar los cuerpos irreconocibles,
bañados en sangre y pidiendo piedad a gritos mientras yo me burlo y los mando
al inframundo. Me fascina follarme a las personas, hacerlas ver el cielo para que
después caigan al vacío infernal de mi mente, mientras les arrebato el aliento y
la vida con estas manos sucias que los vuelven nada, porque los maté. 10
Y estoy bien así, Jun. Me volví una escoria, me volví alguien que no se reconoce a
sí mismo, pero me gusta esta versión. Me agrado yo mismo. Cada parte de mi
ser me llena en cantidades exorbitantes. Todo lo que me conforma, cada célula
de mi cuerpo, cada gota de mi sangre y cada recuerdo de mi pensamiento; me
han elaborado perfectamente. Me hicieron V, después de haber sido Taehyung.
Un arma, un escudo y todo eso siendo la cara de la misma moneda. 19
V es un verdugo que siente victoria cuando mata, eso tu lo sabes, Jun. Se siente
victorioso y eufórico, porque piensa que le hace daño a su padre, porque ve en
los rostros de sus víctimas el rostro de ese hombre que nunca le puso un dedo
encima a él, pero sí a quien le importaba. V se siente bien cuando alguien grita,
llora y sufre porque piensa en un rostro específico, no importa quien sea, a V le
gusta masacrar pensando que se trata de ese Taehyung.3
Pero Taehyung... maldición, Taehyung sigo siendo yo, Jun. Taehyung es peor, es
el próximo heredero al trono del infierno, ¿sabes por qué? Porque no piensa en
su padre, no piensa en nadie que no sea quien tiene al frente torturando. No
busca venganza o victoria; busca hacer daño, maltratar, matar y dominar. Él
busca el miedo más profundo de su víctima y la vuelve en su contra, usa las
desventajas contrarias como algo que lo llena, y Taehyung es a lo único que
podría temerle, hermano. Porque mientras que a V lo puedo borrar del mapa, a
Taehyung no. Mientras que V fue alguien que yo creé, Taehyung es algo con lo
que nací.65
Así que no me llames así... el día que permita que alguien vuelva a llamarme así,
pobre de esa persona. Porque le permitiré que lo haga mientras yo quiera, le
permitiré que me llame así sin hacerle saber las consecuencias, y le permitiré
que me maldiga con ese asqueroso nombre para que cuando se dé cuenta, sea
demasiado tarde. Taehyung es peor, recuérdalo siempre.281
Taehyung sería capaz de matarte, Jun... no vuelvas a llamarme así. Mejor usa el
nombre de nuestra tercera parte. Llámame Seokjin, eso me hará recordarlo de
buena manera. Ese será el nombre que usaré de ahora en adelante. Mira tu
brazo, aquel donde tienes el mismo tatuaje que yo, y que lo hicimos aquel día
donde celebramos nuestro primer homicidio juntos. Teníamos dieciséis y
diecinueve. Lo recuerdo porque había sangre en mi brazo. Lo hicimos en
nombre de Seokjin, porque le gustaban las aves y tú y yo queríamos recordarlo.
Llámame así, Jun, de ahora en adelante tendré el nombre de una de mis
mitades.125
Eres lo único que me recuerda que esta V de Verdugo puede ser más fuerte que
Kim Taehyung.''79
Siempre, siempre Taehyungie.3
—¿Namjoon...?
—¡Tiene quince años, Jimin! —chilla con voz entrecortada—. ¡Quince! ¡Es un
niño! ¡Tiene la misma edad que tenía Seokjin cuando lo mató mi padre! De
solo pensar que está sufriendo lo mismo que él, me pone mal.16
—¿Lo haces por ese niño, o lo haces por Taehyung? —pidió saber.
—Namjoon...
Jungkook se dio cuenta porque después haber hablado con el fulano ''Park
Jimin'' —que parecía tener chicle en el puto cabello—, le llevaron hasta la
habitación donde siempre se mantenía rehén. No volvió a ver a Taehyung por
todos esos días. Le pareció extraño que lo haya dejado ahí solo. Aunque no era
como si necesitara de su infame presencia deambulando por el cuarto
viéndole de arriba a abajo. Sin embargo; sabía que el hombre tenía alguna
mierda que hacer por la manera en la que lo dejó tirado en ese cuarto después
de decirle aquellas palabras.3
"Te voy a decir una puta cosa, niño; como llegues a dar problemas mientras no
estoy, cuando llegue voy a despellejar a todos estos hombres y luego haré que
te los comas mientras te rompo el maldito culo."256
Bueno, era obvio que sí. Namjoon le tenía una lástima horrible, lo notaba.12
Sabía que ese hombre sentía lástima por él, no por nada le había permitido
lavarse rápidamente dos veces el cuerpo con un agua extremadamente helada
que salía del lavamanos de aquel baño. Una hace tres días, y otra la mañana
de hoy. Jungkook se había restregado la piel con las uñas, Jun le dio diez
minutos como máximo para sacarse las esposas —aquellas que Taehyung
había dado órdenes estrictas de ponerle mientras no estaba con él—. Tomó el
baño y posterior a eso, pidió a Jun si podía lavar la ropa. Este, un tanto
asustado, le dijo que sí; pero debía ser únicamente con agua. El muchacho
aceptó y, sin que Namjoon supiera, lavó la ropa con el jabón que había
quedado tirado en el baño el día que Taehyung... hizo lo que hizo —y que
encontró en el suelo—. Después de eso, se puso la ropa interior medio
húmeda y le colocaron las esposas. Durmió dos noches seguidas con frío
calándole los huesos y adentrándose en todas sus fibras mientras se secaba lo
demás.50
Estaba destrozado.43
Sumado a eso, llevaba las mismas esposas que Taehyung le había colocado
días atrás y le dificultaban hacer de todo, ir al baño era una odisea porque si
simplemente quería mear; podía abrir la puerta, bajarse los pantalones y
volverlos a subir porque por suerte sus manos estaban hacia adelante. Ahora,
si necesitaba hacer otra cosa; debía gritar hasta que Jun viniera, quitara las
esposas y le dejara máximo cinco minutos en el baño donde Jungkook quería
morir y llorar mientras hacía sus necesidades.20
Nueve días sin ver a Taehyung era bueno, y a la vez le causaba ansiedad. Cada
vez que se ausentaba y luego volvía, pasaba alguna mierda mala. No sabía qué
hacía, con quién estaba o porqué se iba, y sinceramente Jungkook prefería
tenerlo a su lado y que le hablara de cualquier mierda obscena o lo besara, a
que se fuera por tanto tiempo y al hacer acto de presencia le hiciera algo
malo.145
No haría nada, no iba a intentar gritar o a tener otro ataque frente a Namjoon.
Demasiado con poner su vida en riesgo aquella noche, cuando trató de
quitarle la pistola. Era difícil no tener un ataque, pero era más difícil soportar
un castigo por tener uno.
Y justo cuando pensaba que ver al techo era demasiado aburrido, el sonido del
maldito motor de aquel carro tan familiar le hizo enderezarse en su sitio.77
Taehyung cerró la puerta del cuarto tras entrar. El rehén se tiró al colchón
inconscientemente —olvidándose por un completo momento que la cadera y
piernas le dolían—, y soltando un jadeo por lo fuerte que había impactado,
pese que era el colchón. Se mordió el labio, tratando de no soltar un quejido
muy sonoro, fallando porque igualmente se le escapó. Y odió mucho el
momento en que vio a Taehyung reír ante eso, mientras inspeccionaba una
parte de la pared que estaba hundida y sacando una pequeña llave plateada.
Taehyung se giró, con una sonrisa ladina que se iba borrando mientras se
acercaba al chico que le miraba con un rencor terrible. ¿Cómo no? Si su
verdugo empezaba a quebrantarlo una y otra vez, y aún faltaba.
—Ven acá, pequeño Jeon —habló desde su distancia.
Jungkook queria masacrarlo hasta morir. ''¿Qué? No... no, yo no soy así...''82
El hombre rió sin separar sus labios, había superioridad en aquella voz.
Superioridad que el cautivo detestaba, lo que daría por enterrarle una maldita
navaja en el cuello hasta verlo desangrarse frente a sí. "No, Jungkook... ¿qué
atrocidades estás pensando?''91
Taehyung sonrió.
—Voilá, pero aun así, me gusta ver tu cara cuando lo hago —bajó su pierna
flexionada y caminó por el espacio del cuarto—. Te ves tan humillado y roto.
Me fascina saber que es por mi culpa que estás hecho mierda y sin remedio,
viéndote débil —pronunció con desdén, pasando la lengua por sus labios—.
Aunque... te ves bonito también.
—Bonito, ya...
—Me gusta tu cuerpo, pequeño Jeon —Taehyung pasó su pulgar e índice por su
belfo inferior—. Y también me gusta mucho saber que me temes y entendiste
que entre los dos, soy el único que tiene potestad sobre ti.1
Y cuando Taehyung empezó a reír con sorna, el cautivo supo que seguiría
burlándose de él.
—¡CÁLLATE! —fue lo que gritó con desdén—. ¡CÁLLATE LA PUTA BOCA! ¡S-
SOLO CÁLLATE!
Kim calló su risa poco a poco, viendo que había conseguido la reacción que
buscaba en el niñito. Jungkook llevó su vista a un lado cuando aquel hombre
silenció su estúpida burla.
—¿Sabes una cosa? Deberías sentirte afortunado, porque las personas que
pasan por eso no viven para contarlo —eso llamó la atención del azabache,
haciendo que volviera a verlo—. Eres la excepción, Jungkook. Todo de ti es
para mí una puta y asquerosa excepción y desventaja. Mi desventaja.1
Desventaja.
Desventaja, sí.
—¿Y debería darte las gracias o qué coño? —curioseó, recordando las palabras
de su padre. Podía rememorarlas en su cabeza como un fantasma—. ¿Debería
darte algo a cambio?36
Taehyung pudo ver cómo el niño tornaba una voz más suave. Pasó a su lado,
observándole tranquilo y curioso, sentado desde el medio del colchón en el
suelo. Sus ojos viajaron rápido por toda la habitación, luego se posaron en él y
supo que Jungkook le veía de pies a cabeza.1
¿Qué era esa sensación de llevar a su pequeño Jeon al borde del precipicio y
tomarlo justo antes de que cayera?85
¿Qué mierda eran esas ganas de apretarlo contra sí, hasta recordarle que era
suyo por ahora, y quizá por siempre, mientras viviera?89
Le fascinaba su lindo cuerpo, aquel que cuando lo vio por primera vez estaba
bien formado, texturizado, pulcro y sin detalles; ahora tenía cada marca y
moretón provocado por él y que lo volvían su pertenencia más grotesca,
prisionero de sus propios sentires. Grotesca, mientras viviera, porque Jeon
estaba intacto comparado a otros que estaban ya comidos por gusanos.6
Le gustaba aquella estrecha y suave cintura, donde sus grandes manos y finos
dedos encajaban perfectamente. Más estrecha ahora que su delgadez se
notaba, mostrando mínimamente las costillas cuando hacía esfuerzo por
respirar, caminar o alzar los brazos. Le gustaban sus piernas torneadas, con
muslos llenos de matices color violeta, rosa y verde. Le gustaba mucho la
actitud tan miedosa que le demostraba tan solo cuando Taehyung lo veía.
Misma actitud que extrañamente había perdido poquísimo, quizá porque ya
había asimilado que le gustaba que le temieran.3
Le caía mal, de pensar que ese hijito de puta que tenía amarrado y maltratado
le gustaba; se ponía mal. Sin embargo, no podía evitarlo. No podía siquiera
mirar a un lado y callar sus impulsos. Y quizá si pudiera, no era algo que
haría.34
Y sus labios, sus labios que adoraba besar, adoraba morder y adoraba
volverlos uno. Su boca, que exploraba cada que quería y de donde conocía
todo rincón, importándole nada si sus labios estaban mullidos, rotos o si no
beber agua constantemente le provocara una sequía hasta raspar. Su lengua,
que se enredaba contra la suya ferozmente, rozando cada milímetro, porque
sí; el muy hijo de perra no era un mal besador, sus besos eran tranquilos, leves
comparados a los hambrientos, feroces y muy necesitados de Taehyung, aún
así; encajaban. Encajaban como dos piezas faltantes de un rompecabezas
oscuro, cruel y del cual las mismas piezas irían siendo rotas una a una hasta
que desapareciera totalmente.55
Taehyung se maldecía a sí mismo, por querer ahogarse entre esos perfectos
labios de manera que pudiera perderse y no regresar jamás. Eso era una lucha
constante de su propia mente macabra y sedienta de mal. Nada más ver a ese
chiquillo ahí a su merced, era suficiente para volverlo eufórico. Tan solo que
llorara por la cantidad de sentimientos que Kim le provocaba, le ponía tanto.73
El asesino queria que llorara por él, que gritara por él, que se retorciera bajo
él, que le suplicara a él, que le pidiera a él y que lo tocara a él. Bajo cualquier
maldito contexto donde simplemente ellos dos fueran los protagonistas de
aquel libro hecho de hojas negras.159
Y odiaba ese sentimiento de gusto que se le salía hasta por los poros cuando
estaba cerca de Jungkook.12
—Podrías darme un beso... pequeño Jeon —fue lo que dijo después de pensar
tanto, sin esquivar sus ojos de los impropios.194
Ya bastaba.
—Abre la boca, saca tu lengua —ordenó, él menor lo hizo sin mayor problema.
Taehyung sacó una sonrisa ladina y metió los dos del medio en la cavidad
bucal, sintiendo el calor de la sinhueso por sus finos dedos—. Chupa y traga. 209
Separó sus dedos, los pasó por los dientes para después sacarlos y con el
pulgar acariciarle los labios. Introdujo de nuevo ambos, ésta vez tocando la
parte interna de sus mejillas, llevándolos hasta la campanilla y haciendo que
Jungkook sintiese los ojos picarle. Esta vez si los cerró, haciendo que toda la
sangre de Taehyung se concentrara en un lugar específico. Demasiada saliva
se hallaba en su boca, y cuando Kim presionó su lengua, el niñito abrió los
labios, provocando que todo el líquido se escurriera, cayéndole por la barbilla
y deslizándose por su cuello.157
Kim llevó su boca hasta aquel apetecible cuello y deslizó su belfo inferior por
todo el camino que había sido pavimentado por la saliva contraria,
saboreándolo en su boca. Cuando llegó al borde del maxilar, atrapó piel entre
sus dientes, y mordisqueó la carne adornada con un mínimo lunar. Después,
volvió a bajar hasta el cuello, sintiéndolo con sus labios, raspando con sus
dientes y provocando que Jungkook echara la cabeza a un lado para brindarle
más espacio y llegar hasta esas bonitas clavículas perfectamente marcadas,
donde dejó una leve mordida y lo besó.120
—Taehyung... ¿qué estás h-...? —su boca se había liberado de aquellos dedos,
que ahora se posaban en su rodilla flexionada y hacían presión provocándole
una puntada, sin embargo era soportable—. T-Taehyung...
Jungkook cerró los ojos y luego Taehyung separó sus dedos llenos de saliva
ajena, viéndole de frente.
—¿J-jugar? —volvió a abrir los ojos y relamió sus labios, acercándosele hasta
casi rozar sus narices—. ¿Por qué jugaría algo donde siempre seré el p-
perdedor?75
—Porque te gusta perder —Taehyung susurró sobre sus labios y lo miró con las
pupilas completamente dilatadas, ¿qué le pasaba con Jungkook? —. Es más, te
gusta que te gane.98
—Hablas demasiado, V —Jungkook casi se abalanza sobre él, sin embargo, el
sicario le tomó rápidamente del cuello, aferrando su mano abierta ahí,
impidiéndole que uniera sus labios.24
—¿Qué te dije? —masculló entre dientes y subió el mentón para verle con
recelo—. Olvídate de V.
Jungkook alzó una ceja. ''No lo llames así...'' bien, ya lo había hecho varias
veces, y estaba consciente de que ese nombre no le gustaba. Aunque, era
consciente también de que le había obligado a llamarlo así; y él no queria
desobedecer. No obstante, la astucia era la madre de las estrategias.
Tae.114
Besarlo era besar el peligro, era besar un arma cargada lista para dispararle
hasta matar. Era tocar el infierno donde Kim era el diablo y Jungkook sabía
que las llamas lo iban a engullir y escupir como si fuera una escoria. Fundir sus
labios con los de ese monstruo era una abominación, una que estaba
dispuesto a asumir en el momento en que sus ojos penetraron los de su captor
y sintió las manos ajenas entre sus muñecas. Oyó un chasquido y supo que sus
extremidades fueron liberadas de aquellos pesados aros de metal.76
Taehyung metió su mano por dentro de aquella camisa que se le hacía tan
fastidiosa, así que la sacó y subió la prenda; para sentir como Jungkook se
tensaba ante el toque. Él seguía mordisqueando y besando aquel magnifico
cuello con frenesí, deslizando sus labios de arriba abajo y apretándose más
contra el rehén, si es que aún podía haber espacio entre ambos cuerpos. Soltó
una pequeña risa con sorna en el momento que entre los dedos índice y medio
tocó uno de los pezones de Jungkook suavemente y este arqueó la espalda,
soltando un gemido imposible de callar.181
Obedeciendo a todo lo que su nula razón quería, la mano que Taehyung tenía
dentro de su camisa bajó, masajeó y apretó el miembro de Jungkook. El
menor subió una de sus piernas a las caderas contrarias, mientras su captor
abandonaba su cuello para verlo directamente a los ojos.76
Pero Jungkook tenía sus párpados apretados con las cejas arrugadas y los
labios entreabiertos.
El sicario dejó de tocarlo por un segundo, Jungkook aún tenía todos sus dedos
enredados en aquellas hebras que se sentían demasiado suaves con ese
dueño tan áspero. No pronunció nada al respecto cuando abrió los ojos de
golpe, viendo a Taehyung sobre él. Se limitó a observarlo de frente y mientras
lo hacía, bajó sus manos desde el cabello hasta la nuca, manteniendo fijo el
agarre ahí.
—Voy a decirte algo, pequeño Jeon —avisó con voz tan ronca que parecía un
gruñido—. Algo por lo que me vas a llamar loco, aunque ya te he dicho mil
veces que no lo estoy, precioso...147
—¿Q-qué... qué cosa? —su voz salió demasiado entrecortada y una punzada le
recorrió cuando una mano presionó la parte baja de su abdomen—. Mh...
—Yo... ¿qué?
Otro húmedo beso fue dado al menor, que sintió sus labios ser chupados y
mordisqueados bruscamente entre los dientes contrarios hasta que Kim dejó
un cristalino hilo entre ambas bocas.
—La mente humana juega con los sentimientos de las personas y los llega a
confundir si ellos no tienen ideas claras —habló sobre su oído, poniendo
ambas manos a cada lado de la cabeza impropia y Jungkook se erizó—. Pero
mi mente no está confundiendo nada justo ahora, pequeño Jeon —volvió a
mirarlo—. Mi mente está perfectamente bien, y ella dice que me gustas, hijo de
puta. Me encantas.442
—Me volví avaro por ti, pequeño Jeon —comentó—. No quiero malgastarte,
prefiero conservarte y usarte a mi modo, que malgastarte.172
El niñito bajó sus manos con lentitud, llevando la vista gacha y respirando
pesadamente. Necesitaba respirar, necesitaba aire, necesitaba... ¿Gustarle?
¿Gustarle a esa cosa? ¿Gustarle a alguien tan repulsivo como Kim
Taehyung? No, eso era imposible. No podía atraer a alguien como él, no podía
levantar sentimientos en alguien como él, no queria, no...189
Taehyung llevó una mano hasta su cintura, y lo que hizo fue acercarlo más a
él, riendo bajo por la expresión en el rostro del pequeño; entre atónita y
adolorida.
—Tampoco me lo explico yo, niñito mío —le respondió, dejando besos por su
abdomen, lamiendo zonas que tenían a su pequeño Jeon meneándose—. Sin
darme puta cuenta de lo que estaba haciendo, terminé desarrollando algo por
ti —confesó con el entrecejo fruncido, ahora viéndolo—. Aunque no eres tú,
Jungkook. No me gustas por ser tú, me gustas porque me hace sentir bien
saber que te hago daño.345
—P-porque aunque son los besos de quien más odio, es lo único que puedo
disfrutar de ti.421
Por eso mismo llevó ambas piernas de Jungkook a su cadera y este las
mantuvo ahí fijamente. Volvió a besarlo de la misma manera, acorralando
ambas bocas, queriendo tenerlo cerca, perfilando su lengua y sus dientes.
Tomó su mano y hábilmente quitó la camisa, dejándolo sin nada en la parte
de arriba.10
—¿Has visto las malditas estrellas, Jungkook? —el nombrado abrió los ojos y
parpadeó demasiadas veces, ofuscado hasta la mierda. Negó; no sabiendo a
qué se refería Taehyung con exactitud—. Por supuesto que no las has visto,
hijo de puta, las tienes todas dentro de tus malditos ojos.934
—¿Qué estás-...?13
Jungkook lo supo por la inmensa cama que estaba en una esquina, nada más
con una sábana y una almohada pequeña. Frente a ella un espejo enorme y al
lado un escaparate con una oscura mesita de noche. El menor tomó asiento
rápidamente en el propio borde de la cama, y miró todo el cuarto, escuchando
como Taehyung cerraba la puerta. Jungkook buscó con la vista algo con lo
que pudiera ser golpeado. No había absolutamente nada más que los objetos
que vio anteriormente y en el techo una lámpara rota. El cuarto tenía una
ventana por la que entraba una mínima luz.
Patético.14
Ver su cuerpo en primera persona era algo triste, pero verse por primera vez
en un espejo después de tanto tiempo simplemente era... sofocante. Portaba
ojeras, unas malditas ojeras que lo hacían parecer un puto mapache muerto.
Tenía un pequeñísimo moretón en la mejilla, no sabía bien de qué
exactamente, y alrededor de su pecho había más marcas; en su cintura, en su
abdomen su cuello y clavículas. Su abdomen, que en algún momento estuvo
marcado, ahora podía observarse las costillas.1
Ese no era Jeon Jungkook, ese era una basura. Jeon Jungkook ni siquiera
existía. ¿Cuándo había muerto?237
Jungkook sonrió con una extrema malicia y echó su cabeza hacia atrás
cuando Taehyung mordisqueó una parte especifica de su cuello, sacándole un
jadeo ahogado e imposible de callar. El hombre lo tomó del cabello y mordió
su oreja, dándose cuenta de había un pequeño orificio ahí que no había visto y
jaló fuerte, siendo testigo de las manos de Jungkook afincadas en sus muslos
mientras sentía como se movía contra su entrepierna temerosamente.76
Insolente de mierda.62
El mayor empezó a deslizar su mano entre los muslos de Jungkook, apretando
ciertas zonas que solamente hacían que el niñito jadeara. Tenía la cabeza
hacia atrás pegada del hombro de Taehyung y este deslizó un par de dedos
por el ombligo contrario, subiendo por su estómago, apreciando a Jungkook
arquear la espalda y luego llegó hasta sus pezones, los cuales atrapó entre los
dedos rozándolos.
—No... no s-sé —mintió, por supuesto que sabía, no era un jodido estúpido.12
La mano de Taehyung fue con dos dedos hasta su boca, ni siquiera tuvo que
pedir que la abriera porque Jungkook ya lo había hecho. Incluso con su propia
mano sacó un tercer dedo y los metió hasta el fondo, casi hasta su campanilla.
Tan pronto como hizo eso, abrió ambos y vio directamente al espejo para
encontrar sus ojos, volviendo a copiar el gesto de aquella sonrisa que ni se le
hacía tan tétrica justo en ese instante.
—Taehyung, m-mételos...144
Él le bajó los bóxers rápidamente, Jungkook casi chilla cuando volvió a caer
sentado en su entrepierna. Taehyung lo arrimó un poco hacia adelante, tenía
los dedos perfectamente húmedos y suficientemente viscosos. Así que llevó
los tres hasta su entrada mientras Jungkook se retorcía poco a poco,
apretando las rodillas contrarias. Tanteó, regocijándose a sí mismo cuando se
inclinó a sus dedos y las yemas de Kim sintieron como Kook abría y cerraba el
anillo de músculos tras pequeñas presiones.85
—¡Ah! Ah... —Taehyung había introducido dos dedos de una sola vez. Sus
largos falanges fueron presionados por las paredes de Jungkook volviéndolo
un delirio—. Taehyung... T-Taehyung...
—¿Por qué estás pidiendo por mí, pequeño Jeon? —susurró, provocando que
sus vellos se erizaran aún más si es que se podía—. No tienes ni idea de lo
malditamente vulnerable que te ves encima de mi así...22
Jungkook lo sabía. Sabía que estaba siendo vulnerable, que estaba mal, que
era un maldito loco. Pero ya habría momento de arrepentirse, maldecirse y
frustrarse. Ya habría tiempo de pensar, no ahora; ahora nada más queria que
lo tocaran toda la maldita noche y la madrugada también.121
—Ah... y-yo sé cómo me veo... —mencionó, sintiendo sus paredes abrirse más,
la ligera presión y ardor disminuyendo demasiado poco—. E-estoy frente al p-
puto espejo, Tae...
Jungkook abrió los ojos y se vio a sí mismo en las piernas de ese tétrico
hombre, completamente desnudo y vulnerable, y le importó un coño cuando
otro dedo se introdujo en sí.
—Aunque te duela, te vas a venir sin tocarte —avisó—. Te tocaré solo yo,
pequeño Jeon.94
Y Taehyung solo se mordía los labios al estar clavado hasta el fondo de su ser.
—T-Taehyung... D-Dios...5
Los dedos del secuestrador acariciaron de arriba abajo el vientre del menor. El
niñito era tan delgado, tan manejable, tan quebrable y excesivamente suave
que no podía aguantar sentir todo a flor de piel.
—Shh... m-muévete, ¡mhg... por favor! —y el menor besa sus labios justo ahí,
erráticamente.188
Y quería por alguna razón hacerlo gemir fuerte. Tal motivo, logró que Kim
hundiera la cabeza en su cuello y le tomara con posesión las caderas,
alzándolo con brusquedad y luego bajándolo de golpe para empezar a menear
sus caderas de lado.60
Y los ojos de Jungkook se abrieron al sentir algo removerse lento y atravesarle
todo el cuerpo en una corriente que terminó instalándose en su erección,
avivándola.42
—¿Te gusta así, precioso? —otra vez rió toscamente y removió las caderas
impropias de lado a lado, sintiendo su glande chocar bien adentro y a
Jungkook gemir más fuerte cada vez que le daba donde sabía iba a volverlo un
caos—. ¿J-justo aquí, amor?367
Los labios de Jungkook fueron mordidos por sus dientes cuando medio giró la
vista y la conectó con él. Jeon lo escaneó de pies a cabeza, sus facciones
lúgubres, su sonrisa ladina, atrapante y malevolente, su expresión de sádica
satisfacción. El menor sabía lo que hacía, sabía que estaba compartiendo un
momento íntimo y con connotación mucho más potente que un beso, un
besuqueo, una caricia o palabras obscenas. Y todo, con la misma persona que
hace poco más de una semana abusó de él hasta despedazarlo y dejarlo hecho
trizas.2
¿Por qué no estaba rehusándose? ¿Por qué no sentía asco? ¿Por qué sentía que
solo importaba el ahora y nada más?75
Todo el asunto era simplemente retorcido; desde todos los puntos de vista.135
Y lo vio ahí sobre él, con la cabeza hacia atrás mientras tenía la boca soltando
gemidos bajos. Aprovechó jalar su cabello y hacerle mirar hacia adelante, el
muchachito mantuvo contacto visual con él a través del espejo roto y
Taehyung quitó el cabello de su frente exponiendo aquella gasa que tapaba la
herida —ya cicatrizada mejor, seguramente—, y de un tiro, la despegó,
ganándose que Jungkook viera aquellas marcas en su frente.
VDV.259
—Te marqué como mío hace mucho tiempo, y te marcaré mío ahora,
Jungkook —pronunció, lamiendo su cuello y afianzando el agarre en su largo
cabello—. Lo eres, estúpido. Eres solamente mío y jamás pertenecerás a nadie
más.5
Y es que Jungkook podía ser utilizado. Después de verse en ese espejo; le valió
mierda lo demás. Él había dejado de pertenecerse a sí mismo desde el primer
momento que cayó en las manos de Kim Taehyung.
—L-lo soy, Taehyung... —replicó con vista en el espejo—. Y aun así..., aun así
adoras tenerme contigo.382
Maldito insolente.58
—¿No aprendes a respetar, hijito de puta? —Jungkook reía bajo, y negó con la
cabeza—. S-sigues siendo un maldito insolente.162
El cuello del menor fue succionado, lamido y mordido por el asesino encima
de él. Taehyung tenía la cabeza enterrada en el espacio entre la oreja y la
clavícula de Kook, aprisionado esta última entre sus dientes mientras gruñía
del placer que él recibía mientras lo follaba de manera ruda. Con los dientes
atrapaba piel de su cuello, su hombro, sus clavículas, su oreja y su mandíbula;
para atenderla hasta oír gritos del leve dolor, gruñidos de placer en medio del
dolor o dejar una marca demostrando que le dolía.8
Dolor; quería que le doliera sin usar otra cosa que no fuera su propia libido.
—E-eres mío, pequeño Jeon —aseguró, colocando una muñeca de Kook sobre
la otra y apretando ambas con la diestra. La zurda la usó para entreabrir la
pierna derecha de Kook y ver la forma en que lo penetraba entero—. M-mio
nada más, a-así que me vas a respetar gustes o no, hijito de pu- 73
—N-no... ¡Ahg! ¡Ahg! ¡AHG! Yo no te teng-... Ah, ah... —su boca parecía gritar
por si sola. Taehyung estaba moviéndose tan brusco que Jungkook sentía que
iba a despedazarse desde el fondo de su ser—. Tu no mereces respeto,
Taehyung... ¡Mhg!96
Taehyung, aun con el agarre fijo en aquellas muñecas sobre su cabeza, puso
esa expresión tan tétrica que a Kook le helaba la sangre. Paró las embestidas
en un segundo y su mandíbula se tensó, comenzando a apreciarla mientras el
menor seguía con sus ojos fijos en él y tragaba duro.21
Entre sacudidas frenéticas, el cautivo llevó las palmas hasta las muñecas que
agarraban sus caderas y mientras más fuerte lo follaba su verdugo, le
enterraba fuertemente las uñas en la carne, para liberar algo de la presión que
estaba sintiendo. Sin embargo, esas acciones tan ridículas le daban a
Taehyung más motivos para cogérselo hasta que quedara afónico. Mientras
más sentía las uñas rasguñarlo hasta magullar en tajos mínimos su piel, más
daño sabía que le estaba haciendo al menor; y ese era el objetivo.17
Bingo.
Al escuchar cómo sorbía por la nariz, el mayor con una sonrisa victoriosa en el
rostro, le soltó las caderas y dejó caerlas sin mucho dolor en la cama, mas la
acción a Kook sí le dolió, pues tanto tiempo encorvado y cambiar de pronto, le
dio un mínimo calambre. Pero, ese mismo calambre no duró ni treinta
segundos, porque la parte de atrás de sus rodillas fue llevada hasta su cintura
y Taehyung sin haber salido aún de su reducido orificio, comenzó un vaivén
suave y parsimonioso, uno donde Jungkook a los minutos se acostumbró
entre jadeos cortos y suspiros erráticos.64
Kim yacía con las piernas entreabiertas para llegar profundo y tomarlo con
quietud. Al llevar la vista abajo pudo notar cómo la entrada estaba reseca, así
que importándole poco verse tan animal y morboso; acumuló espesa saliva
desde su garganta y escupió en el agujero de Kook —mientras estaba metido
entero ahí—. Luego lo sacó hasta dejar la mitad de la punta dentro para volver
a escupir y que tanto la entrada del menor como el pene propio quedaran
llenos del líquido. Ahí fue cuando el vaivén se hizo más rápido, pero sin llegar
a ser tan brusco como antes. Su pequeño Jeon empezaba a gemir más alto y
ya no lloraba como en un principio. Mejor fue para Kim, cuando el chiquillo
mismo se retorcía entre espasmos cada que le rozaba el perfecto lugar allí
adentro y tocaba la zona con la cabeza de su miembro varias veces cuando se
meneaba en círculos, en ocho, de arriba abajo y dentro fuera.178
Jungkook jadeaba por más, no estaba pensando con sentido común. Estaba
viendo a ese hombre sobre él, dejándole besos en el cuello, jalando su pelo,
mordiendo sus clavículas y adentrándose tan bestialmente en su culo de
aquella forma que lo hacía retorcerse y entrecerrar los ojos, porque su corazón
estaba bombeando sangre por todo su cuerpo dejándolo atontado. Su cabello
pegaba de su frente, escondiendo aquellas marcas. Sus labios estaban
hinchados y rojos, culpa de Taehyung comiéndose su boca y de aquel golpe
propiciado. Su cuerpo sudaba y casi que daba espasmos al punto de temblar
debajo del hombre.13
—Vas a venirte sin tocarte, pequeño Jeon —formuló el sicario—. Voy a hacerte
venir tan solo metiéndome en ti hasta que te ahogues con tus propios gritos.
No lo soportó.3
Pero el menor a penas procesaba todo a la vez, así que bufó y se dispuso a
hacerlo él.1
—Estás a punto de desmayarte y aun así quieres que te siga partiendo el culo
Jungkook —ironizó el asesino—. ¿Dónde quedó tu maldita dignidad?12
—N-no existe. Te... te la llevaste tú.207
Taehyung le tomó del borde del cabello y lo templó hacia atrás, casi
obligándolo a quedar semi sentado. Jungkook se agarró del borde de la cama
para no caer hacia adelante y su verdugo dirigió su boca a su oído.
—Estoy enfermamente obsesionado por ti, Jungkook, y que asqueroso se
siente —susurró cerca de su oído mientras seguía mordiendo su cuello. 123
Jungkook cayó a la cama otra vez mientras sus caderas eran posesivamente
sujetadas y rebotaban sus glúteos contra la pelvis del mayor. Una embestida y
podía sentir que las lágrimas se acumulaban en sus ojos hasta nublarlos. Dos
embestidas seguidas y podía sentir que las cuerdas vocales le fallaban
mientras gritaba a todo dar.8
—Hahg... mírate nada más como estás hecho un caos, precioso —bramó
suave, llevando la cabeza hacia arriba y mordiéndose los labios mientras
chocaba los glúteos de Kook contra sus caderas—. Eres mi precioso caos,
Kookie...70
—Mhg...
—Mio —el sicario dio una embestida más y le tomó la cintura con firmeza,
inclinándose hasta adelante y dejar una pronunciada mordida en la parte
trasera de su hombro, para drenarse completamente dentro de Jungkook
mientras lo oía gritar por los dientes en la zona sensible—. M-mio, solo
mío...173
—Las... las m-malditas estrellas, idiota —y dicho eso, cerró los ojos,
exhausto.373
Taehyung mordió sus labios y dejó un beso en los de Jungkook antes de que
estuviera completamente inconsciente. El chico se removió, cuando relajó su
semblante y reguló su respiración, Kim supo que cayó dormido. Luego se
tumbó al lado, boca abajo y con los brazos encima de su cabeza, también
cansado.16
(⚠️⚠️)346
La cama se había hecho de pronto más pequeña, el peso de al lado hacía que
se hundiera.16
Jungkook entreabrió los ojos, sus manos se sentían pesadas y estaban por
encima de su cabeza. Trató de llevarlas hasta su cuello porque había una
parte que ardía, pero se sorprendió al sentir cómo estaban atadas al espaldar
de hierro en la cama. Se desesperó un segundo, no entendiendo porqué tenía
los brazos atrás, giró la vista hacia arriba y notó que tenía las esposas
alrededor de sus muñecas y en el mínimo espacio que quedaba, cada una
tenía parte del tubo de la cama sujetado.71
Abriendo los ojos por completo, miró el techo de la habitación y recorrió todo
el cuarto con la vista. La mínima cantidad de luz que se filtraba por la ventana
le hizo saber que había amanecido; el rayo no era tan brillante o potente,
quizá eran las seis o las siete de la mañana, como mucho. Era extraño
levantarse tan temprano, pero sabiendo los horarios tan retorcidos a los que
se estaba enfrentando, no le pareció tan irreal. Jungkook observó los
alrededores del lugar, el cuarto era prácticamente igual a los otros a los que
había entrado, con la diferencia que este tenía el gran espejo frente a la
inmensa cama, la mesa de noche a un lado y dos puertas de madera, en vez de
una.2
Pareció dolido por un segundo, hizo una expresión con su rostro y se quejó
muy bajito por no poder mover las manos. Su cuerpo estaba dando ligeros
espasmos, por el frío que hacía incluso cuando era de mañana. Lo sentía
entumecido en algunas zonas, en otras ardía como si hubieran raspado con
algo filoso y cuando menos pensó, su mente le trajo todos los recuerdos de la
noche anterior, pasándolos como una película sumamente rápido.18
¿Cómo se le había ocurrido hacer eso con el mismo hombre que tanto lo había
maltratado? Mismo que lo había tomado a la fuerza días atrás y mismo que lo
tenía en unas condiciones nefastas, que había atentado contra su vida y lo
había obligado a ver cosas que no quería ver.11
¿Qué has hecho, Jungkook? ¿Con qué clase de hombre te has metido? ¿A qué
clase de juego macabro te entregaste?128
Se sentía tan mal de solo pensar que anoche no tuvo el valor de decir que no.
Aunque, de todos modos, no era como si iba a decirle "V, por favor, no me
folles" y él iba a responder "Esta bien, no lo haré". No, eso jamás pasaría. Eso
sería básicamente la cosa más imposible que le pudiera llegar a pasar. Por un
lado, quería llorar, no de tristeza o angustia, sino de frustración por haber
hecho eso. ¿De verdad había pasado? ¿De verdad ayer estaba retorciéndose
porque ese hombre lo tomara así? ¿De verdad ayer estaba gritando y babeando
por él de manera grotesca? Que era un maldito niño siendo tocado en todas
partes y a la vez follado hasta que se caía la baba, lo sabía, lo recordaba.
Y lo peor de todo es que ni siquiera tenía planeado que fuera así, cuando
pensó en eso, pensó que sería algo rápido y conciso, pensó que sería una
follada común y corriente —¿de qué hablas Jungkook? Si has follado dos veces
en tu vida antes que él y tienes quince años, no sabes ni puta mierda—, jamás
pensó que lo dejarían tan al borde, gritando, pataleando y suplicando. Jamás
pensó que terminaría pidiéndoselo como un hombre sediento que pide agua
de un manantial o busca un oasis. Jamás, nunca, no.287
¿Qué has hecho Jungkook? ¿Qué te han hecho, pequeño Jeon? Se preguntó a sí
mismo, incluso llamándose por el apodo que le había puesto Taehyung desde
el primer día.10
Y aunque se sintiera mal, por un momento analizó todo. ¿Podía haberse
resistido? No, si lo hubiera hecho tan solo terminaría peor que la última vez, y
de solo recordar que eso había pasado —y que con el mismo que había
pasado, también ocurrió la noche anterior—, le daban ganas de pegarse un
jodido tiro en la puta frente y matarse de una vez para no estar martillándose
la cabeza con eso.2
Que ese tipo era un hombre malo, era grotesco, un maleante, un sádico
sediento de maldad, que Jungkook era su presa, su juguete, su rehén y
Taehyung era el verdugo que quería matarlo porque así lo pidieron. Estaba
total y plenamente consciente de eso; y aun así no pudo decir que no a nada,
no cuando sabía que podrían lastimarlo y a la vez que lo estaban tocando
como nunca en su maldita vida lo habían tocado.
Bueno, ¿ahora le gustaban los hombres? No, qué horror, eso no es cierto. A él
no le gustaba ese tipo. Jungkook solo hizo eso porque si lo mantenía
complacido con sexo, entonces no tenía que golpearlo. Prefería tener su polla
hasta el fondo del culo, mientras se ahogaba a gritos pidiendo por más y la
dignidad se le iba hasta el fondo de la tierra, que tener sus manos partiéndole
la nariz, ahorcándolo o incluso esos malditos tubos golpeándole el cuerpo. No
lo hizo porque quiso, lo hizo porque era la mejor opción. Por eso mismo se
mostró tan complacido en un principio, aunque... sorpresa, después todo
pareció fluir con naturalidad, donde su cuerpo respondía positivamente —
mientras él se odiaba—, ante todo lo que Taehyung le estaba haciendo y lo
único que tenía que fingir eran ciertas palabritas para montar el show.211
Porque eso había sido todo; un show, no sintió nada. Si, ¿verdad? Si, obvio.277
¿Por qué estaba avergonzado? ¿Por qué el corazón le latía tan fuerte? ¿Eran
nervios? Porque sinceramente, Jungkook conocía el miedo como la palma de
sus magulladas manos, y en ese preciso instante, el miedo no estaba
recorriendo sus sentidos aun sabiendo que tenía a Taehyung a milímetros,
pudiendo escuchar su respiración pausada y ver su pecho desnudo y con
arañazos subir y bajar. Aún cuando sabía de lo que era capaz, Jungkook no
estaba sintiendo miedo de él.61
Y se veía... bien.347
De pronto una duda pasó por su cabeza... ¿cuántos años tenía? No parecía
demasiado mayor, y tampoco parecía un joven. ¿Treinta y cinco? No, era
demasiado, su madre tenía prácticamente esa edad y se veía mayor que
él. ¿Treinta? Probablemente podría tener unos treinta, aunque con sinceridad
no quería saber que se había acostado con un hombre y de paso que le
doblaba la maldita edad o iba a desmayarse ahí mismo. ¿Veinte? No, no tenía
cara de joven, definitivamente los pasaba. Sabía que era mucho mayor que él.
Era más alto, tenía la voz gruesa y sus actitudes eran una mierda. Terminó por
llegar a la conclusión de que tenía unos veintialgo. ¿Veinticuatro, quizá?140
—No pareces alguien que yo odiaría, maldito hijo de puta, pero lo hago.118
Y volviendo al mismo puto tema, ¿por qué mientras dormía parecía alguien
normal? ¿Por qué cuando le hablaba tan pacíficamente parecía un tipo serio y
correcto y no un malnacido trastornado psicópata que ahora supuestamente
"le gustaba"? Puta mierda, es que si no estuvieran en esa situación, Jungkook
juraría que ese hombre era un tipo banal que hacía cosas normales como un
ser humano cualquiera. Pero no era así, y de solo pensar que estaba viéndolo
a su lado, sin nada de miedo recorriéndole las venas entre la sangre, a pesar
de estar atado a una cama, sin ninguna movilidad en caso de que tuviera que
salir corriendo y recién follado por él, Jungkook casi cae en coma.15
Había decidido algo esa noche, algo crucial. Algo que definitivamente solo
necesitaba que ocurriera lo que ocurrió hace horas para por fin decir que
estaba de acuerdo. Si iba a dejarse follar por Taehyung con tal que lo hiciera
sentir así y no lo golpeara, lo haría con gusto. Estaría más que conforme de
convertirse en lo que sea que se llamara eso, con tal de no morir en sus
manos.48
Podría pasar todo el día siendo follado, si eso significaba pasar todo el día sin
un golpe.206
Sus ojos pesaron, así que volvió a cerrarlos, con toda la confianza del mundo
como si no estuviera al lado de él, y se dejó caer de nuevo en los brazos de
Morfeo, solo con una última imagen de Taehyung sobre si mientras le decía
aquella estúpida frase que estaba matándole las neuronas.
[...]119
Jungkook volvió a abrir los ojos, aunque esta vez tenía el rostro hundido en un
brazo, sorprendentemente ya no llevaba los pesados aros de metal en sus
muñecas. Tanteó la cama con los ojos cerrados, haciéndose el dormido que
solo se estaba moviendo un poco y cuando no sintió a Taehyung, dejó la mano
justo donde la medio había movido solo para no parecer tan obvio.
—Sí, V —contestó una voz un poco distante—. Solo son esos tres hombres.3
—Nadie, en realidad.
—Por eso mismo necesito que estés aquí, V —informó—. Oye, ¿estás solo? ¿Tus
esclavos dónde están?50
—Partieron a Seúl ayer en la tarde, Jun y Wang —habló Taehyung. Oh, eso
explicaba por qué Jungkook no le vio a Namjoon después de que le dio comida
la segunda vez—. Estoy solamente con... alguien.
—¿Con el chico?
—¿Aún? —el otro tenía ligera sorpresa en la voz—. ¿No se supone que-...?1
—L-lo siento.
Y de pronto ambos se vieron a los ojos, quedándose casi sin parpadear y
estando completamente conscientes de que los recuerdos de la noche
anterior les habían llegado de golpe, a cada uno. Tanto Jungkook, como
Taehyung, estaban viéndose fijamente mientras sus pensamientos
rememoraban cada detalle de hacía aproximadamente veinte horas atrás.55
Y quizá, las mejillas de Jungkook se subieron de tono cuando lo vio ladear una
sonrisa y agacharse para quedar a su altura.126
—Te ves muy bonito en mi cama, recién levantado y también recién follado
por mí —pronunció a escasos centímetros de su boca, viendo sus callos con
algunas ondas y su rostro hinchado—. Te juro que si no estuviera realmente
ocupado, te tumbaría de nuevo para hacer que sigas gritando por mí una y
otra vez.145
Sus manos permanecieron dando círculos entre los muslos del chiquillo
mientras que con una sonrisa ladina le veía, más era gracioso porque Kook le
rehuía la mirada.
—Sí, bueno —hizo una mueca mientras paseaba su mano por la sábana,
bajándola hasta que la cadera impropia quedó expuesta—. Puedo seguir
haciéndolo con tal de que te pongas así de necesitado conmigo.1
—C-cállate... —el chico hizo el amago de coger la sábana, más Kim la jalo a un
lado y le exhibió enteramente desnudo—. D-déjame...
—¡Taehyung...! ¡Tae! —se burló de él, haciendo una mala imitación de su voz
chillona anoche—. Juro que quiero grabarte y escucharte por horas. O mejor
—le miró de arriba abajo relamiendo sus belfos—... podría seguir follándote
por horas para que grites así.216
Sin más, el sicario entreabrió las piernas del chiquillo y puso sus palmas
abiertas a los lados de su cabeza, mientras buscaba su boca luego de
tumbarle hacia atrás.
—¿Solo la espalda, pequeño Jeon? —se jactó el sicario—. ¿No te duele la boca,
de tanto que te besé? —inquirió sobre sus labios—. ¿No te duele el cuello de
tanto que lo mordí? —bramó debajo de sus orejas, logrando que se curvara
hacia arriba. Kim se restregó suavemente contra su cuerpo desnudo y el chico
apretó las sábanas a un lado—. ¿No te duele el pene de tanto que te corriste a
chorros debajo de mi? —Jungkook jadeó al sentir dos dedos acariciando la
punta de su glande suavemente en círculos—. ¿No te duele el estómago por lo
profundo que llegué dentro de ti mientras te jodía fuerte? —los besos bajaron
hasta la manzana de Adán de Kook y los dedos tantearon su entrada lacerada
y aún viscosa—. ¿No te duele el culo por lo mucho que te llené anoche, mi
amor?342
—Mm, ya... —el contrario lo miró, y después de darle un casto beso en sus
labios, se levantó de la cama y lo señaló—. Mira, párate y ve al puto baño a
lavarte esa fea cara de muerto que tienes encima —le ordenó—. Tenemos que
salir y tengo cero paciencia justo ahora. No me hagas molestar, mira que tuve
un buen polvo anoche. Sin embargo, no fue suficiente —y sin decir otra cosa,
le guiñó un ojo y salió de aquel cuarto, cerrando con llave.180
—M-muérete...226
[...]189
Sobretodo, por el hecho de que cuando entró a aquel sitio mientras Taehyung
lo tomaba del cuello y venía detrás, Jungkook vio a tres hombres estar
sentados en sillas de hierro, amarrados de las muñecas junto con los tobillos y
dos con trapos en la cara para que no vieran. El chico fue llevado por Kim
hasta un mesón y fue sentado ahí mientras dos hombres que casi le doblaban
en estatura quedaron a cada lado de él. Eran altos, con traje y corbata. Sus
facciones le hicieron saber a Jungkook que no eran asiáticos. Uno era rubio de
ojos verdes y piel blanca, el otro era rubio de ojos marrones y tez un poco más
oscura. Sumado a eso, había otro hombre frente a los tres amarrados y tenía
el cabello castaño con un traje, fumándose un puro.64
Entonces, sintió la mirada encima de los dos tipos a cada lado, poniéndolo
incómodo y nervioso.
—Look at this baby, Derek —pronunció uno de los gringos, haciendo que
Jungkook afianzara el oído—. He's cute, isn't he?
''Mira a este bebé, Derek. Es lindo, ¿no?''362
Una risa tosca del otro fue lo primero que Kook percibió.
—Yeah... I would let my dick cut his ass until bleeding and then I would put it in
his mouth —contestó el otro e inmediatamente Jungkook sintió una mano
posarse sutilmente en su muslo izquierdo.
''Si... dejaría que mi polla le cortara el culo hasta que sangrara y luego se la
pondría en la boca.''356
—Yo, Derek! Control yourself, bastard —regañó el otro entre dientes—. What the
fuck are you doing?
''¡Eh, Derek! Contrólate bastardo. ¿Qué mierda estás haciendo?''61
—Just wanna touch him a little bit, Andrew —pronunció el tipo, subiendo la
mano hasta un poco más abajo de la entrepierna de Jeon—. How old is him?
Fourteen? Thirteen?
''Solo quiero tocarlo un poquito, Andrew. ¿Cuántos años tiene? ¿Catorce?
¿Trece?''247
Jungkook giró su rostro y lo encaró.
—I'm fiftteen, you fucking son of a bitch. And if you keep touching me like that,
I'll make that man cut your hands and put them inside your motherfucking
ass —escupió lentamente Jungkook, viéndolo de frente y señalando a
Taehyung que estaba de espaldas—. You get it?
''Tengo quince, maldito hijo de perra. Y si sigues tocándome así, haré que
ese hombre te corte las manos y te las meta por el maldito culo.
¿Entiendes?''721
Jungkook sonrió.1
—Uh, you're afraid? —el tipo pareció ignorarlo, pero su mandíbula estaba
tensa—. His name is Kim Tae Hyung; you should call him like that to see what
happens —tentó, con una sonrisa sarcástica y el hombre asintió lentamente.
''Ah, ¿tienes miedo? Su nombre es Kim Tae Hyung; deberías llamarlo así a
ver qué pasa.''370
Mark asintió.
—Todos, por eso no están gritando como unos malditos hijos de puta —obvió,
señalándoles con el último pedazo de puro—. Ellos saben que me fallaron y
ninguno quiere confesar.
Taehyung escaneó a cada uno de ellos, los que estaban cubiertos a penas
jadeaban, el que no lo estaba le miraba con recelo y asco.4
Si, esos eran los típicos insultos de los mafiosos gringos en Corea.58
—This rat is called 'V' and it's gonna end your life —escupió el sicario a
centímetros de su cara.
''Esta rata se llama ''V'' y va a acabar con tu vida.''34
—Wake up the rest, Derek —ordenó Mark, girando la vista hacia uno de los
hombres al lado de Jungkook.
''Levanta a los demás, Derek.''
El tal Derek tomó una inyección que estaba cerca de otro mesón y
rápidamente la clavó en la yugular de los dos hombres que estaban
inconscientes. Al cabo de un par de minutos, ambos empezaron a mover el
cuerpo para tratar de zafarse de las cadenas de metal que los ataban. El tipo
que los inyectó, les quitó la camisa que cargaban en la cara y dejó libre sus
rostros, luego se alejó para dirigirse hasta donde anteriormente estaba. Los
tipos habían sido golpeados, supo Kim, tenían moretones en la cara e
hinchazones graves.
—No me jodas, Mark, les cayeron a coñazos y no fui yo —Taehyung se dio por
dolido mientras giraba la vista para reírse de la desgracia de los demás y se
llevaba las manos al pecho—. Bueno, al menos aún siguen teniendo lengua y
dientes para poder hablar bien —se jactó.15
—¡J-jefe, yo no estaba ese día! —gritó uno de los tipos—. ¡Yo n-no sé qué pasó!
2
Taehyung sacó una sonrisa para luego quedar frente al hombre. Sus manos
pasaron por la quijada, buscando el moretón oscuro que estaba cerca de su
maxilar y sin tardar mucho en encontrarlo, empuñó duramente su mano y con
extrema fuerza estampó la manopla contra la quijada del tipo. El sonido fue
crujiente y un espeso hilo de saliva brotó de los labios del hombre tan pronto
como el hierro le partió las encías y sacó un diente.
Pero el tipo giró la cabeza sin saber qué coño estaba diciendo.22
Cuando el sicario no pudo partir el hueso con una mano, metió dos dedos de
su izquierda y los pulgares, abriendo la incisión, mirando la carne dilatarse y la
sangre mancharse el cuello por la cercanía.
El grito agónico que el hombre dio cuando sonó un ''crack'' y Kim le partió la
costilla a sangre fría, hizo que Jungkook enterrara la cabeza en su propio
cuerpo, porque no podía soportar escuchar esas cuerdas vocales desgarrarse
en aquel grito.
—¡¿VAS A DECIR QUIÉN MIERDA FUE?! —gritó Taehyung fuerte, porque los
gritos al borde de la muerte de ese tipo eran más altos—. ¡VAMOS, CABRÓN!
¡HABLA YA!16
—Bueno, esa lengua no te sirve entonces —anunció Kim—. Hey, white! Give me
the rope, the plier and come here, c'mon! —le gritó al mismo tipo, que
rápidamente fue a buscar las cosas en aquel lugar lleno de armas. Cuando
regresó, se las extendió a Taehyung—. Put the rope around his neck and choke
him. We're gonna cut that useless tongue.
''¡Hey, blanco! Dame la cuerda, el alicate y ven acá, vamos. Pon la cuerda
alrededor de su cuello y ahórcalo. Vamos a cortar esa lengua que no
sirve.''123
El tipo hizo lo pedido, el hombre que estaba agonizando en dolor quiso emitir
sonido alguno en protesta, pero ya no daba mucho más. El sicario tomó el
alicate y apretó las mejillas del hombre con sus manos, buscando sacarle la
lengua, mas era como si su boca estuviese dormida, así que le dijo al
tipo ''stronger'' y él apretó más fuerte hasta que la lengua del tipo salió por
reflejo. Tomó la punta con el alicate y la jaló, para ese momento, el afectado
de aquella tortura entrecerraba los ojos, más muerto que vivo. Taehyung
enterró el filo en medio de la lengua, trayéndose el frenillo y un pedazo de
labio también, junto a borbotones de coágulos. Un último grito fue emitido
por el torturado y su cabeza se inclinó hacia adelante, desangrándose y
vaciando el líquido desde su regazo hasta manchar el suelo.48
—Bueno, aquí sabemos quién hará eso, porque no voy a ser yo —el tipo se rió y
Taehyung hizo lo mismo—. Derek, prepare the guillotine.
''Derek, prepara la guillotina.''30
—Yes, sir.
''Si, señor.''129
Taehyung empezó a desamarrar las cadenas del hombre, oyendo los quejidos
y suplicas de los demás y riendo internamente porque sabía que los tres iban a
morirse esa noche. Al terminar de desamarrarlo, lanzó la silla hacía adelante y
el cuerpo inerte lleno de sangre cayó al suelo. Lo tomó de los hombros,
arrastrándolo hasta la filosa guillotina que el otro tipo había preparado y
posicionando su cabeza justo en medio de la madera, debajo del filo. Oía una
respiración suave, eso quería decir que se había desmayado del dolor, pero la
pérdida de sangre iba a hacer de las suyas en míseros minutos.
—Give me that, you white shit —le dijo a Derek que tenía la cuerda de la
guillotina.
''Dame eso, mierda blanca.''
—You're a white and a shit. Gonna call you however the fuck I want —y tras
decir eso, el tipo se alejó y Taehyung dejó caer el filo de la guillotina.89
El sonido del metal cortando el hueso que unía el cuello y la cabeza del
hombre medio muerto, podía compararse a aquellas escenas nauseabundas
de películas sangrientas. Su nuca era una fuente de sangre que brotaba hasta
dejar bajo su cuerpo un río rojo y la expresión de boca abierta que dejó la
cabeza al caer, más la mancha en las paredes y madera del arma de tortura,
eran escalofriantes.24
Siendo testigo de cómo la cabeza rodaba hasta sus pies, Kim la tomó entre su
zapato y la Colonia encima del empeine.
—Look! We have a new football ballon, you like it? —les dijo al resto, que
miraban al sicario con horror.
''¡Miren! Tenemos nueva pelota de futbol. ¿Les gusta?''230
Taehyung pateó la cabeza del cadáver hasta los pies de los hombres que
seguían amarrados y siguió escuchando pregunta tras pregunta de Mark,
tanto en inglés como en coreano y ellos diciendo que seguían sin saber nada.
Fue ahí cuando llevó la vista hasta Jungkook, él no estaba con una expresión
de miedo en el rostro, tampoco parecía algo específico. Solo lo veía fijamente
a los ojos con la respiración acompasada, más bien como si estuviera
preguntándole si de verdad acababa de hacer eso y el chiquillo bajó la cara en
el momento que Taehyung asintió parsimónicamente. Diciendo ''si'' para que
su rehén leyera sus labios.20
Kim volvió a preparar la guillotina dos veces más. La primera metió el brazo en
el filo y lo dejó caer rápidamente, viendo cómo caía la extremidad mutilada y
llena de moretones. Después hizo lo mismo con una pierna y al final del tipo
solo quedó una cabeza, una extremidad inferior y un brazo, separados de
media pierna junto a un torso que tenía la costilla rota y estaba repleto de
sangre.64
Un espanto.
Fue de nuevo hasta los dos hombres sentados y amarrados, el brazo que le
había quitado al tipo se lo acercó hasta la cara al americano que no quería
decir nada e hizo que los dedos de la extremidad, que estaban llenos de
sangre, le ''acariciaran'' el rostro, mientras lo llenaban de color rojo líquido y
el otro sacaba una mueca de repulsión al oler, sentir y llenarse del viscoso
fluido ajeno.52
—Don't wanna talk? —le preguntó Kim—. You still wanna keep silence and end
up like this? Or do you wanna talk? Choose correctly, 'cause with you I'm not
gonna have any fucking mercy.
''¿No quieres hablar? ¿Todavía quieres mantener silencio y terminar así? ¿O
quieres hablar? Escoge correctamente, porque contigo no voy a tener nada
de maldita piedad.''90
La respiración del gringo era entrecortada, los ojos de Taehyung expresaban
clara burla hacia lo que ocurría, más el sujeto le veía con furia, recelo e incluso
asco por lo sádico que se veía con las manos, brazos, cuello, torso y piernas
llenas de sangre. Ese tipo era un sicario deplorable.
—How old are you, fucking Asian? —le preguntó el tipo, que parecía como de
cincuenta y tantos años—. Because you look like a damn child in front of all of
us.
''¿Cuántos años tienes tú, maldito asiático? Porque pareces un maldito niño
delante de todos nosotros.''24
—Twenty-six —contestó—. And yes, man, I'm a fucking child in front of all of you,
fucking old asses —su quijada fue tomada desde abajo con su pulgar y arriba
el índice—. But imagine if at this age I've done all of this... What can I make
when I reach yours? C'mon, make my work easier, bitch. I have things to do.
''Veintiséis. Y si, hombre, soy un maldito niño al frente de todos ustedes,
malditos ancianos. Pero imagínate si con esta edad he hecho todo esto...
¿qué puedo hacer cuando alcance la tuya? Vamos, hazme el trabajo más
fácil, perra. Tengo cosas que hacer.''169
Taehyung se acercó al tipo a ver qué tenía para decirle. Sin embargo, lo que
recibió fue que le escupió en la cara, cayéndole la saliva en el moflete
izquierdo.321
—¡V! ¡Hey! —Mark trató de calmarlo, pero Taehyung lo empujó hacia atrás—.
¡Espera a que lo interrogue!8
—YOU HAVE SOMETHING SMART TO SAY? —le gritó en la cara, con el entrecejo
fruncido y la mandíbula apretada, tomando del suelo la navaja que soltó
después de partirle la costilla al otro y apuntándolo—. ONE, TWO...
¿TIENES ALGO INTELIGENTE QUE DECIR? UNO, DOS...''
Taehyung siguió deslizando el filo del cuchillo por el cachete del hombre, para
ese entonces toda su cara estaba hinchada y ensangrentada. Levantó la piel
que había empezado a desollar al enterrar tres dedos por debajo de la carne y
la jaló hacia un lado, despegándole el pellejo poco a poco y poniendo a la vista
todos los músculos de su cara. El tipo daba unos fallidos espasmos,
ahogándose por la sangre que le entrada por la nariz y medio tosiendo.52
Por ultimo, el asesino a sueldo enterró la filosa daga en su ojo izquierdo,
riéndose y escupiéndole la cara. Cuando sacó el cuchillo, el ojo explotó en
sangre. Hizo lo mismo con el otro, enterrándolo lentamente, por si algún
nervio del tipo seguía funcionando, sintiera el dolor. Después de eso, terminó
de desollarle el rostro y dejarle las cuencas con los orbes reventados. Se quitó
de encima del hombre, viendo el desastre de sangre, carne y músculos faciales
expuestos. Levantó la silla del suelo y cuando el tipo quedó recto, su cabeza se
echó al frente y los pedazos de sus ojos salieron, cayéndole en las piernas que
también estaban cubiertas de sangre.27
—Eh, V, siento que tienes un raro fetiche con ojos —le dijo Mark, medio ajeno a
la situación.292
Kim reguló su respiración y luego lo encaró con una ceja alzada y parte de su
cara ensangrentada.
—Lo tengo —pronunció, llevando la vista hasta el chico que ahora tenía las
rodillas en el pecho y lo miraba de la misma manera que hace un rato—, pero
depende de quién sea el dueño.265
—¿Qué v-van a hacer conmigo? —preguntó el mafioso—. Y-ya James dijo todo.
N-no me maten, yo nunca me he metido en ningún trabajo de más, jefe. Yo s-
siempre he hecho todo bien...
Taehyung miró a Mark y este le asintió, entregándole una pistola cargada y sin
seguro.
Tomó su propia arma de detrás de su cadera y dio los últimos cinco tiros en los
testículos del hombre, dejando la sangre debajo de él en un charco que
empezó a mojarle los zapatos.4
—¿Obtuviste lo tuyo? —se giró para encarar a Mark, el cual escupió al suelo e
hizo una mueca de asco—. Va, he hecho peores, venga.
—No voy a dormir en una semana por tu culpa, infeliz —miró la escena con
cuerpos desmembrados y tiroteados—. Y si, gracias.74
—Sí, bueno —Taehyung pateó la cabeza del tipo que tenía a los pies, con la
boca abierta y los ojos hacia atrás, medio salidos de los orbes—. Me cayó
sangre en la puta boca, hazle prueba de sangre a estas plastas de mierda que
no quiero que me peguen un sida o alguna mierda.101
—¿Hay agua en este puto sitio? —le inquirió al otro mientras iban caminando
hacia un mesón—. Me tengo que limpiar esta mierda, no voy a llenar el carro
de sangre.6
—Hay un tanque con agua allá atrás —señaló Mark a un pasillo ancho—. Es de
la lluvia de ayer. Está helada, pero bien limpia.17
—Hey, white! —le gritó al tipo—. Open the back part from the black car out
there and bring me the bag.
''¡Hey, blanco! Abre la parte de atrás del carro negro allá afuera y tráeme la
bolsa.''
El sujeto hizo lo indicado y al rato volvió con una bolsa de plástico que tenía
una muda de ropa. Taehyung la tomó entre sus dedos y caminó a la parte de
atrás de aquel lugar, no sin antes girarse hasta Mark, que había prendido un
cigarro y estaba sentado en un mesón limpio.
El tipo se rió y Taehyung fue hacia atrás dejándolo solo con Jungkook, que
estaba mirando hacia abajo, porque no queria ver la escena que tenía en
frente y tampoco al raro hombre mayor fumándose un cigarro. De pronto, se
lamentó porque los tipos se habían ido —incluyendo al asqueroso que lo
había tocado y que miró con desdén en lo que salió—. Ojalá pudiera
matarlos.28
—¿Cuántos años tienes, niño? —Jungkook subió la vista y el tal Mark lo miraba
curioso. Bajó la cabeza para enterrarla más en sus piernas y a penas lo miró
por encima de las rodillas—. Puedes responderme. V sabe que a mi
exclusivamente me van los coños y las tetas grandes.193
Tras unos segundos, el menor subió de nuevo la cabeza.
—Solo quince, mierda... —el mafioso formó una mueca de asombro, muy bien
disimulada—. ¿No le tienes miedo a V?92
Él le dio una mirada diciendo algo como... ¿de verdad hará esa pregunta?
Iba decir algo, Jungkook lo supo porque él abrió la boca, pero calló y luego el
hombre solo se fue de ahí dejando en una soledad lúgubre y esperando para
volver a irse de ahí con Kim Taehyung.55
[...]88
Jungkook sintió el auto ser estacionado a las afueras de aquella casa donde le
tenían rehén. Habían salido de aquel lugar, subido al auto y el camino fue
totalmente silencioso, ninguno de los dos dijo palabra alguna. Kook mantenía
la vista fija al frente o hacia la ventana a su costado y Taehyung manejaba
normalmente después de haberse limpiado toda la sangre de encima. El chico
no queria decir, preguntar o hacer nada ¿qué respuesta podría recibir?7
Kim apagó el motor y en el manojo de llaves que sacó de al lado del volante,
estaba una muchísimo más pequeñita. La tomó entre sus dedos y agarró las
muñecas de Jungkook para atraerla y sacarle aquellos aros pesados. Jeon no
pronunció nada al respecto, más bien estaba tranquilo aparentemente,
después de haber visto aquella escena tétrica de su verdugo maltratando a
esas personas, sentía que estaba disimulando bien el miedo y estado de
shock, pero en realidad su corazón estaba latiendo rápido y fuerte. De pronto,
quiso abrir la puerta para adentrarse en aquella casa, no era como si iba a salir
corriendo pese a que no tenía ninguna atadura, estaba todo oscuro y era
plenamente consciente de que Taehyung estaba armado y si quería echarse a
correr, tarde o temprano recibiría un puto tiro.
Pero, justo cuando iba a jalar la manilla, el sicario pasó los seguros.
El chico, con piernas temblorosas, pasó del asiento del copiloto hasta la parte
de atrás del auto, subiendo por encima de la guantera. Quedó sentado en el
medio del asiento trasero y está vez el corazón le estaba dando una voltereta
mortal, saltando fugazmente y bombeando sangre a todo maldito rincón
posible. Su respiración era errática, pero trataba de calmarse poniendo sus
palmas juntas dentro de sus muslos y para que sus dientes no castañearan, los
labios los tenía fruncidos hacia adentro.18
Taehyung echó su asiento adelante, para tener más espacio en los de atrás.
Hizo lo mismo con el de al lado, jalando la palanca y rechistándolo mientras
casi lo pegaba de la guantera frontal. Sin esperar un poco, bajó el vidrio de su
puesto a la mitad y sintiendo la brisa fría de la noche colándose dentro del
Audi. Se quitó los zapatos de cuero, dejándolos cerca de los pedales y pasó
hacia atrás en un santiamén, quedando sentado al lado de un nervioso
Jungkook que tragó en seco y rehuyó la mirada.
—Ven acá —Taehyung palmeó sus muslos y su rehén subió en ellos, sin
rechistar y quedando a horcajadas. El mayor le tomó de la quijada y la alzó
porque estaba viendo hacia abajo—. ¿Tienes miedo?97
Taehyung no podía saber que Jungkook estaba muerto de miedo tan solo con
su sola presencia. Mucho más si estaban en aquella posición donde sus
grandes manos de pronto ahuecaban el culo de Jeon apretujándolo y dándole
lentos masajes en círculos. Los fanales del chico estaban fijos en los
contrarios. Taehyung no parpadeaba, ni eliminaba el contacto visual. Es por
eso mismo, que el chico se acercó lentamente a él, depositando un casto beso
en la comisura de sus labios, y con sus temblorosas manos tomó el cuello del
sicario poniendo los pulgares sobre su manzana de Adán.118
—Pretende lo que quieras, Tae.65
—Seguro tengo una puta fiebre, Taehyung —pero no había terminado de decir
eso cuando el asesino frunció el ceño y tocó su frente.112
Y Jungkook se asustó, porque a pesar de haber visto aquello hace unas horas,
de verdad quería seguir besándolo justo así, porque enserio quería que le
comiera la boca y le robara el aliento. ¿Pero era necesidad para atraerlo y
mostrarse complacido? ¿O quería que lo complaciera en verdad? 117
Jeon Jungkook era una maleza confusa.10
Y hace días juraba que lo hacía a la fuerza y quizá lo seguía haciendo, pero
ahora no se mostraba tan recio como antes. Era malo, Taehyung era un
hombre cruel y malo, recién lo había visto. ¿Cómo iba a dejarse tocar por él,
cuando en su mente solo estaban aquellas imágenes recientes? ¿Cómo podía
disfrutar sus grandes manos tocando su piel, cuando eran las mismas manos
que querían arrebatarle la vida como a tantos más? Estaba fingiendo todo,
estaba siendo condescendiente para dejar de sufrir un poco, pero era como
que cada vez se tomaba ese papel más en serio. Y tomarse el papel en serio
solo lo iba a llevar a una dimensión desconocida, lo iba a llevar a las puertas
del infierno mismo y a masacrarlo hasta la muerte.51
Y los mismos sentimientos los tenía Taehyung, ¿por qué lo tocaba así? ¿Porque
solo quería escucharlo gemir y llorar? ¿Por qué no podía masacrarlo pronto? No
es que no pudiera, es que al parecer no quería, no por ahora. En algún
momento si, estaba consciente de eso porque Jungkook no iba a quedarse
con él por siempre, porque Jungkook era un pago, porque era un encargo, era
mercancía como cualquier otra y no quería ser el comprador. Solo quería
alejarlo, golpearlo, masacrarlo, quería que fuera como siempre, quería que
fuera el malo de la historia... pero esos ojos empezaban a verlo con algo más
que miedo. Ese par de orbes azabaches que empezaba a odiar, se
encontraban con los suyos y parecían no poder desconectarse fácilmente,
como un imán. Se detestaba por eso, no podía soportarse a sí mismo teniendo
un gusto por él. Era como estar constantemente quemándose el cuerpo, pero
no poder salir de las atacantes llamas porque adorabas el color y calor. Era
como tener una herida doliendo y no querer curarla porque iba a desaparecer.
Jungkook era un puto chiquillo inferior a él y sin nada de especial, ¿entonces,
por qué?62
Taehyung solo quería alejarlo y que el corazón no se le acelerara por otra cosa
que no fuera hacerlo sufrir. Jungkook quería alejarse y que su corazón no
latiera por otra cosa que no fuera miedo. Sin embargo, ahí estaban,
besándose como si ambos fueran el deleite gourmet más añorado y preciado
del mundo, como si las circunstancias no fueran malas y deplorables, como si
no hubiera un victimario y una víctima, como si no hubiera un verdugo y su
próximo trabajo, que era matarlo. Como si Taehyung no le estuviera haciendo
daño y el sufriendo. No había eso en ese instante.42
En ese instante, era solo Kim Taehyung normal. No V, ni Seokjin, ni Tae. Solo
Taehyung, sin nada anexado.4
Taehyung y Jungkook besándose, sin nada más que sus mentes queriendo más
de ese tacto.148
¿Por qué? Porque la mente nunca podía dejar de rememorar aquello que te
hacía sufrir. Porque lo que te atormenta, siempre estará contigo y aunque
quieras esconder algo en lo más profundo de tus pensamientos, siguen siendo
parte de ti y lo serán por siempre, hasta que por arte del ciclo de la vida no
puedas volver a abrir los ojos nunca más.23
Era un hombre cínico, porque le decía que le gustaba, incluso sabiendo que no
era porque Jungkook fuese especial, sino porque era la presa del festín que él
se daría. Era un niño estúpido, porque juraba que podía seguir ese juego y
convertirse en el festín de Taehyung tranquilamente, pero no dándose cuenta
que empezaba a gustarle que lo tragaran.35
—T-Taehyung... ah... —estaba gimiendo demasiado cuando su camisa fue
levantada y Taehyung empezó a mordisquear y lamer sus pezones que
estaban erectos para ese entonces—. Taehyung...159
Estaba jugando con la cordura del chico, lo tenía suplicando sobre él y Jeon
meneándose para tratar de llegar hasta su miembro, pero Taehyung
quitándolo y obligándolo a que se lo pidiera. Y él no quería, porque si su
dignidad estaba en el subsuelo, si lo pedía iba a quedar sepultada en el centro
de la tierra. Apretó el cuello de Kim y le dio una mirada suplicante mientras
seguía buscando contacto. Las manos anteriormente las tenía en sus hombros
y ahora yacían al borde de su nuca. Con la boca entreabierta jadeó por aire,
rozando ambas narices. Dejó un besito, uno donde solo presionó sus belfos
contra los ajenos y Taehyung rió porque aunque Jungkook quería, era
demasiado orgulloso.128
—Por favor... —jadeó suplicante, viendo sus labios, porque ver esos ojos le
daba vergüenza—. Por favor, Tae...2
—¿Por favor qué, Kookie? —su voz en ese momento sonaba tan ronca que
podía asustar. Quería que lo dijera, amaba hacer que Jungkook perdiera su
orgullo cada vez más y más—. ¿Qué quieres? Si no me dices no voy a
saber, amor.414
Lo quería, lo necesitaba, Jungkook estaba excitado, sus manos estaban en el
cuello de Taehyung, su cuerpo balanceándose en busca de contacto, su pene
doliendo porque no tenía estímulo y el pre-semen propio adornaba la punta.
Lo deseaba, se estaba maldiciendo por dentro porque era incorrecto, malo
y horroroso, pero no quería...1
A la mierda su orgullo.83
—Ah, ah... Taehyung —sus uñas se hundían en el cuello ajeno hasta rasguñar,
pero a Kim no le importaba sentir ese pequeño dolor—. Tae...1
Sus ojos no mentían cuando Taehyung los vio, Jungkook tenía los labios
mordidos y las mejillas sonrosadas, producto del calor de su cuerpo. Ya las
manos de Taehyung estaban en todas partes y no se sentían frías, estaban
igual de tibias. Ahuecando sus nalgas, luego yendo hasta sus pezones para
acariciarlos, después jalando los pequeños vellos que tenía, jalándole el pelo
de lado para exponer su cuello y dejar cada chupetón, mientras se hundía
duramente y le sacaba quejidos altos y prolongados a su pequeño Jeon.1
—K-Kookie... —bramó al sentirse incluso más duro dentro del niñito. Sus
dedos dejarían marcas al siguiente día por lo brusco que lo aguantaba—. E-
eres mío, mio...128
—¡T-Taehyung! —el chico había llevado como pudo una mano hacia su propio
miembro y no tardó muchas veces en jalarlo suave cuando se vino encima de
su mano y parte de las caderas de Taehyung—. ¡Hahg!3
El sicario tomó tres dedos y los llenó de la esencia contraria, suficiente para
que goteara de sus dedos, pidiéndole a Jungkook que abriera la boca. El chico
pareció negarse primero con cierta mueca de desagrado, pero Taehyung
templó su cabello haciendo que chillara agudamente y en ese momento metió
los tres dedos hasta el fondo de su garganta, llenándola de su propio semen.
El ritmo era preciso, saliendo entero y entrando fuerte. Kook se apretaba los
labios mientras gemía alto y echaba la cabeza poco atrás o a los costados.
Cuando estaba enteramente adentro podía sentir los vellos de Taehyung otra
vez restregándose en su entrada, sus testículos impactar por lo subidas que
estaban sus piernas y el dolor en la cintura y espalda por tenerlas alzadas.110
Al abrir los ojos, el cabello de su victimario estaba entre sus orejas y también
su frente tenía gotas de sudor. Sus labios estaban más hinchados y
entreabiertos mientras gruñía cada vez que el chico contraía su entrada y le
apretaba o la dilataba para que entrara más.4
Fue entonces cuando Taehyung recordó la navaja que tenía en el auto. Oh,
quería hacerlo llorar.632
—Taehyung... Ah, Ah... no p-puedo —dijo, pero sin embargo se agarró de sus
hombros y empezó a subir y bajar lentamente, montándolo incluso si sus
coyunturas ardían. Gimió alto cuando él mismo logró tocarse ahí—. Tae...
¡TAE! ¡Ah!53
Jungkook movió las caderas de atrás para adelante mientras las manos en su
cintura le guiaban, sus dientes delanteros tenían atrapado su labio inferior y
sus ojos estaban empezando a ver borroso. Fue testigo de la sonrisa de
Taehyung y de cómo con sus pulgares le quitó aquellas gotitas de los
lagrimales mientras el chico seguía meneándose. Kim pensó seriamente que
tenerlo debajo de él y controlarlo era bueno, pero tenerlo sobre él mientras lo
montaba y le guiaba era mejor, sobre todo por sus muslos a cada lado de su
cadera y su cuello a la vista para atacarlo.9
—N-no...
—¿Y por qué estás chillando mientras me tomas, hm? —gruñó con el cabello
entre sus manos y la otra en el nuevamente erecto pene de Kook—. No
mientas, bebé. En tus ojos tengo la respuesta, pero me gusta que me la digas
tú, amor. ¿Te gusta?70
—Ah... —el chico se limitó a asentir, tragando su orgullo. Cada pregunta venía
con una estocada más fuerte y ya sentía que iba a desaparecer ahí mismo—.
Tae... v-voy a desmayarme...
—No te vas a desmayar, pequeño Jeon —acotó con sorna—. Falta la mejor
parte.48
Y Jungkook no supo qué decir, hasta que sintió algo filoso contra su abdomen
y luego un rasguño que ardió horrible.
—¿QUE H-HACES? ¡TAEHYUNG! —el chico trató de separarse, pero Kim
aprisionó sus muñecas, para luego bajar la cabeza hasta su abdomen y lamer
la sangre de la herida no tan profunda que había hecho—. ¡E-ESO ARDE! ¡N-
NO!44
—¡Pues aguantas! —gruñó, y saboreó la sangre del chico entre sus belfos,
viendo que la herida volvía a sangrar otra vez así que volvió a pasar la lengua
—. Tu sangre es tan dulce, pequeño Jeon.287
—¡Me duele, Taehyung! —se quejó y para ese momento ya sus ojos escurran
saladas lágrimas pesadas de las que su verdugo se burló, dejando la daga a su
costado y tomándole las mejillas—. ¿P-por qué haces... por qué haces esto?
¡Duele, para!
—Me gusta verte llorar, pequeño Jeon —y antes de que Jungkook se quejara, la
navaja fue tomada de nuevo—. Vamos, sigue haciéndolo hasta que tengan
suficiente de tus lágrimas, amor.
El cuarto corte fue una zona que realmente dolió. Taehyung hizo una incisión
cerca del pezón izquierdo, esa había dolido más que el resto. Sobretodo,
porque cuando lamió la herida, succionó el botón haciendo que Jungkook
enterrara las uñas en su cuello de nuevo, tratando de separarse y un grito de
dolor se escapará de su garganta.158
—¡Para, para, para! —otro corte fue hecho debajo de su nuez de Adán, mismo
que Taehyung lamió y chupó—. ¡Ya, Taehyung! ¡P-por favor... ya!
Jungkook tenía tanto llanto y la cara tan hinchada que Taehyung sonrió
abiertamente, plantando sus labios contra los contrarios y tomándolo de
ambas mejillas para presionarla y que sus labios se abultaran. Y sonrió más,
cuando pasó la navaja por el labio inferior de Jungkook dejándole una
cortada.70
Y Jungkook supo en ese instante que estaba frente a la persona más insensible
del mundo.86
—J-Jungkook...61
—Ta... Taehyung...154
—Te detesto —dijo de frente, con los labios temblando y recibiendo de vuelta
una ceja alzada por parte de Taehyung—. Te detesto tanto...1
—Sí, mi amor —consoló con una voz llena de falsa empatía—. Yo también te
detesto a ti.153
Porque para Jungkook no era fácil hacer lo que su mente quería. No era fácil
adentrarse en ese juego y subir de nivel sin morir en el intento una y otra vez.
Porque a pesar de querer mostrarse complacido, cada vez que lo intentaba
debía afrontar un reto mayor.58
Kim abrió la puerta del auto y salió de él, jaló los muslos de Jungkook y sin
nada de esfuerzo lo cargó para llevarlo hasta la casa. El menor pasó sus brazos
por el cuello ajeno y sus piernas por las caderas, Taehyung lo estaba
agarrando por la cintura, pero tuvo que bajar hasta ahuecar su culo debido a
que no tenía fuerza en las piernas para sostenerse. Con un pie, cerró la puerta
del auto y se adentró a la vieja casa mientras ponía una mano en su cabeza
para dejarla en su cuello.139
Taehyung acunó su cabeza con una palma y siguió caminando sin responder.
Subió al primer piso y encendió una luz que daba lo suficiente para alumbrar
hasta el último cuarto, pero se desvió para no dejarlo tirado en aquel donde
siempre estaba, sino que caminó un poco más y lo dirigió hasta el propio,
abriendo la puerta, cerrándola tras entrar y depositando suavemente a
Jungkook en la cama para después recostarse a su lado. El chico sintió el peso
y aún estaba medio despierto cuando quiso volver a preguntar.16
Él lo miró de frente.
—Eso tenlo por seguro, pequeño Jeon —tras eso el chico cayó rendido otra vez
y Kim suspiró, dispuesto a dormir.
Pero a pesar de lo que dijo, Taehyung sabía que aquella no era la verdadera
respuesta.130
Porque solo quizá, los sentimientos que estaba teniendo hacía Jungkook,
eran aquellos que jamás pensó tener.
20: falsas actitudes
Era de mañana y Taehyung lo sabía por el rayo de luz que le estaba dando en
el rostro.
52
Y no era algo que sabía de hace poco; porque desde que Jungkook había sido
privado de su libertad, desde el primer dia que lo vio y antes de golpearlo por
primera vez hasta dejarlo ensangrentado e inconsciente por tres días, antes de
matar al hombre frente a él para provocarle miedo, quemarle el cuerpo con
las colillas, besarlo por primera vez, drogarlo y llevárselo a donde estaban
ahora, darle aquella ultima paliza, antes de follarlo a la fuerza, marcarlo y
denigrarlo dejándolo por el suelo, Taehyung lo veía dormir en la cabaña. Por
eso lo descubría siempre que intentaba hacerse el dormido, porque entraba al
cuarto y se sentaba en el suelo a verlo un rato para luego irse.102
Todo, hasta que un par de días después que lo tuvo ahí, notó que Jungkook se
despertó a media noche con la respiración entrecortada y llorando, pero no
vio a Taehyung debido a que no había luz. Solo al rato volvió a dormir
murmurando ''ya... ya...'' y luego que cayó dormido, Kim salió del cuarto a
conciliar el sueño propio. Desde ese día, el sicario no podía dormir hasta saber
que su pequeño Jeon no iba a despertarse en la madrugada llorando, así que
esperaba a que durmiera, se despertara con las pesadillas y volviera a caer
dormido, para entonces irse de allí.334
''Taehyung... ¿algún dia vas a matarme?'', recordó, pero más bien debería
ser: ''¿Jungkook... algún dia voy a matarte?''184
Kim giró su cuerpo hasta la sábana cercana, cuando volteó a Jungkook, vio
que la camisa estaba con manchas grandes de sangre y una más visible estaba
en la sábana beige. El sicario bufó y le alzó la camisa dejándolo expuesto y
dándose cuenta que las heridas que había hecho la noche anterior estaban
sangrando, por la presión del chico boca abajo. Jungkook tenía la cara sudada
y casi ni se movía, así que Taehyung supo que, aunque estaba durmiendo, le
incomodaban aquellas incisiones. Arropó sus pies y se levantó del colchón
hasta tomar un bolso debajo de su cama para sacar de ahí un cepillo dental y
un tarrito de pasta con flúor.129
Se dirigió hasta el baño y abrió una llave detrás del lavamanos y que permitía
que el líquido llegara hasta ahí, se enjuagó la boca e hizo una mueca cuando
sintió el ligero ardor de su labio inferior, producto de la cortada que él mismo
se provocó. Sacó la pasta y lavó su boca, volviendo a hacer la misma mueca
por la espuma dándole en la herida y cuando escupió se dio cuenta que había
sangre brotándole del labio, pero muy poca así que no le importó demasiado.
Lavó bien sus manos, que estaban con restos de sangre propia y de Jungkook
y también su cara. Tras cerrar la llavecita de atrás, salió del cuarto y debajo de
la cama sacó otro bolso que tenía alcohol, algodón y agua oxigenada.
También otro que tenía su ropa y tras ponerse una camisa, tomó un paño
limpio y se sentó en el suelo. Abrió el paquete de gasas, el alcohol y sumergió
una punta ahí, llevándosela al labio, ardió un momento y ya después con la
herida desinfectada tiró el algodón al suelo, luego se levantó.341
"¿Algún día vas a matarme?" esa pregunta le caló los huesos otra vez, dándole
una corriente por la espina dorsal. "Taehyung... ¿algún día vas a matarme?"
Quería decir que si, quería decir totalmente que si e imaginarse los mismos
escenarios agónicos de Jungkook moribundo que se imaginaba cuando lo vio
por primera vez, pero que de un momento a otro ya casi no se le pasaban por
la mente, quería imaginárselos. Quería estar plenamente seguro de que sus
manos acabarían en algún momento con su vida, como habían hecho con
cualquier otro. Necesitaba provocar que se desgarrara las cuerdas vocales
mientras sufría y él le hacía un mierdero de cosas.22
Quería hacerle todo lo que sus manos le habían hecho a ese montón de
personas por las cuales se escapaba y le dejaba solo con los otros para ir a
desquitarse, porque con Jungkook aún no podía.
¿Y ahora que era? La misma mierda, con un lazo que quería cortar de una vez
por todas, aunque no supiera dónde mierda estaban las tijeras que le darían
fin a la atadura. Jungkook se atravesó en su camino cuando él no lo buscaba,
se lo otorgaron en bandeja de plata para destruirlo. A Jungkook lo comenzó
viendo como una presa que devoraría de a poco. Y estaba destruyéndolo,
obvio que si. Pero no estaba haciéndolo al punto de matarlo.3
Y lo más importante...
—Hay que bañarte —mencionó Taehyung—. No tengo todo el día para eso,
tenemos que irnos de aquí, joder —aplaudió firmemente cuatro veces para
despertarle—. Levántate o haré que te salgan gusanos en el puto culo,
niñito.39
—Porque estás sucio —contestó con intento de sonar obvio—. Hueles como un
cadáver de dos semanas de muerto y no me gusta, mocoso estúpido.
Kim reprimió una risa y bajó la cabeza para luego encararlo con la ceja
izquierda arriba y echarse hacia atrás en el suelo, con los brazos a los costados
y las piernas abiertas.
—Tus ojos siempre están en mi... —asintió con voz pausada y ronca. ¿A qué
venia eso?—. Ya... ¿y eso por...?8
—Porque por alguna razón siempre estoy viéndote —confesó Kook, echándose
hacia atrás y poniendo sus piernas en posición de indio para taparse con la
sábana—. Siempre estás haciendo algo que me obliga a mirarte, y cuando no
lo estás haciendo, igual siento que debo verte. Quizá porque estoy a la
expectativa de saber qué coño harás, qué vas a decir o qué me vas a hacer a
mí.
—¿Lo haces por miedo o por obligación? —inquirió Kim, flexionando las
rodillas y arrastrando los pies—. ¿O por las dos?
—Por curiosidad —dio a saber—. Solo por curiosidad... y a veces por las dos.
El aludido bufó y rodó sus orbes hasta volver a mirar a Kim de frente.
Por eso mismo, el cautivo ladeó una mueca igual a la de él y tomó el borde de
la camisa de Taehyung que cargaba puesta —aún con manos temblorosas y las
heridas en su pecho ardiendo—, y se la quitó, quedando totalmente desnudo
frente a él, mientras se la tiraba entre las piernas y caminaba al baño.41
—Desde que estoy contigo, la muerte es el único miedo que perdí, entre todos
los que gané —confesó, caminando hasta la puerta del baño—. Y en verdad no
sé si eso sea bueno o malo, Tae.98
Jungkook, sin esperar a que el asesino le dijera alguna cosa, caminó hasta el
baño, la puerta estaba entreabierta y cuando por fin entró, llevó la vista hasta
un muy bajito banco de madera que estaba en la parte de la regadera junto
con dos baldes de agua que se veía limpia y al lado de estas había un jabón
blanco. El chico tragó saliva en seco porque la última vez que le había puesto
las manos encima para asearlo; nada había terminado bien y ahora tenía un
trauma. Por eso mismo caminó temerosamente hasta quedar sentado en el
banco y enterrar la cabeza entre sus piernas, a la par que sentía cómo le
picaba la nariz y se le aguaban los ojos; tenía miedo.113
Taehyung entró sin pronunciar palabra alguna y eso lo asustó más al punto de
ponerlo alerta, porque cuando Jungkook alzó la vista, Kim parecía tener la
mirada fija en él, pero como si su cabeza estuviera en otro lado o como si
estuviese analizando algo mentalmente. Traía una camisa blanca entre las
manos y se sentó en otro banco que estaba del lado de afuera de la regadera,
frente al inodoro. Se arremangó la camisa mangas largas, dejando sus
antebrazos a la vista, y con una liga de billetes se amarró el pelo hacia atrás
para que no le cayera en la cara. Jungkook lo observaba con detenimiento
hasta que el mayor tomó la camisa y la metió en uno de los recipientes de
agua.13
—¿Q-qué harás? —preguntó temeroso, aun con su frente entre las piernas—. V,
¿qué vas a hacer?
—¿Cómo que qué voy a hacer, niño? —Taehyung alzó una ceja viéndolo con el
labio inferior temblando—. No te he sacado los ojos, como para que te la des
de ciego.2
—N-no...
Jeon quedó medio sacado de orbita hasta que se dio cuenta que Kim hablaba
de sus perforaciones.41
—Pues que yo sepa, no tengo retraso —el chico bajó la cabeza y también un
poco la voz, aunque más firme—. Y entre nosotros dos hay un solo psicópata y
sabes quién eres.283
—Le arrancaste la oreja a una mujer —el prisionero lo encaró de manera obvia,
pero Kim no se inmutó y siguió enjabonando su espalda—. Ayer mutilaste a un
hombre, a otro le desollaste la cara y le sacaste los ojos. ¡Al otro le metiste más
de cuarenta tiros! —espetó con los ojos bien abiertos, igual Taehyung no se
daba por aludido solo contesto que ''era su trabajo''—. ¡Estábamos follando
bien, pero llegaste y te rajaste el labio después de hacérmelo a mí! Carajo,
Taehyung... ¿Q-qué clase de doble moral tienes t-tú? ¿O es que no e-estás
consciente de lo que haces?255
—Claro que estoy consciente de lo que hago —contestó, pasándole las manos
por la cintura y bajando a sus caderas—. De todo lo que hago y de por qué lo
hago. Y yo no me abriría la oreja con un alfiler, porque es de locos.314
—¿Ah?
—No, maldito estúpido —Kim le quitó las manos del rostro y Jungkook solo se
echó hacía atrás, cubriéndose el cuerpo, otra vez volviendo a la misma
posición—. ¿De qué estás hablando?
—¿P-por qué coño estás actuando tan normal, V? —los labios de Jungkook
estaban temblando, casi que castañeaba y su corazón se aceleró, sintiendo
que caía desde su pecho a la boca de su estómago—. ¿Q-qué harás?30
Jeon no pareció tener palabras, así que el asesino tomó la camisa mojada y la
exprimió en su cabeza, quitándole el jabón y viendo cómo le recorría la
espalda. Volvió a enjabonar sus manos y esta vez las pasó por todas sus
piernas amoratadas, apretando justamente donde estaban los golpes para
escuchar sus quejidos, luego hizo lo mismo con el pecho y esta vez Jungkook
se quejó más fuerte porque el jabón le cayó en las heridas recién hechas, de
igual forma tuvo que aguantar. Taehyung terminó por enjabonar sus brazos,
abdomen, entrepierna, sus caderas, nalgas, pies y manos para después
estrujar su cuerpo con la misma camisa y quitar todo el jabón. Su rehén solo
se dejó hacer tensamente mientras tenía aun los labios temblando, no por lo
fría del agua sino porque esa no era la actitud habitual de Taehyung y le daba
más miedo que cualquier otra.
Y lo extraño era que esa actitud le daba más miedo, pero obvio la prefería. 9
Una hojilla.113
—Tae... n-no, y-ya basta... —suplicó por lo que fuera que iba a hacer—. A-al
menos espera que se me curen estas, p-por favor...110
—Alza los brazos, no voy a repetirlo —la puta voz ronca, tétrica y demandante
volvió otra vez, Jungkook sentía el corazón salírsele—. ¿Lo hago a la fuerza?52
En serio estaba riéndose demasiado, tanto que sus ojos se aguaron cuando
Jungkook abrió los propios para saber por qué coño estaba riéndose, y él
yacía quitándose el escaso vello facial con delicadeza mientras
estaba, literalmente, asfixiándose de la risa. Incluso empezó a toser y respirar
entrecortadamente por reír.285
Jungkook lo estaba viendo en shock y con la boca entreabierta, aún los brazos
hacia arriba. Cerró la boca y los bajó de golpe, volviendo a enterrar la cabeza
entre sus muslos hasta ponerse a llorar desgarradoramente del miedo.56
—T-tu carita... JAJAJA —su victimario se estaba riendo aún, como si estuvieran
diciéndole el mejor chiste del planeta—. I-ibas... Ibas a tener un infarto...
¡JAJAJAJA!337
—¡C-cállate! —gritó en medio de su llanto, aún con la cabeza entre sus piernas
—. ¡¿P-por qué carajo eres tan mierda?! ¡JÓDETE!9
Taehyung aún estaba riéndose, en serio que se reía como loco, no estaba
fingiendo la risa, lo privado en llanto que estaba el chiquillo, lo estaba el
mayor, pero a carcajadas.82
Taehyung volvió a tomar su rostro y apretarle los cachetes hasta que sus
labios se abultaron y el inferior sangró. Le dejó un beso ahí, haciendo ruido
tras abultar los propios.22
Kook sonrió.
—No, falta esta de aquí —señaló la que estaba justo al lado del pezón
izquierdo, incluso rajaba parte de ese—. Y te cuento que va a dolerte bastante,
pero sabes tolerar el dolor.
—No me digas...19
Taehyung, después de sonreírle, agarró un nuevo algodón y lo volvió a
remojar en el mismo líquido e inmediatamente lo presionó contra la herida.
Jungkook hizo un esfuerzo sobre humano para no echar un grito, sus ojos
estaban escurriendo lágrimas cortitas que luego fueron quitadas por su
verdugo.13
—¿A-ahora sí?1
—El agua oxigenada las desinfecta, pero no es antibacterial —bramó Kim—. Así
que falta echarle alcohol.157
Taehyung pasó el algodón por la garganta impropia y a este le picó, pero fue
soportable. Pasó rápido el algodón por las dos clavículas y Jungkook le apretó
los dedos con cierta fuerza —porque sinceramente el chico no queria hacerle
un daño y ser luego castigado por eso—, aunque al maleante le importaba
poco, pero Jeon no lo sabía. El dolor fue menos soportable en la zona del
abdomen, donde el chico llevó la cabeza hacia adelante y apretó los dedos
con más fuerza.
Sin embargo, el dolor casi insoportable llegó cuando los falanges pasaron el
algodón por su tetilla. Quiso controlarse, de verdad quiso aguantar, no
obstante, sus dientes se apretaron tanto que pronto abrió los ojos de golpe —
asustado—, cuando sintió la sangre en su lengua. Y no venía de sus labios, sino
de los dedos de Taehyung, que mordió hasta que sus molares se enterraron
sacándole sangre.117
—L-lo siento...
—No importa —hizo un ademan y luego cerró todos los frascos y los metió de
nuevo en la maleta. Jungkook escaneaba cada uno de sus movimientos con
evidente cara desencajada, hasta que el hombre lo vio y le señaló la gaveta—.
Abre esa gaveta y échate en las heridas la crema que está ahí.229
Era Taehyung, el mismo que lo tenía retenido contra su voluntad. Era el mismo
que lo había golpeado tantas veces, que disfrutaba su dolor, angustia, miedo y
agonía. El mismo que lo había acosado, tocado y tomado a la fuerza. El
asesino que mataba a sangre fría, sin ningún remordimiento, que noches atrás
lo hizo llegar al borde de un abismo. El mismo que le decía insultos
denigrantes y a veces apodos que no sonaban mal, pero eran igual de
desagradables. Mismo que la noche anterior había acabado con la vida de
esas personas y luego lo había hecho suyo otra vez, hasta herirlo y hacerle
sangrar. Era el mismo que hoy estaba reparando las heridas que había hecho y
que lo tenía besándolo como Jungkook —irremediable y trágicamente—,
empezaba a gustar que lo besara.194
Mismo que desde el primer dia había prometido matarlo, pero Jungkook
estaba consciente desde hacía tiempo que Taehyung no iba a ponerle un dedo
encima a menos que fuese para dañarlo. Porque, aunque no lo admitiera, su
captor quería estar más tiempo con él y buscaba motivos para no acabar con
su vida tan pronto.
Y se sintió culpable, se sintió mal, se sintió horrible. Porque queria fingir cosas
que sabía desde hacía tiempo que eran imposibles de fingir. O quizá que
empezaban a hacerse reales y no fingidas.41
—¿Por qué, pequeño Jeon? —rompió el silencio con una mirada indescifrable
—. ¿Por qué tienes que ser tú?180
—¿Por qué lo hiciste? —volvió preguntar Taehyung, esta vez con aquella
expresión que Jungkook odiaba—. Dime, sabes que odio que no me
respondas.1
Y no era como si Taehyung se hubiera quedado sin respuesta, porque tan solo
viéndolo a los ojos y juntando sus frentes, se dio cuenta de todo lo que
Jungkook queria decir.84
[...]135
Días después.91
—¿Estás seguro?
—Estoy seguro, Jennie —pronunció Baekhyun—. Ensayé todo, estoy calmado y
si no sale como pienso, entonces... gracias por todo.131
—No digas eso, Baekhyun —ella negó y sobó su frente—. Si tú has sido
cuidadoso, pues nada malo va a pasar. Debe llegar en cualquier momento.
Taehyung asintió y caminó hasta una mesita donde había tres cajas de
cigarros. Agarró los marlboro y el encendedor, después de prender el cigarro y
dar una calada, se giró apuntando al medio de ambos con el arma. Jennie
estaba temblando a pesar de que lo disimulaba, pero Baekhyun —el cual
estaba seguro le diría una nueva excusa—, estaba más tranquilo.9
Baekhyun suspiró.
—El día que fuimos a recoger el dinero, le dije a Jun y Wang que me habías
puesto a cargo del viaje —apenas comenzó y Taehyung ya queria matarlo—.
Era de suponerse que recogíamos el pago, te lo entregábamos, lo
contábamos, nos lo repartíamos y ya hacías lo que te tocaba. Pero cuando
llegamos al bar, encontré a esos tres hombres, que recuerdo le debían dinero
a un tipo con el que trabajé hace tiempo y que no podía encontrarlos.
Entonces ordené matarlos a los tres, en forma de favor a aquel hombre, y
luego irnos hasta el sitio —Taehyung relajó el semblante cínicamente mientras
el tipo escupía mierda—. Pero el saco no tenía dinero, así que nos estafaron
con ese pago, pero yo no tuve nada que ver. Me disparé porque sabía que ibas
a tomar cartas contra mí por haber matado a los que te estafaron y preferí
irme yo mismo al carajo en vez de dejar que tú lo hicieras, verdugo.163
Kim sabía que Baek los mató por ser los guardaespaldas de Chanyeol y porque
no lo protegieron a la hora de su muerte. Sabía que Bang Sihyuk no estaba al
tanto de que Baekhyun y Chanyeol estaban dándole caza a Taehyung porque
si no jamás lo hubiera buscado. También sabía que el gobernador no tenía
idea de la operación de salvar a las víctimas de prostitución que su hijo y
yerno llevaban juntos. Sabía que ese dia Baekhyun y esos tipos iban a ir hasta
la cabaña e iban a matar a Namjoon, a Wang, a sí mismo y peor, a Jungkook,
los primeros tres por ser criminales —y porque Baek sabía que Taehyung
sospechaba de su identidad como policia—. Y a su pequeño Jeon por ser hijo
del mafioso dueño de la red de prostitutas y niñas que trataban de
desmantelar, sin embargo, se iba a hacer el desentendido.
Sabía todo eso no solo por lo que el mismo averiguó, sino también por Jimin y
sobre todo por el micrófono que le dijo a Bogum que pusiera dentro de la
lámpara de aquel cuarto donde Baekhyun se recuperaba y del que nadie se
había dado cuenta.104
—El muchacho que tenías secuestrado —confesó de golpe—. Que, por cierto,
no era un muchacho.
—Es un niño, tiene dieciséis años a penas —escupió Jennie—. Los cumplió
hace un par de días.102
—Jeon Jungkook, ya... —claro, como si no supiera hasta cuantos lunares tenía
en el cuerpo—. ¿Y este Jungkook qué tiene que ver?215
—Ese chico es como que... familiar del tipo que trabaja con nosotros —
Taehyung se tensó fingidamente, de verdad queria volarle el cráneo y luego
sacarle los ojos para metérselos en la boca—. De Shin Taogum.10
—¿Y entonces...?
Taehyung fingió cara desencajada, pero Baekhyun no sabía que el arma que
estaba usando tenía doble filo.
—Caerás tú, caerá Jackson, caerá el único hermano que te queda y tendrán al
niño de vuelta —Taehyung sintió la mandíbula casi desencajársele cuando
nombro las dos últimas cosas—. Si lo matas y se enteran, también te van a
matar a ti, a menos que te metan a la cárcel por secuestrar a un menor de
edad y te sentencien treinta años en prisión. Cosa que no harán, obvio; porque
tú eres un asesino del bajo mundo y sabes bien que los mafiosos no tienen
piedad con quien los traiciona. Tienes el agua al cuello, Kim Taehyung... no
eres intocable.344
Kim Taehyung, Kim Taehyung, Kim Taehyung.
—¡HAZLO! —lo retó, su cara se veía llena del carmesí liquido—. ¡HAZLO Y
TAMBIEN TE MUERES TU CUANDO SE ENTEREN DEL NIÑO!
—N-no te vas a salir con la tuya, V... —advirtió la chica—. O liberas al niño y
hacemos como si ni tú, ni Baek, ni Jun o Wang estuvieron involucrados, o lo
matas y lo borras del mapa, aquí hacemos de igual forma como si nada pasó.7
Taehyung sonrió con malicia y rencor, ellos creyeron que era una risa de
derrota, pero lo que no sabían era que estaba conteniendo su furia para
cuando los matara a ambos tan dolorosamente que no le iban a quedar ganas
de hacer daño en todo un mes.1
—Bien, lo admito bastardo hijo de perra —masculló entre dientes, mintiendo y
asintiendo—. Tienes el control...2
—¿Cuánto tiempo?
—T-tienes dos semanas como m-máximo —en ese instante fue que la cara
empezó a dolerle más—. La próxima semana saldré de aquí y podré caminar.
Si se cumple el tiempo y no recibo noticias de nada, voy a hablar.
Sin más que decir, el sicario salió de ahí con la cabeza echa un maldito lio que
sabía solo iba a arreglarse cuando volviera a ver a Jungkook tumbado en su
cama.2
Y lo que Baekhyun no sabía, era que había firmado su propia sentencia de
muerte al mirar a Jennie y decirle; ''Todo está bien, Jen...''
21: obsesión
Tenía varias cosas en la cabeza desde hace días que no iba a la cabaña y
sinceramente en estos momentos su mente lo único que quería era mandar a
la mierda a Jennie y Baekhyun. Todo estaba perfectamente hecho, a veces el
propio sicario se sorprendía con lo paciente que solía ser y con lo tremendo
que le salía fingir cosas, tal cual como hizo delante de aquellos dos. Sin duda,
le constaba que ambos se habían comido el cuento de que él no sabía quién
era Jungkook, que tampoco sabía sobre la verdadera faceta de Baekhyun y
sobretodo que estaba "preocupado" porque alguno de los dos fuese a decir
alguna mierda.1
Le tocaba ahora saber quiénes eran las otras personas que sabían —o si es que
las había en verdad— para no cometer ningún error. Una de las cosas que a
Kim Taehyung le caracterizaban, era que cuando realmente necesitaba hacer
las cosas paso por paso, guardando cada detalle y procurando ser cauteloso
para que saliera victorioso; lo hacía, cosa que era la mayoría del tiempo.10
A veces se podía decir que era un hombre impulsivo, pero también era una
persona que sabía controlarse porque se venía algo muchísimo peor.71
Pudo haber fundido a golpes a Baekhyun ahí mismo hasta matarlo, pudo
haber disparado a ambos hasta que se desangraran frente a él o pudo incluso
sacarlos de aquel cuarto y llevárselos para hacerles un mierdero de cosas;
pero sabía que no era el momento. Sabía perfectamente que, si lo hacía, de
inmediato iba a arrepentirse y a pensar las cosas. Mejor era tomarlo con calma
por ahora y así poder después darse el maldito lujo de ver la vida saliendo de
los ojos de esos dos hijos de puta que se atrevieron a amenazarlo, regañarlo,
creer que estaban por encima de él y sobretodo ponerlo en una especie de
espada contra la pared al decir "Libéralo o mátalo'' en cuanto a Jungkook.72
¿De verdad Baekhyun había creído que llevaba la delantera? No, no era una
pregunta. De verdad Baekhyun creía que llevaba la delantera; era una
afirmación. Pero a diferencia de él, Taehyung tenía un as bajo la manga, uno
que por su puesto iba a usar. Porque nadie que no fuera él mismo, iba a
quitarle lo que era suyo.10
Porque eso era su pequeño Jeon, suyo. Y solo Kim Taehyung tenía el poder de
elegir hasta cuándo. Cualquiera que intentara alejarlo de ese niñito suyo o
arremetiera contra él, simplemente terminaría en una fosa.98
Por su puesto no iba a matar a Jungkook en dos semanas. Más bien, haría que
Jungkook viera como mataba a Baekhyun y Jennie por creer que iban a
quitárselo. Lo más extraño era que, después de Jungkook ver a Taehyung
asesinar de aquella manera —que no era lo peor que había hecho, estaba lejos
de serlo—, empezaba a tener expresiones más severas en su rostro;
probablemente porque la impresión de saber que estaba atado —por ahora—
a un asesino de esa índole, lo estaba comiendo por dentro.21
Taehyung sabía que Jungkook comenzó a portarse muchísimo más dócil con
él y también a fingir que no sentía miedo de su presencia desde aquel
encuentro en la cabaña donde lo único que podía testificar lo que pasó era el
grandísimo espejo que él mismo movió de la azotea hasta el cuarto, tan solo
para que Kook se quebrara en mil pedazos al verse por primera vez, después
de meses de encierro en ese estado. Y le gustó tanto la mirada rota con la que
vio su propio reflejo destruido, que le pareció suficientemente malo como
para no hacerle otra cosa y solo dejarse llevar por el momento.66
Vaya momento.1
Ya habría tiempo para hacerle algo, de eso estaba seguro. Pero por ahora
estaba de buen humor y también tratando de descubrir quienes mierda eran
las personas que según Byun, sabían de Jungkook estaba con él. Había cosas
más importantes que deleitarse viéndolo llorar y suplicarle, aun cuando ese se
había convertido en su pasatiempo favorito, patrocinado por su nuevo juguete
llamado Jungkook.
Lo primero que necesitaba era saber los nombres, para eso por supuesto que
necesitaba ayuda, aunque no iba a pedírselo a Jimin porque este ya había
hecho suficiente. Mark era una buena opción, sobretodo porque tenía también
ojos en todos lados y el hecho de que básicamente conocía a Taehyung desde
que tenía trece años, le garantizaba que lo ayudaría. Por eso mismo tomó su
teléfono y tras ingresar el pin de bloqueo, buscó el número del hombre y
presionó el botón de llamada.
—¿Q-que pasó, muchacho? —habló Mark del otro lado de la línea—. S-supe que
ya te fuiste d-de Jeju.159
—Si —contestó Kim—. Llevo una semana y algunos días aquí —no pasó
desapercibido el momento en que Mark sorbió por la nariz—. ¿Qué coño te
ocurre, hijo de puta? ¿Estás llorando?23
—Sí, obviamente —contestó—. ¿Qué pasó con ella? ¿Se te apareció troceada
por la mitad al lado de tu cama?193
Otra vez Mark sorbió por la nariz y rió cual estúpido, Taehyung caló la nicotina
y continuó mirando hacia las luces de ese barrio de mala muerte, donde
quedaba el departamento. Con un tobillo sobre la rodilla y la mano con el
cigarro firme en esta.
—Ayer el tipo que la tocó lo tuve que matar por unas deudas. No te llamé porque
te habías ido, y era Hudson —explicó el mafioso—. Entonces lo último que dijo
fue "Hubieses escuchado cómo gritaba tu puta cuando me la follé mientras
estaba medio drogada... quizá incluso el bebé tuyo que tenía dentro me chupo
el pene". Wheein nunca me engañó, el bebé si era mío y yo solo la mandé al
carajo.314
—No quiero verte en él, V —la severidad de su voz revolvió algo dentro del
receptor—. No quiero ver que la mataste tú, incluso si fui yo quien lo pidió... no
podría volver a verte sin pegarte un tiro en la frente —el asesino chasqueó la
lengua y apretó la mandíbula—. No voy a verlo porque al final tú no eres el
culpable, muchacho. El culpable soy yo, pero ver ese video y luego verte a ti
es-...95
—Mira, Mark... que sea la última vez que me amenazas y que sea la última vez
que tratas de desahogarte estúpidamente por no averiguar cosas antes —
furiosamente respondió, apretando la mandíbula—. Si maté a esa puta, fue
porque tú lo pediste. A mí me sabe a mierda lo demás —gruñó—. Y si, gritó
horrible, gritó hasta quedar malditamente afónica, Mark. Gritó hasta que las
cuerdas vocales le sangraron. ¡Gritó porque el marido quiso que así fuera,
cabrón!238
Mark suspiró y del otro lado se bebía una cerveza negra que tragó rápido antes
de continuar.2
—Supongo.
—En fin, Mark —habló con severidad, yendo por el cigarro numero ¿cinco,
seis?—. No hay reembolso y tampoco revivida, la maldita vida continúa. Tienes
más mujeres a tu disposición, un pene para embarazarlas las veces que se te
cante el maldito culo y dinero de a montón. Aprovecha esa mierda y deja de
llorarle a una zorra muerta que ahora es un festín para gusanos y hormigas.287
—Soy asesino, no un puto consejero —se burló él, y Mark del otro lado sacó
una risa—. En fin, necesito un favor.
—Maldito muchacho, ¿vas a matar a medio continente? —con un puro entre los
labios, se burló; V era exigente en su mierda—. ¿Cuántos son?116
—¿Tanta mierda solo para dos personas, muchacho? ¿Te castraron o qué? 221
—V... ¿qué tú tienes con ese niño? —la pregunta por un segundo sacó de orbita
a Kim—. ¿Tú y él...?101
—No me importa.8
—¿Estás consciente de que mientras tienes a ese niño contigo también tienes
medio cuerpo en la tumba? —sí, Kim lo sabía, por eso necesitaba matar a esos
dos—. ¿Sabes lo que te harían si se enteran que tienes a ese niño contigo? —ajá,
también—. ¿Lo que te harían si vieran en el estado tan demacrado, pálido,
golpeado y probablemente follado que lo tienes? Quince años y parece un
cadáver de tres días.210
—Lo sé, y me sabe a mierda, Mark. Es por eso que necesito tu ayuda, para
deshacerme de aquellos que sepan que lo tengo conmigo.
—¿Qué vas a hacer con él? —carajo, si no se callaba también lo iba a matar. No,
Taehyung, contrólate, maldito—. ¿Esperar a que te paguen por su cabeza?
—Sí.
—¿Y después? —volvió a preguntar—. Después que hayas matado a los que te
querían matar a ti, a tus esclavos y a él. Después que hayas acabado con quien
te iba a pagar, porque sé que lo harás. Después que cobres lo que te deben por
él. ¿Lo vas a matar? ¿Lo vas a entregar?
De no ser porque estaba lejos, y al otro lado de una línea telefónica, Mark se
hubiese ganado una cruel paliza.
—¿Qué coño estas dic-...?
—Eres un tipo inteligente, sabes a quien de ustedes dos me refiero —lo calló
—. Me pondré en contacto contigo dentro de un par de días para asegurarte que
te tengo aquello listo. ¿Otra cosa?
—Necesito tres de tus hombres ese día y también necesito que saques a D4,
H6 y M9 de Shukyoung en Mapo-gu —contestó—. No preguntes qué significa,
porque en lo que llegues allá, lo sabrás.
—Bueno, te hablo en unos días —se despidió el otro—. Por favor, no vayas a-...73
Le brindó al cigarro una última calada y tras eso lo lanzó al suelo y lo pisó con
el borde del zapato. No le gustó para nada el tono que utilizo Mark, ¿qué culpa
tenía Taehyung de hacer su trabajo? Como si él fuese preguntándole a la gente
las razones por las que lo contrataban o el por qué mataba o por qué esto o lo
otro. Si la tipa era inocente, pues triste por ella, ni Taehyung ni Mark podían
hacer nada, además en el fondo sabía que en un par de días iba a tener a otra
mujer a su disposición y a seguir siendo el mismo malnacido mafioso que
conocía prácticamente de toda la vida. Esto solo era un bajón emocional que
le daba a las personas cuando alguien les importaba suficiente como para no
acabar con su vida.1
Y lo otro era lo último que habían hablado, y que queria ignorar, pero sabía que
no podía.
Iba a encender otro Marlboro, quizá el movimiento constante de su pierna le
hacía saber que tenía una ligera ansiedad porque estaba desesperado de que
pasaran los días, mas su estómago rugió, por su puesto debido a que no había
comido desde muy temprano en la mañana; lo único que había ingerido desde
el desayuno eran cigarros y whisky. Así que, tras pasar a la sala del
apartamento, se dirigió hasta la cocina para llenar una olla de agua, después
tomó un paquete de fideos de la alacena y de la nevera unas verduras, huevos
y empezar a cocinarse alguna cosa para matar el hambre.47
No pasaron diez minutos cuando —mientras picaba las verduras y tenía la olla
al fuego—, sintió una mirada sobre la suya. Se giró rápidamente y se recostó
del mesón de brazos cruzados, dejando el cuchillo a un lado y bajando la
intensidad de la llama en la cocina. Miró directamente al contrario, esperando
a que dijera o preguntara lo que quería.
—No tengo ninguna mierda que hablar contigo, Bogum —contestó tajante,
viéndolo a los ojos—. Así que sigue durmiendo y déjame en paz.310
—No actúes como si soy estúpido, ni que tuvieras que pasar horas en una
oficina haciendo papeleo —reclamó el adverso, e inmediatamente se sentó en
la pequeña isla de la cocina. De la gaveta que estaba debajo sacó cuatro
periódicos, todos en la categoría de sucesos y tras abrir varios los exhibió en el
mesón a ojos de Taehyung—. ¿Esto es trabajo, hm? ¿Quieres que me coma el
cuento de que andas trabajando cuando he visto esta mierda?9
"Dos muertos hallados cerca del puente Byondong, presunto asesino dejó
tres marcas en su rostro"
"Mujer fue encontrada muerta junto a su hijo mayor, morgue dictamina que
fueron desmembrados mientras estaban con vida"9
Taehyung giró el periódico hacia su lugar viendo las escenas en blanco y negro
y sacando una media sonrisa ladina tras resultarle todas y cada una de ellas
completamente familiares.19
—Ella era sorda —señaló a uno de los cuerpos—. Su hijo la guiaba y lo maté
primero a él frente a ella, Já, la tipa no entendía qué pasaba —tras eso, señaló
otra imagen—. No les metí la polla a estos, les metí un hierro caliente en el
puto culo —Bogum había empezado a negar con fervor y las lágrimas se
acumularon en sus ojos, pero imposibles de salir—. Esa chica tenía los ojos
bonitos, eran verdes y los de su hermana azules, no eran de aquí —tras sacar
una sonrisa cínica como si hablara de algo normal, se giró—. En fin, se seca el
agua y tengo hambre, no estés jodiendo.95
—No es la primera vez que lo hago, tú mejor que nadie sabes eso —como si
nada, siguió cortando las verduras—. No actúes como si no me conoces de
toda la vida, Bogum-ssi.59
—Pero nunca fue así —contestó el mayor—. Nunca tan fuerte, n-nunca tan...
horrible. V, ¿P-por qué tantos?
Y quizá era culpa del mismo Taehyung y no de Bogum, quizá si él no fuera tan
cauteloso, dominante, estratégico, adictivo, encantador, calculador, sabio,
inteligente y tuviera un sinfín de cualidades escondidas detrás de su coraza de
asesino, probablemente Bogum no sintiera cosas unilaterales por él desde
que tenían dieciséis y dieciocho años.128
En ese momento, recordó que había otra cosa que también era importante de
hablar. Y que creía era la razón de aquellas cosas que Taehyung no estaba
dispuesto a explicar. Sinceramente, no quería que la respuesta fuera positiva.
—Jun me habló hace un par de días atrás, fue la última vez que supe de ti y de
él —comentó tranquilo, el sicario lo escuchó con calma también—. El niño que
tienen, que se supone matarías... ¿s-sigue con vida?6
—Ajá.
—Me dijo que había veces donde te llamaban para hacer trabajos y te llevabas
al niño... ¿es cierto eso? —el asesino asintió con la cabeza, entonces el castaño
continuó—. También me dijo que... q-que tenías cierto interés en ese niño —
soltó, incapaz de ver a Taehyung a los ojos, tan solo miraba al suelo—. ¿E-es...
verdad?152
—Ajá —Kim arrojó los fideos al agua hirviendo—. ¿Qué otra estupidez vas a
preguntar para seguir fastidiándome?1
—¡ESCÚPELO YA!
El verdugo lo miró con desdén y rencor. La mirada de Bogum tenía los ojos
aguados, más no era por tristeza. De hecho, era porque le dolía en cierto modo
ver a Taehyung en ese estado. Jamás pensó que un simple niño fuera tan
importante para alguien así.27
—¿Qué pasa si digo que sí? —habló entre dientes, con el ceño
extremadamente fruncido, pero sonriendo—. ¿Qué pasa si sigo que lo quiero
conmigo, porque es mío? —su voz era baja y ronca—. ¿Qué pasa si digo que
obligué a todos ellos a llamarme Kim Taehyung mientras imaginaba que
era mi pequeño Jeon y que lo mataba a él?344
—¿Qué pasa si te digo que desde que lo vi me obsesioné con él y cada vez que
lo beso me siento un malnacido abusador que lo domina totalmente? —para
ese entonces, Taehyung ya estaba detrás del mayor y se inclinó hasta quedar
al lado de su rostro—. ¿Qué pasa si te digo que desde que mis pensamientos
giran en torno a mi pequeño Jeon, no pienso en Taehyung, ni V, ni Seokjin, sino
que pienso solo en él?119
El mayor tragó duro y Kim sonrió socarronamente.9
—¿Qué pasa si digo que tengo una tremenda obsesión por el niñito de
dieciséis años que secuestré, golpeé, torturé, besé, violé y follé hasta dejarlo
traumado por el resto de su vida, que por cierto... está en mis manos? —siguió
caminando hasta volver frente al lavaplatos y sacó el cuchillo de la tabla,
viendo su reflejo en el filo—. Maldito niñito hijo de puta, mi pequeño Jeon.42
—¿T-tu qué...?
La incisión comenzó a sangrar y Taehyung pasó los dedos suavemente por ahí.
—Shh, Bogum. Estás totalmente claro que si me da la gana puedo acabar con
quien sea en un santiamén, no olvides quién soy ni lo que hago.
—Eso es... horrible, r-repulsivo —el asesino seguía detrás de él—. Es un niñito,
V.16
—Me veo reflejado en sus ojos, Bogum... me gusta ese niñito, acéptalo y vive
con eso sin joderme —susurró como última advertencia—. Porque al que le
puedo pegar un tiro sin que me tiemble la mano, es a ti. ¿Estamos, Bogum-ssi?
54
—E-estamos.14
[...]77
Jungkook tenía un ligero dolor de cabeza que no se le quitaba, el estrés y la
ansiedad eran una mierda horrible, peor si se acompañaba de insomnio.49
Desde que había llegado otra vez a la cabaña, parecía que las ganas de
desaparecer, el desasosiego, los nervios y pesadillas incrementaban a un nivel
muchísimo mayor. No era como si en el otro lugar hubiese estado mejor, o al
menos eso queria creer para no sentir que se estaba conforma donde antes lo
tenían. Aunque, de todos modos, la realidad era esa, estaba mejor en el otro
sitio.
Obviamente que de los seis días que pasó en ese sitio, Taehyung se lo folló
cinco. Una contra la puerta del cuarto, donde Jungkook quedó con las piernas
temblando y lo único que no lo hacía caer era su cara pegada de lado y las
manos de Kim en su cadera. Otra fue mientras su verdugo lo bañaba,
Jungkook tenía que cuidarse de no hacer ciertos ruidos de satisfacción
cuando le enjabonaba el cabello o sino terminaría debajo de la regadera,
mientras el otro estaba totalmente vestido, incluso con los zapatos puestos,
pero nada más con los pantalones a la altura de los muslos para joderlo a
gusto.148
Admitía que eso se había sentido bien porque, en cierto modo, prefería tener a
Taehyung encima con la voz ronca en su cuello, que detrás sin poder verlo a
los ojos, quizá por lo de aquella vez. Pero del resto, no estaba en desacuerdo.
Y eso no era bueno porque otra vez Jungkook tenía ese revoltijo en la cabeza y
esa sensación que no le gustaba y que le carcomía de miedo cuando ese tipo
se portaba así.76
La última fue cuatro días atrás, y fue la razón por la que Taehyung se fue y por
la que Jungkook estaba en ese lugar. Todo había empezado bien, hasta que al
asesino se le ocurrió la maldita idea de amarrar a Jungkook a la cama y
comenzar a golpearlo a punta de nalgadas y cachetadas, mismas que le
partieron la boca hasta hacerlo botar un fino y espeso hilo de sangre y en un
momento de frustración lo escupió en la cara tras llamarlo ''Maldito enfermo
hijo de perra'', y no se dio cuenta sino hasta que Kim formó la misma expresión
de odio de siempre y lo volteó, torciéndole los brazos, enterrándole la cara en
la almohada hasta casi asfixiarlo y diciéndole: ''¿Que pasará primero, amor,
¿voy a venirme dentro de tu hermoso culo o voy a asfixiarte hasta que te
mueras?'' Y prefirió la segunda opción, pero lastimosamente antes de caer
desmayado, sintió a Taehyung vaciarse totalmente dentro de él.34
Parecía un animal, maltratado por otro animal; una bestia más bien. 61
Jeon era un inútil y todo era su culpa, no de Taehyung. Ese hombre era un
asesino con un sadismo enfermizo, era así. Sí había alguien que debía
comportarse al margen, era el cautivo. Podía insultarlo y Taehyung no le iba a
hacer nada, pero si se resistía a algo o hacia la simple cosa mínima contra él,
debía sufrir las consecuencias.1
Aun así, queria aparentar que no le temía porque estaba al tanto que a él le
gustaba eso.
Entonces ahí estaba, cuatro días después, igual de sucio que siempre,
terminando de comer —porque al menos tuvo la misericordia de dejarlo
comer, no importaba si llevaba dos días sin hacerlo, de la ansiedad no le daba
mucha hambre—, hasta que Namjoon abrió la puerta del feo cuarto para
llevarse el plato de comida.
—Es raro verte la cara, Jun —habló pausadamente el azabache, para saludar,
acostado boca arriba con las piernas cruzadas para no dejarse ver las partes
íntimas—. ¿Y Taehyung?
El Kim mayor estaba a punto de devolverse a la puerta e ignorarlo, pero a
veces su fuerza de voluntad era poca. Quizá por eso mismo estaba metiendo
manos al fuego por ese chiquillo, mientras nadie sabía y él fingía que solo lo
ignoraba.1
—Él me obligó a que le llamara así, el dia que me hizo esto —inmediatamente
el muchachito se llevó una mano a la frente y alzó su cabello negro,
mostrando las tres letras cinceladas—. Seguro lo sabes, Jun, mis gritos y los
suyos se escuchaban en toda esa casa. Tú estabas ahí.65
Horror; eso fue lo que pasó por el rostro de Namjoon al escuchar a ese niñito
hablar tan naturalmente de algo como eso.
—Lo siento, niño —pronunció con vista gacha, obvio recordaba cada grito y
cómo se salió de la casa hasta alejarse suficiente para no oír más—. Aunque no
sirve de nada, lo siento.5
—¿Por qué no le gusta ese nombre, Jun? —soltó de pronto, Namjoon jadeó—.
¿Tu hermano tiene un trauma con ese nombre?
El plato de plástico duro que tenía Nam entre sus manos, cayó al suelo justo
cuando sus manos temblaron. ¿Pero qué clase de mierda le había hecho
Taehyung a ese niño, para estarlo quebrando tanto?1
—Eso me hace pensar que si, Jun —el aludido no pronunció nada—. Por algo
eligió un seudónimo que nada tiene que ver con ''Kim Tae Hyung'' —detalló,
sin saber que realmente para Taehyung significaba todo—. Por algo entra en
cólera cuando lo llaman así, yo lo vi en sus ojos ese dia, Jun. Casi lo vi llorar,
no de tristeza, sino de odio —explicó con pausa, recordando la mirada de
Taehyung la vez que lo llamó así por primera vez—. Odia ese nombre con todo
su ser. Sin embargo, a mí me deja llamarle así y es raro; porque si no le gusta...
¿Qué hago vivo todavía, si ni tu que tienes su misma sangre lo llamas así?7
—El dia que hizo eso, me dijo ''V de Victoria, pequeño Jeon'' —Nam lo
observaba atónito—. ¿Es lo que significa para él? ¿Victoria? ¿Por qué un
asesino que parece tan frío, es tan débil con algo como su verdadero nombre?
3
Jungkook sonrió sin mostrar su dentadura y cerró los ojos, negando con la
cabeza lentamente.
—No puedo tenerle miedo a la muerte cuando soy quien le gusta, cuando me
besa, me folla y me insulta —en ese instante sacó una gran
sonrisa horriblemente dulce y lo miró de frente—. La veo todos los días en sus
ojos, Namjoon. Mi Tae es la muerte.685
Jodido, muy jodido estaba Jeon Jungkook. Tan jodido que Namjoon por un
segundo no sintió lastima o culpa, sino miedo y desesperación de saber hasta
dónde estaba Taehyung adentrándose en la mente de ese niño. Una granada
sin seguro, pero que aún no explotaba. Eso parecía.29
Cuando por fin pudo recuperar el aliento, Nam suspiró.
—Lo es, tú has visto y sentido lo que es capaz de hacer —advirtió con
severidad—. Pero puede llegar a ser peor que eso, así que no pises terreno
falso porque te vas a caer, niñito. Y el golpe será fuert-1
Mierda.
—Haz lo que quieras —atajó él, todavía con la vista en el techo—. Igual no es
como si tuviera alguna opción.47
—Te di dos.
—Bueno, yo agregaré la tres —esta vez llevó los ojos al sicario—. Tres, haz lo
que te dé la gana.176
El verdugo llenó otro recipiente de agua y lo dejó al lado del otro, luego se
movió hasta quedar sentado encima del inodoro y se recogió el pelo con la
misma liga de billetes que cargaba en la muñeca. Entonces salió del baño para
ir hasta Jungkook, al quedar frente a él lo miro un rato desde arriba. Kook lo
veía tranquilo, extremadamente tranquilo.
—¿Te vas a quedar ahí como un faro o qué? —alzó una ceja, viendo a Taehyung
cruzarse de brazos y sacar una sonrisa ladina, entonces él mismo alzo los
brazos hacia el maleante, abriendo y cerrando las palmas—. Cárgueme, señor
V.332
Hijito de puta.21
Lo peor fue que el mayor, sin decir eso en voz alta, lo agarró de los brazos y se
agachó para llevarlos alrededor de su cuello, lo tomó de la cintura y le levantó,
levantándose también en el proceso. El chiquillo enredó las piernas alrededor
de su cadera y dejó la cabeza en su hombro, mientras era depositado
segundos después en el suelo del baño, sentado en posición de indio.8
—¿Me vas a volver a dejar aquí? —soltó, jadeado por las manos bajando por su
nuca, hombros y omoplatos. No recibió respuesta inmediata—. Tae...
—¿Qué?
—No me dejes aquí —pidió bajito, sus brazos estaban arriba y Taehyung los
estaba enjabonando, luego el niño los bajó y el contrario empezó a enjabonar
su espalda y abdomen. Miró directamente a su captor, con los ojos apagados;
una mirada triste—. Si me vas a hacer algo, si me vas a... qué se yo... llévame
arriba, no aquí.139
—Cierra los ojos —Jungkook obedeció y sintió las manos alrededor de su cara
llenas de jabón, estrujando de manera extrañamente cuidadosa, sus ojos,
mejillas ensangrentadas, frente, cejas, maxilar, nariz y boca. El jabón fue
sacado con el agua momentos después—. Ya, ábrelos.29
—Enjuágate bien la boca —el cautivo tomó el frasco posterior a Kim hablar,
ignorando la sonrisa de este—. No lo tragues, ni lo escupas.41
Era cloro.322
—Taehyung... e-esto no es enjuague bucal —el cloro tenía un olor potente; era
puro. Tener eso en la boca no sería bueno—. Taehyung...42
—Te dije esa que esa boquita estaba pasada de grosera conmigo,
¿verdad, pequeño Jeon? —alzó una ceja hacia el chico y este ya tenía los ojos
aguados—. ''Asesino de mierda'' ''Asesino hijo de puta'' ''Maldito infeliz'' Blah,
blah, de esos me acuerdo por ahora, así que lávate la boca a ver si se te quitan
esos insultos.15
Las lágrimas se arremolinaban solas en sus fanales azabaches.
—¡No lo voy a volver a hacer! —chilló, aguantando las ganas de llorar—. ¡Ya, te
lo juro!
—Taehyung...
El chico asiente, y sin decir otra cosa, llevó el frasquito al borde de sus
labios. Ardió, quemó más bien.
Jungkook negó.
Peor que una vez que comió comida muy cliente, por un segundo se preguntó
si lo cigarrillos serían más dañinos a su lengua y quiso creer que sí. Mas en el
momento que el líquido pasó por sus encías; sintió que algo estaba casi que
cortándolas, al igual que la parte interna de sus cachetes, labios heridos. Sus
manos yacían apretadas en puños, uñas enterrándosele en las palmas.9
—Escúpelo —el niñito inmediatamente, y de golpe, botó todo el ardiente cloro
contra la pared. Su boca estaba hecha llamas y empezó a toser hasta casi
ahogarse—. ¿Cuál es mi nombre completo, Kookie?79
—K-Kim... Kim T-Ta... Kim Tae Hyung —apenas logró articular palabra, la boca
no podía sentirla peor—. Kim Taehyung.
—Deletréalo, Jungkook.
Taehyung terminó de sacar una sonrisa triunfante y tras calar lo último del
cigarrillo, la colilla fue hasta el hombro de Jungkook por una milésima de
segundo.139
—¡NO, NO! ¡¡AH...!! —gritó fuerte al contacto, mas su boca estaba muchísimo
peor que aquella quemadura que no fue igual de grave porque el suéter cubría
la zona fría—. ¡Y-ya hice e-esto...!
El chico pensó por un momento la respuesta, pero más pronto que nunca la
tuvo en los labios.
—A-asesino de m-mierda —contestó con algo de miedo y recelo, tosiendo aún
—. M-maldito hijo de puta y... y maldito infeliz —terminó rápidamente—. Ya s-
se... n-no los diré otra vez...7
—M-me duelen... —se quejó, desearía pararse por sí mismo, pero sus tobillos
realmente dolían, las piernas también—. Las piernas... m-me duelen...
Kim bufó, tras eso lo tomó del cuello y la parte de atrás de sus muslos. Lo
levantó, cargándolo de manera nupcial y procedió a llevarlo hasta el cuarto de
arriba. Jungkook se aferró a su cuello, poniendo la cabeza entre las clavículas
expuestas de Kim y paró su llanto cuando fue depositado en una cama de otro
cuarto.10
Taehyung sacó debajo de esta, un bolso negro del que agarró una toalla
pequeña y dos camisas que a ojos de Jungkook eran bastante anchas. Se puso
una encima después de secarse la poca agua en su pecho y luego le sacó el
suéter mojado a Jungkook, lo secó con la toalla, cuidando —porque si,
Jungkook se dio cuenta de que eso lo estaba haciendo con cuidado—, de no
pasar tan bruscamente por las llagas en su abdomen, clavículas, cuello y una
mordida en la parte interna del muslo.32
—¿P-por qué haces esto? —la pregunta no salió dolida, más bien salió
demandante y curiosa—. ¿P-por qué vienes, actúas mal y luego haces esto?
—Porque eres mío, pequeño Jeon —susurró despacio, haciendo que el chico
jadeara—. Y me gusta mucho verte mal —llevó la vista hasta conectarla con la
impropia y rozar la nariz de Kook—. Tan bonito, tan roto... —dejó un beso en la
punta de su nariz—. Tan frágil, tan dañado —dejó tres besos en su frente, uno
en cada marca—. Tan débil y tan precioso —un último beso fue dejado en cada
uno de sus párpados húmedos—. Pero sobretodo... tan mío, mío porque así lo
quise y porque así lo quiero. Mío porque no tienes otra opción, mío porque si y
porque no. Mío porque te quiero conmigo, dañado por mí.93
—Yo no s-soy tuyo —en realidad, Jungkook sabía que muy en el fondo si lo era,
pero no quería aceptarlo. Él le pertenecía a Taehyung porque dejó de
pertenecerse a sí mismo hacía mucho tiempo—. N-no lo soy.7
—Eres mío, Jeon Jungkook —afirmó de nuevo, sin apartar el contacto visual—.
Cada parte de ti es mía, cada parte de tu rota alma es mía, cada gota de tu
sangre me pertenece —susurró muy cerca de su cuello, haciendo que
Jungkook se erizara—. Tus pensamientos, tu boca, tu cuerpo, tu aliento, tu
voz, tu sufrimiento, tu llanto... —volvió a verlo, poniendo sus belfos sobre los
contrarios—. Todo de ti tiene dueño, y ese dueño es Kim Taehyung, amor.29
Kim Taehyung.
—Porque me da la gana y-
—No —lo calló, sacando una mirada mucho más severa—. Ya sé la respuesta a
eso —masculló entre dientes—. Lo que quiero saber es... ¿Por qué me dejas
llamarte así, si sé lo mucho que odias tu nombre?
—Mi nombre se escucha bien viniendo de tus labios, mis manos no se sienten
tan pesadas cuando toco tu cuerpo, mi mente no va tan lejos cuando estoy
contigo y el peso que a veces cargo encima se alivia cuando te veo —aquella
confesión, tocó algo dentro de Jungkook, algo con lo que se sintió tranquilo,
pero ansioso—. Me gusta estar contigo, me gusta hacerte sufrir, llorar, gemir y
suplicar. Amo verte hecho un desastre, un caos... amo el sufrimiento que te
hago sentir, Jungkook, y a la vez odio tanto no poder mandarte al carajo...
porque estoy obsesionado en dejarte conmigo.39
Esa misma sonrisa que tenía cuando hablaba, se convirtió en una risa
sarcástica, una que duró poco, pues volvió a chocar sus frentes y dejarlas
juntas, viéndolo.
—No me digas que no estás confundido, y que te odias porque sabes que en el
fondo estás sintiendo cosas que nunca pensaste que ibas a sentir —Jungkook
palideció—. No me digas que quieres alejarte y salir corriendo por lo que has
visto y por como sufres mi amor. Tú quieres salir corriendo porque tienes un
revoltijo de emociones, porque tus pensamientos tienen nombre y apellido, y
no son Jeon Jungkook, sino Kim Taehyung.135
—C-cállate...2
Taehyung llevó una mano hasta el cuello de Jungkook y apretó fuerte, tan
fuerte que Kook cuando lo seguía besando empezaba a sentir que le faltaba el
aire, pero de igual forma no era motivo para detenerse porque sabía que
Taehyung no iba a llegar más allá. Y lo soportó todo, hasta que el asesino
quitó la palma de su cuello y se apartó de él. Jungkook carraspeó, viéndolo
con el semblante fruncido, los ojos entrecerrados y la mandíbula apretada.1
Kim Taehyung podría tener mucha mierda metida en la cabeza, pero sabía
perfectamente cómo lidiar con eso.29
En ocasiones, las personas creían que por fuera éramos lo mismo que por
dentro, que todos en algún punto nos volvíamos totalmente transparentes.
Transparentes en el sentido de que, mediante nuestras acciones y palabras,
podíamos reflejar lo que acarreaban nuestros pensamientos.20
Una cosa era cierta, tenía una tendencia obsesiva por dominar a cada persona
y cada situación que se le presentara. No soportaba no tener el control y
debido a la persona que era, se le hacía totalmente fácil obtenerlo, ya fuese
mediante palabras que enganchaban y manipulaban —cuando era medio
complicado—, o ya fuese mediante mentiras y actuaciones "comunes" dentro
de lo que cabía en él.20
Era un perfecto mentiroso cuando realmente se lo proponía, era
tremendamente normal cuando se lo proponía, pasaba desapercibido y nadie
se daba cuenta de que tenían al lado a un monstruo. Su necesidad de
satisfacción personal era grande, porque solo le importaba lo que él quería.
Solo podía llegar a cohibirse de inducir cosas horribles cuando eso iba a darle
una recompensa de por medio, cuando iba a conseguir algo que le interesara
o porque simplemente se sentía a gusto con la sensación que le provocaba.5
Siempre había algo que Taehyung tenía en mente, cualquier cosa que
ocupaba siempre sus pensamientos una y otra vez recordándole lo que hacía.
Y no era que le molestara o lo pusiera triste —jamás había conocido la tristeza
—, sino más bien que a veces quería tener la mente en blanco, pero de tantas
cosas que a lo largo de su joven vida había hecho; era básicamente imposible
que su cerebro no trabajara y pensara cosas una y otra y otra vez. 17
Cosas que trataba de olvidar, recuerdos que quería disipar y aunque intentara
cualquier cosa para desquitarse, no podía. Los recuerdos de su infancia a
veces se le hacían lejanos, recordaba poco porque se obligó a si mismo desde
los catorce años que ahora era un nuevo "él'' y así la vida se le haría más fácil
de ahora en adelante.
Pensó que podía dejar de cavilar en las cosas que detestaba desde pequeño,
porque de hecho; los traumas de Taehyung no lo hicieron malo, él ya era
malo, solo que aquella maldad era frenada por dos personas que lo contenían.
Dos personas que su padre mató y cuando quedó solo ya nadie podía
controlarlo ni un poco. Yenjin ya no estaba para regañarle y pelear con él, Jin
hyung ya no volvería a encerrarlo en su cuarto y regañarlo cuando peleaba
con niños pequeños porque "Taehyungie, no puedes ser malo. Los animales no
se torturan y a los niños pequeños no se les tira tierra en los ojos". Lo mantenían
tranquilo, incluso si ambos tenían problemas más grandes que controlar a un
niño rebelde de cinco años.
El hombre llamado así, no fue quien lo volvió malo. Kim Taehyung ya era malo
y su padre mató a las únicas dos personas que frenaban esa maldad. Su padre
no fue la razón de que fuese un asesino sádico, fue el detonante. Taehyung ya
era un sádico de pequeño y llamarse Kim Taehyung le molestaba porque creía
que era así gracias a su padre.1
Grave error.1
Catorce años y llevaba cuatro muertos encima, catorce años y parecía saber
perfectamente lo que hacía y estar conforme con eso. No importaba si alguien le
daba mejores opciones, si mostraban una salida para ese mundo al que
aparentemente no fue arrastrado sino que llegó por sí solo, él de todas maneras
quería estar ahí. Él había elegido pertenecer a esa parte de la sociedad donde
todo gira en torno a la muerte, el sufrimiento, la agonía, criminalidad y
asesinato. Solo con catorce años, parecía estar al tanto de todo. 5
Un niño de catorce años que se codeaba entre hombres mayores y veía cosas
que esos mismos hombres que le doblaban y triplicaban edad, les daban
náuseas, pero él lo veía con adoración. Un adolescente que degolló y mutiló a
cuatro personas delante de hombres que lo único que eran capaces era de
meterles un tiro en la cabeza para que murieran rápido. Pero, a ese niño no le
era suficiente ver morir a las personas tan rápido y sin dolor más que un par de
golpes en la cara. No era suficiente.1
El niño aspiró un cigarro barato que quizá alguno de los hombres cerca de él, le
había regalado. Posterior a eso, botó el humo por la nariz y miró al mayor
directamente a los ojos, negando.35
—La escuela enseña a ser dominado, señor Mark, pero la calle enseña a
dominar —respondió totalmente confiado, seguro de cada palabra que salía de
su boca—. Yo no quiero que me dominen, quiero dominar y que me tengan
mucho miedo. Tanto, que lloren y tengan pesadillas conmigo. 116
Tras la muerte de dos de sus familiares, quedó con una mujer que era la madre
de su medio hermano —y la cual ese niño no le agradaba en lo absoluto—, pero
esta cayó presa cuando él cumplió doce, por agredir a un abogado en defensa
propia que quiso abusar de ella y ahora tenía veinte años de condena. El
hermano mayor del chico quedó con una tía, y luego vivió solo por un tiempo,
siendo cuidado desde lejos por su medio hermano mayor que le llevaba comida
y le enseñaba algunas cosas que no aprendería en la escuela, porque fue
expulsado de dos de ellas.78
Hasta que un día, el japonés salió con una manada de hombres y encontró al
niño a punto de ser abusado en un callejón donde fue a comprar cigarros. Sin
embargo, quedó en shock cuando sacó una navaja y empezó a repartirle
puñaladas a ese hombre hasta dejarlo moribundo y gritarle barbaridades
mientras sonreía como un loco —varios días después, se enteraron que en
realidad sobrevivió, de milagro—. Lejos de tener miedo, Koyumi llamó al chico y
le ofreció dinero con tal de que fuera a una operación.7
Sabía que el niño se llamaba Taehyung y conocía lo que le había pasado a su
familia; porque eran relatos que iban de boca en boca en aquel barrio, pero
jamás pensó que, después de haber vivido aquello, el muchacho fuese capaz de
matar a alguna persona.
Koyumi lo supo porque recién cuando el chico cumplió catorce años, mató a un
hombre por primera vez y lo dejó horrible. Todo porque descubrió que llamarlo
por su nombre verdadero le recordaba a su padre y sentía que se desquitaba.
Entonces le dijo "Mata a este hombre como si fuera tu padre, V" llamándolo por
el nombre que el niño había pedido que usaran para referirse a él y así no
llamarlo "Taehyung".2
Desde ese día supo que estaría con él y sería su asesino. La cosa es que ese niño
estaba consciente de que tenía jefes y no le gustaba tener jefes y que lo
mandaran, por lo tanto, procuraba ser el mejor haciendo lo peor y así se
ganaba el miedo y respeto de hombres que podían ser sus padres y abuelos. Un
niño de catorce años que donde se plantara, todos veían sus ojos marrones con
miedo y sus largos dedos agarrar un arma perfectamente sin siquiera temblar.
Koyumi le dijo a Mark que era tan inteligente que en seis meses aprendió a
dominar el idioma solo escuchándolo y codeándose con hombres que lo
hablaban. Astuto, porque cuando había planes, y todo el mundo parecía estar
de acuerdo porque era ''perfecto'', él mostraba las fallas y posibles fracasos,
volviendo los planes diferentes, pero airosos. Calmado; debido a que mientras
todos llegaban con aires de grandeza, presumiendo que eran criminales, él no
necesitaba presumir nada, porque todos ya lo sabían. Sabio; hablaba de
cualquier cosa y examinaba los diferentes puntos de vista sobre un tema y los
amoldaba a sus propias creencias. Educado; siempre decía ''buenos días'' y
''gracias'' a pesar de que nadie se las contestaba y se refería a los hombres
como "Señores" y "Hyungs" en realidad para no decirles ''jefe'', solo que ellos
no se daban cuenta.111
De todos modos, no estaba ahí para irse sin ese muchacho y meterlo en su
escuadrón.
—Porque es malo, ese nombre es malo, señor Mark —contestó rápidamente, frío
—. No me gusta, lo odio.17
Algo le hizo su padre y Mark quería saber a cómo de lugar si se iba a llevar a ese
niño con él.
—No, a mí no, nunca me tocó. Él me tenía miedo porque decía que me parecía a
él, por eso nunca me hacía nada...21
El mayor no pasó desapercibido el nivel de odio y rencor que brotaba de aquella
voz. Hablaba como si cada palabra le torturara los pensamientos.
—¿Ha visto como dejé a Jiyong y a los otros? —Mark asintió—. Bueno, imagínese
eso, pero a mi mamá, a mi hermano mayor y peor.
V había mutilado a esos hombres, les arrancó los dedos, la cabeza y le enterró
una navaja en los ojos. Si había algo peor que eso, entonces ahí estaba la
respuesta.13
Entonces ese niño de catorce años se llamaba Kim Taehyung, igual a su papá.
—¿Por qué elegiste ese nombre? —la curiosidad era palpable en la voz del señor
— . ¿Te gusta esa letra?
El niño leía mucho, adoraba leer. Koyumi le había dicho que a veces, cuando le
pagaban, compraba muchos libros y a veces los robaba de la biblioteca. Todos
donde había cosas de asesinato y tortura; le gustaba eso.183
—¿Piensas en tu padre cuando matas, V? ¿O solo haces lo mismo que hace él?
—Pienso en él, señor Mark. Ayer cuando maté ese hombre, mi cabeza estaba
pensando en Taehyung y me gustó hacerle eso, porque pensé que se lo estaba
haciendo a él. Vi el rostro de papá en ese señor.
—¿Y por qué de pequeño hacías cosas malas? ¿Por qué golpeabas a los niños y
matabas animales inocentes, si aún mami y Jin hyung estaban vivos? —Koyumi
le había dado ese dato.5
—Yo era malo ya, señor Mark... siempre fui malo. Pero no tanto como ahora,
porque tenía a mami y a Jin hyung conmigo. Ellos me cuidaban y me regañaban
a veces, aunque yo volviera a hacerlo otra vez —contestó tranquilo, viendo a un
punto ciego en el suelo donde estaba recordando la cara de esas personas,
aunque ya se le iba olvidando un poco—. Desde que papá se los llevó, ya no
tengo a nadie que me cuide, me tengo que cuidar yo solo. Si para cuidarme
debo matar a todos, pues lo haré. O me matan o los mató, o ganan o gano. 10
—Lo hago por las dos; me gusta matar a la gente así y eso me da dinero. 4
—No lo hago, señor Mark. ¿De qué me sirve tenerle miedo a algo que se va a
pasar y no puedo evitar? —se encogió de hombros restando importancia—. La
muerte nace con nosotros, vive con nosotros y la tenemos presente en el día a
día. Todos los días y a cada segundo alguien muere, ya sea cerca de nosotros o
al otro lado del mundo.148
—¿Y no le temes?
—De hecho, es el miedo que internamente todo el mundo tiene, pero yo no.
¿Sabe por qué?1
El mayor negó.
—Tengo más miedo a nunca aprender a dar tiros a la cabeza con la izquierda, y
sin embargo de nada me sirve; porque un tiro en la cabeza sería matar muy
rápido y matar rápido no es lo mío.79
—¿No te gustaría volver a la escuela, tener una vida normal, tener una profesión
algún día? —el niño solo hizo una mueca de desagrado—. Podrías ser un médico
o un abogado. Podrías ser alguien mejor, muchacho. ¿No te gustaría casarte y
formar una familia?2
—La escuela está llena de hipocresía, todos quieren aprender a ser alguien para
hacer cosas buenas, incluso si odian lo que hacen, señor Mark. Los maestros
odian a los alumnos, pero reciben dinero para seguir formando maestros que
odien alumnos y se repite el ciclo una y otra vez. 192
—Los médicos pasan su vida entera salvando otras vidas, o gastando la suya, y
todo el mundo termina agradeciéndole a Dios, que solo es una estúpida
creencia que la gente tiene, porque juran que después de la muerte hay algo
más y se van a salvar —expresó—. No existe, solo son dimes y diretes de los
mortales para sentirse bien, o algunos los usan para hacer cosas malas y
justificarse... como el holocausto, leí un libro de eso. Un alemán que mató a
negros, a hombres que le gustaban los hombres y gente judía solo porque su
Dios así lo pactaba, según él251
Catorce años.5
—Yo no quiero ser alguien mejor, señor Mark, yo quiero ser un asesino. Yo no
quiero gastar mi vida para salvar otras, yo quiero acabar con otros hasta que de
ellos no quede nada, porque soy libre así. Una vez que entiende que los seres
humanos venimos al mundo a desperdiciar aproximadamente setenta y cinco
años de vida, la vida en sí pierde sentido. Solo somos sacos de huesos y carne
que respiran y piensan. Entonces nacemos para volvernos peones de un juego
de ajedrez donde soñamos ser la reina o el rey, pero somos solo eso; peones que
se sacrifican para reyes y reinas y que dejan de hacer lo que quieren, solo
porque el entorno no lo deja ser libre.149
Catorce.
—Morimos y no hacemos nada importante —continuó—. Nacemos para dentro
de más de setenta años ser la comida de gusanos y hormigas, a menos que nos
prendan en fuego. Nos lloran los que nos quieren y tarde o temprano lo superan
y lo olvidan, como todo. El destino final de todos nosotros es ese; morir y ser
olvidados, y todos le temen a la muerte. Entonces, si yo soy un asesino, por lo
tanto, yo sería la muerte. Me gusta saber que tengo ese destino final entre mis
manos, me siento bien sabiendo que me temen.18
—¿No crees que piensas de una manera un poco extraña, V? ¿No te parece
incorrecto?44
—¿Por qué debemos ajustarnos a lo que otros quieren solo porque creen que es
correcto? Si yo creo firmemente que lo correcto es matar, pero otro cree que lo
correcto es salvar, ¿quién de los dos tiene realmente la razón, si ambos estamos
defendiendo nuestro punto con bases que lo sustentan? 181
Catorce años.113
Kim Mark, un hombre de cuarenta y dos años que tenía un negocio de droga y
ventas ilegales de armas desde hacía veinte años, que había matado a tantos
hombres que ya no le daba la cabeza para contar, estaba recibiendo consejos
de un niño de catorce años que tan solo había matado a cuatro personas a lo
largo de su corta vida. Que probablemente había dejado la escuela y por eso
cayó en manos de un maleante que ahora se lo iba a vender para volverlo un
asesino, pero que de todos modos no necesitaba aprender nada; ese niño ya
sabía demasiado, su mente volaba a mil por hora.6
—Y oh, no quiero una familia, señor Mark, las chicas no me gustan. Son lindas,
pero no me gustan para mí —terminó sacando una sonrisa cuadrada y brillante
donde se achicaron sus ojos. Parecía un niño totalmente inocente y no alguien
que se había adentrando en su subconsciente tan solo hablando un par de
minutos.183
Catorce años.95
—Sí, sí señor.
—¿Y crees que en algún momento puedes dejar de pensar en tu padre cuando
mates, V?
—Solo el día que lo mate a él o cuando haya otra cosa mejor en qué pensar.
Pero... si no logro matarlo, espero encontrar algo o alguien que lo saque de mi
mente algún dia.288
Cuando otra persona lo hacía, recordaba cada trauma hecho por ese hombre.
Las veces que Seokjin llegaba con moretones en las piernas después de salir
del cuarto de su padre, las veces que Yenjin recibía golpes en la cara por tratar
de defenderlo, las veces que su madre gritaba en las noches por ser víctima de
golpes y quien saben qué más. Las veces que su padre lo veía con recelo, pero
a él nunca le tocó, lo agredió, amenazó o atormentó, jamás le puso un dedo
encima. Hasta el día de hoy, no saben por qué.49
Pero, su obsesión con Jungkook era tan grande, que incluso si lo llamaba así,
Taehyung solo tenía cabeza para él. Solo podía tener entre sus pensamientos
a Jungkook desde hacía meses que estaba con él, desde que lo vio por
primera vez. Desde que lo encerró por primera vez. Desde que lo golpeó la
primera vez. Desde que lo besó aquella noche por primera vez, donde iba a
follarlo, pero se contuvo porque él juraba que solo lo follaría una vez nada
más, juraba que su cautivo desaparecía y se desharía de él como había hecho
con otros, pero con ellos no pasó tanto tiempo como con su niñito. Desde la
primera vez que lo tocó a la fuerza aquella noche, la cual después de meses de
no tener cabeza para recordar esos pensamientos, la misma persona que
hacía que los olvidara fue la que los trajo de vuelta y eso lo jodió.32
Pero, de igual forma, después de haberlo hecho sufrir, no estaba listo para
dejarlo ir tan pronto.2
Por eso luego de ir a ver a Jimin, se perdió nueve días, nueve días donde hizo
desastres. Nueve días donde se llevó a trece personas que nada tenían que ver
con él, que no tenían culpa de nada. Las dejó destrozadas, una tras otra hasta
que finalmente esas ganas se vaciaron. No era suficiente con haberlo
torturado, apoderándose de su cuerpo a la fuerza y luego marcándolo,
necesitaba más. Quiso matarlo esa noche, pero si lo mataba, sabía que todo
estaría como siempre y odiaba eso. Entonces, no le importó matarlos a todos
ellos, no le importó en lo más mínimo que esas eran personas normales que
vivían un día a día común y corriente. No merecían morir cuando quien lo
había provocado era un niñito de quince años, su niñito.8
¿Pero no era lo mismo morir hoy o morir mañana? Al fin y al cabo, es el único
destino que tenemos asegurado. Merecer morir era algo subjetivo, porque al
fin de cuentas, no importaba si alguien era bueno o malo. Todos los hombres
mueren y Taehyung no iba a sentir culpa por matarlos.61
Y lo mataba saber que después de tanto tiempo por fin encontró cómo disipar
aquellos pensamientos. Lo torturaba porque dependía de alguien que sabía
era temporal en su vida y cuando se fuera sería la misma mierda de siempre.
Lo jodía porque quería que algo se llevara los recuerdos y no pensar en nada,
pero se iban los recuerdos y terminaba pensando en él. Lo jodía porque quería
matarlo y no podía, no mientras se sintiera bien estar con Jungkook y hacerlo
sufrir.24
Por eso mismo mató a todos ellos y los obligó a llamarlo Kim Taehyung para
poder matarlos horrible. Y por primera vez, entre su cabeza no estaba ese
rostro, por primera vez no estaba pensando en su padre cuando mató a todos
ellos. Cada uno de sus pensamientos mientras cortaba, mutilaba, golpeaba,
amenazaba, gritaba y torturaba a esas personas tenían nombre y apellido, ese
era Jeon Jungkook.132
Taehyung estaba dividido, cuando tenía un puto trabajo que hacer, su mente
se concentraba en matar y listo. Pero había veces donde, de tantos
pensamientos que le recordaban sus traumas, terminaba teniendo ganas de
matar a alguien pensando en el rostro de su padre y así esa sed de victoria se
llenaba hasta que meses después, volvía.
Pero, desde hace cinco meses eso no pasaba, nunca le daban ganas de matar
a alguien solo porque sí y no porque fuese su trabajo. Desde hace cinco meses
su cabeza estaba martirizándose por otra cosa y esa cosa tenía dieciséis años
y ahora estaba en el cuarto confundido mientras él había salido al balcón a
fumarse casi una caja entera de cigarros y beber whisky para calmar la extraña
ansiedad que lo hacía repiquetear los pies contra el suelo de madera y
chasquear la lengua cuando el licor y cigarro le lastimaba las heridas que tenía
en los labios y que, si hacía presión, sangraban.35
Admitía que estaba obsesionado con él, había una razón y la estaba
divagando antes cuando ya iba por el cuarto cigarro. Aceptaba que adoraba
maltratar a Jungkook porque el hecho de que le gustara no iba a cambiar el
hecho de que siguiera siendo un sádico por su dolor. Accedía que lo jodía
muchísimo estar cerca de él y ser incapaz de matarlo porque le gustaba la
sensación de solo tener a Jungkook en la cabeza y a nadie más. Afirmaba que
le gustaba castigarlo hasta hacerlo llorar y burlarse de él. Todos los ''¿por
qué?'' que llevaba tiempo preguntándose, tuvieron respuesta esa noche.
Aunque todos modos, Taehyung estaba seguro —casi por completo—, de que
esos pensamientos volverían, y cuando esos pensamientos volvieran y ya
Jungkook no fuese suficiente, entonces acabaría todo. Siempre volvían, tarde
o temprano le inundaban la mente y lo acechaban de noche. Así que sabía que
mientras ellos no volvieran Jungkook estaría con él.18
Tan mal que iba a desquitarse, y lo haría con su cautivo esta vez.222
Con pies densos como una lava se adentró a la casa y fue directamente hasta
la puerta del cuarto, abrió y pasó. En la mano derecha cargaba los anillos de
siempre y en la izquierda dos de hierro. El licor era saboreado entre sus labios
y lengua lastimada, mezclándose con el cigarrillo de picante sabor. En la
diestra el vaso y en la izquierda el pitillo de nicotina. Aquel cristal fue
depositado en una pequeña mesita baja del cuarto, del bolsillo trasero del
pantalón saco una llave y le pasó seguro, agarrando el whisky de nuevo.20
Jungkook estaba tumbado boca abajo solo con una camisa y ropa interior de
él. La ropa con la que había llegado había sido historia, ni siquiera sabiendo
dónde carajo estaba ahora y a Kim le gustaba verlo con su ropa puesta, le
quedaba grande y se veía más suyo de lo que ya era, además de bonito y
follable. Se soltó el cabello, dejando que le cayera como cortina y tiró la liga al
suelo. Su niñito yacía de espaldas con una mano debajo de la cabeza y otra
debajo de su cara respirando tranquilo. No estaba haciéndose el dormido,
solo tenía los ojos cerrados. Taehyung lo sabía, mas no iba a reclamarle por
eso.41
Jungkook abrió los ojos de par en par y estaba temblando un poco, sin
embargo, se giró lentamente quejándose un poco por el dolor en su cuerpo,
estaba conteniendo la respiración para tratar de calmarse, porque en el fondo
sabía que lo que había dicho fue solo para salir del paso, aunque la manera en
que Taehyung dejó un beso en su frente, se levantó para irse del cuarto y pasó
casi tres horas afuera dejándolo solo; lo puso nervioso.11
Le gustaba recordar que hasta la ropa que cargaba Jungkook encima, era suya.
Como todo él.17
El chico mantuvo la prenda entre sus manos un rato, sin saber si tirarla al
suelo, a la cama o mantenerla entre sus manos. Sin embargo, la respuesta
vino cuando el asesino extendió su mano.
—Tírala, pequeño Jeon —carajo el apodo de mierda ponía nervioso a
Jungkook, pero de igual manera lanzó la camisa y el contrario la atajó con la
misma mano donde llevaba un cigarro—. Gracias, muy amable.142
"Te jode por dentro estar enfermamente enamorado de mí". Bueno, quizá la
idea de que le cortaran la lengua no se le hacía tan mala ahora. Morir, no se le
hacía malo ahora.61
Kim se acercó tras beber un largo trago y mantenerlo en su boca, pasó al lado
del chico que ahora tenía los dedos a los lados de sus muslos moviéndolos con
ansiedad. La sola presencia de Taehyung le daba ansiedad, inclusive si no
emitía sonido alguno o estuviera haciendo algo; lo ponía tremendamente
nervioso al punto que, si se mantenía quieto, podía sentir la sangre corriendo
por cada una de sus venas, siendo primeramente disparadas a chorros por su
corazón acelerado.
—N-ninguno...
—¿Seguro? —esta vez escuchó cómo se llevó otro trago a la boca—. ¿Hm?
—S-seguro, Tae...
Kim reprimió una risa, entonces plantó un beso en la nuca impropia, dejando
que el sorbo de whisky se deslizara por toda su espina dorsal, pues no lo tragó
por eso. El chico volvió a arquearse cuando el alcohol hizo un camino desde su
cuello hasta la parte baja de su espalda, humedeciendo el elástico de la ropa
interior y haciendo que algunas heridas ardiesen. En ese momento, Taehyung
tomó su cadera y pegó su anatomía a la de él. Jungkook sintió la gran mano
presionando algunos moretones y su despierta erección contra su espalda
baja.76
—Me tienes mal, pequeño Jeon —susurró el asesino otra vez en su nuca—.
Demasiado mal —sus dedos, los cuales tenían el cigarro encendido, fueron
hasta el muslo del chico y empezó a delinear de arriba a abajo con el pulgar—.
Jodidamente mal —bebió otro trago de whisky y jaló del brazo al chico hasta
hacer que lo encarara—. Y a mí no me gusta estar mal, pequeño Jeon.167
Jeon vio sus ojos, la luz de la luna creciente era lo único que se colaba por una
mínima ventana y daba algo de luminosidad. Pese a la casi total oscuridad, los
ojos de Kim brillaban; escaneándolo, acechándolo. Devorándolo con la
mirada.
—¿Has probado el whisky? —inquirió roncamente, Kook negó. Estaba
asustado y lo sabía—. Pruébalo, entonces.
—S-sabe feo...158
Otra vez reprimió una risa y su pequeño Jeon estaba más tenso que antes
cuando lo observó echando las últimas cenizas del cigarro dentro del vaso de
whisky y la mezcló con el dedo índice. La colilla fue hasta el suelo y la piso con
el zapato.5
—P-peor...
—Tu no decides eso, pequeño Jeon —bramó sobre su boca, adosando ambos
labios. Tras eso, uno de sus pies se metió entre las piernas del chico y los
separó, rozándole el pene con la rodilla y provocando un jadeo al cual el niñito
mordió sus labios—. Tú no decides nada.38
—Taehyung...
—Pero aun así, me gustas —tras eso, otra calada fue dada—. Y te quiero, en
serio lo hago.307
Jungkook iba a decir algo, no obstante, calló cuando Kim pasó el cigarrillo a
su izquierda y se llevó los dedos índice y medio a la boca, chupándolos hasta
ensalivarlos bien.6
—Y, antes de que vayas a creerte cualquier estupidez de mierda —llevó los
dedos entre las nalgas de Kook, tanteando su entrada, el chico resopló—. No,
Jungkook, no te quiero así como piensas —metió el índice de una vez, hasta la
base de sus anillos, ganándose un quejido. Jungkook entrecerró los ojos y
llevó la frente hasta su pecho, escondiéndola ahí—. Te quiero llorando, te
quiero suplicando, te quiero gimiendo mi nombre —susurraba tranquilo en su
oído mientras lo embestida con un dedo y la otra mano aguantaba su cadera
—. Te quiero sufriendo, te quiero golpeado, te quiero agonizando, te
quiero lamentándote la existencia. Te quiero ver mal, muy mal, Jungkook. Te
quiero conmigo, así te quiero.278
Otro dedo fue empujado y esta vez el chico entreabrió la boca para soltar un
quejido, contrayendo su entrada y tomando parte de la camisa de Taehyung
entre sus dientes mientras este sentía sus dedos ser más aprisionados por las
paredes contrarias.3
—Dime, Jungkookie —pidió, calando otra vez y adentrando sus dedos más
rápido—. Dímelo, amor...96
Su pequeño Jeon apretó los ojos, incapaz de decir nada. Apretó fuertemente
sus piernas, porque la manera en que Taehyung lo estaba tocando no era
buena, no era sana y lo sabía, estaba consciente. Sin embargo, no podía
evitarlo, no podía solo decirle que se quitara.5
Porque Jungkook era suyo, de su propiedad, no tenía valor para elegir. Aunque
lo negara para sentirse mejor, así era. Y lo sabía, tanto por la situación en la que
estaba, como cada vez que Taehyung se lo decía.
El dedo anular fue ingresado y esta vez el muchachito apretó sus manos
alrededor de los brazos de su secuestrador, enterrando las uñas ahí.
—T-tae... mh... d-duele —se quejó mientras el mayor seguía adentrando sus
dedos y moviéndolos en círculos—. ¡Ah! M-me duele, Taehyung...
—¿A-ah? —Jungkook alzó la vista, tenía los labios apretados y los ojos
llorosos.
No le gustaba el rumbo de la situación, ni la actitud, ni como estaba
hablándole tan tenue. Entonces, dio una última y larga calada a la nicotina y la
lanzó al suelo. Con su mano libre tomó a Jungkook de las mejillas abultándole
los labios y haciendo que hubiese un pequeño espacio en su boca. Ese
momento, soltó el humo pasándolo de su boca hasta la impropia, Kook
apretujó los ojos porque el humazo había subido hasta sus ojos. Aspiró,
fumándolo desde la boca del asesino. No tosió, porque lo botó rápidamente el
resto lo exhalo Taehyung por la nariz.213
—Bésame.94
—¿Q-qué?
—¿Te lo repito?2
XXIII
(⚠️⚠️⚠️⚠️)626
Una palabra que definiría lo que Jeon Jungkook sintió en ese instante;
nervios.50
—Entonces... ¿me jode por dentro estar enfermamente enamorado de ti, hm?
181
Kook se estaba apretando los labios y los puños, Taehyung estaba molesto.23
—¿No fue eso lo que quisiste decir? —alzó una ceja—. ¿Por qué las personas
usan excusas tan estúpidas cuando la cagan?86
—Taehyung...
Kook negó.
—¡C-cállate!151
Taehyung rió, el prácticamente nulo ego de su pequeño Jeon era herido cada
vez que nombraba a esa chica. Probablemente por todo lo que le había hecho
vivir el asesino, cada una de las cosas que había pasado entre ellos; las
palabras que se decían, la manera en la que ambos se miraban —sabiendo que
no era simplemente porque una parte de ellos detestaba al otro, sino también
porque aquellas sensaciones más allá, eran mutuas; tan solo que mientras Kim
lo hizo con toda la intención, Jungkook lo hizo sin querer—. Los roces en sus
cuerpos, los toques cada vez que estaban juntos, incluso las malas palabras
con las que se castigaban. Todo eso le hería y Taehyung tan solo se burlaba
internamente por verlo tan confundido.9
—C-cállate...
—T-Taehyung... —el nombrado apretó fuertemente sus mejillas hasta que los
labios se le abultaron, a Kook le ardía y dolía el toque—. A-ah... n-no...65
—¿O es que te frustra saber que no solo te gusta meterla, sino que te la metan
hasta que chilles, ah? —perfiló los labios del chico, que aún sangraban—. ¿Se
te cayó la dignidad? Seguro está en el último piso del infierno de tan abajo que
la tienes, mi amor.128
—Ya... c-cállate...
—Te hiere saber que te sientes culpable porque odias que te haga sufrir, pero
adoras que te toque, ¿verdad?1
—T-tu no...
Taehyung lo calló cuando tiró el tubo al suelo y lo agarró por la parte trasera
de su nuca y con la otra mano sostuvo posesivamente su cadera, apretándolo
contra sí. Lo miró directamente a los ojos. Jungkook tardó un momento para
respirar, pero cuando lo hizo, aquellos gruesos labios de su captor estaban
moviéndose sobre los suyos de forma frenética, su cuello estaba siendo
presionado con fuerza y tenía sus largos dedos adhiriéndose al hueso de la
cadera.
Y sabía que no era bueno, estaba consciente de que Taehyung era un veneno
que lo consumiría más de lo que ya había hecho, pero él no podía decirle que
no cuando tenía al tanto que era totalmente suyo.1
Todo cristal que se aprieta con fuerza, corta a quien lo tiene entre las manos,
pero también termina rompiéndose por ser frágil.99
—Dije que iba a maltratarte, Jeon Jungkook, tanto que ibas a desear no haber
nacido, y cuando eso pasara, serías completamente mío —le recordó—. Y mira,
aquí estás. Jamás olvides que todo lo que digo que haré, lo hago. Todo lo que
prometo, lo cumplo. Siempre me salgo con la mía.28
Inmediatamente templó las hebras azabaches del chico y lo tiró contra el
suelo.
No otra vez.50
—Q-quince, Taehyung.87
Otra nalgada fue dada; más fuerte. Un gemido de dolor salió de sus labios y
llevó la mano a la zona lastimada, más Kim la apartó con el tubo rápidamente.
—Incorrecto, pequeño Jeon —negó el sicario—. Tienes dieciséis, los cumpliste
hace poco —relamió sus labios muy cerca de su rostro y le guiñó un ojo—.
¿Quieres un pastel de crema para festejar, hm?238
Lo que sí le tocó a fondo, fue saber que había pasado tanto tiempo, que no
recordaba nada. No había noción de día, hora o fecha exacta; nada. Lo único
que conocía era que el sol salía en las mañanas y la luna de noche cuando
aparecía, no estaba seguro de cuanto había pasado, incluso si marcaba la
pared con un filo, no sabía lo que significaban las rayas.11
Taehyung arrastró el tubo por el suelo, el sonido del hierro con el concreto era
chirriante y le erizaba el cuerpo enteramente, cada uno de sus vellos se
erizaban de muy mala manera y se le revolvía el estómago.
—No lo sé, ¿un día? ¿una semana? Quizá un mes, o un año —Taehyung lo miró
desde arriba, burlándose—. ¿De qué te sirve saber el día, la hora y la
fecha, pequeño Jeon? De igual manera no vas a salir de aquí, no te servirá de
nada.
—¿D-doscien-...?
—''Del uno al diez, ¿qué tal malo puedo ser?'', preguntó Kim Taehyung —
recordó—. ''Doscientos, Kim Taehyung.'' replicó Jeon Jungkook. ¿Vas a decir
que también fue un impulso, pequeño Jeon?256
—La lengua es el castigo del cuerpo y respondiste que menos mal no había
cortado la tuya —volvió a recordar—. Admito que lo haría, pero sería bastante
extraño besarte así. ¿De qué me sirve cortártela ahorita, con lo bien que se oye
mi nombre de tu boca?
—Taehyung...
—¿De verdad pensabas que con todo lo que has visto de mí, iba a dejar de
divertirme contigo de un momento a otro, pequeño Jeon?49
—Taeh-...
—¿Ah, sí?
El chico asintió, con lo poco que le permitía aquel fierro presionado contra su
nuez de Adán, bajar la cabeza.
—Hagamos el juego más divertido entonces, pequeño Jeon —el tubo bajó
lentamente por su garganta, tórax y pecho, hasta ponerse encima de sus
vellos—. Como sé que no aguantarás ni los primeros tres golpes, y quiero que
aguantes, porque si caes no será divertido, te pondré un reto. ¿Aceptas?
—¿C-cual reto?
Taehyung sonrió y empezó a pasar el tubo entre los muslos amoratados del
chico. El juego sería bueno, porque Jungkook estaba muy golpeado,
totalmente más golpeado que cuando le dio aquellos quince golpes, así que
caería de igual manera. El problema era que si se pasaba de la raya lo iba a
matar, o mínimo dejarlo muchísimo tiempo inconsciente. Sinceramente, le
gustaban ambas ideas por igual, solo que ahí ocurriría una sola de ellas. 78
Entonces, puso el filoso objeto en la rodilla del chico e hizo un profundo corte
que inmediatamente empezó a sangrar, deslizando el carmesí liquido hasta
sus tobillos. Era profundo y dejaría una marca si no recibía una puntada.
Jungkook aulló de dolor, tomándolo fuerte del cabello y encogiendo su
cuerpo cuando Taehyung pasó la lengua por la herida mirándolo a los ojos
desde abajo, ardió terriblemente.13
Se levantó tras dejar una mordida suave en la parte interna de los muslos del
niñito, donde ya había una. Jungkook gritó y se medió flexionó, dándose
cuenta que las cortadas ardían más tras el mínimo movimiento. Taehyung
quedó de pie frente a él otra vez. El rencor y miedo en los ojos de Jeon era
totalmente apetecible.
—Si llegas a caer al suelo, se te desgarrarán las heridas —avisó, volviendo a
agarrar el tubo y alzándole la cara—. Así que te toca estar de pie, pero si caes...
no será lo único que se desgarre hoy.
Taehyung chasqueó la lengua y el chico apretó los labios para no soltar una
risa. Igual seguía con miedo, porque el tubo quedó en una mesa y Kim se
aproximó rápido a él, con una mirada furiosa.
El chico estaba con la sangre hasta la mitad del pecho y las rodillas ya le
habían empapado la parte de enfrente de sus pantorrillas, los pies y el suelo.
Taehyung sonrió con la sola imagen de su pequeño Jeon asustado y molesto.
Aquellos ojos poseían lágrimas y su nariz estaba roja. Llevó el cinturón hasta el
cuello del muchachito y la hebilla la pasó por el último hoyo. El cuello de
Jungkook se apretó, apenas podía respirar y cada vez que tragaba la herida
ardía más por el roce del cinturón de cuero oscuro.
—Si quieres que sea malo, malo voy a ser, pequeño Jeon.140
Kim lo arrastró otra vez hasta el medio de la habitación y lo dejó parado ahí, la
respiración de Kook estaba errática y sus ojos bien abiertos, rojos e
hinchados.1
—Me pregunto qué tan bonito se marcará este cañón en tu cuerpo, pequeño
Jeon —llevó la vista desde el humo del arma hasta los ojos de Jungkook y
viceversa—. Más marcas que serán imborrables de tu preciosa piel.48
—Comienza, V.80
—Ah, ¿te dolió, hijo de puta? —carraspeó el sicario, sonriendo—. A ver este.102
El tubo estalló contra sus nalgas, que estaban ardiendo por las dos palmadas
que había recibido y Jungkook se tambaleó hacia adelante, sin embargo, no
cayó. Todo el cuerpo se le erizó y esta vez volvió a llorar más fuerte, sus labios
estaban apretados entre sus dientes y sangraron debido a la presión de
morderlos luego de gritar para no hacer el ruido y sufrimiento más
prolongado. Al menos no cayó de rodillas, que era lo que no quería. 1
Taehyung carcajeó, viéndolo hacer un esfuerzo sobrehumano por quedarse de
pie, y él no iba a permitírselo, pero mientras más Jungkook se esforzara, más
cansado quedaría.
Taehyung pasó el tubo por el suelo, escuchándole sorber por la nariz, las dos
cachetadas le tenían los labios rotos, los apretaba fuerte para no gritar, cosa
que se le hacia imposible; porque el dolor de cada golpe era agonizante y no
sabía cuántos iban a ser.
Jungkook estaba al tanto que eso no iba a pasar y no iba a caerse de rodillas,
ya no hallaba de donde mierda sacar fuerza de voluntad.
—C-continua, V...13
El tercer golpe fue contra la parte delantera de sus muslos, Jungkook jadeó
adolorido, otra vez tragándose las ganas de gritar, mordiéndose el labio, casi
sentía que iba a traspasarlo con sus dientes delanteros. Sus puños se cerraron
de la frustración, enterrándose las uñas en las palmas. Las rodillas seguían
sangrando por la presión y su cuello también. Su cabeza empezó a doler por la
violencia de sus ojos cerrándose.23
Otro golpe fue dado, quizá fue el peor; debido a que le sacó todo el aire. Se lo
dio en el estómago, sacándole todo el oxígeno que podía tener. El niño se
encorvó tosiendo audiblemente y desesperado, aspirando por la nariz luego
de carraspear una y otra vez hasta que escupió espesa saliva mezclada con
sangre. Sus rodillas fueron punzando cuando se dobló un poco, sus brazos
estaban doliendo desde los hombros hasta las muñecas y el ardor junto al
dolor del cuello deslizando el líquido carmesí no ayudaba en nada.2
El cautivo subió la vista, la expresión de odio y burla en los ojos del asesino le
hicieron saber que no haría eso, sino todo lo contrario. Estaba tosiendo, de su
boca se escurría baba, de sus ojos lagrimas que caían al suelo y más sangre
alrededor de su cuerpo, cada zona lastimada empezó a ser imposible de lidiar
con fervor.1
—¡S-sigue! —por nada del mundo caería rodillas ante él, no iba a darle el gusto
mientras pudiese quedar de pie—. V-vamos, V... sigue.156
Maltratarlo y torturarlo.33
Por eso, el tubo fue sujetado por sus grandes manos, la presión era fuerte, Kim
sentía que por poco podría marcar el pesado fierro si seguía apretándolo con
semejante atrocidad. Fue ahí cuando sus ojos quisieron encontrar un punto
débil donde lo tumbara de una vez hasta que tuviera que caer e incluso
arrastrarse. Sus rodillas no, sus brazos muchísimo menos, en la cabeza debía
desmayarlo y no. Lo miró de pies a cabeza, hasta que una sonrisa triunfante
salió cuando lo encontró.
El tobillo.269
Entonces lo hizo.26
El grito que Jungkook soltó, podría haber sido capaz de quebrarle los
tímpanos a cualquiera y la sonrisa que surcó el rostro de su verdugo personal
cuando lo vio caer y la sangre brotar del tobillo hasta el suelo por la fuerza, fue
extremadamente sádica y victoriosa. Jeon estaba de las rodillas hasta abajo
sangrando, sus cortes fueron más pronunciados pues cuando cayó dobló las
rodillas, sintiendo el pellejo expuesto de las heridas abiertas tocar el suelo
bruscamente.36
Grito tas grito. Gritos desgarradores. Gritos agónicos. Gritos que lo iban a dejar
sin voz. Gritos que quizá se escuchaban hasta las afueras de aquel monte
donde estaba la abandonada cabaña y ellos dos solos. Gritos de dolor y
desesperación en su grado cumbre.130
Gritaba tan alto que por poco Taehyung se cubría los oídos, de no ser porque
amaba mucho verlo así. La cabeza de Jungkook estaba enterrada en el suelo,
sus manos atadas se removían de un lado a otro, doliente. Su tobillo punzaba
y ardía, supo que había sido dislocado por la cantidad de dolor que toleraba.
La hinchazón no se hizo esperar de ninguna manera mientras se desangraba. 91
Y entonces lo piso con fuerza, volteando a Jungkook hasta dejarlo boca abajo
luego de una vuelta y apretó más fuerte en la zona hasta que escuchó al
chiquillo quedarse afónico en un grito.71
Con el tubo lo lesionó, y con el zapato le hizo una fractura que sabía no le iba a
dejar caminar en semanas.92
Sacó una bolsita muy pequeña llena de aquel polvo blanquecino, había una
dosis de adrenalina también, pero si la combinaba ambas en grandes
cantidades el chiquillo o se le moría de sobredosis o no dormiría en cinco días
y terminaría muerto del desgaste corporal. Así que, mientras se desgarraba en
lamentos y súplicas, Taehyung vertió una mínima cantidad de cocaína en el
bote de adrenalina y tras mezclarlo, lo extrajo con una inyectadora, suficiente
para que aguantara un largo rato más antes de caer desmayado, o muerto en
el peor de los casos.199
Kim llevó dos dedos a la yugular de su prisionero y tras apretar para que
sobresaliera la vena —la cual de hecho ya era expuesta por los gritos y
lamentos—, enterró la aguja y vació el líquido, estando medio nervioso; no
vaya a ser que lo matara de una simple inyección y no como se le ocurría
hacerlo cuando quisiera.10
—Claro que sí, pequeño Jeon —se burló viéndole—. Choi Yenjin era una
maldita puta que engendró un hijo de puta, al igual que Jeon Saeji.39
El chico no dijo nada más, porque aparte de que lo que se sentía ni siquiera
podía ser expresado con palabras, Taehyung agarró la pistola de aquella mesa
y volvió hasta él, haciendo que callara cuando dos tiros fueron dados contra la
pared.
Dos tiros otra vez contra la pared para volver a calentar la punta del arma y
cuando esta tuvo un olor a carne quemada vio que había un pedazo de la
primera capa de piel de Jungkook pegada al cañón, la sangre en la espalda del
chico era bastante, entonces le causó una expresión de total dicha.76
—¡A-AGH! —Taehyung lo agarró de las muñecas con una mano libre y las jaló
hacia arriba desde el borde del cinturón, casi doblándole los brazos hasta
dislocarlos—. ¡P-PARA, D-DUELE! ¡E-ESTÁS LASTIMÁNDOME!54
Su captor hizo caso omiso y disparó otra vez el arma contra la pared, la pegó
en la parte de atrás de la nuca del chico, la cual sangró totalmente. El niño se
removía desesperado en el suelo, pero mientras Taehyung hacía un camino de
marcas con el cañón caliente por toda su espina dorsal, le presionaba la
cabeza contra el suelo y Jungkook tosía buscando aire cada vez que las
cuerdas vocales se le desgarraban para aullar de la grave tortura.35
—Cuando te folle como una maldita puta, eso se verá precioso, pequeño
Jeon.56
Otro grito desesperado llegó a sus oídos cuando el caliente cañón fue
presionado por dentro de las nalgas del chico, casi cerca de su entrada.
Taehyung la despegó cuando vio un hilo de sangre brotar de la zona.37
Tomó la navaja, y como si fuera un dibujo que debía ser unido por puntos, alzó
los brazos de Jungkook hasta que sonaron y conectó todas las heridas
deslizando el filo por la espalda del chico, que se removía de lado a lado, la
sangre haciéndose un espacio total en la espalda. Taehyung pasó sus dedos
por el lugar, embadurnándole el viscoso rojo por toda la zona hasta quedar
totalmente tintada y la palma de su mano igual.73
Estampó una nalgada en cada glúteo del chico, marcando sus dedos en ambas
y tras eso volvió a llenarle con la sangre de su espalda, Jungkook aulló terrible
cuando las cortas uñas de Taehyung se deslizaron más, lastimándole las
heridas y abriéndolas. No sabía qué parte dolía mas, si las rodillas en contacto
con el suelo, la espalda, sus nalgas, su culo, los golpes, cada cosa era peor y su
secuestrador no parecía querer detenerse hasta verlo realmente acabado.
Lo supo cuando le desató de las manos y estas cayeron sin fuerza a los lados,
pero el cinturón que Jungkook tenía en el cuello fue jalado hasta hacerlo
arrastrarse.
Jungkook fue arrastrado del cuello como un puto animal hasta sentir las
heridas abiertas de las rodillas rozar el suelo haciéndolo jadear de dolor, su
abdomen estaba siendo raspado al igual que sus tetillas contra el suelo. Las
manos se le doblaban para tratar de apoyarse, pero era inútil. No tenía fuerza
en los brazos, no tenía fuerza en las piernas, tenía un tobillo roto, cortaduras y
quemadas alrededor de su cuerpo.
Jodidamente precioso.38
El chico tenía el labio temblando, pero con esfuerzo para mover la mano lo
señaló con el índice. Sus falanges tiritaban del dolor, apenas podía levantarla.
Lo queria humillado.
—Dilo, Jungkook.
El muchachito cerró los ojos con fuerza para empezar a llorar otra vez, pero de
pronto escuchó como Taehyung se bajaba el cierre del pantalón y encendía un
cigarrillo.143
—Ven acá, pequeño Jeon —bramó, consciente del bulto entre sus piernas, ver
a su niñito así de roto, dolido y humillado por él lo ponía jodidamente de un
buen humor más allá de lo sádico—. Arrástrate hasta aquí.38
—N-no p-puedo...2
El tobillo era uno de los dolores más agonizantes que sentía, pesadamente —
no queriendo verse tan débil, aunque lo estaba por completo—, se arrastró a
duras penas hasta la silla. Le tomó tiempo, pues sus palmas eran donde
depositaba la fuerza para aproximarse hasta la silla. Cada uno de sus sinuosos
movimientos eran visualizados por el victimario que lo oía sollozar, aullar y
moquear vigorosamente, aun sus heridas sangraban. Cuando estuvo lo
suficientemente cerca, le jaló del cinturón hasta hacerlo quedar frente a su
entrepierna.
—Traga —no se había venido aún, pero quería que Jungkook lo apretara más.
El chico obedeció, presionando aquel falo que tenía casi hasta la campanilla y
temblaba—. Hahg..., mierda, J-Jungkookie...
Las lágrimas se acumularon en los ojos del chico, eran tanto por la sensación
como por la situación. Su nariz picaba, Taehyung empujaba sus caderas hacia
arriba y bajaba su cabeza hasta hacerlo carraspear. Lo sacó de golpe, viendo el
hilo de saliva mezclada con sangre salir de los labios de su pequeño Jeon.
Comenzó a toser en busca de aire, hasta que se calmó un poco, entonces
Taehyung volvió a repetir la acción.2
—Llénalo de sangre.244
El chico tenía ardor en ambas, pero tomó la erección de Taehyung entre sus
manos, obedeciendo lo que dijo, todo su falo quedó ensangrentado por las
manos de Jungkook, las cuales ardieron y dolieron punzantemente tras cada
roce donde las heridas abiertas tocaban su longitud.73
—Taehyung...
El muchachito abrió la boca otra vez y metido la mitad, luego sacó la lengua
tras su captor decirle y empezó a lamer aquella sangre propia que envolvía el
pene de Kim, mientras lo masturbaba de arriba a abajo, lo peor era que
mientras iba lamiendo el líquido, el roce de su mano lo engrasaba más.
Empezó a hacerlo con sus dedos hasta que casi no hubo sangre, lo metió de
nuevo en su boca cuando Taehyung le pidió.
—A-ah, mi Jungkookie —gimió el mayor, comenzando a sentir el cosquilleo en
su vientre—. ¿D-dónde se siente mejor, hm? ¿E-en el...? A-ahg, mierda... ¿En el
fondo de tu e-estrecho culo o hasta el fondo de t-tu garganta?7
Jungkook lo odiaba.
—R-responde... —el cigarrillo fue hasta el centro de la cara del chico, muy
cerca—. ¿D-donde, hm?
—L-las... las dos, Taehyung —se obligó a responder cuando Taehyung puso la
navaja cerca de su ojo derecho—. Las dos.85
La gota que se había escurrido fue limpiada por Taehyung y la pasó por sus
labios hasta hacerlos sangrar otra vez. Jungkook sacó la lengua
obedientemente, para mostrar que ya lo había hecho por completo.
Kim lo tomó del cabello, y lo tumbó al suelo mientras se subía la ropa interior
y los pantalones otra vez. Se levantó, viendo como el muchachito sin fuerzas,
abochornado y llorón estaba en aquel suelo. Todo su cuerpo estaba
ensangrentado, los lugares que no habían sido magullados, estaban llenos de
sangre que se deslizaba de otros lugares de lado, Taehyung vio como las
nalgas de chiquillo sangraban tremendamente, incluyendo una línea rojiza
que se escurría desde adentro, producto de la quemada, cada vez que lo
follara vería esa marca ahí y sería un adorno hermoso.42
Tic... tac... tic... tac, todos los relojes en buen estado giran hacia una sola
dirección. Jamás devuelven el tiempo, ni mucho menos las marcas que este
deja.
Tic... tac... tic... tac, todos tienen maneras distintas de actuar ante los altibajos,
algunos caen y se despedazan en el impacto, otros se quitan el polvo de abajo y
vuelven a subir.
Tic... tac... tic... tac, todos alcanzan un límite para conservar la cordura por
miedo a sí mismos o a quienes tienen alrededor, pero cuando ya el miedo no
existe; no hay nada ni nadie que les pueda parar. 171
Jungkook tenía la mente ida, quizá Taehyung estaba diciéndole algo, pero el
empezó a rememorar todo lo que había vivido hasta ahora.
La vez que lo golpeó el primer día porque le tiró a comida. El día que mató al
hombre con el mismo tubo con que lo cayó a golpes. El momento donde le
cayó a tubazos amarrado en una silla. Los insultos a cada segundo, los apodos
de mierda también.
La vez que lo besó por primera vez a V. La vez que lo vio asesinar a esa mujer
como un carnicero. Los quince golpes cuando se enteró de su verdadera edad.
Cuando lo tomó a la fuerza y horas después lo humilló delante de Jun y el otro
tipito de cabello fantasía.2
Cuando se lo folló frente a aquel espejo y pensó que su maltrato había
disminuido. Los tres hombres que mató frente a él, por los que Jungkook
sintió satisfacción al ver que no era el único que sufría el maltrato de V.46
Cuando lo folló en el auto también. Al día siguiente, cuando sintió que debía
agradecerle por portarse bien con él y lo besó. Cuando lo hizo suyo otra vez en
la cama, en el baño, en el suelo, contra la pared, cuando lo tiró desnudo a un
cuarto frio, maloliente y solo. Horas antes cuando volvió a besarlo y, por
último, todo lo que acababa de hacer.4
Tras eso se giró a paso lento y comenzó a sacarle el seguro a la puerta para
salir de ahí y dejar al chico solo hasta que se desmayara y despertara al día
siguiente o tres días después, o nunca en el peor de los casos.
Toda gota que cae en un vaso lleno, se derrama. Todo vaso de cristal que se
aprieta con fuerza, se rompe. Toda granada que se le quita el seguro, explota, y
toda persona que se expone a un límite, también.75
Jungkook explotó.169
—¡VAMOS, ASQUEROSO ASESINO HIJO DE PUTA! —gritó casi tan fuerte como
cuando lo hizo por el dolor—. ¡NO ME DIGAS QUE DESPUÉS DE VER LO QUE
ERES CAPAZ DE HACER TE TIEMBLA LA PUTA MANO PARA MATARME,
TAEHYUNG!295
—Jungkook...96
—¡ACABA CONMIGO COMO HARÍAS CON QUIEN TE MALDIJO CON ESE NOMBRE!
—finalmente optó por ganarse un par de cejas fruncidas—. ¡ACABA CONMIGO
COMO SI FUERA LA RAZON DE ESE ODIO QUE TIENES ENCIMA, VERDUGO DE
MIERDA! ¡ACABA CONMIGO HASTA QUE NI MI ALMA SE RECONOZCA POR TU
CULPA! ¡MATAME, V!162
—¿QUÉ PASO, MI AMOR? ¿TE HIERE LLAMARTE ASI? ¿TE JODE SABER QUE
NINGUN APODO VA A SUPLANTAR ESE NOMBRE? —los ojos de Jungkook se
abrieron de par en par—. ¡ASI TE LLAMASTE DESDE QUE NACISTE Y TE
LLAMARÁS HASTA QUE TE MUERAS, MALDITO BASTARDO! ¡SIEMPRE SERÁ TU
JODIDO NOMBRE! ¡NO IMPORTA CUANTO LO NIEGUES! ¡TE LLAMAS KIM
TAEHYUNG! ¡NO V, NI SEOKJIN, NI TAE! ¡KIM TAE HYUNG, AMOR, NO LO
OLVIDES!573
—¡CÁLLATE!
Jungkook estalló en una risa terrible, una risa que fue tan grande como cada
lagrima derramada por culpa de las torturas de Taehyung. Una risa que era
tan llena de rencor, como burla y odio a la vez. Una risa totalmente eufórica,
complementada por la adrenalina que corría por sus venas en cantidades
inmensas.119
—¡NO ES UNA VICTORIA, TAEHYUNG, TU ERES MI VERDUGO! ¡UNO INÚTIL QUE
NO PUEDE MATARME PORQUE ES UN JODIDO MARICÓN DE MIERDA QUE SE
ENCARIÑÓ CON UN PUTO NIÑITO INFERIOR A EL!415
Fue entonces cuando se giró hasta tomarlo fuertemente del cabello y hacer
que se parara de golpe, aullando de dolor cuando su tobillo recibió la fuerza
de su cuerpo. Taehyung lo tumbó a la cama velozmente y con una mirada de
odio puso su gran diestra alrededor de su cuello apretándolo.
Y Jungkook tan solo lanzó una sonrisa y colocó una mano ensangrentada
alrededor de la muñeca contraria.4
—M-más f-fue... fuerte —gruñó, casi sin aire y aun sonriendo—. M-más...184
Taehyung tan solo apretó sus mejillas con una mano y con la otra jaló la
pierna de Jungkook exponiendo su entrepierna y también su entrada que le
ardió tremendamente cuando la quemada que tenía sangre seca. Ni hablar de
sus rodillas las cuales empezaron a sangrar de nuevo fuerte, haciendo que el
asesino se llenara de ese plasma.
Su nuevamente erecto falo, fue liberado de su ropa interior por segunda vez y
sin esperar nada, tomó fuerte esas caderas y se adentró en Jungkook,
sacándole un grito de dolor cuando dio tres embestidas de una vez. Llevó la
vista hacia abajo y el muchachito tenia sangre mucho más visible en su
lastimado anillo de músculos, así que mientras más la abriera las piernas, más
lo vería hundirse en él, más dolerían sus heridas y la quemadura de su culo
ardería como un infierno.114
La llama chocó contra el pezón del chico, el cual echó la cabeza de lado y
luego hacia atrás removiéndose agónico. Peor se sintió cuando Kim sopló las
cenizas de la quemadura y tras ver el pezón enrojecido lo mordió hasta que
sintió la sangre tocar sus labios.72
—¡¡AAGH, S-SUÉLTAME!!17
El cigarrillo se estampó contra su pecho una vez, otras veces más abajo y tres
veces más haciendo una línea recta, cada una de las quemaduras eran más
profunda que cualquier otra vez, el cigarrillo se apagó en la ultima y entonces
Kim lo tiró a un lado para encender uno nuevo.1
—¡M-MALDITO INFELIZ! —gritó Kook cuando sintió más marcas a lo largo de su
pecho formando una línea recta—. ¡T-TE ODIO!
El victimario tan solo rió, sin más. Agarró el cigarrillo y lo estampó esta vez en
una línea vertical que formaba la inicial de su nombre enorme a lo largo del
pecho de Jungkook. Nueve desde el pecho hasta encima del ombligo y seis
desde la mitad de una clavícula la otra. Una última marca se plasmó debajo de
cada uno de sus ojos, ahora no solo serían las letras en su rostro sino eso
también. Taehyung estaba plasmado en él tanto por dentro como por fuera. 5
Otro grito de dolor vino de Jungkook cuando la navaja entró y salió rápido.
Otros dos más que le siguieron cuando dentro del mismo muslo, pero más
arriba, se enterró la segunda y la tercera debajo de la primera incisión. Sus
ojos azabaches palpitaban y carcomían, su cabeza estaba a punto de estallar y
la sangre de cada herida igual.58
Su otro muslo también fue víctima de una puñalada, sin embargo, esta fue
más suave. Kim llevó la mano hasta la herida y cuando sus dedos se llenaron
del líquido los pasó por los labios de Jungkook y sin esperar a que dijera
alguna idiotez, adentró su lengua cuando el chico seguía gritando y el clavado
hasta el fondo. Se movió mucho más rápido esta vez mientras volvía a
agarrarle las manos después de soltar el objeto filoso y seguía moviendo las
caderas de arriba abajo. Jungkook apenas podía responder el beso, entre el
punzante dolor de cabeza, las cortadas, la presión del cuerpo y el ardor de su
culo no sabía dónde canalizar el dolor. Así que solo entreabrió la boca
soltando gritos de dolor y gemidos ahogados, contrayendo su entrada y
sintiendo su propio pene doler, no pudiendo hacer nada por tener a Taehyung
sujetando sus manos y provocando que la cama se impactara contra la pared
repetidas veces.19
—Mh, maldito estúpido no sabes cuándo t-te detesto —ante esas palabras
Jungkook llegó en la mano de su verdugo y contrajo su entrada mucho más
cuando segundos después este también vino dentro de él, llenándolo
totalmente—. A-ahg, J-Jungkook...
Jungkook palideció, pero sin poder decir nada más, Taehyung le agarró el
cuello vigorosamente mientras con la otra mano empuñaba el filo contra las
mismas marcas en su frente que sabía de por si dejarían una cicatriz
permanente.1
Después de volver a ver las marcas recién abiertas de nuevo, sonrió y pasó la
lengua por cada una de ellas sintiendo el metálico sabor colarse en su boca,
mañana estarían más anchas, más grandes y presentes como cada una de las
que tenía alrededor de su cuerpo.15
Sintió como las manos en sus hombros se aflojaban y el llanto cesaba. Dos
dedos fueron llevados al cuello de Jungkook y el pulso lo tenía acelerado, el
de la muñeca estaba más lento. Cuando por fin lo vio, estaba empezando a
perder el conocimiento al borde de un desmayo. Taehyung salió de él viendo
como de su entrada bien abierta se escurría sangre —quizá por la herida o por
un desgarre, qué importaba—, y también su semen totalmente espeso.2
—Eres solo mío —se jactó tras correrse nuevamente en su cavidad y luego
salir.34
Aprovechó su inconciencia para pasar la mano por cada herida, cada marca,
cada quemada, cada gota de sangre, cada una de las cosas que había hecho
en su cuerpo que sabía lo traumarían más.
También pensó en todo lo que había dicho Jungkook, cada palabra de odio,
rencor y frustración dirigida hacia su persona y lo mucho que le detestaba, a
pesar de cualquier cosa que ya ambos sabían y estaban consientes. A pesar de
todo, a pesar de que Jungkook no conocía ninguna de las cosas que pasaban
por su mente, a pesar de que lo llamara Taehyung y todo lo que le había
gritado de su nombre, no le pondría un dedo encima.
Lo cubrió con una de sus camisas tras terminar de admirar su cuerpo usado
otra vez y sonrió victorioso.6
Tic... tac... tic... tac, la granada había explotado, ahora tocaba saber quiénes
eran los que recibirían el impacto del fuego.
RELOJ
Quizá los golpes se adentraron tanto, que ya todos me daban igual, tan solo
porque sé que por dentro soy tan suyo; que incluso duele por fuera. 6
Un día era gris como la lluvia y el otro ardiente como el sol. Un día sus ojos me
veían decentes y al otro parecían un horror.13
Quizá pudo haber sido todo diferente, pero si hubiese sido diferente entonces no
sería quien ahora soy.199
Tal vez él solo necesitaba un ancla y no quería aceptarlo, entonces por eso se
frustraba tanto que se descargaba conmigo.25
Quizá su aura se iba cayendo, pero yo no me daba cuenta porque pensaba que
era lo peor que había visto.
Alguien como él roza lo insignificante con lo extraordinario, alguien como él te
atrapa hasta consumirte en mil llamas. Alguien como él probablemente te
asustaría tanto; que terminarías perdiendo el miedo a cualquier cosa a la que
antes le temías.
Alguien como él fue quien me creó a mí, tan suyo que soy igual a él. Tan suyo
que siento la muerte cuando lo veo, tan suyo que ahora no puedo morir sin
llevármelo conmigo.253
106
El tiempo pasa, las heridas por fuera dejan marcas que pueden ser cubiertas
por piezas de tela o por capas de base. El ardor de un alma consumida, puede
consumirte también. Rompí un cristal hasta convertirlo en añicos, pero lo hice
con las manos desnudas y yo también me corté.
Es mío, todo de él es mío, cada parte de él es mía, porque quise hacerlo de esa
manera, porque quise llevarlo a lo peor y que me aceptara así.6
No importan los demás, no quiero saber nada de nadie que no sea él, no voy a
volver a llevarlo a un lugar tan oscuro, aunque sepa que a la oscuridad no le
tiene miedo, porque si no me teme a mí, entonces no podría temerle a nada. 67
Estoy plasmado en sus ojos, él está plasmado en los míos. Estoy enterrado en
sus venas, el corre por las mías. Todo su cuerpo me pertenece y yo me dejaré
siempre pertenecer a él.94
Lo hice tan mío que jamás podrá volver a sentirse suyo de nuevo, lo hice tan mío
que mi mente se adentró en la suya, lo hice tan mío que se volvió casi como yo,
la diferencia es que a mi jamás me rompieron, pero yo no solo lo rompí, sino que
lo destruí.56
Última vez que lo toco así, última vez que lo vuelvo nada, última vez que juego
con él. Porque ahora hice lo que siempre deseé; matarlo. 282
Matar todo lo que era, matar todos sus recuerdos, matar toda su cordura, matar
todo su dolor, matar todo su sufrimiento, matar cada una de las cosas que lo
hacían débil. Maté la manera en que agonizaba, maté la manera en que era
bueno, maté todo lo que alguna vez conocí de él.154
Lo maté para que volviera a nacer, está vez teniéndome a su lado, usando las
armas que le di para volverlas suyas, pero jamás en mi contra. 164
Lo detesto, no porque sea malo; sino porque era demasiado bueno. El malo era
yo, siempre fui yo y siempre seré yo.31
Y lo jodí tanto que ahora no hay vuelta atrás. Lo jodí tanto que, si antes me veía
reflejado en sus ojos, ahora ellos son un espejo donde estoy viéndome de frente.
Tanto, que por dentro piensa en mí y por fuera me necesita. Tanto que él sabe
que le pertenezco a alguien, pero no sabe que ese alguien es él. 66
No habrá día de su vida que no cierre los ojos antes de dormir y mi rostro sea lo
último en lo que piense, y que los primeros rayos que le levanten por la mañana
hagan que mi cuerpo sea lo único que necesite llenándolo. 4
Y yo no me quedo atrás.5
Caí tan hondo por él, que el único que puede sacarme es él mismo y sin embargo
yo soy quien no le permite hacerlo.6
Soy tan suyo que, si me deshago de él, tendría que deshacerme de mi mismo
para aliviar el dolor de dejarlo.175
Las balas no matan, matan quienes disparan. Los cuchillos no cortan, corta
quien porta el filo entre las manos. Las llamas queman, pero solo si te acercas
demasiado a ellas.96
Él se acercó, yo lo quemé, y aun así... aun así jamás le haría daño sin antes
hacérmelo a mí mismo.
243
—V de Verdugo.
XXIV
(⚠)94
Por esa razón, Choi Yenjin; la madre de Seokjin y Taehyung, murió. Por esa
razón, su hermana menor; Choi Yeongjin; la madre de Namjoon, estaba en la
cárcel. Ambas protegiendo a sus hijos de un abusador que las tenía por el
suelo.127
La historia era básica y normal; nada que no se pudiera contar sin enredos. Choi
Yenjin era una mesonera que trabajaba en un bar de mala muerte y cuando
ofrecían un poco más por algo de piel, atendía a varios hombres a la semana,
quizá siete o seis, y cuidándose con lo básico. Era normal que en un barrio tan
de poca cosa, las mujeres vendieran su cuerpo como pedazos de carne a ser
consumidos y luego desechados sin valor alguno, no porque no valieran nada;
sino porque ese era el trato que estaban obligadas a aceptar por la fuerza.
Un día en ese bar, Yenjin conoció a quien sería —por desgracia—, el futuro padre
de sus dos hijos, Kim Taehyung; un delincuente llamado como el menor de los
frutos de su vientre, con el que se acostó varias veces porque se había
''enamorado'' de él. Probablemente, porque Kim Taehyung la trataba
ligeramente menos horrible que los demás, y muchas veces, cuando las
personas están desgastadas de manera tanto física como emocional, y ven un
hilo de afecto o buenas actitudes en medio de las tragedias, se aferran como si
su vida dependiese de ello y el conformismo de su alma es tan grande, que si
hay maldad un día, pero bondad al otro; siguen ahí como si la segunda fuese la
única de las actitudes, porque saben que nadie más las tendría con ellos y
porque necesitan consuelo en medio de la tempestad.122
Tras varios meses de una turbulenta relación, Choi Yenjin quedó embarazada, y
su marido la obligó a permanecer a su lado porque según él, ella era su
propiedad y no quería que más nadie la tocara. Así nació Kim Seokjin, un niño
idéntico a su madre; tanto en carácter como en lo físico. Tenía sus ojos, su
pequeña nariz y varias de las actitudes de pequeña de su madre estaban
reflejadas en su niño.123
Y todo iba bien, dentro de lo que cabía, pero las cosas se pusieron horrorosas
entre ellos.2
Pero las cosas se tornaron peores cuando se enteró que su hermana menor
había sido abusada por su marido varias veces, una de las últimas dejándola
encinta.107
Su hermana se alejó de ese barrio tras irse a vivir con un hombre llamado Kim
Sonhee, quien le prometió muchas cosas, entre ellas estabilidad. Yeongjin
escondió su embarazo de a penas mes y medio —solamente su hermana lo
sabia—, e hizo que ese hijo creciera los primeros tres años de su vida a
escondidas de su primo-hermano mayor y de su tía.
Y quizá habría sido bueno, de no ser porque el marido de Yenjin se enteró que
ese era su hijo gracias a una discusión con su mujer.
Todo comenzó cuando llegó borracho y molesto y quiso tomar a su esposa, pero
esta le dijo que no se sentía bien físicamente a lo que Taehyung contestó: "Pues
tú estás para abrirme las piernas y punto, mujer" y ella, en medio de un ataque
de rabia, le replicó: "¿Y qué? ¿Vas a obligarme y usarme como le hiciste a mi
propia hermana hasta embarazarla y quien sabe a cuántas más?" haciendo
que el hombre le estampara el rostro contra una pared y la llevara hasta un
cuarto. El maldito Kim, como le llamaba Yeongjin, abusó de Yenjin esa noche, y
dos noches después también. Diciéndole que era suya y que ni se le ocurriera
preguntarle sobre qué hacía con su vida, porque él era dueño de esta y de la de
su mujer también.156
Así fue como dio a luz a su segundo y último hijo, un niño que era fruto de su
vientre, pero parecía hecho por aquel monstruo en totalidad. Incluso le otorgó
su nombre porque sabía seria igual a él, no importaba que Yenjin le convenciera
que era por su abuelo, ese niño sabía que se llamaba así por su padre.3
Sin embargo, no todo fue color de rosa, porque a medida que su niño menor
crecía, sus ojos marrones se volvían fríos y no la veían con la típica inocencia
que cualquier niño mira a su madre. Las luces de Yenjin se iban tornando más
opacas a medida que Taeyungie cumplía años.
—Mami, ¿los niños son buenos o malos? —el menor tenía cinco años cuando
preguntó eso, su madre estaba de espaldas a la cocina, cortando una carne y
algunas verduras.1
—A mi no me importa lo que mami dice, porque mami sabe que yo soy malo —
replicó él, viéndola de frente y agarrando sus manos—. Mami, ¿si soy malo
puedo castigar a papá? Porque si soy bueno, él me castigaría a mí. 252
—Los niños buenos no reciben castigos, Taehyungie. Los niños malos, sí.
—¿Entonces por qué papá le pega a Jin hyung mientras lo encierra en el cuarto,
si Jin hyung se porta bien, y no me pega a mí que me porto mal? 195
Yenjin palideció.
—¿Qué estás diciendo, Taehyungie? —ella tomó la cara de su hijo entre sus
palmas, acunando su rostro, pero el niño las quitó porque no le gustaba que lo
hiciera—. ¿Cómo que lo encierra en el cuarto y le pega? 1
—Jin hyung estaba sentado así, en la sala —comenzó a relatar—. Papá lo llamó
desde su cuarto y hyung me dijo que pusiera música en la radio —Taehyungie
apretó los puños y frunció el ceño—. Entonces él salió corriendo a ver a papá y
mientras yo ponía música, comencé a escuchar gritos en el cuarto. Escuché
todos porque la radio ya no sirve y no había música —la mirada de su mamá era
un total horror—. Papá salió del cuarto amarrándose el cinturón y salió de casa.
Me vio feo y después se puso a reír. Papá se ríe como yo, por cierto.294
—Cuando fui al cuarto, Jin hyung estaba llorando bajito y me dijo ''Taehyungie,
tráeme las pastillas que toma mamá cuando tiene dolor de cabeza'' —incluso
trató de poner la voz como su hermano y su madre se llevó las manos a la boca
—. Yo las busqué y cuando toqué la puerta, él dijo que se las pasara por debajo,
p-pero me asomé y...109
Calló.
La mujer tenía impotencia y unas terribles ganas de llorar. Pero, tenía a su hijo
en frente y no quería derrumbarse allí.1
—Cuando yo tenga treinta y siete, voy a matar a papá y lo voy a hacer llorar
como le hizo él a Jin hyung —sonrió como si no hubiese dicho una barbaridad—.
Ahorita no puedo porque estoy pequeño, pero cuando crezca lo haré y le voy a
quitar los ojos para que no nos vea a ninguno de los tres. Te lo prometo,
mami.345
Si Yenjin no se desmayó en ese instante, quizá fue porque el shock no la dejó.
—Taehyungie... —le llamó por el apodo que su hijo adoraba, sin embargo, este
no hizo caso. Estaba con las manos en las rodillas y la cara escondida entre
éstas—. ¡Kim Taehyung!
Fue ahí cuando la vio y sus manos echas puños casi se volvieron blancas en el
área de los nudillos. El niño se paró de golpe y la encaró.
—No me digas Kim Taehyung, papá se llama así. Dime Taehyungie, mami... me
gusta Taehyungie.26
El niñito negó.
—No, hyung no habla conmigo porque dice que estoy pequeño, pero... yo sé
cosas que hyung no sabe, aunque sea más grande que yo.
—¿Miedo?
—Papá me tiene miedo, mami... y me gusta que me tenga miedo —una sonrisa
para nada sana pasó entre sus labios—. Algún día voy a matar a papá, porque
te hace llorar a ti y a Jin hyung. Te lo prometo, mami. 148
Yenjin estaba demasiado preocupada por las cosas que salían de la boca de su
hijo, no le gustaba para nada la manera en que hablaba su Taehyungie. Pese a
lo que ocurría por su mente, respecto a Jin y el padre de este, no quería reflejar
el ardor de sus emociones para no asustar al menor. Empero, Taehyung parecía
entender más de lo que ella creía.
—Taehyungie, mi amor... —habló su madre, ella puso los brazos alrededor del
cuello del niño y lo abrazó, pero él no respondió porque no le gustaba el
contacto físico de esa forma, así que la mujer fue quien tomó las manos del niño
y las puso alrededor de su cintura—. Prométeme una cosa, mi niño, por favor...
—¿Qué cosa?
—Prométeme que jamás en la vida vas a ser un niño malo —pidió, con los ojos
aguados—. Prométeme que... no importa lo que pase, tu siempre tendrás tu
sonrisa bonita y serás un niño bueno. Prométeme que jamás te dejarás
consumir por todo esto, Taehyungie...5
Pero Yenjin no sabía que por la mente de su hijo pasó un "no seré un niño malo,
seré un hombre malo.''248
[...]81
Al tiempo de eso, su marido llegó a casa tras varios días ausente y Yenjin esa
noche le reclamó sobre qué le pasaba por la cabeza, su hijo mayor estaba en el
cuarto y no le contó nada a su madre, porque tenía miedo de ese hombre.
Taehyung negó todo, y los golpeó a ambos, la pelea duró horas, y Taehyungie
estaba encerrado en su cuarto con música, hojas de papel y marcadores, estaba
dibujando. Su madre sabía que habría una discusión ese día y entonces lo
encerró tranquilo. Pese a eso, los gritos eran demasiado fuertes y él los
escuchaba en el cuarto, aunque los ignoró porque estaba dibujando algo que
quería hacer, solo que aún no sabía cómo.8
La pelea terminó, los gritos cesaron y su padre salió de aquella casa con un
semblante más allá de lo furioso, sus manos hechas puños y dando portazo tras
portazo. Esa noche, Yenjin abrazó fuerte a Seokjin entre sus arrullos y lloriqueos;
le dijo que jamás nadie iba a volver a tocarlo hasta hacerlo llorar, que nadie
nunca podría siquiera voltear a verlo sin que su madre lo protegiera, porque al
siguiente día se iban a ir de aquel lugar para no regresar otra vez. Esa misma
noche, abrazó a su hijo mayor y lo dejó en la cama acostado y, con un terrible
dolor corporal y llena de moretones, fue hasta el último cuarto de aquella
habitación de su hijo menor y al girar la puerta para entrar, se encontró con una
imagen que no le gustó.9
Taehyung estaba terminando un dibujo, uno de los más de diez que había
pintado esa noche. Los colores negro, gris y rojo ya casi estaban del tamaño de
sus deditos de tantas veces que los desgastó con el sacapuntas para que la
mina estuviese más afilada y seguir pintando. Usualmente pintaba muchísimo,
tanto que su madre a veces dejaba de comprarse alguna cosa para comprar un
nuevo paquete de hojas y colores nuevos. A Yenjin siempre le parecieron un
poco extraños los dibujos de su hijo, no eran como aquellos de los demás niños,
pero esa noche los dibujos le dieron miedo por primera vez.
Su madre quiso girar la cara, porque todos los dibujos eran una silueta pequeña
matando a una silueta más grande. Era Taehyungie matando a su papá.
Yenjin parpadeó un par de veces y su hijo le sonrió. Ella se agachó hasta quedar
frente a él, lo tomó del mentón y lo obligó a encararlo. Taehyungie le quitó la
mano de golpe.
Una sonrisa victoriosa surcó el rostro de su hijo menor. Yenjin estaba en parte
anonadada por aquellas cosas que salían de la mente de su hijo de solo nueve
años, el entorno del que siempre lo trataba de proteger cada vez se adentraba
más en él. Ella estaba consciente que desde que su bebé nació no tenía un
carácter inocente e hiperactivo, al contrario; Taehyungie era un niño demasiado
tranquilo y sereno, que siempre estaba sumido en sus propios pensamientos.
Con el paso de los días, su comportamiento era peor.6
—Bebé, mírame... —él hizo lo que su madre ordenó—. Mamá no quiere que
vuelvas a hacer esto, ¿okay? —Taehyungie pareció molesto por la petición
—. Nunca vuelvas a hacer estos dibujos, son malos. Esas cosas las hacen la
gente mala. Solo la gente mala mata y les hace esas cosas a otras personas.
—Entonces yo soy malo, aún no hago eso, pero quiero hacérselo a la gente...
empezando por papá y luego con los niños-
—¡N-no! No eres malo, bebé... solo t-tienes un poco de molestia por lo que hace
p-papá, ¿cierto? —él asintió—. Bueno, m-mañana será otro día, mañana tu
hermano y yo nos vamos de c-casa, iremos donde la abuela Cho, ¿te gustaría? 3
—No.
—La abuela no me quiere, ella me ve feo —contestó rápido—. Mami, ¿soy feo?204
Su mamá abrió los ojos de par en par y empezó con su cabeza a decir que no. +
—No, mi amor... tu eres precioso, eres mi niño precioso.61
—¿Entonces?
—Entonces nada, Taehyungie... solo prométeme que jamás vas a volver a pintar
esto, ni a pensar en esto. Mami no quiere eso para ti, mami quiere que seas un
niño bueno, ¿si, Taehyungie?1
—Okay, mami... está bien —una sonrisa pícara y un abrazo realmente cálido
brotó de él. Su madre lo creyó totalmente, pero por la cabeza de su hijo solo
pasaba que había dicho eso para hacerla sentir bien, él no quería ser bueno—.
Voy a ser el niño más bueno del mundo, mami... cuando sea grande voy a
comprarte una casa que tenga un parque y jugaremos en el columpio. 137
Su madre se emocionó por eso. Pero en realidad el niño decía palabras que
había escuchado de los niños con los que se peleaba en la escuela. 151
—Okay, ya sé.128
Y esa noche fue la última vez que Yenjin abrazó a sus dos hijos.286
[...]44
A la mañana siguiente, mientras estaba arreglando una maleta para ir en busca
de Taehyungie —el cual estaba en la escuela—. Su marido llegó, borracho,
drogado y terriblemente violento.1
Yenjin murió ese día, tras ver como su marido le hacía un montón de cosas a su
hijo mayor delante de ella y le gritaba que ya se había enterado que era una
prostituta, y que seguramente ese niño ni siquiera era de él, al contrario del
menor que era su viva imagen, pero más pequeña. Ella estaba amarrada a un
mesón y no podía soltarse, la impresión de ver aquello era tanta que solo
gritaba, pero una camisa estaba dentro de su boca y casi no se escuchaban los
alaridos de dolor y desesperación de una madre perdiendo a su hijo.64
Sonrió.198
Sonrió, aún sabiendo quienes eran las víctimas, Taehyungie sonrió ante la
escena; porque se dio cuenta de que aquello que pintaba en un papel, era
totalmente real y posible de hacer.42
Tras tres días, Yeongjin despertó y se encontró con la noticia de que su hermana
y su sobrino habían muerto a manos de ese hombre, mismo que escapó sin
dejar rastro. A la semana, su marido le comentó que la policía lo encontró y
llevó a la cárcel, donde pasaría quizá el resto de su vida, pues había sido
condenado a treinta y ocho años de prisión por cargos de abuso sexual y
homicidio a una mujer embarazada de semanas y a un menor de quince años. 173
Yeongjin estaba en paz, estaba tranquila, pero no quería nada que le recordara
a ese hombre, no quería nada que pudiese recordarle que Kim Taehyung existía.
Lamentablemente, su viva copia estaba sentado en la parte de afuera del
hospital jugando con un peluche y viendo detalladamente a las enfermeras que
pasaban de lado a lado. Su sobrino tenía ciertos gestos que le recordaban a la
escoria que abusó de ella, pero de todos modos sabía que no tenía la culpa de
aquello y que era un niño inocente.100
Vivieron por tres años así, tres años donde Yeongjin se dio cuenta que su sobrino
no era un niño normal, no pensaba cosas normales y no importaba lo mucho
que se esforzara en decirle cosas buenas, el siempre repetía frases que helaban
sangre de Yeongjin.2
Todas las cosas empeoraron cuando les contó la verdad a ambos, Namjoon
tenía quince años recién cumplidos y Taehyung doce; Yenjin les contó
calmadamente que eran hermanos, que su mamá había tenido un novio y su
hermana también y así salieron los dos. Ambos lo entendieron tranquilamente,
pues Yeongjin les pidió que no contaran eso a su esposo. Lo que ella jamás
esperó, fue la respuesta que recibió de parte de él.
—No trates de hablarme bonito, tía Yeong... todos sabemos que mami y tu se
acostaban con hombres por dinero y por eso papá la mató a ella y a Jin hyung
también. Y por eso yo lo voy a matar... —tras eso, Taehyung se levantó y se fue
solo a su cuarto.74
—Namjoonie, mantente alejado de él, ¿si? —pidió a su hijo, porque sabía que la
junta no era sana—. Recuerda que vive con nosotros porque no tiene a donde
irse, pero no te acerques mucho a él.40
Yeongjin tomó las manos de su hijo con fuerza y le besó ambos dorsos. Con ojos
cristalizados y mirada preocupada, lo encaró.
—Namjoon, prométemelo.
[...]42
—Jun es como Joon, pero sin las ''O'' —rebatió con una sonrisa cuadrada
—. ¿Puedo llamarle Jun, hyung?64
Namjoon le brindó una sonrisa y se sentó a su lado, en la misma posición que él,
y lo miró tras unos segundos.
—Puedes dejar de tratarme de hyung —replicó—. Y si, Taehyungie, puedes
llamarme Jun.
El mayor observó al gato, que en realidad no estaba jugando con algo, sino más
bien estaba matando a un pájaro a fuerza de arañazos y mordiscos. 79
—El pájaro bajó cerca del gato sin darse cuenta, y cuando quiso volar... las
garras del gato le tenían agarrado del cuello —explicó tranquilamente y se puso
la mano propia alrededor de la nuca—. Un gato tan pequeño, pudo atrapar un
pájaro así de grande.5
—Se lo va a comer...9
—No, solo lo va a matar —Taehyung se quitó las manos del cuello y apuntó con
sus dedos hasta los animales—. Él no lo mata por alimento o porque lo necesite,
lo mata porque quiere demostrar que es más fuerte y porque odia al pájaro. 2
—¿Cómo sabes?
—Viendo, soy bueno viendo, Jun. Todos los días a las cuatro de la tarde me
siento aquí a esperar a que el pájaro llegue y ver cómo el gato trata de
alcanzarlo. Tú no te has dado cuenta si no es ahora, pero llevo semanas así —
encaró a Namjoon y entonces volvió a fijar la vista en la escena—. ¿Ves cómo lo
golpea una y otra vez para desangrarlo, pero no lo mata de un solo golpe? Es
porque quiere que sufra.
—Pobre pájaro.23
—Los gatos, me gustan los gatos —contestó con sinceridad—. A Jin hyung le
gustaban los pájaros. Un día le iba a regalar un pájaro, pero no lo atrapé, así
que lo dibujé y se lo di. Dijo que... yo debería ser pintor algún día. 62
—Yo conocí a Jin hyung, estudiaba en la misma escuela que yo, pero en mayor
grado. Siempre supe que era mi hermano, aunque él no sabía que su hermano
era yo, solo te conoció a ti.2
Taehyung asintió.
—Lo sé, Jin hyung era como mi mitad, Jun. Él no se parecía en nada a papá, y yo
no me parezco en nada a mamá, y a la vez él era igual a mamá. 47
—Y tu-
—No, pero tampoco los odiaba —eso era totalmente cierto—. Sabía que
estaban ahí y eran mi familia, pero... solo los respetaba por eso. 153
—Oh...1
El gato tenía al pájaro del cuello, sus colmillos yacían enterrados y apretaban
poco a poco, haciendo al ave retorcerse de agonía y sacar sonidos chirriantes
del pico mientras iba muriendo.
—Algún día, Jun, yo seré el gato y papá será el pájaro, lo voy a matar
lentamente hasta que se desangre.118
Y aunque no quisiera, sabía que Taehyungie estaba hablando en serio y eso era
malo.
—No me digas Taehyung, Jun —masculló entre dientes, con la cara de lado—. Y
no lo soy por ahora, pero voy a matar a papá cuando llegue a salir de prisión. De
aquí a que salga seré un hombre y él un anciano débil, podré con él. 2
—Igual se morirán un día, Jun —contraatacó, porque para él era válido su punto
—. Además, le dije a mami que iba a matarlo porque hacía sufrir a Jin hyung y a
ella... pero se me adelantó y me los quitó. Yo lo mataré a él.
—¿Venganza?+
—Victoria.13
—¿Qué?
—Victoria, Jun... —explicó—. Papá es el más malo, pero si yo mato al más malo,
entonces gano. El más malo seré yo y por lo tanto ganaré. 22
—¿Soy malo para ti, Jun? —preguntó en tono dulce—. ¿Alguna vez te he hecho
algo malo?34
—¿Ves? No tienes que tenerme miedo, Jun —el muchachito estiró su pierna
hasta rozar el pie de su hermano mayor—. Siempre y cuando te quedes
conmigo, seas mi hermano siempre y me acompañes a matar a papá. 2
—Él también te hizo daño, el té golpeó y golpeó a la tía Yeong... —el tono de
Taehyung era acusador y manipulador—. ¿No quieres vengarte de él?
—La vida es una pelea, Jun. Tú decides si la golpeas fuerte o dejas que te golpee
a ti —tras decir eso, su hermano se levantó, vio el pájaro lleno de sangre, el gato
alejándose y sonrió para luego salir de ahí.106
[...]57
—Papá...
—¡NO SOY TU PADRE! —otro golpe le partió la comisura del labio al muchachito,
que estaba tirado en el suelo llorando con miedo—. ¡TU PADRE ESTÁ EN PRISIÓN
POR SER UN CRIMINAL! ¡Y TU Y ESE MALDITO NIÑO LOCO VAN A TERMINAR
SIENDO UNOS ASQUEROSOS CRIMINALES TAMBIÉN!88
Tras eso, el hombre iba a golpear a Namjoon de nuevo, pero sintió algo
ardiendo y doliendo en la parte baja de su espalda.
Una puñalada.
—¡NO TOQUES A JUN, HIJO DE PUTA! —Taehyung yacía con las manos
ensangrentadas y los brazos con aruños. Namjoon lo alejó de ahí, tomándolo de
la mano y corriendo con él fuera del sitio.8
—¡ERES UNA MALDITA MALAGRADECIDA! —la tomó del cabello para que lo
observara de frente—. ¡TE DI UN PUTO TECHO! —una bofetada se estampó en la
mujer—. ¡PERMITÍ QUE ESTUVIERAS CONMIGO! ¡Y LO ÚNICO QUE HICISTE FUE
METERME UN NIÑO QUE NO ERA MIO Y A ESTE OTRO PEQUEÑO CRIMINAL,
YEONG! —por ultimo acusó a los niños, señalándolos.
—¡C-CÁLMATE! —ella pidió, tomando con sus manos temblorosas el brazo del
hombre, que la tenía del cabello—. ¡S-SONHEE, P-POR FAVOR CÁLMATE!
—¡NO ME VOY A CALMAR, MALDITA PERRA! —le gritó con furia, escupiéndola
—. ¿SABES QUÉ? ¡VAS A VER QUE TE VA A PASAR, MALDITA ZORRA ASQUEROSA!
—¡P-PAPÁ NO!
Dicho y hecho.
Namjoon tembló y sus ojos casi salieron de sus respectivas cuencas oculares.
—¡¿Qué?!5
—Ja... un sicario, Jun —obvió, como si fuera cualquier cosa sin relevancia—.
Personas que matan personas a cambio de dinero.
—¡¿Qué coño estás diciendo?!
—Mira... si algo sé hacer bien, es hablar —la botella que yacía en su mano, fue
depositada con parsimonia en el suelo—. Así que no digas que no me estás
entendiendo.9
—¡Te estoy entendiendo, lo que no estoy entendiendo es cómo mierda pasó eso,
Taehyung!
—Maldita sea... —trilló los dientes y bebió otro trago—. ¡Deja de llamarme
Taehyung!
—¿CÓMO QUE NO TE LLAME TAEHYUNG? —el mayor tiró uno de los cojines a su
cara mientras bebía, y el menor se llenó el pecho de whisky cuando se lastimó la
boca con el pico de la botella—. ¡MALDITA SEA! ¿EN QUÉ MIERDA TE METISTE?
Namjoon llevó las manos a su cabeza y se tiró el cabello fuerte hacia atrás,
templándolo y tirándose después de rodillas al suelo. Sus ojos se llenaron de
lágrimas y cuando Taehyung lo vio, rodó los ojos y se puso la pistola entre las
piernas, volviendo a beber de la botella, ahora con una mueca porque tenía la
boca partida.1
—Hermano, tienes dieciséis años... ¿qué te pasó? —sus ojos oscuros estaban
fijos en los del menor—. ¿Qué es esto? No te reconozco.
—Tss, ha... yo tampoco, Namjoon —suspiró, haciendo una mueca—. Yo
tampoco, pero me gusta.
—No, yo quise.
—¡Te perdiste a los trece! —porfió, escurriendo las lágrimas, que no provocaban
nada en su hermano—. ¡No me digas que no te obligaron a estar ahí, si eras un
maldito niño de trece años!
—Uno que se codeaba con gente mayor y era peor que ellos, Jun —le aseguró—.
Cuando me fui de aquí conocí a un tipo llamado Koyumi y estuve con él por año
y medio. Aprendí a hablar japonés, por cierto —señaló—. Eso sí fue obligado,
porque si no lo sabía entonces me molestaba cuando hablaban de mi "El niño
que mata horrible" y yo no entendía una mierda —otro trago y otra mueca—. Le
metí un tiro a un hijo de perra que dijo que me quería coger, pensando que no lo
entendí.75
Namjoon se preocupó.
—¿Fuertes?
—¿Su qué?
—En la edad media los que ordenaban matar tenían verdugos los cuales
torturaban a sus víctimas hasta matarlas —definió el apodo—. Eso lo hago yo,
Jun... si vieras como quedan tendrías pesadi-
—Perdón, Jun... sé que te decepcioné —lo miró de frente y luego bebió otro
largo trago—. Pero no me arrepiento ni me siento mal por lo que hago.
—¿Recuerdas lo que te dije del gato y el pájaro? —inquirió firme—. ¿Que algún
día sería el gato y papá el pájaro?
—Lo recuerdo.
—Sigue en pie, Jun. Cada día de mi vida lo recuerdo y tengo presente que lo
quiero matar.
—Venganza —el joven delincuente lo miró alzando una ceja, entonces Namjoon
recordó lo otro—. No, venganza no. ¿V-victoria?
—V de Victoria.1
—¿Qué?
El mayor se pasó las manos por el rostro, negando con la cabeza y resopló
cuando volvió a encararle.
—¿Quieres que te llame así?
Esta vez fue el turno del menor para reír, llevando la cabeza hacia atrás y
suspirando. Namjoon, a pesar de todo, seguía viendo algo de aquella sonrisa en
Taehyungie.
—Yo me acuerdo.
—¿Qué pájaro? —no había necesidad de decir que si, siempre diría que sí.
—Compré dos autos, una pantalla plana, una consola original... —informó con
una sonrisa—. Ah, y una Kalashnikov personalizada. 233
Taehyung estaba medio borracho, así que solo estaba riéndose como
usualmente hacía cuando bebía de más.1
A Taehyung le daba mucha risa el susto de Namjoon. Estaba riendo bajo y sus
ojos se aguaron, tanto por el alcohol en su sangre como por la situación
hilarante.
—Por el amor de Dios —negó, suspiró, bufó y medio tosió, quitándole la botella
a Taehyung para beberse un trago largo—. ¿Qué has hecho?
Nam seguía yendo de lado a lado con una mano en la cadera y otra frotándose
la sien a la par que bebía.
—Un día de estos te van a matar, vas a salir en un noticiero —lo acusó con el
dedo índice, parándose a su lado—. Dirá: "Joven de dieciséis años muere por
querer jugar al counter strike en la vida real."259
Taehyung empinó la botella una vez se la dieron, abrió la boca y sacó la lengua,
vertiendo el líquido amargo hasta su garganta, pues el labio partido rato atrás
le ardía. Soltó un gruñido y movió la cabeza de lado a lado. A ese paso tendría
un coma etílico, debido a que sabía que era demasiado joven para estar
bebiendo semejante cantidad de whisky.
—¡PRÉSTALE ATENCIÓN A TU HYUNG, MALDITO MOCOSO PUBERTO INFELIZ DE
MIERDA!124
El menor agarró un cojín y se lo puso entre las piernas, otro se lo puso debajo de
la cabeza. Siguió bebiendo.
—Estoy hablándote en serio, no me gusta esto. Odio esto como no tienes idea,
sal de ahí.
—Mh... n-no quiero, Jun. Ya te d-dije que estoy bien, no te p-preocupes por mi.
No quiero irme.
Y medio tosió por el líquido que se le fue por la nariz cuando quiso echarlo en su
boca y no calculó bien.99
—No puedes, no puedes que es diferente. La gente que trata de salir de ese
mundo termina muerta.
—Pero yo no quiero salir de aquí, no menciones más el tema. Estoy bien, Jun.
¿Cuándo he necesitado yo que me cuiden?
Pero su hermano a penas tenia dieciséis años, era un jodido adolescente que
andaba metido en mucha mierda como para que nadie se preocupara por él.
—Iré contigo.
Por un segundo Taehyung vio la botella a ver si ya había consumido suficiente
para haber escuchado lo que había escuchado.16
—¿Q-qué?
—Ninguna, pero... ¿quién te dijo que yo soy Rapunzel para que vengas a
rescatarme, idiota? —Taehyung borracho era inofensivo y seguía siendo un
adolescente de dieciséis, comprobado—. Ella tenia veintiún metros de cabello,
yo tengo veintiún armas en casa, mocoso.136
—Mocoso tu, aún botas agua por la polla, así que... 207
—En realidad-
Si el corazón era capaz de paralizarse por un segundo sin que fuera un infarto,
eso fue lo que sintió Namjoon.
—¿C-cómo?
Otra risa gruesa y corta brotó de los labios del Kim menor.
—Estuve dos años viéndole el culo a un muchacho y hace poco estando
borracho me quise acostar con una puta, a ver si es que estaba confundido o
algo así —confesó, tragando whisky—. Mi polla estaba más borracha que yo,
JAJAJA, ¡Joder fue horroroso! Pensé que no se me paró por el ron, pero la
realidad es que no me gustan las putas, ni las no putas, ni las más o menos
putas. Además, cuando me cogí al muchacho este, estábamos borrachos hasta
la mierda y el muy hijo de puta me estaba brincando encima como si se quisiera
partir a la mitad después que le rompí la jeta a cachetadas. 250
—Bueno, descubrí dos cosas ese día —dijo con la lengua entumecida—. Me
gusta follar con muchachos y me gusta hacerlos sufrir mientras me los follo. No
preguntes la razón porque tampoco sé. Lo que si sé, es que no me gusta hacer
las cosas lenta y pacíficamente, prefiero que sea a la fuerza, y si les gusta
mejor...109
Taehyung, dentro de lo ebrio que estaba, entendió esa frase más allá.
Namjoon carraspeó.
171
[...]14
Fueron siete meses después de eso, que Taehyung y Namjoon por primera vez
hicieron algo juntos.
Namjoon tenía las manos temblando, el corazón acelerado y casi se comía las
uñas. En esos siete meses, el menor le enseñó cualquier cantidad de usos con
armas, desde las más simples; que constaban de balines que no eran mortales,
hasta la maldita Kalashnikov que Taehyung se compró. Conoció a Mark, y a un
tipo llamado Koyumi, que fue quien vivió con Taehyung cuando salió de casa.
Conoció a un montón de hombres que le hacían reverencia a su hermano menor
que solo tenía dieciséis años y una cara de niño puberto que no se le quitaba ni
cuando golpeaba el saco de boxeo con el ceño fruncido y los reflejos castaños. 5
También conoció a un tal Bogum que era algo de su hermano más no sabía
exactamente qué tipo de algo, lo que sí sabía era que mientras Bogum miraba
al sicario como si fuera la cosa más interesante en la faz de la tierra e incluso no
parpadeaba porque significaban dejar de verlo, Taehyung miraba a Bogum
como si fuese un fastidio y le quisiera pegar un tiro en la frente. De lo que sí
estaba consciente era de que Bogum no estaba metido en ninguna cosa mala,
De hecho; era estudiante y trabajaba en una cafetería, pero por alguna razón
estaba enamorado de su hermano y a este le valía absolutamente mierda.
Cuando le preguntó a Taehyung sobre lo que tenían, este le dijo algo simple. 9
"Fue el que te conté la otra vez, pero creo que el muy cabrón se enamoró de mi y
lo siento Jun, pero no puedo confiar en la gente que me quiere."113
Dos meses después de eso, Namjoon estaba a punto de cumplir veinte cuando a
su hermano le dieron un trabajo. Tenía que matar a un tipo por vender unas
joyas robadas a su jefe. Mark le dio el dinero a Taehyung y ambos lo llevaron a
casa, pues comprarían algunas cosas y el resto iría a la cuenta de Namjoon.
Aquella sonrisa que conoció en él, ahora solo se manifestaba cuando cometía
maldades. Aquella risa que era sincera, ahora se había vuelto sarcástica. Aquel
muchacho que lo cuidó cuando quisieron golpearlo, ahora era violento. Todo lo
que Yeongjin le había advertido, estaba pasando. Que su hermano sería un
criminal, que su hermano era malo, que era violento, que era idéntico a su
padre, que no velaría por él y un sinfín de cosas estaban presentes en la mente
de Namjoon cuando por primera vez lo vio hacer todo eso.
Y sin embargo, se quedó con él. Porque a pesar de todo, de cualquier cosa que
haya visto, sabía que esa solo era una máscara que escondía la verdadera
singularidad de Taehyungie, aquel que siempre sería su hermano.96
Esa noche, cuando salieron de ahí después que le pagaron, Taehyung se fumó
media caja de cigarrillos, le invitó uno a Namjoon y este aceptó, bebieron
whisky mientras lavaban sus manos cuando llegaron al departamento donde
ahora vivían y entonces Taehyung le dijo con una sonrisa: "Hagámonos el
tatuaje del cuervo."2
[...]33
Pasaron cinco años desde aquella marca de tinta, Namjoon tenía veinticuatro y
Taehyung veintiuno.
Dos tiros a un costado del hombre con brazos llenos de tatuajes, mas nunca se
inmutó.
—Eres un hombre mortal igual que todos, algún día te vas a morir —le reprochó
—. Algún día dejarás de estar en este plano. Tienes veintiuno, hermano. ¿Quieres
pensar que nadie te va a recordar de buena manera?
Taehyung se frotó la sien con lentitud, estaba bebiendo y quizá por eso no
estaba tan violento como siempre.
—Fui tranquilo, no bueno, Namjoon —lo señaló con el dedo—. Entre nosotros
dos, tu eres el que está peor.
—Porque habiendo visto todo esto, sigues queriendo convencerte de que soy
una persona que aún consta de bondad y puede redimirse de sus actos, cuando
sabes bien que no es así —le dijo al oído.8
—El monstruo no soy yo por ser malo y estar jodido aquí —apuntó su sien,
haciendo alusión a su mente—. El monstruo eres tú por pensar con este y
victimizarme —tocó con un dedo el corazón de Namjoon—. Y eso, hermano, es
muchísimo peor.63
Sin otra cosa, agarró el arma del suelo y fue hasta el segundo piso del
departamento. Namjoon nunca más hubo tocado el tema y solo sufría en
silencio viendo a su hermano cada día joderse más y más.2
Así fue como se quedó con él y seguía hasta ahora, podría irse en cualquier
momento y sabía que Taehyung no le diría nada, pero se rehusaba a dejarlo
solo y no poder estar ahí por última vez si algo le pasaba. Estaba plenamente
consciente de que no era un santo, y el propio Namjoon también habían sido
arrastrado a eso, pero fue por elección propia para no dejarlo solo y entonces
sufrir si algún día algo lo arrancaba de su lado y no pudiera volverlo a ver otra
vez.23
Incluso sabiendo que era tóxico, sin escrúpulos, sin ética y moral; era su
hermano.1
Incluso siendo un asesino temido, sanguinario, traumatizado y trastornado; era
su hermano.7
Incluso siendo un verdugo sádico que gozaba del sufrimiento que ejercía en los
demás; era su hermano.
Incluso estando consciente de que terminaría asesinado por él; Taehyung era su
hermano.