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— '¡Papá! '
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2 Nacarada: Dicho de un color o del brillo: Que tiene irisaciones, como el nácar. Para más información.
3 Magnánima: Que tiene noble temperamento y grandeza de espíritu y se comporta con generosidad.
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4 Senil: Vejez
..........
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............
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¿Qué demonios?
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¿Qué demonios acaba de pasar? ¿Qué era esa aura extraña alrededor de
Tessia? ¿Qué ha hecho el chico de todos modos?
Apenas pude ver el orbe salir disparado antes de que fuera absorbido por
el cuerpo de mi nieta. Parecía una especie de elixir, pero no fui capaz de
decirlo.
De todos modos, me alegre al ver a mi nieta a salvo.
Casi me sentí mal por el chico; acababa de arrastrarse a la superficie
después de caer en una mazmorra subterránea—Dios sabe cuan profunda
era—y ahora tenía que lidiar con todo esto.
Nuestra conversación giró en torno a las Seis Lanzas y los artefactos.
¿Estaba Haciendo lo correcto al revelar toda esta información a Arthur?
Me quedó un sabor amargo en mi lengua cuando terminé de explicarle
todo al muchacho.
A veces me olvidaba de que en realidad era más joven que Tessia. Sin
embargo, era extraño.
No puedo identificarlo, pero cada vez más, mis instintos me dicen que a
pesar de su monstruosa habilidad en la manipulación del maná y su
potencial latente como mago, su agudeza cognitiva, su capacidad
mental—que no pertenecía a un niño de su edad— y que sospechaba que
La débil voz de Tess llegó a mis oídos y sus ojos llorosos se clavaron en
los míos. Se mordió el labio inferior para evitar derrumbarse, y yo me
quedé sin saber qué hacer. Una ola de emociones, algunas de las cuales ni
siquiera sabía que podía sentir me invadió.
— "¡Arthur!— ¡Estás vivo!". Su cara ya estaba enterrada en mi pecho
cuando terminó su frase.
— "Sí", dije— acariciando suavemente su pelo— "estoy vivo".
Dirigí mi mirada hacia Virion, y juré que casi podía ver su cuerpo
petrificado desmoronándose en pedazos con sus solitarios brazos
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10Code Aureate, Code Phantasm, Code Thunderlord, Code Zero, Ohmwrecker y Balrog son los apodos de
las Lanzas.
Cinco siluetas aguardaban en una sala poco iluminada, con sus figuras
ocultas en la sombra.
— "¿Así que Alea ya está muerta?" La voz era masculina con su tono
profundamente condescendiente.
— "Bairon, cuida tu tono", dijo una voz femenina, gélida y autoritaria.
— "No se puede evitar que me irrite; que muera tan patéticamente es
pisotear el nombre de las Lanzas", se burló el hombre.
Una voz dulce e infantil interrumpió a los demás
— "Pobre Alea. Mica se siente mal por ella11".
— "Yo también. Echaré de menos compartir bollos de crema con Alea",
suspiró una tercera mujer, que habló con un tono cálido y femenino.
— "Es impropio compadecerse de la general Alea. Al fin y al cabo, murió
como una Lanza", amonestó una voz ronca.
— "Bueno, Mica no puede evitarlo. La muerte de Alea fue lamentable,
viejo", hizo un mohín la voz infantil.
— "Sin embargo, sería prudente que te comportaras de acuerdo a tu edad
y no a tu apariencia infantil", respondió con calma.
— "¡Olfred, imbécil!"
— "Ya, ya, no te metas con nuestra linda Mica", reprendió la voz femenina.
— "¡A-Aya, estás asfixiando a Mica!"
11 Se refiere a sí misma.
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— "Oye, Art, pensé que nos íbamos a casa… ¿A dónde vamos?" preguntó
Elijah, al notar que habíamos tomado un giro diferente en el camino de
regreso a la Mansión Helstea.
— "Hay un lugar en el que tengo que ir primero. No te preocupes, sólo
será un pequeño desvío", respondí, acelerando el paso incluso con Sylvie
en la cabeza.
Elijah empezó a trotar detrás de mí
— "¡Espérame!"
Cuando llegamos al destino, solté un suspiro de decepción con los
hombros caídos.
— "Ya me lo imaginaba", murmuré para mí.
— "¿Elixires de Xyrus? ¿Necesitabas comprar algo de aquí? Es casi
medianoche; por supuesto que está cerrado". Elijah se tapó los ojos con la
mano mientras miraba a través de la puerta de cristal, esperando ver a
alguien dentro.
— "No es nada, volvamos a casa", respondí.
Al alejarme del edificio, un objeto brillante, atrapado en una grieta del
viejo callejón que conducía a Xyrus Elixir’s llamó mi atención.
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12 Rabieta:Enojo grande y violento que se muestra con llantos, gritos, gestos o irritación muy visibles; en
especial, el enfado acompañado de llantos y gritos de los niños.
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— "¿De verdad tienes que irte otra vez? Acabas de llegar". Mi madre lanzó
un suspiro mientras me miraba desde el otro lado de la mesa del comedor.
— "Hermano, ¿te vas otra vez? ¿Vas a estar a punto de morir otra vez?",
preguntó mi hermana con cara seria, haciendo que su pregunta picara
aún más. Me di cuenta de que estaba haciendo un puchero por la forma
en que su mejilla se hinchó un poco más de lo habitual, a pesar de sus
mejores esfuerzos por mantener una cara de póquer.
— "¡Eleanor! No le digas esas cosas a tu hermano", reprendió mi madre
mientras pellizcaba la mejilla de mi hermana.
— "Arthur, te considero ya mayor. Sé que tus decisiones se tomaron
teniendo en cuenta a tu familia y apoyo tu decisión de irte, ya que es por
el bien de tu amor", afirmó mi padre mientras me daba un pulgar hacia
arriba, con las comisuras de los labios curvadas hacia arriba.
— "Dios papá, por favor para". Gemí de frustración al ser tomado por una
especie de pubescente hormonado que acababa de ser atrapado con una
novia.
Una risita se escapó de los labios de mi madre. Intentó taparse
rápidamente la boca y volver a poner una cara seria, pero ya era
demasiado tarde.
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El ostracismo es, en la Antigua Grecia, el destierro al que se condenaba a los ciudadanos que se
consideraban malos o muy malos para la soberanía popular. Para más información.
Quise volver atrás pero ya era demasiado tarde; estaba dentro del portal.
El viaje a través del dispositivo de transporte nunca fue más que unos
momentos de desagradable mareo, pero esta vez, pareció durar un
tiempo anormalmente largo.
— "Kyuu..." Sylvie, pegada a mi cabeza como un pegamento empezó a
temblar.
— ‘Me siento mal papá’, transmitió con sus pensamientos internos llenos
de preocupación.
El viaje a través de la puerta de transporte es como un avance rápido
hacia tu destino. Te parabas en una plataforma y un borrón de colores
diferentes pasaba mientras el fondo se hacía cada vez más claro, hasta
que desaparecías en la luz y luego salías por el otro extremo. Era una
sensación peculiar y difícil de describir con palabras, pero esta vez era
diferente.
El espacio que nos rodeaba se distorsionaba en una mancha de colores
como de costumbre, pero en lugar de volverse más brillante, el color que
nos rodeaba se agotaba. Todo se volvió más tenue y oscuro, hasta que
quedó en la más absoluta oscuridad.
— ‘Papá, tengo miedo’. Podía sentir a Sylvie temblando sobre mi cabeza,
la única forma de saber que mi vínculo seguía ahí.
Sylvie nunca me había dicho que tenía miedo. Había veces que estaba en
guardia, o alerta, pero nunca estaba asustada.
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— "¿Y qué demonios se supone que es esto?" Levanté una ceja, mirando
alrededor de la habitación poco iluminada que me recordaba a alguna
bodega de construcción rudimentaria.
Esta pobre excusa de mago de la Casa Ravenpoop me había traído aquí
diciéndome que sería algo que me interesaría.
Normalmente le habría echado la bronca por hablarme con tanta
arrogancia como si me estuviera haciendo un favor, pero me había picado
la curiosidad, sobre todo después de la explosión en el Salón de la Tri-
Unión ese mismo día.
— "Bienvenido a una de las muchas viviendas humildes donde
celebramos nuestras reuniones", dijo una voz tosca. Estaba rodeado por
al menos sesenta figuras encapuchadas, pero sólo una llevaba máscara—
la que estaba sentada perezosamente en el centro, dirigiéndose a mí.
Era una máscara blanca y sencilla con dos pequeños agujeros para los
ojos y una sonrisa burdamente dibujada donde debería estar la boca. La
máscara era bastante básica, pero la sonrisa simplemente dibujada
desprendía una sensación siniestra.
Charles Ravenpoop que estaba a mi lado, se había puesto su propia
túnica con capucha. Ahora se arrodilló e inclinó la cabeza.
15El término “snob” surge de la contracción “sine nobilitate” ósea sin nobleza. Las personas snob son
aquellas que no forman parte de la élite y aun así optan por realizar actividades típicas de personas con
dinero e influencia. Viven, actúan y respiran la élite, pero no pertenecen a ese círculo. Para más información.
¿Pero quién demonios era él? ¿Y por qué hablaba como si hubiera estado
aquí todo el tiempo, vigilándonos?
— "Ya lo he dicho. No soy más que un simple benefactor que ha venido
aquí para mejorar esta tierra". Al decir esto, se levantó perezosamente y
realizó una exagerada reverencia con los brazos extendidos. Sentándose
de nuevo en su tosco trono, continuó:
— "Señor Wykes, creo que, aunque nuestros puntos de vista no sean los
mismos, podríamos tener algún tipo de beneficio mutuo en esto."
— "Continúe", dije entre dientes apretados.
Comenzó a explicarse, pareciendo ignorar el hecho de que yo seguía
completamente rodeada de maná de atributos de fuego, peligrosamente
cerca de liberarlo.
— "Pronto podré participar personalmente en esto, y cuando lo haga,
romperé por completo los frágiles lazos que mantienen unidas a las tres
razas. Sin embargo, hasta que llegue ese momento, necesito tu fuerza
para que las cosas funcionen bien".
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Abrí la boca para decir algo pero me contuve. Si él era Windsom, ¿quién
era el viejo que me había robado el dinero? Al principio había pensado
que era el dueño de la tienda de elixires; ¿era sólo una suposición mía
incorrecta? Y si era así, ¿Quién era el anciano? ¿El ayudante de
Windsom?
— "Ya que me atrajiste aquí por una razón, con Tessia como cebo, ¿es
seguro asumir que ella está bien?". Pregunté, sacando la brillante bola de
mármol de mi anillo dimensional.
— "Sí. ¿Sabes lo difícil que es adquirir una perla de elixir de esa calidad?
No había previsto que la usaras con la princesa elfa. De hecho, era
demasiado fuerte para ella, por lo que tuve que usar otro precioso elixir
para evitar que su cuerpo… bueno… explotara". Dejó escapar otro
profundo suspiro y me miró con la arrogancia de un noble discutiendo de
política con un ignorante.
— "Bueno, sin ella, ya habría muerto, así que supongo que no fue un
completo desperdicio. Aun así, no lo desprecies: tómate el tiempo de
absorber la perla del elixir con tu vínculo".
Sacudí la cabeza.
— "¿No debería ser una cortesía común decirme exactamente lo que está
pasando? ¿Quién o qué eres exactamente? ¿Por qué me has traído aquí?"
Estas palabras sólo inundaron mi mente con más preguntas, pero respiré
hondo y le hice una señal para que continuara. Sylvie, mientras tanto,
seguía mirando a un lado y a otro entre los dos, confundida.
Epheotus y Alacrya…
— "¿Cómo era esa Agrona y qué pasó con el Clan Vritra?" Me incliné
hacia delante con anticipación.
— "Si siempre habían sido uno de los clanes más fuertes, ¿cómo es que las
cosas cambiaron tanto cuando el Clan Vritra llegó al poder?" pregunté.
— "¿Kyu?"
— "Llevamos años buscando a Lady Sylvia sin éxito, y cuando por fin
encontramos rastros de su maná, nos lleva a un niño con su firma de
maná exacta. Y lo que es más sorprendente, que tiene en sus manos una
deidad. Arthur, actualmente estas unido al hijo de la única hija de mi
maestro y… a la nieta del individuo más poderoso de la facción líder de
Epheotus".
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— "Es como los describo por su apariencia. Sin embargo, por lo que me
acabas de contar, parecen ser lo que tú llamas el Clan Vritra".
— "Sí. Nuestra forma dracónica consume mucho maná, así que pasamos
la mayor parte del tiempo en nuestra forma humanoide. Sin embargo, al
igual que yo puedo cambiar a la forma de un animal más pequeño, la hija
de Lady Sylvia parece estar en esa forma para conservar la energía".
Sabía que Windsom diría algo parecido a: ‘Sólo te diré lo que es necesario
que sepas en este momento’, así que aparté esos pensamientos y seguí
adelante.
— "En cuanto a llevar a Lady Sylvie de vuelta a Epheotus, aunque esa era
nuestra preferencia inmediata, hemos decidido una ruta diferente. Arthur,
pronto entraremos en guerra con los Clanes Caídos, o sea, las fuerzas
lideradas por Agrona y su Clan Vritra. Durante la última guerra, ambos
bandos sufrieron inmensas bajas y no tuvieron más remedio que pactar
una tregua. Agrona acordó no tocar Dicathen, pero a cambio, tuvimos
que cederle el continente de Alacrya. Aunque nuestras fuerzas sean más
fuertes en términos de poder bruto, hay demasiados factores
imprevisibles en relación con los Vritra, teniendo en cuenta los
experimentos que han tenido tiempo de llevar a cabo durante este
— "Bien, ya que parece que esta reunión está llegando a su fin, ¿puedo
preguntarte una cosa?" Extendí la mano para detenerlo.
— "Sí, puedes".
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— "Ugh..."
Cada vez que pensaba en la palabra ‘raza’, podía oír a Windsom diciendo
con su molesta voz seria que éramos las ‘razas menores’.
— "¡Eh! ¡Miren al pequeño mocoso! ¿Por qué estás tan lejos de tu mamá,
pequeño? ¿Te has perdido?", gritó un hombre bastante alto mientras se
agachaba para mirarme. Era delgado, casi demacrado, y llevaba una
armadura de cuero demasiado grande para él.
— "Roger, vas a hacer llorar al chico con esa cara tan fea que tienes". Una
chica que parecía tener poco más de veinte años saltó del extremo del
carruaje donde estaba sentada y tiró de Roger hacia atrás.
— "Entendido, Duque. Deja al niño en paz", una voz ronca llegó desde el
interior del carruaje.
— "Pensé que sería obvio que tener esta brújula significaba que un
miembro de la familia real me la había confiado", dije, dejando que una
pizca de molestia se filtrara en mi voz.
¿Cuándo había sido la última vez que había conseguido un pasaje sin
problemas? Desde el portal de teletransporte hasta los mercenarios, y
ahora esto.
Los otros guardias saltaron para evitar los escombros, pero el que me
había interrogado no tuvo tiempo de reaccionar tras darse la vuelta.
Aunque su actitud era burda, supongo que no era una mala persona.
Entonces, una figura conocida saltó hacia atrás desde el saliente del lugar
de la explosión, aterrizando justo al lado de nosotros.
— "Entonces qué..."
Por supuesto.
— "¡Sí señor!"—sonreí—"¡Vamos!"
A la señal del abuelo Virion, nos pusimos en marcha hacia Tessia, que
estaba en el borde de la mansión.
No estaba funcionando.
Esquivé los zarcillos, sin querer malgastar maná en otros hechizos hasta
llegar a Tessia. A cada paso que daba, esquivaba al menos cinco zarcillos,
hasta que finalmente llegué a la distancia de la problemática princesa.
— "¿Arthur?"
— "¡Agárrate fuerte!"
La rodeé con mis brazos y la rodeé con una capa de maná protector antes
de lanzar mi siguiente hechizo: Absolute Zero.
Me llevó mucho más tiempo lanzar mi hechizo sin utilizar la segunda fase
de mi voluntad de dragón. Tuve que luchar para mantener la
concentración mientras la capa de escarcha se extendía lentamente a
nuestro alrededor, congelando los zarcillos que intentaban
desesperadamente separarme de Tess.
— "¡Rómpete!"
Había sido una apuesta para intentar congelar los zarcillos que Tess
había manifestado y, como era de esperar, mi hechizo no era lo
suficientemente fuerte como para congelarlo todo por completo. Pero
logré separar los zarcillos de su fuente de energía: Tess.
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Podía sentir que mi cara ardía como una vela bañada en aceite, pero
parecía que no podía apartar mis ojos de su mirada hasta que aterrizamos.
Ugh…
— "Sí, abuelo. Siento haber causado este lío". Bajé la mirada y noté que la
pierna derecha de Arthur sangraba a través de sus pantalones.
— "¡Oww! Qué..." Miré con los ojos muy abiertos a Arthur, que acababa
de tocarme la frente.
No podía mentir; era una vista agradable en el interior. Como era casi la
hora de la cena, la posada estaba llena de un murmullo indistinguible y
del traqueteo de platos y utensilios. Sin embargo, cuando los clientes nos
vieron, fue como si alguien hubiera silenciado toda la posada. Los
empleados y los clientes lo dejaron todo, incluso la mandíbula, y nos
miraron con caras de desconcierto. Parecían atónitos al ver aparecer al
antiguo rey de Elenoir, despeinado, con su nieta y un niño humano
desconocido.
El abuelo hizo un gesto al gerente para que se fuera. Casi se podía ver una
cola que se movía ferozmente mientras el gerente —que estaba siempre
atento—asentía a las instrucciones de Virion, como un cachorro que
acababa de recibir una golosina de su amo.
— "No te vas a creer esto, mocoso. El otro día examiné su núcleo de maná
y adivina qué: ¡su cuerpo ya estaba totalmente integrado en la voluntad
de bestia del Guardian Elderwood!" Virion se inclinó hacia delante.
— "No, no es nada. Sólo estaba pensando. Abuelo, ¿es por eso que Tess
intentó liberar la primera fase de su voluntad de bestia?"
— "Los dos nos adelantamos un poco, pensando que Tess sería capaz de
controlar sus poderes porque su cuerpo ya estaba integrado".
Tessia había podido saltarse este largo y arduo proceso, aunque tal vez no
fuera lo mejor, ya que le había impedido conocer el efecto que la voluntad
de la bestia podía tener sobre ella.
— "Está bien ahora que todo se arregló, pero Tess necesita tener más
cuidado cuando activa su voluntad de bestia. Podría ser peligroso para
ella y para todos los que la rodean si las cosas se intensifican como hoy".
Me hundí en mi asiento, echando una larga mirada a la princesa dormida.
Hablamos un poco más sobre los posibles poderes que podría tener la
voluntad de bestia de Tessia, hasta que ambos estuvimos demasiado
cansados para continuar. Tessia se despertaba de vez en cuando, pero
Sylvie estaba tan profundamente dormida que el único indicio de que mi
vínculo seguía vivo era la rítmica expansión y contracción de su vientre.
El posadero vino a acompañarnos a nuestras habitaciones, y nos
encontramos en una lujosa suite en el nivel superior de la posada, con
habitaciones más que suficientes para nosotros. Las habitaciones estaban
profusamente decoradas con adornos y baratijas y las paredes estaban
intrincadamente dispuestas con enredaderas, lo que daba al lugar un
ambiente muy parecido al de las hadas.
Virion hizo que Tess se instalara en una de las habitaciones, luego regresó
al salón y se sirvió una bebida de una jarra que había sido colocada sobre
la mesa, supuse que era algún tipo de licor.
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Tess no se despierta hasta bien entrada la tarde del día siguiente. Virion
se había marchado por la mañana para ocuparse de los daños en la
mansión y dejó una nota al otro lado de mi puerta diciéndome que
cuidara de Tess hasta que él solucionara las cosas. Podría haber sonado
serio si no fuera por la cara de guiño que dibujó al final de la nota. Me
pregunté qué estaría pasando por su cabeza torcida.
— "¿Abuelo?"
Estaba meditando en el suelo del salón con Sylvie durmiendo en mi
regazo cuando Tess salió frotándose los ojos entreabiertos con el cabello
alborotado.
— "¿Art? ¿Dónde está el abuelo?"
Se puso nerviosa al darse cuenta de que yo no era Virion, Tess se dio la
vuelta rápidamente acariciando frenéticamente su pelo.
— "Buenos días, o mejor dicho, buenas tardes". Sonriendo, me levanté y
le di un vaso de agua.— "Tu abuelo ha vuelto a tu casa esta mañana para
arreglar todo".
— "Oh. Quizá debería ir yo también. Después de todo, soy la responsable
de todo esto".
— "No hay nada que podamos hacer ninguno de los dos. No te preocupes
demasiado por ahora. Virion y tus padres probablemente volverán aquí
esta noche. Volveremos a mi casa en Xyrus después de asegurarnos de
que todo está bien ya que mañana tenemos colegio", le expliqué.
— "¡Kyu!"
— "Mmm." Asentí.
— "¿Qué? ¿Es seguro?" Tess me miró, con los ojos muy abiertos.
— "Debería serlo; no vas a iniciar la primera fase. Sólo tienes que sentir la
voluntad bestial dentro de tu núcleo de maná y dejar que fluya hacia el
resto de tu cuerpo. Así podré percibir con más claridad lo que está
ocurriendo". Me acerqué hasta estar a un brazo de distancia de Tess,
haciendo que se alejara.
¿No había sido ella la que había iniciado un beso tan audazmente la
última vez? ¿Por qué era tan tímida ahora?
— "Lo haces sonar como si tocar el vientre de una chica no fuera nada
serio", Tess frunció el ceño.
Tess tenía una mirada tensa y gotas de sudor rodaban por sus mejillas.
Pequeñas chispas de maná empezaron a brotar de su cuerpo y me di
cuenta de que estaba haciendo todo lo posible para no liberar el poder de
la voluntad de la bestia, que claramente quería soltarse.
Me sorprendió.
Mientras tanto, Sylvie nos rodeaba con recelo, sabiendo que algo iba mal.
Inclinó la cabeza y miró a mí alrededor, tratando de ver mejor lo que
ocurría, hasta que Tess se desplomó de espaldas, con el pecho subiendo y
bajando por la falta de aire.
El abuelo Virion, junto con los padres de Tessia, Alduin y Merial Eralith,
llegaron a la posada más tarde en la noche. No hace falta decir que el
antiguo rey y la reina de los elfos se sintieron aliviados al comprobar que
su hija estaba a salvo.
— "Ya que estás, sería una buena idea que te viera bien", dijo Virion,
lanzándome una mirada. Bajó los ojos y miró al suelo mientras meditaba
la idea.
Una vez resuelto esto, nuestra conversación giró en torno a los arreglos
para dormir. Yo dormiría en la misma cama que el abuelo Virion,
mientras que Tess y sus padres dormirían en la otra habitación. A mí me
parecía bien, pero compartir dormitorio con la familia real de los elfos
habría puesto en vilo a cualquier otra persona. Yo seguía queriendo
dormir en la sala de estar, por comodidad, pero el abuelo se negaba,
diciendo que sólo compartiendo un cuarto estrecho podían los hombres
establecer verdaderos vínculos. Eso, y bañarse juntos desnudos, había
oído. Los elfos tenían algunas costumbres extrañas.
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16 No entendí esta referencia pero si alguien la entiende que me lo haga saber por aquí.
Lo admitió.
Quería gritar de emoción.
Arthur por fin lo había dicho. Había dicho que le gustaba. Bueno… había
dicho "me gusta" después de que le hicieran una pregunta directa, pero
eso era suficiente.
¡Así se hace, papá!
Oh no, mantén los ojos cerrados, Tess, mantén los ojos cerrados. Reduce
la velocidad de tu respiración.
Me preguntaba si podía oír lo rápido que latía mi corazón. Su oído no
puede ser tan bueno, ¿verdad?
Estaba muy contenta de haberme despertado cuando lo hice. No tenía
intención de fingir que estaba dormida, pero entonces oí a mi padre
hablar de mí. Al principio pensé que estaba siendo cruel, diciendo que yo
era "agresiva". Luego dijo que estaba malcriada.
¿Qué? ¡No estoy malcriada!
Habría sido vergonzoso despertarme en ese momento, así que mantuve
los ojos cerrados. No podía imaginar que mi padre le preguntaría a
Arthur si le gustaba… o que Arthur lo admitiría realmente.
Sólo lo había dicho una vez, después de que yo me hubiera enfadado con
él. Luego me había sorprendido cuando me besó de repente.
Pude sentir una risita tratando de escapar.
Oh, no, no sonrías Tess.
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— "Veo que aún lo recuerdas. Sí, te encantaba venir a este lugar". Virion
esbozó una pequeña sonrisa al recordar.
La escasa luz del sol llegaba a este pequeño claro, lo que hacía que la zona
pareciera aún más surrealista. Los escasos rayos de luz que se asomaban
entre las espesas copas de los árboles creaban focos que hacían brillar el
musgo, la hierba y toda la vida vegetal. La cascada descendía suavemente
por el blanco acantilado, sin que nada interrumpiera la clara cortina de
agua.
Casi esperaba que conjurara una cabaña desde el suelo. Sin embargo, no
era tan elegante como eso. En lugar de eso, Rinia levantó las manos y
entonó unas frases inaudibles, haciendo que las raíces se levantaran de
debajo del estanque y formaran un puente improvisado que conducía a la
cascada.
Finalmente pudimos ver una luz parpadeante al final del enésimo tramo
del túnel.
— "Estoy seguro de que tienes tus razones tía Rinia, pero ¿era realmente
necesario encerrarse en un lugar como éste?" Merial frunció el ceño
mientras observaba la cabaña en la que Rinia acababa de entrar.
— "¡Por supuesto! Entren todos". Rinia nos hizo un gesto para que
entráramos.
Debí de haberme echado una siesta porque cuando me desperté, todos los
demás también estaban dormidos.
Me froté los ojos y me levanté. Rinia era la única que seguía despierta,
sorbiendo algo que olía a tónico de hierbas.
Sin decir nada más, me senté y me recosté esperando que la anciana elfa
hablara.
— "Mm."
— "Entonces, ¿qué hay del hechizo que usaste para localizar a mis padres
y dejarme hablar con ellos cuando era pequeño?" pregunté.
— "Quieres decir…"
— "Sí. Virion fue el objetivo de una misión de asesinato llevada a cabo por
el propio rey de los humanos"—Rinia habló casi en un susurro—"La
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Sus palabras resonaban en mis oídos como un gong gigante. Dicen que
las personas con las sonrisas más grandes esconden el mayor dolor en sus
corazones. Desplacé mi mirada hacia el dormido Virion y recordé todas
las veces que había bromeado con su sonrisa descarada.
No tenía ni idea del dolor por el que había pasado.
Me sentía como un simple adolescente que pensaba que el mundo le
odiaba. Ignoraba el hecho de que había otros que podían estar sufriendo
dolores más profundos que el mío.
Ninguna palabra salió de mi boca cuando Rinia terminó de hablar. Sólo
pude concentrarme en el siempre leve temblor de mis dedos.
— "La razón por la que traigo esto a colación no es para provocar lástima
o pena en ti. Te lo digo para que te des cuenta de la gravedad de lo que
voy a decir a continuación".—Había una severa convicción en su voz que
me hizo levantar la vista. La anciana Rinia hizo una pausa, como si
preparara su corazón antes de hablar.— "Utilicé mis poderes para mirar
intencionadamente en tu futuro, Arthur".
Después de todo lo que me había dicho, esta noticia me pesó mucho.
— "¿Qué? ¿Por qué?" fue todo lo que pude balbucear. Tal vez sintiendo
mi angustia, Sylvie caminó somnolienta hacia mí y se subió a mi regazo.
Rápidamente se quedó dormida de nuevo. Rinia y yo pusimos miradas
similares de desconcierto.
Una vez solucionado esto, Rinia nos condujo fuera de su cabaña, pero nos
fuimos por una ruta diferente a la que habíamos llegado. Me había
— "Les pedimos disculpas. El portal por el que venían se leía como una
puerta desconocida"—explicó uno de los guardias—"así que no sabíamos
quién o qué saldría del otro lado. Es raro, pero ha habido ocasiones en las
que las bestias de maná tropiezan accidentalmente con un portal de
teletransporte en algún lugar profundo de los Beast Glades". Parecía ser
el líder, y nos observó con una mirada estudiosa mientras hablaba.
Mis padres salieron justo detrás de ellas y nos saludaron con los brazos
abiertos. Mi hermana Eleanor, por su parte, estaba distraída haciéndole
mimos a Sylvie, que se había ido a recibir primero.
Estaba ansiosa por ponerme al día con los Cuernos Gemelos durante la
cena, no las había visto en más de un año, pero me di cuenta de que Tess
estaba algo incómoda con todo esto. Ya se sentía un poco fuera de lugar
17Tenía ganas de dejarlo en inglés, pero HotShot seria en el diccionario: una persona importante o experta,
especialmente cuando es vistosa.
Cada vez era más difícil mantener una cara seria delante de Arthur.
Sentía que si me hubiera quedado a hablar con él más tiempo, mi cara
habría empezado a arder como una vela.
Cerré los ojos durante lo que me parecieron sólo unos segundos, pero
cuando los volví a abrir ya estaba casi en la puerta de la escuela.
— "No puedo creer que estés aquí sola... ¡no puedo! Me alegro de volver a
verte, princesa. Tan hermosa como siempre, sí, lo eres". Lucas se acercó a
mí con pasos irregulares.
Este ya no era Lucas. La sensación que me dio fue más la de una bestia de
maná desquiciada que la de su habitual egoísmo.
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Espasmos: Contracción involuntaria de los músculos, producida generalmente por mecanismo
reflejo. Para más información.
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Era fascinante ser testigo de las costumbres de cada uno, inducidas por el
alcohol, ya que mi madre y Tabitha no me permitían beber. Después de
mi Padre y Vincent, Adam Krensh fue el siguiente en embriagarse, con las
mejillas sonrojadas casi a juego con su pelo rojo fuego. Adam era el típico
borracho ruidoso y revoltoso, y pronto había perdido la coordinación lo
suficiente como para que pareciera que un niño podría luchar contra él
en el suelo y ganar.
Me reí en respuesta.
— "Con todo lo que ha pasado estos días, fue agradable ver a todo el
mundo soltarse".
Nunca había hablado con Helen durante tanto tiempo, pero era cómodo.
Me hablaba como si fuera un adulto y no como alguien que apenas había
llegado a la adolescencia. Tenía una forma de expresarse elocuente,
inusual para una aventurera; parecía igualmente apta para dirigir
reuniones estratégicas y para luchar en el frente.
Conjuré una lanza de roca bajo el vientre del lobo de colmillos negros,
pero aún tuvo tiempo suficiente para acabar con la vida del estudiante
antes de desplomarse. Haciendo crujir los dientes, me aparté de la
mirada atenuada del enano, cuyos ojos suplicantes se habían encontrado
con los míos justo en el momento de fallecer. Si no fuera por mi
experiencia como aventurero, habría vomitado mientras las entrañas del
No sabía a quién pertenecía la voz, pero sus motivos eran claros. Estaba
dispuesto a tomar cautivos humanos, pero quería a todos los magos no
humanos muertos o incapacitados. Pude ver columnas de humo que se
elevaban desde varios edificios de la academia donde se estaban
produciendo otras peleas. De vez en cuando, me cruzaba con otros
miembros del comité disciplinario mientras luchaban contra las bestias
Había visto muchas bestias de maná mientras era aventurero, pero éstas
eran extrañas. Tenían una coloración diferente o falta de color para ser
más exacto. A excepción de sus ojos rojos, todas las bestias de maná que
inundaban la Academia Xyrus parecían haber perdido sus colores,
dejándolos en diferentes tonos de gris.
Seguí caminando por el patio del campus, dejando atrás los cuerpos que
yacían en el suelo, con charcos de sangre a su alrededor. Se suponía que
esta academia era un refugio seguro para los futuros magos de Dicathen.
Lo que más me cabreaba era que no se hubieran tomado las medidas de
seguridad adecuadas para este tipo de situaciones. ¿No había pensado el
Consejo que habría disturbios tras la unificación de los Tres Reinos?
Antes de que tuviera la oportunidad de hacer nada más, una espada surcó
el aire, ensartando la cabeza del gruñón espinoso en el suelo. La bestia de
maná se retorció indefensa durante un par de segundos antes de que su
cuerpo se desplomara, sin vida.
92
— "¡Sube, rápido!"
Desde lo alto de su León Mundial, Grawder, Curtis le hizo una señal con
el brazo izquierdo extendido. Grawder soltó un gruñido de insatisfacción,
pero por lo demás se mantuvo al margen mientras yo saltaba a su espalda
detrás de Curtis. Nos dirigimos inmediatamente hacia el campanario.
Empecé a hacer circular maná hacia mis heridas más profundas con la
esperanza de aliviar algunas de ellas.
Estúpido, pensé.
Contrólate Elijah.
— "Parece que hay una especie de barrera que lo rodea", señaló Curtis
mientras una pared translúcida parpadeaba cuando un hechizo la
golpeaba.
— "¡Bueno, parece que todos los vivos han llegado a la gran final del
programa de hoy! Les agradezco a todos por venir". El tono agudo tenía
una cualidad punzante que hizo que todos volvieran su atención hacia el
campanario.
Aunque tenía las manos a la espalda, parecía que sostenía algo, pero no
pude distinguir lo que era debido a su sombra.
Era una...
Por fin me tranquilicé, pero pude ver que tanto los estudiantes como los
profesores miraban hacia otro lado, con la cara pálida, o se agarraban el
estómago mientras ellos también vomitaban en el suelo.
— "¡DORADREA!"
¡BOOM!
¡BOOM!
¡BOOM!
— "¡Sal aquí y lucha conmigo, cobarde!" aulló Theodore, con una mirada
desquiciada que cubría sus ojos.
— "¿Cobarde? ¿Yo?"
Todos nos quedamos con la boca abierta. Incluso los profesores estaban
impactados por la clara diferencia de fuerza entre ambos. La fuerza de
Theodore era tal que incluso los profesores habrían hecho todo lo posible
para esquivar un ataque suyo, sin embargo, este misterioso hombre lo
había recibido de frente y había salido ileso a pesar del daño causado al
suelo de la arena bajo ellos.
— "¿Hmm? ¿Qué fue eso?" Draneeve dio otra sólida patada en el costado
de Theodore, acompañada del fuerte crujido de un hueso roto.
Podía ver cómo las venas salían de la frente de Draneeve, pero éste se
limitó a respirar hondo y a pasarse los dedos por su pelo rojo, mirando
con desdén al desastre sangriento que era Theodore como si fuera un
insecto aplastado.
— "Veo que aún te queda un poco de lucha. Pero es una lástima que
parezcas estar a punto de morir por la pérdida de sangre. Deja que te
ayude con eso".
Aparté los ojos del cuerpo destrozado de Theodore para ver a Curtis
retenido por los demás miembros del comité disciplinario. Claire, con un
reguero de lágrimas recorriendo su rostro angustiado, intentaba taparle
la boca con la mano. La princesa Kathyln se aferraba al brazo de su
hermano; tenía la cabeza baja y no pude ver su expresión. No vi a al elfo,
Feyrith, ni al otro miembro, el misterioso de ojos estrechos.
— "¡Ahora! Les pido disculpas a todos por el retraso. Sin más preámbulos,
comenzaremos con nuestro evento principal".
Se movió y llamó:
— "¡Tráiganlos!"
93
Yo era su líder, y sin embargo había dejado que todo esto sucediera.
Había dejado entrar a un espía.
Él solo cambió las tornas. Antes era un mago dotado; si no fuera por su
personalidad retorcida y engreída, definitivamente habría querido que se
uniera al comité disciplinario. Tenía talento, pero muchos de sus avances
se debían al uso excesivo de elixires y otras drogas sintéticas, lo que
tendría consecuencias nefastas más adelante. Eso era lo que se
rumoreaba.
No hace falta decir que no éramos un gran rival para él. Lanzamientos sin
chorro, multiplicidad de lanzamientos, un pozo interminable de maná...
incluso si hubiera estado solo, probablemente habría podido enfrentarse
a todos nosotros juntos.
Pero no parecía que hubiéramos escapado. No, parecía que nos habían
liberado. Lucas se había quedado allí con una sonrisa de satisfacción
grabada en su cara, mirándome como a un insecto que estaba liberando
porque no quería molestarse con el desorden.
...............
Una parte de mí luchaba por averiguar qué había pasado, cómo había
aparecido aquí, mientras que otra parte seguía negándolo. Se suponía que
ella no debería estar aquí.
¿Lukiyah?
La figura que había estado sujetando a Tess por el pelo dio un paso
adelante, arrastrándola con él. Me mordí el labio, luchando por mantener
la calma. Bajo su capucha, parecía estar buscando a alguien antes de
detenerse. Sentí sus ojos clavados en mí, y me quedé paralizado mientras
se quitaba la capucha de la túnica.
— "¡¡¡Hijo de puta!!!".
‘M a t a r’.
Nunca había tenido una sensación así, pero sabía que lo que controlaba
mi cuerpo sabía utilizar mis poderes mejor que yo mismo.
‘M a t a r’.
Era una sensación peculiar, una que sabía que no era normal. Era como si
el monstruo que había intentado mantener encerrado hubiera cambiado
de lugar conmigo. Mi visión se distorsionó, palpitando con lo que supuse
que era adrenalina. No podía oír nada más que los latidos de mi corazón.
Mi cuerpo parecía un caparazón controlado como una marioneta por
alguien que no era yo.
‘M a t a r’.
La voz era cada vez más fuerte. ¿Qué demonios me estaba pasando?
Caminé con cierta inseguridad hacia el ingrato que no podía ser descrito
con una simple palabra. A medida que me acercaba a la barrera, me
preocupaba si sería capaz de atravesarla, pero resultó ser una
¿Era yo? Nunca había visto una magia así. Era antinatural, casi maligna
en cierto modo, como si fuera un poder destinado únicamente a matar y
destruir.
Casi...
Cayó hacia atrás por la fuerza del golpe. Apenas pude distinguir el pincho
negro que sobresalía de su hombro derecho.
94
Ignorante como era de niño, había creído realmente que sería capaz de
seguir esta doctrina sagrada sobre la que se construyó mi familia, sin
importar las circunstancias.
Incluso con los ojos fijos en la escena, me costaba registrar lo que estaba
ocurriendo exactamente, y mucho menos creer que fuera real.
El hechizo que había utilizado era inusual, casi antinatural, pero fue
cuando colocó la palma de la mano sobre la superficie de la barrera,
cuando una magia de llamas negras comenzó a enroscarse alrededor de
su mano, derritiendo la barrera transparente como si fuera mantequilla,
que un frío escalofrío recorrió mi columna vertebral.
Al ver que esa misteriosa magia destruía con tanta facilidad algo que ni
siquiera todos los profesores juntos habían podido arañar, sentí
esperanza. Tal vez sería capaz de acabar con esto.
Nunca había oído hablar de algo así, y mucho menos había visto con mis
propios ojos una magia tan poco natural, tan siniestra, tan malvada.
Los otros estudiantes estaban desconcertados, sin saber qué hacer con
todo esto. Algunos expresaban sus dudas sobre si realmente estaba de
nuestro lado, tal vez sospechando que Elijah estaba aliado con Draneeve.
Pero entonces se desplomó en el suelo, su último intento de matar a
Lucas no tuvo éxito.
Clive era uno de ellos. Lo vi precipitarse hacia adelante, con las manos ya
empuñando su arco y flecha, pero un profesor en la parte de atrás lo
detuvo y lo apartó.
Seguía siendo inútil. ¿Acaso los profesores pensaban que ahora podrían
vencer de alguna manera a Draneeve? Deberían saberlo mejor que
nosotros. ¿Era su sentido del deber lo que les llevaba a morir de esta
manera? ¿O era su orgullo el que les impedía ser racionales?
¿Ser valiente era similar a morir como un tonto? ¿Era eso lo que exigía el
credo de Bladeheart?
Kathyln debió oírme. Se me dirigió la mirada con los ojos rojos y los
labios temblorosos, esperando una respuesta.
Pero yo no tenía ninguna. Conocía mis límites. Sólo conocía una fracción
de lo que mis enemigos eran capaces de hacer, e incluso eso era suficiente
para quitarme la confianza de desenvainar mi espada.
Era como una escena de uno de los cuentos que mi madre me había leído
a menudo antes de mandarme a la cama. Observé cómo los profesores
Pude ver al fornido mago de batalla, cuya clase había tomado el semestre
pasado, a la cabeza. Detrás de él estaba el profesor de formaciones de
hechizos que enseñaba a los alumnos de menor edad. Siguiendo unos
pasos atrás estaba un profesor que no reconocí, con un bastón de madera
torcido, y luego la profesora Glory. Me llamó la atención y me hizo una
firme y solemne inclinación de cabeza antes de sacar una segunda espada
de su anillo dimensional.
Maldición…
— "No eres más que una simple herramienta. Harás lo que yo diga sin
hacer preguntas. Si vuelves a mostrar esta clase de ignorancia, te
arrepentirás".—La voz de Draneeve era imponente y aguda, diferente de
la que había tenido cuando se reveló por primera vez. Lucas se esforzó
Incluso desde aquí, pude ver cómo Lucas apretaba la mandíbula con
rabia, pero se convulsionó y repitió con los dientes apretados:
— "Está listo, mi señor", anunció uno de los magos con túnica cerca del
yunque. Draneeve resopló con sorna y se alejó, dejando a Lucas agitado,
tratando de recomponerse antes de levantarse.
La profesora Glory fue la primera en darse cuenta de que algo iba mal.
Señaló a Draneeve, que se dirigía hacia el yunque que ahora brillaba, y
gritó:
— "¿Cómo me atrevo? ¿Crees que estás que estás cerca del nivel que
tengo ahora? ¿Cómo te atreves? ¿Cómo te atreves a hablarme como si
fueras igual a mí? No son más que insectos que tengo que aplastar".
Lucas estaba ocupado con los profesores, y sólo algunos de los lacayos
vestidos se habían quedado atrás. Era mi deber. Sin embargo, ¿por qué
no podía moverme? ¿Estaba mi cuerpo tan profundamente enredado a
las lianas del miedo?
— "Tienes razón".
— "¡No!"
La profesora Glory apenas había conseguido lanzar las palabras, con los
ojos muy abiertos por el miedo, antes de que nos atacaran. Estas figuras
estaban, de alguna manera, completamente cubiertas bajo sus túnicas;
incluso sus rostros estaban ocultos por sombras antinaturales. Bloqueé
un pincho de tierra con mi espada justo cuando otro enemigo se abalanzó
sobre mí por detrás, derribándome.
Era un caos. Los profesores que no luchaban contra Lucas hacían todo lo
posible por alejar a los estudiantes restantes de la zona. Junto al
campanario, Clive estaba levantando a Tessia del suelo, pero luego fue
derribado por una de las bestias de maná heridas. Los pocos estudiantes
que había traído conmigo de la clase de la profesora Glory hacían lo que
podían contra los cinco magos con túnica que quedaban.
Apretando los dientes, corrí hacia Clive. Sabía lo que la profesora Glory
habría querido que hiciera. Tenía que salvar a los estudiantes mientras
los profesores mantenían ocupado a Lucas.
Mis ojos iban y venían de mis manos ensangrentadas a la espiga que salía
de mi abdomen. Quise darme la vuelta para ver qué había pasado, pero
me di cuenta de que mis pies colgaban en el aire.
Cerré los ojos; quizás estaba alucinando. Cuando los abrí y volví a mirar,
me di cuenta de que me estaba muriendo.
Un dragón…
Era del tamaño de una casa pequeña, con dos cuernos que sobresalían de
cada lado de su afilada cabeza y unos ojos iridiscentes que podían
congelar incluso a un veterano aventurero. Era una manifestación tanto
de soberanía como de ferocidad. La mayoría de los libros que había leído
de niño describían las escamas de un dragón como joyas preciosas y
brillantes, pero las escamas de este dragón eran de un negro tan intenso y
opaco que parecían hacer que su sombra pareciera gris en comparación.
Solté una carcajada ahogada por lo tonta que había sido al compararlo
con Lucas. Mientras mis sentidos se atenuaban, lo único que lamenté fue
no poder ver la expresión de derrota de Lucas al final.
95
Reflejos aumentados, junto con una mayor destreza física. El elixir que
me había dado Draneeve había cumplido su propósito. Tal y como había
prometido, hizo aflorar todo mi potencial.
Desde una edad temprana, era obvio que era un mago dotado. Sin
embargo, mi hermano mayor, Bairon, me superaba y mis logros nunca
habían satisfecho las expectativas de mi familia. Me había pasado la
infancia persiguiendo su insuperable sombra, pero ya no, ahora por fin lo
había superado.
¿Tenía miedo?
Eso era imposible. Con mis nuevos poderes, era invencible. Era
todopoderoso. Era perfecto.
No…
Sin dejarse afectar por mis burlas, se dirigió hacia mí sin mediar palabra.
Arthur pasó junto a todos los demás, sin tener en cuenta a sus
compañeros y amigos muertos o moribundos, y luego se arrodilló frente a
Se dió la vuelta.
Nunca habría pensado que algo tan simple como el contacto visual
pudiera ser tan aterrador, pero entonces sus ojos azul pálido, afilados
como un cuchillo, se encontraron con los míos, y el aire que quedaba en
mis pulmones fue succionado.
¿Por qué...?
Esto no debería ser así, mis poderes son mejores que los suyos! No
entiendo por qué me sucede esto… esta sensación. Él es solo un año más
jóven que yo… es solo un niño!
Mi corazón latía cada vez más fuerte contra mi caja torácica, como si
quisiera salir y escapar. Se me nubló la vista y gotas de sudor frío rodaron
por mi frente hasta llegar a mis ojos.
Pero yo era Lucas Wykes, segundo hijo de Otis Vayhur Wykes. Puse de
rodillas a todos los magos de élite de la Academia Xyrus por mi fuerza
abrumadora! Arthur no era más que un pobre campesino!
96
Esto fue mi culpa. Había sido un tonto al dejar que Lucas viviera tanto
tiempo. Este mundo me había ablandado.
Nada más importaba. Ahora no. No hasta que me ocupara de esta plaga.
Podría dejar que se suicidara con su propio hechizo ahora mismo, pero
no se lo merecía; sería una muerte demasiado piadosa para él. Lo
necesitaba vivo, al menos hasta que obtuviera algunas respuestas.
—"Segunda fase".
Absolute Zero.
Era un tipo de hechizo que nunca había visto antes. A medida que el
maná se congregaba, se manifestaba en una flamante lanza azul. Las
partículas de maná no habían formado simplemente la forma de una
lanza, sino que parecían haberse transmutado en una verdadera lanza
ardiente.
— "Espero que sobrevivas a esta también. Así podrás ver cómo hago que
tu preciosa princesa me bese los pies", se mofó, lanzando la lanza en
llamas.
— "Sí, lo soy".
— "Downforce21", murmuré.
21
Downforce: Fuerza descendente. Un tipo de magia gravitatoria como el que uso Theodore al saludar a
Arthur en el Volumen 3.
Había estado tan preocupada por Tessia que no me había dado cuenta de
que Elijah también estaba involucrado. Levanté la mirada y observé bien
mi entorno por primera vez desde que había llegado. Pude ver a los
estudiantes y a los profesores mirándome con inconfundibles expresiones
de miedo. Sin embargo, de entre todos esos rostros, el de Elijah no
aparecía por ningún lado.
Casi.
Le miré fijamente a los ojos y le respondí con las únicas palabras que
parecían apropiadas.
"Downforce"
97
El desastre que nos había ocurrido había terminado. El autor que había
matado a tres profesores y era responsable de la muerte de muchos más
estaba ahora fatalmente herido y muriendo lentamente.
Sin embargo, nadie se alegró. Todavía había miedo en los ojos de todos,
pero donde antes se dirigía a Lucas, ahora se dirigía a mí. Una tensión
palpable irradiaba de todos los presentes, tanto de los estudiantes como
del personal.
A duras penas pude evitar caer al suelo mientras levantaba la mano para
asestar el golpe final. Un repentino y penetrante sonido me interrumpió,
llamando la atención de todos.
La barrera de color rojo que había rodeado la escuela se hizo añicos desde
arriba. Los fragmentos rotos de la barrera revolotearon hacia abajo,
reflejando la vitalidad de la Constelación de la Aurora, que estaba casi en
plena floración en el cielo nocturno. La academia manchada de sangre se
convirtió al instante en una escena de cuento de hadas.
Las Lanzas.
— "Hermano..."
Antes de que pudiera procesar lo que había dicho, una repentina oleada
de luz me golpeó en el pecho, estrellándome directamente contra el
campanario con tal fuerza que atravesé la pared reforzada por el hombre
y quedé enterrado bajo los escombros.
Vomitando sangre y lo que parecía ser mis intestinos, intenté salir, pero
todo mi cuerpo parecía estar pegado a la pared. Confuso y desorientado,
intenté con mi visión borrosa determinar quién había lanzado el hechizo.
Era una de las Lanzas. No fui capaz de distinguir más que una figura
indistinta, pero antes de que pudiera hacer otro disparo, alcancé a ver a
Sylvie soltando una ráfaga de fuego contra él.
— "Sylvie no. No puedes luchar contra ellos", le grité, mi voz sonaba débil
incluso en mi cabeza, pero era demasiado tarde. Su objetivo bloqueó la
ráfaga como si fuera una pelota de juguete antes de que una de las otras
Lanzas atrapara a Sylvie en una cúpula de hielo. A pesar de que cada
hueso de mi cuerpo se sentía como si estuviera siendo aserrado por la
mitad y mi cabeza palpitaba como si hubiera sido perforada
repetidamente, fui capaz de entender un poco más lo que estaba
sucediendo.
La Lanza que había atrapado a Sylvie en la jaula de hielo era una mujer
con una larga cabellera blanca; por lo que parecía, Sylvie no era capaz de
derretirla ni de liberarse. A pesar de la posición en la que me encontraba,
Antes de que pudiera maldecir mi propia mala suerte, la Lanza que era el
hermano de Lucas, se abalanzó sobre mí, liberando de su cuerpo un
torrente de rayos amarillos.
— "La muerte no es suficiente para gente como tú. Hacer algo tan atroz a
un Wykes, a mi hermano..." No habló en voz alta. De hecho, casi sonaba
tranquilo, pero su voz tenía una claridad alarmante que parecía que me
había hablado directamente al oído. Una tormenta de electricidad le
rodeaba, crepitando y chasqueando todo a su paso mientras se dirigía
hacia mí.
— "El chico fue el que salvó a todos los presentes de tu hermano. ¿Y desde
cuándo crees que tienes las suficientes pelotas para desafiarme?", le
espetó el hombre llamado Olfred.
Volviendo mi atención a las dos Lanzas, pude notar que Bairon estaba
visiblemente confundido. Sin embargo, ya sea por su orgullo o por sus
dudas, optó por persistir.
— "Basta".
— "Hola, mamá, papá. Hola, Ellie". Traté de sonreír, pero eso pareció
preocuparlos aún más.
Volví la mirada hacia Ellie, que seguía mirándome con una expresión que
parecía no decidirse entre estar enfadada, triste o aliviada.
— "¿Por qué estás esposado?", volvió a hablar mi padre, con los ojos
puestos en los grilletes transparentes que me ataban los pies y las manos.
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