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Discusiones sobre su origen

Los indicios más verosímiles plantean que probablemente Cristóbal Colón nació en Génova, hacia
1450, en el seno de una familia de modestos menestrales, con intereses comerciales. Por el
contrario, Salvador de Madariaga defiende que era converso, de ahí el intento de ocultar su
origen; García de la Riega le atribuye un origen gallego; para Luis de Ulloa era un noble catalán -
cuyo nombre real sería Joan Colom-, marino, enemigo de Juan II de Aragón, contra quien luchó,
que era el supuesto Scolvus que habría llegado a Norteamérica en 1476, ofreciéndole el proyecto
de descubrimiento a Fernando el Católico en beneficio de Cataluña. Respecto al supuesto origen
genovés, en una primera etapa de su juventud, Colón compaginó su dedicación a la manufactura -
la de su padre- con los primeros contactos con el mar, probablemente como grumete. Hacia 1473
debió abandonar la ciudad de Savona, donde residía su familia, y parece ser que fue entonces
cuando empezó a trabajar en el activo comercio genovés, viajando hasta las colonias de esta
ciudad en el Mar Egeo -como la isla de Chío-.

Trascendencia de su estancia en Portugal

Y quizá conociese las Islas Canarias. Ello quiere decir que conocía la Volta da Mina y, por lo tanto,
la circulación de los alisios en el Atlántico. La historiografía tradicional mantiene que las ideas de
Colón se asentaban sobre tres bases teóricas y científicas que integraron las premisas esenciales
de su proyecto. Los conocimientos de Colón sobre estas cuestiones no se debían a un estudio
sistemático, sino que son de segunda mano y producto de una vinculación directa a lecturas
improvisadas, de tal manera que cuando inició su primer viaje, en su cabeza se agitaban una
mezcla de error y verdad.

Sobre esto, decía Ranke que se estaba ante «el más fecundo error de todos los tiempos», pues si
Colón no hubiese encontrado el Nuevo Mundo, él y todos los tripulantes de la expedición
hubiesen pasado a engrosar la nutrida nómina de navegantes desaparecidos en el Océano.

Un proyecto para Castilla

No se sabe la fecha -aunque debió ser entre 1483 y 1485-, ni tampoco demasiados detalles sobre
la primera oferta que Colón le hizo al rey de Portugal. Juan II encargó el análisis de este proyecto a
una junta de expertos que desestimó su viabilidad. Colón exigió unas compensaciones económicas
y políticas que parecieron excesivas, quizá en la línea de las que después reconocieron las
Capitulaciones de Santa Fe. Algunos historiadores de los siglos XVI y XX han cuestionado que Colón
visitase en 1485 el monasterio de La Rábida, y han datado dicho primer contacto unos años más
tarde, en 1491.

Tras su primera estancia en Palos, Colón inició sus gestiones ante los Reyes Católicos en Córdoba,
donde residía la Corte por su cercanía al frente granadino. A finales de 1488 o principios de 1489 -
Romeu de Armas defiende que fue en 1485-, Colón obtuvo el patronazgo declarado del duque de
Medinaceli, que incluso llegó a plantearse la posibilidad de financiar el viaje tentado por las
riquezas que podría obtener. Las influencias de Medinaceli quizá fueron las que hicieron
decantarse en favor de Colón a personalidades como el cardenal Mendoza, el contador real Alonso
de Quintanilla o fray Diego de Deza, preceptor del príncipe D. Con estos apoyos, Colón obtuvo una
nueva entrevista con los Reyes Católicos en Jaén.
Los socorros enviados a Colón desde la Corona hispánica siguieron llegando.

La búsqueda de la tierra firme

Colón logró salir airoso de este primer intento de descalificación y vio confirmados todos sus
privilegios en virtud de un documento datado el 23 de abril de 1497. Sin embargo, la partida se
retrasó por los preparativos de las bodas de los hijos de los reyes y otros asuntos que ocupaban su
atención y comprometían sus rentas.

Un postrer viaje

No parece que Colón desease volver al Nuevo Mundo, sobre todo, porque sus achaques le
molestaban cada vez más. Tras la vuelta de su tercer periplo, se dedicó a reivindicar sus derechos
ante los reyes y a redactar el Libro de las Profecías, que refleja toda su mentalidad mesiánica.
Colón contó de nuevo con el patrocinio de los monarcas para una empresa cuyo objetivo sería la
búsqueda por la zona del istmo de un paso hacia la Tierra de las Especias.

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